• libro somos lo que nos contamos - Oscar Vilarroya

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    Somos una especie narrativa: en vez de Homo sapiens deberiamos hablar de Homo narrator.

  • Somos lo que nos contamos - Óscar Vilarroya | PlanetadeLibros

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    19 mar 2019 — Somos una especie narrativa: en vez de Homo sapiens deberíamos hablar de Homo narrator. Así comienza este extraordinario libro que aborda el ...

  • Somos lo que nos contamos: Cómo los relatos ... - Amazon.es

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  • Somos lo que nos contamos: Cómo los relatos ... - Amazon.es

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    Somos lo que nos contamos: Cómo los relatos construyen el mundo en que vivimos (Ariel) : Vilarroya, Óscar: Amazon.es: Libros.

  • SOMOS LO QUE NOS CONTAMOS - OSCAR VILARROYA ...

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  • Somos lo que nos contamos, o el «Homo Narrator

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    30 may 2019 — Aunque Óscar Vilarroya es profesor de Neurociencia en la Universidad Autónoma de Barcelona, este libro se apoya en la psicología (y muy ...

  • Somos lo que nos contamos - Óscar Vilarroya -5% en libros

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    Somos lo que nos contamos, libro o eBook de Óscar Vilarroya. ... Somos una especie narrativa: en vez de Homo sapiens deberíamos hablar de Homo narrator.

  • Somos lo que nos contamos, de Óscar Vilarroya - Libros y ...

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    28 abr 2019 — Es más, deberíamos llamarnos homo narrator. O, al menos, eso es lo que defiende Óscar Vilarroya en Somos lo que nos contamos. En este libro, ...

  • Libro de ensayo 'Somos lo que nos contamos' - Wallapop

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    23 dic 2021 — Libro 'Somos lo que nos contamos. Cómo los relatos construyen el mundo en que vivimos'. Autor: Óscar Vilarroya. Editorial Ariel.

  • somos lo que nos contamos - Librería Follas Novas

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    Somos una especie narrativa: en vez de Homo sapiens deberíamos hablar de Homo narrator. Así comienza este extraordinario libro que aborda el relato como una ...

  • Emergencia de Amor de Laura Morales

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    La vida de Myriam es genial: tiene una familia a la que adora, vive con su mejor amiga y ha conseguido cumplir su sueno: confeccionar un traje para Charlotte Thorn, su actriz favorita; por fin, todo parece ir sobre ruedas. Pero cuando sufre un grave accidente de coche y su vida pende de un hilo, Gabriel, su raro e insoportable vecino, la salva, convirtiendose en su angel de guarda y en alguien tan importante como los suenos por los que ella tanto ha luchado. Una vez recuperada, Mimi tiene que volar hasta la otra punta del planeta para dar un empuje a su carrera de disenadora. Una vez alli, se encuentra dividida entre lo que comienza a sentir por Gabriel y la quimica que surge con el irresistible actor Josh Knight, su amor platonico. Y, por si eso fuera poco, Mimi le esconde un secreto a Gabriel que trastocara su relacion para siempre. ?Puede un corazon dividido elegir la verdadera razon por la que latir?

  • Delirio de mi sangre de Karina Sagredo

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    En la Italia de mediados del siglo XIX, un pais en ese entonces dominado por otros reinos, una familia de aristocratas revolucionarios establece su fortaleza en la cima del Monte Sant’Angelo, para guiar desde alli su guerra contra la tirania extranjera y su restablecimiento como una sola nacion republicana.Lorenzo, el hijo mayor, regresa a la casa familiar despues de una larga ausencia. Su imagen, su capacidad intelectual, sus valores patrioticos y sociales, llaman la atencion de la menor de los Castiglione.

  • No dudare, Carla (Siempre es amor 1) de Giselle Amoros

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    Carla es una joven casi entrada en la treintena que tras una relacion fallida ha decidido priorizar su independencia al amor. El problema es, que cuando por fin encuentra el trabajo perfecto, cupido hace de las suyas. Un amor que de un plumazo la puede devolver a la casilla de salida, algo que ella no esta dispuesta a consentir.
    Por otro lado, Arcadi, es un empresario de exito pero muy inseguro en su vida personal y lo que menos le apetece es enamorarse de ella. Intenta alejarse todo lo posible pero, obviamente, necesita tener una relacion laboral con Carla.
    ?Conseguiran estar separados? Averigualo en: No dudare, Carla.

  • El secreto perdido (Lottie Parker 3) de Patricia Gibney

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    Hay secretos que no pueden permanecer ocultos

  • Tres Maneras De Volcar Un Barco de Chris Stewart

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    En esta ocasion, Stewart comparte con el lector una de las experiencias mas insolitas de una vida ya de por si asombrosa. Todo comienza de forma fortuita cuando una amiga le ofrece un trabajo tentador: ser el patron de un velero para navegar en las islas griegas. La propuesta parece un sueno hecho realidad, si no fuera por un pequeno inconveniente: Chris no ha navegado en su vida, ni sabe por donde empezar. Con abundantes dosis de ingenio e hilarante autocritica, Chris narra su iniciacion a la vela, desde un neblinoso puerto de la costa inglesa hasta su particular odisea por aguas mediterraneas rumbo a la isla de Spetses. Y como guinda, una inolvidable peripecia a traves del Atlantico Norte por la ruta del legendario explorador escandinavo Leif Eriksson. El fino humor de Stewart, su facilidad para la anecdota, su tendencia a actuar movido por cierta vision idealista de la realidad, dan forma a un original y atractivo relato del mundo, el de un hombre amable que, desvinculado desde hace anos de la servitud de los bienes materiales, sabe disfrutar como nadie de los pequenos y grandes.

  • Nomeolvides de Arlette Geneve

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    Una trama de romance sicologico que hara soltar mas de un suspiro romantico.

  • Cautivo de tu mirada (Los Cherry 1) de Marian Arpa

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    Comienza la apasionante bilogia <<Los Cherry>>.
    Una historia de amor entre el Londres de la regencia y las altas tierras escocesas.

  • Casi Ausente de Blake Pierce

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    Cuando Cassandra Vale, de 23 anos, acepta su primer trabajo como ninera, la asignan a una familia adinerada en una finca rural en las afueras de Paris, y todo parece demasiado bueno para ser verdad. Pero pronto descubre que detras los portones dorados hay una familia disfuncional, un matrimonio perverso, ninos conflictivos y secretos demasiado oscuros para ventilar.

  • Tu destino (Rancho Anderson 1) de Eva River

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    Los Anderson tenian un ultimatum. O encontraban esposa o encontraban esposa.
    ?Que tan dificil podia ser? ?Acaso no tenian a todas las chicas babeando por ellos? Pues… estaban a punto de comprobarlo.

  • Amos y Mazmorras VI de Lena Valenti

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    Nick Summers se enamoro de Sophie Ciceroni ocho anos atras.Ella era de otro mundo distinto al suyo, una princesa inalcanzable. Fijarse en ese mujer fue demasiado pretencioso, pero enamorarse perdidamente de ella los aboco a una locura, en la que los secretos y las mentiras debian ser cuidadosamente tratados, o un error, pod ria abocarlo todo al desastre.Sin embargo, un hombre enamorado es capaz de lo mejor y de lo peor por conservar a la mujer que ama.

  • Para siempre de Amaya Felices

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    La nieve caia pesada, amontonandose sobre las lapidas. La fantasmal luna de invierno tocaba con sus palidos rayos los copos estrellados, haciendolos brillar como si fueran el halito que se escapaba de los labios del hombre que, de rodillas, lloraba ante una tumba. Su abrigo, negro y largo, medio cubierto por la ausencia de color que imperaba en el paisaje, bajaba como una pesada mortaja desde sus anchos hombros hasta tocar el suelo, abrazando a aquella tierra que cubria a los muertos. Su rostro estaba inclinado contra el suelo y unos agujeros en la nieve, provocados por el calido fluido vital que destilaban sus ojos, evidenciaban tanto o mas que sus hombros agarrotados el dolor que lo recorria. En la piedra que coronaba la sepultura, el manto blanco tan solo dejaba ver un nombre y el inicio de una fecha: Maria... 19...; asi como el esbozo tallado de los rasgos de lo que debio de ser una joven hermosa. En las sombras de la noche, en el cementerio de aquel pequeno pueblo espanol medio olvidado por sus habitantes, la mujer que portaba un ramo de rosas no vio al hombre que sufria en su homenaje silencioso. Ocupada con sus propios pensamientos e intentando localizar una estela en concreto, no se dio cuenta de la inmovil figura arrodillada hasta que choco contra ella. Sacudida de repente de sus recuerdos, se mordio los labios para callar la maldicion que pugnaba por escaparse de estos. --?Lo siento? ?Le he hecho dano? --se intereso algo preocupada. Una cabeza de cortos y rizados cabellos negros se alzo hacia ella, unos ojos de un tono tan oscuro como el dolor con el que la miraban la dejaron casi sin aliento. No se lo esperaba. --?Eres real? --susurro el. Su voz era profunda y habia algo, aparte de la oscura influencia del lugar en el que estaban, que hizo que la mujer se estremeciera, como si el desconocido no perteneciera a este mundo. --?Que? --se sorprendio la mujer. Era la noche de todos los Santos, de acuerdo, pero ella, con su moderno corte de pelo rubio, su abrigo rojo y sus zapatos negros de tacon no tenia aspecto de no ser de carne y hueso. Siempre le habian dicho que era una mujer de aspecto fragil mas nunca la habian confundido antes con una aparicion. Si es que era eso lo que le acababan de preguntar. --Perdone... --comenzo a levantarse el--, me ha sobresaltado apareciendo asi, como de la nada. --Se sacudio la nieve de los vaqueros y la miro. Los huecos de sus lagrimas habian quedado cubiertos de blanco--. Sobre todo ahora que acababa de invocarla... --murmuro en voz baja las ultimas palabras. --?Disculpe? --Nada, cosas mias --esbozo una sonrisa triste--. ?Busca a alguien? Quiza pueda ayudarla. La chica de cabellos claros se lo quedo mirando, con un dedo dubitativo en su barbilla, como si estuviera intentando dilucidar si era cuerdo entablar una conversacion con un extrano mas alla de la medianoche. Estuvo a punto de decirle que no pero, por mas que no consiguiera acordarse de que, era como si lo conociera de algo. Sacudio la cabeza para librarse de semejantes ideas y decidio que podia confiar en que no iba a intentar robarle. --Se que no son horas, pero he llegado hace poco al pueblo y no queria irme a dormir sin visitar su tumba. --?Senorita? --pregunto dubitativo y continuo ante el cabeceo afirmativo de esta--, imagino que usted tiene muy claro a quien se refiere pero me temo que si no me dice algo mas no voy a poder ayudarla. La mujer se sonrojo ante la torpe omision que acababa de cometer. Fue refrescante para ella pues no solia hacerlo, no desde hacia mucho. --Mi abuela, la tumba de mi abuela. Mis padres y yo nos mudamos a Francia y no habia estado aqui desde que era nina. O al menos desde que ella... --su voz se apago hasta convertirse en un susurro. Pero el hombre, si bien recogio esa nota quebrada, se quedo con el dato de Francia. Lo asimilo, haciendolo encajar con el acento que acompanaba a la manera musical en que ella hablaba. Si no fuera porque sabia que era imposible al verla ante el, con esos mismos rasgos a los que habia suplicado, maldecido y pedido perdon una y otra vez, juraria que el fantasma de su amada se habia hecho carne en esa noche donde los espiritus eran mas fuertes. Si no fuera posible... creeria que estaba otra vez viendo su delicado rostro. Y mientras el hombre intentaba no pensar en ello, en el breve silencio que habia caido entre los dos, la mujer habia olvidado por unos instantes sus propios problemas, atraida como la luz a un agujero negro por la profundidad que percibia bullendo tras los intensos ojos de aquel extrano. (?Habia estado llorando? No es que hoy en dia eso fuera algo tan raro como antano, pero aun asi ella no podia evitar desear saber la respuesta a que podia haberle hecho tanto dano. Y no deberia, pues la vida le habia ensenado a no interesarse por nadie). Al final, la voz masculina rompio el silencio, con fuerza, como obligandoles a ambos a recordar donde estaban. --Si me dice la fecha de la muerte, podemos intentar buscarla. El cementerio no es pequeno pero ha ido creciendo de manera radial, con lo que no creo que sea muy dificil hallarla. --Mire, esto es una locura. --La mujer solto una risa nerviosa, como si se lo hubiera pensado mejor--. Mejor me voy y vuelvo manana. Le otorgo una sonrisa simpatica y comenzo a girarse. --Espere, ni siquiera se su nombre. --Agarro la manga de su abrigo; fuera ella o no, no queria que se marchara. Ella lo miro algo preocupada y tiro para soltarse. A continuacion echo a andar a paso vivo hacia la salida del cementerio. Cambio de opinion a medio camino, atraida como se sentia por ese extrano que parecia recordarle a alguien y se paro un instante, justo el necesario para responderle. --Maria, me llamo Maria. La brisa que se levanto con sus palabras ahogo el eco de sus pisadas. La nieve comenzo a arremolinarse con fuerza y el hombre se giro otra vez hacia la lapida que habia ido a visitar. Sus labios se abrieron y pronunciaron su nombre (Maria...) con la devocion de un rezo, la rabia de una maldicion y la certeza del que se sabe condenado. Bajo sus pies, quedaron aplastados los huecos que sus anteriores lagrimas habian horadado en el blanco suelo. Y los recuerdos fluyeron otra vez, reanimados por ese delicado rostro, sumergiendole en la oscuridad de otra noche de todos los Santos, una acaecida tiempo atras. --Vamos, date prisa --apremio en voz baja el joven a la muchacha que se estaba escabullendo por el jardin de la casona de sus padres. --Shhh, que nos van a oir. Maria acabo de cruzar sendero que la separaba de su amado, entreabrio la puerta de la verja y salio al camino. Mientras esta se cerraba a sus espaldas con un ruido metalico, ella se abrazo a Pedro, dejando caer el hatillo que llevaba entre las manos. --Has venido... --Te lo habia prometido, como no iba a venir si no deseo mas que pasar el resto de mi vida a tu lado. --Vas a perder tu trabajo por fugarte conmigo. --Y tu, tu herencia y tu posicion. --La tomo con dulzura de los hombros y la separo un poco de si, no porque lo deseara sino para poder ver sus ojos, esos enormes ojos verdes de hechicera--. Perdoname por preguntarte otra vez, no es mi intencion dudar de ti, pero necesito recordarte que todavia estas a tiempo: ?seguro que quieres continuar? --Si, Pedro, si que quiero. Y vayamonos antes de que las criadas o los hombres de mi padre se den cuenta de que pasa algo. Los ojos de el se iluminaron de alegria. No habia podido evitar contener el aliento, ni aun en el impetuoso ardor de la juventud concebia que la bella Maria fuera a abandonarlo todo para ser su esposa. Se casarian en ano nuevo, el mismo dia en el que estaba planeada la boda de su amada con otro hombre, uno con varias haciendas. Acerco los labios a los de ella para robarle un beso, no por breve menos apasionado y, tras ayudarla a subir a la grupa de su caballo, emprendieron ambos el camino hacia su nueva vida. El problema llego con la madrugada y los lobos. Se acercaron raudos, silenciosos, sin avisar; como sombras oscuras entre los copos de nieve que conseguian atravesar los arboles. Los amantes, que habia tomado el camino del bosque, se habian parado a descansar en un claro tras considerar que ya estaban lo suficientemente lejos del pueblo. Pese al frio, estaban tapados con mantas. La nevada y el miedo a ser detectados habian impedido que encendieran un fuego. Y cuando llegaron las bestias, la espada de Pedro no fue suficiente: el fue herido pero ella... ella cayo con una fea mordedura en el vientre, una que el no pudo impedir por mas que intento colocarse entre los lobos y su prometida. Corrio la sangre, animal y humana. El invierno estaba siendo especialmente frio y los lobos estaban debilitados por el hambre pero aun asi eran tres y Pedro, por muy buen espadachin que fuera, solo uno. Cuando la loba consiguio rodear su acero y alcanzar a Maria, apoyada asustada contra el tronco de un arbol, el, en medio de un alarido salvaje, dejo su espalda descubierta para socorrerla. Acabo con la bestia en medio de un arrebato de desesperada furia; los otros lobos aprovecharon para herirlo por detras. Despues, ignorando el dolor, se giro para seguir luchando por sus vidas, cuando todo lo que deseaba era comprobar si la herida de Maria era tan mala como le habia parecido. Pasaron interminables minutos hasta que acabo con el ultimo de sus enemigos y pudo inclinarse sobre esta. El mordisco era terrible, una boca sangrante abierta en su vientre. Y ella habia perdido ya tantas fuerzas... Rasgo el hatillo que la mujer habia portado y la tela blanca del vestido que habia dentro, un trozo de la cual uso para presionar la herida. Petalos rojos brotaron en la tela, expandiendose, como burlandose del invierno, de la fria inmutabilidad que seguia cayendo del cielo. --Aguanta, Maria, aguanta. No puedes dejarme.

  • El Puente de Fairmont Hill de Rafa G. Catala

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    Nueva York, 1983. Nick Hamilton desperto aquella noche sobresaltado por una pesadilla. Nada le hacia presagiar que volveria a encontrarse con su idilica y a veces, aterradora experiencia en el pueblo donde vivio parte de su adolescencia.
    Cuando a la manana siguiente, su vieja amiga Emily le comunico la aparicion del cadaver de Joseph Kenner, desaparecido veinte anos atras en extranas circunstancias, sin pensarlo, llamo a Oliver al que no veia desde 1961.
    La vida no habia sido facil para Oliver Kenner. Tras hablar con Nick no supo como reaccionar, tenia miedo a recordar, a regresar a un oscuro pasado que se escondia tras el puente de Fairmont Hill.
    El agente del FBI Luke Barren, encargado de la investigacion del caso, estaba a punto de desenterrar secretos a los que nadie queria enfrentarse y cuya sombra alcanzaria los estamentos mas profundos de la sociedad americana y a sacar a la luz la verdadera razon de la huida de Oliver.

  • Los que no amaban de Jonathan Rodmore

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    Casi todos hemos bajado a lo mas oscuro de nosotros mismos. En ese infierno de nuestra alma es cuando conocemos nuestros pensamientos mas aterradores. Esos que jamas nos atrevemos a contarle a nadie. Es ahi abajo cuando somos capaces de hacer cualquier cosa para encontrar un barco que nos devuelva al puerto de la cordura, de la felicidad o que simplemente nos lleve de vuelta a ser "normales". Estas son historias de personas que tocaron fondo… y siguieron cayendo. Personas que navegaron el abismo de sus aguas oscuras porque dejaron de amar, de amarse o de ser amados. Y que lejos de llegar a buen puerto, sus barcos tan solo les llevaron al borde de si mismas.

  • En el mar de Toine Heijmans

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    Inmerso en una profunda crisis personal, Donald decide navegar en su velero durante tres meses, con el silencio y la soledad como unica compania. Solo en la ultima etapa de la travesia recogera a su hija de siete anos, Maria, para que lo acompane del norte de Dinamarca a los Paises Bajos. Alejados del mundo, el viaje se anuncia idilico, y entre padre e hija surge una complicidad que nunca antes habian conocido. Pero de pronto las nubes negras acechan en el horizonte y Donald esta cada vez mas angustiado; la noche en que estalla la temida y aterradora tormenta, Maria desaparece del barco. “En el mar” es una evocadora alegoria sobre la travesia de la vida y la posibilidad de gobernar el propio destino, y un magnifico homenaje a los navegantes legendarios, desde Ulises hasta el capitan Ahab.

  • No lo permitire (Rebeca Olsen 2) de Raul Garbantes

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    Louise Simons queria que ese dia fuera especial. Si lograba la mejor foto del faro nevado, la venderia y podria comprar un regalo a su hija Dottie. Con esa idea en la cabeza, se subio -- apenas amanecio-- al autobus que la dejaria en la estacion de Milwaukee y de alli tomaria otro hacia la estacion de la Union. Por ultimo, subiria al tren rapido que la llevaria hasta su destino final: el famoso faro de Saint Joseph en el lago Michigan. Era un viaje largo, pero no le importaba. Podria decirle a Dottie que se habia convertido en la princesa Elsa de Frozen, porque le enviaria a su amiga Jacqueline la primera foto que tomara del faro, para que se la ensenara a su pequena hija. Las imagenes que su amigo virtual Jesse Miller le habia ensenado eran alucinantes; mostraban las crestas del lago irrumpiendo en forma de olas gigantescas y la estructura vestida de multiples velos de nieve. Tenia que agradecerle a Jesse por el dato y que ademas se ofreciera a buscar comprador para las fotos que tomase aquel dia. Eso convenceria al padre de Dottie de que no se la llevara a Ontario con el. No queria perderla, pero no tenia dinero para mantenerla ni nadie mas a quien acudir en el pais. La movia una creciente ilusion cuando llego al faro y ni siquiera estaba cansada. Cubria sus manos con unos guantes negros que no eran de su talla, pero que cumplian la funcion de protegerlas del frio. Las plumas de su vieja chaqueta se movian violentas debido a las rafagas del viento. Sintio los ojos frios y secos. Saco del bolsillo externo del morral una pequena barrita humectante marca ChapStick clasica --de las de cubierta blanca y negra-- y se puso un poco en los labios. Noto que dos personas caminaban detras de ella, pero no les presto atencion. Despues vio a un hombre que parecia trabajar en la edificacion del muelle. Este solto una ultima bocanada de humo y entro en una de las casetas que supuso eran oficinas. Ella continuo caminando, pero el mismo hombre que fumaba volvio a salir y le grito. --?A donde va con este tiempo? Ella volteo y sonrio. --Solo a tomar unas fotos del lago y del faro --dijo mientras le mostraba la camara que sacaba del morral. El hombre resoplo y emitio unas palabras que ella no entendio, y volvio a entrar. Louise continuo caminando hacia el lago y, cuando estuvo a cinco metros de la caseta de techo rojo --que aun podia verse porque la nieve no la cubria del todo--, se deshizo de los guantes y se tomo una selfi con el celular. Podia intuirse al ver esa imagen, incluso meses despues, que en aquel momento estaba feliz. Envio la foto al celular de su amiga Jacqueline, quien cuidaria de Dottie el fin de semana, y continuo avanzando. Queria llegar a la orilla del lago, que ahora mas que nunca parecia un mar helado sacado de un cuento. Estaba tan ensimismada en su objetivo que no se dio cuenta de que los dos hombres que venian detras se le acercaban con rapidez, aprovechando que no habia nadie mas en aquel momento. Cuando comprendio que iban a atacarla fue muy tarde, y supo que moriria. Intento gritar, pero fue imposible. Uno de ellos le golpeo con un madero oscuro en la cabeza. Y Louise Simons no volvio a despertar. 2 14 DE SEPTIEMBRE de 2019 Por la manana de aquel dia estaba tomandome una taza de cafe en la cocina de la casa de Gary. Estaba frustrada porque ya habian pasado dos meses desde que vi a mi hermana en la videollamada y no habia sabido nada mas de ella. Por supuesto, no esperaba que Norman Jackson ni Anita o Robert Smith Patterson me dijeran donde estaba, pero dado que mi relacion con Gary Buck se habia tornado intima, esperaba que el me ayudara a saberlo. Nos enamoramos apenas nos conocimos. Pero resulto ser tan obstinado como yo, y decia que Rose lo mataria si se enteraba de que por su culpa me habia puesto en peligro por seguir su rastro. --?Por que no me lo dices? --le pregunte a Gary por enesima vez. --No sigas con eso, Beca. Sabes que Rose no me lo perdonaria. --?No ves que ese secreto sobre su paradero o lo que hace me esta afectando? --le reclame, levantandome de la silla y dirigiendome al lavaplatos. --No importa que te afecte, porque asi lo quiere tu hermana --me respondio. Cuando dijo eso me moleste todavia mas. --Debes entender... --Lo entiendo --lo interrumpi y, al hacerlo, sin querer golpee la taza con el grifo y esta se partio. El se acerco y me rodeo con los brazos. Apoyo el menton y la nariz sobre mi hombro. La verdad es que Gary sabia como calmarme casi siempre, pero en esa oportunidad no fue asi. Le dije que me iria porque tenia algunas cosas que hacer y que nos volveriamos a ver en la noche. Sali de casa de Gary y me encamine al apartamento que habia rentado cuando decidi quedarme en Atlanta hacia siete semanas, y que quedaba solo a cuatro cuadras de alli. Era verdad lo que le habia dicho a Gary sobre que debia hacer algo: continuar con mis pesquisas ocultas. Como no encontraba apoyo de ellos para incluirme en la organizacion de Rose, entonces en las ultimas semanas y por mis propios medios habia comenzado una investigacion de la cual no les habia hablado. Yo tambien les estaba ocultando cosas y habia logrado avances que ellos ni siquiera imaginaban. 3 TODO EMPEZO porque una vez Gary me dijo que para descubrir los delitos de la Black Key habia que contar con <>. Al principio no entendi, pero luego me di cuenta de que ellos tambien poseian informacion filtrada de la agencia de inteligencia Kramer Team. Gary me hablo de un ingeniero que trabajaba en esa agencia y que conocia de los manejos que Albert Kelly y el senador Alex Richmond hacian en la Black Key. Este hombre misterioso ahora les ayudaba a disenar las estrategias de analisis de redes para anticiparse a las acciones de la organizacion. Con todas esas ideas en mi cabeza construi un organigrama de los delincuentes de poca monta que se describian en los expedientes del apartamento que Rose usaba como escondite. Lo hice analizando las redes sociales y creando mi propia base de datos. Por suerte, las paginas que fotografie aquel dia que casi me asesinan contaban con algunos datos relevantes. Me hice pasar por varias personas, y abri cerca de veinticinco perfiles de mujeres y hombres ficticios para entablar conversaciones virtuales con una centena de individuos que podrian estar relacionados con esos delincuentes. La mayoria de ellas no me conducia a nada, pero si que logre, por ejemplo, descubrir que Mary Talcott, la asesina de Melissa Coleman, tenia un historial inusual en el mundo delictivo. Habia estudiado unos anos en la Universidad de Florida y era una joven inteligente, ajena a la ilegalidad. ?Por que se convirtio en una asesina desalmada? ?Como hizo la Black Key para reclutarla? Su historia me desconcertaba y por eso me hice amiga virtual de su hermana Wendy. Me fue bastante sencillo; solo estudie su mundo de intereses a traves de su Facebook y deje colar algun comentario en Twitter para despertar su curiosidad. De inmediato pico el anzuelo. Ahora compartimos algunos podcast sobre series y musica. Todavia no he sacado nada en claro sobre los inicios de Mary Talcott en el mundo delictivo, pero al menos ya tengo la confianza de su hermana. El nombre que utilice con ella fue Helen Combs, que es mi identidad favorita. Lo escogi porque me recuerda la casa de los abuelos y las abejas, ya que ese nombre es un juego de palabras que se parece a honeycomb. Me he convertido en una experta produciendo podcast, incorporando contenidos atractivos sobre quienes he identificado dentro del mundo de relaciones de los cinco delincuentes, cuyos expedientes fotografie. Desde el principio me di cuenta de que los sujetos de los expedientes tenian algunas cosas en comun. Todos habian crecido en Washington D. C. o en las afueras de esa ciudad. Luego, dias despues, hice un descubrimiento mas importante: todos habian sido defendidos por la misma firma de abogados: la Bristol Criminal Defense Attorney. Lo supe porque el hermano de Frank Winters --uno de los delincuentes-- estuvo metido en un asunto de drogas y en su perfil de Instagram aparecia en una foto en cuya leyenda agradecia a Cyrille Bristol, su defensa. Eso me alerto sobre esa firma de abogados defensores. Luego encontre que otro de los sujetos se habia salvado de una sentencia condenatoria por un error procesal y que la misma firma de abogados lo defendio. Estuve segura de que era un banco de criminales que surtia a la Black Key. Si era capaz de descubrir cosas como esas con mis estrategias, tendrian que calcular de lo que seria capaz si me dieran acceso a toda la informacion que hoy me negaban. Sobre todo, podria mostrarme ante Robert, Norman, Anita y Rose como alguien de utilidad. Esa manana iba a contarle mis hallazgos a Gary, pero me molesto tanto su negativa a darme informacion sobre mi hermana que lo pospuse.

  • No te merezco de Sophie Saint Rose

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    Michelle deseaba lo que habia conseguido su prima. Un marido que la amara y que protegiera todo lo que habia conseguido en la vida. Para eso inicia un largo viaje donde conoce a un hombre malhumorado, grosero y que no la aprecia en absoluto. Fue una sorpresa para ambos que fueran parientes lejanos, pero Michelle con su objetivo en mente no se dejaria deprimir por lo que Edward opinaba de su busqueda de marido. Ese estirado no la conocia en absoluto.

  • Todos los caminos de Romina Naranjo

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    --Vamos a ver, Leroy… --Sorbi fuerte por la nariz, mientras apoyaba los antebrazos en la mesa y cogia aire. Perder los nervios nunca era una buena opcion, pero era viernes, la tarde se me estaba haciendo interminable y, encima, aquel moquillo persistente, fruto de un catarro mal curado que ya parecia haberse alquilado un pisito con vistas en mi cuerpo, no remitia. No tenia yo el dia muy paciente--. Cuando te digo, <>, no me refiero a que bajes la voz. Puedo oirte. Estamos solos en esta clase. Por mucho que susurres… te oigo. El crio, haciendo un mohin, toqueteo el lapiz, volviendo una atencion que yo ya sabia voluble a su hoja de calculo. --Es que asi no me sale, seno. Me mordi el interior del moflete, pero no… no dejaria que me ablandara otra vez. Llevabamos una semana con aquello. Empezaba a estar harta. Tanto como el, seguro. --Leroy, saberse las tablas sumando los resultados no es saberse las tablas. Saberlas es… memoria. --Me incorpore. !Ay, mi cuello! !Ay, las lumbares…! Dichosa profesion. --La profesora del cole nos deja copiarlas en un folio para el examen. Enarque la ceja. --?Ah si? ?Y en el instituto vas a hacer lo mismo? ?O cuando toque dividir por cuatro cifras? Eso es perder el tiempo y creeme, chaval…, tiempo es lo que te va a faltar para la cantidad de cosas que te quedan por delante. --?Roma? Aparte la vista de la cara de susto de Leroy. Gire medio cuerpo hasta enfocar la puerta de la clase, donde mi jefa se habia acodado. Puro estilismo, aquella mujer bien podria acabar de bajarse de una pasarela de modas, en vez de ser la directora del centro de refuerzo educativo donde ambas trabajabamos. Roma, supongo que lo habeis adivinado por el contexto, soy yo. Me presento. Metro sesenta, melena castana cogida en un mono, cara pecosa, gafas de pasta que en ese momento se me resbalaban por la nariz y rictus de mala leche. Vamos, que daba el perfil de profesora a la perfeccion. --Tienes una llamada. --Mi jefa sonrio hacia la mesa--. ?Como va eso hoy, Leroy? ?Se porta Roma bien contigo? Si se pasa mucho dimelo y la despido, ?vale? El chiquillo sonrio, echandome una miradita que me parecio entender como <>, pero que probablemente querria decir otra cosa. --Te doy los cinco minutos que tarde para repasar las tablas, luego toca preguntarlas. -- Levante el dedo antes de que me interrumpiera--. Salteadas. Tire de la cinturilla de mis vaqueros y sali del aula. Recorri el pasillo bien iluminado que separaba los demas despachos del mio y cruce a la derecha para llegar al office. Dado que habia una politica de prohibicion ante el uso excesivo del telefono movil, no era nuevo que recibiera mis llamadas en el mismo centro, aunque claro esta… tampoco era algo que se pudiera dilatar en el tiempo. No era plan de limarme las unas mientras me ponia en conferencia con quien fuera que estuviera al otro lado de la linea en tanto dejaba desatendidos a los ninos. --?Hola? --Oi un suspiro. Puse los ojos en blanco--. Aina… estoy trabajando. --?Y crees que te llamaria si no fuera superurgente? Bueno… todavia no sabeis mucho de ella, pero debeis estar prevenidos; lo que mi mejor amiga conocia como urgencias variaba desde <>, lo cual te hacia soltarlo todo y echar a correr, o… << Fulanito de tal ha subido un storie y yo no quiero que vea que lo he mirado, entra tu>>. Vamos, que el abanico era amplio y aterrador. --Te escucho. --Consulte mi reloj de Mickey Mouse. Segun sus bracitos enguantados… eran las el puto tiempo no pasa y cuarto--. Te doy dos minutos. Tengo a Leroy multiplicando. --?Leroy? ?En serio se llama asi o es uno de tus nombres en clave para no revelar las vidas emocionantisimas de tus alumnos? --Es su nombre. --Y probablemente elspoiler de su futuro laboral como no se aprendiera la tabla del ocho. Sin acritud ninguna, palabra--. Escupe, Aina. --Requiero del codigo de mejores amigas. --Resople. Aquello tenia mala pinta… llamadme suspicaz--. Me han organizado una cita a ciegas esta noche. Te necesito de reten. ?Lo veis? Si es que lo sabia… --Ni de cona. ?La familia bien? Pues, me vuelvo al trabajo. --!Roma, tia, he mentado el codigo! --El codigo no son mas que unas directrices. Fue el turno de Aina de resoplar. --Vale, capitan Jack Sparrow, ?podemos ponernos serios? Es mi primera cita en meses. Desde… ya sabes. Y encima, !a ciegas! ?De verdad quieres que me presente completamente sola y desamparada ante un desconocido? ?Quieres salir manana en las noticias diciendo que fuiste la ultima persona que hablo conmigo? --Dios… pero mira que eres dramatica… --Pero la capulla habia ganado. Las dos lo sabiamos--. Y, para empezar, ?que cono haces saliendo con alguien a quien no conoces? --Es el amigo de un conocido mio, ya sabes. De mis tiempos mozos cuando ligaba chateando por foros. Empezo a hablar a toda velocidad. Ese era uno de los dones de Aina, situaba a personas y sucesos en el tiempo con una facilidad tan brutal que parecia que llevaba la escala espaciotemporal metida en el bolsillo. Del susodicho no sabia mucho mas de lo que ya me habia comentado, amigo de un amigo, lo cual bastaba, a medias, para saber que podria sentarse frente a el con una cerveza y no temer mas que a una aburrida conversacion. No obstante, y como mejores amigas, los anos nos habian dado muchos aprendizajes, entre los cuales destacaba la depurada tecnica de sacar a la otra de una mala cita sin hacerla quedar mal. --Voy. --Asumi, oyendo como gritaba al otro lado del telefono--. Me doy una vuelta cinco minutos, te echo un vistazo y si no has activado la senal, me piro y te dejo a lo tuyo. ?Conforme? --!Conforme! Ah por cierto… arreglate un poco, que no se note que vas solo de reten. Aquello ya me olio a chamusquina, aunque ni por asomo vi venir el tremendo incendio forestal que se aproximaba. --Aina, escuchame bien, si por cualquier circunstancia tienes ni siquiera la mas minima intencion de liarme con el amigo de tu cita, es un no. Never. Estas avisada. Sus carcajadas me sacaron de contexto. --?Estas pirada? !Que va, Roma! !Ese tio no es para ti! Tras un par de frases relativas a la hora y sitio de quedada, colgue. Mientras volvia a la clase, note un molesto picorcillo a la altura de la nuca que no se me iba por mas que lo rascara. Una especie de… aviso. Rollo alerta. Como la ventana emergente del Avast Antivirus que se presenta en el escritorio del ordenador cuando menos te lo esperas --casi siempre de noche y cuando llevas los auriculares puestos--, y te quita un par de anos de vida. Yo no me asuste entonces. El miedito real, vendria mas tarde. --!Bueno, Leroy, vamos a ver que tal vas! Los ojillos azules del crio me miraron con culpabilidad. Tarde un segundo en descubrir que, en vez de aprovechar el tiempo para estudiar la tabla como yo le habia pedido, se habia dedicado a copiarla en su goma. A tamano microscopico. Cogi aire. Me repeti que hacer llorar a los ninos cuando eras profesora de apoyo no estaba bien. --No pasa nada. --Y me obligue a sonreir, mientras volvia a tirar del moquillo que no paraba de caerseme--. !Empezamos desde el principio! Y nosotros, seguimos adelante. 2 La primera vez que vi al Sueco no fue la primera vez. Bueno… fue la primera vez despues de la primera y la segunda, que tambien pueden calificarse como desastrosas y lo bastante traumaticas como para que esta primera tercera vez acabara como acabo; igualito que el rosario de la aurora. Ahora os lo explico. Antes de darnos un chapuzon en la triste piscina de los recuerdos pasados --importante para la trama, lo juro solemnemente--, unas pocas pinceladas del ahora. Sali del centro de estudios cabizbaja, congestionada y arrebujada en mi bufanda kilometrica de Desigual, comprada por Ali Express. La verdad es que haciamos una pareja increible, porque en ese momento, con una jornada dura a las espaldas y la sensacion de que en vez de avanzar daba dos pasos para adelante y tres pasos para atras --sin la media vuelta, pero siempre, siempre, volviendo a empezar--, me sentia como una imitacion barata. De profesora. De ser humano. Asi… en general. Despues del episodio del telefono y en la hora siguiente a la de Leroy, me habia tocado lidiar con un par de esos padres… tocapelotas. Que ojo, igual es mas profesional y elegante llamarles algo tipo rara avis o cualquier cosa semejante, por aquello de la tremenda implicacion que demostraban en la escolarizacion de sus hijos. Hasta rayar lo insano. Estaban quienes solo querian de los chiquillos que cumplieran. Deberes hechos y asignaturas llevadas mas o menos al dia. Los que lidiaban con algun handicap, y no tenian las expectativas altas mas alla de una adaptacion saludable en el centro reglado y aprendizajes significativos, y luego… luego estaban los demas. Los que promulgaban eso de, como yo pago este servicio extra requiero de ustedes que vivan por y para hacer magia con una hora de terapia enfocada en el retraso madurativo. Vamos, que si el nino tenia un nivel de lectura de primaria, pero estaba en edad de cursar la ESO, yo tenia que agitar mi varita, aunque el primer instinto fuera metersela a papa por el culo. Cogi aire y respire hondo al salir del metro en Opera y eche a caminar hacia Plaza de Callao. Tenia la tremenda suerte de contar con un coqueto pisito de renta antigua situado en el edificio colindante con el de El Corte Ingles. Un lujo para muchos, principalmente turistas que venian a Madrid de paso; por lo bien situado, lo centrico de su ubicacion y lo cosmopolita de todo cuanto lo rodeaba. Para mi, que tenia que ir al curro todos los dias y llegar con tiempo, que volvia cansada y arrastrandome los findes cuando doblaba turnos en la pizzeria donde me sacaba un sobresueldo, las aglomeraciones, retrasos, colas interminables, codazos, tropiezos, estrenos de cine, luces, voces y algarabia general… eran mas una molestia que algo que tomar como positivo. Mi alma viejoven, supongo, que a veces se imponia a la edad que me marcaba el DNI. Pase por la chocolateria San Gines para darme un capricho antes de subir a casa… y me lo comi por el camino porque recorde que mi plan de pasar el resto del dia con ropa de indigente y abrazada a mi gato se habia ido al garete por culpa de Aina. --Dichosas mejores amigas… hay que joderse. --Tire de la portezuela metalica haciendo fuerza con el hombro, mientras me relamia los restos dulces que se me habian impregnado a las comisuras--. Aprende a decir no, Roma. Es muy facil. Son solo dos letras. Si podias pronunciar esternocleidomastoideo con seis anos, ?que puto problema tienes con negarte a las cosas? Subi las escaleras pisando fuerte, pero no como Alejandro Sanz, sino en plan… mosqueada con la vida. No me apetecia salir. No tenia ganas de ducharme, peinarme y revolver en el armario algo para ponerme. No queria bajar otra vez las escaleras. Queria prepararme estrategias de defensa para el lunes, cuando seguramente mi jefa me llamaria a su oficina para que le contara mi parte de version en la movida con los padres de los alumnos. <>, diria. <>. !Como si fueran culpa mia los suspensos en asignaturas que no estaba impartiendo, cojon! Gire la llave y, de inmediato, los maullidos me recibieron al otro lado. Sonrei. Al cruzar el umbral, Cax Teller, mi gato rubio de ojos azules, llamado asi en honor al protagonista de series como Hijos de la Anarquia y fantasias sexuales recurrentes de Roma. Me incline para acariciar su pelaje calentito. --Las cosas que hacemos por l

  • Atentado de Mariano Gambin

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    Atentado. La Novela. Thriller. Un desgraciado incidente provoca la contratacion de dos peligrosos asesinos para atentar contra los reyes de Espana en una visita a la ciudad con motivo de la inauguracion del templo masonico rehabilitado como museo. Ambos decidiran que el lugar adecuado es la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Los asesinos actuan por separado y cada uno ideara un sistema de atentado contra los monarcas el 15 de febrero a las dos de la tarde. La policia tendra noticia de su existencia bastante tarde, tal vez demasiado... Un tubo volcanico aparece debajo del subsuelo de la calle del Pilar, en pleno centro de Santa Cruz. Dentro de la galeria se descubre un pasadizo subterraneo que lleva a una inquietante camara donde se desarrollaron rituales profanos hace mas de doscientos anos. Dos cadaveres centenarios anaden muchas incognitas a un enigmatico y amenazador secreto. Para ello la arqueologa Marta Herrero debera enfrentarse a sus propios miedos.

  • Silencioso destino de B. E. Raya

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    Cuenta una leyenda que las personas destinadas a conocerse estan conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia. Hikaru Kiyomizu proviene de una familia japonesa encargada de cuidar el templo del Dios Musubi, ademas de que se les han asignado ciertos dones y poderes para poder resguardar y ayudar a aquellos que desean encontrar a su alma gemela, esos poderes para Hikaru son una maldicion, no desea saber nada del hilo rojo, ni de parejas predestinadas y mucho menos encontrar a su alma gemela.

  • Delitos de pasion de Adrian Aragon

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    Una mujer desaparece en la ciudad de Nueva Orleans (Luisiana) sin dejar rastro. Su novio acude a la policia para denunciar el hecho. Los detectives Daniel y Katherine son los encargados de buscar alguna pista del extrano suceso, ya que no parece haber ni un sospechoso ni un movil.

  • Guerrera Alfa de Daniel Santos

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    Aina era una mujer diferente a las demas.
    Ella no era la esposa de nadie.
    Ella era una guerrera. La mejor de todas.
    Y como tal. la mas deseada.

  • Filofobia (Atrevete a amar 1) de Lorena Fuentes

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    En algun momento de mi vida me llamaban Paulina Ferguson, pero ahora solo quiero que me llamen Ina, como mi hermano mayor me llamaba cuando eramos ninos.
    Lo que muchas personas suenan es mi pesadilla, llevar sangre azul unicamente ha traido desgracias a mi vida. Me han arrebatado a las personas que eran mi mundo, obligandome a escapar de la ciudad que me vio nacer, pero ahora regreso a Londres decidida a encontrar aquello que me pertenece.
    La cocina es mi pasion, es lo unico que me mantiene centrada, eso y el sexo. Su efecto placebo fue lo que me llevo aquella noche a conocerlo, Connor Bellamy, y por el todo cambio.
    Tengo miedo a enamorarme, mis demonios no me permiten avanzar y es que cuando intento ser feliz, ellos salen para atormentarme.

  • Un contrato de seduccion de Janice Maynard

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    Tumor. Incurable. Cancer. Jonathan Tarleton apretaba con fuerza el volante y miraba sin ver por el parabrisas. El trafico en la carretera 526 de circunvalacion de Charleston era ligero a aquella hora del dia. Aun asi, no deberia estar conduciendo. Seguia impactado y lo unico que queria era llegar a casa. Como un animal herido en busca de su guarida, necesitaba esconderse y asumir lo inimaginable. Por suerte, su hermana acababa de casarse y vivia con su marido, el mejor amigo de Jonathan. Si se hubiera dado de bruces con Mazie en la enorme casa de la playa, se habria dado cuenta al instante de que le pasaba algo. Los hermanos estaban muy apegados. En circunstancias normales, ni Jonathan ni Mazie seguirian viviendo en la casa en la que se habian criado, pero su padre era viejo y estaba solo. Muchos de sus amigos se habian ido a vivir a residencias en las que estaban acompanados y atendidos, pero Gerald Tarleton se aferraba a aquella fortaleza que era su casa en una isla barrera. Jonathan entro en el garaje y apoyo la frente en las manos. Se sentia debil, asustado y furioso. ?Como demonios iba a sacar aquello adelante? Era el unico que se ocupaba de la compania familiar de transportes. Aunque el nombre de su padre todavia figuraba en el membrete, Jonathan era el unico que se encargaba de aquel imperio. Su hermano gemelo deberia estar alli para ayudar, pero no se sabia nada del paradero de Hartley. Despues de robar varios millones de dolares a la compania, su padre lo habia desheredado y apartado de sus vidas. Su traicion le habia afectado mucho. Era un dolor interno que le reconcomia de la misma manera que la enfermedad. Su padre y el eran los unicos que sabian lo que habia pasado. No habian querido entristecer a Mazie https://www.facebook.com/novelasgratis 5 ni alterar la opinion que tenia de su hermano. Con mano temblorosa, Jonathan apago el motor, y en cuanto el aire acondicionado dejo de funcionar la humedad empezo a filtrarse en el coche. Los veranos en Carolina del Sur eran muy calurosos. Recogio sus cosas y subio a la casa. Por razones de seguridad, los Tarleton tenian alli dos despachos con la tecnologia mas puntera, ademas de los que tenian en la sede de la compania. No solo era una forma de garantizar la privacidad, tambien de que Jonathan mantuviera informado a su padre. No se sentia comodo en aquella situacion, y tenia un apartamento en la ciudad al que se escapaba de vez en cuando. Para un hombre de treinta y un anos, casi treinta y dos, su vida social era practicamente nula. De vez en cuando salia con alguna mujer, pero pocas de ellas comprendian sus exigencias. Dirigir el impresionante imperio familiar era para el todo un privilegio y tambien una maldicion. Ni siquiera recordaba la ultima vez que se habia sentido unido a una mujer, ya fuera emocional o fisicamente. Pero hacia aquellos sacrificios con agrado. Estaba orgulloso de lo que los Tarleton habian logrado alli en Charleston y queria ver su ciudad prosperar. Se detuvo unos segundos en el salon para contemplar el oceano. El sol de junio se reflejaba en sus aguas y la vista desde aquellos enormes ventanales siempre le habia parecido espectacular. Hasta aquel dia. En ese momento, la inmensidad del mar parecia estar burlandose de el. Los seres humanos no eran mas que pequenas particulas del universo infinito. Los viejos cliches eran ciertos. Afrontar la mortalidad de uno mismo lo alteraba todo. El tiempo, ese recurso que siempre habia considerado una materia prima inagotable, era de pronto mas preciado que cualquier cosa atesorada en la camara acorazada de un banco. ?Cuanto tiempo le quedaba? Los medicos le habian dicho que seis meses, tal vez un poco mas, tal vez un poco menos. ?Como iba a contarselo a su hermana? ?Y a su padre? ?Que pasaria con la empresa familiar? Mazie tenia sus propios intereses, su propia vida. Ella seria la unica duena del negocio, una vez que Jonathan y Gerald desaparecieran. Teniendo en cuenta que nunca habia demostrado el mas minimo interes por participar en la gestion de Tarleton Shipping, tal vez acabara vendiendo el negocio. Eso supondria el final de una era, pero quiza fuera lo mejor. La idea le resultaba dolorosa. Hasta ese dia no se habia dado cuenta de lo https://www.facebook.com/novelasgratis 6 vinculado que estaba emocionalmente a la compania. No era solo un trabajo para el. Era un simbolo del lugar que ocupaba su familia en la historia de Charleston. Momentos mas tarde encontro a Gerald Tarleton dormitando en un sillon del cuarto de estar y no quiso despertarlo. Se sentia devastado y fuera de control. Ademas, le dolia mucho la cabeza. Aquellos dolores habian comenzado hacia un ano. Al principio, eran esporadicos, pero poco a poco se fueron incrementando. Un medico le habia llegado a decir que eran por el estres, otro los habia calificado de migranas. Habia seguido una docena de tratamientos sin conseguir mejorar. Ese dia, su medico le habia dado un punado de pildoras y la receta para conseguir mas. Podia tomarse una, meterse en la cama y dormir hasta que aquel dolor punzante desapareciera. Pero eso no resolveria los grandes problemas. La idea de dejarse llevar por el efecto de los medicamentos era muy tentadora. No queria soportar un minuto mas de aquel dia tan horrible. Pero se dirigio a la cocina, tomo un vaso de agua y se tomo un par de pastillas de acetaminofen. Tenia responsabilidades, responsabilidades que no le llevaban a ninguna parte. Lo unico que habia cambiado era el tiempo que le quedaba. Jonathan siempre habia crecido trabajando bajo presion. La descarga de adrenalina por conseguir lo imposible le hacia esforzarse al maximo. Esa cualidad lo ayudaria a soportar los siguientes meses. Acababa de tomar su primera decision despues del diagnostico: mantendria en secreto la noticia por el momento. No habia razon para entristecer a su familia y amigos. Lo primero que tenia que hacer era trazar un plan. Una serie de ideas empezaron a formarse en su cabeza, cada una mas absurda que la anterior. Tenia que haber una respuesta. No podia permitir que cuando llegara el ocaso final, todo se fuera a la ruina. Necesitaba tiempo para asimilar aquella espada de Damocles que colgaba sobre su cabeza. Ni su dinero ni su poder ni su influencia podian salvarle de aquello. Lisette Stanhope introdujo el codigo de la alarma, espero a que la verja se https://www.facebook.com/novelasgratis 7 abriera y avanzo lentamente con su coche por la propiedad de los Tarleton. A pesar de que llevaba seis anos trabajando para Jonathan Tarleton, no dejaba de maravillarle aquella casa. Los Tarleton llevaban decadas viviendo en la punta de una pequena isla barrera al norte de la ciudad. En sus seis hectareas se levantaban la casa principal y varias construcciones repartidas a su alrededor. Una imponente verja de hierro protegia el enclave. El acceso desde el mar era imposible por el enorme muro de ladrillo que se habia levantado en la arena. Aunque la playa era publica, impedia que se pudiera acceder a la propiedad de los Tarleton tanto para evitar curiosos como por motivos de seguridad. Los huracanes y la erosion hacian que el mantenimiento del muro fuera muy caro, pero el actual patriarca de los Tarleton era por naturaleza paranoico y desconfiado, por lo que la seguridad era una preocupacion constante. Cuando vio el coche de Jonathan aparcado, el corazon se le encogio. Normalmente no estaba en casa a esa hora del dia. Tenia pensado entrar, saludar a Gerald y dejar el sobre que llevaba en el bolso en el escritorio de Jonathan. Podria haber llevado a cabo aquel tramite en las oficinas de la sede donde trabajaba, pero preferia hacerlo en un entorno mas discreto. La decision de presentar su renuncia le producia un nudo en el estomago. Jonathan se quedaria perplejo o se pondria furioso. Cuando leyera su carta, le pediria una explicacion. Ya lo habia pensado y habia estado practicando su discurso: la rutina, nuevos desafios, mas tiempo para viajar... Frente al espejo, le habia resultado casi convincente. Aquello le provocaba una gran desazon, teniendo en cuenta lo buenos que habian sido con ella Jonathan y su familia.

  • Irrompible de Romina Naranjo

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    Tucker y Amelia fueron, con toda probabilidad, la peor pareja del mundo.

  • Herencia maldita de Nicole Negron

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    Luego de diecisiete anos de estar bajo el cuidado de su padre y su protector. El manto del engano cae, dejando al descubierto un mundo fantasioso hacia su vista, sin embargo, lo que nunca espera es que esa vida empeore. Llevandola a un oscuro universo, lleno de secretos, donde encuentra seres despreciables ante los humanos tambien conocidos como brujos, quienes se dejan guiar por el odio y la avaricia.

  • Amor y tequila de Maria Jose Vela

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    Es curioso como, en los peores momentos, aquello que odias puede convertirse en tu unica salvacion. A Sara no le gustaba conducir y, sin embargo, hacia meses que no perdia la oportunidad de hacerlo. Y es que asi, con las manos en el volante y la mirada fija en la carretera, nadie podia pedirle que preparara un biberon, que realizara una craneotomia de urgencia o que hiciera el amor. Cuando conducia, solo cuando conducia, el mundo parecia detenerse y darle una tregua. Por eso, aquella manana no dudo en hacerse con las llaves del monovolumen para ir al aeropuerto. No le importo la cara de sorpresa que puso Juan ni tampoco el hecho de que fueran mal de tiempo. Porque iban mal. Muy mal. Para evitar mirar el reloj otra vez y estresarse mas que un camaleon en un parque de bolas, Sara echo un vistazo por el retrovisor. Mala idea. Juan intentaba dormir apoyado en la silla de la pequena Loreto, su bebe de veinte meses. Estaban cogidos de la mano y, por como fruncian el ceno, hundiendo algo mas la ceja derecha que la izquierda, seguian disgustados. Sara emitio un largo suspiro, directo desde su pecho. Estaba cansada. Preparar un viaje como aquel en tiempo record no habia sido nada facil. Y eso que su destino era Cancun, un paraiso del Caribe mexicano donde puedes vivir experiencias trepidantes, como ponerte hasta arriba de micheladas y tacos al pastor, [1] bailar en el Coco Bongo hasta morir o, si eres idiota, perder la virginidad. Pero el de Sara no era un viaje de placer, no. Se trataba mas bien de una aventura improvisada, una desgracia en toda regla, una pesadilla dantesca que se desato cuando Cayetana, su hermana pequena, la llamo en plena noche para anunciar: <>. Ante semejante drama, Sara no dudo en prometerle que irian a verla lo antes posible. De nada sirvio la insistencia de Juan en recordarle aquella tonteria sin importancia de que llevaban trece anos sin dirigirse la palabra ni enviarse una postal por Navidad. No, no habia sido facil organizar un viaje asi. Ni siquiera le habian hecho a la nina el pa... sa... por... te... --Juan, ?puedes mirar en mi bolso si llevo el pasaporte, por favor? --pregunto Sara. Juan busco la mirada de Sara en el retrovisor y, aunque no la encontro, pudo sentir su nerviosismo. --?Donde lo tienes? --Mira en el bolsillo interior. --Aqui solo esta el de Loreto. --?Puedes buscarlo donde sea, por favor? --lo insto Sara, el corazon a mil por hora. Tras adentrarse en las profundidades del inmenso bolso de su mujer, donde encontro un tanga medio mojado que olia a suavizante, un estetoscopio y hasta un tubo pegajoso de pomada para hemorroides, Juan sentencio: --No esta. Sara se revolvio nerviosa. Quiso tragar saliva, pero tenia la boca seca. Miro el reloj. Iban con el tiempo tan justo que dar la vuelta y volver a casa para buscar el pasaporte ya no era una opcion. Si hubieran salido a la hora prevista... Pero fue imposible. Juan se empeno en despertar a Loreto, una decision absurda tratandose de un bebe que no dormia nunca mas de cuatro horas seguidas. Y a ella no le gusto, claro. El desconcierto inicial de verse obligada a dejar de dormir, dio paso a un tremendo llanto del que tuvo que hacerse cargo Sara mientras le preparaba un biberon y recogia algunas prendas del tendedero que termino metiendo arrugadas en su bolso. Nada parecia consolar a la pequena, ni siquiera Po, el perrito de peluche marron que siempre la acompanaba. Solo cuando tuvo que concentrar toda su energia en hacer algo de suma importancia (una caca bien grande), el llanto ceso. Sara la llevo a la habitacion, le quito el panal y se dio cuenta del desastre. Cuantos panales y toallitas tenian en casa estaban repartidos entre las maletas y la mochila de la nina, y todo, absolutamente todo, se lo habia llevado Juan al monovolumen sin preguntar. Sara lo llamo al movil, pero como todo el mundo sabe, los garajes subterraneos se disenan a proposito para que no haya cobertura. Lo intento una vez mas y otra y otra... No pudo localizarlo hasta que aparecio por la puerta, nervioso porque su mujer no bajaba con la nina. Juan tuvo que correr de vuelta al coche a por toallitas y un maldito panal y asi, con media hora de retraso, consiguieron salir de casa. --Sara, no puedo creerlo, ?se te ha olvidado el pasaporte? --balbuceo Juan desde el asiento de atras. --Creo que si. --Hay que ir a la comisaria y no tenemos tiempo. --Calla, dejame pensar... --?En que, Sara? Sin pasaporte no puedes volar a Mexico. Tenemos que ir a la comisaria del aeropuerto a para ver si te hacen uno provisional --insistio Juan. Como si de las trompetas del Apocalipsis se tratara, los altavoces del monovolumen comenzaron a sonar con desesperacion. Era una llamada de Loreto, la amiga de Sara responsable de que su hija se llamara asi. --Dime, Lore --contesto Sara, casi sin voz. --?Se puede saber donde estais? Os estamos esperando. --Estamos llegando, pero tenemos un problema. Me he dejado el pasaporte en casa --dijo Sara. Un tenso silencio se formo a ambos lados de la linea. --?Me estais vacilando? --!No! --gritaron Sara y Juan a la vez. --Vale. A ver, no os pongais nerviosos. --Hay que ir a la comisaria --dijo Juan. --Si, eso me suena. A Abi le paso algo parecido hace poco. Ella sabe que hay que hacer, os la paso. Abi y Loreto, las amigas de Sara, habian quedado con ellos en el aeropuerto para hacerse cargo del monovolumen. Asi no tendrian que pagar un dineral de parking si su estancia en Cancun se alargaba mas de lo previsto. --Sara, tranquila, en la comisaria de policia de la T4 pueden hacerte un pasaporte provisional. Creo recordar que esta en un extremo de la terminal --dijo Abi, cuya torpeza habitual la habia convertido en una experta en solucionar situaciones tan extraordinarias, que podria sobrevivir hasta en Gilead, la republica de El cuento de la criada. --Abi, ?podeis buscarlo en internet y confirmarmelo, por favor? --suplico Sara. --Si, espera, Loreto lo esta mirando. Pongo el altavoz. Aunque solo tardaron unos segundos en consultarlo, dentro del monovolumen parecieron horas. --La comisaria esta al final de la zona de salidas y esta abierta --confirmo Loreto--. ?A que hora teneis que embarcar? --A las nueve, tenemos menos de dos horas. ?Crees que nos dara tiempo? --De sobra. Id hasta el fondo de la terminal, nosotras vamos para alla. Con los nervios de punta, llegaron al aeropuerto. Sara siguio con suma atencion las senales para no equivocarse de camino, solo le faltaba aparecer en la terminal equivocada. En cuanto enfilo el carril habilitado para dejar pasajeros, no le costo mucho identificar a sus amigas. Abi trataba de compensar sus problemas de estatura saltando para llamar su atencion. Loreto, sin embargo, no necesitaba moverse. Le bastaba su estilo gotico, sus piercings y sus tatuajes para que la reconocieran. Sara detuvo el coche frente a ellas y, antes de que pudiera tirar del freno de mano, Loreto salto al asiento del copiloto y empezo a dar instrucciones precisas: --Sara, ve con Abi. Ya tenemos localizada la comisaria. Juan, tu y yo vamos a dejar el coche en el aparcamiento por si todo sale mal y no podeis viajar. --!Leto! --grito el bebe, que se alegraba de ver a su siniestra tocaya. --!Hola, Mini Yo! !Te vas a Mexico! --exclamo Loreto. Con el alma llena de esperanza y el corazon a punto de explotar, Sara salio del coche y corrio junto a Abi hacia la comisaria. Una vez alli, fueron directas hacia un hombre uniformado que guardaba la puerta y que bien podria haberse llamado Goliat. --Buenos dias, ?que desean? --las saludo con una enorme sonrisa. --Hola --jadeo Sara--. Tengo que coger un vuelo a Cancun, en Mexico, y no tengo mi pasaporte. Ademas, voy con una nina pequena. ?Puede ayudarme? --?A que hora tiene que embarcar? --A las nueve. El agente Goliat miro su reloj y torcio el gesto. --Los companeros que realizan estos tramites no llegan hasta las ocho. --?Hasta las ocho? Eso es casi una hora y no tengo una hora, !voy con un bebe! --protesto Sara. --Senora, es lo que hay. Sientese ahi y espere --ordeno Goliat, con una templanza envidiable hasta para un monje budista. --Sara, tranquila, yo me quedo esperando. Tu ve a ese fotomaton de ahi y hazte unas fotos. Te las van a pedir --dijo Abi. --Buena idea --confirmo el agente Goliat, que miraba a Abi con inusitada atencion--. Me suena mucho su cara, ?la conozco de algo? Abi sonrio emocionada y le dedico una coqueta caida de ojos. --Si, puede ser, presento las noticias de madrugada del Canal 12 --dijo apartandose el pelo de la cara como si fuera una celebrity. Goliat entorno los ojos y ladeo la cabeza. --?Canal 12? Ni siquiera sabia que existia. --Vaya por Dios... --suspiro Abi, de vuelta al anonimato. --Pero estoy seguro de que la conozco... !Ya se! Usted estuvo aqui hace poco. !Es la periodista que se desmayo! Una repentina y sospechosa tension se apodero de todos los musculos de Abi. --?Cuando te desmayaste? --pregunto Sara, extranada por no conocer esa historia. --?No te acuerdas? Te lo conte, tonta. Iba a Paris con un companero para hacer un reportaje y me deje el DNI en la oficina. Me enviaron aqui y, con los nervios, me desmaye --mintio Abi. Mintio, si, porque en realidad no se desmayo. Tan solo simulo un desvanecimiento para que la atendieran antes que a nadie y, aunque se salio con la suya, ahora ese policia podria descubrir el engano si Sara no dejaba de mirarla con cara de sospecha. --Sara... !Las fotos! --dijo Abi. Con los nervios de nuevo en el estomago, Sara fue hacia el fotomaton que habia a unos pocos metros. Abrio las cortinas y se sento en la banqueta. La cabina era agobiante, demasiado pequena para su metro ochenta de estatura. Al ver su aspecto en el reflejo de la pantalla, saco de su bolso el tubo de pomada para hemorroides y se aplico a pequenos toques una buena cantidad bajo el parpado inferior. Era un ritual mas que otra cosa, porque hacia meses que ese truco ya no funcionaba. Enderezo la espalda y se dio cuenta de que su cabeza se salia de los limites de la foto. Se levanto y bajo la altura del asiento dandole vueltas hasta que llego al tope. Volvio a sentarse y compuso un poco sus rebeldes rizos dorados. Siguio las instrucciones que vio en la pantalla y... Tres. Dos. Uno. !Flash! Listo. Las fotos estarian en un minuto.

  • Cameron Carter de Liah Jones

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    ?Ves a ese tipo de ahi, ese que luce un traje gris carbon, con una corbata azul y que esta inclinado sobre un Camaro del sesenta y nueve? Pues ese tipo soy yo. Soy Cameron Carter y esta es mi historia.

  • Posesion agradecida de Jorge Borges

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    ?Que quiere un hombre que lo tiene todo?
    Dinero, fama, mujeres.
    Salud, un cuerpo de infarto.
    El poder corrompe. Demanda excesos.

  • Olvidame tu de Vanessa Lorrenz

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    Alexa pensaba que la vida no tenia ningun sentido despues de que su matrimonio fracasara, su perfecta vida planeada al lado del amor de su vida de un momento a otro se vio derrumbada. ?Que sucede cuando el hombre al que juraste amar, de pronto decide que la vida a tu lado no es lo que esperaba?, ?hay segundas oportunidades? Como continuar tu vida con el corazon destrozado en mil pedazos. Descubre si Alexa es capaz de decir Olvidame tu...

  • Un grave error de Erina Alcala

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    -?Que pasa mama? -Pregunto Ana. La madre bajo la cabeza. -?Es grave?, papa dime que pasa. La familia Solis, estaba compuesta por el padre, Francisco Solis de 50 anos y su madre Berta de 48 y ella misma, Ana Solis como hija unica. Era una familia acomodada de Marbella, pues el padre trabajaba para la empresa de Floros Michelakis, un armador griego que tenia una de sus bases en Marbella. Vivian en una gran villa, desde que ella tenia uso de razon. Su padre era gerente de la empresa naviera. Llevaba ya trabajando tiempo con Floros, al tanto de los astilleros de Cadiz y de la flota de yates de recreo que se vendian en Marbella. Ahora, Floros se habia jubilado y su hijo Dimitri habia tomado el mando de todas las propiedades que la familia Michelakis tenian en Grecia, en Marbella, en Cadiz y algunos astilleros italianos e Inglaterra tambien. Su padre habia hecho un buen trabajo y Dimitri a sus treinta anos, era el dueno de una inmensa fortuna, un yate de lujo enorme y caro, un jet privado, una casa en la isla de Santorini, lejos del turismo, pero no menos preciosa, rodeada de un terreno de vinedos de los que estaba orgulloso, crecian en esa tierra volcanica que era la isla, y la casa estaba situada en una pequena colina. Abajo, por un sendero de unos trescientos metros, se bajaba a la playa, de arena blanca. Una playa privada de kilometro y medio con un embarcadero al final de la misma. Aunque no toda la isla tenia arena blanca, la otra parte de la isla, era arena negra, tan maravillosa como la blanca. Dimitri, se compro esa casa a seis kilometros de la civilizacion para estar tranquilo, cuando viajaba, era su remanso de paz, de descanso entre viajes. Tenia un balcon con piscina natural, como las casitas turisticas de la isla, una gran casa con una decoracion en tonos azules, gimnasio, piscina cubierta y otra en el jardin desde la que se veia el mar, y todo cuanto podia necesitar. Tres trabajadores se encargaban de la casa, dos mujeres, una de la cocina Cora, mujer de Cosmos que se encargaba de la vigilancia, del jardin y las piscinas, asi como de cerrar por la noche la verja que llevaba a la playa. Su mujer Cora, se encargaba de las compras y la cocina, dormian en una casita de invitados en el jardin, a una cierta distancia de la casa y Delia se encargaba de la limpieza de la casa. A dos kilometros, habia un almacen y una bodega, con todo lo indispensable para criar su propio vino. Un vino seco y de gran acidez debido al terreno volcanico de la isla. Estaba orgulloso de su bodega. Tenia para ello a tres trabajadores. Marco, era el supervisor y el encargado. En Atenas, donde tenia su trabajo, su oficina, habia adquirido un gran apartamento en el centro de la ciudad, y el resto del tiempo, o cuando viajaba lo hacia en el jet privado y el yate lo tenia de recreo para ir al resto de las islas, y se quedaba en hoteles cuando iba a otros paises. No queria mas propiedades, salvo las que su padre le habia dejado, a cambio, su padre recibia anualmente una buena cantidad de dinero para vivir bien con su madre, un yate y una casa en las afueras de Atenas. Su padre le decia que ya era hora de enamorarse y formar una familia, pero el decia que posiblemente lo segundo, lo primero impensable, Dimitri no era de esos, ni queria hijos. Ninguno. No tenia tiempo de atenderlos. No se veia como su padre. Le encantaba su trabajo y viajaba demasiado como para hacerse cargo de una familia al uso. Si queria una mujer, se la llevaba algunos viajes, si eran cortos. Habia salido con Anika, una griega hija de un banquero importante, pero le puso los cuernos con otra persona y no queria saber nada de mujeres. Tampoco es que tuviesen una relacion formal ni seria. Asi que no le dolio lo mas minimo cortar con ella. -Hijo, ?y a quien dejaras todo esto? Al menos nosotros te lo hemos dejado a ti. Tu padre ha creado un imperio y se que tu doblaras ese trabajo. Eres inteligente, pero una mujer buena a tu lado... -Quiza mas adelante te de una sorpresa, mama. tranquila soy joven aun, -Si, piensalo, tu padre me tenia a mi cuando volvia de sus viajes, y hemos sido felices treinta y cinco anos. -Ya veremos. Ahora viajo mucho y trabajo mucho mas. Papa se ha dado a la buena vida y estoy haciendo auditorias en todas las empresas antes de tomar decisiones importantes. -Tu padre ya ha trabajado bastante, viajado y quiere tranquilidad. -Es cierto, yo puedo ocuparme de todo. No os preocupeis. Te quiero, mama. -Y nosotros a ti hijo -Dijo abrazandolo. En Marbella, Ana estaba muy preocupada. -?Bueno, me vais a decir que pasa? -El senor Floros se ha jubilado y ha venido el hijo, que es el que se ha hecho cargo de todas las empresas de su padre. Es un joven duro, no es como su padre. -Bueno ?Y que pasa? -Ha hecho una auditoria en la empresa. Las esta haciendo en todas las empresas que su padre le ha dejado. -Y bien, es normal ?no? -No hija. Tuve que sacar dinero para la casa y la buena vida que llevamos. Iba a reponerlo, pero nunca reunia suficiente. -Pero papa... ?Has robado a la empresa? -Solo lo he cogido, pero no tengo el suficiente para reponerlo todo. Lo perderemos todo, e ire a la carcel. Su hijo es duro. -?Como? -Fue para que tu madre y tu vivierais bien y fueras a la universidad de Harvard a hacer Derecho y Administracion de empresas. -Pero papa, vamos a ver, tengo 23 anos. Acabo de terminar la carrera y por supuesto no ire a hacer ningun master, podia haber estudiado en Malaga, ?cuanto debes? -No puedo decirtelo, eran pequenas cantidades para que no se notara. -?Te ha echado? Por Dios papa, ?que has hecho?... -Me ha dicho que vaya manana a verlo a las 12 de la manana. Eso significara que si y que tendra alli a sus abogados. -Bueno, buscamos un piso pequeno de alquiler en Malaga y le das la casa o la vendes, y le das el dinero, y el dinero que tengas ahorrado tambien, vendes los coches, no necesitas esos dos coches. -No tengo nada hija, y la casa no es suficiente. -?Por Dios papa, ?que has hecho? -No se hija, se me ha ido la mano y ya no pude parar. -?Por que has llevado una vida que no te correspondia? Nos has mentido. Y tu mama ?lo sabias? -y su madre bajo la cabeza. -!Por Dios! Esto es lo mas, aparte de este calor infernal de agosto. -Deja hija, a ver si manana lo puedo convencer de que me siga dando trabajo y le doy la casa a cambio, o la vendo y le doy el dinero. -Si le das la casa ?cuanto le sigues debiendo? -Dos millones de euros. -?Dos millones? ?Estais locos? Eso no lo ganaremos en la vida ni trabajando los tres con un buen sueldo, ?que has hecho? Coches de lujo, ?creias que no te pillarian? -Ha hecho una auditoria en cuanto su padre se ha ido y ha tomado el mando. -Normal. Uff. Me voy a acostar, a ver que te dice manana. Si no, recogemos las cosas y nos vamos a trabajar en lo que sea los tres y le pagamos todos los meses algo hasta pagar la deuda, aunque tengamos que trabajar toda la vida para pagarsela. Y se fue a su cuarto temblando, cabreada con su padre, muy enfadada. Y llorando. Ella nunca les habia pedido nada a sus padres, a pesar de todo, no era una chica mimada, sino trabajadora y estudiosa. Tenia el pelo largo, y era morena y bajita como su madre, de ojos verdes y nariz con pecas respingona, tenia caracter y estudios, pero nada de experiencia. Y mientras pensaba en la cama en todo, se le ocurrio ir a ver a ese tal Dimitri, hijo del ex jefe de su padre, sin cita ni nada y hablar con el del tema de su padre – Si podia llegar a un acuerdo... No sabia como era ese senor, y aunque ella era joven, 23 anos, intentaria por todos los medios que sus padres salieran bien parados. Se iria a las nueve de la manana. Y esperaria lo que hiciera falta. A las ocho y media le pidio a su madre el coche, desayuno cerca del trabajo de su padre e iba con una carpeta y un boligrafo en el bolso, puso el movil en modo avion para que no la molestara nadie. Se habia puesto una falda de verano, una blusa de maga corta, sandalias altas y se habia recogido el pelo en una cola alta. Se maquillo lo justo y entro en el edificio de oficinas del puerto donde estaba ubicado el trabajo de su padre hasta hoy. Iba nerviosa, no sabia si la recibiria, ni con quien iba a encontrarse. Y, sobre todo, como la recibiria En la recepcion pregunto por el. -No esta, -le dijo la recepcionista -ha salido a desayunar. -?Tardara mucho?, le pregunto Ana. -Una media hora, como el resto de los dias, es muy puntual. -Quisiera hablar con el. -?Tiene cita? -No, pero soy hija de Francisco Solis. -!Ah bueno! Intentare que la atienda en cuanto venga. Si quiere espere en la planta quinta. Hay sillas. Al lado de la puerta, a la derecha, frente a la puerta del director. -Gracias. Lo espero arriba. Y espero media hora justa. Ya estaba temblando de los nervios, las piernas hechas un flan y hasta la barbilla le temblaba, cuando sintio unas pisadas seguras y el corazon le latia a mil por hora. Cuando ese hombre gigante, elegante donde los hubiera, de pelo negro y ojos verdes y barba de un par de dias, se paro junto a ella... -?Es usted hija de Francisco Solis? -Si, senor... -Michelakis. -Senor Michelakis, queria hablar con usted -y Dimitri sonrio con una sonrisa lobuna. -?Que edad tienes? -?Es importante? -Si no, no se lo preguntaria. -Veintitres. He terminado la universidad, si quiere saber mas. -Si un buen dinero mio invertido y en Harvard, nada menos -Y se puso roja -Vamos pase -Y la dejo pasar primero. Y a ella le parecio ir al matadero delante de ESE hombre tan grande, y tuvo un muy mal presentimiento. Hablaba muy bien castellano. -Bueno, a ver, saco unos documentos -sientese por favor -Y ella se sento frente a el en un sillon. -Francisco solo tiene una hija, Ana.

  • Infernales. La hermandad Bronte de Laura Ramos

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  • Asociada con… ?la Muerte? – Megan Marsell de Megan Marsell

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    Leah, la ultima humana y responsable de asegurar la salvacion de la humanidad… ?asociandose con el Jinete Palido?
    Necesitara suerte para sobrevivir a su nuevo entorno… O a Muerte.

  • El dueno de mis suenos (Eire 1) de Delora L. Pereniguez

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    Recuerdo las palabras: <>. Pero no a quien se las dije.
    Mi vida no era nada sencilla. Llevo una vida sin recuerdos, pocos se retornan en mi mente desde aquel fatidico accidente cuando tenia veinte anos. Y todo hombre se acercaba a mi con un proposito: utilizarme. Y ya estaba harta de ellos y de no poder encontrarme a mi misma. Todo tenia un limite. Por ser la hija rica del famoso disenador de moda Peter Knightley, a ningun hombre le daba derecho de utilizarme. Y empece a sentir que en mi pecho no latia un corazon para amar. Los suenos de un chico de rostro borroso (al que a veces llamo Thief) se hacian mas presentes, y mi vida se volvia mas desdichada y vacia sin un pasado claro. Hasta que llego Darien. El roce de sus manos sobre mi cuerpo hizo desencadenar todo lo que parecia dormido, pero habia algo mas dormido aparte de mi corazon, algo que me aterraba descubrir.

  • Madres e hijos de Colm Toibin

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    Por primera vez en castellano, los mejores cuentos del autor de Brooklyn, ganador de los premios Impac y Forster.

  • La chica salvaje de Delia Owens

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    Durante anos, los rumores de la existencia de la Chica Salvaje han perturbado la vida de la pequena localidad de Barkley Cove, en Carolina del Norte. Sin embargo, Kya no es como la describen, sino una joven sensible e inteligente que ha sobrevivido en soledad en las marismas, con la naturaleza como unica acompanante y amiga.

  • A Sexy Berling Christmas (Sexy Berling 1) de Maya Blair

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    Hay nombres que preceden a las personas y el de Gabriel Berling es uno de ellos. Cuando mi socio y yo recibimos el encargo de organizar la fiesta de navidad del hombre del momento, pensamos que nos habia tocado la loteria. Lo que no es para menos, ya que Berling es el fundador, socio mayoritario y presidente de una multinacional muy, muy lucrativa --un verdadero imperio empresarial, en realidad--, aparte de un sujeto amado y odiado a partes iguales que siempre esta en boca de todo el mundo. No me refiero solo a uno de los habituales de la lista de millonarios de Forbes, sino a un icono de nuestra era. Alguien que acapara dia si y dia tambien la atencion mediatica y cuyo nombre se encuentra continuamente en la palestra; ya sea en programas de television, radio o en los continuos rios de tinta que hace correr en las paginas de economia, sociedad... Por no hablar de los jugosos y escandalosos chismes de prensa amarilla que, en la mayoria de los casos, tienen mas de pesimo guion de telenovela que de realidad. Pero la cuestion radica en que rara es la manana en que no desayunas con el nombre de Gabriel Berling junto con tu cafe y tus tostadas, lo que en estos momentos lo convierte en una mina de publicidad para Candilejas, nuestra ambiciosa empresa de organizacion de eventos. El caso es que es bien sabido por todo el que tiene oidos en esta ciudad que la alta sociedad se lo rifa, avida de la cobertura de medios que un personaje de estas caracteristicas arrastra siempre tras de si. La clase de atencion que la jet set cree que se merecen ellos, sus familias y sus celebraciones varias. Y el, con su presencia, les proporciona lo que tanto anhelan. Lo que me lleva a suponer que deben de lloverle invitaciones de lo mas variopintas a cada momento del dia, uff. De hecho, compadezco a su secretaria o asistente. Eso de arriesgarse a morir sepultada por una montana de pomposas tarjetitas escritas provenientes de gente snob con hambre de popularidad no debe de ser muy agradable. ?De que hablaba antes de desviarme con el tema de las invitaciones? !Ah, si! Berling, Berling, Berling. De un tiempo a esta parte, empiezo a pensar que el tipo es una especie de nuevo Dios del siglo veintiuno en una sociedad necesitada de idolos ante los cuales postrarse y a los cuales amar, envidiar u odiar por su exito. Cuando no imitarlos en una burda copia barata, como esos bolsos Louis Vuitton que vienen de tapadillo desde China. Los mismos que de pasada dan el pego, si, pero que en cuanto te acercas un poquito y los miras con detenimiento te das cuenta de que apestan a mala calidad por todas las costuras. Resumiendo; si quieres ser alguien en esta maldita ciudad, invita al <> a tu fiesta --aunque con cuarenta anos que tiene bien podrian cambiarle el apelativo-- y ten por seguro que sera un exito rotundo. Prensa, radio y television cubriran su comparecencia hasta el ultimisimo detalle, seras la envidia de tu circulo de amistades y conocidos, obtendras una avalancha de llamadas furibundas de todo aquel que oso rechazar la invitacion porque cometiste el tremendo error de no avisarles que iria Berling... Y, lo mas importante, si consigues que pose contigo, veras tu rostro estampado junto al suyo en las paginas centrales de los periodicos y revistas de mayor tirada de una costa a la otra. Por cierto, si eres una de esas ninitas monas de moral relajada, poco amor propio y gran apetencia por la popularidad, siempre puedes follartelo. !Para que andarse con rodeos! A tu papaito le saldra mas barato que el coste de una fiesta de ese calibre.

  • Kruso de Lutz Seiler

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    1989, el ano en que en la Republica Democratica Alemana cayo el muro de Berlin. Ed, un joven estudiante de literatura, decide romper con todo para tratar de superar la desolacion por la muerte de su novia en un accidente. Deja atras su vida en una gris ciudad de provincias de la Alemania del Este y viaja hasta Hiddensee, una isla en la costa baltica. El lugar atrae a hippies, idealistas y disidentes del regimen comunista, que desde alli pueden intentar huir a Dinamarca.

  • Arandanos con mandarina (Un te con amor 2) de Mar P. Zabala

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    Llega Mar P. Zabala con la segunda entrega de la serie <>.

  • Nadie nos separara jamas de Sophie Saint Rose

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    Charlotte Harlow volvia a casa despues de estudiar su carrera de medicina para encargarse del consultorio del pueblo. Sorprendio a todos al anunciar que se habia comprado la Mansion Howard, por la que medio pueblo estaba fascinado. Un nuevo vecino que aparentemente no la tragaba, era lo que la fascinaba a ella…

  • Una isla sin mar de Cesar Silva Marquez

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    Cuando la huida se convierte en la unica posibilidad de vivir.

  • La Otra Gente de C. J. Tudor

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    Lo primero en lo que se fijo fue en los adhesivos que bordeaban la luneta del coche y recubrian el parachoques: <>. <> <> <> <> Vaya batiburrillo de mensajes. Aunque una cosa quedaba meridianamente clara: el conductor era un capullo. Gabe habria apostado lo que fuera a que llevaba una camiseta con un eslogan y tenia en la oficina una foto de un mono con las manos en la cabeza y el letrero: <>. Le sorprendia que el tipo pudiera ver algo entre tantas pegatinas. Por otro lado, al menos proporcionaba material de lectura a la gente durante los atascos. Como aquel en el que se encontraban atrapados en ese instante. Una larga fila de vehiculos avanzaba a paso de tortuga a causa de las obras en la autopista; daba la sensacion de que se habian iniciado en algun momento del siglo anterior y que durarian hasta bien entrado el milenio siguiente. Gabe suspiro y tamborileo con los dedos sobre el volante, como si asi pudiera aligerar el trafico o hacer que apareciera una maquina del tiempo. Ya casi iba con retraso. No del todo. Aun no. Todavia estaba dentro de los limites de lo posible que llegara a casa a tiempo. Pero no albergaba muchas esperanzas. De hecho, las esperanzas lo habian abandonado cerca de la salida 19, como a todos los conductores lo bastante espabilados para confiarse a su GPS y tomar un desvio por una carretera comarcal. Lo mas frustrante era que ese dia habia conseguido salir a buena hora. Habria podido llegar sin problemas a las seis y media, a tiempo para la cena y para acostar a Izzy, como le habia prometido --prometido de verdad-- a Jenny que haria esa noche. <> Eso le habia dolido. Ella queria hacerle dano. Por supuesto, Gabe habria podido replicar que era el quien habia preparado a Izzy para el colegio por la manana, mientras Jenny salia pitando para reunirse con un cliente. Era el quien habia consolado a su hija y le habia aplicado crema antiseptica en el menton cuando el temperamental gato de la familia (adoptado por Jenny) la habia aranado. Pero no le ha dicho nada, porque ambos sabian que eso no compensaba todas las ocasiones perdidas, los momentos en que el no habia estado alli. Jenny era una mujer bastante razonable, pero en lo que a asuntos familiares se referia, tenia los limites bien marcados. Si alguien los traspasaba, ella tardaba mucho tiempo en dejarlo volver al redil. Era una las cosas que el amaba de ella: su devocion inquebrantable hacia su hija. La madre de Gabe habia sido mas devota del vodka barato, y el nunca habia conocido a su padre. Juro que el seria distinto, que siempre estaria al lado de su pequena. Y sin embargo alli estaba, atrapado en la autopista, con muchos numeros de llegar tarde. Otra vez. Jenny no se lo perdonaria. No queria pensar demasiado en las posibles consecuencias. Habia intentado llamarla, pero habia saltado el buzon de voz. Ahora le quedaba menos de un uno por ciento de bateria en el movil, que se apagaria en cualquier momento, y justo ese dia, como no podia ser de otra manera, Gabe se habia dejado el cargador en casa. No podia hacer otra cosa que permanecer sentado, luchando contra el impulso de pisar el acelerador a fondo y llevarse por delante los demas vehiculos, tabaleando sobre el volante con agresividad mientras contemplaba al puto don Pegatinas que tenia delante. Muchos de los adhesivos parecian viejos, pues estaban descoloridos y arrugados. Por otro lado, era un coche antiguo. Un Cortina, o algo por el estilo. Estaba pintado con un espray de aquel color tan de moda en los anos setenta: una especie de dorado sucio. Platano mohoso. Crepusculo contaminado. Sol moribundo. El inestable tubo de escape escupia de forma intermitente un turbio humo gris. El parachoques entero estaba salpicado de herrumbre. Gabe no alcanzaba a ver el distintivo de la marca. Seguramente se le habia caido, junto con media matricula. Solo quedaban las letras <>, <>, y parte de un numero que podia ser un 6 o un 8. Fruncio el ceno. Estaba convencido de que aquello no era legal. Seguro que el cacharro de mierda no estaba ni en condiciones de circular, ni asegurado, ni en manos de un conductor cualificado. Mas valia no acercarse demasiado. Estaba planteandose cambiar de carril cuando el rostro de la nina aparecio tras la luneta, justo en el centro del marco formado por los adhesivos medio despegados. Parecia tener unos cinco o seis anos, cara redonda, mejillas sonrosadas y el fino cabello rubio recogido en dos coletas en lo alto de la cabeza. Lo primero que le paso a Gabe por la cabeza fue que ella deberia llevar puesto el cinturon de seguridad. Lo segundo que penso fue: <>. La nina clavo la vista en el. Se le desorbitaron los ojos. Abrio la boca, dejando al descubierto el diente delantero que le faltaba. Gabe recordaba haberlo envuelto en un panuelo de papel antes de colocarlo debajo de la almohada para que lo recogiera el Ratoncito Perez. Sus labios formaron la palabra <>. En ese momento, una mano procedente del asiento delantero la agarro del brazo y tiro de ella hacia abajo con brusquedad. Ella desaparecio de la vista. Se esfumo. Ya no estaba. Gabe se quedo contemplando el espacio vacio tras el parabrisas. <> Imposible. Su hija estaba en casa, con su madre. Probablemente viendo el Disney Channel mientras Jenny preparaba la cena. No podia ir en el asiento de atras del coche de un desconocido, en direccion a Dios sabe donde y sin el cinturon de seguridad abrochado. Las pegatinas le impedian ver al conductor. A duras penas alcanzaba a vislumbrarle la cabeza por encima del <>. A la mierda. Toco el claxon de todos modos. Luego hizo senales con las luces. Parecio que el cacharro aceleraba un poco. Las obras de la autopista terminaban unos metros mas adelante, y las senales de ochenta kilometros por hora cedian el paso a las que indicaban el limite de velocidad nacional. <> Piso el acelerador. Su coche era un Range Rover nuevo. Tiraba como una bestia. Aun asi, el viejo y destartalado monton de chatarra que tenia delante se alejaba. Apreto el pedal con mas fuerza. El velocimetro subio poco a poco, a ciento diez, ciento veinte, ciento treinta y cinco… Cuando empezaba a ganar terreno, el automovil de delante se paso de golpe al carril central y adelanto varios coches. Gabe lo siguio con un viraje brusco, cerrandole el paso a un camion de alto tonelaje. El estruendoso bocinazo estuvo a punto de dejarlo sordo. El sentia que el corazon estaba a punto de reventarle el pecho como un puto alien. El coche de delante zigzagueaba peligrosamente entre los demas vehiculos. Gabe se vio acorralado por un Ford Focus, a un lado, y un Toyota, delante. Mierda. Echo una ojeada al retrovisor y se desvio al carril lento antes de colarse rapidamente delante del Toyota. En ese instante, un Jeep que se incorporaba desde el carril de adelantamiento le rozo el capo. Gabe freno en seco. El conductor del Jeep puso las luces de emergencia y le mostro el dedo medio. --!Que te den, gilipollas de mierda! El monton de chatarra, que le sacaba ya varios coches de ventaja, continuo serpenteando entre el trafico hasta que las luces traseras desaparecieron a lo lejos. Gabe no podia seguirle el ritmo. Era demasiado peligroso. Ademas, se dijo, sin duda se habia confundido. Por fuerza. No podia tratarse de Izzy. Era imposible. ?A santo de que iria montada en ese coche? Se sentia cansado, estresado. Estaba oscuro. Debia de tratarse de una ninita que se parecia a Izzy. Una ninita que se le parecia un monton, que tenia la misma cabellera rubia recogida en coletas, la misma mella entre los dientes delanteros. Una ninita que lo habia llamado <>. Mas adelante una senal luminosa rezaba: <>. Podia parar alli y llamar a casa para quedarse mas tranquilo. Pero ya iba a llegar tarde; mas valia que siguiera adelante. Por otro lado, ?que importaria si se retrasaba unos minutos mas? Se aproximaba a la salida. <> En el ultimo momento, dio un volantazo a la izquierda y piso las bandas sonoras blancas, provocando un concierto de bocinazos. Acelero por la rampa y llego a la estacion de servicio. Gabe casi nunca paraba en estaciones de servicio. Le parecian deprimentes, llenas de infelices que habrian preferido estar en otra parte. Perdio unos minutos valiosos corriendo de un lado a otro entre los diversos establecimientos de alimentos en busca de un telefono publico, hasta que al fin encontro uno medio escondido cerca de los aseos. Un unico aparato. Ya nadie usaba telefonos publicos. Perdio varios minutos mas buscando suelto hasta que cayo en la cuenta de que aceptaba pago con tarjeta. Se saco la de debito de la cartera, la introdujo y marco el numero de casa. Jenny nunca lo cogia al primer timbrazo. Siempre estaba ocupada haciendo algo con Izzy. A veces decia que le habria gustado tener ocho pares de manos. El deberia pasar mas tiempo en casa, penso. Echarle una mano. --?Diga? Era la voz de una mujer, pero no de Jenny. La voz de una desconocida. ?Se habria equivocado de numero? No lo marcaba muy a menudo. Culpa de los moviles, tambien. Comprobo el numero en la pantalla. Era el del telefono fijo de su casa, sin asomo de duda. --?Diga? --repitio la voz--. ?Es usted el senor Forman? --Si, soy el senor Forman. ?Y usted quien cono es? --Soy la inspectora de policia Maddock. --Una inspectora de policia. En su casa. Atendiendo su telefono--. ?Donde esta usted, senor Forman? --En la M1. Es decir, en una estacion de servicio. De camino de vuelta del trabajo. Balbuceaba. Como si fuera culpable de algo. Aunque en realidad lo era, ?no? Culpable de un monton de cosas. --Tiene que volver a casa, senor Forman. Lo antes posible. --?Por que? ?Que pasa? ?Que ha pasado? Una larga pausa. Un silencio denso, opresivo. Uno de aquellos silencios prenados de palabras sobrentendidas, penso el. Palabras que estaban a punto de joderle la vida por completo. --Se trata de su esposa… y de su hija.

  • Irresistible 1 de Robyn Hill

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    Aunque siempre me he sentido un privilegiado en la vida, el dia que aterrice en Las Vegas maldije mi mala suerte. Despues de dos meses en Nueva York, en un centro de desintoxicacion por consumo de cocaina, habia decidido trasladarme a la ciudad del pecado. Alli me aguardaba un productor musical con un contrato para cantar en un casino y publicar un disco. Estaba entusiasmado, deseando empezar cuanto antes. Por desgracia, todo eso se habia evaporado de repente, pero empezare por el principio. Para quienes no me conozcais, mi nombre es Eric Cassel, naci en Paris, tengo treinta anos y fui un jugador de futbol muy reconocido durante ocho anos, e incluso llegue a ser internacional en cien partidos. El futbol para mi no fue mas que un medio para lograr mi independencia economica, si, me gustaba, sin embargo, no era mi autentica pasion. Aquello que siempre me ha hecho sentir vivo es cantar. Desde pequeno me gustaba coger el mando a distancia del televisor e imaginar que cantaba como Frank Sinatra, mi idolo, frente a miles de personas. Pero casi sin darme cuenta, el futbol se cruzo en mi camino y devoro todo mi tiempo libre, aunque yo sabia dentro de mi que, tarde o temprano, acabaria cumpliendo mi destino. Cuando festejabamos en cualquier discoteca la consecucion de algun titulo con mi equipo, el Paris Saint Germain, me encantaba apoderarme del microfono y cantar <>. !Que bien lo pasaba! Magnifique! Aun asi, en aquellos tiempos cantar lo hacia solo de vez en cuando, por diversion. Una lesion me obligo a retirarme del futbol hace dos anos y, sin la necesidad de trabajar en la vida, el cine me pico la curiosidad, ya que siempre me habian ofrecido papeles para protagonizar peliculas debido a mi agraciado fisico y a mi fama. Fue una etapa muy divertida, pero cuando me llamaron de un festival de cine de Nueva York para ser jurado a ultima hora sustituyendo a un importante director frances, entendi que era una senal del destino. En cuanto pise la ciudad, me deje contagiar por la electrizante energia que desprende cada rincon y supe que habia llegado el momento de probar un nuevo desafio empezando de cero. La suerte quiso que despues de cantar, por casualidad, en un bar de moda de Manhattan, un productor se acercase para ofrecerme cantar en Las Vegas en un casino de su propiedad y, si triunfaba, publicar un disco. No me sorprendio que esto ocurriera en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, asi que le dije que si inmediatamente. Por desgracia, una noche loca que disfrutaba de la compania de dos amigas, me arrestaron en plena calle con dos gramos de cocaina. Despues de arduas negociaciones con la fiscalia, mis abogados lograron un excelente trato: una fuerte multa economica de cuatro ceros, dos meses en una clinica de desintoxicacion y continuar en posesion de mi visado de turista. Asi pues, en junio aterrizaba por primera vez en Las Vegas. Despues de registrarme en una suite en el MGM, alquile un Ferrari para acudir a la oficina del productor, en el centro comercial Fashion Show. Me encontraba entusiasmado, con mariposas en el estomago, imaginandome en un gran escenario ante miles de personas. En cuanto sali de las escaleras mecanicas, me quede con la boca abierta. Se habia formado un tumulto de gente, y de ahi, de repente, salieron dos policias escoltando a un hombre corpulento y calvo: el productor que habia conocido en Nueva York. Merde! Pregunte a una mujer y me comento que, al parecer, lo habian detenido por estafa. Toda mi ilusion se vino de abajo de pronto. Sintiendo una profunda decepcion, decidi pensar en mi siguiente paso mientras regresaba conduciendo por El Strip, la avenida principal de Las Vegas. Podia regresar a Paris, pero alli los medios me verian como el exfutbolista millonario que canta por capricho. Tambien podia permanecer en Las Vegas y encontrar un sitio donde cantar, si, seria divertido seguir los pasos de Frank Sinatra. Ademas, a cada paso me cruzaba con bellisimas mujeres buscando amour. Me resultaba imposible vivir tiempos prolongados sin la calidez y el aroma femenino. Conquistar a una mujer es un manantial de fuertes sensaciones, y algo a lo que nunca podria renunciar. Necesitaba el placer suculento de su piel, por eso queria estrenar cuanto antes la cama matrimonial con una noche eterna de lujuria y desenfreno. En cuanto llegue a la suite, encendi el televisor. Odio el silencio y siempre necesito bullicio a mi alrededor. Ordene que el servicio de habitaciones me trajera una botella de Dom Perignon, mi champana favorito, y la puse a enfriar en la nevera. En ese momento llamo mi madre al telefono del dormitorio. --?Cuando te vas a casar, Eric? --fue lo primero que dijo--. Quiero que me des nietos de una vez. Estoy cansada de esperar, no quiero morirme sin nietos. Suspire. Mi madre siempre con la misma cancion. Esposa, hijos, hogar... --Mama, acabo de llegar a Las Vegas. Aun no he encontrado a la mujer ideal, ya te lo he dicho --dije mientras me sentaba sobre la cama y me quitaba los zapatos. --!Ya no quiero que me presentes mas a tus novias! --dijo con enfado--. La proxima mujer que conozca sera mi futura nuera, que ya me queda poco para pasar a mejor vida. --Mama, que solo tienes sesenta anos... --dije negando con la cabeza. A mi madre le encantaba el drama. --Hijo, nunca se sabe. --Mama, te quiero muchisimo y te echo mucho de menos, pero primero he de encontrar a esa mujer que haga sonar mi corazon. Ahora tu eres la mujer mas importante de mi vida --dije con una sonrisa, sabiendo como agradarla. --Oh, callate --dijo mi madre riendo--. Siempre consigues que se pase mi enfado. --?Cuando vendras a visitarme? --En cuanto me tome unas vacaciones... --Deja el trabajo de una vez, yo te mantendre. Sabes que el dinero no es problema, mama. En ese momento llamaron a la puerta. Sin duda, seria room service con mi Dom Perignon. --Me gusta mi trabajo, Eric. En casa me aburriria, echaria de menos a mis pacientes. Ser enfermera es mi vocacion. --Esta bien, como quieras --dije sabiendo que seria imposible convencerla--. Te dejo, que llaman a la puerta. Luego hablamos. Un beso. --Un beso, hijo. Cuidate. *** Despues de almorzar en el hotel, decidi pasear por el casino del MGM. Mi plan era hablar con la gente y descubrir un bar donde pudiera cantar, aunque fuese en modo karaoke. Me era indiferente si me pagaban un salario o no, con acudir todas las noches y disponer de un publico entregado, me daba por satisfecho. Yo solo queria hacer aquello que de verdad me complacia. Muy cerca de la entrada me llamo la atencion la jaula de cristal habitada por leones reales. Los turistas se fotografiaban sin cesar; a todos les parecia divertido encontrarse animales salvajes al lado de las slot machines. Enfrente se situaba una pared con decenas de televisores y, en cada uno, se retransmitia un acontecimiento deportivo distinto. Los empleados atendian a los jugadores que formaban una fila india esperando con resignacion su turno para apostar. Rios de gente iban y venian en medio de luces y sonidos hipnoticos. Las mujeres me miraban sin disimulo, y yo les saludaba con un guino o un movimiento educado de cabeza. Oh, femmes... Estableci contacto visual con una bella camarera de ojos verdes, que se acerco cimbreando las caderas y bandeja en mano. --Hola, guapo, ?quieres algo para beber? --me pregunto con una sonrisa seductora. --Si, un kamikaze, por favor. Era mi coctel favorito para empezar las fiestas. Se trataba de una racion generosa de vodka, zumo de limon, jarabe natural y escarchado con azucar. Mmm... sensationnel. Pero no solo habia llamado a la atractiva para ordenar una bebida, si trabajaba en Las Vegas debia conocer bien la ciudad del pecado. --Me encantan tus ojos, ?como te llamas? --pregunte cogiendola de la mano y mirandola fijamente. Observe como sus pupilas se dilataban, lo que solo podia significar que le atraia. --Pamela --dijo inclinandose hacia mi. --Pamela --repeti lentamente su nombre--. Dime un bar donde pueda cantar y pasarlo bien. La camarera se quedo pensativa durante unos segundos mientras yo la desnudaba con la mirada. De su preciosa boca salio finalmente una direccion. --En Town Square hay un bar que se llama Yesterday. Una vez fui con mis amigos y pasamos una noche muy divertida con la musica de los noventa --dijo apoyando su mano sobre mi pecho. --Genial. Gracias, Pamela --dije mostrando mi mejor sonrisa. --No te vayas muy lejos, ahora te traigo tu bebida... Pamela me dio la espalda y observe de nuevo su sexy contoneo. Sus gluteos eran firmes y se movian con una gracia que embrujaba. Suspire de amor. Mi interes en Las Vegas no era precisamente el juego, pero pisar la ciudad y no apostar, era como ir a Paris y no visitar la Torre Eiffel. Me acerque a una mesa donde un grupo de gente enfervorizada jugaba a la ruleta. Pedi cambiar cien dolares en fichas, y fui dejando montoncitos sobre el tapete, algunos en la frontera entre dos numeros. Lo ideal hubiese sido entablar conversacion solo con mujeres, pero en ese momento me parecio que una pareja se lo estaba pasando de maravilla. Decidi acercarme primero a hablar con el hombre, ya que si abordaba primero a la mujer, como es logico, se hubiese creado una tension innecesaria. --?De donde sois? --pregunte al joven, cuya edad rondaria los veinticinco anos. --De California. ?Y tu? --De Paris. ?Has estado alguna vez? --No, pero a mi y a mi mujer nos encantaria --dijo y despues se giro hacia ella--. Carino, te presento a un frances. Ella me saludo con una bonita sonrisa. --Ella es Michelle, y yo soy Sam. --Yo me llamo Eric Cassel. Michelle era un bellezon con un cuerpo escultural. Me incline a Sam y le susurre: <>. Sam me tendio la mano para que chocara las palmas, lo que los americanos llaman high five. En ese momento regreso Pamela con mi coctel kamikaze. --?Donde estabas? Pense que te habia perdido --dijo poniendo una mano sobre su cadera, como si estuviera enfadada. Sin pensarmelo dos veces, le di un beso en la mejilla, lo que le causo extraneza al principio, pero despues le parecio un gesto divertido. --En Francia solemos dar un beso en la mejilla cuando acabamos de conocer a una mujer --dije para excusarme. --Me gusta el estilo frances --dijo Pamela sin dejar de mirarme mientras me deslizaba una nota en mi chaqueta. Seguramente su numero de telefono. --?Que bebida es esa? --pregunto Michelle. --Kamizake. Pamela, por favor, trae una ronda de kamikazes para mis nuevos amigos. Yo invito --dije. Sam y Michelle vitorearon mi generosidad. Ya habia empezado a granjear amistades a las pocas horas de llegar. La decepcion por el arresto del productor estaba mas que olvidaba. La vida sigue. --?Que os parece si despues nos vamos a un bar que me ha recomendado Pamela para cantar? --pregunte rodeando por los hombros al matrimonio. --!Si! !Me apetece cantar! !Sera genial! --exclamo Michelle pegando saltitos de ilusion. Al cabo de un rato, con el alcohol de los kamikazes fluyendo por nuestras venas nos apeamos del Ferrari en frente del Yesterday. Senti un cosquilleo en el estomago, como el que sufren los artistas antes de salir al escenario. Entre el primero y me quede unos segundos mirando el bar, procurando que todos reparasen en mi presencia. Era tambien otro truco del manual del seductor: hacerse notar, por eso habia decidido acudir con gente, para no entrar solo, lo cual me hubiera ocasionado la perdida de valor. El Yesterday era un bar no demasiado grande, con paredes decoradas con fotografias de los muchos clientes que lo habian visitado. La luz era calida y acogedora, y todos parecian disfrutar de un rato formidable. La barra se disponia en forma de u, y varios camareros se afanaban en preparar cocteles y servir nachos con queso. Al fondo, un pequeno y simple escenario para debutar en Las Vegas. No estaba mal. Michelle, Sam y yo nos sentamos en una mesa, y ordenamos las bebidas. Ellos, cervezas; yo, un Dirty Monkey, que consiste en vodka, licor de cafe, un poco de crema de whiskey, leche y platano. Enseguida pedi mi cancion: <>, del maestro Frank Sinatra. Michelle se decanto por <> de Natalie Imbruglia, y Sam decidio tomarselo con calma. Mientras llegaba nuestro turno les pregunte cuanto tiempo llevaban casados. --Un ano --dijo Sam mirando a su esposa. Michelle asintio con la cabeza. --Nos conocimos a traves de unos amigos. Fue un flechazo, en cuanto lo vi supe que era el hombre de mi vida. --Y yo la mujer de mi vida --dijo cogiendola de la mano. Se dieron un beso rapido y carinoso en los labios. De repente, me llamaron al escenario, me sentia pletorico de energia, como un nino el dia de Navidad. Sabia que los dejaria a todos asombrados con mi voz. Los primeros compases de la cancion empezaron a sonar mientras disfrutaba del escenario. Yo era el centro de atencion en ese momento y eso me encantaba. Ahora empezaba lo mas bonito, seducir al publico, amarlos y llevarlos a la cama... Mi voz empezo a llenar el bar a la vez que observaba la reaccion entusiasmada de todo el bar. A mitad de la cancion, salte del escenario a las mesas, me arrodille delante de un grupo de mujeres... Asi debia sentirse Frank Sinatra en sus inicios. Pero esto no fue lo mas increible, cuando termine la actuacion me despedi entre apasionados aplausos. En cuanto regrese a la mesa, un hombre bajito y rechoncho se me acerco y me dijo: --Me llamo Lou Wagner. Acabo de abrir un nuevo restaurante espectaculo, y quiero contrarte. ?Que me dices? Sonrei de oreja a oreja. Esto solo podia suceder en America.

  • El rey de las hormigas de Zbigniew Herbert

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    Zbigniew Herbert trabajo durante veinte anos en El rey de las hormigas y, no obstante, la obra quedo inconclusa hasta que su editor polaco recopilo los materiales, fragmentos y esbozos para darle la forma que hoy presentamos. En todos los textos, el poeta parece decidido a concederse la libertad de celebrar su amor por la civilizacion de la Antiguedad dando nueva vida a los mitos. El resultado es una recreacion personalisima, colorida y luminosa de un buen numero de personajes de la mitologia clasica, algunos conocidos por los lectores y otros injustamente olvidados: en las habiles manos de Herbert, gracias a la sutileza e ingenio del poeta, Cleomedes, Atlas, Ares, Cerbero, Endimion o Ayax parecen convertirse en nuestros contemporaneos, y sus peripecias, sus destinos y el fabuloso mundo en el que vivieron nos invitan a reflexionar sobre el presente y, muy a menudo, a reir.

  • Sonando con Molly de Lori Beasley Bradley

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    Cuando la exitosa autora Sherri Lambert regresa a su ciudad natal despues de 40 anos, no espera encontrarse con Dylan Roberts, el rompecorazones de la escuela secundaria, ni tampoco con las visiones que atormentaron su infancia.

  • El crimen del conde Neville de Amelie Nothomb

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    <p>El conde Neville acude a la casa de una vidente para recoger a su hija menor. La vidente se la encontro la noche anterior en pleno bosque, en posicion fetal y tiritando de frio. Al parecer la adolescente, que responde al singular nombre de Serieuse, se habia fugado del castillo familiar. Pero, antes de llevar al aristocratico progenitor ante su hija, la vidente le toma la mano y le anuncia: <> En efecto, los Neville, excentrica familia de alcurnia, van a celebrar en breve su fastuosa fiesta anual, a la que invitan a lo mas selecto de la sociedad. Esa garden party es una tradicion irrenunciable, pese a que los Neville pasan por serios apuros economicos y el conde incluso ha tenido que plantearse vender el castillo y el bosque que lo rodea. Con toda probabilidad esta sera la ultima gran fiesta que organicen alli. ?Acabara, tal como anuncia la prediccion de la vidente, con un asesinato?</p>

  • El italiano de Florencia Palacios

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    Irina sabe que algo muy malo le ha pasado a su hermano y esta decidida a encontrarle. Pero para saber la verdad debera confiar en ese misterioso italiano que promete ayudarla, solo que su ayuda no es tan desinteresada como cree…

  • El Alcalde y la Activista de Laura Benet

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    Cristina aparco su coche frente al lujoso hotel donde tendria la reunion. Habia llegado el momento. A sus veinticinco anos, era la presidenta de Ecomovie, una asociacion dedicada a la defensa del medio ambiente, y por fin habia conseguido una audiencia con el alcalde. Ese hombre debia entender que no podia jugar con la salud de las personas. Que no podia permitir que se construyera esa urbanizacion. La vida salvaje tambien era importante. Sonrio. Lo conseguiria. Sabia ser convincente. -Debe de ser por aqui -murmuro mirando a su alrededor. De estatura media y morena, Cristina era guapa, pero destacaba sobre todo por sus llamativos ojos azules y su personalidad arrolladora. Su mayor atractivo era su valentia y su decision. Su cita era a las doce y faltaban cinco minutos. Perfecto. No llegaria ni pronto ni tarde. Solo le faltaba encontrar la sala donde la recibiria el alcalde. La Sala 3. Un letrero senalaba la ubicacion de dicha sala, y Cristina se dirigio hacia alli. -!Cristina! -una voz conocida la llamo desde unos metros atras. -!Carlos! -exclamo Cristina sonriendo. Vaya. !Que casualidad! Cristina conocio a Carlos en una boda. En realidad, en una boda doble. Andrea y Teresa, sus mejores amigas, se casaron con Alberto y Daniel, dos amigos de Carlos. Durante el banquete que siguio a la ceremonia, alguien, no recordaba quien, se lo presento. Y a ella le parecio superatractivo. Alto, rubio y con la cara cuadrada, no solo la dejo impactada, sino que lo paso realmente bien con el. Carlos y ella estuvieron flirteando durante toda la noche. Bailaron, rieron, pero no llegaron a nada. Carlos le gustaba y esperaba que la llamara, pero todavia no lo habia hecho y ella estaba algo mosqueada. -Justo estaba pensando en llamarte -dijo Carlos cogiendole las manos y mirandola a los ojos. Se mostraba tan contento de verla, que Cristina lo perdono enseguida. -Estas guapisima -dijo el haciendola girar sobre si misma-. ?Que haces por aqui? -Una reunion con un pez gordo -contesto ella evasiva. No le gustaba dar datos sobre sus actividades-. Un tio desagradable de verdad -fruncio el ceno. -!Pobrecita! ?Como de desagradable? -pregunto el solidario. -Seguro que tiene sobrepeso y una papada descomunal -Cristina sonrio de su imaginativa descripcion-. ?Y tu? -Una reunion tambien, pero la mia es aun peor -Carlos bajo la cabeza-. Es con una tocapelotas. Una senora que se ha pasado las ultimas semanas fastidiando de todas las formas que se le ocurrian. Supongo que no tendra sobrepeso – Carlos suspiro con paciencia-. Pero si lo tuviera, puede que no estuviera tan amargada y que no les amargara la vida a los demas. Se miraron a los ojos y ambos sonrieron con simpatia. Cada uno compadeciendose del otro. -?Nos tomamos un cafe en cuanto nos libremos de ellos? -pregunto Carlos mientras se dirigian juntos hacia las salas de reuniones. -Vale -contesto ella-. Supongo que ese tio me echara en media hora o asi. -Pues yo creo que tambien podre librarme de la mia mas o menos en ese tiempo. Quedamos en la cafeteria despues. -De acuerdo -sonrio ella. Casi habia llegado a su destino. -?A que sala vas? -pregunto el. -A la tres. ?Y tu? Carlos paro en seco y miro los papeles que llevaba en la carpeta. Leyo algo, incredulo, y luego fijo la vista en Cristina con los ojos muy abiertos. -!Eres la activista! -acuso-. Cristina Bartual, ?verdad? !Me has tomado el pelo! -?De que me hablas? -pregunto Cristina sorprendida. -Tienes una reunion con el alcalde, ?no es cierto? Cristina afirmo con la cabeza. ?Como lo sabia? Y ademas, ?que le pasaba? Estaba muy raro. -?Lo conoces? -pregunto Carlos al cabo de unos instantes, que a Cristina se le hicieron eternos. -No -contesto ella-. No lo he visto nunca en persona. No tengo ningun interes en conocer a ese tipo de gente -explico muy ufana-. Son unos explotadores. Hablare con el, intentare convencerle de algo que es mas que evidente que debe hacerse, y luego espero no volver a verlo nunca. ?Por que lo preguntas? -Soy yo. Carlos Fuenlabrada soy yo. Cristina se quedo traspuesta unos segundos. Eso no podia ser verdad. ?Carlos el alcalde? El majisimo Carlos, tan agradable y educado, no podia ser ese tipo egoista y marrullero que habia concedido la licencia para la construccion del bodrio. Imposible. Ademas, el alcalde no podia estar tan bueno. El alcalde tenia que ser gordo. Y feo. Por las cosas que hacia. Carlos la miraba con el ceno fruncido. -!Me tomas el pelo! -exclamo ella. -Hablo en serio. Mira -dijo el mostrandole los datos de la reunion a la que ambos tenian que acudir. Cristina estaba viviendo una pesadilla. Nunca se le habria pasado por la cabeza que, el Carlos alcalde, fuera tambien el atractivo Carlos que tenia frente a ella. -Preparate -dijo finalmente, sobreponiendose a su incomodidad, y entrando decidida en la Sala 3-, porque esa tocapelotas enjuta y amargada va a hacer honor a su nombre. -Bien -contesto Carlos entrando tras ella-, porque el gordo de la papada no va a dejarse amedrentar. * * * La reunion estaba siendo un desastre. Cristina no podia convencerlo de nada, Carlos no daba su brazo a torcer en ninguno de los puntos que trataban, y ninguno de los dos cedia. -!No quieres entenderlo! -exclamo Cristina. -Eres tu la que se empena en no aceptar las ventajas de una gran urbanizacion. La gente podra comprar su primera vivienda con mas facilidad. -?Y que pasa con el medio ambiente? ?No te das cuenta de la repercusion ecologica? -pregunto Cristina desesperada- Eso sera un desastre. -Hemos calibrado las ventajas y los inconvenientes -dijo Carlos sin inmutarse. -Esa zona incluye un humedal. Muchas aves anidan ahi. Pero Carlos se empenaba en no entenderlo. Durante mas de media hora estuvieron calibrando fuerzas. Se levantaban, volvian a sentarse, amenazaban, razonaban,… y seguian discutiendo. Pero naturalmente, la autoridad jugaba con ventaja y Cristina se fue con las manos vacias. Salio tal y como habia entrado, pero con un sentimiento de rabia y frustracion anadido. -!Olvidate del cafe! -dijo Cristina cuando salio. Tuvo que esforzarse en no cerrar de un portazo- Y hasta nunca. !Ojala que no se hubiera enterado de que Carlos, el Carlos que ella conocia, era tambien el alcalde! Aun le costaba creerlo. Carlos, el simpatico y encantador Carlos, seria el responsable del deterioro de una zona paradisiaca. Esa urbanizacion acabaria con la vida animal de la zona. Total para que unos cuantos urbanitas, que no tenian ni idea de las consecuencias, pudieran comprar sus casas algo mas baratas. Subio al coche enfadada y se dirigio hacia el emplazamiento donde pretendian construir el bodrio. Alli habia quedado con los demas activistas y socios de Ecomovie. -Manana empieza la movida -dijo como saludo. -?Como ha ido? -pregunto Alejandro, uno de los manifestantes-. !Ah! – exclamo al mirar su cara con atencion- Parece que no muy bien. Alejandro era un joven arquitecto muy vinculado a las asociaciones en defensa de la naturaleza. Alto, rubio y en buena forma fisica, era muy atractivo, y Cristina sabia que ella le gustaba. Pero a ella no le gustaba el. Le faltaba garra y era demasiado predecible. Aunque era un buen tipo y un buen amigo. Podia confiar en Alejandro. No como en otros. -Pues no, no ha ido bien. Habra que movilizarse. Todos prometieron acudir al dia siguiente. No eran muchos, pero tenian que impedir la tala de dos alcornoques. Eran muy antiguos y merecian un respeto, pero los constructores querian cortarlos para meter las excavadoras. -Nosotros vendremos a las ocho -dijo Alejandro. -Supongo que empezaran a las nueve -contesto Cristina-, pero saben que estaremos aqui, asi que nunca se sabe. -No saldra bien -dijo Alejandro con tristeza-. Lo intentaremos, pero no saldra bien. No era el momento de hundirse, y Alejandro era demasiado pesimista. -Yo seguire intentando parar esto de la forma habitual -hizo una pausa-. Pegando la paliza -sonrio-. Pero no conseguire nada. El alcalde es demasiado cazurro. Lo que si espero es tocarle las narices lo bastante como para que nos haga caso a la larga. Al final, ganaremos. -?Y que pasara con los alcornoques? -pregunto Alejandro. -De los alcornoques te puedes despedir. No llegaremos a tiempo. * * * Cristina se dirigio preocupada hacia el pueblo cercano. No habia comido en todo el dia y necesitaba nutrirse. ?Donde podria encontrar fruta fresca? Porque no le servia cualquier comida. Cristina era vegana. No comia ni animales ni sus derivados. Y no siempre le resultaba facil encontrar alimentos adecuados y nutritivos fuera de casa. Por suerte, pronto encontro una fruteria y pudo comprar la cena y el desayuno del dia siguiente. Ya mas tranquila, se dirigio hacia su hotel. Mejor dicho, hacia el que habia sido su hotel hasta ese dia. Porque ya no podria quedarse alli, pero tenia que recoger su maleta

  • La verdad de Anna Guirao de Lorena Franco

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    NUNCA SE ESTA LO SUFICIENTEMENTE CERCA DE LA VERDAD

  • 769 KM de Violeta Hache

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  • Reflejos de justicia (El reflejo de la injusticia 2) de Hector Bueno Martin

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    LA ESPERADA SECUELA DE "EL REFLEJO DE LA INJUSTICIA" Tras la aparicion de un secreto familiar oculto, J.C. tratara de buscar justicia por la muerte de sus padres a manos de la organizacion "5 Senadores", un grupo que trabaja a la sombra del gobierno por su propio beneficio. Sin embargo, sus actos solo encenderan la mecha de una ira mas temible: la venganza de Lucio Tanjamino. Marel Marno volvera a enfundarse la mascara de nuevo para reflejar la injusticia que oscurecera sus vidas. El bilbilitano Hector Bueno continua la saga iniciada con "El Reflejo de la Injusticia", una historia de la busqueda utopica de un mundo justo en una sociedad injusta. Su otra novela, "Proyecto Tempus", sigue liderando los primeros puestos de ciencia ficcion en Amazon.

  • Dos maneras de decir te quiero de Nina Minina

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  • Belleza misteriosa de Kristine Rolofson

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    Jess Sheridan pensaba que el matrimonio era lo peor. Con una vez ya habia tenido mas que suficiente y no habia mujer en el mundo que lo llevara de nuevo al altar. Pero cuando llego aquella misteriosa rubia a Beauville, Texas, Jess sintio hacia ella algo mas que una simple atraccion. Ademas, Lorna Walters no solo era maravillosa, !sino que estaba embarazada! Pronto Jess se olvido de sus principios y decidio hacer lo que debia. ?Y quien mejor para arreglar aquella dificil situacion que un vaquero soltero?