• libro la biblioteca de los libros olvidados - Adella Brac

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    Keera se ha criado con su estricto abuelo en una vida acomodada de orden y rutina.

  • La biblioteca de los libros olvidados Tapa blanda - Amazon.es

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    La biblioteca de los libros olvidados : Brac, Adella, Galera Andreu, ... El amor, una biblioteca prohibida y un libro olvidado, las arrojará a una ...

  • La biblioteca de los libros olvidados Versión Kindle - Amazon

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  • LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS RECHAZADOS

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    2 feb 2017 — El libro LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS RECHAZADOS de DAVID FOENKINOS en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • La biblioteca de los libros rechazados

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    Pick regentaba, junto a su viuda Madeleine, una pizzería, y según ella nunca leyó un solo libro y mucho menos escribió nada que no fuera la lista de la ...

  • La biblioteca de los libros rechazados - David Foenkinos

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    Me ha encantado. Es el primer libro que leo de este autor y me ha parecido tan original en la trama y con tanta delicadeza y elegancia en la narración, que ...

  • LA BIBLIOTECA DE LOS LIBROS RECHAZADOS

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    ¿Tenía el autor una vida secreta? Rodeado de un gran misterio, el libro triunfa en las librerías, provoca efectos sorprendentes en el mundo editorial y cambia ...

  • La biblioteca de los libros rechazados - Wikipedia

    https://es.wikipedia.org/wiki/La_biblioteca_de_los_libros_rechazados

    La biblioteca de los libros rechazados, La biblioteca de los libros olvidados o El misterio ... Según su viuda, Pick nunca leyó un libro y lo único que escribió en su ...

  • Crítica de "La biblioteca de los libros olvidados": ¿Quién es el ...

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    11 mar 2020 — El autor resulta ser un tal Henri Pick, el pizzero del pueblo, fallecido dos años antes. Una vez publicado, el libro resulta un éxito de crítica ...

  • La biblioteca de los libros olvidados - Adella Brac - Babelio

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    15 oct 2019 — La biblioteca de los libros olvidados par Brac Añadir a mis libros ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • El final de la dictadura de Nicolas Sartorius

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    No es casualidad que este libro se titule El final de la Dictadura y no Historia de la Transicion. Es asi porque, durante los meses en que discurre este relato, a lo que asistimos es al final de una dictadura, cuyo momento de ruptura acontece cuando se legalizan los partidos y sindicatos, se reconocen las libertades politicas, se acepta la amnistia y se celebran elecciones libres.

  • V de Valkyria de Lena Valenti

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    Un mundo de sensibilidad y descaro; de claros y oscuros; de verdades que sanan y mentiras que hieren. Un mundo honesto y a quemarropa. El pensamiento optimista de una mujer valkyria, que cree en su V, que cree en las demas, y que sabe que seremos poderosas cuando dejemos de destruirnos entre nosotras. La prosa, los pensamientos, las ocurrencias y la poesia de quien ha hecho de la tierra su Valhalla. V de Valkyria es amar con todo. Y jugar a ganar, a sabiendas de que se puede perder. V es un grito a la libertad, en todos sus generos.

  • Once escandalos para enamorar a un Duque de Sarah Maclean

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    En retrospectiva, la senorita Juliana Fiori deberia haber recapacitado sobre cuatro acciones de aquella noche. Para empezar, tendria que haber ignorado el impulso que la llevo a desatender el baile de otono de su cunada para aventurarse en los jardines de Ralston House, un lugar menos empalagoso, mas fragante y mucho peor iluminado. En segundo lugar, deberia haberselo pensado dos veces cuando el mismo impulso la llevo a adentrarse en los lobregos senderos que bordean la mansion de su hermano. Y en tercero, deberia haber regresdo al interior de la casa en cuanto tropezo con lord Grabeham, completamente ebrio, que se mantenia en pie a duras penas y expelia comentarios poco caballerosos. Pero no deberia haberle golpeado. No importaba que la hubiera atraido hacia el y la hubiera obligado a oler su aliento calido y apestoso, a whisky nada menos, ni que sus labios frios y humedos hubieran buscado torpemente el arco de su mejilla; ni siquiera que sugiriera que iba a disfrutarlo tanto como lo habia hecho su madre. Las damas no golpean a la gente. Al menos las damas inglesas. La senorita Juliana Fiori observo como el supuesto caballero gritaba de dolor y sacaba un panuelo del bolsillo para cubrirse la nariz y manchar de escarlata el inmaculado lino blanco. Paralizada, sacudio la mano distraidamente para deshacerse del escozor mientras el miedo la consumia. Aquello saldria a la luz publica. Se convertiria en un <>. Y no importaba que el susodicho caballero lo mereciera. ?Que otra cosa podria haber hecho ella? ?Permitir que la maltratara mientras esperaba que un salvador apareciera entre los arboles? Era mas probable que cualquier hombre que estuviera en el jardin a aquella hora de la noche fuera otro acosador y no un salvador. Pero acababa de confirmar todas las habladurias. Jamas podria ser uno de ellos. Juliana levanto la vista hacia el dosel que formaban los arboles. Hacia tan solo un momento el susurro de las hojas por encima de su cabeza le habia prometido un respiro de las destemplanzas del baile. Ahora el sonido se mofaba de ella, como el eco de los suspiros que brotaban de los salones de todo Londres cuando pasaba por delante de ellos. --!Me ha golpeado! --El grito del hombre gordo fue demasiado alto, nasal e indignado. Juliana se llevo su palpitante mano a la cara para apartarse un mechon suelto de la mejilla. --Si vuelve a acercarse, recibira mas de lo mismo. El hombre siguio mirandola fijamente mientras se limpiaba la sangre de la nariz. El enfado que reflejaban sus ojos era evidente. Conocia ese sentimiento. Sabia que significaba. Juliana se preparo para lo que venia a continuacion. Pero el sufrimiento fue el mismo. --Se arrepentira de esto. --El hombre dio un paso amenazador hacia ella--. Le hare creer a todo el mundo que me lo rogo. Aqui, en el jardin de su hermano, como la fulana que es. Un dolor penetrante se instalo en su sien. Sacudiendo la cabeza, Juliana dio un paso atras. --No --dijo, e hizo una mueca ante el espesor de su acento italiano, el mismo que llevaba tanto tiempo intentando dominar--. No le creeran. Sus palabras sonaron vacias incluso para ella. Por supuesto que le creerian. Lord Grabeham leyo el pensamiento en sus ojos y derramo en la noche una risotada furiosa. --No puede imaginar que la creeran. Apenas legitima. Tolerada solo porque su hermano es un marques. Es imposible que crea que el va a confiar en su palabra. Al fin y al cabo, no es mas que la hija de su madre. La hija de su madre. Por mucho que lo intentara, aquellas palabras eran un bofeton imposible de esquivar. Juliana alzo el menton y se cuadro de hombros. --No le creeran --repitio, deseando que su voz se mantuviera estable-- porque nadie puede imaginar que me sienta atraida por usted, porco. Lord Grabeham tardo unos segundos en traducir la palabra del italiano al ingles, en procesar el insulto. Pero cuando lo hizo, la palabra cerdo quedo suspendida entre ambos en las dos lenguas. Grabeham alargo hacia ella una mano rolliza de dedos como salchichas. Aunque era mas corto de estatura que ella, compensaba la diferencia con la fuerza bruta. Sus dedos se clavaron en su muneca con una fuerza que prometia dejarle moretones. Al intentar zafarse de el retorciendo el brazo, Juliana noto una quemazon en la piel. Contuvo el dolor y actuo por instinto, agradeciendo a su creador haber aprendido a pelear con los chicos en los arenales de Verona. Su rodilla salio propulsada hacia arriba, contactando con precision y crueldad con su objetivo. Grabeham emitio un alarido y aflojo la mano lo suficiente para que ella pudiera liberarse. Y entonces Juliana hizo lo unico que se le ocurrio. Echar a correr. Levantandose los faldones de su brillante vestido verde, atraveso los jardines evitando en todo momento la luz que se filtraba por los ventanales del enorme salon, sabedora de que ser descubierta corriendo en la oscuridad resultaria tan nocivo como acabar en las zarpas del odioso Grabeham... quien se habia recuperado con alarmante presteza. Podia oirle avanzar pesadamente detras de ella a traves de un seto particularmente espinoso, resollando a grandes bocanadas. El sonido la espoleo e hizo que traspasara velozmente la puerta lateral del jardin que daba acceso a las caballerizas que colindaban con Ralston House, donde una serie de carruajes esperaban en una larga fila a que sus propietarios los reclamaran para regresar a sus domicilios. Juliana tropezo con algo afilado y dio un traspie. Detuvo la caida con las manos sobre el empedrado, se las arano al tratar de recuperar el equilibrio. Se maldijo a si misma por la decision de quitarse los guantes al salir del salon; por engorrosos que fueran, la cabritilla le hubiera evitado unas cuantas gotas de sangre aquella noche. La puerta de hierro se cerro detras de ella, y Juliana vacilo durante una fraccion de segundo; el sonido podia atraer la atencion de alguien. Una rapida mirada en derredor le hizo descubrir la presencia de un grupo de cocheros absortos en una partida de dados en el otro extremo del callejon; ninguno de ellos mostro el menor interes por ella. Al mirar hacia atras, vio como la mole de Grabeham avanzaba hacia la puerta. Era como un toro embistiendo el capote; tenia pocos segundos antes de ser corneada. Los carruajes eran su unica esperanza.

  • Bajo la lluvia (Sobre el arcoiris 1) de G. Elle Arce

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    Hace anos, cuando era muy joven, decidi liberarme de las ataduras emocionales que conlleva tener parejas, manteniendo mis "relaciones" -si es que se le puede llamar de alguna manera-, en un plano meramente fisico, donde solamente reina el placer sexual; haciendome gozar en lugar de sufrir.
    Como en todas las cosas, tenia una predileccion... Ivar. Ivar es un noruego, alto, fuerte y rudo, un chico malo, un motociclista muy atractivo, que me prende con solamente verlo u oirlo.
    Sin embargo, todo eso cambia al conocerlo a el... un hombre que, a simple vista, no era mi tipo; un hombre peculiar, que no se parece a ninguno de mis anteriores pretendientes; un hombre que amenaza con destruir mis creencias, y desmoronar mi interior, hasta dejarme totalmente expuesta.

  • El honor de mi dama de Julia Justiss

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    ?Quien era aquella mujer? ?Un doncella recatada… o una descarada aventurera? Al conocer a la joven dama que habia deslumbrado a su mejor amigo, Gilen de Mowbry vio algo sorprendentemente familiar en ella. Pero tan recatada senorita no podia ser la gitana de ojos violetas que habia bailado para el a la luz de una hoguera… y que desde entonces se habia hecho duena de sus suenos… Desesperada por huir junto a su hermano de los malevolos planes de su primo, Gwennor Southford habia aprovechado la ocasion de marcharse con una caravana de gitanos. Solo una cosa se interpondria despues entre ella y la seguridad de un matrimonio perfecto: los inolvidables momentos que habia pasado junto a Gilen de Mowbry…

  • Las calles que se volvieron playas de Jose Javier Lara Hidalgo

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    Hay perdidas que te cambian la vida. La de Alberto transcurre entre el estres del trabajo y los malos habitos. De repente, un dia tiene que emprender un viaje para seguir los ultimos pasos de su hermano y cumplir el deseo que dejo pendiente. Descubrira una vida diferente, secretos que fue dejando por el camino y tendra un encuentro que le hara ilusionarse de nuevo con el amor.Javier Lara arranca en Paris un viaje que reconducira por toda la costa cantabrica desde San Sebastian hasta Fisterra.

  • En defensa de la felicidad de Matthieu Ricard

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    Tras el exito de El monje y el filosofo, un autentico tratado de la felicidad, a la vez que una valiosa y convincente guia para nuestros individualismos carentes de puntos de referencia. Todos aspiramos a la felicidad, pero ?como encontrarla, conservarla e incluso definirla? A esta cuestion filosofica por excelencia, tratada por el pensamiento occidental con una mezcla de pesimismo y burla, Matthieu Ricard aporta la respuesta del budismo, una respuesta exigente pero tranquilizadora, optimista y accesible a todos. Dejar de buscar a toda costa la felicidad fuera de nosotros, aprender a mirar en nuestro interior pero a mirarnos un poco menos a nosotros mismos, familiarizarnos con una vision a la vez mas meditativa y mas altruista del mundo… Con el bagaje de su doble cultura, de su experiencia como monje, de su relacion con los mas grandes sabios, de su conocimiento de los textos sagrados asi como del sufrimiento de los hombres, el embajador mas popular y reconocido del budismo en Francia nos propone una reflexion apasionante sobre el camino de la autentica felicidad y los medios para alcanzarla.

  • En cada cancion de Susanna Herrero

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    Justo antes de empezar su nueva vida, Penny llega a Riviera Maya dispuesta a enfrentarse a aquello que removio todo su mundo anos atras. Mike es un joven apuesto que muestra sonrisas enigmaticas y que viaja al Caribe con sus primos para pasar unos dias lejos de todo su mundo: ha tenido que crecer demasiado rapido y no confia en nadie. No puede hacerlo. La caida de una toalla propicia un encuentro entre ellos que derivara en un amor de verano de los que dejan huella. Pero no es mas que eso: una historia corta de quince dias. Intensa pero imposible de continuar. Mike y Penny vuelven a la realidad dispuestos a olvidar el mejor verano de su existencia, pero la vida les tiene preparada una sorpresa.

  • El arte de amarte de Josefa Cox

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    Emilia:
    A pesar de ser hija de un hombre millonario, eres una dentista destacada de tu ciudad.
    Te gusta hacer las cosas a tu manera sin recurrir al dinero de tu padre. Lo que hace de ti una joven solidaria, atenta, con inclinaciones filantropicas y un buen sentido de la moral.
    Eso te ha llevado a dedicarte al 100% a tu trabajo, porque te gusta y te hace feliz; aunque estes descuidando otros aspectos de tu vida personal.
    Eres muy inteligente, trabajas, te esfuerzas; eres una adulta decidida que, aun con tenerlo todo, no dejas de intentar ganarte la vida por ti misma. No como tu hermana.
    No la odias, pero sientes que podria hacer mas con su vida. Como tu.
    Disfrutas de la fortuna de tu padre, pero no te desvives por ella.
    Eres una mujer interesante ?Verdad?
    Pero el tiempo es inclemente y no escatima en danos; llevandose a tu padre, dejandote con un inmenso vacio en el corazon y abriendo paso a un momento delicado de tu vida.
    ?Que haras?

  • Maleza de Daniel Ruiz

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    Nadie dijo que la vida fuera facil. Pero lo es mucho menos en Balseras, barrio de la periferia. Un nino huerfano busca al asesino de su perro Bruto, con la ayuda de su primo y otros amigos, miembros de una banda que a pesar de su juventud conocio tiempos mejores. Un comercial del sector de los electrodomesticos se topa en una de sus habituales carreras nocturnas con una mano amputada de mujer, y decide, contra cualquier asomo de cordura, llevarsela a casa. Un disminuido psiquico trabaja en el mantenimiento de una comunidad de vecinos de alto nivel, donde vive la nina Sonia, por la que estaria dispuesto a dejarlo todo. Tres historias salvajes y extranamente liricas, que confirman a Daniel Ruiz como gran narrador.

  • No llores de Mary Kubica

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  • El sueno de Sancho de Manuel Lozano Leyva

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    ?Ver para creer o creer para ver?

  • Todas las malditas decisiones de May Boeken

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    Rebeka, veinteanera y bilbaina, odia las despedidas de soltera, pero muy a su pesar se encuentra en Londres celebrando una. Mientras lamenta su suerte en la barra de un bar, conoce a Gary, norirlandes treintanero, quien se presenta a si mismo como una estrella del rock. Tras una noche de risas, cervezas y chupitos, Rebeka se despierta en casa de Gary. Y menuda sorpresa cuando descubre que no solo es una estrella del rock: es el cantante y fundador de Everlasting Wound, uno de los grupos con mas tiron del momento.

  • Me lo has dado todo de Sophie Saint Rose

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    Querida, disimula un poco --dijo su madre antes de beber de su copa de champan--. Es evidente que pareces desesperada. Fulmino a su madre con sus ojos azul violaceo. --Me has ensenado bien, madre. Cumplire con la mision que me encomendaste cuando me trajiste al mundo. No debes preocuparte. Steffani Arden sonrio ironica, sin que se le notara ni una sola arruga. Para tener cincuenta anos, aparentaba treinta. De hecho, quien no las conocia, pensaba que eran hermanas. Pues eran iguales. Iguales en todo, excepto en una cosa y eso torturaba a Rebeca desde hacia anos. --No me preocupa. Has aprendido de la mejor. --Eso es cierto. Nadie como tu para venderte al mejor postor. El ojo de su madre temblo y Rebeca ignorandola se alejo de ella, porque al final terminarian discutiendo como siempre sobre el mismo tema. Ignorando las miradas de varios hombres, supo que esa noche estaba perfecta. Su vestido de gasa entallado, aparentaba que no llevaba nada debajo, y sus pequenos cristales hacian que cada movimiento hicieran resaltar su maravillosa figura. Figura que esculpia durante dos horas en el gimnasio todos los dias desde los catorce anos para estar perfecta. Bebio de su copa acercandose al enorme ventanal que mostraba Nueva York iluminado y miro al exterior, pero ella no se fijo en eso, sino en su reflejo y en las miradas posadas en ella. Vio que un mechon rubio de su impecable recogido rozaba la mejilla ocultando la unica tara que tenia. Una pequena cicatriz debajo del ojo, obsequio del segundo marido de su madre. De cuando habia llorado con cuatro anos, porque el dia de Navidad no habia encontrado debajo del impresionante arbol la muneca que queria. Esa fue la unica vez que vio a su madre realmente furiosa y cogio a su hija entre sus brazos como una leona, antes de salir de aquel piso. Por supuesto no lo denuncio, pero se encargo de sacar a su marido todo lo que podia. Desafortunadamente su estilo de vida era caro y llego el tercer marido. Ese habia sido un buen hombre, pero desgraciadamente murio. El cuarto, para su alivio, la pillo en la universidad y ya no tuvo que soportarlo. Pero desafortunadamente su aspecto hacia que no la tomaran en serio. Despues de esforzarse muchisimo en la universidad para sacar un expediente decente, todavia recordaba la mirada socarrona que tenia el hombre que la recibio en su primera entrevista de trabajo. Se burlo de ella mientras se humillaba suplicando aquel trabajo de becaria en una empresa que no llegaba ni a la suela de los zapatos a la mayoria de las empresas de sus amistades. La miro con desprecio viendo su traje de firma que costaba mas de lo que el ganaba en seis meses y le dijo con sorna --No espere nuestra llamada. Y asi fue en una entrevista tras otra. Nadie la ayudo a encontrar trabajo y despues de dos anos mantenida por su madre, se dio por vencida. Asi que habia llegado alli. A la caza de un marido como habian hecho su madre y su abuela antes de ella. No seria dificil conseguir un marido rico que las mantuviera. Lo dificil era conseguir un marido que no la hiciera vomitar con solo pensar que le pusiera la mano encima. Lo unico malo era que no tenian mucho tiempo. El alquiler de su piso vencia en dos meses y vivian de la compensacion del ultimo marido de su madre. Despues de tres anos, estaban casi sin fondos. Su madre habia sido muy clara. Necesitaba que colaborara y si era lista, encontraria a un marido que las mantuviera a ambas de por vida. Solo tenia que conseguir enamorarle antes de la boda, para que le diera verguenza pensar siquiera en un acuerdo prematrimonial. Bebio de su copa y al tragar, vio a traves del cristal llegar a la fiesta a dos hombres vestidos de smoking, que saludaban a los anfitriones como si se conocieran desde hacia tiempo. Si les conocian, era que tenian dinero. Los Forrester no se relacionaba fuera de determinada escala social. --Te veo muy sola --dijo un hombre acercandose y apoyando la mano en el cristal. Levanto una de sus finas cejas, sin dejar de mirar a uno de los hombres que acababan de llegar, sin hacerle ningun caso al tipo que tenia al lado. Era realmente guapisimo y muy alto. Perfecto para ella que media uno setenta. Ademas, estaba muy moreno de pelo y piel. Pero lo que la volvio loca, fue su sonrisa. Tenia una sonrisa ironica que le dijo que era un hombre muy seguro de si mismo. --?Quieres otra? Volvio la vista hacia el pesado y le reconocio enseguida. --?Eres Carter Willis, verdad? El tenista. Nada de deportistas. Se volvian locos con el dinero. En cuando su carrera se acababa, se quedaban sin un dolar. Y a pesar de lo que decia su madre, ella queria que su matrimonio funcionara. Era lo que mas deseaba. Casarse por amor. O al menos por un deseo arrollador, que la hiciera olvidarse de su horrible objetivo. Llevar la mejor vida que pudiera. --Exacto, bonita. Soy Carter Willis. --Sonrio como en las fotos publicitarias y la verdad es que era atractivo, pero no soportaria levantarse todos los dias con esa sonrisa estupida al lado. --Te traigo otra copa. Entrecerro sus preciosos ojos violetas. --Si, hazme el favor. Me apetece --mintio sin que se le notara. Solo queria que el moreno viera que alguien que era un playboy estaba interesado en ella--. Gracias. --Sonrio como una nina buena y el tipo casi sale corriendo. Mirando sobre su hombro como si estuviera distraida, paso la vista por el salon y cuando sus ojos pasaron por el moreno viendo que los tenia claros, no se detuvo, sino que paso de largo como si no hubiera visto nada que le interesara. Pudo sentir su mirada en ella en ese mismo instante y como si estuviera aburrida, volvio a mirar por la ventana. --Aqui tienes, preciosa. --Carter le entrego la copa de champan. -- ?Como te llamas? --Rebeca --respondio encantadoramente. --Un nombre precioso. --Gracias, eres muy amable. --No te habia visto nunca. ?Eres amiga de los Forrester? --Mi madre y Daisy son intimas desde hace anos. De hecho, fui al colegio con Stella. Carter se echo a reir. --No conozca a la mitad de los que has dicho. A mi solo me invitan a estas cosas por dar un poco de glamour. Ese tio no sabia lo que era el glamour ni aunque lo tuviera delante. --Nena, siento llegar tarde. Sorprendida miro hacia atras y vio a su moreno sonriendo encantadoramente. Maliciosa por la jugada, bebio de su copa y el se acerco besandola en la mejilla, haciendo que su corazon saltara al oler su colonia. -- ?Estas enfadada? --Un poco. ?Conoces a Carter Willis? --pregunto recuperando el aliento. --Por supuesto. --Alargo la mano y se la estrecho a Carter, que parecia decepcionado. --Soy un admirador. Paolo Viotti. Disimulo su sorpresa, porque sabia de sobra quien era. Y era realmente el premio gordo. No se podia creer la suerte que tenia. No se le podia escapar. --He oido hablar de usted --dijo Carter con admiracion--. Me han dicho que su ultimo barco es excepcional. --Buque. --Su correccion le dejaba en evidencia ante ella, pero Rebeca lo paso por alto, aparentando estar aburrida y mirando a su alrededor. --Y si, es excepcional. El buque mas grande de la historia. --Me han dicho que ya no hay plazas disponibles para el primer viaje. --Y le han dicho bien. --Miro a Rebeca. --Cara, ?vamos a saludar a Stella? Creo que acaba de llegar. --Esta en Paris... --dijo ironica mirandolo a los ojos--. Caro. Eso parecio hacerle gracia y Carter no se dio cuenta que pasaban de el mientras no dejaban de mirarse. Empezo a ponerse nerviosa porque esos ojos grises le decian claramente que queria que pasara la noche con el. Algo realmente excitante. Y tentador. Muy tentador. --?No cree que podria conseguirme un pasaje? Pagare lo que sea -- continuo diciendo Carter como si nada. --Lo siento, pero solo me queda una suite y es para mi. --Cogio a Rebeca de la cintura y la alejo un par de pasos. --Pero si hay alguna cancelacion, mi secretaria se pondra en contacto con usted. --Gracias, amigo. Divertida se dejo llevar sintiendo la mano en su cintura, mientras su cadera rozaba con la suya al caminar. Era algo demasiado intimo para el primer contacto, pero no pudo evitarlo. --Si hubiera esa cancelacion, no le llamarias. --No. Yo no me encargo de esas cosas --le susurro al oido--. Pero por ti haria una excepcion. Sonrio deteniendose y dandose la vuelta para mirarle de frente. --Crees que porque eres atractivo, rico y medianamente inteligente, lo tienes todo ganado, ?verdad? Paolo se echo a reir. --Algo asi. Dios, era fascinante y se quedaria embobada mirandole toda la noche. --Pues yo tambien soy atractiva, rica y medianamente inteligente, asi que estamos empatados. --Entonces tendre que esforzarme. --?Y cual es tu objetivo? --?Pasarlo bien? Eso le hizo gracia a Rebeca y se rio sin poder evitarlo. Le encantaria pasarlo bien con el, pero no estaba alli para eso. El era su objetivo y lo conseguiria. --Buenas noches, senor Viotti. Paselo bien. Se estaba volviendo cuando la cogio del codo deteniendola. --No se como te llamas, cara. --Rebeca. Los ojos de Paolo brillaron. --?Y eres como ella, Rebeca? Se tenso interiormente al darse cuenta de lo que queria decir, pero aun asi pregunto haciendose la tonta --?Que quieres decir? --?Eres fria y calculadora igual que la de la pelicula? Esa pregunta la ofendio, pero al fin y al cabo era cierto que Rebeca habia sido asi. Se habia casado Maximilian de Winter sin amarle, unicamente por lo que podia ofrecerle. Le habia sido infiel, aparentando ser la esposa perfecta ante todos. Y habia sido danina hasta la muerte. El paralelismo era tan exacto, que palidecio y solto su brazo mirandole friamente. --Buona notte, signor Viotti. --Buona notte, bella. Sintio su intensa mirada mientras se alejaba yendo hacia su madre, que simulaba hablar con una conocida hasta que llego a su lado. En cuando la mujer, de la que no recordaba el nombre, se alejo, Steffani la miro a los ojos. --?Viotti? --Demasiado listo --susurro intentando calmarse--. Me ha calado desde el principio. --No eres tan descuidada. Solo te esta tanteando. Se ha sentido atraido hacia ti desde que entro en la sala. --No se por que tuviste que ponerme ese estupido nombre. --?Acaso no te gusta? A mi me encanta. Mi ninera se llamaba asi. Siempre me ha gustado ese nombre. Miro a su madre con sorpresa y ella sonrio ironica. --Ya se por donde vas. Nunca me lo habias contado. --El paralelismo con la pelicula... Su madre la cogio por la muneca para que la mirara a los ojos. --No eres como ella. Nunca dejes que nadie te haga de menos. Jamas. ?Me has entendido? Vio en sus ojos lo que habia visto aquel dia que la cogio en brazos y la saco de aquel piso y se dio cuenta de algo… Que su madre era una superviviente en un mundo de tiburones y queria que ella estuviera preparada. --?Crees que ellos no nos utilizan? Hasta que llega la siguiente y pasan pagina. Una mas bella y joven por la que te dan la patada. --dijo sin demostrar que estaba enfadada--. Tienes que ser mas lista que yo, hija. Tienes que ser mas lista que ellos. Yo cometi el error de enamorarme de tu padre, ?y de que me sirvio? ?De que te sirvio a ti? Una pension compensatoria y a por la siguiente rubia. Tienes cinco hermanos que ni conoces y que no han mostrado interes por ti jamas. Y en cuanto cumpliste los dieciocho, sus abogados se pusieron en contacto con nosotros para decir que se cerraba el grifo. --Sonrio con desprecio. --No merecen que te sientas mal por ellos. Los buitres son ellos, no nosotras. Nosotras solo nos mantenemos a flote. --Nunca me habias hablado asi. A veces te muestras tan fria al respecto, que... --Steffani algo palida bebio de su copa y Rebeca se dio cuenta que la frase que le habia dicho antes le habia dolido. --Mama... --Ahora no. --Muy seria dejo la copa sobre la bandeja del camarero que pasaba a su lado y fue a penas imperceptible que su mano temblaba. Rebeca se sintio fatal. Odiaba hacer aquello, pero no tenia derecho a criticar a su madre cuando ella habia disfrutado de todo lo que habia conseguido con sus matrimonios. --Soy una hipocrita, ?verdad? Su madre la miro sorprendida y se echo a reir al darse cuenta de lo que queria decir. Acaricio su mejilla con carino. --Me encantaria tener todo el dinero del mundo para que vivieras tranquila toda la vida. Pero no lo tengo. -- Suspiro decepcionada. --Y ya no soy como tu. Me costara un poquito el siguiente.

  • El cielo sobre Darjeeling de Nicole C. Vosseler

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    Exitosa novela alemana en la linea de Sarah Lark con una nueva ambientacion exotica: la India, en concreto las primeras plantaciones de te en Darjeeling a finales del siglo XIX.

  • Patrulla Vecinal de Leila Mila Castell

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    Una atraccion irresistible.Una oscura obsesion.Una comunidad de locos y las mas inverosimiles situaciones.Bienvenidos al 30 de Fools Place.Atrevete a entrar y descubre sus secretos.Intensa, inquietante y divertida.

  • La Bella Y El Baron de Larissa De Silva

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    Sabia que iba a pasar. Lo sabia. Lo senti, pero no queria sentirlo. No sabia si era porque vivia en la negacion, o solo porque la idea de que volviera a suceder me asustaba. Pero senti calambres, y luego, tal vez tres minutos despues, habia comenzado. Otro periodo. Otro fracaso. Sabia que Roger tenia que ser la primera persona en saberlo. El estaba involucrado en esto, tal vez incluso mas que yo. Habiamos tenido suerte. No habia sido necesario. No habiamos tenido ninguna perdida todavia. Habiamos empezado a ir a un especialista, pero el proceso de Fertilizacion In Vitro todavia estaba lejos. La Dra. Zaphyr habia dicho que teniamos suerte de no haber concebido todavia. Ella recomendaba un terapeuta a todos aquellos cuyo embarazo habia terminado en un aborto. Despues de que nos dijo eso, se quedo mirando. Como si quisiera que le pidiera que le recomendara un terapeuta. Pero aun no estabamos alli. Lo estabamos intentando, y eso era todo lo que podiamos hacer. Fui al bano, me arregle el maquillaje con manchas de lagrimas y me limpie la nariz antes de volver a la sala de estar. Roger estaba viendo la television, golf creo, y apenas me miro mientras yo sacudia lentamente la cabeza. No dijo nada. --Roger --dije, tratando de evitar que mi voz temblara. Entonces levanto la vista, y nuestras miradas se encontraron por un largo segundo. --?Que? --Lo siento --dije, aunque me habia dicho antes que no iba a disculparme por esto otra vez. --Tengo mi periodo. Miro a la television nuevamente. Murmuro algo, pero no pude oirlo. --?Que fue eso? Me miro otra vez. --Nada --dijo, y luego se enderezo un poco. --No es una maldita sorpresa, ?verdad? Conociendote. Pestanee. --?Crees que yo hice que esto sucediera? Tardo mucho en responder. Cuando oi su voz, ya no estaba en la sala de estar. *** El divorcio, me aseguro mi abogado, iba bien. No tenia ningun punto de comparacion, nada con lo que relacionarlo, y no estaba particularmente interesado en profundizar en el proceso. Mientras me quedara con lo que era mio, el podia protestar todo lo que quisiera. Todos mis amigos me dijeron que deberia ser capaz de ver lo que habia pasado entre nosotros como una bendicion disfrazada -no querias realmente un nino con ese tipo, ?verdad?- pero no se sentia como una bendicion. Se sentia como una bofetada en la cara, como si no hubiera logrado escapar de nuestra relacion con dignidad. El habia sido el que presiono por el nino, y yo siempre quise complacerlo, pero me habia dado cuenta de que yo tambien queria desesperadamente un bebe. Resulto que el divorcio fue un proceso largo e interminable, y aunque una parte de mi se decia a si misma que era arcaico preocuparme por haber pasado mi mejor momento antes de quedarme embarazada, no podia permitirme ir por ello sola. Y la idea de encontrar un hombre… no era solo desagradable. Era tan absurda como la luna hecha de queso. Sabia lo que tenia que hacer. Tenia que mantener la cabeza baja, seguir haciendo mi trabajo, y preocuparme por eso, y solo eso. Eso era lo que mi terapeuta me habia recomendado. Era gracioso, habia terminado pidiendole a la Dra. Zaphyr una recomendacion despues de todo. Por eso segui yendo al trabajo, aunque cada vez que interactuaba con un nino, sentia una tristeza muy particular e insidiosa. Sabia que no iba a desaparecer, pero si no era capaz de traer a mi propio hijo a este mundo, lo menos que podia hacer era asegurarme de que los ninos que me rodeaban fueran tan felices y saludables como pudieran serlo. --?Quien es el siguiente en llegar? --Le pregunte a mi asistente, que estaba obedientemente a mi lado. --Se llama Tatiana Wilde-Garcia. Tiene tres anos y medio. --?Tres y medio? ?Para un nino sano? --Le pregunte. --La familia se acaba de mudar a la zona --respondio Kelly. --Son un poco… --Espera, ?entonces esta es su primera visita? --No para nuestra practica --dijo Kelly--. Solicitaron otro medico despues de ver al Dr. Dayleview por primera vez. Parpadee un poco. --?Dijeron por que? --Querian a alguien un poco mas… minucioso. No pude evitar reirme de eso. --Bien, de acuerdo --dije--. Supongo que tendre que hacer un gran espectaculo de esto. --Si. El padre esta un poco… parece un poco ansioso por la salud --dijo Kelly, su forma educada de decir que este padre iba a ser una pesadilla fuera de lo comun. --Lo entiendo --respondi--. No te molestes en entrar y tomar la historia antes que yo, entonces. Yo me encargare de eso. Sus ojos se abrieron de par en par. --?Esta segura, Dra. West? --Absolutamente --dije--. No quiero que tenga que seguir repitiendo lo mismo, y se hara a la idea de que soy mas atento que el Dr. Dayleview, lo cual todos sabemos que no es cierto en absoluto. Solo quedate conmigo, Kelly, y toma notas detalladas. Podria ser una de esas personas cuya ansiedad se alivia con el conocimiento. --?Lo crees? Le sonrei antes de llamar a la puerta de la habitacion cinco. --Quiero decir, honestamente, solo puedo esperar --respondi en voz baja antes de proyectar mi voz en la habitacion--. !Vamos a entrar! Abri la puerta sin mucho aviso. La nina estaba caminando, mirando el techo, que estaba pintado de colores, y el padre estaba sentado en una silla de plastico, mirandola. No pude verlo tan bien, porque su cara estaba alejada de mi, y estaba encorvado. Pude ver que era alto, porque sus piernas eran tan largas que casi me tropece con el. Tardo un poco en reposicionarse, mirandome despues de lo que parecia una eternidad. Lo primero que note en el, aparte de lo alto que era, fue lo cansado que parecia. Habia bolsas oscuras bajo sus ojos claros, y aunque parecia que habia intentado hacer un esfuerzo con su pelo, estaba claro que habia estado a medio camino, en el mejor de los casos. Sus ropas estaban limpias, pero cuando me arrastre hasta sus pies, note que sus calcetines no hacian juego. --Dra. West --dijo mientras se ponia de pie. Extendio su mano hacia mi--. La han recomendado mucho. Le sonrei mientras estrechaba su mano. Note lo suave que era su palma, pero las puntas de sus dedos tenian callos y sus unas eran un poco largas. El apreton de manos fue un poco incomodo antes de que se alejara de mi. Empece a hablar. --Asi que esta es tu… --Si, mi hija --dijo--. Es mi hija, y esta enferma, y quiero saber que le pasa. La observe un poco. Era una nina tranquila, de tamano normal para su edad, con grandes ojos y una pequena sonrisa en su rostro. No decia nada, lo que me sorprendio un poco, pero cuando obtuvo mi atencion, sonrio y me saludo. Sonrei y le hice senas para que se acercara y me arrodille. --Hola --dije--. Me llamo Dra. West. ?Como te llamas? --Tati --dijo en voz baja. --Hola, Tati --dije--. Tu papa me dice que te sientes un poco mal. ?Puedes senalar donde te duele? Sacudio la cabeza y note que su nariz estaba un poco tapada. --Bien --dije--. Hazme un favor, ?vale? Tu papa te va a ayudar a subirte a esta mesa por mi, y luego solo necesito que te quedes quieta para que pueda ayudarte a sentirte mejor pronto. ?Puedes hacer eso por mi? Ella asintio de nuevo. Su padre entro, la levanto y ella sonrio. Antes estaba bien, pero definitivamente parecia estar mejor en sus brazos. El le devolvio la sonrisa, pero habia algo en la forma en que la sostenia. --Mi asistente va a necesitar que extiendas tu brazo --dije mientras indicaba a Kelly. --Y la maquina va a apretar tu brazo un poco. Solo quedate quieta para que no tengamos que hacerlo de nuevo, ?de acuerdo?” --?Oiste eso, Tati? --dijo el padre. Ella asintio con la cabeza. --Es timida --dijo mientras Kelly se ponia a trabajar. Me gire para mirarlo. --Tiene un pequeno resfriado, pero parece estar bien. ?Ha tenido fiebre? --No --respondio--. No hay fiebre. --?Alguna tos seca o estornudo? Sacudio la cabeza. --?Que hay de perdida del apetito? --No lo se --respondio, encogiendose de hombros. --Es dificil alimentar a un nino pequeno. --Absolutamente --dije--. Lo entiendo. ?Esta mas malhumorada que de costumbre? Sacudio la cabeza. --No, honestamente, siempre ha sido una bebe muy facil de llevar --dijo --. Desde entonces… durante los ultimos meses, ha estado mas tranquila de lo normal. --Bien --dije--. ?Asi que te preocupa que su cambio de actitud este relacionado con su salud? --Oh, no. Su actitud cambio hace un tiempo --dijo, mirandome y levantando las cejas cuando no dije nada. --Su madre murio. Estamos adaptandonos. Pase saliva. --Siento mucho su perdida --dije. --Gracias --respondio. --Entonces, ?ha estado mas callada desde entonces? --No lo se --dijo--. Ocurrio de repente, y creo que, desde entonces, las cosas no han sido exactamente iguales. Estoy preocupada. Se que tiene poco sentido, pero parece que de alguna manera ella es mas vulnerable a enfermarse. Volvi a asentir con la cabeza. Tendria que preguntar mas sobre la historia familiar, y sabia que probablemente tendria que remitirlo a terapia familiar, pero no podia simplemente dejarlo asi. -- ?Le molesta si le pregunto que paso? --Cancer --dijo--. Pancreatico. Etapa cuatro en el momento en que fue descubierto. Nuevamente pase saliva. --Lo siento mucho. Es horrible. --Yo tambien --dijo--. Solo tenia treinta y seis anos. Nunca espere que criara a mi hija yo solo. Espere a que dijera algo mas, sobre todo porque no sabia que mas decir. Me sonrio, un poco triste. --Lo siento --dijo--. No quise hacerte sentir incomoda. --No lo hiciste --respondi--. ?Cuando ocurrio? --Justo antes de Navidad --dijo. Asenti con la cabeza y mire la tabla en mi mano, aunque no necesitaba leer nada. --Bueno, es un gran cambio --dije--. Dudo que le afecte fisicamente, pero puede que note algunos cambios de personalidad. El duelo es extremadamente dificil para los adultos, y los ninos pequenos no pueden decirnos como se sienten al respecto. Asintio con la cabeza, mirando entre Kelly y su hija. --Bueno --dijo--. Estoy haciendo terapia de duelo, y ella esta haciendo terapia de juego. No se si esta ayudando. Volvi a asentir con la cabeza. --Lo entiendo completamente --dije--. Es un proceso. --Gracias --dijo, su expresion se suavizo un poco. Luego cruzo los brazos sobre el pecho. Se lamio los labios antes de empezar a hablar de nuevo. --Creo que el Dr. Dayleview penso que estaba siendo paranoico, pero solo quiero que ella este bien. --Entiendo --respondi--. Bueno, dejeme examinarla, pero parece una nina feliz y saludable. Sonrio, pero aun asi parecia devastado. Me incline antes de que pudiera pensar en ello. --Escucha --dije--. Normalmente no hago esto, pero entiendo que sus circunstancias son un poco diferentes a las normales. Levanto las cejas. --Te voy a dar mi numero de telefono personal --le dije--. Enviarme un mensaje de texto es mas facil si tienes alguna pregunta, ?de acuerdo? Normalmente estoy un poco ocupado para responder. Pero si crees que ayudara… --Gracias, Doctora --dijo, sonriendome, y esta vez, se veia un poco mejor--. Se lo agradezco mucho. --?Tienes tu telefono? --Si --dijo. Lo saco de su bolsillo y estaba a punto de darme un telefono tan grande que apenas cabia en mis manos. Lo abrio primero, antes de darmelo. --Gracias de nuevo. Ha sido tan dificil, tuvimos que mudarnos justo despues de que muriera, y ha… ha sido un gran cambio. --Apuesto que si --dije mientras veia a Kelly echarme un vistazo--. Bien. Voy a examinar a su hija ahora, de acuerdo, Sr… --Wilde --dijo--. Pero puedes llamarme Oscar. Lo mire, parpadeando. --Esta bien --dijo--. Te dejare hacer una broma sobre ello, ya que eres la medica de mi hija y todo eso. Me rei. --Me abstendre. Aunque es curioso. --Una medica muy recomendada, y muy educada --dijo--. No se que mas podria haber pedido. --Soy muy competente, Sr. Wilde --le dije, sonriendole. --En serio --respondio--. Oscar esta bien. CAPITULO DOS Oscar --Lo estas haciendo muy bien --le dije a mi pequena. Ella me miro con esos enormes ojos marrones y fruncio el ceno--. La doctora dijo que estas bien y saludable. Siento que tu nariz haya estado congestionada ultimamente. No dijo nada. --Bueno, supongo que eres muy pequena para preocuparte mucho por tu estado de salud --dije mientras caminaba con ella hacia mi coche--. Pero te has portado muy bien, y eso merece una recompensa. ?Que te gustaria? Continuo mirandome fijamente. --Bien, supongo que estas cansado de la doctora --le dije mientras la ponia en su silla en el asiento trasero. Siempre habia sido una nina pequena, y me parecio aun mas pequena desde que Camila murio. Habia crecido tan rapido cuando llego al mundo, pero senti que la muerte de su madre habia proyectado una sombra tan grande sobre nosotros que su pequeno cuerpo no podia seguir creciendo. Sabia que no estaba siendo razonable, sabia que era solo una extrana conexion que mi mente habia hecho, otra cosa sobre la que pensaba que podria tener poder. Otra cosa para discutir con mi terapeuta, supuse, mientras abrochaba el cinturon a Tati. --Vamos entonces, monito --le dije--. Vamos a llevarte a casa y luego podemos ver a Moana juntos. ?Que te parece? --!Si, papa! --respondio, agitando los brazos con entusiasmo. Le devolvi la sonrisa, le bese la cabeza y me subi al coche. No estaba lejos, pero nuestro apartamento estaba en el centro, y habia mucho trafico en el camino. Sali del garaje y segui esperando en el trafico. El trafico era una de mis formas menos favoritas de pasar el tiempo, pero estaba decidida a pasar todo el tiempo que pudiera con mi hija. Me habia llevado demasiado tiempo darme cuenta de que el tiempo que habia pasado con mi difunta esposa habia sido muy poco, muy valioso. No queria parpadear y perderme nada que pudiera ser importante, no con mi bebe. Solia tener choferes para hacer este tipo de cosas, para ir por ahi y hacer mis recados, pero ya no. No desde que perdimos a Camila. Habia sido duro. Me di cuenta de que todavia habia mucha gente que hacia mis tareas por mi, pero eso estaba bien, porque eran las tareas que habrian cortado el tiempo que pasaba con mi hija. Me costo mucho, pero me di cuenta, cuando mi esposa murio, que el tiempo es el bien mas valioso. No importa cuanto dinero tengas… deberia saberlo… porque el tiempo es un regalo. Cada momento, cada segundo. Incluso cuando no se siente asi. Eso es lo que me dije a mi mismo mientras miraba a mi pequena en la parte de atras del coche. Ella estaba durmiendo entonces, muy cansada de su dura cita con la pediatra. Yo tambien tenia ganas de dormir una siesta, pero tenia que llevarnos a casa antes de poder hacerlo. Tosio un poco, dando vueltas en su sillita. Mi corazon se hundio hasta el estomago. La doctora puede que no haya encontrado algo, pero eso no significo nada. Todo lo que podria haber significado es que ella no estaba alli en el momento adecuado, o que la doctora no vio algo obvio. Eso fue lo que paso con Camila, asi que no vi por que no podia pasar con Tatiana. Habia una parte de mi que queria volver y que la revisaran de nuevo. Me dije a mi mismo que no fuera paranoico. Esto no era algo que yo pudiera controlar, y no habia necesidad de que me volviera loco. Todavia no. No hasta que la llevara a otro especialista, porque claramente, esta se habia quedado corta. Fue una pena, porque me habia gustado. Parecia inteligente, competente, y como si fuera buena con los ninos. Ciertamente era muy buena con Tati. Bueno, habia sido buena manejandola, pero no pense que fuera necesariamente buena en su trabajo. Tati tosio de nuevo y senti un escalofrio en mi columna vertebral. El trafico se habia sentido mal antes, pero tan pronto como empezo a toser, parecio reducirse a un goteo. Me pase todos los semaforos en rojo, un auto al azar me corto el paso varias veces, y habia una larga fila antes de que pudiera entrar al estacionamiento cubierto que estaba paralelo a nuestro edificio. Para cuando la desabroche, me senti listo para vomitar. La sostuve cerca, y ella se movio y sonrio. --Hola, papa --dijo. La abrace fuerte. Se rio, pero se retorcio en mis brazos. --Estas apretando demasiado fuerte. Afloje mi control sobre ella. --?Estas bien, monito? --Estoy bien --dijo--. ?Moana? --Bien. Vamos --dije. Le bese la parte superior de la cabeza, mas que nada para ver si estaba caliente, pero no lo estaba. No volvio a toser, y senti que mi ansiedad disminuyo un poco. No mucho, solo lo suficiente para llevarla al ascensor y subir las escaleras. No dijo nada. Parecia estar bien, ni siquiera inquieta o de mal humor. No estaba caliente, no se quejaba, y ya no tosia. Me dije a mi mismo que habia estado paranoico. Aun asi, saque mi telefono del bolsillo y mire el numero de telefono y la tarjeta de contacto de la Dra. West. Me pregunte si su oferta habia sido sincera. No queria tener que llamarla, pero no sabia si iba a tener muchas opciones. --?Papa? --Tati dijo, mirandome. --?Si, carino? --Pareces triste --dijo. Me mordi el labio inferior, e intente evitar que llorara. Cada vez que se daba cuenta de lo triste que me veia, hacia todo mucho mas dificil. --Estoy bien --dije--. Solo estoy cansado. Yo tambien tuve un gran dia. Me dio un abrazo y mis ojos se llenaron de lagrimas. --Veremos la pelicula juntos --dijo, repitiendo como un loro algo que le habia dicho un millon de veces. --No ayudara para siempre, pero ayudara un poco, y eso es todo lo que necesitamos.

  • El rompecabezas de los gatos blancos de Vlad Strange

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    Despues de dos anos, Arturo regresa a Mexico para asistir al funeral de Andrea, una companera de preparatoria. Ahi se reencuentra con Blanca, su exnovia y hermana gemela de su mejor amigo. Ella, totalmente destrozada, le comenta a Arturo sus sospechas sobre el supuesto suicidio de Andrea. Llevado por los sentimientos que Arturo aun tiene por Blanca, el accede a ayudarla a resolver el misterio tras la muerte de Andrea, sin prever que en su investigacion no solo descubriran las incognitas de un posible crimen, sino que tambien se destaparan los secretos de todos los que los rodean.

  • Una promesa de gloria de Morgan Rice

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    En UNA PROMESA DE GLORIA (Libro #5 de El Anillo del Hechicero), Thor se embarca con sus amigos de La Legion en una busqueda epica en la vasta selva del Imperio para intentar encontrar la antigua Espada del Destino y salvar al Anillo. Las amistades de Thor se profundizan mientras viajan a nuevos lugares, enfrentan monstruos inesperados y luchan en una batalla inimaginable. Encuentran tierras exoticas, criaturas y personas mas alla de lo que podrian haber imaginado, a cada paso de su viaje aumenta el peligro. Tendran que convocar todas sus habilidades si quieren sobrevivir, mientras siguen el rastro de los ladrones, mas y mas profundamente en el Imperio. Su busqueda les llevara hacia el corazon del Inframundo, uno de los siete reinos del infierno, donde los No Muertos gobiernan, y los campos se alinean con los huesos. Mientras Thor debe invocar sus poderes, mas que nunca, se esfuerza por comprender su naturaleza.

  • Contra el cancer de Joseph Mercola

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  • El otro Hollywood de Eve Babitz

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    <<Me parecia a Brigitte Bardot y era la ahijada de Stravinsky.>> Asi se definia Eve Babitz, musa del Los Angeles de los sesenta y setenta que con apenas treinta anos publico estas memorias dignas de una estrella de Hollywood.

  • Mudbound de Hillary Jordan

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    En esta premiada novela de Hillary Jordan los prejuicios adquieren muchas formas, tanto sutiles como brutales. Es 1946, y Laura McAllan, una mujer de ciudad, trata de criar a sus hijos en la granja del Delta del Misisipi de su marido, lugar que encuentra extrano y aterrador, cuando dos jovenes regresan de la guerra para trabajar la tierra. El primero, Jamie McAllan, cunado de Laura, es todo lo que su marido no es; encantador, guapo y atormentado por sus recuerdos de combate. Por su parte, Ronsel Jackson, el hijo mayor de los aparceros negros que viven en la granja McAllan, ha vuelto a casa con el brillo de un heroe de guerra. Pero nada cuenta la valentia demostrada en defensa de su pais: es considerado menos que un ser humano en el Sur. Es la improbable amistad de estos companeros de armas la que conduce esta poderosa historia hasta su inexorable conclusion. Los hombres y mujeres de ambas familias protagonizaran una tragedia en su escala mas epica.

  • Un vaquero de Texas de Erina Alcala

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    En Carolina del Norte, la vida parece haber sonreido a Candela, quien imparte clases de espanol en un pequeno instituto. Su hermana Bea, se ha casado con un marine y es feliz mama del pequeno David. Pero la tragedia se cierne sobre la familia, cuando Bea y su marido mueren en una operacion de riesgo en Afganistan. En ese instante, Candela debe hacerse cargo de su sobrino. Sin su hermana, ni su cunado, ambos se quedan solos en la vida... O eso piensa ella, hasta que una noche alguien llama a su puerta.

  • Los nombres epicenos de Amelie Nothomb

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    Los nombres epicenos son aquellos que, como Claude o Dominique, pueden utilizarse tanto en masculino como en femenino. En esta historia el (Claude) despliega un gran empeno en casarse con ella (Dominique), y despues en dejarla embarazada. Al fin logra su objetivo y como resultado nace una hija llamada Epicene. Sin embargo, en cuanto se produce el nacimiento la obsesion procreadora del padre se torna indiferencia absoluta hacia su hija. Nothomb explora con su sagacidad habitual las complejas relaciones paternofiliales y los resquemores del amor no correspondido. Y lo hace construyendo una suerte de perverso cuento de hadas contemporaneo, una fabula cruel, narrada con concision, precision y contundencia.

  • Pasiones prohibidas de mi pasado 2 de Mercedes Franco

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    Isabella descubre el amor al lado de Abel, estos juran amarse por siempre y deciden que nadie los separara, pero el destino tiene otros planes para la joven pareja.

  • La Hermana Favorita de Jessica Knoll

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    Una novela llena de giros y suspense, sobre el pressing social al que viven sometidas muchas mujeres, que nos recuerda a Big Little Lies de Liane Moriarty.

  • 14 razones para pasar de ti (Mujeres unicas 2) de Begona Gambin

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  • OJOS DE DRAGON (STEEL 9) de Rose Gate

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    Cuenta la leyenda que las almas humanas estan conectadas por un hilo rojo que los dioses atan al dedo menique.
    Esas almas estan predestinadas a encontrarse sin importar el lugar, el tiempo, o la circunstancia.
    El hilo puede enredarse, liarse, o tensarse hasta tal punto, que puede parecer que quiera romperse. Pero eso jamas ocurre, el hilo rojo que une a dos almas humanas predestinadas a encontrarse es indestructible.

  • Antologia Solidaria. RoJa, Paraiso Literario de

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    Los relatos incluidos en “RoJa, Paraiso Literario” son finalistas del I Certamen “Jaen RoJa” convocado con motivo del I Encuentro literario “Romantica en Jaen, RoJa 2.017”. Todos ellos con un nexo comun, Jaen. Tierra de historia, raices y cultura. Entre el cielo y el horizonte, Jaen se viste de RoJo pasion.

  • El ingenuo salvaje de David Storey

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    Arthur Machin es hijo de un simple minero y no espera salir de la ciudad industrial del norte de Inglaterra en la que nacio, un agujero de frustracion y aburrimiento, pero su vida cambia cuando el equipo local de rugby lo ficha para la Liga Nacional inglesa.

  • Beauty Too (2a parte) de Susana Rubio Girona

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    Eran las siete menos diez de la manana y estaba en el portal, preparadisima para nuestra escapada a Sort. Mire mi maleta rosa fucsia y automaticamente pense en Javi. El me la habia regalado al principio de nuestra relacion y con ella hice varios viajes; Berlin, Roma, Praga y ?alguno mas? Si, claro, salidas varias por nuestra hermosa tierra. Habiamos ido a la Rioja, Pais Vasco, Madrid... Me faltaba Paris, era mi viaje pendiente. Desde que lo habia dejado con el, no habia ido a ninguna parte y pense que era hora de cambiar aquello. Quizas despues de Navidades podria irme unos dias por ahi... ?pero sola? Jamas lo habia hecho... y no sabia si me sentiria comoda. Podia proponerselo a alguien... -- Buenos dias -- Sebas me devolvio a la realidad con su voz grave. Le di un repaso rapido: vaqueros y sudadera gris. El pelo medio largo alborotado y sus ojos increibles puestos en mi. Que guapo era el maldito. -- Buenos dias -- respondi apartando mi vista y mirando hacia la carretera para ver si venia Marco y no alargaba demasiado aquella incomoda situacion. Estuvimos en silencio, como dos autenticos desconocidos. Pense en que era una lastima estar asi con el justo ese fin de semana pero o era eso o acabaria en su cama. Sebas tenia razon en decir que debia aclarar mis pensamientos y queria ser justa y madura. No podia ir dejandome llevar por ellos y justificarme a mi misma con ideas vagas sin sentido. -- ?Que tal tu semana? -- rompio el hielo y me sorprendio. -- Bien, trabajando... -- ?Alguna novedad? -- le mire a los ojos y vi que lo decia intencionadamente. ?Hasta donde debia ser clara con el? El lo era mucho, no se cortaba cuando me explicaba segun que cosas. ?Por que yo no podia hacer lo mismo? -- Lucas quiere dejar a su mujer, aunque va a esperar para decirselo. Asi que no digas nada. Apreto sus dientes y alzo una ceja asintiendo con la cabeza varias veces. -- Asi pues, la cosa va en serio. -- No es por mi -- nada mas decirlo me sono idiota el argumento. -- Sera por mi, entonces -- dijo con una notable ironia y me entraron ganas de reir pero me aguante las ganas. -- Sebas te lo he dicho porque no quiero malos entendidos. Lo sabes, igual que yo, y punto. -- ?no pedia siempre sinceridad? Dos tazas. -- Muy bien. ?Y ese punto que significa? -- Que todo sigue igual -- le dije, tranquilamente. Me miro pensativo. -- ?Vamos a tener que retarnos en duelo? Lo mire sin poder no sonreir. Menuda tonteria... -- Lo digo para ir preparando las pistolas. Al final no sabia si reir o mandarlo a paseo y opte por lo primero. Sebas tambien medio sonrio y me gusto que lo hiciera, estar tan serio no le pegaba nada. Su preciosa sonrisa era un rasgo muy caracteristico en el y algo que me dejaba a menudo embobada... -- ?Bea? -- Su voz me saco de ese estado catatonico. Afortunadamente llegaron en ese momento Marco y los demas en un BMW enorme y nuevecito. Me sente al lado de Ari y empezo la chachara nerviosa por el viaje a Sort. Paramos a medio camino para hacer un cafe y cambiar de conductor. Sebas se ofrecio y de ese modo pude ir observando su pose y sus gestos al conducir. Aproveche para analizar sus rasgos y recrearme recordando las veces que me habia besado y las cuatro ocasiones que habiamos estado piel con piel. La primera en mi cocina fue puro sexo, sin mas adornos. Aunque sexo del bueno, tenia que reconocer que era un figura en el arte amatorio. No hubo tiempo ni de ir a la cama, fue un pillo aqui te mato pero de diez. Uno de aquellos polvos que recordaria toda mi vida por sexual y morboso. La segunda en el parking... me provocaba verguenza todavia; me veia apoyada en su coche, con el vestido subido y el empujando. Me gusto claro, pero fue algo que no repetiria, creo... De la tercera habian transcurrido pocos dias... Buf, en su cama, y me habia hecho el amor, el mismo lo habia verbalizado de ese modo. Cada vez lo tenia mas claro: yo sentia algo por el. Me mordi el labio al recordarlo. Mi ropa cayendo despacio a mis pies, el olor a sexo en su habitacion, piel con piel... todavia oia sus gemidos. Y la cuarta fue en su cocina, en la silla, y fue solo sexo, si, pero un sexo complice y lleno de confianza. Como cuando tienes pareja y lo haces en plan salvaje, sabiendo que hay un trasfondo en todo aquello. -- Bea, hemos llegado -- me dijo Ari dandome un codazo -- Deja de babear -- murmuro sonriente. -- Muy graciosa -- le dije saliendo del coche. El paisaje habia ido cambiando continuamente y ahora estabamos en medio de la naturaleza, repleta de arboles, de nieve y frente a una casa de madera bastante grande y con un tejado de pizarra. La casa estaba rodeada de montanas junto al pueblecito de casas de piedras. Eran casi las diez y media de la manana, y un senor nos esperaba para entregarnos las llaves. Le saludamos amablemente, nos dio algunas indicaciones y nos despedimos con ganas de entrar. Su interior no nos decepciono; el suelo, las vigas, todo era rustico y acogedor. Fuimos recorriendo las estancias y Martina y yo dejamos nuestras cosas en nuestro correspondiente armario. Lo hicimos con rapidez porque la idea era subir a pistas cuanto antes. Nos cambiamos de ropa y Marco y Sebas prepararon su material. Eran los unicos que esquiaban asiduamente y que tenian su propio equipo. Seguidamente subimos a Port-Aine, nos sacamos los forfait y alquilamos el material necesario. Alejandro y yo, que eramos los que no sabiamos esquiar, decidimos compartir un monitor. Sebas se habia ofrecido dias atras pero no me habia dicho nada mas ni yo hubiera querido tenerlo de profesor. Con todo, tocamos nieve ya bien tarde, eran poco mas de las doce y quedamos que a las dos bajariamos a la cafeteria para picar algo. El monitor que nos toco era como todos; muy moreno, con la marca de las gafas en su cara, de ojos azules y muy joven. ?Tendria los veinte? Era guapillo si, pero un crio, claro. -- ?Tendra la ESO? -- le pregunte a Alejandro chismorreando mientras le seguiamos hacia la zona de los aprendices. -- Se ve joven, ?no? -- ?Nos fiamos? -- nos reimos y el muchacho no dijo nada. Se llamaba Francisco y juro que a los dos minutos empece a llamarle "Franco", la madre que lo pario al enano. Menuda mala leche gastaba y de bromas ni una. Serio como un garrote. Eso si, despues de dos horas duras de batallon con el, Alejandro y yo empezamos a deslizarnos y a defendernos entre la gente en las pistas verdes y azules, lo que era ya un gran logro para nosotros. Al despedirnos de el, le dimos las gracias. -- Por cierto Bea -- le sonrei -- Tengo la ESO. Nos reimos los tres a carcajada limpia aunque yo me puse roja como un tomate, era algo tan comun en mi que incluso a veces ya no le daba importancia. -- Perdona Franc -- le dije aun riendo. -- Te perdono si me invitas a un cafe mas tarde. -- Sus ojos de nino se clavaron en los mios y le sonrei amablemente. Ostras, con la juventud, como subia... -- Gracias pero es que voy con amigos, ya sabes. -- Anda, vamos -- me echo una mano Alejandro -- Ahi vienen los profesionales. En aquel par de horas, no nos habiamos visto porque ellos habian ido por pistas mas complicadas, las rojas y las negras. Los cuatro sabian esquiar de sobras y venian muy sonrientes. -- Mira que ligarte al monitor Bea -- me dijo Alejandro bromeando -- Infanticida. Nos reimos los dos abiertamente. Sebas y yo nos miramos unos segundos largos. Estaba para comerselo; con aquello ropa, con la chaqueta medio abierta, las gafas en ese pelo revuelto, y con las mejillas rojas por el frio. Uf, era como un poster de esos tios buenos que habia en las revistas y lo tenia delante, era real y no podia tocarlo. ?O si? Fuimos a la cafeteria, andando con los pies molidos. Aquello era peor que llevar unas Manolo Blahnik de medio metro, lo juro. Que dolor en mis deditos. Nos cambiamos aquellas endiabladas botas por unas de nieve y nos sentamos en la mesa, satisfechos y cansados. La comida fue igual de amena que el viaje, hablando de todo y de nada, y con alguna que otra mirada entre Sebas y yo. Era imposible no hacerlo, me gustaba jolines, me gustaba mucho y lo tenia frente a mi.

  • Amaras a un extrano de Kathleen Woodiwiss

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    Amaras a un extrano es una novela de pasiones encendidas y obsesiones inconfesables, magnificamente ambientada en el siglo XIX en una mansion surena de Estados Unidos.

  • Dream High de Rachel Rp

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    ?Conoceis la historia del Patito feo? Pues esta es la historia del cisne que queria ser Patito.
    Cansada de ser juzgada por su aspecto Molly Stone se muda al otro lado del pais a vivir con su ex novio del instituto que ademas es su mejor amigo y regenta el titulo de rompecorazones del campus. Mejor dicho, comparte titulo con el mismo que comparte piso, Mason Somerfield
    Su mejor amigo y companero de piso le ha pedido que por favor deje que se mude con ellos su ex novia del instituto. Esto no puede acabar bien, ninguna mujer aguanta la puerta giratoria de mujeres que pasan por su piso y el no piensa cambiar.

  • El gran bazar del ferrocarril de Paul Theroux

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    La cronica de un viaje por Turquia, Extremo Oriente y Siberia, con el tren como lugar de encuentro, que inauguro un nuevo genero de literatura de viajes.

  • La Senorita Hadeline de Lore Valdy

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    Inspirada en el futuro ano 2086 donde la hermosa senorita Hadeline, ha vivido en la isla fantasma conocida como Keltoi, alejada del mundo tecnologico y bajo las antiguas costumbres de la era victoriana, rococo, comportandose y vistiendose como toda una damisela recatada. Pronto su vida dara un cambio radical al enfrentarse a un nuevo mundo, en donde la tecnologia le hara pasar los peores momentos de su vida, descubriendo un sentimiento mas fuerte que se apoderara de su ser.

  • El fatal paso entre los arboles de Jose Valero

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    Hector Valdes, un juerguista y tarambana empedernido, decide sentar la cabeza cuando su vida disoluta empieza a pasar factura a su salud. El cambio se consolida inexorablemente al conocer a una brillante estudiante de ingenieria que se convierte en su novia.
    Sin embargo, todo se tuerce cuando, al pasear con su novia por el bosque, de repente, esta desaparece. El tiempo ha cambiado, el ciclo de la luna ha cambiado, nada es lo que parece.
    A partir de ese momento comienza para el una inquietante pesadilla en la que lo ha perdido todo: su novia, la familia, el trabajo, el dinero, la autoestima, incluso la libertad. ?Que ha ocurrido? ?Ha perdido Hector la cabeza? ?Es un asesino? ?O es todo un engano?
    Hector vive una asfixiante pesadilla policiaca que le conduce a una cruel verdad de ciencia ficcion.

  • Yo soy Eric Zimmerman de Megan Maxwell

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    Me llamo Eric Zimmerman y soy un poderoso empresario aleman. Me caracterizo por ser un hombre frio e impersonal, que disfruta del sexo sin amor y sin compromiso.
    En uno de mis viajes a Espana para visitar una de mis delegaciones conoci a una joven llamada Judith Flores. Ella me hizo reir, me hizo cantar, me hizo incluso bailar, y yo no estaba acostumbrado a eso. Cuando me di cuenta de que sentia mas de lo que debia, me aleje de ella, pero regrese, pues esa mujer me atraia como un iman.
    A partir de ese momento comenzamos una relacion plagada de fantasia y erotismo, en la que disfrute ensenando a Judith a gozar del sexo de una manera que ella nunca habia imaginado. Y tu, ?te atreves a descubrir el lado sumiso, dominante y voyeur que todos llevamos dentro?

  • La vida desnuda de Monica Carrillo

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    Una llamada de telefono lo cambio todo. Cuando Gala emprende el viaje para despedirse de su abuela Rosario no puede imaginar que pronto descubrira que nada es lo que parece en su familia: a pesar de las apariencias, o precisamente por ellas, todos tienen una vida publica que muestran al mundo, una vida privada reservada para unos pocos y una vida secreta que permanece oculta para todos. Poco a poco, Gala ira destapando las distintas capas que envuelven a sus padres, a su hermano Mauro y a su tia Julia. Y en la cima de tantos descubrimientos hallara aquello que siempre busco y que se le resistia: el amor sin condiciones. LA VIDA DESNUDA Monica Carril o Premio Azorin de Novela 2020 Esta novela obtuvo el Premio Azorin de Novela 2020, concedido por el siguiente jurado: Reyes Calderon, Manuel Cifo Gonzalez, Juan Eslava Galan, Jose Ferrandiz Lozano, Luz Gabas, Julia Parra, que actuo como presidenta del jurado, Belen Lopez Celada y Amparo Koninckx Frasquet, que actuo como secretaria sin voto. La Diputacion Provincial de Alicante y Editorial Planeta convocan y organizan el Premio Azorin de Novela. Editorial Planeta edita y comercializa la obra ganadora. A Alex y a Vega. Por ensenarme nuevas formas de amar Me doy cuenta tambien de que he vivido tres vidas: la vida publica, la vida privada y la vida secreta. GABRIELGARCIA MARQUEZ Mi vida Vida 1 La culpa me pesa desde el dia en que mate a mi abuelo. Llevaba mas de un ano postrado en una cama tras sufrir un ictus que le habia dejado medio cuerpo paralizado. La hemiplejia habia relegado la vida del yayo Fermin a una habitacion, donde su unico entretenimiento era mirar el techo y las paredes recubiertas de gotele, en las que imaginaba siluetas y rostros de otras vidas que pudieron ser. Aquel dia su cuerpo dijo basta. Esa fue la version oficial del equipo medico que lo atendio durante todo el proceso degenerativo, aunque yo, y nadie mas que yo, sabia la verdad. Aquel 15 de septiembre de 1995 su nieta Gala corto el fino hilo que sujetaba a Fermin a la vida. Para entonces mi abuelo ya no era mi abuelo. Ya no hablaba y apenas nos reconocia. Con suerte algunos dias, sobre todo a primera hora de la manana, lograba abrir los ojos y sonreirnos con la mirada. Al menos eso interpretaba yo, o eso queria entender de sus escasos gestos. En algunas ocasiones, mientras le acariciaba el entrecejo para que lo relajara, me apretaba suavemente la otra mano. Como diciendo: <>. Fermin fue muchas cosas, pero en el carne de identidad se podia leer que su profesion era la de practicante. Nos ponia las inyecciones con una destreza que no he vuelto a ver en nadie tantos anos despues. El abuelo hervia el material en una cazuela para esterilizarlo y lo reutilizaba luego en cada una de las nalgas que se le ponian a tiro. Aquella diminuta sala de tortura tenia un olor muy particular. Una mezcla de alcohol, medicamentos y miedo. Porque el abuelo seria muy diestro y atinado en lo suyo, pero eso no impedia que mi hermano y yo temblaramos cada vez que nos tenia que pinchar el antibiotico con aquella aguja cargada por el mismo diablo. Fermin el Agujas, el Espadachin, el Lanzaflechas: al abuelo le acompanaban muchos motes en el pueblo. Mi favorito era el de Azotaculos. Y era cierto. El ritual siempre se repetia: cogia una gasa y la empapaba en alcohol, te daba unos golpecitos en el gluteo y te hincaba la aguja sin piedad hasta descargar todo el contenido de la inyeccion. Una vez que el embolo tocaba el extremo, el abuelo repetia las mismas palabras: <>. Y se reia. Los dias previos a su muerte, su salud habia empeorado mucho y los mayores --como mi hermano y yo llamabamos a los adultos en aquellos tiempos-- decidieron ingresarlo de nuevo en el hospital. Ya no salio de alli con vida. Lo intubaron, oxigeno, suero, sondas… Aquel si que ya no fue mi abuelo nunca mas. Mi recuerdo de aquella nueva habitacion era aun peor que el que conservaba de su casa. En el hospital compartia el reducido espacio con otro paciente, un hombre con una enfermedad terminal a quien, como a Fermin, le quedaba un resuello de vida. Fueron cuatro o cinco dias de internamiento en los que apenas pudieron hacer nada por el. <>, dijeron mis padres a la tia Julia. Con ocho anos, yo no era capaz de saber a que se referian exactamente. ?Que tipo de trastorno tendria el abuelo? ?Acaso era posible empeorar mas? Yo lo miraba y veia las llagas de las caderas en carne viva, las extremidades retorcidas y la inapreciable masa muscular, fruto de la apisonadora del tiempo que juega en contra. A mi mente inocente e infantil le parecia imposible que hubiera algo peor que aquello. Pero lo hubo. Hay veces en las que, por muy luminoso que se haya despertado el dia, en nuestra casa anochece pronto. Aquel iba a ser uno de esos dias. Veinticinco anos despues de ese 15 de septiembre de 1995 recibi una llamada que me transporto en el acto a aquel momento: a la noche en que le quite la vida a mi abuelo. Vida 2 Existen personas a las que sabes que no podras olvidar en toda la vida, pero llega un dia en el que dejas de quererlas. No fue mi caso. Nunca llego ese dia. El tiempo solo curo las heridas que ya no importaban, lo intrascendente, lo que era ajeno a mis sentimientos. Practicamente nada. Fuera llovia. Era una de esas tardes en las que esta justificado enfundarse el pijama y arroparse con la manta sin salir de casa, y justo eso habia decidido. Estaba dibujando ensimismada en mis bocetos cuando sono el telefono. Sin saber por que, me inquieto. <> Fue un mal presagio, aunque al segundo siguiente lo estaba achacando a alguna operadora telefonica dispuesta a tentarme con una oferta. Me equivocaba. --?Si? --Hola, preguntaba por Gala. Era la voz de un chico joven. Tenia un timbre agradable. --Si, soy yo. --!Hermanita! Soy Mauro. Perdona, no te habia reconocido. Me quede bloqueada, aturdida, paralizada. Mi hermano nunca me habia llamado al fijo, no sabia a que venia aquello. Otra vez el mismo presentimiento. --!Vaya sorpresa! --acerte a decir al fin--. Yo tampoco te habia reconocido. Que raro que me llames a este telefono. --Tienes el movil apagado. Lo mire: sin bateria. --?Va todo bien? --pregunte, directa al grano. --Bien… Bueno, mas o menos. Te llamo por papa. Me ha pedido que lo haga. --?Que le ocurre? --me apresure a preguntar. --No, tranquila, el esta como siempre, Gala. Es la abuela… Mi corazon se agito con violencia y senti que me mareaba y me fallaban las piernas. Me acerque con el inalambrico al sofa donde un momento antes disfrutaba placidamente de la entrada del otono y me sente despacio. --?Que ha ocurrido, Mauro? No me asustes. --Bueno, el diagnostico es complejo, pero por la evolucion de las ultimas horas, creo que no hay mucho margen de mejora. Gala, la vida de la abuela se apaga y hemos creido que deberias saberlo. --?Donde esta? ?Donde esta la abuela? Lance la pregunta con un grito seco, desesperado, mientras un intenso dolor se instalaba en mi garganta y me comprimia las cuerdas vocales, impidiendome articular correctamente las palabras. La voz me temblaba al compas de las manos, que de repente se tornaron frias como el cristal que tenia delante. Esa ventana a traves de la cual habia contemplado el paso de las horas, vacias de todo salvo de recuerdos. --Esta en el Hospital del Norte. Hemos preferido que la ingresen aqui porque asi puedo tratarla yo mismo. Ahora estoy de guardia -- anadio mientras yo pensaba si seria mas rapido el puente aereo o un AVE a Madrid. Vida 3 Me deje caer a plomo en el asiento: coche 11 del AVE Sants-Atocha, ventanilla. Habia llegado por los pelos despues de una carrera hacia el control de seguridad, de un traspie que me lanzo de bruces contra el suelo camino de los andenes y de un esprint final con la mochila para viajes relampago a la espalda, mientras el ultimo revisor gritaba: <>. El doble pitido de aviso me pillo en el aire, literalmente, saltando para salvar los escalones y no quedarme en tierra. No podia creerme lo que habian dado de si los ultimos cinco minutos. Por lo general, el tiempo, y en muchas ocasiones tambien la vida, me pasa por encima. Las horas transcurren lentas y rapidas a la vez. Y yo continuo imperterrita, haciendo caso omiso al devenir de las rutinas. Siempre ha sido asi. Desde nina he tenido una enorme facilidad para quedarme embobada observando el aleteo de una mosca, la laboriosa tarea de una hormiga que carga con una pipa o las mil y una imagenes distintas que adivino en el suelo de marmol en casa de mis padres. --Gala, ?que haces? --me preguntaba mas de una vez mi padre desde el otro lado de la puerta del cuarto de bano. --Estoy en mi trono, que para algo soy una princesa --le respondi ufana en una ocasion. --?Todavia seguis ahi, alteza? Se os van a dormir las piernas. -- Mi padre siempre fue muy rapido en las respuestas. --Mejor. Si se me duermen, quiza suenen con algo bonito --le conteste igual de deprisa. Nos encantaba hacer eso. Era como jugar un partido de tenis que se va convirtiendo en otro de ping-pong; cada vez las respuestas mas veloces y el ritmo mas endiablado. Escuche la risa de mi padre desde el otro lado, pero ya no dijo nada. Espero a que se abriese la puerta para espetarme a bocajarro: --?Y bien? ?Con quien han sonado esas piernas dormilonas?

  • Queria Olvidarte de J. Kenner (1)

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    Parecia el plan perfecto. Llevarme a un tio a la cama. Dejar que me tocara. Dejar que me follara. ?Por que no? Al fin y al cabo, estaba desesperada. Y ya sabes lo que dicen sobre las epocas de desesperacion. Ademas, tampoco es que fuera a enamorarme de uno de mis clientes. No soy una de esas repipis a las que conquistan con una palabra amable o una caricia tierna. A mi no me conquista nadie. Ningun hombre. Ninguna persona. Me han jodido demasiadas veces. Y si me van a joder otra vez, mas me vale sacarle algun beneficio. Eso fue lo que pense, la verdad. Hasta que abrio la puerta y vi ese rostro tan atractivo y esos ojos atormentados. Unos ojos que insinuaban secretos casi tan dolorosos como los mios. Me acaricio... y, pese a todas mis defensas, me conquisto. Y ahora... Bueno, ahora solo espero que cuando me caiga no me rompa en mil pedazos. Y que, si ocurre, el este ahi para recogerme. 1 El sol poniente lanzaba un calido brillo sobre Hollywood Hills mientras las camareras casi desnudas se movian entre la multitud con bandejas llenas de coloridos chupitos en probetas. O, para los invitados mas tradicionales, con copas altas de vodka y bourbon de primera calidad. El alcohol corria, los invitados se reian y cotilleaban, el grupo de moda de Los Angeles amenazaba con echar la casa abajo y los periodistas especializados en el mundo del espectaculo hacian fotos y grababan videos, que luego compartian en las redes sociales. En otras palabras, la elegante fiesta en el Reach, la nueva terraza de moda, era el evento publicitario perfecto. Por supuesto, el objetivo era anunciar oficialmente que Lyle Tarpin, una de las estrellas mas fulgurantes del momento, se habia unido al reparto de M. Sterious, la nueva entrega de la popular franquicia de peliculas de accion, Blue Zenith, que se estrenaria al ano siguiente. El guion era muy bueno y la accion, trepidante; y Lyle no terminaba de creerse que lo hubieran contratado para el papel, mucho menos que fuera a interpretar a M., el antiheroe con un trauma emocional que le daba titulo a la pelicula. Era un papel que podria catapultarlo desde los primeros puestos de la lista hasta lo mas alto, convirtiendolo en una megaestrella con capacidad de escoger entre los mejores papeles y con el sueldo multimillonario con el que sonaba cuando emprendio su andadura por Hollywood. En resumen, se trataba de una oportunidad que no pensaba desperdiciar. Razon por la cual se obligo a no poner mala cara y a darse media vuelta cuando Frannie lo miro a los ojos y le sonrio. La vio echar la cabeza hacia atras, de modo que sus rizos cobrizos se mecieron mientras se acercaba a el, con un vestido de lentejuelas que dejaba a la vista unas piernas kilometricas y rematadas por unas sandalias de tiras que, a su vez, dejaban a la vista una pedicura perfecta. Francesca Muratti, una de las estrellas de Hollywood mas rentables, iba a interpretar a la pareja romantica de Lyle, una agente de Blue Zenith que alejaba a M. de sus malos habitos y lo reclutaba para luchar por la justicia, salvandolo y, con suerte, anadiendo un nuevo heroe a la franquicia. --Hola, guapo --le dijo al tiempo que le echaba los brazos al cuello y se pegaba a el. Frannie tenia reputacion de ser muy discola y de acostarse con casi todos sus coprotagonistas masculinos, y no habia ocultado que queria que Lyle se uniera a esa fraternidad. La verdad, el no sabia si era insegura, estaba cachonda o simplemente era una actriz de metodo. Solo sabia que no le interesaba. Algo que, teniendo en cuenta el dano que podia hacerle una Francesca cabreada a su carrera profesional, era mas que inconveniente. --Besame como si quisieras hacerlo --susurro ella antes de inclinarse, preparada para convertir la orden en realidad, pero Lyle echo la cabeza hacia atras y le tomo la barbilla con una mano, sujetandola mientras ella lo fulminaba con la mirada. --Expectacion, Frannie. --Se inclino hacia ella, que se estremecio al sentir su aliento en el oido cuando le hablo--. Si les damos ya lo que quieren, ?para que van a ir a ver la pelicula? --A la mierda los fans --susurro ella al tiempo que bajaba una mano para acariciarle el paquete--. Esto es lo que quiero. Y, joder, Lyle se dio cuenta de que empezaba a ponersele dura. No porque la deseara, sino en respuesta a una necesidad mucho mas familiar y basica. Una habitacion a oscuras. Una mujer dispuesta. Y solo una vez, con tanta fuerza y pasion que acabaria agotado. Que calmaria la culpa y el dolor que sentia. Que silenciaria los fantasmas de su pasado, el horror de sus errores. Tanta que aguantaria hasta la siguiente vez. La siguiente mujer. Y tal vez, si tenia suerte, resquebrajaria un poco el muro que habia construido alrededor de su corazon. La cabeza le daba mil vueltas y se imagino la sensacion de la delicada piel de una mujer bajo los dedos. Una mujer que no lo miraria con los ojos de Jennifer. Que no le recordaria el lugar del que habia huido ni lo que habia hecho. Una mujer que se entregaria a el. A quien le darian igual sus defectos mientras el se dejaba arrastrar, con fuerza y pasion, desesperado, hacia la salvaje y oscura bendicion del anonimato. --Mmm, no se, Lyle --susurro Frannie con la mano pegada a su ereccion--. Aqui tengo la prueba de que nuestra quimica en la pantalla es real. Si me das la oportunidad, seguro que podemos izar la bandera de verdad. --Me caes bien, Frannie --le dijo mientras retrocedia un paso maldiciendose por haber cedido a la fantasia--. Pero no vamos a follar. A juzgar por el brillo que vio en sus ojos, estaba seguro de que su famoso genio estaba a punto de estallar, pero en ese momento se acerco a ellos un editor de Variety y Frannie adopto una actitud encantadora. Lyle se quedo lo justo para saludar al hombre y contestar unas preguntas sobre el papel, pero cuando la conversacion paso a tratar el tema de la nueva promocion de Frannie, se escapo. Cogio un bourbon de una camarera que pasaba por alli y se bebio un sorbo mientras cruzaba la terraza hasta la barandilla. No le gustaban las alturas, y por eso precisamente las buscaba. Joder, ese era el motivo de que su apartamento estuviera en el piso treinta de un rascacielos de Century City y de que se hubiera pasado incontables horas sacandose la licencia de piloto. Cuando algo lo molestaba, lo conquistaba; no sucumbia. Y ese era en parte el motivo de que toda esa gilipollez con Frannie lo irritase tanto. --Nunca me has parecido un idiota. Lyle reconocio esa voz ronca y femenina y se volvio para mirar a su agente, Evelyn Dodge. Era una mujer atractiva de cincuenta y tantos anos y llevaba en el negocio desde siempre; conocia a todo aquel que merecia la pena conocer y era mas dura que el granito. Ademas, no se dejaba amedrentar por nadie. Lyle la miro en un intento por averiguar que estaba pensando. No hubo suerte. Su agente se mostraba completamente inexpresiva. Algo bueno para las negociaciones de contratos. No tanto cuando era el quien intentaba sonsacarle algo. --Esa chica tiene mas poder de lo que te crees --anadio ella al ver que guardaba silencio--. ?Quieres montarte en un expreso hacia un pozo sin fondo? Porque la parada de salida es la guapa de tu coprotagonista. Como cabrees a Frannie, Garreth Todd interpretara a M. y tu tendras suerte si protagonizas algun anuncio de coches usados en un canal local. --Gracias por hablarme sin rodeos --replico con sorna. --?Crees que exagero? Creia que diferenciabas tu culo de un agujero en la pared. ?O te he malinterpretado todo este tiempo? --Por Dios, Evelyn. No soy un ingenuo. Pero no me voy a acostar con Frannie solo para que las cosas en el rodaje vayan bien. ?Me estas diciendo que deberia hacerlo? --Joder, no, Iowa --contesto ella, llamandolo por el nombre del estado donde habia nacido Lyle--. Solo te digo que tienes que ser listo. Mientras sigas soltero y sin compromiso, no va a dejarlo estar. --Suspiro--. Has trabajado muy duro para llegar hasta aqui y estas volando alto. Pero deja que te recuerde, por si te crees invencible, que, cuanto mas alto estas, mas dolorosa es la caida cuando regresas a la tierra. --No voy a meter la pata, Evelyn. --No conoces a Frannie tan bien como yo. Ha destruido carreras mas solidas que la tuya... Y eso fue antes de que tuviera una bonita estatuilla dorada en la estanteria. <>, penso mientras se pasaba los dedos por el pelo. --?Cuanto tiempo llevamos trabajando juntos? --le pregunto, aunque era evidente que no esperaba una respuesta--. ?Dos anos? ?Tres? Y ni una sola vez en todo este tiempo te he visto salir con una mujer. En alguna que otra ocasion has ido acompanado a alguna fiesta, pero lo normal es que vayas solo. --?A que cono viene esto, Evelyn? --Sabia que habia sonado a la defensiva, pero Evelyn estaba a punto de tocar unos botones que el no queria que nadie tocara, y de asomarse a rincones oscuros que era mejor dejar en la sombra. --Me dijiste una vez que no eras gay y me parece bien. Hay miles de adolescentes en todo el pais durmiendo mas tranquilas porque saben que estas en el mercado. --?Me quieres decir algo con todo esto? --Intento, sin conseguirlo, que no se le notara la irritacion. Evelyn lo miro con los ojos entrecerrados. --Solo digo que si tienes una novia escondida en el atico por alguna parte es el momento de desempolvarla y sacarla. Porque aqui la buena de Frannie es como un perro con un hueso. Un perro muy mimado y acicalado, con unos dientes que hacen mucho dano cuando no se sale con la suya. Pero no toca a hombres casados. --?Y que me estas diciendo? ?Se supone que tengo que irme a Las Vegas y casarme con una bailarina? --Solo te digo que seas listo. Y si tienes de verdad una novia oculta por ahi, que te acompane a alguna que otra fiesta. Y si no la tienes, buscatela. --Que gilipollez --replico en voz baja--. Pero lo tendre en cuenta. --Bien. Ahora vamos a socializar.

  • El ermitano del Rey de Julio Manuel De La Rosa

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    A punto de redactar testamento, Benito Arias Montano encuentra un papel olvidado con un nombre escrito: Desiderii. Desiderii es Erasmo de Rotterdam y ese papel le recuerda la voluntad perdida de haber elaborado una biografia sobre el maestro humanista.
    El que fuera capellan de Felipe II comienza asi un viaje en el que nos habla de unos anos cruciales para la historia y el pensamiento de la Europa del siglo XVI.
    El concilio de Trento, la redaccion de la Biblia Regia o los oscuros pasadizos por los que se deslizaba la Inquisicion Espanola son algunos de los acontencimientos que rememora este gran humnista espanol, al mismo tiempo que abre las puertas de ese paraiso personal que fue la pena de Alajar (Sierra de Aracena, Huelva), portal de sus recuerdos mas intimos y sus reflexiones sobre filosofia y alquimia.

  • Reclamada por su Alfa de T.n. Hawke

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    Sheila:

  • Por el amor de una hechicera de Isabella Abad

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    Glenn lidera con valentia y orgullo al Clan Campbell. Empecinado en mantener a raya a los eternos rivales, los MacDowell, vera cernirse sobre el una orden que no puede desoir. El Rey Jacobo, monarca de Escocia e Inglaterra, mandata la union de ambos clanes en la figura de Kirstie, una muchacha bella y sometida por su padre, el temible Blair MacDowell.

  • Jazmines en el pelo de Amanda Sanh

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    Lo malo que tiene el pasado es que no lo puedes negar.

  • Prestame tu nombre (Prestame 9) de Iris Boo

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    Serguey escapo de Rusia gracias a sus familiares americanos. Les debe mucho, no solo por el, sino por su hermana, y esta dispuesto a pagar esa deuda de la manera que ellos quieran.Lo que no imagino es que le pedirian ayudar a otra persona que tambien huye de un hombre que la esta destruyendo, fisica y emocionalmente.Serguey esta contento con lo que tiene, pero despues de conocer a su estrella, se da cuenta de que ya no es suficiente. Ella es la unica que podra recomponer su maltrecho corazon.Pero el pasado de ambos esta empenado en no dejarlos libres.

  • 1945. Como el mundo descubrio el horror, Annette Wieviorka de Annette Wieviorka

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  • Contradireccion, sin frenos y sin ti de Pat Casala

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    Kristie sigue sin tener las cosas claras. No quiere volver a confiar en Luke ni perdonarle otro desliz y tampoco es capaz de olvidar sus sentimientos por Dennis. Necesita poner distancia, pensar, dejarse mecer por las olas y aprender a hacer surf mientras consigue hallar la forma de centrarse, pero el verano en California no es suficiente para encontrar la respuesta a sus dudas.. Luke intenta recuperarla, va en su busca, quiere convencerla con palabras, como siempre, pero la ha herido demasiadas veces con su actitud y sus actos. Quizas ya es tarde para reconducir la situacion. O puede que se merezca una ultima oportunidad.
    Los recuerdos de su relacion con Dennis la bombardean. El fue el amor de su vida, la persona que estuvo a su lado durante los dificiles anos de su infancia a cargo del sistema estatal de tutela de menores y, aunque no sabe si podra perdonarle algun dia como acabaron, tampoco puede quitarselo de la cabeza.
    Tras enfrentarse a un giro inesperado y descubrir que Dennis guarda demasiados secretos peligrosos acerca de su pasado, Kristie debera decidir a quien pertenece su corazon.

  • Un refugio perfecto de Pilar Cabero

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    Un hombre brutalmente asesinado. Una huida desesperada. Una familia que acoge a una desconocida en su hogar. Un amor inesperado.

  • La habitacion cerrada (Inspector Martin Beck 8) de Maj Sjowall

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    Las campanas de Santa Maria daban las dos cuando ella salia de la estacion del metro de Wollmar Yxkullsgatan. Antes de apresurarse hacia la plaza de Maria, se detuvo y encendio un cigarrillo. El ruido ensordecedor y continuado de las campanas de la iglesia resono en el aire, haciendole recordar los tristes domingos de su infancia. Ella habia nacido y se habria criado a unas pocas manzanas de la iglesia de Santa Maria, donde tambien fue bautizada y confirmada (de esto ultimo hacia casi doce anos). Todo lo que ella podia recordar de su preparacion para la confirmacion, era que el vicario le pregunto por que habia citado a Strindberg al escribir aquello del <> de las campanas de Santa Maria. Pero ella no recordaba su respuesta. El sol le daba en la espalda. Despues de cruzar St. Paulsgatan, aminoro el paso, pues no deseaba empezar a sudar. De repente se dio cuenta de lo nerviosa que estaba y lamento no haber tomado un tranquilizante antes de salir de casa. Al llegar a la fuente que hay en medio de la plaza, metio el panuelo en el agua fresca y, habiendose alejado, se sento en un banco a la sombra de los arboles. Se quito las gafas y se froto la cara con el panuelo mojado, se limpio las gafas con una punta de su camisa azul claro, y se las volvio a poner. Los grandes lentes reflejaron la luz, ocultando la mitad superior de su rostro. Se quito el amplio sombrero azul de dril, se levanto el liso pelo rubio, tan largo que le caia sobre los hombros, y se paso la mano por la nuca. Luego, volvio a ponerse el sombrero, se lo encajo hasta las cejas y se quedo sentada e inmovil, con el panuelo arrugado y hecho una bola entre las manos. Al cabo de un rato extendio el panuelo ante ella, sobre el banco, y se froto las palmas de las manos sobre los pantalones tejanos. Miro su reloj: eran las dos y media. Unos minutos para calmarse antes de que tuviera que irse. Cuando el reloj dio las 2.45, ella alzo la tapa del bolso colgante de lona verde oscuro que tenia sobre el regazo, tomo el panuelo, que ahora estaba completamente seco, y, sin doblarlo, lo metio en el bolso. Entonces se levanto, paso sobre el hombro derecho la correa de cuero del bolso, y empezo lentamente a caminar. Al acercarse a Hornsgatan sintio menos tension; y se persuadio a si misma de que todo saldria bien. Era viernes, el ultimo dia de junio, y para muchas personas las vacaciones de verano acababan de empezar. En Hornsgatan, tanto en la calzada como en las aceras, el trafico era muy animado. Saliendo de la plaza, ella giro a la izquierda y penetro en la sombra de las casas. Esperaba haber elegido bien el dia. Sopeso los pros y los contras y se dio cuenta de que podia haber demorado su proyecto hasta la semana siguiente. No habia nada de malo en ello, pero no habia tenido muchas ganas de exponerse a tal tension mental. Llego alli antes de lo que habia pensado, y se detuvo en el lado sombreado de la calle, observando el gran ventanal que tenia enfrente. El cristal reluciente reflejaba el brillo del sol, y el denso trafico le tapaba parcialmente la vista, aunque se dio cuenta de una cosa: las cortinas estaban corridas. Fingiendo mirar escaparates, anduvo lentamente arriba y abajo por la acera, y aunque habia un gran reloj que colgaba en el exterior de una relojeria cercana, siguio mirando al suyo. Y mientras tanto no dejaba de observar la puerta en el otro lado de la calle. A las 2.55 se dirigio hacia el paso de peatones en el cruce. Cuatro minutos mas tarde se hallaba frente a la puerta del banco. Antes de empujarla para abrir, alzo la tapa de su bolso. Al entrar, echo una mirada de reojo a la oficina, la sucursal de uno de los bancos mas importantes de Suecia. Era larga y estrecha; en la pared frontera estaba la puerta y la unica ventana. A la derecha un mostrador iba desde la ventana a la breve pared del otro extremo, y a la izquierda habia cuatro mesas fijadas a la larga pared. Mas alla, habia una mesa baja, redonda, y dos taburetes tapizados con un material rojo a cuadros. Aun mas lejos, una escalera empinada desaparecia hacia lo que probablemente era la camara acorazada del banco. Solo un cliente habia entrado antes que ella: un hombre, que estaba de pie ante el mostrador, metiendo billetes de banco y documentos dentro de su cartera de mano. Tras el mostrador vio sentadas a dos empleadas. Mas alla un empleado permanecia de pie hojeando las cartulinas de un indice. Dirigiendose hacia una de las mesas, la joven saco una pluma del bolsillo exterior del bolso, mientras observaba con el rabillo del ojo como el cliente de la cartera de mano salia por la puerta de la calle. Tomo un impreso de ingresos y empezo a garrapatear en el. Al cabo de un rato observo que el empleado se dirigia hacia la puerta y la cerraba con llave. Luego se inclino y solto el gancho que mantenia abierta la puerta interior. Mientras esta se cerraba con ruido silbante, el volvio a su sitio tras el mostrador. Ella saco el panuelo del bolso. Sujetandolo en la mano izquierda, la hoja de ingresos en la derecha, se acerco al mostrador, fingiendo limpiarse la nariz. Entonces metio la hoja de ingresos en el bolso, saco una bolsa de compra, de nailon, que estaba vacia, y la puso sobre el mostrador. Asio la pistola, apunto con ella a la cajera y, manteniendo el panuelo ante la boca, dijo: --Esto es un atraco. La pistola esta cargada, y si usted hace el menor ruido, disparare. Meta en este bolso todo el dinero que tenga. La mujer que habia detras del mostrador se la quedo mirando con fijeza, tomo despacio la bolsa de nailon y la puso ante si. La otra mujer interrumpio el peinado de su cabello, y dejo caer las manos lentamente. Abrio la boca para decir algo; pero no salio el menor sonido. El hombre, que seguia de pie detras de su mesa, tuvo un violento sobresalto. Inmediatamente, ella le apunto con la pistola y le grito: --!Estese quieto! Y ponga las manos donde yo pueda verlas bien. Haciendo un gesto impaciente con la pistola encanonando a la mujer que tenia delante, evidentemente paralizada por el terror, prosiguio: --!Dese prisa con el dinero! !Pongalo todo! La cajera empezo a meter fajos de billetes en la bolsa. Cuando hubo terminado, la solto sobre el mostrador. De repente, el hombre de la mesa dijo: --Nunca escapara con eso. La policia... --!Callese! --grito ella. Entonces metio el panuelo en el bolso abierto, y agarro la bolsa de nailon, que le parecio agradable y pesada. Retrocediendo lentamente hacia la puerta y apunto por turno con la pistola a cada uno de los empleados del banco. De repente alguien corrio hacia ella desde la escalera, en el extremo opuesto de la habitacion: un hombre alto y rubio con pantalones muy ajustados y una chaqueta ligera de franela azul con botones brillantes y un gran emblema dorado prendido en el bolsillo del pecho. Se oyo en el local un estruendo cuyo eco atrono el espacio cerrado entre las paredes. Y mientras, a causa del retroceso, el brazo de ella se movia hacia el techo, vio caer violentamente hacia atras al hombre de la chaqueta de franela. Sus zapatos eran de calidad, nuevos y blancos, con gruesas suelas acanaladas de goma roja. Solo cuando su cabeza choco contra el suelo de piedra con un horrible golpe sordo, ella se dio cuenta de que lo habia matado. Solto la pistola en el bolso, y miro fija y salvajemente a las tres personas horrorizadas que habia tras el mostrador. Luego echo a correr hacia la puerta. Mientras descorria torpemente el pestillo, tuvo tiempo de pensar antes de salir a la calle: <>. Pero en cuanto se vio en la acera, apresuro el paso hacia el cruce. No veia a la gente que la rodeaba; solo se dio cuenta de que tropezaba con algunas personas, y le parecia que el disparo seguia resonando en sus oidos. Dio la vuelta a la esquina y echo a correr, con la bolsa de compra en la mano y el pesado bolso golpeandole la cadera. Abrio de golpe la puerta de la casa donde habia vivido de nina, siguio el viejo camino familiar hacia el patio, y trato de contenerse y andar al paso. Paso directamente bajo el soportal de una glorieta mirador y salio a otro patio trasero. Bajo por la empinada escalera hasta una bodega, y se sento en el escalon inferior. Trato de meter la bolsa de nailon sobre la pistola en el bolso colgante, pero no habia bastante espacio. Entonces se quito el sombrero, las gafas y la peluca rubia y las metio en el bolso. Su pelo verdadero era negro y corto. Se levanto, se desabotono la camisa, se la quito, y la metio en la bolsa. Bajo la camisa llevaba un jersey de algodon negro, de manga corta. Colgando el bolso sobre su hombro izquierdo, tomo la bolsa de nailon y subio por las escaleras hasta el patio. Salto por un par de muretes antes de encontrarse al fin en una calle en el extremo de la manzana de casas. Entonces entro en una pequena tienda de comestibles, compro dos litros de leche, metio los botes de carton encerado en una gran bolsa de papel, y luego puso encima de ellos la bolsa de nailon. Despues, se dirigio hacia Slussen y alli tomo el metro hasta su casa.

  • A traves del honor (Highlands 2) de Alexia Seris

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    Logan McRae lo ha perdido todo tras desafiar a Ian, el Laird de Nairn. Tras el ultimatum de este, abandona las tierras que una vez fueron su hogar para partir hacia un futuro incierto y un destino desconocido. Athdara McGregor es la primogenita de su clan, marcada con un don, la pesada carga que lleva dentro de su corazon la obliga a salir al encuentro de aquel a quien debe ayudar para recuperar su honor y su valia. Solo hay un problema, el caballero al que debe ayudar es el highlander por el que lleva suspirando toda su vida. Secretos, intriga, amistad, lealtad, mentiras, traicion, pasion y un amor tan intenso como la vida en Escocia. La segunda entrega de la trilogia “Highlands” no te dejara indiferente. ?Te atreves a adentrarte en la Escocia medieval?

  • La fuerza del amor (Blue Roses 3) de Noelia Jimenez Sanguesa

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    Sentia como los pulmones me dolian y como la lluvia se estrellaba contra mi cara. El corazon me iba a mil mientras corria detras del coche para intentar alcanzar al amor de mi vida. El se la estaba llevando y no me daba la oportunidad de poder hacer algo. Corri durante varios metros mas, mientras veia como Lyla golpeaba el cristal desesperada. Hubo un momento en el que el coche acelero y mis piernas y pulmones no lo resistieron. Cai al suelo y vi con lagrimas en los ojos como la alejaban de mi. Pero no me rendiria. Moveria cielo y tierra para encontrarla. No perderia la esperanza en lo perdido.

  • Desatame 1 de Christina Ross

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    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • No te ahogues en un vaso de agua de Richard Carlson

    https://gigalibros.com/no-te-ahogues-en-un-vaso-de-agua.html

    ?Te gustaria aprender a aceptar los problemas en lugar de resistirte a ellos?