• libro los ojos del bosque - Julien Gracq

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    La incesante busqueda interior

  • LOS OJOS DEL BOSQUE | LYDIA LEYTE | Casa del Libro

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    Todo marcha según sus planes hasta que Bruno Elorza, un seductor con ojos de poeta, propietario de una promotora bilbaína, decide construir un hotel de lujo con ...

  • Los ojos del bosque Versión Kindle - Leyte, Lydia - Amazon

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  • Los ojos del bosque - Gracq, Julien - 978-84-339-3047-7

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    Los ojos del bosque ... En los inicios de la Segunda Guerra Mundial, un joven oficial francés, Grange, es destinado a defender una posición en las Ardenas para ...

  • Los ojos del bosque - Libro de Lydia Leyte - Lecturalia

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    Bajo su aparente fragilidad, Cristina Olabide posee la dureza del acero. Es una mujer tenaz que lucha sola por sacar a flote su taller de confección ...

  • Los ojos del bosque | Penguin Libros ES

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    Los ojos del bosque ... Todo marcha según sus planes hasta que Bruno Elorza, un seductor con ojos de poeta, propietario de una promotora ... Casa del libro.

  • LOS OJOS DEL BOSQUE - LEYTE LIDIA - Sinopsis del libro ...

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    Y unos ojos siniestros que los acechan desde lo más profundo del bosque… Bajo su aparente fragilidad, Cristina Olabide posee la ... Información del libro.

  • LOS OJOS DEL BOSQUE - GRACQ JULIEN

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    LOS OJOS DEL BOSQUEGRACQ, JULIEN. Nota media - Sin votos 0 voto 0 críticas. Información del libro. GéneroHistórica y aventuras; EditorialANAGRAMA ...

  • LOS OJOS DEL BOSQUE. LEYTE, LYDIA. Comprar libro

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    LOS OJOS DEL BOSQUE 14,21€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Una mujer tenaz que lucha por mantener en pie la herencia de sus antepasados.

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  • LOS OJOS DEL BOSQUE - LYDIA LEYTE COELLO - Agapea

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  • El mar de las Sirtes de Julien Gracq

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    Nada se mueve en la senoria de Orsenna. La otrora capital de un imperio pujante es ahora una ciudad dormida, carcomida por la inercia. Un joven patricio, Aldo, es enviado a la ribera de las Sirtes para vigilar a las tropas acantonadas. Mas alla del mar, la ultima frontera, estan las costas de un ignoto pais con el que la senoria mantiene una guerra de tres siglos, tan aletargada como los propios contendientes. Con la llegada de Aldo, todo empieza a dar senales de vida, y el entusiasmo vital desequilibra el juego de fuerzas sobre el que se sustenta la paz.

  • Conversaciones con mi enano de jardin de Jean-paul Didierlaurent

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  • Destruccion 2 de Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    No era mi cuerpo. No, tampoco era la sombra de un pajaro. Ojala lo fuese. Ojala hubiera tenido esa libertad que tanto anoraba en esos animales para volar alto y desaparecer de este jodido mundo. No podia decir que estaba confusa. No. Yosabia con claridad lo que habia sucedido en mi vida, loque me habia llevado a ser esa mujer engreida y vanidosa durante tantos anos. Llevaba varias semanas en Irlanda. No tenia contacto con nadie. Ni siquiera habia tenido la valentia de coger algunas llamadas de Jess. Ahora yo habia elegido esa vida de soledad y de retiro. Nunca imagine que eldineropudiera hacer tanto dano en una persona. No era la primera vez que pensaba en el mal uso que le estaba dando a la fortuna de mi padre. Podia haber ayudado a mucha gente que lo estaba pasando francamente mal con un poco de esos ingresos que semanalmente llenaban mi cuenta corriente. Pero hay algo que hace que las personas vanidosas lo sean, que sean codiciosas y que solamente piensen en si mismas. Y se trata de la falta de generosidad. Lo vi en James, en mi hermano, que malgastaba con voluntad el dinero de mis padres, y lo vi en mi, que solo pensaba en modelitos y en tratamientos de belleza. Para ser una persona vanidosa, lo que tienes que hacer es no pensar en el resto de la humanidad, sino solo en ti. Ahora me daba cuenta, lejos, muy lejos de Brad y quienes podian haber sido unos amigos excepcionales, de que mi vida habia sido un puto desastre. Me martirizaba pensandolo una y otra vez. Aquella manana de lunes no sali de casa. Llovia. Aproveche para quedarme en la cama. Pensaba en montar algun negocio o en buscar trabajo para deshacerme de esa vida de excesos y pereza continuada que siempre habia llevado. Queria ser otra mujer. Mi separacion de Brad habia sido un punto de inflexion en mi vida. Que el hermano del que podia haber sido el hombre de mi vida hubiese sido atropellado, asesinado, por James, me ponia enferma. Estaba a punto de enloquecer. Quiza, lo unico positivo que habia detras de aquella tragedia es que yo podia renegar de mi pasado turbio y comenzar desde cero. Debia poner tierra de por medio. No desayune. Me levante a mediodia y me duche. No tenia ganas de meterme nada en el estomago aquel lunes. Ademas, no sabia cocinar nada. Solo habia comprado latas y platos precocinados desde que me instalara alli. Y aquello todavia me hacia menos apetecible acercarme a la nevera o a la encimera. Me prepare un te y estuve mirando por la ventana. Una pequena plaza con una diminuta arboleda era el paisaje que contemplaba desde mi salon, todo un lujo en aquella ciudad donde la neblina y una llovizna intermitente desdibujaban las fachadas de las casas que me rodeaban. ?Tenia miedo? Si, lo llamare miedo. Tenia miedo, no a comenzar, sino a recordar. Cada vez que recordara, sentiria el temblor, la nostalgia, la ausencia de Brad y de lo que podia haber sido el inicio de una vida feliz. Tenia miedo a tantas cosas. Ni siquiera tenia a Marlene ayudando en casa. No tenia a nadie con quien hablar, con quien desahogarme. Me ahogaba, pero era un castigo que merecia, maldita sea. Pese a la fina lluvia, decidi salir a dar una vuelta por la ciudad. Cuando una viaja por tantos lugares del mundo y duerme en los hoteles mas caros, termina por no darle importancia a las ciudades que visita. Lo que cambia un lugar es tu punto de vista, tu estado de animo, la compania. Yo siempre habia viajado sola o con James. Ahora me daba cuenta de que, si Brad estuviese a mi lado, Dublin me pareceria una ciudad maravillosa, pero ahora era otra de esas ciudades europeas que habia visitado sin que me emocionara significativamente. Me puse ropa deportiva. Queria pasar desapercibida. No queria que nadie se fijara en mi cuerpo, en mi rostro. Alli no era conocida. De hecho, no era conocida en ningun lugar delmundo, salvo por mi apellido McRay. Yo llevaba la sombra de mi padre alla donde fuese y eso era un estigma con el que James y yo debiamos cargar. Camine durante un largo rato por Grafton Street y curiosamente algo hizo que me detuviera delante de un escaparate. No tenia ganas de llenar mi nuevo armario con ropa cara. No me apetecia nada ir de compras. ?Donde me detuve? Fue delante de una libreria. No habia reparado en ella pese a haber pasado por aquel lugar decenas de veces las ultimas semanas. De nuevo fue un libro sobre pajaros la que me atrajo la atencion. Sin pensarmelo dos veces, entre. Compraria aquel libro donde una preciosa gaviota suspendida en el aire aparecia en la portada. Se trataba de un ensayo del prestigioso biologo Trevor Jones. Entre sin pensarmelo dos veces. Una anciana amable regentaba aquella pequena libreria. Me sonrio. Estuve hojeando diversos libros y algunos albumes infantiles que tenian unas ilustraciones preciosas. Aunque nunca habia sido proclive a leer, salvo esos libros sobre aves, decidi que no me vendria nada mal hacerme con una pequena biblioteca en casa. Seguramente contribuiria a darle un caracter mas acogedor y romperia con esa fria atmosfera que ahora tenia en su interior. Mientras me hacia con unos cuantos libros, entre ellos, ese ensayo sobre aves, alguien cruzo el umbral de la puerta de entrada, alguien que desperto mi curiosidad. Era un hombre que, seguramente, rondaba los cuarenta anos. No era un jovenzuelo, pero se notaba que se cuidaba muy bien. Su porte atletico y una mirada seductora enseguida hicieron que bajara la mirada. Me estaba poniendo muy nerviosa. ?Como podia sucederme eso? No sabia como reaccionar o comportarme. El magnetismo que despedia aquel hombre, cuya madurez y seguridad se notaban en su voz al hablar con la dependienta y en la eleccion de un traje gris, estaba en sintonia con esa actitud varonil que destilaba con cada gesto. Como lalibreria no era muy grande, enseguida se percato de mi presencia. Que idiota era. Estaba ante un tipo muy interesante y yo llevaba un chandal y unas zapatillas de deporte. Sin embargo,mi rostro estaba ahi, frente al suyo, en esa distancia justa y prudente en que dos personas pueden mirarse detenidamente sin que ninguno de ellos se sienta intimidada. Y eso hizo el. Fijarse en mi. Y yo me sonroje. Tenia claroque, a estas alturas, yo no creia en los flechazos y en nada parecido a enamorarse a primera vista. Si alguna vez experimente algo parecido a eso, fue con Brad. Pero creo que, a estas alturas, no me sentia capacitada para volver a experimentar algo asi. Pero he de confesar que la aparicion de aquel hombre en la libreria hizo que, por unos momentos, me olvidara de todo lo que habia sucedido en Manhattan, de todo lo que habia dejado alli. Imaginaba continuamente a Brad, aniquilado al saber que yo, a la que habia amado salvajemente, era la hermana de su mayor enemigo. Con atrevimiento y, sin saber por que, me dirigi al mostrador para pagar mis libros. El hombre habia comprado una antologia de cuentos orientales que la dependienta estaba envolviendo pacientemente. Estaba claro que era un libro para regalar. Al acercarme, senti su fragancia oscura y penetrante. Tenia gusto al elegir el perfume como habia tenido al elegir su indumentaria. Un corte de pelo refinado y algunas canas le daban un aire misterioso. Si me preguntais si me acordaba de Brad en aquel momento, os dire que no lo habia olvidado. Que aquel chico al que James habia destrozado su vida seguia en mi corazon y el hecho de que yo me hubiese trasladado a Dublin a vivir era la prueba fehaciente de lo que estaba diciendo. Pero la presencia de aquel hombre me tenia cautivada. En otro tiempo, ni siquiera lo hubiera mirado. Pero ahora que habia descendido al reino de los mortales, me encantaba recrearme en la belleza de la gente corriente. Habia escarmentado. Estaba harta de aquellas falsas amistades en los circulos de mi hermano y en esos ligues de una noche donde no habia ninguna diferencia entre un consolador y aquellos chicos de portada de revista. Fingi que no estaba interesada por la curiosa eleccion de aquella antologia de cuentos, pero el, sin embargo, no pudo evitar comentar algo sobre el libro que habia elegido. --No sabia que a alguien le pudiese interesar ese trabajo sobre aves -- manifesto con una voz suave y tersa. --Si. Me encanta leer sobre pajaros. --?Quien me iba a decir que una joven tan hermosa tendria esos gustos tan peculiares? --?A que se refiere con "peculiares"? -- pregunte seria, tratando de seguirle el juego. --No me malinterprete, senorita. Conozco al autor. --?De verdad? -- volvi a preguntar. --Si, ademas, es un tipo extraordinario. --No he leido ningun libro de el, solamente algunos articulos que ha ido publicando en Internet --dije con tono apagado. --No le va a defraudar si le gusta el apasionante mundo de los pajaros -- dijo el esbozando una leve sonrisa. --No se si se esta burlando de mi. --No me estoy burlando. Simplemente me encanta saber que hay personas que sienten pasion por estos temas. ?Es usted biologa? --Bueno, algo parecido -- menti con un tono enigmatico. El hombre volvio a sonreir y sus ojos parecian que querian leer algo en los mios. No sabia comointerpretar aquellas palabras y aquel tono que, aunque natural y espontaneo, no dejaba de tener un halo de seduccion.

  • Ochenta y seis cuentos de Quim Monzo

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    Traducido a mas de una docena de lenguas, la critica europea relaciona a Quim Monzo con Kafka, Borges y Rabelais. En cada libro ha sabido aumentar la exigencia y el rigor, y ha generado, ademas, un enorme y desacostumbrado interes popular, como en El porque de las cosas y Guadalajara. Hoy, Monzo ha revisado esos libros todos sus cuentos publicados hasta ahora, algunos de ellos ineditos en castellano, aplicando esa misma exigencia y ese mismo rigor. El resultado es Ochenta y seis cuentos, que ha merecido el Premio Nacional de Literatura en catalan y el Premio Lletra dOr, que se suman al Premio Ciudad de Barcelona y a los cuatro Premios de la Critica que otorga Serra dOr, concedidos a los ultimos cuatro libros de este volumen.

  • El Placer de tus Suenos 1 de Auraluna

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    Una historia llena de romance y erotismo.

  • Dias de navidad de Jeanette Winterson

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  • Viri (Simplemente Amor 2) de Azminda Cancino

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    Northman-Carter Jones. Tres apellidos, una fortaleza.

  • Sentir el bosque de Alex Gesse

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    Una invitacion a conectarte con la naturaleza: los banos de bosque.

  • Los Hijos del Tiempo de Chaiene Santos

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    Vencedor del Premio Wattys, casi dos millones de lecturas con la trilogia en portugues en Wattpad.
    Premisa: Un joven estudiante salva a una princesa de un perverso enemigo en un exoplaneta – y el mundo de cambios en el pasado del planeta Tierra.
    ?Que misterios se ocultan mas alla de las estrellas?
    Mientras la mayoria de los jovenes se preocupa con la facultad, amistades e incluso novias, Nicolas pasa sus horas con la cabeza fuera de orbita; literalmente. El nunca tuvo un padre y por eso se siente triste. Su mayor deseo es conocer el espacio. Haciendo el curso de Astronomia, el se siente mas a gusto entre cuerpos gaseosos, supernovas y agujeros negros, sonando en un dia desvendar los grandes enigmas del Universo. Hasta que una misteriosa chica entra en el aula…

  • Inocente (La heredera 1) de Kathalee Trueba

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    Han pasado nueve anos desde que Dinna Marshall y Sebastian Alcantara decidieron juntar sus vidas y formar una familia lejos de la ciudad, los medios y La Sagra. Cuando Sebastian tiene la oportunidad de regresar a trabajar para la Agencia de Investigacion del Estado, deciden volver a la ciudad. Es asi como la vida de Nicole Wesner, hija de la famosa empresaria, se cruzara con la de Roderick Villanueva, un chico que no espera nada del amor, pero al que le cambiara la vida por completo. ?Existe el "felices para siempre" ?

  • Mitologia Griega de Neil Matt Hamilton

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    Los mitos y leyendas griegos han inspirado a hombres y mujeres de todo el mundo durante cientos de anos. Las historias de Apolo, Perseo, Aquiles y otros han mantenido la imaginacion de viejos y jovenes por igual, incluso en el presente. De hecho, los personajes del mito y la leyenda griegos han llegado a la cultura dominante en forma de personajes populares de television y cine. La mitologia griega fue tan influyente que incluso formo la base del mito romano. En la mitologia griega: mitos y leyendas fascinantes de dioses, heroes y monstruos griegos, estaras expuesto a las emocionantes historias de dioses y heroes que formaron el canon de la religion griega antigua.

  • El legado de Europa de Stefan Zweig

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    Richard Friedenthal, editor y gran amigo de Stefan Zweig, reunio, en “El legado de Europa”, aquellos ensayos en que el escritor austriaco rinde homenaje a los artistas que supieron expresar la esencia de la conciencia comun europea. Tras la fragmentacion de esa patria compartida que fue Europa, Zweig la reconstruyo en el unico mundo que le era posible, el del espiritu. En esta reconstruccion le ayudaron aquellos autores que fueron sus companeros de viaje: Montaigne, Chateaubriand, Wassermann, Rilke, Roth… Artistas y amigos que, a modo de herencia, nos lega para inmortalizarlos en el tiempo, para que permanezcan imperecederamente en nuestra conciencia.

  • Culpable (Trilogia Criminal 1), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Emily Thompson es declarada Culpable de un delito:
    El asesinato de su esposo.
    Mientras cumple su condena, lee las cartas que dejo antes de morir donde le confiesa la vida secreta que tenia:
    Un lider de El Circulo, un asesino.
    Ahora Emily Thompson esta libre y buscara a los verdaderos culpables, aunque esto la lleve a ser parte de El Circulo.
    Todo sea por cobrar su venganza.
    < Todos deben saber la verdad.
    Yo no lo mate. Yo no lo hice.>>

  • Espana embrujada de Nekane Flisflisher

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    Maldiciones, misterios, lugares hechizados y leyendas ocultas de nuestro pais.
    Un recorrido por los secretos mas oscuros y mejor guardados de la geografia espanola.

  • La mujer del porvenir de Concepcion Arenal

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    Escrito en 1869, La mujer del porvenir es un tratado donde Concepcion Arenal analiza la inferioridad en la que vive la mujer y la marginalidad que sufre, y a la vez aporta medidas y soluciones para acabar con dicha situacion, como mejorar su educacion.

  • Lecciones privadas de Linda Howard

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    El pequeno pueblo de Ruth, Wyoming, esta a punto de recibir una leccion de manos de una profesora recien llegada dispuesta a ganarse el corazon de un hombre que creia no tener ya nada que ofrecer. Mary Elizabeth Potter es una solterona por eleccion que no se hace ilusiones respecto al amor. Pero es tambien una buena profesora… y quiere que el hijo de Wolf Mackenzie vuelva al colegio. Para conseguirlo, se enfrentara al padre del chico y a partir de ese instante padre e hijo entraran en su vida, cambiandola para siempre. Sobre Wolf Mackenkie pesa todavia el estigma de un crimen que no cometio, pero para la pudorosa Mary Elizabeth Potter no es ese salvaje medio indio al que todo el mundo mira con recelo. Para ella, es un hombre bueno y decente. Un hombre capaz de amar. Wolf, sin embargo, no esta seguro de que el pueblo o el mismo esten preparados para aceptarlo. Necesitaba una mujer. Urgentemente. Wolf Mackenzie no podia dormir. La luna, llena y brillante, lanzaba su luz plateada sobre la almohada vacia, junto a el. Su cuerpo palpitaba dolorosamente de deseo, el deseo sexual de un hombre en la flor de la vida, y el paso de las horas solo intensificaba su frustracion. Por fin se levanto y se acerco desnudo a la ventana; su cuerpo, fornido y poderoso, se movia con fluidez. Notaba el suelo de madera helado bajo los pies descalzos, pero agradecia aquella leve molestia, que enfriaba su sangre enardecida por un ansia sin cauce. La luz incolora de la luna labraba las lineas y angulos de su cara, testimonio vivo de su legado ancestral. Su cara, mas aun que la densa cabellera negra que tocaba sus hombros o que los ojos negros de pesados parpados, delataba su origen indio, visible en sus pomulos altos y salientes y en su frente despejada, en sus labios finos y en su nariz aguilena. Menos evidente pero igual de intensa era la herencia celta que habia recibido de su padre, al que tan solo una generacion separaba de las Tierras Altas de Escocia. El legado paterno habia suavizado los rasgos indios heredados de su madre, dotando a Wolf de un rostro afilado como una espada, tan depurado y cortante como recio. Por sus venas corria la sangre de dos de los pueblos mas belicosos de la historia: los comanches y los celtas. Era un guerrero nato, y en el ejercito se dieron cuenta de ello nada mas alistarse. Pero era tambien un hombre sensual. Conocia bien su naturaleza y a pesar de que la dominaba, habia veces en que necesitaba una mujer. Cuando eso sucedia, solia hacerle una visita a Julie Oakes. Julie era una divorciada, varios anos mayor que el, que vivia en un pueblecito a treinta kilometros de alli. Sus relaciones duraban ya cinco anos; ninguno de los dos queria casarse, pero tenian necesidades, y se gustaban. Wolf procuraba espaciar sus visitas a Julie, y tenia cuidado de que nadie lo viera entrar en su casa. Aceptaba desapasionadamente el hecho de que los vecinos se escandalizarian si descubrian que Julie se acostaba con un indio. Y no con un indio cualquiera. Una condena por violacion marcaba a un hombre de por vida. Al dia siguiente era sabado. Lo esperaban sus tareas cotidianas, y tenia que ir a recoger un cargamento de tablones para el cercado a Ruth, el pueblecito situado al pie de su montana. Pero las noches de los sabados habian sido siempre para desmadrarse. El no se desmadraria, pero iria a hacerle una visita a Julie y se desfogaria en su cama. La noche se iba haciendo cada vez mas fria, y unas nubes densas y bajas se acercaban. Wolf se quedo mirandolas hasta que taparon la luna. Sabia que anunciaban otra nevada. No queria regresar a su cama vacia. Su rostro permanecia impasible, pero su sexo palpitaba dolorosamente. Necesitaba una mujer. Mary Elizabeth Potter tenia un sinfin de pequenas tareas de las que ocuparse aquella manana de sabado, pero su conciencia no le permitiria descansar hasta que hablara con Joe Mackenzie. El chico habia dejado la escuela hacia dos meses, uno antes de que ella llegara a ocupar el puesto de una profesora que se habia marchado inesperadamente. Nadie le habia hablado del chico, pero Mary se habia tropezado con su expediente y lo habia leido por curiosidad. En el pueblecito de Ruth, Wyoming, no habia muchos alumnos, y Mary creia conocerlos a todos. Habia, en realidad, menos de sesenta estudiantes, pero el indice de los que llegaban a graduarse era casi del cien por cien, de modo que cualquier desercion resultaba extrana. Al leer el expediente de Joe Mackenzie, se habia quedado de piedra. Aquel chico era el mejor de su clase. Sacaba sobresalientes en todas las materias. Los alumnos que iban mal se desanimaban y dejaban los estudios, pero la vocacion docente de Mary se rebelaba ante la idea de que un alumno tan excepcional abandonara el colegio asi como asi. Tenia que hablar con el, hacerle comprender lo importante que era para su futuro que siguiera estudiando. Dieciseis anos eran muy pocos para cometer un error que lo perseguiria de por vida. Ella no podria pegar ojo hasta que hubiera hecho cuanto estuviera en su mano para convencer a aquel chico de que volviera a la escuela. Por la noche habia vuelto a nevar y hacia un frio que pelaba. El gato maullaba lastimosamente mientras olfateaba alrededor de los tobillos de Mary, como si tambien el se quejara del tiempo. --Lo se, Woodrow --consolo al animal--. El suelo tiene que estar frio para tus patitas. No le costaba trabajo ponerse en el lugar del gato. Le parecia que no habia tenido los pies calientes desde que habia llegado a Wyoming. Se habia prometido que, antes de que llegara el siguiente invierno, se compraria un par de botas fuertes y calientes, forradas de piel y resistentes al agua, y andaria por la nieve como si llevara haciendolo todo la vida, como una lugarena. Las botas le hacian falta ya, en realidad, pero los gastos de la mudanza habian agotado sus magros ahorros, y las ensenanzas que le habia inculcado su ahorrativa tia Ardith le impedian comprarlas a credito. Woodrow maullo otra vez cuando se puso los zapatos mas calentitos y juiciosos que tenia, los que ella llamaba sus <>. Se detuvo para acariciar a Woodrow detras de las orejas, y el gato se arqueo, extasiado. Mary habia heredado a Woodrow junto con la casa que le habia proporcionado la junta educativa. El gato, igual que la casa, no era gran cosa. Mary ignoraba cuantos anos tenia, pero tanto el como la casa parecian un poco avejentados. Ella siempre se habia resistido a comprarse un gato (aquello le parecia el colmo de la vida de una solterona), pero finalmente su sino le habia pasado factura. Era una solterona. Ahora tenia un gato. Y llevaba serios zapatos de solterona. El cuadro estaba completo. --El agua busca sola su nivel --le dijo al gato, que la contemplaba con su impavida mirada-- Pero ?a ti que mas te da? A ti no te importa que mi nivel parezca detenerse en gatos y zapatos serios. Suspiro al mirarse en el espejo para asegurarse de que estaba bien peinada. Su estilo eran los zapatos serios y los gatos, y el ser palida, flacucha e insignificante. <> era un buen termino para describirla. Mary Elizabeth Potter habia nacido para solterona. Iba todo lo abrigada que podia ir, a no ser que se pusiera calcetines con aquellos zapatos tan serios, pero hasta ahi no llegaba. Ponerse unos lindos calcetines blancos de los que llegaban justo por encima de los tobillos con una falda larga de vuelo era una cosa, y ponerse calcetines hasta la rodilla con un vestido de punto, otra bien distinta. Estaba dispuesta a prescindir de la elegancia con tal de ir abrigada; pero no estaba dispuesta a ir hecha un adefesio. En fin, no tenia sentido posponerlo; de todos modos, el tiempo no mejoraria hasta la primavera. Se preparo para aguantar la embestida del aire frio contra su cuerpo, todavia acostumbrado al calor de Savannah. Habia dejado su pulcro nidito de Georgia por el desafio de una pulcra escuela en Wyoming, por la ilusion de una forma distinta de vida; incluso reconocia en si misma una leve ansia de aventura, un ansia que, naturalmente, jamas permitia que aflorara. Pero, por alguna razon, no habia tenido en cuenta la cuestion del clima. Habia dado por supuesta la nieve, pero no las asperas temperaturas. No era de extranar que hubiera tan pocos alumnos, penso al abrir la puerta, y dejo escapar un gemido cuando el viento le lanzo un latigazo. Hacia tanto frio que los adultos no podian desvestirse para engendrar ninos.

  • El Sexo siempre es la Respuesta de Jorge Borges

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    Como Animales: Romance, Sexo y Erotica con el Licantropo Alfa

  • Los angeles no tienen helices de Mercedes Alonso

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    ?Recuerdas ese momento en el que tu vida dio un giro de ciento ochenta grados? Olivia jamas podra olvidarlo pues, en su caso, como en el de otras muchas personas de carne y hueso, no fue una de esas etapas facilonas en las que solo falta la musica de unos magistrales violines para endulzar el gran momento.

  • Israel (Y llegaste tu 6) de Merche Diolch

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    Llegaron al apartamento de Lucia pasadas dos horas de viaje en completo silencio. Los acontecimientos vividos habian sumido a los tres en una especie de estado de ingravidez donde cada uno analizaba los acontecimientos por si hubieran podido desarrollarse de otra manera. Fue un trayecto largo, pero necesario para que, en cuanto llegaron al piso de Lucia, alcanzaran la misma conclusion: el pasado no se podia cambiar. Israel las ayudo a subir las maletas de Elsa al apartamento y, tras dejar a la joven instalandose en la que seria su nueva morada, el y Lucia decidieron dejarla sola. Tomaron el ascensor que los llevaria a la calle y, delante del Camaro, ambos sintieron que su energia se evaporaba. El fin de semana los habia dejado agotados. Lucia apoyo la cabeza en el pecho de Isra y el le abrazo la cintura, dandole un beso en la cabeza. —Respira… —le repitio el mantra que llevaba escuchando desde que habian llegado a la boda el dia anterior. Ella sonrio y lo miro. —Es lo que hago, si no tendria un problema. Se carcajeo y le acaricio la mejilla. —Un gran problema. Los dos se observaron, dejando sus miradas fijas la una en la otra. Los ojos de un azul celestial que podrian pasar por los de un angel y los negros que escondian miles de estrellas en su interior. —Tengo que irme —anuncio Isra pasados unos segundos rompiendo lo que compartian. Ella asintio y se separo un poco de el. —Tienes que regresar a tu casa. Le paso la mano por el cabello y agarro su barbilla. —?Estareis bien? Lucia movio la cabeza de forma afirmativa. —O por lo menos lo intentaremos. —Le guino un ojo. Le atrapo la cara y le dio un leve beso. —Llamame si necesitais ayuda. —No hara… —Lucia, avisame si es necesario —la corto insistiendo. Suspiro y asintio. —De acuerdo. —Asi me gusta. —Sonrio—. Docil y sumisa. Le golpeo el estomago y se aparto de el. —Conque docil y sumisa… Se rio atrapando una de sus manos para acercarla de nuevo a el. —Echaba de menos a esta fierecilla. Apoyo las manos en su pecho y lo miro con las mejillas algo rosadas. —Tenemos que hablar… Movio la cabeza conforme con sus palabras y le dio un lento beso. —Ya habra mas momentos para hacerlo. —Levanto la cabeza hacia el edificio de apartamentos que habia detras de ella—. Ahora hay cosas mas importantes. Lucia asintio tambien. —Voy a hacer todo lo posible para ayudarla. La miro con admiracion. —Lo se, pero si por algun motivo, alguna causa… —Te avisare. Asintio complacido con su respuesta. Atrapo de nuevo su cara, observo su mirada, descendio hasta sus labios y le anuncio: —Voy a besarte. —Lo estoy deseando. —!Lu! !Lu!… El beso no llego a producirse. Lucia se separo con rapidez de el, al reconocer a quien la llamaba. Israel la observo extranado al principio y molesto despues, cuando la chica rubia que acababa de acercarse le dio un beso en la boca. —Hola, Fatima. —Hola, no sabia que habias regresado. La chica miro al joven que seguia pendiente de cada una de sus palabras y devolvio la atencion a la otra chica. —Un cambio de planes de ultimo momento. —Me alegro, asi podremos pasar el dia juntas. Lucia asintio reticente. —Yo me tengo que ir —anuncio Israel abriendo la puerta del coche para adentrarse en su interior. —Isra, espera… —lo llamo golpeando el cristal de la ventanilla, solicitandole que la bajara. Miro a Fatima y le dijo—: ?Puedes ir subiendo al piso? Ahora voy yo. —Tomo las llaves que le ofrecia y se alejo de ella, dandole antes un nuevo beso de despedida, pero en esta ocasion en la mejilla. Lucia se volvio hacia el coche en cuanto escucho un grunido que salia del interior de este y se apoyo en la ventanilla. —No te vayas asi… La miro elevando su ceja. —?Como quieres que me vaya? —pregunto con brusquedad—. Lucia, no soy amigo de estos juegos… —Hablare con ella —indico. El apreto el volante, dejando constancia de la tension que sufria su cuerpo al quedarse blancos sus nudillos. Nego con la cabeza, arranco el motor del coche y la miro. —Creo que sera mejor que olvidemos lo que ha ocurrido. La joven se irguio, separandose un poco del automovil como si acabara de recibir una bofetada. Se cruzo de brazos y tenso la mandibula. —Esta bien. —Si necesitas cualquier cosa… —Llamare a Lucas —lo corto. El la miro desde el asiento del conductor, achicando los ojos, y asintio. —Si, creo que sera lo mejor. Todo esto ha sido… —dudo por unos segundos hasta que encontro la palabra exacta— un error. —Yo no lo habria definido mejor —indico mordaz—. Que tengas buen viaje —se despidio. Israel asintio sin apartar la mirada mientras ella lo observaba impasible. Ninguno era capaz de romper el contacto visual, ninguno queria romper su relacion… Lucia tomo aire y se dio la vuelta. Se dirigio al portal de su edificio y, cuando le faltaban unos pocos pasos para alcanzar la puerta, escucho como un coche se alejaba de la acera. Con rapidez se volvio, comprobando como el Camaro amarillo torcia la esquina de su calle. —Imbecil… —dijo en voz alta, sin saber muy bien si se referia a Israel o a ella. Abrio la puerta de cristal y madera, y desaparecio en el interior con gesto abatido.

  • Lustful paradise de Vanesa Garo

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    Adam Evans se reencuentra con Ashley Brown. Pronto descubre que ella ha cambiado. Ya no es aquella mujer recatada y timida con el sexo, sino, una completa experta.

  • El milagro Spinoza de Frederic Lenoir

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    Una calida invitacion a buscar la felicidad en lo mas profundo de uno mismo.

  • El Sonido de los Almendros de Alberto Munoz Duran

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    La aparicion de tres cadaveres esparcidos entre el pueblo de Teovin y el inmenso bosque de Tierra de Pinares, donde Moises sintio la verdadera naturaleza de la fe siendo solo un nino, desencadenara una serie de pistas reveladoras que relacionaran al asesino en serie mas buscado de Espana con los diez mandamientos de Dios.
    Desde ese preciso instante, el expolicia judicial tendra que volver a sus origenes mas primitivos e iniciar una carrera contrarreloj para salvar a la unica persona que le ha importado de verdad a lo largo de una vida marcada por la soledad.Esta es la historia del sonador que consiguio entender a su verdadero yo y se enfrento a los demonios que un dia se le aparecieron para hacerle dudar de un destino que ya tenia asignado bajo la inconfundible melodia de los almendros.
    Una leyenda magica que se hizo real despues de conocer el amor, oler la sangre de los inocentes y pelear consigo mismo mientras perseguia al monstruo que mantuvo a todo un pais en vilo durante dos largas, frias e interminables semanas invernales, en uno de los casos mas escabrosos de la cronica negra.

  • La ultima palabra de Juan Elias de Pau Freixas

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  • Agatha y el chico de los tatuajes (Familia Reed 2) de Olivia Kiss

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    Cuando Agatha descubre que el chico malo ha vuelto al pueblo, sabe que debe mantenerse alejada de el porque Daniel Kurt es todo lo que ella no ve con buenos ojos. Sin embargo, el destino no juega a su favor, y los dos terminan encerrados en la pequena biblioteca durante una noche de tormenta. Sin cobertura ni nada mejor que hacer, Agatha y Daniel comienzan a conocerse. Y ella no puede evitar la creciente curiosidad. ?Que hace rodeado de libros? ?Son ciertos los rumores que dicen sobre el? ?Y por que empieza a sentirse alterada ante su presencia y esos tatuajes que recubren sus brazos cuando es el ultimo hombre en el que se fijaria?

  • Entre las sombras (Rosa blanca 4) de Laura A. Lopez

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    Llega la cuarta entrega de la serie de romance historico <>.

  • Una noche de pelicula de Teresa Mercedes Bueno Santamarina

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    Elena se embarca en un nuevo futuro despues de un pasado lleno de obstaculos. Sin embargo, a pesar de su incansable lucha y la amistad de Marco, nada sucedera como espera.

  • El Alcalde y la Activista: Todo vale en la politica y en el amor de Laura Benet

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    Cristina es una joven idealista y romantica, que cree en la vida sana y en la defensa del medio ambiente. Esta dispuesta a todo con tal de defender aquello que le importa. Hasta de enfrentarse al alcalde y a quien haga falta, sin medir las consecuencias. Aunque ese alcalde tan guapo y atractivo no quiera escucharla.

  • Por orgullo de Sophie Saint Rose

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    Xana trabajaba en una discoteca y conocer a Philip fue un autentico regalo que no se esperaba. Un gran amigo para toda la vida. Asi que cuando fue a visitarle a Inglaterra, se llevo una sorpresa al conocer a su hermano que era totalmente opuesto a el e impresionantemente sexy. Era una pena que no la tragara.

  • Un lugar en el mapa de Shaun Prescott

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    Shaun Prescott es uno de los autores revelacion de la nueva literatura australiana: un relato alegorico y mordaz sobre la desaparicion de los pueblos.

  • Cuatro poetas en guerra de Ian Gibson

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    Antonio Machado, Juan Ramon Jimenez, Federico Garcia Lorca y Miguel Hernandez son cuatro de las mejores voces poeticas de la Espana del siglo XX. Unidos no solo por su absoluta dedicacion a las letras, sino por su lealtad a la Segunda Republica, enarbolaron una defensa acendrada de la libertad y la democracia.

  • Un destino caprichoso de Angela Martinez

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    Diana estudio fisioterapia. Entre las aulas y los pasillos conocio a Ivan, quien se convirtio en si gran amigo y en una de las personas mas importantes de su vida. La amistad se fortalecio cuando Diana vio truncado de la noche a la manana, su sueno de ser una gran pianista. Y ahi estuvo Ivan para apoyarla, en las buenas y en las malas. Juntos han decidido montar una clinica de masajes y rehabilitacion.
    Miguel es neurocirujano, y tambien es un canalla y un seductor que esta envuelto en un peligroso lio que no le deja ejercer su profesion hasta que se ponga en claro su dudosa conducta en el pasado. A pesar de todos los problemas, su corazon aun tiene tiempo para quedarse deslumbrado por la belleza natural de Diana. Se ha propuesto conquistarla, pero por unica vez en su vida no sabe como.

  • Uno de los nuestros (Tracy Crosswhite 5) de Robert Dugoni

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    ubre con sorpresa que el sospechoso presta servicio en la base naval de la localidad. Poco despues, una decisiva prueba incriminatoria desaparece y el tribunal militar encargado del juicio acaba absolviendo al acusado.

  • El caso Hartung de Soren Sveistrup

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  • La hija del curandero de Amy Tan

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    Con el fin de evitar que sus recuerdos se pierdan para siempre, la anciana LuLing, emigrada a Estados Unidos, escribe el relato de su pasado en China. Un dia, su hija Ruth encuentra esos documentos en el apartamento y, a traves de ellos, llega a conocer los primeros anos de vida de su madre, y algunas revelaciones sobre el pasado familiar. Las dos generaciones de mujeres, con voces alternas, hallaran en este repaso a la memoria un punto de encuentro y reconciliacion.

  • Cinco dias que estremecieron al mundo de Nicholas Best

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    Pocos episodios han conmocionado mas al mundo que los cinco dias que, a finales de abril de 1945, se iniciaron con el asesinato de Mussolini y terminaron con la noticia de que Hitler se habia suicidado en su bunker de Berlin. Toda clase de personas, algunas famosas en aquel momento, otras, en un futuro, han recordado exactamente donde estaban y que hacian esos dias: el futuro papa Benedicto habia desertado de la Wehrmacht, Audrey Hepburn estaba en Holanda, feliz por haber escapado a su encierro en un burdel de la Wehrmacht, Roman Polanski vivia practicamente como un nino salvaje por las calles de Cracovia,

  • La nina de ninguna parte de Christian White

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  • Una promesa de gloria de Morgan Rice

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    En UNA PROMESA DE GLORIA (Libro #5 de El Anillo del Hechicero), Thor se embarca con sus amigos de La Legion en una busqueda epica en la vasta selva del Imperio para intentar encontrar la antigua Espada del Destino y salvar al Anillo. Las amistades de Thor se profundizan mientras viajan a nuevos lugares, enfrentan monstruos inesperados y luchan en una batalla inimaginable. Encuentran tierras exoticas, criaturas y personas mas alla de lo que podrian haber imaginado, a cada paso de su viaje aumenta el peligro. Tendran que convocar todas sus habilidades si quieren sobrevivir, mientras siguen el rastro de los ladrones, mas y mas profundamente en el Imperio. Su busqueda les llevara hacia el corazon del Inframundo, uno de los siete reinos del infierno, donde los No Muertos gobiernan, y los campos se alinean con los huesos. Mientras Thor debe invocar sus poderes, mas que nunca, se esfuerza por comprender su naturaleza.

  • El capitan Hayden y la tramposa de Sandra Bree

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    Una novela romantica, ambientada en la epoca victoriana, que te hara reir y enamorarte.

  • Volver a respirar de Beatriz Saiz

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    Lucca llega a York con dieciseis anos, junto a una madre que no lo quiere y un padre que lo ama pero que no puede estar con el. En su camino se cruza una adorable nina de ojos azules, pelo rubio y piel blanquecina que le hace sentir cosas que no consigue explicar. Tras mucho esfuerzo, Lucca se da cuenta que no puede alejarse de Sandra, y pasa a su lado el mejor ano de su vida. Pero los miedos de Lucca son mayores y acaba huyendo lejos de ella.

  • Nunca Mas Rechazada de Christina Mcknight

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    Lady Viola Oberbrook solo deseaba olvidar la manana de duelo que se llevo la vida de dos jovenes, saludables, prometedores hombres de la sociedad y la enviaba a ella a la finca de campo de su padre. Ocho anos mas tarde, ella tiene su vida en orden: un negocio satisfactorio, unos pocos amigos confiables, y ningun plan para regresar a la sociedad de Londres. Lo que ella no espera es encontrarse cara a cara con su pasado…

  • Ladronas de Nueva York 4 de Estefania Yepes

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    Me moria de sed. Como si no me hubiera pasado la noche entera bebiendo. Mandaba narices. Encendi la lucecita de la mesilla que habia junto a mi cama y busque la botella de agua, pero esta estaba completamente vacia. Fantastico. Me puse en pie y antes de salir, me acerque a la puerta tambaleandome, con el objetivo de comprobar que ya no quedara nadie en casa. Me habia metido en la cama en ropa interior y una camiseta de tirantes y no tenia ningun tipo de intencion de cambiarme por un simple botellin de agua. ?Como demonios habiamos llegado a beber tanto? Sali y anduve haciendo eses hasta la cocina. Todo el apartamento estaba a oscuras. No obstante, con el tiempo habia desarrollado la virtuosa habilidad de recorrerlo a tientas, sin magullarme los dedos de los pies contra ningun mueble. Me frote la cara y abri la puerta del frigorifico de donde saque un botellin. Fui a cerrarla y entonces, al girarme para regresar, el pulso se me acelero de golpe, alcanzando limites peligrosos. Muy peligrosos. No pude gritar ni moverme; ni siquiera sabia como podia no haberle visto antes. Apoyado contra la mesa del salon estaba Olly. Tenia la respiracion agitada y la vista perdida en algun punto de la mesa. La estampa era... Estaba segura de que si despegaba los labios para preguntarle que hacia ahi se me escaparian las pocas fuerzas que permitian que todavia me mantuviera en pie. Me fije mejor en su aspecto y descubri que llevaba la camisa abierta y su pecho oscilaba arriba y abajo, visiblemente alterado. Mis ojos comenzaron a acostumbrarse a la penumbra y al final, aunque temerosa, di un paso al frente. Como si se percatara por primera vez de mi presencia, elevo el menton y su mirada, turbia y enajenada, me busco. Crei que iba a morir en ese mismo instante. Literalmente. Y juro por Dios que lo hubiera hecho si a cambio hubiera podido seguir siendo observada de ese modo durante el resto de mi eterea eternidad. Pero ese sencillo pensamiento lo unico que logro fue colapsarme las arterias, mientras que sus ojos desfilaban inclementes por mi cuerpo, recorriendolo por completo. No estaba bien, no hacia falta ser adivina para darse cuenta de ello, pero yo tampoco me hallaba en plenas facultades y quiza eso lo volvia todo mucho mas facil todavia... o tal vez menos real. Mis dedos se aferraron con fuerza a la botella de plastico cuando sus ojos se detuvieron sobre mis piernas desnudas. Tal vez me hubiera desmayado a lo largo de la noche y eso no fuera mas que un sueno. Al fin y al cabo, no veia a Elle por ninguna parte, tendria sentido que asi fuera... ?no? Trago saliva a camara lenta y el movimiento de su garganta se perfilo en la penumbra, a traves de la poca luz que se colaba impetuosa a traves de las ventanas. Aparto las manos de la mesa y se irguio por completo, con la camisa completamente abierta y el pecho descubierto. Si antes de salir del dormitorio me moria por un trago de agua es que no tenia ni la mas remota idea de lo que era sentirse asfixiado y deshidratado. Ahora era consciente y a pesar de ello, no hubiera cambiado esa sensacion por todos los botellines de agua del mundo. Preferiria morir en sus ojos que vivir en su invisible presencia. Mi mente se nublo cuando dio un paso al frente, todavia jadeante, sin dejar de mirarme fijamente. Tenia la mirada completamente ida y su aliento destilaba un fuerte aroma a alcohol. Estaba ebrio. Y a mi no me hacia falta tener que dar otro paso para demostrar que tampoco me encontraba precisamente en uno de mis momentos mas lucidos. Me hubiera gustado suplicarle que parara de mirarme asi, que me contara que le pasaba y de ese modo, poder ayudarle. En cambio, no podia dejar de observarlo y de excitarme cada vez que sus ojos volvian a pasearse indecorosos por mi cuerpo, semidesnudo. Dio otro paso mas en mi direccion y supe que perderia el equilibrio si me movia un solo centimetro. Sin pretenderlo, mis ojos se desviaron hacia su torso, cubierto por una fina capa de vello, y senti un intenso cosquilleo en la columna que se esparcio por todo mi cuerpo. Su respiracion seguia igual de agitada, como si aquel estado en el que se hallaba sumido no remitiera. Le veia sufrir y al mismo tiempo veia en sus ojos el deseo. Y yo no era tan fuerte. Nunca lo habia sido. Se acerco todavia mas y nuestros cuerpos quedaron apenas a unos centimetros de distancia. Su aliento me rozo las mejillas y senti vertigo, del de verdad, del que crees que no podras combatir jamas, ni siquiera con el farmaco mas potente del mercado. Olia a vino y cerveza, y en sus labios resultaba una mezcla demasiado tentadora. Me observaba con el fuego crepitando en sus ojos, que incluso en la oscuridad se intuian claros y llameantes. Alzo una mano y la llevo hacia mi rostro. La mantuvo durante unos instantes en el aire, sin moverse, sin dejar de mirarme. No se si pedia permiso o perdon pero, en ambos casos, me lo pedia a mi, solo a mi, y estaba dispuesta a concederle ambas cosas. La yema de sus dedos entro en contacto con mi piel y crei que no iba a poder soportarlo. Era injusto, seguramente ni siquiera sabia lo que estaba haciendo, a juzgar por la turbia intensidad de su mirada. En sus ojos tal vez yo era Elle y a pesar de ello, no me aparte. Sus dedos recorrieron mi mejilla y descendieron muy lentamente por mi cuello. Se deslizaron por mi clavicula y entonces, con una parsimonia que amenazaba con romperme en millones de micropedacitos de mi misma, se detuvo sobre mi pecho y lo contorneo con una delicadeza que podria servir para someter incluso al mas incredulo e insensible. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano por contener un par de lagrimas. La lucha que se estaba librando en mi interior bajo su intensa mirada era algo para lo que nadie me habia preparado jamas. Por un lado queria sentirme libre, sonreir y disfrutar, provocarle y sentirme viva. Sin embargo, a pesar de ello, no podia dejar de pensar en que estaba traicionando a mi mejor amiga. Aunque ella hubiera dicho que no queria estar con el... que no tenian nada serio. Pero, a pesar de eso, el seguiria siendo suyo... Siempre seria suyo. --Olly... --murmure entonces, incapaz de acabar con lo que en realidad habria querido decirle. Su mano ascendio y entonces, con suavidad, su dedo pulgar se poso sobre mi labio mientras que con la palma envolvia mi mandibula. Jugueteo con el dedo y dibujo su contorno, obligandome a levantar un poco la cabeza, gesto al que cedi. No podia dejar de mirarlo, no podia dejar de sentirme viva mientras el siguiera contemplandome de ese modo. No podia dejar de pensar que era la peor amiga del mundo y al mismo tiempo, suplicarle que acabara de una vez por todas con la soga que habia anudado a mi cuello y de la que el estaba tirando demasiado sin ser consciente. --Olly... --intente de nuevo, buscando algun resquicio de razon que pudiera quedar en mi interior. Pero esta vez no me dio tiempo a mas. Sus labios se posaron sobre los mios con una fuerza tan protectora como desconsiderada y entonces, cuando crei que iba a morir, a alcanzar el nirvana o cualquier otra de esas cosas que siempre habia imaginado, paso todo lo contrario. Lo unico que no esperaba; lo unico para lo que no estaba preparada. Deje de pensar. Deje de pensar en el, en mi y en todo lo demas. Nada; no habia absolutamente nada mas en mi interior que no fuera el deseo que sus besos encendieron. No habia remordimientos, miedo ni reproches. No habia inseguridades ni menosprecios. Sus besos me devoraban con pasion, enajenados pero hambrientos, y me entregue a ellos sin poder pensar en nada que no fuera lo bien que sabian despues de haberlos sonado durante tanto tiempo. Una de sus manos se acoplo a la curva de mi espalda y la otra bajo hacia mis nalgas, donde se aferro con una fuerza casi animal. No tarde en reaccionar. No podia creer lo que estaba sucediendo pero no podia detenerme para tratar de comprenderlo. Ni siquiera se como llegamos a mi dormitorio. Lo hicimos sin mas y de repente, sus manos levantaban mi camiseta sin necesidad de pedir permiso. Mis brazos obedecieron y se alzaron, mientras sus besos seguian torturandome con el sabor del mismisimo eden. Asi con fuerza su camisa y tire de ella, dejandola caer al suelo. Todo sucedio demasiado deprisa a partir de ese momento. Tenia un hambre feroz, su necesidad de un cuerpo en el que desahogarse era aniquiladora y el mio estaba preparado y predispuesto, mientras en mi cabeza tenia lugar una contienda muy distinta. Razon y corazon luchaban a muerte, con todas sus armas, con todas sus fuerzas. Ahora sin ejercitos de por medio, tan solo ellos dos. Y mientras tanto, mi cuerpo se liberaba encajado bajo el suyo, sintiendole tan adentro que ni siquiera la gran cantidad de alcohol evito que una lagrima resbalara por mi sien cuando me arquee despues de vibrar con el orgasmo mas puro, intenso y vivo que hubiera experimentado jamas. Lo senti en mi cuerpo, en mi cabeza, en todo mi ser... CAPITULO 2 Sarah. Ahora. --Lorie por favor, deja de llorar... deja de culparte. El llanto silencioso es el mas doloroso de todos. Lo aprendi de jovencita, cuando Mike desaparecio de mi vida sin mas. Lorie tenia razon, por mucho que me negara a aceptarlo --todavia--, siempre fue mi primer amor y aunque lo supere con el tiempo, hay lecciones que jamas puedes volver a olvidar. Y esa era una de ellas. Las lagrimas de Lorie me mojaron el hombro pero su silencio era todavia peor. Sabia que estaba colada por Olly pero jamas llegue a imaginar que lo estaba hasta ese punto. Y eso complicaba muchisimo mas la situacion. --Lorie... --dije, sin dejar de acariciarle la espalda. Lo peor de todo era que el seguia en su dormitorio y tendria que enfrentarse a la realidad, por mucho que esta amenazara con destruirla. ?Como habian podido permitir que eso pasara? Cuando crei que iba a tener que emplear un tono mas severo con tal de hacerla reaccionar de una vez por todas, lo hizo ella por sus propios medios. Aparto lentamente la cabeza y cogio una servilleta que habia sobre la mesa para pasarla por sus mejillas y luego sonarse. Me dolia en el alma verla tan abatida. --?Que he hecho, Sarah? --sollozo, con un sufrimiento contenido que te rompia por dentro. --No te castigues, Lorie. Lo hecho, hecho esta. Pero ahora tenemos que pensar rapido. Elle saldra hecha un basilisco de un momento a otro y Olly todavia esta durmiendo en tu cama... --Oh... mierda --musito, al borde del llanto una vez mas--. !?Que hago?! --Tienes que despertarlo y decirle que se vaya. --No... no puedo, Sarah. No puedo. Cuando su labio inferior comenzo a temblar supe que lo decia de verdad. No tenia fuerzas para enfrentarse a Olly, lo cual no hacia mas que confirmar todas mis sospechas. Lo que sentia por el era mucho mas fuerte de lo que deberia. --Vale, hagamos una cosa --la apremie--. Metete en el cuarto de bano. Yo me encargo de Olly. --?Harias eso...? Escuchamos un ruido al fondo y no supimos identificar de que dormitorio venia, lo que solo confirmo que se nos agotaba el tiempo de verdad. --Ve, corre. Se puso en pie y desaparecio a toda prisa por el pasillo hasta llegar al cuarto de bano, donde se encerro sin hacer ruido. Suspire, me pase las manos por el pelo mientras mi cabeza trabajaba a toda velocidad y al final, tambien me puse en pie. No me importaba que el me viera en pijama, que llevara el pelo revuelo o el maquillaje corrido. Abri la puerta sin llamar siquiera y un fuerte e intenso olor a alcohol me recibio. Cerre y anduve hacia la cama de Lorie, en la que Olly seguia dormido. Estaba tumbado boca abajo con los brazos sobre la almohada y el rostro de lado. Parecia estar teniendo un sueno apacible. Le observe y me senti mal por el y por ellas, por los tres, porque lo que iba a suceder a partir de ese momento les acabaria pasando factura a todos. Me incline y puse la mano sobre su hombro, suave y fuerte. No se inmuto. --Olliver... --murmure flojito. Volvi a zarandearlo--. Olliver... Despierta, Olly. Pero no habia manera. Pase de su hombro y busque directamente su rostro. Primero le acaricie la mejilla y luego le revolvi el pelo. Estaba profundamente dormido y nada le hacia reaccionar. Que dificil iba a resultarme aquello. Eche un vistazo a mi alrededor y vi que todo era un amasijo de ropa, zapatos y almohadones. Exhale un suspiro. A continuacion, cogi sus pantalones, la camisa y lo deje todo sobre los pies de la cama. Desde fuera escuche otro ruido, seguramente era Elle. Volvi a poner la mano sobre su espalda y esta vez trate de moverlo, con mas impetu. Al tercer o cuarto intento comenzo a reaccionar. Le escuchaba murmurar de forma ininteligible mientras escondia la cabeza en la almohada. --Olliver, demonios, !despierta! --?Olliver...? --musito todavia con el rostro encajado en la almohada. De repente, se quedo en silencio y entonces, pasados unos segundos en los que crei que se habia quedado dormido de nuevo, levanto la cabeza con tal brusquedad que di un saltito hacia atras, sobresaltada--. !?Sarah?! --exclamo sin comprender. Lo mire tratando de descubrir hasta que punto estaba despierto o si seguia sumido en un estado de semiinconsciencia todavia

  • Creo que me enamore de ti de Carmen Batista

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    Te quiero, le dije, como amigos...
    Amigos que comparten la vida, los gustos, la cama, esto ultimo no se lo dije, pero lo pense. Mejor guarde silencio y vi como continuaba hablandome de su novia con quien se iba a casar.
    La verdad no estoy segura de poder continuar ocultando mis sentimientos y fingiendo, " no importa que sienta esto, ya se me pasara".
    No se si podre seguir haciendo un lado esto que siento, por momento me podria confundir y creer en que lo nuestro funcionaria, pero luego esta su boda, su chica y el hecho de que espera que yo ayude con los preparativos. Definitivamente tengo ganas de arrancar... Deberia detenerme, estar a solas para componer mi corazon, mis heridas y desde ahi continuar... huir de todo, eso es lo que deberia hacer... Si tan solo el entendiera... si tan solo el me amara como yo...

  • Lo que queda de mi (En secreto 1) de Monica Conde

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    Cuando Kara pide a la senora Miller que lea con ella el diario que su madre le ha prohibido coger, sabe que lo que esta haciendo no esta bien. Pero jamas llegaria a imaginar como trastocaria la vida de alguien muy importante para ella.
    El diario cuenta la historia que Lexie Buckley, una joven de Liverpool, vivio durante la Segunda Guerra Mundial. Ella esperaba ansiosa la llegada de su marido, tras concluir este sus estudios en Oxford. Pero la guerra estallo al concluir el verano y Henry dejo de nuevo a su esposa sola en Liverpool.

  • TUS CUATRO DESEOS de Davinia Palacios Garcia

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    Mi nombre es Valerie Davis.Durante tres anos he sido la novia perfecta para el hombre perfecto. Pero el me ha revelado algo que hace imposible seguir con nuestro compromiso.Harta del control incesante por parte de mi madre en cada aspecto de mi existencia, he decidido volver a la ciudad en la cual me crie y empezar una nueva vida.Sin ser la mujer florero de nadie. Ganandome la vida sin tener una carrera universitaria. Siendo autosuficiente por mi misma.

  • Entre Fantasias de Fanny Ramirez

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    Hay veces que vivimos de suenos, de fantasias. Dejarte llevar por la imaginacion es de lo mas excitante. Te doy cada uno de los ingredientes para convertirte en el protagonista. Que puedas sentir el cosquilleo de mis palabras. Intensidad, deseo, pasion… Entre fantasias se hace el amor. ?Aceptas el reto?

  • Bailando Descalzos de Zoe Chant

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    Un padre soltero + la maestra de su hija = un amor tan inexplicable como innegable.

  • Una estrella para el demonio de Ahna Sthauros

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    El antano general ruso Leivan Angelovitch se ha convertido en demonio de la lujuria por culpa del engano del Angel Caido llamado Dazel. Su hermosura y esa sensualidad que exuda de forma automatica lo han llevado a ser uno de los demonios mas poderosos, pero, ahora, sus existencia gira alrededor de dos conceptos: el odio y la venganaza.

  • Lo eres todo de Fran Moran

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    CERRO los ojos y escucho su voz, como siempre lo hacia cuando la camara se movia de ella a algun invitado o pasaba a algun rollo B de la historia que ella estuviera relatando. El no necesitaba informacion sobre otro tiroteo en alguna escuela, o sobre los gatitos rescatados de un desague. Solo queria saber de ella. Eso era todo lo que veia en las noticias. Eloy Marti. Sus rasgos eran suaves y dulces, acompanados de una cabellera rubia oscura y rizada, que caia hasta sus hombros en suaves ondas. Sus ojos emanaban calidez y empatia. Tenia labios rosados, y sus pechos bajo la elegante y cara blusa lo volvian loco. Cristo, el la queria. Siempre lo habia hecho. Desde aquel dia en la universidad cuando entro en la biblioteca de Harvard y la vio. Con su apariencia, dinero y posicion en el Upper East Side de Nueva York, el podria tener a cualquier mujer que quisiera, y habia tenido bastantes. Pero siempre recordaria esa. La que se le escapo. La chica de la camiseta rosa. Ese dia, la biblioteca estaba tranquila y casi vacia. Ella estaba sola en uno de los pasillos, leyendo. Miro hacia arriba cuando el se acerco. Era una chica pequena, delgada y joven, tal vez de diecisiete, o dieciocho anos. Al mirarlo, le sonrio. A su parecer, era encantadora, no solo bonita, sino dolorosamente hermosa. Tenia grandes ojos de color marron intenso y una calida y amistosa sonrisa. Para ese momento, su cabello colgaba casi hasta su cintura, luciendo suave y un poco desordenado. Ella le habia quitado el aliento. Era la chica que habia estado buscando. Y asi como asi, se habia ido. Una voz detras de el la habia llamado. Ella se despidio con una sonrisa y paso junto a el. En menos de treinta segundos, su vida habia cambiado para siempre. Y ahora ella estaba en su television todas las noches. Pero esta noche, sin embargo, las cosas serian diferentes. Sabia donde encontrarla, y donde llevarla. Su lugar en el campo era aislado y seguro. Ella definitivamente aprenderia a amarlo alli. Abrio los ojos cuando escucho al reportero devolverle el pase a Eloy, y sonrio cuando vio su hermoso rostro de nuevo. Esta noche, querida, esta noche… ELOY CERRO las noticias con una sonrisa y espero hasta que la camara apagara la lucecita para asegurarse de que estuvieran fuera del aire. --Gracias a todos. Sonrio para sus companeros mientras el personal del piso le aplaudia. Era una de las pocas anclas que trataba a todos por igual y siempre habia sido amable y cortes. Eloy se rio de sus aplausos, ignorando a su co-presentador que se quejaba del sonido. Su asistente, Rae, se rio mientras Eloy la levantaba un poco y la hacia girar. --Alguien esta de buen humor. Bajo a su amiga, y volvieron a su camerino. --Puedes apostar a que si. Guido me va a recoger y vamos a tener dos felices semanas de nada mas que sol, mar, arena y divertido sexo sucio. Rae se rio. --No estoy celosa en lo absoluto. Realmente, realmente no. Eloy se rio. --Lo siento, boo. No deberia regodearme, pero Dios, he estado esperando esto desde siempre. --Escucha, te lo mereces. ?Entre tu y yo? Me preocupa que trabajes demasiado. --No --Eloy le sonrio--. Sabes que vivo y respiro las noticias. Escucha, ya que compartimos secretos… cuando regrese, le preguntare a Jack si puedo hacer mas periodismo de investigacion. Me encanta ser ancla, pero tambien extrano estar en el campo. Rae le sonrio. Ella tenia unos cincuenta anos, era afroamericana y la crema y nata de las asistentes personales. Ellas se conocieron hacia ya un ano, y desde entonces eran inseparables. Ahora mismo, charlaba con Eloy, mientras ella se ponia unos jeans y una camiseta, y se preparaba para encontrarse con su novio, Guido Wheeler. Llevaban dos anos juntos, y estaban tan enamorados como siempre. Eloy sabia que el era el indicado, su personalidad divertida y ferozmente inteligente los hacian coincidir en todo lo que hacian. Guido llego poco despues y la beso, permaneciendo ambos en un abrazo prolongado. Le sonrio, y sus ojos marrones oscuros, se volvieron alegres y llenos de emocion. --?Estas lista, nena? --Vamos, guapo. Se tomaron de la mano al salir del edificio hacia la cabina de espera, y no fue hasta que escucho su nombre que Eloy se dio la vuelta para ver al hombre que esperaba detras de ellos. Empezo a sonreir, ya que era su respuesta automatica para los fans que la esperaban fuera del estudio. De pronto, todo parecio ir mas despacio cuando ella vio el arma. Escucho el grito de Guido, oyo un disparo y vio su pecho explotar. Ella grito de rabia cuando el hombre le apunto con el arma, pero aun asi se lanzo sobre el sin pensar en las consecuencias. Sintio tanto dolor, que su vision se volvio negra. Por la manana, en el hospital, despues de horas de cirugia, le dieron la noticia. Guido habia fallecido, y el hombre que lo habia matado se habia escapado, desapareciendo en el frio viento de la noche. Eloy sabia que nunca mas sentiria la calidez de la felicidad, o la sensacion de estar a salvo. CAPITULO UNO UN ANO DESPUES ELOY MARTI DEJO de existir en el momento en que cerro la noticia esa noche con una sonrisa para su publico, seguida de su habitual y alegre despedida. Charlo con Rae como de costumbre, se puso su ropa y le dijo a su amiga que la veria manana. Usando un baston que ya no necesitaba, pero que guardaba para desviar la atencion, salio cojeando hacia la limusina que la esperaba, y entonces, desaparecio. Mientras el auto, conducido por uno de los choferes del FBI, se adentraba en la oscuridad del estado de Nueva York y se dirigia al refugio, la Eloy que todos conocian quedo en el pasado, y en su lugar, nacio Sunday Kemp. En el refugio, su cabello rubio oscuro fue tenido profesionalmente hasta alcanzar un tono marron oscuro que lucia natural, sus ojos marrones fueron cubiertos con lentes de contacto violetas, su nariz perforada, e incluso se hizo un pequeno tatuaje en su muneca. Entonces, el jet privado que la llevaria a su nueva casa estuvo listo, y ella supo que eso seria todo. El ultimo momento de su antigua vida. Dudo una vez mas antes de subir al avion. Sam, su protector, que se habia convertido en un buen amigo durante el ultimo ano, le puso una mano en el hombro. --?Estas bien, Sunday? Sunday. Su nuevo nombre. Lo habia elegido para honrar a Guido, a quien conocio un dia domingo. Kemp era el apellido de soltera de su madre. Cuando perdio a Guido, sintio que de hecho perdio a ambos. Habia sido demasiado doloroso para la familia de el volver a verla, aunque Patricia, la madre de Guido, se habia quedado al lado de Eloy mientras esta se recuperaba del disparo. Tan pronto como fue dada de alta, sin embargo, se quedo sola. Su propia familia, dispersa desde hacia mucho tiempo por el mundo, habia enviado sus condolencias, pero ninguno de ellos la habia visitado. Rae habia sido su familia, y ahora tenia que dejar atras a su unica amiga. Se fue desde Nueva York, el unico hogar que habia conocido, hasta la vida de pueblo en las Rocosas, Colorado. Paso de presentadora de noticias a mecanografa de alguien. Le habian encontrado trabajo con un artista que vivia en el pequeno pueblo cerca de Telluride y ella se reuniria con el el lunes siguiente. Hasta entonces, se instalaria en su nuevo hogar, un pequeno apartamento en la calle principal de la ciudad, en lo alto de las Montanas Rocosas. No habia traido nada de casa, ni siquiera ropa interior, excepto una fotografia de Guido que habia colado en el bolsillo de su chaqueta. El FBI le habia dicho que dejara todo lo que pudiera atarla a su antigua vida. --Todo sera provisto para ti --fue lo que dijeron--. Tienes que dejar tus cosas atras --le dijo Sam gentilmente--. Si apareces en la ciudad con millones en el banco… --Lo entiendo --dijo. El dinero no significaba nada mas para ella que una herramienta para hacer su vida mas conveniente; nunca habia sido una mujer avara. Pero odiaba dejar sus libros, su piano, y sobre todo, a sus amigos y companeros en la estacion. Las amenazas a su vida eran constantes. El, quienquiera que fuera, era implacable y muy sigiloso. Constantemente le enviaba recordatorios de que estaba cerca, que terminaria el trabajo, que le haria pagar por su "traicion". Imbecil. Su intestino se retorcia de la rabia, y a veces deseaba que su acosador mostrara la cara. Aunque la matara, al menos tendria la oportunidad de vengarse. El FBI estaba preocupado, y para cuando la convencieron de la posibilidad de que su atacante fuera alguien conectado a la mafia y que nunca escaparia de el, Eloy, o Sunday, casi se habia resignado a morir joven. El equipo del FBI, y Sam Duarte en particular, finalmente la convencieron de que se protegiera. --Tienes mucha mas vida que vivir --le dijo Sam, un hombre amable de unos cuarenta anos--. Tienes veintiocho anos, carino. Vive. Vive para honrar la memoria de Guido. No podria haberlo dicho de otra manera que pudiera persuadirla. De repente, un ritmo de vida mas lento, y tener tiempo para llorar por Guido, sonaba mas tentador que continuar con su carrera en Nueva York. En el jet privado, Sam le sonrio. --?Estas lista, Sunday? Ella asintio. --Creo que estoy lista, Sam. Gracias por organizar todo esto, en serio. Y el trabajo tambien. Me volveria loco sin algo que hacer. El le dio una palmadita en la mano. --No se mucho sobre tu futuro empleador, excepto que mantiene sus cosas para si mismo. Es muy reservado. --Bien. Se sintio aliviada al oir eso. Sabia que su nuevo jefe tenia una casa grande y esperaba que no se cruzaran tanto y asi tener espacio suficiente para trabajar y pensar. El avion aterrizo en Telluride, y los agentes le dieron las llaves de un todoterreno de segunda mano. Todo era parte del engano, ella lo sabia, pero realmente no le importaba. Era comodo y fiable. En la parte de atras habia maletas llenas con su nuevo guardarropas. Sam se aseguro de que estuviera comoda. --Te seguiremos hasta el nuevo apartamento --le dijo--, pero mantendremos la distancia para no llamar la atencion. Parecera que has llegado por tu cuenta. El lugar esta amueblado, por lo que deberias ser capaz de instalarte rapidamente. Hay un par de bolsas con alimentos basicos en la camioneta. ?Tienes el telefono desechable que te di? Sunday cavo en su bolso y se lo mostro, sacudiendo su mano ligeramente. --Buena chica. Entonces, estare en contacto. Manten eso contigo, pero consigue uno nuevo para usar con tus nuevos amigos aqui.

  • Bancos de niebla de

    https://gigalibros.com/bancos-de-niebla.html

    Un misterio, un joven con ansiedad social, una travesia por algunos aspectos de la psicologia humana, personajes tan diferentes entre si que parece imposible que el destino cruce sus caminos. En la ultima novela de Ariel Zorion todo es posible. Las cosas no son lo que parecen, las situaciones cambian de manera inesperada. ?Y que es un libro si no un viaje indescriptible?

  • No solo sexo de Krista E. Mollet

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    Shaila detesta a su companero de trabajo…. o eso aegura hasta que no es capaz de rechazar una invitacion de Paul y se da cuenta que espera que esa invitacion llegue a algo mas…. ?sexo tal vez?

  • Un atico con vistas de Eleanor Rigby

    https://gigalibros.com/un-atico-con-vistas.html

    ?Quien dijo que era necesario salir de casa para encontrar el amor?

  • El Juego de Ripper de Isabel Allende

    https://gigalibros.com/el-juego-de-ripper.html

  • Iluminando el lado oscuro del universo de Roberto Emparan

    https://gigalibros.com/iluminando-el-lado-oscuro-del-universo.html

    El descubrimiento de las ondas gravitatorias -el peculiar sonido de dos agujeros negros que chocan y se funden uno con otro- cambiara nuestra manera de imaginar el universo: a partir de ahora escucharemos su banda sonora.