• libro el secreto de las abejas - Carlos Laredo

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    Los pintorescos pueblos de Cee y Corcubion, en la bella y salvaje Costa de la Muerte gallega, se ven sacudidos por un atraco millonario en una caja de ahorros local, de cuya investigacion se hara cargo el cabo de la Guardia Civil Jose Souto, conocido por todos como cabo Holmes. El guardia volvera a aplicar toda la perspicacia, perseverancia e intuicion que lo caracterizan y que le han permitido resolver complicados casos en el pasado; sin embargo, en esta ocasion tendra que enfrentarse tambien a sus propias debilidades y vencer una irresistible tentacion para conseguir llegar a un desenlace tan escondido como sorprendente.

  • EL SECRETO DE LAS ABEJAS | GAIL ANDERSON ...

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    12 sept 2002 — El libro EL SECRETO DE LAS ABEJAS de GAIL ANDERSON-DARGATZ en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • El secreto de las abejas (Littera) Tapa blanda - Libros

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  • El secreto de las abejas: Un caso del cabo Holmes ...

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  • El Secreto De Las Abejas:una Historia ... - IberLibro.com

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    Disponible ahora en Iberlibro.com - ISBN: 9788495354778 - Trade Paperback - Maeve Ediciones, Madrid - 2002 - Condición del libro: Near Fine Plus.

  • Libro: El secreto de las abejas - 9788495354778 - Marcial Pons

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  • EL SECRETO DE LAS ABEJAS. Un caso del cabo Holmes

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    Información del libro. GéneroNovela negra, intriga, terror; EditorialSINERRATA; Año de edición2015; ISBN9788415521204; Idioma Español.

  • Libro El secreto de las abejas, Anderson-Dargatz, Gail, ISBN ...

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    Libro El secreto de las abejas, Anderson-Dargatz, Gail, ISBN 47671243. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros ...

  • EL SECRETO DE LAS ABEJAS - CARLOS LAREDO - Agapea

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  • El secreto de las abejas - Librería Luzvi

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    El secreto de las abejas. , Laredo Verdejo, Carlos, 18,75€ ... Otros libros del autor. El rompecabezas del cabo Holmes. -5%. Titulo del libro: El ...

  • el secreto de las abejas - gail anderson dargatz - Libros Alcaná

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    el secreto de las abejas - gail anderson dargatz. ... ISBN: 8478884629 Si desea recoger personalmente este libro en la librería, solicítelo, por favor, ...

  • Tu camino, mi destino (Destino 1) de Marcos Olmos Gonzalez

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    Todas las personas seguimos un camino. En ocasiones, es el elegido por nosotros, sin embargo, a veces, es el camino el que nos elige, quizas por circunstancias de la vida o por algun suceso imprevisto. Marta y Helio son dos personas con caminos muy diferentes. En el plano laboral, el pinta cuadros de chicas desnudas, ella trabaja en el departamento de marketing de una empresa de renombre. En el plano sexual, el disfruta del sexo sin tabues, ella lleva vida monastica a consecuencia de una relacion anterior fallida. El vive en Madrid, ella en Granada. Sin embargo, sus caminos se cruzan y justo en ese momento se produce un caos de acontecimientos regidos por el destino. o por el libre albedrio. tu que piensas ?crees en el destino?Amor, humor, intriga y sexo se unen para dar a luz un libro que te enganchara desde el principio y que te dejara con ganas de mas. bienvenido/a a la saga Destino.

  • La piel del cordero (Entreguerras 3) de Eva Garcia Carrion

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    No es facil sobrevivir a un desamor. Vives sin vivir, con los suenos rotos y el corazon muerto.
    Erroll Flanagan de Lyon creyo firmemente que jamas superaria que Kelsey se hubiese casado con otro hasta que, por avatares del destino, se cruzo con cierta gata.
    Catherine Berrycloth tenia una deuda pendiente con el hombre que le habia robado el corazon. Le devolveria su espada y seguiria adelante, como siempre habia hecho, con la certeza de no poder olvidarlo.
    La ofensiva entre escoceses e ingleses se recrudece, pero Erroll esta decidido a cruzar un pais en guerra para no perder su ultima oportunidad de ser feliz.
    El futuro predice barbarie y muerte. Irlanda parece ser el unico lugar idoneo para empezar una nueva vida.

  • Tiempo muerto de Margarita Garcia Robayo

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    Tiempo muerto es un retrato de la tragedia personal que experimenta una pareja cuyo matrimonio ha llegado al fin del enamoramiento.

  • Justicia criolla. El crimen del extranjero de Nacho Solorzano

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    Ni treinta anos de servicio en la Policia ayudaron al comisario Edgar Augusto Duarte Pereira a reprimir el espasmo de nausea ante la escena repugnante que quedo al descubierto cuando levanto la sabana blanca que disimulaba un bulto de forma alargada. La victima, de sexo femenino, yacia sobre una mancha negra que contrastaba con el arenoso suelo de tono mas claro de la orilla del rio, ligeramente oscurecido por la lluvia que habia caido durante toda la tarde, la misma que habia dado lugar a una noche apacible y llena de estrellas que desentonaba con el horror de la escena. La desnudez de la muchacha, la postura indecente y las heridas y hematomas en areas del cuerpo normalmente privadas atestiguaban que su agresor habia cometido un crimen vergonzoso, empeorado por la garganta rebanada de oreja a oreja, seguramente para acallar sus gritos. El lado derecho de la cara, que parecia dormir apaciblemente, contrastaba con el lado izquierdo, horriblemente hinchado y amoratado, a tal punto que el ojo se distinguia apenas como una rayita bordeada de finos vellos. Tenia la boca cubierta de sangre que habia brotado copiosamente de la nariz, a su vez doblada en un angulo humanamente imposible, claramente rota por un impacto con algun objeto contundente. A pesar de todos los vejamenes, el cadaver parecia delatar el cuerpo de una joven mujer; sin embargo, los gritos desgarradores de la madre --<>--, que llegaban desde detras de los arbustos que ocultaban la escena, mostraban que se trataba todavia de una nina. Asi lamentaba dona Celia la impensable perdida de su hija mayor, Marta, de dieciseis anos. Los vecinos hacian esfuerzos por contenerla mientras que los policias antimotines, que habian llegado al lugar para contener la ira y la indignacion popular, no quitaban los ojos de la muchedumbre. De pie, cortando la carretera, a unos doscientos metros de la escena del crimen, cubiertos con chalecos antibalas y cascos blindados, y armados con macanas de madera y escudos de plastico, estaban listos para atacar, y matar de ser necesario, a aquellos conciudadanos suyos, a los que el deber les exigia proteger. Enfrente tenian una muralla de habitantes del pueblo, armados con escopetas, armas de mano, palos y piedras, dispuestos a no dejarse pasar por encima. La tension entre ambos bandos se sentia en el aire, pesada, como una tormenta a punto de estallar. Policias y pobladores estaban concentrados sobre la carretera que corria paralela al rio, y que atravesaba la aldea, a unos quinientos metros de la entrada de la misma. Ya dentro del pueblo, se transformaba en calle principal y sobre ella, a unos cien metros de la subestacion de Policia, que todavia ardia luego de que los pobladores le prendieran fuego durante los disturbios de la tarde y que nadie se apresuraba a apagar, una segunda barrera de antimotines se encontraba frente a un grupo menor de habitantes. Los cadaveres de los dos policias vapuleados por la turba enardecida y los de los tres bochincheros que los agentes habian logrado abatir antes de ser ellos mismos asesinados yacian frente a la subestacion. Al lado de los agentes, una mancha de sangre y dos trazas largas proveniente de ella mostraban que alguien habia sido arrastrado en direccion a los policias. El herido, cuyo rescate habia sido el punto de partida de los disturbios, iba ya en camino al hospital de la cabecera del departamento en una ambulancia. A unos cincuenta metros calle arriba de la subestacion ardian los restos de un carro incendiado por la turba en su furia. Aquel herido rescatado por los policias era el hombre que la poblacion creia responsable del crimen. La turba lo habia linchado y lo habian dejado, dandolo por muerto, junto a los policias que lo custodiaban cuando habian sido obligados a retroceder por el contingente de antimotines completamente equipados que se habia abalanzado sobre ellos. Para sorpresa de los oficiales, a pesar de las graves heridas, el presunto asesino estaba todavia con vida, aunque inconsciente, y habian logrado sacarlo del pueblo para transferirlo a la ambulancia. Mientras tanto, al otro lado del pueblo, el comisario intentaba hacer sus constataciones o, mas bien, pretendia memorizar lo mejor posible la escena del crimen, pues los pobladores no habian permitido que llevara ni siquiera un lapiz y una libreta para tomar notas, ni pensar en una camara. El cadaver se encontraba a no mas de diez metros de la carretera, oculto por una hilera de espesos matorrales que crecian a lo largo de la via ocultando el rio de la vista de los pasantes. La barrera vegetal se detenia a unos tres o cuatro metros del agua, donde comenzaba una leve pendiente que marcaba el borde del rio cuando este estaba lleno. Era en esta especie de playa, cubierta de una fina mezcla de tierra y arena de color normalmente beis, pero que se oscurecia al estar mojada, donde el cadaver habia sido descubierto por los pobladores luego de haber constatado la desaparicion de la muchacha. El policia se agacho para ver mejor la escena del crimen mientras se ponia un par de guantes de latex. Miro sobre su hombro y saco un hisopo, cuya cabeza de algodon estaba cubierta con un pequeno tubo de plastico que se cerraba en un extremo para proteger las muestras asi tomadas. Abrio el tapon hermetico y empujo la barita dejando al descubierto la cabeza. Lo acerco a la intimidad de la muchacha para recoger una muestra, pero el clic de un arma que se amartillaba detras de el lo hizo detenerse en seco. --Chonte morboso. Ver y no tocar fue el trato en que quedamos, ?no? El comisario, que se habia detenido en seco en la maniobra, ni siquiera se digno en volver a ver al muchacho que le apuntaba con el arma. Mas que asustado estaba indignado, y no por que le apuntaran con un arma por la espalda, sino porque lo trataban de <>, el termino despectivo usado en la region para referirse a los policias. --Necesito muestras para que las analice el laboratorio. Ustedes dijeron que querian que metieramos en la carcel al que hizo esto, entonces dejenme trabajar. --La mama se opone a que le pongas una mano encima a su hija y, si ella lo hace, nosotros tambien. De todas formas, el hijueputa que hizo eso ya se quedo tieso. Asi que... --el comisario sintio el acero del arma en el cuello--. Ver y no tocar. Duarte suspiro porque a pesar de no estar en lo mas minimo impresionado con el tono amenazante de aquel muchacho, que seguramente no tenia ni idea de a quien se dirigia, sabia muy bien reconocer una partida perdida cuando veia una, en especial al encontrarse del lado equivocado de un arma de fuego en manos de un inexperto. A su interlocutor no le faltaba razon: una de las condiciones para que los enardecidos pobladores le dejaran entrar a ver el cadaver era que no llevara nada y otra era, efectivamente, <>. En lugar de poner el hisopo en el cuerpo de la muchacha, lo metio en la arena al lado del cadaver, lo saco, lo cerro y se lo metio de nuevo al bolsillo. --Podria ser mi hija --dijo el comisario mas para si mismo que para continuar la conversacion con el pistolero. En efecto, desde que habia levantado la sabana una imagen perturbadora se habia fijado en su mente: la cara de su hija de quince anos en aquel cuerpo martirizado. Sintio el arma despegarse de su cuello. --Podria haber sido mi hermana --replico la joven voz detras de el en un tono comprensivo. El comisario escucho el ruido del martillo que volvia a su lugar. --?Y estan seguros de que fue ese hombre el que le hizo eso? --Aqui todos nos conocemos y el es el unico que no es de aqui que andaba en el pueblo. No puedo creer que tus cuates se lo hayan llevado vivo, pero del hospital no sale ese hijueputa. Visto como lo dejamos. --Pues, si fue el, que bien que le hayan quebrado el culo. Yo lo que tengo que hacer aqui es asegurarme de que... --un ruido de pasos le indico que se habia quedado hablando solo-- las pruebas confirmen que fue el para que no los vengan a chingar a ustedes luego --pronuncio las ultimas palabras en un susurro, para si mismo. Durante toda la conversacion no habia logrado apartar la vista del cuerpo de la muchacha, en la que no dejaba de ver la cara de su hija. Tal era el clima en el cual el comisario Duarte Pereira debia conducir su indagacion. El era el unico investigador de la Policia Nacional al que la poblacion de Arretenango habia permitido llegar hasta la escena del crimen. La autorizacion habia llegado despues de casi seis horas de negociaciones conducidas por un representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos llegado desde la capital por helicoptero. Varias flores habian sido depositadas sobre la mancha de sangre en la que el cuerpo yacia y algunas veladoras habian sido habian sido encendidas por parientes y amigos de la victima, lo cual mostraba que la escena del crimen habia sido tan violada como la pobre muchacha y que lo que se podia encontrar en los alrededores no solo podia venir del asesino, sino tambien de aquellas bienintencionadas personas o incluso de los chuchos que vagaban por alli. Un tufo a amoniaco, que se mezclaba con el olor a sangre y el hedor a descomposicion que comenzaba a emanar del cuerpo, delataba que hasta algun gato errante habia dejado ya su contribucion. --Una investigacion tecnica e imparcial --se repitio el comisario, en un susurro, la instruccion que le habia dado el representante de la Procuraduria, al tiempo que negaba con la cabeza--. Se me hace que nos la vamos a tener que echar como en los tiempos de la contrainsurgencia. La reflexion se referia a aquellos anos, los de la epoca mas dura de la guerra civil, cuando la forma de <> era elegir al culpable, plantar las pruebas y luego presentarlas en un simulacro de juicio, que no era mas que un intercambio interminable de expedientes entre funcionarios judiciales que, a veces intimidados pero la mayor parte del tiempo corruptos, terminaban por fallar en favor de la autoridad acusadora o de quien quiera que fuera que hubiera dado la mordida mas grande. La presuncion de inocencia habia sido en aquellos tiempos una utopia, ya que la funcion de los mal llamados jueces era simplemente justificar los abusos innombrables que en nombre de la lucha contrainsurgente cometian las fuerzas del orden, convertidas en el aparato opresor del Estado. No era raro en aquellos tiempos que los pobres miserables que tenian la desgracia de cruzarse en el camino de la temida maquinaria judicial fueran presentados como criminales degenerados en lugar de politicos, sindicalistas o simples ciudadanos perseguidos, a veces por sus ideologias y otras por el simple hecho de haber cruzado una mirada con la persona equivocada. A pesar de las evidentes dificultades, la <> era una de las condiciones que habian sido acordadas entre el representante de la Procuraduria de los Derechos Humanos y los lideres de la muchedumbre para detener los disturbios generados por la colera de los vecinos, que habia empeorado luego del rescate del pobre infeliz acusado del crimen, lo que habia frustrado sus intenciones de quemarlo en la calle principal del pueblo. La furia colectiva se habia enardecido aun mas al darse cuenta de que los policias no habian rescatado un cadaver, sino un herido de gravedad que habia sido puesto en una ambulancia en direccion al hospital de Chepiltenango, cabecera del departamento donde se encontraba Arretenango.

  • La boca roja del Riachuelo de Graciela Ramos

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  • El Fin de la Noche de Javier Pina Cruz

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    Rowan, es una criatura sobrenatural de ochocientos anos cansada de la guerra que esta librando solo anhela volver a sentirse como lo que un dia fue.
    Para ello, necesitara a su peor enemigo, para lograr su proposito.
    Para lograr su proposito necesitara la ayuda de su peor enemigo
    Matt es un lider entre los suyos, orgulloso, recto, que, tras la perdida de su familia y de su prometida, decide poner fin a su estilo de vida, el desea ser como todos los demas.
    Ambos,por distintos caminos, llegan a un monasterio donde una vieja leyenda cuenta que podrian tener todo cuanto desean.
    Pero cual sera su sorpresa, cuando descubran los requisitos para convertir en realidad sus aspiraciones seran sorprendentes.
    Seran enviados a distintas epocas donde deberan probar su valia y quiza su amor.

  • De nosotros los hombres de Javier Figuero

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    Narraciones cortas prenadas de ironia y humor negro, aconsejables para entender las relaciones entre los hombres y las mujeres de hoy en dia. Es verdad que no siempre es fundamental que coincidan los dos agentes en un tiempo y un lugar, pero lo contrario resultaria mucho mas aburrido para ambos generos. Un ejercicio de estilo personalisimo que redescubre la importancia de la sorpresa argumental. Los que nos conceden ahora su atencion con estas lineas, podrian desde luego prescindir de este libro, pero renunciarian con ello a una oportunidad unica de divertimento y de provocacion a su misma inteligencia.

  • Reciclando el amor de Krista E. Mollet

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    No tenia suerte en el amor, al menos eso es lo que creia ella capaz de soportar cualquier cosa con tal de no estar sola… pero algunas veces el pasado puede llamar a la puerta.

  • Lo que tu digas, corazon de Mercedes Barreiro

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    Un paseo por el corazon Monica, una mujer de casi 50 anos, felizmente casada con un hombre maravilloso y madre de dos hijos, se sorprende a si misma sintiendo atraccion por las mujeres. Un paseo con alas y sin anclajes. Cargado de miedo, pasion y dolor. Pero sobretodo de amor.
    “!Era por ella por quien sentia atraccion! La mire muchas veces e intente razonar, pero cuanto mas la miraba, mas intenso se hacia ese pensamiento”.

  • El Mandamas de Clara Montecarlo

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    El era el Alfa y el Omega.
    Y todo con lo que una mujer podia sonar.

  • La felicidad es un te contigo de Mamen Sanchez

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    EL despacho del inspector Manchego no era un despacho propiamente dicho, sino mas bien una sala diafana dividida en varios cuadrilateros separados por delgados paneles de pladur, muy practicos, eso si, donde cada cual era libre de fabricar su propio collage de recortes, fotografias, notas con mensajes urgentes, felicitaciones de Navidad, informes policiales y listas telefonicas de restaurantes con envio a domicilio. La distribucion recordaba bastante a la de los probadores de algunos centros comerciales en los que, inevitablemente, dado que carecen de techo y de cualquier sistema de aislamiento acustico, se escuchan comentarios tremendamente indiscretos sobre los diversos tipos de frutas y embutidos con los que puede compararse la anatomia femenina moldeada por un pantalon demasiado estrecho. La diferencia era que alli, en lugar de catastrofes esteticas, se ventilaban asuntos de otra indole; mas del tipo violencia y malos tratos, robos con intimidacion, asaltos a cajeros o peleas callejeras. Palabras como <>, <>, <> y <> saltaban de un cubiculo a otro como pulguillas en un colchon infesto. Tampoco se llamaba Manchego, pero el inspector, cuyo verdadero nombre era Alonso Jandalillo, fantaseaba con la idea de parecerse al Quijote no solo por la coincidencia del patronimico, sino tambien por la inmortalidad de sus gestas --a pesar de que hasta el momento su historial no reflejaba ninguna digna de mencion--, y por ese motivo habia adoptado el alias Manchego en las dos o tres operaciones de campo en las que habia intervenido. Que bien sonaban aquellas tres silabas acompanadas del ruido de fondo del walkie-talkie. A veces, el, que era un hombre de accion por mucha barriga que estuviera echando ultimamente, se lamentaba del sedentarismo al que le obligaba su comoda tarea de despacho en aquella comisaria de barrio a la que lo habian destinado el dia en que cumplio los cincuenta y quedo exento de patrullar las calles de Madrid. Anoraba el subidon de adrenalina que experimentaba al volante de su coche oficial con la sirena a todo volumen y el altavoz intimidatorio: <>. Por eso, la irrupcion imponente del senor Marlow Craftsman y de su interprete, el senor Bestman, en los tres metros cuadrados en que consistia su finca, ambos con traje de chaqueta de tweed y chaleco, maletin de cuero negro, zapatos caros y gabardina gris, le devolvieron la esperanza en aquella profesion que tanto le apasionaba a pesar de que la mayor parte del tiempo no le daba mas que disgustos. Sintio el impulso de levantarse a recibirlos, pero se contuvo a tiempo. Un inspector de policia no es un hombre de negocios, se recordo, no estrecha manos, no sonrie, ni siquiera interrumpe el ritmo mecanico de su teclado. A lo sumo, y como muestra maxima de cortesia, se quita el cigarrillo de la boca y lo golpea un par de veces contra el borde del cenicero, se aclara la garganta con un carraspeo y luego dice: <>. Entonces, una vez que los ojos de los visitantes se encuentran al mismo nivel que los propios y ya no hay modo de que lo intimiden a uno mirandolo de arriba abajo, puede elevar la cabeza y preguntar: <>. Marlow Craftsman rondaba los sesenta anos de edad, a juzgar por las lineas de expresion que rodeaban sus ojillos de rata. Estaba palido como un fiambre, tenia la piel del mismisimo color del jamon cocido y sus labios eran tan estrechos que parecian haber sido dibujados con tiralineas. El interprete era algo mas joven, pero igual de rosa. Tenia mas pelo, gris y negro, y usaba gafas para ver de cerca. --Permitame presentarle a mi jefe --dijo Bestman en un espanol gramaticalmente impecable y acusticamente horripilante--: Mister Marlow Craftsman, de Craftsman&Co. El inspector puso cara de bobo. Lo noto perfectamente. Por la emocion con la que el sujeto habia pronunciado aquel nombre, seguido de un silencio prolongado para dejar rebotar el eco de su voz en el pladur, lo mas probable era que se hallara ante un magnate de las finanzas. Sonaba a banco. Un banco de esos que llevan mas de ciento cincuenta anos en manos de la misma familia de aristocratas ingleses. Porque no cabia duda de que aquellos dos especimenes eran hijos de la Perfida Albion; de ahi sus aires de superioridad y la marca Hamilton de sus relojes, aguda observacion de la que mas tarde tendria tiempo de jactarse, cuando rememorara la escena. --Aja --respondio sin anadir ningun comentario, dado que no tenia ni la mas remota idea de que significaba aquel nombre. --Mr. Craftsman viene de Londres para denunciar la desaparicion de su hijo Atticus Craftsman. Puesto que la ultima residencia conocida del joven senor Craftsman se encuentra en el numero 5 de la calle del Alamillo, hemos sido advertidos por Scotland Yard de la conveniencia de abrir diligencias aqui, en su comisaria, por ser la mas cercana a su domicilio. --?Les envia Scotland Yard? --Aquello prometia. --No exactamente, senor Jandalillo... --Inspector Manchego --le interrumpio el policia. --No exactamente, inspector Manchego --repitio el otro--. Simplemente, hemos sido derivados aqui por la oficina de alla. --Entiendo. --El caso es que el senor Atticus Craftsman lleva tres meses sin dar senales de vida. La ultima comunicacion que establecio con su padre fue a traves de un mensaje telefonico el pasado 10 de agosto. --?Podria escuchar el mensaje? --pregunto Manchego. --Esta en ingles --respondio el interprete al tiempo que abria su maletin y sacaba un smartphone de ultima generacion. Apreto varios botones. Acerco el dispositivo a la oreja del inspector y contuvo la respiracion. Manchego escucho una voz nasal, como de persona constipada, sobre un ritmico sonido de fondo, una especie de lamento o de oracion, y los acordes de una guitarra. Por supuesto, no entendio una sola palabra de lo que decia el interlocutor, pero si pudo intuir que no se trataba de ningun mensaje de socorro porque no habia angustia en el tono de voz. Tambien por la noche, al recordar este detalle, se felicitaria por sus dotes de investigador. --?Que dice? --Tuvo que reconocer que el idioma ingles era su gran asignatura pendiente. --Dice textualmente: <>. El inspector, automaticamente, dirigio una mirada inquisitiva al senor Craftsman. El hombre, a su vez, tenia sus ojillos colorados clavados en los del inspector. --?Y bien? --lo interrogo--. ?Sabe a que se refiere? El interprete tradujo. El senor Craftsman respondio. --Mi jefe dice que probablemente se refiera al trabajo del que se estaba encargando en Madrid. Manchego se echo para atras. Despues de todo, iba a resultar que este caso era como todos. Asuntos feos de estupefacientes y ajustes de cuentas. --Senor Crasman --lo increpo--, ?esta su hijo involucrado en el trafico de drogas? --!No, por Dios! --respondio Bestman sin traducir siquiera--. El joven senor Craftsman, al igual que su padre, aqui presente, su difunto abuelo y todos sus antepasados por linea paterna hasta el siglo XVII, se dedica al negocio editorial. --Entiendo --dijo Manchego. --Es un joven respetable, educado en Exeter College, Oxford, con un expediente academico sobresaliente y una trayectoria profesional intachable. Nunca se ha visto envuelto en ningun asunto turbio de ninguna clase. El es la victima, no el sospechoso. El inspector Manchego le dio una larga calada a su cigarro. Habia dado un paso en falso, cierto, pero es que, segun les explico a los ingleses, era necesario explorar todas y cada una de las posibles causas de una desaparicion, hasta las mas inverosimiles. --Hay que ir descartando opciones --sentencio. --El senor Craftsman se inclina mas bien por la eventualidad de un secuestro --respondio el traductor. --?Por que? --quiso saber Manchego--. ?Han recibido ustedes alguna llamada exigiendo un rescate? ?Tienen alguna prueba de que el joven haya sido retenido en contra de su voluntad? --Lo cierto es que no. --Entonces, cinamonos a los hechos y no divaguemos, senores mios. Era importante mantener siempre una posicion de dominio sobre el ingles, se dijo Manchego. Abrio el programa informatico que contenia los formularios de denuncias, selecciono la pestana <> y escribio: <>, aunque luego lo cambio por <> a instancias del traductor: El denunciante, Marlow Craftsman, denuncia la desaparicion de su hijo, Atticus Craftsman, de treinta anos de edad, un metro ochenta y siete, de complexion mas bien robusta, rubio, ojos verdes, ligera cojera por una antigua lesion de remo... Se detuvo y fruncio el ceno. --?De remo? --Asi es. Una rotura de tendon. Manchego se imagino al joven remando en una trainera por el rio Tamesis. La espalda musculosa, los hombros vigorosos, los brazos fornidos, pero ?las piernas? Casi no se utilizaban las piernas en una trainera. Mentalmente apunto: <>. ... siendo la ultima direccion conocida del joven senor Craftsman el segundo derecha del numero 5 de la calle del Alamillo, Madrid, y habiendose puesto en contacto con su padre por ultima vez el dia 10 de agosto de 2012 a las ocho de la noche, hora de Londres. Se detuvo un momento. Vacilo. Despues tecleo la ultima frase: No hay indicios de que el caso tenga relacion con el trafico de drogas. --Muy bien, senores --dijo despues de tomar aire--. Tramitare la denuncia hoy mismo y la investigacion dara comienzo cuanto antes. Recibiran noticias mias muy pronto. Hizo ademan de levantarse a despedirlos, pero al ver que los dos hombres permanecian sentados regreso a su silla de inmediato. El senor Craftsman daba indicaciones al traductor. Muchas.

  • Cuando acabe el invierno de Angela Drei

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    Alex bajo del taxi frente al portal de la casa de Marie. Volvio a mirar el ramo de flores que habia comprado. Siete rosas rojas, una por cada mes. Recordaba el primer dia en que ella aparecio en su cafeteria con su gran bolso azul y sus gafas de sol. Habia cambiado mucho desde entonces. Ya no se escondia tras unos cristales oscuros, no tenia ojeras y su vestuario se habia llenado de color. Hasta su pelo era diferente. Sonrio como el bobo enamorado que era y toco el boton del videoportero mientras escondia las flores a su espalda. Marie le esperaba en la puerta, y el la siguio al interior con una sonrisa traviesa. En cuanto estuvieron dentro, Alex le entrego el ramo de flores. Ella las observo sorprendida. Siete rosas de un vivaz color rojo. Fruncio el ceno sin entender y lo miro en espera de una explicacion. --Hoy hace siete meses que apareciste en mi cafeteria. ?No te acuerdas? Alex disfruto al ver como ella se ruborizaba. No, estaba claro que no se acordaba. Pero el no se enfado, al contrario. Se sintio orgulloso y feliz de haberla sorprendido. --Vaya, asi que te has olvidado. --Lo siento, de verdad. No recordaba la fecha. --Pues algo tendras que hacer para que te perdone. Marie sonrio con coqueteria al ver como el le guinaba un ojo ladeando su sonrisa. Habia vuelto a ser el hombre sexi y atrevido de siempre. No quedaba ni rastro de aquella mirada triste, la que aparecia cuando los recuerdos del pasado llegaban si avisar. --No se que puedo hacer. Podemos salir y comer algo fuera..., o tal vez podemos quedarnos... El no la dejo continuar. Con un beso interrumpio lo que fuera que iba a decir y las rosas acabaron aplastadas entre ellos. --Las flores, deja que las coloque. Marie trato de apartarse un poco, pero el la tenia sujeta por la cintura con firmeza. --Te comprare mas. Te comprare flores cada dia --dijo sin separarse de ella--. Celebraremos el primer dia que te hice el desayuno, nuestra primera cita, la primera vez que te lleve en mi moto. Mientras hablaba, iba dejando besos desde su cuello hasta su hombro, y desabrocho el primer boton de su camisa para poder tener mas piel cerca de sus labios. Ella rio cuando sintio sus dedos cosquillear en su cintura subiendo la tela y entonces Alex se aparto lo suficiente para mirarla. --Me encanta escucharte reir. Adoro tu risa. --Y era cierto, la habia visto llorar incluso antes de saber su nombre y habia odiado cada lagrima que oscurecia su preciosa mirada de chocolate. Ahora tenia entre sus brazos a una Marie muy distinta, ligera y sonriente, vibrante como esas zapatillas con rayas doradas que se habia comprado el fin de semana anterior. Marie aprovecho ese momento para escabullirse y fue a la cocina. Antes de que las rosas estuvieran en un jarron con agua, Alex ya habia llegado y la envolvia entre sus brazos. --No te escapes --le rino mientras se colocaba tras ella. --Deja que las ponga en agua. --Solo si me prometes hoy no salimos de casa. --Esta bien, no salimos --acepto ella mientras colocaba las flores en un sencillo jarron de plastico junto a la ventana de la cocina--. ?Que quieres comer? ?Comida china, pizza, sushi? ?Que pedimos? --Tengo delante lo que quiero comer. Marie abrio mucho los ojos y fue a decir algo mas, pero el la cogio en brazos y cargo con ella hasta el dormitorio. --Vamos, galletita, me muero de hambre. --?Galletita? --Si, galletita. Estoy pensando que quiza con un poco de chocolate... ?Tienes sirope? ?Nata? Marie sintio como sus mejillas ardian y oculto el rostro con las manos. --No tengo de nada. Intento hacer dieta. --?Dieta? ?Para que? Mientras esperaba una respuesta, Alex no se quedo quieto. Fue desabrochando el resto de los botones de la camisa que ella llevaba y bajando por la linea de su esternon hasta descubrir su ombligo. --Pues veras, por culpa de alguien que conoces, los pantalones me quedan tan estrechos que no puedo casi abrocharmelos. --?Que pantalones? ?Estos? Alex se puso de rodillas entre sus piernas y desabrocho el boton de los vaqueros que ella llevaba puestos. --Tengo una solucion mejor: tira estos pantalones a la basura. Se inclino hasta dejar un beso en su estomago y ella intento incorporarse. --No es gracioso --dijo fingiendo mas enfado del que sentia. --No. No es gracioso. --Alex, deja de hacer el tonto y escucha. --Esta bien, te escucho --acepto y volvio a sentarse en la cama, aunque en lugar de mirarla a los ojos se quedo prendado del sujetador gris oscuro que resaltaba sobre su piel, tan palida como el azucar. --!Mirame a los ojos! --No puedo --dijo echandose a reir. Marie cogio la almohada y le golpeo, pero el era mucho mas grande y con un solo movimiento la tuvo inmovilizada bajo su cuerpo. --Estas preciosa. A mi me gustas. --?Te gusto gorda? --No estas gorda, Marie. Pero es que aunque lo estuvieras me daria igual. --Ya, seguro. --No estas gorda --repitio muy serio--. Y quitate los vaqueros. --?Que me quite los vaqueros? --?No te quedan estrechos? Pues quitatelos. O mejor, te los quito yo. Alex la sujeto de los tobillos y bajo los pantalones hasta conseguir deshacerse de ellos. Cogio uno de sus pies y beso con cuidado sus dedos. Llevaba las unas pintadas de rojo oscuro. Le encantaba que fuera tan coqueta: a Marie le gustaba llevar las unas de colores, aunque no llevara sandalias y nadie las viera. Eso era perfecto, porque sabia que ahora ella se ponia guapa para sentirse bien, no para agradar a los demas. --Eres tan suave… --susurro pasando los labios por su tobillo. Marie sintio un escalofrio cuando el aliento de el le hizo cosquillas. Su boca iba subiendo muy despacio dejando un camino de besos por el interior de su pierna. --?Sabes? Conozco una forma de quemar calorias. Alex dio un pequeno mordisco en su muslo antes de mirarla. --?Si? ?Cual? --pregunto Marie con un jadeo. --Primero tienes que quitarte toda la ropa. Mientras ella se dejaba desnudar, el no dejaba ni un trozo por besar. Era su plato preferido, su dulce Marie, la que habia conseguido atraparle y llenar su corazon. Siete meses. Todavia le costaba pensar que no estaba solo. Como su hermano le habia dicho, ella habia llegado para dinamitar los muros que habia construido, y ahora tenia que volver a aprender a vivir sin miedo a sentir. Podia ser feliz. Era como lanzarse del trampolin a diez metros. Daba miedo, pero sabia que merecia la pena esa sensacion de zambullirse y sentir cada musculo del cuerpo cargado de energia. Marie sintio sus manos, sus besos, que recorrian su piel hasta que todo fue calor. Su corazon latia cada vez mas rapido. No solo era sexo. Con Alex se convertia en una experiencia divertida donde ella podia devolverle cada caricia. El nunca ponia mala cara, nunca fruncia el ceno, ni siquiera cuando ella se echaba a reir de forma escandalosa porque le hacia cosquillas al besar su cadera. El sexo era genial con Alex. Vivir a su lado era genial. Se sentia segura y querida. No se avergonzaba si no llevaba la ropa interior conjuntada, si habia escogido un sujetador demasiado sexi o si ese dia estaba cansada y queria pasar la tarde viendo la tele con una vieja camiseta. Con el podia ser libre. --!Alex! --se le escapo un grito y rodeo sus caderas con las piernas para atraerle mas cerca, tanto que no habia ni un centimetro entre sus cuerpos. El tenia el cabello revuelto, respiraba agitado y en cada movimiento mezclaba sus jadeos. La beso largo y despacio. Su ritmo era lento, saboreaba cada gemido de ella. Terminaron temblando y sin aliento. --Dios, Marie, creo que no deberia haber ido a la piscina hoy. Si muevo cualquier musculo, voy a terminar desmayado. --Ha sido culpa tuya. Yo solo queria quedar a comer --repuso Marie. Alex habia terminado tumbado boca arriba en la cama, sin preocuparse por cubrirse con las sabanas, y su abdomen todavia subia y bajaba muy rapido. --?No te ha gustado? --pregunto mientras se ponia de lado para poder atraparla y volver a tenerla cerca. --No he dicho eso. El unico que te has quejado eres tu. --Llevas razon. Me quejo --dijo y la beso--. Me quejo de que eres tan suave que no puedo quitarte las manos de encima. Me quejo de que desde que te veo tengo ganas de desnudarte y hacer mil flexiones contigo. Y sobre todo me quejo --anadio mientras golpeaba con el dedo indice su nariz--, de que eres una cabezota que no quiere vivir conmigo y me hace ir todo el dia de aca para alla perdiendo un tiempo precioso que podriamos gastar en otras cosas, cosas interesantes como estar en la cama, en la ducha o sobre la alfombra del salon

  • Incienso (Reyes Magos 2) de Judith Romero Baeza

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    Gaia Kinov no sabe si ha hecho lo correcto al saltar por la ventana del colegio de magos, dejandolo todo atras. Pero ahora que se ha encontrado con un brujo sexual de lo mas apetecible que esta en deuda con ella, y que su amiga Dragius se ha comprometido a ayudarla, su unico objetivo es encontrar a sus hermanas, Juno y Alethea, y liberarlas al fin.
    Baltasar deberia estar ayudando a restablecer el equilibrio del Pacto Sagrado, que Alexander rompio, para que todos los deseos de la humanidad se sigan cumpliendo. Tendria que cesar en la busqueda inutil de su bruja. Pero los increibles ojos bicolores de Gaia no dejan de colarse en sus suenos… y no son suenos agradables. Necesita encontrarla para saber que ocurre y no dudara en utilizar todos los medios que esten a su alcance.

  • Callame con un Beso de Blue Jeans

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    El tiempo pasa en la vida de Paula. Nuevas experiencias, nuevos amigos, nuevas dificultades... la distancia es mal rival para el amor. Tendra que tomar decisiones importantes, pero ninguna de ellas sera facil. Y menos despues de todo lo que pasa en Londres... Alex esta empenado en convertirse en un gran escritor, aunque tiene otras cosas en su mente que le preocupan. Diana y Mario, por su parte, se veran envueltos en situaciones al limite donde deberan elegir cual es la mejor opcion. Las Sugus se han distanciado, pero... ?algun dia podrian volver a unirse? En aquellos dias de diciembre, parece muy complicado...

  • Mi luna de miel contigo (Amores imprevistos 2) de Emma Colt

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    Un encuentro inesperado. Una vieja llama. Una venganza por cumplir.

  • Un pretendiente para la senorita Bowler de Ana F. Malory

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    Continua la rompedora serie de <>, creada por catorce autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • Bajo sospecha de Brian Freeman

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    Novela ganadora del Thriller Award for Best Hardcover Novel en 2013.

  • Comunidad de Ann Patchett

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    Un domingo por la tarde en el sur de California, Bert Cousins aparece sin invitacion previa en la fiesta del bautizo de Franny Keating. Antes de terminar el dia, ha besado ya a la madre de Franny, Beverly, y ha puesto en marcha la disolucion de dos matrimonios y la union de dos familias. Comunidad explora los ecos que este encuentro fortuito despierta a lo largo de cinco decadas en la vida de los cuatro progenitores y los seis hijos involucrados. Los ninos Keating y Cousins pasan los veranos juntos en Virginia, donde forjan un vinculo duradero basado en la desilusion respecto a sus padres y el afecto extrano y sincero que crece entre ellos. Cuando Franny, a los veinte anos de edad, comienza una relacion con el legendario autor Leon Posen y le habla de su familia, la historia de sus hermanos deja de pertenecerle. La infancia de Franny se convierte en la base de un libro de gran exito de Posen, lo que termina por llevarlos a aceptar sus perdidas, sus sentimientos de culpa y el vinculo profundamente leal que sienten entre si. Contada con tanto humor como desgarro, Comunidad es una reflexion sobre la inspiracion, la interpretacion y la propiedad de las historias. Es un relato tierno y brillante basado en los grandes lazos del amor y la responsabilidad que nos unen.

  • Igual que ayer de Susana Mohel

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    Conoci el paraiso solo para ser expulsada de este, al igual que Eva, quien tuvo que pagar por sus errores.
    Tenia la vida perfecta, en el lugar correcto.
    Eso era lo que todos veian. Sin embargo, eso no era mas que un espejismo, el reflejo del sol sobre la arena del desierto, un castillo de naipes que no resistio la envestida del viento. ?Ven? Lo que tengo dista mucho de ser maravilloso.
    Deambulo perdida en un mundo que desconozco, difuminada entre las sombras de la rutina y la soledad.
    Sin embargo, estoy decidida a seguir adelante, a encontrar eso que llaman felicidad, jugando con piezas que jamas crei que arriesgaria.
    Quiero que la primavera vuelva a mi vida, porque el sol sale para todos cada manana, igual que siempre, igual que ayer.

  • Fran o Francesca de M. N. Mera

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    Esta no es una sinopsis cualquiera, creo que Fran se merece algo diferente, igual que su historia, de modo que en vez de escribir una sinopsis al uso, voy a plasmar la opinion de una lectora que lo explica mucho mejor que yo. Firmado. Maria N.Mera.

  • La llamada de la noche (Nocturnos 1) de Antiliados

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    En las salvajes tierras de Alaska, vive una familia que crecio aislada de la civilizacion.
    Billy Lowell, su mujer Ely y sus cinco hijos, cuatro chicos y una chica, han pasado los ultimos anos sin ningun tipo de contacto con el mundo exterior, a excepcion de unas cuantas ocasiones en las que se han tenido que trasladar a los pueblos cercanos para obtener herramientas o enseres que el bosque no les proporciona.
    Los Lowell se veran alterados con la llegada a sus vidas de una chica que precisa de su ayuda, Amanda. Ella aparecera de la nada trastornando su rutina y exponiendo su secreto.
    Ante esta circunstancia, el segundo de los Lowell, James, no comprende el sentimiento que ha despertado en su interior esa muchacha ni los instintos primitivos que han emergido a la superficie por su culpa.
    La cuenta atras ha dado comienzo y James conocera a la mujer que lo cambiara todo; esa persona por la que vale la pena parar, respirar y valorar lo que realmente importa: el amor.
    Pero, ?y si eso no es suficiente para alcanzar la paz y felicidad que tanto ansian? La guerra esta a punto de dar comienzo, y puede que lo que sienten el uno por el otro no sea suficiente para ganarla.

  • Por una mentira de Sophie Saint Rose

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    Tabitha colocaba el expositor y cuando vio llegar a la senora Morley gimio dejando el pollo que tenia en la mano, para incorporarse y mirarla por encima con una sonrisa en los labios que no llegaba a sus ojos violeta. -- Buenos dias, senora Morley. --Buenos dias, nina. -- respondio mirando la mercancia con su ceno fruncido. La senora Morley era una de sus clientas habituales, pero para venderle una pechuga de pollo se pasaba en la carniceria una hora y queria que le mostrara todo el genero. A sus casi noventa anos decia que no podia meterse cualquier cosa en el cuerpo, asi que la torturaba todo el tiempo que le daba la gana. Tabitha suponia que no tenia mucho mas que hacer que darle el conazo. -- ?Que le pongo hoy? -- dijo mirando su vestido de flores de cuello blanco, acompanado por su collar de perlas. Tambien se fijo que esa manana se habia decidido por sus zapatos planos de cordones marrones -- Tengo la ternera de oferta. -- ?La ternera? No creo. Mi pension no llega para tanto. --la miro con sus ojitos azules detras de sus gafas de pasta y entrecerro los ojos-- ?Llevas la redecilla? No la veo. ?La llevas? No voy a consentir encontrarme un pelo pelirrojo en mi comida. --Si, senora Morley. --se acerco a ella por encima del expositor senalando su horrible redecilla blanca -- ?La ve? Es obligatorio llevarla. --Por eso te lo digo, nina. --dijo con los ojos entrecerrados intentando centrar la vista. Molesta porque no veia tres en un burro, miro el expositor de nuevo-- Vamos a ver, ?eso que es? ?Pavo? --No, senora Morley. Es la ternera que le decia. --Va, no tiene buen color. Tabitha se mordio la lengua forzando una sonrisa y miro a traves del escaparate de la tienda al exterior esperando que llegara su jefa y se pudiera librar de atender a la mujer-- ?Que le parece pollo? -- respondio importandole un pito lo que se llevara la buena mujer. -- ?Pollo? !Me lleve pollo ayer! --No, senora Morley. Se lo llevo el lunes y estamos a viernes. -- al fin era viernes y descansaria todo el fin de semana. Las ganas que tenia de perder de vista a las clientas solo las sabia ella-- ?Y conejo? -- !Conejo! !La cantidad de conejo que me comi en los cuarenta! Madre mia, ya la habia liado. La mujer se puso a relatarle toda su infancia y la adolescencia. A describir lo dura que era la vida entonces y no como ahora, que los jovenes solo se quejaban de vicio -- !Y mi marido! !Oh, lo que trabajaba el pobre! -- entrecerro sus ojitos-- ?Y tu? -- ahi venia-- ?Ya te has casado? -- la pregunta de todas las semanas. --No, senora Morley. Desde hace siete dias, que me lo pregunto la ultima vez, no me he casado. -- respondio cogiendo el cuchillo clavandolo en la tabla de madera pensado por que cono tenia que explicarle su vida a todo el mundo. -- !Pero nina! ?Cuantos anos tienes? !Joder! ?Por que no se compraba la pechuga de pollo de una vez y la dejaba en paz? -- Veintisiete, senora. La senora Morley la miro con horror como todas las semanas. Un dia iba a sacarle una foto y a colgarla en Internet -- Pues casate nina o… -- ?Y que le parece cerdo? Unas buenas chuletitas de cerdo. La mujer chasqueo la lengua y en ese momento entro su jefa que llegaba de ir al banco a realizar los ingresos-- Buenos dias, senora Morley. -- dijo pasando ante ellas a toda prisa y metiendose en la trastienda a la velocidad de la luz despues de mirarla con cara de panico. Tabitha dejo caer los hombros y agarro el mango del cuchillo-- Cobarde. -- susurro desclavando el cuchillo. Miro el reloj que tenia colgado y vio que la mujer llevaba en la tienda exactamente cuarenta y siete minutos. La mujer seguia hablando sobre que no le apetecian chuletas de cerdo y cuando tomo aire, Tabitha metio baza-- ?Y de cordero? -- !Oh, el cordero me sienta mal, nina! ?Que te pasa? Estas muy distraida. --Tiene toda mi atencion, senora Morley. --cuando vio entrar en la carniceria a su amiga Kat sonrio de oreja a oreja-- ?Las tienes? -- !Ja! -- saco dos invitaciones a la inauguracion de la nueva discoteca en Manhattan para esa noche-- Creias que no podia, ?verdad? -- dijo apartando con chuleria su pelo moreno. -- ?Que eso, nina? ?Os vais al cine? Kat miro a la mujer con una sonrisa en la boca y Tabitha nego con la cabeza indicandole que no contestara-- No, son las entradas a una discoteca. La senora Morley las miro con horror como si fueran dos perdidas y jadeo-- ?Una discoteca? --Si. -- respondio Kat confundida. Miro a Tabitha como si la hubiera decepcionado-- ?Vas a esos antros de perdicion, drogas y alcohol? -- dijo levantando la voz-- !Deberias ir a la Iglesia, nina! !Ahora entiendo que no te hayas casado! --la senalo con el dedo-- !Los hombres decentes van a la Iglesia! !Ahi conocia a mi Martin y estuve casada sesenta y tres anos! Tabitha miro hacia la puerta de la trastienda que se abrio en ese momento saliendo su jefa vestida para ponerse a trabajar. La miro como si hubiera metido la pata y ella miro a Kat como si quisiera matarla. Su amiga susurro-- Bueno, yo me voy. La anciana seguia soltando por la boca que los jovenes en la actualidad habian dejado de ir a la Iglesia, porque estaban tan cansados despues de drogarse toda la noche, que no querian oir la palabra de Dios para no tener remordimientos. Su jefa asintio --Que razon tiene, senora Morley. ?Le pongo unos filetitos de pollo? Kat hizo una mueca yendo hacia la puerta, haciendole un gesto como que la llamaba luego--Gracias por tu visita, Kat. --dijo ironica con ganas de pegarle cuatro tiros. --Lo siento. -- vocalizo antes de salir practicamente corriendo. Como una buena chica tuvo que escuchar como debia reformarse de su disipada vida. ?Disipada vida? !No echaba un polvo desde que su novio la habia dejado por la pastelera del final de la calle! Y eso habia sido hacia dos anos. En ese tiempo a ellos les habia dado tiempo a casarse y tener gemelos. Con una mueca en la boca que se suponia que era una sonrisa, vio como llegaba otra vecina y opinaba sobre su vida como si tuviera todo el derecho del mundo, aliandose contra ella. Miro a su jefa que la observaba cruzada de brazos-- Ya le he dicho que mi hijo estaria encantado de salir con ella. -- dijo su jefa dando la puntilla --Gabriel esta medio enamorado de Tabitha y lleva esperandola desde que la conoce. Cuatro anos hace que lo tiene esperando al pobre chico. ?Pobre chico? !Era un cromanon que solo hablaba de futbol, soltaba eructos, que pesaba cien kilos y estaba calvo! No estaba tan desesperada. Pero eso no se lo podia decir a su jefa, por supuesto. Asi que sonrio dulcemente diciendo-- Nuestros caracteres son muy distintos. -- !Dejate de tonterias, nina! -- dijo la senora Morley levantando la barbilla-- !Que caracteres, ni caracteres! !En casa mandas tu! !Punto! !Todo lo demas son tonterias! -- !Eso le digo yo! Si cuando le sonrie, el pobre se pone a babear. Pero ella nada. !Ni siquiera quiere salir con el una vez! --Tabitha, debes ser mas flexible. -- dijo la senora Rubin acercandose al expositor--Ponme carne para picar. Voy a hacer hamburguesas. Tabitha se puso a servir a la mujer pensando que deseaba que dieran las dos, que era la hora en la que salia ese dia. Metio la carne en la picadora despues de pesarla, rumiando que necesitaba una noche loca. Si, se cogeria un buen pedo. De los que hacen epoca. No sabia como despues de trabajar alli cuatro anos, no se habia dado al alcohol. Escuchandolas ponerla verde por ser muy exquisita, termino de picar la carne y le tendio el paquete a la mujer cobrandole-- Aqui tiene, senora Rubin. La vuelta. -- ?Que te parece si sales con mi Steve? Acaba de dejar a su mujer y siempre le has gustado. !Ja! !Ni loca! Pero sonrio radiante porque ahora el tema se desviaria. -- ?Tu hijo ha dejado a su esposa? -- pregunto escandalizada la senora Morley sonrojando a la vecina. Cuando llego a su casa arrastrando los pies, vio a su madre en el pequeno jardin tirando de los hierbajos-- Uy, uy, hoy ha sido un dia malo. --Pesimo. Estoy mas harta... -- ?Por que no buscas algo en Manhattan? --dijo quitandose los guantes para acercarse y quitarle la redecilla de su pelo pelirrojo-- Hija, no puedes seguir asi. Miro con horror a su madre-- ?Me he paseado por todo Brooklyn con eso puesto? La risa de su madre la altero todavia mas-- No tiene gracia. --Claro que la tiene. Tenias tanta prisa por salir que ni siquiera te has dado cuenta. Gruno subiendo las escaleras-- !Que harta estoy! --Si hubieras terminado... Se volvio fulminandola con la mirada-- ?Me lo vas a recordar otra vez? Si hubieras terminado la carrera, ahora serias un medico de prestigio y vivirias en Manhattan. -- !Es que es la verdad! -- !Mama! !Me echaron! Su madre miro a su alrededor jadeando-- !Que no te oigan las vecinas! --Soy una negada para estudiar medicina. ?Sabes todos los nombres que hay que aprender? !El instituto estaba tirado! -- !Pero sacabas muy buenas notas! Por eso te dieron la beca. !Lo que pasa es que te desviaste! Eso era cierto. La vida en el campus era tan distinta a la que habia llevado, que se despisto un poco. No un poco, muchisimo. No se encontro en todo el semestre y cuando lo suspendio todo, ya era tarde. La echaron a patadas. --Mira, no quiero hablar de lo que ya no puedo arreglar. -- entro en casa de sus padres frustrada. -- !Podrias volver a estudiar! -- !Todos los dias tenemos que tener esta conversacion! Mama, aceptalo. No voy a ser medico. -- ?Y enfermeria? Puso los ojos en blanco dejando el bolso en el perchero y yendo hacia la cocina -- Puedes estudiar por las tardes. Tomo aire sacando una cola de la nevera. Su madre estaba preocupada por ella. Lo sabia. Tenia veintisiete anos y se habia dejado llevar. Cuando la echaron de la universidad para disgusto de todos, volvio a casa y trabajo en un supermercado. Alli habia acabado de carnicera y de alli a la carniceria del barrio. Siempre habia ganado dinero, pero no era la vida que siempre habia sonado. --Tienes dinero ahorrado. Lo bastante como para ponerte a estudiar de nuevo si no quieres trabajar. --su madre se acerco y le acaricio la mejilla --Yo quiero que seas feliz y no lo eres. En Manhattan tendrias mas oportunidades y… --Pensare en algo, ?vale? Te lo prometo. Su madre tenia razon. Lo sabia. Lo que no sabia era lo que le pasaba. Era como si desde que habia ido a la universidad le diera miedo lanzarse a la vida para no pegarse otra leche. Asi que alli estaba, viviendo en casa de sus padres, aunque ellos estaban encantados. Trabajando en el barrio y sin pareja. Todo un panorama. Su madre sonrio y Tabitha alargo la mano para quitarle una hierba de su pelo negro-- No te preocupes por mi. --Estoy encantada de tenerte aqui y lo sabes. -- Tabitha asintio-- Pero quiero que empieces a vivir tu vida. Siempre estas pendiente de nosotros, sobre todo de tu padre. Desde que tenias dieciseis anos echabas una mano en el taller y cuando sales de trabajar te pasas muchas veces para ayudar. No puedes seguir asi. !No eres feliz! -- se alejo y abrio un cajon de la cocina-- Mira, he hablado con tu tutora del instituto. -- Tabitha abrio los ojos como platos. -- !Mama! --Escuchame, ?vale? Puedes ir a clases nocturnas y en dos anos tendras tu titulo de auxiliar de enfermeria. --le enseno un folleto y Tabitha suspiro. Cogio el folleto de sus manos y la miro asombrada. !El folleto tenia tres anos! -- ?Por que me lo das ahora? --Porque estas al borde de un ataque de nervios y es el momento apropiado. Antes pensabas que estabas bien. Ganabas dinero y tenias novio. Incluso pensasteis en casaros y te entro el panico. Ahora estas preparada para cambiar tu vida. -- ?Por que he tocado fondo? -- dijo divertida. --Exacto. --la beso en la mejilla-- Piensatelo, ?vale? --Si, mama. -- la agarro por la cintura antes de que se apartara-- ?Sabes cuanto te quiero? Su madre se echo a reir mirandola con sus mismos ojos color violeta-- Seras zalamera. --Si, lo soy. -- la beso en la mejilla y se aparto dispuesta a comer algo. Volvio a abrir la nevera sacando algo de jamon para hacerse un sandwich. --Carino, ?no esperas a la cena?

  • El maestro de la seda de Liz Trenow

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    1760. En su primer dia en Londres, Anna se encuentra por casualidad con un joven sastre frances, Henri, que ha llegado como tantos a Inglaterra huyendo de las guerras de religion. Henri esta decidido a triunfar en el mundo duro y competitivo de los maestros de la seda, y para ello cuenta con la habilidad de Anne para crear disenos. Ambos se enamoran pero la diferencia de clase social y los disturbios en Londres hacen que su amor, al igual que su proyecto de futuro, esten en la cuerda floja.

  • Abraza mi oscuridad, Isabel Keats de Isabel Keats

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  • Mas alla de las estrellas (Los chicos Otamendi 1) de Susana Oro

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    ?Cuanto tiempo la habia protegido y querido en su epoca de juventud?, se pregunto Alex regresando del pasado mientras miraba desde el ventanal de su casa la soledad del campo.
    Sobre la tranquera un buho ululaba llamando a su pareja y el croar de las ranas eran los unicos sonidos que interrumpian sus pensamientos. La negrura de la noche dejaba ver los millones de estrellas que brillaban en el cielo.
    Supuso que Ana las estaria mirando desde algun lugar. Tal vez, lo recordaria como el la recordaba en esa noche de cielo estrellado. No sabia si las pesadillas la seguirian atormentando, o si algun hombre bueno calmaria sus angustias. Deseo que si, que hubiera encontrado a alguien comprensivo que calmara aquellos malos recuerdos que regresaban a sus suenos.

  • Caza al criminal de Carolina Suarez

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    Una infancia traumatica es lo que lleva a Melanie a dar caza a todos esos seres que no deberian llamarse “hombres”. Los criminales, los asesinos y los violadores seran su blanco.

  • El favor de la sirena de Denis Johnson

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    El ultimo libro de relatos de Denis Johnson.

  • Siempre fue Nairobi de Maria Marts

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    Hace anos que Ana habia dejado de buscar las razones por las que su madre se habia ido, hasta que descubre quien es. Una carta de su padre le confiesa que ella es Aure Balle, la famosa escritora de best sellers que desaparecio hace mas de veinte anos.

  • El Crimen del Ganador (Trilogia del ganador), Marie Rutkoski de Marie Rutkoski

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    Seguir a tu corazon puede ser un crimen. La boda de un miembro de la realeza es el sueno de muchas chicas. Implica una celebracion tras otra: bailes, fuegos artificiales y diversion hasta el amanecer. Pero para Kestrel significa vivir en una jaula en la que ella misma se ha metido. Kestrel esta convirtiendose en una maestra del engano. Ha empezado a hacer de espia en la corte. Si la descubren, su pais la considerara una traidora. Sin embargo, debe encontrar el modo de cambiar su despiadado mundo. y, en el proceso, esta a punto de descubrir un espeluznante secreto.

  • Rainbow eyes 1 de C.g. Forne

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    Burgos, la ciudad en la que nunca pasa nada hasta que el te mira a los ojos. Gemma se encuentra atascada en un caso sin pruebas en el que las victimas solo tienen en comun la forma de morir… ?O hay algo mas?

  • Ola de calor (Serie Castle 1) de Richard Castle

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    El escritor numero uno en ventas Richard Castle, autor de los bestsellers de <>, nos presenta a su nuevo personaje: la detective de homicidios del Departamento de Policia de Nueva York Nikki Heat, dura de pelar, sexy y profesional.

  • La Isla del Silencio (Series detective privado crimen y misterio 1), Pablo Poveda de Pablo Poveda

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  • Te hacen falta mis besos de N. S. Luna

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    Delfina por fin publica una autobiografia y su carrera como youtuber despega de manera inesperada, abriendo nuevos horizontes que la haran crecer.

  • Joder si te quise (Somos Agua 1) de Elsa Garcia

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    Hana odia gimnasia, al senor Sagarra y su mote. Pero, sobre todo, odia su cuerpo. Asi que lucha contra el. Lo castiga, lo lleva al limite y comienza una guerra en la que se cree vencedora, sin saber que en ese juego nunca gana nadie.Victor y Gabi adoran sus vidas, sus fiestas y su independencia. Pero, sobre todo, adoran a Hana. Seguramente, mas de lo que es recomendable para los tres. Al menos, si quieren seguir siendo amigos…

  • La nueva educacion, Cesar Bona de Cesar Bona

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    La nueva educacion es el testimonio sincero y valioso de un maestro de hoy.

  • La chica que perseguia copos de nieve de Anina Roma

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    Una novela romantica sobre segundas oportunidades en el amor que leeras en menos de dos horas.

  • El amor siempre va en decadencia de C.r. Narvaez

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    Juno es un joven de diecisiete anos, es hispano y no sabe hablar muy bien el ingles. El llega a esta nueva escuela donde todos son bilingues y millonarios. Vladimir Walsh y Aixa Walsh son los gemelos fraternos mas apuestos y los unicos pelirrojos de toda la escuela. Conocen a Juno Cruz y deciden darle una oportunidad de ser parte del grupo. Lo que Juno no sabe es que terminaria enamorado de ambos y tendria una lucha interna de saber con quien desea pasar el resto de su vida. Lo que Juno tampoco sabe es que Vladimir y Aixa esconden un secreto, el secreto que mantiene la economia de la cuidad de manera ilegal. Ahora Juno le toca una fuerte decision, seguir amandolos sin importar que o contarles a todos todo el dano que ellos causaron en el, contarle al pueblo todos los secretos de los Walsh. ?Podra Juno contra su corazon o dejara que los Walsh lo controlen a el?

  • Los secretos de la motivacion de Jose Antonio Marina

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    La motivacion despierta un interes universal. Los padres quieren motivar a sus hijos, los docentes a sus alumnos, los jefes a los subordinados, las empresas a sus clientes, los politicos a los votantes. Tambien queremos motivarnos a nosotros mismos; cuando nos sentimos aburridos, cansados, desesperanzados, y deseariamos poder lanzar un grito de ayuda: !Por favor, que alguien me motive! Incluso este breve texto no pretende nada mas que motivarle a leer el libro. ?Como lograrlo? He ahi la cuestion fundamental.

  • 1921, diario de una enfermera de Eligio R. Montero

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    El 22 de julio de 1921 llegan a Madrid las horribles noticias sobre el Desastre de Annual, una de las batallas mas sangrientas a las que el Ejercito espanol se enfrento en el norte de Africa. Las Damas Enfermeras, jovenes aristocratas formadas por la reina Victoria Eugenia, abandonan sus vidas de lujo y se movilizan para acudir en ayuda de los miles de heridos que colapsan los hospitales. Laura, una de ellas, se desplaza hasta alli en busca de respuestas sobre la repentina e inexplicable desaparicion del capitan de aviacion del que esta enamorada. Pero lo que encontrara en Melilla no es lo que esperaba. El amor por su piloto se vera puesto a prueba cuando atienda a un misterioso heroe con el rostro vendado que no recuerda nada de su pasado.

  • Agarrame, si puedes (Lola 1) de Alma Fernandez

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    Nunca te avisan de que tu vida se va a ir a la mierda en un segundo con veinticinco anos, ni que perderas todo aquello que habias ganado, ni que aprenderas a seleccionar a los amigos que creias fieles, pero que ahora se averguenzan de ti. No estaba lista para ver que mi mundo se desmoronaba, que ya no podria conocer medio mundo, correr una maraton, vivir de mi sueno, basicamente tener ilusion por vivir. Recapitulemos para que esto pueda entenderse, porque no es que sea melodrama ni que quiera compadecerme de mi misma, sino que todo tiene un porque y la verdad es que el mio no es moco de pavo. Soy campeona de atletismo, en la especialidad de carrera de obstaculos, o al menos lo era hasta que tuve el accidente, cayendo sobre uno de los obstaculos y provocandome una lesion medular irreparable. Me diagnosticaron paraplejia y me encorsetaron a una maldita silla de ruedas. Ahora vivo en otro mundo, en otro mas frio, infernal, solitario, marginado, aburrido. Nunca he sido mucho de salir a bailar samba, pero me encantaria salir ahora mismo a mover las caderas, tras escapar del hospital en el que estoy metida mientras acaban de hacerme unas pruebas y me instruyen para que a partir de ahora sea autonoma en lo que a movilidad con la silla se refiere. Mi madre esta sentada a mi lado mientras me como una especie de pure con color de moco en mal estado, un trozo de pollo a la plancha mas seco y duro que la suela de un zapato, concretamente de la sandalia de Cristo, si, esa que dicen siempre que esta perdida. Yo acabo de encontrarla y esta en este plato. Punto para mi. Mi madre se sienta en la cama ahora mientras yo tomo el yogurt y charlamos. Parece ser que mi padre se ha ido a por unos cafes. Ojala me pudiera tomar un buen cafe, y no esos de las maquinas que pareces meados de rata. La cama empieza a doblarse por momentos como un sandwich y es entonces cuando descubro que mi madre esta apretujando con su culamen a lo Jennifer Lopez el mando para reclinar la cama y nos esta apretujando como si esto fuera la faja de mi abuela, que en paz descanse. Mi madre no puede levantarse para darle al otro boton del mando y deshacer el bocadillo que ha hecho con nosotras. Solo se me ocurre pulsar como puedo, contorsionando mis brazos, el boton rojo de ayuda para que venga una enfermera a sacarnos de esta. Una vez hemos sido liberadas de esa tortura china, mi madre preocupada me pide perdon mientras acaricia mi rostro, pegandome los pelos a la cara, ahora sudorosa, como si fuera una peluca de las malas. --Carino, lo siento, ?te duele algo? -- me acaricia las piernas. --No mama, no siento ni tu caricia, ni aunque me caiga Hulk encima -- me encojo de hombros. Si yo no me lo tomo en serio, ?quien demonios lo va a hacer? La enfermera me mira con una mezcla de compasion y decepcion. Pero tambien hay un brillo en la mirada, de esos que ves cuando una persona esta en una situacion muy mejorable, como es mi caso, y se alegran de no ser ellos los que estan en tu pellejo. La entiendo, yo tambien lo pensaria, supongo. Cuando la gente te juzga por todo, te tiene que chorrear, como el agua entre las piernas, y asi es como he cambiado yo. Me he puesto una coraza porque el mundo es cruel y yo no quiero ser el patito feo del que reirse y despues compadecerse. Mis padres se han marchado a casa a descansar por peticion de una servidora. La verdad es que se los ve cansados y no quiero ser una carga. No quiero esclavizarlos a estar conmigo hasta el fin de los tiempos. Conmigo se ha quedado un celador la mar de mono. De mi entrenador no he vuelto a saber nada. No le he visto el pelo desde que me metieron en la ambulancia rumbo al hospital tras el accidente. El celador de mi habitacion, que ahora se que se llama Bruno, me ha traido un zumo y una revista que le he pedido, previo pago. Es el hombre ideal. Es mono, pero no de animal, sino agradable sin llegar a pibon, es dulce y encima cachas. Podria ser mi tipo, no os voy a mentir. Me imagino sobre su moto recorriendo el mundo entero. ?Que como se que tiene moto? No lo se, pero quiero pensar que si, porque en mi imaginacion es una grande y negra. Pero eso no va a pasar, no porque no tenga posibilidades con el, que si me pongo lo peto, pero no me veo ahora mismo subiendo a una moto, ni ahora ni nunca. Me estoy cagando, asi de claro, pero decirle eso a Bruno para que me lleve en brazos no es muy romantico, y puede que si me lo curre me lleve un meneo hospitalario, asi que mejor no romper la magia, al menos la que mi cabeza ha creado. Me levanto como puedo, sentandome en el colchon y acerco lo mas que puedo la silla de ruedas para sentarme en esta. Bajo con el mando lo mas que puedo la cama, a la altura de la silla y me arrastro como un gusano hasta quedar en el borde de la cama. Me cojo a la silla y tiro de mi cuerpo para con suerte caer en la silla, y si lo hago, pero abierta de patas junto cuando entra Bruno. Mierda. Suerte que llevo bragas, pero tambien una compresa mas grande que Gibraltar. Me coloco lo mas rapido posible las mierdas para que ese tierra tragame pierda algo de tierra y le sonrio para disimular. Me mira compasivo y me toma en brazos. He perdido mucho peso con esa comida, si se puede llamar asi, que me dan, asi que peso poco mas que una pluma de pavo real. --?Donde quieres que te lleve? --Necesitaba ir al bano, pero no te preocupes, necesito practicar. --Todavia estas convaleciente por la operacion. Mas adelante te dare toda la libertad posible para que hagas y deshagas a tu antojo, pero aun no. --No me gusta depender de la gente, ya lo sabes. Soy muy independiente. --Lo se, pero durante unos dias vas a estar pendiendo de mi cuello, ?vale? --Esta bien-- le digo agarrandolo del cuello mas fuerte con mis brazos mientras me sujeta, para no caerme. --Seras mi mona colgona -- y eso suena fatal, no, lo siguiente. Me deja en la taza del vater y sale para darme intimidad, como puedo, me bajo las braguitas y me cambio la compresa mientras suelto por este culito respingon todo menos rosas. Cuando voy a limpiarme, no hay papel, que novedad y encima en el peor momento. Estiro la mano como si fuera el Inspector Gadget hasta mi neceser, donde tengo la colonia y hecho todo lo posible antes de llamar a Bruno. Necesito que me traiga un rollo. Escondo la compresa sucia dentro del canuto pelado para que no la vea y tiro de la cadena, aun no habiendo acabado, pero para que no vea flotando las minas antipersona y me tapo todo lo posible para que no vea nada, aunque segundos antes ha visto mas de lo que debia. --Bruno, ?puedes venir? --Claro -- escucho detras de la puerta y golpea. -- ?Puedo abrir? Si, entra. --Dios santo, esta mezcla de olores es un poco nauseabunda. ?Ha muerto un animal aqui o que? --Lo siento. Necesito pedirte algo. --Claro, lo que necesites. --Necesito un rollo. --Bueno, tengo algunas amiguitas, pero puedo hacer hueco para una mas. --Me refiero al de papel higienico. --Lo se, ahora te lo traigo. Dame ese canuto, que lo tiro. --No, que no es necesario. Me quita el canuto de las manos y la compresa cae de dentro, quedando completamente abierta en el suelo. Joder. La recoge sin decir nada y se marcha para traeme poco despues un par de rollos de papel para que tenga de mas. Se lo agradezco antes de marcharme. Poco despues llega mi madre con una caja de tampones, bendita madre, es la mejor. Adoro a mi madre, siempre me trae lo que necesito. Lo de llevar las compresas xxxxxl del hospital a lo forro de libros como que no mola. Al igual que tampoco mola llevar aqui ya dos meses encerrada entre estas cuatro paredes. Y por fin ha llegado el dia de salir de esta jaula y poder ver la luz del sol sin barrotes de por medio y batas con las que ensenas el trasero. Me despido de Bruno con un abrazo y disimuladamente le meto en el bolsillo de la bata un papel con mi numero, porque si cuela, cuela. Me encamino al ascensor empujada por mi padre mientras mi madre me toma de la mano, modo melodramatica. Lo primero que hacemos es ir a comprar cosas a tiendas especializadas para hacer mas comoda mi vida a partir de ahora; cojin hinchable por eso de las almorranas y de mas, guantes para no palpar las mierdas de perro con la piel cuando giro las ruedas de la silla, cojin para respaldo acolchado, para que el dolor de espalda no me mate, etc. Ahora, mas lista que Fernando Alonso en una de sus carreras, sobre todo con el equipamiento anti --dolor, me encamino a casa, que por suerte es un piso con ascensor, de no ser asi, me veo en brazos de alguien o arrastrandome escalon a escalon como un gusanillo. Me coloco frente al ordenador y escribo mi diario en Facebook, como todos los dias. Me gusta que mis seguidores sepan que estoy bien y cual es mi rutina desde el accidente. El problema es que solo escribo las cosas buenas e intento contarlo desde un punto de vista comico.

  • El verano de los juguetes muertos (Inspector Salgado 1) de Toni Hill

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    En una ciudad donde nadie dice lo que piensa, un policia busca la verdad.
    Primera entrega de la trilogia del inspector Salgado.

  • A Sexy Berling Interlude (Sexy Berling 3), Maya Blair de Maya Blair

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  • El rostro de los suenos de Rafael Hernandez

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    Charly fue en su dia un estudiante de provincias con inquietudes creativas que llego al Madrid de los ochenta con el doble proposito de cursar la carrera de Derecho y abrirse camino en el complejo mundo del arte. A traves de un inesperado romance con Mer, prometedora fotografa, entro en contacto con la vanguardia cultural de la epoca hasta explorar los limites de las luces y las sombras. Obsesionado desde la ninez con un sueno repetitivo, toma por objetivo existencial descubrir la identidad de uno de sus protagonistas: un ser sin rostro ni facciones definidas que cada madrugada lo rescata de la ansiedad patologica de nuestra era.Tres decadas mas tarde, transformado por el tiempo en profesional de exito, adquiere un papel relevante en la primavera espanola de 2011.

  • La maldicion de la inteligencia de Carmen Sanz Chacon

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  • 6000 kilometros de amor (Unicornios 2) de Noni Garcia

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    R 1 odrigo miraba al techo tumbado en la cama. El sexo con Daniel siempre lo dejaba exhausto, su fogosidad y entrega eran tales que podian pasarse las noches enteras dandose placer. Daniel se acurruco en su pecho. Siempre habia sido un hombre carinoso con todos, aunque con el era aun mas especial. Rodrigo siempre penso que su excesivo carino era por la culpabilidad que sentia por tenerlo oculto, por no querer que nadie lo viera con el, que nadie llegara a la conclusion de que era gay. Para el eso era algo absolutamente imposible, su carrera estaba despegando... En realidad, ya habia mas que despegado, pero siempre habia algun motivo por el que postergarlo. No hizo por abrazarlo, sabia lo que venia a continuacion: se vestiria y saldria de aquella habitacion como si fuera cualquier persona que habia ido a cenar o estar con cualquiera; el lo haria al dia siguiente, cuando despertara, desayunara y tuviera una buena sesion de spa. Esa era la rutina de todos sus encuentros, y ya empezaba a cansarle. Esa noche, una vez mas, mientras se corrian, habia jurado que pronto todo saldria a la luz, que serian libres para amarse sin miedos. Si, eso era lo que el siempre habia querido, lo que tanto habia ansiado, porque era el primer hombre del que realmente se habia enamorado, el unico que le habia llenado hasta el punto de permitir esa relacion oculta. Salio de la cama, fue al bano, se echo agua fria en la cara y se miro en el espejo. ?Quien era ese hombre que se reflejaba en el? Porque ese no era el Rodrigo de siempre, el hombre fuerte, decidido, al que no le importaba el que diran, que jamas habia ocultado su sexualidad a nadie. Regreso a la habitacion y comenzo a vestirse. Daniel lo miro desde la cama, lo que menos queria era que se fuera ya, aun tenian mucha noche por delante, y sabia que al dia siguiente no tenia que trabajar. Se le antojaba un buen plan pasarlo sin salir de entre las sabanas, pidiendo comida al servicio de habitaciones, viendo alguna pelicula en la tele o bajando a la piscina... Cada uno por su lado, obviamente. Tenia una imagen que mantener, aunque su agente le habia comentado que en breve podria soltar la bomba, que le haria mas bien que mal. Lo que no le gustaba nada era que le dijo que antes debia suceder algo, el sabria lo que habia que hacer, era un experto en ese tipo de asuntos. --?Ya te vas? --le pregunto Daniel, acercandose a Rodrigo y abrazandolo por la espalda. --Si. --No te vayas. Manana no tienes que trabajar, y yo no tengo nada que hacer. --Ya... Nos quedaremos todo el dia en la habitacion, veremos alguna peli, follaremos sin descanso y pediremos comida al servicio de habitaciones, ?no? --Tambien podemos bajar a la piscina. --Cada uno por su lado, como dos extranos que no se conocen de nada, ?verdad? --Rodrigo... --Me voy. --Por favor... --No tengo ganas de discutir, siempre es lo mismo y empiezo a cansarme. --Alberto me ha dicho que ya no queda mucho para que podamos hacerlo publico. --Eso lleva diciendo dos anos, y seguimos en las mismas. --Me ha dicho que esta sera la definitiva, mi amor --besaba su espalda en cada palabra, consiguiendo que Rodrigo se debilitara por momentos. Aun asi, siguio abrochandose la correa del pantalon. Sabia que terminaria por ceder, siempre lo hacia, estaba loco por ese hombre, pero queria hacerselo pasar un poquito mal antes de que lo consiguiera. --?De verdad lo crees? --Esta vez, si. Le he dejado claro que, pase lo que pase, en un par de meses... --?Vas a desobedecer sus ordenes? Daniel guardo silencio, y Rodrigo sabia que significaba eso, que de nuevo eran palabras que se llevaria el viento. Una gran pena se alojo en su pecho, y sus planes de hacerlo sufrir y despues quedarse ya no fueron viables, necesitaba salir de aquella habitacion, le ahogaba estar encerrado en un armario que era de otro cuando el suyo siempre habia tenido las puertas abiertas. Cogio el polito de Pedro del Hierro que descansaba sobre el butacon que estaba junto a la cristalera que daba acceso a la terraza de la habitacion y no tardo mas de unos segundos en ponerselo, haciendo que Daniel se separara de el. --Por favor, Rodrigo, no te vayas. Rodrigo no contesto a su ruego, no dijo ni una sola palabra. Se sento en la cama y empezo a calzarse los nauticos. Daniel se subio, se coloco detras de el y comenzo a masajearle los hombros, para despues besarle el cuello. Lo conocia demasiado bien, sabia que no era capaz de resistirse a esas caricias, que solo necesitaba unos segundos para que estuviera de nuevo quitandose la ropa. Siempre pasaba lo mismo, siempre solucionaban ese gran problema que existia entre ellos de esa manera, con una buena sesion de sexo, donde volveria a sentirlo dentro de el, donde le demostraria que nada ni nadie podria nunca terminar con el amor que se tenian. Rodrigo, a pesar de su voluntad de salir de aquella habitacion, sabia que tenia la batalla perdida, que terminaria cediendo. Solo esperaba que esa vez fuera verdad, que en tan solo un par de meses dejaran atras esa pesadilla que llevaban viviendo casi dos anos, no creia que pudiera soportarlo mucho mas. Se quito el unico zapato que habia tenido tiempo de ponerse. Se giro en la cama, tomo su cara entre sus manos y lo beso con rabia, porque asi eran sus besos cuando discutian por ese tema, porque asi reaccionaba su cuerpo y su mente a esos desplantes que tanto le dolian. --Sabes que cuando salgas de esta habitacion no vas a poder sentarte en una semana, ?verdad? --Usare el flotador, fingire que han vuelto mis almorranas, pero necesito que me folles. Sabes que eres mi unica droga, que sin ti no puedo vivir. Rodrigo se deshizo de la ropa con rapidez y se tumbo en la cama, entrelazando las manos tras su cabeza. Daniel sabia que tenia que hacer, asi que no tardo mas de unos segundos en lamer su polla, que ya estaba dura como una roca. La engullo hasta que toco la campanilla, provocandole una arcada, y Rodrigo gimio; eso si que era musica para sus oidos. Tiro de su pelo, provocando que abandonara su tarea. Lo miro a los ojos y pudo ver la lujuria y la entrega en su mirada. --Ahora voy a follarte, pero ni se te ocurra correrte. Despues de este mal rato, me merezco que este orgasmo sea solo mio hasta que yo lo decida. Si te corres, me voy. Daniel no dijo nada. Haria todo lo que el quisiera. Se aparto y espero ordenes, aunque no las necesitaba, conocia todos y cada uno de sus pasos, sus gustos, sus preferencias, asi que se tumbo bocabajo y se dejo hacer. Rodrigo cogio el bote de lubricante que descansaba sobre la mesita de noche y un condon. Era tal la rabia que tenia, que no pensaba pararse a prepararlo demasiado. Si a el le dolia el corazon, iba a encargarse de que a Daniel le doliera el culo, aunque sabia que eso, su brusquedad, le gustaba mas que cualquier dano que pudiera infringirle. Se puso el condon, vertio lubricante en el canal que se abria entre sus nalgas, e introdujo dos dedos en el sin previo aviso, haciendo que diera un respingo y contrajera un poco los musculos. Ante la reaccion, le dio una sonora palmada en el culo que le dejo marcados los dedos y le arranco un gemido de autentico placer. Rodrigo abandono la invasion de los dedos, poso su glande en la entrada del ano, presiono y lo penetro de una sola embestida. Daniel contuvo la respiracion, aquello habia dolido, pero poco a poco fue haciendose a la invasion, no le quedaba de otra, ya que su amante habia emprendido un frenetico galopar que hacia que sus testiculos chocaran en cada envite, hasta que sintio como se corria; el tambien queria hacerlo, pero tenia que aguantar, por nada queria que se fuera de aquella habitacion. Rodrigo, con la satisfaccion mas absoluta, salio de el y lo obligo a tumbarse. Ni siquiera se paro a quitarse el condon, su boca fue directa a la ereccion de Daniel, que sabia que estaba a un tris de correrse, pero debia aguantar, asi eran sus juegos. Se conocian bien, Rodrigo sabia que tenia que hacer para que se derramara en su boca, aunque tambien que haria hasta el mayor de sus esfuerzos para no hacerlo. Engullo su falo sin descanso, saboreo la gota preseminal que precedia al orgasmo, a su estallido, y no quiso que siguiera sufriendo, deseaba que lo disfrutara tanto como lo habia hecho el hacia tan solo un momento, necesitaba que se corriera en su boca, sentir que solo el provocaba todo en Daniel. --Correte. Solo necesito un par de succiones mas para sentir el calor de su semen invadiendo su boca. Lo trago y saboreo, era el mas dulce y salado elixir que nunca habia probado, y habian sido unos cuantos; nunca habia sido persona de un solo hombre. Hasta que lo conocio a el. Cayeron exhaustos de nuevo sobre la cama. Aquel era el pistoletazo de salida a muchas horas en las que no saldrian de aquella habitacion, en la que, una vez mas, se amarian en secreto. R 2 odrigo salia del hotel en el que entro mas de veinticuatro horas antes. Como siempre, pasar tiempo con Daniel era maravilloso, anhelaba a diario estar con el, sentirlo cerca, levantarse cada manana y verlo a su lado... Y esos mismos sentimientos eran los que hacian que en ese instante se sintiera como una autentica mierda. Cada vez que se veian, su salud emocional sufria un fuerte varapalo que lo dejaba bastante tocado. Se subio al coche y condujo hasta la que habia sido la casa de sus tios. Ahora vivian en Washington, y el se habia trasladado alli para cuidarla y, de paso, se ahorraba el alquiler. Tenia un buen sueldo, pero eran setecientos los euros que iban a la cuenta de ahorro; si todo iba bien, pronto podria realizar su sueno de tomarse un ano sabatico y recorrer el mundo. Lo unico que le frenaba era que Daniel no podria acompanarlo, aunque si le habia prometido que se escaparia e iria a buscarlo en algunos de los puntos donde estaria. Promesas. Nunca habia cumplido ninguna de ellas, esa no tenia por que ser menos, sabia a ciencia cierta que no irian juntos a ninguno de esos lugares, igual que dudaba de que lo que habia entre ellos viera la luz en un par de meses... Pero lo queria tanto que no podia evitar creer todas y cada una de ellas, ilusionarse, sonar con que en algun momento se cumplirian.

  • Salvada (Los verdugos de Hades 2) de Tillie Cole

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    La esperadisima segunda entrega de la saga de Los Verdugos de Hades

  • Una gran boda para Sofia de Carolina Paz

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    Alex y Sofia fueron los mejores amigos desde su infancia, hasta que, en su juventud, un acontecimiento rompio con aquella linda amistad.
    Cada uno tomo rumbo por separado para nunca mas saber uno del otro. Pero, anos despues, el destino los ha vuelto a poner uno en frente del otro.
    Ambos han cambiado, ahora son profesionales exitosos en sus vidas, pero aun asi guardan suenos y deseos ocultos. sobre todo Sofia.
    Ella, desde ya hace un tiempo, suena con el dia en que llegue su boda.
    Tiene todo friamente calculado. Una gran iglesia, un enorme vestido de disenador y muchos invitados a la recepcion, pero solo le falta un gran detalle.El novio.
    Sofia no tiene a aquel hombre que la espere en el altar mirandola con ojos enamorados y que, como en un final de cuentos de hadas, la haga su esposa.
    ?Sera que el sueno de tener una gran boda se hara realidad para Sofia?
    ?Que pasara cuando Alex entre nuevamente en su vida?
    Acompana a Alex y Sofia en esta aventura que es la vida, donde a veces, los deseos se vuelven realidad, pero tal vez en la manera que menos nos imaginamos.

  • Una madre de Alejandro Palomas

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    El retrato de una ciudad acogedora y esquiva a partes iguales, de una familia unida por los fragiles lazos de la necesidad y del amor y la mirada unica de una mujer maravillosa en un momento extraordinario. Faltan unas horas para la medianoche. Por fin, despues de varias tentativas, Amalia ha logrado a sus 65 anos ver cumplido su sueno: reunir a toda la familia para cenar en Nochevieja. Una madre cuenta la historia de como Amalia entreteje con su humor y su entrega particular una red de hilos invisibles con la que une y protege a los suyos, zurciendo los silencios de unos y encauzando el futuro de los otros. Sabe que va a ser una noche intensa, llena de secretos y mentiras, de mucha risa y de confesiones largo tiempo contenidas que por fin estallan para descubrir lo que queda por vivir. Sabe que es el momento de actuar y no esta dispuesta a que nada la aparte de su cometido. Un cartel luminoso que emite mensajes desde una azotea junto al puerto, una silla en la que desde hace anos jamas se sienta nadie, una Barcelona de cielos aniles que conspira para que vuelva una luz que parecia apagada, unos ojos como bosques alemanes y una libreta que aclara los porques de una vida entera... Una madre no es solo el retrato de una mujer valiente y entranable, y de los miembros de su familia que dependen de ella y de su peculiar energia para afrontar sus vidas, sino tambien un atisbo de lo que la condicion humana es capaz de demostrarse y mostrar cuando ahonda en su mejor version.

  • La vieja tierra (Exitos literarios) – Dorte Hansen de Dorte Hansen

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    Una historia sobre vidas paralelas y sobre los grandes contrastes entre el pasado y la vida que llevamos en el presente.

  • Tren de venganza de Xavi Casinos

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    Ruben Cardona, ex policia que malvive en la Barcelona de 1848 tras ser represaliado por sus ideas radicales, recibe el sorprendente y bien remunerado encargo de proteger las obras del ferrocarril entre la capital catalana y Mataro, objetivo de continuos sabotajes. Su promotor es el indiano Tomas Boada, que emprende el proyecto despues de amasar una gran fortuna en America. Cardona inicia asi un a menudo frenetico viaje por la Barcelona de la epoca en busca de los instigadores de los ataques. En esta labor recibe la ayuda de Francisco, fiel criado negro de Boada. Propietarios de lineas de diligencia, charlatanes supersticiosos y sociedades secretas acaban conduciendo al protagonista a desenredar una vieja y turbia historia de venganza implacable que regresa de un lejano pasado de traficantes de esclavos y batallas por independizar las colonias americanas, un circulo que se cierra en una remota isla africana. La propia investigacion acaba implicando al mismo Cardona en un periplo iniciatico por una Barcelona secreta que marcara ya para siempre su vida.

  • Muerte en la nieve de Lucy Foley

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    Un trepidante thriller en el que las viejas amistades no siempre son las mejores.

  • Su ultimo suspiro (Tracy Crosswhite 2) de Robert Dugoni

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    Tras resolver el misterio del asesino de su hermana, la inspectora Tracy Crosswhite retoma su labor policiaca.