• libro la buena esposa - Meg Wolitzer

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    Joan Castleman, mujer de un famoso escritor norteamericano, acompana a su marido a Helsinki, donde posiblemente le den un premio literario casi tan importante como el Nobel. Ya en el avion, el lector se entera de que pase lo que pase, despues de toda una vida juntos, ha decidido dejarle. Esta harta de el y de su egolatria. Al mismo tiempo empieza a rememorar como lo conocio en la Universidad donde era uno de sus profesores y como acabo casandose con el despues de separarse de su mujer anterior y de una hija pequena a las que abandono. Tambien ella ha tenido dos hijos con Joe, pero no se llevan bien con su padre. En un texto muy agil, tipico de Wolitzer, se van desarrollando dos temas paralelos: el triunfo literario de Joe y su pasion por las mujeres, y la frustracion creciente de una mujer que, de joven, queria convertirse en una gran escritora.

  • La buena esposa (Contemporánea) Tapa blanda - Libros

    https://www.amazon.es/buena-esposa-Contempor%C3%A1nea-Meg-Wolitzer/dp/8490654786

    La buena esposa (Contemporánea) : Wolitzer, Meg, de Hériz, Enrique: Amazon.es: Libros.

  • LA BUENA ESPOSA | MEG WOLITZER | Casa del Libro

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    10 oct 2018 — Sinopsis de LA BUENA ESPOSA. Joan Castleman, mujer de un famoso escritor norteamericano, acompaña a su marido a Helsinki, donde posiblemente ...

  • LA BUENA ESPOSA | JILL ALEXANDER ESSBAUM

    https://www.casadellibro.com/libro-la-buena-esposa/9788426403292/3095139

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  • La buena esposa - Meg Wolitzer - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Wolitzer-La-buena-esposa/82470

    Críticas (5), citas (11) extractos de La buena esposa de Meg Wolitzer. Una lectura fácil y entretenida, ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • La buena esposa | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/es/literatura-contemporanea/30528-libro-la-buena-esposa-9788426403292

    Más de un siglo después de la publicación de Madame Bovary y Ana Karenina, Essbaum demuestra en su primera novela que aún queda mucho terreno que cubrir ...

  • LA BUENA ESPOSA · WOLITZER, MEG - Libros - Tipos Infames

    https://www.tiposinfames.com/libros/la-buena-esposa/45155/

    Joan Castleman, mujer de un famoso escritor norteamericano, acompaña a su marido a Helsinki, donde posiblemente le den un premio literario casi tan ...

  • LA BUENA ESPOSA - MEG WOLITZER; ENRIQUE DE HERIZ

    https://www.agapea.com/Meg-Wolitzer/La-buena-esposa-9788490654781-i.htm

    Comprar el libro La buena esposa de Meg Wolitzer, Alba Editorial (9788490654781) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra librería online Agapea.com; ...

  • Meg Wolitzer - La buena esposa - Generación Reader

    http://generacionreader.blogspot.com/2018/11/meg-wolitzer-la-buena-esposa.html

    20 nov 2018 — Harta de ejercer el papel de esposa complaciente, Joan rememora los ... lacerantes que algunos párrafos de este libro), La buena esposa es ...

  • La buena esposa - Alba Editorial

    https://www.albaeditorial.es/ficcion/contemporanea/la-buena-esposa/

    Descripción. Joan Castleman acompaña a su marido, un famoso escritor norteamericano, a Helsinki, donde recibirá un prestigioso premio literario.

  • Libro La buena esposa, Meg wolitzer, ISBN 9788490654873 ...

    https://www.buscalibre.es/libro-la-buena-esposa/9788490654873/p/53222280

    Libro La buena esposa, Meg wolitzer, ISBN 9788490654873. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros importados, ...

  • Amor en llamas de Lorena Fuentes

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    Graduarse de la universidad a los veintidos anos y, al mismo tiempo, recibir su sentencia de divorcio con el hombre a quien amaba y que era el padre del nino que llevaba en su vientre, no fue una situacion facil para Amelia.
    Pero tiempo despues de aquella mala experiencia y de llevar una vida tranquila trabajando en el Call Center del 911, surge entre ella y un bombero, al que conoce solo por telefono, una conexion que no logra entender.
    Inexplicablemente, la voz de Vaquero logra brindarle seguridad y tranquilidad, pero el vinculo que mantiene con Derek, su exesposo, comienza a complicar su existencia.
    Lorena Fuentes nos trae una novela de autoconocimiento en la que Amelia comprendera en que consiste la felicidad y lo que significa realmente ser consumida por las llamas del amor, no sin antes ser traicionada.

  • Cuando la Luna llora de Chiki Fabregat

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    Tras la muerte de la abuela de Cora, la familia se traslada a vivir a Covanegra, un pequeno pueblo semiabandonado con fama de maldito y cargado de leyendas. De golpe, Cora se ve obligada a dejar atras toda su vida, su universo en la gran ciudad: deja su instituto, a su mejor amiga, a su novio No entiende que sus padres hayan optado por vivir en un lugar que expulso a su abuela tachandola de bruja, asi que se empenara en hacerles cambiar de opinion. Sin embargo, no es tan facil escapar del embrujo de Covanegra. Cuando sale la luna, comienzan los suenos, y las pesadillas.

  • Duncan (Escoceses 2) de Emma Madden

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    Le encantaba estar en San Sebastian, en casa de la familia Aramburu, mas aun para ejercer de madrina del primer hijo de su mejor amiga, el pequeno James, que era un bebe precioso. Levanto la vista de su plato y observo a la orgullosa mama, Andrea, sentada a la cabecera de la gran mesa junto a su marido, mientras no perdia de vista a su bebe, que a esas horas de la tarde ya estaba agotado de la atencion excesiva, y los mimos y los carinos de parte de todos sus familiares y amigos. Vio como al fin se levantaba y lo cogia en brazos para llevarselo dentro de la casa y respiro mas tranquila, porque se estaba agobiando de verlo de brazo en brazo como si fuera un trofeo o un peluche. Le sonrio a la abuela materna, que le indico la tarta para que se la comiera, y asintio pensando en escurrirse discretamente tambien porque necesitaba descansar y echar, a ser posible, un suenecito. Hizo amago de levantarse, miro al frente y se encontro de pleno con los ojos oscuros y enormes de ese tio, Duncan Harris, mirandola como si fuera algo suyo. Sin querer fruncio el ceno y el le sonrio con su talante habitual. Tiro la servilleta encima de la mesa, se giro y desaparecio de alli antes de acabar rompiendole un vaso de champagne en la cabeza. -?Ines?, ?va todo bien? -?Que? -se giro para mirar a Andrea y ella la observo en silencio con su bebe en brazos-. Estoy bien, ?que tal tu? -Bien, voy a subir a mi cuarto para darle el pecho. ?Seguro que estas bien?, no has abierto la boca en todo el dia. -?No? -No. ?Quieres contarme algo? Con todo el lio de gente y... ?Ines? -?Que? Dio un paso atras y se la quedo mirando sin hablar, porque hacia semanas que queria contarle algo, pero en ese preciso momento ya no le apetecia nada. Respiro hondo y observo al bebe, que era rubito y tenia unos ojazos azules muy inteligentes. Era igual que su padre, y por un segundo penso en lo feliz que haria a Andrea esa circunstancia, es decir, que su precioso hijito fuera identico al amor de su vida. Trago saliva decidiendo que era idiota por pensar eso, hizo amago de abrir la boca para decir algo, pero su amiga la interrumpio, ahorrandole un monton de explicaciones. -Sube conmigo, me acompanas mientras come y asi charlamos, ?quieres? -No, Andy, mejor hablamos luego. Estoy super cansada, solo necesito una siesta y estare como nueva. ?Vale? -Vale, pero... -Amor, subo contigo. Yo tambien necesito un respiro -Andrew aparecio por su espalda, se adelanto, le quito al nino y se lo comio a besos subiendo las escaleras-. ?Andy? -Si, ya voy -volvio a mirarla a ella y le acaricio el brazo-. Cuando se vaya la gente nos tomamos algo tranquilas y charlamos, ?ok? Hasta ahora. -Hasta ahora. Le sonrio y los observo subir hacia su cuarto con un poco de alivio, porque no queria abrir la caja de los truenos, al menos no ese dia, y giro hacia la parte trasera de la casa donde le habian dejado una habitacion para ella sola. Entro y cerro con pestillo antes de tirarse encima de la cama y cerrar los ojos pensado en todo lo que le venia ocultando a Andrea, la unica persona a la que jamas habia mentido o escondido algo en toda su vida, desde hacia ya demasiado tiempo. Desde todo punto de vista era inadmisible, pero no habia podido evitarlo, porque en el fondo le daba mucha verguenza. Verguenza contarle lo que estaba pasando y verguenza porque no eran unas crias y ya no estaban en edad de andar enredando con tios y amorios absurdos que no iban a ninguna parte. 1 -Anularemos todos los conciertos hasta nueva orden, esto ya es una pandemia y no podemos oponer resistencia... ?Duncan? -?Como? -Miro a su manager a traves de Skype y se dio cuenta de que estaba mas disperso de lo normal-. Disculpa, ?como dices? -Que anularemos todos los conciertos. -Ok, era lo previsible ?no? -Pues si. ?Que piensas hacer tu?, ?donde te vas a quedar?, porque seguramente habra que pasar un confinamiento y sera largo, al menos eso dicen. -Me quedo en Edimburgo, alli tengo el estudio y estoy cerca de mis padres por cualquier cosa. Tu no te preocupes. -Vale, estaremos en contacto. -Por supuesto, Billy, y relajate, ya recuperaremos los conciertos. -Vivien... -Vivien se queda en Londres, en su casa. Nos organizaremos perfectamente. -Muy bien, buen viaje. -Gracias, adios. Billy Ripley, su manager, uno de los mejores y mas famosos del mundo de la musica, le colgo con cara de preocupacion, por supuesto, porque anular veinte conciertos hasta nueva orden era una putada y una perdida de dinero considerable, pero para eso estaban los seguros y su capacidad infalible para rehacer la agenda llegado el momento. Ademas, todo lo que estaba pasando escapaba de su control, asi que no podian hacer nada. Nada salvo tranquilizarse. Todo el planeta estaba alertado por una alerta sanitaria de dimensiones biblicas y ellos no podian resolverlo, esa era la unica realidad, por lo tanto, mas les valia mantener la calma y meterse en sus casas, que era lo que tocaba. Ya volverian a hablar de conciertos y grabaciones de discos, entrevistas y posados de revistas. Ya regresarian a la normalidad, esa normalidad que lo tenia medio loco viajando constantemente y trabajando como un condenado. Si en el fondo hasta le venia bien un paron obligatorio, decidio, estirando las piernas y cerrando los ojos, oyendo a lo lejos como su ahijado, el pequeno James, se ponia a llorar un poquito. Se incorporo y miro hacia el final del jet, donde el unico dormitorio disponible del aparato continuaba con la puerta cerrada. Se lo habia cedido a Andrew, a Andrea y al bebe para que viajaran mas comodos de vuelta a Edimburgo, y la idea de tenerlos tan cerca lo reconforto, porque le encantaba esa familia que habia formado su mejor amigo y a la que consideraba practicamente suya. Se repantigo en su asiento y penso en el bautizo que acababan de celebrar en Espana y en los dos dias estupendos que habian pasado alli. Le encantaba ir a San Sebastian donde la familia de Andrea, de soltera Aramburu, tenia un caserio muy bonito. Le encantaba el ambiente del Pais Vasco, de Donostia, porque en el fondo le recordaba a Escocia, y le encantaba, sobre todo, estar con la familia y los amigos en un marco seguro y acogedor donde a nadie le importaba que fuese famoso, a nadie se le ocurria pedirle selfies o autografos, y donde era uno mas. Solo uno mas de los dos mejores amigos de Andrew McAllen, el afortunado escoces que se habia casado con la preciosa hija pequena de la familia hacia justo ocho anos. La feliz parejita, que habia superado no hacia mucho tiempo un bache enorme en su matrimonio, eran para el el ejemplo a seguir, el matrimonio mas unido que conocia, su pareja favorita, y ahora encima lo acababan de convertir en el padrino de su primer hijo, asi que no podia estar mas contento, ni mas orgulloso. Por eso les habia organizado una fiesta estupenda para su bebe y habia procurado que todo fuera perfecto, maravilloso e inolvidable, y creia, sinceramente, que lo habia conseguido. Salvo por algun detalle que otro, todo habia salido rodado, y eso lo hacia sentir muy satisfecho. Lastima que ese detalle que no habia acabado de encajar le arruinara una parte importante de la diversion. Un escalofrio le recorrio la espalda y se sento mejor pensando en los ojazos verdes de Ines Allard, la mejor amiga de Andrea. Esa tia espectacularmente guapa que en publico no le dirigia la palabra, aunque llevaran tiempo teniendo algun que otro escarceo sexual que a el solia afectar mucho mas de lo conveniente. Se conocian desde hacia anos, porque era la amiga inseparable de la mujer de su colega inseparable, asi que se venian tratando desde hacia una decada, y siempre le habia gustado, aunque ella lo mirara a el como a una especie de cucaracha con Sindrome de Peter Pan, o eso le habia soltado una vez, cuando habia intentado entrarle a saco en una fiesta. Ines Collette Allard Quintana, hija de padre frances y madre espanola, era de Madrid como Andrea, habian estudiado juntas desde la primaria y se querian como hermanas, pero eran muy diferentes. Mientras Andrea era una chica con mucho caracter, pero esencialmente muy dulce, Ines se mostraba al mundo como una depredadora sin alma que triunfaba lo mismo en el trabajo que en su vida personal. Era muy segura de si misma, acababa de cumplir los treinta y tenia un puesto muy importante en una cadena de hoteles. Hablaba como seis idiomas y tenia carrera y master y un curriculo impecable. Es decir, era diametralmente opuesta a las mujeres que el conocia, a las que estaba acostumbrado a conquistar con un chasquear de dedos, y ese hecho lo ponia a cien, para que lo iba a negar. Le sacaba diez anos, asi que cuando la habia conocido le habia parecido una cria con infulas, pero el tiempo habia demostrado que tenia talento y era muy lista. Era una luchadora nata, una guerrera y una malhablada, y eso le encantaba. Desde el minuto uno, no habian tenido demasiada sintonia, porque ella los miraba a todos, desde Andrew pasando por Ewan hasta el, como una panda de asaltacunas. El tenia treinta y tres anos cuando Andrew se habia casado con Andrea, una alumna suya de la universidad, de solo veintitres anos, que lo habia vuelto loco de amor en cuestion de semanas, asi que Ines los observaba con distancia, pero pasado los anos las edades empezaron a dar igual y comenzaron a alternar mas y a reirse juntos, y a charlar, hasta que el le habia tirado los tejos y ella se habia puesto hecha una furia. Desde ese mismo momento la cosa empezo a ponerse tensa y cuando, hacia unos tres anos, una crisis tremenda entre Andrew y Andrea los habia pillado juntos en Edimburgo, tristes y frustrados por sus amigos, y habian pasado de consolarse a darse un beso e inmediatamente a echar un polvo desaforado en su casa, el asunto se habia vuelto muy inestable, explosivo, y su relacion, otrora cordial, se habia convertido en un pequeno infierno. Desde entonces los Andys (Andrew y Andrea) se habian separado, se habian reconciliado, se habian quedado embarazados y habian tenido a James, a la par que ellos se veian, se lanzaban pullas, discutian y acababan en la cama. En ese orden. Orden que se volvia a repetir si el lograba coincidir con ella en alguna parte del mundo porque, obviamente, nunca respondia a sus llamadas y rechazaba todas sus invitaciones. Ella se resistia, el insistia y terminaban echando unos polvos memorables, porque tenian una quimica excepcional, eso si, en el mas absoluto secreto, porque nadie sabia, ni imaginaba, que eran amantes ocasionales. Asi llevaban unos tres anos y calculaba que se habian acostado solo una treintena de veces, y acostar era mucho decir, porque normalmente era un "aqui te pillo, aqui te mato", sin cortejos, ni preliminares, ni siquiera una cama, y luego si te he visto no me acuerdo, porque ella solia acabar enfadada y jurandole que eso no volveria a pasar. Le hacia mucha gracia esa actitud suya, porque sabia que, si se cruzaban, fuera donde fuera, no podrian evitar lanzarse el uno en los brazos del otro. Estaba predestinado y era una gozada, porque estaba buenisima y era una fiera. Ines era una mujer espectacular y a veces insoportable, pero a el le gustaba, y llevaba ya mucho tiempo resignado a que lo ignorara en publico o lo tratara fatal, eso era parte del juego, y lo ponia hasta cachondo. Lastima que la cosa se hubiese desmadrado bastante mas de lo necesario durante el bautizo de James. Ambos eran los padrinos del bebe, todo apuntaba a que seria un fin de semana estupendo, pero ella habia aparecido la noche previa al evento en su hotel de San Sebastian para ponerlo de vuelta y media porque se habia enterado de que se estaba acostando con una colega suya de Nueva York. -Me parece perfecto que te tires a medio planeta, pero no te acerques a mis companeras de trabajo y mucho menos les cuentes que te has acostado conmigo. ?Sabes lo cotillas que son en mi empresa? -le habia soltado en el hall del hotel, un minuto antes de salir hacia un restaurante donde habia organizado una cena prebautizo con los mas allegados. -No se de que me hablas. -?Brittany Strong?, ?rubia, alta y con unas tetas enormes?. Te la presente yo, Duncan, no te hagas el ingenuo conmigo. -Si, la veo cada vez que paso por Nueva York, pero nunca le he hablado de ti. No le hablo a nadie de ti, lo tengo prohibido, ?recuerdas? -Pues ella dice que le contaste nuestro "rollo", cuando yo no tengo ningun rollo contigo, asi que, por favor, no andes soltando sandeces por ahi, porque me pueden perjudicar. -?Perjudicar?, ?por que? -No quiero que la gente cotillee sobre mi vida privada. -?Que vida privada?, ?tienes vida privada? -!Vete a la mierda, tio! Le habia soltado antes de girarse para dejarlo plantado en medio de la recepcion del hotel, aunque si se habia presentado en la cena para cumplir con la familia, y luego se habian ido de juerga, pero no le habia permitido ni acercarse. Y al dia siguiente, antes del bautizo, cuando intento dialogar y templar los animos, habia sido aun peor y habian acabado la fiesta sin mirarse, ella seria y callada, con la escopeta cargada, cuando en realidad lo que seguro le apetecia, el lo sabia bien, era echar un buen polvo contra el capo de un coche. -Hola, capullo. -Andy, tio, ?que tal? -salto y observo como su amigo se le sentaba enfrente. -Ya vamos a aterrizar. -Si, ?Jamie y Andrea? -Ahora vienen. -Lo he oido llorar. -Desperto con hambre, como siempre, es un gloton impaciente. -Se nota que es escoces -Andrew asintio sonriendo y luego lo miro a los ojos. -?Asi que tendras que cancelar todos los conciertos?, lo he leido en Internet. Es fantastico que el avion tenga WiFi, ?no? -Casi todos los aviones van incorporando el WiFi, hermano. Tu es que vives en el siglo XIX. -Afortunadamente -le sonrio- ?Es verdad lo de las cancelaciones? -Si, por la pandemia, pero en realidad no me importa. Necesito un descanso. Tengo que componer y este tiempo de reclusion me vendra de perlas. -Estupendo entonces, aunque no para tus fans. -Los aplazaremos y pronto les daremos otras fechas. No hay de que preocuparse. -Vale y ?que paso con Ines? -?Ines?, ?por que? -levanto las cejas con cara de inocente y Andrew se encogio de hombros. -No se, Andy esta preocupada, dice que os estabais peleando justo antes de la ceremonia y como Ines termino yendose sin despedirse, pues... -Lo que le hace falta a esa amiguita vuestra es un buen polvo -sonrio y oyo como el comandante anunciaba que estaban a punto de aterrizar. -Siempre tan politicamente correcto, chaval. -Politicamente correcto o no, tengo razon, creeme.

  • Guardame el secreto de Carol Martin

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    Yo, lo unico que tenia que hacer, era cubrirle las espaldas a mi mejor amiga. No necesitaba en mi vida mas complicaciones pero, muy a mi pesar, accedi a ayudarla para que enganara a su pareja, quien, ademas, era mi empleado.
    Nunca podria haberme imaginado que ese hombre llegaria a convertirse en alguien mas para mi y que, ahora, quienes teniamos que guardar un secreto, eramos nosotros.

  • Ladrona de besos de Fanny Ramirez

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    Ariadna tenia un pasatiempo de lo mas pintoresco y ese era robarle besos a Marcos. Este se fue volviendo adicto a cada beso inesperado, uno, dos, tres, once besos fueron suficientes para caer irremediablemente.

  • Toda una vida para recordar de Nuria Pradas Andreu

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    Con solo dieciseis anos, Sophie Simmons deja a su familia para ir a Los Angeles durante la Gran Depresion persiguiendo un sueno: trabajar como dibujante en Disney Studios. Pronto descubrira, sin embargo, que no es un mundo para mujeres. Y asi, entre amores y desamores, encajando los golpes que le da la vida, Sophie luchara hasta el final en medio de una epoca convulsa que marcara un antes y un despues entre los profesionales de la animacion de principios del siglo xx.
    Toda una vida para recordar es una novela con una protagonista femenina decidida, un entorno historico fascinante y una lograda mezcla de personajes de ficcion y de la vida real.

  • Esclavos del honor de Raul Borras San Leon

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    La epopeya de los heroes del sitio de Baler.

  • En el pais de la nube blanca de Sarah Lark

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  • Y acompasar nuestros pasos por la acera de R. Freire

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    Nuria se tenia por una chica tranquila, poco amiga de aventuras y estrictamente heterosexual. ?Por que, entonces, no trato de escabullirse cuando descubrio que Daniela era su esperada cita a ciegas? ?Era solo curiosidad lo que sentia? ?Como se explicaba que aquella hermosa joven pareciera comprenderla mejor que ningun hombre?

  • Ikigai esencial de Ken Mogi

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  • Distintas formas de mirar el agua de Julio Llamazares

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  • El ermitano del Rey de Julio Manuel De La Rosa

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    A punto de redactar testamento, Benito Arias Montano encuentra un papel olvidado con un nombre escrito: Desiderii. Desiderii es Erasmo de Rotterdam y ese papel le recuerda la voluntad perdida de haber elaborado una biografia sobre el maestro humanista.
    El que fuera capellan de Felipe II comienza asi un viaje en el que nos habla de unos anos cruciales para la historia y el pensamiento de la Europa del siglo XVI.
    El concilio de Trento, la redaccion de la Biblia Regia o los oscuros pasadizos por los que se deslizaba la Inquisicion Espanola son algunos de los acontencimientos que rememora este gran humnista espanol, al mismo tiempo que abre las puertas de ese paraiso personal que fue la pena de Alajar (Sierra de Aracena, Huelva), portal de sus recuerdos mas intimos y sus reflexiones sobre filosofia y alquimia.

  • No puedo fiarme de ti de Sophie Saint Rose

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    La necesidad y la desesperacion llevaron a Jeanine Patterson a Dobbs Hill, pero sabia que no hacia lo correcto al buscar a esa parte de la familia para pedir ayuda. Su madre se lo habia advertido claramente.
    Todo lo que veia a su alrededor era tan idilico... Pero Greyson no la queria alli y no dudaba en dejarselo claro cada vez que tenia oportunidad.

  • Salitre de Diana G. Romero

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    Cuenta la leyenda que una joven sirena quiso saber lo que era sentir emociones humanas. Para ello, tuvo que adentrarse en las profundidades marinas y aceptar un intercambio. Cambio su corazon helado por uno fragil, inestable... humano. Para ello, tuvo que dar algo a cambio. Algo que afectaria al rumbo de su existencia. Esta es la historia de Natalia, la hermana de Alex, en su busqueda por conocer el amor. Una busqueda que irremediablemente cambiara no solo su destino, sino tambien el de Alex, Alba y Alvaro. Si te quedaste con ganas de mas sobre los protagonistas de Marejada y Sizigia, esta historia es para ti. Eso si… el rumbo de los acontecimientos, como la marea, es totalmente impredecible.

  • Ahora a tu lado de Anna Crenwood

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    Cuando su jefe y amigo Stefan Dunant se empeno en cosechar su propio vino, Monique Caruso jamas se imagino que esa nueva aventura de Stefan le traeria a ella consecuencias y mucho menos de las del tipo que despues de nueve meses lloran toda la noche y todo el dia.
    Tener hijos no estaba en sus planes, pero cuando conocio a Bruno de la Vega, no pudo reprimir el intenso deseo que se establecio entre ellos desde que se miraron por primera vez.
    Ahora ahi estaba ella, esperando sola el nacimiento de su hijo, y por primera vez en mucho tiempo se sentia sumamente dichosa.

  • De Vuelta Al Inicio de Dani Capdevila

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    Pese a que ya habia estado buscando alguna vez por el despacho del papa, tal y como le ordenaron, Hugo aun no habia sido capaz de hallar ningun indicio de ese plan del que le hablaban sus superiores. La puerta se abrio. --?Ya esta todo dispuesto? --pregunto el papa. --Si, su santidad. Todo listo. --Entonces ha llegado el momento. Me puede gustar mas o menos, pero no queda otra alternativa. Al escuchar aquellas palabras, el cuerpo de Hugo se estremecio. Un hormigueo le subio por la columna vertebral. <>, pensaba mientras tragaba saliva para contestar. --Si usted lo estima preciso, seguro que es el deseo de Nuestro Senor. --Asi es, hijo mio. Asi es. --?Quiere cambiarse? --No hay tiempo --contesto el papa--. Lo hare en el aeropuerto. A traves de las amplias vidrieras de su despacho, contemplaba la plaza de San Pedro. Siempre le invadia la tristeza cuando, caida la noche, la veia vacia. El bullicio de la muchedumbre que habitualmente se formaba en ese lugar le reconfortaba. Le hacia sentir que su mision en la tierra tenia sentido, que todas las almas que se apinaban alli esperaban que la cumpliera. Acababa de celebrar una de las nuevas misas que habia instaurado. Quince feligreses eran elegidos al azar entre los millones de solicitudes que llegaban a traves de la pagina web del Vaticano. Los agraciados asistian a una misa privada celebrada por el mismo. Hugo le ayudo a ponerse el abrigo, que cubria por completo la sotana papal. Cogio un paraguas negro --pues amenazaba tormenta--, las llaves de un coche y espero. --Cuando usted quiera --dijo tras ver que el papa no se movia. Dando un profundo suspiro, el pontifice se acerco a la libreria donde tenia una de las colecciones mas valiosas del mundo y tiro de los Evangelios de Enrique el Leon hacia el. Detras de la gran mesa de roble negro, la pared giro para descubrir un pasillo oscuro en el que no se veia el final. --Vamos. Empezaron a caminar. Hugo acciono una palanca que habia justo en la entrada y la pared volvio a recuperar su posicion inicial. Unos focos halogenos se encendian y apagaban a su paso, iluminando el pasillo unicamente por el trecho que recorrian. Cada vez que entraba en ese pasadizo temia que fuera la ultima. Llevaba ya bastante tiempo trabajando como secretario papal y ya lo habia utilizado mas de veinte veces. Don Santiago le coloco en ese puesto tras convencer al nuevo papa de que era el candidato perfecto. Caminaron unos diez minutos hasta que se toparon con el muro de salida. A la derecha otra palanca y en el centro un pequeno agujero que hacia las veces de mirilla. Hugo observo a traves de ella. --Podemos continuar. No se ve a nadie. El pasaje llevaba al bano de discapacitados de un restaurante que estaba a unas cinco manzanas del palacio. --Nunca me ha terminado de parecer correcto que el representante de Dios en la tierra tenga que salir de su casa a hurtadillas. Creo que nunca me acostumbrare. --Es por su seguridad. --Lo se, hijo mio. Lo se. Hugo acciono la palanca y la pared giro. El santo padre encajo un sombrero negro en su cabeza pelada y se abrocho todos los botones del abrigo para que no se viera la sotana. Los dos salieron del servicio con la mayor naturalidad del mundo, como si lo hicieran todos los dias. Con un movimiento leve de cabeza, el secretario saludo al camarero que estaba en la barra del bar y este le correspondio con el mismo gesto. Siempre se preguntaba que favores recibiria el dueno del restaurante a cambio de no haber desvelado esa puerta oculta a nadie. Se marcharon por la puerta trasera, que les llevo a una calle llena de cubos de basura, donde iban a parar los desperdicios del restaurante. Al fondo, un Hummer negro con las lunas tintadas. El agua caia muy intensamente. Llevaba lloviendo un par de dias, pero ahora diluviaba con mucha fuerza. Los relampagos iluminaban el callejon. Hugo saco el mando del bolsillo y apunto al coche. Desplego su paraguas para que el papa no se mojara y abrio la puerta trasera del vehiculo con gesto servil, pero el santo padre le cedio el paso. Cogio el mando y el paraguas. Hugo lo miro con cara de extraneza y levanto los hombros en senal de aceptacion. Los ojos negros y profundos del papa lo observaban fijamente. Con un movimiento de sus pobladas cejas le indico que subiera al coche. Obedecio. <>, se dijo. Llegaron al aeropuerto de Roma-Fiumicino y aparcaron dentro del garaje privado, situado en las mismas pistas de aterrizaje. --No bajes del coche, tengo algo que contarte. Se sento junto al secretario en la parte de atras. <>. El papa comenzo a hacerle preguntas sobre religion y sobre Dios. Hasta que senalo al fondo del garaje. --Entonces, hijo mio, estas listo. ?Ves la caja que esta al lado de la mesa, alli al fondo? --Si. <>. Se giro para mirarla y de repente empezo a notar una presion en el cuello. Se estaba quedando sin oxigeno. Trato de liberarse. Noto un cordel, pero no lograba quitarselo. Cuanta mas fuerza hacia para soltarse mas presion notaba en la garganta. Desesperado, decidio hacerse el muerto. No tenia nada que perder, ni ninguna otra alternativa. Tomo el aire que pudo y poco a poco fue dejando caer su cuerpo, como si ya no tuviera vida. El papa siguio tirando del cordel pero cada vez con menos fuerza. Hugo no respiraba. Contaba con, al menos, un minuto de oxigeno en sus pulmones. <>. Tenia que quedarse totalmente quieto para intentar que el santo padre no se diera cuenta del engano. Era la unica forma de salvar su vida. Paso medio minuto y Hugo no se movia, se habia desplomado sobre el asiento. Noto como su agresor bajaba del coche, pero por precaucion siguio sin moverse. La puerta se volvio a abrir y sintio que le tapaba con una manta y lo empujaba para que cayera a la zona de los pies. Escucho la puerta del aparcamiento cerrarse de golpe. El papa, ahora vestido con unos vaqueros y una sudadera con capucha, subio a su avion, que le esperaba cerca. Con esa ropa tenia un aspecto aun mas juvenil del que aparentaba. Los cuarenta y dos anos que acababa de cumplir lo convertian en uno de los papas mas jovenes de la historia. Dentro del coche, el secretario dejo pasar un tiempo prudencial antes de volver a moverse. <>. Poco a poco fue incorporandose para asomar por la ventana. Estaba todo a oscuras. Tras volver a pensarlo se animo a bajar del coche. Saco el movil del bolsillo mientras pensaba en cuanta prisa debia de tener el papa. Ni siquiera le habia tomado el pulso para confirmar su muerte. Hizo una llamada. --?Don Santiago? --Si, dime. --Tenian razon. Ha intentado matarme. --Te lo dijimos. ?Donde estas? --En su garaje privado del aeropuerto. --Vale. Envio ahora mismo a alguien para que te saque de alli. Ten en cuenta que habra muchas camaras grabando, asi que intenta ser todo lo discreto que puedas. --No creo que tenga ningun problema --decia mientras abria la bolsa que habia en el maletero del coche--. Tengo su sotana y su sombrero. Creo que pasare por el perfectamente. --Mejor. --Por cierto, ?sabe donde estaba guardada la famosa caja que recibio el mes pasado desde Kufstein? --!No me lo puedo creer! --Si, voy a ver que es lo que hay dentro. Se acerco a la caja de carton y rompio el embalaje. --!Informa! --Efectivamente, no se lo va a creer. Le mando una foto al telefono para que lo vea usted mismo. Al recibirla, don Santiago abrio los ojos como si estuviera viendo un fantasma. Se trataba de una cruz de madera de tamano natural y estaba casi seguro de que era la misma que robaron del Museo Egipcio de El Cairo hacia un par de meses. Decian que esa era la cruz donde murio Cristo y que habia estado oculta hasta que una banda de criminales asalto un chale de las afueras de Berlin y, por casualidad, la encontraron alli. La habian intentado vender en el mercado negro a un coleccionista, pero un chivatazo puso a la policia en alerta y consiguieron recuperarla. --Van a ir a buscarte con una furgoneta. Cargad la caja y sacadla de alli. Luego ya veremos como procedemos. Tu, de momento, haz caso a la persona que mandemos a recogerte y estaras seguro. --Muy bien, don Santiago. Estare preparado. Hugo se puso la ropa papal, se ajusto el sombrero y siguio registrando el garaje por si encontraba algo interesante. Pasada media hora sono un claxon fuera. Dos horas mas tarde, el avion del papa aterrizaba en Madrid-Barajas. Alli le esperaba otro Hummer, esta vez blanco impoluto. --Su santidad --empezo a hablar el conductor sin mirar por el espejo--, me han pedido que le dijera que todo esta dispuesto, tal y como solicito. El senor Torres y el senor Ortega le estan esperando. <>, penso mientras miraba por la ventana. Tras mas de una hora y media por los atascos habituales de la capital, llegaron a un hotel. El coche bajo una rampa cercana, donde habia plazas de aparcamiento individuales y cerradas. Entraron en una de ellas y una persiana metalica bajo tras ellos. El chofer salio del coche y abrio la puerta trasera, echandose a un lado y bajando la mirada para no encontrarse con los ojos del pontifice. --Le voy a hacer una pregunta y espero que sea totalmente sincero, porque conozco la respuesta. ?Que piensa el mundo de los cristianos? --?Eh? --Trago saliva--. No... No lo se. --?Usted cree en Dios, nuestro senor todopoderoso? --suspiro. --Por supuesto. Acompana mis acciones y me guia en mi camino. --Asi es, hijo mio --contesto el santo padre mientras ponia su gran mano en su colleja--. Asi debe ser. El chofer se relajo. Se habia quitado un peso de encima porque sabia del caracter del nuevo papa. Miro como se encaminaba al ascensor que habia dentro del aparcamiento. El pontifice pulso el unico boton que habia en la cabina. Las puertas se cerraron y comenzo a subir. Cuando se abrieron vio una gran sala con tres sillones, una mesita perfectamente encuadrada entre ellos y una cristalera enorme desde la que se veia toda la ciudad. A su derecha, un mueble bar en el que estaban tomando una copa dos hombres, que dejaron los vasos para acercarse a recibirle. <>, penso. Primera Parte Capitulo 1 --Me gusta estar tan alto. Es como estar mas cerca de Dios. Si se afina el oido, incluso se le puede escuchar --decia el papa mientras miraba por la inmensa cristalera--, ?no creen? --Por eso mismo compre este edificio, su santidad. ?Sabe que en este momento esta en el lugar mas alto de Madrid? --se pavoneaba Ortega con aires de prepotencia. --La cercania a Dios no es suficiente para que nos ame, hijo mio. Usted puede creer que esta muy cerca de El y El, quiza, ni siquiera le mire. No tengo mucho tiempo. Quiero ver todos los detalles antes de proceder. Tengo asuntos que tratar en el Vaticano y cuanto mas rato estoy aqui, mas quedo al descubierto --dijo sin quitar los ojos de la panoramica que le ofrecia la ventana--. Contadme. Ortega se acerco al mueble bar para recoger su copa. Quito el tapon a la botella mas robusta y oliendolo le pregunto al santo padre: --?Querra probarlo, su santidad? --Le enseno la botella de Yamazaki, uno de los mejores wiskis del mundo. --Por lo que veo siguen siendo de gustos caros... No, prefiero un poco de vino. Se acomodo en el sillon mientras Ortega descorchaba una botella de Vega Sicilia que saco de la vinoteca y le sirvio una copa. El papa olio el caldo y lo cato. Una ligera sonrisa se dibujo en su cara. Ortega se sento en el sillon de la izquierda. Torres tambien recogio su copa y abrio un ordenador portatil junto a las bebidas. Con un mando a distancia oscurecio los cristales y desplego una pantalla que ocupaba toda la pared de la puerta por la que se entraba al atico. Apunto al techo y bajo un proyector. Dejo el mando en la mesa y tomo el control del portatil. Varias imagenes de una chica se veian a la derecha de la gran pantalla. --Tras varios meses buscando creemos que ella se ajusta perfectamente al perfil. Se llama Maria Jesus, tiene veintiun anos, es huerfana desde los dos y no tiene familia conocida. Ha vivido entre casas de acogida y conventos toda su vida y el ano pasado decidio independizarse. --Muy bien --asintio el papa. --Empezo a trabajar de cajera en un supermercado y a los seis meses la echaron. Vive alquilada en San Pablo, un barrio de Zaragoza --continuo Torres--. Ahora no tiene empleo. Se costea el alquiler trabajando para el dueno del edificio en la limpieza de las zonas comunes y como su asistenta durante cuatro horas al dia. --Pero no recibe ni un euro --anadio Ortega--. Todo es para pagar el alquiler. Yo creo que mantienen una relacion. Las fotos de la chica pelirroja iban pasando en el proyector. --Le gusta salir por las noches a ligarse a hombres mayores con el animo de que le inviten a cenar y asi llevarse algo de alimento a la boca. Su unica posesion material, aparte de la ropa, que sepamos, es un movil que robo hace un par de meses de la mesa de un restaurante. No puede llamar porque no tiene saldo, pero lo utiliza para buscar trabajo en Internet segun sus registros de navegacion. --Gracias a la red wifi de su vecino --volvio a matizar Ortega. --Exacto. No depende de nadie, ni nadie depende de ella. Entiendo que deberia ser muy facil. Se produjo un silencio. --Para ser sinceros, tras encontrarla no hemos buscado mas porque a nuestro entender es perfecta. ?Que opina? --le pregunto al santo padre, deteniendo el proyector. --Es una mujer muy bella, puede que demasiado. Eso nos puede ocasionar problemas. Pero su entorno y su pasado son los adecuados. --Eso pensamos. --?Y el hombre? --Ayer por la manana, el ordenador nos aviso de una alta nueva en la web Life, otra de las redes que vigilamos. El perfil se acercaba al que nos pidio --dijo Torres cambiando las diapositivas--. De momento no sabemos el nombre real. Se hace llamar <>, tiene veinticuatro anos y en el formulario de acceso dice que es de Barcelona, pero que ha vivido casi toda su vida en Argentina. Es de prever que aqui no tenga mucha familia. Habria que investigar mas. --Esta misma manana le hemos seguido. --Ortega se levanto del sillon y se sirvio otra copa antes de continuar la explicacion--. Hemos preguntando por los lugares que frecuenta y nos han dicho que trabaja media jornada repartiendo publicidad de una tienda de compraventa de oro por las Ramblas. --No consta en ningun registro que haya terminado los estudios basicos. Al parecer tiene alquilada una habitacion en un piso de inmigrantes. Torres dejo de hablar para mirar la cara del papa. Esperaba aprobacion, pero este permanecia absorto en la imagen de la pantalla. Parecia que no habia escuchado nada de lo que le habian estado contando. --Es atractivo --dijo al fin, levantandose del sillon--. No tiene cara de ser muy inteligente. Quiero saber si tiene algun familiar en Espana. Si no lo tuviera, activen el protocolo tres inmediatamente. Quiero el informe diario de como transcurre todo antes de las nueve de la noche. --Asi sera. --Regreso al Vaticano. Tengo otros asuntos importantes que he dejado sin terminar. Alzo la mano y ambos besaron el anillo papal con gesto de sometimiento. La pantalla se replego sobre el techo y el papa salio por la puerta sin despedirse. Abajo estaba esperando el chofer. Le abrio la puerta con la cabeza gacha y lo llevo de nuevo al aeropuerto. Ortega y Torres se miraban con cara de satisfaccion. Sabian que si el santo padre estaba contento su camino iba a ser mucho mas sencillo. Tenian la sensacion de que la reunion, pese a ser una de las mas cortas que habian tenido con el, fue tambien de las mas productivas. Ortega tenia multiples negocios por todo el mundo en los que su principal y practicamente unico cliente era la Iglesia catolica. Desde comedores sociales hasta empresas de reciclaje de ropa, pasando por los terrenos en los que se levantaban los nuevos templos o las empresas que los construian. El papa se puso en contacto con el directamente para encargarle un proyecto unico, y obviamente acepto. Por otro lado, era la primera vez que Torres trabajaba para el Vaticano. Esperaba que este trabajo fuera el mas importante de su vida pese a contar ya con innumerables exitos profesionales a sus espaldas. La envergadura de lo que tenian entre manos era tal que incluso se habia separado de su familia. Su mujer se habia tenido que ir a Alemania por motivos de trabajo llevandose a su hijo con ella, pero el decidio quedarse en Madrid para atender la peticion del Vaticano. Ortega le pidio, como favor personal, que trabajara en cuerpo y alma en este encargo y no dudo ni un segundo en dejarlo todo por su nuevo cliente. Su mujer no lo entendio. No le pudo dar ningun detalle de la peticion papal y, debido a que en tema de ambiciones eran iguales, hizo las maletas y se marcho. Torres sabia que cuando todo terminara su mujer lo comprenderia y volverian a estar juntos.

  • La otra de Corin Tellado

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    La otra:
    "--Hija mia, hace muchos dias que no te pregunto nada con respecto al inconsolable viudo.
    --!Bah!
    --Se consolara --rio Alice Quimper--. Todos los viudos llegan a consolarse. Sandra es muy bonita.
    Esta alzandose de hombros
    --Estoy desistiendo de ello.
    --Merece la pena insistir, querida --intervino el padre--. Ten en cuenta que sus millones son tan numerosos como sus penas.
    --Precisamente por eso, papa. No sera posible quitarle esa pena del corazon.
    --No creo que sea diferente de los demas hombres --objeto la madre--. Y a todos les pasa.
    --La quiso demasiado. --Y con rabia, anadio--: Estimo que hasta casado de nuevo compararia, y seria terrible.
    --No lo creas. Una muerta es un pasado, y no hay pasado que llegue a vencer a ningun presente. Tu estas viva y lo amaras."

  • Tras la muerte de don Juan de Sylvia Townsend Warner

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    “Tras la muerte de don Juan” aborda un tema espanol, la fi-
    ?gura de don Juan, a partir de la opera de Mozart, “Don Giovanni”, en el punto en que el autor del libreto, Lorenzo Da Ponte, dejo la historia: su muerte.
    Escrita al mismo tiempo en que la escritora estaba implicada en el apoyo a la Republica espanola, publicando articulos y relatos sobre la guerra, y realizando una intensa labor de activismo politico, puede considerarse, en palabras de su autora, “una parabola [?] o una alegoria [?] de la quimica politica de la guerra espanola, con el don Juan [?] convirtiendose en el fascista del texto”.

  • Esposa oculta (eLit) de Carrie Weaver

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  • Vivir sin permiso y otras historias de Oeste de Manuel Rivas

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  • Los caminos de Adela de Erina Alcala

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    Adela era espanola, era ginecologa en un hospital de Boston. Apenas unos anos atras cundo era adolescente, se vino a Nueva York con su hermano y su hermana.
    Sus padres habian muerto y su hermano mayor siempre quiso ser policia en Nueva York. Adela era la mas pequena y estudio en Cambridge, cerca de Boston y alli se quedo trabajando de ginecologa al terminar sus estudios. Tenia una casita alquilada y llevaba ya unos anos trabajando. Iba y venia, le acompanaba su perrita Tara una cachorra tekel que se anunciaba en un periodico y se quedo con ella.
    Luca, era be Boston, habia estudiado ingenieria con una beca de deporte, tambien en Cambridge, pero al terminar, la carrera se dio cuenta de que queria ser bombero y aprobo las oposiciones y se quedo en el cuerpo de bomberos de Cambridge. Se acababa de divorciar de Asli, su novia del instituto y con la que llevaba diez anos casado.
    El destino quiso que Adela se encontrara con Luca en un accidente que ella tuvo camino del trabajo a Boston. Se conocieron y se enamoraron.
    Unos meses despues aparecio de nuevo Asli, embarazada, en la vida de Luca, entorpeciendo la relacion de el y la de Adela, y cuando Adela no pudo mas, se cambio a vivir a Boston, se compro una casa y se llevo a su perra Tara.
    En vacaciones se fue a un rancho de recreo a Montana y alli conocio al hijo de los duenos, un arquitecto guapo y alto, llamado Connor que ayudaba en vacaciones a sus padres.
    Y entre Connor y ella surgio quimica pura, ?Que pasaria entre Connor y Adela y entre Adela y Luca?
    Ademas Adela se quedo embarazada...

  • Los trucos de la bestia de Lide Aguirre

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    Estoy convencido al ciento cincuenta por cien de que es mi vecino quien lo tiene secuestrado. Me da igual su aspecto de angel redentor y que sea el nino bonito de un barrio atestado de momias que ya solo quieren creer y se rinden a sus maneras de oveja encarrilada, a su voz llena de graves que ahora suena a terciopelo de salon pero que hace nada barria los silencios de los locales mas miserables de la ciudad: el sabe donde esta el chico por el que todo el mundo llora. El tiene a Pablo Martiarena. Lo supe ayer, al anochecer. Volvia a casa entre calles brillantes por la lluvia, dejando atras los pasos apresurados de quienes corrian a resguardarse bajo los soportales y sintiendome algo mejor que los dias anteriores, seguramente porque la oscuridad del nuevo invierno parecia darme un refugio y el cuello del abrigo solo me devolvia el calor de mi respiracion. Y entonces lo vi. Salia con su coche por la cuesta del parking de la plaza Cataluna y no me habria fijado en el si no fuera porque volvio la cara y me miro de repente; y sus ojos eran dos agujeros transparentes, no esa mirada azul a lo Paul Newman que tanto explota hoy dia por aqui y que tan bien le funciona, sino dos ojos redondos, vacios, de pirado, que me abrieron la puerta, por un segundo, a los calculos de hielo que se forman dentro de su cabeza. Y detras, en el asiento trasero, estaba el, Pablo Martiarena, el joven de la <>, el nino bien por el que se han levantado las alfombras de la ciudad, con su cicatriz en forma de jota en la sien izquierda, <>, como explicaba su angustiada madre en el programa de ETB de ayer por la tarde, y su pelo rubio cortado a lo casco, un peinado antiguo, de los noventa, que le da aspecto de nino o de yonki, segun quien lo mire. El caso es que vi a Pablo de perfil, a cuatro metros de mi y medio cubierto por una sombra corpulenta que le habia lanzado el autobus 17, que circula por la Gran Via como si se fugara de Alcatraz, pero lo reconoci a pesar del escupitajo oscuro del autobus y las bailarinas de lluvia que se estampaban contra su coche. Pero eso no es todo: algo le estaba sucediendo. Porque habia algo mas ahi, en el interior del vehiculo que conducia mi vecino Ivan Katz; algo lo suficientemente impactante como para que mi conciencia lo eliminara al instante, algo que llevo intentando rescatar desde entonces sin lograrlo. Ahora camino hacia mi casa en el barrio de Gros, en San Sebastian. Hoy no llueve, pero el dia suena a cristal helado. A mi derecha, el horizonte mastica los ultimos restos de la tarde y las paredes de los edificios a mi izquierda se van apagando cubiertas de carteles con el rostro de Pablo, carteles de color naranja fosforito para que destaquen sobre la rona que esta levantando su silencioso imperio de oscuridad sobre las fachadas de este barrio bohemio, obtuso y marino que el chico frecuentaba bastante, segun he podido saber. En los carteles, la familia de Pablo Martiarena subraya que se trata de una desaparicion de riesgo, asegura que se recompensara cualquier informacion sobre su paradero y facilita un numero de telefono. El chaval sonrie en la foto con una tristeza latente que te hace pensar que si no hubiera desaparecido ahora lo habria hecho mas adelante, de alguna otra manera. Tiene una expresion apocada y una mirada ojerosa y descolorida que revela noches de juerga y dias oscuros y tristes. Segun voy leyendo, me entero de que a Pablo Martiarena, donostiarra de 27 anos, se lo trago la tierra hace tres semanas, pero hace solo un dia estaba sentado en el Volvo gris de Ivan, el artista, el emprendedor, el nino mimado que se perdio en las fauces del lobo durante mas de diez anos y se reencontro con su parte ganadora antes de que se lo tragara la bestia. El mismo nino al que todos los demas del edificio teniamos miedo de pequenos. La Ertzaintza, sin embargo, tiene su propia version de lo ocurrido. Una version que me ha roto todos los esquemas. Una version con la que no estoy de acuerdo. Pero empecemos por el principio. Ayer por la noche, cuando llegue a casa y le conte a mi prima okupa lo que habia ocurrido, me convencio de que me acercara a una comisaria de la policia a contarles lo que vi o, mejor dicho, a ponerles al corriente de <>, como la llama ella ahora. No lo hice, no inmediatamente; no lo tenia claro del todo. En cambio, opte por tirar de contactos haciendo uso del listin siglo XXI: Facebook. Alli di con Edorta, un buen tipo con aspecto de toro viejo y espiritu acolchado, antiguo companero de clase en mi primer colegio y ertzaina de profesion. Le envie un mensaje diciendole que queria verle por un asunto que quiza era una tonteria, pero quiza no, y que, eso, que mejor encontrarnos. Y hoy mismo a primera hora me ha contestado animandome a que me pasara por la comisaria de Hernani, un pueblo a pocos kilometros de San Sebastian, <>. Al final, ha sido el quien me ha puesto al corriente de la verdadera situacion de Pablo. Y, en pocas palabras: Edorta desmiente todo lo que se cuenta sobre el caso en los medios de comunicacion. Pablo Martiarena <>, me ha insistido. Ni desaparecido ni en el coche de Ivan Katz. El chico de los carteles esta, simplemente, haciendo su vida muy lejos de aqui con una mujer que ha conocido y que su madre no aprueba. <>, me comenta bastante molesto. Al parecer, la madre se niega a aceptar esa version de la desaparicion y les pone <> alla por donde va, me cuenta. Por otra parte, los familiares de otros desaparecidos han empezado a criticar la repercusion que esta teniendo el caso de Pablo y la supuesta atencion que recibe por parte de la policia, y lo achacan a que el chico viene de una familia con dinero. <>, lamenta mi ex companero. En realidad, todo lo que me ha contado Edorta sobre el caso me ha dejado bloqueado, con una extrana sensacion muy parecida a la de tener las manos atadas y no poder abrir un regalo. Porque nada tiene mucho sentido, y cuanto mas habla el mas nitida se hace en mi memoria la imagen de Pablo en aquel coche. ?Estaba llorando?, pienso. Igual. Igual si. --Es un caso archivado, Mikel, aunque te agradezco la preocupacion --me suelta Edorta tranquilamente apoyado sobre el escritorio de un despacho anodino. Estoy sentado en la tipica sala de paso que imagino es la que utiliza cualquier agente cuando se reune con alguien poco relevante como yo--. Pablo Martiarena Gallardo se marcho voluntariamente a Iquique, en Chile, con su novia, hara tres semanas. Esta localizado y sano y salvo, pero no podemos evitar que su madre insista en que no es asi y se dedique a empapelar la ciudad y a llamar a la tele y a la radio, donde no comprueban la veracidad de casos como este porque son demasiado morbosos y les dan audiencia. El chaval da pena, su madre da pena y viene de una familia bien, y eso vende. En cualquier caso, te agradezco la informacion, Mikel, me alegra que hayas venido, te tenia perdida la pista despues de tantos anos y me ha gustado verte. Seguramente viste a alguien que se parece a Pablo, pero quien sabe, tal vez el chaval haya vuelto a San Sebastian. Nos pondremos en contacto con la madre para saber si ha tenido noticias. Trato de digerir la informacion. No se por que, no me cuadra. --?O sea, que al final lo unico que ha pasado es que se ha fugado con una chilena? --le pregunto con la vista fija en su costado derecho mientras intento poner los puntos sobre las ies. Edorta se ha levantado de su asiento y le hace un gesto a alguien a traves de la pared acristalada que separa el despacho del resto de habitaculos. --Si; bueno, no, no se ha fugado --cuando vuelve a tomar asiento, mi antiguo companero me sonrie con amabilidad y recuerdo fugazmente aquellos tiempos en los que era un nino regordete que me ayudaba a resolver problemas en clase de matematicas, treinta anos atras--. Lo unico que ha hecho es marcharse de mala manera con una chica, lo que hacen algunos enamorados, nada del otro mundo. El padre de Pablo murio hace cuatro anos y el no tiene hermanos, y su madre no quiere creer que se haya ido porque no asume que el hijo unico haya puesto una novia y un oceano entre ellos. Una locura pasajera, al parecer acababa de conocer a la chilena cuando hizo las maletas y se largo, una cosa rara, pero no ilegal. La madre niega la evidencia y asegura que esta secuestrado, que no lo localiza y que ni siquiera cree que este en Chile, pero lo cierto es que, por ahora, tenemos todo: los billetes de avion, su direccion… Ya volvera. O no. De todas maneras, nunca se sabe y es mejor tener todo atado. ?Dices que te parecio que Pablo viajaba en el coche con un vecino tuyo? --Si, en la parte trasera del coche de Ivan Katz, seguro que lo conoces. Ultimamente ha salido bastante en los periodicos. De chaval fue un grafitero bastante popular y ahora dirige una academia de pintura que organiza exposiciones de arte cada dos por tres en toda la ciudad, en Tabakalera y en el Kursaal y… Bueno, en muchos lados. Edorta se encoge de hombros --no lo reconoce-- y empieza a anotar en su ordenador. La luz blandengue de un halogeno cae sobre nosotros como lo haria en la sala de espera de un hospital. --Katz se escribe con k y tz, entiendo --murmura mientras teclea. --Si. Katz, como suena. Su abuelo era aleman. Ivan tiene nuestra edad, 42. Vivia en mi edificio, en la calle Zabaleta. Ahora vive en Segundo Izpizua, casi al lado. --?Y que sabes de el? Porque si has venido aqui sera por algun motivo. La gente no va denunciando a sus vecinos… --la mirada de Edorta se vuelve indescifrable. --Ivan Katz… --me siento como una maruja cotilla, pero trago saliva y me animo a continuar-- es un tipo raro. --?Raro? --Edorta es demasiado bueno para mirarme con mala cara, pero hasta yo me doy cuenta de que mi descripcion no tiene un pase valido en una comisaria. --Es peculiar… Peligroso --continuo, intentando despertar su interes--. Ahora parece un tio normal, asentado, ya sabes. Se esta haciendo un hueco en la sociedad guipuzcoana de renombre, digamos. Abrio la academia de pintura hace unos cinco anos, despues de recuperarse en Proyecto Hombre y…

  • Coincidencias de Luis Goytisolo

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    ?Es Coincidencias propiamente una novela? Lo es, pese a que en un principio a mas de un lector pueda parecerle algo atipica. Hasta que, estimulado por los golpes divertidos, desopilantes, del relato, la acepte sin problemas como tal. Y no ya porque cumple con todos los rasgos que caracterizan al genero, sino porque la aparente dispersion inicial propia de una narracion colectiva termina por configurarse en un todo estructurado y coherente.

  • Sonrie (Proyectos de amor y deseos 1) – Mel Caran de Mel Caran

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    Rebeca acaba de divorciarse y esta tratando de reorganizar su vida. Ella nunca imagino lo que el destino le tenia preparado, ni que gracias a su modesto trabajo conoceria a Alan, la persona que acabaria con su tranquila y aburrida existencia de recien separada.

  • El amor de mi vida de Veronica C. Herrero

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    Han pasado mas de cinco anos desde que Eva tuvo que tomar la decision mas complicada de su vida, y quedarse con Mario, fue lo que en ese momento le pidio su corazon.
    Despues de tanto tiempo, ese mismo corazon no ha podido olvidar lo que llego a sentir por Sergio, de quien tambien se enamoro y al que echa mucho de menos.
    Tras ese periodo sin saber nada de el, las ganas de volver a verle se hacen cada vez mas fuertes, al tiempo que el amor que sentia por Mario va desapareciendo, convirtiendose tan solo en la costumbre de estar juntos.
    Todo eso la lleva a buscar de nuevo a Sergio, del que espera que no haya terminado odiandola por lo que ocurrio y acepte al menos mantener una buena amistad.

  • Flores y mentiras de Monica Benitez

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    Camino hacia la comisaria con el corazon en un puno y los nervios a flor de piel. Es mi primer dia como policia, jamas pense que lo lograria, pero aqui estoy. No puedo decir que sea la primera de mi promocion ni la segunda, pero, aunque sea un poco tarde, a mis treinta y dos anos lo he logrado con mucho esfuerzo y pienso entregarme en cuerpo y alma. Cruzo la calle, el dia ha amanecido gris y las primeras gotas de una lluvia que amenaza con quedarse todo el dia empiezan a caer. Como siempre, no he cogido el paraguas. Llego al otro lado de la calle, cinco minutos mas y cruzare esa puerta que tanto tiempo llevo ansiando, y entonces lo veo, frente a mi, caminando a paso rapido unos metros por delante, vestido con un chandal tan gris como el dia y la capucha puesta. Nada anormal, un chico como cualquier otro, solo que este, da un fuerte tiron al bolso de una senora cuando pasa por su lado y se lo arranca del brazo. La senora cae al suelo de forma estrepitosa a la misma vez que el joven echa a correr. No dudo ni un instante, y como movida por un resorte salgo corriendo detras de el. Mientras intento que mis pulmones no estallen por el esfuerzo me pregunto que cojones estoy haciendo. Deberia haberme parado a socorrer a la senora y dejarme de gilipolleces de heroina, nadie me ha pedido nada, hasta dentro de quince minutos no estare oficialmente de servicio ni tendre que presentarme ante la que sera mi superior, la inspectora Blanco. No puedo haber tenido mas suerte, novata y me destinan directamente al grupo de homicidios, eso si, solo a ayudar a los inspectores en lo que me pidan. Sigo corriendo como no recuerdo haberlo hecho nunca, el chico es agil y rapido como una gacela. Sortea coches como si llevase haciendolo toda la vida mientras que yo ya he tropezado dos veces, he resbalado tres y me he rasgado la chaqueta en una esquina. --!Policia! !Parate, cabron! --grito mas por rabia que por la esperanza de que lo haga. Se que el chico no se detendra. Tuerce en una esquina, el es rapido, pero yo soy terca como una mula y a pesar de sentirme a punto de desfallecer, sigo corriendo con todas mis fuerzas. El muchacho mira hacia atras cada vez mas a menudo y vuelve a torcer por otra calle, de repente dejamos atras las avenidas mas transitadas para llegar a una calle de esas llenas de chales adosados para familias felices con un monovolumen, dos hijos y un perro. Hay menos coches aparcados y eso me da cierta ventaja, porque corriendo en linea recta empiezo a ser mas rapida que el, cosa sorprendente porque el deporte y yo jamas nos hemos llevado bien, de ahi que haya tardado tanto en conseguir entrar en el cuerpo, suspendi tres veces las pruebas fisicas. La distancia se va acortando, el chico vuelve a mirar hacia atras y yo intento retener en mi retina alguno de sus rasgos por si el cabron se me escapa. Todos los agresores en general me parecen escoria, pero los que agreden y se aprovechan de personas vulnerables e indefensas como esa pobre senora, mas. Ya hemos pasado otras dos calles y empiezo a flaquear, siento los pulmones a punto de estallarme dentro del pecho y los gemelos tan tensos que en cualquier momento sentire un calambrazo de esos que me haran trastabillar y pegarme la hostia de mi vida. Mi carrera por media ciudad habra sido en vano. La poca gente que pasa por la calle ataviada con sus paraguas nos observa sin comprender nada, podria gritar a los que estan mas adelante para que me ayuden a detener al chaval, pero eso seria ponerlos en peligro de forma absurda y mi sentido de la moral no me lo permite. Vuelve a girar. --Me cago en la leche--jadeo sin aliento. El chico, buscando un modo de deshacerse de mi, de repente trepa con dos saltos que me dejan asombrada y se sube al muro que separa las casas de la calle. Empieza a correr sobre ese muro que segun calculo apenas tendra un palmo de ancho, y se que, si yo no subo, en cualquier momento podria saltar al interior de alguna casa y hacer dano a alguien con tal de escapar. Asi que, ruedo los ojos negando y decido que tambien he de subir. Obviamente, no lo hago en dos saltos como el, yo tengo que encaramarme como un chimpance, dejarme la piel de las palmas de las manos y la rodilla izquierda y empezar a hacer equilibrios para correr sin caerme hacia un lado o el otro. Empieza a llover, hemos pasado cuatro casas y si echo la vista al frente la hilera se me antoja interminable. ?Cuantos putos chales tiene esta calle? De repente, el muchacho se detiene en seco y se gira, a mi ese acto me coge desprevenida, no me lo esperaba y mucho menos lo que el chico hace a continuacion. Desesperado por dejarme atras, decide deshacerse del bolso y salir corriendo, pero se deshace de el lanzandomelo a mi. El jodido bolso me impacta en el pecho con un golpe seco y lo agarro con ambas manos justo en el momento en el que mi pie derecho se resbala hacia un lado, el izquierdo lo hace hacia el otro y mi cuerpo desciende de repente quedando el muro entre mis piernas. En decimas de segundo, noto como la cara interna de mis muslos se desgarra con el roce del hormigon y el escozor que me produce me parece insoportable, pero no es nada comparado con el dolor que siento cuando mi entrepierna golpea de forma seca contra la parte superior del muro. Ni siquiera soy capaz de soltar un grito de dolor porque la respiracion se me corta y me mareo, lo que provoca que mi cuerpo se ladee hacia el interior del muro y caiga desgarrandome todavia mas la cara interna de mi pierna izquierda. Si todo eso me parece fruto de la mala suerte, lo que sucede despues me parece el colmo; porque antes de tocar el suelo, noto como algo afilado me desgarra la piel del costado, del torso, los brazos y la cara. No comprendo lo que pasa hasta que ya estoy en el suelo y abro los ojos. A las buenas personas que viven en esta casa se les ha ocurrido decorar su jardin con unos enormes rosales que tiene ramas como dedos de gordas y espinas como unas. Al menos huele bien, pienso mientras vuelvo a marearme. --!Levanta las manos y sal de ahi! --escucho gritar a alguien. Todavia jadeando por el esfuerzo de la carrera y sintiendo un dolor punzante en varias zonas de mi cuerpo, intento buscar la procedencia de la voz. --?Estas sorda? --me pregunta lo que ahora me parece la voz de una mujer. Giro lentamente la cabeza a mi derecha y entonces la veo a traves de las ramas del rosal, al otro lado, esta de pie, con un pijama del Monstruo de las galletas, el pelo negro suelto y revuelto, mojandose cada vez mas bajo la lluvia. La vision me parece una autentica maravilla, y estaria dispuesta a decir que el super tortazo que me he dado ha merecido la pena por verla si no fuese porque la mujer me esta apuntando con un arma. Capitulo 2 Miriam --No dispare, soy policia--logro decir entre jadeos y muecas de dolor. --Policia soy yo y no me suenas de nada, bonita--suelta en tono borde--ponte en pie muy despacito. --No puedo, se lo juro, si me muevo me rajo con estos jodidos pinchos. La mujer con el pijama del Monstruo de las galletas me observa en el suelo sin acabar de comprender que cojones hago ahi. --Cuando he salido despues de ver algo caer por mi muro, pensaba que seria el gilipollas del cartero, al que ultimamente le ha dado por lanzar los paquetes desde el otro lado del muro, algo que sin duda pienso solucionar poniendo la debida reclamacion. Lo que no esperaba era encontrarme a una mujer tirada detras de mis rosales, de esos que con tanta paciencia y mimo he regado y cuidado y que ahora voy a tener que podar de forma salvaje si quiero sacar a una loca que dice ser policia de ahi--explica mas para ella que para mi. Da un paso hacia la derecha y se agacha un poco, como si todavia no se creyese que estoy aqui, en medio de las putas ramas mas gordas de los rosales. --Joder--dice poniendo los ojos en blanco--intenta no moverte, voy a sacarte de ahi. --Tranquila, no tengo intencion de hacerlo. Lo que no le digo es que no estoy muy segura de ser capaz de mantenerme en pie, las piernas me duelen horrores, por no hablar de la preocupacion extrema que siento por mi sexo, que por primera vez en mi vida no palpita de excitacion, lo hace de dolor. La mujer deja su pistola en la repisa de la ventana y camina hacia un armario de exteriores, del que saca unos guantes de jardineria y unas tijeras de podar que hacen que abra los ojos perpleja en cuanto la veo. --Ten cuidado con eso, por favor. --Tranquila, preocupate mas por la pistola, porque como me hayas mentido, te arrepentiras--amenaza antes de dar el primer tijeretazo. La mujer comienza a cortar con cuidado todas las ramas que de algun modo estan pegadas a mi cuerpo o suponen un riesgo. Las va retirando con suma delicadeza, sobre todo cuando observa que me encojo de dolor cuando separa las que estan tocando mi piel. Cuando por fin termina, mira hacia un lado y ve ese monton de ramas llenas de espinas que han acabado con la vida de sus rosales porque una tia que dice ser policia se ha caido por su muro.--Levantate--me pide calada hasta los huesos. La observo desde el suelo mientras me incorporo lentamente hasta estar sentada, dudo que pueda hacer mas que eso, las piernas me tiemblan, mas de dolor que de miedo. --Ensename tu placa--me pide la mujer, a la que ya no le viene de mojarse un poco mas. --Esta en la bandolera, puedes cogerla tu misma. Me observa recelosa, mira la bandolera que cuelga del lado derecho de mi cuerpo y entonces repara en que sobre mis piernas hay un bolso que sin duda no me pega nada. ?Que chica de treinta y pocos va por ahi con una bandolera y un bolso? La pobre tiene que estar flipando, quiza demasiada informacion para alguien que acaba de levantarse. Estira el brazo y coge el bolso sin permiso. --Ese no es--me quejo, pero ella ya lo ha abierto y ha sacado un enorme monedero de piel de color negro. Lo abre y busca entre un punado de tarjetas hasta dar con lo que parece que busca, mi documento de identificacion. --Te conservas muy bien para tener setenta y dos anos--dice mordaz mientras me mira inquisitiva. Pienso que en otra ocasion seria el momento perfecto para hacer una de mis bromas, pero en esta me podria costar un tiro por listilla, y ademas me encuentro mal, siento escalofrios y el dolor empieza a ser intenso en mis piernas. --No es mio. --Eso ya lo veo. ?Eso es lo que hacias? ?Huir porque le has robado el bolso a una senora? Deberia darte verguenza. La mujer me observa incapaz de comprender nada, como si toda la situacion le pareciese surreal. No la culpo. Le devuelvo la mirada, una mirada que creo que a ella no le parece la de una delincuente, y por su forma de mirarme tengo la sensacion de que ha visto muchas. Despues su modo de enfocarme cambia y noto que lo hace de otro modo, del mismo en el que lo he hecho yo con ella al descubrir que me parecia atractiva, y eso hace que me ruborice un poco y sienta la necesidad de cortar esa conexion entre nuestros ojos. --Yo no le he robado a nadie. La respuesta saca a la mujer de sus pensamientos, sin duda algo turbados, y la deja descolocada unos instantes. --?Eh? --El bolso. Yo iba camino de comisaria, de hecho, estaba llegando, y un gilipollas en chandal le dio un tiron a una senora y salio corriendo. --Y tu detras de el...--anade ella esbozando media sonrisa que me hace temblar. --Exacto, me he dejado el cono para recuperar ese bolso, asi que no me acuses de haberlo robado. Mi frase es literal, solo que ella no lo sabe y el lenguaje que he usado, en lugar de parecerle soez, le arranca otra sonrisa divertida que hace que algo chispeante me recorra el pecho. Se vuelve a acercar a mi y esta vez me coge la bandolera, donde en efecto, encuentra la placa que demuestra que no miento, o eso, o llevo la falsificacion de placa mas lograda que esta mujer ha visto en su vida. --?Le has visto la cara? --?A quien? --pregunto descolocada. --Al chorizo del chandal.

  • Yeruldelgger. La muerte nomada de Ian Manook

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    Los anos de lucha contra el crimen y el dolor por la muerte de su hija Koshi han hecho mella en Yeruldelgger. Encerrado en un misticismo a ultranza, hace cuatro meses que el incorruptible comisario ha abandonado la policia de Ulan Bator y ha plantado su yurta en el desierto de Gobi, donde, gracias al silencio y la belleza del lugar, espera reencontrarse con las tradiciones ancestrales y recuperar la paz espiritual. Pero su retiro durara muy poco: contra su voluntad, dos jinetes extranos lo empujaran a la accion, y Yeruldelgger se vera envuelto asi en un fuego cruzado entre mercenarios pagados por voraces companias mineras, politicos inmorales, policias corruptos y jovenes seguidores del juramento de Gengis Kan. Una marana sangrienta en una Mongolia destripada por las excavadoras de las multinacionales, expoliada por las ansias de los especuladores y arruinada por la venalidad de sus dirigentes, y de la que Yeruldelgger, siempre fiel a sus ideales, no saldra indemne.

  • El hombre de blanco de Johnny Cash

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  • Tomada por sus companeros (Programa de novias interestelares 6) de Grace Goodwin

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    Tras haber caido en una trampa y ser acusada de un crimen que no cometio, Jessica se ofrece voluntariamente para participar en el Programa de Novias Interestelares con el fin de evitar una larga condena en prision. La asignan a un principe, el heredero al trono del poderoso planeta Prillon, pero su futuro se vuelve incierto cuando el rey de Prillon rechaza la union.

  • Dejate tentar (Citas de Amor 1) de Anna Dominich

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    Susana lleva una vida apacible. En realidad, muy apacible. Es una chica normal con las inquietudes e inseguridades propias de cualquier mujer en la treintena. Lleva una temporada sola y se da cuenta de que por fin le gustaria encontrar el verdadero amor.
    Despues de una noche de copas, acaba cometiendo una locura y decide crear un perfil en una pagina de contactos llamada <>. A partir de ahi, empiezan los problemas. De repente, la solitaria Su, se ve envuelta en un lio amoroso.
    Aparecen en su vida un ejecutivo con problemas de madurez y un fisioterapeuta demasiado guapo para la salud. A su vez, conoce a un misterioso hombre llamado Sombra que parece que siempre sabe exactamente lo que tiene que decir. Ella no lo tiene nada claro.
    ?Con quien te quedarias tu?

  • En el calor de tus brazos de Lori Foster

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    Un prometedor luchador de artes marciales mixtas queria algo mas que una noche con una mujer que huia de su pasado.

  • Una familia normal de Alejandra Parejo

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    El mismo dia en que le ofrecen uno de los proyectos mas importantes de su carrera, Olivia se da cuenta de que esta embarazada. Tiene 31 anos, una relacion aparentemente solida con Mario y una economia estable, pero nada de eso la convence de que ha llegado su hora de ser madre. ?En que consiste ser una mujer independiente? ?Que significa ser una buena pareja, buena hija, buena amiga, buena profesional?

  • Vientos de traicion de Christine Mangan

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    Alice Shipley y Lucy Mason eran inseparables: aunque con pasados totalmente opuestos, sus dias en la universidad se sucedieron entre risas, aventuras y libros. Hasta que algo sucede que las aleja para siempre. Alice pronto se casa y, en un arrebato de amor, se traslada a vivir a la tormentosa Tanger de 1956, un Marruecos que se acerca peligrosamente a su fin colonial y bulle repleto de conspiraciones. Pero la ciudad blanca no es lo que Alice esperaba: con John siempre ausente, ni el exotismo de sus calles ni la fragancia de sus aromas logran despertar su interes.
    Pero un buen dia Lucy llamara a su puerta; su aparicion sera un maravilloso soplo de aire fresco y juntas descubriran un Tanger muy diferente, mas misterioso, mucho mas peligroso.

  • Jueves de Esther Mor

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    Cada manana, el coge el tren.

  • Hijo unico de Rhiannon Navin

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    Un conmovedor debut narrado por un inolvidable nino de seis anos que nos recuerda que a veces los mas pequenos tienen los sentimientos mas poderosos y que las voces mas debiles son las capaces de gritar mas alto.

  • Y si tu me recuerdas (Alana 2) de Iris Romero Bermejo

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    Segunda entrega de la trilogia <> de Iris Romero Bermejo.

  • Todas las noches contigo de Iria Blake

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    Alvaro y Maria no creen en el amor, solo quieren pasar una noche divertida juntos. Pero cuando despues de esa torrida cita se reencuentran en el mismo lugar de trabajo, descubren que su chispa fue una explosion.
    El quiere repetir, ella no.
    Una mentira, el pasado y su propia cabezoneria seran las barreras que se pondran a si mismos para poder estar juntos.
    < Quiero pasar todas las noches contigo>>
    ?Se amaran lo suficiente como para superar los obstaculos que se les presenten?

  • Un idilio por los pelos de Ariadna Baker

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    Siempre tuve vocacion de peluquera. Recuerdo que desde nina ya me encantaba peinar a mis amigas, incluso a mi madre, que tenia una larga melena negra como una india. Con mis pequenas manos le hacia unas maravillosas trenzas y recogidos que todo el mundo me celebraba. Las horquillas que le ponia por aqui y por alla eran casi mas largas que mis dedos. --Te veo peinando a las famosas, carino --solia decirme cuando todavia ni habia hecho mi Primera Comunion. Sus palabras me llenaban de orgullo. --?A Madonna? --le preguntaba, ingenua de mi. --A Madonna y a todas las top models y actrices de Hollywood. Ese era mi sueno a esa edad, pero mi padre tenia otros planes de futuro para mi y para mi Marta, mi hermana gemela. Con ella no tuvo ningun problema porque tenia muy claro que queria ser ginecologa, sin embargo, cuando yo termine la ESO y quise matricularme en una academia de peluqueria, me lleve el chasco de mi vida, y es que me di de bruces con un muro inquebrantable. --De eso nada, Ingrid. Quiero que mis dos hijas tengan una carrera universitaria, asi que termina el Bachillerato y ya veremos a que universidad te envio despues. --Pero ?por que? --proteste. --Porque lo digo yo, y punto --asi de tajante ha sido siempre mi padre. --Luciano, deja a la nina que estudie lo que a ella le guste --intervino mi madre. --Eso, Fabiola, tu ponte de su parte como siempre. ?Es que en esta casa no tengo voz ni voto? Cuando se ponia asi, no habia quien pudiera con el. Y eso de que no tenia ni voz ni voto... en fin. Mi padre no es mala persona, pero si de ideas fijas. En cuanto a mi madre, tiene un caracter muy blando y siempre se ha dejado llevar por el para evitar enfrentamientos, cosa que nunca he entendido. Una cosa es ser un gallo de pelea y estar a la gresca a todas horas y otra que no se impusiese en casos como este que estoy contando. Por aquellos dias me harte de llorar, viendo que no habia nada que hacer. Habia intentado hablar un par de veces mas con el, pero en ambas con el mismo resultado; cero patatero. --No te preocupes, cielo --me dijo mi madre una manana cuando el se marcho a su consulta de dermatologia a trabajar--, sabes que solo quiere lo mejor para vosotras dos. --?Es que lo vas a defender? Tu tambien sabes que quiero estudiar peluqueria, ademas, que no me veo yo estudiando una carrera. Yo no tengo el coco de mi hermana ni de cachondeo. Eso era cierto. Los libros no estaban hechos para mi y me costaba la misma vida metermelos en la cabeza. Marta era harina de otro costal. Ella disfrutaba devorandolos y siempre sacaba las mejores notas de clase, pero yo iba aprobando cada curso por los pelos. Esa era otra de las razones que me llevaban a querer ser peluquera. --A ver, hija, no es eso lo que quiero decir --prosiguio--. Me refiero a que todavia eres muy joven, estudia algo que no te resulte muy complicado y luego ya se vera. Cuando tengas tu titulo universitario en la mano, lo mismo cambias de opinion. O el. Pero hoy por hoy... tu sabes. Si, si sabia lo que queria darme a entender. A mis dieciseis anos, estando bajo el mandato de mi padre, lo tenia muy crudo. Y lo de emanciparme era inviable; con esa edad y sin ninguna experiencia laboral, dificilmente iba a encontrar un trabajo que me permitiera irme de casa para poder hacer con mi vida lo que me diese la gana. El dia que termine el Bachillerato y le anuncie a mi padre que habia decidido estudiar Enfermeria, se conformo a medias. --Pues hija, para eso, por un poco mas de esfuerzo, estudia Medicina. Hasta ahi podia llegar la broma, pense. Seis anos de carrera y uno preparando el MIR volviendome loca ya del todo. Ni de cona, vamos. Precisamente lo que yo queria era ganar tiempo. Mi plan era estudiar una carrera de cuatro anos y luego... a correr. Para entonces una tendria otra edad y mi padre no podria echarme ya el freno tan facilmente. Seguia empenada en ser peluquera tarde o temprano. --No, papa. La medicina para Marta. Ella ha salido a ti, pero yo no llego a tanto --le replique. Bueno, en realidad, Marta habia salido a los dos, porque mi madre tambien estudio en su dia Veterinaria. Ejercio como tal durante unos anos, pero un problemilla de salud que ahora no viene al caso la obligo a retirarse. El, que era consciente de que yo no estaba tan capacitada para los estudios, debio entender que era preferible que me metiera a hacer Enfermeria a que le dejase la carrera de Medicina a medias por no poder abarcar tanto. El asunto es que nosotros viviamos en un pueblecito del sur de Huelva que estaba a bastante distancia de la capital, de manera que me quedaba mas cerca la universidad de Cadiz que la onubense. Esa otra tierra a orillas del Atlantico siempre me ha llamado mucho la atencion, asi que vi ahi la oportunidad de matar dos pajaros de un tiro: pasar unos anitos en la capital gaditana y, de paso, vivir una nueva experiencia, lejos del seno familiar. Por suerte, en eso mi padre no puso ninguna objecion. --Muy bien, pues ya sabes. Ve buscandote por internet un piso de esos compartidos para estudiantes. Para ti y para tu hermana, claro. --Pero !papa! --protesto Marta. --Ni papa ni gaitas --otra vez le salio su vena mandataria--. Os ireis las dos juntas a Cadiz, asi os estimulais la una a la otra con los estudios. Mi hermana tampoco fue capaz de quitarle la idea en lo tocante a ella. Marta llevaba para entonces tres o cuatro meses saliendo con Claudio, un chaval de nuestro pueblo bastante guapo y espabilado que habia montado una ferreteria. Aunque nunca llego a decirlo, yo sabia que Claudio no era para mi padre santo de su devocion, y no porque el chaval fuera un pintillas ni nada por el estilo. Al reves, era un chico guapo, con muy buena presencia y bastante majete. Como cada uno sabe lo que hay en su casa, yo conocia bien la mentalidad de mi padre (distinta tambien en ese sentido a la de mi madre) y sabia que a el Claudio le parecia poca cosa para su hija, aunque no lo dijese. En el plan iba yo tambien por delante. Sus hijas tenian que casarse con alguien de mas nivel, esa era su pretension. Nunca he llegado a entenderlo, la verdad, pero el es asi. Ahora bien, si me hubiese visto por entonces en la misma papeleta de Marta, ahi si que hubieramos tenido un buen rifirrafe mi padre y yo. En el amor no parto peras con nadie, pero por aquellos tiempos yo no tenia pareja aun. Hasta entonces solo habia salido con un chico, hijo de un farmaceutico del pueblo, y nada mas que dos meses. En cuanto a mi hermana, tuvo que jorobarse con lo que habia, aunque tampoco era un drama: iriamos a diario a clase en Cadiz y los fines de semana tirariamos las dos para casa. Al comenzar el verano nos pusimos como locas a buscar piso. Llamamos a un monton de telefonos, pero nos encontramos con que la mayoria de las habitaciones ofertadas en los anuncios ya estaban apalabradas. Ademas, nosotras queriamos habitaciones independientes, a lo que estabamos acostumbradas desde siempre. Eso nos complicaba mas aun la busqueda. --No, si ya veras tu --decia Marta--, me veo metida en una pension. --Que exageradas eres, por Dios. Todavia queda mucho verano por delante. Asi era, pero no seria hasta finales de agosto cuando dimos con el piso ideal en el que poder vivir las dos durante nuestros anos de universitarias. No obstante, cogimos un tren y fuimos a verlo con nuestros propios ojos, que las fotos a veces enganan mucho. Aquellas le hacian justicia. El piso estaba situado en la ultima planta de un elegante edificio del paseo maritimo y tenia unas preciosas vistas al mar. En el vivia Mariola, una joven profesora de instituto. --Todo este tiempo han vivido aqui Saray y Rocio, pero ellas ya terminaron sus estudios a finales de junio y se volvieron para San Roque --nos explico --. Luego he alquilado las habitaciones por quincenas a gente de fuera, porque en esta zona se paga un paston en verano. --Tiene que ser una gozada vivir aqui todo el ano, aunque no sea en epoca de playa ?no? --le pregunte mirando absorta por la ventana. --Lo es. A mi me da igual que sea pleno invierno. Muchas mananas de domingo me bajo con el chandal y las deportivas y me voy andando por la arena hasta Torregorda. --?Donde esta eso? --Para alla --senalo con el dedo a la izquierda--. Cerca de San Fernando ya. Un dia segui y segui y me plante en La Isla. Otras veces tiro para el campo del Sur. --Parece un bloque muy tranquilo, ?verdad? --fue Marta la que se lo pregunto. --Relativamente. En verano hay mas ajetreo porque muchos propietarios tienen esto como segundas viviendas y las alquilan por temporadas, ya sabes, por semanas, quincenas... segun les convenga. Los unicos de esta planta que vivimos siempre aqui somos Elena y yo. --?Elena? ?Una pelirroja muy alta?

  • Tu eres mi mejor medicina de Paris Yolanda

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    Lucas y Yolanda viajan a Espana con la idea de reencontrarse con sus amigos y revivir juntos un sinfin de buenos momentos. Nada mas lejos de la realidad, puesto que en cuanto pisan territorio espanol, se dan cuenta de que las cosas han cambiado bastante y que ya nadie es lo que era.

  • La conquista de America contada para escepticos de Juan Eslava Galan

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    Sobre la turbulenta relacion entre Espana y America y sus origenes se ha escrito mucho, pero hasta ahora no habiamos podido disfrutar de la voz de Eslava Galan para contarnos esta historia recurrente, llena de contradicciones, alianzas, traiciones y desencuentros. Detras de la historia que todos conocemos, estan las vidas de los personajes que la vivieron e hicieron que sucediera.
    En este nuevo libro, Juan Eslava Galan expone las circunstancias de la conquista del Nuevo Mundo, presentandonos a los personajes mas importantes que tomaron parte en ella. De forma detallada pero amena, expone desde los problemas de abastecimiento de especias orientales y oro, principales fuentes de riqueza de la epoca, que padecia Europa (presentado como un dialogo casual entre un consul flamenco y un mercader veneciano hacia 1480), hasta la conquista de buena parte de America por los espanoles hacia el ano 1550.

  • Arturo Losada, entre tu ausencia y la mia (Mundo Elisa 3) de Beatriz Velasco

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    Arturo Losada, profesor de reputacion intachable en la Universidad de Valladolid, se ve envuelto en una inesperada historia de amor que tambalea los cimientos de toda su vida.
    En este tercer volumen de la trilogia "Mundo Elisa": Arturo Losada entre tu ausencia y la mia, sera Arturo quien nos desvele como vivio en primera persona aquella relacion.
    Intriga, imprevistos, nuevos personajes, nuevas perspectivas de la palpitante historia de la vida de Elisa.

  • Vuela conmigo de Katariina Tammert

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    Laura, azafata de vuelo, comienza una prometedora carrera en la aerolinea mas importante del pais a la vez que empieza a formar parte de un complicado triangulo amoroso. Este la llevara a hacerse las preguntas mas profundas sobre su identidad y sobre lo que busca en la vida. Mientras aparecen las respuestas conocera a hombres que le descubriran patrones transgeneracionales ocultos, pero muy presentes en su familia. Entre tanto el camino se le ira revelando cargado de viajes, fiestas, glamour, aventuras y alegria.

  • La ultima princesa del desierto de Kristel Ralston

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    A la princesa Aisha Al-Sabagh la dieron por muerta durante una rebelion en su pais, Bhareib. Toda su familia fue asesinada, aunque ella logro salir con vida en plena revuelta sanguinaria. Cuando estaba a punto de desfallecer entre las dunas, una tribu nomada la adopto y curo sus heridas. Ella es una sobreviviente, y ahora que los anos han pasado, Aisha quiere recuperar lo que le fue usurpado con crueldad. No le importa tener que enfrentarse al actual rey de Bhareib, a quien por cierto considera un cretino y vulgar mujeriego. ?Como podria ser de otra forma con la historia que lo precede? Ella esta dispuesta a sacrificar todo lo que posee, incluso su corazon, para vengar la memoria de los suyos.

  • No me llames bana-perros de Iris Vermeil

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    Son las diez menos diez. Faltan diez minutos para que empiece mi jornada laboral. He aparcado mi Vespa a la vuelta de la esquina. Voy esquivando a la gente que pasa a toda prisa por mi lado y sin prestarles atencion miro la pantalla del movil. Llevo los auriculares puestos y escucho una de mis canciones favoritas de bachata y, para no pensar en el dia que me espera imagino que estoy en mitad de un videoclip vestida de fiesta, rodeada de tios buenos, subida a unos tacones de infarto y pintada como una puerta. Camino mirando hacia el suelo y al levantar la vista veo a lo lejos que ya hay varias personas esperandome en la puerta de la peluqueria. Todo lo que habia creado en mi mente se esfuma haciendome volver a la realidad. --Buenos dias, ?hace mucho que esperan? --pregunto educadamente. --No, tranquila. Acabamos de llegar --responde una senora. No se porque siempre la gente suele decir eso ?sera por quedar bien? Seguramente llevan alli un buen rato y no quieren admitirlo. Quito los candados de la persiana y la subo con esfuerzo. Nadie, repito, nadie me pregunta ?Helena, quieres que te ayude? Eso es mucho pedir. Aunque bueno, yo ya estoy acostumbrada. No, no es que vaya al gym ni nada de eso... yo no estoy hecha para levantar pesas ni correr hacia ningun sitio durante minutos eternos. Eso no va conmigo. Yo levanto persianas de las antiguas, de las que pesan mas que un muerto. De esas del siglo pasado, ya que, la buenaza de mi jefa y no lo digo con ironia no se le ha pasado por la cabeza cambiarla por una electrica. No vaya a ser que la mujer se arruine, mejor me arruino yo la espalda. Quito la alarma y rezo para acertar a la primera el numero secreto, como salte nos deja a todos sordos, si lo digo es porque me ha pasado anteriormente. --Pasen, pasen --digo--. Un segundo, voy a cambiarme. --Si, si, no tenemos prisa. Se ve, se ve. Pienso para mis adentros. Me quito los pantalones y al momento, pican al timbre. Debera ser Alma, mi companera. Oigo que los senores le abren. Mejor para ella, porque no pensaba salir en bragas. Las unicas que tenemos llaves de la pelu somos mi jefa y yo, y ella no se ha molestado en hacer mas copias. Me pongo mi uniforme de peluquera canina, una especie de casaca nada sexy de color negra con pequenas huellas de perro de colorines y cambio mis deportivas por unos zuecos blancos. Ah, ?que no os lo habia dicho? Si. Soy peluquera canina. Trabajo como tal desde los veinte anos, cuando deje la carrera de fisioterapia y decidi que mi vida eran los animales. Ahora tengo veintiocho. Adoro trabajar con ellos, sin embargo, reconozco que hay que tener una paciencia... vamos que me falta poco para que me hagan Santa porque hago cada milagrito... Y no solo porque algunos tengan un caracter dificil de controlar, sino, porque los duenos no nos suelen reconocer el esfuerzo que hacemos a diario, a nosotros los profesionales. Como el mes pasado, que vino una senora por primera vez y me dijo que le cortase el pelo cortito a su bichon maltes de seis meses. Todo iba bien hasta que la senora se fue y me quede con el perro. Eso no era un perro, era una oveja. ?Como era posible que tuviera el animal por casa con esos nudos? ?Nudos? Mejor dicho rastas... A punto estuve de llamarla y decirle; Senora, ?usted sabe lo que es un peine? Ademas, no era de color blanco sino gris y del oscuro. Bueno total, que no queria esquilarlo con la maquina e hice lo que habia que hacer. Desenredar y cortar, desenredar y cortar y asi me pase casi dos horas... Se presento preguntando que si ya habia acabado. Le dije con mucha simpatia lo que sucedia y me dijo; Pues, ya me llamaras mas tarde. Cuando finalice el trabajo lo bane con un champu hidratante, le puse acondicionador y lo seque. Una vez seco, volvi a desenredar e hice un corte monisimo con la carita redondita. !Parecia un peluche! Llame a la senora entusiasmada; Senora, que Tobby ya esta listo y perfumado. En cinco minutos la tenia en la puerta. ?Y que creeis que dijo la senora? --!Dios mio! ?!Que le has hecho a mi Tobby!? !!Esta precioso, parece de concurso, eres la mejor peluquera canina Helena!! Voy a recomendar a todas mis amigas del PipiCan que vengan aqui. !!Ja, que os lo habeis creido!! Ya me hubiera gustado ya, que me dijera eso.... --!Parece un conejo! --?Como? --respondi. Ya os podeis imaginar mi cara de incertidumbre. --Lo queria corto pero no tanto. No me gusta. --miro al pobre bichin con cara de asco. Vale. Pense ?La mando a freir esparragos o a la playa? ?Que hubierais elegido? --Quiza esta mas corto de lo que usted se imaginaba, pero Tobby tenia muchos nuditos y hemos tenido que hacerlo asi para que quedara todo igualado. Seguro que el se siente mucho mejor y mas fresquito. --Esta horrible, ?tanto has tardado para esto? Respire hondo y conte hasta diez. --Em... yo lo he hecho lo mejor que he podido y creo que esta guapisimo, si a usted no le gusta... --Ya veras cuando lo vea mi hija, el disgusto que va a tener. --El pelo vuelve a crecer, yo le recomiendo que lo cepille a diario y lo traiga mas a menudo para que su cabello lo mantengamos brillante y saludable. --Bueno, bueno... en casa tambien lo puedo banar yo eh que no es tan dificil... Estaba a una borderia mas de sacar el caracter de leona que tengo escondido. Ese que me viene de familia y que sale cuando me tocan lo que no tengo. --Se que usted puede hacerlo en casa pero de ese modo el se acostumbra a nosotras y al ruido del secador, de las tijeras... --Venga va, cobrame que tengo que ir a recoger a mi nieto al colegio -- interrumpio mi explicacion. --Mire, seran treinta y cinco con veinte. --!!Que!! --grito. --!?Treinta y cinco euros por dejar a mi perro como un conejo?! Diez minutos estuve aguantandola hasta que me cabree y textualmente le dije; --Mire senora, yo he hecho mi trabajo como tenia que hacerlo y lo mejor que he podido. Si usted no lo valora no puedo hacer nada mas. Debo cobrarle por las horas que he pasado con su perro. Pero en realidad queria decirle; Si no le gusta como trabajo, ahi esta la puerta. !No vuelva mas, desagradecida! !A ver en que peluqueria la aguantan! Y se fue pero de pagar vaya si me pago. Dudo mucho que regrese y mejor, porque para soportar cosas asi... Luego hay otro tipo de clientes, los que te son fieles y vienen cada mes. Hablan bien de ti a sus conocidos y asi va prosperando el negocio y tu motivacion al trabajar va creciendo. A esos si que les estoy muy agradecida. --Hola Helena --me saluda Alma al entrar al vestuario--. ?Que tal el fin de semana? --Meh, mas de lo mismo... --?No te fue bien con Santi? --Uf, ni me lo nombres.

  • La llegada del duque de Elisabeth Boyle

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    El dia amanecio como siempre lo hacia en mayo en la aldea de Kempton, con una brillante llovizna de rayos de sol, un toque de rocio en la hierba y los pajaros cantando alegres melodias en el jardin. Nada indicaba que aquel dia la senorita Tabitha Timmons no solo se veria prometida, sino que ademas se enamoraria locamente. Y no necesariamente seria todo con el mismo hombre. No, lo unico que Tabitha pensaba mientras salia aquella tarde de la casa del vicario, cerraba la puerta con cuidado detras de ella y se dirigia a su reunion de los martes de la Sociedad para la Templanza y Mejora de Kempton era que por fin podia escapar de las ordenes de su tia y de las quejas de su tio por tres maravillosas horas. --Ah, aqui estas --dijo la senorita Daphne Dale alegremente desde la cancela del jardin, donde esperaba a Tabitha--. Estaba empezando a temer que ella no te dejara venir --continuo hablando Daphne en un susurro mientras se agachaba para rascar detras de las orejas al Senor Muggins, el perro que siempre acompanaba a Tabitha. El gran terrier irlandes levanto la cabeza hacia Daphne y le dedico una mirada de pura admiracion con sus enormes y expresivos ojos marrones. --Entonces la tia Allegra tendria que ir en mi lugar, y que Dios la libre de que le encarguen alguna tarea --dijo Tabitha. Miro por encima del hombro y agradecio que las cortinas siguieran echadas, lo que significaba que su tia no estaba mirando, buscando alguna excusa para hacerla volver. --Que idea tan horrible --afirmo Daphne. Enlazo un brazo con el de su amiga y tiro de ella para alejarla de la casa del vicario, que una vez habia sido el hogar feliz de Tabitha. Todavia deberia serlo, situada donde estaba, baja y maciza a la sombra de la iglesia de Saint Edward, una enorme reliquia de la epoca normanda. La iglesia tenia altos muros de piedra, una nave larga y un campanario solo empequenecido por las alturas de Foxgrove, la propiedad cercana del conde de Roxley. Sin embargo, despues de que muriera su padre dos anos atras victima de una dolencia cardiaca y de que su tio se instalara alli como el nuevo vicario, ahora el amado hogar de infancia de Tabitha era un lugar deprimente y sombrio. Por lo menos, penso ella, todavia se le permitia asistir a las reuniones de la Sociedad, aunque solo fuera porque a su tia le parecia que la mision de proporcionarles cestas de caridad a las numerosas solteronas de Kempton era una tarea aburridisima. Caminaron sin prisa por Meadow Lane, el sendero estrecho que iba desde la casa del vicario a High Street, mientras Daphne parloteaba, poniendo a Tabitha al dia de los cotilleos del lugar. --… y lady Essex nunca permitira que Louisa y Lavinia se salgan con la suya en ese tema. Los banderines para el baile del solsticio de verano siempre han sido de color lavanda. !Verde manzana, imaginate! Tabitha sonrio y dejo que la chachara cayera sobre ella como si fuera un balsamo, porque cuando estaba con Daphne o en las reuniones semanales de la Sociedad, era facil creer que no habia cambiado nada en su vida, que una vez fue idilica. --Ayer, incluso fui a visitar a las gemelas e intente, muy educadamente, explicarles que, si insistian, solo conseguirian aumentar la ira de lady Essex. --Daphne suspiro--. !Oh, como les gustan los problemas a Louisa y a Lavinia! Tabitha miro a su amiga. --?De verdad pensabas que podrias hacerlas desistir de su empeno? --Tenia la esperanza --le confeso Daphne--. Y si eso no funcionaba, pense que mi nuevo sombrero las distraeria. Inclino la cabeza para ensenarle el sombrero de seda verde, que tenia un lazo gris que llamaba la atencion. Tabitha estaba acostumbrada a ver pavonearse a Daphne y se rio. --Has convencido a tu padre para que te adelante la asignacion, ?verdad? Su amiga sonrio sin mostrarse arrepentida. Le brillaron los ojos azules cuando levanto una mano enguantada para tocarse el estiloso borde del sombrero. --Si, y cada chelin ha merecido la pena --afirmo Daphne--. Tenia miedo de que papa no cediera antes de que la senorita Fielding lo descubriera y me lo arrebatara, !y ya sabes lo mal que le sienta el verde! Tabitha se rio. La rivalidad entre Daphne y la senorita Fielding aumentaba con cada ano que pasaba. --Creo que a ti te quedaria perfecto --dijo Daphne de pasada--. Podrias probartelo cuando lleguemos a casa de lady Essex. Miro a Tabitha con amabilidad y se mordio el labio inferior mientras esperaba su respuesta. Como sabia bien lo que pretendia hacer su amiga, Tabitha nego con la cabeza. --Sabes que ni siquiera puedo plantearmelo. ?No recuerdas como se puso mi tia cuando me diste esos guantes el invierno pasado? --No era caridad --afirmo Daphne frunciendo el ceno--. Y esto tampoco lo seria. Es solo que no tienes un sombrero nuevo desde… --Desde hace dos anos --replico Tabitha. Ni un vestido nuevo. Ni zapatos. Ni medias--. La verdad es que no me importa. --!Pues a mi si! --le espeto Daphne--. A tus tios deberia avergonzarles la forma en que te tratan, dandote migajas de mala gana. ?Que podia decir Tabitha? Todo era cierto. Su tia y su tio se habian alegrado mucho de adquirir la posicion elevada del estilo de vida de su padre cuando este habia muerto, pero ?se podia decir lo mismo de conseguir la custodia de su sobrina pobre? En lo mas minimo, sobre todo teniendo en cuenta que no tenian hijos. A la tia Allegra, que no tenia ni una sola celula maternal en todo su cuerpo, incluso le gustaba quejarse de que su sobrina ocupaba demasiado espacio en el rincon del desvan que le habian asignado gentilmente para dormir. A Tabitha no le importaba vivir en ese escondite, porque era donde se guardaban los baules de su madre. Esa cercania le permitia captar de vez en cuando una nota del perfume de violetas que habia usado. Eran unos momentos tan vagos como los recuerdos que tenia de la gracil belleza que habia muerto de unas fiebres cuando ella aun era muy pequena. --Cada vez que tu tio da un sermon sobre la caridad, me dan ganas de levantarme y de decirle que es un hipocrita controlador --afirmo Daphne. --Eres incorregible --la regano Tabitha, aunque con poco entusiasmo, porque si habia alguien que velara por sus intereses, esa era Daphne. --?Quien es incorregible? --pregunto la senorita Hathaway cuando se unio a ellas en el punto en el que Meadow Lane se cruzaba con High Street. Fiel a su aspecto habitual, Harriet llevaba el borde del vestido lleno de barro, la ropa ligeramente arrugada, el sombrero torcido y en una de sus mejillas sonrosadas habia una mancha de algo. Probablemente se le habria hecho tarde y habria salido corriendo de los establos de Pottage sin haberse mirado en un espejo. Estaba claro que lady Essex se molestaria por la apariencia descuidada de su pupila. Su senoria estaba poniendo muchas esperanzas en llevar a Harriet a Londres y encontrar para ella un buen partido, aunque casi nadie en Kempton le daba mucho valor a tales ideas. Despues de todo, estaban hablando de <> Hathaway. --Yo --le dijo Daphne, y cambio de tema con habilidad--. Me he comprado un sombrero nuevo. Harriet le echo una mirada. --Oh, si, es verdad. ?No es el que me ensenaste la semana pasada en el escaparate de la senora Welling? Daphne asintio. --Es bonito, ?no te parece? Harriet lo volvio a mirar y dijo: --Si, pero creia que estaba adornado con una pluma. --La he quitado --contesto Daphne en voz baja, inclinando la cabeza con aire despreocupado hacia el Senor Muggins. Tabitha se avergonzo. Queria muchisimo a su perro, pero el pobre era incapaz de darse cuenta de que un ribete emplumado de una pelliza o una pluma de ave en el borde de un sombrero no formaba parte de un pajaro de verdad. Despues de haber destrozado tres sombreros de la tia Allegra poco despues de la llegada de esta, la dama habia amenazado con expulsar al perro barbado… solo para descubrir que toda la aldea de Kempton y buena parte de la poblacion de las aldeas cercanas se habia negado a encargarse de <>, para alivio de Tabitha. Al final, la dama indignada habia hecho lo mismo que Daphne y habia quitado todas las plumas de sus sombreros. Incluso la indomita lady Essex retiraba las plumas de su turbante favorito antes de ponerselo en una reunion de la Sociedad. Ninguna pluma estaba a salvo cuando el Senor Muggins se encontraba cerca, para disgusto de Tabitha. ?Por que no sentia tal hostilidad por las ardillas o las ratas, como otros terriers? Tabitha se sentia obligada a llevarse a su travieso companero a todas partes, por miedo a que el tio Bernard encontrara a algun transeunte desprevenido lo suficientemente ignorante como para que se llevara al perro. --Pareces cansada, Tabitha --comento Harriet--. Y mas delgada. Trabajas demasiado. Tabitha aparto la mirada. --Tuve que fregar antes de salir, asi que me he levantado temprano. Daphne la miro de lado. --Y supongo que tambien has abrillantado la plata, has lavado los platos, has dejado la mesa puesta para la cena y le has cortado las verduras a la senora Oaks. Eso no era todo, porque tambien habia planchado. Aun asi, quiso hacerle frente a la preocupacion de sus amigas. --No me mireis asi. No me importa trabajar. Harriet apreto la mandibula y dijo: --Alguien tiene que recordarle a tu tia que eres una dama, no la mujer de la limpieza. --Preferiria que nadie lo hiciera --contesto Tabitha. Por lo menos, tenia un techo sobre su cabeza, algo que a sus tios les gustaba recordarle todos los dias. --Siempre puedes venir a vivir… --empezo a decir Harriet, pero Tabitha la interrumpio sacudiendo la cabeza con vehemencia. <> Lady Essex tambien le habia ofrecido un lugar donde vivir en Foxgrove y, Daphne, una habitacion en Dale House, pero sus tios se habian negado a permitir que se mudara, convencidos de que se dedicaria a llevar una vida disipada y licenciosa sin su constante proteccion. Eso, y perderian a una doncella que trabajaba gratis. Pero tambien estaba el hecho de que a Tabitha le encantaba la vicaria. Siempre habia sido su hogar. Y aunque ahora solamente tenia un pequeno rincon bajo el alero y comia en la cocina, por lo menos todavia podia ocuparse de las flores de su madre en el jardin y mirar la firme caligrafia de su padre cuando anotaba alguna entrada en el registro de la parroquia. Era lo mas parecido a un hogar que tendria nunca. --Si por lo menos no fueramos de Kempton… --dijo Daphne, suspirando audiblemente--. Entonces podrias casarte y escapar de las exigencias de tu tia. --Pensemos en algo mas alegre --propuso Harriet como si hubiera visto la sombra que habia cruzado la cara de Tabitha--. Como, por ejemplo, en lo roja que se pondra lady Essex cuando las gemelas Tempest propongan su ridicula idea, otra vez, de cambiar el color de los banderines del baile del solsticio de verano. Las tres se rieron y siguieron caminando contentas, de lo que Tabitha se alegro. Por lo menos, algunas cosas no cambiaban nunca. Se estaban acercando a la herreria, donde resonaba el martillo del senor Thury con fuerza mientras trabajaba incesantemente en alguna tarea. A pesar de que el sonido les resultaba familiar, Daphne se detuvo con brusquedad. --!Oh, cielos! Al oir su exclamacion Harriet se paro, trastabillando, mientras hundia en la gravilla los tacones de sus botas. Dejo escapar un juramento que seguramente habia aprendido de alguno de sus cinco hermanos y termino con la frase, nada propia de una dama: --!Eso si que es un equipo condenadamente bueno! Tabitha se detuvo, las miro, se llevo una mano a la frente y entorno los ojos contra el sol hasta que fue capaz de ver lo que habia cautivado a sus amigas. Alli, frente a la forja del senor Thury, habia un sofisticado carruaje, un faeton, segun le parecia, pero dejaria que fuera Harriet quien lo asegurara, porque estaba mucho mas informada de tales asuntos. Fuera lo que fuera, el caro vehiculo estaba caido porque le habian quitado una rueda, y probablemente el herrero lo estaba reparando. Era una enorme rareza que no solia verse en Kempton. Porque, mientras que en Kempton abundaban las solteronas y las damas que no se habian casado, faltaban caballeros, y por eso era muy raro ver esos articulos masculinos. --Dios mio, ?habeis visto alguna vez algo mas admirable? --susurro Daphne. Tabitha miro a su amiga. --Creo que ni siquiera tu padre usaria ese medio de transporte. --No estaba mirando el carruaje --confeso Daphne--, sino al caballero que lleva esa chaqueta tan esplendida.

  • Real Money de Lynda Rees

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    El agente de bienes raices, el novio de Chloe Roberts, el alguacil adjunto Leo Sanders, sospecha que su madre, Ava, mato al rico amante de Ava. El mafioso reformado, su abuelo Tony, se ha recuperado recientemente de la muerte y es otro sospechoso. La vida amorosa de Chloe esta al borde de la distincion, y no puede esconder la nariz de la investigacion. Mientras tanto, el asesino tiene hambre de sangre nueva.

  • El secreto de Gaudlin Hall de John Boyne

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    Despues de perder a su anciano padre, la joven Eliza Caine no tiene mas opcion que aceptar un puesto de institutriz en la mansion de Gaudlin Hall, en Norfolk. Pero lo que deberia ser un trabajo digno y sencillo se convierte en una experiencia espeluznante. En cuanto se apea del tren, un par de manos invisibles intentan arrojarla a la via, y cuando finalmente llega al caseron, los unicos que salen a recibirla son dos ninos, Isabella y Eustace, que aparentemente viven solos. Eliza no sabe quien la ha contratado, y una serie de extranos sucesos la convencen de que algo muy grave esta ocurriendo en la casa. Es como si una presencia maligna, que parece querer proteger a los pequenos, se manifestara continuamente, por lo que Eliza comprende que debera desvelar los secretos que Gaudlin Hall guarda celosamente.

  • Familia de estrellas de Danielle Steel

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    Un homenaje de Danielle Steel a las mujeres fuertes que no se dejan vencer por las adversidades.

  • La hija del anticuario de Ana I. Martin

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    La hija del anticuario, el suspense romantico que no te puedes perder.

  • Kentukis de Samanta Schweblin

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    Una nueva novela de la prestigiosa autora argentina Samanta Schweblin que desvela el lado mas inquietante de las nuevas tecnologias.

  • Complot en Estambul de Charles Cumming

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    Con una larga y fructifera tradicion en la novela de espias, la caza del topo -el agente infiltrado por el enemigo en la propia red- es el tema central de este nuevo episodio de las andanzas de Thomas Kell, ex espia del MI6 que lucha por reincorporarse a su puesto tras haber caido en desgracia y haber sido apartado del cuerpo. Como en En un pais extrano, primera entrega de la serie, Charles Cumming retrata con extraordinaria fidelidad el mundo de los servicios de inteligencia y nos acerca de forma magistral a las guerras secretas de nuestro tiempo. En esta ocasion, la directora del Servicio Secreto de Inteligencia britanico, Amelia Levene, confia a Kell la tarea de investigar, lo mas rapida y discretamente posible, la muerte de un jefe del MI6 en un misterioso accidente aereo ocurrido en Turquia, historica zona de encuentro entre Oriente y Occidente.

  • Todo comenzo en Mielec de Teresa Sanchez Romero

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    Anna, una joven Polaca asistente social, descubre inesperadamente a un hombre oculto en una casa abandonada. Desde ese instante, cambia su forma de vida y de pensar tras conocer los entresijos de una terrible guerra que transformo al mundo, la 2a Guerra Mundial y que la lleva a dejarlo todo y recorrer el mundo por resolver un misterio que hace parte de su vida.