• las gafas de alejandra - Martina Bouza

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    Estaba desayunando en la terraza del hotel Bliss Spa Resort de Ubud, con vistas panoramicas a los campos de arroz, cuando sono mi telefono. Mi guia, Wayan, llegaria a buscarme en quince minutos. Ese verano me moria de ganas de viajar a Bali y, como no encontraba a nadie que quisiera venirse a la isla, decidi irme sola. No era la primera ni la ultima vez que lo haria. Busque un guia por internet en la pagina web de TripAdvisor. Contacte con el y, gracias a mi <> y al traductor Google, encontramos la forma de comunicarnos, me iba a ensenar Ubud. Llego y me explico el itinerario de ese dia: primero, iriamos a Batulan Temple a ver la danza del Barong; despues, a Pura Tirta Empul Temple; luego, a los arrozales de Tegalalang; a continuacion, a Coffe Luwak, y terminariamos en Pura Tanah Lot (Templo de la Tierra en el Mar). Este ultimo templo lo habiamos dejado para el final porque es un lugar espectacular, especialmente al atardecer, cuando la luz del sol se torna dorada y desciende por el horizonte convirtiendo el templo en una oscura silueta. Cuando llego la hora de comer, mi guia Wayan me dejo en un restaurante y me dijo que me recogeria en una hora y media. El sitio se llamaba TebaSari Resto, bar y lounge Jalan Raya, Tegallalang. Estaba situado enfrente del cafe Luwak, que era la siguiente parada que ibamos a hacer despues de comer. El restaurante era un sitio precioso con unas vistas impresionantes y estaba ambientado con canas de bambu, ademas, su comida asiatica era exquisita. Yo estaba disfrutando de mi tercer coctel cuando vi a un hombre muy atractivo en la mesa de enfrente y observe, por la conversacion que mantuvo al telefono, que era espanol, que tambien estaba solo y que no llevaba anillo de casado. Era un hombre fisicamente atletico. Mediria un metro ochenta mas o menos. Su rostro expresaba mucha tranquilidad. Su piel estaba morena. Tenia mucha cantidad de pelo negro, que lo llevaba por debajo de las orejas y muy alborotado. Sus ojos eran serenos y marrones. Sus labios no eran muy gruesos, mas bien diria que finos y estaban rodeados por una poblada barba negra. Me encantaba su estilo, era muy tropical, perfecto para el lugar. En la parte de arriba llevaba una camisa de lino blanca desabotonada por arriba que dejaba ver el vello de su pecho con las mangas remangadas y sacada por fuera del pantalon. En la parte de abajo vestia con unas bermudas azules tambien de lino y unas alpargatas de esparto del mismo color que su pantalon. Para empezar a hablar con el, usaria una de las tecnicas de seduccion infalible. Le pediria que me hiciera una foto. En ese momento, me puse las gafas de corazones, me pinte los labios de color rojo, saque el movil de mi bolso, recogi mis cosas y me fui hacia su mesa. --Perdona que te moleste. ?Hablas espanol? --Si. --?Te importaria hacerme una foto? Es tan exotico el restaurante que me gustaria tener un recuerdo. --Si, por supuesto. ?Donde la quieres? --Aqui, para que sea vean las canas de bambu que estan en el centro. Toma el movil. --!Que originales son tus gafas! Son muy vintage. Solte una carcajada. --Gracias. Me gusta llevar unas gafas diferentes para que la gente me pueda ver con claridad entre la multitud. --Muy buena respuesta. Esa me la apunto. Me hizo la foto y me devolvio el movil. --?Podria ver como ha salido? --Si, por supuesto. Mira, !ha quedado perfecta! --Perdona, si no es indiscrecion, ?viajas sola o acompanada? --Viajo sola (como me gusta decirle a completos desconocidos que viajo sola, sigo viva de milagro). No me dejaban traer en el avion a los siete gatos con los que vivo. Siguio riendose a carcajadas. --Disculpa, que no me he presentado. Me llamo Jorge. ?Como te llamas? --Me llamo Alejandra. Encantada. --Le di dos besos en las mejillas. --Y bien... Alejandra, ?estas viajando por ocio o por trabajo? --Estoy de vacaciones. ?Tu? --No soy tan afortunado. Estoy por trabajo. Importo ropa y accesorios balineses para llevarlos a Espana donde tengo un negocio. En ese momento me sono el movil. Era Wayan. --Jorge, encantada de conocerte. Me da mucha pena tener que marcharme. Me has caido genial, pero me acaba de llamar mi guia para que sigamos con la ruta. --Una cosa antes de que te vayas... Se me esta ocurriendo... ?Que te parece si nos damos el telefono y continuamos esta conversacion por la noche? Conozco un sitio donde hacen los mejores mojitos de la ciudad. --Suena divertido. Nos dimos los telefonos. --?Sobre que hora regresaras al hotel? --Mi guia me ha dicho que a las siete. --!Perfecto! Mas tarde te escribo para concretar donde te paso a buscar a las ocho. --Genial. --Si te veo a las ocho, comenzare a ser feliz desde las siete. --!Jorge! !Eso es del Principito! Para ligar conmigo tienes que ser un poco mas original, que ya me las se todas --le dije con un gesto divertido. --Eres tremenda --dijo sonriendo. --Adios, Jorge. Te veo esta noche. !Toma ya! El plan habia salido mejor de lo que esperaba. Una vez mas, mis gafas me habian traido buena suerte. --Te escribo en un rato. !Disfruta de la ruta! --dijo mientras me guinaba un ojo. Cuando llegue al hotel, tuve mis dudas de si ir o no ir a la cita, pero pense que estaba en Bali de vacaciones, soltera, y Jorge era terriblemente sexy. ?Que dudas podia tener? Ninguna. A las ocho, sali a la calle y ahi estaba, esperandome. Iba impecable. Volvia a vestir con lino y seguia llevando el pelo despeinado a proposito. Fuimos a cenar a Arang Sate Bar, que estaba en la calle Jalan Raya, al lado del palacio de Ubud, en pleno centro. Era un restaurante con ambiente agradable y moderno sin perder el estilo balines, con musica en directo. El personal era muy simpatico y servicial (como en el resto de Ubud). Primero pedimos algunos small plates para compartir y probar un poco de todo y, a continuacion, brochetas (sate) de gambas, higado de pollo y ternera especiadas con curcuma, jengibre y otras especias que le daban un gusto no picante y delicioso, que acompanamos con una jarra de caipiroska. Todo estaba exquisito y terminamos la cena disfrutando de sus famosos cocktails. --Me ha encantado el sitio, Jorge. Tenias razon, el mojito esta delicioso y la comida estaba buenisima. Ademas, es un lujo poder disfrutar de musica en directo. --Me alegra mucho que te guste, Alejandra. Siempre que vengo a Bali termino comiendo aqui, pero es la primera vez que lo hago teniendo en frente a una mujer preciosa. Me lo dijo mientras me acariciaba las manos. Estaba muy roja y notaba que la cara me ardia. No se si por lo que me acababa de decir, por el alcohol, por el calor que hacia en la isla o por una mezcla de todo. --Gracias, Jorge. Has conseguido que me sonroje y creeme cuando te digo que eso en mi es dificil de conseguir. La verdad que tu tambien me pareces un hombre muy guapo y atractivo --le dije mientras le tocaba los brazos y le miraba con ojos lascivos. --?Te apetece que vayamos a mi hotel? Aqui hay demasiado ruido y me gustaria estar contigo en un sitio mas tranquilo. --Me parece que acabas de tener una muy buena idea Jorge. !Vamos! Llegamos a su hotel. Era una villa privada con una habitacion. Nada mas entrar, te encontrabas una impresionante terraza con piscina privada, solarium, una mesa con sillas y una cocina cubierta. Enfrente, se abria la puerta que llevaba a la habitacion con una cama de matrimonio enorme y un bano Llamo al servicio de habitaciones para que trajeran una botella de vino. Encendio velas y selecciono en su movil la musica relajante Beyond the Missouri Sky, por Charlie Haden y Pat Metheny, para que sonara por los altavoces. Jorge era muy mistico, poseia un lado espiritual muy desarrollado, mas que el promedio de las personas. Demostraba esa espiritualidad o esa conexion con lo que esta mas alla de la vida terrenal en su forma de comunicarse y en su actitud mas bien pacifica, relajada y tranquila, que tenia que ver, sin duda, con esa intima relacion con lo que no podemos comprender racionalmente. --?Nos tomamos unas copas en la piscina? --me ofrecio. Comenzo a tocarme suavemente el cuello, los hombros y la espalda. --Vaya. Creo que tu karma se encuentra algo desalineado. ?Quieres que te ayude a centrarlo de nuevo? Me han ensenado a hacerlo estos dias aqui en Bali. Asenti. --Vale. Pues lo primero que tienes que hacer es relajarte y sentirte comoda Asi, muy bien... Cierra los ojos y respira hondo. No, asi no. Tienes que llevar el aire a la zona que hay a unos cuatro dedos por debajo de tu ombligo. Asi. Perfecto. Trata de retener aire y cuenta hasta quince. Eso es... Despues, expulsalo muuuuy lentamenteeee...

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    Un libro que hará q este verano te haga viajar y conocer un salseo que no te dejará indiferente. Una lectura muy fresca para evadirnos de esas lectura mas ...

  • Las gafas de Alejandra by Martina Bouza - Goodreads

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  • Las gafas de Alejandra – Martina Bouza - La libreta de Nani

    https://lalibretadenani.com/2020/11/04/las-gafas-de-alejandra-martina-bouza/

    4 nov 2020 — Título: Las gafas de Alejandra Autor: Martina Bouza Editorial: autopublicado Número de páginas: 82 Publicación: 2 de agosto de 2020 Libro en ...

  • Las gafas de Alejandra - Martina Bouza - Babelio

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  • Las gafas de Alejandra: 12 historias de ... - El rincón de leer

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    Este es un libro en el que narro historias basadas en hechos reales y otras que son ... Las gafas de Alejandra está compuesto por doce relatos románticos, ...

  • Las gafas de Alejandra - Martina Bouza - Debeleer.com

    https://www.debeleer.com/las-gafas-de-alejandra-martina-bouza/

    Estaba desayunando en la terraza del hotel Bliss Spa Resort de Ubud, con vistas panorámicas a los campos de arroz, cuando sonó mi teléfono.

  • de libro gratis pdf y epub - Hola Ebook

    https://www.holaebook.com/book/martina-bouza-las-gafas-de-alejandra.html

    PD: regalo gafas en forma de corazón a quien necesite un hombretón en su vida.♡ SINOPSIS ♡ [[ Alejandra es una treintañera, soltera, alocada y divertida.

  • Las gafas de Alejandra | Martina Bouza - MundoePubGratis

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    Las gafas de Alejandra | Martina Bouza ... dónde vive o en qué trabaja, siento decirte que no vas a encontrar las respuestas en este libro. Alejandra es ...

  • Lalibretadenani - Título: Las gafas de Alejandra Autor

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    Título: Las gafas de Alejandra Autor: Martina Bouza Número de páginas: 82 Editorial: ... siento decirte que no vas a encontrar las respuestas en este libro.

  • La Playa de los Cristales de Pedro Ramos

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    La Playa de los Cristales cuenta la historia de Juana, una chica de 16 anos que se escapa de un campamento de verano para buscar a su hermano de 11. Gracias a la ayuda de Marcos, un monitor que se siente culpable de la desaparicion, y de su pequeno grupo, Juana descubrira que la amistad es la mejor ayuda para superar los problemas, por muy graves y secretos que nos parezcan. Amor, amistad, aventuras y la reconciliacion de Juana con su padre hacen de La Playa de los Cristales una novela emocionante, con suspense y un ritmo que crea adiccion. Este viaje acaba de empezar y me gustaria que lo hicieramos juntos. !Feliz lectura!

  • Esto es marketing de Seth Godin

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    El marketing lleva tanto tiempo entre nosotros que lo damos por hecho. Como el pez que no entiende el agua en el que vive, no vemos lo que realmente esta pasando y no nos damos cuenta de como nos esta cambiando. Ha llegado la hora de hacer algo mas. De mejorar las cosas. De provocar el cambio que te gustaria ver en el mundo.

  • Cuentaselo a otra de Isabel Keats

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    <>, se dijo Ines clavando sus pupilas en las pupilas invertidas, pero con un grado de dilatacion identico, que el reflejo del inmenso espejo del cuarto de bano le devolvia. Mojo las manos bajo el chorro de agua fria, se lavo la cara y volvio a mirarse en el espejo, como si esperase que algo hubiera cambiado entretanto. --Es una locura, no puedo hacerlo... --le comento en voz alta a ese clon, algo palido y de ojos verdosos y asustados, que la miraba fijamente--. No, no puedo hacerlo... !Pero lo hare! Una vez tomada la decision, se seco bien el rostro con la esponjosa toalla de rizo americano y regreso al elegante dormitorio, decorado por uno de los interioristas mas conocidos de Madrid. Cogio su iPhone de la mesilla de noche y, con determinacion, marco el numero de Silvia. Un mes mas tarde, Ines sacaba la ultima caja de carton de la vieja furgoneta del hermano de Fran, el amigo hippie de Silvia, mientras rogaba a Dios que ninguno de los vecinos del inmueble se fijara en el espantoso rotulo que anunciaba la pescaderia <>. El dia en que su amiga le anuncio que un conocido suyo se ocuparia de la pequena mudanza, a Ines le parecio perfecto; bastantes cosas tenia ya en la cabeza como para tener que ocuparse tambien de esos tediosos detalles, pero cuando vio la furgoneta de marras casi se cae de espaldas. Al percatarse de su expresion horrorizada, Fran le explico con amabilidad: --Mi hermano siempre ha estado un poco salido. --La espantosa sirena que decoraba todo el lateral de la pequena Renault Kangoo le devolvio a Ines una mirada desafiante; incluso los enormes pechos desnudos que asomaban entre los ensortijados cabellos de color verde bilis parecian examinarla, amenazadores. El amigo de Silvia continuo con su explicacion, al tiempo que empezaba a meter bultos en el maletero, que olia, mas que ligeramente, a pescado--. En cuanto me percate de que era bizca de pezones, me dije a mi mismo: <>. Entonces recorde mis ultimas vacaciones en Torremolinos y cai en la cuenta de que eran las de la fresca de mi cunada. Creedme, son inconfundibles. --?De verdad tenemos que entrar ahi? --le pregunto a Silvia en un susurro desanimado; si ese vehiculo demencial era un presagio de lo que el futuro le deparaba, desde luego su porvenir no parecia muy prometedor. --Venga, Ines, no seas tiquismiquis. --Su amiga hizo un gesto de impaciencia--. A caballo regalado... Ademas, no tardaremos mucho en hacer la mudanza, lo has dejado casi todo en el guardamuebles. Asi que, resignada, Ines se metio en la furgoneta y partieron rumbo a ese destino incierto que le aguardaba. Con un grunido, dejo caer la ultima caja en el minusculo recibidor de la vivienda del portero y se derrumbo sobre el horrible sillon de brazos de madera tapizado con inmensas flores naranjas y marrones, donde ya la esperaban repanchingados Silvia y su amigo. --Nisiquiera despues de fumarme cuatro petas seguidos he conseguido ver imagenes mas psicodelicas que el estampado de este sofa. --Fran saco de una cajita un papel de liar cigarrillos y empezo a quemar una china. --!Eh, tio, ni hablar! --Ines apago la llama del mechero de un poderoso soplido --. ?Estas loco o que? ?Pretendes que huela toda la porteria a porro y que me echen antes siquiera de empezar? --Joder, Inesita, como te pones --protesto el amigo de Silvia, haciendo elsigno de la paz con dos dedos. --Para, Fran, Ines tiene razon. Si quieres fumar vete afuera, pero antes danos unas de esas cervezas que has traido, porfa. Fran sacudio sus largas rastas, resignado. Entonces se levanto, se subio la cinturilla elastica de los pantalones de estilo moruno que dejaban al aire unos espantosos calzoncillos de color gris brillante y, arrastrando los pies, fue a la cocina y saco de la vieja nevera General Electric que parecia sacada del plato de <> dos Mahou, ligeramente congeladas aun. --Tomad. --Le tendio una a cada una y, de paso, les dio tambien una bolsa de quicos gigantes--. Para que no os emborracheis, que luego vas a conducir tu, Silvie. --! Don't worry, tronco! !Gracias! En cuanto su amigo salio por la puerta, Silvia se volvio hacia Ines, quien en ese momento daba un largo trago a la cerveza helada. --?Estas segura de esto? --Hizo un expresivo gesto con la mano, abarcando todo lo que habia a su alrededor. En verdad, el piso era diminuto y oscuro. Por los pequenos tragaluces situados en lo alto de las paredes se colaba una debil claridad, pero no se podia ver la calle, y los escasos muebles eran horrendas reliquias de los anos sesenta que no aceptarian en Caritas ni regalados. --?No te gusta la decoracion vintage? --Ines alzo una ceja, inquisitiva--. Pues, hija mia, esta a la ultima. No queria admitirlo, pero quiza si que habia cometido una terrible equivocacion. Despues de todo, cualquier parecido de ese hediondo cuchitril --en el aire todavia quedaban rastros de los miles de guisotes elaborados en aquella cocina liliputiense-- con el atico duplex de La Finca que acababa de vender era pura coincidencia. De repente, cualquier deseo de bromear se evaporo por completo y, sin poder evitarlo, sus labios empezaron a temblar y esbozo un patetico puchero. Al verlo, su amiga se apresuro a decir: --Ay, Ine, no quiero ser la tipica repelente y empezar con el <> desde el minuto uno, pero ?no habria sido mucho mas sencillo pedir en tu banco el traslado a la sede de Estados Unidos o Canada? Todavia estas a tiempo; puedes olvidarte de esta locura y decirselo a tu exjefe. Eres buena en tu trabajo; a pesar de la crisis, eres la unica persona que conozco a la que no le habian bajado elsueldo, sino todo lo contrario... Habian discutido el tema mil veces y Silvia habia empleado argumentos parecidos, pero, al ver su mirada de compasion, Ines irguio la espalda, encajo las escapulas y la interrumpio con firmeza: --No, ahora no me voy a rajar. Ha sido un momento de debilidad, pero ya ha pasado, te lo prometo. Mis planes siguen adelante. He encontrado el refugio ideal para lamerme las heridas durante el ano sabatico que me he dado a mi misma y no voy a renunciar a el. Quiero ser Renee, la portera de La elegancia del erizo; ya te conte que ese libro me impacto. --Bueno, a mi tambien me impacto Laura Ingalls en <> y no voy por ahi con dos trencitas y dientes de conejo... --comento su interlocutora sin dejar de masticar el punado de quicos gigantes que acababa de meterse en la boca. --Reconoce que es el lugar ideal para desaparecer durante una temporada. ?Tu crees que a alguien se le va a ocurrir venir a buscarme a una porteria del barrio de Salamanca? Asi podre dedicarme en serio a escribir, sabes que llevo anos intentando acabar mi manuscrito. --Ines se levanto del sofa y empezo a caminar de lado a lado del pequeno salon sin parar de gesticular con las manos--. Si me hubiera ido a Estados Unidos estariamos en las mismas: trabajo diario de ocho de la manana a diez de la noche y los fines de semana ocupados paseando a mi madre, a mi hermana y a todas aquellas amigas suyas que decidieran cruzar el charco para ir de compras. Asi es imposible concentrarse.

  • Todos te recordaran de Andreu Martin

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    Pocos meses despues del atentado yihadista de las Ramblas de Barcelona, y a falta de dias para la celebracion de unas controvertidas elecciones autonomicas, aparece en el puerto, entre bloques de hormigon y un alborotado mar oscuro, el cuerpo sin vida del inspector de la Policia Nacional Santiago Ortuno. Semanas antes, Ortuno, un inspector ido a menos relegado a la Brigada de Extranjeria, habia recibido la visita en comisaria de la fascinante vocalista Leire Alfaro --tambien llamada Dorothy Gale-- con el objetivo de solicitarle un permiso de residencia para Abduh Fayad, un lampista marroqui que trabaja en el sospechoso negocio de los hermanos Shaddad y con quien ella mantiene una relacion.

  • El rey tahur de Carlos Aurensanz

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  • Muneca Bonita y Rota de Magenta Perales

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    Grayce tenia una vida normal.
    24 anos. Un marido normal.
    Una casa normal. Un trabajo normal.
    Y un secreto bien escondido.

  • Gracias a ti de Rebeca Lopez

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    ?Alguna vez has sentido la devastacion de la soledad y el sinsentido de la vida? ?Alguna vez se te ha presentado una oportunidad unica que te es imposible desechar? ?Te has sumergido en una aventura que sin saberlo puede transformar y trastornar absolutamente tu vision del mundo?

  • Amor entre parentesis (Corazones en Manhattan 4) de Camilla Mora

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    Ultima parte de la serie Corazones en Manhattan.

  • El Tutor (The Crossroad Company 2) de Nisha Scail

    https://gigalibros.com/el-tutor-the-crossroad-company-2.html

    Cuando Charlotte perdio inesperadamente a su marido, el mundo de le vino abajo. El habia sido su mejor amigo, su amante y el unico que la habia comprendido. Por ello, cuando un ano despues recibe una carta suya recordandole su juego privado, sabe que solo tiene dos opciones, participar de sus planes o perderse a si misma por completo.
    Nolan prometio a su hermanastro encargarse de su mujer y lo hizo a sabiendas de lo que eso significaria para el. Ahora, tras el primer aniversario de su muerte, el fantasma de Chase vuelve a irrumpir en su vida para recordarle su promesa y darle la oportunidad de conquistar a la mujer que siempre ha deseado.
    Un juego de misterio y anhelos ocultos que desvelara las mas oscuras pasiones del alma y del corazon.

  • Monteperdido, Agustin Martinez de Agustin Martinez

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    Y tu, ?seguro que quieres conocer toda la verdad sobre lo que sucedio en Monteperdido?

  • Grandes juicios de la historia de Jose Antonio Vazquez Tain

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    <>.

  • La ultima viuda de Karin Slaughter

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    Secuestrada y rota. Tiene que desvelar la verdad. antes de que se sea demasiado tarde.

  • Una noche con ella. La pasion de Cathryn De Bourgh

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    El estaba acostumbrado a tenerlo todo en esta vida: dinero, exito, mujeres, sexo, pero habria dado todo lo que tenia en esta vida por una noche con ella, por volver a sentir en su corazon el amor, esa maldita locura que tanto miedo da.

  • Flores para Julia de Andrea Longarela , Neira

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    Oliver cree que su vida es perfecta. Se ha esforzado demasiado por conseguirlo.
    Sin embargo, recien cumplidos los treinta y cuatro, siente que su mundo se tambalea y no sabe como recobrar el equilibrio.
    Las cosas en el trabajo no van bien, su matrimonio hace aguas y, por mucho que busque cuando abre los ojos por las mananas, no encuentra ningun motivo de peso para levantarse de la cama.
    Por eso sus amigos piensan que se merece unas vacaciones. Y su familia. Y, lo que es peor, su jefe. Sin saber como, acaba bajo el techo de un lugar muy especial escondido entre montanas, rodeado por un jardin de cuento y compartiendo espacio y silencios con Julia.
    Julia, que es tan distinta a el que no entiende por que no puede dejar de mirarla.
    Pero lo hace, la observa, y todo cobra un sentido diferente.
    Porque Oliver aun no lo sabe pero, en ocasiones, todo lo que necesitamos es perdernos para encontrarnos.

  • Lo mejor de nuestras vidas de Lucia Galan Bertrand

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    < Un verdadero aprendizaje de vida, un descubrimiento profundo de mis emociones, de las de mis hijos y de las de cientos de familias que pasan por mi consulta.
    ?Que siente mi hijo? ?Que siento yo como madre? ?O tu como padre? Una lectura para no desperdiciar ni un solo minuto de la vida de nuestros hijos, instantes que ya no volveran. ?Que te gustaria que recordaran tus hijos de ti y de su infancia cuando sean mayores? !Atrevete a descubrirlo!>>

  • Libres, Iguales, Justos (La Segunda Revolucion 3) de Costa Alcala

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    Tras la aparicion del Aguila Blanca, la situacion en Nylert se ha vuelto insostenible. La sociedad se divide. El odio esta cada vez mas presente.

  • ?Quien viene a cenar esta noche? , Merche Diolch de Merche Diolch

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    La rutina es el peor enemigo de una pareja. A veces no es suficiente querer, hay que esforzarse por cuidar, mimar y mantener la chispa dentro de una relacion.
    Alvaro y Daniela llevan anos separados y sin verse, pero ninguno de los dos ha solicitado el divorcio todavia. Conocieron el amor mas intenso, vivieron la felicidad plena compartiendo todos sus suenos hasta que sus propios intereses los separaron, llevandoles por direcciones opuestas.
    No se quieren, no sienten nada el uno por el otro o eso afirman, pero cuando la vida los vuelva a unir su mundo cambiara. Las miradas arderan y los silencios hablaran. Las cartas se pondran sobre la mesa y... los platos. Daniela no esta dispuesta a vivir de la caridad de su <> y convertira su lujosa casa en un restaurante de lo mas variopinto y alocado.
    El pasado se presentara con fuerza ante Daniela cuando menos lo espera y no podra huir de el. Alvaro solo quiere ayudarla... y recuperar a la mujer a la que en realidad nunca olvido.
    ?Quedaran cenizas donde antes hubo fuego? ?El amor triunfara o es solo un sueno? ?Existen los finales felices?

  • El encuentro de Jesus Ruiz Mantilla

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    A principios del siglo XVII, dos paises se reparten la hegemonia mundial: Espana e Inglaterra. Enfrentadas sus monarquias durante decadas, sus nuevos reyes, Felipe III y Jacobo I, acuerdan firmar un tratado que ponga fin a las constantes luchas por ampliar territorios y por el dominio del mar. En la primavera de 1605, una delegacion inglesa con mas de 700 personas se desplaza a Valladolid, capital entonces del reino espanol, para firmar la paz. Una de las personas designadas para esa delegacion fue William Shakespeare, aunque no sabemos si llego a viajar.

  • Lady Eyre. diario de una Gorda de Maria Arbinaga

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    ?Los sentimientos cambian? No lo creo, evolucionan y las personas se frustran <> <> <>. Efectivamente, si la razon o la justificacion de una decision que afectara a tu vida la basas en algo que sientes, lo disfrutaras o sufriras intensamente, pero al menos sera siempre tuya. He sido infeliz desde antes que pueda recordar, mi mayor epoca de felicidad la puedo senalar a mis 30 anos. He vivido, no se si mucho o poco, pero he experimentado a mi manera, me he divertido, pero asi, entre tu y yo, siempre he tenido que hacer grandes esfuerzos por quererme a mi misma. Pocas veces me he querido sinceramente o he sentido que fuera merecedora de amor, carino o incluso empatia. Creo que he tenido epocas en las que he pasado por autenticas depresiones. Epocas en las que no podia ni salir de mi piso parisino de 15 m2 y violentamente me llenaba la boca a cucharadas de espaguetis con salsa de tomate. De vez en cuando me maquillaba, me ponia ropa sin pelusas y salia a que me diera el sol. Sentia que las personas me miraban raro, las chicas parisinas de mi edad eran muy chic, delgadas, altas, pelo frondoso y ojos claros. Yo paseaba por Paris con mi musica de Skrillex, unas botas militares, una sudadera verde over-size y unos shorts que me quedan muy justos y me apretaban los muslos. Ese era mi Paris, no fue siempre asi, pero lo fue una temporada. A veces creo que fue Paris lo que me saco del agujero negro en el que me habia sumergido, seguramente por eso le guarde tanto carino a esa ciudad. Mi primer dia en Paris fue complicado, estaba muy nerviosa, jamas habia vivido en un pais de habla francesa y aunque en mi interior sabia que iba a estar bien, sentia que estaba dando pasos sobre un terreno poco estable. Mis padres vivian en una epoca que ya habia quedado atras, seguian pensando que con 20EUR podria hacer la compra semanal de comida, por lo que me dejaron 150EUR para pasar el mes, me dieron un abrazo y me ayudaron a subir las maletas hasta la 4a planta de un edificio viejo y decrepito que poco despues se convertiria en mi hogar. 15 m2 en los que cabia una nevera, un fuego de cocina, un bano, un armario, una cama y un escritorio. Lo se, si no te lo cuento no te lo crees. Mi piso solo tenia una ventana, eso si, ocupaba toda una pared y desde ella veia el parque interior de una urbanizacion en la que vivian personas que obviamente tenian mucho mas que 150EUR en el bolsillo. Nunca estuve acomplejada por el tipo de hogar que tenia en Paris, mi pequeno piso era para mi un espacio de libertad. Aunque agobiantemente pequeno y sin mucho mas espacio que para rotar sobre mi misma, mi piso me ofrecia autenticidad, libertad y amor. Amor hacia mi misma, hacia mi independencia y hacia mi manera de funcionar en la vida. Saque los 150EUR del bolsillo, los deje encima del escritorio y me sente en la cama. Tenia a mi alrededor mas de 7 maletas y 4 bolsas que apenas cabian en la habitacion pero que pronto ordene. Queria que aquel fuera mi hogar, necesitaba sentirme segura en algun sitio, fuera cual fuese. Desde alli podria decidir cuanto arriesgarme, salir 1 hora o 2, coger el metro o probar a andar en bici, teniendo siempre un refugio al que regresar si un panadero borde parecia no entenderme. <> Me escribieron mis padres. <> Abri mi bolso y saque un sobre con 600EUR que habia conseguido vendiendo 2 pulseras y 3 anillos de oro que algunos familiares me regalaron por mi bautizo o comunion. Al ver ese dinero en mi apartamento, sin necesidad de esconderlo, comence a sentir que quizas podria sobrevivir a aquella aventura, sobrevivir de verdad. Tuve 2 dias para presentarme a Paris antes de comenzar a trabajar, aquellos magnificos dias de pleno mayo. Venia de ser una estudiante que vivia bajo el techo de sus padres y claro, aun tenia las mechas recientes, la ropa limpia y la vitalidad que te aporta una nutricion variada y completa. !Aquel era mi primer dia en Paris! No podia estar mas emocionada. Fingi ser chic y sofisticada, me puse unos vaqueros ajustados, una camiseta negra de tirantes con brillantes y el clasico bolso negro de Chanel, pero sin ser Chanel claro, el mio era de ioffer, pero eso nadie tenia por que saberlo. ?A quien pretendia impresionar? Nadie me conocia alli, las primeras semanas las pase completamente sola, pero algo dentro de mi mente me decia, que si estaba en Paris debia vestir acorde a lo que aquella ciudad me sugeria. Lo se, a veces yo tampoco me entiendo. Primera parada: Opera Garnier. Mi corazon no cabia en mi aun delgada caja toracica. Miles de pasos de cebra, cientos de personas y yo estaba alli, frente a la Opera sin saber muy bien que decir. ?Debia gritar wow? ?En voz alta? ?Alguien lo habia hecho alguna vez? Yo me sentia totalmente deslumbrada y era consciente de que a los hombres les gusta que te sorprendas cuanto te ponen la polla delante de la cara y aquello, creeme, era mucho mejor que cualquier polla. La opera de Paris, siempre me ha dejado sin aliento, desde el primer dia que la vi. Agarre mi bolso con fuerza, mire a mi alrededor y decidi adentrarme en una calle cualquiera, no dejaba de ver tiendas y mas tiendas, me acercaba a los escaparates e intentaba leer los precios. <> Cuando empece a ser consciente del nivel de precios de aquella ciudad, aquellos 150EUR que me habian dejado mis padres se convirtieron en una absurda limosna. Apareci en la Madeleine y volvi a sentirme en una encrucijada <> Poco despues entendi que Paris esta creada para deslumbrarte, para sobrecogerte y vayas a donde vayas vas a sentirte asi. Aun no lo sabia, pero no tarde mucho en darme cuenta. <> Encontre un local donde vendian bocadillos, alli me senti mas en mi ambiente, me comi un bocadillo que no habia pedido, porque obviamente el senor frances no me habia entendido del todo bien, pero estaba bueno. Acabe en Champs Elysees comprandome unas gafas baratas en una tienda de souvenirs. Si pretendia alargar mis 600EUR y mi vision sana hasta final de mes algo debia hacer al respecto, eso si, las gafas tenian brillantitos en las patillas. Aquel dia anduve muchos kilometros, pero no me senti cansada en ningun momento, todo lo contrario, me sentia llena de adrenalina e ilusion, como si deseara que aquel dia no terminara. Antes de volver a mi pequena guarida, entre en un supermercado e hice una compra que me permitiera comer el resto de la semana de una forma equilibrada: 2 cunas de queso Brie, 1 botella de vino, galletas, Coca-cola, un plato congelado de macarrones carbonara y dos platanos. Saque muchisimas fotos a mi apartamento y se las ensene a mis amigos, estaba muy orgullosa de estar alli. No recuerdo mi primera noche ni la segunda, pero recuerdo que dia tras dia la ropa se iba acumulando en una gran bolsa azul que tenia frente a mi cama. El primer dia de trabajo me parecio, cuanto menos, curioso. Nunca habia trabajado de cara al publico, mucho menos en hosteleria y nunca lo habia hecho con companeras de color. Yo era "la nueva" y la unica chica blanca pero mis companeros y mi jefe me acogieron con mucho carino. Mi jefe era muy simpatico y tuvo mucha paciencia conmigo, me enseno todo, desde como preparar todo tipo de cafes, hasta como hacer la caja o preparar los documentos que los proveedores debian firmar al descargar cada manana. Me daba 30EUR al dia para que comiera y siempre estaba de buen humor. Mis companeras eran tambien muy simpaticas, tenia companeras de Argelia, Nigeria, Marruecos y de Francia, claro. Les preguntaba muchas cosas, me corregian la pronunciacion y me ensenaron a decir esas cosas que nadie te ensena en una academia. Ademas de ser companeras, algunas comenzaron con el paso de las semanas a convertirse en mis amigas. Me encantaba trabajar en aquel restaurante, no tenia que cocinar y me aportaba la parte social o el contacto humano del que carecia. Un dia, cansada de pasar los fines de semana sola en mi casa o dando vueltas por Paris, busque en Google: conocer espanoles en Paris. Entonces conoci a Irene. Irene ejercia de ninera en una casa algo alejada del centro pero tenia dos dias libres a la semana que solia utilizarlos para venir a Paris y pasar tiempo juntas. Me encantaba estar con ella, siempre intentaba que nuestros dias libres coincidieran, organizaba excursiones y por si fuera poco, me hacia de guia turistico por una ciudad que todavia era nueva para mi. Luego conocimos a Sara, una chica que estaba haciendo su Doctorado en Quimica en la Universidad de Paris. Ya eramos 3 y por si aun no habia entrado en topicos, Sara era rubia, Irene muy morena y bueno... yo siempre he intentado parecer pelirroja. Y entonces llego el. Te situo, se trataba de la celebracion de la fiesta nacional en Paris. Rogue a mi jefe que me dejara el dia libre, era mi primer verano en Paris <> Le dije a mi jefe mientras el asentia una y otra vez con su eterna sonrisa. Le Champs de Mars, los fuegos artificiales, las risas y el olor a mil perfumes. Yo estaba alli con miles de personas, formando parte ironicamente, del orgullo frances. No dejabamos de sacarnos fotos, recuerdo reir y beber mucho aquella noche. Andamos desde Le Champs de Mars hasta Saint-Michel mientras nos reiamos de un rubio que queria ligar con Sara mientras Irene rechazaba a cualquier otro. <> Le grito Irene al camarero. <> Me susurro a mi despues. Melena negra larga, ojos grandes negros y una cara que la hacia atender al clasico prototipo de mujer Sevillana y que ademas hacia que todos los chicos se quedaran mirandola. Pero el me miraba a mi. Al final del bar y mientras hablabamos con unos alemanes, alli estaba el, sin apartarme la mirada y dedicandome media sonrisa. <> Les pregunte a mis amigas. No paso ni 1 segundo antes de que Sara diera el primer paso hacia el. <> Dije en voz alta. Entrar a alguien a traves de una amiga es muy patetico. <> Me dijo Irene con mirada despreocupada. No intercambiamos ni una palabra, despues de aproximarse empezo a bailar conmigo, me puso las manos sobre la cadera y no dejo de sonreirme hasta que acerco su cara a mi cuello y me dijo <> Bien, era lo unico que me habia puesto que costara mas de 50EUR, el chico tenia buen olfato. No recuerdo muy bien como transcurrio la noche, pero acabamos besandonos frente al Sena e intercambiando telefonos. Quizas el no sintiera lo mismo, pero yo senti una conexion especial, como si los dos estuvieramos en busca de un hogar. Probablemente aquella sensacion fuera unilateral, pero entiendeme, despues de dejar atras mi pequeno mundo, me vi en Paris, sentada a las orillas del Sena con un chico que me miraba como si su mundo se fuera a acabar. Jacques me enseno a convertir Paris en mi ciudad, me hablo de la parte de su familia que aun vivia en Argelia, de su trabajo, me repitio muchas veces lo mucho que le gustaban los coches y lo mucho que le gustaba yo, eso no me lo dijo, pero lo deduje yo solita. Me hizo reir mucho y fue muy carinoso conmigo, recuerdo perderme en aquellos grandes y largos brazos sin tener ninguna intencion de volver a encontrarme. Era una de esas historias que sabes que no se repetira, te agarras con fuerza a ese momento e intentas saborear cada segundo. Asi lo hice hasta que vimos amanecer. Jacques nos acompano al metro, mis amigas se fueron y yo subi andando a mi casa. Pasaron los dias y Jacques no dio senales de vida, asumi que habia sufrido la famosa diferencia cultural asi que aparte el tema de mi mente. Dos semanas despues decidio llamarme para pedirme una cita. Vino a buscarme en un Porsche y entonces empece a cuestionarme: ?Que tipo de persona habia conocido? y ?Por que le habia dicho que viniera a buscarme a la entrada de mi decrepito edificio? Si lo hubiera sabido me hubiera puesto un vestido, pero mira, la cantidad de ropa sucia que se acumulaba en el rincon de mi habitacion cada vez era mayor y no tenia mucho entre lo que elegir. Alli estaba yo, con unos vaqueros, una camiseta de los ramones y unas playeras sucias. Se bajo del coche, me abrazo y me dijo que estaba preciosa. Caminamos hasta un restaurante, nos sentamos y me pregunto que era lo que que habia hecho durante aquellas semanas y despues de la protocolaria introduccion a la cita le dije <> Mientras le clavaba la mirada. <> Me dijo mientras me sonria como si estuviera esperando que me riera con el. <> Le pregunte. Jacques me aseguro que no tenia pareja y que se sentia plenamente libre para tener una cita conmigo. Por los gestos y la entonacion quise suponer, aprovechando que estaba en Paris y tenia todo el derecho del mundo a ser romanticamente estupida, que yo era la razon de su reciente ruptura. Nunca volvimos a hablar del tema. Cenamos juntos, dimos un paseo y me invito a subir a su casa. Quizas fuera pronto, pero estaba lejos de casa, jugaba bajo mis propias reglas y aunque fuera simplemente por rebeldia, queria pasar la noche con el. Subimos a un ascensor enano que habia al final de un pasillo ruinoso y por un momento pense: gracias a Dios que es solo un presumido con los coches y vive en un cuchitril como yo. Nada mas lejos de la realidad, el ascensor se detuvo en el piso 6, bajamos, abrio la puerta y vi ante mi un piso de 160 m2 con espacios abiertos, recien reformado, con cristaleras y vistas a Notre-Dame. Yo no podia dejar de pensar que mi piso de mierda me costaba 500EUR al mes. <> Le dije mientras miraba a mi alrededor con los ojos bien abiertos. Jacques empezo a reirse y me contesto <> Yo no pintaba nada alli y esa obviedad empezo a hacerme sentir insegura. Siempre he sido una tia sexy y guapa, pero los dos eramos conscientes de que yo solo era una camarera, con un frances terrible a la que le sobraban un par de kilos. Por no hablar de que aquel dia llevaba un sujetador que se enfrentaba a su tercera noche porque era el menos sucio que tenia. Vale, eso el quizas no lo sabia, pero yo si. ?Me entiendes? La teoria decia que en Paris las mujeres no se depilaban, las francesas tenian fama de ser naturales, empoderadas y peludas. Para ser honestos, yo no me habia depilado desde hace un mes y aunque la situacion en su totalidad me hacia sentir incomoda mande todos los prejuicios a paseo, le eche morro al asunto y le dije <> El se agacho delante de mi, me bajo los pantalones y me dijo <> Todo captaba mi atencion, me fascinaba su casa, no dejaba de mirar a mi alrededor y pensar: joder, este tio esta buenisimo, vive en una casa impresionante y yo he venido con unas pintas del carajo y con un arbusto entre las piernas, al menos llevo bragas bonitas. El sexo no fue bueno, el atendio indiscutiblemente a todos los topicos asociados a la raza negra y hubo momentos fisiologicamente muy sorprendentes a lo largo de la noche, pero yo estaba distraida. Fue muy dificil seguir cachonda despues de verle hundir su cara en mi entrepierna peluda. <> Pense mientras contaba los minutos para que aquello terminara. Era la primera vez que bajaban al pilon y te juro que no me gusto. Ni un poco. Amanecimos juntos, me desperte antes que el y poco a poco me fui vistiendo. Cuando el se desperto yo corri como un misil al bano, me retoque el maquillaje, me cepille el pelo e intente no parecer Mufasa despues de una orgia. No se tu, pero yo no me levanto muy presentable. Nos dimos los buenos dias, todo trascurrio con normalidad y yo me fui a trabajar.

  • Hoffland, mis reglas de Jazmin Riera

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    Toda historia de amor tiene dos partes.
    Ella no pudo resistirse a sus reglas, ya escuchaste su version de la historia.
    ?Estas lista para conocer la otra?

  • La novena hora de Alice Mcdermott

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    En una oscura tarde de invierno, en el Brooklyn de principios del siglo xx, un joven inmigrante irlandes que acaba de ser despedido convence a su mujer, que esta a punto de dar a luz, para que salga a hacer la compra. Una vez solo en el apartamento, abre el gas y se suicida. La hermana St. Saviour, una monja de un convento cercano, sera quien ayude a Annie, la pobre viuda, a rehacer su vida.

  • Oriente de Jose Carlos Llop

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    El nuevo libro del autor considerado por la critica <> (Le Figaro).

  • En busca de tu nombre de Marjolijn Van Heemstra

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    El 5 de diciembre de 1946 se entrega una bomba empaquetada como si fuera un regalo en una casa de La Haya. Fallecen tres personas que supuestamente habian estado vinculadas al enemigo nazi. El cerebro del atentado es un tio lejano de Marjolijn, la protagonista: en la familia el suceso acabara convirtiendose en toda una hazana y su tio en una figura legendaria. Decadas despues Marjolijn, embarazada y decidida a cumplir con la promesa de ponerle el nombre del antepasado a su primer hijo, sale en busca de la verdadera historia de un hombre sobre el que los claroscuros pesan cada vez mas.

  • R_185. Proyecto Mouna de Luis Enrique Duenas Gutierrez

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    Abri los ojos lentamente y sobre mi solo pude distinguir, palpan-do, lo que me parecio una tapa de madera. No sabia donde estaba ni menos aun como habia llegado a aquel lugar. Lo que si sabia es que no podia moverme por la falta de espacio. Intente llegar al bolsillo del pantalon; alli guardaba un mechero con el que poder alumbrar y asi poder ver realmente donde me encontraba. Tras un gran esfuerzo, consegui llegar al bolsillo y sacar el mechero. Lo encendi. Entonces pude ver que estaba en una caja, tenia forma rectangular y era de madera. !Dios mio! Estaba encerrado en lo que probablemente seria una especie de ataud, pero lo peor no era eso, lo peor era el no saber como habia llegado a aquella situacion. En esos momentos de incertidumbre, por mi cabeza pasaban infinidad de preguntas y ninguna de ellas tenia respuesta. ?Que hacia alli?, ?como habia llegado?, ?estaba bajo tierra o en la superficie? Nada de aquello era logico. Mi nerviosismo iba en aumento. Por un momento pense que todo era un sueno, cerre fuerte los ojos para intentar despertar, pero fue inutil. Mi corazon dio un vuelco; notaba mi sangre recorriendo con fuerza todo mi cuerpo, provocandome un escalofrio que me sacudio toda la columna vertebral como si de un rayo se tratara. Por unos segundos crei desfallecer, pero recupere la conciencia, porque si eso me sucedia seria mi final y no me iba a rendir tan facilmente. Intente recordar que habia sucedido a lo largo del dia para asi poder entender que me habia arrastrado hasta aquella situacion. A las 5:00 de la manana, como todos los dias, me levante, me di una ducha y desayune. Despues cogi el coche y me dirigi al trabajo; el resto del dia transcurrio con toda normalidad, sin nada que mereciera la pena destacar. Sobre las 14:00 h. fui a comer al restaurante habitual y mientras comia me puse a leer como de costumbre las noticias y tampoco sucedio nada raro. !Un momento! Si, algo paso fuera de lo comun. Una chica morena, con los ojos verde esmeralda, se acerco a mi mesa y me dio un sobre. Susurrandome en voz baja dijo. --Hola Michael no tenemos mucho tiempo. --Perdone senorita, creo que se confunde, mi nombre es Richard --conteste algo desconcertado. La chica me sonrio, se levanto, y se fue por donde habia venido como si el mismisimo diablo la persiguiera. La verdad es que me resulto un poco raro, pero continue leyendo las noticias y comiendo sin darle mayor importancia a lo ocurrido. Termine y regrese a la oficina, donde pase toda la tarde revisando y archivando antiguos expedientes. A las 19:00 h. sali de la oficina y como todos los dias me dirigi al gimnasio. De camino y estando parado en un semaforo, me parecio volver a ver a aquella chica morena. Por su atractivo se hacia dificil poder olvidarla. Crei verla pasar por delante de mi coche y mirarme… pero, como siempre, yo estaba inmerso en mis pensamientos. Me sobresalto el sonido de un claxon que me hizo regresar de golpe a la realidad y continue mi camino girando hacia la derecha en direccion al gimnasio. Pero ahora que lo pienso bien, no recuerdo si finalmente llegue a mi destino. Tras haber hecho memoria de todo lo acontecido ese dia, regrese a la realidad. La pregunta de si estaba enterrado machacaba mi cabeza. Al pensarlo senti un frio helador que, sacudido mi cuerpo, haciendome ser consciente de lo delicado de mi situacion, ?cuanto aire me quedaria aqui dentro? Intentaba pensar, pero no podia. Rapidamente trate de moverme para dar una patada a la tapa y salir de alli lo antes posible, pero esto hizo que cayera en mi cara lo que parecia arena. Fue cuando mis perores sospechas se confirmaron, estaba enterrado. Hice un segundo intento de escapar. Di un punetazo a la tapa, pero eso tambien fue en vano. Recorde amargamente que pretendia repetir aquella escena de Kill Bill que tanto me gustaba y tanto me agobiaba a la vez cada vez que la veia. Mi corazon se acelero y comenzo a bombear sangre como si fuera su ultimo latido. Ya no podia controlar mi respiracion. Intente relajarme para poder pensar; si no conseguia controlar aquella terrible angustia pronto me quedaria sin aire. A duras penas logre relajarme; mi ritmo cardiaco disminuyo un poco y entonces recorde (era increible que no me hubiera dado cuenta antes) que tenia el movil en el bolsillo. Estire la mano para cogerlo del pantalon, pero alli no estaba; a tientas palpe los bolsillos traseros. Era raro que estuviera alli, ya que nunca lo guardaba atras, pero debia comprobarlo. Lo unico que encontre fue una carta… ?Una carta? !La de la chica! Ni recordaba que me la habia dado. Con gran dificultad pude leer lo que ponia ayudado de la poca luz que me proporcionaba el mechero. En la carta solo habia una simple nota que rezaba: <> Al acercar el mechero para poder descifrar el final de la nota debido a mi nerviosismo, queme el maldito papel y no pude averiguar lo que esa misteriosa mujer me queria decir. Perdi el conocimiento por unos instantes. Tenia que priorizar y no encender mas el mechero para no consumir aire. Sabia que cuanto mas tiempo pasara, menos aire llegaria a mi cerebro y mas me costaria pensar la manera de escapar de aquel infierno. No se me ocurria nada para salir de alli. Si rompia la tapa provocaria que la arena me cayera encima, y moriria igualmente. Estaba resignado; salir era imposible. Ya notaba como apenas quedaba aire, no podia respirar bien, me empezaba a sofocar y cada vez se me hacia mas y mas dificil mantener los ojos abiertos. No tenia fuerzas ni para rezar (nunca habia sido creyente, pero en esos momentos queria creer que existia algo o que alguien milagrosamente me podria ayudar). Mis ojos se fueron cerrando con una lentitud pasmosa, y al contrario de lo que la gente pueda pensar, he de decir que tu vida no pasa por delante cuando estas a punto de morir. Lo que se te viene a la cabeza, es todo aquello que no has podido hacer y que siempre quisiste hacer. Ya no podia mover ni un musculo de mi cuerpo; de hecho, ni si quiera los sentia. Es impresionante como el cuerpo prioriza en los casos extremos y otorga el poco aire que entra a intentar salvar los organos mas necesarios. Me fui sumiendo en un profundo sueno y fue en ese preciso momento cuando me di cuenta de que llegaba el punto y final a mis dias. Cerre los ojos y todo se convirtio en oscuridad. Ni un pensamiento corrio ya por mi cabeza. Solo senti paz. Capitulo 1 Abri los ojos con mucha dificultad. El sol me cegaba, me costo ver que me encontraba en una habitacion con paredes blancas inmaculadas. Podia oir un pitido constante que parecia provenir del lado derecho de mi cama. Al intentar girarme comprobe, que estaba atado de pies y manos a ella. Entonces, una pregunta surgio en mi cabeza; ?donde estaba? A simple vista parecia la habitacion de un hospital, pero eso era lo que menos me importaba. Lo mejor era que estaba vivo y que podia respirar ese aire que hasta donde recordaba tanto queria y necesitaba. Solo tenia que esperar a que alguien viniera y me diera una explicacion de lo que habia sucedido. Aguarde un rato, pero debido al cansancio y al agotamiento, me inundo un profundo sueno. En este estado, crei ver como en mi habitacion entraban dos individuos que por su atuendo parecian personal sanitario. Trate de hablar con uno de ellos, pero de mi boca no salia ni una sola palabra. Al percatarse de que intentaba decirle algo y para calmarme me dijo. --Tranquilo, relajese, esta en buenas manos. Me inyecto algun tipo de medicamento y volvi a caer en un profundo sueno. No sabria decir el tiempo que estuve asi, pero me desperte con las fuerzas renovadas (o eso me parecia a mi) ya que, al intentar moverme, note un dolor intenso que recorria todo mi cuerpo. Esto me hizo pensar que quiza no era tan buena idea moverse, aunque tenia que incorporarme si queria conseguir informacion de lo que habia sucedido. Me di cuenta de que ya no estaba atado a la cama, asi que haciendo un gran esfuerzo consegui levantarme y quedarme sentado en el borde, teniendo una mejor perspectiva de la habitacion donde me encontraba. No era muy grande. No tenia mucho mobiliario. Tan solo habia una mesilla al lado derecho de la cama, y un pequeno armario para dejar la ropa. En la habitacion habia dos puertas, una de ellas seria seguramente la del bano y la otra la que creia me sacaria de alli, siendo un poco optimista. A mi izquierda habia un ventanal por el cual se filtraba la luz del exterior. Como pude me baje de la cama. Aun me dolia todo el cuerpo, senti un repentino mareo que por segundos me dejo inmovil y apoyado en la cama. Una vez se me paso me dirigi hacia la ventana. Queria ver el exterior. Vi un patio trasero y a lo lejos un frondoso bosque. Ya estaba anocheciendo. Aquel paisaje me recordo a los dias que pasaba con mi padre en una cabana a las afueras de Kenora, donde los dos juntos pasabamos las tardes pescando. No se podia ver mucho mas, pero por lo menos pude comprobar que aquel hospital debia estar en algun lugar a las afueras de la ciudad, pero... ?de que ciudad? Me arrastre como pude hacia el armario para comprobar si alli se encontraba mi ropa, intente abrirlo, pero estaba cerrado, volvi hacia la cama y me sente resignado en ella. Pude ver un cable que colgaba desde la cama, lo segui con la mirada y comprobe que se trataba del pulsador de emergencia que tienen todas las habitaciones de hospital. Me estire para cogerlo con un gran esfuerzo lo pulse varias veces seguidas, esperando sentado en la cama a que alguien apareciera. Pero alli no se presento nadie. Decidi levantarme y salir de aquella habitacion, antes de abri la puerta me pare a escuchar, y tras comprobar que no se oia nada decidi abrirla. Temia que al igual que el armario, tambien estuviera cerrada. Con la mano temblorosa gire suavemente el pomo, sono un chasquido y la puerta cedio. Tire de ella lentamente y una rafaga de aire con un fuerte olor a desinfectante se colo en la habitacion. Dude unos segundos si salir o regresar a la cama, pero la curiosidad me pudo y sin mas titubeos cruce el umbral de la puerta. Me encontre un pasillo que parecio interminable. A ambos lados habia multitud de puertas. Desde mi situacion pude apreciar al lado izquierdo, en el cruce de los dos pasillos, algo parecido a un control de enfermeria; y me dirigi a el. Me encontraba un poco mejor. Aunque todavia estaba debil, fui apoyandome en la pared hasta llegar alli. Mire a mi alrededor, pero no habia nadie. Desde el otro lado del mostrador observe una puerta de cristal biselado, en la que habia un cartel que indicaba: <>. Pase dentro y golpee suavemente la puerta, esperando contestacion. No obtuve resultado. Comprobe si la puerta estaba abierta. Agarre el pomo con firmeza y lo gire. Oi los engranajes de la cerradura y la puerta se abrio. Ante mi, una pequena sala con un solo sofa y una mesa, nada mas. Se encontraba en perfectas condiciones. Aquella habitacion no se habia utilizado nunca, o eso parecia. Di media vuelta para retomar el camino por donde habia venido y entonces lo vi. Estaba quieto, impecable, esperando a que alguien lo utilizara; era blanco, por su aspecto al igual que el sofa y la pequena mesa parecia como si nunca nadie lo hubiera utilizado, asi que cogi el impoluto telefono y lo descolgue. Me lo acerque para comprobar si daba tono y, entonces mis sospechas se confirmaron, aquel telefono no daba senal alguna. Aquel hospital estaba muerto. Colgue, y sali de detras del mostrador y segui por el pasillo de la derecha a ver si por fin encontraba algo o a alguien en aquel siniestro lugar. Conforme transcurria el tiempo cada vez estaba mas convencido de que en aquel hospital solo estaba yo. No se oia nada, ni se veia un alma, pero yo seguia andando, y buscando a alguien… o simplemente una salida. Me pare frente a algunas habitaciones. Abria las puertas, pero todas estaban vacias, algunas puertas ni si quiera se abrian, como si escondieran algo o a alguien en su interior y otras en cambio si. En las que estaban cerradas no puedo asegurar si habia alguna persona en su interior, pero no parecian ocupadas. Aquellas que si consegui abrir tenian un mobiliario identico compuesto por una cama, una mesa y poco mas; estaban todas inmaculadas y parecia que nunca se hubieran usado. Tras un rato andando sin rumbo, pude ver a lo lejos unos ascensores. Encamine mis pasos hacia ellos. Antes de llegar escuche un ruido, me pare y observe a mi alrededor, pero no habia nadie (debia ser producto de mi imaginacion). Ya estando frente a los ascensores, pulse varias veces para llamarlos, pero no respondieron (debian estar fuera de servicio). Justo cuando mas convencido estaba que en aquel lugar estaba yo solo, fue cuando a lo lejos empece a oir unos pasos. Me detuve entre dos pasillos mirando a ambos lados, intentando averiguar de donde provenian. El eco no me dejaba distinguir bien. !No podia ser!, mis ojos me enganaban, lo que estaba viendo no era real, alli estaba… aunque solo la habia visto una vez en aquel bar la reconoci perfectamente. Tenia un atractivo fuera de lo comun, y eso, la hacia dificil de olvidar. La mezcla exotica que proporcionaba su piel canela, su pelo negro azabache y unos ojos de color verde intenso hacian de ella una mujer inalcanzable para cualquier hombre

  • Calle Londres de Samantha Young

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    Johanna trabaja en un bar y siempre se ha ocupado de su familia, sobre todo de Cole, su hermano pequeno. Con un padre ausente y unamadre incapaz de cuidarles, ha estado tomando decisiones basandose en lo mejor para Cole.Incluso elige los hombres con que sale en funcion de lo que pueden aportarles a su hermano y a ella. Enamorarse es un lujo que no se puede permitir.Pero con el nuevo barman, Cameron MacCabe, la atraccion es innegable. Cada vez que mira a su companero de trabajo se le hace un nudo en el estomago. Y, por una vez, siente la tentacion de poner sus necesidades por delante.Cam esta igualmente interesado en conocerla mejor, pero la dura coraza de Johanna le impide intentarlo siquiera… hasta que Cam se muda al piso de abajo del de ella y los secretos empiezan a salir a la luz.

  • !Hasta luego cocodrilo! , Soledad Mora de Soledad Mora

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  • Siete tumbas, un invierno de Christoffer Petersen

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    UN ASESINATO QUE PUEDE HACER CAER EL GOBIERNO DE GROENLANDIA
    Despues de haber sido torturado por un criminal, el agente David Maratse apenas puede caminar sin dolor. Incapacitado para ser policia en Nuuk, la capital de Groenlandia, decide retirarse a una pequena poblacion de la costa oriental. Alli, cada verano los habitantes cavan siete tumbas antes de que el interminable invierno endurezca la tierra, con la esperanza de que sean demasiadas. Ese ano, sin embargo, no podian imaginar que apareceria el cadaver de una joven en las gelidas aguas articas. Su asesinato puede cambiar el destino de la mayor isla del mundo y obligara a Maratse a abandonar su retiro forzoso.

  • Monasterio de Andrea H. Japp

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    1288, Alejandria, Egipto. Un mercader se hace con la pesada alforja de un viajero agonizante. Ignora que acaba de firmar su sentencia de muerte y que jamas conocera el secreto que contiene esa alforja: cuando intenta venderla a un intermediario del conde Aimery de Mortagne, muere degollado.

  • Dos amores para Cassie 2 – Mark Miller de Mark Miller

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    Cassie no se da por vencida y, sin importarle lo que David piense, ella tiene claro que es lo que quiere en la vida. Y lo quiere a el.
    No importa que tenga que cruzar medio mundo, el corazon es el que manda.
    Pero la historia para ellos sera como siempre, todo menos facil. Ahora solo queda saber si, por fin, el amor triunfara o el destino seguira jugando con ellos.

  • Un nuevo dia de Robyn Carr

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    Era una manana gelida de noviembre, el sol asomaba por el horizonte y Marcie estaba temblando junto a su Volkswagen color verde lima. Tenia el equipaje, estaba preparada y tambien estaba tan emocionada como asustada por lo que iba a emprender. En el asiento trasero tenia una pequena nevera portatil con refrescos y algo de comer. En el asiento del acompanante habia un termo con cafe caliente y en el maletero habia metido una caja de agua embotellada. Tambien se habia comprado un saco de dormir por si no le gustaba el motel y en la bolsa de lona llevaba vaqueros, jerseys, calcetines gruesos y botas; lo mas indicado para recorrer los pequenos pueblos de las montanas. Estaba deseando ponerse en camino, pero Drew, su hermano menor, y Erin, su hermana mayor, estaban alargando la despedida. --?Tienes las tarjetas telefonicas que te di por si el movil no tiene cobertura? --le pregunto Erin.--Las tengo. --?Estas segura de que llevas suficiente dinero? --Estoy segura. --Faltan menos de dos semanas para el Dia de Accion de Gracias. --No creo que tarde tanto --afirmo Marcie para evitar otra discusion--. Encontrare a Ian enseguida. Creo que ya he delimitado mucho su posible paradero. --Vuelve a pensartelo, Marcie --insistio Erin intentandolo por ultima vez--. Conozco a algunos de los mejores detectives… el despacho de abogados los emplea constantemente. Podemos encontrar a Ian y entregarle las cosas que quieres darle. --Ya lo hemos discutido --replico Marcie--. Quiero verlo y hablar con el. --Podemos encontrarlo primero y luego podrias… --Diselo tu, Drew --le suplico Marcie. Drew tomo aliento. --Va a encontrarlo, hablar con el, averiguar que le pasa, pasar algun tiempo con el, darle los cromos de beisbol, ensenarle la carta y luego volvera a casa. --Pero nosotros podriamos… Marcie apoyo una mano en el brazo de su hermana mayor y la miro con firmeza. --Basta. No puedo seguir adelante hasta que haga esto y voy a hacerlo a mi manera, no a la vuestra. No hay nada mas que hablar. Ya se que os parece un disparate, pero voy a hacerlo. Se inclino y beso a Erin en la mejilla. Su hermana era esbelta, guapa, elegante y sofisticada, no se parecia en nada a Marcie, y habia sido como una madre para ella desde que era pequena. Le costaba mucho dejar de comportarse como una madre. --No te preocupes --siguio Marcie--, no tienes por que preocuparte. Tendre cuidado y no tardare en volver. Se volvio hacia Drew y tambien lo beso en la mejilla. --?No puedes darle un ansiolitico o algo asi? Drew estaba en la Facultad de Medicina y no podia hacer recetas. El se rio y abrazo a su hermana. --Acaba con todo esto lo antes posible. Erin va a volverme loco. --No lo pagues con el --Marcie miro a Erin con los ojos entrecerrados--. Ha sido idea mia y volvere antes de que os hayais dado cuenta. Se monto en el coche, se alejo y los dejo en la acera delante de la casa. Consiguio llegar a la autopista antes de notar que los ojos le abrasaban por las lagrimas. Sabia que sus hermanos iban a preocuparse, pero no podia hacer otra cosa. Bobby, el marido de Marcie, habia muerto hacia casi un ano, justo antes de Navidad, con veintiseis anos. Ocurrio despues de pasar tres anos en hospitales por una lesion cerebral que sufrio al servir como marine en Irak. Ian Buchanan fue su sargento y mejor amigo; segun Bobby, valia por veinte marines. Sin embargo, Ian dejo los marines poco despues de que Bobby cayera herido y no volvio a saber nada de el desde entonces. Desde que supo que Bobby no se repondria, desde que lloro su perdida mucho antes de que muriera, Marcie habia esperado sentir alivio cuando falleciera… al menos, por el. Penso que estaria preparada para empezar una vida nueva, una vida que habia suspendido durante anos. A los veintisiete anos y ya viuda, tenia mucho tiempo para cosas como viajar, salir o formarse, pero habia sido un ano improductivo y estaba bloqueada. No podia seguir adelante. No podia dejar de preguntarse por que el hombre al que Bobby habia querido como a un hermano habia desaparecido sin llamar ni escribir. Se habia distanciado de su padre y sus hermanos, tambien marines. Se habia distanciado de ella, la mujer de su mejor amigo. Ademas, estaban esos cromos de beisbol. Si hacia un esfuerzo inmenso de imaginacion, no podia imaginarse nada que su hermana abogada considerara mas ridiculo que su empeno en que Ian tuviera los cromos de beisbol que habian sido de Bobby. Sin embargo, desde que conocio a Bobby, cuando tenia catorce anos, supo lo obsesionado que estaba con su coleccion. Se sabia de memoria todos los jugadores y datos estadisticos. Resulto que Ian tambien era un loco del beisbol y que tenia una coleccion y ella sabia, por las cartas de Bobby, que habian hablado de hacer un intercambio. Bobby e Ian habian hablado de cambiarse cromos de beisbol mientras perseguian insurgentes por el desierto o eludian atentados suicidas en las ciudades, era un disparate. Tambien estaba la carta que Bobby le escribio desde Irak antes de que lo hirieran. Solo hablaba de Ian y de lo orgulloso que se sentiria si llegaba a ser como el. Era un marine de los pies a la cabeza estuvieran metidos hasta el cuello en una batalla o llorando por una carta de amor; era un hombre que se metia en los jaleos con los suyos, que los encabezaba con fuerza y valor, que nunca los defraudaba y permanecia siempre a su lado. Era divertido y los hacia reir, pero era un sargento exigente que tambien los obligaba a trabajar mucho, a aprender y a seguir todas las reglas al pie de la letra para que no corrieran riesgos. En esa misma carta, Bobby le dijo que esperaba que ella lo respaldara si decidia seguir esa profesion. Como habia hecho Ian Buchanan. Se sentiria muy orgulloso si llegaba a ser la mitad de hombre que era Ian; todos lo consideraban un heroe, alguien camino de convertirse en una leyenda. Marcie no estaba segura de que pudiera desprenderse de la carta, aunque trataba toda sobre Ian, pero el tenia que verla; Ian tenia que saber lo que sentia Bobby por el. Habia pasado un ano desde que Bobby murio placida y silenciosamente y ella habia pasado su cumpleanos, su aniversario y todas las vacaciones, pero tenia la sensacion de que ese asunto seguia sin estar resuelto; como si faltara una pieza muy grande para terminar con todo. Ian le habia salvado la vida a Bobby. No lo consiguio completamente, pero arriesgo la vida para llevar a Bobby a un sitio seguro… y luego desaparecio. Era algo omnipresente, algo que tenia que zanjar. No tenia mucho dinero, llevaba cinco anos con el mismo empleo de secretaria. Era un buen empleo con gente buena, pero con un sueldo que no seria suficiente para mantener a una familia. Tuvo la suerte de que su jefe le dio todo el tiempo que quiso cuando Bobby resulto herido, porque primero tuvo que viajar a Alemania y luego a Washington para estar cerca de el. Ademas, los gastos fueron enormes, mucho mayores de los que podian costear con la paga de el. Como marine que llevaba tres anos alistado, ganaba menos de mil quinientos dolares al mes. Exprimio al maximo las tarjetas de credito y pidio prestamos pese a que Erin y la familia de Bobby estuvieron dispuestas a ayudarla. Al final, su seguro de vida militar fue insuficiente para pagar las facturas y su indemnizacion por viudedad tampoco fue muy elevada. El milagro fue conseguir que lo mandaran a Chico, a su tierra. Algo que seguramente debia al empeno e insistencia de Erin. Muchas familias de soldados impedidos al cien por cien o que necesitaban un tratamiento a largo plazo tenian que irse a vivir cerca del paciente porque la Administracion no podia mandar al paciente a sus casas. Sin embargo, Erin consiguio que lo ingresaran en un centro de atencion medica privado sufragado por el Programa de Atencion Medica y Sanitaria para Civiles de los Servicios Castrenses. La mayoria de los soldados no tenian tanta suerte. Era un servicio complicado y bastante saturado por la cantidad de heridos. Erin se ocupo de todo y empleo su brillante cerebro de abogada para conseguir todas las ventajas y retribuciones posibles. Erin no quiso que Marcie ademas tuviera que preocuparse por el dinero. Erin lo hizo todo, incluso pago los gastos domesticos. Ademas, tambien conseguia costear los estudios de Medicina de Drew. Por eso, no acepto ni un centavo de ella para hacer ese viaje. Erin ya le habia dado demasiado. Drew tenia algun dinero para gastos, pero no era gran cosa y el era un estudiante de Medicina pobre. Habria sido mas juicioso esperar a la primavera, hasta que hubiera podido reunir algo mas de dinero para emprender ese viaje a las montanas del norte de California y buscar a Ian Buchanan, pero la proximidad del aniversario de la muerte de Bobby y de la Navidad hicieron que deseara con toda su alma zanjar definitivamente ese asunto. No podia dejar de pensar en que seria maravilloso tener las respuestas y retomar el contacto antes de las vacaciones. Estaba dispuesta a encontrarlo y a acabar con los fantasmas. Luego, cada uno seguiria con su vida… Capitulo 1 Marcie Sullivan entro con su Volkswagen en el pueblo. Era el sexto pueblo que visitaba ese dia y se encontro con que estaban adornando un arbol de Navidad. La gente que lo adornaba parecia demasiado pequena para semejante tarea; el arbol era gigantesco. Aparco delante de una cabana muy grande con un porche y se bajo. Tres mujeres se afanaban con el abeto de Navidad que media casi diez metros. Una era de su edad, tenia el pelo castano y sujetaba una caja abierta, quiza, con adornos. Otra era mayor, con el pelo blanco y gafas de montura negra y senalaba hacia arriba, como si estuviera al mando. La tercera era una rubia muy guapa que estaba subida a una escalera de tijera. El arbol se alzaba entre la cabana y una vieja iglesia, de madera, con dos torres altas y una vidriera todavia intacta; una iglesia que debio de ser muy bonita en algun momento. Mientras las miraba, un hombre salio al porche de la cabana, se detuvo, solto una maldicion y fue hasta la escalera con unas zancadas enormes. --No te muevas; ni respires --dijo el en voz baja pero con tono imperativo. Subio hasta que alcanzo a la rubia y la agarro con un brazo entre lo que le parecio un ligero abultamiento por el embarazo y los pechos. --Baja despacio --le ordeno. --!Jack! --exclamo ella--. !Dejame en paz! --Si es necesario, te bajare a la fuerza. Baja de la escalera despacio, inmediatamente. --Por amor de… --Inmediatamente --repitio el sin inmutarse. Ella empezo a bajar poco a poco mientras el la sujetaba. Cuando llegaron abajo, ella se puso en jarras y lo miro con furia. --!Sabia perfectamente lo que estaba haciendo! --?No tienes dos dedos de frente? ?Que pasaria si te cayeras? --Es una escalera muy buena. !No iba a caerme! --Puedes discutir lo que quieras, pero no voy a dejar que te subas a una escalera en tu estado --replico el tambien en jarras--. Me quedare vigilandote si hace falta. El miro a las otras dos mujeres. --Le dije que creia que no iba a parecerte bien --se justifico la del pelo castano mientras se encogia de hombros. El miro con furia a la mujer de pelo blanco. --Yo no me meto en asuntos domesticos. Es asunto vuestro, no mio --se defendio ella mientras se subia las gafas en la nariz. Marcie sintio anoranza. Solo llevaba unas semanas por esa zona, pero echaba de menos las disputas familiares, a sus amigas y el trabajo. Anoraba a la mandona de su hermana mayor, al bobo de su hermano pequeno y a la novia de turno que lo tuviera apesadumbrado. Echaba de menos a la enorme, divertida y apasionada familia de su difunto marido. No habia ido a casa a pasar el Dia de Accion de Gracias; le habia dado miedo ir un par de dias y no poder escapar por segunda vez de las garras de Erin. Su casa estaba en Chico, California, a un par de horas de alli, pero ni su hermana ni su hermano ni la familia de Bobby creian que lo que estaba haciendo fuera una buena idea. Por eso, habia llamado, habia mentido y habia contado que tenia algunas pistas sobre Ian y que estaba a punto de encontrarlo. Cada vez que llamaba, un dia si y otro no, decia que estaba acercandose, cuando no era verdad, pero tampoco estaba dispuesta a tirar la toalla. Sin embargo, una amenaza se cernia sobre su cabeza: le quedaba muy poco dinero. Ultimamente habia dormido en el coche para ahorrarse el motel y era muy incomodo porque la temperatura bajaba mucho en la montana. Era principios de diciembre y en cualquier momento empezaria a nevar o podia encontrarse con hielo en la carretera y salir disparada con el coche como un misil ladera abajo. Sencillamente, no podia soportar la idea de volver a casa sin haber cumplido esa mision. Si no lo conseguia, volveria para reunir algo de dinero y lo intentaria otra vez. No podia rendirse, ni por el ni por ella. Todo el mundo estaba observandola. Nerviosamente, se echo por encima del hombro el pelo rojo, ondulado y rebelde. --Si quiere… yo… mmm… podria subir. No me dan miedo las alturas… ni nada… --No hace falta que suba a la escalera --replico la rubia con un tono mas delicado y una sonrisa. --Yo subire --intervino el hombre--. O pedire a alguien que suba a la maldita escalera, pero tu no vas a subir. --!Jack! !Se un poco considerado! --No se preocupe por la escalera --siguio el con mas calma--. ?Podemos ayudarla en algo? Marcie se acerco al grupo, saco una foto del bolsillo interior del chaleco y se la enseno al hombre. --Estoy buscando a alguien. Se esfumo hace algo mas de tres anos, pero se que anda por aqui. Al parecer, recoge el correo en la oficina de correos de Fortuna. --!Caray! --exclamo el. --?Lo conoce? --pregunto ella con esperanza. --No --contesto el sacudiendo la cabeza--. No lo conozco y es muy raro. Es un marine --lo comprendio al ver la foto oficial de Ian--. No puedo creerme que haya un marine en ochenta kilometros a la redonda y yo no lo sepa. --Yo… --Es posible que no lo haya dicho; los marines y el tuvieron una relacion algo tormentosa al final. Al menos, eso he oido… El volvio a mirarla con un gesto mucho mas afable. --Me llamo Jack Sheridan. Mi esposa, Mel y Paige --dijo senalando con la cabeza a la mas joven--. Ella es Hope McCrea, la entrometida del pueblo. Extendio una mano y Marcie se la estrecho. --Marcie Sullivan --dijo ella. --?Por que busca a este marine? --le pregunto el

  • Todos los pajaros cantan de Evie Wyld

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    Los secretos del pasado nunca nos abandonan Jake es una mujer hurana que vive recluida en una vieja granja en una isla del Reino Unido junto a su perro collie y sus ovejas. Un dia, estas empiezan a aparecer muertas. Nadie sabe que esta pasando, aunque Jake esta convencida de que todo es obra de una bestia misteriosa que merodea por la isla. Poco a poco, el lector descubrira todos los secretos de Jake, que se ha refugiado en la isla para escapar de su turbulento pasado en Australia, donde dejo atras enemigos y fantasmas. El misterio y la naturaleza palpitan en esta tensa narracion sobre la busqueda de la redencion en una intriga magistralmente trabada. Evie Wyld es una de las mejores autoras jovenes segun la revista Granta.

  • Seremos Libres de Alexa Bleu

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    --Necesito salir de aqui, ya no aguanto mas encerrada --manifiesto, dando vueltas por el salon de este diminuto piso. --Pero si acabamos de empezar la cuarentena, Lucre --responde Bea, mi companera de piso y mejor amiga, mientras se atiborra a Doritos, enganchada a alguna serie de Netflix. La envidio. No le esta afectando casi nada el encierro porque ella siempre ha sido una persona casera. Yo soy todo lo contrario; necesito salir a que me de el aire, estar con gente o incluso asistir a clase, por muy extrano que parezca esto ultimo. Desde que el presidente del Gobierno declaro el Estado de Alarma hace casi una semana por culpa del virus, la gente no puede salir de sus casas, excepto para comprar comida, ir a la farmacia o pasear al perro, y en este instante me arrepiento de no haber adoptado uno, aunque la casera nos haya prohibido tener mascotas. De pronto, una grandiosa idea se me viene a la mente. Voy directa a mi habitacion, cojo papel y boli, y regreso al salon. Sobre la mesa que usamos para comer y que se halla llena de todo tipo de trastos, escribo lo que se me acaba de ocurrir. Soy Lucrecia, la vecina del 3degC. Me ofrezco como voluntaria para hacer la compra, ir a la farmacia a por medicinas o pasear a vuestro perro si sois personas de riesgo o con movilidad reducida. No pido nada a cambio. Podeis llamarme o mandarme un mensaje al movil. Le enseno la nota a mi amiga, que se burla de mi desesperacion, y abandono un momento la casa para pegar el papel en el espejo del ascensor. Ahora solo me queda esperar a que alguien contacte conmigo. Cuando vuelvo al piso, la lavadora ha finalizado y voy a la terraza, que se ha convertido en mi templo desde que ha comenzado el confinamiento, para tender la ropa. Basicamente mis dias son bastante rutinarios. Por la manana me levanto, desayuno, hago ejercicio y salgo a comprar el pan. Por la tarde estudio, aunque no sepa como va a acabar mi ano academico, y veo alguna serie con Bea. En fin... Un aburrimiento. --!Bea, ven, corre! --exclamo, asomada a la calle al terminar de tender. Mi amiga viene en mi busqueda con rapidez y las dos contemplamos como el vecino nuevo tira la basura en el contenedor con su elegancia. --?Tanta basura acumula todos los dias el solo? --pregunto. --Depende... --Bea frunce los labios, con la expresion de estar inventandose algo macabro --. Igual ha descuartizado a su exnovia y se esta deshaciendo del cadaver poco a poco. --Ladea su cabeza en mi direccion y me dedica una sonrisa traviesa--. Ya sabes... Para no generar sospechas. Por ejemplo, ayer le toco tirar un brazo; hoy, un pie; manana, la cabeza... --No creo. No tiene pinta de asesino. Seguimos con la mirada al vecino hasta que se mete en nuestro edificio. Compartimos rellano y su terraza esta justo al lado de la nuestra, asi que todos los dias lo veo un par de veces salir a fumarse un cigarro sin camiseta o leer un libro, dando un toque misterioso. Hace dos semanas se mudo aqui, pero no hemos entablado ninguna conversacion; solo nos hemos saludado con cordialidad. --?Y de que tienen pinta los asesinos? --inquiere Bea--. Los que parecen buenos, al final son los peores. Tenlo en cuenta, futura criminologa. --Voy a intentar conocerlo cuando lo pille en la terraza. Tengo curiosidad por saber cosas de el. A Bea se le escapa una carcajada. --Tu lo que quieres es que se meta en tus bragas. --Tambien --le doy la razon, riendome--. Estoy necesitada por culpa del confinamiento. No voy a mentir; ese tio esta muy bueno y supongo que tendra un par de anos mas que yo. Una alegria para el cuerpo no me vendra mal. --Me temo que no puedes acercarte a un desconocido a menos de un metro --me recuerda, mirandome fijamente--. Y mucho menos mantener relaciones sexuales con el. Suspiro, poniendo los ojos en blanco. --Gracias por romperme la ilusion. *** Tras los aplausos de las ocho, me quedo esperando un rato mas en la terraza por si el misterioso vecino da senales de vida, porque no ha salido ni un dia a aplaudir. Nuestro barrio es bastante tranquilo. Se encuentra en una zona apartada de Valencia, y la mayoria de vecinos son personas mayores o familias con hijos, asi que no dan mucho la lata. Algunos, tras aplaudir, se ponen a cantar y a bailar desde sus terrazas o balcones, y yo me uno a ellos porque tengo que aprovechar el unico momento del dia que puedo socializar con gente que no sean Bea o mis padres (por videollamada). Esta noche le toca a mi amiga preparar la cena con los pocos alimentos que nos quedan en la nevera. Manana me encargare de hacer la compra, y espero, de todo corazon, que haya papel higienico, porque nos queda solo un rollo. El olor del tabaco inunda el ambiente, lo que significa que el vecino sadico ha salido a su terraza a fumar. Observo que se asoma a la calle, apoyando los codos en su muro, mientras que con una mano sujeta el cigarrillo con expresion melancolica. Me doy el privilegio de estirar mi cuello desde donde me encuentro para estudiar al chico de cuerpo entero. Lleva una sudadera, un pantalon corto de chandal y va descalzo. De pronto, ladea su cabeza hacia mi, como si se hubiese dado cuenta de que me lo estoy comiendo con los ojos; enseguida aparto mi vista y me centro en observar el edificio de enfrente, fingiendo que no soy ninguna mirona de vecinos desconocidos y posibles asesinos en serie. --Buenas noches, vecina --oigo una voz masculina grave, que me parece muy sexy. Lo miro y le dedico una sonrisa. El tambien sonrie y despues exhala el humo del cigarro por la boca. --Buenas noches, vecino --le respondo. ?Le pregunto como lleva la encerrona? ?O por lo que hace todo el dia en su casa? ?O por que saca cada dia la basura? Siempre se me ha dado fenomenal mantener una conversacion con las personas, aunque no las conozca. De camino a mi facultad en el metro, nunca me he quedado callada y le hablaba al que tenia sentado a mi lado; no paraba de parlotear hasta que llegaba a mi destino, e incluso muchas veces me he despistado y he tenido que bajarme dos paradas despues. --?Que tal el confinamiento? --se atreve a preguntar, como si me acabase de leer el pensamiento. --Regular. --Me rio con tanto nerviosismo que parezco una tonta--. Estar enjaulada todo el tiempo no es lo mio. ?Y tu? --No veo la diferencia entre la cuarentena y mi vida normal. Estoy acostumbrado a estar en casa sin que me afecte. --Ah, que bien. Te envidio un poco. Yo estoy deseando que se acabe esta distopia para irme de fiesta. Lo hago reir con mi comparacion. Despues le da otra calada al cigarro y vuelve a echar el humo. --Em... Esto... Manana me toca hacer la compra. Si quieres que te traiga algo, no tienes mas que pedirmelo --le propongo--. Un paquete de papel higienico, harina, tabaco... Un paquete de preservativos para que uses con tu novia descuartizada, por si se te han gastado... --No tengo novia. Rompi con ella porque me puso los cuernos con mi companero de piso. Me quedo sorprendida. ?Como alguien puede serle infiel a este monumento? O a cualquier persona, en general. Yo no podria ni mirar a la cara a mi pareja. --Lo siento mucho --le contesto con lastima--. Si te sirve de consuelo, ella no te merecia. --Ya. --?Entonces no necesitas que te traiga nada del supermercado? --decido cambiar de tema. --No, gracias. Tengo de todo. --Vale, pues... --Enredo un mechon de pelo en mi dedo--. Voy a cenar. Ya nos veremos manana en la terraza. Se echa a reir. Dios mio, su risa desprende tanta sensualidad que hasta creo que me estoy enamorando. Asi, sin conocerlo ni nada. Muy bien. Puede que sea un psicopata que asesino a su ex por ponerle los cuernos, y yo estoy aqui, charlando tan ricamente con el y creyendo en el amor a primera vista y en tiempos de confinamiento. Sigo pensando que el encierro me esta afectando de mala manera. Tras despedirme del chico, que todavia no se ni como se llama, ceno con Bea y le cuento la pequena conversacion tan bobalicona que he tenido con el. Mi amiga me dice que de esta situacion puede surgir una bonita historia de amor entre vecinos, pero sin dejar de burlarse de mi. *** A la manana siguiente, me paseo por el supermercado del barrio, buscando todo lo que ha apuntado Bea en la lista de la compra y lo que me han pedido algunos vecinos tras leer mi anuncio pegado en el ascensor. La mayor parte de la gente va con guantes, mascarillas y respetando la distancia de seguridad. Gracias a mi amiga y a su alergia, me he podido poner una mascarilla de las que tiene por casa, porque en la farmacia ya no quedan existencias por culpa de los borregos que fueron a comprarlas a montones. Se creian que se avecinaba el apocalipsis o algo asi. Ahora mismo solo me queda coger el papel higienico para marcharme. Me dirijo hacia el pasillo por donde se encuentra y descubro, a escasos metros desde donde estoy, que nada mas hay un paquete y que el vecino sadico se esta acercando a toda pastilla para hacerse con el. Yo corro una maraton, con la esperanza de ganarle la carrera, pero cuando llego a su lado, el me sonrie con socarroneria y lo mete en su carrito. --Has llegado tarde --me dice, en tono burlon. Tambien lleva una mascarilla cubriendole la boca, pero lo que mas me llama la atencion de su rostro son sus ojos azules. --?No decias que no te hacia falta nada? --Anoche no necesitaba nada, pero hoy si. --Se separa un metro de mi, porque estabamos muy cerca el uno del otro--. Hay que respetar la distancia de seguridad. Podrias pegarme el bicho, Lucrecia. En este momento me queda claro que este tio es un psicopata. ?Como sabe mi nombre si no se lo he dicho? --O podrias pegarmelo tu --contraataco--. Yo estoy sana. --No lo sabes. A lo mejor eres portadora asintomatica. --O tu tambien. Se que esta sonriendo por debajo de la mascarilla; sus ojos lo delatan. Sin embargo, no me hace ni pizca de gracia que me haya robado el papel higienico. --Nos vemos, vecina Lucrecia. --Se despide de mi con la cabeza y no tarda en desaparecer de mi vista. Pues nada. Hoy me toca limpiarme el trasero con servilletas. Una vez que llego a casa, la exagerada de Bea me abre la puerta, sujetando un trapo, lejia y gel desinfectante, y vestida con un disfraz de astronauta, como si pensara que le traigo la lepra en la compra. Me obliga a desnudarme en mitad del rellano (solo permite que me quede con las bragas y el sujetador), y la dejo desinfectarlo todo mientras me doy una buena ducha de agua caliente. --!?Por que no has traido papel higienico, tia?! --me pregunta de sopeton, al colarse en el bano y descorrer la cortina de la ducha; yo casi me resbalo por el susto que me ha dado. --Porque solo quedaba un paquete --le explico, enjabonandome el cuerpo--. Adivina quien se lo ha llevado. --?La vecina loca del quinto? ?La que tiene veinte gatos? --No. El vecino descuartizador. Mi amiga permanece atonita durante unos segundos, y yo aprovecho para seguir duchandome. --?Como has permitido que te lo robara? --Llego antes que yo. Es idiota. --!Pues esto no se va a quedar asi! --exclama, senalandome con su dedo--. Pienso lanzarle basura a su terraza. --Y se esfuma del bano, dando un portazo. Salgo de la banera, me envuelvo el cuerpo con una toalla y mi cabello negro con otra, y me meto en mi habitacion con la intencion de ponerme el pijama, pero un mensaje en mi movil me interrumpe, asi que lo cojo de mi escritorio y entro en WhatsApp. Descubro que el numero no lo tengo guardado. Hola, Lucrecia, soy tu vecino. Como te has puesto tan triste cuando me he llevado el papel higienico, he decidido dejarte seis rollos sobre tu felpudo (yo me he quedado con otros seis). No te preocupes, que no los he tocado y continuan metidos en el paquete de plastico. De nada. Posdata 1: Tu numero lo he cogido de la nota que he visto pegada en el ascensor. Posdata 2: Limpiate bien. Mira que considerado el descuartizador... Tiro el movil sobre la cama y corro hacia la puerta de la entrada, sosteniendo la toalla con una mano para evitar que se me caiga y que los vecinos me vean como mi madre me trajo al mundo. Y ahi esta el paquete con los seis rollos de papel higienico, descansando en el felpudo. Echo un vistazo a la puerta de al lado, que se encuentra cerrada, y sonrio negando con la cabeza. Despues entro en mi piso y le cuento a Bea lo que acaba de suceder, pero ella, como es tan miedosa, se ocupa de desinfectar el plastico y le pasa a cada rollo un trapo por encima, por si da la casualidad de que el virus haya llegado hasta ahi.

  • Era tarde, muy tarde de James Kelman

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    Sammy Samuels, 38 anos, tipico representante de la clase baja de Glasgow, ratero y exconvicto, se despierta un dia tirado en una acera tras dos dias de borrachera. No tarda en liarse a tortas con unos policias y pasa la noche en la carcel. Ya alli, poco a poco toma consciencia de su estado: le han dejado molido y esta completamente ciego. Cuando por fin regresa a casa se da cuenta de que su novia se ha ido.

  • Hasta que decidas regresar de Maria Laura Gambero

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    Manuel Rauch era ante todo un hombre distante y serio; un hombre aferrado a sus responsabilidades y a sus obligaciones; un hombre que desde su primer dia de vida fue tratado como el heredero de un imperio y el custodio de una gran fortuna. El accidente de su padre y el divorcio de su esposa Ana, fueron dos hechos que lo marcaron y provocaron en el profundas heridas, tornandolo mas rigido, hermetico e inflexible. Con la sola intencion de exponer las miserias de su familia para cumplir con una vieja venganza, una amenaza emerge desde un pasado que desconoce. En medio de un torbellino que pone en duda todo lo que defiende, Manuel necesitara de todo su temple para enfrentar lo que esta por descubrir sobre los origenes de su linaje y recuperar el amor de Ana sera un pilar fundamental para mantenerse entero y no dejarse doblegar.

  • Vivir con ella de Irene Funes

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    Mi despertador marca las 7:02. Extravagancia personal. No me agradan las horas en punto. Me visto sin hacer ruido, me ato mis Nike recien estrenadas gracias a una amiga de la familia que tiene descuentos. Piso el asfalto al ritmo de End of Time de Beyonce, mis pies se mueven sin cesar. Corro para olvidar, para aclarar todas las ideas que me retumban en la cabeza. Salgo a esa hora porque ella aun duerme y se que es el unico momento en que me dejaria salir sola. Se que cuando llegue tendre que volver a encerrarme. La calle no esta hecha para personas como yo. Sus palabras resuenan en mi mente. Cambia la cancion y acelero el ritmo, noto como bombea mi corazon, siento cada paso que doy. La adrenalina de volar libre. Libertad. Es una palabra de la que no gozo al pronunciarla en voz alta, pero que si me permito experimentar en estos pequenos instantes. Y una sensacion que desaparecera en el momento que ella decida. Es como si pudiera rozar con la yema de los dedos esa sensacion, como el nino que intenta llegar a la nube con sus propias manos. Pero mi nube se vuelve oscura y turbia porque ella nunca quiere perder el control. Control. Que gran palabra. Es en esos momentos en el asfalto cuando me empodero y me convenzo de que puedo trazar la direccion de mi vida. Justo en ese instante acelero aun mas, advirtiendo mi libertad, avistando mi albedrio, justo en ese preciso instante la realidad me cae encima como un peso muerto sobre los hombros. Se me escapa una lagrima, pero no, me la limpio con la manga de mi camiseta. Continuo porque no debo retrasarme, he de regresar antes de que ella abra los ojos porque, si no, puede pasar lo peor. Llego sudada y satisfecha por el trabajo realizado. He conseguido subir hasta la montana y bajar en una hora. Esa montana me da paz. Ella tambien lo sabe, por eso me hace creer que mira hacia otro lado cada manana mientras salgo a hurtadillas, ya que en el fondo ella tambien lo necesitaria, pero es demasiado tozuda para hacerlo. Prefiere quedarse en casa, durmiendo, levantarse tarde y atiborrarse de comida fria que haya sobrado la noche anterior. Me meto en la ducha, dejo que caiga el agua templada sobre mi cabeza mientras cierro los ojos pensando que ojala esta sensacion de bienestar pueda durar toda la vida. Sonrio imaginandome que acaso pudiera llevar las riendas de mi vida, pero enseguida oigo la puerta; ya esta aqui. Mi sonrisa se desvanece a la vez que ella hace su aparicion. Mi nombre es Maria. Bienvenidos a mi historia. 2 SOLO SIRVO PARA ESCONDERME Intento concentrarme en el agua que cae sobre mi cabeza, cada gota consigue que toda mi musculatura se relaje, que toda la tension que ella pueda producirme disminuya debajo de ese chorro que parece que me transporte a donde yo quisiera estar, pero muy pronto vuelvo a la realidad. --Oye, tu, necesito la ducha. Date prisa. Cada manana lo mismo. Me irrita lo inoportuna que eres siempre --dice con una sonrisa cinica y su tono amargo tan habitual de por las mananas. --Acabo de entrar, Ana. Dame unos minutos. Ademas, es sabado, no tienes que ir a trabajar. --Intento contestar con la maxima dulzura posible para que su enfado no aumente, aunque no entiendo ese mal humor matutino. Lo tiene desde hace anos y realmente procuro convivir con el, pero es muy molesto. --?Unos minutos? Maria, espabila. No te lo vuelvo a repetir. --Cierra la puerta a la vez que sisea la ultima letra, sabiendo el panico que eso me produce. Ese sonido sibilante activa mi sistema de alarma. Su expresividad y su forma de remarcar cada palabra me hacen comprender que la situacion puede agravarse si sigo en mis trece. Me apresuro porque no pretendo tener problemas. Solamente anhelo seguir experimentando la sensacion anterior, la que consigue que me levante cada dia. Salgo de la ducha procurando tragar el nudo que se me ha formado en la garganta. Me miro al espejo. Observo mi piel palida. Paso mis dedos por el ondulado cabello que cae a un lado de mi cuello, y justo en ese momento aparece ella e insiste: --Si dejaras que yo controlara la situacion, si dejaras de resistirte, todo seria mas facil. --Tienes razon, Ana. Lo siento --le respondo mientras bajo la mirada. --Buena chica --contesta con un gesto de triunfo que no me pasa desapercibido, y me da un pequeno azote en el trasero antes de meterse en la ducha--. Si quieres, como hoy te has portado bien, podemos desayunar juntas. Pero algo ligero, que cada vez estas mas gorda y asi no vas a gustar nunca a nadie. --Tienes razon. Quizas haya ganado un poco de peso. Te lo agradezco, Ana. Eres muy considerada conmigo. --Ya lo se, Maria. Siempre pienso que harias en esta vida si yo no fuera tu guia --me responde mientras se atusa el pelo mirandose al espejo. --Pues… --empiezo a decir, pero me corta tajante. --!Pues llorar y quejarte! --Me mira de reojo mientras su brazo se ha quedado suspendido en el aire. Intuyo que con esa ultima frase quiere acabar la conversacion para poder ducharse tranquila. Cierro la puerta y oigo que ya ha puesto la musica a todo volumen. Creo que la pone tan alta para no oirme. Para no tener que escuchar nada, para no pensar. Solo disfrutar, ese es su lema.

  • Una dama en apuros de Marta Bezares

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    William Monroe decide dejar atras una vida que no le satisface. Renuncia a ser duque y a su entrenamiento como caballero a cambio de ser libre de elegir su destino.

  • Verdad de Care Santos Torres

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    Absuelto del cargo de asesinato, del que fue injustamente acusado a los 14 anos de edad, y una vez probada su inocencia, el ahora joven Eric sale del Correccional de Menores tras cuatro anos de internamiento. Sin embargo, la reinsercion en una sociedad cargada de prejuicios resultara una realidad todavia mas dura: no volver a caer en la delincuencia cuando el entorno parece empenado en ello, continuar los estudios, encontrar un trabajo, alejarse de su barrio. Xenia le ayudo a superar unas barreras que creia infranqueables, ?pero sera el amor una fuerza suficiente para superar las dificultades ahora?

  • Ni dulce, ni amargo de Sarina Bowen

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    La nueva autora de novela erotica que no puedes dejar de leer.

  • El jefe (Los jefes 2) de Victoria Quinn

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    Nunca antes me habia comprometido con nadie. Pero habia hecho una excepcion con Diesel Hunt. Porque era todo un hombre. Porque era todo lo que yo necesitaba. Porque el valdria la pena. Ahora soy yo la que toma las decisiones, soy yo quien esta al mando. Por mucho dano que le haga, el quiere mas. Solo puedo pensar en cuando me llegue el turno a mi. Cuando sea yo la que este arrodillada con las munecas atadas. Completamente indefensa ante este hombre. Diesel Hunt... El hombre mas poderoso del mundo.

  • Aftershock de Sylvia Day

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    Nunca mezcles los negocios con el placer. Nunca metas la politica en el dormitorio. En cierto modo, yo habia hecho ambas cosas al aceptar a Jackson Rutledge como amante. No puedo decir que no estuviera advertida. Dos anos despues, Jax habia regresado. Se habia entrometido en un trato que me habia costado mucho cerrar. Pero desde su marcha yo habia aprendido una o dos cosas bajo la tutela de Lei Yeung, una de las empresarias mas sagaces de Nueva York. Ya no era la chica ingenua que habia conocido Jax. El, en cambio, seguia siendo el mismo. A diferencia de la ultima vez, yo sabia exactamente a que atenerme... y sabia lo adictivas que podian ser sus caricias. Jax estaba en su elemento en las altas esferas donde se mezclaban el glamour, el sexo y la riqueza. Pero esta vez yo conocia las reglas del juego. En el implacable mundo de los negocios imperaba una maxima por encima de todas: manten cerca a tus enemigos, y a tus ex-amantes, aun mas cerca.

  • El hijo del jefe 1 de Sierra Rose

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    Britt Collier estaba, peligrosamente, a punto de volverse loca. Ella era la unica contable contratada actualmente, y aunque no le importaba contestar preguntas relevantes, no necesitaba a su adulador jefe apoyado sobre su escritorio. Obviamente estaba estirando el cuello para conseguir ver algo debajo de la blusa. Como esta tactica le era familiar, ella llevaba la blusa abrochada hasta arriba y un chaleco de punto sobre ella, para que incluso en caso de un catastrofico accidente con los botones, ella estuviera aun protegida de sus ojos fisgones. Si la pequena empresa tuviera un departamento de Recursos Humanos, habria presentado una queja por acoso sexual. Tal y como estaba, la gerente de contratacion era tambien la asistente del COO, asi que tampoco seria novedad para ella. El COO, tambien llamado director general de operaciones, es un puesto en lo mas alto del ranquin de puestos ejecutivos en una organizacion. Quiza algun dia ella tambien alcanzaria lo mas alto de la escalera corporativa. Una chica siempre puede alcanzar el cielo, ?no? De hecho, Britt estaba bastante convencida de que la asistente habia conseguido ese doble titulo gracias a una entrevista horizontal con el Senor Freeman en persona. A Britt le habria gustado imaginarse a si misma como una mujer sensata, una feminista que no era prisionera de nadie. Sin embargo, se desplomo sobre su escritorio sin decir nada mientras el senor Freeman se acercaba a ella senalando a su monitor. El no podia dejar de mirarle el pecho. Ella se aparto del escritorio deslizandose con su silla de oficina con ruedas. -Es suficiente -dijo. - ?Disculpe, senorita Collier? -dijo el alzando las cejas. -Explique todo esto en mi correo electronico. Asi que si no le importa, tengo cuentas de gastos que actualizar. -Por supuesto. Se lo ocupada que esta. -Si me disculpa. El sonrio. Ella salio de su pequeno cubiculo y fue al bano de chicas, simplemente para estar lejos de el. Desearia poder haberle dicho algo mas astuto e inteligente, algo que humillara sus intentos de rozarse con sus pechos igual que eso la humillaba a ella. Para sentirse mejor, miro la fecha en su telefono. Seis dias mas, se dijo a si misma asintiendo. Britt consiguio acabar la ultima hora de trabajo rapidamente comprobando hojas de calculos y tachando tareas de su lista de cosas por hacer. Acabo todo diez minutos antes de las cinco, con tiempo suficiente para ordenar su escritorio y hacer su lista de tareas para el dia de trabajo de manana. En cuanto la manecilla de los minutos llego al doce, se levanto, bolso en mano. Bajo en el ascensor desde el undecimo piso, donde se encontraba la Consultoria Creativa, y llego al vestibulo justo cuando Marjorie, su mejor amiga, salia de las escaleras. Marj estaba entrenando para una media maraton y opinaba que los ascensores la debilitarian. Se dirigieron por acuerdo mutuo hacia Joe's Java la cafeteria a la vuelta de la esquina de la oficina. Tuvieron su habitual quedada de los jueves para el cafe de despues del trabajo. Sentadas en un reservado al lado de la ventana, Britt dio un sorbo a su cafe con caramelo y suspiro aliviada. Se estaba tranquilo alli, pero no el tipo de tranquilidad que tenia ella en la oficina, con ese molesto zumbido de las luces fluorescentes sobre su cabeza y ese expectante silencio como el de un tiburon en el agua mientras ella se esforzaba por escuchar si Freeman se acercaba. En realidad, no era un tiburon, razono ella, era mas bien como un pulpo con todos esos brazos y manos. Marjorie se pidio algo con soja y proteina en polvo que tenia un aspecto verdoso. -Eso parece pintura. Pintura fea. Como la de la sala de espera del medico. -Gracias. Pero esta bueno. Agua de coco y repollo con polvo de proteina… -Suena como al paraiso -gimio Britt. -No, el paraiso seria tres semanas en Bali con Ryan Gosling. - ?Aun con Ryan Gosling? ?Podemos pasar pagina, por favor? -Jamas. Yo soy muy fiel. - ?Con cuantos chicos has quedado este mes, senorita Fiel? - dijo Britt de broma. -Eso es quedar. Ryan Gosling y yo, eso es amor verdadero. - ?Sabe el algo de todo esto? -No, es mejor asi. No quiero quitarle la ilusion. -Oh, que generoso por tu parte. Freeman estuvo en mi oficina esta tarde senalando a mi monitor. -Uh. ?Tiro algun boli para asi echarle un vistazo a tu falda? -Llevo pantalones por algo. -Asi que se fue directamente a por las tetas. Te escucho… -dijo Marj con arrepentimiento. -En una semana estara jubilado y haciendose un hueco entre jugadores de bingo sin suerte en la residencia de ancianos. - ?Tiene pinta de que le guste el bingo? -No, tiene pinta de que pasara el rato en clubs de strippers e insistira en cambiar los tangas. -Eh, si. Pero bueno, al menos no le tendremos respirando detras de nuestros cuellos. -Querras decir respirando profundamente detras de nuestros cuellos. Es tan pervertido. -Creeme que no pienso echar una sola lagrima cuando se vaya, pero, ?y si el que viene es incluso mas mamon? - ?Pero eso es posible? Quiero decir, Hitler esta muerto, ?no? -Si, pero hay un monton de cerdos machistas en el mundo en puestos de altos directivos. Les gustan los puestos de autoridad cuando no estan tomando el sol en una comoda roca. -Cierto. Bueno, dejame ver las casas. -Apartamentos. He encontrado propiedades de entre las que elegir. Estoy deseando ensenarselos a Kevin esta noche. -Seis meses es mucho tiempo. ?Donde lo vais a celebrar? -Acaban de reabrir Tamarind despues de remodelarlo. Nos morimos de ganas de probarlo. -Britt dijo emocionada -Me he comprado un vestido y todo. - ?Has ido de compras? Debes de estar emocionadisima. -Bueno, nos mudamos juntos despues de todos estos meses. Estoy deseandolo. Ya no vere mas capitulos de Esta Casa es una Ruina porque estoy sola y aburrida. Estaremos juntos y realmente empezaremos nuestra vida. Yo queria coger algun sitio que pudieramos arreglar juntos, hacerlo nuestro, pero a Kevin no le va mucho lo de hacerlo nosotros mismos. - ?Hacerlo vosotros mismos? A ti eso tampoco te va. -Seamos justos, no, no tengo muchas habilidades para arreglar cosas en casa, pero me gustaria aprender. He visto algun tutorial de como lijar y pintar un banco del mercadillo y me gustaria probar. - ?Ves videos de bancos? Cielo, necesitas hacer algo mejor. - ?Que me sugieres que haga? -Encuentra algun video chulo en el que salga Ryan Gosling. -Estas imposible -dijo Britt moviendo la cabeza mientras se acababa el cafe. -Me gusta este primero. -A mi tambien pero creo que la cocina es demasiado pequena. ?Y si tengo que preparar una lasana o algo? No hay espacio suficiente en la encimera.

  • Al vuelo de la pagina de Juan Malpartida

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    Al vuelo de la pagina, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la ultima decada del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofia, politica y vida literaria, sino que deja testimonio de su dialogo con escritores, desde la lectura pero tambien desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas paginas que se convierten, asi, en un testimonio historico.

  • Lo que nunca imagine (Mountain Brooks 1) de Virginia V. B

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    Hoy seria el dia. El dia de la ley del talion: ojo por ojo y diente por diente. Seguro que te preguntaras por que, ?me equivoco? Te lo dire: por la promesa hecha a mi madre en su lecho de muerte. Confeso algo que trastoco mi existencia. Y a pesar de nuestras diferencias, que eran muchas, prometi vengarme del hombre que le habia hecho tanto dano: Anthony Brooks. ?Que como iba a conseguirlo? Pues haciendome con su tesoro mas preciado: Mountain Brooks, un pueblo pequeno situado en algun punto entre Nashville y Knoxville. Un pueblo que seria mio en cuestion de horas y que destruiria convirtiendolo en un poligono industrial.
    Sencillo, ?verdad? Eso creia.
    No conte con que ese punetero pueblo tuviera un sheriff que trastocaria todos mis planes.
    !Maldito vaquerucho de tres al cuarto!

  • Entrega certificada de Sophie Saint Rose

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    Symone cruzo la calle a toda prisa cargando con su pesada bolsa de cartera y esquivando un taxi que hizo sonar el claxon. Al llegar a la acera suspiro abriendo la bolsa para hacer el reparto y sonrio al ver el sobre rojo -- Claro, hoy es jueves. -- dijo para si subiendo las escaleras del numero cuarenta y siete. El portal estaba abierto y no veia al portero por ningun sitio. El senor Patterson bajaba en ese momento, asi que encantada se acerco con los sobres en la mano-- Le ha llegado carta, senor Patterson. Como todos los jueves. -- miro en el monton del edificio y saco dos cartas para el. --Gracias, ?Sybil? --Symone. Symone Murray. El hombre ya debia tener sesenta y tantos, pero era tan atractivo como un actor de cine. Incluso con su pelo moreno cubierto de canas, se conservaba muy bien para su edad. -- ?Eres nueva en este trabajo? Creo que antes repartia las cartas un hombre, ?verdad? --Phill, pero se jubilo hace un ano. Ahora esta zona es mia. --lo miro maliciosa-- Usted es mio. El hombre se echo a reir y Jack, el portero, se acerco poniendose la chaqueta. Estaba claro que habia ido al bano-- Buenos dias, Symone. --Buenos dias, Jack. ?Como va ese intestino? --Mucho mejor, gracias. --Ya sabes, come mucha fibra. Hasta manana. -- se volvio y le guino un ojo al senor Patterson, que sonrio agradablemente. Hizo su ruta saludando a todo el mundo y charlando un rato con ellos, pero se puso a llover, algo que no era extrano en Nueva York a finales de septiembre. Su pelo castano, que habia tardado una hora en dejar impecable con la plancha la noche anterior, ahora era una masa de rizos desgrenados -- Mierda de tiempo. -- era lo que mas odiaba de su trabajo. El tiempo. En invierno era una pesadilla repartir el correo porque siempre llegaba empapada y muerta de frio cuando nevaba. Desde el ano anterior, que era cuando habia empezado a trabajar en correos, habia pillado cinco resfriados. Habia tenido la nariz roja durante todo el invierno y eso que habia probado de todo. Su amiga Tavie decia que parecia una payasita. Y no solo eso. En verano se asaba con aquellos pantalones ridiculos y los zapatones con cordones. Ademas, la camisa azul le quedaba enorme. Era el uniforme menos sexy del mundo. Asi no se comia ni un rosco y llevaba sin sexo... bueno ahi su trabajo tenia poco que ver, porque hacia dos anos que no echaba un polvo. Cuando por fin llego a casa, se quito la chaqueta de punto azul y puso los ojos en blanco al oir los jadeos de su companera de piso en su habitacion. -Esto es estupendo. -- siseo viendo que el piso estaba hecho un asco mientras iba hacia la nevera y cuando la abrio, pudo comprobar que Tavie no habia ido a comprar esa manana como habia dicho que haria. --Espaguetis otra vez. -- dijo resignada abriendo la alacena. Se puso a cocer los espaguetis sacando una lata de salsa bolonesa ya preparada y cuando tenia la comida ya a punto, escucho el grito de satisfaccion de Tavie terminando la faena. Su novio salio de la habitacion con unos gayumbos rojos sonriendo como un bobalicon mientras se apartaba el cabello rubio de la cara -- Ehh. Ese era el saludo de Cris. Siempre decia Ehh. Estaria bueno, pero era el tio con menos cerebro del mundo. Todavia no entendia como Tavie estaba con el. Por los orgasmos que le proporcionaba seguramente. Cuando su amiga salio de la habitacion atandose la bata de seda rosa que su madre le habia regalado a Symone por Navidad, se dijo que ya tenia bastante-- Esto no puede seguir asi. --Vamos, ?estas enfadada? --No trabajas, tengo que encargarme yo hasta de hacer la comida. !No has ido a la compra! -- dijo enfadada-- !Y hasta coges mis cosas sin mi permiso! -- !Somos amigas! -- exclamo Tavie recogiendo su cabello rubio en una coleta alta mientras la miraba como si dijera disparates. -- !Precisamente por eso! !Si queremos seguir siendo amigas, esto tiene que cambiar! Tavie la miro con sus ojos azules mientras que los verdes de Symone brillaban de rabia por no pegarle cuatro gritos -- Esta bien. Veo que igual me he pasado, pero no me he dado cuenta, te lo juro. -- !Solo faltaria que hubieras sido tan egoista a proposito! --Necesita un polvo. -- dijo Cris cogiendo de la olla unos espaguetis con la mano y metiendoselos en la boca. -- !Cierra la boca, Cris! -- dijeron las dos a la vez. --Esta bien. A partir de ahora colaborare mas. -- su amiga se acerco a los espaguetis y saco un plato de la alacena sirviendose. Cogio un tenedor y se sento sobre la encimera comiendo tranquilamente -- Ire a la compra por la tarde. --dijo sin darle importancia. Cuando un espagueti cayo como a camara lenta sobre la bata que ni ella habia estrenado, lo vio todo rojo-- !Largo! Tavie mastico lentamente dejando el plato sobre la encimera-- Cris, corre. -- ?Que? -- pregunto su novio con la boca llena. -- !Corre! !Tiene esa mirada de loca! Cris la miro y ella indignada grito -- !No tiene gracia! Tavie solto una risita-- Lo siento. Prometo ser buena. Siempre le decia lo mismo y por muy amigas que fueran, aquello ya era el colmo. Nego con la cabeza y Tavie perdio la sonrisa poco a poco-- Hablas en serio. --Mira el apartamento, Tavie. !Tienes veinticinco anos y no limpias, no colaboras, te comes todo lo que compro y este gorron tambien! !No aportas dinero a la renta porque no trabajas y encima tienes el descaro de reirte de mi! !Y me has estropeado una bata que me ha regalado mi madre! --Tavie se sonrojo-- Nos conocemos desde hace anos y cuando te dije que podias vivir aqui, se suponia que era algo temporal. !Llevo un ano manteniendote y estoy harta! --Entiendo. -- dijo muy digna bajando de la encimera-- Hare las maletas. -- ?Y a donde vas a ir? -- pregunto Cris con la boca llena. --A tu casa. Cris abrio los ojos como platos-- !No puedes venir a mi casa! !No entro ni yo! Tavie jadeo indignada-- ?No me quieres en tu casa? --No es eso palomita...-- siguio a su furiosa novia y Symone se mordio el labio inferior sintiendo remordimientos. --No cedas, no cedas. -- se dijo a si misma en voz baja. Saco un plato del armario y cuando llego a la olla vio que estaba casi vacia. Eso la decidio. Furiosa fue hasta la habitacion y cerro de un portazo. Se quito el horrible uniforme y salio con su albornoz rosa hacia el bano. Alli se encontro con Tavie, que estaba recogiendo sus cosas. Symone se sintio fatal sobre todo porque se conocian desde los diez anos y Tavie abrio los ojos como platos cogiendola de la muneca y metiendola en el cuarto de bano a toda prisa-- !No lo digas! -- ?El que? --Cris me acaba de decir que esta bien que me quede en su casa y si te echas atras, nunca querra que viva con el. Symone entrecerro los ojos-- !Lo has hecho a proposito! --Tecnica de supervivencia. -- hizo una mueca--Siento lo de la bata. Ahi me he pasado. --se volvio y siguio recogiendo sus innumerables potingues-- Vamos, parece que no me conoces. Tampoco soy tan desordenada. --Increible. -- siseo-- Tu no estas bien de la cabeza. --En el amor y la guerra todo vale. -- se volvio y le dio un beso en la mejilla-- Te llamo manana. Atonita la vio irse del bano como si nada. Miro el estante casi vacio, pensando que ese pringado no tenia ninguna oportunidad con su amiga. Se lo iba a comer vivo. Se paso lo que quedo del dia recogiendo el apartamento y yendo a la compra. Cuando al fin se tumbo en la cama hizo una mueca porque echaba de menos a Tavie. Siempre hablaban antes de irse a dormir y era un habito que echaria de menos. -- Bueno, Symone... es hora de buscarte un novio. Una semana despues estaba en la central de correos recogiendo la correspondencia de su zona, cuando repasando que todas las cartas estuvieran colocadas por calles, se dio cuenta que faltaba algo. Sin saber que era, las reviso dos veces, pero tenia las cartas de todos los portales y de todas sus calles--Que raro. -- susurro metiendolas por orden de entrega, para ir sacandolas segun las iba necesitando. Esa vez llevaba un carrito porque tenia demasiado volumen y no le cabian en la bolsa. Odiaba el dichoso carrito. Sonrio porque afortunadamente no llovia. Cuando llego al numero cuarenta y siete de la cincuenta y ocho, sonrio cogiendo las cartas para entregarlas-- Buenos dias, Jack. --Buenos dias, Symone. -- de repente se puso palido y salio corriendo. --Vaya. -- subio las escaleras --Pobre hombre. --iba a dejar las cartas sobre la mesa, pero se decidio a meterlas en los buzones para que no tuviera que hacerlo el. Estaba echando las cartas en el buzon de Patterson cuando se detuvo en seco. Paso una carta tras otra -- !Mierda! !La carta roja! Seguro que la habia dejado en la central porque nunca faltaba. Hizo sus entregas en tiempo record corriendo por su zona sin detenerse con nadie. Cuando llego a la central, dejo el carrito en su sitio y fue a la zona de reparto para revisar su cajetin. Al verlo vacio, se llevo la mano a la frente pensando en ello--Mierda, mierda. -- ?Que ocurre? -- pregunto su supervisora mirandola fijamente a traves de sus gafas de pasta negras. --Oh, nada. Creo. Es que un usuario esperaba una carta y me he pasado a mirar por si estaba alli. --No habra llegado. Si se hubiera enviado, la habrias repartido. -- entrecerro los ojos--A no ser que la hayas perdido. Symone abrio los ojos como platos-- Por supuesto que no, senora Liles. Yo no he perdido nada. La mujer sonrio asintiendo-- Nunca hemos tenido una queja de ti y seguro que esta vez sera igual. Esa carta no ha llegado. Punto. --Si, senora Liles. --Bien. ?Has terminado? --Si, senora. Miro su reloj y sonrio encantada-- Muy bien. Un tiempo excelente. Puedes irte a casa. Cuando la mujer se volvio a echarle la bronca a otro, gimio mirando su cajetin-- !Mierda! Despues de darle vueltas durante una hora, se acerco al portal del senor Patterson para disculparse. Estaba convencida que la carta habia desaparecido en algun punto porque las recibia todos los jueves y se sentia culpable porque era mas que evidente que eran cartas de amor. Symone se imaginaba que seria un amor imposible y que solo les era posible comunicarse asi, como en los romances del siglo diecisiete. La posibilidad de que por culpa de ella no hubiera recibido la carta de la semana, le provocaba una desazon que no se iba. Asi que como decia su madre, cuando habia que disculparse, cuanto antes mejor. Entro en el portal y saludo a Jack-- ?Como estas? El hombre que debia tener unos treinta anos sonrio como si estuviera encantado con la pregunta y Symone incomoda porque pensara que tenia interes en el, miro a su alrededor disimulando. -- Mucho mejor. Es que tengo el colon irritable, ?sabes? Y si me pongo nervioso...-- de repente palidecio y salio corriendo. Symone se quedo mirando su espalda con la boca abierta y entonces comprendio que se ponia nervioso al verla. Hizo una mueca esperando que se le pasara, porque le iba a ver casi todos los dias a no ser que la cambiaran de ruta. Algo poco probable. Sujetandose la correa del bolso que cruzaba su pecho fue hasta el ascensor y pulso el octavo. Se miro al espejo y se aparto un rizo castano de la frente. Se paso el dedo por debajo de sus ojos verdes para quitar algo del rimel que se le habia corrido y tomo aire dandose valor porque no sabia como iba a reaccionar el pobre hombre. Esperaba que estuviera en casa. Salio del ascensor y admiro un precioso cuadro que estaba en el pasillo. Era una preciosidad que representaba un puente sobre un rio lleno de flores acuaticas. En su barrio ese cuadro duraria alli tres minutos. Fue hasta la puerta A y toco el timbre. Miro a su alrededor y se sobresalto cuando abrieron la puerta. Una mujer de la edad del senor Patterson le sonrio dulcemente y Symone fruncio el ceno mirando la letra de su puerta. Se suponia que ese hombre no tenia esposa. Nunca habia enviado una carta a la mujer de Patterson, pero temio meter la pata, asi que pregunto-- ?Es la senora Patterson? --Oh no, querida. Soy su asistenta. ?Traes una carta certificada para Richard? Suspiro de alivio-- No, pero necesito hablar con el de un asunto importante. La mujer asintio con una agradable sonrisa mirandola con sus ojos azules --Por supuesto. Pasa, que le aviso. La llevo a un salon que estaba elegantemente decorado. Era masculino en tonos marrones y el gran sofa de cuero le recordo a los que se veian en las peliculas inglesas. Todo estaba puesto con mucho gusto. Habia un cuadro que le llamo la atencion porque no pegaba con la decoracion clasica de ese hombre. Era el retrato de una mujer en tonos pastel. Era preciosa, con su pelo rubio y sus ojos verdes brillando de alegria mientras se reia. Seguro que era alguien importante para el. --Enseguida le aviso. ?Quieres tomar algo? --No, gracias. --se sento en el sofa sacando la correa del bolso por la cabeza para colocarlo a su lado en el sofa-- Acabo de tomarme un cafe. La mujer asintio girandose y yendo hacia una puerta que habia a su izquierda. Llamo a la puerta -Adelante. La senora entro en lo que parecia un despacho. Desde el sofa vio que el senor Patterson estaba sentado detras de un escritorio muy fino. La mujer le dijo algo que ella no llego a entender desde alli y el hombre se levanto rodeando el escritorio. Cuando salio, Symone sonrio levantandose del sofa. Al verla sonrio agradablemente --Pero si es nuestra repartidora de noticias. --Que manera mas delicada de decir repartidora de facturas. El hombre divertido le indico el sofa -- Por favor, sientate. Tienes que estar cansada despues de recorrer las calles toda la manana. Symone se sento mientras la mujer recorria el salon para entrar en otra puerta a su derecha. --Bueno, Symone... ?ha ocurrido algo? -- se sento en la butaca al lado del sofa y ella pudo ver en sus ojos que tenia la esperanza que hubiera sido asi. --Queria disculparme por no haberle traido el sobre rojo hoy. -- dijo preocupada-- En realidad no se que ha pasado y temo haberlo perdido. --Tuteame, por favor. -- la miro con sus ojos grises y apreto los labios-- ?Por que te disculpas si no sabes que ha ocurrido? --Me he imaginado que la culpa ha sido mia, porque ella no falla ni una semana. -- se sonrojo intensamente-- Perdon. Supuse que era una mujer quien... --Tienes razon. -- la interrumpio con una triste sonrisa-- En treinta y dos anos no ha fallado nunca. --eso la hizo sentirse peor aun. Que hubiera pasado en su turno, era tener mala suerte --Desgraciadamente creo que a ella puede haberle pasado algo y por eso no ha escrito la carta de esta semana. --Pero puede enterarse, ?verdad? --pregunto ansiosa. Richard nego con la cabeza --No puedo llamar a su casa. --Entiendo. -- susurro mirando la tristeza en sus ojos -- Si esta casada, puedo ... --No esta casada. Es viuda. Symone le miro confundida-- ?Y si es viuda por que razon no pueden mantener contacto? -- al darse cuenta que habia preguntado algo demasiado personal, se puso como un tomate y susurro --Lo siento, no es asunto mio. El hombre suspiro y miro el cuadro --Cuando conoci a Valeria si que estaba casada. --a Symone se le corto el aliento-- Llevaba casada cinco anos y tenia una hija con su marido. -- ?Como se conocieron? Richard sonrio con nostalgia-- En el cine. Habia ido sola porque su marido no soportaba el cine europeo. Estabamos en la cola de las palomitas y tropece con ella. Fue amor a primera vista. --Oh, que bonito. --Intentamos separarnos, de verdad. Pero era superior a nuestras fuerzas. --miro a Symone a los ojos-- Le pedi mil veces que le dejara y cuando lo iba a hacer, su marido tuvo un problema de salud que le impidio hacerlo. --Algo de corazon, seguro. -- dijo haciendole reir-- En las grandes historias de amor siempre pasa algo asi. --No paso solo eso. Yo me enfade y... --Se separaron. --No queria hacerle dano a su marido, ni a su hija, asi que cuando se entero de que estaba embarazada de mi, no me dijo nada. -- Symone se llevo una mano al pecho sintiendo mucha pena por el -- Yo me case con otra, pero el matrimonio no duro ni dos anos. Me estaba divorciando cuando vi a Valeria en Central Park con el nino en el carricoche. Cuando nos encontramos, volvimos a sentir lo mismo que cuando estabamos juntos, asi que fue inevitable. Pero cuando un dia el nino me llamo papa en uno de nuestros encuentros, ella me miro con horror y ya no quiso volver a verme, sintiendose muy culpable por todo lo que habiamos provocado. --Asi que tu hijo vive en la ignorancia. Richard asintio. -- ?Y su marido? --Murio hace siete anos. -- ?Y por que no estan juntos, si se puede saber? El senalo una foto que habia sobre una estanteria y Symone abrio los ojos como platos al ver a un hombre guapisimo, riendo con la mujer rubia al lado. Tenia los ojos grises y miraba a la camara, pero Symone sintio que la miraba a ella --Esta buenisimo. Richard se echo a reir a carcajadas-- Segun su madre, tiene un exito terrible con las mujeres. No le extranaba nada-- Seguramente usted tambien lo tendria porque son igualitos. -- Symone miro la foto y a su anfitrion varias veces. --Ese es el problema. Que cuando me vea, sabra todo lo que ha pasado y su madre no puede soportar que sepa que le ha enganado. Que ha enganado a toda la familia. Seria demasiado para ella. -- !Por Dios, llevan asi treinta anos! -- dijo ella indignada-- Tienen derecho a ser felices de una vez. El se cabreara, pero tendra que aceptarlo. !No es un nino! Richard la miro con admiracion --Eso mismo le he dicho a Valeria, pero... --Se niega. --Sus hijos son el amor de su vida. --Symone suspiro mirando la foto-- Ademas, no se lo que ha pasado, asi que hasta que no se ponga en contacto conmigo tengo las manos atadas. --Pues me voy a enterar. -- dijo levantandose del sofa decidida-- ?La direccion? Richard abrio los ojos como platos-- ?Que? -- !No puedes pasarte con esta incertidumbre varios dias! Me das la direccion y voy a preguntar por ella. !Soy cartera! De algo tiene que servir mi profesion. El hombre parecio pensarlo-- No es mala idea. --Tu no puedes ir, pero yo si. -- sonrio radiante-- Y si tengo suerte puede que vea a tu hijo. --No le contaras nada, ?verdad? --Soy cartera. -dijo ofendida-- Soy discreta por naturaleza. Si supieras las cosas que se. -- ?Como que? --Soy una tumba. Richard se echo a reir y sus ojos brillaron. Se levanto y fue hasta su despacho donde escribio en un post-it lo que suponia que era la direccion. Cuando volvio, parecio pensarselo mejor con el post- it en la mano-- No dudes mas. Por mi no se enterara de nada. Preguntare por ella. !Incluso puede que no pase nada y yo haya perdido la carta! Richard apreto los labios y le entrego la nota-- Valeria Thorton. --Muy bien. Volvere. -- dijo yendo hacia la puerta con paso firme --Tardare un par de horas. Tengo que pasar por la central. --De acuerdo. Estare aqui esperando. Saliendo del piso apreto los labios. Pobre hombre. Llevaba esperando toda su vida. Su unico nexo de union con su familia eran esas cartas y ella iba a descubrir que estaba pasando. Capitulo 2 A toda prisa fue hasta la central con la esperanza de que hubiera en el cajetin de su calle alguna carta a nombre de Valeria Thorton. Sonrio porque tuvo suerte y discretamente cogio la carta, que era de un banco. Hizo una mueca porque le vendria mejor una certificada, pero le serviria para tener una excusa. Cuando la habia guardado en el bolso, paso su supervisora ante ella. --Symone, ?que haces todavia aqui? --Se me olvido algo en la taquilla y me he pasado a ver como iba el trabajo para manana. La senora Liles la miro asombrada-- No deberias pensar tanto en el trabajo. Eres joven. Sal a divertirte. --Es que me gusta que todo este en orden. --Esta entrega en tu trabajo, me hace pensar que puede que te recomiende para un ascenso a clasificacion. !Dios mio, que horror! Estar todo el dia sentada clasificando cartas por codigo postal. Preferia helarse de frio. --No se moleste. Ya conozco a los vecinos y estoy muy a gusto en la ruta. --Estupendo. Ahora vete y disfruta de lo que queda del dia. --Lo hare. Hasta manana. Salio de alli a toda prisa y corrio a la parada de metro para ir a la calle sesenta y cuatro este. Estaba claro que tenian mucho dinero y Symone esperaba que eso no hubiera tenido nada que ver a la hora de no separarse de su marido. Cuando llego a la casa de tres pisos, miro la fachada de ladrillo rojo y se paso las manos sudorosas por su chaqueta antes de sacar la carta de su bolso. Con la carta en la mano cruzo la calle y subio los cinco escalones que llevaban a la puerta, decorada con un llamador de cobre en forma de leon. --Vamos alla. -- toco el timbre y puso una sonrisa en la cara. -- !Ya voy yo! -- escucho desde dentro de la casa y cuando abrieron la puerta Symone sintio que se le detenia el corazon. El hijo del senor Patterson estaba ante ella con una camisa blanca y unos pantalones negros. Las mangas de la camisa estaban enrolladas hasta los codos mostrando su vello negro y Symone trago saliva al ver el color dorado de su piel. Estaba para comerselo -- ?Si? La voz grave del macizo le hizo levantar la vista a sus ojos grises, igualitos a los de su padre. -- ?Queria algo? --Oh. -miro la carta como si leyera el nombre que se sabia de memoria-- ?Valeria Thorton? --Es mi madre. -- extendio la mano, pero ella la aparto de el sorprendiendolo. -- ?Y eso como lo se? -- ?Perdon? -- ?Esta en casa? --Mi madre esta en el hospital. -- respondio molesto-- ?Me da la carta? -- ?En el hospital? -- pregunto alarmada-- Estara bien, ?no? Richard la miro asombrado y respondio entre dientes-- ?Es asunto suyo? -- !Me gusta saber que mis asignados estan bien! Es de buen cartero. --Querra decir de buena cartera cotilla. Symone jadeo ofendida-- ?Esta bien o no? --Ha tenido una infeccion de vesicula y han tenido que operarla de urgencia. Iba a entregarle la carta cuando la volvio a apartar-- ?Pero esta bien? --Los medicos dicen que si. Tardara unas semanas en recuperarse, pero se pondra bien. Le tendio la carta y Richard iba a cogerla cuando volvio a separarla-- ?En que hospital esta? --Oiga, senora... -- !Senorita! --exclamo ofendida-- Senorita Murray. -- ?Me da la carta de una buena vez? -- !Es por si algun vecino quiere enviarle flores! --En el Lenox Hill. -- respondio entre dientes. -- ?Habitacion? --Trescientos dieciseis. Ella sonrio radiante-- Gracias. -- le entrego la carta, pero cuando el la cogio Symone no la solto-- Por cierto. ?Esta soltero? La miro asombrado-- ?Y eso que tiene que ver con mi madre? --No, si esa pregunta es para mi informacion personal. --No es asunto suyo. --Pues veras… ?te importa que te tutee? No, ?verdad? Pues veras... si de algo me he dado cuenta en el dia de hoy, es que no hay que desaprovechar las oportunidades, porque luego vienen los arrepentimientos. --?No me diga? -- tiro de la carta, pero ella no la solto cogiendola con la otra mano--!Esto es ridiculo! -- ?Esta soltero o no? -- !Si! Y si todas las mujeres son como usted, lo estare muchos anos. Ella se echo a reir dejandolo de piedra-- ?Novia? Se dio por vencido -No. --No eres gay, ?verdad? -- !No! --Tengo un trabajo estable y no estoy mal. ?Quieres casarte conmigo? La miro como si le hubieran salido dos cabezas antes de cerrarle la puerta en las narices. Symone parpadeo mirando el llamador. Parecia que el dichoso leon se reia de ella. -- ?Eso es que no? -- pregunto en alto para que la oyera --Vale, te meto la carta por debajo de la puerta. -- metio la mitad de la carta por la ranura y cuando la carta desaparecio sonrio sin poder evitarlo-- !Por cierto, me llamo Symone! Espero su respuesta, pero al no escuchar nada bajo los escalones lentamente sonriendo como una tonta. !Que hombre! Caminaba por la acera y volvio la vista a la ventana. !La estaba mirando! Ella le saludo con la mano y el cerro la cortina a toda prisa. --Le has gustado. Sino no se hubiera quedado mirando. -- dijo para si loca de contenta. Cuando llego a casa de Richard padre, entro en el portal donde Jack en cuanto la vio se sonrojo intensamente. -- Hola. --Hola, Symone. Sobre lo de antes... --Hablamos luego, tengo prisa. -- dijo entrando rapidamente en el ascensor dejandolo con la palabra en la boca. Cuando llego al octavo, Richard abrio la puerta el mismo, lo que demostraba el estado de nervios en el que se encontraba-- Sabes que estamos en el siglo veintiuno y que existen los moviles, ?verdad? -- ?Esta bien? Entro en el piso sonriendo de oreja a oreja-- Esta bien. La han operado de la vesicula de urgencia, pero esta bien. Richard suspiro de alivio pasandose una mano por la frente -- ?Por que no vas a verla? Esta en el Lenox Hill. Habitacion trescientos dieciseis. -- ?Como te has enterado de eso? --Sonsaque a tu hijo. -- le guino un ojo-- Se me resistia, pero al final hablo. Por cierto, ?como es que no os llamais por telefono? Richard se sento en la butaca --Empezamos con lo de las cartas. En aquella epoca no habia moviles y cuando Richard le regalo uno hace diez anos, no me quiso dar el numero porque su marido pagaba las facturas. --Entiendo. --Despues Richard se encargaba de esas cosas y seguimos como estabamos. --Pero os veis, ?verdad? En algun momento teneis que veros. --Una vez a la semana nos vemos aqui. Suele venir el lunes porque es el dia que tiene mas desocupado. Su hija tiene dos hijos y le quitan mucho tiempo. Ademas, tiene que seguir yendo a sus causas beneficas porque si no sus hijos se extranarian. --Asi que esta muy ocupada con la familia y eso. --Viene cuando puede. A veces me sorprende cuando tiene una tarde libre. Le parecia terrible tener que esperar siempre a que ella pudiera hacerle un hueco. Ese hombre tenia la paciencia del santo Job. Symone se sento en el sofa-- ?Vas a ir a verla? --Por mi iria ahora mismo, pero si Steffani esta alli, se sabra enseguida la verdad. --Por tu parecido con el. --Exacto. --Steffani es su hija mayor, supongo. Richard asintio preocupado-- Ya no lo soporto mas. Todo esto es... --Has tenido mucha paciencia. ?Como lo has soportado? La miro a los ojos-- Si hubieras conocido al amor de tu vida, harias lo que fuera por estar con el, aunque sea un minuto al mes. -el corazon salto en su pecho al oirle hablar -- Se que ella sufre tanto como yo, pero el amor que siente por sus hijos la retiene. Y a mi tambien. No quiero hacerles sufrir. Despues de tantos anos le tengo tanto carino a Steffani como a mi hijo. --senalo una foto donde estaba toda la familia junta. Una chica rubia rodeaba con el brazo al que debia ser su marido, un hombre moreno con cara de buena gente. Al lado del marido estaba Valeria y al otro lado Richard que miraba a sus dos sobrinos sentados en el suelo ante ellos. El gran arbol de Navidad indicaba que estaban en fiestas. El unico que faltaba era el y miro a Richard con pena. --Lo siento. Richard sonrio intentando disimular su estado de nerviosismo-- Nunca nos habia pasado algo asi y estoy preocupado. -- ?Quieres que manana vaya a verla? Si no hay nadie, le dare mi telefono para que hable contigo. Sus ojos grises brillaron-- ?Haras eso por mi? --Claro. -le miro maliciosa-- Ademas, tengo la intencion de ligarme a tu retono. Richard se echo a reir a carcajadas --No te rias. -- dijo indignada-- Lo conseguire. Me gusta. -- ?Te gusta, eh? -- dijo hinchando el pecho --Es un partido estupendo. --Eso ya lo he visto. --Y lleva su empresa con mano de hierro. -- se notaba que estaba muy orgulloso de el. --Eso a mi no me importa. -- dijo levantandose del sofa-- Yo me mantengo sola. Richard la miro pensativo-- ?Sabes que eres una persona estupenda? Nada me gustaria mas que se uniera a una mujer como tu. Symone se sonrojo por el piropo-- Hare lo que pueda. -- fue hasta la puerta y Richard la siguio-- ?Quieres que le diga algo si no puede llamarte? --Que la amo mas que a mi vida. Esa respuesta le corto el aliento y espero que alguien la amara asi algun dia --Lo hare. -- susurro. Forzo una sonrisa y salio del piso. --Gracias, Symone. Gracias por todo. --No es nada. Estamos para servir. -- le guino un ojo haciendole reir y Symone se sintio mucho mejor. Al dia siguiente hizo su reparto como todos los dias, deseando que llegara el fin de semana porque estaba agotada. Antes de ir al hospital, decidio cambiarse de ropa y se puso unos vaqueros ajustados negros y un jersey verde que resaltaba el color de sus ojos. Se maquillo ligeramente y como no le daba tiempo a plancharselo dejo sus rizos castanos sueltos, llegandole la melena a mitad de la espalda. Como no podia presentarse con las manos vacias a visitar a una enferma, decidio comprarle algo de parte de Richard. Entro en la floristeria del barrio y miro a su alrededor. -- ?Puedo ayudarla en algo? Se volvio hacia un chico que por su camisa supo inmediatamente que era gay. Un heterosexual no se pondria ese tono de rosa--Quiero el ramo de flores mas bonito del mundo. Quiero que cuando lo vea, se quede con la boca abierta y sepa que la persona que se lo regala la quiere con locura. --Tu novio es muy afortunado. -- dijo mirandole las piernas. Pues no, no era gay. --No es mi novio. Es un amor imposible que perdura a lo largo de los anos. -- comento distraida mirando un pequeno ramillete de violetas. -- ?Cual es su flor favorita? --No tengo ni idea. -le miro a los ojos que eran de un increible color azul. Llevaba lentillas, era gay -- ?Alguna sugerencia? --Oh carino, tengo miles. -- se volvio hacia los jarrones de cristal llenos de flores que tenia metidos en un expositor refrigerado -- Las rosas son tan tipicas en estos casos. No, tiene que ser algo especial. Gladiolos. -- ?Esas no son para los funerales? --Que va. Los que te vendo son un hibrido con colvillei. -- a ella le sonaba a chino --Mira, estos blancos enormes son magnificos. Eran bonitos. Sus grandes petalos blancos que se curvaban hacia abajo eran delicados y con clase. Perfectos para Valeria. -- ?Son muy caros? --Te hare precio y te saldran mas baratos que las rosas. --Muy bien. Hora de demostrar lo que vales. --Eso es todo un reto. Cogio todo el jarron y lo puso sobre la mesa de trabajo. En menos de cinco minutos habia hecho un enorme ramo envuelto con un precioso celofan y un gran lazo de seda rojo. Era perfecto. -- Eres un artista. --Gracias. -dijo cogiendo la tarjeta de credito que le tendia. --Te recomendare por ahi. El sonrio divertido --Te iba a hacer descuento igual. --Ahora te recomendare mas. El florista se echo a reir y cuando le entrego el recibo, lo firmo pensando que ese mes tendria que hacer algun ajuste por los setenta pavos que se acababa de gastar. Pero si le gustaba, mereceria la pena. Cogio el ramo de flores que casi la cubria y se lo coloco en el costado-- Hasta la proxima... --Alan. --Symone. -- le tendio la mano-- Hasta la proxima, Alan. El se la estrecho divertido y la acompano hasta la puerta. Cuando se la abrio para que saliera, la sorprendio tendiendole una rosa azul. Symone abrio los ojos como platos-- !Es azul! --Preciosa y fuera de lo normal. Como tu. -- ?Es de verdad? -- toco los petalos suavemente y si que era de verdad. Le miro a los ojos-- Gracias es muy bonita. --Ya me contaras si le ha gustado. Symone sonriendo casi se choca con un hombre que entraba y que le dio un beso a Alan en los labios. --Claro que te lo contare. Adios Alan. Cuando llego a la tercera planta del Lenox, salio del ascensor y busco la habitacion trescientos dieciseis. La puerta estaba cerrada, asi que llamo. Cuando se abrio la puerta y vio frente a ella a su Richard sonrio radiante-- !Hola! --Dios, ?que haces aqui? -- pregunto exasperado. --He venido a ver a tu madre. Richard la miro atonito y ella se lo comio con los ojos. Iba con un traje gris que resaltaba el color de sus ojos y la camisa blanca con la corbata azul le sentaban de miedo. -- ?Quien es, hijo? --Tu cartera. Symone le puso una mano en el pecho para empujarlo y que la dejara pasar. La mujer rubia que habia visto en las fotos estaba sentada en la cama algo despeinada y con cara de cansancio. Symone se quedo de piedra al ver la habitacion repleta de flores y algunos ramos eran impresionantes. --Hola, no se si se acuerda de mi, pero soy la sobrina de Patt-- la miro a los ojos mientras se acercaba a la cama y Valeria sonrio sonrojandose -- ?La recuerda? --Si, por supuesto. -- ?La sobrina de Patt? ?Que Patt? -- Richard se cruzo de brazos mirandola como si fuera un peligro. --Va, tu no la conoces. --se volvio hacia Richard y le sonriendole le tendio las flores -Para ti. -- ?Para mi? --Si, ella ya tiene muchas. Valeria se echo a reir---Eso es cierto. ---a miro a los ojos-- Asi que eres la sobrina de Patt. ?Como se encuentra? --Se asusto un poco al enterarse de que estabas en el hospital, pero ahora esta mucho mejor. Esta deseando que le hagas una llamadita para tranquilizarse. --Llama a esa amiga tuya, mama. -- dijo Richard mirando el enorme ramo de gladiolos --Si esta preocupada... Valeria la miro a los ojos emocionada-- No tengo aqui el movil y no se me el numero. --Tranquila. -- ella saco el telefono que tenia preparado y busco al padre de Richard en la agenda. Ahora tenia que entretener a Richard para que no escuchara la conversacion y lo haria encantada. Pulso el boton verde tendiendole el telefono y se giro hacia Richard, que miraba a su alrededor sin saber que hacer con el ramo. -- ?Como estas, guapo? --el la miro como si quisiera salir corriendo-- ?Me has echado de menos, cielito? -- ?Cielito? -- ?Te gusta mas carinito? -- dio un paso hacia el y Richard dio un paso atras con el ramo en la mano -- ?Te gustan mis flores? Son gladiolos. -- ?Esto no se usa en los funerales? Ella se echo a reir porque habia preguntado lo mismo que ella-- Pues no. Pero en las bodas si. ?Te has pensado mi proposicion? Richard buscando una salida miro a su madre, que hablaba con Patt sonriendo radiante. -- Te aseguro que soy un buen partido. -- dijo llamando su atencion. La fulmino con sus preciosos ojos grises rodeados por unas pestanas oscuras y muy largas. Symone suspiro sin poder evitarlo-- Se cocinar muy bien. --Tengo asistenta. --Y hago unos masajes estupendos. Soy fisioterapeuta, ?sabes? -- ?No eras cartera? --La crisis economica. -- dio otro paso hacia el. --Tengo un masajista increible. --Pero no serian como los mios. --Richard puso los ojos en blanco e impaciente volvio a mirar a su madre -- ?Que tal si vamos a comernos una hamburguesa? --Tengo una cena de negocios. -- dijo mirando su reloj de pulsera --Y creo que tengo que irme. -- !No fastidies! !Lo estoy haciendo yo todo! -- puso las manos en las caderas mirandole con el ceno fruncido-- ?Lo de la cena es cierto o es una manera de decirme que no quieres nada conmigo? --Lo primero y lo segundo. Le miro decepcionada-- No te gusto. En sus ojos leyo que creia que estaba chiflada y Symone se echo a reir-- Vamos, dimelo. Si no te gusto, no hay nada que hacer. -- ?Siempre haces esto con los tios? -- pregunto interesado. -- !Ja! !No has dicho que no! -- le senalo con el dedo-- Vamos carinito, si quieres vamos al cine. --Me gusta llevar a mi la iniciativa. -- dijo molesto. -- ?Es eso? Pero si hubiera sido por ti, hubieras cogido la carta sin preguntarme nada... --Sigo sin preguntarte nada. ?Eso no te dice algo? -- dejo el ramo sobre el alfeizar de la ventana. Con lo grande que era se cayo al suelo. Symone entrecerro los ojos. --Ese ramo me ha costado una pasta. Lo menos que podias hacer, es meterlo en un jarron y aparentar que te gusta. --No era para mi. -- !Te lo he regalado yo! !Si tu me regalaras algo, lo cuidaria! Richard se agacho a cogerlo enfadado-- No quiero que me regales nada. -- le puso el ramo en el pecho soltandolo y ella lo agarro antes de que cayera al suelo --De hecho, no quiero saber nada de ti. No me interesas. ?Lo entiendes? -- !Richard! -- exclamo su madre mirandolo asombrada-- ?Y tus modales? --su hijo se sonrojo por la reganina --!Disculpate ahora mismo! --Mama, si me disculpo, no me librare de ella. -exasperado se acerco a su madre y la beso en la mejilla-- Me tengo que ir. Symone se coloco ante la puerta y sonrio --Vale, puede que haya ido demasiado deprisa, pero estoy segura que te volveras loco por mi. --Richard no salia de su asombro -- Eres mi media naranja y no me voy a dar por vencida facilmente. ?Ahora me das un besito de despedida? Richard se volvio hacia su madre-- ?Ves lo que queria decir? Valeria solto una risita-- Dale el besito para que te deje salir. -- !Ni hablar! No pienso dejar que me chantajee. --Symone puso morritos y cerro los ojos esperando su beso. Richard gruno-- Esto es increible. --Me van a doler los mofletes. -- dijo sin apenas mover los labios. -- ?No tenias prisa? -- pregunto Valeria divertida. --?Sabes lo que es el acoso? Symone no se movio de su sitio. Esperaria lo que hiciera falta. Cuando se abrio la puerta empujandola hacia delante, Richard se escabullo antes de darse cuenta. La enfermera que llevaba una bandeja en la mano les miro asombrada. -- !Ya te pillare! -- !Que mas quisieras! Bufo mirando a Valeria que sonreia con su telefono en la mano-- ?Que tal todo con Patt? --Fantastico. ?Que tal todo con Richard? --Se resiste, pero todavia no he utilizado todas mis artimanas. --Estoy impaciente por enterarme de ellas. Sonriendo se acerco a la cama-- ?Como te encuentras? Patt esta algo nervioso. --Me duele un poco, pero no se lo digas. -la miro a los ojos-- ?Como os habeis conocido? --Soy su cartera. --Valeria abrio la boca entendiendo-- Falto tu carta. Se pasaron hablando una hora de como habia logrado enterarse de donde estaba y charlando de todo un poco. -- ?Como puedes vivir asi? -- pregunto sentada a su lado sin recriminarla. --No lo se. -- susurro con la mirada perdida-- Todo empezo sin buscarlo y era tan inevitable...A veces me pregunto como seria mi vida sino hubiera entrado en ese cine hace treinta y dos anos. -- ?Y el verdadero amor? -- ?Que clase de amor es este? Richard no conoce a su hijo y he mentido a todo el mundo. -- sus ojos se llenaban de lagrimas-- Me da tanto miedo hacerles dano. Que me odien por lo que hice... No sabia que decir a eso. Ella no tenia hijos, pero suponia que el amor a un hijo era superior a todo lo que se puede sentir. --Bueno, espero que lo arregleis. -dijo levantandose de su silla--Ahora tengo que irme. --Gracias por venir y por todo lo demas. --No me lo agradezca. He conocido a su hijo. -- le guino un ojo mientras ella se reia -- Por cierto, ?donde trabaja? --En el edificio Thorton de Beekman Street. -- !No! -- exclamo asombrada. !Tenia su propio edificio! --Si. Le encontraras en la ultima planta, querida. Symone hizo una mueca-- Algo se me ocurrira. --Seguro que si. -- sonrio divertida-- No tengo ninguna duda.

  • Espana de mierda de Albert Pla

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    Una novela on the road hilarante, bella, onirica y canalla por las tierras de Espana.
    Raul Gadea, un joven cantante uruguayo, y Tito, su representante y maximo exponente del Madrid de Lavapies, se embarcan en una gira de conciertos por varias ciudades espanolas.
    En su periplo quijotesco, un viaje iniciatico y rocanrolero no exento de critica salvaje, viviran episodios tan surrealistas como epifanicos, dotados de lirica y realismo cruel. Las aventuras y desventuras de Raul y Tito reflejan el espiritu de nuestro tiempo, el desconcierto del individuo ante un paisaje cambiante sin rumbo fijo, y dan fe del sabio, fresco y original estilo narrativo del autor: directo, lucido, comico-visceral, sensible, preciosista, tierno, cabron.
    Albert Pla irrumpe con fuerza en el panorama literario con este impresionante debut, lanzandose a los caminos de la ficcion con una voz tan personal como unica.

  • Austin (Sin reglas ni principio) de Alina Covalschi

    https://gigalibros.com/austin-sin-reglas-ni-principio.html

    A fuego lento se derriten los corazones helados. A fuego lento se queman los recuerdos frios. A fuego lento se enciende la pasion.

  • La fuga del gran narco de Harel Farfan Mejia

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    La historia de traicion y muerte, sobre la fuga de un gran narcotraficante y el nacimiento de nuevos criminales que se disputan los territorios de la droga.

  • Un destino inesperado de May Bonner

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    Un encuentro fortuito en un tren hara que una joven, algo patosa y con ciertos problemas de autoestima, tenga el valor de arriesgarse a cambiar de vida y embarcarse en un misterio que la lleva a conocer a un hombre fascinante, del que se enamora. Parece que esta viviendo un sueno maravilloso, ?o no?

  • La pasion lo es todo de Milagro Sanchez

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    Lucas es el irreconocible que salvo a Jacqueline de una acometida a manos de otro estudiante. Jamas se habia fijado en este enigmatico chico hot y tatuado, pero desde ese momento se lo encuentra por todas partes. La atraccion entre ellos es instantanea y arrolladora. Pero ?puede Jacqueline confiar en el o acabaran los misterios de Lucas interponiendose entre ellos? Juntos lucharan contra el mal y la responsabilidad, pero ademas van a descubrir el poder inesperado del amor.

  • Escrito en el agua (Planeta Internacional), Paula Hawkins de Paula Hawkins

    https://gigalibros.com/escrito-en-el-agua-planeta-internacional-paula-hawkins.html

  • Un Angel Enamorado de Daniel Santos

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    Sara no sabe quien es en realidad.
    Pero siempre supo que era distinta.
    Y hoy ha llegado su momento.
    La hora de ser un angel.

  • Un beso bajo la lluvia de Macarena Moya Solis

    https://gigalibros.com/un-beso-bajo-la-lluvia.html

    ?Se puede amar en tiempos de guerra? ?se puede vivir junto al enemigo? ?Que tanto estas dispuesta a hacer por sobrevivir? Por cumplir tu promesa de vivir a toda costa.
    Hannah es la hija menor de los Shwarts, una familia tipica judia. Una familia que debe afrontar el horror mas grande, la devastacion de la guerra y de vivir separados. Su padre solo le pide que viva, sin importar lo que haga, ella debe vivir.
    Stefan es un alto oficial de la SS, condecorado y de una familia de larga trayectoria en el ejercito. Un hombre con altas aspiraciones, pero con el deseo de cobijar en su corazon el amor de una mujer, una que esta absolutamente prohibida para el.
    ?Que sucede si te enamoras de la persona que debes perseguir y exterminar? ? que ocurre si te enamoras de lo que mas temes? Te invito a conocer esta novela y drama historico, la vida de Hannah y Stefan, dos almas que no debian estar juntas, pero a pesar de todo ?Podra el amor ser mas fuerte? Descubrelo aqui, en Un beso bajo la lluvia.