• las brujas del este - Jorge Sevillano Gonzalez

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    Elisabeth Martin, Lisa, se despierta con la noticia de la muerte de su amiga Nastya. Su cuerpo ha aparecido en el Parque del Ebro, en la ciudad de Logrono, sobre una cama de ramas junto a gran cantidad de dinero.
    Los inspectores Daniel Garrido y Manuel Tomas llevan la investigacion de un caso que el Departamento de Policia y los politicos locales quieren cerrar cuanto antes a falta de pocos dias para las elecciones.
    Un joven con problemas mentales y la tenacidad de Lisa haran que sea ella quien inicie una investigacion paralela en busca de la verdad sobre el asesinato de su amiga. Pronto, los investigadores sufriran presiones para dejar el caso, costandole incluso el trabajo a Garrido.
    La amistad y el deber se unen para que Lisa y Garrido no desistan en su busqueda del verdadero asesino que se esconde en Logrono.

  • LAS BRUJAS DEL ESTE Tapa blanda – 5 diciembre 2019

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    LAS BRUJAS DEL ESTE : SEVILLANO GONZÁLEZ, JORGE: Amazon.es: Libros. ... partido que las primeras vías de investigación que seguimos durante todo el libro.

  • LAS BRUJAS DEL ESTE Versión Kindle - Jorge Sevillano

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  • OPINIÓN DE LAS BRUJAS DEL ESTE DE JORGE SEVILLANO

    https://blog.paseandoamisscultura.com/2020/03/opinion-de-las-brujas-del-este-de-jorge.html

    23 mar 2020 — No conocía ni el libro ni el autor, pero creo que podría gustarme, gracias por el descubrimiento, tomo nota. Besos. ResponderEliminar.

  • Las brujas del Este - Jorge Sevillano - Babelio

    https://es.babelio.com/livres/Sevillano-Las-brujas-del-Este/99991

    Críticas (3), citas extractos de Las brujas del Este de Jorge Sevillano. Una historia entretenida, una chica ... Comprar este libro en papel, epub, pdf en ...

  • 'Las brujas del este' de Jorge Sevillano: Por fin una buena ...

    https://topcultural.es/2020/03/04/las-brujas-del-este-de-jorge-sevillano-por-fin-una-buena-novela-policiaca-por-las-calles-de-logrono/

    4 mar 2020 — Eso sí, esperamos no encontrarnos ningún asesinato por el camino. El libro de Jorge Sevillano puede encontrarse en la plataforma de Amazon tanto ...

  • LAS BRUJAS DEL ESTE by Jorge Sevillano - Goodreads

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    Be the first to ask a question about LAS BRUJAS DEL ESTE ... Me ha gustado bastante el libro, no me esperaba para nada el giro de los acontecimientos y sí ...

  • LAS BRUJAS DEL ESTE de Jorge Sevillano (2021) - Libros ...

    http://www.librosrecomendadoss.com/las-brujas-del-este/

    2 abr 2020 — LAS BRUJAS DEL ESTE de Jorge Sevillano. Novela historica pdf. Zoom Out Zoom In ... es una de las preguntas fundamentales de este libro.

  • Las brujas del este - Jorge Sevillano Gonzalez - Debeleer.com

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    Menos aún si eres inspector del Grupo de Homicidios y es sábado, tu día de descanso. Apenas eran las 07:00 h, y el teléfono de Garrido vibraba de manera ...

  • Las Brujas Del Este - Jorge Sevillano Gonzalez Pdf - Mercado ...

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  • LAS BRUJAS | ROALD DAHL | Casa del Libro

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    Sinopsis de LAS BRUJAS. Este libro te hará pasar un rato espeluznantemente divertido. Atrévete a leerlo pero ¡cuidado! Las brujas están en todas partes. Las ...

  • Sobreviviendo En Auschwitz de Primo Levi

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    Me habia capturado la Milicia fascista el 13 de diciembre de 1943. Tenia veinticuatro anos, poco juicio, ninguna experiencia, y una inclinacion decidida, favorecida por el regimen de segregacion al que estaba reducido desde hacia cuatro anos por las leyes raciales, a vivir en un mundo poco real, poblado por educados fantasmas cartesianos, sinceras amistades masculinas y languidas amistades femeninas. Cultivaba un sentido de la rebelion moderado y abstracto. No me habia sido facil elegir el camino del monte y contribuir a poner en pie todo lo que, en mi opinion y en la de otros amigos no mucho mas expertos, habria podido convertirse en una banda de partisanos afiliada a <>. No teniamos contactos, armas, dinero ni experiencia para procurarnoslos; nos faltaban hombres capaces y estabamos agobiados por un monton de gente que no servia para el caso, de buena fe o de mala, que subia de la llanura en busca de una organizacion inexistente, de jefes, de armas o tambien unicamente de proteccion, de un escondrijo, de una hoguera, de un par de zapatos. En aquel tiempo todavia no me habia sido predicada la doctrina que tendria que aprender mas tarde y rapidamente en el Lager, segun la cual el primer oficio de un hombre es perseguir sus propios fines por medios adecuados, y quien se equivoca lo paga, por lo que no puedo sino considerar justo el sucesivo desarrollo de los acontecimientos. Tres centurias de la Milicia que habian salido en plena noche para sorprender a otra banda, mucho mas potente y peligrosa que nosotros, que se ocultaba en el valle contiguo, irrumpieron, en una espectral alba de nieve, en nuestro refugio y me llevaron al valle como sospechoso. En los interrogatorios que siguieron preferi declarar mi condicion de <> porque pensaba que no habria podido justificar de otra manera mi presencia en aquellos lugares, demasiado apartados incluso para un <>, y juzgue (mal, como se vio despues) que admitir mi actividad politica habria supuesto la tortura y una muerte cierta. Como judio me enviaron a Fossoli, cerca de Modena, donde en un vasto campo de concentracion, antes destinado a los prisioneros de guerra ingleses y americanos, se estaba recogiendo a los pertenecientes a las numerosas categorias de personas no gratas al reciente gobierno fascista republicano. En el momento de mi llegada, es decir a finales de enero de 1944, los judios italianos en el campo eran unos ciento cincuenta pero, pocas semanas mas tarde, su numero llegaba a mas de seiscientos. En la mayor parte de los casos se trataba de familias enteras, capturadas por los fascistas o por los nazis por su imprudencia o como consecuencia de una delacion. Unos pocos se habian entregado espontaneamente, bien porque estaban desesperados de la vida de profugos, bien porque no tenian medios de subsistencia o bien por no separarse de algun pariente capturado; o tambien, absurdamente, para <>. Habia, ademas, un centenar de militares yugoslavos internados, y algunos otros extranjeros considerados politicamente sospechosos. La llegada de una pequena seccion de las SS alemanas habria debido levantar sospechas incluso a los mas optimistas, pero se llego a interpretar de maneras diversas aquella novedad sin extraer la consecuencia mas obvia, de manera que, a pesar de todo, el anuncio de la deportacion encontro los animos desprevenidos. El dia 20 de febrero los alemanes habian inspeccionado el campo con cuidado, habian hecho reconvenciones publicas y vehementes al comisario italiano por la defectuosa organizacion del servicio de cocina y por la escasa cantidad de lena distribuida para la calefaccion; habian incluso dicho que pronto iba a empezar a funcionar una enfermeria. Pero la manana del 21 se supo que al dia siguiente los judios iban a irse de alli. Todos, sin excepcion. Tambien los ninos, tambien los viejos, tambien los enfermos. A donde iban, no se sabia. Habia que prepararse para quince dias de viaje. Por cada uno que dejase de presentarse se fusilaria a diez. Solo una minoria de ingenuos y de ilusos se obstino en la esperanza: nosotros habiamos hablado largamente con los profugos polacos y croatas, y sabiamos lo que queria decir salir de alli. Para los condenados a muerte la tradicion prescribe un ceremonial austero, apto para poner en evidencia como toda pasion y toda colera estan apaciguadas ya, como el acto de justicia no representa sino un triste deber hacia la sociedad, tal que puede ser acompanado por compasion hacia la victima de parte del mismo ajusticiador. Por ello se le evita al condenado cualquier preocupacion exterior, se le concede la soledad y, si lo desea, todo consuelo espiritual; se procura, en resumen, que no sienta a su alrededor odio ni arbitrariedad sino la necesidad y la justicia y, junto con el castigo, el perdon. Pero a nosotros esto no se nos concedio, porque eramos demasiados, y habia poco tiempo, y ademas ?de que teniamos que arrepentirnos y de que ser perdonados? El comisario italiano dispuso, en fin, que todos los servicios siguieran cumpliendose hasta el aviso definitivo; asi, la cocina siguio funcionando, los encargados de la limpieza trabajaron como de costumbre, y hasta los maestros y profesores de la pequena escuela dieron por la tarde su clase como todos los dias. Pero aquella tarde a los ninos no se les puso ninguna tarea. Y llego la noche, y fue una noche tal que se sabia que los ojos humanos no habrian podido contemplarla y sobrevivir. Todos se dieron cuenta de ello, ninguno de los guardianes, ni italianos ni alemanes, tuvo el animo de venir a ver lo que hacen los hombres cuando saben que tienen que morir. Cada uno se despidio de la vida del modo que le era mas propio. Unos rezaron, otros bebieron desmesuradamente, otros se embriagaron con su ultima pasion nefanda. Pero las madres velaron para preparar con amoroso cuidado la comida para el viaje, y lavaron a los ninos, e hicieron el equipaje, y al amanecer las alambradas espinosas estaban llenas de ropa interior infantil puesta a secar; y no se olvidaron de los panales, los juguetes, las almohadas, ni de ninguna de las cien pequenas cosas que conocen tan bien y de las que los ninos tienen siempre necesidad. ?No hariais igual vosotras? Si fuesen a mataros manana con vuestro hijo, ?no le dariais de comer hoy? En la barraca 6 A vivia el viejo Gattegno, con su mujer y sus numerosos hijos y los nietos y los yernos y sus industriosas nueras. Todos los hombres eran lenadores; venian de Tripoli, despues de muchos y largos desplazamientos, y siempre se habian llevado consigo los instrumentos de su oficio, y la bateria de cocina, y las filarmonicas y el violin para tocar y bailar despues de la jornada de trabajo, porque eran gente alegre y piadosa. Sus mujeres fueron las primeras en despachar los preparativos del viaje, silenciosas y rapidas para que quedase tiempo para el duelo; y cuando todo estuvo preparado, el pan cocido, los hatos hechos, entonces se descalzaron, se soltaron los cabellos y pusieron en el suelo las velas funebres, y las encendieron siguiendo la costumbre de sus padres; y se sentaron en el suelo en corro para lamentarse, y durante toda la noche lloraron y rezaron. Muchos de nosotros nos paramos a su puerta y sentimos que descendia en nuestras almas, fresco en nosotros, el dolor antiguo del pueblo que no tiene tierra, el dolor sin esperanza del exodo que se renueva cada siglo. El amanecer nos ataco a traicion; como si el sol naciente se aliase con los hombres en el deseo de destruirnos. Los distintos sentimientos que nos agitaban, de aceptacion consciente, de rebelion sin frenos, de abandono religioso, de miedo, de desesperacion, desembocaban, despues de la noche de insomnio, en una incontrolable locura colectiva. El tiempo de meditar, el tiempo de asumir las cosas se habia terminado, y cualquier intento de razonar se disolvia en un tumulto sin vinculos del cual, dolorosos como tajos de una espada, emergian en relampagos, tan cercanos todavia en el tiempo y el espacio, los buenos recuerdos de nuestras casas. Muchas cosas dijimos e hicimos entonces de las cuales es mejor que no quede el recuerdo. Con la absurda exactitud a que mas adelante tendriamos que acostumbrarnos, los alemanes tocaron diana. Al terminar, Wieviel Stuck?, pregunto el alferez; y el cabo saludo dando el taconazo, y le contesto que las <> eran seiscientos cincuenta, y que todo estaba en orden; entonces nos cargaron en las camionetas y nos llevaron a la estacion de Carpi. Alli nos esperaba el tren y la escolta para el viaje. Alli recibimos los primeros golpes: y la cosa fue tan inesperada e insensata que no sentimos ningun dolor, ni en el cuerpo ni en el alma. Solo un estupor profundo: ?como es posible golpear sin colera a un hombre? Los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta; en mi vagon eramos solo cuarenta y cinco, pero era un vagon pequeno. Aqui estaba, ante nuestros ojos, bajo nuestros pies, uno de los famosos trenes de guerra alemanes, los que no vuelven, aquellos de los cuales, temblando y siempre un poco incredulos, habiamos oido hablar con tanta frecuencia. Exactamente asi, punto por punto: vagones de mercancias, cerrados desde el exterior, y dentro hombres, mujeres, ninos, comprimidos sin piedad, como mercancias en docenas, en un viaje hacia la nada, en un viaje hacia alla abajo, hacia el fondo. Esta vez, dentro ibamos nosotros. Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no es posible, pero pocos hay que se detengan en la consideracion opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realizacion de uno y otro estado limite son de la misma naturaleza: se derivan de nuestra condicion humana, que es enemiga de cualquier infinitud. Se opone a ello nuestro eternamente insuficiente conocimiento del futuro; y ello se llama, en un caso, esperanza y en el otro, incertidumbre del manana. Se opone a ello la seguridad de la muerte, que pone limite a cualquier gozo, pero tambien a cualquier dolor. Se oponen a ello las inevitables preocupaciones materiales que, asi como emponzonan cualquier felicidad duradera, de la misma manera apartan nuestra atencion continuamente de la desgracia que nos oprime y convierten en fragmentaria, y por lo mismo en soportable, su conciencia. Fueron las incomodidades, los golpes, el frio, la sed, lo que nos mantuvo a flote sobre una desesperacion sin fondo, durante el viaje y despues. No el deseo de vivir, ni una resignacion consciente: porque son pocos los hombres capaces de ello y nosotros no eramos sino una muestra de la humanidad mas comun. Habian cerrado las puertas en seguida pero el tren no se puso en marcha hasta por la tarde. Nos habiamos enterado con alivio de nuestro destino. Auschwitz: un nombre carente de cualquier significado entonces para nosotros pero que tenia que corresponder a un lugar de este mundo. El tren iba lentamente, con largas paradas enervantes. Desde la mirilla veiamos desfilar las altas rocas palidas del valle del Adige, los ultimos nombres de las ciudades italianas. Pasamos el Breno a las doce del segundo dia y todos se pusieron en pie pero nadie dijo una palabra. Yo tenia en el corazon el pensamiento de la vuelta, y se me representaba cruelmente cual deberia ser la sobrehumana alegria de pasar por alli otra vez, con unas puertas abiertas por donde ninguno desearia huir, y los primeros nombres italianos... y mirando a mi alrededor pensaba en cuantos, de todo aquel triste polvo humano, podrian estar senalados por el destino. Entre las cuarenta y cinco personas de mi vagon tan solo cuatro han vuelto a ver su hogar; y fue con mucho el vagon mas afortunado. Sufriamos de sed y de frio: a cada parada pediamos agua a grandes voces, o por lo menos un punado de nieve, pero en pocas ocasiones nos hicieron caso; los soldados de la escolta alejaban a quienes trataban de acercarse al convoy. Dos jovenes madres, con sus hijos todavia colgados del pecho, gemian noche y dia pidiendo agua. Menos terrible era para todos el hambre, el cansancio y el insomnio que la tension y los nervios hacian menos penosos: pero las noches eran una pesadilla interminable. Pocos son los hombres que saben caminar a la muerte con dignidad, y muchas veces no aquellos de quienes lo esperariamos. Pocos son los que saben callar y respetar el silencio ajeno. Nuestro sueno inquieto era interrumpido frecuentemente por rinas ruidosas y futiles, por imprecaciones, patadas y punetazos lanzados a ciegas para defenderse contra cualquier contacto molesto e inevitable. Entonces alguien encendia la lugubre llama de una velita y ponia en evidencia, tendido en el suelo, un revoltijo oscuro, una masa humana confusa y continua, torpe y dolorosa, que se elevaba aca y alla en convulsiones imprevistas subitamente sofocadas por el cansancio. Desde la mirilla, nombres conocidos y desconocidos de ciudades austriacas, Salzburgo, Viena; luego checas, al final, polacas. La noche del cuarto dia el frio se hizo intenso: el tren recorria interminables pinares negros, subiendo de modo perceptible. Habia nieve alta. Debia de ser una via secundaria, las estaciones eran pequenas y estaban casi desiertas. Nadie trataba ya, durante las paradas, de comunicarse con el mundo exterior: nos sentiamos ya <>. Hubo entonces una larga parada en campo abierto, despues continuo la marcha con extrema lentitud, y el convoy se paro definitivamente, de noche cerrada, en mitad de una llanura oscura y silenciosa. Se veian, a los dos lados de la via, filas de luces blancas y rojas que se perdian a lo lejos; pero nada de ese rumor confuso que anuncia de lejos los lugares habitados. A la luz misera de la ultima vela, extinguido el ritmo de las ruedas, extinguido todo rumor humano, esperabamos que sucediese algo. Junto a mi habia ido durante todo el viaje, aprisionada como yo entre un cuerpo y otro, una mujer. Nos conociamos hacia muchos anos y la desgracia nos habia golpeado a la vez pero poco sabiamos el uno del otro. Nos contamos entonces, en aquel momento decisivo, cosas que entre vivientes no se dicen. Nos despedimos, y fue breve; los dos al hacerlo, nos despediamos de la vida. Ya no teniamos miedo. Nos soltaron de repente. Abrieron el porton con estrepito, la oscuridad resono con ordenes extranjeras, con esos barbaros ladridos de los alemanes cuando mandan, que parecen dar salida a una rabia secular. Vimos un vasto anden iluminado por reflectores. Un poco mas alla, una fila de autocares. Luego, todo quedo de nuevo en silencio. Alguien tradujo: habia que bajar con el equipaje, dejarlo junto al tren. En un momento el anden estuvo hormigueante de sombras: pero teniamos miedo de romper el silencio, todos se agitaban en torno a los equipajes, se buscaban, se llamaban unos a otros, pero timidamente, a media voz. Una decena de SS estaban a un lado, con aire indiferente, con las piernas abiertas. En determinado momento empezaron a andar entre nosotros y, en voz baja, con rostros de piedra, empezaron a interrogarnos rapidamente, uno a uno, en mal italiano. No interrogaban a todos, solo a algunos. <> y segun la respuesta nos senalaban dos direcciones diferentes. Todo estaba silencioso como en un acuario, y como en algunas escenas de los suenos. Esperabamos algo mas apocaliptico y aparecian unos simples guardias. Era desconcertante y desarmante. Hubo alguien que se atrevio a preguntar por las maletas: contestaron: <>; otro no queria separarse de su mujer: dijeron <>; muchas madres no querian separarse de sus hijos: dijeron <>. Siempre con la tranquila seguridad de quien no hace mas que su oficio de todos los dias; pero Renzo se entretuvo un instante de mas al despedirse de Francesca, que era su novia, y con un solo golpe en mitad de la cara lo tumbaron en tierra; era su oficio de cada dia. En menos de diez minutos todos los que eramos hombres utiles estuvimos reunidos en un grupo. Lo que fue de los demas, de las mujeres, de los ninos, de los viejos, no pudimos saberlo ni entonces ni despues: la noche se los trago, pura y simplemente. Hoy sabemos que con aquella seleccion rapida y sumaria se habia decidido de todos y cada uno de nosotros si podia o no trabajar utilmente para el Reich; sabemos que en los campos de Buna-Monowitz y Birkenau no entraron, de nuestro convoy, mas que noventa y siete hombres y veintinueve mujeres y que de todos los demas, que eran mas de quinientos, ninguno estaba vivo dos dias mas tarde. Sabemos tambien que por tenue que fuese no siempre se siguio este sistema de discriminacion entre utiles e improductivos y que mas tarde se adopto con frecuencia el sistema mas simple de abrir los dos portones de los vagones, sin avisos ni instrucciones a los recien llegados. Entraban en el campo los que el azar hacia bajar por un lado del convoy; los otros iban a las camaras de gas. Asi murio Emilia, que tenia tres anos; ya que a los alemanes les parecia clara la necesidad historica de mandar a la muerte a los ninos de los judios. Emilia, hija del ingeniero Aldo Levi de Milan, que era una nina curiosa, ambiciosa, alegre e inteligente a la cual, durante el viaje en el vagon atestado, su padre y su madre habian conseguido banar en un cubo de zinc, en un agua tibia que el degenerado maquinista aleman habia consentido en sacar de la locomotora que nos arrastraba a todos a la muerte. Desaparecieron asi en un instante, a traicion, nuestras mujeres, nuestros padres, nuestros hijos. Casi nadie pudo despedirse de ellos. Los vimos un poco de tiempo como una masa oscura en el otro extremo del anden, luego ya no vimos nada. Emergieron, en su lugar, a la luz de los faroles, dos pelotones de extranos individuos. Andaban en formacion de tres en tres, con extrano paso embarazado, la cabeza inclinada hacia adelante y los brazos rigidos. Llevaban en la cabeza una gorra comica e iban vestidos con un largo balandran a rayas que aun de noche y de lejos se adivinaba sucio y desgarrado. Describieron un amplio circulo alrededor de nosotros, sin acercarsenos y, en silencio, empezaron a afanarse con nuestros equipajes y a subir y a bajar de los vagones vacios. Nosotros nos mirabamos sin decir palabra. Todo era incomprensible y loco, pero habiamos comprendido algo. Esta era la metamorfosis que nos esperaba. Manana mismo seriamos nosotros una cosa asi. Sin saber como, me encontre subido a un autocar con unos treinta mas; el autocar arranco en la noche a toda velocidad; iba cubierto y no se podia ver nada afuera pero por las sacudidas se veia que la carretera tenia muchas curvas y cunetas. ?No llevabamos escolta? ?...tirarse afuera? Demasiado tarde, demasiado tarde, todos vamos hacia <>. Por otra parte, nos habiamos dado cuenta de que no ibamos sin escolta: teniamos una extrana escolta. Era un soldado aleman erizado de armas; no lo vemos porque hay una oscuridad total, pero sentimos su contacto duro cada vez que una sacudida del vehiculo nos arroja a todos en un monton a la derecha o a la izquierda. Enciende una linterna de bolsillo y en lugar de gritarnos <> nos pregunta cortesmente a uno por uno, en aleman y en lengua franca, si tenemos dinero o relojes para darselos: total, no nos van a hacer falta para nada. No es una orden, esto no esta en el reglamento: bien se ve que es una pequena iniciativa privada de nuestro caronte. El asunto nos suscita colera y risa, y una extrana sensacion de alivio. En el fondo El viaje duro solo una veintena de minutos. Luego el autocar se detuvo y vimos una gran puerta, y encima un letrero muy iluminado (cuyo recuerdo todavia me asedia en suenos): ARBEIT MACHT FREI, el trabajo nos hace libres. Bajamos, nos hacen entrar en una sala vasta y vacia, ligeramente templada. !Que sed teniamos! El debil murmullo del agua en los radiadores nos enfurecia: hacia cuatro dias que no bebiamos. Y hay un grifo: encima un cartel donde dice que esta prohibido beber porque el agua esta envenenada. Estupideces, a mi me parece evidente que el cartel es una burla, <> saben que nos morimos de sed y nos meten en una sala, y hay alli un grifo, y Wassertrinken verbotten. Yo bebo, e incito a mis companeros a hacerlo, pero tengo que escupir, el agua esta tibia y dulzona, huele a cienaga.

  • El hilo de sangre de Ernesto Mallo

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    Ernesto Mallo, figura insoslayable del panorama negro-criminal, cierra poderosamente la serie dedicada a su mitico investigador.<>. JUSTO NAVARRO, BabeliaUn inesperado giro del destino ha hecho subitamente rico al Perro Lascano: el comisario ha recuperado el amor de Eva y se ha jubilado de su puesto en la policia. Su vida se ha vuelto previsible, tranquila y segura. Pero, siendo desde siempre un hombre de accion, el Perro no sabe aburrirse. Por eso, cuando un criminal que agoniza en un hospital penitenciario dice saber quien asesino a los padres de Lascano cuando este era solo un nino, el excomisario se embarca de inmediato en una obsesiva persecucion entre Buenos Aires y Barcelona, poniendo asi en peligro cuanto ama, para despejar la incognita que lo ha acompanado toda la vida. Pero la verdad que le aguarda sera muy distinta de cuanto hubiera podido imaginar…Intenso, emocionante y conmovedor, el ultimo caso del ya mitico investigador creado por el argentino Ernesto Mallo es mucho mas que una novela policiaca. Se trata de un relato certero y desnudo sobre la condicion humana, construido como un preciso mecanismo de relojeria que, a la vez que tensa y pone en guardia todos los sentidos del lector, fascinado y temeroso por lo que pueda acontecer a continuacion, lo empuja inevitablemente a volver la pagina y dejarse arrastrar de lleno por la inigualable potencia de lo narrado.

  • Juegos de una Dominatriz de Lady H. Wilde

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    Soy una mujer real, normal y corriente, con sus cualidades y sus defectos.

  • Te quiero, pero solo un poco de Olga Salar

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    Estaba de vuelta en su hogar, penso Blair. Lo habia sentido asi en el instante en el que el taxi paso por Lombard Street mientras los llevaba hasta Grove Street, en Alamo Square, el barrio en el que vivian sus padres. Mientras habia estado lejos de casa, habia echado de menos el aire perfumado de San Francisco, mezcla de especias de los diversos restaurantes que poblaban la ciudad, el aire salado del oceano y el dulce de la bahia; el constante ruido del cable car, su clima impredecible, y la familia que habia dejado alli dos anos atras, cuando decidio retomar en Boston la vida que, hasta ese momento, habia dejado en suspenso. Marcharse a la otra punta del pais habia sido necesario por su salud mental, pero no por eso habia sido mas facil hacerlo. Regresar, contra todo lo esperado, estaba siendo igual de complicado. No obstante, a pesar de llevar ya dos horas en la ciudad desde que se bajo del avion en el International Airport of San Francisco, no habia sido hasta ese instante, en el que las viviendas de colores le dieron la bienvenida, que se sintio verdaderamente en casa. --?Necesitas ayuda con las maletas? --pregunto Mike saliendo del taxi junto con el propio conductor, quien silenciosamente se dedico a sacar las pertenecias de Blair del maletero--. Te las dejare en la puerta antes de marcharme. --Ofrecio al tiempo que trataba de adivinar su estado mental mirandola con intensidad. --No es necesario. Pero, espera, ?no vas a entrar conmigo? Su mejor amigo nego con la cabeza. --Tus padres tienen ganas de verte y yo solo seria un estorbo. --Mis padres te quieren como a un hijo. Estaran encantados de verte y alimentarte. El sonrio sabiendo que era cierto. --Saludales de mi parte --y anadio con un suspiro resignado--, yo tambien he de ir a ver a mi madre. El gesto no paso desapercibido para Blair. La madre de Mike, quien, a la muerte de su esposo, habia tratado de sacar a su hijo adelante regentando un pequeno restaurante italiano en Little Italy, habia terminado siendo la duena de una franquicia de exito. Y su dedicacion la habia llevado a estar menos tiempo en casa, a pesar de que habia contado con la ayuda de su mejor amiga, la madre de Blair, quien desde el primer momento se ocupo de Mike como si de su propio hijo se tratara. Summer y Gina habian sido amigas inseparables desde el instante en que esta ultima se mudo a la casa de al lado de la que vivia Summer cuando ambas contaban con seis anos. --!Es cierto! Dile que en cuanto pueda pasare a verla. Mike asintio sonriendo. --!Se lo dire! Estoy seguro de que mi madre estara mas feliz de verte a ti que a mi. --No digas tonterias, Michele --lo regano usando su nombre en italiano tal y como hacia Gina. Mike la miro molesto, pero no protesto. --Recuerda que manana a las nueve pasare a recogerte. Si no desayunas antes podemos pasar por el Spiro y ponernos ciegos de waf les. Blair fruncio el ceno confundida. ?Por que debia de pasar a recogerla tan temprano? Adivinando sus pensamientos, Mike explico: --El agente inmobiliario, ?lo has olvidado? Tenemos una cita con el para encontrar el local que buscamos. Asintio muy seria tratando de disimular su despiste. --Aprovechare para buscar un apartamento. Deberias hacer lo mismo --recomendo sabiendo que por mucho que Mike y su madre se quisieran, era imposible que vivieran juntos sin que aquello terminara en tragedia. De hecho, ella misma habia compartido hogar con el en Boston, mientras los dos terminaban sus estudios, tras dejar Stanford, y, de no ser porque era su mejor amigo, practicamente desde que nacio, habria acabado asesinandolo. Mike era una persona descuidada y desordenada, mientras que ella era meticulosa hasta la obsesion. --!Lo hare! --Mike se acerco a ella y le dio un beso en la mejilla--. !Hasta manana! Se dio la vuelta y entro en el taxi que lo esperaba. Blair se quedo alli parada con las dos enormes maletas a su lado. No se movio hasta que el vehiculo se perdio por la pendiente. Despues de dejar de verlo, tomo su equipaje y se acerco hasta la casa con la fachada y la puerta pintadas de azul celeste. Una vez alli, se tomo unos segundos para asimilar que estaba de vuelta, con todo lo que ello comportaba. Saco las llaves de su bolso y, sin mas excusas, abrio la puerta y entro, poniendo una voz jovial: --Papa, mama, estoy en casa. Capitulo 1 Cuatro anos despues... --Ezra, necesito que te hagas cargo del caso Walton --pidio George al tiempo que abria la puerta del despacho de su socio sin siquiera anunciarse. Ezra vio a Alice, su secretaria, detras del intruso con la cara descompuesta. Sabia lo mucho que su jefe odiaba que se invadiera su espacio privado de improviso. No obstante, no habia tenido tiempo para detener a George, ya que este habia pasado como una exhalacion por delante de su mesa. Sabiendo lo que le preocupaba, Ezra la miro con una sonrisa serena y agito levemente la cabeza para tranquilizarla. Despues centro su atencion en el culpable de aquel pequeno caos. --Creia que el caso Walton era un divorcio --musito con el ceno fruncido por la confusion. Vio como Alice salia del despacho visiblemente mas relajada, lo que le permitio volver a centrarse en la conversacion--. ?De que se trata? ?Asesinato? ?Malversacion? ?Acoso sexual? Peter Walton era un conocido productor musical que manejaba mucho dinero y se codeaba con grandes estrellas tanto del cine como de la musica. En esos ambientes cualquier cosa era posible. --No, es un divorcio. Ezra arqueo una ceja. --Buscate a otro. Los divorcios no son lo mio --zanjo volviendo a centrar su interes en los documentos que habia estado revisando antes de ser tan descortesmente interrumpido por su socio. --Tienes que hacerlo tu. La esposa de Walton ha conseguido a la mejor abogada de divorcios de todo San Francisco. --?Y que tiene eso que ver conmigo? George lo miro con enfado mal disimulado. --?Aparte de que eres socio principal del bufete, quieres decir? Ezra ni siquiera levanto la mirada de los documentos. --Eres el unico que tiene alguna posibilidad de ganarle. Las infidelidades de Walton son vox populi. Ademas, no hay contrato prematrimonial. Estoy seguro de que su esposa planea usar sus aventuras para sacarle toda la sangre. --Habla con James, es el mejor abogado matrimonialista del bufete. Lo contratamos para eso, ?no?--No, debes de hacerlo tu. Ezra estaba comenzando a molestarse. George podia ser su mejor amigo y la unica persona que se habia atrevido a arriesgarse con el para fundar el bufete, pero eso no restaba que su insistencia comenzara a ser molesta. Desde el instante en que fundaron el bufete, habia dejado claro que aceptaria cualquier caso o cliente, que no haria distinciones por su estatus o necesidades. Lo unico que no estaba dispuesto a representar era a sus clientes en divorcios. Y de algun modo, en el bufete no entro ningun tipo de trabajo de ese tipo hasta que conscientemente, tanto George como el decidieron ampliar horizontes y contrataron a James para que se hiciera cargo de esa parte del trabajo. Por lo que la peticion de George no solo era inesperada, sino que tambien era desconsiderada, sabiendo como sabia que Ezra se negaba a intervenir en nada que oliera remotamente a disolucion matrimonial. --!No! --Este caso es muy importante y... --!No! --repitio cortandole para evitar que siguiera insistiendo. --!Dejame terminar! Consciente de que no se marcharia hasta que hubiera dicho todo lo que tenia previsto decir, se armo de valor y lo miro, mostrandole lo poco interesado que estaba en sus argumentos. --La abogada de la senora Walton se llama Blair Miller. Ezra no dijo nada durante unos segundos eternos. --Es un nombre bastante comun --opino finalmente. --Es ella. --?Estas seguro? George asintio. --?Finalmente termino la carrera? --?De que te sorprendes? Era una estudiante impresionante, su beca en Stanford era buena prueba de ello. --?Desde cuando lo sabes? --?Que se dedica a la abogacia? Ezra asintio. --Hace un tiempo. --?Cuanto? --Un tiempo. No insistio. No era necesario. El que no quisiera ser mas especifico ya era un dato importante. --?Cuando regreso a San Francisco? --!No lo se! --?Entonces que sabes? --Como te he dicho, estoy al tanto de que es la mejor abogada de divorcios de la ciudad -- insistio su amigo. --?Se ha especializado en divorcios? George suspiro. --Eso parece. --?Esta casada? --No lo se. No la he investigado. --?Por que? --?Que por que no la he investigado? Pues no se, seguramente porque no sabia que tuviera que hacerlo. Es una abogada matrimonialista, no era competencia para el bufete. Nosotros raramente nos ocupamos de este tipo de casos. Solo hace un par de meses que contratamos a James. --Tal vez ha llegado el momento de que eso cambie. --?Te refieres a que vas a hacerte cargo del divorcio de los Walton o a que esperas que le pida a Daniel que la investigue? --Las dos cosas. --?Estas seguro? --!Por supuesto! ?Quien mejor para enfrentarse a ella en un divorcio? Despues de todo, ambos tenemos experiencia en el tema.

  • Sabotaje de Arturo Perez Reverte

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    ?Es el Guernica que conocemos el verdadero cuadro que pinto Picasso?

  • Y me lo queria perder, Rosario Vila de Rosario Vila

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  • Palabras de papel (Reporteros 3) de Marilo Lafuente

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    Maca es una mujer que se ha dejado convencer con mucha facilidad por palabras y promesas vacias.Bruno es un hombre atormentado y con un grave problema a sus espaldas; su excesiva responsabilidad.?Puede una mujer desenganada volver a confiar en el hombre al que ama??Puede un hombre apartar de su vida lo unico que le impide ser feliz?Una novela romantica en la que la historia de Maca y Bruno se mezcla con el dolor que causan las guerras, el sufrimiento de la hambruna y los dramas que producen las catastrofes naturales.Palabras de papel es la tercera entrega de la serie Reporteros.

  • El barquito chiquitito de Antonio Tabucchi

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  • Una terraza frente al mar de Elisa Mayo

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    Vera es valiente. Se atreve con todo para seguir sus propias convicciones, aunque eso signifique perder a personas por el camino; pero siempre encuentra el punto exacto desde donde volver a luchar. Ve el lado positivo de las situaciones y se dejaria arrancar un brazo por sus amigas.
    Jorge es prudente. Vive una situacion familiar complicada que lo hace actuar de forma poco razonable. No acaba de saber el camino que debe tomar, y eso le va a dificultar mantenerse cuerdo. No obstante, unas vacaciones en la costa le van a cambiar la vida.

  • La revolucion cultural nazi de Johann Chapoutot

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    La <> era en un principio para el nacional socialismo la simple transcripcion de la naturaleza: reverenciar a los arboles y a los rios, reproducirse, alimentarse, pelear como los demas animales, defender unicamente la propia horda… La desnaturalizacion se produjo cuando los semitas se instalaron en Grecia, cuando la evangelizacion introdujo el judeocristianismo y cuando finalmente la Revolucion francesa termino de instaurar construcciones ideologicas absurdas (igualdad, compasion, abstraccion del derecho…). Para salvar la raza nordico-germanica habia que operar una <>, volver a encontrar el modo de ser de los antepasados y hacer que de nuevo coincidieran cultura y naturaleza. Recreando asi el derecho y la moral fue como el hombre germanico creyo poder actuar de conformidad con lo que exigia su supervivencia. Gracias a la reescritura del derecho y de la moral, golpear y matar se convertian en legal y moral. A traves de aspectos como la lectura del estoicismo y de Platon durante el III Reich, el uso de Kant y de su imperativo categorico o la recepcion del derecho romano en Alemania, Johann Chapoutot pone de manifiesto como se opero la reescritura de la historia de Occidente y por que canales llegaron tales ideas a los actores de los crimenes nazis.

  • Luchare por los dos de Sophie Saint Rose

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    Tabby se puso el periodico bajo el brazo y continuo caminando mientras bebia de su cafe pensando en todo lo que tenia que hacer. Todavia tenia que vender su piso y preparar la mudanza. Se incorporaria a su nuevo trabajo en un mes y no tenia mucho tiempo. Le llego un mensaje al movil y lo saco a toda prisa del bolsillo de su abrigo negro por si era su agente inmobiliario. Apartando su pelo rubio metiendoselo detras de la oreja, miro el mensaje y bufo al ver que era de la compania de la luz. Llego al semaforo y cruzo marcando el numero que venia en el mensaje, para decir que ya habia enviado al cheque, cuando un fuerte impacto la hizo gritar de dolor mientras se oia un fuerte frenazo. Ni se dio cuenta que caia sobre el parabrisas y rodaba sobre el techo del coche para caer sobre el maletero. Atontada y con la vista nublada, levanto la vista para ver como la rodeaba la gente. Un hombre moreno no hacia mas que gritar que alguien llamara a una ambulancia. Acerco su cara a la suya-- ?Me oye? !No se mueva! !Enseguida la atenderan! Tabby no lo comprendia y gimiendo movio la mano sobre el maletero buscando su movil para seguir con la llamada-- !No se mueva! -- le cogio la mano y ella le miro a los ojos de un bonito color azul -- ?Me oye? Un policia se puso a su lado-- ?Como se encuentra? -- ?Donde esta la ambulancia? -- pregunto el moreno muy nervioso. --Esta de camino. En ese momento escucharon una sirena y Tabby se preocupo -- ?Que ocurre? -- pregunto ella intentando moverse, pero le dolia todo. El moreno la miro torturado-- La he atropellado. ?No lo recuerda? -- ?Que? --No se preocupe. -- dijo el policia forzando una sonrisa-- Enseguida la atienden. --Dios mio. -- susurro una mujer a otra que estaba a su lado-- ?Has visto sus piernas? Tabby se asusto-- ?Que me pasa? -- !Despejen la zona! --grito el policia enfadado girandose hacia los que observaban. El moreno se acerco --No pasa nada. Enseguida te atienden y ya veras que no va a ser nada. Le miro con sus ojos ambarinos y sonrio con esfuerzo sintiendose cada vez mas cansada--Tengo sueno. -- ?Como te llamas? -- pregunto mas alto apartandole un mechon de pelo de la cara. --Tabby. -- susurro cerrando los ojos. --Yo soy Banner. No te duermas. Necesito que estes despierta. ?Entiendes? --Me voy a mudar. --susurro sin saber que los sanitarios llegaban corriendo y rodeandola--Tengo mucho que hacer. -- ?Hola? ?Me oyes? -- pregunto una voz muy cerca de ella. Abrio los ojos y vio a una mujer de color con el pelo recogido en una coleta-- Muy bien, asi me gusta. Sigue con nosotros. --la mujer levanto la vista gritando -- !Collarin! Le colocaron el collarin rodeandole el cuello y sintio una presion en el brazo sin darse cuenta que le habian cortado la manga. Tabby grito de dolor cuando le tocaron la pierna al 5 intentar moverla. -- ?Como te llamas? --Me ha dicho que se llama Tabby. --Bien, Tabby. Tienes las piernas rotas. Vamos a moverte. Intentaremos hacerlo lo mas rapido posible, pero te va a doler. No supo si perdio el sentido, pero cuando abrio los ojos estaba en una camilla y el hombre moreno tenia las manos en la cabeza y parecia desesperado-- Lo siento. -- susurro mirando sus ojos. Le dolia todo y gimio abriendo los ojos viendo un techo blanco. Mierda, era cierto que la habian atropellado. Estupendo, eso era justo lo que necesitaba en ese momento. Miro hacia abajo intentando levantar la cabeza, pero algo se lo impedia. Suspiro dejando caer la cabeza sobre la almohada y fruncio el ceno al ver que algo le rodeaba la cabeza. Intento levantar la mano, pero algo rodeaba sus munecas. ?Estaba atada a la cama? ?Que cono pasaba alli? -- ?Estas despierta? -- sorprendida al escuchar la voz de su madre, giro la cabeza lo que pudo y la vio acercandose a la cama. -- ?Mama? -- sin salir de su asombro vio que estaba palida y despeinada-- ?Que haces aqui? -- ?Que hago aqui? !Te han atropellado! !Me ha llamado la policia! -- !Joder, que exagerados! Tampoco sera para tanto. -- ?Que no es para tanto? -- grito excitadisima-- !Mira, no te digo todo lo que tienes porque ni lo se! La puerta se abrio y una enfermera sonrio al verla despierta-- ?Como nos encontramos hoy? --Usted no se, ?pero me pueden explicar por que estoy atada a la cama? -- !Tabby, intentaste quitarte las vias! ?Han tenido que ponertelas tres veces? -- ?En serio? -- atonita miro a la enfermera-- ?Que es lo que me pusieron? La enfermera se echo a reir -- Como veo que ya esta bien, se las quitare. --Me duele todo. ?Que tengo? --El medico pasara enseguida y se lo explicara todo. Una idea se le paso por la cabeza y palidecio-- ?No me quedare invalida o algo asi? La enfermera nego con la cabeza-- Espere a que llegue el medico. --No, hija. Me ha dicho que hay que hacerte pruebas todavia, pero que al parecer tenias sensibilidad y no se que. Volveras a caminar. --Uff, menos mal. -- aliviada movio las manos y llevo la que tenia libre hacia la cabeza-- ?Llevo una venda en la cabeza? --Tenias una brecha considerable. -- su madre miro a la enfermera-- ?Tardara mucho el doctor? --No, senora. Enseguida hara la ronda. -- ?Que mas tengo? -- pregunto impaciente. -- !Para eso quiero que venga el doctor! !Para que te lo diga! -- grito su madre histerica. Tabby la miro suspirando-- Ven y dame un beso. Su madre apartando un mechon de pelo rubio platino de sus labios rojos, nego con la cabeza-- Todavia estoy enfadada contigo. -- entrecerro los ojos-- !Y ahora mas aun! La enfermera la miro con los ojos como platos, pero sin decir nada salio de la 6 habitacion-- ?Todavia estas enfadada por tener que mudarme? !Es una oportunidad unica! -- !Irte a otro estado para cuidar ancianos, no es una oportunidad unica! !Puedes cuidarlos aqui! --Ya te he dicho mil veces que es un programa experimental del Alzheimer y que me hara una especialista en ese campo. !Despues podre trabajar donde quiera de cuidadora! !Es una suerte que me hayan ofrecido el trabajo! -- !Y yo ya te he dicho mil veces que en Nueva York te pagan mucho mas sin necesidad de esa especialidad! !Lo que pasa es que te quieres ir! !Si hasta quieres vender tu piso! La puerta se abrio y un hombre con bata blanca seguido de otro que estaba buenisimo vestido con traje gris entraron en la habitacion --Soy el doctor Williams. ?Como se encuentra hoy? --Me duele. -- dijo mirando al moreno que no le quitaba la vista de encima. Supuso que era otro medico y sonrio sin darse cuenta-- Hola. --Hola Tabby. -- ?Ya le han dicho lo que tiene? -- pregunto el doctor Williams mirando su historial. Chasqueo la lengua y fue hasta el gotero moviendo la ruedita-- Ahora se encontrara mejor. -- apunto algo en su tablilla y la miro con una sonrisa. Tampoco estaba mal. Era de la edad de su madre y le recordo a George Clooney. -- ?Conoce a mi madre? Es soltera y esta disponible. Su madre jadeo indignada mientras que el doctor reprimia una sonrisa-- Si que la conozco. Clare y yo hemos mantenido alguna conversacion. --Que bien. -- miro maliciosa a su madre que estaba como un tomate--Y digame doctor, ?le ha dicho que es muy flexible? Hace yoga, ?sabe? -- !Por Dios, cuando pueda pegarte una paliza, preparate! --Va, es muy gritona, pero usted no le haga caso. -- el doctor Williams se echo a reir sin poder evitarlo, mientras que el moreno se cruzaba de brazos divertido --Bueno, ?que tengo? Me tengo que mudar, ?sabe? Asi que sea algo rapidito. --Rapidito no va a poder ser -- dijo intentando controlar la risa. -- Tienes rota la tibia izquierda y el femur derecho. Eso por no hablar de la conmocion cerebral y que te hemos operado de una hemorragia interna. --Vaya, tengo de todo. -- entrecerro los ojos-- ?Cuanto tiempo tardare en recuperarme? ?Dos, tres semanas? --Dos meses. Abrio la boca asombrada-- ?Esta de broma? !Si estamos en el siglo veintiuno! !Hay robots y esas cosas, que te dejan como nueva en nada de tiempo! !Si te trasplantan el corazon y estas en la calle en una semana corriendo maratones! --Ya, pero tu vas a tener que hacer rehabilitacion. Un mes de escayolas y un mes mas o menos de ejercicios para quedar como nueva. -- !No puedo estar de baja dos meses! !En un mes tengo que estar en Arizona! --Pues como no vaya con muletas. -- el doctor miro a su madre divertido-- Es de armas tomar, ?verdad?

  • Amy Snow de Tracy Rees

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    Abandonada y despreciada, ?lograra Amy descubrir el secreto que cambiara su vida? *Abre la carta y descubre el secreto…Premio Richard & Judy 2016.
    Abandonada en la nieve para que muriera cuando solo era un bebe, Amy Snow nunca ha conocido el amor, ni lo que es tener una familia. A pesar de que la recogen en Hatville Court, alli no la quiere nadie, y tanto los senores como los sirvientes la desprecian.

  • Placeres Prohibidos (Destruccion 1) de Grislanddy L. Hernandez

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    Solo algo en comun. Impulsos.

  • Un polvo en condiciones de Irvine Welsh

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    Despues de sus devaneos por Miami con La vida sexual de las gemelas siamesas, Irvine Welsh regresa a Edimburgo, piedra angular de su universo literario alrededor de la cual orbitan unos personajes que se van entrecruzando en las sucesivas novelas ambientadas en la ciudad.
    Aqui el protagonista es un viejo conocido, Juice Terry Lawson, que ya habia asomado la jeta en Cola y Porno. Resumamos sus credenciales: de profesion taxista, pero tambien chulopiscinas e incansable seductor de tias buenas, traficante de drogas, encargado de una sauna regentada por mafiosos, adicto al sexo y actor porno amateur, que rueda peliculas cutres para la web de SickBoy.
    Y mientras un tremebundo huracan amenaza con arrasar Escocia, Terry se ve envuelto en andanzas de lo mas variopintas: se reencuentra con una antigua amante en un funeral; ayuda al simplon Wee Jonty a buscar a su chica desaparecida, la hermosa Jinty Magdalen; lleva en su taxi a una joven dramaturga suicida; le detectan un problema de corazon que le obliga a guardar abstinencia sexual, y hace de chofer para un americano llamado Ronald Checker, rico promotor inmobiliario y presentador de un exitoso reality (si, el personaje tiene evidentes paralelismos con Donald Trump) que ha venido a Escocia en busca de un exclusivisimo y carisimo whisky…
    Un polvo en condiciones es Welsh en estado puro: desmelenada, escatologica, pornografica, lisergica, iconoclasta, argotica y descacharrante. En ella, el lector que no se amilane ante las emociones fuertes se encontrara con escenas de incesto, violacion y necrofilia, !y hasta con un par de inauditos capitulos en forma de pene!

  • Con B de Beatriz de Begona Salvador Ros

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    Beatriz acaba de cumplir 35 anos. Tiene su vida organizada. Su trabajo fijo en un banco, su piso y a su novio, Carlos. Un buen chico que por fin ha aprobado la oposicion a Notario. Pero ella siente que le falta algo. Que la vida tiene que ser algo mas y no se quiere conformar. La noche de su cumpleanos, volviendo de fiesta, tiene una revelacion de las gordas. De las que te ensenan los pasos para ser feliz y tu solo tienes que seguirlos. Aunque eso signifique romper con tu vida anterior y empezar de cero.

  • Verano del 36 de Sonia Lasa

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    San Sebastian 1981.

  • Los Duenos Del Viento de Patxi Irurzun

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  • Listo para el Amor (Los McCarthys de Gansett Island 3) de Marie Force

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    Durante los cuatro mejores veranos de su adolescente vida, Luke Harris estuvo enamorado de Sydney Donovan, una visitante estacional y adinerada de Gansett Island. Entonces Sydney se fue a la universidad y nunca mas volvio. Se caso con otro hombre y tuvo dos hijos, mientras que Luke permanecio en la isla, trabajando en el Puerto Deportivo Gansett de los McCarthys y preguntandose que habria salido mal entre el y la unica mujer a la que jamas habia amado. Quince meses despues de que Sydney sufriera la tragica perdida de su esposo e hijos, vuelve a Gansett con el fin de averiguar que hacer a continuacion, lo cual puede suponer que se reavive el romance con el unico hombre de su pasado al que nunca ha olvidado. Pero, ?estara preparada para darle una segunda oportunidad al amor?

  • Corazon cautivo de Lori Foster

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    Cuarto de la saga. Jordan Sommerville era capaz de seducir a una mujer solo con la voz, pero no utilizaba tal poder muy a menudo. Sus hermanos decian que se reservaba para una mujer perfecta que fuera un modelo de virtud… y no habia muchas asi en Buckhorn. Pero entonces conocio a Georgia y rompio todas sus normas.Georgia Barnes mantenia a sus hijos gracias a su trabajo de bailarina… exotica. Si Jordan no lo aprobaba, podia irse a paseo. Por mucho que fuera el hombre mas atento, carinoso y atractivo que habia conocido en toda su vida, seguia siendo un hombre como los demas…

  • Nunca Mas Rechazada de Christina Mcknight

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    Lady Viola Oberbrook solo deseaba olvidar la manana de duelo que se llevo la vida de dos jovenes, saludables, prometedores hombres de la sociedad y la enviaba a ella a la finca de campo de su padre. Ocho anos mas tarde, ella tiene su vida en orden: un negocio satisfactorio, unos pocos amigos confiables, y ningun plan para regresar a la sociedad de Londres. Lo que ella no espera es encontrarse cara a cara con su pasado…

  • No es tiempo para amar de Carlota Manzano

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    No sabia que hacia en ese lugar, ni siquiera que me habia llevado alli, mas que ese arrebato de querer demostrar algo que ni yo misma creia. No me sentia militar, me sentia asalariada y con un trabajo fijo, que me permitia poner mantenerme a flote. Me habia separado de mi batallon. De repente estaba sola en medio de la nada, en esas tierras dominadas por el ansia de captura y si caia prisionera era mujer muerta. Miraba hacia fuera a traves de las ventanas huecas de esa casa destruida para ver si hallaba el modo de llegar al campamento, pero el panorama era desolador cuando mi mirada se encontro con un sargento de mi ejercito. Me miro y me hizo un gesto indicativo de para donde nos ibamos a ir, aunque no representara mi salvacion, me hacia sentir un alivio tremendo no estar sola en tierra hostil y poder aferrarme a ese companero que tambien se habia separado del grupo. Me iba a cubrir, sus dedos avisaban que a la de una, a la de dos y a la de tres... Corri agachada hasta donde me indico, una zona de arbustos y arboles, que logre alcanzar y esconderme. Lo volvi a mirar y me hizo un gesto de que lo cubriera, mire a todos lados y le saque el dedo pulgar para que avanzara hacia mi. --Sargento Chester --le hice el saludo--. Gracias a Dios que no estoy sola --mi voz sonaba agitada--. Soy la soldado Gilca. --Tenemos un problema, la base esta al otro lado de aquel pueblo --senalo hacia atras. --Tendremos que rodear por uno de los dos lados. --Los guerrilleros estan avanzando por el interior de las poblaciones, estan desde alli colocados estrategicamente. --Tambien los tienen rodeados, debemos alejarnos por las montanas lo suficiente para que no nos vean. Soldado Gilca tenemos que irnos ya, ponte a cubierto, yo voy delante de ti, y vamos a avanzar hasta alli, no pierdas la zona de atras. El pulso me temblaba, recordaba aquellas palabras de mis padres de que no iba a ser nada en la vida. Eso si, cabezona como era, me presente a las pruebas del ejercito sin saber que las pasaria y alli estaba en mi primera mision, jugandome la vida por el simple hecho de demostrar al mundo que podia ser alguien. Fuimos avanzando mientras me sentia en el ojo del huracan. Para mi, que debia haber mil guerrilleros apuntandonos. Esa era mi sensacion en cada momento, pero queria demostrar fuerza y dejar esa sensacion a un lado, calibrar el peligro real y controlarlo, en la medida de lo posible. Por fin logramos llegar a ese punto donde nos sentiamos un poco mas seguros para planear el nuevo avance. ?Habria sido solo el buen hacer del sargento o Dios, el universo o lo que quisiera que fuera habian escuchado mis plegarias? Porque ya se sabe, una, creyente no es, pero cuando le ves la cara a la muerte haces un pacto con el mismisimo diablo, si es necesario. El campamento principal estaba alli, en la provincia de Kabul donde se habian levantado dos campamentos de nuestro ejercito. Nuestra mision consistia en minimizar los actos terroristas y para ello los asaltos a edificios, las operaciones nocturnas y las incursiones enemigas formaban parte de nuestro dia a dia. --Vamos a tardar por lo menos doce horas en llegar hasta alli --me miraba con seguridad y eso me hacia sentir que habia probabilidades de llegar. --?Crees que llegaremos de verdad? --No creo, estoy seguro, pero tenemos que estar atentos en todo momento y con la cabeza fria --su mirada era convincente y su media sonrisa de consuelo era lo que me llenaba de esperanzas. --Si me saca de aqui me tiene a sus ordenes para toda la vida --bromee. --No lo dudo, muerta no lo estarias --reimos en voz baja. --Tambien es verdad, mientras este viva y en el ejercito estare a su disposicion --sonrei adoptando un gesto de resignacion. --Tampoco soy tan malo, es mas creo que nunca cruzamos palabra. --Nunca --sonrei. Aunque perteneciamos a la misma base en nuestro pais, yo tenia otro destino cuyo mando no ostentaba el, asi que lo conocia de vista, pero nunca nos habiamos parado a hablar, ni siquiera en aquella mision. Eso si, sabia quien era perfectamente. --La noche va a caer y es bueno para avanzar, ahora tenemos la oportunidad de hacerlo con mas seguridad que si fuera de dia. --Lo que usted diga, me siento un conejo a punto de ser presa de los guerrilleros --mire hacia arriba. --Tranquila, no tenemos otra que llegar hasta alli, asi que pensemos en positivo y a confiar en que lo vamos a lograr, no contemplo ninguna otra opcion. --Mejor, mejor --asentia nerviosa mientras lo miraba. Comenzo a visualizar cuanto estaba al alcance de sus prismaticos y yo lo seguia sin perder la vista a todos lados, sabia que podiamos llevarnos una sorpresa en cualquier momento. Y, si algo tenia claro es que no iba a ser buena. Sentia un frio interior imposible de describir. ?En que diantres pensaba? En ese momento en el que por fin tenia un trabajo, aunque pensara que no valiera para el, voy yo y me meto en ese lio del Monte Pio. Por el amor de Dios, si hasta ya tenia mi propia casa y con ello mi ansiada independencia, esa que tanto me habia costado y que tanta ilusion me hacia, pero no, se ve que pense que en Kabul habia mejores fiestas. Paramos al comprobar que un coche todoterreno salia del pueblo en direccion a la montana, pero lejos, hacia el frente. Nosotros estabamos a un lado, a una distancia considerable. No obstante, no podiamos hacer ningun movimiento extrano. Mi corazon se aceleraba por segundos, no queria que por nada del mundo ese coche cambiara el rumbo ya que iban cinco personas que estarian deseosas de abrir fuego. --Se van, tranquila, se van --no perdia la vista de ellos. --Y que no vuelvan --murmure en voz alta. ?Habria escuchado mi aceleracion? No queria ponerlo mas nervioso, bastante tenia el con ser la cabeza pensante del asunto, pero lo mio era irremediable. Me sonrio y me hizo un gesto con la cabeza para avanzar, yo veia que nuestro destino estaba a anos luz de nosotros, que no tardariamos doce horas sino una eternidad. Me seguia temblando hasta el pelo, no veia avance alguno de aquella manera, pero obvio que lo estabamos haciendo. Sin embargo, mis miedos eran mas grandes que mi sueno de llegar a ese punto, que ya es decir. --Si llegamos a mi me tienen que arrestar --volvi a hablar en voz alta. --?Y eso? --Se giro y levanto la ceja. --Ya se, no lo entiendes, pero eso significa que, si logro mi objetivo y llego, no me muevo hasta que me lleven para Espana. Vamos, que lo tengo claro. No salgo asi me encanonen para obligarme --dije sin pensar que le estaba hablando a un suboficial. De todos modos, en la situacion que estabamos no creia que me lo tomara en cuenta. --?Piensas que despues de esta yo voy a salir del campamento de nuevo? --pregunto confirmando mi broma. --Pense que eras mas valiente --me maldije por volver a hablar en voz alta, pero ya lo habia dicho. --Todos los somos hasta que nos vemos en estas --me sorprendio su respuesta--. En cualquier caso, no es lo mismo estar en grupo que como los dos estamos ahora mismo y menos mal que nos hemos encontrado --seguia andando mientras yo iba detras de el. --La verdad es que es en estos momentos cuando una se plantea la de cosas que haria a cambio de no estar en esta situacion. --Si, es verdad --decia girando su cara para transmitirme su media sonrisa. --Hasta me casaria con un guerrillero si me atrapara y me lo pidiera, todo con tal de no morir aqui --rei nerviosa solo de imaginarlo. --Yo te vendo a cambio de mi libertad --bromeo. --Pues vaya aliciente me acabas de dar --negue incredula. Sinceramente, no lo creia. No sabia por que, pero aquel hombre me transmitia seguridad. Quizas fuera por el simple hecho de que yo iba por alli sola como pollo sin cabeza hasta que me di de bruces con el o porque realmente sabia lo que hacia y eso se notaba. Seguimos avanzando con cuidado extremo y sin hacer apenas ruido. Evitabamos hablar cuando estabamos andando ya que el iba pendiente a cuanto nos rodeaba. ?Y yo? Yo iba pendiente a su culo, a ese que me guiaba hasta la posible salvacion. Hablando de culo, nunca me habia fijado en el y no podia negar que a traves de lo mucho que llevaba de ropa, mochila y demas, se dibujaba respingon, bien curtido. Ya se me pasaba de todo por la cabeza, el miedo mas que alejarme de pensamientos lujuriosos, me acercaba a una mezcla explosiva que evadia mi mente. ?Explosiva tenia que ser el termino? Vaya si era desafortunado, rei internamente.

  • El nino que fuimos de Alma Delia Murillo

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    “Pertenecian al grupo de personas que necesitan el poder de irse.”

  • El Tiempo. Todo. Locura de Monica Carrillo

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    ?Que paso conmigo, tiempo? ?No lo curabas todo? El futuro no es tuyo ni mio No es de nadie todavia A tu ida y a mi vuelta Al llegarte y descubrir Cuando el futuro era incierto Y el porvenir, por venir Siempre supe que eras tu Siempre me supo a poco Nunca sabre como sabria el futuro Juntos Sabio amor desabrido que nos alejo Ni rapido, ni despacio Solo lento Ni respiro, ni suspiro Solo aliento Ni remo, ni mar Solo viento Ni manana, ni noche Solo tiempo Te extrano Recuerdos tibios, a ratos tan fuertes, a veces Que extrano Todo queda ya lejos Y, a veces, Te echo de menos, septiembre Aquello duro mucho Demasiado Hasta que me canse de fingir los sarcasmos Te eche de menos cada dia de mas Aquellas noches en las que no entendia que me pasaba Pasaba la vida por encima de un cuerpo que sin ti ya era pasado No fue facil encontrar Nada sencillo sentirlo Corresponderse, un milagro, privilegio vivido Y ahora, si miro atras, solo sigilo ?Te acuerdas de cuando hablabamos de nuestro futuro? Ya ha pasado Ya es pasado Tanto tiempo de espera Tanto dia en la sombra Ya no hay batalla, no hay guerra Abro los ojos Vuelvo a ser otra La misma que era Hace tiempo que soy rio Que me dejo llevar y fluir Hace tiempo que sonrio Desde que consegui huir De ti Nunca cerre aquel parentesis por si volvias a entrar Despues de tu adios Olas de mar revuelto Resaca sin freno Horas de mas Dias de menos Yo tambien quise rehacer mi vida pero no pude viajar atras en el tiempo --?Que paso? --La vida. Sin ti Que tiempos aquellos cuando tenia ganas de estar en otros dias, otras horas, otras vidas La tuya Toda la vida contigo aprendiendo a ganarle un segundo al tiempo perdido El olvido siempre aparece A modo de recuerdos Tu tan de vez en cuando, yo tan de cuando en siempre Mi recuerdo favorito juntos es de aquel viaje a aquel lugar donde nunca fuimos aquel ano que nunca existio Y, al final, la espera fue el fin Ahora que Ahora ya Ahora sin Ahora en vez Ahora si Ahora al fin Ahora yo Ahoga el tu Ahora, si Ahora, tu Ahora, quien Ahora, yo Ahora, bien Y llego la temporada de tormentas Y mi tormento Tu Recuerdame cuando me veas que me fui Recuerdame cuando te vea que lo prometi Recuerdame cuando sea Recuerdame, tu a mi

  • Tazas de caldo de Vicente Verdu

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    Cada vez es mas amplio el consenso acerca de que el aforismo es el genero mas ajustado y representativo de nuestra epoca. Ajustado por su brevedad aprendida de la comunicacion en las redes, por su necesidad de condensar incisivamente el pensamiento al modo del lenguaje publicitario, y representativo del momento en que la lectura debe copiar los tiempos breves que impone el imperio de la imagen.
    Todo en la forma y proposito del aforismo parece coincidente con esta nueva naturaleza de la comunicacion. Pero hay un factor mas. Y es que, a pesar de todo, no es corriente que los jovenes cultiven el aforismo y si que lo hagan los autores en los que se han acumulado la vida y sus peripecias.
    En el caso de estos ultimos, cada sentencia aforistica condensaria la esencia fundamental del pensamiento y caeria sobre el papel, o la pantalla, como gotas depuradas por la experiencia. De hecho el aforismo recibio su primera influencia de la tradicion gnostica que reflejaron escritores como Esquilo o Pindaro, aparte del presocratico Heraclito de Efeso. De modo que, curiosamente, en aparente paradoja, el aforismo o el proverbio vienen de muy lejos y son hoy, a todas luces, lo que mas se aproxima a la manera expresiva de la epoca. Vicente Verdu, uno de los mejores ensayistas europeos a la hora de senalar las tendencias sociales y explorar El estilo del mundo (Anagrama, 2003), viene a ser con este libro el testimonio directo de lo que se lleva y adonde nos llevan las nuevas tendencias de la literatura.
    Con su lucidez proverbial y la belleza de su estilo, Tazas de caldo es, asi, de una parte, la obra mas personal de su autor, y, de otra, una muestra de pensamiento filosofico y sociologico propagado mediante pildoras. O, en el mejor de los casos, mediante balas de plata. ?Balas de plata que dan en el blanco y sosiegan como un caldo? ?Tazas de caldo para consumir el texto a sorbos y no ya de un grosero tiron, como los bestsellers baratos? Efectivamente, cualquier acierto en la diana de la verdad, la emocion o el deseo procuran paz y compania de espiritu. Pero tambien, como sin humor no se llega a ninguna parte, la <> evoca la <>. Marx regresa asi desde el capital ardiente y pesado de una vieja siderurgia a la irradiacion correspondiente al presente <>, que seduce con el artero fulgor de una chispa.

  • A mi no me seduzcas de Nekane Gonzalez

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    Mirandome frente al espejo de la entrada de mi zulo, observo como me queda el vestido negro que Maria me regalo ayer, expresamente para el evento. Ironicamente pienso que, aunque me encanta este color para la ropa y casi siempre voy vestida de enterradora, como dice mi madre, hoy es el dia que menos me apetece vestirme asi. Esta claro que debo de ser la propia contradiccion en persona. Fuera en la calle luce un esplendido y caluroso sol de primavera, cosa que ya es bastante rara en Bilbao, pero a mi casa, mi zulo, no llega ni un triste rayito y permanezco aqui en la sombra como un vampiro; como esta negrura que hoy atenaza mi alma y mi corazon. Me resulta imposible aceptar la forma que tiene el universo de cambiarlo todo de un momento a otro, sin que podamos hacer nada al respecto, y no puedo evitar sentirme completamente fragil e impotente. Miro la hora en el movil, ya que nunca llevo reloj desde que estuve viviendo en Palma de Mallorca y decidi vivir la vida sin importar la hora que fuera. Fue en el preciso momento que me deshice del reloj, que descubri la terrible adiccion que tenia a mirarlo y a vivir cronometrada. Aun es pronto, tengo tiempo de sobra, asi que me preparo un sucedaneo de Martini y me fumo un cigarrillo mientras dejo que los recuerdos inunden mi mente y me lleven a ese tiempo que ahora parece tan lejano, a pesar de haber transcurrido apenas un ano. Ese instante que a mi me parecio maravilloso y donde parece que el mundo se quedo congelado, en el momento que abri la puerta de mi zulo y me encontre de frente con el, con mi sueno hecho realidad, con Freddy. Todavia me cuesta creer la historia onirica que vivi y la semejanza fisica entre un Freddy y otro. Con el tiempo termine por pensar que aquello tenia que haber sido un sueno premonitorio, excepto porque sigo esperando que me toque la loteria, claro. Pero no dejo de reconocer que el universo, en aquella ocasion, hizo que todos los astros se conjuntaran para traer a mi vida un regalo muy grande. Aun recuerdo su cara de sorpresa, con aquellos maravillosos ojos verdes abiertos de par en par, en consonancia con su sensual y provocadora boca, ante el inicial portazo. Tarde unos segundos en reaccionar, pues aun estaba muy conmocionada por el sueno que habia tenido, y en comprender lo que Maria me explicaba entre gritos y aspavientos. Fueron muchas horas las que me quede profundamente dormida despues de haber desconectado todos los telefonos, como suelo hacer cuando me pongo a escribir y prefiero que nadie me corte la inspiracion. Fue tan profundo el sueno en el que cai, pues debia estar agotada tras pasar tres dias y tres noches frente al ordenador escribiendo, que ni tan siquiera me saco de mi sopor Maria, aporreando la puerta de mi casa alteradisima porque penso que me habia pasado algo. Maria volvio a su casa a recoger las llaves de la mia para entrar a comprobarlo, pero fue tal la pelicula que se formo en su cabeza en el trayecto, que antes de emprender la vuelta, llamo a la policia para no estar sola ante el cuadro que se pudiera encontrar. Otra que se parece a mi madre montandose peliculas. !Que familia! Como quiera que fuera, durante mucho tiempo tuve que agradecerle a mi hermana el teatro que se monto, porque aquello fue lo que trajo directamente a mi puerta al protagonista de mi peculiar sueno; a Freddy. Nunca le he preguntado que fue exactamente lo que le hizo interesarse por mi, en una situacion en la que cualquiera me hubiera tomado por una chalada, maxime teniendo en cuenta el estado de mi casa aquel dia; pero supongo que la situacion le resulto de lo mas divertida, a juzgar por las risas que nos echamos los tres, una vez aclarado el malentendido. El salia de una guardia aquella noche y desde la central le habian pedido que se pasara por alli de camino a su casa, para ver que ocurria, asi que ya habia terminado su servicio, y entre explicacion y explicacion, nos dieron las tantas de la noche. Una noche en la que comenzo nuestra historia, con muchas risas y muchos sucedaneos de Martini. A partir de ahi comenzamos a quedar y poco a poco fuimos conociendonos mas, aunque he de decir que Freddy, resulto ser un hombre bastante mas introvertido de lo que yo habia sonado. Tan celoso de su intimidad que ahora, un ano despues, me doy cuenta de lo poco que se de su vida. Yo siempre di por sentado que como era Ertzaina [1] , la desconfianza le venia de serie. No en vano, es un cuerpo que no destaca por su simpatia precisamente. Pero siempre crei que, con el tiempo, terminaria por abrirse y confiar mas en mi. Tal vez un ano no es demasiado, a mi se me ha hecho muy corto, escandalosamente corto ahora que lo pienso, y, debido a su trabajo, tampoco hemos podido vernos todo lo que hubieramos querido. Maria abre la puerta de mi casa trayendome de vuelta a la cruda realidad. Despues de aquel episodio siempre lleva mis llaves junto a las suyas. – ?Estas lista, tata? -me susurra con cara de circunstancia. -Supongo que para una situacion asi, una nunca esta lista -respondo con tristeza, tras agotar un soplo de aire cargado de amargura. Me abraza y me da un beso de esos suyos, que parece que quiera juntarme una mejilla con otra a traves de mi cavidad bucal. Esta vez es mayor el dolor que acumulo en mi alma, que el propio fisico que me proporciona mi hermana con su exagerado amor. -He traido el coche hasta el portal -trata de esbozar una sonrisa- para que no tengas que pasar la aduana, ya sabes. -Si, gracias. Hoy seria capaz de soltar algun improperio gordo y convertirme en la noticia del mes de radio patio -contesto.- Cojo el bolso y nos vamos. Me monto en su Audi nuevo, que no es nuevo, que es de segunda mano, pero como lo compro hace apenas dos meses, pues es su Audi nuevo. Recorre marcha atras el callejon de mi casa hasta llegar al sitio donde normalmente se aparcan los coches, al que llamamos la curva, y donde hoy la aduana ha montado el chiringuito al completo, sacando las sillas de camping y las sombrillas. Menos mal que llevo gafas de sol y no pueden ver las oscuras ojeras que decoran mi rostro. ?Que no recordais que es la aduana? La aduana es esa familia que vive en mi mismo callejon y que se pasa el dia entero aunque llueva, en la curva que es la unica entrada a la calle, para enterarse de cuanto chisme se haya producido. No se te ocurra entrar andando y preguntar aquello de ?que tal?, cuestion que se plantea mas por cortesia que otra cosa y que no espera nunca una respuesta definida. En este caso acabaras sometido a un tercer grado y terminaras por contar hasta lo que no quieres que se sepa. De difundirlo ya se encargara radio patio. Levanto la mano a modo de saludo como si fuera la reina de Inglaterra, con la ventanilla cerrada eso si, y fijo la mirada en mi Paco, mi Peugeot gris que esta aparcado a la derecha. Lo observo como si no fuera mio y pienso que no tiene mal aspecto, a pesar de saber que, por no tolerar las intensas lluvias de Bilbao como su duena, termino por inundarse y ahora tiene la centralita rota y hay que andar quitandole un borne de la bateria, cada vez que vas a parar mas de diez minutos porque si no se descarga y no arranca despues. Menos mal que soy de arreglarme poco, porque imaginad el cuadro cuando una sale de pitimini con tacon alto y al bajarse del coche, se pone a hacer de mecanica. A mi hermana le resulta graciosisimo, sobre todo por las caras que ponen quienes nos observan en tan peculiares momentos

  • La realidad es peor que la ficcion de Maicol Rodriguez

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    SE A DICHO MUCHAS VECES QUE LA REALIDAD ES AUN PEOR QUE UN CUENTO DE FICCION. AHI MILES DE HISOTRIAS DE TERROR QUE RECORREN EL MUNDO Y AQUI LAS VAN A CONOCER ALGUNAS

  • Mas de May Mars

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    Maldita sea, otra vez lo mismo, son las 6 de la manana y estoy despierta, como todos los dias desde que estoy en Los Angeles. No puedo decir que esta habitacion de hotel sea lo mas lujoso de la ciudad, aunque pensandolo bien, tampoco es peor cuchitril en el que he dormido en mis 29 largos anos. A mi empresa le ha parecido adecuado que me aloje aqui, en un sitio llamado algo asi como "quedate en el principal", me pregunto principal que... desde luego esto no es un lujoso hotel propio de la zona chic de Los Angeles. En fin, durante el mes y medio que tengo que estar en esta preciosa ciudad no debo distraerme demasiado he venido a trabajar, y seguro que han pensado en ello cuando me han alojado aqui. Tengo que trabajar, trabajar, y como no... !He de sorprenderlos! Mi continuidad en la multinacional depende de este maldito proyecto que me esta sacando de mis casillas. Me parecio una genial idea hace once anos estudiar lo que realmente me apasionaba, sin duda mi titulo en ingenieria es mi mayor orgullo y cuando la gran multinacional AKIA me contrato pense que habia sido el dia mas feliz de mi vida. Poco tiempo despues volvi a la cruda realidad, no soy mas que un diminuto pececillo rodeado de tiburones dispuestos a desayunarme sin ningun remordimiento. Asi pues, mi genial, divino y maravilloso jefe me ha metido en este embrollo para darme la opcion de mantener mi preciado trabajo, sinceramente, creo que me odia, aun recuerdo su expresion divertida cuando sus palabras resuenan en mi cabeza. "Lya tengo una gran propuesta para ti que garantizara tu continuidad en la empesa, te iras a Los Angeles durante mes y medio y desarrollaras un proyecto novedoso para la central que los dejara perplejos, les gustara tanto que querran renovar tu contrato." ?Proyecto? ?Que proyecto? ?Yo sola? ?Los Angeles? Mi cara debio ser todo un poema a juzgar por la mirada de satisfaccion de Marcelo, creo que incluso mi corazon dejo de latir durante unos instantes. No me hizo falta preguntar que ocurriria si mi maravilloso proyecto no les interesaba, me pondran de patitas en la calle, !genial! Justo lo que necesitaba. Y aqui estoy sentada en la cama de mi diminuta habitacion, en el hotel mas centrico de esta maldita ciudad y sin saber que narices hacer para impresionar a los jefazos, estoy bloqueada. Me levanto de la cama, por llamarla de algun modo. Creo que deberia probar a dormir en el suelo, posiblemente sea mas blando. Voy al bano y tras darme una ducha y desenredarme el pelo me siento frente a mi portatil. Miro la pantalla vacia durante un rato, nada... no se me ocurre absolutamente nada, !nada! Por dios... se supone que soy brillante en mi trabajo, !algo se me tendra que ocurrir!, llevo una semana sin hacer absolutamente nada, bueno si... compadecerme de mi mala suerte, eso se me da de maravilla. Frustrada por mis circunstancias enciendo mi tablet, mi maravillosa tablet, mi pequeno y caro capricho. Cuando Hugo me dejo poco antes de venirme no me sorprendio, hacia tiempo que nuestra relacion se habia vuelto distante, bueno... "mas" distante. Hablaba menos con mi novio que con mis vecinos y eso... ya es decir mucho, porque no me considero una persona demasiado sociable. Demasiado trabajo, demasiado estres y sobretodo poco en comun. Pero aun asi no desaproveche la oportunidad de sofocar mi supuesta tristeza por otro fracaso en mi vida y me fui de compras para animarme, mi amiga Ana me obligo a ello, tras un fin de semana de chicas y compras, ella compro ropa para llenar tres armarios y yo volvi a casa con mi bien mas preciado, mi tablet de ultima generacion. Los chirriantes pitiditos me devuelven a la realidad cuando me doy cuenta que Ana, mi Ana me esta abasallando a mensajes... sin duda desde que se ha propuesto ir al gym cada manana antes de ir a trabajar su vitalidad me arrolla, nunca ha sido una mujer tranquila, pero ahora esta mas activa que nunca. Sin pensarlo me pongo a hablar con ella, me ira bien no pensar en la montana que se me viene encima, ademas, si no le respondo me llamara y me soltara uno de sus sermones que no tengo ningunas ganas de escuchar. Hablamos durante casi una hora, cuando cierro el chat reviso el correo, nada nuevo, suspiro aliviada. Menos mal que mi feje no se ha acordado hoy de mandarme su email diario para ver que tal llevo el fascinante proyecto que se supone que tengo empezado. En ese momento caigo en la cuenta de que es sabado y me digo a mi misma en voz alta para convencerme -Lya, ya esta bien de tanta negatividad, ve a dar una vuelta, relajate y seguro que se te ocurre algo. No muy convencida, me pongo mis vaqueros, una camiseta de Led Zeppeling que me regalo mi mejor amiga y mis deportivas, cojo la chaqueta vaquera, el bolso y me dispongo a salir a que me de el aire. Parada frente al ascensor me pregunto que hare, y sin pensarlo demasiado vuelvo atras a la habitacion para coger la tablet, si, sin duda sera una buena compania. No conozco la ciudad, no conozco a nadie aqui y aunque hablo perfectamente ingles soy demasiado introverdida como para acercarme a hablar con alguien. Salgo del hotel dispuesta a ser feliz, aunque sea durante un dia, olvidando mis problemas. Paso por un Starbucks y me compro un frapuccino, me encantan. Camino durante un buen rato mirando a la gente, viendo como estos extranos se mueven comodamente por estas calles desconocidas para mi y sorbiendo mi desayuno. Llego a un parque enorme y decido que es una buena idea hacer algo que he visto miles de veces en las peliculas, asi que me dirijo a buscar un banco libre y cuando lo encuentro me siento, saco mi tablet y sin mas me pongo los auriculares. Inicio la app de Spotify y le doy al play sin prestar atencion a lo que suena, me da igual, cualquier musica es buena en estos momentos, murmuro, y me pongo a leer.

  • Caida libre de Neus Arques

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  • Princesas sin miedo de Luna Villa

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    Valerie descubrio la dureza de la vida en su mas tierna infancia. Afortunadamente, acabo encontrando personas que le ofrecieron proteccion y cuidados, entre ellas, Harper, quien le ayudo a ser mas fuerte de lo que ella pensaba y a sacar lo mejor de cada situacion. No ha tenido mas remedio que salir hacia adelante. Cuando empieza a encauzar su vida, aparece su primer… ?amor?, una relacion que dara un giro inesperado a sus planes, pero que ella sabe afrontar sin miedo. Ante este nuevo reves, ella acabara demostrando que el verdadero amor todo lo puede.

  • Hopeless. Tocando el cielo de Colleen Hoover

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    En ocasiones, conocer la verdad resulta mas doloroso que creer las mentiras.

  • Comer y amar, todo es empezar de Mayte Esteban

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    El despertador salio de su letargo a la hora programada, las siete y media, al ritmo de una melodia animada. Carlos se levanto con el sueno todavia prendido en sus ojos, se vistio con la ropa de trabajo y, medio dormido aun, abrio la ventana. El viento helado de la madrugada castellana de finales de diciembre se colo en la habitacion como un visitante indeseado. El silencio lo presidia todo; en Grimiel aun seguia siendo de noche. Con el rastro del sueno marcado en el rostro --la sabana le habia dejado su impronta en la mejilla, oscurecida por la barba de un par de dias--, se preparo el desayuno. Carlos Herrero tenia veinticinco anos y era el dueno de un picadero en un pequeno pueblo. Su negocio se situaba a las afueras, a muy pocos metros de un extenso pinar. Dedicaba su actividad a la tutoria de caballos y a rutas para los eventuales inquilinos de las casas rurales de la zona. Tambien se ocupaba de la formacion de jinetes, aunque esto no fuera mas que una manera elegante de llamar a lo que en realidad era ensenar a unos cuantos ninos a no caerse del caballo. En un lugar donde apenas habia actividades de ocio, el picadero de Carlos casi era la estrella. Le proporcionaba a su propietario los recursos suficientes para vivir y tambien le habia ayudado a no tener que marcharse a la ciudad, como habian tenido que hacer la mayoria de sus amigos. Cuando despues de desayunar salio de casa, el frio de la calle le golpeo en las orejas. Rebusco en los bolsillos de su abrigo, pero el gorro que siempre llevaba se habia quedado en el tendedero, con la colada del dia anterior. Era inutil que volviera a entrar para buscarlo, lo mas probable era que siguiera empapado. Echo mano de la capucha del abrigo, que servia mas bien de poco, y se encamino hacia el trabajo. Fue andando hasta el a buen paso para entrar en calor. El picadero distaba de su casa kilometro y medio y, en mananas tan gelidas como aquella, tal vez pudiera estar justificado ir en coche, pero Carlos preferia no hacerlo si no era imprescindible. Era un firme defensor de la naturaleza y trataba de aportar su granito de arena todos los dias para cuidar de ella. Caminar un poco, ademas de que le venia bien a su forma fisica, le ahorraba al planeta unas cuantas emisiones toxicas. Dejo atras los vehiculos, que dormitaban tenidos de blanco, y las aceras desiertas, brillantes bajo la mortecina luz de las farolas que a intervalos rasgaban la penumbra del camino. Faltaban apenas un par de minutos para que dieran las ocho cuando llego a la puerta de acceso a su negocio. Saco la llave del bolsillo y se dispuso a abrir. --!Buenos dias! Una voz femenina, demasiado euforica para la temprana hora, lo tomo por sorpresa y le hizo dar un brinco involuntario. Era Paola, una de sus amigas de la infancia y tambien clienta asidua del picadero, que acababa de salir de un coche aparcado a unos metros de la entrada. Carlos, pensativo como iba y con la capucha tapandole parte de su campo de vision, no la habia visto. --!Que susto me has dado, Paola! ?Que haces aqui? --le pregunto. El dia apenas empezaba a deshacer en el horizonte las tinieblas que en la noche envolvian al pueblo dormido. No eran horas, ni mucho menos, para hacer uso de los servicios del picadero. Si por el fuera, se habria quedado en la cama un rato mas, pero no tenia mas remedio que levantarse temprano para ocuparse de los animales, limpiar las cuadras y ponerles agua y comida fresca. Era preciso que todo estuviera listo antes de la hora de apertura. --He venido a ver a Leyenda --le dijo ella. Leyenda era la yegua blanca de Paola, un impresionante ejemplar pura raza espanola de ocho anos que tenia desde que era una potrilla. Carlos introdujo la llave en la cerradura e intento abrir la puerta, pero esta se obcecaba en encasquillarse. Dio un golpe con el hombro para ayudarse y, al final, logro vencer su resistencia. En el forcejeo, la capucha se le cayo y se la volvio a colocar. La helada de la noche habia dejado su impronta como un manto blanco que lo cubria todo y hacia demasiado frio como para dejar al descubierto las orejas, que amenazaron con convertirse en tempanos de hielo en segundos. --?No tienes un gorro? --le pregunto Paola. --Se ha quedado en casa --respondio el. --Creo que tengo uno en el coche, espera. Paola volvio a su vehiculo, abrio la puerta trasera y recogio del asiento uno de lana en color crudo. Se lo ofrecio a Carlos en cuanto volvio frente a el. --Toma. Era un gorro muy poco masculino, uno de esos que Paola usaba a menudo y que a ella le quedaban tan bien. Enmarcaba su delicado rostro y dejaba escapar los rebeldes rizos de su pelo castano dandole aspecto de hada de invierno, pero no creia que en el tuviera el mismo efecto estetico. Mas bien pareceria un fantoche. Carlos se quedo mirandolo y sonrio. Era tipico de Paola pensar que el podria ponerse aquello. Rehuso utilizarlo con amabilidad, mientras atravesaba la puerta seguido de la chica. --Gracias, pero no. --Tu mismo... Hace un frio espantoso y nadie te va a ver, yo no lo rechazaria --le dijo Paola, adivinando por su cara de circunstancias lo que estaba pensando. No le era dificil seguir algunos pensamientos de Carlos, habian sido inseparables desde el colegio. --Perdona, tu me estas viendo --dijo el divertido, excusandose de nuevo por no querer ponerse el gorro. --Bueno, ni que no te conociera desde el primer dia de colegio... -- respondio ella, riendose tambien. Carlos termino de cerrar la puerta y echo el cerrojo interno. No volveria a abrir hasta que a las diez el negocio se pusiera en marcha. --Venga, no seas bobo y pontelo, porfa --le rogo. Le miro componiendo una mueca exagerada de suplica, a lo que el respondio emitiendo un resoplido que en cierto modo le recordo a Paola al de un caballo, lo que provoco que se riera con ganas. Sin esperar su permiso, ella levanto los brazos, bajo la capucha del abrigo y le coloco el gorro a Carlos. Se distrajo un momento mirando su rostro, los enormes ojos castanos y las facciones cuadradas de el que conocia desde siempre. Al ajustarlo sobre las orejas, las yemas de los dedos de Paola le acariciaron las mejillas. El suave roce accidental a el le descoloco un latido y un subito calor, que se contradecia con el gelido comienzo del dia, se apodero de su animo. --A ver si nos afeitamos --le dijo ella, divertida por la seriedad que mostraba de pronto. El volvio a resoplar. O mas bien fue un suspiro con el que trato de recomponerse. --?Por que has venido tan pronto? --le pregunto, para dejar de pensar en lo que habia sentido cuando ella le toco--. Aun no he preparado a los caballos, no abro hasta dentro de un par de horas. Es demasiado temprano para montar a la yegua. Paola solto el aire contenido en sus pulmones y, con el, la sonrisa se fue desinflando en su rostro. Trago saliva y tomo aire, como si lo que iba a contarle necesitara oxigeno nuevo para no ahogarse; como si le costase mucho confesar la verdadera razon por la que se habia levantado tan temprano y se habia presentado en el picadero. --Me quedan solo unos pocos dias con Leyenda, Carlos. La vamos a vender. Quiero pasar todo el tiempo que pueda con ella y a las diez tengo que entrar a trabajar en la farmacia. Necesito verla y por eso he venido ahora. Carlos no necesitaba que Paola le contase lo que sentia por ese animal. Llevaba con la yegua desde la adolescencia y Leyenda y Paola parecian un todo. No entendia muy bien por que habia tomado la decision de deshacerse de ella si era casi la prolongacion de si misma. --?Vender a Leyenda? ?Por que? ?Que me he perdido? --pregunto, extranado. --He encontrado un trabajo fuera y despues de Navidad me ire del pueblo --le dijo. --?Te vas? --pregunto. Las palabras salieron de su boca con una alarma que hubiera preferido ser capaz de evitar. --Si. Mi contrato de media jornada en la farmacia se acaba el treinta y uno de diciembre. La farmaceutica se jubila y su hijo ha decidido volver de Madrid y quedarse con el negocio. No cuenta conmigo. Su mujer tambien trabajara con el y ya sabes que esto no da para tres sueldos, ni siquiera para dos y medio. --Vaya, no sabia que te ibas. --Tampoco lo he contado, bastante me disguste cuando me lo dijo a principios de otono. Pero bueno, he tenido tiempo de buscar un nuevo trabajo en Valladolid, en otra farmacia, y esta vez seran ocho horas. Supongo que vendre a menudo, pero desde luego no podre montar a Leyenda todos los dias como ahora. Es mejor para ella que la venda y otra persona la cuide como necesita. --Te vas --afirmo Carlos, quiza para confirmarse a si mismo que lo que estaba escuchando era cierto. --Aqui no hay futuro ni trabajo. Si quiero progresar, tengo que hacerlo. Ademas, tiene su lado bueno; Ricardo vive en Valladolid, podremos vernos mas a menudo que ahora. Ricardo era el novio de Paola. Como la mayoria de los jovenes, habia decidido quedarse en la ciudad una vez terminada la universidad, seducido por una oferta de empleo. Las oportunidades de trabajo, mucho mas deslumbrantes que las del campo, ofrecian alli un futuro que distaba mucho del callejon sin salida que parecia el pueblo. Con la mayoria de edad recien estrenada, los chicos se marchaban a Madrid, a Burgos, a Salamanca, a Valladolid... ciudades que una vez terminada su formacion, no los devolvian. Al final, la madre de Carlos tenia razon cuando decia que en el medio rural, si no quieres perder a tus hijos y que la ciudad se los quede, no debes darles estudios. Carlos penso que Paola habia tardado mucho en seguir ese camino. Era, sin duda, una anomalia en ese proceso. Estudio, pero ella regreso a Grimiel y encontro un hueco en la farmacia. Fue la excepcion, aunque tiempo despues la realidad del desempleo la estuviera devolviendo de un empujon al mundo urbano. --Mi padre me ha dicho que ya tiene ofertas por Leyenda. Al escucharla, Carlos salio de sus pensamientos e intento poner cara de circunstancias y hacerse el sorprendido, aunque en realidad no lo estaba. Dias atras oyo una conversacion a medias en el bar y en ese momento empezo a atar cabos. Era de Leyenda de quien estaba hablando el padre de Paola con unos conocidos. Les habia preguntado si alguien se la queria quedar, pero Carlos no presto mas atencion. Ni se le paso por la cabeza que la conversacion girase en torno a la yegua. Se quedo observando a Paola, intentando encontrar en su rostro el beneplacito con la decision tomada de deshacerse del animal. --?Estas segura de que quieres vender a Leyenda? --Al mirarla, a Carlos no le parecio que estuviera muy conforme. --No me mires asi --le dijo la chica, ahogando las ganas que tenia de llorar. --?Asi como? --Con pena, Carlos. Era justo de ese modo como la estaba mirando, triste porque sabia lo que significaba la yegua para su amiga. Se imaginaba que nada de aquello estaba siendo facil para Paola. Ella, buscando unos instantes de intimidad en los que desahogar el nudo que se le habia hecho en el pecho, se dirigio hacia la cuadra y abrio el cerrojo que mantenia encerrados a los animales de noche. Dos perros de raza indefinida salieron corriendo, libres por fin despues de pasar la noche cautivos. Cada uno eligio un poste del cercado para deshacerse de la urgente necesidad matutina y despues corrieron hacia Paola, que los acaricio. Luego, como hacia siempre, cogio a uno de ellos, Drako, en brazos. --No hagas eso --le dijo Carlos--. Cuando te vayas yo no pienso mimarlo y lo echara de menos. ?O te lo piensas llevar contigo? Drako era un perro especial. Le faltaba una de las patas delanteras. Paola los habia salvado, a el y a su hermano, de una muerte segura a manos de su madre anos antes, cuando la perra se volvio loca y mato a mordiscos a la mayoria de la camada que acababa de parir. La chica, apenada por el suceso, se llevo a los dos perritos supervivientes a casa para cuidarlos en esos dias tan delicados. Black crecio sin problemas, pero sacar adelante a Drako costo bastante porque un mordisco de su madre lo dejo sin una de las patas delanteras. Tardo mas de cuatro meses en devolverlo al picadero y, desde entonces, el perro adoraba a la muchacha casi tanto como la yegua. --No creo que sea bueno que me lo lleve, esta demasiado acostumbrado a corretear por aqui y encerrarlo en un piso no es buena idea. Este perro necesita hacer mas ejercicio que los demas. Paola dejo a Drako en el suelo, que la siguio con su paso renqueante de perro de tres patas, y se dirigio al establo. Alli, Leyenda la recibio aproximando su enorme cabeza a la cara de la muchacha, que apoyo la frente en la de la yegua. Ambas estuvieron asi un rato, en silencio. Al verlas, uno suponia que se estaban contando secretos sin palabras. Incluso las dos cerraron los ojos al unisono, mientras el perrito lisiado y Carlos, apoyado en el quicio de la puerta, las observaban de cerca. El iba a echar de menos a Paola cuando dejase de ir tanto como los perros o la yegua. Estaba seguro de que extranaria los momentos en los que la muchacha se mantenia pegada a su animal y ambas se quedaban suspendidas en algun lugar indefinido que, si hacia caso de la sonrisa de Paola, era lo mas parecido a la felicidad que podia imaginar. Estaba seguro de que el tambien lo pasaria fatal cuando Paola tuviera que despedirse. Se lo estaban diciendo unos latidos erraticos en su pecho a los que le era imposible poner freno. Carlos decidio que ya habia perdido demasiado tiempo y abandono su posicion de espectador, por mucho que le pesara dejar de mirar a Paola. Le transmitia un millon de sensaciones que hacia mucho que preferia no analizar. Lo mejor que podia hacer era ponerse con su tarea y no pensar. Tenia apenas dos horas para dejarlo listo todo. --Si quieres, te ayudo --le dijo ella, cuando advirtio su presencia en la puerta del establo. --Me vendra bien, pero has venido a montar a Leyenda. --He venido a verla, pero te quiero ayudar. El joven le paso la pala que tenia en las manos y fue a buscar otra para el. Ambos, sin intercambiar mas palabras, se pusieron manos a la obra, mientras los perros correteaban a su alrededor. Durante una hora se dedicaron a reemplazar la paja sucia por otra fresca y rellenaron con agua fresca los abrevaderos. --Pao, deberias montar a Leyenda ya si no quieres llegar tarde a la farmacia. Son las nueve --le dijo Carlos cuando fue consciente de la hora. --?Pero cuantas veces te tengo que decir que no me gusta nada que me llames asi? --le dijo ella, con un tono que ni se aproximaba a ser de enfado. --!A sus ordenes, Pao! Hizo un gesto comico y ella puso los ojos en blanco y le lanzo unas briznas de paja. No habia manera. Carlos empleaba muchas veces el diminutivo absurdo que le habia puesto en el colegio y que dejaba a su nombre mutilado. Nego con la cabeza, resignada a no conseguir jamas que dejara de hacerlo, y preparo a Leyenda. Limpio sus cascos, cepillo con suavidad el lomo y despues ajusto los estribos y la cincha sobre la silla de montar antes de elevarla y colocarla sobre una almohadilla de ensillar que ya tenia encima de la yegua. Despues ato los arreos, tranquilizando al animal con suaves palabras. Coloco las riendas sobre la cabeza del animal y empujo con suavidad el bocado hasta que Leyenda lo tomo mansamente. Como siempre que hacia esto, premio al animal con una chucheria que guardaba en el bolsillo. Poco despues, subida a lomos de su yegua, daba vueltas por el recinto del picadero. Carlos llevaba razon, se habia entretenido y no tenia mas de veinte minutos porque deberia volver a casa, ducharse y cambiarse para ir a la farmacia.

  • Yo no decidi sonarte de Eva Cornudella

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    Silvia es una abogada en plena crisis personal y familiar, y Lola una profesora de bachillerato que esta inmersa en una relacion tormentosa. Ambas deciden tomarse un parentesis en sus vidas. En esa huida de su realidad coincidiran de la forma mas inesperada y acabaran compartiendo tres dias con Paco, editor profesional, y Mario, neurologo y psicoanalista, viviendo una serie de experiencias que les llevara a creer en la fuerza de lo inexplicable.
    Pero la novela nos lleva un paso mas alla: la conexion que experimentan los personajes escapa de la racionalidad cientifica y los cuatro buscaran una explicacion a lo ocurrido durante esos dias.
    "Yo no decidi sonarte” es una novela inquietante donde la realidad y el mundo inconsciente se mezclan y confunden por momentos.
    Valorada por el departamento de lectura de la agencia Sandra Bruna como una novela "sin cargas retoricas ni pretension de adoctrinar al lector, en la que la autora transmite unas teorias a traves de la voz narrativa de sus personajes y es el lector quien decide la postura que quiere tomar", “Yo no decidi sonarte” nos hace plantear las siguientes preguntas:

  • Estado de miedo de Michael Crichton

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    blaba en ingles, tenia un acento exotico. A decir verdad, todo en ella era exotico, penso Jonathan. De piel oscura, pomulos prominentes y cabello negro, podria haber sido modelo. Y se contoneaba como una modelo, con su falda corta y sus zapatos de tacon de aguja. Era medio vietnamita y se llamaba Marisa. Mirando alrededor, anadio- : Pero ?no hay nadie aqui? – No, no -respondio el-. Es domingo. Hoy no viene nadie. Jonathan Marshall, de veinticuatro anos, era un londinense licenciado en fisica que, como parte de sus estudios de posgrado, trabajaba durante el verano en el ultramoderno Laboratoire Ondulatoire -Laboratorio de Mecanica Ondulatoria- del Instituto de la Marina frances en Vissy, al norte de Paris. Pero en el barrio residian sobre todo familias jovenes, y para Marshall habia sido un verano solitario. Por eso no podia dar credito a la buena suerte que habia tenido al conocer a aquella chica. Una chica muy guapa y sexy. – Explicame que hace esta maquina -dijo Marisa con una mirada radiante-, y que haces tu. – Con mucho gusto -contesto Marshall. Se acerco al gran panel de control y empezo a conectar las bombas y los sensores. Al otro extremo del deposito, los treinta paneles del generador de olas se activaron uno tras otro. Marshall miro a la chica, y ella le sonrio. – Es complicadisimo -comento Marisa. Se coloco junto a el frente al panel de control-. ?Hay camaras para grabar vuestra investigacion? – Si, en el techo y a los lados del deposito. Crean un registro visual de las olas generadas. En el deposito tambien hay sensores que recogen los parametros de presion de la ola al pasar. – ?Estan conectadas ahora esas camaras? – No, no -dijo el-. No las necesitamos; no estamos haciendo ningun experimento. – Quiza si -respondio ella, y apoyo la mano en el hombro de Marshall. Tenia unos dedos largos y delicados, unos dedos preciosos. Miro alrededor por un momento-. En esta sala todo es carisimo. Debe de haber grandes medidas de seguridad, ?no? – En realidad no. Simplemente hay que usar una tarjeta para entrar. Y solo hay una camara de seguridad. -Senalo por encima del hombro-. En aquel rincon. Marisa se volvio. – ?y esa esta encendida? – Si, claro -contesto el-, esa siempre. Marisa le acaricio suavemente el cuello. – ?Asi que ahora hay alguien vigilandonos? – Eso me temo. – Entonces debemos portarnos bien. – Probablemente. Por cierto, ?y tu novio? – Ese. -Dejo escapar un resoplido de desden-. Ya me he hartado de el. Unas horas antes aquel mismo dia Marshall habia salido de su pequeno apartamento para ir a la cafeteria de la rue Montaigne, que visitaba cada manana, llevandose como de costumbre un articulo especializado para leer. Al rato, aquella chica se sento en la mesa contigua con su novio. En breve la pareja empezo a discutir. A decir verdad, Marshall tuvo la impresion de que Marisa y el novio no estaban hechos el uno para el otro. El era un americano rubicundo y fornido, corpulento como un jugador de futbol, con el cabello largo y gafas de montura metalica poco acordes con sus toscas facciones. Tenia todo el aspecto de un cerdo que pretendia pasar por intelectual. Se llamaba Jim y estaba enfadado con Marisa porque esta, al parecer, no habia pasado la noche con el. – No se por que no me dices donde estuviste -repetia el una y otra vez. – Porque no es asunto tuyo, por eso. – Pero yo pensaba que ibamos a cenar juntos. – Jimmy, ya te dije que no. – No, me dijiste que si. Y yo te espere en el hotel. Toda la noche. – ?Y que? Nadie te obligo. Podias marcharte y pasartelo bien. – Pero te esperaba. – Jimmy, no eres mi dueno. -Exasperada, suspiraba, levantaba las manos o se daba palmadas en las rodillas desnudas. Tenia las piernas cruzadas y se le habia subido mucho la falda-. Yo hago lo que me da la gana. – Eso esta claro. – Si -dijo ella, y en ese momento se volvio hacia Marshall-. ?Que es eso que lees? Parece muy complicado. En un primer momento Marshall se alarmo. Saltaba a la vista que le habia dirigido la palabra para provocar al novio. No queria dejarse arrastrar a la pelea de la pareja. – Es fisica -contesto laconicamente, y se volvio un poco, procurando pasar por alto la belleza de la chica. – ?Que clase de fisica? -insistio ella. – Mecanica ondulatoria. Olas marinas. – ?Eres estudiante, pues? – Estudiante de posgrado. – Ah. E inteligente, por lo que se ve. ?Eres ingles? ?Que haces en Francia? Y casi sin darse cuenta Marshall entablo conversacion con la chica, y ella le presento al novio, que le dirigio a Marshall una sonrisa de suficiencia y le dio un desidioso apreton de manos. La situacion seguia siendo embarazosa, pero ella se comportaba como si no lo fuese. – ?Asi que trabajas por aqui? ?En que? ?Un deposito con una maquina? La verdad, no consigo imaginarmelo. ?Me lo ensenas? y alli estaban, en el Laboratorio de Mecanica Ondu1atoria. Jimmy, el novio, se habia quedado fuera, en el aparcamiento, malhumorado, fumando un pitillo. – ?Que hacemos con Jimmy? -pregunto Marisa, de pie junto a Marshall mientras el trabajaba en el panel de control. – Aqui dentro no puede fumar. – Yo me encargare de que no fume. Pero no quiero que se enfade mas. ?Crees que puedo dejarte entrar? A Marshall lo invadio un sentimiento de decepcion. – Claro. Supongo. Ella le apreto el hombro. – No te preocupes. Despues estara ocupado con otros asuntos suyos. Se alejo y abrio la puerta del fondo del laboratorio. Jimmy entro. Marshall echo un vistazo y vio que se quedaba rezagado, con las manos el1los bolsillos. Marisa regreso junto a el, que seguia frente al panel de control. – Jimmy ya se ha calmado -dijo-. Ahora ensenamelo. Los motores electricos del extremo opuesto del deposito ronronearon y las palas generaron la primera ola. Era pequena, y recorrio suavemente el deposito en toda su longitud hasta chocar, con un ligero chapoteo, en un panel inclinado en el lado donde ellos se hallaban. – ?Y esto es un maremoto? -pregunto Marisa. – Es la simulacion de un tsunami, si -contesto Marshall mientras pulsaba el teclado. En el panel de control, los monitores mostraron la temperatura y la presion, asi como imagenes en color falso de la ola. – Una simulacion -repitio ella-. ?Yeso que quiere decir? – En este deposito podemos crear olas de hasta un metro de altura -explico Marshall-. Pero los verdaderos tsunamis alcanzan cuatro, ocho o diez metros. A veces incluso mas. – ?Una ola de diez metros en el mar? -Marisa abrio los ojos desorbitadamente-. ?En serio? – Miro al techo intentando imaginarla. Marshall movio la cabeza en un gesto de asentimiento. Esa altura equivalia a un edificio de tres plantas. Y alcanzaba una velocidad de ochocientos kilometros por hora, avanzando atronadoramente hacia la costa. – ?y cuando llega a la costa? -pregunto ella- ?Eso representa el panel inclinado de este extremo? Tiene una textura de guijarros, parece. ?Eso es la costa? – Exactamente -contesto Marshall-. La distancia que recorre la ola tierra adentro depende del angulo de la pendiente. Podemos ajustar esa pendiente a cualquier angulo. El novio se acerco al deposito, pero siguio apartado de ellos, sin pronunciar una sola palabra. Marisa estaba entusiasmada. – ?Podeis ajustada? ?Como? – Esta motorizada. – ?A cualquier angulo? -Se rio-. Pon1a a vingt-sept grados. Veintisiete. – Alla va. -Marshall tecleo. Con un ligero chirrido, la pendiente de la costa aumento de angulo. El novio americano, atraido por la actividad, se aproximo mas al deposito para echar un vistazo. Era fascinante, penso Marshall. Cualquiera sentiria interes. Sin embargo aquel tipo continuo en silencio. Alli de pie, se limito a observar como crecia la inclinacion de la superficie enguijarrada. Esta no tardo en detenerse. – ?Esa es la pendiente, pues? -pregunto Marisa. – Si -dijo Marshall-. Aunque de hecho veintisiete grados es una inclinacion excesiva, por encima del promedio de las costas del mundo real. Quiza deberia ponerla... Marisa cerro su mano morena sobre la de el. – No, no -dijo. Tenia la piel suave-o Dejala asi. Ensename una ola. Quiero ver una ola. Cada treinta segundos se generaban pequenas olas que recorrian el deposito con un leve zumbido. _ – Bueno, primero tengo que conocer la forma de la costa. En este momento es una playa llana, pero si hubiese un entrante... – ?Cambiaria si hubiese un entrante? – Claro. – ?De verdad? Ensenamelo. – ?Que clase de entrante quieres? Un puerto, un rio, una bahia... – Ah -dijo ella, y se encogio de hombros-, que sea una bahia. Marshall sonrio. – Bien. ?De que tamano? Con un ronroneo de motores electricos, la costa empezo a curvarse y se formo una hendidura

  • Monstruos de la vida real de Sergio Sepulveda

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    Sergio Sepulveda, quien a lo largo de su carrera profesional ha revelado los casos mas inverosimiles olvidados por la historia y los ha llevado a la pantalla nacional, abre los expedientes de los 15 homicidas mas terribles de todos los tiempos, hombres que saltaron a la fama por su sadismo y sangre fria, y que tocan esa parte oscura de la naturaleza humana tan dificil de creer:

  • Me ensenaste a vivir de Rose B. Loren

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    Abigail siempre ha tenido un sueno: ser periodista. Pero hasta ahora no lo habia conseguido. Con treinta y cinco anos, ama de casa, casada con un medico pretencioso y madre de un joven que pronto abandonara el nido para ir a la universidad, su vida parece estar ya completa y estable, pero da un giro cuando, mientras viaja a Nueva York para disfrutar de unas merecidas vacaciones, choca con un hombre en el aeropuerto y es en ese momento cuando todo su mundo se pondra patas arriba.

  • El Regalo de Navidad de Nina Klein

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    Tener una crisis en medio del supermercado ya era patetico de por si.
    Tener una crisis en medio del supermercado a dos dias de Navidad, con villancicos sonando de fondo, en el pasillo de los licores despues de encontrarme con mi exmarido y su nueva novia.
    No tenia precio.
    Sobre todo cuando mi exmarido lo era desde hacia solo tres horas, la novia no era tan nueva y tenia un pedrusco en la mano del tamano del Empire State.
    Menos mal que rondando por alli estaba el reponedor macizo que habia venido a rescatarme de mi ataque de llanto. y que quizas podria rescatarme de algo mas: de las Navidades mas deprimentes de mi vida.

  • El maestro de la perversion de Liah Jones

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    Cristina planea conseguir una cita a ciegas, para su amiga Fabi, con Andres, un hombre atractivo e interesante, pero con una forma de entender el sexo y la relacion de pareja muy peculiares. Fabi decide conocer a Andres y sus particulares normas. Este le propondra acatar cada una de ellas, como senal de que es la mujer perfecta. ?Sucumbira la amiga de Cristina ante el maestro de la perversion?

  • Ese ancho rio entre nosotros de Gabriela Margall

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    Gabriela Margall navega estas aguas -la de la novela historica- con destreza y preciosismo, para construir una heroina que abre los ojos al mundo y se entrega al amor como una forma de conocimiento. Una novela extraordinaria con el inconfundible sello de la autora.

  • Nueva historia de la Espana de Jose Alvarez

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    Esta es una nueva historia de la Espana contemporanea, vista en toda su diversidad politica y cultural. El volumen esta estructurado alrededor de tres ejes que se entrecruzan y entre los que hay constantes referencias mutuas. La primera parte consta de siete capitulos definidos por la cronologia, que proporcionan la narracion historica basica. Le sigue una segunda parte, mas analitica, dividida en trece capitulos sobre temas especificos que cubren todo el periodo 1808-2018: la economia, los nacionalismos, las relaciones de genero, los modos de vida, el imperio y las colonias, la cultura, la vida intelectual, los movimientos sociales, la religion, el Estado, la guerra y los militares o las politicas de la memoria y la justicia transicional. La tercera parte reune una quincena de breves biografias de figuras representativas del mundo politico y cultural. Se anade asi una dimension humana a la historia con ejemplos ilustrativos de los problemas antes narrados, con detalles, matices y complejidades que no se abordan en los otros capitulos. Los autores, todos ellos especialistas de primera categoria, proceden de diversos campos historicos, como conviene a la pluralidad tematica de esta obra, asi como de paises distintos, Espana, Canada, Gran Bretana, Estados Unidos, Francia o Israel, lo que tambien asegura la diversidad de enfoques. No pertenecen a una misma escuela historiografica ni, por supuesto, comparten orientacion politica alguna, sino que expresan una gran diversidad en su formacion intelectual, experiencias y puntos de vista. Gracias a esta estructura tripartita y a una eleccion de autores tan variada, el libro ofrece una vision innovadora, mas rica y matizada de lo habitual, de una apasionante y compleja historia nacional que siempre fue tambien europea y global.

  • El cazador de fantasmas de Arlette Geneve

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    Rachel es una medium sensitiva que ayuda a espiritus a mantener un ultimo contacto con sus familiares vivos, tambien a desenmascarar a falsos clarividentes, pero todo cambia cuando en una sesion para mostrar un fraude, un espectro peligroso contacta con ella. Rachel se encuentra ante un peligro muy real, y por eso busca la ayuda del unico que puede darsela.

  • Cafe contigo al despertar de

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    Maria Lopez, Abogada Dominicana de Veintisiete anos, decide que no esta lista para casarse, su pareja Reed se llena de venganza y odio hacia ella y comienza a crear rumores sobre supuestos sobornos aceptados por Maria, sobornos de los cuales siquiera eran por parte del defendido por ella. Despues de una discusion con los directivos del Buffet, Maria decide tomarse unas vacaciones a su tierra natal en vispera de Noche Buena.
    En el avion conoce a Julio Medina, un hombre de piel canela, ojos color Miel y mirada cautivadora, que recientemente habia encontrado a su mujer siendole infiel. Julio se interesa por Maria y le propone a una noche de sexo sin compromisos. Ella despues de todo, ya no esta prometida con nadie y decide aceptar la propuesta indecente.
    Julio es el cambio que ella necesita en su vida, un hombre tierno, atento, romantico y lo mas importante…AMA EL CAFE!
    ?Sera que es muy tarde cuando Maria se da cuenta que el amor a primer cafe si existe?
    ?Aguantara Julio a que Maria se de cuenta que lo ama?

  • Manual de un Homicidio de Goncalo Jn Dias

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    Para contar mi version de la historia, tendre que retroceder hasta el inicio de diciembre de 2016. Me encontraba en una fiesta de navidad de una escuela de educacion primaria, donde un grupo de ninos de cinco y seis anos cantaba villancicos de una forma anarquica y arritmica, algunos de los cuales estaban mas interesados en hacer payasadas para el auditorio, compuesto en su inmensa mayoria por padres y abuelos. Estos se reian y movil en mano, grababan el momento para toda la eternidad. Seguramente que inundarian las redes sociales cuando llegaran a casa con fotos de sus hijos y tipicas frases toxicas como: "mis hijos son mi felicidad" o "cuando un hijo esta feliz hay una madre tocando el cielo". ?Y que hacia yo, una mujer de 38 anos, sin hijos, que no aprecia la navidad ni la compania de ninos, en este lugar? Acompanaba a Dora, una vieja amiga, que tenia uno de los hijos en el palco y el otro en su regazo, mientras contemplaban como su hermano cantaba y gesticulaba a la vez para su madre, que contestaba enviando besos con la mano; en ese momento pense: ?que hago yo aqui? Habia algo que faltaba en mi vida y no era un hijo. El hecho de que mi novio no pudiera tener hijos no era motivo de insatisfaccion. Sentia que la culpa era mia, no conseguia ver la gracia a aquel tipo de actuaciones, mientras todos reian y disfrutaban. Esto era algo que tambien ocurria en otro tipo de situaciones similares, en las cuales yo simplemente me sentia descolocada, inadaptada. Ultimamente, para poder quedar con mis amigas de la adolescencia o de la universidad, siempre tenia que ser en lugares como este, escuelas, parques o cafeterias apropiados para ninos. Nuestras conversaciones habian cambiado; ya raramente hablabamos sobre nosotras, el tema central y casi exclusivo eran los crios. Que comian, como dormian de mal, que cara era la ropa de ninos, el ruido que hacian constantemente y como echaban de menos el periodo en que tenian tiempo para ellas mismas. Cinicamente decian que me envidiaban, que yo si tenia todo el tiempo del mundo para mi, por supuesto, sabia que ellas lo decian entre dientes, sin sentirlo realmente. Sin tan siquiera darme cuenta, poco a poco, mis amistades fueron cambiando, conoci personas que como yo no tenian hijos, ya fuera por opcion u obligacion, con las que frecuentemente satirizaba sobre las familias tradicionales. Conscientemente, escogia en la playa un lugar alejado de los crios; miraba con impaciencia cuando algun nino berreaba en algun transporte publico y negaba gentilmente coger los bebes de mis amigas, con la excusa de ser poco habil. Por lo tanto, el hecho de que Julio no pudiera ser padre no me produjo gran tristeza, jamas habia sentido la llamada de la madre naturaleza para dar a luz, aunque sabia que, para el, suponia un duro golpe; no solo porque deseaba ser padre, sino tambien por prejuicios machistas que le hacian pensar que seria menos hombre que otro cualquiera. Tuvimos conocimiento de que el no podia concebir un hijo cuando teniamos poco mas de 30 anos, mientras todos nuestros amigos empezaban a tener su primer retono. Mas que por iniciativa propia, fuimos arrastrados por aquello que todos hacian en nuestra edad: centrarse y tener hijos. Despues de diversas visitas a medicos y curanderos, aceptamos lo inevitable y entonces, Julio propuso la alternativa de adoptar un nino, la cual rehuse con total determinacion. El aniversario del fallecimiento de mi padre era otra de las razones de mi tristeza y nostalgia en esta epoca. Se cumplian ahora dos anos de su muerte, y esa fecha me hacia recordar la agonia por la que paso en sus ultimos dias. Las noches que estuve a su lado, mientras el se esforzaba, entre dolores y morfina, en hablarme de su vida, de sus victorias y derrotas, del orgullo que sentia por mi, de su impotencia y locura cuando murio mi unico hermano y de la esperanza que tenia en que yo aun le diera un nieto. Esa navidad, Julio habia acordado con su madre y sus hermanas pasar la Nochebuena con ellas en su pueblo natal, Braga. Yo me habia disculpado por no querer dejar sola a mi madre en este periodo tan delicado, por no hacer el viaje de casi 400 kilometros, aunque en el fondo, el poder evitar las interminables preguntas, sugerencias y opiniones de mi suegra y cunadas, fuera ya razon suficiente. El estar separados en estas fechas, cada cual con su respectiva familia, era ya una senal clara de la crisis conyugal que atravesabamos, la cronica de una muerte anunciada. Julio y yo teniamos una relacion de 13 anos, que yo definiria de mutuo respeto, pero la rutina junto a nuestra falta de comunicacion, la ausencia de aficiones en comun y la inexistencia de iniciativa de Julio para llevar a cabo cualquier tarea domestica, arrastro nuestra relacion al borde de la ruptura. Julio me habia dado la estabilidad y serenidad que yo necesitaba a mis 25 anos; e influyo positivamente en mi madurez como mujer y persona. El dejo su pueblo natal y un buen empleo estatal para venir a vivir conmigo; comenzar de cero, en una ciudad grande y confusa, sin ningun amigo ni familiar. Era, sin duda, un hombre valiente. Me sentia en deuda con el por ese gesto tan romantico y elocuente. Tal vez por ese motivo, aun no habia reunido las fuerzas suficientes para terminar nuestra relacion o simplemente estaba acomodada a la situacion. Retomando a mi vieja amiga, Dora, y sus dos pequenos hijos, me acuerdo de nuestros intentos fallidos para tener una charla civilizada y apetecible durante esa tarde, intentos que eran sistematicamente interrumpidos. Aun asi, decidimos quedar para hacer las compras de navidad el siguiente sabado. Desafortunadamente, ella no podria librarse de sus hijos y yo sabia que el desahogo de la angustia que llevaba dentro y necesitaba soltar, junto a los consejos de una buena y vieja amiga, no ocurriria durante el siguiente fin de semana. II Nos encontramos el sabado a media manana, era un dia invernal, con bastante viento y lluvia. Al igual que nosotras, muchas personas pensaron lo mismo y el centro comercial estaba abarrotado de gente. Era verdaderamente desagradable caminar en medio de aquella confusion, haciendo colas para todo y el barullo de las tiendas bombardeando musica a un volumen altisimo. Despues de pasar toda la manana de tienda en tienda, arrastrando a los dos ninos con nosotras, decidimos comer e intentar tener una conversacion tranquila. Sin embargo, eso resulto imposible una vez mas y, en esta ocasion, ni siquiera fue culpa de los dos ninos. Dora recibio una llamada de su madre, muy alterada, porque su abuela se habia caido por las escaleras y estaba en el hospital. Por lo que me tuve que quedar alli, comiendo sola, en aquel inmenso centro comercial, pensado que tal vez fuera mejor asi, ya que si yo le contase mis angustias a Dora, probablemente no fuera capaz de entenderlas. Habiamos sido las mejores amigas en la universidad, pero a cada una la vida le llevo por distintos derroteros y fuimos cambiando. Dora no entenderia mi tristeza y amargura, estaba demasiado ocupada como para dedicar tiempo a esos sentimientos y posiblemente justificaria mi temperamento por mi falta de hijos o la muerte relativamente reciente de mi padre. Mientras reflexionaba sobre aquello, observe que no muy lejos de mi, se encontraba un rostro conocido. Al principio no consegui identificar de donde lo conocia, pero poco despues, lo distingui como mi companero de trabajo, Andre Carvalho. Estaba junto a una ventana y enfrente se hallaba su hijo, los dos ya habian terminado su comida y ahora cada uno leia un libro. Me quede durante algun tiempo vigilandolos como si fuera una espia y me parecio que los dos estaban en una burbuja, protegidos de todo el alboroto que habia a su alrededor, mientras leian tranquilamente, comentaban algo rapidamente entre ellos y, a veces, Andre se quedaba con la mirada perdida, viendo como caia la lluvia. No sabia mucho sobre Andre, solo que estaba casado, que tenia un unico hijo, que trabajaba hacia mas de quince anos en nuestra empresa y que ahora era jefe comercial para el mercado asiatico. Ademas, habia pasado por otros mercados y siempre con relativo exito, conocia bien la empresa y era una persona accesible, cordial y siempre dispuesta a ayudar. Habia ciertos rumores sobre el que circulaban por los pasillos de la empresa, pero yo nunca les habia dado importancia. Yo trabajaba hacia ocho anos en la misma empresa, Corkbo, una firma que se dedicaba a la comercializacion y exportacion de tapones de corcho para todo el mundo. Me encargaba de la contabilidad de la empresa y, honestamente, siempre me gusto mi trabajo, siempre fui una buena profesional en mi area. Las siete horas que pasaba de mi jornada laboral transcurrian rapidamente, me quedaba absorta entre numeros, tablas, facturas y el ambiente en nuestro departamento era bastante agradable; no habia competitividad entre nosotros. Era un trabajo estable, relativamente mal remunerado, pero la empresa era seria, ambiciosa y yo me sentia parte del equipo. Decidi levantarme e ir a saludarlos. No esperaba demorar mucho tiempo, un simple hola, conocer a su hijo e irme. Mientras me acercaba, tuve dudas de si debia tratarlo por tu o de usted. – Hola, buenos dias. - Dije yo. Andre levanto su cabeza y sonrio. – ?Que sorpresa, tu por aqui? – Si, parece que tuvimos la misma idea, aprovechar que esta lloviendo y hacer las compras de navidad. - Apunte hacia sus bolsas y despues levante las mias para mostrarselas. – ?Eso que tienes ahi es un disco vinilo? – Andre apunto el dedo hacia una de mis bolsas donde destacaba un disco de vinilo. – Si, asi es. – !De verdad! ?Todavia se vende de eso? ?Tienes un tocadiscos? – Si, lo herede de mi padre y colecciono discos clasicos que me gustan. – ?Y se puede saber cual es el clasico que tienes ahi? - pregunto el. Retire el disco de la bolsa y se lo mostre, era un regalo para mi misma y esperaba que el conociese el grupo. – !The Doors! - Dijo con un aire intrigado. – ?A ti te gusta este grupo? – Si, me gusta ?y a ti? – Si, claro, fui gran fan de ellos en mi adolescencia, tenia todos los discos y libros de Jim Morrison, ademas, llevaba un casete de ellos en el coche de mi padre. – Papa, ?que es un casete?

  • Trilogia Generacion (Completa) de Lisa Sune

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    No me olvides (G#1)
    Sheena huye de su hogar al cumplir la mayoria de edad. Dejando una sociedad adinerada que no desea para su carrera. Inconformista por el futuro que le habian disenado y ambiciosa por tomar sus propias decisiones.
    Diez anos despues de su marcha se enfrenta al pasado para cerrar una etapa. Enfrentarse al hombre que puso su vida patas arriba y que tanto se habia empenado en olvidar todo ese tiempo. El amor que pudo sentir hacia el anos atras paso a ser rencor, pero tras su primer reencuentro no logra alejarse de el y corre el riesgo de volver a caer rendida a sus pies.
    ?Sera capaz de mantenerlo lejos de ella?
    ?Sera capaz de no volver a enamorarse?

  • El amanecer de tu sonrisa de Inma Cerezo

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    Un ranchero empenado en olvidar.

  • Esta noche dime que me quieres de Federico Moccia

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    Tancredi es uno de los hombres mas ricos del mundo. Joven, apuesto y brillante, es incapaz de entregarse al amor por culpa de un terrible incidente ocurrido anos atras. Sofia era una joven promesa del piano, hasta que una estupida discusion con su novio Andrea cambio su vida para siempre. Alegre y sonadora, decidio aparcar su carrera y sus suenos para cuidar de Andrea, en silla de ruedas tras aquella fatidica noche. Tancredi y Sofia. Dos mundos diferentes, opuestos, como el dia y la noche, se veran unidos, al fin, por la lluvia y el destino.

  • El pintor de Cracovia de Joseph Bau

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    El pintor de Cracovia, una de las memorias mas increibles que nos ha deparado el Holocausto.

  • Entre Fantasias de Fanny Ramirez

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    Hay veces que vivimos de suenos, de fantasias. Dejarte llevar por la imaginacion es de lo mas excitante. Te doy cada uno de los ingredientes para convertirte en el protagonista. Que puedas sentir el cosquilleo de mis palabras. Intensidad, deseo, pasion… Entre fantasias se hace el amor. ?Aceptas el reto?

  • Amor en guerra de Loles Cepeda Aguirre

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    Una espia francesa consigue adentrarse en el hogar de los Scholz, una familia perteneciente a las SS. El coronel Scholz contrata a Erika, como la institutriz de su hija. La joven se gana la confianza de la familia, incluida la del primogenito del coronel, Herman, quien parece tener una vida preparada y dispuesta por la voluntad de su padre. Bandos e ideologias enfrentadas, en medio de pasiones irrefrenables, donde el amor esta destinado a aflorar, en mitad del caos belico del momento.

  • Jueves de Esther Mor

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    Cada manana, el coge el tren.

  • Las Promesas de un Beso de Anna Olsson

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    Una exitosa mujer mujer, tiene una vida plena, es independiente, moderna, se dedica a su pasion. El universo le trae de vuelta a su ex novio multimillonario, al cual tiene que confesarle un secreto pero al irse hace anos atras no pudo. Tiene un muy buen amigo, otro multimillonario que comparten aventuras y placer. Tiene tan buenas vibras que aparece por casualidad un chico rudo que le ensenara nuevas aventuras

  • Confesiones a medianoche de Nora Roberts , Robyn Carr , Susan Wiggs

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    DESEOS DE NAVIDAD Los gemelos Zeke y Zach habian pedido a Santa Claus un unico regalo: !una nueva mama! Y su profesora, la senorita Davis, era una mama perfecta. Pero el papa Mac Taylor no estaba dispuesto a arriesgar su corazon, hasta que Nell llevo amor y alegria a sus vidas. ?Conseguiran al final los chicos su regalo de Navidad?

  • Luna de gato de Christian Martins

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    Amanda, la chica de los labios azules, es timida, sonadora y vive en su propio mundo. Trabaja en una editorial y dibuja lunas de gato.
    Brett es abogado, es extrovertido y trabaja en un bufete. Aunque no tiene muy claro lo que le tiene preparado el futuro.
    No tienen mucho en comun, excepto que son vecinos. Y que trabajan en la misma calle. Y que ambos acabaran embarcados en una aventura comun que cambiara sus vidas para siempre.
    ?Te apetece conocerles?