Ver todos los libros de: Victoria Vilchez
--No siempre sera invierno --dijo Cam, haciendo malabarismos para mantener el movil contra la oreja. Lily estaba sobre su regazo comiendose otra galleta. Parecia que al final si que habia acertado con algunas de sus preferencias. Maverick, a su lado, se encontraba recostada sobre el. Cam no podia ser mas feliz; las tenia, a ambas, e iba a seguir compartiendo su vida con ellas. --Si, ya --replico Lea, al otro lado de la linea--, como que la primavera llega manana. Pero ?que se supone que significa eso? Cam sonrio. --Que las cosas empezaran a ir a mejor. Lea no estaba segura de que eso fuera a pasar en su caso, pero no queria atosigar a su primo con los detalles de su pesima vida social. El habia estado llamandola para interesarse por como iban las cosas en el instituto y, en una de esas llamadas, le habia confirmado lo que su tia ya le habia dicho: Cam era padre de una nina de seis anos, la misma que ambos habian visto patinando en el lago en Baker Hills durante las Navidades junto con su madre, Maverick Parker. No dejaba de sorprenderla que los tres hermanos Donaldson hubieran encontrado el amor en menos de un ano. Aria, en verano en Lostlake; Sean, durante el otono en la universidad; y Cam, en el invierno que llegaria a su fin manana, se habia reencontrado con la chica de la que se habia enamorado en la adolescencia y habia formado una familia. La Lea del pasado seguramente hubiera sentido una envidia malsana, pero ya no era esa chica. Ahora se alegraba por ellos. --?Vas a venir a hacernos una visita? Quiero conocer a Lily -- le dijo, rehuyendo el tema que sabia que preocupaba a Cam. --Bueno, la boda de Sean y Olivia sera en verano en Lostlake. Nos veremos alli seguro. --Cam echo un vistazo a Maverick, que le guino un ojo. Ya habian hablado del tema y ella estaba deseando conocer Lostlake--. Pero puede que podamos escaparnos antes. Cam se estaba aplicando incluso mas que de costumbre para sacar adelante las asignaturas que le restaban para graduarse. Sean ya habia firmado con los Rams para jugar con ellos la proxima temporada, y todos se quedarian a vivir en California. Incluso su madre se estaba planteando vender la empresa familiar y trasladarse para estar mas cerca de ellos, pero Baker Hills siempre seria un hogar al que los Donaldson no dudarian en regresar. Hablaron durante un rato mas y, cuando colgaron, Lea permanecio tumbada sobre la cama de su habitacion mirando el techo. Habia acabado un trabajo que tenia que entregar al dia siguiente y no tenia otros deberes pendientes, tampoco nada que hacer. Asi que cogio los libros que habia sacado de la biblioteca y se dijo que podria acercarse a devolverlos. Los dias transcurrian con demasiada pereza en Baker Hills, al menos para ella. Pero la llegada de la primavera anunciaba el principio de un final que estaba mas que deseosa de alcanzar. En unos pocos meses se graduaria en el instituto y se olvidaria por fin del infierno que le habian hecho vivir sus companeros despues de lo sucedido con aquella maldita fotografia. Empezaria de nuevo, muy lejos de ese pueblo, en la primera universidad que la admitiera; no le importaba donde. Se puso el abrigo y aviso a su madre de que iba a salir. No tardaria. Sus tardes habian estado mucho mas ocupadas cuando aun tenia amigas, si podia llamarlas asi. Ahora comprendia que la unica persona que se habia preocupado por ella era Aria. Su prima habia dado la cara en su nombre a pesar de que eso le habia costado su propia reputacion. Agradecio en silencio que la hubiera perdonado por todo lo que habia sucedido luego, no era como si realmente se lo mereciera. La biblioteca de Baker Hills no era gran cosa, pero Lea habia encontrado un refugio en ella. Ademas de los libros que empleaba para algunas de sus tareas del instituto, habia empezado a sacar tambien otros por puro entretenimiento. Devolvio los que llevaba y se deslizo entre las exiguas estanterias en busca de nuevas lecturas con las que pasar las horas muertas. Al final, encontro una trilogia completa de fantasia que llamo su atencion y decidio llevarsela. Al salir cargando con los tres tomos y su mochila, el aire fresco le arano la cara y tiro del faldon de su abrigo, que habia olvidado abrocharse. Mechones de pelo rubio se agitaron frente a sus ojos y maldijo por no ser capaz de retirarlos. Con suerte, la aceptarian en Berkeley como a Aria y no tendria que pasar otro invierno padeciendo el frio de Ohio. Sin ver demasiado bien por donde iba, metio el pie en un charco. No llovia en ese momento, pero en los dos ultimos dias no habia parado y habia agua por todas partes. El bajo del pantalon se le empapo al instante y estuvo a punto de resbalar y acabar con el culo metido tambien en el charco. Maldijo de nuevo, esta vez en voz alta y de una forma muy imaginativa. Escucho un silbido. --Vaya boca... Su humor empeoraba por momentos. Seguro que seria alguno de sus companeros de instituto, muy dispuesto a burlarse de sus miserias y recordarle lo explicita que habia sido la maldita fotografia. Resoplo y dejo de mirarse los pies. Al empezar a levantar la vista lo primero que vio fue unas botas negras de cordones y las ruedas de una moto. ?Que clase de loco conducia una moto con ese tiempo? Sus ojos continuaron ascendiendo, deslizandose por un pecho amplio y bien formado sobre el que el desconocido cruzaba los brazos, y luego... mas arriba... tropezo con unos labios curvados en una sonrisa socarrona y unos ojos verdes que brillaban divertidos. Los mechones de su pelo negro tambien se agitaban con el aire frio, aunque a el no parecia molestarle. Era guapo, mas que cualquier chico con el que Lea se hubiera tropezado jamas, o al menos eso le parecio a ella. La cuestion era que ese rostro le resultaba extranamente familiar... Sabia que lo habia visto antes, pero no recordaba donde. El chico debia de tener al menos un par de anos mas que ella, por lo que podria tratarse de algun companero que ya hubiera terminado sus estudios en el instituto y con el que se hubiera cruzado en algun momento por los pasillos. Baker Hills era un pueblo relativamente pequeno, pero no tanto como para que todos sus habitantes se conocieran. --Tus padres se horrorizarian si supieran las cosas que salen por esa boca --senalo, y Lea no pudo evitar ponerse a la defensiva. No le importaba si estaba bromeando, era mas que probable que supiera de ella y de lo sucedido el curso anterior y aquello solo fuera otra de tantas burlas. Empezaba a cansarse. --Nadie te ha preguntado --le espeto, resentida, y el alzo las manos en senal de rendicion. --Te recordaba mas amable, y tambien mas... pequena. Sus sospechas eran ciertas entonces, ya se conocian. Pero Lea estaba convencida de que no hubiera podido olvidar una cara como esa, por mucho que su propietario fuera un imbecil arrogante y engreido, especialmente si era asi; a su antigua yo le encantaban ese tipo de tios. <>, se reprocho, pero el chico continuaba observandola con un descaro irritante. Si lo sabia, si habia visto la fotografia que habia circulado por cada telefono movil de todos los alumnos del instituto, no cambiaria nada que se mostrara brusca con el; tal vez asi desistiera de su afan de humillarla. Se debatio durante unos segundos, pero al final gano la batalla la parte de ella que aun luchaba por mantener cierta dignidad. --Pues yo no te recuerdo en absoluto, asi que si no te importa... Comenzo a caminar por la acera. Volveria a su casa, al calor de su dormitorio, y se sumergiria en el primer volumen de la historia que acarreaba entre las manos. Evadirse con la lectura era, a buen seguro, la mejor forma de esperar a que llegara la primavera. Pero el dejo la moto atras y se apresuro a colocarse a su lado. --No he cambiado tanto --le dijo, mientras se adaptaba a su paso rapido. Sonreia. Lea lo sabia a pesar de no estar mirandolo, de alguna forma extrana y retorcida era consciente de ello. Apreto el paso. No estaba dispuesta a soportar mas burlas, ni una mas.
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