• libro te encontrare en la oscuridad - Nathan Ripley

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    Martin Reese tiene un pasatiempo: los crimenes. Meticulosa y obsesivamente, se entrega desde hace anos a ese perturbador hobby a espaldas de su mujer y de su hija adolescente: tras obtener en el mercado negro los expedientes de los mas variados asesinos en serie, los utiliza para localizar y desenterrar los cuerpos de aquellas victimas que la policia nunca logro descubrir. Saca fotos, las guarda en su viejo portatil y solo entonces da un aviso anonimo a la comisaria sobre el hallazgo. Esta aficion es para el un servicio publico, una reparacion de danos alli donde los investigadores fracasaron.

  • TE ENCONTRARE EN LA OSCURIDAD | NATHAN RIPLEY

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  • TE ENCONTRARÉ EN LA OSCURIDAD - Nathan Ripley

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    23 ene 2020 — "Te encontraré en la oscuridad" de Nathan Ripley es un drama criminal perturbador que compagina investigación policial con personajes siniestros ...

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    TE ENCONTRARÉ EN LA OSCURIDAD, RIPLEY, NATHAN, 24,95€. EL THRILLER PERFECTO. UN GLORIOSO ENCUENTRO ENTRE DEXTER Y EL TALENTO DE MR. RIPLEY. «Trepidante...

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    23 ene 2020 — Reseña, Opinión, Te encontraré en la oscuridad, Nathan Ripley. ... Entre mis libros y yo. "Uno no es lo que es por lo que escribe, ...

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  • La quietud del que se queda de Elena Romero Molina

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    Lucia y Jacobo no eran felices en sus respectivos matrimonios ya antes de conocerse.
    En ese momento se puso en funcionamiento una rueda sin fenomeno fisico capaz de pararla. El dia que sus miradas se cruzaron por primera vez tuvo lugar un accidente que arraso con su mundo conocido y transformo su historia en algo unico.

  • Limerente (LGBT) de Manuel G. Landeros

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    .Un amor prohibido, un pasado turbio, un escenario lleno de lujos y un asesino amenazante que se oculta entre las sombras. Ven, descubre los secretos de Santa Villa y de su Circulo de Diamantes.

  • Sonrie, mi amor, en Nueva York de Silvia Garcia Ruiz

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    Amanda Black es una arrogante modelo publicitaria que solo se deja retratar por el mejor fotografo, su tio, el unico capaz de captar la alegria que ella perdio tras la muerte de sus padres. Y desde que un impertinente fotografo se cruza en su camino y se atreve a insultar el trabajo de su adorado tio, Amanda jura hacerle la vida imposible, y para ello, nada mejor que convertirse en su modelo en exclusiva durante un tiempo.

  • El arbol de las almas perdidas de Emma Kelsen

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  • Estas loca de Kaera Nox

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    Dos encuentros, (nada agradables), un beso, muchas salidas de tono, una mujer sin filtro, un bombero con miedo al fuego, un mastin, una amiga duena de un sex-shop y otra mistica con una tia medio bruja y. !Ah! !Se me olvidaba! Tambien hay un jefe buenorro y una jefa bastante golfa, ?que mas se puede pedir?
    La historia de Ivan y Lia es algo complicada, !y eso sin contar con Mateo y Tesa! Porque. ?Que no harias por tu hermana pequena? ?Y por tu mejor amigo?
    Dos personas totalmente opuestas, huyendo de sus propias vidas, que se encuentran en un pequeno pueblo costero y oscilan entre el amor y el odio.
    ?Que puede salir mal?

  • Alucinaciones de Oliver Sacks

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    Oliver Sacks vuelve a hacer gala de su singular talento como narrador, su sentido del humor y su inmensa cultura para plantear cuestiones que ponen en entredicho nuestra percepcion del mundo y, muchas veces, nuestra propia identidad. Desde las visiones religiosas y su explicacion fisiologica hasta el uso de drogas psicodelicas como puerta a una percepcion interior que los sentidos nos niegan, los relatos del doctor Sacks van mas alla del mero historial medico y constituyen una autentica historia cultural de la percepcion, un estudio antropologico de una supuesta anormalidad que no es, en el fondo, mas que el reverso de lo que normalmente conocemos como realidad.

  • La musa (Novela), Jessie Burton de Jessie Burton

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  • Cibertormenta de Matthew Mather

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    Mike Mitchell es un hombre corriente, con una vida corriente, que hace todo lo posible por mantener a su familia unida, pero de pronto se encuentra luchando solo para mantenerla con vida cuando una extrana cadena de desastres empieza a destruir el mundo que los rodea. Internet se cae.

  • Un paseo por el paraiso de Andrea Pereira

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    Una novela que nos regalara suspense, intriga, conspiracion, venganza, pasion, aventura y amor al pie de las altas cumbres de la Cordillera de los Andes.

  • El vuelo de la mariposa negra de Rosa Castro Palza

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    Jane Austen, principalmente con Orgullo y prejuicio, ha impactado en la vida de Elena, quien ha sonado con viajar a Londres para tratar de encontrar algunos pasajes de la novela en el mundo real. Y ese sueno se concreta un dia, embarcandose asi en una travesia solitaria que terminara por despertar sentimientos encontrados sobre su presente y pasado.

  • Hay algo en tus ojos de Amabile Giusti

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  • Nunca te fies de una Mosquita Muerta de Lara Blanc

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    Aqui estoy, sentada en una sala de espera para realizar una entrevista. Unos meses atras, mi vida ha vuelto a encauzarse. No puedo estar mas feliz. Tengo un proyecto de negocio, al que he ido dedicando muchos ratos fuera del horario laboral y que comienza a despegar. Tambien tengo pareja, por fin tengo una relacion sana y equilibrada llena de planes. Estoy tranquila, confio en mi y creo que he llegado a un punto de mi vida en el que me veo capaz de hacer cualquier cosa, sin miedo y sin inseguridades. No he pensado mucho en lo que ponerme. Llevo unos vaqueros claros y un jersey rojo, pero he querido pintarme los labios con el carmin de Oli, que solo uso para las ocasiones especiales, porque esta, en cierta manera, lo es. Aunque no tengo un discurso preparado y no se lo que voy a decir. Lo que me salga, sin filtro... Pero espero decirlo bien. --Puedes pasar --me dice una chica jovencita, con un vestido bien cenido y unos tacones altos. Sonrio y pienso que hay cosas que nunca cambian. Entro a la sala que conozco bien. Una mesa redonda blanca con varias sillas del mismo color y un ventanal que no deja pasar mucha luz, quiza sea por la malla metalica que la cubre. Esta sentada a la mesa una chica joven, diez anos menor que yo, calculo a ojo. Es delgada, morena, con ojos oscuros y muy bonita. Vuelvo a sonreir, el casting de belleza aqui es importante. --Me llamo Monica y esta es la primera entrevista que realizo de este tipo --me dice con una sonrisa timida. --Yo soy Eva, pero eso ya lo sabes, y tambien es mi primera vez --contesto mientras me siento. Se mueve inquieta en la silla y se retira un mechon de pelo tras la oreja. Observa los papeles que tiene delante y coge aire. --Creo que la pregunta mas obvia es por que quieres dejar la empresa --me dice algo nerviosa, se ha debido de saltar el protocolo. Es el momento de hablar o callar para siempre. Por un momento, me acuerdo del Calvo Cabron y una carcajada se me escapa. --Esta empresa es un desastre --le digo en un tono relajado--. Es caotica. Un dia dicen una cosa y manana dicen otra. Lo que hoy esta bien, manana no... Han conseguido que este hasta las mismas tetas de trabajar aqui. --Noto como sus ojos se agrandan, no se esperaba que fuera a decirle algo asi, pero me divierte su reaccion--. Quiero irme porque llevo cinco anos comiendo mierda, con unos jefes que no han sabido valorarme y que, en muchas ocasiones, me han tratado fatal. --No veo en tu expediente ninguna queja por tu parte --me interrumpe. --?Cuanto tiempo llevas trabajando aqui? --Dos meses y medio. --Monica, todas las personas que se han quejado a Recursos Humanos estos ultimos anos han sido despedidas, por eso no tienes ninguna queja en mi expediente. En esta compania, como en muchas otras, los Recursos Humanos tienen de <> solo el nombre. --Ella carraspea y se aleja de la mesa, creo que estoy dandole una mala impresion, pero se que, si se queda el tiempo suficiente aqui, se acordara de mis palabras--. Lo que si veras en mi expediente son varias faltas. --Ella asiente--. ?Sabes de que son? --Incumplimiento de horario --dice ella casi en un susurro. Si, la tengo acojonada. Pobre. --Por llegar quince minutos tarde. Lo que no se si tendras ahi son mis correos al respecto. Los dias anteriores a cada una de esas faltas habia salido de aqui, como pronto, a las nueve de la noche. --Ella me mira incredula y yo saco los papeles de mi bolso--. Estos son los fichajes. Observa mis papeles y, despues, los suyos. Me vuelve a mirar y se que empieza a creer lo que le estoy contando. --Esto no esta bien --musita. --Esta no es una empresa para quedarse, Monica, es un sitio del que huir lo antes posible. Yo me he quedado demasiado tiempo aqui, pero me voy porque merezco mas cosas... Merezco que me traten bien, que me valoren, que me paguen un buen salario... Y se que, si hubiera sido un hombre, no habria tenido ninguno de estos problemas. --Parece que lo tienes muy claro. --Asi es. --Sonrio para que vea que no soy una loca, solo una mujer harta--. No se si te estoy poniendo en un compromiso por decirte todo esto. ?Tienes que transcribirlo? --Ella asiente de nuevo--. Bueno, si esto te causa problemas, tal vez te haga ver el tipo de empresa en la que trabajas. No le ha hecho mucha gracia mi comentario. Quiere terminar cuanto antes y saca el papel de baja voluntaria para que lo firme. Lo firmo y me dan ganas de escribir debajo <>, pero no lo hago. Creo que es suficiente con haberselo dicho a la cara a mi ultimo jefe. Me levanto, me despido y me voy, abandonando el edificio del mal… Por fin. Pero, mientras me dirijo al coche, me empapa un mar de recuerdos. La risa de Oli, los refranes de Carmen, las tonterias de Julio, Martina y sus venganzas, los vaivenes con Hugo... No todo ha sido malo, tambien se quedan aqui muchos momentos buenos, aunque es hora de dejarlo atras y cerrar una etapa. Al fin y al cabo, todos ellos ya se han ido, me toca a mi dar el paso. Me meto en el coche con un nudo en la garganta. Parece que fue ayer cuando Hugo y yo nos escondiamos en los banos. !Cuantas vueltas dimos y que estupidos...! Por no hablar, por no ser lo suficientemente valientes como para decir lo que pensabamos. Suspiro y pienso que de todo se aprende, aunque sea a hostias. Llamo a Martina antes de arrancar, se que esta esperando que lo haga y no me perdonara si no es la primera en saberlo. --Soy libre --digo tras un largo suspiro. --!Siii! --grita ella, consiguiendo que despegue el movil del oido--. !Ya era hora! !Que les jodan! --Emite ruidos indescifrables mientras yo sonrio--. !Tenemos que celebrarlo! ?Como te sientes? --Bien... Rara... --Hago una pausa porque no se como explicarlo--. Me he acordado de muchas cosas, ?sabes? --Ya... Son muchos recuerdos. Las dos nos quedamos en silencio, pero se que esta al otro lado del telefono sonriendo como lo estoy haciendo yo. --Estas pensando en [email protected] [email protected] La Rubia responde con una carcajada. --Efectivamente. 2. Empecemos por el Principio Junio 2012 Un mes. Habia pasado un maldito mes desde el ultimo mensaje de Hugo: <>. ?Cuanto tiempo mas podia necesitar? Treinta dias. Setecientas veinte horas. Cuarenta y tres mil doscientos minutos. Toda una punetera eternidad… El habia dejado de comer con nosotras, ya no se apuntaba a las cervezas poligoneras y evitaba todo contacto, pero, por alguna extrana razon, yo seguia pensando que todo podia solucionarse. Estaba convencida de que el dia de la <> estaba cada vez mas cerca. Yo podria explicarle todas mis dudas, el malentendido del polvo inexistente con Martina, mis miedos... Y el lo entenderia, volveriamos a estar juntos y le pondriamos un nombre a lo nuestro. !Ingenua! Suspire mientras visualizaba los arrumacos de la reconciliacion y Martina me dio una patada por debajo de la mesa. Nos habian convocado a todos los compradores en la sala de juntas y llevabamos diez largos minutos de espera sentados alrededor de aquella mesa gigantesca. El silencio era incomodo, las sonrisas forzadas y el jefe de Recursos Humanos, el Imberbe, nos observaba a todos desde su posicion presidencial. Era logico que se me fuera la pinza en tales circunstancias. Era la segunda vez que estaba alli, pero seguia impresionandome el espacio. Me hacia sentir incomoda, pequena. El gran ventanal, la mesa de cristal rectangular, las sillas blancas mullidas de ejecutivo, los cuadros con frases motivadoras... Roberto abrio la puerta de sopeton. Tras la salida de Daniel, el jefe de Diseno se habia hecho cargo del departamento de Compras de forma temporal. Aunque lo de hacerse cargo era realmente una forma de hablar, no le veiamos el pelo y este jefe si que tenia cabellera, no como el Calvo Cabron. Aun no le habia puesto mote y eso me incordiaba. Habia intentado llamarle el monologuista porque hablaba el solo sin parar, pero no podia decirlo muchas veces seguidas sin que se me trabara la lengua. El monologuista, el monologuista, el monologuista... Es dificil. Me sentia optimista, pensaba que la peor etapa en la empresa habia pasado, era imposible que hubiera algo peor que trabajar con el Calvo Cabron. Sin embargo, todavia me quedaba mucho por ver de la locura de Shoes and Bags. No puedo decir que no tuviera datos suficientes para hacerme una idea general de donde estaba. Habia comprobado que el trabajo y el salario no tenian una correspondencia real, no habia mujeres en puestos de direccion y el plan de crecimiento que nos habian presentado era puro humo. Deberian haber sido senales suficientes como para llegar a la conclusion de que no era una empresa ejemplar, pero yo estaba a otras cosas: sacar la faena, mantener el trabajo, la guerra con el Calvo, descubrir que le ocurria a Martina, Hugo... --Ya estamos todos --dijo el Imberbe con su voz de adolescente. A veces, venia al trabajo con una mochila al hombro y juro que parecia que se acababa de bajar del autobus escolar. Me parecia algo espectacular que aquel senor con una pinta tan juvenil fuera el jefe de Recursos Humanos de una compania como aquella--. Como sabeis, la empresa esta modificando su estructura. --Nos miro a todos como un orador acostumbrado a hablar en publico, dedicando unos segundos a cada uno de nosotros para hacernos sentir importantes--. El departamento de Diseno ha sido el pionero en realizar los cambios necesarios para acometer nuestro plan de crecimiento y, como Roberto ya tiene experiencia en dicha gestion, Compras sera el siguiente departamento en amoldarse a las nuevas necesidades de la empresa. <> No podia evitarlo. Cuando empezaban con aquellas charlas, mi cabeza volaba a otros temas. Daban muchas vueltas. Observe a la Oscura, sentada frente a nosotras. Sonreia con su cara de belleza infantil al jefe de Recursos Humanos, le faltaba ponerse a darle palmas. Llevabamos semanas haciendo apuestas acerca de si seguia viendose con el Calvo Cabron o habia pasado de el en cuanto dejo de ser su jefe. <>. --Sera algo progresivo, pero no queremos que se alargue demasiado en el tiempo. --Echo un breve vistazo a Roberto, apoyado junto a la puerta, que asintio en silencio--. Os dividiremos en cuatro equipos, acordes con las cuatro lineas de coleccion de la empresa. Intente concentrarme en lo que decia el Imberbe, pero, en cambio, me quede mirando la camiseta que llevaba. Era graciosa, tenia un dibujo de E.T con su dedo hacia arriba y era lo que le faltaba para parecer aun mas crio. <> --Diseno, Compras y Comercial comenzaran a trabajar juntos en pocas semanas bajo la misma area. De esta forma, Roberto dejara de ser vuestro jefe directo y lo seran los nuevos responsables de las lineas. Al oir hablar del departamento Comercial, fue inevitable volver a pensar en Hugo. Le echaba muchisimo de menos. Putos miedos. Me habian jugado una mala pasada. Queria dejar de ser la cobardica, aunque aun me quedaba batalla y lo sabia... Todos miraron a Roberto y yo les imite sin saber por que lo hacian. Llevaba unas pintas muy raras. La camiseta gris tenia bolitas del uso, los pantalones le iban pequenos y el pelo siempre lo tenia alborotado. <>. --Dentro de un par de semanas abandonare la empresa --dijo nuestro jefe--. Me embarco en un nuevo proyecto, pero quiero dejarlo todo lo mejor organizado posible. <>. Olivia nos habia adelantado esta parte. Segun sus fuentes, que parecia que no las iba a revelar jamas, a Roberto le habian invitado a irse. No debian de estar contentos con su trabajo, aunque era bastante absurdo despedirlo despues de darle mas responsabilidad. --... junto con Eva llevaran la linea vestida y casual. <>. Mire a Martina con disimulo y levante las cejas preguntandole <>. Ella cerro los ojos unas milesimas de segundo, enviandome el mensaje mental de <>. <>. --... y Clara llevara la linea infantil. ?Teneis alguna pregunta? <>. Todos dijimos que no, pero me apuesto un dedo de la mano a que no fui la unica que no presto la suficiente atencion. Cuando salimos de la sala de juntas, mire suplicante a Martina para que me contara que habia pasado alli dentro. --Nos dividen en grupos, pero tu y yo estamos juntas --dijo ella soltando una carcajada. --?Y que mas? --pregunte mientras caminabamos de vuelta al departamento. --Nos van a mover. --Traspasamos la puerta de la seccion en ese mismo instante--. No han dicho donde nos llevan, pero estaremos con el equipo comercial y con Diseno. Todos juntos. <> --?Y con quien nos toca? --En Diseno con el equipo de Lucas y Alexandra. Y en Comercial, creo que con Charly. --La mire preguntando por el sin decir su nombre mientras mi corazon saltaba en el pecho, alentado por la esperanza--. Vamos a trabajar con Hugo -- respondio ella en voz baja como si leyera mi mente. Todos mis huesitos se rieron a la vez y note como se formaba una gran sonrisa en mi cara. <>. <>. <>. 3. No Estaba Muerto, Estaba de Parranda Martina queria sacarle el jugo a lo de estar soltera, Julio disfrutaba como si estuviera de vacaciones y a Oli le faltaba tiempo para apuntarse a todos los planes que inventaban estos dos. Yo les odiaba en secreto por toda la pasta que se evaporaba de mi cuenta, aunque la verdad es que me venia bien para entretenerme y no martirizarme con el tema de Hugo. Ese sabado nos ibamos de cena y quedamos en el centro para tomar una cerveza. Las primeras en llegar fuimos Oli, Martina y yo, despues aparecieron Marco y Julio y, finalmente, llego Carmen. Olivia habia adoptado a Carmen desde el mismo momento en el que se incorporo a la empresa. Empezo a comer con nosotras, despues se unio a las cervezas y aquel dia fue el primero que salio con nuestro grupo. Llego la ultima, pero con energia. Llevaba puesto un top azul de corte desigual, con un solo hombro al aire, una falda vaquera y unas sandalias rojas de tacon. Carmen siempre llevaba tacon y sus andares eran los mismos. Tenia una forma de caminar curiosa porque lo hacia rapido, como si llegara tarde a todas partes. Bajita, voluptuosa, con grandes pechos, que entonces trataba de tapar, y unas piernas impresionantes. Solia cambiar con frecuencia el color de su pelo, que entonces llevaba a lo garcon con el flequillo a un lado, y, cuando la conocimos, era castano con reflejos rojizos. Sus ojos verdes, de tonalidad oscura, desaparecian en una linea horizontal cuando sonreia y Carmen sonreia mucho, siempre de verdad porque no sabia mentir. --Ya estoy aqui --nos dijo a modo de saludo, plantandose delante de nuestra mesa. Lo que no sabiamos entonces era que Carmen habia llegado para quedarse, que iba a ser una mas en nuestro grupo y que anos despues nos costaria identificar las anecdotas en las que ella aun no estaba. La mente tiene esas cosas, cuando una persona es importante en tu vida parece que te haya acompanado en cada uno de tus momentos importantes. Justo antes de aparecer, el Cesar estaba contandonos que tal le habia ido en su ultima entrevista de trabajo. Julio, tras ser despedido por hacer una mamada a su novio en plena empresa, llevaba un par de meses en el paro. Despues de los besos de rigor, el continuo su historia como si no hubiera habido ninguna interrupcion. --No me gusto nada la propuesta. El salario seria entero a comision, sin un sueldo base. Quieren que me haga autonomo y eso no lo veo. Seria, basicamente, trabajar por mi cuenta. --Si trabajas por tu cuenta, nunca te saldran las cuentas --respondio Carmen con un guino. --Eso he pensado yo, pero sin la rima. --Julio sonrio burlon--. Por cierto, me gusta tu pelo. Pero no te lo digo para ligar contigo, soy gay y este es mi novio. --Uuuh... !Miralo!--canto Olivia--. Ya se presenta como gay y deja claro que tiene novio. Asi, en una frase. <> --Le encanta decir que tiene novio --Puse los ojos en blanco--. No te ofendas, Marco, pero esta muy cansino con eso de que tiene pareja. El Decolorado hizo un gesto, quitandole importancia. <>. --Lo dice todo el tiempo y le odiamos por ello. --Martina hizo una mueca y se recogio su pelo rubio tras la oreja --. Ahora todas sus amigas estan solteras y el esta con un hombre al que no podemos criticar porque es muy mono. --La Rubia lanzo un beso al aire a Marco y este se lo devolvio. Tenia razon, como casi siempre. Odiabamos a Julio por tener pareja. Era un amor-odio, no un odio de verdad, pero es que el Cesar era un plasta. Remarcaba esa palabra recreandose en ella en cualquier frase. <>, <>, <>, <>... Daban ganas de ahogarlo. No nos entretuvimos demasiado alli, teniamos una reserva en un restaurante italiano que le habian recomendado a Olivia y no queriamos perder la mesa. El sitio era coqueto, las paredes blancas estaban repletas de carteles de peliculas italianas de los anos sesenta, las mesas eran redondas con manteles a cuadros y el toque romantico lo ponian las velas y todas las parejitas que teniamos a nuestro alrededor prometiendose amor eterno. Ideal para ir creando ambiente en una salida de fiesta. Al menos, las pizzas estaban ricas y el vino fresquito... Pero, con el alcohol, la lengua empezo a soltarse… --Entonces, ?las tres estais solteras? --pregunto Carmen.

  • Winter de Amelia Gates

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    Un pasado terrible. Un secreto oscuro.

  • Superar la dislexia de Luz Rello

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    Un 10 % de la poblacion sufre dislexia, por lo que en Espana se calcula que unos 600.000 ninos tienen dislexia y no lo saben. Una <> que les condena al fracaso escolar sin tan siquiera ser conscientes de ello. Luz Rello tambien fue una nina con dislexia y, tras anos de estudio e investigacion, nos presenta una obra con todas las herramientas que tenemos actualmente a nuestro alcance para combatir la dislexia y ayudar a los ninos y ninas a cumplir sus suenos.

  • A la caza de un sueno imposible (Cazadoras 3) de Alexia Mars

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    Tercera entrega de la serie <>.

  • El azul intenso de tu alma de Paola Sualvez

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    La blusa purpura, sublime y reveladora la hacia sentir excesiva. Sin embargo, queria impresionarlo. Esta seria la primera vez que se verian. Se ubico, a la espera, en la barra. La mesa que habia reservado estaba todavia vacia. No habian transcurrido cinco minutos cuando un angel humano aparecio de la nada. Se sento y empezo a dar vueltas con su mirada hasta que tropezo con los ojos grandes que lo asediaban. Supo de inmediato que se trataba de ella, la mujer con la que esperaba pasar la noche, la mujer que lucia desinhibida y enteramente dispuesta. Mientras que ella se decidio por una cerveza ligera, el opto por whiskey. El tono de su voz y su mirada relajaron los segundos y los minutos. Se sentia maravillado con la mujer. En realidad era mucho mas hermosa en persona. Su belleza era tan natural como sus rizos que bailaban con la brisa; impetuosos y volatiles. Para Ignacia, por otro lado, el escepticismo se agigantaba con cada gesto, con cada silaba. Se sentia incomoda, atosigada por sus preguntas. Cuando sintio la mano de el en su entrepierna, supo que hasta ahi llegaria la velada. Penso que tal vez la blusa habia sido muy sugestiva, que tal vez malinterpreto algo en sus palabras. Se dijo a si misma que era el momento de marcharse, pero para el la noche apenas empezaba. Trato de disuadirla y de retenerla sosteniendo firmemente su muneca. Aunque ella parecia inerme, algo en sus ojos lo dejo paralizado, frio, sin aliento. Ese mismo frio helo su mano hasta entumecerla, pero el no fue consciente de ello hasta mucho despues, y en medio de la excitacion lo unico que hizo fue reclamarle a gritos al verla abandonar la mesa. Por fortuna, no hubo golpes ni sillas rotas cuando algunos pretendieron defenderla y lo retuvieron mientras se marchaba. Ignacia lo observo, a traves del cristal denso azuloso que apenas dejaba filtrar la escena, recomponiendose, pellizcandose la mano, pidiendo mas licor, y se hizo consiente aun mas de lo facil que es mentir cuando no se ve directamente a los ojos. Aunque la esperaba un duro dia de trabajo, quiso hablar un rato con Marienne antes de llegar a casa. Su trabajo como coordinadora de una Fundacion-Escuela atrapaba todo su tiempo y su energia. Por ello, intento pensar en los preparativos para iniciar el ano escolar y, ademas, en que debia recibir al nuevo profesor de Lenguas que, al fin, habian asignado. Sin embargo, a su mente volvia, una y otra vez, la imagen del hombre que la habia decepcionado. Marienne era una de sus mejores amigas. Se habia dedicado a buscar la verdad que los otros no querian aceptar: espectros poco densos, mujeres pequenas aladas, enanillos de sombreros multicolores, habilidades poco corrientes como interpretar los silencios de los animales y de los hombres, en fin, toda una suerte de eventos y misterios que para muchos solo habitaban en su mente. Quiza por eso y lo poco agraciada que era no habia conquistado mas que a un gato gordo de color negro, con una mancha rojiza en el lomo, pero que era su unico aliciente en una soledad sempiterna que disfrazaba de logro vital delante de los demas, menos frente a Ignacia con quien compartia sin timidez su insufrible necesidad de ser amada. Marienne, que tenia por costumbre estar siempre lista por si alguien llegaba de visita, la esperaba con chocolate caliente y panecillos de queso. Ignacia los devoro con ansiedad mientras le narraba su desagradable cita. --A mi nunca me han gustado esas citas por chat. Debes estar agradecida que no trascendio a mayores ?Te imaginas? !Nosotras corriendo ahora para inventarnos una nueva vida! --dijo Marienne un tanto contrariada. --Tienes razon, pero pense que era alguien que valia la pena conocer. Las palabras naufragaron entre sorbos de chocolate y miradas al vacio hasta que Ignacia asumio una nueva postura: Le pregunto por sus logros recientes. Marienne le respondio con una negativa, senalandole el bonsai que destacaba sobre la repisa. Entonces, se acerco al pequeno arbol y al deslizar su mano sobre el; diminutos capullos rosados, que de inmediato florecian, desplegaron una fragancia indescriptible. --Eres maravillosa --le dijo mientras se acercaba al guayacan rosado para aspirar su aroma--. Mira todo lo que eres capaz de hacer. ?No le hiciste sufrir, aunque fuera un poquito? --No mucho --dijo sonriendo--. Tu sabes, tambien como yo, que no debemos transgredir las leyes naturales porque lo que nos esperaria seria insufrible. Pero debo confesarte que hizo falta poco para que le hiciera verdadero dano. Menos mal no lo voy a volver a ver jamas. --No estoy muy segura. Mientras hablabas, lo he sentido de nuevo en tu vida y mas pronto de lo que imaginas. --Por favor, no me digas eso. Apiadate de mi. --Esta bien. Olvidalo. Toma esto, guardala en tu bolso --le dijo Marienne entregandole una estrella de badiana--. Te ayudara a relajarte. --Gracias. Lo necesito. --Y a todas estas, ?de donde sacaste esa blusa? --le pregunto, entre risas. --Ocurrencias de Paloma --le dijo Ignacia que empezo sonriendo y se unio a la risotada de Marienne. Ignacia decidio irse caminando hasta su casa. El camino, que no era muy largo, lo aprovecho para distraerse detallando las calles adoquinadas, amparadas por tenues luces amarillas, y los balcones cargados de trinitarias purpuras, rosadas y malvas. Cantarega era una ciudad embrujadora. Una pequena peninsula amurallada por el mar Caribe, siempre llena de extranjeros que, como ella, decidian quedarse a vivir en el paraiso terrenal. Su casa de fachada blanca e interior igual con algunas paredes en azul tenue quedaba en el centro de la ciudad. Era algo antigua, pero acogedora, plagada de obras de arte que, cuando debia, mostraba como imitaciones. En el centro de la casa deslumbraba el patio interior con una fuente. Dos angeles cargaban unas vasijas a traves de las cuales el agua caia en un ciclo sin fin que contemplaba por horas: Anorando el pasado, deleitandose con los recuerdos felices, con las palabras ausentes, con los aromas ya lejanos. El cansancio la vencio de tal manera que no tuvo tiempo para nada mas y al contacto con la almohada mullida y perfumada; las agonias del dia se perdieron entre nubes y cantos de pajaros violetas. ... El cristal roto refleja mi rostro... al tiempo que siento su sombra cubriendome como una densa neblina... Mis latidos casi imperceptibles me recuerdan la razon de mi existencia... Volvi a fallar y nuevamente el ciclo empieza. Mil rostros y voces atraviesan mis pensamientos... se transfiguran... pero es una sola alma, una sola energia...

  • Una joya (Stage Dive 2,5) de Kylie Scott

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    Relato corto con Mal y Anne (Solo fue un juego), de la serie Stage Dive.
    A la atractiva encargada de una libreria hipster le choca ver la enorme lista de libros que ha seleccionado un cliente, todos sobre sexo. El, arrogante, experimentado y muy seguro de sus encantos, inicia un divertido <> verbal con ella para intentar seducirla. La chica se mantiene indiferente hasta que es ella quien lo reta a el a que le muestre los atributos de los que tanto presume. En la trastienda de la libreria la pareja nos regala un final excitante e inesperado.

  • Autopsia de una Gioconda de Ulises Novo

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    Que mi padre se suicidara no fue un accidente. Quisiera que lo hubiese sido. Pero que atentara contra si mismo de la forma en que lo hizo obedece a varias razones. Una y quiza la mas importante soy yo, mi nacimiento, que yo usurpara un espacio de su vida, que me incluyese en su biografia junto a mi madre y a mi hermana Lith. Que mi padre se suicidara no fue un accidente. Desde entonces, ya no he vuelto a visitar El Louvre. Tampoco me he visto en el compromiso de volver a hacerlo. Se que La Mona Lisa inspiraba a mi padre. Lo nutria, pues era la excusa perfecta para que yo lo cogiese de la mano durante horas, esas tardes libres que seleccionaba para hablar conmigo a solas, para deshacerse de su mundo, de la realidad que parecia haberle dejado de interesar. Y lo entiendo. Despues de su muerte, logro entender aquello de lo que huia, como si el mismo supiese que aquella decision de tenerme tan proxima no se pudiese sostener mucho mas en el tiempo. Aqui estoy, cerca de Des Gaulles, en el interior de una cafeteria, esperando a un hombre. No lo conozco de nada. Una amiga nos ha puesto en contacto. Fanny no quiere verme triste, asi de triste. "Una depresion no es estar triste", le he repetido en muchas ocasiones, pero no ha cejado hasta lograr que yo accediera y me sentase aqui, delante de un cafe, pendiente de esa puerta de doble hoja, un vestigio modernista por el que entran y salen estudiantes, madres con carritos y, de vez en cuando, alguna pareja que acaba de hacer footing. Que mi padre se suicidara con una escopeta de caza no deberia formar parte de la conversacion de esta primera cita, suponiendo que luego haya una segunda. Lo dudo. No puedo confiar en una amiga como Fanny. Tiene un gusto horroroso para los hombres. Pero, bueno, intentare ser amable con mi cita. Hablare. Simplemente hablare. No, mejor no. No quiero parecer excesivamente locuaz y extrovertida. Me limitare a escuchar y, si hablo algo, lo hare sobre literatura, por ejemplo. Segun Fanny, el tipo sabe mucho acerca de poetas ingleses. No soy una experta en Byron ni en Percy B. Shelley, pero intentare dejar que se exprese, que su orgullo se alimente de mi incompetencia, aunque yo tambien apuntare algo para no parecer maleducada, para no ofender a Fanny, para no dejarla en evidencia ante su amigo, que puede pensar que ha perdido la tarde con una estatua. No me queda otra opcion. Cuando me pida mi numero de telefono, le dire que no estoy preparada todavia para una relacion. Que, ahora mismo, no estoy interesada en conocer a nadie porque estoy involucrada en los negocios de papa; unas inversiones en hosteleria a las afueras de Paris parecen interesarme. Anadire que debo estar concentrada en esta oportunidad, especialmente, si, dentro de unos anos, el pais vuelve a entrar en recesion. Si insiste con vehemencia, con esa vehemencia enfermiza que caracteriza a algunos sujetos babosos y enamoradizos, no me quedara otro remedio que confesarle que mi padre se volo la cabeza y que yo, de alguna manera, permanezco todavia junto a su cadaver en la alfombra de aquel despacho, espacioso y antiguo. Todavia, si, todavia permanezco alli. Le confesare, ademas, que atravieso una depresion de la que dificilmente podre salir, porque no estoy haciendo caso a mis medicos. Podre apostillar, si aun no se ha marchado o intenta aconsejarme, que mama tampoco se ha recuperado de la ausencia de mi padre, que vive por vivir, que es adicta a diversos opiaceos que la sumergen en un sueno de fatigas y balbuceos cuando llegan las cinco y se toma su te con leche. En efecto, a las cinco, la medicacion le hace efecto y deja de ser un animal doliente para ser un animal que hiberna. A veces, se levanta de madrugada, enciende el televisor y se pone a ver algunos episodios de Juego de Tronos, pero se que no los ve en realidad. Cuando hablo con ella dos veces por semana, soy testigo de sus mentiras, de la farsa en la que quiere involucrarme. "Lo se, mama, necesitas hacerlo. Necesitas simular que perteneces al mundo de los vivos. Que eres mortal, tristemente mortal. Necesitas simular que estas interesada por una trama que se bifurca continuamente". Mama no ha comprendido nada de esas serie, porque su cabeza esta en otro sitio, porque no se ha deshecho del cadaver de mi padre, como tampoco lo he hecho yo. Ni pienso hacerlo, aunque los medicos traten de explicarme que es contraproducente que persista en la misma idea, en las mismas imagenes; zafias imagenes que recreo una y otra vez en mi cabeza con intencion de martirizarme. Es lo mas parecido a pasear continuamente por el corredor de la muerte, un hundimiento inedito y exclusivo que solo me atane a mi y del que Lith y mama estan al margen o quieren estarlo. Si el tipo, con el que me ha citado Fanny me deja su tarjeta para quedar algun dia, podre ensenarle las marcas de mis antebrazos, lineas que se bifurcan como las tramas de Juego de Tronos, heridas que escarban su propia carne en busca de la oscuridad mas alla de los huesos y de los tendones. 2 Que mi hermana no me hable apenas desde la muerte de papa, tiene tambien una causa. Siempre fue una hermana celosa. Siempre quiso el mayor de los protagonismos. Pero que equivocadas estabamos. Papa me queria a mi. Solamente a mi. Y eso no lo soporta. No puede admitir que ella no fuese la preferida, pero a la que papa iba a echar de menos, si Lith tomaba la decision de estudiar fuera de casa, en una escuela de cocina, a pocos kilometros de Paris. Mi hermana lucha contra el tiempo, contra un matrimonio que va a destrozar desde el silencio que roe la carne, que inocula el veneno invisible del inconformismo, el veneno invisible de los incendios salvajes que arrasan los bosques y jardines de la periferia, arbustos y arces que crecen sin control hacia zonas lacustres. Mi hermana sera una disidente de si misma porque no ha sido capaz de comprender el amor paterno, ni mi amor hacia ella, pues fui yo quien se sacrifico para que estuviese protegida, para que no se pareciese a mi, ni imitara mi vida, la que he prostituido en la terrible orfandad de no poder interpretar aquella violencia que mi padre exhibio al volarse la cabeza en su despacho. Piso la tierra fria cada vez que retomo la calle Les Heures y escucho el ruido emponzonado del trafico, el oleaje de los turistas que no dejan de hacerse fotos delante de las estatuas y las fuentes. Papa odiaba las fotos. Papa amaba la intimidad, mi intimidad, la oscuridad de la que Lith y yo alguna vez tratamos de huir para que sus manos buscasen otras victimas. Pero nunca fue suficiente. Nunca lo fue. Nunca encontramos la liberacion. Tal vez, no la quisimos. Tal vez, mama no fue un buen asidero, el apoyo que Lith y yo (sobre todo yo) necesitabamos para reencontrarnos con la serenidad y la inocencia de nuestras companeras de clase. A papa lo queriamos, pese a todo. Porque a papa lo estaba acechando su propio monstruo. Por esa razon, quiza lo acompanaba al Louvre para detenernos delante de La Mona Lisa, como si, en aquel enigmatico rostro, mi padre pudiese encontrar una explicacion a su propia naturaleza; ?que atrae, en realidad, a lo que esta oculto, pero que es hermoso ante los ojos de los demas? El arte. La muerte y el arte pueden ser una respuesta muy proxima a la verdad que yo, por entonces, desconocia. Porque era rabiosamente feliz. Porque mi hermana, a la que ya le habian crecido los pechos, miraba de soslayo, esperando un gesto amable de papa. Pero papa habia tomado la determinacion de escucharme solo a mi. Mi cita no debe saber nada de esto, porque, en realidad, no es nadie, ni nada. Mi cita no es otra cosa que una nueva estrategia para matar el tiempo.

  • Monica (Y llegaste tu 3) de Merche Diolch

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    Monica esta feliz por como han ido los acontecimientos con Raquel, aunque, despues de la partida de su amiga a Londres para acompanar a Tony a la grabacion de su nuevo disco, se siente algo sola. Sin duda echa de menos los tiempos en los que correteaba detras de su hermano Israel y su amigo Lucas, siempre inseparables.

  • Desdichas modernas de Sophie Divry

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    Una Emma Bovary de nuestros dias.

  • Dulce destino (Dulce 2) de Virginia Camacho

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    Daniel Santos lo tenia todo: dinero en su cuenta, lujosos automoviles, buenos amigos, autoridad en la mesa de juntas, acciones en la empresa y en el club. Si lo deseaba, podia llamar una amiga, concertar una cita, y pasar la noche con ella; una noche sin compromisos... Tenia todo lo que un soltero podia desear.
    Pero habia algo que siempre habia querido con desesperacion y nunca habia estado mas lejos de obtener.
    Ella.
    A veces se odiaba por quererla tanto. Ella veia a traves de el, ni siquiera se daba cuenta de que estaba alli... al parecer, nunca podria escalar lo suficientemente alto como para llegar a ella. Estaba tan cansado, y se sentia tan solo, siempre tan solo.
    Pero era incapaz de enamorarse de otra, la queria a ella.

  • La chica de Kyushu de Seicho Matsumoto

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    Kiriko Yanagida, una joven humilde, viaja desde la isla de Kyushu a Tokio para solicitar la ayuda del famoso abogado Kinzo Otsuka. Su hermano ha sido acusado de asesinato pero Kiriko esta convencida de que es inocente: ella cree que la unica manera que tiene de librarle de la pena de muerte es lograr que Otsuka, el mejor penalista del pais, se encargue de su defensa. Pero cuando este decide no aceptar el caso, pone en marcha una serie de sucesos que tendran consecuencias imprevisibles.

  • El silencio de nuestras palabras de Simona Sparaco

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    Es medianoche y una fina niebla envuelve la ciudad dormida mientras en un edificio se origina un incendio cuyas llamas, lentas e invisibles, comienzan a devorar lo que encuentran. En uno de los pisos Alice se duerme mientras espera que Matthias, su nuevo amor del que todavia no se ha decidido a hablar a su madre, regrese. Bastien, el hijo de otra de las vecinas, lleva meses tratando de revelarle algo que podria romperle el corazon, pero no encuentra el coraje para hacerlo. Otro tipo de coraje es el que le falta a Polina, una antigua bailarina clasica, incapaz de aceptar su cuerpo tras la maternidad.
    Pero tanto para ellos como para el resto de habitantes del edificio ya no queda tiempo: los acontecimientos estan a punto de revolucionar sus perspectivas, obligandolos a tomar decisiones extremas y a descubrir, al fin, que las distancias que nos separan de los demas solo se superan con un amor absoluto: aquel que
    no conoce condiciones.

  • El arcangel de luz de Raquel Cruz

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    ?Que pasaria si un dia descubres que no eres quien crees ser? ?Como aceptarias que tu destino no es el que con esfuerzo habias proyectado?
    Dana es periodista, intrepida, rebelde e insolente. Y su unico proposito es ganar el juicio contra el hombre que quiso asesinarla.
    Abel Rumsfeld es el abogado de la defensa y el ser mas perverso sobre la faz de la Tierra. No dudara en usar todo su poder para salirse con la suya.
    La rivalidad y la animadversion saltaran enseguida entre ellos. Pero las circunstancias se sucederan y la hostilidad se convertira en otra clase de sentimientos mucho mas intensos.
    Hasta que Dana descubre una verdad que amenaza con poner en jaque el mundo de los humanos.

  • O’Quinn (13 Milimetros 2) de Beatriz G. Lopez

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    Diferentes indicios han llevado al narcotraficante Annibal Scorpio y a los suyos a localizar al presunto autor de las famosas muertes. La sanguinaria venganza llevada a cabo no fue suficiente, y Scorpio pide explicaciones al grupo criminal al que pertenecia el asesino. El lider, O'Quinn, no duda en negar su implicacion y buscar una via de escape.
    En la organizacion de Scorpio creian haber borrado del mapa cualquier rastro dejado por el celebre numero trece, pero nada mas lejos de la realidad: se dan cuenta de que sus problemas no han hecho mas que comenzar. Quien se encuentra detras de los ataques no es el unico que acecha al traficante. La policia le sigue muy de cerca, esperando un paso en falso para poder avanzar en la investigacion y, de paso, cazar a Annibal.
    Amenazas, tiroteos, muerte. Y la certeza de que la confianza es un lujo que no se puede permitir.

  • Lo que fuimos de Golnaz Hashemzadeh Bonde

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    A Nahid le queda poco tiempo. O, al menos, eso le acaban de decir los medicos. Es una superviviente, pero la idea de que el mundo seguira girando sin ella la perturba. Ella, que lucho por la revolucion sin saber el alto precio que pagaria. Ella, que huyo de Iran y trabajo para construir un nuevo comienzo y plantar raices en un pais que no era el suyo, con el fin de que su unica hija tuviera un manana. Y ahora debe sobrevivir de nuevo, por ella, por su hija, por el futuro que ya esta en camino.
    Escrita desde la honestidad, la fuerza y el ingenio, Lo que fuimos es una novela de amor y supervivencia, una reflexion sobre los poderosos vinculos entre madres e hijas.

  • No madres de Maria Fernandez-miranda

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    Ser o no ser madre, esa es la cuestion para tantas y tantas mujeres…

  • Rosy & John (Un caso del comandante Camille Verhoeven 3) de Pierre Lemaitre

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    Despues de Irene y Alex, llega la tercera entrega de la serie del comisario Camille Verhoeben, por el autor ganador de un premio Goncourt, de dos Dagger Awards, del Premio de Novela Negra Europea y del Permio Best Novel Valencia Negra, con mas de medio millon de lectores.

  • Everless. La hechicera y el Alquimista de Sara Holland

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    -Best seller del New York Times

  • Sin control de Zara Cox

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    Nada mas conocer a Lily Gracen, todo un prodigio en programacion, Caleb Steele supo que iba a saltarse su regla de no acostarse con las clientas. Sin embargo, antes tenia que dar con su acosador. Estaba a cargo de la seguridad de Lily, aunque era ella la que tomaba la iniciativa cuando se encerraban en su mansion de Silicon Valley. La cuestion era que, de tanto contenerse, Caleb estaba a punto de perder el control.

  • Inframundo (Guardianes Del Alma 4) de Kim Richardson

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    Kara inhalo profundamente y soplo el polvo de una fila de libros con cubiertas agrietadas y lomos arrancados. El aire olia a una mezcla de pegamento y moho. Las motas de polvo flotaban como un enjambre de insectos y la humedad caliente y humeda se sostenia en el ambiente y se aferraba a su ropa. No era el ambiente perfecto para guardar libros viejos, pero le encantaba el olor rancio de la tinta sobre el papel. Era el olor de la imaginacion... donde las grandes mentes se unian y creaban magia con tinta y papel, el olor de aventuras aun no descubiertas. En los libros, todo era posible… y eso le encantaba. Limpio el sudor de su frente y sujeto su cabello en una coleta. Ella apreto Las Aventuras de Huckleberry Finn entre El Llamado de la Naturaleza y El Viejo y el Mar, en la seccion de novelas clasicas. Las coloco en una perfecta linea recta, con sus lomos dispuestos verticalmente. Una vez que estuvo satisfecha con su trabajo, limpio la humedad y la suciedad de sus manos en sus pantalones de mezclilla, agregandole un tanto a la capa de suciedad de la jornada. La escalera se sacudio y se tambaleo bajo su peso. Apreto las manos con firmeza alrededor del riel y bajo con cuidado. Una vez que llego a la parte inferior, salto el ultimo escalon. Con una sonrisa en su rostro, Kara empujo un carrito de metal apilado con libros y revistas hacia la parte delantera de la tienda. Se agacho bajo la unica bombilla que oscilaba nerviosamente de un cable suelto en el centro de la tienda y condujo el carro entre montones de libros que se tambaleaban peligrosamente en altas torres, llegando hasta el techo en algunos lugares. Rayos de luz se derramaban a traves de un gran ventanal de la parte delantera de la tienda iluminando las estanterias con un suave resplandor dorado. Las particulas de polvo brillaban a la luz como copos de nieve en miniatura. Kara podia ver las telaranas grises que colgaban de las esquinas mas altas del techo e hizo una nota mental para retirarlas mas tarde con su escoba. Papel tapiz pintado a rayas marrones y beige se escarapelaba de las paredes detras de un debil mostrador de madera colocado a la derecha de la tienda. Una vieja caja registradora con botones manuales y una palanca roja estaba colocada encima de el. Debajo de la caja registradora habia una vitrina con bolas de cristal de diferentes tamanos. Kara se reia al ver su retorcida imagen en ellas. Una brisa calida agito el flequillo de Kara de su rostro. Los carillones de viento cantaron suavemente encima de la puerta abierta. Kara estornudo y el carrito dio un salto. Un grueso manto de polvo cubria la mayoria de los estantes de libros posteriores, una clara indicacion de que aun tenia mucha limpieza que hacer. Tardaria mucho en retirar el polvo de anos de abandono de la tienda. Dudaba seriamente que alguna vez hubiera estado limpio, para empezar. En su primer dia en la tienda, Kara habia limpiado muy bien las ventanas y habia barrido y trapeado los pisos de su sucia capa de mugre y de unas manchas color marron que ella preferia no saber que eran. Kara inhalo alegremente el viento del verano que llegaba desde la puerta abierta... dientes de leon y cesped recien cortado... su espiritu sonreia con cada nuevo olor. Era una sensacion increible. Habia terminado la escuela y ahora era, oficialmente, una empleada en un lugar que admiraba y respetaba. El Sr. Patterson le habia dado un trabajo de verano en su libreria. Sus funciones eran ayudarle a clasificar todos los libros en un nuevo programa informatico, mantener la tienda limpia y trabajar la caja registradora cuando el estaba en su hora de almuerzo. Habia resultado ser el mejor trabajo de todos y Kara estaba determinada a ahorrar suficiente dinero para cursar el primer semestre en el Dawson College. El Sr. Patterson incluso le dijo que podria seguir trabajando medio tiempo cuando fuera a la escuela. Ella no podria pedir un mejor jefe o un mejor trabajo. Por fin, las cosas finalmente estaban mejorando para ella. Sujeto el carro, tomo un punado de revistas National Geographic y las coloco por fecha a lo largo del estante intermedio del revistero. Las coloco todas juntas... y se congelo. Su cabello se erizo de repente. Kara sintio una presencia inexplicable. Siguio la fuente de la sensacion hacia la ventana... Alguien estaba mirandola desde el otro lado de la calle. Su corazon se agitaba en su pecho. Una chica joven con un vestido blanco estilo antiguo con un gran lazo rojo atado en el medio, miraba a Kara desde el lado opuesto de la calle. Su sedoso cabello negro le llegaba a la linea de la mandibula y acentuaba sus rasgos afilados. Era hermosa, como una muneca de porcelana. Parecia tener cerca de doce anos. Incluso desde la distancia, Kara podia ver rastros de enrojecimiento alrededor de sus ojos y nariz. Su palido rostro se retorcia en una mueca, tenia una mirada aterrorizada. Kara casi podia sentir su tristeza. Sus ojos suplicaban ayuda, la ayuda de Kara. Una conexion inexplicable con la chica se removio en el pecho de Kara. Era como si estuvieran emparentadas de alguna manera, como si fueran primas segundas. La chica volvio la cabeza de repente y empezo a retroceder. Dos hombres en trajes grises meticulosamente entallados se acercaban a la joven desde ambos lados. Su pelo era blanco platino y sus rostros eran identicos. Su piel tenia un enfermizo color blanco parecido a los albinos. Se movian con rapidez, con un proposito. La chica se reclino contra la pared frontal de la tienda vecina. Fijo su vista una vez mas en los ojos de Kara, en una suplica silenciosa. Con los labios, deletreo Ayudame. Kara contuvo su respiracion. La muchacha estaba atrapada entre los dos misteriosos hombres de ojos negros. El ruidoso martilleo del corazon de Kara ahogo todos los demas sonidos a su alrededor. La chica no era rival para esos dos malvados hombres. Kara tenia que hacer algo, tenia que salvarla. Kara empujo el carrito fuera de su camino y se arrojo sobre el mostrador. Tomo el bate de beisbol que el Sr. Patterson mantenia oculto detras del mostrador en el caso de una operacion peligrosa con un cliente y salio corriendo de la libreria a la calle. Se detuvo de golpe. Estaba vacia. La nina habia desaparecido y los hombres de ojos negros tambien habian desaparecido. La calle estaba en silencio, la acera estaba vacia salvo por unas palomas recogiendo migajas en el suelo. ?Estaban sus ojos jugandole una broma otra vez? ?Era esta otra de sus visiones extranas? Durante los ultimos meses habia tenido sentimientos recurrentes de que estaba siendo vigilada. Habia percibido espeluznantes sombras en lugares oscuros siguiendo todos sus movimientos, arremetiendo contra ella cuando pensaban que ella no estaba mirando. Pero tan pronto como ella daba la vuelta para hacer frente a lo que fuera, desapareceria en un abrir y cerrar de ojos. Quizas este era uno de esos sucesos, o tal vez ella se estaba volviendo loca. Ella penso que debia ser eso. "?Planeas pegarle a alguien con ese bate?" Kara giro, un apuesto adolescente con una sonrisa insolente peinaba su rubio cabello con sus dedos. Con la cabeza en el aire, paseo hacia ella dando saltitos. "?Estare seguro? ?O debo volver mas tarde?", rio David, metiendo sus manos en los bolsillos. Kara lo ignoro y observo el lado opuesto de la calle. "Yo... me parecio ver algo". David levanto las cejas. "Asi que decidiste hacerla de vigilante y tomaste un bate de beisbol... ?para golpearlos?" "Vi a una chica. Creo que estaba en problemas...no. Se que estaba en problemas. Estaba muy asustada, necesitaba mi ayuda". Los nudillos de Kara estaban blancos por la fuerza con la que presionaba el bate. Recordo el rostro petrificado de la nina cuando los hombres se acercaron. "?Que chica?" David la busco por la calle. "No veo a ninguna chica. ?Seguro que has visto algo? Ya sabes, todo ese polvo que inhalas todo el dia podria estar afectando tu cerebro". Kara suspiro y bajo el bate. "Estaba alli hace un minuto, estoy segura de ello. Y habia dos hombres de aspecto extrano con el pelo blanco... realmente feos y escalofriantes. Senti que iban a hacerle dano. Tenian unos ojos negros que daban miedo". "?Ojos negros? ?Como si los hubieran golpeado en la cara o algo asi? Justo como lo ibas a hacer tu con el bate, ?no?" Kara miro la cara perpleja de David y decidio dejar el tema. Claramente pensaba que ella estaba loca. Ella movio la cabeza y se encogio de hombros. "No importa", respiro con frustracion y luego le dio una sonrisa ladeada. "?Que haces aqui tan temprano? Pense que tenias practica de futbol". "Asi es", David hizo varios pases con los pies para impresionar a Kara. "Se cancelo. Creo que podriamos ir al cine, o algo asi". Kara se esforzo para no sonreir, pero su rostro la habia traicionado. Miro hacia otro lado. Sus mejillas se sentian calientes, y supo al instante que se habia sonrojado. Su corazon rebotaba entre sus orejas. "Bueno… dejame preguntarle primero al Sr. Patterson. Quiza aun necesite que me quede el resto del dia". Esperaba secretamente que no lo hiciera, David habia venido a la tienda todos los dias desde la primera vez que se habian encontrado accidentalmente hacia ya dos meses. Y cada vez que llegaba, las mariposas se agitaban dentro de su vientre. Con el bate de beisbol colgando a su lado, Kara entro a la tienda. David se agacho debajo el carillon de viento y la siguio. Oyo el chasquido de la puerta de atras, volvio a ver hacia arriba. El Sr. Patterson caminaba hacia ellos. Sus huesos crujian y tronaban. Rasco su cabeza, haciendo ondas en su pelo blanco. Sus cortas piernas se asomaban por debajo de sus habituales bermudas caqui y coloridas camisas hawaianas amarillo con naranja. Las tablas del suelo crujian bajo el peso de sus pies descalzos. Kara nunca entendia por que andaba descalzo sobre la suciedad y el polvo del suelo, pero con el paso del tiempo se habia acostumbrado a ver sus cuadrados dedos del pie y largas unas amarillas. Se hizo una nota mental para adquirir un certificado de regalo en el spa local Pies de Diez para una pedicura. Si estaba obligada a ver sus pies, por lo menos deberian verse bien. El Sr. Patterson les saludo con entusiasmo. "!Hola, Denis! ?Que te trae a este lado del mundo literario? ?Has venido a comprar un libro por fin? Hay una nueva seccion con grandiosos libros de aventuras para ninos alli..." el arrojo su larga barba blanca sobre su hombro y senalo a un alto estante de libros a su izquierda. David sonrio incomodamente y rasco la parte posterior de su cuello. "Uh… no, Sr. P... pero gracias de todos modos. Estoy seguro que todos son… muy buenos" David volvio a ver a Kara y hablo por la esquina de su boca. "El todavia me llama Denis". Kara cubrio su boca y se rio. El Sr. Patterson se detuvo y miro con recelo Kara. "?Clara? ?Por que estas sujetando el bate loco? ?Paso algo? ?Entraron en un combate con un cliente psicotico?" David suspiro. "?El bate loco? ?En serio? Suena un poco loco para mi..." Kara pateo a David en la espinilla y escondio el bate de beisbol a sus espaldas. "Uh… nada. Solo estaba… limpiandolo". Se inclino sobre el mostrador y dejo caer el bate detras de el. "En realidad, Sr. P", dijo David, "vine a ver si Kara podia tomarse el resto de la tarde". "Ya veo". El Sr. Patterson vio a David sospechosamente por un momento. Sus ojos azules se asomaban por debajo de los pliegues de cientos de arrugas. El fruncio los labios y se rasco la cabeza. "Bueno, no veo por que no. Creo que Clara ya hizo suficiente por hoy. Puedes irte con Denis si lo deseas".

  • Mirate en mi espejo de Goretty Nzeng

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    Mirate en mi espejo relata la vida de una serie de personajes en busca de la felicidad personal, mediante enganos, infidelidades y miedos.
    La mayoria son historias reales que le contaron a la autora, mostrando con gracia el pudor del sexo, los tabues y el placer encontrado en lo prohibido. Historias actuales, urbanas, de la vida cotidiana que nos ayudan a vernos en su espejo.

  • Los Duenos Del Viento de Patxi Irurzun

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  • Llevame contigo sin limites de Yara Ariza

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    Gabriela Castro sabe que una de sus debilidades es que, en muchas ocasiones, no tiene filtro para decir las cosas que piensa. Es fuerte, es directa, es picante, pero tambien es sentimental y ha vivido momentos dolorosos. Es un lado que no le gusta mostrar.
    Gaby es directora de operaciones de una farmaceutica. Como mujer profesional sabe exactamente lo que quiere, y de igual manera lo tiene claro para su vida personal. Sabe que no quiere un compromiso serio, cero matrimonios. Esta segura que no quiere hijos, sera siempre la tia divertida. No quiere enamorarse, porque esta segura que si lo hace sufrira. Pero justo en el momento en que siente que lo tiene todo controlado llega a su vida Pablo.

  • Perverso Seductor Mentiroso de Christina Lauren

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  • El gran miedo de James Harris

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    La historiografia sobre el gran terror de los anos treinta en la Union Sovietica se ha dividido entre quienes han responsabilizado principalmente a Stalin y quienes han buscado lineas de continuidad respecto de una actuacion tipica del ejercicio del poder en Rusia y/o han hecho recaer las culpas sobre la sociedad en general y la cupula bolchevique en particular. El profesor James Harris, discipulo directo de autores comprometidos con la segunda interpretacion como Arch Getty o Sheila Fitzpatrick, se situa en la corriente de responsabilidad compartida. Dentro de ella, sin embargo, da un paso mas alla y a traves de documentacion original otorga un nuevo sentido a la expresion <>, convirtiendolo en un concepto bidireccional. Es decir, a la de nicion clasica como eufemismo de la gran purga incorpora el terror real que la cupula bolchevique tenia --a veces fundadamente, a veces sin base alguna-- a ser derrocados, saboteados y/o asesinados.

  • Se busca Amante de Deborah Hale

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    Singapur, junio de 1825 --?Asi que es esto? --apartandose un rebelde rizo caoba de los ojos, Bethan Conway se inclino hacia delante en el barco que se adentraba con ella y sus companeros en el puerto--. No es una ciudad muy grande, ?verdad? Una parte de ella estaba emocionada por haber llegado a su destino tras cinco meses de travesia a bordo, pero otra parte queria suplicarle al hombre que estaba al timon que le diera la vuelta al barco y pusiera de nuevo rumbo al mar. --Este lugar cabria sin problemas en el bolsillo de Newcastle --Ralph, el joven amigo de Bethan, miro a su alrededor, hacia la mezcolanza de construcciones que se alineaban a ambas orillas del rio. Algunas estaban construidas en madera, con grandes tejados de juncos, mientras que otras tenian muros blancos y estaban cubiertas por ordenadas filas de pulcras tejas rojas. --No lleva mucho tiempo construida, ?verdad? Le escuche decir al senor Northmore que no habia muchas cosas cuando sus companeros y el desembarcaron aqui seis anos atras. --A mi no me importaria que solo hubiera jungla --grazno Wilson Hall--. Estare encantado con tal de poder volver a poner los pies sobre suelo solido. !Pobre Wilson! Bethan recordo lo mareado que el y los otros tres muchachos de Durham habian estado al principio del viaje. Envidiaban su capacidad para mantener la comida en el cuerpo incluso con las peores condiciones meteorologicas, pero tambien estaban agradecidos. Si no les hubiera atendido tan bien cuando vomitaban y gemian en sus hamacas, tal vez algunos no se habrian recuperado. Durante los ultimos dias no habian hablado de otra cosa mas que de las ganas que tenian de llegar a su destino y empezar a trabajar en la compania de comercio Vindicara para Simon Grimshaw. Cada vez que escuchaba aquel nombre una oleada de bilis atravesaba a Bethan como un mareo tardio. Los muchachos habian sido contratados en las minas de carbon del norte de Inglaterra para trabajar para el senor Grimshaw, pero ella habia sido reclutada para casarse con el. Si no hubiera estado tan desesperada por alcanzar aquellas orillas tan distantes, nunca se habria comprometido con un desconocido. Pero estaba ansiosa por llegar alli enseguida, cuando todavia quedaba alguna leve esperanza de que alguien recordara que habia sido de su hermano y de su barco. En un principio, su matrimonio estaba demasiado lejano en el futuro como para que le pareciera real. Pero a medida que se acercaba, se iba preocupando mas. Cuando el barco entro en el embarcadero, Bethan aspiro con fuerza el aire calido en el que se mezclaba el olor del mar con un exotico aroma a cafe y especias. Habia dado su palabra. Ahora tenia que cumplirla y hacer todo lo posible por ser una buena esposa para el senor Grimshaw. Solo esperaba que su futuro marido no fuera demasiado viejo, demasiado feo o malhumorado. Apenas habian amarrado en la orilla cuando los muchachos de Durham saltaron a tierra en enjambre. Solo Wilson tuvo la educacion de darse la vuelta y ofrecerle a Bethan una mano para desembarcar, mientras los demas le preguntaban a todo aquel con el que se cruzaban como se llegaba al almacen de Vindicara. Habia mucha gente en el muelle en cuestion. Muchos hombres con el pecho desnudo del color de la madera de caoba, que llevaban turbantes blancos y telas de colores brillantes atadas alrededor de las piernas. Otros hombres de piel mas clara y ojos rasgados cargaban con sacos a la espalda. Llevaban puestos pantalones anchos y tunicas negras. Tenian la parte delantera de la cabeza afeitada completamente mientras que el cabello de la parte posterior estaba recogido en largas trenzas. Hombres altos con barba y turbantes blancos, que parecian sacados directamente de una historia biblica. Lo unico que aquella gente tan extrana tenia en comun era la dificultad para entender el fuerte acento del norte de Inglaterra de los companeros de Bethan. Tras un monton de gritos, gestos y senalamientos con el dedo, Ralph se giro hacia ella. --Creo que estan intentando decirnos que el almacen de Vindicara esta al otro lado del rio. --Alli hay un puente --Wilson senalo por encima del muelle, hacia un punto en el que el rio se estrechaba y un arco de madera conectaba los dos lados del puerto--. Podemos ir andando hasta alli. Los demas estuvieron de acuerdo y se pusieron en marcha al instante. Aunque Bethan se forzo a poner un pie delante del otro y sintio los zapatos extranamente pesados, no tardo mucho tiempo en ponerse a la altura de sus companeros. Los hombres que trabajaban en los muelles se giraban para mirarla cuando pasaba. ?Podria ser porque se habian dado cuenta de su parecido con un joven al que recordaban? La logica le decia que era poco probable. Su curioso interes se deberia probablemente al color de su piel, o al hecho de que fuera una mujer. Pero no le haria dano preguntar de todos modos, ?verdad? Habia ido hasta alli y habia vendido su libertad con la esperanza de encontrar la ultima familia que le quedaba en el mundo. Tenia que empezar por alguna parte. --Disculpe --se giro hacia un joven sonriente que llevaba unas calzas blancas y turbante--. Estoy buscando noticias sobre un tripulante del barco Dauntless, que llego a Singapur hace tres anos. ?Lo recuerda? El hombre sonrio todavia mas al responder en un idioma que ella no entendio. --Lo siento, no se que me quiere decir --Bethan sacudio la cabeza y se encogio exageradamente de hombros--. Ni siquiera sabia hablar muy bien ingles hasta el ano pasado. Y supongo que usted no sabe hablar gales. Se escucho otra voz con fuerte acento pero en ingles: --?Podria repetir a quien esta buscando, senorita? Bethan se giro ansiosa hacia la persona que hablaba, un hombre de ojos oscuros y almendrados que llevaba un enorme sombrero de paja. --Le agradeceria cualquier informacion que me pudiera dar. Se llama Hugh Conway. Es un poco mas alto que usted --alzo una mano para indicar la altura de su hermano, luego se echo el sombrero hacia atras para senalarse la cabeza--. Tiene el pelo de un color parecido al mio. Podria hacer algo mejor que describirle con gestos y palabras que el hombre tal vez no entenderia. Bethan echo la mano hacia atras y desabrocho el relicario de plata que era su posesion mas preciada. Lo abrio para mostrar el retrato en miniatura que albergaba dentro. --Este es el aspecto que tiene. Al menos la ultima vez que le vi. El pequeno retrato no era siquiera de Hugh, pero era lo mas parecido que tenia. Un brillo de interes alumbro los ojos del hombre mientras contemplaba el relicario. ?Reconoceria aquel joven y hermoso rostro? Si habia tan pocos europeos en Singapur como parecia, debian destacar y tal vez resultara facil recordarlos. --?Le ha visto? --pregunto--. Por favor, estoy ansiosa por saber de el. El hombre asintio lentamente. --Tal vez le haya visto. No estoy seguro. A Bethan le dio un vuelco el corazon. Ni en sus mas esperanzados suenos hubiera imaginado tener una pista sobre su hermano desaparecido tan pronto. --Estuvo en Singapur hace tres anos. Tengo una carta suya con sello postal de aqui. ?Sabe que fue de el o de su barco? El hombre arrugo la frente como si estuviera esforzandose por recordar donde y cuando habia visto aquel rostro. --?Puedo verlo mas de cerca? --Si, por supuesto --Bethan le puso el relicario en las manos--. Ojala tuviera un retrato mas grande que pudiera ensenarle. Una pequena multitud se habia congregado a su alrededor mientras hablaban. De pronto alguien le dio un golpecito a Bethan en el hombro por atras. ?Habria reconocido otra persona a Hugh viendo de lejos la miniatura? ?O recordaria su nombre? Se dio la vuelta y solo se encontro con un grupo de rostros inexpresivos que la miraban fijamente. --?Tiene algo que decirme alguno de ustedes? --pregunto--. ?Han visto a Hugh Conway? ?Recuerdan su barco? Ninguno de ellos replico, solo sonreian con gesto atontado. --Creen que es divertido tomarle el pelo a una extranjera, ?verdad? --les espeto Bethan--. Veo que hay cosas que son iguales en todas partes. Con un resoplido indignado, se volvio hacia su informador. Para entonces ya habria tenido tiempo de sobra para estudiar el parecido. Pero cuando miro a su alrededor, lo unico que vio del hombre fue la parte de atras de su destenida tunica azul desapareciendo entre la multitud. --!Vuelva aqui! --grito yendo tras el--. !Al ladron! !Tiene mi relicario! !Que alguien le detenga, por favor! Pero en el muelle no parecia haber nadie dispuesto a ayudarla. De hecho, todo lo contrario. Los hombres que se habian echado a un lado para dejar escapar al ladron volvieron a colocarse al instante en el camino de ella, dificultando el proposito de seguirlo. --!Wilson! !Ralph! --exclamo, aunque sabia que sus companeros de viaje debian estar demasiado lejos como para oirla. No se atrevio a detenerse para buscarlos por temor a perder de vista al hombre que le habia robado el relicario. --!Por favor! --exclamo--. Puede quedarse con la cadena, !pero dejeme el retrato! Vio por el rabillo del ojo el puente, y confio en que el ladron tomara aquel camino y tal vez adelantara a sus amigos. Pero se dirigio a una concurrida calle situada en la otra direccion, con Bethan siguiendole sin aliento. Tras cinco meses a bordo de un barco, no estaba acostumbrada a correr, y menos con un calor tan asfixiante. La desesperacion la empujo a seguir hacia delante. El ladron se metio por una calle lateral. Bethan llego justo a tiempo para verle entrar en la boca de un callejon. Para cuando logro llegar al punto en el que le habia visto desaparecer, resollaba por la falta de aire y tenia las mejillas rojas. El hombre sin duda se habria esfumado, dejandola sin saber por donde se habia escapado. Pero no. Cuando miro hacia el callejon, alli estaba, dirigiendose hacia ella con total descaro. Plantandose frente a el, Bethan le hizo una sena para que se detuviera. --Quiero recuperar mi retrato. Vamos, para usted no tiene ningun valor. El hombre torcio el gesto, como si fuera ella la que habia hecho algo malo. Murmuro una respuesta en su idioma. --!Hace unos minutos podia hablar ingles sin problemas! --grito Bethan--. ?O se le ha olvidado todo mientras salia huyendo con mi posesion? El gesto del hombre se convirtio en una mueca de desprecio cuando paso por delante de ella. --!Oh, no! --se le agarro a la manga--. No voy a volver a perseguirle por las calles otra vez con este calor. !Devuelvame el retrato! Zafandose con brusquedad de su agarre, el hombre solto una riada de palabras que Bethan no fue capaz de entender, pero sabia reconocer la rabia violenta cuando la oia. Aquel era el hombre que le habia robado el relicario, ?verdad? Tal vez tuviera los pomulos un poco mas altos y el rostro algo mas delgado. --Le... le pido disculpas si le he confundido con otra persona --senalo hacia el callejon--. Otro hombre entro corriendo alli. Me ha robado una cosa. ?Ha visto por donde ha ido? El hombre le solto mas palabras malsonantes. Bethan se dio cuenta de pronto de que no estaba sola. Estaba rodeada por una docena de hombres, todos mal vestidos, todos mirandola de un modo que le provoco escalofrios en la espina dorsal. ?Correria el peligro de desaparecer en aquel puesto fronterizo como le habia sucedido a su hermano? Y si asi fuera, ?le importaria a alguien lo suficiente como para ir en su busca? --La pimienta y la nuez moscada se venden a sesenta y cinco reales de a ocho los sesenta kilos --le reformo Simon Grimshaw al capitan sueco al que acababa de comprarle una carga de hierro--. No las encontrara mas baratas en ningun otro comerciante de la ciudad. La situacion de Java ha obligado a todo el mundo a subir los precios. El curtido sueco torcio el gesto. --Tal vez me lleve mi hierro a Batavia y comercie directamente con el duque para comprarle a el las especias.

  • Al final de la manana de Michael Frayn

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    John Dyson trabaja en un periodico londinense que parece estar sumido en el letargo y en el que los periodistas se aburren soberanamente, alternando largas visitas al pub con siestas que duran toda la tarde. Editor de medio pelo (su seccion se alimenta de noticias sobre el campo, reflexiones religiosas y crucigramas), casado con un ama de casa resignada, padre de dos hijos raros y vecino de un suburbio decadente, suena con alcanzar la fama y la vida burguesa. Tiene la impresion de que su carrera esta paralizada y se pasa el dia compartiendo sus penas con Bob, su subordinado, un joven que no sabe muy bien como enfrentarse a sus propios problemas. Hasta que un buen dia se le presenta su gran oportunidad: asistir a un programa de la BBC para participar en un debate sobre el conflicto racial.

  • Identidades de Diego Maenza

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    Chuang Tzu sono que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que habia sonado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba sonando que era Tzu. Se desperto. La noche cubrio el cuerpo del joven que tiritaba palido y no era debido al frio. La pesadilla habia sido espantosa. Como ocurre en la mayoria de las ensonaciones los escenarios cambiaron con frecuencia, los personajes no fueron estables y los dialogos se presentaron difusos e incomprensibles. Un semicapro de facciones desfiguradas lo perseguia por una callejuela. Erguido en sus patas traseras y con pisadas sonoras, lo seguia sin descanso. Sus muslos fornidos, tonificados por las carnes de los pectorales de sus victimas (y sobre todo por el corazon, que era su alimento predilecto) se mecian tremulos durante la marcha, al tiempo que sus brazos se agitaban con tal lentitud que remarcaban su desproporcion. Con el cuerpo plagado de vellos oscuros, sus cuernos de macho cabrio y sus dientes babeantes, aquel especimen solo podia ser el producto de una ilusion onirica. El joven doblo una esquina casi interminable para percatarse de que en esta nueva ocasion se encontraba en una llanura, un paramo en el cual el sol era un punto lejano e inmovil, que empezo a carcomerle la dermis con su intensidad de carbon encendido. La arena candente le tornaba mas lenta la huida. El monstruo lo acosaba con las fauces despernancadas y con su extrana fisonomia semihumana. Agotado, el joven se desplomo en la arena y por un instante creyo estar siendo devorado por el anomalo ser, hibrido y contranatural. Esta imagen terrible atormento su mente por un intervalo de tiempo corto, hasta que al fin se atrevio a abrir los ojos amodorrados por el temor y observo con satisfaccion que estaba de bruces sobre una banqueta de un parque del cual, por mas que lo intento, no le llegaron recuerdos. Abrio las vistas con asombro, atento a cualquier esperanza de escondite. Intento refugiarse tras un monumento: una escultura que delataba marcas, roida quiza por garras desquiciadas y colmillos poderosos. La antigua efigie era una especie de minotauro, pero a diferencia de las descripciones clasicas, el cuerpo se presentaba revestido de grandes plumas similares a las que usualmente observamos en las representaciones de Quetzalcoatl en el codice borbonico azteca. En la parte inferior logro divisar una escritura que en principio reconocio como extrana. Con vacilacion, aunque tambien con un poco de aterrador deleite, logro descifrar aquel lenguaje ajeno envuelto en la insolita facultad de interpretacion que se apodero de el. La leyenda narraba la lucha que enfrento el primero de los valerosos minotauros en un laberinto construido por encargo de los dioses. El endriago habia sido encerrado con el proposito de que llevara una vida tranquila, para resguardo de su propia seguridad, para que no se contaminara con la maldad de la raza humana. Pero las personas empezaron a fustigarlo con el latigo de su Chuang Tzu sono que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que habia sonado Se desperto. La noche cubrio el cuerpo del joven que tiritaba palido y no era debido al frio. La pesadilla habia sido espantosa. Como ocurre en la mayoria de las ensonaciones los escenarios cambiaron con frecuencia, los personajes no fueron estables y los dialogos se presentaron difusos Un semicapro de facciones desfiguradas lo perseguia por una callejuela. Erguido en sus patas traseras y con pisadas sonoras, lo seguia sin descanso. Sus muslos fornidos, tonificados por las carnes de los pectorales de sus victimas (y sobre todo por el corazon, que era su alimento predilecto) se mecian tremulos durante la marcha, al tiempo que sus brazos se agitaban con tal lentitud que remarcaban su desproporcion. Con el cuerpo plagado de vellos oscuros, sus cuernos de macho cabrio y sus dientes babeantes, aquel especimen solo podia ser el producto de una El joven doblo una esquina casi interminable para percatarse de que en esta nueva ocasion se encontraba en una llanura, un paramo en el cual el sol era un punto lejano e inmovil, que empezo a carcomerle la dermis con su intensidad de carbon encendido. La arena candente le tornaba mas lenta la huida. El monstruo lo acosaba con las fauces despernancadas y con su extrana fisonomia semihumana. Agotado, el joven se desplomo en la arena y por un instante creyo estar siendo devorado por el anomalo ser, hibrido y contranatural. Esta imagen terrible atormento su mente por un intervalo de tiempo corto, hasta que al fin se atrevio a abrir los ojos amodorrados por el temor y observo con satisfaccion que estaba de bruces sobre una banqueta de un parque del cual, por mas que lo intento, no le llegaron recuerdos. Abrio las vistas con asombro, atento a cualquier esperanza de escondite. Intento refugiarse tras un monumento: una escultura que delataba marcas, roida quiza por garras desquiciadas y colmillos poderosos. La antigua efigie era una especie de minotauro, pero a diferencia de las descripciones clasicas, el cuerpo se presentaba revestido de grandes plumas similares a las que usualmente observamos en las representaciones de Quetzalcoatl en el codice borbonico azteca. En la parte inferior logro divisar una escritura que en principio reconocio como extrana. Con vacilacion, aunque tambien con un poco de aterrador deleite, logro descifrar aquel lenguaje ajeno envuelto en la insolita facultad de interpretacion que La leyenda narraba la lucha que enfrento el primero de los valerosos minotauros en un laberinto construido por encargo de los dioses. El endriago habia sido encerrado con el proposito de que llevara una vida tranquila, para resguardo de su propia seguridad, para que no se contaminara con la maldad de la raza humana. Pero las personas empezaron a fustigarlo con el latigo de su intromision. Ingresaban con candelabros e incendiaban, con el liquido combustible que encontraban a mano, las paredes de murales lugubres de las que estaba compuesta la laberintica ciudad. En otras ocasiones introducian insectos venenosos, serpientes y toda clase de alimanas. Los humanos empezaron a ingresar a las profundidades, atravesando caminos de ramificaciones en apariencia interminables con la intencion de lastimar al apacible engendro. Para aquella intrincada labor, concibieron una idea peculiar: desde la entrada comenzaban a desenredar una madeja de un hilo muy resistente que como es de imaginar (ya tenemos rasgos de esta audacia en las leyendas clasicas) les brindaba seguridad. En su itinerario de verdugos hambrientos de muerte, los caballeros, con cobardia, iban armados de lanzas cuyos extremos de cuchillas de hierro puntiagudo habian plagado con el mas letal veneno, una emulsion de sustancias toxicas provenientes de hongos, plantas y animales, y no en pocos casos tambien de aquellos minerales que solo los mas intrepidos osaban buscar. En mas de una ocasion habian herido a la bestia con exito, pero la fortaleza del minotauro soportaba las toxinas, no sin pasar algunos dias en estado de postracion. El joven se salto un par de lineas, al comprender que carecian de relevancia, y su mirada se hundio en el parrafo conclusivo. Aquel dia habian acudido trece hombres a la caceria semanal, y se habian adentrado con el ovillo del hilo fortisimo. Pero el heroe de apariencia semihumana ya habia previsto, con la agudeza que otorga la experiencia, que aquella tarde seria decisiva y de sangre. El astuto engendro, que conocia a la perfeccion los recovecos de la compleja madriguera, se desplazo por pasadizos reconditos, logrando de esta forma apoderarse de la bobina que yacia en la entrada del laberinto. Lo condujo por caminos escabrosos, con la evidente intencion de obligar a elegir pasajes erraticos a quien pretendiera buscar la salida. De esta manera el minotauro logro, en medio del caos producido por la desesperacion de los desorientados, ir devorando a uno por dia y acabar de esta forma con las molestas intrusiones en su vida apacible. En este punto culminaba la historia. El joven incorporo la vista y se fijo nuevamente en el horrendo monumento, el cual ya no conservaba la cualidad de estatua inmovil, sino que empezo a resquebrajarse, como si de el estuviera emergiendo un ser metamorfoseado y como si la imagen quiescente percatada hace pocos segundos no hubiese sido mas que una placentera crisalida. El semicabron no habia dejado nunca de perseguirlo, por el contrario, habia aguardado con paciencia el descuido del joven y ahora se encontraba a un cuarto de metro de probar sus carnes. La reaccion natural del joven (desde luego, comprendiendo la expresion natural desde una acepcion no onirica) hubiese sido del estupor mas paralizante, no obstante, la carrera ya habia sido emprendida. Escapaba por un boscaje de arboles sedientos que incitaban a formular la imagen de un lugar de soledad. En la escapatoria no se habia apercibido del acecho del perseguidor, y lo habia perdido de vista. Caminaba con cautela, asentando con mesura las plantas lascadas de sus zapatos. Quizas estes sonando, retumbo una voz en los ecos lejanos, y el joven atribuyo el sonido a sus pensamientos. Quizas estes sonando, volvieron a manifestarse las palabras profeticas antes de presenciar un intervalo de silencio que fue interrumpido por el canto atronador de un pajaro colorido y enorme que se poso frente al camino del joven. Quizas estes sonando, dijo con claridad la mayuscula ave que tenia la deformidad de una golondrina agrandada y la boreal luminiscencia de un pavo real. No puede ser un sueno, pues lo siento real, le replico el joven, temeroso y atontando por la presencia del animal estrambotico. Los suenos son asi, mi querido amigo, quiza yo aun me encuentro en mi nido, sonando que converso con un humano del tamano de una cucaracha, pues se que te sorprende verme tan grande, del mismo modo que a mi me intromision. Ingresaban con candelabros e incendiaban, con el liquido combustible que encontraban a mano, las paredes de murales lugubres de las que estaba compuesta la laberintica ciudad. En otras ocasiones introducian insectos venenosos, serpientes y toda clase de alimanas. Los humanos empezaron a ingresar a las profundidades, atravesando caminos de ramificaciones en apariencia interminables con la intencion de lastimar al apacible engendro. Para aquella intrincada labor, concibieron una idea peculiar: desde la entrada comenzaban a desenredar una madeja de un hilo muy resistente que como es de imaginar (ya tenemos rasgos de esta audacia en las leyendas clasicas) les brindaba seguridad. En su itinerario de verdugos hambrientos de muerte, los caballeros, con cobardia, iban armados de lanzas cuyos extremos de cuchillas de hierro puntiagudo habian plagado con el mas letal veneno, una emulsion de sustancias toxicas provenientes de hongos, plantas y animales, y no en pocos casos tambien de aquellos minerales que solo los mas intrepidos osaban buscar. En mas de una ocasion habian herido a la bestia con exito, pero la fortaleza del minotauro soportaba las toxinas, no sin pasar algunos dias en estado de El joven se salto un par de lineas, al comprender que carecian de relevancia, y su mirada se hundio en el parrafo conclusivo. Aquel dia habian acudido trece hombres a la caceria semanal, y se habian adentrado con el ovillo del hilo fortisimo. Pero el heroe de apariencia semihumana ya habia previsto, con la agudeza que otorga la experiencia, que aquella tarde seria decisiva y de sangre. El astuto engendro, que conocia a la perfeccion los recovecos de la compleja madriguera, se desplazo por pasadizos reconditos, logrando de esta forma apoderarse de la bobina que yacia en la entrada del laberinto. Lo condujo por caminos escabrosos, con la evidente intencion de obligar a elegir pasajes erraticos a quien pretendiera buscar la salida. De esta manera el minotauro logro, en medio del caos producido por la desesperacion de los desorientados, ir En este punto culminaba la historia. El joven incorporo la vista y se fijo nuevamente en el horrendo monumento, el cual ya no conservaba la cualidad de estatua inmovil, sino que empezo a resquebrajarse, como si de el estuviera emergiendo un ser metamorfoseado y como si la imagen quiescente percatada hace pocos segundos no hubiese sido mas que una placentera crisalida. El semicabron no habia dejado nunca de perseguirlo, por el contrario, habia aguardado con paciencia el descuido del joven y ahora se encontraba a un cuarto de metro de probar sus carnes. La desde una acepcion no onirica) hubiese sido del estupor mas paralizante, no obstante, la carrera ya habia sido emprendida. Escapaba por un boscaje de arboles sedientos que incitaban a formular la imagen de un lugar de soledad. En la escapatoria no se habia apercibido del acecho del perseguidor, y lo habia perdido de vista. Caminaba con cautela, asentando con mesura las plantas lascadas de sus , retumbo una voz en los ecos lejanos, y el joven atribuyo el sonido , volvieron a manifestarse las palabras profeticas antes de presenciar un intervalo de silencio que fue interrumpido por el canto atronador de un pajaro dijo con claridad la mayuscula ave que tenia la deformidad de una golondrina agrandada y la boreal le replico el joven, Los suenos son asi, mi querido amigo, quiza yo aun me encuentro en mi nido, sonando que converso con un humano del tamano de una cucaracha, pues se que te sorprende verme tan grande, del mismo modo que a mi me sorprende verte tan pequeno. El joven no reparo en la logica de la frase y tampoco se percato de que los arboles inmensos que se levantaban ante sus ojos, bien hubiesen podido ser pequenos arbustos tal como llevaba a pensar la argumentacion del que a su vista era un pajaro gigante. Su mente estaba extraviada en pensamientos mas neuralgicos, al presentir que de las entranas de la enorme ave surgiria la silueta macabra de un macho cabrio con la complexion de un ser humano embadurnado por las viscosidades de las visceras y banado en un torrente de sangre. En estas cavilaciones se encontraba cuando sus facultades lograron asimilar lo que habia acontecido: el amigo animalesco se habia esfumado junto con el boscaje de arboles sedientos y ahora se encontraba parado en medio de un escenario muy diferente y mucho mas reconocible que aquellos lugares insolitos. Las ventanas abiertas permitian que irrumpiera el aire que ventilaba el ambiente; los sillones comodos, forrados de cuero, otorgaban a la sala un aspecto de recepcion; los cuadros de tematicas coloridas motivaban a contemplarlos con fascinacion. La escalera entorchada llevaba a las dos habitaciones que el joven conocia con minuciosidad: era su propia casa. Volvio a examinar uno de los cuadros, y se paro frente al simulacro de arte con desmesurada contemplacion. Lo escruto con meticulosidad: desde las imponentes montanas hasta los indiferentes animalillos que asomaban por los alrededores de las praderas. Casi en el centro se podia observar un camino que se perdia entre las montanas. Por lo demas el cuadro reflejaba una palida intencion artistica, a excepcion de algo inaudito que le otorgo la magia que necesitaba. Desde lo lejano del camino sinuoso empezo a dibujarse la silueta de una persona. La figura, con el transcurso de una aceleracion pausada y frontal, similar a una caminata, se empezo a agrandar. Poco fue el trayecto que tuvo que recorrer para que el joven comprendiera que se trataba de una mujer. La extrana peregrina, al estar al limite del cuadro, manifesto su descontento. Que cansada estoy. El joven no se inmuto. Recordo las palabras del pajaro de arcoiris y empezo a deliberar, con mayor seriedad, la posibilidad de estar dentro de un sueno. Quizas este sonado, se jacto de su raciocinio, pero perdio la nocion de estar en sus cabales cuando capto nuevamente una voz, esta vez de entonacion delicada y que pertenecia a aquella hermosa dama que estaba dentro de la pintura. Si, quizas estes sonando, o tal vez estes sonando que suenas. El joven no comprendio la envergadura de la sentencia, pero rememoro lo sucedido con el pajaro y creyo necesario estar atento a cada palabra de la damisela. No te entiendo, explicate, imploro el joven. Ella lo miro una vez mas y dijo: Sucede a veces: que sonamos que sonamos. El joven hablo de nuevo: ?Me estas queriendo decir que este es un sueno pero que si despierto aun estare sonando? La damisela elevo un rictus de complacencia: Noto que ya lo estas entendiendo. Pasa muy a menudo con personas que acuden a esta dimension en sus intentos desesperados por escapar de sus temores. Aqui se pueden escudar. Ningun temor ha sido lo suficientemente solido para penetrar esta fortaleza. Hizo una pausa. El joven aprovecho para lanzar una nueva interrogacion: Puedo suponer que estoy a salvo. ?Y dices que a muchas personas les ocurre lo mismo? La mujer miro hacia sus pies, acomodando un desperfecto en su calzado mientras estregaba ambos zapatos. Miro de manera fija al muchacho: Si, muchisimas. Suenan que suenan. Suenan que no suenan. Suenan que suenan que no suenan. Suenan que suenan que suenan, tres suenos a escala. Suenan que no suenan que suenan. Suenan que suenan con el sueno de otro. Suenan que otro suena y ese sueno es el propio, es decir que suenan lo mismo que otro esta sonando. Suenan que no suenan con el sueno de otro sino con dos. Suenan que suenan un sueno ajeno mezclado con el propio. Algunas son personas lucidas que les encanta sonar; otras, enfermas que les encanta sonar que suenan. El muchacho se sintio seguro: El joven no reparo en la logica de la frase y tampoco se percato de que los arboles inmensos que se levantaban ante sus ojos, bien hubiesen podido ser pequenos arbustos tal como llevaba a pensar la argumentacion del que a su vista era un pajaro gigante. Su mente estaba extraviada en pensamientos mas neuralgicos, al presentir que de las entranas de la enorme ave surgiria la silueta macabra de un macho cabrio con la complexion de un ser humano En estas cavilaciones se encontraba cuando sus facultades lograron asimilar lo que habia acontecido: el amigo animalesco se habia esfumado junto con el boscaje de arboles sedientos y ahora se encontraba parado en medio de un escenario muy diferente y mucho mas reconocible que Las ventanas abiertas permitian que irrumpiera el aire que ventilaba el ambiente; los sillones comodos, forrados de cuero, otorgaban a la sala un aspecto de recepcion; los cuadros de tematicas coloridas motivaban a contemplarlos con fascinacion. La escalera entorchada llevaba a las dos habitaciones que el joven conocia con minuciosidad: era su propia casa. Volvio a examinar uno de los cuadros, y se paro frente al simulacro de arte con desmesurada contemplacion. Lo escruto con meticulosidad: desde las imponentes montanas hasta los indiferentes animalillos que asomaban por los alrededores de las praderas. Casi en el centro se podia observar un camino que se perdia entre las montanas. Por lo demas el cuadro reflejaba una palida intencion artistica, a excepcion de algo inaudito que le otorgo la magia que necesitaba. Desde lo lejano del camino sinuoso empezo a dibujarse la silueta de una persona. La figura, con el transcurso de una aceleracion pausada y frontal, similar a una caminata, se empezo a agrandar. Poco fue el trayecto que tuvo que recorrer para que el joven comprendiera que se trataba de una mujer. La extrana peregrina, al estar al El joven no se inmuto. Recordo las palabras del pajaro de arcoiris y empezo a deliberar, con mayor seriedad, la posibilidad de se jacto de su raciocinio, pero perdio la nocion de estar en sus cabales cuando capto nuevamente una voz, esta vez de entonacion delicada y que Si, quizas estes sonando, o tal El joven no comprendio la envergadura de la sentencia, pero rememoro lo sucedido con el pajaro y creyo necesario estar atento a cada palabra de la damisela. Sucede a veces: que Me estas queriendo decir que este es un sueno Noto que ya lo estas entendiendo. Pasa muy a menudo con personas que acuden a esta dimension en sus intentos desesperados por escapar de sus temores. Aqui se pueden escudar. Ningun temor ha Hizo una pausa. El joven aprovecho Puedo suponer que estoy a salvo. ?Y dices que a muchas La mujer miro hacia sus pies, acomodando un desperfecto en su Si, muchisimas. Suenan que suenan. Suenan que no suenan. Suenan que suenan que no suenan. Suenan que suenan que suenan, tres suenos a escala. Suenan que no suenan que suenan. Suenan que suenan con el sueno de otro. Suenan que otro suena y ese sueno es el propio, es decir que suenan lo mismo que otro esta sonando. Suenan que no suenan con el sueno de otro sino con dos. Suenan que suenan un sueno ajeno mezclado con el propio. Algunas son personas lucidas que les El muchacho se sintio seguro: Aqui aguardare a que culmine mi sueno... o hasta que culmine el sueno de mi sueno. Casi no avanzo a sentenciar su deseo, cuando vio con horror que la mujer de deleitable beldad, mucho mas hermosa que las montanas o que las praderas verdes, estaba tendida en el camino y era devorada por la monstruosidad que lo venia acechando desde hace tiempo. El muchacho, como es de esperar, corrio despavorido, con la idea de que el semicapro ya habia emergido del cuadro y que en ese momento se encontraba cerca de el. Eligio como refugio sus habitaciones. Intento ascender por la escalera y freno con violencia: el anomalo ser bajaba a toda velocidad. El horror se reflejaba en su rostro blanqueado. Logro abrir la puerta de salida y continuo corriendo hasta que su cuerpo pudo soportarse. Cayo de rodillas y con las manos en el piso, agotado por el delirio de la persecucion. Volteo la mirada y la casa ya no estaba. Creyo que la huida la habia realizado con tanta desesperacion que se habia alejado excesivamente de aquel edificio que estuvo a punto de ser su mausoleo. Miro a su alrededor, con timidez, queriendo comprender en que lugar se encontraba. Era una calle ancha y oscura, cuyo horizonte parecia no tener fin. Por ambos lados habitaba la penumbra y solo se alcanzaba a divisar la larga franja del suelo grisaceo de duro asfalto, como si en aquella tiniebla la luna fuese una anorexica linea orbital que envolviese el planeta y que los afortunados en tener su delgada luz fueran el y la dichosa carretera. Camino con letargo, inspeccionando, como si hubiese podido hacerlo, cada rasgo de oscuridad. Se encontraba temeroso al imaginar que de aquellas sombras pudiera emerger la figura de la bestia de la que tanto habia huido. Pero el silencio era su unica compania. Se escucharon murmullos en un idioma incomprensible. Llamar lenguaje a aquel galimatias podria ser un error, pues el joven ni siquiera pudo tener indicios de que aquellos seres, al proferir las incomprensibles cacofonias, hubiesen exteriorizados senales de entendimiento. Las manifestaciones fisicas son imprescindibles en ciertos casos y ya esta siendo demostrado que el lenguaje mimico es tan importante como el lenguaje oral y el escrito.

  • Damiselas a la venta, camisetas de Noelia Jimenez Sanguesa

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    Cuando Kenai y Malai decidieron irse de viaje a Kioto para pasar sus tres meses de vacaciones, no pensaron en que se encontrarian con su peor pesadilla. Aunque, mas bien, deberiamos hablar en plural. Camelia y Dalia, dos inseparables amigas que habian decidido hacia algunos meses emprender la aventura de irse a vivir a algun lugar totalmente desconocido para ellas, vieron en los muchachos la oportunidad de romper con su rutina.
    Tras varios encuentros fortuitos con los chicos, Camelia y Dalia decidieron que lo mejor que podian hacer era divertirse un poco con ellos. Despues de hacerles pasar las mil y una, los chicos empezaron a tener sentimientos encontrados hacia las dos alocadas amigas.
    Lo que las chicas no sabian era que acabarian enfrentadas consigo mismas por intentar conseguir el amor de sus vidas. Pero, ?serian capaces de volver a vender sus corazones por dos chicos en apuros?

  • La aventura de tu cerebro de Maria Jose Mas Salguero

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    Ya conoces el final de esta historia: el final eres tu. Un resultado unico e irrepetible entre los millones de variantes posibles, una casualidad extraordinaria. Desde aquella celula inicial formada por los gametos de tus padres, son muchos los acontecimientos biologicos y biograficos que te han convertido en el adulto que eres ahora. Este largo proceso se
    conoce como “neurodesarrollo”, y en este libro se desgranan sus claves.
    Dirigido a todos los publicos, se explican los conocimientos actuales de esta ciencia, ilustrados con historias reales que nos permiten entender los procesos por los que pasa el cerebro desde que se forma durante la gestacion hasta que adquiere su plena madurez.
    Descubriremos como crece y se capacita para regular el movimiento corporal, dominar el lenguaje, aprender su entorno, y concretar con su progreso la identidad personal de cada uno de nosotros. Un libro que nos ayuda a conocer mejor el desarrollo del nino, y facilita a los padres, docentes y profesionales dela salud su acompanamiento a traves de este maravilloso recorrido que lo convertira en un adulto independiente.

  • La naturaleza amenazada de Miguel Delibes

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    Este libro incluye tres obras del escritor espanol Miguel Delibes que, aunque de caracteristicas diferentes, comparten un mismo tema: la defensa de la Naturaleza amenazada por la tecnologia de nuestra avanzada civilizacion industrial.

  • El Paraiso de Elva de Felicidad Ramos

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    Meses despues de descubrir la infidelidad de su novio, a Elva la consume una profunda depresion. La noche de los deseos se refugia en casa ahogando sus penas entre el alcohol y la lectura el fin de semana que su ex va a contraer matrimonio. Esa noche una lluvia de estrellas fugaces surca los cielos lista para conceder deseos. Ella, aunque se resiste, finalmente sucumbe a la tentacion y pide un deseo, aunque no esperaba que se cumpliera: un invitado inesperado aparece en su salon.
    Un deseo. Una sorprendente visita que cambiara el rumbo de dos vidas separadas por el tiempo. Una promesa que iniciara un gran viaje por Escocia en busca de respuestas y un regalo que unira pasado y presente por toda la eternidad: el amor.

  • Ciudad difunta de Jia Pingwa

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    Censurada durante diecisiete anos por su contenido sexual explicito, <>, una de las obras mas importantes del siglo XX, retrata con precision las transformaciones sociales y economicas de China.

  • Una esposa para Navidad de Carolyn Connor

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    Como cada dia, Hope estaba en la cocina preparando todo lo necesario para hacer la comida. Bajo la luz de la manana, cortaba verduras mientras tarareaba y revisaba el pollo en el horno para que quedara perfecto. Le gustaba su vida sencilla y tranquila, aunque no fuera la habitual para una muchacha de su edad. La familia poseia una pequena, pero comoda casa, en un barrio situado no muy lejos del centro del pueblo. Su ubicacion les permitia tener cierta intimidad y a la vez estar cerca de las tiendas, la iglesia y el mercado. Pero Providence no era su ciudad natal. La familia Dobbs se habia mudado de Boston hacia ya casi tres anos, cuando a su padre Edward Dobbs le ofrecieron un trabajo como encargado del mantenimiento de la presa de esa ciudad. Un trabajo que les permitio empezar de nuevo y dejar atras todo el dolor que habian sufrido. A Hope no le gustaba recordar sus dos ultimos anos en Boston, le traia el recuerdo de la muerte de su madre Madelene. Una mujer dulce y buena que fallecio por culpa de unas fiebres, y que la dejo al cuidado de su padre y del pequeno de la casa: Harry, de tan solo dos anos. Desde esa tragica muerte, Hope se habia convertido en la hermana y en la madre de Harry, a pesar de que ella, por aquel entonces, solo contaba con quince anos. Ahora, cinco anos despues, Harry ya era un nino de siete anos y ella una mujer de veinte primaveras. Sabia que pronto tendria que casarse, pero estaba en una encrucijada de la que no encontraba salida. Por una parte, no podria permanecer soltera por mucho tiempo, si queria formar su propia familia; pero tampoco podia abandonar a su padre y a Harry cuando estaban tan unidos y tanto la necesitaban. Tampoco podia imponer a su futuro esposo que vivieran los cuatro juntos, al no ofrecerles la intimidad necesaria en un matrimonio. Por ese motivo, el tiempo pasaba y Hope seguia soltera. Pero ante una manana tan esplendida como esa, ningun problema parecia importante. El sol estaba en lo alto del cielo y todo indicaba que el buen tiempo del verano se negaba a marcharse. --Bueno, esto ya esta --declaro satisfecha al haber terminado de preparar las verduras. Ahora solo le quedaba esperar a que el asado estuviera y cocer las verduras que lo acompanarian. Decidida se aparto del mostrador para coger una olla cuando la puerta de la cocina, que comunicaba al patio trasero, se abrio de golpe. --?Ya esta la comida? Como si se tratara de un huracan, Harry entro en la cocina, completamente despeinado y con las ropas sucias y arrugadas. Al verlo Hope suspiro, pues era una tarea imposible mantener a su hermano limpio. --Harry, ?cuantas veces te he dicho que te limpies el barro de los zapatos antes de entrar en casa? --No lo se, han sido tantas que ya ni las cuento. A Hope le encantaba el espiritu inquieto y travieso de su hermano, aunque en ocasiones como esta lo que de verdad deseaba era estrangularle. Queriendo asustarle, Hope cogio la cuchara de palo y la oscilo delante de su cara. --Pues sera mejor que te acuerdes o la proxima vez te voy a dar con esto en el trasero. Harry la miro a la cara con ojos apesadumbrados y Hope supo que estaba perdida. Harry podia hacer todas las travesuras del mundo, pero cuando le ponia esos ojillos lastimeros estaba perdida. Y por como la observaba el granuja, este lo sabia. --?Que voy a hacer contigo? --dijo exasperada mientras dejaba la cuchara de palo sobre el mostrador. --No me has contestado. ?Esta la comida? --No, le falta media hora. Asi que aprovecha este tiempo para lavarte y recoger tu cuarto. Harry no parecio haber escuchado esto ultimo, pues se acerco a ella con una brillante sonrisa. --?Que tienes en las manos? --pregunto Hope cuando vio que su hermano mantenia las manos unidas, una sobre la otra, como haciendo una pequena prision entre sus dedos. Ensanchando la sonrisa, Harry se le acerco otro paso y alzo las manos hasta dejarlas frente a la cara de Hope. Luego, orgulloso, abrio las manos revelando un gran sapo sentado entre sus palmas, con la piel nudosa y verrugosa, ojos de color ambar brillante y pequenos dedos palmeados. --!Puaj! !Harry! --grito, alejandose de el--. ?Por que tienes eso? --Voy a hacerle una broma a papa --declaro convencido--. Tengo que buscar un buen escondite donde dejar al sapo hasta la hora de comer. --Ni se te ocurra tener esa cosa dentro de la casa. Y menos aun en mi cocina. --?Por que no? Es solo un sapo. --Por eso mismo. No puedes... --Te hace falta ese molde que esta sobre la mesa --le interrumpio Harry, pues no prestaba atencion a sus palabras. --Claro que me hace falta. --Entonces lo guardare dentro de una cacerola. --!De eso nada! La pequena criatura trato de escapar de las manos de Harry que se esforzo por mantenerlo bien sujeto. Desesperada, Hope se puso firme al no estar dispuesta a consentir que ese animal siguiera sufriendo. Por no mencionar que le daba asco. Aunque, por supuesto, no podria demostrar su animadversion por el sapo, o todos los dias se encontraria uno escondido en algun lugar de la casa. De eso estaba segura, pues solo hacia un dia que su padre, mientras comian, le confeso a Harry su miedo a estas criaturas y Harry ya habia encontrado uno para asustarle. Y solo Dios sabia de donde lo habria conseguido. --!Harry! !Saca a ese pobre sapo de la cocina! --indico Hope. Harry la observo sonriendo y haciendo que sus mejillas, normalmente rojas, se enrojecieran aun mas. Con su cabello rojo rizado, sus pecas, sus ojos verdes y sus hoyuelos, Harry parecia la viva imagen de un duendecillo irlandes. El cabello de Hope, sin embargo, era una mezcla entre el de su padre rubio y su madre pelirroja, y sus pecas ya no se le notaban tanto. Algo que ella agradecia pues, aunque eran encantadoras en su hermano, en su cara no le resultaban tan interesantes. Lo que si compartia con su hermano era su mirada de color verde jade. --?Por que no puedo tener un sapo en la cocina? --inquirio el pequeno--. Tu traes muchos animales y yo no te digo nada. Hope suspiro, luego tomo aire y conto hasta tres para tranquilizarse. --Los pollos, los peces, las perdices y los conejos son para comer, no para tenerlos de mascota en la cocina. Harry miro con asco al pobre sapo que lo observaba con ojos inexpresivos. --Entonces, ?si quiero tener al sapo en la cocina hasta que venga papa, luego tendre que comermelo? Hope estuvo a punto de soltar una carcajada, pero se contuvo y continuo mirandolo seria. --!Eso es algo asqueroso! !No pienso comermelo! --solto Harry enfurrunado. --Entonces, ya sabes lo que tienes que hac... El sonido estridente de la puerta al abrirse de golpe y chocar con la pared hizo que se callara. --Coge todo lo que puedas de valor y salir corriendo al bosque. --La voz alterada de su padre estremecio a Hope y a su hermano. --?Que pasa, papa? Edward estaba visiblemente alterado, asi como sudoroso. Parecia que habia llegado corriendo, y por la expresion de espanto de su rostro, no parecia traer buenas noticias. --Ahora no hay tiempo para que te lo explique. Solo coge lo que te he dicho y marchaos al bosque. Cuando Edward, aun en la puerta de la cocina vio que ninguno de sus hijos se movia, les grito: --!Quereis hacerme caso! Edward odio los rostros asustados de sus hijos, pero no habia tiempo para explicaciones. Si queria salvarlos debian darse prisa o seria demasiado tarde. --Por favor. --Cambio su tono de voz y se mostro mas dulce--. Tengo que seguir avisando a la gente. Vosotros solo hacerme caso. Hope asintio mientras se acercaba a su hermano. No sabia por que, pero algo en la expresion de la cara de su padre le indicaba que tenia que protegerlo. --Os quiero --senalo su padre con ojos vidriosos. Y mirando a Hope le dijo--: Cuida bien de tu hermano. Despues la sirena del pueblo comenzo a sonar y su padre se marcho dejandolos solos en la cocina. --?Que sucede? --se pregunto. Hope trepidaba a causa del miedo. Algo muy grave debia de estar pasando. Con las piernas temblando se asomo por la ventana y vio a gente apurada que salia de sus casas. Tambien observo a su padre corriendo calle arriba mientras gritaba que se pusieran a salvo en el bosque. Pero el no huia desesperado en esa direccion, sino todo lo contrario. Corria hacia la presa. --!La presa! Sin perder ni un segundo mas Hope fue hacia la habitacion de sus padres y con manos temblorosas abrio el pequeno joyero de su madre. En su interior habia un par de pendientes, un broche y un collar de perlas. Sin detenerse a pensar, metio todo en su bolsillo y regreso a la cocina donde Harry permanecia en el mismo sitio, llorando y con el rostro palido y asustado. --?A donde ha ido papa? --pregunto el pequeno. --Creo que a la presa --le contesto. Sin mas, lo cogio de la mano y tiro de el hacia el exterior de la casa. Mas personas habian salido de sus hogares y miraban freneticas a su alrededor, como si esperaran que en cualquier momento algo espantoso llegara al pueblo. Otras, sin embargo, habian decidido huir tras escuchar la sirena de aviso de la presa y corrian hacia el bosque lo mas rapido posible. El caos entre los que se quedaban parados sin saber que hacer, los que escapaban asustados y los que cargaban carros con sus pertenencias llego a ser tan grande, que resultaba dificil andar por la calle sin chocar con alguien. Hope penso si debia detenerse e informar a los menos osados para que se marcharan, pero al mirar a su hermano supo que lo unico que podia hacer era ponerlo a salvo. --Harry --llamo a su hermano para que le prestara atencion--. Ahora tienes que agarrarte fuerte a mi mano y correr lo mas rapido que puedas. Y si por algun motivo nos separamos.... --!No! --la interrumpio Harry llorando. --Escuchame con atencion, si nos separamos, corre lo mas rapido que puedas hacia el bosque y subete a un arbol. ?Lo entiendes? Harry asintio y se seco las lagrimas de su cara con la manga. --Te juro que si nos separamos te encontrare --le prometio Hope para que Harry no estuviera tan asustado. Y sin mas, Hope comenzo a correr por la calle en direccion al bosque. Mientras lo hacia, no queria pensar en la gente que se quedaba atras, ni en su padre; solo podia pensar en apresurarse y en sujetar fuerte la mano de Harry. <>, pensaba. Apretaba la mano de su hermano tan fuerte, que sabia que le estaba haciendo dano. Aun asi, no la aflojo y agradecio en silencio a Harry que no protestara ni se parara. Apenas les quedaban unos metros para salir del pueblo, cuando escucharon un fuerte y atronador crujido que resono por todo el valle. Hope estaba sin aliento, pero no se detuvo para mirar hacia atras. Ese sonido indicaba que algo horrible habia sucedido y que el tiempo para ponerse a salvo, se les acababa. De pronto, Harry tropezo y cayo al suelo. Delante de ellos estaba el bosque, y a sus espaldas, un sonido estridente que cada vez sonaba mas cerca. --Vamos Harry --le animo a que se levantara y continuara. Cuando miro los ojos de su hermano vio tanto horror y tristeza que su corazon se partio. Harry era muy pequeno, pero entendia lo que estaba pasando. Incluso, si lo pensaba con claridad, estaba segura de que todas las personas del valle ya lo sabian, pero solo unas pocas se atrevian a admitirlo y corrian hacia el bosque. --Se ha roto la presa --alguien grito tras ellos confirmando sus peores temores. El agua llegaria hasta ellos en cuestion de segundos y los ahogaria. Pero Hope no estaba dispuesta a parar, no cuando tenia que salvar a su hermano como su padre le habia pedido. Miro hacia atras y vio como una enorme ola de agua se precipitaba ladera abajo escapando de su confinamiento. Resultaba impactante observar esa enorme cantidad de agua fluyendo a toda velocidad montana abajo, sin que pudiera hacerse algo para impedirlo. A Hope le hubiera gustado gritar y que su padre la abrazara, pero no podia aflojar su determinacion. Ella era lo unico que tenia su hermano para salvarse, y aunque le costara su propia vida, estaba dispuesta a hacerlo. Con esfuerzo, consiguio mover sus pies, los cuales parecian pegados al suelo, y temblorosa cogio en brazos a su hermano y continuo corriendo. Notaba como la tierra temblaba cada vez mas y supo que la ola gigantesca estaba cerca. Ya habian conseguido llegar al bosque, pero necesitaban encontrar un terreno mas elevado. Sus fuerzas la estaban abandonando y no creia que pudiera seguir aguantando. De pronto, escucho gritos tras ella, asi como crujidos, y supo que la ola habia llegado al pueblo. Penso en todas esas personas que habia visto paradas en sus porches, con la mirada perdida. Sintio como su cuerpo se estremecia. El estruendo tras ella fue tan fuerte, que supo que la ola estaba arrasando todo a su alrededor. Casas, tiendas, personas, todo lo que conocia estaba siendo engullido por el agua. <>, se recordo. Tambien habria sido destruida y con ella... su padre. --Papa --susurro entre lagrimas al necesitarle. Temia no ser lo suficientemente fuerte para poner a su hermano a salvo. Entre sollozos escucho a Harry llorando y noto como este se aferraba a ella con todas sus fuerzas. Y lo supo. Tenia que ser fuerte y protegerlo, costara lo que costara. Su hermano solo la tenia a ella y no pensaba defraudarle. --Lo vamos a conseguir, Harry. Papa y mama nos ayudaran. Resoplando por el esfuerzo, comenzo a subir con mas brio la pendiente, hasta que vio como una pareja que corria delante de ellos se subia a un arbol. A su alrededor, otras personas optaban por seguir corriendo para alejarse lo maximo posible, pero Hope comprendio que apenas le quedaban fuerzas para continuar. Si decidia seguir corriendo, podia acabar demasiado cansada para trepar o para resistir el envite del agua cuando les alcanzara. Tenia que tomar una decision en un segundo y asi lo hizo. Se paro en un arbol robusto y alto y se dejo caer de rodillas al suelo. --Tienes que subir al arbol --le dijo a su hermano. Hope sabia que Harry treparia sin esfuerzos, pues era algo que le encantaba hacer. Sin embargo, ella con sus faldas y su cansancio, no lo tendria tan facil. --Vamos Harry --le insto, apartandole los brazos de su cuello. Tembloroso, Harry la miro y asintio sin decir nada. A Hope le hubiera gustado abrazarlo y consolarlo con palabras tiernas, pero no habia tiempo. Ahora, lo importante era salvarse, despues vendrian los abrazos. Para ganar tiempo, alzo a Harry por la cintura y lo observo subir. El rugido del agua estaba cada vez mas cerca y sabia que le faltaba poco para que los alcanzara. Los gritos ya apenas se escuchaban en la lejania, asi como tampoco se oia el canto de los pajaros o cualquier otro sonido que no fuera el del agua. Darse cuenta de que el cese de los gritos solo podia significar que la gente del pueblo ya estaba muerta, la estremecio, y le hizo desear estar en otro lugar donde la muerte no la acechara. Sin saber por que, miro hacia atras, y lo que contemplo la dejo paralizada por el horror. Providence habia sido sepultada por la gigantesca ola y solo podia verse el campanario de la iglesia. Pero eso no fue lo peor, lo que de verdad la asusto, fue ver como la ola estaba mucho mas proxima a ella de lo que esperaba. Desesperada, comenzo a subir el mismo arbol donde se encontraba Harry. Notaba como la aspera corteza danaba sus manos y como se desgarraba su ropa. Pero no le importo y continuo subiendo. Harry estaba trepando justo delante de ella, con mas agilidad. --Sube todo lo que puedas --insistio Hope, con el fin de darle animos. Sentia las manos pegajosas, pero no ceso. Continuo sin descanso cuando escucho mas gritos cerca de ella. Subio con determinacion y rezo a Dios para que los salvara, no solo a ella, sino a toda la gente que estaba a su alrededor. A los que se quedaron atras y a los que iban mas adelantados. De pronto, noto como el arbol se tambaleaba y desesperada aferro el cuerpo de su hermano. Habian llegado lo mas alto que podian y solo esperaba que fuera suficiente. --Agarrate con fuerza. --Habia conseguido su proposito. Estaban en la parte mas elevada y solo les quedaba esperar. Rezo cuando sintio el agua fria mojando su ropa y supo que el tiempo se les habia acabado. Ahora estaban en manos de Dios y solo el podia salvarlos. Cerca de ellos, vio el cuerpo inmovil de un hombre flotando en el agua y sintio deseos de gritar. Necesitando consuelo busco a la pareja que se habia subido a un arbol, y se quedo horrorizada. El agua lo habia sacudido con mas fuerza y estaba mas inclinado. Tal vez fuera, porque soportaba mas peso al tener dos personas adultas aferradas a su tronco, o porque el arbol era mas estrecho. Lo unico que Hope sabia, era que la mujer permanecia agarrada al tronco con una mano, y con la otra trataba de sujetar al hombre para que la corriente no se lo llevara. Y un segundo despues, las manos se separaron y el hombre fue brutalmente apartado de una desconsolada mujer, que tuvo que observar mientras gritaba, como su companero era empujado por las aguas contra el tronco de otro arbol. La fuerza con que fue empujado fue tan brutal, que se pudo escuchar con total claridad el crujido de su espalda al romperse. Despues, el cuerpo se alejo inmovil y laxo siguiendo la corriente. Desesperada por un poco de esperanza continuo rezando, sin perder de vista a su hermano. Si eso le sucediera a Harry, si la corriente se lo llevara, ella se lanzaria a por el sin pensarselo. No porque fuera muy valiente, sino todo lo contrario, era demasiado cobarde para enfrentarse a la vida sola. Como la mujer del otro arbol. Despues de lo que parecio una eternidad, el agua comenzo a bajar y su fuerza descendio de intensidad. El peligro parecia que habia pasado. Ahora solo quedaria descubrir quien habia sobrevivido y quien habia muerto. Hope no tenia muchas esperanzas de encontrar a su padre con vida.

  • BELLA (SAGA BELLA OSCURIDAD 1) de Jessica Rivas (jessre)

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    “Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrias haber sido” -George Eliot.

    Las malas acciones de Aleksi Kozlov bastan para perder lo unico valioso en su vida.
    Basta una sola mirada de Bella Foster para comprender que solo ansia libertad.
    Basta una promesa inquebrantable de alguien nuevo para luchar hasta el final.
    Y he ahi el punto de encuentro entre polos opuestos.
    Cuando la belleza es poder, el dinero debilidad, y la imperturbabilidad un don; el deseo de romper las reglas predispuestas se convierte en lo unico razonable.
    Porque basta con solo ver una rosa roja en su maxima expresion para comprender que su encanto desvirtua las espinas que brillan ante su mencion.
    Una historia llena de pasiones, y traiciones con protagonistas inigualables. Un juego sin fin en el cual las apariencias cumplen el rol mas importante.
    El sufrimiento sera inevitable.

  • Los chicos del calendario 4: Agosto, septiembre y octubre, Candela Rios de Candela Rios

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    Me llamo Candela Rios. Supongo que a estas alturas del ano no hace falta que te explique quien soy o por que estoy recorriendo el pais de norte a sur y de este a oeste. Los chicos del calendario ha llegado a su ecuador y cada vez estoy mas cerca de acabar esta aventura. Cada mes he vivido una experiencia unica y he conocido a personas maravillosas con las que he aprendido lecciones inolvidables.
    En agosto, septiembre y octubre visitare tres nuevas ciudades para continuar con mi busqueda de un hombre que valga la pena y me haga cambiar de idea sobre el sexo opuesto. Aunque ?quereis saber algo? Creo que empiezo a atisbar lo que buscaba. No tanto al hombre en si, sino la respuesta. Empiezo a entender que todo es cuestion de perspectiva o del momento vital de atravesamos. Y que la cuestion no es tanto dar con ese ejemplar perfecto y unico en su especie, sino encontrar ese chico cuyo momento coincida con el tuyo y haga que este caos que es el dia a dia sea tan intenso que ya no te importe subirte a la montana rusa del amor.

  • Amor tormentoso de Marta Escudero

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    Mi nombre es Sarah, y he pasado la mayor parte de mi vida sintiendome incomprendida, como si no pudiera encajar en ningun sitio. La universidad hubiese sido terrible para mi, de no haber sido por Luca, el apuesto chico que se fijo en la muchacha retraida.

  • Mala de Chloe Esposito

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    Puede que Alvie Knightly se despierte en el Ritz, pero su vida no es un camino de rosas. Primero, tiene la resaca de su vida. Segundo, su preciosa hermana gemela acaba de ser encontrada muerta en
    Sicilia y la policia la busca para interrogarla. Y por ultimo, su nuevo y flamante novio ha desparecido con los millones que le robo a Beth.
    Pero no sabe con quien se ha metido. Alvie lo perseguira hasta Roma en una frenetica carrera en la que solo uno puede sobrevivir.
    <>

  • Eres lluvia aun sin saberlo (Somos Agua 3) de Elsa Garcia

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    Hace una decada, Jorge perdio a Malena. Hace un poco menos, Jorge perdio la mitad de su mundo.Hace una decada, Malena perdio a Jorge. Hace un poco menos, Malena se perdio a si misma.Ellos fueron dos ninos que se enamoraron cuando no sabian que, a veces, los miedos pueden mas que el amor.Reencontrarse significa volver a un pasado demasiado bonito, en el que los abrazos curaban y los monstruos no tenian piel ni huesos. Reencontrarse quiere decir que tienen una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor, aunque sea como amigos. Porque ya no deberia existir otra posibilidad. Porque todo aquello quedo superado.A fin de cuentas, nadie conoce al amor de su vida con ocho anos....?Verdad?"Eres una tormenta de verano que llega y arrasa, que te pilla por sorpresa, que te hace reir y querer correr, todo a la vez. Siempre me haces desear lanzarme a saltar sobre los charcos y dejarme arrastrar a esos anos donde todo era mas facil y mejor. Esos donde estabas tu”.

  • Tu. Yo. Ahora. de Mercedes Alvarez

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    "Se te cayo la bufanda." Lola me quito la bufanda sin siquiera mirarme. Cuando mis dedos rozaron los suyos, ella no se dio cuenta. "A tu orden" Las palabras salieron sarcasticamente, poniendo enfasis en sus modales olvidados. Pero incluso entonces, no levanto sus ojos para encontrarse con los mios. No se detuvo ante mi presencia mas de lo que tardo en sacar la bufanda de mis manos. Una bufanda negra. Lo note. Note el hecho de que su chaqueta era negra tambien. Asi como su blusa. Para ti, esto puede no parecer raro. Podrias inclinarte a pensar que soy un poco descerebrado para llegar a la conclusion de que Lola no estaba bien. Y para sacar la prueba de su no-estar-tan-biendel color de su ropa. "?Estas bien?" grite mientras se apresuraba a su escritorio, apoyando sus manos contra la superficie de madera en un movimiento de frustracion. Ella miro por encima de su hombro durante tres segundos – probablemente solo para ser cortes – antes de mirar a otro lado. Lola y yo no haciamos este tipo de cortesias – haciamos familiar y amigable y nos sonreiamos jodidamente el uno al otro. No era la clase de mujer que se abstenia de iluminar una habitacion. De hecho, la forma en que su sonrisa hacia que sus mejillas se hundieran y las esquinas de sus ojos se arrugaran tan ligeramente no era nada menos que perfectas. Ella era nada menos que perfecta. "Estoy bien. Gracias." La respuesta fue lenta, como si tuviera que pensarla, dando vueltas en su cabeza unas cuantas veces antes de contestar. Ella no estaba bien. Era el tercer dia seguido que habia usado todo negro. Lo cual no habria significado nada si hubiera sido alguien mas. He notado que las mujeres usan mucho negro en su lugar de trabajo. Se supone que te hace ver mas delgado, ?cierto? Pero esta era Lola y Lola raramente llevaba negro. La habia visto pasar por mi escritorio varias veces al dia durante dos anos, y ella usaba rosado, ella usaba azul y verde y amarillo y naranja y rojo y morado. Incluso gris. Pero raramente usaba negro. Las pocas veces que ese color la vestia de la cabeza a los pies tambien parecia desalinada, su pelo oscuro y ondulado atado en un mono desordenado, su camisa arrugada, sus ojos verdes hinchados y rojos. Estaba desalinada ahora. Y cuando vislumbre sus ojos estaban hinchados y rojos. La vi acercarse a su escritorio y sentarse. Envolvio la bufanda alrededor de su cuello y luego se hundio en su silla, tan bajo que el monitor de la computadora ocultaba su cara. Me recoste en mi propia silla y mire a la parte posterior del monitor que le oscurecia la cara. Luego me acerque a su escritorio. Permaneci en silencio durante un minuto, con las manos en los bolsillos. Ella no me noto. Su rostro estaba pulgadas de la pantalla y estaba escribiendo rapido, golpeando las teclas tan fuerte que retumbaban en lugar de hacer clic. “Oye.” Se sobresalto cuando escucho mi voz, su piel de color oliva se sonrojo. “Dios. Me asustaste.” Sonrei. “Lo note.” Empezo a escribir de nuevo. Ahora mas lento. “?Estas bien?” "?Por que sigues preguntandome eso?" "Porque no te ves bien." "Vaya, gracias. Estoy bien." Bajo, una vez mas ocultando su rostro detras de la pantalla. "De acuerdo. ?Que tienes para almorzar?" "Nada. No tengo hambre, para ser honesta. Ademas, estoy tratando de hacer esta divulgacion antes de las cuatro." "Te ves hambrienta" "Estas lleno de cumplidos hoy ?no?, ?Como puedo lucir hambrienta?" "Me apetece algo de Wahaca para el almuerzo. ?Quieres venir? Yo invito." Ella pidio Wahaca para el almuerzo al menos una vez a la semana durante los ultimos seis meses. La alegria en su rostro cuando salio de su escritorio, sabiendo exactamente lo que iba a ordenar, y con la seguridad de que no tendria un sabor diferente que las ultimas cuatro veces, era dificil de imaginar en este momento. Ella sacudio su cabeza. "Gracias, Christopher. Pero, honestamente, no tengo hambre." Su estomago gruno. Ruidosamente. "?Si? Parece que tu estomago no esta de acuerdo," sonrei. Recogi su abrigo de la parte de atras de su silla, lo mantuve abierto. Ella se puso de pie sin mirarme y tomo el abrigo, deslizandolo sobre sus hombros por si misma, alisando sus manos sobre la tela antes de enganchar los botones en su lugar. Uno y luego el otro. Observe sus dedos todo el tiempo. Cuanto tiempo lo hicieron. Como el esmalte de unas de Borgona en su dedo anular estaba pelandose. Como ese mismo dedo estaba vacio de un diamante brillante de corte princesa. !El anillo no estaba! Ido. Desaparecido. Y el esmalte de unas pelado me dijo que habia sido sacado con fuerza. En lugar de sorprenderme, la realizacion hizo que mi estomago revoloteara positivamente. Mariposas bailando cosquilleaban su camino a la parte superior. Casi sonrei. Casi. Las chicas como Lola son tan raras como un calamar de piedras preciosas y en la casualidad de que te tropieces con uno de ellos, estan marcados con uno de los tres titulos: Ocupado, No Interesado, Jugando para el otro equipo. No es que Lola estuviera interesada, pero veras que es mas facil cambiar el interes de una mujer soltera en ti, que convertir a una gay a hetero o una casada a divorciada. "Bien, pero no puede ser muy largo. Realmente necesito-" “Terminar tu divulgacion antes de las cuatro. Volveremos antes, Cenicienta. Prometido.” El tiempo afuera estaba de mierda, como mi habilidad para mantener una conversacion entretenida. Nuestra caminata estaba llena del tipo de silencio que la mayoria de las mujeres encontrarian incomodo. Me gustaria decir que no fue mi culpa, porque honestamente, este tipo de cosas por lo general no lo son. Soy conocido por mi encanto. Conocido por tener habilidad con las palabras y tambien conocido por usar muchas. Pero tenia mi mano en la pequena espalda de Lola y la sensacion de tocarla me habia dejado sin habla. Suena como una cosa marica que decir, ?no? Excepto que asi fue. Lola nunca habia estado soltera antes. O mas bien, nunca habia conocido a una Lola soltera antes de hoy y digamos que, todas las posibilidades de lo que podria ser o no ser, se alojaron en la parte mas delgada de mi garganta. Y el sexo… no es que estuviera pensando en ese tipo de cosas… pero solo dejame decir, si fueramos a llegar a eso, se las arreglaria para volar mi puta mente. O por lo que he oido decir, que las mujeres que lanzan sus anillos de compromiso en un ataque de ira, tienden a canalizar toda esa energia reprimida en actividades de cama extraordinarias. Al parecer, es el tipo de sexo que te deja jadeando dias despues de que el sudor se seca. Energetico. Apasionado. Nada de esto se hablado desde la experiencia, por supuesto. Por mucho que pudiera ser uno de los playboys mas estimados de Londres, nunca he conseguido acostar a una mujer tan cerca, pero tan lejos del matrimonio. De nuevo, no se trataba del sexo. Se trataba de Lola. Y Lola era mucho mas que una buena noche. Sostuve la puerta abierta, practicamente obligando a mi mano a apartarse de su espalda mientras ella entraba. Y luego me quede atras por un minuto, despejando los abruptos pensamientos en mi cabeza. Calculando mi siguiente movimiento. "?Vienes Chris?" Ella giro su atencion a mi direccion, apenas encontrandome a los ojos antes de seguir su camino. No habia acomodado mis pensamientos, pero la segui, pasando las mesas de metal, un poco demasiado juntas y luego deslizandome en la mesa regular de Lola. Se sento a mi lado en vez de al frente, sabiendo muy bien que era la mejor manera de evitar el contacto visual. Lentamente, se paso los dedos por el pelo, suspiro y agarro el menu. A pesar de que todavia estaba escaneandolo de atras hacia adelante, de adelante hacia atras, ordeno como si no tuviera que pensar la decision. Porque era siempre la misma comida que confirmo aun mas que habia algo mal. Seria y jodidamente mal. Tome un trago de mi Corona, permitiendo que el vaso descansara en mis labios un poco mas de lo necesario. Miro la botella de cerveza que tenia en la mano, sus ojos verdes llenos de desaprobacion. "Sabes que tienes que volver a trabajar despues, ?verdad?" Me encogi de hombros. Tome otro trago. Guino. "Es viernes." Le pase la botella. "?Quieres un poco?" “No, gracias.” "Parece que necesitas un trago" Su sonrisa era sarcastica. “?Estas realmente encantador hoy, no es asi?” Sonrei, reprimiendo una carcajada. Esa afirmacion era cierta. Yo era un verdadero encantador. Mis bolas eran grandes cuando se trataba de impresionar a las mujeres y puedes apostar tu culo que muchas de esas mujeres podrian recitar con precision exacta lo que la cosa entre esas bolas era capaz de hacer. Asi que si, a pesar del claro sarcasmo en su tono, yo era realmente encantador. Tomo un sorbo de su Sprite a traves de un popote, y entonces miro fijamente el vidrio, girando el popote en vuelta y vuelta. No habia nada que odiara mas que ver a Lola como si el mundo se le hubiera puesto justo sobre sus hombros. Busque una palabra o dos para aligerar su estado de animo, pero lo unico que me salio fue: "Lola". Ella giro su cabeza para mirarme. Hizo contacto visual. "?Estas bien?" Le pregunte, en serio ahora. "Por favor, deja de preguntarme eso." "?Por que?" "Porque no estoy bien." "Lo se." Ella aparto la mirada. Doblo su servilleta. Desplego su servilleta. "Entonces, ?por que preguntar?" "Porque espero que me digas por que no estas bien." Ella sacudio su cabeza. Tomo otro sorbo de su bebida. Volvio a doblar su servilleta. "No es nada." El mesero trajo los platos chisporroteados de tacos, taquitos y quesadillas de pollo. Comimos en silencio por un tiempo. El restaurante estaba lleno. Habia grandes grupos de companeros de trabajo hablando y riendo alrededor de las mesas que tuvieron que ser juntadas para acomodarlos. Lola y yo eramos una de solo cuatro mesas con menos de tres personas. Mire a mi alrededor, fingiendo estar interesado en cualquier otra cosa – cualquier cosa para detenerme de mirar a Lola todo el tiempo. Ni siquiera me miro una sola vez. Despues de un largo y espantoso tiempo, dejo de comer y se seco las comisuras de la boca. Bebio su bebida.

  • Contracorriente de Patricia Alcantud Obregon

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    Que la vida no es facil... eso bien lo sabe Yurani. Ella es solo una nina. Una nina mas, una nina de tantas, una nina que, como tal, esta llena de suenos y necesidades afectivas. A sus doce anos, se vera arrastrada por un mundo demasiado injusto para ella; un mundo al que no pidio venir, pero vino. Una nina a la que la vida no le pregunta si quiere ser fuerte, sino que le obliga a serlo.