• libro lili y el pulpo - Steven Rowley

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  • Lily y el pulpo - Rowley, Steven - 978-84-339-8014-4

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  • LILY Y EL PULPO | STEVEN ROWLEY | Casa del Libro

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  • Lily y el pulpo, de Steven Rowley - Libros y Literatura

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    25 mar 2019 — Lily es una perrita salchicha que vive junto a su dueño Ted, un joven que, entre los sueños perdidos de Los Ángeles, intenta encontrar el suyo: ...

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    Lily, una perrita salchicha de doce años, despierta una mañana con un pulpo en la cabeza. Eso, al menos, es lo que de golpe ve Ted, su atribulado amo, ...

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    13 jun 2018 — Lily y el pulpo, libro o eBook de Steven Rowley. Editorial: Anagrama. Los mejores precios en libros y eBooks.

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  • Amor de humo y algodon de Natalia Sanchez Diana

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    La vida de Sophie, hija del conde Samuel Hastings, cambia cuando descubre que tiene un hermano y que su tio, dueno de un molino de algodon en Manchester, ha sido asesinado.
    Aprovechando el parecido entre su padre y su tio Byron, este les deja escrito un plan para que suplanten su identidad y averiguen quien le ha matado.
    Para ello, tendran que relacionarse con los seis molineros mas poderosos y descubrir sus intrigas, mientras se ven envueltos en las luchas sindicales del movimiento obrero.
    Sophie no sabra en quien puede confiar, pero su corazon tal vez si.

  • Un Lord Con Wifi (Tecleame te quiero 4) de Isabel Jenner

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    Vuelve la serie <>, de Isabel Jenner, con esta cuarta y esperada entrega.

  • La criminologa (Los casos de Jennifer Palmer 1) Arthur R. Coleman de Arthur R. Coleman

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    Un trepidante thriller policiaco, una novela de intriga y sensualidad desde una optica nueva y fresca, un personaje diferente, pleno de originalidad y fuerza: Jennifer Palmer. El nuevo y mas sorprendente personaje de la novela criminal y erotica.Un novedoso enfoque de la literatura de asesinos en serie. Un autentico psicopata del crimen busca un adversario de su talla y reta a la criminologa Jennifer Palmer a traves de sus asesinatos: Los desafios del hombre. Es el kraken

  • Canciones para el incendio de Juan Gabriel Vasquez

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    Un nuevo libro de relatos del ganador del Premio IMPAC y el Premio Alfaguara de novela por El ruido de las cosas al caer.

  • A la sombra de Caprice de Camila Winter

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    Arabella y El legado de la autora Camila Winter en esta antologia de romance victoriano.

  • Dulce y salado de Margarita B. Sainz

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    Martin no quiere ningun tipo de compromiso.

  • Lazos de hielo 1 de Maria C. Garcia

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    ?Podras controlar la pasion?
    Nadia es una joven estudiante que acaba de terminar su carrera y busca su primera oportunidad laboral, pero todo su mundo cambiara cuando sea contratada en una de las empresas mas exitosas de la ciudad.
    Marco es un abogado de exito que esconde algunos secretos, lo que le ha llevado convertirse en un hombre solitario. Sin embargo, en cuanto conoce a Nadia, su vida repleta de misterios empezara a conducirse por el deseo, algo muy peligroso en su mundo, sobre todo cuando una amenaza inesperada surja de entre las sombras sin que el sea consciente de ello…

  • Relojes de sangre de Leni Zumas

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    En esta feroz e imaginativa novela el aborto es, una vez mas, ilegal en Estados Unidos, la fertilizacion in vitro esta prohibida y la Emmienda de Humanidad da derecho a la vida, libertad y propiedad a todos los embriones. En un pequeno pueblo pesquero de Oregon, cinco mujeres navegan a traves de estas nuevas
    barreras acompanadas de las perpetuas preguntas sobre la maternidad, la identidad y la libertad.
    Relojes de sangre es a la vez un drama cuyo misterio se desenvuelve con una energia magnetica y una devastadora novela de ideas. En la vena de Margaret Atwood y Eileen Myles, Leni Zumas explora los contornos de la experiencia femenina, evocando El cuento de la criada para un nuevo milenio.

  • Para hacer contigo lo que quiera (RNR), Raquel Mingo de Raquel Mingo

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  • La hora muerta. Tomo 1 de Vicente Silvestre Marco

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    Cuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion.

  • Los pasatiempos de la reina que buscaba catarinas de Jean Baptiste Andrea

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    A traves de la voz y el pensamiento de un nino al que todos consideran <>, Jean-Baptiste Andrea celebra la infancia, pero tambien la crueldad que puede nacer de los juegos mas inocentes.

  • Devotio de Massimiliano Colombo

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  • El Hombre Invisible de H. G. Wells

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    Escrita en 1897, poco despues de La maquina del tiempo, El hombre invisible cuyo personaje central ha alcanzado, como Dracula o Frankenstein, un lugar en el imaginario del mundo moderno da forma definitiva a uno de los motivos que habrian de cobrar mas relieve,

  • No lo revelare (Rebeca Olsen 3) de Raul Garbantes

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    ESPELUZNANTE TRIPLE HOMICIDIO cometido por el <>. La familia Donovan ha sido hallada asesinada en su propia casa. Michael (55), Mary Ann (54) y Clare (30) fueron asesinados en el comedor de la residencia ubicada en Georgetown, en una tranquila calle llamada Oliva, frente al sendero boscoso que conduce al rio Potomac. El hecho ha dejado desconcertado al Departamento de Homicidios de Washington, y todo apunta a que el FBI se encargara de la investigacion. Melany Hunt, vecina y amiga de los Donovan desde hacia diez anos, noto que la puerta de la casa estaba abierta y se extrano porque <>. Esto hizo que sospechara algo malo y llamo de inmediato a la policia. En pocos minutos llego una patrulla. Los uniformados, al no obtener respuesta, ingresaron a la vivienda, y al entrar al comedor se encontraron la dantesca escena. Los cuerpos de Michael, Mary Ann y Clare se hallaban atados de pies y manos, y dispuestos sobre las sillas del comedor en torno a la mesa. Habian sido degollados. Estaban volcados hacia delante de forma tal que las cabezas descansaban sobre los platos ensangrentados. El mantel blanco estaba empapado de la sangre de las victimas, asi como las servilletas, la tapiceria de las sillas y la alfombra. Lo mas aterrador es que sobre los platos tambien habia un trozo de pastel <> puesto sobre la sangre. Melany Hunt ha declarado que los Donovan no tenian enemigos, que eran unas maravillosas personas, amigables y alegres, y que nunca se entrometian en las vidas de los demas. Que llevaban mas de veinticinco anos viviendo alli y eran apreciados por todos los vecinos. El inspector encargado del caso no quiso dar declaraciones a la prensa, pero informo que esperan la colaboracion del FBI. Es la primera vez que en el barrio de Georgetown sucede algo como esto. Hace veinticinco anos, y tambien para epoca navidena, esa misma calle vivio un hecho tragico; una mujer llamada Elizabeth Sullivan, en un descuido, dejo la puerta de la terraza abierta y su hijo, un nino de tres anos, cayo en la piscina y se ahogo. La mujer y las dos hijas --quienes eran mayores que el chico-- se fueron a Canada, y la casa numero 1225, ubicada en el cruce de las calles 27 y Oliva, nunca volvio a ocuparse. Para los vecinos, la vivienda de Elizabeth Sullivan era el recordatorio constante de la tragedia y algunos de ellos se mudaron, pero los Donovan no. Ahora, este nuevo suceso ha venido a ensombrecer la apacible vida de la calle Oliva. <>, dijo, entre lagrimas, Melany Hunt. Helen Stone, otra vecina, recien llegada a la ciudad, cree que la calle esta maldita y habla de rescindir el contrato de alquiler del inmueble ubicado justo del otro lado de la casa de los Donovan. <>, afirmo con vehemencia. La ciudadania espera que las autoridades atrapen al asesino, que ha sembrado el panico en uno de los barrios mas emblematicos y visitados de Washington. 2 DESPUES DE LOS sucesos en la isla Royale me aceptaron en la organizacion, asi que debia ser paciente y esperar a que me involucraran en los casos que ellos considerasen. Mientras tanto, continue investigando en las redes sociales y haciendome pasar por personas ficticias para contribuir a identificar los niveles medios y altos de la Black Key. Logre que se pusieran tras la pista de varios delincuentes gracias a mis investigaciones. Volvi a Washington para celebrar la Navidad. Necesitaba descansar y vivir unos dias de tranquilidad en casa, con mis padres. Habia prometido a Rose no contarles nada hasta que ella lo decidiese. Ahora me comunicaba con mi hermana una vez a la semana y, aunque no me aclaraba donde estaba y nuestras conversaciones duraban solo cinco minutos, me sentia feliz porque la habia recuperado. En resumen, estaba satisfecha de mi misma, y muy animada llegue en la manana a la casa de mis padres en Arlington, el 21 de diciembre. Ellos volverian de su viaje a Europa al dia siguiente, asi que tenia unas horas para comprarles los regalos y acomodarlos bajo el arbol antes de que estuviesen en casa. Unos dias despues se juntaria con nosotros Gary. Mis padres aun no lo conocian, aunque ya les habia hablado de el y sabia que mama se moria de la curiosidad por verlo. Pero la noticia que lei aquella manana al llegar a la casa me dejo inquieta. Tanto que la sensacion de desasosiego me acompano durante todo el dia y no me dejaba dormir aquella noche. No solo por lo espantoso que era imaginarse a esas tres personas asesinadas y acomodadas de esa manera, como si estuviesen cenando, sino porque yo los conoci de chica. Ellos vivian en la calle Oliva de Georgetown y alli tambien vivimos mi familia y yo hace veinticinco anos, cuando tenia cinco. Mis padres rentaron a un precio muy bajo la casa que habitamos por poco tiempo. Esa calle, que era como la muestra de esas cosas que estan en medio de un lugar totalmente diferente, estaba en Georgetown, pero, a pesar de eso, parecia que se encontraba en medio del bosque. Como si estuviese en una montana, y lo ironico era que apenas a pocos metros estaba la calle M, tan llena de tiendas, cines y de turistas. Se trataba de una callecita perpendicular interrumpida por el sendero boscoso llamado Rock Creek, que daba al rio Potomac. Todos deciamos que viviamos cerca de la calle M en lugar de en la <>. Es que casi nadie la conocia. Las unicas casas cuyo frente daban al sendero eran la nuestra, la de Susy Graham, la de Jenny Sullivan, la de los Donovan y la del senor Piketty. Este ultimo me daba miedo. Era un personaje siniestro, al menos para mi. Se la pasaba caminando por el sendero cubierto de nieve, entre los arboles, con un palo en la mano y mirando a todos lados, como si quisiera atacar a alguien, pero a la vez sonreia. Creo que fue mi primera idea de la locura. Hasta se me parecia al Guason, porque tenia los labios muy grandes y las cejas finas y arqueadas como un payaso. Una vez discutio con mi padre y recuerdo que, aunque el es un hombre tranquilo, me di cuenta de que en esa oportunidad estuvo a punto de perder los estribos. Recuerdo unas palabras sueltas que pronuncio Piketty: <>, <>, decia el, y mi padre lo contradecia, molesto. Susy, Jenny y yo eramos inseparables y ademas teniamos un juramento, aunque nuestra amistad solo durara unos pocos meses porque muy pronto nos fuimos de Georgetown. Era la Navidad del ano 1994. <>, me dijo Susy un dia en secreto. Despues de eso no volvi a ver a Jenny Sullivan y nadie me explico por que. Recuerdo a Susy con un abrigo azul claro y una gorrita blanca, dandome la noticia. Es muy extrano, porque aunque no puedo recordar el rostro de Susy, me acuerdo de como vestia aquel dia. Y tambien de una cicatriz que tenia en la mano por una mordida del perro de los Donovan. Lo unico que recuerdo de Jenny era que no podia estarse quieta y que le encantaba tocar los objetos que mama tenia en casa. Casualmente, en la cena de Accion de Gracias de este ano, antes de que mis padres se fueran de viaje, me contaron algo inesperado en relacion con esos tiempos: el hermano de Jenny se ahogo alli en su casa y su mama, Jenny, y su hermana Natalie --a la que pocas veces vi y no recuerdo casi nada-- se fueron desoladas a Canada. Despues se fue Susy de la calle y al poco tiempo nosotros. Esa era la misma Elizabeth Sullivan que el periodico mencionaba. Las veces que trate de recordar como eran mis dos amigas, las imagenes que me venian a la mente eran efimeras y pobres. Pero ahora, con esta noticia, todo adquiria un tono agrio y espeluznante. Porque Clare Donovan nunca quiso juntarse con Susy, con Jenny y conmigo, y ahora alguien la habia degollado. Era solo un ano mayor, pero no le gustabamos, ni ella a nosotras. Creo recordar que una vez --al principio-- la invite a jugar en el patio de casa y ella sonrio, dio la vuelta y se alejo sin decir una palabra. Una de ellas, o Susy o Jenny, me dijo que no le prestaramos atencion nunca mas porque era una <>. El asesino del <> la habia matado en su casa, en la misma calle Oliva, que era el lugar de mis recuerdos mas confusos

  • Siempre dire tu nombre de Olivia Chipres

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  • Maniobras de evasion de Pedro Mairal

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    ?Que hace un escritor cuando no escribe? ?Que hace un escritor con resaca, o cuando una mujer esplendida lo invita a un trago durante un coctel literario, o cuando ve dormir a su hijo, o cuando esta solo en un cuarto de hotel? ?De que manera el magma formado por un accidente de bus, una pelicula cursi y un premio literario transforman a un poeta desconocido en un escritor a quien reconocen hasta en el mall? ?Como nace y cuan inconmovible es la vocacion de alguien que escribe?

  • Navidad Falsa (El Millonario Impostor 5) de Lexy Timms

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    “Es mejor ser abofeteado con la verdad que herido con una mentira”.

  • Otra vida, contigo de Sophie Saint Rose

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    Roslyn desea una vida nueva y Nueva York le da esa oportunidad, pudiendo trabajar en el despacho de abogados mas prestigioso de la ciudad. ?Pero era eso lo que necesitaba o debia volver a Minnesota olvidando el vacio que sentia en su alma?

  • En defensa del amor de Lori Foster

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    No esperaba tener que defenderse del profesor de defensa personal.

  • Vacaciones. menudo desmadre (Locura 2) de Sarah Rusell

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    Siete, esos eran los meses transcurridos desde aquel viaje de fin de semana en el que coincidieron nuestros protagonistas. Siete personas que, para sorpresa de todos, no eran tan diferentes como pensaban. Lo que empezo como un fin de semana en el que descansarian, olvidandose de sus rutinas, acabo en dos semanas aislados en aquel precioso paisaje de los Pirineos de Huesca, donde hubo sorpresas para todos, primeras veces, confesiones y mil y una emociones que cada uno conservo en su mente durante este tiempo. Abel, ante la sorpresa de todos, acabo confesando estar enamorado de Miguel, el hijo de Manuel y Pepa, los duenos del hotel, con el que mantenia su relacion en el mas absoluto secreto, o eso creia la pareja. En estos meses el archi conocido influencer visito a menudo a su chico, con quien pasaba los fines de semana junto a sus suegros que le trataban como a un hijo. No es que le quisieran, es que adoraban a Abel y estaban encantados de que fuera el, quien ocupaba el corazon de su unico hijo. Marta y Samira, que limaron asperezas durante el final de aquellos dias, habian seguido manteniendo esa buena relacion que todos en su familia deseaban que se llevara a cabo. En ese tiempo no tuvieron noticias de Asier y Aitor, muchas fueron las veces que desearon que se pusieran en contacto con ellas, pero eso nunca paso. Ambas jovenes recordaban aquellas Navidades tan diferentes que el destino y la madre naturaleza quisieron que vivieran. Marta habia sonado en alguna ocasion con Asier, como lo hiciera por aquel entonces en el hotel, y tras despertarse y toparse con la realidad comprendia que eso seria lo unico que quedaria de aquella corta, pero intensa relacion. Unos suenos en los que a veces, ese hombre aparecia por sorpresa para buscarla. Peor lo pasaba Samira, ella que habia descubierto en aquel hotel lo que era entregarse por primera vez, conocer el primer amor y sufrir a la hora de la despedida. Vivia con la esperanza de que Aitor apareciera un dia en su vida, le dolia en lo mas profundo de su ser que no se hubiese molestado en escribirle, buscarla, aunque solo fuera para decir que no le interesaba, que no habia sido mas que unos dias de entretenimiento para el. Alguna noche habia encontrado el sueno entre lagrimas, pero no podia hablar de aquello con nadie, ni siquiera con su prima Marta, a pesar de que ya mantenian una muy buena relacion. Aitor y Asier, esos dos hombres dedicados a su trabajo en cuerpo y alma, siempre fieles a "servir y proteger", dos policias para quienes, los ultimos siete meses, su profesion los habia mantenido de lo mas ocupados. Pensaban constantemente en los dias que pasaron en Huesca, en cada momento que vivieron en compania de cada uno de los otros huespedes, de las risas, los momentos de tension y, muy especialmente, esos en los que la pasion tomaba las riendas siendo companera indiscutible. Asier habia recordado a esa chica que a ojos del mundo era una nina, pero que, para el, era toda una mujer. Aun sonreia cuando a su mente volvia el momento en que la vio entrar en el cobertizo completamente mojada por lluvia y, la descarada y mal hablada Marta, se convirtio en un ratoncillo asustado cubierto de un encantador rubor rosado en sus mejillas. Esa inocencia fue la causante de que ambos acabaran jugando con fuego, un fuego que los llevo a pasar los ultimos dias en el hotel, enredados bajo las sabanas. Aitor, por su parte, se dio cuenta en ese tiempo de que lo que habia sentido con Samira era real, muy real. Lo que empezo como un juego de atraccion, seduccion y nuevas experiencias por parte de ella, acabo con un sentimiento que le hizo prometerle que volverian a verse. Se mortificaba porque habia roto esa promesa, porque en ese tiempo no habia podido ponerse en contacto con ella, ya que su trabajo lo absorbia y no queria meterla a ella en medio de esas investigaciones. En un trabajo como el que ambos tenian, cuanta menos gente supiera que habia alguien que les importaba, mucho mejor, menos riesgo para esas personas. Ambos agentes querian volver al lugar en el que todo empezo, ver a esas dos hermosas mujeres que les robo el corazon y dejar que pasara lo que tuviera que pasar. Alan y Rebeca siguieron con sus charlas a traves de la pantalla en esa red social de Internet que una vez los unio. Se echaban de menos, se deseaban y querian poder estar juntos, pero la situacion de uno y otra no se lo habia permitido y debian conformarse con chatear, hablar por telefono o escuchar uno de esos audios que, en ocasiones, se enviaban para darse las buenas noches. Tanto Alan como Rebeca, mantuvieron contacto con Abel, Marta y Samira, no se veian, pero las conversaciones entre todos eran constantes, siempre era uno de ellos el que preguntaba como estaba el resto y ahi empezaban esas charlas divertidas, alocadas y entretenidas que sacaban mil y una sonrisas a todos. Abel veia a sus dos amigas de lo mas decaidas, igual que se lo notaban Alan y Rebeca cuando hablaban porque, a pesar de que solo eran frases las que veian, sin escucharlas hablar, podian saber como se sentian en cada momento. Fue por eso que, el influencer, junto con Alan y Rebeca, decidieron llevar a cabo una mision secreta, como si de un equipo de policia se tratara, a la que pusieron como nombre "Locura veraniega". ?En que consistia dicha mision, os preguntareis? Muy facil, o al menos eso pensaban nuestros tres super agentes. Habia que volver al hotel donde todo empezo, tenian que conseguir que se produjera ese reencuentro para que aquellas dos jovenes volvieran a sonreir como lo hicieron durante esas vacaciones. Para ello debian empezar por hablar con los duenos del hotel, necesitaban asegurarse que podian contar con todo el recinto para ellos solos durante quince dias. Una vez que eso estuvo todo atado y bien atado, tocaba la parte mas dificil, conseguir que los dos policias acudieran a esa cita sin que dieran ningun tipo de informacion a Marta y Samira. Estas dos ultimas irian enganadas, con esas pequenas mentirijillas que en ocasiones nos cuentan quienes mas nos quieren para darnos una sorpresa. Abel consiguio convencer a ambas primas, aunque la que mas trabas puso a ese viaje fue Marta, puesto que, segun dijo, ya que tenia que dejar su casa al menos que fuera para ir a la playa, no a un lugar donde lo unico que encontraria seria arboles alrededor del hotel. Finalmente accedieron, prepararon maletas y se hicieron a la idea de pasar dos semanas en el lugar en el que sus vidas cambiaron, no solo por su nueva y maravillosa relacion, sino porque en su camino habian conocido a personas increibles con quienes compartian unos bonitos recuerdos. ?Que les deparara este nuevo viaje a ellas? ?Estaran Asier y Aitor en esta nueva aventura? ?Como sera el encuentro entre Alan y Rebeca? Si tienes curiosidad y quieres respuesta a esa y alguna otra pregunta mas, sigue leyendo, no te quedes con la duda y adentrate en esta nueva locura. Capitulo 1: Rebeca ?Como podia ser posible que estuviera nerviosa? Ni que fuera a ver a Alan por primera vez en mi vida. Aunque, bueno, habian pasado siete meses desde que nos despedimos en este mismo lugar, el aeropuerto en el que ahora estaba esperandolo. Madre mia, me iba a quedar sin unas, y eso que no me las mordia, de ahi que estuviera comiendo regalices como una adicta al azucar, mas que nada porque en el interior del aeropuerto no podia fumar. !Joder, necesitaba un cigarro! Este tiempo habiamos estado hablando cada dia, nos llamabamos y a veces incluso haciamos videollamadas para vernos. Le echaba de menos de una manera que no crei que fuera posible. Cuando accedi a que nos vieramos en persona por primera vez no esperaba que acabara mas enamorada aun de ese hombre de tierras escocesas que me conquisto cada dia con su forma de ser y sus palabras, esas muestras de carino que, aunque fueran escritas, me llegaban como si realmente me las estuviera diciendo. Cada noche me acostaba queriendo mandar todo a la mierda, coger una maleta e irme a verlo, incluso quedarme alli con el, si me aceptaba, pero a la manana siguiente cuando se lo contaba el ponia el punto de cordura en la situacion y me devolvia a la realidad. ?Llegaria algun dia el momento en que estuvieramos juntos de verdad? Eso era lo que me preguntaba a cada vez que acababamos de hablar. Yo sabia que le queria, le amaba, y podia ver que el sentia lo mismo. No eran meras palabras ni siquiera "te quiero" dichos por decir en una frase, cuando salian de mis labios eran una gran verdad y, cuando lo escuchaba de los suyos, podia sentir que realmente lo decia desde el corazon. Habia ido guardando dinero cada mes para poder ir a visitarlo en algun momento, tal vez ir a pasar las Navidades con el a Escocia, hasta que Abel, ese alocado y divertido influencer, nos conto su plan de volver a reunirnos a todos en el hotel. Y, con todos, se referia a todos. Marta y Samira lo estaban pasando mal porque no sabian nada de Asier y Aitor, esos dos amigos y policias que antes de abandonar el hotel como si de los concursantes de Gran Hermano se tratara, prometieron a esas dos ninas que volverian a verse. Pobres, tanto tiempo sin saber nada, me ponia en su situacion y estoy segura de que por la cabeza se les pasarian mil cosas diferentes. La principal, me imaginaba, seria si despues de todos esos meses, habrian rehecho sus vidas y se habian olvidado de ellas. Abel nos pidio que fueramos al hotel, al menos si los policias no hacian acto de presencia las ninas no estarian tan solas, pues nosotros hariamos lo posible para que sus dias estuvieran tan cargados de risas como en las pasadas Navidades. Mire el reloj por millonesima vez en la hora que llevaba ahi esperando. Vale, os preguntareis que, para que narices habia llegado yo antes de tiempo al aeropuerto, ?verdad? ?Por que, si por mucho que yo estuviera ahi esperando a mi escoces como si fuera una fan ilusionada por ver a su cantante favorito, el vuelo no iba a llegar antes? Pues, para calmar los nervios, pero habia fracasado estrepitosamente, no habia duda. Al final me acabaria sentando mal tanto azucar por los jodidos regalices. Dios, esto era peor que el tabaco.

  • El hielo de mis venas de Mike Lightwood

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    Vivir con culpa no es tarea facil, y eso es algo que Dario sabe muy bien. Despues de todo, el que solia ser su mejor amigo vive un autentico infierno tras confesarle lo que sentia por el, y lo peor es que Dario no puede hacer nada para arreglar la situacion. Atormentado por unas oscuras pesadillas, Dario se enfrenta cada dia a su peor enemigo: el mismo. El problema es que es demasiado dificil aceptar lo que siente, sobre todo cuando hacerlo significaria que tal vez no sea la persona que siempre ha creido ser. El hielo de sus venas se extiende cada vez mas, y dependera solo de el conseguir que se derrita o dejar que se extienda hasta congelarlo por completo.

  • La ciudad sagrada de Douglas Preston , Lincoln Child

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  • la reina de mi corazon de Sophie Saint Rose

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    Grace se levanto a toda prisa del sofa, donde estaba viendo las noticias, en cuanto escucho el timbre de la puerta. La abrio sonriendo y sus sobrinos entraron en casa chillando con un helado cada uno en la mano -- Vaya, hola. -- dijo ironica viendoles tirarse al sofa para coger el mando de la tele. Su cunada puso los ojos en blanco --Gracias por quedarte con ellos. --July, te veo un pelin desesperada. -- dijo a punto de echarse a reir. --Que ganas tengo de que empiece el campamento de verano. Las vacaciones se me estan haciendo eternas. -- ?Tienes tiempo para un cafe? --Un refresco. Me muero de calor. -- dijo entrando en la casa mirando a sus hijos-- !Matt, baja los pies del sofa! --Mama...-- protesto sin mirarla siquiera mientras cambiaba de canal impidiendo que su hermana cogiera el mando. July se volvio exasperada yendo hacia la cocina, donde Grace ya estaba sirviendo limonada para todos -- Te has cortado el pelo. -- dijo mirando sus rizos rubios a la altura de los hombros. Grace sonrio mirandola con sus preciosos ojos verdes --Asi estoy mas fresca. --Si, yo queria cortarmelo tambien, pero lo dificil es convencer a tu hermano. Me mira como si estuviera loca cada vez que lo menciono. -- se sento en uno de los taburetes mirando a su alrededor. Las nuevas encimeras de granito y los electrodomesticos de acero inoxidable relucian --La cocina te ha quedado preciosa. --Si, pero me ha costado un ojo de la cara. -- miro a su alrededor sonriendo satisfecha -- ?Te gustan los armarios rojos? --Muy chic. --Espero no cansarme pronto de ellos, tienen que durar cincuenta anos. July se echo a reir negando con la cabeza. Un mechon castano salio de detras de la oreja y volvio a colocarselo-- Dentro de diez anos pensaras en cambiarlos otra vez. --la miro maliciosa-- Eso si sigues viviendo aqui. -- ?Y donde voy a ir a vivir? ?Contigo? --Que graciosa. Grace se echo a reir-- ?Se lo has dicho ya? --Se lo dire en el fin de semana cuando vaya con Matt al partido. Volvera de muy buen humor y sintiendo que ser padre es lo mejor del mundo. Ahi le dire sonriendo de oreja a oreja, pues viene otro mas. Espero que no le de un infarto. --Va, es el tercero. Tampoco es para tanto. -- !Eso lo dices tu que estas soltera, pero nosotros solo queriamos uno! Y vienen dos de golpe y ahora esto. -- gruno tapandose la cara con las manos-- Mierda de preservativos. Grace se echo a reir a carcajadas. -- !Tita, tita! -- grito su sobrina desde el salon. Perdio la sonrisa y salio de la cocina a toda prisa seguida por su cunada-- !Mira! -- grito la nina senalando la tele-- !Es tu collar! Sin comprender lo que decia, miro la television y vio un retrato que parecia antiguo, pero lo que la dejo de piedra era que el hombre que estaba alli retratado, llevaba colgado al cuello el mismo crucifijo que llevaba ella. Con la misma piedra central en rojo que ella tenia y los mismos grabados. Se llevo la mano al pecho comprobando que estuviera alli y palpo la cruz con los dedos por encima de la camiseta. --Vaya... -- susurro su cunada acercandose a la tele-- Es tu cruz. La imagen del cuadro desaparecio sustituida por otro retrato y escucharon como el presentador decia que la exposicion comenzaria en el museo Metropolitan al dia siguiente. --Tienes que ir a verla. -- dijo July divertida -- !Que casualidad! Nunca habia visto un crucifijo asi y resulta que ya lo llevaban desde hace doscientos anos. Bueno, me largo o sino llegare tarde a la consulta del medico. En cuanto su cunada salio por la puerta Matt la miro levantando una ceja-- Mama no se entera de nada. -- !Nino! !Mas respeto! -- !Esa es tu cruz! !Es igualita y la tuya parece muy antigua! Grace se mordio el labio inferior mirando a su sobrino de diez anos, que era demasiado listo para tranquilidad de todos y dijo-- Vamos a mirar en Internet. Matt se levanto a toda prisa, corriendo hasta el ordenador de su estudio antes de que llegara su hermana --Tranquilos, chicos. Ya sabeis que este material es muy caro. --aparto una bolsa con las camaras de encima del escritorio y sonrio al ver que Matt ya estaba tecleando. --Juliette cuidado con el helado. -- su sobrina se lo metio en la boca rechupetenandolo para que no cayera una sola gota y su hermano la miro como si fuera tonta. --Siempre tardas siglos en comertelo. --Si piensas que te lo voy a dar, alucinas. Divertida se coloco tras los chicos para ver la pantalla, acariciando sus cabezas castanas. Matt no perdio el tiempo y puso en el buscador el nombre del museo en el buscador tecleando proximas exposiciones. Su cuadro no salia en la ventanita principal, pero habia una referencia a los cuadros de la exposicion. Tuvieron que buscar entre cuarenta cuadros del siglo dieciocho y Juliette se empezo a aburrir-- Me voy a ver la tele. -- !Este! -- Matt sonrio volviendo la cabeza y ella se acerco mirando la gran pantalla--Es este. ?A que si? --Si. -- susurro mirando la cruz. No la tenia colgada del cuello, sino que parecia prendida en su panuelo del cuello -- ?Quien lo pinto? Saca toda la informacion del cuadro. Juliette miro el cuadro-- Es muy guapo. --Era, idiota. Este lleva criando malvas mucho tiempo. --Matt...-- ella miro la pantalla y le dijo a su sobrino al ver que no conseguia nada -- Dejame a mi. --Ahora veras como usa estos chismes. Vas a flipar. -- le dijo a su hermana levantandose excitado. Grace se sento en su sillon y acerco el teclado. Acerco los dedos indices a la pantalla y amplio el cuadro-- Matt, enciende la otra pantalla. Su sobrino lo hizo y antes de que se lo pidiera encendio la que tenia a su izquierda tambien. Ella copio la imagen en formato de foto y deslizo con el dedo sobre la pantalla rapidamente. La foto paso a la pantalla de la derecha -- !Hala! -- dijo su sobrina admirada-- ?Me ensenaras a hacer eso? --Claro, cielito. -dijo mirando la pantalla del museo buscando informacion. El cuadro se llamaba Conde de Plimburd, pero el pintor era desconocido. La exposicion trataba sobre misterios del siglo diecinueve, pero como todavia no se habia inaugurado no habia explicaciones detalladas de cada cuadro. Utilizando la pantalla de la izquierda tecleo el nombre el cuadro para obtener informacion y cuando salieron veinte mil resultados su sobrino chillo-- !Vaya! Reduce porque sino vas a estar aqui todo el mes. --Pon cuadro. -- dijo la nina. Se mordio el labio inferior mientras su sobrino decia-- Tenemos que averiguar quien era ese tio. El cuadro ya lo hemos visto. --Debe haber muchos condes a lo largo de la historia que lleven ese nombre--respondio con burla-- Se hereda, ?sabes? Divertida miro a su sobrina-- ?Y tu como lo sabes? Levanto la barbilla orgullosa-- Perdona, pero en los cuentos de princesas sale eso. Y los reyes se mueren y su hijo hereda el titulo de rey. Con los condes pasa lo mismo. Miro a su sobrina admirada porque en los Estados Unidos no tenian reyes, pero parecia que sabia las normas de hereditarias de la nobleza muy bien. Su hermano chasqueo la lengua molesto, pero aun asi dijo-- Muy bien, enana. --Gracias. -- dijo mostrando su enorme sonrisa como si la aprobacion de su gemelo fuera lo mejor. Matt sonrio antes de fijarse en la pantalla frunciendo su ceno y Grace anadio en el buscador Cuadro Conde de Plimburd 1878. Al darle al Enter salieron doscientos cincuenta y tres busquedas y las imagenes del cuadro aparecieron ante ella. En el primero se leia "Terrible maldicion del Conde de Plimburd" -- ?Maldicion? Pincha ahi-- dijo su sobrino excitado. --Calmate, Matt. Seguro que es una chorrada. -- movio el raton sobre la alfombrilla y pincho donde decia Matt. Mas por entretenerlos que por otra cosa, porque sino la volverian loca en menos de una hora. La foto del cuadro salio debajo del encabezado y despues bajo la pagina para leer la informacion. Era una pagina muy larga y como los chicos querian leerla, tardo un rato. -- !Vaya! -- la miraron con los ojos como platos. Se echo a reir al ver sus expresiones-- ?No creereis esa tonteria? --Les mataron. Los mataron a todos. -- Matt bajo el tono de su voz como si compartieran un secreto-- Y ella desaparecio. Grace volvio su sillon y miro a sus sobrinos-- ?Y que? Eso fue hace muchisimo. -- ?Has visto la historia de Anastasia? -- pregunto Juliette mirandola ilusionada. --Julie, eso es un cuento. Anastasia murio como el resto de su familia y esto es una coincidencia. Seguro que la hija de ese senor tambien murio y si huyo del castillo familiar por un pasadizo como dice la leyenda, te puedo asegurar que esta muerta desde hace mucho tiempo. --Pero, ?y la cruz?

  • Binti. Hogar de Nnedi Okorafor

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    Cinco, cinco, cinco, cinco, cinco, cinco --susurre. Ya estaba ramificando, con los numeros dando vueltas a mi alrededor como granos en una tormenta de arena, y senti un profundo chasquido cuando algo en mi interior cedio. Produjo un dolor agradable, igual que al crujir los nudillos o estirar un musculo. Me hundi mas y halle calidez. Podia oler la sangre en mis venas y el aroma terroso del otjize que me habia aplicado en la piel. La habitacion desaparecio. La mirada sorprendida en el rostro de Okpala, mi profesora de matematicas, desaparecio. Aferraba mi edan, y las puntas de su forma estrellada se me clavaban en las manos. --Oh, cielos --murmure. Algo le estaba pasando. Abri las palmas ahuecadas. Como no sabia que no debia soltarlo, lo habria dejado caer si no me hubiese hallado en meditacion matematica profunda. Lo primero que pense fue en la bola de hormigas que vi una vez, con seis anos, rodando por una duna; asi se desplazaban cuesta abajo las hormigas del desierto. Habia corrido para observarla de cerca y chille con alegria y asco ante la fluctuante masa viva de sus cuerpos. Mi edan se retorcia y revolvia ahora como una bola de hormigas del desierto; las laminas triangulares que lo componian giraban, rotaban y cambiaban entre mis palmas. La corriente azul que habia invocado oscilaba rodeando y adentrandose entre las placas como un gusano. Se trataba de una nueva tecnica que me habia ensenado la profesora Okpala y que habia perfeccionado durante los ultimos dos meses. Incluso la llamaba la corriente del <> por su forma y porque requeria emplear la metrica de estos agujeros para activarla. <>, me dije. Una parte reprimida de mi queria lamentarse porque la corriente que atravesaba el edan lo estaba desmontando; debia parar, nunca seria capaz de juntar todas las piezas de nuevo. Sin embargo, abri la boca y volvi a susurrar el numero tranquilizador. --Cinco, cinco, cinco, cinco. <>, pense. Senti una rafaga de viento en la cara, como si algo hubiera pasado por delante. Me pesaban los parpados. Deje que se cerraran... -- oOo -- Me hallaba en el espacio. Oscuridad infinita. Ingravidez. Volaba, caia, ascendia, atravesaba el quebradizo polvo metalico de un anillo planetario. Unas piedras minusculas me acribillaban la piel. Abri un poco la boca para respirar y el polvo me azoto los labios. ?Podia respirar? Un aliento lleno de vida broto en mi pecho desde mi interior y senti que los pulmones se expandian, llenandome. Me relaje. --?Quien eres? --pregunto en el dialecto de mi familia una voz que procedia de todas partes. --Binti Ekeopara Zuzu Dambu Kaipka de Namib, ese es mi nombre --respondi. Silencio. Espere. --Hay mas --dijo la voz. --Eso es todo --repuse, irritada--. Ese es mi nombre. --No. El fogonazo de rabia que me atraveso me pillo por sorpresa. Pero enseguida lo acogi con agrado. Conocia mi nombre. Estaba a punto de gritarlo cuando... -- oOo -- ...Me halle de vuelta en el aula. Sentada delante de la profesora Okpala. <>, pense. <>. Esa furia era un sentimiento horrible. En casa, las sacerdotisas de las Siete Deidades podrian haber dictaminado que tal nivel de rabia era impuro. Uno de mis okuoko con aspecto de tentaculo se contrajo. Fuera, el segundo sol se estaba poniendo. Su brillo se mezclaba con el del otro sol e inundaba el aula de un color que me encantaba, una combinacion intensa de rosa y naranja que los nativos de Oomza Uni llamaban <>. Los ntu ntu eran unos insectos del planeta que ponian huevos de ese intenso rosa anaranjado que resplandecian con un brillo tenue en la oscuridad. La luz ilumino mi edan, cuyas partes simetricas flotaban ante mi en una red de corriente. Nunca lo habia visto tan desmontado y no habia sido mi intencion hacerlo. Lo que pretendia era que el objeto se comunicara por si mismo al filtrar una corriente entre sus trazados. Segun Okpala, eso solia funcionar y yo queria saber lo que mi edan tenia que decir. Sufri un pinchazo de ansiedad. <>, pense con desesperacion. Llena de alivio, observe que todas las partes del edan que se habian separado regresaban lenta y sistematicamente a su lugar. Completo de nuevo, el edan se poso en el suelo ante mi. <>, pense. Tanto el azul de la corriente que seguia envolviendo al edan como el intenso ntu ntu brillaban en la cabeza gacha de Okpala. Tenia una libreta y un lapiz de verdad en la mano, elementos muy terricolas. Escribia con frenesi con uno de esos rudos lapices que confeccionaba ella misma a partir de la rama de un arbol parecido al tamarindo que crecia cerca del edificio de Matematicas. --Te has caido de la rama --dijo sin levantar la mirada. Asi llamaba a ese momento cuando alguien estaba ramificando y de repente dejaba de hacerlo--. ?A que ha venido eso? Por fin habias conseguido que el edan estuviera dispuesto a abrirse. --?Eso es lo que hacia? ?Entonces es algo bueno? --La profesora se rio entre dientes sin dejar de escribir. Yo frunci el ceno y sacudi la cabeza--. No lo se... Ha ocurrido algo. --Me mordi el labio--. Ha ocurrido algo. Centre mi atencion en ella cuando alzo la mirada. Hubo un momento en el que me pregunte si era su estudiante o su objeto de estudio. Deje que la corriente se disipara, cerre los ojos y descanse la mente con la ecuacion tranquilizadora de f(x) = f(-x). Toque el edan. Solido de nuevo, menos mal. --?Te encuentras bien? --pregunto la profesora Okpala. A pesar de curarme con la ecuacion calmante, la cabeza empezaba a dolerme. Y entonces una ira cegadora me inundo como agua hirviendo. --Uf, no lo se --respondi, masajeandome la frente y con el ceno mas arrugado--. No creo que lo que ha pasado tuviera que pasar. Ha ocurrido algo, profesora Okpala. Algo raro. La profesora solto una carcajada. Aprete los dientes, enfadada. Otra vez. Tanta furia... No era propia de mi. Y ultimamente se estaba convirtiendo en parte de mi, porque ocurria muy a menudo. Pero ?mientras ramificaba? ?Como era posible? No me gustaba ni un pelo. Aun asi, llevaba un ano terricola trabajando con la profesora Okpala y si algo habia aprendido era que trabajar con cualquier tipo de edan, sin importar en que planeta se hubiera encontrado, significaba trabajar con lo impredecible. <>, solia decir Okpala. Cada edan hacia algo distinto por distintas razones. El mio, ademas, era ponzonoso para las medusas; aquello me salvo la vida cuando me atacaron en la nave. Por eso Okwu nunca venia a ver mis sesiones con Okpala. Sin embargo, si yo lo tocaba, no me producia ese efecto. Incluso me habia arriesgado a tocar el edan con uno de mis okuoko. Solo asi me di cuenta de que, por muy medusa que fuera esa parte de mi, yo seguia siendo humana. --Ha sido una deconstruccion aislada --dijo la profesora Okpala--. Habia oido hablar de ella. Nunca la habia presenciado. Bien hecho. Lo dijo con toda la tranquilidad del mundo. <>, me pregunte. Ensanche las aletas de la nariz para calmarme. No, eso no era propio de mi. El tentaculo volvio a contraerse y un pensamiento extrano y bastante solido se instalo en mi mente: <>. Me atraveso un escalofrio electrizante de rabia y pegue un salto. ?Quien intentaba hacerle dano? Me esforce por parecer tranquila. --Profesora, tengo que irme. ?Puedo? --dije. Dejo de escribir y me dirigio un ceno fruncido. La profesora Okpala era tamazight y, por lo que mi padre decia tras anos vendiendo a los tamazight, eran gente de pocas palabras, aunque contundentes. Podria haber sido una generalizacion, pero resulto ser cierto en mi profesora. Conocia bien a Okpala; tras ese ceno se daba toda una galaxia repleta de accion. Sin embargo, debia marcharme, y debia marcharme ya. Okpala alzo una mano y la agito. --Vete. Me levante y casi choque contra una maceta que habia detras de mi al darme la vuelta con torpeza hacia donde tenia la mochila. --Cuidado --me dijo--. Estas debil. Recogi la mochila y sali antes de que cambiara de opinion. La profesora no era directora del departamento de matematicas por nada. Seguro que cuando me conocio ya lo tendria todo calculado. No fue hasta muchisimo mas tarde cuando me percate del peso de esa sucinta advertencia. -- oOo -- Tome la lanzadera solar. Como el segundo sol se estaba poniendo, la lanzadera de la universidad se habia cargado por completo e iba a maxima potencia. Tenia forma de serpiente, pero era tan espaciosa que cabian cincuenta individuos del tamano de Okwu sin problema. La capa externa estaba hecha de la piel mudada de alguna criatura gigantesca que residia en alguno de los muchos bosques en Oomza. Me contaron que el cuerpo de la lanzadera era tan resistente que una colision no le dejaria ni un aranazo. Se apoyaba y viajaba sobre un lecho de <>, un aceite verde y resbaladizo secretado sobre la via por unas plantas insectivoras enormes que crecian junto a la estacion.

  • Abrazando tu alma (Hibridos Puros 1), Fabiola Pereyra de Fabiola Pereyra

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  • Una voz escondida, Parinoush Saniee de Parinoush Saniee

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    Tras el extraordinario exito obtenido con el El libro de mi destino, donde dio voz a las mujeres iranies oprimidas por el fanatismo religioso, Parinoush Saniee aborda en su segunda novela las aciagas secuelas de la insensibilidad y la ignorancia. Basandose en el caso real de un nino que no hablo hasta cumplir los siete anos, Saniee toma el pulso a la sociedad de su pais con una historia en la que el silencio cobra la fuerza de un grito de protesta.

  • Pasiones prohibidas de mi pasado 2 de Mercedes Franco

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    Isabella descubre el amor al lado de Abel, estos juran amarse por siempre y deciden que nadie los separara, pero el destino tiene otros planes para la joven pareja.

  • Cosas que haremos tu y yo cuando volvamos a vernos de Felicidad Ramos

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    Olivia toma la decision mas dura de su vida cuando descubre, de la peor forma, que esta enferma. El miedo y la falta de informacion sobre su dolencia, le llevan a poner tierra de por medio y dejar atras a todo y a todos, creyendo que este sacrificio impedira el dolor de los suyos. Pero, ?y si esta equivocada? ?Y si el amor le demuestra que no puede pasar por esto sola?

  • El circulo de Pilar F. Rivas

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    El periodista del NY Times, Michael Montgomery, recibe un extrano sobre procedente de un bufete de abogados en Suiza. Su padre acaba de fallecer y, cumpliendo con su ultima voluntad, se le envia una memoria USB de su propiedad, en donde se le hace saber quien fue el director de la pelicula, emitida la noche del 21 de julio de 1969 en lo que se considero como un riguroso directo al mundo entero, y se le asegura que, con independencia de que el alunizaje tuviera o no lugar, esa persona se encargo de rodar dichas escenas bajo la supervision de la CIA y de la Casa Blanca.

  • Seduciendo al duque de Olivia Kiss

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    Serie Seduciendo #2

  • Las chicas de la bahia de Susan Mallery

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    Nicole Lord queria ser una buena esposa, pero habia una gran diferencia entre apoyar a su marido y mantenerlo. El habia dejado el trabajo para escribir un guion de cine que ella no habia visto nunca. Ni siquiera ayudaba a cuidar de su hijo y era ella quien tenia que ocuparse de la casa y trabajar a jornada completa.

  • Orfancia de Athos Zontini

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    Un nino demasiado delgado dentro de un mundo demasiado insipido. Un padre y una madre obsesionados con la comida: una lucha en familia que solo puede acabar en tragedia. O en comedia, en una comedia muy negra.
    <>
    El protagonista de Orfancia se siente perseguido por sus padres, una pareja de Napoles que quiere verlo rollizo y feliz. El esta convencido de que, llegado el momento, todos los adultos devoran a los ninos y no tiene claro que quiera acabar asi. Pero la vida tiene un sabor imposible de resistir…

  • El secreto esmeralda de Eva Esteban-acebo

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    Amor, intriga y desencuentros.

  • Papel y tinta de Maria Reig

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    La apasionante historia de una mujer que lucha por rebelarse contra el sistema establecido en el Madrid anterior a la Segunda Republica.

  • Un viaje optimista por el futuro de Mark Stevenson

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    ?Es verdad que el primer hombre que vivira mil anos tiene hoy sesenta? ?O que en menos de una decada habra hoteles en el espacio? ?Es posible que en el futuro, si necesitamos algun organo nuevo, lo podamos cultivar en nuestro propio cuerpo? ?O que existan maquinas que capturen el CO2 de la atmosfera y acaben con los riesgos del cambio climatico? ?O que la energia de nuestros hogares la generen los cristales de nuestras ventanas? En opinion de muchos cientificos, las distintas ciencias estan a un paso de transformar de nuevo el mundo. Los progresos de la biologia, la medicina, la nanotecnologia, la robotica, y las nuevas tecnicas de produccion de energia y de alimentos, entre otros avances cientificos, nos invitan a suponer un mundo mejor.

  • Mater familias de Lindsey Davis

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    Celebrar una subasta en julio es un craso error. ?Quien queda en Roma entonces? Los que pueden escapar han huido ya a sus retiros campestres en regiones mas frescas de Italia. Los demas yacen en su lecho de muerte o se han quedado aqui para esquivar a sus parientes. Es inutil intentarlo. A todo el mundo se le pega la tunica al cuerpo; el sudor resbala por los cuellos grasientos. A los mozos de cuerda se les caen las cosas y se marchan resoplando con fastidio. Los vendedores vacilan y los compradores no cumplen. Los rotulos se pierden. Los pagos, idem. Los perros pululan y ahuyentan a los compradores. Mas tarde, alguien senala que no se llego a colgar ningun anuncio de la subasta en el Foro. Los subastadores de la competencia no se molestan en regodearse por tus pobres ingresos: hace demasiado calor. Mi padre posee una casa de subastas y en plena canicula se refugia en su villa junto al mar. Sus empleados mantienen el negocio familiar renqueando. Siempre es una epoca tranquila. No cambio nada en el ano de los consules Tito Aurelio Fulvo y Marco Asinio Atratino, salvo que antes de una venta en julio, nuestros empleados hallaron un cadaver. * * * Me encontraba en Roma. Habia estado en la costa, obligada por mi madre, <>, decia ella, durante una enfermedad que estuvo a punto de matarme. Ella me llevo a la finca familiar, al sur de Ostia. Despues de tres semanas de agobiantes cuidados, estaba impaciente por regresar. Un amigo me habia encontrado medio muerta en mi vivienda de Roma y amablemente me habia salvado la vida, de modo que queria agradecerselo, y me parecio que ya me hallaba lo bastante recuperada para la vida urbana. A lo mejor estas pensando que ese amigo y yo eramos amantes. Pues te equivocas. Habia un dia de viaje hasta Roma por la Via Ostiense. Lo hice en un carro destartalado y fue agotador. Entre en mi silenciosa y sofocante vivienda del Aventino sintiendome demasiado debil. Guarde cama dos dias, alimentandome de una cesta de exquisiteces enviada por mi madre. Sola y triste, comia con deleite recostada en los cojines, convaleciente. No tenia apetito, pero en otro tiempo habia vivido en la calle pasando hambre. Detestaba desaprovechar comida. En poco tiempo habia lamido hasta el ultimo plato de ensalada de aspic. Tendria que valerme por mi misma, o volver con mis padres arrastrandome ignominiosamente. Ni hablar. Aun asi, los quiero. Me adoptaron cuando era una adolescente desesperada e infestada de piojos, una adolescente dificil a la que trataron con lealtad y afecto, cuando otros no quisieron saber nada de mi. Habian convertido un alma perdida de la lejana Britania en una hija romana bastante normalita. Ahora era una viuda independiente de veintinueve anos, pero aun asi habia tenido que lloriquear y protestar para que me dejaran regresar a Roma, montando una pataleta igual que mis hermanas pequenas cuando querian sandalias nuevas. <>, habian exclamado mis padres burlonamente. Asi que ahora tenia que atenerme a mi afirmacion de que ya estaba bien. Consegui ponerme una tunica con esfuerzo. Baje lentamente por un tramo de escalera exterior hasta una galeria. Esta estructura medio podrida, que llaman escalera de incendios, era inaccesible para la mayoria de inquilinos. Discurria alrededor del vacio patio interior, una vieja lavanderia ahora abandonada. Vivia en el edificio del Aguila, en la plaza de la Fuente: una de las numerosas casas de viviendas oscuras, desvencijadas y apestosas donde los romanos pobres y miserables, la mayoria, soportamos lo que pasa por ser vida. El edificio estaba dividido en un monton de viviendas deficientes y era proclive a despedir olores nauseabundos. Lamento decir que pertenecia a mi padre, lo que no anadia lustre a su reputacion, que ya era bastante mala por su trabajo de investigador privado. A la gente le asombraba que tuviera suficiente dinero para poseer un edificio, pero parecian entenderlo cuando se enteraban de que tambien era subastador, profesion que se relaciona con la riqueza. Yo tambien era investigadora. La opinion publica era aun mas dura conmigo, porque una mujer respetable debe quedarse en su casa todo el dia. Deberia estar tejiendo en mi telar en un refinado atrio, o pegando a mi joven esclava o fornicando con un porteador de literas en lugar de mi marido. Que tonteria. <> era una palabra obscena para mi madre, mis hermanas y yo. Tampoco poseia ninguna joven esclava, y hacia diez anos que mi marido habia muerto. Yo trabajaba, aunque no lo pareciera en ese momento. * * * Descendi por la empinada escalera, deteniendome cada poco. Siempre era conveniente andarse con cuidado en aquel edificio por si una parte se derrumbaba. ?Quien quiere una espalda rota y el pelo estropeado? Me estaba probando a mi misma. Si me sentia debil, tenia una habitacion junto a la galeria del primer piso, donde podia tumbarme en un viejo divan para recobrar fuerzas. Tambien podia gritar hasta quedarme ronca, lo que quizas haria aparecer a Rodan, el portero del edificio. Si le daba instrucciones claras y algo de calderilla, iria en busca de ayuda. No fue necesario. Logre llegar a la galeria. Me sentia mejor de lo que esperaba. La gelatinosa ensalada de aspic tiene muchas bondades. Por muy molesta que estuviera Helena Justina por mi marcha, sabia como dejarme claro que seguia necesitando una madre. Yo era la mas alocada de sus cuatro testarudos hijos, pero no iba a permitir que me esfumara. Me apoye en lo que pasaba por barandilla, descargando el peso con cautela. Un liquen especialmente desagradable indicaba las zonas podridas. Si se tocaba, la mano se manchaba de un limo gris verduzco. Su textura era aun peor que los excrementos de paloma, de los que tambien habia en abundancia. Por una vez, Rodan estaba a la vista. Era un antiguo gladiador, pero sus cicatrices se debian a cobrar alquileres entre pobres violentos mas que a sus luchas en la arena. El viejo, una bola de grasa, estaba en el porche discutiendo, su reaccion habitual a cualquier peticion. Su interlocutor era un recadero al que reconoci de la casa de subastas de mi padre. Los observe. Los mensajeros en Roma estan acostumbrados a las discusiones, pero Ciro, permanecia en silencio, dejando que la inutil agresividad de Rodan le resbalara. Si Ciro habia venido de la Saepta Julia, donde estaba la oficina, la caminata habia sido larga y coronada por una empinada ascension al Aventino. Se estaba tomando un respiro por si tenia que dar media vuelta y regresar sin cumplir con su mision. La pulcritud del mensajero contrastaba con la fea cabeza afeitada de Rodan y las manchas de sudor de su andrajosa tunica. Ciro tenia cuarenta y tantos anos, el pelo corto, calzaba sandalias con cordones y vestia una tunica blanca, floja por el calor pero no sucia. Era delgado, pero no por pasar hambre. Mi padre aun recordaba lo que significaba la pobreza, asi que era un patron justo. Tampoco machacaba a sus empleados con palizas asiduas, al contrario que muchos otros en nuestra ciudad supuestamente civilizada. Rodan tambien era un empleado de mi padre, pero era un caso perdido. Llame a Ciro. Al verme, Rodan se metio en su apestoso cubiculo. Ciro cruzo el patio y alzo la mirada hacia el primer piso, donde estaba yo. Mareada aun, intentaba no tambalearme. --!Flavia Albia! Nos habian dicho que estabas en casa. --Parecia aliviado de haberme encontrado--. ?Sabes si tu padre vendra pronto a la ciudad? --Lo siento, Ciro, estamos en julio. Falco sale en un bote cada dia, con una mano pegada a una cana de pescar y la otra a una calabaza llena de vino. --?Pican los peces? --No; simplemente esta alli con un absurdo sombrero, sumido en ensonaciones. Pero de vez en cuando desembarca con una estatua muy hermosa que asegura haber encontrado flotando en la corriente... Esta emulando a su propio padre. --A menudo mi abuelo volvia a casa remando despues de pasar el dia en el agua, con un pequeno esquife a remolque lleno de esplendidas obras de arte griegas <>. Que estupenda forma de evitar los aranceles de importacion para un subastador. Con los ojos muy abiertos y absoluta desfachatez, Gemino podia hacer que la historia sonara casi creible. El personal de la casa de subastas sabia que mi padre me otorgaba la autoridad para actuar en su nombre, de modo que le ofreci mi colaboracion. --Ciro, tendras que conformarte conmigo. ?En que puedo ayudarte? El se encogio de hombros. --Oh, nada que no podamos solucionar nosotros, pero el capataz de los mozos ha pensado que debiamos decirselo al patron. Resulta que estan preparando la venta de los Calixto. Uno de los muchachos levanto la tapa de un cofre grande..., y se encontro con un cadaver acurrucado en su interior. Eso me revivio. Le dije que llamara a una silla de manos y que lo acompanaria. II La mejor manera de soportar un trayecto en silla de manos es cerrar los ojos, aferrarse a una parte que no este demasiado astillada y meditar sobre el significado de la vida. Por lo general evito la filosofia, pero necesitaba apartar mis pensamientos de los porteadores que me llevaban dando tumbos. Corrian cuesta abajo por el escarpado Aventino, que tiene malas calzadas y la pendiente de una hipotenusa, haciendome temer lo peor. ?Que es esto? ?Una mujer que habla de hipotenusas? Bueno, cuando Falco y Helena me adoptaron, me dieron una educacion de lo mas generosa, que yo absorbi como si fuera un nuevo manjar. La devore hasta que supe mas que la mayoria de mujeres y tambien muchos hombres. Consulto textos como si tal cosa y escribo mis propias notas; cuando quiero alardear, las escribo en griego. A veces incluso con los acentos correspondientes. Otra cuestion es que Apolonio, el camarero jefe del Astrologo, nuestra pesima fonda local, habia ensenado geometria. Desde que le habian obligado a abandonar la ensenanza anos atras, habia servido grandes cantidades de adulterado vino de Falerno en la taberna de mi tia, esperando a que mejoraran las circunstancias para poder abrir una nueva escuela a pie de calle. Bajo el reinado del actual emperador, Domiciano, eso no iba a ocurrir. La gente no malgasta dinero en educacion para sus hijos cuando un tirano puede hacerlos ejecutar en cuanto se hagan mayores. Intenta disertar sobre Euclides con el carcelero en una celda para condenados a muerte: el muy estupido te azotara hasta que apenas puedas ir tambaleandote hasta los leones. De modo que, gracias a mis padres y a un camarero, llegue colina abajo y hasta el Campo de Marte meditando sobre triangulos. Por lo demas, rogue que no aparecieran perros callejeros y los porteadores me dejaran caer. O echaran a correr. Eso seria peor. Como sea, me transportaron sana y salva hasta la Saepta Julia, una elegante casa de cambio de dos plantas con galerias, en la que mi padre, como su padre antes que el, tenian alquilado un almacen para sus antiguedades mas valiosas. Arriba tambien tenian una oficina donde amontonaban toda la basura que no podian vender, un lote de cosas horrorosas a las que estupidamente les habian tomado carino. Era uno de esos edificios grandiosos tan propios de Roma. Nuevo aun, combinaba su coste desorbitado con la belleza y la funcionalidad, si es que alguien recordaba su funcion original. Habia sido un centro de votacion, pero los emperadores no podian arriesgarse a aceptar la democracia, asi que ya no se celebraban autenticas elecciones. En lugar de votar, ahora los hombres acudian alli para dejarse ver, y tambien a comprar joyas para sus amantes a fin de que estas se pavonearan. Aunque ya no era necesaria para fines politicos, Domiciano habia costeado una lujosa reconstruccion de la Saepta despues de que un gran incendio arrasara la zona durante el reinado de su hermano Tito. Tito apenas habia durado un par de anos. Algunos creian que era cosa de Domiciano. En mi familia no deciamos nada porque insultar a Domiciano equivalia a un suicidio. El decia que era un dios, asi que todos nos habiamos vuelto profundamente religiosos. Con suerte, los autenticos dioses o algun humano furioso se encargarian del monstruo que nos gobernaba. Los adivinos charlatanes que profetizaban cuando moriria Domiciano proliferaban tanto como los vendedores de ajos. En ocasiones, el adivino era lo bastante bueno como para verlas venir, y se las piraba. Pero en general Domiciano acababa enviandolos a la muerte... junto con muchas otras personas, un par de las cuales probablemente habian conspirado para asesinarlo. Alguien acabaria por realizar la hazana. En el aire se olia a complot. * * * Ciro me condujo a la oficina, donde me deje caer en un trono de piedra que llevaba tantos anos en la casa de subastas que nadie queria venderlo, ni siquiera cuando algun idiota con infulas monarquicas ofrecia dinero en efectivo y su propio transporte. El trono era uno de los muchos articulos que habia rescatado del fuego mi primo Gayo, quien, al iniciarse el incendio, primero habia sacado todas las existencias y solo despues habia regresado a la Saepta para salvar vidas. Habia perdido la suya al derrumbarse el amplio tejado de madera de cedro. Yo apreciaba a Gayo. Despues de su heroico deceso, lo cierto era que ya no me gustaba ir alli. Ese dia mi intranquilidad duro poco. En cuanto me sente, el capataz de los mozos, Gornia, me informo de que el cadaver estaba, en realidad, en el portico de Pompeyo. Alli era donde se iba a celebrar la subasta de Calixto. Yo habia pasado por delante de camino a la Saepta. Los romanos se distinguen tambien por hacerte perder el tiempo. No es mi estilo. Yo soy agil y organizada. Ahorro energia. Por los dioses, sobre todo cuando aun estoy recuperandome de una virulenta disenteria. Sin embargo, se que no debo mostrarme impaciente, porque con esta gente irritante solo se consigue empeorar las cosas. Mi silla de manos se habia ido, asi que les pedi que me consiguieran otra. El portico quedaba a la vuelta de la esquina, caminando un corto trecho, motivo por el que la familia Didio lo preferia para las subastas, pero yo me sentia molida. Los empleados sabian que habia estado muy enferma, hecho que habia provocado una tormenta familiar. Asi pues, Gornia, que esos dias tenia tambien el aspecto apergaminado de un espectro del inframundo, dijo que llamaria a nuestro carretero Felix y su mula Coces; ellos me llevarian al monumento de Pompeyo en su carreta de reparto. Acepte. A Felix nunca le habia caido bien, pero era un buen carretero. Y Coces era un primor. En Roma, la mayor parte del transporte rodado esta prohibido durante el dia. Felix llevaba siempre un tablon y unos cubos sucios en la carreta para parecer un albanil, pues estos tienen permiso. * * * Felix sabia que yo tenia prisa, asi que callejeo tranquilamente como un guia turistico. En lugar de doblar la esquina y recorrer el corto trecho, dio un amplio rodeo por el Panteon y las Termas de Agripa. El gentio que suele pulular por alli nos entorpecia una y otra vez, obligandonos a ir a paso de tortuga. Por fin llegamos al teatro de Pompeyo, que se encuentra en el extremo opuesto del enorme y bullicioso complejo, y luego avanzamos despacio pegados a uno de los laterales hasta que al final me dejo frente a una entrada, practicamente en el mismo sitio del que habiamos partido. !Gracias, Felix! El monumento a Pompeyo tambien lo habia reconstruido Domiciano tras el incendio. Todo nuevo gobernante debe meterle mano a la ciudad segun su gusto y poner su nombre en grandes inscripciones. Si quiere parecer aun mas benevolente, gasta su propio dinero en nuevos proyectos, o afirma hacerlo. Imagino que en el erario publico hay funcionarios que conocen la verdad. El portico tenia su esplendido anfiteatro de piedra en un extremo, bajo el alto templo dedicado a Venus Victoriosa; detras se extendia un vasto jardin rodeado por un peristilo, por donde paseaba la gente a la sombra de los platanos, y, como todo el mundo sabe, unas grandes letrinas publicas en el lugar mancillado por el asesinato de Julio Cesar cuando se dirigia a una sesion del Senado. Para la mentalidad romana (bueno, la mentalidad cerril del emperador Augusto), el lugar del crimen era demasiado horrible para que pudiera usarse de nuevo como curia. Se conmemoraba asi a Bruto y Casio, hasta donde era legal recordarlos, con unas buenas letrinas. Mi padre, republicano hasta la medula, mascullaba a veces que la gente deberia recordar que no solo habian sido Bruto y Casio quienes habian apunalado valientemente a Cesar, sino tambien otros sesenta senadores opuestos a la dictadura, a los que, sin embargo, se habia olvidado. Teniamos que hacerlo callar. Cualquier espia podia denunciarlo a Domiciano por hablar de dagas. Los usuarios de las letrinas podian contemplar el amplio jardin rodeado de bonitas columnas. En un extremo habia una galeria de estatuas griegas tras esplendidas cortinas de brocado de oro. Se trataba de uno de los pocos lugares donde las mujeres podian pasearse en publico solas. Y asi, los hombres podian echar una relajante meada y luego observar a las mujeres que contemplaban las desnudas estatuas griegas y sacaban ideas. No era extrano que el portico de Pompeyo fuera tan popular. A los romanos les encantaba acudir alli y pasear por el peristilo. Ademas de la galeria de arte, habia tiendas para explorar. Las zonas abiertas se utilizaban para reuniones publicas, incluyendo subastas. Mi abuelo preferia el portico para sus ventas: segun el, no tenia nada que ver con el hecho de que fuera un legendario mujeriego. Mi padre, hombre felizmente casado, perpetuo la practica porque el portico se encontraba a una comoda distancia de la Saepta Julia. Que yo supiera, jamas habia aparecido un cadaver mientras se preparaba un catalogo de articulos. Me alegre al ver que el cofre se encontraba al aire libre. Era grande, rectangular y reforzado, del tipo que tienen los ricos en casa para guardar sus enseres de valor. Los mas presuntuosos lo colocan en el atrio, a fin de impresionar a las visitas en cuanto entran en la casa. Nuestros empleados holgazaneaban a la sombra entre arbustos ornamentales, algunos comiendo panecillos rellenos. No son faciles de intimidar, pero me fije en que todos se mantenian alejados del cofre. Lo habian cubierto con una gruesa tela que se parecia sospechosamente a las esplendidas cortinas doradas de la galeria de arte. Lo habian hecho para mitigar el efecto del sol sobre el cuerpo en descomposicion, pero en cuanto me vieron llegar apartaron la tela. Era una pieza con imponentes herrajes que se sostenia sobre cuatro recias patas. Los cierres parecian muy resistentes. Me pregunte por que querria alguien venderlo, a menos que estuviera en la ruina, y no era eso lo que habia oido sobre los Calixto, hombres de negocios muy conocidos. Entonces observe que las partes de madera mostraban huellas de haber sido danadas por el fuego. El personal me ofrecio mostrarme el cadaver. Aunque yo no habia expresado queja alguna por haberlos encontrado comiendo en horario de trabajo, repare en que guardaban sus viandas y adivine lo que ocurria. Lo que aguardaba en el cofre era repugnante; habian apostado a que vomitaria. Bueno, eso me sirvio de aviso. Con una sena indique que levantaran la tapa, al tiempo que me armaba de valor. Mire el interior, vi todo lo que necesitaba ver, oli el espantoso hedor y luego hice gestos perentorios. El mozo cerro la tapa de un golpe y retrocedio rapidamente entre arcadas. Yo reprimi un grito, logrando a duras penas conservar una postura digna. Un ataque agudo de disenteria constituye un buen entrenamiento para el autodominio.

  • Entre mis suenos Gin y yo de Diego Villegas Canales

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    ?Que pasa cuando te despiertas y tu vida da un giro inesperado?

    -Amor, intriga, miedo, felicidad. todas esas emociones senti al despertar de aquel sueno, sudando sobre las sabanas pegadas a mi piel, sin dejar de preguntar ?Por que?

  • IQ de Joe Ide

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    IQ. Asi se conoce a Isaiah Quintabe en los barrios humildes de la zona este de Long Beach. Hombre solitario, de una extraordinaria inteligencia, se ha convertido en una especie de detective sin licencia al que acuden las victimas de la elevada criminalidad de estos barrios, desatendidos por la desbordada policia de Los Angeles. Gente muy humilde, le pagan con lo poco que tienen.

  • Insolitas de Varios Autores

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    .Dice el diccionario que lo insolito es lo raro, lo extrano, lo desacostumbrado. Lo insolito nos permite observar el mundo desde el otro lado del espejo y deformar las imagenes de la realidad para mostrar su verdadero rostro. En esta antologia, lo insolito es todo aquello que resulta extraordinario. Lo que se sale de lo comun: lo inusual, lo fabuloso o lo inexplicable. Lo que aspira a ir mas alla de la realidad.

  • Sesion nocturna de Michael Connelly

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    Renee Ballard trabaja en el turno de noche en Hollywood. Empieza muchas investigaciones, pero no termina ninguna, porque cada manana entrega sus casos a los detectives del turno de dia. A la que fuera prometedora detective le han asignado ese puesto como castigo despues de presentar una demanda por acoso sexual contra un superior.
    Sin embargo, una noche le tocan dos casos de los que no quiere desprenderse: la brutal paliza a una prostituta que es abandonada y dada por muerta en un aparcamiento, y el asesinato de una joven camarera durante un tiroteo en un club nocturno. Ballard esta decidida a no renunciar a los casos al amanecer. Contra las ordenes y los deseos de su propio companero, se dedica a ambas investigaciones de dia mientras cumple con su turno de noche. Los casos se complican y acercan a Ballard a sus propios demonios y a la razon por la que no renunciara al trabajo por mas dificultades que le ponga el departamento.

  • El indomito escoces de Julia London

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    Nacida en la abundancia y criada en el lujo ingles, Margot Armstrong no pertenecia en absoluto al temerario universo de los jefes tribales escoceses. Tres anos antes, habia escapado de un matrimonio de conveniencia y ya no habia vuelto a mirar hacia atras, excepto para revivir los apasionados momentos que habia disfrutado en los fuertes y toscos brazos de Arran McKenzie. Pero cuando la fragil unidad de sus respectivos paises amenazo con quebrarse, Margot tuvo que regresar con su marido para desenmascarar su papel en la traicion y evitar asi la acusacion que se cernia sobre su propia familia.

  • Inri de Fernando Carrasco

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    En la arida colina del Monte Calvario, al pie de la cruz donde habia expirado Jesus en medio de un gran estruendo en el primer Viernes Santo de la historia, Jose de Arimatea, miembro del sanedrin, dirige las operaciones del descendimiento del cuerpo del Nazareno para su enterramiento, momento en que se lleva consigo un secreto del divino madero, que casi tres siglos despues, sera descubierto en Jerusalen por la emperatriz Flavia Iulia Helena, madre de Constantino I el Grande y luego canonizada como Santa Elena. Tras el hallazgo, la Emperatriz ordena llevar a cabo una mision de busqueda por todo el Imperio: ha de encontrar a los descendientes de Jose de Arimatea. Antonino Quintus, joven legionario, es uno de los encargados de llevarla a cabo. Livia, la fiel sirviente de la emperatriz, enamorada de Antonino huye de Jerusalen en busca de venganza, siguiendo los pasos de su amado. Jerusalen, Roma, Ostia Antica, Massilia, Hispalis e Italica son los escenarios donde se desarrolla esta aventura con tintes epicos, que situa al lector desde la primera pagina en un tiempo en el que el Cristianismo se consolidaba en un Imperio Romano en declive. INRI es una trepidante historia de amor pero sobre todo de fe, la que llevo a quien luego fue canonizada como Santa Elena a instaurar en el Imperio Romano de Oriente y Occidente el Cristianismo como unica religion.

  • Una locura de vida de Eva Ramirez

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    La vida de Lara era de todo menos aburrida, como creia el mundo. Era una mujer creativa, una escritora con un circulo social no muy normal y que se enamora de un mujeriego que la pondra al limite. Una historia que rompe las reglas y que no olvidaras.

  • Prestame a tu hermano de Iris Boo

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    Angie ha tenido que renunciar a muchas cosas por su familia; aplazo sus estudios de enfermeria por cuidar de su abuelo enfermo, no se independizo para poder cuidar de su abuela… Y ahora ni siquiera tiene suficiente dinero para arreglar el tejado de su casa en plena temporada de tormentas. Pero no todo esta perdido. Ha hecho nuevas amigas, y estas estan dispuestas a ayudarla a superar este bache. Entre ellas Maria, que no dudara en prestarle a su hermano Alex para solucionar su problema.

  • La gran adiccion de Enric Puig Punyet

    https://gigalibros.com/la-gran-adiccion.html

    Internet lo ha revolucionado todo, y a su paso ha causado serios problemas de adiccion con los que nos hemos acostumbrado a convivir con normalidad. La gran adiccion, un exito de critica rotundo, da voz a personas que han optado por desconectar. ?Quien no pierde el tiempo miserablemente navegando a la deriva por internet? ?Quien no se siente intoxicado por el continuo bombardeo de informacion insustancial? ?Quien no ve su actividad constantemente interrumpida por avisos de aplicaciones de todo tipo? ?Quien no mira el movil cada pocos minutos sin necesidad? ?Quien no ha visto sus relaciones enfriarse por un exceso de comunicacion escrita y apresurada? ?Quien no sigue con cierta inquietud el exito de sus publicaciones en las redes sociales? ?Quien no se ha visto espiando perfiles ajenos sin pretexto alguno? Si lo hacemos y lo lamentamos, ?por que no tomar cartas en el asunto? Aunque las pantallas se han interpuesto entre nosotros, los demas y las cosas, es posible recuperar el control de nuestra relacion con la tecnologia. Con este libro, ahora ampliado, Enric Puig Punyet nos invita a reflexionar, debatir y tomar decisiones para vivir como de verdad nos gustaria.

  • Cualquiera menos tu (Menos tu 1) de Estrella Correa

    https://gigalibros.com/cualquiera-menos-tu-menos-tu-1.html

    Itxel tiene dieciocho anos, el corazon roto, dos amigas como dos gotas de agua y una moto.
    Itxel se traslada a Granada a estudiar arquitectura, pero no sera lo unico que aprenda, porque la vida puede convertirse en una clase intensiva.
    Itxel prefiere no enamorarse.
    Nico no puede querer a nadie.

  • Que No Panda El Cunico de Patricia Hervias

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    Angela tiene una vida tan perfectamente organizada como mortalmente aburrida, asi que, a pesar de las protestas de sus atribulados padres, le cuesta muy poco aceptar la propuesta de su novio (perdon: prometido) y mudarse a Barcelona en busca de nuevos aires.

  • Los pecados heredados. Ultraje de Jana Westwood

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    Estamos en la segunda mitad del siglo XIX. Caroline Wilkie, duena de un singular temperamento desde nina, posee una destacable inteligencia y un enorme afan por aprender. Hija ilegitima, su misterioso origen es un secreto muy bien guardado por su madre.

  • Princesas sin miedo de Luna Villa

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    Valerie descubrio la dureza de la vida en su mas tierna infancia. Afortunadamente, acabo encontrando personas que le ofrecieron proteccion y cuidados, entre ellas, Harper, quien le ayudo a ser mas fuerte de lo que ella pensaba y a sacar lo mejor de cada situacion. No ha tenido mas remedio que salir hacia adelante. Cuando empieza a encauzar su vida, aparece su primer… ?amor?, una relacion que dara un giro inesperado a sus planes, pero que ella sabe afrontar sin miedo. Ante este nuevo reves, ella acabara demostrando que el verdadero amor todo lo puede.

  • Los peores dias de Fernando Gonzalez Davison

    https://gigalibros.com/los-peores-dias.html

    <>.

  • Herido de Tabitha Suzuma

    https://gigalibros.com/herido.html

    Matheo quiere a Lola, pero el secreto que esconde podria destruirlos a ambos Matheo Walsh parece tenerlo todo. Con solo diecisiete anos, es campeon de salto de trampolin y tiene una prometedora carrera deportiva por delante. Es atractivo, buen estudiante, tiene amigos y la vida practicamente resuelta. Y lo mas importante de todo: esta muy enamorado de su novia, Lola. Siempre ha sido un buen chico. Hasta el fin de semana en que todo cambia. y del que no recuerda nada. De repente, ya no disfruta de la vida y no quiere pasar tiempo con sus amigos ni tampoco bajo el agua, su elemento natural hasta ahora. Poco a poco, Matheo recupera la memoria y, entonces, lo que emerge de entre las sombras es el retrato de un monstruo.

  • Lia, ahora y siempre de Edurne Cadelo

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    Lia y Axel continuan por separado.
    Ella, sola, en su ciudad, sin sus hijos y sin el.
    El, fuera de su pais, enfadado un poco con el mundo y demasiado con ella.
    ?Podra Lia afrontar los cambios de nuevo y volver a ser feliz?
    ?Sera capaz de olvidarse de Axel?
    ?Podra Axel continuar con su vida sin mirar atras?
    ?Sera capaz de olvidarse de Lia?
    Reencuentro, pasion, intimidad, brillo y mucha electricidad…; ingredientes esenciales para convertir su aqui y ahora en ahora y siempre.