• libro el olor de los dias felices - Marta Gracia Pons

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    Barcelona, 1928. Anna Exposito es una joven huerfana que ha crecido en la Casa de la Misericordia. Su aficion por el cine, las revistas femeninas y la cosmetica han hecho de ella una muchacha independiente que quiere disfrutar de la vida. A su salida del orfanato, empieza a trabajar como dependienta en una drogueria donde conoce el arte de la persuasion y las ultimas novedades en articulos de belleza. Cuando por casualidad descubre la fotografia de una mujer que podria ser su madre, emprende una busqueda que la llevara por diferentes lugares, desde Sant Feliu de Guixols y Madrid hasta la exotica Filipinas. Durante un camino lleno de dificultades y sorpresas, Anna se convertira en una de las primeras mujeres publicistas de la epoca.

  • Grandes Novelas - El olor de los días felices - Ediciones Maeva

    https://www.maeva.es/colecciones/grandes-novelas/el-olor-de-los-dias-felices

    Entre páginas de libros. MATERIAL RELACIONADO. Presentación de El olor de los días felices 16/05/2019. Marta Gracia Pons presentará su segunda novela en la ...

  • EL OLOR DE LOS DÍAS FELICES | MARTA GRACIA PONS

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    8 abr 2019 — El libro EL OLOR DE LOS DÍAS FELICES de MARTA GRACIA PONS en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • El olor de los días felices (Grandes Novelas) Tapa blanda

    https://www.amazon.es/olor-d%C3%ADas-felices-Grandes-Novelas/dp/8417708162

    El olor de los días felices (Grandes Novelas) : Gracia Pons, Marta: Amazon.es: Libros.

  • El olor de los días felices (Grandes Novelas) Versión Kindle

    https://www.amazon.es/olor-d%C3%ADas-felices-Grandes-Novelas-ebook/dp/B07PM488B4

    Mirar en el interior de este libro. El olor de los días felices (Grandes Novelas) de [Marta Gracia Pons, ...

  • EL OLOR DE LOS DÍAS FELICES - MARTA GARCÍA PONS

    https://www.delectoralector.com/el-olor-de-los-dias-felices-marta-garcia-pons/

    Principal de los libros, marzo 2022 Perro malo de Alex Smith, una lectura increíble para… 5 horas hace. El libro ...

  • El olor de los días felices - Marta Gracia Pons - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Gracia-Pons-El-olor-de-los-dias-felices/90535

    Este es uno de esos libros que me llamó la atención según vi la portada, que me parece preciosa con ese toque vintage. Siempre me han gustado mucho las novelas ...

  • EL OLOR DE LOS DÍAS FELICES - GRACIA PONS MARTA

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    Información del libro. GéneroLiteratura contemporánea; EditorialMAEVA; Año de edición2019; ISBN9788417708160; ISBN digital9788417708290; Idioma Español.

  • el olor de los dias felices - gracia pons, mar - Botica de Lectores

    https://www.libreriaboticadelectores.es/libro/el-olor-de-los-dias-felices_530767

    EL OLOR DE LOS DIAS FELICES, GRACIA PONS, MAR, 20,00€. Barcelona, 1928. Anna Expósito es una joven huérfana que ha crecido en la Casa de la Misericordia.

  • El olor de los días felices - Anika Entre Libros

    https://anikaentrelibros.com/el-olor-de-los-dias-felices

    Título: El olor de los días felices. Título Original: (El olor de los días felices, 2019) Autor: Marta Gracia Pons Editorial: Maeva. Copyright:.

  • El olor de los días felices by Marta Gracia Pons | Goodreads

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    8 abr 2019 — Es un libro ágil, entretenido ...no esperen una gran historia profunda e intelectual; sino una que te atrapa y queres saber cómo sigue. Lo ...

  • Agujas de papel, Marta Gracia Pons de Marta Gracia Pons

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    Una novela que consigue trasladarnos a la Barcelona y al Paris del siglo XIX , llena de personajes ficticios y reales que cobran vida gracias a la habil pluma de su joven autora.Barcelona, finales del siglo xix . Amelia Rovira, hija de una de las familias mas prosperas de la burguesia catalana tradicional, quiere cumplir uno de sus suenos: convertirse en modelo de alta costura y trabajar para los modistos parisinos mas en boga del momento, que por aquel entonces comenzaban a hacer uso de las pasarelas. En su lucha por conseguir lo que desea, Amelia debera enfrentarse a la oposicion de su familia y empezar una nueva vida. En una epoca de grandes transformaciones sociales, su lucha por convertirse en una mujer independiente y duena de si misma pondra en evidencia la existencia de dos mundos antagonicos y enfrentados: los prejuicios y etiquetas de la sociedad mas conservadora y el deseo de libertad para elegir su propio destino.

  • Faraon – Wilbur Smith de Wilbur Smith

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    Egipto es atacado. El viejo faraon Tamoses yace mortalmente herido y la antigua ciudad de Luxor esta rodeada. Solo Taita sera capaz de conducir a su tierra de nuevo a un destino de gloria.
    En la hora mas desesperada, el ex esclavo y ahora general del ejercito de Tamoses se prepara para la batalla final. Su ingenio nunca es mas agudo que cuando todo parece perdido. La oportuna llegada de un antiguo aliado altera el equilibrio de fuerzas y pronto el ejercito egipcio celebra la retirada del enemigo. Pero apenas entra victorioso en Luxor, Taita es atrapado y acusado de traidor. Tamoses ha muerto y un nuevo faraon detenta el poder.
    El faraon Utteric es joven, debil y cruel, y se siente amenazado por la influencia de Taita en el palacio, en especial por su amistad con su hermano menor, Ramases. Con el encarcelamiento de Taita, Ramases debera hacer una eleccion: ayudar a Taita a escapar y enfrentar a su hermano o avalar en silencio la tirania de Utteric.
    Desde los resplandecientes templos de Luxor hasta la ciudadela de Esparta, Faraon nos transporta a un tiempo epico de sangre y peligro. Wilbur Smith vuelve a demostrar que es el maestro indiscutido de la novela historica de aventuras.

  • La muerte de Jesus de J. M. Coetzee

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    La muerte de Jesus cierra la saga -poetica, filosofica- del Premio Nobel J.M. Coetzee sobre la vida de David en un mundo sin memoria. Una vida luminosa y fugaz como un cometa en el cielo.

  • Una chica en invierno de Philip Larkin

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    Katherine es una joven refugiada que trabaja como bibliotecaria en una gris ciudad inglesa. Hastiada de su trabajo y de la vida en general, lo unico que le hace mantener la esperanza es la perspectiva de un reencuentro con el que fue su primer amor. Asi, en las horas previas a su cita, Katherine revivira las idilicas vacaciones que supusieron para ella la perdida de la inocencia y el paso a la edad adulta. Ahora Robin, el protagonista de aquel crucial verano, tan glorioso como mortificante, tan radiante como precozmente crepuscular, podria poner fin a su monotona vida y arrancarla para siempre de las garras de la frustracion.

  • Un amor para siempre de Pilar Lepe

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    Entre las colinas y montes de la Toscana, pueden suceder muchas cosas, desde ser asaltada por motociclistas; ser confundida por lo que no eres, a causa de la barrera idiomatica; encontrarte perdida de pronto entre los vinedos; o conocer a un hombre con actitud de macho alfa.
    Todo esto le paso a Brittany, luego que decidiera disfrutar la luna de miel a solas en Italia. Un viaje, planeado desde la frustracion se convertira en uno de absoluto placer, pero ?estara preparada para lidiar con una nueva atraccion?

  • Bilogia completa Nadie mas que tu de Claudio Hernandez

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    En este libro encontraras dos los libros que protagoniza el nuevo inspector del ano.

  • Sin corazon de

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    Titania recupera un clasico de Mary Balogh por peticion de sus lectoras. Mary Balogh regala a sus lectoras una de sus mejores novelas. Un novela trepidante con grandes dosis de romance e intriga. La vida le ha ensenado a Lucas Kendrick, duque de Harndon, que tener corazon es sin duda una carga. Traicionado por su hermano mayor, abandonado por su novia, desterrado por su padre y rechazado por su madre, Lucas huyo a Paris, donde se convirtio en un soltero codiciado. Diez anos mas tarde, el destino le obliga a volver a Inglaterra, a la casa que una vez lo rechazo. Ahora debe asumir la responsabilidad de sus hermanos menores, la situacion familiar y la sucesion. Demasiados retos por delante, por lo que una esposa seria de gran apoyo, y el ya ha elegido a una hermosa joven que ha conocido en un salon de baile, Lady Anna Marlowe. Anna, lejos de ser tan inocente como aparece ante los ojos de Lucas, esconde un pasado lleno de sombras. Para ella, el matrimonio puede ser una salida para huir de lo que le atormenta; aunque no sera nada facil, los enemigos les acechan y los retos seran complicados Ha llegado de momento de que Luke y Anna aprendan a confiar el uno en el otro si quieren tener una oportunidad de futuro.

  • Vuelo 19 de Jose Antonio Ponseti

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  • Desafiando las normas de Maria Martinez

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    Con esta novela se cierra la trilogia Cruzando los limites, con un gran exito de ventas y critica, que afianza a Maria Martinez como la gran autora New Adult de nuestro pais. Maria recoge a dos personajes de Rompiendo las reglas para crear una historia fascinante, sexy y muy actual. Un broche de oro para concluir una serie destinada a ser un clasico del New Adult espanol. A veces, el camino que mas temes es el que te lleva a casa. Un solo segundo basta para cambiar toda una vida. Spencer lo sabe muy bien. Su pasado esta lleno de perdidas que la han ido marcando desde muy nina. Aunque nunca imagino que la mas tragica de todas ellas llegaria en el mismo instante que su camino se cruzo con el del chico equivocado. Han transcurrido casi tres anos desde ese fatidico encuentro. Tres anos en los que ha intentando recomponerse, dejando atras a la chica que una vez fue y de la que tanto se averguenza. Y por fin cree haberlo conseguido. Eric necesita pasar pagina. Quiere empezar de nuevo, cerca de su familia, y olvidar todas las mentiras con las que ha crecido. Sin embargo, cuando te has pasado la vida yendo de un lado a otro sin descanso, establecerse puede resultar mucho mas dificil de lo que en un principio parecia. Y el no deja de pensar que su lugar esta en alguna otra parte muy lejos de Port Pleasant. Spencer y Eric encajan como dos mitades. Ella esta rota de muchas formas distintas y no permite que nadie se le acerque demasiado. El tiene problemas que no esta dispuesto a admitir y lo que mas teme es lo que mas desea. Aun asi, pronto se daran cuenta de que no pueden estar lejos el uno del otro. Y lo que comienza siendo una amistad, se ira transformando en otro sentimiento mucho mas intenso, incapaz de enganar al corazon. Un alma perdida. Un corazon roto. A veces, la persona que menos esperas se acaba convirtiendo en la mas importante de tu vida.

  • El alma de las flores de Viviana Rivero

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    Finalista del Premio Planeta de Novela 2019 en el tercer lugar, El alma de las flores narra una historia de amor e inmigracion en dos momentos historicos, separados casi por un siglo.

  • La vida secreta de los Brandon de Mercedes De Miguel

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    Han transcurrido unos anos desde que Beatriz y William contrajeran matrimonio. En Londres, la vida de la joven pareja transcurre placidamente, ella como psiquiatra y el como funcionario del Ministerio del Interior. hasta que William es reclutado por el MI5.

  • la muneca tatuada de Abigail Villalba Sanchez

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    “A veces, ni siquiera yo se quien soy, ni que me trajo aqui. El tiempo pasa a mi alrededor como un velo de lluvia llevado por el viento, como un susurro gritado a la nada. Pero estoy aqui, guardando un secreto que nadie quiere conocer, que a nadie le interesa. Estoy sola, completamente aislada en la negrura y, sin embargo… continuo esperando. ?Que espero? No lo se. ?A quien? Tampoco. Solo tengo la certeza de que, al final, tras los dias que escapan por mi ventana llegara algo, y ese algo, cambiara mi vida” Ara releyo las lineas que estaban escritas en la pared. Tras dos largas semanas de busqueda, habia encontrado la puerta que daba a esa habitacion. Por fin. Apenas se habia fijado si algo era diferente a la primera vez que habia entrado, pues lo unico que le interesaba era saber si aquellas frases seguian alli. Suspiro profundamente y las acaricio con la yema de los dedos, con dulzura. A pesar del tiempo que habia empleado en investigar sobre ellas, no habia encontrado nada que arrojara un poco de luz sobre su misterio. Incluso habia buscado mas letras en su habitacion, Aun sabiendo que en esas cuatro paredes no habia nada de interes. Era frustrante y, a la vez, emocionante. De hecho, era lo unico emocionante que habia alli. --?Quien demonios eras? --pregunto, en un susurro y arrastrando las silabas, como si le costara vocalizar. Carraspeo, sacudio la cabeza y dejo su voz escondida en un rincon, apartada para otro momento. Despues se sento en el suelo y apoyo la espalda en la pared, justo al lado del parrafo. Sus ojos violetas se entrecerraron, mientras luchaban contra el polvo que ella misma habia levantado. Intento no toser pero, tras un incomodo momento, su pecho se contrajo dolorosamente en una serie de espasmos. Poco a poco, el polvo se asento y Ara consiguio tomar un poco de aire, pese a que este no era el mejor. Efectivamente, la habitacion seguia tal y como ella recordaba: mas pequena que el resto, pintada en un brillante tono azul y decorado con pequenos elefantes amarillos. Aparentemente, la habitacion de un nino. Pero ?por que parecia que ese nino nunca habia nacido? Todo estaba sin usar, impecable… salvo por la gruesa capa de polvo que cubria todo a su alrededor. Tras unos segundos de completo silencio, en los que ni siquiera ella se atrevio a pensar, Ara se levanto y deambulo por la habitacion, como si fuera la primera vez que lo hacia. Observo cada detalle, cada minuscula particula que conformaba ese pequeno y extrano universo. Acaricio los juguetes pulcramente colocados en la estanteria, y sonrio cuando noto en ella una inesperada ola de carino y esperanza. Ignoraba por que, pero aquellos sencillos elementos llenaban su mente de musica, de risas y de un incontrolable anhelo. No era la primera vez que le pasaba, asi que desecho como pudo los sentimientos y continuo con su escrutinio, esta vez, para acercarse a la cuna. Nunca antes lo habia hecho pero, como de costumbre, ignoraba por que. Quiza fuera porque las letras la habian llamado mas la atencion o, simplemente, porque le daba miedo encontrarse algo alli que no quisiera ver. Esa vez, sin embargo, impulsada por esa repentina necesidad de saber mas, se acerco y aparto el cobertor de seda azul con toda la lentitud del mundo. Y la vio… Y grito. Como si la poca voz que le quedaba quisiera escapar. En la cuna habia una muneca, una pequena, desnuda y con los ojos abiertos. Y en su frente, bajo el pelo rubio, habia dos palabras escritas, dos palabras que a ella se le tornaron eternas, hermosas y siniestramente vacias. Porque, ?quien se atrevia a decir “te quiero” a alguien que, en realidad, no existia? *** Ignoraba cuanto tiempo habia pasado desde que cerro los ojos. ?Una, dos horas? ?Quiza mas? La oscuridad rodeaba todo lo que tenia al alcance de la mano, incluso el reloj que marcaba las cinco y media de la manana. Enzo se estremecio cuando el frio acaricio sus brazos desnudos y su rostro, apenas despierto. Somnoliento, se paso la mano por la barba de tres dias que nacia en su menton y despues, bostezo sonoramente. No recordaba cuando se habia quedado dormido, ni siquiera recordaba haberse desnudado. Fruncio el ceno, se rasco la nuca y contemplo el reflejo de la television encendida, justo frente a el. Una pelicula porno brillaba en la pantalla, aunque sus gemidos baratos quedaban ahogados por el silencio de la habitacion. Ignoro por completo la pelicula y cogio el mando que reposaba junto a su cadera, apenas cubierta por la sabana. Aun asi, no fue consciente de que los canales pasaban ante sus ojos, en un vano intento de venderse a el, a sus ojos y a ese bolsillo que, cada dia, se llenaba de mas billetes. En realidad, su mente estaba muy lejos de alli, oculta en un lugar al que nadie queria entrar, ya que podian perderse tanto como el lo estaba haciendo. Al cabo de un rato, Enzo suspiro, cerro los ojos y se levanto. Era evidente que no podia dormir y, si podia evitarlo, no iba a perder el tiempo. Cogio de la silla sus pantalones de traje, su camisa blanca y una corbata que le gustaba bastante. Despues se paso una mano por el pelo, dejo que este se alborotara bajo ella y se puso los zapatos. Justo en ese momento, su movil, que habia quedado relegado a uno de los bolsillos, vibro con insistencia. --?Si? --pregunto, con suavidad. --?Papa? ?Eres tu? --Una voz sutil, apenas un silbido, atraveso la barrera del sueno y le hizo despejarse. --?Ocurre algo, princesa? --Enzo suspiro profundamente y se detuvo junto al ascensor. Una triste sonrisa se dibujo en sus labios, como tantas veces a lo largo de esos dos meses. --No… o si, no lo se. --La voz de la pequena parecio titubear, porque casi desaparecio--. La abuela dice que no vas a volver hasta dentro de mucho. ?Es verdad? Enzo se estremecio con fuerza al notar la tristeza implicita en esa frase, una desolacion tan arrolladora como la que el mismo cargaba. Trago con fuerza, carraspeo y se obligo a dar un paso mas, a seguir adelante a pesar de todo. --Volvere, Adriana. No se cuando, pero lo hare lo antes posible --contesto, sin ser capaz de mentirla--. ?Te ha explicado la abuela por que no estoy alli? ?Por que tengo que quedarme aqui? El silencio parecio alargarse durante lo que solo fueron unos segundos. Casi podian escucharse las dudas de la pequena hacerse palabras. --No demasiado bien. Dice que tienes una mision, como los heroes que salen en la tele --susurro, emocionada--. ?Es verdad? --Es verdad, si. Pero no soy ningun heroe de la tele --contesto, en el mismo tono cadente y dulce de la nina--. Solo soy un hombre que hace lo que tiene que hacer. De nuevo, el silencio se apodero de la conversacion. Ninguno dijo nada durante unos momentos, hasta que Enzo cayo en la hora que era. Tomo aire y lo solto con un suave bufido. --?Te has dado cuenta de la hora que es, canija? ?No deberias de estar en la cama? -- ?Si? Oh. --Adriana dejo escapar una carcajada llena de dulce picardia--. Ahora voy, promesa. --?Promesa de verdad? --!De la buena! Enzo sonrio, como solo el podia hacer en esos momentos: calmadamente, con suavidad, con paciencia. Con carino. Su corazon acelero sus latidos hasta que resonaron sobre el ruido del ascensor al llegar, sobre el ultimo silencio de la conversacion. Suspiro, aferro el telefono con mas fuerza y apreto la mandibula hasta que esta crujio. Como echaba de menos estar con ella. Como anhelaba volver atras en el tiempo, a esos estupidos momentos en los que sus brazos no eran el unico refugio. Como deseaba regresar a ese ideal que mantenia vivo en su cabeza, cual frenetica llama a punto de morir. Como dolia la cruda verdad. --?Adriana? --susurro, con la voz rota. --?Si, papa? --Te quiero. --?Estas…llorando? --pregunto, con tanta tristeza que el sintio como se le encogian las entranas de puro desasosiego. --No, carino. Los heroes no lloramos --contesto y tras dejar que una lagrima desbordara sus ojos, colgo. *** Hacia un frio horrible en aquella habitacion y Ara no tardo en ser consciente de ello. Se cruzo de brazos, se mordio el labio inferior y observo, de nuevo, la dichosa muneca que habia trastocado su mundo en tan solo unos segundos. ?Cuanto llevaba alli? ?Y por que? ?Era para ella o, simplemente, pertenecia a esa habitacion, como todo lo demas? Frustrada, se aparto de la cuna unos pasos y miro a su alrededor, sin saber bien donde posar sus ojos. De pronto, alli donde posaba su mirada veia algo nuevo, algo inquietante que hacia que su corazon latiera desbocado. Incluso el espejo que la reflejaba, con sus perfectas grietas a los lados, le parecia distinto. Ara se estremecio cuando el miedo que llevaba por dentro amenazo con salir mas deprisa de lo que ella podia soportar. La sensacion de que todo se le iba de las manos no fue tan fugaz como pensaba porque permanecio con ella incluso cuando, momentos despues, decidio salir corriendo. Hacia anos que no recurria a eso y hacia incluso mas que no huia de nada. Al menos, no estando despierta o consciente. El resto… bueno, con el resto de los miedos no podia hacer nada, porque incluso ella sabia que en las pesadillas no habia una manera justa de lucha. El pasillo parecia infinitamente largo y oscuro, lo cual era curioso, porque estaba perfectamente iluminado por pequenas lamparas de pared que apenas titilaban. Como siempre, las puertas se sucedian unas a otras: hechas de madera, de cristal, acero. Habia puertas desvencijadas, rotas, nuevas… cada una cerrando la entrada a un secreto que, tarde o temprano, descubriria. Sin embargo, y aunque su curiosidad innata la llevaba a querer abrirlas todas, esa vez solo se detuvo al llegar a una puerta en concreto. Una discreta, blanca y limpia, con un brillante veintidos anclado en ella. Ara suspiro freneticamente, abrio la puerta y volvio a cerrarla tras de si. Poco a poco sus latidos fueron tranquilizandose, hasta que se convirtieron en un murmullo apenas tapado por el ronco sonido del ventilador que giraba en el techo de la habitacion. Alli se iniciaban sus recuerdos, precisamente en aquella habitacion. Podria decirse que, de alguna manera, todo habia empezado alli, aunque no entendia ni como, ni por que. De aquel lugar, con sus paredes pintadas en verde y con aquellas cortinas blancas que rozaban el suelo, solo podia decir cosas buenas. --Por fin en casa --susurro quedamente, mientras se quitaba la fina camiseta de manga larga y la dejaba en el respaldo de una silla, donde se podian ver otro monton de prendas apiladas. Nadie contesto a su timido saludo aunque ella tampoco esperaba respuesta. Ignoraba el tiempo que llevaba alli, pero nunca se habia encontrado con nadie mas, aunque tenia la certeza de que no estaba sola. ?Como iba a estarlo, a fin de cuentas? Tendria que ser tonta para creer que toda la comida, el agua y la ropa aparecian por arte de magia. Alli, en algun lugar, habia alguien mas y era cuestion de tiempo que le encontrara. Ara sonrio brevemente cuando la conocida sensacion de bienestar acaricio su piel erizada. Obvio la television apagada y los relojes que marcaban las seis de la tarde, y despues, tras acariciar el lomo de los libros que se acumulaban en la mesilla, se dirigio al bano contiguo. Adoraba la rutina del dia a dia, a pesar de todo: despertar, sonreir, descubrir que habia tras la siguiente puerta. Despues, regresar a aquella habitacion, perderse en la dulzura del agua caliente… y esperar al dia siguiente. Era agradable, aunque una tarea solitaria que, poco a poco, mermaba su espiritu. A veces, no podia evitar hacerse preguntas mientras el agua mecia sus caderas llenas de cicatrices, rojizas, que parecian recientes. ?Por que ella? ?Por que alli? ?Por que siempre tenia la sensacion de que su vida era un sueno inconcluso? Pero las respuestas nunca llegaban, o al menos, ella nunca sabia interpretarlas correctamente, lo que era realmente frustrante.

  • La extorsion de Matt Kennard

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    La historia que los estadounidenses asumen como propia es convincente: Estados Unidos es una fuerza positiva en el mundo, refugio para prosperar y defensor incondicional de la democracia y los derechos humanos. Pero el veterano periodista de investigacion Matt Kennard revela una verdad mucho mas oscura. Tras cuatro anos en el Financial Times descubrio una estafa gigante. Su acceso a la elite global lo llevo a una sola conclusion: el mundo esta dirigido por un escuadron de hombres que fuman puros con armas grandes y gran efectivo. A partir de mas de 2.000 entrevistas con funcionarios, intelectuales y artistas de todo el mundo, Kennard revela como se nos vende un sueno y como ese sueno oscurece la realidad del estado corporativo, la encarcelacion en masa y la extirpacion de derechos humanos.

  • La mirada de los Mahuad de Berta Vias Mahou

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    Elba, la protagonista de este libro, es en si misma un misterio; la evocacion de su vida, de su infancia, de su familia y del que fue su amor platonico, nos lo ira velando y desvelando poco a poco.

  • Y las cartas dejaron de llegar de Manuel Jimenez Delgado

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    Julio de 1936.
    Un seminarista, en los comienzos de la Guerra Civil, es fusilado en Madrid por un grupo de milicianos. Un crimen que quedara sin castigo para los culpables, pero que sus hermanos no van a olvidar.
    En 1941, Santiago Duran se alistara en la Division Azul persiguiendo al asesino de su hermano. Atravesara Europa movido por ese deseo de venganza casi imposible en plena Segunda Guerra Mundial. Alli conocera la realidad del frente ruso, el miedo, el terror, la camaraderia de los companeros y la crueldad de los campos de prisioneros sovieticos. Pero sobre todo, tambien conocera el amor apasionado por una misteriosa mujer que cambiara, por completo, todo su mundo.
    Una aventura epica, una novela historica llena de accion y dramatismo. Un relato trepidante sobre la supervivencia, la fe y el amor en tiempos de guerra.

  • Tormenta en La Habana, Clive Cussler de Clive Cussler

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    Dirk Pitt regresa en esta nueva y emocionante novela del maestro de la aventura, el autor superventas mundial Clive Cussler.

  • Es como el mal de Beppe Quintini

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    La noche es capaz de despertar a los fantasmas del pasado.Algo de eso sabe el policia Mathias Novari, obligado a combatir con las pesadillas que le persiguen desde el dia en que vio morir entre sus brazos a un nino, en una operacion no autorizada. Jose Luis Martino es vidente de profesion, y colabora con la Policia Nacional Espanola. Vive escoltado, recluido en un apartamento blindado. El lo llama maldicion, pero sus visiones han permitido a las fuerzas del orden resolver los ultimos casos de homicidio. Revive en directo el crimen, como si fuera contemporaneamente la victima y el verdugo. Sufre y habla como ellos. Y conoce el nombre del asesino. Esta vez tambien.Pero en Malaga, ciudad del sol y de la cultura, no todo es facil como parece. Un viejo pasado de hace treinta anos, desconocido y absurdo, ha hecho crecer la semilla de la locura y del mal, y ahora esta preparado para manifestarse a lo grande. A veces la rutina y la tranquilidad solo son una ilusion.Las presas ya estan en la trampa. Han ido ellas solas.

  • ISIS en guerra de Mariano Beldyk

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    El impacto del autoproclamado Estado Islamico en el mapa del mundo. Testimonios de los que se fueron, los que se quedaron y un documentado analisis de su funcionamiento, capacidad de seduccion y formas de financiamiento. Obra clave para entender la primera gran guerra del siglo XXI.

  • Masones de Gioele Magaldi , Laura Maragnan

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    Gioele Magaldi traza la historia, los objetivos y los nombres de los masones en el poder gracias a informacion privilegiada de las redes masonicas internacionales, que por primera vez abren sus archivos confidenciales.

  • Prohibido de Tabitha Suzuma

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    “No podemos, si empezamos, ?como vamos a pararlo?>>

  • El libro negro del orgasmo femenino, Jeen Jenkins [PDF] de Jeen Jenkins

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    Usted y yo sabemos que el sexo y el climax del orgasmo- ambos en bases regulares – son un elemento importante, no fundamental, que forma parte de un ambiente sano y una vida normal. Eso es porque tener un orgasmo libera un poderoso coctel que, entre otras cosas.

  • No me amas como quiero de Sophie Saint Rose

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    Cassandra Hamilton suena con su primera temporada y con lograr ser la esposa de Dan, el mejor amigo de su hermano. Para conseguir ser la Marquesa de Maidstone se ha esforzado mucho pero parece que no es suficiente por las reacciones de su posible marido.

  • La vida de Dani de Christian Martins

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    La vida de Dani es perfecta.
    Se va a casar con Guillermo (alto, guapo, rico) y esta organizando la boda de sus suenos. Todo va sobre ruedas hasta que. Hasta que Alvaro, un amor de su juventud, reaparece en su vida.
    Una noche loca en una piscina marcara un antes y un despues.
    ?Sera capaz de ocultarle a su futuro esposo una infidelidad?
    Y si Alvaro no significa nada para ella. ?Por que diablos tiene tanta ansiedad? ?Por que no consigue sacarlo de sus pensamientos?

  • Quarabel 1 de Gabriel Nieto

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    Primera parte de la trilogia Quarabel
    La vida de Pablo, ejecutivo de una importante multinacional de smartphones, sufre un vuelco inesperado cuando recibe un extrano regalo unos dias antes de su cumpleanos.
    A partir de ese instante su apacible vida se transforma en una aventura continua, que le situara en el centro de una profecia milenaria, que esta a punto de cumplirse, que compromete la existencia de toda la humanidad y que esta directamente relacionada con el nuevo y sofisticado telefono que pretende lanzar su empresa.
    Poco a poco, pero a un ritmo frenetico, se cruzaran en su vida nuevos personajes, amigos y enemigos, desconocidos hasta entonces, mientras va descubriendo quien es en realidad y se introduce cada vez mas en un mundo increible y misterioso, donde nada es lo que parece.
    Mundos paralelos, accion, amor, emocion y misterio, al compas de una historia, mas propia de una pelicula que de una novela, sin un momento de respiro, que se lee facil, de un tiron y que no deja a nadie indiferente.

  • Amor en motocicleta de Nicolette Miro

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    Senti que el whisky me quemaba mientras bajaba por mi garganta. Todavia podia recordar cuando papa me dio mi primer trago. Tenia once anos. El agua de vida, dijo. --?Sigues pensando en la rubia con la que te acostaste ayer? -- Cobra interrumpio mis pensamientos, golpeandome la espalda tan fuerte; que casi derramo el whisky de mi vaso. Cabron. --?Cual? -- Pregunte, girando en mi taburete del bar hacia ellos. Los otros se rieron, Cobra sonrio. --Anoche solo habia dos rubias--dijo, y en mis labios aparecio una sonrisa. Cobra era un bromista, pero no era bueno para aceptar los chistes de vuelta. Aunque, no estaba bromeando. Quise decirselo antes, pero luego lo olvide. --Exactamente-- dije, y el se abalanzo sobre mi, arrancandome el vaso de las manos. Anoche habia dos rubias. Claire o algo asi, la de las tetas grandes, y ni siquiera recuerdo el nombre de la otra. Tenia labios rojos y gruesos y recuerdo que me calzaban como un guante de latex alrededor de mi pene. Ella era la unica chica en la que Cobra habia estado interesado durante toda la semana. Slash y Reyes me lo quitaron de encima, mientras el apretaba los dientes y me abria las fosas nasales. No iba a pelear con el. Me estaba divirtiendo, el era de la familia. No habia razon para que yo recibiera un punetazo. Respiraba con dificultad cuando me lo quitaron de encima e hizo un rapido tiron con las manos para bajarse la camisa que se le habia subido hasta el pecho. --Mas vale que sea tu idea de una broma, Dio--dijo, y yo mire timidamente a los demas. Estaban sonriendo, pero yo sabia que secretamente esperaban que fuera una broma. ?Le digo que grito mi nombre mientras me estrellaba contra ella por detras? ?Que me dejo tres mensajes de voz esta manana? Era tan facil irritar a Cobra. En el ultimo ano desde que tomo el lugar de Calavera en el Club, se convirtio en el tipo que usabamos de saco de boxeo. No era como si fuera un hermano para mi. Me hubiera encantado ver su cara si le dijera que la chica que le gustaba era de las que se corria a chorros. --Solo bromeo, hermano--dije en su lugar y me vacie el whisky en la garganta. Cobra se tomo un momento para analizar lo que acababa de decir. Paso de fruncir el ceno y resoplar a sonreir y reir en cuestion de segundos. Llame la atencion de Reyes mientras Cobra se sentaba en un taburete a mi lado y ordenaba otra ronda para todos nosotros. Reyes sabia lo que habia pasado. Me vio ir a la parte de atras del Club con las dos mujeres. Me advirtio con una senal de que era mala idea. Le alce mi vaso vacio y le sonrei. ?Que era la vida si no estaba hecha para follar con cualquiera disponible? Y esa rubia estaba disponible anoche. Yo no hubiera dicho nada si Cobra se hubiera acostado con ella anoche. Siempre y cuando llegara a ella primero. --Saben, podrian darme una mano con esto--Big T nos trajo nuestros vasos. Siempre habia trabajado en el Club. Se decia que antes se le conocia como "El Psicologo", porque aparentemente, solia recostarse en una de las bancas y escuchar a estos hombres tatuados derramar sus corazones sobre el. Ahora que estaba retirado, era el mejor cantinero del Club. Reyes le silbo a Slash como si estuviera llamando a un perro. --Puedes usar a este--dijo y todos nos reimos a carcajadas. Big T puso los ojos en blanco, dando al mostrador un golpe con el trapo que tenia en el hombro. --?Quieres poner a los dos tipos mas grandes aqui detras de la barra? -- dijo y cruzo sus voluminosos biceps sobre su pecho. Todavia no podiamos dejar de reirnos. Solo pensar en Slash y Big T detras de la barra, apretandose. --Contrataremos a otro mesero, Big T, y no dejes que estos chicos te afecten con sus idioteces--fue la voz de papa la que interrumpio nuestras risas. Estaba sentado al final del mostrador, rodeado por Coronado y los otros miembros mayores del club. Habia escuchado la conversacion y habia hablado con su voz profunda, que tenia el poder de silenciar a todos en la habitacion. Estas eran las cualidades mas importantes para el: Poder Respeto Las motocicletas Mujeres Habia hecho todo lo posible para inculcarme esas cualidades, para prepararme para cuando fuera mi turno de ser presidente de los "Outlaws". Era solo que a veces se me confundia el orden en que iban esas cosas. --Si, senor--dijo Big T y volvio a trabajar en el bar. A mucha gente le gustaba llamar a papa "Senor" o solo "Angello". Nunca los corrigio. Eramos una gran familia, una familia de hermanos como Coronado solia decir, pero papa se aseguro de que todos supieran quien era el jefe de la familia. Era el. Y luego iba a ser yo. Nos llamo la atencion y levanto un vaso a modo de saludo, yo hice lo mismo, brindamos y bebimos. --Entonces, ?como estaba ella? -- Cobra se habia acercado a mi mientras yo no miraba. Me volvi hacia el, un poco confundido. ?De quien estaba hablando? --Las tetas que te anotaste anoche. !Hombre, la escuche gritar! -- dijo con una risa y bebio un poco de su cerveza. No pude evitar preguntarme cuales fueron los gritos que escucho. --?Quieres que te invite a ver la proxima vez que tenga a una chica inclinada sobre mi motocicleta? -- Pregunte. Reyes y Slash se rieron. Cobra se encogio de hombros y se sento en su silla, inclinandola peligrosamente hacia atras, pero manteniendola perfectamente equilibrada. --Tal vez aprenda algo--dijo con una risa y yo sacudi la cabeza. Cobra era un buen tipo. Era nuevo en el Club, solo un cachorro, pero me cubria las espaldas. Lo que significaba que yo siempre cubriria la suya. [?][?][?] Estabamos jodidos. ?Cuanto tiempo habiamos estado bebiendo? El tiempo se habia solapado y entrelazado, para transformarse en un largo chorro de alcohol y chistes malos. --?Quien de ustedes va a arropar a mi hombre esta noche? -- La voz de una mujer nos interrumpio. Todos nos volvimos a la puerta del bar al unisono y vimos a Ruby de pie, con las manos en las caderas. Sus rizos marrones rizados enmarcaban su cara, y sus ojos eran severos. Mama. --Angello, tu vieja esta aqui para recogerte--escuche a Coronado bromear y papa le dio una sonrisa. La mirada de mama me busco en la oscura multitud del bar y puso los ojos en blanco. Se habia casado con un motociclista. Habia criado a un motociclista. Esta era la vida con la que se habia conformado, no la que habia elegido y, a veces, me daba pena. Vi a papa deslizarse perezosamente de su taburete y alcanzar su chaqueta de cuero, mientras que mama permanecia de pie en la puerta, observando cada movimiento de papa. Se necesito mucha confianza y muchas agallas para forjar el solido matrimonio que mama y papa compartian. No habia sido facil para ella. El codigo de vida de papa incluia a las mujeres. Estaban al final de su lista de prioridades, pero estaban ahi. No tuve que estrujarme el cerebro para recordar cuantas veces lo habia pillado con otra mujer, y cuantas veces mama habia amenazado con irse. En ese entonces culpe a papa. Lo culpe por el dolor que le causo a mama, y jure que nunca haria pasar a otro ser humano por eso. No haria pasar a mis hijos por el dolor de ver a una familia desmoronarse. Por eso Miriam nos dejo a la primera oportunidad que tuvo. No podia soportar ver a mama destrozada, una y otra vez. Aunque papa no le habia sido infiel en mas de ocho anos, Miriam siempre creyo que volviera a suceder. No queria estar cerca cuando eso sucediera. Ahora vivia en la otra parte de la ciudad, y en secreto me alegraba que se mantuviera alejada del Club. Los chicos no estarian babeando en cada oportunidad que tuvieran de verla. Algunos de los chicos gritaron y vitorearon cuando papa se acerco a mama. Habia visto fotografias de los dos juntos cuando se acababan de conocer, antes de que Miriam y yo nacieramos. Eran muy atractivos y probablemente todavia lo eran. Papa la agarro por el culo y la tiro hacia si, antes de besarla. Puse los ojos en blanco y mire hacia otro lado. Creci viendo a los dos babeando el uno sobre el otro. Que asco. --!Vayanse a casa! -- Les ladre, y los demas siguieron animando. Cuando papa la solto, me miro directamente y arqueo las cejas, antes de volverse hacia los demas. --Todos ustedes deberian irse a casa. Es tarde, chicos--dijo, con una voz amenazante y autoritaria. A lo largo de los anos, se habia desempenado bastante bien en su papel de matriarca, y yo sabia que eso solo habia fortalecido el matrimonio entre los dos. --Ruby es una gema, ?entiendes? -- Cobra bromeo y yo sacudi la cabeza con indulgencia. --?Como esta Miriam? -- Slash pregunto, sabiendo exactamente el efecto que tendria en mi. Mi cabeza ya nadaba en alcohol y luchaba contra las ganas de seguir el consejo de mama. --A salvo ahora que esta lejos de ti--le dije y se rio. Miriam estaba fuera de su alcance y todos lo sabian, pero eso no les impidio tomar fotos en mi ausencia cada vez que podian. --Oye, ?no estas satisfecho con una hermana que preguntas por otra? -- Cobra se apresuro a intervenir. Slash habia empezado a ver a Sofia, la hermana de Cobra, y se habian embarcado en una extrana vida juntos. Una relacion que ninguno de nosotros pensaba que iba a funcionar. Sofia era dulce y sabia lo que queria. Slash era joven y desalinado y tenia demasiadas cosas en el pasado de su familia como para reconocer que tenia algo bueno con ella. Pero disfruto de lo mucho que esto molestaba a Cobra, sin embargo. Reyes se puso de pie. Pude ver en su cara que estaba acabado. Desde que papa lo tomo bajo sus alas hace cuatro anos, fuimos los mejores amigos. --?A donde vas? -- Slash le pregunto y Reyes senalo su reloj. Eran las tres de la manana. --?Tienes que decir tus oraciones matutinas? -- Cobra dijo con una risa, y Slash, Reyes y yo le disparamos miradas amenazantes. La religion de Reyes estaba fuera de discusion, al igual que Miriam. Incluso yo pense que era un poco raro cuando lo conoci, pero ya sabiamos que era lo que lo mantenia cuerdo. Solia ser un chico de la calle, la pandilla iba a matarlo si no salia y creia que era su religion la que lo habia traido a Angello. Respetamos sus creencias. Cobra parecia ser un estudiante lento y no se habia dado cuenta lo importante que era respetar los limites. --Recuerda lo que dijo tu madre-- me dijo Reyes, y me hizo un gesto de despedida con dos dedos. Le sonrei. --Reyes descansa-- lo llame mientras lo veia salir del bar, despidiendose de los demas mientras se iba. Ahora solo estabamos Slash, Cobra y yo en este extremo del mostrador, todavia revolviendo nuestras bebidas. Al menos Slash tenia a Sofia esperandolo en casa. Todo lo que yo tenia era a Roxana, y no era exactamente un ser humano. Era tarde y habia bebido demasiado, pero tambien era demasiado temprano para irme a dormir. Saque el telefono del bolsillo de mis jeans y me desplace por los mensajes. Encuentrame detras de la barra Le envie un mensaje a la rubia. La que sin duda Cobra habia estado llamando toda la noche. Pude ver por la mirada furtiva de sus ojos a su movil que estaba esperando que ella respondiera a sus mensajes. "Estare alli en diez minutos. " Ella respondio casi instantaneamente.

  • El corazon de Jupiter de Ledicia Costas

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    No fue facil para Isla cambiar de ciudad y empezar de cero en un nuevo instituto. Ella ansiaba pasear por el espacio, avistando planetas a traves de su telescopio, sumergida en el vientre del universo. Casiopea, el nombre de la tortuga magica de Momo, era el nick que utilizaba en los foros sobre astronomia en los que solia participar. Alli fue donde conocio a Jupiter, alguien que parecia saber mucho sobre las estrellas. Las largas conversaciones que ambos mantenian hasta bien entrada la madrugada, encendieron una luz. Entre los dos existia una magia que traspasaba las fronteras del ciberespacio. Isla sentia la necesidad de saberlo todo sobre Jupiter: donde vivia, a que instituto iba, su nombre real… Se citaron para conocerse una noche de San Juan de hogueras y mar embravecido. Fue entonces, despues de despedirse de su amiga Mar, cuando Isla se precipito en la oscuridad. Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

  • Los medicos no pagan ni el cafe de Paco Albano

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    fruterias en cada esquina. No se si me jode mas no entregarlo a tiempo y escuchar los gritos de mi jefe, o los comentarios ironicos de mis hermanos sobre mi alto nivel periodistico y la cancion de mi padre sobre que he de cambiar de medio si quiero ser alguien en el mundo de la prensa. Si no voy a la cena mi madre se enfadara. Si no entrego el articulo, mas que gritos quizas me envien a la oficina de empleo y no precisamente para escribir un articulo sobre el paro. Si no voy a la cena no vere ni a Monica ni a Patricia. !Fruterias!, ?pero a quien hostias le importan las fruterias? Yo estudie periodismo porque en las peliculas siempre descubren conspiraciones y llevan una vida un tanto canalla. Bueno… un poco canalla si lo soy; o eso me dice Monica cuando la trabajo entre las piernas y le comento si cree que Patricia se apuntaria a un juego a tres. Pero periodismo de investigacion no, eso no lo toco. Las ocho, aun he de ducharme y no se por donde empezar el articulo de las narices. Tenia previsto entrevistar tres o cuatro propietarios y solo he podido hablar con una dependienta que hacia un par de semanas que habia descubierto la fruta. !A la mierda!, intentare no volver tarde y manana me invento algunas entrevistas. Total, por un articulo que no leeran ni los amantes de los citricos, mejor cenar con la familia donde seguro que cato un buen vino, que uno de mis hermanos, importantes como son, habran descubierto esta semana en una de las muchas cenas de trabajo que tienen a menudo. De hermanos tengo dos: Javier, que es el mayor, es medico endocrinologo, esta casado y tiene dos hijos; y Alberto, que es el segundo, estudio biologia, pero trabaja en la industria farmaceutica persiguiendo medicos como Javier, tambien esta casado y tiene una hija. Yo soy el pequeno, me llamo Paco Albano y no tengo mujer ni hijos. Llego a casa de mis padres en moto, justo cuando la lluvia empieza a bajar con fuerza y entro al portal sin sacarme el casco para evitar mojarme el cabello. Ayer fui a la peluqueria y Ana me dejo la media melena como hacia anos perseguia. “Esta media melena te queda muy bien, pero debes cuidarla mucho”, me dijo. --Hola guapeton --dice mi madre al abrir la puerta. --Hola mama, ?soy el ultimo? --Pues claro que eres el ultimo, como siempre --dice Javier alargando la mano para encajar mientras mi madre me besa. Es cierto, estan todos, en una perfecta imagen de familia perfecta y divina. Doy dos besos a mi padre, Alberto me da uno de sus abrazos que no soporto, los ninos se me acercan para darme besos que me agobian, y yo me acerco a mis cunadas para darles besos que si me gustan. Primero Patricia, la mujer de Javier, elegante y preciosa como siempre; y dejo a Monica, la mujer de Alberto para el final; la beso y le paso el brazo por detras tocando ligeramente el culo que intuyo libre bajo el vestido, y la ereccion es instantanea. Mi padre me sirve una Voll-Damm, la unica que sabe que tomo, y me acerco al corro que forman mis hermanos y sus mujeres. Para variar, hablan de trabajo y ruego que no me pregunten en que estoy trabajando. --Y pues Paco, ?en que estas trabajando, ahora? --pregunta mi padre que ha aparecido por detras apoyando una mano sobre mi hombro. --Estoy preparando un reportaje sobre negocios emergentes en el sector de la alimentacion. --Parece muy interesante… --dice Patricia intuyendo que dira su marido. --Caramba hermanito… tal vez si que haremos de ti un periodista importante -- dice Javier --?Aun trabajas en el periodico gratuito? --pregunta Alberto. --Si… ya lo sabes… --sera hijo de puta, como si no lo supiera. --Deberias de buscar algo en uno de los grandes periodicos, ?ya mandas curriculums?; nunca haras nada en estas cuatro hojas que solo leen los que van en autobus o metro. --?Hemos venido a cenar o a juzgar al mas guapo de los hermanos Albano? -- dice Monica para salvarme. --Uy, uy, ?que no era yo el mas guapo? --se rie Alberto. --No, tu eres mi marido, pero eso no te convierte en el mas atractivo. No es solo su belleza deslumbrante y la sensualidad que desprende, es su seguridad y capacidad para poner a mi hermano en su lugar lo que provoca que esta mujer tenga acciones de mi cuerpo. --!Venga, ninos y ninas!, todos a la mesa, que la cena esta lista --grita mi madre desde la cocina. No se como me lo hago, pero siempre termino sentado al lado de los ninos. Para mi madre sigo siendo el pequeno y con los pequenos me coloca. La culpa de todo la tiene que llegue a este mundo con un espacio exageradamente grande desde que nacieron mis hermanos. Este ano cumplire los veintiocho anos, Javier celebro los cuarenta el ano pasado, y Alberto tiene justo diez mas que yo. Y si a esto le sumamos que los dos hermanos mayores tienen un fisico parecido, con el pelo canoso, con rasgos tanto del padre como de la madre, y que yo tengo un fisico mas suave -- femenino dicen algunas amigas-- y no me parezco a nadie de casa, me hace sospechar que me intercambiaron en la maternidad. --Tio Paco, ?que hacen los periodistas? --Explicamos las noticias. --?Que son las noticias? --Las cosas que pasan en el mundo. --!Ah!, papa manda mucho y da libretas y boligrafos a los medicos como el tio Javier para que usen las pastillas que fabrica. --Si, tiene un trabajo envidiable tu padre --y me levanto de la mesa con la excusa de ir al bano agotado de la charla con mi sobrina que, desgraciadamente, ha salido a padre y poco a madre. Monica me sigue con la mirada, y la idea que me siga hasta el bano y poder descubrir si hay algo o no bajo el vestido, me pasa por la cabeza. Entro en el bano, saco el movil del bolsillo delantero de mis vaqueros, y envio un mensaje a David y a Peter, mis colegas mas intimos: Stoy cena fmili, kdamos? David me contesta que alrededor de las doce estaran en el Masterium y que tiene una hierba de puta madre. Le contesto que alli estare en cuanto pueda escaparme. En la mesa, la conversacion es llevada por mis hermanos que hablan, como siempre, de medicina, congresos y estas hostias que llevo media vida escuchando. Mis cunadas, ahora si, me dan conversacion y hablamos un poco de todo, riendonos y haciendo broma. Como siempre, mi madre se ha superado con una cena excelente, y el vino, que hoy ha traido Javier, obsequio de no se que laboratorio farmaceutico, un capricho de los dioses. La noche acaba como ha empezado, con besos y abrazos, y me voy con las ganas de saber si bajo el vestido de Monica hay nada o no. Se lo digo al oido al darle un beso de despedida y ella sonrie agobiada. Justo al llegar al Masterium y bajar de la moto me llega un mensaje que imagino es de mis amigos, pero no... es de Monica: absolutamente nada… Entro rapido al Masterium a tomarme una cerveza y con ganas de fumarme la hierba de David para superar el dolor de huevos que me ha provocado la perversa de mi cunada. El local aun esta bastante vacio y no tardo en divisar a David y Peter en la barra de arriba acompanados de una rubia que no conozco. Encajamos y me presentan la chica, se llama Jennifer, habla un castellano muy distinto del que hablan los de la zona alta, y tiene unos pechos que con la noche que llevo no me ayudan a calmar mi estado de ansiedad sexual. Maika, la camarera, me pasa una Voll-Damm, y David el peta que acaba de encender a pesar que se supone que esta prohibido fumar. --Buenisima, me la ha pasado Manu, ?te acuerdas? --Si, era aquel colgado que vino a medio curso de Bachillerato, ?verdad? David y yo hace mil anos que nos conocemos, empezamos en P3 y hasta acabar el bachillerato, siempre juntos. El prefirio no seguir estudiando y trabaja en el negocio familiar, una parada en el mercado en la que se ha pasado media vida, y en donde cuando lo ves trabajar parece el hombre mas formal del mundo. --Escucha, David… tengo que escribir cuatro cosas sobre fruterias, tu que eres de mercado, ?sabes algo? --Yo conozco a los del mercado, ven el lunes y te los presento. --Manana tengo que tenerlo a punto. --Joder, Paco, ?y ahora me lo dices? --Ahora he recordado que trabajas en el mercado. Peter, que aun no habia abierto la boca, se descojona de risa y me dice que no cambiare nunca. --?Eres periodista? --pregunta Jennifer. --Si, guapa, es periodista, pero si no espabila pronto dejara de serlo. --!Vete a la mierda! Que quereis, cuando no me hacen escribir los horoscopos, me hacen escribir de sandeces. --Y pues, ?tu te crees que todos empiezan con una columna en el New York Times?

  • Me entregaras tu corazon de Sophie Saint Rose

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    Sondra Anderson es la hija del ranchero mas importante de la zona y desde su nacimiento sabe que va a ser quien dirija el negocio. La llegada de Kevin al rancho provoca mil cosas, sobre todo en su corazon, pero no le gustaba nada que metiera las narices en las decisiones que ella debia tomar con su padre. Vale que era muy bueno en su trabajo y los hombres le respetaban, pero ella era la duena. Aunque eso no era lo unico que le molestaba. Que la considerara una cria la ponia de los nervios y solo habia una manera de vengarse, fastidiarle todo lo que podia.

  • Esclava domestica de Julio Poder

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    Mia.
    Solo un maletero, cuerda y cloroformo.
    Hasta que la muerte nos separe.
    Los barrotes de mi mansion no lo haran.

  • Ni una palabra de Harlan Coben

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    ?Que haria un padre por proteger a su hijo? ?Hasta donde estaria dispuesto a llegar? ?Le espiaria? ?Llegaria a mantenerle localizado permanente por el GPS de su movil? Es lo que hacen Tia y Mike Baye, aunque vigilarle asi no impedira que Adam, su hijo de 16 anos, desaparezca tras el suicidio de su mejor amigo. Ambos se lanzaran a una agonica busqueda, mientras van conociendo con
    espanto que, en el fondo, no saben nada de la vida de su hijo. Mientras que, a su alrededor, se pone en marcha un mecanismo estremecedor: los vecinos corren el riesgo de perder a su unico hijo necesitado de un pulmon, una joven aparece brutalmente asesinada disfrazada de prostituta, una ejemplar madre de familia es secuestrada mientras hacia la compra, un profesor insulta y se rie de Yasmin, la mejor amiga de la hija pequena de los Baye…
    La inspectora jefe Loren Muse y el fiscal Paul Copeland, a punto de casarse, no encuentran el hilo del que tirar. Hasta que todo acabe por explotar. ?Tiene salvacion el futuro de nuestros hijos?

  • BRUJAS (VALERIE) de Sophie Saint Rose

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    Valerie se desperto sobresaltada. Estaba sudorosa y jadeante. Se sento en la cama para poder respirar mejor. Un tirante de su camison se cayo de su hombro y ella se lo subio exasperada. La puerta de su habitacion se abrio de repente. Tessa entro encendiendo la luz.- ?Estas bien? - su hermana se acerco a su cama mirandola preocupada con sus maravillosos ojos violeta.- He sentido tu inquietud. Valerie miro a su hermana, un espejo de si misma. Su hermosa cara tenia un frunce en la frente por la preocupacion y sus gruesos labios estaban apretados esperando su respuesta. Se levanto de la cama y fue hacia el armario. -Me tengo que ir... Su hermana se alarmo- ?Que quieres decir con que te tienes que ir? No puedes salir de la finca...sobre todo ahora. Valerie se quito su camison y lo tiro al suelo. Cogio unos vaqueros y se los puso sin mirar a Tessa- Tengo que ir a Nueva York.- Cogio una camiseta blanca y se la puso rapidamente. -?Estas loca? - pregunto su hermana cogiendola del brazo - No puedes irte , dentro de cinco dias es la ceremonia. Durante unos segundos miro a su hermana a los ojos -Si no me voy ahora, le mataran y eso no podria soportarlo. Tessa dejo caer el brazo sorprendida -?Te refieres a tu hombre? ?Le has visto? -No tenia que haber esperado tanto tiempo para ir a buscarlo- contesto cogiendo una mochila y metiendo varias prendas.- Me deje embaucar para retrasarlo, pero no pienso renunciar a el. Su hermana confundida se sento en la cama-?Que quieres decir con que le mataran? Valerie se puso delante del espejo y empezo a trenzarse su larga melena rubia.- Le van a matar en un tiroteo pasado manana. Tengo cruzar el Atlantico y buscarlo en una ciudad tan grande como Nueva York. Espero llegar a tiempo. Impaciente se puso las deportivas y entro en el cuarto de bano. - ?Y que tengo que decir?- pregunto su hermana. - Como no llegues para la ceremonia me van a echar una bronca de la que no me recuperare en la vida. ?Puedo ir contigo?- pregunto esperanzada. Valerie miro a su hermana. Pese a ser gemelas siempre era ella la que tomaba las decisiones, la fuerte de las dos. Tenia que separarse de ella por primera vez en sus vidas y era logico que Tessa se asustara. Se acerco a la cama y se sento a su lado- Sabes que eres lo mas importante que tengo en la vida, pero es mi hombre y no puedo abandonarlo. Necesito estar con el y tu sentiras lo mismo en algun momento. Tengo que encontrarlo y si no llego a tiempo, tu tendras que solucionar el problema .Que lo retrasen- Se levanto y continuo haciendo la maleta. Cogio su cruz celta de encima de la comoda y se la puso alrededor del cuello. Tessa se levanto de golpe- ?Estas loca? Dentro de cinco dias es luna llena y solsticio de verano, el dia mas propicio para hacer la ceremonia. Habria que esperar un ano para hacerlo y ya no tendras veinticinco anos. -?Y que? ?Donde dice que tengo que estar aqui para ser sacerdotisa? Es una tonteria que Madeleine nos quiere meter en la cabeza. He leido las escrituras tan bien como tu y sabes perfectamente que la ceremonia es un simple tramite, o se es la sacerdotisa o no. Como lo de la coincidencia que sea luna llena y solsticio de verano. Esa coincidencia simplemente es un buen auspicio.- Valerie exasperada cerro la mochila despues de meter su pasaporte y el dinero. -Debes estar aqui para el cambio- le advirtio su hermana.- A las doce de la noche del solsticio de verano recibiras tanto poder que puede que no lo controles... -Tengo que protegerle a el, esa es mi prioridad.- dijo ella tirando la mochila al suelo y acercandose a su hermana. - Ademas, todavia hay una posibilidad de que la sacerdotisa seas tu- anadio sonriendo- ?Te imaginas la cara de Madeleine? – Esta convencida de que eres tu porque mis poderes son inferiores. Pero no quiero ser la sacerdotisa, lo unico bueno de serlo es mandar sobre Madeleine.- dijo haciendo una mueca. -Dame un abrazo, hermana- dijo cogiendola por los hombros- Te quiero, no te preocupes por nada. Se cuidarme sola. Y si Madeleine te presiona o te trata mal, dile que volvere. Eso la mantendra a raya. Tessa y ella se abrazaron fuertemente mientras lloraban.- Cuida de las chicas.- dijo Valerie dando un beso en la mejilla a su gemela y apartandose de ella. Cogio la mochila del suelo y se la cargo al hombro.- No digas nada de mi partida hasta dentro de un par de dias. Diles que tengo el periodo y no me encuentro muy bien. Madeleine no se acercara. Si no he vuelto el sabado por la manana, diles que se suspenda la ceremonia. -Has esperado ese dia toda tu vida- dijo su hermana con pena. Valerie hizo una mueca- Hay cosas mas importantes.- Se acerco a la puerta y la abrio lentamente.- Despejado- susurro y mirando a su hermana por encima de su hombro le sonrio- Te quiero, cuida del fuerte. -Te quiero, Val. Bajo hasta el garaje y saco su deportivo BMW lentamente para no hacer demasiado ruido. Cuando llego a la carretera general acelero a fondo. Estaba a unos setenta kilometros de Edimburgo, tenia que darse prisa para llegar al aeropuerto. Miro el reloj del salpicadero, las cuatro de la manana. Saco su movil del bolsillo de la mochila y sujetando el volante con una mano marco el numero de informacion. - Pongame con el aeropuerto de Edimburgo- dijo ella esquivando un camion de leche.- ?Informacion? Si, necesito un billete en el primer vuelo a Nueva York… ?Cual es su hora de llegada? ?No hay nada que llegue antes, aunque sea con escalas? Bien, consigame los billetes en primera. Llegare en cuarenta minutos y no tengo nada que facturar.-Despues de dar de memoria el numero de su tarjeta de credito se concentro en conducir. Acelerando todo lo que podia su coche, dio gracias a que no se habia encontrado ningun control policial cuando llego al aeropuerto. Dejo su coche en el aparcamiento y entro corriendo en el aeropuerto. Encontro informacion y recogio los billetes- Dese prisa, van a cerrar el embarque a Londres. Valerie hizo los controles de seguridad tan pronto como pudo y echo a correr hasta la puerta de salida. La vio al fondo de la sala de embarque y la azafata la estaba cerrando. Cerrando los ojos miro a la azafata mentalmente. La mujer volvio a abrir la puerta y una companera la miraba sorprendida preguntandole- ?Por que vuelves a abrir la puerta? Valerie se acerco corriendo y le dio la tarjeta de embarque - Porque yo todavia no habia entrado – dijo sonriendo- Son ustedes realmente amables. La azafata de tierra le sonrio devolviendole su tarjeta- Ha llegado por los pelos. Que tenga un buen vuelo. -Gracias- contesto entrando en tunel de acceso al avion. El vuelo a Londres fue breve, pero tuvo que volver a correr para coger el concorde a Nueva York. Durmio un poco pero estaba nerviosa y emocionada por lo que le deparaban las proximas horas. Le iba a ver. Y no en suenos, como los ultimos quince anos. Le iba a ver cara a cara. Bueno, eso si lo encontraba a tiempo, penso haciendo una mueca. Cuando llego al JFK estaba agotada, pero no podia irse a dormir. Tuvo que convencer mentalmente a los policias del aeropuerto de que era ciudadana americana aunque su pasaporte no era estadounidense para que los tramites fueran mas rapidos. No le costo mucho. Cogio un taxi. Le pidio al conductor que la llevara a un hotel centrico y de calidad. El la llevo al Plaza y alli pidio una suite. El recepcionista la miro con desconfianza observandole la ropa que llevaba, hasta que saco su visa platino. Despues era todo sonrisas. Entro en la suite y se dio una ducha rapida. Se cambio de ropa y puso su reloj en hora. Eran las cuatro de la tarde, solo tenia veintiuna horas para encontrarlo. Al dia siguiente a la una de la tarde le matarian delante de una joyeria. Tenia que localizarlo primero. Solo sabia que se llamaba Marc y que era policia. Los suenos que habia tenido le daban una idea de quien eran sus amigos, su familia, pero no sabia ni donde vivia, ni donde trabajaba exactamente. Conocia su casa, cada detalle de ella pero no sabia exactamente su direccion. Sabia que era policia pero no exactamente en que comisaria trabajaba. Tendria que dar una vuelta por todas las comisarias de Nueva York para ver si conocia su fachada, tambien podia decirle al taxista que recorriera las joyerias. Esa fachada la reconoceria seguro. Bajo al hall del hotel y le pidio un taxi al portero. Despues de darle instrucciones el hombre arabe bastante sorprendido le regalo una sonrisa-?Quiere un tour por las comisarias y las joyerias de Nueva York? No pensara robar nada, ?verdad? - el tipo se echo a reir- no me gustaria tener problemas ?sabe? Valerie se echo a reir- No, estoy buscando a alguien y esa es la unica pista que tengo.- no volveria a ver a ese hombre en su vida asi que le daba igual lo que supiera. -Es policia pero no se donde encontrarlo. -?Y como se llama?-pregunto el hombre mirandola por el espejo retrovisorTengo muchos amigos policias, ?sabe? Mi hermano es poli. -Se llama Marc - dijo ella mirando por la ventanilla. - Marc Stone. El hombre la miro por el espejo sorprendido-?No sera el Marc Stone de los asesinatos? -?Que asesinatos?- pregunto acercandose al panel de plastico que los separaba. -El de las camareras. Sale en todos los periodicos.- dijo el hombre parando al lado de un kiosco. Valerie observo como se bajaba del coche y cogia tres periodicos. Cuando abrio la puerta de atras se los tendio.-Ya me los pagara con la carrera.- dijo el hombre sonriendo. Ella los cogio separandolos. En primera pagina del New York Times salia una foto de Marc, impaciente leyo el pie de pagina. "El detective Marc Stone sale del apartamento de la sexta victima sin hacer declaraciones" -!Luz dorada , es el.!- exclamo yendo a la pagina tres. Leyendo rapidamente el reportaje se entero que pertenecia a una comisaria del Lower East Side. El hombre se sento detras del volante y despues de poner el coche en marcha le pregunto- ?Quiere que siga con el recorrido? Ella le enseno el articulo- ?Conoce esta comisaria? El hombre se dio la vuelta justo despues de parar en un semaforo en rojoClaro, ?quiere que la lleve alli? Valerie asintio- Por favor.

  • Mas fria que la guerra de Fabian Plaza Miranda

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    Paz, amor y menudo cuelgue. Los pies del Listo chapotearon por el barro con la gracilidad de un borracho. O para ser exactos, con la de alguien que llevaba varios dias consumiendo mas cosas de las que su cuerpo podia tolerar. Habia perdido la cuenta. Alcohol, si, de muchos tipos. Un poco de acido. Y porros. Alguna pastilla. Ahora que lo pensaba, era un milagro que siguiera de pie. Un milagro. Dios estaba con el. La carcajada que solto fue tan fuerte que varios hippies dejaron de prestar atencion a la musica y lo miraron con cierta desgana. Tampoco era que un colgado en mitad de un viaje fuera tan raro por ahi. Dejo de reirse de su propio chiste, recupero el aliento y siguio avanzando hacia el escenario, donde las sensaciones serian mas intensas. Podria dejarse llevar hasta con aquellos tipos, los noseque Dead; unos que hacian una mezcla de rock y folk. Al Listo le parecian tan malos como el escenario, que daba la sensacion de estar a punto de hundirse por el peso del equipo, pero tampoco podia quejarse. !Estaban en una granja, joder! !Una granja! Era normal estar rodeado de animales. Animales. Reprimio el impulso de volver a reirse y se centro en la musica. Al menos, el gordo barbudo de la guitarra no lo hacia mal. Habia estado bien lo del espontaneo, cuando un fulano habia subido al escenario y habia soltado un rollo sobre algo de la costa. Ni el mismo se entendia. Los de la banda se habian mirado en plan <>, hasta que uno le habia ofrecido un canuto y lo habia sacado de en medio. Luego habian vuelto a sus conazos de canciones. En la oscuridad de la noche casi golpeo una roca con sus pies desnudos. El Listo llevaba las deportivas colgando al cuello, atadas por los cordones, como un atrapasuenos de pesadilla, o como los pendientes de una diosa vuelta del reves, o... Uououooo... El mareo le hizo parar hasta asegurarse de que la Tierra habia dejado de bailar. Asi. Mejor. Respirar hondo. Lo llamaban Festival de Woodstock y el Listo no tenia ni puta idea de por que. El pueblo no se llamaba asi. Tampoco la granja. Pero oia el nombre por todas partes, entre los corrillos de melenudos tirados en la hierba. La hostia de gente habia ido a ver el espectaculo. Tantos que las carreteras estaban colapsadas y todas aquellas tiendas de campana parecian una... a saber... una invasion marciana. Una invasion apestosa. Los organizadores no habian contado con tanta gente, asi que no habia suficiente sitio para mear y cagar. Pero eso para los hippies no era problema, claro. Pagar entradas tampoco. El aforo extra se debia a todos los que se habian colado, y colarse en mitad de un campo no era muy dificil, la verdad. El Listo habia entrado asi, dando un rodeo y saltando una valla que no habria podido frenar ni a una vaca. Por supuesto, habia sido por hacer la puneta. De haber querido, solo habria tenido que sacar el talonario de su padre. Pero eso le quitaba la chispa al asunto. La idea era romper todos los limites, hacer lo que se suponia que no debia, incluso hundir en el fango su apellido y --en especial-- avergonzar al cabeza de familia. Por desgracia, le daba la sensacion de que el riguroso don Faustino ya no se escandalizaba como antano con las tropelias de su heredero el bala perdida. La prueba estaba en que el viaje a Estados Unidos habia corrido de su cuenta. Quiza se habia percatado de que el Listo tambien podia gastarse el dinero y hacer el crapula estando en Madrid. Tal vez hubiera decidido que al menos podia ser util que su primogenito aprendiera algo de ingles mientras dilapidaba la fortuna familiar con algunas frescas americanas. Seguro que en las reuniones sociales hasta presumia de que el Listo estuviera <>. Visto asi, la fiesta se aguaba. No tenia la misma gracia si a padre le parecia bien. Joder con don Faustino. Era capaz de causarle bajones incluso cuando no estaba presente. Resoplo unas cuantas veces y volvio a caminar. Necesitaba encontrar un grupo de gente con la que mezclarse, como habia estado haciendo todo ese tiempo. Al Listo se le daba muy bien congeniar, y su exotico aire de espanol le abria muchas puertas ante los multiculturales hippies. Aunque igual lo que necesitaba era tumbarse y dormir un rato. Estaba cansado, aun no se habia secado del todo del chaparron del dia anterior, y con aquellas ropas de lino se sentia como si estuviera en una chirigota de los carnavales de Cadiz. Joder. Ya era oficial. El bajon don Faustino le dominaba. Mejor buscar un sitio para echarse a roncar. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero la musica de los pesados del escenario sonaba mas y mas entrecortada. Estaban perdiendo el ritmo. A veces era el bajo, a veces uno de los guitarristas, pero iban descoordinados. Que malos eran, por favor. Se fijo en que el gordo de la guitarra sacudia la mano y fruncio el ceno. Le habia parecido ver una descarga electrica. Si. El gordo se frotaba la mano como si le doliera. Y los otros igual. Por eso se saltaban compases. Su equipo de tres al cuarto les daba calambres. Je. Como se escapara una chispa en mitad de aquel escenario medio empapado lleno de aparatos, se podia armar una buena. El Listo recupero parte de sobriedad al mirar las caras del grupo. Todos parecian preocupados. Todos pensaban lo mismo que acababa de pensar el: <>. Pero no tuvieron tiempo. Fue con el otro guitarrista, el delgado. En uno de los punteados se oyo un petardazo y, de repente, todo se apago. Luces, sonido, todo. El estrellado cielo nocturno de la campina yanqui volvio a reinar sobre aquellos cientos de miles de cabezas, incluso a traves de las nubes. Quienes no abuchearon a los musicos se deleitaron con el acojonante espectaculo de la Via Lactea. Un cuadro impresionista que, ahora que el hombre habia llegado a la Luna, parecia al alcance de la mano. Hasta que empezo el otro brillo: un resplandor anaranjado que ilumino todo de improviso. Primero pensaron que el fuego al fin habia prendido; luego, el Listo se percato de que la luz venia de varios metros por encima del escenario. Y los incendios no suelen provocarse en mitad del aire. Cayo en la cuenta de que aquel fulgor poco tenia que ver con una combustion; era mas bien una mancha amorfa, como una gigantesca ameba fosforescente varada frente a el. Y tambien estaba el ruido, una especie de zumbido ritmico, un vaiven sonoro que se oia cada vez con mas claridad. Entonces aparecieron las criaturas. Surgieron atravesando la luz naranja, como si fuera una delgada membrana que hasta entonces las habia contenido. El Listo no tuvo tiempo de preguntarse donde, porque la imagen de los seres centraba toda su atencion. Cada uno media un par de palmos y tenia el aspecto de un negro insecto, con largas antenas en la cabeza, elitros negros y alas transparentes que provocaban el zumbido. Sin embargo, en vez de seis patas tenian ocho, y en sus mandibulas se agitaban gruesos queliceros peludos. En la cabeza, varios ojos de diferentes tamanos, algunos facetados y otros no, reflejaban los destellos azafranados del lugar. El Listo apenas noto una vaharada de olor a alcanfor antes de darse cuenta del alcance de lo que tenia ante si. Habia decenas, cientos de aquellos animales. Y a cada segundo que pasaba mas de ellos cruzaban la luminosa barrera. Revoloteaban por doquier, con el pausado zigzag de las moscas domesticas, tan lentos que cualquiera habria podido atraparlos... si es que alguien hubiera querido llevar a cabo tan incomprensible tarea. Paseaban entre la gente o por encima de ella. Algunos se habian posado en el suelo y lo exploraban erraticamente. Nada de aquello parecia autentico, asi que lo primero que penso el Listo fue que se lo estaba imaginando. El abuso de narcoticos le pasaba factura y le hacia alucinar con la pesadilla mas repulsiva que su mente habia podido crear. No obstante, un rapido vistazo alrededor echo por tierra esa hipotesis. Los demas asistentes al festival tenian la boca tan abierta como la del Listo, estaban tan aturdidos como el y tambien seguian con la mirada a los extranos seres. No eran capaces de hablar siquiera, dado que sus cerebros trataban de asimilar tanta irrealidad. El unico sonido que los envolvia era aquel zumbido colectivo. Hasta que alguien junto al Listo atino a silbar, un melenudo tirado en el suelo que tenia a una de las criaturas subiendo por su brazo. --!Tio! --dijo, con los ojos desenfocados--. !Menudo mal viaje! Eso parecia, desde luego. Un mal viaje psicotropico que los hubiera golpeado a todos a la vez. Algo tan irracional que deberia haberlos hecho chillar, encenderlos en un arrebato de unanime pavor, pero que, en vez de eso, los habia dejado estupefactos. Uno de los insectos-arana paso volando justo por delante del Listo, como pavoneandose y dejandose contemplar. Algo tan grande no deberia haber volado, no con aquellas alas en apariencia fragiles, pero ahi estaba. Un inflado cuerpo con torax y abdomen diferenciados, y vellosidades por toda su oscura figura. Los queliceros estaban serrados y parecian capaces de arrancar un dedo de un mordisco. Sus ojos multiples daban la impresion de contemplarlo todo. El Listo se vio reflejado en ellos. La imagen le parecio incluso hermosa. Extendio la mano para tocarlo, para acariciarlo como una exotica mascota. Todos los seres enloquecieron al unisono, igual que si se hubiera dado una senal silenciosa. Su vuelo dejo de ser parsimonioso para convertirse en espasmodico. Sus patas convulsionaron como si trataran de aferrarse a un asidero invisible. Sus mandibulas se abrieron y cerraron, hambrientas. Las criaturas aletearon con furia. Un enjambre caotico cuyo zumbido habia aumentado en intensidad, tan agudo que ponia los pelos de punta. El Listo retiro la mano, asustado, pero el monstruo que tenia frente a el no le hizo nada. Otros no tuvieron tanta suerte. Los bichos comenzaron a arrojarse como bestias salvajes contra la gente. Clavaron sus patas en vientres descubiertos, en brazos, incluso en caras; cualquier trozo de piel en el que pudieran hincar sus unas. Y lo hicieron a fondo, a juzgar por los regueros de sangre que abrian. El silencio se convirtio al fin en un estallido de panico. Gritos de dolor, de terror, gente tratando de escapar del surreal avispero, incluso pisoteando a quienes estaban tendidos en el suelo. Casi nadie ayudaba a los heridos; la respuesta instintiva estaba siendo la huida, una primaria busqueda de la supervivencia. El Listo no. Estaba petrificado, ojos abiertos de par en par, casi sin respirar y congelado por el terror. Por la pavorosa certeza de que no se podia escapar de aquello. Asi que fue un mudo e inmovil testigo de todo. Vio aguijones salir de los abdomenes y clavarse en sus victimas. A una joven que estaba junto a el y que luchaba por arrancarse el monstruo que tenia sobre su cabeza, la pua le perforo el ojo y quiza llego hasta el cerebro, dado que la chica se desplomo inerte. Otros dardos desgarraron cuellos, oidos o mejillas. Vio como los engendros arrancaban pedazos de carne y los devoraban. Los queliceros cortaron piel y musculo siempre que pudieron, las cabezas de las criaturas incluso se sumergieron en las tripas de algunos para cebarse tambien con sus organos internos. Cuando el Listo creia que aquella escena no podia ser mas dantesca, vino lo peor. Los seres que habian hecho presa en alguna persona comenzaron a iluminarse con el mismo tono anaranjado de la puerta por la que habian llegado. Su fulgor cada vez fue mas fuerte y el Listo noto tambien un aumento de la temperatura. Las monstruosas luciernagas se encendieron mas y mas... y sus victimas dejaron escapar desesperados berridos casi animales. En cuestion de segundos, todo aquel lugar quedo salpicado de teas insectoides. Los engendros se mezclaron con la piel de sus presas, extendiendose y deshaciendose como una mancha de cera hirviente. Apenas unos instantes despues, otro tanto ocurrio con las personas que habian sufrido el ataque. El fulgor las consumio por completo, fundiendolas como mantequilla. Unos charcos viscosos en el suelo fueron los unicos restos que quedaron tras las deflagraciones. Ante eso, el panico alcanzo su nivel maximo. Alrededor del Listo, todo eran gritos, llantos, frenesi, miles de personas tratando de alejarse en todas direcciones, de huir de aquel infierno que no entendian. Y junto a ellos, decenas de monstruos eligiendo a sus victimas casi al azar. Muchos zumbaron junto al Listo, aturdido e inmovil, pero ninguno se lanzo contra el. El resplandor anaranjado se estaba apagando. El Listo quedo mesmerizado mirandolo y todo el caos que le rodeaba dejo de parecerle importante. Solo aquel brillo merecia su atencion y solo a el se la dedico. La muerte, las combustiones y los abominables depredadores se le antojaron irrelevantes. Apenas una mota de polvo en el ciclopeo tapiz cosmico. La luz en cambio... la luz lo contenia todo. El Listo abrio su mente, ansioso por beber de aquel manantial. Recibio todo lo que deseaba y mas. Sintio su cabeza a punto de estallar. Chillando de dolor y de impotencia, aferrandose las sienes como si aquello pudiera aplacar su agonia, el Listo cayo de rodillas. Luego enloquecio por completo y se sumio en la inconsciencia.

  • Cena de amigas de Daniel De La Pena

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    ?Podemos confiar en nuestros seres queridos? Creemos que nuestras parejas, familiares o amigas son personas que conocemos perfectamente y que se han ganado nuestra confianza con el paso del tiempo. Han estado a nuestro lado en los momentos duros, celebrando los triunfos, descolgado su telefono movil cuando necesitabamos desahogarnos, siendo confidentes de nuestros secretos mas intimos. Por suerte, siempre contamos con una vocecita en nuestra mente que nos aconseja no revelar todo lo que sabemos... Aunque a veces, dicha voz parece que se ha tomado varios dias, meses o, incluso, el ano entero de huelga. Yo era una mujer confiada, amiga de mis amigas, despreocupada... hasta que un dia averigue que una de ellas me habia traicionado de la forma mas vil y rastrera que se puede hacer. Supe el pecado, pero no el pecador... Voy a haceros un spoiler de esos que quitan el hipo. Trace un descabellado plan para descubrir cual de mis supuestas amigas habia abusado y pisoteado mi amor y confianza ciega hacia ella. Atreviendose a robarme lo mas amado para mi. La noche de mi cuarenta cumpleanos las invite a cenar a un lujoso restaurante, como era costumbre cada ano. Todo seria igual que siempre, buena comida, vino a raudales, un ambiente agradable, risas, regalos... Nada fuera de lo normal, salvo un pequeno detalle, una invitada inesperada que me ayudaria a conocer cual de todas ellas era la pedazo de hija de puta que se habia atrevido a sabotear mi paz. Lo que ignoraba es que aquella noche, cuando entre en aquel restaurante, lo unico que me preocupaba era averiguar quien me habia traicionado. Despues de todo lo que paso, solo queria saber si saldria de alli con vida. EN LA PUERTA Como todos los quince de agosto, desde hacia mas de siete anos, me dirigia con prisa al restaurante Triango. Iba a celebrar mi cena de cumpleanos con mis cuatro mejores amigas. !Que pesima anfitriona era! !Todos los anos llegaba tarde! Siempre las citaba a las nueve y nunca era puntual. En aquella ocasion tampoco lo fui. Mire la hora en la pantalla de mi telefono movil para comprobar que mi retraso excedia los diez minutos. Supuse que Diana y Nancy ya habian llegado gracias a su puntualidad britanica y, sentadas a la mesa, estaban despotricando sobre mi falta de educacion al no asistir a la hora acordada. Cerre los ojos e imagine la que se me avecinaba. Primero, soltarian alguna indirecta para echarme en cara mi poca formalidad. <> esa parecia ser su frase predilecta. Despues, animadas por el vino, derrocharian gracia y simpatia, olvidando mi descuido. Para finalizar, cantarian el dichoso Cumpleanos feliz y me colmarian de abrazos cuando pagara la cuenta de todas. Ano tras ano, pasaba lo mismo y cada vez era mas divertido. Adoraba a mis amigas, gozabamos de una complicidad envidiable y nuestras quedadas eran miticas. La ultima vez, no recuerdo como, nos colamos en el Zoo a las tantas de la madrugada. Correteamos, borrachas como una cuba, por los callejones de las instalaciones, saludando a todo bicho viviente. Hasta que los guardias nos detuvieron y nos sancionaron por allanamiento, alterar el orden publico y por gilipollas. Eso ultimo no lo incluyeron en la denuncia, pero lo digo yo. !Nosotras si que sabiamos como montar un buen sarao! Las cinco juntas dabamos mas miedo que Jack el destripador, la letra de una cancion de reggaeton y Hacienda juntos. Ni siquiera fui capaz de soltar una carcajada al recordar aquella anecdota. Caminaba nerviosa hacia nuestra cita. Sabia que ese ano todo iba a ser diferente. Dudaba mucho que reinara el buen rollo, las risas y las bromas. No. Una de ellas me habia traicionado. Y yo me habia propuesto descubrir quien era esa arpia sin escrupulos. Solo sabia que se hacia llamar <> para que yo no la descubriera. !Ring, ring! El tono de llamada del telefono me saco de mis pensamientos envenenados. Descolgue sin comprobar quien era. --?Si? --Valen, ?has llegado ya? --pregunto Tania. Solo ella me llamaba asi. --No han pasado ni quince minutos, ?que te hace pensar que estoy dentro? --bromee--. No seria propio de mi aparecer tan temprano. Lo mio no es la puntualidad !Piensa en mi reputacion! Cuando estaba nerviosa soltaba mas estupideces en una misma frase que un politico corrupto aparentando ser inocente o que cualquier participante de La isla de las tentaciones. !Guau! Eso era mucho decir. Por suerte, Tania me detuvo. --!Para! Loca del cono. Estas histerica, ?verdad? --Un poco... --murmure. --Vale, relajate. Te espero en la puerta y entramos juntas --dijo entre risas. Tania era mi mejor amiga y casi como una hermana. Todo el mundo daba por hecho que lo eramos por nuestro asombroso parecido fisico. Las dos rubias, de metro setenta, ella un poco mas alta que yo, delgadas y con la piel morena. Eso si, Tania presumia de unos preciosos ojos verdes frente a los mios que eran marrones. Nos conociamos desde el instituto y era la persona en la que mas confiaba. De hecho, solo ella conocia mi plan. Me tranquilizaba contar con su ayuda para cazar a la traidora. Apresure mis pasos al notar una presencia extrana siguiendome. Mas que una certeza, senti como si alguien estuviese observandome a lo lejos. Un escalofrio recorrio mi cuerpo aquella calurosa noche de verano. Me detuve con brusquedad y gire, deseando que no hubiese nadie a mis espaldas. Respire aliviada y solte una risa espontanea al encontrarme sola en la calle. <> dije para mis adentros. Cruce la esquina, a unos treinta metros de distancia, vi a mi querida amiga esperandome delante de la entrada del local. Estaba imponente con un vestido corto turquesa que se ajustaba a su moldeado cuerpo. Sonrio al verme. --!Felicidades! --me abrazo. --Gracias, bombon. !Joder! Estas impresionante. --Levante su mano para que girara sobre si misma--. !Vas a ser el centro de atencion! --!Tu que me ves con buenos ojos! --exclamo humilde y nos abrazamos--. Creo que Nancy y Diana estan dentro ... Solte un suspiro. Aun no estaba preparada. Deseaba saber quien era la culpable, pero al mismo tiempo me daba pavor. Una vez que desvelara la traicion no habria vuelta atras; la amistad entre ella y yo seria nula. ?Como iba a perdonarla? Me sentia tan humillada. Y, si era sincera, la posibilidad de perder la relacion con cualquiera de ellas me dejaba sin aliento. Aunque, alguien capaz de hacer eso no era digna de ser llamada <>. --Damos un paseo, por favor --implore con los ojos vidriosos--. Necesito relajarme antes de montar todo el paripe que hemos organizado. --?Nos arriesgamos a retrasarnos mas y que nos descuarticen a base de reproches? --ironizo Tania entre risas. --Solo seran unos minutos y asi rebajo la tension que llevo acumulada. Mientras sacudia mi cuerpo para intentar liberarme de la ansiedad, caminamos por la calle. Parecia un boxeador antes de entrar al ring, dispuesta a repartir leches como una loca. --?Estas segura de lo que vas a hacer? --me miro a los ojos--. Podemos dejarlo para otra ocasion. Es tu cumpleanos... olvida lo que sabes y pasamos una noche agradable. Ya habra tiempo para tu ajuste de cuentas. Sabia que lo decia con la mejor de las intenciones. No tenia por que agriar una cena tan especial por no saber esperar, pero yo era asi. Necesitaba saber la verdad ya. --Desde hace dos dias, que fue cuando descubri el pastel, cuento las horas para enfrentarme a la tiparraca que ha osado clavarme un punal por la espalda con su deslealtad --dije furiosa. --Como quieras... !Rubias al poder! --Levanto un puno--. Por cierto, tu tambien estas guapisima. Ya sabes que encanta ese vestido. A mi tambien me gustaba. Adoraba como me abrazaba para disimular mis cartucheras propias de la edad. Su color azul cielo me sentaba bien a la cara y los volantes de los brazos me daban un toque de glamur. Y lo necesitaba, estaba convencida de que aquella noche perderia la compostura en mas de una ocasion. --Seguro que te critican por llevarlo mas de la cuenta... --Puso los ojos en blanco--. Detesto esa actitud de mujerona rica que nunca repite modelito en un evento social, pero despues se compran las bragas en el Primark. Un dia pille a Nancy alli, rebuscando entre los tangas... Se quedo muerta cuando me vio. --No seas mala --dije entre risas--. Ya se que no te caen muy bien y que te juntas con ellas porque te obligo yo. Aunque, tienes que admitir que las cinco nos hemos corrido buenas juergas. --!Lo se! Son majas... lo unico que me molesta es que de vez en cuando me miran por encima del hombro para recordarme que no pertenezco a su clan. --Eso es porque te tienen envidia. Eres una mujer fuerte, segura, independiente... --asegure, pasandole el brazo por la cintura. --Barrendera... Yo no tengo vuestras mansiones, ni me mantiene un marido millonario. Vivo de alquiler en un piso de cincuenta metros cuadrados. Tampoco estoy casada, sin embargo, disfruto de una vida sexual estupenda --dijo, riendo. --A mi no me mantiene nadie, !eh! --me defendi como una leona. Aunque sabia perfectamente que ese comentario no iba dirigido a mi--. Tania, eres mi mejor amiga y eso no lo cambia nadie. Si te miran por encima del hombro, peor para ellas porque al final cogeran torticolis... --!Tienes razon! !A mi me da lo mismo! Como si me miran por el ojo del culo. Estallamos en risas. Solo ella podia arrancarme una carcajada en los momentos mas tensos. Le di un beso en la mejilla.

  • El color de las mareas de Mikel Alvira Palacios

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    Se llamaba Beatriz Tussaud y no se caso con el amor de su vida. Con esta frase arranca esta novela, y tambien el manuscrito a traves del cual el enigmatico senor Joaquin revela a Nuria la verdadera historia de su tatarabuela y de cuantos conforman el sorprendente atlas de su familia. Una mirada puede ser el paso a un mundo infinito, dice mas adelante. Y es que la vida de Beatriz parecia encarrilada hasta que la mirada de Marcel Hugarte lo cambio todo. El color de las mareas es la historia de amor de Beatriz y Marcel, que discurre de 1898 a 1948, y que Nuria reconstruye mediante una investigacion que, por momentos, confiere al relato aires de thriller. Cincuenta anos en los que se registran crimenes, pasiones inconfesables, giros del destino y, sobre todo, la evidencia de que las relaciones humanas son siempre fascinantes.

  • Lo que el cielo une de Graciela Nicolas

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    Siglo XIX, Lucero de Olazabal y Valiente Vallejos se sienten atraidos uno por el otro apenas se conocen en el Paseo de la Alameda.

  • Detras del hielo de Marcos Ordonez

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    Una mujer [?]la escritora Klara Liboch[?] vuelve a su pais para recuperar la memoria de su juventud, en la que todo parecia posible. Klara recuerda como el descubrimiento de la literatura, la musica y el teatro le abrio las puertas de un mundo pleno de libertad. Sin embargo, lo que realmente la marco fue su relacion con dos hombres: Oscar Klein, fotografo judio, de familia acomodada; y su hermano del alma, el inaprensible Jan Bielski, un rebelde salido de un reformatorio, un seductor nato, fundador de un importante grupo politico clandestino. El relato de Klara nos habla de sus ideales de juventud, de la construccion de su identidad, del descubrimiento del amor; de una educacion sentimental a la que puso fin la llegada al poder de una terrible dictadura.

  • La bendicion de Nancy Mitford

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    Me parece que el caballero extranjero tiene muchisima prisa, querida. Y, efectivamente, en la casa de Queen Anne's Gate --que era bastante grande, lo que solia llamarse una casa familiar-- retumbaba la impaciencia. Alguien daba ruidosas pisadas, movia muebles, abria y cerraba de golpe las ventanas y carraspeaba de forma exagerada. --!Ejem!, !ejem! --Nanny, ?cuanto rato hace que esta aqui? --Yo diria que casi una hora. Se ha entretenido un rato tocando el piano rapida y estrepitosamente. En cuanto John ha ido a decirle que habias llegado y que le recibirias enseguida, ha empezado este escandalo. --Ve tu, querida, y dile que espere un momento mientras me quito estos pantalones --le pidio Grace mientras se limpiaba vigorosamente el cuello con un pedazo de algodon--. Cuanta mugre. Lo que necesito es un bano. La puerta del salon se abrio de golpe. --?Me va a recibir si o no? No habia duda de que era una voz extranjera. --Esta bien, de acuerdo. Ahora mismo bajo --miro a Nanny riendo y anadio--: Acabara hundiendo el suelo, como Rumpelstiltskin. Pero Nanny dijo: --Querida, ponte un vestido, no puedes bajar asi. --?Prefiere que suba yo? --pregunto la voz. --No, no, ya voy. Y Grace bajo corriendo, sin haber podido cambiarse los pantalones de la A.R.P., organizacion que se ocupaba de prevenir y ayudar en caso de bombardeos. El frances, alto, moreno y elegante, llevaba el uniforme de las fuerzas aereas francesas y estaba de pie en el rellano de la escalera, con las dos manos sobre la delicada barandilla de madera. Parecia a punto de arrancarla. Cuando vio a Grace, lanzo un suspiro, como si su apariencia fuese una agradable sorpresa, y pregunto: --?Es un uniforme? No esta mal. ?Recibio mi nota? --Hace un momento --dijo Grace--. He estado en la A. R.P todo el dia. Entraron en el salon. --Su letra es muy dificil de entender. Seguia intentando descifrarla cuando he oido todo ese jaleo… parecia la Revolucion francesa. Debe de ser usted un hombre muy impaciente. --No. Pero no me gusta que me hagan esperar, aunque tengo que confesar que este salon da mas satisfacciones que la mayoria. --No le hubiese hecho esperar de haber sabido un poco antes que… ?Por que no…? El habia dejado de escucharla, estaba mirando los cuadros colgados en la pared. --Me encanta este Oliver. ?Por que no me lo regala? --Porque es de papa. --Ah si, claro. Sir Conrad. Es muy conocido en Oriente Medio, pero supongo que eso usted ya lo sabe. La Comision Allingham, !ah, el muy astuto de sir Conrad! Despues de eso, esta en deuda con mi pais. Dio media vuelta, miro a Grace como si ella misma fuese un cuadro y dijo: --Natoire o Rosalba. A usted podria haberla pintado tanto el uno como la otra. Bueno, ya veremos, el tiempo lo dira. --Papa adora Francia. --Seguro. Los ingleses que adoran Francia son siempre los peores. --?Los peores? --Los hombres acaban matando lo que mas aman, ?sabe? Bueno, olvidelo. --?Viene de El Cairo? --se intereso ella--. Creo que en su carta ponia algo de El Cairo y de Hughie. ?Le ha visto? --He visto al prometido. --?Me trae noticias suyas? --Buenas noticias o, lo que es lo mismo, ninguna noticia. ?Por que pone Drouais en ese cuadro? --Porque sera de Drouais, supongo --respondio Grace con la mas absoluta indiferencia; habia crecido rodeada de objetos hermosos y apenas les prestaba atencion. --?Ah, si? ?Que le hace pensar eso? --?Es usted marchante de arte? --Coleccionista. --Dijo que traia novedades. Naturalmente, crei que esa era la razon de su visita, contarmelas. --?Tiene chocolate con leche? --No, estoy segura de que no. --Bueno, olvidelo. --?Le apetece un coctel o una copa de jerez? --Me encantaria un jerez. --?Le gusto El Cairo? Hughie dice que es divertidisimo. --El museo es maravilloso, pero no hay cuadros, claro. En cambio, los millonarios, pobrecillos, tienen cuadros increibles (realizados en estudios donde pintan Renoirs y Van Goghs ex profeso para millonarios) por los que han pagado precios increibles, pero que no logran saciar mi sed de arte. Algunos de sus Corots ni siquiera son obra de Trouillebert. Ya lo ve. Asi que esta tarde me he ido a la National Gallery. Cerrada. La guerra tiene estas cosas. Ahora entendera que el salon de sir Conrad me haya parecido un oasis, aunque en algun momento habre de tener unas palabras con el sobre ese Drouais, por llamarlo de algun modo. --Me temo que en este momento no encontrara muchos cuadros en Londres. Papa ha mandado sus mejores piezas al campo, y la mayoria de la gente ha cerrado sus casas, ya sabe. --No importa. Me encanta Londres, incluso sin cuadros, y me encantan las mujeres inglesas. --?De verdad? ?No le parecemos muy poco elegantes? --Claro. Eso es lo que las hace tan divertidas y misteriosas. ?Que pueden estar haciendo todo el dia? --?Haciendo? --Si. ?Como llenan ustedes esa eternidad de tiempo que las francesas dedican a que les laven el pelo, a probarse sombreros, a ver colecciones, a hablar con la lingere…? ?Como se dice lingere en ingles? --Lencera. --Pasan horas y horas con la lencera. Que palabra tan rara, ?esta segura de que se llama asi? En fin, las mujeres francesas siempre dan la impresion de que arreglarse es un trabajo de jornada completa. Pero ustedes, las inglesas, son como las flores en una cesta. No estan arregladas, lo cual resulta muy apropiado cuando se trata de flores silvestres. --Volvio a mirarla larga y apreciativamente--. Pero ?que hacen durante todo el dia? Ese es el gran misterio. --Me temo --admitio ella riendo-- que dedicabamos el tiempo (no ahora, claro, antes de la guerra) a comprar ropa y sombreros y hacernos lavar el pelo. Quiza el resultado no fuese el mismo, pero le aseguro que nos esforzabamos muchisimo. --No diga mas, por favor. Mantengame en la ignorancia, eso la hace mucho mas interesante. Le ruego que me deje seguir creyendo que las horas pasan para usted como en un sueno, que esos ciegos ojos azules que no ven nada de lo que les rodea, ni siquiera los cuadros de su padre, estan vueltos hacia su interior, hacia un pais de hadas anglosajon que le pertenece solo a usted. ?Tengo razon? Tenia bastante razon, aunque quiza ni ella misma lo supiese. Se quedo pensativa un momento y dijo:--Justo antes de la guerra solia tener un sueno terriblemente emocionante en el que huia de los alemanes. --Se ha de huir siempre de los alemanes. Son aburridisimos. --Pero mi vida ahora es lo mas soso del mundo, a duras penas puedo soportarlo. Casi prefiero que caigan bombas. --Lamento tener que decirselo, pero que la vida sea sosa es culpa de uno mismo. Para mi nunca lo es. --?Nunca se aburre? --A veces me aburro de la gente, pero nunca de la vida. --Que suerte. --Quiza la lleve a bailar. Pero ?adonde? Aqui las salas de fiestas deben de ser horribles. --Depende de con quien se vaya. --Ya veo. Como las salas de fiestas de todas partes. ?La recojo a las ocho, pues? Me encanta que dejen la ciudad a oscuras. Segui el adiestramiento de piloto de bombardero nocturno, vole tras las lineas alemanas dejando caer encantadoras octavillas, asi que puedo encontrar el camino guiandome por las estrellas. Eso me da seguridad, algunas veces demasiada, lo admito. Asi pues, cenaremos en el Hotel Connaught, donde me hospedo y donde sirven un delicioso plat sucre. ?Como se dice plat sucre en ingles? No me lo diga, ya lo se: postre. --?Como es que habla un ingles tan excepcional? --Mi madre era inglesa. Pero aun asi es excepcional, ?verdad? Puedo recitar <> entera, pero no ahora. A las ocho en punto, pues. --Le estare esperando --dijo Grace. El frances bajo las escaleras corriendo y salio de la casa, y ella, desde la ventana, le vio dirigirse a toda prisa hacia St. James's Park. Entonces subio a su habitacion, saco un monton de ropa de varios cajones y armarios, la dispuso sobre la cama, y empezo a ir de un lado a otro preguntandose que diablos iba a ponerse. Nada parecia lo bastante adecuado. Entro Nanny. --!Santo cielo! Esta habitacion parece un mercadillo. --Preparame el bano, querida. Voy a salir a cenar con ese frances. --?De verdad, querida? ?Y como se llama? --Caramba. No se lo he preguntado. --Vaya. Bueno, de todos modos, en mi opinion, todos los nombres franceses se parecen. 2 Se llamaba Charles-Edouard de Valhubert. Aproximadamente un mes despues, le dijo a Grace:--Puede que me case contigo. Grace, que nunca habia estado tan enamorada, intento no perder la cabeza y que no se notase que estaba a punto de desmayarse de felicidad. --?De verdad? --pregunto--. ?Por que? --Dentro de diez dias regreso a Oriente Medio. La guerra esta a punto de empezar, puede pasar cualquier cosa, y necesito un hijo. --Que practico eres. --Si. Soy frances. <> --canto. Siempre cantaba trocitos de canciones como este. --Pero, desgraciadamente, no tendras una belle-mere. Murio, la pobre, hace muchos anos. --Debo recordarte que estoy prometida a otra persona. --Debo recordarte que tu comportamiento de un tiempo a esta parte no ha sido el de una prometida fiel. --Un poco de coqueteo no significa nada en absoluto. Estoy prometida y no hay mas que hablar. --Prometida, si. Pero casada y enamorada, no. --Encarinada. --?Ah, si? --?De verdad viste a Hughie en El Cairo? --Le encontre muy soso. Dijo: <>. No parece muy inteligente por su parte. Asi que te visite. Es un tipo aburrido. --Muy guapo. --Si. ?Que te parece el miercoles? --?El miercoles que? --La boda. Ahora tengo que ir a hablar con tu padre, ?donde lo puedo encontrar? --A estas horas estara en la Camara de los Lores. --Nunca hubiese imaginado que iba a acabar como yerno de la Comision Allingham. Que rara es la vida. Despues volvere y te llevare a cenar. Al dia siguiente, sir Conrad Allingham fue a visitar a la senora O'Donovan, una viuda con la que hacia muchos anos que mantenia una tierna amistad. En realidad, sir Conrad preferia hacer el amor --pasatiempo al que dedicaba mucha energia-- con las profesionales, ya que le parecia embarazoso hacerlo con mujeres a las que habia conocido en otras circunstancias y con las cuales no lograba nunca relajarse del todo. Pero disfrutaba enormemente de la compania de las mujeres, algo poco habitual entre los caballeros ingleses, e iba con frecuencia a visitar a la senora Donovan a su soleada y luminosa casita con vistas al Chelsea Hospital, para charlar durante una hora o mas. Ella siempre estaba en casa y siempre se mostraba encantada de recibir visitas. Tenia numerosos amigos entre los politicos de derechas mas intelectuales. Pero le tenia una estima especial a sir Conrad; cuando hablaba de el le llamaba <>, y no estaba para nadie mas cuando el venia a visitarla. Se decia que el, por su parte, no daba un solo paso sin consultarla antes.--?Has visto a Charles-Edouard de Valhubert? --le pregunto, sin mas preambulo. --?El hijo de Priscilla? --Si. --?Esta en Londres?

  • OLIVER de Maite-ev

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    Una tragedia.
    Una muerte.
    Un bebe.
    Una decision.
    ?Un nuevo trabajo?
    ?Que pasara cuando la familia de Abby muera en un accidente de auto?
    ?Cuando le digan que se tiene que hacer cargo de su sobrino de tres anos?
    ?Cuando tenga que buscar un nuevo trabajo en una de las mas grandes constructoras de Nueva York?
    ?Que se va a encontrar Abby en su nuevo trabajo?
    ?Odio, amistad, felicidad, tristeza, amor?
    --Senorita, ?para que me busca? --pregunto el.
    --Lo lamento, senor Williams, me llamo Abigail Blair y vengo por el trabajo de secretaria.
    Estas fueron las palabras que hicieron que mi vida cambiara para siempre, ?un bebe, un trabajo, un nuevo amor? ?!UN NUEVO JEFE?!

  • Belleza Engreida de Rocio Verdejo

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    Una larga e intensa relacion habia dado como resultado que Scarlett finalmente se embarazara de su esposo Aukai, principe de la isla Eltah. Lo habia mantenido en secreto para esperar el momento adecuado y revelar la sorpresa. Lo habian estado intentando durante mucho tiempo, pero parecia que la naturaleza no estaba de acuerdo con proveer esta bendicion para la princesa Scarlett. Aunque hacia alarde de estar enamorada del principe Aukai, en el fondo, Scarlett vivia una completa farsa, ya que, no habia logrado realmente enamorarse y compenetrarse con el hombre con el que se habia casado a los 19 anos de edad, cuando habia llegado a la isla. En la necesidad de poder mantenerse estable en aquel lugar, habia podido mas el interes que otra cosa, ya que, el corazon de Scarlett siempre habia estado caracterizado por ser frio, calculador y muy conveniente. Tras la erupcion del volcan Awoke, la chica habia tenido que escapar, dejando atras a familiares y amigos, los cuales, habian muerto debido a la lava ardiente que habia cubierto gran parte de la isla Siham. El lugar que habia sido su hogar durante toda su vida, habia quedado reducido a escombros. Llamas y dolor era lo que habia quedado atras, mientras la chica habia escapado al mar. La corriente la habia llevado directamente hasta la isla central, Eltah, la mas grande de una cadena de 8 islas, las cuales forman un circulo perfecto con su centro alli. Scarlett era la princesa de aquella isla, y siempre se le habia hablado sobre su posible matrimonio con el principe de Eltah. Ante esta situacion, consideraba que no era correcto tener que contraer nupcias con un hombre que ni siquiera conocia, pero era su unica opcion. Cuando habia llegado a la isla siendo simplemente una jovencita moribunda, rapidamente la habian reconocido y la habian atendido como se merecia una princesa. Tan solo dos meses despues de su llegada a Eltah, ya el matrimonio estaba arreglado, ya que, el padre de Aukai estaba muy enfermo y requeria de alguien que se encargara de dirigir la isla de manera adecuada. Se llevaban labores de extraccion de diamantes y de oro, por lo que, era una familia adinerada, poderosa, una monarquia que mantenia el equilibrio en el resto de las islas. Cuando Siham fue devastada, habian propuesto la posibilidad de recuperarla, de realizar labores de limpieza, restructuracion, y convertirla en un lugar totalmente renacido de las cenizas. Pero la princesa Scarlett se habia negado rapidamente, ya que, decia que aquel lugar debia ser respetado, pues bajo los escombros solo habia muerte. No seria correcto convertir el lugar en un paraiso construido sobre los restos de aquellos que habian fallecido por la tragedia. Tampoco tenia demasiado sentido intentar construir en un lugar inestable, es decir, el volcan podria hacer erupcion en cualquier momento de una manera inesperada como lo habia hecho aquella vez. Los habia sorprendido a todos en medio de la madrugada, la tierra se estremecio, parecia que una gran explosion se genero en el centro de esta, mientras algunas de las viviendas en el poblado se derrumbaban ante el terremoto. Algunos apenas habian logrado salir de sus casas. Parecia que una gran roca habia mantenido al volcan silenciado, pues toda aquella energia finalmente habia sido liberada de forma repentina. La expulsion lanzo escombros por todos los alrededores, destruyendo algunas casas, las cuales recibieron el impacto directo de grandes rocas. Estas devastaron el lugar en unos pocos minutos. Habia sido la peor tragedia que se habia vivido jamas en aquellas islas, las cuales. Hubo pocos sobrevivientes que habian sido perdonados por el mar. Quiza, una de las mas afortunadas habia sido Scarlett, ya que, su futuro estaba asegurado al lado del principe de Eltah. Este, tampoco estaba demasiado de acuerdo en contraer nupcias con ella, pues siempre habia estado enamorado de una de las pobladoras de aquel lugar. Habia dejado aquel corazon roto para dirigir su atencion unica y exclusivamente a Scarlett, la cual, se convertiria en su princesa y futura reina. Esto significaba, que aquella relacion estaba levantada sobre las bases de la mentira y el engano, ninguno de los dos poseia un verdadero sentimiento hacia el otro, pero mantenian las apariencias para evitar un colapso de la monarquia. A los 19 anos de edad, cuando habia llegado a la isla, Scarlett no tenia la menor idea de lo que era el esfuerzo. Siempre habia sido tratada como una princesa en su tierra, por lo que, el ego, la arrogancia y la soberbia, eran tres elementos caracteristicos de su personalidad. Trataba a las personas con mucho desprecio, los hacia sentir humillados, menos importantes que ella si no tenian sangre real. Su personalidad era tan desagradable, que habia logrado reunir una gran cantidad de adversos en el pueblo. Las personas ya no la respetaban, y sentian un profundo rechazo cuando ella acompanaba al principe Aukai durante sus visitas a las calles de Eltah. Era evidente que nadie queria a Scarlett, y esto, profundizaba aun mas el rechazo que sentia al principio, el cual, estaba consciente de la belleza de su esposa, pero no tenia la mas minima conexion con su personalidad. A pesar de que era un principe guerrero, hijo de grandes peleadores, el corazon de Aukai siempre se habia caracterizado por la piedad, pero habia algo que no soportaba, y era la mentira. Era un poco ironico que tuviera que levantar una relacion amorosa precisamente sobre las bases del engano, pues este aspecto podia destruir por completo la vida de las personas. Podria perdonar cualquier cosa menos una mentira, y el mismo, estaba edificando un amor que tenia columnas muy fragiles. Habian pasado cuatro anos desde su llegada a la isla central de Eltah, alli, la princesa habia desarrollado una vida normal, tratando de salvar un matrimonio que podria asegurar su futuro. Las riquezas de la familia de Aukai, eran incalculables, habian logrado generar la extraccion de grandes toneladas de oro y diamante, siendo una de las islas mas poderosas de todo el planeta. Pero se habian mantenido cerrados al mundo, ya que, si se dedicaban de realizar actividades comerciales con otras tierras, posiblemente serian invadidos. La fuerza belica de Eltah, no podria contener el ataque de los habitantes de la tierra media, los cuales, utilizaban armas de fuego muy potentes, con las cuales, podrian exterminar a absolutamente a todos los habitantes de las 8 islas sagradas. Scarlett era una de las personas que constantemente trataba de cambiar esto, tratando de hacer entender a Aukai, que la unica manera de poder crecer economicamente, era vinculandose con otras civilizaciones. Este, se rehusaba tremendamente, ya que, ponia en practica los valores que fueron inculcados por su familia. Nunca podria poner en riesgo la vida de los habitantes utilizando como pretexto la intencion de evolucionar como civilizacion. Era feliz, mientras hubiera recursos naturales tan bondadosos como se los habian proporcionado los dioses, entonces no tendria problemas en seguir manteniendo las cosas en la bonanza caracteristica. Todos y absolutamente cada uno de los pobladores de Eltah, eran felices, nunca faltaba alimento en sus mesas, todos tenian trabajo, siempre habia algo que hacer, la miseria era inexistente en aquellas tierras. Desde siempre, el padre de Aukai, se habia preocupado porque todos en aquel lugar, pudiesen acceder a las riquezas de sus tierras, no habia egoismo, era una buena monarquia. Pero parecia que la codicia, la arrogancia y ego de Scarlett, tarde o temprano pondria en riesgo esta situacion de estabilidad, la cual, podria comprometer la vida de muchas personas. En la isla de Eltah, no habitaban demasiadas personas, eran al menos unos 2000 habitantes en total, ante lo que, era facil controlar las actividades en esta region. En el resto de las islas, las mas pequenas, apenas y alcanzaban poblaciones de 500 o 600 personas, ante lo que, la organizacion era mas simple. Habia cierto trafico de barcazas cargadas de alimento y gramos de oro que se trasladaban hacia algunas islas para tratar de potenciar su economia. Eltah funcionaba como una especie de atomo, con un gran nucleo lleno de riquezas y a su alrededor, las pequenas islas desarrollaban algunas actividades de artesania, elaboracion de armas y obtencion de recursos, que eran regresados como forma de pago para las contribuciones de la isla central. De las 8 islas, solo una habia caido, esta, era el lugar del gran volcan Awoke, un imponente monstruo natural, que simplemente estaba alli para recordarle a los hermanos del poder de la tierra podria acabar con ellos en el momento que lo deseara. Scarlett, no habia desarrollado aquella personalidad en vano, su propio padre, se habia dejado llevar por aquellos deseos de poder, y habia estado elaborando mas armamento, sentia la necesidad de poder reclamar el poder de la isla de Eltah, y de forma inesperada, aquel castigo, habia acabado por completo con sus planes, recursos y hasta con su propia vida. Habia una presencia espiritual muy fuerte en esta cadena de islas. Parecia estar protegida por los espiritus ancestrales, los cuales, canalizan todo su poder a traves de seres especiales, los cuales eran llamados sacerdotisas o hechiceros. Estos poderes, eran distribuidos en los diferentes elegidos de maneras distintas, asi que, habia adivinos, curanderos e inmortales. Se decia que solo debia haber un elegido por isla, por lo que, era muy extrano poder ver a uno de estos seres interactuando con otro de los sagrados. En el caso de la isla Eltah, habitaba una sacerdotisa adivina, la cual, era consultada con cierta frecuencia por algunos de los habitantes. Su corazon era oscuro, era malvada, pero la precision con la que podia narrar los eventos que sucederian, era impecable. Su nombre era Kainoa, era lujuriosa, con un terrible gusto por el sexo, el cual, la hacia esclava de sus propios deseos. Conquistaba a los hombres con sus atributos, ya que, era muy hermosa y exuberante. Kainoa se habia encontrado con Scarlett dias atras antes de los eventos que cambiaron para siempre la vida de la princesa. Si esta hubiese escuchado las advertencias de la sacerdotisa, quiza, las cosas hubiesen dado un giro inesperado a su favor, pero la incredulidad, escepticismo y personalidad arrogante de Scarlett, le habian hecho cerrar sus oidos ante cualquier advertencia. Mientras Scarlett caminaba por una de las calles de Eltah, llevando algunas frutas en sus manos, Kainoa se habia cruzado en su camino repentinamente. Le habia colocado la mano en su vientre, mientras sonreia de una manera agradable y pronuncio unas palabras que habian generado escalofrios en la princesa. -- Tres meses tiene el nino que llevas en tu interior. Cuidalo muy bien, o de lo contrario, tus suenos no se materializaran. -- Dijo la sacerdotisa. -- No te atrevas a tocarme nuevamente, bruja. Vuelve a la selva de donde nunca deberias salir. -- Dijo Scarlett mientras limpiaba sus ropas. -- Escucha lo que te digo, jovencita. Puede que creas que todos estamos a tus pies. Pero tu arrogancia, te llevara a la desgracia. -- Dijo la sacerdotisa. -- No perdere mi tiempo hablando con una bruja. Solo enganas a los inocentes manipulando sus esperanzas. -- Dijo Scarlett. La mujer, sonrio de una manera macabra, y se alejo de alli, cubriendo su cabeza con lo que parecia ser un manto de color marron, ya que, no solia revelar su presencia ante todos. La mayoria de los pobladores de Eltah, se acercaban a ella haciendo consultas, algo que era realmente extenuante, y no era un servicio gratuito. La personalidad de Kainoa tambien era codiciosa, necesitaba el dinero, y siempre habia estado detras de las riquezas de la familia real. Pero el propio padre de Aukai, la habia desterrado hacia la selva, ya que, enganaba de una manera descarada a las personas, aprovechandose de sus esperanzas. Scarlett sintio algo de miedo, pero no hizo demasiado esfuerzo por tomar en cuenta las palabras de la sacerdotisa. Continuo con sus actividades de manera natural, compro algunas verduras, hizo una revision de algunas frutas en el pueblo y volvio a su palacio. Su vida era tranquila, y aunque detestaba enormemente a los habitantes de Eltah, trataba de ser tan hipocrita como podia, ya que, su futuro dependia de respetar a los pobladores del pueblo que era dirigido por su esposo. El nino que llevaba en su vientre, era la unica esperanza de poder salvar a aquella relacion, pues, de lo contrario, estaria sumida en una depresion y tristeza. Si se dedicaba a su hijo, al menos tendria algo en que ocupar su mente y su tiempo. No tendria que soportar todo el tiempo a su esposo, por el cual, no sentia absolutamente nada sincero. Tres dias exactamente, habian pasado desde el dia en que Scarlett habia tenido aquel encuentro con la sacerdotisa Kainoa. Ella le habia hecho una advertencia muy clara acerca del peligro que podia correr si no cuidaba al nino que tenia en su vientre. Una de las actividades favoritas de Scarlett durante el atardecer, era ir a recoger flores y frutos frescos en la selva. Se acercaba solo hasta el bosque del perimetro, ya que, sabia que, en el interior de aquellos territorios, habitaban hombres malvados y agresivos, los cuales, se protegian con la naturaleza. Esta, no habia avisado a absolutamente a nadie que iria hasta alla sola, ya que, le gustaba su espacio, y detestaba tener que informar absolutamente todo lo que hacia a su esposo. Se habia escapado, necesitaba un tiempo libre, un momento a solas con sus pensamientos, ya que, constantemente estaba recibiendo instrucciones de Aukai, o rodeada de sirvientes.

  • Todo queda en casa de Alice Munro

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    La seleccion de los mejores cuentos de Alice Munro, Nobel de Literatura en 2013, hecha por ella misma.

  • Doble distraccion de Hugo Sanz

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    ?Que era esa maldita chicharra que estaba sonando? Debia ser una pesadilla. No, peor, era el despertador... La pesadilla vendria una vez que abriera los ojos... Mire a mi alrededor y cada uno de los rincones de nuestro dormitorio me seguia recordando a Cesar. Del galan de noche aun pendia su camisa preferida como si fuese a salir del bano, con su sempiterna sonrisa, y a colocarsela. Seis meses habian pasado desde su fatidico fallecimiento, seis meses desde que el Registro Civil me habia otorgado un nuevo estado civil, el de viuda, que me pesaba como una losa. ?Que habia pasado con mi vida? Veintisiete anitos, modelo profesional hasta los veinticuatro que lo conoci y de repente, ni marido, ni vida social, ni perrito que me ladrara. Necesitaba beber agua. Me llamaba la atencion aquella sequedad de boca matutina que me asaltaba en cuanto abria los ojos; una manifestacion mas del miedo que sentia de enfrentarme al nuevo dia. ?En que momento me volvi cobarde? Yo, que siempre llevaba el liderazgo en la sangre... Si mi padre me viera asi, recien levantada, no me reconoceria; es mas, creo que adoptaria voz de sargento de artilleria y me obligaria a la voz del "ya" a salir del ostracismo en el que la vida me habia metido y del que yo me mostraba incapaz de escapar. Y ahora... ahora me costaba hasta ponerme de pie por las mananas. No en vano, el insomnio se habia empenado en ser mi companero nocturno y alli no habia quien pegara un ojo. Y no venia solo, no, sino que le acompanaban sus amigas la tristeza, la desazon y la melancolia. Los cinco jugabamos una especie de partidas de cartas nocturnas a las que yo no les veia el fin. Por esa razon, era habitual que no conciliara el sueno hasta las cinco de la manana y que, cuando sonara el despertador, me quisiera morir. Aquel dia tocaba psicologo. No voy a negar que Eugenio me estaba ayudando un poco e incluso que en las ultimas semanas hubiera esbozado un par de sonrisas gracias a sus consejos. Dos sonrisas que, como no podria ser de otra manera, iban dedicadas a los dos hombrecitos de mi vida; mis hijos, Epi y Blas. Si, si, no es un chiste, semejante combinacion tiene un porque y yo lo voy a contar... Mi suegro, Epifanio, estaba empecinado en que uno de los gemelos se llamara como el y yo, que entonces todavia no conocia su doble cara y lo manipulador que podia llegar a ser, accedi de buen grado. Pero, asi las cosas, me parecio que era justo que mi padre recibiera el mismo privilegio y, como el hombre se llama Blas, pues eso... !ya estaba el lio! Mis principes identicos, rubios y de ojos verdes, como era Cesar. Que legado tan maravilloso me habia dejado, pero cuanto dolor me generaba a la vez... Posar la mirada en ellos significaba reconocer en cada pliegue de su infantil piel un detalle de papa... Su papa, mi querido Cesar. Como olvidar el dia en que nos conocimos... el modelaje en aquellos meses estaba un poco flojo y, por mediacion de mi amiga Celia, comence a trabajar en la seccion de perfumeria de El Corte Ingles. El primer dia que lo vi venir con su traje oscuro de linea desenfadada y con aquella camisa con los dos ultimos botones cuidadosamente desabrochados, crei enamorarme. Un outfit que completaba con unos zapatos italianos de esos que hay que tener varios ceros en la cuenta corriente si quieres coleccionar. Puedo prometer que lo que tuviera en la mencionada cuenta, era lo que menos me importaba. A mi lo que de verdad me emocionaba era lo que tenia alojado en su caja toracica; un corazon que no le cabia en el pecho de grande. El mismo corazon que se le habia resquebrajado, provocandole un infarto que lo habia hecho pasar a otra vida con solo treinta y cinco anitos. ?Las razones? Una patologia previa, decian... Para mi que mas bien se trataba de un estallido por presion, unas presiones familiares que lo habian apartado de mi lado irremediablemente y para siempre. Cesar era cirujano en la clinica que habia fundado su padre anos atras. Epifanio se habia hecho asi mismo, pero, cuando las cosas le empezaron a ir bien en la vida, se empodero de tal modo que jamas recordo de donde venia, despreciando a todo aquel que no tuviera una cartera como la suya. Entre esos mortalitos que el calificaba de "piojos hartos de pan" se encontraba una servidora, por lo que jamas fui santo de su devocion. Es mas, con un padre fontanero y una madre que limpiaba el colegio en el que yo misma estudie de pequena, Epifanio me califico de interesada, de cazafortunas y no se de cuantas maldades mas... Frio como un tempano, ese hombre no conocia los sentimientos ni nada que se le pareciera, por lo que la preciosa historia de amor que vivimos Cesar y yo no era para el mas que un calenton que debia ser abortado a tiempo. Ni que decir tiene que no solo no consiguio abortar la historia, sino tampoco impedir que nacieran nuestros gemelos, de los que me quede embarazada a los seis meses de conocer a Cesar. Fue entonces cuando decidimos casarnos, aunque la boda hubiera llegado en breve de todos modos, para disgusto de mi suegro. Piruetas y mas piruetas fueron las que hizo ese hombre para intentar convencer a su hijo de que yo firmara un contrato prematrimonial que me dejara con una mano delante y otra detras en el caso de que me divorciara e incluso tambien si algun dia el faltaba... El faltaba, si, si, que me faltaba; Cesar me faltaba cada vez que inspiraba aire... Huelga decir que mi marido se nego en rotundo a dejarme completamente desprotegida en cualquiera de esas situaciones. No es que yo fuera una crapula, ni mucho menos, pero el siempre comentaba que tan validos eran sus ingresos como los mios, pues a ambos nos costaba el mismo trabajo ganar el dinero. Y es que, en cuanto los gemelos tuvieron un anito de edad, yo volvi al tajo, abriendome en este caso paso en el mundo de la moda. El que yo regentaba era un negocio de corseteria sito en pleno barrio de Salamanca. El local fue un regalo de Cesar, que me tendio asi una mano para que pudiera comenzar en ese ambito con mayor solidez. Recuerdo aquellos dias previos a la apertura del negocio en los que venia enflechado a comprobar mis avances. !!Si hasta una noche se ofrecio a ayudar a los albaniles a colocar el mostrador!! Y lo hizo con tan mala fortuna que su padre entro en esos momentos por la puerta. Con mirada iracunda, le recordo que "dos que duermen en el mismo colchon se vuelven de la misma condicion". Semejante frase, acompanada de su socarrona sonrisa, venia a decir que, ya que no me consideraba digna de elevar mi status, quiza yo tuviera la habilidad de hacer de su hijo un desgraciado. ?Quien habria mas desgraciado que el? Bueno, se me ocurria una persona, su mujer, Andrea, que llevaba toda la vida siendo victima de sus maldades. Andrea era la abuela mas amorosa del mundo junto con mi madre, Belen. A escondidas de su marido, a quien temia mas que a un toro de miura, muchas veces le aconsejo a su hijo que dejara la clinica familiar y aceptara un puesto de trabajo en cualquier otra. "Con lo buen cirujano que eres, a ti no te va a faltar el pan y asi le das a tu padre una cura de humildad", solia decirle. Ojala Cesar le hubiera hecho caso, pero su sentido de la lealtad le pudo y permanecio al pie del canon. En los ultimos tiempos, a Epifanio se le habia metido entre ceja y ceja que el negocio deberia generar unos dividendos todavia mayores y empezo a apretar el cuello de su hijo. Su idea era rentabilizar aun mas los quirofanos, lo que supuso un plus de trabajo que termino llevando a Cesar al limite en forma de estres continuado. Un primer sorbo al cafe y mi melodia favorita que sonaba... --!!Mama, mama!! --chillaban los gemelos que venian haciendo el gesto de que querian desayunar. Mis ninos, mi vida, mi motor y mis limitas sordas que eran capaces de comerme a mi por los pies si no veian nada mas aparente. --?Donde esta lo mas bonito del mundo? --les pregunte. --!!Aqui!! --Senalaron hacia ellos mismos y empezaron a reirse. ?Que seria de mi sin mis dos cascabelitos locos? Con tres anos recien cumplidos todavia iban a la guarderia. En septiembre ya empezarian el cole porque, como ellos decian, ya eran "grandes". --Venga, pues ahora a desayunar que mami tiene que ir a trabajar y Epi y Blas a la guarde. --Mama, ayer le pegamos a un nino en la guarde y hoy le vamos a pegar tambien. --!!Epi!! ?Que estas diciendo? Hijo mio, ni se te ocurra, ?eh? ?Que te ha dicho mama sobre eso de pegar? --Que esta muy feo, pero es que me dijo que Epi y Blas no son ninos, que son dos munecos, que se lo habia dicho su hermana. --Bueno, hay dos munecos que se llaman asi, es verdad. Mama los veia en la tele cuando era pequenita, pero tambien son ninos... --Pues yo no quiero ser un muneco. --Cruzo los brazos Blas. --Ya ese nino no nos lo va a decir mas. --Gesticulo Epi con la mano alzada. --!!!Epi!!! --le reprendi...

  • Ya nada es igual, Lisa de Jong de Lisa De Jong

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    Siempre he dejado que el pasado dicte mi futuro, que cree una imagen falsa de lo que no soy y me arrastre hacia donde no quiero ir.

  • Un toque ardiente de Bianca De Santis

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    Necesito algo que me haga sentir lo que ningun hombre ha logrado

    Era un dia como cualquier otro en el trabajo hasta que Valeria entra por la puerta del local de tatuajes y perforaciones. Una mujer hermosa, con caderas pronunciadas y tentadoras curvas que capturan la atencion de todos...sin excepciones.

  • Marlena, una amistad peligrosa de Julie Buntin

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    <>, piensa Cat a sus treinta y cuatro anos. Ahora vive en Nueva York y tiene la vida que sono, pero existe un recuerdo que la persigue: la historia de una amistad sin igual con la mujer que cambio su vida para siempre. Cuando parece estar a punto de olvidar, el hermano menor de su mejor amiga aparece en su vida para cuestionarla sobre la muerte de su hermana.

  • Maverick (Siempre tu 2) de Merche Diolch

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    Habian conseguido un vuelo directo de casi siete horas desde Nueva York a Dublin. Buffy se habia quedado dormida casi en el mismo instante en el que habian despegado y, salvo un par de minutos en los que intervino en la conversacion que mantenian Zoe y Dulce, durante el resto del tiempo apenas se inmuto. Estaba agotada. Su jefe la habia tenido trabajando mas horas de las estipuladas en su contrato, preocupado de que, con su marcha, no llegaran a tiempo para la entrega del videojuego. Ella le habia prometido que regresaria con dias suficientes para terminarlo, pero este, desconfiado, le rogo que doblara turno en el trabajo y asi podrian adelantar faena. Por supuesto no habia concluido el trabajo. Era un imposible en tres dias, desde que le aviso de que se tomaba vacaciones, el mismo sabado despues de hablar con Izan. Pero parecio que se quedaba mas contento. Buffy, por supuesto, habia sufrido el exceso y estaba agotada. Zoe lo tuvo mas facil. Habia terminado los examenes, por lo que, tras exponerle a su tutora que necesitaba unas vacaciones, esta casi la echo del departamento. A la profesora le parecio una maravillosa idea que se tomara unos dias, ya que asi descansaria y desconectaria de los estudios. Dulce era la que mas complicado lo iba a tener. Esa semana tenia la prueba final del curso y debia presentarse si queria terminarlo. Solo se le ocurrio una cosa y, aunque se salia de lo ortodoxo, decidio que, si queria ir a Irlanda, para descubrir que le sucedia a Maverick, debia atreverse con cualquier locura. El sabado se levanto con una idea fija: debia adelantar el examen y, para ello, se presento en el restaurante donde trabajaba su profesor. Le explico lo que le sucedia. No queria mentirle y le rogo que le dejara presentarle su tarta de angel alli mismo. --!?Aqui?! --le pregunto incredulo. Dulce todavia recordaba la cara de espanto que mostro. --Si me lo permite, chef... La hare sin molestarlo, sin que su equipo note que estoy cocinando --le rogo--. Solo necesito que me de esa posibilidad. Necesito que vea lo que se hacer... --Pero ?tan importante es ese chico para usted? La joven sonrio sin darse cuenta. --No lo se --confeso--, pero tengo que averiguarlo. El hombre debio de ver algo en sus ojos, ya que, aunque su peticion no era nada convencional, cedio. --Pero con una condicion --le indico cuando ella se felicitaba por la suerte que habia tenido. --Si, si... Por supuesto. La que sea --solto con rapidez. El chef sonrio divertido por su espontaneidad. --Sabra la nota el mismo dia que los demas. Ella asintio enseguida. --Claro. No esperaba menos. --Y, senorita... --?Si? --Deberia pensar en mi propuesta --le recordo. Dulce asintio de nuevo. --Si, senor. Lo hago todos los dias --comento--. Trabajar con usted, en esta cocina..., seria todo un privilegio... --Espero su respuesta --le indico y dio una palmada al aire--. Ahora, senorita, pongase en marcha. El tiempo corre... --Senalo el reloj que colgaba de una de las paredes, y Dulce se puso en movimiento. --Vamos a aterrizar --aviso Zoe provocando que Dulce regresara al presente para ver como hacia un gesto con la cabeza hacia la luz que indicaba que debian ponerse los cinturones. Esta asintio y desperto con cuidado a Buffy. --Eh... ?Si? --Se desperezo, sin saber donde se encontraba. --Vamos a aterrizar --le informo con una sonrisa. La pelirroja bostezo y se puso el cinturon, al mismo tiempo que el piloto les comunicaba por los altavoces la temperatura que hacia en Dublin y que no tardarian en tomar tierra. En cuanto las ruedas tocaron el asfalto, los pasajeros aplaudieron como locos. Estaban en Irlanda, la tierra de las praderas verdes, de los castillos y las leyendas que pasan de padres a hijos. --Se me ha hecho corto el vuelo --afirmo Buffy, levantandose de su asiento. Las dos chicas la miraron sorprendidas y no pudieron evitar reirse de ella. --Normal, te has pasado todo el viaje durmiendo --indico Zoe, yendo hacia la puerta de salida. --Exagerada --la acuso. Dulce atrapo su brazo y comento: --De exagerada, nada. Hasta has roncado. La pelirroja las miro con los ojos bien abiertos. --Mentira... --Zoe y Dulce intercambiaron miradas y estallaron en sendas carcajadas--. Sereis malas... --A ver si tenemos suerte y nuestras maletas salen de las primeras --deseo Zoe en voz alta, una vez terminaron de reirse. --Estamos en el pais de la suerte --afirmo Buffy, senalando el broche que llevaba prendido en su abrigo y que simulaba un trebol de cuatro hojas. --Ahi estan --senalo Dulce nada mas llegar a las cintas de equipaje--. Son las primeras. --?Lo veis? --afirmo con prepotencia Buffy. Zoe le tiro de uno de sus rizos y le saco la lengua. --Esperemos que tambien hagas magia y nos consigas deprisa un coche. La pelirroja se recoloco el abrigo con aire de superioridad y cogio su maleta sin mirar; estuvo a punto de caerse al suelo, ya que no se acordaba de su peso. Dulce la sujeto y Zoe atrapo su maleta. Las tres se miraron y estallaron en carcajadas. --Esta bien, esta bien... No os riais mas --les pidio, pero era complicado que le hicieran caso, si ella era la primera que seguia riendose a mandibula batiente. --Os prometo que, aunque no encontremos a Maverick, este va a ser un viaje increible --indico Dulce con seguridad. --Ya lo esta siendo, amiga --dijo Zoe y se puso en marcha hacia la puerta de salida del aeropuerto, donde una fila de taxis esperaba a los pasajeros que acababan de aterrizar. --?Y quien dice que no lo vamos a encontrar? --pregunto con tono ironico Buffy mostrando un papel en su mano--. Aqui esta la direccion que nos dio Izan, por lo que vamos hasta alli y... --?Y que? --dudo Dulce de pronto, parada delante del primer taxi que habia libre.

  • La decision de Ivanova (Ivanova 3) de Clara Ann Simons

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    Al volver de su ultimo viaje de trabajo en Hanover, Lucia debe enfrentarse a la realidad.

  • #Sexy, #Yogi, #Sandwich (Terciopelo), Coco Duval de Coco Duval

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  • Un hombre al mando de Laurelin Paige

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    Tenia el brazo levantado y el movil en la mano mientras buscaba cobertura cuando lo oi. Un maullido leve. El tipico sonido de un gatito en apuros. Aguce el oido y examine a mi alrededor. Detras de mi, cuatro estructuras con forma de silo se erigian apinadas. Abajo, el bar de la azotea bullia de actividad. Enfrente, el Empire State atraia todas las miradas, resplandeciente con los colores del arcoiris (en honor a la manifestacion en favor del colectivo LGBTQ, convocada para ese fin de semana), pero el exceso de luces centelleantes de discoteca del local hacia palidecer la atraccion turistica. Habia mucho barullo, una de las razones por las que me habia escabullido a la parte mas alta del edificio: queria hacer una llamada. El otro motivo que me habia empujado a subir a la azotea era que todavia no habia conseguido que en mi pantalla apareciera mas de una raya de cobertura. Los maullidos, conclui, debian de proceder de los depositos, sirvieran para lo que sirvieran. Imagine que hacian las veces de trastero para guardar objetos mecanicos para el edificio: para el sistema electrico, el aire acondicionado y vete a saber que mas. Algun arquitecto de esos de prestigio habia decidido, por alguna razon, que unas torres cilindricas de un tono bronce con tapas que parecian un sombrero conico asiatico eran el mejor modo de hacer que el material industrial quedara mas bonito. De verdad, la ultima moda en diseno de la ciudad de Nueva York escapaba a mi entendimiento. Para mi, tenian una pinta rarisima. Ademas, los habian colocado en la parte mas alta de un edificio de sesenta plantas, de modo que la probabilidad de que hubiera oido a un gatito extraviado era bastante infima. De todas formas, el ruidito habia cesado. Es probable que hubiera sido el chirrido de un generador o que me lo hubiese imaginado. Volvi a centrarme en el movil. Dos rayas si me situaba en esa direccion. Termine de subir los tres escalones que faltaban para llegar por fin a la planta superior. !Tres rayas! Con eso bastaria. Pero... volvi a oir al gatito. Otra vez. Y otra. Quedaba descartado que fuera algo mecanico. Baje la mano con la que sostenia el telefono y empece a rodear uno de los depositos. Si no se trataba de un gato (porque tan arriba no podia ser, ?no?), ?que era entonces? ?Esos ruidos los podian hacer las ratas? Solo de pensarlo me puse a temblar. Lo cierto es que no tenia ningun motivo para ponerme a buscar de donde procedia el sonido. Pero ?y si era un gatito? Quiza los del bar hipster de abajo tenian uno aqui en la azotea para que mantuviera a raya a los ratones. No era una idea tan descabellada y me empezo a picar la curiosidad, asi que, en contra de lo que me dictaba el instinto, segui rodeando el segundo deposito. De pronto, me quede petrificada. Aquel ruidito no lo emitia un animal, sino una mujer. Se encontraba a unos cinco metros y apoyaba la espalda en la pared de ladrillos de una chimenea al otro lado de los depositos. Tenia los ojos cerrados, llevaba un vestido de fiesta remangado por la cadera y los sonidos que emitia eran gemidos de placer, no de sufrimiento. Segun parecia, se los estaba provocando el hombre situado delante de ella. En concreto, su mano, que se movia entre sus piernas. Y !uf!, a juzgar por la expresion de la mujer, el hombre sabia lo que hacia. Retrocedi con sigilo y a toda velocidad mientras rodeaba el deposito y solte el aire despacio. No sabia si echarme a reir o... bueno. ?Es que que otra reaccion iba a tener, si no? Desde luego, el cosquilleo instantaneo de excitacion que se me habia despertado entre los muslos no era la respuesta adecuada. Vamos, que lo mejor era reirse. Me rei en silencio, para no molestar a los <>. Sin embargo, cuando el impulso de tomarmelo con humor se desvanecio, el cosquilleo seguia ahi. Hacia mucho tiempo desde la ultima vez que habia echado un polvo. La ultima relacion seria que habia tenido termino en verano, y luego busque un clavo que sacara a otro calvo durante el fin de semana de Halloween, pero, desde entonces, nada... y estabamos a principios de septiembre. !Madre mia, pero si ya casi hacia un ano! No me extranaba que sintiera tanta curiosidad por aquel par de desconocidos que se metian mano en un rincon apartado de la juerga en la azotea. La excitacion indirecta era demasiado tentadora. Sin hacer ruido, rodee el deposito de puntillas con el cuerpo pegado al edificio. Solo queria... echar una miradita. Guau. Esta segunda vez, la escena era tan sensual como la primera. Mas incluso ahora, que la mujer empujaba las caderas hacia la mano de el. La forma en que el hombre le sostenia las manos por encima de la cabeza, el hecho de que no se estuvieran besando, que los unicos puntos de union entre sus cuerpos fueran la mano de el que le agarraba las munecas y la otra metida entre sus piernas, constituian un espectaculo obsceno, lisa y llanamente. Y cuando ella solto otro gemido, por poco no se me escapo uno a mi tambien. Tome nota mental: <>. Tanto, que habia olvidado por completo la razon por la que habia subido a la azotea. Tanto, que me palpitaba la entrepierna. Tanto, que ni se me ocurrio esconderme cuando la mujer profirio un ultimo grito ahogado y se estremecio al llegar al orgasmo. Era evidente que aquel era el preciso instante en que deberia haberme ido. Bueno, vale, deberia haberme ido antes, pero como no lo habia hecho, el momento era ese. Sin embargo, me quede ahi, pasmada por la actitud indiferente con la que el hombre se saco un panuelo de un bolsillo interior del esmoquin y se limpio la mano antes de metersela en el bolsillo. Ni siquiera se lo ofrecio a la mujer. No fui la unica que se dio cuenta. Ella puso mala cara mientras se recolocaba el vestido, pero enseguida recupero la sonrisa. Se echo la melena castana por encima del hombro (oscura, pero no tanto como la mia), se acerco a el y le toco la entrepierna. --Va, Eden, que tu ya has terminado... --Aunque no alcanzaba a oirlo todo desde mi escondite privilegiado, si que vi con claridad que el le apartaba la mano. --Pero tu no --dijo ella entre susurros. El la miro fijamente unos segundos. Ojala hubiera estado de cara a mi para poder ver su expresion. Oye, que complicado era espiar a gente que no cooperaba. --No te esfuerces --repuso al final. Una negativa, clara como el agua. No necesite verle el rostro para saberlo--. La unica razon por la que he hecho que te corrieras ha sido para que me dejes en paz. <>. !Menudo imbecil, el tio! Bueno, o quiza no. Habia que tener en cuenta que, antes de rechazarla, le habia provocado lo que, a todas luces, habia sido un orgasmo de calidad excepcional. Claro que carecia de la informacion necesaria para formarme una opinion a partir de lo que habia visto. Pero era dificil no figurarme los detalles de la situacion mientras observaba la escena como quien come palomitas, y, en mi imaginacion, al tipo se le daba tan bien follar como tener los modales de un autentico imbecil. La experiencia me habia ensenado que ambas caracteristicas iban de la mano. Eden se aclaro la garganta, pero parecia que sabia cuando retirarse: --Tu te lo pierdes. Sabes perfectamente que te trato muy bien. --Si, exacto. Ese es el problema. Madre mia, menudo cabron. Era el tipico tio que necesitaba poner distancia. El tipico que solo se enrollaba contigo una vez y si te he visto no me acuerdo. Recorde que habia alquilado el bar de abajo entero, en la azotea, para celebrar una fiesta con invitados de clase alta, y lo cale: un ricachon arrogante que se creia que tenia privilegios. Todo un casanova, vamos. Lo mejor que Eden podia hacer era salir disparada en direccion contraria. Se le borro la sonrisa. Irguio la espalda y lo fulmino con la mirada. --Eres un imbecil. <>. El casanova se encogio de hombros. --Ya te lo adverti. --Me avisaste, pero sabias que, al hacerlo, darias ni mas ni menos que la imagen contraria. Mira, ?sabes que? Te mereces estar tan amargado. Parecia que estaba a punto de irse, lo que significaba que yo debia salir por patas, pero vacile al ver que el alargaba la mano y la agarraba del brazo. --Espera, Eden. La expresion de esta se suavizo, aliviada, como si hubiera deseado que el la detuviera. Yo tambien sabia lo que era albergar esa esperanza. Ademas, estaba bastante segura de que Eden sabia donde se metia cuando se habia enrollado con este cabron, pero, aun asi, me costaba no empatizar. Le solto el brazo y le acaricio el rostro. Y, justo cuando creia que el casanova quiza no estaba tan mal, espeto: --Limpiate antes de bajar. Se te ha corrido el rimel. Eden se aparto de golpe y, sin mediar palabra, se fue echa una furia. Una furia que venia derechita hacia mi. <>. Sali disparada y rodee el deposito lo suficiente para que no me viera cuando bajara las escaleras, pero no tanto como para que don imbecil me viera desde el otro lado. Entonces, espere mientras trataba de oir sus pisadas para saber cuando podria salir de mi escondite. Por lo visto, el cabron caminaba de forma muy silenciosa, porque no se oia ni una mosca. Asi que me puse a contar hasta doscientos, solo para estar segura de que habia pasado el tiempo suficiente. Y me pase de los doscientos tambien, porque perdi la cuenta un par de veces cuando me asalto una imagen de la escena tan sensual con la que me habia encontrado. Sin duda, en la lista de pendientes debia anadir <>. No podia seguir asi. Al fin, asome la cabeza por donde lo habia visto la ultima vez. No habia nadie. Avance unos pasos para asegurarme. No estaba en ninguna parte. Suspire, aliviada. --?Buscas a alguien? Di un bote al oir la voz a mi espalda. Gire sobre los talones y lo vi de pie, entre las sombras, donde habia estado escondida hacia tan solo unos segundos. Era imposible que supiera que yo estaba alli. Imposible. Igual de imposible que que supiera que los habia visto. Llegue a esas conclusiones en un instante, de modo que me hice la inocente: --Me habia parecido oir a un animal. Un gatito atrapado. Solo estaba echando un vistazo. <>. --Un gato. En la azotea de un edificio de sesenta plantas. --No se lo creyo, como era logico. --Ya, a mi tambien me parecia raro. Por eso estaba echando un vistazo. --Aja. Estaba tan nerviosa que me habia puesto a sudar. Tenia muy presente que habia venido a la fiesta haciendome pasar por quien no era y, aunque no habia ninguna razon para que este tipo lo pusiera en duda, la posibilidad habia hecho que me pusiera en guardia. Pero eso no tenia por que ser positivo per se. Porque deberia haber defendido mi version (era la verdad, al fin y al cabo) y haberme largado. El seguia entre las sombras, con el rostro oculto en la oscuridad. Tampoco es que fuera a tratar de impedirmelo. Con todo, esas dos silabas encerraban una provocacion, un reto implicito, y quien me conocia sabia que yo no era de las que salian corriendo ante un desafio. Di un paso adelante para acercarme. --?Aja? ?Aja, que? ?Que quieres decir con eso? ?No me crees? Se encogio de hombros con la misma indiferencia que le habia demostrado a Eden. --Aja solo quiere decir aja. --Ah. --Quiza me lo habia imaginado. Toda esta odisea habia sido un error. ?Por que habia creido que seria capaz de hacerlo sin perder los papeles? Tal vez era el tipo de persona que no se achicaba ante un desafio, pero tampoco era estupida, y haber venido a esta fiesta habia sido una absoluta insensatez. Ademas, estaba imaginando conflictos donde no los habia--. Bueno, pues... --dije y me di la vuelta para alejarme de ese hombre misterioso. Del mismo modo que habia alargado la mano para detener a Eden, elevo la voz para detenerme a mi. --?Sabes? Creo que has venido a echar un vistazo porque has oido algo y luego te has topado con otra cosa. Y en vez de irte..., has preferido quedarte. Gire sobre mis talones de nuevo. --No me he... --perdi el hilo de golpe. Habia salido de las sombras y ahora, por primera vez, le vi la cara. Y era impresionante. Impresionante nivel: te quedabas sin respiracion. Impresionante nivel: braguitas chorreando. No me extranaba que Eden se hubiera muerto del gusto con el. Los hombres normales y corrientes no eran asi. Este era como un modelo de portada de revista. Si me hubiesen obligado a describirlo, no habria sido capaz de decir que lo hacia tan atractivo. Todo. La forma en la que encajaban sus rasgos. Los pomulos marcados. La mandibula cincelada y manifiesta bajo una barba castana, cuidada y corta. Los ojos... (habia demasiada poca luz para identificar el color, pero estaban colocados en el lugar perfecto). Y, aunque su apariencia por detras se disimulaba bastante, el traje confeccionado a medida que llevaba revelaba lo suficiente de la parte frontal para apreciar que tenia un cuerpo muy bien definido como quien no solo tiene un gimnasio en casa, sino que tambien se pasa horas en el. Me sorprendio tanto, me pillo tan desprevenida, que vomite las palabras antes de tener la oportunidad de refrenarlas: --Ostras, menudo pibon. La verguenza me subio por el cuello hasta el rostro. Mi piel olivacea no se sonrojaba con facilidad, pero la sangre todavia se me acumulaba en la cara cada vez que hacia el ridiculo. Y acababa de hacer un ridiculo monumental. Era imposible arreglarlo. Mientras me mosqueaba conmigo misma y me moria por el bochorno, el metio cucharada como si nada: --Justo estaba pensando lo mismo de ti. Me acababa de tirar los tejos. Y hacia nada que le habia provocado un orgasmo a otra mujer. Pero que bien lo habia calado. Era un donjuan de manual. Me eche a reir, en parte por los nervios y tambien porque no me lo podia creer. --Eh... no. Eso no. No vamos... No. Gracias, pero creo que me voy a ir. Estaba tan nerviosa que no habia acabado de dar la media vuelta cuando me detuvo de nuevo. --No, espera. Lo siento. No queria pasarme de la raya. Como lo has dicho tu primero, creia que podia responderte en los mismos terminos. Reflexione unos segundos antes de contestar (algo que sabia que deberia hacer mas a menudo). Bueno, vale. Habia decidido que no era mas que un ligon, pero no tenia pruebas de ello. Y luego habia sido yo quien le habia soltado aquello a un completo desconocido. Sin duda, era yo quien se habia pasado de la raya. --Si que lo he hecho --admiti--. Lo siento, me ha salido solo. --No hace falta que te disculpes. --Su sonrisa brillaba como el oro. Resultaba hipnotica. Capaz de convencer a muchas mujeres para cometer estupideces con tan solo exhibirla. Desee que ese <> no me incluyera a mi. Pero tambien era realista, asi que me puse en guardia porque lo mas probable era que yo tambien formara parte de dicho grupo. Y todavia estaba alli parada. --Tambien se aplica a que te hayas quedado aqui arriba despues de presenciar lo que te has encontrado. --Estaba decidido a obligarme a admitir lo que habia visto. Eran meras suposiciones. Solo tanteaba el terreno. Sin embargo, ?habia alguna razon de peso para negarlo? Sentia curiosidad por saber hacia donde queria llevar la conversacion, de modo que me limite a preguntar: --?Y? --Y eso, combinado con el comentario que has hecho sobre mi fisico, me ha dado a entender que esta conversacion podria terminar de una forma muy distinta. --Avanzo hacia mi al acecho, como un depredador. Lo juro. Como un depredador. Que locura lo sensual que podia resultar un hombre con tan solo dar un par de pasos. Y una locura todavia mayor era lo mucho que me estaba afectando. Y, ay, la madre, me habia costado unos segundos procesarlo, pero ?de verdad acababa de soltarme eso? --Por favor --dije, con un grunido de irritacion que iba tan dirigido a mi como a el--. Solo porque te he pillado en plena faena por casualidad, ?crees que ahora yo tambien voy a querer? --No, claro que no. --Se volvio a encoger de hombros con indiferencia--. Solo porque te hayas quedado mirando... Otra oleada de sangre me incendio las mejillas. El habia estado de espaldas a mi durante todo el rato. Eden ni siquiera me habia visto y era ella quien estaba de cara a mi. ?Me habia equivocado? Quiza en la pared de ladrillo habia algo reflectante. Me gire para examinar el lugar donde habia estado el. Volvi la vista atras hacia el punto donde habia estado yo. No, para nada. Imposible. No me habia visto. Me gire para enfrentarme a el con una sonrisa de satisfaccion. --Es imposible que lo sepas. Entonces, me devolvio la misma sonrisa, porque acababa de confesar que, en efecto, me habia quedado mirando. --Estaba evaluando si habia sido consentido --anadi, en un arranque. --Claro, te preocupaba la seguridad de otra mujer. --Exacto. --La mentira me hizo sentir honrada. Como si, en realidad, me hubiera comportado como una heroina en vez de una mirona, motivada por la preocupacion de si Eden estaba sufriendo una violacion o no. Su sonrisita de autosuficiencia me decia que no lo enganaba, pero me siguio el juego: --Espero que hayas llegado a la conclusion de que era consentido. --Al menos por parte de ella. --Lo dije porque pense que seria una pulla, pero, al oirlo, me di cuenta de que parecia que estuviera tonteando. Joder. Quiza si que tonteaba. Su expresion reflejaba la misma duda. --No me he visto obligado a hacer nada que no quisiera. Pero si, razon no te falta. Estaba un poco distraido. En cambio, tu tienes toda mi atencion. --Dudara o no, tenia un descaro impresionante. Y a mi me encantaban los ligones atractivos y descarados. Pero enrollarme con uno no formaba parte del plan de esa noche, asi que tenia que irme. --Ah, muy bien --continue, echa un lio y atontada--. Vale. Si. Me... Bueno. Gracias, pero no. Solo habia subido para hacer una llamada, asi que voy a ello. --Tuve la sensatez de largarme, pero fui incluso mas sensata al decirle mientras me iba--: Por favor, no me sigas. Bueno, quiza no habia sido la sensatez lo que me habia impulsado a echar un ultimo vistazo en su direccion. Queria saber si estaba mirando como me iba. Y, quiza soy una idiota, pero me encanto saber que, efectivamente, lo hacia. Capitulo 2 Teyana respondio tras el primer tono de llamada. --Cuentamelo todo. Yo seguia con la cabeza perdida entre los depositos, en ese desconocido tan atractivo y exasperante. Seguramente, deberia haberme esperado a que me bajara el sofoco antes de llamar, pero me moria por ponerme al telefono para que pareciera que estaba haciendo algo, por si se le ocurria seguirme. No obstante, no habia sido el caso y ahora estaba condenada a hacer un esfuerzo por hablar. Solte algo a medio camino entre un grunido y un suspiro. --Todo iria mejor si estuvieras aqui --asegure, y era la verdad, pero no lo habria expresado como una quejica si hubiese estado centrada. Al instante, trate de suavizar mi comentario--. Quiero decir, se que no seria lo mejor para ti, pero lo seria para mi, y no trato de hacer que te sientas mal, pero es que me gusta que me acompane mi amiga. Joder, que insensible. Mira que centrarme en como me sentia yo y lo mierda que era tener que estar sin ella en vez de preocuparme porque Teyana si que sufria a nivel fisico. Sabia comportarme como una buena amiga para alguien que padecia una enfermedad cronica y agotadora, pero, de vez en cuando, metia la pata hasta el fondo. --Lo siento --anadi, mientras desee haber comenzado por ahi. --Eh, va, no empieces... --Como solia pasar, Tey termino por consolarme a mi--. Soy muy consciente de que mis brotes no solo son una molestia para mi. --Pero es que ahi esta el problema: que solo para mi son una molestia. Para ti, son algo mucho peor. --Si --reconocio--. Son una absoluta mierda. Ojala pudiera estar contigo, de verdad. Ese habia sido el plan original: venir juntas. De hecho, cuando habia visto la invitacion entre la correspondencia de mi jefa, mi idea habia sido tirarla a la basura y no darle mas vueltas, pero Tey me la habia quitado de las manos y los ojos se le habian iluminado con un plan. <>, le habia senalado yo. <>. <>. <>. Fue entonces cuando me lo plantee en serio. Kendra nos habia prestado ropa a Teyana y a mi millones de veces desde que las tres nos conocimos y nos hicimos amigas cuando cursabamos el master en la Universidad de Georgetown. Aunque ya no eramos tan intimas como entonces (convertirse en mi jefa tras la graduacion habia cambiado las dinamicas de la relacion), sin duda me habria prestado algo de haber estado alli. Claro que, si hubiera estado alli, yo no habria fisgado entre su correspondencia y no habria descubierto que se celebraba esta fiesta. Tey debio de darse cuenta de que mi conformidad se abria paso: <>. Los Sebastian pertenecian a la realeza estadounidense. Tenian dinero invertido en todo, desde el acero y el petroleo hasta medios de comunicacion y tecnologia, de modo que, practicamente, la ciudad entera les pertenecia. Su apellido figuraba en tantos edificios como el de los Rockefeller, entre los que se contaba el Sebastian Center, la sede principal de la mayor parte de sus negocios en Nueva York. Y una fiesta con estos fabulosos millonarios como anfitriones resultaba, sin duda, tentadora. <>, habia insistido Tey. <>. Y como razon no le habia faltado en ese sentido, y dado que ultimamente estaba un tanto resentida con Kendra, yo habia accedido. Pero entonces, Teyana sufrio un brote que la mando derechita a la cama y en posicion fetal. Solo habia aceptado acudir a la fiesta para que ella pudiera vivirla de forma indirecta a traves de mi. Hacia tanto tiempo que eramos amigas que era consciente de que, a veces, lo unico que podia hacer para aliviar su enfermedad era vivir mi propia vida al maximo. En muchos sentidos, el hecho de que Teyana padeciera esta enfermedad me habia impulsado a ir mas lejos de lo que habria ido yo sola. Y eso me hacia sentir incluso mas culpable. --?Como te encuentras? --le pregunte esta vez. --Mareada, y es como si alguien no dejara de clavarme un cuchillo de sierra entre las costillas. Pero, sobre todo, estoy aburrida, asi que distraeme y cuentame como va la fiesta. --Bueno... --Lo cierto era que apenas habia pisado la fiesta. Me habia paseado de una punta a la otra de la azotea, habia pillado unos cuantos aperitivos exoticos de las bandejas que se paseaban por el local y, por fin, habia subido por la escalerilla para buscar cobertura y llamarla. Sin embargo, esta version de la noche no iba a distraerla, asi que trate de echarle mas miga: --Todo el mundo va muy elegante, por supuesto. Ropa exclusiva, de diseno. De hecho, me da la sensacion de que no voy todo lo arreglada que deberia, y mira que llevo un Dolce & Gabbana. --He visto la foto. Encajas a la perfeccion, te lo aseguro. Baje la mirada en direccion a la falda de tul rosado. --Parezco una bailarina. --Pareces la primera bailarina del ballet de Nueva York, en todo caso, y eres un pibonazo. Y punto. ?Que mas? Venga, cuenta.

  • Laila Winter y el corazon de las sombras de Barbara G. Rivero

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    Las sombras se extienden y amenazan con invadir cada rincon de Ialanthilian. Los tenebrii revelaran sus intenciones y sera necesaria la union de todos para hacerles frente. Laila tendra que dar lo mejor de si ante las adversidades que se interpondran en su camino para intentar salvar el mundo del mayor peligro de su historia. Ella y sus amigas conoceran traiciones, amistades rotas y amores imposibles, que pondran en riesgo todo aquello por lo que luchan. ?Dejara Maeve a un lado sus ambiciones por el bien comun? ?Recordara Jack el amor que sentia? ?Que ocurrira con Nia? Este libro cierra, con broche de oro, la mejor y mas exitosa saga de fantasia en espanol de los ultimos anos. Lo acontecido en los volumenes anteriores confluye, gracias a una fabulosa narrativa, en un desenlace trepidante que nos revelara al fin todos los secretos que aun permanecian ocultos.

  • Las hijas del Onix de Maria Benitez

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    Edad Media. Una adolescente natal de una aldea francesa es acusada de herejia ante la Inquisicion. Sophie, incredula, pide ayuda a su abuela, que le confirma solemnemente las sospechas de la acusacion. Se ve obligada a huir, con una serie de objetos que le permitiran descubrir su verdadera naturaleza. Termina en la capital, donde es obligada a vivir como novicia en un monasterio, guardando bajo el habito un innombrable secreto.
    Durante su viaje conocera a personajes insolitos, asi como el amor, el dolor. Todo ello en busca de la verdad sobre quien es Sophie Botreau y cual es su destino.

  • La cancion de los vivos y los muertos de Jesmyn Ward

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    Una novela que la critica ha comparado con William Faulkner, Flannery O’Connor o Toni Morrison. Jojo, de trece anos, y su hermana menor Kayla viven con sus abuelos negros en una granja en la costa del Golfo de Misisipi, con la compania siempre esporadica de su madre, Leonie, una mujer que desearia ser mejor madre de lo que es. Cuando el padre de ambos, un hombre blanco, va a salir de prision -Parchman Farm, la misma penitenciaria en la que el abuelo de Jojo cumplio una condena injusta durante su juventud-, Leonie insiste en ir a recogerlo con los ninos. Durante el azaroso viaje, Jojo, Kayla y Leonie deberan aprender a relacionarse como familia, y Jojo conocera a Richie, otro nino con quien descubrira el legado de la esclavitud y la importancia de reconciliarse con el pasado.

  • La lluvia de Tokio es gris de Nisa Arce

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    Inmerso en la voragine de las largas jornadas de trabajo y su soledad, Kenzo siente que ya nada le emociona en Tokio, en la que reside desde hace casi veinte anos. Cuando le llega el rumor de que han visto a alguien determinante de su pasado en el barrio gay de Ni-chome, en Shinjuku, decide probar suerte e ir a su encuentro, sin saber que con ello tendra la oportunidad de darle un giro a su vida y, ademas de aceptar las consecuencias de sus actos, reconciliarse consigo mismo.

  • La hija del Nilo de Javier Negrete

    https://gigalibros.com/la-hija-del-nilo.html

    En el ano 48 a.C., una jovencisima Cleopatra, la ultima heredera de los faraones y de la sangre de Alejandro Magno, comparte el trono de Egipto con un hermano al que aborrece, Ptolomeo.