• libro el dice ella dice - Erin Kelly

    https://gigalibros.com/el-dice-ella-dice.html

    Kit y Laura son la joven pareja perfecta, unidos por su amor a los eclipses y su deseo de viajar por el mundo para ser testigos de estos fenomenos naturales. En el silencio, tras un eclipse de sol, en un festival en Cornwall, Laura es testigo de una agresion sexual. Ella y su novio Kit llaman a la policia, y meses despues ambos declararan en el juicio. En ese momento cuatro vidas cambiaran para siempre.

  • ÉL DICE. ELLA DICE | ERIN KELLY | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-el-dice-ella-dice/9788491393276/9477665

    10 abr 2019 — Sinopsis de ÉL DICE. ELLA DICE ... Kit y Laura son la joven pareja perfecta, unidos por su amor a los eclipses y su deseo de viajar por el mundo ...

  • Él dice. Ella dice (HarperCollins) Tapa blanda - Libros

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    Él dice. Ella dice (HarperCollins) : Kelly, Erin, Horrillo Ledesma, Victoria: Amazon.es: Libros.

  • Él dice. Ella dice (HarperCollins) Versión Kindle - Libros

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    Él dice. Ella dice (HarperCollins) Versión Kindle ... Más de 1.000.000 de lectores en Reino Unido. Kit y Laura son la joven pareja perfecta, unidos por su amor a ...

  • Reseña libro "Él dice, ella dice". Libros por doquier

    https://www.librospordoquier.com/el-dice-ella-dice/

    27 jun 2019 — “Él dice, ella dice“ es el nuevo bestseller de la escritora y periodista británica Erin Kelly, del cual ya se han conseguido vender más de ...

  • Él dice. Ella dice - Erin Kelly - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Kelly-l-dice-Ella-dice/92111

    Resumen: Kit y Laura son la joven pareja perfecta, unidos por su amor a los eclipses y su deseo de viajar por el mundo para ser testigos de estos fenómenos ...

  • EL DICE ELLA DICE - ERIN KELLY - 9788491393276 - Agapea

    https://www.agapea.com/Erin-Kelly/EL-DICE-ELLA-DICE-9788491393276-i.htm

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  • Él dice. Ella dice ¿A quién creerás? - Anika Entre Libros

    https://anikaentrelibros.com/el-dice--ella-dice

    "Él dice. Ella dice", lo nuevo de Erin Kelly, nos cuenta la historia de Kit y Laura, dos apasionados de los eclipses, a los que en uno de sus viajes para ...

  • Libro Él Dice. Ella Dice (Harpercollins), Erin Kelly, ISBN ...

    https://www.buscalibre.es/libro-el-dice-ella-dice-harpercollins/9788491393276/p/51513632

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  • Él dice. Ella dice (Tapa blanda) - Libros - El Corte Inglés

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    Él dice. Ella dice (Tapa blanda)

  • ÉL DICE. ELLA DICE - ¿a quién creerás? - Machado Libros.

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    ÉL DICE. ELLA DICE. ¿A QUIÉN CREERÁS?, KELLY, ERIN (1976), 19,90€. Kit y Laura son la joven pareja perfecta, unidos por su amor a los eclipses y su deseo de ...

  • Contigo llego la pasion de Emma Bailey

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    La duena de la pasteleria de al lado esta preparando su especialidad, torta de crema, y tengo toda la intension de saborearla.

    Dicen que un mecanico con un mal pasado no puede ser un buen padre.

  • El arbol de las botellas de Joe R. Lansdale

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    Bajo el sol implacable de Texas, hay que mantener la cabeza ocupada para no perderla. Es el mes de julio y Hap Collins -blanco y exconvicto por negarse a combatir en Vietnam- trabaja sin descanso en los campos, fantaseando con mujeres ardientes y un buen te helado. Menos mal que su inseparable amigo Leonard Pine -veterano de esa misma guerra, negro y gay- viene a pedirle ayuda para limpiar la propiedad de su demenciado tio Chester, quien al final de su vida parecio haberse olvidado de todo, incluso del arcon metalico lleno de huesos enterrado bajo su propia casa… Lo que si recordo hasta el ultimo dia es por que planto en mitad del jardin ese inquietante poste engalanado con cascos de vidrio, <>: para protegerse de la magia negra.
    Hap y Leonard revientan una vez mas la escena del thriller con su explosiva y genuina combinacion de violencia, suspense y humor vitriolico. Noir gamberro y salvaje al mas puro estilo de Texas.

  • Mi veneno eres tu (Insaciable 2) de Isabella Marin

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    Todo se magnifica. Amor. Celos. Locura. El puede destruirla a ella. Ella puede destruirle a el…

  • Auge y caida de los dinosaurios de Steve Brusatte

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  • Paris D. F de Roberto Wong

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    En Paris D. F. todo empieza con un mapa, mejor, con dos
    mapas superpuestos. Arturo, el protagonista, es un joven
    que lleva una vida anodina y que pasea por las calles del
    Distrito Federal buscando la superficie de los 105 kilometros
    cuadrados de Paris, ese espacio sonado, ajeno a la crueldad,
    donde pueda suceder lo extraordinario. Un dia, un atraco en
    la farmacia en la que trabaja trastoca su vida. El delincuente,
    abatido por la policia, muere a sus pies, pero la sensacion
    de que la bala podia haberle llegado a el es demasiado
    perturbadora. Nada sera igual a partir de ese momento
    en el que toma en sus manos la llave del azar, pero todo
    se decanta en la direccion no deseada: la violencia, el sexo,
    el cruce de tiempos y destinos paralelos. Realidad y delirio
    se confunden en esta novela en la que Roberto Wong nos
    habla de la ley de las probabilidades y de la mala suerte,
    pero tambien de la supervivencia y de las agresiones
    de las ciudades que habitamos. Paris D. F. nos descubre
    una voz osada, original, capaz de sacudirnos.

  • Y tu, ?Como estas? de Yara Ariza

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    No quiero que pienses que este es un libro triste, al contrario, es una historia de amor, lucha y esperanza. Una batalla que hemos vivido durante los ultimos doce anos contra una enfermedad que no discrimina nada ni a nadie.

  • Todo el ano de buen humor de Michel Lejoyeux

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    El buen humor depende sobre todo de nuestros habitos, de modo que si conseguimos entrenar las emociones, mejoraremos nuestro estado de animo. Este libro propone un programa practico para llenarse de optimismo y de energia durante los doce meses del ano. Se trata de una serie de tecnicas validadas cientificamente, que son naturales, no implican riesgos y resultan faciles de aplicar. Revolucionan poco a poco la quimica del cerebro y el estado fisiologico, ahuyentan la depresion, mejoran la salud y ayudan a potenciar la resistencia. Un programa estimulante para el cuerpo y para el espiritu, concebido para vivir en todas las estaciones bajo el signo de la salud y del buen humor.

  • Una historia casi verdadera de Mattias Edvardsson

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  • Etimologicon de Javier Del Hoyo

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    Etimologicon no es un diccionario, ni un tratado tecnico, ni entra en disquisiciones linguisticas o filologicas. En lugar de un listado frio de palabras, una detras de otra, trata de explicar los origenes y la evolucion -muchas veces curiosa, inesperada o hasta divertida- de una serie de palabras del espanol, hiladas en torno a un tema determinado y con estilo narrativo.

  • El acto final de F. Carod

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    Matias Ramses se entrega a la policia para confesar una serie de crimenes, pero no es tomado en serio por la naturaleza de su trabajo como asistente de un mago famoso, hasta que Carmen, una policia que lucha contra una sociedad machista del siglo XIX, decide investigar y llegar al fondo del asunto.

  • La familia y otros lios de Marian Keyes

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    La nueva novela de la inimitable Marian Keyes.

  • La casa de la caridad de Ulrike Schweikert

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    Berlin, 1831. El colera ha llegado a la ciudad. Los destinos de tres mujeres se cruzaran en la Charite, el hospital mas antiguo de Berlin.

  • Cancion de las Tierras Altas de Tanya Anne Crosby

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    Gavin Mac Brodie teme convertirse en el hombre que era su padre. El chico se atiene al voto de castidad y jura no casarse jamas, llevado por la soledad y las visiones de lo que nunca sera y nunca podra tener. Sin embargo, el soltero de oro de los Brodie esta a punto de encontrarse con un poco de magia de las Tierras Altas…

  • Una bruja sin escoba de Antonia J. Corrales

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    Una bruja sin escoba, primera parte de la trilogia Historia de una bruja contemporanea.

  • Malicia de Celia Velasco-saori

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    Salvador Nunez llega desde Aguilas (Murcia) a Madrid para estudiar periodismo. La casualidad hace que entre a desayunar en la taberna de Tomas, donde sus duenos le acogen con tal amabilidad y carino, que se convierten en su segunda familia. Alli conoce a un singular personaje quien, durante muchos dias reunidos, le cuenta su tragica historia, manteniendole en vilo hasta conocer su final, y de la que es protagonista Mali, una bella tailandesa sin escrupulos que le ha destrozado la vida.

  • El castillo de hielo de Irene Adler

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    l tren se detuvo justo en mitad del valle. Al otro lado de la ventanilla, los bosques de abetos que tapizaban las laderas de las montanas se dejaban acariciar por el sol de la tarde. Todo parecia inmovil y sereno, como en un paisaje colgado en el salon de alguna anciana de la alta sociedad. El contraste entre aquel panorama y mi estado de animo me arranco de los labios un corto suspiro. Debiamos de llevar parados un rato, pero no me di cuenta hasta aquel momento, como si me hubieran despertado las voces que ahora se oian en el valle. --Una vaca en las vias... o algun otro pequeno incidente por el estilo --me explico Horace Nelson, nuestro fiel mayordomo, con una sonrisa apenas esbozada--. Estoy seguro de que dentro de poco nos pondremos en marcha de nuevo. Mire por la ventanilla y no vi vacas pastando, pero si me parecio ver algo, apenas una sombra huidiza en el verde brillante del prado que desaparecio enseguida entre los abetos. Yo, distraida por muchos otros pensamientos, no le di importancia. Tendrian que pasar algunos dias para que me percatara de que aquel episodio insignificante habia sido, en realidad, el primer indicio de un gran misterio. El mas denso e intrincado con el que me habia tropezado nunca. Por entonces, de todos modos, no tenia la menor sospecha y no hice mas que asentir, esbozando a mi vez una palida sonrisa para Horace. Reflexione, por contra, acerca de cuanto habia cambiado el comportamiento del senor Nelson con respecto a mi en aquellas ultimas semanas. Era como si hubiera retrocedido varios pasos para volver a la discreta cortesia que siempre me habia reservado, hasta unos meses atras. Aquella era su manera de hacerme saber que comprendia la convulsion en que se hallaba mi espiritu y que, en lo que de el dependiera, tenia intencion de dejarme en paz. Pero la paz en si era para mi algo extremadamente distante, inalcanzable, en aquellos dias. De hecho, ?como podia encontrar la paz quien acababa de ver como el destino ponia patas arriba su vida y como todo lo que le parecia seguro de repente se escurria entre sus dedos? www.lectulandia.com – Pagina 6 Todo habia ocurrido pocas semanas antes, mientras me encontraba en Paris: acababa de salir de un oscuro asunto en el que Sherlock y Arsene, mis grandes amigos, y yo misma nos habiamos visto involucrados, no sin grandes peligros, cuando el destino habia decidido imponer un brusco giro a mi vida. Una senora de hermoso rostro y ojos profundos con la que me habia encontrado en varias ocasiones en el pasado, siempre de manera fugaz y un tanto misteriosa, esta vez se habia sentado a hablar conmigo y me habia desvelado por fin su (!nuestro!) secreto; se llamaba Alexandra Sophie von Klemnitz y era mi verdadera madre. Muchas veces, con el transcurso del tiempo, he vuelto a pensar en las horas siguientes a aquella revelacion con la esperanza de comprender, al menos en mi recuerdo, cuales fueron mis sentimientos. Pero cada vez que la memoria trata de aferrar aquellos momentos, todo se vuelve borroso y no puedo dejar de ser avasallada de nuevo por la misma confusa sinfonia de impresiones y estados de animo. Recuerdo, por ejemplo, que tuve la sensacion de encontrarme en un extrano sueno en el cual nada de lo que me ocurria era real. Y tambien recuerdo que pense largo y tendido en mis sentimientos hacia el senor y la senora Adler; por mucho que los quisiera, especialmente a mi padre, ?acaso no habia advertido siempre una inexplicable sensacion de que me eran ajenos? Asi era. Pero !que desconcierto habia provocado en mi el enterarme de que no se trataba de la intangible impresion de una muchachita de animo inquieto, sino de algo que tenia todo el peso y toda la crudeza de la realidad! Y recuerdo, ademas, ciertos pensamientos que trataba de mantener alejados y que retornaban continuamente para herirme como punzadas. ?Por que aquella mujer de aspecto tan amable me habia abandonado, aceptando separarse de mi, de su hija? ?Como habian podido los senores Adler vivir tanto tiempo ocultando aquella mentira? ?Como habian podido, dia tras dia, prestarse con tanta dedicacion a tal farsa? Y, sobre todo, ?quien era yo realmente? ?Quienes eran mi padre y mi familia? Tal vez sea precisamente ese sentimiento el que recuerdo con mayor nitidez: la intransigencia de la chica que era yo por entonces, deseosa de obtener todas las respuestas de inmediato para poder poner fin asi al carrusel de mentiras en que me parecia que se habia convertido mi vida. Y estos son, tambien, los recuerdos para mi mas dolorosos hoy. Porque el odio y el desprecio que en aquellos dias rezumaba mi alma herida no excluian siquiera a quien, como el senor Leopold Adler, no merecia en realidad ninguna condena, pues habia tomado cada una de sus decisiones guiado por una innata bondad de espiritu. Pero el corazon de una chica es impetuoso y considera enganos o viles excusas todo lo que no contribuya a aplacar su sed de verdad. Con tal turbulencia animica viajaba entre los majestuosos perfiles de los Alpes suizos en direccion a Davos, donde precisamente iba a encontrarme con Alexandra Sophie von Klemnitz, la desconocida, la que debia esforzarme en aprender a llamar <>. Aquel encuentro, obviamente, habia sido decidido de comun acuerdo con los senores Adler. Porque mis padres adoptivos, pese a mi insistencia cada vez mas vehemente, www.lectulandia.com – Pagina 7 se habian empenado en no darme ninguna explicacion sobre las circunstancias de mi adopcion. --Son explicaciones que una madre tiene el derecho, es mas, el deber de dar a su hija mirandola a los ojos --me habia dicho la senora Adler, tensando los musculos de la cara para contener las lagrimas--. Tendras que esperar, pues, a poder hablar con la senora Von Klemnitz.

  • El hijo inesperado del jeque de Carol Marinelli

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    La seduccion del jeque... tuvo consecuencias para toda la vida.

  • Sangre De Reyes de Alvaro Minero Calvo

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    principio del pasado a nieve descendia del cielo lentamente sobre los cansados pinos y abetos. Los osos se aletargaban Ljunt o a sus crias bajo pequenas madrigueras para pasar la etapa invernal. Las hormigas se habian preparado para este momento recogiendo grano durante todo el ano; el invierno habia caido sobre la region y el reino de Fosfor se preparaba para tan duro periodo... El mundo de Argentor estaba en calma. Los magos servian en las cortes de poderosos reyes. Miles de aventureros buscaban tesoros en lugares llenos de temibles bestias. Los gremios de elfos artesanos, sabedores de la forja magica, creaban las armas con las que se harian grandes hazanas o se cometerian los mas terribles crimenes. Parecia que el mundo avanzaba hacia una era de paz y armonia que en verdad inquietaba a todos y cada dia se hacia menos creible, pero dejemonos de detalles sin importancia. Esta historia comienza conmigo y mi maestro Granis, mago de la corte del rey Argeos, con quien fui a entrenar a los Montes de Pontos, al norte de Fosfor. La luz del ocaso se reflejaba en la llanura desplegando vivos colores de un otono que ya estaba agonizando, los conejos se escondian ya en sus madrigueras ante la inminente salida de las bestias nocturnas, y una tenue brisa acariciaba 8 los montes como la mano de una madre sobre su recien nacido. Construimos una pila llena de ramas y hojas secas e hizo un gesto con su baston mientras decia: !SEGLORUM FATUA PIRA!, y de pronto unas llamas salieron de sus manos creando un vivo fuego, el cual devoraba las hojas y ramas secas por segundos. --Joven alumno, este hechizo lleva generaciones en mi familia, hace milenios se lo entrego un descendiente del mismo rey al que sirvo yo ahora a mi antecesor en una epoca oscura para el mundo --dijo con un tono que invitaba a mil preguntas. --?Una epoca oscura para el mundo? --dije con los ojos iluminados por el reflejo de las llamas y sus palabras. --Veo curiosidad en tus ojos. Esta historia que te contare implico a todo el mundo conocido, a multiples reinos, luz y oscuridad. Solo quedan algunos libros que la contengan, y pocos son los monumentos de aquella epoca los que han llegado a nuestros dias. --!Maestro! Acorta los preambulos, por favor, que no quiero dormirme antes de que cuentes una historia asi --dije entre risas y viendo su evidente enfado en el rostro. --!Seras insolente! --exclamo propinandome un golpe en el cogote--. Las grandes historias van seguidas de grandes preambulos, si no , no merecen ser contadas, pero de todas formas comenzare a relatarla: Hace milenios, hombres y seres magicos convivian en paz en un mundo lleno de las mas nobles razas que nunca se llegaran a imaginar. 9 Estaba dividido en multiples reinos y territorios sin conquistar; los reinos humanos Crecia y Fosfor, los unicos bastiones donde la raza humana habia logrado sobrevivir y prosperar; los reinos subterraneos de Arcram y Livlinzor, coaligados entre los enanos y las aguilas por una antigua guerra, y el reino elfico de Astratia, conocido por su forja y sus habiles arqueros. En oposicion existian los reinos oscuros, como el de los orcos, Altroth, conocido por ser un reino formado por bandidos y mercenarios; el reino de los elfos oscuros, llamado Lilith, que segun la leyenda su fundadora y primera reina se llamaba asi; y el reino alado de las manti coras, Hordone, formado por esas temibles criaturas astutas que se aliaron con los orcos para tener mutua proteccion. Por aquella epoca estaban en paz y armonia pero... un archimago elfo echado de la corte del rey de Astratia por experimentar con elfos para sus fines invoco al Dios de la muerte Zagmahor, senor de los no muertos, para vengarse del reino elfico. Para su mala suerte necesitaba para venir a este mundo el horrendo dios necesitaba el cuerpo y la conciencia del archimago para poder vivir. Tomo su cuerpo, y de las entranas de la tierra salia un olor putrefacto; la tierra rezumaba sangre que tomaba formas. Miles de ojos rojos con cuerpos negruzcos nacieron de esta, y una nueva raza fue creada. Serian conocidos con miedo posteriormente por el nombre de <>, por no contener ningun tipo de organo en su interior. Formado ya el ejercito de Zagmahor fue a atacar Astratia. El reino elfico, sorprendido por tan terribles criaturas, perdio la batalla rapidamente, pero logro repeler 10 a Zagmahor y a los huecos al recibir la ayuda militar de los reinos humanos y subterraneos. Zagmahor entonces, junto a su ejercito, comenzo a conquistar a los reinos oscuros uno a uno para asegurarse su apoyo y atacar de nuevo; los orcos, los elfos oscuros y las manticoras estaban ahora bajo su mando, y la guerra entre los reinos oscuros y los reinos llamados <> tomo proporciones magnificadas por la cantidad de sus contendientes. Los cinco reyes, mediante la magia arcana e lfica, crearon con su sangre magica un ser de increible poder de apariencia femenina a la que llamaron <>. Esta lucho contra Zagmahor y fue el unico ser que logro penetrar su piel, pero no consiguio matarlo del todo, sino que lo sello en cinco reliquias. Acabado Zagmahor, los reinos oscuros no tenian razones para luchar, y se retiraron rapidamente, mientras que los huecos vagaban por el mundo sin proposito, como espectros silenciosos. Las cinco reliquias se escondieron en los cinco reinos; cada una custodiada por un rey. Pero anos despues, el rey de Crecia, Arthos, por sus ansias de conquista, ataco al reino de Fosfor, siendo este conquistado; pero la reliquia que alli se custodiaba desaparecio en el asalto, y el su rey junto a varios ciudadanos supervivientes lograron huir a las montanas, formando en un lugar apartado del mundo que nadie conoce un nuevo Fosfor. --Por esta noche es suficiente, mi insolente alumno. El resto deberas investigarlo en la biblioteca del castillo por 11 haberme interrumpido --dijo mi maestro en tono burlon mientras apagaba el fuego. --Pero maestro, no me deje con las ganas, que fue un error inocente y sin importancia... --le pedi mirandole insistentemente. --No se hable mas. Si tanto quieres saberla, leela en la biblioteca del castillo; el libro se llama como la chica de la leyenda, <>. --Como usted diga, maestro... --Ya podria ser usted mas razonable --dije entre murmullos por lo bajo. El maestro se metio en la tienda mientras yo me quede mirando al cielo, maravillado; una infinidad de luces, la oscuridad sin fin, la luna llena brillando en el firmamento incesante desde el principio de los tiempos; miraba esto con tanto asombro como miedo, y me fui a la tienda pensando en la historia que me acababa de contar. Ilusionado, dormi esa noche pensando en que descubriria la continuacion al dia siguiente. 12 Capitulo 2 Investigando el pasado or la manana pusimos rumbo al castillo, y fui corriendo a la biblioteca de este sin demorarme mas, pues ya habia esperado demasiado. P Ya que mi maestro dijo que era una historia bastante olvidada y que solo quedaban unos pocos libros, fui a la parte mas antigua de tal reserva de libros. Se respiraba el polvo en el aire acumulado durante decadas, centenarios o quizas mas tiempo. Las pilas de libros se erguian imponentes; pilares no solo de libros, sino de recuerdos acumulados durante tanto tiempo que no se sabe como llegaron a aquel lugar. Alli me encontraba yo, buscando uno entre miles. Fui hasta la zona de libros de historia general del mundo, y mientras buscaba, me choque contra un hombre. Era bastante alto y corpulento, de raza elfica y cabello totalmente blanco. Al chocarme, cayo un libro desde lo alto de la estanteria, y el elfo lo cogio evitando que me cayera encima. --Lo siento, senor, disculpeme --dije avergonzado por el ruido que habia formado y el tropezon. --No pasa nada muchacho, pero ten mas cuidado. Ha podido caerte esto en la cabeza... Mmm… <>..., la primera vez que veo este titulo. Bueno, voy a ponerlo en su sitio. --!No, senor! !Es el libro que estoy buscando! --grite sin darme cuenta del alboroto que estaba formando. --Chico, ?no te enseno tu maestro que no se debe hablar alto en una biblioteca?, esta juventud de hoy en dia es demasiado energica... Bueno, aqui tienes el libro --dijo con 14 un tono replicante parecido al que habia escuchado apenas el dia anterior. --Perdoneme... Gracias por ayudarme --dije despidiendome del amable elfo y yendo a una de las mesas donde leian los magos. Abri el libro, y mas o menos por la mitad estaba donde me dejo en ascuas mi maestro el dia anterior. Comence a leer. Capitulo 3 Robando el secreto del mal an pasado mil anos desde esa fatidica epoca, y la reliquia de Fosfor sigue perdida. Un saqueador ha He ntrado en el templo de la diosa de la guerra, Armette a la cual la gente daba tributos para mantenerla dormida y asi evitar las guerras como la de hace mil anos. Aquel hombre, sabiendo esto, fue a robar esos tributos, y se adentro en el templo. Era una construccion labrada en la roca, al fresco. Ingentes columnas de varios metros de alto adornaban la entrada, y dos enormes estatuas de la diosa custodiaban la puerta. El interior del templo se construyo aprovechando una cueva que no se sabe cuando se formo. Los tributos estaban en la parte mas profunda de esta, en el altar de la diosa. El saqueador era un humano de una altura moderada, ni muy alto ni muy bajo, con ojos de un azul misterioso, casi hipnotico, y el pelo largo con un tono color castano que recordaba al color de las hojas secas que caen en otono. Una pequena hada le seguia a todas partes, con ojos ambarinos, largas alas y pelo de un cian brillante que nada tenia que envidiar al azul de las profundidades del mar; su nombre era Barsine. 15 Los dos recorrieron el camino durante varios minutos y el piso algo blando en el suelo, eran excrementos. --Mmm... Excrementos... Son tan grandes que tengo miedo a lo que me tenga que enfrentar... --Tranquilizate amo... Se que lo haras bien, con la suerte que tienes... --rio la burlona hada entre carcajadas. Despues de caminar unos minutos mas, vieron varias luces; habia antorchas, y al final del camino se vislumbraba una gran placa de piedra adherida a la pared de la cueva. Era el final del camino. Corrieron hasta quedarse delante de la placa y el leyo lo siguiente: Si a ofrecer un tributo a la diosa Armette venis, bien recibidos sereis; pero si lo que buscais es robar los presentes que le han sido encomendados a la diosa, lo lamentareis, pues un terrible custodio hasta la muerte la protege. Avanzad, sea cual sea vuestro proposito, golpeando la zona en donde este mensaje ha de acabar. Vieron al final del mensaje una extrana marca en forma de media luna, y empujandola hacia adentro, esta se hundio, y la placa de piedra fue retirada lentamente abriendo el camino hacia una gran sala. La sala era ovalada, la pared estaba ornamentada con frescos de criaturas mitologicas, grifos, driades, elfos, ents... Y al fondo se veia una gran arca de piedra levantada por dos estatuas de la diosa como la de la entrada. Las estatuas recreaban a la perfeccion la imagen de una mujer de cabellos largos llegandole estos hasta la cintura, con una cimitarra en una mano, y la otra sosteniendo tan valiosa carga. El rostro estaba tan perfectamente esculpido, que 16 pareciera que se fuera a mover en cualquier momento, y detras de estas, al fondo, los frescos esculpidos en la pared acababan en la escultura de un horrendo monstruo. Media unos tres metros de alto. Tenia la cabeza de un gallo, una lengua viperina sobresalia de entre su intimidante pico, y un monstruoso cuerpo escamado como el de un reptil, con dos garras acabadas en alas similares a las de un murcielago. Por debajo de esta escultura, en el pedestal sobre el que se encontraba ponia: <>. Esta tenia dos enormes ojos rojos, y al acercarse al arca se escucho una voz prominente de las estatuas. --?A que has venido, mortal?, ?a rendir un tributo a Armette?, ?o quizas a... robar...? !Responde, humano! -- dijo una de las estatuas con tono de superioridad. --Yo... he venido a… !saquear todo cuanto contiene esa arca! --confeso el saqueador, llevado por la avaricia al ver los tesoros que contenia el recipiente. --!Que asi sea, estupido humano! !Acepta tu muerte con desesperacion como lo unico que sacaras de aqui! --dijo la otra estatua con una voz violenta y alterada, llena de odio. La estatua del monstruo empezaba a desmoronarse, y esos rojos ojos comenzaron a emitir un brillo cegador. El saqueador pestaneo solo un instante, y al abrir los ojos, se encontraba su cara a escasos centimetros de la de un verdadero basilisco. --!Amo, el Basilisco! --grito Barsine sobresaltada al ver a la temible bestia tan cerca. 17 El saqueador podia notar la respiracion de la bestia encolerizada. Esta fue a darle un zarpazo, y este, sabiendo que todo lo que tocara el basilisco se convierte automaticamente en piedra, instintivamente saco un gran panuelo de su mochila y cubrio su garra en el momento en que este iba a desgarrarle. Instantaneamente el panuelo se convirtio en piedra, y el hombre corrio rapidamente a por una antorcha para poder ver a la bestia mejor. Esta estaba golpeando su garra contra el suelo para romper aquel colgajo de piedra, se le ocurrio una idea al verlo; si todo cuanto toca se convierte en piedra, llegando incluso el efecto a quien la empuna... Debia atacarle con un arma hecha desde un principio con ese material. --Entra, Barsine, aqui estaras mas segura. --!Pero amo...! --dijo sin darle tiempo a acabar de hablar, ya que la metio en la mochila. Saco de ella dos mantas larguisimas y un pequeno baculo con la punta verde; lo alzo, y comenzo a recitar un extrano hechizo. --!Sigillum quinque portas! Este brillo con intensidad, y salieron de el dos esferas verdes que entraron en las mantas. El basilisco se abalanzo sobre el saqueador, y este dio una voltereta por el suelo, pasando por un hueco sin cubrir por la bestia. Entonces lanzo las dos mantas sobre el inmenso cuerpo, terminado en la cola del basilisco. Automaticamente estas se convirtieron en piedra, y el hechizo surtio efecto, haciendo que fueran selladas al suelo, aprisionandolo a la fuerza. 18 Entonces, el saqueador le lanzo la antorcha y este ardio entre las llamas mientras trataba de zafarse y sacudirselas de encima. El audaz hombre blandio el baston y golpeo la mano de una de las estatuas de Armette, dejando caer una pesada cimitarra petrea. A duras penas lograba empunarla e hizo acopio de todas sus fuerzas para correr hacia el basilisco en llamas, y rajandole en canal del pecho hasta la misma cola, tino el ovalado recinto de una pequena capa sanguinolenta al tiempo que este soltaba su ultimo aliento en un agonizante grito desgarrador. --Maldito monstruo... Me has dado mas problemas de los que pense, pero nunca te atrevas a menospreciar la inteligencia humana, porque eso ha sido tu fin --dijo en tono triunfante el ladron. --Ahora sal Barsine, ha pasado el peligro. ?Has estado comoda? --pregunto sarcasticamente mientras la sacaba. --?Tu que crees? Amo, no sabes tratar a las damas con delicadeza... --replico mirandole a los ojos algo aturdida. Fueron directamente hasta el arca. Golpeo las dos manos de las estatuas que la sostenian, y esta cayo al suelo, rompiendose el recipiente y esparciendo por la sala su valiosa carga. --Por fin... Mi ansiado tesoro... !Ja, ja, ja! --rio avaramente entre carcajadas. Vio joyas de reyes que esperaban no guerrear con sus vecinos, adornos de mujeres que temian perder a sus maridos en la batalla, y toda clase de objetos valiosos dejados alli por distintas razones, pero sus ojos se posaron especialmente en 19 un anillo color azabache con tonos rojizos que despedia un brillo hipnotico, y se lo puso. Al salir del templo abrio su bolsa antes llena de trapos viejos y alguna que otra arma, y ahora repleta de joyas. Se le ocurrio una idea, iria a la corte del rey y venderia cada joya por el doble de su valor a los nobles del castillo. --Barsine, vayamos a Crecia a estafar a los nobles, nos haremos ricos... con nuestra propia fuerza... --dijo con tono melancolico recordando un desagradable recuerdo, y con esta ambiciosa idea en la cabeza pusieron rumbo hacia el unico territorio humano que quedaba. Debian pasar por el camino de las ondinas1 para llegar hasta Crecia, un peligroso paso que corta en dos el gran lago Ondeon. Prosiguieron el camino, y detras de las montanas de Bordemir, que es donde se encontraba el templo, se extendia un amplio valle que daba al lago. La verde hierba adornaba todo el valle dando sustento a las cabras de los pastores que pasaban. El alegre piar de los pajaros parecia alejar el horror de la batalla pasada, y unos metros mas adelante del camino, junto a un frondoso roble, habia un gran carro con dos caballos; uno blanco, 1 . Las ondinas son moradoras de lagos y mares, terror de pescadores y viajeros. Son una variedad de ninfas, con un cuerpo femenino azulado o verdoso, con los dedos de las manos y pies palmeados, las orejas puntiagudas como los elfos, y los cabellos rubios o verdes. Cuenta una vieja leyenda que las ondinas no poseen alma, y la unica forma de encontrarla es casarse con un humano y tener con este un bebe; pero en consecuencia, son mas sensibles al dolor y los celos, por lo que suelen asesinar a sus maridos ahogandolos, al ser capaces de crear corrientes de agua.

  • En tiempos de druidas de Kelly Dreams

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    Shadow dejo de creer en cuentos de hadas y finales felices el dia en el que el hombre al que entrego su corazon la abandono sin ofrecerle explicacion alguna. Ahora, dos anos despues de su partida, el regresa dispuesto a entrar de nuevo en su vida de una manera que podria cambiarla por completo.
    Como uno de los druidas de los cuatro Cenels de Dalriada, la tarea de Dominic es encontrar a la Prometida; la mujer de la que se ha profetizado unira a los clanes y librara la tierra de sus antepasados del mal que la aqueja, y devolverla al lugar al que pertenece. Sin embargo, poco podia suponer que esa mujer resultaria ser la misma la a que habia abandonado dos anos atras. Una que cuenta con el poder y la voluntad suficiente para desafiarle y convertir la ultima esperanza para su pueblo en el mas desesperado de los infiernos.
    Perdida en una epoca extrana, con cuatro druidas guardianes custodiandola y retazos de un olvidado pasado acechando su alma, Shadow tendra que enfrentarse a la esperanza de un pueblo moribundo, a un poderoso ejercito que no dudara en darle muerte y al hombre al que no ha podido olvidar.
    Regresar a casa se ha convertido en la mas urgente e importante de las metas, especialmente desde que el podria convencerla de lo contrario.
    Solo un druida podia destruirla o convertir su leyenda en realidad.

  • Amor en la red (Serie Hacker 5) de Meredith Wild

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    Pocos dias despues de su boda, Blake y Erica Landon inician su luna de miel, un viaje que promete borrar las heridas del pasado y fortalecer aun mas su union. Sin embargo, justo cuando los problemas parecian quedarse atras, un escandalo electoral entorno a la figura de Daniel Fitzgerald, candidato a gobernador, salpicara a Blake. Ahora se encuentra en el punto de mira, sus delitos pasados como hacker le pueden pasar factura. La libertad de Blake esta en juego, asi como su relacion Erica. Mientras que el parece rendirse, Erica no lo permitira y estara dispuesta a limpiar su nombre asi como a salvar su relacion. ?Dejara Blake que su pasado le venza? ?O por el contrario podra Erica convencerle para que luche por un futuro unidos?

  • Perdido en las olas de Javier Romero

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    Tristemente, la historia de Pau es muy comun en nuestros dias. Ninos que, un dia si y otro tambien, son el dano colateral de una violencia de genero grabada a fuego en nuestra sociedad y que se ha convertido en el pan nuestro de cada dia. Ninos que no creen en la fantasia y que ven como su infancia se trunca por un amor enfermizo y que, en la mayoria de las ocasiones, ni tan siquiera pueden disfrutar.

  • Almas de Cristal de Anali Sangar

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    -Te quiero, pequena. Te quiero con toda mi alma y no puedo mas que odiarme por ello.-No mas de lo que yo te quiero a ti. No mas de lo que yo me odio por haber destrozado tu corazon de nuevo.Al haber experimentado el dolor en cada una de sus facetas, Dario se limita a respirar mientras es arrastrado por el flujo de la vida.Hasta que la conoce a ella.A Silvia le gusta todo de Dario: su genuina naturalidad, esa sonrisa que nunca llega a asomar a sus ojos e incluso la expresion de tristeza que siempre le acompana.Tres besos tomados sin permiso actuan como detonante, empujandolos a enfrentarse a un injusto destino en el que, si alguno de los dos se permite ceder, sus almas, de por si danadas, podrian terminar haciendose anicos.

  • Singular de Amy Realto

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    Murcia. Seis anos antes. --Papa, tengo que irme. No puedo seguir en Espana. En Murcia y en Madrid, todo, absolutamente todo, me recuerda a ella. --Edu escondio el rostro entre las piernas, los codos apoyados sobre las rodillas y las manos entrelazadas detras de la nuca, intentando hacerse pequeno. Intentando desaparecer--. Necesito un cambio. Vivir mi vida. Dedicarme solo a mi. No quiero que pienses que soy un egoista por largarme justo en este momento. Entiendeme…, por favor --pidio mirando a su padre de nuevo. --Lo hago --respondio este--. Se que ahora lo ves todo negro. Tu vida ha girado en torno a ella desde que eras un nino. Aqui y luego en Madrid. Las elecciones que has hecho han sido siempre contando con ella. Teniais trece anos cuando empezasteis. --Deseo que sentirse comprendido aliviara su angustia. --No solo contaba con ella, papa. Tambien con vosotros. Con mama, con mis hermanos, contigo y con la empresa. Tenia mis suenos. Eran simples… Solo queria acabar la carrera y ganar lo suficiente para formar una familia, como la nuestra. Y quiza… Quiza, si la cosa me iba bien, comprar una casa en alguna zona bonita con vistas al mar para vivir con ella. Parecia facil, pero… Todo se complico. --Los ojos color miel de Edu habian dejado de brillar. Cada linea de su rostro, cada sombra, era una triste prueba de su desolacion. Su padre no pudo sostenerle la mirada y la dirigio al mar. --La vida es asi, no siempre vienen las olas como queremos. A veces tenemos que saber navegarlas, corregir el rumbo e intentar llegar a nuestro puerto --dijo, y acaricio con carino la espalda de su hijo--. Cuando te fuiste a Madrid eras aun un nino, hoy tengo ante mi a un hombre. El mundo de los adultos es muy complicado. Ahora lo sabes. Lo sufres. No pierdas el tiempo buscando razones por que no las hay. --Ya tengo el billete a Tegel --dijo con resolucion. Habia tomado una decision y nada ni nadie iban a cambiarla--. Empiezo en septiembre, pero quiero llegar a Berlin antes para organizarme. Cuando vi que aun estaba a tiempo para solicitar plaza lo hice, me daba igual el destino, solo queria que fuera lejos de mi vida --explico--. Es la unica forma que he encontrado para seguir adelante, papa. No creo que pueda resistir un verano aqui. Recordando todos los anteriores. ?Me ayudaras con mama? --Tu vida forma parte de ti. Nunca vas a poder alejarte de ella ni de tus recuerdos, vas a tener que aprender a convivir con ellos, aunque lejos probablemente te resulte mas sencillo. -- Esperaba que asi fuera--. Por mama no te preocupes, aunque no lo creas, ella esta mas preparada que yo para dejarte ir. Los dos hombres dejaron pasar el tiempo, callados, sintiendo en su rostro la brisa, todavia fresca de la manana. --Papa, ?nunca has tenido miedo a perder lo que quieres? --pregunto el chico. --Tengo miedo de ello cada dia. --?Y merece la pena? --Aunque solo hubiera podido vivir un minuto al lado de tu madre… Si, es algo de lo que estoy seguro. Merece la pena vivir la vida con aquellos a los que quieres, aunque sea corta --respondio tras pensarlo unos segundos. --Yo no lo estoy, duele demasiado perder a alguien que amas con toda tu alma. Angel, no supo que responder, imagino una vida sin Africa o sin sus hijos y comprendio perfectamente el dolor desgarrador que sentia Eduardo. Miro al horizonte, al inmenso y brillante mar que tenian delante, y como siempre que lo hacia se sintio pequeno en un mundo muy injusto. ?Que le dices a tu hijo cuando ha perdido al amor de su vida? Sobraban las palabras, los dos quedaron sumidos en sus pensamientos. Un silencio roto unicamente por el melodico rumor de las olas al llegar a la costa. Y en ese momento, acompanado por la tranquilizadora presencia de su padre, Eduardo se juro, que solo sufriria por las cinco personas en el mundo que mas queria, su familia. No permitiria a nadie mas acceder a su corazon y de ese modo, quedaria protegido contra el dolor. Capitulo 2 Madrid. En la actualidad. Eduardo observaba la acogedora vivienda mientras hablaba por telefono. Habian estado en la nueva casa de Daniela viendo como queria distribuir el espacio, que tipo de muebles pretendia instalar y eligiendo los colores que, mas adelante, sus pintores darian a las paredes. Finalizaba septiembre, pero hacia un calor de mil demonios. Seguramente por eso, o por ser amable, ella le habia invitado a tomar algo en la casa en la que vivia con su amiga. Habia tenido que organizar su apretada agenda para poder atender la llamada de Daniela. Todavia queria acercarse a la reforma del restaurante. Tenia que ver como habia quedado el remate de las columnas, que no habian podido quitar para ampliar el comedor como era la idea inicial, y comprobar si, por lo menos, habia suficiente sitio para un par de mesas junto a ellas. Si lo habia serviria como reservado o zona romantica, lo que daria un valor anadido a la reforma. Pero estaba sediento, asi que acepto. Daniela fue a la cocina y el aprovecho para concretar el trabajo con la cuadrilla de pintura. Le habia sorprendido su llamada esa manana. No habian vuelto a verse desde que la conocio, solo habian intercambiado algun que otro mensaje cordial. Y no esperaba hacerlo tan pronto, aunque hacia unos dias no habia podido resistir la tentacion de comprar un peluche para su futura sobrina y estaba esperando el momento para darselo. El dia que les conto lo del embarazo a Leo y a el, no pudo evitar sentir pena por ella, porque de entre todos los hermanos Cano habia ido a acabar con el mas jodido. Bueno, quiza ese era el, pero pensaba que hasta el momento lo habia disimulado bien. Su personalidad sociable le permitia esconder sus fantasmas con mayor facilidad que a Angel, ya que este al ser de trato mas arisco y aspero, suscitaba de primeras, un caracter atormentado. Aquel dia, con la explicacion que ella les dio y su razonamiento, Eduardo quedo completamente convencido de sus buenas intenciones, y sabiendo como iba a reaccionar Angel ante la noticia, y siendo consciente del enfado que Leo intentaba disimular, decidio romper sus reglas. Dejandose llevar, cosa que no hacia desde hacia anos, permitio que esa chica y su futura sobrina entraran en su vida, independientemente de lo que pensara su familia. Les abrio la puerta del selecto y reducido grupo de personas a las que consideraba importantes y por las que se permitia preocuparse, dandole su telefono y su apoyo. Al recordarlo, aun se sorprendia de su reaccion. Mientras hablaba se fijo en los bonitos paisajes que adornaban las paredes. Hermosas fotografias en las que la luz existente en el momento de ser capturadas les conferia un efecto especial. Se pregunto si las habria hecho ella. Habia imagenes tambien con otra chica en distintas situaciones y en distintos momentos. En algunas se veian demasiado jovenes. Le atrajo la evidente complicidad entre las chicas, pero, sobre todo, la radiante sonrisa de su amiga en muchas de ellas. En cuanto al salon, este era muy acogedor, con unos muebles practicos y una decoracion nada sobrecargada. Le gustaba como habian aprovechado el espacio, consiguiendo un lugar agradable para vivir. Tras despedirse de su interlocutor, Eduardo se dirigio a la cocina. --Los pintores vendran pasado manana. Van a tenerlo listo enseguida. Con la casa vacia como esta y todo despejado, no deben tardar mas de dos dias --dijo mientras entraba--. La proxima semana podremos empezar con los muebles. Le sorprendio la reaccion de la chica que tras dar un pequeno saltito se lanzo a sus brazos. Le resulto extrano devolverle el abrazo, pero consiguio hacerlo de forma casi natural. Eduardo, no tenia ese tipo de relaciones con nadie. No se permitia muestras de afecto mas alla del tipico trato cordial. Era experto en mantener las distancias sin resultar maleducado. Solo era afectuoso con su familia, formada ya solo por su madre y sus tres hermanos. Pero con Daniela se comportaba de forma diferente, y no sabia la razon. Sol llego a casa, cansada y cargada con la comida para llevar que habia comprado en el chino de la esquina. Dejo las llaves en el mueble de la entrada y el bolso sobre el sofa; con una mano libre, ya pudo repartir el peso de las bolsas. Habia sido un dia duro en el hospital, un no parar de urgencias de aqui para alla, y se sentia agotada. Tambien estaba molesta con Eva que de nuevo habia anulado los planes para cenar juntas, esta vez, por un guapo portorriqueno que habia conocido ese dia. Asi que Daniela y ella tendrian que reventar o congelar las sobras, y con toda la comida que les habia dejado Juana, apenas tenian espacio en el frigo. Juana habia sido su vecina hasta que unos dias antes se habia mudado a una residencia dejando el piso de enfrente libre. Piso que pronto iba a ocupar Dani con su hija. <>, penso. Se percato de que habia una chaqueta de traje masculino apoyada en el respaldo del sofa, no parecia del padre de Daniela. Ademas, Pedro no solia usar americana, y menos con ese calor. Curiosa siguio el sonido de las voces que procedian de la cocina. Desde la puerta pudo ver como Daniela abrazaba a un desconocido. Analizo al guapo receptor del abrazo. Alto, bastante mas que su amiga, y delgado. Pese a su delgadez el hombre tenia la espalda ancha y su complexion parecia fibrosa. Los pantalones del traje se ajustaban perfectamente a su cuerpo sin cenirse demasiado, y la tela caia con gracia permitiendo vislumbrar el contorno de un bonito trasero. Llevaba la camisa remangada, lo que dejaba a la vista unos fuertes y morenos antebrazos. El pelo castano --que en algun momento habia sido domado con fijador--, estaba despeinado y un mechon rebelde le caia sobre la frente, confiriendole el aspecto de chico malo que tanto le gustaba a ella.

  • Vida privada de Josep Maria De Sagarra

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    Una letra de cambio impagada, detonante de un chantaje de tragicas consecuencias urdido por un gigolo nihilista, levantara los tejados de la alta sociedad barcelonesa de los anos treinta -la que todavia frecuentaba el Colon y la Maison Doree, jugaba a encanallarse en el Gambrinus o La Criolla y asistia, con una mezcla de desden y panico, a los cambios provocados por la Exposicion Universal y el paso de la dictadura a la Republica-, revelando un universo decadente de aristocratas arruinados, entretenidas de oropel, parvenus impresentables y asfixiante miseria moral.

  • Las cenizas del viento de Alejandro Menendez

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    En la actualidad, la casa Wintersoul comanda el imperio mas grande del mundo: Ferth.
    Todos los reinos del continente de Odaria han jurado lealtad a Ferth --apodado el Reino del Viento, el Leon de Gaia, el Imperio de la Guerra-- y esa alianza ha dado origen a un imperio tan vasto como el oceano Septentrional.
    Si bien antano, cada nacion de Odaria era un feudo autonomo. Eso fue antes de que Caleb Wintersoul exigiera la lealtad de todas las comarcas a una sola ciudad capital.
    Desde entonces, los Wintersouls han conducido el imperio reinando por mas de quinientos anos. Por medio del talento de su estirpe, forjaron grandes leyendas a traves de los siglos y algunos de los heroes mas significativos en la historia de Gaia portaron con orgullo aquel apellido.
    Pero, aunque el nombre de esa familia resulto glorioso por generaciones y dieron origen a leyendas seculares, algunos herederos no tan admirables empanaron una historia inmaculada.
    Fue entonces, cuando parecia que el mundo empezaba a perder el respeto por aquel ilustre apellido, que nacio en la capital de Odaria un nino al que muchos considerarian el mejor espadachin de los confines, y el mas grande de los heroes.
    Su nombre fue Aions Wintersoul, hijo de Arrel, heredero de los reinos del norte, protector de los confines. Aquel que vio donde los dragones duermen, donde el conocimiento se esconde, que camino ciudades que no conocen el cielo sin lluvias y navego mares donde las olas son tan firmes como el suelo. Aquel que estuvo en la tierra de los muertos, donde las estrellas son opacas y hablo con criaturas mas antiguas que el silencio.
    Esta es su historia...

  • El caso Malaussene (Me mintieron 1) de Daniel Pennac

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    Despues de casi dos decadas, regresa Benjamin Malaussene, el carismatico heroe de Daniel Pennac. A pesar de haber envejecido, este esceptico y bonachon alter ego del autor se encuentra en plenitud de facultades y vuelve bien arropado por los celebres miembros de su estrambotica <>, asi como por un nuevo coro de personajes que se incorporan a la legendaria saga.

  • Ella’s Twisted Senior Year (Traduccion) de Amy Sparling

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    Habiendo pasado la mayor parte de su ultimo ano volando por debajo del radar, lo ultimo que Ella Lockhart esperaba era tener un tornado en su casa, dejandola sin hogar. Ya es suficientemente malo que toda la escuela ahora se compadezca de ella, pero ?tuvieron que dejar sus padres que los vecinos los aceptasen?

  • Las rosas de mayo de Dot Hutchison

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    En una antigua iglesia ha aparecido una joven con el cuello cercenado y el cuerpo rodeado de hermosas flores. Un retorcido ritual de violencia, belleza y castidad que el asesino cumple cada invierno con escalofriante puntualidad.
    La hermana de Priya fue una de esas victimas y, desde entonces, ella y su madre viven condenadas a cambiar de ciudad constantemente: cuando se mudan a un nuevo lugar con la esperanza de poder empezar de cero, la llegada de un misterioso arreglo floral aparece como un mal presagio, recordandoles que la muerte las acecha y que Priya podria ser la siguiente victima.
    Tras resolver el caso de El Jardin de las Mariposas, los detectives del FBI saben que deben emprender una desesperada carrera contra reloj para descubrir al asesino antes de que sea demasiado tarde y, aunque en ello Priya arriesgue su propia vida, es la unica oportunidad para conseguirlo.

  • Manos que curan de Barbara Ann Brennan

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    Un libro que ha pasado a la historia de la Nueva Era por sus aportes revolucionarios a la investigacion cientifica, a la practica terapeutica y al conocimiento de los poderes de la energia humana.

  • Reencuentro con el pasado de Dakota Milano

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    Cuando la unica opcion para vivir es dejar el pasado.

    Deje que un extrano enmascarado me vendara los ojos.

  • Tranquilas. Historias para ir solas por la noche de Varios Autores

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  • Un lugar desconocido de Seicho Matsumoto

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    Cuando recibio la noticia, Tsuneo Asai se encontraba de viaje de negocios en la ciudad de Kobe. Eran las ocho y media de la noche y estaba cenando con un grupo de empresarios de la industria de alimentos procesados. Asai era el encargado jefe del departamento de Alimentacion del Ministerio de Agricultura y Silvicultura. Habia llegado un dia antes junto con el director general, el senor Shiraishi, que el mes anterior habia sido ascendido desde otro departamento y no sabia practicamente nada sobre gestion de alimentos. Ambos habian estado visitando fabricas de enlatado y plantas de procesado de jamon en la region de Osaka y Kobe, y tenian previsto dirigirse a Hiroshima al dia siguiente. Aquella noche se habian reunido con algunos empresarios locales para celebrar una velada informal. El ambiente empezaba a decaer. El director general Shiraishi, que era tres anos mayor que Asai, mantenia una conversacion sobre golf con el presidente de la asociacion, sentado frente a el. Shiraishi tenia un handicap de golf bajo. Ademas, era practicamente un profesional en juegos de mesa como el go y el shogi, y su dominio del mahjong era conocido en todo el ministerio. Asai estaba sentado a su lado, bebiendo sake a pequenos sorbos mientras escuchaba al director con expresion sumisa. Consideraba que prestar atencion a la chachara de su jefe era una senal de respeto. Shiraishi hablaba en voz demasiado alta por culpa del whisky. Su carrera estaba siendo meteorica, pues habia llegado a director general a los cuarenta y cinco anos. A diferencia de Asai, Shiraishi habia estudiado Derecho en la Universidad de Tokio y era el nino mimado del viceministro, lider de una de las facciones politicas del ministerio. Antes del cambio de director, Asai habia advertido a los empresarios de que al cabo de tan solo dos anos -- quiza incluso uno y medio-- el nuevo director general seria trasladado a un ministerio de mas relevancia, y que aquel cargo no era mas que un peldano en su ascenso hacia el exito profesional, una simple ocupacion temporal a la que no tenia previsto dedicar demasiados esfuerzos. <> Los empresarios eran personas sin apenas formacion, por lo que solian dejar los asuntos practicos en manos del veterano Asai. El encargado jefe mantenia una relacion de perfecto entendimiento con ellos, pero delante del director general se esforzaba en disimularlo. En la universidad, Shiraishi habia dedicado su tiempo libre a perfeccionar pasatiempos como el go, el shogi o el mahjong, mientras que Asai era hijo de una familia humilde que habia conseguido con muchos esfuerzos graduarse en una universidad privada y ahora ocupaba un puesto en un departamento gubernamental. Ambos hombres eran tan diferentes que no parecian de la misma especie. En la sala habia unas veinte geishas. Enfrente del director general se encontraba la mas destacable. Resulto que la muchacha tambien jugaba al golf, y se habia unido a la conversacion. Su presencia frente a Shiraishi durante toda la velada, que ya se acercaba a su fin, parecia una maniobra del vicepresidente de la asociacion local de empresarios de alimentos procesados, el senor Yagishita. Al menos eso era lo que Asai sospechaba. Yagishita se dedicaba a la produccion de jamon y salchichas. De repente, alguien susurro algo al oido de Asai y este penso que se trataba de Yagishita, que se habia levantado del asiento desde donde analizaba todas las reacciones del director general. Pero no era Yagishita, sino una de las camareras del lujoso restaurante. --Tiene una llamada de su casa --dijo la muchacha en voz baja. Asai no se levanto enseguida. Salir precipitadamente habria sido una falta de respeto para con el director general. Para ganar tiempo, cogio el vaso de sake de la mesa y bebio un sorbo. Mientras fingia interesarse por la conversacion de su jefe, se pregunto cual seria el motivo de aquella llamada tan tardia. A pesar de que solia viajar bastante por trabajo, su esposa Eiko casi nunca le llamaba, y con ellos no vivia nadie mas. Cuando tenia previsto hacer un viaje largo, su mujer invitaba a su hermana pequena a casa para que le hiciera compania. Aquel viaje iba a durar cinco dias, asi que su cunada debia de estar con ella. Una llamada de Tokio a aquellas horas de la noche no presagiaba nada bueno. Si bien era cierto que no habia pisado el hotel en todo el dia, ?que podia ser tan urgente como para que Eiko, que casi nunca le llamaba, se viera obligada a localizarlo en el restaurante? No podia ser un asunto domestico trivial que se le hubiera ocurrido consultarle precisamente entonces. Despues de aproximadamente un minuto, Asai se levanto en silencio del cojin donde estaba sentado sobre sus talones. Su jefe estaba de espaldas a el, enfrascado en su conversacion con el vicepresidente. Al incorporarse, la geisha le dirigio una rapida mirada de soslayo, pero enseguida volvio a centrar la atencion en Shiraishi. Saltaba a la vista que aquella muchacha, de veintisiete o veintiocho anos y la cara perfectamente ovalada, era del agrado del director general. La camarera, que lo estaba esperando en el exterior de la sala de banquetes, condujo a Asai a traves de un pasillo. Despues de doblar dos equinas llegaron a una cabina telefonica. A traves de la puerta de cristal se veia el auricular descolgado. --Hola, soy yo --dijo Asai, pero nadie le respondio. Se le acelero el pulso. Al otro lado de la linea se oia un murmullo de voces, pero eran demasiado lejanas para descifrar lo que decian. Oyo a una mujer que sollozaba muy cerca de su oido y reconocio a su cunada Miyako. No podia decirle nada porque estaba llorando. --?Que ha pasado, Miyako? --pregunto Asai con un ligero temblor en la voz, temiendo que a Eiko le hubiera sucedido algo y no hubiera podido llamarle en persona. --Eiko ha… --Asai no entendio el resto de la frase. Su cunada estaba tan alterada que era dificil decir si estaba riendo o llorando. Entonces le parecio que habia dicho <>. --?Como? ?Que has dicho? --Ha muerto. Ha sido muy repentino. --?Ha muerto? ?Estas segura? --Una camarera paso por detras de la cabina, pero la puerta de cristal estaba firmemente cerrada y la chica ni siquiera reparo en el--. ?Cuando ha sido? Una fuerte oleada de sollozos ahogo las palabras de su cunada durante un buen rato. --Hace tres horas. ?Su mujer llevaba tres horas muerta y el no lo habia sabido hasta ahora? Tres horas antes acababa de entrar en el restaurante. Antes de salir de Tokio habia anotado para Eiko y Miyako su agenda de actividades previstas y los nombres de los hoteles en los que se alojaria. Miyako debia de haber llamado al hotel, donde le habrian dado el numero de telefono del restaurante. Aun asi, habria podido localizarlo inmediatamente. Asai penso que debia de haber sido un accidente: aquello justificaria el retraso en darle la noticia. Ademas, su mujer debia de haber muerto fuera de casa. De lo contrario le habrian avisado enseguida. Aunque la hubieran llevado al hospital, alguien le habria llamado mucho antes. --?Ha sido un accidente? --pregunto. --Soy yo --le respondio una voz diferente--. No, no ha sido un accidente. --Era el padre de Eiko. Incluso el, que vivia en Hachioji, habia tenido tiempo de llegar a su casa--. Se le ha parado el corazon. Ha sido muy repentino. --Un ataque de tos distorsiono la voz turbada de su suegro, de setenta anos--. Estaba en la calle. Ha sufrido un infarto y ha entrado precipitadamente en la tienda mas cercana. La duena ha llamado a Miyako, que ha ido enseguida en taxi, pero ya era demasiado tarde. --Ya veo. ?Y ha sido la duena de la tienda quien ha llamado a la ambulancia? --pregunto Asai, haciendo un esfuerzo por dominar sus emociones. --En realidad, habia una clinica de medicina general a unos doscientos metros y enseguida ha ido un medico. Pero su corazon ya habia dejado de latir. Eiko estaba delicada del corazon. Dos anos antes habia sufrido una angina de pecho. --?Donde esta ahora? --La han traido a casa hace una hora. Miyako ha llamado a tu hotel para preguntar donde estabas. --Parecia que su suegro intentara excusarse por haber tardado tanto en avisarle. A traves del auricular oia llorar a Miyako y a otra persona, que le parecio el hermano pequeno de su mujer--. ?A que hora llegaras? --Los trenes bala ya no circulan a esta hora. Si consigo llegar a tiempo al aeropuerto, volvere en avion. Si no, tomare el tren nocturno que llega a Tokio manana por la manana. --Te estaremos esperando. En fin, es una tragedia. Procura… --Su suegro seguramente iba a decirle que procurase mantener la calma y regresar a casa sano y salvo, pero la voz se le quebro. Casi parecia que le pesara mas el hecho de haberle fallado a su yerno avisandole tan tarde que la muerte de su propia hija. Asai salio de la cabina e hizo una sena a una camarera que pasaba por el pasillo. --?Hay algun avion que vuele a Tokio esta misma noche? La muchacha se arremango una de las mangas violeta del kimono que llevaba y consulto un pequeno reloj de pulsera. --Son casi las nueve y diez y el ultimo avion despega a las nueve y media, asi que me temo que ya no le da tiempo a llegar al aeropuerto de Itami. --El restaurante tenia muchos clientes de la capital, por eso el personal conocia de memoria el horario de los vuelos--. ?Necesita regresar ahora? --Si. ?A que hora sale el expreso? --Hay uno que sale de Sannomiya a las diez y cinco y llega a Tokio manana, sobre las nueve y media. --Pues tomare este. ?Puede llamar a un taxi? --?Para una persona? --Si, regresare yo solo. Es una emergencia. Mientras recorria el pasillo de vuelta a la sala de banquetes, decidio pedirle al vicepresidente Yagishita que atendiera al director Shiraishi. No podia pedir al ministerio que enviaran a un sustituto, asi que su jefe tendria que completar solo los dos dias de visitas que todavia tenia por delante. Un hombre como el, al que le gustaba darse aires de importancia, se sentiria humillado viajando sin acompanante. Se planteo pedir un sustituto a la delegacion de Hiroshima, pero descarto la idea porque le parecio irrespetuoso dejar al director general y a los empresarios con alguien que no fuera de la sede del ministerio. A pesar de la conmocion de haber perdido a su mujer de forma tan repentina, Asai estaba completamente centrado en resolver los asuntos del trabajo. Cuando volvio a la sala de banquetes ya habian servido el ultimo plato. Su jefe estaba dando buena cuenta de un cuenco de arroz con besugo y te verde. La geisha seguia entreteniendolo. Despues de que Asai le hiciera una reverencia a Shiraishi y se sentara, la muchacha le pregunto si queria arroz con besugo y te verde o preferia arroz blanco. Asai detecto en el rostro de perfil de su jefe un ligero malestar por su prolongada ausencia. Mientras sujetaba el cuenco caliente de arroz con la punta de los dedos, pensaba en la mejor forma de exponerle el asunto. No tenia tiempo que perder. La voz llorosa de Miyako todavia resonaba en sus oidos. Asai volvio a dejar encima de la mesa el cuenco que acababa de levantar, se arrodillo y se acerco a su jefe. --Senor Shiraishi, le pido disculpas de antemano --le susurro al oido. Su jefe se inclino en su direccion, frunciendo la frente para indicarle que lo escuchaba--. Me gustaria pedirle que este asunto no trascendiera al resto de los invitados. --La velada no estaba tan animada como a la hora del aperitivo, pero la conversacion continuaba viva--. Acabo de recibir una llamada de Tokio, desde mi casa. Parece ser que mi esposa ha fallecido repentinamente. --Shiraishi se inclino un poco mas con expresion confundida, como si no hubiera entendido bien la palabra <>--. Ha sufrido un infarto hace tres horas. La palabra <> si que llego a sus oidos con claridad. El director general abrio los ojos como platos y dejo el cuenco de arroz encima de la mesa. Su mirada se paseo por el comedor y finalmente se detuvo en el rostro de Asai.--?Estas seguro? --pregunto en el tono grave que la situacion requeria. --Me temo que si --confirmo Asai en un murmullo--. He hablado con mi suegro y mi cunada. --?Estaba enferma? --inquirio su jefe, bajando la voz como habia hecho Asai. --No, gozaba de buena salud. Se ve que ha empezado a encontrarse mal en la calle, ha entrado en una tienda cercana y ha muerto en el acto. --!Cielo santo! Como Asai le habia pedido la maxima discrecion para que la triste noticia no trascendiera, su jefe se limito a agachar ligeramente la cabeza. Su irritabilidad muto inmediatamente en una expresion en la que se mezclaban la compasion y el nerviosismo. --Debes volver a Tokio ahora mismo --le ordeno en voz baja. --Si, senor. Lamento no poder seguir siendole de ayuda en este viaje. --No te disculpes, no importa --dijo Shiraishi, y consulto su reloj--. A esta hora ya no saldran mas aviones. --No. --?Sabes si todavia hay trenes? --Le he preguntado a una de las camareras y me ha dicho que hay un tren nocturno que sale a las diez y cinco. --No tienes mucho tiempo. Mas vale que te vayas, me las arreglare solo. --Muchas gracias, senor. Lamento las molestias que le estoy ocasionando. --En absoluto. No te preocupes por mi. Los representantes de la industria de alimentos procesados seguian comiendo y bebiendo ajenos a todo, pero lanzaban alguna que otra mirada de curiosidad a los dos hombres que hablaban en susurros. La geisha habia tenido la discrecion de no entrometerse y estaba conversando en voz baja con una de sus companeras. --De acuerdo. Gracias, senor. --Ire a ofrecer mis condolencias a tu familia en cuanto regrese a Tokio. --No sera necesario, senor… Se lo agradezco mucho, pero se que esta muy ocupado. --En cualquier caso, sera mejor que te vayas. Ya encontrare el momento adecuado para decirselo a los demas. --No hace falta que se moleste. Llamare al vicepresidente Yagishita para que salga al pasillo un momento y le pondre al corriente yo mismo. El informara a los demas. --Entendido. El director general acepto sin vacilar, como si lo aliviara saber que no tendria que ocuparse el mismo de comunicar a los demas el infortunio sucedido en el hogar de su subordinado. --En cuanto al resto del viaje, senor, podria pedirle al director de Asuntos Generales de la delegacion de Hiroshima que le acompanara en sus visitas. Si esta usted de acuerdo, le dire a Yagishita que tome las disposiciones necesarias. --No te preocupes por nada, me las arreglare solo. --Pero habria que zanjar los asuntos pendientes… --Tranquilo. Anda, vete. Todavia tienes que pasar por el hotel para recoger tus cosas, ?verdad? --Si. En ese caso, senor, sera mejor que me vaya. A esas alturas, todo el mundo habia advertido ya que ocurria algo excepcional. Cuando Asai se levanto del cojin, treinta pares de ojos se posaron sobre el. Asai le hizo una sena a Yagishita con la mirada y salio al pasillo. El hombre lo siguio inmediatamente. El vicepresidente se quedo perplejo al oir la tragica noticia. Para no perder mas tiempo, ambos hombres hablaron mientras caminaban hacia la puerta de salida. --Me ha parecido raro que empezara a cuchichear con su jefe nada mas regresar, pero jamas habria imaginado que se tratara de algo tan espantoso. No se que decir… Yagishita agacho su cabeza calva y le hizo una profunda reverencia a Asai. --Gracias. Para mi tambien ha sido muy inesperado. --Naturalmente. Es una autentica pesadilla. Los demas tambien se sorprenderan mucho cuando se enteren. --No me ha parecido apropiado anunciar una noticia tan triste durante la cena. ?Lo haras tu cuando encuentres el momento adecuado? --Faltaria mas. Pero aqui no tiene por que guardar las apariencias, senor Asai. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, esta usted entre amigos. No se preocupe, avisare a los demas. --Me gustaria pedirte otra cosa. Cuando yo me vaya, el director general tendra que seguir viajando solo. No habra nadie que lo acompane. Si tuviera que venir alguien del ministerio, ya no llegaria a tiempo, pero he pensado que tu podrias llamar manana por la manana a Asuntos Generales de la delegacion de Hiroshima y pedirle al director que vaya a recibir al senor Shiraishi a la estacion y lo acompane en mi lugar durante el resto del viaje. --Por supuesto, no hay problema. Asi lo hare. Pero no tiene por que pensar en estas cosas en un momento como este, senor Asai --observo Yagishita en tono compasivo. --Debo hacerlo, es mi responsabilidad. Tengo que asegurarme de dejarlo todo bien atado. No puedo permitir que los asuntos personales me distraigan del trabajo. --Pero esto no es un asunto personal cualquiera, !su esposa ha fallecido! Es completamente distinto. --Aun asi, hay que saber distinguir lo laboral de lo personal. El senor Shiraishi se quedara solo, y no le gustara dar esa imagen. --Bueno, supongo que tiene razon, pero… --?Me haras ese favor? --Si, de acuerdo. Espero que tenga un buen viaje de vuelta. Asai se detuvo un instante y se inclino hacia el oido de Yagishita. --?Que opinas de la muchacha que esta sentada enfrente del senor Shiraishi? ?Crees que podria surgir algo mas entre ambos? Yagishita se quedo atonito ante la pregunta de Asai. --Senor Asai, ?de verdad le preocupan esas cosas en un momento como este? Asai no salio de su estupor hasta mas tarde. Mecido por el traqueteo del tren nocturno, sin poder dormir, se dio cuenta de que se le habia olvidado preguntar donde estaba Eiko cuando habia sufrido el infarto.

  • El principe indomito de Tara Pammi

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    Reclamaba a su heredero, el producto del desliz de una noche.

  • Los sonambulos de Chuck Wendig

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    Yumiko Sakamoto, la mujer que descubrio el cometa, tenia veintiocho anos y era una astronoma aficionada del pueblo de Kurashiki, en la prefectura de Okayama. Lo encontro de chiripa, ya que en realidad buscaba uno del todo diferente que se esperaba que chocase contra Jupiter. Yumiko Sakamoto afirmo que el descubrimiento le habia cambiado la vida. En una entrevista al periodico Asahi Shimbun comento: Hasta ahora me he centrado demasiado en las cuestiones materiales, como conseguir un buen trabajo o encontrar un buen marido, pero he renunciado a objetivos tan mundanos como el romance o mi carrera profesional. Volvere a la universidad y aprendere mas sobre el mundo y el cosmos que lo rodea, no para obtener beneficios economicos, sino porque la busqueda de conocimientos es un objetivo noble de por si. Acto seguido proclamo su intencion de empezar a formar parte de la comunidad asexual y arromantica de Japon, que cada vez era mayor. Sentia que el mundo ya estaba <> y que no tenia por que ponerle las cosas mas dificiles engendrando descendencia. El cometa, llamado Sakamoto en su honor, paso a 0,1 UA (unidades astronomicas) de la Tierra el 2 de junio. No era lo bastante cerca como para convertirse en un peligro, pero si para contemplarlo a simple vista y que se uniese al grupo de grandes cometas, entre los que se encuentran los famosos Halley o Hale-Bopp. Yumiko Sakamoto iba a comenzar sus estudios academicos el siguiente mes de octubre, pero no vivio lo suficiente para ello. Murio de un aneurisma cerebral la noche en que el cometa surcaba los cielos. PRIMERA PARTE La incubacion 1 El primer sonambulo Los astronomos aficionados tuvieron mucha suerte anoche, ya que recibieron el paso del cometa Sakamoto con cielos despejados y luna nueva. Los ultimos tres grandes cometas habian sido el Lovejoy en 2011, el McNaught en 2007 y el famoso (?o infame?) Hale-Bopp en 1997, que por supuesto dio lugar a la secta Heaven's Gate, cuyos miembros cometieron un suicidio en masa movidos por la creencia de que seria como hacer autoestop en la nave espacial extraterrestre que iba a pasar justo detras del cometa. Estan escuchando a Tom Stonekettle en Stonekettle Radio, 970 BRG. El Show de Stonekettle Radio , 970AM WBRG, Pittsburgh 3 de junio, Maker's Bell (Pensilvania) S hana estaba en pie y contemplaba la cama vacia de su hermana pequena. <>, fue lo primero que penso. La llamo unas cuantas veces. Despues de que Nessie se hubiese quedado despierta hasta las tantas de la noche anterior para ver el cometa a traves del telescopio cutre de papa, Shana supuso que la joven debia de seguir en la cama roncando como un oso. No estaba segura de donde narices podia estar Nessie. Shana se habia despertado hacia una hora para preparar los almuerzos, terminar la colada y sacar tanto la basura reciclable como la no reciclable para llevarla al dia siguiente en la camioneta, por lo que sabia que Nessie no estaba en la cocina. Tal vez estuviese en el bano de arriba. --?Nessie? --Se quedo en silencio y espero--. ?Nessie? Venga ya. Pero no oyo nada. Volvio a pensar. <> En aquel momento no tenia mucho sentido, no como la primera vez que se habia escapado. Habian perdido a su madre, perdido de la manera mas literal. Los cuatro habian ido a un supermercado y solo habian vuelto tres. Temian que alguien la hubiese secuestrado para hacerle dano, pero al cabo vieron gracias a las camaras de seguridad del Giant Eagle que nadie la habia secuestrado. Habia salido por las puertas automaticas como si nada y desaparecido de sus vidas para siempre. Mama se termino por convertir en un enorme signo de interrogacion que se les habia clavado en la mejilla como si fuese un anzuelo. Pero a Shana le habia quedado claro que su madre ya no queria formar parte de sus vidas. Supo desde ese momento que iba a tardar mucho en hacerse a la idea, pero ese no fue el caso de Nessie, que aun no lo habia conseguido. Nessie opinaba que habia sido culpa de papa. Y quiza Shana tambien. Por eso, hacia casi dos anos exactos, despues de que se acabara el curso, Nessie preparo una mochila llena de comida en lata y agua embotellada (y algunas chocolatinas) y se fugo. Encontraron a Nessie cuatro horas despues bajo la marquesina de madera de la parada que habia en Granger, resguardandose de una tormenta inesperada y temblando como un perrito perdido. Se habia puesto a patalear y a dar manotazos cuando papa la intento coger. Habia sido como ver a un luchador intentando detener un tornado. Al final dio el brazo a torcer y papa le dijo: --Si quieres fugarte, fugate, pero si pretendes ir en busca de tu madre, que sepas que no creo que quiera que la encontremos. Fue como ver un vaso de agua derramarse a camara lenta. Nessie se desplomo en sus brazos y comenzo a llorar con tal desconsuelo que solo era capaz de coger aire despues de cada uno de esos sollozos exagerados. Le empezaron a temblar los hombros y metio las manos en las axilas, como si se abrazara a si misma. La llevaron a casa, se paso dos dias durmiendo y luego retomo la vida cotidiana de manera lenta pero seguida. Hacia ya dos anos de aquello. Pero ahora Shana no sabia por que a Nessie se le ocurriria fugarse otra vez. La chica tenia quince anos y no lo estaba pasando tan mal como Shana a su edad. Papa siempre decia que Shana habia pasado una epoca de <>. Depresion, locura y hormonas, como un caballo que no parase de dar coces. Ahora Shana tenia casi dieciocho y ya estaba mejor. Mas o menos. Nessie tampoco estaba tan mal. No es que se hubiera convertido en una mujer lobo. Seguia feliz. Optimista. Los ojos le brillaban como una moneda de cinco centavos recien acunada. Tenia un pequeno cuaderno en el que escribia todas las cosas que queria hacer (bucear con tiburones, estudiar a los murcielagos, tejerse sus propias pantuflas como hace..., como hacia mama), todos los lugares a los que queria ir (Edimburgo, el Tibet, San Diego) y todas las personas a las que queria conocer (la presidenta, un astronauta, a su futuro marido). Un dia le habia dicho a Shana: --He oido que, si te quejas, tu cerebro se reprograma como si tuviese un virus de ordenador y empiezas a ser cada vez mas infeliz, asi que voy a ser positiva, porque estoy segura de que tambien funciona al reves. El cuaderno estaba tirado en su cama vacia. Junto a la cama habia una caja abierta: Nessie habia recibido un paquete por correo, algo de ciencias que habia pedido. (Shana le habia pedido prestada una pequena probeta para guardar la hierba.) Sus sabanas amarillas como narcisos estaban arrugadas como si hubiese dormido en la cama, y su almohada rosada aun tenia la marca de su cabeza. Shana echo un vistazo al cuaderno. Nessie habia empezado una nueva lista: <>. En ella se leia: <>. ?Fotografa?, penso Shana. Esa es la mia. Sintio como la banaba una oleada de rabia. A Nessie se le daba bien todo. Si decidia hacer lo mismo que Shana, seguro que lo haria mejor y ella seria una torpe y se odiarian para siempre. (Bueno, no. Shana odiaria a Nessie. Nessie la querria de manera incondicional, porque su hermana era asi.) Shana volvio a gritar su nombre. --?Ness? ?Nessie? Oyo el eco de su voz, pero nadie respondio. Joder. Papa ya estaria en lo que el llamaba la <> (decia que, si iban a formar parte del movimiento del queso artesanal de Pensilvania, tenia que empezar a llamar las cosas por su nombre, cono) y estaria esperando a Ness y Shana para que ayudaran en el tenderete que montaba junto a la carretera. Luego ordenaria a una de ellas que fuese al cobertizo del queso para comprobar la cuajada del Gouda o para quitar el agua de los azules, despues mezclar el forraje, alimentar a las vacas y, joder, la veterinaria iba a venir ese dia para echarles un ojo a las pobres ubres hinchadas y rojas de Belinda. Despues... Quiza Nessie se hubiese fugado por eso. Las clases ya se habian acabado, y las vacaciones de verano nunca eran tales: todo era trabajo, trabajo y trabajo. (Shana se pregunto si Nessie habria hecho lo correcto. A lo mejor ella tambien se fugaba. Aunque solo fuese un dia. Podia llamar a su amigo Zig para que acudiese a buscarla en su Honda, fumar algo de hierba, leer comics, insultar a los estudiantes que se acababan de graduar...) (Dios, tenia que salir de alli. ) (Si no salia de alli pronto, se quedaria en la granja para siempre. Aquel lugar era como arenas movedizas.) Pero sabia que Nessie era demasiado nina buena como para haberse escapado otra vez, por lo que quiza se hubiera levantado antes que ella y ya estuviese en el tenderete. Menuda curranta. ?Como se llamaba esa cancion del viejo disco de REM que tenia papa? ?Shiny Happy People? Pues esa era Nessie. Shana ya habia desayunado, por lo que fue a buscar el adaptador de objetivo macro para el movil con el que hacia fotos de cosas que estaban muy cerca. Era como descubrir pequenos mundos, lo micro hecho macro. No tenia una camara de verdad, pero estaba ahorrando para comprar una reflex digital algun dia. Mientras, tendria que seguir usando el telefono. Acaso encontrara algo en el establo o en la queseria que estuviese guapo para sacar fotos muy de cerca: oxido descascarillado, la aguja roja del termometro o las burbujas y los cristales del queso. Recordo donde habia dejado el adaptador la ultima vez: estaba sacandole fotos a una arana que colgaba de su ventana y la habia dejado en el alfeizar. Por lo que fue a buscarlo y... Algo que habia fuera le llamo la atencion. Un movimiento en el aparcamiento. Lo primero que penso fue que una de las vacas se habia quedado suelta. Shana se acerco a la ventana. Habia alguien fuera, caminando. No. No era alguien. Una colgada habia recorrido la mitad del aparcamiento en pantalones de pijama y camiseta rosa. Tambien descalza, al parecer. ?Que narices? ?Nessie? Shana corrio a la cocina y se olvido por completo del objetivo. Se puso las zapatillas lo mas deprisa que pudo y corrio hacia la puerta del porche trasero al tiempo que trastabillaba porque una se le habia quedado mal puesta, pero enseguida le dio un buen pisoton con el talon y siguio corriendo. Penso en gritarle a su hermana pequena, pero decidio no hacerlo. No habia razon para llamar la atencion de papa. Seguro que si descubria que aun no estaba en el tenderete les iba a largar un sermon de los suyos y el dia ya habia empezado con suficiente mal pie. En lugar de eso, se limito a correr por el aparcamiento mientras la gravilla crujia bajo sus zapatillas. Las vacas Holstein que habia a la izquierda mugieron. Un joven ternero, que creia que era Moo Radley, se quedo mirandola con las patas torcidas mientras ella iba en busca de la lerda de su hermana. --Nessie --siseo--. !Oye, Nessie! Pero Nessie no se dio la vuelta. Siguio caminando. <> Shana troto hasta ponerse delante de ella y planto los pies como raices. --Por Dios, Nessie, pero que carajo estas... En ese momento vio los ojos de la chica. Estaban abiertos, pero su hermana tenia la mirada perdida. Era como si mirase detras de Shana o a traves de ella. Eran como los ojos de un muerto, como las cabezas inmoviles de unos clavos muy grandes. Ya no brillaban ni tenian esa chispa tan natural en ella. Nessie siguio caminando descalza. Shana no sabia que hacer. ?Apartarse? ?Seguir plantada como un poste telefonico? La indecision la obligo a hacer un poco de ambas cosas, se movio unos centimetros, pero aun seguia en el camino inevitable de su hermana. El hombro de la chica la golpeo con fuerza, y Shana se tambaleo hacia la izquierda despues de recibir el golpe. La carcajada que solto era de sorpresa. Era una risa de molestia, un ladrido de incredulidad. --Eso ha dolido, capulla --dijo al tiempo que la agarraba por el hombro y empezaba a zarandearla. Nada. Nessie se zafo y siguio caminando. --Nessie. Nessie. Shana agito una mano delante de los ojos de su hermana. La agito, una y otra vez. En aquel momento empezo a pensar, se le ocurrio la idea improbable pero que podia ser cierta: <> Pero Shana era la bromista, y los chistes del repertorio de Nessie eran tan malos que hasta papa torcia el gesto, y eso que los chistes malos le encantaban. Pero, por si acaso, levanto el dedo y le apreto la nariz como si fuese un boton. --!Bup! --dijo--. Te acabo de apagar, robotita. Nessie no reacciono. Ni parpadeo siquiera. ?Habia parpadeado en algun momento? A Shana le parecia que no. Luego vio delante de ellas un gran charco de agua de lluvia y aviso a su hermana: --Nessie, cuidado. Hay un... Demasiado tarde. Nessie lo vadeo sin inmutarse. Plis. Plas. Metio los pies en el agua casi hasta los tobillos, pero no se detuvo ni por un instante, como si fuese un juguete al que le habian dado cuerda y solo pudiera caminar en una direccion. Seguia mirando al frente. Seguia avanzando. Tenia los brazos rigidos en los costados. Algo iba mal. La idea impacto el corazon de Shana como si fuera un puno. Se le cerro el estomago y sintio como se le espesaba la sangre. Empezo a sentir miedo, pero de todas maneras intento razonar consigo misma: <> Vale, no. A Nessie nunca le habia pasado algo asi, pero quiza fuera la manera en la que su cerebro habia decidido tratar con las hormonas que recorrian su cuerpo como caballos de carreras. La cuestion era otra:

  • La redencion del lobo (Wolfheart 2) de Jess Gr

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    Hace diez anos deje escapar a la mujer de mi vida. Desde entonces me he convertido en un hombre frio y sin escrupulos, pero ahora ella ha vuelto para recordarme que aun hay bondad en mi interior.

  • Victoria de Begona Blasco Laffon

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    Mi abuela siempre tenia a mano un refran. Mas vale callar lo que se sabe, que decir lo que no se sabe. Me pregunto que hubiera sido de mi familia si hubiera hecho caso de este. Por fin han salido a la luz los secretos que guardo tantos anos, y el desastre que origino por decir lo que no sabia. En el salon en el que pase mi infancia, observo a Victoria dormida en el capazo. No estoy segura de cual hubiera elegido la abuela para este momento, pero si de lo orgullosa que se hubiera sentido al saber que su nombre se perpetuaba en la familia. Oigo en mi cabeza su voz dulce: "?ves?, todo llega". Han pasado casi cincuenta anos de su muerte, y me pregunto como es posible que aun recuerde con tanta claridad la ternura con la que me hablaba. Mi madre, en cambio, parecia que solo se hubiera aprendido un refran, y lo repetia cada vez que se le presentaba alguna oportunidad de cambio: mas vale malo conocido que bueno por conocer. Con que ganas le diria lo confundida que estaba. Todavia me invade la tristeza si pienso en las veces que la culpe de no quererme lo suficiente. Ahora que se lo que paso, me asombra que fuera capaz de sacarme adelante. !Que mejor manera de demostrarme su amor y que poco supe apreciarlo! Me acerco a la cuna y acaricio la mano de mi nieta. Desde que viaje a Munich cuando nacio, hace cuatro meses, solo la habia visto en las fotos y videos que mi hija me envia a menudo. Llevan un par de dias instaladas en casa, pero hoy es la primera vez que me quedo a solas con ella. --Madre, te he dejado el biberon en la nevera --ha dicho, como si no hubieramos estado juntas en la cocina mientras lo preparaba--. No creo que lo necesite, normalmente duerme seis o siete horas seguidas. De verdad, en cuanto tomemos las uvas nos volvemos. Sabine, harta de las instrucciones que Paula no paraba de darme por el pasillo, con la excusa !llegaremos tarde!, ha conseguido cerrar la puerta. La pequena hace un puchero y me apresuro a mecerla, al tiempo que con el mando apago la tele. Siempre me ha gustado ver los programas que resumen lo ocurrido durante el ano, pero, hoy, mirar a mi nieta me parece mucho mas interesante. !Una nueva Victoria en la familia! No tengo claro si me gusta que hayan elegido nuestro nombre. Me alegro de que, por lo menos, no comparta tambien nuestra fecha de nacimiento. Aunque recuerdo con carino los cumpleanos compartidos con la abuela, es mejor que Victoria tenga su propia fiesta. Deseo que empiece una nueva saga de mujeres en la familia que sabran mirar al futuro sin el lastre del pasado. Sin prejuicios, sin secretos. Victoria se ha dormido de nuevo. Me acerco al balcon y observo a traves de los cristales el ir y venir de la gente. Las luces de los escaparates y las estrellas que decoran los arboles de la plaza me parecen mas brillantes que las del ultimo ano. Aunque he insistido en que estare dormida antes de que den las doce, Paula me ha comprado esta manana una lata con las doce uvas, ya peladas, y las ha puesto en un cuenco que ha dejado en la mesita, al lado de la lampara. Sin piel, se amontonan en el fondo, languidas, casi translucidas. Me ha hecho prometer que me las comere aunque este sola. Pero no estoy sola. Si entorno los ojos puedo ver a la abuela, que sentada en su butaca frente a la tele, me pide que le pele las suyas; y a mi madre, enfadada porque creia firmemente en la necesidad de cumplir el ritual sin trampas, para que la suerte nos acompanara durante todo el ano. Conocer los secretos de la abuela ha servido para que comprenda por que mi madre se sintio, hasta su muerte, una nina abandonada. Ya no tengo nada que recriminarle, lo unico que lamento es que se fuera sin poder decirselo. Me alejo de la ventana. Con cuidado acerco el capazo al sillon. Me acurruco en el sin perder de vista a Victoria que, dormida, esboza sonrisas que se desvanecen casi al mismo tiempo de aparecer. Siento como si tuviera todo el tiempo del mundo, y protegerla fuera mi unica tarea. Me sorprende ese sentimiento porque ni siquiera con mis hijos he tenido una conexion tan profunda. Recuerdo con pena su nacimiento. Mi instinto maternal quedo oculto tras el parto por un velo de tristeza que no me permitio, hasta mucho mas tarde, disfrutar de ellos. Esta noche dormire de nuevo en el que fue mi cuarto, pero las obras han conseguido, por fin, que el piso deje de pertenecer al pasado. El corcho con las fotos y recortes que mi madre mantuvo durante tantos anos ya solo esta en mi memoria. Sin embargo, solo ha pasado un ano desde aquella manana en la que tuve la sensacion de que el dormitorio me miraba con extraneza, como si se preguntara el motivo por el que, despues de tantos anos, habia vuelto. No supe contestarle. Quiza la llamada de Juan el dia anterior, para decirme que hiciera algo con el piso de mi madre, provoco en mi la absurda pretension de que, si amanecia en mi cama de nina, la pesadilla terminaria, mi familia permaneceria intacta, y la abuela vendria a darme los buenos dias con un beso, como cada manana. El deseo de leer sus cartas y escritos me lleva a levantarme sin pereza del sillon. Hace unos meses que encuaderne todo ello. Me acerco a la estanteria. Se me ha ocurrido la tonta idea de hablarle a mi nieta mientras duerme. Quiero que Victoria conozca sus origenes. Quiza tengan razon los que dicen que de pequenos somos capaces de guardar informacion de cosas que vivimos, aunque despues nuestra mente consciente no pueda recordarlas. Con un poco de verguenza al principio, empiezo a hablar. Mi voz es apenas un susurro en la habitacion hasta ahora silenciosa. --Tienes que imaginar a mi abuela Victoria joven y enamorada. Me quedo pensativa un momento. Si pretendo contarle lo ocurrido estos ultimos meses no puedo irme tan atras en el tiempo. Comienzo de nuevo, mi voz mas firme. --Mejor empezare hace justo un ano, el 31 de diciembre de 2013. Asi sabras como me entere de los sucesos que nuestras antecesoras me ocultaron durante tanto tiempo. 1 Me encogi bajo las sabanas sin ganas de levantarme. La habitacion seguia helada. Por la hora que era, el portero acabaria de encender la calefaccion y aun los radiadores estarian templados. Saque la mano y tantee en el suelo en busca de la manta que recordaba haberme puesto la noche anterior. Sin molestarme en estirar las sabanas revueltas, la eche por encima en un intento de entrar en calor. Sabia que no me iba a resultar facil, el frio habia pasado a formar parte de mi vida desde hacia un tiempo. La conversacion que habia mantenido con mi marido, lejos de haberse borrado tras la noche, continuaba grabada en mi mente. Su habilidad para convertir cualquier intento de dialogo en un monologo cargado de reproches me habia dejado agotada. Quedo claro que lo unico que queria de mi era que desapareciera de su vida, y cuanto antes, mejor. !Como olvidar sus palabras!: Joder, Mavi, siempre llegamos al mismo punto, vendamos nuestro piso de una puta vez, repartimos y se acabo el problema. Ahora que el de tu madre esta vacio ya no tienes excusa. Ya han pasado mas de dos meses, y seguimos igual. Asi que haz algo. Tengo planes y no voy a esperar mucho mas, dijo antes de colgar sin ni siquiera despedirse. Que tenia planes... !Que cabron! ?Y nuestros planes? Cuando Diego se fue a estudiar su master a Vancouver, nos parecio buena idea hacer un viaje para revivir las veces en las que dejabamos a los chicos con mi madre y nos escapabamos un fin de semana en el viejo coche. Su enfermedad hizo que fueramos posponiendo nuestros planes, pero, ahora, tenia claro que la unica ilusionada habia sido yo. Me sobrecogio la forma en la que Juan hablaba de ella. Ni siquiera me habia preguntado que tal estaba. No mejoraba tanto como nos habiamos imaginado, pero eso no significaba que su muerte fuera inminente. Solo pensar lo que costaba la residencia me hacia temblar. ?Cuanto duraria el dinero de su cuenta? Cada mes que pasaba subia la factura, tantas cosas que no estaban incluidas, pero que al parecer eran indispensables para su cuidado. Lo ultimo que me faltaba era Juan con sus prisas y sus maravillosos planes. La rabia que senti al recordar la forma tan ruin en la que me dijo que se iba, me quito el frio de golpe. Hacia una semana que habiamos ingresado a mi madre. Necesitaba volver a la rutina con la que pasabamos tantos fines de semana, yo, leyendo un libro en la butaca, y Juan, tumbado en el sofa, mientras cambiaba una y otra vez de canal sin intencion mas que de dejar pasar el rato hasta la hora de acostarse. Dos meses ya, y todavia me parecia que fue ayer. Acababa de terminar el telediario. La casualidad hizo que le mirara justo en el momento en el que apago la tele. Dejo el mando encima de la mesa, se sento en el sillon y levanto la vista hacia mi. --Quiero decirte algo. He esperado porque sabes que aprecio mucho a Ana Maria y no queria que sufriera todavia mas. --?Algo de mi madre? --pregunte. Volvio a coger el mando de encima de la mesa, por lo que por un momento pense que iba a encender la tele, pero se limito a pasarselo de una mano a otra. Cuando ya estaba a punto de decirle algo, por romper ese silencio que empezaba a asustarme, comenzo a hablar: --Sera mejor que te lo diga sin rodeos. Me marcho. --?Que te marchas? Juan viajaba con frecuencia por su trabajo, no entendia por que me lo anunciaba, esta vez, de una manera tan rara. --Si, he decidido que me voy. --?Adonde? Se levanto del sillon y se quedo en pie, frente a mi. --Lo que intento decirte es que me voy de casa. Quiero a Carla y hemos decidido empezar una nueva vida juntos. --?Carla? Mi mente hacia verdaderos esfuerzos por intentar poner cara a un nombre que me sonaba familiar. --?Tu secretaria? --Bueno, ahora no es secretaria. Hace tiempo que ejerce tambien de abogada en el bufete -- intento justificar Juan, y antes de que pudiera decir nada, continuo: --Si no lo he hecho antes es porque no queria que tu madre tuviera que pasar por esto, pero ahora no veo razon para aplazarlo mas tiempo. ?Entiendes? Incapaz de hablar o moverme, escuche sus explicaciones, sin asimilar todo lo que me decia. --... seamos razonables. A los chicos les parece bien. Oir que hablaba de nuestros hijos me hizo reaccionar. --?Me estas diciendo que sabian que estabas con otra tia? --Bueno, no desde hace mucho. Se lo conte a Paula la ultima vez que vino, y ella me dijo que se lo diria a su hermano. --!Eres un cabron de mierda! Me parecio que se acobardaba ante mi rabia, pero enseguida se envalentono de nuevo. --Solo quieren que seamos felices. --?Felices?, ?!Felices!? Mi grito no consiguio nada mas que una mirada tensa por su parte. --Espero que lo entiendas. Estoy decidido. Me ire manana. --!Como que manana! --conteste hecha una furia, y sin pensarmelo dije--. Si quieres irte, vete, !pero vete ya! --Si es asi como lo quieres... Aun no me habia movido del sillon cuando Juan salio de nuestra habitacion arrastrando dos maletas. Al pasar por mi lado me dijo: --Adios Mavi, hablaremos cuando estes mas calmada. Me gire en la cama incapaz de encontrar una postura comoda. Mi chuleria me habia salido rana. Por lo poco que tardo, tenia que haber preparado las maletas aquella tarde. Las habia visto en la habitacion, pero no imagine que ya estuvieran llenas. !Como habia podido ser tan tonta! El dia que ingresamos a mi madre en la residencia se habia mostrado muy carinoso. Llevabamos tanto tiempo fingiendo una convivencia que no existia, que tendria que haberme dado cuenta de lo que tramaba. Con la pena que tenia, si llego a saber lo que me esperaba, se hubiera acostado aquella noche con el su puta madre. Seguia sin ganas de levantarme. Tenia todo el dia por delante sin nada que hacer mas que esperar a que dieran las doce y tomar las uvas, sola en casa. Mis recuerdos seguian aferrados a aquel fin de semana de hacia dos meses, en el que me resistia a creer que Juan se hubiera marchado y que mis hijos le apoyaran. Me sentia traicionada en lo mas profundo. Aquella noche, cuando consegui reaccionar, cogi el movil y marque el numero de Paula. El timbre continuo sonando hasta que se corto la llamada. Al intentarlo de nuevo me fije en la hora, !eran las dos de la manana! Tendria que esperar hasta el dia siguiente para que me explicara por que no me habia dicho nada. Paula se limito a mandarme un par de wasaps. Alegaba que tenia un trabajo pendiente que entregar y que hablariamos cuando viniera en Navidad. Diego, en vez de darme la razon, habia intentado calmarme, lo que me enfurecio todavia mas. Despues de colgar, sin pensarmelo dos veces meti en bolsas de basura toda la ropa de Juan. Habia esperado a que anocheciera, no queria que los vecinos se enteraran de lo que pasaba, y las tire, con mas rabia aun que la que habia usado mientras vaciaba hasta el ultimo cajon, en el contenedor de la esquina. Ya no hacia falta que volviera, que Carla le comprara lo que le diera la gana. Me habia sentido como Malefica cuando, al final de la pelicula, lucha contra su amado. Aunque yo no pensaba ser tan tonta como ella, que casi muere por creer que el muy traidor se arrepentia. Si Juan queria volver tendria que hacer algo mas para convencerme. Que ilusa. No habian pasado ni veinticuatro horas cuando, un poco borracha, despues de beberme unos buenos tragos del guisqui que Juan reservaba para las grandes ocasiones, me arme de valor y le llame. ?Si?, una voz femenina hizo que mi corazon se acelerara al compas de la ira que empezo a subir desde mi estomago. !Asi que ella si podia usar su movil! !Cabron! Colgue sin contestar. Tire el mio con tanta fuerza que reboto en el respaldo de la butaca y termino en el suelo. Mire el movil, en la mesita de noche, a mi lado. La raja que se habia hecho en el cristal aquel domingo aumentaba cada dia. Decidi que el jueves, en cuanto abrieran las tiendas, iria a por uno nuevo. Ya que no esperaba regalos en Reyes, me compraria el mas caro que encontrara. Que diferencia con las navidades de los ultimos anos, en las que todavia jugabamos a ser una familia normal. Recoger a Paula y a Diego, contagiada de la felicidad que se respiraba en el aeropuerto en esas fechas; los regalos comprados a ultima hora en los que se incluia siempre un tique para facilitar su devolucion, las sobremesas en las que dejabamos a Juan extenderse sobre las ventajas laborales que encontrarian los chicos al terminar sus estudios en el extranjero, sin querer ver que su vuelta a casa estaba cada dia mas lejana. Todo me habia parecido artificial y forzado. Ese dia, en cambio, hubiera dado cualquier cosa por recuperar el dos mil trece, aun con todos sus sinsabores. Ni siquiera habia llamado a mis amigos para decirles que no pensaba acudir al restaurante en el que, en los ultimos anos, nos reuniamos para cenar y tomar las uvas. Lo ultimo que me apetecia era ver las miradas de compasion de las mujeres del grupo al acabar de besar a sus maridos cuando dieran las doce. Recogeria un poco y volveria por la tarde a mi casa en la que me esperaba una lasana congelada. Debia de llevar siglos en el congelador. Cenaria sola, delante de la tele, sin saber siquiera si mis hijos se acordarian de mi. Me entretuve un rato con la mirada fija en las figuras que la luz que atravesaba la persiana entreabierta dibujaba en la pared. No recordaba haberme fijado nunca en ellas, aunque mi cama no se habia movido desde que me instale en esa habitacion unos meses despues de morir la abuela. Se oia ya el bullicio de la gente en la calle. Echaba de menos poder ir de tiendas o tomar algo en un bar sin tener que coger el coche. Juan, sin embargo, siempre habia preferido la tranquilidad del extrarradio de Madrid. La urbanizacion cerrada contaba con vigilancia las veinticuatro horas. Creo que se sentia importante cuando el vigilante le saludaba con respeto al abrirle la verja metalica. A mi me convencio con el argumento de que los ninos podrian jugar libremente en los jardines o banarse en la piscina comunitaria, sin tener que depender de que tuvieramos tiempo para llevarles a un parque o un polideportivo. Sin embargo, tiempo fue lo unico que me sobro en esos anos, hasta que harta de estar en casa, me arme de valor y, aun en contra de su opinion, me acerque al colegio en el que habia trabajado un tiempo antes de casarme. Se apiadaron de mi, y lo que empezo como una sustitucion, se habia convertido en un contrato indefinido. No tenia un gran sueldo, pero eso mejor que nada. Intente pensar en otra cosa, pero solo consegui volver a las palabras de Juan: !haz algo con el piso de tu madre! No me sentia con fuerzas para quitar sus cosas. ?Y si ocurria un milagro y mi madre al volver a casa se la encontraba distinta a como ella la dejo? Pero reconoci que mi resistencia tenia mucho que ver conmigo. A este piso volvio mi madre al quedarse viuda, todavia embarazada, y los recuerdos de mi ninez y juventud estaban asociados a aquellas estancias en las que habian convivido en una armonia un tanto peculiar los mas variados estilos, herencia de la costumbre familiar de no tirar nada. Ahora me iba a tocar a mi hacer lo que mi madre no pudo. La huella dejada por la abuela Victoria, mimamita, habia sido tan profunda que desistio desde el primer momento de la pretension de hacerla suya, nuestra. Para enfrentarme al piso necesitaba alejar los fantasmas de los que habiamos vivido alli, y probablemente la unica manera era tirar todas nuestras pertenencias. Una lucecita roja en el movil, que indicaba que la bateria estaba a punto de acabar, hizo que me levantara de la cama. Abri la persiana para disolver en la luz del mediodia los recuerdos que se resistian a abandonarme, y me vesti rapido, necesitaba un cafe bien cargado. Entre en la cocina y mi ninez cobro vida: encaramada en la banqueta mientras cortaba verduras bajo la atenta mirada de la abuela, el aroma a azafran de sus guisos, el ultimo cumpleanos que celebramos juntas. La nina que fui volvio con fuerza corriendo inocente de la cocina, donde mimamita me llamaba para que le ayudara a decorar la tarta, al salon, en el que mi madre intentaba colgar los globos de colores que habiamos inflado entre todas. Despues de morir la abuela, mi madre no supo encontrar las fuerzas para continuar con las celebraciones en casa, y fue una de mis tias la que tomo el relevo en las ocasiones en que nos reuniamos toda la familia. La cocina estaba aun mas fria que el resto de la casa. El ventanuco del cuarto de la plancha, utilizado tambien como despensa, se habia quedado abierto toda la noche. Mi madre me habia contado que cuando ella era nina, la criada de la abuela, Carmela, dormia alli. Era dificil imaginar una cama en ese espacio tan reducido. Me lleve el cafe al salon y, de pie, pegada a uno de los radiadores, observe el espacio que todavia llamabamos el gabinete de la abuela. Tras su muerte, mi madre decidio comunicar la estancia con el salon. Aun recuerdo lo mucho que me dolio que no respetara esa habitacion en la que tantas y tantas veces mimamita y yo nos encerrabamos. Era nuestro rincon. Me sentaba a su lado a hacer los deberes mientras ella escribia con una pluma de capuchon plateado. Alguna vez me dejaba usarla, y me dedicaba a decorar los margenes con estrellitas de colores o soles sonrientes. Deje la taza en la cocina y el resto de la manana me dedique a clasificar el contenido de las estanterias del gabinete de la abuela. Monte una caja de carton y escribi en su parte superior "guardar" con un rotulador rojo. Me entretuve un buen rato en sacar las fotos de los marcos que no pensaba conservar, regalos de compromiso que siempre me habian parecido horrorosos. La de la boda de mis padres, sin embargo, estaba en un marco de plata que mi madre limpiaba cada cierto tiempo con un liquido que olia muy mal y lo dejaba muy oscuro. Era yo despues la encargada de sacarle brillo. La foto, en blanco y negro, se habia tomado al terminar la ceremonia y los novios y padrinos posaban con el altar al fondo. La primera vez que le pregunte por mi otra abuela, mi madre me explico que no, que la madrina en su boda habia sido una tia de mi padre, ya que mi abuela habia muerto antes de que ellos se casaran.

  • Cuando el cielo se queme de Jordi Sierra I Fabra

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  • Lo que nunca te cante, Cara A de Lena Valenti

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    Una siempre cree estar satisfecha con la vida que tiene. Yo, por ejemplo, asi lo siento.
    Tengo una relacion estable con un chico que me quiere y que me encanta, mi vocacion es mi trabajo, me rodeo de buenos amigos, tengo salud y unos padres que me apoyan en todo.
    No pido nada mas. Pero si esto fuera asi, no tendria nada que decirte.

  • Todo esta muy oscuro (Las doce puertas 3) de Vicente Raga

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    ?Te atreves a entrar en el universo de Las doce Puertas? Piensalo bien porque te costara salir.

  • Heroes de cobre de Iguazel Seron , Marta Alvarez

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    Cuando el rey de Galvania muere, se convoca una competicion de aspirantes al trono. ?El objetivo? Encontrar una serie de objetos magicos antes de que concluya el tiempo. ?Las principales normas?

  • En alas de la seduccion de Gloria V. Casanas

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  • Propiedad Comprada de Rosalia Reyes

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    Marco era el Rey del mundo.
    Pero un Rey sin Reina.
    Multimillonario, atractivo, playboy.
    Y una cama vacia en los dias duros.

  • La CancioN Del Lobo. Wolfsong de T. J. Klune

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    Suspiro por lo bajo de forma brusca y le tomo un momento voltearse en mi direccion. -?Cuando llegaste a casa? -Hace un rato -me dio una comezon que no se sintio nada bien. Papi echo un vistazo al reloj viejo sobre la pared. La cobertura plastica del frente estaba agrietada. -Es mas tarde de lo que pensaba -sacudio la cabeza-. Mira, Ox... Parecia nervioso. Confundido. Mi padre era muchas cosas: un alcoholico, rapido para enfadarse y atacar con palabras o punos, un dulce demonio con una risa que retumbaba como esa vieja Harley Davison que habiamos MOTAS DE POLVO/ FRIO Y METAL enia doce anos cuando papi puso una maleta al lado de la puerta. T-?Para que es eso? -le pregunte desde la cocina. reparado el verano anterior. Pero jamas se lo veia nervioso, jamas parecia confundido. No como lo estaba ahora mismo. Presenti algo terrible. -Se que no eres el muchacho mas listo del mundo -me dijo mientras ojeaba su maleta. Era cierto, no habia sido provisto de una gran inteligencia. Mi mama una vez dijo que yo estaba bien. Mi papa pensaba que era lento. Mama le respondio que no se trataba de una carrera. Papa ya habia bebido demasiado whisky y comenzo a gritar y romper cosas. No la golpeo. No aquella noche, de hecho. Mama lloro mucho, pero el no la golpeo, yo mismo lo verifique. Cuando comenzo a roncar en su vieja silla, me escurri a mi habitacion y me oculte bajo mis mantas. -Lo se, senor -replique. Me miro de nuevo y jurare hasta el dia en que me muera que vi amor en sus ojos. -Mas tonto que un buey -dijo. No se oia malicioso viniendo de el. Tan solo lo era. Me encogi de hombros. Esa no era la primera vez que me lo decia, incluso cuando mama le habia pedido que dejara de hacerlo. Estaba bien, era mi papa, sabia mas que cualquier otra persona. -La gente hara que tu vida sea una mierda. -Soy mas grande que la mayoria -afirme, como si eso significara algo. Y lo era, las personas me temian, aunque no queria que asi fuera. Era grande, como mi papa. El era un hombre de gran tamano con un temperamento inestable gracias a la bebida. -La gente no te comprendera. -?Eh? -No te entenderan. -No necesito que lo hagan -en verdad queria que lo hicieran, pero podia comprender por que no lo harian. -Debo irme. -?A donde? -Lejos. Mira... -?Lo sabe mama? -Claro... Tal vez. Sabia que sucederia, probablemente lo sabe desde hace tiempo -rio, pero no se oyo como si encontrara gracioso lo que acababa de decir. -?Cuando regresaras? -di un paso hacia el. -Ox, la gente sera mala. Solo ignoralos y manten tu cabeza baja. -La gente no es mala, no siempre -no conocia a demasiadas personas. De hecho, no tenia amigos. Pero la gente que si conocia no siempre era mala. Simplemente la mayoria no sabia que hacer conmigo. Eso no estaba mal, yo tampoco sabia que hacer conmigo. -No me veras por un tiempo -agrego-. Tal vez por mucho... -?Que hay del taller? -le pregunte. Papi trabajaba en lo de Gordo. Siempre olia a metal y grasa cuando regresaba a casa, y sus dedos estaban ennegrecidos. Tenia camisas con su nombre bordado con puntadas de rojo, azul y blanco: Curtis. Siempre pense que esa era una de las cosas mas maravillosas. La marca de un gran hombre, tener tu nombre grabado en una camisa. En ocasiones me permitia acompanarlo. Me enseno a como cambiar el aceite cuando tenia tres, como cambiar un neumatico a la edad de cuatro y como reconstruir el motor de una Chevy Bel Air Coupe de 1957 cuando tenia nueve anos. Esos dias llegaba a casa oliendo a grasa, aceite y metal, y sonaba que tenia una camisa con mi nombre bordado. Diria Oxnard o tal vez solamente Ox. -A Gordo no le importara -dijo mi padre. Se sentia como una mentira. A Gordo le importaba todo. Era algo malhumorado, pero una vez me dijo que cuando fuera lo suficien temente mayor, podria pedirle empleo. "Los tipos como nosotros deben mantenerse juntos", me dijo. No supe que quiso decir, pero me basto el hecho de que pensara en mi. -Oh -fue todo lo que pude decirle a mi padre. -No me arrepiento de haberte tenido -dijo-. Pero me arrepiento de todo lo demas. -?Esto se trata de...? No sabia de que se trataba. -Me arrepiento de estar aqui -continuo-. No puedo tolerarlo. -Bueno, eso esta bien -respondi-. Podemos solucionarlo. Quizas podriamos irnos a algun otro lugar. -No hay solucion, Ox. -?Cargaste tu telefono? -le pregunte porque jamas recordaba hacerlo-. No olvides cargarlo para que pueda llamarte. Hay cosas de Algebra que aun no entiendo. La senora Howse me dijo que podia pedirte ayuda. Aunque sabia que mi padre no entenderia los problemas numericos mas que yo. La llamaban Prealgebra. Eso me asustaba porque si ya era dificil siendo pre, ?que pasaria una vez que solo fuera Algebra, sin el pre incluido? -Maldita sea, ?acaso no lo entiendes? -grito. Conocia ese gesto, era su expresion de enfado. Estaba colerico. -No -le respondi, porque no lo entendia. Intente no encogerme por el miedo. -Ox, no habra ayuda para Algebra, ni llamadas por telefono. No hagas que me arrepienta de ti tambien. -Oh... -Ahora tienes que ser un hombre, por eso intento explicarte todo esto. La mierda te va a llegar, solo deberas sacudirtela y seguir adelante -tenia los punos apretados a los costados. No sabia por que. -Puedo ser un hombre -le asegure porque tal vez eso lo haria sentir mejor. -Lo se -respondio. Sonrei, pero aparto la mirada. -Debo irme -concluyo al fin. -?Cuando vas a regresar? -pregunte. Dio un paso vacilante en direccion a la puerta, con la respiracion repiqueteando en su pecho. Tomo su maleta y se marcho. Pude oirlo arrancar su vieja camioneta afuera, el motor tardo en encenderse. Se oia como si necesitara una nueva correa de distribucion. Tendria que re - cordarselo mas tarde. -?Ox? -pregunto. Se veia muy cansada-. ?Que sucede? -Hola, mama. -?Por que estas llorando? -No estoy llorando -y no lo hacia porque ahora era un hombre. -?Que sucedio? -acaricio mi rostro. Sus manos olian a sal, patatas fritas y cafe mientras frotaba sus pulgares sobre mis mejillas mojadas. Baje la cabeza para mirarla. Siempre habia sido pequena y yo, en algun momento del ano pasado, habia crecido mucho. Ojala recordara ese dia, debio haber sido monumental. -Cuidare de ti -le prometi-. Ni siquiera debes preocuparte. -Siempre lo haces -su mirada se suavizo. Pude ver las lineas alrededor de sus ojos, el cansado conjunto de su mandibula-. Pero... -se detuvo. Tomo aire-. ?El se marcho? -pregunto y su voz se oyo tan pequena. -Eso creo -enrosque su cabello con mi dedo. Oscuro, como el mio, como el de papa. Eramos todos oscuros. -?Que te dijo? -me pregunto. -Ahora soy un hombre -repeti. Eso era todo lo que necesitaba oir. Mama se partio de la risa. Mama llego tarde a casa esa noche, luego de trabajar doble turno en el restaurante. Me encontro en la cocina, de pie en el mismo lugar en donde estaba cuando mi papa atraveso la puerta. Las cosas eran diferentes ahora. Tampoco se llevo fotografias. Solo un poco de ropa, su afeitadora, su camioneta y algunas de sus herramientas. Si no lo hubiera conocido mejor, hubiera pensado que jamas estuvo aqui. Sono un par de veces hasta que un mensaje dijo que el telefono ya no estaba en servicio. La manana siguiente tuve que disculparme con mama, habia colgado con tanta fuerza que quebre la base del telefono. Ella dijo que estaba bien, y no volvimos a mencionarlo nunca mas. -Mantenlas limpias y Dios te libre si las encuentro tiradas afuera. Se oxidaran y te dare una paliza. Esta mierda no es para jugar, ?entiendes? -me dijo. -Si -respondi y las toque con reverencia porque eran un regalo. No podia encontrar las palabras para decir lo completo que se sentia mi corazon. Papa no se llevo el dinero cuando nos dejo. Al menos no todo. Aunque tampoco habia demasiado, a decir verdad. Lo llame en el medio de la noche, cuatro dias despues. enia seis cuando mi papi me compro mi propio set de herramientas. No de las que eran para ninos. Nada de colores brillantes ni plastico, eran de metal frio y reales. T Un par de semanas tras su partida, me hallaba de pie en la habitacion de ellos (de ella). Mama estaba en el restaurante otra vez, en un nuevo turno. Sus tobillos estarian adoloridos cuando llegara a casa. La luz del sol se vertia a traves de una de las ventanas sobre la pared del fondo y atrapaba las pequenas particulas de polvo. Olia a el dentro de la habitacion. A ella. A ambos, a una mezcla de los dos. Pasaria mucho tiempo hasta que el se desvaneciera. Pero al final lo haria. Abri la puerta del armario y uno de los lados estaba casi vacio, aunque quedaban algunas cosas. Las pequenas partes de una vida que ya no era vivida. Como su ropa de trabajo, cuatro camisas que colgaban al final del armario. Lo de Gordo, en cursiva. Todas decian Curtis. Curtis, Curtis, Curtis. Toque cada una de ellas con la punta de mis dedos. Quite la ultima de su gancho, la deslice por mis hombros. Era pesada y olia a hombre, sudor y trabajo. -Okey, Ox -me dije-. Tu puedes hacerlo. Entonces comence a abotonarla. Mis dedos se trababan sobre sus botones, muy grandes y redondos. Era torpe e ingenuo, solo manos y piernas, sin encanto y soso. Era demasiado grande. Acabe con el ultimo boton y cerre mis ojos, respire profundo. Recorde como lucia mama esa manana: las lineas moradas debajo de sus ojos, sus hombros caidos. -Se bueno, Ox, mantente lejos de los problemas -me habia dicho, como si los problemas fueran la unica cosa que yo conociera. Como si me metiera en problemas a menudo. Abri los ojos y me enfrente al espejo que colgaba en la puerta del armario. La camisa era demasiado grande o yo era demasiado pequeno. No estaba seguro de ninguna de las dos cosas. Me veia como un nino disfrazado, como si fingiera ser alguien mas. -Soy un hombre -dije con voz baja luego de fruncir el ceno al ver mi reflejo. >>Soy un hombre -no creia en mis palabras. >>Soy un hombre -repeti con una mueca de dolor. Al final me quite la camisa de mi padre, la devolvi al armario y cerre las puertas. A mis espaldas, las motas de polvo siguieron flotando en la luz solar que desaparecia.

  • Vendra la muerte y tendra tu rostro de Jose Luis Tomas Porta

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    "Solo se ama de verdad lo que se puede perder, aquello que te puede destruir".

  • El diario de una bastarda (Diarios nobles 1) de Maria Isabel Salsench Olle

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    Alice Smith es una bastarda y no soporta que se lo digan. Ha vivido siempre a la sombra de sus perfectas hermanas reconocidas por la sociedad y lo unico que desea es llevar una vida tranquila lejos de las habladurias. Por fin encuentra la paz en Francia o eso piensa hasta que… un hombre muy apuesto y de ojos plateados le hace pedir perdon de rodillas, humillandola en publico.
    Ese sera el inicio de una rivalidad en la que Alice buscara recobrar su dignidad. Sin embargo, lo que no espera es enamorarse en el camino…
    Hugo Silvery es un acaudalado noble de origen ingles que se ha instalado en Francia para dejar correr sus vicisitudes lejos de la reprobacion de su padre. No soporta a la gente de clases inferiores y asi se lo demuestra a Alice, a la que considera poco mas que una campesina, pero no contaba con que ella fuera la mujer mas hermosa que habia visto nunca. Y sera la belleza femenina lo que le hara dificil despreciarla por ser una bastarda.

  • America Magica de Josue Ferrer

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    La noche apesta a sudor y fornicacion en Miami. Un mendigo que duerme en un callejon esta a punto de ser asesinado cuando de repente un angel que se aparece de la nada le salva la vida y le dice que ha sido elegido por Dios para anunciar que el fin del mundo esta muy cerca. A partir de ahi, se convertira en un predicador ambulante que viajara de costa a costa alertando sobre el Juicio Final. !Un viaje alucinante por todo el sur de Estados Unidos plagado de misterios y fenomenos paranormales!

  • TE QUIERO EN MI VIDA AYER, HOY Y SIEMPRE de Sabina Rogado

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    Una pregunta que Alexia le hace al que sin ninguna duda es el amor de su vida…
    Una respuesta que no es la esperada…
    Y una decision que hara que todo cambie, en la particular historia de dos jovenes, que no saben muy bien como llevar la historia de amor en la que estan envueltos…
    Asi comienza TE QUIERO EN MI VIDA AYER, HOY Y SIEMPRE. Una historia en la que Robert no estara dispuesto a consentir que nadie, (ni siquiera la unica mujer que ha logrado llegar hasta su corazon), irrumpa en su vida poniendola patas arriba despues de atreverse a formular una pregunta que nunca debio hacer, dando lugar a un empeno desmesurado de establecer unos limites infranqueables que no estara dispuesto a permitir.
    Y por la otra parte, una Alexia realista, intentara afrontar el tipo de relacion que Robert esta dispuesto a ofrecer (sin compromisos de ningun tipo), para finalmente tomar una decision trascendental, y que posiblemente sea la mas dificil de su vida, y que hara, sin ella pretenderlo, que todo vuelva a cambiar a raiz de la dura decision.
    Si crees en el amor y en los finales felices, sin ninguna duda TE QUIERO EN MI VIDA AYER, HOY Y SIEMPRE es tu novela…
    ?Te atreves a leerla?

  • Alta costura de Beatriz Espejo

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    Relatos de mujeres que por sus prejuicios se condenan a si mismas a vivir en lucha permanente con su realidad.
    Alta costura, Premio Nacional de Cuento 1996, es una de las mejores obras de una de las grandes escritoras mexicanas. Serie de cuentos que nos narran las preocupaciones de las mujeres maduras obsesionadas por su peso fisico, la llegada del inevitable deterioro fisico y la paulatina extincion de la belleza. Asimismo, Espejo nos describe, de manera magistral, a mujeres preocupadas por cubrir los vacios dejados por su poco placentera vida sexual.

  • No soy un experimento de Melania Virues Morilla

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    Nos encontramos en un futuro no muy lejano en el que la ciencia crece dia a dia a pasos agigantados. Africa acaba de cumplir 19 anos y es un experimento. El doctor Flynn, es un cientifico que consiguio clonar a Alba; y Africa, es el resultado de aquello, de su experimento. Africa esta cansada de estar encerrada, cansada de ser una ‘rata de laboratorio’, por lo que decide escapar.?Que sera de Africa cuando consiga escapar sin una identidad ni sitio a donde ir? ?Y si ella no es el unico clon?

  • Mi vida contigo de Andrea Munoz Majarrez

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    ?Te enamorarias de alguien a quien nunca has visto?

  • La madre perfecta de Aimee Molloy

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    Un thriller psicologico adictivo sobre un grupo de mujeres que ven como el sueno de la maternidad se tambalea y pone a prueba su sentido de la amistad.

  • La cara oculta de Mari Jungstedt

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    EL AVION MODELO Cessna 182 con capacidad para cuatro personas habia comenzado a temblar de forma tan violenta que cualquiera habria creido que iba a estallar por los aires de un momento a otro. El piloto acelero al maximo el motor para alcanzar la velocidad correcta y provoco que la tension se apoderase de todos los que se encontraban en el interior. Aun seguian en la pista esperando la senal de despegue. Mientras tanto, el piloto revisaba las normas de seguridad, controlaba el timon de direccion, el panel de mandos, las valvulas, el nivel de aceite y la temperatura de los cilindros. El ruido ensordecedor imposibilitaba cualquier conversacion y los pasajeros tenian que gritar a pleno pulmon en caso de que necesitaran algo. Habian quitado los asientos para mayor comodidad y tanto Krister como su viejo amigo Peter se habian puesto de rodillas en el suelo. Una paracaidista que Krister no habia visto antes iba sentada al lado del piloto, de espaldas al panel de mandos. Los dos amigos, agazapados en la parte de atras y con sus paracaidas a la espalda, llevaban varios anos sin verse. Peter lo habia llamado la noche anterior para anunciarle que estaba de paso por Estocolmo y habia insistido en que fueran juntos a hacer paracaidismo como antes. Ademas, ya habia reservado en el centro al que iban cuando eran jovenes. Cecilia, la hija de dieciseis anos de Krister, estaba de visita aquel fin de semana y no escondio su decepcion al saber que su padre habia preferido quedar con otra persona en lugar de pasar el sabado con ella. Esa manana no tuvo mas remedio que ir de compras a la ciudad con la nueva novia de su padre. <>, penso Krister. No podia rechazar la invitacion y perder la oportunidad de reencontrarse con su amigo, que vivia en Estados Unidos desde hacia varios anos. Para compensar a su hija, la invitaria a cenar por la noche en un restaurante de Gamla Stan, los dos solos. Los motores rugieron. En el centro de la aeronave, habia otra mujer agachada que no habia dicho ni una sola palabra. Era bastante guapa, bajita y tenia el cabello oscuro. Parecia una de esas personas que no expresan nada. De vez en cuando, miraba fijamente por la ventanilla del avion con cara de pocos amigos. Aquel dia, Krister y Peter iban a saltar juntos a la vez, tal y como solian hacer cuando Peter vivia en Suecia y ambos participaban en las actividades del centro de paracaidismo. Los dos eran paracaidistas experimentados y llevaban practicando ese deporte desde hacia casi veinte anos. Los motores tronaron con mas fuerza y Krister supuso que ya se aproximaban a las tres mil revoluciones que se precisaban para alzar el vuelo. En ese momento, el avion empezo a dar sacudidas y a balancearse de un lado a otro. El piloto se comunico por radio con la torre de control y finalmente obtuvo autorizacion para iniciar el despegue. Acelero aun mas y la aeronave se puso en marcha. Tardaron veinte segundos en alcanzar la distancia inicial de cuatrocientos metros. A partir de ese momento, el avion empezo a dar bandazos cada vez mas fuertes hasta que finalmente se separo de la pista. Se sintieron liberados, pese a que las turbulencias y sacudidas se volvieron mas violentas. Aquel momento era el peor de todos. Parecia que el aeroplano fuera a desmoronarse cada vez que tomaban un poco mas de altura. Alcanzaron los tres mil metros despues de media hora de vuelo. Las piernas se les habian dormido debido a la postura incomoda en la que estaban y, ademas, la temperatura corporal les habia disminuido a causa de la altura. Al avion le faltaba la puerta, que habia sido sustituida por una cortina de tela que tapaba la abertura y que se cerraba con una cinta de velcro. Krister trato de pensar en otra cosa conforme perdia la sensibilidad en las piernas. Ademas, notaba que los dedos se le helaban aun mas a medida que ascendian. De repente, le vinieron a la cabeza los anos de amistad con Peter y todo lo que habian hecho juntos. Justo entonces, a bordo de aquella pequena aeronave en compania de su amigo, se dio cuenta de cuanto lo habia echado de menos. El avion continuo volando en circulos unos minutos sobre la zona de salto hasta que, finalmente, el piloto se dirigio a un area de arboles frondosos. Era importante acertar y calcular el salto correctamente segun la direccion del viento. El piloto les dio la senal y la primera paracaidista que estaba mas cerca de la cortina se coloco en posicion y bajo el pie izquierdo para apoyarse en el soporte externo. Unos segundos despues, salto del avion y desaparecio. Krister se abrio paso y se dirigio al mismo punto. Cruzo la mirada con Peter y justo despues le hizo senas con un brazo para indicarle que era el momento de saltar. Primero estiro el brazo, luego se lo pego al cuerpo y por ultimo volvio a extenderlo; Peter y Krister contaron hasta tres y se tiraron del avion a la vez. En ese momento, empezo la caida libre. Era crucial saltar exactamente al mismo tiempo para descender a la par, pues la minima desviacion de movimiento podia modificar la velocidad del descenso. El salto se realizo con exito y, mientras flotaban en el aire, ambos se encontraron de frente. Cada uno poso una mano en el brazo del otro, se agarraron de la muneca y juntos formaron una sola figura. Sin perder la concentracion, mantuvieron el contacto visual todo el tiempo. El cielo azul de mayo los envolvia y a su alrededor las nubes blancas auguraban el principio del verano. Ante su miraba, la vida humana y el paisaje verde se fundian en la inmensidad del horizonte. Durante la caida libre, que transcurria a doscientos kilometros por hora, la mente se quedaba en blanco. Peter le hizo un gesto con la cabeza a Krister y enseguida ambos doblaron la rodilla derecha y el codo izquierdo para hacer una pirueta simultaneamente. Krister pudo entrever que Peter le sonreia mientras el viento los azotaba con fuerza. Unos segundos despues, se hicieron otra senal y extendieron los brazos y flexionaron las rodillas, esta vez para realizar una voltereta hacia atras mientras continuaban precipitandose a una velocidad de vertigo. Justo despues, intercambiaron otra sonrisa cuando sus miradas se cruzaron de nuevo. Se animaron con una ultima pirueta antes de que llegara el momento de soltar el paracaidas, aunque primero se aseguraron de mantener la distancia apropiada para no acabar chocando. Krister tiro firmemente de la anilla del paracaidas para que se abriera en el aire. Sin resultado. Volvio a tirar una vez mas, pero no sucedio nada. Empezo a sentir que el panico le presionaba ligeramente el pecho. La velocidad de la caida era de doscientos kilometros por hora y sabia que tan solo contaba con unos segundos antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, no era la primera vez que le ocurria, pues a veces el paracaidas tardaba en desplegarse. Era consciente de que siempre podia haber algun fallo, pero no era lo habitual. En cualquier caso, para su alivio, todos los equipos llevaban un paracaidas de emergencia. <>, se dijo. Alzo la cabeza un poco y observo que Peter ya flotaba a una distancia considerable de el, y a lo lejos pudo ver a la otra paracaidista que se habia lanzado al vacio antes que ellos. A ella tambien se le habia abierto el paracaidas sin problema. ?Que le habria pasado al suyo? En ese instante, se acordo de que la noche anterior habia revisado el equipo de vuelo para comprobar que todo estuviera en orden. No lo entendia. Tal vez deberia haberlo revisado una vez mas antes de montarse en el avion tal y como solia hacer. Al fin y al cabo, todos los paracaidistas comprobaban el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad antes de saltar. <> Krister se habia concentrado tanto en la conversacion con Peter que ni siquiera se habia preocupado de revisarlo de nuevo. Tras varios intentos mas, todos fallidos, busco el arnes que tiraba del paracaidas de repuesto e hizo todo lo posible porque se soltara. Pero fue en vano. El paisaje se iba fundiendo delante de sus ojos a medida que caia en picado. Las copas de los arboles, el campo, el bosque y, al fondo, en algun lugar, el centro de paracaidismo. De pronto lo invadio un panico absoluto. El corazon le latia a mil por hora mientras se precipitaba hacia el suelo, y la desesperacion se apodero de el en el instante en que se dio cuenta de que ya era demasiado tarde. Noto una fuerte presion en el pecho y sintio que ya no podia seguir respirando. El paracaidas no se abriria nunca. En ese momento, vio pasar ante sus ojos los rostros de su hija, Cecilia, de su madre, Annika, y de Anki, su novia. En cuestion de segundos, la vida llegaria a su fin. Y tan solo con cuarenta y siete anos. De repente, noto como si algo le estuviera succionando el cuerpo de la cabeza a los pies. A su alrededor solo quedaba el viento, la hierba, la tierra... Y, al final, el suelo se lo trago. EN ALGUN LUGAR de mi ser soy consciente de que he comenzado un viaje, un camino hacia la destruccion y la eterna oscuridad. Las arrugas de mi frente asi lo reflejan, al igual que mis ojos, donde se plasma la inquietud, y los musculos de mi rostro, que siento cada vez mas tensos. Al mismo tiempo, me muevo de manera inconsciente y un tanto mecanica, como si ya no hubiera vuelta atras. Estoy sola, sentada delante de este enorme espejo, despues de que se hayan marchado todos. Se perfectamente que nadie volvera a entrar aqui hasta manana temprano. Hace unos momentos se podia palpar y oir el ajetreo, las voces, las risas y el parloteo de los actores. Mientras algunos mostraban su enfado, a otros se los veia nerviosos y preocupados. Una pareja se abrazaba y alguien le daba un masaje en los hombros a su companero con movimientos lentos e inconscientes mientras ambos se miraban fijamente a los ojos en el espejo. Siempre se respira cierto erotismo en el aire. No lo soporto. La mayoria iba a salir a tomar unas cervezas por la ciudad, pero yo he preferido quedarme con la excusa de que aun tengo trabajo que terminar. Y bueno, en cierto modo, asi es. Cuando todos se van y tan solo quedo yo es cuando me retraigo en una calma y un silencio absolutos. Es algo de lo que me es imposible escapar, no tengo adonde huir. Me viene a la cabeza una estrofa del poeta Birger Sjoberg: <>. No ha dejado de llover en todo el dia. Es una lluvia fresca que anticipa el verano y que lo humedece todo. Me gusta el silencio que deja a su paso. Cuando miro a mi alrededor, me parece que el pasado aun estuviera presente en este lugar. Al fin y al cabo, los enormes muros medievales albergan la historia de cientos de anos y representan la memoria viva de una epoca que ya no existe. No se puede olvidar. Nunca. Jamas. Un destello de color plomizo se cuela por los recovecos de los ventanales. Pronto llegara el verano y con el volvera la luz a pesar de que dentro de mi reine la oscuridad. Como ha pasado el tiempo. Delante de mi tengo todo lo que necesito. Voy a peinarme el pelo hacia atras y lo sujetare con un gorro ajustado de forma que quede completamente pegado a la cabeza, aunque, por si acaso, usare tambien cinta adhesiva. Me encuentro con mi propia mirada en el espejo, serena y decidida a la vez. Entonces alcanzo la brocha de maquillaje y empiezo a aplicarme la base. Poco a poco, la transformacion empieza a cobrar forma. Los ojos me llevan mas tiempo, pues he de ponerme varias capas de sombra oscura en los parpados hasta que quedan totalmente cubiertos. Despues, utilizo un lapiz negro y un buen perfilador para hacerme la raya, incluso me hago unos rabillos a lo Audrey Hepburn. A continuacion me pongo el colorete y me pinto los labios con calma y esmero para no perder la concentracion. Se lo que hay que hacer cuando se trata de lograr una transformacion perfecta. Por ultimo, llega la guinda del pastel. Retiro la peluca de la cabeza del maniqui que hay en la mesa y me la coloco. No lo he podido remediar, he soltado un profundo suspiro en cuanto he visto el resultado final en el espejo. Efectivamente, esa es la mujer que buscaba. Guapa, morena, misteriosa y sexy. Soy el cebo perfecto antes de la muerte, y lo mas importante de todo es que estoy irreconocible. Este es un rostro que nunca habia visto y que no habria imaginado ni en suenos. Es mi otro rostro. Ha llegado la hora de hacer lo que debo. Podria considerarlo una mision, una obligacion, aunque me gusta mas pensar en ello como una llamada de la muerte. El mero hecho de pensarlo hace que se me erice la piel y sienta cosquillas de emocion en el estomago. Llevo toda la vida esperando este preciso momento. Bueno, miento. Quiza no toda la vida. Mas bien lo llevo esperando desde el 4 de mayo de 1998. Ahi fue cuando empezo todo HENRIK DAHLMAN TENIA los ojos clavados en el techo cuando de repente un brote de ansiedad le azoto todo el cuerpo. Ese podria haber sido un domingo cualquiera, pero al final decidio hacer otros planes. Sus dos hijas mayores entraron de golpe en la habitacion con el perro y se subieron de un salto a la cama. De pronto, a Henrik lo rodearon las risas y los lametones efusivos del labrador feliz que se revolcaba sin parar en la cama de matrimonio de sus duenos. Tenia tres hijas. A la menor, Inez, de tan solo dos anos, la habia tenido con su nueva pareja. A las dos mayores, Ebba y Angelica, con su exmujer. Tenian diez y doce anos, y ambas se iban con su madre cada dos semanas. Ademas, tambien tenia una hijastra, Beata, hija de su exmujer, fruto de una relacion sentimental anterior. Beata ya habia cumplido veinte anos, se habia mudado y vivia en Estocolmo. Nunca termino de aceptar el hecho de que su padrastro hubiera tenido otra hija al poco tiempo de echarse una nueva novia, y apenas habian seguido en contacto despues del divorcio. Henrik Dahlman era consciente de lo afortunado que era a pesar de todo, pues era un artista reconocido con galeria propia y con un estudio en el centro, justo al lado de la muralla. Ademas, estaba recien casado y tenia, ni mas ni menos, que una mansion en Visby y una casa de verano en Ljugarn. Las ventanas del dormitorio de la casita de piedra situada junto al jardin botanico ofrecian unas vistas preciosas a la muralla y a un manto verde y frondoso. Se apreciaba como el verano arrancaba con todo su esplendor. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina y la vida era llevadera y sencilla para cualquiera que asi lo deseara. Por desgracia, Henrik Dahlman habia optado por lo contrario y habia preferido complicarsela. Muy a su pesar, ya no habia vuelta atras. Despues de los mimitos y el alboroto matutinos, dejo a las ninas y al perro metidos entre las sabanas y almohadas y se levanto para ir al bano. Amanda ya estaba despierta, la oia trajinar en la cocina mientras tarareaba el estribillo de una cancion que sonaba en la radio.