• la maldicion silach - Antonio Martin Morales

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    Las almenaras recitaban en alto poemas de fuego, cuando Lord Veleron irrumpio en el palacio del Rey Tendon de Vestigia. Concluyeron las plegarias fabuladas a los dioses, despues de la gran cena en el salon de embajadores. Rilmor, capitan que ejercia como jefe de armas de la casa de los Veleron, acompanado de tres de sus mejores hombres, mostro sus credenciales a los custodios de la puerta del gran salon. Los acordes de las arpas y las gargantas finas de los juglares se apagaron cuando Rilmor entono la presentacion ostentosa de su senor. --!De las tierras del Este, de la region del gran Valle de Lavinia, el noble hijo de la casa Veleron, mi senor y mi protector: Rolento Veleron, hace acto de presencia! El noble cruzo en ese momento el gigantesco porton,_ a paso ligero, ruidoso, hasta arrimarse a la gran mesa. Se detuvo en la distancia prudente para que todos los comensales pudieran verlo. Ataviado con armadura de combate, levanto murmullos por doquier. Hablo el Rey y los demas guardaron silencio. --Amigo Rolento, tu visita es grata e inesperada... ?Que esconden tus ojos apenados? Ese rostro no corresponde a tu afamada tranquilidad -- pregunto directamente Tendon. Se detuvo el postre. Se paro el discurrir del vino y el paso de gargantas cuando Lord Veleron narro, sin tomar asiento, una historia terrible. A viva voz, sin la precaucion de pedir audiencia privada con el Rey Tendon, parecia al borde de la locura pronunciando estas palabras: --Traigo el corazon destrozado por los terribles acontecimientos que sucedieron en mi casa no hace ni cinco dias. En la noche mas apacible que los dioses nos han regalado, durmiendo placidamente resguardado en mi castillo, rumores picotearon la tranquilidad. Me desvele con la sensacion precipitada de abandonar la cordura. Asomado a la balconada de mis dependencias, vi a varios de mis hombres correr en el patio interior del palacio, sombras agitadas, escuche gritos, cristales rotos, metales cruzados en combate, sonidos que acompanan a la muerte rebotaban en los muros de mis dependencias, como si el pasado volviera para recordarme las manchas de sangre en mis propias manos. Corri por los pasillos tratando de averiguar por mi mismo lo que sucedia, alarmado ante aquellos estruendos. Jamas, ni en la peor de mis pesadillas imagine que... Rolento hizo una pausa, trago saliva como alfileres, mientras los invitados del Rey lo miraban con los ojos hinchados de sorpresa, sin mover un musculo, sustraidos por el encantamiento de aquella noche ominosa que el noble describia. Rolento ahora desgarro con sus manos el aire gritando... --!Despedazaron a los guardias! Yo luche a vuestro servicio en la Gran Guerra y jamas vi semejante destrozo. Las visceras de algunos de los moribundos... !las habian esparcido por el suelo, hasta amontonarlas como si fueran reses cuarteadas! Las puertas de mi castillo permanecieron cerradas. Sus muros son fuertes y altos y no sirvieron para contener la entrada de esos salvajes. No hay cuerdas ni escalas. No se si tuvieron tiempo de llevarselas o si encontraron otro medio para saltar dentro. No queda un solo hombre vivo que mantuviese combate con ellos. Los demas vieron muertos, escucharon ruidos y cuentan locuras... !locuras! No robaron nada, pero vinieron a por mi tesoro mas preciado. Se llevaron a mi hijo, Patrio, matando a cualquiera que se interpuso en su camino. De nuevo otra pausa en su discurso. Esta vez sombria y dolorosa como el luto de un heroe. --Agarre mi espada, mi peto metalico, convoque a mi guardia y sali en busca de fantasmas ensillando mis mejores caballos. Segui las pistas de la muerte pues, en las cercanias de mi palacio, cometieron los intrusos los mas abominables crimenes. Logre averiguar que eran diez o doce caballos y un carromato. Pero despues de perseguir el rio de muerte, todo rastro se perdio. En las estribaciones de mis tierras ya no podia estar seguro de cual fue la direccion que tomaron. Ocultaron bien sus huellas. Supieron escoger bien su retirada. Y mi pobre y bello hijo ahora esta a merced del capricho de esos asesinos... El llanto de un padre asolaba las oquedades del palacio real. Las llamas de las chimeneas eran el unico acompanamiento a sus lamentos. La voz del Rey se deslizo entre sus sollozos. --Destino funesto el vuestro, querido amigo. Manana en la madrugada trataremos ese asunto en reunion de gobierno... --Mi senor, mi sabio monarca. --Ahora Rolento Veleron se arrodillo y ese gesto provoco murmullos de condolencia--. Suplico varias informaciones inmediatas, si alguno de los presentes posee algun rumor, alguna presuncion sobre tan desdichado acontecimiento. --Lord Veleron espero y ninguno de los que alli habia invitados tuvo algo que decir--. Imploro que partan emisarios a los pasos fronterizos con Nuralia, que recaben informacion sobre cierto contingente de hombres, a caballo y a pie, y sobre todas las cosas, ruego permiso de su majestad para enviar un grupo de rescate a la vasta Nuralia y traer de vuelta a mi divino hijo Patrio. Entre los comensales se instalo un rumor de comentarios a media voz. El Rey, en ese momento, cambio su semblante apacible y trepo en su asiento hasta la postura erguida de quien atiende asuntos serios, abandonando la placidez del agotamiento del final de una cena copiosa. Su esposa, la reina Itera asistida por tres damas de compania, se retiro a sus aposentos despues de dar sus condolencias al recien llegado. --Seria una imprudencia absurda enviar hombres armados a Nuralia -- intervino Rosellon, quien fuera General de los ejercitos y a quien ahora el Rey habia empleado como consejero personal--. Comprendo la horrible pena y la incertidumbre que lo han animado a venir aqui, pero le recuerdo a nuestro querido amigo Rolento Veleron que, en los tratados de paz firmados tras la Gran Guerra, se prohibe expresamente la incursion de contingentes armados, mas alla de la escolta minima de los diplomaticos con salvoconducto real. El capitan de la guardia de Lord Veleron se ayudo de sus hombres y arrojo al suelo un brazalete metalico y un punal que, al estrellarse en la pulida piedra oscura desprotegida de tapices, produjo un escandaloso estruendo. --!Encontramos pruebas de que nos atacaron hombres armados de Nuralia! !Ellos han roto el tratado! --grito Rilmor. --Senores --ahora fue el Rey quien tomo la palabra--, permitid que despida a mis invitados para que podamos tratar este asunto. El desfile de graciosos vestidos y capas elegantes parecia interminable para besar la mano del Rey antes de enfilar la gran puerta y salir silenciosamente. La mayoria comentaban cosas como <>, cuando pasaban junto a Rolento. A el no lo besaban suponiendo que no estaba ahora para rituales afectuosos... Los esclavos y esclavas de palacio se afanaban en desmontar las mesas y retirar la abundancia de desperdicios. Provocaban cierta aversion al contemplarse en los platos, frente a las sillas vacias. Mas tarde, en privado, el Rey abrazo al noble y le dio muestras de comprender su dolor. Rosellon, implacable en sus consejos, seguia argumentando que jamas se deberian romper los tratados por muy lamentable que fuese el suceso; que debia llamarse a consultas al embajador de Nuralia y exigirle que su Rey persiguiese a los culpables. Antes de marcharse, el Rey sosego la inquietud de Lord Veleron, a solas, sin consejeros ni escolta, de hombre a hombre. Rolento Veleron financiaba con su fortuna los intereses de la corona, pagando abultados impuestos comerciales por su exportacion de aceite a Plubea, y albergaba en sus tierras un gran contingente armado sumiso a la orden real de los Caballeros Rojos de Vestigia. El Rey y el noble se arrimaron a la enorme chimenea del salon. Hipnotizado por las llamas, Tendon hablo asi. --Rosellon expone bien las razones Rolento, pero comprendo el dolor que debes sentir. Jamas podre respaldarte publicamente; sin embargo, te preparare un salvoconducto especial, asi la entrada de tus hombres en Nuralia sera posible. Si alguna vez fuesen apresados esos hombres, si acaso se pidieran responsabilidades argumentare que es falso ese documento y que, dejandote llevar por la pasion de padre, infringiste la Ley. Seras multado en Vestigia y en Nuralia y habras de responder con un porcentaje de tus negocios a la multa, asi que ten cuidado de actuar con discrecion en Nuralia, no queremos mas guerras, no sirven mas que para matar hombres. Las voces, copiando la tiritera de las llamas, rebotaron en las piedras oscuras del salon, y llegaron a oidos de un hombre que escuchaba en la oscuridad...

  • LA MALDICION SILACH (LIBRO II: LA HORDA DEL DIABLO)

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  • La maldición de Silach. Libro II Tapa dura – 1 septiembre 2016

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  • La Maldición Silach - Tapa Dura - Antonio Martín Morales

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    La Maldición Silach es un libro del género INFANTIL Y JUVENIL de LITERATURA JUVENIL: MAS DE 12 AÑOS del autor Antonio Martín Morales editado por EVEREST en ...

  • Tientame solo tu – Elena Montagud de Elena Montagud

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    Una huida a un lugar paradisiaco. Un regreso que jamas debio darse. Una traicion inesperada. Una mujer obsesionada que quiere recuperar lo suyo. Un hombre al que le gusta la sumision. Una mansion donde cualquier practica erotica es posible. Un peligro del que es dificil escapar. Dejate arrastrar por la tentacion.

  • Paradox 13 de Higashino Keigo

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  • Damon de Gloria Vilarino

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    En este baile de mascaras, manipulacion y amor, todos los participes danzan como marionetas en un teatrillo unidos por el hilo del destino que los entrelaza, donde los actos que cada uno de ellos ejecuta tienen consecuencias imprevisibles en la vida de los demas, pues a veces, nuestros errores crean demonios; demonios capaces de perseguirnos incluso mas alla de la muerte.
    Descubrir ese yo que reside en lo mas profundo de cada uno de nosotros, donde sin ataduras sociales o morales sabemos quien y que somos, sin esa careta que esconde nuestro verdadero ser es lo verdaderamente complejo, y es que la maldad usa muchas mascaras y la mas peligrosa es, sin duda, con la que se viste el demonio.

  • Una vez mas (Rain 2), Brenda Simmons de Brenda Simmons

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    Ha pasado el tiempo y Jacqueline Ellis se ha visto obligada a dar un giro a su carrera profesional. La concertista de fama internacional se ha convertido en una brillante profesora del conservatorio de musica mas renombrado de todo Nueva York. Su vida transcurre de forma lineal hasta que descubre que la nueva adquisicion del Centro es, nada mas y nada menos, que un atractivo cantante de rock al que ha logrado sobrevivir a fuerza de odiarlo con toda su alma.
    Colton ha intentado olvidar a Jackie pero no lo ha conseguido. Algunas revelaciones le han abierto los ojos y ahora esta dispuesto a luchar por lo que considera suyo. Sin embargo, nada resulta como el esperaba y Jackie no lo recibe con los brazos abiertos; su doloroso pasado se interpone entre ellos con mas fuerza que nunca.
    Una vez dejaron que el destino jugara con ellos, ?habran aprendido la leccion o, por el contrario, volveran a repetir los mismos errores?

  • Extranos al calor de la noche de Kylie Brant

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    No sabia como se llamaba, no sabia de donde era. Rianna Kingsley solo sabia que sus conocimientos de artes marciales y tecnicas asesinas estaban muy por encima de lo que sabia una persona normal.

  • Un mundo al alcance de la mano de Maylis De Kerangal

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    En su juventud, cuando no sabia muy bien que hacer con su vida, la parisina Paula Krast se marcho a Bruselas a estudiar arte. Alli conocio al timido Jonas, por el que sintio un deseo no siempre correspondido, y a Kate, una escocesa pelirroja y escultural. El trio sello su amistad en esos anos repletos de entusiasta creatividad y de suenos que despues, con el tiempo, no siempre llegaron al puerto previsto.
    Paula, que trabaja con la tecnica del trompe-l'oeil -es decir, con la pintura que imita a la realidad enganando al ojo humano; que, siendo representacion, busca la apariencia de realidad-, seguira un periplo vital que la llevara a los legendarios pero ya decrepitos estudios de Cinecitta en las afueras de Roma -donde trabajara en los decorados de Habemus Papam de Nanni Moretti y vivira una fugaz relacion amorosa con un italiano-; a Moscu, donde se esta rodando una version cinematografica de Anna Karenina, y finalmente a las cuevas de Lascaux, donde nuestros lejanos antepasados pintaron escenas en las paredes para contar su historia, donde la necesidad de narrar para dar sentido a nuestras vidas dejo un testimonio primigenio...
    Esta novela sutil y bellisima, rebosante de matices, nos habla de los suenos juveniles, de la amistad y el amor, de la evolucion personal, de recorridos geograficos y vitales, de la creatividad, de la relacion del artista con los materiales con los que trabaja, de la realidad y la ficcion, del arte como un modo de buscar el sentido de la vida y de entendernos a nosotros mismos, de la necesidad que tenemos los seres humanos de contar historias.

  • Quantic Love de Sonia Fernandez Vidal

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    En el CERN, el centro de investigacion mas avanzado del mundo, entre experimentos de viajes en el tiempo y de teleportaciones, entre particulas que superan la velocidad de la luz y otras que revelan el origen del Universo, la joven Laila se enfrenta al mayor misterio que existe: como decidir entre dos amores. Por un lado, Alessio, un atractivo periodista; y, por otro, Brian, un cerebral cientifico que oculta un gran secreto.

  • Las diez mil vidas de Milo de Michael Poore

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    Milo ha tenido 9.995 oportunidades hasta ahora y le quedan solo cinco vidas para ganarse un lugar en el alma cosmica. Si no aprueba con nota, lo espera el olvido eterno. Pero lo unico que Milo quiere es caer por siempre en los brazos de la Muerte. O Suzie, como el la llama. Suzie no solo ha sido la amante de Milo durante sus incontables escalas en la Otra Vida; Suzie es, literalmente, su razon para vivir. Milo va de vida en vida, zambullendose en una existencia tras otra, y rezando por que llegue el dia en que no tenga que volver a separarse de ella. Pero “Las 10.000 vidas de Milo” es mas que una gran historia de amor: con cada viaje de la cuna a la tumba, Milo descubre nuevas piezas del increible rompecabezas cosmico, que solo se revelaran utiles si es capaz de dilucidar a tiempo lo que significa formar parte de algo mayor que el infinito.
    Michael Poore nos deleita con el encanto oscuro de las obras de Neil Gaiman y el humor inteligente de Kurt Vonnegut, con una historia sobre todas las cosas que hacen de la vida un acontecimiento profundo, hermoso, absurdo y desgarrador. Porque es algo mas que la historia de Milo y Suzie. Tambien es tu historia.

  • El Arte de no Decir la Verdad de Adam Soboczynski

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    A lo largo de treinta y tres historias ejemplares, Adam Soboczynski demuestra que el arte del fingimiento, que jugaba un papel esencial en la vida cortesana, experimenta un nuevo auge en la era capitalista. En esta vida, que define como un campo minado en el que el amor es el mas bello de los enganos, no hay que ser autentico, sino fingir para parecerlo. No en vano salpican el texto las citas de ilustres moralistas como Gracian, La Rochefoucauld o Baltasar de Castiglione. Un tipo casado que liga en una fiesta, un empleado que se busca la ruina por responder impulsivamente a un correo electronico, un escritor fracasado, una joven historiadora del arte que pasa un fin de semana en una isla remota, un peluquero que celebra entre amigos la inauguracion de su nuevo negocio o una maquetista de una revista de moda con problemas con los hombres son solo algunos de los personajes que ilustran un autentico catalogo de situaciones que podriamos protagonizar cualquiera de nosotros. Hilarante, ameno y agudo, pero a la vez profundo, brillante y provocativo, corresponde al lector decidir si se toma este texto inclasificable como un retrato critico de nuestra sociedad o como un peculiar manual de instrucciones para triunfar en ella. <>. TOBIAS BECKER, Der Spiegel.

  • Croatoan (?Tu me ves? 6) de Gemma Herrero Virto

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    El esperado final de la saga ?Tu me ves?

  • Pastrana. En el nombre de la guerra sucia de Joaquin Vidal , Manuel Pastrana

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  • French Kiss de Alina Covalschi

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    Amor, misterios y secretos en esta apasionante novela romantica de Alina Covalschi con Paris como telon de fondo.

  • La pasion de Amrita de Alfredo De Braganza

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    Su muerte a la edad de 28 anos es todavia un misterio que oscila entre la negligencia y el asesinato.

    Descubre la fascinante vida de una artista cautivadora, polemica y comprometida con la libertad y las luchas sociales de su pais, que escandalizo a los circulos aristocraticos de la epoca y se abrio paso, con actitud desafiante, en una sociedad tradicionalista dominada por el patriarcado.
    Hija de un aristocrata hindu y una musica hungara de origen judio, Amrita Sher-Gil desarrollo un extraordinario talento para la pintura desde muy joven y lo alimento con una vida itinerante, bohemia y sexualmente desenfrenada. Imponente y arrolladora, simpatizo con Gandhi y sedujo a Nehru, su ultimo amante conocido.

  • La duquesa ultrajada (Damas poderosas 1) de Noa Pascual

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    El duque de Whellingtton debe proteger a su unica hija antes de morir. Para ello, llega a un acuerdo con el marques de Bristol sellando un contrato en el que el segundo hijo del marques, Duncan St. John, y su hija Penelope, se desposaran a finales de verano, ofreciendoles un tiempo de cortejo; una decision que no es bien recibida por los protagonistas, puesto que ninguno tiene intencion de casarse.
    Sin embargo, la muerte del gran duque trastoca todos los planes, convirtiendo a Penelope en la mujer mas poderosa de las islas britanicas; una mujer que tendra que luchar para llegar a ser la gran duquesa que se espera de ella y poder doblegar a cualquier persona, pues debe proteger sus ducados y no puede amilanarse ante nadie.

  • Tendras que quererme de Olga Hermon

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    Una historia de amor desarrollada entre campos verdes, crepusculos inolvidables y aroma a heno y tierra mojada.

  • Cuarentaneras de Regina Roman

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    Este libro es una oda a la mujer y sus posibilidades, independientemente de su edad.

  • Maldita Bruja de Silvia Arru Esteve

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    Una historia de amor, de desamor ,de clavos, de padres, de hijos, de adolescentes, de perritos abandonados y de amigos que se quieren mas que a uno mismo.
    Vais a reir.
    Vais a llorar.
    Os vais a enamorar.

  • Miel salada de Fabiola Valenzuela

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    Reunidos para filmar un documental sobre el Kama Sutra, el gran actor Antonio Salavert y la desconocida Victoria White, deberan fingir ser una apasionada pareja frente a las camaras.

  • Los pacientes del doctor Garcia de Almudena Grandes

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    Tras la victoria de Franco, el doctor Guillermo Garcia Medina sigue viviendo en Madrid bajo una identidad falsa. La documentacion que lo libro del paredon fue un regalo de su mejor amigo, Manuel Arroyo Benitez, un diplomatico republicano al que salvo la vida en 1937. Cree que nunca volvera a verlo, pero en septiembre de 1946, Manuel vuelve del exilio con una mision secreta y peligrosa. Pretende infiltrarse en una organizacion clandestina, la red de evasion de criminales de guerra y profugos del Tercer Reich que dirige desde el barrio de Arguelles una mujer alemana y espanola, nazi y falangista, llamada Clara Stauffer. Mientras el doctor Garcia se deja reclutar por el, el nombre de otro espanol se cruza en el destino de los dos amigos. Adrian Gallardo Ortega, que tuvo su momento de gloria como boxeador profesional antes de alistarse en la Division Azul, para seguir luchando como voluntario de las SS y participar en la ultima defensa de Berlin, malvive en Alemania, ignorando que alguien pretende suplantar su identidad para huir a la Argentina de Peron.

  • Demasiado fragiles de Roberto Rabi

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    Si el estilo literario es el hombre o la mujer mismos, aquello que en palabras los refleja de cuerpo y alma enteros, el estilo de Roberto Rabi lo dibuja tambien en toda su dimension: sinuosa y honda. Sus relatos estan anclados en un mundo reconocible, el Chile de hoy, aquel que en breve sera ayer, pero las historias escritas anhelan dejar una huella, un surco, una raiz.
    Para ello usa armas literarias tan sutiles como efectivas: un lenguaje apegado a los hechos y situaciones que desenvuelve, personajes que hablan como sienten y anhelan y desenlaces de impacto, cuyo efecto permanece. Asi, "La belleza del septimo dia", "Manana, cinco de mayo", "El miedo", "La isla", y los demas que componen el volumen, dejan marcas no demasiado fragiles en quien se asome a recorrerlos.

  • Amor Latente de Isabel Conde

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    Barbara Jensen ha besado a demasiadas ranas.
    Lo tiene claro: El principe encantado no existe.
    Demasiados errores y desastres en su vida romantica.
    Es mejor estar sola y olvidarse de los hombres.

  • Siroco, Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Natalia lleva meses recorriendo el mundo junto con su amiga Agustina, sin tener un destino fijo, sin preocuparse por otra cosa que no sea disfrutar de los lugares a los que el viento las ha arrastrado. Cuando estan a punto de regresar a su pais, les ofrecen trabajar como camareras para la escuderia Bravio.

  • Aurora Leigh de Elizabeth Barrett Browning

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  • Quemalo: Que comer cuando tienes que perder peso rapido. – Haylie Pomroy de Haylie Pomroy

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    La autora de La dieta del metabolismo acelerado, exito instantaneo de ventas, vuelve con este original titulo que ataca problemas especificos de perdida de peso con fundamentos cientificos.

  • Los muertos no se ahogan de Alberto Meneses

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    La vida de Roberto esta en un pozo del que parece imposible salir. Suspendido de empleo y sueldo en la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, cada noche le asalta el mismo sueno, en el que una joven se arroja por un acantilado. Nada parece tener sentido, hasta que su jefe le pide que regrese al pueblo en el que nacio para ayudar en la investigacion de una extrana muerte. Una joven a la que no conoce se ha suicidado lanzandose por un acantilado y dejando en su telefono movil una nota dirigida a el. Obligado a volver al lugar del que huyo en el pasado y al que juro no regresar jamas, Roberto descubrira que Nueva de Llanes esconde oscuros secretos y, si no logra encontrar pronto al asesino, la muerte de la joven no sera la ultima. Los muertos no se ahogan es la primera incursion en el genero del thriller y la novela policiaca de Alberto Meneses, escritor con mas de una decena de libros publicados y miles de ejemplares vendidos.

  • Perseguir la noche de Rafael Perez Gay

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    Cancer: quiza la palabra mas impactante que podemos escuchar en la vida. Y es precisamente de lo que habla Rafael Perez Gay cuando le diagnosticaron esta enfermedad.

  • Descubriendo el cerebro de Facundo Manes

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    ?Por que un libro de neurociencia para ninos? Porque es el cerebro el que nos permite percibir, pensar y sentir. Este fascinante organo juega un papel clave en el modo de hacer las cosas que hacemos, en el aprendizaje de cosas nuevas y en la aceptacion de que habra ciertas cosas que nunca podremos hacer sin importar cuantas veces lo intentemos. Los seres humanos tenemos mayores posibilidades en nuestras vidas cuando sabemos mas y entendemos mejor.

  • Una historia de Espana de Arturo Perez Reverte

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  • 20 Dias de Carlos Merenciano

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    Alex decide dejar el confort de su hogar en Espana y tomar un avion con rumbo a Estados Unidos para vivir durante los proximos 20 dias en Stateville, una pequena ciudad de Pensilvania, ya que ha decidido embarcarse en un intercambio que organiza su instituto. Acompanado de Laura, amiga desde su infancia, deciden que aquel viaje sea la mejor aventura de sus vidas, y lo sera, pero no por el motivo que ellos imaginaban, sino porque el amor se cruza en su camino por primera vez.

  • Stanley y las mujeres de Kingsley Amis

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    Stanley Duke se adentra placidamente en la edad madura. Nada parece importunar su vida acomodada hasta que, de repente, su hijo Steve se vuelve loco. A partir de ese momento, Stanley se ve acosado por las mujeres que le rodean: Nowell, su primera esposa, actriz televisiva y reina del drama; su mujer actual, Susan, una escritora reputada que no se muestra muy solidaria ante el descenso de Steve a la locura; la madre de Susan, una esnob con titulo que le mira como si fuera un arribista; o Trish Collings, una psiquiatra manipuladora y tornadiza que sugiere que el culpable de la esquizofrenia de su hijo es el propio Stanley. A medida que todas ellas van comiendole la moral, Stanley empieza a preguntarse si la insensatez no es algo con lo que todas las mujeres lidian en su vida.

  • Los lideres comen al final de Simon Sinek

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    Nueva edicion revisada que incluye un nuevo capitulo sobre como liderar a millennials.

  • Gran Best Seller en Estados Unidos.
  • Autor consagrado con alto perfil mediatico (uno de los videos TED mas vistos)

?Por que tan pocas personas dicen "amo mi trabajo"? Imagine un mundo donde todas las personas se levantasen inspiradas y con ganas de ir a trabajar, se sintiesen valoradas durante el dia y regresasen a sus hogares satisfechos. Simon Sinek lleva anos recorriendo el mundo y observando que algunos equipos de trabajo podian confiar totalmente en sus companeros, hasta arriesgar la vida, mientras que otros no importaba que metodologia se aplicara para incentivarlos, eran incapaces de evitar la fragmentacion del equipo. La respuesta la encontro durante una conversacion con un general que dijo que "Los oficiales comen al final". Sinek observo que quienes primero comen son los soldados y al final de la fila se pueden encontrar a los de mayor rango. Lo que resultaba simbolico en el restaurante era basico para la supervivencia en la batalla y en cualquier equipo. Este principio ha funcionado desde las mas primigenias tribus humanas, no es una teoria de management, es biologia y Sinek nos lo demuestra en este libro.

  • El ultimo coyote de Michael Connelly

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    Connelly desvela un episodio oscuro en la vida de Harry Bosch.
    La vida de Harry Bosh es un desastre. Su novia le ha abandonado, su casa se halla en un estado ruinoso tras haber sufrido los efectos de un terremoto, y el esta bebiendo demasiado. Bosch se resiste a ver al medico asignado por la policia de Los Angeles, pero finalmente acaba reconociendo que un hecho tragico del pasado continua interfiriendo en su presente. En 1961, cuando tenia once anos, su madre, una prostituta, fue brutalmente asesinada. El caso fue repentinamente cerrado y nadie fue inculpado por el crimen. Bosch decide reabrirlo buscando, si no justicia, al menos respuestas que apaciguen la inquietud que le ha embargado durante anos.

  • Donde desaparecen las estrellas de Monica Banos

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    Si hay algo que caracteriza al pequeno pueblo costero de Melia es la creencia popular de que las estrellas pueden influir en la
    vida de sus habitantes. Alli vive Gala, una joven que pasa los dias trabajando en una floristeria. Todo cambiara con el regreso de Nestor, uno de sus mejores amigos de la infancia. Pero Gala ya no es la misma: una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en el ultimo ano la han vuelto solitaria y algo hurana.
    Cuando se le presenta la oportunidad de trabajar para el periodico local y disipar asi los malos recuerdos que la acechan, se cruza en su camino Constanza, una elegante anciana que sacara a la luz secretos de la familia de Gala tenidos de dolor, pero, sobre todo, de esperanza.
    Gala debera aprender a perdonar a los fantasmas de su pasado, mientras encuentra la manera de perdonarse a si misma.

  • Los dominios del lobo de Javier Marias

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    Empezada a los diecisiete y terminada a los dieciocho anos, Los dominios del lobo fue la primera novela de Javier Marias, una obra transgresora e insolita.

  • Hasta que el contrato nos separe de Marcela Moure

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    Tess Cartwright se habia marchado del pueblo dejando al pobrecillo de Tom Swanson con el corazon destrozado frente al altar. Ahora, doce anos mas tarde, ha regresado para heredar el rancho de su abuelo. Solo que para conseguirlo necesita, nada mas y nada menos, que pedirle matrimonio a Tom.

  • Un lugar al que volver de Jose A. Perez Ledo

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    Verano de 2017. Cuando Tomas se queda en el paro, decide aceptar un singular trabajo. Ejercera como chofer y guia de Tess, una adinerada mujer de Miami, y su hija adolescente en un viaje de tres semanas por el sur de Espana. Solo pone una condicion: ser acompanados por Hugo, su hijo de 13 anos, con quien mantiene una complicada relacion desde su divorcio.
    Asi es como estos cuatro personajes emprenden una travesia que los llevara hasta los origenes familiares de Tess y en cuyo recorrido descubriran que las cosas mas importantes no son necesariamente las
    mas urgentes.
    Decia el fotografo Henri Cartier-Bresson que la mision ultima de la fotografia consiste en atrapar ese momento unico que ya nunca volvera a producirse. Lo llamo <>. De esos momentos fugaces e irrepetibles trata esta novela.

  • Los ladrones de Entrevientos de Cristian Perfumo

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    Entrevientos no ha cambiado. Sigue siendo una de las minas de oro mas remotas de la Patagonia y del mundo. Sin embargo, para Noelia Viader se ha convertido en un sitio totalmente diferente. Hace un ano era su lugar de trabajo y hoy es una cruz roja en el mapa sobre el que repasa los detalles del atraco.

  • Las ultimas sombras de Mariah Evans

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    Naomi Hunt es una joven e intrepida periodista. No sabe del peligro que corre al intentar investigar las extranas muertes relacionadas con la division secreta. Cuando Sean Coleman, el forense que emitio el informe judicial, se niega a ayudarla, Naomi se dejara guiar por la informacion que recibe de una fuente anonima.
    Sean, ve como Naomi se convierte en su mayor pesadilla, pues podria desvelar todos los secretos de la division. Para que eso no ocurra debera desviar su atencion y a la vez protegerla de sus informadores, quienes son la verdadera amenaza. Enamorandose cada vez mas de esa mujer, Sean debera decidir que es mas importante: si velar por la clandestinidad de la division o contarle a Naomi toda la verdad.
    La alianza surgida entre lobos y vampiros pondra en peligro a la ciudad de Nueva York, la cual sera testigo de la batalla final, obligando a la division a mostrarse ante el mundo en una encarnizada lucha por la supervivencia de sus habitantes.

  • La duena de la santa de Mariana Guarinoni

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    Basada en la historia real de Ana de Matos y Encinas, una mujer fuera de lo comun, que para redimirse de sus pecados compro una estatuilla famosa por realizar milagros. Hoy es la santa patrona de la Argentina, la Virgen de Lujan.

  • Cada pequeno beso (Besos junto a la Bahia 1), Susan Hatler de Susan Hatler

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    Cuando Wendy Watts dejo la bahia de la Luna Azul juro que nunca mas volveria a la pequena ciudad costera donde sus padres la habian abandonado junto a su hermano. Ahora era una agente inmobiliaria de gran exito y una adicta al trabajo, algo que la mantuvo alejada de complicadas emociones hasta que su abuela murio, dejando a Wendy la posada en la bahia de la Luna Azul y ordenando que la vendiera, siendo la misma Wendy “en persona” la que la pusiera en el mercado.

  • Heredera de luna llena 1 de Tamara Kruger

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    Eleonor es la proxima monarca de Badru, su destino fue forjado el dia de su nacimiento en luna llena y su heredero es la esperanza de todo su reino. La noche de su matrimonio, los guerreros del valle oscuro se alzan con la intencion de someter a todos los territorios y Eleonor descubrira que los antiguos relatos no son una fantasia y que una fuerza oscura acecha a su pueblo.
    Su herencia la obligara a combatir, pero esta batalla la llevara tambien a una lucha por su propia sobrevivencia y mientras comienza una incesante busqueda para romper el encantamiento bajo el que se encuentran sus enemigos, debera decidir si lucha por su pueblo o dejara que la oscuridad gobierne, si sus sentimientos sucumben ante el amor.
    La nueva novela de Tamara Kruger nos llevara a un mundo de ficcion en donde el amor, la pasion se unen al misterio, la aventura y el suspenso. En esta nueva historia descubriremos si el compromiso impera ante lo que dicta las hebras que mueven nuestro ser o si el corazon sera capaz de torcer el destino.

  • Cuando abras el paracaidas de Jose A. Gomez Iglesias

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    Llego ese punto donde tenias que decidir entre huir y quedarte para siempre y sabias perfectamente que hacer, pero hiciste lo contrario. Y es que algunas veces todo depende de ese “Quedate” que se nos queda atascado en la garganta. La felicidad esta en saber que nadie es de nadie, pero hay que disfrutar cada segundo con quien te hace sonreir. A ti te lo escribiria todo, pero me dejaste sin palabras.

  • Viajera (Forastera 3) de Diana Gabaldon

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    Cuando Claire Randall concibe la esperanza de que su amado James Fraser pudo haber sobrevivido a la guerra entre ingleses y escoceses, decide emprender un nuevo viaje en el tiempo para intentar reunirse con el. Y pese a que lo consigue, Claire y James se ven obligados a iniciar una larga travesia hacia las exoticas y desconocidas costas del Caribe, donde, entre las amenazas de los piratas y los misterios del vudu, procuraran forjarse una nueva vida lejos de las brumosas y beligerantes islas britanicas.

  • El lamento de los abedules de Enara De La Pena

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    Un amor no correspondido. Un amor imposible. Un amor que nunca deberia haber existido. El lamento de los abedules se adentra en las vidas de unos personajes, victimas de su tiempo, cuyos caminos estan predestinados a cruzarse.

  • El efecto Frankenstein de Elia Barcelo

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    Una intriga en la que confluyen los generos de novela policiaca y gotica. Todo comienza cuando el joven Max se despierta en una casa en ruinas; su cuerpo esta cruzado por enormes cicatrices que evidencian que ha sido atendido por un cirujano, pero el no recuerda nada. Nora estudia Medicina en la ciudad alemana de Ingolstadt y esa misma noche de Carnaval conoce a Max cuando ambos salvan a una nina de morir ahogada en el Danubio. La atraccion es inmediata. El problema es que pertenecen a epocas distintas

  • Dias sin ti de Elvira Sastre

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    Dias sin ti es una historia de complicidad a traves del tiempo, la de una abuela y su nieto. Dora, maestra en tiempos de la Republica, comparte con Gael la historia que la ha llevado a ser quien es. Con ternura, pero con crudeza, confiesa sus emociones a su nieto escultor, un joven con una sensibilidad especial, y le brinda, sin que este lo sepa todavia, las claves para reponerse de las heridas causadas por un amor truncado.

  • Elena sabe de Claudia Pineiro

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    Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centimetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace. Entonces Elena se sienta y espera. En la cocina de su casa. Tiene que tomar el tren que sale para la Capital a las diez de la manana; el siguiente, el de las once, ya no le sirve porque la pastilla la tomo a las nueve, entonces piensa, y sabe, que tiene que tomar el de las diez, poco despues de que la medicacion logre que su cuerpo cumpla con la orden de su cerebro. Pronto. El de las once no, porque entonces el efecto de la medicacion habra declinado hasta desaparecer y ella estara igual que ahora, pero sin esperanza de que la levodopa actue. Levodopa se llama eso que tiene que circular por su cuerpo una vez disuelta la pastilla; conoce el nombre desde hace un tiempo. Levodopa. Asi le dijeron, y ella misma lo anoto en un papel porque sabia que no iba a entender la letra del medico. Que la levodopa circule por su cuerpo, sabe. Eso es lo que espera, sentada, en la cocina de su casa. Esperar es todo lo que puede hacer por el momento. Cuenta calles en el aire. Recita nombres de calles de memoria. De atras para adelante y de adelante para atras. Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo, Moreno, Lupo. Levodopa. Solo la separan cinco cuadras de la estacion, no es tanto, piensa, y recita, y sigue esperando. Cinco. Calles que todavia no puede andar con sus pasos esforzados aunque si repetir sus nombres en silencio. Hoy no quiere encontrarse con nadie. Nadie que le pregunte por su salud ni que le de el pesame tardio por la muerte de su hija. Cada dia se le aparece alguna persona que no pudo velarla o no pudo estar en el entierro. O no se atrevio. O no quiso. Cuando alguien muere como murio Rita, todos se sienten invitados a su funeral. Por eso las diez no es una buena hora, piensa, porque para llegar a la estacion tiene que pasar por delante del banco y hoy se pagan las jubilaciones, entonces es muy probable que se cruce con algun vecino. Con varios vecinos. Aunque el banco abra recien a las diez, cuando su tren este entrando en la estacion y ella con el boleto en la mano se acerque al borde del anden para tomarlo, antes de eso, Elena sabe, ya va a encontrar jubilados haciendo la cola como si tuvieran miedo de que la plata alcanzara solo para pagarle a los que primero llegan. Solo podria evitar el frente del banco dando una vuelta manzana que su Parkinson no le perdonaria. Ese es el nombre. Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda el. O ella, y se pregunta si al Parkinson habria que tratarlo de el o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. O una condena. Entonces decide que lo va a llamar Ella, porque cuando la piensa, piensa <>. Y puta es ella, no el. Con perdon de la palabra, dice. Ella. El doctor Benegas se lo explico varias veces pero Elena todavia no termina de entender; si entiende lo que tiene porque lo lleva en el cuerpo, pero no algunas de las palabras que usa el medico. La primera vez estaba Rita presente. Rita, que hoy esta muerta. Les dijo que el Parkinson es una degeneracion de las celulas del sistema nervioso. Y a las dos les cayo mal la palabra. Degeneracion. A ella y a su hija. El doctor Benegas seguramente se dio cuenta, porque enseguida trato de explicarles. Y dijo, una enfermedad del sistema nervioso central que degenera, o hace mutar, o cambia, o modifica de manera tal algunas celulas nerviosas que dejan de producir dopamina. Y Elena se entero entonces de que cuando su cerebro ordena movimiento, la orden solo puede llegar a sus pies si la dopamina la lleva. Como un chasqui, penso aquel dia. Entonces el Parkinson es Ella, y la dopamina el chasqui. Y el cerebro nada, piensa, porque sus pies no lo escuchan. Como un rey derrocado que no se da cuenta de que ya no gobierna. Como el emperador sin traje del cuento que le contaba a Rita cuando era chica. Rey derrocado, emperador sin traje. Y ahora esta Ella, no Elena sino su enfermedad, el chasqui y el rey derrocado. Elena repite sus nombres como antes repitio los de las calles que la separan de la estacion; esos nombres comparten su espera. De atras para adelante y de adelante para atras. Emperador sin traje no le gusta porque si no lleva traje esta desnudo. Prefiere rey derrocado. Espera, repite, combina de a pares: Ella y el chasqui, el chasqui y el rey, el rey y Ella. Prueba otra vez, pero los pies siguen ajenos, ni siquiera desobedientes, sordos. Pies sordos. A Elena le encantaria gritarles, pies muevanse de una vez por todas, hasta carajo les gritaria, muevanse de una vez por todas, carajo, pero sabe que seria en vano, porque sus pies no escucharian tampoco su voz. Por eso no grita, espera. Repite palabras. Calles, reyes, otra vez calles. Incluye palabras nuevas en su rezo: dopamina, levodopa. Intuye que la dopa de dopamina, y la dopa de levodopa, deben ser la misma cosa, pero solo intuye, no tiene certeza, repite, juega, deja que su lengua se trabe, espera, y no le importa, solo le importa que el tiempo pase, que esa pastilla se disuelva, circule por su cuerpo hasta sus pies y estos se enteren, por fin, de que tienen que ponerse en marcha. Esta nerviosa, lo cual no es bueno, porque cuando se pone nerviosa la medicacion tarda mas en actuar. Pero no puede evitarlo. Hoy va a jugarse la ultima carta para tratar de averiguar quien mato a su hija, hablar con la unica persona del mundo a la que cree que puede convencer de que la ayude. A cambio de una deuda lejana en el tiempo, casi olvidada. Va intentar cobrar esa deuda, aunque Rita, si estuviera, no estaria de acuerdo, la vida no es un trueque, mama, hay cosas que se hacen porque si, porque Dios manda. No va a ser facil, pero lo va a intentar. Isabel se llama la mujer a la que busca. No esta segura de si se acordara de ella. Cree que no. De Rita si, le manda una postal cada fin de ano. Tal vez no sepa de su muerte. Si nadie le dijo, si no leyo el unico aviso funebre que pusieron recien dos dias despues del entierro en nombre del colegio parroquial donde trabajaba Rita, el cuerpo directivo y docente, alumnos y padres acompanan a Elena en este momento tan dificil, si ella no la encuentra al fin de ese dia, seguramente este diciembre esa mujer que Elena hoy busca enviara una postal dirigida a un muerto, deseandole feliz Navidad y un prospero Ano Nuevo. De Rita se acuerda, pero de ella, de Elena, Elena piensa, seguramente no. Y si se acordara no la reconoceria, asi doblada, con ese cuerpo viejo que no se corresponde con los anos que tiene. Sera su tarea, le va a explicar quien es y por que esta alli, frente a ella, cuando la enfrente. Le va a contar de Rita. Y de su muerte. Aunque sea le dira lo poco que entiende en medio de todo lo que le contaron. Elena sabe donde encontrar a Isabel, pero no como llegar. Alli donde ella misma la llevo hace veinte anos, siguiendo a Rita. Si la suerte esta de su lado, si Isabel no se mudo, si no murio como murio su hija, alli la encontrara, en una vieja casa en Belgrano, con puerta de madera pesada y herrajes de bronce, justo al lado de unos consultorios medicos. No se acuerda del nombre de la calle, si se acordara al menos de la pregunta que le hizo entonces su hija, ?vos escuchaste alguna vez una calle que se llame Soldado de la Independencia, mama?, entonces sabria. Pronto va a saber, porque si se acuerda de que es a una o dos cuadras de la avenida que corre bordeando Buenos Aires desde Retiro hasta la General Paz, cerca de una plazoleta, y de las vias de un tren. No vieron el tren, pero escucharon su marcha y Rita pregunto, ?que ramal es?, pero Isabel no contesto, porque lloraba. Para saber como volver a viajar, esta segunda vez, casi veinte anos despues, Elena fue a la remiseria de la esquina de su casa, la que pusieron hace unos anos en el local donde antes habia estado la panaderia en la que Elena compro para su familia el pan de cada dia desde que llego al barrio, recien casada, hasta que desaparecio el pan y aparecieron los autos de alquiler. El chofer no sabia, soy nuevo, se disculpo y le pregunto al dueno. Repitio las palabras de Elena, dijo, la avenida que bordea Buenos Aires, de Retiro a la General Paz, cerca de una via, y el dueno le contesto, Libertador, y Elena que si, que se llamaba Libertador, ahora que se lo dice se acuerda, y que tenia que ir hasta Belgrano, hasta una plazoleta. Olleros, dijo otro chofer que acababa de llegar de un viaje, eso ya no estoy segura, dijo Elena, Olleros, repitio el hombre con seguridad, pero ella no se acordaba del nombre de la calle, si de la puerta de madera, y de los herrajes de bronce, de Isabel, y de su marido, poco de su marido. ?La llevamos?, le preguntaron y Elena dijo que no, que era mucho viaje, mucho gasto, que iba a ir en tren y en todo caso, si ya no podia consigo misma y su cuerpo no se animaba al subte, tomaria un taxi en Constitucion, le hacemos precio, propuso el dueno, no, gracias, contesto ella, le podemos fiar, insistio, en tren, dijo Elena, no me gustan las deudas, y no dio lugar a otra insistencia, subte cerca no la deja ninguno, senora, el de Carranza, pero de ahi tiene como diez cuadras, le dijeron, si toma taxi tenga cuidado de que no la paseen, digale al taxista que vaya derecho por 9 de Julio hasta Libertador y de ahi otra vez todo derecho hasta Olleros, bueno, no, corrigio el chofer que sabia, porque Libertador se convierte en Figueroa Alcorta, antes de llegar al Planetario se va a tener que fijar que doble a la izquierda, hasta el Monumento a los Espanoles, y que retorne Libertador, o en el Hipodromo de Palermo, aclaro el dueno, pero no deje que la paseen, ?en serio no quiere que la llevemos? Elena se fue sin responder, porque la misma pregunta ya la habia contestado antes y demasiado esfuerzo era para ella todo como para contestar dos veces lo mismo. Constitucion, 9 de Julio, Libertador, Figueroa Alcorta, Planetario, Monumento a los Espanoles, Libertador, Olleros, una puerta de madera, herrajes de bronce, una puerta, Olleros, Libertador, 9 de Julio, Constitucion. De atras para adelante, de adelante para atras. No recuerda en que lugar del rezo tiene que meter el Hipodromo. Espera, piensa, cuenta otra vez las calles. Las cinco que la separan de la estacion y las otras, las que no conoce, o no se acuerda, aquellas hacia donde va para cobrar una deuda en la que cree a fuerza de necesidad. Rey sin corona. Ella. Desde su posicion, sentada, trata de levantar el pie derecho en el aire, y el pie ahora se da por enterado y se eleva. Entonces esta lista, sabe. Apoya la palma de cada una de sus manos sobre sus muslos sentados, junta los dos pies para que sus piernas queden en un angulo de noventa grados a la altura de la rodilla, luego cruza la mano derecha al hombro izquierdo y la mano izquierda al hombro derecho, empieza a balancearse en la silla y, con el impulso, se levanta. Asi la hace levantar el doctor Benegas cuando la revisa, y ella sabe que es mas dificil de esa manera pero lo intenta cada vez que puede, practica, porque quiere estar entrenada para la proxima visita. Quiere impresionar al doctor Benegas, mostrarle que puede, a pesar de las cosas que le dijo la ultima vez que la vio, quince dias antes de que Rita apareciera muerta. Parada frente a la silla que acaba de dejar levanta el pie derecho, lo eleva en el aire, apenas unos centimetros, lo mueve hacia adelante hasta que sobrepasa el pie izquierdo lo suficiente como para que ese movimiento signifique un paso, entonces lo baja, y ahora es el turno del pie izquierdo que debe hacer lo mismo, exactamente lo mismo. Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar, para llegar a tomar el tren de las diez

  • La promesa del angel de Frederic Lenoir

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  • Palidez y otros relatos de Rafa Ron

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    Erotismo, sadismo, dolor y placer se entrelazan en los relatos de Rafa Ron, que abren la puerta a un mundo en el que nada es lo que parece y en el que lo que es puede resultar demasiado incomodo.

  • Un capricho del corazon de Kate Ross

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    siempre, tiene la costumbre de dejarme abandonada en terrenos desconocidos. A veces pienso que es para poner a prueba mis capacidades y que me esta observando desde algun lugar, orgullosa y expectante con que haga las cosas como ella quiere. Otras, solo pienso que me tuvo demasiado joven y que a veces soy un impedimento para su diversion, por lo que me abandona. La primera vez fue en un restaurante cuando tenia cinco anos. Su cantante indie favorita del momento estaba en el mismo local, por lo que arrastro a papa con ella para que las fotografiaran juntas. Casi me pierdo buscandolas. La segunda ocasion fue durante mi graduacion de primaria. Termine pasando la fiesta con Marc, un nino de mi salon con el que nunca hablaba, porque ellos se sentaron con el director y sus familias. La tercera durante la boda de la tia Anastasia, y ahora, casi es un habito que me dejen a solas en la sala de los vecinos, los Jones, mientras ellos disfrutan con sus nuevos mejores amigos en su salon de juegos a las apuestas. Es asi como hemos de costearnos un auto nuevo. Molesta con ella y con papa, su alcahueta en partes iguales, me abrazo a mi misma y me dirijo al jardin de los Jones. Tienen cerezos que justamente estan floreciendo en esta epoca del ano. Alli tambien estan sus dos hijos, gemelos, llamados Dean y Liam. Estan sentados en una escalera que da con un granero en el que su padre almacena la podadora con la que tambien corta el cesped de mi casa a cambio de una cerveza con papa. Liam le dice algo Dean y este afirma, no responde a cada comentario de su hermano. Mis vecinos siempre han sido excentricos, pero sus hijos los superan, en especial Dean. Hay tantos rumores alrededor de el, desde sectas a ventas de drogas. Que la mayoria de las personas no se acercan a el sin importar que sea inteligente y el capitan del equipo de lacrosse. Yo solo pienso que corrio la mala suerte de ser demasiado timido o introvertido al lado de su hermano. En lugar de acercarme, me detengo como siempre tras un cristal, en esta ocasion el de la ventana de la cocina de la Senora Jones y los observo. Ambos poseen cabello cafe, se lo cortan igual. Casi tienen la misma contextura, creo que Dean, es un poco mas ancho. Se que poseen exactamente los mismos ojos azules verdosos. Presiono mi palma contra el cristal, manchandolo con mi aliento, mirandolos interactuar entre ellos. Son tan parecidos, fisicamente, imposibles de diferenciar a menos que te digan lo contrario, pero tan diferentes. El lenguaje corporal de Liam mientras habla grita pasion. El de Dean, mientras escucha, resentimiento. Me empapo con la vision de ambos, pero, sobre todo, con la de este ultimo. Con su aura oscura. Con su expresion desolada. Con su mirada recelosa. Tengo tantas ganas de abrazarlo, que duele. -- ?Divirtiendote? Salto y me alejo con el sonido de la voz de mama. Ella esta bajando las escaleras. Se ve tan bonita como siempre en un vestido veraniego. Sus rizos estan atados en un lindo mono en la cima de su cabeza. Su mano sostiene una copa con vino tinto. Aliso la falda de mi uniforme para intentar distraer su atencion del temblor de mis dedos. En especial, ella no puede darse cuenta de mi obsesivo y patetico pasatiempo. Se que me enviaria a un convento si lo supiera. --Quiero ir a casa --digo--. Ya cenamos, ?puedo? --Si --responde sorprendiendome, pues rara vez me permite volver sin despedirme. Es una obsesiva compulsiva con los buenos modales--. Pero antes debes contestarme algo. Trago. Conozco esa mirada en su rostro. Es la mirada de, yo se que escondes algo... -- ?Que cosa? -- ?Cual de los dos te gusta mas? -- ?Ah? --Me oiste, Elizabeth. No me gusta repetir dos veces. --Pero mama... Se acerca, ahora es la curiosidad lo que predomina en sus facciones. No se que hacer, nunca le he dicho a nadie sobre esto. Nunca le he confesado a nadie que mi pasatiempo, es espiar a mis vecinos. Y mucho menos, que me toco pensando en ellos. Mis mejillas se sonrojan mucho mas al pensar en eso. Siempre trato de ser tan discreta, pero aun asi, siento que lo sabe. Que ella y papa estan al tanto. -- ?Cual, Elizabeth? --Insiste. Separo los labios para responder, pero me interrumpe--. Piensalo bien pequena, son de buena familia, pero mientras Liam es dulce y amable, Dean es tachado como un monstruo. Es cierto que es inteligente y probablemente sera exitoso, pero es un chico peligroso. Se como es. Al principio la adrenalina opaca la realidad, te sientes al limite, volando y luego cuando se acaba, la caida es dura. No quiero eso para mi ninita. Puedo identificar autentica preocupacion por mi en su tono de voz. Eso es raro... Mama suele renirme porque hago las cosas mal y quiere que sea mejor, quiere tener a alguien de quien estar orgullosa y a quien exhibir, pero la mayoria de las ocasiones, no se preocupa de nada mas. No de mi estado emocional, no de mi autoestima... Ese es papel de papa. Muerdo el interior de mi mejilla, mi corazon se resiente ante lo que estoy a punto de decir. Convenzo a mi consciencia de que solo es para salir del paso, pero, aun asi, se siente tan mal. Casi como si me traicionara a mi misma, como si lo traicionara, aunque ni siquiera he llegado al punto en el que deposite su confianza en mi. Me doy la vuelta y regreso a mi posicion de acosadora, mirandolos, buscando cualquier gesto en el que me impida decir lo que mama espera oir. Lo unico que obtengo es indiferencia. --Liam, me llama la atencion. Y justo cuando digo las palabras, su cabeza se eleva y casi puedo leer sus labios. No se si estoy loca, pero tambien imagino un destello de decepcion en sus ojos. Anguilla, territorio britanico de ultramar, me abrio sus puertas con la mas linda vision aerea que he tenido en anos: un mar azul que se aclara hasta fundirse con el blanco de la arena, montanas hechas de diferentes motitas de verde, techos rojos y palmeras. Lo primero que hago al bajarme de la avioneta que me trajo desde San Martin, otra isla a ocho kilometros, pero mas poblada, es tomar una honda bocanada de aire. Mi nariz cosquillea adaptandose a la sal hasta que me refugio dentro del pequeno aeropuerto. Rostros desconocidos me observan con curiosidad mientras pego mi frente a la ventana panoramica de cristal con vista a la playa, anonada con el paraiso que me rodea, esperando mi maleta. Pensaran que soy una loca inglesa a la que le falta un tornillo, pero no me importa en lo absoluto. He venido aqui escapando de basar mis acciones en lo que deseen los demas, asi, que pueden besar mi trasero. Para probarlo saco mi telefono y me tomo selfies haciendo caras, coloco labios de pato de Kylie y subo un monton de historias. Para cuando he terminado ya no se molestan en ocultar sus expresiones aburridas y consternadas. Les sonrio. Mi maleta ya ha salido y no tengo problemas bajandola, asi que hago una salida triunfal ocultando mi cara con el sombrero. Este viaje se trata de mi, no de ellos. Es todo lo contrario a lo que hubiera pasado en Londres. --Senorita Black, ?es usted? --Es un senor de cuarenta anos en traje con barba prominente. Sostiene un cartel con mi nombre. Hay un corazon arriba del palito de la i. Asiento--. Debo llevarla al resort, pero necesito confirmar su identidad. Me llamo Edward. Le ofrezco mi mano al chofer que contrato la agencia. El la estrecha con duda, pero su seno se relaja cuando le enseno mi pasaporte y confirma que soy yo. No se me ocurre que tipo de crimen podria cometer alguien haciendose pasar por mi, no soy rica, pero supongo que es algo bueno. No tendre que preocuparme por la seguridad. --Permitame --dice robando el mango de mi pequena maleta de mis manos y metiendola en el maletero --. Listo. --Se sacude el polvo y abre la puerta del asiento trasero del Cadillac estacionado frente al aeropuerto--. Por favor. --Gracias --susurro adentrandome en un viaje al pasado. El coche, aunque antiguo, esta bien cuidado, el cuero debajo de mi se siente nuevo. No hay ningun tipo de mal olor dentro, ni a gasolina o contaminacion, nada. Es perfecto. Despues de un largo viaje relajo mi cabeza contra el espaldar del asiento. Sister Rosetta suena de fondo. Lo ultimo que veo antes de quedarme dormida y perderme el camino es la sonrisa de Edward a traves del retrovisor. **** Llevo mas de veinticuatro horas sin dormir, asi que mi siesta continua en la habitacion de Anguilla Ville, el resort, en su comoda y gigantesca cama con sabanas de algodon. Ni siquiera desempaco o me cambio para estar mas comoda, sueno con osos de goma, tragos de vodka y conmigo vestida de sirena. Doce horas mas tarde, me levanto preguntandome donde esta mi principe encantado. Froto mis ojos con actitud perezosa, me levanto y doy pasos vacilantes en la oscuridad hasta alcanzar las persianas. Cuando las abro descubro que el exterior luce exactamente igual que el anterior. Arrugo la frente y tomo mi telefono para ver la hora en la pantalla.

  • Tu no eres para mi de Sophie Saint Rose

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    Bernadette espero impaciente ante la empresa donde trabajaba su hermana. Miro de nuevo el reloj y preocupada se mordio su grueso labio inferior. Ya pasaban diez minutos de la hora y no la habia avisado. Tenia que haber quedado en el restaurante e ir pidiendo, porque ella no podia regresar tarde al trabajo. El senor Kanda era inflexible con la hora. Se aparto un largo mechon de cabello rubio platino pensando que tenia que haberselo recogido, cuando Darla salio colocandose la correa de su bolso de firma sobre el hombro. Impaciente bufo subiendo los escalones. --Sabes que tienes que avisarme si vas a salir tarde. --Solo han sido diez minutos. No seas pesada. --Miro su vestido negro. --?Vas a un funeral? --Ya te he dicho que se ha muerto el jefe de contabilidad. Esta tarde nos dan permiso para ir a su sepelio. --Leche, que lugubre. ?Le conocias? --Claro, mi empresa no es como la tuya. Nos conocemos todos --dijo llegando al semaforo. Impaciente toco el boton aunque no servia de nada. --Ya te he dicho que buscan ayudantes de direccion. Podrias tener un puesto mejor. Miro sus ojos color miel igualitos a los suyos, que eran en lo unico que se parecian porque en todo lo demas eran totalmente distintas. Darla era despampanante. Morena con esos ojos rasgados y tan alta que podria ser modelo, se habia casado con un abogado forradisimo que la trataba como una reina. Ella media poco mas de metro y medio, su color de cabello la hacia parecer una muerta la mayor parte del tiempo, porque su piel jamas se ponia morena, y no habia tenido una cita en ano y medio. Y para colmo se la habia conseguido su hermana. Lo que menos queria era trabajar en la misma empresa para que las compararan continuamente. Eso sin mencionar que para hacer un trabajo que odiaba mejor quedarse donde estaba. --No, gracias. Sabes que con el senor Kanda estoy estupendamente. --Ese japones es un tirano. Hizo una mueca cruzando la calle. --Si, un poco si. --Y tiene muy mala leche. Para el nunca haces nada bien. En mi empresa estarian encantados contigo. Y con el curriculum que tienes... Menudo desperdicio. Los de las entrevistas de trabajo estaban ciegos. No estaban ciegos y ese era el problema. La veian demasiado timida, demasiado callada. Por su cultura al senor Kanda le vino genial, por supuesto. Ella lo entendio perfectamente cuando conocio a su esposa en la fiesta de Navidad. Ni abrio la boca. Asi que era comprensible lo que habia ocurrido el dia de la entrevista, porque en cuanto la vio le ofrecio el puesto. Y no pagaba mal, la verdad. Pero era insoportable su tonito ironico a todas horas. Igual su hermana tenia razon y era momento de cambiar de aires. Pero en la empresa de Darla ni hablar. Sonrio a su hermana que seguia indignada. --Tu me miras con muy buenos ojos. Como se nota que eres mi melliza. --Es que estas desperdiciada en esa empresa de fotocopias. --Fotocopiadoras. --Eso. --Darla empujo la puerta de la cafeteria a donde iban todos los dias y vieron a sus amigas que ya estaban comiendo. --Pero que prisa teneis todas --dijo molesta. --Es que nosotras no tenemos un jefe que besa por donde pisamos. Darla se echo a reir de esa manera tan cantarina que hacia que media cafeteria se girara para mirarla, pero Bernadette acostumbrada lo ignoro y se sento al lado de Katey que masticando su ensalada de pasta le guino un ojo. Al ver sus largas pestanas negras entrecerro los ojos. --?Te pones pestanas postizas? --Te has dado cuenta --dijo desilusionada. --Claro. Son enormes. --Y se te ha salido el pegamento. Menudos abanicos te has puesto --dijo Fiona intentando no reirse. --?A quien le has echado el ojo? --No se como se llama. --Aparto su flequillo moreno de su frente. --Trabaja en el piso veintidos. --Ingeniero --dijeron todas a la vez. Aunque Bernadette no trabajaba en la misma empresa, por los ligues de las chicas ya sabia que habia en cada planta. Ambas eran abogadas especializadas en patentes y trabajaban codo con codo. Darla las habia metido en la empresa pues las cuatro eran amigas desde la universidad, aunque no habian estudiado lo mismo. --?No habeis pensado en salir con alguien de fuera de Henderson Technologies? Lo pregunto porque ya son muchas citas con empleados de alli. --Pero si alli trabaja mucha gente. --Katey la miro fijamente con sus bonitos ojos azules. --?Me estas diciendo que van a murmurar de mi? --Se llevo la mano al pecho como si fuera la primera vez que se le ocurria algo asi. --?Creeis que puede pasar? Darla hizo una mueca y sonrio a la camarera. --Lo mismo que ellas. --Yo tambien, Daisy. Y de beber lo de siempre. --Perfecto. Sois la mesa mas facil del local. --La chica les guino un ojo antes de alejarse. --?Lo creeis? --insistio Katey. --!No! --exclamo Fiona que tambien estaba para hablar--. No, ?verdad? Las hermanas se miraron a los ojos y fue Darla la primera en hablar. --Pues la verdad es que hay tantos hombres en Nueva York que no se por que siempre teneis que salir con companeros de trabajo. A mi David lo conoci en el gimnasio. Deberiais ir. Alli se liga mucho. Katey chasqueo la lengua y Fiona hizo un gesto con la mano como si lo que hubiera dicho fuera una tonteria. --?Por que ir tan lejos cuando en la empresa tenemos tantos? --Cierto. Asi ahorramos tiempo, que somos mujeres muy ocupadas. --?Para que preguntas entonces? --pregunto Bernadette sorprendida. --Por si acaso creian en la empresa que eramos unos pendones. --!Es que es lo que van a pensar, Katey! Has salido con al menos quince tios de alli. --Pero no me he acostado con todos. --Dejalo, Bernie --dijo Darla exasperada. --?Y a ti que te pasa? --Fiona entrecerro sus ojos castanos apartandose un mechon de cabello cobrizo del hombro. --Estas enfadada. --?Yo? --No --respondio Bernadette por ella--. No esta enfadada. --Si que lo esta. Frunce el ceno y siempre lo hace cuando algo la cabrea. Miro a su hermana fijamente y esta forzo una sonrisa. --?Que pasa? Ahora que lo pienso no estas enfadada... Estas preocupada. Las tres pendientes de sus palabras provocaron que se sonrojara ligeramente. --Estoy embarazada. Dejo caer la mandibula del asombro porque de todas las cosas que podia decirle eso era lo que menos se esperaba. --Es estupendo --dijo Fiona muy contenta abrazandola--. Felicidades. Katey la felicito mientras ellas se miraban a los ojos. Se levanto viendo la angustia en el rostro de su hermana y la abrazo. --No te preocupes, es una noticia maravillosa. Me alegro muchisimo por vosotros, vais a ser unos padres increibles. --Me he enterado esta manana. Queria decirtelo a ti sola, pero tenias prisa y... --Lo entiendo, no te preocupes. --A ver como se lo toma --dijo Darla apartandose. --Se va a cabrear, pero se le pasara. Te quiere mucho --dijo Bernadette cortandoles todo el rollo a sus amigas que las miraron asombradas mientras volvia a su sitio. --?Quien se va a cabrear? ?David? --pregunto Fiona atonita--. ?Por que se iba a cabrear? El tambien estaba alli. ?O no? --Claro que estaba alli --dijo Bernie indignada--. Pero habian quedado que esperarian otro ano porque acaban de mudarse a la casa nueva que ella se empeno en comprar. Eso unido a que han tenido que cambiar de coche, despues de que ella hubiera destrozado el BMW de su marido y que eligieran ese modelo carisimo porque a Darla le encantaba ese Jaguar... Un coche nada practico para llevar el carrito del bebe. --Reprimio la risa mientras era ahora su hermana la que la miraba indignada. --Estas muy graciosa. --Esa soy yo, la tia graciosa. --Sonrio con carino. --Te pidio un ano para recuperarse porque lo ha invertido todo en esa casa, pero no tienes que preocuparte porque te perdonaria cualquier cosa. --Dios... Menuda mierda. --?No lo quieres? --pregunto Katey impresionada--. Si siempre te han encantado los ninos. --Claro que lo quiero. Ahora ya esta aqui. --Preocupada miro la mesa de al lado bajando la voz. --Pero no lo deseabamos ahora. Ninguno de los dos. Ademas el trabaja muchisimo y decidimos que no fuera en este momento, porque cuando sea padre quiere dedicarle tiempo a sus hijos. Tiempo que ahora no tiene. --?Y que vas a hacer? --pregunto Fiona preocupada. --Tendremos que fastidiarnos porque esta aqui. Ni loca voy a abortar. --David tampoco querria algo asi --dijo Bernie preocupada porque debia ser uno de los momentos mas felices en la vida de su hermana. Le sonrio--. Sereis unos padres maravillosos. La miro a los ojos y vio un pequeno brillo de ilusion. --?Eso crees? --Por supuesto --dijeron todas asintiendo.

  • El caso Emily Dumont de Dylan Martins

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    La hija de una adinerada familia parisina ha desaparecido. El inspector Cloutier, nuevo en el departamento, sera el encargado de llevar el caso junto a la subinspectora Bellamy, una mujer que, ademas de convertirse en su companera, sera tambien quien le demuestre que el amor siempre nos da una segunda oportunidad.
    La desaparicion de la joven y todo lo que provocara se convertira en una obsesion para ambos, uniendolos mas alla de una amistad laboral por un fin comun: encontrar a Emily y descubrir toda la verdad.