• la vida secreta de las ciudades - Suketu Mehta

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    ?Cual es la historia de una ciudad? ?Cual es la historia de Mumbai, de Nueva York, de Sao Paulo? Depende de quien la cuente y de quien la escuche. Esta la ciudad estadistica y esta la ciudad impresionista: la percepcion que cada individuo, turista o residente, tiene de una ciudad en particular. Cuando los datos estadisticos contradicen las impresiones del individuo, a menudo resulta chocante. Pero no por ello sus impresiones son menos convincentes. Los turistas que visitan Nueva York la ven como un paraiso multietnico donde las razas se pasean por las avenidas formando un esplendido mosaico. La verdad estadistica, sin embargo, es que se trata de la segunda ciudad mas segregada de Estados Unidos. Toda ciudad tiene dos tipos de narrativa: la historia oficial y la historia oficiosa. La historia oficial se publicita a bombo y platillo; la oficiosa es mas discreta, pero tambien es mas probable que perdure. La oficiosa se transmite mayoritariamente por via oral: se oye en los locutorios de los barrios de inmigrantes de nuestras ciudades, en los videos y cedes que preparan para enviar a la familia, en las baladas y canciones tradicionales de las peliculas de Bollywood y en las telenovelas. Son las noticias sobre la ciudad que los inmigrantes transmiten al pueblo. La mayoria de las veces el resto de la gente no tiene acceso a esas historias, en parte a causa del idioma y, en parte, por lo primitivo de la tecnologia. En Mumbai, por ejemplo, existe una comunidad de escribientes que se sientan a las puertas de la oficina de correos y ayudan a los inmigrantes iletrados a escribir a los parientes del pueblo. Muchos de sus clientes son prostitutas; los amanuenses les ayudan a construir ficciones sobre su vida en la ciudad para enviarlas a sus atribulados padres. Crean personajes de mujeres de la limpieza, secretarias o teleoperadoras. Y los escritores de cartas tambien crean otras ficciones para las prostitutas: les escriben cartas a los clientes, cartas de amor, contandoles cuanto los anoran, lo mucho que necesitan el dinero para el nino, para no acostarse con otros. Los escribientes tambien son narradores. En Ciudad de Mexico me encontre con otro grupo de amanuenses sentados a la sombra de un soportal en el degradado zona centro. Uno de ellos tecleaba en una Selectric IBM algun tipo de correspondencia comercial. Antes habia ocho o nueve escribientes especializados en cartas de amor, pero ya solo queda un par. Viven tiempos dificiles, me conto el escritor de cartas comerciales. ?Por que? ?Internet esta matando el negocio? No, me contesto. <> Esas cartas no constan en los archivos de los historiadores. Pero deberian. Cuando el pueblerino se traslada a la ciudad, lo primero que hace es mandar una carta a casa con dinero; es una historia. Estas historias oficiosas son esenciales para que el emigrante mantenga alguna continuidad. Durante la mayor parte de nuestra historia como especie no hemos sabido adaptarnos al movimiento continuo, radical. Hemos permanecido en un lugar, en nuestros pueblos. Pero en el ultimo cuarto de siglo, la poblacion emigrante del mundo se ha duplicado. Hoy, 750 millones de personas viven en un pais donde no han nacido: uno de cada veintiocho seres humanos. Si todos los emigrantes conformaran una nacion, constituirian el quinto pais mas grande del planeta. Y estamos solo al principio: a medida que la guerra, las desigualdades y el cambio climatico nos empujen mas que nunca al extranjero, el fenomeno que definira a la humanidad del siglo XXI sera la migracion masiva. Mi propia familia ha vivido por todo el planeta, desde la India a Kenia e Inglaterra y Estados Unidos y de vuelta a la India... y sigue mudandose. Uno de mis abuelos cambio el Gujarat rural por Calcuta en los albores del siglo XX; mi otro abuelo, que vivia a medio dia en carro tirado por bueyes del primero, se mudo a Nairobi poco despues. En Calcuta, mi abuelo paterno se unio al negocio de joyeria de su hermano mayor; en Nairobi, mi abuelo materno comenzo su carrera, a los dieciseis anos, barriendo el suelo del despacho de contabilidad de su tio. Asi empezo el viaje de mi familia del pueblo a la ciudad. Fue, ahora me doy cuenta, hace menos de cien anos. Cuando regreso a Mahudha, de donde proviene la familia de mi padre, encuentro una casa con duraderos armarios de teca de Birmania, un pozo junto a un mango en el patio y una sensacion de paz tras altos muros. Pero el pueblo se ha convertido en una ciudad pequena; Mahudha ahora cuenta con unos dieciseis mil residentes, su propia pagina de Facebook y una organizacion que reune a sus oriundos en Nueva Jersey (la mayoria patels, a los que mi familia miraria por encima del hombro). En la pagina de Facebook hay una invitacion: <>. Lugar de encuentro: Parque Roosevelt, arboledas 2A y 2B, Edison, Nueva Jersey. Durante nuestros primeros anos en Estados Unidos la familia solia mandarnos cartas desde la India, finas paginas plegadas en tres, en las que cada centimetro estaba cubierto de escritura, de noticias urgentes, imprescindibles: el hijo de Nirufoi se habia casado, Ashaben tenia problemas cardiacos, el precio de las cebollas se habia disparado a diez rupias el kilo y eran tiempos dificiles. Cuando podiamos permitirnoslo, muy de vez en cuando, telefoneabamos. Mi padre aun levanta la voz en las conferencias desde su casa de Nueva Jersey a la mia de Nueva York. Todavia a finales de la decada de 1990, para llamar al extranjero desde la India, o incluso a otra ciudad india, habia que reservar una llamada al monopolio telefonico estatal. Podias pedir una llamada normal, una llamada <> o una llamada <>, las tarifas se incrementaban segun la urgencia. Te daban un numero de reserva y esperabas todo el dia, y luego sonaba el telefono y la operadora confirmaba tu identidad y la de quien llamara y os conectaba... durante tres minutos. Transcurridos los tres minutos, la operadora interrumpia la discusion amorosa o comercial y preguntaba: <>. <>, bramaba mi padre, y conseguia otros tres minutos. En su busqueda de la felicidad, a veces avariciosa, a veces altruista, mi familia ha viajado por todo el mundo, de pueblos a ciudades. ?Como mantenemos cierto sentido de continuidad? Como todos los emigrantes, nos consolamos de este movimiento incesante contandonos cuentos; el recuerdo, la recopilacion, como antidoto contra el desplazamiento. En Nueva York mis hijos, estadounidenses de nacimiento, se sientan con mi madre a que les cuente historias que les conto su padre sobre viajes por las tierras del Africa oriental vendiendo tejidos y whisky de una empresa escocesa; y se sientan con mi padre a que les hable de como el suyo compraba el patrimonio de los maharajas disolutos de Calcuta para su negocio de joyas. Con estos hilos narrativos tejemos parches para remendar el maltrecho tejido temporal de la familia. Y continuamos. Recibi mi educacion de escritor en un balcon del norte de Calcuta, en el patio de un moderno bloque de viviendas en Bombay y en la cafeteria de una brutal escuela catolica en Jackson Heights. Primero fue la observacion; luego, el flirteo con la experiencia. Provengo de tres generaciones de comerciantes de diamantes. A mi abuelo, mi padre y mi tio, a los tres les gusta contar anecdotas. En el mercado de diamantes importa lo especifico. No puedes juzgar, por ejemplo, si todo un grupo de <>>> es de fiar para los negocios o no. Tienes que hablar de un judio en particular. Conocer las peculiaridades de la personalidad del cliente, en un negocio basado enteramente en la confianza, marca la diferencia entra la bancarrota y la fortuna. Por tanto, los hombres de mi familia eran expertos en analizar personalidades y se transmitian dicho conocimiento por medio de las historias que contaban. El comercio de diamantes no es algo que se aprenda en una escuela de negocios. En Eufemia, la ciudad invisible de Calvino, los mercaderes de siete naciones se reunen cada solsticio y cada equinoccio para comerciar en los bazares; pero, lo que es mas importante, concluida la transaccion, mientras yacen sobre los sacos y toneles vacios, intercambian relatos. Cada palabra que pronuncian --<>, <>, <>-- suscita una historia de los otros. Hoy comenzare mis historias no con una palabra, sino con una estadistica, la estadistica mas importante de nuestra epoca: por primera vez en la historia, viven mas seres humanos en las ciudades que en los pueblos. Nos hemos convertido en una especie urbana. En 1900, el 10 por ciento viviamos en ciudades; en 2010, el 53 por ciento y, para 2050, cuando seamos nueve mil millones de personas en el planeta, el 75 por ciento habitaremos en ciudades. En 1970 el mundo tenia solo dos megaurbes o ciudades de mas de diez millones de habitantes: Nueva York y Tokio. Hoy, son veintitres; en 2025, seran al menos treinta y siete. La mayoria estaran en paises en desarrollo, lo que soliamos llamar el tercer mundo. Toda nuestra historia reciente puede entenderse contemplandola a traves de la lente de la urbanizacion. Las revoluciones de Oriente Proximo se han producido en ciudades, no en pueblos; necesitan una masa critica de gente que se reuna en las plazas publicas. Mohamed Bouazizi, el vendedor ambulante tunecino que se inmolo, se habia educado en un pueblo. Su protesta fue la de un aldeano al que la ciudad exigia obediencia a las leyes de zonificacion urbana. Despues toda la gente de los pueblos y las ciudades de la region salieron a protestar. Bouazizi se prendio fuego, y el fuego encendio miles de chispas que volaron a todas partes, en todas partes. El terremoto y el tsunami de Japon de 2011 fueron mas daninos porque afectaron a un pais densamente poblado y altamente urbanizado, que necesita electricidad y, por tanto, depende de la energia nuclear. Este ano, el ebola ha devenido pandemia debido a la emigracion desde los densos bosques de Africa occidental a los densos barrios de los suburbios. Como ha senalado recientemente Peter Piot, el investigador que descubrio el ebola: <>. La urbanizacion ha tumbado nuestras politicas de seguridad nacional. Resulta significativo que Osama Bin Laden decidiera ocultarse en la agradable ciudad de Abbottabad en lugar de en los barrancos del Hindu Kush. La ciudad concede mayor anonimato que el campo. En las montanas lo habrian reconocido facilmente; en la ciudad, para sus vecinos, su casa era solo otro complejo vallado, donde los ricos llevan vidas privadas, incluso secretas. Como observo Hamid Gul, ex jefe de los servicios secretos paquistanies (ISI): <>. Personas como Bin Laden, que se consideran hombres de Dios, mantienen una relacion dificil con las ciudades; son de ciudad pero persiguen huir de la urbe en las montanas, aunque luego regresan a ella en busca de refugio. Las ciudades son un <> escupido a la cara de la naturaleza. Construimos cosas para empequenecernos. Le decimos a Dios: nosotros tambien podemos erigir montanas, pero con ascensores. Por eso la Ciudad se asocia con tanta frecuencia con el pecado, Sodoma y Gomorra. Cuando estaba escribiendo Ciudad total, conoci a una familia jainista que se habia convertido a la vida monastica. Una de las leyes que debian obedecer era la siguiente: durante varios anos despues de entrar en la orden, tenian prohibido ir a Bombay, que llamaban paap ni bhoomi, <>. Para Mahatma Gandhi el pueblo era el espacio puro, libre de los vicios que corrompen la ciudad. <> Sostenia que los trabajadores de las ciudades <>.

  • LA VIDA SECRETA DE LAS CIUDADES | SUKETU MEHTA

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  • La vida secreta de las ciudades (Literatura Random House)

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  • La vida secreta de las ciudades | Penguin Libros

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  • LA VIDA SECRETA DE LAS CIUDADES. Suketu Mehta

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  • LA VIDA SECRETA DE LAS CIUDADES - Tipos Infames

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  • LA VIDA SECRETA DE LAS CIUDADES - SUKETU MEHTA

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  • La vida secreta de las ciudades by Suketu Mehta - Goodreads

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    Un libro súper interesante sobre las ciudades, la población y la migración. Es de muy fácil lectura. Son solo 143 páginas que te atrapan completamente. flag 3 ...

  • Todos nuestros presentes equivocados de Elan Mastai

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    Una irreverente novela de ciencia ficcion romantica.

  • El susurro de la acuarela (La luz de la sombra 1) de Sofia Ortega Medina

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    La furiosa tormenta ahogaba los llantos y los gemidos desconsolados de las numerosas personas que habian asistido al entierro.

  • Unida a la bestia (Programa de novias interestelares 5) de Grace Goodwin

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    Tras la muerte de sus dos hermanos en la guerra contra la implacable amenaza alienigena que pone en peligro a toda la Coalicion Interestelar, Sarah Mills se ofrece como voluntaria para sumarse al combate en un intento de llevar a casa a su unico hermano vivo. Sin embargo, cuando la procesan por error como una novia en vez de un soldado, opta por rechazar a su pareja. Pero su companero tiene otras ideas.

  • Tres besos de Katherine Pancol

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    Si te gustaron Los ojos amarillos de los cocodrilos, El vals lento de las tortugas, Las ardillas de Central Park estan tristes los lunes o Muchachas, no te puedes perder Tres besos.

  • Cartas de seduccion de Janelle Denison

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    Despues de anos locamente enamorada de su jefe, la secretaria Melodie Turner habia decidido hacer algo por fin. Quiza el detective privado Cole Sommers fuera capaz de resistirse a su nuevo peinado o a la lenceria sexy, pero pronto se veria afectado por una serie de cartas eroticas…

  • La guerra de Caliban (The Expanse 2) de James S. A. Corey

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    La continuacion de El despertar del Leviatan, la saga superventas del New York Times en que se basa la exitosa serie de TV The Expanse, producida por Syfy y emitida por Netflix.

  • Prisioneros de la geografia de Tim Marshall

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    Hay un limite a lo que los hombres pueden decidir. A menudo, se trata de un limite real, fisico. Montanas, rios, mares y hormigon se interponen entre lo que los dirigentes han querido para sus paises a lo largo de la historia y lo que han podido conseguir. Para entender y explicar lo que ocurre en el mundo solemos referirnos a personas, ideas y movimientos politicos; pero sin los condicionantes que impone la geografia el resultado de semejante aproximacion sencillamente esta incompleto.

  • Mirarse de frente de Vivian Gornick

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    En Mirarse de frente, Gornick convierte el recuerdo de su experiencia como camarera en los Castkills no solo en una agridulce aproximacion al deseo juvenil y los trabajos veraniegos, sino en una indeleble toma de contacto con las desigualdades de clase y de genero. Su periplo como profesora visitante por varias universidades estadounidenses le sirve para trazar una maravillosa y tragicomica radiografia del paisaje academico como suplicio para el espiritu: comunidades aisladas, con sus ritos y rencillas, con su peculiar dinamica de soledad y sociabilidad donde el alma se enmohece rodeada de seres solo en apariencia afines. En estas irresistibles vinetas, Gornick vuelve a ofrecernos la singular mirada – valiente y feroz, empatica y siempre de frente- con la que encara el mundo.

  • Transcrepuscular (Los ojos bizcos del sol 1) de Emilio Bueso

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    Esta es la historia de una busqueda que arranca con el canto de los caracoles para viajar mas alla del ocaso, de los huertos surcados por escarabajos de tiro, de los refugios de tormentas, los funcionarios simbioticos, los establos de las libelulas, los templos de cristal de los animistas, los circulos de dolmenes de los astrologos, las cuevas de hielo siete y los bosques de helechos plagados de aranas gigantes.

  • La Bachillera de Roser Amills

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    Leonor volvio a pensar en Bartolome, le dio sueno y se sono en el altar, a punto de casarse. Esa vision podria ser motivo de alegria para cualquier muchacha, pero ha amanecido con una nube en el ceno y los ojos como platos, un minimo resplandor entre las cortinas ha logrado encenderla. !Esta enamorada, menuda inconveniencia! !Como no se habia dado cuenta! Se viste y afana, aunque sea domingo, directa al escritorio a trabajar en lecturas y notas, la aliviara redactar dos o tres de sus clases de la primera palabra hasta la ultima con caracteres de hormiguita, lo que sea con tal de evitar que nada la saque de su proyecto de ser en unos anos la profesora solterona mas capaz de la isla, vivir de su trabajo y no someterse. Ya el destino la ha bendecido dandole suficientes sufrimientos, eso la ha fortalecido y con una carambola le ha permitido tambien el acceso a libros prohibidos, clandestinos amantes y el encargo del obispo de montar una escuela de senoritas que es ya la mision de su vida y con ello era feliz pero… Se aplica, se desconcentra y se dice <> ante el espejito para contemplar la firmeza de este pensamiento en sus pupilas, luego lee terca y disciplinada, cada libro que no ha leido o cada pasion que no ha vivido son una oportunidad desperdiciada de entender el mundo, solo el conocimiento puede darle un lugar limpio de tacha y <> le gustaria gritar pero a su lado Dionisia duerme asi que solo lo suspira, y sabe que lo primero que tendria que hacer es dejarse de suspiros pero no puede, con desesperacion observa a la placida Dionisia con sus ronquiditos de cachorro que son truenos pequenitos, reiterados como los pensamientos que danzan en la cabeza de la joven maestra, menuda envidia... Entonces, como si se hubiera sentido observada, Dionisia se despereza, abre los ojos y con una sonrisa placida da los buenos dias y la invita a bajar. --Gracias, Dionisia, hoy no desayunare. Estoy ocupada. No esta para paseos, le podria venir bien pero se siente tan alterada que se tumbaria y se dejaria morir, cuanto le molesta el olor a espliego de las semillas de la comoda que Dionisia revuelve como un ave porque ha perdido su mantilla de los domingos.Y no calla. --Ayer tampoco quisiste, ?que te pasa? !Menudas ojeras! ?Has dormido? --!Claro que he dormido! --Leonor sonrie y aparenta normalidad. --!Que bien, me alegra que estes vestida! Vayamos a misa ya, tendremos mas tiempo para pasear y estreno vestido... --No me esperes.Ya te he dicho que tengo cosas que hacer. --No puede ser bueno trabajar en domingo --reprocha irritada mientras se pone de punta en blanco pensando en los muchachos, pero a Leonor hoy no le motivan ni los coqueteos ni los actos de fe y no tiene ningun merito, ojala supiera ser simple como Dionisia, esa ingenua y presumida beata que ahora refunfuna por el mal plan de tener que acudir a misa con su senora madre, un plan mediocre comparado con pasear libre con su amiga tras el sermon y la comunion... La conoce, sabe que algo serio la preocupa y como si de un juego se tratara la somete a todas las preguntas que se le ocurren. --?Has tenido algun disgusto con tu madre? --No. --?He hecho algo que te moleste? --insiste Dionisia. --No, y calla ya --de malas maneras, tiene demasiado en que pensar para someterse a la chachara de Dionisia--, !hablas mas que un vendedor pobre! --?Estas enamorada? --... --Eso si seria una gran noticia... --!No, Dionisia, no! Basta de preguntas. !Vete que te han llamado ya un par de veces, o terminaran dandome la culpa a mi! --Siempre lo mismo, !Leonor con la cabeza en las nubes! Y asi por fin se han marchado la charlatana y su estela de perfume y Leonor abre los porticones para que el frio despeje el cuarto, sus preocupaciones son mas negras que el horizonte y siente un enorme alivio en cuanto verifica que todos salen. Ahora si, en voz alta, se dice que no deberia dedicar ni cinco minutos mas a las tonterias que la han invadido, que es una mujer instruida, que deberia ser impermeable a la neurastenia. ?Estar enamorada la hace sentir mas viva, o menos? Para convencerse de otras pias prioridades, repasa las fichas de las nuevas alumnas, huerfanas por la peste. ?De que podria quejarse? Cientos de personas mueren cada semana por esta enfermedad que asola la capital y sus cuerpos son arrojados a fosas comunes o al mediterraneo sin miramientos mientras otros son perseguidos por la Inquisicion y obligados a marcharse pero Leonor tiene salud, comodidades, la fortuna de tratar a diario con las herederas de las familias mas pudientes de la ciudad, es recibida en salones encopetados y, sobre todo, tiene una mision y la suerte de que en esta casa nadie se sorprende de sus cambios de humor. Su escuela de senoritas ha aumentado el numero de alumnas de forma considerable y Leonor, a pesar de su juventud y para maravilla de propios y extranos, toda la semana imparte seis horas diarias de clases de literatura, de historia, de calculo, de conocimientos naturales y de musica, a lo que cabe anadir una dedicacion considerable para registrar las faltas de asistencia --no pocos nobles padres se toman aun a la ligera la educacion de las pequenas, para su indignacion--, poner al dia las complejas cuentas, atender la correspondencia oficial para mantener permisos y donativos, las listas de materiales, cobrar las mensualidades de las pocas senoritas con recursos que pagan, negociar rebajas a las pequenas cuando alegan sus padres que comen menos, confeccionar el programa de cada asignatura y redactar ejercicios, los uniformes que cose con su madre, las labores que bordan ella y Dionisia en el tiempo libre que queda para ganarse el favor de la curia, tantas tareas... Menos mal que comparte ese peso y este ano ya tiene a un par de alumnas aventajadas encaminadas a convertirse pronto en profesoras como ella... !Ah! Y que descanso la casa en silencio, pero aun asi no hay manera de concentrarse. Por eso ha dejado de lado las listas, ha abierto uno de los libros que esconde bajo la cama y golpea varias veces con el indice un parrafo como quien desempolvase un objeto recien descubierto. Es de su autora favorita y le recuerda, oportuna como siempre, que no debe perder de vista su objetivo: cambiar la sociedad, formar a las ninas para que algun dia sean mujeres libres. Las lecturas como esta son su guia, su consuelo, ideas peligrosas, si quiere estar a la altura no puede abandonar a sus alumnas por sentimentalismos absurdos... Hasta que abrieron el colegio, hace ano y medio, esas ninas no habian pensado jamas en aprender nada excepto a coser y a casarse y ahora oyen a diario a Leonor y que alegria comprobar que algunas escuchan cuando repite que estudiar es lo unico que puede hacer libres a las mujeres, eso si da frutos de forma alegre y sin tormento, no criar ninos como conejas hasta morir en un parto.Ya lo dice San Pablo: <>. A casi nadie de la ciudad le gusta el nuevo colegio que Leonor y su madre regentan, sin embargo callan porque cuenta ni mas ni menos que con la bendicion del obispo. Nadie puede senalar a Leonor con el dedo, el clero valora sus avances y ella es discreta para todo lo demas, sus secretos, tan bien guardados. No puede quitarse de la cabeza el rostro de la mujer que fue paseada hace unos meses por calles y plazas de Palma medio desnuda, con plumas pegadas con brea al cuerpo para cubrir sus partes pudendas, montada encima de un asno y con un letrero en la espalda donde estaba escrito su delito. Despues la condenaron a diez anos de reclusion y a Leonor le podria suceder lo mismo en cualquier momento... Por eso incluso con su amiga intima buen cuidado ha tenido de no compartir lindezas como que ya ha comprobado que una puede dejarse amar siempre que tenga ocasion porque la virtud no se gasta si no te la crees en exceso, al contrario, el cuerpo florece si es amado a menudo, y la carrera de las mujeres no consiste en enamorarse y casarse... Solo el obispo y su madre, Maria Arbona, saben que tiene vedado ese camino, que hay un motivo para que rechace a sus pretendientes hasta el punto de que han empezado a mirarla como a la mas arisca solterona de la ciudad y ya ni se le acercan, tan desabrido es su rechazo. Pero se ha corrido la voz, murmuran que es extrana, una loca enferma de libros y mas tenaz en los estudios que muchos hombres, una dama con una pluma o un libro en las manos la mayor parte del tiempo, un porvenir de institutriz, una madre viuda que hace la vista gorda cuando entra y sale sin dar explicaciones. Si. Hace su santa voluntad con discrecion, es lista, desobedece preceptos sin ponerse en evidencia, es el camino que los hombres han dejado a las mujeres, le enseno Rafael. Leonor ha retenido esa leccion y quiere muchas mas, deprisa, que regalo este joven que firma Rafael Cladera en uno de los semanarios mas importantes de la isla pero al que ella llama <> con ternura, simpatizan tanto que se imitan. !Y menuda es Leonor con el, tan calladita el resto del tiempo! A su madre y a dona Ines, la encopetada madre de Dionisia, no les gustaria saber que... Rafael ha sido otro regalo, !y como se burlaria de ella si le confesara que se le ha despertado la angustia de la que tantas veces le hablo, el peor de los males para una mujer inteligente como ella! Pero venga a pensar y pensar en Bartolome, parece mentira. Mejor haria escribiendo una nota de respuesta a este pretendiente inesperado para mandarle a paseo... !O podria escapar quizas al extranjero, donde viven las heroinas de sus libros! Sus admiradas mentoras si sabrian lo que hay que hacer en un caso asi, lastima que Leonor no dispone de medios, sin dinero ni titulos no se puede ir a ninguna parte, sin un carruaje con el que escapar aun tendra que trabajar duro para mantenerse... Suspira y se embelesa pensando todo esto, observa como cambia la sombra de la pared y esta inactividad la irrita, !por Dios! Son casi las doce y estaran a punto de regresar, no ha avanzado nada ni en trabajo ni en pensamientos. --!Que absurdo es todo esto! --murmura para si-- !que absurdo! --y se refiere tanto a su limitada existencia como a sus contradicciones. Y pensar que hace apenas un mes era libre como ninguna, una extravagante llena de insolencia bajo la tutela de una de las mejores y mas respetables familias de la ciudad y con una madre que le deja hacer cuanto le place, educada desde los diez anos entre rezos y normas pero con facilidades para aplacar su sed de aprenderlo todo, hasta la semana pasada nada podia frenarla en sus avances y de pronto... Es como si hubiera llegado a un tope, como si todo empezara a hacersele pequeno de nuevo. !Cuanto echa de menos esa vanidad que la mantenia despreocupada de todo excepto de su colegio! Ahora la vanidad ha dado paso a una sensacion desconocida. ?Y si el...? En todo caso, se dice, tiene que hacer algo. Podria visitar a alguno de sus discretos interlocutores de costumbre, eso la animaria. Uno de esos que aceptan sus condiciones sin rechistar, hombres embriagados que la escuchan como quien escucharia a cualquier mujer bella que hablara en una lengua extranjera, ansiosos de la vitalidad de sus muslos juveniles y de su rostro enrojecido, de sus salvajes habilidades, cohibidos por miedo a perderla e incapaces de hacer preguntas sobre su inaudita frialdad cuando decide rechazarles si se cansa, ni ella misma sabe si caprichosa o prudente, a veces sucesivos y otras yuxtapuestos sin sospecharlo ellos siquiera, un limbo de suaves afectos tan manejables, tan superficial que en cuanto se encarinan los aparta, sobre todo si empiezan a hablar de amores, y por que no ha sabido hacerlo tambien con Bartolome. Siente una profunda irritacion. Bartolome, claro, he aqui el problema. <>. Vuestro devoto servidor,Tomeu>>. Esta desbordada, porque una cosa es razonar y otra vivir en las propias carnes que… !Como ha podido ocurrir! Se habia considerado tan inmune, maldito sentimentalismo, y encima se burla de ella con esas comillas. Pero se dejo acariciar y besar por el como una estupida, no con la indiferencia de los encuentros clandestinos con cuantos le importan menos, el si ha dejado huella y no deberia consentirlo, tiene que quitarselo de la cabeza y asustarle, ya puede desmontarse el mundo que nada va a hacer cambiar un punto su voluntad de desenamorarse, pues el amor es el camino prohibido, la haria esclava del orden que intenta desmontar y por eso se ha mantenido firme en no verle. Lo que no se ve, no existe.Y no ha servido de nada, el insiste y ella... no logra sacarle de su mente, ?perdida ya, quizas? Esta a tiempo, toma una hoja y empieza a redactar una carta para salir airosa de este asunto y tambien para descargar su furia contra este engreido: <> Un ruido ensordecedor la ha frenado en seco, algo ha pasado a su espalda y tarda unos segundos en poder ponerle nombre, su corazon esta desbocado, se santigua, !podria haber muerto! Si, un rayo. Una bola de fuego ha cruzado la habitacion y ha salido por la puerta para acabar en un arbol del jardin y se estremece entera como si la hubiera zarandeado de la cabeza a los pies aunque no la haya tocado. Pero sin tocarla la ha dejado paralizada: le ha traido un olor de su infancia, de cuando Leonor le rogo a Dios que la fulminara y Dios no quiso, esas circunstancias que originaron el germen de su extraordinario caracter, ha tiritado de la cabeza a los pies. Es un aviso, lo sabe, menudo infierno, que mal sin remedio este Bartolome que se las ha arreglado para revolucionar su estabilidad y eso que deberia mantenerse fria, malvada, lejos de un hombre del que no se ha atrevido aun a hablarle a Rafael. Si lo hiciera, descubriria su fragilidad. --Y esta senal... ?Que ha venido a mostrarme? Alterada, temblorosa, ha arrugado la carta que apenas habia empezado, los dedos de Bartolome que recuerda tan dulces en su rostro, los labios como un balsamo sobre los suyos... Hablara con el, ciertas emociones deben afrontarse, tambien las que duelen, sobre todo esas. Ademas, no pierde nada. Lo mas probable es que Bartolome no la comprenda, va a advertirle y si el... --Hija, ?aun leyendo??Todo bien por aqui? --susurra con una mano sobre su hombro--. Hemos llegado de misa empapadas, llueve a mares, deberiamos cerrar la ventana. --Si, madre, ahora la cierro --titubea sin darse la vuelta para no mirar a los ojos. --!A saber que fantaseas, hasta que no me he puesto a tu lado ni me has oido! !Y claro que esta despistada! Pero no va a reconocer por que, por fortuna entre ellas ha habido siempre una distancia que hace imposibles las confidencias, comparten terribles secretos de su pasado en Fornalutx y eso no deja lugar a mas, ni su querida madre sabe cuanto se ha resistido a responder a las cartas que el le ha hecho llegar una tarde tras otra, ni que ha tenido el cuidado de cubrirse el rostro con un velo de encaje para salir, a la francesa para que no la reconozca, o que ha dado orden a las criadas de que respondan que ha salido de viaje por si el tenia el atrevimiento de presentarse, como en efecto ha sucedido en al menos dos ocasiones. Mientras Leonor repasaba todo esto, su querida madre ha cerrado los porticones y acaba de poner en un jarroncito a su lado un ramillete de rosas blancas, sus preferidas. Es tanta la ternura que siente Leonor ante este detalle que esta tentada de contarle lo del rayo pero, prudente, hace como que esta ocupada en el escritorio para que su madre se vaya y se mueve con tan mala suerte que golpea el jarron, el agua se derrama y corre hasta empapar libros y papeles, !menudo desastre! Tendra que dejarlos todo un dia al sol si quiere recuperarlos. --!Leonor! --la regana un poco--, como sigas asi, para que te concentres te voy a tener que quitar este mar en tempestad que tanto te revuelve --y lo anade mientras trata de secarlo todo con el delantal. Pero ha parado en seco y ahora senala la novela romantica que tenia su hija escondida bajo el cuaderno. No se equivoca. Las rosas huelen como la camisa de Bartolome y eso es lo que pensaba la protagonista de la novela que tiene sobre la mesa. Ahora lo ve. La chispa de su mal habia estado siempre en su pecho y su secreto abuso de la lectura de novelas romanticas la habia mantenido. Con razon estan prohibidos esos libros a las damitas como ella, la han hecho desordenada respecto a las convenciones sociales, sin prejuicios y sin preocupacion alguna de las consecuencias de sus actos, pero tambien le han inoculado el veneno del romanticismo. Hasta ahora, los que se propasaban con sensiblerias eran olvidados sin mas, incluso han caido en el ridiculo, como cuando el parroco la quiso hacer pasar a la sacristia como de costumbre pero, una vez dentro, ya sus caricias no le agradaron y le aseguro que no iba a verle mas, y ante esta negativa el tuvo la desfachatez de amenazarla con el infierno por despiadada, atribuyo su cambio de parecer a la intervencion del diablo. !Que atrevido! --Gracias, madre, ya lo arreglo. Los curas son los peores, desorientados por los cambios sociales y politicos de los ultimos anos apenas inspiran respeto mas alla del altar y se aferran a estas pasiones y pierden la cabeza, no como el periodista experimentado que la ilustra, el no trata de poseerla y puede ignorarle sin que le pida explicaciones, para unas semanas despues volver a aceptar sus atenciones. Sin embargo... --Ven, Rafael, !quiero aprenderlo todo! --Despacio, pequena, a su tiempo --y le arremanga la falda para introducir su barba de rizos rubios entre las piernas de Leonor. --!Oh! !Es tan delicioso que Dios nos castigara! --se estremece divertida. --Dejate de monsergas de beata, cree solo en lo que se ve y se toca. !Y que bien la toca Rafael! Estan tan de acuerdo... El mundo va a cambiar y las mujeres dejaran un dia de ser gatitas invalidas a merced del matrimonio y la virtud, ella lo hara posible con las herramientas que el le ha ensenado: su inteligencia para adoctrinar a las ninas y su belleza como medio de manipulacion del projimo y satisfaccion, ella curara generaciones enteras de mujeres sometidas, va a progresar y se entienden tan bien... Solo una tarde de juegos se enfadaron, pues Leonor al escucharle alabar las virtudes de otra de sus amigas sintio por vez primera las punzadas de los celos.Y que bien la curo: --?Cuanto pagamos por las locuras del amor? O, mejor dicho, por el gran numero de imbecilidades que florecen alrededor del instinto amoroso. !Pequena, el amor corrompe el caracter, olvidalo para siempre! A el le gustan las mujeres que lo arriesgan todo, valientes, y ella le acaricia y admira con gratitud y confianza absoluta. Es facil porque no la atrae, no le dara nunca problemas porque es bajito y un poco cojo, lo suficiente para que se sienta a salvo a su lado: los hombres bajitos no le han gustado nunca y nadie sospecharia que una muchacha tan guapa tenga algo que ver con un joven tan deforme, pero menudo par. --Trata de aprender algo de cada hombre sin entregarte y seras feliz, Leonor.

  • Ella es tu Destino de Megan Maxwell

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    Lidia es una caza-recompensas que, junto a su inseparable dragon Dracela y su fiel amigo Gaul, ha hecho de su vida una aventura. Esta forma de vida le permite seguir con su particular mision que no es otra que encontrar a Dimas Deceus y vengar la muerte de su familia. Su ultimo encargo: capturar al ladron Bruno Mezzia, fugado hace pocos dias. Tras capturar a Bruno (apuesto y fuerte) y mientras lo trasladan para su entrega, encuentran en su camino a Penelope Barmey en busca de ayuda para rescatar a su marido y, a cambio de su apoyo, les ofrece una llave elfica, pieza clave para vencer los peligros que les esperan en su camino y que facilitara que Lidia llegue hasta Dimas Deceus y culmine su venganza. Estos acontecimientos les obligaran a posponer la entrega de Bruno. El camino que recorreran hara que poco a poco Lidia se fije en Bruno y este en ella, a pesar de que la guerrera intente esconder sus sentimientos mostrandose fria y ruda. Mientras Gaul se dara cuenta de que el hermano del terrateniente que les ha hecho el encargo no ha dicho toda la verdad. Bruno no es un ladron.

  • El Club de la Elite de Esteban Navarro

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    Pau no podia apartar los ojos de la pantalla de su movil. Y mientras que con la mano izquierda sostenia el volante del Nissan Micra, con la derecha aguantaba el telefono con pericia. En una rampa del barrio de Salamanca, en la calle Jorge Juan, tuvo que cambiar de velocidad con gran dificultad, sin soltar el movil de la mano. Con el vaiven se le cayo el telefono en el asiento del copiloto y, al agacharse para recogerlo, sus ojos se clavaron en el letrero que indicaba el nombre de la calle. --Calle de Claudio Coello --leyo en voz alta. En ese momento le parecio un mal presagio pasar por alli, por esa calle. Aunque era lo suficientemente joven, tan solo tenia dieciocho anos, como para no haber vivido epocas oscuras de Espana, si que conocia que en esa calle asesinaron al entonces vicepresidente del Gobierno de Franco: el almirante Carrero Blanco. Al llegar a la calle Principe de Vergara, viro situandose bien pegado al carril de la izquierda. En cuanto le fuera posible detendria el coche para poder llamar a Luis Miguel. O Luismi, como lo conocian todos sus amigos. Tenia que contactar con el. Habia de contactar con el. Era una necesidad imperante que su amigo descolgara. Luismi le habia estado enviando numerosos mensajes de WhatsApp durante toda esa manana y el no le habia respondido porque estuvo ocupado instalando el sistema operativo en el ordenador de un conocido. Eso es lo que tenia ser estudiante de Ingenieria en Computacion e Informatica: que todas tus amistades quieren que les repares los fallos de su ordenador. <>, le habia escrito. No habia duda de que esos mensajes los habia anotado Luismi, de forma atribulada, seguramente mientras conducia. Pau detuvo el Nissan en un hueco que hallo en una zona de carga y descarga frente a un supermercado. Soporto con estoicismo el bocinazo del taxista que llevaba pegado detras. Esos dias los taxistas andaban a la grena con los de Uber y se palpaba en el ambiente el malestar que habia entre los dos colectivos. Agarro con fuerza el telefono movil con la mano izquierda y con un dedo de la mano derecha busco a Luismi en la agenda. No disponia de tiempo para dejar que <> se encargara de hacerlo por el. En la pantalla vio la fotografia de su amigo. Sonriente, como siempre lo conocio. Le caia el pelo lacio alrededor de las orejas. Su tez agitanada, que recordaba a un Joaquin Cortes en sus anos mozos, ensombrecia la pantalla del movil y Pau penso en que le preocuparia a su amigo para que le hubiera enviado tantos mensajes. El logotipo de un telefono de color verde se encendia y se apagaba, indicando que la llamada estaba en curso. --Vamos, vamos --chillo--. Coge el telefono de una puta vez. Un mendigo se acerco hasta la ventanilla del Nissan. Era el orgulloso poseedor de un enorme bigote que se esparcio por el cristal como si fuese una medusa dentro de una pecera. El hombre mostro un paquete de panuelos de papel, mientras que sus ojos desvariaron por los tatuajes de los brazos de Pau. --La voluntad --dijo. Pau cogio un punado de monedas de la bandeja que tenia al lado del freno de mano y, sin contarlas, se las entrego al mendigo por el minusculo hueco que quedo al bajar la ventanilla. Una bofetada del calor de julio paso al interior del Micra, como si en ese instante se hubiese abierto la tapa del infierno. El hombre, de ropajes sucios y harapientos, pero de tez lampina y mirada limpia, cogio las monedas con una mano enguantada. --Gracias, senor --dijo con un acento indeterminado, que tanto podia ser rumano como ruso. La llamada realizada a Luismi se corto cuando paso el suficiente tiempo sin que su interlocutor descolgara. Pau no creyo necesario llamar de nuevo. Cuando Luismi viera la llamada la devolveria, sin duda. Siguio conduciendo por la calle Principe de Vergara hasta que hallo un hueco al lado de unos contenedores de basura. Orillo el coche. Alli podia pensar sin que nadie lo molestara, se dijo. Todo comenzo cuando Luismi le conto que estaba trabajando en la investigacion de un club de lectura muy elitista. Luis Miguel Artapalo, al igual que Sonia, era un detective privado que trabajaba sin oficina. Fue policia local del ayuntamiento de Madrid durante diez anos, pero hacia dos que lo habian echado, nunca supo por que. Tampoco se lo pregunto, pero sabia que hay que hacerla muy gorda para que te echen de la policia. Desde entonces se habia dedicado a la investigacion con desigual exito. El abanico de posibilidades de los detectives era muy reducido y el margen de ganancia nulo. Era complicado, por no decir imposible, que un detective que trabajara por su cuenta pudiera hacerse rico. A Luismi lo habia contratado la mujer de un escritor para que investigara a un extrano club de lectura. Eran un grupo de notables que se reunian en un chale de la urbanizacion Caraquiz, en Uceda, un pequeno municipio de la provincia de Guadalajara. Luismi le habia dicho que, una vez al mes, se juntaban en la casa de un conocido alcalde de Matasena varias personalidades de la region. <>, le habia preguntado Pau. Su amigo lo nego de forma tajante. Aquellas reuniones no tenian nada que ver con el club Bilderberg. Los congregados eran: un alcalde, un presidente de una Diputacion, un fiscal, un juez, un comisario de la Policia Nacional y un mando de la Guardia Civil. --?Y para que se reunen? --se intereso Pau. --Dicen que para hablar de literatura --respondio su amigo--. Ellos dicen que es un club de lectura de novela negra --explico con voz cavernosa. Pau siempre quiso saber, desde que lo conocio, la cantidad de cigarrillos negros que habria fumado para tener semejante voz--. Escogen una novela y se reunen en una tertulia privada donde comentan que les ha parecido. Pau basculo la barbilla sin percibir nada extrano en ese club. Luismi, que mientras hablaba removia en el aire sus enormes manos, insistio en lo extrano que era que un grupo de notables se reuniera cada mes con el pretexto de comentar una novela. --?Extrano? ?Que hay de extrano? --habia preguntado Pau. --Esos hombres se reunen cada mes en el chale de Caraquiz --explico su amigo--. Al finalizar la reunion deciden el titulo y el autor de la novela que han de leer para el siguiente encuentro. Pero hace un mes, en la primera reunion literaria desde que se sepa, la del 31 de mayo, ocurrio algo por lo que me han contratado. --Pau contuvo la respiracion esperando a que Luismi se explicara--. El autor de la novela que comentaron en aquella reunion fallecio en un accidente de trafico una semana despues de que se reunieran los notables, cuando conducia su Chrysler 300. --?Casual? --consulto Pau. --Es posible. El autor era vecino de un pueblo que hay entre Pinto y Valdemoro. Se llamaba Cesario Pidal y su novela tenia un titulo tan poco sugerente como repelente: Todos los idiotas. --Pero si entre Pinto y Valdemoro no hay nada --objeto el joven agente. --!?Como que no hay nada?! --protesto colerico Luismi--. Esta Matasena. --Matasena es un municipio de apenas cuatrocientos habitantes, enclavado entre las poblaciones de Pinto y Valdemoro--. Pero la coincidencia es que el alcalde de ese municipio es uno de los notables del club de lectura, ademas de propietario del chale de Caraquiz donde se reunen. En esa conversacion fue cuando Pau se entero de que la esposa del escritor fallecido habia contratado a Luismi, que ademas era amigo personal de Pau y habia tenido una relacion intensa con Sonia Ruiz, su companera de aventuras y pesquisas. La senora Pidal lo contrato para que investigara la muerte de su marido, porque no se creia que hubiera fallecido en un accidente. La guardia civil, que son los que habian llevado la investigacion, determino que su esposo habia muerto en un accidente de trafico en el tramo entre Pinto y Valdemoro, pero ella no se lo crecia. Asi que no le quedo mas remedio que contratar los servicios de un detective privado para que indagara. Luismi y Pau habian quedado unos dias despues de que iniciara la investigacion, para tomar una cerveza en una terraza del Retiro. Pau temio que le solicitara ayuda. Los detectives privados necesitaban de la estrecha colaboracion de la policia para avanzar en sus investigaciones. Un detective privado sin contactos dentro de la policia o del CNI es como una pistola sin municion: no sirve para nada. Luismi le manifesto su preocupacion a hurgar en ese club.

  • Fingelo de Mia Ford

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    Me recojo los largos rizos oscuros y me preparo para ir a trabajar. El parloteo que me rodea se mezcla en una cacofonia de murmullos. Todo el mundo esta ya borracho y gritan unos sobre otros, por encima de la musica y del zumbido de sus propios oidos. Dios no quiera que te duela la cabeza cuando tienes que trabajar. Llevo casi tres anos trabajando en bares y la escena es siempre la misma. Hay grupos que entran y se relacionan entre si a distancia. Casi puedes adivinar que chico va a hablar con que chica por el grupo de personas con el que han entrado en el bar. Uno de mis juegos favoritos es <> Me doy cuenta de que alguien intenta hablar con otra persona, le hace ojitos o le paga una copa. Entonces, los otros camareros y yo nos inventamos las cosas que se estan diciendo y cuales pueden ser los posibles motivos de ruptura. Las razones por las que no saldran del bar y seguiran su camino hacia la ciudad del amor se vuelven completamente ridiculas. Como si el tuviera una serpiente en la banera y quisiera que ella la alimentara con ratas. Me espera otra larga noche y respiro profundamente antes de salir para comenzar mi turno. Me situo justo en el almacen, desde donde puedo ver a todo el mundo pero ellos no pueden verme y ademas puedo oirlos. Los televisores de pantalla plana de alta definicion se alinean en las paredes reproduciendo el ultimo partido. Nunca hay sonido en los televisores porque no tendria sentido, nadie oiria nada. El bar esta repleto y con todos los empujones que se producen, sabia que era cuestion de tiempo que esto sucediera. --Te voy a matar --grita una marimacho rubia tenida. Es enorme y, a medida que me acerco, pienso en retroceder un poco. Tal vez no sea justo llamarla asi, pero debe medir al menos 1,80 metros y es mas flaca que un palillo. Definitivamente podria acabar conmigo o al menos partirme en dos, sin ponerle demasiado empeno. --Solo tienes que intentarlo --dice una morena bajita, con unos pendientes colgando de sus orejas que deberian hacerla caer. Se que es una famosa de segunda porque esta en el bar todo el tiempo y la he escuchado hablar sin parar de su supuesta fama. La marimacho, efectivamente, la matara si no intervengo. Lo ultimo que quiero es entrometerme en el camino de la marimacho o hacerme notar, pero la mas bajita no me estaba dando muchas opciones. El cuerpo de la mujer alta esta rigido como si pudiera salir vapor de sus orejas y se mezcla de tal forma con todo el vapor y la colonia cara que hay en el aire, que hace que mis ojos lloren. Como se preveia, comienzan los empujones y la gente se aleja de ellas, dispersandose como ratones lejos de la pareja de gatas salvajes. Los transeuntes agravan la situacion dandose la vuelta para mirar, bloqueando mi vista. Despues de dar la vuelta a la barra, me meto en la refriega para intentar separar a las dos mujeres extremadamente borrachas. Sacudo la cabeza hacia Gary, decepcionada. El portero no quiere separar las peleas de chicas. Le preocupa violentar a las mujeres y que le demanden. Deberia preocuparse de que demanden a nuestra jefa. Por eso intervengo. A pesar de todo, me gusta mi trabajo. Eso me permite ser la heroina. No estoy baja de forma, pero tampoco soy la mujer mas fuerte. Con un metro y medio, me mantengo en forma. Ir a yoga un par de veces a la semana vale la pena, al igual que correr, cuando puedo. Quizas eso me ha hecho ser mas atrevida de lo que deberia, porque una vez que me pongo en medio de las mujeres me doy cuenta de que es un error. La marimacho parece medir unos dos metros y la famosilla se gira justo cuando me pongo delante de ella y me mira a los ojos. Las estrellas estallan en torno a mi vision mientras comienza una palpitacion. No es el mas duro de los golpes, pero es suficiente para aturdirme durante un par de segundos. La fuerza de la sacudida me hace salir de la refriega durante un segundo llevandome la mano a la cara. La rubia lanza varios improperios mas tipicos de borrachos. Estoy empezando a cabrearme. Me repongo saltando de nuevo y estirando la mano. La agarro por la cola de caballo y le doy un fuerte tiron. Vale, puede que no este luchando de forma justa, pero a estas alturas me importa una mierda. No puedo permitir que haya un derramamiento de sangre durante mi turno, y a juzgar por la rabia que colorea la cara de la marimacho, existe la posibilidad de que haya uno. Es el tipo de chica que probablemente escribiria REDRUM en el espejo de su bano despues de la ducha. Tiene una mirada en sus ojos que definitivamente me daria miedo si yo fuera la otra chica. Le agarro el pelo y la alejo de la chica alta antes de que las dos acabemos colgadas encima de su enorme cuerpo. Esto seria mas facil si ella cooperara conmigo en lugar de ir en contra, pero dudo que se de cuenta de que estoy tratando de terminar esto lo mas rapido posible. --Regina --le grito a la otra camarera--, ayudame a sacarlas de aqui. Regina me mira con la mirada perdida. Le hago un gesto brusco con la cabeza que parece hacer que se mueva. Con Regina agarrando timidamente a la mas grande, sacamos a las dos mujeres del bar. Nos empujan y tiran de nosotras, pero si lo que necesitan es pelear, pueden resolverlo en la calle. --Mierda --dice Regina--, te ha dado bien en ese ojo. --Desde luego --digo, y toco con un dedo el punto sensible. Me estremezco. Me sorprende que ya se haya hinchado. La adrenalina disminuye dejando pasar al dolor. Por suerte no he sentido el agotamiento antes de mi turno. --?La rubia tenida tiene destreza? --dice riendo. Regina es rubia natural y no es alta como la marimacho, pero definitivamente es varios centimetros mas alta que yo. Pongo los ojos en blanco y hago una mueca de dolor. --No, fue un golpe de suerte. --No me sorprende que Regina encuentre un chiste en medio del desastre. Con suerte o sin ella, duele mucho. Espero que esta noche se tropiece con algo de camino a la cama o que se golpee el dedo del pie con una comoda. Regina se rie. --Con suerte o sin ella, vas a tener un ojo morado. --Regina intenta tocarlo y yo retrocedo, no necesito una presion extra justo en el moraton. Gimoteo. --Perfecto. Dejame ver si puedo taparlo --le digo y entro en el bano. Ya esta empezando a ponerse negro y tengo la sensacion de que se me va a hinchar el ojo. Me dirijo a las taquillas de detras de la barra para buscar algo de maquillaje y ver si puedo salvar mi aspecto. Dependo de las propinas que consigo cada noche para sobrevivir. Va a ser muy dificil atender el bar como una pirata tuerta. Una vez me prestaron dinero para el alquiler, y ese fue un error que me ha perseguido desde entonces. El alquiler se acercaba de nuevo y necesitaba poder ligar con los mejores, no parecer una extra de una pelicula de terror. Por suerte, siempre llevo conmigo suficiente maquillaje para cubrir la cara de seis chicas. Regina volvio para ver como estaba. --El segundo turno esta aqui. George esta entreteniendo al publico un minuto. Me miro en el espejo y aplico un poco de tapa ojeras alrededor de la parte mas oscura del hematoma. Decido aprovechar al maximo un ojo ahumado antes de que se hinche. A este paso, tendre suerte si no me apunalo accidentalmente con el rimel. --Bien, creo que puedo tapar el moraton por esta noche. No te se decir como estara manana. --?Te visitara cierto pretendiente rico esta noche? --pregunta Regina mordiendose una una y apoyandose en las taquillas. Es una mania que tiene, y estoy segura de que ni siquiera sabe que lo esta haciendo. Me estremezco pensando en la piel desgarrada de su cuticula que debe arder cuando pone limones en los chupitos. --Deja de hacer eso --la regano, y entonces una leve sonrisa se dibuja en mi cara--. Y, no estoy segura. Thomas es la mejor parte de mis tardes. Literalmente, lo mejor de mi dia y, sobre todo, cuando tengo que trabajar. Le gusta hacerlo en publico y venir al bar es su cita favorita. Hacia poco que habia descubierto quien era realmente Thomas. Pensaba que solo era un tipo bien vestido que coqueteaba conmigo en el bar. No fue hasta que lo vi en Entertainment Tonight cuando me di cuenta de que era una figura publica. El averguenza a la morena famosilla y hace que mi nucleo tiemble de expectacion. Todavia no entendia muy bien por que era famoso. Habia sido el novio en un reality show. La chica seguia en el programa, pero desde que habian roto, los paparazzi continuaban siguiendolo a el. Tal vez esperaban que volvieran a estar juntos y que se enamoraran en la television. Yo, en fin, no podia soportar ver los antiguos episodios y la mirada en su cara o la forma en que ella lo trato durante ese tiempo. Puede que sea el pasado, pero aun asi me dejaba quemada cuando lo veia, aunque el no fuera mio y todo esto sea por diversion. Diversion es lo que me recuerdo una y otra vez al mirar mi reflejo en el espejo. Ni siquiera suelo ver la television, y me habia enganchado. Regina sigue hablando pero ignoro la mayor parte de lo que dice. --Esta demasiado bueno. No puedo creer que hayas conseguido al ex novio de Rosa Diaz. --Dudo que quiera que se refieran a el como el ex novio de alguien --le digo, y termino los ultimos retoques con mi tapa ojeras. Giro la cabeza de izquierda a derecha. He conseguido disimular parte de las rojeces y, por suerte, no se me ha puesto negro… todavia. Vuelvo a meter el maquillaje en la taquilla y la cierro de golpe. Regina canturrea, alejando mi atencion de la puerta metalica de la taquilla y de mis actuales problemas de alquiler. Miro a Regina y siento que el color me llena las mejillas. --Sin embargo, espero que se pase por aqui esta noche, se acerca mi descanso. --Me abanico rapidamente porque el rubor de mi cara irrita el dolor de mi ojo hinchado. Nunca he conocido a alguien como Thomas. Conoce mis necesidades antes que yo y las satisface de tal manera que nunca me siento insatisfecha despues de estar juntos. Es fantastico siempre. Cada vez es mejor. Es tan caliente y esta tan fuerte que es lo unico en lo que puedo pensar durante horas y horas despues de estar juntos. Cuando volvemos al bar, George esta haciendo sus habituales trucos de exhibicion, lanzando botellas al aire y dando vueltas. Las mujeres se lo comen, aunque el es cien por cien gay. Les muestra su galardonada sonrisa, guinando un ojo a algunas y soplando besos a otras. Se pasea por el bar haciendome reir. Es un provocador, pero mientras den buenas propinas, ?quien soy yo para quejarme? Una vez le pregunte si le molestaba que las mujeres pensaran que era como un enorme bistec al que les encantaria hincarle el diente. <>, fue su respuesta. Las mujeres pueden ser absolutamente intrepidas cuando beben. Apenas puedo creer algunas de las cosas que les he visto hacer. Una senora mayor se tomo unos tres martinis y se quito las bragas para darselas a el. Otra intento hacerle un baile erotico pero se cayo y se torcio la muneca al subir a la barra. Realmente ya no hay nada que me sorprenda. Comprendo el punto de vista de George cuando vuelvo a salir a la barra para sonreir a los clientes y llamarles con nombres de cachorros como <>, <>, <> o algun otro nombre asquerosamente dulce. Un dia, tal vez, tendre una carrera de verdad y no tendre que trabajar tanto. No me malinterpretes, ser una perra de bar, como nos llamamos carinosamente Regina y yo, tiene sus ventajas. He conocido a gente increible, pero mezclar bebidas y lidiar con mierdas como recibir un golpe en el ojo, cansa muy, muy rapido. Mezclar bebidas no es tan facil como mucha gente cree. Hace falta mucha habilidad y concentracion para mezclar la bebida perfecta. A veces se trata de una propina barata al final de la cuenta del bar o de varios billetes de veinte que sirven para comprar el almuerzo para el resto de la semana. Personalmente, me gusta almorzar y hago lo posible por ganarme esos veinte. Thomas no se acercara a pedir una bebida. Entrara por la parte de atras y me mandara un mensaje. Sabe que le reconoceran y no quiere que yo salga en las camaras, ya que solo nos estamos divirtiendo. Alguien que fuera una cazafortunas se ofenderia, pero estoy de acuerdo, solo nos estamos divirtiendo, realmente no hay necesidad de llamar la atencion innecesariamente sobre lo que sea que estemos haciendo. Me gusta mi vida tal y como es, muchas gracias. Bueno, en su mayor parte. Puede que nunca sea mio, no en la forma en que funcionan las relaciones convencionales, pero por ahora, cogere lo que me ofrece y lo disfrutare. --He oido un rumor, gota de amor --me dice uno de los habituales. Se que trabaja para una de las cadenas de entretenimiento que se ocupan de los cotilleos de los famosos. Lo habia escuchado tratando de impresionar a una chica con sus historias de persecucion de famosos. No recordaba cual, ni me importaba, mientras no nos pusiera a Thomas y a mi en la misma columna de cotilleos. --Oh, en serio, ?un rumor sobre que? --pregunte sonriendo mientras me encogia por dentro. ?Gota de amor? ?De verdad? Esta comadreja me eriza la piel y, mas que nada, me encantaria darle un punetazo en el ojo. Mi mano se mueve sosteniendo el vaso alto para un Tom Collins y arreglando mi bandeja para salir corriendo. Sigue parloteando y yo le escucho a medias. Sin embargo, las siguientes palabras que salen de su boca me hacen reflexionar, pero solo brevemente. --Que estas lamiendo algunos de los descuidos de Diaz.

  • Lo bueno del amor [LGBTI] de

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    Esta es la historia de una chica que conoce a un chico, se enamora y acaban juntos.
    O no.
    Porque en realidad Molly Peskin-Suso ha vivido 26 enamoramientos no correspondidos. Como siempre le reprocha su hermana Cassie, al final nunca hace nada por su miedo al rechazo.
    Y ahora Cassie acaba de empezar a salir con una chica y Molly se siente mas sola que nunca. Bueno, excepto por Will, el encantador pelirrojo que esta sorprendentemente interesado en ella. Y su nuevo companero Reid, mas comodo con los personajes de Tolkien que con la gente en general. Con el es muy facil hablar porque jamas podria llegar a gustarle.
    ?Verdad?

  • Ninos en el tiempo de Ricardo Menendez Salmon

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    Y asi como el instante de la concepcion, ese misterioso empuje en el que dos principios colisionan para cambiar el curso del mundo, resulto inaudible, con ambos actores ajenos a lo que nacia dentro de los cuerpos, asi el instante de la desgracia fue tambien silencioso. Solo mas tarde, al entrar en casa desde el jardin de juegos, descubrieron la sangre empapando el pantalon del nino. Ese mismo nino que los miraba con ojos inocentes, sin huella de dolor o de sorpresa, ignorante de que algo se habia quebrado dentro de el fatal y decisivamente. De modo que piernas arriba, con menos temor que asombro, siguieron el dibujo de la macula, aquel flujo que no era rojo, como quiere el lugar comun, sino negro y espeso, como canto el primer poeta, hasta llegar al pequeno y tierno agujero por donde el hijo amado se vaciaba igual que una taza rota. Entonces los conmovio el espanto. II Cuando supo que su hijo estaba desahuciado, Antares se recluyo en el silencio. Lo hizo porque comprendio que solo la palabra crea la verguenza. Y el sintio verguenza: verguenza de sobrevivir al nino, verguenza de tener ganas de defecar, verguenza de su necesidad de sueno. Asi que callo. Callo durante setenta y dos horas, el tiempo transcurrido entre que el oncologo le dijo que su hijo iba a morir y el instante en que el nino se apago sin ruido ni ira, como una vela soplada por un viento dulce y caritativo. Nunca, desde que en la infancia le extirparan las amigdalas, habia permanecido tanto tiempo en silencio. Quiza por eso, cuando tras la hora setenta y dos abrio la boca con intencion de hablar, de su garganta solo broto una especie de grunido, un lamento confusamente humano, mas cercano al sonido de una sierra al morder la madera que al lenguaje articulado. Antares supo entonces que, por mas que se desee, no se puede nombrar lo innombrable. III Las cosas que los muertos dejan tras ellos. Esa vida privada, inmune a la fatalidad, de los objetos, las reliquias, las posesiones. La estupida permanencia de una cuna, un peluche, un sonajero. La inerte materia de la que estan hechos un pijama de bebe, la tetina de un biberon, la pila ya para siempre identica de los panales. Cuando Antares regreso a casa, cuando cruzo aquel umbral que llevaba anos siendo un lugar seguro, las correspondencias cambiaron, el mapa giro en un vertigo loco, se deslizo un idioma desconocido en el lexico familiar. Como seguir llamando habitacion del nino a aquel cenotafio inmundo; como seguir viendo la banera vacia como una promesa de juegos; que disciplina del sueno y de la vigilia aplicar a las noches de pronto sin llantos, hambre ni compasion. La paternidad es una provincia pedagogica; la orfandad es una escuela desolada. El discipulo, aquel que ha aprendido por necesidad y por sentido del deber las obligaciones de ser padre, se convierte en un salvaje a quien los pronombres fallan, los sustantivos hieren, los verbos esquivan. La casa, la ficcion de un hogar estable, se transforma en una jungla donde amenazan animales impios. Se vuelve la mirada con la esperanza de encontrar un gesto reconocible, pero se halla solo una ausencia blanca y absurda, el insoportable ruido de fondo de un mundo hueco. Por eso, cuando el nino murio, su realidad se descompuso. El posesivo su es la clave, porque lo mas doloroso de la experiencia de la muerte es constatar algo que se sabe desde siempre, pero que jamas se acata con resignacion. Que el mundo trascurre ajeno a nuestros anhelos y padecimientos; que precisamente porque el mundo permanece indemne ante cada pequena catastrofe, son mi mundo, su mundo, nuestros personales e innegociables mundos los que se desmoronan. Aquella primera noche. Como olvidarla. Como decirla. Aquella primera noche en que los perros ladraban en la penumbra algo parecido a su desamparo, y dentro de la gran casa vacia, donde ya nunca brillaria la risa, Antares comenzo otra especie de busqueda. IV Esa busqueda que, acaso sin anunciarse, habia empezado al abandonar el hospital y alla dentro, en la colmena de su arquitectura funcional, dejar el cadaver del nino. Los gestos imposibles que hay que llevar a cabo: despedirse del equipo medico, recoger las ropas que ya nadie usara, liquidar cuestiones practicas con los encargados de la funeraria. No es una tarea hecha a medida humana. O si. Es humano, demasiado humano, tener que seguir adelante cuando todo pronostica que la posteridad, el porvenir, el manana, son lanzas clavadas en el costado de la cordura. Sentado junto a la ventana que miraba al jardin lluvioso, mientras el limonero que planto cuando supo que iba a ser padre temblaba bajo el viento, Antares penso en el trayecto de vuelta a casa, en el y en su esposa, la madre desolada y casta, un absurdo de la carne y de la emocion, reunidos en el coche como dentro de un cofre atomico, ideado para hacer frente a un desastre de proporciones universales. Recordo como permanecieron alli, quietos durante un largo, insolito minuto, saboreando su nueva condicion de huerfanos, heridos por la evidencia de que tras ellos, en la parte posterior de la maquina, ya no habia nadie, ya no habia nada. Y recordo tambien como, al girar la llave del contacto, el lector de musica se puso en marcha y arranco al disco que contenia en su interior una cascada de notas alegres, joviales, hirientes por inapropiadas, y un estribillo innoble, que a ambos les procuro lagrimas de rabia y una furia sorda y brutal, que destilo en sus bocas ya no el sabor de la ceniza o de la sangre, sino el de los agravios. V La carne cremada. El horno y sus fauces verdosas, como un gran cepo atrapado en el musgo. El bramido del fuego al alzarse, el chasquido de las mandibulas de hierro. Nadie, nunca, los habia preparado para semejante imagen. De que servian los libros leidos, los paisajes admirados, la interpretacion, la glosa, la sabiduria, la capacidad para la critica y el analisis, el juicio educado y selecto ante aquel rito. Para nada. No servian para nada. Y cuando les mostraron la urna, aquel objeto lacado, de aspecto pulcro, en el que supuestamente reposaban las cenizas de su hijo, ninguno avanzo las manos para tomarla. Ambos se miraron como extranos, viajeros arrojados por el mar a una costa abrupta, llena de peligros, y durante un insoportable lapso de tiempo permanecieron en pie, fracasados, vidas en llamas, esperando que alguien los arrancara del embrujo de la quietud, mientras el hombre de la funeraria, que olia a locion de afeitado y vestia un traje negro, contaba en silencio hasta veinte. --Cojanla, por favor --exigio al fin la voz educada pero firme--. Un dia les hara bien. Y aunque Antares no supo si era la experiencia, la impaciencia o el mas intolerable de los cinismos quien hablo desde aquellos labios, si recuerda que fue el quien extendio los brazos y recogio el tamano de su desdicha.

  • Un hombre al poder (Los Medici 2) de Matteo Strukul

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    Segunda parte de la saga historica que recrea la historia de la familia mas poderosa del Renacimiento: los Medici.

  • La primera vez de Elena Vega

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    Sofia, joven, estudiante, con un devenir que va dejando huella y sentimientos dificiles de borrar. Transita por la vida, tropezando e intentando desenmaranar hacia donde va, que quiere y cual es el sentido de su existencia.
    !Y de repente un principe!
    El sueno romantico de cualquier chica. ?O quizas no?
    Puede que no sea tan maravilloso como parece.
    Una lucha se desata en su interior. La posicion social, el dinero, la religion o el contraste de culturas no deberia ser impedimento para el amor y sin embargo, representan un abismo dificil de franquear.

  • La transformacion de Lilith de M. J. Maravend

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    Lilia Alvarez es una medica recibida con honores, pero tambien es muy insegura; su familia la menosprecia y Gonzalo, un companero de trabajo, la seduce para despues humillarla, confabulado con su grupo de amigos. La existencia de Lilia se vuelve un infierno.
    Florencia Pacheco, una antigua companera de colegio, contacta a Lilia con la poderosa Morgana, quien la ayudara a transformarse en Lilith, una mujer seductora que vuelve locos a los hombres, pero tambien en una bruja con anhelo de venganza. Morgana le ensenara los secretos de la magia y los conjuros medievales mas efectivos, ademas de ofrecerle dos alternativas: enamorar a Gonzalo o destruirlo.
    ?Decidira Lilia perdonar a quien la humillo u optara por devolverle todo el dano que le hizo?
    “La transformacion de Lilith” es una novela oscura, donde predomina la magia y el deseo de una mujer de renacer de las cenizas dejando entrever a la seductora que siempre estuvo escondida dentro de ella.

  • Dracula. El origen de Dacre Stoker

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    Bram Stoker es un nino enfermizo que apenas sale de su casa.
    Una noche, la fiebre que le asalta casi a diario lo lleva a las puertas de la muerte. Su ninera, Ellen Crone, echa a todo el mundo de la habitacion del pequeno y lo salva por medios que nadie conoce. Tras este episodio Bram se recupera, y crece su fascinacion por Ellen. El y su hermana Matilda descubren cosas muy extranas de la ninera y antes de que puedan hablar con ella, esta desaparece de sus vidas. Obsesionado con ella, quince anos mas tarde los hermanos vuelven a reunirse para encontrarla y sus caminos se cruzan con el del Conde
    Dracula…
    Inspirada por notas y textos escritos por el propio Stoker, la precuela de Dracula revela no solo el origen de Dracula y el de Bram Stoker, sino la historia de la enigmatica mujer que les conecta.

  • 366 historias del futbol mundial que deberias saber de Alfredo Relano

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    ?Sabias que Brasil no estreno su clasica camiseta amarilla, la <>, hasta 1954?, ?que el Manchester United y el Liverpool, rivales encarnizados, amanaron un partido para que el Manchester no descendiera?, ?que la primera gran bronca entre Madrid y Barca se remonta a 1916, cuando empataron a 6 goles en un mitico partido?, ?que 33 anos despues de matar con una moto al legendario Gigi Meroni el homicida involuntario se convirtio en presidente del Torino?, ?que la pelicula Evasion o victoria seinspiro en un partido verdadero disputado entre prisioneros de guerra ucranianos y nazis?,

  • Leopardo Negro, Lobo Rojo de Marlon James

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    El Rastreador es conocido por sus habilidades como cazador: <>, se dice de el. Contratado para encontrar a un misterioso nino que ha desaparecido, el Rastreador rompe su propia regla de no trabajar con nadie y se encuentra de pronto como parte de un grupo que debe colaborar y apoyarse para llevar su objetivo a buen puerto. Se trata de un grupo heterogeneo, formado por personajes inusuales, cada uno con sus propios secretos, incluido un hombre capaz de cambiar de forma a su antojo conocido como el Leopardo.

  • El canto de las montanas de Nguyen Phan Que Mai

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    Mi abuela me decia que, cuando mueren, nuestros antepasados no desaparecen, sino que siguen protegiendonos. Y ahora siento que ella me protege mientras enciendo una cerilla y prendo una varilla de incienso. En el altar de los antepasados, detras de la campana de madera y de las bandejas de comida humeante, los ojos de mi abuela brillan cuando la llama de color azul anaranjado prende el incienso. Agito la varilla para apagarla y, al tiempo que se consume sin llama, las espirales de humo y el aroma ascienden hacia el Cielo, llamando al espiritu de los muertos para que regresen. --Ba oi --susurro, alzando el incienso por encima de la cabeza. Entre la niebla que difumina la frontera entre nuestros dos mundos, la abuela me sonrie. --Te echo de menos, abuela. Una rafaga de viento entra por la ventana y me acaricia el rostro, tal como hacia mi abuela. --Huong, querida nieta. --Los arboles que crecen junto a la ventana susurran sus palabras--. Estoy aqui contigo, siempre estoy contigo. Coloco la varilla en el tazon situado delante del retrato de mi abuela. Sus suaves rasgos brillan con el perfume del incienso. Contemplo las cicatrices de su cuello. --?Te acuerdas de lo que te dije, querida? --murmura su voz entre las ramas incansables--. Los retos que los vietnamitas han tenido que afrontar a lo largo de su historia son tan altos como las mas altas montanas. Si nos detenemos demasiado cerca, no podemos ver las cumbres. Si nos alejamos de las corrientes de la vida, podremos tener una vision completa... Rojo sobre blanco Hanoi, 1972-1973 La abuela me da la mano mientras caminamos en direccion al colegio. El sol es como una gran yema de huevo que se asoma entre una hilera de casas con tejado de hojalata. El cielo es tan azul como la falda favorita de mi madre. Me pregunto donde estara. ?Habra encontrado a mi padre? Me sujeto el cuello de la chaqueta mientras el viento se abre paso y arremolina una nube de polvo. La abuela se inclina y me pone un panuelo sobre la nariz. Mi mochila del colegio le cuelga del brazo y se tapa la cara con la palma de la mano. Volvemos a ponernos en marcha en cuanto se disipa el polvo. Por mucho que me esfuerce, no oigo cantar a los pajaros. Busco, pero no encuentro ni una sola flor a lo largo del camino. No hay hierba a nuestro alrededor, solo montones de ladrillos rotos y metal retorcido. --Guayaba, ten cuidado. --La abuela tira de mi para alejarme del crater de una bomba. Me llama por mi apodo, Guayaba, para protegerme de los malos espiritus que, segun ella cree, rondan la tierra en busca de ninos hermosos para secuestrarlos. Dice que mi nombre verdadero, Huong, que significa 'fragancia', los atraeria. --Cuando vuelvas a casa tendras tu comida favorita, Guayaba --me dice la abuela. --?Sopa pho con fideos? --La felicidad hace que me salte un escalon. --Si... Los ataques aereos no me han dejado cocinar, pero ahora esta todo en calma, asi que vamos a celebrarlo. Antes de que pueda contestar, una sirena rompe nuestro momento de paz. Una voz femenina grita desde un altavoz atado a un arbol. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan los bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --!Oi troi dat oi! --La abuela invoca al Cielo y a la Tierra. Corre tirando de mi. Rios de gente salen de las viviendas como si fueran hormigas huyendo de un hormiguero destrozado. A lo lejos, desde lo alto de la opera de Hanoi, aullan las sirenas. --Por aqui. --La abuela corre hacia un refugio antiaereo excavado al borde del camino. Tira de la pesada tapa de hormigon. --!No hay sitio! --grita una voz desde abajo. En el interior del agujero redondo, en el que solo cabe una persona, hay un hombre medio arrodillado. El agua fangosa le llega hasta el pecho. La abuela se apresura a cerrar la tapa. Tira de mi hacia otro refugio. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se aproximan a Hanoi. Estan a sesenta kilometros de distancia. Las fuerzas armadas se disponen a rechazarlos. --La voz femenina parece mas imperiosa. Las sirenas son ensordecedoras. Vamos refugio tras refugio, pero estan todos llenos. Delante de nosotras, la gente se precipita de un lado a otro como pajaros con las alas rotas, abandonando bicicletas, carros, bolsos. Una nina pequena, sola, llama a gritos a sus padres. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se acercan a Hanoi. Estan a treinta kilometros de distancia. Aturdida por el miedo, tropiezo y me caigo. La abuela me levanta. Tira mi mochila del colegio a un lado de la calle y se agacha para que me suba a su espalda. Me sujeta las piernas con las manos y echa a correr. Un ruido ensordecedor se aproxima; se oyen explosiones lejanas. Me agarro a los hombros de la abuela con manos sudorosas, aplasto la cara contra su cuerpo. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan mas bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --Corred al colegio, no van a bombardearlo --grita la abuela a un grupo de mujeres que cargan con ninos en brazos o a la espalda. A los cincuenta y dos anos, la abuela es fuerte. Pasa corriendo junto a las mujeres y se pone a la altura de las que van delante. Entre sacudidas presiono la cara contra su largo cabello negro, que huele como el de mi madre. Mientras pueda olerlo estare a salvo. --Huong, corre conmigo. --La abuela se acuclilla delante de mi colegio, jadeando. Tira de mi hacia el patio y se mete en un refugio vacio situado junto a un aula. Me deslizo a su lado y el agua me llega hasta la cintura; me agarra con manos heladas. Hace un frio horrible. Estamos a principios del invierno. La abuela se incorpora para cerrar la tapa. Me abraza y el latido de su corazon palpita en mi sangre. Agradezco a Buda que nos haya dado este refugio en el que cabemos las dos. Tengo miedo por mis padres, que estan en el frente. ?Cuando volveran? ?Habran visto al tio Dat, al tio Thuan, al tio Sang? Las explosiones se acercan. El suelo se mece como si fuera una hamaca. Me tapo los oidos con las palmas de las manos. El agua sube de golpe, me moja la cara y el pelo, me nubla la vista. El polvo y las piedras se cuelan por una pequena hendidura y me caen en la cabeza. Se oye el fuego antiaereo. Hanoi devuelve el ataque. Mas explosiones. Sirenas. Gritos. Intenso olor a quemado. La abuela se lleva las manos al pecho. --A Di Da Phat, Nam Mo Quan The Am Bo Tat. --De sus labios sale un torrente de plegarias a Buda. Cierro los ojos y la imito. Las bombas siguen rugiendo. Sobreviene un minuto de silencio. Un ruido estridente. Me encojo de miedo. Una tremenda explosion nos impulsa hacia la tapa del refugio. El dolor me oscurece los ojos. Aterrizo con los pies sobre la barriga de la abuela. Tiene los ojos cerrados, las manos parecen una flor de loto en su pecho. Reza mientras el ruido atronador desaparece y se elevan los gritos de la gente. --Abuela, tengo miedo. Tiene los labios azules, tiembla de frio. --Ya lo se, Guayaba... Yo tambien tengo miedo. --Abuela, si bombardean el colegio, ?se... se hundira este refugio? Se agita en el reducido espacio y me atrae hacia sus brazos. --No lo se, carino. --?Si se cae moriremos, abuela? Me abraza con fuerza. --Guayaba, si bombardean el colegio, quiza el refugio se nos caiga encima, pero solo moriremos si Buda lo consiente. No morimos aquel dia de noviembre de 1972. Despues de que las sirenas anunciaran el final del bombardeo, la abuela y yo salimos, temblando como hojas, y avanzamos tambaleantes por la calle. Se habian derrumbado varios edificios, los escombros cubrian el camino. Reptamos tosiendo por montones de cascotes. Los ojos me ardian con las espirales de humo y polvo. Agarre con fuerza la mano de la abuela mientras contemplaba a las mujeres que se arrodillaban y aullaban junto a los muertos cuyos rostros habian cubierto con ajadas alfombrillas de paja. Las piernas de los cadaveres nos apuntaban. Piernas mutiladas, cubiertas de sangre. De una piernecita colgaba un zapato rosa. La nina muerta tendria mi edad. Empapada, cubierta de barro, la abuela tiro de mi, cada vez mas deprisa, y pasamos junto a trozos humanos dispersos, casas derruidas. Sin embargo, al lado de la sombra del bang, nuestra casa se alzaba bajo un sol glorioso e incoherente. Habia escapado de milagro. Solte la mano de la abuela y corri hacia la puerta de entrada. La abuela me ayudo a cambiarme a toda prisa y me metio en la cama. --Quedate en casa, Guayaba. Baja si vuelven los aviones --dijo, senalando el refugio antiaereo que mi padre habia excavado en el suelo, junto a la entrada del dormitorio. El refugio era lo bastante grande para las dos y estaba seco. Preferia refugiarme ahi, bajo la atenta mirada de mis antepasados, cuya presencia irradiaba el altar familiar situado en lo alto de la estanteria. --Pero... ?adonde vas, abuela? --pregunte. --A mi colegio, a ver si mis alumnos necesitan ayuda. --Me arropo con nuestra fina manta. --Abuela, es peligroso... --Esta a dos manzanas, Guayaba. Volvere corriendo en cuanto oiga la sirena. ?Me prometes que te quedaras aqui? Asenti. La abuela se dirigio a la puerta de la casa, pero volvio a mi cama. Me calento el rostro con la mano. --?Me prometes que no saldras a curiosear? --Chau hua --conteste con una sonrisa para tranquilizarla. Nunca me dejaba ir sola a ningun sitio, ni siquiera durante los meses sin bombardeos. Siempre habia temido que me perdiera. Me preguntaba si mi tia y mis tios tendrian razon cuando afirmaban que la abuela me sobreprotegia porque sus hijos habian sufrido cosas terribles. Cuando la puerta se cerro a su espalda, me levante y cogi un cuaderno. Moje la plumilla en el tintero. <>, escribi, empezando una nueva carta para mis padres sin dejar de preguntarme si les llegaria alguna vez. Se desplazaban con las tropas y no tenian direccion fija. Estaba leyendo otra vez Bach Tuyet va bay chu lun, inmersa en el mundo magico de Blancanieves y sus amigos, los siete enanitos, cuando la abuela volvio a casa con mi mochila del colegio colgada del brazo. Le sangraban las manos, heridas al haber intentado rescatar a las personas enterradas bajo los cascotes. Me atrajo hacia su pecho y me abrazo con fuerza. Esa noche, me deslice bajo nuestra manta mientras escuchaba las oraciones de la abuela y el ritmico sonido de la campana de madera. Rezaba para que Buda y el Cielo terminaran con la guerra. Rezaba para que mis padres y tios regresaran sanos y salvos. Cerre los ojos y me sume a sus oraciones. ?Estaban vivos mis padres? ?Me echaban tanto de menos como yo a ellos? Queriamos quedarnos en casa, pero una notificacion urgente de las autoridades ordeno a los ciudadanos que evacuaramos Hanoi. La abuela tenia que guiar a sus alumnos y a sus familias a un lugar remoto en las montanas, donde seguiria impartiendo clases. --Abuela, ?adonde vamos? --pregunte. --A un pueblo que se llama Hoa Binh. Alli no podran encontrarnos las bombas, Guayaba. Me pregunte quien habria elegido un nombre tan bonito para un pueblo. Hoa Binh eran las palabras que llevaban en las alas las palomas pintadas en las paredes de mi colegio. Hoa Binh en mis suenos era de color azul, el color del regreso a casa de mis padres. Hoa Binh significaba algo sencillo, intangible y valiosisimo: 'paz'. --?Esta muy lejos ese pueblo, abuela? ?Como vamos a ir? --Andando. Esta solo a cuarenta y un kilometros. Si vamos juntas, podremos hacerlo, ?no crees? --?Y la comida? ?Que comeremos? --No te preocupes. Los campesinos nos daran comida. En momentos de crisis la gente es buena --contesto con una sonrisa--. ?Me ayudas a hacer el equipaje? Mientras nos preparabamos para el viaje, la voz de la abuela se elevo en una cancion. Tenia una voz preciosa, igual que mi madre. Se divertian inventando canciones tontas, cantando y riendo. Cuanto echaba de menos aquellos momentos tan felices. Cuando la abuela cantaba, los grandes campos de arroz abrian sus brazos verdes para recibirme, las ciguenas me llevaban en sus alas, los rios me arrastraban con la corriente. La abuela extendio un panuelo. Apilo nuestra ropa en el centro y anadio mi libreta, la pluma, el tintero y el material que ella empleaba para dar clase. Puso encima de todo la campana de rezos y luego ato las esquinas opuestas para hacer un hatillo que pudiera echarse al hombro durante el viaje. Del otro se colgo un largo tubo hecho con una cana de bambu, lleno de arroz crudo. Habia preparado ya mi mochila del colegio con agua y comida para el camino. --?Cuanto tiempo estaremos fuera, abuela? --No lo se, quiza un par de semanas. Me plante delante de la estanteria y pase las manos por el lomo de los libros. Cuentos de hadas vietnamitas. Cuentos rusos. La bija del vendedor de pajaros, de Nguyen Kien, La isla del tesoro, de un autor extranjero cuyo nombre no se pronunciar.

  • La profecia de Aztlan de Mario Escobar

    https://gigalibros.com/la-profecia-de-aztlan.html

    La ciudad perdida de los aztecas encierra un laberinto de secretos que puede cambiar el rumbo de la historia. Una trepidante mezcla de ficcion y realidad en un mundo que se mueve al borde del abismo, del autor de los exitos de ventas ‘La Conspiracion Maine’ y ‘El Secreto de los Assassini’ .

  • Los rostros del pasado (El adepto de la Reina 2) de Rodolfo Martinez

    https://gigalibros.com/los-rostros-del-pasado-el-adepto-de-la-reina-2.html

    El adepto explora su pasado en busca de su futuro

  • Entre tacones y biberones de Monica Guzman Zubieta

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    Monica Guzman Zubieta (#LaMismita) es una mujer real, autentica y divertida, que vive y siente a plenitud.

  • Atraccion en nueva york de Sarah Morgan

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    Os presento a Molly: la consultora sentimental mas famosa de Nueva York. Se considera una experta en relaciones. siempre que se trate de las relaciones de los demas. Aun afligida por su ultima ruptura, Molly no tiene prisa por encontrar el amor; el unico amor de su vida es su dalmata, Valentin.

  • El nacimiento del ultimo Fenix de V.g. Gonzalez

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    Sabrina sufre una extrana condicion en la vista y cada vez que es dominada por la ira o el miedo sus ojos cambian de color. Cuando el primo de su mejor amigo llega a la ciudad, comienzan a acontecer una serie de sucesos extranos. En su interior va creciendo un poder que no puede controlar. Mientras, angeles, demonios , criaturas misticas comienzan a hacerse visible en su mundo. ?Que significan? ?Quien es el extrano que ha despertado todo esto dentro de ella? ?Estara perdiendo la cordura o un nuevo mundo se esta haciendo presente ante ella?

  • El amor no se puede pintar de Miranda Bouzo

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    “Cuando me dejes abrazarte, la nieve se fundira a nuestro alrededor”

  • Los saltos de Sara. La historia completa de Susanna Herrero

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    Este libro es una recopilacion de la historia completa de Sara Summers que incluye los titulos: Los saltos de Sara, Las caidas de Sara, Las decisiones de Sara y Simplemente Sara.

  • Horizonte (Guardianes Del Alma 3) de Kim Richardson

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    Kara Nightingale estaba sentada sobre un piso frio de piedra. Se sentia entumecida y vacia, vacia de todo sentimiento. Podia oir el coro desgarrador de gemidos distantes de los otros prisioneros, y se pregunto cuando empezaria a tener alucinaciones ella misma. No queria que las sombras de la oscuridad perenne de su celda le hicieran perder la cabeza. Las voces de los muertos y los olvidados eran sus unicos companeros. Con el tiempo, los muros grises irregulares se habian convertido en un alivio para ella. No habia tenido ningun visitante desde que el arcangel Zadkiel se la habia llevado a la carcel y encerrado en su celda. Habia montado en la parte posterior de una de las grandes aguilas, como un caballero montado en un corcel de gran calce. Ella habia viajado suspendida por debajo entre las garras afiladas del ave, como una presa lista para ser comida. Zadkiel habia sido la ultima persona que habia visto, y se pregunto si alguna vez veria a alguna otra alma otra vez. Kara suspiro. Tomo una piedra afilada y se volvio contra la pared detras de ella. Se acerco y raspo la roca en la piedra con suficiente presion para hacer un pequeno guion en forma de una linea dura. Se sento sobre sus talones y admiro su labor. Cada marca representaba un dia. Conto veintiocho pequenas marcas. No estaba segura si sus calculos eran correctos; era dificil determinar el tiempo en Horizonte, porque la oscuridad la rodeaba todo el tiempo, y nunca veia la luz del dia. Pero penso que su calculo era mas o menos correcto, dando de margen un par de dias. Pero, ?que importaba de todos modos? Los angeles no eran mortales. El tiempo tenia un significado totalmente diferente en Horizonte. Su primera asignacion como una guardiana le habia ensenado eso. Con la garganta apretada, recordo la primera vez que habia estado encerrada en el Tartaro. Podia recordar la cara sonriente de David cuando llego a rescatarla y se habia parado en el umbral de su celda. Su caballero de brillante armadura, habia dicho el. Pero nadie habia venido por ella esta vez. Ella habia estado encerrada durante casi un mes, olvidada como un par de zapatos viejos. No le hacia ningun bien pensar en el pasado. Ella estaba realmente asombrada de que todavia no habia perdido la cordura. Los locos gemidos y aullidos de sus vecinos la hacian pensar que habian al menos una docena de otros presos encerrados… ?Cuantos niveles y celulas habian en el Tartaro? No tenia ni idea. Miles tal vez. Se pregunto cuanto tiempo habian dejado abandonados a los otros presos desvaneciendose en el tiempo para que sus mentes no pudieran reconocer mas entre la ilusion y la realidad. ?Cuanto tiempo tendria que pasar hasta que ella empezara a gemir y a marchitarse? Tal vez contar los dias mantendria su mente funcional y sana. Ardia con el deseo de hablar con el Consejo y reclamar una vez mas su inocencia. La energia de esa idea la mantenia viva. Confiaba en que algun dia, pronto, podria enfrentarse a ellos y probar de una vez por todas que no era un espia del demonio, sino un angel adolescente normal, si es que tal cosa existia. No era el enemigo que la acusaban de ser. Podian confiar en ella. Era una de las buenas, ?cierto? Kara reclino su cabeza contra la pared. Ella sabia que realmente habia hecho mal un monton de cosas. Casi habia matado a un companero tutor. Luego, escapo del Tartaro sin esperar su juicio. Habia olvidado su mandato para salvar a los mortales y habia estado preocupada con una busqueda egoista para salvar el alma de su madre. Se habia convertido en un vigilante, una marginada del mundo sobrenatural. Ella solo podia adivinar lo que el consejo haria con ella, aunque sabia que iba a ser muy desagradable... Con un suspiro, Kara dejo caer su cabeza sobre sus rodillas. Recordaba la sonrisa malvada en la cara del Arcangel Zadkiel. Polvo y pequenos escombros habian caido desde el techo a sus ojos cuando golpeo la puerta de la prision para cerrarla. Sus ojos habian destellado con satisfaccion. Amplias arrugas, como patatas fritas, se habian formado en la parte superior de su calva cabeza. Sus profundos ojos negros y cejas pobladas se habian burlado de ella. Recordo preguntandose por que estaba el tan satisfecho. Le parecia que el Arcangel tenia una vendetta personal contra ella y no podia esperar hasta que la encerraran. Zadkiel habia ignorado sus alegatos para llevarla directamente a Gabriel. Habia ignorado su informacion sobre los planes de Asmodeus… ella no estaba segura de que le hubiera escuchado nada de lo que habia dicho. Era como si se hubiera quedado sordo. No deseaba nada mas que hacerla callar, echarla en la carcel y deshacerse de ella para siempre. Kara se trago su resentimiento y meneando su cabeza murmuro: “Estoy realmente jodida...” “Todavia no”. Kara se congelo. Esforzo sus orejas y se dio cuenta de que la voz venia de atras de la pared. “?Quien es? ?Quien dijo eso?” Kara volteo sobre sus rodillas y vio de frente hacia la pared. Una inspeccion mas cercana revelo una gran grieta con forma de rayo en la roca irregular. La voz venia a traves de ella. Se acerco mas al agujero. “Tienes que salir de aqui, Kara", dijo una ronca voz a traves de la fisura. Kara imagino que la voz pertenecia a un anciano. La imagen de Merlin el Mago con largo cabello blanco y barba blanca desalinada que le llegaba hasta el piso, le vino a la cabeza. “Tienes que detener a Zadkiel antes que sea demasiado tarde”. “?Que--? ?Quien eres? ?Y como sabes mi nombre?" pregunto Kara con sus labios rozando la pared de roca afilada. Ella se esforzaba para lograr ver algo a traves de la grieta, pero solo lograba ver una sombra. Hubo un momento de silencio y entonces el hombre hablo otra vez. “Escuche a los guardias hablar de ti. Se que eres el angel de la guarda Kara Nightingale. Tambien se que eres diferente de la mayoria de los Angeles, y que posees poderes unicos e increibles, poderes que asustan y enojan al Alto Consejo. Tienes muchos enemigos en la Legion, querida. Kara escucho como el anciano aclaraba su garganta, y luego hablo otra vez. “Entiendo que esta es la segunda vez que estas en el Tartaro, y que eres hija de Asmodeus”. Kara se estremecio a la mencion de las ultimas palabras. Le resultaba extrano como el hombre lo habia dicho sin emocion alguna, como si fuera un conocimiento comun entre todos los prisioneros. Se encontro preguntandose si este hombre era otro loco y si todavia guardaba algun rastro de cordura. ?Seria el tipo de loco que nunca callaba y seguia divagando para siempre? ?La acompanarian sus divagaciones hasta el fin del tiempo o hasta que se volviera completamente loca? El sabia quien era. Tal vez los otros presos no estaban tan locos. “Mi nombre es Legan", dijo el desconocido. Su voz era suave y gentil, para nada el tono de un loco incoherente. El continuo, "… y lo que tengo que decir ahora es muy importante. Tienes que prometerme que le diras al Consejo exactamente lo que voy a decirte. No puedes olvidar un solo detalle. Prometemelo, Kara”. Kara se enderezo. Ella no podia evitar asombrarse despues de lo que habia escuchado. “Eh… encantada, Legan. Pero, ?de que estas hablando? ?Que es exactamente lo que quieres que le diga al Consejo? Es probable que nunca llegue a ellos… asi que podrias estar perdiendo el tiempo. Tengo el presentimiento de que vamos a estar aqui por mucho, mucho tiempo”. Kara escucho pies arrasandose y luego un suave “plop”. Ella sabia que Legan se habia sentado. Ella presiono su mejilla contra la pared y sintio un hormigueo fresco contra su piel de angel. El prisionero estaba silencioso otra vez. Kara se pregunto si estaba preparando sus proximas palabras cuidadosamente, para tratar de convencerla de alguna manera. “Tienes que decirle al Consejo", dijo Legan “que Zadkiel es un traidor”, dijo entre dientes. Kara noto su disgusto cuando pronuncio el nombre de Zadkiel, como si el propio nombre se pudriera en su boca. A ella nunca le habia gustado el Arcangel Zadkiel; siempre la hizo sentir incomoda y grotesca. La habia llamado porqueria del demonio mas de una vez. Kara sonrio y sintio una empatia inmediata hacia Legan, porque tambien odiaba a Zadkiel. Tal vez podian ser amigos. “Nunca me agrado", anuncio Kara. “Siempre me dio escalofrios. ?Dices que es un traidor? ?Estas seguro?” Ella cruzo los dedos. “?Tienes pruebas?” “Todavia no”, respondio Legan y Kara pudo escuchar la decepcion en su voz. “Tiene a todo el Consejo enganado. Pero a mi no me engana. Se a que amo es al que verdaderamente sirve. Por eso termine aqui. El sabia que yo estaba tras de el. Tenia que deshacerse de mi. Veras, yo estaba a punto de revelar su marca”. Kara se estremecio ante la mencion de la marca. La marca era el simbolo de lealtad al demonio. Una horrible cicatriz, la marca de un demonio parecida a la tela de arana, se habia envuelto alrededor de su tobillo una vez. La Legion entera la habia acusado de ser un espia del demonio a causa de ello. David habia desconfiado de ella cuando la vio en su piel. Su pecho se encogio cuando recordo su cara enojada y confundida cuando ella le mostro su tobillo. Ella solo lo habia frotado, como si no fuera nada importante. Nunca podria haber imaginado el caos que causaria mas adelante. Aunque el arcangel Raphael la habia removido, el dano estaba hecho. Sabia que los angeles no confiarian nunca mas en ella. “?Donde esta marcado?” pregunto Kara abruptamente, con un tono de voz mas alto de la que ella hubiera querido usar. No podia imaginar donde estaria la marca en el. Claramente, estaba oculta. “No lo se”, dijo Legan, y Kara lo oyo suspirar. “La marca esta bien escondida. No puedo decir como se las arreglo para ocultarla, aunque debe estar usando a algun tipo de ilusion para enmascararla. Un dispositivo de camuflaje de algun tipo, no estoy seguro. !Pero se que el esta marcado!” Kara se mordio el labio. Se preguntaba sobre la historia de Legan. Tal vez Zadkiel habia encerrado al viejo, y ahora el queria vengarse de el de alguna manera. Involucrarse con un loco no podria ayudar su situacion actual de ninguna forma, ella sabia eso. Con un suspiro de resignacion, se empujo lentamente de la pared y se sento con la espalda contra la roca irregular. Despues de unos minutos de silencio, Kara escucho decir a Legan: “No me crees, crees que soy un viejo loco, ?no? Crees que lo invente todo”. "Ya no se que creer. Si tienes algun problema con Zadkiel... ese es tu problema. Tengo suficientes problemas propios. No necesito esto ahora. Tal vez deberias pedirle a alguien mas que te ayude". Kara lanzo una piedra contra la pared opuesta y dejo caer su cabeza. “No puedo pedirle esto a nadie mas. Eres la unica. Esta es tu tarea y solo tu puedes llevarla a cabo. Tienes que creerme, cuando digo que solo tu puedes hacerlo, Kara", dijo Legan. Kara sintio una cierta urgencia en su voz que la hizo sentir incomoda. “Zadkiel no devolvio el alma de tu madre al Salon de las Almas... ” “!?Que?!” Kara salto a sus pies y golpeo su frente en la pared de la celda. “?Como supiste sobre el alma de mi madre?” Recordaba la sonrisa de satisfaccion en la cara de Zadkiel cuando ella le habia dado el frasco que contenia el alma de su madre. Ella se dio cuenta en un momento de horror que no sonreia porque podia devolver el alma al Salon de las Almas -- estaba sonriendo porque no iba a hacerlo. Habia sentido un escalofrio en ese momento y sentia otro ahora. ?Que le habia pasado al alma de su madre? “Yo sabia muchas de las cosas que ocurrian en Horizonte, querida”. Continuo Legan, “he vivido, vamos a decir… durante mucho, mucho tiempo. No se me escapa nada...bueno, no se me pasaba nada hasta que me metieron aqui. Pero eso ya no importa. Lo que importa ahora es lo que tu hagas ahora. Creeme cuando te digo que no regreso el alma de tu madre". La tierra temblo ligeramente y Kara se sujeto de las paredes para evitar caer. El unico pensamiento feliz que la habia mantenido todo este tiempo en la prision era esa conviccion de que el alma de su madre estaba segura entre todos los otros globos brillantes, flotando en el Salon de las Almas. Pero ahora esa esperanza se habia perdido. Trabo su mandibula. Que tonta habia sido. La habian encerrado en la carcel para nada. Kara espero que la sensacion de mareo se le pasara antes de hablar otra vez. “?Como se que me dices la verdad y que estas no son algunas fabricaciones fantasticas de tu mente enferma? ?Como se que no estas trabajando con Zadkiel para que me maten?” “No hay forma de hacerlo. Tienes que confiar en mi", dijo con una voz suave. Cuando Kara no contesto, Legan continuo. “Creeme, Kara. Te digo la verdad. Parte de ti sabe que digo la verdad... puedo sentirlo". El silencio descendio en la habitacion. Kara realmente deseaba volver a estar con su madre. Si lo que el viejo decia era cierto, entonces su madre estaba en peligro. Tenia que hacer algo. “?Que puedo hacer?”, dijo Kara, y sabia que no podia ocultar el temblor en su voz. “!Estoy atascada aqui! ?Como voy a poder hacer algo? ?Sabes acaso como salir de aqui?” Kara lanzo su peso contra la dura pared, pero era como intentar mover un elefante. Ella sabia de sobra que no podria abrirse camino hacia fuera. Penso intentar forzar la cerradura, pero ?habia una cerradura en la puerta de su celda? Ella no recordaba haber visto una. La desesperacion la ahogo. ?Como iba a salir? “No estaras encerrada en el Tartaro por mucho tiempo", le informo Legan, como si leyera su mente. “Pronto seras convocada a una audiencia para enfrentar los cargos impuestos sobre ti por el Alto Consejo. No sera facil, ya que el Consejo ha sido enganado por el veneno de la boca de Zadkiel. Pero debes detenerlo. Esta sera tu unica oportunidad. Nuestra unica oportunidad. ?Entiendes? Si no tienes exito, estamos muertos”. Kara sintio otro escalofrio subir por su espalda. Se estremecio involuntariamente. “?Que quieres decir exactamente?” Ya era bastante malo que fuera en parte responsable de permitir que los demonios cruzaran al mundo mortal. Ella no queria que la caida del mundo angelico tambien recayera en su conciencia… Seria demasiado para una sola alma. “Uh… Estoy completamente perdida. ?Que es exactamente lo que debo hacer?” “Lo debes tocar”. Kara sacudio la cabeza. “?Disculpa? ?Estas loco? !?Tocarlo?!” “Si", dijo Legan, “un solo toque y la marca se mostrara”. El panico broto dentro de su pecho. No podia ver como ella podria conseguir acercarse lo suficiente como para tocarlo. Este plan iba de mal en peor. “Nunca me dejaran acercarme a el. Yo soy el engendro del demonio; ?Recuerdas? Me mataran si me acerco a alguien del Concilio, y entonces ?a donde iriamos a parar?… "Pero debes hacerlo, Kara. Debes tocarlo y mostrarle al Consejo a que amo es al que realmente esta sirviendo. Te creeran una vez que la marca se revele. Lo prometo”. “No lo se. Esto no suena como un buen plan". Kara apoyo la cabeza contra la pared. Una imagen del bello rostro de su madre bailaba delante de sus ojos. Musica de camara se colo por sus orejas. Recordaba como escuchaba a Billie Holliday mientras lavaba los platos con su madre cantando en coro y derramando agua por todo el piso de linoleo. Sus nervios se agitaban como gelatina. Debia intentarlo, por su madre.

  • Te encontre en la marea de Paula Rivers

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    Mi pasado se remonta tan solo a cuatro meses atras, cuando mi cuerpo llego sin recuerdos a una orilla, a la fina arena de un pueblo marinero de la costa gallega. Las olas no lograron engullirme, pero si ahogar mi memoria, ya que mis recuerdos se los quedo el mar.
    Mar, es el nombre que adopto en senal de agradecimiento al pueblo que me acoge, mientras no logro recordar el mio propio, y Brais, mi salvador, me brinda una oportunidad para escribir mi nueva historia, sin saber que mi pasado regresaria amenazando mi nueva vida.

  • Lo nuestro es diferente de Monica Gallart

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    Sam le salva la vida a Ana cuando ella tan solo es una adolescente. Despues de veinte anos, y aunque todo un oceano los separa, ambos recuerdan con toda nitidez aquel dia y sienten que una fuerte conexion se ha establecido entre los dos.
    Para Ana, todo esta muy claro, Sam es su destino, pero Sam anda perdido sin comprender lo que le ocurre, hasta que la casualidad hace que se crucen sus vidas.
    Conscientes de la existencia del otro, comienza una carrera en la que el objetivo es estar juntos como sea. ?Volveran a reunirse de nuevo? para ello, solo tienen que tirar del hilo que los mantiene extranamente unidos.

  • El ministro del silencio de Hector Pena Manterola

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    No sabia exactamente si se encontraba a tres o a cinco minutos de la medianoche, pero eso no le impedia dormir, sabiendo que la ficcion que podia encontrar en sus suenos no gozaria de mas fantasia que aquella que lo atormentaba desde hace casi seis meses. Existia la posibilidad, es cierto, de que todo fuera cierto, pero su instinto le hacia sospechar lo contrario. Su instinto, y la poca informacion que habia podido obtener de una fuente tan fiable, dicho con ironia, como era internet. Los ultimos dias habia perdido casi todo apice de la esperanza que le quedaba, aquella que le habia impulsado a creer, alimentada, eso si, por una entramada red de lo que ahora creia mentiras, pero que de no serlo, solo mostraria lo infestada de gusanos que se encontraba aquella corrupta manzana llamada sociedad. Y aquello no le impedia morder. Eran tiempos dificiles, es cierto, especialmente para los jovenes. La precariedad de los contratos laborales y la dificultad para encontrar un trabajo decente, con vistas al futuro, hacian brillar a cualquier oportunidad que asegurara satisfacer esas necesidades. No es que tuviera un mal perfil. Habia cursado estudios universitarios, y varios cursos sobre diversos temas que le podian resultar de interes a alguien, incluso a el mismo. Queria prepararse unas oposiciones para beber la leche de la teta de mama Estado, pero adelantar unos anos lo que acabaria resultando evidente, era una idea demasiado atractiva incluso para alguien que en ocasiones demostraba albergar algo similar al pensamiento racional, aunque fuera al mas basico. Lo mejor seria intentar relajarse, como cuando tienen que sacarte sangre, pero aquella situacion tambien le aterraba. Muchos dirian que <>, pero nadie se extrana cuando alguien tiene fobia a las aranas, y ellas tambien son pequenas. Quiza podria volver a llamar a su informante, aquel que le habia puesto en contacto con el hombre misterioso. Siempre lo vio como una persona de confianza, y nunca habia dado problemas en su comunidad, que el supiera. Ya jubilado... ?que podria sacar de ello? El beneficio propio siempre se busca, sin importar la edad o la condicion, pero no parecia ese tipo de hombre. Aunque, pensandolo en frio, tampoco sabia que le podia decir que no supiera ya. Hacia ya tiempo que parecia que lo evitaba, lo cual era bastante sospechoso, y cuando forzosamente se encontraban no tenia nada nuevo que decirle, como si aquel primer contacto con los limites de la legalidad pareciera haberlo hecho abandonar el tablero. Menuda locura, si sus propios familiares estaban implicados. Su hijo, seguro, y una o dos de sus sobrinas tambien. ?Quien podria enganar incluso a su familia? Aunque podia ser un farol. Debia de dejar tranquilo a aquel senor. Tenia el contacto de la fuente, asi que podia llamarla directamente y zanjar el asunto, pero ahora parecia estar tan cerca del final que la curiosidad le pedia que esperara un poco, aguardando darse por satisfecha gracias a las acciones del extrano hombrecillo. Ademas... ?que le iba a decir? Quiza confirmar lo que ya sabia, la fecha en la que supuestamente se iban a reunir para terminar con todo, o mejor dicho, para empezar de una vez por todas con aquello que se les habia asegurado; pero de poco servian ahora las palabras: podian decirle que si, y en ultima instancia, anularlo de nuevo, como ya llevaba pasando durante meses. Habia sido un necio, uno no debe fiarse de los desconocidos, pero al fin y al cabo... ?y si resultaba ser cierto? ?Seria el unico tonto que se iba a quedar sin su trozo del pastel? Sabia que no podria perdonarselo. Pero en su interior, siempre habia desconfiado. Y con dinero de por medio, se complicaba todo. Lo mas raro era la promesa de que le seria devuelto, ya que en aquellos casos, nunca volvia a verse, se repartia entre los implicados y tu ganabas tu plaza, no se utilizaba para falsificar las tasas de la administracion. Pero que sabia el, que nunca habia robado mas que una lata de Coca-Cola haciendo uso de toda la picaresca propia de un chaval de doce anos; lo cual tampoco es que recordara muy bien. Ahora estaban hablando de jugarsela al sistema. Siempre se rumorea sobre lo amanados que estan todos los procesos, muchas veces como justificacion a los rechazos o suspensos, para mantener la autoestima frente a ciertas situaciones adversas, pero ahora lo tenia delante de el.

  • A que estas esperando de Megan Maxwell

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    Hola, Guerreras/os: Queria contaros que justamente comence a escribir esta novela cuando, por desgracia, aparecio en nuestras vidas el famoso covid-19, que en poco tiempo se convirtio en una terrible pandemia. Durante los primeros dias de confinamiento, que coincidieron con el inicio de la novela, me surgio una duda. ?Debia meter el covid en la trama o, por el contrario, debia omitirlo? Pues bien, lo sopese y, como escribo ficcion, decidi que el virus NO apareciese. A mi manera, saque mi espada de guerrera, me encare a el y le dije: <>. Y… no entro. No queria que estuviera presente porque deseaba que los personajes pudieran vivir, viajar, disfrutar del sexo y amar con la normalidad que cualquiera de nosotros tenia antes de que el virus entrara en nuestras vidas. Os explico este detalle porque seguramente alguno podria pensar por que el covid no aparece en la novela si esta ambientada en 2020. Pues bien, la razon es la que os acabo de dar: porque mi lado guerrero decidio que no. Una vez aclarado esto, quiero dar mi mas sentido pesame a todos aquellos que habeis perdido a algun familiar o ser querido en este tiempo por culpa del virus. Sin duda lo sucedido es terrible, y os mando toda la fuerza del mundo y todo mi carino. Tambien deseo agradecer a TODAS las personas anonimas y profesionales que han estado al pie del canon, y siguen estando, ayudando, protegiendo y salvando millones de vidas todos los dias mientras exponen las suyas. GRACIAS…, GRACIAS Y MILLONES DE GRACIAS. Sois nuestros heroes y, sin vosotros, !nosotros no somos nada! Aplaudir, hemos aplaudido durante muchos meses a la hora indicada para demostrar nuestro agradecimiento, pero ahora toca ayudar a esos heroes cumpliendo con lo que nos piden, para que entre todos podamos vencer al virus. Asi pues, unamonos y vayamos todos a una. Es la unica manera de que esta maldita pandemia pueda terminar. Un beso muy grande, MEGAN Capitulo 1 El desfile de moda <>, organizado por diversos disenadores de renombre a nivel mundial para recaudar fondos para la investigacion de enfermedades raras, estaba a punto de comenzar. La sala de eventos londinense estaba llena a reventar de todo tipo de personas: famosos, no famosos, fotografos, periodistas… Nadie queria perderse el gran acontecimiento. El backstage era un hervidero de gente que corria de un lado para otro, mientras por los altavoces sonaba la voz de Lady Gaga cantando Stupid Love. El caos controlado, los nervios templados y las prisas de ultima hora se fusionaban con las ganas de que comenzara el espectaculo y con los deseos de brillar. Sonia Beched, una sonriente joven morena, acababa de saludar a una amiga y, cuando volvia hacia el box donde estaba su gente tras pasar por el aseo, se cruzo con Luis Guzman. Aminorando ambos el paso, se hablaron con la mirada, intercambiaron una sonrisa y, tras echar un vistazo a un pasillo de la derecha donde habia una puerta, se dirigieron hacia alli con disimulo. Una vez dentro del reducido espacio, cerraron la puerta y se miraron. Era un pequeno probador con un espejo. Sonriendo, se acercaron el uno al otro y ella, al notar como el le pasaba las manos por la cintura, murmuro en un perfecto espanol: --Si me estropeas el maquillaje o el peinado, Ginger te matara y yo te rematare. Luis rio. Ella tambien. Sonia y el eran amigos especiales desde hacia tiempo. Esa clase de amigos que no se daban problemas, no interferian en la vida del otro, no exigian nada, pero, cuando lo deseaban, disfrutaban de un sexo divertido y sin complicaciones. En decimas de segundo, la temperatura en el pequeno cuarto subio varios grados. No hacia falta hablar. No hacia falta decir nada. Ambos sabian lo que deseaban. Las manos de Luis ascendian por los muslos de Sonia mientras ella, gustosa, le tocaba el trasero, que tenia duro y muy apetitoso. Sin apartar su boca de la piel de el, bajo con la lengua por su cuello y, separandose unos milimetros, musito: --Tengo menos de cinco minutos. --Nos sobraran tres --respondio Luis con una sonrisa. Divertida por aquello, ella rio mientras sentia como la mano de el se perdia dentro de sus bragas. !Si! Eso era lo que deseaba. Luis, caliente, paseo el dedo con delicadeza por el ya hinchado clitoris de la joven mientras ella recorria con la mano su abultada ereccion. Abrio su pantalon, aparto el calzoncillo y, agarrando con decision su duro pene, lo acaricio. Placer por placer. Ese era su trato. No habia mas. Y, cuando ambos jadearon tremendamente excitados, el murmuro: --Te besaria, pero se lo rarita que eres para eso. Sonia asintio. Desde hacia tiempo no daba besos profundos. Daba picos en la boca. Era carinosa. Sensual. Pero evitaba los besos intensos. Era algo que, sin saber por que, se guardaba para ella misma desde que paso lo de Manuel. --Sabes que esto suele ser mas largo, pero… Sin necesidad de mas palabras, la joven lo entendio. Deseaba sexo y, tan acalorada como el, musito: --Hagamoslo. No hay tiempo. Sonrieron. Sus miradas plagadas de morbo y complicidad los excitaban cada vez mas, hasta que Sonia, dandose la vuelta, se puso de cara al espejo y clavo la mirada en el. Con cuidado y mimo, Luis, que ya tenia su duro pene fuera, se saco un preservativo de la cartera, que llevaba en el bolsillo del pantalon, y se lo coloco. Luego la beso en el cuello. A continuacion, le termino de levantar el corto vestido de lentejuelas azules que ella llevaba, le bajo las tupidas medias negras hasta los tobillos, echo hacia un lado las braguitas y, tras colocar su duro pene en la entrada de su vagina, la penetro. Ambos jadearon. El placer y el morbo del momento al oir el ruido de la gente al otro lado de la puerta los excitaba muchisimo. Entregados al disfrute, gozaban de lo que hacian sin pensar en nada mas. Luis, gustoso, la agarro de la cintura para que no se moviera mientras se introducia una y otra vez en su mojada vagina y ella se entregaba a el. Hechizada por el momento, Sonia se dejo hacer. Deseaba aquello, lo deseaba con todo su ser. Y, al sentir el pecho de el totalmente pegado a su espalda, musito gozosa: --Si…, no pares. A Luis lo enloquecio su orden, sintiendose a cada segundo mas duro, fuerte y rapido. Cada embestida que daba hacia gemir de gusto, placer y locura a la joven. --Cierra los ojos --le pidio mirandola a traves del espejo. Ella lo hizo sin dudarlo y el, jugueton, musito en su oido: --Hay un hombre que nos esta mirando y, por su expresion, diria que le gusta como te follo. Imaginar eso hizo que Sonia jadeara. --Si… --Creo que desearia estar en mi lugar… --susurro Luis cada vez mas excitado. Pensarlo la provocaba, la acaloraba, le hacia querer mas. En ocasiones, Sonia acudia sola o acompanada a un spa swinger muy exclusivo llamado Zafiro, al que habia ido varias veces con Luis, donde, olvidando su lado romantico, se dedicaba a disfrutar del sexo sin mas. Estaba soltera, asi que, ?por que no hacerlo con quien quisiera? Siempre que habia ido sola encontraba un hombre con el que disfrutar, y cuando iba acompanada de algun amigo tambien hallaba a quien quisiera mirar mientras lo hacian. Aun no habia probado las orgias, ese era un tema que tenia pendiente y que solo haria cuando ella asi lo decidiera. En ese instante Luis aceleraba sus embestidas, firmes y profundas, y ambos contenian sus ruidosos jadeos para que no los oyeran. Se miraban a traves del espejo con lujuria y perversion y sonreian cuando el, cerrando los ojos, supo que estaba a punto de correrse y Sonia tambien se dejo ir gustosa. Cuando el caliente momento acabo, dejandolos rendidos y sin aliento, se miraron de nuevo a traves del espejo. --Colosal --aseguro el. El sexo repentino y casual como ese siempre era divertido. Tras salir de ella, Luis se quito el preservativo y Sonia, que por suerte llevaba un paquete de clinex en la mano porque regresaba del bano, saco uno, se lo entrego y el se limpio. Ella tambien lo hizo y, luego, tras subirse las bragas y las medias y recolocarse el vestido, le guino un ojo. --Opino lo mismo --afirmo. Estaban sonriendose cuando comenzo a sonar por los altavoces la cancion Material Girl de Madonna. Quedaba poco para que empezara el desfile. Por ello, Sonia dijo tras darle un rapido pico en la boca: --Primero salgo yo. Luis asintio. Despues la joven abrio la puerta y salio del reducido probador sin ser vista por nadie con una sonrisa en la boca. Lo habia pasado bien. Iba caminando hacia donde estaba su gente cuando se encontro con varios de sus modelos. Desde hacia unos anos era la propietaria de una agencia de organizacion de eventos junto con Ginger, una empresa que ya funcionaba sola por el buen hacer de sus duenos y que, anos atras, habian ampliado para la representacion de cierta clase de modelos, entre ellos, la propia Sonia. --Halleloo! Al oir eso, sonrio. La primera vez que habia oido esa magica palabra habia sido en la television, y la dijo Shangela Laquifa Wadley, una increible drag queen estadounidense a la que sus amigos y ella seguian a traves de las redes sociales. !Una reina, como diria Ginger! Divertida por aquello, miro hacia atras y vio que quien habia dicho la palabra era Minerva, mas conocida como Reina Negra, una impresionante a la par que guapa mujer transgenero de origenes africanos, amiga suya. Minerva se acerco a ella moviendo con sensualidad las caderas y, al ver como una mujer que pasaba por alli la escaneaba de arriba abajo, afirmo sonriendo: --Si, carino, lo se: Beyonce es identica a mi. Al oirla, Sonia se carcajeo. Si algo tenia Reina Negra muy subido era la autoestima. Pero, la verdad, podia tenerla, porque era un mujeron impresionante. Y, si, podria ser la gemela de Beyonce. Tras ella caminaban Henry, Sean, George y Robbie, mas conocidos dentro del mundo drag como la Bella Despierta, Marylycra, Lola Mento y Divinicienta. Se trataba de otros amigos gais que durante el dia ejercian distintos oficios, pues dos de ellos eran cocineros, otro cartero y otro, vendedor de perfumes, y, por la noche, en O'Pera, el local de Lola Mento, disfrutaban de su faceta como drag queens.

  • Tal Vez Manana (Planeta Internacional), Colleen Hoover de Colleen Hoover

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  • Paciente 0. El origen de Cesar Albarracin

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    El sabor metalico en la boca le recordaba su ninez, cuando jugaba en el columpio de la pequena plaza cerca de la casa de padre. Las ninas mas grandes siempre ocupaban los lugares, y habia que esperar a que alguna se cansara para poder subir un rato, y hacer esperar a las ninas mas pequenas, siempre y cuando, claro, una mayor no reclame el juego, o madre le dijera: "hija, dejale el columpio a la pequena, que es menor que tu". Siempre esa mierda de madre de querer guardar las apariencias y quedar bien con todos, incluso con padres desconocidos de ninas aun mas desconocidas. Y asi, no quedaba mas que esperar. No era muy sociable, asi que se apoyaba en uno de los canos metalicos del costado y, casi como en un tic nervioso para manejar la ansiedad, pasaba la lengua lentamente por el cano, en las partes que ya se habian despintado de tantas manos que se alguna vez se posaron en el travesano. Esa costumbre se mantuvo cuando crecio, y en la secundaria y los primeros anos de la universidad, todavia sintiendo esa necesidad de tener un objeto metalico en la boca, el cano paso a ser el juego de llaves. Cuando estudiaba y se concentraba demasiado, inconscientemente metia su mano al bolsillo buscando una llave, y se la llevaba a la boca. Le gustaba sentir la arandela metalica del llavero entre los dientes y juguetear con los labios en ella. Algun companero, enamorado, comenzo a burlarse por eso. En realidad, al joven, ella le parecia hermosa, y utilizaba la burla como una forma de acercarse, de hacerla reir, tocarla en los hombros... Algo inutil, por que las obsesiones de madre por ser un puto referente de buena educacion, habian hecho que la nina, ahora un hermoso especimen de hembra humana, sea bastante reacia a las relaciones con companeros. Pero ahora el sabor metalico en la boca no era ni el cano del columpio, ni sus llaves. Y eso eran dos problemas. Primero, el sabor metalico en la boca esta vez era sangre, liquida, tibia y abundante. Segundo, no sabia en donde estaban sus llaves, y ella siempre sabia donde estaban las llaves. Habia perdido completamente el control sobre si misma. No sabia donde estaba. La venda en los ojos le impedia ver, y algo de tela, quizas un panuelo, estaba dentro de su boca, apretado con una mordaza, para evitar que lo escupiera. Ella no podia saber el si la sangre en su boca era de los labios, o de algun diente. Solo sabia que el objeto de tela se empapaba de sangre, y en los esfuerzos por gritar, lo presionaba con el paladar, y la sangre se escurria entre algun que otro orificio de la cavidad bucal. No recordaba nada, solo que habia decidido desobedecer a su correcta madre, y salir con una de sus companeras de la facultad. La excusa fue quedarse a estudiar con Fany. Si su mama conociera bien a Fany y sus historias, diria que esa chica era una puta por la cantidad de relaciones amorosas que tenia. Probablemente media facultad de lenguas extranjeras habian pasado por sus piernas, sin distincion de sexo. Pero habia cuidado mucho que Fany solo fuera una nina bien ante los ojos de madre. Por la noche unos amigos les escribieron, siempre habia chicos escribiendole a Fany, quizas debido a sus fotos sensuales que amaba cargar en las redes sociales. Las invitaban a salir a un bar a tomar unos tragos, y luego a bailar. Ella no tenia ropa como para salir, pero Fany era mas o menos de su talla, asi que luego de una divertida sesion de prueba de ropas, ambas parecian modelos de Instagram. Entre la ropa de Fany estaba su consolador, se llamaba "Pepe", a Fany le encantaba ponerle nombres a esas cosas. Ella, en cambio, nunca habia visto uno, y dijo parecerle un espanto mientras su rubia amiga se lo acercaba a la boca y le ensenaba la manera correcta de usar la lengua con maestria en un objeto de ese porte. Salieron, se encontraron con los chavales, tomaron quizas un par de copas de mas en el bar, fueron a bailar, y luego la nada. Ella no recordaba absolutamente nada. Solo flashes. Luces, gente riendo, y la oscuridad. Primero penso que sonaba, como cuando era adolescente y se despertaba sin poder moverse, ni gritar... paralisis nocturna que le llaman algunos, "espiritus de atadura", decia el parroco de la iglesia a la que iban con madre luego de la separacion de padre. Pero nunca en un sueno habia sentido sus manos atadas con algo que parecia ser un precinto de plastico, por que era fuerte, delgado, y le cortaba las munecas al moverse. Las piernas tambien estaban atadas. No podia ver, ni gritar, ni soltarse. Solo podia oir. -Tranquila...-Se dijo-!Trata de pensar! Si sigues lloriqueando no vas a poder hacer nada. Siempre fue metodica. Los metodos la habian llevado a ser lo que era. Tenia que volver a sus metodos y reglas para ser, de nuevo, ella. Empezo a usar el panuelo en su boca como una forma de tranquilizar su mente. La sangre tiene sabor metalico, pues bien, el metal en su boca era su forma de retomar el control. -?Donde estoy? Estaba en un lugar cerrado y pequeno, por que no podia estirar las piernas del todo, y estaba en movimiento. Era la cajuela de un automovil. El motor... sentia el ruido del motor... parecia un coche relativamente nuevo. No habia olor a humedad, sino a alfombra limpia. El andar era suave. Era un vehiculo de alta gama. Por afuera se escuchaban algunos autos, pero ninguna moto. No se habia frenado en ninguna esquina. Entonces quizas no habia esquina, era una autopista. -?Puedes mover tus manos?- Se pregunto. Podia, pero de forma limitada. Las tenia detras de su espalda. Intento pasarlas por detras de sus piernas, pero los precintos de las munecas estaban muy presionados, no era posible. El vehiculo bajo la velocidad, y entro en una calle pedregosa. -?Que sabemos?-se dijo-Que me drogaron y me secuestraron... que Fany no esta aqui conmigo, pero si se encuentra bien no se va a dar cuenta de lo que paso, por que sus resacas duran mucho... Que el auto esta llegando a donde sea que me llevan... ?que hago?… Este auto es nuevo, es gente de dinero... No me han violado... tengo la ropa puesta... ?Habra algo en el baul para defenderme? Comenzo a tantear con las manos, pero no parecia ser un vehiculo que tuviera herramientas o cosas parecidas. Sin embargo, algo aparecio. Un tornillo. Por alguna razon habia un largo tornillo para madera que entraba en su puno. Quizas ese tornillo era su salvacion. Lo aferro con su mano izquierda.

  • Te hace falta un beso (Mis besos 1) de N. S. Luna

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    Delfina es una famosa youtuber que se gana la vida haciendo videos en Internet, donde es mas conocida como #FiniMoon.

  • Quiza lo quiso el destino de Jorge Zaton Perez

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    Tras un ultimo ano en el que pierde a sus padres, su novia lo abandona y ve la relacion con su hermano seriamente danada, Berto se reencuentra con Lisa, un antiguo amor de la infancia. Con miedo y muchas dudas, no tarda en renacer en ellos su amor olvidado, aunque su relacion no es precisamente un camino de rosas. En Quiza lo quiso el destino vemos lo mas bello y lo mas amargo del amor, en una mezcla de sentimientos que cautivaran al lector.

  • La Ultima Bala, Raul Garbantes de Raul Garbantes

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  • Noches de Bonanza de Hugo Burel

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    En Noches de Bonanza, Hugo Burel concluye con maestria la primera trilogia de novela negra montevideana. Una historia apasionante que ha atrapado a miles de lectores, con un protagonista que ya se ha convertido en leyenda.

  • La mascara sagrada de Klara Delgado

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    Este no es un libro convencional, es un librojuego, y tu eliges el desarrollo de la historia. ?Llegaras con exito al final?
    Por fin se acabaron las clases y comienzas tus vacaciones de navidad. Un mensaje de WhatsApp te despierta y su inquietante contenido da lugar al comienzo de la historia.
    Tu mejor amigo te avisa de que ambos estais en peligro de muerte. En una nota anonima os piden que devolvais una mascara que no teneis. ?Que podeis hacer?
    Ahora tu te conviertes en el protagonista, tomas las riendas de esta historia y eliges lo que quieres hacer. ?Tus elecciones te llevaran a conseguir el exito de la mision o, por el contrario, el final sera un autentico desastre?
    Sumergete en tu propia aventura.

  • La ley del espejo de Yoshinori Noguchi

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    A partir de una historia sencilla y emotiva, Yoshinori Noguchi (Hiroshima, 1963), reconocido experto en coaching y asesoramiento psicologico, nos situa delante de un espejo para mirar hacia nuestro interior. A Eiko le preocupa que los companeros de colegio de su hijo Yuta lo maltraten, y se siente impotente y sola ante un problema que no sabe como resolver. Sin embargo, el enigmatico Yaguchi le facilita un metodo sorprendente gracias al cual vivira la situacion mas dificil de todas: enfrentarse a sus fantasmas y seguir adelante con espiritu nuevo. En el ano 2010, los lectores de Espana y America Latina descubrieron este relato de Yoshinori Noguchi y las reflexiones que lo acompanan. Esta ensenanza, a medio camino entre el coaching y las constelaciones familiares, nos acerca a una filosofia oriental renovada y nos propone pautas claras y efectivas para resolver de raiz los problemas de la vida.

  • Destino oculto de Brianne Miller

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    Laureen McLean esta cansada de la monotona vida que lleva en Boston. Desde que su mejor amiga se mudo, su vida se limita a ir a trabajar, comer y dormir. Una tarde encuentra en el periodico el anuncio de un ranchero que busca esposa por correspondencia, y aunque le parece una idea loca y descabellada, se atreve a escribirle una carta.
    Semanas mas tarde ni siquiera se acuerda del vaquero, pero se sorprende al encontrar en su buzon respuesta a su carta, donde le pide que vaya a Tyler Dx para conocerse y ver si podrian llegar a buen puerto. Tras mucho pensarlo, Laureen se lia la manta a la cabeza y coge un avion para encontrarse de frente con su destino.

  • El Guardian de las Flores de Rober H.l. Cagiao

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    48 horas para la gran fiesta del Apostol. Colegiata de Iria Flavia. Un hombre aparece muerto y su hija ha desaparecido. Y solo es el principio.
    La Comisaria Paola Gomez se vera envuelta en una venganza mas alla de lo personal entre libros, flores y leyendas gallegas tenidas de sangre.

  • Mi vida, mis reglas de Julianne May

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    Siempre existen esos momentos en los que crees que tu vida no puede empeorar mas, hasta que un dia -o una noche- descubres que no hay imposibles y mucho menos en la ciudad en la que los suenos se vuelven realidad. Claro que esto puede ser tan maravilloso como peligroso, pues no solo depende ti, creeme, sino tambien del hada madrina que este disponible para ayudar… Mi nombre es Adam Style, y esta es mi historia… o, al menos, esa pequena parte de mi vida que jamas podre olvidar. Capitulo 1 <>. Si. Esas fueron las primeras palabras que habia oido en el dia. Bueno, en realidad, las segundas despues del matutino <> de mis dos hijos mellizos y preadolescentes. Digamos que solia ser el saludo afectuoso que me daban cada manana antes de que partieran a la escuela. Y Vicky, mi escultural esposa, pues… no tenia tiempo ni para eso. Pero era algo que yo entendia. Vivia trabajando, pues ser una de las mejores relacionistas publicas de Hollywood implicaba varios sacrificios, o por lo menos eso era lo que ella decia. Y a mi de verdad que solo me importaba verla feliz, asi que… si, luego de esas mananas, debia esperar durante todo el dia hasta la noche a que alguien me dirigiera la palabra. Suena extrano, pero asi era… Bueno, tal vez no siempre. Monica y Bea, del sector de contabilidad, a veces me hablaban. No era que fueran largas conversaciones -porque, siendo honestos, no lo eran-, pero escuchar que alguien se dirigiera a mi aunque fuera con un <> era para mi suficiente. Al menos para saber que para alguien de mi trabajo yo existia. Y se lo que estaran pensando: <>. Lo mismo que mi unico y mejor amigo, Robert, me decia cada vez que nos juntabamos en la playa para terminar hablando de mi vida. Claro que lo ultimo de lo que yo queria conversar era de mi, pero, luego de que lo observara montar y domar esas tremendas olas del mar californiano, pues se relajaba en la arena junto a mi a reflexionar al estilo Robert. En fin… Sabia a lo que se referia cuando me decia que renunciara, pero ese habia sido mi primer y unico trabajo por casi veinte anos. En serio. Y se que comprar papel higienico o ser el eterno asistente personal de Hugh Lawrence, director de la compania, nada tenia que ver con mi sueno de ser un gran columnista o escritor, pero lo tomaba como el trampolin ideal para lograrlo, pues no habia persona que en todo el estado no deseara trabajar para el California News, el periodico mas leido del oeste del pais. Y el ver mi empleo de esa manera no era una mera fantasia mia. Hugh mismo me lo habia asegurado el dia que empece a trabajar con el, cuando aun vivia mi madre. Me conocia desde mi infancia y, si bien aun no habia cumplido del todo su promesa de nombrarme columnista de alguna de sus secciones, no dejaba de ser un gran hombre…, al menos hasta esa tarde de viernes. -Lo siento mucho, Adam -dijo luego de que yo elevara la vista desde mi pequeno escritorio al haber oido el <>. No suelo ser una persona de esas que viven quejandose, pero, a decir verdad, aquella diminuta mesa nada se parecia a las del resto de la oficina. Eso sacando que la silla que solia usar tenia una de sus rueditas averiada desde tiempos inmemoriales… y esto sin tener en cuenta que estaba ubicado en un rincon, lo que me mantenia alejado de todo el departamento de inquietos y triunfadores periodistas. Sin embargo, segun Hugh, el que yo me mantuviera al margen, alejado de todo el mundo, no era mas que una ubicacion estrategica para darme una mejor vista de lo que seria mi futuro. No estaba tan seguro de su metodo, pero el insistia en que la visualizacion directa era la mejor tecnica para inspirarme. Solte la agenda en la que organizaba su dia a dia -ya que carecer de un ordenador o tablet era parte de la tecnica, pues se suponia que, al no poseer nada de todo eso, creceria en mi el deseo por adquirirlo- y parpadee mas de la cuenta antes de que pudiera abrir la boca, algo a lo que me animaba solo porque ya no habia nadie en la oficina a excepcion de nosotros dos. -?Es… es una broma, Hugh? -Mi titubeo se entremezclo con mi agitada respiracion. Bajo la mirada y, al tiempo que inspiro profundo, coloco las manos en jarra sobre su cintura. Aquello hizo que pasara lo que todo el dia murmuraban Monica y Bea, pues su pecho, claramente trabajado en el gimnasio, se elevo mas y se fundio con la camisa slim fit[3] turquesa que amaba lucir cada viernes. Y claro, sus jeans de tiro bajo me confirmaron que era cierto que usaba ropa interior fluorescente… Como fuera, largo todo el aire, calculo que con pena, y volvio a mirarme a los ojos. -En serio, me agradas y no tengo nada para decir en contra de ti, pero… -Suspiro inseguro. Se tomo unos segundos y, tras sacudir la cabeza, continuo determinante-. Pero ya es hora de que tomes un nuevo rumbo. Lo siento, Adam. -Y resoplo como si se hubiera sacado un enorme peso de encima. ?Era cierto? Veinte anos trabajando para el y otros tantos mas de relacion cercana que habia tenido -pero que no va al caso mencionar-, !?y no tenia nada mas para decirme?! Frunci las cejas y el sudor frio que senti en mis sienes me impulso a levantarme. Claro que la vieja silla de escritorio hizo que casi me cayera gracias a su jamas reparada ruedita. Pero, por fortuna, Hugh me tomo por el brazo, lo que evito que terminara en el suelo junto al clasico asiento de los noventa. -?Despedido? -Volvi a parpadear varias veces y, tras un incomodo silencio, necesite seguir-. Hugh, ?me estas diciendo lo ultimo que hubiera esperado escuchar de ti y no puedes darme un motivo mas que debo tomar un nuevo rumbo? -exprese sin quitarle la mirada de encima, pero el no se atrevia a elevar la vista, y crei saber por que. Pero mi silencio y mi espera lo obligaron a hacerlo. -!Oh, por Dios! !No hagas esto mas dificil de lo que ya es, Adam! -exclamo alterado y al tiempo que se paso una mano por su gris pero moderna cabellera. Nos quedamos mirando fijamente por varios segundos. Y pude haber continuado presionando para saber por que, pero, ademas de que no era mi estilo ni por lejos, sus cejas fruncidas, su respiracion nerviosa y su mirada, suplicante y llena de culpa, me decian que el motivo era tan impronunciable que no sabria si seria mas doloroso para el, al tener que decirlo, o catastrofico para mi al tener que escucharlo. No hacia falta hacer grandes deducciones… Tenia bien en claro que el <> que mis hijos usaban como saludo por la manana era la palabra con la que toda la oficina me identificaba. En pocas palabras, Hugh nunca habia creido en mi como futuro periodista. O peor aun: en todo ese tiempo, yo no habia conseguido que el creyera en mi. Baje la mirada, asenti con la cabeza y simplemente hice lo que Adam Style haria: -Esta bien, Hugh. No lo sientas. Te entiendo. -Y lo abrace. Sin dudas que aquello lo sorprendio y dejo sin aliento, pues apenas se animo a apoyarme una mano en la espalda, y yo, despues de eso, simplemente me marche. *** -!?Eres idiota?! -grito Rob. Por poco, destruye mi oido y el sistema de sonido de mi automovil, por lo que agradeci no haber tenido el movil pegado a mi oreja. -Hey, calmate, ?si? -Suspire mientras mantenia la vista fija en el camino para volver a mi casa. Necesitaba relajarme-. Deberias haber estado alli. Pude sentir su culpa. Su mirada lo decia todo, Rob. Si tu hubieras… -!Si yo hubiera estado alli, le hubiese apretado las bolas contra aquel estupido escritorio que jamas te cambio desde que trabajas con el! !Y no lo hubiese soltado hasta que rogara perdon y te diera el maldito puesto que te prometio desde siempre, Adam! -Y largo todo el resto de aire que tenia contenido. Revolee los ojos y frene ante la luz roja del semaforo. -Rob, se lo que dices y por que, pero entiendo la posicion dificil de Hugh. -Suspire enojado conmigo mismo y avance tras ver el cambio a verde-. El problema soy yo. Y si hay algo que debo admitir es que tampoco he hecho nada por merecerme un mejor lugar alli, asi que… -!Cierra el maldito pico de la version drogada del Buda que te hayas aspirado! !El que ahora tiene una posicion dificil eres tu! !Acabas de perder el trabajo y todavia te queda lo peor! !Ni yo quisiera lidiar con la zorra esa! -Calma, Rob… -le adverti, como siempre. -OK, perdon. No debi llamar <> a la zorra de Vicky… -Suspiro al tiempo que yo negue con la cabeza-. En fin… Calculo que aun no le has dicho nada, ?cierto? De lo contrario, no estarias vivo… -Rob… -suspire. La verdad era que, de algun modo, tenia razon. Vicky tenia un temperamento digamos que… fuerte, y sus aspiraciones eran, cada ano, mas altas. Y siendo honestos, no sabia como tomaria mi despido. O tal vez si…

  • Solo tu me provocas (Amor en Nueva York 2) de Lola Cooper

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    ?Que haces si la manana siguiente a la boda de tu mejor amiga te despiertas con un resacon increible al lado de un tipo que no soportas?
    A) Le echas la culpa de todo. (Aunque no recuerdes que fue <>).
    B) Acuerdas con el que aqui no ha pasado nada.
    C) Sales huyendo de puntillas.
    D) Todo a la vez.

  • Ciencia Ficcion. Seleccion 40 de Aa. Vv

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    En esta seleccion se incluyen varios relatos clara y deliberadamente inspirados en grandes temas y autores de la narrativa fantastica.

  • Lo que sembramos de Regina Porter

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    Iluminando mas de seis decadas de cambios radicales, desde la lucha por los derechos civiles y el caos de Vietnam hasta el primer ano de Obama como presidente, las familias de James, un exitoso abogado de origen irlandes, y Agnes, una hermosa mujer afroamericana que vive en el Bronx, se uniran de manera inesperada, intima y profundamente humana.
    Con un penetrante humor, dialogos cargados de autenticidad y un dominio narrativo que te transporta a cada uno de los lugares y epocas descritos, el debut de Regina Porter es a la vez un retrato familiar intimo y una exploracion brillante de como la raza, el genero y la clase chocan en la America moderna.

  • Diez rupias de Saadat Hasan Manto

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    Diez rupias. Historias de la India recoge dieciocho relatos del mas importante escritor de la India moderna, como reconoce Salman Rushdie. Manto, que fue capaz de observar con imparcialidad el mundo convulso y violento que le rodeaba, y que se mantuvo al margen de corrientes y juicios morales, continua invitandonos a desenmascarar la hipocresia y a contemplar la vida en su totalidad y cara a cara, sin mascaras ni adornos. En estos relatos nos encontramos temas diversos: muchos de ellos son de denuncia social, en otros la politica, la independencia de Reino Unido o los conflictos religiosos son el tema centra. Los relatos de Saadat Hasan Manto, ademas de excelentes piezas literarias, son una cronica de los sucesos mas dolorosos de la historia india de la primera mitad del siglo xx.

  • El chocolate no hace preguntas de Yolanda Quiralte

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    Bruno Garcia acaba de invertir todos sus ahorros en La Bookeria, una libreria con tintes neoyorquinos situada en una pequena ciudad espanola.

  • Madona con abrigo de piel de Sabahattin Ali

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    Rescatada del olvido a finales de los noventa, esta tercera novela de escritor turco Sabahattin Ali -fallecido de forma prematura en 1948- es uno de los acontecimientos editoriales mas llamativos de los ultimos tiempos. Traducida a una decena de idiomas y con ventas cercanas al millon de ejemplares, esta historia de amor desdichado entre un joven turco y una pintora alemana se ha convertido en un autentico fenomeno de culto en su pais, sobre todo entre la juventud, que con su lectura manifiesta la resistencia a la creciente erosion de los derechos civiles y reivindica una mayor apertura hacia Europa.

  • Seducir a Mister McNiall de Kate. L Morgan

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    Condado de Halifax, Nueva Escocia, 1908 !MALDITA SU SUERTE! Si el hubiera sido un hombre rico, si hubiera obedecido a su padre y se hubiera dedicado a la iglesia, si hubiera sido mas ambicioso e incluso temerario, ahora no tendria que enfrentarse a un destino aciago. Stephen solto un largo suspiro mientras sujetaba con mas fuerza las bridas de la montura. Habia quedado con los amigos en Truro; el mejor club para hombres en la zona de Quinpool. Tenia ganas de estar un tiempo con ellos porque llevaba una semana horrible. Mollie, su amante desde hacia dos anos, se habia marchado a visitar a sus padres a Port Hodd. El, se sentia muy avergonzado de no poder ofrecerle lo que ella necesitaba, pero la queria, y de momento a ella le parecia suficiente. Stephen vivia con Mollie en una casita muy cerca de Pleasant Park. Como iba a estar unos dias solo, habia decidido encontrarse con sus amigos de siempre. Stephen arreo su montura aunque cabalgar tan rapido podia ser peligroso, pero el club se encontraba en un lugar privilegiado, y donde se servia el mejor whisky. El verano no era muy bueno en Nueva Escocia, bueno, en realidad no era bueno en todo el ano, pero en ese tiempo Halifax estaba a tope de visitantes del norte buscando viveres para pasar los meses mas frios del ano, tambien enseres para sustituir aquellos que se rompian. Detuvo el caballo sin problemas, desmonto, y le paso las riendas al mozo de cuadra. El chico se quedo esperando la moneda, pero el no llevaba nada encima. --Llegas temprano --la voz era la de su amigo Darrell. Darrell Dexter era el hombre mas sarcastico de todos. Tenia veintiocho anos y estaba soltero. Era dueno de Shediac, la cuadra donde se criaban los mejores sementales de Nueva Escocia, ademas le gustaban las mujeres hermosas y los caprichos caros. Darrell habia tenido una infancia muy dura porque tartamudeaba de nino, lo que hizo que su padre lo ignorara. Crecio aislado en el campo, mientras su familia vivia en Shelburne. Cuando el padre se dio cuenta de que su hijo era un tipo del que podia sentirse orgulloso, resulto demasiado tarde; Darrell ya no sentia el menor interes por relacionarse con su padre. Por ese motivo se marcho de la casa familiar, y no volvio hasta que se supo huerfano. --Queria ser el primero en llegar --respondio el--, pero ya veo que no es asi. --Pues casi llegas el ultimo --respondio John. John Sparrow era conductor de carruajes, tenia veintiseis anos. Estaba soltero, y era un hombre con un agudo sentido del humor, pero todavia mas de cinismo. Desde muy joven tuvo que luchar para poder encontrar su lugar, y para lograrlo decidio unirse al ejercito. Alli habia aprendido todo sobre los sementales, y desarrollo una habilidad natural para conducir todo tipo de carruajes. Se licencio con honores del ejercito, y monto su propio negocio. --?No ha llegado Charles? --pregunto algo sorprendido porque el mencionado solia ser muy puntual. --Habra tenido que atender a algun cliente de ultima hora. Charles Tupper era el dueno de un pequeno restaurante en el centro, lo habia heredado de su abuelo, y llamaba al local Dufferin. Tenia veintinueve anos, estaba viudo, y era el mas impulsivo de los cuatro. Era un hombre al que le gustaba llevar la contraria casi en todo, quizas porque el lo consideraba una forma de demostrar su valia porque la muerte de su esposa lo habia dejado con un marcado trauma. Un sirviente de casaca roja y brillantes botones dorados dejo la botella y los vasos sobre la mesa. --Gracias Dummfier --le agradecio Stephen. --?Vais a tomarlo sin mi, desgraciados? Charles acababa de hacer su entrada en uno de los reservado en el club Truro. --Es solo el primer trago --respondio Darrell casi al mismo tiempo que se echaba un trago largo--, y esta bueno --enfatizo. Los cuatro amigos se saludaron y brindaron por el encuentro de cada semana. Era el incentivo que necesitaban para continuar adelante. --Ha sido un dia bastante duro --la voz de Charles habia sonado impaciente. --?Que pensais hacer manana? --la pregunta de Stephen logro que tres cabezas se giraran hacia el. --Manana es sabado --respondio Darrell--. Posiblemente tenga una venta, una que espero con impaciencia pues me reportara grandes beneficios. --?Vas a vender a Digby? --pregunto Stephen. Digby era el mejor semental de las cuadras Shediac, pero Darrell no contesto. --Yo tengo que llevar a un par de religiosos a Little Harbour --contesto John. --Yo abrire Dufferin como siempre --respondio Charles--. El restaurante esta comenzando a funcionar muy bien ahora que he cambiado de cocinero. --Pues yo tengo todo el fin de semana para mi solo --dijo Stephen. Charles, Darrell y John lo miraron con suma atencion--. Mollie se ha ido a Port Hodd. Quiere pasar un par de dias con sus padres --informo. --?Y no te has marchado con ella? --la pregunta de Charles parecia inocente, pero no lo era. --!Por San Jorge que ha vuelto a dejarte! --exclamo Darrell. Stephen lo miro con semblante serio. --?Que tiene de extrano que vaya a ver a su familia? --respondio serio. --Y el shyster no se entera --dijo John mirando a Charles y a Darrell a la vez. Como era abogado los amigos lo llamaban picapleitos. --Haz el favor de no hablar de mi como si no estuviera presente --se quejo Stephen--, que solo me dejo una vez. --!TRES VECES! --respondieron los amigos al unisono. --Las otras dos no cuentan porque fueron malos entendidos. --!Uf! --bufo Charles por toda respuesta. --Puedes venir manana a las cuadras, te dejare montar a Digby --le ofrecio el amigo--, e igual se te aclaran las ideas. Stephen hizo un gesto negativo con la cabeza. --Me gustaria pintar el salon pues buena falta le hace --contesto--, asi cuando regrese Mollie se llevara una sorpresa. La economia de Stephen era muy precaria pues hacia bastante tiempo que habia perdido su empleo, por ese motivo se ocupaba de todas las reparaciones de la casa donde vivia. Si sus padres no se hubieran arruinado, si no hubieran fallecido en un naufragio, el seguiria conservando la casa familiar y algo de la herencia de su abuelo, pero todo se perdio en la inversion de la naviera. --?Se puede ser mas estupido? --pregunto Darrell de forma retorica. --Que ya esta bien --se quejo Stephen--, que yo no tengo la culpa de que esteis mas solos que la una y que os moleste que yo tanga a mi florecilla. --Para una vez que esa arpia te da un respiro, no se te ocurre nada mejor que hacer --se burlo Charles mientras daba un sorbo a su copa. --En lugar de disfrutar --apunto Charles--, de seducir a toda dama que se ponga por delante. --Os recuerdo que yo no soy de esos libertinos y licenciosos, ?lo habeis olvidado? --pregunto envarado--, porque soy todo un caballero, no como vosotros, ademas, tengo a Mollie. --Parece que oigo a tu padre y no a ti --le dijo John. Los amigos no le iban a dar tregua. --Solo te falta la armadura y la espada --se burlo Darrell--, pero te recuerdo que esa mujer va a ser tu perdicion --insistio--. Y me fastidia que seas tan bueno, que se aproveche de ti, y por encima de todo que no te enteres. Stephen opto por beber un trago de whisky. No le gustaba el tono ni las palabras de ellos, pero los queria. Eran sus amigos, pues con ellos habia pasado infinidad de aventura, tambien algun que otro duelo. --Si yo tuviera lo que tu tienes entre las piernas --dijo de pronto Charles guinandole un ojo --, seria el rey de las damas. --?Y quien te dice que no lo soy? --pregunto Stephen con una media sonrisa. --!La poppy de Pleasant Park! --respondieron los tres con guasa. A Stephen no le hacia gracia el apodo que le habian puesto sus amigos a su amante. Como el la llamaba florecilla, ellos se burlaban. De acuerdo que no era la mujer mas brillante, pero era buena persona. A pesar de que Stephen llevaba ya varios meses caminando en la cuerda floja porque no conseguia trabajo en ningun bufete de la ciudad, ella no le reprochaba nada, y seguia pagando los gastos que ambos generaban sin una sola protesta. Sus amigos eran injustos en su trato hacia ella. --?Que tal la entrevista del otro dia en Lunenburg? --pregunto John. Stephen resoplo de una forma bastante elocuente. --Llegue tarde. Ya habian contratado a otro abogado. --Tambien es mala suerte, con la de experiencia que posees --le dijo Charles--, y lo atractivo que eres. Stephen habia trabajado desde que dejo la universidad como pasante para un juez en Halifax, pero el hombre se habia retirado y su sobrino termino ocupando su puesto, con lo que el se quedo de pronto sin trabajo y sin perspectivas de lograr uno. --Eres un buen abogado, seguro que consigues algo. Stephen empezaba a desesperarse. Incluso habia sopesado marcharse a Saint John. --Yo podria contratarte en Shediac, pero joder, eres un abogado muy brillante y no quiero verte de mozo de cuadra --le dijo Darrell. --!Que no te desesperes! --exclamo Charles. --Cuando compre el proximo faeton, podras ser su conductor --le dijo John algo turbado porque de los cuatro amigos, el era el que peor trabajo tenia--, hasta que te salga algo en condiciones.