• libro batea mi corazon - Rose B. Loren

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    Cuando todo parece ir bien, cuando tu vida se ha estabilizado y las cosas parece que funcionan, de pronto el destino te juega una mala pasada y toda tu vida se desmorona. Siete anos antes Estoy en la sala de espera del Hospital General de Massachusetts, esperando a que Jo, mi esposa, de a luz a nuestra preciosa hija. Cuando me dijo que estaba embarazada, todo mi mundo cambio, no estaba preparado para ser padre; acababa de firmar un contrato con mi actual equipo, los Boston Red Sox, nos habiamos mudado desde Nueva York, dejando a nuestra familia alli. Jo se enfado por mi reaccion ante la noticia de nuestra proxima paternidad. <<--Nena, ?estas segura? Ahora no es el momento. --Como quieras, le dire a nuestro cigoto que se espere unos anos a desarrollarse. Hasta que el senorito este preparado. !Ryan! Por favor, sabiamos que podia pasar cuando deje de tomar la pildora. --Lo se, pero ahora mismo no se si es el mejor momento para ser padres, mi futuro esta en juego, esta apuesta es muy importante, no se si podre sobrellevarlo. --Estamos hablando de tener un hijo, es lo que siempre habiamos querido, formar una familia. --Pero justo ahora... --Ryan, voy a tener este bebe te guste o no. Si te arrepientes de la decision que tomamos, lo respetare. Lo tendre sola. --Nena, no es eso, pero sabes que estamos en el comienzo de la temporada, entrenaremos todos los dias, no voy a poder ocuparme de ti como necesitas. --Se cuidarme sola --contesta malhumorada. --Carino, no te enfades, tendremos ese bebe, espero que al menos sea un nino y que le guste el beisbol como a su padre>>. Aqui estoy, ocho meses despues, deseando que todo salga bien y poder ver pronto a mi pequena princesita y a mi amor. No era lo que yo queria, pero desde el momento en el que vi la ecografia, descubriendo que era una nina, supe que me robaria el corazon. Llevo mas de tres horas en la sala de espera, sin que nadie me diga nada. Quise entrar al paritorio, pero algo se ha complicado y de momento no me han dado permiso para entrar. Mi paciencia se esta colmando y cuando veo aparecer a una enfermera, le pregunto: --Senorita, ?me podria facilitar alguna informacion sobre Josephine Farrell? --Lo siento; en cuanto pueda, saldra el medico a decirle algo. En ese momento, mi familia aparece en la sala; al menos la espera sera mas llevadera. Los he avisado en cuanto rompio aguas, pero hay casi cuatro horas de distancia entre Nueva York y Boston. Jo no tiene familia, pues sus padres fallecieron en un accidente de trafico hace unos anos. --Ryan, hijo, ?como va todo? --Aun no me han dicho nada, no me han dejado entrar, dijeron que el bebe venia con una vuelta de cordon y que era posible que tuvieran que hacerle una cesarea. Pero de momento no tengo ninguna noticia. --Tranquilo, estas cosas son normales --expone mi hermana, que es enfermera en el hospital NYC Salud--, intentare enterarme de algo, ahora mismo vuelvo. --Hijo, todo va a salir bien --mi padre me estrecha entre sus brazos y me reconforta. No se por que, pero tengo un mal presentimiento; quizas solo sea uno de mis muchos desvarios, pero sea lo que sea, mis nervios comienzan a crisparse. Mi hermana sale al poco rato, su cara de preocupacion nos alerta a todos. --Cath, ?que ocurre? --Jo esta grave, ha habido complicaciones en el parto, ha perdido mucha sangre, esta muy debil y... --?Y? --le pregunto agarrandola con fuerza. --Ryan, quiero que te pongas en lo peor, puede que no sobreviva ninguna de las dos. Van a hacerle la cesarea ahora mismo porque al bebe le han bajado las constantes. --?Como es posible? ?Han esperado todo este tiempo y aun no le han hecho la cesarea? --Siempre se intenta por el metodo natural antes de hacerla. Todo mi cuerpo tiembla ante la posibilidad de perder a Jo y tambien a mi bebe, que aun no tiene nombre. Las lagrimas se agolpan por salir ante la estupefaccion de toda la familia, que se han quedado mudos. --Me van a dejar entrar --dice Cath--, os mantendre informados. Mi hermana regresa al paritorio y todos permanecemos en silencio, esperando lo que sea que tenga que pasar. No puedo perderla ahora, no seria justo para nosotros. Solo llevamos tres anos casados; nos conocimos en el instituto y pese a que al principio Jo se nego a tener una relacion, yo supe, desde el primer momento en que la conoci, que seria la mujer de mi vida. Una hora mas tarde, mi hermana sale con cara de desolacion y con el bebe en brazos. --Ryan, esta es tu hija --la deposita en mis brazos y la observo; es preciosa, tan pequenita, con esos preciosos ojos azules, con la cara sonrosada y esas pequenas manitas, es casi tan guapa como su madre. --Cath, dime algo de Jo. --Carino... --me dice con lagrimas en los ojos--, Jo no lo ha conseguido. Pero antes de morir me pidio que te dijera que te quiere con todo su corazon y que cuides de vuestra hija. Que le gustaria que su nombre fuera Jo, para que siempre te acuerdes de ella. Estrecho a la pequena Jo entre mis brazos, cuando las lagrimas se apoderan de mi. No es posible, no es justo perder a la mujer de mi vida, a la madre de mi hija... Le entrego la nina a mis padres ante sus vidriosos ojos al recibir la noticia, y salgo rapido a la calle. Esto no esta pasando, necesito gritarle al mundo que no es justo que mi hija crezca sin una madre. --?Por que?--chillo cuando estoy fuera golpeando todo lo que se encuentra en mi camino--. ?Por que? Sentado en un banco de la calle, dejando que la suave brisa inunde mis sentidos, lloro desconsolado. No se cuanto tiempo permanezco de esa manera, sin poder remediarlo. Mi padre se acerca a mi cuando parece que me he calmado un poco. --Hijo, la vida nos pone muchos obstaculos, pero todo sucede por algun motivo; quiero pensar que Jo estara ahora descansando en un lugar privilegiado, que te cuidara, velara por ti y por vuestra hija. --!No es justo, papa! --Lo se, Ryan, pero no podemos hacer otra cosa, ahora mismo lo unico que debemos hacer es recordarla y evitar que el dolor se apodere de tu alma. --No puedo vivir sin ella... --Lo conseguiras, tienes que tener paciencia y dejar que pase el tiempo... --Necesito pediros un favor, ahora mismo mi carrera esta en su punto mas alto, aunque no se si podre seguir adelante… No puedo cuidar a la pequena Jo... --Hijo, no puedes desentenderte de tu hija. --Papa, ahora no puedo tenerla conmigo, es igual a ella... --Hablare con tu madre, pero tu hija te necesita, ya ha perdido a su madre, no permitas que se crie tambien sin su padre. Podemos mudarnos por un tiempo a Boston para ayudarte si es lo que quieres... --Necesito ayuda, no se como podria cuidar a un bebe yo solo.

  • Batea mi corazón Versión Kindle - Amazon

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    Mirar en el interior de este libro. Batea mi corazón de [Rose B. Loren, Valerie Miller, Violeta Triviño] ...

  • Batea mi corazón (Spanish Edition) Edición Kindle - Amazon ...

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  • Batea mi corazón (Romantic Ediciones) - Goodreads

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    Batea mi corazón book. Read 10 reviews from the world's largest community for readers. Ryan es un exitoso jugador de béisbol cuya vida no ha sido un cami...

  • BATEA MI CORAZON (EBOOK) - ROSE B. LOREN - Agapea

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  • Rose B. Loren - Batea mi corazón - El Rincón de la Novela ...

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    En esta web hay 15174 fichas de libros, 1659 autores, 1496 artículos y 7064 críticas. Blog colaborador.

  • Batea mi corazón, de Rose B. Loren - Las Derrapadoras

    https://lasderrapadoras.blogspot.com/2020/01/batea-mi-corazon-de-rose-b-loren.html

    16 ene 2020 — La trama la leí en varias autoras americanas, se darán cuenta al leer la sinopsis y si repasan nuestras reseñas verán algunos de los libros que ...

  • Descargar Batea mi corazon – Rose B. Loren - Libros Gratis

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  • Batea Mi Corazón (ebook) - El Corte Inglés

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    Estos son los ingredientes de Batea mi corazón. Descubre la pluma de Rose B. Loren en esta fantástica novela que te pondrá las emociones a flor de piel.

  • Batea mi corazón - Rose B. Loren - Debeleer.com

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    PDF • Descargar Libros Gratis. Buscar: ... Batea mi corazón – Rose B. Loren ... Jo se enfadó por mi reacción ante la noticia de nuestra próxima paternidad.

  • Batea mi corazón - Rose B. Loren - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Rose-B-Loren-Batea-mi-corazon/100768

    19 dic 2019 — Críticas, citas extractos de Batea mi corazón de Rose B. Loren. Para mi gusto, les sigue ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • Filosofia en 11 frases de Dario Sztajnszrajber

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    Solo se que no se nada. Pienso, luego existo. Todo lo solido se desvanece en el aire. Dios ha muerto. Por medio de frases como esas, disparadores que estimulan el pensamiento, Dario Sztajnszrajber se propone sacar a la filosofia de los formatos que la hacen excluyente. Al hacerlo nos lleva a una conversacion alucinada y alucinante con once ideas clasicas, tan pequenas como para caber en un tuit y a la vez tan interminables como las busquedas existenciales.
    Incomodo y complejo como su materia misma, este libro inclasificable -es ensayo filosofico, y es tambien novela- consagra a su autor como un explorador impertinente. Sztajnszrajber puede explicar y a la vez contradecir a filosofos como Aristoteles, Descartes, Marx, Nietzsche o Foucault e invitarnos a perdernos en la riqueza de sus ideas. Su historia comienza con un hombre que escapa y, al descender a un subte porteno, se encuentra azarosamente con un crimen del poder. Entre las huellas reconocibles de una republica precaria, la trama mezcla la sangre y el amor, la historia y la esperanza, la represion estatal y la resistencia ciudadana.
    En Filosofia en 11 frases, su primer libro con Paidos, Sztajnszrajber lleva la filosofia a los lectores que quieren pensar sin ser subestimados. Y los desafia, socraticamente, con una conviccion: todos podemos hacer filosofia aunque no lo sepamos.

  • El final del affaire de Graham Greene

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    En 1946, en un Londres en el que todavia se perciben las heridas de la guerra, Maurice Bendrix se encuentra por casualidad con el diplomatico Henry Miles, a quien no veia desde hacia tiempo. Henry esta casado con Sarah, con quien Maurice habia tenido un affaire durante la guerra. Cuando Henry le confiesa que sospecha que Sarah le es infiel, sera Maurice, empujado por la curiosidad y los celos, quien decida contratar a un detective privado para averiguar la verdad.

  • Batea mi corazon de Rose B. Loren

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    Cuando todo parece ir bien, cuando tu vida se ha estabilizado y las cosas parece que funcionan, de pronto el destino te juega una mala pasada y toda tu vida se desmorona. Siete anos antes Estoy en la sala de espera del Hospital General de Massachusetts, esperando a que Jo, mi esposa, de a luz a nuestra preciosa hija. Cuando me dijo que estaba embarazada, todo mi mundo cambio, no estaba preparado para ser padre; acababa de firmar un contrato con mi actual equipo, los Boston Red Sox, nos habiamos mudado desde Nueva York, dejando a nuestra familia alli. Jo se enfado por mi reaccion ante la noticia de nuestra proxima paternidad. <<--Nena, ?estas segura? Ahora no es el momento. --Como quieras, le dire a nuestro cigoto que se espere unos anos a desarrollarse. Hasta que el senorito este preparado. !Ryan! Por favor, sabiamos que podia pasar cuando deje de tomar la pildora. --Lo se, pero ahora mismo no se si es el mejor momento para ser padres, mi futuro esta en juego, esta apuesta es muy importante, no se si podre sobrellevarlo. --Estamos hablando de tener un hijo, es lo que siempre habiamos querido, formar una familia. --Pero justo ahora... --Ryan, voy a tener este bebe te guste o no. Si te arrepientes de la decision que tomamos, lo respetare. Lo tendre sola. --Nena, no es eso, pero sabes que estamos en el comienzo de la temporada, entrenaremos todos los dias, no voy a poder ocuparme de ti como necesitas. --Se cuidarme sola --contesta malhumorada. --Carino, no te enfades, tendremos ese bebe, espero que al menos sea un nino y que le guste el beisbol como a su padre>>. Aqui estoy, ocho meses despues, deseando que todo salga bien y poder ver pronto a mi pequena princesita y a mi amor. No era lo que yo queria, pero desde el momento en el que vi la ecografia, descubriendo que era una nina, supe que me robaria el corazon. Llevo mas de tres horas en la sala de espera, sin que nadie me diga nada. Quise entrar al paritorio, pero algo se ha complicado y de momento no me han dado permiso para entrar. Mi paciencia se esta colmando y cuando veo aparecer a una enfermera, le pregunto: --Senorita, ?me podria facilitar alguna informacion sobre Josephine Farrell? --Lo siento; en cuanto pueda, saldra el medico a decirle algo. En ese momento, mi familia aparece en la sala; al menos la espera sera mas llevadera. Los he avisado en cuanto rompio aguas, pero hay casi cuatro horas de distancia entre Nueva York y Boston. Jo no tiene familia, pues sus padres fallecieron en un accidente de trafico hace unos anos. --Ryan, hijo, ?como va todo? --Aun no me han dicho nada, no me han dejado entrar, dijeron que el bebe venia con una vuelta de cordon y que era posible que tuvieran que hacerle una cesarea. Pero de momento no tengo ninguna noticia. --Tranquilo, estas cosas son normales --expone mi hermana, que es enfermera en el hospital NYC Salud--, intentare enterarme de algo, ahora mismo vuelvo. --Hijo, todo va a salir bien --mi padre me estrecha entre sus brazos y me reconforta. No se por que, pero tengo un mal presentimiento; quizas solo sea uno de mis muchos desvarios, pero sea lo que sea, mis nervios comienzan a crisparse. Mi hermana sale al poco rato, su cara de preocupacion nos alerta a todos. --Cath, ?que ocurre? --Jo esta grave, ha habido complicaciones en el parto, ha perdido mucha sangre, esta muy debil y... --?Y? --le pregunto agarrandola con fuerza. --Ryan, quiero que te pongas en lo peor, puede que no sobreviva ninguna de las dos. Van a hacerle la cesarea ahora mismo porque al bebe le han bajado las constantes. --?Como es posible? ?Han esperado todo este tiempo y aun no le han hecho la cesarea? --Siempre se intenta por el metodo natural antes de hacerla. Todo mi cuerpo tiembla ante la posibilidad de perder a Jo y tambien a mi bebe, que aun no tiene nombre. Las lagrimas se agolpan por salir ante la estupefaccion de toda la familia, que se han quedado mudos. --Me van a dejar entrar --dice Cath--, os mantendre informados. Mi hermana regresa al paritorio y todos permanecemos en silencio, esperando lo que sea que tenga que pasar. No puedo perderla ahora, no seria justo para nosotros. Solo llevamos tres anos casados; nos conocimos en el instituto y pese a que al principio Jo se nego a tener una relacion, yo supe, desde el primer momento en que la conoci, que seria la mujer de mi vida. Una hora mas tarde, mi hermana sale con cara de desolacion y con el bebe en brazos. --Ryan, esta es tu hija --la deposita en mis brazos y la observo; es preciosa, tan pequenita, con esos preciosos ojos azules, con la cara sonrosada y esas pequenas manitas, es casi tan guapa como su madre. --Cath, dime algo de Jo. --Carino... --me dice con lagrimas en los ojos--, Jo no lo ha conseguido. Pero antes de morir me pidio que te dijera que te quiere con todo su corazon y que cuides de vuestra hija. Que le gustaria que su nombre fuera Jo, para que siempre te acuerdes de ella. Estrecho a la pequena Jo entre mis brazos, cuando las lagrimas se apoderan de mi. No es posible, no es justo perder a la mujer de mi vida, a la madre de mi hija... Le entrego la nina a mis padres ante sus vidriosos ojos al recibir la noticia, y salgo rapido a la calle. Esto no esta pasando, necesito gritarle al mundo que no es justo que mi hija crezca sin una madre. --?Por que?--chillo cuando estoy fuera golpeando todo lo que se encuentra en mi camino--. ?Por que? Sentado en un banco de la calle, dejando que la suave brisa inunde mis sentidos, lloro desconsolado. No se cuanto tiempo permanezco de esa manera, sin poder remediarlo. Mi padre se acerca a mi cuando parece que me he calmado un poco. --Hijo, la vida nos pone muchos obstaculos, pero todo sucede por algun motivo; quiero pensar que Jo estara ahora descansando en un lugar privilegiado, que te cuidara, velara por ti y por vuestra hija. --!No es justo, papa! --Lo se, Ryan, pero no podemos hacer otra cosa, ahora mismo lo unico que debemos hacer es recordarla y evitar que el dolor se apodere de tu alma. --No puedo vivir sin ella... --Lo conseguiras, tienes que tener paciencia y dejar que pase el tiempo... --Necesito pediros un favor, ahora mismo mi carrera esta en su punto mas alto, aunque no se si podre seguir adelante… No puedo cuidar a la pequena Jo... --Hijo, no puedes desentenderte de tu hija. --Papa, ahora no puedo tenerla conmigo, es igual a ella... --Hablare con tu madre, pero tu hija te necesita, ya ha perdido a su madre, no permitas que se crie tambien sin su padre. Podemos mudarnos por un tiempo a Boston para ayudarte si es lo que quieres... --Necesito ayuda, no se como podria cuidar a un bebe yo solo.

  • Las hijas del Capitan de Maria Duenas

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    Nueva York, 1936. La pequena casa de comidas El Capitan arranca su andadura en la calle Catorce, uno de los enclaves de la colonia espanola que por entonces reside en la ciudad. La muerte accidental de su dueno, el tarambana Emilio Arenas, obliga a sus indomables hijas veinteaneras a tomar las riendas del negocio mientras en los tribunales se resuelve el cobro de una prometedora indemnizacion. Abatidas y acosadas por la urgente necesidad de sobrevivir, las temperamentales Victoria, Mona y Luz Arenas se abriran paso entre rascacielos, compatriotas, adversidades y amores, decididas a convertir un sueno en realidad.

  • Una dulce herencia de Elena Bargues

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    Santander. Verano, 1918. Una abuela desconocida. Oscuros secretos familiares. Un amor poco adecuado.

  • Ni se te ocurra de Gema Samaro

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    Barbara le comunica a su jefe que en un mes deja su trabajo de ortodoncista porque se muda a Perth, Australia, donde va a casarse con Alex.
    Desde ese instante, Gustavo, su jefe, sabe que tiene exactamente treinta dias de plazo para evitar que Barbara se case.
    Y no porque la necesite como el aire en su clinica dental de Madrid, que tambien, sino porque la noticia de la boda hace que se percate de algo que siempre se ha negado a reconocer.
    Gustavo ama a Barbara.

  • Mariposas en tu estomago 08 de Natalie Convers

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    <<... de pronto un conejo blanco con grandes ojos rosados se cruzo ante ella. En realidad no habia nada de extrano en ello y Alicia no se sorprendio ni siquiera cuando le oyo decir: !Ay, Dios mio, que tarde se me esta haciendo! Y aunque mas tarde, al recordarlo, le choco que no le hubiera sorprendido, lo cierto es que en aquel momento le parecio de lo mas natural. Y fue entonces cuando el conejo saco un reloj de bolsillo de su chaleco para consultar la hora, antes de echar a correr de nuevo, y solo entonces se dio cuenta la nina de que nunca en su vida habia visto un conejo con chaleco ni, mucho menos, con reloj de bolsillo. Alicia se levanto de un brinco y, muerta de la curiosidad, corrio por la pradera hacia el lugar donde se encontraba el conejo, y llego justo a tiempo de verle desaparecer por una gran madriguera que se abria al pie de un seto. Y no tardo Alicia en seguirle...>> Alicia en el Pais de las Maravillas. LEWIS CARROLL Cuarenta y cinco minutos antes... Hay alguien parado frente al estudio de Alex. Su pose relajada, aunque firme en los puntos precisos del cuerpo, parece indicar un fuerte dominio de si mismo y del mundo que lo rodea, una actitud de la que solo pueden presumir los senores de la alta aristocracia del siglo XVIII en las novelas romanticas. Pero no es solo eso lo que me lleva a no delatar mi presencia todavia, no... Su vestimenta impecable e incluso un poco excentrica posee un aire como de dandi ingles moderno de quien busca la sofisticacion hasta el extremo de destacar. Todo esto y lo anterior hace que opte por ser precavida. Continuo mi escrutinio y observo sus hombros, que no dejan de resultar masculinos, a pesar de no ser muy amplios. Una linea ancha y en diagonal de color granate recorre la camisa azul claro en la parte superior de su espalda, como un tajo hecho en la piel, hasta donde llega peinado en una coleta su lustroso cabello, tan oscuro como las alas de un cuervo. Un escalofrio viaja por mi espina dorsal. Trago saliva. Ajeno a mi examen, el hombre se mantiene con una expresion neutra mientras se apoya en lo que al principio me parece un baston, pero que al entrecerrar los ojos comprendo que es, en realidad, un paraguas de color cafe. Su extravagante comportamiento y la postura que adopta le confieren un aura de misterio y peligro que me produce una oleada de desconfianza. De repente, el hombre alza la vista al cielo; la mano libre le hace las veces de visera sobre los ojos, a pesar de que el sol esta cubierto. Hipnotizada por ese gesto que parece tan natural, sigo su mirada. El techo terraqueo parece casi euforico con sus irregulares jirones de nubes cada vez mas oscuros en movimiento, como si danzaran algun tipo de baile exotico y secreto que nadie mas, excepto sus grises nubarrones, igual que amantes, puede ejecutar. El corazon me palpita mas fuerte ante la expectativa de que pronto caera una encomiable tormenta, y no puedo evitar contagiarme de ese despliegue de animosidad, porque a pesar de que los dias de lluvia no siempre han gozado de buena reputacion entre la gente de la ciudad, para mi hay una pequena metafora en las tormentas. Son senal de que algo importante va a ocurrir en cualquier momento, pero tambien de que algo esta a punto de acabar. De forma inesperada, el hombre se vuelve, aun con la cabeza inclinada, de modo que no me ve. No obstante, me sobresalto un poco al reconocer su nariz aguilena, la cual podria hacerle pasar casi por el mismisimo Adrien Brody de ser unos centimetros mas alto... --!Cara de rata! --digo en voz alta de manera descuidada. No me quedo para comprobar si me ha oido. De inmediato me llevo las manos a la boca, me muerdo con los incisivos superiores el labio inferior como si no fuera suficiente y salgo corriendo avergonzada hasta refugiarme detras de dos contenedores de basura cercanos. Una vez que me he dejado caer poco a poco y sin hacer ruido sobre uno de los lados del segundo contenedor, los ojos se me cierran y trato de captar el sonido de pasos, de respiracion; en resumen, de cualquier cosa que pueda delatar que el me ha seguido. Pero los segundos transcurren mientras siento cada latido de mi corazon, que bombea sangre con fuerza por mis munecas, por mi pecho e incluso por mi boca, y nada sucede. Hago acopio de una valentia que no siento, inclino la cabeza hacia el lado derecho y me obligo a echar un vistazo. Hugh, el antiguo galerista de Alex, continua alli plantado frente al estudio. Un repentino sudor frio hace que me hormiguee la piel en la nuca. Ha faltado poco... Suspiro de alivio, aunque no demasiado fuerte. Por algun motivo, mi instinto me dice que el me reconocera si me ve, porque no fui precisamente un alarde de elegancia y decoro la primera vez que nos cruzamos en Londres durante la exposicion de Alex. Con solo recordarlo, noto calor en las mejillas. Por suerte, esta misma manana Alex ha salido temprano de mi casa y, en lugar de dirigirse al estudio como de costumbre, ha ido directo a reunirse con su madre con la promesa de que intentaria por fin hablar sin mas mentiras con ella. Esbozo una sonrisa sarcastica al recordar nuestra ultima conversacion. --!Eh, mi musa! Si mi madre te ve, enloquecera antes de que yo pueda decir la primera palabra. Solo seras una distraccion --me explico Alex en tono condescendiente, y luego se acerco para acariciarme la cabeza dado que yo no respondia, pero me aparte: no estaba de humor para ser lisonjeada como un gato ni para corresponderle. Aquellas palabras con las que Alex habia puesto fin a nuestra discusion me dolieron, y provocaron un extrano y frio distanciamiento entre los dos que aun no puedo quitarme de la cabeza. Y si bien accedi a no acompanarlo, todavia me preocupa el modo como Alex pueda manejar la situacion. Con su caracter a veces ironico, en otras ocasiones apasionado, pero tambien obstinado y versatil, imagino que puede estar ocurriendo en estos momentos cualquier cosa. No obstante, una parte de mi, resentida por todos los rechazos de la madre de Alex, se retuerce de jubilo. Por una vez dejo que todas mis emociones se liberen y me atrevo a pensar que quiza ella se lo merezca. De repente, un ruido peculiar, del tipo que produce una puerta oxidada al abrirse, me devuelve a la realidad.

  • Tu te lo buscaste! 4 de Emma Green

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    Valentine Nils... ?Un asesino? Se supone que el objetivo de la Black Gala es recolectar fondos reuniendo a varias estrellas vestidas de negro. En todo caso, eso es lo que contaran, a partir de manana temprano, las paginas de las revistas de espectaculos y los sitios de Internet que no tendran nada mejor que decir. Pero en ningun lado estara escrito que este evento de caridad mando muy lejos mis creencias mas profundas. Y sin embargo, siento como si estuviera presenciando uno de esos momentos clave, cuando uno todavia no sabe que direccion tomara su vida, pero que puede presentir desde ahora que dara un giro radical. Justo ahi, en medio de la noche y del vestibulo lleno de gente, Milo acaba de acusar a Nils de asesinar a una rica heredera… y por lo tanto, de tener las peores intenciones conmigo. El primero ha bebido ligeramente de mas, o por lo menos lo suficiente para tener el valor de enfrentar a su rival. El segundo no temblo ni un instante: eligio huir en vez de defenderse. Mientras que lo miro alejarse, con el corazon hecho pedazos y el estomago hecho nudo con miles de preguntas, Milo se burla a mi lado, con una voz demasiado fuerte y gestos sin control: - !Valentine, abre los ojos, maldita sea!! !Ni siquiera intenta negarlo! !Le abriste la puerta a ese hombre, le confiaste toda tu vida sin siquiera saber nada de el! Sus palabras entran en mi cerebro, lentamente, como un suero de la verdad ardiente. Luego el Vikingo da media vuelta, a veinte metros de alli. Su mirada gris acero me fusila. Le bastan algunos pasos, inmensos y agiles, para venir a plantarse frente a mi. Cerca, muy cerca. Su figura de iceberg me domina, sus ojos glaciares me petrifican, su aliento fresco se filtra entre mis labios abiertos, y su voz grave llega hasta mi como una ola poderosa, devastadora. - No voy a justificarme frente a ese idiota. Si quieres la verdad, sigueme. Dos frases, trece palabras. Es todo lo que se necesito para que la ola me arrastrara con el. Nils me ha salvado la vida dos veces ya, me siento obligada a darle una oportunidad. Una sola. Dejo ahi a Milo, Aina, Roman, Charlie y sus ojos redondos, inquietos, furiosos. Tomo la salida, recorro la alfombra roja desierta, atravieso la calle sin mirar, sigo a mi bodyguard en traje negro, que camina frente a mi, sin voltearse jamas, seguro de que lo estoy siguiendo. Nils se detiene frente al auto negro que nos trajo hasta aqui y golpea con la palma de la mano la ventanilla delantera. Dos veces. Ted, el chofer, sale precipitadamente ajustandose el gorro en la cabeza. Mientras llego hasta ellos, veo al coloso rubio dejandole un billete de cien dolares sobre el torso antes de murmurarle, suavemente pero con firmeza: - Toma un taxi. Ahora. Luego Ted se va y Nils se sienta detras del volante. Azota la portezuela con un gesto brusco que me parecio decir: << !Tu, la princesa, sentada! !Aqui! !Y pronto! >> Jamas dejaria que un hombre me hablara con ese tono, que me diera ordenes como si fuera un perro, pero aun asi obedezco. Como hipnotizada. Tomo el asiento delantero, el del copiloto, preguntandome si estoy cometiendo la peor estupidez de mi vida, si este hombre con modales de cavernicola va a dejarme muerta en la cajuela de este auto, o a hacerme firmar un seguro de vida para poder recibir una enorme suma despues de degollarme. Y comienzo a esperar que por lo menos hagamos el amor antes. Esta vez es seguro, estoy desvariando. Nils cierra con seguro el auto desde el centro de control pero no enciende el motor. Se desamarra la corbata mirando directo hacia el frente y rodea su mano con la tela como si fuera la venda de un boxeador. Me estremezco. Pero extranamente, no tengo miedo. Tengo frio, calor, nauseas, pero miedo no. Me jalo el vestido (definitivamente demasiado corto) y su voz grave resuena en la cabina como un cerro partiendose. - De Clare no sabe nada de esa historia. Fue uno de los tantos fracasos de mi padre, a quien tuve que rescatar moviendo mis relaciones en la policia. Samuel recien acababa de salir de la carcel. Tuvo la genial idea de hacerse mantener por una mujer tan vieja como rica. La sedujo. La convencio de que modificara su testamento a su favor. Y con eso pensaba asegurarse un futuro tranquilo. Solo que la abuelita murio en un accidente sospechoso poco tiempo despues. Mi hermano no tuvo nada que ver con eso. Pero unos investigadores demasiado dedicados a su trabajo y demasiado idiotas concluyeron que habia sido asesinato sin ir mas lejos. Sam no tenia coartada, sus motivos parecian evidentes y, con su historial de fraudes, todo lo acusaba. Yo era policia, asi que hice lo posible para evitarle la cadena perpetua. Por mi parte, no fui acusado de nada. Me vi envuelto en ese problema para salvar el trasero de mi hermano. Como siempre. Eso todo lo que hay que saber. - De acuerdo… – farfullo con una voz casi inaudible. - Otra cosa: la proxima vez que Milo de Clare se divierta mandandome a investigar por un detective privado, recuerdale que conozco a todos los de aqui. - OK... – asiento estremeciendome. Siento la mirada de Nils recorriendo la carne de gallina por mis brazos, mis muslos desnudos. Eso me perturba pero no basta para calentarme. No se que pensar, que sentir, ni siquiera por que tengo tanto frio. Solo quisiera que dejara de mirarme, para poder pensar. - Y una ultima cosa – murmura el gigante frio a mi lado – ese vestido es definitivamente demasiado corto. El se inclina hacia el frente, recarga la mandibula sobre el volante, se quita el saco con un gesto sutil y luego lo extiende sobre mi como una cobija. Este es tan grande, tan largo, que logra cubrirme de los hombros a las rodillas. Me acurruco en el y me dejo ir contra el reposacabezas. Mi cerebro en ebullicion se tranquiliza por fin. Le creo a Nils. Creo que le creo. Digamos, en un 9 9 ,9 %. La minuscula duda que subsiste en el fondo de mi me permite solamente permanecer alerta, no ceder totalmente ante su voz hechizante, su mirada fascinante, sus gestos protectores, su aplomo infalible (y totalmente exasperante). Me siento aliviada de que me haya dado esa explicacion sin rodeos, sin que necesitara pedirsela, sin dejar preguntas sin respuesta. Tengo las ideas claras. Durante algunos segundos, estuve a punto de creer que el disfraz de Vikingo irresistible escondia a un espia, un manipulador, o peor aun; a un asesino. Todavia no se lo que se encuentra debajo de la armadura, pero eso no me preocupa. Ya no. Casi. - ?Tienes algo que decir? – me pregunta abriendo los botones de sus punos, antes de enrollarse metodicamente las mangas de la camisa. - Si – digo recobrando por fin el animo. – Gracias por no haber destrozado a Milo. - Ni sus huesos ni su ego lo hubieran soportado – se burla Nils abriendo y cerrando los punos, como si estos se lo hubieran pedido. – ?Alguna otra cosa? - Si. Deja en paz mi vestido – anuncio muy seriamente, sosteniendo su mirada. Los ojos de niebla dejan los mios para ir a rozar su saco negro, ahi donde mis muslos desnudos se cubren (y se estremecen, pero Nils no necesita saber eso). - Si quieres regresar a esa gala, te espero aqui – declara mirando al vacio, con una sonrisa sobre los labios. - No, regresame a casa – decido, encendiendo yo misma el auto. - Sabia decision – concluye, aparentemente satisfecho. Mi bodyguard conduce en silencio hasta la mansion Cox. Me dejo arrullar por el suave ronroneo del comodo auto. Me dejo invadir por mi propio calor bajo el saco de Nils y por un sentimiento extrano, mezcla de serenidad, tension, seguridad y vulnerabilidad. A medida que dejamos la animacion nocturna de L.A. para entrar en la quietud de Santa Monica, me repongo suavemente de mis emociones, respondo los mensajes enloquecidos de Aina para tranquilizarla, vuelvo a pensar en Milo y su prisa por quitar al coloso de su camino (sin duda con buenas intenciones). En este instante, tal vez mi vida ha dado un giro. Pero no el que temia. Confio en mi chofer para hacerse cargo del camino y me duermo contra la ventanilla. Nils me cargo del auto hasta mi habitacion, sin despertarme, todavia abrigada con su saco. El me coloca delicadamente de pies, justo frente a la puerta, sin invitarse a entrar a mi mundo. Le resoplo un gracias y le regreso su saco. El me sonrie. Con un ligero tono de burla en su voz grave, murmura: - Puedes darme tu vestido tambien, si quieres. - ?Para que lo conviertas en confetti? No gracias. - No... Finalmente, creo que podria quedarme bien… – me provoca comiendome con la mirada, de arriba hacia abajo. - Ni siquiera lo intentes – susurro, sintiendome flaquear. - Buenas noches, princesa consentida. El Vikingo se burla en silencio y se va, caminando hacia atras, en medio de la obscuridad. Bien pudo haberlo intentado un poco mas. ?Puede ser que se de la media vuelta, como en la Black Gala? ?Puede ser que espere que lo alcance esta vez? Pero Nils se voltea y se aleja, con el saco colgado de un dedo sobre su hombro. Y mierda, nuevamente tengo frio.

  • La noche del rey de Jorge Alcalde

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    Febrero de 1810. El rey Jose I realiza su primer viaje por Andalucia con la esperanza de ganarse el afecto del pueblo sobre el que debe reinar. En esas mismas fechas, la joven Asuncion suena con viajar a Francia y conocer el esplendor y el glamur de la nueva Europa idealizada por los folletines. Aparentemente, sus destinos no tienen por que cruzarse, pero un crimen forzara el encuentro. Entre ellos se teje una increible red de personajes: un funcionario del rey obsesionado con el arte que utiliza sus contactos para traficar con cuadros en Paris; una espia viuda que ha prestado sus servicios a los franceses en la Isla de Leon y esta a punto de jugarse la vida y cambiar de bando por amor; un miembro del Gobierno patriota, viejo, cojo y atrabiliario, que escapa de Sevilla y pretende iniciar su propia batalla en los dias previos al asedio de Cadiz; un viajero americano que huye de su oscuro pasado y recorre Espana relatando en su diario la crudeza de la guerra de la Independencia…

  • Tess del camino de Rachel Hartman

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    En el reino de Goredd, de las mujeres se espera que sean damas; de los hombres, que las custodien; y de los dragones… En fin, de ellos no se espera nada bueno. Tess no encaja en ninguna de esas tres categorias. Ella es… diferente. Ni siquiera intenta parecer respetable, a diferencia de su hermanastra Seraphina. Un dia llega demasiado lejos: lo que hace mancha tanto su reputacion que su familia decide enviarla a un convento.

  • Edenbrooke 1, Julianne Donaldson de Julianne Donaldson

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    Marianne Daventry haria cualquier cosa para escapar del aburrimiento de Bath y las atenciones amorosas de un cretino que no le interesa en absoluto. Asi que cuando le llega una invitacion de su hermana gemela, Cecily, para que se una a ella en una maravillosa casa de campo, aprovecha la oportunidad. Por fin podra relajarse y disfrutar del campo, que tanto le gusta, mientras su hermana se las arregla para atraer la atencion del guapo heredero de Edenbrooke. Sin embargo, Marianne acabara por descubrir que incluso los mejores planes pueden salir mal: primero sera un aterrador encuentro con un salteador de caminos, despues un coqueteo aparentemente inofensivo… el caso es que, al final, Marianne se vera envuelta en una inesperada aventura llena de intriga y de amor, tan apasionante que no podra dar descanso a su mente. ?Sera capaz de controlar su corazon traidor o caera rendida ante un misterioso desconocido? Esta claro, el destino quiere para Marianne algo distinto a lo que ella habia planeado al ir a Edenbrooke.

  • La fruta del borrachero de Ingrid Rojas Contreras

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    Bogota. Los noventa. La familia Santiago vive en una comunidad exclusiva y cerrada, a salvo de la agitacion politica que aterroriza el pais. La pequena de la familia, Chula, que tiene siete anos, parece vivir en una burbuja, pero la amenaza de los secuestros, los coches bomba y los magnicidios se cierne fuera del barrio, donde el omnipotente Pablo Escobar elude a las autoridades y coarta a la nacion. Cuando su madre contrata a Petrona, una criada procedente de las barriadas ocupadas por la guerrilla, Chula intenta congeniar con ella. Pero Petrona, que trata de sustentar a su familia mientras el primer amor la lleva en la direccion equivocada, oculta mas de lo que parece. Asi, nina y criada se ven envueltas en una red de secretos que las obligara a elegir entre el sacrificio y la traicion.

  • Ecos del destino de Miranda Kellaway

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    Una nueva y talentosa autora romantica debuta con una apasionante novela historica de la Regencia.

  • Bajo los vientos de Neptuno de Fred Vargas

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    El comisario Adamsberg se dispone a cruzar el Atlantico para instruirse en unas nuevas tecnicas de investigacion que estan desarrollando sus colegas del otro lado del oceano. Pero no sabe que el pasado se ha metido en su maleta y le acompana en su viaje. En Quebec se encontrara con una joven asesinada con tres heridas de arma blanca y una cadena de homicidios todos iguales, cometidos por el misterioso Tridente, un asesino fantasmal que persigue al joven comisario, obligandole a enfrentarse al unico enemigo del que hay que tener miedo: uno mismo. Adamsberg esta vez tiene problemas muy serios.

  • Formas de estar lejos de Edurne Portela

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    Alicia y Matty se conocen en un pequeno pueblo del sur de Estados Unidos, se enamoran, comienzan una vida juntos, tienen eso que algunos llaman exito: una casa, una carrera, un buen trabajo, un buen coche. Ella ha dejado atras a su familia, sus amigos, su vida en Euskadi y se ha lanzado a una intensa carrera universitaria; el ha alcanzado esa forma de felicidad estable que crean las rutinas. Pero poco a poco se iran desvelando las mentiras y perversiones que se esconden detras de la vida perfecta, tambien las multiples maneras en las que el amor se confunde con sus imposturas.

  • Pistolar de Ivan Soto Camba

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    Pistolar es un caleidoscopio, una indagacion fragmentaria en el mosaico del yo: basta un ligero movimiento de muneca y de repente todo cobra sentido.

  • Cronicas de Bustos Domecq de Jorge Luis Borges – Adolfo Bioy Casares

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    Un poco a la manera de Carlyle, cuyo Sartor Resartus (Sastre zurcido) expone la doctrina de un filosofo imaginario y la ilustra con ejemplos apocrifos, H. Bustos Domecq dedica este volumen a la discusion imparcial de literatos, de escultores, de arquitectos, de gastronomos y de pintores que, por el momento, no existen, pero que son peligrosamente posibles, dadas las propensiones de la epoca. El tono es humoristico, segun lo impone todo examen severo de las manifestaciones mas novedosas del arte y de las letras durante los ultimos sesenta anos. Veinte cronicas, casi todas de indole narrativa, integran este libro amenisimo, que satiriza lo universalmente consagrado, respetado, adulado y temido: es decir, lo moderno. En el desorientado siglo que corre, la ignorancia y la inepcia son infatigablemente inventivas; nos consta que H. Bustos Domecq ha debido espolear a su Pegaso para que la realidad no lo deje atras. Segun lo senala el prologo que avalora Gervasio Montenegro, estas impares Cronicas constituyen el vademecum indispensable para el curioso que quiera echar una ojeada sobre el conjunto panoramico de la estetica en boga. Su redaccion jocosa, apunta agudamente ex cathedra el profesor adjunto Longino, no excluye el pensamiento serio. Encarnados en la figura de un <>, segun la descripcion de sus ilustres padres, Borges y Bioy Casares crean en estas paginas un fascinante juego de ficciones y espejos que lleva la parodia hasta sus ultimas consecuencias.

  • Se buscan princesas (Forever 1) de Cristina Bosca

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    Una novela agil y joven, fresca, un fan fiction sobre los Gemeliers, una historia inolvidable que habla de musica, de fans, del amor a diferentes edades, de la amistad, de la traicion y de surf…

  • Hielo y cenizas de Inger Wolf

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    El comisario de la policia judicial Daniel Trokic tenia los elasticos de la cazadora cubiertos de pedacitos de hielo, los negros cabellos empapados de nieve y el frio grabado en las mejillas. A sus pies se arremolinaban las aguas del arroyo, arrastrando al alejarse un autentico mar de copos densos y gruesos. Estremecido de frio, contemplo al pequeno que yacia en el cauce a la luz de los focos. El nino descansaba en un lecho de ramas por encima de la corriente. Casi todo su cuerpo habia quedado enterrado bajo un espeso manto de nieve, pero el viento lo habia desprendido en algunas zonas dejando al descubierto parte de un anorak verde y una carita de una blancura tan artica que se le transparentaban las venas azuladas. Alrededor del cuello, pequeno y fino, llevaba enrollado un sedal que daba varias vueltas, y en el aire gelido se percibia un debil olor a humo, un olor que ascendia del pelo y la ropa medio chamuscados y del sinfin de pequenas quemaduras que salpicaban las manos del chiquillo. Trokic se aproximo al cordon policial para salir al encuentro del comisario jefe Agersund, que ya se habia agenciado una humeante taza de cafe en el coche de la cientifica. Se encontraban a mas o menos medio kilometro del pueblo de Marslet siguiendo el arroyo de Giber, un lugar desolado desde el que los campos se extendian en todas direcciones, interrumpidos tan solo por corrillos de arboles aislados cuyas ramas desnudas despuntaban como enormes escobones. Trato de seguir con la mirada el curso del agua, pero estaba muy oscuro. Permanecieron unos momentos en silencio observando trabajar a los peritos y al forense hasta que Trokic tomo la palabra. --Al parecer se trata de un nino de ocho anos de Marslet --explico--. Se llama Lukas y desaparecio ayer hacia las tres y media de la tarde cuando volvia de unas actividades extraescolares en la ludoteca. Un equipo de rescate salio a buscarlo hacia la hora de cenar y un perro lo ha encontrado hace una hora. Kornelius y Taurup acaban de ir a hablar con sus padres. --Me cago en todo --murmuro Agersund mientras sacudia de un lado a otro la cabeza de pelo cortado a cepillo como si eso fuera a hacer desaparecer la atroz escena que tenian delante--. ?Que es eso que lleva en el cuello? Trokic dio media vuelta hasta quedar frente a su jefe y se quito un copo de nieve de los labios con la lengua. La fria particula se derritio al instante en su boca. --Un sedal. Dice Bach que le han estrangulado. --Parece que al asesino le corria prisa deshacerse del cadaver --apunto Agersund--. Podria haberlo ocultado o alejado un poco mas. --Tal vez. A mi, de todas formas, no me parece tan simple. Trokic se subio los ultimos centimetros de la cremallera de la cazadora negra para evitar el azote del viento helado en la garganta. Acababa de llegar a casa tras una jornada tranquila y habia tenido el tiempo justo para descorchar una botella de vino y echarle un vistazo al periodico cuando sono el telefono, y ahora se encontraba en medio de un paisaje donde todo parecia encogido por efecto de los focos. Poco a poco fue apareciendo algo azul, una manopla de lana que asomaba del bolsillo del anorak. Mas abajo se veia un pie con una zapatilla blanca. --?Cuando ha ocurrido? --pregunto el jefe. --Bach dice que lo mas probable es que lleve ahi desde ayer. Hay rigor mortis, livideces y leves alteraciones de la piel a causa del contacto con el agua, pero no puede ser mas preciso. El cuerpo esta igual de frio que todo lo demas, de modo que la temperatura tampoco nos puede decir gran cosa. Por su larga experiencia en el tema, el forense Torben Bach --que estaba en una incomoda postura con medio cuerpo en el agua junto al cadaver del nino-- solia ocuparse de los casos de asesinato. Enfundado en el mono blanco, se confundia con el paisaje nevado. Al percatarse de la llegada de Agersund alzo una mano enguantada a modo de saludo. --La nieve no nos permite ver bien lo que ha ocurrido --prosiguio Trokic--. Nos lo esta poniendo muy dificil. Ha tapado todas las huellas y, por si fuera poco, varios coches se han quedado bloqueados y hay gente que no ha podido venir. Habia comenzado la vispera a media tarde. Tras varios dias de temperaturas en descenso, las precipitaciones habian empezado a caer en forma de copos grandes y gruesos, al principio lentamente, como un amplio manto, para despues arreciar hasta convertirse en una nevada fina y furiosa. En el curso de la noche habia llegado a ser una autentica tempestad y la acumulacion de nieve no habia tardado en paralizar el trafico. --?Habeis localizado a algun testigo en la zona? --pregunto Agersund. --Aun no. Este sitio esta mas desierto que el Polo Norte, aunque hay varias casas desperdigadas carretera arriba, asi que habra que mandar a alguien a llamar de puerta en puerta lo antes posible. --Mierda de tiempo. Agersund y el invierno eran enemigos declarados. Senalo con la cabeza en direccion a un grupito que hablaba en voz baja y daba pataditas en el suelo para entrar en calor. --Ya veo que los periodistas esta vez han estado de lo mas espabilados. Trokic se encogio de hombros. --Pues no tenemos nada que contarles. --Me gustaria ofrecer una rueda de prensa manana a primera hora. Diselo, si insisten mucho. Esperemos que mientras tanto no se inventen demasiados disparates. Hacia un ano y tres meses que no llevaban ningun caso extraordinario. El ultimo fuera de lo comun habia sido el asesinato de una joven que aparecio degollada en Marselisborg, en medio del bosque. El asunto habia hecho que los periodistas se lanzaran de cabeza a fabricar un mar de teorias sobre crimenes rituales, pero esta vez mas les valia que no se armase mucho revuelo. Trokic solo habia pasado un par de veces por Marslet, un precioso pueblecito de los alrededores de Arhus que parecia salido de un cuento. Alli no ocurria absolutamente nada de peso, la delincuencia estaba en punto muerto y ni siquiera los ladrones de casas se movian por esas latitudes. El policia local controlaba la zona el solo sin necesidad de que interviniera nadie. En otras palabras, el pueblo era la perla de la region y Trokic suponia que eso no iba a hacer que los titulares de los periodicos fueran precisamente mas pequenos. --Joder, Daniel, se parece a mi chaval cuando tenia esa edad -- murmuro Agersund al tiempo que le clavaba en el hombro un dedo aspero y rechoncho, como si pretendiera hacer personalmente responsable de ello a su subordinado--. Ocupate de esto; quiero una reunion para que me pongais al tanto a las veinte cero cero. Y, tras decir estas palabras, le endoso a Trokic su taza a modo de despedida y se alejo por el campo a largas zancadas que la nieve estorbaba. El comisario titubeo un instante y despues regreso a la escena del crimen. Los peritos de la cientifica ya habian retirado casi toda la nieve y la habian depositado en un enorme recipiente verde, de modo que el nino estaba practicamente al descubierto. Derretirian la nieve y la analizarian en el laboratorio. Los cabellos castanos, casi rojos, del chiquillo enmarcaban su carita rigida. Tenia una marca morada de rotulador que le bajaba por la mejilla, y sus labios entreabiertos, como si continuara bostezando despues de la ultima bocanada de aliento vital, descubrian un irregular conjunto de dientes de leche y otros a medio salir. Trokic constato aliviado que alguien le habia cerrado los ojos, que a su llegada contemplaban el cielo con expresion vacia. Despues paso a estudiar el sedal del cuello. Se habia hundido en la blanca piel del pequeno por varios puntos dejando marcas rojas. Habian apretado con fuerza. ?Rabia? El forense se coloco junto a el. Tenia el pelo cano metido debajo de la capucha y solo se le veia una minima parte del rostro.

  • Cuentos para (no tan) ninos de Victor Mengual Jimenez

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    Los Cuentos Para (No Tan) Ninos son un centenar de historias especialmente de amor y desamor que podias haber firmado tu o tu mejor amigo. Tu madre, tu hermano, la vecina del atico. Todos lo hemos vivido. Y como todos los cuentos, tienen su parte de fantasia, y tambien la parte en la que te podras ver identifi cado o identificada. Preparate para sonreir y para llorar. Preparate para recordar historias que no habias vivido.

  • Amar sera suficiente (Ley OSDE 2) de Jennifer Palau

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    En medio de otra rebelion en la que la Organizacion combate el Anexo de la Ley OSDE, que nuevamente siembra el caos en la sociedad, Nina lucha contra su lado oscuro. Al mismo tiempo, Izan debe tomar una decision para protegerla, pues han cometido el error de olvidar que enamorarse podia conllevar ser impulsivos, sobre todo ante el peligroso Hans Blake, dispuesto a mantener su mandato, incluso llevando a cabo unos planes que jamas nadie podia imaginar.
    Para ella, el es un enemigo.
    Para el, ella es un recuerdo.

  • Mendel el de los libros de Stefan Zweig

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    De vuelta en Viena tras una visita a los barrios de la periferia, me vi inmerso de improviso en un chaparron que, con humedo latigo, perseguia a la gente obligandola a correr hasta los portales de las casas y otros refugios. Yo mismo busque tambien, a toda velocidad, un techo que me amparara. Por fortuna, en Viena le espera a uno en cada esquina un cafe. De modo que hui al que se encontraba mas proximo, con el sombrero que ya goteaba y los hombros empapados. Una vez en el interior, se revelo como el tipico cafe de arrabal, con ese estilo casi esquematico, burgues, de los de la antigua Viena, lleno a rebosar de gente normal que consumia mas periodicos que bolleria, y sin los artificios tan de ultima moda en los cafes cantantes que en el centro de la ciudad imitan a los alemanes. En aquel momento --estaba empezando a oscurecer--, la atmosfera ya de por si sofocante se veia jaspeada por espesos anillos de humo azul. Y, sin embargo, aquel cafe daba la impresion de estar limpio, con sus sofas de terciopelo visiblemente nuevo y su caja registradora de aluminio reluciente. Con las prisas no me habia molestado en leer el nombre que ponia por fuera. Por otro lado, ?para que? De modo que me sente en aquel lugar calido, mirando impaciente a traves de los ventanales cubiertos de chorros azules a la espera de que la lluvia, inoportuna, tuviera a bien alejarse un par de kilometros. De modo que alli estaba yo, sentado sin hacer nada; a punto de caer en esa pasividad indolente que, como un narcotico, irradia todo autentico cafe vienes. Con aquella sensacion de vacio, me dedique a contemplar a las distintas personas que se encontraban a mi alrededor. La luz artificial de aquel espacio lleno de humo marcaba unas sombras de un gris muy poco saludable en torno a sus ojos. Observe a la senorita de la caja, que con movimientos mecanicos alcanzaba al camarero el azucar y las cucharillas para cada taza de cafe. Medio dormido, de manera involuntaria, lei los carteles del todo anodinos que colgaban de las paredes. Aquella especie de letargo casi me sento bien. Pero, subitamente, una extrana tension me saco de mi somnolencia. Una imprecisa inquietud despertaba en mi interior, como lo hace un pequeno dolor de muelas del que aun no sabe uno si procede de la parte izquierda o de la derecha, de la mandibula inferior o de la superior. Tan solo senti una sorda impaciencia, una intranquilidad espiritual, pues de pronto --no sabria decir por que-- fui consciente de que ya debia de haber estado alli en alguna ocasion, hacia anos, y de que algun recuerdo debia de unirme a aquellas paredes, a aquellas sillas, a aquellas mesas, a aquel espacio envuelto en humo. Pero cuanto mas me esforzaba por alcanzar aquel recuerdo, con mayor malicia y de modo mas escurridizo se me escapaba, como una medusa, brillando incierto en el estrato mas profundo de la conciencia y, sin embargo, imposible de atrapar. En vano fije la mirada en cada objeto que habia en aquel local. Es cierto que algunas cosas no las conocia, como la caja registradora con su resorte tintineante. O el revestimiento marron de las paredes de falsa madera de palisandro. Todo aquello debian de haberlo colocado mas tarde. Pero, si, sin duda. Yo habia estado alli en alguna ocasion, hacia veinte anos o mas. Alli perduraba, oculto en lo invisible como el clavo en la madera, una parte de mi propio yo hace tiempo soterrada. Haciendo un esfuerzo, dilate y empuje todos mis sentidos por aquel espacio, y al mismo tiempo por mi interior. Y, sin embargo... !Maldita sea! No lograba alcanzar aquel recuerdo desaparecido, ahogado en mi mismo. Me enfade, como se enfada uno siempre que un fallo le hace ser consciente de la insuficiencia e imperfeccion de las fuerzas mentales, pero no perdi la esperanza de recuperar aquel recuerdo. Tenia claro que tan solo necesitaba un minusculo gancho al que poder aferrarme, pues mi memoria es de una indole particular, buena y mala al mismo tiempo. Por un lado, obstinada y tenaz, pero por otro tambien increiblemente fiel. Se traga lo mas importante, tanto en lo que respecta a los acontecimientos como a los rostros, tanto lo leido como lo vivido, dejandolo con frecuencia en lo mas hondo, en la oscuridad, y no devuelve nada de ese mundo subterraneo sin que uno ejerza presion, solo porque asi lo requiere la voluntad. Sin embargo, me basta el mas fugaz asidero, una postal, los trazos de una caligrafia en el sobre de una carta, una hoja de periodico amarilla por el tiempo, y enseguida lo olvidado, como el pez en el anzuelo, resurge de un brinco de la fluida y oscura superficie, vivo y coleando. Entonces reconozco cada detalle de una persona: su boca y, en su boca, el hueco de un diente, a la izquierda, cuando se rie. Y el tono ronco de su risa, y como al reirse se le contrae el bigote. Y como con esa risa surge otro rostro, diferente. Todo esto lo veo entonces de inmediato, en una panoramica completa, y anos despues recuerdo cada palabra que aquella persona me dijo en cierta ocasion. Pero, para percibir con los sentidos algo ocurrido en el pasado, necesito siempre un estimulo sensorial, una minima ayuda de la realidad. Asi que cerre los ojos para poder reflexionar de modo mas intenso, para dar forma a aquel anzuelo misterioso y asirlo. Pero, !nada! Otra vez, !nada! Estaba enterrado y olvidado. Y tanto me irrite por lo chapucero y caprichoso del aparato retentivo que tengo entre las sienes, que habria podido golpearme la frente con los punos, tal y como se sacude una maquina tragaperras estropeada que, desleal, retiene lo que le pedimos. No, no podia seguir por mas tiempo sentado tranquilamente. Hasta tal punto me excitaba aquel fracaso intimo. Y de puro enojado me levante para despejarme. Pero, es curioso, apenas habia dado los primeros pasos por el local, cuando en mi interior se produjo, reverberando y centelleante, un primer resplandor fosforescente. A la derecha de la caja registradora, recorde, debia de haber una habitacion sin ventanas, iluminada tan solo con luz artificial. En efecto. Asi era. Y alli estaba, empapelada de un modo distinto y, sin embargo, exacta en sus proporciones, aquella habitacion interior cuadrada, de contornos imprecisos: la sala de juego. De manera instintiva, mire en derredor los diferentes objetos, con los nervios que ya vibraban de alegria. Enseguida lo sabria todo, senti. Dos mesas de billar holgazaneaban alli como verdes cienagas en silencio. En las esquinas habia mesas de juego agazapadas, a una de las cuales estaban sentados dos consejeros o catedraticos jugando al ajedrez. Y en un rincon, justo al lado de la estufa de hierro, por donde se iba a la cabina de telefonos, una pequena mesa cuadrada. Y de improviso me vino a la memoria como un relampago. Lo supe de inmediato, al instante, c

  • Con la suerte en los tacones(Amor en cadena 7) de Lorraine Coco

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    No me puedo creer que en mi ultimo dia en Nueva York me hayas traido a hacer yoga --protesto Kat en un susurro, resoplando con evidente desgana. --No te quejes. Tu eres la que se va a recorrer el pais con su novio cachas, y yo, la que me quedo a pasar el peor verano de calor en siglos en esta ciudad. Sola, sin novio y sin fumar. Un poco de apoyo por tu parte no me vendria mal --le contesto Isthar de malas pulgas. Miro a su monitor de yoga, un tipo de unos treinta y largos anos, con un cuerpo estupendo y un halo misterioso y mistico que en otra epoca de su vida le habria hecho temblar las rodillas, pero que en ese momento la dejaba fria. Vio que colocaba un dedo sobre sus carnosos labios para indicarles que guardasen silencio. Ishtar suspiro con fastidio. --Ahora teneis que inspirar elevando los brazos y espirar por la boca energicamente al bajarlos --dijo el monitor, y ella penso que era exactamente lo que acababa de hacer, resoplar--. Ahora inhalad en la posicion inicial y, flexionando el tronco, espirad energicamente sacando la lengua --continuo. --Eztamoz para una foto --le susurro Kat, hablando con la lengua fuera. Ishtar no pudo evitar reirse viendo a su amiga hacer la payasa. !Cuanto la iba a echar de menos! Desde que se habia ido a vivir con Randy, su prometido, a Knoxville, ya solo la veia cada tres semanas, cuando Kat iba a las oficinas de QBV, la revista de moda para la que escribia. Pero, en esta ocasion, la separacion duraria dos meses: Kat se iba a acompanar a su novio en su gira de conciertos por todo el pais, y a ella le quedaba soportar aquel caluroso y asfixiante verano en Nueva York. Sola. Hacia un mes que habia terminado la relacion de siete anos con Kevin, enfrentandose de esta manera, y despues de muchos anos, a su nueva condicion de mujer soltera. Con treinta y un anos, casi treinta y dos, y habiendo dejado recientemente de fumar. La ansiedad se la estaba comiendo por los pies y por eso penso que las clases de yoga y meditacion eran exactamente lo que necesitaba. --Exhalar completamente el aire antes de iniciar el movimiento. Sumir y soltar el estomago unas treinta veces. Permanecer sin aire durante las contracciones e inhalar volviendo a la posicion inicial. --?Sabes lo que necesita mi estomago de verdad? --le pregunto Kat, volviendo al ataque--. Uno de esos bagels rellenos de Sack's, y un batido de chocolate con nata y virutitas de colores por encima como las que les ponen a los... --!Esta bien, esta bien! --dijo Isthar, elevando la voz. El resto de asistentes a la clase de yoga la miraron con una mezcla de sorpresa y reproche por interrumpir su esmerada concentracion--. Lo siento, chicos, pero mi amiga tiene razon. Esto no se quita con respiraciones. Necesitamos calorias y buen sexo. Eso si te deja relajada --se agacho a recoger la esterilla de ejercicios del suelo y su estomago bramo--. !Que sean dos bagels! --le dijo a Kat con una mueca. Su amiga no lo penso dos veces y salio de la sala de yoga como si la estuvieran pinchando en el trasero. Una vez en Sack's, Kat observo a Isthar mientras esta sorbia su batido helado de fresa. Estaba mas callada de lo habitual y aquel ceno fruncido que exhibia desde su llegada a la ciudad no podia significar nada bueno. --Bien, ?lo vas a soltar ya o no? --la insto a hablar. Isthar apuro el contenido de su copa ruidosamente y Kat suspiro poniendo los ojos en blanco. --No me pasa nada --le contesto Ishtar, en un tono nada convincente. --Ya... Muy bien, pues dime lo que no te pasa. Porque o tienes una explicacion para este comportamiento erratico tuyo, o eres una alienigena que esta suplantando a mi amiga. --Eres muy graciosa, ?sabes? Creo que de hecho ese sentido del humor tuyo tan desternillante es lo que mas voy a echar de menos cuando te vayas --le dijo Isthar concentrada en doblar en diminutos triangulos su servilleta de papel turquesa con el logotipo de Sacks's. --Asi que es eso... --comenzo a decir Kat, buscando la mirada de su rubia--. Yo tambien voy a echarte de menos, Isthar. Se que no es el momento para irme: la ruptura con Kevin, la proximidad de tu cumpleanos... --Kat hizo una pausa, esperando que su amiga hiciese algun gesto que le revelase que iba por buen camino en sus conclusiones. Isthar no lo estaba pasando bien. La ruptura con Kevin habia sido un mal necesario. Llevaban mucho tiempo juntos, nada menos que siete anos, demasiados, tirados por el desague de las relaciones vacias y sin sentido. Le habia tomado mas tiempo del debido tomar la decision de acabar con esa relacion que, aunque no le aportaba nada de lo que ella necesitaba y esperaba de un hombre, si la habia hecho sentir segura. A Isthar, con toda la fortaleza que exhibia, no habia nada que le diese mas miedo que la soledad. Y por alguna estupida razon habia estado pensando durante anos que era mejor estar mal acompanada que sola. El hecho de estar a punto de cumplir anos tampoco ayudaba. Se veia un ano mas vieja. Sobre todo, mas vieja para estar soltera. Ademas, le traia algunos recuerdos dolorosos de la infancia de los que sabia que no estaria dispuesta a hablar. Isthar por fin la miro y tomo su mano. --Si, es el mejor momento para irte. No quiero que te preocupes por mi. Y claro te voy a echar mucho de menos, sabes leer en mi como nadie. Y si, tambien tienes razon en todo lo que has dicho. Me siento un poco perdida, descolocada, desquiciada, desubicada... --Bueno, ahora no le eches la culpa a la ruptura de todo eso. Ya estabas asi antes --le dijo Kat, sacandole la lengua con una mueca. Isthar se echo a reir, con esa risa genuina y ligeramente ronca que volvia locos a los hombres, y Kat supo que saldria de aquello. Isthar era una mujer fuerte, luchadora, trabajadora, intuitiva, imaginativa... En definitiva, maravillosa. Llevaba anos esperando que tomara las riendas de su vida y por fin iba a hacerlo. Iba a ser dificil para ella, pero lo conseguiria. --Y tu, ?como llevas lo de pasar el verano de gira con Randy y al mismo tiempo preparar una boda? --le pregunto Isthar, queriendo cambiar de tema. No queria empanar las ultimas horas que le quedaban con Kat antes de que esta se marchase durante meses. Kat suspiro y sonrio con mirada sonadora. --Es un poco locura, la verdad. Menos mal que Martha, Daryle y Georgia me estan ayudando. Como la celebracion es en Oakriver, ellas pueden hacerlo sin problemas. --Con la familia de Randy te ha tocado el premio gordo --dijo Ishtar, pensando que ella no habia tenido en siete anos, ni de lejos, la buena relacion que mantenia Kat con la familia de su novio--. !Va a ser espectacular ver como te casas con el senor Randy Buxton! --le dijo Isthar sinceramente emocionada--. Pero mas te vale no ponerme un traje de dama de honor en plan merengue, o te arruinare la boda --la amenazo con la cuchara de su batido. --Ya vere lo que hago. Porque, la verdad, creo que estarias adorable con un vestido de esos en amarillo brillante, o rosa demoledor, todo lleno de encajes, brillantitos... --Te estas jugando la vida, futura senora Buxton --le advirtio, escondiendo una sonrisa--. No voy a ir ningun sitio vestida de payasa. Como una de las blogueras de moda mas importantes de esta ciudad, tengo una reputacion que mantener --dijo, enarcando una ceja con expresion altiva. Cruzo las largas piernas y se reclino en el asiento, adoptando una postura que ni las mejores modelos conseguirian para la portada de QBV, antes de agregar--: Y ahora, hablemos de lo realmente importante. !Tu despedida de soltera

  • Las doradas manzanas del sol de Ray Bradbury

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    Veintidos relatos, todos encantadores. Desde historias de pequenas ciudades, naves espaciales, e incluso serpientes marinas, Bradbury conjura poderosas imagenes para asombrarnos, algunos con giros asombrosos, otros no, pero todos y cada uno poseen cierto encanto. Desde el primer relato el lector es transportado al universo ilimitado de Bradbury; no en una realidad mundana, sino en fantasticos viajes a traves del tiempo y del espacio.

  • Conquistada (Soul Circus 1) de Nisha Scail

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    Sacada a la fuerza de su casa y depositada sobre la acera de su edificio con nada mas que lo puesto, Helena supo lo que era vivir una pesadilla. El hombre con el que llevaba viviendo desde hacia mas de un ano, se habia esfumado llevandose todo lo que tenia y la habia dejado en la calle con una desorbitada cantidad de deudas.

  • Todas las familias felices de Mercedes De Vega

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  • Asesinato en la planta 31. El trampolin de acero de Per Wahloo

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    .En un futuro no muy lejano, los crimenes que se cometen son diferentes. Y la policia tambien lo es. El comisario Jensen trabaja bajo una dictadura nordica disfrazada de democracia y sus metodos deben ajustarse a las circunstancias en las que vive. Su mente analitica y su caracter sobrio le han llevado a resolver todos los casos que le han encargado. hasta el momento. Ahora, los problemas a los que se enfrenta pueden ser demasiado grandes incluso para el. Quiza hasta este en juego el destino del pais.Con las dos novelas protagonizadas por el comisario Jensen, Per Wahloo creo un universo compacto, gelido y duro como el diamante. Y lo hizo con la sutilidad de los maestros.

  • Escribir es un oficio peligroso de Alice Basso

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    Perspicaz, desenfadada, inteligente y divertida, asi es Vani Sarca. Su habilidad para entender la personalidad de cualquiera e imitar a la perfeccion su estilo, la ha convertido en una excelente ghostwriter y, en esta nueva entrega, regresa para enfrentar una de las pruebas mas dificiles de su carrera: escribir un libro de cocina que recoja las recetas y memorias de Irma, la fiel cocinera de los Giay Marin, una de las grandes familias de la alta costura italiana. Sin proponerselo, se involucrara en la peligrosa busqueda por descifrar los motivos que llevaron a la extrana muerte de Adriano, el hijo mayor y heredero de la famosa casa de moda. Solo hay un problema: Vani odia cocinar. Afortunadamente el comisario Berganza pondra a su servicio una vez mas su proteccion, ademas de sus indiscutibles dotes culinarios.

  • Humanos de Tom Phillips

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    Los humanos contemporaneos han recorrido un largo camino en sus setenta mil anos de paso por la tierra. Arte, ciencia, cultura, comercio: en la cadena evolutiva somos verdaderos ganadores. Pero lo cierto es que no siempre ha sido un viaje facil y, a veces, muy puntualmente, hemos llegado a pifiarla de verdad.

  • Cruce de Destinos de Megan Galan

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    Lucia no cree en el amor. Dedicando la mayor parte de su tiempo a su trabajo como camarera, no deja tiempo para encuentros de ningun tipo, por eso cuando su hermana le llama para pedirle que sea la madrina de su boda, siente una completa repulsion por la ceremonia pero acepta ir, algo que se complica cuando descubre que el padrino sera Aidan, el hermano del novio de su hermana y a quien odia profundamente.
    Aidan detesta a esa mujer, Lucia, no solo no es guapa, sino que sus modales son toscos y ademas es una simple camarera, pero esta convencido que podra soportarla unas horas por el bien de su hermano.
    Lo que ninguno de los dos sabe es que el destino puede cruzarse y golpearles en cualquier lado.

  • Extasis (Celebrity 3), M. S. Force de M. S. Force

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  • Conociendo a Raul (El club de los incomprendidos) de Blue Jeans

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    Hasta hace unos meses, Eli, Valeria, Bruno, Raul, Maria y Ester formaban El Club de los Incomprendidos. Cada uno con su personalidad y su caracter, eran los mejores amigos del mundo. Se conocieron dos anos atras en el instituto, y el haber pasado por similares y dolorosas circunstancias les acerco.

  • Khalil de Yasmina Khadra

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    Khalil es un joven de origen marroqui que vive en Belgica. Alejado de la mayor parte de su familia, pasa el tiempo con los ” hermanos ” de la mezquita local y con sus dos amigos de la infancia, Rayan y Driss. Rayan se ha integrado con exito en la sociedad, pero no ha ocurrido lo mismo con Khalil y con Driss que, sintiendose rechazados por esa misma sociedad, van a terminar en una celula terrorista. Khalil y Driss han aceptado inmolarse en Paris, durante un partido internacional entre Francia y Alemania, junto a otros ” hermanos ” . Llegado el dia, tras oir tres deflagraciones, Khalil debe acudir a algun lugar donde haya una gran concentracion humana para inmolarse.

  • Cuentaselo a otra de Isabel Keats

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    <>, se dijo Ines clavando sus pupilas en las pupilas invertidas, pero con un grado de dilatacion identico, que el reflejo del inmenso espejo del cuarto de bano le devolvia. Mojo las manos bajo el chorro de agua fria, se lavo la cara y volvio a mirarse en el espejo, como si esperase que algo hubiera cambiado entretanto. --Es una locura, no puedo hacerlo... --le comento en voz alta a ese clon, algo palido y de ojos verdosos y asustados, que la miraba fijamente--. No, no puedo hacerlo... !Pero lo hare! Una vez tomada la decision, se seco bien el rostro con la esponjosa toalla de rizo americano y regreso al elegante dormitorio, decorado por uno de los interioristas mas conocidos de Madrid. Cogio su iPhone de la mesilla de noche y, con determinacion, marco el numero de Silvia. Un mes mas tarde, Ines sacaba la ultima caja de carton de la vieja furgoneta del hermano de Fran, el amigo hippie de Silvia, mientras rogaba a Dios que ninguno de los vecinos del inmueble se fijara en el espantoso rotulo que anunciaba la pescaderia <>. El dia en que su amiga le anuncio que un conocido suyo se ocuparia de la pequena mudanza, a Ines le parecio perfecto; bastantes cosas tenia ya en la cabeza como para tener que ocuparse tambien de esos tediosos detalles, pero cuando vio la furgoneta de marras casi se cae de espaldas. Al percatarse de su expresion horrorizada, Fran le explico con amabilidad: --Mi hermano siempre ha estado un poco salido. --La espantosa sirena que decoraba todo el lateral de la pequena Renault Kangoo le devolvio a Ines una mirada desafiante; incluso los enormes pechos desnudos que asomaban entre los ensortijados cabellos de color verde bilis parecian examinarla, amenazadores. El amigo de Silvia continuo con su explicacion, al tiempo que empezaba a meter bultos en el maletero, que olia, mas que ligeramente, a pescado--. En cuanto me percate de que era bizca de pezones, me dije a mi mismo: <>. Entonces recorde mis ultimas vacaciones en Torremolinos y cai en la cuenta de que eran las de la fresca de mi cunada. Creedme, son inconfundibles. --?De verdad tenemos que entrar ahi? --le pregunto a Silvia en un susurro desanimado; si ese vehiculo demencial era un presagio de lo que el futuro le deparaba, desde luego su porvenir no parecia muy prometedor. --Venga, Ines, no seas tiquismiquis. --Su amiga hizo un gesto de impaciencia--. A caballo regalado... Ademas, no tardaremos mucho en hacer la mudanza, lo has dejado casi todo en el guardamuebles. Asi que, resignada, Ines se metio en la furgoneta y partieron rumbo a ese destino incierto que le aguardaba. Con un grunido, dejo caer la ultima caja en el minusculo recibidor de la vivienda del portero y se derrumbo sobre el horrible sillon de brazos de madera tapizado con inmensas flores naranjas y marrones, donde ya la esperaban repanchingados Silvia y su amigo. --Nisiquiera despues de fumarme cuatro petas seguidos he conseguido ver imagenes mas psicodelicas que el estampado de este sofa. --Fran saco de una cajita un papel de liar cigarrillos y empezo a quemar una china. --!Eh, tio, ni hablar! --Ines apago la llama del mechero de un poderoso soplido --. ?Estas loco o que? ?Pretendes que huela toda la porteria a porro y que me echen antes siquiera de empezar? --Joder, Inesita, como te pones --protesto el amigo de Silvia, haciendo elsigno de la paz con dos dedos. --Para, Fran, Ines tiene razon. Si quieres fumar vete afuera, pero antes danos unas de esas cervezas que has traido, porfa. Fran sacudio sus largas rastas, resignado. Entonces se levanto, se subio la cinturilla elastica de los pantalones de estilo moruno que dejaban al aire unos espantosos calzoncillos de color gris brillante y, arrastrando los pies, fue a la cocina y saco de la vieja nevera General Electric que parecia sacada del plato de <> dos Mahou, ligeramente congeladas aun. --Tomad. --Le tendio una a cada una y, de paso, les dio tambien una bolsa de quicos gigantes--. Para que no os emborracheis, que luego vas a conducir tu, Silvie. --! Don't worry, tronco! !Gracias! En cuanto su amigo salio por la puerta, Silvia se volvio hacia Ines, quien en ese momento daba un largo trago a la cerveza helada. --?Estas segura de esto? --Hizo un expresivo gesto con la mano, abarcando todo lo que habia a su alrededor. En verdad, el piso era diminuto y oscuro. Por los pequenos tragaluces situados en lo alto de las paredes se colaba una debil claridad, pero no se podia ver la calle, y los escasos muebles eran horrendas reliquias de los anos sesenta que no aceptarian en Caritas ni regalados. --?No te gusta la decoracion vintage? --Ines alzo una ceja, inquisitiva--. Pues, hija mia, esta a la ultima. No queria admitirlo, pero quiza si que habia cometido una terrible equivocacion. Despues de todo, cualquier parecido de ese hediondo cuchitril --en el aire todavia quedaban rastros de los miles de guisotes elaborados en aquella cocina liliputiense-- con el atico duplex de La Finca que acababa de vender era pura coincidencia. De repente, cualquier deseo de bromear se evaporo por completo y, sin poder evitarlo, sus labios empezaron a temblar y esbozo un patetico puchero. Al verlo, su amiga se apresuro a decir: --Ay, Ine, no quiero ser la tipica repelente y empezar con el <> desde el minuto uno, pero ?no habria sido mucho mas sencillo pedir en tu banco el traslado a la sede de Estados Unidos o Canada? Todavia estas a tiempo; puedes olvidarte de esta locura y decirselo a tu exjefe. Eres buena en tu trabajo; a pesar de la crisis, eres la unica persona que conozco a la que no le habian bajado elsueldo, sino todo lo contrario... Habian discutido el tema mil veces y Silvia habia empleado argumentos parecidos, pero, al ver su mirada de compasion, Ines irguio la espalda, encajo las escapulas y la interrumpio con firmeza: --No, ahora no me voy a rajar. Ha sido un momento de debilidad, pero ya ha pasado, te lo prometo. Mis planes siguen adelante. He encontrado el refugio ideal para lamerme las heridas durante el ano sabatico que me he dado a mi misma y no voy a renunciar a el. Quiero ser Renee, la portera de La elegancia del erizo; ya te conte que ese libro me impacto. --Bueno, a mi tambien me impacto Laura Ingalls en <> y no voy por ahi con dos trencitas y dientes de conejo... --comento su interlocutora sin dejar de masticar el punado de quicos gigantes que acababa de meterse en la boca. --Reconoce que es el lugar ideal para desaparecer durante una temporada. ?Tu crees que a alguien se le va a ocurrir venir a buscarme a una porteria del barrio de Salamanca? Asi podre dedicarme en serio a escribir, sabes que llevo anos intentando acabar mi manuscrito. --Ines se levanto del sofa y empezo a caminar de lado a lado del pequeno salon sin parar de gesticular con las manos--. Si me hubiera ido a Estados Unidos estariamos en las mismas: trabajo diario de ocho de la manana a diez de la noche y los fines de semana ocupados paseando a mi madre, a mi hermana y a todas aquellas amigas suyas que decidieran cruzar el charco para ir de compras. Asi es imposible concentrarse.

  • Las guerras civiles de David Armitage

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    ?Que es una guerra civil? La guerra civil es una de las formas menos comprendidas de las distintas maneras de agresion humana. Las ideas de lo que son las guerras civiles, y de lo que no son, han tenido una larga tradicion de debates academicos y politicos. Cuando se habla de guerra las palabras se convierten en armas y en ocasiones la definicion de guerra civil ha dependido de la posicion de quien la formula: si era gobernante o sublevado, vencedor o vencido, participante u observador externo. El que un conflicto sea calificado de guerra civil puede ayudar a otras naciones a implicarse o a mantenerse al margen, como ocurrio a lo largo de la Historia en casos como la Revolucion americana o la ultima guerra del Golfo. Sin contar que a veces la politica actual en el mundo occidental “parece una guerra civil llevada por otros medios”.
    En Las guerras civiles el profesor David Armitage estudia esta forma de conflictos a lo largo de la Historia: desde la antigua Roma hasta nuestros dias, pasando por el Renacimiento, las revoluciones de los ultimos cuatro siglos, la guerra civil de Estados Unidos, la de Espana… A traves de pensadores como Hobbes, Locke, Sidney, Clausewitz…, que teorizaron sobre las mismas, establece una genealogia de las a veces nociones erroneas de lo que es una guerra civil. Una herencia intelectual que ha marcado las decisiones politicas tomadas hasta ahora con respecto a las mismas y que deberia ayudarnos a pensar en esta forma de violencia en el futuro.

  • Sexy, Yogi, Sandwich 3 de Coco Duval

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    Me llamo Johanna Mayer, tengo 36 anos y estoy decidida a recuperar mi vida. Estoy harta de persecuciones y asesinatos. Y harta de que nadie entienda la relacion que tenemos Bruno, Alexander y yo. Porque si, lo digo en voz alta: me gusta tener dos maridos, y si, me gusta mi nueva vida de espia improvisada. Voy a descubrir la verdad, voy acabar con esta locura.

  • La maldicion del mar de Shea Ernshaw

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    Tres jovenes hermosas e incomprendidas llegaron al pueblo de Sparrow, en 1822.
    Tres jovenes hermosas e incomprendidas fueron ejecutadas por brujeria un ano mas tarde.
    La vida de las tres jovenes se la llevo el mar.
    Entonces cayo una maldicion sobre Sparrow y, en el aniversario de la muerte de las hermanas Swan, la historia se repite.
    Ellas han vuelto. con sed de venganza.
    ?Quien podra escapar de la cancion del mar?

  • Me recuerdas de Marie Ximena

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    Sofia no vive el mejor momento de su vida. Esta en el paro, no le ha tocado la loteria de Navidad, y encima tiene que cenar en Nochebuena en casa de su hermano el triunfador. Por si eso fuera poco, su madre no para de chincharle las narices para que le compre a su cunada la insufrible, un regalito de Navidad. Para no liarla mas y en el ultimo momento se acerca a comprar un disco hasta una tienda del barrio.

  • Miranda (Senoritas americanas 1) de Scarlett O'connor

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    Personajes inolvidables. Romance como Scarlett nos tiene acostumbrados y un final que te dejara con ganas de saber mas de esta serie. Ansiosa por mas entregas de <>.

  • Oculta en La Sombra de Vanessa Savage

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    Un estremecedor thriller psicologico que cautivara a los fans de ” El resplandor “.

  • Amor sinfonico de Carmen Ruiz

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  • El ano de los delfines de Sarah Lark

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  • Con mi tanga no se juega, !bruja! (Brujas 1) – Monica Garub de Monica Garub

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    “Dicen que las brujas debemos estar escondidas, que nuestro don ha sido otorgado por un ser de la oscuridad y que ante todo no sabemos amar sin utilizar nuestra magia.

  • Superar la dislexia de Luz Rello

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    Un 10 % de la poblacion sufre dislexia, por lo que en Espana se calcula que unos 600.000 ninos tienen dislexia y no lo saben. Una <> que les condena al fracaso escolar sin tan siquiera ser conscientes de ello. Luz Rello tambien fue una nina con dislexia y, tras anos de estudio e investigacion, nos presenta una obra con todas las herramientas que tenemos actualmente a nuestro alcance para combatir la dislexia y ayudar a los ninos y ninas a cumplir sus suenos.

  • El sufrimiento de las cigarras de Maria Jesus Perez Navarro

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    Novela galardonada con el segundo premio en el I Certamen de Novela Casino de Monovar.

  • Ciencia Ficcion. Seleccion 22 de Aa. Vv

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    Estas antologias son una seleccion de los relatos publicados en la revista estadounidense The Magazine of Fantasy and Science Fiction, considerada la mas importante del mundo en los generos de anticipacion y fantasia cientifica.

  • Los senores del humo de Claudio Cerdan

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    Esta novela negra llega a las librerias avalada por el aplauso de los mayores expertos, criticos y escritores.

  • El estupor y la maravilla de Pablo D'ors

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    Fascinado por la idea de custodiar obras de arte, Alois Vogel trabaja como vigilante del Museo de los Expresionistas de Coblenza, su ciudad natal. Tras 25 anos como empleado en esta institucion, comienza a escribir sus memorias, en las que da cuenta de una vida anodina e insignificante en apariencia, pero de una intensidad realmente asombrosa. Maniatico hasta extremos grotescos, pero tambien tierno y enamoradizo, Vogel nos narra, como lo haria un nino que ve el mundo por primera vez, las historias que inventa sobre los visitantes que entran en su sala; su atormentada o amistosa relacion con sus companeros; sus sensaciones y sentimientos ante los grandes maestros del expresionismo aleman; su aficion a la cerveza y a la soledad, entendida como campo de experimentacion

  • La balada del Mississippi de Silvina Tresoldi

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    Lena es una muchacha inglesa, que, a pesar de tener una vida de lujos, ha sufrido el abandono desde pequena. Decidida a cambiar el rumbo de su vida, se embarca en la aventura de cruzar el oceano para conocer el lugar donde su madre nacio: Mississippi. Alli, una realidad muy distinta, pondra a prueba sus propias creencias. Alex es un americano nacido en la alta sociedad de Jacksonville, alejado de parte de su familia por asumir un crimen que no cometio. Su destino errante lo lleva a Mississippi, cuando su tio lo conmina a acompanarlo. Es en ese lugar donde ambos se encontraran, ninguno de los dos quiere el compromiso que implica amar a otro. Ambos han visto el dolor que el amor puede causar en las personas. Pero el destino tendra otros planes y ellos deberan escuchar su propia balada para ser felices.

  • Pequenas grandes cosas de Jodi Picoult

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    Ruth Jefferson es enfermera en la sala de partos de un hospital de Connecticut, una profesional con mas de veinte anos de experiencia. Ruth empieza su turno con el reconocimiento rutinario de un recien nacido, pero unos minutos despues le comunican que el nino tiene otra enfermera. Los padres son supremacistas blancos y no quieren que Ruth, que es de origen africano, toque a su pequeno. El hospital satisface sus deseos, pero al dia siguiente el nino sufre una crisis cardiaca y Ruth es la unica enfermera de servicio. ?Obedecera las ordenes de la direccion o intervendra a pesar de todo?
    Con un extraordinario despliegue de inteligencia y sinceridad, y una gran empatia, Jodi Picoult aborda los problemas de la raza, los privilegios, los prejuicios, la justicia y la compasion y no da soluciones comodas. "Pequenas grandes cosas" es una obra excelente de una escritora en el momento mas brillante de su carrera.

  • Sentir (Serie Again 3) de Mona Kasten

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    Sawyer e Isaac no podrian ser mas diferentes. Ella es dura, desinhibida y aparentemente despiadada. El es timido, torpe y, con sus gafas de nerd y su ropa friki, es un desastre con las chicas.
    Desde la muerte de sus padres, Sawyer siempre se las ha tenido que arreglar sola y nunca ha permitido que nadie se acerque a ella. Y nunca se habria fijado en Isaac, pero, cuando una noche unas chicas se burlan de el, Sawyer decide actuar: sin pensarselo dos veces, lo besa delante de todos. El plan parece funcionar tan bien que deciden hacer un trato: Sawyer ayudara a Isaac a deshacerse de su reputacion de empollon, convirtiendolo en un chico malo; a cambio, ella documentara el cambio y lo usara para su proyecto de fotografia.
    Pero ese acuerdo, a primera vista inofensivo, lo cambiara todo: Sawyer volvera a sentir su corazon vibrar.

  • Por amor a la musica de Jan Swafford

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    En Por amor a la musica, el reconocido misicologo y compositor Jan Swafford nos muestra que, a lo largo de los siglos, la musica clasica ha sido cosas muy distintas, y dentro de su rica historia todos podemos encontrar algo con lo que conectar. Swafford traza aqui la historia de toda la musica occidental, convirtiendose en un guia complice y experto que nos introduce en los compositores y sus obras, y comparte con nosotros las ideas y percepciones que confieren a la musica sus cualidades universales y su capacidad unica para transmitir amor, esperanza, entusiasmo o desesperacion.