• libro la forma del agua - Guillermo del Toro

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    El visionario cineasta Guillermo del Toro y el renombrado autor Daniel Kraus combinan su formidable talento en una historia de amor tan conmovedora como fascinante."La forma del agua" esta ambientada en la ciudad de Baltimore en plena Guerra Fria, en el centro de investigacion aeroespacial Occam, al que hace poco ha llegado un ser tan extraordinario como potencialmente valioso: un hombre anfibio capturado en el Amazonas. Lo que sigue es una emotiva historia de amor entre este ser y una de las mujeres de la limpieza en Occam, quien es muda y se comunica con la criatura por medio del lenguaje de signos.Desarrollada desde el primer momento como un rompedor lanzamiento simultaneo –una misma historia recreada por dos artistas en los medios independientes de la literatura y el cine–, "La forma del agua" entreteje la fantasia, el terror y el genero romantico a fin de crear un relato que resulta tan trepidante en el papel como en la gran pantalla. Preparate para una experiencia distinta a todo cuanto has leido o visto.

  • La forma del agua Tapa blanda – 27 febrero 2018 - Amazon.es

    https://www.amazon.es/forma-del-agua-Umbriel-fantas%C3%ADa/dp/8492915994

    La forma del agua : del Toro, Guillermo, Kraus, Daniel, Padilla Esteban, Antonio: Amazon.es: Libros.

  • LA FORMA DEL AGUA | GUILLERMO DEL TORO - Casa del ...

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  • La forma del agua (novela) - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/La_forma_del_agua_(novela)

    La forma del agua (en inglés: The Shape of Water) es una novela romántica de género fantástico escrita por Guillermo del Toro y Daniel Kraus publicada en ...

  • La forma del agua - Libro de Andrea Camilleri - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/7459/la-forma-del-agua

    La forma del agua es la primera novela protagonizada por el comisario Montalbano, la exitosa creación de Andrea Camilleri. Montalbano es comisario en un pueblo ...

  • Guillermo del Toro y Daniel Kraus: La forma del agua - Libros ...

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    La forma del agua de Guillermo del Toro y Daniel Kraus, publicada por Umbriel Editores, es la historia de Elisa y una criatura anfibia traída del Amazonas.

  • Libro La Forma del Agua, Daniel Kraus,Guillermo Del Toro ...

    https://www.buscalibre.es/libro-la-forma-del-agua/9788492915996/p/50000248

    Libro La Forma del Agua, Daniel Kraus,Guillermo Del Toro, ISBN 9788492915996. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros ...

  • LA FORMA DEL AGUA - DEL TORO GUILLERMO y KRAUS ...

    http://quelibroleo.com/la-forma-del-agua-1

    “La forma del agua” está ambientada en la ciudad de Baltimore en plena Guerra Fría, en el centro de investigación aeroespacial ... Información del libro.

  • LA FORMA DEL AGUA. DEL TORO, GUILLERMO - Popular ...

    https://www.popularlibros.com/libro/la-forma-del-agua_1114567

    LA FORMA DEL AGUA (Libro en papel) ; ISBN: 978-84-16622-74-0 ; Páginas: 416 ; Encuadernación: LIBRO DE BOLSILLO ; Colección: SIN COLECCION ; Idioma: Inglés ...

  • LA FORMA DEL AGUA. LA CREACIÓN DE UN CUENTO DE ...

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    LA FORMA DEL AGUA (Libro en papel). LA CREACIÓN DE UN CUENTO DE HADAS EN TIEMPOS DIFÍCILES. de DEL TORO,GUILLERMO. LA ...

  • LA FORMA DEL AGUA: LA CREACIÓN DE UN CUENTO DE ...

    https://www.normaeditorial.com/ficha/libros-ilustrados/la-forma-del-agua-la-creacion-de-un-cuento-de-hadas-en-tiempos-dificiles

    Este libro de lujo es una crónica de la creación de esta obra maestra única de Guillermo Del Toro, desde la inspiración inicial al meticuloso proceso de diseño ...

  • El laberinto del Fauno de Cornelia Funke , Guillermo Del Toro

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    Una novela oscura y magica, una inolvidable colaboracion entre dos de los narradores mas renombrados de nuestros dias.

  • Desde que los dinosaurios se lavaban los dientes de Jose Antonio Moreno

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    ?Cuanto dura el amor? ?Tiene fecha de caducidad como los yogures?
    Hace meses que me siento como una sirena atrapada en una licuadora, como una coplera sin bata de cola, como un tallo sin capullo o un lirio sin olor. Despues de mas de veintisiete anos de matrimonio acabo de descubrir que la vida son tres dias y que ya he consumido dos y medio. Que me apasionan el <>, los merengues con chocolate y almendras, decir <> y el roce energico y constante de la piel mientras algunas palabras acaloradas me arrastran hacia el mas oscuro, profundo y enigmatico placer. Que los amigos se cuentan con los dedos de una mano y casi siempre te sobran dos o tres. Y que, cuando el amor es de verdad, dura miles de anos y no se extingue como los dinosaurios.
    Excepcional, sarcastica y divertida. Desde que los dinosaurios se lavaban los dientes es una novela sobre la familia, la amistad, el hastio de la costumbre y el amor. Tambien, sobre el desamor porque algunas veces te golpea como un rayo y otras te consume poco a poco sin que te des cuenta. Es, en definitiva, una novela en la que yo, Catalina Pulpon, lidio con los sentimientos que se arremolinan en mi interior. !Animate! Ahora que tienes el libro entre las manos, ?por que no le das una oportunidad a mi historia?

  • Amor ortodoxo de Julissa Sanchez Arias

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    Susan Mowrer es una joven escritora que despues de tres anos vuelve a casa de sus padres buscando recobrar la inspiracion para terminar su proximo libro, pero es ahi cuando su vida da un giro al conocer a quien se presenta como su fan, Isaac Stewart.

  • Su Amante Cautiva ( Los Hermanos Thorpe 1), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • 14/7. El descubrimiento de Pamela Stupia

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    Cielo, Mara, Guillermina y Bianca son nuevas en la escuela; como si fuese facil iniciar el secundario, ellas ademas tienen que hacerlo en un nuevo colegio y una nueva ciudad.
    Las cuatro chicas se haran amigas y se enfrentaran al desafio de ser aceptadas. Pero cuando algunos sucesos extranos suceden, empezaran a pensar que tal vez su encuentro no fue una casualidad y que el destino quiere revelarles algo.

  • Mi pequena guerra de Louis Paul Boon

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    Mi pequena guerra puede ser considerada la novela europea mas importante sobre la Segunda Guerra Mundial, como Viaje al fin de la noche de Celine lo fue sobre la Primera.
    Un clasico europeo que por fin podemos leer en Espana. Traducido a 11 lenguas.
    ?Que pasa cuando un hombre de clase obrera tiene talento para escribir y no quiere ser poeta? Que puede contar aquello que nunca se nos cuenta: la calle.

  • Las cuatro estaciones II. Otono e invierno de Stephen King

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    Dos terrorificas historias que confirman a Stephen King como un maestro indiscutido en reflejar esa barrera invisible donde se traspasan los limites de la razon, la moral o el bien para dejar paso al instinto mas primitivo, donde el hombre da rienda suelta a las pasiones mas inconfesables e inquietantes, pero no por ello menos reales.

  • La Rendicion de Suzanna de Nora Roberts

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    Suzanna Calhoun y sus hermanas pidieron ayuda al ex policia Holt Bradford para encontrar el collar de esmeraldas de su bisabuela. Holt siempre habia sentido un especial interes por Suzanna y ahora tenia la oportunidad de proteger su vida y de intentar que ella se interesara por el...

  • Al otro lado del espejo (Las investigaciones de Theo Cray 2) de Andrew Mayne

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    El profesor Theo Cray intenta rehacer su vida. Aunque gracias a el y a sus revolucionarios metodos cientificos se pudo atrapar a uno de los asesinos en serie mas sangrientos de la historia, el halo de sospecha en que se vio envuelto durante la captura ha acabado apartando al investigador del entorno universitario.

  • El Regalo de Navidad de Nina Klein

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    Tener una crisis en medio del supermercado ya era patetico de por si.
    Tener una crisis en medio del supermercado a dos dias de Navidad, con villancicos sonando de fondo, en el pasillo de los licores despues de encontrarme con mi exmarido y su nueva novia.
    No tenia precio.
    Sobre todo cuando mi exmarido lo era desde hacia solo tres horas, la novia no era tan nueva y tenia un pedrusco en la mano del tamano del Empire State.
    Menos mal que rondando por alli estaba el reponedor macizo que habia venido a rescatarme de mi ataque de llanto. y que quizas podria rescatarme de algo mas: de las Navidades mas deprimentes de mi vida.

  • Cuentos de la Guerra Civil de Ambrose Bierce

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    Los cuentos que invadiran la cabeza del lector no fueron escritos por un general avido de medallas, un profeta del pacifismo o un escritor esperanzado en la humanidad. Fueron creados por un soldado que vivio la Guerra de Secesion en carne propia y supo, pese a todo, desentenderse del patriotismo ciego y el discurso oficial del Norte, que a la postre gano la guerra y se autoerigio como el bando <> y redentor de los esclavos negros. Bierce desecha de cuajo ese facilismo binario y detalla las contraluces propias de una guerra fratricida: pondera miedos y valentias, explica atrocidades, ilumina las sombras de personajes esculpidos por una epoca feroz de la cual solo queda una leyenda. Una leyenda que aun divide a Estados Unidos y provoca odios mutuos. Con todo, esa equidistancia (oscura, a veces desgarradora) es lo que diferencia a Bierce de la mayoria de los narradores y corresponsales belicos, quienes muchas veces buscan asentar la culpa del conflicto en un bando. Leyendo estos relatos se adivina que el soldado promedio de los dos ejercitos era el mismo prototipo, que muchas veces se trataba de un hermano luchando por el Sur y otro por el Norte, que los generales casi nunca tragaban barro y que la muerte vivia al acecho. Ademas, para quien recien se adentra en la tematica, es posible detenerse en ciertas frases racistas o analizar la perspectiva que los blancos, incluso los yanquis, tenian de los negros. Y eso lleva a sospechar que Bierce, quiza inconscientemente, ya sugeria lo que el grueso de los gringos sigue ignorando: que la Guerra Civil norteamericana no se libro con el mero proposito de liberar a los esclavos negros y adaptarlos en un plano de igualdad ciudadana a la sociedad, sino que mas bien se trato de un choque entre elites y sistemas economico-productivos. Por un lado, el Norte de la Union Federal, lleno de industrias que requerian mano de obra libre y asalariada, la cual se podia despedir a placer y no exigia la manutencion del obrero; por el otro lado, el Sur Confederado, atrasado, agricola y cuasi feudal, que veia a las plantaciones de algodon y a la esclavitud como un asunto medular e irrenunciable de su identidad. Pero dejemos la vastedad de este topico a economistas e historiadores sociales. Calculemos, por un instante, la interpelacion que generan estos cuentos en nosotros como latinoamericanos. No hay nexo aparente. Los gringos estan locos, la esclavitud tuvo otros ribetes en Latinoamerica y acaso el unico suceso comparable, en cantidad de muertos, sea la revolucion mexicana. No obstante, al palear unos centimetros de tierra, aparecen osamentas para refutarnos. Y no me refiero a las guerras civiles del siglo diecinueve ni a las montoneras que siguieron a la independencia del dominio espanol. Me refiero a muertos mas recientes; aquellos que les toco vivir una epoca donde un vecino era un potencial delator o un amigo de la infancia podia transformarse en verdugo. Probablemente el adolescente Ambrose Bierce jamas sospecho que le dispararia a muchachos de Alabama o Texas. Y muchos ninos latinoamericanos de la decada de 1960 tampoco pensaron ser asesinados por sus ideas politicas o convertirse en torturadores. El devenir, sin embargo, dictamino otra cosa. Sirvan estos relatos como advertencia a los horrores fratricidas. Sirvan como un oscuro testamento a favor de la paz. No despertemos a la bestia. Es un monstruo que duerme a la sombra de la paz. Lo que vi de Shiloh I Esta es la sencilla historia de una batalla; una historia contada tal como puede narrarla un soldado que no es escritor a un lector que no es soldado. La manana del domingo seis de abril de 1862 fue clara y tibia. El toque de diana resono algo tarde, ya que las tropas tendrian un dia de descanso tras una larga marcha. Los hombres haraganeaban en torno a las brasas del vivac; unos preparaban sus desayunos, otros examinaban con descuido la condicion de sus armas y pertrechos, aguardando la inevitable inspeccion, y algunos otros hablaban con indolente dogmatismo acerca del tema infalible: el final y el proposito de la campana. Los centinelas deambulaban el confuso frente con una libertad de paso y maneras que no hubiesen sido toleradas en otro momento. Un punado de ellos cojeaba, sin parecer soldados, a causa de sus pies ampollados. A escasa distancia, en la retaguardia de las armas apiladas, se veian unas pocas tiendas de campana; ocasionalmente, desde su interior, asomaban oficiales despeinados. Languidamente daban ordenes a sus sirvientes para que les llenasen una palangana con agua, desempolvaran un abrigo o puliesen una vaina. Jovenes y esbeltos ordenanzas, cargados de mensajes evidentemente insignificantes, espoloneaban a sus caballos viejos y se abrian paso entre los hombres, soportando con desden sus burlas y humoradas, ese castigo por ostentar un puesto superior. Pequenos negros de estatus y funciones imprecisas se revolcaban sobre sus estomagos, golpeando el suelo con sus talones largos y desnudos bajo el brillo del sol, o bien dormitaban pacificamente, inconscientes de las bromas aleccionadoras, preparadas por manos blancas para enmendar su perdicion. De pronto, la bandera que colgaba floja y sin vida en los cuarteles parecio levantarse vivamente en el asta. En el mismo instante, se escucho un sonido amortiguado y distante, semejante a la pesada respiracion de un animal gigante bajo el horizonte. La bandera alzo su cabeza para oir. Hubo una pausa momentanea en el zumbido del enjambre humano. Entonces, mientras la bandera caia, el silencio se fue. Pero ya habia cientos de hombres de pie, miles de corazones latiendo a un pulso alborotado. Otra vez la bandera hizo una senal de advertencia, y nuevamente la brisa trajo hasta nuestras orejas el sonido largo y profundo de unos pulmones de acero. Como si hubiese recibido una orden ferrea, la division se puso de pie y se conformo en grupos de atencion. Incluso los negritos se irguieron. Despues de esto he vuelto a ver conmociones similares, provocadas por terremotos, pero creo que en ese momento no temblaba. Los cocineros, sabios de su generacion, sacaron los calderos humeantes del fuego y se prepararon para correr. Los ordenanzas montados se esfumaron. Los oficiales se arrastraron a punta y codo desde sus tiendas de campana y se aunaron en grupos. Los cuarteles se habian transformado en una bullente colmena. El sonido de la metralla ahora llegaba en rafagas regulares. Era el latido fuerte y constante de la fiebre de guerra. La bandera ondeaba entusiasmada, remeciendo su escuderia de estrellas y bandas con una especie de feroz placer. Un ayudante de campo montado corrio hacia la sombra del circulo de los oficiales; parecia haber brotado del suelo en una nube de polvo y al instante se oyeron las notas claras y agudas de un clarin. Las notas se repitieron y fueron replicadas por otros clarines hasta alcanzar los campos marrones, esparcidas por las filas de los bosques, transportadas hasta lejanas colinas; hasta en los valles nunca vistos se reprodujeron esas notas. Los acordes mas leves y remotos casi se ahogaban entre vitores, mientras los hombres corrian a agruparse torno a las bayonetas. Porque esta llamada no era el tedioso clarin "general" ante el cual se desarman las carpas. Este era el emocionante llamado de "asamblea", que llega al corazon como el vino y revuelve la sangre como los besos de una mujer bella. Habiendolo escuchado, sobre los rugidos de los canones, ?quien seria capaz de olvidar la intoxicacion salvaje de su musica? II Las fuerzas confederadas de Kentucky y Tennessee habian sufrido numerosos reveses que culminaron en la perdida de Nashville. El golpe fue severo: cantidades inmensas de material de guerra quedaron en manos de los vencedores, junto con todos los puntos estrategicos importantes. El general Johnston reculo el ejercito de Beauregard hacia Corinth, al norte de Mississippi, donde esperaba conseguir mas reclutas y equiparse hasta ser capaz de asumir la ofensiva y recuperar los territorios perdidos. El pueblo de Corinth era un lugar miserable, la capital de un pantano. Esta a dos dias de marcha hacia el oeste del rio Tennessee. Alli, y por el curso de ciento cincuenta millas, el rio fluye casi hacia el norte, hasta desembocar en el Ohio, en Paducah. Es navegable hasta este punto, es decir, hasta el embarcadero de Pittsburg, al cual se llega desde Corinth mediante un camino erosionado que cruza una region boscosa y tupida y que corre hacia el rio bajo arcos selvaticos cubiertos de musgo espanol. En algunos lugares la via yace obstruida por arboles caidos. El camino a Corinth se convertia, en ciertas estaciones, en un brazo del rio Tennessee. Su boca era el embarcadero de Pittsburg. Aqui, en 1862, habia algunos campos y una o dos casas. Ahora existen un cementerio nacional y otros progresos. El general Grant emplazo su ejercito en el embarcadero de Pittsburg, con un rio a su retaguardia y dos lanchas a vapor como medio de comunicacion con el lado Este, adonde llegaria el general Buell desde Nashville, acompanado de treinta mil hombres. La pregunta ha sido formulada: ?por que el general Grant ocupo la ribera enemiga del rio, encarando a una fuerza superior antes del arribo del general Buell? Buell tenia un largo trecho que recorrer; acaso Grant estaba cansado de esperar. Seguramente Johnston lo estaba, pues durante la plomiza manana del seis de abril, cuando la division de vanguardia de Buell estaba vivaqueando cerca del pueblito de Savannah, ocho o diez millas mas abajo, las fuerzas confederadas -habiendo abandonado Corinth dos dias antes- cayeron sobre las brigadas avanzadas de Grant y las masacraron. Grant estaba en Savanah, pero se apresuro hacia el embarcadero, justo a tiempo para encontrar sus campamentos en las garras del enemigo y los rastrojos de su ejercito derrotado, acorralado por un rio a sus espaldas como apoyo moral. He relatado las noticias de este asunto tal como nos llegaron a Savannah. Vinieron a grupas del viento, un mensajero que no transporta detalles copiosos. III En la ribera opuesta al embarcadero Pittsburg existen algunas colinas bajas y ralas, parcialmente rodeadas por un bosque. Visto desde el otro lado del rio Tennessee, durante el crepusculo del seis de abril, este espacio abierto (esta ribera, de hecho, fue angustiosamente contemplada por miles de ojos, muchos de los cuales se oscurecieron antes del ocaso) hubiese dado la impresion de estar veteado por franjas largas y oscuras, con nuevas franjas que surcaban constantemente el horizonte. Esas franjas eran los regimientos de la division de vanguardia de Buell. Habiendose desplazado desde Savannah a traves de un territorio que no era mas que pantanos y bajios sin senderos, con repentinas irrupciones de exuberante selva, la vanguardia arribaba al campo de batalla exhausta, con los pies doloridos y muerta de hambre. Habia sido una carrera terrible; algunos regimientos perdieron un tercio de sus hombres por fatiga, los soldados caian abatidos como si les hubiesen disparado, y alli los dejaban en el suelo para que se recuperasen o fallecieran a su gusto. La escena a la que les habian invitado tampoco inspiraba la confianza moral capaz de curar la fatiga. El aire estaba colmado de truenos y la tierra temblaba bajo sus pies. Y si hay algo de verdad en la teoria de la conversion de la fuerza, estos hombres almacenaban energia por cada shock que lanzaba ondas sobre sus cuerpos. Quizas esta teoria explique mejor que otras el tremendo aguante de los hombres en la batalla. Pero los ojos solo constataban materia idonea para la desesperacion.

  • Una prueba de amor de Sophie Rose

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    Amor, traicion y romance. Siempre hay una segunda oportunidad.

  • Mr. Mercedes (Trilogia Bill Hodges 1) de Stephen King

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    Mr. Mercedes, primera novela de la <>, es la historia de una guerra entre el Bien y el Mal. Un retrato inolvidable de la mente de un asesino obsesionado y demente.

  • Lua de Vanessa Requena Fernandez

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    La vida de Lua es un desastre: Sin trabajo, sin pareja y con una familia que es como las termitas. Si quiere ser feliz, tendra que hacer algo mas que plantarse con sus rizos en una ciudad nueva… !Una comedia que no te dejara indiferente!

  • La llave maestra de D. M. Pulley

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  • A la sombra del arbol kauri, Sarah Lark de Sarah Lark

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  • La amante del Highlander de Hugo Sanz

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    Cuando Malvina acepta un trabajo en la casa de los McLarcon, no imagina que un simple primer cruce de miradas con Duncan, su jefe, dara un giro de ciento ochenta grados a lo que habia sido su vida hasta ese momento.

  • Jardin de Pablo Simonetti

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    Temo que brote la culpa por mi desidia al momento de venderla. Sin embargo aqui estoy, hundido en el asiento de mi auto, arropado con un chaqueton que me pesa y una bufanda que me quita el aire. Intento protegerme de este dia de invierno y de cualquier otra inclemencia.>>

  • La doctora de Silvia Tarrago

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    El amor a la medicina y el apoyo incondicional que se dan entre ellas haran invencibles a estas cuatro mujeres ante los recelos de una sociedad que, gracias a ellas, empieza a cambiar.

  • Pon tus manos sobre mi, Mina Vera de Mina Vera

    https://gigalibros.com/pon-tus-manos-sobre-mi-mina-vera.html

    Sofia y Paula, amigas del alma desde la adolescencia, no pueden creer que la vida se lo este poniendo tan dificil. Paula, alta y exuberante, parece brillar con luz propia en la fruteria en la que trabaja y conquista a sus clientes con su vibrante personalidad, pero no ha vuelto a encontrar un hombre que valga la pena despues de su fracaso matrimonial cuando aun era muy joven. Para la bella y menuda Sofia es aun mas complicado: madre soltera, haciendo malabares para llegar a fin de mes y sacar a su hijo adelante, limpia casas y acepta cada vez mas trabajos extra, como ayudar a Paula en la fruteria. Los hombres de sus vidas deben estar ahi fuera, en algun sitio, piensan, pero estan demasiado ocupadas sobreviviendo como para detenerse a considerarlo.

  • El autobus. Un viaje al corazon de Sonia Lopez Souto

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    ?Como empieza una historia de amor? ?Alguien lo sabe? Todos sonamos con conocer a esa persona especial, en un lugar especial. Pero, ?y si no hace falta nada mas que mirarla a los ojos y saber que es ella?

  • Cincuenta innovaciones que han cambiado el mundo de Tim Harford

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    A traves de las fascinantes historias de cincuenta ideas e inventos, el autor de El economista camuflado explica en este nuevo libro como la innovacion puede cambiar nuestras vidas y alterar el complejo sistema economico global.

  • Eva es la tentacion de Esperanza Riscart

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    Una historia de amor con un inicio tormentoso y doloroso en el que la joven e inexperta Eva se sentira aprisionada por los fuertes sentimientos que Daniel despierta en ella.

  • Nunca es tarde para comenzar de cero de Jenny Del

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    Debian quedarnos unos veinte minutos para aterrizar en Londres, en el aeropuerto de Luton. Los aviones siempre me han dado un poco de yuyu, sobre todo en el momento justo en que las ruedas dejan ya el asfalto y ese bicharraco se levanta mostrando su tripa hacia el cielo. Reconozco que la adrenalina corre por mis venas despues de que el comandante recibe el permiso para despegar y le mete cana a aquello, corriendo como un loco por la pista hasta alzar el vuelo. En esos escasos minutos en que los motores empiezan a rugir con fuerza y el avion la va recorriendo a una velocidad de infarto, se ve como los arboles, avionetas y edificios cercanos van quedando atras. Es como si fuesen todas esas cosas las que corren en sentido contrario a nosotros y no a la inversa. Distinto es, como decia, el instante preciso en que levantamos el vuelo. En ese momento todo da un cambio radical. Es una extrana sensacion. La velocidad deja de notarse de un segundo a otro, todo se ralentiza, ya no estamos en tierra firme sino comenzando a surcar los cielos. Ahi es cuando mi emocion se va al traste y me entra una especie de panico que no se bien como describir. Necesito seguir sintiendo la misma velocidad para asegurarme de que todo marcha por su cauce natural, que el avion no se va a caer de golpe... ?Sera que le temo demasiado a cualquier cambio? Lo cierto es que, minutos mas tarde, una vez que ya hemos cogido la velocidad de vuelo y nos encontramos a bastante altura, ese panico desaparece tambien. Es como que una se ha acostumbrado ya a la nueva situacion. Y eso es lo que hay, le guste o no. Esa quietud dentro del avion mientras pueden observarse por la ventanilla las nubes, campos y mares vistos desde arriba y en forma de manchas blancas, verdes y azules, forma parte del trayecto desde el punto de salida hasta el de destino. Montada en aquel pajaro gigantesco que nos llevaria a Eva y a mi a la capital del Reino Unido, no podia evitar el comparar aquellas fases con la vida misma. La vida tambien tiene sus etapas... !y que distintas entre si, madre mia! Tan pronto marcha el dia a dia sobre ruedas como que de repente, en un segundo, te cambia todo. Cuando menos lo esperas, te despiden del trabajo, te quedas embarazada o se muere de golpe un familiar o amigo que estaba sano como una pera, debido a un infarto o un accidente. Eso por poner algun ejemplo de tantos, logicamente, porque son muchas las circunstancias que pueden hacer que la rutina de un giro de ciento ochenta grados. Para mal o para bien. En mi caso, no es que fuera un asunto muy gordo, ya que lo que me habia ocurrido era que me habia llevado un desengano sentimental. Uno, no, dos. Y yo ya tenia algun que otro planecillo a corto plazo. Aunque fuesen poca cosa, esos planes tambien desaparecieron en un pis pas como por embrujo con la huida de Mario, aquel hombre que supo engatusarme con mucha zalameria al principio con sus halagos constantes, como que yo era la mujer mas especial que habia conocido en su vida. Tonta de mi que me lo creia todo...Trate de impedir que su recuerdo se montase conmigo y con Eva en aquel avion, pues se trataba basicamente de poner tierra de por medio para olvidarme de que Mario existia siquiera. Fue un viaje totalmente improvisado, como quien dice. Estaba dispuesta a pasarme en aquella glamurosa ciudad una semana por todo lo alto con mi super amiga... y que saliese el sol por Antequera. Lo de ese individuo me habia afectado bastante psicologicamente y necesitaba resetear mi mente a costa de lo que fuese. ?Que mejor que con ella, que estaba como una cabra y era la alegria de la huerta? La infancia y la adolescencia de mi amiga no habian sido faciles junto a una madre un poco tocada del ala y que practicamente la habia abandonado a ella y al hermano despues de enviudar para irse con otro fulano que tambien dejaba bastante que desear. No obstante, mi Eva habia nacido ya con un caracter alegre y positivo que nada ni nada habia conseguido variar en lo mas minimo. Tuvo su epoca chunga como quien mas y quien menos, pero saco fuerzas para echarselo todo siempre a las espaldas. Era un encanto de mujer. Siempre que me veia languida por lo que fuese, tiraba de mi para animarme y me hacia ver el lado bueno del asunto que me trajese de cabeza. En un momento dado, cuando faltaba medio telediario para comenzar el aterrizaje, me vio cabizbaja. --?Que te pasa, Carola? --me pregunto. --Nada, tranquila --le conteste, a sabiendas de que no se lo iba a tragar de ninguna forma. --?Nada? Nada bueno, diras. Mira que te conozco como si te hubiera parido, guapa... --Tranquila, estoy bien, mosqui. Ese era el apodo que le habia puesto hacia ya anos. Suena raro, lo se, pero aquello venia por lo de la mosca cojonera. Y no es que Evita fuese una petarda para mi, todo lo contrario. El llamarla asi en plan carinoso venia porque eramos una y carne. Como dos almas gemelas inseparables. Siempre estaba pendiente de mi tanto en las duras como en las maduras. Yo representaba lo mismo para ella. Nos habiamos conocido diez anos atras, cuando las dos teniamos dieciocho y ella ya se encontraba embarazada de tres meses de Nerea, su unica hija. La futura mami estaba aterrorizada por todo lo que aquello conllevaba. Por un lado, el padre de la criatura era un capullo integral que no parecia tener mucho interes en el asunto, o sea, no es que se quitase de en medio al dejarla en estado, pero se veia venir desde lejos que eso seria lo que terminaria ocurriendo. Y al final los peores presagios se cumplieron y la dejo tirada como una colilla. Al saber que la nina venia en camino, Eloy se puso muy bien puesto con mi amiga y le propuso que se fuesen a vivir juntos. Ella estaba enamoradisima de el y le falto el tiempo para correr a buscar piso de alquiler en el barrio madrileno en que las dos viviamos. El embarazo no comenzo a notarsele hasta los siete meses, algo poco normal, pero Eva siempre ha sido una chica muy delgadita y daba la sensacion de que iba a dar a luz un folio en lugar de un bebe. De hecho, a los cuatro dias de nacer Nerea, la orgullosa mama salio del hospital de la Paz con la criatura envuelta en una toquilla y luciendo un vientre tan plano bajo los vaqueros que ya hubiera querido yo para mi alguna vez en mi vida. Increible el tema. El caso es que compartieron aquel apartamento durante el primer ano de la nina, pero a partir de que esta comenzara a dar sus primeros pasitos, la relacion comenzo a cambiar entre ellos. Eloy tan solo tenia veintidos anos y el asunto de la paternidad empezo a venirle grande. Entre otras cosas, echaba de menos las juergas con sus amigos, pero claro... Eva eso no lo veia ni medio bien. A mi tampoco me hubiera hecho gracia que el padre de mi hija me planteara el coger la noche por punta con los colegas mientras yo me quedaba dandole biberones a la pequena y cambiandole los dodotis. Bueno, ni a mi ni a nadie, me imagino. Aquel listillo se agarro un dia a que se casaba un coleguita y que le habia invitado a la despedida de soltero. Esa noche, mi amiga claudico y, aunque se quedo de morros, no armo ningun numerito. Los numeritos fueron apareciendo a medida que el encontraba excusas para escaquearse sin ella cada dos por tres. Llego un dia en que Eva no pudo mas y revento. Antes de dar ningun paso, me pidio mi opinion. --No se que hacer, Carola --me dijo con ojos llorosos mientras tomabamos un cafe--. Tu sabes que le quiero, pero estoy empezando a pensar que el ni me quiere a mi ni a su hija tampoco. --Te entiendo, carino. Y te digo una cosa, yo pensaria igual que tu en esa situacion. !Ya es hora de que madure, joder! --Tu lo has dicho, pero al reves, este va para atras. El problema es... --Lo se, hija, que ahora dependes absolutamente de el. Di en el centro de la diana y ahi fue cuando mi mosqui rompio a llorar como la Magdalena. Lo tenia crudo. A su corta edad, mi amiga era ya una experta esteticista. Hasta quedarse embarazada de la cria, se habia estado ganando la vida en un salon de belleza de postin, situado en uno de los centros comerciales mas lujosos de Madrid. Habia entrado en el mucho tiempo atras como aprendiza y alli se habia perfeccionado. Al parecer, la jefa era una persona muy considerada y ademas la miraba bien por su valia, de modo que, cuando se entero de lo que habia, le dijo que no pasaba nada, que siguiese trabajando hasta que la barriga se lo permitiera. Que cuando se encontrase ya muy cansada, harian cuentas y para casita. Asi fue. Eva estuvo al pie del canon como una jabata hasta casi los ocho meses, momento en que dijo que ya era hora de dejar su puesto. Arreglaron aquello como que era su jefa quien habia decidido prescindir de sus servicios por equis motivos, para que Eva pudiese acogerse a la ayuda del paro. Lo malo es que el paro tambien se le acabo poco antes de que empezaran a aparecer los problemas entre ella y su pareja. Con las cosas asi, el le dijo que se estuviese tranquila y que se dedicara exclusivamente a los cuidados de la nina, ya que con su sueldo de encargado en un concesionario de la Peugeot saldrian sin estrecheces para adelante. Hasta ahi todo bien, pero el hecho de que se separasen cambiaba todo por completo. Las guarderias costaban un buen pico y solo le cubririan parcialmente los horarios de un nuevo trabajo, el alquiler tambien tenia lo suyo... En resumen, que las cuentas no le salian, aunque el le pasase lo que fuera para la manutencion. Eva lo tendria bastante complicado para criar a Nerea sola, puesto que la poca familia que le quedaba no le iba a servir de mucho. Pero algo tenia que hacer, y al final, contra su voluntad, aterrizo con aquella renacuajilla bajo el brazo en casa de su tia Mercedes, una mujer ya de cierta de edad, solterona y bastante amargada. Para colmo, la cabeza ya empezaba a fallarle. Alli, bajo su mismo techo, tuvo que apanarse una temporada como pudo. No tenia posibilidad alguna de volver a su antiguo puesto laboral porque su jefa ya contaba para entonces con otra chica bastante competente de la que no quiso desprenderse.

  • Indivisa manent (Versos, canciones y trocitos de carne) de Cesar Perez Gellida

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  • El huesped de Valeriam Emar

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    Molly Darrow habia aprendido de la forma mas cruda que no debia confiar en los hombres. Ella habia tenido que regresar a su pueblo natal en Georgia para hacerse cargo de la cabana familiar: Space Mountand. Debia abrirla para un arrogante huesped que venia de Nueva york con la intencion de hacer negocios y traer el progreso al pueblo. Pero ella no dejaria que el atractivo y misterioso Noah Axelrod la enganara y descubriria lo que el trataba de esconder detras de dichas inversiones. Aunque vigilarlo se convirtiera en su pasatiempo.

  • Un capricho del corazon, Kate Ross de Kate Ross

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  • El lamento de los inocentes, Marcos Nieto Pallares de Marcos Nieto

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    ?Y si nos muestra sus cartas?:
    escuchamos lamentos, ruegos, gritos y suplicas.
    ?Y si, ademas, nos muestra tambien sus actos?:
    sangre, impactos de bala…, ojos en blanco.
    ?Y si todo acontece en tiempo real?
    ?Que ocurre entonces?
    Sucede que el deber me llama.

  • La lista de Lisette, Susan Vreeland de Susan Vreeland

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    La historia de una mujer y su pasion por el arte en el sur de la Francia de Vichy, con la Segunda Guerra Mundial como telon de fondo.
    En 1937, la joven Lisette Roux y Andre, su esposo, se trasladan desde Paris a un pueblo de la Provenza para cuidar a Pascal, el abuelo de Andre.
    Pascal, dedicado a la venta de pigmentos y a la produccion de marcos de madera, entabla amistad con Pissarro y Cezanne, que le pagan los marcos con cuadros pintados por ellos. Pascal instruira a Lisette tanto en el arte como en la vida, y le hara redactar una lista de promesas que ella misma debera cumplir.
    Cuando estalla la guerra, Andre se marcha al frente, pero antes esconde los cuadros de Pascal. Ante la expansion de las tropas alemanas por Europa, la repentina caida de Paris y el surgimiento de la Francia de Vichy, Lisette debera buscar los cuadros escondidos del abuelo de Andre.
    A traves de alegrias, tragedias y grandes actos de coraje, en una epoca que marco el destino de Europa, Lisette aprendera a entender y perdonar el pasado.

  • Guerrera Alfa de Daniel Santos

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    Aina era una mujer diferente a las demas.
    Ella no era la esposa de nadie.
    Ella era una guerrera. La mejor de todas.
    Y como tal. la mas deseada.

  • Sangre y hueso (Cronicas de la Elegida 2) de Nora Roberts

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    Hace trece anos, una catastrofica pandemia acabo con millones de vidas. Los supervivientes vagan por un mundo devastado, peligroso. Algunos han descubierto que tienen habilidades especiales y esto les ha convertido en presas del resto.

  • La sombra de su pasado de Elizabeth Bermudez

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    Ano 2001, Londres. Tras un fin de semana lleno de festejos en la mansion de los duques de Gordon, Jasper, su unico hijo, un nino de ocho anos al que sus padres amaban con locura y era su prioridad, dormia en su confortable cama. Habia caido rendido tras la carrera de caballos de aquella tarde. Los duques celebraban, como cada ano, su aniversario de bodas. Invitaban a amigos intimos y familiares a pasar el fin de semana en la gran casa que poseian en Totteridge, rodeada de campos y naturaleza. Una autentica maravilla. Unas voces mas altas de lo normal llegaron hasta la habitacion de Jasper, situada en la planta superior de la propiedad. El nino se asusto un poco ante los sonoros gritos en el silencio de la noche. Cuando sus padres lo llevaron a la cama aquel dia ya habian despedido a todos los invitados. No quedaba nadie mas en la casa, tan solo ellos tres. Hasta el servicio se habia marchado de descanso tras las intensas horas de trabajo. Jasper, alertado por las continuas voces que le eran familiares, salio de la cama decidido a ver que ocurria en el salon de su casa. El ambiente familiar en el que vivia y se habia criado era inmejorable. Fue testigo diario del amor que se profesaban sus padres, y nunca los habia oido pelear ni discutir. A los ojos de todos eran una familia modelo. Por ello, le extrano tanto aquella acalorada discusion en medio de la noche. A medida que Jasper recorria el largo pasillo que conectaba desde su habitacion hasta las escaleras principales de la gran mansion, las voces y gritos se incrementaron. Reconocio con claridad la voz de su padre, estaba muy enfadado. Su madre lloraba entre lamentos y la voz de su tio, Nelson, tambien aparecio. Nunca tuvo mucho trato con el, lo habia visto poco, pero el hombre tenia un timbre de voz ronco, muy significativo, que era dificil de olvidar. Jasper se quedo unos minutos agazapado entre los barrotes de la escalera y observo la escena que tenia delante de sus ojos antes de bajar. Su padre y su tio Nelson renian de una forma muy acalorada, hacian aspavientos con las manos, incluso llegaron a empujarse. Beatrice, la madre de Jasper, se interpuso entre ambos para que no llegasen a mayores. De repente, en todo ese gran revuelo de discusiones, Nelson saco una pistola de la chaqueta y apunto a Thomas al pecho. Estaba decidido a todo, esa noche habia llegado con la firme decision de recuperar lo que era suyo y su hermano mayor le habia arrebatado. Beatrice se interpuso de nuevo entre su marido y su cunado, trato de arrebatarle la pistola a Nelson, mientras le gritaba desesperada, pero este se resistio. No estaba dispuesto a perder una vez mas. En el intenso forcejeo entre ambos, en el que Beatrice le rogaba que bajase el arma, intento quitarsela de las manos sin exito. De repente, el sonido de una bala resono en toda la estancia. Jasper pudo ver de inmediato como su madre caia al suelo y como la sangre manaba de su abdomen de inmediato. Thomas se arrodillo junto a ella y la tomo en sus brazos, grito y acuso a su hermano con severas palabras, entre lamentos, mientras que acunaba el cuerpo de su amada esposa rogandole que no lo dejase e intentaba parar la hemorragia. Nelson no pretendia herirla, queria demasiado a su cunada como para infligirle dano alguno. Se quedo paralizado al verla entre los brazos de Thomas medio moribunda. Habia mucha sangre y el rostro de Beatrice era cada vez mas palido. Lamentablemente, tras unos segundos de agonia, en los que intento despedirse de su marido sin exito, Beatrice cerro los ojos para siempre. Al comprobar el cuerpo inerte de su mujer, una rabia incontenida embargo a Thomas tras ser consciente de que no habia nada que hacer por ella. Dejo el cuerpo de su esposa sobre la gruesa alfombra que presidia el salon, y se lanzo contra su hermano con el unico deseo de matarlo. Nelson estaba asustado, no habia ido a casa de su hermano con el proposito de danar a nadie, solo llevaba la pistola como defensa. Cuando Thomas le golpeo, lo cogio desprevenido, le dio un par de punetazos en la cara hasta que lo tiro al suelo. Continuo pegandole con todas sus ganas, solo queria matarlo como el acababa de hacer con la mujer de su vida. Mientras, Jasper observaba toda la escena con lagrimas en los ojos, sin ser capaz de moverse del lugar en el que permanecia. Estaba como paralizado. Queria hacer algo, pero sus extremidades no le respondian. Tras unos minutos en los que se escucharon continuos golpes y graves acusaciones entre hermanos, donde se echaban en cara cosas del pasado que Jasper no conseguia comprender, el sonido de otro disparo saco al nino del trance en el que se encontraba. Despues, solo sobrevino un ensordecedor silencio que hizo que Jasper, tras largos minutos, con pasos poco firmes y el rostro banado en lagrimas, se encaminase hasta el lugar del suceso. Decidido, fue a ver que mas habia pasado en el salon de su casa. Los pequenos pasos de Jasper, que iba descalzo, apenas resonaron en el ambiente. Tan solo el audible grito de terror del nino, al descubrir a sus padres tirados en el suelo y ensangrentados, saco a Nelson del estado de shock en el que se encontraba, sentado en el suelo junto a la chimenea, con la pistola aun entre sus manos. Cuando levanto la cabeza con lentitud y vio a su sobrino ante si, con el rostro banado en lagrimas, las pupilas dilatadas por el terror que lo azotaba, y como temblaba ante la cruel escena que presenciaba, tuvo ganas de acabar con todo aquello de una vez y pegarse un tiro en la cabeza, pero le falto el valor y el coraje necesario para hacerlo. 1 Londres, 17 anos despues. Encerrado en la habitacion que ocupaba desde hacia mucho tiempo, Jasper no podia dormir. Conciliar el sueno por voluntad propia era algo que no le sucedia desde que tenia ocho anos. Cuando no le administraban algun medicamento para tenerlo sedado y dormido, sus noches y dias transcurrian pensando, trazando planes y haciendo ejercicio fisico en el espacio reducido que habitaba, ya que era consciente de que tener una buena condicion fisica le ayudaria a salir de alli. Estaba convencido de que algun dia se escaparia de aquel lugar, y para ello le hacia falta poseer fuerza fisica y resistencia. Desde los dieciseis anos comenzo a hacer abdominales y flexiones en el suelo a diario, hasta que terminaba rendido y sudando, y ni asi conseguia dormir, pero se sentia satisfecho. Todo aquel esfuerzo formaba parte de una preparacion. La venganza que tenia trazada no solo se sostenia de rencor, sabia que para llevarla a cabo debia poseer otros factores. Por ahora tan solo se ocupaba de los necesarios para huir de aquel lugar. Una vez fuera ya se encargaria de la persona en concreto que le interesaba destruir para siempre. Con el paso de los anos habia descubierto que estar callado y tener un buen comportamiento le beneficiaba. No le ponian una camisa de fuerza ni le administraban medicacion que lo tuviese atontado durante dias. Tras una larga noche en la que solo se dedico a mirar por la ventana, mientras en su mente imaginaba como seria su vida una vez que consiguiese escapar de alli y vengarse de la persona que mas odiaba en este mundo, decidio meterse en la ducha y aclarar su mente. Habia pensado demasiado y necesitaba despejarse. Se repetia de forma constante, esto le daba fuerzas, que tenia que estar mejor que nunca para fugarse de aquel lugar. El momento habia llegado. Por su buen comportamiento ya lo dejaban salir al jardin a dar largos paseos. Habia contado los pasos que habia hasta salida de la propiedad, los minutos que le llevaria alcanzarla. Solo quedaba esperar con paciencia la ocasion perfecta. Un descuido de las personas que lo vigilaban, y entonces se marcharia para siempre. No podia fallar, sabia muy bien que solo tenia una oportunidad, si esta no salia bien seria imposible escapar de aquel lugar en el que lo retenian en contra de su voluntad desde hacia anos. Lo que mas lo desolaba era que no tenia a nadie en quien confiar ni en quien apoyarse. Estaba solo. Llevaba solo y aislado diecisiete anos. Durante todo ese tiempo no habia recibido ni un solo gesto de carino, ni un beso, ni un abrazo de nadie. Anoraba y lloraba a diario a sus padres, recordandolos muertos en el suelo de su casa, llenos de sangre, y lo peor de todo era que el culpable de todo aquello disfrutaba de una vida que no le pertenecia. Jasper Walsh era un hombre roto desde hacia mucho tiempo y solo sonaba con la venganza, el unico sentimiento que afloraba en su duro corazon. *** --Este loft es toda una pasada, Kate. De mayor quiero ser como tu abuela --le dijo Ada mientras acoplaba cajas en el suelo y admiraba las vistas que tenia ante si. Ambas amigas compartieron una mirada complice y estallaron en carcajadas, ser como Meghan requeria casi un master. La marquesa de Richmond, la abuela paterna de Kate, se caracterizaba por decir y hacer lo que le placia sin importarle ir en contra de las normas ni del decoro. Durante su larga vida siempre habia optado por vivirla al maximo, y desde que era viuda se habia encargado de supervisar que su unico hijo y sus nietos viviesen felices. Cuando descubrio que Kate era un alma libre encerrada en un mundo de normas ridiculas, inculcadas por su estricta madre desde pequena, le puso todo al alcance para que tuviese la vida que su nieta preferida deseaba. Le hizo un ofrecimiento que pocas personas hubiesen aceptado a la primera. La Marquesa le puso por delante las escrituras de propiedad de un lujoso loft en el barrio de Bermondsey, con unas vistas espectaculares a la Tower Bridge y un trabajo como el que Kate siempre deseo, que le diese independencia y libertad. A cambio solo tendria que renunciar a casarse con su prometido, un millonario financiero, y buscar su propia vida sin importarle el escandalo que esto causase en la sociedad londinense. Meghan estaba convencida de que esto le produciria un infarto a su nuera, una mujer que se habia esforzado por casar a su hija con uno de los hombres mas rico de Londres y preparaba esa union por todo lo alto. Minerva nunca estuvo de acuerdo con la carrera que su hija Kate escogio, por ello se encargo personalmente de que no ejerciese como psiquiatra. Cuando termino la universidad y volvio a casa, se encargo de alejarla del mundo laboral. Le prometio que si la acompanaba durante algun tiempo a cenas y eventos sociales como los que ella acudia a diario, moveria sus hilos y le conseguiria un empleo como el que deseaba. Kate confio en ella y lo unico que obtuvo, fue verse comprometida con un hombre del agrado de su madre, como el que siempre deseo para la pequena de la familia. Cuando Kate le hizo saber que iba a romper el compromiso con Andrew, la amenazo con quitarle todo su apoyo y dejarla sin nada. Minerva Griffin era una persona muy influyente en la sociedad londinense, conocia a la flor y nata, y Kate sabia que si su madre se lo proponia no podria trabajar ni como limpiadora en ningun lugar de todo Londres. Pero si habia alguien que disfrutaba llevandole la contraria a Minerva esa era su propia suegra. La marquesa de Richmond siempre supo que se caso con su hijo por la posicion economica que le proporcionaba ser la mujer de Alan Griffin. Este se puso al frente del imperio naviero de su padre tras la repentina muerte del Marques. Y lejos de todos los augurios de llevarlo a la ruina, ya que Alan solo tenia veinte anos, lo llevo a lo mas alto. Meghan estaba orgullosa de el, era trabajador, un buen padre y un buen marido, pese a no ver que su mujer lo unico que hacia era gastar su dinero y manejarlo como a un titere, al igual que con sus tres hijos. Pero Kate habia pasado demasiados veranos con la Marquesa y esta le mostro lo que era ser un espiritu libre y sonador. Por eso, en cuanto que le ofrecio en bandeja la vida que ella siempre deseo, no dudo en tomar lo que le brindaba. A cambio se gano el repudio de su madre y la incomprension de sus dos hermanos mayores junto con su padre, que la catalogaron de loca e irresponsable, cuando dejo a su prometido plantado casi a las puertas del altar. En esos momentos, Kate se encontraba en la etapa mas complicada de su vida. Tan solo la apoyaban Ada, que era su mejor amiga, y su abuela. El resto de amigos y conocidos le habian dado la espalda por dejar a Andrew a pocas semanas de la gran boda. Pero no se dejo vencer por las duras acusaciones que recibio, solo queria una vida como la que siempre sono, no como la que llevaba su madre y le habia trazado con maestria. --Tengo miedo --confeso en voz alta Kate mientras sus ojos se posaban en las turbias aguas del Tamesis y se abrazaba a si misma. Una sensacion extrana le recorrio la columna vertebral. Hacia un dia gris, el viento y la velocidad con la que pasaban las nubes presagiaba que lloveria en breve. --Esto es lo que siempre has deseado --la animo Ada acudiendo a su lado--. Si, lo admito, debe ser duro. Pero es una etapa necesaria para llegar hasta tus suenos. Siempre deseaste ejercer tu profesion, vivir sola, vivir de tu trabajo y encontrar el amor verdadero. Nada de lo que tenias antes era real. Por buena y por confiada te dejaste llevar por una madre egoista que solo queria hacer de ti alguien como ella, pero gracias a Dios que tienes a una abuela que sabe ver mas alla, y supo verte. Ahora solo debes de superar todo y adaptarte a esta nueva vida. Estoy segura de que te va a ir muy bien. La conviccion y la seguridad con la que Ada le hablo hicieron que Kate se girase hacia ella y la abrazase con un profundo agradecimiento. Necesitaba sentir que alguien la apoyaba y la comprendia, no estaba loca como le habian dicho hasta la saciedad. Estaba segura de que romper con su vida anterior la habia devuelto a la cordura. --Gracias por todo --le susurro a su amiga. --Eres como una hermana para mi, deseo que seas muy feliz y te voy a ayudar en todo lo que necesites. --Se distancio un poco de Kate, la tomo por ambas manos y cambio de tema--. ?Cuando comienzas en el trabajo? --En una semana. Estoy nerviosa. Hace dos anos que termine la carrera y como bien sabes nunca he ejercido. --Bueno... vivias en un mundo de locos --bromeo Ada--. Creo que tienes mejor curriculum que muchos de los psiquiatras de este pais. Estoy segura de que lo vas a hacer muy bien --la animo ya de forma seria, para transmitirle toda la confianza del mundo. --Me han pasado todos los expedientes de los pacientes que voy a tener. Ya he estudiado algunos. La mayoria son personas mayores de los cuales sus familiares apenas desean saber de ellos. La abuela de Kate le consiguio un trabajo en una clinica psiquiatrica en las afueras de Londres. El director le debia un gran favor y no se pudo negar ante la insistencia de la Marquesa. --Ya sabes que estoy aqui para ayudarte en lo que sea. Solo tienes que pedirmelo. Ada tambien era psiquiatra, tenia una consulta privada en el centro de Londres que cada dia le iba mejor. Le habia propuesto a Kate que fuese a trabajar con ella en varias ocasiones, pero esta conocia bien a su influyente madre y no deseaba interponer por medio a Ada. Cuando a Minerva se le metia algo en la cabeza, no le importaba a quien arroyase. --Lo se. Gracias por todo tu apoyo en estas semanas, han sido una locura. --Ahora solo te queda disfrutar de este lugar y ser muy feliz. --Admiro el nuevo hogar de su amiga y presagio que todo le iba a ir muy bien--. Yo me marcho antes de que descarguen esas nubes. --Miro por la ventana y vio el cielo mas negro que minutos antes--. Robert me prometio que hoy llegaria temprano para cenar. --Dale un beso de mi parte --le indico Kate a Ada ya en la puerta, despidiendose de ella. Robert era el novio de Ada, vivian juntos desde hacia solo unos meses. En las ultimas semanas a Kate le dio apuro molestarlos tanto, pero ambos se portaron muy bien con ella. Cuando Ada se marcho, Kate se quedo de espaldas al porton cerrado, observo su casa, se quedo pensativa en lo que le dijo su amiga; solo le quedaba disfrutar de su nueva casa y ser feliz, y estas palabras retumbaron en su mente como algo muy grande y pesado. Se dejo caer hasta el suelo, deslizando la espalda por la puerta y sintiendo el roce de la madera en la columna. Se abrazo las piernas, las llevo hasta el pecho y fijo la vista en la enorme cristalera que tenia ante si con un paisaje espectacular de la Tower Bridge iluminado, el rio y los barcos que pasaban por el. Feliz, se dijo a si misma. De ahora en adelante esa iba a ser su vida, esa iba a ser su casa y en ella iba a empezar sus suenos. Le dio las gracias en voz alta a su adorada abuela y tras unos minutos de reflexion, de paz y soledad se levanto y fue a por el movil, deseaba hablar con la Marquesa e invitarla a casa dentro de un par de dias, cuando hubiese guardado las cosas de todas las cajas en su lugar. Su abuela no solo le regalo ese loft y le consiguio un buen trabajo, hizo mucho mas, le compro un coche y la autorizo en sus cuentas bancarias para que hiciese uso del dinero que necesitase. La madre de Kate, tras romper el compromiso con Andrew, la echo de casa y le quito todo el apoyo economico, pero como era algo que Meghan habia previsto, Kate no tuvo tiempo de verse sin nada ni desamparada, como era la intencion de su madre. Su abuela se encargo de todo, la llevo a vivir con ella unos dias y le brindo una vida como la que su nieta se merecia. A Meghan no le gustaba el bullicio del centro de Londres, desde hacia anos vivia en el sur, en Sutton, una zona tranquila. Alli se dedicaba a su gran pasion, las plantas. Tenia un jardin que cuidaba con mimo y en el que pasaba la mayor parte del dia cuando no hacia mal tiempo.

  • Silencioso destino de B. E. Raya

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    Cuenta una leyenda que las personas destinadas a conocerse estan conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia. Hikaru Kiyomizu proviene de una familia japonesa encargada de cuidar el templo del Dios Musubi, ademas de que se les han asignado ciertos dones y poderes para poder resguardar y ayudar a aquellos que desean encontrar a su alma gemela, esos poderes para Hikaru son una maldicion, no desea saber nada del hilo rojo, ni de parejas predestinadas y mucho menos encontrar a su alma gemela.

  • El ladron de compresas de Sergio G. Ros

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    Sofia Jimenez, una estudiante universitaria de veinte anos de edad, ha sido secuestrada.
    Un antiguo companero de la chica recibe un mensaje del movil de Sofia, se trata de una imagen borrosa que la policia cientifica analiza, en el que se aprecia una antigua Tabla Periodica de los elementos. El comisario Cervantes decide poner a la agente Susana Ruiz en el caso, hasta ese momento liderado por el engreido policia Jose Mulero. Susana tiene, ademas, otro encargo del comisario: pedir ayuda a Vargas, un famoso detective, viejo amigo suyo.
    Poco despues, la comisaria de Pedreira recibe la visita del grupo de investigacion del subinspector Garnero, un hombre ambicioso y con pocos escrupulos, que toma inmediatamente las riendas del caso y todo el protagonismo mediatico. Su grupo aporta, sin embargo, un nuevo y retorcido punto de vista al mismo. El secuestrador de Sofia lleva tiempo en el punto de de mira del equipo de Garnero. Se trata de un potencial asesino en serie, un psicopata con una retorcida particularidad, una patologia denominada olfactofilia, un deseo sexual compulsivo relacionado con el olor de la transpiracion, que le hace robar las compresas de las victimas antes de matarlas.
    Asqueado por el individualismo de Garnero, el comisario Cervantes permite a Susana Ruiz continuar sus investigaciones en paralelo, contando con la ayuda de Eduardo Cortes, el ayudante del detective Vargas. Eduardo es un joven ingeniero que conocio a Susana en el pasado.
    La investigacion se torna angustiosa cuando Eduardo descubre algo mas.
    A Sofia le queda poco para que le baje la regla.

  • Bajo las llamas de Herve Le Corre

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    EL GRAN MAESTRO DEL CRIMEN FRANCES
    RETRATA LOS ULTIMOS DIAS DE LA COMUNA
    EN UNA NOVELA DE LA ESTIRPE DE LOS MISERABLES

  • Cualquiera menos tu, Gema Samaro de Gema Samaro

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    Alicia estaba deseando que llegaran las vacaciones para librarse durante unos dias de su jefe y de su ex, y tiene la mala suerte de encontrarselos a los dos en Ibiza.
    La culpable de que haya elegido ese destino es Amanda, la amiga loca que la convencio para que le acompanara a reencontrarse Michael, un camarero buenorro que conocio en la isla hace cuatro anos y con el que tiene asuntos pendientes.
    Mario, Lord Cactus, es el jefe de Alicia. Esta para caerse de espaldas, guapo, sexy, carismatico, pero tambien borde, exigente, duro y avasallador como el solo.
    Mario nunca descansa, ni en vacaciones. De hecho, acude a Ibiza a supervisar lo que esta haciendo su hermano Tristan con la empresa familiar. Aunque, esta vez hay algo mas que le mueve a hacer ese viaje y que se llama Sacha.
    Con lo que no contaba era con la presencia permanente de la tocapelotas de su empleada, Alicia, una adicta al trabajo como el, pero sin puas, que parece dispuesta a desquiciarle mucho mas de lo que suele hacerlo en la oficina.
    Alicia tampoco lo soporta, pero en Ibiza le necesita para vengarse de Oliver, su ex, y tiene un plan.
    Un plan que es un churro y que va a cambiarlo todo por completo.

  • Y si fuera cierto de Antonia J. Corrales

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    No recordaba haber viajado nunca en un tren tan arcaico. Era lento y destartalado, con asientos de madera vieja y eskay marron decolorado, sucio y aplastado por el uso. Aquel vehiculo parecia quejarse en cada tramo del recorrido. Al circular emitia un ruido metalico, constante y monotono que se asemejaba a un quejido. En cada curva que tomaba aparentaba partirse en dos, como si hubiese perdido algun anclaje y con el la posibilidad de seguir su curso por aquellas vias tan primitivas como el. Durante el viaje, a pesar de los traqueteos que dejaron mi espalda maltrecha, consegui dormitar. Aquel duermevela siempre desembocaba en una pesadilla que me llevaba una y otra vez a nuestro ultimo encuentro. A la imagen surrealista de las hojas de arce girando en el aire; rojas, de un rojo tan intenso como irreal. Y de ellas a su copa y a la mia. A la mirada de el, a nuestro silencio, a sus manos soltando las de ella. Al dolor que senti, al dolor que se tambien sintio el cuando nuestras miradas se cruzaron. Al abismo por el que se precipito nuestra vida en comun; al barranco por el que fue resbalando nuestra relacion hasta hacerse girones. A nuestras mentiras, a nuestros enganos, a sus sonrisas y mis lagrimas, al luto que acompano nuestras ultimas veladas. A aquellas noches marchitas, adornadas con rosas de petalos desprendidos y secos que se dejaban caer sobre el mantel blanco, junto a las copas de aquel vino tinto de reserva que dejamos de compartir. Los recuerdos de aquellos dias, los ultimos de nuestra relacion de pareja, se sucedian uno tras otro sin orden ni concierto, componiendo aquella pesadilla hasta que el tren brincaba sobre algun riel ligeramente dilatado y el salto me devolvia al interior de aquel vagon que olia a suenos rotos. Alli todos dormian. Lo hacian como yo, a intervalos cortos. Entreabrian los ojos y quejumbrosos intentaban adoptar una nueva posicion. Con la mirada perdida y desorientados volvian a cerrarlos a los pocos segundos, bamboleados por el traqueteo constante y molesto del vagon, al que acompanaba un chirrido que, a veces, se asemejaba a los acordes producidos por las cuerdas de un violin desafinado. Dentro de aquel vagon el presente parecia no existir, al menos esa fue mi sensacion, que todos estabamos inmersos en una extrana pausa que no terminaria hasta que el tren llegara a su destino. Antes de subir a aquel artilugio, que parecia haber regresado del pasado, me percate de que no llevaba mi ordenador, pero ya era demasiado tarde para regresar. Habia esperado mas de una hora sentada en uno de los bancos de aquel apeadero que, por su austeridad y decoracion decadente, parecia pertenecer a otro siglo. Cuando a traves de los altavoces indicaron la llegada del tren y fui a echar mano de mi equipaje comprobe que solo llevaba el trolley. No habia cogido el maletin con el ordenador portatil, ni la maleta con mi ropa. Arrecida y sola en aquel paraje que se me antojo inhospito, gelido, silencioso y demasiado solitario, me recrimine el despiste, las prisas con las que habia abandonado mi lugar de residencia. Me reproche haber permitido que mis sentimientos se antepusieran a la razon. Ser tan visceral siempre me habia dado problemas y dejar mi ordenador y la maleta con la mayor parte de mi vestuario en casa, era uno mas para anadir a la lista. Apenas recordaba lo sucedido la noche anterior, despues de salir del restaurante. Tampoco lo que hablamos Torcuato y yo. Sin embargo, estando segura de que hablamos, no conseguia recordar ni tan siquiera un gesto suyo, ni una palabra que apuntar; nada. Su ausencia era extrana, demasiado inusual y ello me llevo a suponer que, tal vez, le hubiese molestado mi marcha apresurada. Pero lo deseche porque le habia manifestado mi deseo de aceptar el trabajo y el se mostro receptivo; me apoyo. Entonces, ?por que no se habia despedido de mi?, me cuestione varias veces sin encontrar una respuesta. Todo parecia haber perdido sentido, como si aquello, lo sucedido en el restaurante, no hubiera ocurrido jamas. Sin embargo, la hoja de arce permanecia en mis manos, roja, brillante y esclarecedora; demostrandome que todo era real. Me marche de forma precipitada. Senti la necesidad de escapar, de huir. Aquel detalle era lo unico que recordaba con mayor claridad. La prisa; la necesidad casi vital de perderme, de no regresar a la casa, de no volver a verle, de no enfrentarme a una realidad que nos perseguia hacia tiempo y que ambos nos negabamos a aceptar. Mi falta de valentia ante aquella situacion inesperada, tan infrecuente como posible, permanecia fresca en mis pensamientos aranandome por dentro, haciendo que me sintiera mal. Recordaba una y otra vez sus ojos fijos en los mios y una inusual sensacion de ahogo. Aquella presion en el pecho que me impedia hablar y el sonido seco de la puerta de casa al cerrarse tras de mi, parecian adheridos a todos mis pensamientos. --Estas loca, como te vas a marchar a un lugar al que no llega ni la senal de la telefonia movil. No sabes quien es ese hombre, que tipo de vida lleva, ni tan siquiera si su identidad es real. Es una irresponsabilidad. Puede ser un paranoico, un perturbado o vete tu a saber--me dijo mi marido una semana antes, cuando le mostre el anuncio que habia recortado de la pagina de ofertas de trabajo de un diario nacional. --Imagino que habra algun pueblo cerca desde el que pueda comunicarme. Hoy en dia no existe ningun lugar tan alejado de la civilizacion, tan incomunicado. No dramatices, igual hasta te sientes mejor sin mi. Total, casi que va a ser lo mismo que ahora. No creo que me eches mucho en falta..., ni yo a ti -le respondi en un tono ironico al que no se enfrento. Nunca se enfrentaba a mis palabras si estas eran recriminatorias. Le dijese lo que le dijese el simulaba no escuchar si hacerlo le iba a suponer una discusion. Algo que a mi me ponia empirica y que tambien contribuyo a que nuestro distanciamiento fuese cada vez mayor. --No te das cuenta de que hasta el anuncio es, cuando menos, un poco raro. No hay ningun dato, ni direccion, solo un numero de telefono movil. Deberias cerciorarte de que todo es veraz antes de aceptar el trabajo. Tendrias que hacerlo, aunque solo fuese por responsabilidad. --Tu siempre has dicho que hay que arriesgar, arriesgar para ganar. Pues eso precisamente es lo que voy a hacer. Ademas, ?que tengo que perder?, mi vida es como un juguete roto, un puzle al que cada dia le faltan mas piezas... La llegada a la estacion fue tan brusca como los baches y desniveles que durante el viaje truncaban mis continuos intentos por descansar. El tren paro en seco. Fue como si sus ruedas metalicas y viejas se hubieran clavado en el suelo de golpe. El sonido que produjo, ferreo y estridente, parecio convertirlas en unas de hierro que se aferraron a las viejas vias, incrustandose en ellas y parandolo contra su voluntad. A pesar de aquel frenazo brusco e inesperado, del ruido agudo que invadio el vagon, nadie se movio de sus asientos, ni hizo un solo gesto de extraneza; solo me levante yo. En el apeadero me esperaba el, el hombre que me habia contratado para que escribiese su vida. Era alto, de complexion fuerte y cojeaba ligeramente de su pierna derecha. Vestia abrigo de pano gris. Sus manos estaban cubiertas por unos guantes negros de cuero. Llevaba la solapa del abrigo alzada y rodeandola una bufanda de lana negra. Su rictus era severo, como su planta, de aire castrense. Si no fuese por aquella sonrisa que me dio la bienvenida antes que sus palabras, habria pensado que no solo su vestimenta y sus ojos eran grises, su interior tambien. Me resulto intranquilizador comprobar que nadie mas que yo se apeaba en la estacion, tambien la aparente desolacion que rodeaba el lugar. Tal vez estuviera equivocada, quiza aquel viaje era una locura, un riesgo que no debia correr, pense mirando desconcertada hacia el vagon del que terminaba de bajarme. El tren comenzo a moverse paulatinamente, demasiado lento, como si quisiera y no pudiese coger velocidad. Una de las ventanas de mi vagon se abrio y la mujer que habia viajado frente a mi se asomo por ella. Saco su mano y dejo caer una hoja de arce que, llevada por el viento, llego hasta mis pies. Instintivamente busque en mi agenda la hoja de arce, la hoja roja del restaurante, pero no estaba. Debio caerseme dentro del vagon, pense. El se agacho, la recogio y con una expresion calida y entranable dijo: --Aqui hay muchos arces --senalo las montanas y el valle--, pero ninguno tiene unas hojas tan rojas como esta, parece de terciopelo. Puedo plastificarsela..., si quiere. La convertiriamos en un marca paginas perfecto-- afirmo ofreciendomela. >>Soy Santos, y usted debe ser mi biografa, Fabiola, ?me equivoco?...

  • Tu eres mi estrella de Sophie Saint Rose

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    Donatella Simmons quiere realizar el deseo de su abuela y para ello hara lo que haga falta, aunque tenga que lidiar con Brad Adkinson, un director de cine de mal caracter que esta en contra del proyecto desde el principio, haciendole la vida imposible…

  • Un hogar a tu lado (Creek Canyon 2) de Catherine Bybee

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    Erin siguio con suma atencion la trayectoria del blanco de arcilla, desde el momento en que salio disparado del lanzador y se desplazo surcando el aire, hasta que se rompio en pedazos cuando Parker apreto el gatillo de la escopeta. --Le has dado todas las veces. ?Como lo haces? --Erin estaba impresionada. Ella solo habia conseguido acertar un plato de cada diez, mientras que Parker se habia ganado su apodo, el de <>, a pulso. --Es cuestion de practica. Tu acabas de empezar, date tiempo. Estaban en un rincon escondido del bosque del Angeles National Forest, en un campo de tiro, un lugar dominado por la testosterona en el que de vez en cuando se veia a alguna que otra esposa o novia. Erin y Parker eran las unicas mujeres que no iban acompanadas de un hombre. --Seguimos con el tiro al plato unas cuantas veces mas y luego pasamos a la galeria de tiro con pistola, ?de acuerdo? Los blancos moviles son mas dificiles, pero es que quiero que te acostumbres al retroceso de la escopeta para que puedas controlarla. --Parker le estaba dando lecciones sin avasallarla con la bateria de preguntas que le haria cualquier otra persona. A finales del verano anterior, Erin se habia ido a vivir a la propiedad de Parker, quien estaba desesperada por alquilar la casa de invitados del rancho familiar tras haber sobrevivido a un incendio que por poco destruye todas las posesiones de su familia. Erin estaba igual de ansiosa por instalarse alli y empezar una nueva vida lejos de las carreteras principales y los barrios de cualquier gran ciudad, donde todo el mundo se conocia. En una localidad del tamano de Santa Clarita, en cambio, no llamaria la atencion ni estaria rodeada de los turistas y los empresarios que invadian las grandes ciudades del sur de California. Erin esperaba encontrar soledad y, en vez de eso, lo que encontro fue una amiga fabulosa, una amiga que se dio cuenta de que Erin estaba escondiendose de su ex, pero que no la presiono ni una sola vez para que le contara los detalles de la historia. No, Parker no hurgo en su vida, sino que simplemente le dijo que, cuando estuviera lista para hablar, alli estaria ella para escucharla. Incluso ahora, mientras disparaba a los blancos --errando casi siempre el tiro, en el caso de Erin, que tenia una punteria terrible--, habria tenido toda su logica que Parker le hubiese preguntado por que tenia tantas ganas de aprender a disparar. Sin embargo, no lo habia hecho. Ni una sola vez. Parker le dio el arma a Erin con el canon abierto, preparado para que llenara el cargador. Eso ya sabia como hacerlo. Ahora bien, darle al blanco con ella... eso ya no era tan facil. Aunque, a cualquiera que le hubiese preguntado, le habria dicho que el mero hecho de cargar el arma ya le infundia un valor que ni siquiera sabia que tenia en su interior. Con las gafas de seguridad y los oidos tapados con tapones de color naranja --<>, como los llamaba Parker--, Erin apoyo la culata del arma en el hombro. --?No te olvidas de algo? --le pregunto Parker. Erin se detuvo un segundo, con aire confuso. Luego sonrio y amartillo el arma. El sonido le resulto inquietantemente satisfactorio. Era como decir <> con dos solidos chasquidos. Parker sonrio. --Esta vez quiero que te inclines hacia el arma y que mires fijamente por el canon hasta que sientas que es una extension de tu brazo. Sabes que el plato va a salir disparado hacia la izquierda, asi que no apuntes a la derecha en ningun momento. --Se situo detras de la maquina lanzaplatos--. Cuando tu me digas. Erin respiro profundamente y puso el dedo en el gatillo. --Ya. Parker solto el resorte. Un plato de color naranja salio disparado hacia el cielo. Erin lo vio volar y supo que iba a fallar antes de apretar el gatillo. El estruendo del arma le resono en el oido y le sacudio el hombro, empujandolo hacia atras con un solo movimiento. El plato de arcilla volo intacto hasta alcanzar la parte posterior de la colina y reunirse con todos sus companeros. Solo entonces se hizo pedazos. Parker se acerco a ella por detras. --Traslada el peso de tu cuerpo al pie izquierdo. --Puso una mano en el hombro de Erin y la empujo levemente hacia el arma--. Apoyate en ella. De nuevo en posicion, respiro hondo varias veces mas. <>, se dijo. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Le dio... Joder, !le habia dado! Erin se sintio como si acabara de ganar la loteria, y una enorme sonrisa afloro a sus labios. Bajo el arma y choco los cinco con Parker. --?Quieres dejarlo ahora que vas ganando? --pregunto Parker--. ?O quieres seguir disparando un poco mas? Erin bajo la escopeta. --Probemos con algo mas pequeno. Una hora mas tarde iban conduciendo por la larga carretera del canon, orgullosas de su punteria. Parker tenia razon: disparar con pistola era mucho mas facil que hacerlo con la escopeta. Cada tintineo de los blancos metalicos habia sido como un signo de exclamacion. Erin no podia dejar de sonreir. --Ha sido mucho mas divertido de lo que pensaba. Parker mantuvo ambas manos en el volante mientras doblaba las curvas del canon. --Mi padre me llevaba al campo de tiro cada dos por tres. Siempre decia que, como teniamos armas en casa, era imprescindible que aprendiera a disparar. --?Y Mallory y Austin? Mallory y Austin eran, respectivamente, la hermana y el hermano pequeno de Parker, de quienes esta se habia hecho cargo tras el fallecimiento de sus padres, tres anos antes. --Mallory fue un par de veces, pero no le gusto. Aun asi, se defiende bastante bien con las armas. Austin disparaba la pistola del calibre .22 de mi padre cuando era pequeno. Ahora intentamos venir aqui un par de veces al ano para practicar. --?Saliais a cazar alguna vez? Parker nego con la cabeza. --No. Una cosa es pegarle un tiro a una serpiente de cascabel y otra muy distinta dispararle a Bambi. Supongo que si tuviera mucha hambre si podria hacerlo. Mi padre iba de caza con su hermano cuando eran jovenes. Erin lanzo un suspiro. --Yo creo que seria incapaz de dispararle a nada. --Pero informarse sobre el manejo de un arma y saber utilizarla no es algo malo en si: la informacion es poder y todo eso. Para mi, tener algo mas que un bate de beisbol en casa tras la muerte de mis padres fue un consuelo. A veces el mundo es una selva. No hay mas que ver las noticias para darse cuenta de eso. Erin se froto el lado de la mandibula donde todos los dias de su vida utilizaba maquillaje para ocultar una cicatriz. Ella sabia muy bien hasta que punto el mundo estaba lleno de seres salvajes. --?Crees que eso te convierte en una persona paranoica? --?El que me convierte en una persona paranoica? --Tener un arma en casa. --Cargada y lista para dar la bienvenida a cualquiera que se plante en tu casa mientras duermes, armado con su propia arma, para llevarte de vuelta a una vida de malos tratos y sufrimiento... Erin ahuyento la imagen de su cabeza. --Echo siempre el cerrojo de las puertas por si alguien intenta entrar; tengo un extintor por si hay un incendio; tengo un seguro por si se hunde el mundo... ?Significa eso que estoy paranoica? --Eso es un poco distinto. --?De verdad? Estoy hablando de tomar precauciones y tener un seguro. De momento no ha entrado nunca ningun ladron a robar en casa. El extintor no habria servido de nada en un incendio forestal, y el seguro ha sido mi salvacion. Tener un arma de fuego para proteger a mi familia es solo una precaucion. --Parker hizo una pausa--. Y para protegerte a ti tambien, si no me equivoco. Por eso hemos venido hoy aqui. --La observacion de Parker habia dado justo en el clavo. La persona de la que debia protegerse tenia un rostro y un nombre que Erin estaba tratando desesperadamente de enterrar en su pasado. --Y ahora es cuando cambio de tema. Parker se rio. --No esperaba menos. Media hora mas tarde, entraron en la propiedad vallada y pasaron por delante de un equipo de fontaneros que estaba cavando una larga zanja a traves del terreno. Una de las numerosas inundaciones relampago que habian sufrido en el invierno posterior al incendio se habia llevado por delante la tuberia principal de la entrada de agua a la casa. Ahora que el tiempo primaveral por fin estaba dando paso al sol abrasador tipico del sur de California, Parker habia contratado al equipo de operarios para que arreglara las tuberias de forma permanente. Una larga manguera de bomberos que conectaba el suministro de agua de la ciudad con la casa les habia ahorrado tener que trasladarse a vivir a otro sitio mientras esperaban que el tiempo cooperara. Para Erin, los inconvenientes eran minimos; solo habian estado unos pocos dias sin agua corriente. Teniendo en cuenta la magnitud de los danos que habia sufrido la finca, podia darse con un canto en los dientes. Colin, el novio de Parker, las saludo mientras pasaban por delante de los operarios y se dirigian cuesta arriba a la casa principal. Parker sonrio. --?Cuando te va a hacer la gran pregunta? --dijo Erin. --Nos vamos a Cabo San Lucas dentro de dos semanas. Supongo que podria volver de alli con un pedrusco en el dedo... Eso mismo pensaba Erin. Parker y Colin llevaban planeando su viaje a Mexico desde Navidad. Aguas cristalinas, playas de arena blanca... Sonaba paradisiaco. Parker aparco el coche y abrio la puerta. --Voy a guardar mis cosas y luego te ayudo a limpiar las armas, ?vale? --le propuso Erin. --No te preocupes. Pensaba hacerlo esta noche. Quiero estar un rato con los operarios y asegurarme de que no estropean las canerias nuevas. Erin meneo la cabeza con admiracion: Parker era la propietaria mas involucrada personalmente en las reparaciones domesticas que habia conocido en su vida. Colin subio andando la empinada cuesta del camino de entrada y saludo a Parker con un beso. --?Como ha ido? --Le he dado a dos platos con la escopeta. --Erin levanto el puno en el aire. --Pues ya se te da mucho mejor a que a mi --comento Colin. Parker se apoyo en el. --Lo que no te ha dicho Erin es que ha dejado secos a todos los blancos metalicos con la Glock. Erin sonrio al oir los elogios de su amiga. --Yo no diria tanto, pero no me ha ido mal, no. --Es muy modesta --dijo Parker. --Yo no soy la experta, pero tu si. ?Tu la has visto en accion? --le pregunto Erin a Colin. --No con una pistola --bromeo. Las mejillas de Parker se tineron de rojo. Erin nego con la cabeza. --Bueno, y despues de eso, yo creo que me voy corriendo a comprar y a la oficina de correos. ?Necesitais algo del supermercado? --No, gracias. --Parker abrio el maletero del coche y saco la funda de su escopeta. Como Erin no tenia que ayudar a descargar el coche, cruzo el camino de entrada hasta el sendero que llevaba a la casa de invitados. Aunque la propiedad estaba vallada y estaba prohibido el acceso, no cerrar la puerta con llave no era una opcion. Ademas, la semana siguiente iban a instalar el sistema de alarma. Una precaucion mas que Erin iba a anadir a su arsenal de proteccion. La casita de un solo dormitorio era perfecta para ella. El salon y la cocina formaban un solo espacio muy amplio que venia amueblado, algo ideal para Erin, teniendo en cuenta que habia abandonado su vida anterior practicamente con lo puesto: dos maletas de ropa y la tarjeta SD de fotos de un movil. Habia dejado atras todo lo demas. Todo y a todos. Entro en el bano y se lavo la suciedad de la cara y la polvora de las manos. La idea de que sus manos no pasaran el control de seguridad de un aeropuerto la hizo sonreir. Se miro en el espejo y se dio un prolongado repaso en el. --Pasito a pasito --dijo, hablandole al aire. Se quito la goma con que se habia sujetado su espesa melena en una cola y se peino el pelo antes de recogerselo en un mono en lo alto de la cabeza. El rojo se estaba desvaneciendo rapidamente y el rubio natural amenazaba con asomar debajo. Casi no se reconocia a si misma. Pero de eso se trataba, ?no? Un nuevo aspecto, un nombre distinto, un nuevo hogar... Todo nuevo. Se habia cambiado legalmente el nombre, el numero de la seguridad social... Nada era como antes. Oyo sonar el timbre del telefono en la cocina, donde habia dejado su bolso. El sonido la sorprendio. Muy poca gente tenia su numero y hasta el momento los teleoperadores no la habian descubierto todavia. El identificador de llamadas senalaba un numero oculto, asi que, en lugar de contestar, dejo que saltara el buzon de voz. Al cabo de un minuto, pulso el boton de reproduccion para oir el mensaje. Una voz femenina y familiar le puso la piel de gallina. --Soy yo. Tengo noticias. De repente, se le erizo todo el vello del cuerpo y empezo a hiperventilar. Erin se dirigio a la pequena mesa de comedor, retiro una silla y se sento antes de que el mareo la hiciera caer redonda al suelo. Renee contesto al primer timbre. --Hola, Renee. --No sabes cuanto me alegro de oirte. ?Como estas? ?Has probado ya el agua de coco? --Renee, su defensora, su abogada y su salvadora, le formulo su pregunta en clave. --Estoy bien, y si. El agua de coco estaba deliciosa. No habia ninguna agua de coco. Ni zumo de remolacha, ni cualquier otro alimento ecologico que a Renee se le ocurriera mencionar. Daba lo mismo, la respuesta era siempre afirmativa si Erin se sentia lo bastante comoda y segura para hablar sin miedo a que alguien la escuchara. Hasta ahora, no habia necesitado responder con un no. Con un poco de suerte, nunca seria necesario hacerlo. --Por la voz, pareces estar bien. --Estoy un poco mejor cada dia. --?Estas comiendo bien? Erin penso en su dieta y opto por conservar el tono positivo de la conversacion. --Creo que ya me sobran un par de kilos. Renee lanzo un resoplido. --Menuda mentirosa estas hecha... Ambas se echaron a reir. --Estoy bien, de verdad. --Queria decirle que la luz del sol de California estaba obrando maravillas con ella, pero eso no podia decirselo. Renee no sabia donde estaba Erin, ni siquiera sabia el nombre que estaba utilizando en vez del suyo--. Dime cuales son las noticias. Renee suspiro. --No te van a gustar nada. Erin trago saliva. --?Mi hermana y su familia estan bien? --Si, estan bien. Si no lo estuvieran, seria lo primero que te habria dicho. Erin apreto los ojos y sintio la opresion en el pecho, que tan bien conocia, el dolor de los recuerdos de todas las personas a las que habia dejado atras. --Sueltalo. --Todavia no te han concedido el divorcio --le dijo--. Y el cabron ha pedido una nueva vista judicial para impugnar la orden de alejamiento. Erin apoyo la cabeza en la mano. --Esto no va a acabar nunca. Capitulo 2 Matt metio dos lechugas romanas en una bolsa mientras Jessie escogia los tomates. --Tio, metelos en una bolsa y vamonos. --Pero querras que tengan algo de sabor, ?no? --A Jessie le gustaba hacer las cosas bien, mientras que a Matt le gustaba hacer las cosas rapido. --Quiero acabar de hacer la compra antes de que nos llamen y tengamos que salir corriendo --dijo Matt. Los miembros de su unidad se habian separado al entrar en el supermercado. Vestidos con sus uniformes azules, los cuatro llamaban la atencion alla donde iban. En la seccion de alimentacion del super, a ultima hora de la manana, eran el objetivo de un monton de amas de casa sonrientes y de mujeres con ganas de ligar... A veces eran solteras, pero muchas otras veces no. No hay nada que atraiga mas a las mujeres que un hombre vestido de uniforme haciendo la compra. Como los companeros de la brigada de Matt trabajaban en turnos de veinticuatro horas, les tocaba pensar en lo que iban a comer y, por lo tanto, tenian que ir a comprar provisiones. En el parque de bomberos siempre habia algo para preparar el desayuno y el almuerzo, comidas comunitarias a las que contribuian todos y cuyos ingredientes compraban entre todos, pero las cenas dependian de cada unidad de guardia en concreto. Esa noche iban a preparar costillas de cerdo, patatas al horno, ensalada y cualquier otra cosa que se les ocurriera y que pudieran asar a la parrilla. Matt se acerco a las patatas y cogio una bolsa entera, en lugar de seleccionarlas una a una. Miro a Jessie, que era el novato del equipo, y dio unos golpecitos en su reloj. Jessie acelero sus movimientos y deposito los productos en el carro. Al doblar la esquina, vieron que el capitan Arwin --se llamaba Anton, pero nadie se dirigia a el por su nombre de pila-- y Tom, el ingeniero de su unidad, iban cargados de costillas. Iban a hacer muchas y a rezar para que les diera tiempo de comerselas antes de que se enfriasen. El capitan dejo la carne en el carro y Tom anadio un bote grande de salsa barbacoa. --Todavia tenemos sazonador para carne en la estacion, ?verdad? --pregunto. --Si, lo he comprobado antes de salir --le contesto Matt. Cogieron una barra de pan de ajo precocido que podian meter en el horno en el ultimo momento y anadieron leche y galletas antes de dirigirse a la caja registradora. A Matt no se le escapo la sonrisa de una morena de unos veintipocos anos que empujaba un carrito en la fila de al lado. Le devolvio la sonrisa con el piloto automatico antes de apartar la mirada. --No se te puede llevar a ninguna parte, Romeo --se burlo Tom. Matt era el unico soltero de su unidad. Incluso Jessie, que solo tenia veintitres anos, estaba casado y con un hijo en camino. --Creo que Julieta era rubia. Tom se rio y ayudo a colocar la comida en la cinta. --?Como estais hoy, chicos? --La cajera debia de tener mas de sesenta anos, pero incluso ella esbozaba una sonrisa que expresaba algo mas de lo que decia su boca. El capitan sonrio a la dependienta y siguio dandole conversacion mientras apilaban la compra. Cuando Matt le dijo a su familia que queria ser bombero, le dieron mucha cana. Bueno, una cana simpatica, pero cana al fin y al cabo. <>, le habia dicho Grace, la pequena de la familia, para chincharle. <>. <>, habia abundado su padre. Como policia retirado, Emmitt sabia muy bien de lo que hablaba. Y luego estaba Colin, el hermano mayor: <>. Su hermano era mas alto, pero Matt era el que se machacaba en el gimnasio. La verdad es que los dos eran muy atractivos. Sus padres les habian transmitido unos buenos genes, capaces de darles cierta ventaja en la vida. Salieron del supermercado con un suspiro de alivio. Habian conseguido comprar lo que necesitaban sin haber recibido ninguna llamada de emergencia, y el parque de bomberos estaba a solo ocho kilometros de distancia. En la calle, el camion ocupaba el espacio de la zona senalizada de color rojo, un sitio especificamente reservado para ellos alla donde tuvieran que desplazarse. Tom se dirigio al lado del conductor mientras Matt y Jessie metian las bolsas dentro del camion. --?Hola? Matt se volvio y vio a la sonriente morena de la tienda dirigiendose hacia el. --?Si? --Se te ha caido esto ahi atras. --Extendio la mano, deshaciendose en sonrisas, y le entrego un papel del tamano de una tarjeta de visita. --Me parece que no... La chica le aplasto la tarjeta en la mano. --He visto como se te caia del bolsillo trasero de los pantalones cuando te sacabas la cartera. Matt no habia pagado la compra. Miro la tarjeta y vio un nombre y un numero de telefono con el dibujo de una carita sonriente. Jessie dijo algo en voz baja con una risita y se subio al camion de un salto. --Ah, vale... gracias. Ella llego incluso a echarse la melena por encima del hombro con un ademan exagerado. Matt no habia visto a una chica hacer semejante movimiento desde el instituto. --Tened cuidado ahi fuera.

  • Cinco minutos de Faith Carroll

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    --No puedo creer que me hayas convencido para venir aqui. Elyse arrugo la frente cuando, a su lado, un chico empezo a vomitar en los arbustos. En todo el campus eran conocidas las fiestas salvajes de la fraternidad Gamma Kappa, un grupo de chicos que se unian bajo el lema de "Diversion, sexo y hermandad" y no tenian reparos en cumplirlo a rajatabla. Ella llevaba dos anos en la universidad y no sentia predileccion por esas fiestas. Sin embargo, su amiga Eva parecia haber estado sonando con ir a una desde hace meses. --Me la debias, Elyse--dijo ella. Eva era su unica amiga, con la que compartia muchas horas de clases. Al contrario que la morena Elyse, la chica tenia una envidiable melena rubia que llamaba la atencion de muchos chicos. Y esta noche no era una excepcion. Cuando entraron en la fraternidad, el olor a cigarrillos y alcohol era evidente. No eran las unicas chicas, aun asi estaban en minoria. Un par de ojos masculinos se detuvieron en el vestido de la rubia, sobre todo en la parte de su escote. Otro lo intento con el trasero de Elyse, enfundado en un apretado short tejano, hasta que ella le asesino con la mirada. --Es la ultima vez que dejo que me cubras--dijo Elyse. Esa semana no habia podido terminar el trabajo de una de las asignaturas que se le atravesaba por lo que opto por perder una clase. Eva habia confirmado al profesor lo enferma que estaba su amiga, era tan creible cuando se lo proponia que, al dia siguiente el profesor se habia acercado a la morena, preocupado por su salud--. No merece la pena. --No seas tan sosa y disfruta--respondio Eva, soltando una sonora carcajada--. Los chicos invitan a las cervezas, hay buena musica y es viernes. ?Que mas necesitas? Espera... ya lo se. !Un buen polvo! El rostro de Elyse se contrajo. Miro a su amiga con seriedad, no era un buen momento. Todavia no. --No estoy para eso --dijo, casi bufando. Eva la entendio, no por algo ella habia sido su pano de lagrimas esos dias. --Alex es un cretino. El decidio dejarte, asi que no le debes nada y mucho menos un tiempo de celibato por el. --No es por el, soy yo --dijo Elyse, incomoda. Habia venido a divertirse, aunque ese no fuera su ambiente se sentia capaz. Pero con el recuerdo de ese desamor, las cosas empezaban a torcerse. Eva se dio cuenta, sin previo aviso le dio un cachete en el culo que la hizo saltar mientras ella se reia y varios chicos las miraban, cachondos. --Un clavo saca a otro clavo, te lo digo por experiencia. O, en este caso, mejor deja que el clavo entre. La chica le dio un punetazo suave al hombro. La habia hecho sonreir con sus insinuaciones obscenas, lo necesitaba. Llevaba con Alex desde el instituto, primero como amigo hasta llegar a mas. Poco a poco, con gestos y detalles romanticos la habia enamorado. Alex era un buen chico, todo lo que ella deseaba. Elyse no creia en las peliculas Disney; eso no quitaba poder pensar que habia encontrado al amor de su vida. Pero el no tenia la misma idea. Quizas su amiga tenia razon. No le debia nada a nadie asi que se atuso su camiseta de tirantes con la imagen de un gatito pequeno con gafas hipster y se adentro en la fiesta. Tal como habia dicho Eva, en esa fraternidad tenian la costumbre de ocuparse de que las mujeres tuvieran en la mano siempre algo de beber. Ellas no eran tontas, sabian las razones por lo que controlaron sus bebidas, bebiendo poco a poco. La musica era buena, las chicas se fueron relajando, incluso Elyse aprendio a ignorar a los borrachos y el olor, riendo y bailando con su amiga. Eva la cogio y la hizo dar vueltas alrededor de si misma, mareandola. Elyse le siguio el juego entre risas, hasta que sus miradas se cruzaron. No podia ser. El no. ?Que diablos hacia Keith Durham ahi? Elyse se paro de golpe, arrastrando consigo a su amiga que casi se da bruces con ella. Se recompuso en sus altos tacones y miro a su amiga. --Eh, ?hola? --Eva movio la mano frente a su cara pero nada--. Elyse, ?estas bien? --?Que? --dijo ella, volviendo a su mundo. Su amiga la miraba, extranada y sin entender nada. Pero Elyse estaba pendiente de otras cosas en su mente. No, era imposible. Un tipo como Keith no hubiera llegado a una universidad tan prestigiosa como esta, era pura casualidad. --Parece que hayas visto un fantasma --dijo Eva, mirando al rincon. Por suerte para la chica, habia dos universitarios mas por lo que no podia saber a quien miraba ella--. Siento que me pierdo algo. --No pasa nada, fue un mareo. De verdad, confia en mi. Eva no las tenia todas consigo, aun asi siguio a la chica hasta una mesa donde se unieron a una partida de cartas. Elyse busco el sitio que no le permitiera ver al joven de pelo negro que tanto se parecia a aquel amor estupido. Lo que no podia saber es que esos ojos azules estaban fijos en ella. ** Keith la habia visto antes que ella a el. Ver la cara de sorpresa al reconocerlo le provoco un sentimiento de orgullo que oculto bajo una capa de indiferencia. Nunca sabia como actuar frente a esa joven de melena color chocolate y sonrisa perfecta. Y le recordaba, despues de ese tiempo. Bueno, el se habia ocupado de crear una marca imborrable en la vida de Elyse Miller. Aunque, puede que no fuera buena idea volver a verse. Ella le odiaria. A no ser que aquello estuviera olvidado. --?Algo interesante, Durham? --Nathan, su amigo, se apoyo en sus hombros, colgandose en busca de la nueva presa de Keith--. Si no te convence me la quedo yo. Y, a todo esto, ?a quien miramos? --?Ves la chica del gato? --senalo con disimulo hacia Elyse--. Fuimos juntos al instituto. --Oh, vaya. ?Te la tiraste? --No. Le hice la vida imposible. --?Pegabas a las ninas, Durham? Eras un cabron. --No era eso, imbecil --dijo Keith empezando a sentirse ofuscado. No le gustaba recordar mucho esa epoca. Con diecisiete anos Keith era el adolescente de pelo negro y revoltoso que vestia cadenas y camisetas de sus grupos de punk acido mientras, gracias a su estilo y el respeto que obligaba a que todos le tuvieran, se maquillaba los ojos con delineador sin que nadie le insultase por ello. Se convirtio en ese joven en el que nadie confiaba, siendo reciproco. No tenia ninguna razon para ser asi: sus padres le trataban bien, no cargaba tras sus espaldas una mochila de abusos, dolor o humillacion. Sin embargo, sentia como si nadie le entendiera. Era demasiado joven y estupido, asi se definia el chico de ahora. Sabia la suerte que habia tenido en encauzar su vida antes de que su fama de rebelde sin causa tuviera una base policial, gracias a una sustanciosa beca habia llegado a la universidad. E iba a sacar su carrera, por los disgustos a su familia, con el sudor de su frente. Pero verla alli le recordaba lo unico por lo que no se pudo retractar jamas. Habia estado enamorado de Elyse Miller desde el primer dia que habia llegado a su instituto. Era todo lo contrario a el: Una chica dulce, alegre, con una vision mucho mas positiva de la vida que el. Ella le habia sonreido mientras caminaba por el pasillo en busca de su sitio. Keith se prometio que hablaria con ella, que la haria recordarle. Solo que no supo como. Y ahi, la cago. Por completo. --Entonces, ?me la puedo pedir? --?Que? --dijo Keith, tardando en asimilar lo que su amigo acababa de decir-- No, claro que no. Grito sin darse cuenta, llamando la atencion de los companeros mas cercanos. Su corazon se paro, rezando para que la joven no formara parte de ellos. Pudo respirar tranquilo cuando la vio continuar a lo suyo, jugando a las cartas con otra chica y dos de la fraternidad. --Vale, era una broma. No te pongas asi, tigre --dijo su amigo dandole un golpe en la espalda. --Me pongo como me da la gana --gruno, provocandole una risotada mas fuerte. Nathan dio un sorbo largo a su cerveza y dejo el bote en una mesa cercana. Conocia a su amigo y sabia mejor que el cuando necesitaba un pequeno empujon. --No te preocupes, tu amigo Nathan esta aqui. Voy a ayudarte a sacarte esa espinita. --Nathan, no --le advirtio su amigo. Palabras fatuas para un chico borracho--. No es asunto tuyo.

  • Las defensas, Gabi Martinez de Gabi Martinez

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    Ante un ataque de locura violenta, un competente neurologo es ingresado en un psiquiatrico. Solo el sabe que su diagnostico es erroneo. Pero aun no es capaz de imaginar que la misma enfermedad autoinmune a la que ha dedicado obsesivamente su vida lo acecha. Su increible lucha contra la enfermedad y el estres corre pareja a la de la historia de este pais desde la Transicion y a la de uno de los pilares de la democracia espanola, un sistema sanitario herido hoy por la jerarquia y por una corrupcion que castiga o expulsa a quien disiente.

  • La Piel del Pecado de Francis Molehorn

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    Angela Bennett es una mujer de 37 anos emancipada, bella, madre soltera, brillante profesional y rodeada de admiracion, a lo que ha llegado despues de haber llevado una existencia llena de sacrificios y locuras. Su vida lo tiene todo para ser ideal, hasta que su pensamiento critico hacia las religiones la pone en el punto de mira de grupos fundamentalistas dentro de la Universidad Catolica San Justo, donde imparte clases de Psicologia y donde mas de una vez ha tenido choques teoricos con alumnos que prefieren el creacionismo a la evolucion.

  • Cruzando el limite de Barbara Padron Santana

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    Anabella es una amante de las antiguedades, por lo que sus padres en cada uno de sus viajes de trabajo consienten en traerle algo.
    Tras el ultimo viaje de su padre, este aparece con un espejo de cuerpo entero, aparentemente normal, aunque impresionante en sus multiples detalles hechos a mano.
    Lo que ella no sabe es que ese espejo oculta un secreto solo revelado con sangre.
    ?Le pasara algo a Anabella? ?Que ocultara el espejo?

  • Que gane el mejor de Sophie Saint Rose

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    Melissa se deja convencer por su mejor amiga de que necesita unas vacaciones. Pero lo que menos se imagina es que la metera en una caravana de mujeres que va rumbo a un rancho de Australia y menos aun que su dueno, un despota autoritario ha decidido quedarse con ella.

  • Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra de Jesus Hernandez

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    ?Sabia que hubo una batalla en Europa recien acabada la guerra, que Churchill permitio una terrible hambruna en la India o que hubo judios en la Gestapo? ?O que muchas de las cosas que tiene en su cocina se originaron en aquella contienda? Conozca estas y otras sorprendentes historias, en una vision amena y rigurosa del conflicto de 1939-1945.

  • Chaman de Kim Stanley Robinson

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    Chaman es una novela ambientada en la Edad de Hielo. En ella Robinson viaja por primera vez al pasado, pero las claves de su obra siguen siendo las mismas: la supervivencia de la humanidad.

  • La ultima Sibila de Isabel Abenia

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  • 2065 de Jose Miguel Gallardo

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    Las sombras se volvieron alargadas entre las lapidas, recorriendo asi el camino que las llevaria a fundirse con la noche negra que pronto llegaria. El entierro se habia celebrado a ultima hora de la tarde para evitar el calor sofocante que desde hacia treinta y tres dias se habia precipitado sobre el pais como un alud de fuego. Pese a ello, el ardor que aun emanaba el asfalto parecia que fuese a abrasar la ciudad. Las olas de calor se habian vuelto mas duraderas y frecuentes, y aquella iba camino de superar todos los records establecidos hasta la fecha. El clima habia cambiado y con el las temperaturas estivales de Madrid. Durante el dia se parecian ya a las que habian caracterizado a Sevilla a finales del siglo XX; las noches sin embargo, tropicales en su mayoria, eran aun mas calidas de lo que fueron entonces en la capital hispalense. Las muertes por golpes de calor durante los meses de verano se habian incrementado en las ultimas decadas, algo que podia constatarse comprobando las fechas inscritas en aquellas lapidas adornadas con flores ajadas por el sol. <>, le decia mentalmente a su mujer, de la que la muerte y una losa de marmol blanco ahora le separaban. Sentia que no podia soportarlo, que ni siquiera sus piernas aguantarian el peso del dolor que fondeaba en lo mas profundo de su alma. Desde que el sabado lo llamaron inesperadamente del Instituto Anatomico Forense de Madrid para darle la noticia, una espesa y lobrega niebla lo habia envuelto, eclipsando todo rastro de vida que pudiese cobijar. Contesto a la llamada mientras terminaba de leer un informe que le habian enviado del Ministerio para que lo aprobase. --?Adrian... Salor? --pregunto la voz grave y dubitativa de un hombre. --Si, soy yo. ?Quien es? Su pregunta quedo sin respuesta y un silencio de escasos segundos empano la conversacion. --Vera..., siento muchisimo llamarle para decirle esto. Es... su mujer... Creemos que ha sufrido un accidente. Todavia no lo hemos podido confirmar y aun faltan algunas pruebas para determinarlo. La noticia revento en sus timpanos a la vez que el caos se enraizaba en cada uno de los aciagos pensamientos que su cabeza bombeaba con el mismo ritmo frenetico al que su corazon empezo a latir. --Creo que es mejor que venga directamente al... --La vacilacion volvia a moldear sus palabras, pues sabia que se convertirian en una sentencia de muerte y nunca le habia gustado hacer ese tipo de llamadas--. Al Instituto Anatomico Forense, aqui le podremos explicar los detalles. Aquella llamada fue el inicio de un frenesi que se tradujo en largas esperas, agotamiento, insomnio... hasta que por fin le entregaron el resultado de la autopsia con las pruebas del ADN. Rapidamente intuyo lo que ponia, pues se lo habian dado con una ligera inclinacion de cabeza en senal de duelo. La sombra del miedo a confirmar lo que temia se reflejaba en el pulso tembloroso con el que sostenia el informe. Las lagrimas volvian borrosa su vision y le impedian leerlo. Tras limpiarselas con la mano pudo corroborar que el ADN del cadaver correspondia al de su mujer, Africa Nunez, con una probabilidad del cien por cien. El coche con el que ella habia tenido el accidente aparecio incendiado en una carretera secundaria y poco transitada del puerto de Navacerrada. Lo encontro un senderista que estaba terminando su ruta y llamo al 112. Para cuando llegaron los bomberos y consiguieron apagar el fuego, el cuerpo que estaba en el asiento del conductor habia quedado calcinado, aunque gracias a la matricula del vehiculo pudieron averiguar el nombre de sus propietarios y localizar a Adrian. La Policia habia abierto una investigacion para esclarecer la causa del accidente, asi como la incongruencia de haberlo encontrado a mas de cuatrocientos kilometros del lugar donde se suponia que estaba Africa. Adrian declaro que ella habia salido de Madrid el sabado a las ocho de la manana, y que a la una y cuarto del mediodia lo habia llamado desde San Sebastian para decirle que habia llegado con algo de retraso. Iba a pasar unos dias alli trabajando en el Festival Internacional de la Musica. Sin embargo, el aviso al 112 para informar del accidente se realizo a las dos menos cuarto del mismo sabado. O Africa le habia mentido intencionadamente a su marido o la habian obligado a mentir. Esta segunda hipotesis encajaba con la posibilidad de que el accidente hubiese sido provocado, segun intuia la Policia tras no haber hallado una causa natural para las llamas que habian devorado todas las pruebas que pudiesen haber quedado dentro del coche. --?Sabe si alguien podria tener motivos para querer hacerle dano a su mujer? --le pregunto un comisario con la intencion de comenzar la investigacion por algun punto. --No. --?Algun amante? ?Algo que hubiese podido llevarla hasta alli? Esta vez tardo mas en dar su respuesta y la penso detenidamente. Miro al policia a los ojos y arqueo los labios hacia abajo para mostrar desconocimiento a la segunda pregunta mientras negaba con la cabeza en respuesta a la primera. Mintio. Aquella pregunta reabria un pasado herido por las dudas en el que la actitud de Africa, sus ausencias frecuentes e inexplicadas y sus muchos viajes le habian inducido a pensar en la existencia de un amante. La estuvo siguiendo durante varios meses hasta que, sin haber averiguado nada, se canso de hacerlo. Pero ahora se daba cuenta de que aquella sospecha se habia mantenido en estado latente en su subconsciente, maquillada de olvido. En cualquier caso, haber contestado con un <> a la existencia de un amante solo habria conseguido anadir mas confusion a la investigacion. Los recuerdos le abrumaban en el cementerio y tuvo que bajar la mirada para reprimir las ganas de llorar. No queria hacerlo hasta que todos los que lo acompanaban en el sepelio se hubiesen marchado. Deseaba quedarse a solas con ella, lo necesitaba, anhelaba decirle adios y llorar a su lado, como si asi fuese a hallar el consuelo que, sabia, no encontraria

  • Doce Campanadas Y Un Beso de Olivia Ardey

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    Celia, recibe este anillo, simbolo de mi amor por ti --dijo, deslizandolo en su dedo--. Esta alianza te recordara cada dia cuanto te amo, que te soy y sere fiel y que, pase lo que pase, siempre me tendras a tu lado. Ella le tomo la mano derecha y lo miro a los ojos. --Alvaro, recibe este anillo --pronuncio, al tiempo que se lo colocaba en el dedo anular--, como simbolo de mi fidelidad, de mi entrega a ti y que te recordara siempre lo grande que es nuestro amor. El sonrio. Tomo la mano de Celia y se la llevo a los labios. --Te quiero --silabeo en silencio, antes de besar la alianza que acababa de ponerle y ella que no se quitaria jamas. Mosen Silvino continuo con la ceremonia y Celia se hizo un nudo en la garganta al escuchar su precioso alegato, que hablaba de dos manos unidas para siempre, dos corazones en un solo latir, dos almas y una sola vida. Emocionada, observo de reojo a su suegra que, al lado de Alvaro, miraba hacia el cielo en un esfuerzo imposible por contener las lagrimas. Celia atisbo hacia la derecha, su padre y padrino de boda sacaba en ese momento un panuelo del bolsillo del uniforme de gala de Infante de Marina. Miro con disimulo por encima del hombro y al ver a su madre tan guapa, con dos lagrimones y la nariz roja como un tomate, ya no pudo contenerse. Una lagrima se le escapo, a pesar de haberle prometido a Alvaro que no lloraria. Al verla coger el panuelo de la mano de su padre, Alvaro le tomo el rostro entre las manos y le seco la mejilla con el pulgar, con cuidado de no estropearle el maquillaje. --Es de felicidad --se excuso ella, ya que el no queria llantos en un dia tan feliz. --Lo se. --murmuro Alvaro con una sonrisa. En ese momento se sentia el hombre mas completo de la tierra y supo que recordaria esas lagrimas de Celia hasta el dia de su muerte. Convertidas en el simbolo de su felicidad, que valiosas eran. El cura carraspeo para que los novios le prestaran atencion y ellos dos miraron al frente para retomar el hilo de la ceremonia. A unos metros por detras, Nicolas Roman se estiro el chaque y cogio a Max de la mano. Todo estaba saliendo a la perfeccion. Ya tenian experiencia en lo tocante a organizar bodas de tronio, puesto que el enlace de Susana y Javier, celebrado tambien en la casa Grande durante el otono anterior, habia supuesto la prueba de fuego para su restaurante y fue todo un exito. Nico miro a su alrededor, que maravilloso se veia el jardin de la finca. Parecia un homenaje a la primavera: las sillas con sus faldones de blanco pique, las flores, el templete emparrado de hiedra sobre el altar. Penso en el banquete que habia preparado, y que constituia su regalo de boda a sus dos mejores amigos. Estaba seguro de que las sorpresas exquisitas que les tenia preparadas arrancarian aplausos entre los invitados. El reputado enologo Maxim Dupres miro a su marido. --Estas orgulloso, ?a que si? --murmuro apretando sus dedos unidos. --Gracias a ti --aseguro Nicolas con una sonrisa agradecida; el apoyo incondicional de Max era su seguridad. Aquella era una dichosa y soleada manana de finales de mayo. Todos los alli reunidos, el pueblo entero de Taraban, ademas de los invitados llegados de los alrededores, de Madrid, Cartagena y otros puntos de la geografia, eran la imagen de la felicidad. Todos, menos un hombre. Solo uno de entre todos los presentes, tenia la mirada ensombrecida por los recuerdos tristes. Diego Nuno odiaba las bodas desde hacia dos anos y medio, pero Alvaro y el habian sido amigos de juventud. Solo era un ano mayor que Nico y que el, pero los tres pertenecieron a la misma pandilla que recorria los pueblos en verano de verbena en verbena. Diego habia regresado a Taraban hacia seis meses y la invitacion a la boda de Alvaro Siurana lo pillo por sorpresa, pero habria sido un feo gesto por su parte rehusar asistir. Diego suspiro con alivio al escuchar los primeros acordes de la marcha nupcial, que indicaban que el mal trago tocaba a su fin. La fiesta posterior ya seria otra cosa. El agape, los gritos pidiendo <>, las risas y el baile no se le hacian tan cuesta arriba. Diego Nuno contemplo a los novios cuando desfilaron por el pasillo cogidos de la mano. Tuvo que tragar en seco. Hacia ya mucho que habia asumido que Paula se habia marchado para siempre. Pero le costaba hacerse a la idea de que su vida no era la que habia imaginado el dia de su boda, cuando caminaba con ella del brazo sonriendo a los invitados, con la misma felicidad contagiosa que irradiaban los rostros de Alvaro y de Celia en ese momento. En lugar de un matrimonio dichoso, el destino habia convertido su existencia en una continua prueba de obstaculos. Y no por la soledad; era muy duro enfrentarse al dia a dia, viudo a sus treinta y cinco anos y padre de dos ninas pequenas. * * * Acabo la balada y vino el aplauso. El baile quedaba inaugurado. Los novios se retiraron de la explanada, que fue literalmente invadida en cuanto los musicos la emprendieron con un ritmo latino. Alvaro entrelazo los dedos con los de Celia y la llevo hacia la mesa de las bebidas, en la que Nicolas pedia a un camarero, justo en ese momento, una botella de cava que este le entrego junto con dos copas. --Nunca podremos agradecerte todo esto, Nico --dijo Alvaro, agarrando a su amigo en un fraternal abrazo--. Mas que un regalo de boda, nos has preparado un autentico homenaje. --Nada que vosotros no merezcais, asi que no me des las gracias -- concedio satisfecho--. Me conformo con que me traigais un iman para la nevera de Sicilia. Celia y Alvaro se miraron sonrientes. La bella isla del Mediterraneo era el lugar escogido para su luna de miel y, aunque se sentian felices de tener alrededor a tantas personas queridas, apenas faltaban unas horas para poder gritar el tan deseado <>. --Me voy a ver si encuentro a Max por ahi --decidio Nicolas--. Ya es hora de que brinde con el por lo bien que esta saliendo el convite. Y tu, ten cuidado --advirtio a Alvaro, senalandole a Celia con la barbilla--, que los italianos disparan a todo lo que se mueve. A ver si en un descuido te la van a quitar. Alvaro miro a Celia y sonrio con orgullo. --No hay peligro --aseguro--. Mi mujer no tiene ojos para otro. --Mi mujer --repitio emocionada--. !Ay, que bien suena eso en boca de mi marido! --Mmm… Que bien suena esa palabra en boca de mi esposa --murmuro Alvaro, comiendosela con la mirada. Nico simulo estremecerse, con cara de disgusto. --Y que angustia me esta entrando a mi con tanto almibar pasteloso. Pareceis un par de recien casados. Alvaro premio la broma con un amistoso golpe en el brazo y Nico se escabullo entre los invitados en busca de Max, antes de que se enfriara la botella de cava que llevaba en la mano. Imagino a su marido en medio de un corrillo de mujeres, embobadas con su encanto, su cabello rapado a lo presidiario y sus gafas de chico intelectual. O de hombres, quiza. Su irresistible acento frances seducia hasta a las piedras, a pesar de que Max marcaba las distancias en lo tocante al genero masculino. Le bastaba con seducir cada dia al hombre de su vida. Nico esbozo una sonrisa de orgullo porque ese hombre no era otro que el, y nadie mas que el. Los padres de Celia, acompanados del abuelo Cele, se acercaron a los recien casados. El anciano, una vez mas, dio la enhorabuena a Alvaro por la joya de mujer que se llevaba mientras Rosita achuchaba a su hija con unos cuantos besos emocionados y le arreglaba la cola del vestido, a esas horas llena de rodales de tierra y pisotones.

  • La muerte de Jesus de J. M. Coetzee

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    La muerte de Jesus cierra la saga -poetica, filosofica- del Premio Nobel J.M. Coetzee sobre la vida de David en un mundo sin memoria. Una vida luminosa y fugaz como un cometa en el cielo.

  • Vuelves loco mi corazon de Sophie Saint Rose

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    Es una broma? --Robert Callaghan Tercero miraba a su socio con sus ojos grises refulgiendo de furia. --?Desde cuando soy una ninera? --No lo veas de esa manera, Rob. Es muy simple. Queremos ese contrato y Cristian Tanner necesita un favor. ?Que hay de malo en ello? --?Me estas diciendo que para que Tanner nos conceda ese contrato, tenemos que dar trabajo a su hija en nuestra empresa? ?Desde cuando las ninas ricas trabajan de secretarias? --Le miro con desconfianza. --!Ese quiere endilgarmela! Larry se echo a reir. --Que no. Que por lo visto les ensena a sus hijos como ser independientes y autosuficientes. Como el empezo desde abajo... Y no quiere hacerlo en su empresa, porque considerarian que los favorece. --!Es que los favorece, joder! !La esta enchufando en nuestra empresa! --No la esta enchufando. Consideralo parte del contrato. Como una clausula mas. --?Y por que tiene que trabajar para mi? --Una rubia, que estaba buenisima, paso a su lado y perdio el hilo de la conversacion, girandose para mirarle el trasero, que era digno de ver con aquel vestido negro ajustado. Su amigo chasqueo los dedos ante sus ojos y divertido se giro en el taburete para mirarle. Bebio de su cerveza. --?Que? Que tu estes fuera del mercado, no significa que el resto seamos eunucos. --Centrate. Hablo en serio. Necesitamos a Tanner. Rob levanto el brazo para llamar al camarero, que recorrio la barra a toda prisa. --Dos cervezas. --Que sea la ultima. Clare me espera. Miro a su amigo, que hacia tres meses que se habia casado, y decidio no meterse con el por tener que llegar a casa a su hora como si fuera un corderito. --Vamos a ver, no pienso despedir a Terry, porque una nina rica quiera jugar a ser responsable. !Es una secretaria estupenda y tiene casi sesenta anos! --No pensaba despedir a Terry. !Y tu tambien eres un nino rico! --No es cierto. !Mi padre tiene el dinero, pero nosotros hemos levantado la empresa de la nada y sin su ayuda! --siseo furioso con ese tema. Larry se echo a reir al ver que se pasaba una mano por su cabello rubio, porque le exasperaba ese tema. --Eres muy sensible respecto a tu padre. --Sera porque me pone de los nervios. El Segundo todavia me ha llamado hoy para que fuera a una reunion de accionistas. Como si hubiera ido a alguna. --No le piensas perdonar que no te pagara la carrera. --?Me ves a mi de abogado? Cuando le dije que queria estudiar ingenieria, puso el grito en el cielo y me echo de casa. Se puede meter sus acciones por donde le quepan --dijo antes de beber media cerveza. Larry decidio cambiar de tema. --Sobre el contrato... --Trabajara para ti. Yo tengo demasiado que hacer para... --Ni hablar. Yo he llevado las conversaciones con su padre. Te toca a ti cargar con este marron. --?Durante cuanto tiempo? --Cuando compruebe los buenos que son nuestros motores, me importara un pepino que la eches a la calle. Pero mientras tanto, tienes una nueva ayudante. --?Ayudante? --Como es nueva y no tiene ni idea de que va nuestra empresa, creo que el mejor puesto para ella. Rob le miro con malicia. -- Una ayudante. Puedo ordenarle lo que me de la gana, ?verdad? Larry se echo a reir. --Lo que quieras. De eso se trata. ?A que ahora no ves tan mal tener una esclava para ti solo? --Eres un amigo. --Pero no te distraigas, que quiero que trabajes en la nueva propulsion. --Tranquilo. Eso esta casi listo. --Miro de reojo a la del vestido negro. --?Y esta buena? --Ah, no. Por ahi no vayas, que como acabemos mal con Tanner, nos dara mala fama. --!Solo he preguntado si esta buena! --!Como si es la mismisima Elizabeth Taylor! Te lo advierto, no la cagues --dijo fulminandolo con sus ojos castanos--. Hablo en serio. Esto son negocios. Rob asintio. --Tranquilo. Puteare a la princesita, pero no me la tirare.

  • ?Quien diablos eres? de Raquel De La Morena Rubio

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    Alicia de la Vega, una joven periodista de origen espanol que vive en Nueva York con su madre y su hermana, comienza a trabajar para una revista especializada en fenomenos paranormales. Junto a un enigmatico fotografo, se enfrentara a misteriosos casos sobrenaturales que pondran a prueba su escepticismo: descubrira que las historias de casas embrujadas, exorcismos, maldiciones y vampiros esconden mas verdad de la que jamas imagino. De hecho, ella sera la unica capaz de ver al fantasma de un joven amnesico de aspecto decimononico, llamado Duncan, por quien pronto empezara a sentir una fuerte atraccion.
    ?Quien es el? ?Que vinculo los une? Para hallar las respuestas, Alicia emprendera un apasionante viaje a traves del espacio y del tiempo hasta la Escocia del siglo XIX. En su camino se cruzara con las huellas de personajes historicos como Jane Austen, Oscar Wilde o sir Walter Scott.
    Una trama llena de romance, misterio y aventuras que nos muestra que el amor es capaz de sobrevivir a cualquier adversidad. Incluso a la muerte.

  • Noche a media luz de Jacquie D'alessandro

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    Mallory sabia que estaba dolida por como habia acabado su ultima relacion, pero aquello no duraria mas que una noche. Una noche que tendria que bastarle.