• libro los dias felices - Mara Torres

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  • Los días felices - Mara Torres | PlanetadeLibros

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    5 oct 2017 — En Los días felices, Mara Torres describe la etapa más cambiante del ser humano, en la que el amor, la amistad, la cotidianidad y los sueños ...

  • LOS DIAS FELICES de MARA TORRES | Casa del Libro

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    En Los días felices, Mara Torres describe la etapa más cambiante del ser humano, en la que el amor, la amistad, la cotidianidad y los sueños quedan reflejados ...

  • LOS DIAS FELICES | MARA TORRES | Casa del Libro

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  • Los días felices (Autores Españoles e Iberoamericanos) eBook

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    Cuatro miradas desde la ausencia (Finalista al IV Premio Setenil al Mejor Libro de Relatos), ambos de no ficción. La vida imaginaria es su primera novela. -- ...

  • los dias felices mara torres: Libros - Amazon.es

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  • LOS DIAS FELICES - TORRES MARA - Sinopsis del libro ...

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  • Los días felices - Mara Torres -5% en libros | FNAC

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  • LOS DIAS FELICES. MARA TORRES. Comprar libro

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    LOS DIAS FELICES (Libro en papel) ; Materia: Literatura y ficción ; ISBN: 978-84-08-17684-8 ; Páginas: 224 ; Encuadernación: RUSTICA ; Colección: AUTORES ESPAÑOLES E ...

  • Los días felices - Mara Torres - Babelio

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  • Los días felices - A Buen Paso

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    Libros para caminantes curiosos. ... Los días felices ... Y el tiempo del recuerdo y de la nostalgia, porque un día la familia de Jacob se va sin decir nada ...

  • Una doble vida de Flynn Berry

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    Cuando el pasado no puede perdonarse, solo queda la venganza

  • Deudas de Magenta Perales

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    Angelica era una joven encantadora.
    Estudiante de magisterio.
    Buena. Carinosa. Sonriente. Atractiva.
    Y ahogada en deudas hasta el cuello.

  • Llenare tus dias de vida de Jackie Valand

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    Dakota se dedica a escribir y recorrer el mundo en lo que podria ser, la vida sonada de cualquier persona. Independiente, sin ataduras, superviviente y libre. Muy libre. A pesar de ello, a sus 26 anos se enfrenta a una crisis que supondra un punto de inflexion en su existencia.
    Embarcarse en un viaje a bordo del Transiberiano, la famosa ruta ferroviaria que atraviesa gran parte de Rusia, pretende ser el camino ideal para reencontrarse consigo misma y anadir esa pizca de magia que le esta faltando a sus historias. Sin embargo, un tropiezo fortuito pone su mundo del reves y consigue que se replantee lo que hasta ahora creia que era vivir.
    Un viaje sorprendente, en el que la gran premisa, sera llenar de sentido esas cinco letras. Y una mujer que, al igual que un huracan, llega para arrasar con todo a su paso. Alocada, divertida, inteligente, pero, sobre todo, INOLVIDABLE.

  • !Tu te lo buscaste! 1, Emma Green de Emma M. Green

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  • Doctor Mejor Amigo De Mi Hermano de Larissa De Silva

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    No sabia lo que se suponia que debia hacer. ?Se suponia que debia estar llorando? ?Se suponia que tenia que estar gritando, diciendoles que no podian hacerme esto? Si podian. No solo podian hacerlo, sino que, en realidad, probablemente me lo merecia. No habia sido una trabajadora particularmente buena, habia estado patinando, sin ser detectada, durante al menos un ano. Pero cuando auditaron la compania, se dieron cuenta de que no estaba haciendo mi trabajo. De hecho, creo que les costo encontrar los registros de un empleado llamado Harlow Zepplin. Hice todo lo posible por mantener el bajo perfil y mantener la cabeza gacha, y sabia que no podia culparlos por esto. No me gustaba el trabajo, nunca habia sido buena en el, pero agradeceria que me avisaran un poco mas para poder ponerme a trabajar. Probablemente me habria dado cuenta, si hubiera prestado atencion. Pero no lo hacia. Estaba parada en el estacionamiento, sosteniendo una caja de carton con todo lo que me pertenecia, las lagrimas corrian por mi cara mientras me dirigia a mi Dodge Neon del 2001. No era mucho, pero era mio, y estaba pagado. Eso al menos era algo. Abri la puerta, puse mi caja de carton sobre mi ropa limpia en el asiento trasero y me dirigi al asiento del conductor. Cerre de golpe la puerta antes de mirar el edificio en el que nunca volveria a trabajar. Era un edificio alto de hormigon, estrecho e imponente a pesar de todo. Habia toneladas de oficinas diferentes dentro de el, y era probable que no fuera bienvenido en cada una de ellas. Intente decirme a mi misma que no era gran cosa. Cuando llegara a casa, se lo contaba a Paul, mi prometido. El lo entenderia. Siempre lo entendio, e hizo todo lo que pudo para apoyarme. Sabia que iba a salir adelante en este extrano y dificil momento. Siempre lo hizo. Puede que le lleve un poco de tiempo recuperarse, pero no seria lo peor. Lo entenderia. Querria que buscara algo mejor, algo que realmente me hiciera feliz. Solo tenia que averiguar que era primero. Despues de nuestra boda. Tal vez me concentre todo mi dia a dia con ser una novia en proceso. Tal vez ese era el tipo de adulto que queria ser, pense para mi misma mientras entraba en nuestro complejo de apartamentos. Era un complejo bastante modesto. La calle estaba flanqueada por edificios de dos pisos con balcones envolventes, y esas escaleras que parecian ser escaleras de incendio, pero no lo eran, en realidad, porque este tipo de edificios no tenian escaleras de incendio. No tenian nada excepto los escalones de hormigon y los balcones de los pasillos, y supuse que, si alguna vez habia una verdadera emergencia, todos se apinarian alli como sardinas mientras intentaban salir. Eso no habia sucedido todavia. Si tenia suerte, nunca iba a suceder. Nos ibamos a mudar a una hermosa casa en el campo, antes de que algo asi nos sucediera. Me dije a mi misma que dejara de posponerlo. Paul tenia que saberlo. Tenia que saberlo. Cerre los ojos, y por un segundo, deje que mi mente se desviara. Tal vez, si estuviera con otra persona, no estaria pensando en lo mucho que temia decirle las malas noticias. Queria pensar que Paul me apoyaria, y pense que lo haria, pero primero tendriamos que superar el fuerte impacto de su reaccion. No importaba, me dije a mi misma. Era mi prometido. Me queria. Solo queria lo mejor para mi, y sabia cuanto odiaba este trabajo. Estaria apretada durante un mes o dos mientras encontraba otra cosa, pero no seria insuperable. Habiamos pasado por cosas dificiles juntos, y nos habia ido bien. Solo mejorariamos en ello. Al menos eso era lo unico que podia esperar, de verdad. Me dije a mi misma que dejara de ser cobarde. Abri la puerta del coche, respire hondo y sali, sintiendome resuelta. Iba a terminar con esto, e iba a ser bueno. Iba a ser exactamente lo que necesitaba ser y nada mas. Eramos un equipo. Paul y yo, ibamos a abordar todo esto juntos. Aunque mi aliento era debil, subi rapidamente, sabiendo que lo encontraria alli porque no trabajaba los miercoles. Abri la puerta, esperando encontrarlo en la sala de estar jugando en su Xbox como lo hacia habitualmente. No estaba. Entre en nuestro dormitorio, lo vi acostado en la cama, y apenas me presto atencion cuando entre en la habitacion, practicamente dando un portazo detras de mi. “Hola. ?Te he despertado?” Yo pregunte. Sabia que no lo habia hecho. “No”. Esperaba mas que eso, pero inmediatamente volvio a su telefono. Ni siquiera me pregunto que hacia en casa a mitad del dia, lo que me molesto. ?Ni siquiera iba a fingir? “?Quieres saber que hago aqui temprano?” Pregunte, con un poco mas de irritacion en mi voz de lo que esperaba. Puso los ojos en blanco y se sento. “En realidad no”, dijo. “Pero parece que te mueres por decirmelo”. “Me despidieron”. Eso llamo su atencion. Se volvio hacia mi, con los ojos bien abiertos. “?Que? ?Por que?” “No lo se. No creo que estuviera haciendo un buen trabajo”, dije, encogiendome de hombros. “Podrian habermelo dicho, lo habria intensificado. Yo..." “?Que vas a hacer, Harlow? ?Como vas a pagar tu mitad del alquiler?” Sacudi la cabeza, tratando de evitar que las lagrimas brotaran en mis ojos. “Se que necesito hacer eso”, dije. “Pero esperaba que yo…” “!Y luego me preguntas por que no quiero una boda cara de culo!” dijo, levantandose bruscamente de la cama. Me di cuenta de que todavia estaba en pijama, pero decidi no decir nada. No era el momento ni el lugar para eso, aunque no sabia por que insistia en no ponerse la ropa cuando se quedaba en casa. No era como si ponerse unos pantalones fuera particularmente dificil. Respire hondo, me dije que no era una discusion que valiera la pena tener, y que habia buenas razones para que Paul se molestara. Tire algunas sobras al microondas y lei un libro en mi telefono mientras esperaba que Paul saliera a hablar conmigo. Cuando entre en el dormitorio, el ya estaba dormido, roncando, boca arriba en la cama. No pude evitar estar molesta con el. Se suponia que debia sentir algo al respecto, pero en cambio, parecia que habia perdido el interes en el momento en que le dije que no ibamos a tener tanto dinero. Sin embargo, mi trabajo no habia estado particularmente bien pagado, y sabia que podia reemplazarlo facilmente con otra cosa, asi que no me preocupe. Su actitud me preocupaba mas. Me dije a mi misma que no pensara en ello, lo atribui a su ansiedad, y me arrastre a la cama junto a el, llevando una camisa de pijama de manga larga y pantalones que se pegaban a mis tobillos para que no se le ocurriera nada. Paul podia ponerse jugueton en cualquier momento, y tanto si me apetecia como si no, siempre me convencia. Bueno, me convencio de hacerlo para que se callara y yo volviera a dormir, lo que supuse que era, en cierto modo, lo mismo. Intente no pensar en ello. Me dije a mi misma que nada de esto importaba, que ibamos a estar bien por la manana, pero me costaba creerlo, incluso en mi propia cabeza. Cerre los ojos y sone. Sone que estaba de vuelta en la casa de mi infancia, sentada junto a mi hermano y su mejor amigo mientras hablaban de un videojuego y me esforzaba por concentrarme en un trabajo de estudios sociales que tenia que escribir. Podria haber ido a mi habitacion y trabajar alli, pero me gustaba estar cerca de ellos. Me gustaba el ruido, la forma en que se sentia que mi casa no estaba tan vacia. Nuestros padres siempre estaban trabajando, casi nunca los veiamos. Mack era un adolescente tranquilo y estudioso, excepto cuando su mejor amigo, Jordan, estaba cerca. Cuando Jordan estaba cerca, Mack se ponia ruidoso. Gritaba y gritaba a la television, preguntandose por que los pequenos personajes de la pantalla no seguian sus instrucciones. Se reian tanto que a veces los oia desde mi habitacion, su voz resonaba en la pared. Supongo que, si no hubiera deseado el ruido toda mi vida, lo habria encontrado molesto. Pero no era molesto en absoluto. Era agradable. Sentia que asi debian ser las cosas, y me gustaba. Incline la cabeza para ver a los dos y vi a Jordan mirandome. Habia una sonrisa en su cara. “?Estas bien?” Recuerdo vagamente haberme senalado a mi mismo. “?Yo?” Se rio “?Quien mas, nina?” Abri la boca para decirle que estaba bien. Que no era una nina, y que no tenia que preocuparse por mi. Eso no fue lo que salio. En cambio, de repente senti que me estaba sofocando, y la habitacion estaba sumergida bajo dos o tres pies de agua. Lo primero que pense fue en mi ensayo. Se iba a arruinar. Entonces me di cuenta de que me iba a ahogar. Mire hacia el sofa, donde mi hermano y su amigo habian estado sentados solo unos momentos antes. Y no habia nadie alli. Cuando me desperte, estaba jadeando para respirar y mi almohada estaba mojada con mi sudor. Necesitaba desesperadamente el bano. Me levante, agarre mi telefono en la mesita de noche que estaba a mi lado e intente tocar a tientas para poder ver con la luz de la pantalla. Despues de esa horrible pesadilla, necesitaba luz. Poco sabia que algo mas me estaba esperando. Algo real. Algo peor. Desbloquee la pantalla y se me cayo el estomago cuando me di cuenta de que el telefono no era mio. Era de Paul, y estaba lleno de notificaciones de aplicaciones de citas y chicas de las que nunca habia oido hablar. “?Paul?” Me oi gritar. “Paul, ?que demonios…?” No se disculpo. Me encogio de hombros, me dijo que la relacion habia muerto hace tiempo porque “no me esforzaba lo suficiente”, y me dijo que, si no queria quedarme, era bienvenida a empacar las maletas. Grite y llore mientras el mantenia la compostura, hablando aqui y alla entre mis sollozos. Pero no estaba molesta por perderlo. Estaba disgustada porque mi vida se estaba cayendo a pedazos. Mi boda. Mi trabajo. Mi futuro. Todo… estaba mas que jodido. Al dia siguiente, estaba conduciendo de vuelta a un lugar al que jure que nunca volveria a menos que fuera Navidad, Accion de Gracias, o alguien estuviera muriendo o dando a luz. Regresaba a Frostproof. Me iba a casa. CAPITULO UNO 2019 Mi hermano dijo que iba a ser divertido, pero me di cuenta de que solo intentaba suavizar el golpe. Era mejor asi. Incluso con todo lo que habia pasado entre nosotros, se preocupaba por mi orgullo. Cuando le llame, en medio de la noche, al principio estaba preocupado. Me habia preguntado si necesitaba que llamara a la policia o a una ambulancia, pero una vez que logre decir el nombre de Paul -y absolutamente nada mas- lo entendio inmediatamente. “Tenemos una habitacion de invitados que esta acumulando polvo”, dijo. “Nos harias un favor”. Siempre tratando de hacerme sentir mejor, incluso cuando sabia que era una mentira. Mack era realmente uno de los buenos. Nuestros padres se las habian arreglado para hacer al menos un buen chico, lo cual era ciertamente algo. Al principio conduje con lagrimas en los ojos, y me aleje cada vez mas de donde habia vivido con Paul, me enfade cada vez mas. Mis punos se apretaron mas alrededor del volante de mi coche y podia sentir mi mandibula apretando mientras pensaba en todo lo que Paul me habia dicho y hecho. Apenas me habia cortejado. Habiamos caido en una relacion porque me sentia sola, y estabamos juntos, y eso era todo. Me habia propuesto matrimonio, pero fue cuando estaba borracho, y el dijo que tambien podriamos casarnos, lo que tome como una senal de su amor por mi. Pero Paul no me amaba, y yo tampoco creia que lo amara mucho, porque podia sentir el alivio corriendo por mis venas, llenando mi sangre. No tenia ganas de volver a casa, pero era mejor que estar con Paul. Y nada me retenia alli. Ni trabajos, ni amigos, absolutamente nada. Me llevo unas horas, pero no me detuve en absoluto. Llegue a la casa de Mack, la antigua casa de nuestros padres, y senti que iba a vomitar. La casa era diferente ahora, aunque todavia conservaba las caracteristicas angulares que la habian hecho tan llamativa cuando llegamos, estaba pintada de un color azul claro, y el patio estaba siendo rehecho. Yo tambien podria haberme quedado alli, pero entonces Mack no habria tenido la vida que tuvo. Y mi hermano se merecia lo mejor, especialmente despues de todo lo que habia pasado. Todo lo que le habia hecho pasar. Apague los faros cuando termine de estacionar en la acera, e intente decirme a mi misma que todo iba a estar bien. Mack me habia invitado. Me queria aqui. Y volver a la casa de mi infancia no significaba volver al pasado. Al menos eso era lo que me decia a mi misma, tratando de ignorar lo fuerte y rapido que mi corazon latia en mi pecho. 2009 Me pare cerca del televisor, con los auriculares en los oidos mientras escuchaba mi CD de Blink 182, que se habia usado demasiado. No queria oir a mi hermano y a su mejor amigo discutiendo en la sala. Normalmente, no me habria importado, pero habia algo en la presencia de Jordan que me ponia de los nervios ultimamente, aunque no podia entenderlo. Mack bostezo y se estiro dramaticamente en el sofa. Un chico delgaducho, habia crecido aun mas en los ultimos anos, y sus miembros eran largos y delgados, asi que dependiendo de como se moviera, parecia un poco como un esqueleto. Jordan era mas pequeno que el, de hombros anchos, con grandes ojos color avellana con un borde negro. Tambien estaba mucho mas relajado, y parecia pasar mas tiempo en nuestra casa que el propio Mack

  • Romeo de Moruena Estringana

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    Cuando la mujer que amas esta en peligro el mas fiero guardaespaldas sale a la superficie.
    Romeo siempre ha estado enamorado de Iris, la ex mujer de su mellizo. Por haber sido su cunada siempre ha mantenido las distancias con ella, aunque la ame.
    Todo se complica cuando una noche. Iris toca a su puerta y le dice que la proteja, que su vida corre peligro. Le tocara sacar su lado de protector de guardaespaldas para protegerla, aunque dejarse llevar por el deseo que le consume cada vez que la tiene cerca no entra en sus planes ni arriesgarse a perder a su familia por la eleccion de su corazon tampoco.
    ?Que sera mas dificil, mantenerla con vida o alejada de el para no caer en la tentacion de elegir una vida a su lado?

  • Sonka de Ignacy Karpowicz

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    Hace mucho, mucho tiempo... Asi comenzaba Sonka ciertas frases en las que no aparecian ni vacas, ni gallinas, ni cerdos; ni fiestas, ni pan, ni impuestos; ni siegas de heno, ni recolecciones de patatas, ni granizadas. Asi comenzaba frases que se le atascaban en la garganta o se detenian en sus lisas encias, desdentadas, para deslizarse de nuevo hacia el interior de su cuerpo, hasta los pulmones, el corazon y el polvo arremolinado entre sus viejos y desgastados organos. Sin embargo, despues de ese <>, a veces las palabras superaban los obstaculos, atravesaban el tejido de la carne y del tiempo, resonaba hasta la ultima de sus silabas y solo entonces volvian a penetrar en el cuerpo: viajaban a traves de los oidos hasta el cerebro, donde se hacian un hueco y esperaban a que el sueno destensara los sucesos aciagos, a que disipara los problemas. Entonces, como en tantas otras ocasiones, las palabras aparecian en los suenos en forma de historias, unas buenas, otras malas, dependiendo de por donde se mirara, cuando se despertara y adonde se hubiera o no llegado. Habian pasado diez, treinta o cincuenta anos, aunque para Sonka veinte, cuarenta o sesenta anos significaban <>, una invariable lejania. Y despues de ese <>, despues de ese <>, siempre surgia, de un modo identico, la epoca en que Sonka, siendo aun muy joven, habia vivido y experimentado con tal plenitud que luego ya no tuvo ni vida ni sentimientos. !Bah!, decia moviendo un racimo de dedos, saltaron los plomos, los fusibles, !paf! Porque las personas, como solia decir, no estan hechas de materiales duraderos, se componen de lo que comen: leche, carne y harina; frutas, setas, prosfora y sal. Pues si, sobre todo sal. Es la que le confiere al conjunto su sabor y su forma, hace que la persona no se estropee, no se pudra, sino que se reseque hasta que comienza a parecerse a un hueso que ha pasado mucho tiempo expuesto a la lluvia y al sol. Porque cuando una persona, y desde luego una mujer de pueblo, siente demasiadas cosas y vive demasiado deprisa, algo le chisporrotea por dentro, chisporrotea y chisporrotea, hasta que la instalacion entera queda inservible. Dios Padre, nuestro Hospadzi,[1] no acepta reclamaciones, a pesar de lo cual a veces se le olvida enviar al capataz ataviado con su tunica negra y su calavera y que con su guadana siega piernas, tendones y ligamentos para que reine una cierta pulcritud y un cierto orden efimeros, hasta que llegue la pulcritud de las cupulas radiantes y el orden definitivo, reflejado en los ojos abismales de los santos retratados en tablas doradas, en la fuente misma de la nada. Sonka extrajo el clavo de la cadena a cuyo extremo aguardaba, placidamente, una vaca manchada. La res rumiaba hierba y daba leche, paria cada dos anos, proporcionaba carne y piel; producia dinero, que, si bien no era mucho, no se podia desdenar. Producia ese dinero como si se tratara de la casa de la moneda, incluso cuando dormia o cuando por debajo de su inquieta cola excretaba una plasta que se esparcia como una imagen del test de Rorschach. El prado alimentaba a la vaca, y la vaca, al alimentar a los de la ciudad, alimentaba tambien a Sonka. El mundo esta organizado de tal manera que para que unos puedan comer es preciso que otros coman. Porque si todos dejan de comer, decia Sonka, el mundo enflaquecera, y si el mundo enflaquece hasta quedar en los huesos, entonces ni la grasa de castor ni los curanderos podran hacer nada. Despues de extraer el clavo Sonka aguardo un instante a que su respiracion dejara de golpearle las costillas con tanto dolor, se apoyo en la cayada nudosa, pesadamente, tal y como en tiempos se apoyaba en una horca, e incluso mas pesadamente, porque ahora se sentia pesada, terriblemente pesada, como si fuera un saco de carne. Se arreglo el panuelo, lanzo unos chasquidos y le dijo a la res: --Nu, Mucka, pashla.[2] La central lechera manchada, automotriz y con las ubres colmadas, miro a Sonka con el marron mas marron de sus ojos, en cuyo fondo crecia la hierba, revoloteaban los tabanos y en el abrevadero nadaban unos minusculos pececillos espinosos, kaluchki,[3] de los cuales se saca un provecho tan pequeno como ellos mismos, aunque lo que es pequeno o inservible en epoca de bonanza se convierte en grande e indispensable en tiempos de hambre y guerra. Sonka se puso a caminar muy despacio, ni siquiera miro hacia atras por encima del hombro, el izquierdo para el mal de ojo, el derecho para deshacer los hechizos, porque sabia que la res conocia el camino: un sendero abierto a fuerza de pasar por alli, y que descendia con suavidad hasta la orilla del rio, llena de pisadas de pezunas. Una vez alli, la vaca beberia unos dos cubos de agua y la viejecita sacaria del bolsillo un caramelo de menta de los baratos. Despues tendria que regresar, cuesta arriba, deteniendose al menos tres veces para que la respiracion la alcanzara, porque, como decia Sonka, la respiracion no caminaba al mismo ritmo que la persona, y si alguien va demasiado deprisa es capaz de perder su propio aliento, y cuando alguien pierde su aliento, ni san Nicolas el Milagrero ni san Menas pueden encontrarlo. Pero en cuanto la vereda arenosa sale de detras de los matorrales, entonces ya se puede dejar que las piernas te lleven a casa sin ninguna inquietud. De tanto en tanto, un coche con matricula de Bialystok o incluso de Varsovia pasa junto a ese camino arenoso. Cruza en un visto y no visto, levantando tanto polvo que parece una cortina de humo. Y en ese momento --como sucede en los cuentos, cuando el principe aparece a caballo y ve a una campesina en la que descubre su destino, la felicidad, sus vastagos y la maldicion del matrimonio morganatico-- aparecio por la carretera una limusina de quinientos caballos. Aparecio y, finalmente, se detuvo. Aquella mole ovoide, un Mercedes clase S, permanecio inmovil, lanzando destellos grisaceos como si se tratara de un escarabajo agigantado. La vaca estornudo, rumio la hierba almacenada en uno de sus multiples estomagos, hasta un total de cuatro, movio las pezunas y parecio interesarse unicamente por los tabanos que intentaban posarse en su nariz. En cambio, Sonka se puso una mano como visera. La mano --ahora endurecida, con astillitas clavadas, con callos, con la historia de muchas decadas encima-- le permitia ver mejor. Tfu, penso Sonka, prystanuli i buduc stsac.[4] Sin embargo, nadie evacuo la vejiga en plena naturaleza. Sonka se habia equivocado en la eleccion de las palabras, aunque no habia cometido ningun error en la apreciacion de lo que iba a suceder, pues no pretendia decir nada en concreto. Al igual que tras el invierno llega siempre la primavera, tambien cuando se para un coche con matricula de Varsovia se tiene la seguridad de que va a ocurrir algo inoportuno. El Mercedes se quedo parado, el polvo se poso; los altavoces tronaban --la puerta delantera, del lado del conductor, se habia abierto-- y del coche surgio el principe de la ciudad. Pero en lugar de decir <>, <>, <>, en lugar de eso la puerta se cerro y la musica dejo de oirse, sin mas. El polvo se poso, el V8 del coche enmudecio, la vaca continuo caminando por el arcen; tras la vaca, Sonka --dificil saber quien llevaba a quien--, y tras ella no parecia haber nada: todo lo que poseia, se lo habia ofrecido a otros hacia mucho tiempo, y lo que no tenia, no podia darlo ni robarlo. De su mismo lado, en ese mismo arcen, se quedo el principe de la ciudad, con una mochilita en vez de un cetro y una sonrisa en lugar de un reino. El tipo llevaba un pantalon corto de camuflaje militar con unos bolsillos inservibles, una camiseta de manga corta color naranja como los incisivos de una nutria y unas sandalias de ante con un aspecto aun mas suave que el abrigo de piel de oveja karakul de Wiera, la del Ayuntamiento de Grodek, la mas elegantona de la comarca, que una vez a la semana iba a Bialystok en su coche, un Golf, que asi se llamaba, made in Germany, igual que la pesadilla que vivio Sonka; y si la calidad del coche igualaba, aunque solo fuera en parte, a la que tenia aquella guerra, entonces no quedaba otra que envidiar a Wiera: su Golf le prestaria servicio durante anos, sin averias, y jamas se le iria de la cabeza ni de sus pensamientos. !Hay que ver!, penso Sonka, intrigada y algo nerviosa, es tan mono este principito que podria colocarlo en el salon, limpiarle el polvo una vez a la semana y, en Navidad, adornarlo con colgantes dorados, farolillos y pajaritos, encender una vela, sacar del calcetin el ultimo anillo que me dejo mi madre y mirarlo y mirarlo hasta la saciedad, y despues, a dormir. El jovenzuelo de la ciudad tendria nombre, cosa que Sonka imaginaba, tendria una posicion, aunque Sonka no lo podia imaginar, y era evidente que estaba de mal humor, lo cual provoca que salgan innecesariamente arrugas que ni Lancome ni la doctora Irena Eris pueden remediar. Durante un buen rato se palpo los bolsillos y rebusco en la mochila, como si hubiera perdido un papel con consejos y respuestas a todas las preguntas del mundo: ?que hacer y como vivir?, ?de que huir y con quien huir?, ?adonde huir y por cuanto dinero?; y, sobre todo: ?donde cono esta el numero del puto seguro? Pero no saco ningun papelito, sino un paquete dorado de cigarrillos --comprado en un duty-free, como saben quienes fuman y vuelan mucho por el mundo--. Encendio uno, le dio una calada y tuvo un ataque de tos. Zdyjlina,[5] le susurro Sonka a la vaca, que habia detenido su marcha junto a unos matorrales y meditaba acerca de la naturaleza de los tabanos. El principe saco un movil a la ultima, tan bonito y reluciente que parecia ideal para colocarlo sobre la Puerta Real del iconostasio y, en caso de maxima urgencia --una inundacion, una guerra, un Gobierno de derechas--, llamar al Jefe y quejarse a gusto, abrirle el corazon y aprovecharse de una tarifa plana: Spasi, Hospadzi, spasi.[6] Pero ese movil, aunque fuera muy bonito y brillara mucho bajo el sol de agosto, no puso en contacto a su dueno con el dueno de un aparato similar al otro lado de la linea, en algun lugar de un mundo real, con cines, centros comerciales y pizzas por telefono, marcando el 0800, llamada gratuita, el envio tambien gratuito para los pedidos superiores a treinta zlotys. Sonka sabia que el urbanita se habia detenido en el culo del mundo elevado a la decima potencia porque ningun operador de telefonia movil cubria aquel pedazo de tierra, ningun sociologo reflejaba a sus habitantes en las estadisticas, ni siquiera el pope se acercaba por alli en su Daewoo Espero y cuando lo hacia era para consagrar a toda prisa, bendecir mecanicamente, meterse el sobre en el bolsillo y a otra cosa; se dejaba ver entre tres y cinco veces al ano, dependiendo del numero de decesos, puesto que el numero de fiestas no cambiaba. Alli, en el fin del mundo, en Krolowe Stojlo, al lado de la metropoli Sluczanka, habia solo cuatro casas. En la mas pequena vivia Sonka. En otras dos se divertian los ratones, pues sus duenos se acomodaron en ataudes y ahora venian sus herederos desde las ciudades, algunos fines de semana, no todos, mas bien pocos, y era una lastima que lo hicieran con tan poca frecuencia, porque rompian la rutina, introducian algo de ruido en el silencio, algo de vida en el vacio. En cambio, la cuarta casa era otra cosa: nueva, construida con bloques de hormigon durante el segundo mandato del presidente Kwasniewski, embellecida con ventanas de plastico, con hermosos y resplandecientes mosaicos en las paredes hechos con trocitos de botellas rotas, en forma de flores, olas y otras chorradas. En el huerto habia filas de orondos enanitos como si estuvieran en un campo de concentracion, entre caballones de repollos y cebollas, colocados asi pensando en la maxima de que lo hermoso ha de observar una disciplina. En el balcon, una balaustrada de yeso. Ademas, columnas, un porche, una cornisa, al mas puro estilo barroco rusosluczankiano.

  • Algo mas que un verano (LGBT) de Noni Garcia

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    Antonio e Ivan piensan que unas semanas seran suficientes para disfrutar juntos, pero el destino es caprichoso y no piensa lo mismo.
    Ni un hecho triste del pasado de Antonio ni la baja autoestima de Ivan con los hombres impediran que lo que surja entre ellos dure algo mas que un verano.

  • Desde el alma de Javier Romero

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    Desde el alma no es solo una historia de esperanza, amor y lucha. Son varias historias cogidas de la mano y que nos muestran una realidad diferente que se aleja de la maldad que en nuestros dias parece querer aduenarse del mundo.

  • El amor no es una ciencia exacta, Monica Maier de Monica Maier

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  • Sobre las luces de Chicago de Patricia A. Miller

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    a muerte de mi padre me ha traido de nuevo a Chicago, donde solo he encontrado problemas: he tomado las riendas de la empresa familiar, que esta ahogada por las deudas, he descubierto secretos que jamas hubiera imaginado y reconozco que tengo serias dificultades para mantenerme alejada de el: Tyler Gallagher. Un bombero insoportable cuyo cinismo me impulsa a correr en sentido contrario.

  • Cronicas de Bustos Domecq de Jorge Luis Borges – Adolfo Bioy Casares

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    Un poco a la manera de Carlyle, cuyo Sartor Resartus (Sastre zurcido) expone la doctrina de un filosofo imaginario y la ilustra con ejemplos apocrifos, H. Bustos Domecq dedica este volumen a la discusion imparcial de literatos, de escultores, de arquitectos, de gastronomos y de pintores que, por el momento, no existen, pero que son peligrosamente posibles, dadas las propensiones de la epoca. El tono es humoristico, segun lo impone todo examen severo de las manifestaciones mas novedosas del arte y de las letras durante los ultimos sesenta anos. Veinte cronicas, casi todas de indole narrativa, integran este libro amenisimo, que satiriza lo universalmente consagrado, respetado, adulado y temido: es decir, lo moderno. En el desorientado siglo que corre, la ignorancia y la inepcia son infatigablemente inventivas; nos consta que H. Bustos Domecq ha debido espolear a su Pegaso para que la realidad no lo deje atras. Segun lo senala el prologo que avalora Gervasio Montenegro, estas impares Cronicas constituyen el vademecum indispensable para el curioso que quiera echar una ojeada sobre el conjunto panoramico de la estetica en boga. Su redaccion jocosa, apunta agudamente ex cathedra el profesor adjunto Longino, no excluye el pensamiento serio. Encarnados en la figura de un <>, segun la descripcion de sus ilustres padres, Borges y Bioy Casares crean en estas paginas un fascinante juego de ficciones y espejos que lleva la parodia hasta sus ultimas consecuencias.

  • Gabriela Mistral en verso y prosa. Antologia de Gabriela Mistral

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    Lo mejor de la obra de Gabiela Mistral, Premio Nobel de Literatura, en una edicion preparada y avalada por la Real Academia Espanola y la Asociacion de Academias de la Lengua Espanola.

  • ?Tu me ves?: La maldicion de la casa Cavendish de Gemma Herrero Virto

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    Algo oscuro pasea desde hace decadas por los pasillos de la casa Cavendish. La gente que ha visitado la mansion habla de ruidos, golpes, voces susurradas, pasos que no proceden de ningun sitio… Algunos cuentan que vieron sombras o que les parecio vislumbrar una figura a lo lejos, alguien escondido que les observaba… Otros solo se atreven a comentar que sintieron un frio repentino, un aroma a flores muertas, una atmosfera opresiva que les impulso a huir para no regresar. Sea como sea, todos saben que alli acecha algo oscuro, tenebroso y maldito. Incluso los expertos en parapsicologia que la han estudiado desaconsejan la visita a la mansion y la consideran una de las casas mas embrujadas de todo Estados Unidos. Al, un joven esceptico que no cree en nada salvo en sus suenos y en su guitarra, se ve obligado a acudir a la mansion para acompanar a su familia, que ha sido contratada para terminar con los extranos acontecimientos que alli suceden. Ante el poder que exhiben los seres que la habitan, se veran obligados a pedirle ayuda a Eli, una joven bruja con el don de ver a los muertos y comunicarse con ellos, don que, hasta el momento, no le ha traido otra cosa mas que problemas. ?Seran capaces de unir sus fuerzas y terminar con la maldicion de la casa Cavendish? De la autora de los bestsellers La red de Caronte y Los crimenes del lago, finalista del Premio Literario Amazon 2017.

  • Caballero Veinticuatro de Jesus Delgado

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    Ano 1649. La peste arrasa Sevilla en plena primavera. Cada manana, dos mil cadaveres cargados en carromatos cruzan sus calles camino de grandes fosas comunes situadas extramuros. Perdida toda esperanza, la salvacion se encomienda al Santo Cristo de San Agustin, la gran devocion de la Ciudad, organizando una procesion para rogar el fin de la epidemia. Sin embargo, unos dias antes, tres hombres embozados penetran en el Convento y roban la imagen. El Cabildo confia la recuperacion del Cristo a uno de los Caballeros Veinticuatro: don Fernando Nunez de Medina, que emprende la busqueda de la venerada imagen mientras contempla el ocaso de una Ciudad otrora rica y exuberante, y trata de desentranar una vieja historia familiar.

  • Yo se un secreto 1 de Viki Tapada

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    “Yo se un secreto”, no solo es una historia de terror. Va mas alla de lo que se enconde tras cada puerta. Donde en la poblacion helada y rural de Inceground un juego inocente, una melodia infantil abrira un pasadizo hacia el mal y la locura. Tu reflejo jamas volvera a ser el mismo…

  • Nunca te fies de una Mosquita Muerta de Lara Blanc

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    Aqui estoy, sentada en una sala de espera para realizar una entrevista. Unos meses atras, mi vida ha vuelto a encauzarse. No puedo estar mas feliz. Tengo un proyecto de negocio, al que he ido dedicando muchos ratos fuera del horario laboral y que comienza a despegar. Tambien tengo pareja, por fin tengo una relacion sana y equilibrada llena de planes. Estoy tranquila, confio en mi y creo que he llegado a un punto de mi vida en el que me veo capaz de hacer cualquier cosa, sin miedo y sin inseguridades. No he pensado mucho en lo que ponerme. Llevo unos vaqueros claros y un jersey rojo, pero he querido pintarme los labios con el carmin de Oli, que solo uso para las ocasiones especiales, porque esta, en cierta manera, lo es. Aunque no tengo un discurso preparado y no se lo que voy a decir. Lo que me salga, sin filtro... Pero espero decirlo bien. --Puedes pasar --me dice una chica jovencita, con un vestido bien cenido y unos tacones altos. Sonrio y pienso que hay cosas que nunca cambian. Entro a la sala que conozco bien. Una mesa redonda blanca con varias sillas del mismo color y un ventanal que no deja pasar mucha luz, quiza sea por la malla metalica que la cubre. Esta sentada a la mesa una chica joven, diez anos menor que yo, calculo a ojo. Es delgada, morena, con ojos oscuros y muy bonita. Vuelvo a sonreir, el casting de belleza aqui es importante. --Me llamo Monica y esta es la primera entrevista que realizo de este tipo --me dice con una sonrisa timida. --Yo soy Eva, pero eso ya lo sabes, y tambien es mi primera vez --contesto mientras me siento. Se mueve inquieta en la silla y se retira un mechon de pelo tras la oreja. Observa los papeles que tiene delante y coge aire. --Creo que la pregunta mas obvia es por que quieres dejar la empresa --me dice algo nerviosa, se ha debido de saltar el protocolo. Es el momento de hablar o callar para siempre. Por un momento, me acuerdo del Calvo Cabron y una carcajada se me escapa. --Esta empresa es un desastre --le digo en un tono relajado--. Es caotica. Un dia dicen una cosa y manana dicen otra. Lo que hoy esta bien, manana no... Han conseguido que este hasta las mismas tetas de trabajar aqui. --Noto como sus ojos se agrandan, no se esperaba que fuera a decirle algo asi, pero me divierte su reaccion--. Quiero irme porque llevo cinco anos comiendo mierda, con unos jefes que no han sabido valorarme y que, en muchas ocasiones, me han tratado fatal. --No veo en tu expediente ninguna queja por tu parte --me interrumpe. --?Cuanto tiempo llevas trabajando aqui? --Dos meses y medio. --Monica, todas las personas que se han quejado a Recursos Humanos estos ultimos anos han sido despedidas, por eso no tienes ninguna queja en mi expediente. En esta compania, como en muchas otras, los Recursos Humanos tienen de <> solo el nombre. --Ella carraspea y se aleja de la mesa, creo que estoy dandole una mala impresion, pero se que, si se queda el tiempo suficiente aqui, se acordara de mis palabras--. Lo que si veras en mi expediente son varias faltas. --Ella asiente--. ?Sabes de que son? --Incumplimiento de horario --dice ella casi en un susurro. Si, la tengo acojonada. Pobre. --Por llegar quince minutos tarde. Lo que no se si tendras ahi son mis correos al respecto. Los dias anteriores a cada una de esas faltas habia salido de aqui, como pronto, a las nueve de la noche. --Ella me mira incredula y yo saco los papeles de mi bolso--. Estos son los fichajes. Observa mis papeles y, despues, los suyos. Me vuelve a mirar y se que empieza a creer lo que le estoy contando. --Esto no esta bien --musita. --Esta no es una empresa para quedarse, Monica, es un sitio del que huir lo antes posible. Yo me he quedado demasiado tiempo aqui, pero me voy porque merezco mas cosas... Merezco que me traten bien, que me valoren, que me paguen un buen salario... Y se que, si hubiera sido un hombre, no habria tenido ninguno de estos problemas. --Parece que lo tienes muy claro. --Asi es. --Sonrio para que vea que no soy una loca, solo una mujer harta--. No se si te estoy poniendo en un compromiso por decirte todo esto. ?Tienes que transcribirlo? --Ella asiente de nuevo--. Bueno, si esto te causa problemas, tal vez te haga ver el tipo de empresa en la que trabajas. No le ha hecho mucha gracia mi comentario. Quiere terminar cuanto antes y saca el papel de baja voluntaria para que lo firme. Lo firmo y me dan ganas de escribir debajo <>, pero no lo hago. Creo que es suficiente con haberselo dicho a la cara a mi ultimo jefe. Me levanto, me despido y me voy, abandonando el edificio del mal… Por fin. Pero, mientras me dirijo al coche, me empapa un mar de recuerdos. La risa de Oli, los refranes de Carmen, las tonterias de Julio, Martina y sus venganzas, los vaivenes con Hugo... No todo ha sido malo, tambien se quedan aqui muchos momentos buenos, aunque es hora de dejarlo atras y cerrar una etapa. Al fin y al cabo, todos ellos ya se han ido, me toca a mi dar el paso. Me meto en el coche con un nudo en la garganta. Parece que fue ayer cuando Hugo y yo nos escondiamos en los banos. !Cuantas vueltas dimos y que estupidos...! Por no hablar, por no ser lo suficientemente valientes como para decir lo que pensabamos. Suspiro y pienso que de todo se aprende, aunque sea a hostias. Llamo a Martina antes de arrancar, se que esta esperando que lo haga y no me perdonara si no es la primera en saberlo. --Soy libre --digo tras un largo suspiro. --!Siii! --grita ella, consiguiendo que despegue el movil del oido--. !Ya era hora! !Que les jodan! --Emite ruidos indescifrables mientras yo sonrio--. !Tenemos que celebrarlo! ?Como te sientes? --Bien... Rara... --Hago una pausa porque no se como explicarlo--. Me he acordado de muchas cosas, ?sabes? --Ya... Son muchos recuerdos. Las dos nos quedamos en silencio, pero se que esta al otro lado del telefono sonriendo como lo estoy haciendo yo. --Estas pensando en [email protected] [email protected] La Rubia responde con una carcajada. --Efectivamente. 2. Empecemos por el Principio Junio 2012 Un mes. Habia pasado un maldito mes desde el ultimo mensaje de Hugo: <>. ?Cuanto tiempo mas podia necesitar? Treinta dias. Setecientas veinte horas. Cuarenta y tres mil doscientos minutos. Toda una punetera eternidad… El habia dejado de comer con nosotras, ya no se apuntaba a las cervezas poligoneras y evitaba todo contacto, pero, por alguna extrana razon, yo seguia pensando que todo podia solucionarse. Estaba convencida de que el dia de la <> estaba cada vez mas cerca. Yo podria explicarle todas mis dudas, el malentendido del polvo inexistente con Martina, mis miedos... Y el lo entenderia, volveriamos a estar juntos y le pondriamos un nombre a lo nuestro. !Ingenua! Suspire mientras visualizaba los arrumacos de la reconciliacion y Martina me dio una patada por debajo de la mesa. Nos habian convocado a todos los compradores en la sala de juntas y llevabamos diez largos minutos de espera sentados alrededor de aquella mesa gigantesca. El silencio era incomodo, las sonrisas forzadas y el jefe de Recursos Humanos, el Imberbe, nos observaba a todos desde su posicion presidencial. Era logico que se me fuera la pinza en tales circunstancias. Era la segunda vez que estaba alli, pero seguia impresionandome el espacio. Me hacia sentir incomoda, pequena. El gran ventanal, la mesa de cristal rectangular, las sillas blancas mullidas de ejecutivo, los cuadros con frases motivadoras... Roberto abrio la puerta de sopeton. Tras la salida de Daniel, el jefe de Diseno se habia hecho cargo del departamento de Compras de forma temporal. Aunque lo de hacerse cargo era realmente una forma de hablar, no le veiamos el pelo y este jefe si que tenia cabellera, no como el Calvo Cabron. Aun no le habia puesto mote y eso me incordiaba. Habia intentado llamarle el monologuista porque hablaba el solo sin parar, pero no podia decirlo muchas veces seguidas sin que se me trabara la lengua. El monologuista, el monologuista, el monologuista... Es dificil. Me sentia optimista, pensaba que la peor etapa en la empresa habia pasado, era imposible que hubiera algo peor que trabajar con el Calvo Cabron. Sin embargo, todavia me quedaba mucho por ver de la locura de Shoes and Bags. No puedo decir que no tuviera datos suficientes para hacerme una idea general de donde estaba. Habia comprobado que el trabajo y el salario no tenian una correspondencia real, no habia mujeres en puestos de direccion y el plan de crecimiento que nos habian presentado era puro humo. Deberian haber sido senales suficientes como para llegar a la conclusion de que no era una empresa ejemplar, pero yo estaba a otras cosas: sacar la faena, mantener el trabajo, la guerra con el Calvo, descubrir que le ocurria a Martina, Hugo... --Ya estamos todos --dijo el Imberbe con su voz de adolescente. A veces, venia al trabajo con una mochila al hombro y juro que parecia que se acababa de bajar del autobus escolar. Me parecia algo espectacular que aquel senor con una pinta tan juvenil fuera el jefe de Recursos Humanos de una compania como aquella--. Como sabeis, la empresa esta modificando su estructura. --Nos miro a todos como un orador acostumbrado a hablar en publico, dedicando unos segundos a cada uno de nosotros para hacernos sentir importantes--. El departamento de Diseno ha sido el pionero en realizar los cambios necesarios para acometer nuestro plan de crecimiento y, como Roberto ya tiene experiencia en dicha gestion, Compras sera el siguiente departamento en amoldarse a las nuevas necesidades de la empresa. <> No podia evitarlo. Cuando empezaban con aquellas charlas, mi cabeza volaba a otros temas. Daban muchas vueltas. Observe a la Oscura, sentada frente a nosotras. Sonreia con su cara de belleza infantil al jefe de Recursos Humanos, le faltaba ponerse a darle palmas. Llevabamos semanas haciendo apuestas acerca de si seguia viendose con el Calvo Cabron o habia pasado de el en cuanto dejo de ser su jefe. <>. --Sera algo progresivo, pero no queremos que se alargue demasiado en el tiempo. --Echo un breve vistazo a Roberto, apoyado junto a la puerta, que asintio en silencio--. Os dividiremos en cuatro equipos, acordes con las cuatro lineas de coleccion de la empresa. Intente concentrarme en lo que decia el Imberbe, pero, en cambio, me quede mirando la camiseta que llevaba. Era graciosa, tenia un dibujo de E.T con su dedo hacia arriba y era lo que le faltaba para parecer aun mas crio. <> --Diseno, Compras y Comercial comenzaran a trabajar juntos en pocas semanas bajo la misma area. De esta forma, Roberto dejara de ser vuestro jefe directo y lo seran los nuevos responsables de las lineas. Al oir hablar del departamento Comercial, fue inevitable volver a pensar en Hugo. Le echaba muchisimo de menos. Putos miedos. Me habian jugado una mala pasada. Queria dejar de ser la cobardica, aunque aun me quedaba batalla y lo sabia... Todos miraron a Roberto y yo les imite sin saber por que lo hacian. Llevaba unas pintas muy raras. La camiseta gris tenia bolitas del uso, los pantalones le iban pequenos y el pelo siempre lo tenia alborotado. <>. --Dentro de un par de semanas abandonare la empresa --dijo nuestro jefe--. Me embarco en un nuevo proyecto, pero quiero dejarlo todo lo mejor organizado posible. <>. Olivia nos habia adelantado esta parte. Segun sus fuentes, que parecia que no las iba a revelar jamas, a Roberto le habian invitado a irse. No debian de estar contentos con su trabajo, aunque era bastante absurdo despedirlo despues de darle mas responsabilidad. --... junto con Eva llevaran la linea vestida y casual. <>. Mire a Martina con disimulo y levante las cejas preguntandole <>. Ella cerro los ojos unas milesimas de segundo, enviandome el mensaje mental de <>. <>. --... y Clara llevara la linea infantil. ?Teneis alguna pregunta? <>. Todos dijimos que no, pero me apuesto un dedo de la mano a que no fui la unica que no presto la suficiente atencion. Cuando salimos de la sala de juntas, mire suplicante a Martina para que me contara que habia pasado alli dentro. --Nos dividen en grupos, pero tu y yo estamos juntas --dijo ella soltando una carcajada. --?Y que mas? --pregunte mientras caminabamos de vuelta al departamento. --Nos van a mover. --Traspasamos la puerta de la seccion en ese mismo instante--. No han dicho donde nos llevan, pero estaremos con el equipo comercial y con Diseno. Todos juntos. <> --?Y con quien nos toca? --En Diseno con el equipo de Lucas y Alexandra. Y en Comercial, creo que con Charly. --La mire preguntando por el sin decir su nombre mientras mi corazon saltaba en el pecho, alentado por la esperanza--. Vamos a trabajar con Hugo -- respondio ella en voz baja como si leyera mi mente. Todos mis huesitos se rieron a la vez y note como se formaba una gran sonrisa en mi cara. <>. <>. <>. 3. No Estaba Muerto, Estaba de Parranda Martina queria sacarle el jugo a lo de estar soltera, Julio disfrutaba como si estuviera de vacaciones y a Oli le faltaba tiempo para apuntarse a todos los planes que inventaban estos dos. Yo les odiaba en secreto por toda la pasta que se evaporaba de mi cuenta, aunque la verdad es que me venia bien para entretenerme y no martirizarme con el tema de Hugo. Ese sabado nos ibamos de cena y quedamos en el centro para tomar una cerveza. Las primeras en llegar fuimos Oli, Martina y yo, despues aparecieron Marco y Julio y, finalmente, llego Carmen. Olivia habia adoptado a Carmen desde el mismo momento en el que se incorporo a la empresa. Empezo a comer con nosotras, despues se unio a las cervezas y aquel dia fue el primero que salio con nuestro grupo. Llego la ultima, pero con energia. Llevaba puesto un top azul de corte desigual, con un solo hombro al aire, una falda vaquera y unas sandalias rojas de tacon. Carmen siempre llevaba tacon y sus andares eran los mismos. Tenia una forma de caminar curiosa porque lo hacia rapido, como si llegara tarde a todas partes. Bajita, voluptuosa, con grandes pechos, que entonces trataba de tapar, y unas piernas impresionantes. Solia cambiar con frecuencia el color de su pelo, que entonces llevaba a lo garcon con el flequillo a un lado, y, cuando la conocimos, era castano con reflejos rojizos. Sus ojos verdes, de tonalidad oscura, desaparecian en una linea horizontal cuando sonreia y Carmen sonreia mucho, siempre de verdad porque no sabia mentir. --Ya estoy aqui --nos dijo a modo de saludo, plantandose delante de nuestra mesa. Lo que no sabiamos entonces era que Carmen habia llegado para quedarse, que iba a ser una mas en nuestro grupo y que anos despues nos costaria identificar las anecdotas en las que ella aun no estaba. La mente tiene esas cosas, cuando una persona es importante en tu vida parece que te haya acompanado en cada uno de tus momentos importantes. Justo antes de aparecer, el Cesar estaba contandonos que tal le habia ido en su ultima entrevista de trabajo. Julio, tras ser despedido por hacer una mamada a su novio en plena empresa, llevaba un par de meses en el paro. Despues de los besos de rigor, el continuo su historia como si no hubiera habido ninguna interrupcion. --No me gusto nada la propuesta. El salario seria entero a comision, sin un sueldo base. Quieren que me haga autonomo y eso no lo veo. Seria, basicamente, trabajar por mi cuenta. --Si trabajas por tu cuenta, nunca te saldran las cuentas --respondio Carmen con un guino. --Eso he pensado yo, pero sin la rima. --Julio sonrio burlon--. Por cierto, me gusta tu pelo. Pero no te lo digo para ligar contigo, soy gay y este es mi novio. --Uuuh... !Miralo!--canto Olivia--. Ya se presenta como gay y deja claro que tiene novio. Asi, en una frase. <> --Le encanta decir que tiene novio --Puse los ojos en blanco--. No te ofendas, Marco, pero esta muy cansino con eso de que tiene pareja. El Decolorado hizo un gesto, quitandole importancia. <>. --Lo dice todo el tiempo y le odiamos por ello. --Martina hizo una mueca y se recogio su pelo rubio tras la oreja --. Ahora todas sus amigas estan solteras y el esta con un hombre al que no podemos criticar porque es muy mono. --La Rubia lanzo un beso al aire a Marco y este se lo devolvio. Tenia razon, como casi siempre. Odiabamos a Julio por tener pareja. Era un amor-odio, no un odio de verdad, pero es que el Cesar era un plasta. Remarcaba esa palabra recreandose en ella en cualquier frase. <>, <>, <>, <>... Daban ganas de ahogarlo. No nos entretuvimos demasiado alli, teniamos una reserva en un restaurante italiano que le habian recomendado a Olivia y no queriamos perder la mesa. El sitio era coqueto, las paredes blancas estaban repletas de carteles de peliculas italianas de los anos sesenta, las mesas eran redondas con manteles a cuadros y el toque romantico lo ponian las velas y todas las parejitas que teniamos a nuestro alrededor prometiendose amor eterno. Ideal para ir creando ambiente en una salida de fiesta. Al menos, las pizzas estaban ricas y el vino fresquito... Pero, con el alcohol, la lengua empezo a soltarse… --Entonces, ?las tres estais solteras? --pregunto Carmen.

  • La sombra de Magui aun esta en el jardin de Sylvia Lagarda-mata

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    Marc, historiador y profesor, empieza a interesarse por lo que el llama <>: la desaparicion de Magui Viladalba, la hermana de su bisabuela, en la casa familiar de Barcelona la verbena de San Juan de 1919. Ahora que todos los testigos de la tragedia estan muertos, solo los difusos recuerdos de su abuela Marga y el libro que su tatarabuelo escribio pueden acercar a Marc a la resolucion del caso.

  • Poseida 6, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Para evitar el matrimonio de Sacha y Allison y hacer estallar la conspiracion el dia de la boda, Liz tuvo que demostrar un gran valor. Ahora los dos enamorados nuevamente son libres de disfrutar su pasion… hasta que Liz se encuentra secuestrada y amordazada en el maletero de un auto. ?Su vida esta en peligro? ?Por medio de ella es Sacha otra vez el objetivo? ?Y quien es esta extrana mujer con quien Liz esta prisionera?

  • Dime quien soy de Julia Navarro

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    Espionaje e intriga en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos, Dime quien soy es un apasionante relato protagonizado por unos personajes inolvidables cuyas vidas construyen un magnifico retrato de la historia del siglo XX.

  • 20 divorcios y 1 boda real de Julianne May

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    Mel Adams, una exitosa periodista neoyorquina, dedica su vida a escribir sobre moda nupcial en el medio grafico mas consumido en Estados Unidos. Pero su fama no solo se debe a su buena labor, sino al controversial metodo que utiliza para luego escribir: se casa y se divorcia con solo una diferencia de horas, aunque jamas lo hace por amor. Todos sus efimeros matrimonios son parte de una fria estrategia comercial creada por la directora de la revista, Rachel Adams., su madre. No obstante, tras constantes denuncias eticas y morales, la revista se ve obligada a reivindicar la maltratada imagen del futuro esposo, por lo que no tardan en concluir que el proximo prometido sea el clasico principe azul.
    Desesperanzada de hallarlo, Mel asiste a su chequeo medico e, inesperadamente, conoce al doctor Alex Said, con quien el flechazo es instantaneo. Sin embargo, su destino da un vuelco de ciento ochenta grados al involucrarse con el ultimo hombre de la Tierra con el que se casaria: James O’Brian, un barman irlandes.
    Mel intentara seguir el plan inicial, pero nada sera tan facil. No solo el adelanto de la boda y la reaparicion de sus veinte exesposos le complicaran la existencia, sino tambien la inesperada lucha que se librara entre su corazon y su razon al conocer, en profundidad, tanto a Alex como a James. Y de alli, la gran pregunta que Mel se hara y esperara resolver: <>.

  • Hermosa eternidad de Renee Ahdieh

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    El Aramis deberia haber legado al amanecer, tal como lo hacia en los suenos de Celine. El a se despertaria debajo de un cielo iluminado por el sol con la sal del oceano en la nariz y la ciudad se elevaria bril ante sobre el horizonte. Llena de promesas. Y de perdon. En vez de eso, la campana de laton que estaba en la proa del Aramis sono a la hora del crepusculo, el momento del dia que su amiga Pippa l amaba <>. Celine creia que eso era algo muy britanico. Habia comenzado a coleccionar ese tipo de expresiones al poco tiempo de conocer a Pippa hacia cuatro semanas, cuando el Aramis se habia detenido durante dos dias en Liverpool. Hasta el momento, su favorita era <>. Celine no sabia por que esas frases le habian parecido importantes en ese momento. Quizas era porque creia que, en los Estados Unidos de America, esas expresiones muy britanicas la bene ciarian mas que las expresiones muy francesas que el a era mas propensa a usar. En cuanto Celine oyo el sonar de la campana, se abrio camino hacia babor, seguida de los pasos ligeros de Pippa. El cielo estaba cubierto de zarcil os oscuros como la tinta que se expandian en forma de abanico, y una niebla fantasmagorica envolvia la Ciudad de la Luna Creciente. El aire parecio espesarse en el momento en el que las dos chicas escucharon al Aramis entrar en las aguas del Misisipi y acercarse cada vez mas a Nueva Orleans. Cada vez mas lejos de las vidas que habian dejado atras. Pippa inhalo y se froto la nariz. En ese instante, parecia tener menos anos que los dieciseis que tenia en realidad. --Despues de escuchar todas las historias, creia que seria mas bonita. --Yo creia que seria exactamente asi --respondio Celine con un tono tranquilizador. --No mientas. --Pippa le echo una mirada de reojo--. No me hara sentir mejor. --Quizas miento tanto para mi bene cio como para el tuyo. --Una sonrisa se asomo en la cara de Celine. --Sea como sea, mentir es un pecado. --Al igual que ser molesta. --Eso no esta en la Biblia. --Pero deberia estarlo. Pippa tosio para intentar disimular su sonrisa. --Eres terrible. Las hermanas del convento de las Ursulinas no sabran que hacer contigo. --Haran lo mismo que hacen con todas las chicas que no estan casadas y desembarcan en Nueva Orleans con todas sus posesiones materiales: me conseguiran un marido. --Celine contuvo el impulso de fruncir el ceno. El a habia tomado esa decision. Era lo mejor entre lo peor. --Si les pareces impia, te juntaran con el tonto mas feo de toda la cristiandad. No cabe ninguna duda de que sera alguien con una nariz bulbosa y una gran barriga. --Pre ero un hombre feo antes que uno aburrido. Y una gran barriga signi caria que es de buen comer, asi que... --Celine inclino la cabeza hacia un lado. --En serio, Celine. --Pippa rio, su acento de Yorkshire se entrelazaba entre las palabras como si se tratara de un encaje de Chantil y--. Eres la francesa mas incorregible que haya conocido. --Me atreveria a decir que no has conocido a muchas francesas. -- Celine sonrio a su amiga. --Al menos ninguna que hablara ingles tan bien como tu. Es como si hubieras nacido hablandolo. --Mi padre creyo que seria importante que lo aprendiera. Celine levanto un hombro, como si eso fuera todo y no apenas la mitad. Con la mencion de su padre, un frances respetable que habia estudiado linguistica en Oxford, una sombra amenazo con descender sobre el a. Una tristeza cuyo peso aun no podia soportar. Celine coloco una sonrisa torcida en su cara. Pippa cruzo los brazos como si se abrazara a si misma. La preocupacion parecia acumularse en su frente, debajo de su equil o rubio, mientras las dos chicas seguian observando la ciudad desde lejos. Todas las jovenes a bordo habian oido las historias susurradas. En alta mar, los mitos que habian compartido mientras bebian tazas de cafe arenoso y amargo habian cobrado vida propia. Se habian mezclado con las historias del Viejo Mundo y habian formado relatos mas ricos y oscuros. Nueva Orleans estaba embrujada. Habia sido maldita por piratas. Era merodeada por bribones. Se trataba de un ultimo refugio para quienes creian en la magia y el misticismo. Hasta habia algunas lenguas que hablaban de mujeres que poseian tanto poder y tanta in uencia como cualquier hombre. Eso habia hecho reir a Celine. Y, al mismo tiempo, el a se habia atrevido a tener esperanzas. Quizas Nueva Orleans fuera algo diferente de lo que parecia ser a primera vista. Afortunadamente, el a tambien lo era. Y si habia algo que podia decirse sobre las jovenes viajeras a bordo del Aramis, era que la posibilidad de conocer una magia como esa --un mundo como ese-- se habia convertido en algo vital. Sobre todo para quienes deseaban deshacerse del fantasma de sus pasados. Quienes deseaban convertirse en algo mejor y mas bril ante. Y mas que nada era vital para quienes querian escapar. Pippa y Celine observaban mientras se acercaban cada vez mas a lo desconocido. A sus futuros. --Tengo miedo --susurro Pippa. Celine no respondio. La noche habia tenido el agua, como si fuera una mancha oscura sobre un trozo de organza. Un marinero desalinado se balanceaba sobre una viga de madera con toda la gracia de un equilibrista mientras encendia una lampara en la proa del barco. Como si fuera una respuesta, el agua parecio l enarse de lenguas de fuego que cobraron vida y pintaron la ciudad con un tono verde todavia mas fantasmagorico. La campana del Aramis volvio a repicar para avisar a quienes estaban en el puerto que distancia le quedaba por recorrer al barco. Otras pasajeras subieron a la cubierta y se colocaron junto a Celine y Pippa mientras murmuraban en portugues y espanol, ingles y frances, aleman y holandes. Eran mujeres jovenes que habian dado un salto de fe y habian dejado sus tierras en busca de nuevas oportunidades. Sus palabras se mezclaban para formar una dulce cacofonia de sonidos que, en cualquier otra circunstancia, habria tranquilizado a Celine. Ya no. Desde aquel a noche fatidica entre las sedas del atelier, Celine habia anhelado estar rodeada de un silencio comodo. Hacia semanas que no se encontraba segura en presencia de otros. Ni segura con el alboroto de sus propios pensamientos. Lo mas parecido a la sensacion de vadear por aguas mas bien tranquilas habia sido estar en presencia de Pippa. Cuando el barco ya estaba bastante cerca del puerto, Pippa se aferro de forma repentina a la muneca de Celine, como si intentara armarse de valor. Celine ahogo un grito de sorpresa. Se estremecio ante el contacto inesperado. Como si hubiera recibido una salpicadura de sangre sobre la cara y la sal hubiera tenido sus labios. --?Celine? --pregunto Pippa con los ojos muy abiertos--. ?Que sucede? Celine respiro por la nariz para tranquilizar su pulso y envolvio ambas manos alrededor de los dedos frios de Pippa. --Yo tambien tengo miedo. UN ESTUDIO SOBRE CONTRASTES Veintitres pasajeras desembarcaron del Aramis, cada una con un baul de madera sencil o l eno con sus posesiones materiales. Despues de consultar el mani esto, el o cial de la aduana les permitio pisar suelo estadounidense. Una hora mas tarde, siete chicas subieron a un carruaje sencil o y comenzaron a avanzar a traves de las cal es oscuras de la ciudad hacia el convento de las Ursulinas. El futuro de las demas las aguardaba en el puerto. El carruaje descubierto rodaba sobre los adoquines. A todo su alrededor, habia ramas que colgaban con el peso de las ores coloridas. Las cigarras y los escarabajos sonaban desde las sombras y sus susurros parecian hablar de una historia embrujada. Una brisa tropical se sacudio entre las ramas de un roble que lindaba con una plaza pequena. Celine sintio de una forma rara la calidez de ese brazo contra su piel, sobre todo en contraste con el ligero frio de una noche de nales de enero. Pero el a sabia que no debia quejarse. Era muy probable que la cal e de Paris en la que estaba su casa estuviera salpicada de nieve, y faltarian semanas para que pudiera usar el comodo vestido de muselina que l evaba puesto en ese momento. Celine recordo el junio anterior, cuando lo habia confeccionado con los retazos que habian sobrado del elegante vestido que habia disenado para una mujer adinerada conocida por sus encuentros infames. En ese momento, Celine habia imaginado como seria asistir a una de esas reuniones y mezclarse con los miembros mas chic de la sociedad parisina. Los deslumbraria con su amor por Shakespeare y Voltaire. Usaria ese mismo vestido, cuyo tono purpura intenso contrastaba de forma encantadora con su piel clara y cuya sobrefalda estaba repleta de pliegues y volantes elaborados. Y l evaria sus rizos negros apilados sobre la coronil a, el ultimo peinado en adornar las cabezas de las amantes de la moda en la ciudad. Celine rio hacia sus adentros divertida por el recuerdo de la chica de diecisiete anos que solia ser. Por las cosas que esa chica habia sonado con experimentar. Por las cosas que habia deseado tener y disfrutar: la entrada a la sociedad de mujeres elegantes para quienes confeccionaba vestidos que el as desecharian un par de dias mas tarde. La posibilidad de enamorarse de un joven guapo que le robara el corazon con poemas y promesas. Ahora la mera idea le parecia ridicula. Despues de varias semanas de viaje en barco durante las cuales habia estado enterrado en las profundidades de un baul de madera, el vestido arrugado que Celine tenia puesto esa noche re ejaba el giro inesperado que habia tomado su vida. No era un atuendo apto para la misa del domingo, mucho menos para una esta. Al pensarlo, Celine se acomodo sobre el asiento de madera y sintio que el corse se clavaba en sus costil as. Cuando respiro hondo, las varil as le pel izcaron los pechos. Y percibio un aroma tan delicioso que la distrajo. Inspecciono la plaza en busca de su origen. En la esquina que estaba delante del roble, habia una panaderia al aire libre que le hizo acordarse de su boulangerie favorita en el Boulevard du Montparnasse. El aroma a masa frita y al azucar que se derretia con lentitud oto entre las hojas cerosas del arbol de magnolias. No muy lejos, las contraventanas de varios balcones se cerraron con un golpe y una celosia cubierta con buganvil as de un color rosa intenso se sacudio e hizo que las ores temblaran como si tuvieran miedo. O, quizas, como si anticiparan algo. Deberia haber sido algo bel isimo de contemplar. Pero la encantadora imagen parecia estar tenida con algo siniestro. Como si un dedo palido se hubiera colado entre las cortinas y la estuviera l amando hacia un abismo oscuro. La sabiduria le dicto que hiciera caso a la advertencia. Sin embargo, Celine se sintio fascinada. Cuando echo un vistazo a las otras seis chicas que estaban en el carruaje --habia cuatro sentadas a un lado y tres, al otro--, noto un conjunto de miradas de ojos bien abiertos y expresiones que parecian ser varios ejemplos de inquietud. ?O quizas fuera entusiasmo? Al igual que con las buganvil as, era imposible estar segura. El carruaje se detuvo en una esquina ajetreada y los cabal os que lo arrastraban sacudieron sus crines. Un grupo de personas con todo tipo de vestimentas --desde los mas adinerados con sus cadenas de relojes de oro hasta los mas humildes con sus harapientas prendas de lino-- cruzaron Decatur Street con paso rapido y determinado, como si tuvieran una mision que cumplir. La situacion parecia rara en ese momento del dia, que solia estar marcado por los nales mas que por los comienzos. Como Pippa era quien estaba mas cerca del conductor, fue el a quien se inclino hacia adelante para dirigirse a el. --?Hay algun evento importante esta noche? ?Algo que explique la multitud de personas?

  • El sargento Barbancho de Eduardo Rodriguez Perea

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    En un pueblo de la sierra cordobesa y a plena luz del dia, aparece el cadaver de una bellisima muchacha.

  • La vida de Eva de Erina Alcala

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    La vida de Eva Williams Medina, era maravillosa hasta los nueve anos, lo fue. Su padre, Alfred Williams, irlandes de nacimiento, era un ingeniero aeronautico que fue trasladado al aeropuerto de San Pablo de Sevilla por la empresa Airbus. Trabajaba como ingeniero de Calidad de los aviones. Se fabricaban distintas piezas en otros paises de Europa y en Sevilla de realizaba el montaje, la valoracion y el control de calidad. Y era muy bueno en su trabajo. Un hombre alto y rubio, de ojos azules, amable y extrovertido. Un hombre divertido y amoroso en casa. Al menos eso recordaba Eva, a su padre haciendo arrumacos en casa a su madre y a ella. Conocio a la madre de Eva, Rocio Medina, mientras trabajaba en Espana, al poco de asentarse en la ciudad. Se enamoro locamente de ella, una chica alegre, de pelo castano claro y ojos marrones. Era azafata de tierra en el aeropuerto, facturaba maletas para una compania low cost. Se casaron y aunque la madre no tenia un sueldo muy alto, el padre si. Compraron un piso grande en Nervion, una de las zonas caras de Sevilla y fueron felices durante mas de doce anos. Les encantaba viajar y fueron de vacaciones cada vez que tenian oportunidad. A los dos anos de casados, Rocio se quedo embarazada y tuvieron a su unica hija, Eva, una nina preciosa de pelo castano claro como su madre, ojos azules como su padre, no muy alta y la nariz un tanto respingona y pequena como su madre. Y fue la princesa de la casa y de su padre. En esos anos fue la nina mas feliz del mundo. Pero la felicidad duraria para la familia, doce anos, el dia que la madre de Eva, tuvo un accidente de coche y murio viniendo del trabajo a casa. Y Eva se quedo huerfana de madre a los nueve anos. Su padre, Alfred, se encontro perdido, con una nina a la que amaba y a la que debia cuidar porque aun era pequena y sin el amor de su vida y tuvo que salir adelante a trompicones, por ella. Con el tiempo, y a los dos anos de la muerte de la madre de Eva, cuando esta contaba once anos de edad, se mudo al piso de al lado una senora viuda de la edad del padre de Eva, con cuatro hijos. Su madrastra, empezo con una amabilidad inusitada, como si le diera pena que la pequena no tuviera madre, a tontear con el padre, y desde esa ingenuidad adolescente, ella comprendio que algo terrible iba a pasar y le dijo a su padre que no la queria como madre, que ella tuvo la suya. --Vamos hija, Paquita es una mujer buena, tiene cuatro hijos, tendras hermanos y sera como una madre para ti. ?No quieres tener hermanos? Estamos solos hija... --?Por que papa? Yo quiero quedarme en casa contigo, los dos solos, no quiero que te cases con ella --lloraba Eva desconsoladamente. Pero no hubo nada que hacer. Paquita era un lobo con piel de cordero y cuando su padre estaba delante, la acariciaba, pero cuando no lo estaba, siempre estaba fastidiandola, diciendole cosas que herian a una nina y lo peor de todo, es que no podia contarselo a su padre para no herirlo ni crear problemas. Guardo ese sufrimiento y el que le provocaban los hijos de Paquita durante anos. Ninguno la quiso y eso nunca lo vio su padre, ni fue consciente de ello. Paquita era perseverante. Consiguio que su padre vendiera la casa donde habian vivido toda la vida con su madre y compraran una mas grande, y lo dominaba, asi como administraba el sueldo de su padre y el dinero que habia conseguido ahorrar toda la vida. Consiguio ademas, que el padre de Eva, se hiciera un seguro de vida dejandole a ella sola el dinero y la casa. De esto nunca fue consciente Eva porque no sabia nada de dinero, economia y ademas era algo de lo que no sabia, ni le contaban nada porque era apenas una nina entrando en la adolescencia. Solo sabia que no veia a su padre feliz como antes, como cuando vivia con su madre. Incluso Paquita no queria que ella fuera a la Universidad, pero en eso fue en lo unico que no cedio el padre que puso como excusa que se lo habia prometido a la madre de Eva y fue el colmo para Paquita, que decia que se gastaba dinero en la Universidad y no tenian, pero Eva, siempre tuvo beca, por lo que era una excusa vana. En cambio, sus hijos, no estudiaron ninguno, porque preferian no estudiar. La envidiaban y Eva, tuvo que acostumbrase a ello, a sus malas palabras, algunos empujones... Cuando se graduo en veterinaria, porque le encantaban los animales, Paquita dijo que si pensaba que iban a ponerle una clinica, se equivocaba. Tendria que buscarse trabajo. E independizarse como todos, pero eso no era cierto. Porque la mayoria de sus hijos excepto el mayor, todos estaban aun en casa. En su fiesta de graduacion de la Universidad, solo estuvo su padre. El resto de la familia, dieron excusas para no ir a verla. Pero ella lo preferia asi. Y fue a comer despues con su padre a solas y le recordo el pasado con su padre, cuando iban solos a comer o al parque. Cuando estaban a solas siempre hablaban ingles y cuando estaba toda la familia, en castellano, pero a veces Paquita los pillaba y se enfadaba. --Papa ?estas bien? --Si hija, estoy bien, muy feliz de que te hayas sacado la carrera y hables dos idiomas. Si tu madre te viera ahora, estaria orgullosa de ti. !Estas preciosa! --Seguro nos esta viendo desde donde este y esta contenta de vernos ahora mismo juntos --y abrazo a su padre. --!Te quiero papa! --Y yo a ti tanto, hija... Te pareces tanto a tu madre... Y Te has convertido en toda una mujer. --Papa, mama tenia los ojos marrones. --Eso no importa, menos en eso, eres igual. --?Eres feliz de verdad con ella, como con mama? --Nunca, jamas nadie sera como tu madre. --Creo que no quiero dejarte solo con ella. Podemos dejarle la casa e irnos a un apartamento los dos juntos. Yo encontrare trabajo y aunque tengas que darle algo... --No hables asi, ha sido una gran ayuda para nosotros. --Eso no es cierto papa. No quiero dejarte solo con ella, vamonos lejos, a Irlanda si quieres, a otro sitio. A Nueva York, siempre quisiste ir a Nueva York. --Hija, tengo trabajo aqui, me gusta y me gusta la ciudad. --Pero no eres feliz con ella. Mama no hubiera querido verte asi. --No pasa nada hija, no es tan malo. --?Vamos a verla al cementerio despues de comer? --Si quieres... --Si, quiero ir al cementerio y decirle que lo he conseguido. Pero ella no esperaba que ese fuera el ultimo dia de la vida de su padre. Justo en la tumba de su madre sufrio un infarto fulminante y por mas socorro que pidio, chillo, y lo llamo, cuando llegaron los medicos de urgencia del Hospital Virgen Macarena, nada se pudo hacer por el. Paquita, por su puesto la culpo por haber ido al cementerio, y de la muerte de su padre, pero fue la primera vez que ella se le rebelo de tal manera que se asusto. --Te iras de esta casa, es mia --Le dijo Paquita. --Por supuesto que me ire, pero mi padre va a enterrarse con mi madre. --Haz lo que quieras. A los dos dias, cuando su padre fue enterrado con su madre, salio de esa casa con dos maletas para no volver jamas. Ni siquiera tuvo que pagar entierro, ella lo tenia todo atado. Un seguro de decesos, se encargo de todo. Una de sus amigas de la Universidad, Olga, la acogio en su casa hasta que se leyera el testamento de su padre. Mientras empezo a enviar Curriculos para encontrar un trabajo. Una de las mananas paso para dejarle la nueva direccion al notario de su padre para que le avisara, si es que habia algo para ella y este le dijo que si. Eva, le dijo a la madre de su amiga Olga, que si cogia algo de su padre le pagaria la estancia, pero ella le dijo que ni se le ocurriera. A la madre de Olga, le daba pena por todo lo que habia pasado Eva. En ese mes, se dedico a trabajar en algunos bares para poner el desayuno y mantenerse, renovo su pasaporte y su documento de identidad. Y compraba comida, ya que la madre de Olga no queria nada, y esta le renia, pero ella se empenaba. Y ese mes, a pesar de lo que lloraba y echaba en falta a su padre, se sintio liberada del yugo de aquella mujer a la que odiaba y la odiaba a ella y nunca la quiso. En el despacho del notario, estaban citadas ella y Paquita, que le pregunto: --?Que haces tu aqui? --Me han llamado. ?Pensabas que todo te lo iba a dejar a ti? Ya te aprovechaste bastante de mi padre, te has gastado su dinero y la casa de mi madre. --Y Paquita se callo. --Bien, empecemos, dijo el notario que sintio la tension entre ambas: la casa esta puesta a nombre de Paquita, se compro antes de casarse y es suya --y Eva la odio en esos momentos porque se compro con el dinero de la casa de su madre. No hay mas propiedades, salvo un seguro de vida. En realidad dos, uno que la madre de Eva, le dejo al morir y que seria suyo al acabar la carrera, cosa que parece ha terminado. Son cincuenta mil euros. Ahi lleva el cheque. Hizo un inciso y prosiguio... --Y otro seguro de vida que tenia Alfred. --Me lo dejo a mi nombre --Dijo Paquita diligente. --Lo siento, senora, lo cambio hace dos meses y subio la cantidad. Eran cuatrocientos mil euros, la mitad para su hija Eva y la mitad para usted. --Pero, pero... --Y ya no hay mas, lo que queda en la cuenta corriente. --No hay dinero --Dijo mintiendo como una bellaca. --Pero tendra una viudedad para usted, ya que Eva es mayor de edad. --?Cuanto es? --Mil doscientos euros. --?Solamente? pero si ganaba mas de cuatro mil euros... --Si, pero eran suplementos, horas extras y demas. Y esto se computa con la paga solamente. -- ?Y se va a llevar mas que yo esta nina?

  • Sangre de mi sangre de Rebeca Tabales

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  • Metales rojos de Rodrigo Diaz Cortez

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    Los personajes que dan forma a “Metales rojos” cautivan por su arrojo y por el modo de hacer frente a las situaciones. Un violochenlista que toca en las escaleras del metro vive un idilio con una muchacha que huele a gasolina, dos adolescentes roban a un viejo que se dedica a la compraventa de motocicletas de la Segunda Guerra Mundial, dos amigas con ganas de diversion salen escarmentadas de una fiesta, un payaso que en su ultima actuacion tiene que defender a una mujer atracada en una calle oscura..., personajes en su mayoria con una vocacion artistica contenida. El mundo solo les ofrece fragilidad y desesperanza. Rodrigo Diaz Cortez da cuenta en estos doce relatos de su contrastada intensidad narrativa, pegada al aliento de los sucesos.

  • El viaje de don quijote de Julio Llamazares

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    2016, ANO CERVANTES

  • Las mujeres de Winchester de Tracy Chevalier

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    Tracy Chevalier regresa con la historia apasionante y atemporal de una mujer en busca de libertad en la Inglaterra de los anos treinta.

  • Mujeres malqueridas de Mariela Michelena

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    A lo largo del ultimo siglo son muchos y muy valiosos los territorios que la mujer ha conquistado. El voto, la independencia economica y decidir como, cuando, donde y con quien tendra sus hijos, son logros indiscutibles. Sin embargo, en medio de los aplausos por tantas victorias, llevamos algun tiempo escuchando las quejas de mujeres independientes y emancipadas, que sufren por un mal amor. Hace no tantos anos su lamento encajaba perfectamente en el listado interminable de maltrato y postergacion social del que la mujer ha sido victima. Su padecimiento por amor era una queja mas, o casi podria decirse que una queja menos, porque entre tanta reivindicacion fundamental, una lagrima, una espera, un nudo en la garganta o un insomnio, parecian detalles insignificantes. Tomando en cuenta las condiciones de menoscabo que ha sufrido durante siglos la mujer, interrogarse por su felicidad en el amor hubiera sido como si, ante un nino que empuja una carreta de carbon en una mina de Gales, nos hubieramos preocupado por el estado de sus unas o de sus dientes. Hoy, que otros problemas mas acuciantes estan resueltos, las voces de las mujeres que sufren por amor se escuchan con mas intensidad. Sus lamentos chirrian en un mundo que muchas dan por conquistado. Todos conocemos a mas de una mujer que se queja de que la quieren mal. El eco de su pena se escucha en los lugares de trabajo, en el gimnasio, en las animadisimas comidas entre amigas y en las series de television. Dicen que es un tema femenino de actualidad. Por supuesto que conozco y frecuento todos esos foros, pero en este libro voy a hablar desde mi experiencia como psicoanalista. Malqueridas Cuando hablemos de malqueridas hablaremos de mujeres que padecen por un mal amor, no necesariamente de mujeres maltratadas fisicamente, sino de mujeres enzarzadas en relaciones imposibles, destructivas, que lloran por un amor perdido o sin futuro aunque pasen toda la vida enganchadas a ese llanto y a esa relacion. Mujeres fieles a parejas intermitentes. Amores furtivos, prohibidos, clandestinos. Mujeres extraordinarias que se transforman en ninas enfermizas si un hombre no las llama. Mujeres encadenadas a una pena de amor, condenadas a ser la horma de cualquier zapato, o a instalarse debajo de cualquier zapato. Mujeres que no se cansan de escuchar: <>. Mujeres sumisas, mansas, asustadas, complacientes. Mujeres que son fuertes ante todos los retos de la vida, brillantes para resolver sus tareas, para enfrentarse a cualquier desafio, valientes para todo, excepto para resguardarse de ese hombre que las quiere mal. Mujeres dispuestas a esperar y a esperar y a esperar. Enganadas, traicionadas, malqueridas... De sus parejas seria arduo delimitar donde empieza el maltrato emocional y donde termina la malquerencia. Y cuando digo que las malquieren, no me refiero a que NO las quieran, al contrario, puede incluso que las quieran muchisimo, lo que ocurre es que las quieren mal. Quieren a una que no es ella, la quieren raro, torcido, al reves, y ella se retuerce y se contorsiona hasta encontrar la forma exacta que encaje con el trazado caprichoso de ese mal amor. A veces el hombre quiere a <> que tiene en su imaginacion y pretende transformar a su amada en alguien que no es ella, y la amada descoyunta su ser intentando complacerle. A la mujer verdadera apenas la tiene en cuenta, a veces ni siquiera se ha preocupado por conocer sus gustos, sus inclinaciones, sus dificultades; ?para que? Es suficiente con que ella siempre este alli para el. Se trata de un amor que suele quedar un poco estrecho de cintura y holgado de espalda. Es un amor <> que no le sienta bien a casi nadie y que, no obstante, esa mujer insiste en llevar a cuestas a pesar del sufrimiento que le supone. Una mujer subida a un amor como ese, debe tener la misma sensacion que una mujer subida a unos zapatos prestados, estrechos, puntiagudos y de tacon muy alto. Mientras todos los que la rodean la ven haciendo malabares y tambaleandose, ella se cree elegantisima y maravillosa, incapaz de reparar en que no es mas que una mujer que sufre y que se siente profundamente desgraciada. Lo que yo sostengo es que en toda mujer malquerida por una serie de hombres, hay una mujer que se quiere mal a si misma. Y cuando digo que se quiere mal, quiero decir que se quiere con un amor tergiversado. Con sus palabras ella dice que quiere una cosa, pero sus actos revelan que quiere otra. No estoy hablando de que <>; no me refiero a que tenga una <>. Puede que, sin saberlo, incluso, se quiera a si misma en exceso y se sienta en el fondo tan fuerte y tan poderosa como para ser capaz de salvar, por amor, todas las dificultades que se le presenten en el camino, aunque en el empeno se deje la sangre y la piel. Alguien que hace un mal negocio no necesariamente es alguien que no tiene dinero, puede quedarse sin dinero por no haber sacado bien las cuentas, a causa de un negocio torcido, o de una mala inversion. Pero quedarse sin dinero es una consecuencia, no una causa. Quedarse sin autoestima puede ser la consecuencia de haber invertido mal el amor propio. A veces el amor propio tiene una preocupante tendencia al heroismo, a adornarse a si mismo con una capita de superheroe, que lleva a su duena a sentirse capaz de acometer ciertas proezas titanicas que no le reportaran ni el exito, ni la fama mundial, ni siquiera le serviran para asegurarse un lugar en el Cielo. Solo obtendra cansancio, humillacion y sufrimiento. Ellas tienen la palabra Desde mi experiencia como psicoanalista, he tenido ocasion de toparme con muchas mujeres malqueridas. Sus historias aparecen en estas paginas lo suficientemente enmascaradas como para que ni siquiera ellas mismas puedan reconocerse. Todas ellas me han ensenado algo. Todas y cada una me han permitido descubrir una fascinante y singular respuesta. A todas ellas, para empezar, mi agradecimiento. A cada una de sus historias me acerco como si fuera la primera y no puedo dejar de preguntarme <>. ?Y por que esta mujer, tan inteligente, tan desenvuelta y exitosa en su trabajo, no se da cuenta de cuanto esta sufriendo? Y, si lo sabe, ?por que lo acepta como si no tuviera otra alternativa? ?Y por que sufre tanto por el final de una relacion que iba tan mal? ?Y por que vuelve con el despues de todo lo que ha sufrido a su lado? ?Y por que lo echa tanto de menos si apenas se soportaban? ?Y por que sigue esperando a que cambie, si es evidente que nunca va a cambiar? ?Y por que le parece que ese hombre es tan extraordinario si tampoco es para tanto? ?Y por que se ha buscado a otro hombre exactamente igual al anterior? De todas estas preguntas se desprende una que resulta esencial: ?que ventaja saca ella de todo esto? ?Que extrana y secreta transaccion ha realizado ella, consigo misma, con su pareja, con la vida, para creer que una situacion tan dolorosa le resulta rentable? ?Como explicar que se resista con tanta voluntad a abandonar ese lugar que aparentemente es tan incomodo? Intentar responder a estas preguntas es el tema que va a recorrer como un hilo rojo las paginas de este libro y lo que va a diferenciarlo de otros.

  • Prometo liberarte de Diana V

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    Andy no es como todos los chicos del instituto, y Anna lo sabe. Apodado El Monstruo, luego de golpear hasta dejar inconsciente a uno de sus companeros por una broma que nadie logro oir, es conocido por todos por mantenerse siempre en silencio, en el fondo del salon, lejos de la mirada de los maestros. Anna intuye que puede estar en malos pasos, pero tambien cree que tras su oscura vestimenta y sus ojos perdidos puede existir algo mas. Pero Anna no tiene idea de lo que tras la puerta de la casa de Andy sucede

  • La manipulacion del lenguaje de Nicolas Sartorius

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    Con motivo de los ultimos acontecimientos politicos en Cataluna, se ha puesto de manifiesto el mal uso del lenguaje y de algunos conceptos acunados a lo largo de la historia, tanto por los politicos, como por los medios de comunicacion o la sociedad en general.

  • Tejido de favores. Asuntos pendientes de Alex A. Moresti

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    Han transcurrido dos anos. Gema Romero comienza a rehacer su vida, tras el duro golpe que le asestaron la empresaria Stela Miro y su exmarido Javier Marquez, arruinando su vida personal y profesional.

  • Los ultimos anos de la magia, Jose Antonio Fideu de Jose Antonio Fideu

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    Londres, 1871. El joven Aurelius, prisionero en la taberna familiar, se siente condenado a languidecer viviendo una existencia tan gris como la de su padre. Sin embargo, una manana le sera revelado su destino: Houdin, el gran mago, anuncia en coloridos carteles su llegada a Londres. A partir de ese momento, su obsesion sera presentarse ante el para convertirse en su aprendiz. Gracias a su ingenio, pronto tendra la oportunidad de entrar en su camerino, donde descubrira su mayor secreto. Houdin, el prestidigitador, es un mago verdadero, no hay trucos tras su poder. Pero con esta revelacion llegara otra: la magia es peligrosa y existen poderes dispuestos a acabar con ella y con quienes la utilizan.

  • Mas Alla Del Fin Del Mundo de Julieta Valdes

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    Avanzamos tierra adentro y cuando paramos, se formo alrededor del camion una nube de polvo. Bajamos el equipaje, yo cargando con la mochila y mama arrastrando una maleta mas ancha que ella. Hubo quizas unas veinte paradas antes que nosotros, cada pasajero podia bajarse a su antojo haciendole una simple senal al chofer. No habia paradas, solamente caminos y siguiendolos con la vista descubria la silueta de algunas casas, alejadas de todo. Fue un schock haber dejado la ciudad y su amontonamiento de casa, oficinas y edificios, para llegar a este lugar donde apenas se podia distinguir un par de casas en la inmensidad del campo. El polvo se aquieto, el autobus ya se habia alejado y quedamos las dos, mama y yo, en este lugar donde no se veia mas que una gran extension de tierra, arboles y colina abajo un lago que reflejaba la luz del sol. Suspire. Esto era como llegar al fin del mundo, pero peor porque de ahora en adelante tendriamos que vivir ahi. Pregunte: – ?Estas segura que es aqui? Y mama contesto con una inclinacion de la cabeza y una sonrisa, como contestaba ultimamente a mis preguntas ironicas. Maldije entre dientes a la abuela por legarnos semejante lugar y a papa por haber muerto y habernos dejado sin nada, pero ya mama se encaminaba por un sendero que subia. Era un camino estrecho y empinado por el cual las ruedas de la maleta iban atascandose, era un sendero mezcla de arena y piedras, un sendero al que no le habian dado mantenimiento y que la hierba volvia a invadir. Yo miraba a la izquierda y a la derecha y me preguntaba donde estaba el pueblo y donde habria una oficina del correo. Habia dejado atras mis amigos de toda la vida, mi escuela, mi calle, mi casa y sentia la necesidad de ponerme a escribir. Quejarme con ellos de este nuevo hogar y esperar noticias de alla. Si seguian los mismos maestros, que habian hecho durante el verano, si la directora seguia siendo una bruja imposible. Y todo lo demas que no podria saber ni preguntar porque de ahora en adelante mi vida se llevaria a cabo del otro lado del mundo. Divagaba pensando en las cartas que iba a escribir y a quien y quien seria la primera de mis amigas en contestarlas cuando la cabana se alzo frente a mis ojos. Era una construccion de un solo piso, de piedra y madera, y podria haber salido de una postal hasta que abrimos la puerta y nos recibio un olor a moho, a madera humeda y una sala de muebles desvencijados: un sillon que solia ser cafe estaba perdiendo su color y cuando me quise sentar en el reposet me hundi y levante polvo. Habia telaranas y mama se apresuro en abrir las ventanas, entro un aire fresco, propio de la montana y me espante al imaginar el frio de las noches. – Tiene que haber cobijas en algun lado. - me dijo mama como si pudiera leerme el pensamiento. – Voy a buscarla, tu puedes escoger el cuarto que mas te gusta. Era un poco presuntuoso hablar de elegir mi cuarto porque en realidad solo habia dos opciones, un cuarto grande y con papel tapiz de flores que debia haber sido de la abuela y me daba un poco de terror, y otro mas sencillo que debia ser un estudio y cuarto de invitados que tenia paredes en azul cielo, un escritorio y una ventana que daba al valle y al lago. Deje mis cosas y me sente sobre la cama, comprobe que no estaba tan mal y me deje caer para ver al techo. Esta era mi nueva realidad y no habia mucho que podia hacer al respecto. Podia haber guardado mi ropa, pero lo deje para mas tarde y tuve antojo de un vaso de leche y ver la tele. Esto me hizo pensar que no habia visto una television en ninguno de los cuartos, recorri toda la casa, me fije en cada rincon de la sala, pero no vi el aparato, tenia que asegurarme: – Mama, ?no hay television? - grite bastante histerica. – Creo que no. Tendremos que preguntar en el pueblo si las antenas llegan hasta aqui. – Si, por supuesto, esto era lo unico que faltaba. Vivir en un pueblo mugriento con polvo, borregos y nada mas. Me tire sobre el sillon y retuve las lagrimas. No sabia si estaba triste, enojada, o ambas cosas. Queria, sobre todo, culpar a alguien de mi desgracia, pero solo estaba mama que ya estaba encargandose de limpiar con agua los muebles y a la que no podia culpar, ya habia cargado con todo lo de papa, luego lo de la abuela, y ahora la mudanza; no estaba para lidiar ademas con una prepuberta encaprichada, ya veria como hacerle con lo de la television. Me puse a ayudarla, tomando otro trapo para ir quitando la capa de polvo a los muebles y ella dijo: – Bueno, no hay television, pero tengo que ensenarte algo. Al lado del cuarto de mama habia una recamara mas pequena con uno de esos sillones reclinables y estanterias de piso a techo. Cada nivel estaba cubierto de libros: pequenos, medianos y grandes, de piel y de papel rigido, nombres y nombres que desfilaban ante mi. La pequena biblioteca, a diferencia de la casa, estaba impoluta. No me habia podido traer todos mis libros de la ciudad, era imposible y descubrir este cuarto era como entrar a un paraiso. De inmediato fui recorriendo los estantes y leyendo el nombre de los volumenes, habia algunos titulos que conocia, pero muchos que eran una novedad para mi. Habia novelas de misterio que databan de los anos cincuenta y que tenia cubiertas como posters de peliculas antiguas, habia novelas de ciencia ficcion y habia clasicos, empastado y con las letras doradas. Mama debio haber emparejado la puerta lentamente porque cuando voltee ya no estaba y no volvio a llamarme hasta que llego la hora de cenar. La tarde paso en un suspiro, siempre he tenido fascinacion por los libros, desde pequena y el sillon estaba tan comodo que uno no necesitaba pararse. Supuse que habia atardecido cuando me levante para prender la luz, sin soltar el libro que estaba en mis manos y me encontre con los ojos color avellana de mama asomados a la puerta, y ella me recordo que todavia habia que comer y acomodar nuestras pertenencias. – Tu abuela pasaba mucho tiempo en este cuarto. – Yo tenia un recuerdo bastante borroso de la abuela. Recordaba que me hacia comer cosas que no me gustaban y mas adelante que llevaba una mascara para ayudarla a respirar. Ahora, tambien ella habia muerto y escuchar hablar de ella me hacia sentir acompanada. Mama me conto como era periodista y habia vivido en unos anos donde no era facil ser mujer, estar divorciada y mantener a sus hijos. Me conto que sus libros favoritos eran de ciencia ficcion y que, si buscaba bien, debia de encontrar tambien en algun rincon los cuadernos que se habia propuesto transformar en una novela que nunca habia terminado. Mi nueva recamara tenia una boveda y una cama con un colchon suave, todo en tonos azules. Habia traido conmigo mi ropa, mis peluches favoritos, mi diario; lo que cabia en una maleta. Trataba de no recordar demasiado la casa que habiamos dejado atras ni tampoco todas las cosas que habiamos tenido que vender. En un par de meses la vida habia cambiado por completo y con un suspiro acomode una foto de los tres: papa, mama y yo; una foto tomada en el jardin donde yo vestia mi traje de bailarina y los dos me abrazaban. Mama me habia comprado antes de irnos unas calcomanias en forma de estrellas que podian pegarse a la pared y brillaban en la noche. Las acomode sobre la boveda y puse la ropa en los cajones y en el armario. Por la ventana podia verse el lago y, a un lado, las tejas de otras casas, cada una separada de la otra por varios kilometros. Esto era tan distinto de nuestra ciudad donde todas las casas del barrio estaban pegadas unas a otras y donde los vecinos se saludaban cuando salian, porque a fuerza de vivir pegados conocian el nombre y la historia de todos y cada uno. Antes de acostarme redacte una larga carta para mi mejor amiga donde me quejaba amargamente de haber sido expulsada a la ultima frontera del mundo en un lugar donde solo vivian borregos y algunos leneros (no tenia idea si eran leneros, pero algo tenia que contar y esta era la idea que me hacia de las personas que habitaban las otras cabanas). Asi llene tres cuartillas, ida y vuelta de puros reproches. No le dije que desde mi ventana el lago se veia hermoso ni que la luna se reflejaba en el. Tampoco le hable de mis estrellas que contemple durante largo rato porque no queria llorar. No queria aceptar que estaba triste, de lejos era mejor estar enojada y me quede dormida. En los dias siguientes, descubriria que tan distinto era vivir mas alla del fin del mundo. CAPITULO 2 Al dia siguiente mama me acompano hasta la oficina de correo, caminamos unos cuarenta minutos para llegar al pueblo, pero el dia estaba despejado y los paisajes hermosos. El pueblo no era mas que un par de calles y las tiendas con los esenciales, pedi los timbres y el encargado se inclino hacia mi. Tenia un bigote muy poblado y al igual que los demas hablaba cantadito: – La pequena se parece mucho a la abuela, ?verdad? – Eso dijo, nada mas, y mama se rio y me guio hasta la salida. La frene de la manga: – ?Es cierto? ?La abuela paso mucho tiempo aqui? ?Tu tambien? Veo que conoces a mucha gente. ?Por que yo no conocia el lugar? Acribillada por mis preguntas, mama me llevo a tomar un chocolate caliente, a la unica cafeteria que daba al lago y tenia mesas adentro y afuera, mucha madera y el mejor chocolate caliente que he probado en mi vida rematado de una generosa cantidad de crema chantilly. Mis nervios se iban calmando mis nervios y mientras yo enfriaba el espeso liquido, mama hablo; tiene una voz suave y puede hablar mucho tiempo sin que nadie se aburra. No lo hacia a menudo, pero cuando se decidia a contar una historia cautivaba la atencion de cualquiera. Durante su relato, miro mucho por la ventana hacia el lago y de vez en cuando me acariciaba la mano como para hacerme saber que estaba consciente de mi presencia. – Este lugar es un santuario, Isabelle, un refugio para mujeres podria decirse. Tu abuela se enamoro muy joven de un hombre que estaba por casarse, era un matrimonio de conveniencia, pero el tenia que cumplir y ellos nunca pudieron estar juntos. Entonces tu abuela partio y estuvo en muchos paises andando y trabajando. Luego, encontro este lugar y en el supo que podria curarse y volver a vivir. Solo leia y escribia y asi se recuperaba. Cuando por fin volvio al mundo no tardo en hallar marido y me tuvo a mi. Tu abuelo al igual que tu papa nunca se entero de la cabana. Era un secreto bien protegido y yo habia venido de soltera, a veces con tu abuela, a veces sola. La abuela paso muchos meses cuando ya no trabajaba intentando escribir un libro que nunca acabo. Por mi lado, yo tambien estuve aqui unas semanas, recien terminada la carrera de farmacologia para escoger que iba ser de mi futuro. Como te decia este es una especie de lugar sagrado al que no podia llevarte porque aun no era tiempo y porque tu papa no debia enterarse. – Entonces, ?es una cabana secreta, mama? – Es un lugar magico. Ojala tambien para ti funcione la cabana y las dos podamos curar nuestras heridas antes de regresar al mundo. Es verdad que cada dia te pareces mas a la abuela: eres terca como una mula y sabes ser muy ironica. Trataremos de hallar un retrato o una foto para que pueda ensenarte como era tu abuela de joven. Hasta quizas, algun dia, escribas un libro. ?Quien sabe? Por el momento, debemos de preparar tu regreso a la escuela y puedes aprovechar estas semanas para conocer el lugar y familiarizarte con los caminos. Nada dijo de papa ni de la falta que nos hacia a las dos, pero comprendi que el dolor era de ambas y casi agradeci no estar en un lugar donde tuviera que recordarlo todo el tiempo. Nos fuimos del cafe abrazadas y siguiendo su consejo me fui al bosque a hacerme amiga de mi nuevo hogar. – Te vere en casa. - le dije a mama y ella me sonrio antes de emprender el camino de regreso. A un costado del pueblo estaba la entrada con varios senderos para caminata, uno de los caminos el que indicaba ser el mas corto iba a dar a un claro y en centro del claro una gran piedra, contra ella me recargue para descansar de la caminata y ahi, por primera vez desde hace unos meses, pude llorar a gusto, lejos de las miradas y hasta perder el aliento. Cuando volvi mama tenia preparada una sopa de cebolla, mi favorita, y comimos las dos a la luz de unas velas que encontramos en un cajon de la cocina. Mama dijo que habia encontrado un baul con algunas fotografias y tambien un retrato. Aunque la sopa estaba deliciosa me apure lo mas que pude y hasta lave mi plato. – Lista, ya podemos ver el baul.- Mama que no habia terminado se rio y termino su sopa a toda velocidad. Nos acercamos al baul, era verde con puas de metal, estaba rodeado por agarraderas de cuero y cuando lo abrimos se escapo un olor a humedad. Era como desenterrar un tesoro. Adentro habia cajas de piel con alhajas y tambien varios albumes. Habia fotografias en sepia que la verdad daban un poco de miedo. Estaba mi abuela y tambien sus padres vestidos de negro. Luego, habia unas mas recientes donde aparecian mi mama y la abuela juntas y era cierto, las tres teniamos un parecido imposible de negar. Tambien habia unas fotos de mama cuando era muy pequena y tenia un copete horrendo y hacia cara de puchero. Me rei mucho y le hice un poco de burla por las muecas. – Es porque no te acuerdas como era tu de pequena- me dijo en son de broma. Al final, en el fondo del baul desenterramos un retrato hecho a lapiz donde aparecia la abuela con una cara muy seria, estaba de medio perfil con una camisa de lino aunque el retrato se enfocaba sobre todo a la cara. Sus rasgos eran los mios, la misma nariz delgada, la boca pequena en forma de corazon y la mirada. Me impresiono la semblanza y senti tristeza de no haber conocido mejor a la persona de quien, quizas, habia heredado mas de lo que sospechaba. Acompanando el retrato se encontraba un fajo de hojas, tecleadas en maquina de escribir, atados con una cinta de seda. En los margenes habia anotaciones en lapiz, correcciones imagine y mama parecio reconocer la letra: – Esta debe ser la novela de la abuela. Las cartas y el resto de lo que pudo escribir me pidio que lo quemara asi que eso es lo que queda. Lo puedes leer si te interesa. No tuvo que repetirlo dos veces. Esta misma noche, me lleve el legajo a la cama y con ayuda de la lamparita de buro fui descubriendo el manuscrito hasta que el alba empezo a despuntar y la luz se hizo camino por la ventana. Desperte hacia el medio dia y todavia me faltaba bastante por leer. Sin embargo, mama habia elaborado otros planes para nosotras. Una cesta con comida me indico que ibamos a pasar la tarde fuera y, a reganadientes, abandone el libro. En el pueblo, que para entonces ya habia apodado El Fin del Mundo, pasamos a la tienda principal que tambien era la unica. El negocio era atendido por una pareja en sus cincuentas y era como un super mercado con todo tipo de cosas. Vendian desde el periodico, la leche, pescado, carne y medicinas. Los estantes de metal estaban repletos. La duena del local nos explico: – Cuando el invierno llega, muchas veces la carretera queda cortada y mas vale estar bien surtidos. Puse una cara de preocupacion terrible. ?Que queria decir esto? Estariamos completamente cortados del mundo, la idea era espantosa pero la gente del lugar no parecia estar preocupada, debian de estar acostumbrados, pero yo pasaba de una sorpresa a la otra. Mama compro dos canas de pescar y tambien unos anzuelos que por fortuna era de plastico. Habia visto los recipientes de plastico donde guardaban moscas verdes y lombrices, algo que no estaba dispuesta a agarrar con las manos. Descendimos hasta el lago que de cerca se apreciaba mucho mas grande que desde la ventana. En un banco de arena nos acomodamos y mama me enseno a lanzar el hilo, amarrar los anzuelos y a fijar la cana en la arena. – Mama, eres toda una exploradora de la naturaleza. - le dije, sinceramente impresionada porque no habia visto a mi mama mas que en su bata de trabajo o adentro de la casa, ella me guino un ojo. Una vez que estaban en posicion me quede parada pensando que de inmediato iba a sacudirse la cana y tendria un jugoso pez en la linea, pero mama saco de la canasta una novela y se acomodo en el suelo: – ?Y ahora que? - pregunte un poco desperada. – Ahora nada. Hay que esperar, pero ya vendra, mientras puedo leerte algo si quieres. Me sente y ataque el salami que teniamos guardado mientras mama iba leyendo Mujercitas, uno de mis libros favoritos. De vez en cuando la historia se ponia muy tensa y entonces mama se mordia el labio inferior antes de continuar, un tic que ha tenido desde que tengo memoria. Yo vivia suspendida de su voz y de las hermanas que habitaban esa casa. A la mitad, hizo una pausa para descansar y tomar agua, quiso saber como avanzaba el libro de la abuela: – ?No lo has leido? – era extrano que ella no lo hubiera hojeado. – No, tu abuela me platico que estaba escribiendo, pero nunca quiso ensenarme nada asi que preferi dejarlo en paz. – Es bastante raro, habla de una vieja leyenda y de una isla olvidada donde las mujeres tienen poderes magicos. Algo pasa y el personaje principal tiene que abandonar su mundo para irse a vivir a la isla. Mama estaba viendome sin parpadear, parecia sacudida por mis palabras y no entendia muy bien que podria haberla perturbado. Pronto nuestra platica quedo interrumpida porque mi cana empezo a moverse y ladearse hacia adentro del lago. Entre las dos corrimos a sostener la cana y jalamos del torniquete un pez que media lo que mis dos manos juntas y que agitaba sus escamas, reflejando el sol. Estaba muy bonito y entre mas lo miraba menos podia pensar en comermelo. Mama estuvo de acuerdo conmigo y lo liberamos en el agua. Dio un salto y se alejo soltando burbujas. Me senti aliviada: – ?Que vamos a cenar? – Ya haremos crepas- mama se encogio de hombros y regresamos a la cabana. En la noche, mama me platico que habia un colegio en una ciudad cercana. Ahi podria terminar mi ultimo ano de secundaria. Tomaria un camion por las mananas y el mismo me regresaria en las tardes. – ?Te sientes lista para volver, Isa? - sabia que mama estaba inquieta y que no sabia si podia volver despues de lo de papa, pero me sentia lista, tenia miedo, pero tambien queria volver a la normalidad. – Lo estoy, Ma, te lo prometo. - la abrace. Todavia me separaban varias semanas antes del regreso a la escuela y dividi mi tiempo entre largas caminatas y estancias prolongadas en el estudio que se habia vuelto mi cuarto favorito. Termine el libro de la abuela y me parecio bastante bueno. Quien sabe por que no se habia animado a ensenarlo a otras personas o publicarlo. El pais del que hablaba era tan fantastico, tan diferente que me dieron ganas de conocerlo. Una tarde estaba tratando de alcanzar uno de los estantes mas altos de la pequena biblioteca, habia arrimado la silla y sobre la silla habia puesto un cojin y ahi estaba en un equilibrio precario balanceandome para poder agarrar un volumen grueso, de pasta marron, que me parecia especialmente atractivo. En algun momento las patas de la silla perdieron su punto de balance, intente retenerme de los libros y de la madera, pero el resultado fue que cai contra el suelo sepultada por varios manuscritos.

  • Encargo de Berta Marse

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    a) Elegir escenario y b) situar al protagonista o protagonistas en medio de una escena cotidiana, y, sin mas, c) abrir el telon. He tenido que leerlo varias veces para entenderlo. Vale que no estoy en mi mejor momento, que la medicacion me tiene algo atontada y hace demasiado que no pongo mi cerebro a prueba, que no leo, que no hago crucigramas, que no pienso. Y vale que me he apuntado al taller de escritura creativa solo porque es lo que se espera que haga. Pero el enunciado del ejercicio tampoco esta muy inspirado que digamos. Parece un sencillo ejercicio de orientacion hacia el cuando y el por donde empezar; si no lo he entendido mal, y puesto que en algun lugar y en algun momento hay que empezar. Pues venga, vamos alla. Sin mas. Mi escenario seria una habitacion ordenada y pulcra. En las paredes se exhibirian posters, postales, fotografias, dibujos y demas senas de identidad propias de un temperamento joven, romantico, femenino. Habria una unica estanteria, de pared a pared, algo combada por el peso de los libros. Del techo colgaria un ventilador de aspas de madera y lamparita en forma de tulipan, estropeado desde hace tiempo. Un armario de luna, un perchero, una alfombra, un pequeno escritorio en el que una de las protagonistas estaria estudiando con los codos hincados. Veinteanera. Ni gorda ni delgada. Con gafas. A su izquierda una estrecha ventana abierta que daria a un patio interior. Se oiria el arrullo de las palomas y la tele de los vecinos. A la derecha, la cama. Sobre ella un punado de peluches raidos. De pronto, sin que mediase una orden u otra indicacion aparente, uno de ellos (uno con forma de chucho sin raza, tamano mediano, pelo duro y apelmazado, color pardo) abriria mecanicamente los ojos, se incorporaria con sumo cuidado, se bajaria de la cama y se enroscaria de nuevo sobre la alfombra. A todo esto la chica seguiria estudiando sin levantar siquiera la vista del papel, concentrada en sus apuntes y sus libros. Minutos despues se oiria el girar de una llave en la cerradura de entrada, y luego el chirriar de un carrito de la compra por el pasillo. Nada fuera de lo habitual. Hasta aqui, una escena cotidiana que vendria representandose alrededor de una decada; que es de lo que se trataba, si no lo he entendido mal. Sin embargo, aquel dia… 1 Aquel dia (9 de junio de 2013, sabado) el carrito de la compra no se detuvo a la altura de la cocina sino que avanzo chirriando, pasillo adelante, hasta que alguien abrio sin llamar la puerta de mi habitacion. -?Que pasa? -le pregunte a mi madre, al ver su cara de susto. -Ha vuelto. -?Quien? Mi madre miro a uno y a otro lado, como si hubiese microfonos cerca. -Yesi -dijo bajando la voz-. Yesica Lugano. La hija mayor de Isabel. Te acuerdas de Yesi, ?no? La garganta se me encogio de repente, y el corazon empezo a bombear alli con tanta fuerza que temi por mis timpanos… ?Que si me acordaba de Yesi Lugano? Como podria no acordarme, hubiese sido la pregunta correcta, aunque igualmente aterradora… -Me acabo de enterar en el mercado. Se ve que anoche llamaron al interfono de los Lugano y era ella. Asi, sin mas. ?Te lo puedes creer? !Es como un milagro! Un milagro para mi madre. Para mi, uno de esos inmensos agujeros negros que engulle todo lo que se acerca a su campo gravitatorio. Me aferre a la mesa con las dos manos. Con la cabeza gacha, Chimo agitaba la cola esperando que mi madre, que lanzaba miraditas nerviosas a su alrededor, mordiendose los labios, no reparase en su rastro sobre la colcha. Su preocupacion le delataba. -Al parecer esta bien, al menos fisicamente, pero… -tambien mi madre parecia impactada por la noticia, agarrada al pomo de la puerta con una mano y con la otra al carro de la compra, del que asomaba un apio-, pero fijate, Desi, ya hace no se cuantas horas que ha vuelto y todavia no saben nada, aun no les ha contado nada a sus padres, ni a la policia, ni a los medicos que han tenido que ir de madrugada para reconocerla… Se ve que podria estar tan traumatizada que les han aconsejado a Isa y a Piero que no la presionen, que ya hablara cuando se sienta mas segura, que procuren estar tranquilos y actuar con naturalidad… !Como si fuese tan facil -resoplaba, entre el estupor y la angustia- estar tranquilos con toda esa gente entrando y saliendo! Y actuar con naturalidad, si, claro, pero si tienes mas de cinco anos y no has pasado por una academia de arte dramatico, ya me diras tu como… Pero yo no iba a decir nada, seguia muda, sin aliento; como cada vez que me topaba con una fotografia de Yesi a la vuelta de una esquina, en una farola, en un semaforo, en un escaparate; como cada vez que su recuerdo me perseguia por el barrio y me hacia llegar a casa con el corazon en la boca; como cada vez que, de noche, en la cama con el perro, me acordaba de ella. -Pobre Isa, que horror… Quiero decir, es un milagro pero… no se, no se como podra soportar otra vez tanta presion… ?A ti te parece que deberia llamarla?… o tambien crees que no es el mejor momento… !Por Dios, di algo! 2 Nacer en el mismo ano, bajo el mismo signo zodiacal, vivir en el mismo barrio y estudiar en el mismo colegio, frecuentar el mismo parque, las mismas plazas, los mismos comercios no tiene por que suponer una estrecha amistad. Si acaso una amistad circunscrita al espacio y al tiempo, ineludible, como una especie de tara genetica. Pero no una amistad verdadera. Yesica Lugano y yo nunca fuimos amigas de verdad, nunca intimamos ni nos hicimos confidencias. Ni siquiera en los anos de parvulario y colegio que compartimos -hasta que su padre se decidio a matricularla en una prestigiosa escuela italiana-, y por mucho empeno que pusieran nuestras madres; o quiza, en buena parte, a causa de ello. Porque todo lo que yo sabia de Yesi -y entonces creia que lo sabia practicamente todo-, lo sabia por mi madre. Mi madre tenia (tiene) una tienda en el barrio de Sant Antoni de la que la madre de Yesi, Isabel, era (ya no es) clienta fija. En el distrito izquierdo del Eixample aun se recuerda la fiesta de inauguracion, en Navidad de 1995. Yo tenia tres anos. Una traca interminable y alguien exclamando que mi madre habia tirado la casa por la ventana son mis unicos recuerdos; y la razon de que no haya una sola fotografia, un solo fotograma de video casero, donde no aparezca con la boca abierta como un cazo, congestionada y tensa, totalmente aterrorizada. A Yesi, en cambio, se la ve la mar de tranquila en brazos de su madre, toda ojos, con su gorrito blanco de perle anudado bajo el menton con hoyuelo. Acababan de escolarizarnos. Mi madre siempre habia querido montar una tienda de labores de costura, donde ofrecer asesoramiento practico y tal vez hasta impartir cursillos y talleres, una tienda que hiciese las veces de centro de reunion para las mujeres del barrio. Pero habia aparcado la idea durante anos; los que le llevaron encajar y asumir que no podia tener hijos, y hasta mi adopcion. Mi padre habia aprovechado el auge de su profesion (el diseno grafico), durante los felices noventa, para asociarse y montar un estudio puntero, y le alquilo a mi madre un pequeno local a dos manzanas de casa. En aquel momento se lo podian permitir. Los bancos y las cajas de ahorro animaban a emprender con lemas infalibles. Lo veo. Lo quiero. Lo tengo. Los suenos de futuro parecian al alcance de la mano. Nadie sospechaba la que se estaba fraguando y hasta que punto se deteriorarian todos, desde los mas modernos y ambiciosos hasta los humildes negocios de barrio. Todos menos la tienda de mi madre. Pero asi fue. Las mujeres acudian en tropel y pasaban tanto tiempo en la tienda que acabaron arrastrando con ellas a las abuelas y a los mas pequenos. Cochecitos de bebe, andadores, bastones, paraguas, patinetes, mochilas, carros de la compra se amontonaban en la entrada, dando cuenta del exito, y mi padre protestaba cuando tenia que dejarme en medio de aquel caos, antes de volver a su trabajo, porque a mi madre no le habia dado tiempo a recogerme. Pero esto que es…, se preguntaba en voz alta, con retintin, ?un negocio o un mercadillo? Nadie le hacia demasiado caso. Y de todas formas dejaria de preguntarselo (por lo menos en voz alta) al ano de la inauguracion, cuando mi madre alquilo el local de al lado para ampliar lo que ya era, a todas luces, un prospero negocio. Sustituyo el modesto rotulo en el que se anunciaba como Merceria por grandes letras de metacrilato que se iluminaban por dentro, disenadas en el estudio de mi padre. RIBO & CARALPS. Como a una hija mas, le puso mis apellidos a la tienda; y de paso le guino un ojo a Ribes & Casals, emblematico establecimiento de venta de tejidos al por mayor y al detalle, al otro lado del Eixample. No daba puntada sin hilo. Tambien contrato personal para atender a su cada vez mas numerosa clientela, un servicio de catering resolutivo y sencillo -caldo casero, cafe y te y todo tipo de pastas saladas y dulces- y a un valenciano con peluquin, el senor Ramon, que nos recogia en la puerta del cole con su minibus escolar de catorce plazas y un cuarto de hora despues nos dejaba en la tienda. Ribo & Caralps, centro de reunion, informacion, produccion e intercambio. El eje alrededor del cual todo giro de forma ordenada y rentable durante anos. Ganchillo, bordado, punto de cruz, patchwork, tricot, petit point… En la tienda de mi madre se hacian labores de todo tipo y a destajo. Una muy considerable cantidad de primorosas y delicadas labores a las que nadie prestaba demasiada atencion y acababan arrinconadas o regaladas a asociaciones beneficas. A mi me daba muchisima rabia. No podia entender que tanta velocidad y perfeccion no tuviesen importancia alguna ni asombrasen a nadie. Me preguntaba cual seria entonces el sentido, el proposito de toda aquella frenetica productividad; aparte de reunirse y hablar por los codos, claro. Porque en la tienda de mi madre se hablaba por los codos. Se hablaba de todas las cosas que sucedian en el mundo, un lugar remoto y amenazador para nosotros los ninos. El escandalo Lewinsky. El fin del milenio. El genoma humano. El cambio climatico. Windows 2000. Cuanto menos entendiamos los titulares, mas excitantes y peligrosos nos parecian. Tambien se hablaba de las cosas que sucedian de puertas hacia dentro, en cada uno de los mundos; no por mas reconditos menos excitantes, ni menos peligrosos. De ese modo me entere de muchas de las intrigas e intimidades que circulaban por el subsuelo del barrio. Que la senora Valles, capaz de tejer una virgueria de patucos en menos de dos horas, estaba en guerra fria con su suegra… Que la senora Garcia se habia inyectado no se que en los labios… Que los cinco hijos de los Reguant se meaban en la cama porque le tenian miedo al padre… Que Piero, el padre de Yesi, asediaba a su mujer por un hijo varon… Que el mio encajaba con indiferencia el exito profesional de la suya… Se hace dificil rastrear, en el inicio algo apocaliptico del tercer milenio, el momento preciso a partir del cual ciertas palabras se cambiaron por otras y segun que temas se omitieron una vez descargada la furgoneta del senor Ramon en la puerta de la tienda. ?Como pudo suceder asi, de la noche a la manana? Yo que se. Supongo que a los que empezabamos a comprender de que hablaban exactamente se nos debio de notar en la cara. Tal vez fue una mirada demasiado atenta, demasiado sagaz. Puede que una pregunta demasiado capciosa. El caso es que, en cuanto tomaron conciencia de que estabamos alli, ya nada volvio a ser lo mismo. Habia que encontrar otras formas de entretenerse. Los mayores empezamos a salir a la calle, con los bolsillos llenos de pastas, para alimentar a un chucho que merodeaba abandonado por el barrio (sin raza, tamano mediano, pelo duro y apelmazado, color pardo), y que ya no se moveria mas de la puerta de la tienda. Pegados a los cristales habia adhesivos del No a la Guerra. Dentro, aun se hablaba acaloradamente de las Torres Gemelas y del desastre del Prestige. El euro ya estaba en vigor y algunas clientas veian con nostalgia la vuelta a los centimos, pero la mayoria aun se hacia un lio con los cambios y a nosotros nos hacia muchisima gracia. Fue la epoca en que Yesi y yo estuvimos mas unidas -por los cuidados de Chimo y la campana organizada para su adopcion-, y sin embargo en la que mas la odie. La epoca en la que a mi me pusieron gafas y ella empezo a perfilarse como la perfeccion hecha hija. Notas brillantes, oido musical, inquietudes intelectuales, habilidades deportivas. Y, por si el dechado de talentos y virtudes fuera poco, se le afino la cara y el hoyuelo en el menton empezo a brillar con luz propia. El mismo hoyuelo que hasta entonces la habia hecho parecer rolliza se convirtio, segun sus padres, en la marca de los angeles, puesto que de repente le quedaba que ni pintado y no era herencia ni de la una ni del otro. Yesi Lugano prometia mucho. Al menos asi lo entendio mi madre, que a partir de entonces empezaria a imponermela de ejemplo y modelo a seguir, sistematicamente, deliberadamente, y no desaprovecharia ninguna oportunidad para hacerlo hasta aquel fatidico 5 de junio de 2008, cuando todo se desgracio. 3 Yesi ayuda a su madre en las faenas de la casa. Yesi cuida a sus hermanas pequenas. Yesi ha sacado todo notables y sobresalientes. Yesi se ha leido El codigo Da Vinci. Yesi ha ganado otra vez los Juegos Florales de su instituto. Yesi es la protagonista de la obra de fin de curso. Yesi toca el chelo maravillosamente. Yesi es medalla de plata en los campeonatos de natacion. Yesi ha sido elegida en un casting para un anuncio de leche rica en calcio y le va a dar a su madre todo el dinero… En realidad, no habia demasiadas razones para creer que empezar la ESO en institutos separados supondria un respiro para mi, una tregua que me permitiria recuperar fuerzas y, quiza, algo del terreno invadido. Si me hice algunas ilusiones al respecto, estas no me duraron ni un trimestre; lo que tardo Yesi en adaptarse a su nuevo instituto y consolidarse entre las top ten de la clase. Sus excelencias y sus logros fueron un mantra a lo largo de mi preadolescencia. Y todo gracias a mi madre, que por entonces habia intimado mucho con la suya. Isa se arrastraba hasta la tienda, empujando un cochecito y de nuevo embarazada, en busca del consuelo y el apoyo que necesitaba en aquellos momentos. Lo que no necesitaba era tener mas hijos, le diria a mi madre, en confidencia. Con su Yesi le bastaba, y ademas queria retomar algun dia los estudios de nutricion y dietetica. Pero habia cedido para complacer a Piero, cuya insistencia calificaba de taladrante; sobre todo tras su ascenso en la empresa de venta y mantenimiento de electrodomesticos en la que trabajaba, que le libraba de tanto viaje y le permitia pasar mas tiempo en casa. Y tuvieron dos ninas mas, una detras de la otra; las dos poco antes del cheque bebe, ninguna con hoyuelo en el menton. Mi madre solo destacaba este tipo de detalles cuando le traicionaba el subconsciente, la envidia por la fertilidad que a ella le habia sido negada. Por lo demas, todo era solidaridad, aliento y elogios, cuando nos las cruzabamos a las cuatro por el barrio o en la tienda. A mi tambien me daba un poco de envidia, pero yo apretaba los dientes y me limitaba a saludar a Yesi con un golpe de barbilla y a no mostrar (nunca jamas) interes por nada de lo que ella pudiese hacer o decir. Siempre que Yesi queria comunicarme algo, yo ya lo sabia, porque mi madre me lo habia dicho antes.

  • Una Vez Desaparecido (Un Misterio De Riley Paige 1) de Blake Pierce

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    Los cuerpos de mujeres asesinadas grotescamente estan apareciendo en las afueras rurales de Virginia y, cuando llaman al FBI para pedir su ayuda, no tienen respuesta. Hay un asesino en serie cuya frecuencia esta aumentando, y saben que solamente hay una agente lo suficientemente buena para resolver este caso, la Agente Especial Riley Paige.

  • Miel de verano de Sara Paborn

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    Es un remitente inusual en ese tipo de revista semanal. Estoy sentada en la salita de espera, pasando las paginas. La columna que ha logrado captar mi atencion lleva por nombre <> y el tema es: <>. La carta esta firmada por <>. Solemne y seria, entre recetas de galletas y consejos para que los jacintos aguanten el invierno y sobre como limpiar manchas de grasa en tejidos de seda. Empiezo a leer con creciente interes. La carta dice asi: Estimada Monica: Te escribo porque en los ultimos meses he empezado a pensar cada vez con mas intensidad en un joven con el que mantuve una relacion en mi juventud. Tuvimos una breve pero intensa historia de amor el verano de 1955. El era estudiante de arte y se hospedo durante un par de semanas en la pension que regentaba mi madre, en la peninsula de Bjare. Nos separamos en circunstancias un tanto dramaticas y desde entonces no he vuelto a saber de el. La cuestion es que mi marido murio hace poco mas de cuatro anos. Estuvimos casados seis decadas y tuvimos una vida hermosa y gratificante juntos, aunque no llegamos a tener hijos. A lo largo de todos estos anos, casi nunca he pensado en el otro, pero ultimamente su recuerdo me viene cada vez mas a menudo, e incluso sueno con el por las noches. ?Que significa eso? ?Esta intentando comunicarse conmigo o no es mas que una fantasia que me he montado yo sola? ?Que debo hacer? Tengo setenta y nueve anos. Te agradezco una pronta respuesta. UNA QUE SUENA Y luego la contestacion, cuando menos sorprendente, por parte de la medium, que aparece en una foto: una mujer regordeta con mejillas brillantes y una especie de tiara en la cabeza. Estimada Una que suena: !Tu viejo amor esta vivo! Me llega una clara imagen de un hombre muy elegante, ahora cano. Lleva una camisa azul celeste y saluda alegre con la mano. A veces, personas que han estado muy unidas en el plano fisico pueden seguir en contacto en el plano espiritual, incluso despues de muchos anos. No es infrecuente que alguien presienta que otra persona ha sufrido algun tipo de accidente y necesita su ayuda. Tambien puede ser que haya emociones no trabajadas por tu parte. ?Cual fue el motivo de vuestra ruptura? Dices en tu carta que os separasteis en circunstancias dramaticas. A lo mejor es en estas en las que tienes que ahondar para conseguir la paz que buscas. ?Sabes donde esta ahora el amor de tu juventud? Si es que no, ?has probado a hacer algo tan sencillo como buscarlo en internet? !Te deseo mucha suerte! Un calido abrazo, MONICA Primero, no oigo al terapeuta cuando me llama por mi nombre. Estoy conmovida. Han pasado sesenta anos. Y luego esta la pregunta que la autora de la carta le hace a una persona a la que no conoce de nada ni ha visto nunca. ?Y si la medium hubiese contestado: <>? Dejo la revista en la mesa a reganadientes y le estrecho la mano a Joar. No nos hemos visto demasiadas veces, pero ya lo considero un viejo conocido. A lo mejor de algun festival de musica de mi juventud. La combinacion de pelo crespo de color castano, la postura un tanto alicaida, los tejanos negros ajustados y los ojos mas afables del mundo me resulta familiar y reconfortante. Me sujeta la puerta de su consulta, donde nos reciben dos butacas y un gran escritorio. La luz del sol bana la mesita de contrachapado con los panuelos de papel de rigor. Joar saca una carpeta que ha ido engordando hasta adquirir proporciones preocupantes y toma asiento. El llavero que lleva colgado de la cintura del pantalon tintinea. --Bueno, ?como has estado? --Me mira con carino. --Jodida --digo yo. Joar sonrie. --?Has hecho los ejercicios de relajacion que acordamos? --Si, pero me cuesta concentrarme. Y tampoco noto ninguna diferencia. Me parece todo bastante imposible. Cambio de postura en la butaca. --Las cosas no tienen por que ser imposibles solo porque asi nos lo parezcan --me recuerda Joar--. El efecto de los ejercicios no suele notarse hasta pasadas varias semanas. Es importante que les des una oportunidad. Si no, nunca sabremos si te sirven o no. Lo miro con cierta suspicacia. Joar es joven, puede que ronde los treinta, pero su presencia es solida. En las paredes hay algunos posteres de arte. En el escritorio reina un orden impecable. En la pizarra blanca ha pintado unos triangulos bajo el titulo <>. --?Existe siquiera el ruido este? --pregunto--. ?O soy yo la que se lo ha inventado? --Tu lo oyes, por tanto, existe. ?No es asi? --Joar me mira con atencion--. Hay personas a las que les molesta muchisimo un volumen aparentemente bajo y otras que pueden estar oyendo un tono estridente sin que les afecte demasiado. Todo depende de las vivencias de cada cual. Empieza a ojear la carpeta que tiene en el regazo. Acudo a Joar por tantas razones que cada area requiere de su propia pestana. Quiza los acufenos sean el menor de mis problemas. Tambien esta la culpa por haber dejado a Tom y darle a Oskar unos padres divorciados. El enamoramiento con Erik y la ruptura. La humillacion publica que vino luego. La perdida del ya mencionado Erik. La depresion de baja frecuencia. Y, como guinda, la preocupacion por los encargos laborales, o por la falta de estos. Los acufenos son mas bien un glaseado que lo recubre todo. --Desde la ultima vez que viniste, he estado investigando un poco acerca de los acufenos -- dice Joar, y asiente con la cabeza--. Muchos lo consideran un problema moderno que se debe a agresiones auditivas, pero el fenomeno parece existir desde el comienzo de la humanidad. He encontrado algunas cosas interesantes. Entre otras, un texto sobre el tratamiento medico en la epoca de los faraones del Antiguo Egipto. Entonces vertian un aceite especial en el oido de la persona afectada. Se creia que el oido estaba embrujado. Joar saca una hoja del monton de papeles. --Y la teoria de Aristoteles era que, en realidad, los acufenos son un viento que se ha quedado atrapado en el oido y no puede salir. La persona puede adquirir capacidades sobrenaturales: presentir sucesos, viajar en el tiempo y cosas por el estilo. En otras palabras, tenia su punto. Pero el tratamiento no era demasiado efectivo: consistia en abrir un orificio en el craneo para dejar salir el viento que estaba atrapado. Obviamente, el paciente moria durante la operacion. Asi que hemos dejado de hacerlo. Perforar craneos. Joar sonrie, dejando al descubierto un hueco entre sus incisivos. --Por cierto, ?quieres un poco de agua? Me llena el vaso con una jarra. Joar esta prometido, lleva un anillo liso de oro en el dedo. En otono sera padre. Creo que es feliz, es la impresion que da. Me gusta pensar que el y su novia se cuidan mucho el uno al otro. Que se escuchan. El tipo de pareja que nunca alza la voz por vicio, que consiguen infundirse seguridad mutua. Me pregunto si Joar tiene algun viejo amor que acecha entre bastidores. No, no lo creo. Si lo tuviera, seguro que a estas alturas ya habria roto con ella. Joar prefiere el presente, no es una persona que se preocupe ni les de vueltas a las cosas. Es alguien que cree en la toma de decisiones. En nuestras sesiones hago anotaciones que luego tiendo a esconder en sitios seguros. La idea es que me entren ganas de sacarlas y empezar a aplicar los consejos en lugar de pasearme por casa sin nada que hacer. Pero lo cierto es que no lo he conseguido. Me olvido de donde he metido las notas, igual que me pasa con casi todo lo demas. Por otro lado, algunas me las se de memoria. Genera calma y paz. Espera que pase la tormenta, buscar un puerto seguro. No actues cuando estes en el climax emocional. !Miralo todo desde fuera! Deja pasar el tiempo. Los consejos son pequenos ventiladores de esperanza que, por lo menos durante un breve instante, pueden hacerme creer que vendran tiempos mejores. Desgraciadamente, a menudo el efecto va desapareciendo a medida que me alejo de la consulta. Llevo mal lo de aplicar los consejos en mi propia vida. El terreno entre la mente y el corazon se me antoja escarpado. Y los caminos que me recorren por dentro estan tan transitados que cada intento de voladura para abrir uno nuevo en la roca me supera por completo. Aun asi, aqui, en la pequena consulta de Joar, puedo tener la sensacion de que el cambio es posible. Se estira para coger un folleto de su escritorio. --Me acaba de llegar esto de imprenta. Cogelo, a lo mejor encuentras algo que te sirva. Me entrega el folleto: <>. Cuando el siguiente paciente ha entrado en la consulta y la salita de espera vuelve a quedar vacia, me acerco de puntillas a la mesa, arranco discretamente la hoja de la revista con la carta al director y me la guardo en el bolsillo. Luego salgo, cojo el ascensor, bajo al oscuro vestibulo y me lanzo al apremiante sol que brilla en la acera. Te crees que te vas a acordar de lo que se siente al estar sola. Te crees que te vas a acordar de lo que se siente al ser querida. Tanto lo uno como lo otro son un error. Son muy pocas las cosas que acabas recordando, ni siquiera aquellas que te prometiste que no olvidarias nunca. Puedo recordar momentos puntuales en los que pense: <>. Como cuando estaba de pie en un paso de peatones bajo una lluvia torrencial el otono que acababa de conocer a Erik. <> Luego lo olvide. Ahora me paso la mayor parte del tiempo metida en el piso de una sola habitacion que compramos en las afueras, un autentico horno, tratando de hallar algo a lo que aferrarme: un futuro, un plan, una forma de vivir el resto de mi vida. Menudencias asi. Hace veinte anos estaba convencida de mi indefectible capacidad de ver cual era el camino correcto para mi. Ahora me veo en una cuneta llena de hierbas y matojos sin poder siquiera distinguir por donde transcurre el camino. Me parece oir que mas adelante esta pasando algo, me llega el bullicio, pero hay demasiadas cosas tapandome la vista. Ademas, el ruido bien puede provenir de mi propio oido. Estoy desorientada y atormentada, no es ninguna exageracion. De camino a casa paro en una pasteleria. Me pido un cafe y un pastel y me siento en una mesa de la terraza, ubicada en el chaflan, justo donde el sol de principios de verano arroja sus elegantes rayos. Era uno de los placeres de domingo que compartiamos Erik y yo: ir a diferentes pastelerias y fingir que eramos del barrio. El siempre se pedia alguno de los pasteles mas empalagosos, con mazapan verde o gelatina temblorosa. Yo solia pedirme un rollito o tartaleta de mazapan. Ambos leiamos el periodico y nos ibamos turnando las secciones. Ambos bebiamos cantidades ingentes de cafe. Ambos gustabamos de quedarnos en ese espacio, de visitar un domingo el barrio de otra gente. Coger el autobus y el metro hasta Estocolmo me parece viajar atras en el tiempo, cuando aun conservaba mi empleo de presentadora de programa de radio y jamas tenia tiempo para sentarme en una cafeteria en pleno dia. Un viaje a un yo mas joven y despreocupado. Quiza por eso vengo a este barrio, aqui sigo teniendo a mi dentista y ahora tengo a Joar. En realidad no tengo dinero ni para la terapia cognitivo conductual ni para los pastelitos de una de las cafeterias mas caras de la ciudad. Pero elijo, pese a todo, interpretar este papel, sentarme en una terraza y hacer como que esta pausa para el cafe forma parte de mi rutina diaria, como un leve deseo de vivir. Treinta y dos coronas por un dulce de mazapan. Treinta y ocho por un cafe solo. Menos mal que te dejan rellenar la taza. Y coger algunas servilletitas cuadradas con el nombre Tosse impreso en azul regio. Me meto unas cuantas en el bolsillo de la chaqueta junto con un sobre de azucar. Nunca se sabe cuando lo vas a necesitar. Por el rabillo del ojo veo a un hombre de pelo plateado y bien peinado, sentado unas pocas mesas mas alla, que me mira con suspicacia. Diez anos atras quiza se habria inclinado un poco, con cierta timidez, y me hubiese dicho: <>. Y yo habria respondido cortesmente: <>. Y luego habria vuelto a acomodarme como una lagartija bajo el sol. Pero ahora las cosas son como son. Ya nadie me reconoce. En las fotografias de estudio que aparecen en la contraportada de mis libros de autoayuda no hay ningun rastro que conduzca hasta mi actual cara palida y mas angulosa. Nunca os vayais a dormir peleados, Ama a diario y Lo mejor de <> son todos mis titulos. Superventas. Al menos en esta nacion. Desgraciadamente, el libro que me arrepiento de haber escrito, teniendo en cuenta todo lo que paso despues, Divorciate feliz, se comento mas de lo que se vendio. Siempre habia algun consejo sabio del que burlarse en relacion con mi propia y sucia separacion. Todos esos libros fueron escritos en mi vida anterior, cuando creia que casi todo podia remediarse con buena voluntad y obstinacion. No hay nada que la gente quiera oir mas que eso. Que las cosas saldran bien siempre y cuando lo desees lo suficiente. Que puedes influir en todo. Que te puedes convertir en lo que tu quieras. Decidir tu destino. Simplemente, no es cierto. Si hay alguien que lo sabe, soy yo. Tambien hay algo impredecible, un pequeno rio de la vida que corre hacia mares que no conocemos y de cuya existencia no estabamos enterados. Despues de rellenarme la taza de cafe, saco del bolsillo la carta al editor, la despliego sobre la mesa y la vuelvo a leer. Me pregunto que aspecto tendra la mujer que la ha escrito. ?Como se llamara? ?Donde estara? ?Vive en una casa o en un piso, o quiza en un geriatrico? ?Todavia se les llama geriatricos? Me pregunto si tiene alguna intencion de buscar a su amor de juventud. ?Que le dices despues de sesenta anos? ?Te he echado de menos? ?Donde has estado? La autora ha perdido a su marido al mismo tiempo que yo. El suyo ha muerto. El mio solo me ha dejado. Pero mientras yo apenas tengo fuerzas para mirarme al espejo, ella ha empezado a fantasear con su amor de juventud. Una que suena. Suena con que su viejo amor todavia piensa en ella y trata de ponerse en contacto con ella despues de todo el tiempo que ha pasado. Hace unos anos, yo habria ventilado rapido el asunto tildandolo de sandeces. No se si es la edad o la crisis o una repentina transformacion en mi naturaleza, pero ya no puedo despachar a los demas con la misma facilidad con la que lo hacia antes. Era tan agradable tener claro quien era listo y quien era estupido…, estar convencida de mi buen juicio y de que controlaba la situacion… Incluso sentia cierta alegria cuando veia a otros cometer errores. Me jode que la vida me haya quitado hasta esa pequena satisfaccion. Ahora, en el mejor de los casos, me rio con los demas. Si me rio de alguien es por panico, porque la linea que separa su desgracia de la mia es demasiado fina. Nunca me he mostrado especialmente solidaria con la gente mas vulnerable. He salido asi, punto. Una que suena quiere ver el destello de viejas ondas en el agua. Una que suena se pregunta como puede sentirse en paz. No es la unica. Sea como sea, no deja de parecerme conmovedor que haya gente que es capaz de poner su vida en manos de una persona completamente desconocida cuando el asunto que les concierne les viene demasiado grande. Durante muchos anos estuve trabajando de reportera en un popular programa de radio al que la gente podia llamar y hablar de amor y relaciones. Cumpli tan bien con mi papel que al final consegui mi propio programa, Laboratorio de amor, con un plantel de expertos. Intentabamos ayudar al soltero o a la soltera de la semana a encontrar una pareja adecuada, bromeabamos con los fallos de la primera cita y dabamos consejos para la relacion de pareja. Cuando una editorial me llamo para pedirme que escribiera un libro, me lo tome como una consecuencia natural. A ese primer libro le siguio otro. Los dos tuvieron mucho exito. Di por sentado que asi serian las cosas de ahi en adelante. Presentaciones en auditorios llenos. Propuestas infinitas para colaboraciones en esto y lo otro. Mi marido, Tom, y yo eramos la viva prueba de que se podia conservar el amor de juventud. Nos habiamos conocido con poco mas de veinte anos y eramos una pareja duradera y luchadora. Yo lo usaba a menudo de ejemplo en mis libros y compartia anecdotas graciosas y moralejas sacadas de nuestra propia vida. Preferiblemente, de pequenos desacuerdos que terminaban con final feliz. No podiamos estar mas de acuerdo en que nos completabamos el uno al otro. Yo era espontanea, el era reflexivo. El hacia planes a largo plazo, yo pensaba mas a corto. Su personalidad era azul. La mia era roja. Los dos nos aburriamos. Ahora lo unico que tengo es una cronica en una revista mensual, aunque el redactor ha expresado cierta preocupacion por que mis textos actuales mas bien hacen que el publico quiera terminar con su vida, no vivirla. Los contratiempos solo tienen atractivo comercial cuando ocurren en la vida de personas exitosas, cuando el lector puede sentirse reconfortado por la certeza de que son pasajeros. La miseria pura y dura vende mal. Para llenar un poco la caja, este ultimo ano he hecho un curso online de creacion de crucigramas y me invento algunos rebuscados para distintos periodicos, en los que me gusta meter palabras como <>, <> y <>. Asi, algunas personas se ven obligadas a pensar en esas cosas aunque no quieran. Me tomo la tercera taza y reemprendo a reganadientes mi marcha en direccion al metro. No tengo nada a lo que volver, pero en algun momento hay que hacerlo. En cuanto me siento en el vagon, abro el folleto de Joar sobre los acufenos. Tinnitus, o acufeno, viene del latin tinere, <>. Puede describirse como un pitido o un zumbido, un chirrido, un siseo o un timbre constante. Algunos de los remedios que se han empleado a lo largo de los anos para el tinnitus han sido la prescripcion de grasa de zorro, bilis de buey, pulgon, savia de cedro, aceite de rosa, miel, vinagre y vino blanco. Al vino blanco me apunto. Miro por la ventana sucia del metro. Justo estamos pasando por la parada cerca de la que Erik vive con su nuevo amor. El vagon traquetea. Llevo varios meses sin hablar con el. Puede que ahora este sentado en alguna parte por encima de mi cabeza, a la mesa de la cocina, con ella; o quiza ella este tumbada en el futon donde solia acostarme yo mientras el pega la oreja a su barriga para oir los ruiditos que hace el bebe. En cualquier caso, yo estoy debajo de el. Muy por debajo, en el subsuelo, en un tunel de roca. Intento que no parezca algo cargado de simbolismo. Un fugaz recuerdo me viene a la mente: los dos tumbados en su cama y el diciendo: <>. Las ruedas chirrian cuando el tren frena. Cierro los ojos y noto la corriente de aire en el anden. He empezado a dormir hasta tarde por las mananas ahora que no tengo trabajo fijo. Cuanto mas duermes, mas parte del dia te saltas. Tambien es bueno para la piel. Cuando los demas terminan de comer, yo empiezo a pensar en levantarme de la cama. Pero justo hoy me despierta el telefono, que ayer me olvide de apagar. Echo un vistazo al reloj. Las nueve y media. Plena noche, vaya. Es Anna, la redactora de la revista para la que escribo. --Hola, Ebba, ?como lo llevas? --Su voz suena dispersa, ausente. --Bien --digo yo somnolienta--. O todo lo bien que puedo. --Ya. Oye, hemos estado hablando un poco, aqui en la redaccion. --Hace una pausa. Oigo ruido y voces de fondo, los sonidos normales de gente que tiene un trabajo al que ir--. Hemos llegado a la conclusion de que ha llegado el momento de hacer un cambio en materia de cronicas. --?Que significa eso? --Me incorporo lentamente en la cama. --Necesitariamos fichar a una redactora nueva, alguien que no venga de los medios de antes. --Anna se aclara la garganta--. Se que tu columna es muy apreciada y todo eso, pero hace bastante tiempo que la tienes y este ultimo medio ano la sensacion ha sido…, bueno, como si estuvieras yendo un poco al ralenti. A lo mejor tampoco es bueno para ti eso de volcar tus problemas personales en la revista, ?no crees? Si te digo la verdad, estoy un poco preocupada por ti. Me quedo callada. La mano que esta sujetando el movil se ha quedado helada. --Ademas, nos lo exigen desde arriba. Tenemos que reconfigurar. --Es mi unica fuente de ingresos estable --digo. La voz de Anna suena forzada. --Entiendo que te pueda resultar duro, pero la situacion es la que es. Tenemos que hacer cambios. --?Que significa eso? ?Que me tome un descanso? --Significa que ahora mismo no hay ninguna posibilidad de continuar con la colaboracion. Al menos no con la actual, pero pueden aparecer otros encargos. Trabajos puntuales. --Pero mi siguiente cronica ya esta terminada --protesto con voz estridente--. La que habla de la fatiga mental y la inseguridad personal. --Esa saldra segun lo planificado, pero despues… pensamos coger a otra persona. No se me ocurre nada mas que decir. Me quedo mirando por la ventana. El pino de fuera ha perdido las agujas. --Ebba, ?estas ahi? --La voz de Anna suena intranquila. --Estoy aqui --miento. --Podemos seguir hablando de esto mientras tomamos un cafe despues de las vacaciones, pero ahora mismo tenemos la agenda apretadisima. --Tapa el microfono e intercambia unas palabras con alguien de fondo. Cuando vuelve conmigo, su voz suena apresurada--. Tengo una reunion. Ya hablamos. Cuidate. Me cuelga.

  • Tu unico error de Olga Hermon

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  • Sorprendeme, Megan Maxwell de Megan Maxwell

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    Bjorn es un atractivo abogado a quien la vida siempre le ha sonreido. Es un hombre ardiente, alergico al compromiso, pero al que le encanta disfrutar de la compania femenina en sus juegos sexuales.
    Melania es una mujer de accion. Como piloto del ejercito americano esta acostumbrada a llevar una vida al limite, sin embargo, su principal mision es la de luchar como madre soltera por sacar adelante a su hija.
    Cuando el destino los pone cara a cara, la tension entre ellos se hace evidente. Pero lo que en un principio fue un encuentro hostil, poco a poco ira convirtiendose en una atraccion irrefrenable. ?Conseguiran estos dos titanes llegar a entenderse?

  • Llama (Electrico 3) de E. L. Todd

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    Tercer libro de la serie Electrico

  • Lady Tessa de Hugo Sanz

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    Presa de un matrimonio de conveniencia que la arrojaba al abismo de la desdicha, la vida de la joven Lady Tessa parecia haber entrado en una espiral sin salida. Sola en la “jaula de oro” en la que su cruel marido la habia encerrado, buscaba desesperadamente una luz que le sirviera de faro en aquella situacion que la colocaba al borde la locura.
    El destino quiso que Henry se cruzara en su camino y entre ambos surgio una fuerte atraccion que daria paso a un elaborado plan disenado para devolver a Tessa su bien mas preciado: la libertad.
    ?Seria suficiente la union del esfuerzo de varios de sus allegados y la valentia de la aristocrata para poner fin a tan tortuoso precipicio? ?Podrian ambos vivir su amor lejos de las cadenas de su anterior vida?
    Una historia vibrante con un final cautivador.

  • Aquella noche en el hotel de Georgia Esquire

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    La vida de Abril Bosco habia sido, hasta ese momento, hasta aquella noche en el hotel, bastante normal. Su historial delictivo se limitaba a un breve malentendido con hacienda y nunca se habria atrevido a pensar que llegaria a verse en esta situacion. Pero aquella noche en el hotel lo cambio todo. Ahora necesitara todos los conocimientos que ha aprendido viendo “Crimenes imperfectos” para resolver el crimen que ella misma ha cometido.

  • Contemplacion (Lucifer 3) de Charlotte Bennet

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    Mi vida era monotona y vacia hasta que conoci a Emma Marie Taylor. Ella era la secretaria de mi difunto hermano David con la que tuve una disputa en el pasado. Pero ello no evito que, con el tiempo, me enamorara y me casara con aquella extraordinaria mujer pues Emma es lo que siempre habia sonado. Es increiblemente bondadosa, comprensiva, valiente y decidida. Su amor alivia mis males y hace que la esperanza emerja de forma insolita puesto que los dos hemos sufrido por culpa de un destino cruel e injusto. Unidos tratamos de ver la vida desde otra perspectiva a pesar de la dificultad que supone resistir en medio de tanta adversidad, ya que nuestros enemigos crecen en la sombra a la espera de destruir todo cuanto hemos construido. Pero una serie de acontecimientos volveran a poner a prueba nuestros votos. Porque amarnos y respetarnos fue el comienzo de todo. Pelear por preservar este amor va a suponer un gran reto para nosotros ya que, algunas veces, hay que arriesgar y tomar decisiones por muy dificiles y dolorosas que sean...

  • Todos mis demonios (Todos mis demonios 1), Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Los demonios quieren algo que Eliza tiene.
    Cuando Eliza conoce a Vicente no logra imaginar que detras de su fachada de perfeccion, se esconde una fuerza que esta dispuesta a todo con tal de apoderarse de su alma.
    ?Entregara ella su alma al Infierno o el precio a pagar por Vicente sera algo que el no pueda entregar?
    ?Que sucede cuando nuestros anhelos, fantasias y temores se ponen de manifiesto sin que intentemos reprimirlos?
    “Todos mis demonios” es la primera parte de una pentalogia que llevara a Eliza y a Vicente a situaciones extremas en las que se veran obligados a hacer sacrificios y a tomar decisiones que muchas personas no aprobarian. Los sucesos que atravesaran, los arrastraran a lo mas primigenio del naturaleza del hombre y a la eterna lucha de las fuerzas que para casi todas las creencias, se juegan dia a dia el futuro de la humanidad: el bien y el mal.
    Sobre la verdad de nuestras almas, sobre aquello que llevamos dentro. Sobre todos nuestros demonios.
    ?Es el amor mas poderoso que el Infierno?

  • Mademoiselle Coco. y la pasion por el numero 5 de Michelle Marly

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    Una novela que no solo revela el significado del mitico Chanel no5, sino que muestra a una mujer sensible, apasionada y generosa. Por sus paginas desfilan sus grandes amigos y amores, personajes reales como Picasso y Stravinski, y la esencia de ciudades como Paris o Venecia. Paris, 1919. La ciudad se ha rendido a los disenos de Gabrielle <> Chanel.Su moda es revolucionaria y su creadora se ha convertido en un simbolo de elegancia. Pero cuando su gran amor muere en un accidente automovilistico, Coco se derrumba y tiene la sensacion de que su propia vida se ha terminado. Solo la idea de crear un perfume unico que inmortalice su amor logra sacarla de un estado de profunda tristeza. Mientras busca la esencia perfecta, visita Venecia, donde conoce a Dimitri Romanov y la historia del perfume de Catalina la Grande. Un viaje que marcara un antes y un despues en la vida de Coco.

  • Vivo o muerto, Michael Robotham de Michael Robotham

    https://gigalibros.com/vivo-o-muerto-michael-robotham.html

    ?Que clase de idiota se escaparia de una prision el dia antes de cumplir una condena de diez anos?

  • Siempre dire tu nombre de Olivia Chipres

    https://gigalibros.com/siempre-dire-tu-nombre.html

  • La promesa de un amor de Anne Marie Warren

    https://gigalibros.com/la-promesa-de-un-amor.html

    La nueva novela romantica de Anne Marie Warren.
    Repudiada por su familia, con el corazon destrozado y escondiendo un pasado que podria arruinarla, lady Amy debe empezar una nueva vida lejos de todo lo que conoce.
    Pero cuando anos despues llega un nuevo inquilino a la mansion que colinda con su actual hogar, descubrira que su dura coraza no es tan fuerte como creia, sin saber que el hombre que le ha devuelto la fe en el amor tambien esconde un secreto que podria separarlos.
    Mentiras, enredos y celos en una historia donde solo una promesa puede tener la fuerza necesaria para unirles.

  • EL BOSQUE DE LOS NINOS PERDIDOS. Un caso de Los Guardianes Alados, R. Ogalla de R. Ogalla

    https://gigalibros.com/el-bosque-de-los-ninos-perdidos-un-caso-de-los-guardianes-alados-r-ogalla.html

  • Un regalo para toda la vida de Carlos Gonzalez

    https://gigalibros.com/un-regalo-para-toda-la-vida.html

    ?Existe algo mas propio de una madre que dar el pecho?. Desde hace tiempo se sabe que la lactancia es la mejor garantia de evitar enfermedades futuras, pero es que ademas el momento de la toma constituye un momento de absoluta comunion entre mama y bebe, una sensacion de proteccion inigualable. El creador del exitoso Besame mucho, nos habla en este nuevo libro de las bondades de dar el pecho a tu hijo.

  • 14 Reglas para encontrar un principe azul de Olivia Kiss

    https://gigalibros.com/14-reglas-para-encontrar-un-principe-azul.html

    Laila esta desesperada. Debe conseguir un novio ficticio en tiempo record.
    Meses atras, tan solo para que la dejasen tranquila, mintio a sus amigas diciendoles que estaba saliendo con un chico. En ese momento no imagino que una de ellas decidiria casarse por sorpresa en un idilico pueblo de la costa de Maine y que se veria obligada a encontrar a un acompanante para ese fin de semana.
    Por suerte, cuenta con la ayuda de Evan, su vecino. El es todo lo que Laila no quiere en un hombre: un seductor incorregible, despreocupado y alergico al compromiso. Sin embargo, dada la situacion y que el parece dispuesto a echarle una mano, sabe que es su mejor opcion. A fin de cuentas, ?que puede salir mal? Solo tienen que fingir durante apenas tres dias y, despues, su vida volvera a ser como siempre, calmada y controlada. ?O no?

  • Ni un paso atras de Pilar Pinero

    https://gigalibros.com/ni-un-paso-atras.html

    La autora de la novela Voy a volverte loco vuelve con esta nueva y atrevida historia.