• libro una maldicion oscura y solitaria - Brigid Kemmerer

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    Deben enamorarse para romper la maldicion.
    Condenado por la maldicion de una poderosa hechicera a repetir el otono de sus dieciocho anos, el principe Rhen, heredero del trono de Emberfall, penso que seria facil salvarse si todo lo que hacia falta era que una chica se enamorara de el. Pero eso fue antes de que se transformara en una bestia despiadada sedienta de destruccion. Antes de que arrasara con el castillo, destrozara a su familia y acabara con toda la esperanza.

  • una maldicion oscura y solitaria (bilogía una ... - Casa del Libro

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  • Una maldición oscura y solitaria (Puck) Tapa blanda

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    Una maldición oscura y solitaria (Puck) : KEMMERER, BRIGID, Gorlero, Julieta María: Amazon.es: Libros.

  • Una maldición oscura y solitaria (Puck) Versión Kindle

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  • Libro Una Maldicion Oscura y Solitaria, Brigid Kemmerer ...

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    Libro Una Maldicion Oscura y Solitaria, Brigid Kemmerer, ISBN 9788492918461. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros ...

  • UNA MALDICION OSCURA Y SOLITARIA | Diego Marín

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    CONDENADO POR LA MALDICION DE UNA PODEROSA HECHICERA A REPETIR EL OTOÑO DE SUS DIECIOCHO AÑOS EL PRINCIPE RHEN HEREDERO DEL TRONO DE EMBERFALL PENSO QUE ...

  • Una Maldición Oscura Y Solitaria - Agapea

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  • Una maldición oscura y solitaria, de Brigid Kemmerer

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    Sinopsis del libro Una maldición oscura y solitaria: Deben enamorarse para romper la maldición. Condenado por la maldición de una poderosa hechicera a ...

  • Una maldición oscura y solitaria - Brigid Kemmerer - Babelio

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    Críticas (76), citas (23) extractos de Una maldición oscura y solitaria de Brigid Kemmerer. (Opinión Impopular) Este libro me lo habían recomendado por...

  • Reseña "Una maldición oscura y solitaria" de Brigid Kemmerer

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    La lectura engancha desde el primer momento, se mantiene interesante a lo largo de todo el libro y los personajes se desarrollan a un ritmo constante y natural.

  • Cartas a los perdidos de Brigid Kemmerer

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    Juliet Young siempre ha escrito cartas a su madre. Incluso despues de su muerte deja cartas en su tumba. Es la unica forma que tiene de seguir en contacto con ella y hacer frente a la perdida. Declan Murphy es el tipo de chico con el que no te gustaria cruzarte. Tras causar un accidente de trafico, tiene que cumplir un servicio social en el cementerio mientras trata de escapar de sus demonios. Cuando Declan encuentra una carta al lado de una tumba, la lee y no puede resistir escribir de vuelta. Pronto se ve inmerso en una correspondencia con una desconocida con la que surgira una conexion inmediata.

  • Los dias modernos, Cristina Lopez Schlichting de Cristina Lopez Schlichting

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  • El Refugio De Los Invisibles de Alberto Cerezuela

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    Ya no esta. Se ha ido. No hay vuelta atras. ?Como hemos llegado a esto? ?Por que lo permitimos? Sinceramente, no me creia capaz de hacerlo. Yalgunos piensan que soy debil. No me conocen. No saben de mi dolor. La necesitaba tanto... Pero ya no puedo seguirla. Ytodo por mi culpa. Solo han pasado unas horas y sigo teniendo dudas. ?Podre vivir sin ella? No lo se. Lo seguro es que no habia eleccion. Despues de hacerlo pense en mi abuelo. El, que habia luchado en una guerra civil y estuvo varios meses recluido en un campo de concentracion frances, decia que un hombre, con el tiempo, se acostumbra a todo. Puede vivir en la India a mas de cuarenta y cinco grados, y tambien en Siberia a treinta bajo cero. Tambien se acostumbra a andar con muletas, incluso a ir en silla de ruedas. !Y a perder un brazo! Acostumbrarnos, segun mi abuelo, era la absurda manera que tenemos las personas para seguir siendo felices a pesar de las desgracias. Pero yo no se si sabre estar sin ella. ?Me acostumbrare a no ver su sonrisa? ?Aque no eleve mis celos al maximo exponente? ?Ano volver a percibir su olor? Yo creo que no, aunque no hay que subestimar la fuerza de un hombre. Su ausencia me definira a partir de ahora. ?Y que podre hacer cuando la eche tanto de menos que el pecho me reviente? Quiero aguantarlo, debo aguantarlo. Debemos ser consecuentes con nuestras decisiones. Nuestro amor es inmortal. Contigo al fin del mundo, nos deciamos. Yya nada de eso vale. Ni siquiera voy a ser capaz de volver a nuestro refugio. Sin un nosotros ha dejado de ser ese lugar donde nos haciamos invisibles. Donde escapabamos de todo y de todos: el castillo del rey. El hombre que tiene miedo busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos. Sin embargo, tales refugios no sirven, pues alli donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo acompanaran. (BUDA GAUTAMA) 1. EL TELEFONO DE LA INSPECTORA Reyes Martinez sono esa manana demasiado pronto. Ella solia levantarse cuando los rayos del sol de Cabo de Gata entraban por las rendijas de su persiana y se estrellaban directamente en su cara. No tenia despertador. Ni siquiera alarma en el movil. En los ultimos dias apenas habia conseguido dormir tres horas seguidas sin ayuda del Alprazolam que su medico, el doctor Pedro Mezquita, le recetaba a pesar de que sabia que estaba enganchada. Ademas, estaba de suerte: no habia tenido ninguna pesadilla, o al menos no la recordaba. --!Dios! Es el comisario Malvido. ?Que querra tan temprano? Era muy raro que su jefe la llamase. Algo grave tenia que haber pasado, y de pronto sintio un mal augurio por el cuerpo. Por eso decidio hacerse un rico cafe de pota que le habia descubierto su amiga Nieves, criminologa de La Coruna, antes de devolverle la llamada al cascarrabias de su superior. No hizo falta, Ramon Malvido volvio a llamar. --Dime, Ramon --contesto con un tono a medio camino entre la incertidumbre y la curiosidad. --!Martinez! --Asi solia llamarla cuando se ponia serio, sacando de quicio a Reyes--. !Siento haber profanado tu ritual de cada manana, pero necesito que vengas cagando leches! Malvido conocia perfectamente la rutina de Reyes. De hecho, era la persona mas cercana que tenia. La trataba como una hija aunque a ella no le gustaba que el resto de companeros pensasen que era el ojito derecho del jefe. El ritual al que se referia consistia en unas cuantas carreras por la playa hasta llegar a la iglesia de Las Salinas, trayecto que aprovechaba su perro Gordon para chapotear en el agua; llegar a casa y degustar un cafe tras la ducha, mientras leia unas veinte paginas del ultimo titulo que habia comprado en una libreria que recientemente habian abierto en el barrio. --!Eres un malhablado, te lo he dicho mil veces! ?Que ha pasado? --contesto ella mientras notaba como el acelere de su corazon iba in crescendo. --!Ha aparecido un cadaver en la Alcazaba, y todo apunta a una muerte en extranas circunstancias! Una muerte en la Alcazaba. Aquello paralizo a Reyes durante unos segundos. No podia ser en otro lugar. Y precisamente tenia que ir ella. --!Martinez, joder! ?Estas ahi? ?O es que te ha comido la lengua el gato? --De nuevo aparecio el malhumor del comisario. --!Si, es que me ha pillado de sopeton! Como en Almeria nunca pasa nada... --respondio la inspectora, aunque su interlocutor sabia perfectamente lo que ocurria. --!Vente para aca y por el camino avisa al subinspector Campillo! --fueron las ultimas palabras del comisario antes de colgar. Era paradojico que Reyes esa noche, despues de mucho tiempo, no tuviese ninguna pesadilla, justo la manana en que tenia que volver, por primera vez en anos, al barrio donde tuvo las peores de su vida. 2. EL TIMBRE DEL TELEFONO asusto a Lucas Campillo. No esperaba la llamada. Se encontraba dejando a sus ninas en la puerta del colegio. --!Dadle un beso a papa! --comento a sus dos amores, como asi las llamaba. Y es que Laura y Alejandra habian cambiado la vida del joven policia. Reyes era su superior, y el lo acataba con la mayor profesionalidad posible, pero a veces el caracter autoritario de su companera le impedia disfrutar al cien por cien de su trabajo. --Buenos dias, inspectora. ?Ha pasado algo? --Campillo, tenemos que ir rapidamente a la Alcazaba. El director del conjunto monumental aviso a emergencias esta manana, y los zetas que se personaron alli han confirmado el hallazgo del cadaver de una chica. --Y a nosotros, como cabezas del Grupo de Homicidios, nos toca investigar --interrumpio el subinspector mientras se le abria la boca de un bostezo. --?Es que te han dado guerra las ninas esta noche, Luquitas? Por eso yo no quiero saber nada de traer familia al mundo --sentencio Reyes. --Para traer familia al mundo, como tu dices, primero necesitas alguien que te ayude. Y no me refiero a alguno de esos tios que conoces en el Bar de Jo y que no pasan del primer asalto --termino de decir Lucas al tiempo que comprendia que se habia pasado. Era consciente de que no son formas de dirigirse a un superior, pero la verdad es que le tocaba las narices que le llamasen Luquitas. El consideraba que su trabajo era impecable y que merecia una oportunidad como inspector, pero todo el mundo sabia de que pie cojeaba el comisario. Aun asi, se contuvo porque el motivo de su bostezo no eran las ninas. Los angelitos habian dormido a pierna suelta. Lucas no habia pegado ojo escuchando ese podcast de misterio que tanto le gustaba. La noche anterior habian estado hablando del edificio n.o 1 de la calle Tres Forques, en Valencia, una finca en la que habian muerto once personas desde 1957, todos de distinta forma. Era el bloque de pisos maldito mas famoso de Espana. --!Subinspector, no hay tiempo que perder! Nos vemos al principio de la calle Descanso, justo en el cruce con la Almedina --ordeno Reyes. 3. ELLA FUE LA PRIMERA EN LLEGAR. Le temblaban las piernas y eso que no era una mujer impresionable. De hecho, era la inspectora jefe del Grupo de Homicidios, pero aquel barrio la habia marcado demasiado. Habia vivido hasta los dieciocho anos en la calle Cisne, muy cerquita de La Guajira, esa asociacion cultural que, desde su casita azul, habia lavado la cara del barrio con sus conciertos, exposiciones y actividades varias. Las vistas a la Alcazaba que brindaba a los clientes, desde su terraza, no tenian precio. Era el mejor exponente del toque multicolor que tenia La Almedina, junto a las almenas y los rosales, y a las pintorescas casas pintadas de la calle Descanso. A medida que Reyes subia hacia la Alcazaba, cada paso era un golpe en la espalda. Los mismos que recibia su madre a manos de su padre cada vez que este se emborrachaba. La inspectora no habia hablado a nadie sobre sus origenes. <>, le decian en la comisaria. Pero no queria revivir aquellas heridas. --?Cuando fue la ultima vez que visitaste la Alcazaba? --pregunto Lucas Campillo, con la clara intencion de arrancar una palabra a su companera, que permanecia callada desde hacia varios minutos. --Nunca he puesto un pie dentro. --!Es imposible! --espeto Campillo--. Asi nos va a los almerienses, que preferimos gastarnos un dineral en hacer turismo en el extranjero, cuando aqui tenemos un patrimonio espectacular. !Hasta los de fuera nos valoran mas! Acuerdate de Juego de Tronos, que se rodo aqui hace unos anos. --?Juego de que? --!Vaya! No recordaba que dona intelectual no veia la tele --murmuro en tono jocoso Lucas--. Ella solo lee libros sofisticadisimos. En realidad, los libros que Reyes Martinez leia, lejos de lo que pueda parecer, eran de todo menos sofisticados. Le encantaban las novelas romanticas. Quiza para evadirse de lo que dia a dia veia en la calle, o por un deseo reprimido de enamorarse y casarse, algo a lo que ya practicamente habia renunciado. --No duermes para descansar, duermes para sonar... !Bonita frase, inspectora! Aunque no se que demonios pinta en esta calle. --Vete tu a saber, Campillo, vete tu a saber --respondio Reyes para acabar con la conversacion. Claro que sabia la historia de esa frase. Era de Walt Disney y homenajeaba a los ninos. A todos los ninos que, como ella, habian crecido jugando en aquel pequeno parquecito, hoy bastante deteriorado por la falta de cuidado y el paso del tiempo. Aquello le volvio a recordar a sus padres. Las palizas que el le propinaba a ella y como, una vez completado su desahogo, sentaba a la pequena en su regazo mientras terminaba de emborracharse empinando la botella de vodka. Eran los unicos momentos que podia compartir con su padre, al que por alguna absurda razon idolatraba en aquel momento hasta el punto de aceptar los chupitos de alcohol que el le ofrecia antes de caer desplomado de sueno en su vieja mecedora. Al dia siguiente, para paliar los remordimientos y lavar su conciencia, su padre le traia algun juguete: una muneca, una caja con cromos de Barbie y hasta una Nintendo NES. Pero, aun siendo una nina, sabia que lo importante no era tener muchos juguetes, sino tener con quien jugar, y de eso carecia. Para que no llorase, Lucia, su madre, le contaba la historia de un nino que no se asustaba ante nada. Se llamaba Juan sin Miedo. !Que valiente era! El solo habia derrotado a varias criaturas, fantasmas, brujas y ogros. Aquello tambien era mentira. Jamas ha existido alguien que no tenga miedo. Porque hay muchos tipos: miedo a perder a tus seres queridos, miedo al monstruo que vive dentro de tu armario o debajo de la cama, miedo a no poder pedir ayuda cuando mas lo necesitas, miedo a que mueran todas esas mariposas que revolotean en tu tripa cuando te gusta un chico... o miedo a no saber que sera de ti cuando un buen dia tienes que llamar a la policia porque encuentras a tu madre llena de moratones sobre un charco de sangre, y a tu padre colgado del techo del dormitorio. Por suerte, el primer policia que llego prometio ser su heroe. Se hizo cargo de ella, la obligo a apuntarse a la Academia de policia y estuvo velando siempre por su carrera y por su vida. Su heroe no volaba ni tenia superpoderes, se llamaba Ramon y estaba a punto de jubilarse como comisario de Almeria. --?Donde vais tan solicos, maderos? --Una voz ronca y seca hizo volver a Reyes de sus pensamientos. Era un patriarca gitano que habia taponado, con su silla, la parte final de la calle Descanso, justo antes de llegar a la estatua del rey Jayran, gran oficial del ejercito califal y primer rey de la taifa de Almeria. Su mirada intimidaba. Apenas se le distinguia nada mas en un rostro poblado por una gigantesca barba blanca y su larga cabellera. --Dejenos pasar, solo queremos hacer nuestro trabajo. Con suavidad, la inspectora Martinez intento que aquel senor no les diera problemas. Ella sabia quien era. Y el quien era ella. --Mariquilla, te voy a dejar pasar, pero ten mucho cuidado. Espero que encontreis al malnacido que le ha hecho eso a la pobre paya. --?Y usted como sabe que ha pasado algo con una mujer? --interrumpio Lucas con gesto malhumorado. --Yo se todo lo que ocurre en mi barrio, criatura: el diablo sabe mas por viejo que por diablo. El ya os ha elegido, camina junto a vosotros... y cuando coge a alguien, no lo suelta jamas.

  • Un capricho del corazon 2, Kate Ross de Kate Ross

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    En vista de los ultimos acontecimientos, del repentino regreso de mis vacaciones, de la confusion envuelta alrededor de Liam y Dean… he tenido que adoptar medidas drasticas para garantizar mi seguridad. Mi guardaespaldas no me deja sola ni un solo momento del dia o de la noche. Tuve que abandonar mi casa y mi vida, convirtiendome en el hazmerreir.
    Cualquiera pensaria que estoy exagerando. Seguramente creeria que mi situacion es solo parte de un juego de ninos. Que no debo precipitarme. Que tanto Dean como Liam serian incapaces de danarme o utilizarme, de manipularme.
    Pero, seguramente, estarian tan equivocados como lo estuve yo…

  • Cuando una mujer perdona (Gillander’s Whisky 2) de Eleanor Rigby

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    Llega la segunda entrega de la trilogia <> de Eleanor Rigby.
    Una nueva serie que tiene de todo: amor, intriga y mucha mucha pasion, ambientada en la regencia inglesa.

  • Hasta que salga el sol de Megan Maxwell

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    En casa de los Sanchez sonaba la radio cuando Agata, madre de dos ninas, mujer trabajadora y esposa de Mario, tarareaba alegremente mientras cocinaba. --Mama --protesto Sofia, su hija menor--. Esther me ha echado de su habitacion y dice que esta noche no puedo estar en su fiesta de pijamas. --Carino, ya lo hemos hablado. --Joooo, mamaaaaaaaa… Agata sonrio. Sus hijas se adoraban, pero en ocasiones se llevaban peor que el perro y el gato. --Carino… --respondio--. Es la noche de Esther y sus amigos. Tu hermana ha acabado la carrera de Administracion y quiere celebrarlo. --Pero yo quiero estar…, quiero entrar. --!Ni lo suenes! --sentencio Esther, que en ese instante entraba en la cocina. Al oir a su hermana, Sofia comenzo a gimotear. Si algo se le daba bien a aquella cria era llorar, y Esther, al verla, se mofo: --Desde luego, vas para actriz…, !que dramatismo! Agata tuvo ganas de reir por el comentario de su hija mayor, pero la miro e indico: --Haz el favor de no echar mas lena al fuego --y luego, dirigiendose a su hija pequena, le recrimino--: Y tu deja de quejarte. Por Dios, Sofia, !no puedes estar todo el dia enfadada! Esther, que tenia el mismo caracter placido de su madre, sonrio y cuchicheo, acercandose a ella: --Mamuchi, esta acabara ganando un Goya o un Oscar. Esta vez Agata rio y, mirando a Sofia, que lloraba para llamar su atencion, repitio: --Basta ya, corazon. --Pero, !mamaaaaaaaaaaa…! --<> --la imito Esther, haciendola rabiar aun mas. Como era la pequena de la casa, Sofia estaba acostumbrada a salirse con la suya la mayoria de las veces. Sin embargo Esther, ignorando las miradas de su madre, insistio: --Me da igual tu berrinche. Esta noche es mi noche y tu no vas a estar. De nuevo, Sofia solto un grito lastimero. --Carino, por el amor de Dios --se quejo su madre--, no seas tan caprichosa y entiende que tu hermana quiere estar con sus amigos. --Pero, mamaaaaaaaaaaaaaaaa… Al ver el huracan que se estaba formando, Agata suspiro. Sofia podia ser insoportable. Estaba intentando calmarla cuando sono el timbre de la puerta. Era Marga, su vecina, una mujer sordomuda de nacimiento que, haciendole unas senas con las manos, le comunico que necesitaba unas zanahorias. Anos atras, al conocer a su vecina, Agata se habia empenado en aprender la lengua de signos, o, como lo llamaban ellos, el alfabeto dactilologico. Asi pues, asintio rapidamente y le indico que pasara. Al entrar en la cocina, Esther, que, como su madre, habia aprendido la lengua de signos, saludo a Marga. Esta ultima sonrio al ver a Sofia llorando. --!Es una llorona! --exclamo Esther, moviendo las manos. Marga solto una carcajada. Agata la miro y, de nuevo con las manos, dijo al ver a su hija pequena marcharse hacia la habitacion hecha una furia: --Mejor no preguntes… Toma, Marga, te compre los botones que necesitabas para la bata de German. La mujer rio. Agata era la mejor vecina que nadie pudiera imaginar y, tras darle un abrazo, movio las manos para decir: --Te quiero. No se de donde sacas tiempo para hacer tantas cosas, trabajando como trabajas. Ella le devolvio la sonrisa, pero no respondio. Agradar a los demas era lo que mas le gustaba. Una vez que se hubo marchado Marga, Esther murmuro mirando el horno: --!Eres la cana! !Pizza de la tuya! La sonrisa de su madre se agrando al oirla. --Se que a ti y a tus amigos os gusta mucho. --!Gracias, mama! Nada en el mundo le gustaba mas a Agata que ver a sus seres queridos felices. De nuevo sono el timbre de la puerta, y Esther corrio a abrir. Frente a ella estaban Delia, Hugo y Vega, sus amigos de toda la vida. Se habian conocido en el colegio, en primaria, y desde entonces no se habian separado. --Tengo el ultimo de Rihanna --cuchicheo Delia ensenandole un CD. --Y yo el de Amy Winehouse --afirmo Vega. Encantada, Esther se los quito de las manos, y su madre, que habia salido a ver quien habia llegado, afirmo divertida: --Vaya…, vaya…, conozco a unos que lo van a pasar muy bien. Entre risas, entraron todos en la cocina, y Hugo indico: --Madre mia, Agata, !que bien huele! --!Tu pizza…, que rica! --exclamo Vega mirando el horno. Agata asintio; sabia cuanto les gustaba la pizza que ella preparaba. --?Por que? --murmuro Delia abrazandola--. ?Por que no eres tu mi madre? La mujer la miro con carino. La relacion de Delia con su familia era pesima. Cuando iba a responder, Sofia, su hija pequena, entro de nuevo en la cocina y pregunto: --?Para mi tambien hay pizza? Esther suspiro al ver a su hermana. --No, bonita --replico--. La pizza es para nosotros. --!Mamaaaaaaaaaa…! No solo no me deja entrar en su fiesta de pijamas, sino que tampoco quiere que coma pizza. Al ver discutir a sus hijas de nuevo, Agata intento mediar. Se acerco a la pequena y murmuro: --Vamos a ver, carino. Cuando vienen tus amigas, Esther no se mete con vosotras en la habitacion y… --Sera porque ella no quiere. Su hermana sonrio al oirla, y su madre continuo: --Sofia, carino, tienes catorce anos y tu hermana, veinticuatro. Debes entender que… Pero ella volvio a marcharse enfadada y se encerro de un portazo en su habitacion. Los demas se miraron entre si. --Esta nina es de armas tomar --murmuro Vega. Todos asintieron. Sin duda, Sofia tenia un caracter dificil. Agata abrio entonces un cajon y dijo, atrayendo las miradas de los cuatro muchachos: --!Mirad lo que os he comprado! Esta manana, cuando he ido al mercadillo, he visto estas bolsas azules y, al leer su mensaje, no he podido resistirme y os he comprado una a cada uno. Los cuatro miraron lo que sostenia en las manos y soltaron una carcajada. En la bolsa de playa ponia HASTA QUE SALGA EL SOL, una frase muy suya que ahora utilizaban todos. --Gracias, Agata --murmuro Vega contenta--. Es preciosa. --!Me encanta! --admitio Hugo. --Que chulada, !gracias! --Delia sonrio. --Mama… --susurro Esther--. !Me encanta! !Y con tu frase! Los chicos se abrazaron a Agata en senal de agradecimiento, y de pronto aparecio Mario, el padre, que pregunto divertido: --?Puedo unirme al abrazo? Los abrazo entre risas y, cuando se separaron, Sofia, que estaba de nuevo en la puerta de la cocina, iba a decir algo, pero su madre se le adelanto y le tendio una bolsa como las de los demas. --Toma, carino --dijo--. Esta es para ti. La nina la cogio, pero su gesto era serio, muy serio, por lo que, al verla, Mario pregunto: --?Que le ocurre a mi princesa? --Lo de siempre, papa --se apresuro a responder Esther--: que o le das todos los caprichos o se enfada. Dicho esto, se encamino con sus amigos hacia su habitacion mientras exclamaba: --!Vamos a liarla leoparda! Los esperaba una buena noche por delante. Dichosa por la felicidad de su hija Esther, Agata se miro el reloj y pregunto, dirigiendose a su marido: --?Que haces aqui tan pronto? Mario suspiro. Sus horarios de trabajo eran complicados. --Ha llamado Jesus --explico mirandola--. Esta con fiebre y vomitos y no puede trabajar esta noche…, asi que me toca. --Vaya por Dios… --se quejo ella. Mario, que observaba la puerta por donde habian desaparecido su hija y sus amigos, dijo entonces: --Ese chico…, Hugo, ?va a pasar la noche aqui con ellas? Agata sonrio. Se fiaba al cien por cien del muchacho, por lo que afirmo: --Hugo es un buen chico. --Me cago en la leche, Agata --protesto el--. Sera un buen chico, pero !es un hombre! Ella lo miro divertida. --Tranquilo, grunon, que tu nina esta a salvo. Mario sacudio la cabeza. Aun le costaba ver a su hija como a la adulta que era.

  • Cuentos escogidos de Joy Williams

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    Cuentos escogidos reune, por primera vez en castellano, los mejores cuentos de una autora considerada como maestra del relato corto y <>. Su primera recopilacion en mas de una decada y la definitiva para el publico espanol: 33 historias procedentes de colecciones previas y otras 13 publicadas por primera vez en forma de libro, que recogen todo lo que ha hecho de Williams una autora fundamental de las letras norteamericanas: una prosa nitida y elegante, un humor muy personal y una sorprendente habilidad para iluminar nuestro mundo mediante personajes y situaciones tan inquietantes como tremendamente familiares.

  • Dos besos de mas de Minerva Ros

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    Habia sido uno de los turnos mas horribles en los que habia trabajado. Todo habia salido mal, y Lucia era consciente de que si habian conseguido llegar al final del dia sin hojas de reclamaciones o la policia incordiandoles en la entrada habia sido exclusivamente porque Diego habia desplegado todo su encanto. Estaba cabreado porque le habia tocado a el supervisar aquel turno del demonio, porque Lucas se habia puesto a vomitar en la cocina y habian tenido que tirar una tanda de hamburguesas que se encontraba peligrosamente cerca del asqueroso cerco de jugos gastricos del camarero. Todos estaban cansados, porque, aunque se alegraban de que el restaurante fuera bien, los fines de semana eran agotadores y los jefes recortaban todo lo que podian en personal, y no les importaba la tremenda carga de trabajo que tenian que asumir. Les salia mas barato darles un pequeno plus a fin de mes que contratar a mas camareros. Cuando salia el tema, Diego siempre se ponia a blasfemar en argentino por todo el office, sin cortarse. Luego tomaba aire y volvia a salir a sala con la sonrisa de siempre. Aquella noche habian tenido que aguantar un turno especialmente intenso y sin poder suplir a Lucas cuando se marcho a casa con una gastroenteritis de caballo. Uno de los jefes del local, al que hacia poco le habia dado un aire y decia que queria involucrarse en el negocio y no ser solamente socio capitalista, habia hecho mal un pedido, por no tener ni idea y carecer de un minimo de humildad para reconocerlo, basicamente, y al poco de empezar se habian quedado sin la salsa de las patatas fritas estrella de la carta y habian tenido que mandar a uno de los pinches corriendo al supermercado de la esquina a por tomates, y habia sido Diego, y no el jefecillo de los cojones, el que habia tenido que lidiar con las infulas del cocinero porque esos no eran los tomates roma que habia pedido, sino que ponia en el envoltorio que eran tomates pera. --Son lo mismo, Carlo. --No lo son, Diego, !la receta no va a quedar igual! !Este nino es un inutil! --!Son lo puto mismo, Carlo! --insistio Diego con aparente calma, mirandole fijamente e intentando hacerle entender por las buenas que no anadiera lena a aquel infierno. Al rato, un grupo de amigos que estaban en la primera parada de su parranda nocturna, con varias cervezas de mas entre pecho y espalda, se pusieron a gritarle obscenidades a Ana y a tirarle pellizcos al culo cuando les traia los pedidos. Ana, por supuesto, le propino a uno de ellos tal bofetada que le puso a llorar del susto. Gritos, amenazas con llamar a la policia, exigencias de hojas de reclamaciones, Diego que sale, pone orden, manda a Ana a otro lado, se encara con los tipos, los tipos que al final se marchan por no pelearse con ese encargado de mas de metro noventa que esta en mejor forma fisica que todos ellos juntos. Los de la mesa once, una pareja tan acaramelada que estaban empezando a dar un poco de asco, se intentaron marchar sin pagar sobre las diez de la noche. Estallo una copa de vino en uno de los lavavajillas, y hasta que alguien pudo tomarse un rato para deshacerse de los cristales anduvieron corriendo de un lado a otro con los platos sucios e incluso lavando cosas a mano para salir del paso. Cuando por fin echaron abajo la persiana, con todo aun por recoger y fregar, Diego decidio tomarse un momento junto a la salida de atras. Y alla se lo encontro Lucia cuando sacaba una de las primeras tandas de bolsas de basura. Diego fumaba, con los ojos entornados, masajeandose el cuello, y a ella le parecia que no podia existir en el mundo, objetivamente hablando, nadie mas sexy. Ninguna estrella de Hollywood, ningun modelo de ropa interior, con mas atractivo que aquel hombre cansado y sudoroso, y aun asi divino bajo la luz de las farolas. Diego le ofrecio el cigarrillo. --No fumo --dijo Lucia. --Yo lo estoy dejando --comento Diego. Y Lucia cogio el cigarro y le dio una calada porque, basicamente, en ese instante le apetecia mucho tener en los labios algo que hubiera pasado por la boca de Diego. Fumaron un par de minutos en silencio, con cierta complicidad. --Despues de esto necesito librar como tres anos --bromeo Diego restregandose la barba y provocandole a Lucia un pequeno brote de placer. Fue entonces cuando a ella se le paso algo por la cabeza, muy fugazmente. Estaba segura de que aquel arrebato se debia al cansancio y a la tension acumulada del dia, y quiza a que, como todo ser humano que lo tuviera cerca, habia tenido algun que otro sueno erotico con el. Sabia como era Diego, y sabia como era ella. Conocia a la clase de chicas que le gustaban a el, con las que coqueteaba y que solian acompanarlo, incluida aquella ocasion en que lo pillo alli mismo, hacia unos meses, en la parte sin luz del callejon, mientras la rubia de la mesa ocho que no habia dejado de lanzarle miradas coquetas toda la noche estaba de rodillas frente a el. Lucia se acordaba de la verguenza, de la curiosidad y de la irresistible cara de placer de Diego, antes de escabullirse de vuelta al office intentando no ser vista. Diego era de los que dejaba que una clienta le hiciera una mamada en el callejon de atras en pleno turno y despues volvia al trabajo como si nada. Ella no se acercaba siquiera a tener un minimo de aquella osadia, pero en ese momento, como si estuviera borracha, andaba con todos los cables cruzados. --?Tienes algo que hacer despues? --le pregunto, aparentemente indiferente, pero tambien intentando dejar caer que le gustaria llevarselo a casa, o a cualquier otro lugar, y quiza hacerle lo de la rubia de la mesa ocho. --Me ire a intentar dormir todo lo que me deje el cuerpo --dijo Diego con un suspiro de cansancio, mirando el vacio. Lucia aun lo observo un poco mas sin entender si se trataba de una indirecta o no se habia dado cuenta. Fuera lo que fuese, se alegro, porque en el momento en que la supuesta invitacion a acostarse con ella salio de su boca, se le derrumbaron las ganas. ?En que estaria pensando? No iba a ser la primera camarera que se pillaba por Diego y despues de que el se lo pasara bien un par de dias se tenia que acabar marchando destrozada, porque Diego era incapaz de mantener ninguna clase de relacion mas alla de la cama. O de los callejones traseros. Y, lo peor, ella ni siquiera estaba pillada por el. Le gustaba porque tenia ojos en la cara y era imposible no fijarse en sus pectorales, o en su espalda tensa y musculada cuando se agachaba a recoger una caja o a colocar el genero en las baldas, o cuando se desvestia sin disimulo delante de quien fuera en los vestuarios y dejaba al aire los tatuajes y el cuerpo fibroso por todo el deporte que practicaba. Y era un companero agradable y divertido. Pero, mas alla de eso, ni siquiera era su tipo. Mas alla del sexo, nunca tendrian ningun tema de conversacion interesante. Y Lucia no se sentia capaz de estar con alguien solo por el sexo. Ni siquiera con Diego. Se lo habia propuesto muchas veces, pero no le funcionaba. Lucia era de las que sin pensarlo se enamoraba con el primer golpe de viento, y normalmente esperaba que las relaciones fueran mucho mejores de lo que eran en realidad. Ella no sabia estar sin la ternura ni las palabras bonitas, y se le iba toda excitacion de pensar en terminar de follar y levantarse de la cama como si nada. Lucia le devolvio el cigarrillo y estiro los brazos. --Hale, Lucita, nos toca pringar. Lucia volvio a la realidad. Diego se habia liado con muchas, y se acostaria con muchas mas, sin duda. Pero Lucia nunca seria una de ellas, y todo estaba bien asi. Capitulo 1 Dos anos despues No supo bien por que se fijo, porque ella nunca levantaba la cabeza cuando iba de camino a la boca del metro, y menos cuando iba tan embebida en su propio mundo y se acercaba peligrosamente la hora de la comida. Sin embargo, ahi estaba; acababa de pasar por su lado y era el. No la habia reconocido. Ella se giro y le busco con la mirada hasta localizarle entre el gentio, un poco antes de llegar al paso de cebra de la avenida. --!Diego! --le llamo para que no desapareciera--. !Diego! Y el se giro. No pudo evitar sonreir al ver a su viejo companero de trabajo, tan alto, tan rubio, de ojos de color avellana y un atractivo natural como pocos habia conocido en su vida, con el pelo un poco mas largo de como lo recordaba recogido en un pequeno mono desalinado, una camiseta de manga corta que habia conocido tiempos mejores y unos enormes pantalones de payaso de color verde botella bailando en la cintura solo sujetos por unos tirantes a sus hombros. Parecia que estuviera dentro de una piscina portatil. Al principio, cuando el se giro y la reconocio, ella solo sonrio, pero al verle asi vestido no pudo evitar echarse a reir. El la reconocio a lo lejos y tambien sonrio, senalandose los pantalones. Y de repente eran dos viejos amigos partidos de risa en mitad de la calle un dia cualquiera. Quiza fue la impresion de la indumentaria, o que realmente en aquel dia gris se alegraba mucho de encontrarse con alguien que, en su tiempo, llego a ser un buen companero, e incluso un poco amigo a ratos, con quien compartio muchas horas de su vida. El hecho es que, en vez de saludarle de manera normal (llevaban unos dos o tres anos sin verse, desde que ella dejo el restaurante), se acerco a el y le dio un verdadero abrazo de oso, muerta de la risa. Y en ese momento el se quedo bastante impresionado por lo que estaba pasando. No se esperaba el abrazo, ni la risa. Tampoco es que esperase recibir indiferencia al pasearse vestido de payaso por media ciudad, pero el calor de aquel abrazo (la cercania de ella, la risa, y el sol que le hacia desprender un aroma dulzon a su pelo, la mano de ella acariciandole el hombro y dandole una palmadita), los dos o tres segundos que duro, le hizo sentir bienvenido por primera vez en mucho tiempo.

  • Si yo te contara, Mayte Pascual de Mayte Pascual

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    Tras el exito de El que faltaba, llega la historia de Nel.
    En visperas de Navidad, Caleb da una sorpresa a Cloe y, durante una cena de amigos, se comprometen de la forma mas tierna y romantica que todos hayan visto alguna vez. Los novios se convierten para los demas, de la noche a la manana, en dos alienigenas que viven en su propio universo de encajes, flores y decoraciones vintage.
    Por primera vez desde que se conocen, Nel siente envidia de la felicidad de Cloe. Quiza su vida no le gusta tanto como creia. A pesar de tener un trabajo que le apasiona y una vida social mas que activa, su vida sentimental esta vacia como nunca. Nadie la espera en casa, nadie le cuenta que tal le fue el dia mientras cenan, no tiene a nadie para discutir por el mando de la television, ni para refugiarse bajo una manta en el sofa los domingos de lluvia. Odia esa sensacion de vacio, esa casa ordenada y esa vida perfecta y solitaria dedicada en cuerpo y alma al trabajo. Mientras siente como poco a poco va perdiendo a su mejor amiga, se da cuenta de que quiza no sea tan mala idea arriesgarse a amar, aun a riesgo de desenmascararse y demostrar su torpeza en el amor. Lo que no sabe es que, cuando menos te lo esperas, la vida te proporciona experiencias que hacen que tu corazon este mas vivo que nunca.

  • Prisionero del agua de Alexis Diaz-pimienta

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    Cuando se publico por primera vez (Espana, 1998), esta novela cubana gozo de gran acogida entre el publico y la critica. Obtuvo el Premio Alba-Prensa Canaria ese mismo ano. En enero de 1999 la ya desaparecida revista literaria Ajoblanco la selecciono entre uno de los cinco libros “mas buscados” por los espanoles. En diciembre de 1998, en el suplemento El Cultural, del diario ABC de Espana, fue seleccionada como una de las diez mejores operas primas del ano en ese pais.

  • La chica del lunar de Raquel Sevilla Saborido

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    Raquel Ramirez es una chica que trabaja en una hamburgueseria en el centro de Malaga. Bruce Smith es dueno de una editorial que tiene en Nueva York. Una noche, Bruce va a cenar a la hamburgueseria donde trabaja Raquel y se queda prendado de ella. Poco despues, se ven en un chill out de la playa. Pero no sera hasta que vuelvan a coincidir en Madrid, en un concierto de Michael Bolton, cuando las chispas comiencen a saltar. A partir de ahi, solo tu descubriras entre las paginas de este libro, lo que ocurre con su relacion.

  • La ultima bala de plata de Arwen Grey

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    En Fort Worth solo hay dos tipos de personas: los Kavanagh y los que osan enfrentarse a ellos.
    A Gereon Meier le robaron su vida, su rancho y su futuro, ahora volvera para descubrir lo que ocurrio hace cinco anos y vengarse de los que se lo arrebataron todo.
    Arabella DuPont solo quiere una nueva vida, sin importarle quien se interponga en su camino.
    Cuando las barreras entre enemigos y amigos son tan difusas como la niebla, solo puedes fiarte de tu instinto.
    La libertad y la verdad solo estan a cinco balas de plata de distancia.

  • La decision de una dama de Trixie George

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    Una dama debe sonreir siempre, estar al dia de las ultimas tendencias de moda y ser amable en todo momento. Ademas, una dama nunca debe tomar decisiones por si misma, sino obedecer a las de su padre o su esposo. Eso es lo que lady Verity ha oido toda su vida, y lo que debe poner en practica cuando llega a Londres dispuesta a encontrar esposo.

  • El dia y la noche de Agatha Allen

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  • Nadie muere en Wellington de Carmen Sereno

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    “Con el aprendi que el amor no se mide en tiempo, sino en intensidad.”

  • El mapa del tesoro escondido de Mo Yan

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    La narrativa vertiginosa y original de Mo Yan resulta deliciosa para el lector, que queda irremediablemente atrapado en la trama.

  • Impostores de Robin Cook

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    Impostores, el nuevo y explosivo libro del autor superventas y maestro del thriller medico Robin Cook, te hara dudar de todo.

  • La ultima duquesa de Laura Powell

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    Una original historia de amistad con una galeria de personajes asombrosos, pinceladas de magia, misterio y giros inesperados.
    Con apenas trece anos, Pattern ya destaca entre las estudiantes de la prestigiosa Academia de Servicio Domestico de la senorita Minchin y va a trabajar como primera doncella de la gran duquesa de Elfinburgo, que se ha quedado huerfana.
    La joven duquesa de este pequeno y misterioso lugar es nerviosa y paranoica, !y con razon!, pues aunque parezca idilico, el ducado de Elfinburgo oculta un secreto oscuro y mortal… Poco a poco, y a pesar de sus diferencias, las protagonistas forjaran una amistad que pronto las llevara a luchar por su supervivencia. Asi, Pattern empleara todo su ingenio para enfrentarse a las conspiraciones y a las intrigas de quienes menos se imaginan, y a los peligros que acechan en cada rincon, dentro y fuera del castillo.

  • El muro de la memoria de Anthony Doerr

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    El muro de la memoria reune cuatro historias ineditas del autor de La luz que no puedes ver, que nos hablan de la conmovedora fortuna de vivir en este mundo.

  • Inquebrantables de Bruno Puelles

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    Varios siglos despues de una catastrofe nuclear, unas pocas ciudades sobreviven bajo tierra para escapar de la radiacion que todavia persiste. Una de ellas decide organizar una expedicion en busca de lo que parece un asentamiento cercano y asi poder colonizarlo. La unica manera de hacerlo es cruzando la antigua red de metro en unos vehiculos terrestres que llaman naves y rezando para no perderse en el laberinto de tuneles.
    Olivia lleva toda su vida formandose para ser piloto. Cuando la admiten en la expedicion y esta a punto de cumplir su sueno no se imagina que entre la tripulacion, ademas de al guapisimo capitan Barrow, conocera a Hawke, el extrano inventor que la obligara a desobedecer las ordenes de su superior y embarcarse con el en una aventura llena de peligros.

  • El cerco de Bogota de Santiago Gamboa

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    Una serie de relatos de Santiago Gamboa que no dejara indiferente a nadie

  • Chicas de papel y de fuego de Natasha Ngan

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    Cada ano, eligen a ocho chicas hermosas que serviran al rey como Chicas de Papel. Es el mas alto honor al que pueden aspirar. y a la vez, el mas degradante. Este ano hay una novena chica.
    Y en lugar de papel, esta hecha de fuego.
    Lei pertenece a la casta de papel, la clase mas baja de Ikhara. A pesar de eso, un rumor sobre sus ojos dorados ha despertado la curiosidad del rey; por eso, la apartan de su hogar y la llevan al opulento palacio, una prision dorada, y su vida queda sometida a los caprichos del Rey Demonio.
    Mientras suena con escapar, Lei comete lo impensable: se enamora.

  • Como besar a un canalla de Amanda Mariel

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    Un malentendido que rompe los lazos de la amistad, impulsa a lady Natalie a encontrar el amor de su vida.

  • La peligrosa amante del jeque, Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • La promesa de una dama de Trixie George

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    La piedra era alta y lisa y proyectaba su sombra sobre la hierba, convirtiendo aquel rincon apacible en un lugar sombrio donde ni siquiera se oia el canto de los pajaros. Aquel era el punto mas alejado del jardin, casi en el limite del bosque, y ni siquiera el jardinero se aventuraba por alli tal y como demostraban las malas hierbas que crecian en libertad. Era el lugar ideal para evitar miradas y preguntas indiscretas. Jocelyn se sento sobre la hierba sin prestar atencion a la humedad que brotaba del suelo y empapaba sus faldas hasta llegar a su piel. Sus ojos recorrieron la piedra con avidez, a pesar de que con el paso de los meses habia llegado a saberse de memoria cada irregularidad en la roca, cada diminuta mancha. No habia ningun tipo de inscripcion. Ella lo preferia asi y, de todos modos, las palabras de duelo estaban grabadas a fuego en su corazon, tan hondas como hechas con un cuchillo afilado. Sintio que los ojos le escocian y se los froto con rabia, dejando un rastro de lagrimas sobre sus mejillas. Era tan injusto. Sus dedos no tendrian que estar acariciando aquella fria piedra sino a el, sus manos deberian estar recorriendo su mandibula cuadrada y su ancha espalda. Y deberia estar escuchando su voz, esa voz profunda y refinada que la habia encandilado, en lugar de estar hablando a solas ante una lapida bajo la cual no habia nada mas que tierra, pues su cuerpo yacia en algun lugar en el fondo del oceano, irrecuperable para siempre. Daniel. Daniel Redfern. Su primer y unico amor. El hombre que habia amado con todas sus fuerzas y al que le habia hecho una promesa: que le esperaria pasase lo que pasase. Una promesa que no habia sido capaz de cumplir. Penso con tristeza en los acontecimientos de los ultimos meses. El dia que habia despedido a Daniel antes de su viaje habia sido el ultimo dia feliz de su vida. Despues, los dias y las noches se habian vuelto grises, llenos de anoranza, hasta que la peor de las noticias habia llegado para agitar la placida vida de los nobles londinenses: el Marie Therese, el barco de la Corona Britanica en el que viajaba Daniel, habia sido atacado por piratas frente a las costas de Tortuga. Toda la tripulacion habia sido pasada a cuchillo. Nadie habia sobrevivido. Esa noticia habia supuesto para Jocelyn el fin de su alegria. Durante las semanas siguientes habia vivido en una especie de neblina en la que el llanto y la tristeza habian sido los protagonistas. Puesto que habia mantenido en secreto su relacion con Daniel casi en secreto, no podia desahogarse con nadie y su palidez, su desanimo y las enormes ojeras que lucio durante semanas fueron achacados por todos a un virus estomacal. Lo cierto es que Jocelyn se sentia fisicamente enferma, con nauseas y cansancio, y si bien al principio ella misma atribuyo estos sintomas a su infinita tristeza, pronto la verdad se impuso: una nueva vida habia comenzado a formarse en su interior: su hijo, el hijo de Daniel. Un hijo que ya jamas podria conocer a su padre. Un bebe que, en cuanto naciese, condenaria a Jocelyn al desarraigo social, puesto que los miembros de la aristocracia londinense jamas aceptarian un hijo fuera del matrimonio y se apresurarian a condenarla al ostracismo. A partir de ahi, todo habia ido de mal en peor. Desesperada, habia tomado una de las peores decisiones de su vida: aceptar la proposicion de matrimonio de Edward Balfour, un hombre vil que le prometio que se haria pasar por el padre de la criatura a cambio de adquirir el control sobre su dote. Los pocos meses que duro su matrimonio con Balfour habian sido un infierno para Jocelyn. El era un hombre cruel y sin escrupulos que no dudaba en humillarla y despreciarla a cada instante, recordandole el vergonzoso secreto que llevaba en sus entranas. Cuando Jocelyn desperto una manana en una cama empapada de sangre comprendio que todo habia terminado: la naturaleza habia seguido su curso y el hijo de Daniel Redfern jamas llegaria a nacer. Durante meses, se arrastro por los pasillos de su mansion como un alma en pena, sintiendose anclada a una vida sin sentido. Su esposo murio poco despues en una pelea y aunque su muerte la libero de sus insultos y maltratos, Jocelyn ni siquiera sintio alivio. Regreso a la casa de sus padres convertida en una viuda joven y triste que ya solo deseaba vivir el resto de sus dias a solas y en paz. El silencio del jardin se vio alterado de repente por un lejano tanido de campanas. Jocelyn se estremecio. Era un sonido hondo, triste y no anunciaba una boda o un bautizo sino algo mucho mas tenebroso: una ejecucion. No era un dia cualquiera: Jack el Rojo, el pirata cuya tripulacion habia atacado el Marie Therese, habia sido apresado al fin frente a las costas de Francia e iba a ser ajusticiado publicamente junto con todos sus hombres. Ese era el motivo por el que Jocelyn habia acudido tan temprano a ese rincon del jardin: deseaba hallarse en ese lugar exacto cuando la horca se cinese por fin en torno al cuello de aquel que le habia robado la alegria. La ejecucion de esos criminales era para ella un recordatorio de que no habia vuelta atras, de que el destino de Daniel hacia tiempo que habia sido sellado. Jocelyn saco de entre los pliegues de su falda una cajita de nacar que contenia un diminuto jubon hecho a mano, con una hilera de minusculos botones de perlas. Lo habia tejido ella misma cuando se entero de su embarazo y era la primera y unica ropita que jamas tendria aquel bebe que nunca llego a nacer. Tragandose las lagrimas, coloco la caja al pie de la lapida, tapandola con varios punados de musgo para que nadie la encontrase. Alli estaban, para siempre juntos, los dos recuerdos de los dos amores que habia tenido y perdido y la habian dejado hueca y vacia. Ahogando un gemido, se puso en pie y comenzo a caminar hacia la casa con la cabeza gacha. CAPITULO 1 Londres, un ano antes Gregory Redfern, cuarto vizconde de Dunnam, miro a su hijo Daniel con los ojos entornados y exhalo un suspiro de frustracion. Llevaban horas discutiendo y ambos estaban agotados y se habian quedado sin voz ni argumentos. --?Estas decidido a hacerlo? --Lo estoy. No pienso cambiar de idea. El viejo vizconde sirvio un vaso de brandy para cada uno y meneo la cabeza con pesar. Daniel era terco y obstinado, por sus venas corria la ferrea determinacion de los Redfern. Eso era algo que los dos tenian en comun. --?Acaso no tienes aqui en Londres todo cuanto puedas desear? Muchos matarian por estar en tu posicion. Tienes un titulo, fortuna, buenos amigos. Las puertas de los mejores clubs de la ciudad se abren de par en par para ti. ?Por que ese empeno en viajar de un lado a otro como un vagabundo? Si tu hermano estuviera aqui... --Pero el ya no esta aqui --interrumpio Daniel con expresion de dolor--. John jamas volvera y los dos lo sabemos. Padre e hijo volvieron a sumirse en un silencio triste, contemplando las llamas que crepitaban en la chimenea. Daniel sintio que el corazon se le hacia pesado en el pecho ante el recuerdo de John, su hermano mayor, que habia muerto el ano anterior victima de unas fiebres. John era el heredero, habia nacido para ostentar el titulo de vizconde y se movia con desenvoltura entre las cadenas de favores e intrigas politicas de la vida cortesana. Daniel era muy diferente. Odiaba el concepto de superioridad innata de la nobleza y los anejos titulos que pasaban de familia en familia, cargados de pompa y obligaciones, le repelian. La muerte de John, ademas de sumirlo en una honda tristeza, lo habia situado a el como nuevo heredero y lo habia condenado a una vida de apariencias y tedio. El no queria ser vizconde. Odiaba Londres, la politica de salon le abrumaba y los bailes y partidas de caza le resultaban asfixiantes. El sonaba con espacios abiertos, con un mar infinito extendiendose ante el y con tierras exoticas e inexploradas. Envidiaba a hombres como Thomas Cook o Daniel Solander, cartografos y exploradores de la Corona que tenian libertad para viajar a las Indias Orientales o al Nuevo Mundo, lugares lejanos y vibrantes, tan diferentes de la gris Inglaterra. En lugar de asistir a los clubs privados de caballeros, el preferia frecuentar las conferencias y reuniones que los exploradores y naturalistas celebraban para los curiosos en la Royal Society. Sentando entre el publico, bebia sus palabras como un sediento hartandose del agua mas pura. Hubiera dado la mitad de su fortuna por estar en su lugar. Durante una de esas reuniones habia conocido a Adam Montgomery, un empleado de la Compania Britanica de las Islas Orientales que habia hecho fortuna llevando a Inglaterra cargamentos de canela de Ceilan, nuez moscada y todo tipo de especias exoticas. Sentados los dos ante una botella de brandy, con el humo de los cigarros humeando entre ellos y la lluvia inglesa arreciando tras las ventanas, Daniel habia escuchado con atencion sus historias sobre los atiborrados mercados de Calcuta y Goa y los barcos que surcaban los mares desde la India llevando cargamentos de corteza de casia. Era una vida dura, plagada de libertad; una vida que Daniel hubiera querido vivir el mismo. Tras sus aventuras en las Islas Orientales, Montgomery estaba ahora decidido a explorar nuevas rutas de comercio. El Caribe se habia convertido en un emplazamiento prospero para la Corona Britanica y las plantaciones de azucar o tabaco en islas como Tortuga, Nueva Providencia o Barbados eran fuente de grandes riquezas para los hombres que sabian aprovechar su potencial. --Los ingenios azucareros son el futuro --decia Montgomery con gran excitacion--. Asi les llaman a esas grandes extensiones de tierra que son ideales para extraer melaza. Las destilerias de ron pagan muy bien por ella. !Cualquier hombre puede hacerse rico si sabe como! Contagiado por su entusiasmo, Daniel habia aprovechado sus contactos como hijo de un vizconde para ayudarle a obtener la concesion real necesaria y Montgomery, en agradecimiento, le habia ofrecido una participacion en las acciones de la plantacion, ademas de un pasaje en el Marie Therese, uno de los barcos de su compania naviera. Sin consultarlo con nadie, Daniel tomo una decision: partiria en ese viaje. Seria como el canto del cisne; su ultimo coqueteo con la libertad y la aventura antes de asentarse en Londres y hacerse cargo de las obligaciones de su titulo. Y ahi estaba ahora, enfrentandose al mal trago de comunicarle sus intenciones a su padre. El viejo vizconde era un hombre discreto que durante toda su vida habia tenido que callar mucho y sonreir todavia mas para hacerse un hueco en la corte del rey Jorge [1], llena de alimanas y mentiras. La muerte de su primogenito lo habia sumido en la melancolia y su unica esperanza era que Daniel hiciese honor a su apellido y caminase por la senda que John no habia podido recorrer. --Se que no aprueba mi decision, padre --repitio Daniel--. Se que lo considera una locura. El anciano lo miro entornando los ojos. --!Cualquiera con un minimo de seso convendria conmigo en que te has vuelto loco! Ademas, ?que hay de esa muchacha, la hija de Berkeley? Se que te has fijado en ella. ?Le has dicho ya que te marchas? Daniel dio un respingo tan violento que los hielos de su vaso tintinearon. Le asombraba la astucia de su padre. El vizconde habia tocado deliberadamente su fibra mas sensible, ya que dejar atras a Jocelyn, la joven que le habia robado el corazon y poblaba todos sus suenos, era la unica mancha negra en su decision. Si existian unas manos capaces de atarlo a tierra firme, esas eran las de Jocelyn Berkeley. --Ella lo comprendera --dijo rechinando los dientes. --?Estas seguro? Las mujeres tienen su corazon puesto en un unico objetivo: casarse y tener hijos. La muchacha estara deseando que pidas su mano formalmente y en lugar de eso pretendes anunciarle tu partida. ?Y si no te espera? ?Y si en tu ausencia se compromete con otro? Daniel apreto tanto los punos que estuvo a punto de hacer estallar el vaso. Imaginarse a Jocelyn en brazos de otro hombre le hacia hervir la sangre. Ella era suya, tan suya como la piel que recubria sus huesos. Amaba a Jocelyn Berkeley con todas sus fuerzas, a pesar de que antes de conocerla estaba convencido de que las mujeres, en especial las insulsas debutantes educadas por y para el matrimonio, eran molestos estorbos que uno debia evitar a toda costa si queria conservar su libertad. Ella le habia hecho cambiar de opinion. La imagen de su rostro palido y cremoso inundo su mente y experimento una mezcla extrana de frio y calor, de alegria y miedo. Su padre tenia razon. ?Como reaccionaria Jocelyn al enterarse? --Tengo que irme. --dijo poniendose en pie bruscamente--. Padre, intente comprender que mis suenos no son peores que los suyos, aunque sean distintos. Y si no puede comprenderme, al menos intente perdonarme. El anciano no contesto. Se giro hacia la chimenea encendida con la cabeza gacha, evitando la mirada de su hijo. Intentando no fijarse en la curva derrotada de sus hombros, Daniel llamo a un criado y le ordeno que preparase un carruaje. --A la mansion de los Berkeley. Deprisa --ordeno en cuanto el cochero estuvo instalado en el pescante.

  • Regreso a Oak Hill (Oak Hill 2) de Marian Viladrich

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    Segunda entrega de la trilogia romantica actual de Marian Viladrich <>.

  • Todo es relativo Parte 2, Naobi Chan de Naobi Chan

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    Tras un triste desenlace, Elizabeth cree haber rehecho su vida, un nuevo trabajo, una nueva ciudad, pero los fantasmas del pasado todavia le atormentan, Daniel ahora no esta en su vida y con nuevos amigos cree que podra salir adelante y ser un poquito feliz. Nicholas se mantuvo alejado, cumplio lo que elle le habia pedido y parece que con el tiempo ha aceptado no volver a verle, pero todo cambia con un solo vistazo, sentimientos dormidos vuelven a florecer y es muy facil dejarse llevar, aunque el miedo de volver a sufrir esta latente.

  • Tan sutil como la brisa (Boreal Rois 1) de Rosa Alcantara Menendez

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    Cualquier lugar es bueno para encontrar el amor y en cualquier lugar pueden ocultarse secretos. Gabriel Drake tiene treinta y cinco anos, una situacion economica desahogada, un matrimonio herido de muerte y un desafio: negociar en Terranova la inversion de una petrolera para el banco en el que trabaja.
    El clima, la frustracion y el azar jugaran un papel decisivo cuando se tope de frente con Claire Merritt, tan fascinante como misteriosa. A partir de ahi, su vida quedara atrapada por el pasado de la mujer, por saber que secretos guarda en su interior y en su casa. Esa que todos llaman La Rosa de los Vientos, la mansion roja o el caseron de la esquina, pero nadie por su verdadero nombre: Boreal Rois.

  • El rey recibe de Eduardo Mendoza

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    Barcelona, 1968. Rufo Batalla recibe su primer encargo como plumilla en un periodico: cubrir la boda de un principe en el exilio con una bella senorita de la alta sociedad. Coincidencias y malentendidos le llevan a trabar amistad con el principe, que le encomienda, entre otras cosas, escribir la cronica de su peculiar historia. El opresivo ambiente de la gris Espana franquista pronto se quedara pequeno para Rufo, que viajara a Nueva York con poco dinero, grandes esperanzas y el difuso objetivo de hacer algo emocionante con su vida.
    Rufo Batalla sera testigo de los fenomenos sociales de los anos setenta, como la igualdad racial, el feminismo, el movimiento gay o el desplazamiento de los grandes centros culturales y la deriva de la cultura hacia nuevas formas de expresion, fenomenos que en buena parte hicieron del presente lo que es hoy. Y dejara constancia, no tanto de los hechos como de la forma en que lo vivieron quienes los presenciaron.
    Con la conocida union de maestria narrativa y refinamiento estilistico del autor, personajes reales e imaginarios, tipicos del universo de Eduardo Mendoza, se dan la mano en esta novela, brillante inicio de la trilogia Las Tres Leyes del Movimiento, que recorrera los principales acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX.

  • La vida con un perro es mas feliz de Emilio Ortiz

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    Emilio Ortiz, autor de la novela de exito A traves de mis pequenos ojos, nos sorprende con este libro en el que los perros toman la palabra para contar sus experiencias y su relacion con los humanos.

  • El cementerio de los suicidas de Manuel Hurtado Marjalizo

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    Una mujer que suena con ser periodista.
    Una orden secreta oculta durante dos siglos.
    Tres llaves que guardan la verdad.Madrid 1899. Saturnino de la Vega aparece ahorcado en la trastienda de su libreria. Este suceso es la oportunidad que la joven Carmen Sotes estaba esperando para estrenarse como cronista de El Imparcial, su gran sueno.

  • Indomable de Arwen Mclane

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    Raquel es una mujer fuerte y valiente, sargento del ejercito espanol y piloto de cazas. Una mujer todo terreno del siglo XXI.
    A causa de un terrible accidente aereo, viaja en el tiempo y aterriza en una epoca donde las mujeres no son valoradas, donde solo sirven para criar hijos y ocuparse de su casa, o eso piensan ellos. Pero Raquel no se deja dominar por ningun hombre.

  • Adanmel de Gema Gil Gutierrez

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    Raquel es una joven y brillante ingeniera medioambiental, contratada en una fabrica de quimicos en Irlanda. Un vertido al rio procedente de un deposito ilegal, y un informe detallado del incidente ocasiona el cierre de la fabrica, poniendo su vida en peligro. Salvada de la muerte por alguien que es mucho mas de lo que aparenta ser, descubrira un mundo que ha permanecido oculto durante siglos a la raza humana, y un amor que exigira un sacrificio.

  • La revolucion transhumanista de Luc Ferry

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    Ha surgido una nueva ideologia con sus sabios y sus profetas, sus eminencias y sus intelectuales, que lleva el nombre de <>: una corriente cada vez mas poderosa, que, con el apoyo de medios cientificos y materiales considerables, milita a favor del uso intensivo de las celulas madre, la clonacion reproductiva, la hibridacion hombre/maquina, la ingenieria genetica y las manipulaciones germinales, que podrian modificar nuestra especie de forma irreversible, todo ello con el fin de mejorar la condicion humana. El progreso de las tecnociencias en estos ambitos es de una amplitud y una rapidez inimaginables, es silencioso, no llama la atencion de los politicos y apenas la de los medios de comunicacion, de modo que se produce a espaldas de la mayor parte de la poblacion y practicamente no esta regulado. Esta nueva situacion nos obliga a reflexionar, a anticiparnos a las abisales cuestiones que estos nuevos poderes del hombre sobre el hombre plantearan inevitablemente en los proximos anos, en los planos etico, politico, economico, pero tambien espiritual.

  • El momento perfecto de Kate Dawson

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    Lexie Quennell tenia una vida perfecta: un marido que la ama, dos hijas maravillosas y un trabajo que le gustaba. Un terrible e inesperado accidente hara saltar por los aires toda esa falsa estabilidad y la llevara de vuelta a River Place, el lugar del que escapo doce anos atras. Ante ella se presenta una nueva oportunidad de amar… si es capaz de arriesgarse.

  • Solo tres citas… y una mentira – Victoria Vilchez de Victoria Vilchez

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    Cuenta la leyenda que originalmente los humanos poseian cuatro piernas, cuatro brazos, dos rostros y una sola cabeza, y en ellos convivian el sexo femenino y masculino; pero Zeus, sintiendose amenazado por la fortaleza de estos seres, les lanzo un rayo y los dividio en dos, condenandolos a vivir sin su mitad y a vagar en busca de ella para estar completos.

  • El baile de los penitentes de Francisco Bescos

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    “Un thriller rural extraordinario: una trama perfectamente urdida, un elenco de grandes personajes, un escenario maravillosamente descrito y un estilo seco y directo que te atrapa sin remedio”. CARLOS BASSAS

  • Inocente belleza de Clare Connelly

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  • Amor vidente de Elizabeth Pineda

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    Por fin ha llegado el dia que tanto he esperado. Estoy sentado en la cama de mi habitacion esperando a que Elyon me llame y me diga a quien ha elegido para ser mi companera. En la vida de todo vidente llega el punto donde no puede continuar solo y Elyon le obsequia a la mejor persona para que este a su lado. Ese dia ha llegado para mi. De pronto las luces parpadean, todo se pone borroso y luego, El aparece. --Has aguardado mucho tiempo para esto --dice. --Asi es --contesto emocionado. --Me fue dificil encontrar a alguien para ti, pero finalmente he hallado a la mujer perfecta. Lo mejor de Elyon es que nunca se anda con rodeos y dice las cosas directas. Una imagen comienza a titilar delante de mis ojos y poco a poco aparece la imagen de una joven mujer. La observo con detenimiento, sin perderme un detalle de su identidad, pero... algo anda mal, ella no puede ser la mujer que ha escogido para mi. --Debe ser una broma --comento. --No, jamas bromearia con algo asi. --No me pidas eso por favor --suplico--. He sido leal a ti. Jamas he hecho nada malo. --Asi es como deben ser las cosas hijo mio --responde inflexible. --No, tu... no me puedes hacer esto. Toda mi vida he sonado con conocer a una hermosa chica y enamorarme de ella. --Ella es la chica que elegi para ti. --Te he dedicado mi vida entera, lo menos que podria esperar por eso es una buena esposa. --Sabes bien que mi decision ya esta tomada. --Tu me odias ?cierto? --Claro que no, hijo yo te a... --!Es una prostituta! --Lo interrumpi--. ?Donde esta el amor en eso? --Es suficiente, hablare contigo despues. --!No, no! --grite esperando que se quedara un momento mas, pero unos segundo mas tarde, el extasis termino. 1 Keren Levanto la cabeza hacia el balcon con la esperanza de que Dario no se encuentre ahi, si ve que me siento un segundo, se enfadara; pero lo necesito, necesito quitarme los malditos tacones que estan matandome. Llevo toda la noche trabajando sin parar, creo que merezco un descanso. Por fortuna, el balcon esta vacio, quiza ya esta en su oficina contando sus ganancias de la noche. Me dirijo discreta hacia el bano, donde nadie me molestara. Una agradable sensacion recorre mis piernas cuando el primer tacon cae. Suspiro de alivio y luego masajeo mis pies. Se que la vida que llevo no es la mejor. Cuando me ven, muchos me llaman mujer perdida, otros me llaman zorra o prostituta, pero la mayoria prefiere decirme dama de compania, tal vez sienten que asi me ofenden menos. Honestamente, no me interesa lo que piensen, me gano bien la vida; y por lo menos no estoy robando como hacen otros. Tan solo desearia que los turnos no fueran tan largos. --?Keren? --La voz de mi amiga Talita suena dentro del bano--. ?Estas aqui? --Aqui estoy Talita --respondo con cansancio--. ?Que necesitas? --Amiga, Dario te busca. Acaba de entrar un nuevo cliente, quiere que lo atiendas. "Dios ?es enserio?" pienso, esto tal vez retrase mi salida. Tomo mis tacones en las manos y salgo del bano. --?Por que debo atenderlo yo? --pregunto molesta --Casi es mi hora de salida. --Lo se Keren, pero Dario dice que este es un cliente nuevo, y quiere mostrarle lo mejor para que regrese mas adelante. --?Asi que yo soy de lo mejor? --pregunto con sarcasmo. Talita solo se encoge de hombros--. Bien, ire, pero no prometo nada. --Keren, espera --dice y me toma de un brazo--, retoca un poco tu maquillaje, esta terrible y ponte los tacones. Por lo que vi, este cliente es de los dificiles. --?A que te refieres? --Ya lo veras cuando salgas. Sigo el consejo de mi amiga, y retoco un poco mi maquillaje, ella tiene razon, esta terrible. Cuando salgo minutos despues, todo esta vacio, excepto por un joven sentado en la barra. Esta de espaldas a mi, pero aun asi puedo percibir que es atractivo. Tiene hombros anchos, cabello corto y ademas es alto, quiero decir, muy alto. Lleva una chaqueta de piel negra y unos vaqueros desgastados que le vienen muy bien. Me acerco hacia el con la sonrisa mas provocadora que puedo fabricar. --Hola guapo --saludo mientras rozo su espalda con mis dedos. Aunque el ni se inmuta--. Nunca te habia visto por aqui. Cuando me siento a su lado, el joven levanta la vista de la barra y me mira con aburrimiento, ahora veo a lo que Talita se referia. --?Como te llamas? --pregunto para no dejar morir la conversacion. A pesar de mi pronunciado escote, sus ojos se mantienen fijos en los mios, me doy cuenta que detras de sus gafas, hay unos increibles ojos azul electrico. --Ezequiel --responde casi a la fuerza. --Bueno, Ezequiel, dime ?por que eres tan callado? El se rie cuando pregunto eso, quise darle una bofetada por cretino, pero Dario me observaba desde el balcon. --?Que es tan divertido? --le pregunto poniendo mi mano en su pierna, una tactica que nunca me ha fallado, pero el la aparta de inmediato. --Ustedes las prostitutas son todas iguales --dice con arrogancia. Me parece que alguien mas se esta dando cuenta de las dificultades que este cliente representa para mi. Poco a poco escucho como la musica comienza a subir de nivel y eso me da una idea. --Tal vez no --comento--, ven a bailar conmigo, te mostrare algunos pasos. De nuevo, cuando intento tomar su mano para sacarlo a bailar, el la retira y la esconde en la bolsa de su chaqueta. --?Por que no mejor te vas por ahi a saquear el armario de tu hija? --dice fastidiado. Ese comentario es el colmo para mi, ya no me interesa que Dario este cerca y me levanto furiosa. --Escucha cretino infeliz, si tanto te molestan las prostitutas ?Por que no regresas al monasterio de donde saliste? El ni siquiera se molesta en mirarme, tan solo toma su ridiculo vaso con agua y le da un sorbo. En segundos aparece Talita a mi lado. --Keren, tranquila --me dice y luego me toma de los hombros para alejarme de el. Se que quiere evitar que haga un escandalo mayor y Dario termine por correrme. --!Espera! --grita Ezequiel cuando ya nos hemos alejado algunos pasos-- ?tu nombre es Keren? --!Que te importa! --le respondo furiosa y luego me alejo con Talita hacia las habitaciones. Talita empuja la puerta de la habitacion mas proxima y nos metemos en ella. --Amiga, tienes que calmarte --dice--, te has molestado con tres clientes esta semana. Dario no te agradecera que hayas perdido a este ultimo. --Es un completo cretino --digo en tono cansino. --Todos los que vienen a este lugar son unos cretinos --apunta. --Si pues... este se lleva el premio mayor. --Piensa en Esteban, tu necesitas este empleo para darle sus estudios. Me siento en la cama para quitarme los tacones y volver a masajear mis pies. Esteban es mi pequeno de cinco anos, lleva meses diciendome que quiere entrar a la escuela para tener amigos, pero no puedo pagar una escuela, apenas si puedo mantenernos a los dos, y si pierdo este empleo con toda seguridad ni eso podre hacer. --?Como esta por cierto? --pregunta Talita. --No lo se --suspiro--, siempre llego directo a dormir. Cuando despierto, el solo se limita a mirar television. --Tienes que hacer algo por ese nino Keren, el esta creciendo y tu lo estas perdiendo. --?Crees que no lo se? --suelto de pronto--. Se que no soy la madre del ano pero... no puedo yo sola. --Esta bien, tranquila, se que es dificil. Talita estaba a punto de sentarse a mi lado cuando Dario entro en la habitacion. Miro a mi amiga y le hizo una sena para que saliera, Talita obedecio de inmediato.

  • Como Escribir Textos Tecnicos o Profesionales de Felipe Dintel

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    No solo los literatos o periodistas deben dominar el oficio de escribir. En cualquier profesion o actividad empresarial, la comunicacion escrita es un elemento fundamental para asegurar la eficacia de cualquier iniciativa. Saber expresarse con claridad y correccion facilita el logro de los objetivos profesionales. Y la elaboracion de un texto es un proceso metodico que es preciso aprender. Esta guia proporciona las claves para: Ordenar las ideas y organizar la informacion de que se dispone. Fijar (y conseguir) objetivos. Adaptar el tipo de lenguaje a su destinatario. Emplear la presentacion mas adecuada para la finalidad del documento. Las Guias del escritor son una serie de manuales practicos ideados como ayuda y apoyo para todos los que deseen dominar el oficio de escribir. A traves de ejemplos, ejercicios y utilisimas orientaciones, cada volumen cubre algun aspecto fundamental de la creacion literaria. Una coleccion imprescindible para escritores noveles, redactores y estudiantes en general.

  • Un reino de sombras (Reyes y Hechiceros 5) de Morgan Rice

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    El capitan de la Guardia Real estaba apostado en su torre de vigilancia y miraba hacia los cientos de Guardianes debajo de el, hacia todos los soldados jovenes bajo su mando que patrullaban Las Flamas, y suspiro con resentimiento. Siendo un hombre digno de liderar batallones, el capitan sintio que era un insulto para el el estar posicionado en este lugar, en el lugar mas recondito de Escalon y vigilando un grupo de criminales rebeldes a los que les decian soldados. Estos no eran soldados; eran esclavos, criminales, muchachos, ancianos, los indeseables de la sociedad, todos enlistados para cuidar un muro de llamas que no habia cambiado en mil anos. No era mas que una celda glorificada, y el merecia algo mejor. Merecia estar en cualquier parte menos aqui, quiza custodiando las puertas reales de Andros. El capitan miro hacia abajo de manera desinteresada mientras se desataba otra pelea, la tercera del dia. Esta parecia desarrollarse entre dos muchachos crecidos que peleaban por un pedazo de carne. Un grupo de muchachos gritando y animandolos rapidamente se puso alrededor de ellos. Esta era su unica fuente de diversion en este lugar. Estaban totalmente aburridos de pie mirando Las Flamas dia tras dia y con sed de sangre; y el les permitia divertirse. Si se mataban entre ellos, mucho mejor; esos serian dos muchachos menos que vigilar. Se escucho un grito mientras uno de los muchachos vencia al otro, encajandole una daga en el corazon. El muchacho se desplomo mientras los otros vitoreaban su muerte y se lanzaban sobre su cuerpo para ver que podian encontrar. Esta al menos era una muerte rapida y misericordiosa, mucho mejor que las muertes lentas que les esperaban a los otros. El victorioso se acerco, empujo a los demas, se agacho y tomo el pedazo de pan del bolsillo del muerto y lo puso en el suyo de nuevo. Tan solo era un dia mas en Las Flamas, y el capitan ardia con indignidad. El no se merecia esto. Habia cometido un error desobedeciendo en una ocasion una orden directa, y como castigo lo habian mandado a este lugar. Era injusto. Lo daria todo por poder regresar y cambiar ese momento de su pasado. La vida, penso, podia ser demasiado exigente, demasiado absoluta, demasiado cruel. El capitan, aceptando su suerte, se dio la vuelta y observo de nuevo Las Flamas. Habia algo en su constante crujir, incluso despues de todos estos anos, que le parecia atrayente y hasta hipnotico. Era como ver el rostro de Dios mismo. Mientras se perdia en el resplandor, penso en la naturaleza de la vida. Todo parecia tan insignificante. Su puesto aqui--los puestos de todos estos muchachos--parecia tan insignificante. Las Flamas habian existido por miles de anos y nunca moririan, y mientras siguieran ardiendo, la nacion de troles nunca podria invadir. Era como si Marda estuviera al otro lado del oceano. Si dependiera de el, tomaria a los mejores de estos muchachos y los pondria en otra parte de Escalon, en las costas, en donde realmente se les necesitaba, y les daria muerte a todos los criminales entre ellos. El capitan perdio la nocion del tiempo como le pasaba a menudo, perdiendose en el resplandor de Las Flamas, y no fue sino hasta muy tarde en el dia cuando se sobresalto poniendose en alerta. Habia visto algo, algo que no podia procesar, y se frotaba los ojos pensando que era una alucinacion. Pero mientras miraba, lentamente se dio cuenta de que esto no era una ilusion. El mundo estaba cambiando delante de sus ojos. Lentamente, el constante crujir por el que habia vivido cada momento desde que llego aqui, se detuvo. El calor que emanaba desde Las Flamas desaparecio de repente haciendole sentir un escalofrio, su primer escalofrio real desde que habia llegado a este lugar. Y entonces, al mirar, la columna de flamas brillantes rojas y naranjas, las que le habian hecho arder los ojos iluminando dia y noche sin cesar, habian desaparecido por primera vez. Desaparecieron. El capitan se froto los ojos de nuevo en confusion. ?Estaba sonando? Delante de el Las Flamas estaban bajando hacia el suelo como una cortina que caia. Y un segundo despues, no quedo nada en absoluto. Nada. El capitan dejo de respirar y el panico y la incredulidad empezaron a crecer dentro de el. Por primera vez se encontro mirando hacia lo que habia del otro lado: Marda. Era una vision clara y sin obstrucciones. Era una tierra llena de negro; montanas negras y desiertas, escarpadas rocas negras, tierra negra, y arboles negros y muertos. Era una tierra que nunca debio ver; una tierra que nunca nadie en Escalon debio ver. Hubo un silencio aterrante mientras los muchachos debajo por primera vez dejaron de pelear entre ellos. Todos ellos, impactados, se voltearon boquiabiertos. El muro de flamas se habia extinguido y, del otro lado de pie y mirandolos con avaricia, estaba un ejercito de troles que llenaba la tierra hasta el horizonte. Una nacion. El corazon del capitan se desplomo. Ahi, a unos pies de distancia, estaba una nacion de las bestias mas desagradables, gigantescas, grotescas y deformes que habia visto, todas blandiendo enormes alabardas y todas esperando pacientemente este momento. Millones de ellos los miraban pareciendo igual de impactados al darse cuenta de que nada los separaba de Escalon. Las dos naciones se encararon mirandose entre ellos, los troles con una mirada de victoria y los humanos en panico. Despues de todo, eran unos cientos de humanos contra un millon de troles. Se escucho un grito que rompio el silencio. Este vino del lado de los troles, un grito de triunfo, y este fue seguido por un gran estruendo mientras los troles avanzaban. Se abalanzaron como una manada de bufalos, levantando sus alabardas y cortando las cabezas de muchachos congelados en panico que ni siquiera pudieron correr. Fue una oleada de muerte, una oleada de destruccion. El capitan mismo se quedo inmovil en su torre, muy aterrado como para sacar su espada mientras los troles ya iban hacia el. Un momento despues sintio como caia mientras la furiosa multitud derribaba su torre. Cayo sobre los brazos de los torres y grito al sentir que lo tomaban con sus garras y lo hacian pedazos. Y al encontrarse ahi muriendo y sabiendo lo que se avecinaba sobre Escalon, un pensamiento final cruzo por su mente: el muchacho que habia sido apunalado, que habia muerto por un pedazo de pan, era el mas afortunado de todos. CAPITULO DOS Dierdre sentia que sus pulmones eran aplastados mientras daba vueltas en la profundidad y desesperada por aire. Trato de estabilizarse pero sin poder lograrlo debido a las masivas olas de agua que la hacian girar una y otra vez. Deseaba respirar mas que cualquier otra cosa en el mundo y su cuerpo gritaba por oxigeno, pero sabia que tratar de respirar ahora significaria su muerte. Cerro los ojos y lloro, mezclando sus lagrimas con el agua y preguntandose cuando terminaria este infierno. Su unico consuelo fue el pensar en Marco. Lo habia visto caer al agua junto con ella, lo habia sentido tomarla de la mano y ahora lo buscaba por todas partes. Pero no encontro nada mas que negrura y olas de espuma en la aplastante agua. Penso que Marco ya deberia estar muerto. Dierdre deseaba llorar, pero el dolor derribo cualquier pensamiento de autocompasion de su mente y la hizo pensar solo en sobrevivir. Pero justo cuando penso que la ola no podria cobrar mas fuerza, esta la empujo contra el suelo una y otra vez atrapandola con tal fuerza que sintio que el peso del mundo entero estaba sobre ella. Sabia que no sobreviviria. Penso que el morir aqui en su ciudad natal y aplastada por una ola gigante creada por los canones de los Pandesianos era ironico. Hubiera elegido morir de cualquier otra forma. Penso que podria arreglarselas con cualquier clase de muerte; excepto ahogarse. No podia soportar el dolor extremo, la agitacion, el no poder abrir la boca y tomar una bocanada de aire que cada parte de su cuerpo deseaba con desesperacion. Sintio que se volvia mas debil y que sucumbia ante el dolor. Pero entonces y justo cuando sentia sus ojos cerrarse, justo cuando sabia que no podria soportar un segundo mas, sintio que daba la vuelta y giraba rapidamente hacia arriba arrojada por la ola con la misma fuerza con la que la habia aplastado. Se dirigio rapidamente hacia la superficie con el impulso de una catapulta, alcanzando a ver la luz solar y con la presion lastimandole los oidos. Para su sorpresa, un momento despues salio a la superficie. Jadeo tomando grandes bocanadas de aire y mas agradecida de lo que nunca habia estado en su vida. Abrio la boca tratando de respirar y, un momento despues y para su terror, fue succionada debajo del agua de nuevo. Pero esta vez tuvo suficiente oxigeno para resistir un poco mas y el agua no la empujo tan profundo. Pronto salio a la superficie de nuevo tomando otra bocanada de agua y antes de ser sumergida de nuevo. Era diferente en cada ocasion, la ola se debilitaba y, al subir, sintio que la ola estaba llegando al final de la ciudad y se diluia. Dierdre pronto se encontro en los limites de la ciudad, pasando los grandes edificios que ahora estaban bajo el agua. Fue empujada bajo el agua una vez mas pero esta vez fue capaz de abrir los ojos y ver todos los grandes edificios que una vez habian estado erguidos. Vio montones de cuerpos flotando en el agua delante de ella como peces, cuerpos cuyas expresiones de muerte ella ya trataba de eliminar de su mente. Finalmente y sin saber cuanto tiempo habia pasado, Dierdre salio a la superficie de una vez por todas. Fue lo suficientemente fuerte para pelear contra la ultima ola que trato de sumergirla, y con una ultima patada pudo mantenerse a flote. El agua del puerto habia viajado demasiado lejos tierra adentro y no quedaba un lugar a donde ir, y Dierdre pronto sintio que llegaba a un campo de cesped mientras las aguas bajaban dirigiendose otra vez al mar y dejandola sola. Dierdre se quedo boca abajo con el rostro sobre el humedo cesped y gimiendo por el dolor. Seguia jadeando por el dolor en sus pulmones y disfrutando cada respiro profundo. Debilmente logro voltear su cabeza para mirar por sobre su hombro, y se horrorizo al ver que lo que habia sido una gran ciudad ahora no era mas que mar. Solo alcanzaba a mirar la punta de la torre de la campana que se elevaba unos cuantos pies, y se quedo pasmada al recordar que solia elevarse a cientos de pies en el aire. Completamente exhausta, Dierdre por fin se rindio. Dejo caer su rostro en el suelo dejando que el dolor de lo que habia sucedido ahi la sobrecogiera. No podia moverse. Momentos despues se quedo profundamente dormida, apenas viva en un campo remoto en una esquina del mundo. Pero de alguna manera, habia sobrevivido.

  • Talco y bronce (Algaida Literaria – Premio Logrono De Novela), Montero Glez de

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  • !No se de cual enamorarme! de Leen Io

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    Lily Scott era una nortena que, al cumplir los veintiuno, no tolero mas el frio y soledad que padecia en su pueblo. Se mudo a una ciudad del Sur donde empezo a conocer todo tipo de personas. Incluyendo cuatro pretendientes que, por primera vez, le hicieron sentir que sonar era valioso y enamorarse valdria la pena.
    Su corazon le asigno la complicada tarea de escoger a un unico e irreemplazable huesped.

  • Olisse de Margotte Channing

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    Nueva entrega de la Saga Romantica de Vikingos numero uno en ventas de Margotte Channing

  • Cuentos reunidos de Alberto Fuguet

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    En un solo volumen, Sobredosis, Cortos y un punado

  • Contrato prenupcial de Pilar Portocarrero

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    Raymundo esta obsesionado con Amanda, a pesar de haberse convencido de que ella fue la amante de su mejor amigo.
    El siente que es una insensatez, pero la quiere sin excusas, aunque tenga que pagar un alto precio por tenerla solo para el.

  • Hija unica de Mi-ae Seo

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    Se informo del incendio en el barrio de Eungam-dong a las 3.37 de la madrugada del 17 de junio. El aviso <> aparecio en la pantalla de la sala de control del cuartel general de la Direccion Nacional de Bomberos de Namsan y de inmediato se informo al cuerpo de bomberos del distrito Oeste, las comisarias de la zona y el equipo de investigacion sobre incendios de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. El investigador de incendios Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, estaba de guardia cuando llego la informacion, durmiendo en la sala de descanso del personal. Lo llamaron al movil y se levanto frotandose los ojos. Habia dormido apenas dos horas, porque habia tenido que quedarse hasta despues de la una de la madrugada redactando un informe. Los parpados se le caian, pero salio a tomar aire y el viento frio le espabilo. El aire fresco de la madrugada incluso se llevo los ultimos rastros del sueno. Sang-uk fue caminando al aparcamiento. Antes de subirse al coche, llamo a su companero, el sargento Yu Dong-sik. Su voz delataba que tambien lo habian cogido durmiendo. --Ya estoy despierto, ya. Al parecer, lo habian llamado antes desde la Policia de Seul. Aun sin verlo, visualice su reaccion. Estaria sentado en la cama sacudiendo la cabeza para impedir que su mente, que rehusaba despertar, se durmiera nuevamente. Tratando de espantar el sueno y escuchando con los ojos cerrados la voz al otro lado del telefono. Habia veces que el sargento Yu se movia como un nino, lo que contrastaba con su cuerpo fornido. Reprimiendo una risa que se le escapaba entre los labios, Sang-uk le aviso de que se dirigia al lugar del incendio. --No tardes. --Espera… --?Si? Cuando estaba por colgar, Yu le detuvo con prisa. Sanguk, pendiente de las palabras del otro, presto atencion. --?Donde dijiste que era el incendio? Seguramente sabia donde era. Sin embargo, pregunto de nuevo a Sang-uk, quiza porque la informacion se le habia pasado por estar medio dormido o para cerciorarse de que lo habia escuchado bien. --En Eungam-dong. Esta vez, en la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la interseccion del Colegio Chungam. Se oyo al sargento Yu suspirar. Un momento despues, un breve silencio. Estaria tratando de ordenar sus pensamientos. Pero a los pocos segundos se escucho un pequeno gemido y Yu murmuro. Probablemente estaria maldiciendo mientras se levantaba de la cama. Sang-uk se imaginaba como estaba, aunque no dijera nada, porque simpatizaba con el. --Si… A mi tampoco me hace gracia. --Esta bien. Me preparo y salgo enseguida. Nos vemos alli. Sang-uk colgo y se subio al coche. Introdujo la llave para arrancar y miro la hora. Ya eran mas de las cuatro de la madrugada. Suponia que no habria mucho trafico en las calles porque era de madrugada y penso que llegaria a su destino en unos veinte minutos, pasando por la puerta Sungnyemun y la zona de Muakjae. Saliendo del aparcamiento, intento enumerar los incendios que habia habido recientemente en el barrio de Eungam-dong. Desde el inicio de la primavera, la cifra ya ascendia a seis. A estas alturas, en Eungam-dong, un simple comentario sobre alguien con una cerilla ponia los pelos de punta a cualquiera. El primer caso tuvo lugar no muy lejos de unas obras de construccion, en el distrito Siete de Eungam-dong, cerca del Hospital Municipal de Eunpyeong. Habia mucho desorden en la zona por estar en marcha la edificacion de un megacomplejo residencial en las faldas del monte Baeknyeonsan, pues los materiales de construccion se amontonaban por doquier, asi como los camiones utilizados en esas obras. El incendio se produjo en un terreno baldio en la calle Baeknyeonsa-gil, frente a las obras, y lo extinguieron sin que muriera nadie. Aunque se quemaron planchas de madera y otros materiales de construccion, el dano material no fue grande y pudieron reprimir el fuego porque un obrero dio el aviso a tiempo. El cuerpo de bomberos a cargo tampoco encontro indicios sospechosos sobre las causas del incendio, de ahi que concluyera que habia sido accidental, quiza causado por un cigarrillo sin apagar que alguien habia arrojado. Sin embargo, como lo siguieron otros incendios en el mismo barrio de Eungam-dong, empezaron a investigar de nuevo ese primer caso que dieron por accidental. Hasta se planteo una nueva hipotesis: alguien pudo haberlo provocado deliberadamente, aprovechando que por la noche, cuando se interrumpian las obras, casi no pasaba gente ni coches por la zona. El incendio intencionado que mas danos ocasiono fue el tercero. Fue entonces cuando se incorporaron al equipo de investigacion el agente Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, y el sargento Yu Dong-sik, de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. Ese incendio, al otro lado de la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la iglesia que hay detras de la escuela de primaria de Eungam-dong, dejo perdidas serias, pues afecto a un edificio de viviendas al propagarse el fuego por culpa de las tormentas de arena que soplan cada ano en esas fechas. Asi que se quemaron tres apartamentos y fallecieron tres personas que estaban durmiendo, integrantes de la misma familia. Aunque ocurrio alrededor de las tres de la manana, al tener lugar en un area residencial, aparecio un testigo. Este declaro haber visto a una persona con una conducta sospechosa en las proximidades del lugar del incendio mientras regresaba a casa tras hacer horas extra en el trabajo. Atestiguo que, despues de que esa persona desapareciera por la calle principal, el fuego se extendio. Sin embargo, debido a que estaba oscuro, no pudo ver como era ni la ropa que llevaba. Junto con Yu, buscaron y rebuscaron entre las cenizas en el punto donde, segun el testigo, habia comenzado el fuego, para dilucidar las causas del incendio. No obstante, la investigacion se estanco, pues no coincidian las declaraciones del testigo ni el estado fisico del lugar. Los vecinos alegaron que los incendios reiterados podrian tener alguna conexion con el conflicto que existia desde hacia tiempo entre los residentes de la zona y la constructora por un proyecto de reurbanizacion. Le sono el movil a Sang-uk cuando el coche entraba en la calle Moraenae-gil desde la interseccion de Hongje tras atravesar Muakjae. --?Donde estas? --Yu hablaba en tono bajo y serio--. ?Ya has llegado? --No. Estoy en camino. --?No quedamos en vernos alli? --Es ya el sexto, ?no, Sang-uk? --Si. El silencio se prolongo. --?Tienes algo que decirme? --le pregunto Sang-uk en voz alta para asegurarse de que aun seguia al telefono. --Es que… He tenido una pesadilla… --?Un sueno? Sang-uk parecia estar inquieto por la pesadilla que habia tenido y encima va y le dicen que ha habido otro incendio, probablemente intencionado. Ese repentino momento de debilidad del sargento Yu lo perturbo. Nunca actuaba asi. Quiza su conducta se debia al estres por los incendios en serie. Sang-uk y el sargento Yu investigaban juntos los mismos siniestros; no obstante, sus perspectivas diferian. El trabajo de Sang-uk era analizar los restos de los incendios y el estado de los lugares afectados, asi como las declaraciones tanto de los testigos como de las victimas, para llegar a la causa. Mientras tanto, el sargento Yu se encargaba de inspeccionar los lugares de los mismos en caso de existir indicios de dolo o intencion deliberada con base en los hallazgos obtenidos en la investigacion preliminar, con la colaboracion de investigadores como Sang-uk. Luego su objetivo era encontrar rastros de los autores de los incendios y resolver los casos desde el punto de vista criminal. En otras palabras, el trabajo de Sang-uk terminaba en el lugar de los siniestros. En cambio, para Yu ese era el punto de partida. Si se trataba, en efecto, de un incendio intencionado, uno que involucraba un crimen, su trabajo no acabaria hasta encontrar al autor. Colaboraban intercambiando sus opiniones sobre los incendios; pero, inevitablemente, quien padecia mas estres era el sargento Yu. Para colmo, se habian producido varios en serie en un mismo barrio en un lapso de apenas unos meses. Era de esperar que se sintiera angustiado. En situaciones ordinarias, no acudiria al lugar del siniestro con tanta prontitud ante una denuncia. Pero, con el aumento de los incendios en Eungam-dong, a Sang-uk y al sargento Yu los requerian inmediatamente cada vez que surgia un nuevo caso. Sang-uk no sabia como responder. Solo ansiaba que el de ese dia fuera el ultimo. Que cogieran al autor y que no hubiera mas incendios. --?No crees en los suenos? --Si. Mi madre tuvo uno muy revelador durante mi nacimiento, y gracias a ese sueno me converti en bombero. ?No te lo he contado? Sang-uk aludia al sueno de su madre en un tono jocoso, que no solia usar, con la intencion de relajar a Yu, aunque fuera un poco. Pero el sargento, que habia escuchado aquella historia mil veces, colgo antes de que Sang-uk terminara. Sang-uk bajo el movil con una sonrisa y acelero el coche. Aunque faltaban varios metros hasta la interseccion del instituto Chungam, el caos ya avisaba de que habia habido un incendio en la zona. La gente, pese a la hora, estaba en la calle para ver que ocurria y los conductores desaceleraban con el mismo proposito y obstaculizaban el paso. Sang-uk pudo entrar por la calle que daba acceso al templo Baeknyeonsa despues de pitar varias veces, incluso con la luz de emergencia sobre el coche. Esquivando a la gente, logro estacionar en una esquina y se acerco al lugar del siniestro, donde se percibia el ambiente inquieto tipico de estas situaciones.

  • Las Arcas del agua de Antonio Morillas Jimenez

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    Las Arcas del agua ayer fueron trigales y hoy son escenario sobre el que se representa la vida. En apenas doscientos metros se concentran los bares en los que coincidimos a diario mayores y jovenes y desde donde vemos caminar, mochila al hombro, a punto de ser derrumbados, a ninos y ninas que vestiran el paisaje del futuro.
    Desde esta atalaya ambulante anoto en el bloc de la vida el deambular por la existencia de unos y otros, el deseo, la anoranza. Pasado y futuro de hombres y mujeres, de ninos, adolescentes y jovenes que suenan, viven, recuerdan y anoran sobre una tierra de aluvion forjada con el verbo resistir que ha alumbrado este presente.

  • Un vaso de colera de Raduan Nassar

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    LA LLEGADA Y cuando llegue por la tarde a mi casa, alla en el 27, ella ya me esperaba dando vueltas en el jardin, vino a abrirme el porton para que yo entrase con el coche y, en cuanto sali de la cochera, subimos juntos la escalera hacia la terraza, y nada mas entrar abri las cortinas del centro y nos sentamos en las sillas de mimbre mirando hacia el lado opuesto y hacia arriba, por donde el sol se iba poniendo, y estabamos los dos en silencio cuando ella me pregunto: <>, pero yo, muy distraido, continue distante y tranquilo, el pensamiento abandonado en el enrojecimiento aquel del poniente, y fue unicamente por la insistencia en la pregunta que respondi: <>, y como ella respondio: <>, yo entonces me levante y fui sin prisas a la cocina (ella vino detras), saque un tomate del refrigerador, fui al fregadero y lo lave, y despues tome el salero de la alacena y me sente enseguida alli a la mesa (ella desde el otro lado acompanaba cada uno de mis movimientos aunque yo displicente fingia que no me daba cuenta), y sin dejar de estar en su punto de mira empece a comer el tomate, echando sal poco a poco a medida que lo iba comiendo, fingiendo un empeno exagerado en la mordida para mostrar mis dientes fuertes como los dientes de un caballo, sabiendo que sus ojos no se despegaban de mi boca, que por debajo de su silencio se retorcia de impaciencia, que tenia mas ganas de mi cuanto mas indiferente yo me mostrase, solo se que cuando acabe de comer el tomate la deje alli en la cocina y fui a buscar la radio que estaba en el estante de la sala y sin volver a la cocina nos encontramos de nuevo en el pasillo, y sin decir una palabra entramos casi juntos a la penumbra del cuarto. EN LA CAMA Al principio, ya en el cuarto, pareciamos dos extranos siendo observados por alguien, y ese alguien eramos siempre ella y yo, y era nuestra responsabilidad vigilar lo que yo hacia, no lo que hacia ella, por eso me sente en el borde de la cama y fui quitandome lentamente los zapatos y los calcetines, tomando mis pies descalzos con las manos y sintiendolos deliciosamente humedos como si hubieran sido arrancados de la tierra en aquel instante, y enseguida me puse, sabiendo muy bien lo que hacia, a andar por el parque, fingiendo que mi caminata por el cuarto seguia pequenos patrones, dejando que la bastilla del pantalon rozara el suelo al mismo tiempo que cubria parcialmente mis pies con cierto misterio, sabiendo que ellos, descalzos y muy blancos, incorporaban poderosamente mi desnudez anticipada, y enseguida yo escuchaba sus inspiraciones profundas alli al lado de la silla, donde tal vez ella ya se abandonaba a la desesperacion, enredandose al quitarse la ropa, enmaranando hasta los dedos en los tirantes que se escurrian por el brazo, y yo, siempre fingiendo, sabia que todo aquello era verdadero, conociendo como conocia su maniaca obsesion por los pies, sobre todo por los mios, de porte firme y bien esculpidos, un tanto nudosos en los dedos y marcados nerviosamente en el empeine por venas y tendones sin que por ello perdieran su aspecto timido de raiz tierna, y yo iba y venia con mis pasos calculados, dilatando siempre la espera con minimos pretextos, pero en cuanto ella abandono el cuarto y fue un instante al bano me quite rapidamente el pantalon y la camisa, y tendiendome en la cama me dispuse a esperarla ya tieso y listo, disfrutando en silencio el algodon de la sabana que me cubria, y enseguida cerraba los ojos pensando en las artimanas que emplearia (de las muchas que sabia), y de esta manera fui repasando en la cabeza cada cosa que haciamos, como ella vibraba con los jeribeques iniciales de mi boca y con el brillo que forjaba en mis ojos, haciendo aflorar lo que en mi habia de mas obsceno y sordido, a sabiendas de que ella, arrebatada por mi lado oculto, gritaria de nuevo: <>, y repase mentalmente ese otro lance trivial de nuestro juego, preambulo con todo de insospechadas tramas posteriores, y tan necesario como comenzar la partida con un movimiento de peon sobre el tablero, y en el que yo, cerrando mi mano en la suya, le acomodaba los dedos, imprimiendoles coraje, conduciendolos bajo mi mando hacia el vello de mi pecho, hasta que ellos, a imitacion de mis propios dedos debajo de la sabana, desarrollaran por si solos una primorosa actividad clandestina, o si no, en una etapa posterior, despues de explorar de manera juiciosa nuestro vello, nuestros huesos, cada uno de nuestros olores, cuando los dos, de rodillas, calculabamos el camino mas largo de un unico beso, las palmas de nuestras manos pegadas, los brazos abriendose en un ejercicio casi cristiano, nuestros dientes mordiendole al otro la boca como si mordieran la carne blanda del corazon, y con los ojos cerrados, abandonando la imaginacion en las curvas de esos rodeos, me vi tambien enredado en ciertas practicas, como cuando en trance despues de levantarme soberbiamente de la montura de su vientre atendia de manera precoz a uno de sus (de mis) caprichos mas insolitos, lanzando en chorros subitos y violentos el fluido lechoso que se le adheria a la piel del rostro y a la piel de los pechos, o tambien aquella otra, menos impulsiva y de lenta maduracion, el fruto que se desarrolla en un crescendo mudo y paciente de energicas contracciones, cuando yo dentro de ella sin movernos llegabamos con gritos exasperados a los estertores de la mas alta exaltacion y pense sin embargo en el salto peligroso del reves, cuando ella de bruces me ofrecia otra hierba y mis brazos y mis manos, simetricos y casi mecanicos, agarraban por abajo sus hombros, comprimiendo y ajustando, area por area, la masa untada de nuestros cuerpos, e iba pensando todo el tiempo en mis manos de dorso largo, muy utilizadas durante toda esa geometria pasional, tan bien elaborada por mi y que la llevaba invariablemente a decir en franca perdicion: <>, y luego me puse a pensar en los momentos de renovacion, en los cigarros que fumabamos despues de cada burbuja envenenada de silencio, o en el transcurso de las charlas con cafe (escapabamos de la cama desnudos e ibamos a profanar la mesa de la cocina), cuando ella intentaba describirme su confusa experiencia del orgasmo, hablando siempre de mi seguridad y osadia en la conduccion del ritual, disimulando mal su asombro por que yo citara insistentemente el nombre de Dios entre mis obscenidades, hablandome sobre todo de cuanto yo le habia ensenado, especialmente la conciencia en el acto a traves de nuestros ojos, que muchas veces vigilaban, piedra por piedra, cada uno de los trechos de una carretera convulsa, y entonces yo le hablaba de su inteligencia, que siempre exalte como su mejor cualidad en la cama, una inteligencia agil y activa (aunque solo bajo mis estimulos), excepcionalmente abierta a todas las incursiones, y yo de pasada acababa hablando tambien de mi, fascinado por las contradicciones intencionadas (algunas no tanto) de mi caracter, pregonando entre otras patranas que yo, canalla, era puro y casto, y yo alli, con los ojos siempre cerrados, pensaba en muchas otras cosas mientras ella no acababa de venir, ya que la imaginacion es muy rapida o su tiempo diferente, pues trabaja y mezcla simultaneamente cosas dispares e insospechadas, cuando presenti sus pasos de vuelta en el pasillo, y solo entonces llego el momento de abrir los ojos para inspeccionar la postura correcta de mis pies asomandose fuera de la sabana, percatandome como siempre de que el vello castano que brotaba del empeine y en los dedos mas largos les daba gracia y gravedad al mismo tiempo, pero de inmediato trate de cerrar los ojos de nuevo al sentir que ella entraria en el cuarto, y ya adivinando cerca su silueta ardiente y sabiendo como comenzarian las cosas, o sea: que ella man- samente, muy mansamente, se aproximaria primero a mis pies que un dia habia comparado con dos lirios blancos

  • Lo que quiero de ti (Contrato II) de Aryam Shields

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    Ama sin esperar nada a cambio, vive dando y muere recibiendo. Esta deberia ser una premisa de vida…
    ?Como hacer cuando el lado egoista desea algo mas.?
    Katheryne y Alessandro han pasado seis meses, el siendo dominante y ella sumisa, pero el castigo injustificado lleva a Kath a abrir los ojos y a reconsiderar el contrato que habia firmado con Alessandro, instaurando un nuevo acuerdo entre los dos que traera nuevas condiciones que los llevara a profundizar su relacion.
    ?Podra Alessandro aceptar las condiciones que Katheryne le exige a cambio de permanecer juntos?

  • Muerte en el hielo de Alber Vazquez

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    En septiembre de 1819, el San Telmo, un navio espanol con 644 hombres a bordo, encallo en una isla muy al sur del cabo de Hornos en un lugar que jamas nadie habia pisado antes. Meses despues, un barco ingles encontro el pecio y restos de un campamento sin hombres. Tras comunicarlo a las autoridades de su pais, estas decidieron enterrar dicho hallazgo para asi adjudicarse, inmerecidamente, el descubrimiento del continente helado. Esta novela narra la posible epopeya de aquellos 644 espanoles. Y reivindica un hecho: que Espana, antes que nadie, llego a la Antartida.

  • Las calicatas por la Santa Librada de Gaston Segura

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    Un hecho real --la desaparicion de una locomotora en la inmediata postguerra espanola y su busqueda por parte de un teniente y un par de soldados, durante dos anos-- es el origen de Las calicatas por la Santa Librada; un retrato, por momentos sarcastico y, por momentos, con-movedor, de tan aciago periodo de la reciente historia de Espana.
    Las calicatas por la Santa Librada desborda las convenciones de la novela al uso, por la variedad de materiales (documentos administrativos, sentencias judiciales, articulos de prensa, cartas...) que la constituyen, y por el punado de relatos que la van trenzando hasta plasmar una vivida estampa de la epoca, concebida siempre desde el humorismo, a veces, descarnado y, otras, de una emocionante ternura.
    Dracena publica por fin este prodigioso y desmesurado relato que resulto finalista del XXIII Premio Azorin de novela.

  • Como (no) fracasar con tu novel de Joan Bekker

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    Al contrario que otras muchas guias de marketing, esta no te promete vender mil copias ni hacerte famoso. Yo, el autor, no soy best-seller de nada, solo un simple experto en marketing.