• libro bajo mi piel - Lisa Unger

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    ?Y SI TUS PESADILLAS FUERAN EN REALIDAD RECUERDOS?
    El marido de Poppy Lang fue asesinado mientras corria por un parque de Nueva York. Arrastrada hacia una espiral de dolor, Poppy desaparecio durante unos dias, al cabo de los cuales se presento en casa de su mejor amiga con un vestido rojo que no reconocia y sin recuerdos sobre lo que habia hecho.
    Un ano despues de la tragedia, se muestra incapaz de pasar pagina y aun depende de las pastillas y el alcohol. La sensacion de que un hombre sigue sus pasos multiplica su inquietud. Pese a las dificultades que sufre para distinguir que es real y que no, resuelve poner orden en su vida, empezando por investigar la muerte de su pareja. El precio que debera pagar quiza sea conocer secretos muy perturbadores.

  • Bajo mi piel Tapa blanda - espeworkout, AA - Amazon.es

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  • BAJO MI PIEL | @ESPEWORKOUT | Casa del Libro

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  • BAJO MI PIEL | LISA UNGER | Casa del Libro

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  • Bajo mi piel - RBA Libros

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    28 nov 2019 — Y SI TUS PESADILLAS FUERAN EN REALIDAD RECUERDOS?El marido de Poppy Lang fue asesinado mientras corría por un parque de Nueva York.

  • Bajo mi piel (Tapa blanda) · Desarrollo Personal - El Corte ...

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  • Bajo mi piel - octubre 2019 - Editorial Círculo Rojo

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  • Bajo mi piel, de Lisa Unger - Serie Negra

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    «Una de las estrellas más brillantes del género negro». DENNIS LEHANE. Empezar a leer. Comprar el libro en:.

  • Medias verdades de Lisa Unger

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    La periodista Ridley Jones recibe un dia la visita del FBI y una desagradable sorpresa: en varias de las fotografias que ha tomado durante sus vacaciones, aparece siempre un misterioso personaje confundido entre la multitud. El fantasma de su tio Max Smiley, su padre biologico, el hombre al que quiso toda su vida y que demostro tener un lado oscuro y criminal, vuelve a acecharla. Lo sorprendente es que Max esta muerto y la propia Ridley vio quemar su cuerpo? De nuevo, su fragil mundo se desmorona y deja a la vista una realidad demasiado cruel para creerla. Y, como antes, sabe que ha de seguir intentado descubrir la verdad? aunque le cueste la vida.

  • Preterito imperfecto de Nieves Concostrina

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    Este nuevo libro de Nieves Concostrina empieza en el Ano de la Pera y llega a nuestros tiempos, pasando, como no, por Fernando VII.

  • Inframundo (Guardianes Del Alma 4) de Kim Richardson

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    Kara inhalo profundamente y soplo el polvo de una fila de libros con cubiertas agrietadas y lomos arrancados. El aire olia a una mezcla de pegamento y moho. Las motas de polvo flotaban como un enjambre de insectos y la humedad caliente y humeda se sostenia en el ambiente y se aferraba a su ropa. No era el ambiente perfecto para guardar libros viejos, pero le encantaba el olor rancio de la tinta sobre el papel. Era el olor de la imaginacion... donde las grandes mentes se unian y creaban magia con tinta y papel, el olor de aventuras aun no descubiertas. En los libros, todo era posible… y eso le encantaba. Limpio el sudor de su frente y sujeto su cabello en una coleta. Ella apreto Las Aventuras de Huckleberry Finn entre El Llamado de la Naturaleza y El Viejo y el Mar, en la seccion de novelas clasicas. Las coloco en una perfecta linea recta, con sus lomos dispuestos verticalmente. Una vez que estuvo satisfecha con su trabajo, limpio la humedad y la suciedad de sus manos en sus pantalones de mezclilla, agregandole un tanto a la capa de suciedad de la jornada. La escalera se sacudio y se tambaleo bajo su peso. Apreto las manos con firmeza alrededor del riel y bajo con cuidado. Una vez que llego a la parte inferior, salto el ultimo escalon. Con una sonrisa en su rostro, Kara empujo un carrito de metal apilado con libros y revistas hacia la parte delantera de la tienda. Se agacho bajo la unica bombilla que oscilaba nerviosamente de un cable suelto en el centro de la tienda y condujo el carro entre montones de libros que se tambaleaban peligrosamente en altas torres, llegando hasta el techo en algunos lugares. Rayos de luz se derramaban a traves de un gran ventanal de la parte delantera de la tienda iluminando las estanterias con un suave resplandor dorado. Las particulas de polvo brillaban a la luz como copos de nieve en miniatura. Kara podia ver las telaranas grises que colgaban de las esquinas mas altas del techo e hizo una nota mental para retirarlas mas tarde con su escoba. Papel tapiz pintado a rayas marrones y beige se escarapelaba de las paredes detras de un debil mostrador de madera colocado a la derecha de la tienda. Una vieja caja registradora con botones manuales y una palanca roja estaba colocada encima de el. Debajo de la caja registradora habia una vitrina con bolas de cristal de diferentes tamanos. Kara se reia al ver su retorcida imagen en ellas. Una brisa calida agito el flequillo de Kara de su rostro. Los carillones de viento cantaron suavemente encima de la puerta abierta. Kara estornudo y el carrito dio un salto. Un grueso manto de polvo cubria la mayoria de los estantes de libros posteriores, una clara indicacion de que aun tenia mucha limpieza que hacer. Tardaria mucho en retirar el polvo de anos de abandono de la tienda. Dudaba seriamente que alguna vez hubiera estado limpio, para empezar. En su primer dia en la tienda, Kara habia limpiado muy bien las ventanas y habia barrido y trapeado los pisos de su sucia capa de mugre y de unas manchas color marron que ella preferia no saber que eran. Kara inhalo alegremente el viento del verano que llegaba desde la puerta abierta... dientes de leon y cesped recien cortado... su espiritu sonreia con cada nuevo olor. Era una sensacion increible. Habia terminado la escuela y ahora era, oficialmente, una empleada en un lugar que admiraba y respetaba. El Sr. Patterson le habia dado un trabajo de verano en su libreria. Sus funciones eran ayudarle a clasificar todos los libros en un nuevo programa informatico, mantener la tienda limpia y trabajar la caja registradora cuando el estaba en su hora de almuerzo. Habia resultado ser el mejor trabajo de todos y Kara estaba determinada a ahorrar suficiente dinero para cursar el primer semestre en el Dawson College. El Sr. Patterson incluso le dijo que podria seguir trabajando medio tiempo cuando fuera a la escuela. Ella no podria pedir un mejor jefe o un mejor trabajo. Por fin, las cosas finalmente estaban mejorando para ella. Sujeto el carro, tomo un punado de revistas National Geographic y las coloco por fecha a lo largo del estante intermedio del revistero. Las coloco todas juntas... y se congelo. Su cabello se erizo de repente. Kara sintio una presencia inexplicable. Siguio la fuente de la sensacion hacia la ventana... Alguien estaba mirandola desde el otro lado de la calle. Su corazon se agitaba en su pecho. Una chica joven con un vestido blanco estilo antiguo con un gran lazo rojo atado en el medio, miraba a Kara desde el lado opuesto de la calle. Su sedoso cabello negro le llegaba a la linea de la mandibula y acentuaba sus rasgos afilados. Era hermosa, como una muneca de porcelana. Parecia tener cerca de doce anos. Incluso desde la distancia, Kara podia ver rastros de enrojecimiento alrededor de sus ojos y nariz. Su palido rostro se retorcia en una mueca, tenia una mirada aterrorizada. Kara casi podia sentir su tristeza. Sus ojos suplicaban ayuda, la ayuda de Kara. Una conexion inexplicable con la chica se removio en el pecho de Kara. Era como si estuvieran emparentadas de alguna manera, como si fueran primas segundas. La chica volvio la cabeza de repente y empezo a retroceder. Dos hombres en trajes grises meticulosamente entallados se acercaban a la joven desde ambos lados. Su pelo era blanco platino y sus rostros eran identicos. Su piel tenia un enfermizo color blanco parecido a los albinos. Se movian con rapidez, con un proposito. La chica se reclino contra la pared frontal de la tienda vecina. Fijo su vista una vez mas en los ojos de Kara, en una suplica silenciosa. Con los labios, deletreo Ayudame. Kara contuvo su respiracion. La muchacha estaba atrapada entre los dos misteriosos hombres de ojos negros. El ruidoso martilleo del corazon de Kara ahogo todos los demas sonidos a su alrededor. La chica no era rival para esos dos malvados hombres. Kara tenia que hacer algo, tenia que salvarla. Kara empujo el carrito fuera de su camino y se arrojo sobre el mostrador. Tomo el bate de beisbol que el Sr. Patterson mantenia oculto detras del mostrador en el caso de una operacion peligrosa con un cliente y salio corriendo de la libreria a la calle. Se detuvo de golpe. Estaba vacia. La nina habia desaparecido y los hombres de ojos negros tambien habian desaparecido. La calle estaba en silencio, la acera estaba vacia salvo por unas palomas recogiendo migajas en el suelo. ?Estaban sus ojos jugandole una broma otra vez? ?Era esta otra de sus visiones extranas? Durante los ultimos meses habia tenido sentimientos recurrentes de que estaba siendo vigilada. Habia percibido espeluznantes sombras en lugares oscuros siguiendo todos sus movimientos, arremetiendo contra ella cuando pensaban que ella no estaba mirando. Pero tan pronto como ella daba la vuelta para hacer frente a lo que fuera, desapareceria en un abrir y cerrar de ojos. Quizas este era uno de esos sucesos, o tal vez ella se estaba volviendo loca. Ella penso que debia ser eso. "?Planeas pegarle a alguien con ese bate?" Kara giro, un apuesto adolescente con una sonrisa insolente peinaba su rubio cabello con sus dedos. Con la cabeza en el aire, paseo hacia ella dando saltitos. "?Estare seguro? ?O debo volver mas tarde?", rio David, metiendo sus manos en los bolsillos. Kara lo ignoro y observo el lado opuesto de la calle. "Yo... me parecio ver algo". David levanto las cejas. "Asi que decidiste hacerla de vigilante y tomaste un bate de beisbol... ?para golpearlos?" "Vi a una chica. Creo que estaba en problemas...no. Se que estaba en problemas. Estaba muy asustada, necesitaba mi ayuda". Los nudillos de Kara estaban blancos por la fuerza con la que presionaba el bate. Recordo el rostro petrificado de la nina cuando los hombres se acercaron. "?Que chica?" David la busco por la calle. "No veo a ninguna chica. ?Seguro que has visto algo? Ya sabes, todo ese polvo que inhalas todo el dia podria estar afectando tu cerebro". Kara suspiro y bajo el bate. "Estaba alli hace un minuto, estoy segura de ello. Y habia dos hombres de aspecto extrano con el pelo blanco... realmente feos y escalofriantes. Senti que iban a hacerle dano. Tenian unos ojos negros que daban miedo". "?Ojos negros? ?Como si los hubieran golpeado en la cara o algo asi? Justo como lo ibas a hacer tu con el bate, ?no?" Kara miro la cara perpleja de David y decidio dejar el tema. Claramente pensaba que ella estaba loca. Ella movio la cabeza y se encogio de hombros. "No importa", respiro con frustracion y luego le dio una sonrisa ladeada. "?Que haces aqui tan temprano? Pense que tenias practica de futbol". "Asi es", David hizo varios pases con los pies para impresionar a Kara. "Se cancelo. Creo que podriamos ir al cine, o algo asi". Kara se esforzo para no sonreir, pero su rostro la habia traicionado. Miro hacia otro lado. Sus mejillas se sentian calientes, y supo al instante que se habia sonrojado. Su corazon rebotaba entre sus orejas. "Bueno… dejame preguntarle primero al Sr. Patterson. Quiza aun necesite que me quede el resto del dia". Esperaba secretamente que no lo hiciera, David habia venido a la tienda todos los dias desde la primera vez que se habian encontrado accidentalmente hacia ya dos meses. Y cada vez que llegaba, las mariposas se agitaban dentro de su vientre. Con el bate de beisbol colgando a su lado, Kara entro a la tienda. David se agacho debajo el carillon de viento y la siguio. Oyo el chasquido de la puerta de atras, volvio a ver hacia arriba. El Sr. Patterson caminaba hacia ellos. Sus huesos crujian y tronaban. Rasco su cabeza, haciendo ondas en su pelo blanco. Sus cortas piernas se asomaban por debajo de sus habituales bermudas caqui y coloridas camisas hawaianas amarillo con naranja. Las tablas del suelo crujian bajo el peso de sus pies descalzos. Kara nunca entendia por que andaba descalzo sobre la suciedad y el polvo del suelo, pero con el paso del tiempo se habia acostumbrado a ver sus cuadrados dedos del pie y largas unas amarillas. Se hizo una nota mental para adquirir un certificado de regalo en el spa local Pies de Diez para una pedicura. Si estaba obligada a ver sus pies, por lo menos deberian verse bien. El Sr. Patterson les saludo con entusiasmo. "!Hola, Denis! ?Que te trae a este lado del mundo literario? ?Has venido a comprar un libro por fin? Hay una nueva seccion con grandiosos libros de aventuras para ninos alli..." el arrojo su larga barba blanca sobre su hombro y senalo a un alto estante de libros a su izquierda. David sonrio incomodamente y rasco la parte posterior de su cuello. "Uh… no, Sr. P... pero gracias de todos modos. Estoy seguro que todos son… muy buenos" David volvio a ver a Kara y hablo por la esquina de su boca. "El todavia me llama Denis". Kara cubrio su boca y se rio. El Sr. Patterson se detuvo y miro con recelo Kara. "?Clara? ?Por que estas sujetando el bate loco? ?Paso algo? ?Entraron en un combate con un cliente psicotico?" David suspiro. "?El bate loco? ?En serio? Suena un poco loco para mi..." Kara pateo a David en la espinilla y escondio el bate de beisbol a sus espaldas. "Uh… nada. Solo estaba… limpiandolo". Se inclino sobre el mostrador y dejo caer el bate detras de el. "En realidad, Sr. P", dijo David, "vine a ver si Kara podia tomarse el resto de la tarde". "Ya veo". El Sr. Patterson vio a David sospechosamente por un momento. Sus ojos azules se asomaban por debajo de los pliegues de cientos de arrugas. El fruncio los labios y se rasco la cabeza. "Bueno, no veo por que no. Creo que Clara ya hizo suficiente por hoy. Puedes irte con Denis si lo deseas".

  • El amor esta en el aire de Olivia Kiss

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    Lauren no dejaba de senalar poniendo chinchetas en el mapa. Con cada una que pinchaba en el tablero, daba un pequeno saltito a la vez que gritaba el lugar. --!Hawai! !Costa Rica! !Venezuela! --Lauren, se trataba de preseleccionar lugares para luego decidirse, no de enumerar todos los sitios con buenas playas y buenos chicos --dijo Lily poniendo los ojos en blanco. --No te olvides de los mojitos, que es un requisito importante para que sea el destino perfecto. No quiero nada de chicos en este viaje, solo quiero divertirme contigo. Sabes que lo necesito mas que nunca. Me alegra que estes aqui, Lily --dijo Lauren posando una mano sobre el hombro de su mejor amiga. Habia pasado solo una semana desde la ruptura con Marcus, bueno, mas bien rotura de corazon con tres bypass y estrangulamiento de sentimientos con doble de "tedejotudignidadporlossuelos". Marcus, su exprometido, era el novio perfecto que toda madre quiere para su hija; simpatico, extrovertido, atento, con buen trabajo. Tambien era, a simple vista, el novio ideal y guapo hasta decir basta. Con un cuerpo moldeado con muchas horas en el gimnasio. Tantas horas, que hasta hacia extras con la profesora de spinning. La monitora con sus duras nalgas. Tampoco es que tuviera la culpa ella, ni la secretaria de ventas, ni rubita21xoxo de esa pagina de contactos, ni la "amiga de la infancia" que era inofensiva, la culpa la tenia el, Marcus. Unica y exclusivamente. Lauren no supo nada de todo aquello hasta siete dias atras cuando, por casualidad, Marcus se dejo su bien mas preciado y mas protegido: el movil de empresa. Marcus trabajaba en una gran compania de software de Washington, no como informatico sino como el mejor jefe comercial de todo Seattle. Desde que llego, la empresa no dejo de crecer y llego a codearse con las mas grandes comprando otras empresas y absorbiendolas. Habia sido durante una de esas transacciones cuando conocio a Lauren. --Bueno, creo que su cliente aceptara la oferta con los ojos cerrados, ?no es asi senorita...? --Marcus se apoyo dejando caer unos papeles sobre la mesa redonda del despacho gigantesco y mirando a la abogada que debia revisar ese contrato. --Puedes llamarme Letrada Lauren Collins, senorito... --dijo con cierto tono replicativo. --Marcus, todo poderoso Marcus. --Acabo la frase guinando un ojo y desabrochandose el boton del traje a medida que, aunque no era cenido, marcaba sus musculos. --Perfecto, pues miraremos la oferta, la valoraremos y ya te llamaremos -- contesto intentando no darle importancia a la gran suma de dinero que habia visto en los papeles. Lanzo la tarjeta a la mesa y se acerco a Lauren y susurro. --Se que ya tienes ganas de llamarme. A pesar de que la reunion habia sido corta y de que hubo algo en su actitud que no termino de convencerla, se dio cuenta de que, en parte, el tenia razon y la idea de volver a verlo le resulto tentadora; quiza fue por el tono seductor de su voz o por esa seguridad que desprendia, como si tuviese el mundo a sus pies. Se citaron a los dos dias en un restaurante para confirmar que aceptaban la oferta y despues una cosa llevo a la otra, a la atraccion y a tontear, a enamorarse como una loca perdida y a vivir juntos unos meses despues. Marcus se mudo al apartamento de Lauren, (hasta entonces, ella no sabia que era el plan perfecto para mantener su picadero intacto), y empezaron una relacion que nunca llegaba a la monotonia por los cientos de viajes que el tenia que realizar. Es decir, que se veian poco, y quiza por eso el tiempo que pasaban juntos era muy intenso, entre escapadas planeadas a Europa, esqui en las mejores pistas, saltos en paracaidas, y hacer el amor muchas, muchas veces y en muchos sitios diferentes. Siempre tenia que haber algo en la vida de Marcus que fuera novedad para no perder la emocion en la vida. La monotonia le corroia. En Lauren encontro una companera perfecta, no es que le aburriera una vida rutinaria, que tambien la apreciaba, sino que le gustaba hacer cosas distintas igual que a su novio, pero con una diferencia, a el le gustaba hacer las cosas con otras chicas. Ella estaba tan enamorada que hasta le gustaba el sonido del clic del cortaunas cuando se cortaba las unas del pie. Pero, una semana atras, cuando Marcus se fue a su gimnasio para hacer las tres horas de ejercicio que necesitaba y se dejo su telefono de trabajo, todo cambio. El movil comenzo a sonar. Una y otra y otra vez. Lauren penso si lo descolgaba o no, pero es que en la pantalla ponia, "Oluc Otinob – Jefe de la fusion". Supuso que era importante, ya que hacia poco le habia estado hablando de una megafusion de una empresa que supondria que terminasen siendo los lideres del sector, asi que, al final, tras mucho dudar, termino cogiendo la llamada. --Hola, picha gorda, hoy no has venido al gimnasio y necesito que follemos, digo, nos fusionemos como tu dices siempre... --dijo una voz femenina que parecia recien salida de una pelicula porno de las malas--. No iras a hacer enfadar a tu profesora de spinning, ?verdad? --?Quien demonios eres tu? --grito Lauren. --Oh, perdona, creo que me he equivocado. La llamada se colgo. En aquel momento, Lauren podria haber pensado que era un simple error, una de esas llamadas que se cruzan e ignoras sin mas antes de seguir con tu vida, pero eso de fusionarse... Por su trabajo, Marcus siempre tenia esa palabra en la boca. Fusion aqui, fusion alla. Y eso fue suficiente para que Lauren se sentase en el sofa y cotillease un poco su movil. Sabia que estaba mal, que no era lo que haria una novia segura de si misma y confiada. Pero no pudo evitarlo. Reviso el listado de las ultimas llamadas. La verdad es que habia nombres muy raros en la agenda como Oluc Otinob, Satet Semrif o Sanreip Sagral. No daba credito, ni tampoco entendia que significaban hasta que, de repente, pasados unos minutos de frustracion, todo encajo. !Oluc Otinob es un anagrama de culo bonito! Igual que Satet Semrif, que era tetas firmes y Sanreip Sagral, que era piernas largas. Cuando abrio la carpeta llamada "Documentos fusion" vio fotos de el posando como un gilipollas con unas chicas estilo Barbie. Y habia mas archivos en las ultimas imagenes recibidas, de chicas operadas y retocadas con Photoshop que le ensenaban a la camara todos sus encantados. Llego a distinguir a mas de cinco mujeres solo por el tamano y la forma de sus tetas. Menudo guarro. Lauren sentia que la sangre en las venas se le congelo. Se quedo de piedra, helada y casi sin aliento, porque no podia creerselo... --!Menudo cabron, hijo de puta, mal parido! --maldijo entre dientes, imitando al protagonista de una de sus series preferidas. Clavo los ojos en el telefono y comenzo a escudrinarlo esperando que todo fuera una mala pesadilla, pero no lograba despertarse. Era la realidad. Cuando llego Marcus a casa y vio a Lauren con el movil en la mano, noto como comenzo a temblar. El chico seguro de si mismo con respuestas para todo se quedo sin palabras. Lauren era el vivo retrato de la furia sosteniendo el movil. Marcus habia cometido un error y lo iba a pagar. --Te-te lo puedo explicar Lauren--dijo con el con voz titubeante. --He hablado con el jefe de la fusion Oluc. Recoge las cosas y vete lo mas lejos que puedas de aqui, de mi vida. --Le comenzaron a salir lagrimas de los ojos. La tension se convirtio en una bateria de emociones en la que la decepcion era la que ganaba. Marcus se fue tan rapido como ella le obligo y Lauren no supo en ese momento que era una de las mejores acciones que habria hecho en su vida.

  • Empezar de nuevo de Soledad Simond

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    Soledad Simond cuenta como supero un divorcio que la dejo lastimada y en un mar de luto: “Tarde tiempo en entender que ese inevitable quiebre, que me partia al medio, era una bendicion. Pero en ese momento lo vivia mas bien como una maldicion. No habia manera de que en esta cabeza completamente lineal y logica entrara el misterio de la evolucion”.

  • Historias eroticas para viudas del Punyab de Balli Kaur Jaswal

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  • Alguien Que No Soy (Mi eleccion 1) de Elisabet Benavent

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  • Suplicando Problemas (Blackish Masters 3) de Nisha Scail

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    Faith Valentine tan solo buscaba respuestas. El que las encontrase en lugares poco recomendables, que la conducian a incomodas equivocaciones, no era culpa suya. Sin embargo, Dain pensaba que si. El estaba convencido que su sola presencia generaba problemas y que la unica manera de ponerle freno era manteniendola vigilada. Tener a ese hombre cerca no podia ser bueno para la salud, especialmente porque su atractivo, amabilidad y seductora presencia le hacia muy dificil el ignorarle.
    Hacerse el heroe no entraba en los planes de Dain Ratcliffe, pero cuando vio que maltrataban a una mujer no pudo quedarse cruzado de brazos. Si alguien le hubiese dicho que una buena accion lo mandaria al hospital y terminaria uniendole a una mujer cuyo segundo nombre era problemas, se lo habria pensado dos veces. Pero Faith resulto ser demasiado timida, calida y dulce para ser ignorada por su vena protectora, un verdadero iman para el desastre.

  • Confidencias de un ser apagado de Miare

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    Miare abre las puertas de su corazon a traves de poemas escritos directamente para ti.

  • El oceano de la memoria de Paloma San Basilio

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    Me llamo Alba Monasterio Livingston y naci en 1936, en plena guerra. Mi madre me amamanto hasta los tres anos y a mi padre le hicieron prisionero por el simple motivo de bautizarme. Lo libero un anarquista que penso que tenia derecho a actuar bajo su conciencia. Si el tribunal hubiese estado presidido por otra persona, ninguno de mis hermanos habria nacido y, por lo tanto, esta historia no existiria. Cuando volvio a casa, la barba roja que lucia mi padre dejo claro por que mi melena era del color del fuego en invierno, pero yo no soy el centro de este relato. Solo quiero contar la verdad de lo que acontecio desde entonces hasta nuestros dias. Por que se callaron tantas cosas y se disfrazaron otras. Quiero dejar limpia la memoria de una familia que con sus luces y sus sombras fue simplemente el reflejo de una epoca y una sociedad hipocritas, donde nada podia ser como era y habia que aparentar lo que dicha sociedad consideraba correcto aunque muchos sentimientos y muchas vidas se perdiesen por el camino. Tengo esa edad en la que lo cotidiano se olvida y lo lejano emerge como esculpido en la piedra de la memoria. Mi vida ha sido como un rio remansado, pero con remolinos inapreciables en la superficie capaces de arrastrarte hasta el fondo si no tenias un asidero al que agarrarte. Tampoco ha importado mucho, el foco de la casa siempre estaba en otra parte. Eramos muchos y los demas hablaban mas alto y mas rapido que yo, que me veia obligada a dejar mis frases a medias, suspendidas en el aire sin interlocutor alguno. De aquellos dias solo quedamos en el mismo sitio la casa de Cadiz, que ya ni siquiera nos pertenece, las bodegas, Juana y yo, testigos eternos y mudos de las vidas de otros. Nadie permanece junto a nosotras; la mayoria ya no estan. Las habitaciones se fueron quedando sordas poco a poco. Algunas antes de tiempo. Otros se fueron lejos, huyendo del pasado y la falta de oxigeno para respirar. Es una casa preciosa pero tiene algo de carcel. Algo que desde el amor y la seguridad te oprime los pulmones y te adocena las ideas. Espero que sus futuros habitantes consigan liberarla. En otro tiempo la casa estaba llena de vida, de ruido, de gritos y de musica. Mi padre amaba a los clasicos y tenia pasion por la zarzuela que sonaba obscenamente por todas partes para arremolinarse en el patio, el autentico corazon de nuestras vidas y nuestros suenos. En ese patio celebrabamos los bautizos y las comuniones, rodeados de pilistras, las macetas tipicas de los patios del sur, con el sonido del agua como fondo de las conversaciones al caer la tarde. En ese patio recibia mi madre a sus amigas en verano para tomar el te con pastas, reminiscencias inglesas, y examinaba de pies a cabeza a los posibles pretendientes que tenian que pasar el test de aprobacion, sin el cual, implacable, se encargaba de alejarlos de sus hijas. Eramos guapas, educadas y sabiamos todo lo que una buena esposa necesita saber. Lo malo es que no todas estabamos dispuestas a serlo. Hoy aun se conservan las verdes pilistras, con sus hojas largas y brillantes como cuchillos. La fuente sigue sonriendo agua; a veces tengo la sensacion de que se burla de todos y que sabia de antemano lo que pasaria, como una Casandra liquida y constante. Solo he querido explicar a grandes rasgos el porque de estas paginas y el hecho insolito de que me haya tocado a mi, en calidad de unico testigo vital y contra todo pronostico, dibujar de la manera mas veraz y con la mayor riqueza de matices la historia de la familia Monasterio Livingston, mi familia, una familia mas de la Espana atribulada, asustada y herida de la posguerra. PRIMERA PARTE Capitulo I Alba, esta nina tiene fuego en el pelo y en el corazon, y por los ojos le sale la llama verde de las hechiceras. --Ya estas con tus tonterias, Juana, si solo tiene dias. Alba se reia con los comentarios de Juana. La nina era preciosa a pesar de los tiempos dificiles en los que habia nacido. Espana estaba en medio de una guerra fratricida, y la escasez y el miedo campaban a sus anchas. Juana tenia la misma edad que su senora, veintiun anos. Habia entrado en la casa a servir con catorce, de ahi la confianza y el carino que las dos se tenian. Gregorio, su padre, labrador y con mas hijos de los necesarios, apenas podia alimentar a su prole a base del consabido pan duro a remojo, pimiento, tomate y ajo, todo de la huerta, enriquecido con una pizca de aceite. Lo que una familia podia permitirse en el campo andaluz dominado por latifundios y grandes fincas en donde los aparceros disponian de una humilde casa con una sola estancia, la huerta y alguna cabra a la que exprimir las ubres buscando la leche que les servia para hacer quesos y algun que otro dulce. Las gallinas les permitian comer de vez en cuando los huevos que no vendian en el mercado, y a menudo el matrimonio y los cinco rapaces se afanaban en mojar pan y compartir la clara, que suponia un manjar exquisito reservado solo para los domingos. Juana era la mayor y por tanto tenia que trabajar el doble para ayudar en la casa, recoger esparragos verdes hasta deslomarse o echar unas horas en las casas principales. Desde los ocho anos, Juanita corria de un lado para otro procurando alguna ganancia que llevar a su maltrecho hogar. Juana era pequena y vivaracha, la naturaleza le habia regalado una ligera joroba que en nada mermaba su caracter alegre y dispuesto. A los catorce anos, la madre de Alba, la Inglesa, como la llamaban en los barrios humildes, se apiado de la criatura y la metio fija en la casa de la plaza Mina. Juana trabajaba duro pero al menos tenia un buen sitio en el que vivir, comida y veinticinco pesetas que generosamente la Inglesa le pagaba al mes y que volaban para alivio de la casa paterna. La muchacha era feliz, y ademas Albita, la nina de la casa, tenia su misma edad y se convirtio en una companera de juegos, confidencias y risas, cuando sus quehaceres diarios se lo permitian. Juana tenia adoracion por esa nina rubia de ojos azules, esbelta y voluntariosa a la que su madre, con exigente educacion anglosajona, sometia a clases de mil cosas: ingles, bordado, reposteria, piano y equitacion. Alba se quejaba pero sabia que era inutil resistirse. Se convertiria en la joven mas deseada de la ciudad y eso era garantia de futuro, seguridad economica y reconocimiento social. En un mundo de hombres, las mujeres se median en funcion de una buena boda y no de otros meritos ajenos a la vida de matrimonio. Los sentimientos eran algo secundario; en definitiva, eran cosas de pobres. Cuando Alba lloraba en publico por algo o suspiraba, la Inglesa le recordaba su condicion social y el hecho de que llorar, reir a carcajadas o suspirar eran cosas de pobres y estaban desterradas de la casa de la plaza Mina. Realmente la Inglesa no era tal, la abuela era hija de un comerciante de extraccion humilde, Santiago Belacua, que gracias a sus habilidades en el comercio de ultramar habia amasado una considerable fortuna, lo que le permitio entrar a formar parte de la burguesia gaditana. Su espectacular y pelirroja hija pudo asi conquistar a uno de los solteros de oro, de ascendencia inglesa y perteneciente a la escasa aristocracia de la Tacita de Plata, Mario Livingston. Como consecuencia, mi abuela decidio ser mas inglesa que nadie y soltaba con alegria frases en el idioma de Shakespeare en version gaditana que entusiasmaban a mi abuelo Mario. Implanto el te por las tardes y una ferrea educacion inglesa en todo su dominio, de ahi el apodo, no carente de la consabida guasa del pueblo llano, de <>. El abuelo Mario era una bellisima persona, paciente y carinoso. Habia heredado la bodega familiar, un precioso edificio con estructura de hierro, disenado por Eiffel. La bodega era el orgullo de la familia y de sus botas salian los mejores caldos para Espana, el resto de Europa y America. El fino, el oloroso, el cream dulce y meloso, el Pedro Ximenez o el brandy eran algunas de sus joyas, criadas y mimadas al amor de los vientos, la humedad del mar y las temperaturas unicas de la zona. De ninos gritabamos de alegria cuando alguien proponia una excursion a las bodegas del abuelo. Era maravilloso poder pisar patios de albero, oir el relinchar de los caballos en las cuadras, subirnos a los carros antiguos en los que se transportaba el vino, jugar con los perros bodegueros de una mestiza raza importada de Inglaterra y creada para perseguir los ratones que abundaban entre las botas y, sobre todo, andar por los vinedos, oliendo a miel en septiembre, con la uva rubia guinandonos un ojo y diciendo con su brillo <>. La bodega era un mundo apasionante por el que corriamos en libertad y jugabamos al escondite. Hoy no vive sus mejores momentos, pero es algo que permanece en nuestra sangre como el viento de levante o las murallas de Puerta Tierra, principio y fin de una ciudad inexpugnable, indomita, que nunca se ha doblegado, rodeada de agua y luz, brillando como la plata por las mananas y tenida de rojo por las tardes. Alba solo tenia un resquicio por el que dejar escapar su ninez, sus ansias de juegos y sus suenos, y ese resquicio se llamaba Juana; y Juana nos contaria una y mil veces las travesuras que mi madre y ella inventaban a escondidas del riguroso control materno. Digo mi madre porque yo soy esa nina de fuegos diversos que Juana anuncio el dia 18 de septiembre de 1936, en plena Guerra Civil. Ese ano nacieron dos cosas: una buena, yo, y otra mala, la guerra que dejaria un millon de muertos por la torpeza de unos y el fanatismo de otros. --Juana, no achuches tanto a la nina que la vas a gastar. --!Ay, Albita, cuando has visto tu que el carino gaste! Mas carino es lo que necesita el mundo y sobre to los crios. Si es que entran ganas de comersela. --Dicen que si se coge mucho a los bebes se encanijan. --Sera por eso que tu has salio tan alta y buena moza, por la falta de brazos de tu madre. El carino alimenta y sobre todo hace personas felices y sin malas ideas. --No sigas diciendo tonterias y traeme agua de limon, anda, que tengo la garganta seca del levante, y si ves a Custo dile que venga, que le echo de menos. --Ese si es un hombre, si yo no te quisiera tanto diria que no te lo mereces. No he visto nunca un marido mas carinoso y un medico tan preocupao por su gente. De el tendrian que aprender muchos de los que estan a tiros por las calles. Juana siempre tenia la ultima palabra y era de una sinceridad palmaria, a la que nadie podia oponer argumento alguno. Mi madre se reia de sus cosas pero la respetaba y la queria como a la hermana que no habia tenido. Sabia que tenia razon, cuantos besos y abrazos le habian faltado en su ninez

  • 1 Martini, 2 Palmeras y 3 Idiotas de Patricia Ruffo

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    Gabriela es una directiva que vive en permanente stress. Se pasa la vida trabajando como loca para una multinacional en un ambiente tremendamente cosmopolita y surrealista. Harta de esta situacion, decide cambiar de vida dando un giro a su carrera de 180a …de pronto un torbellino de situaciones enloquece la rutina de la empresa, aparece un sorprendente cadaver en un despacho… Hilarante, ritmo trepidante y muy divertida este novela nos traslada a lugares indomitos y exoticos, capitales emblematicas, personajes unicos e historias entrelazadas llenas de humor, aguda critica e ironia.

  • Anna de Nora Alzavar

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  • Dulce Inocencia y otras historias cortas de Evelyn Romero

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    Francisco Gonzalez, se preparaba para otro dia laboral. Se acomodo la corbata frente al espejo, pero sin querer su mirada se dirigio al lado izquierdo donde se reflejaba una fotografia. Dio media vuelta, se acerco lentamente hacia la mesa de noche donde tomo la fotografia. En ella aparecia el junto a su fallecida esposa Cintia, respiro con pesadez al recordar el dia de su muerte. Dejo el portarretratos de nuevo a su lugar, y cerro el cajon que se encontraba entre abierto donde unos documentos se visualizaban. Salio poco despues de su habitacion hacia el comedor donde su pequena hija Valeria, lo esperaba para desayunar. --Buenos dias mi princesa--la saludo con amor. Valeria, al verlo se levanto de su asiento y lo abrazo fuertemente. El la sostuvo mientras ella practicamente lo asfixiaba. --Buenos dias papi--respondio con una amplia sonrisa. Francisco la contemplo por un momento, tenia mucho parecido con su difunta esposa: su cabello era Castano y lacio, su piel era como la porcelana y sus ojos eran verdes como una esplendida esmeralda. La pequena al ver que su padre la miraba con nostalgia interrumpio sus pensamientos. --La extranas ?cierto?--le pregunto su hija aun sujetandose de su cuello. Francisco sonrio levemente para disimular su dolor. --Si, como todos los dias--respondio--. Pero te tengo a ti para recordarla siempre. Eres tan parecida a ella--le dijo dandole un beso en la frente--. Sera mejor que desayunemos, debes ir a la escuela y yo a trabajar--le comento ayudandola a ponerse de pie. Valeria regreso a su lugar. Muchas veces su padre le mencionaba su gran parecido con su madre, sino fuera por las fotografias que el mismo le mostraba dudaria de su afirmacion. Ella no pudo conocerla ya que murio despues del parto. A pesar que Valeria solo tenia seis anos, era una nina muy madura para su edad. Se entristecia al ver a su padre solo y nostalgico, ser padre soltero y viudo era dificil. Comenzo a desayunar mientras pensaba en sus amiguitas de la escuela quienes tenian a una madre con quien jugar, charlar o simplemente les leian un cuento. Francisco, a pesar de haber tenido un par de citas en los ultimos anos, jamas pudo encontrar a una mujer con la cual pudiera compartir una vida. Vio con detenimiento a su pequena y se dio cuenta que ella necesitaba una figura materna, pero en especial necesitaba encontrar a alguien que lo hiciera feliz y con la cual pudiera olvidar todo el dolor que sentia su alma: una que estaba totalmente rota. En ese instante con un motivo en especifico se le ocurrio una idea: necesitaba urgentemente encontrar a una mujer que estuviera dispuesta no solo en ser una madre para su hija, sino tambien en ser su esposa temporal. Capitulo II Valeria, llego al salon de clases donde su amiga Karen la estaba esperando. Su maestra la senorita Gutierrez ingreso poco despues. --Buenos dias ninos, como sabran en dos dias iremos al zoologico. Les dare esta nota para que sus padres firmen el permiso--le menciono entregandoselos a cada uno. La senorita Gutierrez, se mudo de su pequeno pueblo al culminar la secundaria para estudiar lo que mas le apasionada: la docencia. A sus veinticinco anos era una joven hermosa, gentil, honesta, humilde y con un gran corazon. Para ella sus alumnos eran como los hijos que no pudo tener, ya que los habia perdido en los numerosos abortos que su cuerpo no soporto; esta fue la causa principal de su divorcio. A pesar de los golpes de la vida, ella jamas perdia la sonrisa que la caracterizaba, miraba con otros ojos las pruebas que Dios le deba a cada ser humano. El dia escolar finalizo rapidamente. Los padres o encargados llegaban a recoger a los ninos; sin embargo, Valeria se encontraba todavia en la banca exterior donde los ninos debian esperar. Decidio sentarse al lado de la pequena para hacerle compania. --Hola mi nina ?Todo bien?--le pregunto con una dulce sonrisa. --Si Miss, Sandra no tardara en llegar--le respondio la pequena refiriendose a su nana--, Pero al parecer se le hizo tarde--le dijo la pequena. --Bueno en ese caso llamare a tu padre para informarle que todavia estas aqui--le comento Su maestra. La informacion que tenia de la vida familiar de su alumna era basica. Sabia que solo vivia con su padre y su nana. Valeria al observar la calle, se dio cuenta que la persona que estaba ingresando al centro educativo no era su nana, sino su padre. --No es necesario miss, mi papi acaba de llegar--contesto la pequena alegremente. Francisco se acerco a su hija y la saludo fuertemente. --!Papi que bueno que viniste por mi!--le dijo la pequena con emocion. --Cancele una junta hoy para pasar el resto de la tarde contigo princesa--le informo su padre. --!Eso es fantastico papi!--musito dando brinquitos--. Papi, te quiero presentar a mi maestra favorita--le dijo llevandolo de la mano hasta donde se encontraba Abigail. -- Miss Gutierrez, le presento a mi padre Francisco --menciono la pequena con una gran sonrisa. Abigail lo observo bien: su cabello estaba corto, cabello negro, piel morena, cuerpo corpulento y ojos color caramelo. --Es un placer conocerlo senor Gonzalez--logro decir con nerviosismo. El, estrecho su mano para corresponsales el saludo. Francisco tambien quedo impresionado por la belleza de la docente: su cabello era castano hasta la cintura, su piel era como la nieve, sus ojos eran como el azul del cielo y su sonrisa era como la de un angel. --El placer es mio senorita Gutierrez--le respondio tomando su mano contra la suya. Una calidez se instalo en su interior al sentir el contacto de su piel. Se pregunto mentalmente si habia encontrado a la mujer que estaba buscando. Capitulo III Francisco no pudo olvidarse de Abigail, le habia parecio una mujer realmente hermosa. Los dias posteriores iba a la escuela con la excusa de recoger a su hija, pero en realidad deseaba ver a la mujer que lo tenia sonando despierto. Despues de tanto pensarlo tomo el valor de invitarla a salir. --Senorita Gutierrez, disculpe mi atrevimiento con lo que le voy a decir--se disculpo anticipandose a una respuesta negativa--. ?Le gustaria salir a cenar conmigo este viernes?-- interrogo con nerviosismo, no recordaba la ultima vez que se sentia tan nervioso por una invitacion. Abigail, se sorprendio por la invitacion de Francisco y aunque etica y personalmente ella misma juro no involucrarse con ningun padre de sus alumnos; el tenia algo especial que le atraia, no sabia si era quimica o que simplemente era amor a primera vista. Luego de unos segundos de lucha interna, tomo la decision de aceptar la invitacion: ella desea profundamente esa cita. Con las mejillas sonrojadas y la verguenza invadiendola acepto. Francisco, tuvo que disimular su felicidad expresando una leve sonrisa; no obstante, internamente saltaba como un nino pequeno que acababa de ganar un premio. Despues de pedirle su numero telefonico, Francisco se despidio de ella. --Pasare por usted este viernes a las ocho de la noche. Que tenga una linda tarde--le dijo despidiendose caballerosamente. Francisco, con una nueva ilusion en su pecho se alejo del lugar, mientras Abigail lo observaba alejarse en su auto con el corazon acelerado. Ahora, ambos debian esperar que las horas pasaran velozmente para su tan anhela: primera cita.

  • Moonlight de Taylor S

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    La luna jugo entre las nubes que intentaban ocultar la batuta de esa danza nocturna que ella dirigia entre las estrellas. Fue entre medio de esas batallas y la que mi ventana me ofrecia,-- ya que esta era lo suficientemente alta como para que no me permitiera subirme a ella, dejandome sin la opcion de poder admirar de mejor manera aquel espectaculo nocturno-- cuando aparecio la sonrisa mas bonita que habia visto. Una nina de cabellos negros se colo en mi habitacion con el ceno fruncido y un vestido rojo que hacia relucir a su piel palida. --?Que haces? --me pregunto cruzandose de brazos mientras yo intentaba con todas mis fuerzas que mis manos alcanzaran el borde de la ventana para poder observar con mayor cercania esa danza de la cual queria ser parte. --Quiero ver a la luna bailar con las estrellas --respondi sin darle mucha importancia a la forma que ella me miro ante mi respuesta. Ella me miro como si estuviera alucinando. --Estas loca --exclamo sorprendida mientras yo ignore su comentario y volvi a intentar que mis manos tocaran el borde de la ventana, sin embargo, mi pequeno cuerpo no estaba siendo de gran ayuda--. Te vas a lastimar -- sentencio haciendo que bufara por su falta de animo hacia mi mayor deseo. Desvie la mirada hacia esa nina que ni siquiera conocia y no tarde en fulminarla con la mirada por aquel comentario. Jamas la habia visto, pero no parecia mayor que yo por lo cual suspire y rode los ojos. Seguramente era la nina que mama habia mencionado que vendria a cenar. --Ver de cerca aquella danza valdria la pena --murmure suspirando en un intento fallido de pensar que podia hacer para alcanzar la ventana. La nina fruncio el ceno ante mi respuesta y no tardo en quitarse los zapatos para rapidamente acompanarme en la cama observando curiosa que habia detras de esa ventana, la cual aunque me esforzase no lograba alcanzar. --Soy Laia --confirmo sin dejar esa seriedad que se presentaba en todo su rostro. Yo solo asenti porque realmente no llamaba mi atencion su presencia, mas interesante era la luna y sus estrellas. --Helen Brooke --respondi para no parecer una maleducada ante su presentacion, debido a que mama seguramente me castigaria si llegaba a descubrir la forma hostil con la cual me estaba comportando con esa nina. Podia tener ocho anos, sin embargo, sabia a la perfeccion que enojar a mama no era una opcion. --Eres rara --comento casi en un susurro--. Pero tienes razon, la luna vale la pena --afirmo con una sonrisa que se mezclo con el cuarto menguante de la fiel gobernante de las noches oscuras. Mientras la luz de esta hizo que sus cabellos negros como la misma noche que se presentaba hoy, se iluminaran como si estuvieran hecho de estrellas. Tal vez aquel reflejo tan majestuoso existio, porque la luna sabia que estaba presenciando a quien era la unica heredera existente de su belleza. CAPITULO 2 Marzo, 1910 Laia resoplo aburrida mientras yo no dejaba de ver como las estrellas encendian aquel escenario nocturno que nacia a traves de la ventana de la habitacion de la pelinegra. --?Por que siempre miras la luna? --me pregunto frunciendo el ceno mientras yo no dejaba que mis ojos se apartaran de aquella danza tan genuina y unica que solia ocurrir por las noches cuando todo se silenciaba y se oscurecia para darle un mayor protagonismo a aquel espectaculo que el mundo no entendia y que Laia intentaba comprender, pero ella era un ano mayor que yo, por lo cual muchas veces simplemente fruncia el ceno ante mis explicaciones que ella tildaba de “cosas de ninos”. --Porque no hay nada mas bonito --respondi suspirando ante las estrellas que no dejaban de hacer magia con su brillo. La pelinegra bostezo antes de acercarse a mi y abrazarme como siempre hacia cuando dormiamos juntas en su casa o en la mia. Desde aquella cena donde ella habia entrado a mi habitacion, nos habiamos vuelto inseparables. Ella no entendia la magia de la noche, pero yo la disculpaba porque daba los mejores abrazos del mundo y porque sus ojos verdes eran mas bonitos que las nubes cuando amanecia. Laia era muy bonita pero no tan bonita como la luna, no obstante, a ella parecia no gustarle que le dijera eso, porque siempre se quedaba en silencio y sus mejillas se encendian como si fueran los petalos de las rosas que mama pone en la mesa cuando es primavera. --Tus ojos son muy bonitos --susurro encogiendose de hombros lo cual me hizo reir porque solo eran cafe. --Solo son cafe --asevere dejando de mirar la luna y notando como los ojos verdes de ella se iluminaban de una manera que jamas habia visto--. Los tuyos son esmeraldas --dije mordiendo mi labio antes de volver a sonreir --, son como la noche. Laia fruncio el ceno ante mi respuesta como si no entendiera lo que queria decir, pero eso era normal, ella no entendia mucho de lo que decia como yo tampoco lo hacia. Supongo que el ano que nos separaba no nos dejaba entendernos entre si por lo cual el silencio comenzo a aparecer aunque realmente no me importaba porque con Laia los silencios jamas eran tan incomodos como los que nacen entre los adultos, sus silencios son bonitos como todo su ser. --La noche es oscura --refuto frustrada y yo chasquee la lengua ante su respuesta porque eso era lo mas tonto que me habia dicho en lo que llevabamos siendo amigas.--Y mis ojos no son oscuros. --Pero no hay nada mas bonito que la noche --musite como si fuera un secreto debido a que no queria que ella frunciera el ceno por mi respuesta--. Y tu eres igual a la noche --concrete antes de observar como una sonrisa se instalaba en todo su rostro. Deje de admirar el cielo por unos minutos, para que mi mirada quedara en aquella pelinegra. Ya que la luna habia dejado de ser tan interesante, porque esa noche Laia era mas bonita que ella. CAPITULO 3 Julio, 1910 El verano era mi estacion favorita porque significaba que podia tener todo el tiempo del mundo para poder estar con Laia sin tener las tareas del colegio ni las presiones que ponen los adultos cuando existe cualquier otra estacion. Es como si el calor trajera libertad oculta entre los rayos de sol, ademas de ser quien ofrecia las noches mas bonitas de todas. Sin embargo, en los ultimos meses me habia dado cuenta que el dia podia ser bastante atractivo si lo pasaba con esa chica pelinegra que habia crecido varios centimetros desde la ultima vez que nos habiamos visto. --!No Helen! --grito entre medio de mi jardin al notar como mis cosquillas comenzaban a atacar su cuerpo. Yo solo rei por la forma tan bonita que tiene de sonreir. Me gustan sus sonrisas porque desprenden un brillo que nunca antes habia visto, aunque si tenia que aceptarlo, la verdad es que amaba todo lo que provenia de ella hasta el hecho de que Laia creyera que lo sabia todo solo porque tenia once anos y yo diez. --!Para! --sugirio mientras rodabamos por el cesped sintiendo como el rocio acariciaba nuestra piel y las flores sentian envidia de nuestra diversion. Segui con mi ataque de cosquillas sintiendo como nos juntabamos de tal manera que sus ojos verdes fueron el unico panorama que tuve, mientras ella suspiraba con una sonrisa por nuestra cercania. Intente ignorar las mariposas que nacieron al notar como ella comenzaba a mostrar ese color rojo que sus mejillas dejaban ir cuando estaba conmigo, por lo cual separe nuestras distancias porque a las personas no solia gustarle tener las mejillas calientes. --?Hoy te quedaras a dormir? --le pregunte mientras recostaba mi cabeza en su hombro y nuestros cuerpos caian en el pasto como si fueramos partes de los tintes verdes del dia de verano. Laia asintio emocionada ante eso antes de besar mi cabello lo cual no me sorprendio porque siempre lo hacia. De hecho, me encantaba que lo hiciera ya que me recordaba a los besos de buenas noches que mama me da antes de ir a la cama. --?Que quieres hacer esta noche? --pregunto tomando una pequena margarita que habia estado a solo unos centimetros de nosotras para ponerla sobre mi cabello haciendome cosquillas por ello. --Ver las estrellas --sugeri como si fuera lo mas obvio del mundo, sin embargo, Laia no fruncio el ceno como suele hacer cuando escucha esa opcion, sino que vuelve a sonreir como si le agradara la respuesta. Tal vez por fin estaba comprendiendo lo bonito que era el cielo. --?Has besado a alguien? --murmuro rapidamente como si sus palabras fueran rayos que se perdian entre su boca. Yo negue ante ello sin antes mirarla como si no entendiera lo que me decia. A veces no entendia ni la mitad de las cosas que ella decia, pero tampoco me molestaba no entenderlo, ya que ella tampoco solia comprender lo que le decia. --?Por que? --dije sin saber que decir. Ella se acerco a mi y acaricio segura mi mejilla haciendo que las mariposas volvieran a encontrarse solo con un simple gesto. --Porque eso hacen las personas cuando se aman, todo el mundo lo sabe --refuto segura como siempre, no obstante, yo aun no sabia que responder sobre ello porque yo la amaba y nunca la habia besado. --?Tu has besado a alguien? --pregunte sintiendo como mi corazon por alguna razon latia mas fuerte de lo comun y sonaba como si fuera un tambor que solo yo podia escuchar. --No --contesto en un suspiro y por alguna razon me senti feliz por ello. No queria que nadie mas fuera afortunado de tener su amor. Ese dia me di cuenta que la amaba porque mis labios solo querian besarla y que le dijeran todo el amor que sentia por ella.

  • La Daga Espartana – Nicholas Guild de Nicholas Guild

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    Primera mitad del siglo IV a. C.
    Una fria noche, a las afueras de una tranquila aldea ilota, dos jovenes hermanos espartanos, Eurito y Teleclo, esperan agazapados para llevar a cabo su Krypteia, el antiguo rito de iniciacion a la sangre. Una familia -padre, madre e hijo- se aproxima; estan desarmados y no pueden defenderse. Los espartanos salen a la luz de la luna y completan el ritual matando al matrimonio. Pero el hijo, Protos, logra escapar primero y acabar con Teleclo despues.
    Rapidamente Esparta manda una partida de guerreros para acabar con el chico. Pero este, cuyo nombre significa <>, y que tiene una astucia y una habilidad para las armas fuera de lo normal, acaba con el grupo.

  • A veces, solo un segundo de Rachel Rp

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    Todos conocemos la historia del chico malo que se enamora de la chica buena en la universidad, pero, ?que ocurre con el chico malo reformado si la chica buena lo deja? ?Podra superarlo y enamorarse otra vez o el primer amor es irreemplazable? Descubre que pasa cuando para siempre, a veces, es tan solo un segundo…

  • Conquistando el mundo – Aeryn Anders de Aeryn Anders

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    ?Puede un juego de guerras traspasar la pantalla e invadir la realidad?
    ?Que harias tu si la persona que mas detestas es en realidad la que mas te comprende y de la que estas enamorado sin saberlo?
    En Tenerife, durante un juego de clanes, surge una amistad que ira mas alla de la propia pantalla. Dos jugadores aliados en la conquista de un nuevo mundo sin saber que en realidad es su corazon y su propia historia de amor la que estan librando.
    Conquistando el Mundo no es simplemente una historia de amor imaginaria, es una historia de amor inspirada en hechos reales.

  • El enigma de Leon (Investigador Pedro Iniesta 3) de Francisco Sempere Sanchez

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    Pedro Iniesta sale literalmente del fango del rio Guadalquivir para embarcarse en otro misterioso caso que le llevara al limite fisico y mental. En la mente de este sicario es donde reside su peor enemigo.
    Dos historias que confluyen y nos llevaran a comprobar como las ambiciones del ser humano permanecen inalteradas a lo largo de los siglos.
    No importa que nos encontremos en la Cordoba de los Omeya o en el Munich del siglo XXI, diez siglos despues el acero sigue siendo la unica forma efectiva para resolver los conflictos.
    Hay una diferencia, pero solo es en las formas: lo que antes se solucionaba con una daga hoy dia se arregla con una 9 mm.
    El hampa en tierras de Castilla va a recibir la siempre incomoda visita de Pedro Iniesta, al igual que diez siglos atras recibiera a otro asalariado del gremio con parecidas intenciones.

  • El plan de tu alma de Robert Schwartz

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    Todos, en algun momento de nuestra vida, nos hemos rebelado ante el sufrimiento, pensando que carecia de sentido. ?Y si ahora resultase que las experiencias mas dolorosas y dificiles de la vida las hemos planeado cuidadosamente nosotros mismos antes de nacer? ?Es posible que antes de venir a este mundo hayamos elegido las circunstancias, las relaciones y los sucesos mas significativos de esta existencia? Este libro te permitira: Descubrir por que planeamos antes de nacer circunstancias tan dificiles como enfermedades, relaciones tormentosas, muerte de seres queridos, accidentes terribles, etc. Entender el motivo de esta programacion. Utilizar conscientemente las situaciones amargas de esta vida para acelerar tu crecimiento. Esta es una guia profundamente sutil acerca de por que nuestras vidas se desarrollan tal como lo hacen. Recomiendo encarecidamente este libro. Sonia Choquette, autora de Pregunta a tus guias.

  • Abre tu corazon (Mafia 2) de Barbara Padron Santana

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    Giulia Maccini era feliz al lado de su marido Lucio Belgeri, pero cuando los problemas de pareja dan comienzo y el se retrasa el dia que se iban a ir de crucero, ella comete el peor error de su vida. Y ese error tenia nombre: Salvatore Fabreschi.
    Salvatore es un forense con un humor bastante acido que al ver a Guilia sufriendo, decide ayudarla, pero la atraccion es tal que ambos acaban acostandose.
    Desde ese mismo instante los problemas se suceden uno tras otro. Alguien quiere acabar con la vida de Giulia sin que esta sepa la razon.
    Ambos deberan enfrentar demonios no solo del pasado, sino del presente y proteger lo que mas quieren luchando por sus sentimientos.

  • Casanova. La sonata de los corazones rotos de Matteo Strukul

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    <<Aventura, amor, politica: un siglo XVIII narrado con el estilo veloz de Strukul, con una violencia feroz de la que el Estado es tambien protagonista y con el arte de Venecia de fondo.>>
    Il Mattino

  • Una historia insolita de la neurologia de Sam Kean

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  • Dulce espera de Aridia Pelta

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    Lea Farrow tenia una vida comoda con su novio Calen Avner. Ella era publicista, el se estaba convirtiendo en un famoso y respetable abogado, todo antes de cumplir los treinta, cuando una sospecha, una pequena prueba de embarazo comprada en la farmacia, les cambio la vida para siempre, aventurandolos en el asombroso, complicado y emocionante mundo de la paternidad.
    Porque un pequeno fallo, algo completamente inesperado, puede hacer que pases una dulce espera de nueve mes.

  • En tierra de fuego de Mayelen Fouler

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    Barcelona, otono de 1943. Cuando Rosa Sarle llega a la casa de sus padres poco puede imaginar que se encontraria con Frank Bennet-Jones, rico estanciero ingles afincado en la Patagonia argentina. El viudo de su hermana Anna. Tras ese encuentro, Rosa relee las cartas en las que Anna le relataba su apasionada historia de amor con Frank.

  • La obra maestra de Francine Rivers

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    La autora de exitos de mayor venta del New York Times, Francine Rivers, regresa a sus raices romanticas con esta inesperada y redentora historia de amor. Un profundo relato que nos recuerda que la misericordia de Dios puede restaurar aun a los mas quebrantados y convertirlos en una obra maestra imperfecta pero maravillosamente impresionante. Roman Velasco es un exitoso artista de Los Angeles, California, que aparenta tenerlo todo: mujeres, fama y fortuna.

  • Muriendo sin ti de Freya Asgard

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    Luego de cerrar la carpeta que contenia los documentos, el abogado de Jose Fernandez miro a la unica heredera legal, su hija, Victoria Fernandez Subercaseaux, una mujer de veintiseis anos, tez blanca, ojos verdes y pelo negro, no habia heredado los rasgos europeos de su madre. De su padre, nada tampoco. --?Usted me quiere decir que todo lo que menciono ahi es mio? --Todo, senorita. --?Esta seguro que no le pertenece a alguien mas? --Seguro. Usted es la unica heredera, los padres de Jose Fernandez, sus abuelos, ya no viven, no tenia hermanos, tampoco estaba casado. Usted es la unica heredera legal, nadie mas puede reclamar lo que es solo suyo. --?Alguien mas podria o querria hacerlo? El abogado trago saliva y se acomodo la corbata. --Digame, ?hay alguien mas que querria tener eso? --indico la carpeta. --Bueno, si, algo asi, pero el no tiene derecho legal alguno sobre la herencia. --?Quien es? --El encargado de la hacienda, Rodrigo Montero, el aun no esta informado, manana viajo al sur para hablar con el. --?Es el capataz? --No, el es hijastro de don Jose, se crio con el. Victoria se quedo en silencio, no supo que decir; ella, que no habia significado nada en la vida de su padre, habia heredado todo, sin embargo, ese hombre que lo habia tenido todo junto a el, estaba quedando sin nada. Y eso no le gustaba nada. Ella no era una mala mujer, por mas dano que le hubiera hecho su padre. --Manana a las once viajare al sur, ?vendra conmigo? --consulto el abogado. --?En que posicion quedara el? --inquirio Victoria muy preocupada. --Eso sera decision suya, senorita, usted ahora es la duena universal y yo que usted, me quedo con todo, es lo que corresponde, despues de todo, su padre le debe pension alimenticia por muchos anos --respondio con malicia el licenciado.

  • El multimillonario siempre gana (Los Sinclair 5) de J. S. Scott

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    Julian es multimillonario y superestrella de cine por meritos propios. Esta en la cresta de la ola, pero hace tiempo que aprendio por las malas que a menudo la vida no ofrece segundas oportunidades. Dispuesto a no caer en los errores del pasado, tiene un unico objetivo: ganarse el corazon de Kristin.

  • Con el cielo en la mirada de Monica Lopez Aunon

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    Cuando tu vida esta llena de sombras, aprendes a no fiarte de la luz.

  • Navidad Falsa (El Millonario Impostor 5) de Lexy Timms

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    “Es mejor ser abofeteado con la verdad que herido con una mentira”.

  • Las aguas rebeldes de Sara Raasch

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    Una revolucionaria. Un pirata. Un principe.

  • El viajero sin corazon de Miguel Angel Fece Allue

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    Mischoll, un joven frances de principios del siglo XIX, descubre que su primer amor le ha robado el corazon y por tanto es incapaz de amar de nuevo. Con una enorme cicatriz en el pecho recorrera el mundo buscando la solucion entre medicos, sabios, personajes surgidos de las novelas y mujeres a las que no tiene nada que entregar.Una novela sobre amor y desamor, viajes, busqueda de uno mismo y encuentros imposibles.

  • Descubriendo a Olympia de S. A. Kirchen

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    Si digo que mi vida es facil, miento. Si digo que todo me sale mal, miento. Si digo que puedo con todo, miento. Por lo tanto, miento continuamente. Sigo atrincherada dentro de mi talante borde y desabrido, para luchar contra mis propias inseguridades. Ese es el rasgo que mejor me define. Y si, ya no soy una adolescente regordeta acomplejada por mi fisico, sin embargo, asumo mi incapacidad de serie para congeniar con el sexo opuesto. O sera que busco el romance perfecto e imposible, o que me marco a fuego el aroma del ninato que me desvirgo con dieciocho anos. Empiezo a estar cansada de besar a principes para convertirlos en sapos. Empiezo a estar cansada de no sentir nada al besar dos veces al mismo sapo. Empiezo a estar cansada de no sentir nada…

  • Tu ley es mi salvacion de Alexandra Granados

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    “Las ultimas palabras que pronuncio dirigidas hacia mi, las tengo grabadas en mi memoria a fuego candente. Murio en mis brazos, y Dann no creyo en mi inocencia. En cuanto me encontro, me puso las esposas y me envio directamente al calabozo. Ahora estoy lista para enfrentarme a mis demonios y a mis pecados. Estoy decidida a enfrentarme a todo con tal de que la verdad salga a la luz, pero ?podre hacerlo? ?Triunfara la justicia o quienes me han metido en todo esto, se saldran con la suya? ?Estare condenada o el amor que siento por Dann me salvara de todo?
    El final ya esta aqui y aun nadie ha dictado mi ultima sentencia”.

  • La Hechicera de las Sombras de Carlos Andres Aguado

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    En un mundo epico de espada y brujeria, Valmariox, se desarrollan las vidas de un grupo de aventureros que se enfrentan a numerosos desafios para sobrevivir, al verse envueltos en la busqueda de un objeto magico que les pondra en el centro de un conflicto entre varios mundos. Abriendose paso a traves de una ciudad asediada por demonios de otras dimensiones, atravesando una jungla donde se esconde una civilizacion que posee poder sobre las sombras, visitando mundos magicos donde habitan titanes que custodian objetos-llave, sobreviviendo a mares de brumas entre planos o cruzando el desierto, los protagonistas tienen que ir tomando decisiones para evitar la destruccion del mundo tal y como lo conocen.Este libro ha sido escrito por el autor, basandose fielmente en lo sucedido durante las sesiones de un juego de rol, en el que planteo el escenario de la cronica y un equipo creativo diseno los personajes principales y tomo sus decisiones. En parte ellos eligieron como seria el libro, en parte fueron los dados.

  • ?Y si probamos…? de Tierra Salvaje

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    ?Y si probamos…?
    A Nico y a Mamen les gusta fantasear con terceros. Es un juego, una forma de excitarse mutuamente, hasta que se convierte en algo demasiado tentador. La aparicion de Jorge cambia sus vidas por completo.

  • Mas oscuro de E.l. James

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    Revive la pasion de Cincuenta sombras mas oscuras a traves de los ojos de Christian Grey.

  • El Sexo siempre es la Respuesta de Jorge Borges

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    Como Animales: Romance, Sexo y Erotica con el Licantropo Alfa

  • Peliculas Prohibidas de Lecxia Fenrira

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    Todas las personas tienen metas, todas las personas tienen objetivos y el de ella era bastante obvio: queria tener la boda de sus suenos. Si, todo tenia que ser perfecto y como no, para una mujer como ella tan ordenada, abogado, joven y bella, tenia que ser asi. No debia ser de otra forma. Rebeca estaba feliz, no lo podia negar. Habia conocido al hombre de sus suenos: Alberto, un tio que era un exitoso arquitecto quien, por cierto, tenia una firma reconocida en la ciudad. Se conocieron en la universidad y las cosas se dieron como un flechazo instantaneo. La abogado estrella de la corte tuvo una vida tranquila. Era la menor de tres hermanos y, de paso, era conocida por tener los ojos verdes mas brillantes y hermosos que alguien podria admirar. Su cabello era largo, por los hombros, de un rubio brillante. Siempre impecable y siempre bien peinado, por supuesto. De nina desarrollo la necesidad de verse bien, de cuidar su imagen hasta lo mas pequeno. Asi que era muy consciente de que imagen proyectaba a los demas. Esto lo mismo tambien hizo que tomara la decision de ser bien estricta con su alimentacion y establecer una rutina de ejercicios para mantenerse en forma. Asi pues, paso sus anos de secundaria y universidad, no solo como una estudiante destacada, sino tambien por ser una excelente atleta con dotes impresionantes para el deporte. Su figura naturalmente delgada, se convirtio en una mas firme y de musculatura marcada. El lema de "mente sana y cuerpo sano" era muy serio para ella. Sus padres a veces pensaban que para ser una chica tan joven, era un poco estructurada. Pero bien, asi era su hija y la amaba de manera incondicional. Por supuesto, esto represento que ella se convirtiera en una de esas chicas que todos los hombres desean. Sin embargo, gracias a su caracter tan determinante, solo se permitia estar con personas que resultasen verdaderamente interesantes para ella. De resto, ni siquiera se molestaba en interactuar con tios sin cerebro. Alberto no solo era guapo, tambien era brillante y muy educado. Ella sabia que seria la persona perfecta para su familia y bueno, lo demas es historia. Lo cierto es que Rebeca era una persona querida por la gente que se encontraba a su alrededor. Su novio moria por ella, al igual que sus amigos y el resto de su familia. Al igual que alguien que le estaba siguiendo los pasos desde hacia mucho tiempo. --Disculpame que te cite aqui para ver unas flores, pero es que ni mi mama ni mis amigas pudieron venir. Me da mucha pena contigo. --No te preocupes. Yo estoy encantado de estas cosas de bodas y demas. Es... Digamos, entretenido. --Gracias, en serio. No podria hacer esto sola. Francamente pense que seria facil porque tu sabes como soy, pero no. Esto de organizar una boda es abrumador. --Venga, no te quites credito. Eres una tia que esta preparada para lo que sea. De seguro esto no es nada comparado con las cosas que has hecho anteriormente. --Y pues, no lo se. Digamos que es distinto... A veces prefiero olvidarme de este asunto, decirle a Alberto que nos figuemos y nos casemos en Bali. --No es mala idea. Deberias considerarlo seriamente --dijo el picandole un ojo. --Eres terrible. Si sigo contigo seguramente tendre ideas locas. Mark rio a carcajadas, era un tio gracioso, pero le gustaba mas que le hicieran reir. La miro un rato luego de que ella se fijara en unas vitrinas con zapatos que queria para su viaje de luna de miel. Ella no paraba de hablar y el de mirarla fijamente. Mark y Alberto se conocieron de ninos, asi que fue natural la decision del novio de designar a Mark como el padrino de la boda. La notica le puso muy contento, claro, asi que estaba ansioso por conocer a la mujer que habia conquistado el corazon de su amigo. El le comentaba que la chica no solo era hermosa, sino tambien dulce, inteligente, casera y bondadosa. Resaltaba como su lengua afilaba era capaz de desestimar cualquier argumento bobo y le sorprendia la velocidad de su mente. --Ella parece ir mas rapido que los demas. Incluso a veces me cuesta seguirla. Pero la amo, la amo como a nada en la vida. Es perfecta. Mark estaba intrigado, aunque como buen mujeriego pensaba que esas palabras eran eso: palabras vacias que no decian mucho. Las mujeres para el eran diversion de una noche o de varias --en el mejor de los casos--. No la habia conocido como Alberto hubiera querido porque el estaba pasando una temporada en el exterior haciendo cualquier cantidad de cursos, asi que tendria que esperar a que el momento se diera y por fin salir de las dudas. Llego al pais y su amigo insistio tanto en verse esa misma noche que el cedio solo por el. --Venga, tio, esta bien. Solo dejame descansar un poco y despues quedamos para un bonito sitio. --No vayas a traer a ninguna de tus mujeres. Rebeca es una mujer seria y quiero que tenga una imagen buena de ti. --Tio, por Dios, eso sono demasiado medieval. --Es la verdad. --Vale, que no llevo a nadie. Si, estaba de malhumor porque queria salir de alli con cualquier excusa y follar. Pero bien, su amigo era su amigo y no habia nada que hacer. Quedaron en un restaurante que estaba en el centro. En cuanto llego, se encontro a Alberto y se dieron un abrazo de esos sentidos. Mark olvido lo pesado que se puso su amigo al sentirse feliz de verlo. --?Como te fue? --dijo Alberto con una sonrisa. --Bien, no me puedo quejar. Debo decirte que las tias suecas son divinas y no se complican para nada, eh. --No empieces. --Solo te comento... Por cierto, ?en donde esta la senorita en cuestion? Ya a estas alturas estoy que quiero saber quien te tiene asi de enamorado. Pareces un tarro de dulce y promesas. --No juegues con eso, tio. En serio te digo que esta es la mujer. --Pidamos unas pintas mientras llegas. Asi nos ponemos al dia. Estoy que te tengo que contar un monton de cosas. Los dos conversaron como siempre. Entre unas cuantas tapas y cerveza. Mark casi olvido por completo que debian encontrarse con la chica en cuestion. Pero, sucedio y nunca penso que se transformaria de manera abrupta. Ella entro meneando el cabello, las caderas y sonriendo con una sonrisa amable, dulce y tambien de sorpresa porque vio en la mesa a alguien que no conocia. Como fue de esperarse, Alberto estaba contento, pero Mark, el pobre tio, quedo aplastado por ese encanto y la belleza de esa mujer. --!Hola! Debes ser Mark. Lo siento mucho, trate de salir temprano, pero tuve que presentarme para un juicio. Trate de aplazarlo, pero el demandante queria hacerlo hoy. Por eso vengo a esta hora. Alberto la sostenia de la cintura, mientras le daba un beso en la mejilla. Mientras, Mark estaba de pie, tratando de disimular que se habia sentido terriblemente atraido. Ella se sento luciendo ese vestido negro ajustado, el blazer del mismo color, los zapatos de tacon y el cabello pulcramente peinado. Pero lo que realmente lo dejo tonto fueron esos ojos verdes y esos labios gruesos de color rojo. Su rostro, tan blanco y tan lindo, con una expresion que no habia visto en las otras chicas. Se sentaron a comer y a beber. Ella no dejaba de hablar de su trabajo y de que los juicios se estaban volviendo un poco pesados. Pero, lo mas interesante del asunto era que si te ponias a ver la escena desde afuera, los dos estaban como embobados. --Le hable a Mark sobre ti. El no me creia que fueras asi de perfecta. Ahora ya lo sabe y me puede dar la razon. Rebeca se puso un poco roja por la verguenza y le tomo el rostro de su novio con una dulzura que encendio el interior de Mark con el fuego de los celos. --Como sabras, Mark, Alberto tiende a la exageracion, pero supongo que ahi esta parte de su encanto. --?Me excusan un momento? Es que acabo de llegar de viaje y estoy un poco mareado. --?Estas bien? --dijo Alberto con notable preocupacion. --Si, si, no te preocupes. Solo voy a echarme un poco de agua en la cara y regreso. Antes de levantarse, ella le dirigio una sonrisa y fue ahi cuando sintio que algo dentro de el se habia roto para siempre. El ruido del restaurante, la gente hablando, las copas chocando. Todo quedo en el profundo olvido, puesto que el estaba demasiado absorto en la imagen de ella que ya estaba en su memoria. Entro al bano y abrio una de las puertas de los cubiculos que estaban alli. Se sento sobre la tapa del inodoro y se llevo las manos en la cabeza. Cerro los ojos y se le manifesto el fulano mareo que habia mencionado en la mesa y el cual habia inventado porque necesitaba un tiempo para entender lo que le estaba pasando. Ella se le aparecia de manera constante, recurrente. Era tan fuerte que parecia sentir golpes de ella sobre sus retinas. Era doloroso y tambien exasperante. Nunca en su vida habia vivido por una situacion asi. Jamas, asi que no entendia lo que le estaba pasando. Por supuesto, siempre fue un hombre que no tuvo problemas con las mujeres. Era bien sabido que cualquier chica estaba a su disposicion en todo momento. Pero ella se le aparecio en un momento de su vida en el que puso en duda muchas de las cosas que ya un hombre de su edad habia dado por sentado. El corazon le latia con fuerza y la sensacion de malestar se le estaba haciendo cada vez mas real. No podia creer que se sintiera tan descompuesto. Olvido el sabor agradable de la cerveza, las tapas de bacon y aceitunas, el crocante del pan o las anecdotas graciosas de su amigo y las de el. Nada de eso tuvo mas sentido. Salio del lugar y fue al lavabo para echarse agua fresca. Se miro en el espejo y se sorprendio de su expresion de preocupacion. Un poco mas de agua, una rapida secada y saldria como si nada hubiera pasado. Tambien era experto en eso. Volvio a caminar por el pasillo y antes de enfrentarse a la gente, se armo una sonrisa para fingir que todo estaba bajo control. Los encontro riendose y de nuevo el calor en el fondo del estomago, el malestar y las ganas de irse de alli. Ya no queria saber nada mas. --Oye, ?te sientes mejor? ?Que tal si comemos algo? Quizas asi puedas recuperar un poco el color. --Alberto, tambien fue demasiado pedirle que viniera si acababa de llegar de viaje. Rebeca le dirigio una mirada y sus ojos brillantes le dieron a entender que comprendia, de cierto modo, lo que le estaba pasando. Pero, ?como cojones comprenderia esa mezcla tan turbia de sentimientos? --Vale, vale. Que no pasa nada. Debe ser la edad que me tiene con estos achaques tan molestos, hostia. --?Piensas quedarte? ?O prefieres que nos veamos cuando estes descansado? --volvio a preguntar Rebeca. --Creo que mejor me voy. No pense que este tema del jetlag me afectara asi. Que molesto esto. De verdad que no queria arruinar la velada. --No lo haces --dijo ella-- poniendole la mano sobre la suya-- Se que eres una de las personas mas importantes para Alberto, y para mi es mas que suficiente el hecho de que hayas hecho un espacio para conocerme. El contacto de su piel hizo que sintiera como si una corriente de electricidad pasara por todo su cuerpo. Fue calor, frio, hielo, amor, terror, fuerza y debilidad. Todo eso, mucho de todo, que se junto para que se diera cuenta que ya no tendria escapatoria de esa mujer. --Gracias a ti. Bueno, espero que nos podamos reunir con mayor tranquilidad. Lo siento mucho

  • Rozando El Cielo de Cristina Gonzalez

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    Le he dicho que no quiere sentarse al lado del ministro de industria frances. No, no y no. ?Acaso quiere provocar una guerra? Por el amor de Dios... - le gritaba yo al asesor de eventos noruego (y estupido) -. Si... Si... Aja... Me parece bien. Si, esa mesa es estupenda. Gracias. Y colgue. A pesar de que mi noruego no era el mejor (no era el idioma que mas dominaba), habia sido capaz de evitar que mi jefe, el senor Miller, no tuviese que atravesar una situacion de lo mas incomoda. Desde que Terrarius comenzo con las obras de la nueva linea de ferrocarriles de alta velocidad, los franceses se habian retrasado en todos los pagos, obligando a detener el proyecto y sobrecargando demasiado la economia de la empresa. Y John Miller, el presidente de Terrarius, no estaba dispuesto a almorzar en la misma mesa que el peor de sus clientes. Y yo sabia que, si el ministro frances conocia lo suficiente al senor Miller, tampoco querria enfrentarse cara a cara con el. - Necesito ver un resumen de la situacion de los tres ultimos meses Praxton - me bufo mi jefe mientras pasaba por delante de mi mesa. Despues se encerro en su despacho de un portazo y pude adivinar a traves del cristal como se sentaba, pasaba su mano por su cabello en un ademan de desesperacion y luego fijaba sus gelidos ojos turquesas en la fria pantalla de su portatil, repleta de numeros. Imprimi el informe que habia preparado detalladamente durante las ultimas dos semanas. Me incorpore y camine con paso firme hacia su santuario. Toque con mis nudillos suavemente sobre la madera de la puerta y entre. Despues deposite los papeles sobre su mesa, al lado de su brazo medio descubierto al encontrarse su palida camisa remangada hasta el codo. Sin musitar una sola palabra, sali de alli, cerrando la puerta con delicadeza para no hacer ruido. Despues me sente de nuevo frente a mi mesa de madera de roble y continue trabajando. Mas y mas llamadas, mas y mas reuniones que organizar. Informes, diapositivas, folletos y papeleos varios que mantuvieron mi mente ocupada durante las seis horas siguientes. Sin embargo, mi trabajo me divertia, me apasionaba. Para llevar a cabo mi actividad diaria necesitaba no menos que dominar como minimo cuatro idiomas: el frances, aleman, espanol y ruso. El resto: como el noruego, rumano, portugues, y otros tantos, los repasaba cuando me era necesario utilizarlos. Adoraba los idiomas. Cuando vivia, mi madre solia decirme que poseia un don para comunicarme, y que por supuesto, habia sabido aprovecharlo bien. Y lo bueno que tenia ser la secretaria personal del dueno de Terrarius era que necesitaba utilizarlos todos constantemente, de manera que jamas se oxidaban en mi cerebro. Alguna vez habia pillado al senor Miller observandome y escuchando una de mis conversaciones acaloradas en un frances mas bien insolente con algun administrativo parisino. Me habia llenado de orgullo ver a mi jefe sonreir de medio lado al comprobar como les plantaba cara a las largatijas del funcionariado en un idioma que ni siquiera era el mio. En el fondo John me caia bien. Mucha gente lo temia y lo evitaba por los pasillos. Tenia un halo de autoridad innegable y muy necesario para hacer que las cosas funcionasen en una empresa tan gigantesca. El era exigente con todo el mundo y sobre todo, con el mismo. Suspire. Habia llegado la hora de comer. Mire de nuevo a traves de la persiana de su despacho y comprobe que el senor Miller continuaba apuntando cosas y llamando por telefono. Era la clase de jefe que predicaba con el ejemplo. Si sus empleados trabajaban, el lo hacia el doble. Si nosotros nos marchabamos a las seis de la tarde, el se iba a las nueve. Y si llegabamos a las ocho, el a las seis y media. Me pregunte si no tendria a nadie con quien compartir su tiempo libre, y de ser asi, que clase de relacion seria. Porque a pesar de que yo ya llevaba tres anos trabajando para el, no conocia absolutamente nada acerca de su vida personal. Ni tampoco me interesaba especialmente. Era solo que en ocasiones se me antojaba triste y solitario y sentia cierta compasion por el. En algunas ocasiones le habia tenido que acompanar a diversos eventos: reuniones, cenas, inauguraciones... Y siempre le habia visto con una mujer diferente. Por lo habitual, John solia llevar acompanantes jovenes y glamourosas con las que hablaba lo justo y necesario. Desde luego, no se le veia feliz con ninguna de ellas. Apague el ordenador. Recogi mis cosas, ordene mi mesa y me encamine hacia el ascensor. Despues de un corto trayecto en autobus y de una caminata de quince minutos, llegue al edificio de pisos en el que se encontraba mi acogedor y reducido apartamento. *** - !Molly! - grite nada mas entrar - !Estoy aqui! Al instante, una chica de veintidos anos y la persona con mejores sentimientos y buenas intenciones que me habia encontrado en el mundo hasta la fecha, aparecio tras la puerta de la cocina y me saludo con una sonrisa. Una sonrisa un tanto forzada. Una de las cosas buenas de Molly era su transparencia. Con solo ver su cara podia adivinar cuando las cosas no iban bien. Me sente en el sofa y la inste a que me pusiera al corriente de lo que habia pasado aquel dia. Ella tomo asiento a mi lado y se coloco algunos mechones tras su oreja. - Esta algo amodorrada... Lleva una manana muy rara... Tiene mucho sueno... Dice que esta muy cansada - dijo ella nerviosa, refiriendose a mi hermana. - ?Esta dormida ahora? - pregunte dejando entrever mi nerviosismo. - Si... Y salvo eso, esta bien. Me preocupa que la medicacion este provocandole algun efecto secundario... Habria que llevarla al medico - sugirio Molly casi en un susurro. Ambas sabiamos lo que aquello significaba: dinero. Y no por la consulta con el doctor... Si no porque, cada vez que saliamos de alli, teniamos que comprar algun farmaco distinto y muy caro. La entranable Rachel, mi hermana pequena, habia nacido con sindrome de Down. Mis padres la habian cuidado con mimo y esmero, protegiendola y dedicando su vida a ella. La habian llevado a un colegio de educacion especial, que pudieron permitirse gracias a los ahorros de toda una vida, ya que el Estado no lo financiaba por completo. Alli Rachel habia aprendido todas aquellas cosas que estaban a su alcance: sabia vestirse - mas o menos -, comia sola, se duchaba sola - aunque yo preferia vigilarla, tenia miedo de que pudiera caerse - e incluso habia aprendido a leer - palabras basicas, lecturas infantiles... Pero era capaz de hacerlo -. Estaba sana, tenia cierta tendencia a engordar, pero nada mas - a excepcion de su patente problema neurologico debido a su enfermedad -. Mis padres la habian llevado al cardiologo para que la revisara, al neurologo todos los anos para comprobar los avances - o retrocesos - y hasta hacia poco tiempo, tambien al pediatra. Yo me habia marchado de casa cuando comence a trabajar para John Miller, pero aun asi, me habia mantenido en estrecho contacto con mi familia e iba a visitarles a menudo. Hasta que ocurrio. Como podria haberle ocurrido a cualquier familia, a cualquier persona, ser querido... Mis padres fallecieron en un desafortunado accidente de trafico. Mi madre perdio la vida en el acto, mientras que mi padre se desvanecio a los dos dias por una sepsis ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Como por arte de magia, Rachel, quien tambien viajaba en el coche con ellos, habia salido absolutamente intacta de aquella colision. Esto habia sucedido el ano anterior. Desde entonces, ni Rachel ni yo volvimos a ser las mismas y a duras penas hemos logrado recuperarnos del impacto. En ocasiones la escuchaba llorar por las noches. Y cuando aquello ocurria me levantaba de la cama para abrazarla, hasta que se quedaba dormida de nuevo. Y entonces yo lloraba. Despues pensaba que si nuestra madre nos habia ensenado a ser fuertes y a afrontar la vida tal y como decidiera presentarse, debia serle fiel a sus ensenanzas y tratar de reencauzar nuestro dia a dia. Asi fue como decidi contratar a Molly, para que cuidara de Rachel durante mis horas de trabajo. Le pagaba poco, y ella sabia que yo no podia dar mas de mi. Porque a pesar de que la herencia que me habian dejado nuestros padres podia solucionar algunos apuros, no debia derrocharla - solia utilizarla para pagar las visitas medicas, los medicamentos y las pruebas que necesitaba mi hermana -. Y mi sueldo me alcanzaba para pagar mi alquiler, comida y ropa para ambas. Y a Molly , por supuesto, quien se conformaba con unos miseros cuatrocientos dolares mensuales, por dedicarle casi el dia entero a Rachel. - Sabes que puedes marcharte cuando lo necesites - le solia decir a la joven de vez en cuando. Pero ella contestaba: - El dia que no pueda mantenerme, vendre a vivir contigo... Yo trabajare por la tarde y tu por la manana. Asi ambas podremos cuidar a Rachel y mantener la casa. Molly tenia cualidades parecidas a las de mi madre y por eso creo que nos comprendia tan bien a mi hermana y a mi. Me lenvante del sofa y camine hasta la pequena habitacion en la que dormia Rachel. Abri la puerta despacio, con suavidad y entre de puntillas. Le di un imperceptible beso en la mejilla y la observe durante un minuto. Su respiracion era profunda y tranquila... Como la de la criatura inocente que era. Sin embargo, me preocupaba que se sintiera tan cansada siendo tan solo las seis de la tarde. - Pedire cita para el neurologo para dentro de un par de dias, necesito decirselo a John con algo de tiempo - le susurre a Molly mientras Rachel suspiraba entre suenos. Ambas salimos del dormitorio y nos tomamos un cafe juntas en la cocina. - Sarah, necesito pedirte algo - me dijo antes de terminarse su taza. Asenti, invitandola a hablar. - Mi padre tiene que operarse la semana que viene y tal vez deba faltar tres o cuatro dias... ?Te daria tiempo a pedirle permiso a tu jefe? ?O al menos a encontrar a alguien que pueda sustituirme durante ese tiempo? Adivine la desesperacion en sus palabras, al tener que divirse entre cuidar a Rachel y atender a su padre. Respire hondo. Rapidamente planee la manera, el tono y la cantidad de palabras que utilizaria para pedirle a John Miller que descontara de mis vacaciones la mitad de la semana siguiente. Alegaria problemas familiares. De salud... Lo que fuera. Pense que en caso de fallar aquello, podria fingir una gripe. Yo era buena, John me apreciaba. Quise creer que no le importaria que me ausentara unos dias por cuestiones familiares. - Esta bien, Molly. El tiempo que necesites. Ya me apanare. A fin de cuentas, no es algo que pase todos los dias - razone, sin poder ocultar el nerviosismo de mis palabras -. Espero que todo salga bien... ?De que es la operacion? Ella sonrio con tristeza. - Tiene un tumor en el colon... Pero afortunadamente lo han detectado a tiempo. Le di un abrazo para apoyarla. Su padre era la unica familia que le quedaba y adivine que escuchar la palabra tumor salir de la boca de un medico fue un golpe muy duro para ella. Pero asi era Molly. Se quejaba poco. A duras penas contaba sus problemas y solia llevar siempre una gran sonrisa en su cara. "Todos tenemos derecho a decaer de vez en cuando, incluso ella", pense al escuchar lo mas parecido a un sollozo sobre mi hombro. - Tranquila, Molly. Todo saldra bien. Me avisaras cuando acabe ?verdad? Ella se separo de mi hombro y asintio. 2 Habia ensayado el monologo al menos una docena de veces. En voz alta, en voz baja, mentalmente, delante del espejo... Y aun continuaba repitiendolo para mi misma mientras el ascensor me llevaba rascacielos arriba, hacia mi mesa de trabajo. "Senor Miller, me han surgido unos asuntos familiares que me veo obligada a atender... Si fuese usted tan amable...". Constantemente me recordaba a mi misma que mi relacion con mi jefe era sustancialmente buena. Me valoraba como la buena profesional que habia demostrado que era y por ello yo queria creer que seria incapaz de negarme tres dias libres. Me sente, deje mi bolso bajo el escritorio y encendi mi ordenador. Observe a traves de la persiana que el senor Miller ya se encontraba, como siempre a las siete y media de la manana, entregado por completo a una nueva jornada laboral. - Piensa, Sarah, piensa... - repeti en voz baja. Porque ya no se trataba solamente de como pedirle a John Miller que me diera permiso, si no de seleccionar el momento adecuado en el que el estuviese dispuesto a escucharme y a ser posible, de buen humor. Resople. El presidente de Terrarius siempre estaba ocupado. Y normalmente, todo lo que no estuviese cuidadosamente colocado en su agenda con un minimo de una semana de antelacion, le estorbaba. "Solo seran cinco minutos", pense. "No le quitare mas tiempo". Mi mesa se encontraba a unos siete pasos de su despacho. Separada de este por un pasillo cubierto por una aseptica moqueta grisacea. La madera de tonos claros daba color a las puertas y a los muebles, en los cuales se reflejaba la luz blanca de los focos de oficina que iluminaban la estancia desde el techo. De pronto me di cuenta de que Miller tenia una reunion programada para las diez de la manana, y despues recorde que John, tras las reuniones siempre solia tomarse un pequeno descanso para organizar sus ideas. "Despues de la reunion hablare con el", pense con aires de victoria. Ya estaba planeado. El momento, el lugar, las palabras e incluso los gestos. - Praxton, ?le importaria pasar a mi despacho? Ahora, por favor. Me sobresalte al ver a mi jefe apoyado en el umbral de la puerta de su despacho, observandome. Medite sobre su exquisita educacion. En sus ordenes no solian faltar los "por favor" y los "gracias", a excepcion de cuando se encontraba muy apurado. No obstante, aquellos ademanes tan caballerosos se perdian en su mirada intransigente. Su "por favor" se podia traducir perfectamente por un: "para ayer". - Si, senor Miller - respondi con inmediatez al tiempo que me levantaba de mi silla negra. Le segui. Observe su camisa de rayas, que le quedaba sustancialmente grande. Era compresible, pues se trataba de un hombre bastante delgado y esbelto, al cual le seria bastante dificil encontrar ropa de su talla. Ademas, su altura le hacia parecer aun mas consumido. Supuse que mediria cerca de un metro noventa. Cuando tome asiento, note sus ojos azules clavados en mi. Adverti que el turquesa de sus iris parecia mas intenso de lo habitual, nada que ver con el azul palido y cristalino que lucia cuando se encontraba mas relajado. Aquella era una buena manera de calibrar su estado de animo. Normalmente, yo solia darle las noticias menos buenas cuando veia el azul claro y balsamico en sus ojos. De lo contrario solia apartarme hasta que el turquesa intenso hubiese desaparecido. - Vera, Sarah, estoy muy contento con su trabajo - comenzo el. Su tono de voz jamas se elevaba mas de lo necesario. Contuve el aliento. No me gustaron aquellas palabras, no anunciaban la peticion de un nuevo informe, ni una nueva presentacion de diapositivas, ni un cambio en su agenda. Espere, tensa. - He leido su curriculum a lo largo de esta semana - continuo el.

  • Ojos de perro azul de Gabriel Garcia Marquez

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    Estos relatos tempranos de quien posteriormente seria premio Nobel fueron escritos y publicados entre 1947 y 1955, aunque, como libro, Ojos de perro azul no apareceria hasta 1974, cuando ya el escritor habia publicado otros dos libros de relatos y cuatro novelas, de las que la ultima, Cien anos de soledad, le proporcionaria su primer gran exito internacional. En este libro se incluye su primer cuento celebre, el Monologo de Isabel viendo llover en Macondo, escenario de sus obras posteriores. El personaje de Isabel reaparecera en su primera novela, y el tema de la lluvia cayendo interminablemente, en su personal version del diluvio universal, acabaria integrandose suave y flexiblemente en Cien anos de soledad. Este relato, incluido en todas las antologias del cuento latinoamericano de nuestros dias, fue la primera piedra de este gigantesco edificio, tan imaginario como real, que terminaria fundando el espacio literario mas poderoso de las letras universales de nuestro tiempo: Macondo. La edicion que tiene el lector entre sus manos incluye, ademas, tres nuevos cuentos: <>, <> y <>.

  • Cuando quieras de Zoe Hanley

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    Me sentia casi desnuda con el camison de hilo blanco que llevaba. Y practicamente lo estaba. Debajo de la fina pieza de tirantes, nada, como siempre. Pero me alegraba de que no me lo hubiera quitado.

  • Despues de encontrarme (Bilogia Lucia 2) de Saray Garcia

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    Titulo original: Despues de encontrarme Primera edicion: Mayo 2016 (c) 2016, Saray Garcia Maquetacion y diseno de portada, a3studio ISBN: 978-1533130358 Deposito legal: V 515-16 Esto es una obra de ficcion. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, organizaciones y dialogos en esta novela son o bien producto de la imaginacion del autor, o has sido utilizados en esta obra de manera ficticia. Quedan prohibidos, dentro de los limites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproduccion total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electronico o mecanico, el tratamiento informatico, el alquiler o cualquier otra forma de cesion de la obra sin autorizacion previa y por escrito de los titulares del copyright. En este libro las canciones tienen un significado muy especial. Acompanan a los protagonistas dando verdadero sentido a muchos momentos. Si quieres disfrutar de la banda sonora de Despues de encontrarme, solo necesitas seguir este enlace: https://open.spotify.com/user/saraygarc%C3%ADa/playlist/7mTadEGpLX2DhZuvQfaSsv INDICE 1. S UENOS LENTOS Y HUIDAS VELOCES 2. SI TU SALTAS... 3. CALLAR ALGO COMO... TE QUIERO 4. !SOY EL REY DEL MUNDO! 5. IMPERTINENTE ES MI SEGUNDO NOMBRE 6. REVUELTO DE FRUTOS SECOS 7. SE (CE)PILLA ANTES A UN MENTIROSO... 8. DESPERTARES ESTRELLADOS 9. SE MIRA PERO NO SE TOCA 10. TORTITAS PARA TODOS 11. DOS NOVIOS PARA DOS SOFAS 12. ?QUE HACE UN TIPO COMO YO, EN UN SITIO COMO ESTE? 13. CSIVALENCIA.ESPECIALISTAS EN REDES SOCIALES 14. TODO LO QUE PUDO SALIR BIEN 15. THELMA Y LOUISE 16. ERES LUZ 17. ACORAZON ABIERTO 18. NO DEJES PARA MANANA... 19. HOGAR, DULCE E INCORREGIBLE HOGAR 20. CADA COSA EN SU LUGAR... Y LUCIA POR TODAS PARTES 21. UN DIA COMO OTRO CUALQUIERA 22. SORPRESAS, CONFESIONES, Y... !MUCHA MIERDA! 23. AFORO COMPLETO 24. MI PRIMERA UVA 25. SIEMPRE CUIDARE DE TI 26. LA CUENTA ATRAS 27. PLANTAR LA SEMILLA 28. RECOGER LOS FRUTOS 29. MI CHICA 30. LA VERDADERA CARA DEL DOLOR 31. EXPIANDO PECADOS 32. JAQUE 33. MATE 34. CUANDO DECIDI OLVIDARTE 35. CASI LA ANTIGUA LUCIA 36. VIDAS QUE DEJE CRUZADAS... 37. ...VIENEN PERSIGUIENDOME 38. CUANDO DECIDI RECUPERARTE 39. DI QUE SI 40. LO QUE SIEMPRE HAS QUERIDO EPILOGO AGRADECIMIENTOS SOBRE LA AUTORA A ti, abueli Estes donde estes, que sea para bien A Tindaya, por todo lo que compartiremos hasta que puedas leerlo 1 SUENOS LENTOS Y HUIDAS VELOCES El agua caia sobre mi cuerpo desnudo. Deslice mis manos por la cara para echarme hacia atras el pelo y abri los ojos. Una sonrisa se dibujo instantaneamente en mi rostro, al tiempo que Closer llenaba aquel bano. Sabia donde estaba. De vuelta a Madrid. A nuestra habitacion de hotel. Sin que pudiera preguntarme como habia llegado hasta alli, sus manos resbalaron por mi vientre y su boca por mi cuello. Instintivamente, estire el brazo para acariciarle el pelo. --Te he echado de menos --dije enredando mis dedos entre sus mechones. No recibi contestacion. En lugar de hablar, me recorria los hombros con besos, y sus dedos ascendian por mis costados hasta llegar a acariciar mis pechos. Suspire contoneandome contra el al ritmo de los Kings of Leon. Subio por mi brazo para recoger mi mano de su cabeza y guiarla de vuelta a mi cuerpo. Siguiendo mi contorno, despacio, muy despacio, ibamos dibujando mis curvas hasta llegar a mi entrepierna. Lo note excitarse contra mi. Sus dedos obligaron a los mios a tocarme. Estaba perdiendo el sentido con nuestras caricias acompasadas, sus labios recorriendome la espalda, la sensual melodia de la cancion... --?Te has levantado con ganas de jugar? --pregunte sin apenas poder contener un gemido cuando me rozo el clitoris con mis propias yemas. En lugar de responder, sus dedos liberaron los mios y, retrocediendo un paso, me dejo espacio para poder volverme. --Buenos dias, ne... Antes de haber terminado de decirlo, mis pupilas habian topado con unos preciosos ojos grises centelleantes, y un sonoro scratch destrozaba la musica ambiente. !?Alex?! --Buenos dias, canija. Desperte a la velocidad del rayo, con la respiracion acelerada y banada en sudor. Tenia una mano en una teta y la otra en la cadera. La del pechito contento, era obvio que habia sido por mi suenecito humedo. Y tan humedo... ?Reivindicando su nombre, senor Mojabragas? La otra, la que parecia estar protegiendo la ultima flor del universo, era por idiota. Todo comenzo en el maldito momento en el que Jorge comento que, aquella cicatriz en mi cadera, era como llevar un tatuaje para recordarlo. Por eso yo, como buena suicida emocional, habia cogido la estupida costumbre de dormir con una mano sobre ella. Juro que era involuntario. Nunca era consciente del momento en el que mi palma arropaba aquella marca todavia rosada, pero cada manana, mi mano aparecia situada en la misma posicion. Como si asi pudiera tocarlo a el, y fuera verdad que lo llevaba en la piel para siempre. Como si estuviera salvaguardando lo poco que quedaba de algo que fue nuestro. Algo que se perdio un mes atras, entre su silencio y mis lagrimas. !Prohibido pensar en eso, pardilla! Mire el reloj medio grogui. !Mierda, joder! Me habia quedado totalmente dormida. Iba a tener que correr para llegar a tiempo a la cena. Despues de llevar todo el mes lejos de Valencia, habia regresado esa misma tarde de pasar mis ultimos dias de vacaciones con Nora. Agotada por el viaje, me habia tirado en la cama para descansar cinco minutitos... que se habian convertido en dos horazas. Lo bueno de llevar tanto tiempo fuera, era que mis posibilidades estilisticas estaban bastante mermadas. La inmensa mayoria de mi ropa de verano estaba, o arrugada dentro de alguna maleta, o haciendo rebosar el cesto de la ropa sucia. Estudiando mis alternativas, supe que la mejor opcion era aquel vestido largo y vaporoso, de modo que no tarde en meterme en la ducha para olvidar los suenos con un ex de manos sueltas, y para cantar a voz en grito, anunciandoles a los vecinos mi vuelta a casa. Para mi sorpresa, consegui llegar hasta la direccion que Alina me habia mandado sin gritarle ni una vez al Google Maps, y eso que el bendito chalet estaba mas o menos donde Cristo perdio la alpargata. Aparque el coche de cualquier manera, cortando el paso de un Mini que podia apostar a que pertenecia a la abofeteable Jimena. Despues de todo, no tenia intencion de estar alli demasiado tiempo. De camino a la entrada, un Golf blanco --su Golf blanco-- llamo mi atencion. Genial, que empiece la funcion, pense. Si albergaba una remota esperanza de que Jorge no estuviera, esa vision acababa de mandarla a la mierda por la via rapida. Mi pulso respondio descontrolandose, y mi cabeza se planteo la posibilidad de acariciar con mi bolso de tachuelas --sin querer, claro-- la carroceria al pasar. Recurri al mantra de las vacaciones antes de caer en la ira incontrolada. --Si no te pienso, no existes. Si no te pienso, no existes. Si no te pienso, no existes --me repeti a mi misma dejando atras el coche. La puerta estaba abierta, asi que entre siguiendo el sonido de la musica hasta la piscina, donde un monton de jovenes bailaban, reian y bebian al ritmo de Supersubmarina. !Ay Norito, que bien lo habriamos pasado tu y yo aqui!, pense antes de recordarme que tenia que salir de alli cuanto antes. Nada mas verme, Alina corrio a mi encuentro. --!Lucia! --grito tirandose sobre mi--. Pense que al final no vendrias. --No podia perderme tu despedida --confese devolviendole el abrazo. La estruje contra mi, regresando al dia en que la habia conocido. Apenas unos meses despues, ella tambien corria detras de su cambio de vida. Se iba a estudiar a Inglaterra, y aunque estaba segura de que se llevaria el violin en la maleta, este tendria que aprender a compartir su tiempo con los libros de finanzas. Mientras dejaba que mis brazos la arropasen, mis ojos inquietos no dejaban de saltar de cara en cara buscando el rostro de su hermano. Estaba cerca. En alguna parte de aquella casa. Era como si pudiera sentirlo, sin embargo, no lograba encontrarlo. En mi interior se libraba una especie de lucha de poder. Por una parte, mi cabeza me decia que lo mas inteligente seria mantenerlo lejos. Pero por otra, mi corazon... El solo palpitaba ansioso dentro de mi pecho, esperando el momento de encontrar su mirada, y que las ultimas semanas desaparecieran para poder salir de su jaula. Volver a escuchar sus provocaciones... Que me tentase con su sonrisa... Lucia en modo yonqui activada. !Que rapido se acaba el efecto "Vacaciones rehabilitadoras", Senor! --Acompaname a la cocina para que podamos hablar --dijo arrastrandome por una mano. --Ali, no puedo quedarme mucho. Tengo una cena --respondi siguiendo sus pasos sin tener muy claro si podia oirme. --Esperame dentro un segundo. Voy a... a por el movil. Giro y comenzo a caminar dejandome en el umbral de la puerta. Lo cruce. Alli la musica se escuchaba atenuada, pero aun asi podia distinguir a Chino entonar las primeras frases de Chas! Y aparezco a tu lado. Me volvi con una sonrisa ironica, pensando en Adriana y en como acabo la ultima conversacion en la que salio esa cancion, pero cuando mis ojos alcanzaron la terraza con vistas al mar, el corazon me dejo de latir durante lo que parecio una eternidad. Alli estaba Jorge. Apoyado en la barandilla. Embelesado mirando el mar. Ajeno al estallido de emociones que acababa de desatar dentro de mi. !A tomar por culo la desintoxicacion! Fue gracioso pensar que aquella cancion habia hecho que de verdad apareciese. Aunque, siendo sincera... Aparecer lo que se dice aparecer... Tampoco es que hubiera hecho nada en concreto, mas que ir al guateque de despedida de su hermana, seguramente sin imaginarse que seria yo la que emergeria de mi escondite vacacional. Por el contrario, yo sabia de sobra que el estaria en aquella fiesta. Era su hermana. No era tan capullo como para perdersela. Pese a eso, reconozcamos que lo de la cancion sonando en el momento preciso... !Con menos que eso, Iker Jimenez podria hacer un programa especial! Avance hasta los ventanales que permanecian cerrados y, por un segundo, olvide que habia un cristal entre nosotros. Un simbolo de la distancia que nos habia separado las ultimas semanas. Alargue la mano posando mis dedos sobre su silueta y, viendolo sujetar una cerveza en una mano y un pitillo en la otra, mi corazon volvio a adquirir un ritmo pausado. El del confort de estar cerca. La calma de notar su presencia. La tranquilidad que te embarga cuando encuentras algo que habias perdido, aunque en mi caso, no fuera a recuperarlo. --?No piensas decirle nada? Me di la vuelta alarmada por la voz de Alina, escondiendo la mano tras la espalda en un acto reflejo, como si me hubiera pillado robando una pieza de la cuberteria buena. --Creo que sera mejor que no lo haga --respondi haciendo caso a mi instinto de supervivencia. --Se cabrearia mucho si se enterase de que has estado aqui y no le he avisado --alego dirigiendose hacia la terraza. --Pues entonces que no se entere --la detuve agarrando su brazo--. Por favor. Mi expresion de suplica debio convencerla, aunque la suya dejo claro que no estaba de acuerdo con lo que iba a hacer. --Va a matarme... En realidad no creia que le importase demasiado. Si durante todo ese tiempo no habia tenido noticias suyas, estaba claro que verme no era una de sus prioridades. --Tengo algo para ti --cambie de tema llevando una mano al bolso para sacar un pequeno paquete--. Dicen que protege a quien lo lleva --espere a que lo abriera y sacase el regalo del saquito de tela--. Segun los nativos, el material del que esta hecho ahuyenta los malos espiritus y atrae la fortuna. --!Me encanta! Es tan original... --contesto colocandose y admirando el curioso brazalete--. Lo llevare siempre. --Estoy segura de que no la vas a necesitar --sonrei cogiendo su mano--. Nunca dejes que nadie te diga que no puedes lograr algo, Alina --trague para evitar venirme abajo. Odiaba las despedidas--. Podras ser lo que te propongas, y me alegra que hayas decidido intentar ser feliz. --Una amiga me dijo una vez, que es bastante complicado serlo haciendo algo que no quieres --sonrio encantadora--, asi que segui su consejo para hacer exactamente lo que queria --me dio un apreton en la mano--. Quiero que sepas que tu llegada nos cambio la vida a todos, no solo a Jorge. --Yo no cambie nada --menos aun en Jorge--. Vosotras si que cambiasteis mi vida. Pase de trabajadora desmotivada a... !estilista acelerada! --rei agitando las manos por encima de mi cabeza. --Un poco acelerada has sido siempre. --Creo que te tengo que dar la razon

  • Kolia de Leandro Perez

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    Si esta historia fuera una pelicula, tendria que comenzar cuando mas de nueve mil gargantas cantan el himno a Burgos en el Coliseum, unos segundos antes de que un Madrid liderado por Luka Doncic juegue contra el San Pablo. Como esta historia es una novela, empieza cuando Kolia tiene que encestar tres tiros libres para ganar el campeonato de Espana cadete.

  • La isla del poeta de Jordi Sierra I Fabra

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    Isa tiene diecinueve anos y un deseo: conocer al poeta cuyos libros salvaron su vida en la adolescencia, ver al hombre cuyos versos la animaron a luchar cuando estuvo frente a la muerte. Pero ese poeta, Isaac Estruch, lleva veinte anos retirado en una pequena isla de las caribenas aguas de Cartagena de Indias, en Colombia. Encerrado alli, sin querer ver a nadie, Isaac es un ermitano con fama de irascible. Pese a todo, Isa cruza el Atlantico y se planta frente a su cabana.

  • Celia y Eva. Guerra de Likes de Celia Dail

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    El libro de las musical.ly mas potentes del momento.

  • Amor contracorriente de Annabeth Berkley

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    La joven lady Allyson Connelly se miraba en el espejo con cierta inseguridad. Estaba en el salon de la modista a la que solian acudir al inicio de cada temporada. Podria decirse que le gustaba lo que veia. Su cabello rubio perfectamente recogido, el precioso vestido celeste que resaltaba el azul de sus ojos, los bonitos y comodos botines que le permitirian bailar toda la noche... Estaba satisfecha del resultado, sin embargo... sentia que le faltaba el aire. Madame Leonard, la solicitada modista francesa a la que la mayoria de la nobleza de Londres encargaba sus vestidos desde que se habia instalado alli hacia unos anos, la miraba extranada con varios alfileres sujetos entre sus finos labios. Era alta, delgada y su demostrada experiencia y los altos precios que cobraba daban la razon a la soberbia con la que se conducia. Miro la estrecha cintura de la joven. Estaba segura de que el corpino no estaba tan apretado como para no dejarle respirar, asi que no le presto mayor atencion. Allyson sintio como sus mejillas perdian el color y un sudor frio le recorria el cuerpo. Intento distraerse mirando a su alrededor. Las paredes forradas con papel en tonos claros, las lujosas telas de diferentes colores sobre una mesa alargada, varios espejos diseminados por la habitacion, estanterias con diferentes tocados que sobresalian de sus cajas, cajones a medio cerrar con vistosas plumas, abalorios y delicados encajes... --Crei que ya tenia pretendiente --comento Madame Leonard mientras se alejaba para dar el visto bueno a su diseno desde la distancia. --Y lo tiene --afirmo altiva y satisfecha lady Josephine Connelly, la elegante matriarca de la familia--. Esta temporada, Christine causara la misma sensacion que su hermana en la anterior. No tengo duda de ello. Josephine miraba a su hija mayor con el ceno fruncido, molesta porque aun no hubieran fijado la fecha de la boda. Si la modista sabia que tenia pretendiente, pero aun no se habia casado, lo sabria, sin duda, el resto de la alta sociedad. No comprendia el porque de su reticencia cuando el conde de Nokfolk era tan buen partido para cualquier joven casadera. --El delicado vestido de color petalo que han escogido, sin duda, hara que encuentre pretendiente tan rapido como su hermana --comento la modista sonriendo friamente a la joven morena de ojos azules a la que acababa de quitarle el elegante y decoroso vestido encargado para la fiesta. Allyson miro a Christine, su hermana un ano menor, que la miraba con los ojos brillantes, emocionada por su inminente presentacion en sociedad. Sin duda, estaria preciosa y mas que preparada para encontrar esposo. La mas pequena, Laura, rubia como ella y de ojos verdes, estaba sentada indiferente junto a su madre. Ella aun tendria que esperar un ano mas para su presentacion en sociedad, y no parecia que tuviera mucho interes al respecto. Allyson volvio a mirarse en el espejo. A ella se le acababa el tiempo. La falta de aire era cada vez mas acuciante. El conde de Nokfolk, el afortunado pretendiente al que sus padres habian aprobado, ademas de pertenecer a su clase social y ser correcto y educado, habia sido muy paciente con sus caprichos de retrasar la boda entre ambos. Ese ano la acompanaria en los bailes para confirmar la union matrimonial que todos esperaban que se fuera a producir en breve. Era un buen hombre y seria un buen marido, se dijo tratando de convencerse. --Allyson, por Dios, ?que te ocurre? --le pregunto alarmada su madre, notando su palidez y angustia, cada vez mas visible. Allyson cogio aire y lo solto con rapidez varias veces mientras se doblaba sobre sus rodillas. Christine y Laura fueron preocupadas hasta ella. Madame Leonard se acerco agitando un abanico de color crudo con su mano. Solo Josephine la miraba seria, levantado una ceja con frialdad. --Se... me pasara pronto.... --les tranquilizo Allyson con un hilo de voz mientras la modista le soltaba los lazos del vestido para quitarselo. --No creo que sea necesario arreglarlo --les comento Madame Leonard con firmeza--. Quiza la joven esta nerviosa. Josephine apreto los labios con fuerza, mirando cenuda a la mayor de sus hijas. --Probablemente --murmuro entre dientes. Allyson miro de reojo a su madre antes de desaparecer tras la cortina que servia de biombo para vestirse con su ropa de paseo. --Al ano que viene me tocara a mi ponerme otro de estos vestidos --comento la joven Laura pasando la mano por el vestido que Christine iba a llevar. Christine asintio, mirando risuena su bonito vestido. Sabia que todos la compararian con su bonita hermana mayor, pero afortunadamente ella no seria rival puesto que a su boda con el conde solo le faltaba establecer la fecha. Josephine no se movio de donde estaba hasta que no vio salir a Allyson vestida con su traje de paseo de colores crudos y visiblemente mas recuperada. Christine y Laura fueron hasta ella preocupadas. Allyson les sonrio evitando la mirada de su madre. --Muy bien, Madame Leonard --le comento Josephine a la modista mientras se dirigia a la puerta--. Espero que envie estos vestidos manana mismo, y el resto de los que le hemos encargado, en una semana. La mujer asintio satisfecha. Poco antes de empezar la temporada en Londres, recibia cientos de encargos que le permitian vivir muy holgadamente el resto del ano, cuando la alta sociedad solia retirarse a pasar la temporada de caza a sus segundas viviendas alejadas de la vida social de la ciudad. Justo antes de salir, se encontraron con lady Flanigan, una vieja conocida de la familia, que entraba con su hija, probablemente con la misma intencion con las que ellas habian ido. Era alta y ligeramente corpulenta, y llevaba un moderno sombrero sobre su cabello oscuro. Su hija, con el cabello un poco mas claro, parecia su joven reflejo. Las madres se saludaron con una afectuosa sonrisa. Las jovenes se miraron con curiosidad. No solian relacionarse entre ellas. --Supongo que nos veremos en la fiesta de lord Bondshire --comento lady Flanigan. Josephine asintio complacida. --Si, Helen, aunque tenia entendido que Josselyn ya habia encontrado pretendiente el ano pasado. La mujer sonrio asintiendo y manteniendo la mirada a su interlocutora. --Asi es, pero parece ser que tiene la misma prisa que Allyson por contraer matrimonio. Las dos jovenes aludidas se miraron y se sonrieron con amabilidad. Aunque recordaban haberse visto en alguna ocasion, apenas habian hablado entre ellas. Josephine miro al cielo, como si pidiera la paciencia que necesitaba para la incomodidad que le producia la situacion de su hija mayor. --Este ano debuta Christine. Ya lo tenemos todo preparado, y estamos seguras de que todo ira... mejor. Helen asintio con una sonrisa educada. --Te deseo la mejor de las suertes, Christine --miro a la ilusionada joven--. Mucho gusto en saludarlas. Josephine y sus hijas volvieron al carruaje que les estaba esperando al otro lado de la calle. Allyson se distrajo mirando a su alrededor. Las calles de la ciudad eran amplias y estaban limpias. Habia varias personas paseando distraidas. Todo le parecia que estuviera dentro de la normalidad a la que estaba acostumbrada... y de la que habia empezado a dudar. --Allyson, ?por que te detienes? Allyson miro a su madre sonrojada. Bajo la cabeza y fue hacia el carruaje justo cuando otro carruaje similar paro frente al de ellas. Un joven apuesto de cabello castano y ojos del mismo color bajo de el para saludarlas. --Lady Connelly, Christine, Laura, Allyson. Todas sonrieron y devolvieron el saludo al prometido de Allyson. --Es un placer haberlas encontrado. Ahora iba a ver a su esposo --les explico mientras Allyson se acercaba a el. --Madre, ?puedo irme con Robert? --pregunto la joven tratando de aparentar indiferencia. --No es buena idea, Allyson. Cualquiera puede veros... --Aun no es mediodia, madre --insistio Allyson. --Voy a una de las fabricas --le explico Robert, el conde de Nokfolk, serio--. Nada me gustaria mas que compartir el tiempo contigo, Allyson, pero quiza no sea buena idea... Allyson fruncio el ceno mientras hacia un entrenado mohin con los labios que le dedico a Robert y a su madre. --Siempre os quejais de que no pasamos tiempo juntos... Josephine entrecerro los ojos mirando a su hija mayor con desconfianza. Allyson evito su mirada fijandola en su guapo pretendiente, que miraba a su madre esperando un permiso. --Puedo quedarme esperando en el carruaje... --insistio Allyson con dulzura. --Yo cuidare de ella, lady Connelly, y en cuanto termine la diligencia que me lleva hasta alli, la acompanare a casa. Josephine asintio con un gesto serio, visiblemente molesta con su hija mayor. Allyson se despidio de su madre y sus hermanas sin perder mas tiempo y dedico a Robert una bonita sonrisa mientras subia al elegante carruaje con asientos de terciopelo en color verde oscuro. El joven la siguio al interior, sentandose frente a ella. La miro detenidamente mientras golpeaba con su baston el techo para indicar al cochero que se pusiera en marcha. Pocas veces conseguian estar a solas. --No esperaba que quisieras venir conmigo --le comento Robert, con mucha calma, casi arrastrando las palabras. Allyson se encogio de hombros, sintiendose ligeramente incomoda con su tono de voz. Sentia su mirada condescendiente sobre ella, como si todavia la estuviera evaluando para saber si seria o no una buena esposa, o como si estuviera dispuesto a reganarla si no hacia lo que el consideraba correcto. --Apenas nos vemos... --le contesto ella, suponiendo que era logico que pasaran algun momento a solas. --Tu madre ya no esta. No tienes que fingir delante de mi --le indico serio mirandola a los ojos. --No estaba... --?A quien trataba de enganar? Quiza Robert habia empezado a conocerla--. Nunca he visto una fabrica --le respondio compartiendo la verdadera razon por la que habia querido acompanarle. --Ni tienes por que verla --le explico con cierta frialdad, manteniendole la mirada. Allyson lo miro por unos segundos. Habia creido que Robert apoyaria sus inquietudes o le permitiria dirigirse con mas libertad que la que tenia en casa de sus padres. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero en determinadas ocasiones, el le hacia sentir insegura y no era nada agradable sentirse asi. --?Por que no? ?Que habria de malo? --le pregunto mirando hacia la ventana para disimular su decepcion. --Ese no es un sitio para una dama --insistio Robert mientras el carruaje iniciaba un incomodo traqueteo debido al desgastado suelo de las calles por las que habian empezado a transitar. --Oh, vamos... --Allyson le miro impaciente. --Ademas, has dicho que te quedarias en el carruaje. Allyson le miro seria. Cierta tension se palpaba en el ambiente. Ella sabia que no debia llevarle la contraria, que debia mostrarse sonriente y sumisa, pero cada vez le costaba mas comportarse asi con el. --Allyson... --le recrimino molesto--. No se que esperas encontrar alli, pero no es como te lo imaginas. Las fabricas... --entorno los ojos con una mueca--. ?Que has estado leyendo? Allyson se sonrojo, pero no le respondio. Se limito a mirar por la ventana, dandose cuenta de que habian dejado muy atras el centro londinense. --?Donde vamos exactamente? --A una parte del East End... barrios obreros... tu padre se encuentra en una de las fabricas --Allyson se asomo por la ventana sin ningun reparo--. Allyson, esto no es un viaje de placer. Vuelve dentro. Allyson lo miro molesta. --Nunca he estado en un barrio obrero. --Y no vas a estarlo --le respondio serio--. Te repito que no es sitio para una dama. Pasaremos por el barrio, pero no nos detendremos. Allyson le mantuvo la mirada, pero cedio separandose de la ventana. De nada iba a servir enfrentarse con el, ademas de que seria algo imperdonable por su parte. --?Por que no? --susurro a reganadientes. --Allyson, no hay nada que quieras ver, creeme. Allyson lo miro extranada y molesta. Ella queria asomarse por la ventana. Por eso habia ido con el. Era algo que no se podia quitar de la cabeza desde que habia leido a escondida los ultimos libros de Charles Dickens. Le costaba creer que la ciudad que el describia fuera donde ella residia. Robert decidio cambiar el rumbo de la conversacion. Tenia claro que discutir con Allyson no llevaba a nada, ademas de que no tenia por que hacerlo. Sin duda seria una esposa perfecta cuando se acostumbrara a su verdadera posicion como condesa. La acaricio con la mirada. Era preciosa, quiza demasiado transparente en sus expresiones. --Crei que querias estar conmigo... a solas. Allyson se sonrojo consciente de la intimidad del momento. Estiro su espalda pegandose aun mas al asiento en el que estaba, como si pudiera poner mas distancia entre ellos. --Si, claro... --le respondio visiblemente incomoda mientras el carruaje se movia de manera mas abrupta al dejar totalmente atras las cuidadas calles de la ciudad. Miro a Robert. Era un buen hombre, guapo, distinguido, educado. Estaba casi convencida de que seria un buen esposo, pero no sabia por que le estaba costando tanto fijar una fecha para su boda. Sabia que era lo que un marido podia exigir a su esposa. La habian educado para ello. Estaba dispuesta a ser una esposa sumisa y obediente, aunque solo pensarlo le causaba cierta ansiedad. Los pocos y robados besos que el le habia dado en contadas ocasiones no la conmovian lo mas minimo ni mucho menos le interesaba repetirlos. Su madre le habia explicado, sin muchos detalles, lo que pasaba en la intimidad del dormitorio entre un hombre y una mujer, y no tenia ningun interes en experimentar el molesto momento. Lo peor era saber que no habia manera de evitarlo. Desvio su mirada sonrojandose ante sus pensamientos. Parecia que entraba un olor fuerte y desagradable por la ventana y Allyson saco un panuelo del pequeno bolsito que llevaba colgado de la muneca y se lo llevo a la nariz. Robert la seguia mirando detenidamente. --Allyson... ?buscabas estar a solas conmigo? Allyson lo miro ruborizada. Cierto desasosiego la invadio ?Por que insistia? Los ojos de Robert habian empezado a brillar. Realmente estaban los dos a solas. ?Lo veria como una oportunidad de acercarse a ella y besarla? No le apetecia en absoluto. --No digas esas cosas, Robert. Soy una mujer decente. Robert sonrio con arrogancia. Por fin parecia que Allyson se habia dado cuenta de que estaba en sus manos, de que dependia de el. --No dudo de que lo seas... --?Donde estamos? --le interrumpio con curiosidad acercandose a la ventana al ver que pasaban junto a unos edificios que no conocia. Robert le impidio que lo hiciera sujetandola por el brazo. --Allyson, no tienes por que ver esto. Se mantuvieron la mirada por unos segundos. La tension entre ambos fue mas que visible y parecia que ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Robert se incorporo ligeramente sobre ella. Allyson se rindio. Lo tenia demasiado cerca. Bajo la mirada, sumisa y volvio a apoyarse en su asiento. --Si no querias estar conmigo a solas, ?Que pretendias con este viaje? --No lo se. Pense que podria ver a mi padre... --?Ahora? ?Tienes algo urgente que decirle? Una fabrica no es lugar para una mujer de tu clase. Te ruego que no bajes del carruaje cuando lleguemos. Puede ser peligroso. Allyson lo miro con cierta desconfianza. Sus palabras parecian sinceras y su tono de voz amenazador. --?Peligroso? ?Y por que mi padre viene todos los dias? ?Por que vienes tu? --Peligroso para una mujer como tu, querida --le respondio protector sin dejar de mirarla. Allyson asintio antes de girar la cabeza hacia la ventana. Estaba deseando ver lo que habia en las calles. Siempre habia vivido protegida, entre sedas y algodones, pero ultimamente tenia muchas dudas acerca de si su vida era real o era un espejismo en el que solo unos cuantos afortunados podian vivir. Robert se sento de repente a su lado buscando su contacto. Allyson se sobresalto y con rapidez se levanto de su asiento para ocupar el que el habia dejado libre. --!Robert, por favor! Robert hizo una mueca de autosuficiencia.

  • La oscura cara del exito de Aurora Fuertes

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    La vida para Natascha no es facil en su ciudad natal. Corren los anos 70 en una pequena poblacion de la Union Sovietica; y la imposibilidad de prosperar y alcanzar sus suenos, junto a la mala relacion mantenida con sus padres, le obligara a tomar la decision de abandonar su hogar. Con muchas ilusiones, escaso equipaje e incertidumbre por un futuro incierto, viajara a Moscu buscando alojamiento en casa de su amiga de la infancia, que la acogera sin dudarlo.
    Pero en la capital, no todo sera facil; sentira como esos suenos, se desvaneceran en los diferentes empleos, a los que le tocara recurrir para subsistir. Lo que ella desconoce, es que esta situacion no sera por mucho tiempo. Jean, un atractivo y adinerado cazatalentos parisino, se fijara en ella. Fascinado por la joven, la ofrecera algo que ella no podra rechazar: conseguir lo que tanto desea.
    Pronto su vida cambiara radicalmente. ?Sera entonces, Natascha, capaz de asimilar el giro inesperado que el destino le tenia reservado? ?Sera lo suficientemente astuta, para ver mas alla de las apariencias que de pronto la rodean?

  • Arriesgandolo todo por ti (Amores y decisiones 1) de Anna S. Segura

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    Lady Hortensia era rebelde y obstinada, un corazon libre que no estaba dispuesta a dejar que su abuelo, el marques de Aranda, la casase con un hombre al que ni tan siquiera amaba. Necesitaba un plan para poder escapar de ese compromiso. ?Pero cual era el precio? Cuando Nicolas Ferrer, su unico amigo de la infancia, le propone ayudarla desinteresadamente, Hortensia no dudara en aceptar su ayuda. Pero el plan de Nicolas es arriesgado y ambos jovenes desconocen hasta donde los puede llevar su decision. Hortensia solo desea escapar de esa prision en la que la tiene encerrada su abuelo. Nicolas es su ultima salida, pero entre ellos siempre existio una quimica que nunca supieron ver. Ahora los une el destino, ?podran guiarse por la fuerza de sus corazones? ?Hasta donde seran capaces de arriesgar su propia libertad? Hay decisiones capaces de mover montanas y en el amor a veces hay que arriesgarlo todo.

  • Amor de humo y algodon de Natalia Sanchez Diana

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    La vida de Sophie, hija del conde Samuel Hastings, cambia cuando descubre que tiene un hermano y que su tio, dueno de un molino de algodon en Manchester, ha sido asesinado.
    Aprovechando el parecido entre su padre y su tio Byron, este les deja escrito un plan para que suplanten su identidad y averiguen quien le ha matado.
    Para ello, tendran que relacionarse con los seis molineros mas poderosos y descubrir sus intrigas, mientras se ven envueltos en las luchas sindicales del movimiento obrero.
    Sophie no sabra en quien puede confiar, pero su corazon tal vez si.

  • Cubridle el rostro de P. D. James

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    La enorme y respetable casa de los Maxie, en la campina inglesa, parecia el lugar ideal para que la joven Sally Jupp pudiera trabajar como criada y criar a su hijo, pero un horrible crimen acabaria pronto con sus ilusiones. Afortunadamente, el superintendente Adam Dalgliesh, detective y poeta, se encargaria del caso...

  • Pasiones prohibidas de mi pasado 3 de Mercedes Franco

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    Isabella decide aceptar el trabajo que le han ofrecido en Espana sin saber las consecuencias que esta decision traera a su vida.

  • El rastro de su voz de Antonio J. Sanchez

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    Una fria tarde de 1945 Martin llega a San Nicolas, un hogar para ninos huerfanos con trazas de mansion embrujada donde permanecera hasta que su madre se cure de una tuberculosis. Antes de marcharse, ella le hace valedor del mayor de sus tesoros: El Rastro de su Voz, un pequeno disco de pizarra que cambiara su vida para siempre. Martin pronto descubre que la herencia de su madre es algo mas que un trozo de plastico, una cancion maldita que le arrastrara durante anos por un laberinto de secretos y mentiras, y por la que un misterioso coleccionista de objetos unicos esta dispuesto a pagar toda una fortuna.

  • Un hipster en la Espana vacia de Daniel Gascon

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    Que bonito es despertar aqui. Un poco antes de las seis se oye el canto del gallo. No mucho mas tarde llegan los primeros sonidos del pueblo que amanece: Tomas con la mula mecanica, Javier con la mula mecanica, Rogelio con el tractor, Paco con la mula mecanica. Me quedo unos minutos leyendo La Espana vacia en la cama. Luego, cuando suenan las campanas de la iglesia, salgo preparado, con una energia que no tenia en mucho tiempo. La sensacion de estar haciendo algo importante de verdad, de encontrarme en armonia con la naturaleza, pero tambien conmigo mismo. ?Sera la sensacion de proposito? ?Saber que estoy aqui, lejos de la frivolidad y la velocidad vacua de la vida moderna, implicado en un proyecto realmente transformador, una iniciativa generosa y transversal? Le pedi a mi tia que tomaramos leche de oveja. Ella dice que no, parece que la toma en tetra brik porque hace unos anos tuvo brucelosis. Pero a primera hora va al corral, ordena a la oveja y cuando bajo a la cocina tengo la leche hervida (tres veces). Es maravillosa la gente sencilla. Yanis salta, esta contento, espera en el patio cuando salimos. Me encanta ver lo feliz que esta aqui. 19 de febrero Dia de inspeccion en el pueblo. Es agradable ir a la tienda. Saludas, pasas ahi un rato por la manana, las mujeres van contando sus cosas. La gente sabe mucho del tiempo. Hay dos tiendas. A una la llaman el estanco, aunque no es un estanco propiamente. La otra tiene puesto el nombre de Dardo en la puerta, pero todo el mundo la llama la de Lucia, aunque la que lo lleva no se llama Lucia (creo que era su madre). He estado un tiempo buscando la seccion de productos organicos, pero no la he encontrado. Tampoco he visto Hola Coffee. Preguntare manana. La dependienta estaba hablando con una senora, parecia una conversacion importante. He hablado con la secretaria (alguacila, la llaman) del Ayuntamiento para ver si puedo ver al alcalde y explicarle el proyecto. Parece que esta muy ocupado en la serreria. Las noticias llegan por la megafonia del Ayuntamiento. La secretaria lee los pregones. Siempre vienen anunciados por una jota. Hay dos bares, el de la carretera y el de Lorenzo. El de Lorenzo se llama Tropezon pero todo el mundo lo llama el de Lorenzo. Casi todos los hombres del pueblo estan jubilados o no trabajan. Por las tardes, unos van primero al de la carretera y luego al de Lorenzo, y otros van primero al de Lorenzo y luego al de la carretera. Todavia no tengo claro en que grupo integrarme. ?Me pasara como en el circulo, donde defendi una tercera via, y acabe quedandome en tierra de nadie? Por la tarde bajo a dar un paseo. Los ancianos (varones) juegan a la petanca en una explanada que unos llaman Banco de los Abuelos y otros Cruz de los Caidos. Es increible como la polarizacion y el clima hostil de las redes sociales llegan a un sitio tan alejado y apacible. El atardecer desde alli es precioso. He intentado hacer una foto con Yanis para subirla a Instagram pero no habia cobertura. Manana volvere a intentarlo. Mentiria si dijera que no echo de menos los tejados de Madrid que veia cuando miraba por la ventana de la buhardilla de Lina. Pero el aire es puro, fresco y por la noche se ven todas las estrellas. 20 de febrero En el bar. Camaraderia. Humor rudo, entranable. Uno de los trabajadores de la serreria extiende la palma de la mano (solo tiene dos dedos) y dice: <>. Todos nos reimos, aunque me suena que hizo el mismo chiste ayer y antes de ayer. El alcalde, dueno de la serreria, estaba. He intentado hablar con el pero me ha dicho que no era el momento. Los exmineros jubilados son agradables. Se pasan la tarde bebiendo botellin tras botellin. Dos, Javier y Ramiro, me han contado anecdotas de caza y de sus perros, sobre todo de uno que lo llaman Santi, y que tiene muy mal genio. Cazan perdices, codornices, zorros. Lo que mas les gusta es el jabali. Yo les he dicho que no era partidario de la caza, que me parecia que debiamos respetar a los animales y su condicion de seres sintientes, aunque entendia que podia ser necesario regular las poblaciones puesto que la intervencion humana habia alterado el equilibrio de los ecosistemas. Javier ha preguntado si soy un poco maricon. Lourdes, la camarera, le ha dicho: <>, y todo se ha resuelto amablemente. He intentado publicar la foto en Instagram pero no he podido. 21 de febrero En la granja con mi tio Rafael. Una pequena explotacion. Me ha pedido que le eche una mano y asi de paso me familiarizo. Yanis ha disfrutado, correteaba. Le asustaba un poco el perro de mi tio, pero se han acabado llevando bien. Hemos estado trabajando un rato en el huerto. Luego, le he ayudado con los animales. Me sorprende la estructura heteropatriarcal del gallinero. Es realmente barbaro como ha trastocado nuestra cultura la vida de los animales. (He pensado en Walter Benjamin.) No se si Rafael me ha entendido bien cuando se lo he dicho. Pero en todo caso esto sera algo que tendremos que cambiar cuando pongamos en marcha nuestro proyecto. Le he dicho a Rafael que preferia volver solo. La verdad es que creo que en La Canada usan demasiado el coche. No me parece que sea respetuoso con el medio ambiente. Le he dicho que preferia volver caminando. Luego se ha hecho de noche y me he perdido. No ha sido grave. En poco mas de tres horas he encontrado la carretera y al cabo de un rato he visto que venia un coche. Ha parado y era Lourdes, la camarera del bar de la carretera. Me ha dicho que cerca del repetidor, en las eras, hay un sitio con buena cobertura. Tambien me ha dado una crema para curarme las manos, estaban llenas de callos por la azada. <>, ha dicho. Mi tio Rafael se ha reido de mi cuando he llegado. 22 de febrero No hay la nube de contaminacion de Madrid pero muchas tardes, cuando sopla viento del este, llega un olor fuerte. <>, dice mi tia. Es el olor de las granjas de cerdos. 23 de febrero Por fin me ha recibido el alcalde. Ha ido bien. Le he explicado nuestro proyecto, las lineas generales. La idea de hacer lo que, en lenguaje neoliberal, podria ser una start-up, pero cuya funcion seria potenciar la conexion organica y una relacion profunda entre los seres vivientes y su entorno, basada en el respeto comun entre los generos y las especies, el desarrollo sostenible en una plataforma de horizontalidad colaborativa que permitiese la interrelacion dinamica entre lo ancestral y lo moderno lejos de las pulsiones esclavizantes del capitalismo tardio, cuyos mecanismos de actuacion resultan destructivos para el planeta y las personas. --?Y para que tanto? --ha preguntado. Le he explicado un poco mas, el miraba con escepticismo. --Algo de perras querreis, seguro. Cuando le he dicho que no necesitabamos nada de eso, solo el beneplacito del Ayuntamiento, se ha quedado mas tranquilo. Al final cuando me marchaba he oido que decia a la secretaria. --Este quiere algo. Me ha parecido una senal de que cree en el proyecto. 24 de febrero He sonado que veia Dersu Uzala en la Filmoteca. 25 de febrero En el bar. Ramiro dice que los politicos son todos iguales y que solo quieren robar. Yo he intentado matizar, le he dicho que quiza estaba sacando conclusiones precipitadas, que era necesaria una vision mas compleja. Me ha preguntado si lo tomaba por imbecil. Le he dicho que en absoluto, que le rogaba que no fuera tan susceptible. <>, le ha preguntado a Javier, su hermano. Lourdes ha calmado un poco las cosas. Ramiro se ha empenado en pagar. No encuentro quinoa en la tienda de Lucia. Tampoco Hola Coffee. No esta donde los otros cafes. A ver si consigo hablar con ella manana. Estaba hablando con la misma senora del otro dia, la conversacion tambien parecia importante. Pascual, en la plaza, me ha dicho: <>. Habra que comprar una correa.