• la colmena de cristal mar del plata - P.M. Hubbard

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    LA PINTURA ESTABA DESCASCARANDOSE, pero el letrero aun era legible. "Muebles y Antiguedades", decia. Retire el pie del acelerador, por simple reflejo. Nunca se sabe, sobre todo en estos pueblitos perdidos. Las grandes ciudades y los lugares turisticos son una perdida de tiempo. Ya no queda practicamente nada en ellos y lo poco que hay tiene precios especulativos, bastante mas altos que las cotizaciones realistas de Londres. Pero aquel era un pueblo industrial de tercera categoria y la tienda, ubicada en una calle apartada, parecia atiborrada de trastos viejos. Estacione el auto a mano izquierda, en la esquina de una callecita lateral con casas de ladrillo de una fealdad sin redencion. Baje y me puse un impermeable viejo. Por mas que mi acento me delatara, al menos no parecia un turista. Podia estar alli por negocios. Pase delante de la vidriera, atestada de objetos de toda laya. Senti un leve mareo y supe que en mi sien derecha habia empezado a latir una vena. Es bastante extrana, esta pasion de coleccionista. No se que opinan los psicologos al respecto, pero estoy convencido de que es un sucedaneo de alguna emocion mas profunda. No precisamente del sexo, creo. Mas bien de ese instinto de cazar o de acopiar comida que se remonta al Mesolitico. Es indudable que es una enfermedad de la civilizacion, y la mayor parte de las civilizaciones prefieren formalizar el sexo en lugar de ocultarlo. Por otra parte, aunque se que nada es mas facil para un coleccionista que burlarse de otro, seguramente lo que uno colecciona hace la diferencia. A veces puedo ser un poco ridiculo, pero el hombre capaz de matar por una marquilla de cigarrillos es obviamente un enfermo. Volvi sobre mis pasos, abri la puerta y entre en la tienda. La puerta hizo sonar un timbre electrico --no por nada estabamos en la Gales industrial--, pero adentro no habia nadie. El interior estaba repleto de objetos casi hasta el techo. Ignore los muebles y los bronces, los rollos de alfombras y las pilas de frazadas dobladas cuyos duenos habian muerto hacia tiempo. Espie entre ellas, pero detras no habia nada. Camine hacia los estantes ubicados en el fondo de la tienda. Habia algunas porcelanas, una de ellas probablemente valiosa para alguien interesado en esa clase de cosas, y detras tres hileras de cristaleria polvorienta. El hombre aparecio de repente detras de un armario de caoba. Debia de haber una puerta en la pared lateral. Se lo veia un poco enclenque, pero no decrepito. Es probable que cobrara alguna pension y que la venta de objetos usados fuera solo una actividad secundaria. Tenia la tipica cara de furia anticipada de los galeses. Dije: "Buenos dias, disculpe la molestia", porque senti que el tipo esperaba que me disculpara por el solo hecho de haber entrado en la tienda. Saludo con un grunido, pero su desconfianza permanecio intacta. --Me preguntaba si tendria algo donde se pudiera colocar un ramo de flores --dije--. Algo pequeno. A una sobrina mia le encantan las cosas viejas. Aparto sus ojos de los mios con reluctancia, como si al hacerlo perdiera la oportunidad de descubrir que buscaba. Recorrio el interior de la tienda con una mirada desganada. --No se --dijo--. ?Una especie de jarron? --Si, o una jarra vieja, un tazon o algo por el estilo. Incluso una copa de cristal vieja. No quiero nada demasiado grande. --?No vio nada en la vidriera? --pregunto. Seguia queriendo saber por que habia entrado. --La verdad es que no mire con demasiada atencion. Puede que haya algo. Tome una lecherita eduardiana y la hice girar entre mis manos, incitandolo a que fuese hasta la vidriera y me dejara solo. Vacilo un poco, pero luego camino hacia la vidriera. Movio una mesa y un par de marcos de fotos se desplomaron en medio de una pequena nube de polvo. Mascullo algo y se inclino para recogerlos. Yo estaba ya frente al estante de la cristaleria, examinando lo que habia detras de las jarras cascadas y de los toscos vasos de vidrio soplado. Tenia la boca seca. El cristal del siglo dieciocho tiene un brillo inconfundible. Aun hoy considero que no hay por que avergonzarse de la pasion que despierta, a menos que no puedas controlarla. Es un producto caracteristico del ultimo florecimiento de nuestra civilizacion, antes de que la revolucion industrial trajera prosperidad y mecanizacion. Fue entonces cuando empezaron a agregarle carbonato de sodio al cristal, incluso al de buena calidad, hasta transformarlo en pasta barata. El apogeo duro apenas unos cien anos, desde que los fabricantes aprendieron a modificar la formula de George Ravenscroft para evitar que el cristal se cuarteara y el momento en que abandonaron la magia natural del centrifugado por el brillo artificial del molde. Fue un periodo en que todo lo hacian bien, por mas que fuese una jarra de cerveza para una taberna o una "flauta" para contener la efervescencia del primer y rustico champan. Fabricaron miles y miles de copas hermosas, que hoy estan todas rotas y enterradas a excepcion de unas pocas que han sobrevivido para avergonzarnos y deslumbrarnos. Son todas "piezas de coleccion" que ya casi no se encuentran por ninguna parte, salvo precisamente en museos o en colecciones privadas. Lo oi regresar de la ventana y me volvi hacia el con una expresion de interes. Traia una jarra cervecera de peltre y un cuenco de bronce de Birmingham. --Tengo estas --dijo. Tome la jarra cervecera y la estudie detenidamente. --Podria ser --dije--. Aunque en realidad busco algo mas pequeno. La coloque en un rincon vacio de la mesa polvorienta. Puse la lecherita de porcelana floreada junto a ella. Luego me volvi hacia el estante de la cristaleria y baje el horrendo vaso de la primera fila. Ahora podia ver con mayor claridad lo que habia detras. Solte un grunido de asombro y lo alce procurando manipularlo con torpeza. "Que cosa mas rara", dije. Mi voz sonaba completamente artificial. Era una copa de cristal de Newcastle completamente ronosa y en optimo estado, de unos veinticinco centimetros de altura, con un caliz de una redondez perfecta apoyado sobre un magnifico balaustre con varios nudos. --Me pregunto de donde habra salido --dije. Me miro con suspicacia. Era un ignorante pero tambien un negociante nato, como todos los de su clase, y habia percibido algo de mi excitacion. --Es cristal antiguo. No se ven muchas asi. La tomo y se puso a lustrarla bruscamente con un trapo grasiento. Mi mano estuvo a punto de arrebatarsela, pero logre controlarme. La observaba girar entre sus manos, mientras me pasaba la lengua por los labios. Al cabo de un rato la coloco sobre la mesa junto a las otras dos. Ahora se veia mas limpia. La calidad del cristal saltaba a la vista. --Es rara, ?no es cierto? --dije. Todavia sonaba un poco asombrado. El guardaba silencio. No me sacaba los ojos de encima ni por un instante. Observe las tres piezas sobre la mesa: la jarra maciza e inofensiva; la horrenda lecherita; y la copa de cristal absolutamente perfecta. Alce la lecherita, la examine meticulosamente y volvi a dejarla en el estante. --?Supongamos que llevo estas dos? --pregunte. Miro la copa y volvio a mirarme, varias veces. Su sentido comun luchaba contra su sordido instinto de comerciante, que le decia que algo andaba mal. --Le dejo la lecherita en diez chelines. --?Cuanto...? --exclame. Tenia la garganta completamente seca y no me salia la voz. Tosi y dije--: ?Y que hay de la copa, entonces? --Eso es cristal antiguo --repitio. Me miro y decidio arriesgarse--: Tendria que cobrarle... --Se callo y pude ver dentro de su cabeza una rueda que giraba marcando una cifra tras otra, mientras trataba de decidir donde detenerla--. Tres libras por la copa. Era el momento. Silbe y lo mire azorado. --Es un poco cara, ?no le parece? --dije--. No me parece que sea algo tan especial, ?verdad? Una mirada de alivio inundo sus ojos. Temia que me precipitara sobre la copa. --Es cristal antiguo --repitio. --No digo que no me guste, pero tres libras es demasiado, ?no cree? Guardo silencio y fingi pensar en el precio. Dije: "Veamos..." y saque la billetera. Mire dentro de ella como si no estuviese seguro de cuanto dinero tenia ni de cuanto podia gastar. El seguia mudo. Extraje cuatro billetes de una libra y se los ofreci. Otra vez fue presa de un ataque de furia contenida, pero termino por tomar el dinero. Alce la jarra con la mano izquierda y, con sumo cuidado, la copa de cristal con la derecha. Nos quedamos quietos, mirandonos. --Si me da los diez chelines de vuelto... --dije. Ahora yo tenia la voz ronca y los ojos del hombre brillaban de resentimiento. Se quedo ahi parado, con los billetes en la mano. Luego extendio la otra mano y dijo: --?Quiere que se la envuelva? Dijo la, no las. Negue con la cabeza, coloque cuidadosamente las manos sobre el pecho y pase por delante de el rumbo a la puerta de la tienda. --Ey... --dijo, y salio detras de mi--. Cambie de opinion. No la vendo. --Ya la vendio --dije. Tendio las manos; con una aferraba los billetes y con la otra trataba de agarrar la copa. --Ya la vendio --repeti--. Le puso un precio, que yo acepte y pague. Usted tiene el dinero. Yo tengo la copa. La operacion esta cerrada. Ya no puede echarse atras. --?Como se cuanto vale? --dijo--. Algunas de esas copas antiguas valen una fortuna. --Esta vale tres libras --dije--. Ese es su precio de mercado. Acabo de comprarla por esa cifra. ?Que cree que hare? ?Venderla de inmediato y obtener una buena ganancia? Extendio bruscamente la mano como si quisiera atraparme... precisamente a mi, que estaba parado alli sosteniendo ese objeto fragil y bello sin proteccion alguna. Senti que se me cerraba la garganta de la furia ante semejante ignorancia y ciega codicia, y con la mano izquierda alce la pesada jarra de peltre y la interpuse entre su cabeza y la mia. Su mirada debia de seguir clavada en mis ojos, porque lo que vio lo hizo retroceder y retirar velozmente la mano. La furia todavia me cortaba el aliento, pero el momento critico habia pasado. Volvia a tener el control de la situacion. --?Va a llamar usted a un policia o prefiere que lo llame yo? Le dira lo mismo. La compre, pague por ella y ahora es mia. La jarra de peltre sono al chocar contra el picaporte de bronce mientras abria la puerta con la mano izquierda. Salio detras de mi, pero mantuvo la distancia. --Es una maldita estafa --dijo--. Eso es lo que es. Una maldita estafa. --Cuenteselo a la policia --dije. Me aleje caminando por la vereda balanceando la jarra y sosteniendo la copa de cristal contra el pecho. Me siguio unos pasos, cambio de idea y regreso corriendo a la tienda. Lo observe hasta que entro y corri hasta la esquina. No habia nadie en la calle lateral y fui directo a mi auto. Envolvi la copa en sucesivas hojas de The Times, procurando que el precioso y delicado tallo quedara bien protegido. La calle seguia desierta. Coloque con cuidado el paquete en el baul del auto, me sente en el asiento del conductor y espere sin apartar los ojos del espejo retrovisor. No habian pasado quince segundos cuando el hombre cruzo el otro extremo de la calle. Lo acompanaban dos muchachos fornidos. Pasaron sin siquiera mirar la luneta del auto. Hice una clasica vuelta de tres puntos, regrese a la calle principal y gire a la derecha. Mientras pasaba frente a la tienda vi a una mujer en la puerta, esperando el regreso de los guerreros. Era horrorosa. Tampoco me vio. Conduje varios kilometros por la misma ruta por la que habia entrado en el pueblo y al llegar a un cruce tome un camino lateral. El campo era verde y frondoso, pero no podia librarse del todo de los olores de la ciudad. La proxima salida bien podria llevarme a Ambridge, el pueblo ficticio donde transcurre ese programa de radio, Los Archer. Detuve el auto y con el paquete en la mano atravese caminando un prado hasta llegar a un arroyo. Me arrodille en la orilla, aparte una a una las hojas de The Times y lave la copa suavemente con las yemas de los dedos en el agua clara, aflojando la mugre aneja y quitando las manchas que habia dejado el trapo grasiento del vendedor. A medida que la acariciaba con los dedos, la copa iba recuperando asombrosamente su brillo y cuando la alce para contemplarla, al fin, estuve a punto de quedarme sin aliento. --?Que es? ?Algo que acaba de encontrar? --dijo el hombre. --De comprar --dije. La reconoci enseguida. Era la voz de Jack Archer. Asintio con la cabeza. --Que hermosura --dijo. Hablaba en serio. El hombre de campo todavia es, en general, civilizado--. Vale mucho, ?no es cierto? --Dificil saberlo --dije--. Los precios cambian todo el tiempo. Treinta libras, tal vez. Lanzo un silbido en senal de admiracion. --?Cuanto pago por ella? --Tres --dije--. No, tres libras con diez chelines --agregue, porque nunca recibi el vuelto. Asintio con la cabeza, alegremente. --Es una suerte encontrar algo asi. ?Usted se dedica a comprar y vender? --No --dije--. Es para mi. --Ah, mejor asi. Me alegro que la haya pagado tan barata. Volvio a asentir con la cabeza y se alejo chapoteando delicadamente en el pasto mojado. Lo adore tanto como habia odiado al hombre de la tienda. Envolvi de nuevo la copa, colocando hacia adentro el lado limpio del papel, y regrese al auto. Sentia ganas de cantar. Cuando llegue a casa volvi a lavarla con agua tibia y un detergente suave. Luego la coloque sola sobre una mesa, en el centro de la habitacion, y me sente a contemplarla. Y despues busque los libros. Ese es uno de los mejores momentos. No importa cuanto sepas, siempre hay algo que se te escapa o algun dato que necesitas confirmar. Pero sobre todo es como si estuvieras mostrando la copa por primera vez a alguien, para comprobar si tu conviccion apasionada resistira la fria luz que arroja el juicio de un experto. Es una experiencia aterradora y casi nunca definitiva, porque no hay dos copas iguales. Puede que algun autor haga una descripcion fiel de ella, pero no siempre resulta completa ni categorica. Otro tiene una fotografia de una copa muy similar, pero discrepa con la datacion o la procedencia propuestas por el primer autor. Tienes una pieza fabricada por un artesano con nombre y apellido en una epoca y un lugar determinados y es posible que hayan existido varias docenas casi exactamente iguales. Pero ya nadie recuerda aquel nombre, y la epoca y el lugar son materia de conjeturas y de opiniones encontradas entre los expertos. Ademas, casi todas las otras piezas se hicieron anicos hace tiempo. Perfecto en si mismo, este objeto ha llegado a tus manos sano y salvo luego de doscientos anos de precaria existencia. Pero nunca sabras toda la verdad acerca de el. Finalmente, hice lo que hago siempre. La llene, despues de Dios sabe cuanto tiempo de sequia y de vacio, con un buen clarete que bebi solemnemente, preguntandome quien habria sido el ultimo en beber de ella y que. Luego la lave y la puse de nuevo en su lugar. Apenas oyo mi voz en el telefono, David solto un gemido. --Oh, Dios, ?que encontraste esta vez? --dijo--. ?Podre soportarlo? --Una Newcastle --dije--. De unos veinticinco centimetros de altura. Caliz acampanado, luego dos nudos, balaustre con "lagrimas", doble anillo y termina en un pie alto y concavo. Sin un solo defecto. Se hizo una pausa y dijo: --Repitelo. Lo repeti. --?Donde diablos la encontraste? --En una tienda de compraventa. --Maldito seas --dijo--, maldito seas. Ire a verla manana, ?de acuerdo? --De acuerdo. --?Viste el numero de julio de Cristal Antiguo? --No. Lo tengo aqui, pero todavia no lo he mirado. ?Por que? --Levinson --dijo--. Adivina. --Dime. --Una tazza de Verzelini. Con dedicatoria grabada. Absolutamente increible. --No existe --dije--. Dicen que es un invento de el. --Ahora si existe --dijo David--. Levinson la tiene. Dedicada a la reina. --No lo creo. --Hay fotos. Y Levinson sabe lo que dice. A menos que quiera enganarnos a todos. --?Levinson? No --dije. --?No? Muy bien, alli la tienes. Mirala con tus propios ojos. --Eso hare --dije. Colgue el tubo, arrastre hacia mi la revista por encima de la mesa y rasgue el sobre. Un titulo cruzaba la tapa. "Una tazza Verzelini", decia. CAPITULO II CRISTAL ANTIGUO ERA UNA DE LAS REVISTAS ESPECIALIZADAS mas bellamente producidas del mundo. Mirarla y aun tocarla era, para cualquier persona civilizada, una delicia. Para cualquier aficionado, a esa perfeccion estetica sumaba algo de la santidad de las Sagradas Escrituras; era como lo que debio de haber sido el salterio de Luttrell en epocas menos sofisticadas y mas religiosas. No es que Cristal Antiguo aspirase a ejercer una autoridad definitiva. Su linea editorial, si es que la tenia, se concentraba en los aspectos menos eruditos de su objeto de estudio. Pero todos sus colaboradores eran autoridades en la materia y sus paginas eran el foro natural para quien tuviese algo que decir acerca del cristal antiguo. Era forzosamente una publicacion excedida en colaboraciones y siempre necesitada de suscripciones. La suscripcion anual costaba veinte libras. La circulacion era un secreto que solo conocia su dueno, Peter Sarrett, que tambien la dirigia y que al parecer vivia enteramente para ella. Pero era evidente que la revista daba perdidas. Ahora esta muerta, al igual que Peter. Se publico durante seis anos y sus veinticuatro numeros, sobre todo la coleccion completa, valen hoy en dia bastante mas que su precio original. Se decia que Peter vivia de rentas y de hecho debia de ser cierto. Porque fuera cual fuese la fuente de su dinero, no era ciertamente Cristal Antiguo. Ahi era donde lo gastaba.

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    22 nov 2019 — Argentina · China · Exportación · La Colmena de Cristal · Leonardo Sarquís · Mar del Plata · miel · Sierra de los Padres ...

  • La colmena de cristal de P. M. Hubbard - La Bestia Equilátera

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  • Garcia Lorca Poesia Completa | BIBLIOTECA ARMONICA

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    Tu juglar fue un mancebo con escamas de plata ... al contemplar las gotas muertas en los cristales. ... La colmena es una estrella casta,.

  • Otras maneras de usar la boca de Rupi Kaur

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    Otras maneras de usar la boca habla, de una forma contundente y poderosa, de como superar los golpes de la vida: el abuso, el desamor, la perdida y las ideas preconcebidas sobre la feminidad. Siempre impactantes, los versos de Kaur llenan de fortaleza al lector, que siente esas palabras como suyas y la necesidad de transcribirlas y compartirlas.

  • El despertar de las gargolas de Lorena A. Falcon

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    Una fantasia oscura sobre el poder y la rebelion de una mujer.

    ?Acaso el poder no es para usarlo?

    Tura siempre quiso una vida mejor y ahora lo tiene todo al alcance de la mano: magia, poder y su independencia. El reino la necesita para sobrevivir, ella ya no necesita a nadie, ?o si? ?Acaso tiene la fuerza para luchar contra los hombres que quieren controlarla, los enemigos que acechan tras los muros y su propio deseo? Pronto se encuentra a punto de perderlo todo y con el enemigo atravesando las murallas.

  • Cuando el amor es eterno de Caroline Mickelson

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    Cuando Ava McKenna dejo el vecindario donde habia crecido, nunca planeo mirar atras. Y durante diez anos no lo hizo. No hasta que Mateo Ortega, el atractivo y encantador muchacho de la casa de al lado, aparecio para pedirle ayuda. Mateo necesitaba un favor; en realidad, necesitaba una falsa prometida, y penso que Ava seria la mujer perfecta para la farsa. Ava sabia que le debia un favor a la familia Ortega pero, cuando miro a los esplendidos ojos marrones de Mateo, se dio cuenta de que saldar la antigua deuda podria poner en peligro su corazon.

  • Hanka 753: Basado en la vida de Hanka Dziubas Grzmot de Alejandro Parisi

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  • La venganza de Candy Townsend de Kate L. Morgan

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    !Era feliz! !Era su momento esperado! Y, sin embargo, sentia que algo fallaba. Lady Candy Townsend, miro los diferentes regalos que llegaban al hogar de sus padres. Los traian desde todos los rincones del reino. Su padre, segundo hijo del baron de Thistle, no se habia dedicado al sacerdocio como era propio en los hijos segundos, todo lo contrario, se habia forjado una reputacion como juez, y tenia muchisimos amigos y conocidos que lo respetaban. Ella se habia criado entre la elaboracion de las leyes del parlamento, y juicios a delincuentes, pero habia sido una nina feliz y se sentia amada por su madre y por su padre. La muchacha de cabellos de fuego y ojos de color celeste como una tarde de verano, observo atenta su vestido de novia. Habia sido confeccionado por la mejor modista de Londres; Madame Roswell. El corte, al mas puro estilo victoriano, tenia un diseno muy voluminoso de gran falda y mangas abullonadas, escote con volantes y cola de tres metros. Estaba cosido en tafetan de seda de marfil del vestido de novia de su madre, encaje antiguo del velo de novia que habia pertenecido a su abuela, y que habia sido bordado con hilos de plata y mas de cinco mil perlas. El resto de tejidos con los que habia sido confeccionado provenian de artesanos tradicionales ingleses. Candy miro su anillo de compromiso; una impresionante esmeralda rodeada de diamantes que se veia demasiado grande en una mano tan pequena como la suya. Sentia nerviosismo, pero se tranquilizo porque era algo habitual en las novias. Su prometido era el tercer hijo del conde de Magpie, un hombre de florida verborrea y mirada vacua que apenas le prestaba atencion. Ella se habia quejado varias veces porque le extranaba la actitud de su prometido, pero su madre, Olivia Townsend, le habia dejado muy claro que un hombre del talante y linaje de su prometido, no perdia el tiempo escuchando la palabreria de una muchacha ignorante como ella. Esa descripcion de su madre no le habia gustado nada, pero era una hija obediente. Por eso, no tuvo que esforzarse mucho en convencerla, y en asegurarle que despues de la boda todo cambiaria para ella, pero Candy se hacia muchas preguntas. El noviazgo era el momento mas dulce para una mujer, sin embargo, ella veia a su prometido en contadas ocasiones, y siempre acompanado. Todavia no conocia lo que era un beso apasionado y caricias lujuriosas que habia leido en novelas de romance, y ese desconocimiento la hacia sentir impaciente. Porque aunque lo ocultaba bajo una fria indiferencia, su cuerpo bullia de pasion. Ansiaba ser besada, acariciada, pero tendria que esperar a la noche de bodas para dar rienda suelta a todos esos sentimientos que burbujeaban en su interior. Su madre le decia que desear era pecado, pero ella no podia sentirse una pecadora. Si Candy fuera una muchacha docil, si fuera obediente, y nada impulsiva, ahora se encontraria viajando por el mundo y probandolo todo, pero era una hija aplicada, y esperaba el dia de su boda como toda muchacha de su edad. Era lo propio. Era lo justo, pues sus padres anhelaban ese dia mucho mas que ella pues estaban encantados con la boda de su unica hija, porque ello les permitiria entrar en el estrecho y cerrado circulo de la alta nobleza. Candy sabia que jamas le faltaria de nada, que tendria todo aquello que deseara porque la fortuna del conde Magpie era de sobra conocida. Entonces, ?por que sentia en lo mas profundo de su corazon que algo no encajaba? ?Que sentia que le faltaba? Se pregunto por enesima vez. Estaba asustada por lo que el destino le tuviese preparado. Ella sabia que no era muy hermosa, sobre todo por su color de cabello tan escandaloso, pero tenia buen corazon e iba a ser la companera adecuada pues habia sido instruida desde la ninez para ser la esposa perfecta. Se consolo diciendose que lo mas destacable de su persona eran sus ojos de color celeste, porque estaban acompanados de largas pestanas bajo unas perfectas cejas cobrizas que los realzaban. Sentia nerviosismo, y se tomo un tiempo para tranquilizarse porque debia llevar algunos regalos a la casa que seria su hogar despues de la boda. Una bonita mansion a orillas del Tamesis con un bonito jardin delantero. A pesar del nerviosismo, una sonrisa se dibujo en su rostro. Su madre habia aceptado que pasara el fin de semana con sus queridas amigas, Aline y Melany, en la pequena casita de Combe Down, donde podria despedirse de su solteria en una fiesta intima donde solo estarian ellas tres. Incluso habian prescindido del servicio. Candy se coloco la capa sobre los hombros, se puso los guantes, y se ajusto el sombrero. Pensaba entretenerse lo minimo posible en su futuro hogar porque tenia poco tiempo para arreglar su valija con las prendas que necesitaria en su breve viaje. Sonriendo, salio del hogar de sus padres sin sospechar el cambio tan drastico que iba a sufrir su existencia. Todo iba a cambiar para ella en cuestion de minutos. La vida le tenia reservada una gran sorpresa que cambiaria su vida para siempre. Cotswolds, tierras de Bath Aline Rawson arreo las monturas mientras seguia conduciendo la calesa por el estrecho camino rural. Llegaba tarde y lo sabia. La sinuosas curvas hacia dificil que pudiera conducir de forma mas rapida, pero ella, que solia ser prudente en demasia, se intranquilizaba por momentos, pero confiaba en sus sementales. Manejarlos era un autentico placer, aunque sus amigas no pudiesen comprender por que motivo les tenia tanto carino. Respirar el aire de la campina inglesa le levantaba el animo mejor que cualquier conversacion estimulante con un caballero de lengua dulce y manos atrevidas, pero le preocupaba la discusion que habia mantenido esa tarde con sus padres, y de los interrogantes que habia dejado sin resolver. Volvio a centrar su atencion en el camino porque solo faltaban unas millas, y ya habia pasado el pequeno pueblecito de Marshfield. Ella y sus dos amigas del alma iban a hospedarse en una casita de dos plantas en el bello pueblecito de Combe Down en pleno corazon de Cotswolds, muy cerca de Bath, una villa turistica ubicada en el campo ondulado del suroeste ingles, conocida por sus termas naturales y la arquitectura georgiana. El padre de Aline era el tercer hijo del baron de Lark, una familia con un titulo menor, pero con una herencia considerable. Y entonces se dedico a pensar en las familias de sus dos amigas del alma. El padre de su amiga Candy era el segundo hijo del baron de Thistle, pero no se habia dedicado al sacerdocio sino que era juez. Y el padre de Melany era el baron de Turtledove, pero estaba en la mas absoluta ruina. Las tres amigas vivian cerca de Londres, y, aunque estaban en edad casadera, solo Candy estaba prometida al segundo hijo del conde de Magpie, y la boda iba a celebrarse en breve. Ese era el motivo para que las tres amigas hubieran decidido hospedarse en Combe Down, la casita de Maggie Rawson, su unica tia, que era una adorable ancianita que siempre la ayudaba a mantener encuentros fraternales alejadas de los padres de todas, pero sobre todo de su hermano el baron que ejercia un ferreo control sobre su unica hija. Para la tia Maggie, Aline era su sobrina favorita, y se lo demostraba cada vez que podia. La encantadora vivienda era muy antigua, y, aunque su tia nunca ponia pegas o trabas para que ella la disfrutara de vez en cuando, en esa escapada solo iban a ocupar la primera planta. Miro hacia la curva que se cerrada hacia la derecha, y, aunque lo intento, no consiguio vislumbrar el bosque de castanos, ese lugar conseguia conmoverla por su quietud y paz. Aline creia que faltaban solo doce minutos para las seis, se cerro demasiado en una curva, y tuvo que sujetar mejor las bridas. La conduccion tan temeraria que estaba ejercitando echaba por tierra anos de buen juicio y sensatez. Menos mal que su padre no podia verla. Tomo una doble curva, y vislumbro el pueblo frente a ella. Las estrechas calles empinadas estaban desiertas a esa hora, pero Aline no se sorprendio. El mes de abril estaba siendo muy frio en comparacion con otros, fue pensarlo, y percibio un escalofrio involuntario que la recorrio de pies a cabeza. Ya vislumbraba la casa. Observo humear la alta chimenea, y llego hasta su nariz el olor de la lena quemada. Aparco la calesa en el granero donde antano se resguardaba a los animales, su tia Maggie lo habia reformado recientemente. Nada mas descender del vehiculo, sus zapatos se hundieron en el barro pues habia llovido el dia anterior. Sus medias y zapatos eran demasiados finos, pero ella no habia tenido tiempo de cambiarse, habia salido directamente en direccion a Bath porque no queria llegar demasiado tarde, aun asi el trayecto habia durado demasiado. Saco la pequena maleta, y dirigio sus pasos hacia la calidez de la casa. Se moria por una taza de te. Cuando llego al interior, deposito la maleta en la entrada y dirigio sus pasos hacia el salon donde podia oir la voz de Melany. En el momento que abrio la puerta y fijo sus ojos en sus amigas, una amplia sonrisa se dibujo en su rostro. Las dos mujeres que estaban esperandola desde hacia cuatro horas, se levantaron al unisono para dirigirse directamente hacia ella. --!Llegas tarde! --la firme voz de Melany le arranco una sonrisa conciliadora. --Lo se, pero queria salir de inmediato. Tanto Melany como Candy miraron al unisono el atuendo de Aline y levantaron los ojos al cielo. --!No te has cambiado el vestido de fiesta! --exclamo Melany con tono incredulo, pero Aline no le permitio continuar. --?Crees que no lo se? --trato de justificarse--. Si me hubiese cambiado de vestuario, mi madre habria impedido mi marcha --le contesto--. He tenido que correr mucho y ser sigilosa. Melany resoplo de forma poco femenina al escucharla. El control que ejercian los padres de Aline sobre ella le parecia inhumano. --?No le has dicho a tus padres que ibas a pasar el fin de semana en Combe Down? No puedo creerlo --la recrimino--. Pues deberias haberlo hecho. Aline sonrio ante el tono aspero de su amiga. Nadie en el mundo manejaba el sarcasmo como ella, si bien al sentirse reganada, entrecerro los ojos suspicaz, y miro su semblante adusto. En ocasiones detestaba la forma franca que tenia de decir las cosas, pero callo en un intento de que el fin de semana fuese lo mejor posible, y, por ese motivo, clavo los ojos en la copa que sostenia Candy entre sus manos. --Yo tambien quiero un poco de eso --dijo con una sonrisa en los labios. Aline hizo un gesto con la cabeza hacia la copa que sostenia Candy. --?Champan? Te recuerdo que tu bebes unicamente te y limonada fria --le recordo. Aline hizo un gesto exasperado con la cabeza, ella tambien bebia champan cuando asistia a los espectaculos en Covent Garden. Que sus amigas la considerasen tan anodina, la preocupaba. --Pero ahora he decidido beber lo mismo que vosotras. Aline tomo asiento en el unico lugar vacio frente al enorme hogar encendido, cogio la copa llena con el dorado liquido que Candy le acerco amable. --Hoy brindaremos por el dulce y maravilloso futuro que se abre ante ti, por el esposo que te hara la mujer mas feliz del mundo, y porque veremos con nuestros propios ojos que la prosperidad te inunda y llena tu vida por completo --le dijo Aline con una sonrisa genuina. Melany hizo una mueca al escucharla. --Es increible, Aline, lo empalagosa que te pones en ocasiones --la carcajada de Candy al escucharla no se hizo esperar. Melany fijo sus ojos en ella. Tenia en el rostro una mirada que no habia visto nunca. Candy levanto la copa con ojos chispeantes, y, sin previo aviso, les espeto a ambas. --Por el bastardo de mi prometido. !Ojala le estalle el corazon dentro del pecho! --tanto Aline como Melany clavaron sendas miradas con asombrosa incredulidad en el rostro de ella. La miraron beberse de un trago la copa y volver a llenarsela sin una duda--. ?Que...? ?No os ha gustado mi brindis? --las dos seguian con las copas todavia llenas si bien la apuraron de un trago. El silencio que reino en la pequena sala por unos breves instantes, fueron el preludio del caos que acontecio poco despues. Candy comenzo a maldecir, a mascullar y blasfemar de tal forma, que habria conseguido sacarles los colores a unas verduleras en el mercado. Tanto Melany como Aline estaban asombradas. No conseguian entender su arranque inesperado, y la miraban indecisas ante la noticia sorprendente. Tanto Aline como Melany eran conscientes de que Candy era la mas prudente y comedida de las tres. Candy ceso en su retahila de insultos hacia su prometido, e inspiro profundamente antes de volver a sentarse como si nada hubiera ocurrido. Como si por sus labios no hubiera salido semejante aluvion de insultos. Melany, fue la primera en romper de nuevo el silencio --?Que ha sucedido? --le pregunto. Aline estaba realmente preocupada. --?Es algo serio? --se intereso la otra en un tono suave. Candy solto una carcajada ausente de humor, y, de pronto, los ojos se le llenaron de lagrimas que apenas pudo contener. Aline se levanto presurosa de su asiento y encauzo los pasos hacia ella. Cuando llego a su lado, la abrazo fuerte. Ese detalle consiguio desbordar la presa que Candy intentaba contener a duras penas. No queria molestar a sus dos amigas del alma. Melany seguia mirando en silencio a sus jovenes amigas, y un suspiro amargo broto de su garganta ante la infelicidad que empanaba ese momento. Eran amigas desde siempre, tanto Candy como ella habian nacido en Basingstoke, salvo Aline que era de Newbury, pero las tres habian asistido al mismo colegio de senoritas, y seguian estando tan unidas como cuando eran adolescentes llenas de inseguridades.

  • Razones para seguir viviendo de Matt Haig

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    Hace trece anos pensaba que esto no podria ocurrir. Iba a morirme, ?sabes? O a volverme loco. Era imposible que siguiera aqui. A veces dudaba incluso de poder aguantar diez minutos mas. Y me resultaba imposible pensar que llegaria a sentir la confianza y la seguridad suficientes como para escribir sobre ello. Uno de los sintomas clave de la depresion es que no se ve esperanza alguna. Ningun futuro. No solo no se ve una luz al final del tunel, sino que ambos extremos parecen bloqueados, y tu estas dentro. Asi que si hubiera podido conocer el futuro, saber que seria mucho mas luminoso que cualquier momento que hubiera vivido, entonces un extremo de ese tunel habria volado en pedazos, y yo podria haber visto la luz. De modo que el hecho de que este libro exista prueba que la depresion miente. La depresion te hace pensar cosas equivocadas. Pero la depresion en si no es una mentira. Es lo mas real que he experimentado en mi vida. Por supuesto, es invisible. Los demas, a veces, ni la perciben. Andas por ahi con la cabeza en llamas pero nadie puede ver el fuego. Y asi --porque la depresion es algo oculto y misterioso que, por lo general, no se ve-- el estigma sobrevive. Esto es particularmente cruel para los depresivos, porque afecta los pensamientos, y la depresion es una enfermedad del pensamiento. Cuando estas deprimido te sientes solo, y crees que nadie sufre como estas sufriendo tu. Tienes tanto miedo de parecer loco que lo callas todo, y temes tanto que los demas te tomen por raro que te encierras en ti mismo y no hablas de lo que te sucede, lo cual es una pena, porque hablar de ello ayuda. Las palabras --habladas o escritas-- nos conectan con el mundo, de manera que hablar con la gente sobre lo que nos pasa, y escribir sobre ello, nos ayuda a conectarnos con los demas y con nuestro verdadero yo. Ya se, ya se, somos humanos. Somos una especie que tiende a esconderse. A diferencia de otros animales, nos cubrimos con ropa y procreamos a puerta cerrada. Y sentimos verguenza cuando las cosas nos van mal. Pero podemos superarlo, y la forma de hacerlo es hablar del problema. Y quiza tambien leer y escribir al respecto. Yo lo creo. Porque fue en parte leyendo y escribiendo como encontre una especie de salvacion en medio de la oscuridad. Desde el instante en que me di cuenta de que la depresion mentia sobre el futuro quise escribir un libro sobre mi experiencia, para abordar de frente la depresion y la ansiedad. De modo que este libro pretende dos cosas: reducir ese estigma y --acaso la ambicion mas quijotesca-- lograr convencer a la gente de que el fondo del valle nunca te ofrece las mejores vistas. Escribi este libro porque los viejos topicos siguen siendo los mas ciertos. El tiempo cura. Hay luz al final del tunel, aunque no seamos capaces de verla. Y tras la tormenta siempre llega la calma. Las palabras, a veces, pueden liberarte. UN COMENTARIO ANTES DE ABORDAR DE LLENO NUESTRO TEMA Las mentes son unicas. Se estropean de manera unica. Mi mente fallo de un modo ligeramente diferente de como lo hacen otras. Nuestra experiencia puede coincidir en ciertos aspectos con la de otras personas, pero nunca sera exactamente la misma. Los grandes titulares, como depresion (y ansiedad y trastorno de panico y TOC) son utiles, pero solo si entendemos que no todos los experimentamos de la misma manera. Cada persona vive la depresion de una forma distinta. El dolor se siente de varias maneras, en diferentes grados, y provoca reacciones diversas. Dicho esto, si los libros, para resultar utiles, tuvieran que reproducir exactamente nuestra experiencia del mundo, los unicos que valdria la pena leer serian los escritos por nosotros mismos. No existe una manera correcta o equivocada de tener depresion, ni de sufrir un ataque de panico, ni de querer suicidarse. Todo esto simplemente se da. El padecimiento, como el yoga, no es un deporte de competicion. Pero a lo largo de los anos he descubierto que leer acerca de otras personas que han sufrido, han sobrevivido y han superado la desesperacion ha sido un consuelo. Me ha dado esperanza. Ojala este libro consiga lo mismo. I CAER Pero, al final, uno necesita mas coraje para vivir que para quitarse la vida. ALBERT CAMUS, La muerte feliz EL DIA EN QUE MORI Recuerdo el dia en que murio mi antiguo yo. Todo empezo con un pensamiento. Algo estaba fallando. Ese fue el comienzo. Antes de saber que era. Y luego, al cabo de unos segundos, note una sensacion extrana dentro de la cabeza. Alguna actividad biologica en la parte de atras del craneo, un poco mas arriba del cuello. El cerebelo. Un latido o un parpadeo intenso, como si hubiera una mariposa atrapada dentro, combinado con una sensacion de hormigueo. Yo todavia no conocia los extranos efectos fisicos que la depresion y la ansiedad podian generar. Solo pense que estaba a punto de morirme. Y entonces empezo a fallarme el corazon. Y despues empece a fallar yo. Me hundi, rapido, y cai en una nueva realidad claustrofobica y asfixiante. Paso mas de un ano hasta que volvi a sentirme minimamente norma

  • Snow White (Princesas sin tanto cuento 1) de Jess Dharma

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    ?Te acuerdas de los cuentos de princesas que leias de pequena? Pues si esos te gustaban este no es tu libro. Mi nombre es Blancanieves, una pequena broma de mis padres narcotraficantes, aunque prefiero White. Soy la hija del presidente de The King’s MC y a mi padre le llaman The King, lo que a mi me convierte en la Princess de la banda. Mi progenitor me ha entrenado para ser letal desde pequena y asi estar preparada para ocupar su lugar cuando el no este.Pero un dia aparece con una bruja vestida de leopardo que pretende usurpar el lugar de mi madre muerta, poner la vida de mi padre patas arriba y, de paso, la mia. Algo que me jode de muchas maneras diferentes. Tendre que huir de casa y pedir ayuda a otra banda, los Seven Dwarfs. Donde no solo encontrare ayuda y asilo, sino tambien un presidente que hace que tiemble mi corona.

  • La invencion del viaje de Juliana Gonzalez-rivera

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    Quienes cuentan el mundo son los viajeros. Ellos han escrito el mapa de las cosmovisiones de todas las epocas, sus relatos han hecho imaginar desiertos, mundos helados, imperios y tierras prometidas. El viaje es una vida elegida en la que el unico modelo a seguir es el del ser humano libre. Se trata de conquistar una mirada propia y de renunciar a los simulacros. Pero eso implica muchas renuncias: se descarta la posibilidad de un domicilio fijo, de una vida al uso. Ya no habra banderas para envolverse ni identidades unicas a las que aferrarse. Y se aprende muy rapidamente, por una especie de desarraigo cronico, que deja de existir la posibilidad de sentirse en casa en un unico lugar. No hay regreso, no hay llegada. Viaja solo quien sabe irse, como explico en un verso Pedro Sorela.

  • Sense de Federico Reyes Heroles

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  • Valio la pena de Jorge Dezcallar

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    Jorge Dezcallar de Mazarredo quiso ser diplomatico desde que, de pequeno, escuchaba fascinado las historias que le contaba su tio, el embajador Guillermo Nadal. Una vez que sus suenos se hicieron realidad, su carrera le llevo a Polonia, Nueva York, Uruguay – donde vivio un rocambolesco 23-F-, Marruecos -fue embajador ante Hasan II y Mohamed VI-, Roma –ocupaba la embajada del Vaticano cuando murio Juan Pablo II y el conclave eligio a Benedicto XVI– y Washington, donde de nuevo vivio de cerca la historia con la victoria electoral de Barack Obama.

  • Persiguiendo la verdad de B.j. Daniels

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    Aquella mujer entro en la ciudad a lomos de una moto demasiado potente incluso para muchos hombres, con diez dolares en el bolsillo y una herida de bala en el hombro. Maggie Randolf estaba buscando a alguien y huyendo de alguien. Y no habia previsto encontrarse con un hombre en el que podia confiar… el ayudante del sheriff de Timber Falls. Jesse Tanner iba a tener que convencer a la valiente belleza de que podia protegerla. Pero tendria que atraparla antes de que fuera demasiado tarde.

  • Sin aliento (Sin compasion 3) de W. Winters

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    H 1 . C A RT E R a pasado mucho tiempo desde que alguien intento matarme en mi propia casa. Nadie se habia atrevido a hacerlo. Y aun mas tiempo desde que alguien me apunto con un arma y vivio para contarlo. Apenas puedo escuchar debido al zumbido en mis oidos. He esperado este momento, pero no es asi como pense que seria. Ella me ama, me recuerdo. Ella me ama, joder. Se que es asi. La cara de Aria esta sonrojada y su mano tiembla mientras lucha por mantener firme el arma. Doy un paso hacia ella y ella prepara el gatillo. El clic resuena en las paredes. Si quedaba algo de corazon en mi pecho, se acaba de pulverizar, los pequenos fragmentos disparan oleadas de dolor a traves de mi cuerpo. La sonrisa enfermiza en mi rostro se desvanece incluso mientras lucho por mantenerla en su lugar, concentrandome en esos hermosos ojos color avellana. Ojos que me atrajeron hacia ella, que me suplicaron piedad, que me hicieron sentir mas de lo que he sentido en anos. Ojos que me enganaron. --Suelta tus armas --exige Aria, su voz temblorosa pero clara y fuerte independientemente. Es una jodida locura que en este momento me parezca absolutamente hermosa. Asi de fuerte, esta en su momento en el que se ve mas hermosa. --!Sueltalas! --ella grita con mas fuerza y el arma vacila. Es obvio que nunca ha tenido una antes, o al menos, nunca ha disparado. Sin embargo, me esta apuntando con ella. Podria disparar accidentalmente, y matarme. ?Se arrepentiria? Cuestiono y siento un fuerte tiron en el pecho. Un pozo de emocion amenaza con romper mi compostura. Cada centimetro de mi piel esta entumecido mientras miro el canon de la pistola, sintiendo que todo se desmorona a mi alrededor. Frente al enemigo. Delante de mis hermanos. En frente de ella. --?Carter? --Escucho a Jase sin verlo, preguntandole si deben escucharla o no. Dos de mis hermanos, Jase y Declan, estan detras de mi con pistolas apuntando a tres hombres arrodillados en el suelo. Dos de ellos son sus primos y el tercer hombre es su antiguo amante y amigo. El nombre por el que oro mientras ella estaba en la celda, el unico nombre que estoy cansado de escucharla pronunciar. Los tres son hombres que querian matarnos hace solo unos momentos. Hombres a los que Aria esta protegiendo y dispuestos a matarme para salvarlos. Esos jodidos fragmentos cavan mas profundamente en cualquier herida que me hayan abierto en el pecho. Tragando el nudo en mi garganta junto con la angustia que estoy sintiendo, respondo a Jase, aunque no aparto la mirada de Aria. --Sueltenlas. --Al instante, el alivio se muestra en el rostro de Aria, e incluso relaja el agarre del arma hasta que agrego--: Pero no dejes que esos cabrones las tengan. Nadie tiene un arma-- trago saliva y agrego, forzando una sonrisa en mi rostro, --excepto Aria. El control todavia esta en mi demanda. Me escucharan, todos los que valen un carajo en este lugar lo haran... pero a medida que pasa el tiempo, puedo sentir que se me escapa. Solo puedo imaginar lo que piensa su familia, pero es lo que mis hermanos estan viendo lo que me destroza. Saben que la amo. Y ahora la estan viendo traicionarnos a todos. --Dejalos ir --Aria ordena en un tono mas debil, lleno de una suplica. Visiblemente tragando, finalmente rompe mi mirada para mirarlos. Su asombrada y brusca inhalacion a lo que ella ve me destruye. Su misericordia y compasion por ellos son repugnantes. Ellos vinieron a matarme. Ella sabe eso. Ella podria matarme todavia. La amo. Se que la amo y ese fue mi primer error. La ira aumenta y resuena en mi sangre. Mi cordura finalmente vuelve a mi, endureciendome y recordandome quien soy y todo por lo que he trabajado. Todo se va a derrumbar. Todo por ella. Hubiera hecho cualquier cosa por ella. --Vamonos. --Escucho la voz de Nikolai, baja y llena de dolor. La sangre todavia esta rojo brillante por la herida de su labio y ya se ha formado un moreton en su rostro. Mis nudillos se ponen blancos mientras mi puno se aprieta. Todo lo que necesito es un momento para descargar cada parte de mi agresion sobre el. Quiero romperle la mandibula por atreverse a decirle esas palabras a mi Aria. Nunca senti la rabia como la siento ahora cuando el la alcanza como si pudiera alejarla de mi. Porque el puede. Porque ella esta dispuesta. --Vete --dice ella, y la voz de Aria es fuerte mientras lo mira. Una vez mas, el arma esta floja en su agarre. No parece darse cuenta de lo suelta que esta la pistola en sus manos. Podria tomarla; Podria arriesgarme. Pero correria el riesgo de ponerla en peligro, y mi mirada cae ante el pensamiento. --Ahora --sisea uno de sus primos, tirando del brazo de Nikolai. La camisa se aprieta alrededor de su cuello mientras tira de la tela. Mirandolo desde mi periferia, estoy disgustado, al igual que Nikolai, a juzgar por su expresion. --Ven con nosotros --insta Nikolai, alzando la voz para ordenarle, pero tambien le suplica, y aparto mi atencion de Aria, mirando al hombre que es Nikolai. Me recuerda al chico que una vez fui. Necio e imprudente. Pero el nunca paso por la mierda que yo lo hice. Fue criado en esta vida, no fue arrojado a ella y obligado a luchar para sobrevivir todos los malditos dias. Sin embargo, el cree que puede llevarsela. --Yo me quedo --dice Aria con autoridad antes de que yo pueda decir algo. Su declaracion hace que Nikolai se estremezca. Un poco de esperanza revolotea en mi pecho. Mi garganta se aprieta y me duele el pecho, sintiendo como si estuviera a punto de abrirse de par en par. Ella se queda. --!No tenemos tiempo para esto! --grita uno de sus primos, mirando alrededor del lugar como si en cualquier momento yo fuera a cambiar de opinion y los fuera a matar a todos. El tendria razon si no fuera por Aria. Ella los quiere. Ella los eligio. --No me ire sin ti --grune Nikolai y acecha a Aria, listo para llevarsela. Esa es mi senal para alcanzar mi arma. Su reunion ha durado bastante y me niego a dejar que el se la lleve. Nadie me la quitara. Nadie. La adrenalina corre por mi sangre, mi respiracion se hace mas pesada mientras mi mandibula se aprieta. El arma esta caliente en mi mano. Mas caliente que nunca. La mia apunta a Nikolai; la de Aria me apunta a mi. Mi voz es profunda y aspera cuando les digo a los tres--: Tienen dos minutos para correr. --Carter --ella dice, suplicando desesperadamente, pero no tiene lugar para negociar y no me queda piedad, ni siquiera por ella. La ignoro, sintiendo que la rabia de lo que ha hecho se filtra en la medula de mis huesos cuando termino de decir--: y luego abriremos fuego. Mis hermanos se mueven lentamente, alcanzando sus armas mientras la expresion de Aria se arruga por el dolor y se balancea hacia la pared, con su nerviosismo evidente. La mandibula de Nikolai esta tensa, sus ojos azul claro brillando con odio. --Ven conmigo --el dice entre dientes y luego le habla a sus aliados--. !Tomenla! Pero corren, dejandolo solo y dejandola atras. --!Ella tuvo su oportunidad! --Uno de los hombres grita detras de el. Sus tenis deportivos chirrian cuando sus pasos golpean el piso recien pulido. Cobardes. Los hombres de Talvery son cobardes. --Aria, por favor --le suplica Nikolai como si eso le rompiera el puto corazon. Que se joda. --Un minuto --digo entre mis dientes y finalmente el me mira. Mi agarre se aprieta en el arma. Un apreton del gatillo y me desharia de el para siempre. Estoy tan cerca de tirar del gatillo, solo para terminar con todo. El me mira a los ojos y desearia que la mirada que le devolviera fuera suficiente para matarlo. --Vete --ella gime. Mirando primero al arma en mi mano y luego a el. --!Sal de aqui! --ella le grita. --Volvere por ti --el le dice como si ella fuera su amor perdido hace mucho tiempo. Espero que el vuelva por ella. Mis fosas nasales se dilatan y me duele el pecho mientras ella jadea por respirar al verlo irse. Vuelve por ella, Nikolai. Vuelve, asi puedo romperte el maldito cuello. Muerdo mi lengua, saboreando el sabor metalico de la sangre en mi boca. Lo matare asi sea lo ultimo que haga. El todavia esta corriendo lejos de ella. Mis unas desafiladas se clavan en mis palmas mientras mis punos se aprietan y la ira y los celos se mezclan en una combinacion mortal. El rojo sangra en mi vision y es todo lo que puedo hacer para no apretar el gatillo mientras sigue sus movimientos. --Queria decirte --solloza Aria mientras el sonido de Nikolai huyendo se desvanece en el pasillo--. No pense... --?Decirme que? --le pregunto. --Que ellos venian --ella dice con un dolor en la voz que coincide con el que se arremolina en sus ojos. Ella se esta rompiendo, apenas respira y puedo ver el arrepentimiento, el remordimiento. Pero solo una cosa me resuena. --?Tu sabias? --la interrogo y siento un escalofrio recorriendo mi cuerpo que se hunde hasta mis huesos. Nunca me amo. Nunca lo hizo. Proteges a los que amas. Siempre. Y ella no me protegio. Fui un maldito tonto y ella no es la mujer que yo pensaba que era. Ella es una maldita mentirosa. --?Realmente los estamos dejando ir? --La pregunta de Declan atraviesa la bruma de la incredulidad y la traicion. --?Tu sabias? --le pregunto de nuevo, mi temperamento regresa. --Yo, yo... --ella tartamudea, su mirada recorriendo mi rostro, el miedo y el dolor hacen que sus ojos color avellana se llenen de lagrimas. Baja su arma, sin atreverse a apuntarme y dejo caer la mia mientras me acerco a ella, cada paso pesado suena mas premonitorio que el anterior. --?Carter? --Declan grita mi nombre, exigiendo una respuesta. Con cada paso mas cerca de ella, da uno en reversa hasta que sus hombros golpean la pared. Guardo mi arma en la funda antes de arrancar la suya de las manos, aunque ella no se opone. --Carter --Declan llama de nuevo, sin importarle que la mujer que yo amo me engano. Ella sabia que venian a matarme, a matarnos a todos, y no hizo nada. --?Los vamos a dejar ir o no? --pregunta Declan. Con una mano apoyada en la pared sobre la cabeza de Aria y la otra sujetando su cadera, la miro a los ojos, ignorando todo lo que me atrae de su mirada. Ya no puede tener eso. Le estoy quitando ese poder. Sintiendo el dominio del odio fluir a traves de mi y queriendo lastimarla como ella me lastima a mi, respondo a Declan con una voz profunda que es apenas audible.

  • La era del enfrentamiento de Christian Salmon

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    Si en Storytelling Christian Salmon nos mostro la eficacia del arte de la retorica como arma de manipulacion masiva al servicio de la comunicacion, la publicidad y la politica, en esta nueva obra nos explica el cambio de rumbo acaecido en los ultimos anos: el triunfo de contar historias al servicio de los actores politicos ha supuesto el descredito de la palabra publica y, ahora, la conquista de la atencion, al igual que la del poder, se basa en el enfrentamiento.

  • Descubriendo el cerebro de Facundo Manes

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    ?Por que un libro de neurociencia para ninos? Porque es el cerebro el que nos permite percibir, pensar y sentir. Este fascinante organo juega un papel clave en el modo de hacer las cosas que hacemos, en el aprendizaje de cosas nuevas y en la aceptacion de que habra ciertas cosas que nunca podremos hacer sin importar cuantas veces lo intentemos. Los seres humanos tenemos mayores posibilidades en nuestras vidas cuando sabemos mas y entendemos mejor.

  • Solo un dia 1 de Gayle Forman

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  • Angel caido de Anyta Sunday

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    Pax Polo es el intrepido guitarrista de Serenity Free.

  • Princesa, Esclava y Enmascarada de Gema Perez

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    Elena siempre habia estado protegida. Encerrada en las paredes de palacio. Hasta que encontro una salida secreta. Y una mascara con la que presentarse. Supo muy bien a donde ir. A los aposentos de Sir Arthur, el campeon. Alto como una torre. Duro como un muro. Atractivo como un Dios. Y el heroe del reino. Alli se arrodillo ante el. Se ofrecio. Suplico. Y el la dejo usar su espada. Su carne. Dominante. Firme. Protector. Disciplinado. Incontables noches. Secretas. Anonimas. Y entonces todo se supo. Elena no podia esconderse mas. La princesa virgen de dia. Y la puta del campeon de noche. Sir Arthur tuvo que sacar su espada. Su otra espada. Y pelear por su amada. Su princesa. Su esclava.

  • Ya no vamos a las estrellas de Alfonso Gutierrez Caro

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    Es el ano 2182. Tras el apocalipsis, la sociedad humana vuelve a florecer en un mundo dual que parece resistirse a aprender de los errores de otras epocas. Por un lado los selenitas, aquellos que sobrevivieron en la colonia lunar y heredaron la riqueza y la tecnologia anterior al colapso; por otro los que se ocultaron en las entranas de la tierra escapando de una superficie inhabitable durante decadas.
    Ciro, un joven huerfano que cree saber como funciona el mundo, se vera obligado a vagar por una tierra a caballo entre las ruinas y la regeneracion, por los ecos de un pasado que ya no reluce y los cimientos de un futuro que se antoja tan negro como la maldad humana.
    Entre la negacion y la fascinacion, Ciro ira descubriendo que el mundo no es otra cosa que lo que las personas hacen de el, que ahora toca mirar al suelo, apretar los dientes y luchar por aquello que lo vaya a hacer mejor. Los tiempos de echar la vista al cielo pasaron, ya no vamos a las estrellas.

  • Lento regreso de Peter Handke

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    Peter Handke (1942) es uno de los escritores actuales mas importantes, polemicos y populares en lengua alemana. Sus obras suelen gravitar en torno a las dificultades en la comunicacion humana, la soledad o sus consecuencias, con un estilo original que no renuncia nunca al compromiso con la literatura. Situada, como ” Carta breve para un largo adios ” , en el continente americano, la novela consigna la particular relacion de Valentin Sorger (un centroeuropeo alli desplazado) con el espacio y la multiplicidad de formas que adopta. Esta relacion espacial, densa, con las masas y los volumenes de la materia y de los objetos que lo rodean parece determinar, como obedeciendo a una implicita formula fisica, el ” lento regreso ” del protagonista a su continente de origen.

  • Despiertame cuando llegue septiembre de Laura Barcali

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    A finales de agosto, Alan Davies, un actor estadounidense, viaja a Londres para realizar un casting. Durante su breve estancia alli conocera a Denise, una joven y desconocida actriz britanica. Entre ambos surgira una amistad que ira mas alla rapidamente, sin que puedan expresarlo el uno al otro, tan solo a traves de la interpretacion que rodaran untos. — 1989. Rachel y Bayron, son dos jovenes que se conoceran durante unas vacaciones de verano en Reino Unido: ella llena de vida; el taciturno. Ambos forjaran un vinculo que traspasara las barreras del tiempo, cuando vuelvan a encontrarse anos despues ya de adultos, en Maine. Pero la enfermedad de uno de ellos cambiara sus vidas para siempre.

  • Confinados por sorpresa de Sarah Rusell

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    Sali a la terraza de la habitacion del hotel y comence a hiperventilar, no podia creer lo que estaba sucediendo. Me puse las manos en el pecho y comence a llorar con toda la tristeza y desesperacion del mundo. Encendi un cigarrillo, me sente en una de las sillas de plastico que habia en una esquina de la terraza, no dejaba de moverme de adelante hacia atras, me balanceaba de los nervios que tenia, aquello era una pesadilla y yo queria despertar de ella. Acababa de terminar mi carrera de turismo y me habian ofrecido un trabajo en una agencia de viajes, donde me incorpore hacia un mes y, acto seguido, me propusieron venir una semana a Samana, una isla de Republica Dominicana para conocer un resort nuevo y poder hablar bien de el a los clientes en la agencia. Acepte inmediatamente, era la oportunidad de mi vida, un "todo incluido" gratis en una isla del Caribe. Hasta ahi, todo perfecto e idilico. Era marzo, pero aqui el calor era como en verano en Espana, asi que por esa parte todo estaba perfecto, nada de aglomeraciones y viviria una semana de ensueno. Habia llegado hacia dos dias, el primero casi lo perdi pues entre que llegas por la tarde, te trasladan al hotel, una cosa y otra, dia perdido y el segundo dia me desperte y comence a moverme por el hotel y la playa, disfrutando de todo aquello que era un paraiso rodeado de mar. Por la tarde nos reunieron a todos en el hotel para darnos una noticia, y es que se habia detectado un posible caso de un nuevo virus importado de Asia llamado Coronavirus y desde ese momento tendriamos que quedarnos todos en las habitaciones hasta nuevo aviso. Me quede en shock y comence a investigar por la red, ya hasta habia mas casos en Espana tambien, esa noche me acoste de lo mas preocupada sin saber que lo peor estaba por venir. Me levante esa manana y me trajeron el desayuno a la habitacion, me asuste al comprobar que el chico iba con guantes de latex y una mascarilla, como si de un doctor se tratara. ?Que estaba pasando? Puse las noticias internacionales y me encontre al presidente de mi pais diciendo que entraban en estado de alarma y que las personas debian de permanecer, en principio, quince dias aisladas, se cerraba el espacio aereo y no podia haber movilidad de ningun tipo mas que para salir a por comida, a la farmacia y poco mas. No podia creerme nada, aquello era surrealista, hablaban de una pandemia mundial y el mundo entero se estaba contagiando. Mi jefe de la agencia de viajes me llamo en ese momento y me puso al tanto de todo. Por ahora no podian llevarme de vuelta y el Gobierno de Espana se iba a encargar de repatriarnos a todos los que estuvieramos fuera, el hotel se haria cargo de todo el tiempo que tuviera que estar y la agencia ya tenia sus puertas cerradas. !Me iba a volver loca! Mi vida era una mierda, literal. Mi madre me crio siendo madre soltera, ya que mi padre no quiso saber nada de mi desde que ella le dijo que estaba embarazada, asi que me llevo hacia adelante sola y trabajando como profesora en un colegio, eso nos ayudo mucho, ella jamas rehizo su vida. Un ano atras le detectaron un tumor cerebral y en tres meses murio, me arrebataron ese dia la vida, era lo unico que tenia. Me quede sola en el piso que ya habia pagado con su esfuerzo y sacrificio, sola terminando una carrera que me faltaban pocos meses para finalizar y que consegui acabarla gracias a los ahorros que me habia dejado. Mi amiga Carla me llamo preocupada por videollamada y rompi a llorar como una nina pequena que se encuentra aterrada y sola. Me calmo como pudo y me dijo que como ella tambien estaba confinada pues que pasariamos horas juntas asi. --Es que no me lo puedo creer, Carla. Que estoy aqui en la Conchinchina, mas sola que la una --seguia llorando mientras veia a mi amiga a traves de la pantalla. Bueno, lo de verla es un decir porque con los rios de lagrimas que me caian, no veia una mierda. Vamos, que Carla era algo asi como un manchurron borroso que yo sujetaba con la mano. --Tranquila, carino, no llores. No estas sola, ?eh? Cuando necesites hablar, desconectar, gritar o algo de eso, me llamas y listo, charlamos un ratito y arreglado. --!Igualito es! --grite, hecha un mar de lagrimas. Lo que me faltaba, que ni siquiera mi mejor amiga me entendiera. No era tan dificil, ?no? Que me tenian aqui recluida en un hotel lejos de mi casa y sola. Vale que la habitacion pequena no era, pero no se podia comparar estas cuatro paredes con cuarto de bano, a la casa que yo tenia en Espana. Aqui las paredes eran en color salmon pastel, muy calidas y alegres, las cortinas al igual que toda la ropa de cama en color blanco, mientras que los muebles eran de madera de cerezo, era precioso el contraste que hacia su tono rojizo con las paredes y la ropa de cama. --Mira, ahora con esto del confinamiento yo tengo que dar las clases on-line, veras tu que apanos con mis chiquitines. Y muchos de ellos que no tienen ni Internet, ya me diras. Con lo que quiero yo a mis Minions y sin poder verlos --me dijo con pena. Me rei un poco en cuanto dijo eso de "mis Minions", y es que Carla era profesora en un colegio de nuestra ciudad y daba clases a ninos de siete anos, y claro, esas criaturas en edad de que todo lo quieren saber, no llegaban ni al metro y medio, y ella decia que se sentia como la agente Lucy Wilde de la pelicula Gru 2. Reconozcamos que razon para decir eso no le faltaba porque, igual que ese personaje animado, mi amiga era alta, delgada, de cabello casi anaranjado y ojos verdes. Solo le faltaba el marido y esas tres ninas tan divertidas y tendriamos nuestra propia version espanola de la peli. --Si los padres de esos ninos supieran como los llamas, aunque sea de manera carinosa... -- le dije secandome las lagrimas. --!Uy, pero si lo saben! Y mas de un papa ya me ha llamado Lucy carinosamente --comento mirandose las unas, asi como si no hubiera dicho nada. --?Como de carinosamente, guapita? --pregunte, porque mi amiga, que tenia veinticuatro anos igual que yo, era bien guapa y la jodia iba por ahi rompiendo corazones. --Digamos que el papa de Samuel es el que mas carinosamente me lo dice. --!Cuentame eso ahora mismo! --pedi emocionada. Al menos, mi amiga estaba consiguiendo aquello que sabia que hacia de manera sutil, calmar mis nervios. --Sabes que se separo, ?verdad? --pregunto y yo asenti-- Pues este ultimo ano ha venido mas veces el a recoger al nino que su ex mujer. Y desde hace unos meses no deja de preguntarme si tomaria una copa con el. --Y tu le has dicho que no, como si te conociera. --?Y que iba a hacer? Es el padre de un alumno --me contesto poniendo el brazo que tenia libre en jarra. --Hija, ni que en el contrato de trabajo pusiera que no puedes hacer vida fuera de ese colegio. --No, pero con un papa de mis ninos pues... --Mira el lado bueno, al hijo ya le tienes ganado. --Pues, visto asi... Seguimos charlando un rato y prometimos hacerlo siempre que alguna lo necesitara, pero bien sabia yo que no me haria falta llamarla pidiendo auxilio puesto que hablariamos minimo, una vez al dia. Me dijo que no me preocupara y que se iba a encargar de remover todo bajo cielo y tierra para solventar mi situacion. Lo bueno es que su padre era un alto cargo de un partido politico y digo yo que algo podria hacer para ayudarme a volver a casa. Que su padre me queria como a una hija mas, ?eh? Nos despedimos entre risas, alguna que otra lagrima que se me escapo y muchos besos que nos mandamos. Me encendi otro cigarrillo cuando me hice un cafe de la maquina que habia en la habitacion por cortesia del hotel, eso si, tambien habia nevera con refrescos, bebidas alcoholicas y de todo. Era un resort al que no le faltaba detalle, pero bueno, que yo lo unico que queria era regresar a mi pais y meterme en mi casa. Necesitaba un poco de aire, asi que sali a la terraza y contemple esas vistas que nos regalaba aquel lugar paradisiaco. Desde alli podia ver la maravillosa piscina que tenia el resort donde habia un bar acuatico. El dia que estuve conociendo el lugar me sorprendi al verla y sabia que no podia irme de alli sin haber disfrutado de una de esas bebidas ricas con zumos de fruta y esa pizquita de alcohol que ofrecian. Ahora lo veia complicado, las cosas como son, porque salir de la habitacion iba a ser como escapar de Alcatraz, si, esa prision tan famosa de la Bahia de San Francisco. La barra donde los visitantes podian dejar sus copas era de granito gris y en cada esquina habia una columna azul con cenefas en sus cuatro lados. El techo del bar, del que pendia una lampara ventilador para que, en esas tardes o noches calurosas, los camareros no se asaran como pollitos en horno, tenia en el borde la misma cenefa de pequenos azulejos que las columnas y la parte de arriba acababa como en una especie de chimenea, pero eso era mas adorno que otra cosa. Alrededor de la piscina estaban bien colocadas las tumbonas, una al lado de otra, y algunas sombrillas de esas que el techo es como de paja, simulando las chozas de los poblados que se ven en esos documentales de la television. Desde donde estaba el bar acuatico, podia verse tambien una piscina con un monton de palmeras, a la que me moria por ir. Y, a lo lejos, contemplaba el mar. Respire hondo a ver si me llegaba ese olor que tanto me gustaba, como cuando iba a la playa. Me asome a la barandilla y mire hacia un lado, a la terraza que tenia contigua y en la que deduje que habia alguien, ya que sobre la mesa vi un cenicero con dos colillas, un paquete de tabaco y un mechero. En la terraza del lado contrario tambien habia gente porque tenian ropa en el tendedero portatil del que todos disponiamos. Al menos sabia que no estaba sola y habia gente a mi alrededor, no es que me tranquilizara, pero es que en esa epoca habia tan poca gente en el hotel que miedo me daba pensar que me veria como en una peli de terror, una de esas en las que todos iban desapareciendo, poco a poco, de manera misteriosa y a mi me olvidarian alli. Vi a las limpiadoras por los jardines y me fije que todas iban con guantes y mascarilla. Terror me daba esa imagen, de verdad que si. Que miedo daba el simple hecho de pensar que, de la noche a la manana, el mundo se estaba paralizando y cambiando.

  • Suenos de una dama de Brianne Miller

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    Lady Anne Townsend decidio dedicar su vida a obras de caridad ahora que se habia convertido en una solterona. Su tarea en Bedlam, el hospital siquiatrico de Londres, la hacia sentirse viva de nuevo, sobre todo cuando conocio a un marques de mirada atormentada que, aun sin pronunciar palabra, le pedia a gritos que le rescatara.

  • El precio del silencio de Juan Infante

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    Han transcurrido tres anos desde el secuestro de Lucia, la hija de Gorostiola, y hoy nos toca despedirlo. El gran capo ha muerto, nos ha dejado de una manera vulgar, de un infarto.
    Se va uno de los nuestros y eso siempre duele.
    Tomas Garrincha vive muy tranquilo desde entonces, pero su vida volvera a complicarse. Una vez mas, debera ejercer de "detective" y acercarse al mundo del delito, que no hace tanto que abandono.
    Lucia necesita su ayuda. Amenazas graves
    la acechan y Garrincha se vera arrastrado con ella, es el Precio del Silencio.
    Los inspectores de la Ertzaintza, Sara Cohen y Miguel Fabretti volveran a intervenir en un caso que esta vez no quieren que se les escape.
    Una novela intensa, con un Garrincha genial, que nos mantiene en suspense y emocion hasta el final.

  • La chica que vivio dos veces de David Lagercrantz

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    Lisbeth Salander esta preparada para la batalla final contra la unica persona que, siendo identica a ella, es su opuesta en todo: su hermana Camilla. Pero esta vez, Lisbeth tomara la iniciativa.

  • El caso del asesino del clan de Raul Garbantes

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    Una novela policiaca de misterio y crimen

    En la ciudad de Boston se reportan dos asesinatos de jovenes en los barrios pobres. Dos de ellos son ricos, entonces, Tom y Nadine sospechan que no puede tratarse de una casualidad. Y mucho menos cuando los asesinatos continuan: crueles e implacables.

  • La joya del Yukon de Sophie Saint Rose

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    Samantha acude al territorio del Yukon para encargarse de la explotacion minera de su padre, pero se tiene que enfrentar al dueno de los terrenos y Allan Rutherford es dificil de convencer… a no ser que su oferta sea irresistible.

  • Volver a Canfranc de Rosario Raro

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    Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitacion secreta, varias personas contienen la respiracion mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estacion internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvastica ondea sobre la playa de vias. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.
    Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentia que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judios consiguieran atravesar esta estacion mitica. Ademas de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el regimen nazi la esperanza se llamo Canfranc.

  • Humo de Jose Ovejero

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    Nos decian que las abejas estaban desapareciendo, pero algunas mananas hay tantas que si salimos de la cabana tenemos que caminar con la boca y los ojos cerrados para que no se nos metan en ellos. En realidad, ya salgo yo sola, si no queda otro remedio, porque la ultima vez que lo hicimos los dos al nino se le introdujeron siete u ocho por las mangas y el cuello de la camisa y le clavaron los aguijones en los brazos y en el pecho. Primero grito muy fuerte, un solo grito que parecia mas de sorpresa que de dolor. Luego rompio a llorar. Sus ataques de llanto no suelen durar mucho. Ademas, se quedo muy impresionado cuando escupi en la tierra y forme un barrillo con los dedos que, despues de extraer los aguijones con las unas, aplique sobre las picaduras. Para que el barro chupe el veneno, le explique. Desde entonces el nino se queda en la cabana, con la frente pegada a la ventana, si tengo que salir en medio de la nube de abejas a cortar lena o a desatascar de lodo el desague roto que va a la fosa septica. Aunque lo remiendo una y otra vez, el cano esta partido por tantos sitios que el barro termina por entrar y se solidifica en su interior, provocando el atasco del retrete. Cuando una de esas pequenas emergencias que me obligan a salir de la cabana coincide con la invasion de abejas, cierro los bajos del pantalon y los punos de la blusa o el jersey con una cuerda. Me tapo el cuello con una bufanda y me envuelvo la cabeza con otra para evitar que se me enreden en el pelo. Al principio me ponia gafas para que no chocasen contra mis ojos, pero siempre se extraviaba alguna por detras de los vidrios, se asustaba y acababa picandome en un parpado. Aunque me he acostumbrado a las picaduras, en el parpado son muy dolorosas y la inflamacion me dificulta la vision durante dias. Pero si podemos nos quedamos en la cabana mirando esas oleadas que se desplazan con movimientos como los de los estorninos. Igual que una bolsa de plastico flotando en el viento, baja, sube, se ondea, parece deformarse. El nino mira en silencio -casi todo lo hace en silencio- y debe de sentir miedo porque me toma de la mano y se sacude a veces como si sintiese escalofrios y se junta un poco mas a mi. Es uno de los raros momentos en que me permite que rodee sus hombros con un brazo. En algunas ocasiones nos envuelven durante tantas horas que acabamos por abandonar nuestro puesto de vigilancia, lo que no significa que nos olvidemos de ellas, porque el zumbido atraviesa las paredes de madera y yo misma me sacudo con frecuencia un insecto inexistente cada vez que me rozo con algo. La piel me pica como si estuviese recorrida, tambien debajo de la ropa, por miles de patitas invisibles. Cuando por fin desaparecen abrimos la puerta y el mira a un lado y a otro para asegurarse de que se han marchado, aunque si estuviesen cerca seguiriamos oyendo el bordoneo de sus alas. En el suelo quedan algunos cadaveres y tambien abejas que no han terminado de morir y caminan atontadas o patalean de espaldas en la tierra. El nino no las remata pisandolas, pero las contempla con desconfianza y a veces, cuando alguna deja de caminar, la empuja con la punta del pie como para asegurarse de que ha muerto. No he conseguido averiguar de donde vienen. Los panales de corcho que se encuentran en el camino del bosque estan abandonados y en ellos se acumulan las hojas secas y telaranas sucias en las que tiritan palitos y restos de insectos. Tampoco se por que vienen; no las veo libar en las flores cercanas a la cabana, no se interesan por jaras ni cantuesos ni retamas e incluso se arremolinan en esta zona en epocas en las que apenas hay flores; tan solo vuelan, apelotonandose unas contra otras en el aire de forma que a veces hasta resulta dificil distinguir las montanas que se alzan al otro lado del valle. Ahora deben de haber pasado dos o tres semanas desde que el ultimo enjambre rodeo la casa. Quiza porque empieza a entrar el frio o porque desde hace dias sopla desde la sierra un viento que las ahuyenta. Aunque en realidad estoy hablando de la misma cosa, porque el frio siempre llega con el viento de la sierra, como si el invierno no pudiese venir desde otro lado. La llegada de ese aire helado me produce todos los anos una sensacion de desaliento y de rabia a la vez. Me paraliza durante horas en el interior de la cabana. Me hace pensar en la huida o imaginar un milagro -mentira, ni siquiera puedo imaginarlo- que venga a resolver mis problemas. Con la entrada del invierno nuestra vida se vuelve aun mas precaria si cabe, mas incierta. Otra vez el hielo. Otra vez la nieve. Sobre todo, otra vez el hambre. ?Tendran temores parecidos los pocos animales que habitan estos bosques? Hace cinco o seis anos que no piso una ciudad y me he acostumbrado a oir unicamente los sonidos que produce la naturaleza. No hay maquinas por aqui cerca y al coche aparcado a cien metros de la entrada de la casa ya le habian robado el motor cuando llegue. Aunque para usar la palabra robar habria que suponer la existencia de un dueno. Por supuesto le faltan las ruedas y supongo que tambien los circuitos electricos. Una de las primeras cosas que comprobe fue si le quedaba gasolina, pero el tubo que introduje en el deposito solo me aporto una bocanada de gases de petroleo, cuyo sabor punzante aun recuerdo. Tampoco funciona el aserradero, que se ha ido desmoronando en medio del bosque de eucaliptos y ahora crecen entre las tablas lilos y piornos, zarzamoras y rosales silvestres. Incluso los aviones que a veces atraviesan el cielo trazan en silencio sus lineas blancas sobre el azul: el aeropuerto mas cercano esta a varios cientos de kilometros y por eso los aviones vuelan a gran altura. Asi que casi unicamente oigo crujidos, zumbidos, silbidos, las hojas rozandose en las ramas unas contra otras, la llamada o la queja de un animal, la lluvia sobre las tejas y la uralita, el viento haciendo tabletear las contraventanas, que quite por ese motivo y porque estaban tan rotas que no protegian del frio. Tampoco el nino es ruidoso. No es que no hable, es solo que puede pasarse dias sin decir palabra. A veces responde y a veces no, otras es el quien, por iniciativa propia, dice algo. Senala y dice: avellanas. Dice arroyo, y lo dice alargando y acentuando la erre, como si le produjese placer pronunciar ese sonido. Dice lluvia. Dice cardo. Dice fuego. Dice ayer, y entonces no se a lo que se refiere. Si le pregunto de donde viene se queda un rato pensativo y dice: tiempo. Ignoro como se llama y quiza ni el lo sepa. Uno de los primeros dias, sentados cada uno a un lado de la mesa de la cocina, lleve el indice a mi pecho y dije: Andrea. No me llamo Andrea, pero es un nombre que me gusta y da igual como me llame de verdad. Esa es una de las pocas cosas que puedo elegir. Andrea, le repeti senalandome. Andrea. Luego lo senale a el. Doblo el cuello para ver donde se apoyaba mi dedo contra su esternon. Yo Andrea, volvi a tocarme. ?Tu? Fruncio el ceno; miraba mi dedo como esperando a ver que venia despues, como si ese gesto fuese el inicio de un acontecimiento interesante. Adios, dijo por fin, que es lo que dice siempre que una situacion lo supera. Desde entonces, cuando estoy de buen humor, lo llamo Adios. Afirmar que el sonrie seria mucho afirmar, pero si tengo la impresion de que sus facciones se destensan un poco, como si estuviese pensando en sonreir. Por las mananas, cuando su rostro esta relajado, apenas abre los ojos al despertar, se diria que tiene seis anos. Hacia la tarde ya ha envejecido, mas bien, se ha desgastado y sus rasgos parecen difuminarse, deshacerse. Entonces recuerda a un chico de diez o doce que acaba de escapar del orfanato en el que lo maltrataban. Me gusta mucho por la manana, me produce alegria vigilar de reojo los gestos con los que explora el diminuto mundo en el que vivimos encapsulados. Hacia la tarde ya siento por el ternura o compasion o las dos cosas mezcladas, me gustaria acunar a ese pajaro recien caido del nido, a ese gato que regresa a casa tras sobrevivir a un chapuzon en el rio helado, a ese perro que a pesar de todo se acerca temeroso a la persona que acaba de golpearlo. Vivo con un animalito que no es del todo domestico, con un ser incapaz de sobrevivir por si mismo y que sin embargo ni mendiga ni se rinde. Si fuese mi hijo estaria orgullosa de el. Contemplo un atardecer incendiado. Las nubes que han pasado casi todo el dia prendidas de la falda de la montana han ido alzandose y ahora flotan sobre los picachos con la panza de color rosa, tinendo la nieve con su reflejo. Ya el sol se ha puesto para nosotros, pero la luz es mas brillante que hace unas horas. Tambien brillan rojizas y amarillentas las ultimas hojas de los alamos y los robles. Bajo la vista y descubro que el gato esta mirando en la misma direccion. ?Tendran los animales un sentido de la belleza? ?Sentiran emocion ante un mar reventando contra la base de un acantilado, ante un bosque invadido por la bruma, ante un cielo que parece a punto de fundirse en un manto de ascuas? El nino, a nuestro lado, dibuja figuras en el polvo: nunca dibuja animales ni personas, arboles ni casas, tampoco nubes o soles. Sus garabatos parecen reflejar un mundo de seres unicelulares: ovalos rodeados de flagelos, formas ahusadas de las que sobresalen antenas, figuras que podrian ser corales o amebas. Acumula un dibujo encima de otro, sin borrar el antiguo, como si se fagocitasen. Mientras tanto el cielo ha pasado del rosa al rojo ascua, los bordes de las nubes son filos incandescentes, pero el fondo del valle se va difuminando, como si se sumergiera en agua turbia. El nino se ha puesto en pie. Cierra los ojos unos segundos y los abre durante un lapso similar, repite la operacion una y otra vez y me pregunto si se cerciora de que cuando abre los ojos el prodigio continua alli. Quiza piense que el mundo solo existe cuando el lo percibe. ?Te gusta?, le pregunto. El asiente, creo, y a veces pienso que nuestra comunicacion va mas alla de lo inmediato, que en realidad hablamos de algo mucho mas amplio y significativo que lo que podrian traducir mis palabras. <>, he escrito, como si de verdad el respondiese con frases mas o menos imperfectas. Luego continua dibujando su mundo geometrico en el que no puedo imaginar que retrata o muestra. Quiza nada. Entre esas lineas y lo que lo rodea es posible que no exista relacion alguna. Tampoco parece encarinarse con ninguna de sus obras; no las examina al terminar -si es que ha terminado algo-, las pisa sin cuidado, no le importa que Miss Daisy o yo hagamos lo mismo. La gata y el nino no pueden explicarme por que hacen lo que hacen, no aportan motivos. Son dos cajas negras imposibles de abrir. Tampoco es que yo les de muchas explicaciones. Convivimos, calladamente la mayor parte del tiempo. Hacemos lo que tenemos que hacer; sin justificarnos. Sin mentir. No puedo imaginar una familia mejor

  • Circo de fantasmas de Barbara Ewing

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    El Nueva York de mediados del siglo XIX es una ciudad fascinante, insolente y joven, donde abunda el dinero fresco, gentes llegadas de medio mundo e ideas innovadoras como el telegrafo, el daguerrotipo, la anestesia, el espiritismo, el ocultismo o las mesas parlantes. En el circo de Silas P. Swift se ocultan una madre y su hija -Cordelia y Gwenlliam Preston-, y alli tratan de encontrar consuelo para sus corazones heridos mientras provocan el entusiasmo del publico en la Gran Carpa: Cordelia es una oscura mesmerista con poderes curativos; y su hija Gwenlliam, una aplaudida acrobata y funambulista. Pero en Londres el viejo y depravado duque Llannefydd, victima del resentimiento y de la bilis que lo ahoga, esta dispuesto a pagar diez mil libras a quien asesine a Cordelia y secuestre a su hija. De forma inesperada e irremisible, las dos mujeres se veran mezcladas con las bandas de Nueva York y el departamento de policia.

  • Amante Despierto de J. R. Ward

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    Antiguo esclavo de sangre, el vampiro Zsadist todavia lleva las cicatrices de un pasado lleno de sufrimiento y humillacion. Conocido por su innegable furia y su siniestro caracter, es un salvaje temido tanto por humanos como por vampiros. La rabia es su unica compania, y el terror su unica pasion, hasta que rescata a la hermosa aristocrata de la diabolica sociedad de restrictotes. Bella se siente irremediablemente atraida por el increible poder que Zsadist posee. Pero incluso mientras su mutuo deseo empieza a apoderarse de ambos, la sed de venganza de Zsadist contra los secuestradores de Bella le lleva a la locura. Ahora Bella debe ayudarle a superar las heridas de su tortuoso pasado, y encontrar un futuro con ella...

  • Narcisista, Sociopata e Irresistible de Jorge Borges

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    Arthur Robbins era un gigante.
    Metro noventa, musculado.
    Tatuado, sexy, descarado.
    Y un narcisista patologico.

  • La casa del lago de Thomas Harding

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    ‘Si Hanns y Rudolf era una sonata La casa del lago es una sinfonia: la historia del siglo xx vista desde la casa de recreo familiar de los Alexander. Un libro admirable, fascinante, lleno de fuerza.’ The Economist En la primavera de 1993, Thomas Harding viajo a Berlin con su abuela para visitar una casita a orillas de un lago. Era su ‘lugar del alma’, decia la anciana, un refugio que se habia visto forzada a abandonar cuando los nazis llegaron el poder. Veinte anos despues, Thomas regreso a Berlin. Ahora la casa estaba vacia, en ruinas, y su demolicion era inminente. Un sendero de cemento atravesaba el jardin, senalando el lugar donde habia estado el Muro de Berlin durante casi treinta anos. Por todas partes habia indicios de lo que fue antiguamente aquella casa, rastros de cinco familias que antano tuvieron alli su hogar. Thomas Harding cuenta la historia de este pequeno edificio de madera, que es tambien la cronica de un siglo violento y agitado y de la vida de sus habitantes: un terrateniente noble; una prospera y respetada familia judia, los Alexander; un famoso compositor nazi; una viuda y sus hijos; un informador de la Stasi… Desde finales del siglo xix hasta la actualidad, desde la devastacion de dos guerras mundiales hasta la particion y la reunificacion de una nacion, esta es una historia de supervivencia, de alegrias y felicidad domestica, de terribles penas y tragedias, y de un odio transmitido a lo largo de varias generaciones.

  • Preguntale al polvo de John Fante

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    Los Angeles en la decada de los anos treinta. El joven aprendiz de escritor Arturo Bandini lucha por la dura supervivencia diaria, mientras suena con el triunfo artistico y economico. Arturo proclama que es un genio de las letras, mientras se enfrenta a una compleja relacion amorosa con Camilla, una chica mexicana que trabaja como camarera. Arturo Bandini se ve abocado a una destructiva relacion de amor-odio, mientras sigue sonando con alcanzar la gloria. Novela de supervivientes urbanos que entusiasmo a Bukowski, Preguntale al polvo es un nuevo volumen de la saga protagonizada por Arturo Bandini, alter ego de John Fante.

  • El ultimo susurro de Gema Tacon

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    Conocer a Gema Tacon ha supuesto en mi vida personal algo asi como una <>. Admito que antes de coincidir con ella en Sevilla, en el evento Literalia, no la conocia; sin embargo, es de esas personas que no pasan desapercibidas alla donde aparece. Supongo que se debe a ese factor que tenemos en comun, ser piscis, que nos impulsa a mostrarnos afectuosas y abiertas cuando nos sentimos a gusto con la gente. Ese dia armonizamos a la primera, reimos muchisimo y prometimos leernos. De Gema he de decir, ante todo, que es muy buena persona; pero lo que nos trae aqui es su faceta como escritora. Ya, si la he leido, y no solo en esta novela, El ultimo susurro, sino en otras obras suyas de tematica juvenil, con seres fantasticos, el de los heroes y heroinas de humor acido y accion rapida. Gema es versatil por naturaleza y ha demostrado que puede adentrarse en otros generos. Aqui nos trae una novela policiaca, con un mundo supercurioso y absolutamente desconocido para mi, el de los ASMR (!incluso crei que se lo habia inventado hasta que vi los agradecimientos al personal que la ha asesorado!); pero sobre todo me encanta su particular mania de jugar con las identidades de los protagonistas. No os podeis perder el glosario final porque en el descubrireis que nuestra amiga ha tomado prestado los nombres e incluso las profesiones de personajes reales para integrarlos en su historia. !Imaginacion y documentacion no le falta! La novela, su primera incursion en este genero, le ha quedado bastante digna y si a ello le sumamos la magnifica portada de Monica Gallart, no podeis dejar de leerla. Para mi, ha sido un honor que me solicitara escribir el prologo de su historia. No tengo ni idea de si era esto lo que queria, pero es lo que me ha salido (!fijo que ya no me lo pide mas!) Igual que ella es novata en las lides policiales, yo lo soy en las prologueras. De todos modos, contamos con vuestra benevolencia y vuestras ganas de seguir compartiendo el universo de Gema, ese que te hace reir, porque es para lo que ella ha nacido; para poner una sonrisa en nuestros semblantes y alegria en los corazones. Mucha suerte en tu trayectoria, Gema. Un fuerte abrazo. Mercedes Gallego. Uno Arroje contra la pared algo que estaba penetrandome los timpanos como si quisiese devorarme por dentro. Me di la vuelta, me escondi bajo la manta y continue durmiendo mi muy merecida resaca de la noche anterior. Definitivamente, no debi haber tomado esa ultima copa, tampoco tenia a nadie esperandome para echarme la bronca por llegar en el estado en el que lo hice, y no me importaba en absoluto lo que los vecinos cuchicheasen a mis espaldas. Con vaciarles por la ventana del patio los ceniceros llenos de colillas sobre sus blanquisimas y monisimas sabanas ya tenia mi venganza mas que solventada, y como resulta que soy policia, no tenian huevos de subir hasta mi mugriento atico a decirme a la cara lo que realmente opinaban sobre mis salidas nocturnas y mis llegadas al amanecer cada dia, con un hombre o mujer diferente, seguido de los politicamente incorrectos gemidos y jadeos. Tocaron el timbre con insistencia logrando que me despertara de peor humor del que me levantaba a diario. Me dirigi hasta la puerta principal, abri y alli estaba la pobre y temblorosa Clea, mirandome bajo sus enormes gafas y cubriendose el resto de la cara con un monumental dosier lleno de papeles que, de seguro, pretendia que me leyese. Me di la vuelta, la deje de pie en la entrada y corri por el pasillo para introducirme de nuevo en mi deshecha y alborotada cama. --Kate, la jefa esta como loca buscandote. Te ha llamado al movil cientos de veces. Se quedo gritando que o aparecias de inmediato o te quedarias sin empleo y sueldo hasta el dia del juicio final --me advirtio a la vez que levantaba las persianas. Me destrozo las retinas con ello. --!Dile que no me encuentro bien! --grite lanzandole un cojin a la cabeza, con la esperanza de impedir que siguiese abriendo mas ventanas. --Tenemos un caso, Kate --me informo haciendo que le prestase atencion por primera vez desde que llego--. Ha muerto una mujer de mucho dinero y hay que investigarlo antes de que se filtre a la prensa. Eso ya me gustaba un poco mas. Ultimamente, la zorra de la jefa de policia lo unico que me habia asignado era un punado de casos de ladrones de tres al cuarto. --Y ?como es que tu vanagloriada superiora quiere contar conmigo para este asunto tan importante? --pregunte ironica. --Te han asignado un companero nuevo --me respondio, temerosa por mi reaccion. --!He dicho mil millones de veces que no quiero a nadie! !Yo trabajo sola! -- conclui enfurrunada y me fui al bano a darme una ducha de agua fria para intentar despejarme un poco, antes de soportar la cara de mujer diez de la senorita Pato. Desde la ducha pude escuchar como Clea recogia la casa y fregaba los platos. Si no la quisiera tanto me casaria con ella, el problema era que mis relaciones, ya fuesen con personas de mi mismo sexo o del contrario, nunca terminaban bien. Entre de nuevo en el dormitorio tal y como mi madre me trajo al mundo, haciendo que Clea se ruborizase y tuviese que mirar hacia otro lado, a la vez que mi amiga me acercaba una humeante taza de cafe recien hecho. Me embuti unos vaqueros y me coloque la camiseta que menos arrugas tenia de todo mi desastroso armario. Me mire en el espejo para intentar peinarme; habia empapado la camisa con las puntas de mis todavia mojados rizos. Hice el amago de cogerme una coleta, pero en el reparto de miembros, algun gracioso me doto de unas orejas bastante considerables y al final siempre terminaba por dejarmelo suelto para asi poder ocultarlas. Unas enormes ojeras dibujaban el contorno de mis marrones y grandes ojos. Me encogi de hombros resignada, abri el bolso, saque un paquete de tabaco y encendi el que seria mi primer cigarrillo del dia. El maldito timbre del telefono sono de nuevo desde donde quisiera que hubiese caido. Clea lo rescato debajo de una montana de ropa sucia que habia apilada a los pies de la cama y me lo entrego, suplicandome con la mirada. --Senora Pato --lei en alto justo antes de descolgar y tras encender el altavoz, para poder ponerme los zapatos mientras hablaba--. Buenos dias, jefa. --!Buenas tardes, detective Warne! --saludo ironica--. Me preguntaba si tenia pensado aparecer hoy por el trabajo. --Se me ha pinchado la rueda del coche. Estoy de camino --menti. --No tarde demasiado, la estamos esperando --se despidio. Habia creido lo del coche--. Por cierto, Warne. --?Si, jefa Dick? --Cuando venga acerquese tambien por la zona de vehiculos. Anoche se llevo la grua el suyo. --Un pi, pi, pi, pi, pi... fue lo ultimo que escuche. --!Mierda! --?Que? --quiso saber Clea. --Odio a la Pato --asegure mientras saliamos de mi apartamento. Cuando bajamos las escaleras nos cruzamos con la metiche y puritana vecina del tercero, quien regresaba de sacar a pasear a su malcriado Coton de Tulear1, y nos miraba de reojo, escandalizada. Pare a Clea justo frente a la puerta de la chismosa vecina, la abrace y le di un beso en los labios introduciendole la lengua hasta la campanilla, lo que provoco que a la vieja se le cayesen las llaves de las manos al intentar entrar rapido en su casa, para asi dejar de contemplar la escena infernal que tenia ante sus narices. --Tienes que dejar de hacer eso --se quejo Clea, limpiandose mis babas. --?Besarte? --pregunte, divertida, al mismo tiempo que tapaba la mirilla de la puerta de la buena senora con el pulgar y la escuchaba resoplar detras. --Aparte, tienes que dejar de llamarla asi. Cualquier dia se te escapara delante de ella --advirtio. --?La has visto andar? Y ademas se apellida Dick --recorde. --!Pato es duck, Kate! --corrigio. --Es lo mismo --respondi saliendo del bloque y pidiendole las llaves de su coche. --Todavia hueles a alcohol, no creo que debas conducir --nego, pero yo sabia de sobra como conseguir cualquier cosa de Clea. Le puse cara de perrito abandonado y me dirigi hasta ella con gesto de nina juguetona. Coloque mis heladas manos bajo su delicada blusa de seda, a lo que ella respondio con un respingo. La rodee con mis brazos y le robe el mando del coche del bolso en menos de un segundo sin que se diese cuenta. Se lo ensene, le guine un ojo y me sente en el asiento del conductor. Baje la ventanilla y le sonrei. --?Te llevo, rubia? --!Eres horrible! --me amonesto resignada. A veces me sentia como una completa zorra por jugar con sus sentimientos, sabia que ella estaba coladita por mi, lo malo era que al minuto se me olvidaba. Es lo que tiene poseer memoria fotografica, recuerdo cosas insignificantes y deshecho las que seguramente si valen la pena. Clea era la tipica pueblerina asustadiza y empollona que habia venido a la gran ciudad tras sacar las mejores notas en la universidad y poner kilometros de por medio para ocultar un gran y terrible secreto a su muy entranable familia. Era la mujer mas femenina, dulce y atractiva que habia visto en mi vida. Todos los hombres de la comisaria suspiraban por sus huesos, cosa que teniendo en cuenta que era la forense tenia bastante gracia. Era rubia, de piel blanca como la nieve, con una larga melena lacia, unos preciosos ojillos azules, unos estupendos labios carnosos y unas larguisimas piernas de vertigo. Por mucho que intentase mimetizarse con el armario, una servidora sabia de sobra que lo que le atraian a Clea no eran los hombres sudorosos, precisamente. Al llegar a la comisaria ni la Pato ni el equipo que trabajaba de modo habitual con Clea estaban en el edificio

  • Ayantek de Miriam Jimenez Iriarte

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    A pesar de descender de muchas generaciones de Bendecidos, Kora no logra despertar el Don. Es la hija del director de la escuela de sanacion de Avacornis y, cuando su padre muera, se vera obligada a vivir en el barrio de los Durmientes, el estrato mas bajo de la sociedad.

  • Los amnesicos de Geraldine Schwarz

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    En la ciudad alemana de Mannheim, de donde es originario su padre, Geraldine Schwarz descubre que su abuelo Karl compro en 1938, a muy bajo precio, una empresa a sus propietarios judios, los Lobmman, mas tarde asesinados en Auschwitz. Tras la guerra, confrontado con un heredero que reclama una reparacion, Karl Schwarz opta por la negacion de sus responsabilidades como Mitlaufer, es decir, aquellos que, como la mayoria de alemanes, <>. Asi arranca una apasionante investigacion que cubre tres generaciones de la historia reciente de Europa y que nos obliga a reflexionar sobre los riesgos de la desmemoria y el auge del neofascismo en nuestro continente.

  • Los destellos de Saturnalia de Yohana Recio

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    En una pequena localidad llamada Villanueva de la Rosa alguien acuno alguna vez que la Navidad no era exactamente eso que todo el mundo conocia, sino que habia una epoca anterior llamada Sarturnalia, donde todo lo que la Navidad habia echado a perder con su artificialidad, sus sonrisas falsas, sus encuentros indeseados y su interminable listas de dudas, se transformaba en naturalidad, en deseos compartidos, en ilusiones y en verdadera esperanza.

  • Elige el corazon de Mara Brent

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    Esperanza ha perdido de golpe todo lo que tenia, y es enviada a trabajar a un castillo de criada, en lo que parece que va a ser toda su vida, gris y vacia. Pero su vida no sera asi finalmente. El amor surgira donde menos lo espera porque “el corazon elige por una lo que no parece ni cuerdo ni razonable”.
    En este libro he querido hacer un pequeno homenaje a mis abuelos maternos.
    Ellos, campesinos y pobres, se llevaban quince anos y siempre se quisieron mucho.
    Mi abuelo, cuyo primer apellido delataba que procedia de alguno de los emigrantes que durante la Edad Media fueron de la actual Alemania a Navarra, era muy alto.
    Y mi abuela, unica en eso de multiplicar los panes y los peces en la dura posguerra espanola, era pequena. Un hermano suyo que fue a Argentina se convirtio en un jockey famoso.
    Este libro esta ambientado en el siglo XVIII y me he documentado sobre la epoca, aunque respecto al robo frustrado me he permitido una pequena licencia, puesto que lo que relato solia suceder a principios del siglo XX.
    Primeramente los ladrones ponian un gorro o sombrero en el camino y habia que depositar dinero para poder continuar viaje sin problemas. Si no se ponia, aparecia un perro ladrando. Habia que poner mas dinero en esa ocasion. Y si finalmente no se ponia nada, uno recibia una paliza y le quitaban todo lo que llevaba encima.
    A mi abuelo le ocurrio eso en una ocasion en que llevaba encima todo el dinero de la venta de un ternero y, cuando aparecio el perro, decidio desviarse del camino y meterse en el monte. Llego a casa de madrugada, todo aranado y magullado.
    Espero que os guste el libro.

  • El doble secreto de la familia Lessage de Sandrine Destombes

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    El sueno y la muerte son hermanos mellizos.

  • Las naranjas de Paris de L. A. Cooper

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    Hay estudios que afirman que para lograr superar una ruptura, una persona tarda aproximadamente tres meses por cada ano de relacion. No importa la intensidad, la cercania o la razon de la separacion, matematicamente hablando, solo hacen falta noventa dias para dejar atras trescientos sesenta y cinco. Por aquel entonces ya se habian cumplido los seis meses reglamentarios que Luis supuestamente necesitaba para superar el final de la relacion de dos anos con su exnovia. Lo habia intentado todo para dejar de pensar en ella. Salir de fiesta, viajar, encerrarse en casa, leer…, pero nada habia funcionado lo suficiente. Solo el tiempo lo estaba ayudando. El tiempo que aquel estudio decia, era eso lo unico que le ayudaba a seguir adelante y no venirse abajo. Eran las ocho de la manana de un martes siete de octubre cuando se desperto de aquel horrible sueno. Caminaba hasta el altar de la mano de su exnovia, feliz, extasiado, ilusionado por estar a punto de comenzar una nueva vida al lado del amor de su vida. Todo era perfecto hasta el momento en el que ella tenia que responder <>; era entonces cuando la joven se transformaba en una especie de serpiente gigante causando el panico de todos los presentes. El, de piedra pero aun enamorado, se quedaba viendola fijamente a los ojos, en silencio, detallando cada centimetro de la mirada de aquel espantoso bicho. <> le preguntaba despues de unos segundos. Y entonces, cuando estaba a punto de recibir una respuesta, se levanto. Su cuerpo estaba tan sudado que cualquiera que lo viese en ese momento pensaria que se habia acabado de dar una ducha. Su corazon latia como el trote de una manada de bisontes en un arido desierto. Y su cabeza, aun confundida, habia empezado un largo proceso de maquinacion con el fin de encontrar un significado a tan terrible pesadilla. Penso que darse un bano le ayudaria a despejarse, asi que fue lo primero que hizo despues de retorcerse en un crujiente e intenso estiramiento. Trabajaba con su padre por las mananas; aquel martes tenia que organizar un archivador con cientos de documentos. No era algo que realmente le gustase hacer, pero <>. Asi, mientras movia papeles y carpetas de un lado a otro, recordo que aquella tarde quedaria con Lindsay, una amiga americana que habia conocido casi tres anos atras en una fiesta de estudiantes internacionales que se celebraba en una de las discotecas mas importantes de la capital espanola. El contacto entre ambos habia sido practicamente nulo desde entonces. Ella habia vuelto a Estados Unidos y luego habia pasado un tiempo viviendo en Mallorca. El habia estado totalmente centrado en la relacion con su exnovia. Estaba nervioso. Por alguna razon sentia que dicho encuentro marcaria un antes y un despues para el. Acababa de leer El Alquimista de Paulo Coelho y tenia muy presente el tema del destino y de las oportunidades que no se pueden desaprovechar. Paso el resto de la manana y parte de la tarde ordenando papeles. Se tomo un segundo para revisar la hora en su reloj y fue cuando se dio cuenta de que habia estado demasiado concentrado en los archivos. Eran las cinco de la tarde y habia quedado con su amiga a las seis y media; tomando en cuenta que vivia en las afuertas de Madrid y que habian quedado en el centro, no le quedaba mucho tiempo para salir. Se vistio tan rapido como pudo. Una camisa, una chaqueta ligera que lo abrigase de los quince grados de temperatura que marcaba el termometro de su telefono y unos vaqueros comodos. Finalmente se perfumo con una colonia que encontro en el cuarto de su hermano, salio de casa y se subio al autobus rumbo a Moncloa, un distrito cercano a Ciudad Universitaria donde habia quedado con Lindsay. Durante el trayecto, pensaba en lo curioso que era quedar con una americana tan lejos de aquel pais. Luis era venezolano, por lo que la peculiaridad de la cita era aun mayor. Siempre habia sentido una predileccion especial por todo lo que tuviera que ver con Estados Unidos, y llevaba anos queriendo tener algun amigo americano, ahora tenia la oportunidad de hacerlo y, tratandose de una chica, todo era el doble de bueno. Llego al punto de encuentro primero que ella, asi que se quedo esperando recostado de una pared cercana a la salida de la estacion de metro de Moncloa. Hacia un dia precioso. Ni rastro de nubes en el cielo ni molestas rachas de viento. Empezaba a atardecer y Luis se quedo viendo el cielo mientras la voz de Lenny Kravitz viajaba por los cables de los auriculares hasta sus oidos. Lindsay llego unos minutos despues. Vestia una chaqueta ligera de color azul oscuro y unos vaqueros; su cabello lo llevaba recogido en un mono. No habia cambiado mucho desde la ultima vez que Luis la habia visto. El la saludo con dos besos y mientras se ponian al dia, empezaron a caminar hasta una cerveceria que habia no muy lejos de ahi. Para Luis, en un principio, aquel encuentro era complicado, no por culpa de Lindsay, quien hacia todo mucho mas sencillo, sino por su propia culpa. Era la primera vez que quedaba a solas con una chica desde que lo habia dejado con su ex. Sabiendo lo enamoradizo que era, tenia miedo de empezar a sentir algo por alguien nuevamente. --Entonces ?que has venido a hacer a Madrid este ano? -- pregunto el. --Ahora estoy trabajando como auxiliar de ingles en un colegio. Pero la verdadera razon es que quiero quedarme haciendo un master aqui y para eso necesito mejorar mi espanol. --?No lo hablas perfectamente? -- pregunto el joven confundido. Llevaban ya unos cuantos minutos hablando en espanol y Lindsay no habia cometido error alguno. --No, necesito tener un nivel C1 y a veces cometo errores. Ademas, hacer un master requiere mucho mas nivel que una conversacion normal -- contesto ella. Luis penso que seria un buen gesto ofrecerse para ayudarla a mejorar su espanol, asi que le sugirio quedar tantas veces como le hiciese falta; no habia mejor forma de aprender un idioma que practicarlo. Y, si ademas se podian tomar unas cervezas al mismo tiempo, todo sonaba mucho mejor. La conversacion siguio su curso. De vez en cuando habia algun silencio, que, para sorpresa del joven, no resultaba incomodo. Era como si no hubiera mejor forma de estar en silencio que con Lindsay en frente de el. Aquello le recordo a su epoca universitaria, por aquel entonces logro convencer a Elena, una chica que le gustaba mucho, de quedar una tarde para tomarse algo. Lo que en un principio era para el una oportunidad de empezar a salir con una chica espectacular, se termino convirtiendo en un calvario. Habia tantos momentos de silencio que el joven empezo a desear que todo acabase para irse a casa. --?Sabes que te pareces mucho a la protagonista de Bajo la misma estrella? -- dijo Luis despues de dar un largo trago a su botellin de cerveza. Ella se quedo mirandolo en silencio. Definitivamente era la primera vez que le habian dicho eso. Sin embargo, la chica de la pelicula era guapa, por lo que sonrio al suponer que la comparacion era un piropo. --Nunca me lo habian dicho -- dijo sonrojada. --Creo que va a ser hora de que me vaya, no se cuando sale el ultimo autobus hasta Majadahonda -- dijo Luis apenado. Era raro en el, pero despues de un par de horas seguia teniendo ganas de hablar con ella. Se despidieron poco despues. Ambos parecian igual de interesados en verse nuevamente, asi que decidieron hablar por Whatsapp unos dias despues para acordar el proximo encuentro. Luis caminaba a la estacion de autobuses cuando ocurrio aquello que lo cambiaria todo; la pulsera de oro que le habia regalado su exnovia hacia casi tres anos y que aun llevaba puesta en su muneca izquierda, se solto. El joven se detuvo y sus pulsaciones empezaron a subir deliberadamente. Era la primera vez que aquel brazalete se soltaba de su mano desde que se lo habia puesto. Habia jugado tenis, golf, nadado, levantado pesas…, y nada habia sido suficiente para soltarlo. Y ahora, sin esfuerzo alguno de por medio, se habia desprendido como si de ella dependiese hacerlo. Una complaciente sonrisa atraveso la cara del joven. <> se dijo a si mismo antes de guardar la pulsera en su bolsillo. Luego entro en el autobus, se sento y se quedo con la mirada perdida. <> penso. Capitulo dos Aquel domingo treinta de noviembre Luis se levanto casi a la una de la tarde. Su cabeza latia levemente por haberse bebido unas cuantas cervezas el dia anterior. La ultima vez que habia quedado con Lindsay habia estado a punto de besarla. Ambos habian bebido durante horas y la conversacion habia ido mejorando al mismo ritmo que las botellas llegaban y se iban. Fue casi antes de tener que volver a casa cuando Luis aprovecho para regalarle una rosa; ella acepto encantada, y entonces cuando el creyo que era el momento perfecto para besarla, le dio un ataque de nervios y fue incapaz de dar el paso. Ahora solo pensaba en lo tonto que habia sido. Llevaba mas de una semana sin hablar con ella y seguramente todo se debia a que ella se habia aburrido de el. Tenia toda la razon de hacerlo. <> se dijo a si mismo; El Alquimista siempre tenia razon. Le habia enviado un mensaje el viernes que no habia sido contestado; luego el sabado la habia felicitado por su cumpleanos y ella agradecio el gesto sin decir nada mas. Estaba mas que claro que todo habia acabado. Aquel iba a ser un domingo cualquiera, como todos; aburrido, gris, de peliculas tristes y television mala. Sin embargo, por alguna razon hasta el momento inexplicable para Luis, Lindsay aparecio. <> decia el mensaje que recibio en su movil a eso de las tres de la tarde. No tenia sentido. Ella se habia aburrido de el ?no? Le habia hecho pagar el no aprovechar la oportunidad de besarla. ?Por que aparecer otra vez? <> penso Luis mientras releia el mensaje con incredulidad. <> respondio. Sus manos temblaban ligeramente. Ella acepto minutos despues. Una fuerte mezcla de nervios y alegria invadio el cuerpo del joven. Por un lado se sentia bien, tenia una nueva oportunidad para hacer lo que no habia podido hacer unos dias atras. Sin embargo, eso mismo era lo que lo tenia tan nervioso, el hecho de que esa noche seria <>; tenia que besarla si o si, no hacerlo significaria dejar escapar la ultima oportunidad de dar un paso mas en la relacion. Y Lindsay parecia alguien con quien valia la pena avanzar. Ya casi eran las cinco de la tarde cuando Luis decidio vestirse y arreglarse para la cita. Se puso una camisa de tela de vaquero en conjunto con un pantalon del mismo estilo. Ya era invierno, asi que se abrigo con una chaqueta de nailon color azul marino, y despues de atar sus zapatos Timberland de cuerro marron, se peino y se perfumo frente al espejo de su cuarto de bano. --?Listos? -- se pregunto a si mismo. --Listos -- respondio su alter ego. * El camino en autobus fue totalmente reflexivo. Luis no paraba de intentar pensar y elaborar una tecnica infalible para besar a Lindsay, pero todas tenian fallos. No habia forma de planearlo, iba a tener que improvisar. Era la primera vez que lo haria, por lo que aquello lo ponia aun mas nervioso. Jamas habia tenido dudas de besar o no a una chica, siempre habia ido seguro de si mismo; lo que le pasaba con Lindsay no tenia precedente. Con la cara recostada de la ventana del autobus, penso en lo mucho que habia cambiado su vida en tan solo unos meses. Es increible pensar que dia a dia nuestra vida no cambia en absoluto, pero cuando expandimos la linea de tiempo, nos damos cuenta de cuantas cosas son diferentes en el presente. Aquella tarde Lindsay estaba mas hermosa que nunca, Luis no sabia si era porque llevaba tiempo sin verla o porque subconscientemente le estaba cogiendo carino. Fueron a la misma cerveceria de siempre. Cosmopolitan. Estuvieron un rato hablando de cosas sin importancia y al poco a poco la conversacion fue tomando tintes mas intimos. --?En serio tu primer beso fue casi a los diecisiete? -- pregunto Lindsay. --Si, y tarde casi un ano para el segundo, ambos fueron con chicas que ni siquiera me gustaban -- rio Luis. Todo estaba siguiendo el camino correcto para acabar como Luis queria que acabase, asi que penso que seria mejor continuar la conversacion en El Chapandaz, una especie de taberna que quedaba a unos pasos del Cosmopolitan y que, al ofrecer una luz mas tenue, un ambiente mas acogedor y un volumen de musica mayor, aumentaba las posibilidades de beso en un doscientos por ciento. Una vez sentados en el nuevo bar, reanudaron la conversacion que habian empezado minutos antes. --Te propongo algo -- empezo diciendo Luis que empezaba a sentir ya los efectos de la bebida. --Cada uno formulara una pregunta intima que debera ser respondida por ambos. Asi nos conocemos mejor, ?te parece? -- termino diciendo. Ella se limito a asentir, luego, con una mueca, le dio a entender a Luis que era el quien debia comenzar. --?Con cuantos chicos te has acostado? -- pregunto el. No tenia claro si en realidad queria saberlo, pero era necesario empezar con algo y aquella pregunta era lo unico que le venia a la cabeza en ese momento. Ella se quedo pensando por unos segundos, intentaba recordar la cifra sumando con los dedos de su mano derecha. --Menos de diez -- dijo luego. ?Y tu? --Una. --?En serio? --Si, hace unos tres anos, con mi ex. --?Y despues? Han pasado unos meses desde que lo has dejado con ella… ?No has estado con mas nadie? --No. Algunos besos, puede que un poco mas, pero no ha llegado a mayores -- respondio el. Lindsay asintio. Era curioso que un chico de veintidos anos solo hubiese tenido una experiencia sexual. Ahora le tocaba pregunta a ella. Antes de decir nada, dio un sorbo al inmenso vaso de <> que habian pedido. Era el trago especial de la casa; hecho con ron, ginebra, azucar, canela y escencia de menta.

  • Tocar las estrellas de Katie Khan

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  • La cancion de la espada (IV) de Bernard Cornwell

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    El guerrero Uhtred, ahora casado, con dos hijos y propietario de tierras, parece destinado a gozar de una paz semejante a la que hay en Inglaterra, donde el reino danes del norte y el reino sanon de Wessex inician una nueva etapa de paz. Pero los vikingos siguen al acecho en Londinium, dispuestos a conquistar Wessex, para lo cual precisan la ayuda del su viejo camarada Uhtred. Por su parte, el rey Alfredo el Grande confia en que sea el quien encabece una operacion destinada a expulsar a los vikingos, lo que llevara a Uhtred a enfrentarse de nuevo a su ambivalente identidad, y a poner en la balanza su origen vikingo y la lealtad a su rey; en cualqueir caso, su ardor guerrero pesara mas que la placidez familiar.

  • Los nombre de las cosas de Mariano Peyrou

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    Todos los jueves, tres amigos se reunen en un bar. Uno es director de cine y parece difuminar constantemente el limite que separa lo real de lo imaginario. Otro es novelista, aspira a la maxima libertad posible en la escritura y en la vida y tiene tantas caligrafias como amigas. El tercero trabaja en un ministerio y siente que no sabe casi nada de su esposa ni de su hijo. Haciendo gala de un extraordinario oido para el dialogo, asociaciones de ideas imprevisibles y una ironia efervescente, con su segunda novela Mariano Peyrou se aventura sin aspavientos a plantearnos una serie de preguntas sobre el amor, las relaciones familiares, la politica y el arte.

  • Los Bastardos De Pizzofalcone – Maurizio de Giovanni de Mauricio De Giovanni

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    En un Napoles abatido por la lluvia y el salobre, una dama de la alta sociedad aparece brutalmente asesinada. El segundo caso del inspector Lojacono, un personaje tenebroso y tremendamente humano que esta destinado a marcar el corazon de los lectores.

  • Las madres secretas de Monica Crespo

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    Una pareja inicia un proceso de maternidad subrogada; una madre se enfrenta a la naturaleza predadora de su hija; una escritora huye para escribir; una mujer ave y la prohibicion de volar; una pareja en la que el se queda embarazado... Las madres secretas explora las aristas y los espacios marginales de la maternidad, las fragiles relaciones de pareja, las relaciones entre madres e hijos, las contradicciones ante el deseo de ser madre o no, la construccion cultural de este fenomeno biologico, la tension entre la creacion artistica y la maternidad. Los personajes de estos relatos muestran este complejo equilibrio a traves de sus conflictos. La autora, con una intensa voz narrativa, rompe los topicos y las imagenes idealizadas de la maternidad. Historias realistas y fantasticas que ofrecen una reinterpretacion de la familia y la maternidad, que puede ser tan natural como perversa.

  • Lo que calla la noche de Daniela Sanguinetti

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    LO QUE CALLA LA NOCHE
    Un asesinato sin resolver, oscuros secretos y perversas intenciones se tejen y se enredan en torno a una mente enferma... Ulises, un joven de veintitres anos, proveniente de una familia tipo de clase media, timido e introvertido, que en apariencia lleva una vida normal, comienza a experimentar alucinaciones, demasiado reales, en las que se ve a si mismo matando brutalmente a mujeres jovenes que se cruzan en su camino. La recurrencia y la realidad abrumadora de esas ensonaciones, sumadas al extremo deseo de llevarlas a cabo, empujan a Ulises a poner sus deseos en accion. Pero, tras el ataque fallido a una joven, sera transferido a una clinica psiquiatrica. Alli conocera a la psicologa Mariana Etcheverry, con la que desarrollara una relacion que excedera, peligrosamente, los limites entre medico y paciente. ?Podra, Mariana, ayudarlo a escapar de su propio infierno? ?Sera capaz de descubrir el oscuro origen de la obsesion criminal de su paciente o se perdera en el? "Lo que calla la Noche" es un thriller que promete envolver al lector de principio a fin.

  • 4 3 2 1 de Paul Auster

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  • El secreto del Padre Alcazar de Cami Flores

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    Una chica con graves problemas familiares conoce a un hombre muy apuesto en un club de intercambios de pareja. Mas que el sexo, su halo pacifico, y el color de su alma le hace enamorarse perdidamente de el... Pero Santiago Alcazar es el parroco de una iglesia catolica y lucha con sus propios demonios, entre ellos ser un adicto sexual...

  • El silencio de los goteros de Enfermera Saturada

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    Un libro mas vendido que el ibuprofeno.

  • Regalo del cielo de Mercedes Gallego

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    ?Puede ser Axel un regalo para el mundo y un infierno para Devon?

  • Gold and Diamonds II, Eli Jane Foster de Eli Jane Foster

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  • Besame, princesa, y quedate conmigo de Marta Lobo

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    Lucia se lanzo al vacio y cayo sin esperar una mano que la salvase. Tendra que luchar por seguir adelante o enfrentarse a la verdad, a su verdad. Pero para ello tendra que ponerse frente a frente con el hombre que le echo de su vida.