• libro el sentido de la locura - Jim Geekie , John Read

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    La obra que el lector tiene en sus manos analiza esa experiencia que solemos denominar locura, esquizofrenia o psicosis, la cual se halla presente en todas las sociedades y, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, en todas las epocas, ya que la tendencia de la mente a desviarse de lo que una sociedad determinada considera <> y aceptable, junto con la propension del resto de los miembros de dicha sociedad a sancionar estas desviaciones, es uno de los aspectos centrales de la naturaleza humana.

  • El sentido de la locura - Herder Editorial

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    La exploración del significado de la esquizofrenia · Datos del libro · Palabras claves · Sinopsis · Otros libros del autor · Otros libros relacionados.

  • EL SENTIDO DE LA LOCURA | JOHN READ | Casa del Libro

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    25 abr 2012 — El libro EL SENTIDO DE LA LOCURA de JOHN READ en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • El sentido de la locura: La exploración del ... - Amazon.es

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    El sentido de la locura: La exploración del significado de la esquizofrenia (3P) : Geekie, Jim, Read, John, Codony Bodas, Miquel: Amazon.es: Libros.

  • El sentido de la locura - Jim Geekie, John Read -5% en libros

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    El sentido de la locura, libro o eBook de Jim Geekie, John Read. Editorial: Herder. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • "El sentido de la locura", de Jim Geekie y John Read - Mad In ...

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    16 nov 2016 — Reseña publicada originalmente en el blog Postpsiquiatría. Recientemente hemos leído un libro altamente recomendable: El sentido de la ...

  • EL SENTIDO DE LA LOCURA - JOHN ... [ET AL.] READ; JIM ...

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  • el sentido de la locura - LIBRERÍA LA PILARICA.

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    EL SENTIDO DE LA LOCURA. LA EXPLORACIÓN DEL SIGNIFICADO DE LA ESQUIZOFRENIA, GEEKIE, JIM ; READ, JOHN, 34,90€. La obra que el lector tiene en sus manos ...

  • El Sentido de la locura - Jim Geekie - Editorial Herder Mexico

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    Libro: El Sentido de la locura. ISBN: 978842542840. Precio de lista: $1,405.00. Descuento: 30%. $983.50 ... Todos los títulos de libros de este autor ...

  • El sentido de la locura: la exploración del significado de la ...

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    Información del libro El sentido de la locura: la exploración del significado de la esquizofrenia. ... La imagen de portada del libro no está disponible ...

  • La enfermedad del amor, Moruena Estringana de Moruena Estringana

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  • La Hermana Favorita de Jessica Knoll

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    Una novela llena de giros y suspense, sobre el pressing social al que viven sometidas muchas mujeres, que nos recuerda a Big Little Lies de Liane Moriarty.

  • Corazones de plata de Josephine Lys

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    Finalista del VI Premio Internacional HQN

  • Elena sabe de Claudia Pineiro

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    Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centimetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace. Entonces Elena se sienta y espera. En la cocina de su casa. Tiene que tomar el tren que sale para la Capital a las diez de la manana; el siguiente, el de las once, ya no le sirve porque la pastilla la tomo a las nueve, entonces piensa, y sabe, que tiene que tomar el de las diez, poco despues de que la medicacion logre que su cuerpo cumpla con la orden de su cerebro. Pronto. El de las once no, porque entonces el efecto de la medicacion habra declinado hasta desaparecer y ella estara igual que ahora, pero sin esperanza de que la levodopa actue. Levodopa se llama eso que tiene que circular por su cuerpo una vez disuelta la pastilla; conoce el nombre desde hace un tiempo. Levodopa. Asi le dijeron, y ella misma lo anoto en un papel porque sabia que no iba a entender la letra del medico. Que la levodopa circule por su cuerpo, sabe. Eso es lo que espera, sentada, en la cocina de su casa. Esperar es todo lo que puede hacer por el momento. Cuenta calles en el aire. Recita nombres de calles de memoria. De atras para adelante y de adelante para atras. Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo, Moreno, Lupo. Levodopa. Solo la separan cinco cuadras de la estacion, no es tanto, piensa, y recita, y sigue esperando. Cinco. Calles que todavia no puede andar con sus pasos esforzados aunque si repetir sus nombres en silencio. Hoy no quiere encontrarse con nadie. Nadie que le pregunte por su salud ni que le de el pesame tardio por la muerte de su hija. Cada dia se le aparece alguna persona que no pudo velarla o no pudo estar en el entierro. O no se atrevio. O no quiso. Cuando alguien muere como murio Rita, todos se sienten invitados a su funeral. Por eso las diez no es una buena hora, piensa, porque para llegar a la estacion tiene que pasar por delante del banco y hoy se pagan las jubilaciones, entonces es muy probable que se cruce con algun vecino. Con varios vecinos. Aunque el banco abra recien a las diez, cuando su tren este entrando en la estacion y ella con el boleto en la mano se acerque al borde del anden para tomarlo, antes de eso, Elena sabe, ya va a encontrar jubilados haciendo la cola como si tuvieran miedo de que la plata alcanzara solo para pagarle a los que primero llegan. Solo podria evitar el frente del banco dando una vuelta manzana que su Parkinson no le perdonaria. Ese es el nombre. Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda el. O ella, y se pregunta si al Parkinson habria que tratarlo de el o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. O una condena. Entonces decide que lo va a llamar Ella, porque cuando la piensa, piensa <>. Y puta es ella, no el. Con perdon de la palabra, dice. Ella. El doctor Benegas se lo explico varias veces pero Elena todavia no termina de entender; si entiende lo que tiene porque lo lleva en el cuerpo, pero no algunas de las palabras que usa el medico. La primera vez estaba Rita presente. Rita, que hoy esta muerta. Les dijo que el Parkinson es una degeneracion de las celulas del sistema nervioso. Y a las dos les cayo mal la palabra. Degeneracion. A ella y a su hija. El doctor Benegas seguramente se dio cuenta, porque enseguida trato de explicarles. Y dijo, una enfermedad del sistema nervioso central que degenera, o hace mutar, o cambia, o modifica de manera tal algunas celulas nerviosas que dejan de producir dopamina. Y Elena se entero entonces de que cuando su cerebro ordena movimiento, la orden solo puede llegar a sus pies si la dopamina la lleva. Como un chasqui, penso aquel dia. Entonces el Parkinson es Ella, y la dopamina el chasqui. Y el cerebro nada, piensa, porque sus pies no lo escuchan. Como un rey derrocado que no se da cuenta de que ya no gobierna. Como el emperador sin traje del cuento que le contaba a Rita cuando era chica. Rey derrocado, emperador sin traje. Y ahora esta Ella, no Elena sino su enfermedad, el chasqui y el rey derrocado. Elena repite sus nombres como antes repitio los de las calles que la separan de la estacion; esos nombres comparten su espera. De atras para adelante y de adelante para atras. Emperador sin traje no le gusta porque si no lleva traje esta desnudo. Prefiere rey derrocado. Espera, repite, combina de a pares: Ella y el chasqui, el chasqui y el rey, el rey y Ella. Prueba otra vez, pero los pies siguen ajenos, ni siquiera desobedientes, sordos. Pies sordos. A Elena le encantaria gritarles, pies muevanse de una vez por todas, hasta carajo les gritaria, muevanse de una vez por todas, carajo, pero sabe que seria en vano, porque sus pies no escucharian tampoco su voz. Por eso no grita, espera. Repite palabras. Calles, reyes, otra vez calles. Incluye palabras nuevas en su rezo: dopamina, levodopa. Intuye que la dopa de dopamina, y la dopa de levodopa, deben ser la misma cosa, pero solo intuye, no tiene certeza, repite, juega, deja que su lengua se trabe, espera, y no le importa, solo le importa que el tiempo pase, que esa pastilla se disuelva, circule por su cuerpo hasta sus pies y estos se enteren, por fin, de que tienen que ponerse en marcha. Esta nerviosa, lo cual no es bueno, porque cuando se pone nerviosa la medicacion tarda mas en actuar. Pero no puede evitarlo. Hoy va a jugarse la ultima carta para tratar de averiguar quien mato a su hija, hablar con la unica persona del mundo a la que cree que puede convencer de que la ayude. A cambio de una deuda lejana en el tiempo, casi olvidada. Va intentar cobrar esa deuda, aunque Rita, si estuviera, no estaria de acuerdo, la vida no es un trueque, mama, hay cosas que se hacen porque si, porque Dios manda. No va a ser facil, pero lo va a intentar. Isabel se llama la mujer a la que busca. No esta segura de si se acordara de ella. Cree que no. De Rita si, le manda una postal cada fin de ano. Tal vez no sepa de su muerte. Si nadie le dijo, si no leyo el unico aviso funebre que pusieron recien dos dias despues del entierro en nombre del colegio parroquial donde trabajaba Rita, el cuerpo directivo y docente, alumnos y padres acompanan a Elena en este momento tan dificil, si ella no la encuentra al fin de ese dia, seguramente este diciembre esa mujer que Elena hoy busca enviara una postal dirigida a un muerto, deseandole feliz Navidad y un prospero Ano Nuevo. De Rita se acuerda, pero de ella, de Elena, Elena piensa, seguramente no. Y si se acordara no la reconoceria, asi doblada, con ese cuerpo viejo que no se corresponde con los anos que tiene. Sera su tarea, le va a explicar quien es y por que esta alli, frente a ella, cuando la enfrente. Le va a contar de Rita. Y de su muerte. Aunque sea le dira lo poco que entiende en medio de todo lo que le contaron. Elena sabe donde encontrar a Isabel, pero no como llegar. Alli donde ella misma la llevo hace veinte anos, siguiendo a Rita. Si la suerte esta de su lado, si Isabel no se mudo, si no murio como murio su hija, alli la encontrara, en una vieja casa en Belgrano, con puerta de madera pesada y herrajes de bronce, justo al lado de unos consultorios medicos. No se acuerda del nombre de la calle, si se acordara al menos de la pregunta que le hizo entonces su hija, ?vos escuchaste alguna vez una calle que se llame Soldado de la Independencia, mama?, entonces sabria. Pronto va a saber, porque si se acuerda de que es a una o dos cuadras de la avenida que corre bordeando Buenos Aires desde Retiro hasta la General Paz, cerca de una plazoleta, y de las vias de un tren. No vieron el tren, pero escucharon su marcha y Rita pregunto, ?que ramal es?, pero Isabel no contesto, porque lloraba. Para saber como volver a viajar, esta segunda vez, casi veinte anos despues, Elena fue a la remiseria de la esquina de su casa, la que pusieron hace unos anos en el local donde antes habia estado la panaderia en la que Elena compro para su familia el pan de cada dia desde que llego al barrio, recien casada, hasta que desaparecio el pan y aparecieron los autos de alquiler. El chofer no sabia, soy nuevo, se disculpo y le pregunto al dueno. Repitio las palabras de Elena, dijo, la avenida que bordea Buenos Aires, de Retiro a la General Paz, cerca de una via, y el dueno le contesto, Libertador, y Elena que si, que se llamaba Libertador, ahora que se lo dice se acuerda, y que tenia que ir hasta Belgrano, hasta una plazoleta. Olleros, dijo otro chofer que acababa de llegar de un viaje, eso ya no estoy segura, dijo Elena, Olleros, repitio el hombre con seguridad, pero ella no se acordaba del nombre de la calle, si de la puerta de madera, y de los herrajes de bronce, de Isabel, y de su marido, poco de su marido. ?La llevamos?, le preguntaron y Elena dijo que no, que era mucho viaje, mucho gasto, que iba a ir en tren y en todo caso, si ya no podia consigo misma y su cuerpo no se animaba al subte, tomaria un taxi en Constitucion, le hacemos precio, propuso el dueno, no, gracias, contesto ella, le podemos fiar, insistio, en tren, dijo Elena, no me gustan las deudas, y no dio lugar a otra insistencia, subte cerca no la deja ninguno, senora, el de Carranza, pero de ahi tiene como diez cuadras, le dijeron, si toma taxi tenga cuidado de que no la paseen, digale al taxista que vaya derecho por 9 de Julio hasta Libertador y de ahi otra vez todo derecho hasta Olleros, bueno, no, corrigio el chofer que sabia, porque Libertador se convierte en Figueroa Alcorta, antes de llegar al Planetario se va a tener que fijar que doble a la izquierda, hasta el Monumento a los Espanoles, y que retorne Libertador, o en el Hipodromo de Palermo, aclaro el dueno, pero no deje que la paseen, ?en serio no quiere que la llevemos? Elena se fue sin responder, porque la misma pregunta ya la habia contestado antes y demasiado esfuerzo era para ella todo como para contestar dos veces lo mismo. Constitucion, 9 de Julio, Libertador, Figueroa Alcorta, Planetario, Monumento a los Espanoles, Libertador, Olleros, una puerta de madera, herrajes de bronce, una puerta, Olleros, Libertador, 9 de Julio, Constitucion. De atras para adelante, de adelante para atras. No recuerda en que lugar del rezo tiene que meter el Hipodromo. Espera, piensa, cuenta otra vez las calles. Las cinco que la separan de la estacion y las otras, las que no conoce, o no se acuerda, aquellas hacia donde va para cobrar una deuda en la que cree a fuerza de necesidad. Rey sin corona. Ella. Desde su posicion, sentada, trata de levantar el pie derecho en el aire, y el pie ahora se da por enterado y se eleva. Entonces esta lista, sabe. Apoya la palma de cada una de sus manos sobre sus muslos sentados, junta los dos pies para que sus piernas queden en un angulo de noventa grados a la altura de la rodilla, luego cruza la mano derecha al hombro izquierdo y la mano izquierda al hombro derecho, empieza a balancearse en la silla y, con el impulso, se levanta. Asi la hace levantar el doctor Benegas cuando la revisa, y ella sabe que es mas dificil de esa manera pero lo intenta cada vez que puede, practica, porque quiere estar entrenada para la proxima visita. Quiere impresionar al doctor Benegas, mostrarle que puede, a pesar de las cosas que le dijo la ultima vez que la vio, quince dias antes de que Rita apareciera muerta. Parada frente a la silla que acaba de dejar levanta el pie derecho, lo eleva en el aire, apenas unos centimetros, lo mueve hacia adelante hasta que sobrepasa el pie izquierdo lo suficiente como para que ese movimiento signifique un paso, entonces lo baja, y ahora es el turno del pie izquierdo que debe hacer lo mismo, exactamente lo mismo. Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar, para llegar a tomar el tren de las diez

  • Contigo aprendi de Aryam Shields

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    Valentina Harfush creyo tenerlo todo: un matrimonio maravilloso, una carrera de exito y la vida casi resuelta. Pero al descubrir que su esposo la engana, su mundo tiembla y todo lo que ella consideraba perfecto empieza a derrumbarse. Intentando huir del dolor causado por la traicion, encuentra un lugar donde reparar las heridas y encontrarse a si misma. Un lugar donde tambien lo encuentra a el. El padre D Rodriguez vive para servir. Servir a Dios y a su comunidad. No obstante, al encontrarse con ella su vida dara un giro de 180 grados. Valentina es la tentacion y sabe perfectamente que ella hace parte de una vida a la que ha renunciado por completo. Coincidir trae consigo una incipiente atraccion que los tomara por sorpresa y en medio de esos encuentros nace esta historia que transita por los senderos del alma, enfrentando los principios y la vocacion con un sentimiento mas fuerte que cualquier otro. ?Al final podra el hombre imponerse sobre el sacerdote? ?Se consigue volver a amar, cuando se tiene el corazon roto? El amor tendra la ultima palabra y sera el que ponga cada detalle en su lugar.

  • SI SUPIERAS…, Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • Por encima de la lluvia de Victor Del Arbol

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    Miguel y Helena se conocen en una residencia de ancianos en Tarifa, a una edad en la que creen haberlo vivido todo ya. A Miguel le asusta volar. A Helena le da panico el mar. Los dos tienen hijos adultos y sienten que les han relegado a un plano casi ornamental. El dramatico suicidio de un companero de la residencia les abre los ojos. No quieren pasar sus ultimos dias recordando y anorando tiempos supuestamente mejores. Y juntos decidiran emprender el viaje de sus vidas, en el que descubriran que nada es defi nitivo mientras queden ilusiones que perseguir.

  • Ya no creo en mi (Toc 1) de Karenina Mack

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    Tras una vida llena de frustraciones, Alena Gonzalez se enfrasca en una nueva aventura postulando a un proyecto en la ciudad de Birmingham, Inglaterra, en donde la cadena de television IBC busca reclutar escritores de todo el mundo.
    Oculta en su seno un extrano trastorno de ansiedad que la obliga a tener pensamientos intrusivos con respecto al sexo, hecho que provoca un quiebre en su destructiva y violenta relacion anterior.
    Cuando la vida de Alena parece estable, conocera a alguien que la hara superar sus miedos, aunque esta convencida de que en su condicion ella no merece amar.

  • Las rosas del sur de Julio Llamazares

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    Diez anos despues de la publicacion de su aclamada Las rosas de piedra, Julio Llamazares concluye su recorrido por Espana y su historia a traves de las catedrales

  • Dragonwick de Anya Seton

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    La historia de una mujer notable y el misterio y el suspense que la esperan en los magnificos pasillos de Dragonwyck.

  • Azabache (Cienfuegos 3) de Alberto Vazquez-figueroa

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    Tercera entrega de la saga <>.

  • El Segundo Capitulo de Mara Luna

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    Mara es una mujer quien, al divorciarse a los cincuenta y cuatro anos, despues de treinta y dos de matrimonio, siente que su mision en la vida ha concluido. Esta mas que lista para morir.
    Pero ese no es el plan que Dios tiene para ella por el momento.
    Con el paso del tiempo, hay eventos que la hacen empezar a cuestionarse las creencias con las que ha crecido, y poco despues inicia la busqueda del “hombre de su vida”, sin imaginar entonces lo que por ese camino iba a encontrar.

  • En el fiordo profundo de Ruth Lillegraven

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    El majestuoso paisaje noruego ofrece una puesta en escena hermosa y escalofriante con el eco de Patricia Highsmith y Daphne du Maurier

  • El juramento de Whitechapel de Jose Javier Abasolo

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    Ano 1888. Tras la muerte de su madre, el joven Sabino Arana, quien pocos anos despues fundara el Partido Nacionalista Vasco, decide dejar los estudios que estaba cursando en la Universidad de Barcelona y regresar a Bilbao. Un tanto confuso y desorientado, sin saber que hacer con su vida, su hermano mayor le propone ir a Londres para que, bajo la tutela de un viejo socio y amigo de su padre, fallecido pocos anos antes, aprenda el idioma y se sumerja en el mundo de los negocios. Pero, sobre todo, para que se recupere animicamente.
    Pese a sus protestas iniciales, accede finalmente a los deseos de su hermano y partira hacia la capital britanica. Pero sus intenciones de tomarse su nueva vida con calma se veran truncadas, pues la fecha de su llegada a la capital britanica sera tambien la elegida por el hombre que posteriormente sera conocido como Jack el Destripador para cometer el primero de sus asesinatos.
    Sabino, nada mas desembarcar, se vera arrastrado, a instancias del hijo de su tutor, extranamente interesado en el caso, a una sorprendente investigacion para desvelar quien esta detras de esos horribles y macabros asesinatos y que pretende con ellos.

  • Los diamantes no brillan como tu de Chus Nevado

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    Maia se colo con sigilo por la puerta entreabierta y la cerro despacio, evitando cualquier ruido que revelara su incursion nocturna al resto de ocupantes de la casa. Despues mantuvo su mano varios segundos sobre el picaporte, como si quisiera aplazar el momento de la verdad lo maximo posible. En realidad, hasta esa noche habia acariciado la secreta esperanza de que todo fuera solo un mal sueno, pero para su pesar descubrio que los deseos, por mucho que se anhelaran, no siempre llegaban a cumplirse. Aunque las visitas a ese cuarto se habian sucedido con frecuencia durante los ultimos meses, era la primera vez que entraba alli con la desazon oprimiendole el pecho. Y quizas tambien la ultima. Aquello supondria un antes y un despues, porque estaba convencida de que a partir de entonces ya nada seria igual. Reticente, solto el pomo, y al tiempo que el brazo caia con desidia en el aire, un quedo suspiro de resignacion broto de sus labios. <>, penso, insuflandose unos inexistentes animos para afrontar lo inevitable. Dejo la puerta atras y avanzo hacia el fondo de la estancia mientras desataba el nudo de su bata con dedos temblorosos. La prenda se deslizo lentamente sobre los hombros, rasgando el silencio con el sutil roce de la tela al caer olvidada a sus pies. La nivea piel de su gloriosa desnudez refulgio en la penumbra de la habitacion, iluminada tan solo por los destellos velados de la luz de las farolas que se filtraban a traves las cortinas. Sintio que el vello se le erizaba, pero no fue por frio sino de anticipacion. Antes de llegar a los pies de la cama, unas fuertes manos se aferraron a su cintura y la obligaron a detenerse. Expectante, contuvo el aliento. Uno de sus mechones rubios se mecio sobre su mejilla con la calida brisa de una respiracion profunda, muy proxima a su oido. Los ardientes labios se posaron en su sien y, tras un beso fugaz, recorrieron con enervante calma la linea del cuero cabelludo hasta llegar a la parte posterior del cuello, haciendola vibrar de deseo. --?Por que has tardado tanto? Me estaba volviendo loco pensando que al final no vendrias. --?Como no iba a venir? Solo estaba esperando a que todos se durmieran. --Aquello era mentira; en realidad, habia estado llorando durante largo rato en la soledad de su habitacion hasta que no le quedaron mas lagrimas que derramar, pero no queria que el lo supiera--. Pero ya estoy aqui... Intento volverse, pero el la afianzo a su torso con los antebrazos cruzados a la altura del vientre. El cuerpo masculino mostraba ya claros signos de excitacion, evidentes contra la zona inferior de su espalda, asi que echo la cabeza hacia atras para apoyarse en el y se dejo llevar. Al notar su absoluta rendicion, las manos que la apresaban se relajaron e iniciaron un lento ascenso que culmino en el nacimiento de los senos. Las palmas sopesaron su tamano y maleabilidad con un movimiento circular, mientras las yemas tanteaban el delicado contorno de las areolas. La reaccion fue casi instantanea: la tersa piel se fruncio y los pezones se convirtieron en dos duros botones, revelando asi su satisfaccion por la atencion a la que estaban siendo sometidos. Maia alzo los brazos hasta alcanzar la espesa cabellera castana y enrosco los rizos entre sus dedos, aplicando el mismo ritmo que el transmitia a los suyos para darle placer. --Como te voy a echar de menos --musito el, acercando la boca al hueco de su clavicula para aspirar su aroma--. Me va a costar tanto decirte ad... --No lo digas, por favor. No lo digas --le corto, colocando el indice sobre sus labios para hacerle callar--. Esto me esta matando, saber que en pocas horas tendremos que despedirnos me supera, asi que al menos deja que me lleve un buen recuerdo de esta noche. Hazme olvidar por un rato lo que esta a punto de suceder, porque a partir de manana no podre pensar en nada mas. A pesar de su juventud, Maia ya sabia lo que era el amor y los sufrimientos que conllevaba. Su primer amor, aunque tambien el definitivo. Lo queria tanto... Ambos se habian enamorado como locos sin poder evitarlo, y juntos habian aprendido todo lo que desconocian de ese gran sentimiento, descubriendo poco a poco las delicias del sexo. Estaban hechos el uno para el otro... y ahora el destino los separaba, aunque fuera tan solo por una temporada. No sabia como podria soportarlo, aquel ano se le iba a hacer eterno. Se intercambiaron infinitas caricias hasta que la pasion los arrollo. Sobre la confortable moqueta, aquella que habia sido testigo mudo de la mayoria de sus encuentros furtivos, hicieron el amor con toda la fogosidad, el ansia y la desesperacion que implicaba ese ultimo encuentro. La ternura con la que el se interno en ella se mezclo con la codicia que Maia demostro al acogerlo, y unidos por un unico sentimiento, exteriorizaron en ese acto carnal lo que sus corazones clamaban al unisono. Cuando Maia llego al climax, a aquel punto sin retorno en el cual todos sus pensamientos se diluyeron en uno solo, el unico momento en el que consiguio olvidar por un instante la incertidumbre que la atenazaba, tuvo que clavarse las unas entre las palmas e invadir la boca de su amante para contener la exclamacion de extasis que broto de su garganta. Mientras se convulsionaba, el la abrazo con fuerza y abrio las compuertas a su propia liberacion. Una ironia, ya que esa ultima liberacion significaba tambien el principio de su tortura. Permanecieron asi durante horas, despiertos pero evitando moverse para no romper el fragil hilo que los mantenia unidos. Con la llegada del alba ese hilo se rompio, y la tristeza embargo a Maia al darle un ultimo beso de despedida. --Prometeme que mantendremos el contacto hasta que regreses --le imploro entre sollozos. --Te lo prometo. --El le retiro las lagrimas que cubrian sus mejillas con la yema de los pulgares y la acuno en su pecho--. Dentro de un ano volvere y ya no nos separaremos nunca mas. Capitulo 1 Siete anos despues Maia avanzaba a buen paso por los caminos serpenteantes de las inmediaciones del lago. A pesar de que el complejo verde disponia de una pista de atletismo en el lado noroeste, ella preferia recorrer las zonas mas reconditas, aquellas en las que podia entrar en contacto directo con la naturaleza. El parque Battersea contaba con una gran variedad de especies arboreas, que abarcaban tanto la flora autoctona como ejemplares exoticos traidos a lo largo de decadas desde diferentes partes del mundo. Correr a traves de los senderos rodeada de vegetacion y disfrutar de las vistas que proporcionaba el paseo circundante al estanque se habia convertido en su ritual diario, ritual al que jamas renunciaba ya hiciese viento, nevara o lloviese a cantaros; pero en un dia como aquel, una soleada manana primaveral de finales de mayo donde los colores brillaban por doquier, la experiencia resultaba sencillamente idilica. Tras unos minutos mas de carrera continua, aminoro el ritmo hasta alcanzar una marcha ligera y giro la cabeza hacia su companero de fatigas. --Vamos, Dante. No me digas que estas cansado. --Torcio el gesto al verlo con la lengua fuera y la respiracion entrecortada--. Voy a tener que ponerte a dieta, carino.

  • Con otra mirada de Anabel Saiz Ripoll

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    Raul es un joven adolescente que vive en una gran ciudad y al que, de repente, la vida se lo pone del reves. Su padre sufre un infarto y, para recuperarse con calma, han de ir al pueblo de la familia materna. El pueblo es pequeno, parece que no ofrezca ningun atractivo, pero alla estan los abuelos de Raul y otros personajes entranables, como Veva, la maestra o Ursula, la contadora de cuentos o Beatriz. Poco a poco Raul se sentira captado por el embrujo del pueblo, por la emocion de las historias que aprende acerca de la familia y otros personajes y por la magia del lugar. Al fin, aprendera a observarlo todo con otra mirada y valorara lo que tiene de una forma muy especial. Raul crecera, sin duda, en las paginas de la novela.

  • Tierra de mujeres de Maria Sanchez

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    Hija y nieta de veterinarios, la ultima de varias generaciones vinculadas desde hace anos a la tierra y a los animales, Maria Sanchez (Cordoba, 1989) es la primera mujer en su familia en dedicarse a un oficio desempenado tradicionalmente por hombres. Su dia a dia como veterinaria de campo pasa por recorrer Espana en una furgoneta y esquivar las miradas en un entorno predominantemente masculino como es el mundo rural. En este personalisimo ensayo, la escritora se propone servir de altavoz y dar espacio a todas las mujeres silenciadas en los campos espanoles, a todas aquellas que tuvieron que renunciar a una educacion y a una independencia para trabajar la tierra con las manos y cuidar de sus familias.
    A partir de historias familiares, de reflexiones sobre ciencia y literatura fruto de sus lecturas y de algunos de los conflictos que asolan al medio rural en Espana (la despoblacion y el olvido de los pueblos, la explotacion de los recursos naturales, el incumplimiento de politicas ambientales o las condiciones laborales en el campo), Tierra de mujeres viene a llenar un hueco en el debate sobre feminismo y literatura rural. Busca, ademas, ofrecer una vision de la vida en campo realista, alejada de las postales bucolicas dadas desde las grandes ciudades, y subrayar el peligro de perder para siempre un conocimiento hasta ahora transmitido de generacion en generacion.

  • Un asesinato corriente y otros relatos de P.d. James

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    Cuatro relatos de una de las grandes autoras de misterio por primera vez reunidos en un libro. Narraciones de intriga que juntas, en palabras de la propia autora, constituyen un delicioso <>.

  • Ensename a amarte de Jana Westwood

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    Henrietta Tomlin se miraba en el espejo con aquella expresion entre acida y deprimida con que se enfrentaba siempre a ese momento tan dramatico: el visto bueno de su madre. --Henrietta ya te dije que el color verde no te favorece nada --dijo ladylady Margaret mirando a su hija con reprobadora expresion--. El de encaje blanco hubiese sido mucho mas adecuado para... tu fisico. Henrietta sabia perfectamente lo que su madre estaba diciendo, en su cabeza habia escuchado, una a una, todas las palabras que lady Margaret no se habia atrevido a pronunciar. <<--Henrietta ese vestido fue hecho para una joven hermosa y no para alguien con un fisico tan vulgar y corriente como el tuyo.>> --Querida mia --dijo su madre acercandose a ella y haciendole un gesto, que queria ser una caricia, en una de sus palidas mejillas--. No debes angustiarte, ya sabes lo que siempre digo, lo mas importante es reconocer nuestros defectos y carencias. No es aconsejable esperar a que sean los demas los que los descubran por nosotros --Si, mama. Me lo has dicho muchas veces y gracias a ti tengo todas mis carencias muy asumidas. Mi nariz es demasiado pequena, mis ojos demasiado grandes, mi boca excesiva... --recito la joven. --!Eso es! Eres igualita que tu padre --sonrio lady Margaret caminando hacia la puerta--. Tienes tiempo de cambiarte, pero apurate, salimos en cuanto tu hermana este lista. !Lidia! ?A donde vas? --A ver a mi hermanita. !Oh, Henrietta, estas preciosa! El color verde hace juego con tus ojos. Lidia era la hija menor de los Tomlin. Era una joven elegante y muy hermosa que en nada se parecia a su hermana mayor. Lady Margaret siempre decia que era como ella cuando era joven. --Estaba a punto de quitarmelo -- dijo la primogenita de la familia--. Mama piensa que no me favorece nada. --?Por que dices eso, mama? -- dijo Lidia mirando a su madre--. Esta guapisima. --Para eso tendria que serlo -- murmuro lady Margaret. --?Que has dicho mama? -- pregunto Lidia ahuecando la falda del vestido de su hermana--. No hables tan flojito que no se te entiende. --Debes terminar de arreglarte, Lidia, la fiesta es en tu honor y no puedes descuidar ningun detalle. Lidia miro a su hermana con cara de fastidio aprovechando que su madre estaba a su espaldas y no podia verla. --Ya estoy casi lista, mama, solo tengo que ponerme las joyas y bajare. Por cierto, papa te estaba buscando -- mintio. --!Este hombre no sabe hacer nada sin mi! !No se que va a ser de el el dia que yo no este! Lady Margaret salio de la habitacion y las dos hermanas se quedaron solas. Lidia puso a Henrietta frente al espejo y asomo la cabeza por encima de su hombro. --Estas guapisima, no hagas caso de lo que diga mama, nunca quiso a la abuela Nancy y tu le recuerdas a ella. --Querida Lidia, sabes que nunca me importo no ser guapa. --La joven se encogio de hombros--. Lo prefiero, me resultaria agotador ser como tu y tener que bailar con todos los jovenes que asistan a la fiesta, y ser agradable y tener que sonreir todo el tiempo. Lidia se echo a reir. --Aun recuerdo lo que le hiciste al pobre senor Bradley en el ultimo baile del ano pasado. !Jajajajaja! --Lidia no podia parar de reir al recordar. --Estoy segura de que escuche a lady Natalie decir que le habia reservado un baile --dijo Henrietta poniendo cara de inocente. --!Eres mala! !Jajajajajaja! -- Lidia abrazo a su hermana y la beso en la mejilla--. Te adoro, ?lo sabes verdad? --No mas que yo a ti --dijo Henrietta devolviendole los carinos. --Hoy va a ser un baile maravilloso --dijo Lidia apartandose y dando vueltas para lucir su precioso vestido azul turquesa--. No quiero que olvides nunca lo feliz que me siento, Henrietta. --No lo olvidare --dijo la joven sonriendo--, pero tu siempre te sientes feliz, Lidia. --No es cierto --dijo acercandose y cogiendo las manos de su hermana--. Recuerda que hace un tiempo estuve muy triste, casi desesperada. Henrietta fruncio el ceno. --Fue cuando Robert estuvo fuera tanto tiempo. Es normal, es tu prometido y le echabas de menos. Lidia miro hacia la puerta y luego sonrio. --Si, si, fue entonces. Henrietta percibio algo extrano en su hermana. --Lidia, ?tu quieres a lord Worthington, verdad? Lidia estaba dando vueltas y se detuvo dandole la espalda. --Claro, hermanita. Henrietta seguia con el ceno fruncido cuando se acerco a su hermana y se puso delante de ella obligandole a mirarla. --Lidia, dime la verdad. Hoy es vuestra fiesta de compromiso, papa necesita el dinero que le ha prometido lord Worthington, pero lo importante es que tu seas feliz. No debes sentirte obligada a sacrificarte, si no amas a... --Tranquila, Henrietta, te doy mi palabra de que solo me casare por amor --dijo con intensidad. Lidia respiro hondo y luego le brindo la sonrisa mas dulce a su hermana pequena. --Tu no deberias preocuparte de esas cosas de hombres --dijo--. Lord Worthington es inmensamente rico y que procede de una de las familias con mayor abolengo de toda Inglaterra. Ademas es muy atractivo y culto. Es solo que preferiria que fuese un poco mas divertido, menos serio

  • El Despertar de Monica Tinoco Vazquez

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    El mundo que conoce Sara, una joven incomprendida, condenada a vivir en un lugar llamado Eron, comenzara a cambiar al descubrir secretos escondidos en el que es su hogar.

  • Amor de zafiro de Cherie Noir

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    Alex y Marie se conocieron al entrar en la Universidad. Los dos son muy parecidos, sobre todo en gustos. Alex es un mujeriego empedernido y, por su parte, Marie tambien lo es.Dos sinverguenzas con una curiosa amistad que los une, pero… ?Que pasaria si el amor surgiera entre ellos? ?Seria posible?La sexualidad de uno puede ser un impedimento; un impedimento en que la curiosidad o la suerte pueden jugar un papel crucial.

  • Una noche. Perdido en tu galaxia de Ivan Mojica

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    Una noche decidi entregarle mi vida al amor, decidi pasar toda mi vida escribiendo sobre el.Encontre "Galaxias" en lo profundo de mi corazon, pequenos fragmentos de vida, que yo debo contar.Entonces empece a escribir, a dedicarle vida a mi vida, amor a mis suenos y un poco de cafe a mis noches.Asi nacieron cada una de estas historias, viendo la vida transcurrir y reflejando mis sentimientos en palabras.Historias, vida y cafe te pregunta.?Crees en el amor? ?Crees en la vida que se esconde en la mirada de la persona que amas?Yo creo en que todos los suenos se pueden realizar, en que todos tenemos derecho de amar, y en que esta vida es perfecta cuando ves la sonrisa de la persona que amas.Por eso y mas, bienvenidos a "Una noche.”Te invito a leer "Una noche" llena de historias que no podras olvidar.

  • El valle sin nombre de Ibon Martin

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    Trescientos anos antes de que la Revolucion Francesa proclame la igualdad entre los seres humanos, un clamor se aduena de los valles vascos: el de los hombres y mujeres que ansian su libertad. Sus anhelos coinciden con un nuevo tiempo en el que las villas asumen el liderazgo frente a la opresiva atmosfera del feudalismo. Con este vibrante telon de fondo, Aitor, un joven campesino, huye de su senor decidido a cambiar su destino. Su lucha sera pronto la de toda una sociedad, que no cejara en su empeno hasta acabar con las injusticias en el mundo rural.

  • Clickbait de Sonia Martinez Martin

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    Katherine tiene una vida perfecta: sale con el capitan del equipo de futbol, trabaja en una revista de moda y estudia la carrera que le gusta.
    Pero un dia todo su mundo se pondra patas arriba y perdera todo lo que le importa.
    Acabara trabajando en el peor antro de la ciudad y compartiendo un piso enano con una ninfomana y un ninato insufrible.
    Y lo que va mal, siempre puede ir peor.

  • Dejemos atras el pasado de Grace Marie March

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    Henry tenia nuevas vecinas, su desconocida hermana y una amiga, quien precisamente poco despues pide trabajo en su empresa. ?Como puede ayudar a su padre despues de descubrir la gran traicion de su madre?
    Cynthia tenia claro que no pensaba aprovecharse de su amiga para ayudar economicamente a su familia, viajaria junto a ella para conocer a su padre y a su hermano, pero no se quedaria en casa esperando que otros solucionaran sus problemas, lo que no esperaba era trabajar para Henry despues de la vergonzosa forma en que se habian conocido.

  • El libro negro de Dross

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    “La vida puede ser una verdadera mierda para algunas, que no la mayoria de las personas. Sin embargo, por lo menos un par de veces, a lo largo y ancho de esa vida, esta elige un dia para demostrarnos que tanto asco puede dar. Esto les pasa a todos y cada uno de los seres humanos que habitan en este mundo, caprichosos o no, malos o buenos, simples o excentricos: todos tienen una probada de que tan mal pueden salir las cosas durante veinticuatro horas.
    Y para mi, ese dia parece que va a ser hoy.”
    En los cuatro cuentos reunidos en este libro escabroso, David Angel Revilla, alias Dross, nos revela detalles perturbadores de la deep web y que la vida jamas es lo que parece y que la existencia humana no es mas que un recorte fugaz y lastimoso del universo.

  • El milagro de amar (Segundas oportunidades 1) de Tracy Jane Warren

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    ?Crees en el amor a primera vista?
    Christian era un empresario solitario y egocentrico que vivia en un mundo sin amor, hasta que en la noche de accion de gracias un accidente cambio su destino al poner en su camino a la patosa, sexy y vulnerable Mary.
    Ambos viviran una apasionada historia de amor, donde el romance y la obsesion les haran cometer errores que deberan pagar con su corazon. Camina junto a ellos por calles nevadas, veladas de en sueno y dulces noches de pasion.
    Rie, siente y emocionate en una navidad donde los milagros se pueden hacer realidad.

  • Los saltos de Sara. La historia completa de Susanna Herrero

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    Este libro es una recopilacion de la historia completa de Sara Summers que incluye los titulos: Los saltos de Sara, Las caidas de Sara, Las decisiones de Sara y Simplemente Sara.

  • Un millon de estrellas de Jamie Mcguire

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    Cuando Elliott ve a Catherine por primera vez, el flechazo es instantaneo: nunca habia captado con su camara una imagen tan triste y a la vez tan hermosa. Ambos se consideran unos bichos raros y la conexion que surge entre ellos es muy especial. Sin embargo, cuando ella mas lo necesita, Elliott se ve obligado a abandonarla.

  • Con R de Rock de Judith Romero Baeza

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  • Los corazones de Ana de Ivette Chardis

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    Una historia de amor con Valencia y Barcelona como telon de fondo.

  • La mitad de la noche de Mayra Montero

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    Un domingo de agosto de 1926, cuando Magdalena Laparra ha vuelto de Cuba para pasar las vacaciones con su familia, coge a sus dos hijos, uno de cada mano, y se mete al mar en la playa de Biarritz con la intencion de ahogarse. La nina de siete anos, Elsa, advierte algo extrano en la actitud de su madre y consigue escapar tras un forcejeo. El nino pequeno en cambio, de solo dos anos, muere ahogado y Magdalena es internada en un psiquiatrico por el resto de su vida.

  • El misterio del marido desaparecido de Margotte Channing

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  • ?De donde vienen las brujas? Los Ausentes de Nesa Costas

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    Hay errores imperdonables y deudas eternas. Con trece anos, Rita traiciono a su familia y a su mejor amigo. A la nina que fue la dieron por muerta, y en su lugar aparecio una enorme mentira.

  • Melodia Inmortal (Lazos Inmortales 1) de Olga Salar

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    Cuando nuestro amor por la musica se vuelve casi una obsesion, la pregunta es muy sencilla.
    ?Que precio estas dispuesto a pagar por ella?
    ?A que serias capaz de renunciar?
    ?Y si con ello perdieras a la persona que mas quieres?
    ?Volveria a amar tu corazon?
    ?Nos dara la vida una nueva oportunidad?
    ?O estaremos condenados eternamente a no escuchar mas que el silencio?

  • Casi Ausente de Blake Pierce

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    Cuando Cassandra Vale, de 23 anos, acepta su primer trabajo como ninera, la asignan a una familia adinerada en una finca rural en las afueras de Paris, y todo parece demasiado bueno para ser verdad. Pero pronto descubre que detras los portones dorados hay una familia disfuncional, un matrimonio perverso, ninos conflictivos y secretos demasiado oscuros para ventilar.

  • Punin y Baburin de Ivan Turguenev

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    Juan Eduardo Zuniga senala en el texto de presentacion de Punin y Baburin (novela inedita hasta ahora en castellano) que “Turgueniev fue testigo de la lenta ruina de la nobleza rusa, aunque distanciado de ella por poderosas razones. Distanciamiento que le permitio captar los rasgos basicos de los rusos del siglo pasado y, al introducirlos en su literatura, escribir una larga historia que ayuda a conocer los origenes de la Rusia actual”. Esta novela es una de sus obras maestras y es tambien uno de sus textos mas autobiograficos, ya que se basa en su cruel madre y en su abuso de los cinco mil campesinos que poseia. Ella tenia un poder absoluto sobre ellos y, cuando se disgustaba, les infligia severos castigos, incluso flagelandolos hasta la muerte.

  • Los que esperan la lluvia de Gabriela Margall

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    Su muerte no tuvo nada de diferente a las otras muertes. Se fue recordando aquello que lo habia hecho mas feliz y que, al mismo tiempo, habia sido su desdicha. Sus familiares lo rodeaban, esperando su muerte. No estaban tristes, su vida habia sido plena, moria simplemente porque los viejitos deben morir. El no veia ni a sus hijos, ni a sus nietos; en la boca tenia azahares que masticaba junto con su saliva, en la piel tenia olor a almendras, en los ojos tenia una mujer que no era nina ni mujer, que era tan blanca como la luna y tan rubia como el sol. La veia sentada junto al limonero, como siempre; con la mirada perdida en el aire, buscando la tormenta. El hombre agonizante sabia que estaba lloviendo. Ella lo miraba, pero no lo miraba; ella queria estar con el, pero no podia. Sintio las manos llenas de aserrin, sintio un abrazo con olor a cebollas y arcilla cocida, un coscorron en la cabeza, una caricia en una mano lastimada, unos ojos que lloraban por una borrachera que no recordaba. Los tambores del candombe se confundieron con los truenos de la tormenta y el llanto de sus nietas. Una mujer le pedia que le hablara; el no podia, tenia la lengua envuelta en azahares y saliva; no sabia que decirle. Hablame. Hablame, por favor. No me mires. Le ofrece su piel para que el escriba, el no sabe que escribir. Alza la mano, suplicando. Ella come limones. Ella levanta el hacha. El inclina la cabeza. El hacha golpea contra su nuca. Brota de su piel barro, sangre, aceite, aserrin, ruidos de candombe, lagrimas, dientes afilados, palabras, truenos y muerte. Capitulo 2 Dos nacimientos El 3 de febrero de 1536 --quiza el 2, sostienen algunos, como si realmente importara el matiz -- se intento fundar una ciudad entre dos infinitos. Sus fundadores, enviados por el rey de Espana, estaban destinados a fracasar. La pequena ciudad murio lentamente sin poder resistir la llamada de los infinitos, que la atraian hacia la tentacion de lo inconmensurable. Los fundadores no soportaron la contemplacion de los enormes vacios y, desesperados ante su fracaso, llegaron a comerse entre ellos. Cuatro anos mas tarde, se decidio que la ciudad estaba muerta, y la abandonaron. Los dos infinitos se tragaron todo lo que pudo quedar de aquella primera fundacion, excepto los perros y vacas, que se multiplicaron a su gusto por la pampa. En 1570, se decidio que naciera la hermanita menor de esa ciudad, cuyos padres fueron paraguayos y estuvieron al mando de Juan de Garay. Su destino no era el fracaso, sino ser los fundadores de una ciudad que estaria bajo la invocacion de San Martin de Tours, que seria famosa por sus buenos aires y sus tormentas. Una ciudad con doble nombre y un puerto que no existia: Ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa Maria del Buen Ayre. En 1782, en Buenos Aires, la hermanita menor, nacio una nina que murio a los siete dias. La nina apenas fue anotada en los registros de la Iglesia de San Francisco de la siguiente manera: "Nacio una nina, hija de dona Maria Adela de la Merced y Martinez, blanca, natural de Buenos Aires, y de don Pascual Jacinto Manrique, blanco, natural de la region de Valencia, Espana". No se anoto su casta como correspondia a cualquier nacida en la ciudad. Y no porque el padre Anselmo fuera descuidado, sino porque su profesion le impedia mentir en los libros parroquiales. Nada prohibia, en cambio, realizar ciertas omisiones. La nina nunca tuvo nombre. Cuando nacio, no hubo exclamaciones de alegria ni rezos al Senor por su salud y la de su madre. Hubo un silencio parecido al que continua al relampago, el silencio que espera al trueno. Despues de muchas horas de dolor y de sangre, dona Adela pario una nina que revelaba el pecado de su madre y su verguenza: la sangre de un mulato. Nadie de la familia se preocupo por la nina, nadie la quiso, nadie rezo por ella, nadie lloro cuando el cajoncito fue enterrado, ni nadie se alegro porque Dios le habia dado alitas para volar hasta Su Presencia. El Senor no le daba alas de angel a una mulatita cuarterona. Doce meses mas tarde, nacio Clara de la Purisima Concepcion Manrique y Martinez, la cuarta hija de los senores de la casa, despues de dos dias de gritos, dolores, ruegos al Senor y muchisima sangre que apenas podia ser enjuagada del cuerpo de su madre. Cuando fue completamente lavada, comprobaron que tenia el pelito lacio y casi blanco, los ojos dorados y la piel parecia hecha de perlas. Fue anotada en el registro parroquial por el cura de la Iglesia de San Francisco de la siguiente manera: <> Etcetera. Su madre la amo con locura: fue su ninita santa. Capitulo 3 Como el sol y la luna Fue llevado por don Pascual hasta una casa enorme con muchas habitaciones y mucha gente. Una mujer de piel muy oscura, mucho mas que la suya, y con olor a cebolla le puso un pantaloncito por orden del amo. Tambien le limpio la cara con un trapo mojado en el agua que contenia un cacharro de arcilla negra cocida. El trapo tenia olor a tierra humeda y, desde ese dia, cada vez que Santiago sentia olor a barro o a tierra mojada por la lluvia, recordaba el dia en el que habia conocido a Clara. --Mira, Clara: !te compre un negrito! El estaba descalzo, con casi todo el cuerpo desnudo. Ella estaba completamente cubierta de puntillas blancas, desde los pies hasta las mejillas. Ni siquiera podia verse si tenia pelo. Los dos parecian de la misma edad. Estaba en brazos de la madre, que lo miraba con diversion y un poco de asco. Clara extendio uno de los brazos hacia el; don Pascual, apoyando las manos en sus hombros lo hizo adelantar hasta su nueva amita. Ella se inclino mas hasta tocarle la marana de pelo aspero que cubria su cabeza. La mano rasco un poco con las unas y se retiro rapidamente. Clara escondio su carita sonriente y rosada en el pecho de su madre. --Vamos a tener que vestirlo, Pascual. --Ya le dije a Petrona que le hiciera ropa. --Y que le de de comer. ?Sabe hablar? ?Como se llama? --Decile como te llamas --le dijo don Pascual empujandolo otra vez. --Santiago, senora. --Es un cuarteron, o quinteron… No me acuerdo. Carabajal se llevaba a la madre a Santiago del Estero, pero no queria tener que llevarlo a el tambien; la mujer iba a distraerse con el crio en el camino. Puede ayudar en la cocina, a Petrona, cebarles mates. --Si, ya vamos a encontrarle un uso. --Y para cuando Clara crezca, la va acompanar a misa. Su negrito de misa. --!Que alegria que lo hayas traido! Mandalo a la cocina asi lo cambian. Ya viene Asumpta, se lo quiero mostrar. --Fue un buen negocio. ?Que te parece, Clara? ?Te gusta tu negrito? La nena se saco la capucha que le cubria la cabeza para responder un fuerte: !si! Santiago nunca habia visto nada igual. Era rubia como el sol y blanca como la luna. Capitulo 4 Palabras con sabor a fruta y a mar --Petrona, ?me contas una historia? --Ya se la conte. --Otra vez, Petrona. Crecieron juntos en el tercer patio, escuchando los cantos de Petrona, que pelaba zanahorias y los vigilaba. Buscaban huevos en el gallinero, espantaban a los patos, andaban descalzos en verano, con los pies llenos de tierra y las manos llenas de duraznos azucarados que le robaban a Petrona, que preparaba dulces. En invierno, gozaban de un postre que les hacia preparar Petrona. Ella dejaba dos tarritos de leche en el patio envueltos en un trapo para protegerlos de las ratas y del perro ratonero. A la manana siguiente, encontraban, los ninos y ella, en lugar de leche, una escarcha blanca a la que batian con todas sus fuerzas, dando saltos y gritos los mas chicos, riendose hasta mostrar los dientes, la mayor. Abrir el tarrito era un sueno: la escarcha blanca se habia convertido en una crema espumosa a la que Petrona, sin sacarla del tarrito, le agregaba azucar y canela. Los dedos de los chicos se congelaban sosteniendo el tarrito, la lengua se les entumecia con la crema fria, y todo el cuerpo se les enfriaba, pero la lena de la cocina ya habia sido encendida por Petrona y no habia nada mas divertido que intentar hablar con la lengua dormida. Petrona no hablaba; ella se limitaba a sonreir con sus ocurrencias. Hasta los catorce anos, Petrona no habia conocido el frio, ni la escarcha, ni la ciudad en la que la lluvia era un estado de animo. Sabia que habia sido capturada por alguien que tenia su mismo color de piel. Habia sido vendida a alguien blanco que la habia llevado a un barco enorme con otros cientos de personas; a algunos los conocia, aunque fingio no conocerlos. Apretados en la bodega del barco, vio a su cuerpo enfermarse y a los otros morirse. Vivio el olor de los cuerpos pudriendose mientras los demas se aferraban a algo --lo que fuera-- para no morir. Petrona no hablaba, solo cantaba en silencio, obligandose a diferenciar lo que pasaba en el barco de lo que pasaba en su mente. Llegaron a una costa y tiraron los cadaveres al mar. El olor de la bodega no mejoro, pero al menos habia mas lugar. Siguieron el viaje. Llego a la ciudad de las lluvias eternas un verano. El barco no llego hasta la costa; bajaron a los pocos sobrevivientes a unos botes para acercarlos. En el horizonte se dibujaba una ciudad planita, celeste, rosada y verde, con cupulas y cruces. La llevaron al asiento negrero. La desnudaron, la palmearon, le marcaron el hombro con un hierro candente para despues colocarle aceite sobre la herida. La marca senalaba su peso y su considerable buena salud. Petrona seguia cantando en silencio, y su silencio era confundido con sumision, por lo que se vendio a buen precio. La compraron unos senores e inmediatamente se la llevaron a su casa, donde la vistieron con polleras y blusas que al contacto con su piel parecieron un rasguno. Una mulata le enseno las tareas que debia realizar y la lengua nueva que debia balbucir. De vez en cuando, le hablaba en su antiguo idioma; los sonidos le recordaban a arboles, a frutas, a animales. Petrona no volvio a hablar con sus antiguas palabras, nunca volvio a pronunciar su nombre. Nunca volveria a su hogar. Cantar era distinto, cantar calmaba las penas. Uno de los hijos de sus amos se aquerencio con ella. Se permitio quererlo porque sabia que eso iba a terminar. Y termino pronto. La vendieron a una familia con una casa enorme, pero vacia, un amo que siempre sonreia, una ama que siempre andaba nerviosa y una anciana a la que se le caia baba de la boca. --Hace mucho tiempo, unos hombres venidos de muy lejos vinieron a fundar una ciudad. La ciudad que fundaron fue tan fea, tan fea, que decidieron dejar morir a esa hijita que nadie queria. Cuando estuvo bien muerta, se la comieron, para que no quedaran restos de esa ciudad tan fea.

  • Catedrales de Claudia Pineiro

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    Una adolescente aparece quemada y descuartizada en un descampado. Treinta anos despues, el crimen sigue sin aclararse y su familia y entorno se han desmoronado.

  • Desaparecido, C. L. Taylor de C. L. Taylor

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    Cuando Billy Wilkinson, de 15 anos, desaparece en mitad de la noche, su madre, Claire, se culpa a si misma. No es la unica en hacerlo. No hay un solo miembro de su familia que no se sienta culpable, y los Wilkinson estan tan acostumbrados a guardar secretos entre ellos que la verdad no empieza a salir a la superficie hasta seis meses despues. Claire esta segura de que sus amigos y su familia no tienen nada que ver con la desaparicion. El instinto de una madre nunca se equivoca… ?O si?

  • Encaje de dos orillas de Mirta Perez Rey

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    En esta novela, Mirta Perez Rey va bordando exquisitamente la distancia entre Espana y Argentina y despliega ante nuestros ojos las voces de estas mujeres inolvidables cuyas vidas, tan semejantes a las de nuestras tias, madres o abuelas, estan hechas con la misma madeja fragil y preciosa con la que se bordan los suenos.

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • El traidor (Amor y Guerra 1) de Alexis J. Regnat

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    Dafne Sevenstons, joven institutriz britanica, se ve obligada a permanecer en la capital del Tercer Reich por cuestiones burocraticas cuando la familia para la que trabaja parte hacia Suiza. Sola en la ciudad, atrapada por azar en un juego de espias, su unica salida es aceptar la proteccion del frio y atractivo coronel aleman Heinrich Strieber, un hombre que oculta un peligroso secreto.

  • El viaje (no) sonado de Christian Martins

    https://gigalibros.com/el-viaje-no-sonado.html

    Su vida profesional va viento en popa, pero su relacion comienza a asfixiarla.
    Ruth tiene que decidir si quiere casarse o no con su novio, Roger, pero para poder tomar la decision correcta decide hacer un viaje que despeje sus ideas.
    Esperaba un lujoso hotel, pero en lugar de ello se encuentra una antigua residencia de ancianos. Ademas, el propietario es un insolente y engreido australiano.
    ?Conseguira aclarar sus ideas en ese lugar?

  • La filosofia se ha vuelto loca de Jean-francois Braunstein

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    Tres debates nos tienen obsesionados: los que se refieren al genero, los derechos de los animales y la eutanasia. Y tres disciplinas politicamente correctas tratan ahora de estas cuestiones en el mundo universitario: gender studies, animal studies y bioetica. Sin embargo, cuando se leen los textos de los fundadores de estos estudios (John Money, Judith Butler, Peter Singer.), se advierte que, detras de las buenas intenciones, acechan consecuencias absurdas.

  • La pieza 25 de Pilar Urbano

    https://gigalibros.com/la-pieza-25.html

    La pieza 25 habla de pactos en la oscuridad, juegos sucios de compraventa de una absolucion, presiones fiscales, amenazas a un juez, estratagemas, guerra entre togas La incisiva y valiente escritora ofrece un documento unico, verdadero periodismo de investigacion en donde todo se narra con intensidad, accion y detalle para que pueda leerse como una novela a pesar de no ser ficcion sino realidad pura y dura.

  • Y una carta de amor (Mis desastres 2) de Marta Lobo

    https://gigalibros.com/y-una-carta-de-amor-mis-desastres-2.html

    Aura queria saber que se sentia al ganar.
    Aura estaba libre para la mayor aventura de su vida.
    Aura no le puso frenos ni a su boca ni a su corazon.

  • En carrera al amor de Mary Kate Williams

    https://gigalibros.com/en-carrera-al-amor.html

    Ella:
    Disfruto del olor de las calles, la emocion y la incertidumbre de correr en la clandestinidad. Me gusta este mundo, pero me mantuve al margen porque aun era joven. Este ano es diferente. Todo es muy diferente. Este ano soy la chica que da la partida. Lo que no estaba en mis planes, era ver el regreso de Felix a las pistas. Yo lo habia visto sufrir, lo vi realmente mal. Ni siquiera estaba segura de que este fuera un buen momento para volver. Pero de alguna manera confiaba en el. Creia en el.
    Si tan solo supiera las veces que me quede viendolo cada vez que podia, las ganas que me daban de acercarme y fundirme en el. Es la tentacion hecha carne para mi.
    Puede que sufra, pero tambien puede que seas inmensamente feliz en el lugar correcto. A mi me parece que eso es lo que voy a vivir.

  • En el oscuro bosque de Sandara de Yaiza Castro

    https://gigalibros.com/en-el-oscuro-bosque-de-sandara.html

    Los habitantes del remoto valle de Sandara sufren, desde hace decadas, extranos ataques de un ser al que ellos llaman la Bestia. La llegada de un joven detective ingles, Alan Wood, al valle para investigar dichos actos, despierta los recelos entre sus habitantes, habituados a esconder secretos demasiado oscuros. Las agresiones, sumadas a la desaparicion de una joven, hacen que el detective se involucre por completo en un misterio que tiene mas aristas de lo que parece en un principio. Los pactos de silencio y los mas terribles secretos hasta ahora escondidos con celo empezaran a desvelarse, asi como la imponente presencia de una chica a la que todas recuerdan pero nadie nombra, por miedo, o… para protegerla.

  • Amor a lo inesperado de Lina Mars

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    Cuando Alicia conoce a un chico en una fiesta a la que va con su amiga Karina, no imagina que terminara perdidamente enamorada de el. Al comenzar el ultimo ano academico, descubre que su nuevo profesor, es el hombre que desea tanto.

  • La dolce vita de Rachel Rp

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    Mudarse al otro lado del pais para vivir con su mejor amigo parecia una buena idea. Lo que no parece tan buena idea es que en la misma casa viva su nuevo jefe.
    Amor, amistad, trabajo, chicos, todo se mezcla en esta discoteca, entra a conocer La Dolce Vita

  • Entre damas anda el juego de Ester Gonzalez Escobar

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    Diana, detective privada, debe investigar a Christine, una supuesta cazafortunas que quiere casarse con Angel por su dinero, mientras lidia con sus problemas de pareja.
    Ayudaran a Diana en su cruzada para desenmascarar a Christine sus amigas: Alex, una madre y esposa trabajadora con una vida aparentemente perfecta que, sin embargo, no es del todo feliz, y Noa, una eficiente y malhablada abogada de empresas, que no es tan eficiente escogiendo a los hombres con los que sale.
    Pero sera Christine quien las descubra a ellas y comenzara una guerra para hacerles la vida imposible, poniendo en peligro lo que mas quieren y convirtiendose en un verdadero grano en... bueno, ya sabeis donde.
    ?Lograran las tres amigas desenmascarar a Christine, sin perder aquello que mas aman por el camino?