• libro el tiempo es lo unico que no vuelve - Ana Hernandez Sarria

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    No hay lazo mas fuerte que el de la amistad.Los sentimientos y los suenos son la materia prima de nuestras vidas, lo que nos define y hace que todo tenga sentido.

  • EL TIEMPO ES LO UNICO QUE NO VUELVE - Casa del Libro

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    18 may 2018 — El libro EL TIEMPO ES LO UNICO QUE NO VUELVE de ANA HERNANDEZ SARRIA en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • El tiempo es lo único que no vuelve (Ficción) Tapa blanda

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  • El tiempo es lo único que no vuelve (Ficción) Versión Kindle

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  • Reseña: El tiempo es lo único que no vuelve - Algunos Libros ...

    https://algunoslibrosbuenos.com/el-tiempo-es-lo-unico-que-no-vuelve

    20 may 2019 — Desde el blog de algunos libros buenos me mandaron este libro titulado El tiempo es lo único que no vuelve de Ana Hernández Sarriá, ...

  • El tiempo es lo único que no vuelve

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    5 jun 2018 — Libros del autor: · El tiempo es lo único que no vuelve · Ficción · Entre azules · Ficción ...

  • el tiempo es lo único que no vuelve - Librería Sinopsis

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    EL TIEMPO ES LO ÚNICO QUE NO VUELVE. HERNÁNDEZ SARRIÁ, ANA. 19,13 €. En stock. Editorial: LA ESFERA DE LOS LIBROS; Año de edición: 2018 ...

  • EL TIEMPO ES LO ÚNICO QUE NO VUELVE

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    Información del libro ; EditorialLA ESFERA DE LOS LIBROS ; Año de edición2018 ; ISBN9788491643340 ; ISBN digital9788491643753 ; Idioma Español.

  • el tiempo es lo único que no vuelve

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    EL TIEMPO ES LO ÚNICO QUE NO VUELVE, HERNÁNDEZ SARRIÁ, ANA, 19,90€. No hay lazo más fuerte que el de la amistad. Los sentimientos y los sueños son la mate.

  • El Tiempo Es Lo único Que No Vuelve - Agapea

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  • El tiempo es lo único que no vuelve - Ana Hernández Sarriá

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    La más amplia interpretación de la palabra amistad. Una invitación a sumergirte en un mundo envuelto de sentimientos, de amor, de ambición. Un libro que te ...

  • De vuelta al mercado de la solteria – Deiby Diaz de Deiby Diaz

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    Ana a los 41 anos se enfrenta a la solteria inesperada tras el abandono de su esposo, por no haberle dado un hijo durante los 10 anos que convivieron como pareja, sin importar que decir la verdad del por que no ha quedado embarazada le puede ayudar a recuperarlo, prefiere callar tras escucharlo decir "No te amo y embarace a otra mujer". Una frase que la hace perder su confianza y la lleva de vuelta al mercado de la solteria, como una mujer madura con sobrepeso, un corazon roto y una reposteria en quiebra.

  • Palabras que caen como la lluvia de Caroline March

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    Livia tenia todo lo que siempre habia deseado: un futuro profesional prometedor y el amor del hombre que la habia llevado a lo mas alto de su carrera deportiva. Pero cuando descubrio la dolorosa verdad que tan bien le habian ocultado y dejo de oir el rumor de aquellas olas que siempre le habian susurrado respuestas, lo abandono todo.

  • Viaja con lo sobrenatural de Eliel Roshveder

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    A veces lo sobrenatural esta ante nosotros, pero no entendemos. Los hospitales psiquiatricos estan llenos de personas que vieron lo oculto, por lo que fueron tratados como locos y hospitalizados. Fueron dopados con medicina, pero lo unico que tenian de manera diferente era el poder de ver y sentir lo sobrenatural.

  • Mi lugar favorito en el mundo eres tu de Marta Frances

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    Que escapes de la que siempre fue tu vida es malo; que lo hagas cambiando Madrid por un pequeno pueblecito de unos cien habitantes tampoco pinta bien; pero que llegues alli y la primera persona con la que te cruces sea un desagradable y maleducado que te deja con la palabra en la boca no presagia nada bueno.

  • Mas alla de estas paredes de J.l. Berg

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    Dicen que el amor puede superar cualquier obstaculo. Pero, ?puede realmente sobrevivir a la muerte? Se suponia que eramos felices. Felices para siempre. Tazas de chocolate, los pies descalzos en la arena y una vida plena donde todos nuestros suenos podian cumplirse. Ese era el futuro que el me habia prometido y en el que yo habia creido.Podia sentirlo, tocarlo con mis manos. Hasta que, de repente, todas nuestras ilusiones y esperanzas se esfumaron como arena entre mis dedos. Esta es la increible historia de amor de Lailah y Judas en “Mas alla de estas paredes”.

  • Su eterna presencia (Hermanas Alcott 2) de Elsa Tablac

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    Todos se preguntarian que hago ahi. Por que habia abandonado Londres. Jamas adivinarian que me llevo a instalarme en casa de mis padres, un enorme cottage de piedra en los confines de Bracknell, a unas dos horas de la capital. No es muy facil entender que una joven independiente de veinticinco anos se aparte de una de las ciudades mas excitantes del mundo y regrese de repente a casa de su familia. La razon se llama Oliver Owen. Cuida de nuestros cuatro caballos en el establo familiar. Es el hijo mayor de William, el antiguo mayordomo, quien sufrio un accidente hace dos anos y tuvo que jubilarse anticipadamente. Oliver llego hace quince meses, y mi padre decidio que formaria parte del personal que trabaja en casa. Lo que no esperaba era que aquel nino hiperactivo que trepaba a todos los arboles y con el que mi hermana Charlotte y yo jugabamos para horror de mi madre se convertiria en un chico tan atractivo. Hacia un rato que lo observaba desde la ventana de mi dormitorio. Estaba anocheciendo y Oliver regresaba de dar un paseo con Rex, el caballo de mi hermana. El mismo que ella ya casi nunca montaba y que yo mimaba algo mas que a los otros, pues temia que se sintiese abandonado. Sonrei al comprobar que Oliver le dedicaba un poco mas de tiempo que al resto. --?Sigues trabajando? --pregunto una voz a mi espalda. No necesitaba girarme para saber perfectamente que se trataba de Adeline, mi madre. Observe la pantalla del ordenador portatil. Mis manos se habian apartado del teclado hacia ya un buen rato y el salvapantallas, mi nombre en grandes letras de color morado, rebotaba en los cuatro lados de la pantalla. Era evidente que no estaba trabajando. --No. Ya he terminado por hoy --conteste--. Creo que va siendo hora... --Trabajas demasiado, Lizzy. --No creas, mama. Simplemente he de entregar esta traduccion en cuatro dias. Se me ha echado un poco el tiempo encima. Pero el siguiente libro no me llegara hasta dentro de unas dos semanas. Mi madre entro en el cuarto y se acerco, puso las manos sobre mis hombros y beso mi pelo. Estaba especialmente carinosa ultimamente, algo no muy propio de ella. Aunque debo decir que nuestra relacion habia mejorado con los anos. Al principio mama no entendia muy bien que quisiera dedicarme a traducir libros de manera profesional. Creia que mi obsesion por aprender frances y estudiar filologia en la universidad era tan solo un pasatiempo. Que lo que acabaria haciendo en realidad era casarme con alguno de los hijos de los acaudalados amigos de mi padre y peinar las crines de los caballos. Y no negare que hubo algun momento en que yo tambien lo pense. Pero me converti en traductora de manera lenta y casual. Empece traduciendo esporadicamente para la editorial en la que trabajaba Molly, una de mis amigas de la universidad. Con el paso de los meses me fueron llegando nuevas propuestas. Era el trabajo perfecto para mi, aunque en el fondo no necesitase el dinero. Traducir libros me mantenia ocupada y me permitia transportarme a otro mundo durante buena parte del dia. Ademas, podia trabajar desde Bracknell sin problemas, a mi ritmo. --Cenaremos pronto --dijo mama. Movi el raton para recuperar el documento de Word en el que habia estado trabajando esa tarde. --No tengo demasiada hambre --conteste--. Pensaba preparar un sandwich ligero y comermelo aqui, en mi escritorio. Querria acabar un capitulo esta noche. --De ninguna manera, Lizzy. Hoy estamos las dos solas en casa, asi que quiero que me acompanes. Y he preparado algo especial. La observe perpleja. Mi madre no solia cocinar jamas. Especialmente si mi padre estaba en Londres por trabajo, como era el caso durante esos dias. --?Tu has preparado algo? --Has oido bien, si. Asi que te espero en el salon a las siete en punto. La cena estara lista. He de comentarte algo, ademas. Iba a contestarle que queria bajar al establo ver a Rex --en realidad a charlar un rato con Oliver--, pero mi madre ya habia abandonado mi dormitorio. Asi eran las cosas con ella: sentenciaba, ordenaba y no habia posibilidad de replica. Consulte el reloj. Eran las seis de la tarde. Si me daba prisa, podia arreglarme un poco y bajar al establo. Tal vez Oliver no estaria demasiado ocupado. En todo caso, tenia que bajar a escondidas. Mama odiaba que me presentase a la cena justo despues de visitar a los caballos. De ahi mi plan perfecto del sandwich. Me meti en el cuarto de bano, me lave la cara, me cepille el pelo y me coloque el vestido de flores menos llamativo que encontre en mi armario, unos calcetines negros hasta la rodilla y cogi las botas que, se suponia, debian permanecer fuera de la casa para no destrozar la moqueta. Me maquille con un poco de colorete, mascara de pestanas y pintalabios, a pesar de que era consciente de que aquellos pequenos rastros de color no pasarian desapercibidos bajo el ojo de halcon de nuestra Adeline. Baje las escaleras hasta el primer piso con las botas en la mano y me dirigi hacia la cocina. Saldria por la puerta trasera y rodearia la casa hasta llegar al establo. Oia la voz de mama hablando por telefono, tal vez con su hermana o con Charlotte. Eso era perfecto. Nunca conversaban menos durante menos de media hora, para desesperacion de mi hermana Charlie. Una de las cosas buenas de haberme instalado en Bracknell con mi ordenador portatil era que no tenia que atender las intensas llamadas telefonicas de mi madre. La escuchaba en vivo y en directo a diario. Sali de la casa por primera vez en aquel dia. Me puse las botas mientras apreciaba el sonido de los primeros guijarros y el olor de las rosas a las que mi madre se dedicaba todas las mananas en cuerpo y alma. Camine unos tres minutos hasta llegar al establo, por el camino que conectaba con la casa. Respire hondo, porque siempre que lo veia me quedaba practicamente sin respiracion; y todo apuntaba a que Oliver Owen estaria con Rex en el interior. Llame a la puerta. --!Adelante! Entre. Entendi enseguida que no hubiese hecho falta ningun blush de Dior en mis mejillas, pues el calor subito que me invadia al encontrarme delante de Oliver no faltaba jamas a la cita. Ahi estaba, una y otra vez, y alli estaba yo de nuevo en el establo, a falta de citas reales con el chico por el que suspiraba desde hacia cinco meses. La razon por la que habia vuelto a vivir con mis padres no era otra, por supuesto. Queria estar cerca de el. Queria destruir aquella extrana verja intangible que nos separaba y estrellarme de una vez por todas contra sus labios. Eso es lo que queria. Por eso no estaba en Londres. CAPITULO 2 OLIVER --?Sabes que no es necesario que llames a la puerta, no? --le pregunte a Lizzy. Se lo habia dicho decenas de veces, pero ella seguia haciendolo, a pesar de que tecnicamente estaba en su propia casa. Observe el vestido de color azul oscuro, estampado con pequenas flores amarillas, que a duras penas le llegaba hasta las rodillas. La hija mayor de Caleb Alcott me dejaba sin aliento cada vez que venia al establo a visitar a su caballo, Truman. A esas alturas ya me debia de haber acostumbrado a su intermitente presencia, pero me habia descolocado por completo que una chica moderna y urbanita como ella decidiese de repente dejar Londres y regresar a casa de sus padres. Tal vez no debia sorprenderme tanto, teniendo en cuenta que aquella familia era inmensamente rica. Mi padre habia trabajado en la casa como mayordomo durante la mitad de su vida y yo me repetia, todas las mananas, que en cuanto terminase de una vez mis estudios de veterinaria me largaria de Bracknell y los Alcott no volverian a saber de mi jamas. Ese pensamiento podria parecer amargo y resentido, pero nacia de algo evidente que en aquel momento se manifestaba en la puerta del establo: nunca sucederia nada entre Lizzy y yo. Sencillamente, porque perteneciamos a mundos distintos. Los de su clase no se mezclaban con los de la mia mas si no era con una relacion laboral mediante. Era asi, y mi razon obligaba a mi corazon a asimilarlo de una vez por todas. Todos los dias. O al menos lo intentaba. Aunque mentiria si dijera que su amabilidad y su sonrisa no me ofrecian un resquicio de esperanza. Ojala las cosas fueran como cuando eramos ninos y jugabamos sin preocuparnos del lugar opuesto que nos habia reservado la vida. --Prefiero llamar --contesto--. Por si estas haciendo algo que no me incumba. Sonrio y se paso la mano por su media melena rubia. Despues se cruzo de brazos y se apoyo en el marco del porton de madera. Aquel gesto tan poco calculado --o no, quien sabe-- revelo la forma redondeada de sus pechos, pequenos y blancos. No tenia la menor idea de vestidos pero si habia notado que Lizzy los llevaba mucho mas a menudo, y no tenia ningun reparo en combinarlos con botas de montar. Aquello era algo que me encantaba. --?Y que iba a estar haciendo, Lizzy? --le pregunte, a pesar de que se me ocurrian varias cosas. Las hijas de Caleb me habian prohibido terminantemente que las tratase de "usted"; cosa que hice en el pasado en un par de ocasiones, cuando llegue a la casa, a pesar de que sonaba completamente ridiculo. Nos conociamos desde ninos, aunque yo era unos cuatro anos mayor que Lizzy. Se acerco para acariciar a Rex.

  • Azabache (Cienfuegos 3) de Alberto Vazquez-figueroa

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    Tercera entrega de la saga <>.

  • El Arte de no Decir la Verdad de Adam Soboczynski

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    A lo largo de treinta y tres historias ejemplares, Adam Soboczynski demuestra que el arte del fingimiento, que jugaba un papel esencial en la vida cortesana, experimenta un nuevo auge en la era capitalista. En esta vida, que define como un campo minado en el que el amor es el mas bello de los enganos, no hay que ser autentico, sino fingir para parecerlo. No en vano salpican el texto las citas de ilustres moralistas como Gracian, La Rochefoucauld o Baltasar de Castiglione. Un tipo casado que liga en una fiesta, un empleado que se busca la ruina por responder impulsivamente a un correo electronico, un escritor fracasado, una joven historiadora del arte que pasa un fin de semana en una isla remota, un peluquero que celebra entre amigos la inauguracion de su nuevo negocio o una maquetista de una revista de moda con problemas con los hombres son solo algunos de los personajes que ilustran un autentico catalogo de situaciones que podriamos protagonizar cualquiera de nosotros. Hilarante, ameno y agudo, pero a la vez profundo, brillante y provocativo, corresponde al lector decidir si se toma este texto inclasificable como un retrato critico de nuestra sociedad o como un peculiar manual de instrucciones para triunfar en ella. <>. TOBIAS BECKER, Der Spiegel.

  • La balada de Tom el Negro de Victor Lavalle

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    Los que se mudan a Nueva York siempre cometen el mismo error: no son capaces de verla. Es lo que sucede con Manhattan, aunque tambien con los barrios de la periferia, ya sean Flushing Meadows en Queens o Red Hook en Brooklyn. Llegan buscando magia, del tipo que sea, y no hay nada que los convenza de que no existe. No obstante, no es algo necesariamente malo. Algunos neoyorquinos habian aprendido a ganarse la vida gracias a este error de juicio. Charles Thomas Tester era uno de ellos. La manana que nos incumbe dio comienzo con la salida de Charles de su piso en Harlem. Lo habian contratado para realizar una entrega en una casa de Queens. Charles compartia vivienda con su padre enfermo, Otis, un hombre que llevaba en proceso de abandonar este mundo desde el fallecimiento de su esposa tras veintiun anos de matrimonio. Habian tenido un unico hijo, Charles Thomas, y aunque ya tenia veinte anos, la edad indicada para independizarse, representaba el papel de hijo responsable. Charles trabajaba para cuidar de su padre moribundo. Trapicheaba para proporcionarle comida, techo y un dinerito extra para apostar de vez en cuando a un numero. Sabe Dios que no ganaba para mucho mas. Salio de casa algo despues de las ocho de la manana, vestido con su traje de franela gris; los pantalones estaban impolutos pero gastados, y las mangas eran visiblemente cortas. Buena tela, aunque deshilachada. El conjunto otorgaba a Charles un aspecto concreto: el de un caballero sin la cuenta corriente de un caballero. Escogio los zapatos de cuero calado marrones con las puntas rozadas y el gorro con orejeras marron chocolate, en vez del sombrero de fieltro. La visera del gorro evidenciaba tanto su edad como su uso, cosa que tambien era buena para sus trapicheos. Por ultimo, se llevo la funda de la guitarra, esencial para completar el disfraz. La guitarra la dejo en casa con su padre postrado en cama. Lo que transportaba dentro de la funda era un libro amarillo, no mucho mayor que una baraja. Cuando Charles Thomas Tester salio del piso sito en la calle 144 Oeste, oyo a su padre rasguear las cuerdas en el dormitorio de atras. El anciano podia pasarse la mitad del dia tocando el instrumento mientras cantaba al ritmo de la radio que tenia al lado de la cama. Charles esperaba llegar a casa antes del mediodia con la funda de la guitarra vacia y la cartera llena. Pagina 7 --Who's that writing? --canto su padre con voz ronca pero, precisamente por ello, encantadora--. I said who's that writing? Antes de marcharse, Charles le respondio con la ultima linea del estribillo: --John the Revelator. Se avergonzaba de su voz, nada melodiosa, al menos si se comparaba con la de su padre. En el piso, a Charles Thomas Tester lo llamaban Charles, pero en la calle todos lo conocian como Tommy. Tommy Tester, siempre con su funda de guitarra. No era porque aspirara a ser musico; de hecho, apenas era capaz de recordar un punado de canciones, y su voz bien podria describirse, siendo amable, como temblorosa. Su padre, que se habia ganado la vida como paleta, y su madre, que se dedicaba al servicio domestico, adoraban la musica. El tocaba la guitarra y ella tenia un don para el piano. Aunque lo mas natural habria sido que Tommy Tester acabara dedicandose al espectaculo, la pega era que le faltaba talento. Se consideraba un actor. Otros dirian que era un timador, un estafador, un defraudador, por mucho que el no lo viera de ese modo. Ningun embaucador que se precie se veria asi. Lo cierto es que, con la ropa que habia elegido, tenia todo el aspecto de un deslumbrante musico vagabundo. Era de esos hombres que llamaban la atencion, y eso le gustaba. Se dirigio a la estacion de ferrocarril como si fuera de camino a tocar en una fiesta privada con Willie <> Smith. Y, efectivamente, Tommy una vez toco con la banda de Willie, salvo que, tras una unica cancion, Willie lo habia echado. Aun asi, el llevaba aquella funda de guitarra como si fuera un orgulloso hombre de negocios que cargara con su maletin al trabajo. Las calles de Harlem se habian sumido en el caos en 1924, cuando los negros empezaron a llegar de las Indias Occidentales y meridionales. Una parte de la ciudad ya abarrotada de por si se encontro con que tenia que alojar a mas gente aun. A Tommy Tester le parecia muy bien. Pasear por Harlem a primera hora de la manana era como convertirse en una gota de sangre dentro de un cuerpo enorme que se desperezaba. Ladrillos y argamasa, las vias elevadas del tren y kilometros de tuberias subterraneas; la ciudad estaba viva. Dia y noche, medraba. Tommy ocupaba mas espacio que la mayoria por culpa de su funda. En la entrada de la calle 143 tuvo que levantarla por encima de la cabeza para subir las escaleras que daban a las vias elevadas. El librito amarillo del interior daba tumbos, aunque no pesaba demasiado. Fue en tren hasta la calle 57 y alli hizo transbordo para coger la linea Corona de la BMT hasta la avenida Pagina 8 Roosevelt. Era la segunda vez que se desplazaba a Queens; la primera habia sido cuando acepto el trabajo especial que estaba a punto de cerrar. Cuanto mas se adentraba Tommy Tester en Queens, mas destacaba. En Flushing vivian muchos menos negros que en Harlem. Tommy se calo un poco mas el gorro. El conductor entro dos veces en su vagon y ambas se detuvo para hablar con el. Una vez le pregunto si era musico y acompano la pregunta con un golpecito en la funda de la guitarra, como si fuera suya, y en la segunda ocasion le pregunto si se habia saltado su parada. Los demas pasajeros fingieron desinteres, aunque Tommy los veia pendientes de sus respuestas, que el procuro no complicar: <> y <>. Hacerse invisible, camuflarse, obedecer: eran trucos utiles para un hombre de piel negra en un barrio blanco. Tecnicas de supervivencia. En la ultima parada, Main Street, Tommy Tester salio con todos los demas --en su mayoria inmigrantes irlandeses y alemanes -- y bajo al nivel de la calle. Desde alli le quedaba un largo paseo. Durante todo el camino, se maravillo de la amplitud de las calles y de las casitas adosadas. Aunque el barrio habia crecido y se habia modernizado mucho desde sus primeros tiempos, en los que no habia mas que granjas holandesas y britanicas, para un chaval como Tommy, criado en Harlem, todo aquello era rustico, un desconcertante campo al aire libre. Los brazos abiertos del mundo natural le preocupaban tanto como los blancos, puesto que ambas cosas eran un misterio para el. Cuando se cruzaba con algun blanco por la calle mantenia la vista clavada en el suelo y los hombros caidos. Los hombres de Harlem eran famosos por sus andares, por sus zancadas de leon, pero alli los oculto. Asi no lo detenian, por mucho que no dejaran de observarlo. Su disfraz y el arrastrar de pies funcionaban. Por fin, tras muchas manzanas de casas adosadas recien construidas, Tommy Tester llego a su destino. Se trataba de una vivienda privada, pequena y casi perdida en una arboleda, ya que el resto de la manzana la ocupaba una funeraria. Aquel lugar crecia como un tumor en la casa de los muertos. Tommy Tester se metio en el camino de entrada y ni siquiera tuvo que llamar: antes de subir los escalones, la puerta principal se entreabrio. Una mujer alta y delgada ocupaba el umbral, medio oculta entre las sombras. Ma Att. Ese era el nombre que le habia dado, el unico al que ella respondia. Lo habia contratado de aquel mismo modo: en el umbral, a traves de una puerta entreabierta. Hasta Harlem habia llegado el rumor de que la mujer necesitaba ayuda, y el era el tipo de hombre que le podia proporcionar lo que buscaba. Citado en su puerta para recibir un encargo sin que lo invitaran a entrar. Lo mismo sucederia en aquel momento. Pagina 9 El lo entendia o, al menos, intuia la razon: ?que iban a pensar los vecinos si la mujer dejaba que los negros entraran tranquilamente en su casa?

  • Bailando Descalzos de Zoe Chant

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    Un padre soltero + la maestra de su hija = un amor tan inexplicable como innegable.

  • La nave eterna de Francesca Haig

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    Hace cuatrocientos anos, una explosion nuclear asolo la Tierra. Ahora, la lluvia radiactiva ha cesado y la civilizacion humana se recupera, pero por alguna desconocida razon todos los alumbramientos son de gemelos. En cada uno nace un alfa, fisicamente perfecto, y un omega, marcado con alguna deformidad.

  • Mi Regalo de Elle Razzamaglia

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    Giulia, es la unica hija de un obrero y de una ama de casa, acostumbrada a usar la violencia para imponerse y a no demostrar el afecto, ya que para ella solo demuestra debilidad e inseguridad.
    Matthew, es el tercero de cuatro hijos, de una mujer que, en la vida, tuvo pocas posibilidades de elegir su destino y de un rico emprendedor, que ama controlar todo y todos, inclusos sus hijos, usando su propia posicion.
    Matthew y Giulia pasaran del rencor a la amistad y al darse cuenta que se necesitan el uno a la otra. Pero no nace el amor, por lo menos, no para ella.
    ?Matthew se hizo un regalo, forzando a Giulia a estar con el o ella lo complace solo por la mejor vida que el le puede ofrecer, impidiendole de seguir viviendo en ese infierno?
    Pasar del fundo del pozo a las estrellas es muy facil y devolverse, es una cosa que pocos estan dispuestos a hacer. Especialmente para una persona que vivio siempre entre sacrificios y renuncias, y que se dio cuenta de cuanto el dinero pueda simplificar las cosas.

  • Cuervo Judio de Katy Molina

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    En mitad de la inmensa llanura se levantaba imponente una cortina de humo espeso. En ella se reflejaban las caras de horror y los gritos agonicos de millones de judios que se despedian de la vida sin mas remedio.

  • Absolutamente unica de Elena Garcia

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    Vanessa es una chica albina que sufre bullying en la universidad debido a su trastorno genetico. Aunque su mente es brillante, se ha visto obligada a cambiar de centro en varias ocasiones debido al acoso constante que recibe por parte de sus companeros.

  • Donde enterre a Fabiana Orquera de Cristian Perfumo

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    Verano de 1983:
    En una casa de campo en la Patagonia, a quince kilometros del vecino mas proximo, un prestigioso politico despierta en el suelo. No tiene un solo rasguno, pero su pecho esta empapado en sangre y junto a el hay un cuchillo. Lo ultimo que recuerda es que viajo hasta alli para pasar un fin de semana con Fabiana Orquera, su amante. No se imagina que ya nadie volvera a verla. Ni viva, ni muerta.
    Treinta anos despues:
    Nahuel, un periodista sin pelos en la lengua, ha pasado casi todos los veranos de su vida en esa misma casa. Cuando encuentra alli una vieja carta que plantea una serie de enigmas para llegar a la verdad sobre la desaparicion de Fabiana Orquera, Nahuel sabe que tiene en sus manos la historia del ano. Sin embargo, al descifrar el primer acertijo recibira un golpe muy bajo que solo da lugar a una interpretacion posible. Hay alguien dispuesto a impedirle a toda costa que responda la pregunta que lleva treinta anos flotando en el aire frio de aquella inhospita parte del mundo.
    ?Que paso con Fabiana Orquera?

  • Nosotros en la Luna de Alice Kellen

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    Tras el exito de Deja que ocurra vuelve Alice Kellen con una novela que te enamorara

  • Nunca se sabe de Alberto Medina Moya

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    Si habia algo que le apasionaba, era asustar a la gente. En el momento y en la forma que fuera. Un buen susto le resultaba algo simplemente desternillante. Comenzo poniendo cara de psicopata con cuchillo al aparecer por detras de alguien que estuviera sentado tranquilamente en un parque. La pobre victima salia disparada del banco mientras el se revolcaba en el suelo de la risa. En otras ocasiones esperaba en el aparcamiento de un centro comercial a que llegara algun cliente, y cuando lo tenia identificado empezaba a seguirlo a unos metros de distancia. Al rato, en la zona de congelados, por ejemplo, se acercaba a el y le preguntaba si tenia un coche modelo tal matricula tal. Tras la respuesta afirmativa, le decia que se lo estaba llevando la grua. El desgraciado ponia esa maravillosa cara de horror, y salia pitando mientras el se aguantaba la risa hasta que no podia mas. El susto era su alimento, su vicio, su droga. Otra de sus jugarretas consistia en entrar en una tienda con un pasamontanas y una pistola, apuntar al dependiente durante unos segundos y dispararle finalmente un chorrito de agua. Ver aquellas expresiones de puro acojonamiento le suministraba un chute de endorfinas insuperable. Con frecuencia llegaba a dolerle la mandibula de tanto reir. A medida que transcurrian los anos fue perfeccionando su habilidad para asustar al projimo. Pero el susto supremo, el mas terrorifico, fue el que se llevo el albanil que encontro su esqueleto sentado en el sofa del salon, dos anos despues de su muerte. DETECTIVE Lo ha pensado, y se lo ha imaginado mas de una vez, y de dos, y de tres. A el desnudandola, comiendole la boca, los pezones, embistiendola una y otra vez, y las hormonas se le alborotan hasta inundarla del gozo que ahora siente al ver ese deseo abrasador hecho realidad. Quien se lo iba a decir hace tres semanas, cuando fue a solicitar sus servicios como detective. En la primera impresion le parecio atractivo, pero ni de lejos podia imaginar que poco tiempo despues iba a ser penetrada por el, ignorando la rabia que le producia sospechar que su marido la enganaba desde hacia semanas. No podia soportar esa aniquiladora incertidumbre; necesitaba saber la verdad y aquel atractivo hombre le prometio que se la proporcionaria. Desde que el la vio entrar por la puerta supo que haria lo que fuera por ella, y de momento parece que no lo esta haciendo mal, a juzgar por los alaridos de placer que salen de su garganta mientras la posee vigorosamente, haciendola suya y olvidando las muchas horas que paso siendo la sombra de ese marido del que nunca encontro el menor indicio de engano. Hubiera querido no tener que mentir a la mujer que le tiene loco, pero el deseo ha podido mas que la verdad y ya nada importa. Ahi estan los dos cautivados por el roce de sus pieles, los besos, los mordiscos, gozando ajenos a todo, incluso al intenso dolor que atraviesa a un marido que los observa desde la puerta. PREMIO Subia las escaleras maldiciendo aquel antiguo edificio sin ascensor en el que vivia la vieja. No es que la visitara muy a menudo, pero las pocas veces en que lo hacia, siempre en fechas senaladas, ya le parecian demasiadas. Vivia en la sexta planta, la ultima, y cuando llegaba a la puerta estaba a punto de infarto. <>, pensaba mientras subia el ultimo tramo de escaleras. Cuando por fin llego a la puerta espero unos segundos hasta recuperar el aliento antes de abrir. Al entrar vio el salon vacio con la tele encendida. Miro en el dormitorio y, para su sorpresa, la encontro tirada en el suelo, inconsciente, al lado de la cama. Le palmeo las mejillas y la zarandeo un poco, pero no respondia. La ausencia de pulso confirmo sus esperanzas. Estaba frita. <>, penso con indiferencia. Miro la mesita de noche, repleta de medicamentos y estampitas de virgenes y santos. Tambien habia un decimo de loteria. Saco el movil, comprobo el numero y se quedo a cuadros cuando vio que tenia el primer premio del sorteo de la ONCE. Treinta y cinco mil euros. Noto como se acaloraba y salio al balcon para tomar un poco el aire, pero un golpe de viento le arranco el decimo de las manos ante su desesperacion. Como alma que lleva el diablo se lanzo hacia las escaleras. Al salir del portal lo vio a unos quince metros, en medio de la calzada, y corrio hasta atraparlo para descubrir que no era mas que un papelucho. Miro hacia atras, hacia delante, busco, anduvo, pregunto, y termino aplastado por la cruel realidad: lo habia perdido. Subio de nuevo a la casa arrastrando su abatimiento y se dejo caer en el sofa aturdido, sin poder creerse como habia podido pasarle algo asi. Aquel dinero era su salvacion. Al rato se levanto y se dirigio al dormitorio. Al ver a la anciana noto algo raro. Se acerco a ella, y al mirarla observo con sorpresa que habia una pequena sonrisa dibujada en su cara. CARNAVAL Aquella hermosa manana volvia de la cabalgata de carnaval cuando me cruce con Yolanda, un amor que tuve anos atras. La sonrisa que me regalo fue una ventana que se abria a la primavera. Por un instante volvimos a ser aquella pareja que respiraba alegria por cada poro de la piel y de la que hablaban todas las canciones y poesias de amor. Fuimos de nuevo aquella naranja entera que rodaba triunfante por la vida. Todo volvio a ser como siempre debio ser, antes de los errores, de la niebla, del infinito dolor que nos separo arrancandonos el alma. Aquella sonrisa que una vez fue la mayor de mis pasiones me acaricio con una dulzura que no he vuelto a encontrar. Al verla marchar me invadio la tristeza. No habia sido capaz de quitarme el disfraz de Bob Esponja. TRAMPAS La manana del dia de Navidad no habia quien consolara a los ninos. Ninguno habia recibido su regalo. En un paisaje nevado del norte, tampoco habia quien consolara a Papa Noel. Todos sus renos estaban muertos. Habian sido envenenados. En un lugar de Oriente, tres Reyes Magos brindaban euforicos. Aquel ano iban a arrasar. REFUGIO Primero me cruce con un hombre cejijunto que murmuraba algo inaudible, luego con una muchacha sonriente que me pregunto varias veces si queria ver su mariposa. El auxiliar la aparto suavemente y siguio conduciendome a mi habitacion. Estaba al final del pasillo. --Para entrar tienes que pedirnos las llaves, ?vale? Asenti mientras observaba el interior. Una cama, una mesita con silla y el bano. Era suficiente. Cuando se marcho me tumbe boca arriba en la cama, cerre los ojos y respire profundamente tratando de alejar las imagenes que invadian mi cabeza: la mirada celosa y enferma de mi marido, los golpes de mi cuerpo contra la pared, los gritos, las bofetadas, la angustiosa espera del sonido de sus llaves hurgando en la cerradura… Pero lo habia conseguido. Fingiendome loca, en aquel hospital psiquiatrico estaria a salvo de la locura en que se habia convertido mi vida. POR LAS MALAS El corazon le brincaba en el pecho. Todo habia salido como esperaba. Ya solo tenia la carretera por delante y la alegria de ver cumplido su objetivo. En medio de la euforia le vino a la mente la cara aterrada de la chica al ver el machete, y le parecio oler de nuevo el embriagante perfume que percibio al agarrarla para ponerle el arma en la garganta. Tambien recordo el rostro tenso del quinceanero, y el sollozo de la cria de pocos anos que acompanaba a su madre. Era lo unico que rompia el tenso silencio en que transcurrio todo. Afortunadamente nadie quiso darselas de heroe cuando grito: <>. Un minuto mas tarde salia de la farmacia con un brazo por encima del hombro de la chica y el otro ocultando el machete, obligandola a montar en el coche y conducir. Recordo el remordimiento que sintio al ver lagrimas rodando por su cara. --No te voy a hacer nada --le dijo con pesar. Hasta llego a decirle que lo sentia antes de parar el coche y decirle que se bajara, como tenia previsto. La dejo al lado de un gran parque, en las afueras de la ciudad. Ahora todo habia terminado. En la carretera empezaba a oscurecer. Se juro que esa era la ultima vez; ya estaba cansado. Tenia que enfrentarse a su maldita timidez. En el asiento de al lado llevaba el botin: una bolsa con varias cajas de preservativos.

  • Pon tus manos sobre mi, Mina Vera de Mina Vera

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    Sofia y Paula, amigas del alma desde la adolescencia, no pueden creer que la vida se lo este poniendo tan dificil. Paula, alta y exuberante, parece brillar con luz propia en la fruteria en la que trabaja y conquista a sus clientes con su vibrante personalidad, pero no ha vuelto a encontrar un hombre que valga la pena despues de su fracaso matrimonial cuando aun era muy joven. Para la bella y menuda Sofia es aun mas complicado: madre soltera, haciendo malabares para llegar a fin de mes y sacar a su hijo adelante, limpia casas y acepta cada vez mas trabajos extra, como ayudar a Paula en la fruteria. Los hombres de sus vidas deben estar ahi fuera, en algun sitio, piensan, pero estan demasiado ocupadas sobreviviendo como para detenerse a considerarlo.

  • La conquista de Mexico de Ivan Velez

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    En el V Centenario de la llegada de Cortes a Mexico es imprescindible volver sobre aquellos hechos que las cronicas antiguas nos han legado. Lo ocurrido desde 1519 hasta la caida del Imperio mexica constituye el primer avance continental hispano en el Nuevo Mundo. Estos acontecimientos se han prestado a diversas mitificaciones que presentan a los espanoles como una suerte de superhombres de relucientes corazas, pero tambien como a una banda depredadora que acabo con un mundo arcadico. Ivan Velez, con gran agudeza y sentido critico, analiza los complejos aspectos belicos, juridicos, economicos y religiosos que acompanaron a la conquista, pero tambien al orden politico que la sucedio. Una historia cruda, emocionante y extraordinaria sobre una las mas grandes aventuras que el mundo ha visto.

  • En el oscuro bosque de Sandara de Yaiza Castro

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    Los habitantes del remoto valle de Sandara sufren, desde hace decadas, extranos ataques de un ser al que ellos llaman la Bestia. La llegada de un joven detective ingles, Alan Wood, al valle para investigar dichos actos, despierta los recelos entre sus habitantes, habituados a esconder secretos demasiado oscuros. Las agresiones, sumadas a la desaparicion de una joven, hacen que el detective se involucre por completo en un misterio que tiene mas aristas de lo que parece en un principio. Los pactos de silencio y los mas terribles secretos hasta ahora escondidos con celo empezaran a desvelarse, asi como la imponente presencia de una chica a la que todas recuerdan pero nadie nombra, por miedo, o… para protegerla.

  • Opus 77 de Alexis Ragougneau

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    Pero los minutos de silencio, como bien saben ustedes, nunca duran sesenta segundos enteros, ni siquiera en el recogimiento de una basilica ginebrina un dia de funeral. La impaciencia no tarda en despuntar, por mucho que el grueso de los asistentes sean musicos de la OSR que, por definicion, respetan el tempo que les impone su director. Esta vez, Claessens no esta en el podio. Esta tumbado en el ataud, delante del altar, bajo la afanosa mirada de un cura imbuido de su mision. Ensalzar al artista. Dejar caer un par de palabras sobre una posible inspiracion divina; nunca se sabe, tampoco cuesta nada y, al difunto, un poco de proselitismo dano no le va a hacer. Y lo que es su hija, sentada al piano unos metros mas alla, seguramente no dira nada, de lo ensimismada que parece. Por encima del teclado, anidada en la piedra, hay una Virgen con el Nino. En su rostro, vuelto hacia la vidriera, se queda prendida la luz del dia. Jesus, un angelote mofletudo de pelo rizado, me mira fijamente con sus ojos de alabastro. No hay forma de saber lo que esta pensando; debajo de la Madre y el Hijo, con el vestido de seda negro demasiado escotado para la ocasion y la melena cobriza colgando sobre las teclas de marfil, debo de quedar fatal, como una autentica Maria Magdalena. He venido a tocar una pieza en el entierro de mi padre. No se me ha ocurrido nada mejor para ponerme que el primer vestido de concierto que he encontrado en el fondo de un armario. Alli, en la segunda fila, hay alguien sorbiendo por la nariz y llorando que empieza a sacarme de quicio. Me siento rarisima, casi extranjera, como si estuviera dando un concierto al otro lado del mundo, en Sidney o en Tokio, aun atontada por el desfase horario. Esta manana temprano, cuando la iglesia aun estaba vacia de espectadores, vino un afinador para poner a punto el Bosendorfer (o, al menos, eso me ha asegurado el sacerdote). Me hubiese gustado cruzar unas palabras con el, charlar de ajustes y de mecanica (me encanta hablar con los artifices de instrumentos, tecnicos, afinadores...). No pude: me estaban esperando en el tanatorio. Que arrugado estaba Claessens. Que viejo, metido en el ataud. Ya era una momia. Como si todos los esfuerzos que se habia consentido para preservar la juventud, las cremas, los implantes capilares y el bisturi se hubiesen quedado en nada por la muerte y la enfermedad. Justo antes de que cerraran el feretro, meti dentro la batuta, pensando que se quedaria mas tranquilo teniendola, para poder marcar el compas alla donde va, a dos metros bajo tierra y a ningun otro lugar. En la nave, los musicos de la orquesta se han sentado espontaneamente en formacion de concierto. <>, asi los llamaba Claessens: <>. No lo olvido, papa. Noche tras noche, cuando tengo que tocar un concierto de Rajmaninov, de Beethoven o de Mozart, jamas lo olvido. La cuerda en las primeras filas. Violines a la izquierda y violas en el centro; a la derecha, los de mayor cilindrada, violonchelos y contrabajos. Mas alla, la <>, clarinetes y fagots, flautas y oboes, trompas, trompetas, trombones y tubas. Y por ultimo, al fondo del todo, los que pasan inadvertidos o casi, los percusionistas, que son mi picoteo favorito para despues del concierto y los autografos, para despues de los actos mundanos, en Nueva York, Milan o Berlin, cuando llega la hora de volver al hotel. Entre los lobos que aullan siempre escojo al mas sumiso, al mas insignificante, y lo invito a tomar la ultima, para que los machos alfa se vuelvan locos, de celos y de ira. Aqui, en esta basilica, veo que varios musicos de la Orquesta de la Suisse Romande, sobre quienes reinaba mi padre, se han puesto el frac de las noches importantes. El minuto de silencio aun no ha concluido, pero ya quieren acelerar el tempo, pasar a la ceremonia religiosa propiamente dicha. Los veo desde el teclado, veo como rebullen en la silla, cruzan y descruzan la piernas; oigo como carraspean, se chascan las articulaciones y se suenan de forma mas o menos discreta (hay que decir que estamos en invierno: fria, fria y humeda Ginebra). No saben que hacer sin un instrumento entre las manos. El silencio les resulta insoportable. Pero antes, todavia les queda escucharme. Anoche me dejaron claro (quien, ya no lo se, un tio con traje oscuro de raya diplomatica, ?el administrador de la OSR, tal vez?) que estaria bien que yo interpretase una obra en la iglesia, en memoria de mi padre. Me pillo desprevenida. Yo, Ariane Claessens, no sabia que tocar. Estos ultimos dias, en el centro de cuidados paliativos, me habia convertido en la espectadora de su muerte inminente. Ni me acordaba de los conciertos. Intentaba alimentarlo con cucharilla, darle de beber, pero siempre se negaba. Me quedaba observando a las auxiliares de enfermeria cambiarle los panales y arreglarle la cama, y una en concreto, tambien pelirroja, pero de mentira, no paraba de decir: <> (cito sus palabras), y yo: <>. Solo que no me movia del rincon. Primero, me van a tener que escuchar, queridos espectadores vestidos de negro. Cuando llegue aqui, tenia pensado tocar Funerailles, de Liszt. Un programa de circunstancia. Y ademas me gusta tocar los pasajes forte, ensanandome con el teclado hasta la extenuacion. Algo para desfogarme con el instrumento en un dia y un ambiente como estos. Pero antes de la ceremonia tuve que recibir los pesames en la escalinata de la iglesia, delante de un punado de periodistas aferrados al paraguas (fuera esta lloviendo a cantaros; fria, fria y lluviosa Ginebra). Estaba predestinada, ?comprenden?, a recibir las sentidas condolencias de la profesion. Yo, la ultima superviviente, o casi; la ultima mohicana o, mas bien, la ultima Claessens. Ariane, un cuarto de siglo bien colmado. Detras del cutis de melocoton y el pelo de fuego, debo de tener por lo menos cien anos. El primer apreton de manos me lo dio un percusionista. Uno de esos tios del fondo, junto al radiador: <>. Este, por muy percusionista que sea, obviamente nunca me ha tocado. La OSR es familia. No te llevas a tu madrina de copas a las dos de la madrugada pasadas, tendria algo de incestuoso; mas tarde les contare el asunto ese del amadrinamiento. Desfilaron todos delante de mi, en la escalinata de Nuestra Senora de Ginebra, a unos cientos de metros de la estacion; todos me dieron un apreton de manos siguiendo, por asi decirlo, el orden protocolario o, mejor aun, siguiendo la formacion de una orquesta sinfonica. Hasta el violin al que mi padre degradara muchos anos antes (de primero a segundo) se acerco con todos los dientes fuera, sin que me quedara muy claro si era para sonreir o para hincarmelos en las carnes. <> Y luego hace ademan de entrar en la basilica, donde el organo se mantiene mudo porque soy yo quien, dentro de un rato, va a aporrear el Bosendorfer a modo de marcha funebre; pero, en el ultimo momento, parece que se lo piensa mejor; ahora solo quedamos fuera el y yo, mientras sigue lloviendo a mas y mejor (fria, fria y siniestra Ginebra), y el segundo violin me susurra al oido, pianissimo : <>. Entonces le digo: <>. Y el dice: <>. Yo me quede imperterrita, que es algo que se me da muy bien, mientras por dentro me inundaban la tristeza y la ira. Entonces supe que no iba a tocar las Funerailles de Liszt, sino una obra mucho mas larga, de cuatro movimientos, sin contar la cadencia del solista. Una composicion para violin y orquesta, cuya transcripcion para piano me sabia de memoria por haberla ensayado mil veces con mi hermano. El Opus 77. Ya ha pasado el minuto de silencio, mas o menos, y me llega el turno de tocar. Me desnudan con la mirada, me clavan en el ataud de madera negra que lleva el marchamo de Bosendorfer. <> Como veran, dicho sea de paso, siempre hay alguien esperandome a la vuelta de la esquina; incluso cuando levanto la tapa de un teclado en el entierro de mi padre, los criticos presentes en la sala tienen que sacar el boligrafo y la libreta. Oigo silbar desde aqui su lengua viperina. <> De todas formas, para esa gente solo soy un fenomeno de feria. Inspiro hondo antes de empezar. Es como zambullirse en las profundidades a pulmon libre. Cierro los parpados y echo la melena hacia atras para darles a todos la oportunidad de verme brevemente el hermoso rostro salpicado de pecas. Mis dedos acarician las teclas (la fa mi la, la bemol sol fa do, si mi do la, sol la fa sostenido re). Tardan cinco segundos en reconocer el opus ruso. <> Si, senoras. Si, senores. Exactamente eso. Yo solita sere una orquesta al servicio del etereo de mi hermano. Ha habido que esperar a que David se quedara en silencio para que yo volviera a tomar la palabra al fin. Les ruego que se comporten con un minimo de dignidad delante de los despojos de mi padre. Creanme si les digo que ser pacientes tiene su recompensa. Ahora, escuchen atentamente, escuchen nuestra historia; la de mi madre, la de mi hermano y la de Ariane Claessens, que toca para ustedes de memoria; esta vez, se lo garantizo, me veran desnuda como el dia en que naci. * * * Uno de mis recuerdos mas lejanos es un recuerdo que no me pertenece. Debo de tener cuatro anos y David, seis. Desde hace dos o tres meses, en cualquier caso, desde que llegamos a Ginebra, todas las mananas mi hermano toquetea el Steinway del salon, despues de comerse el cuenco de cereales y antes de irse al colegio, ante los ojos arrobados de Claessens. Mi madre, por su parte, ya ha empezado a encerrarse en su habitacion en cuanto alguien abre la tapa del instrumento.

  • Blonde de Joyce Carol Oates

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    Marilyn Monroe era puro fuego, sexualidad a flor de piel, romances turbulentos; pero tambien era fragil, una mujer asustada y repleta de inseguridades que buscaba en otros -el Ex Deportista, el Dramaturgo o el Presidente- ese amor que ella misma se negaba. Una artista emblematica cargada de conflictos y temores, de pasiones desatadas; una nina que no dejo de huir hacia delante, y llego a burlar a la propia muerte para convertirse en leyenda.

  • Cronicas de Noche Buena en Nueva York de Abraham Serrano

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    Nueva York se viste con un velo blanco sobre sus parques y de luces multicolores en sus rascacielos y famosas avenidas. La temporada decembrina ha llegado a conquistar a neoyorquinos y turistas, en espera de la Navidad; mientras que la Noche Buena se vuelve la espera de millones de deseos, para otros, es solo una esperanza para cambiar sus vidas. En un calido apartamento de SoHo en Manhattan, Nicholas inicia con entusiasmo su dia, a pesar de tener su corazon herido y una enfermedad que minimiza su calidad de vida; el aguarda una tarjeta navidena con un gran mensaje de esperanza que espera entregar en los primeros minutos de la Navidad al ser que ama; pero Angie, su mejor amiga llegara de sorpresa de Chicago, despues de algunos anos esperando curar heridas que la alejaron de casa. Thomas es un solitario hombre en Harlem, que pretende realizar una locura para terminar con su vida, pero su vecina Madeleine, una madre soltera y su hijo Timothy, le tendran una sorpresa navidena, sin pensar que el destino les tendra un acontecimiento inesperado a ellos. Rebecca, una esposa y madre en un area exclusiva dentro del estado de Nueva York, quien intentara pasar una cena tranquila con sus hijos, ante la inminente y constante sombra de un esposo violento, de quien planea un riesgoso plan junto con Carmen, su empleada domestica.

  • La mujer fuera del cuadro de Nieves Garcia Bautista

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    La extraordinaria historia de una mujer, la del cuadro que la inmortalizo y la de una epoca, la bohemia parisina de finales del siglo XIX, tan bella como extrema en sus contrastes.

  • El error de Clara Ulman de Cristina Higueras

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    Cristina Higueras construye en esta novela un turbador thriller en el que su protagonista transgrede todas las normas para adaptar el mundo a sus principios.

  • Los cielos de carbon, Gonzalo Arjona de Gonzalo Arjona

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  • Me entregue a ti (Por amor 4), Maria Beatobe de Maria Beatobe

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    Volver a encontrarse con Mora hace que Naira se desestabilice y que Gael empiece a desconfiar sobre la relacion que une a su novia con aquel desconocido. Pero eso no afectara a la gran celebracion que Gael le ha preparado a Naira por el primer mes juntos. Sera dificil que ambos la olviden.

  • Nunca me dejes de amar de Kris Buendia

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    ?Quien puede empezar a amar de nuevo cuando lo ha perdido todo?
    Ellie Roth esta atrapada en un amor del pasado y una relacion abusiva en el presente, la decision no es tan dificil de tomar, mas si ese amor del pasado regresa y no precisamente a continuar algo que nunca comenzo. sino a hacerla sufrir mas de lo que ya ha sufrido.

  • Inteligencia emocional en la empresa de Daniel Goleman

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    Inteligencia emocional en la empresa de Daniel Goleman es un volumen de la coleccion <> de Conecta, que reune las ideas esenciales para el profesional y la empresa de hoy por los autores de referencia.

  • Ascension (Sabrina Strong 1) de Lorelei Bell

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    Sin un centavo tras la muerte de su padre, a Sabrina Strong no le entusiasma la idea de trabajar para la Asociacion Norteamericana de Vampiros.

  • Mi querida Espana de Luis Del Val

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    El periodista y escritor Luis del Val hace un recorrido costumbrista de Espana con las peculiaridades, usos y practicas de sus habitantes [?]a veces contradictorias, a veces exageradas[?], que caracteriza la personalidad de nuestro pais.

  • TRAPOS SUCIOS (Dive Bar de Kylie Scott

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    Darte cuenta el dia de tu boda de que tu novio es gay puede ser muy duro. y huir y acabar escondiendote en la banera de la casa de un desconocido puede tener consecuencias imprevisibles.
    Vaughan Hewson vuelve al que fue su hogar cuando era nino y, al hacerlo, se topa con una novia metida en la ducha a quien segun parece acaban de romperle el corazon. Menudo hallazgo: es lo ultimo que esperaba encontrarse.
    Lydia Green no sabe si quemar la iglesia donde estaba a punto de casarse o quedarse llorando en un rincon. Y es que descubrir el dia de tu boda que el amor de tu vida esta teniendo una aventura no es poco. Y es peor aun cuando te enteras de que la esta teniendo con el padrino de tu boda. ?Como ha podido suceder algo asi? Ella siempre habia imaginado que se casaria con un hombre de negocios maravilloso y perfecto. !Y menudo fiasco! Vaughan, ex musico convertido ahora en barman, le parece todo menos delicado: mas bien es alguien rudo e inestable. Sin embargo, ?por que no intentarlo de nuevo con alguien totalmente distinto?

  • Cuarta Generacion de Isaac Asimov

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    El gusto por la paradoja, un acido humor que arranca de sus raices chestertonianas, la lucidez y un fondo critico que contrasta con el esquematismo --que no es mas que una prueba de conservadurismo intelectual--

  • Los que corren contra el viento de Maria Correa Luna

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    Un hombre que lo tiene todo, una mujer que se sabe capaz de todo corren contra el viento.?Que es eso a lo que se enfrentan?Un viento quiere arrasarlos, impedirles avanzar hacia lo que buscan: el pasado los desafia, un misterio de ese pasado que se extiende sobre ellosy sobre el mundo.

  • Perder el tiempo de Alejandro Mesa Villajos

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    Escrito de forma intempestiva en menos de tres semanas durante el otono de 2015, Perder el tiempo es un relato que trata sobre el momento en el que tres vidas se cruzan y del mundo que surge de su interseccion. De forma constante sobrevuela la pregunta sobre que es lo que permanece, que es lo que queda: y la unica conclusion posible es que son los instantes de choque, de convergencia y de puesta en comun los que se acercan a la solidez esperada de una vida que, por otra parte, nunca sera la misma que fue ayer.

  • Un angel vestido de escarlata de Paulina Maggi

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    Un angel vestido de escarlata narra la historia de superacion de una mujer que se creia una cascara vacia.

  • La tumba de Eva Goth de David Orange S

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    Billy, Hunter y Jules han crecido escuchando la terrorifica leyenda de que a Eva Goth, una joven de su barrio, la enterraron con vida cuando tan solo tenia dieciseis anos, precisamente los mismos anos que ellos tienen ahora. Cuentan, ademas, que se llevo con ella un gran secreto a la tumba y que ese secreto, tal vez, podria conducir hasta el mas grande de los tesoros.

  • La mujer del Coronel de Rosa Liksom

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    Me habia inscrito en el campamento de verano de la organizacion femenina Lotta Svard. Tome el autocar hacia Kittila y luego me interne con mis bartulos en el bosque; camine hacia una landa entre un lago y el remanso encharcado de un rio. Alli estaban ya las otras ninas y mujeres, ocupadas montando las tiendas, y me uni a ellas. Al sur del campamento habia una laguna que el musgo invadia a gran velocidad y al norte, un hermoso lago virgen de aguas placidas y limpidas cuya orilla vecina bordeaba una playa de arena. Vagar por el bosque era para mi bastante natural. Papa habia quedado fascinado por el ideal escultista en Alemania, a su regreso introdujo la practica en la ciudad de Rovaniemi y me incorporo a las exploradoras a mis siete primaveras. En las lobeznas aprendi que una persona de bien es digna de confianza, servicial, educada, obediente, responsable, trabajadora, valiente y patriota. Bajo esos hermosos principios nos peleabamos, nos atormentabamos unas a otras, acosabamos a las mas pequenas y aprendiamos a vivir. Yo era una exploradora entusiasta y tuve la oportunidad de pasar varios veranos de campamento en Alemania, al mismo tiempo que aprendia el idioma. Juuden raus! Que hermoso sonaba entonces en mis oidos y que mal suena hoy. Mis hermanas y yo eramos pequenas lotta diez anos antes de que se fundara oficialmente la seccion juvenil de esta organizacion. Nuestra familia era un pilar de la guardia blanca y un ejemplo para todos los finlandeses. Con las pequenas lotta aprendi a poner la mesa y a tejer tapetes de ganchillo. Despues de la Guerra de Liberacion, asi llamabamos a la guerra civil, recogiamos trozos de huesos para fabricar jabon y raices de dientes de leon para hacer cafe. Yo reuni tambien tantas pinas que recibi una insignia en forma de estrella en la pechera de mi pequeno uniforme. He conservado todos los trajes, aunque tras el armisticio se dio la orden de destruirlos. No los hice desaparecer, los deposite en el fondo del arcon del ajuar que ahora esta alli, en un rincon de la habitacion. La general de nuestro campamento en Kittila era la deana. Era atenta, despierta, meticulosa y precisa, siempre defendia la vida ante la muerte y, en ese sentido, era pacifista. Nos enseno como preparar un buen cafe, como alimentar a un millar de hombres a la vez, como tratar a los heridos, como recaudar fondos para la Guardia Blanca. Aprendi que una mujer ha de ser obediente y trabajadora hasta el sacrificio, y prepararse cuidadosamente para su futuro papel de madre de soldados. Que de la naturaleza masculina es intrinseca una cantidad adecuada de tirania y que el hombre ha de ser moralmente superior a la mujer. Y que el amor es una lucha que para el comienza con el odio y acaba en la victoria moral, y una mujer ha de aprender a aceptar y a amar a pesar de todo a su marido con un afecto inocente y puro. Un dia, en el campamento nos dejaron un rato de libertad. Cada una podia hacer lo que deseara. Una leia la Biblia, otra entonaba himnos, otras jugaban al corre que te pillo. Yo me fui al pantano de turba mas proximo para comprobar si los camemoros ya estaban en flor y como seria la cosecha. Me introduje entre los alisos y al momento senti que el suelo seco bajo mis pies empezaba a hundirse y el mundo se sacudia como si me hubiese sentado en una mecedora. Ante mis ojos se abria una llanura pantanosa de gran belleza. Yo retozaba cual reno brincando de una balsa de musgo de turbera a otra y chillaba como una posesa. Mis saltos removian el agua del pantano y de las profundidades de la tierra ascendian tales olores y emanaciones que tuve que agarrarme a la rama de un deformado pino para no desmayarme. Se arremolinaban en mi cabeza los distintos colores, veia luces y sombras, toda clase de reflejos. Los pinos de troncos marrones susurraban, los abetos de liquenes colgantes bramaban, las rocas resonaban y una bandada de grullas lanzaba gritos en la boveda celeste. Me sentia febril, mi cabeza se habia separado del cuello y reia a carcajadas. Continue avanzando, vadeando descalza el agua y en mis sensibles dedos de los pies notaba las cosquillas del aliento de los hielos eternos del pantano. Pronto estuve empapada hasta la cintura y sumergida en los sedimentos, plantas palustres y cieno. En mi cabello quedaron atrapados toda clase de juncias y de fosiles, pero nada me detenia, y olvide la floracion de los camemoros; me sentia tan libre y tan plena e infinita que dentro de mi fluia la savia y pense que si ahora me venia la muerte, la recibiria con los brazos abiertos. Yo era fuerza sobrenatural y extasis del principio al fin. Zumbaban los escarabajos, coleopteros, mosquitos, simulidos y algun tabano, las ranas croaban invitaciones y las grullas chillaban como si les hubiesen disparado en el estomago. Cerre los ojos y me deje llevar por los sentidos. Mi olfato me conducia al sur, mi tacto hacia el oeste, y cuando al caer la tarde me detuve exhausta y abri los ojos, ya no sabia donde me encontraba. No me inquiete, solo me mire los pies embarrados. Estaban cubiertos de aranazos encarnados, sanguinolentos, rasgados por los afilados bordes de las hojas de las plantas lacustres y picados por las criaturas. Todo mi cuerpo estaba enfangado, negro como un viejo pino quemado en un incendio. Me toque entre las piernas, me ardia, y mi mano rozo una especie de tripa viscosa que colgaba. Me levante la falda y me di cuenta de que era una sanguijuela, que me chupaba sangre en el borde de la vagina. Debia de haber estado succionando durante mucho tiempo, grande y hermosa como era. La separe con cuidado y la arroje al brezal. Estaba completamente rendida, me acoste sobre una balsa de turba y entonces tuve una vision fugaz del mundo tal y como podria ser algun dia. Ese mundo seria al mismo tiempo hombre y mujer, juego y amor, ternura y placer, todos serian buenos unos con otros, todos serian aceptados como son, no habria maldad ni bondad, ni palabras, solo sensaciones. Con esa maravillosa imagen me quede dormida. Estuve flotando en la balsa de turba toda la noche y al despertar la luna menguante habia palidecido y me habia quedado varada a la orilla de un estanque. El agua estaba negra como el carbon y me asome a su profundidad sin fondo y en su superficie brillante vi las luces y sombras de una nube y a mi misma. Vi el rostro sereno de una mujer joven, hermosa, y un mastil plantado del reves. Ondeaba en el el estandarte de Lotta Svard. Me gire y reconoci nuestro campamento un poco mas lejos, en la orilla. Alli dormian todas un sueno calido. Me deslice hasta la fogata, coloque unos lenos entrecruzados, encendi el fuego con una corteza de abedul y prepare un buen puchero de cafe. Cuando el resto despertaron, estaban encantadas de poder sentarse enseguida alrededor de un cafe caliente. Al concluir el campamento, desbordaba de un irrefrenable entusiasmo. Estaba completamente convencida de la filosofia de las lotta y de la actividad de la guardia blanca. Ambas se basaban en el idealismo aleman y en un sentimiento de superioridad, asi como en el odio a los rusos y en la idea de que nuestra mision era unir a todos los pueblos de lengua finlandesa en una Gran Finlandia. La base, sin embargo, era la santa trinidad: hogar, religion, patria. Eso iba bien conmigo. Me fije la tarea de convertir al mundo entero al credo de la Guardia Blanca. No sabia mantener la boca cerrada, ni siquiera a la mesa. Mama se veia en un aprieto conmigo y mis palabras, pues en el fondo ella apoyaba al Partido Joven Finlandes, como papa en su juventud. En la ciudad de Kemi se iba a celebrar una asamblea de la organizacion Lotta Svard y yo me empene en ir. Al principio mama se nego, pero cuando mi hermana Rebekka prometio cuidar de mi, se ablando. Imite a Rebekka y me puse el uniforme y sostuve mi primer discurso en el que dije que la patria representaba un valor ante el cual el sacrificio nunca era en vano. La fiesta culmino en un desfile al que asistieron, ademas de las lotta, apuestos y acicalados guardias blancos de uniforme. La belleza y la armonia de la marcha nos infundio voluntad de lucha y nos animo en una futura guerra contra los rusos. Mi padre, Juho, habia nacido en una de las familias campesinas mas ricas de Kittila y tambien la unica de comerciantes. Fue el primer habitante de su pueblo en convertirse en agronomo. Su padre, Frans, murio antes de que yo naciera, y mi abuela Elve, la madre de mi padre, era una sami de pura raza. Vivio hasta los ciento uno. No procedia de una miserable comunidad de pescadores, sino de un clan de pastores de renos nomadas y, siendo una nina, subia y bajaba las laderas de los cerros montada en un trineo de renos como una princesa. A mediados del invierno, la abuela Elve rociaba leche de reno al sol, pues este traia luz y calor despues de la oscuridad y el frio. El sacerdote de Kittila la llamaba ramera licenciosa y perra poseida por el demonio porque ella no creia en sus sermones graves y simples. Yo era su nina mimada y me ensenaba secretos del viejo mundo. Ida, mi madre, era natural de Helsinki y procedia de una familia aristocrata de lengua sueca. Hiltrud, mi abuela materna, habia sido la prometida secreta del gobernador general Bobrikov, y el padre de mi madre, el abuelo Thomas, era un reconocido empresario que acumulo una fortuna tremenda y luego la perdio. No los recuerdo porque murieron antes de que yo viniera al mundo. No habria sabido nada sobre el colapso de los mercados mundiales y la depresion economica surgida en Nueva York, pero tambien a mi me exploto en plena cara cuando la querida casa de nacimiento de mi padre a las afueras de Kittila acabo bajo el mazo de la ley. El tio Matti habia sido su propietario tras la muerte de los abuelos. Se habia visto obligado a contraer deudas que garantizaba el granjero mas rico del pueblo, Paksuniemi, un antiguo companero de colegio de papa. Llegado el momento de saldar cuentas, el tio Matti no tenia dinero y al acaudalado dueno se le ocurrio que necesitaba dos habitaciones mas para el ala de verano de su casa, y se las llevaba a cambio de la deuda. Por aquel entonces, estaba yo de visita en casa del tio Matti, daba sorbos a una infusion de hojas de frambuesa y escribia el diario y unos poemas, cuando el tal Paksuniemi se presento en el patio con unos obreros. Antes de mediodia ya habian serrado los cuartos del fondo y por la tarde cargaron los troncos en un carro y se los llevaron. La querida casa de infancia de papa se quedo llorando, violada y deshonrada. El tio Matti explico que ahora solo tenian dinero los ricos y que los desempleados capaces de trabajar se arrastraban por los caminos, pues el empleo se habia marchado a otro sitio y que, ademas de la pobreza general y la escasez, habia habido muchos anos seguidos de malas cosechas, otras tantas granjas habian acabado en subasta, las letras de cambio recortaban las pequenas haciendas y los periodicos se llenaban de anuncios de subastas forzosas. Entonces una idea muy clara lleno mi cabeza, que tambien Finlandia necesitaba un guia de voluntad firme que dijera que no y que escuchara la voz de los desfavorecidos y los excluidos del mercado. Los comunistas no eran capaces. No hacia falta mas que mirar al tio Matti, que era rojo, y que se limitaba a gemir en lugar de tomar un hacha y defender lo suyo. En ese preciso momento decidi que seguiria con las Lotta Svard hasta el final y luego iria mas alla. Necesitabamos ideas y acciones mas firmes, claras y sencillas para levantar Finlandia.

  • La moneda de Akragas de Andrea Camilleri

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    Tras un largo asedio, Akragas (actual Agrigento) se rinde a los cartagineses en el ano 406 a.C. La ciudad es destruida. En 1909, es hallada en un campo de cultivo una pequena moneda de oro valiosisima y unica en el mundo. Presa de la emocion, el doctor Stefano Gibilaro, medico titular de Vigata, se cae del caballo y se rompe la pierna. Asi comienza una historia rocambolesca que se desarrolla entre los campos de Vigata y la Mesina destruida por el terremoto de 1908. Sus giros inesperados, tragicos y comicos, que Camilleri realiza con notable habilidad, nos llevaran a un imprevisible desenlace.

  • Contrato prenupcial de Pilar Portocarrero

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    Raymundo esta obsesionado con Amanda, a pesar de haberse convencido de que ella fue la amante de su mejor amigo.
    El siente que es una insensatez, pero la quiere sin excusas, aunque tenga que pagar un alto precio por tenerla solo para el.

  • Donde los hombres se atreven de Ariel A. Berretta

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    Una guerra sin cuartel sumerge a Mexico en un bano de sangre.
    Un coronel comprometido con su tierra y un narco sin escrupulos cruzan sus vidas en un final para un solo superviviente.
    Opuestos en sus valores, no tanto en sus ideales, se enfrentan a muerte en lo que termina siendo una guerra personal.
    Esta novela muestra la descomposicion social y politica de un pais asolado por la corrupcion y el narcotrafico, donde la impunidad se construye desde las mas altas esferas del poder.
    Agil, dura y violenta, esta novela mantendra al lector sin aliento desde la primera pagina.

  • Tal vez en otra vida de Isabel Acuna

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    En Paris, el colombiano Alvaro Trespalacios, agregado diplomatico, se tropieza con una misteriosa mujer muy parecida a Sofia Marinelli, una joven pintora a la que conocio en Nueva York nueve anos atras, y a la que amo con una pasion arrolladora, perdiendola mas adelante en circunstancias muy confusas. Las vivencias del pasado lo asaltan en un vaiven de sentimientos encontrados y pondra en juego todas sus armas hasta saber quien es ella y conquistarla.
    De la autora de Hermosa locura, Perdido en tu piel y Cerca de ti, llega esta magnetica e intensa historia que desborda amor y erotismo en un torbellino de secretos, suspenso y desconfianza.

  • Segunda oportunidad (El corazon del multimillonario 2) de Sierra Rose

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    Este es el libro 2.

  • La corona de invierno (Seleccion RNR), Natalia Lopez de Natalia Lopez

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  • Sobre la naturaleza humana de Roger Scruton

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    Scruton lleva a cabo una defensa radical de la singularidad humana. Frente a pensadores utilitaristas y materialistas como Richard Dawkins y Daniel Dennett, defiende que el ser humano no puede entenderse solo como un objeto biologico.

  • Poder y Secretos de

    https://gigalibros.com/poder-y-secretos.html

    El Club Secreto de los Millonarios: Romance Peligroso, Erotica y Amor con la Chica Prohibida
    Me ama, y ni siquiera sabe como me llamo.
    El quiere mas. Mas que mi cuerpo.
    Pero si se lo doy, todo se sabra.
    No puedo permitirlo, aunque le rompa el corazon.
    Pero... ?y si no puedo evitarlo?

  • Viaje al pais de los blancos de Ousman Umar

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    La odisea de un joven que arriesgo su vida por un futuro mejor.

  • Las cartas de Elena Francis de Armand Balsebre , Rosario Fontova

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    Elena Francis, un personaje de ficcion, se convirtio en la consejera sentimental de las espanolas a traves de un consultorio de radio.

  • El castigo del Siciliano de Dani Collins

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    El perverso magnate siciliano Dante Gallo habia despedido a Cami Fagan en venganza por el robo cometido por su padre. Lo que no esperaba era desearla tanto que no pudiera evitar seducirla. Dante enseguida descubrio lo deliciosamente inocente que era Cami. Pero lo que habia empezado como una venganza iba a unirlos para siempre al descubrir las consecuencias de su inoportuna pasion.

  • En busca del silencio de Adam Ford

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  • El misterio de Ardlamont de Daniel Smith

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  • Mi mejor cliente de Emma K. Johnson

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    !Mujer, eres una maravilla! --Dijo el senor Quevedo al leer el contrato en sus manos-- !?Como diablos conseguiste estos terminos de compra?! Sonrei al verlo poner los papeles en la mesa a un lado de su bebida, sacar una pluma de su chaqueta y firmar sin aguantar su risa rasposa de satisfaccion. --Le prometi el mejor trato posible para comprar Wextler Avionics, senor Quevedo -- sentada al lado opuesto del senor Quevedo apoye mi espalda en el respaldo de la silla y le mire a los ojos--. Yo cumplo mis promesas. --No te mentire, querida --dijo el senor Quevedo antes de darle un sorbo a su bebida y cerrar la carpeta con el contrato--. Cuando Beatriz de Marin me dijo que asignaria la negociacion de la compra a alguien mas me senti desplazado. Como si ya no fuera un cliente importante para ella ni para su bufete, pero me aseguro --apunto con su dedo indice hacia mi-- que estaria tan satisfecho con tu representacion que aposto los honorarios de este mes de que asi seria. "Con razon estaba nerviosa cuando me asigno la negociacion," pense, recordando aquella reunion con mi jefa. --?Entonces, senor Quevedo? --Dije mientras esforzaba una sonrisa arrogante-- ?Trabaje gratis o me gane mis honorarios? El senor Quevedo rio por unos momentos antes de que su asistente le susurrara algo al oido. Dejo de reir, pero no de sonreir. --Lo siento, querida --dijo al deslizar la carpeta hacia mi--. Necesito atender un asunto urgente, pero sobra decir que te has ganado tus honorarios y quiza hasta un ascenso. Hice lo mejor posible para no saltar de mi asiento. --Estamos para servirle, senor Quevedo. Me levante y estreche su mano. Le mire mientras el y su asistente dejaban el bar. Deje que pasara una cantidad razonable de tiempo antes de levantar mis brazos por encima de mi cabeza y bambolear mis caderas celebrando con una danza ridicula que me salio del alma. Menos mal que estabamos en un bar o la gente me habria mirado como si estuviera loca. Caray, hubo varios comensales que si lo hicieron. Alguien me toco el hombro. Gire y vi a Esther dando saltos pequenos compartiendo mi emocion. --?Ese bailecito tan lindo significa lo que pienso? --pregunto con su inconfundible voz de nina pequena. Eche mi cabello hacia atras e incline mi cabeza a un lado. --Futura socia --dije. Esther dejo salir un chillido de emocion antes de cogerle el brazo al camarero que pasaba junto a nosotros tan fuerte que casi se le cae la bebida que traia en las manos del susto. --!Margaritas, por favor! --grito. Reiamos al sentarnos. Me habian dicho que no debia ser tan amigable con mi asistente, pero ?como no serlo? Esther poseia una alegria que contagiaba hasta al mas amargado, aunque a veces su energia y entusiasmo espantaba a la gente como al camarero cuando trajo nuestras bebidas. --!Por la futura socia! --grito Esther al levantar su margarita tan rapido que la derramo un poco encima de su brazo y de mi frente. --!Por Dios, Esther! --dije entre risas mientras me secaba con la servilleta en la que el camarero dejo mi bebida. --!Lo siento, jefa! !Lo siento! --dijo Esther cubriendo su boca sin duda tratando de ocultar que tambien estaba al borde de soltar una carcajada. --No ha pasado nada --dije sonriendo. Cogi mi propia margarita y la toque despacio con la de ella--. Por la futura socia. --!Si! --dijo Esther sonriendo de oreja a oreja. Tras beber la mitad de su margarita de un trago miro alrededor y asintio-- Este lugar no esta nada mal, ?por que nunca habiamos venido? Mire a mi alrededor. Hacia el otro lado del bar estaba la salida hacia el Casino Crescendo. Aunque llevaba un par de anos con las puertas abiertas todavia se veia como nuevo. Note las mesas llenas de personas mirando las pantallas colgadas cerca del techo del bar mostrando algun partido de futbol, carreras --ya sea de caballos o galgos--, pelea de artes marciales mixtas y cualquier otro evento en el que se pudiera apostar. "Deberia investigar que deporte estaba viendo el senor Quevedo mientras esperaba," pense. "Puede que yo me encargue de su cuenta de ahora en adelante." --No tengo interes alguno en los juegos de azar o los deportes --dije antes de dar un sorbo a mi bebida--, pero reconozco que hacen excelentes margaritas. --Creo que convencere a los chicos para que vengamos aqui de ahora en adelante. --No estaria mal --mire a mi asistente--. Si me ofrecen ser socia vendremos aqui a celebrarlo. --!Cuando te ofrezcan ser socia! --dijo, terminando su margarita--No seas ridicula, acabas de generarle al bufete una comision de mas de doscientos mil dolares. Tienen que ofrecerte un lugar entre los socios. --Atencion, atencion --dijeron en el altavoz--, en media hora iniciara el torneo satelite que dara como premio una entrada pagada al Abierto de Poker de Ciudad del Sol. Participantes, favor de... Muchos comensales se pusieron de pie y abandonaron el bar. A algunos se les notaba nerviosos, otros entusiasmados y muy pocos se les veia emocionados. --?Abierto de que...? --pregunto Esther, mirando algunos pasar hacia el casino. Cogi un panfleto encima de nuestra mesa. --"Primer Abierto de Poker de Ciudad del Sol" -- lei y me detuve al ver las cifras de los premios garantizados--. Joder, con razon esta gente quiere participar. Esther cogio el panfleto y casi se atraganta. --!Es una locura! --?Que es una locura? --preguntaron desde atras de mi. En cuanto vi el rostro de Esther iluminarse supe quien estaba detras de mi. Gire siguiendo a Esther correr hacia el hombre de su vida a darle un beso tan apasionado que hubiera entendido si ella se subia encima de el en ese momento. --?Estas borracha, bombon? --pregunto entre risas. Esther asintio rapido y rio. --Borracha de amor por ti, bombon. Gire mis ojos hacia arriba y negue con la cabeza. --?Nos acompanas, Eric? --le pregunte-- Tienen muy buenas margaritas. Yo invito. --Estoy muerto, Gina --dijo, abrazando a su chica--. Acabo de salir de mi turno, pero -- miro a Esther-- si quieres quedarte... Esther me miro. --Tenemos que tomar una declaracion manana --le dije--, asi que... --Mierda, tengo que llegar temprano a preparar la sala de juntas --gruno Esther. Ella y Eric se miraron a los ojos y cualquiera que los viera podria ver que estaban locos uno por el otro. --?Necesitas que te llevemos, Gina? --pregunto Eric. "?Y aguantar verlos dandose besitos y diciendose cositas dulces todo el camino?" pense. "Joder, no. Me dara diabetes solo de verlos." --No, me quedare otro rato. --?Segura? No tenemos problemas con... --Segura --le insisti a Eric--. Me termino mi margarita y tomo un taxi --apunte hacia una television--, o quiza me quede viendo el juego. --Tu eres la jefa, jefa --dijo Esther, cogiendole la mano a su chico y caminando hacia la salida-- !Nos vemos manana! Rei mientras los veia irse abrazados. Respire profundo y me puse en el lugar de Esther unos instantes antes de dejar salir una risita. Eric estaba guapo y tenia un buen fisico como cualquier buen bombero lo tendria, pero no era mi tipo. Era demasiado... No se, lindo, supongo seria la palabra para describirlo. "Pero algunos de sus amigos," pense, sonriendo para mi misma y atreviendome a imaginar. "Olvidalo, Gina, no tienes tiempo para liarte con alguien." Mi estomago se retorcio tanto que alcanzo a tirar de mi garganta, y un vacio familiar dentro de mi aparecio al mirar alrededor del bar. Habia chicos muy atractivos ahi. "No seas tonta, Gina. Recuerda la ultima vez que conociste a un chico en un bar." Me puse de pie, termine mi margarita y pase una mano entre mi cabello mientras veia a mi alrededor. --Hola, muneca --dijo un sujeto detras de mi antes de pararse a mi lado y apoyar su mano en la mesa. Lo mire de arriba abajo y sonrei de la forma mas educada posible, y esperaba que viera en mis ojos que no tenia interes alguno en el. --Ya casi te acabas tu copa --dijo--, deja te invito ot... --Tengo novio --le interrumpi y mire hacia otro lado. --No lo veo por ningun... --Viene en camino --le dije antes de apoyar mi menton en mi mano--, y es muy celoso. --Deberia serlo, teniendo una mujer tan guapa como... Suspire y gire hacia el. --Mira, amigo... --?Si, Fabiola? --Dijo un hombre al ponerse entre nosotros dandome la espalda mientras ponia su gigantesca mano en el hombro del casanova-- !Claro, Pedro se porta de maravilla! !Es un gran tio! Aun con el ruido del bar a nuestro alrededor la voz de aquel tipo alcanzaba a escucharse. Mi supuesto conquistador abrio sus ojos de par en par al mirar al tipo que tenia la mano en su hombro. --Le dire que lo estas buscando --dijo--. Adios, hermosa --el hombre guardo su movil en el bolsillo de su pantalon y le quito la mano del hombro. Imposible no notar ese trasero tan espectacular que lucia en sus jeans ajustados a la perfeccion. --No estaba haciendo nada --dijo mi conquistador mucho mas nervioso que cuando me dirigio la palabra.