• libro volveras a alaska - Maria Girardet

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    Santiago un hombre soltero rico y empresario, solitario por su forma de ser amargada y poco divertida debido a sus obligaciones y poco interes en la sociedad, se vera atrapado en las riendas del amor, el cual, sin tan siquiera imaginarselo llegara a su vida en la noche de su cumpleanos, una noche que como decia su fallecida madre, traia consigo buenos augurios cuando esta, fuera tan oscura y estrellada al mismo tiempo, ese buen augurio, tiene nombre y apellido, <> quien trae consigo, un gran secreto y unas dulces espinas, que haran a Santiago. . Enloquecer.

  • (PE) VOLVERÁS A ALASKA | KRISTIN HANNAH - Casa del ...

    https://www.casadellibro.com/libro-pe-volveras-a-alaska/9788491292371/6161625

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  • VOLVERAS A ALASKA | KRISTIN HANNAH | Casa del Libro

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    Sinopsis de VOLVERAS A ALASKA ... De la autora delbest seller internacionalEl Ruiseñor, una épica historia de amor, pérdida y supervivencia que celebra la ...

  • Volverás a Alaska (SUMA) Tapa blanda - Libros - Amazon.es

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    Volverás a Alaska (SUMA) Tapa blanda – 15 febrero 2018 ... Encuentra todos los libros, lee sobre el autor y más. ... De la autora del best seller internacional El ...

  • VOLVERÁS A ALASKA - HANNAH KRISTIN

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    «Volverás a Alaska es un tiovivo de emociones intensas donde el lector queda ... Blog Libros que hay que leer «Un libro que hará sentir intensamente al ...

  • Volverás a Alaska | Penguin Libros ES

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    Volverás a Alaska ... De la autora del best seller internacional El Ruiseñor, una épica historia de amor, pérdida y supervivencia que celebra la resistencia del ...

  • Reseña de 'Volverás a Alaska' de Kristin Hannah: una novela ...

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    26 mar 2018 — Aunque estudió Derecho, con la publicación de su primer libro, en 1990, se convirtió en escritora profesional. Desde entonces ha ganado ...

  • Volverás a Alaska - Kristin Hannah - Babelio

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    Críticas (47), citas (18) extractos de Volverás a Alaska de Kristin Hannah. Volverás a Alaska es uno de esos libros que cuando lo terminas, piensa...

  • Volverás a Alaska - Libro de Kristin Hannah - Lecturalia

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    Ernt Allbright vuelve de la guerra de Vietnam convertido en un hombre distinto. Incapaz de mantener un trabajo, toma una decisión impulsiva: toda su familia ...

  • “Volverás a Alaska” - Kristin Hannah - Libros que hay que leer

    http://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com/2018/03/volveras-alaska-kristin-hannah.html

    21 mar 2018 — Alaska, 1974. Indómita. Impredecible. Y para una familia en crisis, la prueba definitiva. Ernt Allbright vuelve de la guerra de Vietnam ...

  • VOLVERÁS A ALASKA. HANNAH, KRISTIN - Librería Sinopsis

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    En stock. 19,13 €. Comprar. Otros libros del autor.

  • El muneco de nieve (Harry Hole 7) de Jo Nesbo

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    El muneco de nieve, septima entrega de la serie de novela negra noruega protagonizada por el atormentado detective Harry Hole, es un combate cara a cara con el mal absoluto.

  • Los muertos de Alvaro Bisama

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    Muertos que forman bandas de rock y muertos que cruzan avenidas en tablas de skate. Muertos que aprenden a tatuar y muertos que siguen la pista de otros mas muertos que ellos. Muertos que entran y salen de pueblos y ciudades sin nombre como arqueologos de un paisaje al borde del colapso. Muertos que abrazan antiguos delirios y muertos que se enamoran del muerto equivocado. Muertos consumidos por la soledad y muertos consumidos por la culpa y la locura.
    Muertos que no saben que estan muertos.

  • La universidad light de Francisco Esteban Bara

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  • El amor esta en el aire, Olivia Kiss de Olivia Kiss

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    "?Puede un flechazo en las alturas cambiar el destino de dos personas?"

  • Misterio en Haven Manor de Kristi Ann Hunter

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    Una huida, un regreso y una apuesta arriesgada para salvar a quienes lo necesitan… Y salvar su amor.
    Cuando Katherine “Kit” FitzGilbert dio la espalda a la sociedad londinense hace mas de una decada, decidio no volver a poner un pie en un salon de baile. Pero cuando el negocio la lleva a Londres y se ve obligada a correr por su vida, tropieza no solo con un glamuroso salon de baile sino tambien con Graham, Lord Wharton. Lo que deberia haber sido un encuentro fortuito se convierte en mucho mas a medida que Graham se embarca en la busqueda de la hermana perdida de su amigo y esta convencido de que Kit sabe mas sobre la nina de lo que ella dice.
    Despues de conocer a Graham, Kit se encuentra deseando que las cosas pudieran haber sido diferentes por primera vez en su vida, pero lo que ella quiere no importa. Hace mucho tiempo, se dedico a ayudar a las mujeres a escapar del mismo desprecio que la alejo de Londres y a criar a los ninos inocentes atrapados en el fuego cruzado. Pero a pesar de que desea desesperadamente contarle todo a Graham, el riesgo de revelar la verdad puede ser un precio demasiado alto para aquellos que ama.

  • Por tu sangre (Cancion de Vampiro 1) de Diana Buitrago

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    La oscuridad de la noche alberga secretos que Estel no ha conocido jamas. Tras la precipitada muerte de sus padres decide cambiar de rumbo. Mudarse a un lugar pequeno y apartado para alejarse del dolor, la conducira a descubrir un mundo oscuro y siniestro, lleno de criaturas peligrosas y cautivadoras. La paz que anhela se vera truncada por una persecucion sin tregua y la lucha por su vida. Encontrara el amor en el momento mas inesperado y descubrira viejos secretos personales que la haran dudar sobre si misma. Aceptar el destino o rebelarse contra el.
    “Por tu sangre” es la primera parte de la saga Cancion de Vampiro, un viaje a lo desconocido y a la profundidad del alma, donde solo los mas fuertes sobreviven y la sangre mancha el principio y el fin de nuestra historia.

  • Monica sin frenos de Elsa Tablac

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    La doctora Monica Arqueros entreabrio los ojos aquella manana y lo primero que penso fue que habia demasiadas respiraciones en esa habitacion. Sintio la punzada resacosa entre las cejas y noto un excesivo calor humano a izquierda y derecha. Tardo varios segundos en darse cuenta de que esa no era su cama. Esto no era ninguna novedad. Lo de tardar en ubicarse, quiero decir. Solia tener algunos problemas para situarse al abrir los ojos todas las mananas, debido a su sueno profundo. Pero alli no habia ningun equivoco. Esa manana se desperto acompanada de dos hombres. Otra vez. A su derecha dormia Raul. A su izquierda, Martin. Era la tercera vez, el tercer viernes consecutivo, que aquello sucedia y un torbellino de pensamientos la azotaba en los dias posteriores. Aquel sabado se habian despertado en casa de Martin. Era un apartamento enorme situado en el centro de la ciudad, en pleno Eixample barcelones, no demasiado lejos de donde Monica vivia. Sin embargo, y a pesar de que su piso no estaba nada mal, el de Martin era mucho mas impresionante y, desde luego, demasiado grande para una sola persona. De las conversaciones veladas que mantuvieron aquellos dias, dedujo que se trataba de una herencia familiar, gracias a un comentario fugaz de el, que venia a decir algo asi como que con su sueldo de bombero nunca hubiera podido acceder a aquel impresionante apartamento con toques modernistas. Monica volvio a cerrar los ojos y percibio claramente los ronquidos de ambos. Hundio el rostro en la almohada y trato de relajarse. Tal vez no era tan mala idea dormir un rato mas y, con toda probabilidad, disfrutar de una buena sesion de sexo cuando los chicos se despertasen. Aunque no eran precisamente madrugadores. Levanto la cabeza y echo un vistazo al despertador que habia sobre la mesilla de noche de color blanco nacarado. Eran las ocho y diez. Ella era super madrugadora, rara vez se levantaba mas tarde de las siete y media. Se giro y encaro a Raul --ya no tenia ningun problema en reconocerse a si misma que era su favorito de los dos, a pesar de que primero habia conocido a Martin--. Acerco su cuerpo desnudo al de el debajo de las sabanas, buscando su calor. Repto hacia el hueco que quedaba entre su cuello y la almohada y espero acontecimientos, pero el ni se inmuto. Acerco su mano al miembro de el, semierecto y lo acaricio. Nada. Cinco minutos despues, Monica decidio escapar de aquella cama y de aquella casa y aprovechar la manana. En medio como estaba de los dos bomberos, iba a ser muy complicado salir de ahi sin despertar al menos a uno de ellos. Y aquellos despertares eran lo que peor llevaba de la absurda situacion en la que se habia visto envuelta. Absurda pero demasiado irresistible. Reunio toda su energia matutina y salto por encima de Raul. Empezo a vestirse en silencio. Localizo rapidamente toda su ropa interior, los vaqueros y la blusa que se habia puesto para aquel tercer encuentro a tres bandas. En ese momento se sintio como una "ninja" del amor y casi solto una risita ante su propia ocurrencia. Se coloco las zapatillas deportivas y se dirigio al salon, donde se sento un momento en el brazo del sofa para abrocharse los cordones. Cuando se incorporo, se encontro con la mirada escrutadora de Raul, que la habia seguido hasta el salon nada mas levantarse. --?Huyendo a escondidas, doctora? Ella sonrio y enseguida sintio que sus mejillas se encendian. A el le habia dado tiempo de colocarse unos calzoncillos slip negros y ajustados y estaba plantado delante de ella como la tentacion que era. Monica se incorporo y el se acerco para abrazarla. Entonces sucedio algo que la desconcerto, porque Raul la beso de forma inequivoca, entreabriendo los labios con su lengua y entreteniendose mas de lo normal, aprisionandola entre sus biceps. Mmmmm, ?realmente queria marcharse? En el momento en que sus cuerpos se separaron, ella completamente vestida y el semidesnudo, Monica se dio cuenta de que era la primera vez que Raul y ella estaban solos de esa forma, compartiendo cierta intimidad. Miro hacia la puerta del salon, esperando que Martin apareciese de un momento a otro y les interrumpiera, pero no lo hizo. Seguia durmiendo. Raul tambien habia salido a hurtadillas de la habitacion. --Me gustaria quedarme un rato mas, pero tengo que irme. He de hacer unos recados. --?Un sabado a las ocho de la manana? Pense que podriamos salir a desayunar -- contesto el, aun sin dejarla marchar y sin perder aquella sonrisa que la estaba volviendo loca por momentos. Monica levanto las cejas en senal de sorpresa. Si que era cierto que los tres habian compartido un desayuno frugal los dos sabados anteriores, pero se habia limitado a un poco de fruta, cafe y tostadas, lo que tenian respectivamente en casa de Martin y en la suya propia. En ningun momento se habian dirigido al piso en el que vivia Raul. Pero, ?lo estaba entendiendo bien o le estaba proponiendo que fuesen ellos dos solos a una cafeteria? La doctora reculo:--Bueno, suena muy tentador, pero Martin se pasa las mananas del sabado durmiendo y yo…soy bastante madrugadora. El le confirmo sus sospechas: --No, dejemoslo que duerma. Me refiero a salir a desayunar nosotros... tu y yo. Me visto en un momento y vamos a algun sitio por aqui cerca. ?Que te parece? --Me encantaria, de verdad. Pero no puedo entretenerme mas hoy. Y bueno, lo de anoche, estuvo genial, pero creo que no puedo comprometerme todos los viernes...-- lo aparto suavemente y se acerco a uno de los taburetes de la cocina para recoger su chaqueta y su bolso. El gesto contrariado de Raul no le paso desapercibido, pero por suerte, el no insistio. Tal y como se habian desarrollado los acontecimientos, no podia permitirse en aquel momento un signo de debilidad. A pesar de lo comoda que estaba su lado, se sentia "rara" dejando fuera a Martin. --Entiendo. ?Hablamos esta semana? --Claro, hablamos --contesto ella. --Vale. Te llamo, entonces. Aquello empezaba a ser raro. En ningun momento le habia dado a Raul su telefono. El punto de contacto entre ambos nunca habia dejado de ser Martin, que seguia durmiendo a pierna suelta. De repente sintio que la temperatura de aquella casa subia y subia. Monica necesitaba aire. Le dio a Raul un beso en la mejilla y salio rapidamente del apartamento, buscando la calle con cierto desespero. ?Como has podido meterte en semejante berenjenal? Fue lo primero que penso Monica cuando llego al portal del edificio y salio por fin a la calle. Para colmo, esperaba que el sol le diera de lleno en el rostro y se encontro con una poderosa nube que amenazaba tormenta. Echo a andar sin mirar atras, aunque tampoco esperaba que Raul la estuviese siguiendo, la verdad. La doctora echo mano del metodo cientifico para analizar la situacion. Las cosas estaban asi. Habia empezado a tontear con Martin hacia unos meses. Lo conocio a traves de "una conocida aplicacion de contactos", que era la expresion que usaba habitualmente cuando alguien osaba preguntar y a ella no le apetecia resumir todo en una palabra (que no era otra que Tinder). Habian quedado en un par de ocasiones, un par de cenas aqui y alla, unos cocteles en dos o tres bares de moda, unas sesiones de mantita y Netflix y, cuando todo parecia que estaba mas o menos encaminado a convertirse en algo serio, o al menos "en algo", Martin desaparecio del mapa. Dejo de contestar a sus mensajes. Muerto. Devorado por un tiburon. Atropellado por un autobus. A partir de entonces, Monica lo dio oficialmente por desaparecido y procedio a cambiar su nombre en la agenda telefonica de su movil. Martin paso a ser "Ryan Ghosting". ?Que paso despues? Bien, lo que os podeis imaginar… La doctora Arqueros se entretuvo con su ajetreada actividad profesional como dermatologa, consultora cosmetica, fan de las sesiones de pilates, y deslizadora de fotos de hombres en la "conocida aplicacion de contactos" y se olvido por completo de que este chico, Martin, 37, bombero, existia sobre la faz de la tierra. Existe una fuerza sobrehumana, algo energeticamente dificil de explicar, que hace que los hombres regresen de entre los muertos una vez ha pasado un tiempo prudencial y olisquean desde una inexplicable distancia que ya has pasado pagina. En efecto: un buen dia, Ryan "Martin" Ghosting resucito en forma de mensaje de Whatsapp. ?Que hacer ante tal desgracia? Lo logico, lo que hay que hacer SIEMPRE en esta situacion tan desconcertante, sin dudar, repetimos; SIEMPRE; es borrar el susodicho mensaje y hacer como que nunca ha existido. Y para ya rozar la perfeccion, lo ideal es bloquear al muerto viviente en cuestion en tu agenda del telefono. Pero para ser sinceras, Monica habia retomado sus flirteos bastante rapido y no le afecto demasiado esa reaparicion estelar de Martin. Habia estado desaparecido exactamente cinco semanas. Y el muy capullo sabia que habia obrado mal, pero escurrio el bulto con cierta torpeza, alegando un viaje de trabajo. Si, era bombero y no habia ido a apagar fuegos al Amazonas, pero si puso como excusa un viaje a Brasil para participar en un simposio internacional de apagafuegos. En definitiva, era una excusa aparatosa, pero Monica lo paso un poco por alto.

  • De nosotros los hombres de Javier Figuero

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    Narraciones cortas prenadas de ironia y humor negro, aconsejables para entender las relaciones entre los hombres y las mujeres de hoy en dia. Es verdad que no siempre es fundamental que coincidan los dos agentes en un tiempo y un lugar, pero lo contrario resultaria mucho mas aburrido para ambos generos. Un ejercicio de estilo personalisimo que redescubre la importancia de la sorpresa argumental. Los que nos conceden ahora su atencion con estas lineas, podrian desde luego prescindir de este libro, pero renunciarian con ello a una oportunidad unica de divertimento y de provocacion a su misma inteligencia.

  • La reina de azucar (Los Zuccarelli 4) de Mar B. Prat

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    Eleanor se siente parte de la familia Zuccarelli y ha entendido que, aunque perdiese a sus padres y a su hermana, todavia puede tener su propia familia sin tener que sentirse culpable. Se considera una Zuccarelli mas y se siente agradecida por todas las personas que tiene a su lado. En especial, Jaxson. Finalmente estan juntos en casa y preparandose para convertirse en padres de una nina. Pero como siempre, no todo en esta familia es convencional ni agradable.
    Despues de unos meses muy dificiles como pareja y tambien como familia, se acercan semanas con nuevos retos. Jenna Zuccarelli, la hermana de Jaxson que le abandono, ha regresado es la principal sospechosa de provocar los ataques que han causado tanto dano. Parece que ha usurpado la identidad de la extinguida sexta familia original, los Delle Donne, pero solo son sospechas. Los Zuccarelli tendran que averiguarlo mientras se preparan para los inminentes cambios de su familia y para la esperada llegada de su nuevo miembro.

  • Elastico de sombra de Juan Cardenas

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    Los dos maestros sudaban aguapanela hirviendo, apenas protegidos por las latas agujereadas del paradero de buses. Llevaban mas de una hora esperando y don Sando, el anciano maestro, maestro de maestros, empezo a pensar que el sol ya estaba con ganas de hornearlos, de quemarles hasta el ultimo concho de manteca humana y dejarlos convertidos en dos carboncitos secos. Miguel, su veterano alumno, el contramaestro, como se les suele llamar en buena jerga machetera, se abanicaba con una cachucha blanca. Era casi mediodia y el viento estaba guardado en su cueva: don Sando sabia por experiencia que el viento tiene la casa en una cueva de los Farallones y hay gente osada -gente atembada tambien- que hasta se ha ido a buscar la casa del viento y no se ha vuelto a saber de ella, porque el viento agarra a esa gente, le dice cosas al oido y la enloquece. Luego se la lleva para su cueva y alla adentro se la come y no deja ni los huesos. El viento debia de estar comiendo mucha gente en su cueva porque esa manana no habia bajado al valle ni un solo ratico y los canaduzales se miraban tiesos, mudos, como soldados al acecho, a punto de invadir un pais. Esa fue la ocurrencia de don Sando, acosado por un calor que no era normal. Un calor del fin de los tiempos. Una seguidilla de volquetas cargadas de materiales de construccion dejo a su paso una nube de polvo gris y espeso que envolvio a los dos maestros durante largos segundos. Hubo toses, protestas, Miguel se permitio un hijueputazo y don Sando..., don Sando seguia pensando en el viento, en como al viento le cambia el caracter segun baja de la montana, porque aca en el valle se vuelve manso, dulce, buen conversador y hasta con dotes de sabio. Se lo extrana cuando no baja, senor Viento, dijo don Sando entre dientes para que Miguel no alcanzara a escucharlo. Igual Miguel no estaba prestando atencion porque seguia sacudiendose el polvo. Este don Viento si es cosa seria, penso don Sando. A veces de puro travieso baja muy rapido, sobre todo por las noches, y si lo agarra a uno mal parado se le mete en el puro nervo tendonoso y provoca agarrotamientos que duran hasta una semana. A don Apolino vino un dia y le pego tal juetazo que le paralizo la cara de por vida, vaya a saber por que se ensano asi con el. Yo a veces creo que fue por envidia, ?no ve que don Apolino era buen mozo? Como no, y el Viento, dicen los que lo han visto, tiene una cara muy fea, como de trompetista, siempre con los cachetes inflados de huesos triturados y la frente arrugada por el esfuerzo perpetuo de ser quien es. Don Sando se habia enfrentado a don Apolino en cuatro ocasiones y, aunque habia logrado vencerlo en todas, no tenia un buen recuerdo de esos combates. Don Apolino era manoso, ademas de gran machetero y por ahi decian que tenia su secreto, aunque no se sabia muy bien en que consistia ese secreto, pues al fin y al cabo secreto es secreto. Algunos hablaban de pactos con entidades maleficas, de brujas, pero don Sando sabia que la mitad de todo secreto son rumores que el propio machetero pone a circular como plata falsa. De cualquier forma, en esos cuatro combates, don Sando se impuso con pujanza, tirando de todo su repertorio, apelando a toda su astucia. No es facil porfiar con un machetero que tiene la cara paralizada, porque los gestos que se pintan en un rostro son como un pizarron donde se van escribiendo los movimientos futuros del rival. Ojo y mas ojo, repetia don Sando a sus alumnos. Visual y mas visual. El que juega es el ojo y es el ojo el que lee. Don Sando penso entonces que quiza el Viento le habia propinado su juetazo paralizante a don Apolino para ponerlo a prueba, para ensenarle algo y hacerle ganar nuevas destrezas. Oiga, don Viento, ?no sera que usted es mi aliado, mi profesor?, volvio a muscurrullar don Sando. El viejo machetero alcanzo a morder sus palabras por la cola cuando trataban de salir volando de su boca. Esta vez Miguel si oyo un bisbis pero supuso que su maestro estaria rezando o maldiciendo. Don Sando saco la cabeza de todo ese ventarron de pensamientos y miro a Miguel para preguntarle si se sabia algo del pisco. No, maestro, yo le mande un guasap hace ratico, pero me dejo en visto, informo Miguel. El pisco al que se referian era un tal Cero, escribidor blanquito, asi medio cafeconleche, que vivia con el hocico metido en cosas de negros, lo que molestaba a algunos estudiosos que lo acusaban de ladron y apropiadorcista de lo ajeno. Los maestros lo estaban esperando alli, en ese paradero ardiente, perdido en medio de una carretera secundaria, por disposicion de don Sando. De hecho, las palabras del viejo a la hora de dar las instrucciones habian sido claras y precisas, asi y asa, hasta el codigo de vestimenta, todos de blanco de la cabeza a los pies, rematando con una frase que ya se habia vuelto sonsonete: Hay que seguir la voluntad de don Luis. Lo que no habia contemplado don Sando era la posibilidad de que Cero, encargado de recogerlos en una camioneta prestada para hacer el viaje, se hubiera perdido en alguno de los muchos cruces de caminos arrojados como maldiciones por todo ese valle endemoniado. Ay, los cruces de caminos, penso don Sando... No se cuales son peores, si los que cortan en X o los que cortan en Y... En todos he tenido mis aventuras y desventuras. A punto estaba el maestro de recordar algo importante sobre los cruces de caminos, cuando sintio que una brisa suave y fresca le acariciaba la cumbamba como hacen las mamas con sus quicatos. Ironias del viento, se sonrio para adentro don Sando, dandole la bienvenida a su compa- nero, que empezo a sacudir alegremente los canaduzales y a montar su bulloseria de todas las tardes. Al ratico llego tambien Cero en su camioneta de color negro. Porque don Sando habia sido especificante hasta en eso: No me vaya a venir ni en carro blanco ni en carro cafe, mucho menos amarillo, si no, no podemos viajar. Asi se lo habia dicho a Cero, que se arrimo al paradero pidiendo disculpas por la demora y luego se bajo para ayudarles a los dos maestros a subir un equipaje mas bien escaso: dos mochilas medianas, otros dos morralitos de lana y un estuche de cuero donde cargaban los machetes y los bordones de madera de guasimo. Cero noto que el maestro cargaba tambien una chuspa plastica de la que no quiso desprenderse cuando Miguel y el le ofrecieron ayuda para subirse al carro. Una vez estuvo sentado en el asiento trasero de la camioneta, don Sando abrio un poquito la chuspa y miro satisfecho el contenido antes de volver a cerrarla con un nudo no muy apretado. Cero tuvo la impresion de que el maestro llevaba algo vivo ahi metido, pero prefirio no hurgar mucho en sus imaginaciones porque no queria ser impertinente ni con el pensamiento. Durante mas de una hora atravesaron los canaduzales por vias secundarias, siguiendo el mapa que don Sando habia dibujado a mano en un cuaderno escolar. En Guachene, antigua rochela de negros sembrada junto al rio del mismo nombre, se detuvieron a refrescarse con refajo de Poker y Popular en una tienda. En la pared del negocio habia fotos de todos los jugadores de futbol oriundos de este valle, casi todos defensas centrales de gran estatura y poderio fisico. Don Sando senalo la pared con el vaso todavia medio lleno y dijo que para ser machetero no habia necesariamente que tener machete. Uno es machetero si tiene espiritu de machetero. Como don Luis, que en paz descanse, machetero de la cabeza a los pies. Don Sando se referia a Luis Vidal, vecino de Puerto Tejada, cultor de varios estilos canonicos y ultimo gran maestro de los juegos de Remonte y Granadino, fallecido recientemente despues de una larga enfermedad. A la final, ese viaje que acababan de iniciar era producto de un compromiso que don Sando habia hecho con don Luis en el lecho de muerte del de mas acasito, aunque los detalles de esa conversacion permanecian en la oscuridad, incluso para Miguel, que a duras penas sabia que el difunto don Luis debia pagar una promesa con ayuda de don Sando. Pero ?promesa de que? ?A quien? ?Pagar como? Todo era un misterio: los recorridos, los mapas, el color de la ropa, el color de la camioneta, en suma, el proposito del viaje al que tanto Miguel como Cero se habian prestado ciegamente por fidelidad y respeto a don Sando. Y, desde luego, para honrar la memoria de don Luis. Cuando hubieron calmado la sed, caminaron hasta la orilla del rio Guachene y alli don Sando se aparto de los demas y, dandoles la espalda, se puso a hurgar en su chuspa de plastico y a sacar cosas que luego depositaba en la corriente. ?O mas bien era que pescaba cosas en el rio para luego meterlas a su chuspa? Miguel y Cero se hacian los desentendidos pero cada tanto intentaban ver que era lo que hacia don Sando y que tanto es que hurgaba alli, pero a esa distancia, por mas que ambos michicateaban los ojos, ninguno via nada. ?Son pescaditos?, pregunto Cero y Miguel se encogio de hombros, arqueando la boca hacia abajo, pelando mucho lo blanco de los ojos. De todos modos, Cero, que tenia por oficio escribir mamotretos, no dejaba de tomar nota en una libretica roja. !Oiga, y uste que tanto es lo que escribe alli, vea!, le recrimino festivamente Miguel. Cero le mostro una hoja llena de garabatos, flechas y frases sueltas escritas en una letra que mas parecia hormiguero emberracao. Miguel no le dio importancia y siguio pendiente de los movimientos de su maestro. En esas vieron llegar una chiva que de lo sucia y embarrada no se le distinguian ni los colores. El chofer parquio con el morro y las llantas delanteras del camion metidas en la orillita panda y piedrosa del rio, y despues de bajarse de un brinco de su chiva, se puso a lavarla con un balde y unos trapos llenos de jabon. La mugre estaba tan pegoteada que no acababa de escurrir y al chofer le tocaba refregar mucho y baldear sin descanso. Cero, que no sabia muy bien que hacer o como dejar pasar ese tiempo que ya se le estaba volviendo tedioso, se acerco al hombre y le ofrecio ayuda. Se estrecharon la mano medio blancucha con la mano negra y el chofer le dijo: Muchas gracias, caballero, no se ve gente como uste ultimamente. De nada, amigo, de nada, contesto Cero, que sin perder un segundo se puso manos a la obra y a punta de balde y estropajo y jabon comenzo a despellejar el barro de las latas de la chiva. Y en siendo asi, sobando sin tregua, fue que la coloriza de las pinturas salio a la luz nuevamente: Cero se quedo admirado porque alli se miraba un jurgo de bestias salvajes, peludas y no tanto, caribajitos y carisecas, vivos y cocinados, canastos con frutas, pajaritos, paisajes de las montanas, paisajes del valle, paisajes del mar, cielos de todos los tonos y hasta ciudades futuristicas con platillos voladores. !Ve, muy calidoso el que pinto esto!, dijo Cero. Y el chofer se sonrio henchido de orgullo: !Gracias, gracias!, dijo, !ahi le hacemos a la pintura tambien, en los pocos ratos que me deja el oficio de chofer! Pues lo felicito, amigo, dijo Cero, sin dejar de restregar la latoneria ornamentada. Despues de que un ratote hubiera parido sus muchos raticos, despues de que esos raticos crecieran y se fueran flotando rio abajo, la labor conjunta de los dos hombres habia dejado la chiva, como se dice, rechinante de limpieza. Nos quedo como monedita nueva, dijo el chofer, con las manos en la cintura. Y Cero, tambien satisfecho, dio su aprobacion a la tarea, solto un resuello y se quejo del intenso calor. Venga, caballero, que lo invito a refrescarse, dijo el chofer. Y ambos subieron a la chiva, donde, en propiedad, comprobo Cero, habia de todo para revirarle la calentura al sol dentro de una neverita de icopor: alli el chofer tenia encaletadas entre yelos unas cervezas, dos ponimaltas, varios helados de palito y una botella de viche bien escondida debajo de todo lo demas. Cero agarro un helado de mango verde y el chofer le alcanzo un salero que saco de un compartimento junto a la caja de cambios. Mientras se refrescaban en medio de un silencio picadulzon, los dos hombres vieron llegar a Miguel y a don Sando, que, al parecer, ya habia acabado de hacer sus ritos y sus cosas raras en el rio. Vengan, vengan, dijo el chofer, bienvenidos, suban a tomar algo que este calor esta muy violento.

  • La lengua de los secretos de Martin Abrisketa

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    <> Bernardo Atxaga

  • Todo vale en la guerra, en Hollywood y en el amor de Olivia Kiss

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    Cuando Sarah consigue el papel de su vida como actriz protagonista en una pelicula, lo ultimo que espera es tener que lidiar con Kevin Larson, su companero de rodaje. No solo es caprichoso, egocentrico y poco profesional, sino que ademas parece dispuesto a arruinar el proyecto en el que ambos estan trabajando, algo que desde luego Sarah no piensa consentir.
    Sin embargo, entre las luces de Hollywood, las fiestas y la fama, ella empieza a darse cuenta de que quizas las apariencias enganen, porque descubre que Kevin no es solo un tipo superficial, sino tambien un hombre acostumbrado a esconder sus sentimientos. Ahora bien, ?esta Sarah dispuesta a poner en peligro su sueno para poder conocerlo de verdad?

  • Cada corazon, un umbral de Seanan Mcguire

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    Deslizandose entre las sombras bajo la cama, o a traves de un armario, o por madrigueras de conejos… los ninos siempre han sabido acceder a mundos magicos. Pero ?que ocurre cuando regresan y no consiguen adaptarse y no son aceptados por sus familias? Eleanor West tiene un internado que acoge a estos ninos que quieren volver a su mundo de fantasia. Pero con la llegada de Nancy algo cambia en el internado y pronto tendran que enfrentarse a una tragedia por si mismos.

  • SIETE ROSAS Y UN CLAVEL, R. Ogalla de R. Ogalla

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  • La historia de Laura Scott, Maximino Perez Abuin de Maximino Perez Abuin

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  • Flores y sombras de Lian Hearn

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    Una arrebatadora historia de amor y guerra, de mujeres y hombres, del nacimiento del Japon moderno.

  • Papel Carbon de Fernando Iwasaki

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    Papel Carbon” reune los primeros libros de relatos de Fernando Iwasaki.
    Tres noches de corbata (Lima, 1987) y A Troya, Helena (Bilbao, 1993), dos titulos donde los lectores del narrador peruano podran reconocer los temas, el humor, la prosa coruscante y las multiples referencias culturales que caracterizan la obra de uno de los autores fundamentales del cuento contemporaneo en lengua espanola. Rescatamos asi Tres noches de corbata, libro que dialoga con los precoces volumenes de relatos de un pequeno grupo de escritores espanoles y latinoamericanos nacidos en la decada del 60, como Alguien te observa en secreto (1985) de Ignacio Martinez de Pison, Ligeros libertinajes sabaticos (1986) de Mercedes Abad, Los laberintos invisibles (1986) de Guillermo Busutil, Deberia caersete la cara de verguenza (1986) de Sergi Pamies, El movil (1987) de Javier Cercas, Veinte cuentos cortitos (1989) de Iban Zaldua, Infierno grande (1989) de Guillermo Martinez y Cuentario (1989) de Jorge Eduardo Benavides, todos tecleados a maquina y todos copiados con papel carbon

  • La amante del Highlander de Hugo Sanz

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    Cuando Malvina acepta un trabajo en la casa de los McLarcon, no imagina que un simple primer cruce de miradas con Duncan, su jefe, dara un giro de ciento ochenta grados a lo que habia sido su vida hasta ese momento.

  • El bosque infinito – Annie Proulx de Annie Proulx

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    A finales del siglo XVII, Rene Sel y Charles Duquet, peones contratados para cortar madera, desembarcan en Canada, conocido entonces como Nueva Francia, con un magro contrato para trabajar en durisimas condiciones en las tierras de un despota colono frances. Mientras Duquet, astuto y taimado, cae enfermo y escapa de esa <> para acabar dedicandose al comercio de pieles y, finalmente, de madera, Rene, sensible a su entorno, se queda en la plantacion y sobrevive a su <>, unido a una india mayor que el. Pese a que los destinos de ambos se anuncian tragicos, sus sucesores, a lo largo de tres siglos, seguiran ligados a lo que --cuando sus antepasados llegaron-- eran unos bosques sin limites, aparentemente inagotables. El bosque infinito sigue a los intrepidos descendientes de Rene y Charles hasta la actualidad, en un viaje a traves de Norteamerica, Europa, China y Nueva Zelanda: una aventura llena de peligros, venganzas, aniquilacion cultural y amor por las tradiciones indias, en una novela que explora no solo las relaciones entre los pueblos (indios y colonos; franceses, ingleses y norteamericanos; Oriente y Occidente), sino tambien la implacable destruccion de la naturaleza por el hombre.

  • Mentiras y Pasion de Maureen Child

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    Nunca un romance fingido habia resultado tan real.

  • La Madame atrapa a su Duque de Christina Mcknight

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    HAY UNA DELGADA LINEA ENTRE EL AMOR Y EL ODIO

  • cuando menos te lo esperes de Maria Angeles Lopez Rodriguez

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    Las bodas lo cambian todo... Y precisamente eso es lo que sucedio cuando mi mejor amigo, Marcos, me llamo hace unas semanas. Para poneros en situacion os puedo contar que hemos pasado la vida juntos y que no hay un solo recuerdo desde mi infancia en el que Marcos no este presente. Mi primer dia de colegio, el recreo en quinto curso en el que me rompi la muneca, nuestra primera borrachera, las primeras vacaciones de desfase total en Ibiza a los dieciseis... y podria continuar con el dia que decidimos abrir nuestra propia agencia de publicidad y llegar hasta esta misma manana, mientras desayunabamos juntos en el bar de Carlos, debajo de la oficina. Por eso, volviendo a lo que os decia al principio, si tu mejor amigo te llama, cuando podria caminar los escasos tres metros que separan su despacho del tuyo, es porque no sabe como contarte hasta que punto su vida y la tuya, aunque sea de rebote, estan a punto de ser arrolladas por un tsunami llamado "compromiso". --Hola tio --me saludo Marcos inocentemente cuando respondi al telefono. --Marcos, ?que pasa? ?Como ha ido la comida con los clientes? --Todo bien, pero no te llamo por eso. Ana quiere que te invite el domingo 28 de agosto a una barbacoa en casa de sus padres --me propuso con una voz divertida. --Aun quedan dos semanas, ?por que me avisas con tanta antelacion? ?Me estoy perdiendo algo? No habra sido su cumpleanos o algo por el estilo, ?no? --Mas bien algo por el estilo. Vamos a anunciar nuestro compromiso. --?Que? Espera, espera --de repente estaba hiperventilando y necesitaba respirar profundamente. --David, !espabila! Tio, !me caso! Y una vez solto esa bomba de relojeria, !me colgo! Asi como si nada. ?Os lo podeis creer? Tu mejor amigo decide que se casa y de lo primero que eres consciente es de que, despues de anos de vidas paralelas, tu hermano de vida ha tomado la primera decision importante de su existencia sin contar contigo. Asi que en lugar de alegrarme, empece a experimentar una serie de emociones completamente desconocidas para mi hasta ese momento. En cuestion de segundos, empapado de un sudor frio que me mantenia pegado a mi escritorio como una estatua de hielo, empece a luchar contra una retahila de sentimientos absurdamente contradictorios y desconocidos. Pasaba del rechazo a la incomprension, de la rabia a la envidia, de la estupefaccion al miedo. De repente, una gran verdad me golpeo duramente y fue como si Obelix hubiera dejado caer sobre mis hombros un dolmen de 600 quilos. !Adios a nuestros dias de salvaje solteria! Mi amigo Marcos, que el mayor compromiso que habia asumido en su vida habia sido el contrato de permanencia con la compania telefonica, me abandonaba para casarse con Ana. ?Por que no podian seguir viviendo juntos?, ?que diferencia habia? Mi subconsciente se debatia en una autentica batalla campal y el panico que me invadia se materializo en el recuerdo de las sabias palabras de mi adorable abuela, que siempre me decia: "David, cuando una manzana se pudre, hay que tirar el cesto". Y por si no tenia suficiente, podia escuchar alta y clara la implacable sentencia de mi madre: "hijo, ya te lo dije, a cada cerdo…". Vamos, que si Marcos se casaba, al que le iba a llegar su San Martin era a mi. Tras el miedo, en la espiral de los sentimientos en la que me hundia cada vez mas, alcance el bucle de la autocompasion. ?Como me podia estar pasando esto a mi? No es por presumir, pero tengo treinta y cinco anos, soy mi propio jefe y vivo en mi propio apartamento, lo que me permite disfrutar de la independencia que cualquier soltero necesita. Y es que, a pesar de que mi "cama" ha visto desfilar a un buen numero de bellezas en los ultimos anos, la noticia de Marcos desperto en mi el sentimiento mas vil que un ser humano puede padecer: la envidia. Porque en el fondo, yo sabia que Marcos habia encontrado a esa persona con la que despertarse el resto de su vida. En lo que a mi respectaba, hasta ahora la busqueda de "mi otra mitad", esa de la que tanto hablo Platon en El banquete, habia sido un fracaso continuo. Siempre me gusto ser el primero en todo, asi que a los diecinueve anos quise ver en Esther el amor de mi vida. Nos conocimos en la cafeteria de la universidad y podria enganaros diciendo que me fulmino su mirada, que me enamore de su belleza interior, pero lo cierto es que Esther era lo que se conoce como una "tia buena" y a esa edad, mas que nunca, se piensa con la polla. El sexo con ella era genial, lo haciamos en todas partes. Asi que pasados tres meses, me dije a mi mismo "?que mas se puede pedir?", y me embarque en una relacion seria que convirtio el sexo espontaneo y fortuito en comidas los domingos en casa de mis suegros. Dos anos mas tarde, mientras los muchachos se divertian, emborrachaban y empalmaban una juerga con otra, yo jugaba a ser adulto, intentando afrontar la peor noticia que podia recibir a los 21: Esther estaba embarazada, o eso pensabamos. Y ese fue el principio del fin. Imagino que ser conscientes de la responsabilidad que debiamos afrontar fue tan grande que, al ver que la prueba de embarazo daba negativo, sentimos un alivio que hizo aflorar la autentica realidad, ya no sentiamos nada el uno por el otro. Imagino que aprendi la leccion temprano ya que, desde entonces, he estado con muchas mujeres, pero no me he vuelto a enganar a mi mismo confundiendo sexo con amor. El sexo es siempre bienvenido pero las relaciones, no. En los ultimos anos, he visto caer en las redes del matrimonio a muchos de mis amigos, pero nunca me importo porque siempre podia contar con Marcos. Y lo digo en pasado porque una nueva llamada suya me saco de mis cavilaciones y dio paso a un nuevo tsunami: --David, Ana quiere que me confirmes si vendras solo, ?que dices? Y en ese preciso instante fue cuando la decision de Marcos empezo a modificar el devenir de mi existencia. No es que la maldita pregunta hiciese replantearme la escala de valores por la que felizmente me regia desde hacia anos, no. Lo unico que ocurria es que sabia reconocer un reto cuando lo veia y Marcos me estaba desafiando a conseguir una chica a la que poder llevar a un acontecimiento como aquel. --Si estas insinuando que no conozco a ninguna mujer que me quiera acompanar a tu fiesta de compromiso, estas muy equivocado. --Estoy seguro de que cualquiera de tus ultimas amiguitas estaria encantada de acompanarte aunque, si lo haces, igual piensan que quieres algo mas serio. Ademas, no creo que ninguna de ellas te haga quedar muy bien delante de mis suegros y nuestros clientes mas importantes --anadio Marcos con sorna. --No tienes que recordarme de donde viene tu familia politica. Pero como mi mejor amigo que eres, deberias tener un poco mas de fe en mi. Aun quedan dos semanas para el gran dia y te apuesto lo que quieras a que acudire del brazo de la combinacion perfecta entre una primera dama de los EEUU y una top model internacional. --Estoy deseando que llegue el momento y verlo con mis propios ojos. El tiempo pasaba volando y ya solo quedaban setenta y dos horas para que se cumpliera el plazo. Aunque aun no habia encontrado a la mujer adecuada que me acompanase a la fiesta de compromiso de Marcos, tenia dos opciones. Podia rendirme, asumir la derrota y dar a Marcos un motivo para machacarme los proximos meses, o bien, podia luchar hasta que el arbitro pitase el final del partido. O lo que es lo mismo, tirar de agenda y probar suerte. Por mucho que Marcos me tomase el pelo, entre todas las mujeres que habian pasado por mi vida, tenia que haber mas de una que estuviera encantada de acompanarme. Con mi venerada Biblia de soltero en la mano, hice una short list con los mejores contactos que encontre en la agenda, tras lo cual decidi empezar llamando a Marta. Eramos muy amigos en la universidad y tras dejarlo con Esther fuimos folla-amigos hasta que todo termino cuando ella se lio con un tipo mayor. Con la moral muy alta, marque el numero de su casa y tras varios tonos una voz femenina respondio desde el otro lado de la linea telefonica: --Buenos dias. ?Podria hablar con Marta, por favor? Soy David, un companero de la universidad. --Supongo que esta de broma. Mi hija termino la universidad hace anos. --Disculpe, creo que me he explicado mal, lo que queria decir es que somos amigos desde la universidad. ?Esta ella en casa? --?Y dice que son amigos? Permitame que lo dude. Si asi fuera sabria que mi hija Marta no vive aqui desde hace mas de cinco anos. ?Mas de cinco anos? Tirando de mi encanto natural consegui que la madre de Marta se relajara y me contara que Marta se habia ido de casa cuando se caso y que acababa de tener su segundo hijo, un bebe que ya tenia ocho meses. La siguiente en la lista de muy probables era Sonia y como me sentia muy osado y estaba casi seguro de que iba a aceptar en cuanto le hiciera la propuesta, decidi dejarla para el final. La verdad era que me picaba la curiosidad, y mi espiritu de cazador de las cavernas me llevaba a querer explorar todas las posibilidades. Con Sonia sentada en el banquillo de suplentes, decidi que era el momento de probar suerte con Patricia y Lucia. Dos llamadas, dos negativas. Igual no era mi dia de suerte. Patricia parecia algo dolida por el modo en el que lo dejamos. Segun ella, cuando le dije que la llamaria no pensaba que iban a pasar anos... y Lucia, en cuanto respondio a mi llamada, me espeto: --Ni te atrevas a preguntarmelo. Acabo de hablar con Patricia y para tu informacion desde que nos dejaste somos muy amigas. !Que agresividad! Con el convencimiento de que nunca fundarian mi Club de Fans, pense de nuevo en Sonia. Era el momento de sacarla al terreno de juego. ?O no lo era? La puerta de mi despacho se abrio de repente y ahi estaba de nuevo Marcos preguntandome con sorna: --?Ya has encontrado victima? Te recuerdo que el domingo es el gran dia. --Y yo te recuerdo que eres un capullo. --?Tomamos algo? --pregunto cambiando de tema. --Esta bien. Esperame en el bar de Carlos. --Ok, recojo y te veo alli en veinte minutos

  • Lord John y un asunto privado de Diana Gabaldon

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    Una apacible manana de junio de 1757, lord John Grey, aristocrata y oficial de alta graduacion del ejercito de su majestad, sale de su club londinense sumido en una profunda confusion. Acaba de descubrir un secreto perturbador, que afecta directa y gravemente a su prima Olivia. Con el fin de evitar un escandalo que podria arruinar el buen nombre de su familia, lord John decide tomar cartas en el asunto, pero un deber mas urgente lo obliga a postergar sus planes: la Corona lo reclama para que investigue la muerte de un camarada de armas. Asi pues, enfrentandose a una red de traidores y delatores que se extiende por diversas capas de la sociedad inglesa, desde las casas de mala reputacion hasta las lujosas mansiones de la nobleza, lord John seguira la pista de un escurridizo lacayo y una enigmatica mujer, sinuosos personajes que tal vez puedan proporcionarle las claves de ambos casos.

  • El quinteto de Nagasaki de

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  • Las Supervivientes de Riley Sager

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  • Por fin. el amor (eLit 2) de Jill Shalvis

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    Un hombre desnudo lo habria cambiado todo, pero no se veia a ninguno. Por eso, como siempre, Nicole Mann se levanto al oir el despertador y, tambien como siempre, se ducho, se vistio y desayuno en menos de ocho minutos. Por ultimo, tambien como siempre, salio de su apartamento a toda velocidad para llegar pronto al hospital. Si, efectivamente, la vida de Nicole estaba completamente regida por su trabajo. ?Y que? Ser medico era un sueno hecho realidad para ella y, si tenia que trabajar para ese sueno casi todos y cada uno de los momentos del dia, dejando a un lado todo lo demas, incluidos los hombres desnudos, lo haria. Ser medico era lo que habia querido desde que se habia graduado en el instituto, hacia quince anos, a la extraordinaria edad de doce anos. --Psst. Para ser una mujer que se enorgullecia de tener nervios de acero, Nicole estuvo a punto de dar un salto al oir el inesperado susurro que provenia del oscuro vestibulo de su edificio de apartamentos. Sin embargo, no habia nada por lo que preocuparse. Solo era la duena del edificio y tambien amiga, Taylor Wellington, que se estaba asomando por la puerta de su apartamento. Taylor era una mujer agradable y hermosa, razones suficientes para odiarla, pero tambien parecia estar en posesion de una increible habilidad que era capaz de derrumbar las defensas de Nicole. A esta la asombraba que, a pesar de ser polos opuestos, se hubieran hecho tan buenas amigas. --!Psst! --Ya te veo --dijo Nicole--. ?Te he despertado? --anadio, sabiendo que casi no habia amanecido. --Oh, no. A mi no me podrian despertar ni los muertos vivientes --le aseguro Taylor, tan perfecta como siempre--. Habia puesto el despertador para poder hablar contigo --explico, mirando a Nicole de arriba abajo--. Cielo, creia que habiamos hablado ya sobre la ropa de camuflaje. Nicole se miro. Llevaba unos pantalones de camuflaje y una camiseta de tirantes de color verde, que se cenia a su esbelto cuerpo. Su guardarropa se habia formado en los dias en los que asistia a la facultad de Medicina, cuando los cuantiosos gastos de su educacion la habian obligado a comprarse la ropa en tiendas muy economicas. No obstante, le gustaban aquellas prendas tan comodas. Le sorprendia mucho que Taylor se preocupara por lo que llevaba puesto. Nicole solo llevaba unas pocas semanas viviendo en aquel edificio del South Village, tras haberse mudado de otro edificio en el que nadie se preocupaba ni de mirarle la cara a los demas. Solo se habia mudado porque aquel otro edificio habia sido vendido y los duenos tenian nuevos planes para el mismo. Ademas, el nuevo apartamento estaba en un edificio mucho mas pequeno, lo que suponia menos personas con las que tratarse. No le importaba nada que el inmueble estuviera a punto de derrumbarse ni el aspecto que tuviera mientras su cama estuviera en el. --?Por que querias hablar conmigo? --Sabia que, si no lo hacia, te olvidarias. Esta noche vamos a planear la fiesta del compromiso de Suzanne. Suzanne Carter vivia en el apartamento que habia al lado del de Taylor. Las tres eran las unicas habitantes del edificio y habian compartido muchos momentos de diversion y muchos helados, pero a Nicole no le apetecia planear una fiesta para la que tendria que vestirse elegantemente, sonreir y ser agradable. Odiaba ser agradable. --Te habias olvidado --dijo Taylor. --No, yo... Efectivamente se habia olvidado. No podia evitar ser algo olvidadiza porque siempre lo habia sido. Solo aquel ano, se habia olvidado de la fiesta de graduacion de su hermana, de la que su madre solia celebrar todos los anos en abril y hasta de su propio cumpleanos. Sin embargo, su familia comprendia algo que Taylor no parecia entender. Nicole era una solitaria. --Lo siento... tal vez llegue tarde. --No me lo digas. Tienes que... hacerte un nuevo piercing. Nicole hizo un gesto de desesperacion con los ojos. Taylor no hacia mas que gastarle bromas sobre los aros de plata que le alineaban una de las orejas, pero ella no sabia que cada uno de ellos era como un trofeo, un emblema de honor que Nicole llevaba con orgullo. --No, no se trata de otro piercing. Mostrando la paciencia de un santo, Taylor se limito a levantar una ceja mientras que Nicole se devanaba los sesos para encontrar una excusa. --Bueno, es que andamos algo escasos de personal en el hospital y... --Ahorratelo, cerebrito. Dejemonos de excusas, ?te parece? Las bodas, y todo lo que conllevan nos dan alergia, pero esta es por Suzanne. Suzanne habia sido la unica persona, aparte de Taylor, que la habia aceptado genuina e instantaneamente, a pesar de lo seca y distante que era. Las tres se habian conocido poco despues de que Taylor heredara aquel edificio, sin dinero alguno para efectuar las reparaciones que tanto necesitaba. Primero, habia alquilado un apartamento a Suzanne y a continuacion habia llegado Nicole. En realidad, las tres mujeres tenian muy poco en comun. Suzanne era chef y solia alimentar a sus dos amigas con comida, aparte de su postre favorito, el helado. Taylor, con su ingenio, las divertia a todas y, aunque mataria a Nicole si la oia decirlo, les servia de madre. Nicole no tenia ni idea de lo que ella anadia a la mezcla, por lo que le sorprendia mucho que las otras dos se preocuparan tanto por ella. No obstante, todas ellas tenian un rasgo en comun: su voto de solteria. Todas habian hablado al respecto e incluso habian brindado por ello... hasta que Suzanne habia hecho lo impensable y se habia enamorado. --Tratare de asistir --dijo Nicole con un suspiro. --No te preocupes, dicen que no se puede caer presa de la fiebre marital de esta manera. --!Eh, no te preocupes por mi! Mi trabajo es mi vida. Estoy demasiado metida en ello y soy demasiado egoista para unir mi vida a alguien. --Muy bien. Nuestro voto de solteria sigue intacto. --Y firme. Sin embargo, las dos se miraron fijamente, algo nerviosas. El hecho de que Suzanne, que tanto habia presumido de su solteria, fuera a casarse lanzaba sombras sobre su voto de solteria, aunque estaban seguras de que ninguna de las dos cometeria la torpeza de enamorarse. Seria imposible, cuando tenian los ojos bien abiertos y los corazones firmemente cerrados. Asi era. De ese modo, estarian a salvo. Total y completamente a salvo. Veinticuatro agotadoras horas mas tarde, de nuevo justo antes del alba, Nicole arrastraba su dolorido y lamentable cuerpo por los tres tramos de escalera que llevaban a su apartamento. Habia trabajado sin descanso. Una inesperada niebla habia provocado un choque en cadena en una de las autopistas del sur. Como resultado de la colision de cuarenta y dos coches, Nicole habia estado en urgencias casi todo el dia, sin poder tomarse un respiro ni siquiera para estornudar. Se le habia pedido que se quedara otro turno, por lo que, tras una rapida siesta durante la que habia sonado que la perseguian un vestido de novia y un pastel de bodas, habia aceptado con ganas lo que le deparo el resto del dia, que habia sido mucho. En aquellos momentos, mientras subia la escalera, lo unico que queria era comer algo, darse una ducha y meterse en la cama, aunque no necesariamente en aquel orden. Llevaba una bolsa de comida en la mano y la boca se le estaba haciendo agua al pensar en los cuatro tacos medianos y en el refresco que contenia. No era un desayuno muy corriente, pero era comida. Ademas, llevaba sonando con algo picante desde la segunda vez que habia entrado en el quirofano. Despues, en cuanto comiera... la inconsciencia, al menos hasta que tuviera que regresar al hospital, lo que seria aquella misma tarde para una reunion de personal. Despues, tendria que sustituir a un companero en el turno de noche. Ya tenia cuatro operaciones preparadas. Esperaba haberse acordado de la salsa picante. No tenia nada de comida en la cocina, a excepcion de algo que se habia puesto verde hacia una semana y que... --!Maldita seas, trozo de mier...! --exclamo una voz, mientras se escuchaba el ruido de metal que golpeaba otro metal. Aquellas palabras habian sido pronunciadas con un profundo acento irlandes --. Voy a... Maldita seas otra vez... La ultima vez lo hiciste bien, asi que maldita seas si no funcionas ahora... Aquellas palabras sonaron tan tranquilas, tan seguras, que Nicole tardo un momento en descifrar que aquel hombre estaba haciendo algun tipo de amenaza. Bien. A Nicole no le importaba darle una buena patada a alguien mientras que sus tacos no sufrieran dano alguno. Tener un coeficiente intelectual mas alto que su propio peso tenia algunos beneficios. Durante la facultad de Medicina habia decidido empezar a hacer karate, para desahogarse un poco. Como en todo lo que empezaba, habia sobresalido. Dispuesta a todo, tomo una postura de defensa, aunque la dejo momentaneamente para dejar la comida sobre un escalon. No habia necesidad alguna de poner en peligro el desayuno. Fue avanzando poco a poco. En aquel piso no habia nada mas que su apartamento. Nada mas que el estrecho pasillo en el que, en aquellos momentos, habia un hombre tumbado. Tenia los brazos extendidos y, entre las manos, tenia lo que parecia una herramienta de medir, que movia sobre las maderas del suelo mientras lanzaba juramentos por la boca. Nicole se habria echado a reir si hubiera podido apartar la vista de aquel largo, firme y masculino cuerpo, que estaba completamente estirado sobre la tarima de madera. Tenia unas piernas larguisimas, enfundadas en unos vaqueros que acentuaban los musculos de muslos y pantorrillas. Ademas, estaba el trasero, cubierto tambien por la gastada tela vaquera. La camiseta se le habia subido un poco, mostrando una generosa vision de piel bronceada y humeda, tensa sobre los musculos de la espalda. A pesar del susto que aquel hombre le habia dado, Nicole sonrio. --Hmm... Perdone. Con los brazos estirados por encima de la cabeza, el hombre no dejo caer el extrano utensilio que tenia entre las manos y que estaba emitiendo una luz roja. De hecho, no hizo nada mas que suspirar. --?Seria tan amable de entregarme mis notas? --dijo, con voz profunda y sensual, aunque completamente privada del acento irlandes. Nicole, que seguia en su postura de defensa, bajo la mirada y vio un pequeno bloc de notas en el suelo. Aparentemente, dudo mas de lo esperado, porque el se incorporo y giro la cabeza. Tenia el cabello negro muy corto, tanto que quedaba de punta y los ojos azules mas cristalinos que Nicole hubiera visto jamas. Al ver que ella todavia tenia los punos levantados y las piernas ligeramente dobladas, el lanzo un suspiro y se froto la mandibula. --?Es que nos vamos a pelear por un cuaderno? Nicole bajo inmediatamente los punos. Entonces, sin dejar de mirar al hombre mas guapo que habia visto nunca, se inclino para recoger la bolsa de tacos que habia dejado en el suelo. --?Quien es usted y por que esta blasfemando en mi pasillo? --Me ha oido, ?eh? --comento el con una sonrisa--. ?Me haria el favor de no decirselo a la duena? Ella me dijo especificamente que no lanzara maldiciones en su edificio. Hmm. A Nicole le sorprendia que Taylor no se hubiera metido a aquel hombre en su dormitorio bajo siete llaves, dado lo mucho que le gustaba la gimnasia horizontal y el hecho de que aquel desconocido rezumara sexualidad por todos los poros. Con un suave movimiento, se puso de pie. Nicole era bastante menuda, pero aquel hombre debia sobrepasar en varios centimetros el metro ochenta, lo que significaba que, por mucho que ella se estirara, no le llegaria mas alla del hombro. De repente, por la diferencia de altura que habia entre ellos y la inmediata y sorprendente atraccion que sintio por el, se puso a la defensiva. Dio un paso atras y se preparo de nuevo para lo que pudiera surgir. --No habria utilizado ese lenguaje si la hubiera oido venir --dijo el, rascandose suavemente la mandibula, oscurecida por la barba de varios dias--. La he sobresaltado. Nicole entorno los ojos. Una vez mas, el acento habia desaparecido por completo, pero habia algo artificial sobre el modo en que le hablaba en aquellos momentos, como si estuviera ocultando algo. Ella sabia muy bien lo que era guardar secretos, pero no le gustaba que los demas hicieran lo mismo. --Responda a mi pregunta, por favor --replico Nicole mientras levantaba un dedo. --No hace falta disparar --comento el, levantando las manos a modo de rendicion--. Soy solo el arquitecto. Ty Patrick O'Grady a su servicio. --?Que usted es el arquitecto? --Para este edificio. Va a ser renovado --afirmo. Entonces, se apoyo contra la pared con un hombro y le dedico una devastadora sonrisa--. Antes de nada, se necesita un arquitecto, ?sabe? Resulta que este edificio es un monumento historico y que necesita desesperadamente unas importantes reparaciones en su estructura. Nicole decidio que aquello podria ser cierto, especialmente dado que aquel edificio era la verguenza de la manzana. Taylor llevaba semanas consultado a los expertos para realizar la renovacion. --?Esta usted realizando un presupuesto para Suzanne? -- pregunto, observandolo cuidadosamente para ver si caia en la trampa del nombre. El hombre lanzo una nueva sonrisa, lenta y segura. --No, no. No se llama Suzanne sino Taylor, pero ha sido un buen intento. Haria falta mucho mas que eso para ponerme a mi a prueba --replico--. ?Quiere ver mi identificacion o se va a limitar a golpearme con esa bolsa, que huele tan bien? --?Que le ha pasado a su acento? --?Que acento? --Tenia acento irlandes. ?Es usted un emigrante? --Si, acabo de bajarme de un barco procedente de Australia, amiga --comento aquella vez con acento australiano--. O tal vez... !Huy! Creo que me he equivocado de continente --anadio con acento austriaco. Aquel hombre era un listo. --Es muy tarde para estar trabajando en un presupuesto, ?no le parece? --Querra decir muy temprano. --Lo que sea. ?Por que ha venido a estas horas? --Soy lo que se llamaria un hombre muy ocupado. Bueno, cielo, no se con quien estoy hablando.

  • Silencio de Elisabet Castro Rodriguez

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    Tenia ganas de vivir, pero me destrozaron la vida dejandome rota, sola y sumergida en mi silencio. Veia a mi madre sufrir y mi hermana pequena intentaba ayudarme para hacerme sentir mejor. Pero necesitaba a mi propio salvavidas y ese salvavidas era Dylan, un amor inalcanzable.

  • Toda la verdad de mis mentiras de Elisabet Benavent

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    ?Puede mantenerse una amistad a pesar de las mentiras?

  • El hijo del acordeonista de Bernardo Atxaga

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    La novela mas personal de Bernardo Atxaga.

  • El Coleccionista de munecas de Loli Sanchez

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    Desaparecen sin dejar rastro para luego aparecer torturadas y terriblemente asesinadas.
    El que sean ninas le trae sin cuidado, no tiene piedad.
    En Beacon Hill, Boston, una serie de asesinatos, que ya dejaron huella en el pasado, vuelven con mas fuerza.
    Lea Mayo una detective con problemas de alcohol, se enfrenta a un asesino en serie que la pone a prueba una vez tras otra…
    Atrapar al asesino se ha convertido en su unico objetivo, sin intuir que el quiere que ella forme parte de su macabra coleccion.
    Podra Lea escapar con vida y capturarlo??
    O por el contrario se convertira en una de las obras del asesino??
    Adelante… La puerta esta abierta para que conozcas sus historias.
    Porque la pesadilla no ha hecho mas que comenzar….

  • Valle de la calma de Dross

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    Abraham Salgado, que tuvo un pasado mas que dificil, ingresa a trabajar en un gigantesco complejo llamado Hospital San Nino, en el que se albergan tambien enfermos mentales. Pronto descubre, muy a su pesar, que el lugar esconde secretos colosales y perturbadores, y se vuelve cada vez mas extrano y siniestro con el paso de los dias.
    No puede escapar de alli, haga lo que haga.
    El Hospital San Nino es una trampa mortal… y amenaza con destruir a Abraham de un modo inenarrable, del mismo modo que lo ha hecho con incontables almas antes que el.

  • Todo suyo, senorita Lopez de Mariel Ruggieri

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    La senorita Lopez siempre ha tenido dudas sobre su orientacion sexual, hasta que Daniel Oliver llega a su vida con una mochila llena de problemas y unos gustos sexuales algo peculiares que ella pronto aprendera a disfrutar.

  • Solo quedo nuestra historia [LGBT] de Adam Silvera

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    Cuando Theo, el primer amor y exnovio de Griffin, muere ahogado en un accidente, su universo estalla. A pesar de que Theo se habia mudado a California para asistir a la universidad y habia comenzado a salir con Jackson, Griffin nunca dudo de que Theo regresaria con el cuando fuera el momento indicado. Pero ahora, el futuro, todo lo que tenia pensando para su vida, se esta derrumbando.
    Para empeorar las cosas, la unica persona que de verdad comprende el dolor de su perdida es Jackson. Pero sin importar cuanto se sinceren el uno con el otro, Griffin continua hundiendose en su dolor. Comienza a perderse en sus obsesiones y elecciones destructivas, mientras todos esos secretos que tiene tan bien guardados podrian destruir su vida para siempre.
    Si Griffin quiere reconstruir su futuro, primero debera enfrentarse a su pasado, a cada pieza desgarradora del rompecabezas de su vida.

  • Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato de Jaron Lanier

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    Un brillante manifiesto que llama a la accion para comenzar a reinventar Internet.

  • Escarlata veneciano de Maria Luisa Minarelli

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    Venecia, 1792. Pasear por el bellisimo laberinto de la ciudad ha dejado de ser seguro, tras el asesinato en serie de tres personas. El avogadore Marco Pisani, alto funcionario de la Serenisima, esta a cargo de la investigacion. Es un hombre ilustrado, idealista a la vez que pasional y enamorado de su ciudad, pese a que percibe su imparable decadencia. Por sus canales, mercados, palacios, barrios pobres, astilleros. deambula sin descanso para ir uniendo las piezas de su puzle. Y asi, poco a poco, el lado oscuro de una sociedad victima de los conflictos familiares, los vicios y los chismes, ira emergiendo y dejara al descubierto una amarga e inesperada realidad.

  • Regalame un sueno de Maria Beatobe

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  • 10 dias para navidad de Carmen Amil

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    Christine se encuentra, de repente y sin saber muy bien como, regentando una casa rural en un pueblo de las montanas. Debido a una mala experiencia, ha perdido el espiritu navideno. Hasta que aparece Jaime, que parece empenado en conseguir que Christine vuelva a creer en la Navidad. Tiene un plan para cada uno de los diez dias que le quedan en el pueblo, pero… ?conseguira que Christine recupere su pasion por estas fiestas?

  • Distrito 1012 de Mary Ferre

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    Era nuestra prioridad. Era la duena. Era quien gobernaba nuestras vidas hasta que su descontrol conquisto lo poco que conservaba de su racionalidad. Nos replanteamos su presente como un acto natural con el que convivimos duramente, hemos atravesado etapas buenas y etapas malas en las que la reina jugo con nuestros sentimientos, y luchamos contra una persona humana que nunca lo fue porque una parte de ella murio en el pasado.

  • Dereck. Un Alma, Dos Batallas (Paraiso 3) de Claudia A. Perez R

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    Dereck Jauregui, mejor conocido como “Leon” entre sus amantes. Un chico atractivo, de sonrisa radiante y torso lascivo, inteligente, amable, pero de caracter fuerte, responsable, con excelente sentido del humor, de mente abierta, pero territorial, amante de los cuerpos femeninos y si vienen en pares aun mejor.
    Su primer amor, Sofi, que con su elegancia y dulzura lo dejo cautivado desde el primer instante, ha perdurado en su mente, alma y vida. Lamentablemente su amor no fue correspondido, su mejor amigo, Terry Grandchester, le arrebato esa posibilidad.
    Pero la vida le ha dado la oportunidad de que su corazon vuelva a sentir esa adrenalina e inquietud al conocer a Ximena, una hermosa joven pelirroja que ademas de provocarle una ereccion inmediata, lo transporta de la felicidad a la rabia y de la euforia a la ternura en segundos, convirtiendose en una adiccion, colmando su vida con nuevos y radiantes colores.
    Ahora el destino le juega una broma de mal gusto, concediendole lo que siempre ha anhelado, en el momento menos oportuno.
    ?Enamorado de dos mujeres maravillosas? ?Esto es posible?
    Nadie le cree, todos lo juzgan, ?Tu tambien lo haras?
    Los sentimientos crecen, son reales, respiran y se sofocan ante la angustia de lo incierto.
    No quiere lastimar a nadie, ha perdido la tranquilidad.
    Su Alma esta encharcada en dos batallas ?Quien ganara?
    Aunque recordemos que la historia nos ha ensenado, que en las batallas, TODOS pierden.

  • Si yo te contara, Mayte Pascual de Mayte Pascual

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    Tras el exito de El que faltaba, llega la historia de Nel.
    En visperas de Navidad, Caleb da una sorpresa a Cloe y, durante una cena de amigos, se comprometen de la forma mas tierna y romantica que todos hayan visto alguna vez. Los novios se convierten para los demas, de la noche a la manana, en dos alienigenas que viven en su propio universo de encajes, flores y decoraciones vintage.
    Por primera vez desde que se conocen, Nel siente envidia de la felicidad de Cloe. Quiza su vida no le gusta tanto como creia. A pesar de tener un trabajo que le apasiona y una vida social mas que activa, su vida sentimental esta vacia como nunca. Nadie la espera en casa, nadie le cuenta que tal le fue el dia mientras cenan, no tiene a nadie para discutir por el mando de la television, ni para refugiarse bajo una manta en el sofa los domingos de lluvia. Odia esa sensacion de vacio, esa casa ordenada y esa vida perfecta y solitaria dedicada en cuerpo y alma al trabajo. Mientras siente como poco a poco va perdiendo a su mejor amiga, se da cuenta de que quiza no sea tan mala idea arriesgarse a amar, aun a riesgo de desenmascararse y demostrar su torpeza en el amor. Lo que no sabe es que, cuando menos te lo esperas, la vida te proporciona experiencias que hacen que tu corazon este mas vivo que nunca.

  • Escandalo en Venecia de Caitlin Crews

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    Era una pasion prohibida… y un embarazo, !escandaloso!

  • La jaula de cristal de Hilary Mantel

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    Una mujer britanica de mediana edad acompana a su esposo ingeniero en una estancia laboral en Jeddah, Arabia Saudi. Desde su llegada, la total privacion de derechos de las mujeres afectara su intimidad y su relacion con los demas expatriados. Ademas, un misterio que tendra lugar en un piso vecino presuntamente vacio asi como la muerte por un oscuro accidente y un intento de asesinato nos mantendran en vilo hasta que la protagonista y su marido abandonen el pais.
    Publicada originalmente en 1988, es un thriller sorprendentemente actual basado en los meses que la autora vivio en Arabia Saudi, estamos ante una novela de suspense que narra la lucha de una mujer occidental por adaptarse a la opresiva sociedad saudi y que pone sobre la mesa temas como la corrupcion politica, el machismo en las sociedades islamicas, el fanatismo religioso y la lucha de culturas entre Oriente y Occidente.

  • No fue una casualidad (Navidades en Stirling 2) de Enrique Garcia Diaz

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    Lizzie y sus companeras de trabajo en la Web de citas, Share your Heart, se enfrentan a una situacion poco comun. ?Como es posible que uno de sus usuarios haya rechazado veinte citas? Para saber que esta pasando, Lizzie se tendra que meter en el papel de una mujer soltera que busca compartir su corazon. Pero cuando conozca a Jason todos sus ideales se vendran abajo porque no tiene nada que ver con lo que ella habia imaginado. Y lo que en un principio comenzo como una tarea de investigacion por el bien de la Web, resultara una revelacion inesperada para la propia Lizzie. Y mientras tanto, su hermano Andrew regresa de Londres a Stirling por motivos de trabajo pero tambien para descubrir que en ocasiones las personas que aparecen en nuestro camino no lo hacen por casualidad, sino por un determinado fin.

  • Belleza Engreida de Rocio Verdejo

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    Una larga e intensa relacion habia dado como resultado que Scarlett finalmente se embarazara de su esposo Aukai, principe de la isla Eltah. Lo habia mantenido en secreto para esperar el momento adecuado y revelar la sorpresa. Lo habian estado intentando durante mucho tiempo, pero parecia que la naturaleza no estaba de acuerdo con proveer esta bendicion para la princesa Scarlett. Aunque hacia alarde de estar enamorada del principe Aukai, en el fondo, Scarlett vivia una completa farsa, ya que, no habia logrado realmente enamorarse y compenetrarse con el hombre con el que se habia casado a los 19 anos de edad, cuando habia llegado a la isla. En la necesidad de poder mantenerse estable en aquel lugar, habia podido mas el interes que otra cosa, ya que, el corazon de Scarlett siempre habia estado caracterizado por ser frio, calculador y muy conveniente. Tras la erupcion del volcan Awoke, la chica habia tenido que escapar, dejando atras a familiares y amigos, los cuales, habian muerto debido a la lava ardiente que habia cubierto gran parte de la isla Siham. El lugar que habia sido su hogar durante toda su vida, habia quedado reducido a escombros. Llamas y dolor era lo que habia quedado atras, mientras la chica habia escapado al mar. La corriente la habia llevado directamente hasta la isla central, Eltah, la mas grande de una cadena de 8 islas, las cuales forman un circulo perfecto con su centro alli. Scarlett era la princesa de aquella isla, y siempre se le habia hablado sobre su posible matrimonio con el principe de Eltah. Ante esta situacion, consideraba que no era correcto tener que contraer nupcias con un hombre que ni siquiera conocia, pero era su unica opcion. Cuando habia llegado a la isla siendo simplemente una jovencita moribunda, rapidamente la habian reconocido y la habian atendido como se merecia una princesa. Tan solo dos meses despues de su llegada a Eltah, ya el matrimonio estaba arreglado, ya que, el padre de Aukai estaba muy enfermo y requeria de alguien que se encargara de dirigir la isla de manera adecuada. Se llevaban labores de extraccion de diamantes y de oro, por lo que, era una familia adinerada, poderosa, una monarquia que mantenia el equilibrio en el resto de las islas. Cuando Siham fue devastada, habian propuesto la posibilidad de recuperarla, de realizar labores de limpieza, restructuracion, y convertirla en un lugar totalmente renacido de las cenizas. Pero la princesa Scarlett se habia negado rapidamente, ya que, decia que aquel lugar debia ser respetado, pues bajo los escombros solo habia muerte. No seria correcto convertir el lugar en un paraiso construido sobre los restos de aquellos que habian fallecido por la tragedia. Tampoco tenia demasiado sentido intentar construir en un lugar inestable, es decir, el volcan podria hacer erupcion en cualquier momento de una manera inesperada como lo habia hecho aquella vez. Los habia sorprendido a todos en medio de la madrugada, la tierra se estremecio, parecia que una gran explosion se genero en el centro de esta, mientras algunas de las viviendas en el poblado se derrumbaban ante el terremoto. Algunos apenas habian logrado salir de sus casas. Parecia que una gran roca habia mantenido al volcan silenciado, pues toda aquella energia finalmente habia sido liberada de forma repentina. La expulsion lanzo escombros por todos los alrededores, destruyendo algunas casas, las cuales recibieron el impacto directo de grandes rocas. Estas devastaron el lugar en unos pocos minutos. Habia sido la peor tragedia que se habia vivido jamas en aquellas islas, las cuales. Hubo pocos sobrevivientes que habian sido perdonados por el mar. Quiza, una de las mas afortunadas habia sido Scarlett, ya que, su futuro estaba asegurado al lado del principe de Eltah. Este, tampoco estaba demasiado de acuerdo en contraer nupcias con ella, pues siempre habia estado enamorado de una de las pobladoras de aquel lugar. Habia dejado aquel corazon roto para dirigir su atencion unica y exclusivamente a Scarlett, la cual, se convertiria en su princesa y futura reina. Esto significaba, que aquella relacion estaba levantada sobre las bases de la mentira y el engano, ninguno de los dos poseia un verdadero sentimiento hacia el otro, pero mantenian las apariencias para evitar un colapso de la monarquia. A los 19 anos de edad, cuando habia llegado a la isla, Scarlett no tenia la menor idea de lo que era el esfuerzo. Siempre habia sido tratada como una princesa en su tierra, por lo que, el ego, la arrogancia y la soberbia, eran tres elementos caracteristicos de su personalidad. Trataba a las personas con mucho desprecio, los hacia sentir humillados, menos importantes que ella si no tenian sangre real. Su personalidad era tan desagradable, que habia logrado reunir una gran cantidad de adversos en el pueblo. Las personas ya no la respetaban, y sentian un profundo rechazo cuando ella acompanaba al principe Aukai durante sus visitas a las calles de Eltah. Era evidente que nadie queria a Scarlett, y esto, profundizaba aun mas el rechazo que sentia al principio, el cual, estaba consciente de la belleza de su esposa, pero no tenia la mas minima conexion con su personalidad. A pesar de que era un principe guerrero, hijo de grandes peleadores, el corazon de Aukai siempre se habia caracterizado por la piedad, pero habia algo que no soportaba, y era la mentira. Era un poco ironico que tuviera que levantar una relacion amorosa precisamente sobre las bases del engano, pues este aspecto podia destruir por completo la vida de las personas. Podria perdonar cualquier cosa menos una mentira, y el mismo, estaba edificando un amor que tenia columnas muy fragiles. Habian pasado cuatro anos desde su llegada a la isla central de Eltah, alli, la princesa habia desarrollado una vida normal, tratando de salvar un matrimonio que podria asegurar su futuro. Las riquezas de la familia de Aukai, eran incalculables, habian logrado generar la extraccion de grandes toneladas de oro y diamante, siendo una de las islas mas poderosas de todo el planeta. Pero se habian mantenido cerrados al mundo, ya que, si se dedicaban de realizar actividades comerciales con otras tierras, posiblemente serian invadidos. La fuerza belica de Eltah, no podria contener el ataque de los habitantes de la tierra media, los cuales, utilizaban armas de fuego muy potentes, con las cuales, podrian exterminar a absolutamente a todos los habitantes de las 8 islas sagradas. Scarlett era una de las personas que constantemente trataba de cambiar esto, tratando de hacer entender a Aukai, que la unica manera de poder crecer economicamente, era vinculandose con otras civilizaciones. Este, se rehusaba tremendamente, ya que, ponia en practica los valores que fueron inculcados por su familia. Nunca podria poner en riesgo la vida de los habitantes utilizando como pretexto la intencion de evolucionar como civilizacion. Era feliz, mientras hubiera recursos naturales tan bondadosos como se los habian proporcionado los dioses, entonces no tendria problemas en seguir manteniendo las cosas en la bonanza caracteristica. Todos y absolutamente cada uno de los pobladores de Eltah, eran felices, nunca faltaba alimento en sus mesas, todos tenian trabajo, siempre habia algo que hacer, la miseria era inexistente en aquellas tierras. Desde siempre, el padre de Aukai, se habia preocupado porque todos en aquel lugar, pudiesen acceder a las riquezas de sus tierras, no habia egoismo, era una buena monarquia. Pero parecia que la codicia, la arrogancia y ego de Scarlett, tarde o temprano pondria en riesgo esta situacion de estabilidad, la cual, podria comprometer la vida de muchas personas. En la isla de Eltah, no habitaban demasiadas personas, eran al menos unos 2000 habitantes en total, ante lo que, era facil controlar las actividades en esta region. En el resto de las islas, las mas pequenas, apenas y alcanzaban poblaciones de 500 o 600 personas, ante lo que, la organizacion era mas simple. Habia cierto trafico de barcazas cargadas de alimento y gramos de oro que se trasladaban hacia algunas islas para tratar de potenciar su economia. Eltah funcionaba como una especie de atomo, con un gran nucleo lleno de riquezas y a su alrededor, las pequenas islas desarrollaban algunas actividades de artesania, elaboracion de armas y obtencion de recursos, que eran regresados como forma de pago para las contribuciones de la isla central. De las 8 islas, solo una habia caido, esta, era el lugar del gran volcan Awoke, un imponente monstruo natural, que simplemente estaba alli para recordarle a los hermanos del poder de la tierra podria acabar con ellos en el momento que lo deseara. Scarlett, no habia desarrollado aquella personalidad en vano, su propio padre, se habia dejado llevar por aquellos deseos de poder, y habia estado elaborando mas armamento, sentia la necesidad de poder reclamar el poder de la isla de Eltah, y de forma inesperada, aquel castigo, habia acabado por completo con sus planes, recursos y hasta con su propia vida. Habia una presencia espiritual muy fuerte en esta cadena de islas. Parecia estar protegida por los espiritus ancestrales, los cuales, canalizan todo su poder a traves de seres especiales, los cuales eran llamados sacerdotisas o hechiceros. Estos poderes, eran distribuidos en los diferentes elegidos de maneras distintas, asi que, habia adivinos, curanderos e inmortales. Se decia que solo debia haber un elegido por isla, por lo que, era muy extrano poder ver a uno de estos seres interactuando con otro de los sagrados. En el caso de la isla Eltah, habitaba una sacerdotisa adivina, la cual, era consultada con cierta frecuencia por algunos de los habitantes. Su corazon era oscuro, era malvada, pero la precision con la que podia narrar los eventos que sucederian, era impecable. Su nombre era Kainoa, era lujuriosa, con un terrible gusto por el sexo, el cual, la hacia esclava de sus propios deseos. Conquistaba a los hombres con sus atributos, ya que, era muy hermosa y exuberante. Kainoa se habia encontrado con Scarlett dias atras antes de los eventos que cambiaron para siempre la vida de la princesa. Si esta hubiese escuchado las advertencias de la sacerdotisa, quiza, las cosas hubiesen dado un giro inesperado a su favor, pero la incredulidad, escepticismo y personalidad arrogante de Scarlett, le habian hecho cerrar sus oidos ante cualquier advertencia. Mientras Scarlett caminaba por una de las calles de Eltah, llevando algunas frutas en sus manos, Kainoa se habia cruzado en su camino repentinamente. Le habia colocado la mano en su vientre, mientras sonreia de una manera agradable y pronuncio unas palabras que habian generado escalofrios en la princesa. -- Tres meses tiene el nino que llevas en tu interior. Cuidalo muy bien, o de lo contrario, tus suenos no se materializaran. -- Dijo la sacerdotisa. -- No te atrevas a tocarme nuevamente, bruja. Vuelve a la selva de donde nunca deberias salir. -- Dijo Scarlett mientras limpiaba sus ropas. -- Escucha lo que te digo, jovencita. Puede que creas que todos estamos a tus pies. Pero tu arrogancia, te llevara a la desgracia. -- Dijo la sacerdotisa. -- No perdere mi tiempo hablando con una bruja. Solo enganas a los inocentes manipulando sus esperanzas. -- Dijo Scarlett. La mujer, sonrio de una manera macabra, y se alejo de alli, cubriendo su cabeza con lo que parecia ser un manto de color marron, ya que, no solia revelar su presencia ante todos. La mayoria de los pobladores de Eltah, se acercaban a ella haciendo consultas, algo que era realmente extenuante, y no era un servicio gratuito. La personalidad de Kainoa tambien era codiciosa, necesitaba el dinero, y siempre habia estado detras de las riquezas de la familia real. Pero el propio padre de Aukai, la habia desterrado hacia la selva, ya que, enganaba de una manera descarada a las personas, aprovechandose de sus esperanzas. Scarlett sintio algo de miedo, pero no hizo demasiado esfuerzo por tomar en cuenta las palabras de la sacerdotisa. Continuo con sus actividades de manera natural, compro algunas verduras, hizo una revision de algunas frutas en el pueblo y volvio a su palacio. Su vida era tranquila, y aunque detestaba enormemente a los habitantes de Eltah, trataba de ser tan hipocrita como podia, ya que, su futuro dependia de respetar a los pobladores del pueblo que era dirigido por su esposo. El nino que llevaba en su vientre, era la unica esperanza de poder salvar a aquella relacion, pues, de lo contrario, estaria sumida en una depresion y tristeza. Si se dedicaba a su hijo, al menos tendria algo en que ocupar su mente y su tiempo. No tendria que soportar todo el tiempo a su esposo, por el cual, no sentia absolutamente nada sincero. Tres dias exactamente, habian pasado desde el dia en que Scarlett habia tenido aquel encuentro con la sacerdotisa Kainoa. Ella le habia hecho una advertencia muy clara acerca del peligro que podia correr si no cuidaba al nino que tenia en su vientre. Una de las actividades favoritas de Scarlett durante el atardecer, era ir a recoger flores y frutos frescos en la selva. Se acercaba solo hasta el bosque del perimetro, ya que, sabia que, en el interior de aquellos territorios, habitaban hombres malvados y agresivos, los cuales, se protegian con la naturaleza. Esta, no habia avisado a absolutamente a nadie que iria hasta alla sola, ya que, le gustaba su espacio, y detestaba tener que informar absolutamente todo lo que hacia a su esposo. Se habia escapado, necesitaba un tiempo libre, un momento a solas con sus pensamientos, ya que, constantemente estaba recibiendo instrucciones de Aukai, o rodeada de sirvientes.

  • Tu De Menta, Yo De Fresa de Olivia Ardey

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    No habia ni un alma. A una hora tan temprana, la piscina climatizada del gimnasio Atalanta Sport estaba practicamente desierta. Jaime atraveso el corredor de los vestuarios, y tras cruzar las puertas batientes, de camino a las duchas trato de aclimatarse al denso ambiente cargado de cloro. Ahogo un grito al recibir la descarga de agua fria y cerro el grifo. Con veinte segundos era mas que suficiente para cumplir con el tramite exigido por la normativa. Se coloco frente a la calle central, su preferida. La ventaja de poder elegir posicion para nadar y el no tener que soportar una piscina atestada, compensaban el madrugon. Miro hacia su izquierda y en la calle uno estaba ella. Ese dia se le habia adelantado. Jaime imagino que ya llevaria la mitad de su rutina diaria; y como de costumbre al finalizar su tanda de veinte largos, desapareceria camino del vestuario. La contemplo mientras atravesaba la piscina con elegantes brazadas. Era una nadadora de estilo depurado; y con un magnifico cuerpo esculpido a golpe de ejercicio, reconocio con ojo masculino. Pero silenciosa y poco sociable, al menos con el. Llevaban asi mas de seis meses, solo ellos dos utilizaban las instalaciones a las siete de la manana. Y jamas cruzaban una palabra, si en alguna ocasion coincidian con la mirada, intercambiaban un obligado gesto de cortesia a modo de saludo. Solo eso. Jaime se zambullo de cabeza y todo fue silencio. Se dejo llevar bajo el agua por la inercia, con ambos brazos a lo largo de los costados. Una vez en la superficie avanzo hasta completar el primer largo a estilo mariposa. Tenia trabajo atrasado, por lo que transcurridos veinte minutos decidio salir del agua. Buceo para esquivar las tiras flotantes que delimitaban las calles; y casi en la escalerilla recibio un golpe seco en el hombro que lo desplazo medio metro. Los dos emergieron de golpe y quedaron frente a frente retandose con un duelo de miradas furiosas. --?Como se te ocurre ponerte en medio? Casi me rompo el cuello -- le espeto ella frotandose la frente. --Disculpa --dijo con un falso tono amable cargado de acidez--. Te recuerdo que el que ha recibido el cabezazo he sido yo. Ella se limito a mirarlo de arriba abajo entornando los ojos, le dio la espalda y ascendio la escalerilla. Jaime fruncio el ceno y fue tras ella. Se aupo de un salto a la playa de piscina y antes de alcanzarla la observo por detras. Si senor, un cuerpo excelente; atletico pero con unas curvas muy bien delineadas. Lastima que fuera tan arisca. En un par de zancadas se puso a su altura y cogiendola por el brazo la obligo a frenar. --Aun no he oido una palabra de disculpa --le recordo arrancandose el gorro de natacion. Ella se quedo mirandolo perpleja; sus ojos oscuros le lanzaban una mirada inquisitiva. Con el pelo negro revuelto por el que discurrian continuas gotas de agua hasta resbalar por su menton sin afeitar, no tenia nada de comico. Era muy atractivo, poderosamente atractivo. Jaime se dedico a estudiarla tambien. No era una florecilla menuda y delicada; descalzos como estaban, debia medir solo quince centimetros menos que el. Tenia las pestanas mojadas, lo que hacia destacar mas sus ojos. Nunca habia visto unos como aquellos, de un azul muy claro con el iris rodeado por un fino aro de un azul marino. --?Hasta para nadar usas lentillas de colores? --pregunto con media sonrisa burlona. --?Lentillas? Puedes comprobar por ti mismo que son de verdad -- miro de soslayo su entrepierna antes de contraatacar--. ?Hasta para nadar usas relleno? Jaime rio por lo bajo, la chica de los ojos azules tenia ganas de pelea. --No querras que te meta un dedo en el ojo para cerciorarme. Soy un caballero. Ella chasqueo la lengua y con un movimiento tan rapido que lo dejo sin habla su mano le atenazo los testiculos. --Pero yo no soy una dama -- advirtio con mucha calma.

  • Un amor sin contrato, Marcela Balluri de Marcela Balluri

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    Jane estaba acostumbrada a meter la pata, era el precio de tener ese caracter del demonio. Pero arrojarle una cerveza a ese estupido peon y decir frente a el que el jefe era un bueno para nada, habia sido un error de los gordos…
    Basicamente porque el estupido peon y el jefe bueno para nada eran la misma persona.
    Ahora tendra que lidiar con el hasta que el trabajo acabe, tratando de salir victoriosa en cada pelea ya que el parece empenado en cabrearla y seducirla a partes iguales.
    Un momento, ?seducirla? Bah, si eso que sentia en el estomago no eran mariposas, segura como el infierno que eran parasitos y !solo eso!

  • La luz invisible de Jesus Valero

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    Una gran traicion, una aventura a traves de los siglos y un misterio que lucha por salir a la luz.

  • Boda a Los 17 de Michel Gavica

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    -!?Que?! -exclame asombrada mirando a mis padres.
    -Si Oana, te casas -continuo diciendo mi madre, tan tranquila, con una sonrisa de oreja a oreja.
    -No quiero tener una boda a los diecisiete -conteste con los ojos muy abiertos tratando de analizar la situacion.
    -Lo siento carino. Lo haras, quieras o no -declaro mi padre mirandome muy serio.
    -!Os odio! ?Me habeis escuchado bien? Os o-d-i-o -dije recalcando cada letra y tirando un florero mientras me levantaba para salir de esa casa.

  • El verbo de las culturas de Clotaire Rapaille

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    Un recorrido por diversos paises de Europa, America y Asia para saber cual es su verbo clave y a la vez entender mas su cultura.

  • Complaceme de J. Kenner

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    Si te apasiono la excitante historia de amor entre Nikki y Damien en la trilogia <>, si seguiste su explosivo romance hasta el ultimo capitulo, no te puedes perder Complaceme.

  • Luz de febrero de Elizabeth Strout

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    A primera hora de la tarde de un sabado de junio, Jack Kennison se puso las gafas de sol, se monto en su deportivo descapotable, se abrocho el cinturon de seguridad pasandoselo por encima de la prominente barriga y se fue hasta Portland, a casi una hora de viaje, a comprar una botella grande de whisky, cualquier cosa con tal de no encontrarse con Olive Kitteridge en el colmado de Crosby, Maine. Ni con aquella otra mujer que le habia hablado del tiempo mientras el esperaba en la cola del colmado con el whisky en la mano. !Del tiempo! Aquella otra mujer (no recordaba su nombre) tambien era viuda. Mientras conducia, se apodero de el algo muy parecido a la calma y, una vez en Portland, aparco y fue a dar un paseo junto al mar. El verano ya habia hecho acto de presencia y aunque todavia hacia frio para mediados de junio, el cielo estaba azul y las gaviotas sobrevolaban el muelle. Habia gente en las aceras, muchos jovenes con ninos pequenos o empujando cochecitos de bebe, y todos parecian conversar. Aquello no dejaba de asombrarlo: !como daban por sentado el hecho de estar los unos con los otros, de hablar! Nadie parecia prestarle atencion y se dio cuenta de algo que ya sabia pero que ahora entendia de otro modo: que era solo un viejo con una barriga fofa en quien no merecia la pena fijarse. Y casi resultaba liberador. Atras quedaban esos anos en que habia sido un hombre alto y guapo, sin barriga, que se paseaba por el campus de Harvard, y que llamaba la atencion. Los alumnos lo miraban con respeto y las mujeres, las mujeres tambien lo miraban. En las reuniones del departamento imponia; se lo decian sus colegas y el no lo dudaba, porque precisamente ese era su proposito. Ahora, al pasar por uno de los muelles frente a los que habian construido zonas residenciales, se le ocurrio que tal vez debiera trasladarse a vivir alli, donde habia agua por todas partes, y tambien gente. Saco el telefono movil del bolsillo, le echo un vistazo y volvio a guardarlo. Era con su hija con quien queria hablar. Por la puerta de uno de los edificios de apartamentos aparecio una pareja de su misma edad: el hombre tambien tenia barriga, aunque no tan grande como la suya, y la mujer parecia preocupada, pero por su manera de estar juntos le parecio que llevaban muchos anos casados. <>. Pasaron por delante de el (sin advertirlo) y cuando se giro para mirarlos un instante despues, le sorprendio --vagamente-- ver que la mujer se habia cogido del brazo del hombre mientras avanzaban por el muelle hacia aquella ciudad pequena. Jack se quedo alli quieto, mirando el mar; primero hacia un lado, despues hacia el otro. Una brisa que no habia notado hasta ese momento levantaba unas cabrillas en el agua. Alli atracaban los ferris que venian de Nueva Escocia. Una vez, Betsy y el se habian subido a uno. Habian pasado tres noches en Nueva Escocia. Hizo un esfuerzo por recordar si Betsy lo cogia del brazo; tal vez si. Y le vino a la mente una imagen de ellos dos bajando del ferri, ella cogida de su brazo. Se dio la vuelta para irse. --Menudo cabeza de chorlito. Nada mas decirlo, vio que un nino que habia cerca, en el muelle, se habia girado y lo miraba desconcertado, lo que queria decir que era un viejo que hablaba solo en un muelle de Portland, Maine. Y no conseguia comprender como el --Jack Kennison, con sus dos doctorados-- habia llegado a ese punto. --!Vaya, vaya! Eso tambien lo dijo en voz alta, despues de adelantar al nino. Habia unos bancos y se sento en uno que estaba vacio. Saco el movil y llamo a su hija; todavia no debia de ser mediodia en San Francisco, que era donde vivia ella. Le sorprendio que respondiera. --Papa --dijo--. ?Pasa algo? El alzo la vista al cielo. --Ah, Cassie --dijo--. Solo queria saber como estas. --Estoy bien, papa. --Ah, vale, bien. Me alegro de oirlo. Ninguno de los dos dijo nada durante unos instantes, hasta que ella le pregunto: --?Donde estas? --Oh, estoy en el muelle de Portland. --?Y que haces ahi? --le pregunto ella. --Nada, se me ha ocurrido venir a Portland. Ya sabes, para salir un rato de casa. Jack entorno los ojos y miro hacia el agua. Otro silencio. Entonces ella dijo: --Bien. --Oye, Cassie --dijo Jack--. Solo queria decirte que ya se que soy una mierda. Eso lo se. Para que lo sepas, nada mas. Se que soy una mierda. --Papa --dijo ella--. Venga, papa. ?Y ahora que se supone que tengo que decir yo? --Nada --respondio el, afable--. No tienes que decir nada. Solo queria que supieras que lo se. Se hizo otro silencio, esta vez mas largo, y el tuvo miedo. Ella dijo: --?Esto es por como me has tratado o por la relacion que tuviste todos esos anos con Elaine Croft? El bajo la vista y la clavo en los tablones del embarcadero, se fijo en las zapatillas deportivas negras, de senor mayor, sobre los tablones desgastados. --Por las dos cosas --dijo el--. O escoge tu la que prefieras. --Ah, papa --dijo ella--. No se que hacer. ?Que se supone que tengo que hacer por ti? El meneo la cabeza. --Nada, nina. No tienes que hacer nada por mi. Solo queria oir tu voz, nada mas. --Papa, ibamos a salir. --Ah, ?si? ?Y donde vais? --Al mercado de productos locales. Es sabado, y los sabados vamos a ese mercado. --Esta bien --dijo Jack--. Pues idos. Ya hablaremos. Adios. Le parecio oirla suspirar. --De acuerdo --dijo ella--. Adios. Y nada mas. Nada mas. Jack se quedo mucho rato sentado en el banco. La gente pasaba por delante, o tal vez habia ratos en que no pasaba nadie, pero el seguia pensando en su mujer, Betsy, y le entraban ganas de aullar. Solo entendia una cosa: que se merecia todo lo que le habia pasado. Se merecia estar llevando en ese momento una compresa para las perdidas como consecuencia de su operacion de prostata; se lo merecia. Se merecia que su hija no quisiera hablar con el, porque durante anos el no habia querido hablar con ella. Su hija era lesbiana; era lesbiana, y eso aun le provocaba cierta sensacion de incomodidad. Pero Betsy no merecia estar muerta. El que merecia estar muerto era el, pero Betsy no. Aun asi sintio una rabia repentina hacia su mujer: <>, murmuro. Cuando se estaba muriendo, era ella la que estaba furiosa. Le dijo: <>, y el le dijo: <>. Y ella le dijo: <>. Pero el se lo decia en serio. ?Como iba a echarle la culpa a ella? No podia hacer eso. Y las ultimas palabras que le dijo fueron: <>. Al levantar la vista y ver una gaviota, penso: <>. * * * El bar del Hotel Regency estaba en el sotano, las paredes eran de un verde oscuro y las ventanas daban a las aceras, pero estas quedaban muy arriba y casi lo unico que veia el eran piernas que pasaban. Se sento en la barra y pidio un whisky solo. El camarero era un tipo agradable. --Bien --respondio Jack cuando el joven le pregunto como estaba. --Pues me alegro --dijo el camarero.

  • Jack de Susana Torres

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    Jack vivia a todo gas.
    Motos. Pistolas. Drogas.
    Mujeres cada noche.
    Y cero compromisos.