• libro el cuerpo tiene sus razones - Therese Bertherat

    https://gigalibros.com/el-cuerpo-tiene-sus-razones.html

    Habitualmente confiamos la responsabilidad de nuestra vida y de nuestro cuerpo a los demas, pero a veces esta confianza no nos proporciona mas salud y libertad, sino que mas bien nos hace reprimir nuestros instintos. ?Como tomar las riendas de la situacion para recuperar la salud, la vitalidad y la autonomia a que tenemos derecho? Desde luego, tratar de fortalecernos mediante la gimnasia no es la respuesta adecuada, ya que la esta considera el cuerpo como un animal al que hay que domesticar.

  • El cuerpo tiene sus razones - Thérèse Bertherat,Carol Bernstein

    https://www.planetadelibros.com/libro-el-cuerpo-tiene-sus-razones/267548

    8 may 2018 — El libro esencial para los amantes de la antigimnasia que quieren recuperar la salud, la vitalidad y la autonomía. En este libro, uno de los más ...

  • El cuerpo tiene sus razones: Autocura y antigimnasia (Vida y ...

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  • El cuerpo tiene sus razones: Autocura y antigimnasia ...

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  • EL CUERPO TIENE SUS RAZONES | THERESE BERTHERAT

    https://www.casadellibro.com/libro-el-cuerpo-tiene-sus-razones/9788449334498/6396006

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  • EL CUERPO TIENE SUS RAZONES - Casa del Libro

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    En este libro, uno de los más exitosos de la autora, se exponen los métodos naturales apropiados para quienes consideran que el cuerpo es una unidad indisoluble ...

  • El cuerpo tiene sus razones: Autocura y antigimnasia - Google ...

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    No, desde luego, tratando de fortalecernos mediante la gimnasia, que sólo considera el cuerpo como un animal al que hay que domesticar. En este libro ...

  • EL CUERPO TIENE SUS RAZONES (Libro en papel)

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  • EL CUERPO TIENE SUS RAZONES - LAIE

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    En este libro, uno de los más exitosos de la autora, se exponen los métodos naturales apropiados para quienes consideran que el cuerpo es una unidad ...

  • La promesa del escoces: romantica regencia, Camila Winter [PDF] de Camila Winter

    https://gigalibros.com/la-promesa-del-escoces-romantica-regencia-camila-winter-pdf.html

  • Amor entre parentesis (Corazones en Manhattan 4) de Camilla Mora

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    Ultima parte de la serie Corazones en Manhattan.

  • El maestro de esgrima de Arturo Perez Reverte

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  • La nave eterna de Francesca Haig

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    Hace cuatrocientos anos, una explosion nuclear asolo la Tierra. Ahora, la lluvia radiactiva ha cesado y la civilizacion humana se recupera, pero por alguna desconocida razon todos los alumbramientos son de gemelos. En cada uno nace un alfa, fisicamente perfecto, y un omega, marcado con alguna deformidad.

  • El juego de Olivia Saint

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    ?Sabes jugar al Juego del Amor?

    Emanuel y Rosa eran una pareja en la cual el romance comenzo a una temprana edad, los dos sobrevivian con un trabajo normal y un salario que apenas alcanzaba para fin de mes. Las cosas se ponen serias cuando Emanuel es despedido de su trabajo y Rosa tuvo que llevar a toda la familia en su espalda, eso no detuvo que su marido, desempleado, hiciera de las suyas a sus espaldas. Rosa decide tomar las riendas de su vida nuevamente y abrir un nuevo capitulo en su vida, empoderada e independiente se encuentra con otro hombre que la deja encantada, pero a su vez la historia de Emanuel se desarrolla en paralelo.

  • Tres sillas de Anea de Maribel Alvarez

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    Nada mas acabar la Guerra Civil espanola, cuatro mujeres solteras alrededor de la veintena adoptan a una sobrina de cinco anos que ha quedado huerfana despues de la contienda. La nina actuara como testigo presencial de las conversaciones de las adultas: mujeres guapas de cierto nivel social con el unico objetivo de encontrar un buen partido para casarse en un tiempo en que los hombres escasean.
    Tres sillas de Anea nos situa en el Oviedo de posguerra, una ciudad asolada por la destruccion y donde se cierne la mas envenenada de las mojigaterias.

  • Ejemplaridad publica de Javier Goma Lanzon

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    Javier Goma, Premio Nacional de Ensayo 2004, propone la ejemplaridad como principio necesario y organizador de la democracia moderna.

  • La cuarta victima de Mari Jungstedt

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    ?Que relacion hay entre un atraco a mano armada y un crimen nunca resuelto? Descubrelo en una nueva entrega de la serie de Gotland.

  • Educar en lenguaje positivo de Luis Castellanos

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    Las palabras tienen gran importancia en el funcionamiento de nuestra vida y del tipo de palabras que utilizamos a diario para comunicarnos con nuestro entorno depende mucho la forma en que funcionamos. Nuestras palabras pueden ser nuestro peor enemigo o nuestro mejor aliado. Es necesario generar una nueva cultura del lenguaje y crear metodos de seguridad linguistico-emocional que puedan beneficiar a todos los agentes implicados en la educacion.

  • Las grabaciones del comisario de Roberto Sanchez

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    <Asesinos de Series.

  • Matare por ti de Rafael Salcedo Ramirez

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    Peter Bobinski, aparte de leguleyo y estar casado con la hija de un magistrado del Supremo norteamericano, es lo que se dice un WASP en toda regla; o sea blanco, anglosajon y, por supuesto, protestante, quien da sensacion de emanar ese tufillo de integridad etica y moral a prueba de tentaciones mundanas, alguien a quien admirar y hasta seguir en sus decisiones prenadas de sentido comun y orientadas a preservar el bien de cuantos le rodean.

  • La reina sin reino de Jose Maria Perez Peridis

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    Con Esperando al rey, su primera novela, Peridis alcanzo un mas que notable exito de critica y publico. Las claves de su logro fueron contar, de una manera cercana y personal, un episodio fascinante de la historia medieval. Esa tambien es la formula de La maldicion de la reina Leonor y de La reina sin reino, con la que cierra su trilogia sobre la Reconquista, que pueden leerse de forma totalmente independiente.

  • Anhelada por su Oso (Los Lobos de Green Valley 8) de T.n. Hawke

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    Keo:

  • Makeup Girl de Rosario Vila

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    Los cuentos de principes azules siempre tienen un final feliz, pero en la vida real las historias de amor continuan despues de la ultima pagina, y Lola, tan candida e insegura, siente que no esta a la altura de alguien tan ideal como Marcos. Lola Glamour, su tienda de cosmeticos, no funciona tan bien como habia sonado --de hecho, funciona de pena-- y despues de mas de un ano de relacion a distancia debe elegir entre seguir acumulando deudas o irse a vivir a Madrid con Marcos. Parece una eleccion sencilla, hasta que Lola, deseosa de impresionarle, comienza a administrar su propio blog de belleza y sus divertidas entradas se hacen de lo mas populares.

  • La noche de los trenes rotos de Roberto Sanchez

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    La version de La Guerra de los Mundos de Orson Welles que paralizo todos los trenes y a la audiencia de Espana.

  • No es mio de Susi Fox

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  • Consejos de amor (Julia), Elizabeth Harbison de Elizabeth Harbison

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  • De que vas, princeso de Rosario Martin Martinez

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    Antes de darte a conocer mi historia me presento, mi nombre es Carla. Siempre fui una chica del monton, de esas que solian pasar desapercibidas y que evitaban, a toda costa, ser el centro de atencion. Nunca me ha gustado destacar sobre el resto y siempre me ha dado bastante rabia las personas que se creen el ombligo del mundo o hacen todo lo posible para ser el centro del universo... Me mude a las afueras de la ciudad porque lo que mas me gusta del mundo, y lo considero un autentico privilegio teniendo en cuenta en el mundo frenetico y caotico en el que vivimos, es la tranquilidad, la paz y la calma. Soy de las que se quedan horas observando a la nada en cualquier postura que me permita estar relajada. Soy una chica que detesta el ruido y que necesita que todo este tranquilo y en calma para realizar cualquier cosa, sea lo sea. Aquel pequeno apartamento luminoso era todo cuanto necesitaba para sentirme a gusto. Un edificio bastante antiguo en el que apenas viviamos cinco familias con dos miembros, como maximo, por apartamento. Un bloque de apartamentos de cuatro plantas y un bajo en las que, sin haberlo planificado, viviamos una familia por planta. Todo en calma, un lujo. Vivia sola desde hacia cinco anos, siempre estuve deseando cumplir la mayoria de edad para independizarme. Mis padres eran de esos padres conocidos como "chapados a la antigua", no querian que me relacionara con chicos, tenia hora de llegada cuando ni el sol ni siquiera habia comenzado a ocultarse, tenian control absoluto de todos los pasos que daba fuera de casa, y un largo etcetera que lo unico que conseguia era despertarme mas necesidad de echar a volar lejos de aquella casa. Solo tengo un hermano, Aitor, el no entendia mis prisas por salir de aquella casa que yo consideraba practicamente una prision en la que estaba presa por el unico hecho de haber nacido chica. Mi hermano jamas tuvo hora de llegada, ni recibio aquella charla bochornosa sobre el uso de los condones que recibi yo a los dieciseis (con la posterior advertencia de que ni se me ocurriera tener relaciones sexuales con algun chico). Mis padres habian hecho muchas distinciones entre Aitor y yo y, sinceramente, estaba harta. Llegue incluso a cogerle un poco de mania a mi hermano a pesar de saber perfectamente que el no tenia culpa de nada. La relacion con mis padres no era buena por esas diferencias que hicieron entre Aitor y yo, digamos que un dia me revele y eche a volar. Ellos no entendian como su hija pequena se habia marchado de casa de un dia para otro, a ver como les explicaba que yo no eche a volar de un dia para otro, yo, con sus formas, fui saliendo de aquel hogar, que para mi era una prision, poco a poco y lo ultimo que saque de alli fue mi cuerpo. Estudiaba arquitectura, era algo que me apasionaba, disenar era una de las partes que mas me gustaba de la carrera. Me sentaba en aquel escritorio de madera oscura de una de las habitaciones vacias de mi pequeno apartamento y alli dejaba volar mi imaginacion sobre los planos vacios. Sabia que aquella carrera era larga pero no me importaba porque, cuando haces algo que te apasiona, poco te importa el tiempo que le dediques... Los estudios lo compaginaba con un trabajo a media jornada en una pequena tienda esoterica, la verdad que cuando empece a trabajar alli pense que no era un trabajo que fuese mucho con mi personalidad pero la verdad que poco a poco fui conociendo algunas cosas que rodeaban aquel mundo que me fascinaban como por ejemplo los olores de aquellos inciensos y velas que vendiamos alli. Empece a tener en mi apartamento velas e inciensos que me daban calma con sus olores y que regulaban la energia de mi pequeno apartamento haciendome sentir en el aun mejor. Como ya he dicho, aquel pequeno apartamento a las afueras parecia estar hecho a mi medida; un salon (con un gran ventanal) hacia tambien de recibidor, no tenia muchos muebles solo un sofa de dos plazas, una mesa en la que cinco comensales ya no comerian a gusto y una pequena estanteria horizontal en la que sobre ella estaba el televisor. Aquella estanteria colmada de libros y de velas reflejaban dos de mis grandes vicios. La cocina estaba separada por una barra americana que odiaba con todas mis fuerzas, me parecia una absoluta horterada que no pegaba ni con cola en aquel apartamento antiguo. El bano no era muy grande pero era super bonito: muebles de madera oscura con tiradores envejecidos, una banera de esas que salen en las peliculas de terror con patitas del mismo color que los tiradores de los muebles, un gran espejo que me encantaba (hasta que llegaba el momento de tener que limpiarlo que ya dejaba de encantarme), una ventana que llenaba la estancia de luz y una estanteria con toallas perfectamente dobladas (ya me encargaba yo de ello) y con velas aromaticas que llenaban la estancia de un olor maravilloso a canela. Aquel apartamento solo tenia dos habitaciones, una la usaba como mi dormitorio en el que tenia una cama con un cabecero de forja, un par de mesitas de noche, un armario bastante mas grande de lo que necesitaba y una alfombra de pelo largo marron a juego con las flores de mi colcha y las lineas de las cortinas. El otro dormitorio lo utilizaba para trabajar en los diferentes proyectos que debia ir entregando en la universidad y estaba practicamente vacio, a excepcion de una silla giratoria y un escritorio. Como has podido leer, todo lo que me rodeaba era paz y armonia, pobre de mi que estaba ajena en aquel momento a lo que estaba a punto de llegar a mi vida y que bien podria describirlo como el caos personificado... Capitulo 2 Fin de la calma Era un lunes de julio como cualquier otro, o al menos eso creia yo, que seguia ajena a lo que pasaria. Estaba sentada en el sofa mezclando mi bol de cereales con leche cuando oi un tropel de personas en el descansillo. Extranada y curiosa, practicamente a partes iguales, me asome a la mirilla. No alcanzaba a ver mucho, solo podia ver algunas cajas apiladas y tres o cuatro hombres "organizando", porque poca organizacion veia yo alli, aquel desastre. --!Es aqui! --escuche como grito aquella voz masculina y seguidamente oi abrirse la puerta del apartamento colindante al mio. No alcance a ver al dueno de aquella voz grave pero, el saber que iba a tener vecinos, me angustio bastante. Pense en esas series de television en las que los vecinos son desastrosos y rece porque los recien llegados fueran personas civicas y que, al igual que yo, adoraran la paz y la tranquilidad. Aquellas cajas apiladas sin ton ni son me ponian de los nervios, juro que estuve por salir y ayudarles a organizar semejante caos pero decidi seguir alli, detras de aquella mirilla coronandome como la maruja del edificio. Era consciente de que mi desayuno se enfriaba sobre la mesa pero el chisme me podia, nunca imagine que yo podia llegar a ser tan cotilla. Los hombres salian y entraban ruidosamente del apartamento de al lado, introduciendo dentro de este las cajas que iban arrastrando por el suelo. Algunas, por el ruido que hacian al caer, intui que eran echadas a volar como si de gorriones se trataran. Un autentico desastre lo mirase por donde lo mirase... Llegue a pensar que los verdaderos duenos de aquellas pertenencias metidas en cajas no debian andar cerca porque yo jamas, en la vida, hubiera permitido que tratasen de esa forma cualquier cosa mia. Cansada de mirar por la mirilla y ponerme enferma ante aquel despliegue de poco tacto, me volvi a sentar frente a mi bol de cereales completamente frio y me dispuse a desayunar. La universidad no empezaria hasta septiembre pero yo seguia inmersa en uno de los proyectos que debia presentar a finales de ano porque yo no soy de esos que lo dejan todo para el ultimo dia. Estaba sentada en la silla giratoria que tenia en el cuarto al que yo llamaba "el cuarto del castigo", le puse aquel nombre porque, cuando entraba en el, no sabia a que hora saldria, era como si yo misma me castigara metiendome entre aquellas cuatro paredes que, a pesar de tener un gran ventanal, era la parte mas oscura de todo el apartamento. Tenia sobre el escritorio un gran despliegue de papeles que intentaba colocar de forma ordenada, a pesar de no estar segura al cien por cien de que los estaba colocando bien. Te preguntaras que, siendo tan ordenada como yo era, como es que el orden de aquellos papeles se me resistia, pues bien, en el apartamento colindante aun seguia el ruido incesante de cajas, muebles y decenas de ruidos mas. Pense en golpear la pared, o acercarme directamente a pedirle a los nuevos vecinos que cesaran un poco con los ruidos, pero no queria empezar con mal pie asi que me puse los auriculares y puse a reproducir, de forma aleatoria, mi lista de reproduccion de sonidos de la naturaleza.

  • El Sr. del Paraiso de Claudia A. Perez R

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    Terry Grandchester o el Sr. del Paraiso, como las personas a su alrededor lo llaman, un ingles con sabor brasileno, envidiado por los caballeros y deseado por las damas, aunque hay que mencionar que tambien algunos hombres lo desean.

  • Fidelidad de Marco Missiroli

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    Carlo y Margherita son una pareja joven a la que se podria considerar feliz. Una pareja como muchas. Hasta <>. Asi es como empiezan a llamar a un atisbo de duda que poco a poco va erosionando su matrimonio. Alguien vio, alguien aviso, los colegas hablaron, y la supuesta traicion acaba por convertirse en una poderosa coartada que abre la puerta a las fantasias. ?Somos capaces de no caer en la tentacion de ser infieles a nuestros propios sentimientos? Marco Missiroli lo cuenta con un estilo punzante y envolvente, dirigiendose al corazon de sus personajes: el, ella, la otra, el otro. Nosotros mismos. Preparate para leer tu propia historia.

  • Las chicas malas besan mejor de Elie Grimes

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  • Las flores del frio de Silvia Carrandi

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    “En la vispera del Dia de Todos los Santos, el 31 de octubre de 1937, sucedieron en Penon tres hechos tragicos. Mi padre desaparecio. A mi madre estuvieron a punto de matarla, y yo, descubri, en la fuerza con la que alguien se colgaba de las campanas de la iglesia, que vivia en un valle lleno de mentiras.”

  • Aqui se quisieron Carla y Nico de A. M. Irun

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    Porfi, porfi, porfi… --rogaba Tere con insistencia. Carla suspiraba mientras daba saltitos de impaciencia sentada en la silla. --Ay, Tere, es que no se. --El plan es perfecto. Un finde en la playa, buena compania, tres noches durmiendo con tu churri… ?Que mas se puede pedir? --Pues que no tenga que hacerme pasar por la novia de nadie, por ejemplo. --A ver, que no te estoy pidiendo que te acuestes con Marcos, solo que le ayudes un poco. Creo que el intercambio es mas que justo. Tere y Carla estaban tomandose algo en una cafeteria de Malasana. Todas las mesas y sillas eran diferentes unas a otras, y parecian sacadas de la casa de las abuelas de los duenos del bar. Si hubieran puesto unos tapetes de ganchillo en las mesas no habrian desentonado en absoluto. Las chicas habian quedado ahi porque Tere tenia una propuesta para Carla. --Es que me parece muy raro. No se si quiero participar en eso --se justifico Carla. --No es nada raro. Es muy sencillo. Marcos quiere pasar el puente de agosto con su novio Fer, pero no puede decirle a sus padres que se va por ahi con un chico porque ya estan con la mosca detras de la oreja y no son nada abiertos. Ademas, en Gandia esta medio Madrid. No seria raro que coincidieran con algun conocido. Por eso, nos pidio a Rai y a mi que les acompanaramos. Pero Marcos seguia pensando que irnos de vacaciones tres chicos y una chica chirriaba tambien... --Y es ahi donde entramos nosotras --concluyo Carla. --Exacto. La familia de Fer tiene un apartamento en Gandia. Nos invita a todos con tal de estar con su novio. --Muy generoso por su parte. --Quiere mucho a Marcos --apunto Tere. Carla se reclino sobre la silla de enea y el mimbre crujio bajo sus posaderas. --?Y por que ir mas alla haciendonos pasar por sus novias? Que le diga a sus padres que vamos un punado de gente y ya esta, ?no? Tere aspiro con los labios formando una u. --Ya… --Tere se inclino sobre la mesa y poso sus generosos pechos en ella--. Por las fotos --dijo por fin como si estuviera revelando un secreto de la CIA. --?Que fotos? --Las que os tendreis que hacer para subirlas a las redes sociales. A Carla se le cayo la cabeza y miro a su amiga por debajo de las cejas. --?Perdona? --Porfi, porfi, porfi --dijo Tere con las manos unidas por las palmas. Al llevarse las manos a los labios, los brazos se cerraron sobre el pecho empujandolo hacia arriba y distrayendo a Carla. --Fotos… ?para que? --pregunto Carla haciendo verdaderos esfuerzos para no fijarse en las tetas de su amiga. --Solo un par. Ya sabes como va esto del postureo. Ya hay muchos companeros del equipo de rugby de Marcos y Rai que preguntan donde van, con quien… ?Sabes? Pues nos hacemos unas fotos de grupo y que la gente de por hecho que sois sus novias. Ya esta. No os pedimos nada mas. Carla se rasco la frente. --No se, Tere… --Salis ganando. Apartamento gratis. Y tres noches de amor. Los ojos de Carla se perdieron bajo su ceno fruncido. --Nico trabaja, no se si podra ir. --La iremos a buscar a la salida del curro y nos iremos desde alli a Gandia. --Igual no quiere participar en este teatrillo. --Por lo poco que conozco a Nico, hara lo que sea con tal de pasar mas tiempo contigo. --A ver, yo la conozco mejor, ?no? --salto Carla ofendida. La espalda de Tere se tenso. --Perdona, no queria insinuar eso. Solo que seguro que estara deseando pasar alguna noche contigo. --Eso es lo que mas me preocupa --Cuando Carla se dio cuenta de que habia dicho aquello en voz alta quiso que se le tragara la tierra. Tere se irguio de sopeton. --?Va todo bien entre vosotras? Carla suspiro con pesadez. --No tenia ni idea de que estuvierais mal, Carla --dijo Tere alargando la mano para coger la de su amiga--. Se os ve tan enamoradas… --No, no es eso. Tere respiro aliviada. --?Que ocurre entonces? Carla evito la mirada de su amiga. --Carla… Puedes contar conmigo. Tere acariciaba la mano de Carla con delicadeza. Carla se quedo ensimismaba en el tacto de los dedos de su amiga sobre su piel. --No nos hemos acostado todavia --dijo Carla. Su amiga asintio. --No es gran cosa. ?Cuanto llevais? ?Dos meses? --Si, un poco menos. --Es normal, Carla. No pienses nada raro. Le gustas. Mucho. Se ve a la legua. Pero es dificil encontrar el momento y, sobretodo, el lugar --dijo. Seguido, levanto la mano y dio una palmada--. Por eso este trato os viene de perlas. Asi podreis hacer el amor tranquilas. --!Pero es que yo no quiero! --confeso Carla por fin. Tere ladeo la cabeza enfocando con la oreja hacia la boca de su amiga para que le llegara algun eco que le corroborara lo que acababa de oir. --?Por que? --pregunto incredula. Carla enmudecio. Agarro su taza de cafe y le dio un par de vueltas. --?Pero tu has visto a Nico? --insistio Tere--. Esta guapisima, es un cielo, y le gustas un monton. --Pero yo no --dijo Carla en un susurro. --?Tu no que? Carla miro de frente a su amiga. --Yo no me gusto. --?Y ahora eso por que? --quiso saber Tere--. Precisamente ahora que tienes pelo, que tienes color en las mejillas, que tienes musculo en las piernas… --!Que ya! --le freno Carla. --Que ya nada. A mi no me vengas con complejos. Lo que hubiera dado yo por tener tu cuerpo. --?Cicatriz incluida? --le dijo Carla con mirada desafiante. Tere freno en seco y se agarro a la mesa. --Es por eso. --Si, es por eso. Las dos quedaron en silencio unos momentos. --Es solo una cicatriz, Carla. No le des mas importancia de la que tiene. --Es enorme. Ademas, no le puede dar el sol. Otro motivo mas para no ir a la playa. --Puedes ponerte un banador. Creo que se ponen de moda otra vez. --Con lo palo que soy tengo que estar preciosa en banador -- dijo Carla con ironia. Tere levanto el culo de su silla y la acerco hasta Carla. Le agarro la cabeza y la apoyo en su pecho. --Vendreis. No hay excusas. Las dos sabian que el argumento de la cabeza de Carla en los pechos de Tere era irrefutable. La cama de Carla estaba llena de ropa desordenada que iba lanzando desde el interior del armario. Eligio una camiseta, la desplego y la puso delante de sus narices. --!Que horror! --dijo, y la lanzo a la montana de camisas y camisetas que habia sobre su cama. Volvio a meter la cabeza en el armario en busca de algo que ponerse. Tan enfrascada estaba en la tarea que no escucho el timbre de la puerta. Unos segundos despues, su madre entro en su habitacion y Carla se sobresalto al oir su nombre. Del susto golpeo con la cabeza en el estante superior del armario. --Joder, mama, !que susto! --Lo siento, carino, pero es que Nico ya esta aqui. Carla miro incredula su reloj de muneca. --?Ya? Su madre permanecia bajo el umbral de la puerta esperando indicaciones.

  • El club de los caballeros de Priscilla Stuart

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    “Alojamos a casi mil prisioneros aqui en la prision del Castillo del Trueno”, explico el capitan Hamilton. “La mayoria de ellos vive en condiciones que solo pueden describirse como deplorables. Sus vidas son una miseria. Pero algunos de nuestros prisioneros viven muy bien. Son miembros de lo que yo llamo el club de los caballeros “.

  • Dulce Inocencia y otras historias cortas de Evelyn Romero

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    Francisco Gonzalez, se preparaba para otro dia laboral. Se acomodo la corbata frente al espejo, pero sin querer su mirada se dirigio al lado izquierdo donde se reflejaba una fotografia. Dio media vuelta, se acerco lentamente hacia la mesa de noche donde tomo la fotografia. En ella aparecia el junto a su fallecida esposa Cintia, respiro con pesadez al recordar el dia de su muerte. Dejo el portarretratos de nuevo a su lugar, y cerro el cajon que se encontraba entre abierto donde unos documentos se visualizaban. Salio poco despues de su habitacion hacia el comedor donde su pequena hija Valeria, lo esperaba para desayunar. --Buenos dias mi princesa--la saludo con amor. Valeria, al verlo se levanto de su asiento y lo abrazo fuertemente. El la sostuvo mientras ella practicamente lo asfixiaba. --Buenos dias papi--respondio con una amplia sonrisa. Francisco la contemplo por un momento, tenia mucho parecido con su difunta esposa: su cabello era Castano y lacio, su piel era como la porcelana y sus ojos eran verdes como una esplendida esmeralda. La pequena al ver que su padre la miraba con nostalgia interrumpio sus pensamientos. --La extranas ?cierto?--le pregunto su hija aun sujetandose de su cuello. Francisco sonrio levemente para disimular su dolor. --Si, como todos los dias--respondio--. Pero te tengo a ti para recordarla siempre. Eres tan parecida a ella--le dijo dandole un beso en la frente--. Sera mejor que desayunemos, debes ir a la escuela y yo a trabajar--le comento ayudandola a ponerse de pie. Valeria regreso a su lugar. Muchas veces su padre le mencionaba su gran parecido con su madre, sino fuera por las fotografias que el mismo le mostraba dudaria de su afirmacion. Ella no pudo conocerla ya que murio despues del parto. A pesar que Valeria solo tenia seis anos, era una nina muy madura para su edad. Se entristecia al ver a su padre solo y nostalgico, ser padre soltero y viudo era dificil. Comenzo a desayunar mientras pensaba en sus amiguitas de la escuela quienes tenian a una madre con quien jugar, charlar o simplemente les leian un cuento. Francisco, a pesar de haber tenido un par de citas en los ultimos anos, jamas pudo encontrar a una mujer con la cual pudiera compartir una vida. Vio con detenimiento a su pequena y se dio cuenta que ella necesitaba una figura materna, pero en especial necesitaba encontrar a alguien que lo hiciera feliz y con la cual pudiera olvidar todo el dolor que sentia su alma: una que estaba totalmente rota. En ese instante con un motivo en especifico se le ocurrio una idea: necesitaba urgentemente encontrar a una mujer que estuviera dispuesta no solo en ser una madre para su hija, sino tambien en ser su esposa temporal. Capitulo II Valeria, llego al salon de clases donde su amiga Karen la estaba esperando. Su maestra la senorita Gutierrez ingreso poco despues. --Buenos dias ninos, como sabran en dos dias iremos al zoologico. Les dare esta nota para que sus padres firmen el permiso--le menciono entregandoselos a cada uno. La senorita Gutierrez, se mudo de su pequeno pueblo al culminar la secundaria para estudiar lo que mas le apasionada: la docencia. A sus veinticinco anos era una joven hermosa, gentil, honesta, humilde y con un gran corazon. Para ella sus alumnos eran como los hijos que no pudo tener, ya que los habia perdido en los numerosos abortos que su cuerpo no soporto; esta fue la causa principal de su divorcio. A pesar de los golpes de la vida, ella jamas perdia la sonrisa que la caracterizaba, miraba con otros ojos las pruebas que Dios le deba a cada ser humano. El dia escolar finalizo rapidamente. Los padres o encargados llegaban a recoger a los ninos; sin embargo, Valeria se encontraba todavia en la banca exterior donde los ninos debian esperar. Decidio sentarse al lado de la pequena para hacerle compania. --Hola mi nina ?Todo bien?--le pregunto con una dulce sonrisa. --Si Miss, Sandra no tardara en llegar--le respondio la pequena refiriendose a su nana--, Pero al parecer se le hizo tarde--le dijo la pequena. --Bueno en ese caso llamare a tu padre para informarle que todavia estas aqui--le comento Su maestra. La informacion que tenia de la vida familiar de su alumna era basica. Sabia que solo vivia con su padre y su nana. Valeria al observar la calle, se dio cuenta que la persona que estaba ingresando al centro educativo no era su nana, sino su padre. --No es necesario miss, mi papi acaba de llegar--contesto la pequena alegremente. Francisco se acerco a su hija y la saludo fuertemente. --!Papi que bueno que viniste por mi!--le dijo la pequena con emocion. --Cancele una junta hoy para pasar el resto de la tarde contigo princesa--le informo su padre. --!Eso es fantastico papi!--musito dando brinquitos--. Papi, te quiero presentar a mi maestra favorita--le dijo llevandolo de la mano hasta donde se encontraba Abigail. -- Miss Gutierrez, le presento a mi padre Francisco --menciono la pequena con una gran sonrisa. Abigail lo observo bien: su cabello estaba corto, cabello negro, piel morena, cuerpo corpulento y ojos color caramelo. --Es un placer conocerlo senor Gonzalez--logro decir con nerviosismo. El, estrecho su mano para corresponsales el saludo. Francisco tambien quedo impresionado por la belleza de la docente: su cabello era castano hasta la cintura, su piel era como la nieve, sus ojos eran como el azul del cielo y su sonrisa era como la de un angel. --El placer es mio senorita Gutierrez--le respondio tomando su mano contra la suya. Una calidez se instalo en su interior al sentir el contacto de su piel. Se pregunto mentalmente si habia encontrado a la mujer que estaba buscando. Capitulo III Francisco no pudo olvidarse de Abigail, le habia parecio una mujer realmente hermosa. Los dias posteriores iba a la escuela con la excusa de recoger a su hija, pero en realidad deseaba ver a la mujer que lo tenia sonando despierto. Despues de tanto pensarlo tomo el valor de invitarla a salir. --Senorita Gutierrez, disculpe mi atrevimiento con lo que le voy a decir--se disculpo anticipandose a una respuesta negativa--. ?Le gustaria salir a cenar conmigo este viernes?-- interrogo con nerviosismo, no recordaba la ultima vez que se sentia tan nervioso por una invitacion. Abigail, se sorprendio por la invitacion de Francisco y aunque etica y personalmente ella misma juro no involucrarse con ningun padre de sus alumnos; el tenia algo especial que le atraia, no sabia si era quimica o que simplemente era amor a primera vista. Luego de unos segundos de lucha interna, tomo la decision de aceptar la invitacion: ella desea profundamente esa cita. Con las mejillas sonrojadas y la verguenza invadiendola acepto. Francisco, tuvo que disimular su felicidad expresando una leve sonrisa; no obstante, internamente saltaba como un nino pequeno que acababa de ganar un premio. Despues de pedirle su numero telefonico, Francisco se despidio de ella. --Pasare por usted este viernes a las ocho de la noche. Que tenga una linda tarde--le dijo despidiendose caballerosamente. Francisco, con una nueva ilusion en su pecho se alejo del lugar, mientras Abigail lo observaba alejarse en su auto con el corazon acelerado. Ahora, ambos debian esperar que las horas pasaran velozmente para su tan anhela: primera cita.

  • Nuestro tiempo perfecto de Leah Heart

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    Viola Halley, estudiante de los primeros anos de Historia del Arte en la Universidad de Saint Andrews, durante una de las visitas de aprendizaje de campo en una de las galerias del Londres se ve atraida por la pintura del joven Duque de Somerset.

  • En una selva oscura de Nicole Krauss

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    Avalada por autores de la talla de Joseph Brodsky, Philip Roth y Susan Sontag, Nicole Krauss es sin duda uno de los grandes nombres de la narrativa norteamericana actual. Tras su sensacional debut en 2005 con La historia del amor -novela traducida a mas de treinta idiomas y de la cual se han vendido mas de un millon y medio de ejemplares en todo el mundo-, su prestigio no ha hecho mas que aumentar entre el publico y la critica. En esta ocasion, Krauss nos invita a compartir las peripecias de dos personajes que, como en los celebres versos del Infierno de Dante -de ahi el titulo del libro-, buscan con ahinco escapar de la oscura selva en la que viven atrapados.

  • Treintanera (y a mucha honra) de Amabile Giusti

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    Carlotta esta a punto de cumplir los treinta y se considera una gafe cronica. Solo llega al metro sesenta con tacones altos, tiene una familia que esta completamente loca y no ve en el horizonte a un novio como Dios manda. Y por si eso fuera poco, acaba de dejar su trabajo y ahora se ve obligada a alquilar una de las habitaciones de su apartamento para llegar a fin de mes. Luca, el nuevo inquilino, tiene muchos pros: es escritor, guapisimo y muy simpatico, pero en cambio: es desordenado, fuma mucho y suele llevar a sus conquistas a casa.

  • Amigos, sin mas (Amigos 4) de Ana Alvarez

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  • 1945. Como el mundo descubrio el horror, Annette Wieviorka de Annette Wieviorka

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  • “Pajas” de Carlos De Luca

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    Ricardo, alias Richard_dreyfuss, es un adicto al sexo en internet. No puede despegarse de la pornografia ni en su horario de trabajo. Ha perdido buena parte de la ilusion y la esperanza de su juventud frente a la pantalla del ordenador.

  • Dos hermanas de David Foenkinos

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    La nueva novela del autor mas versatil de la literatura francesa y <> (J. Ernesto Ayala- Dip, Las Provincias), con tres millones de lectores y quince premios literarios.

  • La Jugadora apuesta a su Baron de Christina Mcknight

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    Cuando felices por siempre es el nombre del juego, los jugadores deben arriesgarlo todo en esta conclusion emocional de la serie Craven House, un exito en ventas de Christina McKnight.

  • Noche de fuego de Colin Thubron

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    Desde las primeras paginas de esta novela se nos desvela el final que aguarda a sus protagonistas, siete inquilinos de un mismo edificio de apartamentos--el casero, un pastor anglicano, un neurocirujano, una entomologa, un fotografo, un nostalgico de la infancia y un viajero--que perecen entre las llamas que provoca un cortocircuito. En sus ultimos instantes, los ocupantes del edificio rememoran episodios significativos de sus vidas; siete individuos que simbolizan en realidad siete aproximaciones al alma humana.
    Con un lirismo incomparable y un lenguaje cristalino y hermoso, Colin Thubron recrea la compleja trama de los recuerdos para salvarlos de las llamas.

  • No mientas, Gregg Hurwitz de Gregg Andrew Hurwitz

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    Daniel Brasher siempre ha supuesto una cierta desilusion para su madre, una adinerada y aristocratica dama de San Francisco. Daniel renuncio a su empleo de administrador de fondos para casarse con su mujer, organizadora comunitaria, y realizar una tarea que le agrada: dirigir sesiones de terapia de grupo con ex convictos. Ahora esta preparado para dar un paso mas y abrir su propia consulta.

  • Fenix. Lejos del cielo de Maribel C. Gomez

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    La vida de Caleb, se pone del reves el dia que Ben Killer, el lider de una pandilla de barrio, secuestra su moto.
    Si quiere recuperarla tendra que participar en una carrera ilegal organizada por el y ganar, de lo contrario la perdera para siempre.
    La carrera es interceptada por la policia y Caleb, llevado a comisaria. Alli, el inspector Santos, un policia corrupto obsesionado con meter entre rejas a Ben Killer, y Laura Casas, una subinspectora infiltrada en su banda, le chantajean. Tendra que acercarse a Killer y averiguar si tiene algo que ver con la desaparicion de Cristine Lambert, una exnovia de el de la que no se sabe nada desde hace semanas.
    Caleb, se ve obligado a aceptar y decide hacerlo de la manera que mejor sabe, !A MILES DE REVOLUCIONES!

  • Los Penword de Arlette Geneve

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    Una historia cautivadora, una saga familiar al estilo de Lo que el viento se llevo.
    La historia de Justin y Aurora, y la de Ian y Mary por fin juntas en un solo volumen.

  • Sombras rusas de Liliana Villanueva

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    Los pasos retumban sobre la madera, alguien sube, de dos en dos, los escalones de la empinada escalera. El unico que sube asi, corriendo, apurado, como si la velocidad con la que viaja cada dia en bicicleta de vuelta del trabajo lo empujara acelerando su llegada a casa, es Jan. La llave gira en la cerradura, la puerta de entrada se abre y se cierra de un portazo. Dos, tres, cuatro pasos rapidos. Y antes de verlo aparecer en el marco de la puerta, alcanzo a divisar un movimiento, como en esas fotografias antiguas de tiempo de exposicion largo, cuando alguien se mueve y el negativo registra una sombra transparente que dura solo un instante, un fantasma que se queda suspendido en el aire. Lo veo, aun fuera de foco, pero no lo veo entero, solo veo su cara iluminada por la luz amarilla de la cocina contra el fondo oscuro del pasillo; veo su cara aislada y con expresion de asombro, como si su cara hubiera llegado antes que su cuerpo, sola. Como un patinador sobre una pista de hielo o como los chicos que no saben frenar su cuerpo a tiempo, Jan apoya una mano en el marco de la puerta para no caerse. Ahora veo la otra mano, de la que cuelga la cartera de cuero negra como un pendulo. Es raro que la lleve encima, contra su habito tan establecido de dejarla olvidada hasta la manana siguiente sobre la mesita de marmol bajo el espejo de la entrada, como si ahi adentro se conservara el tiempo, todas esas horas que el pasa en la agencia de noticias que le roba la vida y gran parte de sus ganas. Cada dia le pregunto que paso en el mundo y el, cansado, abrumado por tantas noticias que pasan por su pantalla como las interminables aguas de un rio, me contesta: --No se. Todo. Nada. Tampoco colgo su campera en los ganchos del pasillo, sigue vestido de calle, abrigado contra los frios de octubre: las medias de lana sobre el jean para que el pantalon no moleste al pedalear, la campera con el cierre y los botones de gancho totalmente cerrados, la bufanda verde de lana suave hecha un nudo alrededor del cuello. Veo cada una de sus partes: su cara, sus manos, los jeans, la campera, las veo de forma aislada, como si llegaran de a poco en un tiempo diferente, mas lento que el habitual. La imagen de Jan tarda en revelarse en la oscuridad liquida del pasillo. Y es recien cuando entra a la cocina cuando lo veo entero, de una pieza. Me mira sin decirme nada, me mira sin verme. Se que tiene algo que contarme, una noticia importante. Lo conozco, conozco esa forma del asombro que se le mete en el cuerpo y que le saca el habla. No quiero apurarlo, le doy tiempo, a el le gustan las ceremonias. Jan recuerda los sucesos trascendentes de su vida desde chiquito, como cuando a los cuatro anos llego corriendo hasta la cocina, donde su madre preparaba el almuerzo frente a la ventana empanada. Llego corriendo y seguramente se habra sostenido contra la mesada de la cocina para frenar el impulso de su cuerpo, mientras afuera, en el jardin, nevaba y el viento del Norte hacia temblar los vidrios de la ventana. La cocina era un lugar protegido, caliente, familiar. Un nido. Jan se subio al ultimo cajon de la cajonera, le dio un tiron a la pollera de su madre y le dijo: --Mama, queria decirte que estoy muy contento con mi vida hasta ahora. Lo dijo muy seriamente, con conviccion, despues de haberlo pensado mucho. El recuerda ese momento cuando fue consciente de su vida y de su lugar en el mundo. Esa primera frase es la mas importante, la que lo define, de alguna manera. Veo la imagen de ese chico de cachetes llenos, colorados, como si la hubiera vivido, aunque yo en esa epoca ni siquiera habia nacido. El recuerda ese momento y muchos otros mas. Me encanta que me cuente y me repita esas historias que ya son mias. Jan relaciona lo que ocurrio en el mundo con los sucesos de su vida. Como cuando recien nos conocimos y fue a visitarme a la Argentina. Viviamos separados: Jan en Hamburgo, yo en Buenos Aires. Ahorro durante medio ano, paso hambre hasta que pudo comprar el pasaje de avion mas barato. Se escapo por un mes, falto a las clases de abogacia, no le conto nada a nadie. Una manana de abril de 1986 sono el telefono y atendi. Era Hilge, una de sus hermanas. Con voz muy preocupada me pregunto por el, si sabia donde estaba. Me explico que lo estaban buscando por todos lados: una nube toxica se acercaba desde Ucrania y Bielorrusia hasta el Norte de Alemania, donde vive la familia. Le pase enseguida el tubo a Jan, imaginando la sorpresa y el alivio de su hermana, que no penso que el estuviera ahi, tan lejos. Asi nos enteramos de que habia explotado una central atomica en un lugar llamado Chernobil. Tres anos mas tarde, yo estaba trabajando en un estudio de arquitectura en Berlin cuando Jan me llamo por telefono. Era tarde y lo primero que me dijo, con un tono vertiginoso de voz: "Cayo el muro". Y despues me pidio: --?Podrias ir por mi a la Puerta de Brandemburgo? Observa bien todo lo que pasa y despues contame. !Como me gustaria estar ahora en Berlin! El 25 de diciembre de 1991, Jan estaba de guardia en la agencia cuando llego un cable urgente de ITARTASS. Despues de que el 8 del mismo mes Gorbachov habia firmado el Tratado de Belavesha, que reemplazaba a la URSS por una Union de Comunidades Independientes, en la noche de navidad la Union Sovietica dejo de existir formalmente: soldados del Ejercito Rojo habian bajado la bandera sovietica de las torres del Kremlin y la reemplazaron por otra de la Federacion Rusa, un simple cambio de banderas que Jan tradujo al lenguaje periodistico como *****NOTICIA URGENTE*****, en mayusculas y con todas las estrellitas posibles, un texto corto que anunciaba el fin de una era. La mesa de la cocina de nuestro departamento de Hamburgo esta llena con mis libros y apuntes. Como cada dia desde que me mude de Berlin estoy leyendo y tomando notas, tratando de encontrar un orden en mi tesis. Dejo la birome sobre el cuaderno y apoyo la espalda contra la pared dura y repentinamente fria. Espanto una sombra que pasa por mi cabeza y espero lo que tenga para decirme. Jan respira hondo, me mira a los ojos y, con una mezcla de fascinacion y algo parecido al miedo, me dice: --Me ofrecieron el puesto en Moscu. Lo primero que siento es alivio: no tuvo un accidente con la bicicleta, sus padres, sus tres hermanas y sus siete sobrinos estan sanos y siguen vivos, no exploto ninguna central nuclear, su mama puede seguir cocinando ricas salsas de champinones que crecen salvaje en el jardin. Jan tampoco se enamoro de la secretaria, que podria ser su madre, por suerte en Alemania no hay golpes de Estado, ni estallan nuevas guerras, ni Berlin fue ocupada por los rusos. Aqui todo es mas o menos calculable, como las estaciones, como el otono en la ventana. Jan y yo nos miramos directamente a los ojos, en silencio. MOSCU. Asi como hace unos instantes sus pasos retumbaban en la escalera, la palabra MOSCU retumba ahora en mi cabeza. Escucho el eco que llega, desde algun cuarto oscuro de mi conciencia, hasta el lugar en mi cerebro que recibe la informacion, la traduce y la procesa. MOSCU, el eco es un golpe de martillo, fuerte y repetido, la palabra, nueva, queda en el vacio como si nunca antes la hubiera escuchado. Suena diferente. Suena fuerte. Jan se sienta, mas bien se deja caer en la silla. Me mira desde el otro lado de la mesa y en su mirada tambien hay un vacio. Es un vacio que depende de mi llenar. Hace ya nueve anos que vivo en Alemania. Desde el principio sabiamos que por su trabajo en algun momento hariamos las valijas y seguiriamos viaje. Pero ?Moscu? En nuestros planes estaban Madrid, Londres, Paris y Tel Aviv. Buenos Aires todavia no: el puesto de corresponsal acaba de ocuparse y no estara libre hasta dentro de tres o cuatro anos. Jan espera una respuesta. Desde que llego no abri la boca. Todo ocurre en mi cabeza, donde todavia escucho el eco de MOSCU. La palabra suena indefinida, desconocida, peligrosa, fuerte. Me gusta que suene asi. Y es por eso que digo: --No digas que no. --No hay que decidirlo ahora -me dice Jan-. Tenemos dos semanas para dar una respuesta. Claro que cuanto antes tomemos la decision, mejor. Jan me propuso hacer un viaje a Moscu, para ver si nos gustaba. No nos gusto. Y sin embargo, aceptamos. MOSCU ES OTRO MUNDO Igor maneja malhumorado por una avenida llena de autos. Hace giros nerviosos, toca bocina y se queja del transito de Moscu. Pero el es parte de ese transito. Algunos conductores lo miran con fastidio, otros le contestan con mas bocinazos o con gestos poco amistosos de las manos. La mayoria lo ignora, aunque sus miradas dicen todo. Hace frio, la nieve que alguna vez fue blanca ahora es una sopa espesa y gris oscura arrollada por las ruedas de los autos. Los camiones avanzan por la derecha y por la izquierda e impiden ver hacia adelante. Los vehiculos se salpican entre si, sin piedad ni benevolencia. Bajo los paraguas, los valientes peatones que intentan cruzar la avenida de diez carriles se cuidan para no mojarse con el aguanieve escupida por el transito y no ensuciarse con el caldo helado de la calle. No parece tarea facil ser peaton en Moscu, ni conductor, ni ruso en general. Me digo a mi misma que debo evitar mi tendencia a llegar a conclusiones precipitadas o desarrollar teorias disparatadas y me detengo en los detalles. Los carteles de transito estan escritos en cirilico y eso produce un primer extranamiento. Todo es extrano sin llegar a ser exotico. Se ven pocos carteles de propaganda en esta ciudad gris, fria y humeda. Acostumbrada desde chica a la presencia permanente de publicidad, a los avisos de Coca Cola y a guiarme por los carteles de los negocios, a primera vista Moscu se me aparece muda. Cuando viajo a la URSS, Garcia Marquez escribio una cronica titulada: "22.400.000 kilometros cuadrados y ni un aviso de Coca-Cola". Pero esto ya no es la Union Sovietica, el pais esta empezando a cambiar de forma definitiva y los carteles de propaganda -termino que en ruso esta asociado a la propaganda politica- seran suplantados por las publicidades de los objetos de consumo mas insolitos. Pero en este primer viaje todavia estoy en blanco, no se nada de lo que me espera, ni siquiera se si esta visita sera la ultima, o la definitiva. Estoy encandilada en una ciudad que no se muestra, me gusta la diferencia y observo cosas que normalmente no llamarian mi atencion: como esta vestida la gente, edificios grises, detalles de autos y camiones, ruidos y olores. El auto vibra, hace ruidos mecanicos y aunque las ventanas estan completamente cerradas se escucha el traqueteo, el zumbido y el arrastre de las ruedas de los otros autos sobre el asfalto cubierto de aguanieve. Como en un campo donde nunca va a crecer nada, las ruedas van arando surcos en la masa helada. Es tan profunda la huella que dejan los autos que Igor se ve obligado a mantenerse en su carril para evitar volcar el auto entre los montones de hielo acumulado. Habituada al transito silencioso de Alemania, viajar en auto en Moscu es como meterse en una maquina industrial de gran tamano, en algo que parece funcionar automaticamente por alguna orden superior sin que uno pueda decidir o hacer nada, salvo dejarse llevar y entregarse. Jan esta fascinado: le encantan los autos viejos, raros. Mira hacia todos lados y le pregunta a Igor el nombre de los modelos de autos y camiones, cuadrados y remachados, como recauchutados con restos de laton de tanques o aviones de guerra, sin publicidad alguna, salvo algunos inquietantes numeros sopleteados sobre el metal que no explican mucho. --Ese es un GAZ -dice Igor-. Fabrica de automoviles Gorki. El camion que nos paso es un KAMAZ, la fabrica de camiones mas grande del mundo, ubicada a 900 kilometros al Este de Moscu, en los margenes del rio Kama. Ahi va un KrAZ, de Krasnoyarsk. El Lada lo conocen, ?verdad? Y ahi adelante, el negro, es un Volga. Tambien son producidos en Gorki. Los Aparatchniks -Igor levanta la cabeza haciendo una venia- viajan en Volgas negros. Pero ya se estan haciendo de autos importados de Alemania. !Oh! Miren esa limusina que adelanta por el carril del medio. Es un Ziv, copia del Lincoln norteamericano. Antes lo usaban miembros del Politburo, los nachalstvo. Aunque ahora, nunca se sabe, seguramente es un nuevo rico. Y ese inutil que no acelera ahi adelante es un Moskvitch. !Imbecil! ?Que esperas? ?La carroza de la princesita del otono? --!Increible! -dice Jan-. Son de coleccion. !Tantas marcas que no tengo!

  • Los corazones de Ana de Ivette Chardis

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    Una historia de amor con Valencia y Barcelona como telon de fondo.

  • Seduciendo su Corazon (Manhattan Dinner Club 2) de Jean Joachim

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    El timbre de aviso del ascensor sorprendio a Bess Cooper. Se abrieron las puertas revelando un hombre y una garganta. El hombre atractivo levanto un parpado y giro la cabeza levemente. Solto un poco la mujer a la que habia estado besando y miro con ironia a Bess. --?Quien demonios es usted? Si ha venido para ver el apartamento, ya esta vendido--, dijo mientras se enderezaba. --Yo vivo aqui. ?Quien demonios es usted?-- Bess descanso los punos en las caderas. --Yo tambien vivo aqui--. El hombre se aflojo la corbata y desabrocho el boton del cuello de su camisa. --?Asi que usted es el nuevo dueno del quince B?-- Alto, delgado, pelo negro precioso. Y esos ojos. Vaya. Esta cara me suena. --Me contaron que una ancianita vivia en el quince A--. Se saco un panuelo del bolsillo y se limpio la boca. --?Los de la inmobiliaria?-- El afirmo con la cabeza. --Gran sorpresa. Un agente inmobiliario que miente--, hizo un mohin cambiando de postura. --?Es usted mi nuevo vecino?-- --Culpable. Y, ?usted es la viejecita?-- Su mirada pausada la recorrio de arriba abajo en un latido. Una lenta sonrisa aparecio en sus labios perfectos. --Muy bien conservada --. Bess solto una risita sin querer, cubriendose la boca con la mano. --Oye, Whit...-- La morena en el ascensor tiro de la solapa de su chaqueta. --?Whit? Ahora me acuerdo de donde le he visto. Usted es Whitfield Bass. Usted es el hombre de las noticias, ?verdad?-- El sonrio y se inclino. --Nuevamente culpable--. Coloco la palma de la mano en el trasero de la mujer con el y los dos salieron del ascensor. --Ella es Candy Wayne y, ?usted es?-- Al oir su nombre, la mujer delgadisima de pelo negro corto rodeo con un brazo la cintura de Whit y se apreto contra el. --Bess Cooper.-- Ella extendio una mano. Whit la sacudio brevemente, pero Candy permanecio adherida a su lado, mirando a Bess con frialdad. --Encantada de conoceros--, dijo Bess. --Yo te he visto antes--. Whit se acaricio la barbilla sin afeitar. --Yo soy modelo. ?A que te dedicas tu?-- pregunto Candy. --Yo cocino--, contesto Bess. --Oh, eres una criada--. La morena miro con desprecio a Bess. --!Ya se!-- Whit chasqueo los dedos. --No es una criada, es una cocinera. En la tele. Cocinando Con Bess, ?verdad?-- Se le ilumino la cara. Bess se sonrojo. --Culpable--. --?No eres un poco gordita para estar en la tele?-- Candy alzo pestanas negras densas y falsas con una mirada reprobatoria a las caderas de Bess. --No segun mi productor--. Bess entro en el ascensor y pulso el boton para bajar. --A mi no me pareces gordita--, comento Whit, descansando la mirada en el escote de ella. --Peso exacto--, dijo el mientras se cerraban las puertas. Bess rio levemente mientras bajaba el ascensor. Cuando llego abajo, su portero favorito, Crash, estaba al frente del mostrador de entrada. --Buenos dias, senorita--. Ladeo su gorra. --Un nuevo vecino. ?Que te parece a ti, Crash?--. Se acerco al hombre de uniforme. "No muy amigable. Se cita con modelos de moda. Solo es un famoso mas--. --?Es de los que tiene parejas intercambiables?-- --Si. Este tipo es de los que las repone rapido--. Crash se sonrojo al decir esto. Bess enarco una ceja. --No me sorprende. Comentarista famoso de los noticieros. Tipo atractivo--. --Ahora, no vaya usted perdiendo la cabeza por el, Senorita Bess. Es un ligon. Usted es una chica decente. No me gustaria verla ser lastimada por este tipo--. Ella le dio unas palmadas en el brazo. --Gracias, Crash, eso es un buen consejo. Estoy inmunizada. Ademas, tengo a Terry y no soy una ligona--. El rio un poco. --No senora. Usted siga con un solo tipo. Por lo menos, uno por uno --. Ahora era el turno de Bess el ponerse roja. --Lo intento, Crash--. --Este tipo. El poli. Es una buena persona. Me cae bien--. --Me alegro de que te parezca bien. Me marcho a hacer la compra. Hasta luego--. Crash sonrio y se llevo la mano a la gorra otra vez. Bess salio al aire matutino agradable de mediados de septiembre. Fruncio las cejas mientras consideraba como iba a ser compartir el pasillo con un hombre con chicas calientes entrando y saliendo todo el tiempo. Y seguramente a todas horas, tambien. Aunque la vision de su mandibula recta, ojos claros que parecian desnudarla con la mirada y su cuerpo atractivo daban vueltas en su cerebro, sono una alarma. Es un ligon. Manten las distancias. Enderezo los hombros mientras subia caminando por Central Park a la calle West 81 st , luego se dirigio hacia el oeste hasta la tienda de Zabar. Tengo a Terry. No le le necesito a el. Whitfield Bass, puedes seguir con tus maneras ligonas. No mancilles el umbral de mi puerta. Una vez dentro de la tienda de productos gourmet, se dirigio a la seccion de cafes. Despues de comprar pequenas cantidades de varias marcas, eligio una variedad de tipos de te. Para cuando habia terminado, ya tenia dos bolsas de la compra llenas de cosas. Bess las alzo, sorprendida de ver lo poco que pesaban. El te no pesa nada. Siguio camino abajo pensando en que iba a preparar para cada bebida. Crash abrio la puerta del Wellington y Bess le saludo con la cabeza mientras seguia caminando hacia las escaleras. Pensando en lo que iba a cocinar, no vio a Candy Wayne avanzar hacia ella hasta que ella y la modelo chocaron. La joven mujer delgadita choco contra Bess haciendola soltar sus bolsas con su contenido tirado por el suelo. --Se me ha roto un tacon--, dijo Candy mostrando la mitad de un zapato de tacon muy alto antes de bambolearse dentro del ascensor. Cuando Bess dijo un taco para sus adentros, su perra doguillo, Albondiga, empezo a ladrar. Estaba sin arreglar, la parte de arriba de su vestimenta medio metida en la falda que estaba ladeada. --Lo siento. Lo siento--, murmuro la modelo a medida que se cerraron las puertas. El ascensor siguio su camino. Bess escucho aranazos en su puerta al tiempo que la puerta en la otra punta del pasillo se abrio. Whit, vistiendo un albornoz de color blanco como unica prenda, saco la cabeza. --?Que demonios es ese jaleo?-- --Mi perra. Cuando me oye, ladra--. Bess estaba de rodillas recogiendo cajitas de te y bolsitas de cafe. --?Que tienes alli dentro? ?Un Rottewiler? ?Un pastor aleman?-- Bess rio. --Una doguillo, ella cree que es una Rottweiler--. --?Una doguillo?-- Rio un poco. --?Te echo una mano?-- --Todo bien--. --?Ha sido Candy la que ha hecho eso?-- Bess cerro los labios en una linea firme y delgada y siguio recogiendo su compra. Albondiga siguio ladrando. Whit salio descalzo de su apartamento y se agacho al lado de Bess. Recogio varias cosas y leyo las etiquetas. --Te Chai, cafe Kona, mermelada Loganberry...--. Bess tomo cada articulo de las manos de el uno por uno y los metio rapidamente en la bolsa. --Estoy haciendo un poco de investigacion sobre el cafe y el te--. --Que interesante. Mi investigacion consiste en revisar articulo aburrido tras articulo aburrido en internet--. --Esa es la razon por la cual hace lo que hace y yo hago lo que hago--. Al ponerse en pie, el le entrego un paquete de regaliz negro. --Me apuesto que somos las dos ultimas personas en la ciudad a quienes nos gusta esto--, dijo el. --Lo dudo--. Si se cree que me va a adular para acostarme con el. Que lo vaya olvidando. Pero, a medida que el se inclino, su albornoz se abrio un poco y ella pudo ver su pecho. Era totalmente tocable, firme pero no duro tipo gimnasio. Vello negro en moderacion le hizo sentir picores en las puntas de los dedos al pensar en deslizarlos sobre sus pectorales. Con un gran esfuerzo, dejo de mirar el cuerpo de el y dirigio la mirada hacia los paquetes de comida todavia en el suelo. --Gracias--, dijo ella, con desgana de deberle nada, aunque solo fuese por el gesto de el de recoger un articulo. --No podia hacer menos despues de que Candy chocara contra usted--. Bess hizo un breve gesto con la cabeza y se encamino hacia su puerta. Al abrir la puerta, la pequena doguillo salio corriendo. Se fue directamente hacia Whit, ladrando una y otra vez. El se rio pero se retiro hacia atras. Es una bestia pequena pero feroz. --Odio los cliches, pero ?no va a llamar a su perro?-- dijo el con la espalda contra la pared. --!Albondiga! Albondiga, ven aqui, pequena--. Llamo Bess. La doguillo cerro la boca y se volvio hacia su ama. Despues de una mirada suspicaz hacia Whit, la perra se retiro, jadeando y obedeciendo. --Ella no le haria dano--. --?En serio? ?Esta usted segura de que ella lo sabe?-- La arruga en su frente se borro un poco. Se arremetio su albornoz y tiro de la banda que cerraba su albornoz apretandola. --Tu novia necesita una leccion de buenos modales--, dijo Bess, recogiendo una bolsa en cada mano. Albondiga miraba a Whit pero se quedo al lado de Bess. --Oh, no es mi novia--. --?Oh?-- Bess subio las cejas. --Pues a mi me podria haber enganado eso--. --De hecho, esa solo era nuestra segunda cita. Una cita larga quizas, pero solo la segunda. Yo tengo bastantes amigas--. El la miro otra vez con una mirada que le hizo sentirse desvestida por el. Instintivamente se tapo el pecho con el brazo. --Pues que bien. Ten cuidado con las enfermedades de transmision sexual, pueden ser bastante desagradables--, dijo ella. --?Hablando por experiencia propia?-- El enarco una ceja mirandola. El ardor subio por sus mejillas al tiempo que perdio la compostura. Solto ambas bolsas lo cual hizo que Albondiga volviese a ladrar. --Tiene mucho descaro--. --Tu eres la que lo menciono. No yo. Yo soy un gran defensor del sexo seguro. ?Lo eres tu?-- --Eso no te incumbe--. Dijo Bess recogiendo sus cosas y silbando hacia Albondiga que se callo inmediatamente y siguio a su ama. --?Tendre que usar un desinfectante cada vez que pase por delante de tu puerta?-- dijo el haciendo una mueca burlona. --!Muy gracioso! No entiendo por que no te has dedicado a la comedia en vez de las noticias. Vamos a ver... ?quizas porque no eres gracioso?-- Ella entro en su apartamento y cerro la puerta de golpe. La carcajada de el era alta y sonora. Que desagradable. Puede acostarse con todas las mujeres de Nueva York, pero a mi nunca me va a pillar. Odio a los hombres ligones. Cargo con su compra hasta la cocina con Albondiga trotando tras ella. La perrita se arrecosto en su pequena camita y ya roncaba antes de que Bess hubiese guardadado todas las compras. Se prepare un cafe y se sento con un cuaderno y un boligrafo. El telefonillo de la puerta la saco de sus pensamientos. Descolgo y le dijo a Crash que el visitante podia subir. Su ayudante, Ned Lester, entro directamente. Ella nunca cerraba la puerta con llave, pensaba que con unos porteros tan vigilantes, no tendria necesidad de hacerlo. --?Donde has estado? He dejado diez mensajes. ?Te hacia falta que recogiera algo de camino?-- --Lo compre todo yo misma. Estaba en el pasillo. Maldito vecino nuevo. Su novia repelente choco contra mi. Luego, el salio para ayudar a recoger las cosas que se habian caido--. Los ojos de Ned brillaron. --?Era mono?-- --?No tienes a alguien?-- --No has contestado mi pregunta. No para mi. Para ti--. --Supongo que se podria decir que es bastante atractivo para ese tipo de cosa--. --?Que tipo de cosa?-- Ned se sento en un taburete al lado del mostrador, su libreta lista, boligrafo en mano y los ojos azules mirando a Bess. --Quiero decir, pelo negro, ojos grises, buen fisico--. --Vaya. ?Mejor que Serge?-- --Era irritante--. Bess volvio a la cafetera y le sirvio una taza a Ned. --Ahora se que estas mintiendo. Siempre adivino. Se te ve un temblorcillo bajo el ojo izquierdo. Solo un instante, pero se ve--. --Vale. Es guapisimo pero es un ligon. Ademas, tengo a Terry--. --?Lo tienes de verdad? ?No es solo una vez a la semana y nunca se queda a dormir? -- --?Y?-- Bess bebio sorbitos de su cafe. --A mi me parece que estais algo atascados--. --Me gusta. Es un poli. Me hace sentirme segura. Estoy contenta con las cosas tal como estan--. --?De verdad?-- Ned miro fijamente, pero Bess evito mirar sus ojos. --Vamos a ponernos a trabajar. ?Como enmarcar esto? Mejores postres para cafe y mejores para el te?-- --De esa manera, a lo mejor podemos conseguir dos programas de esta idea en vez de uno solo--, dijo el apuntando en su cuaderno. --Bien pensado. Hmm, ?que va mejor con el cafe? Cualquier cosa de chocolate--. --Oh, dios. Chocolate. Aqui voy. Y de paso, a mi no me enganas. Te estoy dejando cambiar de tema... de momento--. Dijo Ned sonriendo. Bajo, con pelo marron y ojos azules, Ned era atractivo pero estaba fuera del alcance de Bess ya que era gay. Se cuidaba mucho el fisico, vestia impecablemente y la cuidaba a ella muy bien. Si yo tuviese un hermano pequeno, me gustaria que fuese exactamente igual que Ned. Bueno, quizas no tan meticon. El guardaba sus secretos y compartia su amor por la comida. Ned era mas familia para ella que su familia de verdad. Listo para convertirse en su cocinero segundo, Ned habria sido la eleccion perfecta, pero a Bess le disgustaba la idea de tener que ensenarle las cosas a un nuevo ayudante. Aunque estaba deseando que le dieran la promocion a el, tambien temia ese momento. Ella dependia de su apoyo y el jamas ponia en duda el juicio de ella. Eran el tandem perfecto. Ned repaso los cien libros de cocina que ella tenia en sus estanterias, buscando aquellos que se especializaban en postres. En media hora, ella estaba totalmente inmersa en el tema, comentando y seleccionando recetas con el. El episodio estaba empezando a tomar forma y ella habia olvidado al devastadoramente atractivo Whit Bass y su desfile de mujeres deseosas. Hicieron una lista de la compra. Ned se fue a la tienda mientras Bess se tomo un descanso. Se acerco a la ventana con su taza de cafe. Albondiga se estiro y se acerco a ella. Sus elecciones de posibles postres eran lo suficientemente numerosas para que pudiera estar segura de que habria unas cuantas opciones muy destacables para el programa. Su mente volvio al nuevo vecino. ?Por que estoy pensando en el? Es un problema para cualquier mujer soltera. Yo quiero tener hijos algun dia. No podria hacer eso con un tipo como Whitfield Bass. ?Y Terry? Ni siquiera le tengo dos veces a la semana. Se mordisqueo una una y luego se detuvo, horrorizada. --?Cuantas veces te he tenido que decir que dejes esa costumbre asquerosa?-- Ned entro, cargando dos bolsas. --Lo se, lo se. Lo siento. No estaba pensando--. --Tus manos y unas se ven. No puedes estar destrozandolas con los dientes--. Suavemente le dio una palmada en la mano y luego la elevo para besarla. --Tienes razon. Se me olvida. Preocuparme por mi aspecto ante la camara es la peor parte de este trabajo. ?Cuando podre morderme las unas y que no le importe a nadie?--. --Cuando te quedes sin trabajo. Y como ese dia no ha llegado aun, deja de hacer eso --. Recupero un paquete que se habia caido en la entrada de la puerta y lo llevo a la cocina. Mientras sacaba cosas de la compra y las guardaba, iba charlando. --?Que te tenia tan ensimismada cuando entre?--

  • Un piano para los masais de Miguel Angel Moreno

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    Una historia de redencion y de lucha contra un destino inevitable. Una gran novela epica enmarcada en el Africa colonial alemana.

  • El largo camino de Olga de Yolanda Scheuber

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  • Mujer en punto cero de Nawal El Saadawi

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    “Todos los hombres que he conocido solo me han inspirado un deseo: el de alzar la mano y dejarla caer con fuerza sobre su rostro”.

  • Las intrigas de la fama 3 de Mercedes Franco

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    Carolina decide irse de viaje ayudada por Gustavo Cortez y una persona inesperada, ella logra ganar un importante papel en una pelicula internacional.

  • El pais de la desmemoria de Juan Miguel Baquero

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    Un relato periodistico contra el olvido en el pais de la desmemoria. La memoria historica de nuestro pais desde un enfoque periodistico. Prologo de Baltasar Garzon.

  • Un vestido a mi medida de Raquel G. Estruch

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    Paula, Arnau e Iris forman un trio inseparable desde la universidad. Los gemelos siempre han apoyado a Iris en todos los momentos de su vida, especialmente cuando su madre, Carmen Roig, la famosisima disenadora de moda, la apartaba de su vida negandole el afecto que ella tanto necesitaba.
    Aunque Iris ha aprendido a vivir sin el carino de su poderosa y arisca madre, un diagnostico demoledor alterara drasticamente su relacion. Y justo en ese momento, en el que Iris
    parece vivir los momentos mas bajos de su vida, Arnau empezara a sentir algo mas por ella; algo de lo que Iris no quiere ni oir hablar.
    Madre e hija emprenderan un inesperado viaje por la Toscana en el que descubriran que las cosas no son siempre lo que parecen, que grandes mentiras pueden ocultarse bajo muchas capas de maquillaje y de ropa de marca y que tienen mucho mas en comun de lo que ninguna de las dos quiere admitir.

  • ENTRE VINEDOS (Blue Heron 1), Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • Nada es para siempre de Noe Casado

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    El hedor procedente de la sangre, orines y otros desechos humanos hacia el aire irrespirable y se adheria a la basta tela del habito. La ventilacion de las celdas era insuficiente y la paja, que debia cambiarse cada diez dias, se hacia cada treinta, porque el alguacil y los carceleros estaban conchabados con el paisano que debia ocuparse de que las condiciones de los reos fueran aceptables. Un negocio fraudulento que daba beneficios a quienes cobraban una miseria por trabajar; no era el unico negocio en el que se falseaban las cuentas. Todos en aquella prision tenian algun que otro chanchullo para meterse unas monedas extra en la bolsa. A pesar de que las ventanas de las celdas no disponian de cristal ni de ningun otro elemento que las cubriera y de que el aire atravesaba los barrotes, jamas se respiraba aire limpio. Ni siquiera en invierno, cuando soplaba el cierzo. Aquel olor tan nauseabundo no se iba nunca. Un olor que, por mucho que las lavanderas se empenaran y dejaran durante dias las prendas oreandose, nunca terminaba de eliminarse de la ropa. Aunque era superado por otro quiza menos habitual, el de la desesperacion de los que iban a morir tras sufrir tormento, pues, culpables o no, su destino estaba sellado desde que se habia formulado la acusacion. El ultimo interrogatorio al que me habia visto obligado a asistir como inquisidor fue el de un hombre acusado de judaizante, porque una vecina aseguraba que no lo veia echar tocino en el puchero. Acusaciones como esa eran comunes y la razon esgrimida por el reo era que no disponia de recursos para comprar tocino. Lo facil hubiera sido hacer las comprobaciones, sin embargo, resultaba mas ejemplarizante detenerlo y arrancarle una confesion bajo tormento. Y ahi lo habia dejado, desangrandose, con una pierna rota, esperando ser ejecutado, aunque, dado su estado, lo mas probable es que fuera una ejecucion en efigie. * * * Bip… bip… bip… El maldito zumbido avisando que entraba un mensaje hizo que se sobresaltara. Por poco el movil no acabo estampado contra la pared. Odiaba los adelantos tecnologicos, porque, a pesar de que hacian la vida mas facil a muchas personas, para el eran sin duda sinonimo de esclavitud. Incluso los avances medicos, que tantas vidas salvaban, no eran de su agrado, pues mucho hijo de puta se beneficiaba de ellos. Ya nada quedaba al azar, todo estaba contaminado. LM se incorporo maldiciendo. Se noto sudado y puso cara de desagrado. Tenia la espalda dolorida, ya que llevaba unos dias durmiendo sobre un delgado colchon. Por alguna razon que preferia no analizar, se habia impuesto un castigo que consistia en prescindir de ciertas comodidades. Intentaba que los malditos suenos no regresaran. Eran como una enfermedad que no se ha curado bien. De vez en cuando lo atormentaban impidiendole dormir o, peor aun, haciendo que su humor, ya de por si agriado, se agriara todavia mas. Aparto la aspera sabana de un manotazo y se levanto para ir al bano. Ni siquiera se molesto en encender la lamparita que habia colocado a un lado del colchon para leer de noche. Que mania tenia la gente de abusar de la luz. Por la claraboya se filtraba la suficiente como para no tropezar con nada. Siempre que finalizaba una mision, buscaba un lugar apartado en el campo, donde por la noche la unica luz fuese la del reflejo de la luna; y hasta esta descansaba algunos dias, proporcionandole oscuridad total. Tras orinar, regreso al desvan que utilizaba como dormitorio y miro la hora. Apenas eran las cinco. Maitines, algo a lo que por mucho que pasaran los anos seguia acostumbrado. Desecho la idea de volver a dormir, asi que busco algo con lo que cubrirse. En ese aspecto los avances si le gustaban, con un pantalon y una camiseta estaba listo y la comodidad del algodon era muy de agradecer. Llevaba en esa vivienda poco mas de un mes, lo justo para preparar la mision que le habian encomendado. Una de tantas. Ya no le importaban nada ni el motivo ni el posible beneficio, nada. Le daba todo igual, solo cumplia con su parte del trato. Le habian enviado un maldito artefacto, tableta lo llamaban, en el que encontraria toda la informacion, sin embargo, el habia insistido en que hubiese tambien documentos impresos. La tableta era otro cacharro que, igual que el telefono movil, evitaba. Lo primero que miro fueron los datos del companero que le habian asignado y arqueo una ceja al ver la fecha de nacimiento, 1905. Eso no tenia sentido segun las normas. Unas normas que todos, incluido el, habian aceptado sin cuestionarlas cuando se les ofrecio una forma de redimirse. Cuando estaba a punto de morir, una mujer a la que no pudo ponerle rostro ni edad, le hablo de la posibilidad de vivir para siempre a cambio de servirla. Cuando la acuso de bruja, sufrio unos dolores infernales, mucho mas insufribles que las heridas que llenaban su cuerpo. Desde entonces, habia sido tan necio y tan cobarde que nunca planteo la pregunta que se formulaba desde hacia siglos: ?aquello acabaria alguna vez? No, no acabaria nunca. Sus misiones habian sido numerosas. Solo cambiaba el pais, la gente, las costumbres. El tiempo avanzaba, pero el no, el seguia siendo el mismo, eso si, mimetizado con el ambiente para no llamar la atencion. Debio cerrar los ojos, aguantar el dolor producido por aquellas cuchilladas que lo desangraban poco a poco y esperar la muerte en aquel camino embarrado a la salida de Medina del Campo. No lo hizo y ahora estaba harto, aunque resignado, y a punto de empezar otra mision con un <>. Segun la norma, tras aceptar servir indefinidamente a cambio de salvar la vida, cualquiera de ellos debia pasar oculto en un monasterio al menos cien anos desde su <>, para que nadie pudiera reconocerlo. LM tuvo que sobrellevar los primeros anos de su obligado retiro en la abadia de Hautecombe. No podian correr riesgos y por eso, cada pocos anos, diez a lo sumo, se trasladaban a otro monasterio, siempre antes de que alguien se percatara de que no envejecian y comenzaran las preguntas incomodas. Por ese motivo se sorprendio al leer el expediente de quien iba a ser su companero en aquella mision, porque el tal Bastien von Hayek, solo llevaba setenta y cinco anos recluido. Su ultima estancia habia sido en el priorato de Silverstream, en Irlanda. LM fruncio el cejo al seguir leyendo; no le hacia mucha gracia aguantar a un novato nacido en Hallstatt, Austria, y que en el momento de su <> tenia cuarenta anos. El ninato, como lo llamaba ya mentalmente, habia sido piloto de la Luftwaffe y, tras ser derribado, habia conseguido escapar, pero debido a sus lesiones ya no le permitieron volver a pilotar, asi que lo premiaron con un buen destino: el gueto de Terezin, en Checoslovaquia, con un alto rango dentro de las SS. Bueno, iban a formar una pareja sin igual, un inquisidor y un nazi. Tendrian mucho de que hablar, sin duda, penso LM no sin cierta ironia. La mision consistia en acceder a los archivos de la familia Alcazar de Virrey. Era el primer paso para averiguar que paso con los cuadros expoliados en Austria a una importante familia judia tras la invasion nazi de 1938 y que, por diferentes motivos, acabaron en manos de un militar espanol. No se trataba del primer encargo de esa indole. Por desgracia, a lo largo de la historia habian sido innumerables los casos de arte robado, por lo que no suponia ninguna novedad. Ademas, casi siempre, por desgracia, se repetia el mismo patron. O por suerte para el, porque asi la tarea se simplificaba. Aunque ya hacia mucho que nada lo emocionaba, a veces agradecia que se complicaran las cosas, de esa forma se aburria un poco menos. LM llevaba ya un rato concentrado en la lectura y el dia clareaba. Miro de reojo y con desconfianza la moderna cafetera. Odiaba ese brebaje traido de las Indias, que la humanidad tomaba cada dia. El preferia un sencillo cuenco de avena con miel, aunque los cereales de ahora sabian a tierra y la miel era una mierda adulterada. Como no disponia de avena, busco algo de pan ya duro del dia anterior, calento leche en un cazo y lo fue partiendo en trozos irregulares. Echo una cucharada de azucar y espero a que el pan absorbiera la leche, mientras lo removia a fuego lento.

  • Cientos de miles de millones de sonrisas de Veronica Diaz

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    Cientos de miles de millones de motivos para perseguir tus suenos.

  • El estilo Virgin de Richard Branson

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    Con el estilo descomplicado, directo y fresco que lo caracteriza, Richard Branson comparte los secretos que lo convirtieron en uno de los empresarios de mayor reconocimiento y en un icono para los emprendedores. Para el, autonomia, libertad, apoyo y flexibilidad son claves para lograr que cada una de las personas en su organizacion, sin importar el cargo, ponga todo su empeno en lograr metas extraordinarias al tiempo que gozan cada minuto de sus actividades. Su filosofia de vida ha sido divertirse mientras persigue sus retos (asi parezcan disparates para los demas), no rendirse si fracasa ni dormirse en los laureles: un espiritu que ha contagiado a los cerca de 50 000 colaboradores de Virgin en todo el mundo y que lo ha convertido en un lider unico y admirado.

  • Superheroes del imperio de Cesar Cervera Moreno

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    La historia de Espana esta repleta de personajes con excepcionales cualidades fisicas e intelectuales que les proporcionaron un talento por encima del resto. Fuertes, valientes, resistentes, inteligentes <>, al fin y al cabo. Cesar Cervera rescata, con excepcional agudeza y detalle, el mito y la realidad de aquellos hombres y mujeres que trufaron los campos de batalla de Europa con extraordinarias gestas. Desde Diego Garcia de Paredes al Duque de Osuna, pasando por Julian Romero, Juan del Aguila o la Monja Alferez, esta obra pretende ser un recuerdo objetivo y certero, alejado de pasiones desmedidas, de aquellos heroes que los libros de historia borraron de sus paginas con el paso del tiempo.

  • Flechazo imprudente (Amor virtual 2) de Azaroa Sanchez

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    Gema tiene claro que su estilo de vida no es el correcto para muchos, pero si es el que le hace feliz. Con su filosofia de <> y una sonrisa por uniforme, va derribando muros.Por otro lado, Gabo tiene grabado a fuego la frase dicha por Platon <>, y la sigue al pie de la letra. Es el mejor en su trabajo, y se define a si mismo como un <>. Es impaciente, meticuloso y, tal vez, un tanto obsesivo con todo lo que le rodea. ?Podra un pasado en comun y una simple casualidad unir a dos personas totalmente incompatibles? Una peticion de amistad, un mensaje y mucho humor.