• libro casualidad o destino - E. MANZANARES

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    A veces creemos que la casualidad en la vida nos hace ir hacia un evento que nos cambia por completo el camino que llevamos trazado, otras veces creemos que el destino nos hace cambiar de rumbo en la vida.
    Enamorarse puede ser quizas por una obra del destino o simplemente por la casualidad de estar en el momento y el lugar indicado donde conoceras a esa persona que hara que tu destino tome un rumbo diferente al que tenias planeado.
    La historia de Andrea es tal vez manipulada por el destino, perder de la noche a la manana a su familia no puede ser una casualidad y que tuviera que tomar las riendas de todo lo que su padre construyo tampoco debio ser una casualidad. Quizas el conocer una tarde al hombre que le hizo latir desbocado el corazon si fue obra del destino.
    Ella se enamoro de Emilio y el penso que podria manejar su atraccion por ella, sin contar que el destino podria tener marcado que sus vidas un dia se unieran y que fue una casualidad conocerla aquella tarde.

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    Destino o Casualidad: Cuando el amor el miedo a la soledad y la magia logran que un amor traspase cualquier frontera. Versión Kindle.

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    CASUALIDAD Y DESTINO Tela. Miradas tras el telón de la vida. W. von Scholz. Éste es un libro pleno de sugestiones y apasionante; un libro donde se trata de ...

  • ¿Casualidad o Destino? - Libro Mundo

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    “El libro ¿Casualidad o Destino? de la editorial KS OmniScriptum Publishing con ISBN 978-613-7-41843-7 ( EAN 9786137418437 ) fue publicado por Patricia ...

  • 455. CASUALIDAD Y DESTINO. RCA - WILHELM VON ...

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  • “destino o Casualidad” Leer libros online en Booknet

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    Libro “destino o Casualidad”, género: Erótica, autor la nueva escritora guajira . Lee “destino o Casualidad” en la plataforma de autopublicación Booknet.

  • Destino o Casualidad [libro #2] - Booknet

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  • Casualidad del destino - Libros De Mario

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    Leer Libro Completo: Casualidad del destino de Fabiola Padilla Arellano | NOVELA ONLINE GRATIS.

  • Presentación del libro ¿Destino o casualidad? de Sabrina ...

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    12 jul 2019 — ... Duara presentará el libro de Sabrina Galván ¿Destino o casualidad?, ... "El ruiseñor" que la hizo enamorar de los libros y la literatura.

  • VOLVER A TI de E. Manzanares

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    Cuando dos personas estan destinadas a estar juntas ni los anos, ni la distancia, ni el tiempo, nada puede impedir que sus destinos se juntes. Ella tuvo que aprender sobre la marcha a ser una mujer fuerte.
    Un dia todo su mundo cambio y con valentia enfrento esa prueba que la vida le puso y aprendio que la sonrisa puede ser una llave que te abre muchos corazones. Un dia siendo todavia muy joven el amor llego a su vida y sin darse cuenta ese amor se convirtio en la fortaleza que le ayudo a mantener su vida a flote.
    Si estas buscando una novela con la cual pasar una tarde agradable puedes leer esta novela en ella encontraras una historia de amor que te hara recordar que el amor es siempre la mejor eleccion.

  • Lavinia de Ursula. K Le Guin

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    Lavinia crece sin conocer otra cosa que la paz y la libertad hasta la llegada de sus pretendientes. Su madre exige que contraiga matrimonio con el apuesto y ambicioso Turno. Pero los augurios y las profecias de los manantiales sagrados afirman que debera casarse con un extranjero, que provocara una guerra y que su marido no vivira demasiado tiempo. Al ver que una flota de barcos troyanos llega remontando el Tiber, la joven decide tomar las riendas de su propio destino. Y asi nos cuenta lo que Virgilio no hizo: la historia de su vida y del amor de su vida. Le Guin da voz a este personaje surgido de la Eneida de Virgilio en una novela que nos transporta al mundo semisalvaje de la Italia antigua, cuando Roma no era mas que una aldea mugrienta situada cerca de siete colinas. Lavinia es un libro sobre la pasion, la guerra y el precio de la guerra, generosa y austeramente escrito por una autora en la cuspide de su talento.

  • El precio de la sangre 1 de Antonio Romero Soto

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    ?Cual es el precio de la SANGRE? ?Cual es el precio del MAL? ?Somos impunes a cualquier tipo de dano o hay un fin justiciero que lo equilibra todo? Mike Clifford, un chico con un caracter problematico, tendra que enfrentarse a su pasado para conocer los detalles de la muerte de su padre y, segun el, experimentar el mejor sentimiento de todos, la venganza. Primer titulo de la saga “El Precio de la Sangre” donde Mike Clifford, deseoso de sangre y venganza por la brutal muerte de su padre, armara una trepidante lucha contra aquellos que asesinaron brutalmente a Jeff Clifford, cuando su hijo aun era un nino. Muerte, odio, venganza y sangre marcan la tendencia de un thriller trepidante donde nadie se encuentra a salvo.

  • El rey del hampa de Marcia Cotlan

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    Paddy entro en El tuerto Joe, la taberna mas famosa del puerto, y se dirigio a la mesa del fondo, donde un hombre alto, vestido de negro y con gesto taciturno, fumaba un cigarro y bebia whisky. El local olia ligeramente a vinagre y la madera del suelo crujia con cada paso. --Acabamos de hablar con Robert Penrose, jefe. Dice que hay unas cuantas partidas de naipes importantes a la vista y que podra reunir el dinero. Pide un par de semanas mas y pagara los intereses por el retraso. --Paddy era un hombreton robusto, aunque no demasiado alto. Su poblada barba pelirroja ponia de manifiesto su origen irlandes. Cuando estaban en publico, siempre llamaba jefe a su amigo, pero en privado utilizaba su apellido: Raven. --?Le ensenaste a ese cabron estirado lo que ocurre cuando no me pagan a tiempo? --Los ojos del hombre eran dos brasas. Tan oscuro estaba el local que cada vez que daba una calada al cigarro, se le iluminaba brevemente el rostro haciendolo parecer un demonio. No prestaba demasiada atencion a Paddy. Estaba mirando a la tabernera que, a su vez, se lo estaba comiendo con los ojos. Su voz profunda y varonil habia hecho que la mujer se estremeciera. --Claro, jefe --respondio Paddy, frotandose un puno y sonriendo--. Le hemos dado lo suyo. --De acuerdo, entonces. Dale esas dos semanas de plazo. Si despues no paga… --No pagara, jefe --se atrevio a interrumpirlo Paddy--. Ese bastardo de Penrose cree que podra ganar haciendo trampas, pero lo que no sabe es que Malone jugara con el, y no hay tramposo que se le escape a Malone. --Raven miro a Paddy pensativo. --Tendremos que ayudarlo entonces. Hay que asustarlo lo suficiente como para que se concentre. Si se juega algo que le duela mas que su propia vida, tal vez se convierta en un mejor tramposo. Dicen que los aristocratas dan mucha importancia a eso del honor. --Dio una calada al cigarro y sus ojos relumbraron en la oscuridad de la taberna--. Debe de tener una esposa, quizas no la ame, pero hara lo que sea para que no se sepa que la secuestraron. Su honor quedaria manchado para siempre. Traela, eso le hara saber que vamos en serio. Paddy asintio. Raven se levanto, con el cigarro aun entre los labios, y se dirigio a la tabernera. Ella le sonreia con ojos lujuriosos. Casi de forma inconsciente, la mujer se atuso el cabello ligeramente despeinado y se paso la lengua por los labios. --?Como te llamas? --le pregunto el, que acaba de comprar la taberna y aun no conocia a sus empleados. --Millisent, mi rey --le dijo la joven, melosa, mientras contenia la respiracion para elevar su ya de por si abundante busto. --?Soy tu rey? --le pregunto con la voz fria, casi indiferente. --Por supuesto, Raven --respondio ella como si ya lo conociese--, sois mi rey y el rey de todos nosotros. El rey del hampa --le dijo; el torcio la boca en lo que podria haber sido considerado como una sonrisa, aunque no era mas que una mueca. --Ven --le dijo a la tabernera. Ella salio de detras de la barra. El le puso la mano al final de la espalda, casi en el trasero, y la empujo delicadamente escaleras arriba. Cuando habia llegado al primer piso y ya estaba fuera del alcance de la vista de Paddy, dijo en voz elevada, pero sin llegar a gritar--: Paddy, trata bien a la esposa de Penrose. Ella no es culpable de haberse casado con un maldito hijo de perra tramposo. El hombre vestido de negro era, efectivamente, el rey del hampa. Tenia veintiseis anos y la dureza de su gesto demostraba todo lo que habia tenido que pasar hasta llegar a su posicion actual. Nadie controla a los maleantes de Londres si no tiene mano de hierro. Lo apodaban El Cuervo. Si le preguntabas a alguien el motivo de tal apodo, te decia que se debia a que siempre vestia de negro o a que, cuando aparecia en persona para ver a alguien, nunca traia buenas noticias. Pero en realidad el mismo se habia hecho llamar El Cuervo debido a su apellido: Raven. William Raven, ese era su nombre, pero casi nadie lo sabia ni lo habia utilizado nunca. Solo su madre, cuando era nino, lo llamaba Billy. Margaret Raven, su madre, habia sido prostituta. William era hijo de alguno de sus clientes, ella nunca supo decir de cual, porque era una moza atractiva y bastante solicitada en el burdel en el que trabajaba. Recordaba de su madre las caricias y los besos, la sensacion de amparo que suponia dormirse entre sus brazos. Esas sensaciones habian durado poco, ya que ella comenzo a escupir sangre un invierno y habia muerto antes de llegar la primavera. Raven tenia ocho anos y tras su muerte empezo a vivir en la calle, a robar para poder comer, a imponerse al resto de muchachos para que ellos no se impusieran a el. Su constitucion fuerte y su altura le hicieron un gran favor: era facil infundir miedo con tal envergadura corporal. Media mas de un metro noventa, sus hombros eran anchos y los musculos de su cuerpo parecian esculpidos a cincel. Incluso vestido de negro y con el gesto constantemente tenso (ceno fruncido y boca apretada) era un hombre tan atractivo que cortaba la respiracion. <>, solia decir cuando alguien le pedia mas tiempo para pagar una deuda o imploraba su perdon tras intentar traicionarlo. Y ciertamente no lo era. Habia hecho lo que habia tenido que hacer para llegar donde estaba: robar, golpear y asesinar. Solo por eso seguia vivo, porque cuando habian querido robarle, golpearlo o matarlo, el habia sido mas rapido. En eso consistia la supervivencia. Tambien seguia vivo porque habia sabido rodearse de amigos leales: Paddy y Alistair eran sus inseparables. Pero al igual que su dureza y crueldad eran legendarias en los bajos fondos londinenses, tambien era famosa su extrema amabilidad con las prostitutas, que tanto le recordaban a su madre. Nadie habia vuelto a golpear a una prostituta desde que el mandaba en los bajos fondos. Pero tampoco les permitia a ellas burlarse de el. Lo temian tanto como lo deseaban y jamas se hubiesen atrevido a traicionarlo. Todas, sin excepcion, esperaban ser las elegidas de Raven, que un dia entrase en uno de los burdeles y subiera con ellas a los cuartos. Pero Raven nunca se acostaba con prostitutas, precisamente porque le recordaban a su madre. Y como los hijos de ellas le recordaban a si mismo, no habia nadie mas generosos que el con aquellos chiquillos. Con todos los chiquillos de los bajos fondos, en realidad. <>, le decia Alistair lleno de orgullo. Alistair era la voz de la conciencia de Raven y aunque era un incordio soportar a veces sus sermones, el rey del hampa siempre lo escuchaba para no perder demasiado el contacto con la realidad. Raven era un hombre cruel, tenia que serlo, pero queria que alguien le marcase los limites de tal crueldad y no habia nadie como Alistair para ese cometido. *** Rosalind Penrose habia llegado puntual a la cita, como era su costumbre. El anciano senor Havisham la hizo pasar a su despacho. Era pequeno y oscuro, y los muebles tenian muchos anos y demasiado uso. --?Tiene algo para mi, senor? --le pregunto la joven, ansiosa. --Me temo que no, milady. La mayoria de las familias piden institutrices con experiencia y por muy buenas que sean mis palabras sobre vos, cuando se enteran de que nunca antes habeis trabajado, os desechan. Lo siento. --Y realmente lo sentia. Aquella joven dama le parecia muy agradable y necesitada de trabajo. Era una lastima que una muchacha asi se viese obligada a trabajar por culpa de un hermano calavera que habia dilapidado la fortuna familiar en las mesas de juego. Queria ayudarla de verdad. Fue entonces cuando penso en su cunado--. Aunque quizas haya algo… Si no os importa viajar, claro. --Expliquese, por favor --rogo ella con un brillo de esperanza en los ojos. --Mi cunado Arthur ha hecho una considerable fortuna con un negocio de maderas, pero como usted bien sabra, no todo en esta vida lo puede comprar el dinero. No compra, por ejemplo, la clase. Mi cunado quiere contratar a alguien que eduque a sus dos hijas y que les de a el y a mi hermana algunas lecciones de como comportarse, pero en Nueva York no encuentra a nadie dispuesto a ello. Las institutrices mas cualificadas consideran que trabajar para una familia como la de mi hermano es rebajarse. --?Nueva York? --pregunto ella decepcionada, a pesar de que deseaba desde hacia tiempo conocer la ciudad, pero no era el momento adecuado--. Me temo que no puedo irme tan lejos, senor Havisham. Mi hermano… --Perdonad que os interrumpa, milady, y perdonad por lo que voy a deciros, pero vuestro hermano no es digno de que sigais sufriendo por el. Si no os alejais, acabara arrastrandoos en su caida --le dijo con sinceridad el anciano. --Lo se, senor Havisham, pero, aun asi… --Ella habia bajado la mirada y la tenia fija ahora en la gastada alfombra del despacho. Parecia consternada. --Hagamos una cosa. Os lo pensais, y si no tengo noticias vuestras en una semana, eso me indicara que no aceptais la propuesta. Teneis siete dias para pensarlo. --De acuerdo --dijo ella, aun con el animo decaido. Se levanto de la silla raida y se dirigio a la puerta--. Buenas tardes y muchas gracias

  • El barquito chiquitito de Antonio Tabucchi

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  • La camara verde de Martine Desjardins

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    Todas las casas tienen sus pequenos secretos, pero algunas los protegen con mas ahinco que otras. Durante anos, los enganos y vilezas de la familia Delorme han sido celosamente custodiados por las robustas paredes de su hogar, una mansion gotica situada en Mont-Royal, a las afueras de Montreal. Tras sus sesenta y siete cerraduras, el edificio ha ocultado las historias mas perturbadoras de sus habitantes. Sin embargo, todas ellas saldran a la luz con la irrupcion de la intrigante y hermosa Penny Sterling. Con su llegada se desvelaran los pecados de los Delorme, incluyendo los cometidos en la habitacion abovedada conocida como <>, donde se esconde el espeluznante cuerpo de una mujer momificada que sujeta entre los dientes un ladrillo con una moneda de plata. Una obra maestra del gotico canadiense, deudora del mejor Robertson Davies, y que bien podrian haber firmado Shirley Jackson o Margaret Atwood. Una de las mas divertidas y mordaces sagas familiares de los ultimos anos, galardonada con el premio Jacques-Brossard.

  • Oscuro y perverso de Tania Sexton

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    Jennifer jamas imagino como podia cambiar su vida con una simple carta. Su hermana habia fallecido junto a su marido, dejando a un bebe de meses a su cuidado. No estaba dispuesta a que la familia de su adinerado cunado se lo arrebatara, por lo que opto por suplantar la identidad de su hermana, sin sospechar como una mentira cambiaria su vida.

  • La glorieta de los fugitivos de Jose Maria Merino

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    La glorieta de los fugitivos reune, por una parte, ademas de otros ineditos, los minicuentos, microrrelatos, o nanocuentos publicados por Jose Maria Merino hasta la fecha en los libros Dias imaginarios y Cuentos del libro de la noche, que se nutren de la extraneza de lo cotidiano, el misterio del tiempo, los espacios fronterizos entre sueno y vigilia y todos los elementos fantasticos habituales en la narrativa del autor.

  • Destino Italia, Adrianne Holt de Adrianne Holt

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    Tras la ruptura de su compromiso Hanna McCain busca sanar sus heridas embarcandose en un viaje por Italia.

  • El apostol de la muerte (Susurros 2) de Gema Tacon

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    Cuando la vida de Kate Warne no podia ser mas soporifera, regresan los fantasmas del pasado removiendo sentimientos que ya creia extintos.Dos casos que nada tienen que ver surgen de pronto, convirtiendo su mundo en un autentico caos. Joseph es el unico que la mantiene atada a la realidad, pero incluso el puede llegar a dudar.

  • Tu el Yin, yo el Yang de M.j. Massey

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    Os puedo asegurar que esta no es una de esas historias en las que el amor es fantastico. No es una historia de <>. Una de esas historias en las que todo el mundo llora mientras le salen corazoncitos de los ojos. No. Esta es una historia de amor real, como la vida misma. Una historia donde conoci a esa parte oscura de mi misma. Le dije hola sin darme cuenta y, cuando menos lo espere, ya no era esa chica de veintiseis anos que empieza a tener exito en la vida. Retrocedi en el tiempo, a la adolescencia, y mi vida se volvio oscura con el. Pero empecemos desde el principio. Empecemos con el momento en el que mi vida, sin yo saberlo, comenzo a quebrarse a mi alrededor.

  • Estamos hechos de gotas de lluvia de Saray Garcia

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    Para algunos, las heridas que sangran no son mas que un balsamo para sobrellevar las que estan bajo la piel y nunca cicatrizan.

  • Un pitcher en mi corazon de Christian Martins

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    ?Quien dijo que seria facil ser la novia del famoso pitcher de los Red Sox?
    La vida de Ashley se complica cuando sufre un pequeno accidente de coche. El problema radica en el conductor: prepotente, insoportable y… famoso.
    ?Quien hubiera adivinado que terminaria enamorandose de el?

  • Ya nada es igual, Lisa de Jong de Lisa De Jong

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    Siempre he dejado que el pasado dicte mi futuro, que cree una imagen falsa de lo que no soy y me arrastre hacia donde no quiero ir.

  • Zona prohibida de Clare Connelly

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  • Dark face de Nadia Noor

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    Un recondito lugar de citas. Pasion, deseo y una situacion desesperada.

  • Dime que me perdonas (Spanish E de Sophie Saint Rose

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    Serina se arrodillo ante la tumba de su madre, reprimiendo las lagrimas de rabia al ver que le habian vuelto a pintar la lapida. Malditos gamberros. No dejaban de pintar su tumba con pintura verde. Esa vez habian escrito "La bruja de Cronwell". Impotente aparto el papel higienico y toco la pintura para ver que al menos aun no se habia secado del todo. Miro a su alrededor levantandose lentamente por si todavia estaban alli. Era sabado por la manana, apenas acababa de amanecer y seguro que habian decidido terminar la fiesta alli. No se debian imaginar que ella iria tan temprano. Se giro al escuchar unas risas y se quedo fria al ver el cabello inconfundible de Jennifer Thomas. Sus rizos rubios con tirabuzones hasta mitad de la espalda y esos vaqueros rotos violetas, eran dificiles de ocultar mientras corria colina abajo. Y no iba sola. Dos muchachos que no podia reconocer iban con ella. Serina camino bajando la colina y pudo ver el coche semiescondido detras de unos arboles. Chasqueo la lengua al ver el deportivo gris. El hijo del alcalde. John Richardson no le haria ni caso si se quejaba a el de lo que hacia su retono. No era la primera vez que se metia en lios y siempre se iba de rositas. Pero ya se encargaria ella de darle una leccion. Entrecerro sus ojos violeta mientras su melena negra era agitada por el viento. Alguien debia hacerlo. Se divertiria un poco. --Querida, ?que haces aqui tan temprano? Se volvio sonriendo para ver a la senora Simmons. La anciana con su pelo blanco, recogido en un pulcro mono debajo de su sombrerito, la miro a traves de sus gruesas gafas. --Venia a poner flores a la tumba de mama. La anciana sonrio dulcemente-- Tu si que eres una buena hija, no como esos jovenes, que en cuanto entierran a sus familiares se olvidan de ellos. -- se paso su bolsito de rafia al otro brazo. --Lleva un vestido precioso, senora Simmons. --dijo mirando su vestido de flores-- ?Va a algun lado? --A confesarme. -- apreto los labios mirando hacia la Iglesia. Su estructura dominaba la colina. --No creo que el padre Truman se haya despertado siquiera. -- intento no reir al ver que la mujer parecia molesta. --Deberia estar disponible las veinticuatro horas. Caminaron hacia la tumba de su madre y la senora Simmons jadeo al ver la pintada-- Mi nina, ?como se atreven? --No se preocupe. Enseguida lo limpio. --!No respetan nada! --la mujer abrio su bolso de rafia-- Voy a llamar al sheriff. --Oh, no. No se preocupe. No va a encontrar a quien ha sido. La anciana entrecerro los ojos y miro hacia la iglesia. --?El cura les habra visto? Ella nego arrodillandose de nuevo y recogiendo el papel higienico antes de pasarlo por la pintada para quitar toda la pintura que pudiera-- Nunca ve nada. --!No puedes dejar que traten asi la memoria de tu madre! !Era muy buena mujer! --Sabe por que lo hacen. --!Esos rumores absurdos! !Mira que decir que era bruja! -- Serina siguio limpiando imaginandose que la mujer la acompanaria hasta que hubiera limpiado la pintada y se dispuso a escuchar todo lo que se habia dicho de su madre-- Y todo porque insinuo que Samuel, el del supermercado, estaba muy enfermo y que los Roger se casarian antes de una semana, despues del desafortunado incidente del ayuntamiento. !Que esos se iban a casar, podia verlo un ciego! -- molesta chasqueo la lengua mientras que Serina intentaba reprimir una sonrisa-- Si no dejaban de toquetearse en las fiestas. Menos mal que se casaron, porque el padre de la chica se habia comprado una escopeta. -- la mujer se acerco-- Nina, vete a por un cepillo y disolvente porque eso no lo vas a poder quitar. Date prisa, que se seca muy rapido y despues es un incordio. --Voy a por ello al coche. --dijo resignada. La anciana la miro a los ojos con pena-- ?Cuantas veces ha ocurrido esto? --Da igual. No se preocupe por esto. -- se volvio para bajar la colina y la mujer la cogio por el brazo deteniendola. --Nina... ?No estas harta de que os pisoteen? Desde que llegaste a este pueblo has intentado pasar desapercibida, pero ahora no te dejan, ?verdad? Tu madre me conto que os habiais mudado aqui porque te trataban mal en el colegio. Algo incomprensible con alguien tan bueno como tu. --Nunca he tenido mucho caracter. --dijo forzando una sonrisa. --Pues ya va siendo hora de que lo saques, querida. -- muy seria la solto-- Si no lo haces por ti, hazlo por la memoria de tu madre. Sintiendo un nudo en la garganta, asintio y se volvio caminando colina abajo para recoger las cosas de su coche. Intentando retener las lagrimas, no pudo evitar que los recuerdos se agolparan uno tras otro. Su madre no le habia mentido a la senora Simmons. Se habian ido de su pueblo porque la trataban mal en el colegio y la razon era que las temian. Todavia recordaba como un dia su madre la llevo a la guarderia y la madre de una chica se acerco a saludarla. Serina, en su inocencia pues no debia tener mas de cinco anos, tiro de su falda. La mujer sonriendo la miro diciendo que era preciosa y ella respondio-- El papa de Ella va a tener pupa. La mujer fruncio el ceno mientras su madre disimulaba cogiendola en brazos-- Ninos, que imaginacion tienen. El padre de Ella tuvo esa tarde un accidente de coche del que se quedo invalido y los rumores corrieron por la ciudad. Serina era muy pequena para darse cuenta de que sus presentimientos o visiones les traerian problemas. Un ano despues, cuando casi se habia olvidado el asunto, su madre preocupada por una amiga a la que pegaba su marido, le dijo que saliera de esa casa o la mataria. Desgraciadamente lo dijo ante otra vecina y la pobre mujer acabo en el deposito de cadaveres. Entonces ya fue imposible apagar el fuego, porque el pueblo se empezo a decir que eran brujas y a Serina la acosaban en el colegio. Su madre intento que no le afectara diciendole que ellas eran especiales como la abuela y que los demas no lo entendian. Pero cuando llego un dia a buscarla al colegio, se la encontro con su precioso cabello cortado a mechones, llorando a lagrima viva y muerta de miedo. Esa noche se fueron del pueblo y llegaron a Cronwell tres dias despues. Recordaba como su madre miraba por la ventanilla y sonreia al ver las bonitas casas de la calle mayor-- Este sera un sitio estupendo para vivir. --Si, mama. -- dijo apretando su muneca. Su madre sonriendo la miro con sus ojos verdes y le bajo la visera de la gorra intentando hacerla reir. --Recuerda que no debes decir nada sobre tus visiones. Por muy grave que sea. --dijo aparcando el coche ante la cafeteria. --Pero me has dicho que somos especiales. --Si, pero los demas no nos entienden. Asi que se arreglen solos. Nunca nos hacen caso. Eso quiere decir que no podemos cambiar el destino, asi que para que intentarlo. -- apago el motor y dijo muy seria-- Hablo en serio, Serina. Prometemelo. --Si, mama. No dire nada de lo que veo. -- su madre le tendio el menique y ella sonrio uniendo el suyo y cerrandolo a su alrededor-- Lo prometo. --Eso merece unas tortitas. Sonrio cogiendo el balde y el disolvente de su maletero. Habian sido unos anos increibles, pero desafortunadamente todo habia empezado de nuevo. Cerro el capo de su coche y se agacho para coger el balde cuando unos ojos azules la estremecieron. Se detuvo en seco al verle bajarse de una camioneta gris. Dios, que guapo estaba. Habia cambiado desde la ultima vez que lo habia visto en persona. Estaba mas hombre y mucho mas atractivo. Parecia que su mandibula estaba mas cuadrada y ahora llevaba su pelo negro mas corto, pero lo que mas llamaba la atencion de su aspecto, es que estaba mas musculoso y se notaba que habia madurado. La imagen cambio y vio sus botas caminar por la tierra roja del camino de piedra que ella conocia tan bien. El corazon dio un vuelco cuando las botas se detuvieron y la vision desaparecio. Serina sonrio de oreja a oreja y susurro-- Jett vuelve a casa. Emocionada subio la colina y diciendo que si a todo a lo que le comentaba la senora Simmons, limpio la lapida en un tiempo record. Cuando termino, acaricio el nombre de su madre y el epitafio en letras doradas. "Lorraine Colton. Las promesas no tienen que ser eternas.

  • Esta sonando nuestra cancion (Las canciones de nuestra vida 1) de Anna Garcia

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    ?Se puede estar enamorada de alguien incluso antes de conocerle?

  • La doctora de Silvia Tarrago

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    El amor a la medicina y el apoyo incondicional que se dan entre ellas haran invencibles a estas cuatro mujeres ante los recelos de una sociedad que, gracias a ellas, empieza a cambiar.

  • Escondido. La niebla gris de Anne Aband

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    Escondido es un pueblo que se encuentra en el Pirineo Oscense y al que van a llegar todos aquellos seres “diferentes”, como brujas, hechiceros, hadas, angeles, y algunos mas que nos pondrian la piel de gallina.

  • Dejate tentar (Citas de Amor 1) de Anna Dominich

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    Susana lleva una vida apacible. En realidad, muy apacible. Es una chica normal con las inquietudes e inseguridades propias de cualquier mujer en la treintena. Lleva una temporada sola y se da cuenta de que por fin le gustaria encontrar el verdadero amor.
    Despues de una noche de copas, acaba cometiendo una locura y decide crear un perfil en una pagina de contactos llamada <>. A partir de ahi, empiezan los problemas. De repente, la solitaria Su, se ve envuelta en un lio amoroso.
    Aparecen en su vida un ejecutivo con problemas de madurez y un fisioterapeuta demasiado guapo para la salud. A su vez, conoce a un misterioso hombre llamado Sombra que parece que siempre sabe exactamente lo que tiene que decir. Ella no lo tiene nada claro.
    ?Con quien te quedarias tu?

  • Confia en mi, estoy mintiendo de Ryan Holiday

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    -Hoy en dia: un rumor malicioso por Internet puede costarle millones a una empresa.

  • Sorprendeme de Megan Maxwell

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    Bjorn es un atractivo abogado a quien la vida siempre le ha sonreido. Es un hombre ardiente, alergico al compromiso, pero al que le encanta disfrutar de la compania femenina en sus juegos sexuales. Melania es una mujer de accion. Como piloto del ejercito americano esta acostumbrada a llevar una vida allimite, sin embargo, s u principal mision es la de luchar como madre soltera por sacar adelante a su hija. Cuando el destino los pone cara a cara, la tension entre ellos se hace evidente...Pero lo que en un principio fue un encuentro hostil, poco a poco ira convirtiendose en una atraccion irrefrenable. ?Conseguiran estos dos titanes llegar a entenderse?

  • Lineas del corazon de Ximena Peredo

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    Lo unico claro en la mente y el corazon de Olivia Breen es el sueno que ha tenido desde los cinco anos, formar parte del Royal Ballet de Londres y convertirse en una prima ballerina. El camino no es facil, asi que tendra que esforzarse mucho por conseguir su meta y sobre todo por no distraerse ante la presencia de Sebastian, su mejor amigo de toda la vida. ?Podra Olivia concentrarse en cumplir su sueno o lo abandonara por quedarse en Brooklyn al lado de Sebastian?

  • El largo camino a casa de Alan Hlad

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    En septiembre de 1940, mientras las bombas alemanas caen sobre Gran Bretana, la joven Susan y su abuelo Bertie hallan consuelo criando y entrenando palomas mensajeras que el Ejercito usara para transmitir informacion sobre los movimientos de los nazis en la Francia ocupada.

  • La vida son dos dias, entonces besame de Roberto Emanuelli

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    Leonardo solo ha tenido un gran amor en su vida. Se llamaba Angela y se marcho sin dejar rastro al poco de dar a luz a su hija Laura, diecisiete anos atras. Desde entonces, Leonardo ha tenido muchas relaciones, pero ninguna de ellas ha conseguido conquistar su corazon.
    Laura, en plena rebeldia adolescente, se aleja cada dia mas de su padre y, mientras suena con descubrir la verdad acerca de su madre, se dedica a buscar el amor en blogs de internet.
    El destino, tras recorrer oceanos de distancia, sera el encargado de proporcionarle las respuestas a todas sus preguntas al final de un sorprendente viaje. Un viaje que para Laura significara encontrar por fin el valor de amar y, para Leonardo, la fuerza para volver a hacerlo.

  • El amor viste bata blanca de Erina Alcala

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    Laura, era una enfermera simpatica y extrovertida. Terminaba su carrera haciendo las practicas en el Hospital Virgen del Rocio, de Sevilla. Fue asignada a un quirofano de cardiologia. El cardiologo con el que hacia las practicas, se jubilo al poco tiempo y fue sustituido por un joven prodigio venido desde Nueva York. Era joven y era un perfeccionista y era todo lo que una mujer suena. Su tiempo en Espana era limitado. Un ano.
    A pesar del encontronazo que tuvieron al principio, la quimica entre Triana y su cardiologo Norman Martin, fue especial y poderosa. Pero el tiempo paso rapido y al ano, Norman se fue a la gran manzana de nuevo muy a pesar de ambos.
    unos anos despues, los acontecimientos y la casualidad llevarian a Triana a trabajar en el mismo hospital en el que lo hacia Norman.
    ?Volverian a vivir lo que tuvieron en Sevilla? ?Seguirian enamorados como anos atras? Y sobre todo… ?Tendrian un futuro juntos?

  • Algun dia nos lo contaremos todo de Daniela Krien

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    Es verano, un verano caluroso, esplendido. La finca consta de tres edificaciones. En el centro, una casa alargada e independiente, de dos plantas y un gran desvan. A la izquierda, el granero anejo; se entra por un porton de madera en el frente y se sale por otro en la parte posterior. Detras, a unos metros de distancia, una construccion ancha y plana, de madera: el aserradero. Campos y prados se extienden hasta el rio. Un trecho rio arriba, poco antes de llegar a una vieja presa, hay un cobertizo medio en ruinas. En la otra orilla se yergue una pronunciada colina poblada de arboles. La construccion de la derecha da cobijo a las vacas y las gallinas. Detras, en una casita de madera elevada del terreno y con suelo cubierto de viruta y paja, se alojan los gansos. En un anejo que amplia en diez metros los mas de treinta que mide el establo estan los vehiculos. Tambien aqui, igual que en el granero y el establo, se accede por un porton y se sale por otro igual en la pared posterior. Mirando a la izquierda, desde alli se divisa el redil, junto al huerto; al frente se ven campos cercados y el terraplen de la via ferrea y, tras los railes, a cierta distancia pero claramente reconocible, la finca de Henner. La granja de los Brendel y la de Henner son las mayores del lugar. Dicen que en esta ultima todo sigue como antes de la guerra: los muebles, las estufas, los suelos, los ventanucos que no cierran bien. En invierno probablemente hace frio. En este aspecto los Brendel son mas modernos, cuentan incluso con calefaccion central. Al entrar en la casa se accede a un pequeno recibidor. A izquierda y derecha se abren puertas que dan a la cocina y las habitaciones; todo recto, una escalera conduce arriba; tras la escalera estan la puerta por la que se sale al huerto y la entrada al sotano. Los cuartos de abajo los ocupan Siegfried, Marianne y Lukas; los de arriba, Frieda y Alfred; la buhardilla es nuestra, de Johannes y mia. En la cocina, que es la estancia mas grande, se conserva la vieja cocina economica, que aun puede usarse, pero la abuela Frieda se acostumbro hace tiempo a la electrica. Los asientos tienen mas anos que ella, al igual que la gran mesa de comedor y la solida alacena. Solo los armarios colgados de la pared y una encimera datan de los tiempos de la RDA. Todo esta limpio y ordenado, aunque siempre a oscuras. Ahora, en verano, las ventanas suelen permanecer abiertas. Son ventanas antiguas, con manija giratoria; de los marcos se desprende pintura blanca cuarteada. El techo, bajo, resulta opresivo y protector a la vez. Siegfried, el padre, esta sentado a la mesa. Dada la imponente sombra que desde fuera proyecta el castano, por las ventanas solo entran pequenos jirones de luz vespertina. Nadie habla; los rostros de la familia estan tan poco iluminados que apenas los distingo. Poco a poco van sentandose los otros. Marianne, la madre; Frieda, la abuela; el viejo Alfred, al que antes habrian llamado mozo; Johannes y Lukas, los hermanos. Siegfried corta una gruesa rebanada de consistente pan y la unta con mantequilla. Encima pone unos trozos de pimiento rojo que su mujer ha partido. Come despacio, sin decir palabra. --Me alegro de que ahora podamos comprar pimientos, son muy sanos, ?lo sabiais? -- comenta luego, sonriendo. Y mira hacia arriba sin levantar la cabeza. Los hijos no responden. --Pronto habra muchas mas cosas --afirma su mujer asintiendo. Siegfried coge el plato del pimiento y se lo ofrece a Frieda: --Toma, madre --dice, animandola. Yo miro alrededor, intento entender las normas que rigen en esta casa; no llevo mucho tiempo aqui. Un domingo por la manana, en mayo, Johannes me dijo: <> Y me quede, ya no me fui. Ahora estamos en junio. Comemos en silencio. Escucho los ruidos de los demas al masticar. Al que mas se oye es a Alfred, que farfulla sin mirar a Siegfried: – Liese parira esta noche. Tiene toda la pinta. Siegfried asiente y mira por la ventana hacia el establo. Johannes se levanta pesadamente con la mirada baja. --Me voy. He quedado con unos amigos en la ciudad. --?En moto? --pregunta Marianne, que tambien se pone de pie. --Sentaos. La voz del padre tiene ahora ese deje bajo, amenazador, que me gusta e infunde cierto miedo. A los demas no los asusta. --?No me llevas contigo, Johannes? --le pregunto, clavando la mirada en su cabeza gacha. Sin embargo, el no me mira. Ni responde. Continua de pie y luego sale de la habitacion. En silencio. Una carretera pasa por delante de las dos granjas y dos estrechos caminos conducen hasta las casas. Al otro lado de la carretera, a unos trescientos metros de las fincas, se encuentra el pueblo. La carretera del pueblo esta flanqueada de tilos, que ahora, en junio, exhalan una intensa fragancia. Cerca del puente que cruza el rio se halla el bar, el Linden. Detras se alinean las casas y granjas de menor tamano, correos, el economato y la iglesia dispuestos en circulo alrededor del pequeno lago. Angostas callejuelas serpentean entre las casas y llevan hasta otras casas y granjas. Uno de esos caminos que arrancan del centro del pueblo en forma de haz conduce directamente hasta dos construcciones de cemento alargadas que parecen estar en el campo por error: las oficinas de la cooperativa de produccion agricola local. Y detras, orgullosa, la gran porqueriza comunitaria. Es un pueblo especial. Ni la guerra ni la RDA pudieron con el, como le gusta decir a Frieda. Aparte de algunas casas y la cooperativa no hay muchas cosas nuevas. Algo asi ya no se encuentra a menudo, y los fines de semana viene gente de la ciudad a dar una vuelta. Las gallinas corretean por fuera. Marianne se ha olvidado de encerrarlas en el establo. Frieda se asoma a una de las ventanas de arriba y grita: --!Marianne, vendra el zorro por las gallinas! Despues de veinte anos sigues sin enterarte. Cuando oscurece, hay que meterlas en el establo. El viejo castano proyecta sombras sobre la casa entera pero, segun ha anunciado Siegfried, pronto lo talaran. Quiere plantar uno nuevo; este ha crecido demasiado. Marianne se acerca al final del granero y sigue con la mirada a su hijo, que se marcha estrepitosamente en su MZ negra. Le he cogido una panoleta del armario y me la he echado por los hombros. La observo desde la puerta de casa. --Te queda bien --dice ella cuando vuelve, y anade--: No le pasara nada. Yo no me preocupo. Es ella quien no pegara ojo hasta que su hijo haya regresado. Ultimamente ha habido varios accidentes mortales en la carretera. En uno de ellos murio un amigo de Johannes. Yo estoy tranquila, fumando y echando el humo al aire fresco del campo; despues la ayudo a encerrar las gallinas. Casi es medianoche cuando oigo el petardeo de la moto y luego el motor que se apaga. Las habitaciones de la buhardilla acumulan el calor diurno; me he quitado el vestido de verano y llevo un camison blanco que encontre en uno de los numerosos arcones que hay aqui arriba. Seguro que antes lo usaba Frieda. Si miro por la ventana trasera, ante mis ojos se extienden el paisaje ondulado y el susurrante rio; veo los bosques y el ganado en los pastos. Por la parte delantera diviso la granja y la fronda del castano, que se llena de pajaros; y por el tragaluz, los campos, el redil y la via ferrea hasta la finca de Henner. Hasta que vine aqui no sabia lo bonito que es este paraje. Por el momento, no puedo imaginar un lugar mejor. Sin embargo, ahora es de noche, asi que solo veo a Johannes, que mete la moto en el cobertizo, sale, enciende un cigarrillo y mira hacia arriba. No puede verme. He apagado la luz para no tener que aguantar las aranas que se descuelgan del techo por hilos transparentes. Me dan asco, pero se que a el le parece ridiculo ese miedo infantil mio. Ha estado en la ciudad, con los artistas. Cuando entra en la habitacion, finjo dormir. Se desviste y tira la ropa al suelo de cualquier manera, se cepilla los dientes lo justo, como siempre. Es tarde y manana tendriamos que salir temprano. Volvere a mentir, dire que no tengo clase hasta tercera hora, y asi me quedare en la cama hasta que el vuelva. Johannes esta en ultimo curso; vamos al mismo instituto, el a duodecimo y yo a decimo. Cuando aun vivia con mi madre y mis abuelos, tenia que bajar a diario del monte a la pequena ciudad --tres cuartos de hora de caminata-- y despues coger el autobus para llegar a la capital del distrito. En total tardaba alrededor de una hora y cuarto. La vuelta no era tan rapida, pues era monte arriba.

  • RIVAL (Fall away de Penelope Douglas

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    Madoc y Fallon. Dos adolescentes que no se conocen y que juegan al limite entre el amor y la guerra.
    Ella ha vuelto.
    Durante los dos anos que estuvo en el internado, no supe nada de ella. Cuando volvio, de dia ni me hablaba y de noche dejaba la puerta de su habitacion abierta.
    Entonces era un tontorron, pero ahora estoy listo para pagarle con la misma moneda.
    He vuelto.
    Despues de dos anos, sigue queriendome aunque se comporte como si fuera mejor que yo.
    Pero ya no me asusta. Ni me presiona. Si se tira un farol, se lo devuelvo. Es lo que quiere, ?no? Mientras me mantenga en guardia, no se dara cuenta de lo mucho que me importa.

  • Princesa La Hija Prometida de de Alena Garcia

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    Los pasos de Eva sobre la nieve hacian a esta crujir como si fueran cristales aplastados. Una vez, un amigo de su padre, un ruso de origen cosaco, del Don, le dijo que aprenderia a conocer la intensidad del frio en cuanto diese dos pasos por la nieve. Y asi era. Cuando la nieve cruje mucho, es que el frio se acerca o pasa de los veinte grados bajo cero. Hacia veintiseis grados bajo cero aquella tarde de febrero en Moscu. Eva caminaba ensimismada, hipnotizada por el sonido de cada uno de sus pasos sobre la durisima y crujiente nieve. Tras una caminata de mas de veinte minutos, entro en un cafe para calentarse un poco y descansar. La cafeteria era pequena, coqueta y acogedora. Habia entrado alli sin saber muy bien por que; algo atrajo su atencion. Se sento en una mesa de la esquina, la mas alejada de la puerta. De inmediato aparecio un camarero para preguntarle que deseaba. El chico era alto, rubio, de grandes ojos verdes un tanto rasgados, con salientes pomulos casi mongoles. El tremendo atractivo fisico del muchacho no pudo pasar desapercibido a Eva, a la que le subio un leve rubor a las mejillas. Una cara como aquella era mas apropiada para el teatro o para el cine que para estar en aquel diminuto cafe de Barvija, a las afueras de Moscu. El joven le entrego a Eva la carta, pero ella la rechazo con un gesto de la mano. --No hace falta, gracias. Solo quiero te, te negro. Que este ardiendo, por favor. He entrado solo para calentar un poco el estomago y la garganta -- dijo ella elevando imperceptiblemente las comisuras de sus labios en un intento, vano, de sonreir. --Ahora mismo se lo traigo, senorita -- dijo el amable camarero con una franca y preciosa sonrisa que dejo ver las dos filas de dientes perfectos y blancos. Eva se sentia a gusto en ese lugar, como no se habia sentido desde hacia anos. No queria irse. Pidio otro te y un trozo de pastel casero que le recomendo el guapisimo camarero. Algun ingrediente no identificable por su paladar la traslado a su infancia. Recordo las fiestas en su casa de Marbella, en el sur de Espana, en la luminosa y sin par Andalucia, su amada tierra de adopcion. Su padre le preparaba unas fiestas de cumpleanos que eran la envidia de todos los ninos ricos de la zona de San Pedro de Alcantara, casi todos ellos hijos de extranjeros de todas las partes del mundo afincados en ese paraiso natural que es la Costa del Sol. Tantos recuerdos provocaron que Eva perdiera la nocion del tiempo. Se quedo alli sentada, como un barco anclado en alta mar, con el tenedor en la mano derecha y el ultimo trozo de pastel pinchado, pero sin terminar de llevarselo a la boca. El camarero noto que algo le ocurria a aquella extrana chica. No pudo dejar de percibir que era millonaria. El abrigo de pieles y el anillo de diamantes que lucia bastaban. --Senorita, ?se encuentra usted bien? ?Necesita que le llame un taxi? --Si, si, estoy bien, gracias -- contesto ella saliendo del letargico bucle de recuerdos que se habia apoderado de su mente. --Es que tengo que cerrar. Hace tiempo que dieron las once. No queria interrumpirla, lo siento, pero he de cerrar y marcharme a casa, es tarde. Son casi las doce. --Oh, perdoneme. ?Por que no me dijo nada? Estoy tan bien aqui, tan a gusto… Se me ha pasado el tiempo volando. Eva se levanto de la silla con apresuramiento. Rebusco en su bolso, saco la cartera y dejo un billete de cinco mil rublos sobre la mesa. La cuenta de los dos tes y el pastel no pasaban de los setecientos rublos, por lo que el camarero se apresuro a ir a la caja para darle el cambio. Cuando volvio a la mesa, Eva ya salia, diciendole buenas noches y dejandole alli con una propina de mas de cuatro mil rublos. Sasha salio a la calle. --Senorita, oiga, el cambio, se deja el cambio -- grito el. Eva estaba a punto de entrar en un Mercedes negro, de lunas tintadas, con un hombre de mas de dos metros que le abria la puerta. Ella se giro y le dijo, con una sonrisa: --Por las molestias. Sasha se quedo mirando, con la boca abierta, como desaparecia la berlina de lujo a toda velocidad, pero sin hacer un solo ruido. Se habia quedado con las ganas de decirle algo mas. Eva le parecio la mujer mas bonita que habia visto nunca. Y tambien la mas triste. * * * * --Me habeis seguido, ?verdad? – inquirio Eva tanto al chofer que conducia como al copiloto. --Esta zona, de noche y con esta helada, no es apropiada para una mujer joven -- contesto severo y frio Andrei, el copiloto. --Solo he salido a estirar un poco las piernas, a pasear. Os lo he dicho. Que salia a pasear. Me habria gustado volver andando a casa. --Tenemos ordenes, Eva Valerievna -- respondio Andrei con el tratamiento formal de nombre mas patronimico. --Si, lo se, lo se. Soy su esclava. No hace falta que me lo recordeis a cada paso. Yo misma renuncie a mi libertad -- le corto Eva, apretando los labios mientras intentaba contener una lagrima que pugnaba por precipitarse por la mejilla. * * * * El Mercedes llego al palacio de Viktor Sokolov, tras pasar tres controles de seguridad donde, en cada uno de ellos, salieron dos hombres con chalecos antibala y armados con fusiles de ultima generacion. Eva salio del vehiculo, entro en la casa y se dirigio a su habitacion, subiendo por las escaleras de madera. Una voz la interrumpio en su ascension. --!Eva! --Si, Viktor, dime… --?Por que has vuelto tan tarde? Hace mucho frio, te puedes resfriar. No estas acostumbrada a estos inviernos. --Solo he salido a estirar un poco las piernas. Queria andar. Finalmente he entrado en un pequeno cafe que hay a veinte minutos de aqui, en la carretera. Alli he perdido la nocion del tiempo. No me diras ahora que estabas preocupado por mi. Viktor subio unos pocos escalones y se quedo a dos metros por debajo de ella. La miro a los ojos, con intensidad, con una mirada que Eva aun no era capaz de descifrar. No sabia si la mataria algun dia o la forzaria como un salvaje cualquiera, amparado en su poder y su "trato". Pero Eva no bajo su mirada y se la sostuvo con firmeza. Finalmente, Viktor dijo: --Esta bien, haz lo que quieras. Despues, bajo las escaleras y se introdujo en su despacho, un cuarto al que Eva tenia prohibido el acceso. Ella entro en su dormitorio, una estancia de casi cien metros cuadrados, con bano propio y muebles italianos de lujo. La habitacion estaba demasiado recargada para su gusto. No se podia decir que fuera hortera, como sucedia en muchas casas de nuevos rusos (nuevos ricos), pero con menos de la mitad, se decia Eva, habria quedado mas elegante y espaciosa. Se tumbo en la cama sin quitarse la ropa y cogio el libro que estaba leyendo desde hacia unos dias. Doctor Zhivago, de Boris Pasternak. La pasion por los libros de Eva le venia de su madre, Natalia, poetisa y critica de arte, especialista en el Siglo de Plata de la literatura rusa, con varios ensayos publicados sobre el tema. Pero Natalia se caso con Valeri Novikov, un inteligente hombre de negocios que acabo metido en asuntos sucios de mafias. Se trasladaron a vivir a Espana y alli nacieron sus dos hijas: Yevguenia y Eva. Natalia dejo de escribir ensayos, mas nunca abandono la lectura, un habito que lego a la menor de sus hijas: Eva. Eva leia y leia. La lectura de los clasicos rusos suponia su unico consuelo y un eficaz antidoto contra la depresion y la amargura que amenazaban con instaurarse para siempre en su alma. Pensaba en el camarero que habia conocido esa tarde, y en el acogedor cafe donde se sintio libre por unas horas. Manana volveria a ir, se dijo, mientras recorria con la mirada las peripecias que les sucedian a Yuri y a Larisa. Al dia siguiente, hacia las cinco de la tarde, se disponia a salir de la mansion para tomar te en la pequena cafeteria que habia descubierto. Cuando cogia del perchero su abrigo de vison blanco, Viktor salio de su despacho para interesarse por su repentina salida. --?Adonde vas ahora? – inquirio groseramente. --A dar un paseo y a tomar un te. Llevo aqui todo el dia sin estirar las piernas, me duele la cabeza y necesito aire -- contesto Eva. Esta tarde vienen unos amigos a cenar y quiero que estes en casa. La cena es a las ocho en punto. No vengas mas tarde de las siete y media. --Podrias haberme avisado -- senalo ella. --Si, podria haberlo hecho. Pero ya ves que no ha sido asi -- zanjo el entrando en su despacho. Eva agarro el abrigo con rabia y salio al frio exterior donde la helada le golpeo en la cara nada mas abrir la puerta. Seguia haciendo veintiseis grados bajo cero, y ademas habia una leve brisa que metia el frio por el cuerpo a traves de los ojos. A Eva, de todas formas, le gustaba respirar la helada, sintiendo como el aire descendia hasta sus pulmones, siendo por vez primera consciente de tener esos organos

  • Fraude en rojo de Colleen Cross

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    Fraude en rojo – relato
    Cuando la auditora contable e investigadora de fraudes Katerina Carter y novio periodista Jace Burton aceptan una invitacion extemporanea a una fiesta, el crimen es la ultima cosa que pasa por sus mentes. Pronto, una inversion exitosa en vino dejara un regusto amargo en la boca de Kat, al tiempo que se vera enfrentada a una estafa de un millon de dolares en vinos. !Y todo esto antes de la cena!

  • Monstruo de Sam Leon

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    Ha pasado mas de un ano desde que Harry se marcho. Un ano en el que he tenido que aprender a vivir con su ausencia y a abrazar el vacio que su partida me dejo en el pecho. Pero la verdad ha sido revelada cruel y despiadadamente y ha caido sobre mi con una fuerza demoledora. La traicion y las mentiras han caido bajo su propio peso y han abierto la herida que creia sanada.

  • En algun lugar de venecia de Federico Basteri

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    Martin regresa a la ciudad de Venecia despues de diez anos en busca de una mujer cuya fotografia tomo sin conocer nada de ella.
    Aferrado a tan solo una ilusion y una idea, emprendera un viaje marcado por su pasion por las mujeres, su devocion a sus ideales de romance y su creencia en un amor puro.
    Pero durante su estadia en la mitica Ciudad de los Canales, se vera enfrentado a los crudos recuerdos de su primera visita y cuestionara sus propias convicciones.
    ?Encontrara Martin lo que busca? ?Sera la mujer de la foto todo lo que el busca?

  • Mas Alla del Olvido de Patrick Modiano

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    Una historia de amor desdibujada por el recuerdo --tema recurrente en la literatura-- puede ser tambien la excusa mas eficaz para delatar la ambiguedad y el desasosiego en que discurre la vida. Tal es el caso de la obra de Modiano.

  • El duque de Cleveland de Bea Wyc

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    Alexander Evans duque de Cleveland pierde a su esposa en el parto de su segundo hijo , con su ducado asegurado por dos herederos varones , se retira de la vida social de la nobleza inglesa . Sin embargo casi once anos despues Antonella duquesa de Wessex, interviene en su solitaria vida cambiando toda su monotonia , la poderosa matrona tiene planes para el ,que incluyen a su ahijada , Lady Victoria Sutherland una debutante veinte anos menor , con un pasatiempo muy peculiar para una mujer de su epoca. Alexander termina regresando a Londres pero jurando que no le hara las cosas faciles a la arpia
    de Antonella .
    entra a esta historia y viaja con este duque hacia una nueva oportunidad de vida .

  • Globalizaciones de Joseba Gabilondo

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    Despues de que el neoliberalismo haya erosionado la politica, alienado nuestras subjetividades y transformado la realidad, los valores y los conceptos que nos brindo la modernidad se muestran hoy yermos. Las categorias que nos eran familiares no sirven para comprender la actualidad y nuestro papel en ella. ?Quien estaria dispuesto hoy a morir por el mercado como el soldado hacia por su patria antano?, ?quien rendiria tributo al pie del cenotafio del consumidor desconocido?

  • Obsesion de Brenda Lark

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    Evelyn y Jake ya constituyen un matrimonio solido y feliz pero las cosas parecen cambiar cuando Evelyn se queda embarazada. Ella que nunca ha tenido familia duda de su propia capacidad para cuidar un bebe. Josephine Lark, ex jefa y ex amante de Jake, aprovechara la circunstancia para crear problemas en la pareja.
    ?Podran Evelyn y Jake salir adelante a pesar de los maquiavelicos planes de Josephine para separarlos?

  • Cantos de una sirena (Ariel 2) de Rachel Bels

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    Erase una vez, una princesa valiente…

    ?Que hago despues de que mi mejor amigo me de un ultimatum y Eric desaparezca tras descubrir la peor parte de mi? Huir. Marcharme a Fuerteventura y comenzar una nueva vida. Nuevo hogar, nuevo trabajo, nuevos amigos. El proposito inicial de este viaje es tomar una decision al respecto de todo lo ocurrido, aunque sin prisa, logrando en estos casi tres meses hacer incluso callar a Ursula. Pero irme a vivir a casa de mama tiene un handicap, que te obliga a ver todo eso que no quieres, empujandote si o si de vuelta a casa (a la de verdad), porque al parecer no hago mas que dar palos de ciego y mi lugar no esta en esta isla.

  • Casualizar de Jose Luis Parise

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    Pocos temas atraviesan la Historia de la Humanidad.

  • The gamblin’gunfighter de Matt Dillon

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    Kate Huston es una excelente medica.
    Una mujer fuerte y decidida que se mantiene alejada de todo y de todos.
    Hace algunos anos vio su vida destruida por la perdida de su hijo, y ahora todo lo que ella quiere es poder dejar el dolor de lado y proseguir, pero la verdad es que nunca supero la muerte de su pequeno Bobbie.
    Andrew Johnson es un hombre exitoso, un empresario que lleva una vida de solteria convencida desde hace anos, pero eso cambia cuando descubre que una ex amante dejo un recuerdo amarga y con ella un recordatorio de que sus dias de soltero estaban contados.
    Kate quiere olvidar el dolor de aislarse
    Andrew no quiere compromiso y necesita a alguien que entienda de panales.
    ?Serian ellos capaces de superar los dolores y conflictos internos, y asi proseguir?

  • 366 historias del futbol mundial que deberias saber de Alfredo Relano

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    ?Sabias que Brasil no estreno su clasica camiseta amarilla, la <>, hasta 1954?, ?que el Manchester United y el Liverpool, rivales encarnizados, amanaron un partido para que el Manchester no descendiera?, ?que la primera gran bronca entre Madrid y Barca se remonta a 1916, cuando empataron a 6 goles en un mitico partido?, ?que 33 anos despues de matar con una moto al legendario Gigi Meroni el homicida involuntario se convirtio en presidente del Torino?, ?que la pelicula Evasion o victoria seinspiro en un partido verdadero disputado entre prisioneros de guerra ucranianos y nazis?,

  • Toda una Lolita (Yo soy tu candidato 4) de Miranda Wess

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    Catalina es una joven chispeante y divertida que no se deja vencer por las circunstancias. Entre la universidad, sus amigos y los romances efimeros se pasa la vida.
    Bruno es un empresario exitoso, ecuanime y un ejemplo de rectitud para su familia. Pero pronto descubrira Catalina que en la intimidad es un hombre sexy y ardiente acostumbrado hacer las cosas de la unica forma que conoce.
    La suya.
    ?Sera Bruno aquel destinado a amarla a pesar de las diferencias o simplemente sucumbira a la pasion pasajera que le despierta esta Lolita?

  • Pasajero 64A de Luciana V. Suarez

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    Un siniestro pasajero de un avion hara que la protagonista de esta historia viva una inesperada historia de amor.

  • Cuervo Judio de Katy Molina

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    En mitad de la inmensa llanura se levantaba imponente una cortina de humo espeso. En ella se reflejaban las caras de horror y los gritos agonicos de millones de judios que se despedian de la vida sin mas remedio.

  • La Otra Gente de C. J. Tudor

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    Lo primero en lo que se fijo fue en los adhesivos que bordeaban la luneta del coche y recubrian el parachoques: <>. <> <> <> <> Vaya batiburrillo de mensajes. Aunque una cosa quedaba meridianamente clara: el conductor era un capullo. Gabe habria apostado lo que fuera a que llevaba una camiseta con un eslogan y tenia en la oficina una foto de un mono con las manos en la cabeza y el letrero: <>. Le sorprendia que el tipo pudiera ver algo entre tantas pegatinas. Por otro lado, al menos proporcionaba material de lectura a la gente durante los atascos. Como aquel en el que se encontraban atrapados en ese instante. Una larga fila de vehiculos avanzaba a paso de tortuga a causa de las obras en la autopista; daba la sensacion de que se habian iniciado en algun momento del siglo anterior y que durarian hasta bien entrado el milenio siguiente. Gabe suspiro y tamborileo con los dedos sobre el volante, como si asi pudiera aligerar el trafico o hacer que apareciera una maquina del tiempo. Ya casi iba con retraso. No del todo. Aun no. Todavia estaba dentro de los limites de lo posible que llegara a casa a tiempo. Pero no albergaba muchas esperanzas. De hecho, las esperanzas lo habian abandonado cerca de la salida 19, como a todos los conductores lo bastante espabilados para confiarse a su GPS y tomar un desvio por una carretera comarcal. Lo mas frustrante era que ese dia habia conseguido salir a buena hora. Habria podido llegar sin problemas a las seis y media, a tiempo para la cena y para acostar a Izzy, como le habia prometido --prometido de verdad-- a Jenny que haria esa noche. <> Eso le habia dolido. Ella queria hacerle dano. Por supuesto, Gabe habria podido replicar que era el quien habia preparado a Izzy para el colegio por la manana, mientras Jenny salia pitando para reunirse con un cliente. Era el quien habia consolado a su hija y le habia aplicado crema antiseptica en el menton cuando el temperamental gato de la familia (adoptado por Jenny) la habia aranado. Pero no le ha dicho nada, porque ambos sabian que eso no compensaba todas las ocasiones perdidas, los momentos en que el no habia estado alli. Jenny era una mujer bastante razonable, pero en lo que a asuntos familiares se referia, tenia los limites bien marcados. Si alguien los traspasaba, ella tardaba mucho tiempo en dejarlo volver al redil. Era una las cosas que el amaba de ella: su devocion inquebrantable hacia su hija. La madre de Gabe habia sido mas devota del vodka barato, y el nunca habia conocido a su padre. Juro que el seria distinto, que siempre estaria al lado de su pequena. Y sin embargo alli estaba, atrapado en la autopista, con muchos numeros de llegar tarde. Otra vez. Jenny no se lo perdonaria. No queria pensar demasiado en las posibles consecuencias. Habia intentado llamarla, pero habia saltado el buzon de voz. Ahora le quedaba menos de un uno por ciento de bateria en el movil, que se apagaria en cualquier momento, y justo ese dia, como no podia ser de otra manera, Gabe se habia dejado el cargador en casa. No podia hacer otra cosa que permanecer sentado, luchando contra el impulso de pisar el acelerador a fondo y llevarse por delante los demas vehiculos, tabaleando sobre el volante con agresividad mientras contemplaba al puto don Pegatinas que tenia delante. Muchos de los adhesivos parecian viejos, pues estaban descoloridos y arrugados. Por otro lado, era un coche antiguo. Un Cortina, o algo por el estilo. Estaba pintado con un espray de aquel color tan de moda en los anos setenta: una especie de dorado sucio. Platano mohoso. Crepusculo contaminado. Sol moribundo. El inestable tubo de escape escupia de forma intermitente un turbio humo gris. El parachoques entero estaba salpicado de herrumbre. Gabe no alcanzaba a ver el distintivo de la marca. Seguramente se le habia caido, junto con media matricula. Solo quedaban las letras <>, <>, y parte de un numero que podia ser un 6 o un 8. Fruncio el ceno. Estaba convencido de que aquello no era legal. Seguro que el cacharro de mierda no estaba ni en condiciones de circular, ni asegurado, ni en manos de un conductor cualificado. Mas valia no acercarse demasiado. Estaba planteandose cambiar de carril cuando el rostro de la nina aparecio tras la luneta, justo en el centro del marco formado por los adhesivos medio despegados. Parecia tener unos cinco o seis anos, cara redonda, mejillas sonrosadas y el fino cabello rubio recogido en dos coletas en lo alto de la cabeza. Lo primero que le paso a Gabe por la cabeza fue que ella deberia llevar puesto el cinturon de seguridad. Lo segundo que penso fue: <>. La nina clavo la vista en el. Se le desorbitaron los ojos. Abrio la boca, dejando al descubierto el diente delantero que le faltaba. Gabe recordaba haberlo envuelto en un panuelo de papel antes de colocarlo debajo de la almohada para que lo recogiera el Ratoncito Perez. Sus labios formaron la palabra <>. En ese momento, una mano procedente del asiento delantero la agarro del brazo y tiro de ella hacia abajo con brusquedad. Ella desaparecio de la vista. Se esfumo. Ya no estaba. Gabe se quedo contemplando el espacio vacio tras el parabrisas. <> Imposible. Su hija estaba en casa, con su madre. Probablemente viendo el Disney Channel mientras Jenny preparaba la cena. No podia ir en el asiento de atras del coche de un desconocido, en direccion a Dios sabe donde y sin el cinturon de seguridad abrochado. Las pegatinas le impedian ver al conductor. A duras penas alcanzaba a vislumbrarle la cabeza por encima del <>. A la mierda. Toco el claxon de todos modos. Luego hizo senales con las luces. Parecio que el cacharro aceleraba un poco. Las obras de la autopista terminaban unos metros mas adelante, y las senales de ochenta kilometros por hora cedian el paso a las que indicaban el limite de velocidad nacional. <> Piso el acelerador. Su coche era un Range Rover nuevo. Tiraba como una bestia. Aun asi, el viejo y destartalado monton de chatarra que tenia delante se alejaba. Apreto el pedal con mas fuerza. El velocimetro subio poco a poco, a ciento diez, ciento veinte, ciento treinta y cinco… Cuando empezaba a ganar terreno, el automovil de delante se paso de golpe al carril central y adelanto varios coches. Gabe lo siguio con un viraje brusco, cerrandole el paso a un camion de alto tonelaje. El estruendoso bocinazo estuvo a punto de dejarlo sordo. El sentia que el corazon estaba a punto de reventarle el pecho como un puto alien. El coche de delante zigzagueaba peligrosamente entre los demas vehiculos. Gabe se vio acorralado por un Ford Focus, a un lado, y un Toyota, delante. Mierda. Echo una ojeada al retrovisor y se desvio al carril lento antes de colarse rapidamente delante del Toyota. En ese instante, un Jeep que se incorporaba desde el carril de adelantamiento le rozo el capo. Gabe freno en seco. El conductor del Jeep puso las luces de emergencia y le mostro el dedo medio. --!Que te den, gilipollas de mierda! El monton de chatarra, que le sacaba ya varios coches de ventaja, continuo serpenteando entre el trafico hasta que las luces traseras desaparecieron a lo lejos. Gabe no podia seguirle el ritmo. Era demasiado peligroso. Ademas, se dijo, sin duda se habia confundido. Por fuerza. No podia tratarse de Izzy. Era imposible. ?A santo de que iria montada en ese coche? Se sentia cansado, estresado. Estaba oscuro. Debia de tratarse de una ninita que se parecia a Izzy. Una ninita que se le parecia un monton, que tenia la misma cabellera rubia recogida en coletas, la misma mella entre los dientes delanteros. Una ninita que lo habia llamado <>. Mas adelante una senal luminosa rezaba: <>. Podia parar alli y llamar a casa para quedarse mas tranquilo. Pero ya iba a llegar tarde; mas valia que siguiera adelante. Por otro lado, ?que importaria si se retrasaba unos minutos mas? Se aproximaba a la salida. <> En el ultimo momento, dio un volantazo a la izquierda y piso las bandas sonoras blancas, provocando un concierto de bocinazos. Acelero por la rampa y llego a la estacion de servicio. Gabe casi nunca paraba en estaciones de servicio. Le parecian deprimentes, llenas de infelices que habrian preferido estar en otra parte. Perdio unos minutos valiosos corriendo de un lado a otro entre los diversos establecimientos de alimentos en busca de un telefono publico, hasta que al fin encontro uno medio escondido cerca de los aseos. Un unico aparato. Ya nadie usaba telefonos publicos. Perdio varios minutos mas buscando suelto hasta que cayo en la cuenta de que aceptaba pago con tarjeta. Se saco la de debito de la cartera, la introdujo y marco el numero de casa. Jenny nunca lo cogia al primer timbrazo. Siempre estaba ocupada haciendo algo con Izzy. A veces decia que le habria gustado tener ocho pares de manos. El deberia pasar mas tiempo en casa, penso. Echarle una mano. --?Diga? Era la voz de una mujer, pero no de Jenny. La voz de una desconocida. ?Se habria equivocado de numero? No lo marcaba muy a menudo. Culpa de los moviles, tambien. Comprobo el numero en la pantalla. Era el del telefono fijo de su casa, sin asomo de duda. --?Diga? --repitio la voz--. ?Es usted el senor Forman? --Si, soy el senor Forman. ?Y usted quien cono es? --Soy la inspectora de policia Maddock. --Una inspectora de policia. En su casa. Atendiendo su telefono--. ?Donde esta usted, senor Forman? --En la M1. Es decir, en una estacion de servicio. De camino de vuelta del trabajo. Balbuceaba. Como si fuera culpable de algo. Aunque en realidad lo era, ?no? Culpable de un monton de cosas. --Tiene que volver a casa, senor Forman. Lo antes posible. --?Por que? ?Que pasa? ?Que ha pasado? Una larga pausa. Un silencio denso, opresivo. Uno de aquellos silencios prenados de palabras sobrentendidas, penso el. Palabras que estaban a punto de joderle la vida por completo. --Se trata de su esposa… y de su hija.

  • La llave del faraon (Gideon Crew 5) de Douglas Preston , Lincoln Child

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  • Un amor y un contrato de Julianne May

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    ?Quien no ha tenido que lidiar alguna vez con una suegra insportable?

  • Bitna bajo el cielo de Seul de Jean-marie Gustave Le Clezio

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    El Premio Nobel de Literatura sorprende y cautiva con una fabula urbana en el corazon de Seul.

  • Miguel (Y llegaste tu 9) de Merche Diolch

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    —?Que haces aqui, Miguel? —le pregunto Sarah mientras subia las escaleras que conducian hasta la entrada del bar donde trabajaba. El joven, que estaba sentado en uno de los escalones, levanto la vista de su movil y le regalo una radiante sonrisa. —Esperarte. Ya sabes que sin ti no puedo vivir. La risa femenina los envolvio. —Mira que eres pelota —lo acuso al mismo tiempo que abria la puerta del establecimiento—. Anda, entra —lo invito mientras encendia las luces. El se levanto, se limpio un poco el vaquero y la siguio. —No sabia que abrias tan temprano —comento intentando entablar una conversacion. Se sento en uno de los taburetes que habia cerca de la barra y el silencio del local le llamo la atencion, tan acostumbrado al ruido y las conversaciones de los camioneros que por alli pasaban. La chica se metio en la cocina para salir de inmediato con un cubo lleno de agua en una mano y una fregona en la otra. —Alguien tiene que limpiar. —?Te ayudo? —Se bajo del taburete y atrapo corriendo el cubo de plastico. Ella nego con la cabeza. —Es cosa mia… El tiro del cubo con fuerza, intentando que se lo diera, pero ninguno de los dos lo soltaba. —Venga, no seas cabezota. Dejame ayudarte… —No, Miguel. Es mi trabajo… —le senalo y tiro del cubo hacia ella, provocando que el agua cayera al suelo, mojandolos. El chico comenzo a reirse. Sarah lo miro con cara de pocos amigos. —No le veo la gracia. Miguel aprovecho para quitarle la fregona de la mano y le dio un beso en la mejilla para su sorpresa. —Venga, no te pongas asi, que estas muy fea. Ella cruzo los brazos por delante y arrugo el ceno mientras observaba como limpiaba. —Pues tampoco se te da tan mal —dijo pasado un tiempo. Miguel la miro por encima del hombro y guino un ojo. —La experiencia… Anda, sigue tu con otras tareas y yo termino con el suelo. Sarah asintio y desaparecio en la cocina. Al poco, se escucho en el local el ruido de la puerta al abrirse. —Esta cerrado —anuncio Miguel a quien fuera que habia entrado, sin ni siquiera molestarse en mirar. —?Esta Sarah? —pregunto de forma brusca el recien llegado sin hacerle caso. —?Quien lo pregunta? —Miguel paro lo que estaba haciendo y observo al joven que acababa de entrar. Iba vestido con un pantalon negro y una cazadora tambien oscura, y no era mas alto que el. Tenia las gafas de sol puestas, aunque ni dentro ni fuera del local fueran necesarias, y su cabello rubio estaba peinado hacia arriba. El joven lo miro con gesto de desprecio de arriba abajo. —No es de tu incumbencia… Miguel dejo la fregona apoyada en la barra. —Si preguntas por Sarah, si. —No sabia muy bien por que habia dicho eso, pero al observar a ese desconocido algo le dijo que no era de fiar. Se carcajeo ante su respuesta. —No me hagas reir, muchacho. !Sarah! !Sarah! —la llamo a gritos, ignorandolo. Miguel se acerco a el un poco mas y atrapo su brazo. —Tengo que pedirte que te marches… El chico se quito las gafas de sol, dejando visibles unos ojos demasiados rojos, muy lejos del blanco que debia cubrirlos, prueba de que por su sangre corrian sustancias ilegales, y trato de zafarse de su agarre. —!Sueltame! —le exigio. Miguel hizo lo que le pedia y senalo la puerta. —Vete —le ordeno de nuevo. —Obligame —lo reto. Miguel avanzo un par de pasos con intencion de hacerlo cuando le sorprendio un punetazo en el estomago que provoco que se doblara sobre si mismo. Mientras hacia todo lo posible para recuperar el aire que le habia robado el golpe, el joven que le habia sacudido se agacho para mirarlo a la cara. —Dile a Sarah que Aitor la busca —le dijo entre dientes y se marcho. Miguel se acerco a la entrada en cuanto esto ocurrio y, sin dudarlo, cerro la puerta con llave. Se apoyo en la madera y llamo a la chica que se escondia en la cocina. —Sal… Ya se ha ido. Sarah aparecio de inmediato. En su cara se reflejaba el terror que habia sentido cuando identifico la voz de quien la llamaba. —?Estas bien? —le pregunto preocupada. El se paso la mano por su estomago y asintio. —Algo dolorido…, pero bien. La chica llevo sus manos a la zona que habia sufrido el punetazo y lo miro con sus ojos azules llenos de lagrimas. —Lo siento… Yo… Miguel chisto acallandola y le acaricio la mejilla, secandole la humedad que se deslizaba por ellas. —No pasa nada… Estoy bien. Esta todo bien —mintio pasandole un brazo por los hombros para atraerla hacia el—. Estoy aqui. Me tienes para lo que necesites. Sarah apoyo su cabeza en el pecho de el y lo abrazo. El silencio se asento en el local, solo roto por el llanto de la joven. PARTE 9 MIGUEL Capitulo 1 —Nos vamos —le dijo Miguel en cuanto aparecio por el bar a modo de saludo. Sarah arrugo el entrecejo y lo observo confusa. Hacia dos dias que no sabia nada de el y ahora, de repente, aparecia como si tal cosa. Cogio el trapo con el que limpiaba la barra del bar con mas fuerza de la necesaria y siguio con lo que estaba haciendo sin dirigirle la palabra. El joven se quito el gorro verde que llevaba y lo estrujo entre las manos. —Sarah, se que estas enfadada… Esta nego con la cabeza, pero no lo miro a los ojos. —No se de que hablas. Miguel tiro el gorro sobre la barra, entorpeciendo su trabajo y obligandola a detenerse. —Si, desapareci. —Se paso la mano por el cabello y resoplo—. Pero tenia cosas que debia atender para poder… Sarah le dio la espalda y se dirigio a la cocina, ignorandolo. El solto el aire que retenia, agarro su gorro y se lo metio en el bolsillo trasero del vaquero. Golpeo uno de los taburetes y solto un exabrupto arrancando una carcajada a uno de los camioneros que estaba cerca de el tomando una cerveza. Lo miro con cara de pocos amigos, pero el hombre, lejos de molestarse, levanto la jarra y brindo en el aire. —Yo apuesto por ti. —Le guino un ojo y bebio. —No se que decirte, amigo —intervino en la conversacion un hombre que se sentaba un par de mesas por detras del primero—. Esa chica los tiene bien puestos… —?Apostamos? —pregunto un tercero. Miguel parpadeo varias veces, alucinando de que todos los reunidos en el local estuvieran mas atentos a la charla que habian mantenido Sarah y el que a sus propias cosas. Se puso el gorro en la cabeza y, sin querer intervenir en el debate que mantenian los clientes del bar, fue tras su objetivo. Cruzo la barra del bar y se parapeto en el vano de la puerta para evitar que Sarah saliera huyendo sin escucharle. La joven, que estaba preparando lo que parecia ser una hamburguesa, ni siquiera se volvio para mirarlo cuando sintio que la observaban. Sabia de quien se trataba y no queria que supiera que le habia afectado su ausencia. Dos dias… Habian pasado dos dias desde que aparecio Aitor buscandola, desde que Miguel se habia enfrentado a el, desde que le habia prometido que estaria ahi para lo que necesitara… Golpeo con la espatula la carne picada, con mucha mas fuerza de la necesaria, y tenso su mandibula al recordar como en esos dias saltaba cada vez que la puerta del local se abria, cada vez que aparecia detras de ella una cabeza rubia, con temor a que su exnovio regresara y que, en esa ocasion, nadie pudiera ayudarla… porque estaba sola. Miguel se marcho en cuanto aparecio Boris, su jefe, en el local con la excusa de que debia solucionar unas cosas para volver a aparecer… No habia estado a su lado, aunque se lo habia prometido. —Sarah… —la llamo justo cuando esta daba la vuelta al filete y lo golpeaba con sana y el no pudo mas que tragar con dificultad, consciente de que la camarera en ese momento imaginaba que, en vez de carne, maltrataba una parte de su cuerpo…, una muy delicada—. Sarah, escuchame, por favor.

  • El ultimo manuscrito de Maria Correa Luna

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    A Capitulo I Viernes NA Beltran tenia el puno apretado, tan apretado que los nudillos se le habian puesto blancos. Sostenia un reloj pulsera que, en el apuro, no habia logrado ponerse en la muneca. Lo sujetaba tan fuerte que no lo noto hasta que el auto en el que la trasladaban llego a destino y debio estirar la mano para abrir la puerta y bajar. Entonces miro el reloj. Eran las tres de la manana. Tampoco se percato de que llevaba jeans y botas pero que habia olvidado sacarse la camisa del pijama, de que no llevaba sueter y la campera que la abrigaba no era de ella. Se acomodo la correa de cuero del reloj en la muneca y miro el cielo. No habia luna, tampoco estrellas. Era una noche cerrada. Apenas distinguia los contornos de los recintos a su alrededor. Como si esa oscuridad infinita anticipara la escena con la que debia enfrentarse. Criminologa de profesion, Ana estaba acostumbrada a recibir llamados de la Policia Forense en horarios poco convencionales, por eso no le sorprendio que su celular sonara en la madrugada. Sin embargo, que el llamado fuera de Marcos Gutierrez, director de la Editorial Centauro --propiedad de la familia Beltran--, y que lo estuviera haciendo desde la puerta de su casa, significaba que era algo grave. Gutierrez, a quien Ana conocia como la mano derecha de su padre desde que tenia memoria y a quien consideraba un satrapa desde aquel verano nefasto, entro en el departamento y le dio la noticia sin preambulos. A partir de ese momento, los sucesos transcurridos entre que salio de su casa, frente al Botanico, y llego al lugar de los hechos eran parte de una nebulosa. No sabia cuanto tiempo habia pasado entre que escucho de la boca del periodista que habian encontrado a Emerio Beltran ahorcado en la biblioteca del Zoologico de Buenos Aires y el momento en que llego al lugar. Solo queria tratar de recordar cuando habia visitado el zoologico por ultima vez; incluso frente a la gravedad del asunto, solo podia pensar que seguramente ya no venderian mas los copos de algodon dulce y de color rosa que tanto le gustaban. Toda la situacion le resultaba ajena, como si sufriera un proceso de extranamiento en el que ella era una observadora mas, como en cada caso en el que trabajaba. Ana Beltran estaba acostumbrada a ver los crimenes mas macabros, pero no estaba preparada para ver a su padre colgado. Un escalofrio le recorrio el cuerpo. No queria pensar. Se acomodo la campera sobre el pecho y dejo que Marcos Gutierrez la guiara en silencio. Trataba de concentrarse en su respiracion, en el frio que sentia en la punta de los dedos, en los pies entumecidos por la helada de la madrugada, en lo insolito de estar caminando por las callecitas internas del zoologico, en medio de una oscuridad inmensa y acompanada por dos agentes de seguridad nacional. Su mente se desviaba a los copos de algodon y sus pensamientos erraticos se perdian entre el rumor del viento que disimulaba las voces de sus escoltas cuyas linternas no iluminaban lo suficiente como para ver por donde pisaban. Ella caminaba como un automata, escuchando su propia respiracion mezclada con el murmullo nocturno del parque. Volvio a arroparse con la campera, se froto las manos contra los jeans y trato de calentarlas. Continuo firme detras de Gutierrez y de los dos oficiales que se abrian paso rumbo a la biblioteca. Marcos Gutierrez aminoro el paso y se acerco a ella. Se arrimo lentamente y le apoyo la mano izquierda sobre el hombro. Ana levanto la mirada del suelo y agradecio con un leve movimiento de cabeza el gesto. De alguna manera, Gutierrez queria aliviar la situacion. Aunque fuera imposible, al menos queria que ella supiera que contaba con el. Era consciente de que no habian quedado en buenos terminos, y que la criminologa no olvidaba lo sucedido entre ambos. Sin embargo, en ese momento queria dejar los rencores a un lado. Ana tambien lo comprendio asi. Respiro profundo y tomo su mano. En la oscuridad, la biblioteca, que era una replica del Templo de Vesta --construccion en honor a la diosa romana del fuego y el hogar--, se mostraba tenebrosa. De estructura circular y erigida sobre dieciseis columnas adornadas por frisos de bronce, no invitaba a entrar. Sobre la inmensa puerta principal, se podia observar una leyenda en latin: Divae Matri Matutae. <>, susurro Ana antes de dar el primer paso y seguir al oficial que los esperaba en el acceso al recinto. Al tomar conciencia del calor de la mano de Gutierrez, la solto y avanzo hacia la entrada. Ana Beltran no estaba preparada para lo que iba a ver esa noche. Maximo Zaldivar tomo el telefono y marco esperando escuchar una voz conocida del otro lado. Para su sorpresa, atendio el contestador. Dejo un mensaje, corto y sostuvo con firmeza el celular. Ya era muy tarde, no habia posibilidad de escape. Trato de serenarse, volvio a mirar la imagen que habia recibido en su Blackberry y sintio ganas de vomitar.

  • No soy la Bella Durmiente de Teresa Camaselle

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    Esta historia empieza con un gato llamado Tesoro.
    Aunque, como empieza de verdad, es con la chica que le gusta al chico que cuida de Tesoro.
    Y no es una historia de "chico conoce chica...", porque Sergio y Sofia ya se conocen, mucho; de hecho fueron novios en el instituto. Pero han pasado diez anos sin verse. Y ahora viven de nuevo en la misma ciudad, y a el se le ha ocurrido mudarse al mismo edificio, y visitarla en el trabajo cada dos por tres… Y su vecino tiene un gato, y viaja mucho, y precisamente durante uno de esos viajes empieza esta historia.
    Fin de semana del 25 de julio de 2010. Ano Santo Compostelano. La ciudad de Santiago llena de peregrinos, turistas y paisanos dispuestos a festejar dia y noche.. Y unos intrusos intentan entrar en casa del vecino del gato. Y todo termina por liarse…
    Sorpresas, robos, persecuciones, diamantes en bruto, amigas bienintencionadas, novios olvidadizos, policias mosqueados, extranjeros sospechosos, gatos desquiciados, familiares extravagantes, sol, playa, pimientos de Padron, tarta de Santiago...
    Y Sergio y Sofia... que ya no pueden resistirse mas a su destino.

  • Aromas de otro mundo de Stephanie Doyle

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    Claudia Bertucci era una artista de la manicura, nacida en Brooklyn y que jamas habia puesto un pie fuera de Nueva York. Pero de repente se vio obligada a esconderse de la mafia, y que mejor sitio que una tranquila granja en el lejano Wisconsin, que ademas era propiedad de Ross Evans, un agente del FBI. Podia soportar el olor de las vacas, levantarse antes del amanecer, incluso prescindir de los cafes capuchinos… Pero resistirse al deseo que despertaba en ella su atractivo anfitrion, quizas acabara por obligarla a volver a Nueva York…

  • Escondete (Detective Warren 1) de Lisa Gardner

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