• libro huye jane huye - Joy Fielding

    https://gigalibros.com/huye-jane-huye.html

    *Umbriel recupera este clasico de Joy Fielding, autora bestseller del New York Times y reina indiscutible del thriller.

  • ¡HUYE, JANE, HUYE! | JOY FIELDING | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-huye-jane-huye/9788492915873/8603132

    No sabe cómo se llama ni cuántos años tiene. Ni siquiera cómo es su aspecto. Atemorizada y confundida, recorre las calles de Boston con un vestido manchado de ...

  • ¡Huye, Jane, huye! (Umbriel thriller) Tapa blanda - Amazon

    https://www.amazon.es/Huye-Jane-Joy-Fielding/dp/8492915870

    Huye, Jane, huye! (Umbriel thriller) : Fielding, Joy, Horrillo Ledesma, Victoria E.: Amazon.es: Libros.

  • ¡Huye, Jane, huye! (Umbriel thriller) Versión Kindle - Amazon.es

    https://www.amazon.es/%C2%A1Huye-Jane-huye-Umbriel-thriller-ebook/dp/B07LGYT6J2

    Mirar en el interior de este libro. ¡Huye, Jane, huye! (Umbriel thriller) de [Joy Fielding, ...

  • "Huye, Jane, huye" - Joy Fielding - Libros que hay que leer

    http://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com/2019/01/huye-jane-huye-joy-fielding.html

    31 ene 2019 — "Huye, Jane, huye" - Joy Fielding. Ésta ha sido una relectura. Leí este libro por primera vez más o menos cuando se publicó (en el año 1991) ...

  • ¡Huye, Jane, huye! - Libro de Joy Fielding - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/56706/huye-jane-huye

    Una tarde de últimos de primavera, Jane Whittaker llegó a la tienda para comprar leche y huevos, y se olvidó de quién era....Esta atractiva mujer madura, ...

  • ¡Huye, Jane, huye! - Ediciones Urano España

    http://www.edicionesurano.es/es-es/catalogo/catalogos/ficha-tecnica.html?id=600000317

    ¡Huye, Jane, huye! Autor: Fielding, Joy. ISBN: 978-84-92915-87-3. Sello: Umbriel. Colección: Umbriel thriller. Leer avance del libro.

  • ¡Huye, Jane, huye! - Joy Fielding - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Fielding-Huye-Jane-huye/81932

    Críticas (17), citas (5) extractos de ¡Huye, Jane, huye! de Joy Fielding. Ésta ha sido una relectura. Leí este libro por primera vez más o menos...

  • Libro Huye, Jane, Huye!, Joy Fielding, ISBN 9788492915873 ...

    https://www.buscalibre.es/libro-huye-jane-huye-joy-fielding-umbriel/9788492915873/p/51136065

    Libro Huye, Jane, Huye!, Joy Fielding, ISBN 9788492915873. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros importados, ...

  • Reseña: Huye, Jane, huye de Joy Fielding - Papá Lector

    http://www.papalector.com/2020/09/resena-huye-jane-huye-de-joy-fielding.html

    4 oct 2020 — Hola lectores, platiquemos en esta ocasión sobre un libro de mi género favorito, un clásico del thriller escrito por Joy Fielding, Huye, Jane, ...

  • ¡HUYE, JANE, HUYE! - Machado Libros.

    https://www.machadolibros.com/libro/huye-jane-huye_550401

    HUYE, JANE, HUYE!, FIELDING, JOY, 24,00€. ? Umbriel recupera este clásico de Joy Fielding, autora bestseller del New York Times y reina indiscutible del ...

  • Ella no esta de Joy Fielding

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    Una nina desaparecida, una madre presa de la desesperacion, una llamada que trae de vuelta los fantasmas del pasado a un presente desgarrador... Joy Fielding combina con maestria los ingredientes precisos en una apasionante novela de suspense psicologico.

  • Conclave de Robert Harris

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    Un thriller con un ritmo y un suspense perfectamente ensamblados, sobre la celebracion del conclave en el que se elegira al proximo Sumo Pontifice de la Iglesia Catolica.

  • Montaneros, una dama en las cumbres de Jose De La Rosa

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    La familia se ha dulcificado despues de las incorporaciones de Julie, Elizabeth y Karen, pero los hombres Mountain siguen siendo unos salvajes que tienen sus propias normas y nadie en el tranquilo pueblo de Great Peak puede olvidarlo. Sobre todo porque tio Rhett persiste en su empeno de abrir la mina, lo que cambiaria para siempre la apacible vida de las montanas.
    Cuando la hermana de Julie, Hortense, anuncia que llegara al pueblo para llevarsela de aquel lugar inmundo, ella comprende que tiene que hacer algo, y para eso necesita la ayuda de todos.
    Su objetivo esta claro: que su hermana perciba que la vida en las montanas puede ser tan sofisticada y atractiva como lo es en la ciudad. Algo que esta muy lejos de lo cierto. Por lo que tendra que usar la imaginacion y el talento para la mentira de los chicos Mountain.
    Chaz, por su parte, siente aversion por Hortense en cuanto la ve. Es exactamente el tipo de mujer que nunca, jamas, le atraeria. Y su retorcido caracter... uf. A ella le sucede lo mismo. En el solo ve a un mastodonte sin modales que no conoce lo mas elemental de la educacion. Por eso, cuando empiezan a encontrar puntos en comun se sorprenden, y la sorpresa es el principio de muchas cosas.

  • A la caza de un seductor de Alexia Mars

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    Con paso decidido, Sara cruzo el verdoso parquecito que adornaba la entrada de la Ciudad de la Justicia. Traspuso las grandes puertas de cristal y se dirigio al puesto de control. Armando, el guardia civil que controlaba las entradas y salidas, la saludo con una brillante sonrisa. --?Otra vez por aqui, letrada? --Me temo que si, Armando --le respondio ella con tono apagado. --Vaya, no parece usted muy alegre hoy. ?Un dia duro? --apunto observando el aura de tristeza que la rodeaba. --Peor, me siento como si fuese la primera vez que vengo al juzgado. --Y sin que el la oyese senalo--: Bueno, y en cierto modo asi es. --Tranquila, eso nos ha pasado a todos. Vera como manana ve las cosas de otro color. No hay nada que no se arregle con un sueno reparador. --Sara penso en su problema y deseo que pudiese desaparecer tan facilmente. No, lo suyo no se solucionaba durmiendo. --Eso espero --le contesto, mientras pasaba por su lado--. Que tenga un buen dia, Armando. --Lo mismo le digo, abogada. -- Inclino la cabeza a modo de despedida y observo el contoneo de las caderas de la atractiva joven. Suspiro. <> Las puertas del ascensor se abrieron y Sara emprendio el camino hacia el mostrador. Un recorrido que habia hecho cientos de veces, pero que ahora se le antojaba diferente, quiza porque esta vez le atania directamente... Miro el reloj. Nueve menos diez. Bien, tendria que aguardar hasta que llegase su turno. Se dirigio a la zona de espera y tomo asiento. De reojo observo a la mujer que hablaba con la auxiliar y un extrano nerviosismo invadio cada poro de su piel. Cerro los ojos e inspiro. ?!Que le pasaba!? Esto era lo que tanto habia deseado, ?no? Taconeo con sus stilettos negros y entrelazo las manos, masajeando inconscientemente la preciosa alianza que todavia decoraba su dedo anular. Su corazon, ya de por si agitado, sufrio una sacudida cuando un estruendo seguido de un poderoso <> sono tras ella. Observo la escena con el ceno fruncido; una joven habia arrollado a un hombre y ahora se encontraba encima de el, rodeados por un monton de papeles. La rubia del abrigo fucsia se puso en pie con dificultad y se deshizo en disculpas con su victima, quien farfullo algo acerca de <>, recogio sus documentos y desaparecio entre maldiciones.

  • Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia (Sin Mar 4) de Cherry Chic

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    Amelia ha tenido muchos deseos a lo largo de su vida. Algunos se han cumplido y otros no, pero solo uno le agujerea el cuerpo despertando su anhelo desde que tiene memoria: descubrir que la magia existe. Una tonteria, si tenemos en cuenta que tiene treinta y un anos y su trabajo consiste en tratar cada dia con personas que, por diversas razones, lo pasan mal en la vida. Pero cuando se tumba en el cesped de su casa, observando las nubes entre briznas de hierba, no puede evitar pensar que pasaria si un dia su sueno se hiciera realidad. A lo mejor, con un poquito de suerte, podria encontrar a alguien que estuviese tan dispuesto como ella a buscar y encontrar la magia que tanto ansia. Quiza todavia no es tarde para perder la esperanza...

  • Tierra Firme (Martin Ojo de Plata 1) de Matilde Asensi.

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    Nada podia hacer sospechar a Catalina Solis cuando embarco en la flota espanola de Los Galeones con destino al Caribe, que al otro lado del oceano encontraria un Nuevo Mundo plagado de peligros y desafios. Para salvar su vida, la joven tendra que adoptar la personalidad de su hermano Martin Nevares, muerto durante un abordaje de los piratas ingleses a su galera. Despues de dos anos en una isla desierta y haciendose pasar por Martin se convertira en Martin Ojo de Plata, uno de los muchos contrabandistas que surcaban los mares a principios del siglo XVII.

  • La hermandad de la rosa (Las tres damas 1) de Amelia Noguera

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    Una emocionante novela historica de suspense, para fans de Perez Reverte o Julia Navarro, inspirado en el bestseller “El nombre de la rosa” del maestro Eco. Todo ello, con la delicada forma de escribir de la autora de “La pintora de estrellas” o “La marca de la luna”, que han emocionado a miles de lectores.
    La intrigante historia de dos enigmaticas familias en los albores de la Revolucion francesa: asesinatos, secretos oscuros, amores y aventuras, y el amor mas potente de todos: el de un padre por su hija. La Hermandad de la Rosa es una novela que engancha al lector hasta la ultima pagina.

  • La adiccion del titan (El titan de Wall Street 2) de Anna Zaires

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    LLORO DURANTE LA PRIMERA DE LAS DOS HORAS Y MEDIA QUE DURA EL VUELO A ORLANDO. NO puedo evitarlo. No solo tengo el corazon roto; siento como si me lo hubiesen arrancado de mi pecho. Y lo he hecho yo misma. Le dije a Marcus que no puedo irme a vivir con el. Le dije que todo habia terminado. Mis companeros de los asientos contiguos, un hombre calvo de cincuenta y tantos al lado de la ventana y una adolescente rubia en el asiento del pasillo, intentan mantenerse apartados mientras me sueno la nariz por quinta vez. Pero no tienen adonde ir. Bueno, tecnicamente, la rubita puede levantarse e ir al bano, pero ya lo ha hecho tres veces para alejarse, asi que se queda donde esta, mirandome de reojo de vez en cuando. No la culpo. En un avion, lo unico peor que un bebe llorando es un adulto llorando. --?Estas ejem… bien? --se aventura a preguntar al final el hombre, y yo niego con la cabeza, forzando una sonrisa llena de lagrimas. --Si, lo siento. Solo una… --Me trago un nudo en la garganta--. Una mala ruptura. --Oh, genial --dice la adolescente, animandose visiblemente--. Pense que acababas de enterarte de que tenias cancer o algo asi. Hago una mueca apesadumbrada, sintiendome gilipollas. Porque tiene razon: podria ser muchisimo peor. Hay personas sufriendo por tragedias reales, cosas malas que no pueden evitar. Mientras que el dolor que siento yo es completamente autoinfligido. Empece a salir con Marcus Carelli, un multimillonario de fondos de cobertura que esta tan fuera de mi alcance como si viviera en otro planeta. Me enamore de el, sabiendo que no teniamos futuro, y ahora estoy pagando el precio. --Yo tambien pase una vez por una mala ruptura --confiesa la adolescente, mientras se mordisquea la una pintada de verde y purpurina del pulgar--. El imbecil me engano con mi mejor amiga del instituto. La beso detras de las gradas, ?te lo puedes creer? --Oh, guau, eso es terrible. Lo siento --digo sinceramente. Aunque fuera en secundaria, eso tuvo que dolerle. Al menos Marcus nunca me engano. Desaparecio durante tres dias despues de un increible fin de semana juntos pero, que yo sepa, no estaba viendo a ninguna otra. Bueno, a excepcion de Emmeline. Ella, o un clon suyo igualmente perfecto, siempre estuvo alli, entre nosotros. --Si, bueno, cosas que pasan --dice la chica, encogiendose filosoficamente de hombros--. ?Y a ti? ?Que te ha hecho ese idiota? --El… --Trago saliva otra vez--. Me persiguio hasta el aeropuerto y me pidio que me fuera a vivir con el. La chica y el hombre me miran ambos como si me acabara de brotar una medusa de la frente, asi que me apresuro a explicarme: --El no lo decia en serio. No de la forma en que la gente lo hace normalmente. Es solo por su propia conveniencia. Se va a casar con otra. Me lo dijo cuando nos conocimos y… --?Esta prometido? --pregunta la joven, horrorizada, y yo niego con la cabeza. --No, no. Ni siquiera han empezado a salir. Puede que ni llegue a salir con ella en concreto. Solo es que el tiene un criterio muy particular, ?entiendes? y yo no encajo en el. En absoluto. Tenemos quimica, pero eso no basta en una relacion a largo plazo. No soy el tipo de chica que querria presentarles a sus amigos ni a sus clientes. Como mucho, yo solo soy una diversion para el, y tarde o temprano se aburrira y se ira. Y entonces --Aspiro una temblorosa bocanada de aire --... entonces sera mucho peor. --Asi que, ?que? ?Has mandado a ese tipo a la porra como medida preventiva? --El hombre parece fascinado, como si estuviera obteniendo una percepcion privilegiada de la psique femenina --. ?Algo asi como golpear primero en la batalla para minimizar tus perdidas? Asiento y me sueno la nariz otra vez. --Algo asi. Excepto que si el objetivo era ganar dicha batalla, yo ya la he perdido. Mi corazon pertenece al hombre del que me he alejado, y me es dificil imaginar que me pueda doler mas de lo que me esta doliendo ahora mismo. Aun asi, estoy segura de haber tomado la decision correcta al romper con el. Si me siento asi despues de un fin de semana juntos, ?cuan peor seria de haber estado mas tiempo con Marcus? No, esta es la unica manera. Arrancar la tirita de golpe, junto con, en este caso, un pedazo de mi corazon, y seguir adelante. Seguro que la herida sanara con el tiempo. ?Verdad? E 2 mma PARA CUANDO ATERRIZAMOS, YA SE DEMASIADAS COSAS SOBRE MIS COMPANEROS, PORQUE PARECEN haber decidido conjuntamente que la mejor manera de evitar que llore por mi ruptura es distraerme con detalladas anecdotas sobre ellos mismos. Asi me he enterado de que Donny, el cincuenton, es originario de Pensilvania pero reside en Florida, se ha divorciado dos veces, posee un concesionario de automoviles en Winter Park y no puede comer nada verde, mientras que Ayla, la adolescente, es una de las escasas nativas autenticas de Florida, tiene una hermana que se ha divorciado tres veces y se graduara del instituto el ano que viene. Ayla, no la hermana, claro. Su hermana no acabo el instituto. Ah, y Ayla es alergica a los frutos secos, pero no tiene problemas con las cosas verdes. --!Adios! !Ha sido un placer conoceros! --Los saludo con la mano cuando pasan apresuradamente junto a mi con sus maletas, y ellos responden, obviamente aliviados de haber terminado con el vuelo y con la pelirroja chiflada que lloraba por un hombre que le habia pedido que viviesen juntos. Yo tambien me siento aliviada. No porque no me gustara escuchar sus historias, que si lograron distraerme de mi dolor de corazon, sino porque estoy ansiosa por ver a mis abuelos y sentir el calido aire de Florida en mi piel. La humedad aqui es criminal para mi pelo rizado, pero sera toda una maravilla despues de esa brutal tormenta de nieve de Nueva York. El abu me esta esperando en la terminal, junto al anden de salida del tren rapido, y acelero el paso gradualmente hasta que acabo corriendo hacia el, con la maleta dando botes detras de mi. Aunque hablamos a menudo por Skype, no lo he visto en persona en un ano, y siento que mi pecho va a explotar de alegria cuando suelto el asa de la maleta y me lanzo a sus brazos, estrechandole con fuerza y sonriendo como una loca. A pesar de tener casi ochenta anos, mi abuelo todavia es robusto, tiene la espalda recta y el torso lleno de musculos. Tambien huele exactamente como recuerdo: a una mezcla de las galletas de la abuela y ropa almidonada. Me aparto un poco para mirarle bien, y me complace ver que aparte de por algunas arrugas mas acusadas, tiene mas o menos el mismo aspecto que el ano pasado. El esta haciendo lo mismo conmigo, y veo el momento exacto en que nota mis ojos enrojecidos. --?Que ha pasado? --pregunta con firmeza, y sus pobladas cejas se juntan--. ?Has estado llorando? --No, claro que no. Me acabo de echar zumo de limon en los ojos --miento, agarrando fuerte el asa de mi maleta--. Estaba exprimiendo una rodaja en mi agua en el avion, y me ha saltado a la cara.--Limon, ?eh? --El abu me quita la maleta cuando comenzamos a caminar hacia la salida--. Pense que podria tener algo que ver con ese novio tuyo de Wall Street. --?Que, con Marcus? Oh, no, No es nada de eso. Ademas, te lo dije, el no es mi novio. El ya no es mi nada, pero no voy a profundizar en eso ahora mismo. Tal vez mas tarde, cuando haya tenido ocasion de instalarme y de comerme algunas de las galletas de la abuela, encuentre las fuerzas para hacer trizas las esperanzas de mis abuelos, pero en este momento, estoy demasiado agotada para eso. Ademas, prefiero darles las malas noticias a los dos a la vez. --Bueno, sea lo que sea, nos alegramos por ti --dice el abu--. A menos, claro esta, que el sea el limon en cuestion--. Me echa una mirada al subir en la escalera mecanica, y yo fuerzo una risita. --Muy gracioso, abuelo. ?Que tal si me cuentas como os va a ti y a la abuela? --Oh, igual de viejos que siempre, ya sabes… o sea, viejos de verdad. --Me guina un ojo y esta vez mi risa es genuina--. ?Y tu, princesa? ?Que tal tu vuelo? Parecia que iba a llegar a su hora, y luego, bum, un retraso. --!Oh, no! ?Estabas ya de camino al aeropuerto cuando te enteraste de que se iba a retrasar? --Si, pero no te preocupes. He estado dando unas cuantas vueltas por los alrededores, escuchando audiolibros. Pero tu abuela estaba preocupada, asi que puede que quieras llamarla en cuanto lleguemos coche. ?Han dicho cual era la razon de que se retrasara? ?Ha sido por la tormenta de nieve? Me encojo de hombros. --No nos lo han dicho, pero probablemente tuvieran que descongelar las alas o algo asi. Hasta he tenido suerte de que el avion despegara. --Eso es verdad. Tu abuela lleva pegada al Canal Meteorologico desde el lunes, siguiendo la maldita tormenta. Casi podrias pensar que era una de sus series de Netflix --resopla, meneando la cabeza, y yo disimulo una sonrisa. El abu ve Netflix con a la abuela, pero por alguna razon, sigue insistiendo en que son las series de ella y que a el no le gustan en absoluto. Seguimos conversando de camino al parking, y me entero de que el abu tiene una nueva cana de pescar y que la abuela ya ha hecho la mayor parte de la preparacion previa de la comida de manana. --Es una pena que ese joven amigo tuyo no haya podido llegar --comenta el abu al entrar en el coche, y mi sonrisa se congela mientras repito la excusa que les di por Skype: que Marcus tiene una barbaridad de trabajo esta semana.

  • Xander 2 de Rose Gate

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    No estaba preparado para perderla.
    Cuando la vida le habia dado una brizna de esperanza dispuesta a florecer, se desato el peor de los infiernos, devastandolo todo.
    Solo tenia dos opciones: someterse a su realidad o encontrar la manera de recuperarla.
    No importaba donde estuviera ni lo dificil que fuera dar con ella, estaba dispuesto a recorrer el arido infinito para que su estrella volviera a iluminarle.
    Para ello, se enfrentaria a sus miedos y romperia las reglas y las cadenas, arriesgandolo todo.
    Porque incluso un alma herida puede aprender a amar, si lo que espera al final del camino es el amor verdadero.

  • Hoy aun estamos vivos de Emmanuelle Pirotte

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    Una historia intensa y hermosa, ambientada en la Belgica ocupada de la Segunda Guerra Mundial, que nos muestra que incluso en los momentos mas duros existe un espacio para la esperanza.

  • Balsamo de Juan Antonio Vallejo Narvaez

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    Atipica, hipnotica, brutal. Un thriller que no te dejara indiferente.

  • Mala mujer de Noemi Casquet

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    Tras ver su cuenta censurada por Instagram y su voz acallada en multiples ocasiones, Noemi Casquet lanza su poderoso mensaje a traves de este libro:

  • La forastera de Olga Merino Lopez

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    Cuando lo has perdido todo, no hay nada que puedan arrebatarte.

  • Pasion Indomita (Kavanagh 1) de Emily Blayton

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    Sophia Carrington parecia destinada a la solteria. Sus escasos talentos para el flirteo, su dote escasa y una madre recalcitrante y enfermiza que trata de convencerla de que ella no esta hecha para el matrimonio, todo parece conspirar para que se convierta en la solterona de la familia.
    Hasta que conoce a Ephraim Kavanagh, el irlandes. Un caballero guapo y fascinante pero con un oscuro pasado.
    Los lugarenos huyen de ese hombre y se santiguan a su paso. Aseguran que tiene una pesima reputacion y que en verdad esta maldito.
    Todos le advierten que es muy mala idea tener amistad con ese irlandes, pero ella esta harta de hacer siempre lo correcto…

  • Yo curare tus heridas (Corazone heridos 1) de Towanda Richardson

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    Jamie Parks lo tenia todo. Apenas habia cumplido los veinte cuando todos sus suenos se cumplieron. Era el hombre mas feliz del mundo. Hasta que un maldito accidente en una pista de esqui se lo llevo todo por delante. Su profesion, sus ilusiones y sus ganas de vivir.

  • Peliculas Prohibidas de Lecxia Fenrira

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    Todas las personas tienen metas, todas las personas tienen objetivos y el de ella era bastante obvio: queria tener la boda de sus suenos. Si, todo tenia que ser perfecto y como no, para una mujer como ella tan ordenada, abogado, joven y bella, tenia que ser asi. No debia ser de otra forma. Rebeca estaba feliz, no lo podia negar. Habia conocido al hombre de sus suenos: Alberto, un tio que era un exitoso arquitecto quien, por cierto, tenia una firma reconocida en la ciudad. Se conocieron en la universidad y las cosas se dieron como un flechazo instantaneo. La abogado estrella de la corte tuvo una vida tranquila. Era la menor de tres hermanos y, de paso, era conocida por tener los ojos verdes mas brillantes y hermosos que alguien podria admirar. Su cabello era largo, por los hombros, de un rubio brillante. Siempre impecable y siempre bien peinado, por supuesto. De nina desarrollo la necesidad de verse bien, de cuidar su imagen hasta lo mas pequeno. Asi que era muy consciente de que imagen proyectaba a los demas. Esto lo mismo tambien hizo que tomara la decision de ser bien estricta con su alimentacion y establecer una rutina de ejercicios para mantenerse en forma. Asi pues, paso sus anos de secundaria y universidad, no solo como una estudiante destacada, sino tambien por ser una excelente atleta con dotes impresionantes para el deporte. Su figura naturalmente delgada, se convirtio en una mas firme y de musculatura marcada. El lema de "mente sana y cuerpo sano" era muy serio para ella. Sus padres a veces pensaban que para ser una chica tan joven, era un poco estructurada. Pero bien, asi era su hija y la amaba de manera incondicional. Por supuesto, esto represento que ella se convirtiera en una de esas chicas que todos los hombres desean. Sin embargo, gracias a su caracter tan determinante, solo se permitia estar con personas que resultasen verdaderamente interesantes para ella. De resto, ni siquiera se molestaba en interactuar con tios sin cerebro. Alberto no solo era guapo, tambien era brillante y muy educado. Ella sabia que seria la persona perfecta para su familia y bueno, lo demas es historia. Lo cierto es que Rebeca era una persona querida por la gente que se encontraba a su alrededor. Su novio moria por ella, al igual que sus amigos y el resto de su familia. Al igual que alguien que le estaba siguiendo los pasos desde hacia mucho tiempo. --Disculpame que te cite aqui para ver unas flores, pero es que ni mi mama ni mis amigas pudieron venir. Me da mucha pena contigo. --No te preocupes. Yo estoy encantado de estas cosas de bodas y demas. Es... Digamos, entretenido. --Gracias, en serio. No podria hacer esto sola. Francamente pense que seria facil porque tu sabes como soy, pero no. Esto de organizar una boda es abrumador. --Venga, no te quites credito. Eres una tia que esta preparada para lo que sea. De seguro esto no es nada comparado con las cosas que has hecho anteriormente. --Y pues, no lo se. Digamos que es distinto... A veces prefiero olvidarme de este asunto, decirle a Alberto que nos figuemos y nos casemos en Bali. --No es mala idea. Deberias considerarlo seriamente --dijo el picandole un ojo. --Eres terrible. Si sigo contigo seguramente tendre ideas locas. Mark rio a carcajadas, era un tio gracioso, pero le gustaba mas que le hicieran reir. La miro un rato luego de que ella se fijara en unas vitrinas con zapatos que queria para su viaje de luna de miel. Ella no paraba de hablar y el de mirarla fijamente. Mark y Alberto se conocieron de ninos, asi que fue natural la decision del novio de designar a Mark como el padrino de la boda. La notica le puso muy contento, claro, asi que estaba ansioso por conocer a la mujer que habia conquistado el corazon de su amigo. El le comentaba que la chica no solo era hermosa, sino tambien dulce, inteligente, casera y bondadosa. Resaltaba como su lengua afilaba era capaz de desestimar cualquier argumento bobo y le sorprendia la velocidad de su mente. --Ella parece ir mas rapido que los demas. Incluso a veces me cuesta seguirla. Pero la amo, la amo como a nada en la vida. Es perfecta. Mark estaba intrigado, aunque como buen mujeriego pensaba que esas palabras eran eso: palabras vacias que no decian mucho. Las mujeres para el eran diversion de una noche o de varias --en el mejor de los casos--. No la habia conocido como Alberto hubiera querido porque el estaba pasando una temporada en el exterior haciendo cualquier cantidad de cursos, asi que tendria que esperar a que el momento se diera y por fin salir de las dudas. Llego al pais y su amigo insistio tanto en verse esa misma noche que el cedio solo por el. --Venga, tio, esta bien. Solo dejame descansar un poco y despues quedamos para un bonito sitio. --No vayas a traer a ninguna de tus mujeres. Rebeca es una mujer seria y quiero que tenga una imagen buena de ti. --Tio, por Dios, eso sono demasiado medieval. --Es la verdad. --Vale, que no llevo a nadie. Si, estaba de malhumor porque queria salir de alli con cualquier excusa y follar. Pero bien, su amigo era su amigo y no habia nada que hacer. Quedaron en un restaurante que estaba en el centro. En cuanto llego, se encontro a Alberto y se dieron un abrazo de esos sentidos. Mark olvido lo pesado que se puso su amigo al sentirse feliz de verlo. --?Como te fue? --dijo Alberto con una sonrisa. --Bien, no me puedo quejar. Debo decirte que las tias suecas son divinas y no se complican para nada, eh. --No empieces. --Solo te comento... Por cierto, ?en donde esta la senorita en cuestion? Ya a estas alturas estoy que quiero saber quien te tiene asi de enamorado. Pareces un tarro de dulce y promesas. --No juegues con eso, tio. En serio te digo que esta es la mujer. --Pidamos unas pintas mientras llegas. Asi nos ponemos al dia. Estoy que te tengo que contar un monton de cosas. Los dos conversaron como siempre. Entre unas cuantas tapas y cerveza. Mark casi olvido por completo que debian encontrarse con la chica en cuestion. Pero, sucedio y nunca penso que se transformaria de manera abrupta. Ella entro meneando el cabello, las caderas y sonriendo con una sonrisa amable, dulce y tambien de sorpresa porque vio en la mesa a alguien que no conocia. Como fue de esperarse, Alberto estaba contento, pero Mark, el pobre tio, quedo aplastado por ese encanto y la belleza de esa mujer. --!Hola! Debes ser Mark. Lo siento mucho, trate de salir temprano, pero tuve que presentarme para un juicio. Trate de aplazarlo, pero el demandante queria hacerlo hoy. Por eso vengo a esta hora. Alberto la sostenia de la cintura, mientras le daba un beso en la mejilla. Mientras, Mark estaba de pie, tratando de disimular que se habia sentido terriblemente atraido. Ella se sento luciendo ese vestido negro ajustado, el blazer del mismo color, los zapatos de tacon y el cabello pulcramente peinado. Pero lo que realmente lo dejo tonto fueron esos ojos verdes y esos labios gruesos de color rojo. Su rostro, tan blanco y tan lindo, con una expresion que no habia visto en las otras chicas. Se sentaron a comer y a beber. Ella no dejaba de hablar de su trabajo y de que los juicios se estaban volviendo un poco pesados. Pero, lo mas interesante del asunto era que si te ponias a ver la escena desde afuera, los dos estaban como embobados. --Le hable a Mark sobre ti. El no me creia que fueras asi de perfecta. Ahora ya lo sabe y me puede dar la razon. Rebeca se puso un poco roja por la verguenza y le tomo el rostro de su novio con una dulzura que encendio el interior de Mark con el fuego de los celos. --Como sabras, Mark, Alberto tiende a la exageracion, pero supongo que ahi esta parte de su encanto. --?Me excusan un momento? Es que acabo de llegar de viaje y estoy un poco mareado. --?Estas bien? --dijo Alberto con notable preocupacion. --Si, si, no te preocupes. Solo voy a echarme un poco de agua en la cara y regreso. Antes de levantarse, ella le dirigio una sonrisa y fue ahi cuando sintio que algo dentro de el se habia roto para siempre. El ruido del restaurante, la gente hablando, las copas chocando. Todo quedo en el profundo olvido, puesto que el estaba demasiado absorto en la imagen de ella que ya estaba en su memoria. Entro al bano y abrio una de las puertas de los cubiculos que estaban alli. Se sento sobre la tapa del inodoro y se llevo las manos en la cabeza. Cerro los ojos y se le manifesto el fulano mareo que habia mencionado en la mesa y el cual habia inventado porque necesitaba un tiempo para entender lo que le estaba pasando. Ella se le aparecia de manera constante, recurrente. Era tan fuerte que parecia sentir golpes de ella sobre sus retinas. Era doloroso y tambien exasperante. Nunca en su vida habia vivido por una situacion asi. Jamas, asi que no entendia lo que le estaba pasando. Por supuesto, siempre fue un hombre que no tuvo problemas con las mujeres. Era bien sabido que cualquier chica estaba a su disposicion en todo momento. Pero ella se le aparecio en un momento de su vida en el que puso en duda muchas de las cosas que ya un hombre de su edad habia dado por sentado. El corazon le latia con fuerza y la sensacion de malestar se le estaba haciendo cada vez mas real. No podia creer que se sintiera tan descompuesto. Olvido el sabor agradable de la cerveza, las tapas de bacon y aceitunas, el crocante del pan o las anecdotas graciosas de su amigo y las de el. Nada de eso tuvo mas sentido. Salio del lugar y fue al lavabo para echarse agua fresca. Se miro en el espejo y se sorprendio de su expresion de preocupacion. Un poco mas de agua, una rapida secada y saldria como si nada hubiera pasado. Tambien era experto en eso. Volvio a caminar por el pasillo y antes de enfrentarse a la gente, se armo una sonrisa para fingir que todo estaba bajo control. Los encontro riendose y de nuevo el calor en el fondo del estomago, el malestar y las ganas de irse de alli. Ya no queria saber nada mas. --Oye, ?te sientes mejor? ?Que tal si comemos algo? Quizas asi puedas recuperar un poco el color. --Alberto, tambien fue demasiado pedirle que viniera si acababa de llegar de viaje. Rebeca le dirigio una mirada y sus ojos brillantes le dieron a entender que comprendia, de cierto modo, lo que le estaba pasando. Pero, ?como cojones comprenderia esa mezcla tan turbia de sentimientos? --Vale, vale. Que no pasa nada. Debe ser la edad que me tiene con estos achaques tan molestos, hostia. --?Piensas quedarte? ?O prefieres que nos veamos cuando estes descansado? --volvio a preguntar Rebeca. --Creo que mejor me voy. No pense que este tema del jetlag me afectara asi. Que molesto esto. De verdad que no queria arruinar la velada. --No lo haces --dijo ella-- poniendole la mano sobre la suya-- Se que eres una de las personas mas importantes para Alberto, y para mi es mas que suficiente el hecho de que hayas hecho un espacio para conocerme. El contacto de su piel hizo que sintiera como si una corriente de electricidad pasara por todo su cuerpo. Fue calor, frio, hielo, amor, terror, fuerza y debilidad. Todo eso, mucho de todo, que se junto para que se diera cuenta que ya no tendria escapatoria de esa mujer. --Gracias a ti. Bueno, espero que nos podamos reunir con mayor tranquilidad. Lo siento mucho

  • Traslado Forzoso (En Compania de Vampiros 1) – A.R. Morena de A.r. Morena

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    Carlos es un importante hombre de negocios de Nueva York y, ademas, un vampiro.

  • Amy e Isabelle de Elizabeth Strout

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    Isabelle es una mujer viuda que vive en un pueblecito cerca de Boston con su unica hija, Amy, de 16 anos. La relacion entre madre e hija es tensa y la comunicacion practicamente inexistente. Cuando un nuevo profesor de matematicas llega al pueblo, la vida de Amy da un giro radical: el profesor y la alumna empiezan una relacion que despierta la sexualidad de Amy. Y, poco a poco, Amy descubre un mundo diferente, que no tiene nada que ver con el ambiente claustrofobico que vive con su madre. Cuando Isabelle descubre que su hija mantiene una relacion con el profesor, se siente humillada y traicionada, rompe con su hija y, a la vez, se sumerge en sus frustraciones y se arrepiente de no haber vivido su vida.

  • Amor y Muerte (Salvada por amor n2) de Margotte Channing

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    Habian tomado la posada al asalto, aunque, al parecer, el dueno estaba encantado de que la fiesta se celebrara alli. Era una curiosa boda aquella, en la que, la mitad de los asistentes eran escoceses, y la otra mitad, vikingos. Rosslyn, por fin casada, miraba alrededor con asombro, escuchando los gritos de los hombres, y los golpes en las mesas festejando los brindis. Estaba sentada entre su hermano, Ricardo, y Gunnar, su reciente marido. Al otro lado de este, estaba sentado Ari, el hijo de Gunnar- sonrio al rectificar en su mente- en realidad, ahora era hijo de los dos. Tenia 16 anos y era un chico encantador en todos los sentidos, ademas de sumamente inteligente. No habia permitido que la invalidez con la que habia nacido, hubiera agriado su caracter. Gunnar le habia fabricado una silla de madera para que pudiera desplazarse, perfeccionandola durante meses. Recientemente, le habia incorporado un par de ruedas, el diseno estaba copiado de un papiro de 200 anos de antiguedad, que habia caido en las manos de Gunnar por casualidad. Enseguida se dio cuenta de la importancia que podria tener para la vida de su hijo. En el aparecia dibujado un general del ejercito chino, que estaba ante las tropas, sentado en una silla de ruedas. Gunnar estuvo estudiandolo durante dias. Al principio, le parecia que no podria construirla. Por eso, no le dijo nada a Ari, hasta que la fabrico. Despues de semanas de trabajo, consiguio hacer una que se movia, aunque las ruedas, incluso sin peso encima, se rompian constantemente. Despues de hacer bastantes cambios, hacia pocas semanas, se la entrego a Ari para que la probara. Este, cuando la vio se echo a llorar, entonces Gunnar fue realmente fue consciente, de lo dura que era la vida para su hijo. Una vez sentado en ella, por primera vez en su vida, pudo moverse sin depender de nadie, siempre que no hubiera escaleras por medio claro. Ari no queria que, a su edad, le siguieran llevando en brazos, como si fuera un nino. El padre de Rosslyn, William Douglas, habia cedido el lugar junto a su hija, para que, su recien descubierto medio hermano, Ricardo "Corazon de Leon" se sentara junto a ella. Volvia al dia siguiente a las cruzadas, y era la unica ocasion, en la que podrian pasar algo de tiempo juntos. Rosslyn se giro hacia Ricardo con un suspiro. Era injusto que le presentaran a su madre y uno de sus hermanos el mismo dia, y solo pudiera disfrutar de ellos un rato. – Ricardo- este se volvio sonriente, pidiendo disculpas a William, que estaba sentado a su lado. – Dime, hermana- ella contemplo su sonrisa, admirandola, sin saber que era igual que la suya. – Me gustaria que nos conocieramos un poco mejor, ?no seria posible que te quedaras unos dias mas? – No, querida, lo siento mucho. Mis soldados me esperan hace dias, he retrasado la partida por tu boda. Tampoco puedo acompanarte parte del viaje, porque vamos en direcciones contrarias- sonrio con tristeza. – Siento que hayas cambiado tus planes por mi- el levanto la mano para que no siguiera hablando. – Me ha alegrado mucho conocerte. Pero, ademas, madre no me hubiera perdonado que, no lo hubiera hecho. – ?Es muy mandona? – pregunto curiosa.

  • Lo que oculta la nieve de Rocio Mulas

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  • Cuando acabe el invierno de Angela Drei

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    Alex bajo del taxi frente al portal de la casa de Marie. Volvio a mirar el ramo de flores que habia comprado. Siete rosas rojas, una por cada mes. Recordaba el primer dia en que ella aparecio en su cafeteria con su gran bolso azul y sus gafas de sol. Habia cambiado mucho desde entonces. Ya no se escondia tras unos cristales oscuros, no tenia ojeras y su vestuario se habia llenado de color. Hasta su pelo era diferente. Sonrio como el bobo enamorado que era y toco el boton del videoportero mientras escondia las flores a su espalda. Marie le esperaba en la puerta, y el la siguio al interior con una sonrisa traviesa. En cuanto estuvieron dentro, Alex le entrego el ramo de flores. Ella las observo sorprendida. Siete rosas de un vivaz color rojo. Fruncio el ceno sin entender y lo miro en espera de una explicacion. --Hoy hace siete meses que apareciste en mi cafeteria. ?No te acuerdas? Alex disfruto al ver como ella se ruborizaba. No, estaba claro que no se acordaba. Pero el no se enfado, al contrario. Se sintio orgulloso y feliz de haberla sorprendido. --Vaya, asi que te has olvidado. --Lo siento, de verdad. No recordaba la fecha. --Pues algo tendras que hacer para que te perdone. Marie sonrio con coqueteria al ver como el le guinaba un ojo ladeando su sonrisa. Habia vuelto a ser el hombre sexi y atrevido de siempre. No quedaba ni rastro de aquella mirada triste, la que aparecia cuando los recuerdos del pasado llegaban si avisar. --No se que puedo hacer. Podemos salir y comer algo fuera..., o tal vez podemos quedarnos... El no la dejo continuar. Con un beso interrumpio lo que fuera que iba a decir y las rosas acabaron aplastadas entre ellos. --Las flores, deja que las coloque. Marie trato de apartarse un poco, pero el la tenia sujeta por la cintura con firmeza. --Te comprare mas. Te comprare flores cada dia --dijo sin separarse de ella--. Celebraremos el primer dia que te hice el desayuno, nuestra primera cita, la primera vez que te lleve en mi moto. Mientras hablaba, iba dejando besos desde su cuello hasta su hombro, y desabrocho el primer boton de su camisa para poder tener mas piel cerca de sus labios. Ella rio cuando sintio sus dedos cosquillear en su cintura subiendo la tela y entonces Alex se aparto lo suficiente para mirarla. --Me encanta escucharte reir. Adoro tu risa. --Y era cierto, la habia visto llorar incluso antes de saber su nombre y habia odiado cada lagrima que oscurecia su preciosa mirada de chocolate. Ahora tenia entre sus brazos a una Marie muy distinta, ligera y sonriente, vibrante como esas zapatillas con rayas doradas que se habia comprado el fin de semana anterior. Marie aprovecho ese momento para escabullirse y fue a la cocina. Antes de que las rosas estuvieran en un jarron con agua, Alex ya habia llegado y la envolvia entre sus brazos. --No te escapes --le rino mientras se colocaba tras ella. --Deja que las ponga en agua. --Solo si me prometes hoy no salimos de casa. --Esta bien, no salimos --acepto ella mientras colocaba las flores en un sencillo jarron de plastico junto a la ventana de la cocina--. ?Que quieres comer? ?Comida china, pizza, sushi? ?Que pedimos? --Tengo delante lo que quiero comer. Marie abrio mucho los ojos y fue a decir algo mas, pero el la cogio en brazos y cargo con ella hasta el dormitorio. --Vamos, galletita, me muero de hambre. --?Galletita? --Si, galletita. Estoy pensando que quiza con un poco de chocolate... ?Tienes sirope? ?Nata? Marie sintio como sus mejillas ardian y oculto el rostro con las manos. --No tengo de nada. Intento hacer dieta. --?Dieta? ?Para que? Mientras esperaba una respuesta, Alex no se quedo quieto. Fue desabrochando el resto de los botones de la camisa que ella llevaba y bajando por la linea de su esternon hasta descubrir su ombligo. --Pues veras, por culpa de alguien que conoces, los pantalones me quedan tan estrechos que no puedo casi abrocharmelos. --?Que pantalones? ?Estos? Alex se puso de rodillas entre sus piernas y desabrocho el boton de los vaqueros que ella llevaba puestos. --Tengo una solucion mejor: tira estos pantalones a la basura. Se inclino hasta dejar un beso en su estomago y ella intento incorporarse. --No es gracioso --dijo fingiendo mas enfado del que sentia. --No. No es gracioso. --Alex, deja de hacer el tonto y escucha. --Esta bien, te escucho --acepto y volvio a sentarse en la cama, aunque en lugar de mirarla a los ojos se quedo prendado del sujetador gris oscuro que resaltaba sobre su piel, tan palida como el azucar. --!Mirame a los ojos! --No puedo --dijo echandose a reir. Marie cogio la almohada y le golpeo, pero el era mucho mas grande y con un solo movimiento la tuvo inmovilizada bajo su cuerpo. --Estas preciosa. A mi me gustas. --?Te gusto gorda? --No estas gorda, Marie. Pero es que aunque lo estuvieras me daria igual. --Ya, seguro. --No estas gorda --repitio muy serio--. Y quitate los vaqueros. --?Que me quite los vaqueros? --?No te quedan estrechos? Pues quitatelos. O mejor, te los quito yo. Alex la sujeto de los tobillos y bajo los pantalones hasta conseguir deshacerse de ellos. Cogio uno de sus pies y beso con cuidado sus dedos. Llevaba las unas pintadas de rojo oscuro. Le encantaba que fuera tan coqueta: a Marie le gustaba llevar las unas de colores, aunque no llevara sandalias y nadie las viera. Eso era perfecto, porque sabia que ahora ella se ponia guapa para sentirse bien, no para agradar a los demas. --Eres tan suave… --susurro pasando los labios por su tobillo. Marie sintio un escalofrio cuando el aliento de el le hizo cosquillas. Su boca iba subiendo muy despacio dejando un camino de besos por el interior de su pierna. --?Sabes? Conozco una forma de quemar calorias. Alex dio un pequeno mordisco en su muslo antes de mirarla. --?Si? ?Cual? --pregunto Marie con un jadeo. --Primero tienes que quitarte toda la ropa. Mientras ella se dejaba desnudar, el no dejaba ni un trozo por besar. Era su plato preferido, su dulce Marie, la que habia conseguido atraparle y llenar su corazon. Siete meses. Todavia le costaba pensar que no estaba solo. Como su hermano le habia dicho, ella habia llegado para dinamitar los muros que habia construido, y ahora tenia que volver a aprender a vivir sin miedo a sentir. Podia ser feliz. Era como lanzarse del trampolin a diez metros. Daba miedo, pero sabia que merecia la pena esa sensacion de zambullirse y sentir cada musculo del cuerpo cargado de energia. Marie sintio sus manos, sus besos, que recorrian su piel hasta que todo fue calor. Su corazon latia cada vez mas rapido. No solo era sexo. Con Alex se convertia en una experiencia divertida donde ella podia devolverle cada caricia. El nunca ponia mala cara, nunca fruncia el ceno, ni siquiera cuando ella se echaba a reir de forma escandalosa porque le hacia cosquillas al besar su cadera. El sexo era genial con Alex. Vivir a su lado era genial. Se sentia segura y querida. No se avergonzaba si no llevaba la ropa interior conjuntada, si habia escogido un sujetador demasiado sexi o si ese dia estaba cansada y queria pasar la tarde viendo la tele con una vieja camiseta. Con el podia ser libre. --!Alex! --se le escapo un grito y rodeo sus caderas con las piernas para atraerle mas cerca, tanto que no habia ni un centimetro entre sus cuerpos. El tenia el cabello revuelto, respiraba agitado y en cada movimiento mezclaba sus jadeos. La beso largo y despacio. Su ritmo era lento, saboreaba cada gemido de ella. Terminaron temblando y sin aliento. --Dios, Marie, creo que no deberia haber ido a la piscina hoy. Si muevo cualquier musculo, voy a terminar desmayado. --Ha sido culpa tuya. Yo solo queria quedar a comer --repuso Marie. Alex habia terminado tumbado boca arriba en la cama, sin preocuparse por cubrirse con las sabanas, y su abdomen todavia subia y bajaba muy rapido. --?No te ha gustado? --pregunto mientras se ponia de lado para poder atraparla y volver a tenerla cerca. --No he dicho eso. El unico que te has quejado eres tu. --Llevas razon. Me quejo --dijo y la beso--. Me quejo de que eres tan suave que no puedo quitarte las manos de encima. Me quejo de que desde que te veo tengo ganas de desnudarte y hacer mil flexiones contigo. Y sobre todo me quejo --anadio mientras golpeaba con el dedo indice su nariz--, de que eres una cabezota que no quiere vivir conmigo y me hace ir todo el dia de aca para alla perdiendo un tiempo precioso que podriamos gastar en otras cosas, cosas interesantes como estar en la cama, en la ducha o sobre la alfombra del salon

  • Todo un verano sin Facebook de Romain Puertolas

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  • El amor despues del dolor, Araceli Samudio de Araceli Samudio

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    No hay dolor mas grande, ni tristeza mas pr

  • Sigue lloviendo de Alice Kellen

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    Se me disparan las pulsaciones en cuanto la veo. Es ella. Siempre ha sido ella. Y esta ahi sentada, con esa actitud serena que se esfuerza por proyectar ante los demas. Tiene las manos cruzadas sobre la mesa y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante, de modo que algunos mechones de cabello enmarcan su rostro ovalado. Me fijo en la piel suave de su cuello, en la curvatura de sus hombros... --Por favor, Senor Ojeda, pase por aqui y ocupe uno de los asientos. Trago saliva e intento parecer mas seguro de lo que me siento. Camino hasta el centro del impersonal despacho, le tiendo la mano a su abogado y me acomodo frente a ella. Levanta la vista. Nuestras miradas se entrelazan, se enredan en una sola y no se si voy a ser capaz de deshacer ese nudo. Quiero seguir atado a ella, a esos ojos. --Sara... --comienzo a decir, pero no se como seguir y su nombre se pierde en mis labios. Noto la boca espesa. A pesar de ser media tarde, aun me duran los efectos del alcohol y la desolacion de la pasada noche; un par de aspirinas no pueden enmascarar las emociones que me acechan. --Por lo que veo, sigue pensando que no necesita un abogado --dice el hombre dirigiendose a mi. Lleva el nudo de la corbata mal hecho y no deja de toquetear con sus gruesos dedos el boton superior de la americana que viste. --Como asegure en su momento, no, no lo necesito. Hace unas semanas ya acordamos por telefono que ella se quedaria con el apartamento y la mitad del dinero. --Exacto. Y mi clienta deberia abonarle el valor proporcional de la mitad el piso. El revisa algunos papeles que ha dejado sobre la mesa llevandose un dedo a los labios cada vez que pasa una hoja. --No, no quiero --declaro. Veo que Sara presiona los labios. --Es lo justo --interviene su abogado. --No me importa. --Victor, no discutas. Hagamoslo por la via facil. Me estremezco al oir finalmente su voz, despues de tantos meses, despues de tanta ausencia... Llena la habitacion. Me llena a mi. --Quiero que te quedes el piso. Y no me debes nada --insisto. Su abogado nos mira alternativamente mientras permanecemos sumidos en un silencio tenso, retandonos con la mirada. --Los papeles ya estan preparados --aclara ella--. Firmalos, por favor. Suspiro ante ese ruego. Quiero complacerla, de verdad que si... pero no puedo. No asi. Sin embargo, la conozco lo suficiente como para saber que no cedera, no lo hara. Pero solo pienso en que no puedo dejarla sola, tan fragil, tan lejos de ser ella misma. Ojala pudiese entrar en su mente y manejar todas sus ideas a mi antojo; eliminar el sufrimiento, colorear las zonas grises, reparar lo que se ha roto... porque ese es el unico modo de arreglar tambien todo lo malo que hay en mi. --Terminemos ahora con esto -- susurra. El dolor sigue ahi, en sus ojos verdosos. Puedo verlo. Tambien me fijo en las ojeras que ensombrecen su mirada y en la piel de su rostro, mas palida y apagada de lo normal. Tiempo atras, Sara siempre fue capaz de representar una obra de teatro diaria para cualquier persona que se cruzase en su camino. Todos los que la rodeaban eran meros espectadores. Todos, menos yo. A mi siempre me dejo ver la verdad, los entresijos de su mente, los miedos que la comprimian. Me gustaba todo de ella. Lo bueno y lo malo. Todo. --Dame algo a cambio --digo. El abogado tose, incomodo por la atipica situacion, pero antes de que pueda inmiscuirse, Sara habla: --?Que es lo que quieres? --Una cena. Una despedida.

  • Buenos dias de Alicia Gonzalez

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    Obra ganadora del Certamen de Novela Corta Princesa Galiana, en la que se destaco su interesante estructura narrativa. Relata la vida de la joven Miriam, que se va completando para el lector con los enfoques de los diversos protagonistas. La existencia de Miriam se ve manipulada por las exigencias de cuantos la rodean; seres egoistas, guiados por la unica necesidad de satisfacer sus propios deseos. Una historia conmovedora e intensa; pero tambien llena de coraje y cargada de esperanza.

  • Y empezamos comiendonos las… perdices de A. R. Cid

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    ?Que podemos esperar cuando empiezas la historia por el final? Yo lo conoci con los pantalones bajados, gimoteando de dolor y con su amiguito desenvainado.
    La gran pregunta, ?quien soy yo para que los hombres acudan a mi en estas circunstancias, sin ningun tipo de preliminares?

  • Jaque al psicoanalista de John Katzenbach

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    LLEGA LA ESPERADA CONTINUACION DE EL PSICOANALISTA LA OBRA MAS VENDIDA Y EMBLEMATICA DE JOHN KATZENBACH

  • Una pareja casi perfecta de Marian Keyes

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  • Brazos neumaticos de Rosalia Reyes

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    Mis hermanos. Mi moto. Mi club.
    Esos eran los amores de mi vida.
    Hasta que conoci a Veronica.
    Y sus curvas infernales. y ardientes.

  • Siempre tuya (Secuestrada 3) de Anna Zaires

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    Tercer libro de la trilogia de romance oscuro Secuestrada, exito de ventas por el New York Timesy USA Today

  • Todos los latidos rotos de mi corazon de Lorraine Coco

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    Abby no cree en el destino. ?Por que iba a hacerlo? No parece que este se haya portado demasiado bien con ella hasta el momento. Sin embargo, cuando regresa a Destiny, su pueblo natal, para ayudar a su hermana, de pronto se ve trabajando como redactora del horoscopo en el periodico local. Y aunque no crea en esas cosas, la verdad es que alli no le falta inspiracion: los pintorescos habitantes del pueblecito tienen historias de sobra que contar y muchos asuntos sin resolver a los que quiza no les vendria mal un pequeno empujoncito. Lo que Abby no esperaba era que los caprichosos astros tambien la tuviesen a ella en el punto de mira... para ponerla en el camino de Ryan West, el medico del pueblo. Un hombre cuyos ojos grises e intensos amenazaran con desafiar las creencias de Abby y acelerar el latido irregular de su corazon, que aun herido, todavia esta dispuesto a dar mucha, mucha guerra.

  • El control de tu estado de animo de Dennis Greenberger

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  • Amor contracorriente de Annabeth Berkley

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    La joven lady Allyson Connelly se miraba en el espejo con cierta inseguridad. Estaba en el salon de la modista a la que solian acudir al inicio de cada temporada. Podria decirse que le gustaba lo que veia. Su cabello rubio perfectamente recogido, el precioso vestido celeste que resaltaba el azul de sus ojos, los bonitos y comodos botines que le permitirian bailar toda la noche... Estaba satisfecha del resultado, sin embargo... sentia que le faltaba el aire. Madame Leonard, la solicitada modista francesa a la que la mayoria de la nobleza de Londres encargaba sus vestidos desde que se habia instalado alli hacia unos anos, la miraba extranada con varios alfileres sujetos entre sus finos labios. Era alta, delgada y su demostrada experiencia y los altos precios que cobraba daban la razon a la soberbia con la que se conducia. Miro la estrecha cintura de la joven. Estaba segura de que el corpino no estaba tan apretado como para no dejarle respirar, asi que no le presto mayor atencion. Allyson sintio como sus mejillas perdian el color y un sudor frio le recorria el cuerpo. Intento distraerse mirando a su alrededor. Las paredes forradas con papel en tonos claros, las lujosas telas de diferentes colores sobre una mesa alargada, varios espejos diseminados por la habitacion, estanterias con diferentes tocados que sobresalian de sus cajas, cajones a medio cerrar con vistosas plumas, abalorios y delicados encajes... --Crei que ya tenia pretendiente --comento Madame Leonard mientras se alejaba para dar el visto bueno a su diseno desde la distancia. --Y lo tiene --afirmo altiva y satisfecha lady Josephine Connelly, la elegante matriarca de la familia--. Esta temporada, Christine causara la misma sensacion que su hermana en la anterior. No tengo duda de ello. Josephine miraba a su hija mayor con el ceno fruncido, molesta porque aun no hubieran fijado la fecha de la boda. Si la modista sabia que tenia pretendiente, pero aun no se habia casado, lo sabria, sin duda, el resto de la alta sociedad. No comprendia el porque de su reticencia cuando el conde de Nokfolk era tan buen partido para cualquier joven casadera. --El delicado vestido de color petalo que han escogido, sin duda, hara que encuentre pretendiente tan rapido como su hermana --comento la modista sonriendo friamente a la joven morena de ojos azules a la que acababa de quitarle el elegante y decoroso vestido encargado para la fiesta. Allyson miro a Christine, su hermana un ano menor, que la miraba con los ojos brillantes, emocionada por su inminente presentacion en sociedad. Sin duda, estaria preciosa y mas que preparada para encontrar esposo. La mas pequena, Laura, rubia como ella y de ojos verdes, estaba sentada indiferente junto a su madre. Ella aun tendria que esperar un ano mas para su presentacion en sociedad, y no parecia que tuviera mucho interes al respecto. Allyson volvio a mirarse en el espejo. A ella se le acababa el tiempo. La falta de aire era cada vez mas acuciante. El conde de Nokfolk, el afortunado pretendiente al que sus padres habian aprobado, ademas de pertenecer a su clase social y ser correcto y educado, habia sido muy paciente con sus caprichos de retrasar la boda entre ambos. Ese ano la acompanaria en los bailes para confirmar la union matrimonial que todos esperaban que se fuera a producir en breve. Era un buen hombre y seria un buen marido, se dijo tratando de convencerse. --Allyson, por Dios, ?que te ocurre? --le pregunto alarmada su madre, notando su palidez y angustia, cada vez mas visible. Allyson cogio aire y lo solto con rapidez varias veces mientras se doblaba sobre sus rodillas. Christine y Laura fueron preocupadas hasta ella. Madame Leonard se acerco agitando un abanico de color crudo con su mano. Solo Josephine la miraba seria, levantado una ceja con frialdad. --Se... me pasara pronto.... --les tranquilizo Allyson con un hilo de voz mientras la modista le soltaba los lazos del vestido para quitarselo. --No creo que sea necesario arreglarlo --les comento Madame Leonard con firmeza--. Quiza la joven esta nerviosa. Josephine apreto los labios con fuerza, mirando cenuda a la mayor de sus hijas. --Probablemente --murmuro entre dientes. Allyson miro de reojo a su madre antes de desaparecer tras la cortina que servia de biombo para vestirse con su ropa de paseo. --Al ano que viene me tocara a mi ponerme otro de estos vestidos --comento la joven Laura pasando la mano por el vestido que Christine iba a llevar. Christine asintio, mirando risuena su bonito vestido. Sabia que todos la compararian con su bonita hermana mayor, pero afortunadamente ella no seria rival puesto que a su boda con el conde solo le faltaba establecer la fecha. Josephine no se movio de donde estaba hasta que no vio salir a Allyson vestida con su traje de paseo de colores crudos y visiblemente mas recuperada. Christine y Laura fueron hasta ella preocupadas. Allyson les sonrio evitando la mirada de su madre. --Muy bien, Madame Leonard --le comento Josephine a la modista mientras se dirigia a la puerta--. Espero que envie estos vestidos manana mismo, y el resto de los que le hemos encargado, en una semana. La mujer asintio satisfecha. Poco antes de empezar la temporada en Londres, recibia cientos de encargos que le permitian vivir muy holgadamente el resto del ano, cuando la alta sociedad solia retirarse a pasar la temporada de caza a sus segundas viviendas alejadas de la vida social de la ciudad. Justo antes de salir, se encontraron con lady Flanigan, una vieja conocida de la familia, que entraba con su hija, probablemente con la misma intencion con las que ellas habian ido. Era alta y ligeramente corpulenta, y llevaba un moderno sombrero sobre su cabello oscuro. Su hija, con el cabello un poco mas claro, parecia su joven reflejo. Las madres se saludaron con una afectuosa sonrisa. Las jovenes se miraron con curiosidad. No solian relacionarse entre ellas. --Supongo que nos veremos en la fiesta de lord Bondshire --comento lady Flanigan. Josephine asintio complacida. --Si, Helen, aunque tenia entendido que Josselyn ya habia encontrado pretendiente el ano pasado. La mujer sonrio asintiendo y manteniendo la mirada a su interlocutora. --Asi es, pero parece ser que tiene la misma prisa que Allyson por contraer matrimonio. Las dos jovenes aludidas se miraron y se sonrieron con amabilidad. Aunque recordaban haberse visto en alguna ocasion, apenas habian hablado entre ellas. Josephine miro al cielo, como si pidiera la paciencia que necesitaba para la incomodidad que le producia la situacion de su hija mayor. --Este ano debuta Christine. Ya lo tenemos todo preparado, y estamos seguras de que todo ira... mejor. Helen asintio con una sonrisa educada. --Te deseo la mejor de las suertes, Christine --miro a la ilusionada joven--. Mucho gusto en saludarlas. Josephine y sus hijas volvieron al carruaje que les estaba esperando al otro lado de la calle. Allyson se distrajo mirando a su alrededor. Las calles de la ciudad eran amplias y estaban limpias. Habia varias personas paseando distraidas. Todo le parecia que estuviera dentro de la normalidad a la que estaba acostumbrada... y de la que habia empezado a dudar. --Allyson, ?por que te detienes? Allyson miro a su madre sonrojada. Bajo la cabeza y fue hacia el carruaje justo cuando otro carruaje similar paro frente al de ellas. Un joven apuesto de cabello castano y ojos del mismo color bajo de el para saludarlas. --Lady Connelly, Christine, Laura, Allyson. Todas sonrieron y devolvieron el saludo al prometido de Allyson. --Es un placer haberlas encontrado. Ahora iba a ver a su esposo --les explico mientras Allyson se acercaba a el. --Madre, ?puedo irme con Robert? --pregunto la joven tratando de aparentar indiferencia. --No es buena idea, Allyson. Cualquiera puede veros... --Aun no es mediodia, madre --insistio Allyson. --Voy a una de las fabricas --le explico Robert, el conde de Nokfolk, serio--. Nada me gustaria mas que compartir el tiempo contigo, Allyson, pero quiza no sea buena idea... Allyson fruncio el ceno mientras hacia un entrenado mohin con los labios que le dedico a Robert y a su madre. --Siempre os quejais de que no pasamos tiempo juntos... Josephine entrecerro los ojos mirando a su hija mayor con desconfianza. Allyson evito su mirada fijandola en su guapo pretendiente, que miraba a su madre esperando un permiso. --Puedo quedarme esperando en el carruaje... --insistio Allyson con dulzura. --Yo cuidare de ella, lady Connelly, y en cuanto termine la diligencia que me lleva hasta alli, la acompanare a casa. Josephine asintio con un gesto serio, visiblemente molesta con su hija mayor. Allyson se despidio de su madre y sus hermanas sin perder mas tiempo y dedico a Robert una bonita sonrisa mientras subia al elegante carruaje con asientos de terciopelo en color verde oscuro. El joven la siguio al interior, sentandose frente a ella. La miro detenidamente mientras golpeaba con su baston el techo para indicar al cochero que se pusiera en marcha. Pocas veces conseguian estar a solas. --No esperaba que quisieras venir conmigo --le comento Robert, con mucha calma, casi arrastrando las palabras. Allyson se encogio de hombros, sintiendose ligeramente incomoda con su tono de voz. Sentia su mirada condescendiente sobre ella, como si todavia la estuviera evaluando para saber si seria o no una buena esposa, o como si estuviera dispuesto a reganarla si no hacia lo que el consideraba correcto. --Apenas nos vemos... --le contesto ella, suponiendo que era logico que pasaran algun momento a solas. --Tu madre ya no esta. No tienes que fingir delante de mi --le indico serio mirandola a los ojos. --No estaba... --?A quien trataba de enganar? Quiza Robert habia empezado a conocerla--. Nunca he visto una fabrica --le respondio compartiendo la verdadera razon por la que habia querido acompanarle. --Ni tienes por que verla --le explico con cierta frialdad, manteniendole la mirada. Allyson lo miro por unos segundos. Habia creido que Robert apoyaria sus inquietudes o le permitiria dirigirse con mas libertad que la que tenia en casa de sus padres. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero en determinadas ocasiones, el le hacia sentir insegura y no era nada agradable sentirse asi. --?Por que no? ?Que habria de malo? --le pregunto mirando hacia la ventana para disimular su decepcion. --Ese no es un sitio para una dama --insistio Robert mientras el carruaje iniciaba un incomodo traqueteo debido al desgastado suelo de las calles por las que habian empezado a transitar. --Oh, vamos... --Allyson le miro impaciente. --Ademas, has dicho que te quedarias en el carruaje. Allyson le miro seria. Cierta tension se palpaba en el ambiente. Ella sabia que no debia llevarle la contraria, que debia mostrarse sonriente y sumisa, pero cada vez le costaba mas comportarse asi con el. --Allyson... --le recrimino molesto--. No se que esperas encontrar alli, pero no es como te lo imaginas. Las fabricas... --entorno los ojos con una mueca--. ?Que has estado leyendo? Allyson se sonrojo, pero no le respondio. Se limito a mirar por la ventana, dandose cuenta de que habian dejado muy atras el centro londinense. --?Donde vamos exactamente? --A una parte del East End... barrios obreros... tu padre se encuentra en una de las fabricas --Allyson se asomo por la ventana sin ningun reparo--. Allyson, esto no es un viaje de placer. Vuelve dentro. Allyson lo miro molesta. --Nunca he estado en un barrio obrero. --Y no vas a estarlo --le respondio serio--. Te repito que no es sitio para una dama. Pasaremos por el barrio, pero no nos detendremos. Allyson le mantuvo la mirada, pero cedio separandose de la ventana. De nada iba a servir enfrentarse con el, ademas de que seria algo imperdonable por su parte. --?Por que no? --susurro a reganadientes. --Allyson, no hay nada que quieras ver, creeme. Allyson lo miro extranada y molesta. Ella queria asomarse por la ventana. Por eso habia ido con el. Era algo que no se podia quitar de la cabeza desde que habia leido a escondida los ultimos libros de Charles Dickens. Le costaba creer que la ciudad que el describia fuera donde ella residia. Robert decidio cambiar el rumbo de la conversacion. Tenia claro que discutir con Allyson no llevaba a nada, ademas de que no tenia por que hacerlo. Sin duda seria una esposa perfecta cuando se acostumbrara a su verdadera posicion como condesa. La acaricio con la mirada. Era preciosa, quiza demasiado transparente en sus expresiones. --Crei que querias estar conmigo... a solas. Allyson se sonrojo consciente de la intimidad del momento. Estiro su espalda pegandose aun mas al asiento en el que estaba, como si pudiera poner mas distancia entre ellos. --Si, claro... --le respondio visiblemente incomoda mientras el carruaje se movia de manera mas abrupta al dejar totalmente atras las cuidadas calles de la ciudad. Miro a Robert. Era un buen hombre, guapo, distinguido, educado. Estaba casi convencida de que seria un buen esposo, pero no sabia por que le estaba costando tanto fijar una fecha para su boda. Sabia que era lo que un marido podia exigir a su esposa. La habian educado para ello. Estaba dispuesta a ser una esposa sumisa y obediente, aunque solo pensarlo le causaba cierta ansiedad. Los pocos y robados besos que el le habia dado en contadas ocasiones no la conmovian lo mas minimo ni mucho menos le interesaba repetirlos. Su madre le habia explicado, sin muchos detalles, lo que pasaba en la intimidad del dormitorio entre un hombre y una mujer, y no tenia ningun interes en experimentar el molesto momento. Lo peor era saber que no habia manera de evitarlo. Desvio su mirada sonrojandose ante sus pensamientos. Parecia que entraba un olor fuerte y desagradable por la ventana y Allyson saco un panuelo del pequeno bolsito que llevaba colgado de la muneca y se lo llevo a la nariz. Robert la seguia mirando detenidamente. --Allyson... ?buscabas estar a solas conmigo? Allyson lo miro ruborizada. Cierto desasosiego la invadio ?Por que insistia? Los ojos de Robert habian empezado a brillar. Realmente estaban los dos a solas. ?Lo veria como una oportunidad de acercarse a ella y besarla? No le apetecia en absoluto. --No digas esas cosas, Robert. Soy una mujer decente. Robert sonrio con arrogancia. Por fin parecia que Allyson se habia dado cuenta de que estaba en sus manos, de que dependia de el. --No dudo de que lo seas... --?Donde estamos? --le interrumpio con curiosidad acercandose a la ventana al ver que pasaban junto a unos edificios que no conocia. Robert le impidio que lo hiciera sujetandola por el brazo. --Allyson, no tienes por que ver esto. Se mantuvieron la mirada por unos segundos. La tension entre ambos fue mas que visible y parecia que ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Robert se incorporo ligeramente sobre ella. Allyson se rindio. Lo tenia demasiado cerca. Bajo la mirada, sumisa y volvio a apoyarse en su asiento. --Si no querias estar conmigo a solas, ?Que pretendias con este viaje? --No lo se. Pense que podria ver a mi padre... --?Ahora? ?Tienes algo urgente que decirle? Una fabrica no es lugar para una mujer de tu clase. Te ruego que no bajes del carruaje cuando lleguemos. Puede ser peligroso. Allyson lo miro con cierta desconfianza. Sus palabras parecian sinceras y su tono de voz amenazador. --?Peligroso? ?Y por que mi padre viene todos los dias? ?Por que vienes tu? --Peligroso para una mujer como tu, querida --le respondio protector sin dejar de mirarla. Allyson asintio antes de girar la cabeza hacia la ventana. Estaba deseando ver lo que habia en las calles. Siempre habia vivido protegida, entre sedas y algodones, pero ultimamente tenia muchas dudas acerca de si su vida era real o era un espejismo en el que solo unos cuantos afortunados podian vivir. Robert se sento de repente a su lado buscando su contacto. Allyson se sobresalto y con rapidez se levanto de su asiento para ocupar el que el habia dejado libre. --!Robert, por favor! Robert hizo una mueca de autosuficiencia.

  • Historia de las abejas de Maja Lunde

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    Historia de las abejas, la novela revelacion de las letras noruegas, es una historia epica y global en la que, mediante tres narraciones entrelazadas, Maja Lunde reflexiona sobre los seres humanos y su relacion con la naturaleza a lo largo del tiempo.
    En la Inglaterra de 1852, William, un naturalista y comerciante de semillas que no pasa por su mejor momento, lucha por desarrollar un tipo de colmena totalmente nuevo que les valdra a el y a sus hijos fama y respeto. George es un apicultor de los Estados Unidos que en 2007 pone todas sus esperanzas en que su hijo universitario continue con el sacrificado negocio familiar. En la China del ano 2098, donde las abejas han desaparecido y con ellas el mundo tal y como se conocia, Tao se dedica a la polinizacion manual, con el deseo de dar a su hijo una vida mejor que la suya.
    Maja Lunde despliega en esta ambiciosa novela un extenso lienzo donde, a la vez que muestra las primeras y humildes tentativas del ser humano en el campo de la cria de abejas, la apicultura industrial de hoy en dia y un futuro en el que estos insectos se han extinguido por completo, explora tambien con sutileza y profundidad las relaciones familiares, el desarrollo y el medio ambiente.

  • Balada de amor para un soldado de Nut

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    Idris Mackie, desde que decidio abandonar la musica, vive sumergido en una desidia que le lleva a desentenderse de todo aquello que no sea pasar el rato bebiendo cervezas con sus amigos, fumar maria y disfrutar del sexo sin inhibiciones ni compromisos. Un buen dia recibe una carta que contiene un Cd con una cancion, y cuyo remitente es el soldado Kevin Miller, alguien que esta seguro de no conocer pero que parece dispuesto a irrumpir en su anodina vida. Amistad, sexo, soledad, amor, son algunos de los ingredientes que componen esta Balada de amor para un soldado que tiene como telon de fondo la musica, ese lenguaje universal, y a la ciudad de New York como testigo silencioso de como dos almas a la deriva, presas de las decisiones que han marcado su existencia, se buscan sin saberlo.

  • Una Propuesta casi Indecente – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    ?Cual seria, la situacion limite por la cual venderias tu alma al diablo?
    ?El amor tiene precio?
    Victoria y Federico entraran en un juego de Caperucita y el Lobo, en el que las reglas y el orden de los factores, no alteraran el producto final.
    Amor, dinero y un acuerdo, son piezas claves en esta novela.

  • Segunda piel de Nadia Noor

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    La atraccion, el amor y el deseo llevaran a los protagonistas de esta novela de Nadia Noor a dejarse llevar por sus sentimientos y vivir una apasionante historia.

  • Una familia decente de Rosa Ventrella

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    En un decadente barrio italiano, un amor inesperado crece como una flor en una tierra yerma.

  • Una juventud de Patrick Modiano

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    Ahora, a punto de cumplir los treinta y cinco, Odile y Louis viven en un valle con abetos, un teleferico rojo y una estacion de esqui en las montanas. Pero hace mucho tiempo, en su juventud, cuando estaban a punto de cumplir veinte anos, vivian en Paris y en sus calles hicieron un aprendizaje vital no siempre facil. Paris, el escenario modianesco por antonomasia aunque hay tambien en estas paginas un viaje a Inglaterra, adquiere en Una juventud un estatus de tercer protagonista: los bulevares, las cafeterias, las salas de fiesta, el metro elevado, los barrios perifericos, los andenes de estaciones ferroviarias… Louis ha cumplido con el servicio militar y encuentra trabajo como vigilante nocturno de un garaje en el que vislumbra idas y venidas sospechosas; Odile trata de abrirse camino como cantante y se topa con un mundo sordido. Esta es una novela de encuentros, de personajes secundarios que dejan huella, de presencias fugaces y enigmaticas: la chica que toca la balalaica, el joven espanol que hace un numero de travesti con unas castanuelas, el pintor que vivio en el estudio en el que ahora viven los protagonistas, un individuo de la alta sociedad de dudosa moralidad… Encuentros que sumergiran a Odile y Louis en un submundo nocturno e incierto, en el que aparece un maletin lleno de billetes de quinientos francos. Modiano insiste en un paisaje Paris que no es solo realidad geografica sino tambien mito y ensueno; insiste en la fugacidad del tiempo y el poso de la memoria; insiste en el aprendizaje vital, moral y sentimental de la juventud. Y el resultado es una novela breve cargada de incertidumbres y misterio, una novela en la que abundan los personajes ambiguos y las preguntas que no siempre tienen una facil respuesta. <> (Harry Mathews). <> (Liberation). <> (Robert Saladrigas, La Vanguardia). <> (Jose Carlos Llop, ABC). <> (Francoise Hardy, Le Figaro). <> (Gilles Pudlowski, Les Nouvelles Litteraires).

  • ?Quien teme al lobo? (Inspector Sejer 3) de Karin Fossum

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    Un nuevo caso del carismatico comisario Sejer.

  • Por ti pagaria las consecuencias de Laura Kaestner

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    Dixie Cabbot y Ahmed Tarik se criaron juntos en la campina francesa, cobijados por un parentesco lejano, rodeados de caballos y tradiciones vitivinicolas, y compartieron su primer despertar en el amor, seguros de que estarian juntos para siempre. Sin embargo, el destino les jugo una mala pasada: reclamos familiares, amores escondidos, reproches maritales y un adulterio fueron causantes de su separacion. Veinte anos despues vuelven a encontrarse en las mismas tierras y esta vez el destino les dara la posibilidad de una revancha, de demostrarse que, a pesar del tiempo, todo sigue intacto en el mismo lugar.

  • El opalo y la serpiente de Marian Izaguirre

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    Un misterio historico lleno de misticismo que reflexiona sobre la identidad, la codicia y la necesidad de considerar el conocimiento como nuestro tesoro mas valioso.

  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

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  • Un principe vino a verme de B. Menendez Vico

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    Marisa se siente cenicienta y suena con un principe que la lleve a un mundo de maravillas. Mientras tanto se ve obligada a trabajar de dulcera en un super. En espera del rico salvador la joven empieza a verse con Lorenzo, el responsable de almacen. A Marisa le gusta Lorenzo pero el almacenero esta muy lejos de ser el principe sonado. Entonces aparece Mateo un joven apuesto y de familia adinerada. Marisa al fin cree haber conseguido lo sonado, Mateo se enamora y le pone el mundo a sus pies. La joven empieza a vivir como princesa pero.

  • Roja Navidad de Aeryn Anders

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    Se desperto al apreciar el vacio que habia dejado el cuerpo de Andrea. Cerro los ojos y se paso la mano por la frente para eliminar el malestar que sentia. Llego a pensar que la muerte de Alejandro y Mariola le iba a ofrecer un estado de paz, que a partir de ese momento podia relajarse y disfrutar de su mujer e hijo, que equivocado que estaba, en su entorno nada era predecible y las circunstancias asi se lo recordaban. Presto atencion al escucharla, estaba en el bano y podia asegurar, sin llegar a verla, que de nuevo vomitaba, llevaba asi quince dias y estaba preocupado por ella, desde el ultimo suceso su mujer siempre se levantaba en mitad de la noche y expulsaba lo poco con lo que se alimentaba. Si seguia asi enfermaria. Le dio un vuelco el corazon al verla abrazarse a la porcelana mientras su cuerpo se convulsionaba. No tardo en arrodillarse junto a ella. --Carino, ?estas bien? No levanto el rostro al sentir como la abrazaba. --Si, carino, no te preocupes. --Si que lo hago, desde lo sucedido… --enmudecio al ver como el rostro de su esposa cambiaba de color--, desde entonces te pasa lo mismo cada noche. Andrea alargo la mano y le acaricio el entrecejo para eliminar la arruga de preocupacion, su relacion desde el inicio estuvo abocada al fracaso, pero el amor que se procesaban fue mas fuerte que los contratiempos que los separaban y sortearon cada uno de ellos hasta que lograron estar juntos. --Con el tiempo se pasara --aseguro levantandose del suelo ayudada por el. No le convencio la respuesta, pero el mejor que nadie sabia la fuerza y afan de superacion que poseia su mujer, no todo el mundo era capaz de burlar la muerte y mucho menos lograrlo dos veces. La ayudo a tumbarse de nuevo en la cama, no tardo en acoplarse a su espalda y acariciarla, se mantuvo inmovil hasta que se cercioro de que su respiracion era pausada. Antes de incorporarse le dio un beso en la frente. Exhalo y el vaho se concentro a su alrededor provocando una fina capa de niebla frente a el. Le encantaba aquella epoca del ano, todo el mundo desprendia felicidad, como si en Navidad los problemas no existiesen, pero la suya estaba empanada. No quiso pensar en la decision que ambos se vieron obligados a tomar semanas atras, debia mantener la mente despejada para no precipitarse, de hacerlo no lo volverian a ver y solo de pensarlo su estomago se revolvio. Evito mirar a la zona de la piscina, si no lo hacia no veria el muneco y no lo anoraria mas de lo que ya lo hacia. Sacudio la cabeza, aquella manana del veinticuatro de diciembre, por fin cerraria una las heridas que sangraban con fuerza. Jamas se perdonaria no haberle hecho caso a su mujer cuando se nego hasta la saciedad salir de Roma, le dijo en mas de una ocasion que era demasiado arriesgado dejar desprotegida a la familia y que razon tenia. Anduvo con pasos cortos hasta el coche, condujo de forma sosegada, era un ritual que acostumbraba a hacer desde sus inicios, relajarse antes de llegar a su destino y eso solo lo lograba haciendole el amor a Andrea o conduciendo, no tuvo mas remedio que conformarse con lo segundo ya que su mujer no estaba para que la avasallara con sus ansias por amarla. Miro la fachada de la nave y los recuerdos lo invadieron, nunca imagino que tras deshacerse de DeLuca su vida daria un cambio radical, la culpable de aquello no era otra que el amor de su vida; Andrea. Traspaso el plastico que lo separaba de la nave y con pasos cortos recorrio los metros que lo separaban del centro. Saludo con un gesto de cabeza a los alli presentes y antes de colocarse frente a los dos hombres que se encontraban maniatados, su hermano lo intercepto. --No era necesario que vinieras, puedo encargarme de esto yo -- comento Marco colocandose a su lado. No podia evitar descargar toda su rabia en su hermano, si no se hubiese empenado en hacer las cosas a su manera, con suerte no se verian metidos de lleno en una guerra que no abocaba nada bueno. --Ya hiciste suficiente. --Incluso el noto la acidez de sus palabras--. De esto me encargo yo. --Suavizo el tono. --Enrico, yo… --Dejalo estar, Marco. Estas cosas pasan. No podia culparlo de lo sucedido con su suegra, pero en su fuero interno si que lo hacia, ver sufrir de aquella manera a su mujer lo destrozo, necesito buscar un culpable y no fue otro que su hermano. Se quito la chaqueta colocandola sobre la polvorienta mesa, arrastro una silla hasta ponerla frente a los dos sicarios de los Carduccio, la rabia al saber que ellos fueron los incursores de la desgracia ocurrida en su familia se adueno de el. Sin previo aviso se incorporo y golpeo con fuerza el rostro de uno de ellos, le dolian los nudillos de los golpes emitidos, pero no era capaz de controlarse. Eduardo lo sujeto para que parase, se lo agradecio con una mirada, aquellos desgraciados se merecian una muerte mas lenta de la que el era capaz de ofrecerles. Imito a su mujer, tomo asiento y cruzo una pierna sobre la otra. --Eduardo. --Solo lo nombro, al igual que Andrea hacia cuando necesitaba de sus cualidades. Algo impaciente observo cada uno de sus calculados movimientos, esa lentitud que tenia de caminar hasta la mesa y tomarse su tiempo antes de elegir la herramienta deseada, causaba pavor en sus victimas. Evito sonreir al ver como los hombres Carduccio tragaban saliva, la fama de sanguinario de Eduardo se habia propagado por la ciudad y nadie en su sano juicio deseaba ser su presa, ellos intuian que su muerte seria dolorosa. No se inmuto cuando Eduardo nego con la cabeza al desechar cada herramienta que sus dedos tocaban. --Creo que voy a probar algo nuevo --lo dijo en un susurro siniestro sin dejar de mostrar una sonrisa que no vaticinaba nada bueno--. Tony, ?me ayudas? Su cunado no tardo en asentir y seguirlo. No era de su agrado que Tony estuviese presente en aquello, pero no fue capaz de disuadirlo y entendia cada uno de los motivos que le expuso para que lo dejase ser parte. Entre los dos arrastraron una estructura de madera de dos metros de alto hasta fijarla a la pared mas cercana de donde se encontraban los hombres Carduccio. Con cierta parsimonia, Eduardo se acerco a uno de ellos, lo desato y sujeto por las munecas para que no opusiese resistencia. Con la ayuda de Tony lo esposaron, primero de las manos extendidas por encima de la cabeza y despues de las piernas. Eduardo saco una navaja del bolsillo y rasgo la ropa del hombre hasta dejarlo desnudo. Trago al verlo coger una especie de rastrillo de palo largo, los garfios parecian unas largas unas afiladas que simulaban la zarpa de un gato. Dio dos pasos atras, separo un poco las piernas, alzo el rastrillo y comenzo a pasarlo por la espalda del hombre. Enrico desvio la mirada al ver como las zarpas arrancaban tiras de carne impregnando todo de sangre. El rostro del otro hombre torno a un ceniciento tono al ser obligado a presenciarlo todo, Tony era el encargado de sujetarle el rostro para que no perdiese detalle de lo que le deparaba en breve. --No pierdas ni el mas minimo detalle, tu eres el siguiente --escupio Tony cerca del odio del hombre. Enrico comprendia a la perfeccion la ira que destilaban sus palabras, llevaba mucho dolor guardado por lo ocurrido a su madre. La jordana se alargo hasta bien entrada la tarde, entre Eduardo y Tony se turnaron para torturar a los dos hombres hasta que sus cuerpos no soportaron mas dolor y se desmayaron. Aun asi, tardaron en concederles la muerte. Enrico hizo la llamada de rigor a Valdati, aunque en aquella ocasion no deseaba que se presentara como policia, debia trasladar los cadaveres a territorio Carduccio, aquel seria el mensaje, si osaban a volver a atacar a un Bianchessi, aquella seria la muerte que recibirian. --Gracias --dijo Tony una vez en el exterior de la nave. --?Mejor? Su cunado no respondio al instante, se entretuvo en dejar que el humo del cigarro le inundara los pulmones, no era la primera vez que lo veia fumar, aquel feo vicio ya lo acompanaba dos largos anos. --No, pero saber que esos cabrones han pagado por lo que han hecho, me alivia un poco la carga de culpa que llevo. Le puso una mano en el hombro, su hermana estaba igual que el, se culpaba de todo. --Ni tu hermana ni tu teneis la culpa de lo ocurrido. Asintio no convencido. --Vayamos a la mansion. --Se que a mi hermana le habria gustado estar presente --comento Tony nada mas cerrar la puerta del acompanante. --No esta para ello, se pasa las noches en el bano, por eso no le he dicho nada, piensa que lo de hoy es una reunion cualquiera. --Se va a cabrear cuando descubra la verdad. Enrico encogio los hombros. --Podre soportarlo. Su idea nada mas traspasar la puerta de casa era ir en busca de su mujer, necesitaba comprobar que se encontraba bien, ademas que ansiaba sentir su calor, pero su tio Vittorio lo avasallo a preguntas nada mas verlo. --Avisare a mi hermana de nuestra llegada. Se lo agradecio con una pequena sonrisa.

  • La villa de las telas de Anne Jacobs

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    Una emocionante saga familiar, para fans de Downton Abbey, Kate Morton o Lucinda Riley, que ha cautivado ya a mas de un millon de lectoras en Alemania.

  • La institutriz (Viaje por las Highlands 1) de Sonia Lopez Souto

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    Blair ha tenido una vida dificil desde su mas tierna infancia. Con un padre borracho del que huir y una madre que dio su vida para alumbrar a su hermano, se ve obligada a trabajar a sus dieciseis anos para sobrevivir.
    Tras cuatro anos sirviendo como institutriz para los Cockburn, una adinerada y poderosa familia, intima del rey Jacobo, la muerte del pequeno heredero hace peligrar su sustento.

  • La gran fortuna de Olivia Manning

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    Una pareja inglesa de recien casados, Guy y Harriet Pringle, llega a Bucarest, la llamada Paris del Este, en el otono de 1939, apenas unas semanas despues de la invasion alemana de Polonia. Los habitantes de esta ciudad llena de contrastes, inmersa en la incertidumbre por la guerra y la inestabilidad politica, se aferran a una vibrante vida cotidiana mientras el caos se apodera de Rumania y del resto de Europa. Entretanto, Harriet empezara a conocer realmente a su marido, un extrovertido profesor universitario que se rodea de un animado circulo social, y tratara de encontrar su lugar dentro de ese peculiar elenco formado por estirados diplomaticos, damas acaudaladas, picaros seductores y arribistas.

  • Besos de Plebeya de Gema Perez

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    Arthur es el principe heredero del trono.
    Victoria es una plebeya sin titulo.
    El se prepara para heredar todo un imperio.
    Ella trabaja en una biblioteca del reino.

  • Trauma de Javier Nunez

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    Poco despues de divorciarse de su mujer y de mudarse a un pequeno apartamento, Santiago empieza a tener extranos suenos recurrentes en los que recorre un bosque. En cada nuevo sueno avanza un poco mas y, finalmente, descubre pistas relacionadas con su infancia. Al mismo tiempo, una figura sobrecogedora, cubierta de ramas y hojas, ha aparecido en su casa y parece querer transmitirle un mensaje.
    Todas su pesquisas confluyen en un claro, en torno al solitario olivo que alguien planto alli y en el que sus amigos y el estuvieron reunieron durante la primavera y el verano del 1993. Para jugar, pero tambien para crecer y hacer cosas de mayores. Tras reencontrarse con ellos, logra comprender cual es la situacion de cada uno. Pero no dispone de mucho tiempo. El pasado ha vuelto para reclamar justicia y hay vidas en juego.
    La suya, sin ir mas lejos.

  • Se aceptan cheques, flores y mentiras de Luis Alberto De Cuenca

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    Una seleccion de poemas amorosos, a veces traicioneros, siempre divertidos y causticos, del poeta de culto y Premio Nacional de Poesia Luis Alberto de Cuenca.

  • Despues de la tormenta de Maritza G

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    Cuando piensas que todo esta perdido, que tu vida no tiene sentido siempre habra alguien que te devolvera las ganas de volver a sonar.
    Volver a levantarse despues de ser consumida por el dolor, sera todo un reto para Lucia. Ha perdido un pedacito de su corazon, ha olvidado sonreir, se niega a vivir.
    Retraida en su dolor vera pasar el tiempo, se ira consumiendo lentamente, hasta que una manana alguien tocara a su puerta y le demostrara que aun hay mucho por vivir.
    Gabriel es viudo y un doctor respetable, trabajaba en un hospital y tenia locas a las enfermeras, mas a ninguna le hacia caso, vivia para y por sus hijos. Dos ninos, Jessica y Jonathan, los cuales le daran el impulso para seguir adelante. Ambos seran la clave para que Lucia y Gabriel vuelvan a sonar.

  • Poseida 2, Lisa Swann de Lisa Swann

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    Liz esta en Nueva York con Sacha y todo el equipo de Courcelles Inversiones. Sus encuentros con el apuesto multimillonario son explosivos. Aunque la colma de regalos, a cada cual mas elegante y caro que el anterior, se sigue mostrando inaccesible. ?Conseguira ella ganarse su confianza y descubrir que se esconde detras de ese hombre increiblemente irresistible?