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El timbre de aviso del ascensor sorprendio a Bess Cooper. Se abrieron las puertas revelando un hombre y una garganta. El hombre atractivo levanto un parpado y giro la cabeza levemente. Solto un poco la mujer a la que habia estado besando y miro con ironia a Bess. --?Quien demonios es usted? Si ha venido para ver el apartamento, ya esta vendido--, dijo mientras se enderezaba. --Yo vivo aqui. ?Quien demonios es usted?-- Bess descanso los punos en las caderas. --Yo tambien vivo aqui--. El hombre se aflojo la corbata y desabrocho el boton del cuello de su camisa. --?Asi que usted es el nuevo dueno del quince B?-- Alto, delgado, pelo negro precioso. Y esos ojos. Vaya. Esta cara me suena. --Me contaron que una ancianita vivia en el quince A--. Se saco un panuelo del bolsillo y se limpio la boca. --?Los de la inmobiliaria?-- El afirmo con la cabeza. --Gran sorpresa. Un agente inmobiliario que miente--, hizo un mohin cambiando de postura. --?Es usted mi nuevo vecino?-- --Culpable. Y, ?usted es la viejecita?-- Su mirada pausada la recorrio de arriba abajo en un latido. Una lenta sonrisa aparecio en sus labios perfectos. --Muy bien conservada --. Bess solto una risita sin querer, cubriendose la boca con la mano. --Oye, Whit...-- La morena en el ascensor tiro de la solapa de su chaqueta. --?Whit? Ahora me acuerdo de donde le he visto. Usted es Whitfield Bass. Usted es el hombre de las noticias, ?verdad?-- El sonrio y se inclino. --Nuevamente culpable--. Coloco la palma de la mano en el trasero de la mujer con el y los dos salieron del ascensor. --Ella es Candy Wayne y, ?usted es?-- Al oir su nombre, la mujer delgadisima de pelo negro corto rodeo con un brazo la cintura de Whit y se apreto contra el. --Bess Cooper.-- Ella extendio una mano. Whit la sacudio brevemente, pero Candy permanecio adherida a su lado, mirando a Bess con frialdad. --Encantada de conoceros--, dijo Bess. --Yo te he visto antes--. Whit se acaricio la barbilla sin afeitar. --Yo soy modelo. ?A que te dedicas tu?-- pregunto Candy. --Yo cocino--, contesto Bess. --Oh, eres una criada--. La morena miro con desprecio a Bess. --!Ya se!-- Whit chasqueo los dedos. --No es una criada, es una cocinera. En la tele. Cocinando Con Bess, ?verdad?-- Se le ilumino la cara. Bess se sonrojo. --Culpable--. --?No eres un poco gordita para estar en la tele?-- Candy alzo pestanas negras densas y falsas con una mirada reprobatoria a las caderas de Bess. --No segun mi productor--. Bess entro en el ascensor y pulso el boton para bajar. --A mi no me pareces gordita--, comento Whit, descansando la mirada en el escote de ella. --Peso exacto--, dijo el mientras se cerraban las puertas. Bess rio levemente mientras bajaba el ascensor. Cuando llego abajo, su portero favorito, Crash, estaba al frente del mostrador de entrada. --Buenos dias, senorita--. Ladeo su gorra. --Un nuevo vecino. ?Que te parece a ti, Crash?--. Se acerco al hombre de uniforme. "No muy amigable. Se cita con modelos de moda. Solo es un famoso mas--. --?Es de los que tiene parejas intercambiables?-- --Si. Este tipo es de los que las repone rapido--. Crash se sonrojo al decir esto. Bess enarco una ceja. --No me sorprende. Comentarista famoso de los noticieros. Tipo atractivo--. --Ahora, no vaya usted perdiendo la cabeza por el, Senorita Bess. Es un ligon. Usted es una chica decente. No me gustaria verla ser lastimada por este tipo--. Ella le dio unas palmadas en el brazo. --Gracias, Crash, eso es un buen consejo. Estoy inmunizada. Ademas, tengo a Terry y no soy una ligona--. El rio un poco. --No senora. Usted siga con un solo tipo. Por lo menos, uno por uno --. Ahora era el turno de Bess el ponerse roja. --Lo intento, Crash--. --Este tipo. El poli. Es una buena persona. Me cae bien--. --Me alegro de que te parezca bien. Me marcho a hacer la compra. Hasta luego--. Crash sonrio y se llevo la mano a la gorra otra vez. Bess salio al aire matutino agradable de mediados de septiembre. Fruncio las cejas mientras consideraba como iba a ser compartir el pasillo con un hombre con chicas calientes entrando y saliendo todo el tiempo. Y seguramente a todas horas, tambien. Aunque la vision de su mandibula recta, ojos claros que parecian desnudarla con la mirada y su cuerpo atractivo daban vueltas en su cerebro, sono una alarma. Es un ligon. Manten las distancias. Enderezo los hombros mientras subia caminando por Central Park a la calle West 81 st , luego se dirigio hacia el oeste hasta la tienda de Zabar. Tengo a Terry. No le le necesito a el. Whitfield Bass, puedes seguir con tus maneras ligonas. No mancilles el umbral de mi puerta. Una vez dentro de la tienda de productos gourmet, se dirigio a la seccion de cafes. Despues de comprar pequenas cantidades de varias marcas, eligio una variedad de tipos de te. Para cuando habia terminado, ya tenia dos bolsas de la compra llenas de cosas. Bess las alzo, sorprendida de ver lo poco que pesaban. El te no pesa nada. Siguio camino abajo pensando en que iba a preparar para cada bebida. Crash abrio la puerta del Wellington y Bess le saludo con la cabeza mientras seguia caminando hacia las escaleras. Pensando en lo que iba a cocinar, no vio a Candy Wayne avanzar hacia ella hasta que ella y la modelo chocaron. La joven mujer delgadita choco contra Bess haciendola soltar sus bolsas con su contenido tirado por el suelo. --Se me ha roto un tacon--, dijo Candy mostrando la mitad de un zapato de tacon muy alto antes de bambolearse dentro del ascensor. Cuando Bess dijo un taco para sus adentros, su perra doguillo, Albondiga, empezo a ladrar. Estaba sin arreglar, la parte de arriba de su vestimenta medio metida en la falda que estaba ladeada. --Lo siento. Lo siento--, murmuro la modelo a medida que se cerraron las puertas. El ascensor siguio su camino. Bess escucho aranazos en su puerta al tiempo que la puerta en la otra punta del pasillo se abrio. Whit, vistiendo un albornoz de color blanco como unica prenda, saco la cabeza. --?Que demonios es ese jaleo?-- --Mi perra. Cuando me oye, ladra--. Bess estaba de rodillas recogiendo cajitas de te y bolsitas de cafe. --?Que tienes alli dentro? ?Un Rottewiler? ?Un pastor aleman?-- Bess rio. --Una doguillo, ella cree que es una Rottweiler--. --?Una doguillo?-- Rio un poco. --?Te echo una mano?-- --Todo bien--. --?Ha sido Candy la que ha hecho eso?-- Bess cerro los labios en una linea firme y delgada y siguio recogiendo su compra. Albondiga siguio ladrando. Whit salio descalzo de su apartamento y se agacho al lado de Bess. Recogio varias cosas y leyo las etiquetas. --Te Chai, cafe Kona, mermelada Loganberry...--. Bess tomo cada articulo de las manos de el uno por uno y los metio rapidamente en la bolsa. --Estoy haciendo un poco de investigacion sobre el cafe y el te--. --Que interesante. Mi investigacion consiste en revisar articulo aburrido tras articulo aburrido en internet--. --Esa es la razon por la cual hace lo que hace y yo hago lo que hago--. Al ponerse en pie, el le entrego un paquete de regaliz negro. --Me apuesto que somos las dos ultimas personas en la ciudad a quienes nos gusta esto--, dijo el. --Lo dudo--. Si se cree que me va a adular para acostarme con el. Que lo vaya olvidando. Pero, a medida que el se inclino, su albornoz se abrio un poco y ella pudo ver su pecho. Era totalmente tocable, firme pero no duro tipo gimnasio. Vello negro en moderacion le hizo sentir picores en las puntas de los dedos al pensar en deslizarlos sobre sus pectorales. Con un gran esfuerzo, dejo de mirar el cuerpo de el y dirigio la mirada hacia los paquetes de comida todavia en el suelo. --Gracias--, dijo ella, con desgana de deberle nada, aunque solo fuese por el gesto de el de recoger un articulo. --No podia hacer menos despues de que Candy chocara contra usted--. Bess hizo un breve gesto con la cabeza y se encamino hacia su puerta. Al abrir la puerta, la pequena doguillo salio corriendo. Se fue directamente hacia Whit, ladrando una y otra vez. El se rio pero se retiro hacia atras. Es una bestia pequena pero feroz. --Odio los cliches, pero ?no va a llamar a su perro?-- dijo el con la espalda contra la pared. --!Albondiga! Albondiga, ven aqui, pequena--. Llamo Bess. La doguillo cerro la boca y se volvio hacia su ama. Despues de una mirada suspicaz hacia Whit, la perra se retiro, jadeando y obedeciendo. --Ella no le haria dano--. --?En serio? ?Esta usted segura de que ella lo sabe?-- La arruga en su frente se borro un poco. Se arremetio su albornoz y tiro de la banda que cerraba su albornoz apretandola. --Tu novia necesita una leccion de buenos modales--, dijo Bess, recogiendo una bolsa en cada mano. Albondiga miraba a Whit pero se quedo al lado de Bess. --Oh, no es mi novia--. --?Oh?-- Bess subio las cejas. --Pues a mi me podria haber enganado eso--. --De hecho, esa solo era nuestra segunda cita. Una cita larga quizas, pero solo la segunda. Yo tengo bastantes amigas--. El la miro otra vez con una mirada que le hizo sentirse desvestida por el. Instintivamente se tapo el pecho con el brazo. --Pues que bien. Ten cuidado con las enfermedades de transmision sexual, pueden ser bastante desagradables--, dijo ella. --?Hablando por experiencia propia?-- El enarco una ceja mirandola. El ardor subio por sus mejillas al tiempo que perdio la compostura. Solto ambas bolsas lo cual hizo que Albondiga volviese a ladrar. --Tiene mucho descaro--. --Tu eres la que lo menciono. No yo. Yo soy un gran defensor del sexo seguro. ?Lo eres tu?-- --Eso no te incumbe--. Dijo Bess recogiendo sus cosas y silbando hacia Albondiga que se callo inmediatamente y siguio a su ama. --?Tendre que usar un desinfectante cada vez que pase por delante de tu puerta?-- dijo el haciendo una mueca burlona. --!Muy gracioso! No entiendo por que no te has dedicado a la comedia en vez de las noticias. Vamos a ver... ?quizas porque no eres gracioso?-- Ella entro en su apartamento y cerro la puerta de golpe. La carcajada de el era alta y sonora. Que desagradable. Puede acostarse con todas las mujeres de Nueva York, pero a mi nunca me va a pillar. Odio a los hombres ligones. Cargo con su compra hasta la cocina con Albondiga trotando tras ella. La perrita se arrecosto en su pequena camita y ya roncaba antes de que Bess hubiese guardadado todas las compras. Se prepare un cafe y se sento con un cuaderno y un boligrafo. El telefonillo de la puerta la saco de sus pensamientos. Descolgo y le dijo a Crash que el visitante podia subir. Su ayudante, Ned Lester, entro directamente. Ella nunca cerraba la puerta con llave, pensaba que con unos porteros tan vigilantes, no tendria necesidad de hacerlo. --?Donde has estado? He dejado diez mensajes. ?Te hacia falta que recogiera algo de camino?-- --Lo compre todo yo misma. Estaba en el pasillo. Maldito vecino nuevo. Su novia repelente choco contra mi. Luego, el salio para ayudar a recoger las cosas que se habian caido--. Los ojos de Ned brillaron. --?Era mono?-- --?No tienes a alguien?-- --No has contestado mi pregunta. No para mi. Para ti--. --Supongo que se podria decir que es bastante atractivo para ese tipo de cosa--. --?Que tipo de cosa?-- Ned se sento en un taburete al lado del mostrador, su libreta lista, boligrafo en mano y los ojos azules mirando a Bess. --Quiero decir, pelo negro, ojos grises, buen fisico--. --Vaya. ?Mejor que Serge?-- --Era irritante--. Bess volvio a la cafetera y le sirvio una taza a Ned. --Ahora se que estas mintiendo. Siempre adivino. Se te ve un temblorcillo bajo el ojo izquierdo. Solo un instante, pero se ve--. --Vale. Es guapisimo pero es un ligon. Ademas, tengo a Terry--. --?Lo tienes de verdad? ?No es solo una vez a la semana y nunca se queda a dormir? -- --?Y?-- Bess bebio sorbitos de su cafe. --A mi me parece que estais algo atascados--. --Me gusta. Es un poli. Me hace sentirme segura. Estoy contenta con las cosas tal como estan--. --?De verdad?-- Ned miro fijamente, pero Bess evito mirar sus ojos. --Vamos a ponernos a trabajar. ?Como enmarcar esto? Mejores postres para cafe y mejores para el te?-- --De esa manera, a lo mejor podemos conseguir dos programas de esta idea en vez de uno solo--, dijo el apuntando en su cuaderno. --Bien pensado. Hmm, ?que va mejor con el cafe? Cualquier cosa de chocolate--. --Oh, dios. Chocolate. Aqui voy. Y de paso, a mi no me enganas. Te estoy dejando cambiar de tema... de momento--. Dijo Ned sonriendo. Bajo, con pelo marron y ojos azules, Ned era atractivo pero estaba fuera del alcance de Bess ya que era gay. Se cuidaba mucho el fisico, vestia impecablemente y la cuidaba a ella muy bien. Si yo tuviese un hermano pequeno, me gustaria que fuese exactamente igual que Ned. Bueno, quizas no tan meticon. El guardaba sus secretos y compartia su amor por la comida. Ned era mas familia para ella que su familia de verdad. Listo para convertirse en su cocinero segundo, Ned habria sido la eleccion perfecta, pero a Bess le disgustaba la idea de tener que ensenarle las cosas a un nuevo ayudante. Aunque estaba deseando que le dieran la promocion a el, tambien temia ese momento. Ella dependia de su apoyo y el jamas ponia en duda el juicio de ella. Eran el tandem perfecto. Ned repaso los cien libros de cocina que ella tenia en sus estanterias, buscando aquellos que se especializaban en postres. En media hora, ella estaba totalmente inmersa en el tema, comentando y seleccionando recetas con el. El episodio estaba empezando a tomar forma y ella habia olvidado al devastadoramente atractivo Whit Bass y su desfile de mujeres deseosas. Hicieron una lista de la compra. Ned se fue a la tienda mientras Bess se tomo un descanso. Se acerco a la ventana con su taza de cafe. Albondiga se estiro y se acerco a ella. Sus elecciones de posibles postres eran lo suficientemente numerosas para que pudiera estar segura de que habria unas cuantas opciones muy destacables para el programa. Su mente volvio al nuevo vecino. ?Por que estoy pensando en el? Es un problema para cualquier mujer soltera. Yo quiero tener hijos algun dia. No podria hacer eso con un tipo como Whitfield Bass. ?Y Terry? Ni siquiera le tengo dos veces a la semana. Se mordisqueo una una y luego se detuvo, horrorizada. --?Cuantas veces te he tenido que decir que dejes esa costumbre asquerosa?-- Ned entro, cargando dos bolsas. --Lo se, lo se. Lo siento. No estaba pensando--. --Tus manos y unas se ven. No puedes estar destrozandolas con los dientes--. Suavemente le dio una palmada en la mano y luego la elevo para besarla. --Tienes razon. Se me olvida. Preocuparme por mi aspecto ante la camara es la peor parte de este trabajo. ?Cuando podre morderme las unas y que no le importe a nadie?--. --Cuando te quedes sin trabajo. Y como ese dia no ha llegado aun, deja de hacer eso --. Recupero un paquete que se habia caido en la entrada de la puerta y lo llevo a la cocina. Mientras sacaba cosas de la compra y las guardaba, iba charlando. --?Que te tenia tan ensimismada cuando entre?--
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jean joachim goriot