• libro la sangre de la tierra - Oscar Soto Colas

    https://gigalibros.com/la-sangre-de-la-tierra.html

    La Rioja, 1853. Victor Arriola, criado en la mejor sociedad de Bilbao, nunca imagino lo que cambiaria su vida con el traslado de la familia a Haro para trabajar en el naciente negocio de la industria vinicola.

  • La sangre de la tierra: Dos familias, dos bodegas en La ...

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    La sangre de la tierra: Dos familias, dos bodegas en La Rioja del siglo XIX, ... el mejor vino (Novela histórica) eBook : Soto Colás, Óscar: Amazon.es: Libros.

  • La sangre de la tierra - La Esfera de los Libros

    https://www.esferalibros.com/libros/la-sangre-de-la-tierra/

    La sangre de la tierra es la historia de dos familias, dos bodegas, dos rivales, que persiguen, a costa de lo que sea, un mismo sueño: elaborar el mejor vino.

  • óscar soto colás - la sangre de la tierra (ebook) - Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/ebook-la-sangre-de-la-tierra-ebook/9788491646952/10070143

    La sangre de la tierra es la historia de dos familias, dos bodegas, dos rivales, que persiguen, a costa de lo que sea, un mismo sueño: elaborar el mejor vino.

  • LA SANGRE DE LA TIERRA - OSCAR SOTO COLAS - Agapea

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  • La sangre de la tierra - -5% en libros | FNAC

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    16 oct 2019 — La sangre de la tierra, libro o eBook de . Editorial: La esfera de los libros. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • «La sangre de la tierra», de Óscar Soto Colás | Las lecturas ...

    https://laslecturasdeguillermo.wordpress.com/2019/11/25/la-sangre-de-la-tierra-de-oscar-soto-colas/

    25 nov 2019 — El riojano Oscar Soto presenta su último libro, que según nos cuenta, ha rehecho por completo; diecisiete versiones, dice, porque le parecía ...

  • La sangre de la tierra - Anika Entre Libros

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    La vida de los habitantes de Haro, un pequeño pueblo de la Rioja, va a cambiar con la llegada de la familia Arriola. Miguel y Víctor, padre e hijo, se verán ...

  • 'La sangre de la tierra' o cómo nació la industria del vino - El ...

    https://www.elespanol.com/el-cultural/20191121/sangre-tierra-nacio-industria-vino/446207056_0.html

    21 nov 2019 — ... Óscar Soto (Villamediana de Iregua, 1973) viaja a La Rioja de 1853 para recrear en La sangre de la tierra (La esfera de los libros) el ...

  • la sangre de la tierra - soto colas, oscar - Librería Luces

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    LA ESFERA DE LOS LIBROS S.L.; Año de edición: 2019; Materia: Narrativa histórica; ISBN: 978-84-9164-681-5. Páginas: 480.

  • la sangre de la tierra - El Libro Técnico

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    Libro Técnico SurDisponible apróx. en 10 días. LA SANGRE DE LA TIERRA. DOS FAMILIAS, DOS BODEGAS EN LA RIOJA DEL SIGLO XIX, DOS RIVALES EN BUSCA DEL ...

  • Pecado Original de Eva Hart

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    Para toda historia existe un principio… Pero no siempre es el que nos han contado.
    Evangelina Constantino vive su vida sin saber que por sus venas corre la sangre de un linaje ancestral. Dia a dia, invierte sus energias en su trabajo de restauradora de arte, especializada en obras del renacimiento, en uno de los museos mas importantes de Florencia, Italia. Para ella, eso basta. No necesita de mas. Aunque sus suenos digan lo contrario, y la arrojen, noche tras noche, a los imaginarios brazos de un hombre que ni siquiera sabe si es real.
    Lo es… y su nombre es Dante Sfeir.
    Filantropo. Millonario. Empresario hotelero. Poseedor de una anatomia digna del Olimpo y un atractivo unico, provocador y cautivador.
    Los caminos de ambos se cruzaran por algo mas fuerte que una simple casualidad. Porque el destino, cuando de Evangelina se trata, cuenta con senderos bien definidos… y Dante Sfeir, un hombre plagado de secretos, esta en ellos.
    Un amor maldito. Un amor marcado por la traicion.
    Pasion, arte y religion enlazadas en una lucha sin tregua, en una guerra de puro deseo.

  • La noche del ocho de Sebastian Fitzek

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    La nueva novela del autor mas vendido en Alemania.

  • El rey de las sombras de Fernando Moreno Espinosa

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    Ernesto Buendia e Hipolito Prieto son dos ninos de doce anos que sufriran la tragedia de vivir en primera persona la Guerra Civil. Lora del Rio vera como sus juegos infantiles son transformados en poco mas de un mes, convirtiendose en una espiral de odio y violencia.

  • Alborea de Carmen Rb

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    Jana, de padre gitano y madre inglesa, se ha visto sumergida desde que nacio en una vida que no le gustaba. Se caso con Kavi, porque asi se lo impusieron, por el rito gitano. Un dia decide abandonarle para buscar un futuro sin normas, sin reglas. Buscando ser reconocida como mujer. Pero nada es lo que parece y tras una serie de sucesos imprevistos encuentra a Pietro: un italiano de armas tomar del que se enamora sin dudar.
    Kavi, quien no ha parado de buscarla desde que ella le abandono, por fin la encuentra en la boda de su mejor amiga Caroba. De donde se la lleva a la fuerza de regreso hacia lo que fue su pasado.
    Pietro, su actual marido, la busca desesperadamente tras su desaparicion y no va a parar hasta encontrarla, ya que no entiende que ha podido suceder.
    Jana se encuentra entre la espada y la pared. Esta confundida en los recuerdos, entre dos aguas... Ama a Pietro, pero la sombra de su primer amor la descoloca, aunque eso signifique aceptar unas normas con las que no esta de acuerdo.
    ?Lograra superar sus miedos? ?Seguira con su actual vida o volvera al pasado?
    Basada en hechos reales.

  • Dulce espera de Aridia Pelta

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    Lea Farrow tenia una vida comoda con su novio Calen Avner. Ella era publicista, el se estaba convirtiendo en un famoso y respetable abogado, todo antes de cumplir los treinta, cuando una sospecha, una pequena prueba de embarazo comprada en la farmacia, les cambio la vida para siempre, aventurandolos en el asombroso, complicado y emocionante mundo de la paternidad.
    Porque un pequeno fallo, algo completamente inesperado, puede hacer que pases una dulce espera de nueve mes.

  • Hellraiser de Clive Barker

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    Hellraiser es una de las mejores creaciones de Clive Barker. Una novela desgarradora sobre los grandes terrores y extasis que alberga en su reino infinito el corazon humano. Habla de la codicia y el amor, de la falta de amor y de la desesperacion, del deseo y la muerte, de la vida y el cautiverio, de campanas y sangre. Es una de las historias mas aterradoras que hayas leido jamas.

  • Hielo de Erika Gael

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  • El Secreto De Gibola de Ane Odriozola Cia

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    Nerea Fabbi Isasmendi era una joven donostiarra de veintisiete anos a la que la vida habia tratado bien, o esa sensacion tenia al menos ella. Era alegre, inteligente, tenia don de gentes y unos bonitos ojos negros que resaltaban junto a su larga melena de color chocolate. La mayor desgracia que habia sufrido en su vida, por llamarlo de alguna manera, era la separacion de sus padres, algo que no le habia supuesto ningun trauma, ya que sucedio cuando apenas contaba cuatro anos. Desde que tenia uso de razon, sus padres habian vivido cada uno por su lado, por lo que no sentia ninguna anoranza por los tiempos en los que los tres formaban una misma familia. Simplemente, no recordaba aquella epoca. Era cierto que le hubiera gustado no ser hija unica, pero era algo que tambien tenia sus ventajas, asi que tampoco se lamentaba por ello. De padre italiano y madre euskaldun, Nerea siempre supo que al terminar sus estudios se emplearia en la empresa inmobiliaria familiar que fundara su abuelo muchos anos atras y en la que su madre trabajaba. Desde bien pequenita habia pasado infinidad de tardes en la oficina, observando como su madre conversaba con los clientes, y era un trabajo que le gustaba. Su abuelo Bittor, al que ella siempre habia admirado, habia luchado durante toda su vida por sacar adelante la empresa y lo habia hecho realmente bien. Habia conseguido que su inmobiliaria fuera una de las mas importantes y con mayor volumen de compraventa tanto de Donostia como de alrededores. Sus servicios incluso traspasaban la muga, llegando hasta Hendaya, Biarritz o Baiona. Su abuelo, que ya tenia noventa y cinco anos, habia sido el tipico hombre incapaz de alejarse del trabajo y disfrutar de su jubilacion. Todo el que lo conocia sabia que no era hombre de paseos por la playa de la Concha, tardes jugando al mus o txikiteo por la parte Vieja. El era un hombre de negocios, y asi era como disfrutaba, haciendo negocios. Habia gozado durante largo tiempo de una salud de hierro, y siguio participando en muchas de las compraventas que se gestionaban a traves de su inmobiliaria hasta que cumplio los noventa anos. Se consideraba a si mismo una persona trabajadora y perseverante; quizas algo intransigente en segun que cosas, y siempre habia sido consciente de cual era su mayor debilidad: su nieta Nerea. Sentia predileccion por aquella joven carinosa, despierta, resuelta y con ganas de aprender. Se habia encargado personalmente de su formacion y la consideraba su relevo para el futuro de la empresa, por lo que en cuanto cumplio los dieciseis anos, decidio llevarla con el a todas las reuniones con clientes a las que ella pudiera acudir sin que faltara a ninguna clase, por supuesto. Daba lo mismo si la reunion era con un cliente que queria vender un piso, comprar un garaje o incluso asesoramiento para el alquiler de una nave industrial. Ella lo acompanaba siempre que podia y, tras la reunion, acudian a tomar un chocolate caliente en invierno o un helado en verano para <>, como su abuelo solia decir. --Aitona, ?como le has podido decir que habia otros dos compradores interesados y que tenia diez minutos para decidirse o perderia la compra? ?No me habias dicho que era el unico interesado en el piso? --le pregunto la joven a su abuelo. Bittor cogio un churro, lo mojo en su chocolate y le dio un mordisco. --Y asi es. No se ha interesado nadie mas por ese piso en los ultimos cinco meses. --Entonces, ?que ha sido eso, un ordago? --Exactamente --dijo el y continuo con la explicacion antes de que su nieta pudiera decir nada mas--. Si te has fijado en la expresion del hombre en la visita a la casa, habras notado que le ha gustado. El sabe que no es un piso en Miraconcha, pero que es de lo mejorcito que se puede permitir. El problema de este tipo de clientes es que su propio criterio no es suficiente para ellos. Dudan de si estaran haciendo bien en comprar o no, y necesitan saber que hay mas personas interesadas. Les parece que, si lo quieren tambien otros, sera porque es una buena compra, y es entonces cuando deciden ir a por ello. Al final, quedan satisfechos pensando que han sido mas rapidos e inteligentes que los demas. --Pues no se con los otros, pero con este, !has acertado de pleno! De los diez minutos que le has dado, !no ha tardado ni cinco en querer cerrar el trato! --Ahora ya lo sabes. Cuando encuentres a un cliente asi, !le lanzas un ordago! --le contesto el guinandole un ojo. --Pues ya puedes decirme donde has aprendido a interpretar asi, !porque hasta yo me lo he creido! Bittor rio con ganas ante la ocurrencia de su nieta, pero no pudo evitar que los recuerdos vinieran a el. Hubiera querido contestarle que habia sido la vida misma la que le habia obligado a interpretar; hablarle de los secretos que nunca le habia confesado y de los remordimientos que sentia cuando echaba la vista atras. Pero, en lugar de eso, decidio coger el ultimo churro que quedaba en el plato e introducirlo en el poco chocolate caliente que quedaba en su taza. Habia pasado mucho tiempo de todo aquello y preferia no recordar. El telefono sono mientras ella se estaba duchando. Se aclaro el pelo lo mas rapido que pudo y salio a toda prisa, pero para entonces habia dejado de sonar. Decidio meterse nuevamente en la ducha cuando en su movil empezo a sonar una cancion de Chayanne a todo volumen. <>, penso. Contesto la llamada; era su madre la que llamaba con tanta insistencia. --Nere, ?donde estas? Te he telefoneado a casa, pero no contestas --le dijo Lourdes a su hija. --Estoy en casa, ama, pero es que estaba en la ducha. !Tienes el don de la oportunidad! --contesto ella. --!Vaya por Dios! Te llamaba para decirte que hoy no puedo subir a ver al abuelo. Me sabe mal porque no lo he visto en toda la semana, pero me reuno con el presidente de una comunidad que quiere que llevemos la administracion del edificio y hemos quedado esta tarde. ?Iras tu a verlo, por favor? Ademas, la ultima vez me comento que queria hablar contigo de algo importante. --Claro, no hay problema. No hace mucho que lo visite, pero ire hoy nuevamente. Esta tarde a ultima hora, Jon y yo nos marchamos a pasar el fin de semana a los Pirineos, pero para entonces ya habre bajado de la residencia. --Cogio una toalla y escurrio su pelo--. A ver que tal lo veo hoy. En mi anterior visita estaba bastante apagado, como sin muchas ganas de nada. --?Y que quieres? !Son noventa y cinco anos! Su cuerpo esta cansado, su cabeza esta cansada... Mentalizate de que no va a ir a mejor --dijo Lourdes, intentando preparar a su hija para lo que era inevitable. Tras pasar por la oficina y cerrar un par de temas que tenia pendientes, Nerea cogio su moto y recorrio la distancia que habia entre la oficina y la residencia de ancianos en la que vivia su abuelo, en el barrio de Aiete. Habian estrenado el verano y el tiempo era calido, lo que hizo que disfrutara especialmente del paseo. Paso cerca del parque de Aiete, situado en una de las colinas que rodean la ciudad. Su majestuoso palacio habia sido escogido como residencia veraniega por distintos aristocratas, como la reina Isabel II, la reina Maria Cristina o Alfonso XIII, y desde que su abuelo vivia en una residencia cercana, se habia convertido en el lugar preferido para sus tardes de paseo. Aparco cerca de la puerta principal y llamo al timbre. Realmente aquel edificio no daba la sensacion de ser un hogar para ancianos. De hecho, en la puerta principal se podia leer sobre un cartel dorado y con una caligrafia senorial: <>. Siempre le habia dado la impresion de que mas bien parecia un hotel. El trato del personal habia sido siempre excepcional, las instalaciones estaban muy cuidadas, las habitaciones eran individuales y, lo mas importante, su abuelo estaba contento alli. Saludo a la recepcionista, que le indico que el anciano se encontraba en su habitacion. Subio las escaleras de dos en dos, llamo a la puerta y entro. Bittor Isasmendi habia sido un hombre activo, con iniciativa y energia para llevar a cabo multitud de proyectos. Las veinticuatro horas del dia no eran suficientes para todas las ideas que tenia en mente, pero, a esas alturas de su vida, se encontraba muy cansado, tanto fisica como mentalmente. Ni siquiera habia sido consciente de los anos que tenia a sus espaldas hasta que cumplio los noventa. Y no fue el hecho de ser nonagenario lo que le provoco tal debilitamiento, sino la muerte de su esposa, su adorada Leonor. Con nombre de reina y doce anos menos que el, ella habia sido la pieza fundamental e imprescindible de su vida. Era una mujer dulce, atenta, leal y poseedora de una paciencia infinita gracias a la cual el pudo dedicar gran parte de su tiempo a sus proyectos empresariales. Ella sabia como calmarlo, como animarlo o como consolarlo, segun la ocasion, y, aunque siempre habia permanecido a la sombra de su marido, el le atribuia a ella gran parte de su exito. Hasta que un dia cualquiera, de pronto, ella fallecio, sin previo aviso. Se encontraba en la terraza de su casa regando las plantas cuando cayo al suelo repentinamente. Un derrame cerebral le arrebato a la mujer de su vida en cuestion de segundos, el tiempo que el tardo en ser consciente de que el declive de su vida tambien era inminente. Su hija y su nieta hicieron todo lo posible para que Bittor se repusiera de aquel duro golpe. Lo visitaban a diario y contrataron a una persona para que lo atendiera y acompanara de forma permanente. Pero no funciono. No podia soportar ver a otra mujer trabajando en la cocina de su esposa, ni regando sus plantas, ni sentada en el sillon donde ella solia leer las revistas de papel cuche que tanto le gustaban. Empezo a sentirse un extrano en su propia casa, ya no estaba comodo alli y por eso, decidio visitar varias residencias de ancianos. Cuando se decanto por una de ellas dio la noticia a su familia. A partir de aquel dia, podian visitarlo en su nuevo hogar. --Aitona, ?que tal estas? --lo saludo Nerea desde la puerta. Se acerco hasta el, le dio un beso en la mejilla y un abrazo con cuidado de no moverle la sonda que llevaba para el oxigeno. Hacia unos meses que el medico se lo habia recomendado y el notaba sus beneficios. --!Kaixo maittia! Me alegro de verte. Pensaba que hoy vendria tu madre. --El tambien le dio un beso. --Queria venir, pero tiene trabajo, asi que he venido yo. --Me parece perfecto. Me gusta que venga ella, pero me gusta mas que vengas tu --dijo sonriendo a su nieta. --?Cuanto tiempo te queda enchufado a esta maquina? ?Le digo a la enfermera que te la quite y nos vamos a pasear al parque? Hoy hace un dia precioso para uno de nuestros paseos --dijo Nerea con ganas de animar a su abuelo. --No, hoy estoy bastante fatigado. Perdoname, pero no estoy para paseos. Ademas, quiero hablar contigo de algo importante. Tengo algo que pedirte, algo que quiero que hagas. Si no te importa, hoy nos quedamos aqui. --Claro aitona, como prefieras --contesto Nerea--. ?Y que es eso que quiere que haga por usted, caballero? --Nerea hizo una reverencia extendiendo el brazo hacia su abuelo, un gesto totalmente exagerado que hizo que los dos rieran. El anciano continuo: --Pues veras... Ya se que no te gusta que te hable de lo que sucedera cuando yo fallezca, pero, antes de que me cortes, escuchame un momento. --Parecia estar muy decidido a seguir la conversacion, asi que esta vez su nieta no le detuvo con frases como <> o <>. El anciano no se anduvo con rodeos--. He pensado mucho sobre esto y quiero que te quedes con mi casa. Yo no la voy a necesitar porque pienso terminar mis dias aqui, por lo que no veo el motivo para que no te mudes cuando quieras. Tu piso es muy bonito, pero no me puedes negar que se te ha quedado pequeno. Mi casa tiene mas de cien metros cuadrados, garaje para dos coches y esta en pleno Boulevard. Con lo que te he ensenado en todos estos anos, !espero que no me rechaces un caramelito asi! --Bittor guino uno de sus cansados ojos a su nieta. --Aitona, tu casa es tuya y mudandome alli me pareceria que estoy invadiendo tu espacio, aunque no tengas intencion de volver. De momento, Jon y yo nos arreglamos, asi que puedes estar tranquilo --contesto ella. --!Terca como una mula! Sabia que dirias eso. Vamos a ver, no pretendo que te mudes a mi casa sin mas, lo que deseo es que mi casa pase a ser tuya, escriturarla a tu nombre, sin tener que esperar a que la heredes cuando yo muera. Me gustaria ver como la reformas y la pones a tu gusto. Pronto formaras una familia y tendras ninos, y dificilmente podreis estar comodos en un piso tan pequeno. --?No estas corriendo demasiado? --dijo ella riendo--. !Todavia no tengo intencion de quedarme embarazada! Ademas, ?has hablado sobre esto con mi madre? --pregunto. --Si. Ella sabe que mi casa la heredaras tu, igual que sabe que el negocio pasara a sus manos. En su dia tuvimos nuestros mas y nuestros menos, pero no puedo negar que su trabajo en la inmobiliaria ha sido impecable durante todos estos anos. Por eso creo que es justo que la agencia la herede ella. Con el tiempo terminara en tus manos, pero, de momento, pienso que tiene que ser asi. --No se, aitona, me sabe mal quedarme con tu casa. Es como si te estuviera quitando algo que es tuyo --protesto. --Yo ya no la necesito, y me haria muy feliz que fuese para ti. Prometeme que hoy mismo llamaras a mi gestor y te pondras en marcha con este tema. La joven no tuvo mas remedio que aceptar. Cuando su abuelo se empecinaba en algo, no habia replica posible. Continuaron conversando sobre temas triviales hasta que la maquina de oxigeno se detuvo. Entonces, Bittor se sento en una silla de ruedas de la que solia echar mano los dias en los que mas agotado se sentia y, empujado por Nerea, dieron una vuelta por la residencia. Salieron al jardin, merendaron, charlaron y tras disfrutar un ratito mas de la buena temperatura de aquella maravillosa tarde de verano, Nerea lo llevo de vuelta a su dormitorio. Le dio un beso en la frente, un abrazo y se despidio de su abuelo. --Acuerdate de lo que hemos hablado. Habla con mi gestor. Agur, maittia. --?Senorita Fabbi? Puede pasar, adelante. --La secretaria del gestor de su abuelo le indico cual era el despacho en el que la estaban esperando. Al salir de la residencia, viendo que todavia tenia un par de horas hasta reunirse con Jon, habia hecho la llamada que le habia pedido su abuelo. El gestor le pidio que pasara por la oficina, alegando que aquellos no eran temas para tratar por telefono. En quince minutos habia aparcado su moto y estaba frente a la gestoria. --Supongo que esta al tanto del deseo de su abuelo de hacerle una donacion en vida y que por eso me ha llamado. ?No es asi? --le dijo el con una actitud muy profesional. --Asi es. Vengo de visitarlo y me ha insistido en que debia hablar con usted. Se que quiere poner su piso a mi nombre. --Esta en lo cierto. De hecho, los papeles estan preparados; el siguiente paso es acudir al notario para tramitar los documentos de transmision. --Bien, pero hay algo que quiero preguntarle antes de firmar documento alguno. --Nerea no estaba del todo convencida de lo que su abuelo se proponia--. ?Esta usted seguro de que el tiene claro el asunto de la donacion? A mi me ha insistido en el tema, pero ya esta muy mayor y no quisiera hacer nada que le pudiera perjudicar. --Puede usted estar tranquila por eso. Hace anos que su abuelo me hizo participe de su intencion. Cuando tomo la decision de ingresar en la residencia, tambien decidio el destino que le daria a su hogar. El quiere que pase a sus manos y yo lo tengo todo preparado. Nerea conocia la gran amistad que habia entre su abuelo y aquel hombre. Bittor habia realizado un sinfin de gestiones a lo largo de muchos anos con el padre del hombre que se encontraba frente a ella. Siempre que hablaba de el decia que era <>. Una vez jubilado, la gestoria habia pasado a manos del hijo y, a pesar del cambio, su abuelo habia depositado toda su confianza tambien en el, tal y como lo habia hecho con su padre. --Si no tiene inconveniente, necesito una fotocopia de su carne de identidad para gestionar la cita con el notario. Ella saco su cartera del bolso y le dio el documento. El gestor salio de la oficina dejandola sola. En la mesa habia sendas carpetas con un sinfin de documentos en su interior; en la portada de una de ellas se podia leer: <>. Deseo abrirla para ver que era lo que habia dentro, pero no se atrevio. El gestor tenia que llegar de un momento a otro con la fotocopia de su DNI. La puerta se abrio, el hombre se asomo y con cara de disculpa dijo: --Lo siento mucho, pero la fotocopiadora no funciona. Vamos a cambiar el toner, a ver si asi solucionamos el problema. Enseguida estoy de vuelta con usted. No cerro del todo la puerta, pero casi. Ella no lo dudo. Curiosa por naturaleza, le dio la vuelta a la carpeta que llevaba el nombre de su abuelo y la abrio. Dentro se encontro con infinidad de documentos, entre los que habia copias de escrituras, documentos bancarios... Pero lo que mas le llamo la atencion fue un papel que contenia lo que parecia un listado. El titulo que presentaba el encabezado del documento era: <> y le seguian una lista de propiedades, como el piso que queria donarle, la agencia inmobiliaria, acciones bancarias... y, por ultimo, un apunte que a Nerea le parecio muy extrano: <>. Justo en aquel momento el gestor entro en la habitacion con la fotocopia en la mano. Al ver lo que Nerea estaba haciendo, se abalanzo sobre la mesa y cerro el expediente rapidamente. --!Estos documentos son confidenciales! El hombre se mostro enfadado con ella y tambien consigo mismo por haber cometido el error de marcharse dejando los documentos a su alcance. En realidad, no habia nada que la nieta de Bittor Isasmendi no pudiera ver, pero en todos aquellos anos habia aprendido que la confidencialidad hacia sus clientes era algo inquebrantable. Nerea se sintio como si le acabaran de pillar copiando en un examen. Con las mejillas coloradas por la verguenza, pidio disculpas y continuaron la reunion. El quedo en llamarla cuando tuvieran cita con el notario, y, sin mas dilacion, dieron por finalizado el encuentro. Antes de salir del despacho, ella se giro y dijo: --Se que no deberia de haber mirado sus papeles y de nuevo le pido disculpas, pero hay algo que me ha llamado la atencion. Entre los bienes de mi abuelo figura un caserio del que nunca habia oido hablar. ?Que sabe usted de eso? --Pues no mucho, la verdad. Debe de ser el caserio de algun familiar de su abuelo. El ultimo propietario fallecio y parece ser que el es el pariente mas cercano, por lo que ahora le pertenece, pero los papeles estan sin regularizar. Su abuelo no esta muy interesado en el --le explico el gestor. Nerea saco el movil de su bolsillo nada mas salir de la gestoria y le mando un mensaje a su novio: <>. A Jon no le extrano que su novia de pronto le hubiera cambiado todos los planes; era muy aficionada a hacerlo. En el ultimo momento se le ocurria que seria buena idea cambiar de rumbo, y dicho y hecho. Penso en rebatirle el cambio, pero sabia que ella le esperaria con un discurso lleno de argumentos para justificar ese fantastico plan de ultima hora, por lo que penso que le seria mas rentable aceptarlo directamente. Escribio en su movil: <>, y le dio a enviar. Sonrio al pensar la cara que pondria ella al leer el mensaje. Era una broma de pareja. El le llamaba churri y ella fingia que se enfadaba por utilizar con ella un apelativo tan barriobajero. Nerea vio llegar la furgoneta y le hizo una sena a Jon para que el viera donde lo estaba esperando. Jon se bajo del coche, beso a su novia y subio los trastos al maletero. Estaban obstaculizando la calzada y no habia tiempo para mas. Se subieron los dos al vehiculo, se ataron los cinturones de seguridad y se pusieron en marcha. --A ver, senorita. ?Que es ese cambio de planes? !Si lo tenemos todo preparado para ir a los Pirineos! --Tranquilo, la siguiente vez que vayamos seguiran ahi, en el mismo sitio. Te propongo un plan alternativo, mucho mas cerquita. Nos vamos a pasar el fin de semana a Legazpi. Quiero echar un vistazo a la zona y si hay suerte, encontraremos lo que estoy buscando. Hay algunas cosas que he hablado con mi aitona y con su gestor esta tarde que tengo que contarte. Le relato a su novio con todo tipo de detalle la conversacion que habia tenido con su abuelo y la visita a la gestoria. Jon la escucho en silencio, y cuando termino, dijo: --Vamos a ver. Asi que tu aitona te regala uno de los mejores pisos que te puedas imaginar en pleno Boulevard donostiarra y tu te preocupas por un caserio del que puede que tu aitona solo sepa el nombre. A lo mejor esta en ruinas o simplemente ya no queda nada de el, pero, aun asi, has decidido que es el plan perfecto para pasar el fin de semana: !a la caza del caserio perdido! --Jon intento sonar sarcastico, pero no lo consiguio. --!Venga, Jon! Esta cerca y puede que encontremos lo que busco o puede que no, pero sin irnos muy lejos seguro que veremos lugares que merecen la pena. --Vale, vale, me rindo. Eres capaz de pasarte todo el camino justificando el viaje. Al final voy a terminar preguntandome: ?como no se nos habria ocurrido antes? --Jon sonrio. Cogieron la A1 y dejaron a un lado localidades como Lasarte, Tolosa, Ordizia, Beasain... En menos de una hora estaban en Zumarraga, cogiendo el desvio hacia Legazpi. Pasaron por delante del parque de bomberos y llegaron a lo que parecia la entrada del pueblo, una recta con diversas fabricas a ambos lados. Una vez en el centro, aparcaron en el parking subterraneo que habia junto al ayuntamiento. Salieron del aparcamiento por las escaleras centrales y lo primero que hicieron fue buscar a alguien a quien preguntar por el caserio en cuestion. Un matrimonio mayor se encontraba sentado en uno de los bancos situados en los porticos de la iglesia, mirando hacia un parque lleno de ninos que corrian de un lado a otro. El hombre debia tener dificultades de movilidad porque tenia dos bastones apoyados en el banco, uno a cada lado. A su derecha se encontraba la que creian seria su mujer, una senora de pelo blanco que sin duda en su juventud habria sido muy guapa y elegante, puesto que todavia lo seguia siendo. Se acercaron y Nerea les pregunto si conocian el caserio Gibola. --Gibola... --El hombre dudo un momento--. Ninguno de los dos hemos nacido aqui. Yo soy de Ordizia y mi mujer es gallega, pero llevamos muchos anos viviendo en Legazpi, y yo juraria que el caserio Gibola esta en Brinkola, un barrio que esta a unos diez minutos en coche de aqui. Deberiais preguntar a alguien de alli. Tras dar un pequeno paseo por el centro del pueblo, volvieron al parking y programaron el GPS direccion Brinkola. En aproximadamente diez minutos y despues de atravesar otro barrio llamado Telleriarte, pasaron por debajo de un puente de siete arcos realmente alto donde el GPS les indico que habian llegado a su destino. Enfrente de un estanque lleno de patos, gansos, ocas y hasta un pavo real, vieron a un hombre vestido con pantalones de mahon, una camisa de cuadros y calcetines de artilla con albarcas de goma en los pies, el calzado tipico de los caseros. Detras del hombre habia un cartel que indicaba el nombre del caserio y la venta de pan casero: <>. Pararon la furgoneta y se acercaron a el. --Arratsalde on, ?Vendes pan? --le pregunto Jon al hombre antes de que Nerea tuviera tiempo de decir nada. --Berdin --contesto el casero--. Si, tengo pan casero, leche, huevos... productos de caserio. Me dedico a ello. --Pues un pan casero y un par de litros de leche ya nos llevariamos --contesto Jon. Le encantaba la leche de caserio. No tenia nada que ver con la leche que se compraba en el supermercado, tenia muchisimo mas sabor. Y con el pan le pasaba lo mismo--. ?Podria ser? --Si, claro. Leche tengo toda la que querais y el pan es de hoy mismo. Los viernes hay mercado en el pueblo y suelo hacer mas cantidad. Si me acompanais os lo doy enseguida. Aparcaron a un lado la furgoneta y lo acompanaron unos metros hasta la entrada del caserio. El casero se hizo con la leche y el pan, y mientras lo ponia todo en una bolsa, Nerea aprovecho para preguntarle por el caserio Gibola. --Estamos buscando un caserio y nos han dicho que esta por aqui. Su nombre es Gibola. ?Lo conoces? El casero puso cara de sorpresa. Nerea y Jon no supieron como interpretar aquella expresion. --Si que lo conozco. No queda lejos de aqui, pero no encontrareis a nadie alli. Esta deshabitado. ?Por que lo buscais?

  • Mis Ojos En Ti de Lisy Noboa

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    ?Se puede amar en un mundo lleno de dolor y traiciones?

  • Frontera alterada de Julio Gude

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    El inexpugnable muro de Trump, finalmente levantado en la totalidad de la frontera entre Estados Unidos y Mexico, ha arrancado la esperanza para cualquier ciudadano latinoamericano de encontrar una vida mejor emigrando hacia el norte. Ahora un hecho sobrecogedor provocara que la sociedad estadounidense busque huir hacia tierras meridionales, pero ?que pasa cuando tu propio medio de defensa se convierte en una trampa mortal?

  • Yo, bufon del rey de Mahi Binebine

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    Novela finalista del Premio Renaudot

  • El llanto de los terneros de Daniel Cardona

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    E El llanto de los terneros s la tercera vez que suena el CD de Stone Temple Pilots. Es el unico que tengo en la guantera y al viaje a Santa Ana le quedan todavia varias horas por delante. No hay senal de radio que entre en esta carretera olvidada por el olvido. Parece que le hubieran arrancado a pedazos los pocos vestigios de vida que le quedaban. Ni un arbol en pie, ni una rata agonizante en el camino, ni una estacion de gasolina. Nada, una carretera desierta en la que vararse podria costarte la vida. Tengo varias garrafas de agua en el maletero y comida enlatada en caso de que me falle esta carcacha. Son las provisiones necesarias para caminar hasta Santa Ana en caso de averia mecanica. Tambien llevo un pasajero en la parte de atras. Mas adelante te hablare de el. Apago el CD. Me gustan los Pilots pero si escucho otra vez a Scott Weiland repitiendo las mismas canciones terminare con el cerebro mas frito que el suyo. Apretar el boton del stop me sienta bien. Un poco de silencio me ayuda a concentrarme en lo que he venido a hacer. No es la primera vez que me envian a este pueblo perdido, pero igual nunca voy a acostumbrarme. El trayecto es lo de menos, lo que sientes al pisar el suelo de Santa Ana no se lo deseo a nadie. Espera un poco y lo entenderas. Aumento la velocidad, quiero llegar y salir de este lugar lo antes posible. El calor es insoportable, el sudor me bana los ojos y dificulta la visibilidad. Veo todo en forma difusa, como si un borrador de goma hubiera tratado de desaparecerlo todo, los arboles, las rocas, el asfalto. A lo lejos veo una figura que se retuerce a la orilla de la carretera. Al principio parece un animal, pero al acercarme puedo ver que se trata de un ser humano, o lo que queda de el para ser exacto. Desacelero al avanzar. El tipo tiene las manos sobre su estomago y su camisa esta ensangrentada. No luce nada bien y no parece estar fingiendo. Mi cerebro procesa informacion a una velocidad endemoniada. Mi yo humanitario me susurra al oido que debo socorrer al moribundo. Mi yo calculador me susurra al derecho que esto es una trampa, que de bajarme del auto terminare rodeado por una banda de asesinos que no dudarian un segundo en sacarme el corazon con tal de quedarse con mis provisiones. Cuando las decisiones son de vida o muerte prima tu instinto de conservacion. Acelero, tomo una botella de agua sin empezar y al pasar al lado del extrano se la lanzo lo mas certeramente posible. Tengo buena punteria y esta vez lo he vuelto a hacer. La botella cae justo al alcance de sus manos. Se que esto no le va a salvar la vida pero a mi si puede mantenerme respirando. Miro por el retrovisor y solo alcanzo a ver un bulto difuminado por el aire ardiente que flota sobre el asfalto. Te dije que llevo un pasajero en la parte de atras. Es una chica de 24 anos en avanzado estado de embarazo a quien tengo prohibido dirigirle la palabra. La recogi en el lugar acordado a primera hora de la manana, le entregue una bolsa llena de monedas de oro, le abri la puerta trasera y le sonrei como se le sonrie a alguien que acaba de enterrar a un ser querido o a quien se le acaba de diagnosticar un tumor cerebral. Ella no me devolvio la sonrisa, sabe a que ha venido y ha aceptado las condiciones. La suma que ha recibido le permitira vivir sin preocupaciones por el resto de sus dias. Lo que esta dispuesta a realizar a cambio del dinero acordado le puede costar su cordura. Todas estas chicas tienen la misma mirada, la de alguien que sabe es demasiado tarde para dar marcha atras. El viaje de ida a Santa Ana lo hacen con los ojos de los que estan a punto de perder su tesoro mas preciado. El de regreso lo hacen con el alma vacia. Piensa en una finca de ganaderia. El destino de las vacas es ser prenadas y ver como sus crias son arrebatadas al nacer, una y otra vez, en un ciclo interminable. Su tristeza es diferente porque ellas no eligieron hacerlo por cuenta propia ni existe recompensa por su sacrificio. Soy Caronte, el barquero que transporta las almas perdidas a traves de las aguas que conducen al infierno. Lo hago en un Cadillac destartalado a traves de una carretera fantasma y no en una barca del inframundo. Lo que suceda alla no me corresponde, mi papel es el de hacer llegar el encargo. No le dispares al mensajero. El sol comienza a esconderse y el calor se hace mas insoportable. Miro el reloj. No falta mucho para llegar. Acomodo el espejo para echarle un ojo a la muchacha. Sigue en lo suyo. Absorta, acariciando su vientre y sumida en sus pensamientos. Es una imagen que he visto multiples veces pero que me sigue golpeando de la misma forma. Fijo mi vista en la carretera. Un letrero descolorido me indica que quedan cinco kilometros para llegar a mi destino. Justo a tiempo. Cuando llegas a un pueblo, cualquiera que sea, esperas encontrarte con un minimo de civilizacion. Es lo normal en cualquier asentamiento. Un puesto de policia, un minimercado, una gasolinera, un bar, un motel y una iglesia. Aqui no encuentras nada de eso. Al entrar en Santa Ana te topas con un punado de casuchas abandonadas cuyas puertas estan marcadas con un signo rojo en forma de T. Tambien escuchas esa mezcla de llantos de bebes y gritos de mujeres arrepentidas que te hacen helar la sangre. Sonidos que rebotan en las rocas de las colinas circundantes y regresan multiplicados por el eco para meterse a la fuerza hasta el fondo de tu cabeza. Pero es apenas el comienzo. Lo peor es el olor a carne quemada y los rezos incomprensibles de los encapuchados que vienen a recibirte. El proceso es siempre el mismo. Debo parquear el auto en el centro de lo que alguna vez fue la plaza de este lugar. Es ahi cuando ves a lo lejos al grupo de seres de la noche siguiendo a una muchacha desconsolada a traves de un callejon estrecho, portando antorchas y banderas adornadas con el mismo simbolo rojo que decora las casuchas del pueblo. Poco a poco te va llegando el sonido de sus rezos combinado con los lamentos de la muchacha. Se te eriza la piel y se te acelera el pulso. La fonetica de sus rezos no encaja con ningun idioma que conozca. No hay correspondencia latina, sajona o eslava ni nada medianamente cercano a lo que haya escuchado antes. Puede ser un idioma fabricado o una lengua hablada al reves que se te mete por los poros a traves del sistema nervioso para atacar tus funciones motrices y dejarte tan petrificado como un condenado a muerte tras recibir la primera inyeccion letal, esa que te paraliza por fuera y te dibuja una sonrisa de angel para camuflar el dolor de las punaladas que recibes por dentro. El lider del grupo levanta su antorcha y los rezos se detienen. Le da una bolsa de tela a la muchacha y le indica que se dirija hacia mi auto. La chica viene a mi encuentro y me entrega la bolsa. Abro la puerta trasera y le indico a mi pasajera que ha llegado el momento. Ambas muchachas se miran de frente. Una tiene la mirada de quien esta a punto de perder su tesoro mas preciado. La otra tiene los ojos vacios. Entro al auto con una chica hecha pedazos. La otra desaparece en medio de los encapuchados. A lo lejos, los sollozos de los pequenos se hacen mas intensos, como suplicando auxilio a quien esta a punto de dejarlos a su suerte. Sollozos que se combinan con los rezos de los seres de la noche y los gritos de las muchachas. Es la sinfonia del infierno. Un requiem por un mal sueno. Saco a los Pilots de la guantera y subo el volumen al maximo. Scott Weiland viene a mi salvacion y me revienta la cabeza con su voz rasgada. Camufla todo sonido exterior y me trae algo de tranquilidad de regreso. Bueno, parte de ella, el olor a carne quemada no hay nada que lo camufle. PS/ Este cuento fue premiado en el XIV Concurso de Cuento Nuestra Palabra que se celebra cada ano en Canada. SOMBRAS !Senor, protegeme con tu Santa Sangre! Esas fueron las palabras que pronuncie cuando aquella entidad poso sus ojos sobre mi humanidad. Senti un profundo alivio al notar que mi invocacion habia surtido efecto. La oscura figura se alejo de inmediato. Entre Canibales Algunos diran que soy un monstruo. Otros, que soy su heroe. Tal vez ambos tengan razon, tal vez ambos esten equivocados. Tu decide. Escucha esta historia y saca tus propias conclusiones. Estoy en la cocina de mi apartamento. Llevo puesta una bata de laboratorio, unos guantes de latex y una mascara de enfermero. Diras que no es el atuendo habitual para preparar una cena. Tienes razon, pero esta no es una cena cualquiera. He invitado esta noche a la Profesora Norma y a su esposo, el Doctor Cuesta, a una comida inolvidable. Ambos me han inspirado, cada uno a su manera, como nadie lo ha hecho; y ha llegado el momento de devolverles un poco de todo lo que me han entregado. Te voy a adelantar algo, el Doctor Cuesta no va a llegar a la cita, puedes darlo por hecho. Te voy a decir algo mas, el Doctor Cuesta (o lo que queda de el), se encuentra en el refrigerador. El resto lo acabo de poner a cocinar. Diras que soy un monstruo. Tal vez tengas razon. Espera a que termine la historia y toma una decision. Tomo el celular del Doctor Cuesta y le envio un mensaje de texto a su esposa. --A las ocho en la casa del arrastrado --Jajaja. Te pasas, a las ocho entonces. Xoxoxoxo --responde la profe Norma segundos despues. Arrastrado es el apodo que me puso el Doctor Cuesta gracias a la empalagosa admiracion que le profeso a su esposa, mi profesora de apreciacion cinematografica. Una mujer fina, culta, delicada. Esa mujer perfecta a quien no imaginas casada con alguien tan despreciable como Cuesta. Hay que decir que el tipo es exitoso en su campo y a nadie le gusta apostar por un caballo perdedor. Mi zalameria con la Profe Norma siempre fue parte del plan.

  • 14 razones para pasar de ti (Mujeres unicas 2) de Begona Gambin

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  • Mansur. El legado de Mariah Evans

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    En 1869, en una excavacion arqueologica en Irak, se hallaron miles de tablillas de arcilla. El hallazgo, con una Antiguedad de casi 10 000 anos, narra unos acontecimientos que, de ser ciertos, cambiarian nuestra concepcion sobre cual fue el origen de la humanidad. Durante la guerra de Irak muchas de esas tablillas se destruyeron, perdidos para siempre sus antiguas ensenanzas. Solo algunas de ellas lograron salvar se. Las tablillas de Sumeria albergan el mayor secreto de la humanidad, un secreto que muchos han intentado silenciar a lo largo del tiempo. Un secreto que sera revelado llegado el momento. En la actualidad, El equipo de karan se prepara para librar la batalla mas crucial jamas conocida, cuyo resultado determinar el destino final de la humanidad.

  • 1 Martini, 2 Palmeras y 3 Idiotas de Patricia Ruffo

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    Gabriela es una directiva que vive en permanente stress. Se pasa la vida trabajando como loca para una multinacional en un ambiente tremendamente cosmopolita y surrealista. Harta de esta situacion, decide cambiar de vida dando un giro a su carrera de 180a …de pronto un torbellino de situaciones enloquece la rutina de la empresa, aparece un sorprendente cadaver en un despacho… Hilarante, ritmo trepidante y muy divertida este novela nos traslada a lugares indomitos y exoticos, capitales emblematicas, personajes unicos e historias entrelazadas llenas de humor, aguda critica e ironia.

  • La condesa de las tinieblas de Laura Gay

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    Paris, 1795. Marie Therese Charlotte de Borbon lleva tres anos viviendo encerrada entre los muros de la Torre del Temple, encarcelada por los revolucionarios franceses. Ha visto morir, uno tras otro, a todos los miembros de su familia y ha sufrido la mas terrible de las humillaciones: la violacion; teme que no haya escapatoria cuando se le ofrece la liberacion a cambio de doce prisioneros de guerra. Esa misma noche, mientras se divertia jugando a las cartas y con prostitutas, Leonardus Cornelius Van der Valckrecibe la visita de un noble austriaco que le hace una oferta que no puede rechazar: el mismisimo emperador austriaco le pide que tome bajo su custodia a su prima, la unica superviviente de la familia real francesa.

  • Seis numeros rojos de Jose Luis Leon Padial

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    La vida de Luis transcurria con total normalidad hasta que un dia todo dara un giro inesperado y se vera implicado en un asesinato. La unica salida que ve es investigar el mismo el caso e intentar salir del atolladero en el que se ha visto envuelto. Tras la unica pista que tiene, recorrera las calles del Realejo de Granada para encontrar al verdadero culpable.

  • Contra La Pared de Ruth M. Lerga

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    Era una vista a puerta cerrada, solo la jueza, un par de abogados y el responsable de Jefatura de la operacion a tratar se hallaban en la Sala del Juzgado de Instruccion de lo Penal numero Dos. Tras la exposicion y la presentacion de las pruebas la magistrada hizo muchas preguntas, despues pidio aclaraciones e inquirio documentacion. Y siguieron mas preguntas. El inspector Llagaria, de la Udyco, no era tonto y sabia que se iban a cepillar su orden de registro --una cagada del nuevo se habia cargado la prueba--, asi que trataba de mantener el aspecto sereno, a pesar de que por dentro estuviera hirviendo de rabia, mientras anticipaba en su cabeza lo que iba a escuchar; aunque no imagino tanta educacion, le concedio el punto a la magistrada: el unico punto que pensaba darle dado que iba a joderle a base de bien. --Me temo, letrado, que voy a tener que resolver la desestimacion de la solicitud de... --telita con el nombrecito, se dijo Laura, como cada vez que le caia en la mesa una de sus peticiones-- del Grupo IV de Estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de la Brigada de la Policia Judicial de Valencia. Previendo ella cuanto iba a importunar su fallo, toco la campanilla para cerrar el juicio y comenzo a quitarse la toga a toda prisa, deseosa como nunca de largarse de la estancia. A veces, vigilar el estricto cumplimiento la ley era una mierda, y si ademas a quien cabreabas era a Martin Llagaria, entonces era una putada. Pensaba esconderse en el bano --si, huiria cual rata por tirante-- hasta estar segura de que se habia marchado del juzgado. Una lastima; solia buscar algun motivo de indole legal para tener una charla a solas con el en cuanto se presentaba la ocasion. Siempre se cenian a lo profesional, aquel hombre parecia tener menos sentido del humor que Risto Mejide, pero a ella le gustaba mirarle. A ella y, al parecer, a la mitad de las mujeres de la Ciudad de la Justicia de Valencia, porque cada vez que corria el rumor de que habia una causa de su unidad aparecian por el pasillo desde chicas del equipo de limpieza hasta companeras de magistratura, haciendose las encontradizas, muy cucas ellas. Un tio bueno era un tio bueno y eso no entendia de edad, condicion o estado civil, que a fin de cuentas a nadie le amarga un buen dulce. Sobre sus tacones de aguja de diez centimetros y medio enfilo el pasillo sintiendo como los abogados le taladraban la nuca y salio directa a los banos de caballeros, que estaban casi al lado, metiendose en el aseo de minusvalidos. Ya dentro se sento sobre la taza, cerrada, se quito los stiletto dejandolos caer con placer y estirando los dedos de los pies para relajarlos, y saco del bolso el Kindle. <>. No contaba con que su huida solo aumentaria la mala leche del policia, que la siguio dispuesto a decirle un par de cositas sobre su sentencia. Se sorprendio al verla entrar en los lavabos equivocados. Aunque pensandolo bien, tanto mejor para el: la intrusa seria ella. Abrio la puerta menos de medio minuto despues, se aseguro mirando por debajo de las puertas de que no hubiera nadie mas -- reconocio sus zapatos en el ultimo cubiculo, el mas grande, y no encontro mas pies en los otros banos--, y coloco el cono con el aviso de <> fuera de los aseos, en el pasillo, cerrando tras el. Laura oyo que alguien entraba pero le dio igual, estaba acostumbrada a que otros usaran el vater mientras ella estaba alli, en uno de los poquisimos lugares sin cobertura telefonica en todos los juzgados. Asi que los escuchaba orinar y se entretenia contando cuantos se lavaban las manos despues. Estaba molesta con toda la situacion de aquel proceso: que un error de novato la obligara a rechazar un registro de sota, caballo y rey y tener que denegarselo, para colmo, precisamente a Llagaria. De todas las veces que habian coincidido en los tribunales, aquella era la primera oportunidad que habria tenido de verlo en la calle. Se corrigio al punto: de que la mirara fuera de su trabajo. De haber aceptado, habria podido ir con su unidad hasta el domicilio del presunto delincuente y asi la habria visto por primera vez sin la horripilante bata negra, bajo la que podia esconderse un cuerpo espigado como el suyo o uno enorme como el del juez Rosales, tan ancha era la maldita toga. --?Senoria? !?Pero que mierdas...?!, interrumpio sus pensamientos aquella voz que creyo reconocer como la del inspector. <>, se mofo. --Senoria --repitio la voz de nuevo, y si, para su histeria y sus ganas si que era el--, no se esconda, se que esta en el aseo de minusvalidos, veo la suela roja de sus zapatos, ?puede salir? O como diria usted: me temo que tengo que resolver pedirle que salga --acabo con retintin. Vaya, al parecer podia ser gracioso cuando queria, el colega. --Haz lo que tengas que hacer y dejame --le respondio con voz autoritaria. Era la primera vez que la descubrian alli y se sintio algo avergonzada, pero tambien invadida, aquel era, despues de todo, su refugio. Martin sintio que le estaba vacilando: le tuteaba cuando el la habia tratado segun la formalidad establecida, le hablaba como si la enfadada fuera ella y, para colmo, le echaba del bano de hombres. Iba lista si pensaba que se marcharia. --Lo que voy a hacer es empezar a cagarme en todo. Laura torcio el gesto, divertida por su expresion, y le respondio desde la proteccion que la puerta le ofrecia. --Si lo que desea es defecar ha venido al lugar adecuado, enhorabuena. Por favor, tenga la bondad de hacer uso de mi envio cuando acabe. Y dio una patadita al bote de ambientador que tenia escondido detras del inodoro, que la habia salvado de morir por gases toxicos en mas de una ocasion. El frasco rodo por el suelo hasta el. No le hizo ninguna gracia la bromita. --Lo que quiero es hablar contigo --!a la mierda los formalismos! --, asi que sal de ahi. --Largate --insistio, rebelde. No tenia ganas de enfrentamientos estando enfadada. --No me ire hasta que no salgas --le insistio, con el tono de quien habla con una cria cabezota. Martin incluso se cruzo de brazos, como si ella pudiera verlo, y apoyo un hombro contra la pared. ?Hablaria en serio?, se pregunto Laura. ?Seria capaz de esperarla? Habia huido cual rata y la habia atrapado en su propia ratonera. Claro, como estaba como un queso, el tio... --Puedo denunciarte por acoso --probo de ahuyentarlo. --Y yo hacer saber a todo el edificio que te acosaba en el vater de tios. ?Sales? Una tenia que saber cuando habia perdido y aquello era una derrota en toda regla. --Voy --le confirmo, asegurandose de que su voz se oyera de lo mas digna. Se calzo de nuevo con calma, se aliso la falda, estiro los punos de su camisa y tiro de la manija. Nada. Repitio la maniobra un par de veces, extranada. Nada de nada. Martin escuchaba desde fuera los ruidos de la cerradura bloqueada. --Quita el pestillo --le pidio, exasperado. --El pestillo salta solo cuando abres, listillo. Oyeron los dos como le daba otra vez al manubrio, sin exito. --?Es un truco para no encararme? --Porque era lo que le faltaba para acabar de calentarse del todo. --No digas chorradas e intentalo tu. --A pesar de no estar asustada, su voz salio algo mas aguda. Aquello no le estaba haciendo ni pizca de gracia. El policia se separo de la pared y trato de abrir la puerta, pero no pudo. --Creo, senoria, que te has quedado encerrada. --!Pues haz algo, joder! Levanto las cejas al escuchar la palabrota: la magistrada era siempre muy correcta, jamas la habia escuchado jurar en arameo. --?Tienes algun problema con los espacios cerrados? --se preocupo por ella. --?Tienes tu algun problema en abrirme? --lo reto a cambio, con voz seca. Solto una carcajada sin poder evitarlo: asi que aquella mujer tenia genio e ingenio, despues de todo. Las veces que habian hablado le habia parecido muy seria, distante incluso. Le resultaba imposible mantener una conversacion personal con ella y saber algo de su vida, !y eso que su trabajo consistia en averiguar cosas sin que se notara que interrogaba! Desde el otro lado de la puerta a Laura le sorprendio el sonido: nunca le habia escuchado reir. Asi que despues de todo el inspector no era tan formalito, se animo. Lo veia siempre tan serio y correcto, con su uniforme y su semblante grave. --Pues dadas las circunstancias, creo que podriamos aprovechar para tener una pequena conversacion. Justo de lo que ella habia tratado de escaquearse, metiendose alli. --Esto es un vater, no un confesorio. Abre la puerta y no me agobies. --?Estas segura de que no tienes claustrofobia? --!Que abras la puta puerta, te digo! --perdio las formas, nerviosa. Ya no sabia si era el encierro lo que la estaba poniendo medio histerica o era que el pareciera estar divirtiendose a su costa. Y no es que fuera orgullosa, el humor era su via de escape y se mofaba de todo, de ella misma la primera, pero Martin Llagaria la ponia tensa, estaba demasiado bueno. Sus hombros anchisimos, la enorme espalda, los ojos negros, el pelo ondulado del mismo color --no lo llevaba tan corto como otros companeros suyos-- y su voz. Era grave, sexi. Fijo que podria haber trabajado en una linea caliente. La ponia muy tensa y le ponia un poco, dicho fuera de paso. Ante la exigencia, gritada de malos modos, se puso en accion. Saco del bolsillo unos ganchos y se arrodillo delante de la puerta. --Dame un minuto, llevo un juego de ganzuas, voy a ver que puedo hacer... --Que bien preparado vas, ?no? --se burlo ella, volviendo a descalzarse, sentandose otra vez--. Ni MacGyver. --?Conoces a MacGyer? --lo escucho casi interrogarla con diversion--. Te hacia mas joven, ?cuantos anos tienes? --!Vete a la mierda! Tengo un hermano mayor, eso es todo. -- Pasaba de su interrogatorio. De nuevo Laura lo escucho reir. Deberia sentirse halagada porque la viera tan joven como para no conocer la serie del agente que con un chicle y un petardo te hacia una bomba atomica; y total, tenia solo treinta y tres anos. --Confiesa tu edad o dejare de hurgar en la cerradura. Y como para hacerle saber que iba en serio, dejaron de escucharse los ruiditos del gancho removiendose. La amenaza funciono. --La dichosa edad de Cristo. --Eso explica que seas un martirio. --!Oye! --se quejo, mas seria esta vez. --Olvidalo. Nada --se rindio--, que el maldito pomo no salta. --Sigue intentandolo. --No tiene caso. Por cierto, ya podrias usar el <> alguna vez --le reprocho al tiempo que seguia probando a ver si podia hacer saltar el pestillo, poco esperanzado. --Por favor, puerta, abrete --dijo burlona, evitando pedirselo a el. --?Quien te crees que eres, Ali Baba? Deberias probar entonces con <>, ?o no te contaron bien el cuento? --!Tu si que tienes cuento! A ti esto te divierte, ?no? La idea de llamar a los bomberos y que todo el mundo se entere de que suelo encerrarme aqui. Que perra tenian las mujeres con los bomberos, de verdad. Si la gente respetara la mitad al Cuerpo Nacional de Policia otro gallo les cantaria. Pero no, todo para el equipo rojo, nada para el equipo azul. --Entiendo por tus palabras que el hecho de que hoy estes aqui no es algo excepcional, por tanto. --Abre. La. Puerta. --No. Puedo. --!Pues dale una patada y adentro, joder! --acabo por exasperarse. Martin estaba cachas, debia hacer ejercicio muy a menudo, pesas si tenia que apostar. Podia tumbar la puerta si queria, como en las peliculas. --La puerta se abre hacia afuera y la ley Corcuera --que permitia abrir una puerta sin permiso del juez si se sabia que se estaba delinquiendo detras de esta-- fue declarada inconstitucional en 1993, deberias saberlo. --Si siguiera vigente no habrias venido esta manana al juzgado a pedirme un imposible, como si yo fuera el genio de la lampara. Se maldijo por sacar el tema de su sentencia. --Hablando de eso... --?De mi genio? --se esperanzo. --Sabes que no. --?De mi fallo, entonces? --se resigno. --Me alegro de que reconozcas que ha sido un fallo garrafal, me has ahorrado medio discurso. --Dejate de gilipolleces y sigue con la ganzua... --le espeto. No queria hablar del juicio, de verdad que no queria.

  • Cuentos De Bloomsbury de Ana Maria Navales

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    Desde el 22 Hyde Park Gate, donde nacio Virginia Woolf, paseando por Fitzroy Street y Gordon Square, he recorrido, una y otra vez, en mis ultimos veranos londinenses, el corazon del Bloomsbury, los lugares que conservan la huella literaria y artistica de quienes de este distrito de la ciudad del Tamesis recibieron su nombre. Su latido se extiende hacia la region de Sussex, y puede escucharse en la Little Talland House, de Firle, cercana a la Charleston Farmhouse; en la Asham House, que se divisa a traves de los arboles al pie de Itford Hill; en la Monk's House, de Rodmell; en la Berwick Church, casi enteramente pintada por Vanessa Bell y Duncan Grant; en Tilton... Mas que la curiosidad, la pasion me hizo llegar a otros rincones de Inglaterra, siguiendo la huella de Bloomsbury por granjas, mansiones y castillos, o simples casas a la orilla del mar o al pie de las colinas. De todo ello quedan tres grandes albumes de fotografias, el alma llena de paisajes y sensaciones, y material para algun libro mas que no se si escribire algun dia. Estos cuentos son una libre recreacion de algunos de los personajes que protagonizaron el grupo Bloomsbury. No siempre aparecen con sus nombres porque, a veces, el juego de la ficcion me parecio exigirlo. La utilizacion de la primera persona en algunos de los relatos es tambien, obviamente, un recurso literario. Este libro, bajo la sombra tutelar de Virginia Woolf, pretende ser un homenaje a lo que ellos representaron, un momento de plenitud creadora. EL RETRATO DE LADY WYNDHAM Ahora iba a llamarse Eleanor Wyndham y una nueva caricatura de su persona apareceria proximamente en una novela. Las cuartillas que Mark habia dejado sobre la mesa de su dormitorio la describian superficialmente, pero acentuando su extravagancia. Los sombreros altos como una chistera, los zapatos de punta encorvada y enormes hebillas, sus vestimentas de estilo oriental o griego, tunicas y clamides, vestidos copiados de las madonnas de Rafael, de los cuadros de Velazquez, del vestuario de algun recien estrenado ballet. Mark contaba que una vez la encontro en el vestibulo del Royal Theatre llevando un kaftan y un fez de piel negra, de caracolillo, que mas parecia una peluca rizada para tapar las canas que la hacian mas vieja de lo que era en realidad. Perlas y brocados acentuaban su aspecto de princesa renacentista o de gitana trotamundos, de una belleza rara y discutible, cubierta de joyas como la amante de un rico mercader. Su andar inimitable, igual que si bailara al compas de una musica interior que solo ella podia oir, esa arrogancia heredada de su estirpe, que habia crecido al mismo ritmo que su libertad, hacian mas enhiesta su figura, desgalichada a veces en el abandono de si misma. En el rostro destacaban los pomulos, la nariz judia, la boca con sonrisa levemente desdenosa, los ojos de un verde mar azulado, proyectando la mirada fria que era una inicial barrera entre los otros y el profundo calor de su cuerpo que emanaba de las pasiones ocultas. Mark no era al principio excesivamente acido con su personaje. Habia elegido para Eleanor Wyndham unos origenes que no se apartaban demasiado de los de su modelo, una lady que comia nueces servidas en bandejas de plata y semillas de alcaravea para combatir sus intensos dolores de cabeza. Una lady cuya infancia dorada habia quedado sumergida en los tuneles del viejo palacio donde crecio esperando su hora de libertad. De nina, para luchar contra el aburrimiento, habia cabalgado por Sherwood Forest en su poney blanco como un velo de novia, como un prado cubierto de nieve intacta. Ahora, se entretenia cuidando los crisantemos amarillos que crecian alrededor de su casa en Londres o los grandes jardines del manor, la mansion que el lord consorte habia adquirido para ella y sus juegos de gran senora en Oxfordshire. Mark era un buen escritor. Antes de descubrir aquellas cuartillas, de sentirse explotada, observada y analizada, absorbida hasta dejarla sin medula para transplantarla a aquella Eleanor Wyndham, que nombre tan absurdo, antes de aquella manana en que habia ido a buscarle a su dormitorio para charlar intimamente, o sea hacia unos minutos, ella habia alabado sus novelas frente a otros huespedes de su palacio, y no solo por ser amable, porque el hubiese elogiado sus bordados la tarde anterior, sino por sincera admiracion. En el folio numero tres, un habil uso del lenguaje convertia la ironia en burla despiadada. No sabria decir en que palabras precisamente se apoyaba el escarnio, pero ella sentia humillacion y rabia cuando aquella lady inexistente, esa tal Eleanor Wyndham, se convertia en una fanatica religiosa que explicaba la Biblia a los granjeros, ensenaba a leer y escribir a los gitanos que merodeaban por su hacienda o vivia pobremente solo por darse el placer de arrojar monedas al aire, como si fuesen caramelos, cuando los ninos la seguian por las calles del pueblo, solo por ver su capa negra de vampiro, sus botas rojas de cosaco, su sombrero de larga pluma, su uniforme de mosquetero que ha olvidado en la muralla de palacio el arma de fuego. El abierto deseo de ridiculizarla se mezclaba con unas gotas de ternura, de cierta poesia que, a veces, se esconde en un relato como los insectos con sus alas plegadas se ocultan entre los petalos de algunas flores. No se les ve, se les presiente, y uno apenas se atreve a olfatear aquel tulipan cerrado, aquella rosa a medio abrir de la que puede saltar un ser minusculo dispuesto a clavar su aguijon. Asi era la prosa de Mark, belleza y dolor dificilmente separables. Habia algun pasaje inocente, como el del asombro de la lady ante el zepelin. La dama no sabia si era privilegio o reconocido valor lo que unia a esos hombres que se elevaban hasta tocar el cielo con la mano, dentro de aquel enorme balon de rugby. Despues, Mark se ensanaba con una lady absurda y dominante, de escaso talento, incapaz de comprender a Tucidides, preocupada por transmitir, confundiendolo con su extravagancia, un cierto magnetismo personal, puro oropel. Mark la acusaba de rodearse de seres brillantes, de artistas de ingenio, para iluminar su vida que se arrastraba por las sombras. Una senora de alcurnia que coleccionaba cuadros y amantes, y se encerraba en su cuarto para leer a Balzac hasta el amanecer. La lady compraba los cuadros atendiendo mas a su precio y tamano que a la calidad del artista. Diez o quince libras de entonces, de los tiempos del zepelin, era su tope. En realidad se trataba de ayudar al pintor, de solucionarle un pago de facturas pendientes, la adquisicion de materiales de trabajo, comida quiza para un mes. Un modo de conjugar su generosidad con el orgullo del artista. Ademas, solia enviarle, junto al cheque, entradas para el teatro, el ballet o un concierto de balalaika, para que el elegido tuviese muy claros los limites entre lo que es un regalo, un detalle de distincion, algo superfluo, sin sentido practico, y la compra de ese cuadro que se admira y desea para contemplarlo en los muros de la propia casa. Si no era asi, queria hacerselo creer. Para eliminar todo resquicio de duda, para dejar bien enterrada su generosidad, la lady cerraba la transaccion con una frase solemne: <>. No eran palabras suyas, pertenecian a uno de los libros que siempre leia de noche, cuando su lecho estaba vacio y, desde afuera, la lluvia y el viento traian canciones de otono y de hojas caidas. Aquella lady era una sentimental. De nina habia tenido, en un rincon de la abadia del palacio, lo que ella llamaba la habitacion de sus tesoros. Cuando los adultos salian de caceria --!ay!, los tristes venados que entraban en la cocina, quietos, rigidos, mirando fijamente con sus ojos tan cristalinos-- o jugaban a las cartas alrededor de la chimenea, o se sentaban en tapizadas sillas francesas a oir los gorgoritos de una dama que apoyaba un brazo junto al jarron del piano, mientras el otro hacia aletear su panuelo de encaje; cuando los hombres paseaban su aburrimiento entre el frufru de las enaguas almidonadas de las senoras, la lady, pequenita y llena de lazos, se encerraba en su habitacion de los tesoros. Alli, en una caja china, guardaba trocitos de seda y terciopelo, de un color amarillo palido, granate, o de ese plateado opaco que lucian las palomas en los alfeizares de las ventanas. Tenia tambien tarritos de crema vacios, con dibujos de abanicos en la tapa, y platos de porcelana donde guardaba los petalos secos de las rosas, los claveles y los lirios del valle que alguna vez habian adornado sus vestidos. Alli era como una princesa triste, que tendra la princesa, que se entretenia en inventar una caligrafia, ahogada de espirales y palos ganchudos, con la que llenaba su diario en el que escribia su vida con afiladas plumas arrancadas a los pavos reales que merodeaban entre las estatuas del jardin. Era una caligrafia hermosa e indescifrable. Ahora lady Wyndham tenia otros secretos y se dedicaba a otros juegos. A su habitacion de los tesoros le habia sucedido su gabinete privado, adonde Mark habria tenido que ir la tarde anterior a someterse a uno de esos interrogatorios ridiculos y embarazosos con los que lady Wyndham cercaba a sus invitados, sobre todo a aquellos en los que detectaba un poder imaginativo superior, un intenso amor a la vida o una inteligencia especial. Pero tambien, unos ojos en los que ella creia adivinar extranos misterios, o una sonrisa cautivadora, podrian imponerse a otras mas profundas apreciaciones. Los que iban a ser llamados habian aceptado previamente el regalo de sus flores, tulipanes rojos, a veces un opalo, una alfombra tejida por sus manos, o libros de Gibbon y Ruskin en los que la mayoria de sus huespedes leian el mensaje no escrito de que su dignidad iba a ser sometida a prueba, quien sabe si tambien sus dotes de amante. Mark no habia acudido a la cita y esa era la razon por la que lady Equis, atado el pelo con un foulard de colores como una zingara, irrumpio aquella manana en su dormitorio y descorrio con furia, para dejar entrar la luz, las rojas cortinas que contrastaban con el gris brillante de las paredes. El balcon se abria al jardin que terminaba en los linderos del bosque, el dia era templado y el sol apenas acariciaba aun las estatuas que rodeaban el lago. El dormitorio estaba vacio. Fue entonces cuando ella advirtio las cuartillas que Mark habia dejado sobre el escritorio, sin duda deliberadamente, aquel retrato de Eleanor Wyndham, que era como una larga carta dirigida a ella, que era tambien su propio retrato. Cuando lady Wyndham salia de viaje llevaba siempre amplias capas repletas de grandes bolsillos interiores en cada uno de los cuales reposaba un libro de su ajetreo previo, de ese ir y venir de las hojas hacia delante y hacia atras buscando la frase feliz, el dialogo chispeante, la escena audaz, para darle o no su beneplacito, el favor de su compania, de su interes siempre impaciente del final. Lady Wyndham leia primero a saltos y luego despaciosamente, si el libro habia sabido enamorarla. Asi habia iniciado tambien lady Equis la lectura de las paginas de Mark y ahora estaba, sus perros pequineses buscandola por la casa la habian hallado en el dormitorio gris, acariciando en su regazo a uno de aquellos animales y sujetando la ira mientras leia una caricatura de si misma, la de una diosa serpiente, y era como mirarse al espejo y ver a una imbecil que sin mayores luces pugnaba por entrar con su lampara apagada en las galerias ocultas de los hombres hermosos para despertar sus suenos. Lord Equis no quedaba mejor parado en ese relato sobre lady Wyndham. Aparecia como un marido paciente, algunas veces sospechoso, que borraba sus dudas sobre la fidelidad de su lady caprichosa dedicandose a la politica, jugando al bridge y coleccionando porcelana china de color azulblanco. Mas de una vez, Mark habia esperado en el jardin, junto a otros huespedes, el retorno de uno de aquellos elegidos por lady Wyndham para un intimo coloquio en su gabinete. En el gesto de los heroes de la aventura habia advertido un cierto malestar, indiferencia en algun caso, pero todos coincidian despues en afirmar que el unico lenguaje empleado, en ese primer encuentro con la sacerdotisa del amor, habia sido la palabra. Ella, mirando directamente a los ojos del interpelado, solia interesarse primero por su obra artistica. Sus preguntas eran convencionales, si escribia mucha poesia en aquel retiro campestre que le habia ofrecido, si su pintura progresaba, que tecnicas utilizaba, cuales eran los colores predominantes en sus cuadros. Despues hablaba un poco de ella misma, de los poneys de Shetland que adoraba de nina, de los carruajes, de las calesas antiguas que habia en su casa solariega, de sus viajes a Marienbad, un balneario que le atrajo por la fascinacion del nombre mas que por la fe de que con sus aguas o la tranquilidad del recinto podian mejorar sus dolores de cabeza. No ponia demasiado el acento en la salud, ese era un tema que siempre aburre a los que estan sanos, pero aludia al radio que tomaba en la leche o el te, y al borgona, como dos recursos para aliviar el dolor que le parecian, si no infalibles, de una refinada originalidad. Lady Equis, lady Wyndham, se movia en un mundo de sensaciones y estaba habituada a preparar el camino para que la pasion pudiera entrar en su casa de un modo natural, agradable, sin esfuerzo ni violencia. Con gesto elegante servia a su huesped una copa de sidra, no habia que desperdiciar el champan frances sin estar segura de que la nave llegaria a buen puerto, y fingia acompanar al invitado en aquel rito apenas burbujeante acercando sus labios al fino cristal de la copa. En seguida la abandonaba junto al Kempis que aparecia abierto en la mesa, como al descuido, como consuelo preparado de antemano por si el elegido, siempre artista o intelectual, no comprendia que ella, en el fondo, no buscaba la vulgaridad del sexo sino compartir la experiencia creativa, la inteligencia, de aquel genio que ya se habia bebido la copa de un solo trago. La lady queria comprobar, y aun no lo habia conseguido, si es posible inventar el amor sin agotarse en el intento. Envuelta en terciopelo y entre cojines de seda, lady Equis hablaba de Italia, o de cualquier otro pais luminoso y lejano, donde el sol sale mas pronto en el horizonte y permanece mas tiempo colgado del cielo, y ofreciendo un cigarrillo de una caja pintada con el ave fenix en todos sus costados, decia, alzando las negras sombras de sus ojos, que la pasion tenia lugares de privilegio en el mundo. El juego era muy similar con unos y con otros. Lady Wyndham, que guardaba sus cartas de amor con cintas de raso, que alguna vez se habia enrabiado al saber que sus amantes escribian despues a otras mujeres las mismas frases que solo ella habria debido inspirar, repetia la misma escena con todo aquel que era llamado a su gabinete. Para ella el galanteo tenia sus reglas; otra cosa era el amor. La sonrisa de lady Wyndham llenaba los silencios del hombre, sometido a un embarazoso tete a tete con la gran senora que no soportaba que le hablasen de la lluvia, de los desastres del jardinero, de los libros de cuentas o del menu que la cocinera debia preparar para la cena. Lady Wyndham queria hablar de poesia, de pintura, de la filosofia de Spinoza; lo fascinante era ese interes en la vida de los otros, en sus pasiones, en sus enamoramientos, en todo aquello del mas alto nivel espiritual que impulsaba el genio creador al que ella no tenia acceso. Entre ella y el mundo habia echado un telon de seguridad formado por cientos de plumas de pavos reales, el sol iluminando la magia de aquellos colores y el amor extendiendo su maquillaje brillante en el rostro de la vida. Lady Wyndham era una fanatica religiosa, una romantica excentrica, una mujer generosa y sincera, que no era comprendida en el deseo de lo trascendental y provocaba la burla de sus protegidos, los que acaso envidiaban su alcurnia, su posicion, cuanto les hubiera permitido a ellos, con su talento, gozar plenamente de la existencia. Alli estaba Mark, en el cesped, tendido en una tumbona, escuchando a un amigo, escritor de escandalo y de ingenio, que desearia hacer el amor con lady Equis, con toda su fuerza, removiendo hasta el fondo su instinto animal, porque siempre le habia obsesionado una relacion de ese tipo entre un hombre de origen vulgar, salido del corazon del pueblo, y una mujer de rango. Aunque en el dormitorio sonase una musica de pianola. Lady Wyndham ojeaba la presa en sus tertulias y saraos at home, pero, respetuosa con su hogar, o precavida, se mantenia firme ante cualquier asalto impetuoso del amante. Alli, no. Nada que pudiera atentar contra la dignidad del lord. Se podia flirtear, tener privados coloquios, insinuantes atenciones, algo que era habitual en la alta sociedad, toda la ceremonia iniciatica del cortejo que, inevitablemente, conduciria al lecho del amor; pero el escenario de las grandes pasiones debia estar fuera, lo mas lejos posible. La atmosfera de su casa no podia ser contaminada con el gas letal de la infidelidad. Asi, los encuentros de lady Wyndham con sus amantes se producian a la luz del dia y en los lugares mas concurridos para no atraer la atencion: un anden del metro, la sala de espera de una estacion de ferrocarril, Whitehead's House, o el kiosko de refrescos de algun parque de la ciudad. Ella, con los ojos pintados de un blanco grisaceo, los labios rojos, embutida en una de sus tunicas o cubierta con una llamativa capa bordada, iba radiante de maquillaje a la cita con la vida. Eleanor Wyndham era una sacerdotisa dispuesta a oficiar, al aire libre o en el primer altar improvisado, una ceremonia de amor, un exorcismo, para que la pasion saliese de las tinieblas, de aquel pozo en que estaba hundida gritando voces de auxilio, sin que nadie mas que ella se acercase a salvarla. Despues, entre burlas, mas de uno decia que lady Wyndham era una tea apagada, una hoguera de la que solo quedan cenizas. Otros, los que quiza de verdad la habian amado, no pensaban lo mismo de aquel fuego que les habia destruido, dejandolos en la nada, en la oscuridad de si mismos. Lady Equis siguio aun leyendo las cuartillas de Mark, que cada vez se iba ensanando mas con su personaje, pero no llego al final. Encendio un cigarrillo y, presintiendo su llegada, levanto el visillo de organza para mirar al jardin que el estaba cruzando para entrar en la casa. Dejo sobre el escritorio aquella caricatura de si misma, aquella ignominia, y ahueco los cojines de seda del sofa antes de adoptar una pose elegante, escondiendo sus manos, tan largas y huesudas, tan agigantadamente feas, entre los pliegues de su vestido. Cuando Mark entro, con su traje de caza, brillandole los ojos, el pelo tan negro y la boca tan sensual, carnosa y humeda, ni siquiera le dejo hablar. Con su tono mas dulce, con ademanes de exquisita educacion, lamento que el tuviera que marcharse, sabia que lo comprenderia, el lord estaba a punto de llegar con el primer ministro y la casa estaba tan llena; ese era, sin duda, el mejor dormitorio, habia que alojar alli al nuevo invitado. Dijo todo aquello como quien recita la letra de una cancion poetica y tierna. Mark, entre tanto, iba recogiendo sus libros. Lady Equis se retiro a su gabinete privado y se sumergio en la lectura del Kempis. Al ano siguiente, cuando se publico la novela de Mark y empezo a leerla avidamente, comprobo con sorpresa que el retrato de lady Wyndham habia sido sustituido por una carta de amor.

  • Por donde sale el sol de Blanca Garcia-valdecasas

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    Por donde sale el Sol: Violeta, la mujer del pintor Rogelio Diaz, le dice que esta pintando por rutina y deben cambiar de aires y paisajes, viajar, con sus siete hijos. Ella se ocupara de todo. El se deja convencer: se iran a Chile por un par de anos. Ocurre un imprevisto y Violeta no los acompana en el viaje pero sera un personaje oblicuo, siempre presente, fundamental, a lo largo de la novela. Historia de amor: entre ellos dos, amor a la familia, a las personas, al Arte, la Naturaleza, a toda la Creacion.

  • Amor y desamor (Suaves petalos de amor 3) de Encarna Magin

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    ?Como intentar enamorar a alguien que no cree en el amor?

  • Complices de Estefania Jimenez

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    Un valiosisimo diamante. Un misterioso cuadro de Picasso con una historia oculta. Aire, el ladron mas embaucador y atractivo del mundo. . y Sofia, que puede caer en sus redes. A Sofia, joven directora de seguridad, la contrata su tio, el poderoso magnate del mundo del arte Ricardo Marquez, para que proteja su coleccion privada.

  • Trazos de sangre de David Sando , Marc Juera Conchillo

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    La vida de Suri ha cambiado radicalmente tras el ataque a la Academia. Envejecido, lisiado y derrotado en cuerpo y alma, el mago debera afrontar ahora su mayor reto: viajar hasta el Continente Salvaje, un lugar situado en los confines de la Tierra al que solo un loco se atreveria a ir, en busca de una cura para su mal; una cura cuyo precio debera pagar con sangre.

  • Adiccion (Medianoche 2) de Claudia Gray

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    Tras una larga temporada sin verse, Bianca y Lucas buscan la forma de infringir las estrictas normas de la academia Medianoche para poder continuar con su intensa y complicada historia de amor. Pero ?hasta donde estan dispuestos a llegar? Nadie sabe tan bien como ellos que el amor mata o muere…

  • El secreto del conclave de Carlo Adolfo Martigli

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    Roma, 1903: la calma de la dulce noche de verano se ve perturbada por un delito perpetrado en el lugar mas inviolable, el Vaticano. Un guardia suizo ha sido hallado muerto junto a una criada. El viejo Papa tiene las manos atadas: una investigacion oficial levantaria una polvareda y pondria en entredicho la credibilidad de la Iglesia. El padre eterno se encargara de castigar al culpable. Pero lo que Leon XIII desea impedir a toda costa es que, despues de su muerte, la catedra de san Pedro sea ocupada por alguien implicado en el crimen.

  • El fantasma de Marilyn de Lorena Franco

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    Pam Miller pisaba la alfombra roja de la gala de los Oscars, con la seguridad de una joven de veintiseis anos que esta a punto de ganar su primera estatuilla como actriz revelacion. Intentando disimular su asombro y su debilidad hacia ciertos actores mucho mas conocidos que ella, que brillaban con luz propia desde hacia anos, posaba sonriente e ilusionada ante las camaras. Al fin, se sentia alguien importante. Una joven bella y esbelta, luciendo uno de los vestidos mas bonitos y elegantes de la gala, tal y como dias despues revistas, diarios y programas televisivos reconocerian. Los periodistas se amontonaban haciendole mil preguntas que ella intentaba responder, con la elegancia de las actrices de otras epocas a las que siempre habia intentado imitar. Miraba a su alrededor, en ocasiones perdida, pero reubicandose cada vez que alguien del equipo de produccion le daba un toquecito en la espalda guiandola hasta su proximo destino. Sin embargo, a pesar de estar rodeada de tanta gente, le faltaba alguien… alguien a quien aun, no habia logrado ver. La autentica responsable de que Pam brillara con luz propia en el lugar con el que habia sonado estar desde que era una nina y todos intentaban quitarle esos pajaritos de la cabeza… Pajaritos… se dijo a si misma sonriendo. Saludaba al resto de actores desde el respeto y la discreta admiracion, reprimiendo sus locas ganas de hacerse una fotografia con cada uno de ellos como si fuera una fan mas. Pero Pam ya no era una fan con aspiraciones y suenos aparentemente imposibles… Pam, habia logrado llegar a lo mas alto… y lo mejor aun estaba por llegar. Cuando Pam vio su rostro en la gran pantalla junto a las otras famosas candidatas, no pudo evitar emocionarse y pensar en lo orgullosos que debian estar sus padres viendo la gala desde casa. Con los nervios a flor de piel, ensayo mentalmente el discurso que daria unos minutos mas tarde, en el caso de que Sandra Bullock dijera su nombre. Y aunque no era religiosa, tambien rezo… por si servia de algo. Todas las estrellas presentes en el teatro Kodak, se levantaron y aplaudieron emocionados al escuchar que Pam Miller era la ganadora de la estatuilla mas ansiada, como mejor actriz revelacion por su memorable papel en la pelicula "Historia de dos almas". Con mucho cuidado de no tropezar con sus altos zapatos de tacon, Pam subio al escenario y entre lagrimas despues de abrazar a Sandra Bullock, como si estuviera dentro del mejor de sus suenos, empezo su discurso intentando por todos los medios detener el temblor de su voz. "Cuando era pequena, siempre sone con estar aqui… brillar con luz propia, ser una estrella como lo sois todos vosotros. Pero no estaria aqui si no fuera por la mujer mas bella que ha pisado la faz de la tierra. Ella sera una estrella eternamente y siempre estara en mi corazon. Se lo debo todo a ella… y a todos los que habeis confiado en mi a lo largo de estos dos ultimos e increibles anos. Gracias… estar aqui es un sueno cumplido". Ella, la mujer mas bella que ha pisado la faz de la tierra, observaba entre las sombras el discurso de su querida Pam. Ella, acostumbrada a ser el centro de todas las miradas en vida, deseo con todas sus fuerzas desde la oculta dimension en la que se encontraba, que Pam tuviera una larga vida repleta de exitos, pero sobre todo… de felicidad. Felicidad por las pequenas cosas que realmente importan. Por los pequenos momentos que con el tiempo, son los mas grandes. Con una de sus bonitas y picaras sonrisas, aun recordadas a traves de innumerables fotografias… con el recuerdo de todos los momentos vividos con Pam y el brillo en su mirada que la caracterizo en vida, Marilyn le lanzo un beso desde la distancia a la nueva actriz revelacion y se fue discretamente entre las sombras… sin ser vista por nadie… sin ser observada. Desapareciendo para siempre de un mundo, que aun la recordaba y la admiraba. -2- LAS DESGRACIAS NUNCA VIENEN SOLAS (DOS ANOS ANTES…) Cientos de actores llegan a Los Angeles cada dia, con un monton de suenos en su mochila y muy pocas probabilidades de triunfar tal y como ya han comprobado los otros cientos de actores que se van. Es por eso quiza, que en el aeropuerto de Los Angeles es imposible que los pasajeros de los vuelos que llegan y los que se van, coincidan. Para que los actores frustrados no contagien su negatividad a los otros tantos, que llegan aun con buena energia y unas enormes ganas de comerse el mundo. Hace dos anos, la joven Pam Miller, fue una de esas actrices valientes que huyo de su pueblecito natal para probar suerte en Los Angeles. Aun sin demasiada formacion actoral, decidio arriesgarse, puesto que en Gettysburg (Pennsylvania), sabia que el pesimismo de sus familiares y amigos la acabarian hundiendo, viendo asi peligrar las ganas de ir tras sus suenos. Su orgullo, le impedia volver y mucho menos suplicar algo de dinero a sus padres, a los que ya de por si les costaba llegar a fin de mes. Pero lo cierto es que a lo largo de esos dos anos, solo habia conseguido un par de desastrosas audiciones para peliculas de serie B, un anuncio de compresas que le arruino la vida, cortometrajes cutres de estudiantes de cine frustrados y un trabajo como camarera seis horas al dia en la hamburgueseria Smashburger. La suerte no parecia acompanar a la buena de Pam, que unicamente era feliz cuando cogia su camara fotografica en busca de las mejores imagenes. Le fascinaba recorrer la ciudad e inmortalizar para siempre expresiones, rostros de desconocidos o simplemente cualquier paisaje que llamara su atencion… especialmente si era de noche y el cielo estaba despejado para poder ver con claridad cada una de las estrellas del firmamento. Aunque cuando llego a Los Angeles, compartio piso durante un tiempo con otros aspirantes a actores demasiado irresponsables y bohemios para su gusto, Pam tuvo la oportunidad de irse a vivir sola a un modesto y diminuto apartamento en la calle South Spring, muy lejos de las grandes y majestuosas mansiones de la ciudad. A duras penas podia pagarlo y encerrarse en casa era para ella estar en una prision solitaria y fea. Nada de su dia a dia resultaba agradable o interesante, ni siquiera habia encontrado a alguien con quien compartir su dia a dia. Hacer amigos en Los Angeles habia resultado mision imposible. Pam habia perdido la ilusion y habia pensado en numerosas ocasiones, tragarse su orgullo y volver a Gettysburg, a pesar de tener que escuchar una y mil veces la odiosa expresion "Ya te lo dijimos". Ese dia seria como cualquier otro, marcado por una deprimente rutina en busca de algo especial que cambiara su vida. Pero "ese algo especial" no aparecia nunca por mucho empeno que pusiera en que asi fuera. El guapo joven que se sentaba a su lado cada manana en el autobus no habia reparado en su presencia, el conductor seguia sin saludarla y al bajar en una parada cercana para ir a trabajar un dia mas a las nueve de la manana a Smashburger, seguia siendo la misma chica rubia de cabello extremadamente largo, desalinada, ojerosa y sin maquillar de siempre. Al entrar por la puerta de la hamburgueseria, su jefa la saludo con un simple gesto de cabeza, sus tres companeros estaban tan desanimados como ella, deseando cambiar el rumbo de sus vidas… y la clientela siempre con prisa, exigia sus hamburguesas y batidos lo mas rapidamente posible. Al salir a las tres de la tarde y bajo un sol abrasador, Pam paseo sin rumbo por la ciudad, acompanada de su inseparable camara fotografica. Los mendigos ademas del cielo estrellado, eran su predileccion. Le encantaba retratarles sin que ellos se percatasen de su discreta presencia. Y aunque ese dia no sucederia nada especial y las cosas empezaron a ponerse feas cuando una paloma dejo caer sus excrementos sobre su chaqueta color verde militar, Pam vio algo que le llamo poderosamente la atencion. En un edificio de la calle Flower habia un cartelito que animaba a los jovenes actores a inscribirse en las prestigiosas clases de interpretacion de Actor's Studio, situada en la Avenida DeLongpre, bastante lejos de donde vivia Pam. Abrio sus grandes ojos azules con curiosidad y al ver el precio de las clases, su mundo se desmorono. Tendria que estar un ano entero sin comer para ahorrar tal cantidad de dinero. Nego con la cabeza inmersa en sus preocupaciones y al recibir la llamada de su agente, diciendole que no querian verla para una audicion de otra pelicula de serie B porque la veian demasiado inexperta y sin nada destacable en su curriculo, volvio a pensar en la posibilidad de volver a Gettysburg. Trabajaria en la granja con su padre… ordenando vacas, montando a caballo, recogiendo huevos, cuidando el huerto… miro hacia el cielo sabiendo que eso, no era lo que queria. ?Pero que mas podia hacer? Al menos tenia un agente. Se llamaba Robert McMan y era lo que se puede decir… un maldito inutil encerrado en un cuartucho sin ventanas y sin el suficiente carisma para hacer que sus jovenes actores sobrevivieran en la ciudad de Los Angeles de su pasion y profesion. Actuar. Cine, television, publicidad… las posibilidades parecian amplias y sin embargo, eran pocos los destinados a ser tocados por la varita magica de la suerte. La mayoria, sobrevivian con sueldos miserables como camareros, ayudantes de cocina o tele operadores a media jornada. Pam dedico la tarde a retocar las fotografias que habia hecho, sin dejar de pensar en la posibilidad de inscribirse en Actor's Studio. Busco informacion sobre el lugar y sus ojos hicieron chiribitas al ver que algunas de las mejores estrellas de todos los tiempos habian pasado por alli. Decidida, llamo a sus padres pidiendoles con reparo la cantidad de dinero que costaban las clases, pero se negaron rotundamente a enviarselo. De nuevo, la suerte le habia dado la espalda. -Lo entiendo, papa… -respondio Pam, mirando el anochecer de Los Angeles por la minuscula ventana del comedor que hacia a su vez de cocina y estudio. El juego de colores era formidable, lo unico bonito que habia visto en ese desastroso y agobiante lunes. -No es que no queramos dartelo. -siguio excusandose el senor Miller. -Simplemente no podemos. Y seguimos pensando que pierdes el tiempo en esa ciudad. ?Cuando vas a volver? -No lo se. -Al menos vendras de vacaciones a casa ?no? -Puede ser… -dijo Pam pensando en los doce miseros dolares que le quedaban en su cuenta bancaria.

  • El temperamento melancolico de Jorge Volpi

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    El temperamento melancolico es una desenfrenada novela en la que Jorge Volpi ilustra las terribles consecuencias de fundir vida y arte, asi como la inevitable melancolia que conlleva este peligroso acto.

  • Dejala que caiga de Paul Bowles

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    Nelson Dyer reside en Nueva York donde trabaja de cajero en un banco. Hastiado de la irrelevancia de su vida, se traslada a Tanger en busca de un cambio radical y acepta un empleo en una agencia de viajes regentada por un viejo conocido suyo, Jack Wilcox. Pero, de hecho, lo que le interesa es sumergirse en los bajos fondos de la ciudad: sus bares y burdeles; sus salas de cine porno; sus aristocratas y sus prostitutas; y en turbias transacciones financieras. Determinado a conseguir que algo ocurra en su nueva vida, se ve arrastrado por una serie de acontecimientos cada vez mas siniestros de los que parece imposible escapar. Esta magistral narracion de un descenso a los infiernos es para muchos la mejor novela de Paul Bowles.

  • En tu mirada de Moruena Estringana

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  • Caminos separados (Bombers & Devils 1) de Mimi G. Moliner

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    Mc/Dark Romance. #Hillstrandt1#.

  • Deseada por su Lobo (Los Lobos de Green Valley 7) de T.n. Hawke

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    Adele:

  • Correr el tupido velo de Pilar Donoso

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    Una extraordinaria, brutal y honesta investigacion

  • Amor es una historia de dos de Esther Llull

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    A medida que el cielo clarea se forma una raya roja en el horizonte en la ciudad de Portland. Aquella manana en la revista cultural "Estilo de vida", los trabajadores se cruzan por el gran vestibulo sobre el que hay una gran pantalla digital, y van yendo a sus oficinas o saliendo o simplemente hablan unos con otros. Vanessa se encuentra sentada en la sala de descanso, teniendo su pausa de la manana, mientras esta leyendo un libro de Martin Clayborne "Evidencia circunstancial". Siempre lleva consigo una libreta, donde realiza sus apuntes de periodista, y donde en su primera pagina se encuentra escrito un consejo que le sirve a modo de leitmotiv: "Ve con valentia en la direccion de tus suenos. !Vive la vida que imaginas para ti!" Vanessa no parece darle gran importancia a lo que dice. Es como una gran nina con unos ojos marrones muy grandes, un poco felinos y llenos de la inquisitiva mirada de un aguila. Esto le aporta una luz intuitiva y profunda. Luego vuelve a su mesa de trabajo y su jefe llega con un anuncio para ella. --Oye, Vanessa, ?tienes un minuto? --Por supuesto. Ella se acerca a la oficina de el. --Estoy dejando espacio para el proximo numero. ?Tienes suficiente como para llenar cuatro columnas? --Si, eso creo. No deberia ser un problema. --?Y cuanto deberia esperar para tener un borrador? --Um, estoy poniendo los toques finales, probablemente al final del dia de manana. --Estupendo. Temprano como de costumbre. Recuerdame el angulo de nuevo. --Si, es un articulo de estilo de vida sobre la industria del yoga en auge, el yoga caliente, el yoga frio, el yoga de la cabra. Pero realmente es un examen de las comunidades transitorias en la cultura moderna. --Mantenlo simple, recuerda, tu audiencia quiere conocer las tendencias y donde encontrarlas. Nuestro trabajo es informar sobre la cultura pop o crearla. --Entendido. --Aprecio tu impulso, Vanessa, por eso queria hablar contigo. Nancy se va a mudar a Los Angeles para abrir una oficina en California y vamos a necesitar a alguien que se haga cargo de su puesto como editora senior de estilo. --Oh bien, resulta que conozco a la persona perfecta. --Estamos considerando a varias personas en la empresa, pero solo queria hacerte saber que tu estas en la bolsa. --Estupendo. --Se le dara mucha importancia al trabajo de cada candidato en este proximo tema, asi que esperemos que lo del yoga sorprenda a todos. --Bueno me siento mas que preparada para el desafio, gracias. Ella se levanta y se dispone a marcharse, pero todavia su jefe le dice algo mas desde la puerta. --Yoga de la cabra, eso es realmente una cosa. --Si, es como el yoga normal, pero las cabras se suben a ti como a los arboles. --Eso puede ser bueno. Oh, casi me olvido de decirte, Stacy y yo vamos a tener una pequena reunion este fin de semana, ?por que no os pasais tu y Jack? --Jack y yo ya no estamos juntos… Esta bien, es para mejor… Gracias. Ahora en clases de yoga Vanessa ha quedado con su amiga, Amber. Ambas se conocen muy bien y lo comparten todo entre ellas. --Lo que quiero decir es que ?simplemente eliges a alguien y lo haces funcionar? Quiero decir, ?puedes hacerlo funcionar si no es la persona adecuada? --Vanessa confiesa a su amiga su preocupacion por hacer funcionar las relaciones. --Ahora alcanza el cielo --dice la profesora de yoga--. Aguanta, sigue sosteniendo… Y suelta... Se tumban en sus colchonetas y descansan aliviadas. --?Por que hacemos esto de nuevo, esta investigacion? --Vanessa se vuelca en el articulo que esta preparando. --Vamos a investigar las hamburguesas --dice Amber arqueando una ceja. Y Vanessa abre mucho los ojos y no puede reprimir mirar a su amiga con una tabla de salvacion. Luego se chocan la mano en senal de acuerdo. --Si, estoy hambrienta. En la clase entra alguien conocido para Vanessa, pero ella no se percata sino es Amber quien lo reconoce primero. --?Es esto una broma? --?Que? --Esta bien, no te des la vuelta --le previene Amber. Es justo Jack, el ex de Vanessa, y Amber trata de protegerla, pero Vanessa ahora puede ver que el entra en la clase y se acerca a una de las alumnas y la besa en los labios. Ella hace por coger fuerzas y por salir, pero sin pensarlo mira hacia el y levanta la mano y lo saluda. --Hola, Jack. --Vanessa, ?que estas haciendo...? Uh, dejame presentarte. --Si, si, nosotras nos conocemos, no oficialmente, pero es una gran clase... --se explica Vanessa. --Si, hablando de un mundo pequeno... --objeta Jack. --Si, ?como se conocen ustedes? --pregunta la actual novia de Jack. --Esta es Vanessa... --dice el. --Nosotros salimos por un tiempo --dice Vanessa. --Si. --?Que hay de vosotros, llevais mucho tiempo viendoos? --Unos pocos meses. --Oh. --Bueno, que tengas una buena tarde --dice Jack reprimiendo un suspiro. --Tu tambien. --Adios. --Esta bien, adios. Ellas estan en un bar tomando unas jugosas hamburguesas y bebiendo batidos de frutas. --Ahora, bueno, al menos ya no tenemos que hacer yoga nunca mas --Amber le dice a Vanessa. --Quiero decir que rompimos hace un tiempo, ya no me molesta, pero si, simplemente no estaba lista para verlo con otra persona. --La persona adecuada esta ahi a la vuelta de la esquina, solo tienes que seguir haciendo lo que estas haciendo y concentrarte un poco mas en ti... --Si, solo Dios sabe que ya tengo suficiente en que concentrarme con mi trabajo --le responde Vanessa, elevando los ojos al cielo. --?Como va el trabajo, por cierto? !Hmm! --Si, queria decirtelo, me han asignado para una gran promocion que esta a la vista. Ambas se alegran y se sonrien. --Felicidades. --Gracias, bueno, aun no la he conseguido. --Bien, ?de que va el trabajo? --Es "editor senior" de Estilo de vida. Tendria mucha mas responsabilidad, mucha mas autonomia, tengo la oportunidad de escribir articulos que tengan mas contenido. Eso es exactamente lo que necesito. --Seria una tonteria no aceptarte, pero ?quieres saber que es lo que realmente creo que necesitas? --le pregunta Amber con una sonrisa. --Si. --Unas vacaciones. Pues, ?cuando fue la ultima vez que te tomaste un tiempo para relajarte y recargar energias? --?Cuando he tenido tiempo? --Bien, me voy este fin de semana con mis padres, ellos tienen un Bed & Breakfast en el pueblo de Thompson Lake. Esta en este adorable pueblecito en el norte del estado de Washington y es tan hermoso en esta epoca del ano y la temporada para ellos no comienza hasta el "Dia del fundador", que es su festejo, por lo que no tienen huespedes hasta entonces. Es simple pero es el encaje perfecto para relajarse. Y solo seriamos tu y yo y el aire fresco de primavera. Sera divertido -- Amber pone los ojos brillantes sin reprimir una sonrisa. --Realmente no estoy segura de que deba despegar ahora mismo. --Todo lo que haces es trabajar, trabajas todo el tiempo. --Lo se, pero es un mal momento justo ahora. --Y tu dices eso todo el tiempo... --Realmente tengo que trabajar para esta promocion --Vanessa dice con un tono serio. --Solo estaras fuera el fin de semana y volveras el lunes. --Bueno, le dije a mi jefe que terminaria de escribir manana al final del dia, entonces estaria bien. --?Esta bien? Pues hagamoslo asi --determina Amber. --Justo solo por el fin de semana --Vanessa pone una condicion. --Solo por el fin de semana, un viaje divertido de chicas… Ahora ella esta feliz y sorbe de su batido de frutas.

  • Romance a la carta de Olga Salar

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    Brian Mosley domina a la perfeccion el tiempo y las cantidades exactas que hay que utilizar en la cocina para convertir un sencillo plato en una obra maestra culinaria. Lamentablemente su incapacidad para medir los tiempos en la vida real, y llegar puntual a las citas, le convierte en el novio desastre que ninguna mujer quiere tener.
    La unica esperanza que le queda es dar con una femina lo suficientemente segura de si misma como para que no le importe que le hagan esperar, o que se olviden de ella por completo. Lo curioso sera que una vez que Pamela haga acto de presencia los defectos del chef desapareceran como el volumen de un “souffle” al salir del horno.

  • Hijas del Norte de Sarah Hall

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    Me llamo Hermana. Ese es el nombre que me pusieron hace tres anos. Es como me llamaban las demas. Es como me llamo a mi misma. Antes de eso mi nombre no tenia importancia. No recuerdo que se usara. Ya no respondere a ese nombre ni me oire decirlo en voz alta. No dare muestras de reconocerlo. No existe. Me llamareis Hermana. Fui la ultima mujer que salio en busca de Carhullan. Fue un mes de octubre de lluvias torrenciales cuando me puse en camino. En la ciudad, las hojas habian empezado a caer de los arboles y el suelo estaba cubierto de su pulpa amarilla. Los ultimos frentes tormentosos atravesaban la region del norte descargando aguaceros. El verano se retiraba. Daba la sensacion de que la atmosfera habia estallado por fin, y las mananas y las noches empezaban a ser mas frescas. Era un alivio no despertarme empapada en sudor en nuestra habitacion del barrio de adosados, salir de una pesadilla con esa humedad lechosa en el pecho. Siempre he dormido mejor en invierno, como si la frecuencia del pulso disminuyera. El frescor parecia limpiar tambien la ciudad. El olor a bacterias de la refineria y las plantas de fuel se dispersaba por la noche cuando las nubes se disipaban y aflojaba el calor. Los ultimos anos, desde la Reorganizacion Civil, el bochorno habia durado mas de lo normal; los meses frios se concentraban en una franja mas estrecha del calendario, y viviamos envueltos continuamente en una nube toxica de colza y arenas bituminosas, hacinados como peces en un ahumadero. El cambio de la temperatura trajo consigo una sensacion de euforia, un estado de alerta que iba mas alla de los nervios o la creciente conciencia de los peligros que sabia que estaba afrontando. Era reparador. El frescor me recordaba los tiempos de mi infancia. Las estaciones estaban entonces mas definidas, mas separadas. La gente mayor de la fabrica en la que trabajaba decia que de todas las tradiciones inglesas que estaban amenazadas el tiempo era la mas triste. Como si hubieramos tenido la posibilidad de elegir en referendum aquel clima semitropical. Todavia recuerdo las cosquillas frescas del granizo en la cara en el mes de marzo, cuando esperaba el autobus para ir al colegio. Y el rugido del viento que en otono lo zarandeaba todo, las cosas grandes y las pequenas. El frio en las venas en enero; las manos y los pies entumecidos a pesar de la lana y el vellon. Cuando eres joven no tienes miedo de las posibilidades. No crees que el mundo pueda destruirse o que vaya a ocurrirte una desgracia a lo largo de la vida. Incluso la lluvia es diferente ahora: imprevisible, violenta, no como la constante llovizna gris de las postales antiguas, de los chistes y las cronicas televisivas. Es una lluvia que parece herida. Rara vez se ve nieve en los montes, aunque la gente de la ciudad sigue buscandola por pura costumbre. Me dirigia a una zona alta y remota, y tenia la esperanza de volver a ver esas ventiscas blancas, si es que podia quedarme alli algun tiempo. Sali al amanecer, con la idea de alejarme de Rith sin que nadie me viera. Prepare una mochila ligera para resistir el largo camino hasta las montanas. Llevaba pocas cosas: ropa, botas, unas cuantas latas de comida, galletas, una cantimplora con agua y un botiquin, para el caso de que pudiera quitarme el dispositivo, aunque no sabia si era posible. Y llevaba un fusil de la Segunda Guerra Mundial, entre las sudaderas y los impermeables. La punta roma del canon rozaba la solapa de la mochila. Con el me proponia negociar en Carhullan. La noche anterior escondi la mochila en un callejon, detras de nuestro edificio, para salir sin peso, sin chocar contra las paredes y aranarlas al bajar las escaleras. Lo deje en un hueco oscuro y seco, detras de la camara principal del deposito de lluvia. Lo puse alli mientras las familias de las otras casas estaban cenando y antes de que mi marido volviera del trabajo, tanteando primero en el vacio con un palo para asegurarme de que no habia nidos de ratas. De madrugada sali de la cama sin despertar a Andrew y me vesti sigilosamente en el cuarto de bano comun. Me habia guardado una bolsa de plastico en un bolsillo de los pantalones para meter las cosas que necesitaba. En un estante habia una pastilla de jabon nueva, de la familia con la que compartiamos la casa, y decidi llevarmela. La eche a la bolsa con la pasta de dientes, el desodorante y una cuchilla de afeitar con varias hojas de repuesto. Dude un momento antes de abrir el botiquin de los vecinos. Encontre aspirinas, un paquete de compresas y una bolsita de polvos para la cistitis, caducados. Lo cogi todo. Despues cruce el pasillo y baje las escaleras. En la puerta principal espere unos minutos para asegurarme de que Andrew no me habia oido salir y procure tranquilizarme. El corazon me bombeaba la sangre a chorros. Notaba la corriente de ida y vuelta en las puntas de los dedos. Me dije que todo saldria bien. Llevaba meses entrenandome, levantandome temprano, y habia ensayado la huida. Siempre lograba salir en silencio y sin peligro y recorrer la ciudad a oscuras, evitando las zonas por las que merodeaban los perros asilvestrados, antes de volver a casa. Pero esta vez no era un simulacro. Respire hondo, solte el aire y espere. Lo ultimo que queria era que Andrew me siguiera, que me dijera que estaba loca, que armara un escandalo y despertara a todo el mundo. Jamas me dejaria marcharme con una mochila, salir de las zonas oficiales, a pesar de que estabamos enfrentados, nos odiabamos y no nos dirigiamos la palabra. Yo estaba atada a aquella casa. Los dos lo sabiamos. No teniamos ninguna otra alternativa. Si me hubiera descubierto, me habria llevado a rastras escaleras arriba, o me habria inmovilizado en la calle, a pesar de mis forcejeos, hasta que apareciese un supervisor de la Autoridad, y entonces habria puesto alguna excusa para explicar mi comportamiento, como que estaba colocada o habia tenido una pesadilla. Me habria dicho que esperara un poco, que por muy mal que estuvieran las cosas en ese momento conseguiriamos salir adelante, y despues nos separariamos, cuando el ambiente estuviera menos tenso, cuando fuera menos peligroso. Me apoye en la fachada, atenta al ruido de sus pasos por ultima vez. Lo unico que se oia en el piso de arriba era el zumbido del contador electrico en modo de espera, como una avispa. Levante la mirada. El cielo tenia el color oscuro del asfalto, como el esquisto que trituraban en los tanques de la refineria donde trabajaba Andrew. La mancha blanca de la luna asomaba como una ulcera hinchada y opaca por detras del forro de las nubes. Aun no se habian encendido las luces en Rith y nadie saldria a la calle hasta que se reanudara el suministro electrico, a las seis de la manana, para que la gente pudiera calentar el agua, cocinar y ver el primer parte informativo de alguno de los frentes meteorologicos o el sorteo de la loteria. Para entonces esperaba estar muy lejos. Por fin me acerque al callejon a recoger mi mochila. Sabia que tenia que darme prisa y no pensar mas de lo necesario. Normalmente la ciudad estaba muerta a esa hora, pero siempre era posible encontrarse con una patrulla de la Autoridad. Me ponia mala solo de pensarlo. No tendria ninguna posibilidad de explicarme. Y no queria enfrentarme a lo que estaba haciendo, y flaquear, aunque estaba segura de que no me pasaria. Despues de las ultimas semanas no podia pasarme. Cruce la ciudad, alejandome de las viviendas compartidas, y pase por delante del antiguo centro comercial, con las ventanas cubiertas con tablones, y por delante del almacen de las turbinas, donde las carcasas de metal esperaban apiladas desde hacia anos el momento del reparto. Las calles estaban desiertas y tranquilas. Unicamente los ladrillos rojos, la pizarra y el asfalto reflejaban cierto resplandor, presentando una version de la ciudad que parecia antigua y fantasmagorica. Costaba imaginar que hubiera tanta gente detras de las fachadas, durmiendo dos o tres en la misma habitacion, o despierta, hablando en voz baja para no molestar a las otras familias. Algunos estarian llorando y alguien quiza los consolaria, o nadie les haria caso. A otros les traeria sin cuidado que pudieran oirlos a traves de las paredes, arrastrando el cuerpo dolorido cuando el efecto del chute de efedrina barata empezara a esfumarse. Cada vez que me habia atrevido a ensayar la fuga, el ambiente de las madrugadas me parecia disminuido, como si en lugar de concentrar a la gente hubieran practicado un sacrificio selectivo. Al final de cada hilera de adosados se veian las siluetas de los contadores, como quistes pequenos y ruidosos disenados para leer el flujo de la energia de las tejas fotovoltaicas. Ahora los empleaban para regular el consumo de la antigua red de suministro domestico. Habia habido muy pocas mejoras despues de la Reorganizacion. El plan de recuperacion de diez anos empezaba a convertirse en un mito imposible. Me costaba no volver la cabeza para ver si alguien me seguia o me veia pasar. Me obligue a no mirar. Me dije que la mejor manera de seguir andando era poner la vista en un solo punto: adelante. Se oyo un leve chasquido en el cielo, y un trueno retumbo al oeste. Sabia que pronto empezaria a llover, que tendria que parar a ponerme el impermeable. Pero no podia permitirme el lujo de detenerme mientras siguiera dentro del perimetro. Quiza mas tarde, cuando estuviera lejos de alli y hubiera entrado en calor con el ejercicio, podria desnudarme. Me secaria antes que la ropa. Llevaba anos sin salir de Rith. Ningun civil habia salido de la ciudad, salvo para que lo trasladaran a un centro de detencion. No se permitia el transito de una zona a otra. La gente quedo atrapada en el sector en el que se encontraba cuando se hizo el primer censo despues del colapso. Solamente la Autoridad y los agentes del gobierno tenian necesidad de viajar o medios de transporte, y en esos casos solian ir en tren. Yo habia nacido en Rith y conocia bien el entorno: las calles empinadas y el maremagnum de los tejados, el cerro de Beacon y el castillo enfrente, en la cima de dos penas gemelas. Continue por el antiguo paso elevado de la carretera. Abajo habia montones de basura y escombros, y se oian susurros animales. Mas alla de las fronteras de la ciudad, en las llanuras, las carreteras se habian deteriorado. Estaban mucho peor de lo que me esperaba, hundidas y agrietadas tras anos de desuso. Las riadas se habian llevado tramos enteros. Al plantar el pie tenia la sensacion de estar atravesando un pedregal. En algunas partes habia crateres llenos de agua de lluvia. Metia las botas sin verlos y me empapaba los pantalones hasta las rodillas. Comprendi que era verdad lo que la gente decia en la fabrica y en las reuniones del distrito. Que solo estaban reparando las principales arterias, las que utilizaba la Autoridad. Al principio fui corriendo siempre que podia, muy atenta para no resbalar o torcerme un tobillo, y luego afloje el paso para afrontar el largo dia que tenia por delante. En media hora habia llegado al promontorio donde se encontraba la caseta blanca del puesto de peaje. No tenia ventanas, y una parte del tejado se habia hundido. Recordaba que en una clase de historia local nos contaron que tuvieron que reconstruirla en dos ocasiones, despues de que los escoceses le prendieran fuego. Ahora volvia a estar casi en ruinas. Los duenos debian de haberse marchado a Rith hacia mucho tiempo, con los demas vecinos de la periferia. A los pies del monte, un poco mas adelante, el antiguo puente de Yanwath seguia intacto. Lo habia cruzado muchas veces en coche antes de que se prohibiera el trafico. El semaforo que regulaba la circulacion estaba muerto, con los focos negros de mugre y el poste inclinado en los cimientos de hormigon. En la hondonada de la carretera, antes del punto en que empezaba a subir hacia los contrafuertes del puente, se habia formado un charco de agua arremolinada. Habia residuos flotando, casi imposibles de identificar; tal vez trastos superfluos de las casas de la parte alta del rio. Vadee el charco, llegue hasta el centro del arco y me asome a mirar por el parapeto. El rio Eden corria a mis pies, encrespado y turbio, a una velocidad aterradora. Vi en la penumbra el brillo del agua en movimiento en las orillas, la estela de los remolinos y las crestas blancas. Las lluvias habian reventado la ribera, y el caudal anegaba las acequias y los huertos a ambos lados. Se oian crujidos en las ramas mas bajas ahora que los arboles de la orilla habian perdido sus hojas. Las casas de campo mas cercanas al puente estaban sumergidas en el agua hasta las ventanas. Notaba un olor fuerte, a cemento, a tela mojada y a cieno: el olor familiar de las viviendas inundadas. La corriente se deslizaba por las paredes de las casas, pudriendo alfombras y cortinas. Diez anos antes me habia despertado con el mismo olor, cuando al bajar las escaleras me encontre la casa inundada por las aguas residuales. Sabia que, al otro lado del puente, la carretera pasaba por un pueblo desierto y se adentraba mas adelante en los abandonados parajes del antiguo parque nacional: en la zona que la generacion de mi padre conocia como el Distrito de los Lagos. Era mediodia cuando vi aparecer el coche, y estaba lloviendo a cantaros. Al principio pense que era el ruido del agua que arrastraba el viento o corria por los acuiferos por debajo del asfalto. Despues oi el cambio de marcha. Me aparte de un salto a la cuneta y di media vuelta, casi esperando ver la forma azul oscura de un coche patrulla y dispuesta a esconderme detras de una cerca de piedra. Una furgoneta civil, de color blanco, se acercaba despacio por la carretera destrozada. Parecia que tenia la suspension en mal estado y eso amplificaba el ruido, como si la carroceria se levantara del chasis, y vi que se zarandeaba al pasar por encima de un monticulo o un bache. Llevaba las ventanillas cubiertas de residuos, de vainas y de hojas arrancadas de los arboles por el ultimo diluvio. Desprendia un olor a grasa quemada y negra. Paso a mi lado y freno despues. Me acerque a la puerta del conductor y la ventanilla chirrio al bajarse. --?Adonde vas, chica? --Era un hombre con la cara roja como un trozo de cristal sacado de un horno. Me miro de arriba abajo con sus ojos claros. Estaba hecha una pena. Tenia el pelo chorreando y el chubasquero viejo y blanco empapado y pegado a la piel. Doble los hombros hacia delante y me cubri el pecho con los brazos. Se echo a reir. Tenia los dientes picados en los bordes, deslucidos y cubiertos por una capa amarillenta, y en la linea de las encias se veia una reveladora sutura de plata--. Bueno, parece un buen sitio para ir de excursion. ?Eres de los ultimos de los Wainwright? O a lo mejor quieres ser la primera que vuelve a subir a las cumbres y plantar tu bandera. Eso significa que las cosas han mejorado en la ciudad. Vamos. Sera mejor que subas al coche. Dude. No queria hablar con nadie en el camino y sabia que si me hacia preguntas podia tener problemas, pero me dolian los hombros y los pies y no tarde en decidirme. Di la vuelta por detras de la furgoneta hasta la puerta del pasajero. Me quite el chubasquero empapado y lo escurri. El conductor se inclino para abrirme la puerta, como hacia mi padre cuando me llevaba al colegio. Puso un trapo sucio encima del asiento, para que no lo mojara al sentarme. Deje la mochila a los pies del asiento y subi al coche. --Bueno --dijo--. Que encuentro tan oportuno, ?verdad? Metio la marcha y arranco. Tuve una sensacion extrana. Hacia anos que no subia a un coche. Me obligaron a entregar las llaves y la documentacion, como a todo el mundo, y se me habia olvidado lo que era llevar el control de un vehiculo, estar encerrada en el y al mismo tiempo libre de ir adonde una quiera. Ver como pisaba el embrague o movia la palanca del limpiaparabrisas me parecio un sueno o un recuerdo perdido. Habia un olor muy fuerte en la cabina, acido, como a ropa vieja o a vinagre mezclado con orina, o quiza fuera el olor corporal del conductor, que no se lavaba. Pero no me queje ni hice ademan de bajar la ventanilla. Me alegraba de librarme de la lluvia. Empezaban a dolerme las plantas de los pies, y eso que me habia puesto dos pares de calcetines gruesos. Empezaba a notar como si me clavaran alfileres y agujas en las puntas de los dedos y me puse a encogerlos y a estirarlos. No esperaba volver a viajar en coche. Llevaba meses entrenandome para la caminata en mi tiempo libre, al principio sin rumbo, solamente por pasar el rato, luego con un objetivo, rodeando la periferia de Rith, subiendo hasta la cima del Beacon y bajando otra vez. Andar no era un delito, aunque a Andrew le parecia absurdo que me arriesgara a ser atacada por los perros que buscaban comida en la ciudad y removian la basura en los vertederos. Decia que estaban sucios y desquiciados, y que andar por alli era como pedir a gritos que me mordieran. Atacaban a la gente de vez en cuando, aunque nunca con consecuencias fatales. En esas excursiones no podia llevar la mochila, para no levantar sospechas, y me sorprendio que pesara tanto. Me habia asegurado de comer bien la ultima semana: dos raciones de arroz en vez de una y sardinas para desayunar; incluso pense que estaba acabando con las provisiones y que Andrew lo pasaria mal el resto del mes. Estaba todo lo en forma y bien alimentada que podia. Pero rodear la ciudadela de madrugada y comer una lata de sardinas de mas era muy distinto de atravesar el parque nacional abandonado, con mis bartulos a cuestas. Habia recorrido unos veinte kilometros y estaba reventada. Tenia la espalda agarrotada por el peso de la mochila. Llevaba horas soportando chaparrones intermitentes y me rozaba el dobladillo de la ropa mojada. Cada paso me alejaba de la ciudad y me acercaba a mis propios limites. Que pudiera aparecer un vehiculo era improbable, casi milagroso, y di las gracias.

  • Yo fumo para olvidar que tu bebes de Martin Casariego

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    La conoci en Madrid, un fin de semana libre, en el bar de copas en el que por entonces ella trabajaba de camarera. Estabamos en primavera, detalle intranscendente, pues a las historias de amor cualquier estacion les sienta bien. En cierto modo todo comenzo alli. La piel, las canciones, los tiros. El mundo, mi vida. Todo. Fue en 1988. Lo que cuento aqui sucedio, pues, hace ya muchos anos, en una epoca mas libre y salvaje, como el jinete de la pelicula de Jane Fonda. En algunos aspectos mejor; en otros, peor. Los de piel fina deberian tenerlo en cuenta. Eran los tiempos del fin de la Movida, y todavia se oian en los bares y en las radios canciones en las que el estribillo era, por ejemplo, Ayatollah, no me toques la pirola, y titulos como Los chochos voladores o Me gusta ser una zorra. ?Y que decir de una letra como la de Si, si, de los Ronaldos? Hoy seria un escandalo. Yo iba solo, como de costumbre. Al abrir la puerta me llegaron los primeros acordes de Good vibrations, de los Beach Boys. Ahhh... I love the colorful clothes she wears... Y la vi. Fue verla y que me hiriera un rayo que todavia no ha cesado. El bar estaba bastante concurrido, pero para mi fue como si solo estuviesemos nosotros dos. Elsa tenia veinte anos y yo, veinticinco. A esas edades, ella se creia que tenia derecho a ser feliz y yo empezaba a dudarlo. Y sin embargo fue entonces cuando encontre la felicidad. Me duro dos anos. No esta nada mal. Hay felicidades que duran segundos. Si la hubiera visto Ariosto, habria dicho eso de que la naturaleza la hizo y despues rompio el molde. Tenia una bonita melena rubia y vestia falda escocesa, blusa blanca y unos zapatos rojos con tacon, mas apropiados para atraer las miradas de los varones que para trabajar tras una barra. Mi primer impulso fue huir. Los cinco siguientes, acercarme. Probe un recurso desesperado: imaginarla con cincuenta anos. Con sesenta. Con setenta. No surtio efecto. Hasta entonces me habia enamorado dos veces, una en el colegio y otra en la universidad. Pero aquello que sentia ahora era nuevo y sospeche que, en realidad, nunca me habia enamorado. Desvie la mirada. No queria enfrentarme a sus ojos. No queria saber su nombre. Queria huir. Queria saber su nombre. Queria llevarla a mi pension. Se acerco para atenderme. Soy un iman para las mujeres, y mas si son camareras. Era delgada y tenia los ojos verdes, de ese verde que a veces se vuelve azul o gris, de ese verde que te hace dudar si es azul o gris, y entonces la chica saca la erronea conclusion de que no te fijas de verdad en ella. Su cara resplandecia, alegre, pero, me parecio, dejaba traslucir que habia sufrido. Segun Oscar Wilde, en el amor comienza uno por enganarse a si mismo y a veces logra enganar al otro. Tenia que enganarla. --Hola. Me quede callado, mirandola. No por aplomo, sino por deslumbramiento. Mirando su mirar ardiente, honesto. De todas las sentencias que he escuchado acerca del amor, una de las pocas que salvaria es la de que existen los flechazos. ?Han visto alguna vez, en camara lenta, como una bala traspasa tejido animal? Es algo asi. --Hola --repitio, sin saber disimular del todo su impaciencia ante mi silencio--. ?Quieres algo? --Supongo que no te descubro America, pero tengo que decirlo: estas barbara. --Es que me llamo Barbara La Marr --me vacilo. Tenia un aire a Ava Gardner, aunque en rubia. La cara alargada, la expresion de los ojos algo burlona, la boca grande y los labios finos, los pomulos marcados. Delante de mi, nunca nadie saco ese parecido. Igual solo yo se lo encontraba. --?Tu segundo apellido es Debuena? Era una broma de la epoca, en la linea de Almodovar y Patty Diphusa. Se le escapo una sonrisa. --Imbecil. Me llamo Elsa. Que accediera a decirme su nombre era un buen augurio. Compensaba lo de <>. Aunque quiza incluso lo de <> fuese un buen augurio. --Yo, Max. --Bueno, Max, ?vas a tomar algo? A ese lado de la barra os divertis, y a este trabajamos. --Un ron con Coca-Cola, Elsa. Selecciono la botella. Ahora sonaba Always on my mind, de Pet Shop Boys. Me gustaba, aunque soy de los que prefieren la version original. La de Elvis. --If I made you feel second best, girl I'm sorry I was blind --canto para si misma. O quiza para mi. --?Por que me miras asi? ?Tienes algun problema con mi voz? --Claro que tengo un problema con tu voz. --?Ah, si? ?Y cual es? --Que me gusta. Si a esa musica se le sumaba la banda del tintineo de los hielos, el sonido del ron cayendo sobre ellos, las burbujas del refresco estallando, el efecto era fantastico. Bueno: lo era, sobre todo, por ella. --?Que nombre es ese de Max? ?Maxwell? Se mezclaban en su pregunta la intencion y la ingenuidad, de modo semejante a como ocurria con su forma de vestir. --Maximo. Maximo Lomas, para servirte. --?Me tomas el pelo? ?Maximo Lomas, Maximo Lo Mas? --Me miraba sonriendo con los ojos--. !Venga ya! Es un chiste, ?verdad? --Si lo es, es de mis padres. Me limito a intentar hacerle honor. Conoci a una chica que se llamaba Dolores Mento, y la llamaban Lola, claro... Me dejo con la palabra en la boca. Lo lamente, aunque tambien la disculpe. Tenia que atender un monton de gargantas sedientas. Tenia que seguir poniendo copas a un ritmo infernal. 2 Asi que continue escuchando la musica, bebiendo e imaginando como era aquella desconocida a la que acababa de conocer. Entre copa aqui y copa alla, maquillate, maquillate, intentaba no perder el tiempo cuando me concedia algunos segundos. --No tengo novia. --Pena, penita, pena --se burlo--. La musica, alegre, que la tristeza ya la pone el mundo. Y ya estaba dandose la vuelta para irse y dejarme abandonado. No tenia corazon. --Ponme una margarita, por favor. Ya sabes, bien de sal en los bordes. ?Y quien ha dicho que no tener novia sea triste? No consegui retenerla ni un instante. Pero al menos tenia un motivo para volver. Lo hizo al cabo de unos minutos, con el coctel. Di un trago, tras chupar un poco la sal del borde de la copa. --?Como esta? Antes de contestar, di unos sorbos. --La estoy deshojando. Me gusta, no me gusta. Me gusta... Me miro molesta. Aun tenia el corazon blindado. --?Te han dado planton, con lo resalao que eres? Me cuesta creerlo. Se fue al otro lado de la barra, donde la reclamaban dos chicas. Y asi iba pasando la noche, trago a trago, yo cada vez mas bebido y mas enamorado. --Voy a darte un consejo --le dije, la siguiente vez en que tuve ocasion de hablarle--: casate con alguien que te quiera mucho. Es el tipo de consejo que uno da cuando esta borracho. Ella, rapida, me puso la mano delante de la cara, mostrandome un anillo abrazado a su anular. --Ya lo he encontrado. Yo tambien he venido sola, pero estoy casada. ?Y tu? ?Poligamo? Lo decia por los anillos que adornaban mis manos. Dos en la izquierda y tres en la derecha. O las reforzaban, cuando habia que repartir estopa. --Creo que acabo de hacerme monogamo. Llego un quinqui algo mas joven que yo, vestido a todo lo que daba. Fue a la barra y llamo a Elsa, que se acerco. El le cogia de la mano, del brazo, y ella se lo quitaba de encima como podia. Parecieron discutir. La cosa no paso a mayores y el pretendiente, enfadado, se marcho. Moscones revoloteando alrededor de Elsa habia muchos. Pero ese habia sido el unico en transformarse en pulpo. Confiaba en que a mi no se me pudiera catalogar de moscon.

  • Un Vaquero Atormentado (Rancho Atkins 3) de Tess Curtis

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    Jack ha pasado la mitad de su vida sirviendo a su pais en el ejercito, hasta que decide dar un nuevo rumbo a su vida. El Rancho Atkins lo acoge como capataz, hallando la paz y la normalidad que su mente necesita, hasta que la decoradora Susan Donovan irrumpe en su vida.

  • La Utopia Larga (La Tierra Larga 4) de Terry Pratchett

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    La Utopia Larga es la esperada cuarta entrega de la saga <>, una aclamadisima colaboracion entre los dos gigantes de la ficcion especulativa Terry Pratchett y Stephen Baxter, que ya lleva vendidos mas de un millon de ejemplares en todo el mundo.

  • El chico de los ojos secos de Fabian Tapia

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    Me alquilo para sonar, para sonar que aun me suenas porque ese sueno ya no ha acudido. Me alquilo para sonar con una nueva primavera, con una mariposa que se pose en mi ventana y me avise que llovera. Me alquilo para sonar con un tren que me lleve a ti. Ya todos los mapas no funcionan: me tienen perdido. [Mas que tus ojos] Me alquilo para sonarte con los brazos abiertos, con un panuelo para cuando llore sobre tus hombros, con tu sweater gris dandome calor, un espacio en tu abdomen donde alcance a escuchar tu corazon y tocar tu pecho. Me alquilo para sonar, porque es lo unico que hago en esta soledad. Ya no pienso en los atardeceres, ni en el amanecer, estoy en un limbo, donde solo puedo flotar mientras te pienso. Lo odio. Pero a veces tambien me alquilo para sonar para ya no sonarte. ALGUIEN QUIERE HACER UNA FUENTE CON MIS LAGRIMAS Alguien quiere hacer una fuente con mis lagrimas. Una que adorne su jardin de plantas putrefactas y lirios venenosos. Como un trofeo, de quien impacta para dejar cicatrices, como un meteoro que extinguira la vida. Alguien quiere hacer una fuente con mis lagrimas. Me dice que necesito drenarme y me ofrece sus manos para juntarlas. Oh, si te dijera. Tus manos no las acapararan todas. Dentro de mi siempre llueve y no hay paraguas. Alguien quiere hacer una fuente con mis lagrimas y no sabe que para eso esta el cielo. Que para como he sufrido ya, estamos igual de llanto. Mis lagrimas parecen ser de plata liquida, de algo en extincion, porque cuando alguien las provoca, cada una hace sentir su desprendimiento como algo sagrado. No te preocupes, carino, tendras tu fuente, sera lo unico eterno en esto tan efimero; mis lagrimas son para siempre. ORGANS Da la casualidad que siempre descuido mi torax (es muy facil de penetrar) y cuando entra la luz, todo el polvo se va y parece venir la primavera. … Pero es un nuevo otono sin arboles, todo plateado, sin mar, todo desolado, muerto, frio, porque se transforma en iniverno y me recuerda que debo ser de titanio, no de huesos, no de sangre, no de piel, no de musculo. Necesito saber que para pelear con monstruos y salir bien de ese amor, requiero de armaduras, no de historias, no de poesia, requiero renacer y morir y renacer y no quebrarme aunque odie al invierno. Y aunque la nieve quiebre mis femures. GIRANDULAS Espero que las estrellas me consuelen. Estan gloriosas, girando en anillos por encima de mi como girandulas, despidiendo una luz que deseo guardar con mis manos. Quiero que me digan secretos, que le susurran al cielo cuando llega la noche, si la luna las quiere o solo es algo mas. Algo como tu, que solo aparecio en mi cielo para asombrarme, para capturar mi mirada, para que olvidara las demas estrellas. Les pregunto si sienten frio en la soledad del universo, si al estallar dejan recuerdos, que si al estar lejos tambien se enamoran de lo pasajero. Pero solo resplandecen. Ojala cuando alguien me pregunte si estoy bien, tambien pueda solo resplandecer. DEJAME EXPLICARTE Dejame explicarte que me has dejado sin explicaciones. Que cada paso que doy cuesta porque parece que retrocedo cuando intento acercarme y la gravedad pesa mas. Que los puentes se han destruido al declamarte poesia; no soportan el dolor de una voz interrumpiendo el silencio a herida abierta. Dejame explicarte que a veces la detonacion no tiene por que dejarte sordo. A veces, solo te deja admirar el fuego para decir “no habra forma de apagarte”. Eres el arte que sobrevivio a mi bomba atomica. El secreto mas guardado de quien no tiene llave. Eres mas amanecer que el mismo amanecer. Y mas desolacion que un aeropuerto. COMATOSO Oh, podria darte una lista de lo que me hace entrar en coma en esta vida. Por ejemplo, cuando tocas cada lunar de mi cuerpo con tu respiracion. Cuando mueves la lengua para humectar tus labios. Cuando ries a rabiar y me haces reir [estallar]. Cuando contienes las palabras para no herir y hieres mas. Cuando dices estar frio para que te abrace. [Y solo es un pretexto. Estas hirviendo] Cuando agitas tu mano para decir adios. Pero, oh, mierda. Detras de la ventana de un avion A cien metros de mi. EL ARTE DE AMARTE VIENDOTE LA ESPALDA Mientras tu me das la espalda, me imagino todo un lienzo sobre el cual puedo pintarnos en medio del mar, con las olas golpeandonos y el sol nadando entre nuestros ojos, con tu pelo lleno de arena y tus labios rebozando verano, con tus manos buscandome los hombros mientras yo me hundo muy profundo para que vengas a mi rescate. Dibujo en tu lienzo todo en acuarelas; una despedida vestida de bienvenida, unos llantos vestidos de sonrisas largas, unos brazos languidos sujetando todo mi cuerpo, un grito desesperado vestido de orgasmo, unos ojos secos vestidos de oceanos. El arte de amarte viendote la espalda consiste en hacerme nudos la garganta queriendo gritarte lo que ya has escuchado mil veces. Consiste en arrancarle las alas a las mariposas para que ya dejen su revolucion, en apretar las nubes para que llueva de una vez y dejar de ser nublado para quien es sol. EL LADO DE LA VENTANA Siempre elijo el lado de la ventana para perseguir las gotas de lluvia con mi dedo, para ver quien va quedando dormido tras un dia agotador, o quien encuentra mi mirada y la rechaza. Ya ves lo que dicen: el dolor es una casa y a veces me gusta ver otras para distraer lo que late con insistencia. Asi, puedo ver que alguien levanta sus brazos al cielo como diciendo que aun no se ha rendido, alguien que espera un cambio de luz en el semaforo para suicidarse, alguien que viene de una cita fallida con una rosa que se marchita a cada segundo, alguien que piensa en el pasado como si lo pudiera amasar, alguien que no tiene tiempo mas que para ver el dia en blanco y negro, alguien que espera el autobus y que extrana los brazos de mama. Siempre elijo el lado de la ventana, porque cuando veo una gota de lluvia me imagino lo ultimo que paso por la cabeza de Virginia Woolf, me hace pensar que todos vamos a ir a un lago a pesar de no saber nadar; nacemos en el agua y morimos en el agua… Nacemos en el lago de la vida Y morimos en el lago de las lagrimas. DUELE TANTO AFERRARSE Duele tanto aferrarse a la misma herida, a lo que nunca pudo ser pero que sucedio en tu cabeza… Es como aferrarse a un tren en movimiento con tu cuerpo colgando y listo para caer al vacio, solo que no es un sueno. Es una realidad recalcitrante en un cuerpo autoinmune al dolor que, de tanto sentirlo, ya no puede vivir sin el. Duele tanto aferrarse y duele tanto sangrar pero la sangre es lo unico vivo que recorre mi piel.

  • Almas de Cristal de Anali Sangar

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    -Te quiero, pequena. Te quiero con toda mi alma y no puedo mas que odiarme por ello.-No mas de lo que yo te quiero a ti. No mas de lo que yo me odio por haber destrozado tu corazon de nuevo.Al haber experimentado el dolor en cada una de sus facetas, Dario se limita a respirar mientras es arrastrado por el flujo de la vida.Hasta que la conoce a ella.A Silvia le gusta todo de Dario: su genuina naturalidad, esa sonrisa que nunca llega a asomar a sus ojos e incluso la expresion de tristeza que siempre le acompana.Tres besos tomados sin permiso actuan como detonante, empujandolos a enfrentarse a un injusto destino en el que, si alguno de los dos se permite ceder, sus almas, de por si danadas, podrian terminar haciendose anicos.

  • El reglamento de Tony Peake

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    Durante una intensa semana de octubre de 1962, la crisis de los misiles en Cuba trajo consigo un aumento de la tension politica mundial. En la otra cara del planeta, en un prestigioso internado de Pretoria, los colegiales escrutaban el horizonte en busca de signos de que el mundo se acababa. Tambien entre ellos hay tension, luchas y crueldades, un reflejo de la Sudafrica profundamente dividida, sobre todo en visperas de que se inicie el juicio contra Nelson Mandela. Uno de los alumnos, Paul Harvey, sensible, solitario y ansioso por integrarse en el internado, hara lo que sea para complacer al lider de la clase y poder entrar en el club que este capitanea y cuyo reglamento tendra que aceptar. Una experiencia simultanea a su despertar sexual.

  • La casa de hojas de Mark Z. Danielewski

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    Will Navidson, un famoso fotoperiodista premiado con el Pulitzer, se traslada con su familia a una casa en el entorno rural de Virginia en un intento de salvar su matrimonio, seriamente perjudicado por sus viajes continuos y su adiccion al trabajo. Ademas de Navidson, la familia esta compuesta por la hermosa ex-modelo Karen Green y los dos hijos pequenos de ambos. Muy pronto, Will descubre que la casa presenta una anomalia arquitectonica singular: su espacio interior es ligeramente mas grande que el que deberia ocupar segun sus dimensiones exteriores. Este es el arranque de El expediente Navidson, un fascinante documento que narra los sucesos acaecidos en la casa de Ash Tree Lane, es decir La casa de hojas. Will Navidson tratara de averiguar que secreto esconde La casa de hojas, al mismo tiempo que procurara poner a salvo a su familia. Un viaje para el que recabara la ayuda de todos los medios a su alcance, incluida la de su hermano gemelo Tom, un profesor universitario y hasta toda una expedicion de espeleologos. Mientras Will y sus seres queridos se enfrentan a los peligros de esa casa encantada, un joven tatuador de Los Angeles, el carismatico y tierno Johnny Truant, malvive y quema las noches a una velocidad vertiginosa de la mano de su inseparable escudero, Lude. Las historias de Truant y Navidson se entrelazaran gracias a un hallazgo que cambiara la vida de todos los personajes inolvidables que atraviesan esta monumental novela.

  • La Hermana Favorita de Jessica Knoll

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    Una novela llena de giros y suspense, sobre el pressing social al que viven sometidas muchas mujeres, que nos recuerda a Big Little Lies de Liane Moriarty.

  • Estamos hechos de gotas de lluvia de Saray Garcia

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    Para algunos, las heridas que sangran no son mas que un balsamo para sobrellevar las que estan bajo la piel y nunca cicatrizan.

  • Un cuento perfecto de Elisabet Benavent

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    ?Que sucede cuando descubres que el final de tu cuento no es como sonabas?

  • Rayo de luz de E. L. Todd

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    Mi hermano es idiota. Gano la loteria e invirtio todo el dinero en una bolera destartalada. Como apenas le llega para ganarse la vida, se ha mudado conmigo.
    Genial.

  • La mentira os hara libres de Fernando Vallespin

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    Como decia D'Israeli, la politica es el <>.En efecto, el espacio de lo politico se ha visto siempre como una esfera especialmente propicia para la mendacidad, la hipocresia y la simulacion.Y, sin embargo, los politicos de hoy apenas necesitan recurrir a la mentira. ?Para que hacerlo si es posible enganar por otros medios? Entre estos el mas eficaz es la construccion de la realidad a la medida de sus intereses. Han adquirido autentica maestria en el arte del enmascaramiento detras de marcos, narrativas u otros instrumentos dirigidos a manipular la percepcion del mundo. Sobre todo en unos momentos en los que necesitan encubrir su impotencia frente a los dictados de la economia detras de todo tipo de estratagemas. Su objetivo es convencernos de que son algo mas que meros gestores de un sistema economico sobre el que han perdido toda capacidad de iniciativa, impedir que veamos que la democracia ha devenido ya casi en un mero simulacro, y reafirmarnos en la idea de que ellos <>.Los ciudadanos, ante un mundo huerfanoya de una realidad objetiva que sirva de referente comun frente al cual contrastar nuestras opiniones, y en ausencia de eficaces medios de argumentacionpublica, nos mostramos encantados antela posibilidad de pronunciarnos liberrimamentesobre casi todo.

  • El dragon que vino del hielo de Irene Sitjas Esplugas

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    Las frias y solitarias montanas de Rialta ocultan muchos secretos y uno de esos secretos posee nombre propio: Micklaw, un metamorfo dragon muy cobarde que vive en una de las cuevas.
    Un dia hara un peculiar hallazgo: un hombre congelado en perfecto estado de conservacion, al que decide descongelar llevado por la curiosidad y el aburrimiento. Esta decision cambiara su vida para siempre, abandonara su hogar y conocera todo un mundo mas alla de su cueva helada junto a Till, un cazador de reliquias, en una increible aventura en busca de una ciudad sumergida bajo el mar.

  • Nada es Igual (Sobrevivire 2) de Gianna Gabriela

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    ?OYE, MAMA, QUE ES ESTO? --PREGUNTO, SOSTENIENDO UNA PEQUENA BOLSA DE PLASTICO. LA encontre dentro de uno de sus zapatos en el armario cuando estaba jugando a las escondidas con Ethan--. ?Azucar? Tal vez ella olvido que estaba alli. Se que planea hacer limonada hoy. --?Donde encontraste eso, Aron? --pregunta. Parece que esta enojada, pero no entiendo por que; ella suele ponerse feliz cuando encuentro cosas. --Estaba... Ella corre hacia mi, apartando la bolsa de mi mano. --?Donde lo encontraste? --grita y mi labio inferior comienza a temblar. Miro hacia abajo para ver que hay un poco de sangre en mi mano. Creo que me aruno cuando me arrebato la bolsa. Las lagrimas comienzan a correr por mi cara. --Estaba en tu... --murmuro, sin entender lo que hice para que mi madre se enojara tanto. --?Donde? --grita y yo me estremezco. --En el armario --respondo. Ethan se quedo en la habitacion. Se esconde hasta que voy y lo encuentro. Me alegra que no este aqui para verme llorar. --!No te metas ahi otra vez! --Estabamos jugando a las escondidas --le digo. Ella me da una mirada que me dice que estoy en problemas. --No vuelvas a hacerlo --dice cada palabra lentamente y yo asiento en respuesta, mis labios siguen temblando mientras gruesas lagrimas caen por mis mejillas. No se que hice para hacerla enojar. No suele molestarse asi conmigo. Desearia que mi papa estuviera aqui. Ella nunca se enojaba cuando el estaba aqui. 1 NO DEBERIA SER YO QUIEN TERMINA DE CRIAR A SU HIJO. Cinco anos despues ENTRO EN MI CASA, ENOJADO Y LISTO PARA ENFRENTAR A MI MADRE POR DEJAR A ETHAN EN LA escuela por dos horas despues de su salida. Se supone que debe recogerlo cuando yo tengo entrenamiento de futbol. Ese es su unico trabajo, la unica cosa que le he pedido que haga, pero incluso falla en eso. Cuando me presente, el director me miro con los ojos llenos de lastima y mi hermano menor me dio un abrazo. Ethan estaba asustado. Habia estado llorando y solo podia imaginar cuantos escenarios pasaron por su cabecita, ninguno de ellos cercano a la realidad con la que me encuentro. Tal como lo sospeche, y la razon por la que le dije a Ethan que me esperara en su habitacion, mi madre esta sentada en la mesa de la cocina con el polvo blanco extendido en la superficie frente a ella. --?Que estas haciendo? --pregunto con disgusto. La he pillado haciendo esto suficientes veces para saber exactamente que es, pero le pregunto de todos modos, esperando que la respuesta sea diferente esta vez. --?Que estas haciendo tu aqui? Pense que tenias practica --pregunta, cambiando de tema. Dejo caer mi bolsa de gimnasio en el suelo. La decepcion que siento deberia ser obvia para ella, pero creo que ya no se da cuenta o quizas ya esta acostumbrada. La veo tratar de recoger el resto de su porqueria blanca. La evidencia de su fechoria, nuevamente en la bolsa. --Yo tenia entrenamiento. --?Entonces, por que no estas alli ahora? --Su tono es acusatorio. Solo mi madre se atreveria a cuestionar mis acciones cuando las que ella hace se alejan bastante de lo que esta bien. Pone la pequena bolsa dentro del bolsillo de sus jeans. --La escuela llamo --le digo, contando los segundos hasta que se de cuenta de lo que hizo esta vez. Diez segundos. !Diez segundos! --!Mierda, Ethan! --dice, acordandose finalmente. La ira corre por mi sangre. --Se suponia que debias recogerlo hace dos horas. Mira por encima de mi hombro. --?Donde esta? --Arriba haciendo la tarea, no es que realmente te importe. --!Me importa! --grune en respuesta. La miro fijamente. --?De verdad te importa? ?Desde cuando? --escupo. No deberia ser yo quien crie a mi madre. Se suponia que este no era mi trabajo. --Soy tu madre --argumenta debilmente. Bufo. No ha sido una madre para nosotros en anos. Tuve que criarme y a Ethan tambien. --?Es asi como te quieres llamar ahora? Porque parece que estas olvidando cual es tu papel. De repente contrita, ella se acerca a mi, enmarcando mi cara con sus palmas. --Lo olvide, ?de acuerdo? --dice suavemente. Coloco mis manos sobre las de ella, separandolas de mi cara. No le dare la absolucion que busca. --Si, asi fue. --Olvido que es madre, que tiene hijos, que no debe consumir drogas. No puedes olvidar a tu hijo en la escuela durante dos horas porque estas demasiado ocupada drogandote. Estas son todas las cosas que quiero decirle, pero no. Porque ya lo dije todo en vano. Supongo que ella tambien ha olvidado como escuchar. --!AMIGO, NO PUEDES DEJAR EL EQUIPO! --GEORGE DICE MIENTRAS EMPACO MIS COSAS DEL vestidor de hombres. Suelto un suspiro. Mi madre se ha olvidado de recoger a Ethan no una vez, sino todos los dias de esta semana. No puedo seguir saliendome del entrenamiento temprano para ir a buscarlo. --No tengo otra opcion. Se que el entrenador entiende, ya que el es el unico que tiene una idea vaga de como es mi vida en casa, pero no puedo seguir haciendole esto al equipo. Un mariscal de campo es una de las piezas realmente importantes en el tablero, una pieza que debe permanecer constante. --Eres el mariscal de campo --dice Tyler. No entiende mi situacion, probablemente porque no he dicho nada. A nadie. Estoy muy avergonzado. Sacudo la cabeza --Ya no. --?Que pasa con la beca para la universidad? --pregunta George--. Tendre que apuntar a una por merito. La verdad es que una beca universitaria no importara porque de ninguna manera se me permitira llevar a Ethan a los dormitorios conmigo. Y no puedo vivir con el en el campus mientras voy a la escuela. Lo mejor que puedo hacer es graduarme del bachillerato y conseguir un trabajo para poder alquilar un lugarcito para nosotros. Quizas cuando Ethan termine el bachillerato y vaya a la universidad, pueda yo pensar en la universidad para mi. --?De verdad, una beca de merito? --Tyler dice, riendo. Lo golpeo en el hombro--. Tengo puras... --Amigo, cuidado con el brazo. Puede que hayas terminado con el futbol, pero yo no puedo lastimarme si vamos a intentarlo y no nos maten esta temporada debido a que jugaremos con el segundo mariscal de campo con el que nos dejas. --No es tan malo --les digo. Tyler y George abren sus casilleros al unisono, mirandome incredulos. --?No tan malo? --dice George--. !El tipo no puede completar un pase! --El tipo se asusta cuando ve a los jugadores corriendo hacia el --agrega Tyler. --Ningun mariscal de campo quiere que lo agarren --le digo. Es verdad. Ni tampoco quieren recibir un golpe. Miro mi uniforme, mi numero y mi apellido en la parte de atras. Voy a extranar hacer esto. Jugar al futbol fue mi refugio del caos que es mi vida, pero es hora de crecer. Tengo a alguien mas que tengo que proteger. Aunque amo el futbol, amo a mi hermano mucho mas. --Solo digo que estamos a punto de empezar un periodo de sequia --dice George y todos nos reimos. No es que hayamos ganado todos los juegos; somos un oponente digno, pero lejos de tener una temporada perfecta. --Esperemos que sea corto --dice Tyler, levantando su bolso del banco y tirandolo en su casillero. --?Entonces, no te quedas a entrenar hoy con nosotros? --pregunta George. Cierro mi casillero. --Amigo, ya no voy a jugar. ?Por que razon me quedaria? --Miro mi reloj. Tengo que estar en la escuela de Ethan en unos minutos. Tyler empuja a George y le da una mirada de ?es en serio? --Me tengo que ir --les digo. --Echaremos de menos jugar contigo --dice Tyler, sin miedo a expresar sus pensamientos. --Todavia somos amigos --les aseguro. --Como somos amigos, hare una fiesta el proximo fin de semana. Mis padres estaran fuera. Podemos celebrar o compadecernos del hecho que dejas el equipo. !Mas te vale que estes alli! -- George dice. --Intentare ir por un par de horas --le digo, sabiendo que no sucedera. No hay forma de que deje a Ethan solo con mama para poder irme de fiesta. 2 ELLA NO PREGUNTA COMO ESTOY YO. HA PASADO UNA SEMANA DESDE QUE DEJE EL FUTBOL Y LO EXTRANO MUCHO. ERA MI UNICA SALIDA y ahora se ha ido. En cambio, tengo que mitigar el impacto que el habito de las drogas de mi madre tiene en la vida de mi hermano menor. Cuando llego a casa, puedo escuchar el sonido de los muebles que se mueven o son tirados al piso. --?Que hiciste? --Richard me ladra en el mismo momento que abro la puerta. Lo miro con desden. --?De que estas hablando? --pregunto, pretendiendo no tener ni idea. El cierra la distancia entre nosotros un paso a la vez. --Tu sabes de que estoy hablando. Lo desafio porque si no fuera por el, probablemente no estariamos en este lugar en este momento, mi madre no estaria asi como esta. Me encojo de hombros casualmente. --No, no tengo idea. --Me doy la vuelta y me dirijo a mi habitacion, pero no doy dos pasos antes de que me golpeen contra la pared. Richard se inclina cerca de mi oreja, su antebrazo en la parte posterior de mi cuello me sujeta en su lugar. --?Donde las pusiste? --Exige en un tono lento. Cuando me quedo en silencio, me agarra del hombro y me da la vuelta. Atrapado entre el y la pared, siento la furia golpeando mi sangre. Y quiero romperle la cara a punos. Pero me contengo. --?Donde? --grita. Richard me mira con los ojos enrojecidos. Aun asi, no digo nada. Con un grunido frustrado, lleva sus dos manos a mi garganta, envolviendo sus dedos con fuerza hasta que corta el aire. Jadeo fuertemente, mi respiracion apenas un susurro mientras digo--: En la basura. --?Las tiraste a la maldita basura? El me suelta y se dirige hacia la cocina. Lo escucho volcar la bolsa de basura, buscando las drogas responsables de destruir a mi familia. Jodida mierda. Me acerco a donde esta, observando mientras busca algo que no encontrara. --?Donde estan? --grita, volviendose brevemente hacia mi antes de regresar a su busqueda. Miro hacia el patio a traves de la ventana de la cocina. Richard sigue mi mirada. --Maldita sea --grune. No se por que sigo parado aqui, mirandolo mientras escarba. Puede que esto no termine bien para mi, pero no me importa.

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

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    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • La promesa del Sucesor (La Ley del Milenio 3) de Trudi Canavan

    https://gigalibros.com/la-promesa-del-sucesor-la-ley-del-milenio-3.html

    La autora de las <> nos brinda una nueva historia llena de magia, aventuras y emocion en la ansiada tercera entrega de su aclamada saga <>.

  • Temor a la Verdad de Mary Higgins Clark

    https://gigalibros.com/temor-a-la-verdad.html

    Cuando el negocio de muebles antiguos de imitacion que fundo su abuelo queda totalmente destruido a causa de una misteriosa explosion, Hannah Connelly se convierte en el pilar de la familia. Su hermana Kate sigue en coma tras haber logrado escapar de las llamas, y su padre parece todavia mas abatido, desconcertado y dependiente del alcohol de lo que lo ha estado en los ultimos tiempos. Pero la pregunta que urge contestar es: ?que hacia Kate en el lugar del accidente, de madrugada y acompanada de Gus Schmidt, un antiguo empleado <> contra su voluntad hace cinco anos? Las pesquisas de la policia apuntan claramente a un incendio provocado, el tipico siniestro en el que el propietario de un negocio en decadencia trata de sacar provecho a la desesperada. Mientras Kate se debate entre la vida y la muerte, Hannah, empenada en averiguar la verdad, no tardara en comprender que hay alguien decidido a que su hermana no recupere la consciencia.