• libro esto te va a doler - Adam Kay

    https://gigalibros.com/esto-te-va-a-doler.html

    Bienvenido al estimulante trabajo de medico: 97 horas a la semana y disponibilidad los 365 dias del ano. Bienvenido a un sunami de fluidos corporales compensados por unos ingresos economicos inferiores a los de un parquimetro. Di adios a tus relaciones familiares, amorosas y a tus amistades. Bienvenido a tu vida como medico en practicas.
    Tras cinco anos sin ejercer la medicina y dedicado a escribir series de comedia para television, Kay recibe un aviso del colegio de medicos comunicandole que le van a quitar la licencia. Aprovecha entonces para rescatar sus diarios de medico en practicas y hacer un repaso a sus anos en la sanidad publica.
    El resultado es un tronchante diario no exento del mejor humor negro, lleno de anecdotas e historias protagonizadas por medicos, pacientes y administrativos asqueados y hartos. Una mirada ironica y desmitificadora de la vida en los hospitales que ha sido un fenomeno en Reino Unido y que pronto se convertira en serie.

  • Esto te va a doler: Historias disparatadas de un médico ...

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    Esto te va a doler: Historias disparatadas de un médico residente (No Ficción) : Kay, Adam, Deza Guil, Gemma: Amazon.es: Libros.

  • Esto te va a doler - Adam Kay | PlanetadeLibros

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    5 jun 2018 — Esto te va a doler, de Adam Kay. «Adam Kay ha hecho más por la salud que la mayoría de los médicos. Tras leer su libro, nadie va a volver a ...

  • ESTO TE VA A DOLER | ADAM KAY | Casa del Libro

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    Sinopsis de ESTO TE VA A DOLER. Libro del año en Reino Unido. Bienvenido al estimulante trabajo de médico: 97 horas a la semana y disponibilidad los 365 ...

  • Esto te va a doler - Adam Kay -5% en libros | FNAC

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    Esto te va a doler, libro o eBook de Adam Kay. Editorial: Planeta. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • ESTO TE VA A DOLER - ADAM KAY | Alibrate

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  • ESTO TE VA A DOLER - KAY ADAM - Sinopsis del libro ...

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    Tras cinco años sin ejercer la medicina y dedicado a escribir series de comedia para televisión, Kay recibe un aviso del colegio de médicos comunicándole que le ...

  • Libro Esto te va a Doler. Historias Disparatadas de un Médico ...

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    Libro Esto te va a Doler. Historias Disparatadas de un Médico Residente, Adam Kay, ISBN 9789584274052. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • "Esto te va a doler" - Adama Kay - Libros que hay que leer

    http://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com/2018/07/esto-te-va-doler-adama-kay.html

    26 jul 2018 — El resultado es un tronchante diario no exento del mejor humor negro, lleno de anécdotas e historias protagonizadas por médicos, pacientes y ...

  • Esto te va a doler: Historias disparatadas de un ... - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Kay-Esto-te-va-a-doler-Historias-disparatadas-de-un-m/53555

    Esto te va a doler es un libro autobiográfico en el que Adam Kay cuenta como si fuera un diario sus experiencias ejerciendo la medicina.

  • ESTO TE VA A DOLER - ADAM KAY - 9788408190752

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  • Hasta que el cielo se apague de N. T. Oto

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    Nadie en este mundo ni en ningun otro podra afirmar nunca con seguridad que no tiene ningun defecto. Esas eran las palabras que mi madre me decia cuando era pequena, y yo las repetia una y otra vez, como un mantra. No entendia entonces a que se referia, pero ahora, ya pasado el tiempo, puedo alcanzar a ver el proposito de aquella oracion. Hoy cumplo veinte anos, y mi padre, como siempre, se muestra mas entusiasmado que yo misma. En ocasiones tengo la tentacion de pedirle que se relaje, que me pone de los nervios, pero luego recuerdo el verdadero motivo de celebracion y me callo para mirarlo con compasion. Hace siete anos perdio a mi madre por lo mismo por lo que me perdera a mi. Una enfermedad que afecta en su mayoria a los hombres, a uno entre cien mil. La suerte, como veis, esta de nuestra parte. Si ya es complicado acertar a la diana con tal probabilidad minima, imaginad lo complejo que debe de ser siendo, ademas, mujeres. Mi madre siempre lamento haberme tenido, haberme condenado a sufrir, pero por aquel entonces ella desconocia su enfermedad y su gravedad, y yo no puedo reprocharselo. Tal vez, incluso se lo agradezco. Cuando sabes que vas a morir --que vas a morir en un plazo de uno a setecientos treinta dias--, la vida no pasa como para las personas corrientes, la vida se ralentiza, te muestra cosas extraordinarias, te permite disfrutar de cada corriente de viento y de cada gota de lluvia. Mi padre siempre reza por un milagro; yo le digo que existe ya milagro en la propia vida. --Vamos, abrelo --me dice. Esta mirando el paquetito que se encuentra estrategicamente colocado sobre la mesa del comedor. Yo le digo que espere con la mano mientras trago el trozo de tortita. La rutina es la misma cada ano: me levanto de la cama y bajo a desayunar. Cuando llego al comedor, siempre hay un regalo sobre la mesa esperando, pero yo nunca lo abro; yo siempre espero a que mi padre me lo diga. Y siempre lo hace a mitad del desayuno. Un dia me atragantare y la enfermedad maldecira por haberle quitado el protagonismo de mi muerte. --De acuerdo, ?que es esta vez? --le pregunto. Y el, como siempre, se encoge de hombros. Mi padre es un hombre de costumbres. Un gran hombre de costumbres. Y no lo digo unicamente por su enorme corazon; mi padre es alto, de hombros anchos y brazos largos. Sirvio a la marina hasta que mi madre empeoro, y, cuando murio, me saco del colegio, tal vez para llenar su vacio, y me educo en casa. Me diagnosticaron hace dos anos FPI --Fibrosis Pulmonar Idiopatica--, la misma enfermedad que se llevo a mi madre, y desde entonces tratamos de llevar una vida corriente. No ignoramos la realidad, pero ?por que estar hablando de ello constantemente? En fin, no aporta valor. --Veamos, ?que suena? --muevo la caja, pero no suena nada. --Daniela, abrelo de una vez --me dice, impaciente. Retiro el papel de regalo, descubriendo tras el la imagen de una camara instantanea. --!Papa, es genial! Le abrazo con fuerza, pero su abrazo es mas fuerte y mas largo. --Voy a ensenarsela a Cat. Cat es mi vecina y mi mejor amiga. Bueno, mi unica amiga, para que enganarnos. Mi epoca en el colegio estuvo protagonizada por la enfermedad de mi madre, y ello no me permitio profundizar en las pocas amistades que mi introvertida personalidad me concedio. Pase, por tanto, por alli como pasa un avion por el cielo y despues desapareci. Ella fue la unica persona que me acompano en aquel triste viaje y quien aun hoy me sigue acompanando. --!Dani! --exclama al abrir la puerta. Y me arrastra al interior con una fuerza anormal para su tamano de metro cincuenta. Me besa y abraza con carino mientras me felicita. Caterina Bell es una chica de dieciocho anos tan intensa, alocada, atrevida, extrovertida y decidida, que su pequeno tamano crece con todas esas virtudes hasta igualar el mio, diez centimetros superior. Si el Yin y el Yang tuvieran rostros, sin duda serian los nuestros. --Sientate. Mi madre no nos molestara --dice mientras me echa sobre su cama y empieza a sacar ropa de su armario, ropa fresca, que para eso es verano--. Tenemos que celebrar tu cumpleanos. Saldremos esta noche y estrenaremos esa camara. ?Quieres ir a algun sitio en particular? Evitaremos lugares con humo; esos pulmones hay que mantenerlos sanos durante el mayor tiempo posible. Cat sabe que estoy enferma, pero le da igual. Ella siempre me ha tratado como una chica corriente, a pesar de mis ingresos esporadicos en el hospital y de ser consciente de mi no muy lejano final. Ella siempre dice que viva mientras lo este, y yo, por lo general, suelo obedecer. --No se si me dejara mi padre, Cat. Te recuerdo lo que paso la ultima vez. Ella pone los ojos en blanco y se sienta en el suelo para mirarme desde alli abajo, hecha una bola, con las manos entrelazadas alrededor de sus piernas. --La ultima vez --dice, con un tono de obviedad que te anima a creer todo lo que va a salir de sus labios-- fue un contratiempo tras otro. Nos dejamos mi movil en el taxi, nos perdimos al volver, habia demasiada gente... Incluso yo, que no tengo los pulmones como estropajos, senti que me faltaba el aire. --Bien, pues habla tu con el. --De acuerdo. Pero tu tendras que apoyarme. --Hecho. Se levanta del suelo y se dirige con seguridad a la puerta. Yo, como siempre, admiro su determinacion desde las sombras mientras camino tras ella. Pero, por primera vez, se detiene en seco antes de alcanzar su destino. --?Crees que me odia por lo que te paso? --?Mi padre? !Cat, claro que no! Mi padre te adora. --Bien, pues vamos. --Cat nunca tarda mucho en despreocuparse--. Hablemos con el y despues nos ponemos a Malcolm para relajarnos. Yon Malcolm. Cat esta loca por el. Y no es para menos: veinticuatro anos embutidos en un cuerpo y una cara perfecta. En fin, es actor; de eso vive. Y, aunque suelo colocar en una misma caja a todas las personas del mundo por aquello de los principios que te regala saber que vas a morir --que vas a morir en un plazo de uno a setecientos treinta dias--, he de decir que Yon Malcolm es un ser de otro mundo que no podria de ninguna manera estar en una caja tan corriente. Si Yon Malcolm tiene que habitar una caja, la caja sera --dice Cat-- de oresmerbi. Oro, esmeralda y rubi. Un elemento unico. Como el. E imposible. Como el. Porque sus ojos no son castanos ni verdes, son verdanos --a Cat le encanta hacer palabras sin sentido uniendo otras--, su piel no es palida ni morena, su sonrisa no es muy abierta ni muy pequena, su pelo no es negro ni pardo. Yon Malcolm es, asi, un chico de ojos verdanos, piel palena, labios abienos, y pelo pargro. Vamos, un engendro, para quien la oiga. Cuando mi padre nos ve aparecer juntas, se huele algo. Porque es exmarine, y los exmarines saben hacer esas cosas. Y se pone rigido y saca pecho, preparado para defender sus ideas, decisiones y cualquier cosa que nos propongamos atacar. No esta, por supuesto, preparado para las suplicas, ojos vidriosos, y excusas bien elaboradas de Caterina Bell. Asi que lo unico que puede hacer como consuelo a su orgullo es ponernos de forma estricta una hora de regreso. Las once estan bien, pero a Cat le parecen mejor las doce. Y a mi padre, tras tres minutos y veintiseis segundos, tambien.

  • Secreto Oscuro de Aina Castillo

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    Su Secreto: Sumisa Rota y Amo Millonario Alfa
    Mar era una chica normal.
    Un poco solitaria y triste.
    Vivia con sus padres.
    Iba a la universidad.

  • Mi orgullo y tus prejuicios de Alissa Bronte

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    Sara tienen miedo a pesar de que ya conocia su destino, aunque saberlo de antemano no lo hace mas facil. Volara a Corea, un lugar lejano y diferente del que no comprende sus costumbres, pero al que tendra que adaptarse ya que su futuro esposo, o el futuro negocio que va a cerrar su padre, es de alli.
    Tras de si dejara amigos, un amor y un hogar que no es perfecto, pero que le es conocido, y se zambullira en otro del que apenas conoce nada.
    Al llegar, no solo se topara con un mundo opuesto al suyo, sino con un guardaespaldas que pondra su interior tambien patas arriba.
    Tambien conocera a su prometido.
    Un internado, peleas, grupos, soledad… Y lo unico que la mantendra en pie sera su orgullo o, tal vez, lo que la haga caer sean los prejuicios.

  • Un amor pendiente de Erika Marc

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    Olivia es una bella y sencilla joven mexicana que tiene una beca universitaria en la ciudad de Quebec y, para solventar sus gastos, trabaja como camarera en eventos de la alta sociedad.
    Una noche, presta sus servicios en una lujosa mascarada en donde celebran el cumpleanos del guapo, arrogante y magnate millonario: Evan Trudeau. <>.

  • Un ano en Roma de Anthony Doerr

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    Un ano en Roma es el hermoso y delicado relato autobiografico del Premio Pulitzer Anthony Doerr sobre su experiencia viviendo en la Ciudad Eterna.

  • La promesa de Tristan White de Raul Cots Lopez

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    Tristan White es un joven britanico de procedencia militar que, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se ve obligado a combatir contra las fuerzas del Eje en el norte de Africa. Su aventura comienza cuando, por una promesa, decide tomar rumbo hacia tierras europeas. Durante su viaje aprendera a luchar, a estimar y a convivir con grandes personajes que se interpondran en su camino; profundizara en si mismo y conseguira cambiar la fantastica vision de su mundo idealizado. La naturalidad de los paisajes y la peculiaridad de sus personajes le ayudaran a crear un universo de ensueno oscurecido por la guerra. El esfuerzo, la constancia y el valor seran sus guias para, finalmente, tropezar con su preciada meta.

  • Un hermoso accidente de Veronica A. Fleitas Solich

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    Domenico Martinelli, mas conocido como Dome, es un hombre divertido y sin prejuicios que tiene muy buena fama tanto dentro como fuera de Delice.

  • Puentes de papel de Caterina Gravina

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    Suzanne, una joven divorciada madre de dos adolescentes, se encuentra en un momento de su vida donde no ve la felicidad en ninguna parte. Sus valores, el respeto y la lealtad a la familia, le obligan a zanjar una situacion que ha estado atormentandola durante mucho tiempo.
    Una noche, mientras esta valorando como vivir otra vez de manera intensa, se encuentra con una verdad que no conocia. Esa realidad la empuja a enfrentarse cara a cara con su pasado.
    ?Que o quien tendera ese fragil puente que une el pasado y el presente?

  • La piel de Elisa Mayo

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    Cuando no eres capaz de mirarte en el espejo, evitas incluso que te toquen.
    ?Como es una vida sin caricias?
    Y, ?como se despierta una piel?

  • Ella es lady escandalo de Kate L. Morgan

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    Rayner Dankworth trato de escapar del pasado, renuncio a su titulo nobiliario como heredero del ducado de Letterston, se marcho de Inglaterra para comenzar de nuevo, pero ahora tiene que regresar a Pembroke House. Su abuela, la duquesa viuda, ha enfermado de gravedad. Su hermano menor ha desatado un buen lio famiar, y el tiene un asunto que resolver con cierta dama para terminar de enterrar a sus fantasmas.

  • La llamada del crepusculo de Sarah Lark

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    La llamada del crepusculo es la primera novela juvenil de la autora best seller Sarah Lark.

  • La Curandera de Carlos Valdelagua

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    Francisca, curandera y orgullosa de serlo, no tiene problemas viviendo de la mendicidad, el engano, y sus trucos de adivinacion. Y aunque la Inquisicion esta empezando a mostrar signos de decadencia, cualquier sanadora podria ser acusada de brujeria.

  • La muerte viene de lejos de J. M. Guelbenzu

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    La antigua Secretaria de Juzgado de la juez Mariana De Marco, Carmen, le pide que reabra un caso. La victima es un anciano que dos anos atras fallecio en su casa por emanaciones de gas, un suceso que en su momento se clasifico como accidente. Pero Carmen cree que se trata de un asesinato, y cuando la juez De Marco, tras no hallar indicios de crimen alguno, conoce por casualidad al sobrino de la victima, empieza a interesarse por la historia.

  • Tess. El dia del juicio final de Andres Mann

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    En esta aventura repleta de accion, Tess y Jake luchan contra terroristas que adquirieron armas nucleares. Tambien intentan evitar que Rusia inicie una guerra. Al mismo tiempo, necesitan equilibrar los problemas de las relaciones. ?Esta Europa al borde de la destruccion?

  • Cuentos de buenas noches para ninas rebeldes de Elena Favilli , Francesca Cavallo

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    Habia una vez una princesa… ?una princesa? !?Que?! Habia una vez nina que queria llegar hasta Marte. Erase una vez una mujer que se convirtio en una de las mejores tenistas del mundo y otra que descubrio como se da la metamorfosis de las mariposas.

  • El Beso del Vampiro de Sara Toledano

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    Ella no es tonta. Sabe no puede pasearse sola de noche. No de noche. En mi ciudad. Pero lo hizo. Y ahora me toca educarla. Llevo siglos dedicandome a esto. Controlo el crimen. Los clubes. Y todo el mundo conoce mi nombre. Kilian. El intocable. El inmortal. Normalmente no hubiera pasado nada. Pero paso, y me toco salvarle la vida. Por desgracia para ella, todo tiene un precio. Y el precio era ella. Su cuerpo. Su mente. Su alma. No debio salir sola con un vestido rojo. No estando yo de guardia. Ahora es mia. MIA. Collar incluido. A mis pies. Acariciandome. Besandome. Rogando por el roce de mis manos. Mi aliento. Mis besos. Mi sangre. Alissa es mi mascota. Ahora. Pero va a convertirse en mucho mas que eso. Va a ser la reina del senor de los Vampiros. Advertencia: Una novela romantica y erotica paranormal con BDSM entre una joven inocente y el senor del crimen de la ciudad, un Vampiro centenario obsesionado con su nueva amante.

  • Numancia de Jose Luis Corral Lafuente

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    NUEVO FORMATO XL: El autor reconstruye uno de los mitos hispanicos por excelencia. Mas que una derrota final que era inevitable, lo que confiere la dimension epica a este episodio es la desproporcion de fuerzas en combate. ?Quien podia suponer que un grupo de pequenos pueblos, sin ayuda exterior, sin cohesion aparente y sin preparacion logistica y militar, resistiese durante tanto tiempo el empuje de las cualificadas tropas romanas?.
    El autor nos presenta la accion a traves de Aracos, un hispano que ha servido en las legiones romanas, y que por tanto conoce sus tacticas a la perfeccion, esto le permite preveer y adelantarse a todos los planes de los romanos.

  • El asesino del ano boreal de Claudio Hernandez

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    En el frio invierno de 2017 empezaron los crimenes. Resulto ser quien menos se lo esperaba alguien. Peter lo habia descubierto porque lo habia tocado y entonces habia entrado en el. En una profunda oscuridad y le vio el rostro. El otono no mucho mejor y se repitio la misma historia. En primavera Ann estaba en serio peligro, pero Peter ya empezaba a estar cerca de ella. En el invierno de 2027 volvio un psicopata a hacer de las suyas despertando a los recuerdos muertos, como un revoloteo de hojas marrones en una espiral sin fin. Ahora, dos anos despues, Peter le habia dado el Brillo a Ann para que lo utilizara.
    El asesino era…

  • Y todos callaron de Toti Martinez De Lezea

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    Vitoria-Gasteiz, febrero de 2008. El testamento de Amelia Zabaleta desvela una desconcertante e inesperada revelacion, un secreto celosamente guardado, y cuyo origen se remonta al pasado de la fallecida e implica a sus familiares mas cercanos. Jon Martinez de Albeniz, un detective de poca monta, sera el encargado de hacer visible el misterio. Pero ?que razones puede haber para ocultar algo tan trascendental para una familia, en pleno siglo XXI? ?Que lleva a personas normales a tejer una tupida tela de arana con el silencio como argumento? En definitiva, ?que sucedio en esos escenarios setenta anos atras? Toti Martinez de Lezea se adentra en las interioridades de su ciudad recreando personajes que le resultan conocidos y dibujandonos una sociedad donde imperaba un incomodo silencio.

  • 25 noches de insomnio 3 de Marcelo Di Marco

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    Debo confesar que no suelo frecuentar el mundo de los relatos de terror, pero creo que la literatura argentina no abunda en autores del genero. Fuera de Horacio Quiroga y mi amigo Juan-Jacobo Bajarlia, podria mencionar escasos nombres. De modo que la propuesta de Marcelo di Marco para que ocupara este espacio, me dio la oportunidad de bucear en aguas para mi casi desconocidas. Fue una instructiva y placentera experiencia que agradezco. Valio la pena disfrutar de una prosa ajustada y entretenida, que suena segun la necesidad del sujeto y deriva de la procacidad mas chabacana a un lenguaje terso y cuidado que introduce al lector en infinitos e inesperados universos. Como a Publio Terencio, nada humano le es ajeno a Marcelo, que propone en estos cuentos una galeria de personajes y situaciones de perversidad y horror que no excusa ni a los ninos ni a las escuelas. En las paginas finales, el libro propone una interesante serie de comentarios sobre la estructura de los relatos y devela utilisimos trucos del oficio que, con seguridad, seran aprovechados por la legion de alumnos que desfilan por sus talleres. Ruben Tizziani

  • La Espana maldita de Lorenzo Fernandez Bueno

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    La Espana Maldita es un ambicioso recorrido por nuestro pais en el que se visitan enclaves donde todavia hoy el ambiente se condensa y la historia se alia con la leyenda para invitarnos a marchar cuanto antes. Y es que, ?que llevo a tachar de maldito al pueblo aragones de Trasmoz, al punto de que setecientos anos despues continua excomulgado por la Iglesia? ?Por que los lugares donde se ubican construcciones templarias estan ligados a oscuros tesoros, a reliquias sagradas o a fenomenos de dificil explicacion? ?Que hay detras de las muertes que se han producido en el triangulo de los suicidas andaluz? ?Existen los pueblos malditos? ?Y los santos apocrifos por decreto del mal?

  • Las Palabras y los Mitos de Isaac Asimov

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    Las informaciones y comentarios de este ameno e instructivo ensayo conducen al lector por los vericuetos de la creacion mitologica griega como si se tratase de una novela de aventuras, comentando la poderosa influencia que los mitos han ejercido en la genesis y evolucion del pensamiento humano, con particular enfasis en la formacion de las principales lenguas que se hablan en el mundo.

  • Vivir en el Vacio de Rafael Salin-pascual

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    VIVIR EN EL VACIO

  • El Rastro de Andres Trapiello

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    Andres Trapiello nos invita a un viaje unico y hace su personal homenaje del Rastro, uno de los mercados ambulantes mas emblematicos del mundo. Podremos conocer a su gente y entender sus vidas a traves de sus recuerdos y sus objetos.
    Una historia unica de la ciudad de Madrid, su tradicion y su cultura.

  • Alfheim Seul (Servicio de Paquete de Magia 1) de Chris J Coleman

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    Nunca negocies con un hada – Es demasiado peligroso.

  • Jamas imagine, Fabiana Peralta de Fabiana Peralta

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    Nicole Blade conoce demasiado bien la soledad y lucha cada dia para deshacerse de su pasado, tratando de ser una chica normal y vivir un romance ardiente y legendario, de esos que te cambian la vida. Sin embargo, cuando esta a punto de hacer realidad su propio cuento de hadas, los fantasmas del pasado regresan y ponen en peligro su precaria estabilidad emocional.

  • Patito bueno (Geminis) de Lui Jim

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    Erase una vez un patito bueno que descubrio lo mucho que duele el amor, pero quiso ser fuerte aferrarse a su sueno, pero aunque todo era perfecto sentia tanto dolor por dentro, como se puede olvidar lo que se desea con tanta fuerza.

  • Clandestina de Cristina Redondo

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    La cronica negra sobre las estrategias de los juegos del poder.

  • A proposito de las mujeres – Natalia Ginzburg de Natalia Ginzburg

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    A proposito de las mujeres es un volumen formado por ocho relatos de Natalia Ginzburg, algunos ineditos, con un mismo denominador: las relaciones sentimentales.

  • Taylor (Sueno Americano 3) de Emma Madden

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    Un cowboy de verdad, ganador de rodeos, amante de sus raices y de su familia, ?podria convertirse en algo mas que un buen amigo?, ?podria ser tu sueno americano?
    Todo apunta a que no, porque ni quiere, ni necesita una relacion estable, pero el amor es caprichoso y el destino mucho mas, y cuando la persona adecuada se pone delante no hay quien los detenga, ni siquiera Taylor Williams, el soltero mas perseguido de Montana, que de una forma involuntaria y casi magica encuentra en una joven forastera a la mujer que habia estado esperando toda su vida.
    TAYLOR cuenta esta romantica e intensa historia de amor entre un vaquero de Montana y una maestra de Nueva York, el tercer libro de la serie SUENO AMERICANO de la escritora EMMA MADDEN.

  • Todo Cuentos de Claudio Hernandez

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    Stephen King es un buen narrador de relatos y cada siete anos saca puntualmente, una antologia de cuentos, al cual mas sorpresivo. A mi, me encantan. Disfruto como un enano leyendo en voz alta sus cuentos. Algunos de ellos tan aterradores que los leo de dia. Pero el, es Stephen King y domina el arte. Yo soy un pugil a su lado, pero creo que he conseguido reunir bastantes relatos de calidad. Al menos eso creo yo, pero eso no puedo decirlo yo. Son ustedes, los lectores quienes juzguen. Si al acabar este libro-eso si lo acaban-me sentiria muy feliz por ello. Eso es porque algo se ha quedado retenido en mi mente, tras leer tantos relatos de King, Poe o Lovecraft. No, no me comparo con ellos, pero creo que en algunos casos he conseguido crear la atmosfera necesaria para que el cuento se pueda leer y no durante la noche. Se nota y mucho, que estoy influenciado por los mencionados maestros y de pronto recuerdo, en mi adolescencia, como buscaba los libros que contenian algun cuento de ellos, y otro buen punado de escritores del genero. Espero que disfruten leyendo, como yo escribiendolos. Espero que pasen mucho miedo y que de vez en cuando abran mas los ojos y no la boca. Eso seria un punetazo en la barriga para mi. Adelante. Lee. Claudio Hernandez La caja de los relatos 1 Con trece anos de edad Steve se encuentra una caja repleta de manuscritos, en el sotano de la casa de su tia. Esta de paso y es una de las muchas casas en las que vivira hasta la edad adulta, mucho mas adelante. Entonces recordara su ninez y que sintio al encontrar la caja, que rapidamente le dio el nombre de “Inicios”. Steve se acerca a la caja de carton amarillenta y empolvada, dispuesta como una forma siniestra en la penumbra. Se acerca lentamente, pero sin titubeos. Y piensa que de pronto podria salir de alli una enorme rata de largos dientes y un rabo como el palo de una escoba. Steve se acerca de todas formas. Un poco mas. Esta en silencio y de sus labios convulsos no sale ni un silbido, sus ojos, abiertos como platos otean en la penumbra. Alrededor de la caja. No hay nada. Salvo esta caja. Se acerca mas hacia ella y entonces su corazon comienza a palpitarle con desmesurada rapidez, en una ola creciente. Cada vez mas. Comienza a sentir calor. Las primeras gotas de sudor aparecen en su frente y una de ellas se introduce en su ojo derecho. De forma impulsiva se lleva la mano ahi y manotea sus enormes gafas de montura de hueso que casi se caen al suelo, las cuales estan arregladas con cinta adhesiva. Se acerca mas y mas. El galopante corazon parece latirle ahora en su propia mano. Y toca la caja, primero con la yema del dedo indice, despues con todos los dedos. La caja esta cerrada. Steve curva sus labios, traga aire y lo expulsa en un potente soplido. El polvo sale despedido como una tormenta de arena hacia todos lados. Entonces ve las iniciales D.E.K en una de las solapas de la caja. --?Que? Steve sopla una vez mas para eliminar el polvo restante que cubre la caja. Ahora su corazon estalla dentro de su pecho. ?Que sera amigo Steve? Ten cuidado con lo que te encuentras dentro de ella. Le sacude una voz interior. Ahora con las dos manos comienza a abrir la caja de carton. Y dentro ve algo. No es aterrador, no son ratas ni tan siquiera serpientes ni monedas como recordo, mientras miraba el interior de la caja, unas monedas que un amigo suyo escondio en el sotano de su casa para protegerlo de su hermano mayor. Recordo tambien que solto el tarro de monedas cuando escucho de su hermano que en el bosque habia un chico muerto. Pero pronto los recuerdos se diluyen al ver de nuevo el interior de la caja. Papeles. amarillentos, empacados y acordonados con una fina cuerda. Eran manuscritos. Hojas sueltas numeradas. todos los folios tenian texto. Mucho texto y a primera vista todos tenian una nota adjunta que decia, a malas penas si se leia, ” lo sentimos pruebe otra vez”. Steve saco todos los manuscritos de la caja mientras oteaba las hojas, habia palabras interesantes como “garras como espatulas”, y “se convirtio en un monstruo” y “muerte”. Eran las ocho y media de la manana y los primeros rayos del sol se atrevian a pasar por entre los huecos de la pared de tablas. El pulso del corazon galopante dio un vuelco de entusiasmo. A Steve le gustaban aquellas palabras y pronto supuso que eran historias de terror o quizas de ciencia ficcion. Y transcurrio la manana en el sotano leyendo aquellas viejas paginas amarillentas y rasgadas, mientras los rayos del sol se movian dentro del sotano formando diferentes formas de sombras. Y ya con el pulso estabilizado aunque extasiado o emocionado, se preguntaba que diablos significaban aquellas iniciales. D. E.K. --La cara mas horrible que se pudiera visto antes --susurro Steve. Y siguio leyendo frases escabrosas, horribles algunas y atractivas para el, otras. Habia encontrado una caja llena de relatos de terror y novelas de ciencia ficcion. Algo que le entusiasmaba. 2 Pasar los dias leyendo los manuscritos encontrados, en la penumbra de su habitacion, era todo lo mejor que le podia suceder, ya que en la escuela secundaria era objeto de todo tipo de burlas y eso le pesaba mucho. Steve, un nino de trece anos que habia aprendido el arte de amar la lectura y la escritura, era verdaderamente un nino solitario a los ojos del mundo. Sus palabras, cuando hablaba, casi ni se escuchaban. Hablaba poco. Mas bien susurraba y podia contar con los dedos de la mano cuantos amigos tenia. El y su nuevo descubrimiento ocupaban gran parte de su vida ahora. Escurridizo en la escuela, cerraba sus ojos bajo los gruesos cristales de sus gafas cuando le decian tacos. su miopia era evidente y caminaba casi encorvado debido a su delgadez y su altura. Su pelo negro, aplastado sobre el craneo, como una masa gelatinosa, mostraba todo tipo de formas en su peinado. Y todas las cosas segun el, no sucedian porque si, sino que tenian algun sentido. Un significado. Lo descubrio a medida que devoraba los relatos perdidos de aquella caja, cuyas iniciales todavia le sorprendian. 3 Mientras apuraba el cigarrillo de una larga calada, Steve miro de reojo el final de uno de los relatos. --Me encanta! --dijo de repente, al tiempo que dejaba las hojas amarillentas sobre la cama. --De que trata? --se intereso su hermano. --De un hombre que se infla a beber cerveza y se convierte en una masa deforme que devora gatos --se apresuro a contar Steve con un brillo inusual en sus ojos. --Uhmm --eso esta bien le contesto Ben, con la mente en otra parte. --Es fantastico!. todo lo que estoy leyendo es fantastico. Habla de maquinas que cobran vida, de un asesino en serie, de un pueblo controlado por los ninos --Steve estaba entusiasmado y su voz cada vez era mas grave--. Tambien hay alumnos que mueren y regresan de la muerte!. --Siempre te gustaron los cuentos de terror, ?eh? Hermanito. --Su voz sonaba distante. Steve se llevo una mano hacia el ojo derecho para quitarse una lagana y se aparto las gafas con sumo cuidado. No dijo nada. Solo se quito la lagana con el dedo indice y parpadeo ligeramente. Despues, se puso de nuevo las gafas y se quedo dubitativo, con la mejilla apoyada en uno de sus punos. Reino el silencio por un largo tiempo. Ben estaba ahora mirando a traves del cristal de la ventana que estaba sucio. Fuera nevaba copiosamente y los copos de nieve se estrellaban contra el cristal haciendose pedazos. Quizas, dibujando formas imposibles. De repente la voz de Steve, sono cascada, pero fuerte. --Algun dia sere un escritor profesional y me comprare un enorme coche --hizo unos cuantos ademanes de manos y dejo caer los brazos. Tambien dejo caer el cigarrillo consumido al suelo y lo aplasto con el pie izquierdo. Ben se volvio hacia el y asintio con la cabeza. 4 Las pesadillas eran recurrentes si y los trabajos para aportar algo mas en una casa pobre, eran sencillamente embarazosos. Steve tuvo junto con otro amigo de la escuela, que cavar durante una semana, varias fosas en las que iban a enterrar los ataudes. Steve no los vio y por ello le pregunto a su madre si habia visto morir a alguien de verdad. --Dos veces --respondio ella. Steve hinco los codos sobre la mesa y abrio mas los ojos. --?Y que vistes? --le interrogo inmediatamente, con un brillo inusual en sus ojos. Su madre movio la cabeza de un lado para otro y se llevo una mano a ella, como para sustentarla. --Nada --respondio con un silbido inaudible en la voz. --?Algo tuviste que ver? --insistio de nuevo Steve algo nervioso ya. Hubo un corto pero cansino momento de silencio y al fin contesto. --Vi paz. Se trataba de una nina de corta edad. Estaba morada pero todavia tenia los ojos abiertos. Habia algo de brillo en ellos pero que se iban apagando poco a poco --Trago saliva y dejo de hablar por otro ominoso y largo silencio. Despues continuo--. Un hombre le hizo el boca a boca y de la garganta de la nina salia agua, abundante agua, pero el brillo de sus ojos se perdian por momentos. Se puso mas amoratada. Pero ningun musculo de su cara reproducia dolor alguno. Estaba en paz. El hombre seguia haciendole el boca a boca. Salio mas agua y sus ojos se cerraron lentamente. Su cara estaba muy amoratada pero no afligida. Parecia que estaba durmiendo, salvo el color de su cara. Habia paz. Y silencio. No habia nada mas. Steve bajo los brazos de la mesa y se quedo dubitativo durante mucho tiempo. 5 Y esa noche Steve tuvo una pesadilla. Sono que su hermano Ben corria la misma suerte que la nina ahogada. Estaba recostado, en el suelo, a la orilla del lago Cristal. Sus ojos estaban abiertos y de su boca manaba agua sucia. Trataba de decir algo, pero Steve no conseguia escucharlo. En el sueno todo estaba en silencio. Los ojos de Ben se cerraron un instante y se abrieron despues. Su cara cada vez mas hinchada y amoratada estaba frente a el. Los ojos de su hermano le miraban, casi vidriosos. Y entonces el sonido se activo como si alguien le hubiera dado al interruptor. --La.Ca --dijo Ben en voz muy baja. Steve puso cara de sorpresa y horror al mismo tiempo. Sus facciones se debilitaron y dibujaron en su cara una preocupacion extrema. Quizas eran las arrugas que formaban surcos sudorosos y lo que representaba era miedo. Sencillamente eso. Miedo

  • Siete esqueletos de Lydia Pyne

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    DURANTE EL SIGLO XX, la busqueda de nuestros ancestros abarco cuatro continentes y dio como resultado el descubrimiento de cientos de fosiles. La mayoria de estos descubrimientos viven placidamente en colecciones de museos, pero algunos se han convertido en celebridades, abrazados por amplias audiencias y considerados puntos de referencia para entender nuestros origenes. En este libro, la divulgadora cientifica Lydia Pyne explora la forma en que siete esqueletos alcanzaron la fama.

  • Todas las madres del mundo de Gustavo Martin Garzo

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    Edicion ilustrada de uno de los libros mas preciosos que jamas haya escrito Gustavo Martin Garzo.
    Con su habilidad y pasion para contarnos historias siempre distintas del mundo de la infancia, el de los recuerdos, el de la nostalgia, esta vez nos regala un viaje fantastico y unico a las mas de sesenta maternidades posibles que existen, vistas desde su imaginacion. A traves de brevisimas historias, recrea como si fueran fabulas, sesenta adjetivaciones que pueden aplicarse a la maternidad. Todas ellas forman un mundo que todos conocemos muy de cerca, ya sea por nuestra propia madre, por las madres que nos rodean, o por si somos madres, lo seremos algun dia o no lo seremos nunca.

  • Llamada Nocturna de Lara Arbi

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    Saltillo, Coahuila. Febrero de 2020 3: 10 am El tono particular del celular de Sara, la hizo despertar de su profundo y reparador sueno. Casi lamentaba no haberlo apagado. Pero siempre existia la posibilidad de una llamada emergente de parte de alguien de su familia o de alguna amistad que requiriera de ayuda. Por eso, lo dejaba encendido. Siempre. Ella saco la mano de debajo de su gruesa y abrigadora frazada y sintio el frio apoderandose de su brazo. No era invierno, era que acostumbraba dormir con la refrigeracion al maximo, durante los meses calurosos. Definitivamente aquella era una llamada inesperada y eso de despertar de pronto, hacia que su pulso estuviera erratico y desatinado, asi que el celular termino resbalandosele de su mano. --!Auch...! --exclamo molesta, su voz se escucho ronca. Por suerte la alfombra frente al buro amortiguo el golpe y el celular sobrevivio al accidente, pero moverse para tomarlo casi le cuesta irse de cabeza al suelo. "!?A quien se le ocurre llamar a esta hora?!" rezongo en pensamientos. "!Ah! Si es otra vez el Joel, que necesita raite porque anda bien borracho, !lo va a lamentar!" Juro Sara, sin ver quien llamaba. --Diga --respondio Sara con voz aguardentosa y los ojos cerrados, pero nadie le respondio. Habian cortado. Tenia tanto sueno que no se preocupo en ver quien habia llamado, suponia que si era un conocido, le volveria a marcar, y si no lo era, le enojaria mucho enterarse de que se habia esforzado para descubrir que era un numero no identificado. Se lanzo sobre su almohada sin soltar el telefono, se arropo y cerro los ojos dejandose llevar por el sopor. En pocos segundos estuvo de nuevo sumergida en la agradable inconsciencia del sueno. Las imagenes empezaron a brotar en su mente, recreando realidades no existentes. Un encuentro con amigas en una reunion de cumpleanos. Habia muchas risas, buen ambiente, y repentinamente; todo desaparecio, de nuevo gracias a los tonos de su celular. Moverse hizo percibirlo en su mano y se agradecio a si misma por no haberlo soltado. En ese momento no recordo el detalle de que una llamada inesperada la habia despertado minutos antes, asi que respondio sin revisar quien marcaba. --Diga --balbuceo, completamente adormilada, y escucho una voz de alguien que no reconocio. --!Hola, hola! ?Como estas, amiga? Que placer escucharte. --?Que si como estoy? --respondio con cierta ironia--. !Pues estoy dormida! !Son las tres de la manana! ?Por que no esperaste a que amaneciera para llamar? --Oye; perdona la hora. Es que acabo de llegar. No te hubiera molestado de no ser porque necesitaba asegurarme de que te vere --dijo el tipo. Su voz era agradable, pero percibia un dejo de preocupacion en ella--. Si no hay inconveniente, voy alla en taxi, pero necesito que me digas tu direccion para que el taxista llegue sin problema, y la hora a la que pudieras recibirme, por favor. --?Quien habla? --pregunto sin abrir los ojos. --!Ja! ?Como que, quien? !Pues yo!, crei que me habias reconocido. Oye, luego hablamos de esos detalles, ahorita urge que me digas tu direccion. Tengo que arreglar mi estancia. Me estan esperando. Ella checo el numero entrante y se dio cuenta de que si era un numero que tenia en su agenda, y estaba a nombre de un amigo que hacia muchisimo tiempo no contactaba. --?Eres Alejandro Medina? --?Y quien mas te iba a estar hablando a estas horas, sino un viejo conocido? El suyo era un numero que se empolvaba en la agenda de Sara. Hacia tanto que ese amigo no le llamaba, que muchas veces estuvo tentada en eliminarlo de su agenda para que no le ocupara espacio. Alejandro Medina habia sido un buen companero de la preparatoria. El, se habia ido a estudiar la carrera profesional a la ciudad de Mexico, y desde entonces le habia perdido la huella. Habian pasado ya varios anos, considerando que ambos habian terminado ya su carrera profesional, y tenian al menos dos anos trabajando en lo suyo. Ella se sento en su cama, acomodando la almohada como respaldo y continuo la conversacion. --Ah. Perdona. No te reconoci la voz. Es que ya traes el tonito de "chilango". ?Ya tienes en que anotar? --le pregunto ella, pensando en aclarar condiciones. --Si, claro. Dime. Y fastidiada por estar despierta cuando debia estar durmiendo, termino diciendole su direccion con santo y sena, asi como los horarios en los que la podria encontrar, pues ella trabajaba. --Quisiera saludarte, pero si tienes que ir a trabajar, pues... lo mejor sera que nos veamos en algun restaurante, a la hora de la comida, o tu di a que hora y donde, ?no? --Bueno. Apunta: manana a la 1:30 en el restaurante "Delicias". Esta por la calle Venustiano Carranza, una cuadra despues del cruce con la Avenida Universitaria. Yendo de norte a sur. Esta muy visible. No te vas a perder. !Ey! Pero, hace tanto que no nos vemos que no te voy a reconocer. Y tampoco creo que tu lo hagas. He cambiado. ?Como te ubico? --Bueno. Veamos; llevare camisa azul lisa, y una cachucha beisbolera de color blanco. Llevo cabello un poco largo. Pero poquito. Tu, ?que llevaras puesto? --Mi uniforme de la empresa. Es color verde tierno, con blusa rosada. Lleva saquito del mismo color. Trabajo en con un licenciado. Muy estricto, por cierto. Apunta esto; yo traigo el cabello hasta el hombro, color cobrizo. Ya no soy rubia, ?recuerdas? --!Oh! Claro, como lo iba a olvidar. Bueno, te dejo dormir un poco mas y nos vemos en las "Delicias" a la hora de la comida. Hasta luego, linda. !Oye! ?No se molestara tu marido o tu novio, si sabe que saliste a comer conmigo? --Por supuesto que no. Primero porque, que yo recuerde, no estas tan lindo --bromeo ella--, y segundo, porque no me he casado todavia, ni tengo novio formal. !Nadie se enojara contigo! --Perfecto --lo dijo con tono de complacencia regularmente disimulado--. Entonces nos vemos en las "Delicias". --Hasta luego --dijo ella y en cuanto termino la comunicacion se recosto de nuevo, sin soltar su celular. Entonces recordo un detalle. "Hasta luego... !?linda?! Ay, Alejandro. Si que te has achilangado", penso sonriendo. Su voz y sus maneras eran diferentes a las que recordaba, pero era logico; habian pasado varios anos sin verse y suponia que al terminar sus estudios, el se habia quedado a vivir en la capital. Antes de quedarse dormida le vino a la mente otro detalle: "?Como que me recordaba rubia, si yo me teni el cabello hasta el segundo semestre de la profesional? El ya se habia ido a la capital", le dio vueltas al dilema por unos segundos, pero tenia sueno y termino concluyendo: "Lo dijo por no quedar mal. Despues de todo yo le estaba aclarando que llevaba el cabello tenido de rubio". No lo analizo demasiado. Tenia mucho sueno y necesito poco tiempo para volver a quedar profundamente dormida. *** Desperto al siguiente dia dando un salto, porque la sorprendio la alarma de su despertador. No recordaba el incidente de la llamada. Tenia prisa por alistarse y preparar un buen desayuno. Eso era fundamental para que, ella se sintiera bien durante la jornada de trabajo. Una hora despues, salio de su departamento, entro a su auto y hasta que cerro la puerta, recordo lo de la llamada nocturna. La curiosidad la acoso y se las arreglo para sacar su celular del bolso, mientras maniobraba el volante para enfilar rumbo a su trabajo. "Era el. Alejandro. Ademas me lo aclaro. No estoy segura de que sea el que recuerdo. Hace mucho que no lo veo. Bueno, ya lo vere a la hora de la comida" --despues de unos minutos de ir conduciendo, penso--. "?Que querra? !Ah!, me late que me quiere engatusar con algun negocio. Sucede tanto. Los embaucan a ellos, y ahi los traen, apurados consiguiendo gente que le entre a tal o cual estupido negocio de ventas" --viro a la izquierda--. "Lo que no sabe este cuate, es que no soy de las que se deja controlar. Soy de las que habla claro y directo. Lo saludare por los viejos tiempos, pero en cuanto empiece con sus cosas... !A volar, chiquitito!" Olvido el asunto en cuanto se ocupo de su trabajo, y lo recordo solamente a la hora de la salida, en el momento en que tomo su bolso y lo colgo al hombro. Estaba por ver a ese companero que hacia tiempo se habia ido a la capital. Se preguntaba, como se veia el ahora. A que se dedicaba, y sobre todo, que queria. Tenia muy en cuenta que una de las opciones de los estudiantes universitarios para apoyar el pago de sus estudios, era vender algo; sobre todo seguros. Ella consideraba a los vendedores de seguros como una plaga. Una vez mas se puso a planear los argumentos que usaria para no permitirle que la engatusara con algun plan suyo que trajera. Era verano. Al salir a la calle sintio que el calor le lastimaba la cara. Hubiera deseado irse directamente a casa a acostarse y disfrutar del descanso, viendo un programa de television o durmiendo, en medio de un ambiente refrigerado, y no tener que enfrentar una situacion que podia llegar a ser molesta. Pero no podia dejar de lado el compromiso que se habia creado con el tal Alejandro. Para desvanecer el sentimiento de molestia se concentro en los recuerdos de sus anos de bachillerato. No habian sido tan buenos. Habia pasado momentos amargos, dias pesados por el estudio, por los dichosos examenes que solian ponerles, y todas esas cosas relacionadas con, tener que aprobar para pasar el semestre. Pero Alejandro, si era un buen recuerdo. Estaba consciente de que con el tiempo la gente suele cambiar. Ella misma habia cambiado. Debia considerar que ahora Alejandro trajera, no muy buenas manas. Pero ya iba en camino a cumplir con esa cita y sucediera lo que sucediera, pronto estaria de regreso en casa. Se prometio que regresaria sintiendose tranquila, sin haberse dejado colgar obligaciones que no deseaba. "!Por nada del mundo debo dejarme embaucar con un negocio suyo, o lo que sea. Si se enoja, !pues que se enoje! Si. Es que, tratar de mantener a la gente contenta, muchas veces implica meterse uno en un berenjenal. ?Pero, y por que? No soy Hermanita de la caridad. Pero sobre todo, quiero vivir tranquila. Por Dios que si". Suspiro cuando penso esto y el semaforo se puso en rojo. Trato de no exasperarse. Recordaba que todo pasa, y pronto ese asunto estaria concluido. Normalmente no era tan hurana para relacionarse, pero la manera en que se dieron las cosas; esa llamada a las tres de la madrugada, el colgarle un compromiso que le conflictuaba un poco la existencia en un dia en el que deseaba estar tranquila, todo eso le hacia sentir cierto rechazo hacia ese encuentro. El semaforo cambio a verde y ella avanzo a la velocidad a la que iban el resto de los autos, unas cuadras mas adelante dio vuelta a la derecha. Ya estaba sobre la calle Carranza. Avanzo un poco mas y encontro la Avenida Universitaria. Sabia que a la derecha encontraria el acceso al restaurante. Afortunadamente habia lugares disponibles para estacionar su auto dejandolo bien protegido y sombreado con amplios tejados. Vio la hora en su celular y sonrio; estaba a tiempo. No encontraria a un Alejandro fingiendo que no estaba malhumorado por su tardanza. Se arreglo un poco el cabello y su maquillaje, y metio una pastilla de menta a la boca para refrescar su aliento, entonces salio del auto. Era un lugar de sobra conocido por ella. Habia estado muchas veces ahi, sola o acompanada, asi que sabia a donde dirigirse con confianza. Una vez adentro, se dedico a localizar a alguien con las caracteristicas que le describio su amigo; camisa azul corte formal, cachucha beisbolera de color blanco, cabello un poco largo. No estaba a la vista. Se sintio desconcertada por eso. Vio la hora y se dio cuenta de que habian pasado solamente diez minutos de la hora de la cita. Supuso que por haber estado fuera de su tierra tanto tiempo, podia haberse desubicado. En ese momento se acerco a ella uno de los jovenes meseros. --?En que puedo servirle, senorita? Ella se alegro de recibir ayuda. --Ah, si. Busco a un hombre que viste camisa azul y trae cachucha blanca. Tendra unos, treinta anos. ?Ha visto a alguien asi? El joven penso en ello por unos segundos y respondio: --La verdad no. No he visto a nadie vistiendo asi. Tal vez decidio quitarse la cachucha, pero aun asi no recuerdo haber visto a alguien de camisa azul, solo. Esperando a alguien --Sara se sintio incomoda por la situacion--. Pero dejeme dar una vuelta por el restaurante a ver si lo localizo. ?Cual es el nombre del senor? --Alejandro Medina. Gracias por su ayuda. Mire; me sentare por mientras, en esa mesa -- dijo, senalando una mesa situada en un rincon. --Bien, ahora vuelvo --dijo el joven amablemente. Sara se sento en la mesa desocupada y se sintio bien. Fue cuando comprendio que podia haber un monton de razones por las que Alejandro no estuviera ahi a tiempo. Si el joven mesero no lo localizaba, lo esperaria. Y hasta se previno pensando en que si no llegaba, ella no le daria otra cita. "!Que se vaya al cuerno, si no viene!" Entonces rio para si misma pensando en que se estaba defendiendo de algo que todavia no sucedia. Unos minutos despues vio que el mesero estaba de regreso. Pronto sabria si Alejandro, estaba o no estaba en ese lugar. "Pues, si esta aqui, que poco caballero. El deberia venir a mi encuentro", penso, una vez mas a la defensiva. Pero no habia llegado. --Mire, ya di la vuelta por el local y por los reservados y... no, el senor no ha llegado. ?Va a esperarlo? Tal vez no tarde. --Si, lo esperare. ?Donde puedo sentarme? --Ahi, donde esta. Si se siente comoda. --Si, estoy comoda --la razon era que no estaba muy a la vista, por eso de que no llegara Alejandro--. Estoy en buen punto para detectarlo en el momento en que entre por esa puerta -- aclaro ella. --Bien, ?desea tomar algo, mientras espera? Ella penso en una bebida suave para bajar la tension que le causaba ese trance. --Una cerveza, por favor. Cuando le sirvieron su bebida, Sara empezo a sentirse mas relajada y dispuesta a esperar a su amigo. La limitante era que solamente tenia una hora para comer y despues debia regresar a su trabajo. "Es el colmo. Le llamare a ver que pasa". --"?Alejandro?… !Oye!, ?que pasa que no llegas? !Se me esta haciendo tarde! --le dijo Sara, y no reprimio su molestia. --!Hijole! Sarita, lo siento. Es que me perdi. Pense que iba a ser facil y no. Lo siento. !Dame un minuto mas!, ?ok? --Pero un minuto nada mas. !Tengo que volver al trabajo! Sin embargo, los minutos pasaron sin que Alejandro apareciera y cuando se dio cuenta de que solo restaban veinte minutos de descanso, decidio comer algo para regresar al trabajo. Llamo al mesero y le pidio algo de carne y verduras y un refresco, aclarandole que solo podia quedarse ya menos de veinte minutos. "Como me esta haciendo pesado el dia, este amiguito. Primero, me llama a una hora inadecuada, me cita porque el quiere y por lo visto va a aparecer cuando el lo decida. !Pues, no! No se haran las cosas como el quiera, ?es que, piensa que porque viene de la capital va a obligarlo a uno a hacer lo que el quiera? !Para nada! Ya no soy tan docil como lo era en la prepa". Faltando diez minutos para su hora de entrar al trabajo, ella pago la cuenta y sintiendose indignada, salio hacia su auto. Apenas tendria tiempo de llegar a las oficinas donde trabajaba. No le perdonaria que le descontaran parte de su sueldo gracias a su irresponsabilidad. Al abrir la puerta del restaurante, sintio de inmediato el golpe del aire calido del exterior que se percibia mas al haber estado en un ambiente refrigerado. Con paso apresurado se dirigio a su auto, y justo cuando abrio la puerta escucho una voz a sus espaldas. --!Oh!, !Sara! --dijo. Cuando ella volteo a ver quien le hablaba, se encontro con un tipo que realmente no conocia, pero llevaba una cachucha blanca y camisa azul. Era Alejandro Medina. Ella se quedo estatica, pensando en que, no era asi como recordaba que era Alejandro. En todo caso, los anos lo habian transfigurado. "Pero me ha demostrado que es Alejandro. Incluso su numero de celular es el que tengo en la agenda". --?E-estas suficientemente molesta como para no darme un abrazo de bienvenida? --dijo el recien llegado, con expresion apesadumbrada. Ella no se atrevio a mostrarse violentamente enojada. Su sentido de cortesia supero a su enojo y con toda calma respondio: --Es muy tarde, Alejandro. Tengo que irme a mi trabajo. Creo que dejaremos nuestra cita para otro dia, ?de acuerdo? El se agito, mostrandose apenado y entonces le dijo: --Tienes razon. Lo siento mucho. Te he estado causando muchos trastornos desde que llegue. !No tengo derecho a perturbar tu vida! Sin embargo no quisiera irme sin que platicaramos. Mira, tengo una idea para lograrlo sin causarte mas dolores de cabeza. --?Cual es esa idea? --respondio ella, con gesto cansado. --Me ire contigo para ver donde esta tu lugar de trabajo, pero no, no te preocupes, no entrare. Me quedare en algun lugar cercano a esperar tu hora de salida. Asi, no habra mas contratiempos, por lo que sea. Tu no tienes por que batallar con mi desubicacion. !Es que ya ni me acuerdo, de las calles de mi ciudad, caray! Ella vio la hora. Le quedaban cinco minutos para llegar a su trabajo, y eso la hizo responder: --Pues, vamos. Y, estoy de acuerdo en que me esperes en algun lugar cercano. Lo siento, no te puedo pasar a las oficinas. Tengo un jefe muy intransigente. --No, no. Claro que no haria eso. Se hara como tu dices. !Vamos! Y con toda presteza, el fue a la puerta del copiloto obligando con eso a Sara a entrar para abrirle la puerta y apurar las cosas. Pero ella aceptaba el trance porque la hora le preocupaba. Ella actuaba con rapidez. Estaba seria, la verdad era que estaba molesta. Sin embargo lo haria por los buenos tiempos y solamente por esta ocasion. !Nunca mas! Encendio el auto y se apuro a salir rumbo a su trabajo. Alejandro iba en silencio, Su rostro no mostraba preocupacion, cosa que estaba causando mayor indignacion en Sara. Ademas se sentia un poco intrigada. El Alejandro que recordaba no era asi. Claro que habian pasado ya algunos anos por ellos y el tiempo cambia la fisonomia, muchas veces hasta el punto de volverlos irreconocibles. Pero... "Que distinto es. No hay nada en el, que me recuerde al Alejandro de la preparatoria". El Alejandro que observaba era un hombre de mediana edad, alto, de complexion recia. No podia decirse que era del todo, bien parecido. Varonil, si. Pero habia una actitud en el que le provocaba ansiedad, y hasta algo de temor. Habia algo en todo lo que estaba sucediendo desde que le llamara por la noche, que le estaba provocando un sentimiento extrano. Tenia la sensacion de que poco a poco estaba quedando mas atrapada en una situacion anomala, a la que no se decidia a ponerle fin, por no ser descortes con un viejo amigo. "!Vamos, vamos! !Somos viejos conocidos! Fuimos companeros de la preparatoria, no tengo por que sentirme atemorizada", argumento para quitarse de encima esa extrana sensacion que la embargaba. "Aun cuando el haya cambiado y se haya vuelto un tipo amanado por los anos que ha vivido en la capital. Claro, debe de haber pasado muy malos momentos, pero no creo que sea tan tonto de arriesgarse a venir a su tierra a cometer una tontera. Menos contra mi, que fuimos amigos"

  • El misterio del rodaje 4 de Margotte Channing

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  • Legion de Brandon Sanderson

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    Tres novelas cortas y cohesionadas que tienen la psicologia como superpoder.

  • Libre de Promesas (Maestros del Blackish 3) de Kelly Dreams

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    --Buenas noches, ?en que puedo ayudarte? Sophie sostuvo la mirada del hombre que se movia detras del mostrador de la recepcion del exclusivo y discreto club de BDSM de Chelsea, se lamio los labios y se inclino hacia delante. --Estoy buscando a Alexander Brooks --le informo--. ?Podrias decirme donde puedo encontrarle? El recepcionista fruncio el ceno y la miro entre intrigado y suspicaz al escuchar el nombre real del propietario del Blackish. No era alguien que pasase precisamente desapercibido con ese pelo blanco peinado de punta, unos profundos ojos azules e inquietantes y unos biceps que parecian un par de troncos. Tenia los dedos largos, como los de un pianista y no pudo evitar preguntarse si seria capaz de tocar el cuerpo de una mujer con la misma destreza. Todo el exudaba masculinidad y una seguridad que solo poseian los dominantes. El hecho de que vistiese una camiseta negra con el logotipo del club no hacia mas que afianzar su suposicion. --El Amo Horus ya esta dentro. --Hizo hincapie en la palabra <> sin quitarle la mirada de encima. Horus era el primer nombre de Alexander, si bien nunca habia dejado que lo llamase por el--. Llegas por los pelos, estamos a punto de cerrar las puertas. ?Cual es tu nombre? Observo al tipo que se inclino sobre el ordenador. --Sophie Joyce. Parecio introducir el nombre en el programa y, al no encontrarlo, levanto la mirada con suspicacia. --?Tienes membresia en el club? No. De hecho, ese era el principal motivo por el que estaba alli, mirandole, y no habia atravesado las puertas que habia detras para buscarle por si misma. Sin embargo, esa no seria una respuesta adecuada, no frente a ese Dom. --No, senor --respondio con suave educacion. El enarco una ceja, sin duda curioso ante su presencia y su abierta asuncion de su lugar como sumisa. --Este es un club privado, princesa --le informo con tono firme aunque igual de amable que habia utilizado hasta el momento--. No puedo dejarte entrar sino estas en la lista. Dejo que sus labios se curvaran en una lenta sonrisa que sabia llamaria su atencion. --No le he pedido que me dejase entrar, senor --le recordo dulcemente--. Mi unica intencion es tener unas palabras con Alexander. Su respuesta le arranco una inesperada carcajada. Sus ojos brillaron de diversion y sus labios se estiraron. --Tienes una manera unica de insultar a un dominante con esa dulce y educada voz -- aseguro risueno--. Deberias tener cuidado de a quien diriges tus respuestas. Bajo los ojos lentamente. --Lo siento, senor --replico sumisa--. Me he limitado a constatar un hecho. El sacudio la cabeza, la miro de soslayo y se froto la barbilla. --De acuerdo, Sophie, has despertado mi curiosidad --le dijo dando un golpecito al mostrador--. Quedate aqui. Ire a ver si Horus esta libre para tener unas palabras contigo. Asintio y contuvo la excitacion que acelero su corazon. --Gracias... --pregunto sutilmente su nombre. --Amo Lucien, carino --le guino un ojo. --Gracias, Amo Lucien. El inclino la cabeza, se giro y se acerco a la puerta, la abrio y asomo la cabeza unos momentos. --Oye. Rick. Necesito que te quedes en la recepcion un par de minutos. Tengo que localizar al jefe. Una voz juvenil respondio al momento. --Si, senor. Al momento un joven de aproximadamente su edad atraveso la puerta vistiendo unos pantalones de cuero rotos, y una camiseta de red bajo la que podian verse los piercings que tenia en ambos pezones. Su pelo negro estaba peinado de punta y llevaba los labios negros, al igual que la sombra de ojos. Le dedico una mirada entre curiosa y apreciativa y ocupo su lugar tras el mostrador. --Hola --la saludo. --Hola --respondio a su vez. --No te habia visto antes por aqui --continuo echandole un buen vistazo de arriba abajo. --Estoy segura de ello --asintio manteniendo sus respuestas cortas por temor a que su voz vacilase. Estaba muy nerviosa y sabia que eso la llevaria a tartamudear. La respuesta parecio sorprenderle pero acabo por reirse. --De acuerdo, se cuando hablo de mas --acepto risueno, se echo hacia atras y se sento en el taburete sin insistir en la conversacion. Suspiro interiormente. Sabia que le habia dado la impresion de borde, pero necesitaba de todas sus fuerzas para seguir adelante con esa visita. No has pasado por todo esto para rendirte ahora, Sophie. Coraje. Se lamio los labios con nerviosismo y se entretuvo mirando a su alrededor, sus ojos cayeron sobre un tablon de anuncios y se aproximo a leer el contenido. Apenas habia tomado nota de algunas cosas cuando la puerta volvio a abrirse y escucho una conocida voz junto a la del Amo Lucien. --...rizos de color negro, ojos verde esmeralda y unos labios de lo mas besables. --Escucho el resumen del recepcionista--. Llego preguntando por ti. Se giro de inmediato hacia la puerta para ver a ambos hombres, aunque sus ojos se detuvieron sobre el mas alto. --Sophie. --La sorpresa bailo unos instantes en los ojos azul oscuro antes de desaparecer y adquirir un brillo de especulacion--. ?Que haces aqui? Las palabras se hundieron en su estomago como si fuesen de plomo. ?Eso era todo lo que tenia que decirle despues de cuatro anos sin verse? Alzo la barbilla y se obligo a respirar profundamente para lograr que las siguientes palabras no temblasen en sus labios. --Vengo a pedirte algo --respondio encontrando su mirada y sosteniendola, algo que siempre le habia resultado dificil. Esos ojos parecian poder ver a traves de ella. El enarco una ceja, abandono el umbral y camino hacia ella. --?De que se trata? Se lamio los labios una ultima vez y respondio directa. --Quiero que me acojas bajo tu tutela en el Blackish. CAPITULO 1 --No puedes decirme que no, asi, sin mas. Una frase demasiado contundente para una mujer tan menuda, penso Horus recorriendola con la mirada. Sentada frente a su escritorio parecia una pequena hada vestida de forma escandalosa, lo suficiente escandalosa para que encajase con el ambiente de esa noche en el club. Pero ella no iba a entrar, no habia luchado consigo mismo tanto tiempo para echarlo ahora todo a perder. Contemplo disimuladamente su curvilinea figura, el negro pelo rizado cayendole sobre los hombros y esos bonitos ojos verdes brillando de irritacion. Tenia las mejillas sonrojadas, sus labios se movian con ritmico erotismo provocandole unas irrefrenables ganas de mordisquearlos. ?Habia tenido que pasar cuatro anos sin verla para encontrarla jodidamente deseable? Estaba enfermo. Debia haber recibido mas golpes en el ring de los que pensaba y alguno de ellos habia impactado directamente en su cabeza. --Acabo de hacerlo, querida --replico a su vez, cruzando las manos con gesto aburrido sobre el estomago--. No voy a tutelarte en el Blackish y tampoco voy a darte una membresia. La manera en que apreto los labios formando un pequeno mohin irritado lo conocia demasiado bien. Conocia cada una de sus tretas, cada una de las expresiones de esa pequena y discola hembra; la misma con la que habia compartido seis anos de su vida. Una actuacion demasiado larga, una promesa hecha a su mejor amigo y que trajo consigo un tiempo mas alla de la simple complicacion. Sophie Joyce habia sido su esposa. Casarse con ella fue su forma de mantenerla a salvo, de cumplir con la promesa hecha a Robert, su hermano, y alejarla de las garras del hijo de puta que se tiraba a su madre. <>. La justicia era una autentica hija de puta, habia dejado de confiar en ella cuando tenia trece anos y fue internado en un reformatorio a peticion de sus propios padres. <>. Si, tanto su vida como la de Sophie no habian sido precisamente un camino de rosas, sus respectivos progenitores eran los unicos culpables de que sus destinos se hubiesen cruzado y ella hubiese terminado a su cuidado. --No puedes hacerlo --insistio ella modulando cada palabra, concentrandose en no tartamudear--. No puedes decidir por mi. Hace tiempo que perdiste ese derecho. Enarco una ceja y suspiro. --Empiezo a preguntarme si lo tuve alguna vez --replico con palpable sarcasmo--. Lo que si puedo asegurarte es que mi respuesta a tu pregunta sigue siendo la misma: No. No la queria alli. Bajo ningun concepto iba a dejar que esa mujer se pasease con menos ropa de la que llevaba puesta por las entranas del club. Los ojos verdes brillaron con una punzada de dolor ante sus palabras, pero pronto ocupo sus pupilas la irritacion que emanaba de cada poro de su cuerpo. --Ya no te-tengo dieciseis anos. --La leve vacilacion en su voz le indico que estaba empezando a perder el temple y el tartamudeo que tanto odiaba volveria a entrar en escena. Sabia lo que eso significaba para ella, lo vulnerable que se sentia en esos momentos y, en circunstancias normales, habria hecho lo que fuese para tranquilizarla, pero ahora solo deseaba sacarla de su oficina y que no volviese a poner un pie alli. --Gracias a Dios --admitio con una mordaz carcajada--. Con sufrir una vez tu adolescencia, fue mas que suficiente. Preferiria que me moliesen a golpes antes que tener que lidiar de nuevo con una mocosa hormonal. Cruzo los brazos sobre unos encantadores y llenos pechos. Si, ya no quedaba nada de la adolescente que habia estado a su cuidado, a la que habia querido, quien despertaba el deseo en sus venas y a la que se habia prohibido tocar. --?Sigues siendo virgen? --Dejo caer la pregunta con gesto aburrido. Estaba decidido a herirla con sus palabras si con eso conseguia su objetivo; disuadirla--. Si estas buscando la manera de ponerle remedio... estas en el lugar equivocado. Su rostro enrojecio todavia mas, esos ojos esmeraldas se entrecerraron hasta formar dos pequenas rendijas. --No-o, des-desde que nos separamos me he ti-ti-tirado a todo tio que encontre por el camino, algo que ha siii-sido de lo mas sa-saaa-satisfactorio --tartamudeo visiblemente afectada por sus palabras--. Tu no me qui-quisiste. Por su-suerte el mundo esta lleno de hombres menos... seee-selectivos que tu. Se obligo a morderse una replica. No tienes la menor idea de nada, Kitty. Si, se habia casado con ella pero no la habia tocado en los seis anos que habian estado juntos. Su unica intencion al contraer matrimonio era evitar que quedase desprotegida. Robert se habia encargado de obtener la custodia de su hermana pequena despues de que su madre dejase claro que no estaba preparada para cuidar de una cria. Y habia sido con su bendicion y permiso que la entonces menor, habia terminado bajo su tutela por medio del matrimonio. <>. Se estremecio interiormente al recordar aquellas duras palabras, el sentimiento de ira que habia despertado en su fuero interno ante la indefension de una nina y lo que podia pasarle si Robert no estuviese alli para protegerla. Deberia haber sido una conversacion condicional, un <> totalmente lejano, pero Robert Joyce habia hablado con conocimiento de causa, sabiendo lo que ocurria en su cabeza y que si seguia luchando, su vida estaria en peligro. Se habian conocido en las calles, Rob habia evitado que terminase con la garganta abierta solo para llevarle a conocer al Reverendo John. El padre era un hombre de color robusto que creia que incluso los mas idiotas se merecian una segunda oportunidad. Su necesidad de ayudar al projimo lo habia llevado a crear un lugar en el que los jovenes con problemas de ira, actitud o que vivian en la calle podian aprender a controlarse y al mismo tiempo hacer deporte. El peculiar reverendo fue el unico capaz de llegar a el despues de que lo internasen en ese lugar. El hombre le escucho sin juzgar y le dio la oportunidad de descargar su ira contra el mundo ofreciendole un deporte que le aporto la disciplina y el control que a menudo le faltaba. El fue tambien el unico que tuvo el valor de decirle que no estaba preparado para tomar sobre sus hombros una responsabilidad tan grande como Sophie, pero fiel a su rebeldia y a la palabra dada, no le escucho. ?Como hacerlo cuando le debia a Robert su propia vida? Se sacudio los recuerdos y miro de nuevo a la mujer que tenia frente a el, la misma con la que se habia casado a los veintisiete --teniendo ella solo dieciseis--, para separarse seis anos despues sin haberle tocado ni un pelo. ?Acostarse con ella? Habia sido impensable hacerlo, no con una nina y, cuando dejo de serlo, el ya se habia internado en un mundo que no deseaba para ella. --No vas a obtener una membresia en este club, Sophie --le informo de manera tajante--. No voy a tutelarte, no voy a permitir que entres en mi club, no pienso secundar lo que sea que tengas en mente. Mi respuesta es no. Ella se tenso, se incorporo hasta permanecer con la espalda muy recta y recatadamente sentada en la silla frente a el y lo miro sin parpadear siquiera. --Tengo entendido que el club lo llevan do-dos socios --replico con una ligera vacilacion, senal inequivoca del volcan de emociones que transmitia su cuerpo--. Veamos que tiene el que de-decir al respecto. Chasqueo la lengua, descruzo las manos y se apoyo en los brazos de la silla para levantarse. --El Amo Fire te dira lo mismo que te estoy diciendo yo ahora --declaro abandonando su asiento y rodeando la mesa hasta detenerse a su lado--. Este es un club privado, solo se puede acceder a el por recomendacion de alguno de los miembros existentes o en las convocatorias de acceso que se dan una vez al ano. Y tu no estas en posicion de obtener ninguna de las dos.

  • Cuando la sociedad es el tirano de Javier Marias

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    Cuando la sociedad es el tirano reune los noventa y seis articulos publicados por Javier Marias en el suplemento dominical El Pais Semanal entre el 5 de febrero de 2017 y el 27 de enero de 2019.

  • Como (no) fracasar con tu novel de Joan Bekker

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    Al contrario que otras muchas guias de marketing, esta no te promete vender mil copias ni hacerte famoso. Yo, el autor, no soy best-seller de nada, solo un simple experto en marketing.

  • Resurreccion de Alberto Garcia Briz

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    En 2029, un grupo de investigacion trabaja para recuperar un cerebro que ha permanecido congelado durante los ultimos once anos.

  • Llueve sangre sobre el asfalto (Balas y Whisky 1) de A. J. Raven

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    Cuando la policia llego al motel, las gotas de sangre aun se deslizaban sin prisa desde el colchon de la cama hasta el suelo de aquel mugriento cuchitril. Hallaron a la asesina tumbada, esbozando una ligera sonrisa y abrazada al cadaver como si fuera una nina dando amor a su osito de peluche. Los dos estaban desnudos alrededor de un charco de sangre y vomito. La prensa local, El Evening Journal , catalogo los crimenes como uno de los mas atroces que habian ocurrido en la ciudad. Sin embargo, no pudo igualarse al asesinato ocurrido cinco anos atras perpetrado por un joven que violo, atropello y quemo a una disminuida por la simple razon, de querer divertirse. Asi mismo, esa misma prensa, la que a veces enganaba a su publico inyectando en el papel tinta envenenada, le otorgo el sobrenombre de la asesina de gordos o la asesina del pene. La comisaria que llevo el caso, la veintidos, su capitan declaro que en mas de los diez anos al frente de la jefatura, jamas habia contemplado un crimen igual; tan sadico y tan salvaje a la vez que despiadado. El capitan tambien anadio que, cuando vio las fotos del primero de sus crimenes, por poco le da un infarto... 1 Para Berta Rogers, por fin llego el dia que tanto habia esperado. Tras ganar su primer caso para el bufete Bender and Bolin , uno de los mas prestigiosos de la ciudad, consiguio aquel puesto fijo como abogada al que siempre habia aspirado. Terminada como becaria a los veintisiete anos de edad, su jefe, un chupatintas de cincuenta anos adicto a la nieve y a las putas caras llamado Andreu Bolin, le asigno un caso facil de llevar, puesto que quiso tantear a una abogada cuyo futuro brillaba en esplendor. El caso en cuestion no fue nada mas que un simple robo en una tienda de licores en donde su asaltante, --un ninato de clase alta que empunaba una pistola de juguete--, sustrajo quinientos dolares en metalico y botellas por valor de cien dolares. En total la suma ascendio a mil dolares. Lo que hizo la mente de la abogada fue cambiar los roles. Al delincuente lo puso como victima y a la victima, como el delincuente. La oscuridad se hundia en la ciudad de los vientos. Era una noche del segundo mes del ano en donde semanas atras, los carnavales habian sazonado un poco las malogradas calles con aquellos disfraces y pelucas de distintos colores, hombres zancudos, animales y un sinfin mas de parafernalia sin sentido. Una noche invernal en la cual la nieve gritaba con sutileza por cada rincon de aquellas arterias ennegrecidas, atormentadas, llenas de maldad, odio y desesperacion. Una capa de cinco centimetros de espesor arropaba las aceras como una madre arropa a su hijo. Los coches dormian con sumo placer bajo un manto de escarcha, las alcantarillas emitian un humo lechoso, triste, y las campanas del ayuntamiento daban las diez en punto. Berta elegia vestido para la fiesta que sus amigas habian preparado por ganar su primer caso. Acababa de salir de la ducha de su casa de dos plantas en el 1149 de la calle 90, en Dunning, al este de la ciudad. En su habitacion, al lado de la cama, frente al espejo, se probaba vestidos. Cogio el negro y se lo probo. No le gusto como la quedaba debido a que pensaba que ese color le hacia tener el culo gordo. Lo dejo apartado y agarro el rojo. Se lo probo mirandose al espejo sin embargo, tampoco le gustaba; pensaba que ese color era para descocadas, tal vez para su amiga Kate. Lo aparto a un lado de la cama y se decanto por el negro. Para nada le hacia tener el culo gordo. Berta era guapa, bastante guapa. Tenia unas medidas de ensueno en una altura de un metro sesenta. Su pelo rubio ondulado, destellante como el oro bajo los rayos del sol, resbalaba hasta sus pequenos y redondos hombros. Los ojos eran grandes como ensaladeras y el color parecia una hermosa pradera verde. La nariz pequena y redonda estaba unida a una sonrisa que daba felicidad a un rostro cuya piel, era de un blanco tan bello que se asemejaba a las alas de un angel. Tambien era una chica brillante, divertida, generosa, culta y con un gran corazon aunque este se transformaba cada vez que se ponia la toga y subia al estrado, convirtiendo ese corazon en un organo inerte. Sus pasiones como cualquier muchacha de su edad, era la moda; a Berta le encantaba la ropa, sobre todo la ropa cara comprada en las tiendas de la calle llamada The Mag Mile. Ademas de comprar ropa, la gustaba nadar al igual que jugar al tenis, ir a sitios caros y la buena comida. A veces, solia salir con un chico de cuerpo musculoso y cabeza vacia, algo informal, un mero revolcon, puesto que a ella la agradaban los chicos inteligentes. Pero que no lo fueran mas que ella. Berta salio de su casa a las once. Un taxi esperaba en la acera con el motor encendido. En su interior se hallaban sus tres amigas: Kate, Wen y Lany. Kate Miller era la mas atrevida y ligera del grupo. Fue companera de Berta y Lany en la misma clase. En la actualidad, ejercia como veterinaria, un trabajo que era su pasion; poder salvar y cuidar animales indefensos era su vida. Era lista, atenta, generosa, fogosa y coqueta. Unas cualidades dentro de un cuerpo perfecto, delgado a su vez que con curvas, y un pelo negro lacio, que llegaba por debajo del cuello. Su cara albergaba unos labios finos, nariz ancha y unos ojos de color gris. Sus pasiones, aparte de cuidar animales moribundos, era la fiesta. La encantaba salir a desmadrarse y pasarlo bien entre copas y chicos. Despues, estaba Wen Zhao. Era una chica algo timida proveniente del gigante asiatico que al terminar de graduarse se hizo profesora adjunta. Poseia un cuerpo fino como el hilo de una cana de pescar. Alguno de sus dioses asiaticos no la bendijo con culo ni pechos; ese dios de ojos rasgados se cachondeo de ella al hacerla plana como una tabla de planchar. El pelo, corto hasta el cuello, parecia un estropajo. La cara era como un pan de hogaza, una frente protuberante y una nariz chata con las aletas definidas. Lectora empedernida de autores confucianos, iba un curso por debajo cuando conocio a las chicas. Sus padres se trasladaron de China despues de nacer Wen. Su padre quiso un futuro mejor el cual, el gigante asiatico no podia proporcionarle, abrio una tienda de licores y comestibles en el barrio chino que no le fue nada mal. Por ultimo, estaba Lany Lopez. De origen cubano, era una portentosa belleza latina. Tenia un pelo moreno largo hasta llegar a media espalda. En las puntas, unas mechas de color verde que hacian juego con sus ojos. Una piel caramelizada, unos labios finos y una nariz aguilena era todo lo que ofrecia su cara. La espalda y las piernas reflejaban tatuajes. Era la rebelde del grupo. Controlaba todo a su paso; era fria calculadora y dominante, pero buena amiga. Le gustaba las motocicletas (cuanto mas grandes mejor) y enfundarse en ropa de cuero. Poseia una lengua viperina y portaba un toque gotico. --?Listas para desmadrarnos esta noche? --pregunto Kate. --Si, pero sin pasarnos --dijo Lany. --?Creeis que este vestido me hace gorda? --inquirio Berta. --Estas deslumbrante --dijo Wen--.Mirame a mi, parezco una tabla de madera, en cambio tu, estas guapisima. --Estas perfecta --anadio Kate--. Ese vestido te hace unas tetitas ricas, dejame tocar. Estiro la mano y la toco un pecho. --!!Deja mis tetas!! --exclamo Berta entre risas. --Yo no tengo tetas --pronuncio Wen. Berta y Kate rieron. --Oiga --espeto Lany al taxista--. Cuando quiera arranque, !eh! --Si no me dicen adonde van… --Al club The Warehouse. El club se ubicaba en el 206 de South Jefferson Street, en el area comunitaria de Greektown. Se habia construido sobre la estructura de una antigua fabrica de tres pisos. Cinco anos atras de la apertura del club, aquella fabrica de calzado fue destruida por un incendio que se inicio a las tres de la madrugada. Los bomberos atribuyeron el suceso a unos viejos cables pelados que recorrian la pared del tercer piso. A los seis meses del incendio, la casualidad hizo que el terreno pasara a un politico de dudosa procedencia. El Warehouse era el club de moda en la ciudad. Cada noche, atraia alrededor de dos mil personas sedientas de una buena juerga. A veces, Berta, Kate y Lany, se podian pasar quemando la pista desde la noche del viernes hasta el medio dia del domingo. Era un club en donde se permitia el sexo al descubierto, eso hacia que estuviera libre de agresiones. Lo mismo lo podias hacer en el bano que en la pista o junto a la cabina del DJ. Tambien era la sede para los hombres negros homosexuales repudiados, tratados como leprosos por su comunidad. Alli se podian juntar y darse amor sin que ningun dedo les senalara. En aquel lugar podian ser ellos mismos. El residente, el que hacia vibrar la pista, era Frankie Knuckles, un DJ afroamericano rollizo, calvo, con gafas de pasta y una perilla. Habia salido de los bajos fondos de la ciudad conocida como la Gran Manzana para empezar a despuntar experimentando con la musica electronica. --Seguro que aparece tu ex novio --dijo Lany a Kate. --Espero que no, quiere volver pero no estoy dispuesta, paso de el. --Venga chicas, relajaos y disfrutemos de la noche --sentencio Wen. El taxista las dejo en la puerta del club. La fachada se iluminaba de blanco por unos pequenos focos que rotaban de forma aleatoria en ambos lados de la puerta. Estaba custodiada por un portero que se podia asemejar a un orangutan, con una piel negra como el carbon y recubierto de musculos en una altura de un metro noventa. Portaba un traje negro y camisa blanca, ambos de una talla menos. Parecia que iba a reventar el traje y colgarse desde el Willis Tower, el rascacielos mas alto de la ciudad. La fila de personas que esperaban entrar al lugar de nacimiento de la musica electronica, daba la vuelta a Jackson Boulevard. Una alfombra roja te acercaba hasta la puerta en donde aparte del orangutan, habia una banda de terciopelo rojo colocado en dos postes de contrachapado banado en oro. Bajaron del taxi y fueron directas hacia el portero. Eran bien conocidas por el dueno pero sobre todo, por el primero. De esa manera, consiguieron saltarse toda la fila sin esperar ni pasar frio en la tortuosa noche. Ellas solo iban a calentar. Kate habia conseguido un reservado para un dia tan especial. --Bienvenidas, chicas --dijo el portero con una voz grave. El orangutan aparto la banda de terciopelo. Berta abrio la puerta y se adentraron a un mundo de lujuria y desenfreno en donde el limite era inexistente.

  • Mi doble vida Separados por las drogas de A. Sanh

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    Alejandra tiene una sensitividad especial a la hora de afrontar la realidad: respira, se enamora y suena como cualquier adolescente. Su mundo cambia a un ritmo trepidante que en ocasiones no sabe, no puede, o no quiere controlar. Algunas veces se deja arrastrar; otras se vuelve caotica o directamente lo arruina todo. Es la victima perfecta para caer atrapada en una vida complicada, y en cierto modo, sabe que es debil. Vive un momento dificil debido a las malas companias que han irrumpido en su rutina sin pedir permiso; y todo se sumara a no querer reconocer que se esta enamorando alguien muy especial, a quien puede perder si no controla su caos.

  • La Ciudad de los Hombres Santos (Los buscadores 3) de Luis Montero Manglano

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  • Recuerdos prohibidos (eLit) de Julie Miller

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  • Ahi abajo, entre raices y hueso de Seanan Mcguire

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    Las gemelas Jack y Jill tenian diecisiete anos cuando las conocimos en
    “Cada corazon, un umbral”. Esta es la historia de lo que ocurrio primero. De como las hijas perfectas, modeladas segun los deseos de los padres, a los doce anos bajaron por una escalera que las llevo a los Paramos, y descubrieron que el simulacro de amor en el que habian vivido no las habia preparado para un mundo de decisiones y muerte.

  • La preparadora de juicios de Francisco Marco

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    Del famoso detective de Metodo 3*Un impactante thriller que desvela los entresijos del poder, el lujo y la corrupcion de nuestro pais.
    Los tribunales tienen su propios rituales y tambien secretos que encubren pasiones desmedidas de lujo, sexo, dinero y poder... Solo la preparadora de juicios los conoce.
    Barcelona. Nestor Sanchis es un detective privado con una vida sencilla y feliz, hasta que Ricardo Corbin, uno de sus clientes, acaba en prision. No sabe por que lo han encarcelado, pero esta dispuesto a saber la verdad, cueste lo que cueste.Mientras tanto, en Madrid, Tomas Sanchez de Gamonal, un banquero reputado, acaba tambien entre rejas. Hay quien considera que es culpable. Hay quien cree que se trata de una vendetta personal de un juez que quiere deshacerse de el. Pero, ?quien esta en lo cierto? Entre las dos ciudades se va tejiendo una red de contactos, sobornos, amenazas y secretos que afecta a muchas mas personas que los cuatro principales implicados. Una red que va apretandose alrededor de los cuellos de aquellos que no se lo esperaban. Porque la informacion es poder. Y el poder siempre tiene un precio.

  • Escuadron Guillotina de Guillermo Arriaga

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    La batalla de Torreon fue una de las mas dificiles y duras de cuantas libro la Division del Norte. Despues de la toma de la ciudad, el general Francisco Villa decidio situar el campamento en un llano proximo, justo en medio de un macizo de sauces cuyas sombras resguardaban del sol inclemente a los guerrilleros. Hasta ese lugar llegaban a diario un sinnumero de comerciantes que iban a ofrecer sus productos a los revolucionarios. Pululaban los vendedores por entre la tropa, y aquello, mas que parecer una guarnicion militar, parecia un tianguis dominical. El general, como era su costumbre, atendia sus asuntos lejos del bullicio, acompanado unicamente de sus hombres de mas confianza y protegido por los mas temibles miembros de su escolta privada. Despachaba Villa algunas cuestiones belicas con el coronel Santiago Rojas cuando llego el sargento Teodomiro Ortiz a decirle que lo buscaba un comerciante, un tipo muy catrin que insistia en verlo. El general ya estaba harto de tratar con vendedores; tan solo esa manana habia tenido que lidiar con tres: uno que le queria vender bicicletas y que afirmaba que era mas eficiente una carga ciclista que una carga de caballeria; el segundo le ofrecio armaduras espanolas y el tercero traia en venta sombreros charros ribeteados de hilo de oro y plata. Fastidiado, Villa los habia corrido del lugar, no sin antes advertirles que les rellenaria la barriga con plomo si no se largaban de inmediato. Villa miro a Ortiz: --Dile que no estoy para recibir a nadie --le dijo. --Ya se lo dije cien veces, mi general, pero esta necio en que quiere verlo. Dice que trae algo muy importante que ensenarle y que a usted le va a interesar. El general Villa se quedo pensativo unos instantes y con los ojos le ordeno a Ortiz que trajera al comerciante. Salio el sargento a buscarlo y regreso a los pocos minutos. Venia con el un hombre chaparro, calvo, bien vestido y muy perfumado. Con propiedad saludo: --Buenas tardes, general Villa. Buenas tardes, coronel Rojas. Soy el licenciado en Derecho, Feliciano Velasco y Borbolla de la Fuente a sus ordenes --y extendio su mano hacia Villa, pero Villa solo lo miro. El hombrecito no supo que hacer. Retiro lentamente su mano, se limpio el sudor de la frente con la manga de su saco, trago saliva y sonrio. --General Villa --dijo parsimonioso--, he venido a usted a mostrarle un invento formidable que sera de gran provecho para la Revolucion. Con este invento, senor general, tenga la seguridad de que creara terror entre las tropas enemigas. Cualquiera que se atreva a enfrentar a la Division del Norte lo pensara dos veces. --Ya lo piensan dos veces --tercio energico el sargento Ortiz. El licenciado se quedo callado y solo atino a sonreir estupidamente. Respiro y continuo con su perorata: --Tiene usted toda la razon, pero este invento sirve como ayuda para ajusticiar a los prisioneros sin necesidad de andar gastando parque, el cual, como ustedes saben, esta rete escaso y no vale la pena dispendiarlo en otros menesteres que no sean los de la guerra misma... Con este aparato que traigo ya no se precisa fusilar al enemigo... --Si por eso mismo los ahorcamos... --interrumpio de nuevo el sargento Ortiz. --Si, lo se --dijo el chaparro-- ?pero que hacen cuando no encuentran un palo alto? --Pos los quemamos vivos o los agarramos a machetazos... eso es lo de menos --le contesto el coronel Rojas. --Pero mire, mi coronel --continuo Velasco--, con este invento que les vengo a mostrar se ejecuta a los prisioneros sin la menor preocupacion. ?Por que no vienen a verlo y si quieren lo probamos? Los llevo el hombre aquel hasta un carromato en donde lo esperaban sus ayudantes: uno, un tipo alto y desgarbado, de nariz grande y ojos sumidos pero vivaces, y el otro un moceton de estatura regular, cachetes abultados y cabeza grande. El licenciado Velasco solicito a sus invitados que aguardaran unos minutos y dio una orden sonora: --!Armenla! Los asistentes, presurosos, se dedicaron a armar el aparato. Sacaron vigas, cuerdas, poleas, clavos, martillo, soleras. Con rapidez montaron una estructura en cuya parte superior se encontraba colocada una plancha de hierro. El licenciado Velasco caminaba de un lado a otro, nervioso, frotandose continuamente las manos. Una vez que todo estuvo listo se detuvo frente al general y sus acompanantes y empezo a hablar. --Esto, senores, se llama... guillotina. Es un instrumento extraordinario, capaz de segar la vida en un instante. El hombrecillo miro sonriente a Villa y camino hacia el aparato. Tomo en sus manos un cordon que remataba en una polea y jalo. Desde arriba se desprendio la enorme plancha metalica produciendo en su caida un golpe seco y fuerte. El general y sus companeros se quedaron asombrados. El comerciante alzo los brazos como si hubiese terminado un acto de magia. Hizo que uno de sus ayudantes volviera a alzar la cuchilla, fue por un leno grueso y pesado, lo metio en la base del aparato y tiro de nuevo del cordon. El leno salio partido en dos con tal facilidad que parecia que lo que se hubiese partido fuera una ramita. --?Para que sirve eso? --le pregunto pasmado el coronel Rojas, sin entender del todo en que podia utilizarse el mentado aparato. --Ahhh --exclamo el hombrecito-- eso me gustaria demostrarselo, claro, siempre y cuando nos lo permita mi general Villa. ?Es eso posible? Villa asintio. --Pero para ello requiero de algunos prisioneros de los que usted haya dispuesto ajusticiar. Necesito de unos cuantos... ?Podriamos traer algunos, mi general? Villa, con una sena de su mano, mando a Ortiz por ellos. --Este invento --continuo el comerciante-- sirvio de mucho en la Revolucion francesa, la cual se realizo hace casi dos siglos, y por ello he pensado que puede ser de gran utilidad en esta Revolucion que es la nuestra --dijo enfatizando la palabra "nuestra". El general Villa miro con recelo al catrin: no le inspiraba mucha confianza, pero se quedo callado. El sargento Ortiz llego con los presos. Los traia de todo tipo: gordos, flacos, altos, bajitos. Se cuadro ante Villa. --Orden cumplida, mi general. Los prisioneros, ignorantes de lo que les iba a suceder, pero con la certeza de que pronto llegaria su hora final, se amontonaban entre si como se amontonan las reses en los mataderos. El general reviso con detenimiento a los cautivos, uno por uno, de arriba abajo. Clavo sus ojos en uno alto y flaco. --Ese --dijo senalandolo con la cabeza. --Muy bien --dijo el hombrecillo y ordeno a sus ayudantes ir por el. El tipo alto y flaco no supo que hacer y se dejo llevar mansamente hasta la guillotina. Los asistentes lo obligaron a arrodillarse y colocaron su cabeza en una cuenca redonda que se encontraba en la base del aparato. La gente, que empezaba a notar que algo extrano sucedia, rodeo el lugar, silenciosa. Villa, impaciente, esperaba con los brazos cruzados. Terminados los preparativos, Velasco ofrecio al general tirar del cordon. Villa camino con lentitud y tomo la cuerda que le ofrecian ansiosas las manos del licenciado. --Ahora jale, general. Villa acciono el mecanismo y la cuchilla cayo instantaneamente sobre el cuello del condenado, cortandole la cabeza de tajo. Una mujer de entre el publico grito con horror y se desmayo. El hombrecito sonrio feliz por la demostracion de suma eficacia de su aparato. Villa, por su parte, contemplaba absorto los ultimos estertores del cuerpo decapitado. Los demas prisioneros, sobrecogidos por el terror, miraron paralizados el macabro espectaculo que les tocaba continuar. Con los ojos desorbitados y el rostro demudado imploraban al cielo para no ser los proximos. Villa, todo el salpicado de sangre, parecia no creer lo que veia. Sin embargo en su mirada se reflejaba ese peculiar brillo que poseian sus pupilas cuando algo le agradaba de verdad. El licenciado Velasco, a sabiendas de su exito, se puso enfrente del general y empezo a hablar como merolico: --Como uuustedes haabraaan poodiidoo nootaar, la guiiillootiina teermino raapidaamente coon laa existeenciiaa de este individuooo... --senalo el cuerpo descabezado de la victima que temblaba ligeramente. Continuo--: loo haa heecho de taal maaneera que cauusa eentree loos demaaas uun sentiimieento de mieedoo y respeetoo... Un verdadero tumulto se habia formado alrededor de la escena. La mayoria miraba consternada. Villa, con notorio interes, pregunto: --?Y cuanto le dura el filo a la hoja? --Para miles de ejecuciones, mi general --contesto el chaparro--. Este producto esta absolutamente garantizado. Si quiere lo probamos de nuevo. Villa asintio. Los presos, que habian escuchado la conversacion, se arremolinaron entre si para no hacerse notar, tratando de esconderse unos detras de los otros. La gente, expectante, aguardaba la designacion del siguiente condenado. Toco su turno a un prisionero moreno de cabello chino. Los asistentes fueron por el, pero el moreno se resistio, pidiendo clemencia a gritos: --Mejor fusilenme, matenme a balazos, pero asi no --gimio desaforado. Fue necesario que varios soldados ayudaran a llevarlo al cadalso. Sin embargo, el preso se alzaba con fuerza y sacaba su cabeza de la cuenca cada vez que ahi la colocaban. La lucha desigual parecia no tener fin hasta que al sargento Ortiz se le ocurrio dar la vuelta y jalarlo de los ensortijados cabellos. Por fin se logro inmovilizar al sentenciado.

  • La pluma dorada de Sonia Galdos

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    Primavera de 1916. El vapor Principe de Asturias, en el que viaja el padre de Aurea Nebreda, nunca llegara a Buenos Aires. A sus trece anos, Aurea tendra que dejar Madrid para residir en Burgos con un tio paterno y su familia, de la que jamas ha oido hablar y a laque molesta su educacion liberal, su afan de estudiar y su pasion por escribir, cuando su objetivo en la vida deberia ser lograr unbuen matrimonio. Culpan de su desobediencia al linaje de su madre, Teresa Garay, cuya desaparicion, anos atras, esta rodeada de misterio, y de la que nadie parece dispuesto a hablar. Pero ni siquiera su familia puede oponerse al progreso que las mujeres impulsanen Espana en los anos veinte. A veces abiertamente, a veces a escondidas, Aurea intentara seguir adelante con sus estudios y su escritura. Hasta que llega a su vida un amor inesperado que desafiara las estrictas reglas de la sociedad. Entonces, descubrira que todos los esfuerzos realizados no han sido nada comparados con lo que tendra que hacer para defender su derecho a la libertad sin traicionar su propio corazon.

  • Eastwood de Francisco Reyero

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    Los inicios de Eastwood hablan del destino y de los inesperados sitios donde puede esconderse. En 1964, un desconocido actor de California acepta la propuesta de un director de cine italiano para rodar un western con localizaciones en Espana. Al ver por primera vez a su interprete, Sergio Leone supo que era el idoneo.

  • Tu, mi princesa en zapatillas de Chris Razo

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    Un desengano, y un pasado lleno de dificultades, hacen que Ariadna decida marcharse a Estocolmo. A su vuelta, poco queda de esa chica extrovertida. Los golpes de la vida han hecho de ella, una persona fria y distante. Pero todo eso cambia cuando conoce a Lucas. Un chico muy atractivo, pero tambien muy tierno que hara que todo lo que ella ha construido se caiga en pedazos. El hara que la antigua Ariadna vuelva y que sus ojos vuelvan a brillar.

  • Todos los naufragios de Laura Castanon

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    Gregorio y Onel son dos amigos que han crecido juntos en Nozaleda, pueblo que recrea una villa vecina a Gijon en las primeras decadas del siglo XX. Pertenecientes a dos familias (Santaclara y Los Forquetos) que encarnan dos modos diferentes de entender el orden de las cosas, la vida les llevara a cada uno por su camino sin que nunca se separen del todo. La llegada de la Guerra Civil y la victoria del fascismo marcara su destino y supondra el fin de su mundo.

  • !O no hay trato! de Carolina Gattini

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    El destino y la mala suerte llevan a Miriam a la desesperacion. No es capaz de pagar sola el alquiler al que se habia comprometido con su reciente ex, las deudas la ahogan y finalmente decide vivir en un lugar con todas las comodidades, "comodos" sofas, bano y ducha, salas de reuniones…, es decir, la oficina donde trabaja.
    Miguel Garmendia esta a punto de perder lo unico que tiene, la empresa que levanto desde joven porque precisamente dedico su vida a trabajar, en lugar de disfrutar de ella como hicieron sus amigos y hermanos. Confiar en la persona equivocada, su contable, le ha llevado practicamente a la quiebra. Sin embargo hay una esperanza, conseguir la herencia de su madre, bajo la condicion de casarse. Claro que, no es tan facil encontrar a una mujer que quiera casarse con un hombre como el y renunciar a una vida normal, aunque sea por unos meses. O tal vez si… El unico problema es que esa mujer es adicta al sexo y la abstinencia de ese matrimonio no es compatible con ella… Asi las cosas… Miriam tendra que establecer sus propias condiciones… !O no habra trato!