• libro el pantano de las mariposas - Federico Axat

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    Las desapariciones de personas en confusos episodios se suceden ano tras ano en Carnival Falls. Pero donde algunos ven tragedias sin conexion, otros aseguran que existe un patron comun, y que detras de ellas hay algo mas oscuro que simples accidentes.
    En 1985, Sam y Billy tienen doce anos y se preparan para lo que suponen sera un verano grandioso: excursiones por el bosque, largos paseos en bicicleta y la postergada construccion de la casa del arbol. Sin embargo, la llegada a la ciudad de una nina de clase alta llamada Miranda, cuya belleza no les dejara indiferentes, lo trastocara todo. Juntos transitaran ese intrincado paso de la ninez a la adolescencia, un camino de aprendizaje y revelaciones, y se embarcaran, casi sin proponerselo, en una aventura que podria llevarlos a conocer la verdad detras de las desapariciones.
    Un pacto de amistad los guiara en un verano imborrable, un tiempo de metamorfosis que marcara el inicio de muchas cosas, y tambien el final de su infancia.

  • EL PANTANO DE LAS MARIPOSAS | FEDERICO AXAT

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  • El pantano de las mariposas (Crimen y misterio) - Libros

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    El pantano de las mariposas es una historia escrita en primera persona, con saltos temporales, mezcla de suspense y misterio y con referencias a King. Pero es ...

  • El pantano de las mariposas - Federico Axat | PlanetadeLibros

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    4 jun 2013 — Apúntate y descubre cada mes todas las novelas contemporáneas. ¡No podrás parar de leer! Cargando... Otros libros de ...

  • El pantano de las mariposas - Libro de Federico Axat

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    Las desapariciones de personas en confusos episodios se suceden año tras año en Carnival Falls. Pero donde algunos ven tragedias sin conexión, ...

  • EL PANTANO DE LAS MARIPOSAS - FEDERICO AXAT

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    NUESTRA OPINIÓN…. Ya hacía tiempo que este libro se encontraba en mis estanterías cuando tuvimos un encuentro con Federico Axat con motivo de la publicación de ...

  • Libro El Pantano De Las Mariposas, Federico Axat, ISBN ...

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    Libro El Pantano De Las Mariposas, Federico Axat, ISBN 42864296. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros importados, ...

  • El pantano de las mariposas - Federico Axat - Babelio

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    Críticas (24), citas (7) extractos de El pantano de las mariposas de Federico Axat. Acabo de terminar “El ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • "El pantano de las mariposas" - Federico Axat - Libros que ...

    http://librosquehayqueleer-laky.blogspot.com/2018/09/el-pantano-de-las-mariposas-federico.html

    4 sept 2018 — La historia transcurre en Carnival Falls, una pequeña ciudad estadounidense bastante tranquila sino fuera porque, de forma periódica, ocurren ...

  • EL PANTANO DE LAS MARIPOSAS (FEDERICO AXAT)

    http://www.elbuhoentrelibros.com/2018/09/el-pantano-de-las-mariposas-federico-axat.html

    12 sept 2018 — Reseña con opinión y argumento de El pantano de las mariposas, ... Si quieres comprar el libro pincha en la imagen correspondiente: ...

  • Amnesia de Federico Axat

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  • No te dejare atras de Linda Howard

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  • Torres en la cocina 3 de Javier Torres , Sergio Torres

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  • Como el arcoiris despues de la tormenta (Dos Amigas 1) de Sabrina Mercado

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    Estaba oscuro, pero le agradaba. La suavidad de las sabanas envolvia su desnudez. Escuchaba una musica que le gustaba. El le decia al oido que esa era su cancion. Y que su voz le cantaba a ella. Solo a ella. Sus manos la recorrian y ella disfrutaba. Cada parte que tocaban la hacian estremecer. Habia besos. Fogosos, calientes. Sus lenguas entrelazadas la encendian mas y mas. Temblaba. Vibraba. Enardecia. Ella deseaba todo, necesitaba todo. Se ahogaba en un extasis infinito. Queria mirarlo a los ojos, pero no podia. ?Por que no podia? Queria ver su rostro, pero desaparecia… Finalmente todo desaparecia… PRIMERA PARTE La tormenta Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Julio Cortazar Amo tus pies porque anduvieron sobre la tierra y sobre el viento y sobre el agua, hasta que me encontraron. Pablo Neruda 1 Habia comenzado el invierno. Gris. Frio, muy frio. Tan frio como el que sentia en su corazon. <>, pensaba, mientras se ajustaba las medias negras de seda. Era tarde. Otra vez. ?Cuantas veces se habia quedado dormida en el ultimo mes? Ya no importaba. En la oficina lo sabian. Apuro los zapatos de taco y el sweater gris. Que ironia. Se vestia con los colores del clima. Su estado de animo podia verse a traves de su ropa. La ventana de su cuarto dejaba entrever un plomizo y oscuro cielo de amanecer tardio. La misma ventana que alguna vez le habia mostrado los colores del mundo, en ese momento solo revelaba grises. Otra gran ironia. El ruidito de su celular la saco de sus cavilaciones. Pero no habia tiempo para revisar los mensajes. Tomo la cartera, la llaves… ?se olvidaba algo? No importaba. !Era tarde! Y salio al mundo gris. No quedaba otra. En los quince minutos que llevaba en el auto, la calefaccion empezaba a surtir efecto. Afuera comenzaba a garuar. Menos mal que se habia quedado con el auto. Total el no lo usaria y para ella era fundamental. Y ahi estaba… El otra vez. ?Cuanto le habia llevado esa manana traer su recuerdo? Menos de una hora. Teniendo en cuenta que se habia quedado dormida, era todo un record. Por lo general pensaba en el apenas abria los ojos y miraba el lado vacio de la cama. Porque ella seguia durmiendo en su mitad. Amanda le decia, con razon, que se le iba a gastar solo una parte de las sabanas, y que durmiera una noche de cada lado. ?Como se le ocurrian esas cosas? Es que Amanda era asi. Todo lo que respectaba a Amanda era divertido, alegre, ameno. ?Como podria? Todavia no hacia un ano que se habia separado (definitivamente, porque habia tenido varias rupturas y reconciliaciones), y su mundo era feliz. No le molestaba cargar de aqui para alla con el pequeno Joaquin, su hijito de cuatro anos. Al menos ella no tenia hijos. O tal vez eso era lo malo… Si tuviera un hijo no se sentiria tan sola, tan vacia, tan… tan fuera de su eje. Estaciono el auto en el parking del edificio central. Su oficina era un anexo y quedaba en la otra cuadra. Mejor asi. Mas tranquilo y acogedor. Amanda la alentaba a que pidiera el pase a una oficina de otro edificio. !Estaba lleno de tipos! Solteros, casados, divorciados. Pero ella no queria un tipo. Ella solo queria a su gran amor para toda la vida. Asi lo habia llamado siempre. Se puso el abrigo, se enrollo la bufanda roja (regalo de Amanda, que siempre queria ponerle un poco de color) y salio al frio matinal. Una cuadra se hacia rapido. Y ella no queria tipos. El olorcito a cafe recien hecho le desperto los sentidos. Ni siquiera paso por su escritorio. Fue directo a la cocina. Ahi se encontro con Karen, de Legales. --?Otra vez te quedaste dormida? --pregunto entre intrigada y preocupada. --Si. --Fue todo lo que recibio por respuesta. --Tranquila, ya lo vas a superar. Es dificil. Lleva tiempo. Le acaricio el brazo derecho y salio de alli con su taza de te de menta. ?Que cuernos podia saber ella? Estaba casada hacia dos meses. Su vida navegaba en un mar de petalos de rosa. Karen, la joven y atractiva Karen. Habia conocido a su esposo en la oficina de conferencias del edificio central. Era uno de los tipos. !Se habia casado con uno de los tipos de Amanda! Bueno, no de Amanda. No creia que Amanda hubiera salido con Pedro (?o era Pablo?). Daba igual. Era uno de los tipos de los que hablaba Amanda, y Karen se lo habia apartado. Tal vez, despues de todo, no fuera tan mala idea mudarse al gran edificio. Su trabajo era independiente, estaba sola en su despacho, y salvo por las reuniones semanales con su jefe, no tenia necesidad de permanecer ahi, en las antiguas oficinas. Pero se sentia a gusto en medio de los viejos anaqueles y las repisas atestadas de libros. Entre esas paredes habia iniciado sus actividades la pequena empresa familiar treinta anos atras, y se habia convertido en una gran compania. Ella habia sido parte de ese crecimiento. No, definitivamente no se mudaria. Y mientras pensaba en ello, se quemaba la lengua con el cafe. Salir a almorzar con su amiga era una de las pocas cosas que la animaban en el ultimo tiempo. Pero habia llegado tarde, y si se tomaba esa hora sagrada, iba a tener que quedarse despues de hora en la oficina. Encima tenia trabajo atrasado. Que mas daba. Nadie la esperaba en casa. Bueno, estaba Pipo. Su gato anaranjado rescatado de la calle. El si que tenia devocion por ella. Era un gatito especial. Pero no iba a morir de hambre. Habia pasado cosas peores antes de conocerla. Se encontraron a la una en punto en el barcito de la esquina. Amanda podia tener muchos defectos, pero la impuntualidad no era uno de ellos. Siempre llegaba a horario a todos lados, ya fuera a una reunion de trabajo, a una fiesta o a la cita con el dentista. Tendria que hacerle confesar el secreto. Ella, por mas que se lo propusiera, nunca lograba llegar a la hora convenida. Por eso, cuando se encontraron en el horario establecido, Amanda la beso y la abrazo como si fuera su cumpleanos. --!Epa! No exageremos --contesto Lola al efusivo saludo. --Algo te pasa. Definitivamente tenes alguna enfermedad, de esas bien raras. --Deja de decir pavadas, queres. Tenia que salir de la oficina. No aguantaba mas. --Otra vez lo mismo --asevero Amanda arqueando las cejas. --Si. ?Que puedo hacer? No lo controlo. Desde que habia sucedido la circunstancia, como solia llamarla, los episodios se repetian. Falta de aire, sofocacion, jaqueca. Todas juntas y de repente. No lo podia manejar. --Ataque de panico. Eso es lo que tenes. Lo busque en Internet --dijo Amanda categoricamente. --Callate. Ataque de panico es otra cosa. Son nervios, nada mas. Estando aca con vos se me pasa.

  • Las mujeres no somos invisibles de Esperanza Riscart

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    Dos historias de amor de dos mujeres valientes y decididas, que conseguiran encontrar la felicidad sin dejar de lado sus ambiciones y sus suenos.

  • Recuperar a Ari de Marta Frances

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    Ultimo dia de clases antes de Navidad. Ultimo dia de suplicio. Ir a clase y verla todos los dias era como sufrir un jodido infierno. Verla sonreir mientras hablaba con sus amigas, escuchar su risa provocada por algo que yo no habia dicho, observar su gesto de concentracion durante las clases... No mas de eso durante un par de semanas. Benditas vacaciones. Cogi los libros de mi casillero y fui hacia el aparcamiento. Caminaba mirando al frente sin prestar atencion a mi alrededor, como hacia siempre, como llevaba haciendo desde hacia unos meses. Escuchaba los gritos de alegria, las risas provocadas por el fin de las clases, las voces de los grupos reunidos en el pasillo probablemente quedando para ir a alguna fiesta ese fin de semana. Yo no iba a fiestas. Ahora ya no. --Hey, Diego. Me gire a la derecha y vi a mi hermana Sara. Se acerco a mi cargada de libros y carpetas. --Trae, anda, te ayudare a llevar todo eso -me ofreci cogiendo parte de sus libros. --Gracias -sonrio--, tengo que hacer varios trabajos durante estos dias. Los dos juntos caminamos hacia la salida. Ella hablaba acerca de todas las cosas que pensaba hacer en las vacaciones, las fiestas a las que iba a ir, el tiempo que iba a pasar con su novio al que echaba tantisimo de menos desde que empezo en la universidad, los regalos que queria comprar a nuestra madre. La escuche durante todo el camino hasta mi coche, pero cuando llegamos alli mi mirada se desvio hacia su coche. Ahi estaba ella, apoyada en el capo rodeada de todas esas que decian ser sus amigas. Conversando animadamente acerca de algo que no me incluia, entonces ya no. Justo entonces Carlos se acerco hasta ellas y se coloco a su lado, paso un brazo por sus hombros y ella se dejo hacer. Sonrio. Sonrio como antes. Sonrio como me sonreia a mi. El infierno se intensifico. Justo en ese instante sus ojos se movieron por el aparcamiento y se encontraron con los mios. La sonrisa desaparecio de su rostro y me miro fijamente. No aparte la mirada, no se por que, normalmente lo hacia, pero esa vez no. Nos quedamos mirando el uno al otro durante unos segundos. No habia nada ni nadie mas en aquel aparcamiento, todos habian desaparecido. Me dieron ganas de echar a correr hacia ella, abrazarla y pedir su perdon. --Diego. La voz de mi hermana me devolvio los pies a la tierra, rompi el contacto visual con ella y mire a Sara. Ella miro hacia donde yo habia estado mirando y volvio a mirarme con desaprobacion. --No deberias seguir con todo eso. --Lo se, Sara -abri la puerta del conductor--. Creeme que lo intento. --Pero sigues queriendola. No conteste a su afirmacion. Mi hermana me conocia tan bien que sabia perfectamente todo que pasaba por mi mente. Ella era la unica persona que sabia lo que habia pasado. Arranque el coche y di marcha atras para salir de alli de una maldita vez. Pasamos al lado de donde ella estaba y no pude evitar volver a mirarla. Seguia bajo el abrazo de Carlos. Observo mi coche conforme pasaba a su lado y casi pude distinguir el odio en su mirada cuando nuestros ojos volvieron a conectarse por un segundo. Conduje hasta casa en silencio. Sara no volvio a abrir la boca en todo el trayecto pero sentia su mirada escrutadora en mi. Sabia que queria decirme algo, que se moria por abrir esa bocaza que tenia y soltar una de las suyas. Esperaba fervientemente que no lo hiciera. -- ?Has pensado en contarle la verdad alguna vez? Rode los ojos. Por supuesto que no iba a quedarse callada durante tanto tiempo. --Sara... no empieces. --Pero, Diego... ?no te das cuenta? La mire un instante y volvi a centrarme en la carretera. Sus ojos verdes tan parecidos a los mios me miraban como si fuera idiota. Probablemente asi era. -- ?No puedes dejar de meterte en mis asuntos y centrarte en los tuyos? - Solte mas rudo de lo que deberia. --Perdona por preocuparme por ti -espeto cruzandose de brazos y mirando al frente. Perfecto. Ya la habia vuelto a cagar. Otra vez. Seguimos sin hablar hasta llegar a casa. Aparque al lado del BMW rojo de Pilar y antes de que pudiera parar el coche Sara ya habia salido dando un portazo tremendo. -- !Creo que no has cerrado bien, Sara! -Grite mientras abria mi puerta. -- !Vete a la mierda! -Me grito mientras subia las escaleras del porche. Respire hondo y cerre mi puerta con otro portazo. Sentia el enfado carcomerme por dentro. ?Dejaria algun dia de ser tan gilipollas? ?Dejaria de comportarme como un ninato que lo unico que hace es hacer dano a la gente que le rodea? Me pase la mano por el pelo con frustracion. Con lo sencillas que serian las cosas si el estuviera aqui... Cerre los ojos y me permiti recordarle unos segundos. Solo unos segundos, nada mas. Sus ojos color avellana mirandome desenfocados, sus manos agrietadas que raspaban la piel de mis mejillas cada vez que las acariciaba. Como me gustaban esas caricias pese a todo. Abri los ojos de nuevo. No mas recuerdos. Cerre el coche y fui hacia casa. Subi las escaleras y entre en el calor de mi hogar. Durante un tiempo senti que ese no era mi hogar, que no era el lugar que yo deberia ocupar en ese jodido mundo. Pero por suerte, tuve gente que me ayudo a centrarme y a reconocerlo de nuevo. Deje los libros en la entrada junto con mi cartera de piel negra que habia heredado de el. Fui hacia la cocina siguiendo el olor a comida. Sara estaba alli sentada en la encimera y susurrando algo con Pilar. Las dos se giraron a mirarme cuando me escucharon entrar. Sara me fulmino con la mirada. Decidi ignorarla. --Hola, carino -me dijo Pilar con dulzura--. ?Que tal ha ido el ultimo dia de clase? Me sente en una silla y me deje caer lentamente mientras cruzaba los brazos en mi pecho y cruzaba las piernas a la altura de los tobillos, totalmente espatarrado en la silla.

  • Check in al amor de Noni Garcia

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    M 001 – Un bano accidentado e encanta bajar a la playa en esta epoca. En septiembre ya no hay tanta masificacion de turistas, aunque no faltan en todo el ano. Tenemos una playa denominada Playa de los Alemanes, y no creo que haga falta que os jure de donde vienen la mayoria de los turistas que se dejan caer por aqui. Trabajar en la recepcion de un hotel a pie de playa es la octava maravilla del mundo. No hay nada como salir de trabajar y darte un buen chapuzon para liberar el estres de la jornada laboral. Me encanta mi trabajo, pero hay dias en que saldria huyendo para que nadie me encontrara. Hace un par de anos comence a trabajar como camarera de pisos en el hotel donde sigo trabajando, a pesar de ser licenciada en Filologia Alemana. En aquel momento, era el unico puesto vacante y yo necesitaba el trabajo con bastante urgencia. Tras dos meses bajo las ordenes de Carmela, la gobernanta, ya era ayudante de Recepcion. Los clientes, en su mayoria alemanes, y el bajo nivel de dicho idioma entre lo recepcionistas jugaron a mi favor. El dia que el jefe de Recepcion me escucho hablando aleman en uno de los pasillos con un cliente, no lo dudo ni por un instante y me recluto para Recepcion del hotel. Siempre que recuerdo a Pepe lo hago con muchisimo carino, porque gracias a el, hoy estoy donde estoy. El fue el que obligo a los altos cargos a ponerme bajo su mandato y, despues de aquello, todo fue rodado. En seis meses pase de ayudante de Recepcion a recepcionista, y el dia que cumpli un ano en la empresa y crei que me darian la patada en el culo, me hicieron un contrato indefinido y me ascendieron a segundo jefe de Recepcion. Hace seis meses que Pepe se jubilo y, aunque fueron momentos de transicion porque el hotel estaba cambiando de duenos, me promovieron a jefa de Recepcion. Manana es un dia que promete ser largo y duro en el hotel porque llega el nuevo director, y tiemblo cada vez que lo recuerdo. He investigado un poco por Internet, ya que son duenos de varios complejos hoteleros en otros paises, y tengo la impresion de que a la mayoria de los que trabajamos aqui nos van a dar una patada que vamos a llegar a Madrid. Todos los empleados son guapos, rubios, con ojos claros, altos, las chicas de talla 38 y ellos con cuerpos de anuncio. La primera patada me la voy a llevar yo, pero no voy a llegar a Madrid, sino a Marte. Talla 44, pelo negro como el tizon, ojos oscuros, piel morena --y no precisamente por la playa--, con mas curvas que el circuito de Jerez y no llego al metro setenta. Lo suficiente para haber estado acomplejada toda la vida y estar esperando esa patada. Son las seis de la tarde, y deberia darme un chapuzon porque no me gusta conducir con la ropa mojada y necesito nadar un rato. Tambien porque he quedado con unos companeros para tomar unas cervezas y no puedo llegar tarde si no quiero ser la que invite. A ver si asi conseguimos dejar de pensar un rato en el dia que nos espera manana. El agua esta perfecta: fria pero no helada; y muy limpia, hasta el punto de verme los pies en ella. Me lanzo a nadar cuando me llega el agua a la altura de la cintura y recuerdo las palabras que siempre me decia el abuelo cuando era una nina: <>. Y eso hago mientras pienso en el, en ese hombre que me crio cuando mi madre murio y mi padre me abandono a mi suerte. !Joder! Pero !que cono...! !Que golpe me he dado en la cabeza! No se contra que o quien he chocado, pero, sea lo que sea, ha crujido, y me va a escuchar... !Esto es un hombre guapo y lo demas son tonterias! Me acabo de quedar sin palabras. Rubio, con el pelo corto pero no demasiado, alto, fuerte... Y esos brazos... Un empotrador en toda regla. !Para, petarda! A lo que ibas, que te despistas. --Pero ?usted no mira por donde va? Menudo golpe me ha dado en la cabeza. --?Perdona? Tu has dado a mi. !Conio, como duele la nariz! --?Conio? --Intento no reir, pero no me puedo resistir--. ?Aleman? --Asiente; aun asi, sigo mi discurso en espanol--: Es que os pensais que la playa es vuestra. Ni siendo finales de septiembre me puedo banar tranquila. Hace un gesto de dolor con la cara y me corta la frase: --?Casi me rompes la nariz y la culpa es mia? --!Madre del amor hermoso, dame paciencia! Vamos al botiquin para que te miren la nariz. No la tienes rota porque no sangra, pero deberian echarte un vistazo. --?Contigo? No, serias capaz de matarme... --!Seras capullo! Ademas, estamos discutiendo, pero ya estamos en la orilla. --Me estoy empezando a marear. --Voy yo solo. No tienes que preocupar por mi. --Esta bien, haz lo que... --Me apoyo sobre las rodillas, agachando la cabeza. --Pues claro que... ?Que te pasa? Se acerca a mi y observo que tiene unos pies bastante grandes pero muy bonitos. --Vete y dejame tranquila. --Me voy a caer. --Pero ?como te voy a dejar?, si estas blanca como pared y... Lo interrumpo porque me esta sacando de mis casillas: --Pues dejandome. Estoy perfectamente y puedo ir sola hasta el botiquin. --No estas bien, casi no puedes estar en pie. Dejame ayudarte. --Ademas, ni tan siquiera se como te llamas ni me interesa, asi que coge tu camino, que yo cojo el mio. --Me llamo... --Te he dicho que no me interesa. --Tengo ganas de matar a este aleman imbecil. --!Que cabezona! Y yo pense que gente aqui ser amable. Ahi te quedas, loca. --?Me has llamado loca? Por momentos, mas enfurezco, pero estoy tan terriblemente mareada que no puedo seguir hablando. --Si, loca... No veo nada. Todo se nubla a mi alrededor y siento que dos fuertes brazos no me dejan caer a la arena.

  • Una madre de Alejandro Palomas

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    El retrato de una ciudad acogedora y esquiva a partes iguales, de una familia unida por los fragiles lazos de la necesidad y del amor y la mirada unica de una mujer maravillosa en un momento extraordinario. Faltan unas horas para la medianoche. Por fin, despues de varias tentativas, Amalia ha logrado a sus 65 anos ver cumplido su sueno: reunir a toda la familia para cenar en Nochevieja. Una madre cuenta la historia de como Amalia entreteje con su humor y su entrega particular una red de hilos invisibles con la que une y protege a los suyos, zurciendo los silencios de unos y encauzando el futuro de los otros. Sabe que va a ser una noche intensa, llena de secretos y mentiras, de mucha risa y de confesiones largo tiempo contenidas que por fin estallan para descubrir lo que queda por vivir. Sabe que es el momento de actuar y no esta dispuesta a que nada la aparte de su cometido. Un cartel luminoso que emite mensajes desde una azotea junto al puerto, una silla en la que desde hace anos jamas se sienta nadie, una Barcelona de cielos aniles que conspira para que vuelva una luz que parecia apagada, unos ojos como bosques alemanes y una libreta que aclara los porques de una vida entera... Una madre no es solo el retrato de una mujer valiente y entranable, y de los miembros de su familia que dependen de ella y de su peculiar energia para afrontar sus vidas, sino tambien un atisbo de lo que la condicion humana es capaz de demostrarse y mostrar cuando ahonda en su mejor version.

  • A traves de susurros de Sonia Lopez Souto

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    Ella es preciosa.
    Ella es perfecta.
    Un sueno hecho realidad.
    Mis dedos arden por tocarla.
    Por descubrir si es real.
    Esta vez no puedo equivocarme.
    Ella es mi presente, mi futuro, mi fin ultimo.
    Ella es mia.

  • La hermana perla (Las Siete Hermanas 4) de Lucinda Riley

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    La hermana perla es el cuarto volumen de la emocionante saga de Lucinda Riley <>, una serie de novelas basada en la mitologia griega y en la astrologia que enamorara a sus lectoras.

  • Para el tiempo que reste de Cesar Antonio Molina

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    Paisaje glauco del oceano. Los cielos, las montanas, los bosques, se comen el horizonte. Y el panorama desde los acantilados con su fondo rojizo del atardecer parece salir de una fragua incandescente. La naturaleza se apropia de nosotros y nos impregna lentamente y se dilata en nuestro ser que se desconoce. Si, la paz, el silencio y no tener prisa mientras contemplamos los aviones a reaccion. Pero el ruido de las babeles, una confusion de sonidos vagos, el castigo del tumulto informe. De la abundancia del corazon habla la boca. ?A quien Dios toco con un carbon encendido? Desdichada melancolia de lo inaccesible. Todo escritor es un sonambulo. Y esta belleza que enferma gravemente a quien la posee y no puede deshacerse de ella. TEMPLOS DE MAIZ Los campos de maiz, templos como aquellos otros de Paestum, los recorria de infante en medio de las pobladas mazorcas. ?Que quedara de nuestros recuerdos del pasado? ?Que materia los conformara? ?Para que me trajeron aqui? ?Para que se cumplio un deseo que no pedi? Aun permanezco inquieto en este mundo fugitivo y sin sentido. Por las playas, por las ensenadas, por las dunas, entre la lluvia, los vientos y los sauces latigantes, avanza el otono de nuestra desesperanza. Y a lo lejos, como una senal en el camino, los pomos de las puertas de las casas en llamas.

  • La ciudad infinita de Sergio C. Fanjul

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  • El ladron del siglo de Luis Mario Vitette

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    “Las cosas buenas que dicen de mi no son tantas y las malas no son tan pocas”.

  • Luchando por tu amor de Oliver Cruz

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    En el momento menos esperado, cuando Sandra descubre que lo que siente por su mejor amigo es algo mas, la vida la pondra a prueba. La lucha por el corazon del chico al que ama no sera facil, pero Sandra tampoco se rendira facilmente. ?Lograra la felicidad junto a el?

  • Mr. Star (Speed 5) de Rose Gate

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    Cuando el abogado mas prestigioso de Barcelona muere asesinado, las vidas de Andres Estrella y Esmeralda Martinez cambian por completo.
    Esmeralda, una rica influencer, es acusada de parricidio y decide ponerse en manos de Andres, un abogado recien licenciado que odia todo lo que ella representa.
    Si mezclas dos mundos opuestos, dos personas que jamas apostarian el uno por el otro, el resultado no puede ser mas explosivo. Ambos se veran envueltos en una partida al amor que no estan dispuestos a jugar.
    ?Podran los sentimientos ganar la batalla a los prejuicios?
    ?Podran dar con el asesino antes de que acabe con ellos?
    Descubre esta trepidante historia de la mano de Rose Gate donde el humor, la accion, la pasion, el dolor, la amistad y la familia haran que:
    Vivas la ley de la pasion hasta que pierdas el juicio.

  • Se trata de ti de Daniel Diaz

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    Una existencial historia de amor. “Si sabes algo, dilo… porque lo mas dificil es no saber”. El protagonista Jo sufre un incidente digno de una hospitalizacion y Marcela, es la mujer en cuestion.

  • La Nena (Inspectora Elena Blanco 3) de Carmen Mola

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    El vestido de novia le queda estrecho, huele a naftalina y, aunque hace tiempo debio de ser blanco, ahora es de un color indeterminado, entre crema y amarillo. La de hoy no era, desde luego, la boda con la que Valentina sono a sus quince anos. El vestido es de Ramona, la madre del hombre con el que se ha casado, un novio que ni le ha concedido un beso cuando el funcionario que oficiaba la boda les ha dicho que ya eran marido y mujer. Ramona, su suegra, es seca y antipatica, mas corpulenta que ella, pero a Valentina las costuras del vestido casi le revientan porque esta embarazada de cuatro meses. No sabe por que su esposo ha aceptado casarse con ella cuando esta esperando el hijo de otro. Valentina se quita el vestido. Su ropa interior es vulgar, de mercadillo. ?Cuantas veces habia pensado que para su noche de bodas se compraria lenceria como la que las chicas del club usaban con los clientes? En lugar de eso, lleva unas bragas blancas y un sujetador que no hace juego, que a duras penas alcanza a sostener unos pechos que no paran de crecer con el embarazo. Su propia imagen le causa pena y rechazo. A pesar de todo, sabe que es mucho mas atractiva que Anton, su marido, un hombre pequeno, retraido, con poco pelo pese a su juventud, con mirada huidiza y olor agrio, como si pasara dias y dias sin ducharse y su sudor se contagiara de la peste a cerdo que no abandona la nariz de Valentina desde que ha llegado a la casa. Una casa que sera la suya, supuestamente, para siempre. Ella tiene veintitres anos, como minimo cinco mas que su ahora marido, y su cuerpo, si no se hubiera empezado a deformar por el embarazo, seria muy armonioso. Su rostro menos, no puede ocultar los rasgos indigenas de casi todas las bolivianas. Nunca habia pensado que eso fuera feo, pero a los espanoles no les gusta. Si supieran cuantas cosas no le gustan a ella de los hombres que ha conocido en este pais. No ha encontrado ni una minima porcion de suerte desde que llego a Espana: queria abrir su pequeno negocio, pero tuvo que servir en una casa en la que el marido abusaba de ella cada vez que se quedaban a solas hasta que la senora, que algo se debia de oler, la despidio sin explicaciones. Despues fue de trabajo en trabajo hasta llegar a su boda, y no sabe si su vida sera feliz y tranquila o ha cometido su peor error. No pide tanto, se habria conformado con una casa que no oliera a porquerizas y un marido mas guapo, mas hombre y mas agradable que Anton. Pero nada ha salido bien y lo unico que ella creyo que era una buena noticia --la posibilidad de casarse-- la ha traido hasta este pueblo, hasta esta casa, que no es mucho mejor que la que dejo en Cotoca, cerca de Santa Cruz de la Sierra, donde nacio y donde su padre construyo un hogar con sus propias manos. Las bodas en su tierra se preparan con tiempo, se bebe mucha cerveza y se come carne de res hasta hartarse; las invitadas llevan polleras y sombreros y ellos se atavian con sus mejores galas; se contrata a un grupo musical que interpretara el vals para que lo bailen los novios, es un dia feliz... En la boda de Valentina no ha habido invitados, solo ella y Anton, y Ramona y Damaso, los padres del novio, que oficiaron como testigos; tampoco sono la musica ni arrojo nadie arroz o petalos de flores sobre los recien casados. El banquete ha consistido en unos refrescos en el bar de la plaza con un plato de frutos secos y una racion de calamares a la que ha invitado Aniceto, el dueno del bar, feliz de que una novia entrara en su local: es el unico que le ha dado la enhorabuena a Valentina y ha gritado un timido <>. Ahora esta sola en la habitacion, su marido no ha entrado con ella. Pensaba que querria consumar el matrimonio nada mas llegar, pero, por lo visto, prefiere esperar a la noche. Aunque lo cierto es que Anton, en el breve noviazgo que han mantenido, o por decirlo mejor, en la mera pantomima que ha formado el preludio de la boda, no ha mostrado nunca el menor ademan de desearla. --En media hora esta la cena, no te retrases. Ramona ha entrado sin llamar, la ha encontrado asi, mirandose al espejo en bragas y sujetador. Aunque no ha hecho ningun comentario, la ha ignorado con desprecio. En la media hora que falta para cenar, a Valentina no le dara tiempo a ducharse y quitarse el olor a naftalina del vestido y la sensacion de suciedad que la envuelve, pero no se atreve a contrariar a esa mujer. A Anton no lo conocio hasta hace quince dias. Quien fue a verla al club de carretera en el que trabajaba --no, ella no era una de las chicas de alterne, solo la que fregaba los suelos, los banos y las copas-- fue su padre, Damaso. --Si te casas con mi hijo, te saco de aqui --le propuso--. No somos ricos, pero no te va a faltar de nada. --Estoy embarazada. --Le daremos nuestro apellido a tu hijo. Nada mas. Ella ni siquiera pregunto a que se dedicaban, solo penso en que el bebe que esperaba --todavia no sabe si sera nino o nina-- viviria en una casa normal, no en un club de carretera rodeado de prostitutas, y en que no pasaria las necesidades que ha pasado ella. De cena hay albondigas y Valentina debe reconocer que estan exquisitas, las mejores que ha probado nunca. Apenas se habla en la mesa, tan solo Damaso, su suegro, le explica que lo mas importante alli son los cerdos, que de ellos viven todos ; le detalla las horas a las que hay que darles de comer, las tareas de limpieza que le corresponden y los cuidados que necesitan los animales... --Estas son las costumbres de la casa --concluye. Para Valentina eso no son costumbres, son reglas. Y por el silencio de los demas cuando Damaso las enumera, son reglas de obligado cumplimiento. Ya en la alcoba, tras la cena, espera a su marido. Piensa que ahora si querra yacer con ella y se prepara, se pone un camison que le regalo una de las chicas del club, uno que usaba con los clientes y que, segun le dijo, encendia a los hombres. --Haz que te desee, agarralo por los huevos; si lo consigues, da igual de donde haya salido, te cuidara para siempre. El verdadero padre de su hijo nunca la cuido, es un viajante que paso una noche por el club, no sabe su nombre ni por que se acosto con el, ni siquiera esta segura de que pudiera reconocerlo si lo volviera a ver. No necesita que nadie le explique la falta de delicadeza de los espanoles, ya lo ha comprobado, es lo que espera esta noche de su marido. Pero Anton, al parecer, es diferente: entra en el cuarto --al olor a cerdo se le ha unido el olor a vino--, no se molesta en darle las buenas noches ni un beso, se acuesta y se duerme. Valentina tambien intenta dormir, pero le resulta imposible, es su noche de bodas y se siente frustrada. Son las tres de la manana cuando decide salir de la habitacion. Recorre la casa a oscuras y se da cuenta de su temeridad. En apenas unos dias se ha casado y se ha recluido en un lugar alejado de todo el mundo, con un hombre que le provoca repulsion y con unos suegros autoritarios. ?Como ha sido tan ingenua para meterse en la boca del lobo de esa forma? Trata de quitarse de la cabeza esos miedos. Anton solo es un joven timorato, poco a poco lo ira suavizando, lo intuye. A cambio ha conseguido encontrar una estabilidad para dar a luz a su hijo. ?Que vida le iba a proporcionar ella si no tenia ni un centimo?

  • La estrategia del Diablo de Armando Cuevas Calderon

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    El robo de un objeto legendario, un extrano asesinato, un misterioso experto en antiguedades y una policia de homicidios atormentada por su pasado se entremezclaran en este perturbador thriller policiaco.
    Enfrentada a una investigacion repleta de mitos y secretos, la inspectora Elena Valdeon debera sumergirse en el oscuro mundo de las sectas satanicas, y seguir las pistas dejadas por un crimen atroz cometido hace casi dos mil anos, si desea resolver el caso mas inquietante y peligroso de toda su carrera.

  • Rosa de fuego de Carlos Ruiz Zafon

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    Situado en la epoca de la Inquisicion espanola en el siglo XV, <> cuenta la historia de los origenes de la misteriosa biblioteca, el Cementerio de los Libros Olvidados, que se encuentra en el corazon de las novelas de Carlos Ruiz Zafon La Sombra del Viento, El Juego del Angel, y ahora, El Prisionero del Cielo.

  • Yas de Eduardo De Los Santos

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  • La libreria del senor Livingstone de Monica Gutierrez

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    Agnes Marti es una arqueologa en paro que se ha mudado a Londres en busca de una oportunidad laboral. Una tarde, desanimada y triste por su poco exito profesional, tropieza en el corazon del barrio del Temple con el pomo de una puerta en forma de pluma, el sonido de unas lugubres campanillas y el hermoso rotulo azul de Moonlight Books. La libreria, regentada con encantador ceno fruncido por Edward Livingstone, debe su nombre a un espectacular techo de cristal que permite contemplar la luna y las estrellas en las noches despejadas. Intrigada por la personalidad y el sentido del humor del senor Livingstone, Agnes decide aceptar la oferta de convertirse en ayudante del librero mientras continua su busqueda de trabajo.

  • La hija del curandero de Amy Tan

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    Con el fin de evitar que sus recuerdos se pierdan para siempre, la anciana LuLing, emigrada a Estados Unidos, escribe el relato de su pasado en China. Un dia, su hija Ruth encuentra esos documentos en el apartamento y, a traves de ellos, llega a conocer los primeros anos de vida de su madre, y algunas revelaciones sobre el pasado familiar. Las dos generaciones de mujeres, con voces alternas, hallaran en este repaso a la memoria un punto de encuentro y reconciliacion.

  • Emmanuel de Vega Manhattan

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    Una no se lia con su jefe, esa es la regla principal de cualquier asistente personal.
    Pues ya estaba yo para romper las reglas. Y como no hacerlo cuando mi nuevo jefe era, ni mas ni menos, que Emmanuel Benson, el mayor mujeriego del pais.
    Sabia que solo era un entretenimiento en su vida, pero para mi fue mucho mas. Hasta el punto de tener que elegir entre seguir cerca de el o dejar mi trabajo. Porque ese hombre tenia algo.
    Y podia hacerme dano si llegaba a enamorarme de el.

  • Una historia de la luz de Jan Nemec

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  • Un amor de locos de Hugo Sanz

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    Marina, Marina, mira la tiara de flores que te he comprado para el dia de tu Primera Comunion, ?no es una autentica preciosidad? -Mama, si que es muy bonita, pero ?cuantas veces voy a repetirte que tengo veintiocho anos? -?Veintiocho? Seran ocho, hija mia. Y date prisa que ahora mismo nos vamos para la catequesis. -Mira, mama, por ahi viene papa. ?Por que no te marchas a tomar un cafelito con el y me esperais en el bar para llevarme a la catequesis? -Venga, pero no tardes, ?eh? Que luego te pones a jugar con Celia y se te va el santo al cielo. No se lo que harias sin tu madre-me solto y yo respire lentamente para que no me diera el ataque. Mi madre salio cantando por Ana Belen, concretamente el “mirala, mirala, mirala, mirala, la puerta de Alcala…” y yo pense que de la puerta de Alcala no, pero que de un puente si que me iba a tirar cualquier dia. -Te va a dar el ataque, te va a dar, ?te traigo la bolsa para hiperventilar? -me pregunto Celia. -No, con que me acerques el Ventolin sera suficiente. Esto es una locura, siempre lo mismo… -No te quejes, ya sabes que yo daria la misma vida por tener a mis padres conmigo, que me he quedado mas sola que la una en la vida. Y ahora ni unos padres ni otros, me va a dar el ataque a mi tambien, pero de pena… -No te preocupes que los vamos a encontrar… -?Me lo prometes? -Su carita de necesidad hizo que se me cayera el alma al suelo. -Palabra de Marina. -Que solemne te ha quedado. -Celia hizo un aspaviento de los suyos y yo esboce mi mejor sonrisa. Tenia toda la razon del mundo. Yo no tenia derecho a quejarme o, dicho de otro modo, si yo lo tenia, ella debia colgarse de un pino. Me llamo Marina y mi historia deberia ser de lo mas convencional, claro que debiera serlo no quiere decir que lo fuera. Mejor dicho, lo fue hasta mis veinte anos… Concretamente ocurrio el dia de mi cumpleanos. Mi madre, Susana, vino a recogerme tras haber estado de celebracion con mis amigas. Lo hizo sola, pues mi padre, Alberto, que es policia, estaba de guardia esa noche. Jamas hemos podidos explicarnos como ocurrio. Bueno, no he podido explicarmelo yo, porque mi madre por suerte no recuerda nada de lo sucedido. El caso es que ibamos ambas charlando animadamente mientras ella conducia cuando, salida como de la nada, una motocicleta de gran cilindrada se nos empotro a toda pastilla por la luna delantera. Milagrosamente yo sali casi ilesa a excepcion de una pequena cicatriz en la frente que no se observa a simple vista, pero que si te fijas esta ahi y se da un aire a la de Harry Potter, motivo de mofa eterna para mis amigos. No imaginais las bromitas que he tenido que aguantar al respecto. Por desgracia, lo de mi madre no quedo en una anecdota. sino que fue una total pesadilla, pues la pobre entro en coma y estuvo asi dos meses… Dos eternos meses en los que mi padre, mi hermano Carlos y yo rezamos a todos los santos para que no apartara de nuestro lado a la mujer que hasta entonces fue el faro que alumbro nuestros dias. En contrapartida, la fortuna quiso que mi madre despertara una buena manana. Lo primero que pregunto al verme fue si ya me habian echado el agua bautismal. Recuerdo la cara con la que nos miramos los tres y las risas que nos echamos, felices por haberla recuperado y pensando que aquello era unicamente una laguna de su memoria. Lo malo vino cuando comprobamos que mas que lagunas, en su memoria lo que habia era oceanos completos… A mi madre, sencillamente, le faltaba un tornillo o mejor dicho una caja completa de ellos. No tardamos en darnos cuenta de que la nueva situacion habia llegado para quedarse y que teniamos faena por delante. Hechos como que nos levantara cada manana para ir al colegio, que quisiera ponerme dos trenzas o que se empenara en vestir a mi hermano (que ya estaba estudiando Ingenieria Informatica en la universidad), dieron las siguientes voces de alarma. Por no contar cuando queria venir conmigo y con mis amigas, cogiendo la ropa de mi armario y fotografiandose, poniendo morritos en el bano, antes de coger la puerta para salir de marcha. Mientras, el pobre de mi padre demostraba quererla mas que a su vida y tener mas paciencia que el santo Jobs. Un ano despues de su despertar, los medicos nos dijeron que ya su cabeza habia avanzado todo lo que podia hacerlo y se habia estancado. “?Avanzado?” Yo no sabia si reir por los nervios o llorar como una Magdalena por el percal que teniamos por delante. Y encima Carlos se nos echo una novia llamada Karina (si, si, igualito que los protas de la serie “Cuentame como paso”) y lo que ambos nos contaron es que se iban a vivir a Londres y que alli nos quedabamos mi padre y yo con la papeleta. Permaneci un buen punado de anos viviendo con ellos y echando una manita en todo lo que podia en casa, pero seis meses atras decidi independizarme con Celia, mi socia y amiga. Celia y yo eramos una y carne y ella tambien me habia servido de gran ayuda con mi madre en innumerables ocasiones. No en vano, decia que tambien era la suya, su segunda madre; y eso que ella con lo de las madres y los padres tenia un cacao monumental que ya luego os contare. A resultas de aquella, mis padres ahora vivian solos, pero eso no queria decir que yo no estuviera en contacto permanente con ellos y que no me ocupara de muchos aspectos de su vida domestica. Eso si, mas que nada a modo de supervisora porque de tenerles la casa como los chorros del oro y de que todo funcionara en ella se encargaba Urraca, su chica de servicio. No voy a negarlo, la primera vez que me dijeron que su asistenta se llamaba Urraca, como los dibujitos animados aquellos de “Las urracas parlanchinas” me tire al suelo de risa. Bromas aparte, yo debia besar el suelo por donde pisaba esa chica porque el marron que me habia quitado de encima era del tamano de una catedral. Dicho esto, yo sentia la obligacion de estar al quite, por cualquier cosa que mis padres necesitaran, pero tenia la posibilidad de hacer mi propia vida sin mayores trabas. Convivir con Celia estaba constituyendo toda una experiencia pues, aunque esa petardilla a veces me sacaba de quicio, yo la queria como a una hermana. ?Por que me sacaba de quicio? Por cosas como que solia hablar a voces (debia pensar que todos estabamos sordos); porque tenia la misma memoria que el pez Dory (por lo que no se acordaba nunca de nada de lo que yo le contara); porque tenia mas cara que espalda (y a veces me ponia en el palo por ello) y porque le gustaba un movil mas que a un tonto un lapiz (y a menudo se pasaba horas inmersa en la pantalla y desconectada de todo mundo que no fuera virtual). Aunque comprendo que la he puesto a parir en un momentito, tambien tengo que decir que Celia era la mejor amiga que una pudiera tener y alegre como unas castanuelas… Eso si, aguita tambien con la nina cuando se enfadaba, dado que tenia un caracter que solia decir que no se aguantaba ni ella, claro que yo tambien era de armas tomar. En definitiva, las dos teniamos un fuerte caracter, pero nos complementabamos a la perfeccion, aunque de higos a brevas nos formaramos unas buenas zapatiestas y nos pusieramos finas. Pese a eso, todo hay que decirlo, nunca llegaba la sangre al rio y, es mas, despotricar nos servia para desahogarnos y luego echarnos unas buenas risas a costa de los improperios que soltabamos cuando se nos calentaba el pico. He mencionado antes que, aparte de ser mi querida amiga, Celia era mi socia. Y es que hacia dos anos que ambas nos lanzamos a la colorida y dulce aventura del cupcake y montamos el “Celicioso”. Elegimos este nombre haciendo honor al de Celia, pues fue mi amiga quien siempre tuvo en mente la idea de abrir el negocio y yo quien no tarde en asociarme con ella en cuanto la vi decidida. La verdad es que basto con abrir las puertas de nuestro precioso local, que nos llevo unos meses decorar, para saber que aquel iba a ser un exito rotundo. Y lo fue, hasta el punto de que no descartabamos abrir mas sucursales en otro barrio de nuestra ciudad o contratar personal de refuerzo porque ambas no dabamos ya abasto. No en vano, la nuestra era una de las pastelerias y cafeterias mas cuquis, bonitas y dulces de la ciudad y en ella no solo vendiamos exquisitos cupcakes sino muffins, plumcakes, coconuts, tartas y otro sinfin de productos que hacian las delicias de los mas golosos. Todo esto nos permitia a Celia y a mi disfrutar de una posicion economica desahogada y, aunque ambas teniamos en mente hacer alguna inversion inmobiliaria en el futuro, de momento nos habiamos lanzado al alquiler de un magnifico atico que decoramos a nuestro gusto. El atico estaba a estrenar y sin amueblar, por lo que fue para vernos a la hora de personalizarlo. En mi vida habia tenido mas discusiones con Celia, pareciamos un matrimonio mal avenido. Al final, dividimos la casa por estancias y cada una se encargo de la decoracion de varias de ellas. El resultado, en contra de lo que pudiera pensarse, fue bastante armonioso y las dos estabamos muy satisfechas.

  • La leyenda de las dos piratas, Maria Vila de Maria Vila

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    Londres, ano 1579. Dos jovenes aristocratas -la futura condesa Ines Braukings y la princesa bastarda Victoria Dudley- se rebelan contra la vida que les corresponde por nacimiento y escapan en busca de libertad. Para huir lejos de la jaula de oro que el futuro les tiene reservada, se embarcaran en El Miguel, barco pirata que capitanea el habil y frio Miguel Saavedra, amigo personal de la reina Isabel, la cual no sospecha de las actividades criminales del espanol. Cuando la relacion con el capitan y su tripulacion pirata comience a complicarse, Ines y Victoria se veran obligadas a alejarse y fletar -con ayuda de la letal y audaz Shatidje- su propio navio.

  • No te separes de mi de A.c. Mcallister

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    Cuando Estela pierde su beca para estudiar Bellas Artes en Paris, todo su mundo se viene abajo. De repente la ciudad se hace tan grande y tan inhospita como imposibles de acabar sus lienzos. Por si fuera poco, el enigmatico senor Frost no deja de cruzarse en su vida, haciendo que dude de su propia cordura.

  • Sombras oscuras (Detective McHale 1) (LGBT) de L. Farinelli

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    Madison McHale es una detective de la comisaria de Richmond, en Virginia. Tiene un caracter que la mete en problemas a cada minuto, y una imagen irresistible para las mujeres. Pero de pronto comienzan a aparecer muertas algunas mujeres con las que se ha relacionado. Los asesinatos tienen algunas caracteristicas especiales que la hacen darse cuenta que las muertes tienen que ver con ella. Junto a su companero, el detective Andrew Steinfeld, tendra el reto de investigar quien esta detras de los asesinatos.
    Zoe conocio a Madison de una forma inesperada; entonces la detective se vio obligada ayudarla, lo que las llevara por un camino donde el deseo jugara sus cartas sin percatarse que el peligro las acecha bajo las sombras oscuras.

  • La ira y el amanecer – Carmen Torres de Carmen Torres

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    “Cien vidas por la que tomasteis. Una vida por cada amanecer”.
    En una tierra regida por un monstruoso califa, cada nuevo amanecer rompe el corazon de una familia. Dia tras dia, el rey contrae matrimonio con una joven que al alba es ejecutada.
    “Si fallais una sola vez, os arrebatare vuestros suenos, os arrebatare vuestra ciudad.
    Y os arrebatare estas vidas multiplicadas por mil”.
    Por eso es un misterio cuando una desconocida se presenta voluntaria para casarse con el.
    Esa misma noche, ella le cuenta una historia.
    ‘Yo no estoy aqui para luchar. Estoy aqui para ganar’.
    Y por primera vez, la aurora no llega tenida de rojo.
    ‘Os juro que vivire para ver todos los atardeceres posibles.
    Y que os matare.
    Con mis propias manos’.

  • ?Que pasaria si…? de Randall Munroe

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    Un libro en el que el humor y la ciencia se unen para dar explicacion a todo tipo de preguntas curiosas.

  • Censurado de Darlis Stefany

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    Anabell hizo de todo para que Dylan, su relacion mas larga llevara a la relacion a otro nivel. en la cama. Fueron meses de coqueteos, insinuaciones y profundos escotes. ?Que fue lo que hizo Dylan? Enganarla, enganarla con su prima la rusa. El despecho es peligro ?Pero algo mas peligroso que eso? Una botella de Vodka. Entonces con estos dos ingredientes peligrosos Anabell decide tomarse una sexy, caliente y reveladora foto con destino a Dylan para demostrarle que hizo la eleccion equivocada de chica rusa. ?El problema? Ella escribio un 0 y no un 8 en el destinario de la foto. Jared solo queria dormir la noche que su celular sono, pero el sueno se fue en el momento en el que vio la linda e inolvidable foto que cierta chica le envio. El no es Dylan y no conoce a ninguna rusa, pero sin duda alguna le gusta lo que vio. Ahora Jared y Anabell viven una doble vida de mensajes picantes y comentarios en persona. En lo que ambos coinciden es en dos cosas: Las fotos no van a detenerse y nadie debe saber mas que ellos de las fotos. Despues de todos son fotos censuradas. Entre divertidas experiencias, amigos alocados, un hermano con desvios sexuales, perversion y muchos recuerdos confusos de una ninez traumatica Anabell y Jared van cayendo el uno por el otro. Cuando todo se complica, el pasado emerge y los recuerdos regresan ellos deberan demostrar que tan capaces son de sostenerse y continuar con su alocada y epica relacion…

  • El asunto Danvers de Elsa Tablac

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    Mientras contemplaba el tibio anochecer sobre la City de Londres desde el piso veintiseis de la Torre NatWest, Julian Danvers noto una presencia a su espalda. No le hizo falta contemplar el reflejo en la ventana para saber que se trataba de Susan Laymon, su eficaz secretaria. Parpadeo antes de dar la espalda a la ventana, regresando bruscamente a la realidad. ?Cuantos minutos llevaba ensimismado, contemplando el ajetreo de la ciudad desde el pasillo acristalado? --Julian, son casi las nueve de la noche. Creo que me marcho ya…Si no necesitas nada mas, quiero decir --dijo Susan, con la voz algo entrecortada, fruto de un reciente catarro. Contemplo su maquillaje y su cabello rubio ceniza recogido en lo alto de la coronilla, impecables desde las nueve de la manana. --Por supuesto, Susan. Siento mucho que el dia se haya alargado. ?Sabes si ya esta aqui mi cena? La secretaria lo observo atonita. Hacia un buen rato que habia llegado la comida, encargada a traves de una app a Solomon's, uno de los restaurantes favoritos de Julian. Echo un vistazo a su mesa. Ni siquiera se habia molestado en sacarla de la bolsa de papel. O tal vez no la habia oido cuando le aviso de que la cena ya estaba sobre la mesa de su despacho. Julian contemplo el minimo gesto de decepcion en su boca y el sutil juego de miradas. Entendio a la velocidad de la luz todo lo que estaba pasando por la mente de su secretaria. No le gustaba nada que se quedase en las oficinas de Danvers Holdings hasta tan tarde, pero llevaba un par de dias consumido por todo aquel asunto del problematico informe para McKinney. Y, en un plano mas personal, por la imperiosa necesidad de deshacer de una vez por todas su compromiso con Athena Richardson, su prometida. No podia alargarlo ni un dia mas. La fecha de aquella boda que nunca tendria lugar se acercaba peligrosamente. La secretaria, ya con el bolso sobre el hombro y el abrigo en la mano, se encamino de nuevo hacia su mesa, dispuesta a organizar su cena, pero Julian se adelanto rapidamente. --No, no te preocupes, Susan. Marchate ya a casa. Yo mismo me ocupo de calentarlo todo en el microondas, faltaria mas. Ya te he entretenido demasiado por hoy --le dijo, acompanando la orden con una de las sonrisas a las que recurria para salirse siempre con la suya. Ella torcio el gesto en senal de agradecimiento, pero el cansancio era mas que obvio en cada uno de sus movimientos. En su meteorico ascenso como consultor economico siempre habia sentido debilidad por las secretarias mayores y experimentadas. Sonrio mientras la veia abandonar la oficina, apagando las luces a su paso y dejandolo en una incierta penumbra. Hacia unos anos que Susan habia pasado la cincuentena. Tecnicamente podria ser su madre --el estaba a punto de cumplir treinta y tres-- y sin embargo, despues de tres anos a su lado, seguia encontrandola atractiva. Pero nunca cruzaria ese limite con ella, a pesar de que a veces su intuicion le decia que ella lo miraba de una forma demasiado intensa. Julian metio los recipientes de carton de Solomon's en el microondas y espero a que su cena estuviese de nuevo caliente. Se rio de su ocurrencia con respecto a Susan. Jamas se le habria pasado por la cabeza tener un lio con una de sus maternales secretarias. Para regocijo de su prometida, Athena, siempre habia preferido trabajar con mujeres mucho mayores que el. Su primera asistente, Rachel, apenas se habia quedado a su lado seis o siete meses. En cambio con Susan, o con su antecesora, la nordica Kristiane --ya jubilada-- no tendria esos problemas. No sentian ese hambre por escalar profesionalmente, esa voracidad profesional que las obligaba a saltar de un empleo a otro. En su caso, necesitaba a alguien a quien pudiese confiar practicamente todas sus intimidades. Athena. Suspiro, y de repente el dolor de cabeza que habia estado atenazandolo durante toda la tarde se manifesto en forma de severo pinchazo en su sien derecha. Supuestamente todo estaba casi a punto para la boda, pero las cosas habian ido demasiado de prisa entre ellos y ahora sentia la imperiosa necesidad de echar el freno. Se sentia un cerdo por ello, y a cada dia que pasaba esa sensacion iba en aumento. No solo por el hecho de abandonarla casi a las puertas del altar, sino porque era del todo consciente de que estaba retrasandolo. La decision estaba practicamente tomada desde hacia un mes, y aun no habia reunido el valor necesario para decirselo. Para decirle que lo suyo no tenia futuro. Que no estaba preparado para el matrimonio. Aun no. Que sentia que se habian apresurado demasiado, porque apenas hacia dos anos que se conocian, y uno que habian empezado a salir formalmente. Que lo de casarse habia salido de su boca en un euforico momento durante sus ultimas vacaciones en Ibiza, bajo los efectos del alcohol. Cualquier excusa serviria. O todas a la vez. Cualquier excusa, excepto la real: que no estaba enamorado de ella. Que no la queria como ella a el. Y que en los ultimos meses habia algo de su comportamiento que no le encajaba. Obviamente, eso era lo unico que era incapaz de confesar. El "ding" del microondas lo expulso de su ensonacion. Saco los dos recipientes de carton del microondas y se dirigio de nuevo a su mesa. Realmente no sabia por que no se habia marchado a su recien estrenado apartamento en Newington, o incluso a cenar en Solomon's, en lugar de dar cuenta de aquella triste cena en una oficina gelida y fantasmal. Pero, en el fondo, sabia muy bien el motivo: era miercoles, y los miercoles Athena acudia a su apartamento para pasar la noche con el. En realidad, seria el momento perfecto para enviar la cena directamente a casa, sentarse a tener esa conversacion serena y romper con ella, pero se autoconvencio con una burda excusa: habia tenido un dia duro en la oficina. Necesitaba una copa antes de regresar a casa. O mas bien, tenia que trabajar un rato mas en el informe McKinney antes de permitirse el lujo de dormir. Noto como se le cerraba el estomago. Alli estaba Julian Danvers, inmovil, en su enorme mesa de cristal sin saber muy bien que hacer. Finalmente, agito el raton y activo la pantalla de su gigantesco ordenador Mac. Busco la aplicacion de Facetime y llamo a Athena. Su novia contesto enseguida, como siempre. Alli estaba, esperandolo en su apartamento, cada vez mas integrada en su papel de ama de casa del siglo veintiuno. Se aseguro de que la camara del ordenador recogiera sin posibilidad de duda el lugar en el que se encontraba, su oficina en la torre NatWest. Ella arrugo la nariz al verlo rodeado de comida y de papeles. --Ya... ya se lo que me vas a decir... --Lo siento mucho, carino. Aun me queda un buen rato en la oficina. McKinney me matara si no tiene sus previsiones para el proximo ano al final de esta semana. --?No te espero despierta, entonces? --Es mejor que descanses... Intentare no hacer ruido cuando llegue. Athena esbozo una triste sonrisa. --Mas bien me gustaria todo lo contrario. Que me despertases cuando llegues. Sabia muy bien por que Athena lo decia. Ya eran tres miercoles seguidos los que habia llegado tarde a casa por "quedarse trabajando hasta bien entrada la noche". Y se habia dormido en el enorme sofa del salon, con la excusa de no despertarla. Pero Athena no era idiota. A veces, si veia que podia salir beneficiada, se hacia la tonta, pero no lo era en absoluto. Sabia que algun tipo de conversacion seria se cernia sobre ellos. De hecho, hacia dias que no le consultaba nada respecto a los preparativos de la boda. Ella tambien esquivaba el tema, intentando ganar tiempo. Julian suspiro. La cena, o lo que quedaba de ella, se estaba enfriando de nuevo. La cuestion era que ya no tenia hambre. Insistio, y con ello zanjo la conversacion: --Intentare no despertarte cuando llegue a casa. Buenas noches, Athena. No espero a que ella contestara. Cerro la aplicacion y su despacho quedo de nuevo en la penumbra, tan solo iluminado por la carisima lampara de Tom Dixon que tenia junto al ordenador, la unica pieza de diseno que albergaba la majestuosa oficina acristalada con vistas al Tamesis. No podia dejar pasar ni un dia mas. Manana desayunaria con su prometida y le diria lo que probablemente ya sospechaba: que la boda quedaba cancelada. Julian revolvio con cierta desgana los deliciosos tallarines Parsley de Solomon's, uno de sus platos favoritos. El mismo que aquella noche era incapaz de terminarse. Lo del informe para McKinney era totalmente cierto, y a pesar de que durante el fin de semana pasado habia avanzado bastante, sabia muy bien que "Kinney", como ya se permitia llamar a uno de sus mejores clientes, ni siquiera recordaba la fecha que habian fijado. Si lo llamaba el lunes siguiente para decirle que tenia los datos listos para sus proximas inversiones le contestaria balbuceante que OK; que todo bien, que se lo enviase con un mensajero y que ya le echaria un vistazo. Kinney tenia un problema evidente con el alcohol, y eso, por increible que parezca, tiene sus ventajas a la hora de estirar las fechas de entrega.

  • El estornudo de la mariposa de Jose De Cora

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    En 1938 Hitler es ya la mayor amenaza para la paz mundial. El regimen nazi se presenta ante todos los paises como indestructible.
    La Historia confirmara que no es asi, en parte gracias a Juan Pujol, mas conocido por su nombre en clave de Garbo. Ademas de convicciones, a Garbo le sobran otras virtudes, como un talento especial para el engano, arrojo, imaginacion desbordante y su encanto personal. En 1940 toma su decision mas trascendental: combatir el nazismo hasta derribarlo desde la retaguardia y las propias filas alemanas. Pero no lo hara solo. Araceli Gonzalez, una hermosa joven de buena familia y de fuerte caracter, se convierte al mismo tiempo en su mujer y en su principal apoyo.

  • La ultima noche en Tremore Beach de Mikel Santiago

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    La fascinante historia de un compositor que intenta recuperar la inspiracion en una casa en la costa de Irlanda.

  • La Rendicion del Highlander (Penword 3) de Arlette Geneve

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    Marina es una noble y decidida mujer que se encuentra ante la decision mas dificil de su existencia; elegir entre el amor de su vida o la lealtad a su familia. Su mejor amigo va a ser ahorcado, y en su desesperacion para tratar de liberarlo, acude a la unica persona que puede ofrecerle la ayuda que necesita, Brandon McGregor, un laird arrogante, posesivo, y del que esta irremediablemente enamorada. Sin embargo, el escoces la desprecia porque la cree una manipuladora sin sentimientos. Una arpia traidora e indigna de confianza. Marina llega a una encrucijada de dificil eleccion, si salva a su amigo, debe traicionarlo a el, y Brandon no piensa perdonar sus intrigas y maquinaciones.
    Marina tendra que pagar el precio que el Laird de Ruthvencastle le imponga.

  • Seguiremos viviendo de Elisabet Pedrosa I Domenech

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    Vete, Gina, no tengas miedo, te queremos. Te damos las gracias por todo lo que nos has dado y hemos aprendido. Has sido inspiracion y maestra. Gina, bonita, perdoname si alguna vez no he estado a la altura de la situacion. Y perdona a aquellos que no te han descubierto debido al miedo a la diferencia, a la enfermedad o al dolor. Tu me has ensenado a no tener miedo, a entender lo importante en la vida: el amor con mayusculas. Vete, Gina, no tengas miedo, ?no ves la luz de las almas? Seras libre de este cuerpo tan bonito que te ha encarcelado. Canta, baila, salta, juega, porque por fin seras libre para hacerlo. No tengas miedo, alli encontraras a gente buena que te espera y te quiere. Ya te puedo imaginar con tu carcajada sonora haciendoles felices. Vete, guapa; ve, hija, seguiremos adelante, te lo prometo; honraremos tu memoria. Nos dejas un legado inmortal de once anos de vida. Vete, muneca dulce, ve, Gina, no tengas miedo. Yo ya no tengo miedo y te puedo acompanar y mirar a la muerte de cara y aceptarla como una celebracion de la vida. !Gracias! Esto tambien te lo debo a ti. Sueltate, bonita, yo te acompanare, ahora ya puedo… Gracias por todas las personas de corazon generoso a quien nos has acercado. Ya queda menos, hija, no sufras, no sufras mas. Estamos a tu lado, estaremos siempre. Tu estaras en nuestro corazon, en mis manos, con tu perfume de muneca de porcelana. Tus hermanos te abrazan, te dicen adios. Tambien lo saben hacer. Desfilan familia y amigos de corazon y te dicen adios; como el abuelo, que te queria curar -- pues eras su primera nieta-- y ha tenido que aceptar que te morias. Y tu dudas si irte o no, porque tambien ha sido bonita la vida, y cada minuto de tu vida ha valido la pena, hasta el ultimo. Pero ya no te queda energia, lo se, hija, lo se, y lo siento en el alma. Esta vez no te puedo pedir que te quedes, no lo puedo hacer. Tengo que dejarte marchar. Prometi un dia --hace ya tiempo-- que respetaria tu decision y que no te impondria una vida sin sentido ni conciencia. Y ahora, por fin, puedo cumplir mi promesa. Ve, Gina. Adios. Plegaria en la muerte de Gina. 18 de enero de 2014. Tanatorio Les Corts, Barcelona. Introduccion 18 de enero de 2014. Hacia dos dias que habia muerto nuestra hija Gina, de once anos, y estabamos a primera hora de la manana al lado de su feretro, de cuerpo presente, en el tanatorio Les Corts de Barcelona. Entonces llego Sergi, el medico de paliativos, para darnos el pesame. Gina entro en paliativos en mayo de 2013. Cuando el medico se fue ya tenia muy clara la idea de escribir. Inspirada por la larga fila de gente que se acerco para acompanarnos, y despues de escuchar muchas historias de muerte y de vida, me di cuenta de que debia compartir alguna cosa con relacion a lo que habiamos vivido. Tanto dolor y sufrimiento a causa de una larga, cruel e invalidante enfermedad, y tantas perdidas constantes tenian que tener algun sentido. Y a medida que pasaban las horas crecia con fuerza en mi cabeza un proyecto que iba tomando forma de libro y que se llenaba de significado, y que ha culminado en el que teneis en las manos. Este texto nace de la desesperacion de una madre a quien se le ha muerto una hija, de la necesidad de explicar y compartir. Soy madre de dos hijos mas, Pol y Jan, y estoy casada con un indio catalan (mediador y emprendedor); soy guionista de profesion y escribo libros, pero solo cuando me suceden cosas, y esta era muy excepcional. La perdida de un hijo o una hija nos situa en el peor de los escenarios; no obstante, si aprovechamos esta crisis para indagar en nosotros mismos, resulta tremendamente reveladora. Este libro ha sido cien por cien terapeutico, y me gustaria que tambien lo fuera para vosotros: tanto si estais pasando por un proceso de duelo, como para cuando os encontreis en esta situacion, o simplemente para girar vuestra vida del reves -- zarandearla-- y darle una nueva dimension. Todos tenemos perdidas, grandes y pequenas. Estamos todos en el mismo barco y, por el camino, inevitablemente, vamos sufriendo perdidas personales, emocionales y materiales, y un dia tambien perderemos lo que consideramos mas fundamental, nuestra vida. Moriremos, y mas nos vale ir aprendiendo. Este no es un libro politicamente correcto, pues lo que sentimos no siempre es agradable de escuchar. Es un libro que habla de la muerte pura y dura, sin eufemismos y mirandola a la cara con aceptacion y naturalidad. La proximidad de la muerte transmite una lucidez que, sin duda, nos puede ayudar a vivir con mas conciencia. Despues de la muerte de Gina he entendido que no debemos temer a la muerte, porque esta no borra, solo transforma. No se trata de un punto final, solo es un punto y aparte en el que cada cual descubre en que lugar coloca a sus difuntos mas queridos, pues estan ahi y seguiran estando ahi de otra manera, en el mundo sin formas. Este viaje de dolor y perdida empezo con el diagnostico de la enfermedad de Gina cuando solo tenia un ano de vida. Y despues hemos asistido a la perdida progresiva de sus capacidades hasta el dia de su muerte. Os aseguro que ha sido una autentica crueldad. Asi pues, fuimos familiarizandonos con la perdida con los anos. Sus fuertes crisis eran anuncios aterradores de que un dia la vida de Gina se podia acabar. Gracias a los anos de psicoanalisis pude empezar a hablar de la posibilidad de que se muriera, aunque con solo imaginarlo podia sentir que enloquecia de dolor. El disparo de salida fue cuando hicieron entrar a mi hija en el programa de paliativos. A pesar de que entrar en paliativos no es una sentencia de muerte --de hecho nosotros estabamos convencidos de que le quedaban unos cuantos anos mas de vida--, al cabo de nueve meses Gina se moria. Seguramente, la intuicion, nuestro sexto sentido, ya lo sabia. Nuestra fortuna fue que llegamos al final de la vida de Gina con el privilegio de habernos podido despedir de ella y de haber podido celebrar cada instante a su lado como si fuera el ultimo. Cada muerte es una historia, y cada duelo tambien; no pretendo dar lecciones de como se tiene que llevar, se hace como se puede. Se necesitan herramientas, ayuda, carino, coraje. Espero que nuestro testimonio sea inspirador, util y balsamico, aunque para conseguirlo hay que estar dispuesto a cruzar la puerta del dolor. Pero es que sin dolor ni sin final tampoco hay vida autentica. Ahora ya no tengo ninguna duda de que la muerte nos puede hacer mas sabios. La voluntad de este libro no es herir sensibilidades. Si lo hace, perdonadme. Estoy convencida de que todas las personas que teneis a Gina en el corazon (padres, abuelos, hermanos, tios, primos, amigos o conocidos) expresais el amor que sentis por ella y la recordais, a vuestra manera; yo lo he hecho con este libro. Es la narracion en primera persona del amor profundo entre una madre y una hija a traves del dialogo intimo, en el imprescindible ejercicio de evocar. Pero teneis que saber que nunca estuve sola en este periplo. Lo que teneis en las manos es tambien el relato de una familia que ha asistido en directo a la muerte de una nina a traves de los anos, los meses, las semanas, los dias, los minutos y los segundos. Tras ella nos encontramos en el dia siguiente de la muerte, que es mas insoportable todavia, y que nos llevo por una montana rusa de recuerdos y sentimientos dolorosos en la que, cuando creiamos que nos recuperabamos, volviamos a caer. Asi es el duelo, imprevisible y tortuoso; sin embargo, se tiene que transitar. Sobre todo, los primeros dias sin nuestra hija Gina fueron tremendamente desoladores. Despues de tantos anos de luchar por su vida y que todo girara a su alrededor, estabamos perdidos. En mi caso, me di cuenta de que, o bien me ponia a escribir, o bien me moriria de tristeza o enloqueceria. Y escribi, tal y como ya lo habia hecho en otras ocasiones, para procesar, para digerir, para expulsar. El objetivo era explicar la muerte de Gina, pero entonces entendimos que no era solo de muerte de lo que necesitabamos hablar, sino tambien de las vivencias enriquecedoras y dolorosas de los ultimos anos al lado de nuestra hija. Por esta razon, la narracion del libro no es lineal: es un ir y volver del presente al pasado, con un retorno continuo al escenario del sofa del comedor de nuestra casa donde nos despedimos de Gina. Siento que este libro es la tercera parte de una trilogia que la vida misma ha creado. La primera parte fue Criaturas de otro planeta, la presentacion en sociedad de Gina y de su enfermedad, y que sirvio para dar a conocer el sindrome de Rett y para recoger bastante dinero -- gracias en buena parte a Dolors, la abuela de Gina, y al periodista Marc Serena-- para empezar y dar continuidad a la investigacion. La segunda parte fue El meu amor sikh, en el que contaba en forma novelada como se transformaron nuestras vidas con la aparicion del amor con mayusculas, Kewal, que ha hecho de padre de Pol y de Gina; el nacimiento de mi tercer hijo, Jan, y la terrible evolucion de la enfermedad de Gina. Y ahora desgraciadamente ha llegado la tercera parte, Gina, la muerte y la despedida de nuestra hija. Es una trilogia que habla de la vida tal cual es --sin disfrazarla-- y del deseo de vivirla a pesar de las peores circunstancias, porque podemos aprender a ser resilientes, superar las crisis y salir reforzados de ellas.

  • La solterona de Jana Westwood

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    En 1878 Elizabeth Downton es ya una solterona. Tiene treinta anos y ninguna expectativa romantica. Aun asi Elizabeth no es una mujer amargada, acepta el destino que le ha tocado y disfruta de las cosas sencillas de la vida.

  • 10 dias para Ano Nuevo de Carmen Amil

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    Eli ha roto con su novio y todo le recuerda a el. Por eso, acepta la proposicion de su amigo Caleb para pasar las fiestas en la casa rural de su hermana, lejos de cualquier cosa que le haga pensar en Dani.
    Caleb tiene diez dias hasta Ano Nuevo, el dia que Eli se va, para conseguir que ella se olvide de su ex.
    Juntos, redescubriran las navidades de una forma muy distinta a lo que estan acostumbrados.

  • El Ajedrecista de Hitler de Persus Nibaes

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    La novela “El Ajedrecista de Hitler”, tiene por finalidad dar a conocer una historia ficcionada, basadaen la historia de vida del ajedrecista chileno-aleman Klaus Junge (Karl Dunken). Es una novela que no pretende ser una biografia documental, sino mas bien una historia ficcion, a su vez de contar la historia de vida del joven genio del ajedrez; Karl Dunken, quien participo en la guerra como teniente de la Wehrmacht.

  • Yndoria (Hijos de la nada 1) de Jessica Galera Andreu

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  • Arrastrame al infierno contigo (Samsara 1) de Jane Reyals

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    ?Que harias si el amor de tu vida, por el que renunciaste a tus alas, no recordara siquiera tu nombre? Los secretos, los celos, el amor, el deseo y la posesividad inundan la vida de Naia, una joven que oculta un gran secreto. Inmersa en sus estudios, rechaza cualquier tipo de relacion con los hombres, pero pronto se sentira acorralada por un profesor que afirma conocerla mas de lo que ella cree. Entretanto, Zackary, un angel arrojado a la tierra, condenado por amar lo prohibido, intentara recuperar a su angel. Para ello entregara sus alas a los Kazoos, los guerreros del infierno, encargados de recuperar el mapa, el unico conducto que puede llevarlos de vuelta al Eden. Angeles deberan unir fuerzas para derrotar Kazoos del ultimo ser que esperarian, aquel que aguarda librar una batalla milenaria para cumplir su venganza.

  • Esencia de Luna de Pamela Medina

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  • Lo nuestro es unico de Sophie Saint Rose

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    Karina ha decidido trasladarse a la casa de su abuela en Texas para alejarse todo lo posible de su familia, con la que mantiene una relacion poco saludable. Pero verse forzada por la situacion a vivir con su vecino y con su hermana, no era lo que tenia pensado. Mucho menos sentir esa atraccion por Jason, que la estaba volviendo loca…

  • Estoico y frugal de Pedro Juan Gutierrez

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    Asi arranca Estoico y frugal: en efecto, el cubano Pedro Juan llega a Madrid en medio de un gelido invierno, con un libro ya publicado y una incipiente carrera literaria en marcha, y alli vivira aventuras vitales y sexuales sin freno. A Carolina, que un buen dia se marcha a Londres, la sustituiran una madre y un hijo que lo acogen en su casa repleta de juguetes antiguos, un circulo de mujeres maduras nada asexuadas, una fotografa belga aficionada al sadomaso que tiene un amante gay y voyeur, una chica que esta haciendo una tesis sobre literatura cubana. Y despues, viajes a Burgos, Benidorm, Alemania e Italia, donde siguen los encuentros singulares: con un escritor que lo lleva a un club gay, con un serbio enloquecido, con un viejo amigo de la antigua RDA, con una fotografa que se dedica a sacar fotos en la morgue romana. Y, entre lance y lance, Pedro Juan se plantea su futuro y se pregunta si quiere ser un autor famoso y de exito o un autor invisible.

  • True colors de Ximena Renzo

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    True Colors es la historia de dos chicos llamados Abril Rizzo y Nate Collins, quienes deciden aventurarse a conocer el mundo mediante un viaje a varios paises, entre ellos Estados Unidos, Mexico, Venezuela, Colombia, Peru e Italia, pero su viaje mas valioso sera el de la amistad y el amor, el cual los llevara a sumergirse en sus propias aguas, y a superar momentos aciagos en la vida gracias a ingredientes esenciales para la felicidad: la reafirmacion y la busqueda de los suenos, la independencia, la fortaleza, la esperanza, el agradecimiento, el perdon y la reconciliacion.

  • Una corte de llamas plateadas de Sarah J. Maas

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    El agua negra que le pellizcaba los talones estaba helada. No como la mordedura del frio invernal, ni siquiera el ardor del hielo solido, sino algo mas frio. Mas profundo. El frio de los huecos entre las estrellas, el frio de un mundo anterior a la luz. El frio del infierno, el verdadero infierno, se dio cuenta mientras luchaba contra las fuertes manos que trataban de empujarla dentro del caldero. El verdadero infierno, porque era Elain la que yacia en el suelo de piedra con el hombre Fae de pelo rojo y un solo ojo que se cernia sobre ella. Porque esas orejas puntiagudas se clavaban en el cabello marron dorado de su hermana, y un brillo inmortal irradiaba de la piel blanca de Elain. Un verdadero infierno, peor que las profundidades de tinta a pocos centimetros de sus pies. Sumerjanla, ordeno el rey Fae de rostro duro. Y el sonido de esa voz, la voz del macho que habia hecho esto a Elain… Ella sabia que iba a entrar en el Caldero. Sabia que perderia esta lucha. Sabia que nadie vendria a salvarla: ni la sollozante Feyre, ni el antiguo amante de Feyre amordazado, ni su devastado nuevo companero. Ni Cassian, roto y ensangrentado en el suelo. El guerrero seguia intentando levantarse con brazos temblorosos. Para alcanzarla. El Rey de Hybern… el habia hecho esto. A Elain. A Cassian. Y a ella. El agua helada mordio las plantas de sus pies. Fue un beso de veneno, una muerte tan permanente que cada centimetro de ella rugio en desafio. Iba a entrar, pero no lo haria con suavidad. El agua se aferro a sus tobillos con garras fantasma, tirando de ella hacia abajo. Se retorcio, arrancando el brazo del guardia que la sujetaba. Y Nesta Archeron senalo. Un dedo… al Rey de Hybern. Una promesa de muerte. Un objetivo marcado. Unas manos la empujaron hacia las garras del agua que la esperaban. Nesta se rio del miedo que aparecio en los ojos del rey justo antes de que el agua la devorara entera. En el principio y en el final habia oscuridad y nada mas No sintio el frio mientras se hundia en un mar que no tenia fondo, ni horizonte, ni superficie. Pero sintio el ardor. La inmortalidad no era una juventud serena. Era fuego. Era mineral fundido que se vertia en sus venas, hirviendo su sangre humana hasta que no era mas que vapor, forjando sus fragiles huesos hasta que eran acero fresco. Y cuando abrio la boca para gritar, cuando el dolor la partio en dos, no hubo ningun sonido. En este lugar no habia mas que oscuridad, agonia y poder… Ellos pagarian. Todos ellos. Empezando por este Caldero. Empezando ahora. Ella desgarro la oscuridad con garras y dientes. Rasgo, hendio y destrozo. Y la oscura eternidad a su alrededor se estremecio. Se agito. Se agito. Ella se rio cuando retrocedio. Se rio de la bocanada de poder en bruto que arranco y trago entera; se rio de los punados de eternidad que introdujo en su corazon, en sus venas. El Caldero lucho como un pajaro bajo la pata de un gato. Se negaba a ceder. Todo lo que le habia robado a ella, a Elain, se lo quitaria ella. Envueltos en la negra eternidad, Nesta y el Caldero se enroscaron, ardiendo en la oscuridad como una estrella recien nacida. Primera Parte: Aprendiz Capitulo 1 Cassian levanto el puno hacia la puerta verde del tenue pasillo y dudo. Habia abatido a mas enemigos de los que le importaba contar, habia estado de rodillas en la sangre en innumerables campos de batalla y habia seguido luchando, habia tomado decisiones que le costaron la vida de guerreros expertos, habia sido un general, un soldado y un asesino, y sin embargo … aqui estaba, bajando el puno. Dudando. El edificio en el lado norte del rio Sidra necesitaba pintura nueva. Y suelos nuevos, las tablas que crujian bajo sus botas al subir los dos pisos habian sido una indicacion. Pero al menos estaba limpio. Definitivamente sombrio para los estandares de Velaris, pero a decir verdad la propia ciudad no tenia barrios bajos, y eso no era decir mucho. Habia visto y permanecido en lugares mucho peores. Sin embargo, nunca entendio por que Nesta insistia en vivir alli. Entendia por que no se alojaba en la Casa del Viento: estaba demasiado lejos de la ciudad, y no podia volar ni tamizarse, lo que significaba tener que lidiar con los diez mil escalones de subida y bajada. Pero ?por que vivir en este basurero, cuando la casa de la ciudad estaba vacia? Desde que Feyre y Rhys habian terminado la construccion de la casa del rio, la casa de la ciudad habia quedado abierta a cualquiera de sus amigos que la necesitara o quisiera. Sabia de hecho, que Feyre habia ofrecido a Nesta una habitacion alli… y habia sido rechazada. Fruncio el ceno ante la pintura desgastada de la puerta. Ningun sonido se filtraba a traves del gran hueco que habia entre la puerta y el suelo, lo suficientemente ancho como para que incluso las ratas mas gordas pudieran pasar por el; no habia olores frescos en el estrecho pasillo. Tal vez tuviera suerte y ella estuviera fuera, tal vez durmiendo bajo la barra de cualquier taberna de mala muerte, que hubiera frecuentado la noche anterior. Aunque eso podria ser peor, ya que tendria que buscarla alli. Cassian volvio a levantar el puno, el rojo de su Sifon parpadeando en las antiguas luces de los focos colocados en el techo. Cobarde. Ten las malditas pelotas. Cassian golpeo una vez. Dos veces. Silencio. Cassian casi suspiro de alivio en voz alta. Gracias a la maldita Madre… Unos pasos cortos y precisos sonaron desde el otro lado de la puerta. Cada paso mas enfadado que el anterior. Plego las alas, cuadrando los hombros mientras separaba los pies. Una postura de lucha tradicional, que le fue inculcada durante sus anos de entrenamiento, ya era casi un recordatorio muscular. No se atrevio a considerar por que el sonido de esos pasos hizo que su cuerpo tomara esa posicion. El chasquido que produjo al abrir cada uno de sus cuatro candados bien podria haber sido el golpe de un tambor de guerra. Cassian repaso la lista de cosas que debia decir, como Feyre le habia sugerido que las dijera. La puerta se abrio de un tiron, el pomo giro con tanta fuerza que Cassian se pregunto si ella lo estaba imaginando como si fuera su cuello. Nesta Archeron ya tenia el ceno fruncido. Pero alli estaba. Tenia un aspecto infernal. --?Que quieres? --Ella no abrio la puerta mas alla de un palmo. ?Cuando la habia visto por ultima vez? ?En la fiesta de fin de verano que fue en la barcaza en el Sidra el mes pasado? No tenia tan mal aspecto. Aunque supuso que una noche tratando de ahogarse en vino y licor nunca deja a nadie con un aspecto particularmente bien a la manana siguiente. Especialmente en… --Son las siete de la manana --continuo ella, mirandolo con esa mirada azul grisacea que siempre encendia su temperamento. Llevaba solo una camisa de hombre. Cassian apoyo una mano en el marco de la puerta y le dedico una media sonrisa que sabia que sacaba sus garras. --?Una noche dura? Un ano, en realidad. Su hermoso rostro estaba palido, mucho mas delgado de lo que habia sido antes de la guerra con Hybern, sus labios sin sangre, y esos ojos… frios y afilados, como una manana de invierno en las montanas. Ninguna alegria, ninguna risa, en ningun plano de ella. Hizo ademan de cerrar la puerta con la mano. El metio su bota en el hueco antes de que ella pudiera romperle los dedos. Sus fosas nasales se expandieron ligeramente. --Feyre te quiere en la casa. --?En cual? --dijo Nesta, frunciendo el ceno ante la bota que habia metido en la puerta--. Tiene cinco. Reprimio su respuesta. Ese no era el campo de batalla y el no era su oponente. Su trabajo consistia en llevarla al lugar asignado. Y luego rezar que la hermosa casa a la que Feyre y Rhys acababan de mudarse no fuera reducida a escombros. --La nueva. --?Por que mi hermana no me vino a buscar ella misma? El conocia ese brillo sospechoso en sus ojos, la ligera rigidez de su espalda. Sus propios instintos surgieron para enfrentarse a su desafio, para empujar y descubrir lo que podria pasar. Desde el solsticio de invierno, solo habian intercambiado unas cuantas palabras. La mayor parte habia sido en la fiesta de la barcaza el mes pasado. Habian consistido en: Muevete. Hola, Nes. Muevete. Con gusto. Despues de meses y meses de nada, de apenas verla, eso habia sido todo. Ni siquiera habia entendido por que se habia presentado a la fiesta, especialmente cuando sabia que estaria atrapada en el agua con ellos durante horas. Amren probablemente merecia el credito por la rara aparicion, debido a cualquier influencia que la mujer tuviera sobre Nesta. Pero, al final de esa noche, Nesta habia estaba al frente de la fila para salir del barco, con los brazos apretados alrededor de si misma, y Amren habia estado melancolica en el otro extremo, casi temblando de rabia y repulsion. Nadie habia preguntado que habia pasado entre ellas, ni siquiera Feyre. El barco habia atracado, y Nesta practicamente habia salido corriendo, y nadie habia hablado con ella desde entonces. Hasta este dia. Hasta esta conversacion, que se sentia como la mas larga que habian tenido desde las batallas contra Hybern. Cassian dijo por fin--: Feyre es una Alta Lady. Esta ocupada dirigiendo la Corte Oscura. Nesta ladeo la cabeza, con el cabello castano dorado deslizandose sobre un hombro huesudo. En cualquier otra persona, el movimiento habria sido contemplativo. En ella, era la advertencia de un depredador, que evaluaba a su presa. --Y mi hermana --dijo con esa voz plana que se negaba a dar cualquier senal de emocion--, ?considero necesaria mi presencia inmediata? --Sabia que probablemente necesitarias asearte, y queria darte tiempo. Te espera a las nueve. Espero la explosion mientras ella hacia las cuentas. Sus ojos se iluminaron. --?Parece que necesito dos horas para ponerme presentable? El aprovecho la invitacion para observarla: largas piernas desnudas, un elegante barrido de caderas, una cintura fina – demasiado fina- y unos pechos llenos y apetecibles que no encajaban con los nuevos y afilados angulos de su cuerpo. En cualquier otra mujer, esos magnificos pechos habrian sido motivo suficiente para que el comenzara a cortejarla en el momento en que la conociera. Pero desde el instante en que conocio a Nesta, el frio fuego de sus ojos habia sido una tentacion de otro tipo. Y ya que era una Alta Fae, toda la dominacion y agresion inherentes -y una actitud de mierda- hacia que la evitara en la medida de lo posible. Especialmente con lo que habia pasado durante y despues de la guerra contra Hybern. Ella habia dejado mas que claro sus sentimientos hacia el. Cassian dijo por fin--: Parece que te vendrian bien unas cuantas comidas abundantes, un bano y ropa de verdad. Nesta puso los ojos en blanco, pero se toco el dobladillo de la camisa. Cassian anadio--: Echa a ese desgraciado, aseate y te traere un te. Sus cejas se alzaron una fraccion de pulgada. El le dedico una sonrisa torcida. --?Crees que no puedo escuchar a ese macho en tu dormitorio, tratando de ponerse la ropa en silencio y escabullirse por la ventana? Como si se tratara de una respuesta, un ruido sordo llego desde el dormitorio. Nesta siseo. --Volvere dentro de una hora para ver como van las cosas. -- Cassian puso suficiente mordacidad detras de las palabras que hasta sus soldados sabrian que no debian presionarlo, que requeria siete sifones para mantener su magia bajo control por una buena razon. Pero Nesta no volaba en sus legiones, no luchaba bajo su mando, y ciertamente no parecia recordar que tenia mas de quinientos anos y... --No te molestes. Llegare a tiempo. Se aparto de la jamba de la puerta, agitando ligeramente las alas mientras retrocedia unos pasos. --Eso no es lo que se me pidio. Tengo que acompanarte de una puerta a otra. Su rostro se tenso. --Ve a posarte en una chimenea. Esbozo una reverencia, sin atreverse a quitarle los ojos de encima. Ella habia salido del Caldero con… regalos. Regalos considerables, oscuros. Pero nadie habia visto ni sentido ninguna senal de ellos desde la ultima batalla con Hybern, desde que Amren habia destrozado el Caldero y Feyre y Rhys habian logrado arreglarlo de la misma forma. Tampoco Elain habia revelado ningun indicio de sus habilidades videntes desde entonces. Pero si el poder de Nesta seguia siendo capaz de arrasar campos de batalla… Cassian sabia que no debia hacerse vulnerable a otro depredador. --?Quieres tu te con leche o con limon? Le cerro la puerta en la cara. Luego cerro cada una de las cuatro cerraduras. Silbando para si mismo y preguntandose si ese pobre bastardo dentro del apartamento huiria de hecho por la ventana -mas que nada para escapar de ella- Cassian recorrio el tenue pasillo y fue a buscar algo de comida. Ese dia necesitaria sustento. Especialmente cuando Nesta supiera precisamente por que su hermana la habia convocado. Nesta Archeron no sabia el nombre del macho en su apartamento. Busco en su memoria empapada de vino mientras regresaba al dormitorio, esquivando montones de libros y montones de ropa, recordando miradas en la taberna, el encuentro humedo y caliente de sus bocas, el sudor cubriendola mientras lo montaba hasta que el placer y la bebida la enviaron al bendito olvido, pero no recordaba su nombre. El macho ya se habia asomado a la ventana, con Cassian sin duda acechando en la calle de abajo para presenciar su espectacular y patetica salida, cuando Nesta llego a la tenue y estrecha habitacion. La cama con postes de laton estaba desarreglada, las sabanas medio derramadas sobre el chirriante e irregular suelo de madera, y la ventana agrietada golpeaba contra la pared con sus bisagras sueltas. El hombre se giro hacia ella. Era guapo, como lo eran la mayoria de los machos Altos Fae. Un poco mas delgado de lo que a ella le gustaban, practicamente un nino comparado con la imponente masa de musculos que acababa de llenar su puerta. Se estremecio cuando ella entro y vio su expresion de dolor al ver lo que llevaba puesto. --Yo… Esa es ... Nesta se quito la camisa, dejando solo la piel desnuda a su paso. Sus ojos se abrieron de par en par, pero el olor de su miedo permanecio, no el miedo a ella, sino al macho que habia escuchado en la puerta principal. Cuando recordo quien era su hermana. Quien era el companero de su hermana. Quienes eran los amigos de su hermana. Como si algo de eso significara algo. ?A que oleria su miedo si se enterara de que ella lo habia utilizado, se habia acostado con el, para mantenerse a raya? Para calmar esa oscuridad que se retorcia en su interior desde el momento en que salio del Caldero. El sexo, la musica y la bebida, que habia practicado ese ultimo ano, ayudaban. No del todo, pero impedia que el poder se desbordara. Incluso si ella todavia podia sentir que corria por su sangre, enroscado en sus huesos. Le arrojo la camisa blanca. --Ya puedes usar la puerta principal. Se colgo la camisa por encima de la cabeza. --Yo… ?Sigue…? --Su mirada seguia en los pechos de ella, que se asomaban contra el frio de la manana; su piel desnuda. El vertice de sus muslos. --Adios --Nesta entro en el cuarto de bano oxidado y agujereado, adjunto a su dormitorio. Al menos el lugar tenia agua corriente caliente. A veces, Feyre y Elain habian intentado convencerla de que se mudara. Ella siempre ignoraba sus consejos. Al igual que ignoraria lo que le dijeran ese dia. Sabia que Feyre planeaba una reprimenda. Quizas algo relacionado con el hecho de que Nesta habia firmado la escandalosa cuenta de la noche anterior en la taberna a la cuenta bancaria de su hermana. Nesta resoplo y giro la manilla de la banera. El metal estaba helado al tacto y el agua chisporroteo, para luego rociar la banera agrietada y manchada. Esa era su residencia. Sin sirvientes, sin ojos vigilando y juzgando cada movimiento, sin compania a menos que ella los invitara. O a menos que los entrometidos guerreros indiscretos hicieran su asunto para pasar por alli. El agua tardo cinco minutos en calentarse lo suficiente como para empezar a llenar la banera. Habia habido algunos dias en el ultimo ano en los que ni siquiera se habia molestado en tomarse el tiempo. Algunos dias en los que se habia metido en el agua helada, sin sentir su mordida, sino la de las oscuras profundidades del Caldero mientras la devoraba por completo. Mientras le arrancaba su humanidad, su mortalidad, y la convertia en esto. Le habia costado meses luchar contra el panico que tensaba su cuerpo y que hacia que sus huesos temblaran por estar sumergidos. Pero se habia obligado a enfrentarse a ello. Habia aprendido a sentarse en el agua helada, con nauseas y temblores, con los dientes apretados; se habia negado a moverse hasta que su cuerpo reconocio que estaba en una banera y no en el Caldero, que estaba en su apartamento y no en el castillo de piedra al otro lado del mar, que estaba viva, inmortal. Aunque su padre no lo estaba. No, su padre era cenizas en el viento, su existencia marcada solo por una lapida en una colina a las afueras de esta ciudad. O eso le habian dicho sus hermanas. Te ame desde el primer momento en que te tuve en mis brazos, le habia dicho su padre en esos ultimos momentos juntos. No pongas tus sucias manos sobre mi hija. Esas habian sido sus palabras finales, escupidas al Rey de Hybern. Su padre habia desperdiciado esas palabras finales en ese gusano de rey. Su padre. El hombre que nunca habia luchado por sus hijas, no hasta el final. Cuando habia ido a salvarlas, a salvar a los humanos y a los Fae, si, pero sobre todo, a sus hijas. A ella. Un gran y estupido desperdicio. Un poder oscuro e impio fluyo a traves de ella, y no fue suficiente para evitar que el Rey de Hybern le rompiera el cuello. Ella habia odiado a su padre, lo odiaba profundamente, y sin embargo el la habia amado, por alguna razon inexplicable. No lo suficiente como para intentar librarlos de la pobreza o evitar que se murieran de hambre. Pero de alguna manera habia sido suficiente para que el levantara un ejercito en el continente. Para llevar a la batalla un barco que llevaba su nombre. Todavia habia odiado a su padre en esos ultimos momentos. Y entonces su cuello se habia quebrado, sus ojos no estaban llenos de miedo mientras moria, sino de ese tonto amor por ella. Eso era lo que habia perdurado: la mirada de sus ojos. El resentimiento en su corazon mientras el moria por ella. Habia quedado en su memoria, royendo en ella como el poder que habia enterrado en lo mas profundo, corriendo desenfrenadamente por su cabeza hasta que ningun bano helado pudo adormecerlo. Podria haberlo salvado. Fue culpa del Rey de Hybern. Lo sabia. Pero tambien era suya. Asi como fue su culpa que Elain fuera capturada por el Caldero despues de que Nesta lo espiara con ese escrutinio, era su culpa que Hybern hubiera hecho cosas tan terribles, cosas para cazarla a ella y a su hermana como a un ciervo. Algunos dias, el miedo y el panico encerraban el cuerpo de Nesta tan fuerte que nada le permitia respirar. Nada podia impedir que el horrible poder empezara a surgir, a surgir, a surgir en ella. Nada mas alla de la musica de aquellas tabernas, las partidas de cartas con desconocidos, las interminables botellas de vino y el sexo que no la hacia sentir nada, pero que le ofrecia un momento de liberacion en medio del rugido de su interior. Nesta termino de lavarse el sudor y otros restos de la noche anterior. El sexo no habia sido malo; habia tenido mejores, pero tambien mucho peores. Incluso la inmortalidad no era suficiente para que algunos machos dominaran el arte del dormitorio. Asi que se habia ensenado a si misma lo que le gustaba. Consiguio un te anticonceptivo mensual en un boticario local, y luego habia traido a ese primer macho aqui. El no tenia ni idea de que su virginidad habia estado intacta hasta que vio la sangre manchada en las sabanas. Su rostro se habia tensado con desagrado, y luego un atisbo de temor de que ella pudiera informar a su hermana que su primer companero de cama no la habia dejado satisfecha o informarle al insufrible companero de su hermana. Nesta no se habia molestado en decirle que evitaba a ambos a toda costa. Especialmente a este ultimo. Estos dias, Rhysand parecia alegrarse con hacer lo mismo. Despues de la guerra con Hybern, Rhysand le habia ofrecido trabajos. Puestos en su corte. Ella no los queria. Eran ofrendas de lastima, intentos de conseguir que formara parte de la vida de Feyre, que tuviera un empleo remunerado. Pero el Alto Lord nunca le habia agradado. Sus conversaciones eran friamente civilizadas en el mejor de los casos. Ella nunca le dijo que las razones por las que la odiaba eran las mismas razones por las que ella vivia alli. A veces tomaba banos con agua fria. Otros dias se olvidaba de comer. No soportaba el crujido y el chasquido de la chimenea. Y se ahogaba en vino, musica y placer cada noche. Cada cosa maldita que Rhysand pensaba de ella era cierta y ella lo sabia mucho antes de que el hubiera seguido su puerta. Cualquier ofrenda que Rhysand le lanzara fue hecha unicamente por amor a Feyre. Mejor pasar su tiempo de la manera que ella deseaba. Ellos seguian pagando por ella, despues de todo. La llamada a la puerta hizo temblar todo el apartamento.

  • Vuelo 19 de Jose Antonio Ponseti

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  • Una Propuesta casi Indecente de Mia Del Valle

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    Su saldo no es suficiente para realizar la siguiente llamada_ Nuevamente lo mismo, mi celular sin saldo. Apoyo los codos en la mesa del comedor y descanso la cabeza en mis manos. Mi perro Lechuga mueve su cola a mi lado esperando algun mimo, acaricio su papada y rasco sus orejas, bueno mejor dicho su oreja y media, es que una de ellas la tiene por la mitad. Cuando lo encontramos en la calle era tan solo un cachorro, yo volvia del secundario andando y unos ninos malvados lo estaban torturando, lo pateaban y uno de ellos con una navaja le corto su pequena oreja. No dude ni un segundo ante semejante pelicula de terror, tome un palo que encontre en la calle y mande un fuerte y caracteristico grito de los mios. --Bastaaaaaaa, dejen ese animal ya mismo o van a ver. Uno de ellos, el mas grande, que tendria unos 12 anos se me vino encima. --Si no queres lo mismo para ti nenita, mejor vete. --Nenita tu madre mariconcito, es mejor que dejes a ese animal o te las veras conmigo --mantenia mi menton en alto tratando de intimidar a los agresores. El comenzo a reir, en verdad daba miedo, era de mi altura y robusto, un pequeno proyecto de maton, dio unos pazos y me empujo, trastabille pero me mantuve firme. La pequena bola de pelos blanca con manchones negros temblaba y lloraba, no paraba de sangrar. El otro nino dejo por un momento al animal mientras observaba la contienda que se estaba armando, tambien lo disfrutaba, dos sadicos, !que asco! --Mejor dejamos al perrito, y nos ocupamos de esta pequena putita, creo que necesita atencion --esa fue la frase antes de tocar uno de mis pechos, estiro el brazo y con una mano me manoseo. <> Puede sonar parecido al sonido que produjo el tronco rompiendo su cara, o su cara rompiendo el tronco; todo depende del cristal con el que se miran las cosas. Fue uno; no, fueron dos. Tres, si, fueron tres dientes los que escupio el gordo baboso, luego que yo estrellara el tronco en su nariz y boca. Ante el asombro del segundo nino, tome en brazos al cachorro y sali corriendo como alma que lleva el diablo. Esta bien que sea valiente, pero vamos, tampoco loca, y era seguro que en cuanto salieran del shock vendrian por mi. Corri lo mas rapido que pude, con el animal sangrando en brazos, hasta llegar a mi querido barrio. Directo a la veterinaria del senor Flanginsky, el y su hijo, me vieron entrar y colocar al sangriento cachorro sobre la camilla. No pude decir mas, me largue a llorar aflojando toda la tension que habia dentro mio. Flanginsky padre, me acompana hasta la pequena cocina, me entrega un vaso con agua, yo lo acepto con mi temblorosa mano. No puedo dejar de llorar. El buen hombre toma asiento frente a mi con los codos apoyados sobre sus rodillas. --?Maria Victoria, te paso algo?, ?te han hecho dano? --me observa con preocupacion. --No, solo al cachorro. --logro responder. --Bueno, tranquila. Tu quedate aqui, vamos a ver al pequeno. --Sale de la cocina y acto seguido entra Daniel, Flanginsky hijo. --Victoria, papa me dijo que te haga compania --intento sonreir, no lo consigo, mi labio tiembla con la amenaza de otro llanto inminente. --Gracias --logro decir. Daniel es un chico dulce y guapo, tiene un bello rostro, y espalda ancha. Es tres anos mayor que yo, vamos al mismo instituto, dentro de poco ingresara a la Facultad de Veterinaria y asi continuar con su pasion; los animales. Mas tarde llegaba mi tio por mi. Por suerte, el cachorro, mejor dicho mi cachorro, con el correr de los dias se fue recuperando hasta que por fin pude llevarlo a casa. Con media oreja menos y unos traumas, llego a ser un perro feliz. !Si hasta rie! <> Es bandido, le gusta esconder cosas, si se molesta por algo orina dentro y !rie! Amo a Lechuga. Se preguntaran porque el nombre, bueno eso no tiene nada muy cientifico que digamos, la noche que vino a casa, su primer acto de vandalismo fue tirar el bote de basura, luego de revolver todo se durmio con una hoja de lechuga encima, y asi fue su nombre, Lechuga para aqui; Lechuga para alla. Pero bueno, es mi turno de presentarme, soy Victoria, Maria Victoria Rodriguez, a sus ordenes, 25 anos, cabello castano claro, ojos miel o verdes dependiendo el clima, solterisima y en este momento de mi vida pobre, muy pobre. Bien, no se que mas contar. <>... ?ya lo mencione? Vivo con mi tio, un viejo pastelero alegre y muy simpatico, amante de la buena comida y la lectura. Solo somos nosotros, no tengo mas familia, mis padres; o mejor dicho la hermana de mi tio, la cual vendria a ser mi "madre" me abandono cuando tenia tres anos de edad, no se preocupen, casi no la recuerdo <> y mi padre; bueno, jamas supe nada de el. Mi vida no es muy interesante, estudio psicologia, estoy a un ano y medio de recibirme. No trabajo, me dedico a los libros y hacer las entregas de los pasteles en nuestra destartalada camioneta. A cambio, recibo propinas y una mesada para mis gastos. Tio Mario me entrega una humeante taza de te con limon. <> Estamos en nuestra gran y despintada casa, es muy calida, mi hogar desde que tengo uso de razon. Tio esta amasando Tortas fritas, una tipica preparacion de mi pais y un clasico de los dias de lluvia. Son unos discos de masa con un pequeno orificio en medio u ombligo como se les dice, las que se frien en grasa y luego se espolvorean con azucar. El secreto esta en comerlas bien calientes, cuanto mas calientes mas ricas y mas grande la indigestion, pero bueno, "SARNA CON GUSTO NO PICA". Como les contaba anteriormente estoy o mejor dicho estamos en bancarrota, las entradas del tio como pastelero, no alcanzan para mantenernos, y mis magros ingresos como repartidora menos que menos. Los impuestos se estan acumulando y no tenemos respiro. Dentro de algunos meses nos remataran la casa. Mi tio no sabe esto aun, temo que se enferme por tantas preocupaciones, por lo que planee pedir un prestamo estudiantil, saldar los pagos de impuestos y buscar un empleo urgente o sacarme la loteria; o !algo! Necesito un trabajo de verdad, uno de ocho horas. Es momento de dejar a un lado mis estudios y retribuir todo lo que el tio ha hecho por mi, deseenme suerte me voy al banco. --!Tio me voy! --?Pero con esta lluvia? ?A donde vas querida? --Me junto a estudiar con las chicas, vuelvo de tarde. -- se que no deberia mentirle, pero es por su bien. Beso su frente calva, coloco mis botas de lluvia, campera, bolso y me voy. En la calle el agua cae sin piedad. Abro mi paraguas transparente y comienzo a caminar en busca de un autobus, un condenado autobus que me lleve al puto Banco. Un despiadado camion, que pasa a toda velocidad por un bache hace que el agua salte empapandome de pies a cabeza. Tengo ganas de ponerme a llorar. Ganas de que alguien me abrace y cuide, una madre, un padre, un novio, alguien que aligere el stress de vivir con el corazon en la boca, por las deudas. En fin no voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar repito una y otra vez como si fuera un mantra. Sin darme cuenta choco contra una mujer la cual reacciona de mala manera insultandome y empujandome contra un semaforo, mi paraguas se rompe. <> En un momento asi, solo queda reir. No se puede hacer mas que eso, cuando las fuerzas de la naturaleza estan en contra de uno ?verdad? Claro que la "pesadilla" continua, subo al autobus que va repleto de personas. Dentro el vapor deja los cristales empanados, no hay ni siquiera una ventana abierta, el gentio mas la humedad del dia impide que se respire bien. El viaje dura unos treinta minutos, cuanto ya casi no puedo mantenerme en pie, llego a destino y bajo del sauna con ruedas. <> !No puedo creer! !Me robaron el celular! Oh si senores, claro que si, ilusa yo de viajar con el telefono en el bolsillo de mi chaqueta en un medio de transporte capitalino !repleto! Lo unico que me queda es abrazar fuerte mi bolso <> e ingresar al lujoso Banco a toda prisa. No es raro que el guardia de seguridad me observe de arriba abajo deteniendose mas de lo necesario en mi "delantera". Mi pelo es un desastre, esta pegado a mi frente por la lluvia, el maquillaje se me ha corrido, la mascara de pestanas se transformo en un gran manchon debajo de mis ojos, parezco un mapache ojeroso, la ropa esta empapada y aun gotea. <> Llega mi turno de ser atendida. Una gentil dama de unos cincuenta anos me invita a tomar asiento. Entrego mi documento de identidad y formularios completos para el prestamo, no es tanto dinero el que necesito, solo diez mil dolares. A cambio traigo como respaldo las escrituras de mi casa que estan a mi nombre. Uno de los tantos resguardos de mi paranoico tio. En el caso de que le suceda algo, yo pueda contar con un techo donde vivir. Y no terminar siendo una indigente que viva en las calles con un carro de supermercado rodeada de perros; textuales palabras suyas. "Nena, estudia mucho. No soy eterno, en algun momento no estare. Y si eso ocurre ahora, !puedes terminar viviendo en las calles!, salvo que te saques la loteria o te cases con un viejo calvo y millonario" Mi respuesta siempre era la misma "Jamas me casare, prefiero jugar a la loteria". --Buenos dias. Tome asiento por favor, enseguida ingresamos los formularios --pide amablemente la ejecutiva. --Gracias senora, hoy fue un dia un poco complicado. Creo que mi cuota de mala suerte queda cumplida con la tarde de hoy. --Comento al tiempo que cuelgo mi ensopado abrigo en el respaldo de la silla. --Bien, nombre completo ?Maria Victoria Rodriguez?-- escribe sin mirar la profesional empleada. --Correcto... --?Segundo apellido? --la pregunta que atormento mi vida desde nina. --No hay segundo apellido. --tengo mis manos entrelazadas sobre el escritorio, estas comienzan a transpirar. --Lo siento --se disculpa incomoda. --No lo haga, no hay problema. De nina me era mas dificil responder esa pregunta. Por suerte ya no. --Comento en un balbuceo, mientras descascaro el esmalte de mis unas. Cuando ingresa mis datos en el ordenador la observo. Cuanta elegancia. Viste falda y chaqueta negra. Cabello castano no muy largo, gafas sin montura, anillos y en su cuello una cadena de oro, que lo mas cerca de ella que puedo estar es sacando una foto con mi telefono, desde fuera de la joyeria; claro, eso si tuviera movil. Tendra unos cuarenta anos; quizas mas, es bella y educada. Corroboramos unos cuantos datos mas y !CATAPLUM! O algun sonido onomatopeyico que pueda reproducir el de mi culo cayendo al suelo a causa de la noticia que recibo. --Bien senora Rodriguez, solo nos faltaria la firma de su esposo para poder ingresar el pedido de prestamo. En el caso de los matrimonios firman ambos conyuges. <> !Pero si esa palabra no entra en mi vocabulario! --!No!, disculpe pero debe haber un error. Yo no soy casada --Me produce risa imaginarme casada, pero !no definitivamente no! Es que nunca estuvo en mis planes el matrimonio, ni lo estara. --Pero en el sistema figura que usted esta casada con.... --la elegante y desquiciada mujer corrobora en su ordenador. Y con sus lentes apoyados en la punta de la nariz escupe el nombre -- Senor Federico Betner --en ese instante, fue la primera vez que escuche su nombre. Su maldito nombre. Respiro hondo. Trato de explicarme mejor. Aclaro mi garganta. --Perdon senora, pero le repito. !Yo no estoy casada! --noto que poco a poco me voy alterando. El tono de mi voz aumenta unos decibeles, esta bien que tenga una buena actitud ante la vida, y que trate de sacar lo positivo a cada situacion. Pero esto es simplemente !demasiado! --?Te separaste? <> --!Pero como mierda hago para que entienda, no se quien cuernos es ese hombre! --la palma de mi mano golpea fuerte sobre el escritorio de la loca mujer. Tocan mi hombro. Un guardia de seguridad, me advierte que baje la voz o tendre que salir del recinto en ese momento. Levanto mi dedo indice y pido solo un minuto. --Disculpe mi manera de hablar, pero le juro soy soltera. Jamas me case, ni comprometi, es mas no tengo novio,... !si hasta soy virgen! Le ruego me crea --Estoy temblando y ahora si noto que estoy perdiendo los modales. Tengo ganas de romper todo y gritar, no puedo controlar mas mis ganas de llorar. Una lagrima escapa, la limpio rapido con mi mano. --Bueno senorita, aqui le anoto el nombre de su NO esposo, hablelo con el y arreglen sus asuntos --y si los estaba por perder, a mis modales me refiero, en ese instante los pierdo por completo, y lejos estoy de encontrarlos nuevamente. Estoy furiosa e indignada y escupo toda la mierda que venia conteniendo --!Que no soy casada! !ESTUPIDA MUJER DE LENTES DE VIEJA! --grito a todo pulmon antes de ser sacada a la fuerza del Banco. <> Miro el post it amarillo que hay en mi mano. Federico Betner, debo conseguir la direccion de este hombre. Todo es muy raro, estas cosas no pasan, bueno o no deberian pasar. Esa noche en la seguridad de mi hogar, salgo del bano, ya con mi pijama puesto y una toalla en la cabeza. La ducha de hoy duro mas de lo que acostumbro. Pase cuarenta y cinco minutos bajo el agua tratando de limpiar esa mezcla de frustracion y enojo, con la musica a todo volumen. Hay dias como el de hoy, en el que disfruto el tener musica en el bano. Un capricho un tanto excentrico de mi tio, el cual adopte yo tambien. Menos mal que en casa hay dos retretes, porque con este chiche, demoramos bastante mas de la cuenta en banarnos. Entro en mi dormitorio.

  • Todo aquello que nos une. Mi autobiografia de Justin Trudeau

    https://gigalibros.com/todo-aquello-que-nos-une-mi-autobiografia.html

    Joven, guapo y carismatico, Justin Trudeau irradia magnetismo, sobre todo entre la juventud, y se ha convertido en el politico que mas portadas de revistas y diarios ha protagonizado desde la retirada de Obama.

  • La Sumisa que hay en Mi (Saga Amigos Club Darkness 1), Iria Blake de Iria Blake

    https://gigalibros.com/la-sumisa-que-hay-en-mi-saga-amigos-club-darkness-1-iria-blake.html

  • Salvando el para siempre 2, Lexy Timms de Lexy Timms

    https://gigalibros.com/salvando-el-para-siempre-2-lexy-timms.html

    Cuando una relacion rota expone las cicatrices ocultas del pasado, ?podra una exitosa mujer de negocios soltar el dolor?

  • ?Para que sirve la Historia? de Serge Gruzinski

    https://gigalibros.com/para-que-sirve-la-historia.html

    El mundo de comienzos del siglo XXI, la composicion de las sociedades que lo integran, no es el mismo que los que justificaron la forma de ” hacer ” Historia hasta hace bien poco, marcada por la reduccion a un relato unico y a menudo con una clara perspectiva eurocentrica. En una linea similar a la que propugnan Guldi y Armitage en su ” Manifiesto por la Historia ” , orientada a recuperar la historia a largo plazo y a establecer un dialogo constante entre pasado y presente para intentar alumbrar el futuro, esta importante obra de Serge Gruzinski rompe una lanza a favor de la historia global, que amplia la escala de estudio y conecta compartimentos separados. El analisis que en el lleva a acabo de la expansion portuguesa y espanola en los siglos XVI y XVII provee un ejemplo practico de la utilidad que tiene estudiar episodios pasados para iluminar los mecanismos, ideas y actitudes del presente, asi como sus posible consecuencias.

  • La desaparicion de Edith Hind de Susie Steiner

    https://gigalibros.com/la-desaparicion-de-edith-hind.html

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    VAL MCDERMID