libro la mujer del porvenir
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libro la mujer del porvenir - Concepcion Arenal
https://gigalibros.com/la-mujer-del-porvenir.htmlEscrito en 1869, La mujer del porvenir es un tratado donde Concepcion Arenal analiza la inferioridad en la que vive la mujer y la marginalidad que sufre, y a la vez aporta medidas y soluciones para acabar con dicha situacion, como mejorar su educacion.
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La mujer del porvenir - Libro - ilustrado - nordicalibros.com
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La mujer del porvenir / por Doña Concepción Arenal
https://www.cervantesvirtual.com/obra/la-mujer-del-porvenir--1/Ficha de La mujer del porvenir. Edición digital basada en la de Sevilla, Eduardo Perié ; Madrid, Félix Perié, 1869, (Oficina Tipográfica del Hospicio), ...
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La mujer del porvenir; La educación en la mujer - Lecturalia
https://www.lecturalia.com/libro/31968/la-mujer-del-porvenir-la-educacion-en-la-mujerEn su obra La mujer del porvenir la autora trata punto por punto, la inferioridad en ... Este libro todavía no ha sido comentado ¿Quieres ser el primero ?
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Libro: La mujer del porvenir - 9788418067150 - Marcial Pons
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▷ Libro La mujer del porvenir gratis en PDF y ePub - Elejandría
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No me conoces pero soy tu mejor amigo de Cata Kaoe
https://gigalibros.com/no-me-conoces-pero-soy-tu-mejor-amigo.htmlLa novela juvenil de romance, misterio, y humor exito en Wattpad, escrita por Cata Kaoe.
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Irresistible 1 de Robyn Hill
https://gigalibros.com/irresistible-1.htmlAunque siempre me he sentido un privilegiado en la vida, el dia que aterrice en Las Vegas maldije mi mala suerte. Despues de dos meses en Nueva York, en un centro de desintoxicacion por consumo de cocaina, habia decidido trasladarme a la ciudad del pecado. Alli me aguardaba un productor musical con un contrato para cantar en un casino y publicar un disco. Estaba entusiasmado, deseando empezar cuanto antes. Por desgracia, todo eso se habia evaporado de repente, pero empezare por el principio. Para quienes no me conozcais, mi nombre es Eric Cassel, naci en Paris, tengo treinta anos y fui un jugador de futbol muy reconocido durante ocho anos, e incluso llegue a ser internacional en cien partidos. El futbol para mi no fue mas que un medio para lograr mi independencia economica, si, me gustaba, sin embargo, no era mi autentica pasion. Aquello que siempre me ha hecho sentir vivo es cantar. Desde pequeno me gustaba coger el mando a distancia del televisor e imaginar que cantaba como Frank Sinatra, mi idolo, frente a miles de personas. Pero casi sin darme cuenta, el futbol se cruzo en mi camino y devoro todo mi tiempo libre, aunque yo sabia dentro de mi que, tarde o temprano, acabaria cumpliendo mi destino. Cuando festejabamos en cualquier discoteca la consecucion de algun titulo con mi equipo, el Paris Saint Germain, me encantaba apoderarme del microfono y cantar <
>. !Que bien lo pasaba! Magnifique! Aun asi, en aquellos tiempos cantar lo hacia solo de vez en cuando, por diversion. Una lesion me obligo a retirarme del futbol hace dos anos y, sin la necesidad de trabajar en la vida, el cine me pico la curiosidad, ya que siempre me habian ofrecido papeles para protagonizar peliculas debido a mi agraciado fisico y a mi fama. Fue una etapa muy divertida, pero cuando me llamaron de un festival de cine de Nueva York para ser jurado a ultima hora sustituyendo a un importante director frances, entendi que era una senal del destino. En cuanto pise la ciudad, me deje contagiar por la electrizante energia que desprende cada rincon y supe que habia llegado el momento de probar un nuevo desafio empezando de cero. La suerte quiso que despues de cantar, por casualidad, en un bar de moda de Manhattan, un productor se acercase para ofrecerme cantar en Las Vegas en un casino de su propiedad y, si triunfaba, publicar un disco. No me sorprendio que esto ocurriera en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, asi que le dije que si inmediatamente. Por desgracia, una noche loca que disfrutaba de la compania de dos amigas, me arrestaron en plena calle con dos gramos de cocaina. Despues de arduas negociaciones con la fiscalia, mis abogados lograron un excelente trato: una fuerte multa economica de cuatro ceros, dos meses en una clinica de desintoxicacion y continuar en posesion de mi visado de turista. Asi pues, en junio aterrizaba por primera vez en Las Vegas. Despues de registrarme en una suite en el MGM, alquile un Ferrari para acudir a la oficina del productor, en el centro comercial Fashion Show. Me encontraba entusiasmado, con mariposas en el estomago, imaginandome en un gran escenario ante miles de personas. En cuanto sali de las escaleras mecanicas, me quede con la boca abierta. Se habia formado un tumulto de gente, y de ahi, de repente, salieron dos policias escoltando a un hombre corpulento y calvo: el productor que habia conocido en Nueva York. Merde! Pregunte a una mujer y me comento que, al parecer, lo habian detenido por estafa. Toda mi ilusion se vino de abajo de pronto. Sintiendo una profunda decepcion, decidi pensar en mi siguiente paso mientras regresaba conduciendo por El Strip, la avenida principal de Las Vegas. Podia regresar a Paris, pero alli los medios me verian como el exfutbolista millonario que canta por capricho. Tambien podia permanecer en Las Vegas y encontrar un sitio donde cantar, si, seria divertido seguir los pasos de Frank Sinatra. Ademas, a cada paso me cruzaba con bellisimas mujeres buscando amour. Me resultaba imposible vivir tiempos prolongados sin la calidez y el aroma femenino. Conquistar a una mujer es un manantial de fuertes sensaciones, y algo a lo que nunca podria renunciar. Necesitaba el placer suculento de su piel, por eso queria estrenar cuanto antes la cama matrimonial con una noche eterna de lujuria y desenfreno. En cuanto llegue a la suite, encendi el televisor. Odio el silencio y siempre necesito bullicio a mi alrededor. Ordene que el servicio de habitaciones me trajera una botella de Dom Perignon, mi champana favorito, y la puse a enfriar en la nevera. En ese momento llamo mi madre al telefono del dormitorio. --?Cuando te vas a casar, Eric? --fue lo primero que dijo--. Quiero que me des nietos de una vez. Estoy cansada de esperar, no quiero morirme sin nietos. Suspire. Mi madre siempre con la misma cancion. Esposa, hijos, hogar... --Mama, acabo de llegar a Las Vegas. Aun no he encontrado a la mujer ideal, ya te lo he dicho --dije mientras me sentaba sobre la cama y me quitaba los zapatos. --!Ya no quiero que me presentes mas a tus novias! --dijo con enfado--. La proxima mujer que conozca sera mi futura nuera, que ya me queda poco para pasar a mejor vida. --Mama, que solo tienes sesenta anos... --dije negando con la cabeza. A mi madre le encantaba el drama. --Hijo, nunca se sabe. --Mama, te quiero muchisimo y te echo mucho de menos, pero primero he de encontrar a esa mujer que haga sonar mi corazon. Ahora tu eres la mujer mas importante de mi vida --dije con una sonrisa, sabiendo como agradarla. --Oh, callate --dijo mi madre riendo--. Siempre consigues que se pase mi enfado. --?Cuando vendras a visitarme? --En cuanto me tome unas vacaciones... --Deja el trabajo de una vez, yo te mantendre. Sabes que el dinero no es problema, mama. En ese momento llamaron a la puerta. Sin duda, seria room service con mi Dom Perignon. --Me gusta mi trabajo, Eric. En casa me aburriria, echaria de menos a mis pacientes. Ser enfermera es mi vocacion. --Esta bien, como quieras --dije sabiendo que seria imposible convencerla--. Te dejo, que llaman a la puerta. Luego hablamos. Un beso. --Un beso, hijo. Cuidate. *** Despues de almorzar en el hotel, decidi pasear por el casino del MGM. Mi plan era hablar con la gente y descubrir un bar donde pudiera cantar, aunque fuese en modo karaoke. Me era indiferente si me pagaban un salario o no, con acudir todas las noches y disponer de un publico entregado, me daba por satisfecho. Yo solo queria hacer aquello que de verdad me complacia. Muy cerca de la entrada me llamo la atencion la jaula de cristal habitada por leones reales. Los turistas se fotografiaban sin cesar; a todos les parecia divertido encontrarse animales salvajes al lado de las slot machines. Enfrente se situaba una pared con decenas de televisores y, en cada uno, se retransmitia un acontecimiento deportivo distinto. Los empleados atendian a los jugadores que formaban una fila india esperando con resignacion su turno para apostar. Rios de gente iban y venian en medio de luces y sonidos hipnoticos. Las mujeres me miraban sin disimulo, y yo les saludaba con un guino o un movimiento educado de cabeza. Oh, femmes... Estableci contacto visual con una bella camarera de ojos verdes, que se acerco cimbreando las caderas y bandeja en mano. --Hola, guapo, ?quieres algo para beber? --me pregunto con una sonrisa seductora. --Si, un kamikaze, por favor. Era mi coctel favorito para empezar las fiestas. Se trataba de una racion generosa de vodka, zumo de limon, jarabe natural y escarchado con azucar. Mmm... sensationnel. Pero no solo habia llamado a la atractiva para ordenar una bebida, si trabajaba en Las Vegas debia conocer bien la ciudad del pecado. --Me encantan tus ojos, ?como te llamas? --pregunte cogiendola de la mano y mirandola fijamente. Observe como sus pupilas se dilataban, lo que solo podia significar que le atraia. --Pamela --dijo inclinandose hacia mi. --Pamela --repeti lentamente su nombre--. Dime un bar donde pueda cantar y pasarlo bien. La camarera se quedo pensativa durante unos segundos mientras yo la desnudaba con la mirada. De su preciosa boca salio finalmente una direccion. --En Town Square hay un bar que se llama Yesterday. Una vez fui con mis amigos y pasamos una noche muy divertida con la musica de los noventa --dijo apoyando su mano sobre mi pecho. --Genial. Gracias, Pamela --dije mostrando mi mejor sonrisa. --No te vayas muy lejos, ahora te traigo tu bebida... Pamela me dio la espalda y observe de nuevo su sexy contoneo. Sus gluteos eran firmes y se movian con una gracia que embrujaba. Suspire de amor. Mi interes en Las Vegas no era precisamente el juego, pero pisar la ciudad y no apostar, era como ir a Paris y no visitar la Torre Eiffel. Me acerque a una mesa donde un grupo de gente enfervorizada jugaba a la ruleta. Pedi cambiar cien dolares en fichas, y fui dejando montoncitos sobre el tapete, algunos en la frontera entre dos numeros. Lo ideal hubiese sido entablar conversacion solo con mujeres, pero en ese momento me parecio que una pareja se lo estaba pasando de maravilla. Decidi acercarme primero a hablar con el hombre, ya que si abordaba primero a la mujer, como es logico, se hubiese creado una tension innecesaria. --?De donde sois? --pregunte al joven, cuya edad rondaria los veinticinco anos. --De California. ?Y tu? --De Paris. ?Has estado alguna vez? --No, pero a mi y a mi mujer nos encantaria --dijo y despues se giro hacia ella--. Carino, te presento a un frances. Ella me saludo con una bonita sonrisa. --Ella es Michelle, y yo soy Sam. --Yo me llamo Eric Cassel. Michelle era un bellezon con un cuerpo escultural. Me incline a Sam y le susurre: < >. Sam me tendio la mano para que chocara las palmas, lo que los americanos llaman high five. En ese momento regreso Pamela con mi coctel kamikaze. --?Donde estabas? Pense que te habia perdido --dijo poniendo una mano sobre su cadera, como si estuviera enfadada. Sin pensarmelo dos veces, le di un beso en la mejilla, lo que le causo extraneza al principio, pero despues le parecio un gesto divertido. --En Francia solemos dar un beso en la mejilla cuando acabamos de conocer a una mujer --dije para excusarme. --Me gusta el estilo frances --dijo Pamela sin dejar de mirarme mientras me deslizaba una nota en mi chaqueta. Seguramente su numero de telefono. --?Que bebida es esa? --pregunto Michelle. --Kamizake. Pamela, por favor, trae una ronda de kamikazes para mis nuevos amigos. Yo invito --dije. Sam y Michelle vitorearon mi generosidad. Ya habia empezado a granjear amistades a las pocas horas de llegar. La decepcion por el arresto del productor estaba mas que olvidaba. La vida sigue. --?Que os parece si despues nos vamos a un bar que me ha recomendado Pamela para cantar? --pregunte rodeando por los hombros al matrimonio. --!Si! !Me apetece cantar! !Sera genial! --exclamo Michelle pegando saltitos de ilusion. Al cabo de un rato, con el alcohol de los kamikazes fluyendo por nuestras venas nos apeamos del Ferrari en frente del Yesterday. Senti un cosquilleo en el estomago, como el que sufren los artistas antes de salir al escenario. Entre el primero y me quede unos segundos mirando el bar, procurando que todos reparasen en mi presencia. Era tambien otro truco del manual del seductor: hacerse notar, por eso habia decidido acudir con gente, para no entrar solo, lo cual me hubiera ocasionado la perdida de valor. El Yesterday era un bar no demasiado grande, con paredes decoradas con fotografias de los muchos clientes que lo habian visitado. La luz era calida y acogedora, y todos parecian disfrutar de un rato formidable. La barra se disponia en forma de u, y varios camareros se afanaban en preparar cocteles y servir nachos con queso. Al fondo, un pequeno y simple escenario para debutar en Las Vegas. No estaba mal. Michelle, Sam y yo nos sentamos en una mesa, y ordenamos las bebidas. Ellos, cervezas; yo, un Dirty Monkey, que consiste en vodka, licor de cafe, un poco de crema de whiskey, leche y platano. Enseguida pedi mi cancion: < >, del maestro Frank Sinatra. Michelle se decanto por < > de Natalie Imbruglia, y Sam decidio tomarselo con calma. Mientras llegaba nuestro turno les pregunte cuanto tiempo llevaban casados. --Un ano --dijo Sam mirando a su esposa. Michelle asintio con la cabeza. --Nos conocimos a traves de unos amigos. Fue un flechazo, en cuanto lo vi supe que era el hombre de mi vida. --Y yo la mujer de mi vida --dijo cogiendola de la mano. Se dieron un beso rapido y carinoso en los labios. De repente, me llamaron al escenario, me sentia pletorico de energia, como un nino el dia de Navidad. Sabia que los dejaria a todos asombrados con mi voz. Los primeros compases de la cancion empezaron a sonar mientras disfrutaba del escenario. Yo era el centro de atencion en ese momento y eso me encantaba. Ahora empezaba lo mas bonito, seducir al publico, amarlos y llevarlos a la cama... Mi voz empezo a llenar el bar a la vez que observaba la reaccion entusiasmada de todo el bar. A mitad de la cancion, salte del escenario a las mesas, me arrodille delante de un grupo de mujeres... Asi debia sentirse Frank Sinatra en sus inicios. Pero esto no fue lo mas increible, cuando termine la actuacion me despedi entre apasionados aplausos. En cuanto regrese a la mesa, un hombre bajito y rechoncho se me acerco y me dijo: --Me llamo Lou Wagner. Acabo de abrir un nuevo restaurante espectaculo, y quiero contrarte. ?Que me dices? Sonrei de oreja a oreja. Esto solo podia suceder en America. -
Esclava Encadenada de Aina Castillo
https://gigalibros.com/esclava-encadenada.htmlLas cadenas abrazaban a Elena.
Sus munecas. Sus tobillos. Su cuello.
Iba a ser vendida. Como un objeto.
Voluntariamente. Para siempre.
Pero el sacrificio valia la pena.
Su padre tenia deudas. Su madre cancer.
Aquello solucionaria la vida de ambos. -
Una vocacion imposible de Juan Jose Millas
https://gigalibros.com/una-vocacion-imposible.htmlUna vocacion imposible recoge los cuentos completos del conocido como <
>. En este volumen el lector encontrara la inconfundible mirada de Juan Jose Millas: historias paradojicas en las que lo descabellado adquiere un aire cotidiano y en las que la realidad revela su lado mas sorprendente; relatos en los que explora las relaciones familiares y amorosas, el mundo del trabajo y la vida social, la relacion entre el individuo y su cuerpo, entre la intimidad y lo colectivo, con la originalidad, el humor y la precision que caracterizan su escritura.
Este es un libro indispensable para conocer el universo literario de Juan Jose Millas. En sus paginas, los relatos destilan el desbordante talento del autor a la hora de observar la realidad, siempre desde un angulo inusitado, y su maestria como uno de los escritores que mas ha explorado las posibilidades narrativas del genero. -
Tu, me gustas tu de Inma Munoz
https://gigalibros.com/tu-me-gustas-tu.htmlLa vida de Salma cambia por completo cuando decide mudarse a Mallorca tras la separacion de sus padres. Alli comenzara la Universidad, vivira nuevas experiencias, conocera nuevos amigos y se cruzara en el camino de Luca: un apuesto italiano que la dejara cautivada desde el primer momento. Pero… ?que ocurre cuando te enamoras de alguien tan diferente a ti?
Si realmente quieren estar juntos, los protagonistas de esta historia tendran que hacer frente a la distancia, las opiniones de los demas por la diferencia de edad que existe y su estilo de vida. ?Podra el amor con todo?
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Dos corazones en Waterloo de Violeta Otin
https://gigalibros.com/dos-corazones-en-waterloo.htmlLord Broomfield, el duro y abnegado comandante de husares del ejercito britanico, jamas hubiera esperado reencontrarse con miss Stella Hatton en un elegante salon de Bruselas. La ultima vez que se vieron fue hace ocho anos, cuando el entonces conde de Harding, fanfarron y egoista, habia apostado en un club de caballeros que seria capaz de enamorar a la dama antes de que terminase la temporada… Con lo que no habia contado era con enamorarse a su vez de la joven. Sin embargo, lo que habia comenzado como un simple juego pronto se convirtio en una pasion que provoco la caida en desgracia de Stella. Ahora, con las tropas de Napoleon amenazando la paz enEuropa, lord Broomfield tiene ante si un reto aun mayor: recuperar el corazon de la dama, que esta a punto de contraer matrimonio con un misterioso caballero del que nadie parece saber nada.
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El sueco de Gabor Schein
https://gigalibros.com/el-sueco.htmlHan pasado cuarenta y siete anos desde que el senor Gronewald viajo a un campo de refugiados en Austria y adopto a Ervin, un nino hungaro de seis anos que hizo realidad su deseo y el de su mujer, Teresa, de crear una familia. Los primeros anos de vida de Ervin han sido siempre para el y para sus padres adoptivos un misterio y un tema prohibido. Pero el silencio se ha ido volviendo cada vez mas opresivo y ha dado paso a una necesidad vital: entender las circunstancias del pasado. Gabor Schein explora con inmensa sensibilidad y gran destreza narrativa los avatares de la identidad personal y el intrincado laberinto de los afectos.
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Mejor contigo… ?o sin ti? de Emma Maldonado
https://gigalibros.com/mejor-contigo-8230-o-sin-ti.htmlUn (des)afortunado atropello con una bici… y las flechas de Cupido son lanzadas al azar, la pareja que las ha cogido al vuelo, no puede ser mas disfuncional. ?Quien se terminara enamorando de quien?
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Lo mejor de ir es volver de Albert Espinosa
https://gigalibros.com/lo-mejor-de-ir-es-volver.htmlHay un dia en la vida en que debes decidir si deseas tener la razon o la tranquilidad.
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La Rendicion de Suzanna de Nora Roberts
https://gigalibros.com/la-rendicion-de-suzanna.htmlSuzanna Calhoun y sus hermanas pidieron ayuda al ex policia Holt Bradford para encontrar el collar de esmeraldas de su bisabuela. Holt siempre habia sentido un especial interes por Suzanna y ahora tenia la oportunidad de proteger su vida y de intentar que ella se interesara por el...
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Y que le gusten los perros..., ?no era una pelicula? de May Bonner
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Cecile de Nancy G. Ayala
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Tomame (Atrapame 3) de Anna Zaires
https://gigalibros.com/tomame-atrapame-3.htmlPuede que Yulia haya escapado, no esta a salvo. El peligro que conlleva mi trabajo me tiene muy ocupado, pero vivo para perseguirla. Y cuando la encuentre, ya no volvera a escapar.
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Un buen hijo de Pascal Bruckner
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> es la historia de un amor imposible. El amor a un individuo despreciable. Un fascista autoritario y mujeriego que es a la vez un hombre culto y de firmes convicciones, y que resulta ser el padre del propio Bruckner. Semejante conflicto filial da paso a una maravillosa novela de formacion, personal e intelectual, de quien es uno de los escritores mas solidos y controvertidos del panorama actual de las letras francesas. El hijo adulto se enfrenta en primera persona y sin ningun tipo de mascara narrativa a un personaje por el que siente, a un tiempo, rechazo y compasion, en un relato que nace del odio pero que va adquiriendo un inesperado y reconfortante tinte de ternura. Semejante giro acaba por sorprender al propio narrador. Bruckner no puede culminar su particular condena al padre, y ve como el inspirador rencor de partida se va derritiendo para dejar paso a un timido carino, que no comprension, y a la certeza definitiva de que no es posible juzgar de forma absoluta los comportamientos ajenos. < > es una cruda novela de formacion en la que Pascal Bruckner nos plantea, a traves de su propia biografia, un recorrido por la cultura francesa de la segunda mitad del siglo XX. -
Una Vida Juntos de Nora Roberts
https://gigalibros.com/una-vida-juntos.htmlRoman DeWinter nunca habia conocido el calor de un hogar... hasta que encontro el camino a la posada de la encantadora Charity Ford. Pero el estaba alli de incognito en busca de una mente criminal y todas las pruebas la apuntaban a ella. ?Como podria desentranar toda la trama de falsificacion y contrabando y, al mismo tiempo, eliminar a Charity de la lista de sospechosos?
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El dia en que Goliat vencio a David de A. M. Vozmediano
https://gigalibros.com/el-dia-en-que-goliat-vencio-a-david.htmlMadrid, 1987. Luz es una adolescente del monton. Un poco friki, quiza, pero del monton. O eso piensa ella. No es brillante, no es atractiva, no destaca en los estudios y no tiene demasiados amigos. Ni siquiera tiene detras un drama familiar digno de mencion. Su unico rasgo distintivo es su ojo albino, pero prefiere taparselo con el pelo para que los demas no se burlen.
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Traicion en la almazara de Nicolas Lopez
https://gigalibros.com/traicion-en-la-almazara.htmlEn una humilde almazara, sus propietarios, tras anos de investigacion descubren un nuevo metodo para producir aceite de oliva de altisima calidad.
Por un descuido, su hallazgo llega a oidos de una despiadada corporacion, cuyo dueno no dudar* en utilizar el asesinato y la traicion para hacerse con aquello que le permitira obtener enormes beneficios.
La accion transcurre en el triangulo del oro verde formado por Espana, Italia y Marruecos, mostrando la realidad de nuestros dias, en donde despues de anos de predominio del vino, el aceite de oliva se revela como el nuevo producto al que rendir culto.
Un escenario, en el que los grandes restauradores, los establecimientos gourmet y las revistas de gastronomia, hunden o elevan a la categoria de divino un determinado producto. -
LOS CADAVERES NO SUENAN de Enrique Laso
https://gigalibros.com/los-cadaveres-no-suenan.htmlAquel tipo habia estado paseando con su perro un par de horas al menos, tratando de hacer tiempo para no incordiar en casa, mientras su hijo y su esposa se afanaban en preparar una cena suculenta a base de pavo bien horneado, pure de patatas, salsa de arandanos, sidra y, de postre, un delicioso pastel de calabaza. Mas tarde le tocaria a el recoger la mesa y hacer toda la fregaza. Era un intercambio de labores justo, aunque detestase limpiar platos. Pero merecia la pena. No todos los dias era Accion de Gracias. Habia recorrido aquellos aridos caminos, endurecidos por las primeras heladas otonales, cientos de veces, y casi podria decirse que los conocia mejor que cada palmo de su cuarto de matrimonio. En realidad no se cansaba de ellos, pues su belleza silvestre emborronaba un pasado plagado de amplias avenidas, polucion y ensordecedor ruido de coches. Seguramente ese fue el motivo que le llevo a percatarse de inmediato de que algunos arbustos ubicados a la derecha de la senda que estaba siguiendo se encontraban levemente aplastados. La curiosidad le hizo adentrarse entre la maleza, imaginando que con suerte se toparia con algun tejon revoltoso, un zorro asustadizo o una mofeta. Apenas habia sacado de uno de los bolsillos de su pantalon de explorador su Smartphone, con la intencion de sacar una fotografia medianamente decente de lo que quiera que alli estuviese aguardando, para luego mostrarla ufano a su familia, los ladridos de su perro le sobresaltaron. Se encontraba a solo unos pasos de el, y parecia haber encontrado algo realmente interesante. El hombre penso que posiblemente se trataria del cuerpo sin vida de algun pequeno animal, de modo que se aproximo con cierta aprehension. Cinco anos de vida en plena naturaleza aun no habian logrado adaptar al broker de Wall Street que habia sido durante dos decadas al mundo salvaje, y ese antiguo yo se revolvia en sus entranas con frecuencia, tratando de volver a dominar una vida que se habia vuelto de lo mas apacible. --?Que sucede, Duke? -- inquirio, como si su pequeno Beagle pudiera contestarle o comprendiese el ingles. El tipo se acerco con una sonrisa en los labios, mofandose de su propia inocencia, y recordando las cientos de charlas que ya habia mantenido con Duke. Pero de subito una imagen horrible le arrebato la dicha y la torno de inmediato en una mezcla malsana de repugnancia y panico. Su Beagle olisqueaba un punado de huesos que, sin lugar a dudas, y pese a que el no era ningun experto ni en medicina, ni en paleontologia, ni mucho menos en antropologia, eran humanos.
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Las dos primaveras de Jennifer Barnes de Rafael R. Costa
https://gigalibros.com/las-dos-primaveras-de-jennifer-barnes.htmlHistoria de amor de una dama inglesa en el Uruguay de 1870
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El regalo de Eloy Moreno
https://gigalibros.com/el-regalo.html -
Un cadaver muy frio (Las cosas y casos de la senora Starling 1) de Ana Bolox
https://gigalibros.com/un-cadaver-muy-frio-las-cosas-y-casos-de-la-senora-starling-1.htmlAbrio los ojos como si los parpados soportasen el peso del planeta. Estaba oscuro y el aire viciado le lleno los pulmones con un olor acre. La nausea subio rapida hasta la garganta, sin avisar. Se incorporo sobre un costado y devolvio. Un dolor punzante le recorrio el cerebro, como el rayo que se ramifica con dedos cada vez mas finos hasta alcanzar el ultimo rincon del firmamento, y durante un instante la oscuridad se torno roja y se lleno de chispas que se apagaban tan pronto como se encendian. Sintio el hedor acido del vomito y tosio. Un hilillo de baba le resbalo por la barbilla y se deslizo hasta el cuello cuando se dejo caer sobre la espalda. La oscuridad volvio. ?Donde estaba? Fruncio el ceno en un intento por concentrarse y una nueva punzada de dolor le atraveso el craneo. Se llevo la mano a la frente y apreto con fuerza. Sintio un alivio pasajero, pero el dolor seguia alli, detras de las cuencas de los ojos. El ultimo recuerdo que lograba extraer de la memoria era que habia salido a realizar algunas compras para Navidad. Ya habia oscurecido y avanzaba cargada con algunas bolsas junto al Yankee Stadium. La brisa agitaba las ramas de los arboles que se alzaban ante la puerta numero cuatro. Eso podia recordarlo bien. Habia pasado por delante de ella. Despues solo era capaz de evocar el sonido de sus propios pasos alejandose de la explanada que se abria ante el estadio. A lo lejos, un semaforo parpadeaba en ambar. Luego ya no habia nada hasta aquella oscuridad. CAPITULO 2 Danny’s Coffeeshop No parecia una asesina. La anciana senora Lacey entro en el Danny’s Coffeeshop, el lugar donde se habian citado, envuelta en un abrigo de pano grueso y abrazada a su bolsito de imitacion de piel de cocodrilo, como si temiera que alguien fuera a arrebatarselo en cualquier momento. Anne Starling, parapetada tras las hojas de un ejemplar atrasado del New York Times, la observo desde la mesa. No se movio. Aunque venia bien recomendada, queria estudiarla antes de darse a conocer. Llevaba la cabeza embutida en un ridiculo sombrero de cuyo frontal, sujeto con alfileres, caia un velo oscuro, rigido como la visera del yelmo de un caballero medieval, pero que apenas le cubria la mirada huidiza con la que escrutaba a su alrededor. Parecia una abuela venerable. Cuando la telefoneo la noche anterior, la senora Lacey le conto que habia conseguido su numero a traves de una vecina, amiga de una tal senorita Tarckle que hablaba maravillas de ella. Aquel comentario encendio su vanidad, ?para que negarlo? No era tan frivola como para fingir que el hecho le ruborizo. No lo hizo en absoluto. Dejo que el halago removiera el recuerdo de la pasada primavera, cuando ella y James viajaron a Washington. Alli, junto a la avispada Jane Tarckle, habia tenido la oportunidad de resolver un caso de asesinato del que, desde luego, James no habia sabido nada. Una circunstancia que ella no estaba dispuesta a alterar, como no pensaba contarle ni una palabra de este. Si es que habia caso, naturalmente, porque durante la conversacion que mantuvo con ella, la senora Lacey no le habia parecido una mujer muy en sus cabales. Con voz misteriosa le pregunto si era posible que su vecino, el senor Snow, cuya desaparicion la inquietaba y habia motivado su llamada, hubiera sido raptado por una boa y llevado a lo largo de la enorme tuberia que el ayuntamiento habia obligado a montar en el patio interior. Le habia costado disimular la carcajada que le subio a la garganta y no llego a estar segura de si la tosecilla con la que pretendio camuflarla consiguio su objetivo. Cuando recupero la compostura, le pregunto si por casualidad estaba leyendo a Edgard Allan Poe. La senora Lacey enmudecio durante un segundo y luego exclamo una serie de agudos aaahes y ooohes, mientras farfullaba alabanzas porque habia sido capaz de averiguar la lectura con la que entretenia los largos atardeceres de invierno. Cuando, despues de colgar, James le pregunto quien habia llamado a esas horas, Anne se cuido de ocultarle a su marido la insolita conversacion, que disimulo bajo la absurda excusa de una vendedora telefonica que pretendia seducirla con las bondades de la nueva aspiradora AX7, capaz de succionar al propio Nueva York, segun le habia asegurado, de haberselo propuesto. James enarco las cejas y ella se encogio de hombros y adopto el gesto ingenuo que hasta entonces le habia proporcionado tan buenos resultados. --?Y que pinta Poe en todo esto? --le habia preguntado. Anne habia vuelto a encogerse de hombros antes de acercarse, abrazarlo y recorrerle el cuello con pequenos mordiscos. James no habia preguntado mas. Eran las diez de la noche y su marido, un bendito credulo. La sonrisa de Anne al recordar lo que habia ocurrido despues de los mordisquitos desaparecio tras la taza de cafe, de la que dio un largo sorbo antes de volver a observar a la senora Lacey. La anciana miraba a su alrededor en busca, sin duda, de la figurita de Shiva labrada en jade que Anne le habia indicado como sena para que la identificara. Por supuesto, no habia ninguna talla de aquel tipo en todo el Danny’s Coffeeshop porque Anne, despues de comprarla a precio de oro en una almoneda del Upper West Side, la habia dejado en el maletero del coche. ?Y si la senora Lacey era una espia sovietica con ganas de tomarse la revancha por aquel asunto del elefante lanudo que ella habia ayudado a resolver, pocos meses antes? La mujer se toco la rosa que llevaba prendida en el ojal del abrigo y que debia identificarla ante Anne, que entrecerro los ojos y la midio con la mirada. De ser una agente rusa, exageraba demasiado su nerviosismo, de modo que decidio que debia de tratarse de la autentica senora Lacey, una simple anciana preocupada por la desaparicion de su amigo. Anne doblo el periodico, lo dejo sobre la mesa, junto a la taza de cafe, y la saludo con la mano. La senora Lacey abrio mucho los ojos, pero no se movio. Anne se sintio estupida. Tal vez deberia haber traido consigo la figurita. Se levanto y camino hasta ella. --?La senora Lacey, supongo? --?Como lo sabe? --No es dificil: me habia citado aqui, a esta hora, con usted. Y, ademas -- Anne senalo el ojal en el cuello del abrigo--, lleva la rosa con que dijo que se identificaria. La anciana fruncio el ceno y la observo en silencio durante algunos segundos. --?Donde esta Shiva?
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https://gigalibros.com/la-reina-y-el-alfil-ronda-mortal-2.htmlDespues de aquella conversacion, en un bar de carretera, con un abogado ebrio; Gonzalo Dorta, decide lanzar al olvido, las palabras de aquel hombre; ya que, tiene asuntos mas importantes de los cuales ocuparse. Sin embargo, el primer encuentro con Deborah Wallis; hara que, de inmediato, su interes despierte y su curiosidad, lo llevara a investigar un poco mas sobre la heredera.
Deborah Wallis, por su parte, vera como su plan perfecto, comienza a tener fallos, a causa de varios sucesos que se daran; lo que la hara cuestionarse muchas cosas y sin poder evitarlo, ira perdiendo el control de sus peones, quienes empezaran a revelarseles y a exigirles mucho mas, de lo que ella esta dispuesta a entregar.
Y para complicar mas el juego de Deborah, el detective Dorta, hara sentir su presencia en Nueva Orleans, cuando comience a acercarse a las demas piezas en el tablero y sin notarlo, terminara involucrandose; pero no como un peon mas, sino como el alfil, cuyo objetivo principal, no sera otro que: la reina.
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https://gigalibros.com/lissy.htmlDos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <
>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como < >. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella. -
Desapegarse sin anestesia, Walter Riso de Walter Riso
https://gigalibros.com/desapegarse-sin-anestesia-walter-riso.htmlSi consideras que algo o alguien es indispensable para tu felicidad, tienes un grave problema: estas a la sombra de un amo. Y no me refiero al aire que respiras, la comida que te alimenta o el sueno que te repone, sino a muchas necesidades de las cuales podrias prescindir sin que tu supervivencia emocional y psicologica se viera afectada de alguna manera. No importa la fuente del apego, llamese fama, poder, belleza, autoridad, aprobacion social, internet, juego, moda o pareja, la adiccion psicologica hara que tu existencia sea cada dia mas insalubre: te arrodillaras ante ella, le rendiras pleitesia y vivira en el filo de la navaja por miedo a perderla. Establecer una relacion dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener placer, seguridad o un dudoso sentido de autorrealizacion.
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Una esposa para el highlander (Fuego y corazon 1) de Sonia Lopez Souto
https://gigalibros.com/una-esposa-para-el-highlander-fuego-y-corazon-1.htmlLa manana venia fria, propia de la epoca, pero ninguno de los presentes se quejaba, pues sabian que en breve no les preocuparia el tiempo. La batalla estaba frente a ellos, en una tensa espera, a que uno de los dos bandos avanzase hacia el otro. No hacia tanto los Ross habian vencido a los MacKay en una lucha pareja, donde el jefe de los ultimos habia sido asesinado de forma justa, pero aun asi ahora los MacKay buscaban venganza. Aquella era una disputa que nunca tendria fin, pues los hombres de las Highlands eran muy orgullosos y no admitian la derrota facilmente. -Hijo -el jefe de los Ross llamo a Conall-, algun dia sera tu turno para liderar a tu clan contra sus enemigos. No has de titubear jamas. El miedo es valido, nadie te dira que no lo sientas, pero nadie te apreciara si lo demuestras. Has de ocultarlo, disfrazarlo para que nadie sepa nunca que el jefe del clan es como los demas. Has de ser fuerte y leal, seguro de lo que haces y valiente hasta la admiracion. No dejes que nadie dirija tu vida o te diga como cuidar de tu pueblo. Solo tu sabes lo que es bueno para el clan, pues ese es el deber del jefe. ?Lo has entendido, hijo? -Si, padre -asintio el joven de dieciseis anos, tratando de aparentar una valentia de la que el mismo dudaba. Y sin embargo, no se echaria atras cuando la batalla se iniciase. Aquella era su primera batalla y queria demostrarle a su padre que podria hacerlo bien. Queria que el jefe del clan estuviese orgulloso de el, que supiese que seria un digno sucesor cuando llegase la hora de tomar el control. -?Que harias ahora? -senalo hacia los guerreros del otro clan, que esperaban una senal para iniciar la lucha. -Ellos han perdido a su jefe en el ultimo enfrentamiento -dijo, despues de pensar en ello-. Quieren venganza y, por tanto, deberiamos dejar que den el primer paso. -Porque nosotros no hemos hecho nada malo -sentencio su padre, con el pecho henchido de orgullo por aquella respuesta-. Solo nos defendemos. Y asi era como se justificaba la rivalidad entre clanes. Uno moria a manos del otro, pero nadie creia tener la culpa de lo que pasaba, pues en la guerra todo valia. La batalla empezo poco despues, cuando el nuevo jefe de los MacKay, un joven al que habian dejado sin padre de la forma mas inesperada, dio la senal. Y aunque poco antes habian perdido contra los Ross, en esta ocasion estaban mas preparados y pronto se noto en el campo de batalla. -Gavin -grito el jefe de los Ross por encima del ruido de la batalla-, ve con mi hijo y protegelo con tu vida. Si le pasa algo malo, tu sufriras las consecuencias. Cuando la pelea llego a sus puertas, creyeron que podrian ganar, como en el anterior enfrentamiento, pero parecia que el dolor de haber perdido a su jefe daba mas fuerza y determinacion a los MacKay, pues estaban acorralando a sus guerreros como si de un rebano de ovejas se tratase. -Saldra con vida de aqui, senor -le prometio el hombre, que veia como varios MacKay estaban cercando al hijo del jefe. Corrio a socorrerlo, seguro de que este cumpliria la amenaza si su hijo moria en la batalla. Era un lider justo, pero cuando se trataba del muchacho se volvia irracional, lo que lo hacia muy peligroso a ojos de Gavin-. Cuidado. Detras de ti, Conall. El joven guerrero esquivo por muy poco, una estocada a traicion. Parecia como si los MacKay quisiesen vengar a su jefe muerto matando al unico heredero de los Ross. No les garantizaba que el clan sucumbiese, pues para ganarse el puesto de jefe habia que demostrar que valias o nadie te seguiria, pero seria un duro golpe en ese momento. -Espalda con espalda, muchacho -le dijo despues, pegado a el. Durante largo tiempo lucharon asi, defendiendose el uno al otro, alejandose lentamente del fragor de la batalla. Si el joven queria quedarse, no lo dijo, aunque Gavin podia ver como su cuerpo se iba tensando a medida que veia lo que pretendia hacer. -Mi padre me necesita -dijo al fin, cuando ya estaban en el limite del campo de batalla-. Aqui no podre ayudarle. -Tu padre te quiere a salvo, muchacho -replico Gavin. -?Mientras nuestros hombres mueren? -se quejo el-. No es asi como debo dirigir el clan cuando releve a mi padre. El mismo me dijo no hace tanto que debo ser valiente y decidido para que me respeten. ?Que diria mi gente, o mi padre, si me ven huir del campo de batalla cuando todo se pone feo? ?Acaso mi vida vale mas que la de los demas solo por ser el hijo del jefe? Nadie me seguira si hago eso. -Si mueres hoy, no podras hacer nada -lo detuvo, cuando Conall hizo el amago de regresar a la batalla-, ni nadie te podra seguir en un futuro. En ocasiones, hay que... -Al menos, morire protegiendo a mi gente -se libero de su agarre y corrio hacia los hombres que habian cercado a varios Ross antes de que Gavin pudiese terminar lo que le estaba diciendo. No se refugiaria en la distancia, como un cobarde que teme enfrentar a la muerte. Lucharia, asi se encontrase con ella cara a cara. Demostraria que era un digno hijo de su padre. Aquella estaba resultando ser una lucha muy diferente a la que le habian relatado meses atras. Y su padre, seguro de que venceria de nuevo, habia decidido dejarle ir con el despues de insistirle, pero al parecer, estaba arrepentido de ello y por eso lo queria lejos de la contienda. Se sentia frustrado y decepcionado de que el hombre al que mas admiraba creyese que no seria capaz de luchar en iguales condiciones que el resto, pero le demostraria que podia hacerlo. Estaba decidido a ser el guerrero que su padre esperaba que fuese algun dia. -Conall -Gavin lo siguio al momento, pero no pudo parar al joven, que ya estaba metido en una lucha a muerte con un MacKay que le doblaba en tamano-. Tan terco como su padre. Sera un digno sucesor... si no lo matan antes. Acudio en su ayuda, y aunque la mano ejecutora fue la de Gavin, el merito se lo llevaria Conall por la astucia con la que se lo puso en bandeja. Despues de aquello, lucharon codo con codo, reduciendo las filas de MacKay. A pesar de la intensa lucha, a nadie le paso desapercibido que el joven estaba entre ellos, arriesgando su vida por salvar a su clan. Y aunque no lo habia hecho por eso, su audacia le hacia mas merecedor de ser el jefe cuando llegase la hora de que su padre se retirase. De repente, alguien grito a lo lejos y poco a poco la lucha se fue deteniendo. No porque hubiese un claro vencedor, sino porque el clan MacKay habia sido vengado, y los Ross empezaban a pedir la retirada, ahora que su jefe estaba mortalmente herido. -Vamos, muchacho -Gavin tiro de Conall, que parecia ido. Habia escuchado el aviso de que su padre estaba herido y solo podia pensar en buscarlo, aun a riesgo de su propia vida, pero Gavin no se lo permitio. Si el jefe del clan moria finalmente, Conall seria el sucesor mas evidente, asi que debia asegurar su supervivencia ahora mas que nunca. La huida del campo de batalla fue facil, pues los MacKay no los persiguieron, pero el regreso a casa resulto duro y doloroso, viendo como la vitalidad del jefe se apagaba por momentos. Muchos temian que no llegase vivo a su casa y otros simplemente se negaban a pensar en lo peor. -Muchacho -Gavin se acerco a Conall durante la vigilia del segundo dia-, tu padre desea hablar contigo. Yo te relevo en la vigilancia, ve con el ahora. Conall se levanto de mala gana, pues sabia que sucederia a continuacion y lo temia casi tanto como habia deseado conseguirlo cuando era tan solo un nino. Se habia estado preparando para ello toda su vida, pero no se sentia tan merecedor ahora que estaba a punto de pasar. -La humildad es una buena cualidad -le decia a menudo su padre-, pero la valentia y el liderazgo lo son mas. No olvides ser clemente con aquellos que te daran luego su lealtad, pero se implacable con los que te traicionaran a cada rato. Los consejos de su padre siempre eran tan genericos, que temia no saber ponerlos en practica, llegado el momento. Se habia ido quedando con las palabras mas importantes: humildad, clemencia, valentia, liderazgo... y esperaba que su instinto fuese suficiente para saber cuando ejercerlas todas ellas. -Padre -lo llamo al ver que tenia los ojos cerrados. -Conall -la mirada febril de su padre le atraveso hasta el alma-, hijo mio. Me temo que no vere el amanecer de un nuevo dia. -No digas eso, padre. Eres fuerte -lo regano-, aguantaras. Llegaremos muy pronto a nuestro hogar y Edna curara tus heridas. -Ya he vivido para verte convertido en un hombre -le dijo con orgullo en la voz-, no me importa partir ahora de este mundo, sabiendo que seras un gran lider tambien. -Todavia tengo mucho que aprender, padre -insistio. -Lo unico que te falta ahora es la experiencia, hijo, y esa solo se consigue siendo el jefe -una gorjeante tos acudio a el, interrumpiendolo. Cuando se repuso, sujeto la mano de Conall para que le prestase atencion-. Recuerda que el clan siempre ha de ser lo mas importante. No dejes que caiga en desgracia. Pase lo que pase, lucha por y para el. No lo abandones nunca. -Lo hare, padre -prometio-. La gloria del clan continuara en lo mas alto, pero tu todavia tienes que... -Me muero, Conall -lo interrumpio- y no hay nada que se pueda hacer. -Estamos llegando a casa, padre. Edna podra... -No -lo detuvo una vez mas-, de esta no salgo ya, hijo, no importa lo que haga. Un guerrero sabe cuando ha llegado su hora y esta es la mia. Pero no has de estar triste, pues te he preparado bien y sabras estar a la altura. -No quiero estar a la altura todavia, padre -se negaba a dejarlo ir de una forma totalmente egoista. No se sentia preparado para lo que se avecinaba. Habia esperado ser mas mayor cuando el peso del liderazgo recayese sobre sus hombros, pero las circunstancias eran otras y odiaba mas que nunca, ser el hijo del jefe. No queria lidiar con la perdida de su padre, al mismo tiempo que con conservar la direccion del clan, pues sabia que muchos intentarian hacerse con ella, a pesar de todo. -?Crees que yo estaba mas preparado en su momento para asumir el mando del clan? Tu abuelo ni siquiera se molesto en explicarme como funcionaba la politica entre clanes o como debia dirigirme al rey. El solo se preocupo de convertirme en el mejor guerrero, pues solo creia en el poder de la espada. Yo te he dado todas las herramientas, hijo, es el momento de que las uses. Asegura la existencia del clan primero, y luego ya lidiaras con el rey. No dejes que los MacKay se apoderen de lo que es nuestro. Nada importa ahora mas que acabar con las muertes. Deben saber que los Ross no somos unos cobardes y que, hagan lo que hagan, no podran destruirnos. -Lo sabran, padre -le prometio. El guerrero cerro los ojos un momento y dejo salir el aire de sus pulmones en un suspiro profundo. Conall espero a que los abriese de nuevo para continuar hablando, pero solo cuando noto que no respiraba comprendio que no lo haria. Su padre habia muerto. Por un momento permanecio junto a el, temeroso de no ser capaz de cumplir con lo que se esperaba de un jefe de clan. Le temblaban las manos y las lagrimas amenazaban con escapar a su control. No queria parecer un nino ante todos, pero no podia sentirse de otro modo despues de la muerte de su padre. Cuando consiguio tranquilizarse, se levanto y cuadro los hombros. -Mi padre ha muerto -anuncio a todos en voz alta-. Nos vamos a casa. Hay que darle una sepultura decente, digna del gran jefe que ha sido para todos nosotros. No me veo digno de ocupar su lugar, pero hare lo imposible por serlo y por defender a los nuestros de cualquier enemigo que se presente ante nuestras puertas. Una vez repuestos de las bajas, mi padre sera vengado. Esto no quedara asi. Los vitores y aplausos irrumpieron en la tranquilidad del claro en el que se habian apostado y Conall penso que, tal vez, aquello no fuese tan mal, que podria ser un buen jefe para su clan. Al menos lo intentaria, guiado por todos los consejos que su padre le habia dado a lo largo de los anos en su joven vida. En cuestion de minutos, la compania estaba preparada y continuaron su camino. El jefe habia sido amortajado por sus hombres para que soportase el viaje, pero se dieron tanta prisa como les fue posible para que el tiempo no le ajase el cuerpo y fuese inservible para mostrarlo a todo su pueblo en su ultimo adios, como dictaba la tradicion. -Apenas quedan unas millas para llegar -le informo Gavin a Conall-. Tal vez deberia adelantarse alguien para... -No -lo interrumpio-. Yo sere quien lo anuncie. No quiero que mi madre lo sepa por ningun otro. -?No crees que lo sabra cuando no lo vea llegar al frente de su ejercito? Deberias prevenirla para que no llore ante el pueblo cuando lo... -Si llora sera porque amaba a mi padre -lo freno de nuevo -. El pueblo lo entendera y se congraciara con ella. Gavin no dijo nada mas al ver el enfado del joven, pero se sintio arder por dentro de rabia. Siempre habia estado al lado del jefe del clan, aconsejandolo y siendo su segundo al mando, y habia esperado conservar el puesto despues de que este claudicase a favor de su hijo, pero temia que al joven no le atrajese la idea, despues de como le habia rebatido cada una de sus ideas. Decidio guardar silencio y esperar a que estuviesen solos para abordar el tema. No permitiria que un hombre mas joven le robase un puesto que se habia ganado con sudor y sangre. La entrada a la fortaleza no se parecia a lo que Conall se habia imaginado cuando partieron a la guerra. No habia flores a su paso, ni saludos euforicos; no habia aplausos ni gritos de emocion; solo un silencio sepulcral y tension en el ambiente. Podia escuchar los murmullos a su alrededor por ser el quien encabezaba la marcha, o tal vez era solo su mente la que lo percibia, preocupado porque no fuese aceptado como nuevo jefe. Aunque era el heredero, otros se podian presentar para el puesto igualmente y tendria que vencerlos en una lucha cuerpo a cuerpo. Si su padre estuviese vivo y claudicase en su favor, habria sido muy diferente, pues nadie podria cuestionar al jefe, pero habia muerto y le faltaria su respaldo. Tendria que ganarselo. -Hijo mio -su madre se acerco a el, tan entera como pudo fingir, y lo abrazo, para susurrarle-. Debemos hablar en privado cuanto antes. No era habitual que una mujer se inmiscuyese en asuntos politicos, pero su padre siempre habia buscado el consejo de su esposa, por lo que Conall no rechazaria su ayuda, ahora que mas la necesitaba. Sin embargo, no permitiria que gobernase sus acciones por completo pues eso solo lo haria parecer mas debil. Debia encontrar un equilibrio. -Lo haremos, madre -le prometio, antes de dirigirse a su pueblo-. Mi padre, vuestro jefe, ha muerto en batalla. Ha sido un gran lider y un mejor guerrero, si cabe. Se que lo honrareis en su memoria y pronto le daremos, juntos, un adios que se recordara a traves de los tiempos. Ha llegado su momento de descansar y se ira con todos los honores. El pueblo aclamo sus palabras con gestos, pues la pena les podia. Un gran lider se habia ido, dejandolos huerfanos al igual que a su unico hijo. La incertidumbre ganaba ahora, pues aunque muchos esperaban que Conall fuese el jefe, sabian que muchos otros querrian reclamar el puesto. Y no habia nada tan malo como las luchas internas para que un clan acabase en la ruina. -Hijo -Innes Ross miro hacia Conall con ojos preocupados, ahora que estaban solos-, tu padre ha muerto sin pasarte el mando oficialmente y tienes que afianzar tu derecho a la sucesion cuanto antes. Intentaran arrebatartelo y... -Ahora es mas importante enterrar a padre -la detuvo-. Ya me preocupare de eso despues. -No, hijo -tiro de su brazo para que le prestase atencion-. Es lo primordial. Usaran el tiempo de luto para... -Ya basta, madre -grito, molesto por su insistencia, pero mas todavia porque sabia que tenia razon. Y aun asi, no se la queria dar porque necesitaba tiempo para asimilar lo que estaba pasando-. Respetaran el luto porque, si no lo hacen, el pueblo no los aceptara, asi que dejalo estar. -Yo puedo ocuparme de todo -le rogo-, mientras hablas con los hombres en busca de su apoyo. -No hare politica mientras el cuerpo de mi padre todavia se esta enfriando, madre. -La politica se debe hacer siempre, hijo -le replico. -?No tienes corazon? ?Acaso no te duele su muerte? -Mi corazon esta roto en mil pedazos -Innes se permitio dejar ir una solitaria lagrima-, pero si pierdes el clan, sera peor, hijo. Una madre no puede dejar de serlo jamas. -No perdere nada, madre -la tomo de las manos con mas calma, ahora que veia cuanto sufria-. Te prometo que voy a ser elegido por el pueblo. No te preocupes mas por eso. Innes acepto lo que su hijo decia y deseo que estuviese en lo cierto, porque de no ser asi, lo perderian todo. Podrian volver a su clan, pero no serian nadie importante en el, no tendrian privilegios mas alla de ser la hermana y sobrino del jefe. Innes estaba acostumbrada a dirigir la casa, a dar ordenes a mucha gente, y no queria abandonar aquello, si no era a favor de la esposa de su hijo. Esposa que todavia no tenia porque no era mas que un nino, aunque Conall se empenase en hacerle creer que ya era un hombre por haber sobrevivido a su primera batalla real. Se propuso hablar con los hombres mas influyentes de los Ross para que jurasen apoyar a Conall cuando llegase el momento de votar, pero se esconderia de el. Lo que no se podia permitir ahora era despertar la ira de su hijo, pues se veria con malos ojos y lo perjudicaria a la hora de elegir un nuevo jefe. Debia ser discreta para que, llegado el dia, nadie dudase de que Conall era el hombre ideal para ser el lider del clan Ross.
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A contraluz (Baltimore 2) de Claudia Cardozo
https://gigalibros.com/a-contraluz-baltimore-2.htmlLogan llego al edificio principal de la Escuela de Arte de Maryland quince minutos antes de que iniciara la clase de Retrato y figura humana a la que llevaba asistiendo cada sabado desde los ultimos tres meses. Su premura no estaba relacionada con el hecho de que era escrupulosamente puntual, que tambien. En realidad, y le habia costado reconocerlo en tanto hacia el camino de ida, se sentia un poco nervioso. Hasta entonces, la clase habia sido netamente teorica; incluso, habian llevado un interesante seminario de Anatomia Artistica en que aprendio todo lo relacionado con el estudio de las articulaciones, las proporciones humanas y las perspectivas de movimiento. Ahora, sin embargo, tocaba llevar todo ese conocimiento a la practica. Como un artista aficionado que llevaba dibujando desde que tenia uso de razon, a Logan le gustaba pensar que tenia ya una base solida sobre la cual trabajar y no era tan modesto como para no reconocer que era bastante bueno. Pero nunca habia trabajado con modelos vivos y la idea no dejaba de ser un poco extrana. Dibujar algo que se le ocurria de la nada o recordar a algo o a alguien que deseara perpetuar en el papel no era en absoluto lo mismo que contemplar a un ser humano cuyo unico fin era posar durante horas ante un auditorio que podia analizar cada detalle de su cuerpo para plasmarlo en un block de dibujo. Tal vez se inquietara por nada de cualquier forma, se dijo segun ascendia las escalinatas de marmol que conducian al salon principal. Quiza el fuera un principiante en todo aquello, pero sin duda los modelos no lo eran, y tampoco la extraordinaria maestra que impartia el curso. Casi como si la hubiera conjurado, oyo una voz pronunciando su nombre y giro a su izquierda para encontrarse con la avida mirada de Lisa Vossler. La claraboya en lo alto del vestibulo arranco destellos de su cabello de un rubio dorado que caia en lisas cascadas hasta los hombros y que ella despejo con un movimiento elegante. Iba de negro, como acostumbraba, con un vestido cenido hasta debajo de la rodilla; Logan suponia que era muy consciente de lo bien que le quedaba el color y de la forma en que resaltaba sus curvas, y procuraba sacar al mejor partido a aquello. Cuando un conocido le hablo de ese taller no dudo dos veces en inscribirse. Seguia la obra de Lisa desde que descubrio su trabajo en una galeria de Baltimore y creyo que seria fascinante conocerla y aprender de ella. Y asi habia sido, reconocio componiendo una sonrisa al verla llegar a su lado y ponerse de puntillas para depositar un par de besos sobre sus mejillas, una costumbre a la que no creia que fuera a acostumbrarse. Apoyo las manos sobre sus codos para apartarla con delicadeza y dio un paso hacia atras de forma casi inconsciente. Habia algo en ella, en la forma en que lo veia y la postura que asumia cada vez que se encontraban, que no dejaba de hacerlo sentir incomodo. Se trataba de una mujer muy atractiva, sin duda; voluptuosa y con una sensualidad casi palpable; era, en suma, totalmente su tipo. Y era evidente, ademas, que ella lo encontraba tambien muy atractivo. Sin embargo, Logan no podia evitar el mantener la guardia en alto cuando se encontraba cerca. Deformacion profesional, lo habria llamado su madre. --Has llegado justo a tiempo para acompanarme al salon --Lisa le sonrio y se hizo a un lado la melena con un movimiento delicado; tenia una voz aspera y extranamente musical--. Nos espera una buena clase. --Precisamente pensaba en eso al llegar. Logan la siguio por las escalinatas camino al segundo nivel y, en tanto, desvio la mirada de su rostro para admirar el vestibulo desde lo alto antes de girar en un recodo en direccion al ala destinada a las clases de arte y diseno. Nunca dejaria de estremecerse al contemplar la belleza del edificio; era, de lejos, su favorito en la ciudad. --?Nervioso? Logan parpadeo y llevo su atencion a Lisa, que lo observaba a su vez con una pequena sonrisa sardonica. --Algo, supongo --reconocio el con sencillez encogiendose de hombros--. Nunca he trabajado con modelos vivos; sera un reto. --Lo haras bien. Eres bueno, Logan; mejor de lo que piensas --ella lo sondeo con la mirada y sus tacones resonaron sobre el marmol del corredor--. No entiendo como no te dedicas al arte en exclusiva. --Bueno, eso se debe a que no soy tan bueno como crees; estas siendo demasiado generosa. No soy un artista de verdad, no como tu. Lisa entorno los parpados y lo observo con interes. --Nunca he creido que la modestia sea una virtud tan atractiva como algunos piensan --senalo ella--. Aunque debo reconocer que en ti resulta encantadora. Logan sonrio, sin responder, y dio una mirada hacia adelante, agradecido al reconocer la puerta que conducia al auditorio destinado a la clase, y donde un pequeno grupo aguardaba la llegada de la maestra. Esta, al notar su mirada, hizo un pequeno mohin y simulo una expresion animada de bienvenida que engano a todos, excepto a el. ?Por que no?, se pregunto Logan tras ingresar al salon en tanto ella se ocupaba de saludar a los otros estudiantes. Estaba claro que cualquier avance suyo seria bien recibido y, considerando que aquel era un curso libre, no tenia que enfrentarse a ningun problema de etica por involucrarse con la maestra que lo impartia. Lisa era preciosa, inteligente, y una artista renombrada; la consumacion de sus suenos humedos. Estaba claro, ademas, que lo mismo que el, no estaba interesada en una relacion seria, lo que la hacia practicamente perfecta. Podria invitarla al final de esa clase, llevarla a cenar y algo le dijo que no encontraria muchos obstaculos para pasar una noche estupenda a su lado. ?Por que no, ciertamente?, se repitio al dar un rodeo a las sillas dispuestas alrededor de la plataforma en que se ubicaria el modelo. Eligio el lugar mas apartado a la izquierda en primera fila y rebusco en su mochila para sacar el block de dibujo y los utiles que tendria que utilizar durante la clase para disponerlos en el caballete situado a su derecha. Los otros estudiantes empezaron a entrar tambien y a ocupar sus lugares y dio una nueva mirada a la mujer que se ubico en el centro de la clase. Su mirada se detuvo un segundo en su rostro afilado y ella, al notarlo, le dirigio una pequena sonrisa que termino por convencerlo de que se estaba portando como un idiota. Tan pronto como terminara esa clase le propondria una salida, se prometio, aliviado en parte de haber tomado una decision. Lisa cerro la puerta a la hora exacta en que iniciaba la clase y atenuo las luces del salon hasta que quedaron sumidos en una semi penumbra; pero mantuvo una potente lampara encendida sobre la plataforma. Logan dio una mirada alrededor y comprobo que los otros estudiantes parecian encontrarse en su misma posicion: expectantes y un poco nerviosos. Supuso que todos esperaban que en cualquier momento se abrieran las puertas tras la plataforma y un hombre con el tipo de Apolo reencarnado apareciera para empezar la clase. El auditorio estaba compuesto por hombres y mujeres en similar proporcion: todos artistas aficionados, como el, aunque Logan pudo reconocer a un par de expositores que conocia de sus recorridos por las galerias de la ciudad. Ellos captaron su mirada y le sonrieron alzando las manos; Logan hizo un gesto discreto de saludo y volvio su atencion a la plataforma precisamente en el momento en que las puertas batientes tras ella se abrieron y una figura alta y espigada se abrio paso. Lo primero que Logan penso al mirarla con atencion fue que se habia equivocado de plano con la idea de Apolo reencarnado. Era Artemisa. Sus dedos sujetaron el lapiz que acababa de afilar y lo sostuvo de forma casi inconsciente ante su rostro en tanto analizaba los rasgos de la modelo. Ella vestia una bata blanca que la cubria del cuello a los tobillos y por un momento se permitio admirar su rostro. Tenia una fisonomia realmente extrana, se dijo el; pero en el buen sentido. Unas cejas bien perfiladas enmarcaban unos ojos grandes y de un tono cafe con matices de verde que destellaban bajo la luz; sus pomulos pronunciados y una nariz aquilina remataban en una barbilla puntiaguda que lo llevo a pensar irremisiblemente en un ser sobrenatural. Un duende, tal vez. Y su boca... labios de proporcion perfecta que mantenia entreabiertos en tanto veia a la nada. La vio intercambiar un rapido gesto con Lisa, que se habia puesto un metro a su lado, y una marana espesa de cabello castano corto hasta la barbilla refulgio en el momento en que se puso de espaldas y dejo caer la bata a sus pies. Logan estaba seguro de que no imagino el suspiro colectivo que emitio la clase por el asombro al observar la piel expuesta bajo la luz de la lampara. Hasta entonces habia creido que se sentiria incomodo al encontrarse ante una persona que se desnudaba con el fin de que un grupo de gente estudiara sus formas y la plasmara en el papel; pero en ese momento comprendio que se sentia demasiado fascinado como para hacer nada que no fuera admirarla. Habia visto mujeres desnudas antes. Varias y en distintas circunstancias, y definitivamente estaba lejos de ser un mojigato. Asi que no vio nada que no hubiera contemplado antes; sin embargo, recorrer el cuerpo de la mujer en la plataforma le hizo pensar que nunca se habia detenido a apreciar los muchos matices de la naturaleza humana. Tal vez las ultimas clases tuvieran algo que ver con eso, supuso al tomar el lapiz con mayor fuerza y asentarlo sobre el papel sin ser muy consciente de lo que hacia. Las lineas del cuerpo de la mujer le parecieron perfectas bajo la luz; tenia una figura delgada pero atletica; los musculos de los hombros y los brazos estaban bien definidos y hacian un conjunto armonioso con la linea de los omoplatos y su estrecha cintura. Sus caderas delgadas se unian a unas piernas que le parecieron interminables. --El modelo es una de las armas primordiales del arte. La voz de Lisa lo volvio a la realidad y aparto la mirada de la joven para fijarla en ella, que alternaba sus ojos azulados alrededor de la clase con una expresion levemente sardonica. --Es importante no olvidar esa frase; me la dijo mi maestro de anatomia durante mi primera clase de dibujo humano y la repito ahora --continuo ella iniciando un lento paseo alrededor de la modelo--. Admiren la perfeccion humana e intenten replicarla lo mejor que puedan. Ya hemos estudiado la teoria y ahora es momento de llevarla a la practica; hoy nos centraremos en el contorno. Recuerden la importancia del analisis, la atencion al detalle y dejen que su imaginacion fluya. No se preocupen si tienen problemas esta primera vez y no se encuentran satisfechos con su trabajo al final de la clase; lo intentaremos de nuevo en la siguiente. Lisa apenas habia terminado de decir la ultima frase cuando el sonido de los blocks de dibujo y los lapices siendo afilados reemplazaron a su voz. Logan, que tenia todo ya listo y en las manos, le presto atencion a medias; todos sus sentidos estaban puestos en la modelo y en la forma en que permanecia de pie sobre la plataforma sin mover un solo musculo y sin que pareciera como si le afectara que la maestra se refiriera a ella como un cuerpo sin emociones. Claro que no podia verle el rostro, concluyo Logan; tal vez estuviera lejos de sentirse tan serena como aparentaba. Trazo unas lineas sobre el papel con los ojos entrecerrados; alternaba la mirada de la modelo a sus manos e iba bosquejando el contorno con expresion concentrada. Fue mas sencillo de lo que habia pensado que seria y al mismo tiempo lo mas complejo a lo que se habia enfrentado en su vida; al menos en lo que a su inclinacion artistica se referia. El tiempo paso de una forma extrana, lo que le ocurria siempre que se hallaba embebido en su trabajo. Dibujo sin pausa excepto para beber un trago de agua de la botella que llevara consigo y para tender un borrador al hombre ubicado a su derecha y que por algun motivo parecia haber olvidado algo tan importante. Cuando su mirada se encontro con la suya luego de que le diera las gracias en un murmullo, lo reconocio como uno de sus conocidos de las galerias. Este le sonrio y senalo a la modelo con una cabezada y un guino lascivo que, por algun motivo que no se vio capaz de analizar en ese momento, le provoco estampar su rostro contra el caballete. Tal vez se debiera a que no soportaba a la gente que no podia controlar sus instintos, se dijo luego desviando la mirada con una mueca de desagrado y retomando su trabajo. Se perdio de nuevo en lo suyo y no se detuvo hasta que una campanilla marco el final de la clase. El sonido de los lapices rasgunando el papel se detuvieron de golpe y el dejo caer el suyo con un suspiro y un molesto adormecimiento en la muneca. Al mirar en direccion a la modelo, advirtio que ella se inclinaba para tomar su bata y se vestia con ella con movimientos calmados; luego, se perdio por las puertas por la que habia llegado en un parpadeo. Por un momento, Logan se pregunto si no la habria imaginado, pero al mirar a su caballete y encontrarse con el contorno de su figura y la linea de su espalda que habia dibujado y vuelto a dibujar una y otra vez, se dijo que no, que desde luego que habia sido muy real. Lisa dio otro breve discurso entonces antes de dar una mirada a los trabajos de la clase; senalo errores y alabo avances. Al detenerse ante el suyo, arqueo las cejas y le dirigio una mirada entendida, sin decir una palabra; tal vez quisiera implicar con eso que estaba impresionada, Logan no lo tenia muy seguro, pero no se quedo a averiguarlo. Sus companeros comenzaron a despedirse y el hizo otro tanto, pero cuando llego a la puerta del auditorio recordo que se habia prometido invitar a Lisa al salir. Sin embargo, cuando la vio en medio del salon, reuniendo sus cosas, y sus miradas se encontraron un segundo, la suya expectante, tan solo atino a elevar una mano en senal de despedida y se dirigio a la salida del edificio sin pensarlo dos veces. De alguna forma, la idea de pasar el tiempo con ella le parecio menos tentadora que antes. Estaba cansado, se dijo al encaminarse al estacionamiento en busca de su auto. Habia tenido una semana dificil y le esperaba una mas dura aun. Quiza el sabado siguiente, decidio al iniciar el regreso a casa. Entonces estaria bien. Tara olisqueo el aire y emitio un corto gemido de anhelo al tiempo que su estomago empezaba a rugir. Estaba mucho mas hambrienta de lo que habia pensado y el delicioso aroma proveniente de la cocina que le salio al paso tan pronto como puso un pie en casa solo incremento la sensacion. Pasta. En salsa bolonesa, si su olfato no la enganaba. --?Papa? --llamo en voz alta. --!Lavate las manos primero! Tara sonrio y se encogio de hombros, dirigiendose al bano bajo la escalera para hacer lo que su padre ordenara. No importaba la edad que tuviera, los habitos de higiene del senor Duncan permanecian inalterables. Cuando fue a la cocina, lo encontro afanandose ante la estufa; la pequena mesa bajo la ventana que acostumbraban compartir cuando coincidian a la hora de las comidas se encontraba puesta y Tara se acerco a darle un beso en la mejilla antes de llevar unos vasos y el agua que saco de la nevera. --?Que tal el trabajo? --Pregunto su padre. Tara se encogio de hombros y doblo unas servilletas con expresion concentrada antes de responder. --Aburrido. Como siempre --dijo ella al fin observandolo servir el contenido de la cacerola en una fuente--. Pero esta bien. --Bueno, es una suerte que lo tengas y que sea solo los sabados. No podrias hacerlo entre semana con la escuela y todo lo demas. --Me las arreglaria. Su padre arqueo una ceja rojiza y le tendio la fuente que ella se apresuro a sostener en tanto el cogia el baston que dejara apoyado contra la encimera de la cocina. --Si, claro --comento el-- ?Y cuando dormirias? --En clase, claro. ?Donde mas? El senor Duncan se dejo caer sobre la silla con un suspiro ahogado y sostuvo su plato para que Tara lo rellenara luego de ocupar el asiento frente a el. --Mas te vale estar bromeando --dijo el senalandola con el tenedor. Tara no respondio. No hacia falta; el sabia que bromeaba. Comieron en un silencio armonioso, roto apenas para que ella respondiera las preguntas acerca de como habia ido su dia y si la semana siguiente tendria que salir tambien tan temprano como lo hizo en esa ocasion. Tara respondio con monosilabos, y no solo porque se encontrara encantada con el almuerzo; nunca se sentia comoda respondiendo a las preguntas de su padre referidas a su empleo de fin de semana. --En serio. No es nada interesante; de no ser por lo bien que pagan ni siquiera me lo plantearia --comento ella ante su insistencia. El senor Duncan se limpio la comisura de los labios con una servilleta y la observo por encima de su vaso con el ceno fruncido. --No deberias de hablar asi --la reprendio el--. Y vaya que te pagan bien; en especial considerando que es solo por unas horas. ?Que clase de dibujos dijiste que hace esa gente? Tara bajo la mirada a su plato.
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El hipnotista (Inspector Joona Linna 1) de Lars Kepler
https://gigalibros.com/el-hipnotista-inspector-joona-linna-1.html -
Siempre sera invierno (Parte 2) de Victoria Vilchez
https://gigalibros.com/siempre-sera-invierno-parte-2.htmlEl final del otono dejo a la familia Donaldson sumida en la mas profunda de las tristezas, y Cam Donaldson se enfrenta ahora al invierno mas largo de su vida. Sin embargo, la llegada del frio trajo tambien consigo a alguien que Cam no habia esperado volver a ver jamas: Maverick Parker, la primera chica de la que se enamoro y que desaparecio siete anos atras sin decir adios.
Cam debe lidiar ahora con la perdida y con la responsabilidad que esta convencido que debe cargar a su espalda, pero tambien con el vacio que siente, ese que solo parece desaparecer cuando Maverick esta cerca.
El pasado a veces duele demasiado, pero tal vez sea la unica esperanza de Cam para poder volver a sentir. -
Te pertenezco de Yaz Miller
https://gigalibros.com/te-pertenezco.htmlPrimera parte de la trilogia Te Pertenezco
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A traves de los suenos de Olga Maria Lopez
https://gigalibros.com/a-traves-de-los-suenos.htmlLogan se incorporo sobresaltado. Por tercera noche consecutiva sonaba con esa hermosa y desconocida chica rubia. Giro la cabeza y el despertador le confirmo que aun faltaban tres horas para que llegara la hora de levantarse, pero sabia que ya no podria volver a dormir. A pesar de ser las cuatro de la manana. Se levanto y fue hacia la ventana de su habitacion. Se escuchaba el mar bravio. Era apenas otono, pero el viento soplaba con fuerza, haciendo que el mar estuviera de esa forma. Se sento en el asiento de la ventana, perdido en sus pensamientos, pero no pudo dejar de notar que en uno de los balcones de la casa del acantilado, habia una figura blanca iluminada por la luna. <
>, sonrio ante la manera automatica que habia surgido el apelativo en su mente. Desde luego, no creia que la senorita Relish fuera una hechicera. La magia era mala y no parecia que ella fuera mala. Pero si que existia un halo de misterio ante la joven que habitaba la casa del acantilado. Al desaparecer en el interior de la casa, la figura fantasmal que habia estado mirando, Logan trajo a su mente la imagen de la chica con la que habia sonado. Rostro de porcelana, levemente bronceado; cabello rubio, oscurecido un poco por el sol con un tono miel que armonizaba con los cristalinos ojos azules y labios rojos, sensuales, que daban ganas de mordisquear. El rostro de una perfecta desconocida. Logan suspiro y alcanzo el libro que tenia en la mesa de estudio. Cogio la foto de la chica que estaba entre sus paginas y la observo. Cabello negro brillante, ondulado, una cascada que llegaba hasta el final de la espalda. Los ojos verdes, llenos de secretos; una piel blanca, muy blanca y una sonrisa que no llegaba a los ojos. Eris. Conocia a Eris desde Primaria, pero no se habia fijado en ella hasta ese ano. Ese ano, en el que ambos habian cumplido diecisiete, parecia que ella habia florecido. Logan estudio la foto de nuevo. Deberia estar loco por ella, pero no lo estaba. De hecho, su persistencia lo estaba agobiando. Aun recordaba como habia encontrado la foto entre las paginas del libro de Historia, un par de dias antes. Movio la cabeza. No es que no le atrajera, era un adolescente y Eris era sexy. Pero... no le llegaba a donde suponia que le tenia que llegar. Dejo la foto a un lado y se planteo el preguntar a su padre acerca de los suenos que habia tenido con la desconocida, pero descarto la idea de inmediato. No encontraria la comprension que esperaba en el pastor Evans. Sabia que la receta de su padre seria rezar mas y dedicarse a sus estudios. Su madre tampoco seria de gran ayuda. Gillian Evans hacia todo lo que decia su marido. Jeff e Iris se plegaban mas a las exigencias de sus padres, pero Logan se dejaba llevar mas por sus suenos, cosa que a sus padres no les hacia ninguna gracia. Sus padres desearian que estudiara algo solido; Derecho como Jeff o Medicina. Incluso ser politico, conservador, claro. Pero Logan tenia otras aspiraciones. Adoraba la literatura y la Historia. Era muy perspicaz y le encantaban las ciencias. Todavia no tenia claro que iba a estudiar, pero lo que si sabia era que decepcionaria a sus padres. Se quedo alli, pensando en todo y en nada a la vez, con los luminosos ojos azules de la desconocida llenando su mente, mientras el tiempo pasaba y el dia le ganaba, una vez mas, la batalla a la noche. ******** Viorica se quedo tumbada en la cama, escuchando la tranquila respiracion de su hermana Doina. Eran mellizas pero no podian ser mas diferentes. Ella era alta, con las curvas necesarias, rubia y con los ojos azules de padre. Doina era bajita, regordeta, con el pelo castano y los ojos castanos de madre. Viorica era orgullosa y salvaje. Doina era tranquila y sumisa. Pero a pesar de todo, ambas se amaban por encima de todas las cosas. Aguzando el oido, escucho las respiraciones de su familia dormida. Padre roncaba, mientras que la respiracion de madre era mas ligera. Sus hermanos dormian, Marcel respiraba pesadamente y Petre hacia ruido con los dientes. Moviendose de forma muy lenta, para no despertar a Doina, atisbo por la ventana. Aun era noche cerrada, pero sabia que se acercaba el amanecer. Debia dormirse de nuevo, al dia siguiente le esperaba un dia muy duro, pero sabia que no podria. El rostro del chico desconocido se colaba entre sus suenos y no sabia como impedirlo. Eso la asustaba, porque podia asegurar con toda certeza que jamas habia visto a ese chico en sus dieciseis anos de vida. Intento conjurar en su mente el rostro apuesto de Viktor. Sabia que en Navidad pediria su mano a sus padres, y en la Semana Santa del ano siguiente estarian casados. No podia esperar para empezar su vida en comun con el. Doina se agito en suenos a su lado. La miro antes de quedar tumbada boca arriba en la cama. Y, en vez de ver el apuesto rostro de Viktor, lo que se aparecio ante sus ojos fue el rostro del desconocido: su pelo moreno despeinado y corto, sus ojos verdes chispeantes, que parecian querer contarle un secreto solo a ella, y sus labios, con una sonrisa traviesa en ellos. Se dio media vuelta, dandole la espalda a su hermana. Debia olvidarse de ese chico y centrarse en Viktor. Sabia que ella podia aspirar a lo mejor del pueblo y ese era Viktor Ionescu. Y, en el momento que ella estuviera establecida, sus padres podrian buscar un mejor partido para Doina o Marcel podria pedir por fin la mano de Simona. Melancolicamente, recordo su primera boda. Con trece anos habia sido una novia preciosa, dicho por todos. Constantin tenia veinte anos, pero ella estaba totalmente loca por el, y no le importaba eso. En realidad, era lo habitual, que el marido le sacara varios anos a su esposa. Habian sido felices durante los dos anos que estuvieron casados, y la llegada del pequeno Constantin les habia colmado de felicidad a los dos. Pero todo se torcio cuando su esposo tuvo el accidente en el campo y lo llevaron malherido a la casa. Murio dos semanas despues, sin haber recuperado el conocimiento, sin despedirse de ella, dejandola viuda en casa de sus suegros y con un pequeno que no llegaba a un ano. Entonces fue cuando su hijo enfermo subitamente y siguio a su padre a la tumba, apenas un mes despues -
Solo era sexo de Patricia Hervias
https://gigalibros.com/solo-era-sexo.htmlValeria es una joven independiente que vive el sexo de manera desenfadada y en total libertad. Sasha es el dueno de una de las salas de fiestas sexuales de alto standing mas conocidas en el mundo. Ella sabe lo que quiere, el tambien. Solo sera una noche y todo acabara ahi. ?O no?
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A mi no me iba a pasar de Laura Freixas
https://gigalibros.com/a-mi-no-me-iba-a-pasar.htmlUno de los referentes del feminismo espanol reflexiona, desde una perspectiva de genero, sobre su propia vida.
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Vosotros sereis mi vida (Corazones heridos 3) de Towanda Richardson
https://gigalibros.com/vosotros-sereis-mi-vida-corazones-heridos-3.htmlAlex y Emma llevan juntos toda una vida. Enamorados casi desde ninos, cumplen en San Francisco todos sus suenos. Hasta que, pocas horas despues de graduarse en la universidad, y con todo listo para empezar su nueva vida, Alex le rompe el corazon a Emma. Ella solo encuentra consuelo en los brazos de Sam, un buen amigo de ambos, al que acude porque el dolor es tan fuerte que no puede soportarlo sola.
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No soy la Bella Durmiente de Teresa Camaselle
https://gigalibros.com/no-soy-la-bella-durmiente.htmlEsta historia empieza con un gato llamado Tesoro.
Aunque, como empieza de verdad, es con la chica que le gusta al chico que cuida de Tesoro.
Y no es una historia de "chico conoce chica...", porque Sergio y Sofia ya se conocen, mucho; de hecho fueron novios en el instituto. Pero han pasado diez anos sin verse. Y ahora viven de nuevo en la misma ciudad, y a el se le ha ocurrido mudarse al mismo edificio, y visitarla en el trabajo cada dos por tres… Y su vecino tiene un gato, y viaja mucho, y precisamente durante uno de esos viajes empieza esta historia.
Fin de semana del 25 de julio de 2010. Ano Santo Compostelano. La ciudad de Santiago llena de peregrinos, turistas y paisanos dispuestos a festejar dia y noche.. Y unos intrusos intentan entrar en casa del vecino del gato. Y todo termina por liarse…
Sorpresas, robos, persecuciones, diamantes en bruto, amigas bienintencionadas, novios olvidadizos, policias mosqueados, extranjeros sospechosos, gatos desquiciados, familiares extravagantes, sol, playa, pimientos de Padron, tarta de Santiago...
Y Sergio y Sofia... que ya no pueden resistirse mas a su destino. -
Un amor de Alejandro Palomas
https://gigalibros.com/un-amor.htmlEn el reducido universo familiar de Amalia y sus tres hijos, Silvia, Emma y Fer, el engranaje se mueve al ritmo desacompasado de las emociones. Es una familia tipica, y sobre todo, muy real. Un cosmos cocido al fuego lento de varias entregas que han atado a miles de lectores. Pero llega un dia cumbre en sus vidas. Emma se va a casar y todos se sumergen en las tareas y los remolinos de organizar la mejor boda. La noche previa a la ceremonia, una llamada rompe la armonia familiar. Silvia, Emma, Fer y otros parientes se conjuran para poder celebrar a la vez el aniversario de Amalia, que coincide inevitablemente con la fecha de la boda. 24 horas de aceleron emocional que pondran a prueba a todos y cada uno y al mismo engranaje familiar.
Un nuevo ejercicio de virtuosismo emocional. Una literatura que llega por el plexo y se inocua directamente a los sentimientos. Alejandro Palomas extiende su ya variada paleta de colores para dotar a sus personajes de los matices, sesgos y rasgos que los acercan a los lectores y estos los reconocemos como a propios en sus particulares universos familiares. -
Cuento De Hadas de Danielle Steel
https://gigalibros.com/cuento-de-hadas.htmlChristophe y Joy eran una pareja profundamente enamorada cuando convirtieron su suntuosa propiedad en California en una pequena bodega de prestigio. En ese entorno de ensueno criaron a Camille, su unica hija, que no tardara en regresar tras terminar los estudios para ayudar con el negocio familiar.
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Desde mi piel de Maria Moreno
https://gigalibros.com/desde-mi-piel.htmlCuando me desperte me dolia terriblemente la cabeza y quise llevarme las manos a las sienes. Entonces me di cuenta de que estaba atada a la cama. Abri los ojos y mire a mi alrededor prestando toda la atencion que era capaz de prestar. Estaba aturdida y no veia con claridad, mi alrededor se presentaba borroso ante mi. Todo parecia muy blanco, muy limpio, y percibi el olor aseptico de los hospitales. No sabia que habia pasado o que estaba haciendo en este lugar. Entre imagenes que mi memoria se empenaba en traer a mi mente, olores que no podia identificar y un miedo atroz que no sabia de donde procedia, mi nombre aparecio de repente: "Miriam. Soy Miriam", me repeti mentalmente como si el mero hecho de recordar como me llamo fuera un triunfo Me llamo Miriam Santa Cruz y hoy he recibido un regalo que he estado pidiendo desde el mismo dia en que abri los ojos en este lugar: un cuaderno y un boligrafo. Parece ser que la doctora C ya no considera un peligro un simple boligrafo. En realidad nunca lo ha sido. Lo unico que queria era ordenar todo lo que va apareciendo en mi mente. Al principio eran imagenes sueltas que no significaban nada para mi, pero ahora son piezas del puzle que es mi vida que me quieren contar la historia de como he llegado hasta aqui. Cuando abri los ojos en un entorno tan blanco y tan limpio senti el inmenso alivio de haber conseguido lo que queria: por fin habia muerto. Eso era lo que pretendia aquella tarde en que me corte las venas y me meti en la banera para entregarme lentamente a mi destino. Y fue tan dulce el vaiven del agua carmesi contra mi fragil cuerpo, proporcionandome la paz que tanto habia ansiado, que este lugar inmaculado no podia ser otra cosa sino el final del camino. Por unos instantes pense que mis hijos aparecerian en algun rincon y los busque...los busque con los ojos y con el corazon, pero no estaban. Y me invadio una tristeza de otro mundo al recordar que ya habia despertado en lugares similares en otras muchas ocasiones, entumecida, dolorida, sedienta, con los ojos cerrados por la hinchazon de tal forma que no podia ver con claridad donde estaba y presa de un dolor fisico que se me antoja ahora mas leve que este sentimiento tan profundo que se ha aduenado de mi. El dolor fisico puede paliarse. El dolor del alma no. Me volvi a dormir sin querer. No podia mantenerme despierta, casi no podia ni fijar la vista. Ademas, durmiendo recuperaba la fantasia de que estaba muerta porque era un sueno sin suenos, un sueno en paz provocado por la medicacion, la misma medicacion que callaba las voces de mi cabeza que me decian que mis hijos me esperaban en algun lugar. La siguiente vez que recuerdo haber despertado vi a una mujer vestida con una bata blanca que me miraba. No la distinguia muy bien porque no podia enfocarla, pero recuerdo que me dijo: -No te preocupes. La vision borrosa y la somnolencia son efectos secundarios de la medicacion que iran desapareciendo poco a poco. Su voz tambien desaparecio lentamente en mis oidos, como en tantas ocasiones en que no pude despertar del todo. Hasta que un dia o una noche, por fin logre mantenerme despierta. Recuerdo que entro una mujer con una bata blanca que no reconoci como la que habia hablado conmigo en otras ocasiones hasta que oi su voz al preguntarme: -?Como te encuentras? Entonces me di cuenta de que jamas olvidaria esa voz porque me recordaba a la de mi madre. Hay voces que son eternas, que sobreviven mas alla del tiempo y la muerte y en aquel momento llegue a pensar que era a mi madre a la que estaba escuchando. La mire fijamente unos instantes. Era alta, de complexion media y con el pelo rizado por encima del hombro. Debia tener unos cincuenta. Esta vez se acerco a mi y me toco suavemente el brazo donde tenia las vias para el suero y la medicacion, en un intento de transmitirme su apoyo. Por fin me volvio a hablar y yo pude comprobar que esta voz que me era tan familiar iba acompanada de un rostro que no recordaba haber visto en mi vida. -?Como te encuentras? ?Puedes verme bien? ?Sabes donde estas? Y juro por lo mas sagrado que queria hablar aunque solo fuera para decirle que la razon por la que estoy aqui es porque fui lo bastante idiota como para no cerrar con pestillo la puerta del cuarto de bano cuando decidi que no podia aguantar tanto dolor. Sin embargo, las palabras se perdian en el camino a mis labios, agolpandose en mi garganta luchando por salir. Aquella vez no lo consiguieron. Lo que si salio fueron mis lagrimas a borbotones, que quemaban al recorrer mi rostro. Me dolian los ojos y cuando el liquido salado alcanzo mis labios, me escocieron terriblemente. Pasado un tiempo descubri que llevaba sedada dos semanas seguidas desde el dia en que, antes de que me ataran a la cama, intente saltar por la ventana una vez y acabar con mi vida a golpes contra la pared en otra ocasion, llegando incluso a mancharla de sangre. No fue mi unico intento de acabar lo que habia empezado aquella tarde en mi banera, al parecer tenia una gran habilidad para darme cabezazos con las paredes o usar cualquier instrumento que las enfermeras trajeran a mi habitacion para autolesionarme, nunca a los demas, solo a mi. Yo solo queria morir... y no me dejaban. Y por eso seguia atada. La doctora C creia que habia que esperar a que dejara de autolesionarme antes de pensar en soltarme las manos. Tambien los pies los tenia atados por seguridad. Una enfermera salio al pasillo a avisar al medico mientras yo descubria que en esta habitacion no habia ventanas. Por eso habia perdido por completo la nocion del tiempo. Por eso este cuarto era tan horriblemente blanco y brillante de dia y tan descorazonadoramente negro por la noche. Por eso y por los sedantes, supongo. Por desgracia, a partir de aquel momento empece a pasar mas tiempo despierta que dormida. No me gustaba la habitacion. Me recordaba a una despensa o al temido cuarto de las ratas donde las monjas del colegio amenazaban con encerrarnos si nos portabamos mal. A lo mejor era el infierno... o el purgatorio. Mire a mi alrededor. Nada. Ni cuadros, ni sillas. Nada. Solo la cama en que permanecia postrada y el suero que me mantenia con vida. En algun momento, supongo que por la manana o a medio dia, aparecio una enfermera en la habitacion y me dijo que me iba a liberar de algunas cosas entre las que no se encontraban mis ataduras. Era una mujer ya mayor, muy delgada, pequena y arrugada como una pasa. Recuerdo que tenia los ojos y los dientes pequenos. Nunca me gustaron las personas con ojos y dientes pequenos. De pequena se me antojaban duendes malos y supongo que nunca lo supere. Me quito la aguja que llevaba el suero a mis venas y luego la sonda. Casi me regano cuando me dijo: -Ya esta bien, bella durmiente. Si quieres hacer pis tendras que levantarte. Tuve la impresion de que estaba enfadada conmigo, pero no se me ocurria por que pues no recordaba ni haberla visto antes. -Quiero que quede clara una cosa- me dijo mientras enredaba alrededor de la cama- Te vamos a dar manzanilla y yogur para ver como toleras las alimentacion. ?Puedes negarte? Puedes. Entonces volvere con una sonda naso-gastrica y a eso si que no te podras negar. ?Esta claro? La presencia de esta mujer pequena y chillona me intimidaba enormemente. Salio de la habitacion y unos minutos despues aparecio la doctora que me era familiar. Traia consigo una silla plegable que abrio y coloco junto a mi cama antes de sentarse. -Hola - me dijo intentando aparentar indiferencia - Me alegra verte despierta. Quiero hablar contigo sobre algo muy importante. Quiero quitarte las ligaduras que te tienen sujeta a la cama, pero para eso necesito tu colaboracion. Mi mirada bajo instintivamente hasta las ligaduras de mis manos y subio para volver a encontrarse con los ojos de la doctora: -Necesito saber que no te vas a intentar hacer dano. ?Puedo confiar en ti? Parpadee. No sabia que decir. No sabia que queria decir con aquello. Imagine que debia haber hecho algo terrible para que todos en este lugar estuvieran enfadados conmigo y no confiaran en mi, pero no lo recordaba. -Fijate en tus munecas. Baje de nuevo los ojos hasta ellas. -Despues de tres semanas aun estan vendadas. ?Te digo por que? Porque la primera vez que te libere las manos, apenas sali por la puerta, te quitaste las vendas y te arrancaste los puntos a bocados. Una vaga imagen de sangre corriendo por mis brazos parecia querer confirmar que lo que esta mujer estaba diciendo era cierto. No dije nada. Simplemente segui mirandola a los ojos esperando mas instrucciones, o algun otro comentario. La doctora se acerco a mi y empezo a desatarme la mano derecha, que era la que le quedaba mas cerca. No parecia tener miedo de que la atacara, porque en lugar de rodear la cama para soltarme la otra mano, lo hizo desde donde estaba, colocando su cuerpo muy cerca del mio. Se retiro un poco, pero no volvio a sentarse. Supongo que queria observar mi reaccion. No hice nada extraordinario, con una mano me cogi una muneca y luego repeti el mismo gesto con la otra. Hice el ademan de apartarme el pelo del hombro, por pura costumbre y descubri que mi melena rojiza no caia sobre mis hombros. Mi mirada interrogante se clavo en los ojos de mi interlocutora: -Lo siento. No nos quedo mas remedio que cortarte el pelo. Has estado demasiado tiempo en la cama. Es una medida puramente higienica. Volvi a mirarme las manos, esta vez los dedos y las unas. Estaban inmaculadas, blancas y aterciopeladas. Mientras tanto, la doctora liberaba tambien mis pies. -Ya esta. Si todo sigue bien hoy tomaras algo suave y te sentaras un rato en la cama. No quiero que te marees cuando te levantes. Yo seguia mirandome las manos. Tenia la extrana sensacion de que eran de otra persona, como si no las recordara asi.
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La Alfa es mia de Iris Montes Meseguer
https://gigalibros.com/la-alfa-es-mia.htmlCUANDO LA PASION LLEGA…NADIE PUEDE ESCAPAR DE ELLA
(De la autora de Indomable pero mia con mas de 1 millon de lecturas en Wattpad):