• libro todo sobre nosotras - Monica Lavin

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    Alejandra las habia recogido en el aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa, pero sin mas, a pesar de que venian de un vuelo trasatlantico y de que habian trasbordado en Paris, las subio a la camioneta y tomaron la carretera. Habian venido a festejar el cumpleanos sesenta de su amiga y los de ellas; las tres habian nacido el mismo ano y habian ido a la misma escuela desde los seis anos hasta la preparatoria. Pero Carla y Nuria no habian visto a Alejandra en treinta anos. Les sorprendio que fuera casi una calca de la que habia sido: el pelo seguia lacio y oscuro, aunque se lo pintara y lo llevara en una melena corta, los ojos negros intensos, casi moros, pero sus formas sofisticadas de cuando conducia aquel programa de television habian quedado ocultas por una voluntad rural. Al fin y al cabo, mujeres de ciudad, les costaba trabajo ver a Alejandra en tenis, con muy poca pintura, aunque, eso si, el barniz de unas impecable la seguia distinguiendo. Sus manos en el volante lo ostentaban. --?El azul esta de moda? --dijo Nuria, que jamas se pintaba las unas. Era lo menos apropiado para una panadera. --Ya no se que esta de moda, pero lo veo en las tiendas y lo sumo a mi cajon de barnices -- dijo Alejandra, con esa voz cantarina, con su risa facil. La recordaban en la preparatoria: con mas maquillaje que ellas, con esos barnices naranjas, o rojos o rosas nacarados que se estilaban. Las unas con forma ovalada, como de revista. Las tres distraian la platica con nimiedades porque no sabian por donde empezar. Carla y Nuria habian tenido oportunidad de conversar algo en el avion, antes de quedarse dormidas y de quejarse de lo reducido de los asientos. --?No podriamos viajar en business? --habia dicho Nuria, que era de caderas anchas, pero con menos posibilidades economicas. --?Y pagar el doble? Nuria habia olvidado por que administrar era el fuerte de Carla, despues de la nutricion. Por algo tenia una compania. Si tuviera el dinero, Nuria lo habria pagado, ?cuando tendrian sesenta anos de nuevo? ?Cuando vendrian a festejar con Alejandra a Portugal juntas? Claro que pensar asi la habia llevado a no ahorrar nada, a destinar parte de su herencia en poner la panaderia en Ensenada, cuando por fin decidio que no podia vivir un dia mas en la Ciudad de Mexico. Recorrieron el campo de arboles de follaje verde seco, con la tierra mas bien arenosa, o esa impresion daba, entre Lisboa y la desviacion hacia Evora, donde Alejandra prometio llevarlas de regreso para ver las ruinas romanas, esas columnas del templo de Diana en medio de callejas medievales. --Para quienes me visitan es parada obligada. Pero sera despues. --?Y no te hartas de hacer paseos turisticos con los que venimos? --pregunto Carla. --Ustedes no habian venido en los treinta y un anos que llevo aqui. Vivo muy lejos y las visitas no son frecuentes. Ir a Evora era un placer para Alejandra, era una conexion con el asombro original de cuando llego, recien casada con Esteban, y se comio el paisaje, la historia, el acento, el bacalao, las cerezas del verano, con los ojos, con el cuerpo, con una alegria chispeante. Estaba entonces en la cresta del descubrimiento y en la euforia amorosa; no habia ponderado lo que significaban la distancia, el desarraigo, que sus padres murieran en Mexico y que ella llegara tarde a despedirse. La friccion de las llantas contra el asfalto siseo adentro de la camioneta, donde las ventanas abiertas ventilaban el fin del verano. Entonces hizo algo abrupto, se orillo en la cuneta, oteo a ambos lados de la carretera y tomo el carril de regreso. Sus amigas no comprendieron. --?Te equivocaste? --Volar trece horas, traer otro horario, por lo menos merece una parada para comer y tomar algo. Vamos a Evora. Nuria y Carla agradecieron sentarse en las mesas al aire libre frente al templo de Diana, en medio de la convergencia de varias calles empedradas, estirar las piernas y tomar una cerveza con aceitunas para empezar a sentir el aire del Mediterraneo de su travesia. La ruta las llevaba al este, hacia la frontera con Espana. El mar les quedaba a la espalda y al sur, y la sensacion de estar en un pais desconocido las excitaba. --?No estan cansadas? --pregunto Alejandra. --A mi solo me cansa el que no pase nada, el agua quieta --dijo Carla con la espuma de la cerveza en los labios--. Esto es vida. Ademas, la cerveza es muy sana. --Se rio. Siempre habia sido una pesada con los asuntos de los nutrimentos, pero habia bajado la guardia. Era una fortuna que no hubiera tenido hijos, los habria atosigado con el discurso del balance de proteinas y grasas de las buenas, y carbohidratos de los malos y calorias vacias. Aunque sus clientas agradecian sus consejos para estar mas sanas, para aceitar el deterioro, para impedir la gordura, pero sin abandonar el placer de comer. --Ya vas a empezar. --Se burlo Nuria. --Yo quiero todos tus consejos para presumir en el hotel. Esta de moda eso de la conciencia de nutrirse bien y la dieta portuguesa es buena para eso. --Pidio Alejandra mientras compartian un plato de embutidos y una ensalada fresca. --Tengo consejos de todo tipo --anadio Carla con picardia--. Aunque les confieso que ya me harte de ser la flaca que soy. Eso de querer ser ejemplo viviente de mi compania es catastrofico. En este viaje pienso comer todo lo que se me atraviese. --Ya era hora --anadio Nuria, que era robusta, generosa de carnes y espiritu, y que movia su cuerpo sin que sus senos y caderas prominentes fueran un obstaculo. Carla casi no habia visitado a Nuria desde que se fue a Ensenada, hacia un lustro, y no soltaba el cuerpo, como si al hacerlo pudiera irse por el camino torcido. Tal vez le pesaba ser hija de medicos; su padre, un endocrinologo. --Esteban es un gran cocinero. --Presumio Alejandra--. No podras rehusarte a ningun platillo. --Ese debe ser uno de sus encantos. Alejandra sonrio con cuidado, sin la espontaneidad que le conocian. De las tres era la unica que permanecia casada, la unica que habia conservado la pareja con la que decidio hacer una vida. Dejaron que lo que Alejandra les platico sobre aquel templo --que era del siglo I antes de Cristo y que en algun momento habia sido carniceria, lo cual ayudo a que se conservara en pie-- fuera acomodando sus cuerpos al nuevo paisaje y a la alegria fortuita de compartirlo. Alejandra les dijo que lo mas impresionante era la Capilla de los huesos dentro de la iglesia de San Francisco, hecha con la osamenta de los monjes, apilados uno sobre otro, macabra y poderosa, pero penso que lo dejarian para otro dia, si acaso. Habian sido tan amigas en secundaria y preparatoria. Habian celebrado la primera boda de las amigas, la de Carla, cuando ella aun no terminaba la licenciatura, con Joaquin, su novio de tantos anos, de quien no se habia vuelto a hablar. Todas habian puesto su amistad por encima de cualquier otro argumento. No eran tres, eran cuatro. Renata habia sido mas amiga de Alejandra; Nuria y Carla, las mas cercanas. Las cuatro inseparables en aquellos anos. Tal vez por eso no se habian reunido en treinta anos. Pues, aunque Alejandra habia hecho viajes a Mexico para visitar a su familia, no las habia buscado ni ellas habian preguntado cuando iria. Las mexicanas habian perdido todo contacto con la que vivia en Portugal, hasta que ella les propuso celebrar su cumpleanos sesenta en el Alentejo. Alejandra y Renata cumplian anos el mismo dia, en una fecha innombrable: 19 de septiembre. Volvieron al auto, achispadas y con deseos de conocer el paraiso que Alejandra les habia prometido: aquella quinta donde crecian olivos y vides, y donde acababan de estrenar un hotel rural, con apenas cuatro habitaciones y un comedor. Oculto el nombre del hotel hasta que, despues de un cabrioleo por una carretera delgada entre cultivos, les senalo el letrero: Quinta Renata. Habian llegado. 2 Alejandra le asigno un cuarto a cada una, pero les advirtio que durante el fin de semana tendrian que compartir habitacion. --Como en los viejos tiempos --dijeron. --Me vengo con ustedes. --Se rio divertida. Le hubiera encantado revivir las noches en que estudiaban e ideaban estrategias para no quedarse dormidas. --Lo malo es que el vino me arrulla --dijo Nuria-- y en lugar de platicar seguro me quedo dormida pronto. Y no quiero beber Coca-Cola. --Yo, si --agrego Carla--, toda la que he dejado de beber durante anos. --Esteban la tiene prohibida hasta para el hotel --enfatizo Alejandra. Desde sus cuartos verian los vinedos dorarse bajo el sol del verano al caer la tarde, les advirtio Alejandra. Estuvieron de acuerdo en que la vista les daba paz. --Aunque tambien da desasosiego --dijo Carla. En realidad, a ella le encantaba vivir en uno de esos edificios altos del poniente, desde donde la ciudad se veia lejana, como una colcha de luces que advertia que el bullicio no paraba. Cuando visitaba a Nuria en la casa del acantilado, sentia la angustia del infinito mar. Esperaba poder dormir, el insomnio podia atacarla y que haria sin television, sin horario y con tanto verdor. La boca se le seco, pero no dijo nada. Las estaban consintiendo. Alejandra las apresuro, pues sabia que Esteban estaria ansioso por recibirlas. Quedaron en instalarse con mas calma despues. --Igual me paso desde hoy a tu cuarto --le dijo Carla a Nuria por lo bajo, temiendo el vertigo del espacio abierto. Caminaban de nuevo hacia el auto para llegar a la casa principal, una vieja construccion de adobe que les tomo tiempo remodelar, como explico Alejandra. --Claro que si, mi reina, pero ronco. --Se rio Nuria. --Yo tambien --dijo Alejandra, que las habia oido--. Eso dice Esteban. Que verguenza. --Verguenza con un amante, con el marido no creo --siguio Nuria--. Aunque yo soy la que soy a esta edad. Si alguien quiere dormir conmigo, que se lleve las caricias con el paquete completo, yo hare lo mismo.

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    Sinopsis de TODO SOBRE NOSOTRAS (EBOOK). Han pasado muchos años desde la última vez que se vieron. Ha cambiado el escenario y ellas también. Alejandra, Carla y ...

  • Todo sobre nosotras by Mónica Lavín - Goodreads

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    Es una buena lectura si se quiere aprender algunas cosas sobre enología...y sin duda un libro que describe sin maquillaje cómo es la amistad. A pesar de ser una ...

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    29 jun 2020 — «Todo sobre nosotras» es la novela más reciente de la escritora mexicana Mónica Lavín, una escritora con una carrera extraordinaria, ...

  • Todo Sobre Nosotras - Mónica Lavín - Babelio

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    Mónica Lavín es una de las escritoras más relevantes de la literatura mexicana y con la publicación de su nuevo libro, Todo sobre nosotras reconquista la ...

  • Ficha de Libro: Todo sobre nosotras - Hablemos escritoras

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    Hablemos Escritoras · Ficha del libro Todo sobre nosotras. ... Alejandra, Carla y Nuria se reúnen en Portugal para celebrar sus cumpleaños y se dan cuenta ...

  • Amarte de Olivia Saint

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  • Las flores perdidas de Alice Hart de Holly Ringland

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    Galardonada en 2019 con el prestigioso premio ABIA al mejor libro del ano en la categoria de ficcion, Las flores perdidas de Alice Hart se ha convertido desde su salida reciente en un bestseller internacional cuyos derechos de traduccion se han vendido a veintiocho paises. Holly Ringland ha conquistado el favor del publico y el aplauso de la critica con esta novela emocionante sobre una joven australiana que tiene que romper con los patrones que tejieron su infancia y tomar las riendas de su vida.

  • El legado de Camila Winter

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    Luego de morir su padre Evie recibe una misteriosa carta en frances de un coleccionista que le reclama un libro que al parecer esta en la biblioteca de su padre. La joven lo busca y espera devolverlo a su dueno pero el libro no esta por ninguna parte.

  • Mi ano de descanso y relajacion de Ottessa Moshfegh

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    Kirkus En Mi ano de descanso y relajacion, Ottessa Moshfegh hace de Manhattan el epicentro de una civilizacion, la del ano 2000, dominada por la apatia. Como una oscura bella durmiente, la narradora de esta novela decide encerrarse durante un ano en su piso de una de las zonas mas exclusivas de Nueva York, asistida por una herencia ingente y por una gran cantidad de farmacos, para dedicarse a dormir y ver peliculas de Whoopi Goldberg y Harrison Ford.

  • Algo mas que echarte de menos de Elisa Mayo

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    Un viaje a Paris.
    Dos amigos que son algo mas que amigos.
    Una carta guardada en un cajon.
    Soledad.
    Unos ojos oscuros como el cafe.
    Una visita inesperada.
    Darse cuenta de que estas enamorado.
    Sentimientos que se confunden.
    Un triangulo donde sobra un angulo.
    El despertar.

  • Ave lira de Cecelia Ahern

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    Asi que el se queda quieto, ella le sonrie. El hechizo se ha consumado.

  • 1775 Calles de Jose A. Gomez Iglesias

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    Imagina que toda la inmensidad de tus suenos y anhelos, tus sentimientos y emociones, buenos o malos, pudieran ponerse en fila ante tus ojos. Imagina pasarles revista, ponerles nombre y descubrir que cada nombre tiene un lugar y cada lugar una calle. 1775 son las calles de Vigo, 1775 formas de ponerle un nombre al amor.

  • El colgajo de Philippe Lancon

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    El esperado y sobrecogedor libro de Philippe Lancon, uno de los supervivientes del atentado de Charlie Hebdo.
    La unica manera de entender algunas cosas es ponerlas por escrito. Quiza al final no se consiga desentranar por completo el misterio, pero si iluminar las zonas de sombra a su alrededor. Eso es lo que se ha propuesto y logrado Philippe Lancon en este libro memorable, mezcla de cronica, memoir y gran literatura. Con una prosa llana y un estilo depuradisimo, Lancon nos ofrece en El colgajo un vastisimo retrato de su vida -de Paris, de Francia, del mundo- despues de haber sobrevivido al terrible atentado de Charlie Hebdo del 7 de enero de 2015. Ese retrato, que es necesariamente una reconstruccion, corre paralelo a otras reconstrucciones: la de su mandibula -destrozada por una bala- y la de su nueva vida despues de aquella manana. Porque ?como es posible vivir despues de haber sufrido un atentado, uno en el que tantos companeros y amigos han perdido la vida? ?Que supone seguir viviendo cuando se ha estado en el infierno en la tierra? ?No es eso tambien una condena?

  • Cuando acabe el invierno, Angela Drei de Angela Drei

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  • el cielo en tu mirada de Vanessa Lorrenz

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    !Maldita sea!--Katherine gruno mientras tiraba el periodico sobre la mesa central de la terraza, donde se encontraba tomando un cafe, realmente estaba enfadada, !Es que nunca la dejarian en paz! Pensaba mientras volvia a maldecir. -- ?Que pasa nina? ?Que te ha puesto tan furiosa?--le pregunto Mandy, su nana desde que tenia uso de razon, tenia cerca de los cincuenta anos, su pelo que en su juventud habia sido rojizo, ahora estaba tintado por las canas que revelaban su edad, pero ese era lo unico que te hacia pensar que era mayor. Ya que su rostro aun conservaba su piel tersa, nunca se caso para estar siempre al servicio de su adinerada familia. -- Nada Mandy, !Es que nunca me van a dejar en paz!, !odio todo esto!, me molesta no tener privacidad !nunca!, la prensa siempre esta distorsionando la verdad--le senalo el periodico, y Mandy lo cogio abriendolo en la pagina principal. --Hay mi vida no les hagas caso, sabes como es esta gente, tiene que sacar la nota para vender--su nana dejo el periodico en la mesa, sentandose junto de ella. --Si nana pero de eso a decir que estaba completamente ebria, y no solo eso, si no que decir que estaba drogada, que termine en la cama de ese hombre tan despreciable, es algo que no puedo pasar por alto, los demandare, le dire a mi padre que contrate al mejor abogado de la ciudad. Necesito que mande a la bancarrota a esa porqueria de diario. Su nana le acaricio el cabello como cuando era pequena y queria que se calmara, porque sus padres tenian algun evento y ella no podia asistir. --Tranquila mi amor, no le des mas problemas a tu padre, suficiente tiene ya con todos sus negociosos, como para que aparte tu le des mas, sabes la situacion de la empresa, asi que deja pasar esto, no le des mas importancia de la que tiene querida. Eso de momento la tranquilizo, pero aun sentia la furia por dentro, queria ser invisible para todos, que nadie cuestionara su vida, ni la de su familia, solo queria salir por la calle con un vestido simple, sin que a la manana siguiente estuviera dando la nota por no vestir con forme a la moda mandaba. Ese era el precio que tenia que pagar por ser la hija del distinguido, Julio Montemayor, dueno y senor de construcciones Montemayor. --Nana sabes a que hora llegaran mis padres--su nana y mejor amiga desvio la mirada, era lo mismo de siempre, pero aunque ahora ya no le dolia tanto como cuando era pequena seguia doliendole. --A la misma hora de siempre mi amor, ya sabes que tienen eventos, reuniones, tu padre tratando de solucionar todos los problemas del mundo, han avisado hace como una hora que no vendran a cenar. Ella se encogio de hombros como si no le importara nada, aunque sabia que a Mandy no lograba ocultarle nada. --Esta bien entonces creo que me ire a dar una ducha, tengo una entrevista de trabajo. --Vas a enfurecer a tu padre de nuevo, porque no solo entras a trabajar en la empresa, para eso te mando a estudiar a las mejores universidades, para que en el futuro, tu dirijas la empresa, al final sera tuya, quieras o no, en algun momento tendras que hacerte cargo de ella. --Pero mientras no pase eso, buscare formarme un camino yo sola, necesito saber que valgo por mi misma y no porque el senor Montemayor. --Esta bien, creo que jamas te ganare, porque a ti a testaruda no hay quien te supere. --Aprendi de la mejor, nana--Mandy la miro indignada, mientras trataba de agarrarla por la oreja como cuando era pequena. -- !Que mentira mas grande has dicho! !Retiralo! --Ella salio corriendo, mientras reia a carcajadas, porque ya no era tan agil como antes, ahora ella tenia ventaja. Se ducho lo mas rapido posible, busco su traje formal color negro, lo combinaria con una blusa verde de seda, quedaria perfecto para una entrevista de trabajo. Estaba muy nerviosa, seguro que cuando volviera, su padre pondria el grito en el cielo, pero no importaba, era hora de ser independiente y buscar nuevos horizontes por ella misma. Salio mas animada para la entrevista de trabajo, esperaba que no relacionaran que ella era la hija de un importante hombre de negocios, usaria el apellido de soltera de su madre, ese casi nadie conocia, ojala con eso fuera suficiente. Como no queria que vieran que tenia cualquier contacto con dinero, decidio que iria por primera vez en el metro, para pasar como una persona normal. Le sudaban las manos, pues era su primera entrevista, cuando acabo la universidad no quiso entrar a laborar tan pronto, segun su padre no tenia necesidad. Pero ya era suficiente de no hacer nada mas que salir de compras y asistir a actos beneficos. Estaba harta de ser solamente un adorno para la familia Montemayor, a partir de ese dia seria Katherine Donovan. En cuanto piso el despacho donde le harian la entrevista, todos sus nervios se esfumaron, !ella era una Montemayor! La familia Montemayor era famosa por no dejarse rendir nunca, si algo querian, lo conseguian a como diera lugar. El edificio donde se encontraba era majestuoso, pero claro estaba en uno de los mejores bufetes de abogados, ahi llevaban todo tipo de casos, tenia una entrevista con el dueno del imperio, el indestructible Jason Blake. La hicieron pasar en un impresionante despacho, que tenia grandes ventanales, los cuales permitian ver las mejores vistas de la ciudad, la decoracion era demasiado clasica para su gusto, pero tenia que reconocer que era elegante, y tenia cierto aire de superioridad. En cuanto el hombre entro al despacho, quedo impactada con su presencia, en el transcurso de su vida, se habia topado con hombres realmente guapos, pero el especimen masculino que tenia en frente, rezumaba testosterona por todos los poros de su piel. Era un hombre de unos treinta y cinco anos, su cabello castano, ligeramente rizado, estaba despeinado, mientras un mechon rebelde caia descuidado por su frente, tenia los ojos mas claros en tono azul que ella hubiera visto, se quedo un momento impresionada viendolo como una tonta, pero es que era demasiado guapo como para no admirar semejante belleza. El la miro con una sonrisa de satisfaccion medio torcida, haciendo que ella se percatara de lo que estaba haciendo, se levanto, rapidamente de la silla en la estaba, para saludar al que si tenia suerte, seria su proximo jefe directo. --Buenas tardes senorita Donovan, disculpe que la citaramos en este horario--dijo extendiendo la mano para saludar, ella le tendio su mano, pero el en vez de estrecharla, la acerco a sus labios para depositar un suave beso--un placer contar con su presencia. Ella un poco incomoda por la atencion de el, se ruborizo. Era la primera vez que alguien reaccionaba asi con ella. --El placer es mio--dijo levemente aturdida por lo como la estaba mirando, por un momento sintio que era el raton que era perseguido por el gato. --Bien, vamos a platicar de tu experiencia laboral. Oh, ahi si que estaba en un gran aprieto, porque su experiencia era inexistente, solo esperaba que todo saliera bien. Una hora mas tarde salia con una sonrisa de oreja a oreja, pues habia logrado convencer al senor Blake de que era la indicada para el puesto, asegurandole que se dejaria el alma, por el trabajo, seria la nueva abogada de caso familiar del bufete Blake & Asociados. Capitulo 2 Maximiliano Lanham estaba sentado frente al ordenador portatil en la habitacion del hotel, se trataba de concentrar en buscar la informacion de la mujer que tenia en la fotografia, buscaba, sus amistades, sus actividades diarias, todo lo que le sirviera como una pista lo usaria. Su movil comenzo a sonar, dio un resoplido de disgusto al ver quien era. --Diga--contesto molesto, apenas le habia marcado dos dias antes, para contarle del nuevo trabajo que llevarian a cabo. -- ?Que hay hermano? Como vas con ese asunto--se paso la mano por su negra cabellera, mientras exhalaba un suspiro cansado. --Isaac apenas me has dado dos dias para conseguir la informacion, que es lo que esperas, aun es demasiado pronto para dar los primeros acercamientos. --Pues no te demores mucho, es una presa facil, ya viste lo que ha salido en el diario, esa nina fresa, se mete drogas, asi que no te puede costar mucho empezar con tu trabajo, aparte que ahora si que te sacaste la loteria, la chava no esta nada mal. --Es solo que ya estoy harto de hacer esto, prometeme que este sera el ultimo trabajo, no quiero pasar mis ultimos dias en la carcel, por estafador. --Eso nunca pasara, sabes que siempre actuamos con cautela, tomalo como si estuvieras haciendo servicio comunitario, tu te tiras a esas viejas estiradas, que estan nadando en dinero, y ellas a cambio te dan un pequeno pago. --Tecnicamente soy un prostituto--dijo fastidiado ya del asunto. --Llamalo como quieras brother pero, ten en cuenta que eres un prostituto muy caro. --Mira Isaac, sino fuera porque con esto te ayudo a salir de tus problemas, te habria mandado al diablo mucho antes, necesito que esto sea lo ultimo que haga, ni un trabajito mas. --Si hombre que esto es lo ultimo, despues desaparecere de tu vista, podras hacer una vida normal-- apenas queria comenzar a replicar cuando la comunicacion se perdio," vaya le habia colgado" Suspiro cansado, aun recordaba como era que se habia metio en aquel horroroso negocio, cuando tenia diecinueve anos, su madre se enfrento a una terrible enfermedad, el cancer. La enfermedad cada vez le arrancaba la vida, y el impotente por no poder hacer nada para salvarla, comenzo a desesperarse, las facturas del medico, sumados a los tratamientos de radiacion eran carisimos y su seguro medico no lo cubria, comenzo trabajar en un centro nocturno, para poder sacar a fin de mes los gastos de la casa. Estudiaba a la vez que trabajaba, por mas que trataba de hacer frente a la enfermedad de su madre, no lograba ayudarla con todo, pero cuando una noche una mujer mayor entro en el lugar donde trabajaba, ofreciendole dinero a cambio de pasar la noche con el, su primera reaccion fue de estupor, no lograba comprender como una mujer tan atractiva como la que tenia frente a el, era capaz de ofrecer dinero a cambio de placer. Rechazo la oferta por esa noche, pero la mujer no dandose por vencida, le dejo su tarjeta dentro de camisa de su uniforme, cuando llego a su casa, su amigo Isaac estaba cuidando de su madre, asi que le conto lo que habia pasado, y asi idearon un plan, el saldria con mujeres mayores a cambio de dinero. Por muy absurdo que sonara el plan con eso habia logrado pagar el costoso tratamiento de su madre, quien desafortunadamente no logro vencer la batalla contra el enemigo silencioso de las mujeres. Despues de eso el se concentro en salir adelante estudiando la carrera de medico, para lo cual faltaban solo meses para que pudiera ejercer. Pero ahora el insensato de su amigo estaba en problemas por una deuda, y tenian que hacer el ultimo trabajo de estafar, para que a su amigo, su casi hermano, no lo metieran a la carcel. --Manos a la obra, esto es lo ultimo y podras dedicarte a lo que mas te gusta. Con ese pensamiento se dispuso a conseguir toda la informacion de su siguiente victima. Una semana despues estaba en un centro comercial, tomando un cafe en la misma plaza que la senorita Katherine Montemayor, en persona era mucho mas bella, que en fotografias, ahora estaba sonriendo de algo que estaba diciendo su amiga, el tomo un sorbo de su cafe, mientras intentaba leer algo del diario que tenia frente a el. Al dar la vuelta a la pagina llego a la nota de sociales, y ahi estaba en una foto que abarcaba mas media pagina, Katherine Montemayor, y su padre, ambos tomados del brazo, sonriendo a la camara, en un evento de caridad, que era destinado a llevar viveres y atencion medica a las zonas en pobreza extrema en africa. Levanto de nuevo la mirada de la nota, para ver que ella se le quedaba viendo, sin disimular siquiera un poco. Bien era momento de entrar en juego. Ahora la ignoraria para que tuviera mas interes en el. Se levanto de la mesa pagando su cafe, dejando un generosa propina al mesero, salio de la plaza sin siquiera dirigirle una mirada, esperaba que surtiera efecto, y no todo lo contrario. Una hora mas tarde, con su impecable traje hecho a medida, caminaba descuidado, haciendo una llamada telefonica. --Diga--contesto, de pronto sintio un golpe en su pecho, y sus fuertes brazos se apresuraron a sostener el calido cuerpo de la mujer mas hermosa que sus ojos hubieran visto jamas, la mujer lo observo fijamente a los ojos, ambos se quedaron un momentos perdidos en sus miradas, hasta que el rompio el magico momento. --Disculpe estaba distraido, no me fije por donde caminaba--le dijo el, aun sosteniendola entre sus brazos, mientras su dulce olor a orquideas, se impregnaba en el.

  • 24 besos de Caroline March

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    Alex es inconformista, reaccionaria, sonadora y una aventurera incansable hasta que sucede algo terrible y tiene que cambiar la perspectiva con la que ve su futuro. Cuando piensa que ya no hay salida, una descabellada propuesta trastocara su existencia.

  • Un pasado imperfecto de Mirta Sheridan

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    Hace tiempo que Ashley vive encerrada en si misma. Las lagrimas son sus mejores companeras de viaje, las unicas que le permiten olvidar esos acontecimientos traumaticos que no le dejan dormir.
    Grant es un apasionado del trabajo que no ve mas alla de los numeros y se ha olvidado del amor. Su vida esta vacia porque todo a su alrededor gira en torno a su empresa.
    Un encuentro fortuito con Ashley durante una sesion de jogging hara que sus convicciones se tambaleen y empiecen a revolotear las mariposas en su interior. ?Conseguiran sus besos traspasar la coraza que a ella le han generado sus propios miedos? ?Sera el capaz de amar con el corazon y olvidarse de todo aquello que ha dirigido su vida hasta el momento?

  • Corazones que vuelven a latir (Corazones 3) de Claire Contreras

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    Victor Reuben es el abogado matrimonialista mas cotizado de Los Angeles. Nicole Alessi, futura exmujer de la estrella de cine mas famosa del momento, es su ultima cliente, ademas de la hija de su jefe. Ante un divorcio tan mediatico, no hay cabida para problemas adicionales. Afortunadamente, ni abogado ni cliente tienen nada que ocultar. si no contamos con la sesion de sexo alucinante que compartieron.
    Una vez.
    Dos veces.
    Tres veces.
    Aunque eso fue hace mucho tiempo, y la ocasion de estar juntos se desvanecio. Si son capaces de dejar el pasado a un lado, todo saldra bien. Pero si continuan devorandose con los ojos cada vez que se ven, las cosas se pueden complicar.

  • El amanecer de tu sonrisa de Inma Cerezo

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    Un ranchero empenado en olvidar.

  • Las catastrofes de Alicia de Lighling Tucker

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    ?Crees que has tenido un mal dia? Seguro que no supera el de Alicia.
    Dejando Espana lejos se traslada a Manhattan para vivir su nueva vida, pero no empieza como ella espera.
    La empresa que iba a contratarla ha sido cerrada a causa de una investigacion policial. El piso que iba a compartir esta en un edificio que apenas se mantiene en pie y, como postre, el coche que alquila y en el que mete sus cosas, pisa un clavo deshinchando una de sus ruedas.
    Con el poco aire que queda en el neumatico logra llegar al taller mas cercano que encuentra por internet y esta cerrado.
    ?Que mas puede salir mal?
    Justin contempla a la mujer que llega a su taller, la pobre parece haber sobrevivido a una catastrofe. Decide escuchar lo que tiene que decirle al mundo y le genera ternura su desesperacion.
    <<--Entra, te arreglare la rueda --dijo Justin apiadandose de ella.
    --?Eres el mecanico? ?Y por que has dejado que te explicase mi miserable vida?
    --Mera curiosidad --contesto sonriente.
    --Eres cruel>>.
    ?Que opinas? ?Esta historia puede mejorar?

  • Tres, dos, uno. En el aire de Jossy Loes

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    --Muy buenas noches, les habla Owen Grey desde el estudio de KRT.89 FM en directo para todos nuestros oyentes, ?que haremos hoy, Norah? --Buenas noches, amigos, y buenas noches, querido Owen, ?que haremos hoy? ?Que te parece si acompanamos a los oyentes durante dos horas en un paseo por lo mejor de los setenta, ochenta y noventa? --Es la mejor idea que has tenido, aunque me parece que desean algo mas, ya que ha pasado casi un ano desde el concurso de las historias. --?No me digas que quieres contar la historia, Owen Grey? --Si, mi querida Norah Richardson, una historia que comenzo hace mas de veinte anos. --?Crees que nuestros oyentes querran escucharla? --!Claro que si! Conocen el despues, pero no lo que llevo a ese final y, ya que estamos a unos dias de celebrar san Valentin, ?que mejor momento para hacerlo? 1 Volver a casa OWEN El sonido penetrante de un maldito despertador logro que ese sueno al que me habia aferrado se desvaneciera enseguida recordandome la triste realidad de mi vida. Si tan solo no me hubiera aferrado a mi trabajo como via de escape despues de que la mujer que pensaba que me amaba me dejara a traves de un email con un: <>. Asi, sin mas, como si fuera uno de esos rollos de una noche y no una relacion de ocho anos en la que los suenos, al parecer, eran mas por mi parte que por la suya. Una casa que pensaba que era mi hogar y de la que tuve que salir con una mano delante y otra detras con destino a un minipiso en los suburbios. Habia creido que mi trabajo seria la via de escape. Un maravilloso lugar en el que escuche durante algunos anos a adolescentes discutir de historia, tal como habia logrado que aprendieran. Me empene en que mi dia a dia me levantaria el animo, sin embargo, no fue asi. Un dia, en una clase, por alguna extrana razon, decidieron dejarme claro que la historia era sumamente aburrida. Crei que explicandoles que dejar de lado una asignatura tan importante perderiamos la esencia de la humanidad. Supuse que con eso cambiarian de idea y sin darme cuenta entramos en una discusion bastante acalorada. Para ser honestos, estaba cansado y hasta el gorro de tanta mierda, todo era un puto caos. Dias despues, varios padres se agruparon en la entrada del instituto con pancartas protestando por lo que, al parecer, para ellos era imposicion ideologica, ya que debiamos dejar el pasado atras. Policias, gritos, amenazas contra mi persona llevaron a que el equipo directivo se reuniera conmigo y me pidiera explicaciones sobre lo sucedido en esa clase. Bill, el director del instituto y mi mejor amigo, me pidio que me cinera al programa y que reconsiderara cambiar de aires, de ciudad. Ignore lo ultimo y acepte pensando que, si adaptaba ciertas fechas recalcando la importancia historica, lograria de nuevo llevarlos por la senda del conocimiento. El problema era que ese programa se abrazaba a lo material y comercial frustrandome y haciendome tener una rutina que me asfixio hasta el punto que me sentia como un zombi. Hasta que un dia, sin mas, me sente delante de los alumnos y les grite que la vida era una puta mierda y que las suyas acabarian de la misma manera que la mia. Eso me llevo a la oficina de Bill de nuevo y, antes de que me revolviera en mis miserias, el habia hecho su tarea de proponerme la vacante en el instituto de la ciudad donde naci y creci para comenzar desde cero. Casualidad o no el que apareciera esa vacante justo cuando estaba al borde del precipicio, asi que acepte sin mas remedio el puesto. Tenia dos semanas para adaptarme, las semanas de vacaciones navidenas. Tenia que ingeniarmelas para explicarles a mis padres mi divorcio y mi traslado repentino a esa ciudad en la que el crudo invierno se esparcia en todo lo que tocaba. Los siguientes dias decidi pasar a modo marmota, apenas salia de la habitacion en la que me encontraba, hasta que un despertador me arranco de mi letargo. Me levante como un resorte y busque por toda la habitacion el endemoniado aparato, que estaba debajo de la cama puesto con muy mala intencion. Solo una persona era capaz de eso; mi hermana Linda. De nuevo el aparato volvia a sonar e intente apagarlo, pero era tan antiguo que al parecer sus circuitos no conectaban entre si, asi que termine estrellandolo contra la pared. Ya le diria a mi madre que le pidiese explicaciones a la perversa de Linda. Me lleve las manos al rostro y luego me revolvi el pelo para terminar de desperezarme y levantarme. Al meditar unos minutos, me imagine que en el piso de abajo estaria mi madre, mi padre y Linda para tratar un asunto en concreto: mi presencia y mi pesimo estado. Fui al bano y, al mirarme al espejo, vi que estaba para el arrastre. Si me presentaba asi, la reprimenda seria peor, por lo que decidi darme una ducha despues de varios dias sin hacerlo y me afeite. Para cuando termine me puse un chandal junto a la primera camiseta vieja que encontre, con la intencion de bajar y enfrentarme a lo que me quedaba de familia. Quizas debia ensayar algun discurso en el que les contase que estaba en una de esas etapas en las que buscaba mi camino y por ello dejaba todo atras o simplemente contarles que pasaba por una depresion de la hostia por culpa de la que creia que seria mi companera durante el resto de mi vida, que me habia dejado en la puta calle quedandose con esa casa que habiamos construido juntos, el perro y todo el dinero que entre los dos habiamos ahorrado, argumentando que ella habia aportado gran parte para que yo terminara mi doctorado. Una mentira mas de una pesadilla que no tenia fin, me sentia tan abatido con esa demanda por su parte que acepte todo lo que exigia, a pesar de que nunca deje de trabajar y aportar a la par. Nunca me habia sentido como una mierda, el ser optimista y perseguidor de suenos alentando a todo aquel que pasaba momentos malos era lo que me caracterizaba, pero en ese momento estaba en esa situacion. Llegue a pensar que si llegase a vivir algo asi seria capaz de salir airoso, me equivoque, y alli estaba; en casa de mis padres, hecho una piltrafa humana. Respire profundo al bajar el ultimo escalon y me lleve la mano al pelo para tratar de aparentar que no estaba tan mal como creian, aunque dudaba que se tragaran mi actuacion. --Buenos dias. --Al fin sales de la cueva --ironizo mi hermana--. Estaba a punto de llamar a la tele y explicarles que la luna no solo afecta a los hombres con eso de convertirse en licantropos, tambien sucede con otras especies, por ejemplo, los osos. --Muy graciosa, Linda, no recordaba que aun mantuvieras la esperanza de convertirte algun dia en la payasa oficial de la ciudad. --!Paz! --nos pidio mi madre antes de que replicara mi hermana--. Linda, te pedi que te mordieras la lengua. --Mama, he sido sutil. --La sutileza brota por tus poros --ironice. Entorno los ojos. --Sabes muy bien que lo he sido, ?o quieres que sea despiadada? Estuve a punto de responderle que lo fuese y asi me ahorraria dar explicaciones, sin embargo, mi padre aparecio aquejandose de un dolor en el pecho. De inmediato me levante y lo ayude para que se sentara en el sillon. --Papa, ?quieres que llame al 112? --le pregunte mientras intentaba tomarle las pulsaciones como habia aprendido en los cursillos de primeros auxilios. Lo ayude a quitarse el jersey y desabrocharse la camisa. --Ya se me pasara. --Voy a llamar ya al doctor Richardson --protesto mi madre--. Esta vez no voy a ceder, Hunter. --No es un dolor profundo --respondio mi padre intentando calmarla--. Ya se me pasara. --!De eso nada! --protesto Linda mientras sacaba el movil del bolso--. Ahora mismo llamaremos a emergencias. No me creo lo que dijiste de esos dichosos estudios. --!NO! --grito mi padre. Por unos segundos nos observo para finalmente suspirar, desalentado --. Esta bien, llama al doctor Richardson. --Pero, papa, dudo que pueda atenderte sobre la marcha si no tenemos cita. --Mi padre me miro como pidiendo que lo auxiliara, y eso hice. --Llamalo, Linda, eres experta en conseguir lo que quieres, yo lo llevare. Mi madre y mi hermana se miraron con complicidad, no se si habia sido por mi oferta de llevarlo. Voltee los ojos, entendia que dudaran de mi, pero de alguna forma debia ayudar. Desee que no fuese algo grave, ya tenia demasiado con que lidiar. --Llama y ruegale a Maddy que nos de una cita --le pidio mi madre--. Sobre todo, porque algo me ocultan Hunter y el doctor Richardson. Linda rechisto. --?Y crees que Owen va contarnos la verdad? --Frunci el ceno. --Me interesa tanto como a ti que papa este bien, ademas, ?por que nadie me ha dicho que le han hecho estudios? ?Y para que eran? --Tal vez porque vivias en tu burbuja de felicidad individual en la que dejaste de lado a todos. Tense la mandibula ante su poca empatia, pero decidi ignorarla para evitar entrar en su juego, no era el momento. Linda esperaba que le respondiera, pero el interlocutor desde el otro lado de la linea logro captar su atencion olvidandome por completo. Se alejo un poco, y me centre en mi padre, que habia cerrado los ojos y hacia largas respiraciones. Senti frustracion al aceptar que mi hermana habia dado en el clavo, como siempre. Estaba tan cegado con mi aparente felicidad que habia olvidado que mi familia tambien necesitaba de mi, al igual que yo de ellos, y no empenarme en creer que saldria adelante solo. --Muy bien, el doctor tiene un hueco en veinte minutos --anuncio Linda--. Espero que Owen sea honesto y nos cuente que le ocurre a papa o de lo contrario me plantare en la consulta de Richardson y armare un escandalo --advirtio sin sutileza alguna. Por supuesto que iba a preguntar que ocurria, era momento de aportar y volver a conectar con ellos, aunque eso me llevara al pasado en cuanto volviese a pisar la clinica. --Me ire a cambiar --anuncie. --Claro que debes hacerlo, el andar de indigente no esta de moda; ademas, solo faltaba que cayeras en un resfriado para entonces tener a dos quejicas en casa. --En todo caso a quien le molestaria seria a mama, tu tienes casa, marido e hijos y creia que un trabajo, pero veo que... Linda se cruzo de brazos y volvio a rechistar: --Si crees que me hace ilusion ese nuevo estilo de vida que has escogido, dejame decirte que no me apunto a ese club de derrotistas al que de repente parece que perteneces y, ahora que recuerdo, Macy Palmer ha llamado, no se si la recuerdas, pero es la directora del instituto. --Linda, no sigas. Mi hermana ladeo la cabeza con una ceja levantada. --?Y por que no puedo decirselo yo o pensabas adornar las palabras para que no se sintiera presionado?, es un hombre, no un nino. Hace mas de veinte anos que dejo incluso de ser virginal. No le hace ningun bien que lo tengais aqui en casa, como un monigote, lamentandose. --!Linda! --protesto mi madre llevandose las manos a la cara. Ladee mi cabeza hacia ella para mandarla a la mierda, era mi hermana mayor, pero no tenia derecho a juzgarme de la manera que lo estaba haciendo. --No se que cono te esta... Levanto un dedo con el menton erguido y mirandome por encima del hombro.

  • Mucho mas que sexo de Oliver Cruz

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    Las locuras de Gabriela y sus amigas, donde el sexo y la lujuria tomaron el control, terminan cuando Gabriela conoce a Jose Alberto.
    Comenzara la historia de un amor imposible y Gabriela tendra que darse cuenta de que solo el deseo no es lo que quiere.
    Es ahi cuando aparece Luis Fernando, quien le ensenara que el amor es mucho mas que juegos de cama.
    ?Podra tener con el lo que verdaderamente anhela?

  • Un asesino en tu sombra de Ana Lena Rivera

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    Gracia San Sebastian, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparicion de Imelda, una joven psicologa a la que encuentran muerta pocos dias despues en las vias del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policia de Oviedo, Gracia empezara una investigacion que la llevara a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relacion con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputacion como investigadora esta en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis multiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad mas extrema del triatlon, el Ironman.

  • Sombras perdidas de Margarita Soto Soto

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    Sone con sus ojos y pude ver en ellos como el mundo se paraba y un silencio mortal nos envolvia. Todo se habia vuelto gris, los dias no tenian sol y la luna no acompanaba a las noches, el cielo estaba cubierto por una capa de ceniza que nos oprimia y que cada vez estaba mas cerca de nosotros. Sin tener nocion del tiempo que transcurria porque careciamos de ninguna referencia, caminabamos sin rumbo fijo y no nos conociamos entre nosotros. Cada hombre, mujer, nino, nina deambulaban solos sin destino alguno. Los padres y madres iban al lado de sus hijos sin reconocerlos y los que ni tan solo tenian edad para caminar permanecian sentados o estirados alli donde los habian dejado. Todos nosotros habiamos sucumbido y ya no podiamos considerarnos personas, no eramos mas que seres de carne y hueso que habiamos perdido la conciencia y los sentimientos que hasta entonces formaban nuestra esencia. No teniamos ningun lugar a donde ir ni al que regresar. Nos habiamos convertido en despojos, en sombras de las personas que habiamos sido. El color habia desparecido incluso de nuestros rostros que ahora tambien eran grises y el peso de nuestras espaldas hacia que caminaramos curvados. Llevabamos una carga desconocida y con ella ibamos a ningun lugar y no habia nadie que nos esperara. Ese sera nuestro final, el final de todos nosotros sera convertirnos en sombras. Existiremos, pero no viviremos, tampoco estaremos muertos, caminaremos sin fin hacia la nada donde el vacio de la eternidad nos espera. 1 El telefono no para de sonar y Alejandra se niega a contestar, no quiere saber nada de los periodistas, la unica persona con la que ha hablado en los ultimos dias ha sido con el editor de su hijo para recriminarle que filtrara la noticia. Le habia dejado bien claro que no era la persona indicada para comunicar que estaba ingresado y que el asunto no iba a quedar asi, se encargaria de hablar lo antes posible con un abogado para que tomara las medidas oportunas. En las redes sociales no se habla de otra cosa y a ella le subleva, sobre todo cuando piensa en lo discreto que ha sido Eduardo desde la publicacion de su primer libro. Siempre ha intentado mantener su vida privada al margen de todo y ahora nadie lo respeta, todo son especulaciones y se ha convertido en carnaza fresca para tiburones. ?Donde esta el respeto a su privacidad?, piensa. ?Que diferencia hay entre hacer bien tu trabajo y vivir de el a los personajillos que venden sus miserias por cinco minutos de gloria? No recuerda la ultima vez que habia estado tan indignada, y lo que es peor, la sensacion de indefension, de no poder hacer nada para detener los comentarios. Sin darse cuenta esta delante de la casa, debe concentrarse, con el coche va para aqui y para alla y al final tendra un accidente. Decide dejarlo aparcado fuera, prefiere no maniobrar para entrarlo en el garaje. Introduce la llave en la cerradura mientras mentalmente repasa el codigo de la alarma y una vez mas la tristeza y la angustia la invaden. Abre la puerta y entra, sus pasos resuenan en el silencio que habita la casa, la luz se filtra por los grandes ventanales de las paredes y el techo. Nunca le ha gustado el diseno del interior, demasiado moderno para su gusto, pero siempre se ha guardado su opinion. Mira las escaleras que dan al piso de arriba, el dormitorio esta alli, pero ahora no le interesa, la ropa puede esperar. Su idea es encontrar algo en el despacho, algun escrito. Abre la puerta y el reflejo del sol cae sobre la mesa de trabajo perfectamente ordenada, da un vistazo general a toda la estancia y confirma que a simple vista esta bien. Los libros colocados segun un orden que solo el entiende, sobre la mesa auxiliar reposan las revistas de viajes y de cine y en la silla de mimbre hay colgada una chaqueta, se acerca y la coge. Se abraza a ella y rompe a llorar al sentir el olor que todavia conserva. Sin soltarla se dirige al escritorio, todo esta colocado milimetricamente. Abre uno de los cajones y ve el cuaderno negro en el que escribia las ideas que luego plasmaba en el ordenador, lo abre. En las primeras paginas no encuentra nada nuevo, las pasa rapido, en las ultimas hay anotaciones de ideas, pero nada que parezca relevante. Sigue buscando y bajo un monton de folios en blanco encuentra una fina libreta de color rojo llena de dibujos. En la primera pagina ve el rostro de una mujer, esta hecho a lapiz, con sombras. Le sorprende que su hijo haya sido capaz de hacer algo asi y sin dudarlo un momento pasa a la siguiente hoja. Le cuesta descifrar lo que pone, su letra ha ido empeorando con el tiempo, la perfecta caligrafia de aquel nino pequeno que escribia cuentos fantasticos se ha transformado en garabatos indescifrables. Decide encender el ordenador, nunca se habria atrevido a adentrarse en la intimidad de su hijo, pero ahora tiene que hacerlo. No tiene problema con la contrasena, la sabe de siempre porque entre ellos no hay secretos. En el escritorio hay una carpeta justo en el centro que pone KAVLA, clica sobre el archivo. PRIMER ENCUENTRO Cuando Daniel vio a Eduardo entrar en el bar tenia un aspecto deplorable, nada que ver con aquel hombre elegante y de modales impecables que ultimamente se dejaba ver mas que los meses anteriores. Entro cabizbajo, con aspecto triste, y tras sentarse permanecio un rato apoyado en la barra dejando pasar unos minutos hasta pedir su consumicion. La luz del techo hacia que su cara pareciera aun mas blanca de lo que era y el pelo despeinado le daba un aire fantasmagorico, el traje arrugado sugeria que algo extrano le habia ocurrido, pero no pregunto nada, habia aprendido a ser discreto detras de la barra. Estaba acostumbrado a verlo todas las noches con aquellos trajes caros y elegantes que tanta envidia le daban, pero desde hacia un par de semanas la elegancia y el porte natural que tenia se habia ido perdiendo hasta llegar al estado de dejadez en el que se encontraba hoy. Cogio de lo alto de una estanteria la botella de whisky que siempre le pedia, la abrio lentamente mientras lo seguia observando y dejo caer la cara bebida en un vaso con hielo. Al servirle, Eduardo lo agarro fuertemente de la muneca. -- ?Crees en las brujas? -- pregunto. -- No. -- Ingenuo. -- Debo volver al trabajo-- le dijo separandose. Penso que estaba borracho, alguna cosa en sus ojos le produjo una gran desazon, intento evitar la conversacion, pero el insistio. Al apartarle la mano se fijo en el puno de la camisa, el blanco se habia vuelto grisaceo y el borde estaba desgastado. -- Huye de ellas, aun estas a tiempo. -- Sera mejor que vuelva a casa y descanse. Apoyo la cara en la barra y puso las manos sobre la cabeza, se le notaba angustiado y nervioso. Empezo a tocarse el pelo, despeinandose aun mas y haciendo que no quedara rastro del fijador que normalmente llevaba. --No estoy borracho ?sabes? Estoy enfermo. -- Vaya, lo siento-- dijo con un tono al que Eduardo reacciono de mala manera. --!No lo sientas! --grito. ?Me tomas a cachondeo? ?Crees que estoy loco? !Pues si estoy loco, me ha vuelto loco, esa hija de puta me ha matado! Rompio a llorar y Daniel salio de la barra, se acerco para consolarlo, pero lo aparto bruscamente haciendo que se tambaleara y que casi cayera al suelo. -- Esa hija de puta me ha matado. Estoy muerto-- sollozo. -- Mire yo no se que hacer ni que decirle. No tiene familia o a algun amigo a quien llamar. Venga, por favor deje de beber y digame a quien puedo avisar para que venga a buscarlo. -- A nadie, ?conoces a alguien que quiera venir a buscar a un muerto? -- !Deje de decir tonterias! Usted esta vivo, ahora mismo esta hablando conmigo. Si estuviera muerto no lo haria, los muertos no hablan. Rompio a reir y lo que salio de su boca no fue el sonido de una risa normal, era un ruido que helaba la sangre. Daniel se aparto, no queria recibir otro empujon, el estado de animo de aquel hombre no era bueno y su fuerza exagerada, parecia que de un momento a otro pudiera perder el control. -- Algun dia vendra a por ti y entonces te acordaras de esta conversacion. ?Recuerdas una mujer con la que alguna vez habia venido? Pelo rubio, ondulado, muy guapa. -- Si, pensaba que era su mujer. -- Mi mujer... Ella estaba en casa esperandome, enganada como una boba. Volvio a llorar desconsoladamente mientras le explicaba lo feliz que habia sido con ella. Se levanto del taburete y cogio a Daniel del hombro llevandolo hacia una de las mesas para sentarse alli. El sin ningunas ganas y con una sensacion desagradable que no podia quitarse de encima espero a que llegara la hora de cerrar mientras escuchaba su historia. -- Es la mejor persona que he conocido nunca, mi companera, mi vida, todo. Y la he perdido. Siempre habiamos estado juntos, desde que nos conocimos de pequenos, apoyandonos en los malos momentos y disfrutando de los buenos. Eduardo siguio con su historia, una historia larga que iba desde su infancia hasta la actualidad, con lo que el denominaba un final tragico digno de una novela de terror. -- Tranquilicese, ahora lo ve todo negro, pero las cosas por la manana se ven mejor. -- Tengo dos hijas preciosas, las adoro y ahora no puedo acercarme a ellas, no se si pueden verme, todo se esta alterando, igual que el sabor de este whisky que apenas puedo notar. -- Escucheme por fav... -- ?Como te llamas? -- le interrumpio una vez mas. -- Daniel. -- ?Y cuantos anos tienes, Daniel? -- Veintitres -- ?Veintitres ? -- Si, veintitres-- repitio. -- ?Sabes lo que daria por volver a tener tu edad? No, no lo sabes. Con veinte anos no te lo planteas, pero cuando llegas a los cuarenta las cosas cambian. -- Es hora de cerrar, ?seguro que no hay nadie que pueda venir a recogerlo? -- lo interrumpio. Estaba cansado, tenia ganas de regresar a casa y no sabia como cortar aquella conversacion que ya se alargaba demasiado. Por un lado sentia lastima y pensaba que toda aquella historia era una invencion producida por el abuso del alcohol y otras sustancias, pero su aspecto y su desesperacion le hacian sentir un poco de miedo. -- No, no hay nadie. -- Puedo pedirle un taxi. -- ?Y para que quiero un taxi? le pregunto extranado. -- Para ir a su casa-- contesto nervioso al ver de nuevo esa cosa extrana en sus ojos. -- No has entendido nada ?verdad? Estoy muerto chaval y los muertos no tienen casa ni necesitan taxi. Daniel salto de la silla como si lo hubieran pinchado con algo, no soportaba mas aquella conversacion y ademas tenia la sensacion de que el aspecto de Eduardo iba variando por segundos, el color de su piel, su extrana mirada, el pelo de sus manos parecia rigido. -- !Mire, ya esta bien! !No me gustan los cuentos ni de brujas ni de muertos! Lo he escuchado, pero mas no puedo hacer, yo si tengo una casa y una vida. Haga lo que quiera, ya se apanara con el encargado. Con la mierda que me pagan no voy a seguir aguantandolo-- grito. Daniel estaba nervioso y cansado, tenia ganas de llegar a casa y nunca le habian gustado las historias para no dormir. -- ?Te pagan una mierda? Dentro de poco no te hara falta el dinero-- murmuro riendose. -- Mire usted, se llame como se llame... -- Eduardo, me llamo o me llamaba Eduardo-- esa fue la primera vez que oyo su nombre. -- Pues bien, Eduardo, yo me voy. Daniel se dirigio a los vestuarios donde se encontro con el encargado que estaba cambiandose el esmoquin por ropa mas comoda para recoger antes de cerrar. --?Que le pasa a ese hombre? -- Esta loco o borracho perdido, dice que lo han matado. -- !Pues no tiene mal aspecto para estar muerto! Lo que hay que ver en este trabajo. --Me voy, no queda mucho por limpiar. Encargate de el, a mi me ha puesto muy nervioso, lo siento tengo que salir de aqui. --Ve tranquilo, yo me encargo del regalito que me dejas fuera-- le dijo sonriendo. El encargado se dirigio a la barra donde se quedo observando a Eduardo que seguia sentado en una de las mesas, lo miraba detenidamente mientras el escondia la cara entre sus manos. Estuvo en silencio unos segundos hasta que se levanto. --Tu sabes de que hablo, ?verdad? -- pregunto. -- Yo no se nada-- contesto a la vez que limpiaba el ya reluciente mostrador. -- Si, si lo sabes, lo veo en tus ojos. Ya conocias a esa mujer ?no es cierto? -- Hagase un favor a usted y a nosotros y vayase a dormir la mona. Manana sera otro dia. -- Sabes que no puedo dormir, que ya nunca mas voy a hacerlo. Dime ?donde la habias visto antes? -- No se de que mujer me habl... -- La que me ha estado acompanando las ultimas noches. Puedo recordar como te miraba, como si te conociera. -- Ya le he dicho que no se de quien me habla. !Vayase! -- Me voy, pero tened claro que volvera a por vosotros. --!Que se vaya, le he dicho! Salio del bar sin decir nada mas, caminando encogido como si fuera a fundirse con el suelo de un momento a otro

  • La ciudad que no descansa de Douglas Preston

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    La hija de un millonario aparece muerta. Y sin cabeza.

  • Cavernicola en Celo de Laura Cruz

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    Sonia iba hacer historia.
    Iba a ser la reportera del siglo.
    Viajando a una isla secreta...
    ... y grabando a los aborigenes.

  • Sobre el Amor de Miguel De Cervantes Saavedra

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    Considerado el mas influyente escritor de la literatura en espanol, Cervantes se revela en estos textos en torno al tema del amor como un autor inusitadamente moderno, que se burla del modelo cortes y se aleja del romanticismo al uso para ofrecer una mirada realista, ironica y profundamente original.

  • Eres mi dosis de Nerea Vara

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    Stephen Sinclaire decidio cerrar su corazon el dia que lo hicieron anicos cuando solo era un adolescente. Desde entonces se rige por tres reglas que nunca incumple: el manda, no repite con la misma y jamas suplica. Dedica su vida a su carrera en la NBA, hasta el dia en el que su rodilla sufre grandes danos y debe cambiar de profesion…
    Alyssa Mills se muda a Charlotte para acudir a la mejor universidad de interpretacion y de paso, poder huir de su novio maltratador. Rie, se divierte, acude a fiestas de fraternidades y vive bajo el continuo temor de ser encontrada por el. Hasta que un nuevo profesor se une a la plantilla y hace que comience a ver el mundo con otros ojos.
    Amor, lucha interna de sentimientos y verdaderas amistades, en una historia que te demostrara como la edad y las circunstancias le importan bien poco al corazon.

  • Entre las sombras (Rosa blanca 4) de Laura A. Lopez

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    Llega la cuarta entrega de la serie de romance historico <>.

  • El que susurra de Malenka Ramos

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  • Promesa de venganza (Miniserie Deseo 3) de Yvonne Lindsay

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    En cuanto ella dijo “si, quiero”, su plan se puso en marcha...

  • Isla de Plata de Christian Martins

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    Isla de Plata tiene unas calas magicas, un parque de atracciones flotando en la montana y muchos secretos.
    Sarah Owens viaja a la isla intentando encontrar su lugar en el mundo, pero en ella encontrara muchisimo mas; un gran amor y una historia secreta que cambiara su vida para siempre. Aunque ella aun no lo sabe, este sera el viaje de su vida.
    ?Te apetece dar un paseo por la isla?

  • Lo que encontre cuando te perdi de Fabian Tapia

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    Era asi como siempre despertaba... Mi frente empapada de sudor y mi corazon al compas del ultimo acorde mi melodia maldita. Todavia lo recuerdo tirado en el suelo del escenario y con todo lo que lo constituia--su gallardia, la manera en que flotaba con cada movimiento y su altivez, haciendolo de marmol irrompible. Su maldita barba descuidada, sus ojos largos, como de emperador egipcio, su cabello representando una danza en si y su estupida barbilla, tan afilada que parecia cortarte con solo mirarla...Todo desaparecido para siempre por el toque de una tecla de un piano de un musico con un corazon roto, que buscaba curar todo con mas quiebres. Oh, su caida. Una caida que merecia millones de terremotos y no estariamos haciendole justicia. Era como si se hubiera venido abajo el rascacielos mas admirado del mundo. Ahi es donde entra el efecto domino: su caida desprenderia poco a poco las peores tragedias que en mi vida hubiera imaginado...Tanto para el como para mi, ese suceso nos separo en un abismo en el que jamas existiria un mapa para volver a encontrarnos. No nos hemos dirigido la palabra desde que todo sucedio. Eramos el uno para el otro; nadie existia sin la gracia del contrario. El no danzaba con una musica extranjera; era la mia o era la mia. ?Que otra fidelidad podria exigir un artista? Ycon lo que mejor me pagaba era eso: su sonrisa al final de cada ejecucion, como si hubiera llegado al orgasmo y estuviera mostrandome lo satisfactorio que habia sido todo. Ahora me pregunto cada maldito segundo que es lo que pasa por su cabeza, sus manos y su cabello...Si cada pajaro que le alegra la manana es bien recibido por sus oidos, si cada canto lo recibe con la misma amargura con la que recibe las mias, si al mover los dedos extrana aquella vez en la que le di mi primera leccion de piano... Me pregunto tantas cosas que a veces olvido que existo. Me pregunto si tantas veces en que intente ser mejor para ti lo logre. Si mi tristeza no se te hacia estridente para tus oidos acostumbrados al arte bien labrado, si mis dramas eran dignos de un Juilliard y todos mis abrazos dignos de un titan como tu. [?Acaso te pude abarcar?]. Oh, nota aparte: no solo tu te quebraste. [Escucho un resoplido de hastio de fondo]. Siempre he pensado que eras como un cielo roto, si, pero como un cielo roto por cuyos resquicios se veian miles de estrellas. Yyo estaba ahi, tan insignificante como siempre. [Siempre ven al piano, no al pianista]. Yo, como un parche flotando a cubrir la herida de alguien... [Yo siempre estoy donde esta la herida. Pssssssst: encuentrame]. Me pregunto si mover esos dedos a esas malditas teclas fue un impulso de todo mi ser para sentir tanto dolor, que si siempre he estado predestinado a el, encadenado pero libre para siempre terminar siendo herido y herir a los demas que me salvan sin saberlo. Maldicion. Desearia pedirte perdon en cada estrella de este cielo que siempre esta encapotado. [?Tu si las ves?]. Y es que en Dinamarca nunca puedes contar con las estrellas. Con el frio si, por eso siempre estoy desnudo. Llevo la nieve en los huesos, por eso tambien pido perdon, aunque haya sido el acople mas perfecto a tu infierno; siempre descongelandome para que el invierno volviera a mi, como un viejo companero. Asi cambiabas mi nombre a Rob--Hilsen --Escarcha. Por cierto, los tulipanes que me trajiste de Holanda no se han secado; permanecen con el mismo color de hace cinco anos, diciendo, gloriosos: "MIRA, SOMOS MAS DURADEROS QUE LOS QUE JURARON AMOR ETERNO". Si te preguntas --porque ya no me preguntas a mi-- si sigo yendo a la costa, te digo que si. Es que siempre se siente desgarrador, como un grito desesperado al final del muelle, el hecho de gritarte te amo. Si, cada atardecer lo hago. No importa como se sienta mi garganta. [CULPABLE DE MI FUTURO CANCER: ZILE THORN] Mentira, tu seras el culpable de todos mis canceres, no solo de ese. Oh, demonios, casi lo olvidaba. No he olvidado que morire de cancer. Todos en mi familia han muerto poco a poco de eso. Se que es muy precipitado decirlo tan temprano [Ja, la primavera esta en cada poro de mi ser ?que te pasa?], pero cada biopsia y examen revelan que estoy perfectamente bien, pero se que estan rotundamente equivocados. Algun dia confundiran un resfriado con un cancer de pulmon o una urticaria con un cancer de piel que me ira devorando centimetro a centimetro hasta hacerme parecer un volcan en erupcion, todo sanguinolento. [?Por que no dejo de decir sandeces?]. Oh, si. La costa. Hace algunas noches tuve un sueno que se sintio como una premonicion: que encontraba una historia dentro de una botella y tenia que ver con un amor perdido de la reina. Se que suena descabellado, pero lo senti tan real, que a veces pienso tener esa botella verde bajo mi cama. Ycon que dice que me perdonas. Asi es como sucede: desenrollo el papel cafe arena con una prisa desmesurada y dice solo tres palabras... TE PERDONO, REGRESA. Y ahi es cuando despierto, con el maldito sonido vibrante del ultimo acorde que nos separo para la eternidad, como esos rayos que siempre has odiado. Pero no te apures, carino, si quieres que regrese no hace falta que me mandes mensajes dentro de una botella; imagino que sentire ese dia en el centro de mi alma, vibrando con la urgencia de una tormenta que acaba con la sequia de una razon perdida. No te apures, carino, me se el camino a casa mas que de memoria. Me se el calor de esos brazos tan cincelados, ese aroma de tu cuerpo tan de naturaleza verde y la musica de esos dientes que al chocar me provocan el deseo mas intenso de entrar...Y creeme que profanaria esa casa que tienes cerrada a cal y canto, pero como el musico que soy, se respetar el silencio ajeno. No, no quiero interrumpir todo el duelo que has de estar pasando. Al reves, quiero que lo sintamos el tiempo que tenga que llevar, porque forzar el tiempo es lo que mas retuerce las cosas. [Aunque tu siempre lo torcias con tu sonrisa de mar inquieto]. Quisiera decirte tantas cosas sin ahogarme en toda esta telarana que son mis palabras. Decirte, por ejemplo, que ya no he vuelto a tocar el piano desde aquella vez. Que ya no he vuelto a bailar como estupido por las calles cada que una cancion se apodera de mi. [Ah, como deseo que un taxi se enrede conmigo y me mate para siempre]. Que ya nada llena ese vacio que se siente todo el transcurso de las horas. Que le has quitado todo el dulce a las mananas para hacerlas azules. Que adios ya no significa lo mismo, ni perdon. Que cada que intento perdonarme me odio mas. Se que no soy tan fuerte como para tocar tu puerta, ni para encontrar esa llave que abre todos los candados, pero dejame intentar por lo menos buscar y perderme hasta darme cuenta que es lo que encontre cuando te perdi. Porque esto debe tener un motivo en concreto. No es una casualidad tanto romper y llorar. Quiero que ya no me veas nadar y naufragar en este oceano de lagrimas. Lanzame un halago, una frase que me motive a seguir, una balsa que resista a las olas que embravecidas me arrojan al vacio sin piedad.

  • Lo que encontre cuando te perdi [LGBT] de Fabian Tapia

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    La vida de Zile Thorn se esta cayendo a pedazos y su unica forma de sobrellevar el dolor es destrozando a la unica persona que lo habia hecho sentir completo. Hasta ese fatidico accidente en un concurso de ballet cuando Rob Hilsen se equivoco en su melodia y le ocasiono el retiro perpetuo de las pistas. Su relacion -una en la que no cabian las pesadillas- ahora se ha vuelto tormentosa volcada en ese precipicio de rencor, lagrimas y canciones rotas. Zile no solo no podra volver a bailar, sino tampoco volver a amar, pues lidiar con ese abismo le resulta abrumador y prefiere cobrar venganza rompiendo un corazon en todas sus formas posibles.

  • Ardores de Agosto de Andrea Camilleri

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    Un calor asfixiante arrasa Sicilia como una llamarada; durante el dia el aire se vuelve irrespirable, las piedras queman y ni siquiera un bano en el mar ofrece algo mas que alivio momentaneo. Con la ciudad sumida en un letargo incandescente, Salvo aguarda la llegada de Livia, que viene con unos amigos a pasar las vacaciones en una solitaria casita frente a la playa. Pero el idilico plan se tuerce cuando, oculto en los sotanos de la casa, aparece un baul con un cadaver dentro. El macabro hallazgo desata los instintos investigadores del comisario, que muy pronto se ve envuelto en una marana criminal de multiples facetas que involucra a politicos, banqueros y empresarios, todos bajo la omnipresente tutela de la mafia. Y como si la canicula no fuera suficiente para causar estragos en el comportamiento de los personajes, la presencia casi magica de una bellisima veinteanera hace flaquear la proverbial lucidez del propio Montalbano, hasta el punto de tentarlo a dar ese paso trascendental que habia evitado hasta el momento. Una nueva aventura de Salvo Montalbano, en la que el inimitable comisario sigue haciendo gala de ese vitalismo socarron y melancolico mientras se asoma a los abismos mas profundos del alma humana.

  • El misterio de la ultima botella de Alejandro Rocca

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    Me levante agitado en mitad de la noche, empapado en mi sudor. Tenia la boca seca y la lengua se me pegaba al paladar. Acababa de tener la pesadilla mas espantosa de toda mi vida. Voltee a verla y de inmediato me calme un poco. Ahi estaba ella, tan hermosa como siempre. Desde el primer momento que la vi me ha tenido bajo su hechizo. No se que haria sin ella. Especialmente despues de todo lo que paso. Mire el reloj, no eran ni las tres de la madrugada. Todavia estaba alterado por el sueno. Me sente en la cama y me quede viendo a la pared un buen rato, luchando por controlar mi respiracion. Baje a la cocina por un poco de agua. Caminar resultaba una tarea dificil. Estaba completamente extenuado sin entender por que. Al entrar a la cocina decidi que me hacia falta algo un poco mas fuerte que el agua. Abri una botella de buen vino y llene una copa hasta los bordes. La vacie rapidamente y repeti el procedimiento hasta que no quedo ni una gota. Me recoste en el sillon de la sala, ya comenzando a sentir los efectos del alcohol. El miedo y la inquietud dieron paso rapidamente al sopor y la calma. El vino en mis venas sirvio de anestesia para mi torturada mente. Mis pensamientos se alejaron de toda la miseria de los ultimos meses, aunque fuera por un momento. Mis ojos se acostumbraron rapidamente a la luz nocturna y comence a observar toda la sala con detenimiento. Los sillones ya estaban viejos y desgastados, hacia falta pintura en las paredes y en el techo, el librero de cedro se veia maltratado y desordenado, la alfombra tenia manchas en todas partes. ?Que manera de vivir era aquella? Habia que hacer algo con todo ese desastre. Ahora que ya estaba mejor era momento de atacar esos problemas. "Manana mismo empiezo." me dije a mi mismo A punto estaba de levantarme para volver a la cama, cuando me fije en el cuadro que teniamos encima de la chimenea. Era el retrato de un tio abuelo de mi madre. Estaba vestido con traje militar. Segun me habia contado mi madre, habia sido un buen oficial en el ejercito hasta la dictadura de Franco, cuando tuvo la mala ocurrencia de oponerse terminantemente a la ejecucion de tres inocentes y fue fusilado junto con ellos. Nunca me habia gustado particularmente, pero lo conservaba con mucho carino como un recuerdo de mi querida madre, que habia fallecido hacia un par de anos por culpa de una pulmonia que complico su leucemia. Al darmelo como regalo, me dijo que lo pusiera en un lugar importante en mi casa y que el espiritu de ese tio desconocido me cuidaria siempre. Una extrana historia para un extrano cuadro. Mi mujer nunca estuvo de acuerdo en colgar el cuadro de un perfecto desconocido arriba de la chimenea, pero finalmente accedio cuando la convenci de que complaceria a su suegra, con la que nunca tuvo muy buena relacion. Mi madre se habia portado de manera muy entrometida en nuestra relacion desde que eramos novios y las asperezas entre ella y mi querida Hilde fueron creciendo con el paso de los anos. Yo nunca supe que hacer al respecto, pues si bien le daba la razon a mi mujer, no queria encarar a mi madre, a quien nunca supe realmente hacerle frente. Esto continuo asi hasta una noche en la que invite a mis padres a cenar. Era invierno, cerca de Navidad. – !Nico, querido, que gusto verte! ?Como te ha ido? – me saludo mi madre llenandome de besos. – !Muy bien mama! !Muy bien! !A mi tambien me da gusto verte! – dije intentando liberarme. -Hola muchacho- me saludo friamente mi padre. -Hola padre. ?Como estas? Los saludos para Hilde eran completamente al reves. -Hola Hilde- la saludo mi madre haciendo una mueca parecida a una sonrisa. -Hola senora- contesto con un ademan similar. -!Hilde, nina de mi corazon! ?Como estas hoy, pequena? ?Te trata bien este zoquete que tengo por hijo? – la saludo efusivamente mi padre. -!Hola, senor! !Todo esta bien y su hijo me trata de maravilla! Que gusto que nos puedan acompanar. Pasen por favor. La cena esta lista. A pesar de que ninguna de las dos lo admitiria nunca, mi mujer intentaba impresionar a mi madre cada vez que venian a la casa y mi madre hacia lo mismo con ella cuando nosotros ibamos a visitarlos. Era una especie de competencia silenciosa. Esa noche Hilde habia preparado codornices tiernas en salsa cremosa de vino acompanadas de esparragos asados con mantequilla y un vino blanco que le sentaba de maravilla. Nos sentamos a cenar en silencio. Al inicio siempre era un poco incomodo. La tension que existia entre mi madre y mi mujer y entre mi padre y yo se dejaba sentir. Despues, como siempre, y despues de deshacerse en elogios para Hilde con uno o dos comentarios despectivos de mi madre al margen, mi padre comenzo a hablar de su negocio, de la economia y de la situacion politica en el mundo. Esos eran los unicos momentos en los que sentia que podia entenderme con el. Podiamos hablar por horas y horas acerca de lo que dijo aquel senador, o el problema del desempleo, o la nueva propuesta de ley, o el conflicto en Medio Oriente. Mi esposa y mi madre se sumaban ocasionalmente a la conversacion, pero en general se limitaban a observarnos calladas, divertidas con la situacion. Ellas tambien se amigaban un poco en esas ocasiones, pues compartian el sentimiento de admiracion y simpatia que les provocaba vernos discutir. Entonces sucedio; Mi madre tomo un bocado un poco demasiado grande de comida y un insospechado huesito se atoro en su garganta. Inmediatamente comenzo a carraspear y a toser ruidosamente, intentando expulsar el hueso con todas sus fuerzas. Rapidamente mi padre se puso a darle palmadas en la espalda, mas no parecia hacer otra cosa que anadir color a la escena. El panico me congelo por unos momentos, hasta que de pronto se vio reemplazado por una gran determinacion. -!A un lado, padre! – le ordene Me levante de golpe, tome por los brazos a mi madre y la tumbe lo mas delicadamente que pude en el piso, inmovilizando con mis piernas. Le abri la boca y sin pararme a pensarlo ni un segundo meti mi mano en su garganta en busca del hueso. Lo tome con todo el cuidado y rapidez de que fui capaz y se lo saque. -?Estas bien? – preguntamos todos al mismo tiempo -!Nina! !cof, cof! – grito, roja como tomate y sin parar de toser – !Casi me matas, mocosa inutil! !cof, cof! ?Por que no aprendes a cocinar? !Nina tonta! -!Mama!, ?que te pasa? – intente decir calmadamente -Claramente no fue su cul… -!Callate, vieja bruja! !No tienes ningun derecho a hablarme asi! !Siempre me has tratado con la punta del pie! !Ojala te hubieras ahogado! !Estupida! -!Querida, tranquila! -!Perra malparida! !Bruja! !Largo de mi casa! -!Hilde, basta! – dije tomandola por los hombros y llevandomela de ahi. -!Fuera! ?Me oiste? !Fuera! – siguio gritando mientras la sacaba del comedor a la cocina. -!Mi amor, para! !Para ya! – la abrace con fuerza, ahogando sus gritos en mi camisa. -!No fue mi culpa! – sollozo, y comenzo a llorar sobre mi. -Tranquila, linda, yo se que no. – la abrace mas fuerte -Mi mama tambien lo sabe. No queria decir lo que dijo y estoy seguro que tu tampoco. Fue la emocion del momento. Hablare con ella. Entro mi padre a la cocina, visiblemente alterado por todo lo que acababa de pasar. -Hilde, carino, ?Estas bien? – pregunto. No hubo respuesta. -Esta bien papa. Llevate a mama a casa. Yo hablare despues con las dos. -Bueno hijo, pues, gracias por la cena. Estuvo deliciosa.

  • Tu, como el viento sur de Elena Bargues

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    Valvanuz, despues de anos de maltrato, por fin reune el valor para divorciarse de su marido y regresar a Santander donde consigue trabajo en un reputado restaurante.
    Teofilo Van der Voost pertenece a una conocida familia de renombre en el sector hotelero. Aunque es un enamorado de su profesion, la neurocirugia, comparte la direccion del negocio familiar con sus hermanos hasta que una fuerte discusion hace que se replantee su estilo de vida.
    Un dia de viento sur, Teofilo coincide con Valvanuz, que ha regresado cargada de problemas: un ex marido rencoroso y sucesos inexplicables que, con la fuerza del vendaval, arrastraran la tranquilidad y su vida rutinaria de Teo.
    Tu, como viento sur, es un himno a la esperanza, al afan de superacion y a la busqueda del amor para sanar profundas heridas.
    Una novela maravillosa que no puede dejar indiferente a nadie.

  • La ultima carta de Mercedes Guerrero

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    Mitad thriller mitad novela romantica, esta es la historia de la transformacion de una mujer enfrentada a si misma y a su cruda realidad.

  • La luna en las minas de Rosa Ribas

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    Habia aullado de hambre toda la noche. A la madre se le habia cortado la leche. El padre se acerco a la cuna y lo miro. Las frazadas revueltas parecian a punto de engullirlo, pero se resistia, apretaba con fuerza los punos diminutos. Lo levanto con morosidad, esperando una voz que lo detuviera. La criatura abrio los ojos. Esos ojos. Las ojeras debajo, un presagio de luto si el no hacia nada. Lo envolvio para protegerlo del frio. Era febrero y una gruesa capa de nieve cubria las calles del pueblo. Hizo un fardo prieto, el llanto ceso y lo sucedio una queja aguda, como la de los gatitos cuando los metian en un saco para tirarlos al pozo. Percibio tras de si un roce entre las sabanas, ella se movia, tal vez dejaba de darle la espalda a esa cuna odiada. Cargo el fardo en el brazo derecho y se volvio. Despeinada y amarillenta, su mujer reptaba para sentarse. No le quitaba la vista de encima, pero seguia muda. El avanzo hasta la puerta. Antes de abandonar el dormitorio, se giro de nuevo para que viera a la criatura. --Llevatelo. --Tenia la voz rasposa, como si no solo se le hubiese cortado la leche, sino que se hubiera secado toda--. !Vete! !Llevatelo! --Un grito de papel de lija antes de cerrar los ojos. Salio. Bajo la escalera de piedra que llevaba a la planta inferior. Sus dos hijos se habian apostado frente a la puerta de la casa. Dos pequenos centinelas temblorosos. El mayor tenia seis anos; el pequeno, tres. Cogidos de la mano, miraban el bulto del que salia un debil sonido. Se calo el sombrero de fieltro sin soltar al bebe, ya que veia en los ojos de los hermanos la decision de arrebatarselo, y se planto delante de ellos. El mayor levanto la vista implorante; el pequeno bajo la cabeza para contemplar sus recias botas engrasadas con manteca. En uno reconocio su mismo remolino de pelo en la coronilla; en el otro, la forma de la nariz. Tambien la boca, el grueso labio inferior que temblaba al hablar. --No se lo lleve, padre. Le respondio que era mejor para todos. --Por favor, padre. Le dijo que era mejor tambien para la criatura que, de lo contrario, moriria. --No es culpa de Ximo, padre. Fue la bestia que entro en la casa y… Y callo para siempre al recibir la bofetada. --No se contradice tres veces a un padre --le grito al hijo, mientras se lo gritaba a si mismo para convencerse de que esa y no otra habia sido la razon de su manotazo. El golpe lanzo al mayor hacia la derecha y lo arranco de la mano del pequeno, quien se aparto hacia el otro lado mientras repetia en un murmullo <>, y se cubria la cara con el brazo recien liberado. El hizo como si no lo hubiera oido pronunciar las palabras prohibidas y abrio la puerta. Los hijos quedaron dentro, pegados a la hoja. Dos pequenos centinelas inanes. El llanto del bebe arranco de nuevo al salir de la casa, como si supiera que no iba a volver nunca mas. El padre habia cargado las alforjas de la mula con ropa para la criatura. La habia cogido sin fijarse en si era grande o pequena, gruesa o delgada; ni siquiera en si los otros dos todavia la necesitaban. Ya les traeria cosas nuevas cuando bajase a Castellon. Habia metido tambien unas mantas, una piel de borrego y, cada vez mas confuso, incluso una boina que habia sido de su suegro. Bajo la calle empinada al final de la cual vivian. La nieve de la noche estaba todavia intacta y acolchaba sus pasos y los de la mula. Aun asi, el crujido lanoso debajo de las botas proclamaba a cada paso las silabas de su verguenza. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. El sonido que debia de acompanar el resto de su vida a los padres cobardes de los cuentos. Se detuvo un momento al llegar a la esquina de la plaza. Tambien estaba desierta, si bien cruzada por huellas madrugadoras de personas y animales. Dio un suave tiron a la brida de la mula y siguio caminando. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. Estuvo a punto de dar media vuelta para dejar de oir esas silabas. No lo hizo. Un paso mas, otro y otro. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. La enorme sombra que proyectaba una iglesia desmesurada en un pueblo tan pequeno no era lo bastante oscura para ocultarlo a el con su paquete en brazos. En la fachada, siete hornacinas: dos entre los pares de columnas que flanqueaban la puerta; cinco alineadas sobre el portal. Todas vacias. Ningun santo que le ofreciera una mirada de indulgencia o le levantase un dedo amonestante. El chirrido de unos goznes que despertaban entumecidos le hizo volver la cabeza a la izquierda. La duena de la tienda de ultramarinos, al otro lado de la plaza, salia a barrer la nieve y, tras un saludo mudo, se quedo observandolo con los brazos cruzados y la cabeza ladeada como un grajo. Paso de largo. Un mensajero invisible habia avisado a los vecinos. A pesar de la hora temprana, los visillos se apartaron sin disimulo en una de las casas de la calle Mayor. Paso de largo. Bajo las arcadas, la sombra de la boina sobre los ojos del viejo panadero fingia la indiferencia con que se contempla todo aquello de lo que se hablara despues en voz baja. Paso de largo. Unas casas mas adelante se abria la puerta de la taberna y dejaba escapar una vaharada de tabaco y vino. El remolino de rumores acres encerrados alli toda la noche le rozo los oidos antes de morir en el aire helado. Es el hijo de… dicen que la bestia… dicen que los ojos… dicen que la madre… dicen que… verguenza. Oprobio. Paso de largo. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. Al doblar la esquina para tomar el camino al mas, dos mujeres enlutadas, cobijadas detras de la hoja baja del porton de la casa, se santiguaron al verlo con el bulto gimiente en el brazo derecho. Mudas, como su esposa, como el pueblo entero, mientras el estuviera presente para mirarles a la boca. A su espalda las voces se arrastrarian unas a otras con el estrepito sordo de los aludes. Miralo, miralo, se lo lleva a la madre, al mas, fuera, lejos de Vistabella. Paso de largo. La nieve cubria los tejados, los alfeizares, los arcos de piedra de las puertas; de algunos balcones colgaban afilados carambanos. Dejo atras las calles angostas y las casas apretujadas, apoyadas unas en las otras como si temieran caer cuesta abajo. Tomo el camino de San Juan de Penagolosa. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. Para llegar al mas tenia que pasar por delante del cementerio. Trato en vano de acelerar el paso. La cruz de piedra sobre una columna frente a la portada de acceso estaba torcida, vencida por el peso del frio, que tambien aplastaba las tejas de la ermita contigua. En el campanario vacio, una urraca que lo seguia desde que habia abandonado el pueblo lanzo un graznido aspero, como la voz de su esposa. Se detuvo en seco. Le habia parecido vislumbrar una sombra deslizandose entre la pared del cementerio y el porche de la ermita. Esta vez fue la mula, llevada por la inercia del paso, la que lo obligo a seguir. Temeroso de que los muertos le reclamasen lo que casi era suyo, empezo a cantar. Seria la unica vez que cantaria a ese hijo. La vibracion del pecho del padre lo desperto. El bebe emitio un gorjeo. Seria el unico sonido de gozo que el padre iba a escucharle. Paso de largo del cementerio. Tras cruzar unos bancales en los que incluso los resquicios entre las piedras estaban cubiertos de nieve, llego al bosque y dejo de cantar. Los pies se le hundian y tenia que arrancarlos a la fuerza de una masa humeda empenada en dificultarle cada paso. Date la vuelta. Regresa. Date la vuelta. Decian ahora los crujidos bajo sus botas. Morira. Lo dejara morir. Respondia cada vez. Apretado contra su pecho, el bebe dormia. La urraca lo seguia y marcaba su camino en el aire; cada graznido negro un insulto, para que todos supieran. Por ahi va. Se aleja. Por ahi va. Se lo lleva. Volvera con las manos vacias. Tomo la pista de tierra que llevaba al mas en el que se habia criado. Avisada por las voces de la urraca, la abuela se habia asomado y lo vio acercarse. Una mancha negra al principio; despues distinguio la figura humana y la mula que se movian penosamente en la nieve. Reconocio a su hijo; le parecio, por la posicion del brazo, que portaba algo, pero no podia imaginarse que le traia a un nieto. Y, a pesar de que ella se sentia demasiado vieja para criar a un nino, no estaba dispuesta a que muriera de hambre porque la nuera le tuviera miedo. Porque sentia que con cada gota de leche le robaba la vida, decia, porque estaba maldito, decia. --Porque tiene esos ojos… --anadio el padre mientras dejaba el fardo en los brazos de la abuela. En ese momento la criatura se desperto y la miro. La abuela se estremecio, pero lo apreto con mas fuerza contra su cuerpo. --Entonces, que sepas que renuncias a el. El habia asentido sin poder apartar la mirada de la criatura. --A partir de ahora este nino sera mio, el mio. Los otros ya no me interesan en absoluto. Y ahora, vete --le ordeno a su hijo. Tambien le dijo que se llevara toda la ropa que habia traido. --Si me vive, yo le hare y le comprare ropa nueva. Lo mantuvo con vida con leche de oveja diluida hasta que consiguio que lo amamantara una nodriza que hizo venir de otro pueblo durante medio ano. Como ya habia corrido la voz de que el padre lo habia sacado de casa porque la madre le tenia miedo, la nodriza le abrio la boca para comprobar que no tuviera dientes y le pidio a la abuela un pago mas alto y quedar libre de hacer tareas pesadas en la casa. Mientras lo amamantaba le tapaba los ojos con un panuelo. Por si acaso. Y los rumores fueron creciendo a la par que el nino. Porque tenia los ojos verdes y el pelo de color pajizo, porque aprendio muy pronto a caminar, porque era algo mas pequeno que otros ninos de su edad, pero mas fuerte que otros mayores, porque hablaba poco y miraba con fijeza. Porque todos recordaban la noche en que la bestia habia entrado en la casa de la familia, esa en la que el no vivia.

  • Un lugar desconocido de Seicho Matsumoto

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    Cuando recibio la noticia, Tsuneo Asai se encontraba de viaje de negocios en la ciudad de Kobe. Eran las ocho y media de la noche y estaba cenando con un grupo de empresarios de la industria de alimentos procesados. Asai era el encargado jefe del departamento de Alimentacion del Ministerio de Agricultura y Silvicultura. Habia llegado un dia antes junto con el director general, el senor Shiraishi, que el mes anterior habia sido ascendido desde otro departamento y no sabia practicamente nada sobre gestion de alimentos. Ambos habian estado visitando fabricas de enlatado y plantas de procesado de jamon en la region de Osaka y Kobe, y tenian previsto dirigirse a Hiroshima al dia siguiente. Aquella noche se habian reunido con algunos empresarios locales para celebrar una velada informal. El ambiente empezaba a decaer. El director general Shiraishi, que era tres anos mayor que Asai, mantenia una conversacion sobre golf con el presidente de la asociacion, sentado frente a el. Shiraishi tenia un handicap de golf bajo. Ademas, era practicamente un profesional en juegos de mesa como el go y el shogi, y su dominio del mahjong era conocido en todo el ministerio. Asai estaba sentado a su lado, bebiendo sake a pequenos sorbos mientras escuchaba al director con expresion sumisa. Consideraba que prestar atencion a la chachara de su jefe era una senal de respeto. Shiraishi hablaba en voz demasiado alta por culpa del whisky. Su carrera estaba siendo meteorica, pues habia llegado a director general a los cuarenta y cinco anos. A diferencia de Asai, Shiraishi habia estudiado Derecho en la Universidad de Tokio y era el nino mimado del viceministro, lider de una de las facciones politicas del ministerio. Antes del cambio de director, Asai habia advertido a los empresarios de que al cabo de tan solo dos anos -- quiza incluso uno y medio-- el nuevo director general seria trasladado a un ministerio de mas relevancia, y que aquel cargo no era mas que un peldano en su ascenso hacia el exito profesional, una simple ocupacion temporal a la que no tenia previsto dedicar demasiados esfuerzos. <> Los empresarios eran personas sin apenas formacion, por lo que solian dejar los asuntos practicos en manos del veterano Asai. El encargado jefe mantenia una relacion de perfecto entendimiento con ellos, pero delante del director general se esforzaba en disimularlo. En la universidad, Shiraishi habia dedicado su tiempo libre a perfeccionar pasatiempos como el go, el shogi o el mahjong, mientras que Asai era hijo de una familia humilde que habia conseguido con muchos esfuerzos graduarse en una universidad privada y ahora ocupaba un puesto en un departamento gubernamental. Ambos hombres eran tan diferentes que no parecian de la misma especie. En la sala habia unas veinte geishas. Enfrente del director general se encontraba la mas destacable. Resulto que la muchacha tambien jugaba al golf, y se habia unido a la conversacion. Su presencia frente a Shiraishi durante toda la velada, que ya se acercaba a su fin, parecia una maniobra del vicepresidente de la asociacion local de empresarios de alimentos procesados, el senor Yagishita. Al menos eso era lo que Asai sospechaba. Yagishita se dedicaba a la produccion de jamon y salchichas. De repente, alguien susurro algo al oido de Asai y este penso que se trataba de Yagishita, que se habia levantado del asiento desde donde analizaba todas las reacciones del director general. Pero no era Yagishita, sino una de las camareras del lujoso restaurante. --Tiene una llamada de su casa --dijo la muchacha en voz baja. Asai no se levanto enseguida. Salir precipitadamente habria sido una falta de respeto para con el director general. Para ganar tiempo, cogio el vaso de sake de la mesa y bebio un sorbo. Mientras fingia interesarse por la conversacion de su jefe, se pregunto cual seria el motivo de aquella llamada tan tardia. A pesar de que solia viajar bastante por trabajo, su esposa Eiko casi nunca le llamaba, y con ellos no vivia nadie mas. Cuando tenia previsto hacer un viaje largo, su mujer invitaba a su hermana pequena a casa para que le hiciera compania. Aquel viaje iba a durar cinco dias, asi que su cunada debia de estar con ella. Una llamada de Tokio a aquellas horas de la noche no presagiaba nada bueno. Si bien era cierto que no habia pisado el hotel en todo el dia, ?que podia ser tan urgente como para que Eiko, que casi nunca le llamaba, se viera obligada a localizarlo en el restaurante? No podia ser un asunto domestico trivial que se le hubiera ocurrido consultarle precisamente entonces. Despues de aproximadamente un minuto, Asai se levanto en silencio del cojin donde estaba sentado sobre sus talones. Su jefe estaba de espaldas a el, enfrascado en su conversacion con el vicepresidente. Al incorporarse, la geisha le dirigio una rapida mirada de soslayo, pero enseguida volvio a centrar la atencion en Shiraishi. Saltaba a la vista que aquella muchacha, de veintisiete o veintiocho anos y la cara perfectamente ovalada, era del agrado del director general. La camarera, que lo estaba esperando en el exterior de la sala de banquetes, condujo a Asai a traves de un pasillo. Despues de doblar dos equinas llegaron a una cabina telefonica. A traves de la puerta de cristal se veia el auricular descolgado. --Hola, soy yo --dijo Asai, pero nadie le respondio. Se le acelero el pulso. Al otro lado de la linea se oia un murmullo de voces, pero eran demasiado lejanas para descifrar lo que decian. Oyo a una mujer que sollozaba muy cerca de su oido y reconocio a su cunada Miyako. No podia decirle nada porque estaba llorando. --?Que ha pasado, Miyako? --pregunto Asai con un ligero temblor en la voz, temiendo que a Eiko le hubiera sucedido algo y no hubiera podido llamarle en persona. --Eiko ha… --Asai no entendio el resto de la frase. Su cunada estaba tan alterada que era dificil decir si estaba riendo o llorando. Entonces le parecio que habia dicho <>. --?Como? ?Que has dicho? --Ha muerto. Ha sido muy repentino. --?Ha muerto? ?Estas segura? --Una camarera paso por detras de la cabina, pero la puerta de cristal estaba firmemente cerrada y la chica ni siquiera reparo en el--. ?Cuando ha sido? Una fuerte oleada de sollozos ahogo las palabras de su cunada durante un buen rato. --Hace tres horas. ?Su mujer llevaba tres horas muerta y el no lo habia sabido hasta ahora? Tres horas antes acababa de entrar en el restaurante. Antes de salir de Tokio habia anotado para Eiko y Miyako su agenda de actividades previstas y los nombres de los hoteles en los que se alojaria. Miyako debia de haber llamado al hotel, donde le habrian dado el numero de telefono del restaurante. Aun asi, habria podido localizarlo inmediatamente. Asai penso que debia de haber sido un accidente: aquello justificaria el retraso en darle la noticia. Ademas, su mujer debia de haber muerto fuera de casa. De lo contrario le habrian avisado enseguida. Aunque la hubieran llevado al hospital, alguien le habria llamado mucho antes. --?Ha sido un accidente? --pregunto. --Soy yo --le respondio una voz diferente--. No, no ha sido un accidente. --Era el padre de Eiko. Incluso el, que vivia en Hachioji, habia tenido tiempo de llegar a su casa--. Se le ha parado el corazon. Ha sido muy repentino. --Un ataque de tos distorsiono la voz turbada de su suegro, de setenta anos--. Estaba en la calle. Ha sufrido un infarto y ha entrado precipitadamente en la tienda mas cercana. La duena ha llamado a Miyako, que ha ido enseguida en taxi, pero ya era demasiado tarde. --Ya veo. ?Y ha sido la duena de la tienda quien ha llamado a la ambulancia? --pregunto Asai, haciendo un esfuerzo por dominar sus emociones. --En realidad, habia una clinica de medicina general a unos doscientos metros y enseguida ha ido un medico. Pero su corazon ya habia dejado de latir. Eiko estaba delicada del corazon. Dos anos antes habia sufrido una angina de pecho. --?Donde esta ahora? --La han traido a casa hace una hora. Miyako ha llamado a tu hotel para preguntar donde estabas. --Parecia que su suegro intentara excusarse por haber tardado tanto en avisarle. A traves del auricular oia llorar a Miyako y a otra persona, que le parecio el hermano pequeno de su mujer--. ?A que hora llegaras? --Los trenes bala ya no circulan a esta hora. Si consigo llegar a tiempo al aeropuerto, volvere en avion. Si no, tomare el tren nocturno que llega a Tokio manana por la manana. --Te estaremos esperando. En fin, es una tragedia. Procura… --Su suegro seguramente iba a decirle que procurase mantener la calma y regresar a casa sano y salvo, pero la voz se le quebro. Casi parecia que le pesara mas el hecho de haberle fallado a su yerno avisandole tan tarde que la muerte de su propia hija. Asai salio de la cabina e hizo una sena a una camarera que pasaba por el pasillo. --?Hay algun avion que vuele a Tokio esta misma noche? La muchacha se arremango una de las mangas violeta del kimono que llevaba y consulto un pequeno reloj de pulsera. --Son casi las nueve y diez y el ultimo avion despega a las nueve y media, asi que me temo que ya no le da tiempo a llegar al aeropuerto de Itami. --El restaurante tenia muchos clientes de la capital, por eso el personal conocia de memoria el horario de los vuelos--. ?Necesita regresar ahora? --Si. ?A que hora sale el expreso? --Hay uno que sale de Sannomiya a las diez y cinco y llega a Tokio manana, sobre las nueve y media. --Pues tomare este. ?Puede llamar a un taxi? --?Para una persona? --Si, regresare yo solo. Es una emergencia. Mientras recorria el pasillo de vuelta a la sala de banquetes, decidio pedirle al vicepresidente Yagishita que atendiera al director Shiraishi. No podia pedir al ministerio que enviaran a un sustituto, asi que su jefe tendria que completar solo los dos dias de visitas que todavia tenia por delante. Un hombre como el, al que le gustaba darse aires de importancia, se sentiria humillado viajando sin acompanante. Se planteo pedir un sustituto a la delegacion de Hiroshima, pero descarto la idea porque le parecio irrespetuoso dejar al director general y a los empresarios con alguien que no fuera de la sede del ministerio. A pesar de la conmocion de haber perdido a su mujer de forma tan repentina, Asai estaba completamente centrado en resolver los asuntos del trabajo. Cuando volvio a la sala de banquetes ya habian servido el ultimo plato. Su jefe estaba dando buena cuenta de un cuenco de arroz con besugo y te verde. La geisha seguia entreteniendolo. Despues de que Asai le hiciera una reverencia a Shiraishi y se sentara, la muchacha le pregunto si queria arroz con besugo y te verde o preferia arroz blanco. Asai detecto en el rostro de perfil de su jefe un ligero malestar por su prolongada ausencia. Mientras sujetaba el cuenco caliente de arroz con la punta de los dedos, pensaba en la mejor forma de exponerle el asunto. No tenia tiempo que perder. La voz llorosa de Miyako todavia resonaba en sus oidos. Asai volvio a dejar encima de la mesa el cuenco que acababa de levantar, se arrodillo y se acerco a su jefe. --Senor Shiraishi, le pido disculpas de antemano --le susurro al oido. Su jefe se inclino en su direccion, frunciendo la frente para indicarle que lo escuchaba--. Me gustaria pedirle que este asunto no trascendiera al resto de los invitados. --La velada no estaba tan animada como a la hora del aperitivo, pero la conversacion continuaba viva--. Acabo de recibir una llamada de Tokio, desde mi casa. Parece ser que mi esposa ha fallecido repentinamente. --Shiraishi se inclino un poco mas con expresion confundida, como si no hubiera entendido bien la palabra <>--. Ha sufrido un infarto hace tres horas. La palabra <> si que llego a sus oidos con claridad. El director general abrio los ojos como platos y dejo el cuenco de arroz encima de la mesa. Su mirada se paseo por el comedor y finalmente se detuvo en el rostro de Asai.--?Estas seguro? --pregunto en el tono grave que la situacion requeria. --Me temo que si --confirmo Asai en un murmullo--. He hablado con mi suegro y mi cunada. --?Estaba enferma? --inquirio su jefe, bajando la voz como habia hecho Asai. --No, gozaba de buena salud. Se ve que ha empezado a encontrarse mal en la calle, ha entrado en una tienda cercana y ha muerto en el acto. --!Cielo santo! Como Asai le habia pedido la maxima discrecion para que la triste noticia no trascendiera, su jefe se limito a agachar ligeramente la cabeza. Su irritabilidad muto inmediatamente en una expresion en la que se mezclaban la compasion y el nerviosismo. --Debes volver a Tokio ahora mismo --le ordeno en voz baja. --Si, senor. Lamento no poder seguir siendole de ayuda en este viaje. --No te disculpes, no importa --dijo Shiraishi, y consulto su reloj--. A esta hora ya no saldran mas aviones. --No. --?Sabes si todavia hay trenes? --Le he preguntado a una de las camareras y me ha dicho que hay un tren nocturno que sale a las diez y cinco. --No tienes mucho tiempo. Mas vale que te vayas, me las arreglare solo. --Muchas gracias, senor. Lamento las molestias que le estoy ocasionando. --En absoluto. No te preocupes por mi. Los representantes de la industria de alimentos procesados seguian comiendo y bebiendo ajenos a todo, pero lanzaban alguna que otra mirada de curiosidad a los dos hombres que hablaban en susurros. La geisha habia tenido la discrecion de no entrometerse y estaba conversando en voz baja con una de sus companeras. --De acuerdo. Gracias, senor. --Ire a ofrecer mis condolencias a tu familia en cuanto regrese a Tokio. --No sera necesario, senor… Se lo agradezco mucho, pero se que esta muy ocupado. --En cualquier caso, sera mejor que te vayas. Ya encontrare el momento adecuado para decirselo a los demas. --No hace falta que se moleste. Llamare al vicepresidente Yagishita para que salga al pasillo un momento y le pondre al corriente yo mismo. El informara a los demas. --Entendido. El director general acepto sin vacilar, como si lo aliviara saber que no tendria que ocuparse el mismo de comunicar a los demas el infortunio sucedido en el hogar de su subordinado. --En cuanto al resto del viaje, senor, podria pedirle al director de Asuntos Generales de la delegacion de Hiroshima que le acompanara en sus visitas. Si esta usted de acuerdo, le dire a Yagishita que tome las disposiciones necesarias. --No te preocupes por nada, me las arreglare solo. --Pero habria que zanjar los asuntos pendientes… --Tranquilo. Anda, vete. Todavia tienes que pasar por el hotel para recoger tus cosas, ?verdad? --Si. En ese caso, senor, sera mejor que me vaya. A esas alturas, todo el mundo habia advertido ya que ocurria algo excepcional. Cuando Asai se levanto del cojin, treinta pares de ojos se posaron sobre el. Asai le hizo una sena a Yagishita con la mirada y salio al pasillo. El hombre lo siguio inmediatamente. El vicepresidente se quedo perplejo al oir la tragica noticia. Para no perder mas tiempo, ambos hombres hablaron mientras caminaban hacia la puerta de salida. --Me ha parecido raro que empezara a cuchichear con su jefe nada mas regresar, pero jamas habria imaginado que se tratara de algo tan espantoso. No se que decir… Yagishita agacho su cabeza calva y le hizo una profunda reverencia a Asai. --Gracias. Para mi tambien ha sido muy inesperado. --Naturalmente. Es una autentica pesadilla. Los demas tambien se sorprenderan mucho cuando se enteren. --No me ha parecido apropiado anunciar una noticia tan triste durante la cena. ?Lo haras tu cuando encuentres el momento adecuado? --Faltaria mas. Pero aqui no tiene por que guardar las apariencias, senor Asai. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, esta usted entre amigos. No se preocupe, avisare a los demas. --Me gustaria pedirte otra cosa. Cuando yo me vaya, el director general tendra que seguir viajando solo. No habra nadie que lo acompane. Si tuviera que venir alguien del ministerio, ya no llegaria a tiempo, pero he pensado que tu podrias llamar manana por la manana a Asuntos Generales de la delegacion de Hiroshima y pedirle al director que vaya a recibir al senor Shiraishi a la estacion y lo acompane en mi lugar durante el resto del viaje. --Por supuesto, no hay problema. Asi lo hare. Pero no tiene por que pensar en estas cosas en un momento como este, senor Asai --observo Yagishita en tono compasivo. --Debo hacerlo, es mi responsabilidad. Tengo que asegurarme de dejarlo todo bien atado. No puedo permitir que los asuntos personales me distraigan del trabajo. --Pero esto no es un asunto personal cualquiera, !su esposa ha fallecido! Es completamente distinto. --Aun asi, hay que saber distinguir lo laboral de lo personal. El senor Shiraishi se quedara solo, y no le gustara dar esa imagen. --Bueno, supongo que tiene razon, pero… --?Me haras ese favor? --Si, de acuerdo. Espero que tenga un buen viaje de vuelta. Asai se detuvo un instante y se inclino hacia el oido de Yagishita. --?Que opinas de la muchacha que esta sentada enfrente del senor Shiraishi? ?Crees que podria surgir algo mas entre ambos? Yagishita se quedo atonito ante la pregunta de Asai. --Senor Asai, ?de verdad le preocupan esas cosas en un momento como este? Asai no salio de su estupor hasta mas tarde. Mecido por el traqueteo del tren nocturno, sin poder dormir, se dio cuenta de que se le habia olvidado preguntar donde estaba Eiko cuando habia sufrido el infarto.

  • Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino

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    El conjunto de relatos de Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino mezcla el terror y lo fantastico con un estilo finamente descarnado, en cuyas paginas desfilan verdugos, canibales, condenados, catastrofes, asesinatos, longevos, pesadillas, alienados, y zombis. El autor hace gala de un tacto hipersensible para sufrir y recrear el miedo, aquel temor que obsesiona al lector de este genero, y que le revelara el oscuro rostro del Mal. Tal vez esta propuesta sea un tributo a Poe, Maupassant, Lovecraft, Shelley, Kipling, Byron, Quiroga, Clemente Palma, y otros genios que vislumbraron en las tinieblas una luz para forjar el oficio de la escritura literaria. El que se aventure en estas misteriosas paginas, se intrigara con las historias que lo cuestionaran sobre lo real, lo tragico, la muerte, la verdad o sobre la propia existencia. Por ello, la puerta esta abierta.

  • Inri de Fernando Carrasco

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    En la arida colina del Monte Calvario, al pie de la cruz donde habia expirado Jesus en medio de un gran estruendo en el primer Viernes Santo de la historia, Jose de Arimatea, miembro del sanedrin, dirige las operaciones del descendimiento del cuerpo del Nazareno para su enterramiento, momento en que se lleva consigo un secreto del divino madero, que casi tres siglos despues, sera descubierto en Jerusalen por la emperatriz Flavia Iulia Helena, madre de Constantino I el Grande y luego canonizada como Santa Elena. Tras el hallazgo, la Emperatriz ordena llevar a cabo una mision de busqueda por todo el Imperio: ha de encontrar a los descendientes de Jose de Arimatea. Antonino Quintus, joven legionario, es uno de los encargados de llevarla a cabo. Livia, la fiel sirviente de la emperatriz, enamorada de Antonino huye de Jerusalen en busca de venganza, siguiendo los pasos de su amado. Jerusalen, Roma, Ostia Antica, Massilia, Hispalis e Italica son los escenarios donde se desarrolla esta aventura con tintes epicos, que situa al lector desde la primera pagina en un tiempo en el que el Cristianismo se consolidaba en un Imperio Romano en declive. INRI es una trepidante historia de amor pero sobre todo de fe, la que llevo a quien luego fue canonizada como Santa Elena a instaurar en el Imperio Romano de Oriente y Occidente el Cristianismo como unica religion.

  • Las lunas de Jupiter de Alice Munro

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    Una coleccion de relatos de la autora que actualmente esta considerada la maestra mundial en el genero.

  • No exactamente una cita de Catherine Bybee

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    Llega la primera novela de la deliciosa serie No exactamente… de Catherine Bybee, autora de grandes exitos de venta reconocidos por las listas del New York Times, USA Today y el Wall Street Journal. Jessica Mann es una camarera y madre soltera practica hasta el exceso. Incluso si tuviera tiempo de salir con hombres, y no es el caso, buscaria decididamente darle a su hijo una infancia mas solida de la que tuvo ella, lo que significa un marido con mucho dinero.

  • Vamos a romper las normas de Beatriz Lopez-terradas Rodriguez

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    la mayor parte de su vida, sino que es el Gobierno el que se encarga de tomar esa decision. En esta poblacion reina la esclavitud, la tristeza y el color gris. El Gobierno, para mantener controlados a sus habitantes, hace que estos, sin ser conscientes de ello, ingieran diariamente una sustancia que les hace desarrollar miedos y los convierten en mas obedientes y manipulables. Pero, desgraciadamente para el Gobierno, una de cada cien personas nace inmune a esta sustancia, razon por la que estas son asesinadas nada mas nacer.

  • Kemet de Yair Padilla Miranda

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    Egipto desde tiempos antiguos ha sido gobernado por sus grandes faraones, quienes eran la cabeza del gran imperio, duenos del poder absoluto. Tradicionalmente, el trono estaba destinado al varon de la familia real, sin embargo, pocas mujeres tuvieron el honor de ocupar el trono. Tausert la quinta y ultima reina-faraon de la dinastia XIX. Descendiente de los multiples hijos de Ramses II, por cuyas venas no corria sangre real, logra ascender y tomar las riendas del poder en un periodo de anarquia y caos. El futuro esta en sus manos, y sin importar cuantos se revelen contra ella, sacara el imperio adelante.

  • ADN. El secreto de la vida de James D. Watson

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  • Huerfana, monstruo espia de Matt Killeen

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    Su nombre es Sarah. Es rubia, de ojos azules y judia en la Alemania de 1939. Y sus actos de resistencia estan a punto de hacer cambiar la historia

  • Infectum de David Pardo

    https://gigalibros.com/infectum.html

    Ano 2020. La civilizacion se consume.

  • Tentacion y tempestad de Paola Rimieri

    https://gigalibros.com/tentacion-y-tempestad.html

    Valeria siente que la sucesion de dias de su vida es una voragine que esta a punto de aplastarla. Transcurren indefectiblemente una a otra, rutinas domesticas y laborales, maternidad y relacion de pareja. Como si fuera poco, por un capricho de su joven jefe, debera cambiar de area y trabajar con las redes sociales. En este mundo nuevo para ella, comenzara a seguir, casi como un juego, a un actor europeo que triunfa en Hollywood: Nickie Challenge. La belleza y los detalles de la vida del actor que comienza a conocer en Twitter, hacen que Valeria encuentre una distraccion en la red y una motivacion cotidiana. Valeria descubrira pronto que tiene un seguidor misterioso. ?Sera Nickie? Es lo que ella espera, pero… ?es posible? Asi, nuestra protagonista se vera cada vez mas atraida por el, que la enloquece y la arroja a un mar en medio de una tempestad, casi como una vision magica. El gran debate sera entre la culpa y el deber, entre la emocionante sensacion de estar viviendo un sueno y la realidad en la que es mama, profesional y esposa. Valeria actua casi sin pensar, pero sin dejar de preguntarse: ?Estoy dispuesta dejarlo todo por el?

  • Solo Mia de Gwendolen Hope

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    Liam y Katharine tienen una vida juntos solo en los papeles. En la realidad, estan enredados en un matrimonio por interes y viven ignorandose y despreciandose mutuamente. Hasta que un trivial, pequeno incidente cambiara las cartas sobre la mesa y repentinamente Katharine se encontrara siendo otra mujer. ?Todo esta perdido? ?O el fuego todavia arde peligrosamente bajo las cenizas?

  • El acuerdo de Liss Moura

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    Soy un espiritu libre, no dejare que ningun hombre me domestique. Si todas mis amigas se casan no significa que yo tenga esa misma necesidad. El amor siempre termina mal y no expondre a mi corazon a ello.

  • Armada de Ernest Cline

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    El esperado regreso del autor de Ready Player One, el best seller geek en que se basa la pelicula homonima de Steven Spielberg.

  • Confiesamelo sin palabras de Patricia Geller

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  • Debatiendo con Piketty de J. Bradford Delong

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    El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty es el libro sobre economia de mas exito de la historia reciente. Su detallada explicacion del aumento de la desigualdad en las ultimas decadas suscito un encendido debate politico que aun hoy continua y que probablemente marcara el futuro inmediato. Pero, ?son ciertos los analisis de Piketty?, ?acierta en su percepcion de la desigualdad y los objetivos de crecimiento? Y, si es asi, ?como deberia desarrollarse la investigacion economica a partir de sus estudios? ?Como debemos plantear el debate actual?

  • Japon inexplorado de Isabella Bird

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    Por primera vez en castellano el relato de un viaje asombroso realizado en solitario por una mujerque hizo epoca al retratar los misterios del inexplorado Japon del siglo XIX. Aislado, cerrado a los extranjeros, muy pocos occidentales se adentraban en el interior del pais, e islas como la actual Hokkaido, habitada por los ainus, guardaban secretos sin desvelar. Autentica pionera, mujer valiente, de solidas convicciones, y mas que probada curiosidad, Bird atraviesa la espina dorsal del norte de Japon desvelando la ignota vida rural del interior y visitando remotas tribus aborigenes como los antiquisimos ainus, de cuya cultura poco o nada se tenia noticia en Europa. No sera un viaje facil, ni comodo. A pie, a caballo, en barco, sampan o kuruma, alla donde va despierta curiosidad y su presencia convoca muchedumbres asombradas. Valiente y nada convencional, la vemos disfrutar a pesar de la comida, las pulgas, la dificultad de los caminos, o la ausencia de intimidad en las chadoyas, mientras que su afilada mirada nos desvela un Japon rebosante de prodigioso encanto.
    Traducido y editado con esmero por el profesor Carlos Rubio, su lectura revive hoy el hechizo de una cultura, lejana y distinta, que no deja de sorprendernos.

  • La via del tarot de Alejandro Jodorowsky

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    Desde hace mas de cuarenta anos, Alejandro Jodorowsky se ha dedicado al estudio del Tarot, parte fundamental de su recorrido artistico y terapeutico. Con Marianne Costa, ha extraido la quintaesencia de sus innumerables lecciones y lecturas por todo el mundo para escribir La via del Tarot, que explora la arquitectura profunda de este juego de 78 cartas.