• libro la flor del azafran amarillo - Vanesa Puig

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    La memoria, el corazon y la razon. Que dificil es a veces vivir con los tres… A la primera le voy a pegar un tiro. Un tiro certero entre ceja y ceja mirandola a la cara mientras le arranco los recuerdos. Pienso utilizar instrumentacion quirurgica y extirparle cada uno de ellos de manera minuciosa y con tecnicas de cirujano. Me ensanare para que sepa que se siente. No habra misericordia. Estaremos solas ella y yo. No busco una muerte rapida ni limpia. Va a sufrir. Me suplicara clemencia y le recordare por que no la merece. Acude a mi mente sin cita, sin previo aviso. Se ensana con recuerdos que yo tanto me esmero en borrar o disfrazar con pocas verdades y muchas mentiras. Actua cual ladron, con nocturnidad y armada de alevosia. Se sirve de impunidad para robarme la calma y agredir contra la parte mas debil de mi… eso que llaman corazon. Yo opto por cuidarlo y evitarle mas sufrimientos, pocas veces le cuento mis cosas, porque se que se implica demasiado y nunca sale airoso. Desde que mi padre nos abandono a mi madre y a mi, decidi que de mis sentimientos se ocuparia la razon, bloqueandolos, ninguneandolos, obviandolos y siempre esquivando con maestria. Una maestria forjada a base de indiferencia y apatia que adquiri con los anos. No fue facil. Los principios fueron duros. Mi padre ni siquiera fumaba, no se fue a comprar tabaco. El salio decidido a olvidar los lamentos y reproches de mi madre, y para ello echo mano de una senora de pagares en la cama. No podia haberse ido con una de lejos o una que no supieramos de donde habia salido. No. El queria que todo quedara cerca de casa. Asi que la invito a abandonar su sueldo convenido en el club de carretera donde trabajaba. Ese lugar adornaba con luces de neon la unica via comarcal que nos unia con la autovia y por la que teniamos que pasar, si o si, si queriamos ir a casa de mis abuelos, al centro comercial, al cine o a cualquier otro sitio. Esa maldita carretera nos unia con el resto de la civilizacion y la atravesabamos casi a diario. Cada vez que pasabamos por ahi, se que mi madre hacia como quien ve llover desde su ventana: <>. Pero no paso. Mi padre se enamoro, o mas bien se obsesiono, con la idea de ser el unico que se quedara a dormir con aquella mujer. La que empezo su carrera en la esquina del bolso y llenaba sus bolsillos con billetes en una cama con precios de liquidacion por pronto cierre. La que no fue lluvia de la que pasaria. La mujer que negociaba con las virtudes de su cuerpo fue un tsunami que destrozo la poca alegria que alguna vez se habia atrevido a asomar por algun rincon de mi casa. Svetlana, ese era el nombre de la ola gigantesca que arraso con todo. Deslucia sobre sus amplios hombros una melena rubia y larga con extensiones que escandalizarian al mismisimo Sydney Guilaroff, el peluquero de la epoca dorada de Hollywood y amigo de las actrices que doraron aquel distrito de Los Angeles: Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Judy Garland, Greta Garbo, Bette Davis, Grace Kelly o Liz Taylor. Puedo dar y dare fe, de que este genio nunca le toco un pelo a la obsesion destenida de mi padre. Guilaroff murio en el ano 1997 y no sabria yo como rendirle tributo a quien hablo con las grandes. Esas si han sido grandes. Grandiosas. Bellezas sempiternas que han vencido a la muerte disfrazadas de eternidad omnipresente. Hoy rindo tributo a la dignidad que ofrece el silencio a gritos callados y me niego a dejar caer de mis ojos una sola lagrima. Por mucho que yo rabie de dolor, el amor de mi padre es de ella. Las mujeres como esa se han convertido en mi enemigo a abatir. Estas senoras, idolos de masas, siempre pasan varias veces por debajo de cualquier obra. Pasan una vez, pasan otra vez. Pasan y se dejan piropear con las palabras que vocean entre mondadientes y bocadillos de calamares en su tinta, los bautizados a si mismos, entre pilas de cemento y hormigon como los obreros del amor. Les gusta. Les gusta y se nota. Y son estas, las que se embuten en vestidos que las hacen parecer envasadas al vacio, las que se sienten hechas para que el mundo las disfrute y piensan que seria de egoistas no ensenar sus voluptuosas y poco discretas curvas. Entranable todo. Y luego no se permite la venta de alcohol a menores de dieciocho anos. Esta cortina de humo esta bien, pero tambien habria que legislar sobre los posibles traumas y secuelas que en la adolescencia pueden dejar semejantes estampas que nos brindan las maravillosas y pintorescas senoras envasadas al vacio. Mira en tu portal, seguro que tienes una. Soy Alicia. Alicia Maldonado Milan. MIS AMIGAS Alicia esta en el sofa de casa viendo un programa de television de esos que pagan a gente para que cuente sus cosas personales en modo desenfadado o de manera tragica, depende del dia y de la cotizacion en el IBEX-35. Hoy han llevado a una mujer que anos atras conquisto el Olimpo de los cielos todopoderosos de la mano de rancios gobernantes que disimulan sus grises y debilitados bigotes con tintes de farmacias sin parabenos. La entrevista es sutil y preciosa, la primera media hora la SGAE ha pedido los derechos de autor de la palabra coito y durante los veinte minutos siguientes, la productora de contenidos audiovisuales que respalda todo el show ha iniciado su salida a bolsa. Suena el timbre. Son Lucia y Maria. Las mejores amigas de Alicia desde el colegio. Hoy en dia siguen siendo companeras, no de pupitre, ahora de vida. Maria sale desde hace seis anos con Daniel. Daniel es un pesado. Enamorado de si mismo. Que mal gusto tiene el pobre. Le gusta la musica clasica y quedarse en casa escribiendo partituras que ni el mismo sabe interpretar, pero que amor se tiene… es tan egocentrico y vanidoso que siempre que me viene a la cabeza lo imagino mirandose en el espejo y repitiendo aquello de: << ?Es a mi, me hablas a mi>>? mientras pone caras y el pobre espejo las sufre. --!Dame un vaso de algo que me deshidrato viva! !Cuanto odio que vivas en un quinto sin ascensor! Si yo no se para que vengo a verte. !Malditos vecinos tuyos, racanos, tacanos…! ?Pero que os cuesta poner un ascensor y evitar muertes gratuitas? Cada vez que vengo a verte me quitas tres anos de vida -- exclama Maria, entre los ahogos propios de la falta de respiracion que provoca subir los cinco pisos valiendose solo de las extremidades inferiores, esas que nuestros antepasados usaban para andar y hoy ya solo sirven para estirarlas cinco minutos porque te fumas encima. Lucia, en cambio, esta como una rosa. Se le notan las horas que pasa en el gimnasio y su pasion por el deporte. Alicia y Maria creen que se esta viendo con alguien, pero ni confirma ni desmiente. Tampoco lo presenta pese a que ellas insisten de forma directa y cada vez son mas pesadas. Siendo el caso conocido de que pueden llegar a ser muy pesadas. Saben que hace poco quedo con un antiguo companero de clase, Jorge se llama. Pero hasta ahi llegan sus datos. Segun ella quedaron, pero no paso nada <> les dijo y eso es lo que mas les preocupa. Ellas, dada su falta de informacion miran el muro de Facebook de Jorge a todas horas para ver si pone algo, pero nada tampoco. Cuanto misterio y cuanta tonteria. Pues no hay manera. No suelta prenda. ?La soltaria cuando quedo con ese? Quien sabe… Ellas nos mantendran informados del estado de ambos por si hubiera algun cambio en el muro de alguno de los dos. Esta acepcion de muro, aunque frivola y banal, la prefiero como paradigma de lo que puede ser un muro para las nuevas generaciones. Que una parte de nuestro pasado solo sirva para aprender de sus errores y no volver a caer en los mismos. Que los unicos muros que se levanten sean los que se derriban con palabras.

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    La flor del azafrán amarillo es otro punto de vista. Nos cuenta la relación de cariño que se establece entre el ama de cría y la niña que cuida.

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    5 feb 2019 — La flor del azafrán amarillo fue el libro elegido por mis chicas de las lecturas conjuntas y fué todo un descubrimiento.

  • La expedicion de Stephen King

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    Ya nadie disputa a Stephen King el primer puesto en la literatura de terror: sus muchos millones de lectores son prueba fehaciente de ello. Su brillante imaginacion revela las sombras que subyacen en lo evidente y hace que todos nos sintamos menos seguros de la realidad. <>, que da titulo a este volumen de escalofriantes cuentos, advierte angustiosamente contra los riesgos de la curiosidad; la anciana de la <> quiza no sea la compania adecuada para un nino cuando este queda aislado en una casa distante; el protagonista de <> no tiene nada que comer, excepto... La locura esta agazapada en la maquina de escribir del redactor de <>... Una vez mas, Stephen King nos ofrece atmosferas sobrecogedoras y emociones incontrolables.

  • La trama oculta de Jose Maria Merino

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    ?Que lector no ha querido conocer los secretos de un gran escritor? Jose Maria Merino, uno de los principales culpables del actual buen estado de la narrativa breve en Espana, nos regala algunas claves de su literatura.

  • Un rincon del mundo de Christina Baker Kline

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  • El brazalete magico de Rocio Rueda Sastre

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    Lara pasa las vacaciones en Atenas para visitar a su padre, que se encuentra en la ciudad griega trabajando en una excavacion. Haciendo turismo, Lara entra en una tienda de antiguedades en la que un misterioso anciano le regala un brazalete. Ese brazalete conectara a Lara con uno de los secretos mejor guardados de la humanidad, el de la poderosa espada con la que lucho Alejandro Magno y con Elisa, una de las sacerdotisas de Atenea en la antigua Grecia. (2010-10-19)

  • Panteras, Lena Valenti de Lena Valenti

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  • No soy mi ADN de Manel Esteller

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    ?Puedo heredar las enfermedades de mis padres o abuelos? ?Es posible que mis hijos hereden las mias? ?Hasta que punto una disciplina como la epigenetica puede tener repercusion en la prevencion y tratamiento de enfermedades como el cancer, el Parkinson o el Alzheimer?Y, sobre todo, ?que es la epigenetica?Manel Esteller, todo un referente internacional en el ambito de la epigenetica y un excelente comunicador, responde a estas y a otras muchas preguntas en este esclarecedor libro. Y lo hace de una forma muy ilustrativa. A partir de doce ejemplos basados en casos reales y cotidianos, Esteller expone las claves para entender mejor las bases de esta disciplina cientifica y ofrece un panorama de las infinitas posibilidades que genera su estudio. De este modo, los conceptos teoricos encuentran su aplicacion practica en los consejos para llevar una vida saludable que nos permita, en la medida de lo posible, prevenir el desarrollo de alguna de estas enfermedades.

  • Tentaciones y secretos de Barbara Dunlop

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    Estaba dispuesto a hacer lo posible por recuperar a su hijo.

  • Arrancame el corazon 1 de Kris Buendia

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    Cuando la famosa actriz Jessica Sparkle no creia en el amor llega alguien sin llamar a su puerta. O mas bien, la rescato de una oleada de fotografos. Despues el mismo amor no pidio permiso para sentarse en su mesa del bar. El amor inesperado siempre es el mas amargo de todos, y mas cuando no se es sincero desde el primer momento en que lo conoces. Para Luke Warren, un capitan militar, el amor ha pasado a ultimo plano en su vida y se dedica a su unidad y romper mucha ropa interior. Odia la gente famosa, odia la fama a pesar de ser hijo de una legendaria actriz y ser hermano de un famoso actor. El capitan -Exquisito rompecorazones- Warren odia a todas las estrellas del mundo excepto a una, a la que rescato de los fotografos y a la que conocio en un bar. Ya no quiere seguir quitando cualquier ropa interior, ahora solo le interesa el encaje. El encaje que usa Jessica Sparkle. Lo que no sabe el Capitan Warren es que ambas mujeres, son la misma persona. ?Que se necesita hacer para que te arranquen el corazon? Muchas veces que te arranquen el corazon no es para guardarlo en un cofre, tambien es para pisotearlo.

  • El pais de las sombras largas de Hans Ruesch

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    Cuando al despertarse Ernenek levantaba la cabeza del saco de pieles, su primer pensamiento era habitualmente para el monton de carne puesta a podrir cerca de la lampara para que se hiciera tierna y gustosa. Pero no aquel dia. Aquel dia viendo a Siksik en un rinconcito del pequeno iglu, dispuesta a estregar las ropas de su marido, tomo una subita decision antes de satisfacer las exigencias de su estomago: puesto que contribuia mas de lo que era su deber al mantenimiento de la minuscula comunidad, bien podia pretender participar tambien de los derechos conyugales de Anarvik, sin necesidad de pedirle permiso cada vez que le hacian falta los servicios de Siksik. Ernenek nunca habia tenido una mujer propia, porque era joven y porque en los hielos del extremo norte escasean las mujeres tanto como abundan los osos; sin embargo, conocia la importancia de tener una mujer propia, habil en raspar las ropas y en confeccionar calzado, y con la cual podia uno charlar durante la noche. Sobre todo donde la noche dura cinco meses. Precisamente ahora, antes de partir para la caza, le habria gustado reirse un par de veces con Siksik, pero bien se daba cuenta de lo que convenia y de lo que no convenia a un verdadero hombre; por eso sabia hasta que punto era inconveniente gozar de los favores de una mujer sin haberle pedido antes permiso al marido. Y Ernenek ponia siempre cuidado en no cometer ninguna inconveniencia. Con todo, ya estaba cansado de pedir permiso. Y no porque Anarvik se lo negara, pues rehusarse a prestar su propia mujer o el cuchillo, habria sido digno de inaudita mezquindad; pero, asi y todo, el pedir continuamente favores no era digno de quien pertenece a una raza tan orgullosa que sus miembros se llaman a si mismos sencillamente inuit, es decir hombres, para dar asi a entender al mundo que las otras razas, comparadas con la suya, no pueden considerarse compuestas por verdaderos hombres: y esto, aunque el resto del mundo no sea de la misma opinion y los llame esquimales, termino despectivo que les daba el pueblo limitrofe piel roja Algonquior y que significa <>. Muchas de esas tribus no merecen ya tal nombre; pero el exiguo numero de esquimales polares que lleva una existencia nomada en las regiones centrales del Artico, cerca del Polo magnetico, regiones inaccesibles para el hombre blanco, no cambiaron su tosca manera de vivir, la misma de cuando la raza humana era joven. Son como ninos, alegres, ingenuos y sin piedad. En la epoca de los tanques de guerra, empunan todavia arcos de cuerno y huesos de ballena, y flechas con punta de piedra; se reparten el producto de la caza y no saben mentir. Hasta tal punto son de toscos... Ernenek era un esquimal polar. Sobre la lampara de esteatita, el te se estaba enfriando. Siksik lleno un tazon y, bamboleandose, con los pies separados a causa de las calzas de piel de foca que le llegaban hasta la ingle, se lo llevo a Ernenek con una sonrisa. El hombre y la mujer, vestidos del mismo modo, ambos rechonchos y musculosos, pero con pies y manos pequenos, y con el mismo rostro chato, grueso y campechano, se distinguian en su aspecto solo por los cabellos, que el hombre llevaba largos y sueltos, mientras que la mujer se los habia levantado cuidadosamente, con un peinado muy alto, en forma de torre, sostenido con espinas de pescado. --?Donde esta Anarvik? --pregunto Ernenek tomando el tazon. --No es imposible que haya ido a cazar a la bahia de la Morsa Ciega --dijo Siksik--. Ocurre que hace un sueno ustedes dos se devoraron una foca entera --agrego riendo, y Ernenek le hizo eco, con esa risa facil y siempre pronta de su raza. El te estaba caliente como vientre de mujer, es decir, demasiado caliente para Ernenek, que no soportaba el calor. Lo soplo largamente antes de beberlo, mientras escrutaba a Siksik por encima del tazon. Luego se lo bebio todo de un trago, junto las hojitas que habian quedado en el fondo, se las comio y salio del saco. Llevaba puesto un ligero vestido hecho de piel de garzas marinas, con el plumon hacia adentro. Sobre este se puso un pesado sayo de piel de oso, con el pelo hacia afuera, y metio el extremo de las calzas en un par de botines de cuero de foca. Encorvado, porque la boveda de hielo era demasiado baja para el, corto con el cuchillo circular gruesas tajadas del monton de carne sobada y pasada de sazon y con la palma de la mano se lleno la boca. Se deslizo gateando por el estrecho tunel de nieve, apoyandose en los codos y las rodillas, y arrastrando detras de si, tomado de las orejas, al perro cabeza de trineo, salio del iglu. El resto del tiro los siguio, sacudiendose la escarcha del espeso pelo, ladrando por el hambre y descubriendo los dientes, aplanados a golpes de piedra para que no devorasen los arreos del trineo; con mas de lobos que de perros, mostraban agudos hocicos y ojos amarillos y relucientes. Ernenek se aseguro de que todos llevaban las abarcas que debian protegerles las patas de la mordedura de los hielos y de la sal marina. Luego los engancho al trineo, subio a este, retiro el ancla sepultada en un monton de hielo y agito el latigo. Los perros avanzaron sobre el mar congelado, mientras se abrian en abanico y hacian crujir las correas con que cada uno estaba atado separadamente al trineo. Hacia calor, apenas unos quince grados bajo cero, de manera que Ernenek no se veia obligado a trotar junto al trineo para calentarse, sino que podia gozar del paseo, sentado comodamente en el pescante. Al sur, el firmamento se habia tenido de azul, reverberacion de un sol ausente, azul que se iba esfumando poco a poco, convirtiendose en violeta, hacia el norte. Bajo aquel palido cielo, la tierra se mostraba anemica y descolorida, sin matices ni sombras, como a los ojos de los perros, que no distinguen los colores. El Oceano Glacial, congelado en un espesor de un par de metros, estaba recubierto de una delgada capa de nieve en la que se marcaban las huellas del trineo de Anarvik. A la derecha se veian cadenas de montes abruptos y colinas conicas, blancas y desnudas. A la izquierda, solo la bruma primaveral limitaba el oceano. Ernenek no se volvio ni siquiera una vez para echar una mirada al minusculo iglu, solitaria bolita de hielo puesta sobre el techo de la tierra. Su cerebro, que a causa de su modesta capacidad solo podia albergar un pensamiento por vez, se tendia enteramente hacia la gran bahia donde debia encontrarse Anarvik. Estaba tan absorto en su proposito que se habia olvidado de llevar consigo la indispensable grasa de foca que da luz y calor. Lo preocupaba demasiado el pensamiento de la peticion que iba a hacer a Anarvik, para pensar en otras cosas. A toda peticion podia responderse de dos maneras: Ernenek sabia por lo menos esto, aunque ignorase muchas cosas. Si Anarvik aceptaba, Ernenek se sentiria humillado por haber recibido un favor mas. Anarvik era orgulloso, un verdadero hombre, y seria muy capaz de mortificarlo con un consentimiento inmediato, por lo que para rehacer su dignidad perdida Ernenek se veia obligado a redoblar sus esfuerzos de cazador, y a su vez, mortificar al companero haciendole el don de grandes cantidades de caza. Si en cambio, Anarvik le negaba el permiso pedido, Ernenek podria mofarse de el por su avaricia y mezquindad; pero de todos modos este seria un consuelo bien magro, comparado con la molestia de tener que buscarse una companera en otra parte, para lo cual deberia emigrar solitario, por uno o dos anos, hacia el sur, donde abundan las mujeres, pero escasean los osos; hacia el pais del sol alto y de las sombras cortas, poblado por tribus cuyas costumbres son extranas a un esquimal polar, y por tanto desagradables. De un modo u otro, una vez hecha la peticion, sus dias estarian colmados de dificultades. Sin embargo, todavia no podia marcharse. Hacia ya dos anos que Anarvik le prometia la inminente llegada de su hermano Ululik. --Tiene dos hijas y tu podrias elegir una --le habia dicho riendo. Mas las estaciones pasaban, Ernenek esperaba en vano, y Anarvik se habia limitado a encogerse de hombros y a decirle--: Tal vez venga para fines del proximo invierno. Un invierno mas o menos parecia tener poca importancia para el, que habia visto muchos. Pero para Ernenek, que habia visto pocos, no era asi. ?Y si al fin de cuentas Ululik no venia? Podia haber cambiado de idea. O haberse muerto. O haber dado las hijas a otros. Y Ernenek estaba cansado de esperar. El trineo de Anarvik aparecio a la vista puntito negro sobre la enorme extension del mar congelado y Ernenek incito al tiro gritos y azotes. Al cabo de una hora el puntito se habia convertido en una linea, luego el trineo se hizo visible, y por fin aparecieron Anarvik y los perros. Los perros estaban vivamente excitados. Ernenek arrojo el ancla del trineo, aseguro el tiro de perros y avanzo a pie sobre el hielo. A pesar de su impaciencia, andaba lentamente, por la fuerza de la costumbre, con pasos mesurados, para no ahuyentar a las focas que habia por debajo de la costra helada. Anarvik, extendido en el suelo, le volvia las espaldas. Ernenek se detuvo detras de el y un poco de lado; le veia el rostro oscuro y, a pesar de la capa de aceite y hollin, las arrugas excavadas por los anos alrededor de las sienes; los ojos oscuros, oblicuos y astutos; la renegrida melena, que cortada en flecos sobre la frente, le caia a los lados, rigida por la capucha del sayo, mientras que por detras se le desparramaba desordenadamente sobre la espalda. --Alguien tiene que hacerte una pregunta --dijo Ernenek con voz fuerte, para darse animo. --!Silencio! --le mando Anarvik sin volverse--. Un hombre que trabaja no puede escuchar preguntas. Una cosa por vez.

  • Aunque sea lo ultimo que haga de Federico Correa Gil De Biedma

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    Ano 1997, la comisario Rocio Prados se halla en el cementerio de Santander con Maria, dispuesta a poner fin de una vez por todas al caso de Una rosa blanca. Una rosa negra. Mientras, en Madrid, su fiel Mendia acude a la llamada de una mujer que asegura tener pruebas que apuntan a su marido como el responsable de la muerte de su hermano, diez anos atras. Asegura que no ha sido su unico crimen. Cuando la policia llega el marido ha huido.

  • Apuesta con Tequila de Blanca Moral

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    Mi padre fue muy claro. Debo elegir: casarme o perderlo todo. Antes de la reunion con los inversores. En un mes. !UN MES! Las mujeres me duran una noche. Una semana, maximo. El sexo te da la vida. El matrimonio te la quita. No tenia ni p*ta idea de que hacer. Asi que llame a mi mejor amiga... ... y lo arregle como se arregla todo. Con tequila. Mucho tequila. A la manana siguiente ha cambiado. Tengo una resaca que te c*gas. Estoy desnudo al lado de mi mejor amiga. Y ambos tenemos un pedrolo en el anular. El anillo de bodas de mi abuelo. Acabo de casarme con mi mejor amiga. Hermosa. Divertida. Sexy. Carinosa. Ahora solo debo convencerla. Un mes. Eso es todo lo que debe aguantar. Pero... ?y si aguanta toda la vida? Nota: Una comedia romantica con abundante sexo explicito, dosis de humor y final feliz garantizado.

  • La doctrina del shock de Naomi Klein

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    La doctrina del shock es la historia no oficial del libre mercado. Desde Chile hasta Rusia, desde Sudafrica hasta Canada la implantacion del libre mercado responde a un programa de ingenieria social y economica que Naomi Klein identifica como <>. Tras una investigacion de cuatro anos, Klein explora el mito segun el cual el mercado libre y global triunfo democraticamente, y que el capitalismo sin restricciones va de la mano de la democracia. Por el contrario, Klein sostiene que ese capitalismo utiliza constantemente la violencia, el choque, y pone al descubierto los hilos que mueven las marionetas tras los acontecimientos mas criticos de las ultimas cuatro decadas. Klein demuestra que el capitalismo emplea constantemente la violencia, el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Lejos de ser el camino hacia la libertad, se aprovecha de las crisis para introducir impopulares medidas de choque economico, a menudo acompanadas de otras forma de shock no tan metaforicas: el golpe de la prra de los policias, las torturas con electroshocks o la picana en las celdas de las carceles.

  • Te buscare mientras viva de Paco Lobaton

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  • La tierra que pisamos de Jesus Carrasco Jaramillo

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    Hoy me ha despertado un ruido en mitad de la noche. No un ronquido de Iosif, que, raro en el, a esa hora dormia a mi lado en silencio, medio hundido en la lana del colchon. He permanecido tumbada, con la mirada detenida en las vigas de haya que sustentan el techo, apretando fuertemente las sabanas en busca de una firmeza que el lino, tan sutil, me ha negado. Durante un buen rato me he quedado quieta, con los hombros contraidos y las manos cerradas. Queria volver a escuchar el ruido con nitidez para poder atribuirselo a alguno de nuestros animales y asi, tranquila, regresar al sueno. Pero, mas alla del aire agitando las ramas de la gran encina, no he percibido nada, y entonces, como por ensalmo, el viejo mito del intruso de ojos vaciados por la codicia se ha agarrado a mis tripas y ha empezado a devorarlas. Es agosto, las hojas de guillotina estan subidas hasta los topes y una brisa perfumada y calida mece los visillos. Los hace danzar de un modo tan hermoso que, en esta epoca, durante mis desvelos, me siento contra el cabecero y me quedo embelesada viendolos ondear cual delicados pendones. Aspiro las fragancias que el aire trae y que, por momentos, desplazan a los aromas estancados del cuarto. Llegan en oleadas, de la misma manera que el mar va depositando en la orilla los restos de un barco naufragado. En primavera el azahar de los naranjos florecidos lo ocupa todo, especialmente cuando cae la tarde. Dias antes de que eso suceda, el arbol siempre envia un mensajero. Jornadas todavia frescas en las que, repentinamente, un hilo fugaz avisa de que, en algun lugar de los contornos, la vida ha sido convocada a su renacimiento. Con los punos llenos de tela y los ojos cerrados, he tratado de concentrarme en la oscuridad exterior. Y asi, he imaginado que me asomaba al porche elevado sobre el fragante cesped que rodea la casa y, desde alli, he dirigido mi atencion hacia el frente, al lugar donde el predio se asoma al valle. A lo lejos titilan las farolas de gas del pueblo, encaramado como un galapago a las faldas del castillo. En mi mente desciendo los escalones de madera y camino unos pasos sobre la hierba humeda hasta la verja que domina el huerto de la terraza inferior. No oigo nada alli, ni siquiera el aspero roce de las hojas ya secas del maiz. Me giro hacia la casa para recorrer la parte trasera de la propiedad. En los tiestos sujetos a la balaustrada del porche crecen formas confusas. La campana de alarma cuelga del tejadillo sobre ellas y su cuerda casi las toca. A la izquierda del edificio se levanta la gran encina, un ser poderoso y rotundo, cuya copa invade parte del alero. Al otro lado, entre la vivienda y el camino, el pequeno establo con sus ventanucos enrejados y sus tejas alomadas. Dentro, ni siquiera se oye a la yegua rascar el suelo de pizarra con sus herraduras. Tampoco se oye a Kaiser, nuestro perro; era de suponer, porque es sin duda el animal mas indolente que se pueda imaginar. <>. Y yo quiza sonrei por la ocurrencia y seguro que le di la razon para que se marchara pronto. Al parecer hay un lince, o un lobo, que lleva varias semanas merodeando por los alrededores del pueblo y que ha matado, dicen, a varias ocas y a algun cordero. Me lo conto el doctor Sneint en el dispensario de la guarnicion la ultima vez que fui al castillo en busca de las medicinas de Iosif. Mientras colocaba los frascos en mi alforja, el se levanto y, despues de repasar someramente los lomos de su biblioteca, extrajo un atlas de fauna iberica y me lo mostro. Del grabado me llamaron la atencion las patillas colgando a los lados de la boca y el aspecto puntiagudo de las orejas. <>. Tanto la idea de buscar los excrementos como la de abrirlos me resulto en aquel momento repugnante, pero luego, ya de vuelta a la casa, encontre las heces y no pude resistir la tentacion de revolver en ellas con un palo. Hacerlo no me resulto desagradable. Olian a conejo y, por su aspecto, se diria que esos animales solo se alimentan de pelo. Me he levantado y he prendido la lampara que tengo sobre la mesilla. Asomando el cuerpo sobre el alfeizar, he movido la luz a un lado y a otro en busca de signos del animal, pero enseguida me he dado cuenta de que la luna llena iluminaba mas que mi farol y he terminado por apagarlo. En cualquier caso, no he apreciado nada extrano. Quiza mi luz lo haya espantado. Los animales seguian tranquilos y yo he dejado que el aire templado que asciende por el valle me acaricie la cara. La luna llena tenia de un extrano amarillo las nubes detenidas sobre la llanura distante. He cerrado las contraventanas y me he vuelto a meter en la cama. Mientras regresaba el sueno, de nuevo mirando al techo, he reparado en que no hay hayedos en esta parte del pais. www.lectulandia.com – Pagina 7 2 Lo veo por primera vez con la manana bien entrada, mientras arreglo los geranios. Los pliegues de su chaqueta se cuelan por entre las lamas blancas de la verja que da al huerto, justo enfrente de mi. Iosif descansa en su mecedora a mi lado, aunque decir que descansa es, de algun modo, redundante, pues se pasa el dia recostado: en la cama, en el sillon del salon y, durante el buen tiempo, aqui, en el porche. Lo levanto cada manana, lo visto y lo siento donde corresponda segun la epoca del ano. Le agarro del codo y el, con pasitos cortos, se deja llevar de un lado para otro como un perrillo complaciente. La enfermedad lo ha reducido a una minima expresion de lo que fue. Un hombre que ha tenido a su mando divisiones, que ha dispuesto de las vidas de otros hombres, que ha asediado ciudades y pasado a cuchillo a enemigos y sediciosos. Me pregunto si sus viejos adversarios, aquellos a los que sometio hasta convertirlos en subditos de su majestad, conservaran la antigua furia con la que, sin duda, rindieron sus armas a este hombre a cuya sombra he vivido y cuya sombra es ahora todo lo que respiro. Su mente opera de manera discontinua y lo mismo pasa dos semanas callado, con la cabeza caida, incapaz siquiera de levantarse solo e incluso haciendose sus necesidades encima, que comienza a regir de manera repentina. En esos episodios, de duracion indefinida, se incorpora a la vida cotidiana tan plenamente que parece que nunca la hubiera abandonado. A veces regresa y se comporta igual que un paciente caprichoso. Si estamos en la cocina y me esta viendo cortar verduras, me exige que haga trozos grandes, y me explica, por enesima vez, que a el le gusta notar lo que esta comiendo. <>. En ocasiones, su cordura se remonta al pasado y se dirige a mi como si yo fuera parte de un recuerdo; me llama <> o <>, con tono marcial o almibarado, segun el caso. Y lo extrano es que nunca en la vida, ni cuando estabamos prometidos, me llamo asi, <>. Se diria que entre las grietas de su cerebro reverdecen viejos anhelos o el recuerdo de otra mujer a la que, sin duda, deseo durante sus largas ausencias; en la epoca en que las campanas se sucedian y parecia que el Imperio acabaria ocupando el globo entero. Por suerte, el que hace anos que no me visita es aquel hombre que hacia temblar los cimientos de mi mundo. El modo en que se enfurecia cuando el pequeno Thomas no declinaba correctamente, o cuando volvia manchado del jardin. Lo agarraba de la oreja, tiraba hacia arriba y casi levantaba al muchacho. Lo zarandeaba y no fueron pocas las veces en que recibio bofetones y golpes en los dedos con la regla de madera. Yo le suplicaba que lo dejara, que era solo un nino, y entonces el se volvia y me hundia con la turbidez de su mirada; la de quien ha bebido hasta hartarse la sangre bullente de los hombres. Una mirada cuyo recuerdo todavia me estremece y de la que aun quedan rastros en el fondo de sus ojos. www. lectulandia.com – Pagina 8 <>, me digo al ver los tallos agujereados. Son imposibles de exterminar y todos los anos tengo que arrancar muchas de mis plantas y quemarlas tras la casa, ya que es la unica manera de que la plaga no afecte a los ejemplares sanos. Las tomo por el tallo y las vuelco para sacarlas de los tiestos. La tierra oscura cae al suelo, siempre fresca y bien ligada, formando grumos esponjosos que yo me llevo a la nariz para embriagarme con sus aromas

  • Escalofrios de Douglas E. Winter

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    He aqui un libro estremecedor que reune a los maestros de la literatura de terror contemporanea. Desde el entusiasmo maniaco de Stephen King hasta el elegante ingenio de Paul Hazel, pasando por el simbolismo enigmatico de M. John Harrison, el psicologismo inquietante de Clive Barker, el estilo implacable de Denis Etchison y el erotismo refinado de Thomas Tessier, esta obra recopila seis pequenas joyas del horror universal. Se trata de seis largos relatos que, por distintos medios, logran un mismo resultado: sacudir las fibras intimas del lector, hacerle participe de espeluznantes experiencias que bordean los imprecisos limites entre la realidad y la ficcion. Una lectura imprescindible para conocer lo mejor de un genero apasionante.

  • Yndoria (Hijos de la nada 1) de Jessica Galera Andreu

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  • Si no hubiera manana de Alexis Ravelo

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    Hay amores que pueden joder cualquier negocio y hay negocios que podrian joder el amor mas grande. A Eladio Monroy se le ocurrio pensar esto mientras encendia un cigarrillo para ahumar el hambre. Los cruasanes y el cafe con leche los habia metabolizado hacia rato y la cosa no tenia pinta de que pudiese almorzar temprano. Por supuesto, podria haberse metido en el Bodegon Suso, el bar que tenia casi delante del coche, o ir al Europan para comprarse algo con lo que entretener la muela. Pero no queria arriesgarse a perderle la pista al del chandal. Habria sido dificil: la plaza donde habia aparcado estaba solo a una decena de metros del portal en el que habia entrado el tipo y, aunque no hubiera sido asi, no habria podido marcharse sin que el lo viera, porque el coche permanecia enmarcado en su retrovisor izquierdo. Sin embargo, mas valia un por si acaso. Asi que ahi estaba el, al filo del mediodia, fumando y echando la ceniza por la ventanilla de Naranjito, preguntandose por que carajo seguia dejandose arrastrar por la corriente, metiendose en lios como este mismo, que lo habia conducido hasta ese aparcamiento en los bloques de viviendas de La Pantera Rosa. En medio de la manana grisacea del barrio obrero por cuya unica acera realeaba el paisanaje, miro el reloj y se pregunto cuanto tiempo tardaria el tipo en bajar para que el pudiese regresar a casa con la satisfaccion del deber cumplido. Baja ya de una puta vez, plasta de los cojones, acabo diciendole mentalmente al del chandal. Y entonces, como si lo hubiera estado escuchando, el tipo bajo. Bajo rapidamente. A toda velocidad. Tanta que a Monroy casi no le dio tiempo de verlo antes de oir el taponazo contra el pavimento a unos metros del coche. Cayo a plomo desde vaya usted a saber que piso del edificio y acabo despatarrado sobre la acera. UNA COSA DE AMORES Por supuesto, todo habia empezado antes. Todo, siempre, ha empezado antes y seguro que, en la cadena causal que conducia hasta aquel instante, uno podria haberse remontado al momento en el que el papa de Jorge Mesa deposito su semillita en los fertiles ovarios de su mama, pero para Eladio Monroy aquel lio habia comenzado como solian empezar todos sus lios, con un cortado en el bar Casablanca, con un encargo que llegaba en uno de esos momentos en los que Eladio andaba sin perras o con el suficiente aburrimiento encima como para dejarse enredar en un trifostio de ese tamano. Era viernes, se avecinaba octubre, los incendios forestales le habian dado a Gran Canaria un verano de mierda y las camaras acababan de disolverse, con lo cual se estaba quedando un otono estupendo para volver a votar por no se sabia que vez en un par de anos. En el Casablanca, Casimiro trasteaba tras la barra, Juan el del Pescao casi sesteaba sobre ella con el arrullo de la television donde una presentadora de magazin matinal y unos tertulianos de lo mismo intentaban que la inminente separacion de un matrimonio de cachanchanes resultase un asunto de interes, y Monroy se aburria. Si, se aburria. Y puede ser que eso haya sido la causa de todo o, al menos, un aspecto importante de la cuestion. Porque ese dia (igual que los inmediatamente precedentes) Monroy se aburria como un sordo en un concierto de arpa solista mientras hojeaba (o, mas bien, ojeaba) los periodicos manchados de grasa y cafe que Casimiro ponia a disposicion de su cada vez menos distinguida clientela. Monroy ya no compraba El Pais. Uno de los motivos era que Forges habia muerto. El segundo, que entre Manolo y Las Tres Desgracias lo habian ido acostumbrando a picotear la prensa en digital y hasta se habia suscrito a un par de periodicos online. Por eso, a la hora del cortadito, solo echaba un vistazo a los ejemplares de La Provincia y el Canarias 7 comprados por Casimiro en el estanco de enfrente y que, cuando el llegaba, ya se habian convertido varias veces en un monton de hojas impresas, como contaba Cortazar que ocurre con los diarios una vez leidos. Amen de la ventaja economica (los periodicos no son caros, pero leerlos gratis es todavia mas barato), eso le permitia disfrutar tanto de las vinetas de Morgan como de las de Padylla y Montecruz. Entre los tres acumulaban suficiente ingenio y mala baba como para que la ausencia del maestro Antonio Fraguas doliese un poco menos. Aunque doliese. Asi, echandose el cortadito, fue como Eladio Monroy se entero de que Garcia Medina parecia haber encontrado al fin su sitio en la politica. Tras quince anos intentandolo, primero entre la derecha insular y luego entre el neoliberalismo nacional, el muy malnacido se habia hecho un hueco a la derecha de la derecha de la derecha e iria en las nuevas elecciones de numero dos en las listas de Democracia Espanola Nacional, que no arrasaria en Canarias (donde hay poco Opus y casi ninguna aficion a los toros), aunque contara con el suficiente numero de desinformados como para aranar algun escano. Leyendo aquello, se le comenzo a calentar la sangre, como siempre que se acordaba del millonetis. Si no llego a alcanzar el punto de ebullicion fue porque una mujer entro en el Casablanca, se planto frente a el y pronuncio su nombre. Eladio Monroy alzo la vista y se quedo mirandola, preguntandose de que la conocia. --No te acuerdas de mi, ?verdad? Monroy busco en su base de datos los ojos marrones y achinados, el rostro alargado de bronceado a punto de caducar, la mandibula algo ancha para hacer sitio a unos dientes quiza demasiado grandes pero bien ordenaditos en una sonrisa amplia. Le sonaban aquellos ojos y aquella sonrisa, pero no la melena tenida de caoba ni el vestido rosa palo demasiado fresco para la epoca. Enseguida descubrio la chamarrita de falso cuero azul puesta de traves sobre el bolso que pendia de uno de sus hombros. Volvio al rostro, intentando dar con un nombre. Ella, divertida, se dejo observar y el le calculo la edad entre los treinta y muchos y los cuarenta y pocos y registro el colgante con una pequena pintadera de plata, los pendientes discretos, la cicatriz casi imperceptible en el extremo de la quijada, muy cerca de la oreja izquierda. Unicamente entonces, al percatarse de la cicatriz, vino a su memoria una casa en Escaleritas, un nino triste, el olor de un caldo de pescado, la amable hospitalidad de unos ancianos. --?Sonsoles? Sonsoles, la hija de Paco Nieves, el ferretero, asintio. --Muchacha, ni te conoci --dijo Eladio, sonriente. --Normal. Hace tiempo. --?Cuando fue la ultima vez? --En el funeral de mi padre. Ambos asintieron y mantuvieron una sonrisa de cortesia. Sonsoles podria haber disimulado. Habria sido facil para ella decir que lo habia visto al pasar o, incluso, que habia entrado a tomar algo y se lo habia encontrado. En lugar de eso, le pregunto si podia sentarse y eso dejo claro que venia expresamente para verlo a el. En el Casablanca nunca sabes si el tuerto Casimiro te atendera en la mesa o te hara ir a la barra. Dependera de lo atareado que este, de lo mal o bien que le caigas, de si ha dormido mejor o peor, de si le sale de los huevos. Puede que le apetezca, que levante una mano para indicarte que permanezcas en el sitio y venga a preguntarte que se te ofrece, condescendiendo incluso a mirarte con su ojo operativo. O puede que, despues de sentarte en una de las tres mesitas miserientas, lo descubras apoyado en el bastidor de la cafetera, fingiendo que has caido en el angulo muerto de su visual y aguardando a que te levantes a pedir porque el no es un esclavo y que cono te habras creido tu, que ya es bastante con que soporte tu presencia en su puto bar. Ese dia Casimiro no tenia una manana especialmente buena: a primera hora habia intentado reclamar una factura de Endesa y luego habia discutido con un proveedor. Pero su oido y su memoria funcionaban mejor que su percepcion de la profundidad espacial y, al entender que se trataba de la hija de Paco Nieves, acudio no solo a tomarle el pedido, sino hasta a preguntarle por su madre. Y, para variar, con buena intencion. Sonsoles conto, para el y para Eladio, que Sarito estaba estupenda. Se pasaba fuera todas las tardes, entre cursos de ganchillo, excursiones y clases de tango. Ahora hasta se habia apuntado a un club de lectura. --Ahi, en la Biblioteca Insular --explico, ante el asombro divertido de ambos hombres--. Yo, despues de lo de mi padre, pense que iba a tener que estar mas pendiente de ella y, mira tu, para verla tengo que coger numero. Los tres se sonrieron al pensar en Sarito yendo del tingo al tango con las amigas. Pero Monroy tambien la imagino sola entre figuritas de porcelana siempre expuestas para unas visitas inexistentes, viendo la telenovela en la soledad de la casa que habia compartido con Paco Nieves durante casi cinco decadas, y se alegro por ella. --A tu hermano si lo veo a veces, en la ferreteria --dijo Casimiro, inesperadamente locuaz. --Si, ahi sigue. El negocio aguanta, aunque con tanto Leroy Merlin y tanto centro comercial, ya sabes… --Quita pa'lla, muchacha --convino el tuerto--. A los chicos, si nos dejamos, nos quitan hasta la cerilla de los oidos. --Eso es verdad. --Bueno, ?que se te apetece, mi hija? Sonsoles pidio un cafe con leche y un vasito de agua de Firgas, si podia ser, y Casimiro, por una vez, se dio prisa en prepararlo y traerlo. Luego, para dejarlos tranquilos, regreso a sus labores y a su mala leche habitual. No obstante, si alguien se hubiese tomado la molestia de fijarse, habria podido observar que su expresion se habia ablandado hasta casi resultar amable. Quiza por la visita de la mujer a quien habia dado caramelos cuando era nina, o por lo que le habia contado acerca de su madre, a quien apreciaba, o por el recuerdo del difunto Paco Nieves, el ferretero que los habia surtido a el y a media ciudad de herramientas y materiales durante anos sin enganar nunca, aconsejando siempre y hasta fiando cuando hacia falta. Vaya usted a saber exactamente, pero lo cierto es que su gesto casi parecia simpatico. A Paco Nieves, Monroy le debia mas que un buen consejo o un fiado. Sin embargo, siempre habian sido Paco Nieves y su familia quienes se habian considerado en deuda con el. Especialmente Sonsoles. No hablaron de eso. Mientras ella endulzaba el cafe con leche, Eladio prefirio interesarse por su hijo, aquel nino triste que tenia sus motivos para serlo. --?Y el pibe? --pregunto. A Sonsoles volvio a iluminarsele el rostro, como al hablar de su madre: --?Aitor? En Granada esta. Ya en la universidad. ?Te puedes creer? Le dio por la filologia: Lenguas Modernas. --Un garbanzo negro le sale a cualquiera --se sonrio Monroy. --Dicen que no tiene mucha salida. Pero ?que carrera te da hoy en dia una seguridad, muchacho? Mira yo, que estudie veterinaria y me pase un monton de anos sin trabajar. Para como esta la cosa, por lo menos que estudie algo que lo haga feliz. --Dices bien. Por supuesto, Monroy no le pregunto por el padre del chico. Despues de su ultimo encuentro con Eladio, a Carmelo Jimenez Vega no le habrian quedado ganas de volver a molestar a Sonsoles. O, quiza, simplemente, el tiempo lo habia ido amansando. El no recordaba la fecha con exactitud, pero si el nino que habia visto como golpeaban a su madre estaba ya en la universidad, tenia que haber pasado un buen punado de anos. --?Y tu, a que te has dedicado? Sonsoles sonrio y sus ojos buscaron la respuesta mas alla de el. No volvio a mirarlo a la cara hasta que la hubo encontrado. --A madurar, supongo. --Hizo una pausa. Sin perder la sonrisa, acaricio con dos dedos el filo de la mesa, como si pensara en arreglos florales o en una cesta de mimbre con cachorritos. Luego explico--: Me centre mucho en Aitor. Al final, he conseguido que no se parezca al padre. O eso creo. Pero tambien me dedique tiempo a mi misma. Volvi a trabajar. Monte una clinica pequenita, con un par de companeros de la facultad. --?Ah, si? ?Donde? --Monroy no tenia animales, pero le parecio cortes preguntarle. Ella saco como de la nada una tarjeta y se la entrego. La clinica estaba en el extrarradio, en uno de los barrios que se distribuian en diseminados a lo largo del Guiniguada. --En realidad, no me hacia falta; mi padre siempre nos dio buen echadero. Pero ya sabes: la independencia. O, mejor dicho, la autosuficiencia. No es lo mismo vivir de las rentas que ganarte el jornal. Monroy asintio. No necesitaba mas explicaciones, pero si un cigarrillo y empezo a temerse que la cosa fuera para largo. Pero Sonsoles debia de tener el terreno casi preparado para contarle lo que hacia alli, porque tomo un sorbo de su taza, se quedo mirando la mancha de carmin que habia dejado en el borde como si pudiese borrarla con la vista y dijo: --Mi padre te apreciaba mucho. --Y yo a el. --Siempre decia que eras de fiar. Y se que te debo un favor. --?Un favor? ?Que dices, muchacha? Yo no… --A ver, Eladio --lo corto Sonsoles--, mis padres nunca entraron en detalles, pero yo se sumar dos y dos. Con lo poquito que me contaron ellos, lo que le paso a Carmelo y el cambio de actitud que tuvo luego, tuve suficiente para solucionar la ecuacion. Las ganas de fumar socavaron la cortesia de Eladio lo suficiente como para que le dijese a Sonsoles: --?A que viniste? ?A hablar de matematicas? Sonsoles se rio. Tenia una risa amable, de las que convidan. --Me estoy yendo por las ramas, ?no? --Un poquito. --De acuerdo, vamos a centrarnos. Necesito que me ayudes con una cosa. --Monroy comenzo a hacer un gesto de rechazo. No obstante, ella se apresuro a anadir--: No, no es nada violento, ni ilegal. Pero es algo que no puedo hacer yo y se me ocurre que tu, que tienes mucho mundo y eres un hombre discreto, me podrias echar una mano. --?Con que? Sonsoles volvio a reirse, pero esta vez con cierto pudor, mirando a los lados como si estuviese prohibido. --Te vas a descojonar, pero es una cosa de amores. Eladio Monroy no se descojono. Ni tan siquiera le parecio cursi la expresion elegida por Sonsoles. A estas alturas de su vida, las cosas de amores eran ya casi las unicas que le inspiraban respeto. Esa reaccion animo a Sonsoles a sacar del bolso un telefono movil, buscar una imagen en la pantalla y ponerla ante el. Era una de esas fotos que uno se saca a si mismo junto a personas a las que quiere o de cuya relacion desea presumir o ambas cosas. Mostraba a la propia Sonsoles con un hombre que era quien debia de manejar el telefono con el que habia sido hecha la retratadura. Ambos vestian de verano, sonreian, bebian vino en un restaurante con terraza, eran felices y, por el fondo y el entorno, debian de estar en las inmediaciones de una playa de alguna de las islas orientales. El tipo era mas bien apuesto, de cabellos castanos y rizados y hermosos ojos que tiraban al gris. El afeitado perfecto, la nariz y la boca hechas de encargo, la ausencia de marcas visibles y hasta el polo color violeta hicieron a Eladio sospecharle una vida mas o menos confortable, sin demasiados contratiempos fisicos o economicos, unos padres orgullosos de haber criado a aquel muchacho tan guapo y agradable. Monroy dejo de mirar la fotografia un momento antes de que el movil entrara en hibernacion. --Se llama Diego --dijo Sonsoles. --?Y que le pasa? -- E s o e s l o q u e q u i e r o s a b e r.

  • Te encontre en la marea de Paula Rivers

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    Mi pasado se remonta tan solo a cuatro meses atras, cuando mi cuerpo llego sin recuerdos a una orilla, a la fina arena de un pueblo marinero de la costa gallega. Las olas no lograron engullirme, pero si ahogar mi memoria, ya que mis recuerdos se los quedo el mar.
    Mar, es el nombre que adopto en senal de agradecimiento al pueblo que me acoge, mientras no logro recordar el mio propio, y Brais, mi salvador, me brinda una oportunidad para escribir mi nueva historia, sin saber que mi pasado regresaria amenazando mi nueva vida.

  • Presa en la Isla de Jorge Borges

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    Soy el monstruo de los cuentos para ninos.
    El novio que ninguna quiere para su hija.
    Y el asesino a sueldo de la sociedad secreta.
    La Sociedad. La elite de Amos Millonarios.

  • El secreto de Lady Belling de Amylynn Bright

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    Lady Belling esta comprometida cuando el amor de su vida vuelve a Londres

  • Un lugar para mi de Melissa De La Cruz

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    Parece que estoy entre dos tierras, como si todo lo que hubiera hecho hasta ahora fuera una mentira. Como si me estuviera rompiendo, destrozandome. ?Quien soy? ?A donde pertenezco?
    Jasmine de los Santos siempre ha hecho lo que se esperaba de ella. Guapa y popular, ha estudiado duro, haciendo que sus padres, inmigrantes filipinos, se sientan orgullosos, y esta lista para recibir las recompensas en forma de una beca universitaria completa.
    Y entonces, todo se rompe. Una invitacion a un premio escolar nacional obliga a sus padres a revelar la verdad: sus visas expiraron hace anos. Toda su familia son ilegales. Eso significa que no hay beca, tal vez ni siquiera universidad y, sobre todo, una amenaza real de deportacion.
    Por primera vez, Jasmine se rebela, probando todas las cosas de adolescentes que nunca ha tenido tiempo de hacer. Mientras intenta darle sentido a su nuevo mundo, aparece Royce Blakely, el encantador hijo de un congresista, poniendolo patas arriba.
    Jasmine no tiene ni idea de donde encaja --si es que lo hace--, en el sueno americano. Todo lo que sabe es que no va a darse por vencida. Porque cuando las reglas con las que has vivido ya no valen, lo unico que puedes hacer es inventarte las tuyas propias.

  • El dia que dejo de nevar en Alaska de Alice Kellen

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    Un chico con el corazon de hielo.
    Una chica que huye de si misma.
    Dos destinos que se cruzan.
    Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Asi es como termina en Alaska, en un pequeno pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su unico problema es que uno de los duenos del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frio y distante, pero Heather puede ver a traves de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atras.
    Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad.
    La nieve empieza a derretirse.
    Y todo encaja.

  • Nublares de Antonio Perez Henares

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    Ojo Largo es uno de los jovenes mas destacados de Nublares, un clan primitivo que ha creado su propia sociedad. Valeroso e inteligente, Ojo Largo es demasiado independiente para aceptar las reglas sin mas, como lo demuestra su deseo por Mirlo, la mujer del brujo de la tribu.
    En esta incipiente sociedad, las pasiones humanas reflejan valores ancestrales y eternos como el amor y la lealtad, en un mundo donde la naturaleza impone sus propias exigencias.
    Pocos escritores se han atrevido con las aventuras de sus remotos antepasados prehistoricos. El escritor y periodista Antonio Perez Henares lo hace de forma soberbia con Nublares, que inicia una magistral saga.

  • Nuestros comienzos en la vida de Patrick Modiano

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    Despues de un prolongado silencio tras ser galardonado con el Premio Nobel, Patrick Modiano regresa a las librerias por partida doble con dos libros breves: la novela Recuerdos durmientes y esta obra de teatro, Nuestros comienzos en la vida, que no es la primera incursion en el genero del escritor pero si la mas ambiciosa.

  • Despertar en tus brazos, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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  • Todo lo que encontre en la ciudad de Georgia Moon

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    Elionor esta cansada de su monotona vida y decide dejarlo todo atras e irse a Londres; estudios, amigos, familia y a Eddie, su gato. Necesita un cambio, algo diferente para seguir teniendo la ilusion de despertarse cada manana y sonreir en aquella nueva ciudad. Lo que Elionor no espera es que el encuentro con la mirada azul de un joven musico en la estacion de Baker Street sera la que le hara dar ese giro en su vida, llenandola de curiosidad por el y el cuaderno que siempre le acompana, maravillandose por todo lo que escribe y por el misterio de la duena de todos sus pensamientos; la belle Marie. Una historia sobre lo que dos personas encontraron al conocerse, y el tragico desenlace de un amor olvidado en el pasado.

  • 12 reglas para vivir de

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    ?Cuales son las reglas esenciales para vivir que todos deberiamos conocer? Regla n.deg 1: mantente erguido con los hombros hacia atras., como las langostas; regla n.deg 8: di la verdad, o por lo menos no mientas; regla n.deg 11: no molestes a los ninos cuando montan en monopatin; regla n.deg 12: cuando te encuentres un gato por la calle, acaricialo.

  • Calor extremo (Serie Castle 7) de Richard Castle

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  • Mariposas en tu estomago (Septima entrega) de Natalie Convers

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    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.
    Una historia de amor autentico, un amor que no tiene fin, un amor de dos caras que solo es el principio. La novela New Adult que marca la diferencia

  • Fortunata y Jacinta de Benito Perez Galdos

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    La tormentosa relacion amorosa entre los dos protagonistas, Juanito Santa Cruz y Fortunata, incapaces de superar las dificultades que su diferencia de estatus social les impone, se desarrolla en el ambiente castizo de finales del siglo xix, presentandose, ademas, un panorama completisimo de la vida y actividades de la clase media espanola.
    Asimismo, el libro retrata de forma magistral el papel de la mujer en la sociedad, con Fortunata y Jacinta como maximas exponentes, y la hipocresia dominante en una burguesia que intenta superar su anquilosamiento, impregnada de una religiosidad asfixiante y de unas costumbres firmemente arraigadas.

  • Tinta roja, El manuscrito robado de Mercedes Pinto Maldonado

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    Lo habia tenido todo, tierras, mansiones en playas y montanas, coches de lujo, amistades importantes... todo. Siempre puso mucho esfuerzo en ser alguien y su teson y un golpe de suerte hicieron posible que alcanzara el segundo de sus suenos; el otro, el que abrigaba desde nino, no pudo ser. Pero un dia, despues de cinco anos de despilfarro y desenfreno, lo abandono la fortuna. De sopeton, un frio tres de enero se encontro en la calle, con treinta y ocho anos, unos zapatos de Gucci, un reloj Cartier, un abrigo de Armani y dieciocho mil euros en metalico que habia podido rescatar de su caja fuerte antes del desahucio. Salio de casa unos minutos antes de que llegara la policia para precintarla. Camino lentamente hacia el que hasta hacia tan solo unas semanas habia sido su imperio. Miro hacia el cielo, justo al lugar donde se encontraba su lujoso despacho, coronando el que fue su edificio de oficinas, uno de los mas altos de la ciudad. Despues bajo la vista y a un lado de la zona ajardinada que rodeaba el rascacielos encontro un banco; el banco que tantas veces habia dado orden de que lo quitaran porque a la caida de la tarde lo sitiaban los indigentes y sus mugrientas pertenencias. Daban muy mala imagen a su castillo de cristal, por la manana siempre encontraba restos de sus pauperrimas cenas acompanadas con el vino de oferta del supermercado y a poco que alguien se acercara le asaltaba el olor a orines. Durante toda su vida desprecio sus pateticas vidas, su falta de iniciativa, ese dejarse llevar sin luchar por una ilusion... le parecian la basura de la sociedad. Camino unos pasos y se sento, ahora ese era el unico lugar que podia ocupar sin que lo echaran, total, todo aquello ya no dependia de su arrogante dueno. A un lado un carton de vino volcado goteaba el jugo, que resbalo por la madera hasta llegar a su caro abrigo. No le importo; de hecho, se lo hubiese quitado de no ser porque aquella debia ser la manana mas fria que habia conocido. ?O estaba confundiendo el frio con la desolacion? La derrota, el desarraigo, la soledad y la humillacion era su unica companiar. Poco a poco comenzaron a llegar los empleados de las oficinas, cargados con pancartas y vociferando estribillos de protesta. <>, <>. Agacho un poco la cabeza para no ser visto tras el seto y espero casi una hora a que se disolviera la pequena manifestacion. Mientras sonaba la nueva banda sonora de su vida, comprendio que no habia vuelta atras. Posiblemente conservara la capacidad de remontar, de volver a levantar un imperio de la nada, pero ya no le seducia tan fatuo poder, en realidad su privilegiada situacion no le hizo feliz ni un solo dia. Recordo aquellos dias de juventud, escribiendo frente a la chimenea, que su abuelo mantenia encendida dia y noche durante los diez meses que duraba el invierno en Villafria, y le invadio una fuerte sensacion de nostalgia, sintio que de recuperar algo debia ser justamente eso: su pasion por la escritura, pero sin mas intencion que la de disfrutar. A su derecha atisbo aquel sombrio callejon, un estrecho pasadizo a la gran avenida comercial que siempre ignoro, dos ajados carteles llamaron su atencion: uno sobresaliendo de la primera planta de una antiquisima edificacion que decia <> y otro justo encima que anunciaba <>. Recordo que hacia unas semanas paso por esa callejuela y se quedo mirando el pequeno escaparate de la libreria, oscuro, lleno de polvo y con un punado de libros y libretas mal ordenados. Le parecio el inframundo de las letras, una fotografia sepia y ajada tomada siglos antes. Fue en ese lugar y ese dia cuando le parecio que alguien le hablo desde el portal que lindaba con la papeleria: <>. Se quedo paralizado, penso que aquella voz de anciana no era mas que fruto de su desesperacion, habia sido el peor de sus dias. Cuando quiso asomarse al portal se cerro de repente. Tal vez su verdadero golpe de suerte habia sido perderlo todo, o casi todo, aun tenia un buen fajo de billetes que, bien administrados, le darian para muchos meses; para su nuevo proyecto solo necesitaba papel, boligrafo, una mesa, silencio y soledad. En ese callejon parecia tenerlo todo: material, comida y cama.

  • Un amor de otra galaxia de Patricia Robledo Sanchez

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    Novela de ficcion romantico-erotica. Nos cuenta el exodo de una parte privilegiada de la humanidad, en busca de un planeta donde sobrevivir, a causa de la destruccion de la Tierra. Jane, una periodista muy audaz y Jack, el piloto, viviran una torrida relacion a bordo de la nave que se vera truncada por los acontecimientos. Nuestra protagonista descubrira los planes ocultos de los humanos poderosos, pero no podra evitar el desastre que se les avecina. Wine es uno de los seres alienigenas que recibira a los humanos y que se interpondra entre Jane y Jack, formando un triangulo amoroso con un impredecible final, tanto para ellos tres como para el resto de los humanos.

  • ?Quien le teme al lobo feroz? de Blanca Santoro

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    LA VIDA NO ES UN CAMPO DE BATALLA; o por lo menos nunca lo fue para mi hasta que conoci a mi lobo particular, entonces se convirtio en una guerra por mi supervivencia. Claro que yo no era consciente de que, con cada capitulacion, sacrificaba una parte de mi. Yo era de las que creia que todos en algun momento de nuestra vida sacrificamos algo en nombre del amor: ya sean los amigos, la familia o, hasta, el trabajo. Era una de esas normas no escritas de la vida por la que todas las parejas pasamos. Un dejar atras para poder avanzar. Sin embargo, cada vez que renunciaba a algo, perdia una parte de lo mas valioso que poseia: a mi misma.
    Claro, hasta el dia en que Alejandro se cruzo en mi camino.
    A partir de ese dia, todo cambio.

  • Una esposa para Navidad de Carolyn Connor

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    Como cada dia, Hope estaba en la cocina preparando todo lo necesario para hacer la comida. Bajo la luz de la manana, cortaba verduras mientras tarareaba y revisaba el pollo en el horno para que quedara perfecto. Le gustaba su vida sencilla y tranquila, aunque no fuera la habitual para una muchacha de su edad. La familia poseia una pequena, pero comoda casa, en un barrio situado no muy lejos del centro del pueblo. Su ubicacion les permitia tener cierta intimidad y a la vez estar cerca de las tiendas, la iglesia y el mercado. Pero Providence no era su ciudad natal. La familia Dobbs se habia mudado de Boston hacia ya casi tres anos, cuando a su padre Edward Dobbs le ofrecieron un trabajo como encargado del mantenimiento de la presa de esa ciudad. Un trabajo que les permitio empezar de nuevo y dejar atras todo el dolor que habian sufrido. A Hope no le gustaba recordar sus dos ultimos anos en Boston, le traia el recuerdo de la muerte de su madre Madelene. Una mujer dulce y buena que fallecio por culpa de unas fiebres, y que la dejo al cuidado de su padre y del pequeno de la casa: Harry, de tan solo dos anos. Desde esa tragica muerte, Hope se habia convertido en la hermana y en la madre de Harry, a pesar de que ella, por aquel entonces, solo contaba con quince anos. Ahora, cinco anos despues, Harry ya era un nino de siete anos y ella una mujer de veinte primaveras. Sabia que pronto tendria que casarse, pero estaba en una encrucijada de la que no encontraba salida. Por una parte, no podria permanecer soltera por mucho tiempo, si queria formar su propia familia; pero tampoco podia abandonar a su padre y a Harry cuando estaban tan unidos y tanto la necesitaban. Tampoco podia imponer a su futuro esposo que vivieran los cuatro juntos, al no ofrecerles la intimidad necesaria en un matrimonio. Por ese motivo, el tiempo pasaba y Hope seguia soltera. Pero ante una manana tan esplendida como esa, ningun problema parecia importante. El sol estaba en lo alto del cielo y todo indicaba que el buen tiempo del verano se negaba a marcharse. --Bueno, esto ya esta --declaro satisfecha al haber terminado de preparar las verduras. Ahora solo le quedaba esperar a que el asado estuviera y cocer las verduras que lo acompanarian. Decidida se aparto del mostrador para coger una olla cuando la puerta de la cocina, que comunicaba al patio trasero, se abrio de golpe. --?Ya esta la comida? Como si se tratara de un huracan, Harry entro en la cocina, completamente despeinado y con las ropas sucias y arrugadas. Al verlo Hope suspiro, pues era una tarea imposible mantener a su hermano limpio. --Harry, ?cuantas veces te he dicho que te limpies el barro de los zapatos antes de entrar en casa? --No lo se, han sido tantas que ya ni las cuento. A Hope le encantaba el espiritu inquieto y travieso de su hermano, aunque en ocasiones como esta lo que de verdad deseaba era estrangularle. Queriendo asustarle, Hope cogio la cuchara de palo y la oscilo delante de su cara. --Pues sera mejor que te acuerdes o la proxima vez te voy a dar con esto en el trasero. Harry la miro a la cara con ojos apesadumbrados y Hope supo que estaba perdida. Harry podia hacer todas las travesuras del mundo, pero cuando le ponia esos ojillos lastimeros estaba perdida. Y por como la observaba el granuja, este lo sabia. --?Que voy a hacer contigo? --dijo exasperada mientras dejaba la cuchara de palo sobre el mostrador. --No me has contestado. ?Esta la comida? --No, le falta media hora. Asi que aprovecha este tiempo para lavarte y recoger tu cuarto. Harry no parecio haber escuchado esto ultimo, pues se acerco a ella con una brillante sonrisa. --?Que tienes en las manos? --pregunto Hope cuando vio que su hermano mantenia las manos unidas, una sobre la otra, como haciendo una pequena prision entre sus dedos. Ensanchando la sonrisa, Harry se le acerco otro paso y alzo las manos hasta dejarlas frente a la cara de Hope. Luego, orgulloso, abrio las manos revelando un gran sapo sentado entre sus palmas, con la piel nudosa y verrugosa, ojos de color ambar brillante y pequenos dedos palmeados. --!Puaj! !Harry! --grito, alejandose de el--. ?Por que tienes eso? --Voy a hacerle una broma a papa --declaro convencido--. Tengo que buscar un buen escondite donde dejar al sapo hasta la hora de comer. --Ni se te ocurra tener esa cosa dentro de la casa. Y menos aun en mi cocina. --?Por que no? Es solo un sapo. --Por eso mismo. No puedes... --Te hace falta ese molde que esta sobre la mesa --le interrumpio Harry, pues no prestaba atencion a sus palabras. --Claro que me hace falta. --Entonces lo guardare dentro de una cacerola. --!De eso nada! La pequena criatura trato de escapar de las manos de Harry que se esforzo por mantenerlo bien sujeto. Desesperada, Hope se puso firme al no estar dispuesta a consentir que ese animal siguiera sufriendo. Por no mencionar que le daba asco. Aunque, por supuesto, no podria demostrar su animadversion por el sapo, o todos los dias se encontraria uno escondido en algun lugar de la casa. De eso estaba segura, pues solo hacia un dia que su padre, mientras comian, le confeso a Harry su miedo a estas criaturas y Harry ya habia encontrado uno para asustarle. Y solo Dios sabia de donde lo habria conseguido. --!Harry! !Saca a ese pobre sapo de la cocina! --indico Hope. Harry la observo sonriendo y haciendo que sus mejillas, normalmente rojas, se enrojecieran aun mas. Con su cabello rojo rizado, sus pecas, sus ojos verdes y sus hoyuelos, Harry parecia la viva imagen de un duendecillo irlandes. El cabello de Hope, sin embargo, era una mezcla entre el de su padre rubio y su madre pelirroja, y sus pecas ya no se le notaban tanto. Algo que ella agradecia pues, aunque eran encantadoras en su hermano, en su cara no le resultaban tan interesantes. Lo que si compartia con su hermano era su mirada de color verde jade. --?Por que no puedo tener un sapo en la cocina? --inquirio el pequeno--. Tu traes muchos animales y yo no te digo nada. Hope suspiro, luego tomo aire y conto hasta tres para tranquilizarse. --Los pollos, los peces, las perdices y los conejos son para comer, no para tenerlos de mascota en la cocina. Harry miro con asco al pobre sapo que lo observaba con ojos inexpresivos. --Entonces, ?si quiero tener al sapo en la cocina hasta que venga papa, luego tendre que comermelo? Hope estuvo a punto de soltar una carcajada, pero se contuvo y continuo mirandolo seria. --!Eso es algo asqueroso! !No pienso comermelo! --solto Harry enfurrunado. --Entonces, ya sabes lo que tienes que hac... El sonido estridente de la puerta al abrirse de golpe y chocar con la pared hizo que se callara. --Coge todo lo que puedas de valor y salir corriendo al bosque. --La voz alterada de su padre estremecio a Hope y a su hermano. --?Que pasa, papa? Edward estaba visiblemente alterado, asi como sudoroso. Parecia que habia llegado corriendo, y por la expresion de espanto de su rostro, no parecia traer buenas noticias. --Ahora no hay tiempo para que te lo explique. Solo coge lo que te he dicho y marchaos al bosque. Cuando Edward, aun en la puerta de la cocina vio que ninguno de sus hijos se movia, les grito: --!Quereis hacerme caso! Edward odio los rostros asustados de sus hijos, pero no habia tiempo para explicaciones. Si queria salvarlos debian darse prisa o seria demasiado tarde. --Por favor. --Cambio su tono de voz y se mostro mas dulce--. Tengo que seguir avisando a la gente. Vosotros solo hacerme caso. Hope asintio mientras se acercaba a su hermano. No sabia por que, pero algo en la expresion de la cara de su padre le indicaba que tenia que protegerlo. --Os quiero --senalo su padre con ojos vidriosos. Y mirando a Hope le dijo--: Cuida bien de tu hermano. Despues la sirena del pueblo comenzo a sonar y su padre se marcho dejandolos solos en la cocina. --?Que sucede? --se pregunto. Hope trepidaba a causa del miedo. Algo muy grave debia de estar pasando. Con las piernas temblando se asomo por la ventana y vio a gente apurada que salia de sus casas. Tambien observo a su padre corriendo calle arriba mientras gritaba que se pusieran a salvo en el bosque. Pero el no huia desesperado en esa direccion, sino todo lo contrario. Corria hacia la presa. --!La presa! Sin perder ni un segundo mas Hope fue hacia la habitacion de sus padres y con manos temblorosas abrio el pequeno joyero de su madre. En su interior habia un par de pendientes, un broche y un collar de perlas. Sin detenerse a pensar, metio todo en su bolsillo y regreso a la cocina donde Harry permanecia en el mismo sitio, llorando y con el rostro palido y asustado. --?A donde ha ido papa? --pregunto el pequeno. --Creo que a la presa --le contesto. Sin mas, lo cogio de la mano y tiro de el hacia el exterior de la casa. Mas personas habian salido de sus hogares y miraban freneticas a su alrededor, como si esperaran que en cualquier momento algo espantoso llegara al pueblo. Otras, sin embargo, habian decidido huir tras escuchar la sirena de aviso de la presa y corrian hacia el bosque lo mas rapido posible. El caos entre los que se quedaban parados sin saber que hacer, los que escapaban asustados y los que cargaban carros con sus pertenencias llego a ser tan grande, que resultaba dificil andar por la calle sin chocar con alguien. Hope penso si debia detenerse e informar a los menos osados para que se marcharan, pero al mirar a su hermano supo que lo unico que podia hacer era ponerlo a salvo. --Harry --llamo a su hermano para que le prestara atencion--. Ahora tienes que agarrarte fuerte a mi mano y correr lo mas rapido que puedas. Y si por algun motivo nos separamos.... --!No! --la interrumpio Harry llorando. --Escuchame con atencion, si nos separamos, corre lo mas rapido que puedas hacia el bosque y subete a un arbol. ?Lo entiendes? Harry asintio y se seco las lagrimas de su cara con la manga. --Te juro que si nos separamos te encontrare --le prometio Hope para que Harry no estuviera tan asustado. Y sin mas, Hope comenzo a correr por la calle en direccion al bosque. Mientras lo hacia, no queria pensar en la gente que se quedaba atras, ni en su padre; solo podia pensar en apresurarse y en sujetar fuerte la mano de Harry. <>, pensaba. Apretaba la mano de su hermano tan fuerte, que sabia que le estaba haciendo dano. Aun asi, no la aflojo y agradecio en silencio a Harry que no protestara ni se parara. Apenas les quedaban unos metros para salir del pueblo, cuando escucharon un fuerte y atronador crujido que resono por todo el valle. Hope estaba sin aliento, pero no se detuvo para mirar hacia atras. Ese sonido indicaba que algo horrible habia sucedido y que el tiempo para ponerse a salvo, se les acababa. De pronto, Harry tropezo y cayo al suelo. Delante de ellos estaba el bosque, y a sus espaldas, un sonido estridente que cada vez sonaba mas cerca. --Vamos Harry --le animo a que se levantara y continuara. Cuando miro los ojos de su hermano vio tanto horror y tristeza que su corazon se partio. Harry era muy pequeno, pero entendia lo que estaba pasando. Incluso, si lo pensaba con claridad, estaba segura de que todas las personas del valle ya lo sabian, pero solo unas pocas se atrevian a admitirlo y corrian hacia el bosque. --Se ha roto la presa --alguien grito tras ellos confirmando sus peores temores. El agua llegaria hasta ellos en cuestion de segundos y los ahogaria. Pero Hope no estaba dispuesta a parar, no cuando tenia que salvar a su hermano como su padre le habia pedido. Miro hacia atras y vio como una enorme ola de agua se precipitaba ladera abajo escapando de su confinamiento. Resultaba impactante observar esa enorme cantidad de agua fluyendo a toda velocidad montana abajo, sin que pudiera hacerse algo para impedirlo. A Hope le hubiera gustado gritar y que su padre la abrazara, pero no podia aflojar su determinacion. Ella era lo unico que tenia su hermano para salvarse, y aunque le costara su propia vida, estaba dispuesta a hacerlo. Con esfuerzo, consiguio mover sus pies, los cuales parecian pegados al suelo, y temblorosa cogio en brazos a su hermano y continuo corriendo. Notaba como la tierra temblaba cada vez mas y supo que la ola gigantesca estaba cerca. Ya habian conseguido llegar al bosque, pero necesitaban encontrar un terreno mas elevado. Sus fuerzas la estaban abandonando y no creia que pudiera seguir aguantando. De pronto, escucho gritos tras ella, asi como crujidos, y supo que la ola habia llegado al pueblo. Penso en todas esas personas que habia visto paradas en sus porches, con la mirada perdida. Sintio como su cuerpo se estremecia. El estruendo tras ella fue tan fuerte, que supo que la ola estaba arrasando todo a su alrededor. Casas, tiendas, personas, todo lo que conocia estaba siendo engullido por el agua. <>, se recordo. Tambien habria sido destruida y con ella... su padre. --Papa --susurro entre lagrimas al necesitarle. Temia no ser lo suficientemente fuerte para poner a su hermano a salvo. Entre sollozos escucho a Harry llorando y noto como este se aferraba a ella con todas sus fuerzas. Y lo supo. Tenia que ser fuerte y protegerlo, costara lo que costara. Su hermano solo la tenia a ella y no pensaba defraudarle. --Lo vamos a conseguir, Harry. Papa y mama nos ayudaran. Resoplando por el esfuerzo, comenzo a subir con mas brio la pendiente, hasta que vio como una pareja que corria delante de ellos se subia a un arbol. A su alrededor, otras personas optaban por seguir corriendo para alejarse lo maximo posible, pero Hope comprendio que apenas le quedaban fuerzas para continuar. Si decidia seguir corriendo, podia acabar demasiado cansada para trepar o para resistir el envite del agua cuando les alcanzara. Tenia que tomar una decision en un segundo y asi lo hizo. Se paro en un arbol robusto y alto y se dejo caer de rodillas al suelo. --Tienes que subir al arbol --le dijo a su hermano. Hope sabia que Harry treparia sin esfuerzos, pues era algo que le encantaba hacer. Sin embargo, ella con sus faldas y su cansancio, no lo tendria tan facil. --Vamos Harry --le insto, apartandole los brazos de su cuello. Tembloroso, Harry la miro y asintio sin decir nada. A Hope le hubiera gustado abrazarlo y consolarlo con palabras tiernas, pero no habia tiempo. Ahora, lo importante era salvarse, despues vendrian los abrazos. Para ganar tiempo, alzo a Harry por la cintura y lo observo subir. El rugido del agua estaba cada vez mas cerca y sabia que le faltaba poco para que los alcanzara. Los gritos ya apenas se escuchaban en la lejania, asi como tampoco se oia el canto de los pajaros o cualquier otro sonido que no fuera el del agua. Darse cuenta de que el cese de los gritos solo podia significar que la gente del pueblo ya estaba muerta, la estremecio, y le hizo desear estar en otro lugar donde la muerte no la acechara. Sin saber por que, miro hacia atras, y lo que contemplo la dejo paralizada por el horror. Providence habia sido sepultada por la gigantesca ola y solo podia verse el campanario de la iglesia. Pero eso no fue lo peor, lo que de verdad la asusto, fue ver como la ola estaba mucho mas proxima a ella de lo que esperaba. Desesperada, comenzo a subir el mismo arbol donde se encontraba Harry. Notaba como la aspera corteza danaba sus manos y como se desgarraba su ropa. Pero no le importo y continuo subiendo. Harry estaba trepando justo delante de ella, con mas agilidad. --Sube todo lo que puedas --insistio Hope, con el fin de darle animos. Sentia las manos pegajosas, pero no ceso. Continuo sin descanso cuando escucho mas gritos cerca de ella. Subio con determinacion y rezo a Dios para que los salvara, no solo a ella, sino a toda la gente que estaba a su alrededor. A los que se quedaron atras y a los que iban mas adelantados. De pronto, noto como el arbol se tambaleaba y desesperada aferro el cuerpo de su hermano. Habian llegado lo mas alto que podian y solo esperaba que fuera suficiente. --Agarrate con fuerza. --Habia conseguido su proposito. Estaban en la parte mas elevada y solo les quedaba esperar. Rezo cuando sintio el agua fria mojando su ropa y supo que el tiempo se les habia acabado. Ahora estaban en manos de Dios y solo el podia salvarlos. Cerca de ellos, vio el cuerpo inmovil de un hombre flotando en el agua y sintio deseos de gritar. Necesitando consuelo busco a la pareja que se habia subido a un arbol, y se quedo horrorizada. El agua lo habia sacudido con mas fuerza y estaba mas inclinado. Tal vez fuera, porque soportaba mas peso al tener dos personas adultas aferradas a su tronco, o porque el arbol era mas estrecho. Lo unico que Hope sabia, era que la mujer permanecia agarrada al tronco con una mano, y con la otra trataba de sujetar al hombre para que la corriente no se lo llevara. Y un segundo despues, las manos se separaron y el hombre fue brutalmente apartado de una desconsolada mujer, que tuvo que observar mientras gritaba, como su companero era empujado por las aguas contra el tronco de otro arbol. La fuerza con que fue empujado fue tan brutal, que se pudo escuchar con total claridad el crujido de su espalda al romperse. Despues, el cuerpo se alejo inmovil y laxo siguiendo la corriente. Desesperada por un poco de esperanza continuo rezando, sin perder de vista a su hermano. Si eso le sucediera a Harry, si la corriente se lo llevara, ella se lanzaria a por el sin pensarselo. No porque fuera muy valiente, sino todo lo contrario, era demasiado cobarde para enfrentarse a la vida sola. Como la mujer del otro arbol. Despues de lo que parecio una eternidad, el agua comenzo a bajar y su fuerza descendio de intensidad. El peligro parecia que habia pasado. Ahora solo quedaria descubrir quien habia sobrevivido y quien habia muerto. Hope no tenia muchas esperanzas de encontrar a su padre con vida.

  • La noche fenomenal de Javier Perez Andujar

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    El equipo de un programa de television dedicado a los fenomenos paranormales descubre que unos hechos anomalos, hasta entonces nunca registrados, se hacen realidad en la misma Barcelona desde la que emite. Al mismo tiempo la ciudad es azotada sismicamente por la meteorologia y por la repentina irrupcion de personajes procedentes de otra Barcelona, que vienen a pedirles auxilio a los integrantes de La noche fenomenal, que asi es como se llama el programa de este grupo de amigos. A lo largo de esta novela a ratos hilarante, a ratos melancolica y a ratos filosofica, el narrador presentara a cada miembro del equipo. Conoceremos, entre otros, al director, bon vivant y empenado en salvar el programa de su desaparicion; a De Diego, esceptico en todo menos en su fe en los animales inexistentes; al Jugador de Ajedrez, ardoroso activista, con su pipa apagada entre los dientes; a Paulina, conocedora de las civilizaciones desaparecidas, que prepara un monografico sobre el templo mas antiguo de la humanidad; a Ro, la guionista y coleccionista de casos de platillos volantes; a Hermosilla, editor de una revista esoterica y pusilanime para lo importante de la vida…

  • Ser competitivo de Michael E. Porter

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    La presente edicio?n, actualizada y aumentada, incluye nuevos arti?culos del autor, asi? como innovadoras aportaciones sobre la competencia en el a?mbito de la sanidad, responsabilidad social corporativa, lantropi?a y liderazgo. Porter vuelve a casar teori?a y pra?ctica con gran maestri?a, de modo que empresas, instituciones e incluso pai?ses encuentren su camino para ser competitivos.

  • El hombre perfecto (El Pacto 1) de Eva Alexander

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    Colin esta feliz con su vida de soltero. Tiene su trabajo y a su familia, en el amor no he la ido muy bien y renuncio a la idea de encontrar a una mujer con la que podria pasar su vida. Cada manana su chofer lo deja en la misma cafeteria para comprarse un cafe, aunque su secretaria ya tiene uno esperandolo. Y todo por verla a ella, la morena deslumbrante que nunca recuerda como le gusta el cafe.

  • Se curan rotos, descosidos y deshilachados de Alex Toledo

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    El arte de dar vuelta a la pagina.

  • Dos almas y un secreto de Myriam Gonzalez Britos

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    <>, dijo Selma Lagerlof. Quiza tenia razon. Quiza. El dolor enaltecia o desmoronaba por completo a un ser humano. Mutaba los colores de su esencia y transformaba su espiritu para siempre. Todos tenemos un secreto inconfesable en esta vida. Creo que incluso el propio hijo de Dios lo tuvo en su tiempo. Nadie estaba exento de el. Nadie. Yo, al igual que cualquier otro ser humano comun y corriente, lo tenia, pero muy bien guardado, bajo siete llaves. Nadie me comprendia, ni siquiera yo mismo. --Juegas con la vida y algun dia ella te hara una trampa mortal --me dijo mi padre el ultimo dia que lo vi en esta vida. El cabron habia reaccionado del mismo modo, tiempo atras, cuando le conte, llorando, que la ninera abusaba de mi todas las noches. En aquel entonces, tenia apenas seis anos. Me senti solo desde que naci, solo y abandonado por aquellos seres humanos que supuestamente deberian haber velado por mi y por mi dicha en esta vida. Jamas recibi apoyo. Jamas recibi carino. Jamas recibi un abrazo. Jamas supe lo que era ser querido. Jamas recibi un beso de buenas noches. La frialdad de mis progenitores congelo mi alma y mi corazon, y me convirtio en un hombre vacio y superficial, incapaz de sentir algo remotamente humano por cualquier otro ser vivo. Ellos murieron cuando yo habia cumplido veinte anos y, la verdad, no los echaba en falta. ?Se podria extranar lo que nunca se tuvo? Creo que no. Tras la tragica muerte de ambos en un accidente de avion --mientras retornaban de una fiesta al que acudieron como pareja tras anos de haberse separado--, comence una larga y peligrosa trayectoria de fiestas, drogas, mujeres y sexo. Mucho sexo. Perdi el control y termine esclavo de aquella vida desordenada e inmoral. El placer en mi vida era tan esencial como respirar, a veces, llegaba a pensar que podria prescindir del aire, pero no del placer. No me consideraba un sadomasoquista, ni sexopata, ni depravado sexual. Simplemente era un amante de la carne femenina. Amaba el gozo que provocaba en otra mujer y, ante todo, el dolor que pudiera causar al mismo tiempo. En todas mis parejas sexuales veia al monstruo que destruyo mi infancia. Castigarlas era como castigar al verdugo de mi historia. Mi terapeuta me decia que debia enterrar el pasado, pero ?como hacerlo? No tenia idea. El dolor que aquella mujer horrible de casi cincuenta anos causo en mi y en mi inocencia, seguia latente a pesar del tiempo y su muerte. Habia danos realmente irreparables. X Ray Dog – the vision Me conocian como Matthew Caffrey, el millonario excentrico y sin pudores. Hijo de un ingles petulante y una alemana frivola, que nunca me quisieron en sus vidas. Naci y creci en tierras germanas. Tenia treinta y cinco anos, una carrera prestigiosa, belleza, dinero y muchas mujeres. Mi vida era perfecta. El sueno de cualquier hombre; sin embargo, era un ser muy infeliz. Me sentia vacio. Sin alegria. Sin esperanzas. Sin fe. Sin metas. Sin suenos. Llevaba anos luchando contra la depresion, consecuencia de los abusos que habia padecido cuando era un candido y ufano nino. Mi mente y mi corazon no conseguian desconectarse de aquella tragica epoca, a pesar de los tratamientos y el tiempo. Me mire curioso, a traves del ornamental espejo del lavabo. Tenia todo para ser feliz, pero no lo era. El dinero compraba todo, menos la felicidad. No era un eufemismo, al menos no, en mi caso.--Necesito unos analgesicos --sisee al sentir una fuerte punzada de dolor en la cabeza. Baje la cabeza y entrecerre los ojos de golpe. De pronto, la voz ponzonosa de mi nana irrumpio mi mente como un frio y distante eco de terror: <>, repetia aquella horrible mujer de pelo rubio y rostro surcado de arrugas. Identica a las brujas malvadas de los cuentos de hadas que me solia contar tras su ritual diario de abuso. <>, dije al abrir mis ojos. Me preguntaba como hubiera sido yo, sin aquellos abusos inhumanos. ?Hubiera sido un hombre distinto? ?Feliz? ?Alegre? ?Normal? La voz de mi amigo, Albert Smith, me arranco de golpe de mi trance melancolico. --?Matt? !Ven hombre! --exclamo y decidi bajar. Descendi la suntuosa escalera de mi mansion, enfrascado en mis pensamientos mas oscuros y sombrios. --!Matt! --grito impaciente, pero no le respondi. Me arregle el sueter negro de algodon que llevaba puesto. Hice una mueca de dolor al sentir una fuerte punzada en la cabeza. --Buen dia, Matt. Mi amigo, me saludo desde la puerta ventana acristalada que llevaba al jardin colgante de Babilonia, como el solia llamarlo. Pedi unos analgesicos al mayordomo de turno, la cabeza me estaba por estallar, la noche anterior habia bebido demas. --Buen dia --le dije con una mueca de dolor estampada en la cara. Sexo, alcohol, sexo, drogas y mas sexo. Con diversas mujeres, que hoy mal recordaba sus nombres. Asi era mi vida, llena de diversiones mundanas, pero carentes de sentimientos. Nunca supe lo que era amar. Nunca supe lo que era la empatia. Nunca supe lo que era la compasion. Nunca supe, porque nunca lo senti o lo practique. Mi pasado anulo cualquier vestigio de humanidad dentro de mi. Aquellos que debian cuidarme, no lo hicieron, y creci solo, en un mundo tan hipocrita, en donde lo unico que importaban eran las apariencias. Aprendi a aparentar. A sonreir cuando en verdad queria llorar. A gritar en silencio. A rezar sin fe. A esperar sin esperanzas. Nadie acudio a mi cuando aullaba de dolor, pidiendo ayuda a las frias y duras paredes de aquel cuarto suntuoso, repleto de juguetes y muebles caros. Mis padres siempre estaban viajando y, aunque gritara por auxilio, ellos eran sordos ante mi dolor. <>, me decia mi padre antes de meterme al oscuro y frio sotano, donde me dejaba trancado por horas e incluso dias. Comia cada vez que la nana Miranda me traia algo. Su generosidad siempre tenia segundas intenciones. --Matt --decia mientras descendia las escaleras. Yo empezaba a temblar y llorar. Me arrodillaba cerca de la cama y rezaba, como mi amigo Peter me habia aconsejado. Pero, su Dios siempre estaba ocupado para oir mis suplicas. La nana me miraba con avidez, como un leon miraria a su presa tras dias sin haber probado bocado. --Eres tan hermoso, Matt --susurraba y se quitaba las ropas. Lloraba a lagrima viva, pero a ella no le importaba mi pena sino su pretension corrompida. --Si te comportas bien con tu nana, comeras estas deliciosas galletas de chocolate --me decia, con aquella expresion ladina que tanto odiaba y temia. Tenia hambre y sed. Tenia que obedecer. Lo hacia. Y tras ello, lloraba hasta cansarme y quedarme dormido sobre aquella vieja cama medieval de madera. Se preguntaran que pasaba con mi madre ?no? Ella era tan fria e inhumana como mi padre. Me habia llevado en su vientre por nueve meses, pero, tras mi nacimiento, no recordaba que haya estado ni nueve dias seguidos a mi lado. Viajaba mucho con mi padre y, algunas veces, con sus tantos amantes. Fui un accidente. Un infortunio. Una pausa. Un tiempo perdido. Un grave error. Gritaba cada vez que discutia con mi padre, mientras yo, escabullido detras del sofa, los escuchaba llorando. En aquel tiempo era un humano normal, y sentia cosas, cosas que hoy ya no. No eran efectos de mi actual vida, sino del calvario que habia padecido en pasado. --Eres un nino problematico --gritaba mi madre, cada vez que me encontraba llorando en mi cuarto. Era un nino triste y solitario, que lloraba cada vez que el corazon me lo pedia. --La nana, me obliga a hacer... --Ella siempre me interrumpia. --!Iras a un internado en Suiza! --Mama... --Alli aprenderas a ser un buen nino --zanjaba, sin escucharme ni compadecerme. La ira envolvio mi corazon, al evocarla. Hay mujeres que no merecian concebir, la mia era una. I grieve – Peter Gabriel De un momento a otro, comprendi que queria cosas diferentes, sentir aquello que alguna vez senti: emociones humanas que se habian suprimido dentro de mi por las terribles experiencias vividas en mi maldita infancia. --!?Que quieres que, Matt?! --dijo Albert, con cara de asombro al escuchar mi deseo. Lo mire con atencion, como si le acabara de salir otra cabeza. --Ya sabes que soy algo extravagante con respecto al sexo. Albert asintio sin abandonar su mueca entre divertida e ironica. --He participado de tus deliciosas y pecaminosas fiestas, amigo --dijo suavizando un poco su expresion. Bascule nervioso y con cara de pocos amigos, todo mi peso en la pierna derecha. --Hemos hecho de todo a lo largo de estos anos, Albert --musite pensativo, mientras contemplaba la exultante piscina de mi mansion--. Todo lo que Dios repudia. Albert rio de buena gana.

  • El rey de Andorra de Miguel Izu

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    Un profesor de Historia, antiguo guardia civil jubilado por invalidez a causa de un atentado terrorista, aparece muerto en extranas circunstancias en La Seu d'Urgell, a donde habia viajado para documentarse. Su mujer y su abogado acuden a la ciudad y son informados de que podria tratarse de un homicidio. A partir de ese inicio se desarrollan varias tramas que, como en una matrioshka, se contienen cada una dentro de otra. La busqueda del difunto profesor sobre la verdadera historia del efimero rey de Andorra, el supuesto aristocrata ruso que en 1934 se proclamo soberano de ese pais pirenaico; la indagacion que realiza el abogado y amigo del fallecido para conocer como sus averiguaciones sobre el rey de Andorra y los inesperados hechos que fue descubriendo, contenidos en un ordenador portatil desaparecido, le pudieron acarrear la muerte; y la investigacion oficial, que hace recaer las sospechas de asesinato sobre las personas del entorno inmediato de la victima.

  • Golpeate el corazon de Amelie Nothomb

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    Marie, joven belleza de provincias, despierta admiracion, se sabe deseada, disfruta siendo el centro de atencion y se deja cortejar por el galan mas guapo de su entorno. Pero un embarazo imprevisto y una boda precipitada cortan en seco sus devaneos juveniles, y cuando nace su hija Diane vierte sobre ella toda su frialdad, envidia y celos. Diane crecera marcada por la carencia de afecto maternal e intentando comprender los motivos de la cruel actitud de su madre hacia ella.

  • Reina Oscura de Laura Cruz

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    El mundo conocido por el hombre, estaba cambiando, las hermosas luces de los cielos, ya habian perdido su belleza, parecia que las nubes que provenian del sur, solian opacar todo lo hermoso que podia mostrarse en el horizonte. La oscuridad, la maldad y la penumbra, se estaban distribuyendo por la tierra, cada vez, abarcando mas y mas territorios. Las personas, habian comenzado a alejarse de sus asentamientos, buscando alejarse de esa oscuridad que parecia estar a punto de alcanzarlos en cualquier momento. Nadie sabia a ciencia cierta de donde emanaba tanta maldad, muy pocos conocian la verdadera razon de la generacion de largas noches que se habian hecho mucho mas extensas de lo normal. Existia la creencia, que llegaria un dia en el cual, la luz del sol no volveria a verse, y todos los cielos estarian colmados de una gran nubosidad negra, lo que daria como hecho la victoria de la reina oscura. Aquellos que habian tenido la posibilidad de estar cerca de ella, habian experimentado la frialdad y crueldad que podia emanar de lo mas profundo de su ser. Su egoismo, su intolerancia a la inutilidad, la hacian ser completamente devastadora. Hija de Jonas, hechicero oscuro de las sombras, y uno de los asesinos mas devastadores que habia dado a luz el mundo, esta chica se habia convertido en la reina oscura desde muy temprana edad. Habia asumido el liderazgo que habia creado su padre, quien habia levantado un reino tan poderoso y devastador, que ni los propios angeles, las hadas o los guerreros humanos, habian tenido la posibilidad de contrarrestar a toda la maldad que habia comenzado a destruir absolutamente todo a su paso. Muchos buscaban la gloria y la inmortalidad tratando de derrotar a los lideres de este reino, pero lo unico que conseguian era la libertad a traves de la muerte. Habia muy pocas cosas que ganaban el interes de Adea mas alla de la dominacion absoluta del mundo, desde muy pequena, habia conocido la historia de Yagoth, el monstruo de piel humana, el cual, habitaba en las profundidades de la tierra. Las historias que habia escuchado estaban vinculadas al hecho de que cualquiera que tuviese el poder de dominar a esta criatura, podria dominar absolutamente toda la tierra. El poder de devastacion que tenia, la crueldad con la que habia sido formado, lo habian llevado a hacer uno de los seres inmortales mas temidos de las historias. Pero muchos, habian llegado a creer que todo se trataba de una simple fantasia, historias que habian creado para asustar a los ninos. Pero en el corazon de Adea, existia la teoria de que todo era real, y trataban de disfrazarlo de una historia ficticia para despistar a los incautos. Siempre se habia preguntado en donde podria encontrar a Yagoth, ya que, si era tan poderoso y extremo, no entendia como era posible que los humanos hubiesen sido capaces de derrotarlo. A lo largo del tiempo, habia realizado algunas preguntas que la habian llevado finalmente a descubrir la unica forma de acceder a este monstruo, el cual, era invocable unicamente al proveerle la totalidad de la sangre de su cuerpo. Esto parecia un poco contradictorio y paradojico, ya que, Adea debia arriesgar su propia vida para poder llevar a la vida a esta criatura, la cual, se habia convertido en su principal obsesion para poder conseguir todo el poder posible que la convirtiera en la reina mas devastadora y destructiva que hubiese pisado la tierra. Con cada ano que pasaba, Adea extendia su territorio, la oscuridad de la noche, se convertia en su principal fuente de energia y poder, convirtiendose en la emperatriz de la oscuridad, algo que no podria ser contenido por absolutamente nadie. Siempre habia recibido constantes amenazas por parte de sus enemigos, pero estos, aunque trataban de combatir durante el dia cuando la reina era mas debil, aun no habian podido derrotar a su legion de criaturas maleficas y terrorificas, las cuales, eran capaces de destrozar la carne de aquellos que se interponian en su camino. Adea habia sido la lider de una gran cantidad de matanzas y asesinatos, ya que, tan solo le bastaba con levantar su dedo y apuntar hacia donde queria que fuesen sus subditos, y estos monstruos simplemente obedecian sin requerir ningun tipo de informacion adicional. Su principal objetivo era matar a los enemigos y complacer a la reina, la cual, los mantenia siempre agasajados y complacidos en un reino protegido donde siempre la bonanza habia estado presente. Durante su proceso de expansion y devastacion, Adea se habia encargado de robar absolutamente todas las riquezas de cualquier lugar que tomaba, esto, permitio que el reino oscuro se convirtiera en un lugar totalmente poderoso e imbatible, con muralla estan grandes, que se requerian de miles de hombres para poder atravesarlas. Sus ejercitos eran los mas temidos e imposibles de derrotar, y esto, fue generando la idea de que la humanidad estaba a punto de extinguirse a manos de los deseos de esta mujer. Pero muchos tenian un concepto totalmente equivocado de esta hermosa y exuberante mujer de curvas pronunciadas. Aunque era la reina, y no necesitaba absolutamente nada mas para ser feliz, al menos aparentemente, se sentia sola, abandonada, por lo que, habia encontrado un motivo para ser feliz o al menos encontrar un poco mas de satisfaccion. Si lograba liberar a aquella criatura, sentiria finalmente esa satisfaccion que absolutamente nadie le habia proporcionado, tenia sentimientos retorcidos que le proporcionaban un placer tremendo al ver como civilizaciones enteras eran devastadas por sus criaturas. La sensual reina, siempre habia recibido halagos y cortejos por parte de principes y reyes de otras tierras, los cuales, terminaban siendo torturados y asesinados debido a la personalidad tan despota y desalmada de esta reina. Aquellos que consideraban que podian conquistarla, siempre tenian que sufrir los peores dolores, y si estos eran capaces de superar estas pruebas, posiblemente entrarian en ese territorio donde la reina contemplaria su valor para poder evaluarlos como una posible pareja. Pero todos simplemente terminaban aterrorizados ante la crueldad de esta mujer, la cual, solia cubrir su rostro la mayoria del tiempo con una tunica, la cual, generaba una sombra total sobre la parte superior de su rostro, mostrando unicamente sus labios provocativos y deliciosos. Nadie habia tenido la posibilidad de probar los besos de esta mujer, la cual, sentia que tarde o temprano encontraria al companero perfecto, alguien que le diera la oportunidad de compartir esos niveles de maldad que el mundo no podia comprender. Adea se encontraba en una busqueda interior, tratando de equilibrar absolutamente todo lo que le rodeaba, ya que, sentia que tanta devastacion, muerte y destruccion, habia perdido absoluto sentido. Sus poderes se habian hecho cada vez mas indetenibles, lo que la hacia sentir absolutamente infalible e insuperable. La magia, la energia, y las fuerzas oscuras, la rodeaban de una manera unica, convirtiendola en un ser que era deseado por muchos. Uno de los hombres que mas habia imaginado la posibilidad de tener a Adea entre sus brazos era el rey Dante, quien, en multiples ocasiones, habia visitado el reino oscuro con la intencion de generar alianzas con la emperatriz. Pero Adea no estaba dispuesta a compartir su poder, tenia unas ansias muy egoistas de dominar todo ella sola, demostrarles a absolutamente todos que era una guerrera individual, que podia hacer uso de su espada maldita para arrasar con cualquier reino sin necesidad de contar con el apoyo de absolutamente nadie. El rey de las tierras verdes, Dante, era el lider de los humanos, este, habia participado en increibles guerras en las cuales, siempre se habia mostrado como uno de los mas destacados peleadores, avanzando gradualmente hacia la conquista, siendo el reino oscuro su principal objetivo para derrotar. Estas caracteristicas lo habian hecho ser el hombre mas digno sobre la tierra para poder conquistar el corazon de la emperatriz oscura, solo alguien como Dante, tenia la posibilidad de sanear ese corazon lleno de oscuridad y rencor, el cual, simplemente se habia alimentado del dolor y el sufrimiento de los inocentes. Adea se habia convertido en una especie de obsesion para este rey, el cual, no dejaba de pensar en la idea de poder conquistarla y tenerla unicamente para el. Su proxima visita estaba planificada bajo terminos completamente diferentes, y ya estaba cansado de implorarle a Adea por su amor, ya que, esta ignoraba profundamente cada uno de los halagos e intentos de este hombre por conquistar su corazon. Era momento de hacer las cosas de una manera mucho mas hostil, si a Adea le encantaba la guerra y la destruccion, era momento de llevar a los hombres hacia las tierras oscuras, y tomar finalmente este reino, el cual, no habia recibido una embestida de sus enemigos que fuese comprometedora desde hacia ya mucho tiempo. El liderazgo de Adea era magnifico, no habia forma de que nadie pudiese dominarla o reducirla, esta, siempre estaba atenta a las batallas, trazando estrategias y metodos que siempre sorprendian a sus contrincantes, pero en esta oportunidad, Adea ha perdido el enfoque totalmente. En lo unico en que puede pensar es en la liberacion de ese monstruo oscuro que habita en las profundidades de la tierra. Despues de haber consultado con hechiceros, brujas, hadas y demonios en el bosque, Adea finalmente habia encontrado las respuestas a las preguntas que habian estado dando vueltas en su cabeza. Habia encontrado la puerta para poder invocar a Yagoth, el monstruo devastador que aparentemente podia ser su aliado en esa conquista absoluta del mundo. Si lograba tenerlo de su lado, Adea podria probar un poder que le generaria un placer aun mayor del que conocia, asi que, era momento de entrar a las profundidades del bosque, completamente sola y arriesgandose a ser victima de los ataques de las criaturas salvajes de aquel lugar. Cualquier ser vivo en la tierra, podia percibir el peligro y la amenaza de esta emperatriz, a pesar de que solo era una mujer, sabian que esta podia hacer uso de la magia y de sus poderes para poder limitar a cualquier bestia feroz sin importar su potencia. La guerrera, avanza por el bosque cruzando los paisajes mas hostiles, arriesgando su vida en acantilados, atravesando algunos de los campos de hiedra venenosa con su piel totalmente rasgada ante las espinas. Evade criaturas feroces y hambrientas, se enfrenta a los embates de la naturaleza, y finalmente, habia llegado al pantano de la desolacion. Cuando Adea se poso frente a este lugar, por primera vez habia sentido esa sensacion de duda en su corazon, ya que, una vez que se adentrara en este pantano, posiblemente no tendria marcha atras. Se habia despojado de sus ropas, las habia dejado caer al suelo, ya que, una de las condiciones era ingresar sin ninguna prenda de vestir. Su figura es perfecta y absolutamente provocativa, con senos naturales que reposan de una manera simetrica y absolutamente suave, generando lineas que pueden enloquecer a cualquier hombre. Sus pezones rosados, se encuentran erectos debido al frio, mientras sus manos, se posan sobre sus muslos, dejando que su respiracion comience a calmarse. Sus pies desnudos avanzan directamente hacia el pantano, comienza adentrarse lentamente mientras el frio comienza a hacerse mucho mas intenso. Experimenta la textura desagradable del pantano, sabe perfectamente que esta entrando en un territorio totalmente peligroso, pero sus objetivos son absolutamente claros, no hay forma de que pueda renunciar a lo que se ha propuesto, ya que, el futuro de su reino y el incremento del poder depende de que mantenga el enfoque en lo que esta haciendo. Finalmente, cuando Adea estuvo lo suficientemente adentro de aquel pantano, sintio como unas manos tomaron sus pantorrillas y la hicieron descender rapidamente. Su cabeza se sumergio en las profundidades de aquel pantano, mientras tuvo que aguantar la respiracion para no ahogarse entre tanta inmundicia. El olor era desagradable, y viajaba a una velocidad tremenda hacia el fondo de aquel lugar. Todo estaba ocurriendo exactamente como lo habia sido descrito por los demonios. Adea debia ofrecerse al ciclope, y este, seria el encargado de llevarla hasta las profundidades de aquel pantano, cruzando algunas cavernas y conductos internos, los cuales, finalmente la llevarian hasta el punto en donde esta deseaba estar. Sentia las manos robustas de esta criatura tomandola con fuerza, mientras esta simplemente se entregaba sin resistirse ante los deseos de este ciclope, el cual, le habia llevado a traves de unas cavernas que finalmente la habian dirigido hacia una cueva. Finalmente habia vuelto a la superficie. Adea podia respirar nuevamente el aire, aunque el olor seguia siendo totalmente desagradable. --Has cruzado los limites permitidos. Si has venido hasta aqui es porque tienes claras tus intenciones. Dime que es lo que buscas… --Dijo el ciclope. --He venido ante ti con la intencion de descubrir si es cierto que puedo acceder al poder del demonio oscuro. --Nadie puede acceder a ese poder, al menos, no sin hacer el sacrificio. --He buscado toda mi vida por este momento, necesito acceder a ese poder tan descomunal del que hablan. Quiero sentirlo, asi que, hare lo que sea necesario... --Para poder disfrutar del poder de Yagoth, necesitaras ofrecer la totalidad de tu sangre. ?Estas dispuesta a estar tan cerca de la muerte? --A eso he venido. No me ire de aqui sin liberar a ese demonio del que tanto hablan. --Pues tus deseos seran cumplidos. --Dijo el ciclope, quien tomo una daga para caminar hacia la emperatriz. Adea pudo haber mostrado miedo, quiza, debio haberse arrepentido en ese momento, pero no se sintio amenazada por el ciclope, y dejo que este tomara sus munecas y realizara un corte limpio en cada una de ellas, comenzando a emanar una gran cantidad de sangre, la cual, cayo sobre la plataforma sagrada. Esto, genero automaticamente la apertura de una pequena compuerta, la cual, muestra las profundidades de aquella cueva. Las escaleras, se mostraban justo frente al rostro de Adea, la cual, se veia llena de dudas e incertidumbre, pero al sentir las manos del ciclope sobre sus hombros, fue guiada hasta el interior de la misma. Caminaba lentamente, y cada vez, se sentia mas debil y vulnerable. Esta perdiendo sangre durante todo el camino, sus munecas, se encuentran frente a ella, levantadas mientras traza lineas de color rojo sobre el suelo. El ciclope la guia hasta el fondo de aquel lugar, el cual, parece hacerse cada vez mas desagradable y maloliente. Adea sabe que esta en medio de una situacion peligrosa, pero no sabe si realmente podra afrontar dicha prueba. Los gritos de dolor se escuchan en el fondo de aquella cueva, son los alaridos de un hombre que parece estar sufriendo, y esto, despierta la curiosidad de la chica, la cual, acelera el paso para finalmente descubrir que es lo que esta buscando. Sus ojos comienzan a generar una vista borrosa, ya que, la perdida de sangre no es facil de tolerar. Justo antes de desmayarse, habia visto a un hombre atado a unas cadenas, era el sujeto mas fuerte y sensual que habia visto jamas, con su cabello largo, pecho de acero, biceps con la envergadura de montanas, y un rostro que parecia perturbado y lleno de desesperacion. Adea quiso seguir adelante con esto, pero su cuerpo no se lo permitio. Se sintio debil y simplemente se desplomo cayendo en los brazos del ciclope, quien la cargo para seguir adelante con el ritual. Adea no supo mas de si misma, quiza, habia sido un grave error haber entrado en aquella dinamica desconocida para ella, aunque si tenia exito le garantizaria el poder mas puro del universo.

  • Un pacto entre tu y yo de Donna Kenci

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    Pittsburgh, Pensilvania. 2007 Hay veces que un impulso, o una mala decision, te obliga a cometer errores imperdonables pero, en excepcionales ocasiones, esas equivocaciones te convierten mas tarde en una persona mejor... aunque en ese instante no te lo parezca asi. Al menos eso era lo que pasaba por mi mente mientras observaba de reojo a la directora pasearse de un lado al otro de su despacho, resoplando como un caballo y lanzandonos miradas furiosas a Ethan y a mi. Definitivamente, habiamos traspasado la frontera de lo que jamas se debia hacer. --Esto no quedara asi --gruno la senora Graham en voz baja--. Esta vez no os vais a librar del castigo que os mereceis. ?Me ois? Ethan y yo asentimos al mismo tiempo. A pesar de que el era dos anos mayor que yo y mas corpulento, parecia que aquella vieja silla lo habia encogido de tamano, engullendolo entre su tapiceria, hasta hacerle aparentar ser un nino asustadizo que espera la reganina de su madre con ojos llorosos. No habia ni rastro del adolescente rebelde y altivo que solia contestar de malas formas a todo el mundo. Desde luego, Ethan tenia mas que perder que yo. Cualquier castigo podria privarlo de lo que mas le gustaba: el hockey. Y eso era algo que el nunca me perdonaria, en caso de que la directora decidiera apartarlo de su deporte favorito. Sobre todo, sabiendo que esta vez la culpa era solo mia y de nadie mas. Bueno, al menos en parte. --Os voy a enumerar los desperfectos que habeis ocasionado, para que os hagais una idea del alcance de vuestra fechoria. --No es necesario, directora Graham --murmuro Ethan, en voz tan baja que por un momento crei que solo yo atine a escucharlo--. Los dos sabemos lo que hemos hecho y estamos muy arrepentidos. Ella lo oyo y se paro en seco. Sin embargo, prosiguio con su discurso, haciendo caso omiso a las palabras de Ethan. --Habeis destrozado la vitrina de cristal que contenia los trofeos deportivos de la historia de este centro. --Nos observo sin disimular su disgusto--. Como consecuencia, cinco de las copas se han roto y nos costara una fortuna arreglarlas. Por no hablar de los seis premios de poesia, de magnifica porcelana, que han quedado hecho anicos. Y lo peor de todo: el femur roto de la senorita Spencer, quien tendra que permanecer de baja medica durante varios meses, gracias a vuestro despreciable comportamiento. --Al instante nos senalo con el dedo indice, primero a uno y luego al otro--. ?Y bien? ?Teneis algo que decir al respecto? Contemple a un indignado Ethan y me senti mas miserable que nunca. --No, senora Graham --conteste, abatida--. Creo que hablo en nombre de los dos cuando digo que lamentamos mucho lo ocurrido y que asumiremos nuestro merecido castigo. Ethan protesto por lo bajo. Y yo quise hacerme invisible. No alcanzaba a comprender que clase de posesion diabolica se apodero de mi para llevarme a cometer semejante tropelia, si nunca fui una chica agresiva; al contrario, habitualmente huia de los enfrentamientos..., menos cuando se trataba de Ethan, claro. Lo cierto era que mi repentino arrebato nos pillo por sorpresa a todos. Y ni siquiera podia excusarme por haber recibido antes aquel insulto por parte del hermano de mi mejor amiga. Ya debia estar mas que acostumbrada a sus pullas, pues llamarme Dientes de Hierro era una de las cosas mas suaves con las que me habia agasajado su afilada lengua. No obstante, por una vez mi instinto me impulso a no quedarme de brazos cruzados e hice algo terrible: lo empuje con todas mis fuerzas. De nuevo revivi en mi cabeza la espantosa escena a camara lenta. Ethan cayendo sobre la profesora Spencer quien, a su vez, perdia el equilibrio y se precipitaba sobre la gran vitrina de cristal que contenia los trofeos. Ese pequeno rincon que suponia un gran motivo de orgullo para las generaciones que construian la historia de nuestro centro escolar. --Estoy cansada de vuestras continuas disputas. --La directora siguio paseandose de un lado al otro--. Pero esta vez voy a ponerle fin, aunque sea lo ultimo que haga y me lleve a plantearme vuestra expulsion, tal y como corresponde, debido a la gravedad de lo ocurrido. Ethan se incorporo, como impulsado por un resorte en el trasero. --Senora Graham, yo... Cuando la directora le puso un dedo sobre el torso y lo mando a callar sin pronunciar palabra alguna, el me lanzo una mirada asesina. --He dicho que eso es lo que dictan las normas del centro, no que sea mi decision final -- rectifico, antes de continuar--. No creo que expulsaros sirva de mucho, dadas las circunstancias. Los dos sois inteligentes y necesitais aprender la importancia de ponerse en el lugar del otro. Teneis que comprenderos mutuamente para poder alcanzar el grado de cordialidad que corresponde entre dos adultos; porque no olvideis que ya no sois unos ninos sin conciencia. Debeis aprender a ver la bondad en el otro. Ambos sois buenos chicos, por eso no entiendo por que os despreciais tanto. Los ambarinos ojos de Ethan se posaron sobre los mios con rabia. Yo creia saber que era lo que le motivaba a odiarme con tanta intensidad y no podia culparlo por sentirse asi, puesto que Maggie era lo que Ethan mas queria en el mundo. El nunca habia aprobado la amistad de su hermana conmigo, sobre todo cuando penso que yo era la responsable de que los dos se distanciaran. Era inutil intentar hacerle entrar en razon; explicarle que Maggie ya no era una nina y que no podia hablar con el sobre chicos, besos y citas. --... Y por eso quiero que lleveis un control por escrito de todo lo que sucede entre vosotros. --Las palabras de la directora me sacaron de mis pensamientos de forma abrupta, sobre todo cuando senti que algo pesado caia encima de mis piernas--. Nos reuniremos una vez a la semana para leer en voz alta vuestros diarios; en los que debeis anotar al menos una cosa positiva el uno del otro. --?Un diario? --se quejo mi mayor enemigo. Su expresion horrorizada me indico que lo que estaba oyendo era cierto. ?De veras la directora pretendia que escribieramos un diario? ?A nuestra edad? Pero si eso era cosa de ninos pequenos y nosotros ya asistiamos a la escuela secundaria. Vale que once anos no eran tantos, pero ?que diablos pintaba yo escribiendo tonterias en un diario? --Asi es --se reafirmo la senora Graham--. Esto os ayudara a comprender los pensamientos del otro, ya que no sois capaces de comunicaros como corresponde. --Nos contemplo a los dos por encima de sus gafas, con las cejas alzadas--. Si no quereis que os expulse, tendreis que escribir en esas paginas --senalo ambas libretas-- lo que ocurra entre vosotros; pero al menos una vez a la semana debereis dejar constancia de una accion positiva ante el otro. ?Lo habeis entendido? Yo no salia de mi asombro. Sin duda, ese era el castigo mas absurdo al que me habia enfrentado en mi corta vida. Absurdo e inutil. --?Significa eso que tenemos que hacer algo bueno por el otro una vez a la semana? -- pregunte. --En efecto, y lo anotareis en vuestros cuadernos. Todos los lunes os esperare en mi despacho tras finalizar las clases y leereis en voz alta lo que habeis escrito durante la semana anterior. Ethan emitio un sonido ahogado. --?Tendre que escuchar lo que Jane opina sobre mi? --Exacto. Pero yo seguia preocupada por la otra parte del castigo. La que, con toda probabilidad, me iba a costar mas de llevar a cabo. --Senora Graham, ?me puede explicar a que se refiere con hacer algo bueno por el otro? --Me refiero a que tendreis que esforzaros por tener un gesto amable o realizaros algun favor mutuamente. Una risa sospechosa se escapo de los labios de Ethan, lo que provoco mi ira de inmediato. --?Pretende que seamos amigos? Eso es imposible --me negue en rotundo--. Somos totalmente opuestos y jamas conseguiremos llevarnos bien. Candace Graham acerco su rostro al mio, amenazante. --Desde que asistis a esta escuela he tenido que soportar veros en este despacho cada semana, por un motivo u otro. Y con el paso del tiempo me he dado cuenta de que los castigos simples no sirven de nada con vosotros dos. Por eso he decidido que lo mejor es que seais ambos los que os preocupeis de llevaros bien y trateis de comprenderos, si no quereis terminar expulsados del centro. --Entendido, profesora Graham. El muy capullo de Ethan parecia aliviado con el castigo, algo que me saco de quicio. Finalmente se habia salido con la suya al no ver afectada su posicion como capitan del equipo juvenil de hockey. En cambio, los dos sabiamos de sobra que el se las ingeniaria para no cumplir con el castigo o buscaria la forma de continuar fastidiandome de alguna manera. Y asi me lo confirmo con su penetrante mirada de suficiencia. De nada servia sentirme culpable por lo ocurrido, ya que a Ethan le daban igual mis sentimientos; asi me lo habia demostrado una y otra vez desde que nos conocimos siendo tan solo unos ninos de no mas de cinco anos, cuando su familia se mudo a vivir a la casa de al lado. --Pues esto es todo. Confio en que esta vez vuestro castigo funcione, y no me volvais a defraudar. Os espero el lunes proximo. --Si, directora --contestamos casi a la vez. Parecia que incluso estabamos en sintonia, pero no era asi. En absoluto. --?Estas contenta? --me susurro mi detestable vecino al pasar por mi lado. En cuanto salimos del despacho de Candace Graham, Ethan me hizo un gesto obsceno con su mano por detras de la espalda, mientras se alejaba silbando por el pasillo del Instituto. --Imbecil --murmure en voz baja. Sin esperar mas tiempo, me sente en uno de los bancos y comence a escribir en mi nuevo cuaderno, volcando en el toda la furia que albergaba en mi corazon: <>.

  • Juguete para dos de Noa Xireau

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    ?Puedes partir tu corazon por la mitad?
    Carlos no puede evitar hacerse esa pregunta cuando, a punto de comprometerse con la mujer de su vida, se topa con un chico joven y vulnerable al que siente la necesidad de proteger y. meter en su cama.
    Por mucho que trate de huir, sabe que le toca tomar una decision: elegir entre Eva, la mujer capaz de hacerle rogar y ponerse de rodillas, y Gabriel, la criatura desvalida que ha vuelto su mundo del reves y logra que aflore su lado mas protector.
    Sin embargo, no siempre es facil escapar de la realidad ni la razon es la solucion para todo. Cuando menos se lo espera, la situacion le explota en la cara. Eva y Gabriel cruzan sus caminos y descubren todo el pastel.
    No quedara sitio en el cielo ni en el infierno en el que Carlos pueda esconderse cuando Eva saque la fusta con su sonrisa mas perversa y Gabriel lo mire con esos ojos de angel que le hacen perder la cabeza.
    Solo queda una pregunta por responder: ?Quien sobra de los tres?

  • Los ojos de la muerte, Eba Martin Munoz de Eba Martin Munoz

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    Cuando la joven Natalia abandona el orfanato para reunirse con un padre totalmente desconocido, no se podia imaginar que la verdadera pesadilla estaba a punto de comenzar para ella. A traves de los diarios de su madre muerta, descubrira una realidad que llevaba oculta largo tiempo. Los fantasmas despiertan y una oscura amenaza se cierne sobre ella hasta que abandona el hogar.
    Anos despues, la pesadilla volvera a comenzar. Solo que, quiza, esta vez no haya escapatoria.
    1.La Muerte ha regresado.
    2.Tiene hambre.
    3.Te esta buscando.
    4.No la mires a los ojos.
    5.Si tu ventana aparece abierta, !huye!

  • Un perverso encanto de Candace Camp

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    Ella es demasiado puritana, a el le gusta transgredir las normas sociales, pero tendran que trabajar juntos para vencer aquella fuerza oscura.
    A Lilah Holcutt le disgusto Constantine Moreland desde el primer momento en que lo vio. Tal vez fuera guapo, pero tambien frivolo, brusco, impulsivo y, lo peor de todo, un libertino. Pero, cuando el hermano gemelo de Con se caso con la mejor amiga de Lilah, ella empezo a verlo mas de lo que le habria gustado. Y, cuando las hermanas de Con sufrieron un misterioso secuestro, la propia curiosidad y terquedad de Lilah terminaron por imponerse, de manera que se encontro comprometida a fondo con la investigacion de Con.

  • Trenzas de papel de Emma Kelsen

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    “Nadie lograra silenciar un corazon que se alimenta de suenos”
    Basada en hechos reales

  • El principio del mal de Nadia Noor

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    Max Trent es un joven abogado que trabaja en un prestigioso bufete y, harto de las humillaciones de su jefe, le planta cara y presenta su renuncia consiguiendo su liberacion, pero de camino a casa sufre un terrible accidente que lo deja sumido en un coma durante meses.
    Al despertar, se encuentra que el rumbo de su vida ha cambiado por completo y no sabe como adaptarse a su nueva realidad. El psicologo que lo esta tratando le aconseja hacer un viaje a un destino paradisiaco junto a su mujer para comenzar de nuevo y el, con tal de recuperar el tiempo perdido, acepta sin mas.
    Bianca Borowski rompe su noviazgo cuando conoce y se enamora perdidamente de Max. Su felicidad se ve truncada en el momento en el que, en una excursion a la selva, es secuestrada. Durante el cautiverio, su verdugo le hace pensar que el hombre que encargo su secuestro es nada mas y nada menos que su propio marido.
    El principio del mal es una novela llena de intriga, accion y suspense que no podras dejar de leer hasta descubrir quien es el culpable. ?Podra perdonar tal acto por parte de la persona que mas ama?, o ?por el contrario conseguira averiguar cual es la verdad?

  • Provocame (La chica del servicio 1.5) de Patricia Geller

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    Decepciones, dolor y abandonos... Cada fracaso de Matt Campbell era un duro golpe para el. Sus vivencias lo marcaron de por vida y por ese motivo hoy era el hombre en el que, con cada desengano y fracaso, se habia convertido. Diecisiete anos atras... Como cada dia, Matt se levanto, responsable, para arreglarse e ir al colegio. Le extrano no ver a su mama preparandole el desayuno. <> No le faltaba de nada... En realidad si, lo mas importante: el carino y el afecto de aquella mujer. No tenia padre, Antonio Salgado los habia abandonado sin llegar a conocer al pequeno. Algo que habia hecho mucho dano a Elisabeth, la madre de Matt, y que, sin tener culpa alguna, el habia pagado por ser un hijo no deseado... un bastardo. Al entrar en la pequena cocina todo estaba desierto. Un escalofrio le recorrio la espalda, pero quiso convencerse de que no sucedia nada malo… No iria al colegio, no, la esperaria, aunque aquello nunca antes hubiese ocurrido. El se creia mayor, con doce anos decia que era el hombre de la casa, y se valia por si mismo, al no tener en quien apoyarse. Por obligacion, maduro antes de lo que le correspondia. Tras horas esperandola, acurrucado en el sofa, Matt entendio que su madre se habia marchado, que lo habia abandonado. Al ser consciente de la soledad que lo acechaba y lleno de una rabia que nunca antes habia sentido, tiro y golpeo todo lo que tenia a su alrededor. --!Vuelve! --grito, partiendo una silla en dos--. !No me dejes! Pero dejo de luchar cuando unos brazos lo rodearon desde atras. --Tranquilo, chico. Eran los de servicios sociales, que se lo llevaban con ellos al no tener Matt a nadie que se hiciera cargo de el. Con la mente nublada por la impotencia, se solto y se defendio como pudo, buscando el modo de no ser arrastrado a un lugar desconocido para el. Ahi empezo a ser agresivo y nunca mas lo supo cambiar. Fue su forma de dar salida a su rabia, su dolor. Los segundos... ... minutos... ... horas... ... y dias en el centro de acogida fueron horribles, alli experimentaba unos cambios de humor que solo conseguian trastornarlo cada vez mas. Pero los vivia en silencio, por temor a que pensaran que algo no iba bien en su cabeza. --Matt --lo llamo una de las trabajadoras, a la que el no miro. Seguia desolado--. Pronto tendremos noticias para ti, tranquilo. No dijo nada, encerrado en la habitacion, con su companero Denis. Poco tiempo despues, volvio a pertenecer a una familia: los Campbell, un grupo solido y unido. William y Karen, sus padres adoptivos, y Roxanne y Eric, sus hermanos, lo miraban con ternura, ilusionados con la llegada del nuevo miembro. --Ya estas a salvo --le susurro su hermana Roxanne, la pequena, acercandose a el--. Y ya te queremos, ?verdad, mama? --Claro que si, cielo. Eric, el mayor de los tres, le enseno un coche de juguete. --?Vienes? --No --contesto Matt--. Dejame. --Venga, chicos --intervino William, el padre, acariciando el cabello oscuro del recien llegado--. No lo agobieis. Mas tarde jugara con nosotros. Pero Matt estaba roto y sabia lo dificil que seria para el volver a querer a una persona como habia venerado a su madre biologica. El temor de que lo abandonaran lo acompanaba siempre. Se volvio inseguro, lleno de miedos, herido, incluso acabo siendo otra persona. Le dio igual la familia Campbell, hasta que empezo a quererlos. No soportaba no sentirse amado, se sentia frustrado cada vez que veia que Karen y William salian sin el. Necesitaba ser una sombra pegada a ellos. --Carino, volvere dentro de unas horas --le dijo Karen, carinosa, destapando un yogur de fresa para el--. He de ir a una comida, pero te prometo que volvere pronto. --?Y si no vuelves? --exclamo Matt. William miro a su mujer preocupado--. !No me abandoneis! Karen se lamento en silencio. --Chis --lo consolo William, abrazandolo contra su pecho--. Tranquilo, yo me quedare en casa. Vamos a jugar con tus hermanos. Cinco anos despues... Matt Campbell acababa de cortar definitivamente con su primera y unica relacion amorosa. Desgraciadamente para el, ella no significaba nada. Se habian conocido el ano anterior, durante sus vacaciones en Espana, pero Amanda queria mas de lo que Matt podia darle. Sin embargo, tras recibir un mensaje alarmante de ella, acudio una vez mas a la playa donde quedaban muy a menudo... y se le cayo el mundo encima al ver lo que vio. --?!Que haces!? --chillo descompuesto, corriendo por la arena. --Matt... La voz de Amanda sono amarga, acompanada de lagrimas desesperadas. Estaba de rodillas, tenia cortes en las munecas y le suplicaba con la mirada que la ayudara. Tambien se sentia sola... y habia intentado suicidarse. --No me dejes, Matt --sollozo. --!Basta, Amanda! --Se arrodillo a su lado y se desgarro la camisa para vendarle las heridas y llevarla al hospital--. Por favor, !basta...! No me atormentes asi. --Es por ti... --El aparto la cuchilla--. Te quiero, Matt… por favor. Esa chica le recordaba lo duro que era amar a alguien, lo destructivo que era el amor. El la apoyaria y cuidaria, pero no podria soportar estar siempre pendiente de ella, como Amanda necesitaba. Matt Campbell era consciente de como empeoraba su situacion. Con los anos, se habia habituado a su nueva familia, pero en su interior sufria cambios espantosos. En menos de cinco minutos, tan pronto reia como lloraba o gritaba. De la euforia pasaba a la tristeza mas absoluta... No sabia por que se comportaba asi, pero desde la adolescencia, esas reacciones se estaban volviendo habituales en el. <> Tiempo despues, y tras buscar desesperadamente una salida, decidio acudir a profesionales. Y ahi tuvo la primera y dolorosa confirmacion. --Lo siento --le dijo el especialista--. Le aconsejo que su familia lo sepa, sobre todo su pareja. Para que lo entiendan y ayuden en esta dificil enfermedad. Pero el se nego a hacerlo. Tras salir de la consulta, se encerro aun mas en si mismo. Mantuvo el diagnostico en secreto y ni siquiera a su familia le hablo de su tormento; un serio problema que cargaba el solo. Por otra parte, no lo acepto. No se puso en tratamiento. Doce anos mas tarde... Matt era ya una persona adulta, cerca de cumplir veintinueve anos, y una vez mas la vida le daba un duro golpe. Miro a su novia, o a la que lo habia sido hasta ese momento, y contemplo a su mejor amigo, Sam... Juntos... La repulsion dio paso a la ira. Desesperado, estrello el puno contra la pared como habia hecho tantas otras veces, destrozandoselo. --!Cerdos! --Los traidores se habian quedado mudos--. !Confiaba en vosotros! Un golpe y otro. Su mano sangraba una vez mas, ?cuantas magulladuras llevaba ya...? El dinero que habia conseguido con esfuerzo, al montar su propia empresa, lo movia todo a su alrededor. Nadie lo queria por el, tristemente, si por su riqueza. --Matt --susurro Alicia--, puedo expli... --!Callate! Sam la silencio tirandole del brazo. Conocia a Matt y sabia que no se calmaria hasta desahogar su agresividad contra cualquier objeto o consigo mismo. --!No quiero volver a veros! --escupio, yendose defraudado. No le dolia por Alicia, porque nunca la habia amado. Pero habia sido una buena companera que lo aceptaba con sus multiples cambios de personalidad, sin saber que se escondia tras ellos... Tampoco lo preguntaba. !Maldito dinero! <> Sin embargo, se juro no volver a confiar en nadie y mucho menos en una mujer. Lo habia hecho con su madre biologica y esta lo abandono. Mas tarde, la llegada de Amanda a su vida le recordo lo malo que era el amor al ver como la chica se destruia por tenerlo. Y ahora Alicia y Sam. ?Cuantos mas lo defraudarian? Endurecio su corazon y se juro aborrecer a las mujeres y utilizarlas como hacian ellas con el. Pero el destino a veces es muy traidor... Al llegar a su casa y encerrarse en su despacho, una chica de cabello castano con reflejos rubios y unos ojos grises transparentes y osados cruzo la puerta con desverguenza. Sin pedir permiso y mirandolo sin pudor alguno de pies a cabeza, se planto dentro con una bandeja en la mano. <> Matt Campbell se agito en la silla, trastornado. ?Quien era aquella descarada que lo habia alterado nada mas verla? --Stone, Gisele Stone --se presento orgullosa--. La nueva chica de servicio. <> Antes muerto. Aunque aquella faldita lo estuviera tentando y su cabeza le gritara la palabra <>, jamas querria a Gisele Stone para otra cosa que no fuera sexo, y asi se lo haria saber.

  • El sexto sentido (Ordinales 4) de Phavy Prieto

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    Cuarta obra de la Saga Ordinales.

  • En el frio invierno de Olivia Chloe

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    Esas Navidades iban a ser muy diferentes para Sonia. Sus padres ya no estaban y la soledad seria su companera.

  • Todo Por Sentir de Vega Manhattan

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    Valeria puso los ojos en blanco cuando leyo lo que decia el papel pegado en la puerta del ascensor: "Fuera de servicio por reparaciones". Hacia casi un ano que vivia en ese edificio, trescientos tres dias para ser mas exactos y ese dichoso cachivache habia funcionado ?cuanto? ?Once dias a lo sumo? Porque ella no era la propietaria de la vivienda, era una simple arrendataria, que si no... Iba a pagar la cuota de la comunidad Rita la cantaora. Por reparaciones decia... ?Reparaciones para que o que? ?Como iba a estropearse algo que nunca funcionaba? Valeria miro la escalera que la conduciria hasta su casa y resoplo. Sesenta y nueve escalones que tendria que subir cargada como una mula. Y con tacones. ?Por que no aprendia? Porque era idiota, asi de simple. Ese dia habia salido temprano del trabajo, Sergio le habia mandado un mensaje mientras ella iba de camino a casa cancelando la cena de esa noche porque tenia guardia. Asi que ya que tendria que pasar la noche del viernes en el sofa, viendo alguna pelicula, se le ocurrio pasarse por el supermercado. Solo para comprar un par de cosillas, algun que otro capricho para ver una comedia romantica en condiciones. Lo que termino convirtiendose en: "Tira de tarjeta porque no tienes tanto efectivo en el monedero. Ni efectivo ni en la cuenta, ya que estamos. Y no, no pienses ahora en que tendras que pagarlo el mes que viene. Mucho menos se te ocurra dejar las cosas ahi y salir corriendo. Por Dios, !que verguenza!" Pero era lo que tenia ser mileurista y estar a final de mes. No tenia una ni para pipas. Y ya podia haberse quedado asi pero no, su enferma y obesa mente habia ganado la batalla con una sencilla pregunta que se habia repetido una y otra vez: "?Que dano te va a hacer un capricho?" Si solo fuera uno... Maldiciendose a si misma, comenzo a subir los escalones. Solo son cuatro pisos, tampoco es para tanto, se dijo. Y ademas, ya deberias estar acostumbrada. Ni tanto... Uno... Dos... Tres... Crac. No se metio la hostia del ano de milagro cuando el tacon del pie derecho se rompio. En ese momento tenia que estar pitandole el oido al dueno del piso, a su mujer y a toda su familia de como lo estaba insultando. Solto todo, se quito los zapatos, los metio en una de las bolsas y continuo escaleras arriba. --Me cago en mi estampa --refunfuno cuando iba por el peldano cuarenta. Se paro a tomar aire y coloco mejor las bolsas que ya le estaban cortando la circulacion de las manos. Con cuidado de que la bandeja con los pasteles no sufriera ningun dano... Y si, es lo que pensais, no habia podido evitar pararse en la pasteleria y seguir quemando tarjeta alli. En fin... Ya quedaba menos. Habia que seguir. --?A quien demonios se lo ocurrio la brillante idea de alquilar un cuarto? --gruno un momento despues, cuando solo le quedaba un piso por subir y sentia que los pulmones le quemaban. Ignoro, como no, el letrero fluorescente que se encendio dentro de su mente y que iluminaba su imagen dando la respuesta a su pregunta porque, evidentemente, solo a ella se le podia haber ocurrido. Pero claro, tenia ascensor, ?como iba a imaginarse que casi nunca funcionaba? Y ya ni hablemos de que la palabra ejercicio no iba con ella. Y no es que fuera vaga, claro que no, ella hacia ejercicio de vez en cuando. Solo que... Cansarse por cansarse lo veia una tonteria. Bastante cansada era ya la vida de por si. --Solo dos mas... --llegaria a su casa, soltaria las bolsas, cogeria uno de los pasteles y se lo comeria tumbada en el sofa-- Uno mas... !Por fin! Con la lengua casi fuera, aligero el paso hasta su destino. Ni el Jorobado de Notre-Dame habia caminado nunca tan encorvado. Llego a la puerta de su vivienda, solto algunas bolsas para poder buscar las llaves en el bolso, pero la puerta se abrio, Valeria se incorporo como pudo y... --!!!Vamos a morir todos!!! No, no os preocupeis, esto es una novela romantica. No iba a morir nadie. Y no seria por falta de ganas. Porque... A tomar por culo los pasteles. Tras el portazo de la loca de la vecina y de gemir cuando vio como la bandeja perfectamente envuelta de la pasteleria caia al suelo, Valeria cerro los ojos con fuerza. Mierda, los pasteles no. Silvia, su companera de piso y quien habia abierto la puerta, echo un rapido vistazo y fruncio el ceno. ?Que habia comprado esa loca? ?Medio supermercado? Eso olia a drama existencial. Quizas sentimental. Pues otro drama mas… Levanto la mirada hasta su amiga, quien apretaba los parpados con fuerza y tenia sus labios convertidos en una fina linea y supo que estaba a punto de explotar cual olla a presion. --Val... --susurro Silvia. Su voz sono calmada y suave, como si le estuviera hablando a un animal salvaje a punto de embestir. Lo que no era una comparacion exagerada para cuando se trataba de Valeria. La mayoria de la gente la definia como una mujer tranquila, con una paciencia infinita, super dulce y educada. Claro que eso era de cara a los demas. Pero quienes la conocian bien, sabian que tras esa mascara de serenidad, la andaluza escondia un genio de los mil demonios y conocia mas tacos que un camionero. Y si, porque seguramente era asi, venia de mal humor por tener que subir a patitas y a eso se le sumaba el grito de la desquiciada anciana que vivia al lado y que habia destrozado, mas directa que indirectamente, su racion de azucar... Valeria no tardaria mucho en echar humo. Y en otro momento a Silvia no le habria importado. Hasta la habria animado a soltarlo todo. Como le decia siempre: mejor fuera que dentro. Pero teniendo en cuenta que no estaba sola y que existia la posibilidad de que ardiera Troya cuando viera quien la acompanaba... Aunque Silvia esperaba poder mantener la situacion bajo control. Porque Valeria era un amor. Otra cosa es que estuviera mas pirada que su vecina, pero que era un encanto, lo era. Menos cuando se encontraba como en ese momento. O con ciertas personas. Silvia suspiro, se agacho, cogio la bandeja del suelo y miro a Valeria. --Val --insistio. Valeria cogio aire lentamente, abrio los ojos, miro a su amiga y le hizo un gesto con el dedo para que no dijese nada. Dio un paso hacia delante, Silvia pestaneo varias veces, se aparto y la dejo pasar. Error, penso al reaccionar y ver hacia donde se dirigia. --Val, espera --Silvia dejo la bandeja encima del aparador de la entrada para intentar parar a su amiga, pero no llego a tiempo. Ella ya habia retirado la cortina y habia abierto la puerta del balcon. Cogio aire y... --!!!Juro que algun dia la matare!!! --grito a todo pulmon. Silvia puso los ojos en blanco y una risita a su izquierda la hizo suspirar. Miro a su hermano, apoyado en el marco de la puerta del pasillo, con los brazos cruzados y observando, divertido, a Valeria. Pues empezamos bien, penso Silvia. Su amiga iba a matarla, estaba segura. O moria, lentamente, a manos de Valeria o, en el "mejor" de los casos, su amistad terminaria para siempre. --Val --volvio a llamarla, esperando a que ya hubiese terminado con el drama y que le hiciera un poco de caso. Estaba deseando terminar ya con todo eso. La muerte, cuanto mas rapido, mejor. --Maldita vieja de los demonios --gruno su amiga--. A ver si se quema en el infierno. Pues no, no ha dejado el drama, aun esta bien metida de lleno en el, penso Silvia. A ver si deja el complejo de Scarlett O'Hara. Valeria respiro varias veces intentando calmarse. Esa mujer la tenia hasta la coronilla. Un dia de estos iba a sufrir un ataque al corazon con los sustos que se llevaba. Y antes de morirse ella, moriria la vieja. Mas de una vez se habia preguntado por que su alquiler era mas bajo que el de los demas vecinos del barrio. La respuesta era simple. Entre el desastre del ascensor y la desquiciada mental que vivia al lado, o pedian un bajo precio por el o el dueno tendria que regalarlo. Si ella lo hubiese sabido a tiempo, no estaria alli. Pero se entero demasiado tarde. Cuando ya se sintio mas relajada o, al menos, con mas control de si misma, se giro mientras levantaba su mano para quitarse el pelo que le cubria parte de la cara y se quedo paralizada cuando se dio cuenta de que no estaban solas. Habia otro par de ojos pendiente a ella. Un par de ojos que ella conocia bastante bien. Joder, ?que hacia el alli? Lentamente, el se incorporo, descruzo los brazos y se quedo mirandola fijamente. --Max --la sorpresa en su voz mientras le daba un rapido repaso al dueno de esos preciosos ojos grises. Senor, si que habia mejorado con los anos. Y nunca hubiera pensado que eso fuera posible, siempre fue perfecto. Al menos para ella. Max tenia algo especial. Un rostro bastante masculino, unas facciones duras que parecian haberse senalado con los anos, aumentando su atractivo. Alto, atletico pero no en demasia, con ese rostro serio que a veces iluminaba con una sonrisa picara y ese pelo castano tan bien peinado. Ese pelo que ella habia sonado mas de una vez con revolver. Claro que nadie sabia eso, solo eran fantasias de nina tonta. ?Verdad? --Valeria --la voz de ese hombre casi la hizo temblar. Si, sin duda era el. Y a lo de las fantasias de cria mejor no iba a contestar. Valeria sintio como su rostro se tenia del color de la grana. Un inmenso calor le subio hasta la cabeza y quiso morirse alli mismo por la verguenza y por la ira que estaba comenzando a crecer en su interior. Al final iba a morir ella antes que la vieja chiflada. Pero no lo haria sin matar antes a su amiga. Con ganas de querer degollarla, miro a Silvia, quien la observaba con las cejas enarcadas, sin, al parecer, sentirse preocupada. Aunque las apariencias suelen enganar. Mas bajita que su hermano y mas rubia, pero con la misma sonrisa burlona que tenia el, le devolvia la mirada sin el menor atisbo de preocupacion. Y deberia de tenerlo. --?Que? ?Apetece un pastel? --pregunto Silvia, con retintin. A Valeria lo unico que le apetecia en ese momento era que la tierra se la tragase. Capitulo 2 Hacia como una hora que Max habia llegado a casa de su hermana. Se sentia extrano alli, pero se adaptaria, solo necesitaba un poco de tiempo. Y ganas. Pero eso no le faltaba. Tenia. Y muchas. Le habia costado un poco, sobre todo porque siempre habia sido muy independiente. Pero habia terminado aceptando la ayuda de Silvia. Al menos por un tiempo. Como le habia repetido su hermana hasta la saciedad, era el momento de comenzar de cero. Y que mejor manera de hacerlo que dejando toda su vida atras o, mejor dicho, lo poco que quedaba de ella y luchar por tener una nueva oportunidad. Para ello tenia que marcharse lejos de todo y de todos. Y por eso estaba alli, en el piso que su hermana compartia, mirando, divertido, como Valeria estallaba. Habia cruzado el salon como si de una exhalacion se tratase, Max apenas habia podido pestanear. ?Y que hacia descalza? A saber... Apoyado en el marco de la puerta del pasillo que conducia a las habitaciones del pequeno y antiguo piso donde se encontraba, se cruzo de brazos y espero, intentando no soltar una carcajada, a que la amiga de su hermana terminase con el drama. A saber la de calamidades que habria sufrido durante el dia para llegar a eso... Y si, era ironia. Porque el la conocia bien. Sabia como era. ?Como no hacerlo con la cantidad de horas que habia pasado en su casa desde que era pequena? El se habia encargado, ademas y en mas de una ocasion, de provocar ese caracter. Senal de que la conocia bastante bien. Hacia anos que Max no tenia contacto con Valeria y aunque sabia, por fotos que habia visto, que habia cambiado mucho fisicamente, parecia, mirandola desde atras, que el cambio habia sido mayor de lo que las imagenes mostraban. Cuando se diese la vuelta y pudiese dejar de mirarle el trasero, lo confirmaria. ?Y que demonios hacia el mirandole el trasero? Ni el lo sabia. Como tampoco entendia a que se debia esa repentina excitacion que el estaba sintiendo. Pero es que ella no parecia la misma. Y ese impresionante culo tampoco parecia el suyo. ?O es que siempre lo habia tenido asi y el no se habia dado cuenta? Pues habia perdido el tiempo, porque vayas nalgas mas perfectas. Max resoplo mentalmente por sus pensamientos. Joder, que era la amiga de su hermana. Era casi como una hermana porculera para el. Porque molestar, lo habian molestado siempre las dos. El no podia verla de otra manera que esa. No, no podia ser, no estaba tan desesperado como para llegar a eso, ?verdad? Que va, solo era la sorpresa de verla tan... Tan... Dejalo, se regano a si mismo. Despues de removerse un poco, incomodo por el rumbo que habian tomado sus pensamientos, se obligo a mantener la misma postura relajada. --Val --insistio su hermana. --Maldita vieja de los demonios --fue la respuesta de esta, Max enarco las cejas, divertido--. A ver si se quema en el infierno --en ese momento el solo queria reir. Ella y su caracter. Unos segundos despues, sacandolo de sus elucubraciones mentales, Valeria comenzo a darse la vuelta y el no pudo evitar que sus ojos volaran desde su culo hasta sus pechos. Joder... Graso error. El aire se le atasco en los pulmones. Madre de Dios. ?Realmente era Valeria? Enfadado consigo mismo, ignoro a su mente y puso todo su empeno en mantener su postura distendida y en que su rostro no mostrase la sorpresa que se habia llevado. Porque se la habia llevado. Esa no parecia la misma chica que el conocia. Claro que el nunca la habia visto como una mujer en si. Era... La amiga de su hermana. Y lo sigue siendo, dijo una voz en su mente. Pero no es lo mismo, penso. Y por Dios que no lo era. Lentamente, sin prisa, Max levanto la mirada hasta que sus ojos se posaron en el rostro de esa mujer. Ella retiraba el pelo que le tapaba parte de la cara en un gesto controlado. Max no pudo evitar que una sonrisa torcida se formara en sus labios cuando Valeria dejo sus facciones al descubierto. Si, era ella. Y estaba preciosa. Siempre lo habia sido, eso no podia negarlo. Porque tonto no era, hasta eso habia llegado. Una cosa es que nunca la hubiera mirado como a una mujer y otra que no supiese reconocer una cara bonita. Y Valeria siempre habia sido guapa. Pero esa vez habia algo mas en ella y Max no podria explicar que era. No era solo que su cuerpo... No. Esa morena de abundante y rizada cabellera tenia algo especial. ?Tal vez sus espectaculares labios? ?Esa pequena y delicada nariz, tan perfilada y perfecta? ?Ese cuerpo del pecado? Joder, no sigas por ahi, gimio mentalmente. Era mejor no pensar en ello o iba a vivir un momento bastante incomodo, ya estaba comenzando a apretarle el pantalon por la zona de la entrepierna. Fue entonces cuando ella parecio notar su presencia y lo miro. Max se encontro con ese par de ojos que, por primera vez en su vida, casi lo dejan sin aliento. Y no tenia ni idea de por que. Conocia a esa chica y por mucho que hubiese cambiado, no era normal la reaccion que estaba teniendo su cuerpo. La culpa la tenian esos ojos, seguro. Habia algo en ellos, un brillo especial. Perturbado, Max cambio de postura, separandose del marco de la puerta y descruzando sus brazos. Le mantuvo la mirada mientras ella le daba un buen repaso. Porque habia hecho eso, ?verdad? Oh, si. Sutilmente pero lo hizo, lo cual no sabia por que, pero le hacia sentirse muy satisfecho consigo mismo cuando vio como sus mejillas se tenian de rojo. Eso significaba que habia aprobado el examen. Y que estaba mas pirado que la vecina tambien. --Max --joder, no, gimio el mentalmente, una voz sexy no. Esa no era su voz. Ella... Mierda, no recordaba su voz, pero ella nunca habia dicho su nombre de esa manera. Debia estar alucinando y todo era culpa de su mente calenturienta, seguro. Todo era por el viaje, estaba agotado y no pensaba con claridad. Si, tenia que ser eso porque no era normal que hasta su voz lo hiciese pensar en lo que no debia. --Valeria --respondio el, dando gracias a Dios porque la suya sonase controlada. Porque ver el rubor en sus mejillas no estaba ayudando demasiado a parar su enfermiza mente. Para, Max, recuerda por que estas aqui. Como si en ese momento eso fuera a aliviarle la calentura que tenia... Pues deberia, se recrimino. Como si fuera tan facil... Los enormes ojos negros de Valeria volaron rapidamente hasta Silvia y la miraron, enfadada. Mierda, penso Max, lo que faltaba. Eso solo puede significar que... Max iba a matar a su hermana. Mira que se lo habia imaginado, pero prefirio pensar que no iba a ser tan tonta como para callarselo. Pues al parecer su hermana era mas tonta de lo que podia llegar a imaginar. Lentamente, el hizo lo mismo que Valeria y desvio su mirada hasta Silvia, a quien parecia darle igual ocho que ochenta. --?Que? ?Apetece un pastel? Max no tenia ni idea de a que venia eso, pero suponia que tampoco importaba demasiado. --?Y bien? --continuo Silvia al ver que nadie decia nada y nerviosa por sentirse el centro de atencion en ese momento, claro que no lo demostraria-- ?Un pastel? Pesadita con el pastel, penso Max, poniendo los ojos en blanco. --?Un pastel? --la pregunta de Valeria fue hecha con tanta suavidad que Max sabia que era la calma que precedia a la tormenta. --Si, azucar rica --confirmo Silvia. --?Te refieres a uno de esos deliciosos dulces que con tanto carino he elegido? --Claro que si --Silvia afirmo con la cabeza. --?Uno de esos que se han destrozado cuando se han caido al suelo por culpa de esa vieja demente que, un dia no muy lejano, Dios mediante, le hara compania a San Pedro? --pregunto relajadamente, haciendo reir a Max cuando lo entendio todo. El habia escuchado, como lo habria hecho todo el barrio, el alarido de la vecina no mucho despues de que Silvia fuese a abrir la puerta al escuchar como Valeria llegaba. Su hermana le habia contado que su vecina estaba un poco mal de la cabeza y algunas anecdotas para que estuviera al tanto. Lo que no le habia contado, siendo lo unico que importaba, es que la tercera persona implicada en todo aquello aun no tenia ni idea de por que estaba el alli. Juro por Dios que la matare, penso, imitando a Valeria. Porque a el no le apetecia vivir, en primera persona, el incomodo momento en el que su hermana se lo contase. Valeria podia decir que no y mandarlo lejos o, lo que creia que era aun peor, podia decir que si por puro compromiso, teniendo en cuenta que siempre se habian llevado un poco... Max no diria que mal, pero tampoco bien del todo. Porque Valeria tenia genio y a el le gustaba chincharla de vez en cuando. Le divertia y ella no se lo tomaba demasiado bien. Aparte de eso, tampoco hubo mayores problemas. Hasta ese momento, porque la ereccion que esa mujer estaba provocando en el si era un problema. Y de los gordos. Por todo eso, Silvia tenia que haberlo hablado con ella antes de ofrecerle su ayuda. --Precisamente esos, si --Silvia afirmo repetidamente con la cabeza, refiriendose a los pasteles de los que Valeria hablaba. --Claro que si --Valeria comenzo a mover la cabeza a la misma vez que su amiga-- No importan que esten destrozados. --Si --seguia afirmando Silvia--. Digo no --nego rapidamente con la cabeza--. !Claro que no! --exclamo, porque ?que iba a decir? Ya la estaba mareando y eso no deberia pasar, solia ser ella quien sacaba a Valeria de sus casillas. Pero claro, habia que tener en cuenta que era ella la que debia un par de explicaciones. Max miraba el intercambio de las dos y no puedo evitar sonreir. Nunca cambiarian... --Pero estan destrozados --repitio Valeria, poniendo cara de pena. Entonces el movimiento exagerado de negacion de Silvia paro. Fruncio el ceno y se mordio el labio inferior. --Bueno, a lo mejor podemos salvar alguno. --?Por que deberiamos de hacerlo? --?Porque te apetecen? --Tambien me apetece el helado de vainilla con nueces de pecan que compre y se convertira en batido a este paso --Silvia abrio los ojos de par en par y Max solto una risita, sabia que era el helado favorito de su hermana --. Como me apeteceria saber que hace el aqui. Como siempre, directa al grano, penso Max. Y aunque la pregunta habia sonado brusca, el no pudo evitar sonreir de nuevo. La conocia un poco, lo suficiente para no tomarselo a mal. --?Vainilla con nueces de pecan? --Silvia se habia quedado en eso. --Lo probaremos si la vecina no nos ha robado antes la compra. --Oh, !eso no! Mi helado no, porque !mato a la vieja! --grito Silvia mientras corria hacia la puerta para meter las bolsas de la compra en casa. Max solto entonces una carcajada cuando noto el ambiente mas relajado. Valeria sonrio y miro a Max. El no pudo evitar devolverle la sonrisa, le habia gustado ese gesto casi mas que chincharla. ?Desde cuando no le sonreia asi? Es mas, ?lo habia hecho alguna vez? El ya ni lo recordaba, pero no le importaria que lo hiciera cada dia. --?Que haces aqui? ?Vacaciones? Max medito su respuesta unos momentos. --Podria definirse asi --con una sonrisa burlona, se acerco a ella. --!?Me vais a ayudar o que? Valeria resoplo y refunfuno algo como "Te ayudare a que tambien tu vayas a saludar a San Pedro" o algo asi entendio Max y rio mientras la veia desaparecer. Se quedo mirando su trasero de nuevo. Madre mia... Se maldijo a si mismo y fue tras ella para ayudarlas. Ya tenia bastantes problemas en la vida como para anadirle uno mas. Asi que tenia que mantenerse bien alejado de Valeria, por su salud mental y esperaba que su reaccion fisica solo fuese producto de la sorpresa o iba a terminar completamente jodido. --?Y bien? --Valeria dejo la bolsa que habia cogido encima de la encimar-- ?Me va a explicar alguien que esta pasando? --Claro --respondio Silvia y se quedo callada. Y es que Silvia no tenia ninguna prisa por contarle a su amiga que era, exactamente, lo que estaba haciendo Max en su casa. La prueba de ello es que habia tenido un par de semanas para decirselo, antes de que el llegara y no lo habia hecho. ?Para que?