• juan pro ruiz - Juan Pro

    https://gigalibros.com/la-construccion-del-estado-en-espana.html

    El Estado es un fenomeno caracteristico de la Edad Contemporanea: aparece en el siglo XIX como resultado de la Revolucion liberal, y sustituye a la Monarquia del Antiguo Regimen. Se trataba de superar la tradicion monarquica de mantener el orden para hacer realidad la ambicion revolucionaria de transformar el pais: la Administracion publica fue el instrumento ideado para que la accion de gobierno llegara hasta los ultimos rincones del territorio, impulsando el progreso en las mas diversas actividades de una sociedad que se concebia como “nacion”.

  • JUAN PRO RUIZ | Casa del Libro

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    Juan Pro (1962) Profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha centrado su investigación sobre la construcción del Estado en la ...

  • Juan Pro Ruiz: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Libros-Juan-Pro-Ruiz/s?rh=n%3A599364031%2Cp_27%3AJuan+Pro+Ruiz

    12 resultados · Mas se perdio en Cuba (Libros Singulares) · Lugares de utopía: Tiempos, espacios y estrías · Estado Y Territorio En Espaムa 182 (Historia y paisaje.

  • Libros de Pro Ruiz, Juan - Marcial Pons

    https://www.marcialpons.es/autores/pro-ruiz-juan/1030041/

    América y la utopía entre espacio y tiempo. Pro Ruiz, Juan;; Brenisínová, Monika;; Ansótegui, Elena; Iberoamericana Editorial Vervuert, S.L.. Madrid, 2021.

  • Juan Pro - Dialnet

    https://dialnet.unirioja.es/servlet/extaut?codigo=118342

    Libros — Pro Ruiz, Juan: La construcción del Estado en España. ... Libro. El Estatuto Real y la Constitución de 1837. Juan Pro. Iustel, 2010.

  • Todos los libros del autor Pro Juan

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  • Todos los libros del autor Pro Ruiz Juan

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  • Libros de Juan Pro Ruiz en Librería Cervantes

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    Juan Pro Ruiz. 31.00 €. Comprar. Agotado. Editado por: Sintesis Colección: Nuestro ayer. Nº en la colección: 0. Idioma: Castellano Encuadernación: Cartoné ...

  • Juan Pro Ruiz - Statebglat | UPF website

    http://statebglat.upf.edu/juan-pro-ruiz/

    Juan Pro Ruiz ... Es autor de cinco libros, coautor de otros tres, y ha publicado 42 artículos ... La Catarata / Universidad Rey Juan Carlos, Madrid, 2007.

  • La Construcción Del Estado En España - Agapea

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  • juan pro ruiz - Iberlibro

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    1 feb 2019 — ... PRO RUIZ, JUAN; PAN-MONTOJO, JUAN y una gran selección de libros, ... Condición: Como nuevo. Estado de la sobrecubierta: Nuevo. LIBRO.

  • Vacaciones al amor de Isabel Keats

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    Pase, el senor Anglada la recibira enseguida --anuncio la desdenosa secretaria, al tiempo que abria la puerta de un amplio despacho de paredes de cristal. El contraste entre el antiguo edificio senorial, con sus grandes ventanales, y la decoracion vanguardista del interior llamaba la atencion. Detras de la mesa interminable un hombre de pelo castano claro, sentado de espaldas, hablaba por el movil. Cuando termino la conversacion giro el sillon de cuero hacia mi y pude verle la cara. Le reconoci de inmediato. Su rostro permanecio inexpresivo; sin embargo, sus ojos turquesa, que brillaban con regocijo al devolverme la mirada, le delataron. Era evidente que el tambien se acordaba de mi, y esos ojos burlones me obligaron a retroceder en el tiempo hasta la semana anterior… Como marcaba la tradicion, las antiguas alumnas de las Esperanzadas en la Fe --una especie de nucleo duro de las Ursulinas--, promocion de… (he olvidado la fecha), celebrabamos nuestro aquelarre anual navideno. Una cena en la que el vino fluia como el petroleo en el golfo de Mexico y donde las colillas parecian castellers intentando fugarse del cenicero, a pesar de los ingentes esfuerzos de los camareros que no daban abasto vaciandolos; mientras nosotras, inseparables desde el colegio, poniamos a caldo a los maridos que quedaban o a los ex que aumentaban de ano en ano. Yo seguia soltera y, tras cortar con mi ultimo novio --la lista de nombres comenzaba a ser dificil de recordar--, sin compromiso. Mis amigas me acusaban de inmadura, de tener una puntuacion de once --en una escala del uno al diez--, del sindrome de Peter Pan. Quiza fuera cierto, pero, como yo les decia a menudo, su ejemplo no invitaba a tirarse de cabeza al abismo del matrimonio y al averno de los hijos, precisamente. La verdad es que no estabamos sacando conclusiones provechosas sobre aquel tema recurrente. Las casadas hacian proselitismo de la familia y los ninos, a pesar de echar pestes de ellos, y las separadas exaltaban la libertad de volver a bailar la danza del apareo una vez cumplido el ciclo natural de la reproduccion y cuidado de las crias; pese a quejarse amargamente de que, a esas alturas, no quedaba ni un solo tio al que se le pudiera aplicar el calificativo de normal. En realidad, dudo mucho que ninguna de ellas estuviera capacitada para extender a nadie el certificado ISO de <>. Cualquier fulano que viera su actitud de perras en celo, siempre a la caza y captura, no entenderia que alguna de ellas hubiera pasado mas de cinco anos en el delicioso estado marital; es mas, incluso podria llegar a pensar que esos anos transcurrieron entre los muros inexpugnables de un convento de clausura, en el que el unico polvo que entro jamas fue el que se acumulaba en los reclinatorios. Yo hacia loas de la vida sin ataduras de ninguna clase. Por un lado, no tenia que aguantar por obligacion los ronquidos de un tipo a mi lado cada noche, conteniendo las ganas de tirarlo al suelo de una buena patada. Tampoco debia soportar la presencia de pequenas alimanas pululando a mi alrededor volviendome la cabeza del reves y sin posibilidad de mandarlas a jugar a la autopista. Pero, al mismo tiempo, renegaba de los donjuanes canis y, a veces, de la soledad. En ese momento de la noche, mi estado era bastante… como lo diria… quiza la palabra mas adecuada fuese <>. Hacia rato que las ganas de hacer pis no me permitian atender a la conversacion, asi que me levante -- estuve a punto de tirar la copa de vino y el platito del pan-- y, un poco tambaleante, me dirigi al lavabo. Aliviada como un hipopotamo en el zoo, me di un retoque de brillo en los labios, ahueque mi melena y sali. Justo en ese instante, se abrio la puerta del bano de caballeros y de el salio un hombre alto, de unos cuarenta anos, de pelo castano y unos impactantes ojos color turquesa. --Oiga! --exclamo y me agarro del brazo. Indignada, me desasi con brusquedad y grite: --No se le ocurra tocarme, baboso! --Solo queria decirle… --insistio el hombre a pesar de todo. No le deje terminar. Sintiendo una agresividad que se me escapaba hasta por las unas de los pies --puede que como consecuencia de la conversacion con mis amigas o, quiza, fuera el efecto de los dos gin-tonics que me habia tomado-- le espete: --?Pero es que no puede una mujer decente salir a cenar sin que cualquier viejo verde se vea en la obligacion de intentar ligar con ella? Los derechos de las mujeres, ?los enmarcamos y nos olvidamos de ellos? ?Acaso seguimos en la Edad Media, aquella deliciosa epoca en la que cualquier pelado barrigon tenia derecho de pernada? A medida que iba disparando una pregunta tras otra, implacable, sentia que de un momento a otro comenzaria a soltar espuma por la boca. El tipo parecio encogerse ante semejante retahila de cuestiones de dificil respuesta y se hizo a un lado asustado. Envalentonada con mi victoria, ergui la cabeza y me deslice triunfante hacia mi mesa, esquivando las de los demas comensales. Debian haberlo oido todo, pues, a medida que avanzaba, podia escuchar a mis espaldas risas disimuladas de apoyo, lo que me produjo una gran satisfaccion. Al llegar donde estaban mis amigas, Ana me dijo: --A ver, date la vuelta, oh, reina de la liberacion de la mujer! De manera teatral, di una vuelta sobre mi misma, sintiendome como una modelo de pasarela o, tal vez, la Bella bailando sin la Bestia; pero, de repente, repare en que las risas de mis amigas se habian convertido en carcajadas histericas. Ahi estaban todas ellas retorciendose en sus sillas, mientras se les saltaban las lagrimas. --?Que pasa? ?Que pasa? --masculle, al tiempo que mi sonrisa se convertia, poco a poco, en una mueca rigida. Por fin, Angela, que era el alma candida de la pandilla, me lo solto: --Hija, al ir al bano se te ha quedado la falda metida por la goma de las bragas y te las ha visto todo el restaurante; pero no te preocupes, que son bastante monas. --Y estan limpitas… --anadio la mala pecora de Isabel, que siempre disfrutaba con las desgracias ajenas. Con la rapidez del viento cuando no hay, coloque la falda en su sitio y me sente, agachando la cabeza hasta que mi larga melena me cubrio la cara. Ahora oia las carcajadas sin reservas de todos presentes; tenia la impresion de que incluso el cocinero habia abandonado sus fogones para venir a reirse de mi. Por un resquicio entre los mechones de mi pelo mire hacia la mesa de al lado… y alli estaba el hombre del bano, mirandome y sufriendo convulsiones. Incapaz de resistir aquella sonada humillacion por mas tiempo, me levante, tire unos cuantos billetes sobre la mesa, y me fui a casa corriendo, dispuesta a no salir de ella durante el tiempo que me quedara de vida. ?Alguien puede imaginarse mi sorpresa y mi consternacion cuando, pocos dias despues, al ir a realizar una entrevista de trabajo --para la que me habia preparado a conciencia durante semanas-- resulto que mi entrevistador era, nada mas y nada menos, que el tipo odioso del restaurante? --Bueno --exclamo aquel mismo hombre, cascando como una nuez el opresivo silencio que reinaba en el despacho--, quiza habria sido mejor que viniera usted hoy con pantalones… Completamente abochornada, senti que me ruborizaba hasta el blanco de los ojos. Entonces, eche mi silla hacia atras, aranando sin piedad el inmaculado parque, le lance mi mejor mirada de desprecio, agarre el bolso con fuerza y me largue de alli dando un portazo; aunque, si tenemos en cuenta que la puerta era de cristal, el efecto no resulto muy dramatico que digamos. Lo que mas rabia me daba de todo el asunto era que, durante un segundo de enajenacion letal, habia encontrado atractivo a ese aborrecible bicharraco. Taconeando con fuerza, sali al vestibulo y me dirigi a toda prisa --es decir, a la velocidad de crucero de una muneca de Famosa dirigiendose al portal que era lo maximo que me permitia mi estrecha falda de tubo-- hacia el ascensor. Las pesadas puertas de acero comenzaban a cerrarse cuando una mano, de dedos largos y fuertes y unas cortas e inmaculadas, aparecio de la nada y las obligo a abrirse de nuevo. --Senorita Poliakova, si fuera tan amable de volver a mi despacho. Todavia no ha terminado la entrevista --comento muy tranquilo. --Para mi si lo ha hecho, senor Anglada, no voy a permitir que nadie se ria de mi.

  • La Orfiada de Victor Conde

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    Dos reinos de una Antiguedad mitica se enfrentan en esta ambiciosa novela epica en la que heroes a medio camino entre lo divino y lo humano se jugaran en el campo de batalla el destino de toda la humanidad.

  • Llamada Nocturna de Lara Arbi

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    Saltillo, Coahuila. Febrero de 2020 3: 10 am El tono particular del celular de Sara, la hizo despertar de su profundo y reparador sueno. Casi lamentaba no haberlo apagado. Pero siempre existia la posibilidad de una llamada emergente de parte de alguien de su familia o de alguna amistad que requiriera de ayuda. Por eso, lo dejaba encendido. Siempre. Ella saco la mano de debajo de su gruesa y abrigadora frazada y sintio el frio apoderandose de su brazo. No era invierno, era que acostumbraba dormir con la refrigeracion al maximo, durante los meses calurosos. Definitivamente aquella era una llamada inesperada y eso de despertar de pronto, hacia que su pulso estuviera erratico y desatinado, asi que el celular termino resbalandosele de su mano. --!Auch...! --exclamo molesta, su voz se escucho ronca. Por suerte la alfombra frente al buro amortiguo el golpe y el celular sobrevivio al accidente, pero moverse para tomarlo casi le cuesta irse de cabeza al suelo. "!?A quien se le ocurre llamar a esta hora?!" rezongo en pensamientos. "!Ah! Si es otra vez el Joel, que necesita raite porque anda bien borracho, !lo va a lamentar!" Juro Sara, sin ver quien llamaba. --Diga --respondio Sara con voz aguardentosa y los ojos cerrados, pero nadie le respondio. Habian cortado. Tenia tanto sueno que no se preocupo en ver quien habia llamado, suponia que si era un conocido, le volveria a marcar, y si no lo era, le enojaria mucho enterarse de que se habia esforzado para descubrir que era un numero no identificado. Se lanzo sobre su almohada sin soltar el telefono, se arropo y cerro los ojos dejandose llevar por el sopor. En pocos segundos estuvo de nuevo sumergida en la agradable inconsciencia del sueno. Las imagenes empezaron a brotar en su mente, recreando realidades no existentes. Un encuentro con amigas en una reunion de cumpleanos. Habia muchas risas, buen ambiente, y repentinamente; todo desaparecio, de nuevo gracias a los tonos de su celular. Moverse hizo percibirlo en su mano y se agradecio a si misma por no haberlo soltado. En ese momento no recordo el detalle de que una llamada inesperada la habia despertado minutos antes, asi que respondio sin revisar quien marcaba. --Diga --balbuceo, completamente adormilada, y escucho una voz de alguien que no reconocio. --!Hola, hola! ?Como estas, amiga? Que placer escucharte. --?Que si como estoy? --respondio con cierta ironia--. !Pues estoy dormida! !Son las tres de la manana! ?Por que no esperaste a que amaneciera para llamar? --Oye; perdona la hora. Es que acabo de llegar. No te hubiera molestado de no ser porque necesitaba asegurarme de que te vere --dijo el tipo. Su voz era agradable, pero percibia un dejo de preocupacion en ella--. Si no hay inconveniente, voy alla en taxi, pero necesito que me digas tu direccion para que el taxista llegue sin problema, y la hora a la que pudieras recibirme, por favor. --?Quien habla? --pregunto sin abrir los ojos. --!Ja! ?Como que, quien? !Pues yo!, crei que me habias reconocido. Oye, luego hablamos de esos detalles, ahorita urge que me digas tu direccion. Tengo que arreglar mi estancia. Me estan esperando. Ella checo el numero entrante y se dio cuenta de que si era un numero que tenia en su agenda, y estaba a nombre de un amigo que hacia muchisimo tiempo no contactaba. --?Eres Alejandro Medina? --?Y quien mas te iba a estar hablando a estas horas, sino un viejo conocido? El suyo era un numero que se empolvaba en la agenda de Sara. Hacia tanto que ese amigo no le llamaba, que muchas veces estuvo tentada en eliminarlo de su agenda para que no le ocupara espacio. Alejandro Medina habia sido un buen companero de la preparatoria. El, se habia ido a estudiar la carrera profesional a la ciudad de Mexico, y desde entonces le habia perdido la huella. Habian pasado ya varios anos, considerando que ambos habian terminado ya su carrera profesional, y tenian al menos dos anos trabajando en lo suyo. Ella se sento en su cama, acomodando la almohada como respaldo y continuo la conversacion. --Ah. Perdona. No te reconoci la voz. Es que ya traes el tonito de "chilango". ?Ya tienes en que anotar? --le pregunto ella, pensando en aclarar condiciones. --Si, claro. Dime. Y fastidiada por estar despierta cuando debia estar durmiendo, termino diciendole su direccion con santo y sena, asi como los horarios en los que la podria encontrar, pues ella trabajaba. --Quisiera saludarte, pero si tienes que ir a trabajar, pues... lo mejor sera que nos veamos en algun restaurante, a la hora de la comida, o tu di a que hora y donde, ?no? --Bueno. Apunta: manana a la 1:30 en el restaurante "Delicias". Esta por la calle Venustiano Carranza, una cuadra despues del cruce con la Avenida Universitaria. Yendo de norte a sur. Esta muy visible. No te vas a perder. !Ey! Pero, hace tanto que no nos vemos que no te voy a reconocer. Y tampoco creo que tu lo hagas. He cambiado. ?Como te ubico? --Bueno. Veamos; llevare camisa azul lisa, y una cachucha beisbolera de color blanco. Llevo cabello un poco largo. Pero poquito. Tu, ?que llevaras puesto? --Mi uniforme de la empresa. Es color verde tierno, con blusa rosada. Lleva saquito del mismo color. Trabajo en con un licenciado. Muy estricto, por cierto. Apunta esto; yo traigo el cabello hasta el hombro, color cobrizo. Ya no soy rubia, ?recuerdas? --!Oh! Claro, como lo iba a olvidar. Bueno, te dejo dormir un poco mas y nos vemos en las "Delicias" a la hora de la comida. Hasta luego, linda. !Oye! ?No se molestara tu marido o tu novio, si sabe que saliste a comer conmigo? --Por supuesto que no. Primero porque, que yo recuerde, no estas tan lindo --bromeo ella--, y segundo, porque no me he casado todavia, ni tengo novio formal. !Nadie se enojara contigo! --Perfecto --lo dijo con tono de complacencia regularmente disimulado--. Entonces nos vemos en las "Delicias". --Hasta luego --dijo ella y en cuanto termino la comunicacion se recosto de nuevo, sin soltar su celular. Entonces recordo un detalle. "Hasta luego... !?linda?! Ay, Alejandro. Si que te has achilangado", penso sonriendo. Su voz y sus maneras eran diferentes a las que recordaba, pero era logico; habian pasado varios anos sin verse y suponia que al terminar sus estudios, el se habia quedado a vivir en la capital. Antes de quedarse dormida le vino a la mente otro detalle: "?Como que me recordaba rubia, si yo me teni el cabello hasta el segundo semestre de la profesional? El ya se habia ido a la capital", le dio vueltas al dilema por unos segundos, pero tenia sueno y termino concluyendo: "Lo dijo por no quedar mal. Despues de todo yo le estaba aclarando que llevaba el cabello tenido de rubio". No lo analizo demasiado. Tenia mucho sueno y necesito poco tiempo para volver a quedar profundamente dormida. *** Desperto al siguiente dia dando un salto, porque la sorprendio la alarma de su despertador. No recordaba el incidente de la llamada. Tenia prisa por alistarse y preparar un buen desayuno. Eso era fundamental para que, ella se sintiera bien durante la jornada de trabajo. Una hora despues, salio de su departamento, entro a su auto y hasta que cerro la puerta, recordo lo de la llamada nocturna. La curiosidad la acoso y se las arreglo para sacar su celular del bolso, mientras maniobraba el volante para enfilar rumbo a su trabajo. "Era el. Alejandro. Ademas me lo aclaro. No estoy segura de que sea el que recuerdo. Hace mucho que no lo veo. Bueno, ya lo vere a la hora de la comida" --despues de unos minutos de ir conduciendo, penso--. "?Que querra? !Ah!, me late que me quiere engatusar con algun negocio. Sucede tanto. Los embaucan a ellos, y ahi los traen, apurados consiguiendo gente que le entre a tal o cual estupido negocio de ventas" --viro a la izquierda--. "Lo que no sabe este cuate, es que no soy de las que se deja controlar. Soy de las que habla claro y directo. Lo saludare por los viejos tiempos, pero en cuanto empiece con sus cosas... !A volar, chiquitito!" Olvido el asunto en cuanto se ocupo de su trabajo, y lo recordo solamente a la hora de la salida, en el momento en que tomo su bolso y lo colgo al hombro. Estaba por ver a ese companero que hacia tiempo se habia ido a la capital. Se preguntaba, como se veia el ahora. A que se dedicaba, y sobre todo, que queria. Tenia muy en cuenta que una de las opciones de los estudiantes universitarios para apoyar el pago de sus estudios, era vender algo; sobre todo seguros. Ella consideraba a los vendedores de seguros como una plaga. Una vez mas se puso a planear los argumentos que usaria para no permitirle que la engatusara con algun plan suyo que trajera. Era verano. Al salir a la calle sintio que el calor le lastimaba la cara. Hubiera deseado irse directamente a casa a acostarse y disfrutar del descanso, viendo un programa de television o durmiendo, en medio de un ambiente refrigerado, y no tener que enfrentar una situacion que podia llegar a ser molesta. Pero no podia dejar de lado el compromiso que se habia creado con el tal Alejandro. Para desvanecer el sentimiento de molestia se concentro en los recuerdos de sus anos de bachillerato. No habian sido tan buenos. Habia pasado momentos amargos, dias pesados por el estudio, por los dichosos examenes que solian ponerles, y todas esas cosas relacionadas con, tener que aprobar para pasar el semestre. Pero Alejandro, si era un buen recuerdo. Estaba consciente de que con el tiempo la gente suele cambiar. Ella misma habia cambiado. Debia considerar que ahora Alejandro trajera, no muy buenas manas. Pero ya iba en camino a cumplir con esa cita y sucediera lo que sucediera, pronto estaria de regreso en casa. Se prometio que regresaria sintiendose tranquila, sin haberse dejado colgar obligaciones que no deseaba. "!Por nada del mundo debo dejarme embaucar con un negocio suyo, o lo que sea. Si se enoja, !pues que se enoje! Si. Es que, tratar de mantener a la gente contenta, muchas veces implica meterse uno en un berenjenal. ?Pero, y por que? No soy Hermanita de la caridad. Pero sobre todo, quiero vivir tranquila. Por Dios que si". Suspiro cuando penso esto y el semaforo se puso en rojo. Trato de no exasperarse. Recordaba que todo pasa, y pronto ese asunto estaria concluido. Normalmente no era tan hurana para relacionarse, pero la manera en que se dieron las cosas; esa llamada a las tres de la madrugada, el colgarle un compromiso que le conflictuaba un poco la existencia en un dia en el que deseaba estar tranquila, todo eso le hacia sentir cierto rechazo hacia ese encuentro. El semaforo cambio a verde y ella avanzo a la velocidad a la que iban el resto de los autos, unas cuadras mas adelante dio vuelta a la derecha. Ya estaba sobre la calle Carranza. Avanzo un poco mas y encontro la Avenida Universitaria. Sabia que a la derecha encontraria el acceso al restaurante. Afortunadamente habia lugares disponibles para estacionar su auto dejandolo bien protegido y sombreado con amplios tejados. Vio la hora en su celular y sonrio; estaba a tiempo. No encontraria a un Alejandro fingiendo que no estaba malhumorado por su tardanza. Se arreglo un poco el cabello y su maquillaje, y metio una pastilla de menta a la boca para refrescar su aliento, entonces salio del auto. Era un lugar de sobra conocido por ella. Habia estado muchas veces ahi, sola o acompanada, asi que sabia a donde dirigirse con confianza. Una vez adentro, se dedico a localizar a alguien con las caracteristicas que le describio su amigo; camisa azul corte formal, cachucha beisbolera de color blanco, cabello un poco largo. No estaba a la vista. Se sintio desconcertada por eso. Vio la hora y se dio cuenta de que habian pasado solamente diez minutos de la hora de la cita. Supuso que por haber estado fuera de su tierra tanto tiempo, podia haberse desubicado. En ese momento se acerco a ella uno de los jovenes meseros. --?En que puedo servirle, senorita? Ella se alegro de recibir ayuda. --Ah, si. Busco a un hombre que viste camisa azul y trae cachucha blanca. Tendra unos, treinta anos. ?Ha visto a alguien asi? El joven penso en ello por unos segundos y respondio: --La verdad no. No he visto a nadie vistiendo asi. Tal vez decidio quitarse la cachucha, pero aun asi no recuerdo haber visto a alguien de camisa azul, solo. Esperando a alguien --Sara se sintio incomoda por la situacion--. Pero dejeme dar una vuelta por el restaurante a ver si lo localizo. ?Cual es el nombre del senor? --Alejandro Medina. Gracias por su ayuda. Mire; me sentare por mientras, en esa mesa -- dijo, senalando una mesa situada en un rincon. --Bien, ahora vuelvo --dijo el joven amablemente. Sara se sento en la mesa desocupada y se sintio bien. Fue cuando comprendio que podia haber un monton de razones por las que Alejandro no estuviera ahi a tiempo. Si el joven mesero no lo localizaba, lo esperaria. Y hasta se previno pensando en que si no llegaba, ella no le daria otra cita. "!Que se vaya al cuerno, si no viene!" Entonces rio para si misma pensando en que se estaba defendiendo de algo que todavia no sucedia. Unos minutos despues vio que el mesero estaba de regreso. Pronto sabria si Alejandro, estaba o no estaba en ese lugar. "Pues, si esta aqui, que poco caballero. El deberia venir a mi encuentro", penso, una vez mas a la defensiva. Pero no habia llegado. --Mire, ya di la vuelta por el local y por los reservados y... no, el senor no ha llegado. ?Va a esperarlo? Tal vez no tarde. --Si, lo esperare. ?Donde puedo sentarme? --Ahi, donde esta. Si se siente comoda. --Si, estoy comoda --la razon era que no estaba muy a la vista, por eso de que no llegara Alejandro--. Estoy en buen punto para detectarlo en el momento en que entre por esa puerta -- aclaro ella. --Bien, ?desea tomar algo, mientras espera? Ella penso en una bebida suave para bajar la tension que le causaba ese trance. --Una cerveza, por favor. Cuando le sirvieron su bebida, Sara empezo a sentirse mas relajada y dispuesta a esperar a su amigo. La limitante era que solamente tenia una hora para comer y despues debia regresar a su trabajo. "Es el colmo. Le llamare a ver que pasa". --"?Alejandro?… !Oye!, ?que pasa que no llegas? !Se me esta haciendo tarde! --le dijo Sara, y no reprimio su molestia. --!Hijole! Sarita, lo siento. Es que me perdi. Pense que iba a ser facil y no. Lo siento. !Dame un minuto mas!, ?ok? --Pero un minuto nada mas. !Tengo que volver al trabajo! Sin embargo, los minutos pasaron sin que Alejandro apareciera y cuando se dio cuenta de que solo restaban veinte minutos de descanso, decidio comer algo para regresar al trabajo. Llamo al mesero y le pidio algo de carne y verduras y un refresco, aclarandole que solo podia quedarse ya menos de veinte minutos. "Como me esta haciendo pesado el dia, este amiguito. Primero, me llama a una hora inadecuada, me cita porque el quiere y por lo visto va a aparecer cuando el lo decida. !Pues, no! No se haran las cosas como el quiera, ?es que, piensa que porque viene de la capital va a obligarlo a uno a hacer lo que el quiera? !Para nada! Ya no soy tan docil como lo era en la prepa". Faltando diez minutos para su hora de entrar al trabajo, ella pago la cuenta y sintiendose indignada, salio hacia su auto. Apenas tendria tiempo de llegar a las oficinas donde trabajaba. No le perdonaria que le descontaran parte de su sueldo gracias a su irresponsabilidad. Al abrir la puerta del restaurante, sintio de inmediato el golpe del aire calido del exterior que se percibia mas al haber estado en un ambiente refrigerado. Con paso apresurado se dirigio a su auto, y justo cuando abrio la puerta escucho una voz a sus espaldas. --!Oh!, !Sara! --dijo. Cuando ella volteo a ver quien le hablaba, se encontro con un tipo que realmente no conocia, pero llevaba una cachucha blanca y camisa azul. Era Alejandro Medina. Ella se quedo estatica, pensando en que, no era asi como recordaba que era Alejandro. En todo caso, los anos lo habian transfigurado. "Pero me ha demostrado que es Alejandro. Incluso su numero de celular es el que tengo en la agenda". --?E-estas suficientemente molesta como para no darme un abrazo de bienvenida? --dijo el recien llegado, con expresion apesadumbrada. Ella no se atrevio a mostrarse violentamente enojada. Su sentido de cortesia supero a su enojo y con toda calma respondio: --Es muy tarde, Alejandro. Tengo que irme a mi trabajo. Creo que dejaremos nuestra cita para otro dia, ?de acuerdo? El se agito, mostrandose apenado y entonces le dijo: --Tienes razon. Lo siento mucho. Te he estado causando muchos trastornos desde que llegue. !No tengo derecho a perturbar tu vida! Sin embargo no quisiera irme sin que platicaramos. Mira, tengo una idea para lograrlo sin causarte mas dolores de cabeza. --?Cual es esa idea? --respondio ella, con gesto cansado. --Me ire contigo para ver donde esta tu lugar de trabajo, pero no, no te preocupes, no entrare. Me quedare en algun lugar cercano a esperar tu hora de salida. Asi, no habra mas contratiempos, por lo que sea. Tu no tienes por que batallar con mi desubicacion. !Es que ya ni me acuerdo, de las calles de mi ciudad, caray! Ella vio la hora. Le quedaban cinco minutos para llegar a su trabajo, y eso la hizo responder: --Pues, vamos. Y, estoy de acuerdo en que me esperes en algun lugar cercano. Lo siento, no te puedo pasar a las oficinas. Tengo un jefe muy intransigente. --No, no. Claro que no haria eso. Se hara como tu dices. !Vamos! Y con toda presteza, el fue a la puerta del copiloto obligando con eso a Sara a entrar para abrirle la puerta y apurar las cosas. Pero ella aceptaba el trance porque la hora le preocupaba. Ella actuaba con rapidez. Estaba seria, la verdad era que estaba molesta. Sin embargo lo haria por los buenos tiempos y solamente por esta ocasion. !Nunca mas! Encendio el auto y se apuro a salir rumbo a su trabajo. Alejandro iba en silencio, Su rostro no mostraba preocupacion, cosa que estaba causando mayor indignacion en Sara. Ademas se sentia un poco intrigada. El Alejandro que recordaba no era asi. Claro que habian pasado ya algunos anos por ellos y el tiempo cambia la fisonomia, muchas veces hasta el punto de volverlos irreconocibles. Pero... "Que distinto es. No hay nada en el, que me recuerde al Alejandro de la preparatoria". El Alejandro que observaba era un hombre de mediana edad, alto, de complexion recia. No podia decirse que era del todo, bien parecido. Varonil, si. Pero habia una actitud en el que le provocaba ansiedad, y hasta algo de temor. Habia algo en todo lo que estaba sucediendo desde que le llamara por la noche, que le estaba provocando un sentimiento extrano. Tenia la sensacion de que poco a poco estaba quedando mas atrapada en una situacion anomala, a la que no se decidia a ponerle fin, por no ser descortes con un viejo amigo. "!Vamos, vamos! !Somos viejos conocidos! Fuimos companeros de la preparatoria, no tengo por que sentirme atemorizada", argumento para quitarse de encima esa extrana sensacion que la embargaba. "Aun cuando el haya cambiado y se haya vuelto un tipo amanado por los anos que ha vivido en la capital. Claro, debe de haber pasado muy malos momentos, pero no creo que sea tan tonto de arriesgarse a venir a su tierra a cometer una tontera. Menos contra mi, que fuimos amigos"

  • La peligrosa amante del jeque, Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • Escuadron Gamma de Blas Ruiz Grau

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    Esta es la historia de Leo, un nino normal con una vida normal. Su vida es como la tuya, va al colegio, le gusta jugar con sus amigos y le encantan las historias de super heroes. Es un nino como tu hasta que... un dia, descubre que el tambien es un super heroe y tiene una mision: salvar al mundo. Junto a sus nuevos amigos Lucas, Gabi, Julia, Carolina y Daniela lucharan contra el mal. Son: el ESCUADRON GAMMA.

  • Cancion de las Tierras Altas de Tanya Anne Crosby

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    Gavin Mac Brodie teme convertirse en el hombre que era su padre. El chico se atiene al voto de castidad y jura no casarse jamas, llevado por la soledad y las visiones de lo que nunca sera y nunca podra tener. Sin embargo, el soltero de oro de los Brodie esta a punto de encontrarse con un poco de magia de las Tierras Altas…

  • Mas alla del arbol de E. Pasport

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    ?Que habia mas alla de aquel arbol milenario? ?Quien era aquel desconocido que acababa de desaparecer ante sus ojos como por arte de magia? Danae no estaba preparada para todo lo que iba a descubrir aquella noche. Sin embargo, llevaba demasiado tiempo rodeada de secretos. Necesitaba respuestas. ?Cuales eran sus verdaderos origenes? ?Por que sus padres se habian divorciado diez anos atras? ?Que ocultaba su hermana?
    Pronto descubrira que a veces es mejor dejar enterrado el pasado y que existen peligros de los que es imposible escapar.
    Dos dimensiones paralelas. Viajes en el tiempo. Un oscuro secreto. Dos hombres completamente opuestos. Una historia de amor y aventura a caballo entre dos mundos.

  • Una Sorpresa por Accidente de Annie J. Rose

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    M C A P I T U L O 1 E M IL Y e quedo mirando al cielo monotono y gris por la ventana. Nueva York en primavera, vaya lugar en el que estar. Pero la cuestion era que estaba exactamente donde queria estar. Habia crecido sonando con la gran ciudad: las luces, la emocion; una ciudad donde siempre estaba sucediendo algo. De alguna manera, en el tiempo en que habia estado yendo a la escuela alli, me las habia arreglado para hacerme un lugar. Nueva York era mia. O eso era lo que siempre habia pensado. Suspire discretamente mientras el tren se alejaba del anden. ?Quien sabe cuando volveria a ver estos edificios? Si es que alguna vez los volvia a ver. Intente no pensar de forma tan pesimista, pero la verdad era que simplemente no tenia idea de lo que iba a pasar con mi futuro. Mis pensamientos estaban hechos un torbellino mientras lo contemplaba. Solia tener una vision clara para mi misma. Iba a ir a estudiar en Nueva York. Iba a hacer pasantias en algunas de las mejores casas de moda del mundo y a hacer conexiones. Ya con mi titulo en el bolsillo iba a lanzar mi propia linea con un poco de ayuda financiera de mis padres. Lo mas sorprendente es que todo habia estado yendo tan bien para mi. Todo habia marchado tan bien, hasta que dejo de ser asi. El pasado mes estuvo lleno de grandes cambios. No cosas como una nueva pasantia en algun pais extranjero exotico o algo bueno como eso. Estos fueron cambios malos. Y no cosas como un corte de cabello terrible, o incluso perder la beca de la escuela. Podria haber manejado eso. El tren disminuyo la velocidad al entrar a otra estacion. Salir de la ciudad siempre llevaba un poco de tiempo. No estaba segura de si queria que el tren no saliera nunca, o si queria que acelerara para no tener que quedarme mas tiempo en el lugar que habia llegado a amar. Pasara lo que pasara, no habia vuelta atras. Solo esperaba que este viaje a casa, a Saratoga Springs, me ayudara a solucionar algunas cosas. Desafortunadamente, no guardaba muchas esperanzas para mi estilo de vida actual. Mi apartamento de un solo dormitorio en Manhattan era, sin duda, algo del pasado. Mi posicion en uno de los programas de diseno de moda mas prestigiosos del mundo seria sin duda otra de las perdidas, porque no habia forma de que pudiera costearme la matricula, ni siquiera con mi beca. No habia ningun banco en el mundo que fuera a aceptar prestarme nada; no teniendo en cuenta el error de mi padre al confiar en el hombre equivocado. Deseaba poder entender como habia llegado a este punto. Pensaba que mi padre era un hombre astuto de negocios y un inversionista. ?No habiamos aprendido todos en este punto a no confiar en estafadores? Si tan solo pudieramos retroceder el tiempo al punto antes de que mi padre invirtiera practicamente toda la fortuna de la familia en lo que resulto no ser mas que un esquema Ponzi. Sin embargo, eso era imposible. Deseaba poder sacar lo mejor de la situacion, pero todo era completamente desconocido para mi. Mi telefono sono cuando llego un mensaje de texto de Alyssa. Supongo que eso era algo bueno que habia salido de todo este desastre. No habia visto a mis amigos lo suficiente desde que estaba en Nueva York. A pesar del escandalo, parecian estar listos para recibirme en casa con los brazos abiertos. Odiaba verme obligada a volver a casa, pero al menos podria pasar mas tiempo con todos ellos. Alyssa quiso saber cuando llegaria y si me gustaria que ella me llevara a casa de mis padres. Sabia que se ofrecia porque sentia lastima por mi. Ella sabia que estaba acostumbrada a autos privados con choferes que se sometian a todos mis caprichos. Esta es tu oportunidad para que veas como vivimos los demas, bromeo cuando me lamente por el viaje a casa. Puse los ojos en blanco al leer el mensaje. La familia de Alyssa no estaba para nada tan bien acomodada como lo habia estado siempre mi familia, pero definitivamente les iba bastante bien. Sin embargo, ahora considere su oferta. Habia planeado coger un taxi hasta la mansion de mis padres (o a su antigua mansion, supongo), pero con todo tan inestable, probablemente deberia estar ahorrando cada dolar que tenia. Le respondi el mensaje a Alyssa con la hora de mi llegada y le agradeci por ofrecerse a recogerme. Luego me recline en mi asiento pensando en lo que me esperaba en casa. Sabia que debia dejar de pensar en ese lugar como "casa". La casa ornamentada en la que habia crecido nunca le perteneceria a mi familia de nuevo. No hubo otra opcion mas que venderla. De hecho, esa era la unica razon por la que volvia a casa ahora: para ayudar a mis padres a recoger cualquier pertenencia que tuvieran ahi y trasladarlas de su mansion a un pequeno apartamento de dos dormitorios. Tendrian apenas suficientes ahorros para poder vivir modestamente cuando se jubilaran. Nada mas que eso. Trague fuerte mientras pensaba en ello. Nunca antes me habia sentido tan sola. La familia Andrews siempre habia tenido dinero. No habia sido una preocupacion para mis padres pagar mi matricula, o el alquiler de mi apartamento en Nueva York. Sin embargo, todo eso habia cambiado ahora. Cuando mis padres me dieron la noticia por primera vez, quede conmocionada porque no lo creia. Seguramente se las arreglarian de alguna manera para recuperar su fortuna. Seguro que las cosas mejorarian antes de lo que pensaban. Perderlo todo solo era el peor de los escenarios, y querian asegurarse de que yo estuviera preparada para eso, en caso de que llegase a suceder. En algun punto me di cuenta de que no era solo el peor de los escenarios. Era la realidad. Mis padres lo habian perdido todo; no habia ninguna duda al respecto. No habia manera de recuperar esa fortuna. Fue entonces cuando mis sentimientos se volcaron mas hacia la ingenuidad. No era lo que queria, pero sin duda podria conseguir un trabajo y conservar mi vida tal y como era en gran parte. Atenderia mesas o prepararia cafes, tal vez seria barman algunas noches a la semana. Pero conservaria mi apartamento y seguiria estudiando, aunque eso significara que ya no tendria mucha vida social. Creo que fue mas o menos al momento de mi tercera entrevista de trabajo cuando me di cuenta de que eso tampoco iba a pasar de ningun modo. Seria muy afortunada si encontraba a alguien que estuviera dispuesto a contratarme, dada mi falta de experiencia y el hecho de que el nombre de mi familia estaba metido en todos los tabloides y todos podian leerlos. Incluso si encontrara un empleo, tendria suerte si lograra reunir lo suficiente para pagar el alquiler de mi apartamento, por no mencionar todo lo demas. Pense en entregar mi apartamento. Podria encontrar un companero de cuarto y pagar menos renta. Si hacia eso y conseguia un trabajo, seguramente podria continuar con mi carrera, ?verdad? No me faltaba mucho para graduarme. Pero los unicos lugares para vivir que podria permitirme estaban muy alejados de la escuela, y cuando tome en cuenta los viajes de ida y vuelta a mis clases, supe que nunca podria conseguir suficientes horas en un trabajo para poder pagar mi matricula. ?Como lo hacian los otros estudiantes? Parecia imposible. Me quede mirando el cuaderno de bocetos en mi regazo. La pagina estaba en blanco, tan solo esperando que mi lapiz dibujara algunas lineas audaces. El resto del cuaderno estaba lleno de bocetos de disenos para la linea que esperaba lanzar. Siempre me habia encantado la moda. Me llevo una eternidad tener confianza en mis disenos, pero finalmente lo habia conseguido. Ahora estaba a punto de comenzar la carrera con la que siempre habia sonado, pero parecia que ese sueno estaba a punto de esfumarse. La neblina gris fuera de mi ventana se sentia tan constrictiva como el resto de mi situacion ahora mismo.

  • Yo confieso. 45 anos de espia de Fernando Rueda , Mikel Lejarza

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    1974: Mikel Lejarza es captado por el servicio secreto para infiltrarse en ETA con el alias de El Lobo.

  • Perros que duermen de Juan Madrid

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    Madrid, 2011. Juan Delforo, periodista y escritor, hijo de padres republicanos y con un pasado de militancia en la lucha antifascista, acude a un chalet de El Viso para recoger el legado de un hombre que no conoce y que acaba de morir. Se trata de Dimas Prado, un comisario, viejo falangista, que se relaciono en el pasado con los padres de Delforo y ha ejercido de protector en la sombra del joven disidente.
    Burgos, 1938. Dimas Prado es encargado de la investigacion del espeluznante asesinato de una jovencisima prostituta a manos de un jerarca del bando nacional. La investigacion, que tendra por objeto borrar cualquier rastro del crimen, permitira relanzar la carrera policial de Dimas Prado, que cuenta con la ayuda del siempre fiel Guillermo Borsa.
    Malaga, 1945. El padre del protagonista, Juan Delforo, militar republicano que lucho en la Defensa de Madrid, es detenido y condenado a muerte. Dimas Prado intercede por el a cambio de una informacion fundamental para su futura carrera politica y le permite un encuentro con su mujer, Carmen Munoz, a la que le unian lazos nunca revelados.
    ?Por que el viejo comisario quiso como ultima voluntad que Juan Delforo heredara su historia?
    ?Puede un novelista contarlo todo?
    ?Que verdades se esconden tras las lealtades ocultas de estos personajes?
    Juan Madrid, en la que es su novela mas ambiciosa hasta el momento, nos lleva a traves de las paginas de “Perros que duermen” a aquella epoca sombria de la guerra y la posguerra civil, y a sus ecos en la construccion de nuestro presente. Una novela de intriga, inquietante y estremecedora, con personajes complejos, contradictorios y ricos en matices, que nos hara reflexionar sobre el genero humano y sobre la necesidad de contar historias.

  • Despues de encontrarme (Bilogia Lucia 2) de Saray Garcia

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    Titulo original: Despues de encontrarme Primera edicion: Mayo 2016 (c) 2016, Saray Garcia Maquetacion y diseno de portada, a3studio ISBN: 978-1533130358 Deposito legal: V 515-16 Esto es una obra de ficcion. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, organizaciones y dialogos en esta novela son o bien producto de la imaginacion del autor, o has sido utilizados en esta obra de manera ficticia. Quedan prohibidos, dentro de los limites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproduccion total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electronico o mecanico, el tratamiento informatico, el alquiler o cualquier otra forma de cesion de la obra sin autorizacion previa y por escrito de los titulares del copyright. En este libro las canciones tienen un significado muy especial. Acompanan a los protagonistas dando verdadero sentido a muchos momentos. Si quieres disfrutar de la banda sonora de Despues de encontrarme, solo necesitas seguir este enlace: https://open.spotify.com/user/saraygarc%C3%ADa/playlist/7mTadEGpLX2DhZuvQfaSsv INDICE 1. S UENOS LENTOS Y HUIDAS VELOCES 2. SI TU SALTAS... 3. CALLAR ALGO COMO... TE QUIERO 4. !SOY EL REY DEL MUNDO! 5. IMPERTINENTE ES MI SEGUNDO NOMBRE 6. REVUELTO DE FRUTOS SECOS 7. SE (CE)PILLA ANTES A UN MENTIROSO... 8. DESPERTARES ESTRELLADOS 9. SE MIRA PERO NO SE TOCA 10. TORTITAS PARA TODOS 11. DOS NOVIOS PARA DOS SOFAS 12. ?QUE HACE UN TIPO COMO YO, EN UN SITIO COMO ESTE? 13. CSIVALENCIA.ESPECIALISTAS EN REDES SOCIALES 14. TODO LO QUE PUDO SALIR BIEN 15. THELMA Y LOUISE 16. ERES LUZ 17. ACORAZON ABIERTO 18. NO DEJES PARA MANANA... 19. HOGAR, DULCE E INCORREGIBLE HOGAR 20. CADA COSA EN SU LUGAR... Y LUCIA POR TODAS PARTES 21. UN DIA COMO OTRO CUALQUIERA 22. SORPRESAS, CONFESIONES, Y... !MUCHA MIERDA! 23. AFORO COMPLETO 24. MI PRIMERA UVA 25. SIEMPRE CUIDARE DE TI 26. LA CUENTA ATRAS 27. PLANTAR LA SEMILLA 28. RECOGER LOS FRUTOS 29. MI CHICA 30. LA VERDADERA CARA DEL DOLOR 31. EXPIANDO PECADOS 32. JAQUE 33. MATE 34. CUANDO DECIDI OLVIDARTE 35. CASI LA ANTIGUA LUCIA 36. VIDAS QUE DEJE CRUZADAS... 37. ...VIENEN PERSIGUIENDOME 38. CUANDO DECIDI RECUPERARTE 39. DI QUE SI 40. LO QUE SIEMPRE HAS QUERIDO EPILOGO AGRADECIMIENTOS SOBRE LA AUTORA A ti, abueli Estes donde estes, que sea para bien A Tindaya, por todo lo que compartiremos hasta que puedas leerlo 1 SUENOS LENTOS Y HUIDAS VELOCES El agua caia sobre mi cuerpo desnudo. Deslice mis manos por la cara para echarme hacia atras el pelo y abri los ojos. Una sonrisa se dibujo instantaneamente en mi rostro, al tiempo que Closer llenaba aquel bano. Sabia donde estaba. De vuelta a Madrid. A nuestra habitacion de hotel. Sin que pudiera preguntarme como habia llegado hasta alli, sus manos resbalaron por mi vientre y su boca por mi cuello. Instintivamente, estire el brazo para acariciarle el pelo. --Te he echado de menos --dije enredando mis dedos entre sus mechones. No recibi contestacion. En lugar de hablar, me recorria los hombros con besos, y sus dedos ascendian por mis costados hasta llegar a acariciar mis pechos. Suspire contoneandome contra el al ritmo de los Kings of Leon. Subio por mi brazo para recoger mi mano de su cabeza y guiarla de vuelta a mi cuerpo. Siguiendo mi contorno, despacio, muy despacio, ibamos dibujando mis curvas hasta llegar a mi entrepierna. Lo note excitarse contra mi. Sus dedos obligaron a los mios a tocarme. Estaba perdiendo el sentido con nuestras caricias acompasadas, sus labios recorriendome la espalda, la sensual melodia de la cancion... --?Te has levantado con ganas de jugar? --pregunte sin apenas poder contener un gemido cuando me rozo el clitoris con mis propias yemas. En lugar de responder, sus dedos liberaron los mios y, retrocediendo un paso, me dejo espacio para poder volverme. --Buenos dias, ne... Antes de haber terminado de decirlo, mis pupilas habian topado con unos preciosos ojos grises centelleantes, y un sonoro scratch destrozaba la musica ambiente. !?Alex?! --Buenos dias, canija. Desperte a la velocidad del rayo, con la respiracion acelerada y banada en sudor. Tenia una mano en una teta y la otra en la cadera. La del pechito contento, era obvio que habia sido por mi suenecito humedo. Y tan humedo... ?Reivindicando su nombre, senor Mojabragas? La otra, la que parecia estar protegiendo la ultima flor del universo, era por idiota. Todo comenzo en el maldito momento en el que Jorge comento que, aquella cicatriz en mi cadera, era como llevar un tatuaje para recordarlo. Por eso yo, como buena suicida emocional, habia cogido la estupida costumbre de dormir con una mano sobre ella. Juro que era involuntario. Nunca era consciente del momento en el que mi palma arropaba aquella marca todavia rosada, pero cada manana, mi mano aparecia situada en la misma posicion. Como si asi pudiera tocarlo a el, y fuera verdad que lo llevaba en la piel para siempre. Como si estuviera salvaguardando lo poco que quedaba de algo que fue nuestro. Algo que se perdio un mes atras, entre su silencio y mis lagrimas. !Prohibido pensar en eso, pardilla! Mire el reloj medio grogui. !Mierda, joder! Me habia quedado totalmente dormida. Iba a tener que correr para llegar a tiempo a la cena. Despues de llevar todo el mes lejos de Valencia, habia regresado esa misma tarde de pasar mis ultimos dias de vacaciones con Nora. Agotada por el viaje, me habia tirado en la cama para descansar cinco minutitos... que se habian convertido en dos horazas. Lo bueno de llevar tanto tiempo fuera, era que mis posibilidades estilisticas estaban bastante mermadas. La inmensa mayoria de mi ropa de verano estaba, o arrugada dentro de alguna maleta, o haciendo rebosar el cesto de la ropa sucia. Estudiando mis alternativas, supe que la mejor opcion era aquel vestido largo y vaporoso, de modo que no tarde en meterme en la ducha para olvidar los suenos con un ex de manos sueltas, y para cantar a voz en grito, anunciandoles a los vecinos mi vuelta a casa. Para mi sorpresa, consegui llegar hasta la direccion que Alina me habia mandado sin gritarle ni una vez al Google Maps, y eso que el bendito chalet estaba mas o menos donde Cristo perdio la alpargata. Aparque el coche de cualquier manera, cortando el paso de un Mini que podia apostar a que pertenecia a la abofeteable Jimena. Despues de todo, no tenia intencion de estar alli demasiado tiempo. De camino a la entrada, un Golf blanco --su Golf blanco-- llamo mi atencion. Genial, que empiece la funcion, pense. Si albergaba una remota esperanza de que Jorge no estuviera, esa vision acababa de mandarla a la mierda por la via rapida. Mi pulso respondio descontrolandose, y mi cabeza se planteo la posibilidad de acariciar con mi bolso de tachuelas --sin querer, claro-- la carroceria al pasar. Recurri al mantra de las vacaciones antes de caer en la ira incontrolada. --Si no te pienso, no existes. Si no te pienso, no existes. Si no te pienso, no existes --me repeti a mi misma dejando atras el coche. La puerta estaba abierta, asi que entre siguiendo el sonido de la musica hasta la piscina, donde un monton de jovenes bailaban, reian y bebian al ritmo de Supersubmarina. !Ay Norito, que bien lo habriamos pasado tu y yo aqui!, pense antes de recordarme que tenia que salir de alli cuanto antes. Nada mas verme, Alina corrio a mi encuentro. --!Lucia! --grito tirandose sobre mi--. Pense que al final no vendrias. --No podia perderme tu despedida --confese devolviendole el abrazo. La estruje contra mi, regresando al dia en que la habia conocido. Apenas unos meses despues, ella tambien corria detras de su cambio de vida. Se iba a estudiar a Inglaterra, y aunque estaba segura de que se llevaria el violin en la maleta, este tendria que aprender a compartir su tiempo con los libros de finanzas. Mientras dejaba que mis brazos la arropasen, mis ojos inquietos no dejaban de saltar de cara en cara buscando el rostro de su hermano. Estaba cerca. En alguna parte de aquella casa. Era como si pudiera sentirlo, sin embargo, no lograba encontrarlo. En mi interior se libraba una especie de lucha de poder. Por una parte, mi cabeza me decia que lo mas inteligente seria mantenerlo lejos. Pero por otra, mi corazon... El solo palpitaba ansioso dentro de mi pecho, esperando el momento de encontrar su mirada, y que las ultimas semanas desaparecieran para poder salir de su jaula. Volver a escuchar sus provocaciones... Que me tentase con su sonrisa... Lucia en modo yonqui activada. !Que rapido se acaba el efecto "Vacaciones rehabilitadoras", Senor! --Acompaname a la cocina para que podamos hablar --dijo arrastrandome por una mano. --Ali, no puedo quedarme mucho. Tengo una cena --respondi siguiendo sus pasos sin tener muy claro si podia oirme. --Esperame dentro un segundo. Voy a... a por el movil. Giro y comenzo a caminar dejandome en el umbral de la puerta. Lo cruce. Alli la musica se escuchaba atenuada, pero aun asi podia distinguir a Chino entonar las primeras frases de Chas! Y aparezco a tu lado. Me volvi con una sonrisa ironica, pensando en Adriana y en como acabo la ultima conversacion en la que salio esa cancion, pero cuando mis ojos alcanzaron la terraza con vistas al mar, el corazon me dejo de latir durante lo que parecio una eternidad. Alli estaba Jorge. Apoyado en la barandilla. Embelesado mirando el mar. Ajeno al estallido de emociones que acababa de desatar dentro de mi. !A tomar por culo la desintoxicacion! Fue gracioso pensar que aquella cancion habia hecho que de verdad apareciese. Aunque, siendo sincera... Aparecer lo que se dice aparecer... Tampoco es que hubiera hecho nada en concreto, mas que ir al guateque de despedida de su hermana, seguramente sin imaginarse que seria yo la que emergeria de mi escondite vacacional. Por el contrario, yo sabia de sobra que el estaria en aquella fiesta. Era su hermana. No era tan capullo como para perdersela. Pese a eso, reconozcamos que lo de la cancion sonando en el momento preciso... !Con menos que eso, Iker Jimenez podria hacer un programa especial! Avance hasta los ventanales que permanecian cerrados y, por un segundo, olvide que habia un cristal entre nosotros. Un simbolo de la distancia que nos habia separado las ultimas semanas. Alargue la mano posando mis dedos sobre su silueta y, viendolo sujetar una cerveza en una mano y un pitillo en la otra, mi corazon volvio a adquirir un ritmo pausado. El del confort de estar cerca. La calma de notar su presencia. La tranquilidad que te embarga cuando encuentras algo que habias perdido, aunque en mi caso, no fuera a recuperarlo. --?No piensas decirle nada? Me di la vuelta alarmada por la voz de Alina, escondiendo la mano tras la espalda en un acto reflejo, como si me hubiera pillado robando una pieza de la cuberteria buena. --Creo que sera mejor que no lo haga --respondi haciendo caso a mi instinto de supervivencia. --Se cabrearia mucho si se enterase de que has estado aqui y no le he avisado --alego dirigiendose hacia la terraza. --Pues entonces que no se entere --la detuve agarrando su brazo--. Por favor. Mi expresion de suplica debio convencerla, aunque la suya dejo claro que no estaba de acuerdo con lo que iba a hacer. --Va a matarme... En realidad no creia que le importase demasiado. Si durante todo ese tiempo no habia tenido noticias suyas, estaba claro que verme no era una de sus prioridades. --Tengo algo para ti --cambie de tema llevando una mano al bolso para sacar un pequeno paquete--. Dicen que protege a quien lo lleva --espere a que lo abriera y sacase el regalo del saquito de tela--. Segun los nativos, el material del que esta hecho ahuyenta los malos espiritus y atrae la fortuna. --!Me encanta! Es tan original... --contesto colocandose y admirando el curioso brazalete--. Lo llevare siempre. --Estoy segura de que no la vas a necesitar --sonrei cogiendo su mano--. Nunca dejes que nadie te diga que no puedes lograr algo, Alina --trague para evitar venirme abajo. Odiaba las despedidas--. Podras ser lo que te propongas, y me alegra que hayas decidido intentar ser feliz. --Una amiga me dijo una vez, que es bastante complicado serlo haciendo algo que no quieres --sonrio encantadora--, asi que segui su consejo para hacer exactamente lo que queria --me dio un apreton en la mano--. Quiero que sepas que tu llegada nos cambio la vida a todos, no solo a Jorge. --Yo no cambie nada --menos aun en Jorge--. Vosotras si que cambiasteis mi vida. Pase de trabajadora desmotivada a... !estilista acelerada! --rei agitando las manos por encima de mi cabeza. --Un poco acelerada has sido siempre. --Creo que te tengo que dar la razon

  • Tu unico error de Olga Hermon

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  • Filthy Jefe (Chicos malos 1) de Amy Brent

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    Candice Carlson Estaba sentada en mi mesa, comiendo una ensalada para llevar de la cafeteria de abajo, cuando llego el correo electronico de mi jefe. Mire la gran pantalla del ordenador que tenia a mi izquierda, pero no me moleste en abrirlo. Ya sabia de que se trataba. Llevaba esperandolo desde que me dijo que nuestra empresa, Goldman y Stern, habia ganado un contrato de consultoria de gestion de diez millones de dolares con Empresas Wright y que yo formaria parte de su equipo. Mastique un bocado de lechuga y me incline para leer el asunto: Confirmacion de reunion programada con Tanner Wright de Empresas Wright. Hice clic en el enlace que anadiria automaticamente los detalles de la reunion a mi agenda electronica y regrese a mi ensalada. Hace un ano, habria dado saltos de alegria ante la idea de reunirme con el empresario multimillonario Tanner Wright y su equipo. Ahora, seria una mas de la larga lista de aburridas reuniones con ricos imbeciles que utilizaban a los consultores de gestion de Goldman y Stern – como yo- para hacer su trabajo sucio. Vaya, a veces me asombraba lo quemada que habia quedado en tan solo un ano en Goldman. No recuerdo esperar que fuera a hacer este tipo de trabajo. Aun asi, era mejor que trabajar como una esclava en una organizacion sin animo de lucro por veinte mil dolares al ano. Aquello era mas satisfactorio, pero esto me permitiria comprar un monton de cosas mas chulas. Suspire mientras clavaba un tomate cherry y lo partia por la mitad con los dientes delanteros. Ya habia buscado en Google a Tanner Wright en prevision de la reunion. No es que no supiera ya quien era. Todos en el mundo de los negocios lo conocia porque era una leyenda. Treinta y cinco anos, soltero, alto, moreno y guapo; con la constitucion de un atleta y el cerebro de un becario de Rhodes. Hacia quince anos que habia fundado Empresas Wright como un pequeno servicio de reparacion de ordenadores en el sotano de sus padres. El ano pasado la empresa facturo seis mil millones. Ahora Wright esta metido en todo: desde la informatica hasta las redes, pasando por el software de ciberseguridad y la fibra optica. Pero hoy en dia hace falta algo mas que generar una tonelada de ingresos para que un tipo me impresione. En mi mente, ya lo tenia catalogado como otro playboy multimillonario que pensaba que podia comprar el mundo y a todos los que lo habitaban. Tome un sorbo del te helado aguado que venia con la ensalada y mire le brumoso horizonte de Chicago por la ventana del vigesimo piso. --Apuesto a que es un gran imbecil --me oi decir. No pude evitarlo. Cada vez que pensaba en los hombres, me venia automaticamente a la mente la palabra <>. De hecho, la palabra <> se estaba convirtiendo en sinonimo de <> en mi mente. Hombre, gilipollas. Ducha, hombre. Podian llamarme cansina, pero ambas eran lo mismo en mi mente. Le di otro mordisco a la lechuga y comi mientras suspiraba. Por que los hombres tenian que ser tan imbeciles. ?No quedaban hombres buenos en el mundo? Seguro que todos no eran homosexuales o estaban casados. De acuerdo, quizas exageraba un poco. Tal vez no todos los hombres del planeta tierra eran unos imbeciles. Tal vez solo los hombres de la especie que he conocido personalmente en mis veinticuatro anos en el planeta lo eran. No todos empezaron asi, por supuesto. Algunos eran muy agradables al principio. Parece que se convirtieron en gilipollas despues de conocerme. Tal vez fue eso. Tal vez yo era el denominador comun. Tal vez conoci a tipos perfectamente agradables y los converti en unos completos imbeciles. !Yo era el paciente cero! Me lami el alino de los labios y bebi te. Tal vez ese era mi poder especial, pense. Tenia el poder de convertir a tipos perfectamente agradables en imbeciles. No. A quien quiero enganar. No tengo poderes especiales. Los hombres son muy capaces de convertirse en idiotas por si mismos. No necesitan ninguna influencia mia. El mas reciente en mi vida fue mi ex novio, Scott, que me dejo despues de salir durante cinco anos porque su madre no creia que yo fuera lo suficientemente buena para el. En realidad, me dijo: --Lo siento, Candice, pero mi madre no cree que seas lo suficientemente buena para mi. --No me voy a casar con tu madre, Scott --le respondi--. La pregunta es, ?que piensas tu? El capullo no dudo. Me miro a los ojos y me solto: --Creo que mama tiene razon. Y con eso, se dio la vuelta y salio por la puerta sin mirar atras. Yo me quede como, <>. He salido con un imbecil desde el primer ano de la universidad, he guardado mi virginidad para nuestra noche de bodas, y dos meses antes de la boda, ?no soy lo suficientemente buena para ti? ?En serio? !Que te den! !Y que se joda tu madre! Senti que mis mejillas se calentaban. A pesar de que ha pasado mas de un ano desde que Scott me dejo, todavia me hace enfurecer.

  • Dulce enemiga de Vanessa Lorrenz

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    Londres 1838 Las ruedas del carruaje parecia que se saldrian de su eje en cualquier momento, la velocidad con la que se dirigian no era la normal. Los duques de Brentwood no sabian lo que estaba ocurriendo, habian intentado llamar al cochero, pero nunca recibieron respuesta. Venian rogando por no encontrarse con algun asaltante de caminos, pero parecia que la suerte no les habia sonreido. La duquesa sabia que ese viaje desde que habia comenzado fue una completa locura, pero ahora que estaban en camino de regreso a su casa, no esperaba que los fueran a atracar. Se lamentaba haber sido tan imprudente. --Edward, ?que esta sucediendo? --la voz de alarma de la duquesa no paso desapercibida para el duque, sobre todo teniendo en cuenta que entre sus brazos llevaba a su pequena hija que tenia una semana de nacida, una nina hermosa que habia heredado el mismo color de cabello que su esposo, los ojos redondos del mismo color de la miel lucian en ese instante cerrados, mientras dormia ajena a la preocupacion de sus padres. Se sobresaltaron al sentir que el carruaje giraba de manera desenfrenada, provocando que casi se voltearan, las ruedas aumentaron la velocidad, aunque eso parecia imposible, mientras el duque golpeaba de nuevo la ventanilla de comunicacion sin obtener respuesta alguna. No se escuchaban mas que el ruido de los cascos de los caballos galopando a una velocidad fuera de lo normal. Su esposa volvio a llamar su atencion preguntando que sucedia, pero en ese instante no tenia la menor idea, mucho se temia que nada bueno estaba pasando. No sabian que era mejor; si detenerse y enfrentar a los asaltantes, terminar en medio de un lago, o en el mejor de los casos volteados en medio del camino. --Pase lo que pase, Charlotte, necesito que mantengas la calma --dijo el duque tratando de parecer sereno, cuando no lo estaba en absoluto. Sus vidas estaban en peligro y si algo le pasaba a su esposa o a su hija jamas se lo podria perdonar. --Me estas asustando, Edward --le contesto la duquesa, mientras aferraba a su hija contra su pecho en un gesto de proteccion. --Cielo, no debe de ser nada, solo te lo digo para que estes prevenida por si nos llegamos a topar con forajidos. Un jadeo escapo de los labios de la duquesa por el temor que la recorrio, eran bien conocidas las historias sobre los asaltantes; solian ser despiadados sino conseguian hacerse con el botin, de manera inconsciente se llevo la mano al collar que habia pertenecido a su familia, su valor sentimental era incuantificable, pero ella daria todo lo que poseia porque los tres lograran salir de ese peligro sin un solo rasguno. Cerro los ojos rogando para que todo se tratara de una simple equivocacion. Bajo la mirada al regordete rostro de su hija y lo acaricio con ternura mientras veia el brillo destellante del camafeo que llevaba ese dia colgado en su pequeno pecho; el carruaje fue perdiendo velocidad y en cuestion de minutos se detenia poniendolos mas nerviosos. El duque busco el arma que estaba siempre guardada debajo del asiento; en un compartimiento secreto, pero no la encontro. Ambos se sobresaltaron al escuchar el estruendo con el que se abrio la puerta dejando ver a un hombre corpulento con la cara cubierta, apuntandolos directamente con un arma. No les dio tiempo de decir una sola palabra, dos disparos se escucharon en aquel camino desolado, mientras el llanto de un bebe se alejaba al igual que los pasos de los forajidos. CAPITULO 1 Londres 1855 El agua cristalina del lago reflejaba los intensos rayos del sol. Marian sonrio cubriendose los ojos para contar hasta diez mientras Olivia corria a esconderse. Solo tenian una hora de juego dentro del convento que, hacia la funcion de orfanato, ya que despues tenian que regresar para hacer sus labores. Asi que trataban de disfrutar al maximo de esos momentos. --!!Diez, listos o no, alla voy!! --Encontrar a Olivia no fue dificil, ya que nunca lograba estarse quieta en un solo lugar, aunque Marian trato de fingir que no la veia caminando alrededor del campo, buscando por todas partes, aunque el tenue sonido de su cantarina risa la delato, asi fue como la encontro de manera rapida detras de un arbol frondoso de manzanas, su mejor amiga estaba en cuclillas tratando de sofocar una carcajada--. !!Te atrape!! Ahora tenemos que regresar antes de que nos den unos azotes por no ayudar en la cocina. Ese era el pan de cada dia, acababan de cumplir diecisiete anos, y habian llegado al convento cuando tenian unos dias de nacidas, con la unica diferencia que Marian llego unas horas antes que Olivia; de ahi que todas dijeran que eran hermanas. Nadie sabia el paradero de sus padres, ni siquiera si tenian algun familiar lejano. Las hermanas del convento las recogieron dandoles la bienvenida a las dos pequenas que se sumarian a los mas de cincuenta que ya atendian. Como Marian fue la primera en llegar decidieron llamarla con el nombre de la madre superiora y, a la otra pequena la nombraron Olivia, ya que era el nombre que traia el santoral. --Apresurate, Olivia, tenemos que llegar a tiempo. --Su amiga resoplo, mientras ella se sacudia una mancha de tierra que se habia adherido a su vestido color gris, odiaba esa vestimenta, pero no tenian mas ropa que esa, y la verdad es que deberian estar muy agradecidas con las hermanas que las adoptaron pues les debian todo, les habian dado lo mas parecido a un hogar. Camino lo mas rapido que pudo, pero sus botines de cuero que eran un numero mas grande se le atoraron en una piedra provocando que trastabillara. Por suerte, su amiga la sostuvo del brazo evitando que cayera. --!?Por que siempre sois tan torpe, Marian?! --dijo su amiga con el ceno fruncido como si estuviera enojada--, deberian de ponerte un cartel de peligro. --Lo siento, es culpa de estos zapatos, me quedan grandes --dijo tratando de acomodarse el botin que se habia salido de su pie. --?Sabes?, cuando salga de este lugar, voy a buscar a un duque que me lleve a vivir a su castillo. --Los duques no viven en castillos --dijo sonriendo, porque su amiga siempre decia lo mismo, repetia mil veces que estaba harta de vivir en ese lugar y que algun dia saldria de ahi para conquistar a un caballero de armadura dorada que la rescatara de la pobreza donde estaban sumergidas. --Pues conquistare a un principe, no importa, lo unico que quiero es no tener que utilizar estos vestidos tan horrendos. --Marian miro a su amiga con enfado, no le gustaba la manera en la que se expresaba de lo que les daban en ese lugar, pero las hermanas no podian hacer gran cosa por ellas, ya que vivian de la caridad de la buena sociedad londinense. --Sabes que la madre superiora hace todo lo posible por darnos ropa y calzado, debemos estar agradecidas --dijo Marian reprendiendola. --Marian, pero ?es que no has visto cuando la duquesa ha venido a dejar los viveres de este mes? --dijo Olivia refiriendose a la duquesa de Brentwood, que cada mes se dedicaba a llevar en persona todos los apoyos del comite de beneficencia. Esa era una de las funciones de las damas de sociedad, bueno, tal vez solo de las damas mas respetadas, porque habia tambien las que se dedicaban unicamente a asistir a los bailes hasta caer el amanecer y dormir hasta que el atardecer les despertaba para asistir de nuevo a otra velada. --Debes dejar de sonar con esas ideas, aunque encontraras a un duque dispuesto a enamorarse de ti, solo te utilizara y te dejara por no tener sangre noble. --Tal vez si muestro el camafeo que me regalaste, pueda aspirar a tener un buen marido. Me niego a ser una criada en casa de esos ricos. --Doncella, Olivia --la reprendio porque su amiga siempre hablaba con desprecio de las personas que servian en la casa grande--. La duquesa aun no ha mencionado a quien se llevara a su casa para que se integre al servicio, pero seria un honor que nos eligiera, nuestra vida cambiaria por completo. ?No te ilusiona?, estariamos todo el dia trabajando, siendo parte del mundo que los rodea. --Pues espero que no me elija a mi, yo naci para bailar a la luz de las velas, entre los brazos de un apuesto caballero --dijo Olivia, simulando que tomaba entre sus manos la tela de un vestido de fiesta y daba vueltas por el patio trasero del convento. --Estas mas loca que una cabra --dijo, mientras sonreia y comenzaba a caminar mas deprisa. En cuanto pusieron un pie dentro del convento la actividad no ceso hasta que todas las huerfanas estuvieran en sus camas.

  • No te merezco de Sophie Saint Rose

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    Michelle deseaba lo que habia conseguido su prima. Un marido que la amara y que protegiera todo lo que habia conseguido en la vida. Para eso inicia un largo viaje donde conoce a un hombre malhumorado, grosero y que no la aprecia en absoluto. Fue una sorpresa para ambos que fueran parientes lejanos, pero Michelle con su objetivo en mente no se dejaria deprimir por lo que Edward opinaba de su busqueda de marido. Ese estirado no la conocia en absoluto.

  • Atrapada (seducida 2) de Kris Buendia

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    Estaba segura que una vez entrara en su oficina, estaba pisando tierra peligrosa. Solamente basto sentirse protegida, deseada y amada para dejarse atrapar por Angel Ivanovic y empezar a convertirse en su mas preciado imperio. Pero a pesar de que Hannah ahora es mas feliz de lo que alguna vez lo fue, hay algo que no encaja...
    La seduccion continua.

  • Laia y su miedo (Cautiva 1) de Ariadna Baker

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    Fue salir por el pan y meterme en la primera callejuela que vi, me sente en unos escalones y me eche a llorar. No podia mas, estaba llegando al limite y la ansiedad ya la notaba que tiraba a depresion. Me quite el velo, ese que dos anos atras me puse por amor y que ahora me odiaba a mi misma por haberlo consentido. Deje mi vida en Espana pensando que habia encontrado el amor en aquel hombre marroqui que supo ganarme como todo un caballero, lo que jamas pude imaginar que fuese una manera de atraparme para convencerme y arrastrarme a una vida que no me pertenecia, fuera de mi pais y con muchas imposiciones que jamas pense haber permitido. --?Estas bien? --pregunto una voz masculina y levante la cabeza. --Si, tranquilo --dije a aquel hombre de ojos claros y rubio, se notaba que era Europeo, no de Espana, pero de algun pais del norte. --No eres de Marruecos, ?verdad? --No --me secaba las lagrimas y no queria mirarlo a los ojos, era una de las cosas que me tenia prohibida Kazim. --?Necesitas algo? --Si sigo hablando contigo voy a necesitar una caja de madera para que metan mi cadaver -- rei entre lagrimas. --?Estas aqui contra tu voluntad? --Vine por amor, pero jamas pense verme envuelta en algo para lo que no estaba preparada. Me tengo que ir --me levante colocandome el velo, lo mire con una sonrisa triste y me marche a comprar el pan. Compre el pan y regrese a casa, Kazim estaba fuera, en su trabajo, ese del que no me hablaba ni lo mas minimo, pero que yo sabia de que se trataba. Fui hacia el frigorifico a sacar la carne para hacer Kefta y vi la asquerosa nota que habia en el y donde me recordaba de su puno y letras las normas que debia de cumplir tales como, salir a la calle con velo, no hablar con ningun hombre, no mirar a los ojos de ellos y no salir mas que para comprar o ir a casa de Samira, la mujer de su hermano y que era marroqui. Kazim comenzo a tratarme mal cuando descubrio que el no podia tener hijos, encima me echaba la culpa a mi y ni el intentar consolarlo sirvio en ningun momento, todo lo contrario, lo hizo volverse mas en mi contra. Mis padres me dejaron de hablar el dia que decidi venirme a Marruecos junto a el, me dieron a elegir, sabian de sobra que esto era la cronica de un error inminente y cuanta razon tenian. Con el pasaporte caducado, sin identificacion ninguna, ya que toda me la arrebato el y sin movil, asi vivia, sonando un dia con escapar y llegar hasta la Embajada de Espana, pero sabia que si me pillaba podria hacer una locura. Veintisiete anos y con una vida en manos de un loco obsesionado que solo queria controlar mi vida, estaba ido con ese tema y lo peor de todo, es que muchas mujeres marroquies iban sin velo y tenian una vida muy parecida a la occidental, cosa que a mi no se me permitio, arrebatandome mis origenes y todo lo que se me habia inculcado. Me puse a preparar la comida entre lagrimas, ese dia no daba a mas por como me habia tratado, para Kazim era un trozo de carne al que usar y tocar a su antojo, ni siquiera hacia que yo disfrutara, era el y solamente el, al igual que me tenia como una fregona para tener su casa impoluta y la comida siempre en la mesa. Un rato despues escuche dos golpes en la puerta y por la forma de hacerlo sabia que era Samira. --?Estas mal? --me pregunto, entrandome y dandome un abrazo. --Muy mal, me gustaria que me pasara algo y muriera, no tengo ganas de seguir viviendo, ni fuerzas --me sente en el sofa y solte todas esas lagrimas que caian a cantaros. --Se le va un poco la mano a Kazim. --Se le va mucho, ni siquiera tengo tus derechos, tu sales libremente, no te controla y te trata con mucho amor Akram, nada que ver con su hermano que solo hace ponerme al limite. --Me encantaria ayudarte, lo sabes, pero me meteria en un gran lio. --Lo se, tranquila --le di un apreton en su mano. Estuvimos un rato tomando te y luego la acompane al mercado, con ella si que podia salir a pasear, pero no a tomar nada en ninguna terraza, eso segun Kazim, era una falta de respeto hacia su persona. Fue cruzar una calle y encontrarme tomando un te a ese rubio de ojos azules que me habia preguntado un rato antes. Nuestras miradas se cruzaron, pero baje la cabeza rapidamente, demasiado le habia dicho ya y me podia ver en un problema envuelta si se le ocurria acercarse a mi. Compramos la verdura que ella necesitaba y regresamos hacia la casa donde me despedi de ella en la puerta y me meti adentro. De nuevo rompi a llorar, los recuerdos de esta manana haciendolo con el, mientras me recordaba todas las normas fue desgarrador, estaba pensando en hacer una locura y matarlo, queria matarlo, eso o quitarme la vida. La comida preparada, pero Kazim no vino, eran las cuatro de la tarde y seguia sin aparecer asi que me eche una siesta. --!Quiero mi comida, ya! --grito un rato despues, desvelandome y poniendome de lo mas nerviosa. --Ahora mismo --murmure levantandome y dirigiendome a la cocina. --Salgo de viaje hoy, estare unos dias en las montanas del Reef, solo debes salir a comprar pan y poco mas, recuerda que tengo gente que te vigilara. --Tranquilo, sabes que salgo lo justo. --Estoy muy tranquilo, la que no debes estarlo eres tu, si se te ocurre hacer algo que no tienes permitido. No le respondi, me limite a ponerle la mesa y prepararle un te que se tomaria justo antes de irse, como si no lo conociera. Termino de comer, preparo una bolsa estilo militar con su ropa y cosas, volvio a la cocina para tomar el te y se despidio. --Bueno, no mas de cinco dias estare fuera. --Tranquilo, te esperare. --No me cabe duda --se rio con ese tono de advertencia que tanto asco me daba. Se marcho, dejandome sin movil y casi apenas dinero, con todo el que tenia y es que yo sabia que algo tenia que ver con la exportacion de marihuana fuera del pais, ni que fuera tonta. Capitulo 2 Me pase el resto de la tarde maldiciendo el dia que lo conoci en Espana y como todo un galan aparecio por aquella terraza en la que mi amiga Alicia y yo, estabamos tomando una copa. Parecia sacado del anuncio de "Hugo Boss", con ese traje azul marino que le quedaba como anillo al dedo y ese pelo hacia atras engominado. Se sento en la mesa de al lado y al final terminamos charlando con el, tomando copas y acompanando primero a Alicia a su casa y luego me acompano a la mia. Desde ese dia quedamos a diario durante un mes, me llevaba a restaurantes, de copas y termine durmiendo en su hotel en mas de una ocasion, acabe enamorada de el hasta las trancas y todo por su forma de ser, ironias de la vida. Me dijo que tenia negocios de exportacion y demas, pero nunca me definia nada, yo no queria preguntar mas de lo debido, ya que no queria parecer una cotilla. Luego me invito por primera vez a conocer esta casa, ahi a mis padres como que no les hizo mucha gracia, pero terminaron aceptandolo y me vine una semana, quede fascinada con esta mansion que tenia en Chefchaouen, el pueblo mas bonito de todo el norte de este pais. Su forma de tratarme, de cuidarme, de reirse con mis cosas, era todo eso que como si fuera un galan de telenovelas a mi me enamoro y solo era la fachada de un tio sin escrupulos vendiendo a su presa una vida que no era la que queria, solo tenia un objetivo, traerme a toda costa y por encima de mi familia e imponerme luego a su voluntad. El dia que le dije a mis padres que me venia a vivir a Marruecos, me dijeron que, si lo hacia, en esos momentos los diera por muertos, que los olvidara para siempre. Con todo el dolor de mi corazon y haciendo algo que me iba a salir muy caro, recogi mis cosas y me vine con Kazim, ese seductor que dos anos atras cuando lo conoci tenia treinta y cinco anos y ahi comenzo el calvario de mi vida. La primera vez que me dijo que no debia salir sin velo, pense que era broma y le conteste que iba a salir como me saliera de mis partes bajas, suficiente para que me diese tal bofetada, que me dejo con dolor de oido dos dias. No fue suficiente que cuando me puse bien y le dije que queria regresar a Espana me dijo que andando no lo haria, vamos que me cortaria las piernas y encima me quito el movil, ese que nunca mas me devolvio y el pasaporte tampoco. A partir de ese momento vivi un autentico infierno, ademas, me obligo a convertirme al islam y casarme con el. Recuerdo que fue el dia mas triste de mi vida, casi puedo sentirlo en mi piel casi dos anos despues, fue un momento de lo mas desgarrador, ese dia con el que toda mujer suena y para mi se estaba convirtiendo en el peor de mi vida. Y ahora dos anos despues de venirme a Chauen, me sentia presa en otro pais, presa sin una condena de un tiempo, presa para toda la vida y es que sabia que jamas iba a salir de aqui, al menos eso me lo habia dejado bien claro, me preferia muerta que regresando a Espana. Echaba de menos escuchar esas canciones de mi movil, ver un programa de television, una pelicula, aqui el unico derecho que tenia era el de limpiar, hacer la comida y estar dispuesta siempre ante mi marido cuando tuviera ganas de sexo. De mis padres nunca supe nada, ya que mi movil me lo quito y ellos me habian advertido ademas que estaban muertos para mi. ?A quien tenia? Pues a mi amiga Alicia, pero no tenia forma de contactar con ella y su numero no me lo sabia de memoria, ni tendria como hacerlo, no podia poner en un compromiso de ese tipo a Samira, que descubriera su marido esa llamada y tuvieramos consecuencias, aunque su marido la trataba genial y la amaba de verdad, pero claro, eso seria una traicion al hermano si lo hacia. Lloraba sin consuelo mientras intentaba quedarme dormida, hasta el sueno lo tenia mal, no conseguia dormir dos horas seguidas. Por la manana a las seis ya estaba en la cocina tomando un cafe y mirando por la ventanilla, me fui al cajon del salon donde Kazim solia poner el tabaco y si, habia dejado un par de cajetillas a medio abrir, asi que cogi un cigarrillo y me lo fume con el cafe. Eso si, si algun dia estaba de buenas me regalaba un cigarrillo como premio, eso cada equis tiempo, por no decir cada mucho tiempo, en fin, como una golosina para su perra, eso es lo que yo era para el... No fue un cigarrillo, fueron tres los que me fume mientras me tomaba un cafe tras otro, pensando en como cortarme las venas o hacer una locura, queriendo desaparecer de esta vida, de este "PUTO" infierno. No eran ni las diez de la manana cuando esos ojos claros se volvieron a clavar en los mios, si, aquel europeo que me hablo el dia anterior pasaba por mi calle y yo tenia la ventana abierta de la cocina, estaba mirando hacia afuera mientras pensaba y el, al ir mirando hacia este lado me vio, nos miramos, ralentizo su paso y agache la mirada antes de cerrar la ventana. Tuve una sensacion extrana, era como si el destino me lo estuviera poniendo demasiadas veces por delante, la piel se me erizo por completo. Si iba hacia abajo es porque se iba para la plaza Outa El Hamam, seguramente a desayunar en una de las numerosas terrazas en las que se debia estar genial disfrutando de un buen desayuno, de esos que tuve el placer de disfrutar la primera vez que vine por una semana aqui. Un rato despues me coloque el velo frente al espejo y me dieron ganas de llorar al ver en lo que me habian convertido. Sali de la casa atravesando la plaza para ir al horno de la otra parte, pero nada, no lo vi por alli. Compre el pan y fue al girarme para subir la cuesta de vuelta hacia mi casa, cuando nuestras miradas se cruzaron por cuarta vez. No se como, pero antes de agachar la cabeza se me saltaron las lagrimas y a el se le transformo la cara en preocupacion, mire hacia el suelo y segui andando, dejandolo atras. Me seque las lagrimas con disimulo y camine lo mas rapido que pude, entre en casa, cerre la puerta y me puse contra ella a respirar con la mano en el pecho mientras lloraba de rabia, dolor, indignacion, de todo lo peor que puede sentir a una persona... Juro por mi vida que en ese momento que me cruce con el, me tuve que morder la lengua porque estuve a punto de gritarle "socorro", pero, ?y si era alguien que habia puesto Kazim para vigilarme? Necesitaba aferrarme a algo, pero aqui no me podia fiar de nadie, sabia que mi marido tenia gente por todos lados y hasta guardaespaldas. A saber, hasta donde tenia el cuello metido. Me tumbe en el sofa bocarriba y me tape los ojos, intente poner la mente en blanco para no pensar, ya estaba cansada de hacerlo, ya no podia mas, siempre fantaseaba con que pasaba algo y podia huir de aqui, pero solo era eso, una fantasia... Estuve toda la manana tirada en el sofa y a la hora de la comida me comi un trozo de pan con mantequilla, ni ganas de cocinar, ni de apenas comer, solo le di dos bocados. Me puse a limpiar hasta las siete de la tarde que me duche y me fui hacia casa de Samira, su marido se habia ido con el mio, asi que estaba alli seguro aburrida, aunque ella tenia hasta redes sociales, pero jamas me enseno nada de lo que colgaba ni me dejo ver la pantalla, sabia que estaba advertida. Doble la esquina y como si me estuvieran esperando, un chaval del pueblo se acerco a mi. --Laia --murmuro mi nombre --, me han dado esto para ti --me entrego un papel doblado en varios trozos--. No te preocupes que nadie sabra que te lo di. --No entiendo nada. --Lo haras --sonrio y se fue. Volvi hacia mi casa y cuando entre abri el papel. "Se que estas en apuros. Puedes confiar en mi. Te esperare cada manana a las nueve en la casa en la que estoy alojado, el 29 de la calle derecha tras de la tuya. Dejare cada dia durante diez minutos la puerta entreabierta. Andrew" Sabia que era el, el hombre de los ojos claros, ese al que me habia cruzado varias veces y que hoy me vio con lagrimas en los ojos. ?Quien era el? ?Turista? ?Uno de los hombres de Kazim? !Ay, Dios! Me iba a volver loca...

  • Gabriela Mistral en verso y prosa. Antologia de Gabriela Mistral

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    Lo mejor de la obra de Gabiela Mistral, Premio Nobel de Literatura, en una edicion preparada y avalada por la Real Academia Espanola y la Asociacion de Academias de la Lengua Espanola.

  • Tu, mi sueno de Marifer Jorquera

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    Gina Avalos es una mujer con una vida comun y corriente, madre de dos adolescentes a quienes adora. Se caso muy joven e ilusionada con su primer amor. Sin embargo, con el pasar de los anos, las mentiras y las deslealtades provocaron que aquel sentimiento se diluyera de forma tortuosa. Ella ha estado atrapada durante dieciocho anos en un matrimonio que la hace sentir cada dia mas infeliz, puesto que Jose, su esposo, es un hombre egoista y manipulador. Gina suena en secreto con un actor italiano. Fabrizio Cacciatore es el dueno de sus fantasias desde que lo vio protagonizando la pelicula romantica mas exitosa de los ultimos tiempos. La vida monotona de esta abnegada madre y esposa cambia de modo inesperado cuando aparece el hombre con el que lleva meses sonando. Fabrizio, despues de sufrir un accidente automovilistico, se ve obligado a permanecer en reposo durante un tiempo. En la intimidad de su habitacion, conoce a una mujer maravillosa a traves de sus redes sociales. La joven le ha devuelto la alegria que creia perdida. ?Podran las fantasias hacerse realidad? ?Estaran dispuestos a transformarse en mas que un sueno? *** Jacinto Benavente dijo: <>. Prologo. El rodaje de la pelicula <> no iba a comenzar hasta dentro de un mes. Fabrizio revisaba el libreto que acababan de entregarle y se preguntaba por enesima vez si habia hecho bien en aceptar el papel que le habian ofrecido. Giancarlo, el personaje que interpretaria, era un chico ilusionado con el amor, un concepto en el que Fabrizio ya no creia. Todas sus relaciones acababan estrepitosamente y de la manera mas mediatica posible, razon por la cual el no queria involucrarse en relaciones a largo plazo, optando por mantenerse sin pareja. Ya no era un jovencito que pudiera irse de putas por ahi o buscarse a alguna chica para pasar la noche. A sus treinta y tres anos, ya no le atraia salir de fiesta todos los dias --como a la mayoria de sus colegas-- y, aunque el no aparentaba los anos que tenia, si estaba consciente de ellos. Ademas Giannina, su mejor amiga, no dejaba de recordarselo cada vez que tenia la oportunidad. <> o <> narraba la vida de un hombre enamorado de una chica llamada Azucena, quien padecia de un cancer terminal. Ambos jovenes se amaban con locura, lo que incentivaba al personaje interpretado por Fabrizio a hacer todo lo posible para que los ultimos dias de su amada fueran felices. Se preocupo de detalles tales como regalarle una peluca, llevarla a los conciertos de su banda favorita, hacer juntos angelitos en la nieve y amarla bajo las estrellas. Incluso pretendia casarse con ella. Sin duda, el era el hombre sonado. Cualquier mujer mataria por tener a alguien como Giancarlo en su vida, algo que a Fabrizio le complicaba un poco. A pesar de que le encantaba su trabajo, le incomodaba la exposicion publica. Era una persona un tanto reservada y de pocos amigos. Su refugio mas grande era su familia, con quienes mantenia una excelente relacion basada en el carino y el respeto mutuo. Para el no fue facil hacer esa pelicula. La unica razon por la que acepto ese papel fue porque quedo maravillado con el guion, sobre todo con su personaje. Giancarlo era un ser utopico, un hombre tan sacrificado que dejaba de lado su propia amargura con tal de ver feliz a su amada. Por ella, era capaz de ocultar su dolor, pues preferia sufrir amando que morir sin haber conocido ese sentimiento. Fabrizio se consideraba la antitesis de Giancarlo; el preferia ahorrarse el dolor y no amar. Su madre, quien ademas era una de sus mejores consejeras, le aseguraba que el dia en que se enamorara de alguien de verdad, seria capaz de sufrir igual o incluso mas que Giancarlo. Sin embargo, Fabrizio pensaba que ese dia nunca llegaria. El creia que jamas podria involucrarse con alguien de la misma forma que su personaje. Durante el rodaje, Fabrizio se comporto de manera muy profesional. Todos los productores y tecnicos estaban fascinados con su gran actuacion. Ellos sabian que la pelicula seria un exito de taquilla y que Fabrizio Cacciatore seria idolatrado por millones de fanaticas en todo el mundo. Lo que no se esperaban era que una de esas tantas mujeres cambiaria la vida del actor para siempre. Capitulo I <> En un dia normal, el nunca habria tenido tanto tiempo para dedicarlo a revisar sus redes sociales. Ademas, estaba habituado a que otras personas se encargaran de hacerlo por el. No obstante, ahora la realidad era distinta. Aquel accidente en moto le habia obligado a mantener reposo y a usar un yeso en su pie derecho. La situacion le resultaba bastante aburrida a Fabrizio, motivo por el cual decidio encargarse de leer lo que se decia de el en las redes sociales. Por primera vez en su carrera, dejaria de delegar esa actividad en su agente y en el resto de personas que trabajan con el y analizaria lo que opinaban acerca de el: lo bueno, pero tambien lo malo. A sus treinta y tres anos, Fabrizio Cacciatore era el actor italiano de teatro y de cine mas aclamado de los ultimos tiempos, aunque en realidad fue una sola de sus peliculas la que lo catapulto al exito. El resto de su carrera la habia dedicado al teatro y la television. Fabrizio era el menor de dos hermanos. Era un gran aficionado a las motos y al ejercicio fisico. De hecho, visitaba los gimnasios con asiduidad y jugaba futbol cada vez que podia. Tanto el como el resto de su familia eran grandes fanaticos de ese deporte y no se perdian partido de su equipo favorito, el A. S. Roma. El actor le debia su fama a la pelicula romantica mas exitosa de los ultimos tiempos: <>, la cual triunfo no solo en su pais, sino que tambien en otros lugares como Sudamerica y en algunas naciones europeas, como Portugal. Las mujeres abarrotaban los cines, ya que todas querian a un Giancarlo en sus vidas, quien se entrego por completo con tal de hacer feliz a Azucena en sus ultimos dias de vida, amandola con locura hasta el final. Al comienzo, Fabrizio no queria participar en la pelicula, dado que no estaba en sus planes encasillarse como galan romantico. El era actor de teatro experimental, de los clasicos, pero su amiga del alma y casi hermana lo convencio para que se presentara a la audicion. Giannina le hizo entender que la pelicula seria asombrosa, sin embargo, el jamas adivino la magnitud que su fama alcanzaria en otras latitudes. Fabrizio recibia mensajes en ingles, en portugues y muchos en espanol y, aunque sabia que era posible, no entendia que era lo que motivaba a aquellas mujeres de otras nacionalidades a escribirle tantas cosas. --Debi haber hecho esto antes --expreso, poniendole voz a sus pensamientos mientras leia los mensajes de su Instagram--. Se agradece un poco de distraccion para olvidar, por fin, que debo llevar este yeso. Ademas, es bueno para subir mi ego. --No creo que necesites que te suban el ego hermano, ya de por si lo tienes en la estratosfera --dijo su hermano, quien venia entrando a su hogar, mientras movia su cabeza de forma reprobatoria. Fabrizio le palmeo la espalda a su hermano a modo de saludo y este no dejaba de reir. --Ahora cuentame, ?como te paso esto? --interrogo, apuntando el yeso que Fabrizio tenia en el pie--. Apuesto que no viste por donde ibas por estar mirando a una mujer. --Nada de mujeres esta vez --respondio Fabrizio--. Un perro pequeno se me atraveso y, por intentar esquivarlo, choque yo. --San Fabrizio de Asis, ?desde cuando eres protector de los animales? --pregunto con ironia su hermano--. Ah, desde la ultima de tus novias, ?como se llamaba? ?La que era madrina de una perrera? Algo de amor por los animales te dejo. --Luca, deja de decir estupideces. Solo quise evitar atropellar a un perro y ya. --La voz de Fabrizio denotaba seriedad, ya que nunca le habia gustado que le recordaran su pasado amoroso, lleno de muchas relaciones y varios fracasos. --Ya, !tan sentimental hermanito! Solo vine porque queria subirte el animo, pero como parece que no estas de buenas, mejor te dejo y me voy a la oficina. Yo no soy una estrella, asi que debo trabajar como el resto de los mortales --comento Luca riendo. --Andate y dejame solo. No sirves ni para subir el animo, sigue como arquitecto mejor -- respondio riendo mientras le lanzaba una almohada. Con treinta y nueve anos, Luca Cacciatore era el mayor de los hermanos. El y Fabrizio eran los hijos de don Luca y dona Maria Cacciatore. Su familia contaba con gran prestigio en el mundo de la arquitectura. De hecho, eran famosos en Roma gracias a las variadas construcciones realizadas por su empresa. Luca decidio continuar con la tradicion familiar, a diferencia de Fabrizio, quien nunca mostro interes en la arquitectura, pues su vocacion siempre estuvo ligada a las artes, razon por la cual comenzo a actuar en teatro a los quince anos. En la actualidad, ha logrado alcanzar gran reconocimiento en toda Italia, especialmente en Roma. No solo por su carrera, sino que tambien por sus romances fallidos con feminas del espectaculo, los cuales le han hecho ganar la fama de coleccionista de mujeres. En cuanto Luca se marcho, Fabrizio se levanto del sofa con dificultad --tratando de no maltratar mas su pie enyesado-- y se dirigio hacia el mueble donde estaba su equipo de sonido. Conecto su iPod y puso una lista de reproduccion para subirse el animo. La voz de Robbie Williams cantando Rock DJ inundo el lugar. Mientras escuchaba la musica y hacia lip-sync [1], Fabrizio regreso con precaucion a su comodo sofa para continuar revisando las redes sociales en su iPad. No pudo evitar sonrojarse cuando leyo algunos de los comentarios que habia recibido en Instagram y en Twitter, cada uno mas atrevido que el otro. A pesar de que varias de las declaraciones le llamaban la atencion, no entendia la razon por la cual lo querian tanto. Sabia que las mujeres fantaseaban con el, pero no estaba consciente de la extension de tales deseos. El hecho de que ellas le expresaran que el era su gran amor le hacia sentir fascinado y perturbado a la vez. Una de aquellas fanaticas llamo su atencion debido a su tenacidad. Luego de revisar el historial del chat, Fabrizio descubrio que ella llevaba meses enviandole mensajes de diferentes temas, algunos mas alegres y otros mas melancolicos. La mujer le habia escrito todos los dias durante casi tres meses para mandarle una postal, un chiste, una opinion... lo que sea. Esto desperto la curiosidad de Fabrizio por saber mas de ella, pero sabia que no podia seguirla directamente. Como anhelaba conocerla de verdad, decidio inventar una nueva identidad para que ella no pudiera descubrir que, en realidad, era el quien la seguia. A traves de un perfil falso, el podria obtener mas informacion sobre ella. Ademas le serviria para entretenerse, ya que no habia nada mejor que una identidad oculta para poder sentirse libre del escrutinio de los demas. Podria decir lo que pensaba sin necesidad de controlar lo que publicara. Se demoro solo un instante en concretar su idea. Un nuevo personaje acababa de nacer: Eros, su alter ego. Un alma libre con derecho a decir lo que se le ocurriera. Comenzo a seguir a una infinidad de personas, partiendo por la mujer que lo tenia tan intrigado. Debia pensar en la forma mas adecuada para acercarse a ella como Eros, pero ?que le diria? ?Como se pondria en contacto con ella? ?Como haria para entablar una conversacion con ella? Fabrizio sabia algo de espanol, pero no estaba seguro de si seria suficiente. De todas formas, igual lo intentaria, porque esa mujer lo tenia realmente interesado. La posibilidad de navegar por las redes sociales con total libertad era algo novedoso para el. Sin embargo, le hizo descubrir lo que algunas personas decian de el, causandole una tremenda decepcion, pues creia conocer mejor a esa gente. De hecho, algunos de sus supuestos amigos fueron incapaces de mostrarle lealtad y empatia tras su accidente en moto. Muchos de ellos aseguraban que le habia ocurrido por conducir borracho, lo cual no era cierto. Fabrizio solia beber con moderacion; se emborrachaba solamente en su casa o con su amiga y jamas se permitia perder el control de sus sentidos fuera de sus lugares seguros. El no deseaba ser victima de la prensa amarillista, que lo acosaba desde que termino su relacion con su ultima novia: una presentadora de television. Gracias a su nueva identidad, el pudo enterarse de que aquellos a quienes creia mas cercanos habian sido los primeros en asumir que manejaba bajo la influencia del alcohol cuando, en realidad, el ni siquiera habia bebido ese dia. Gracias a su nuevo nombre, pudo darse el lujo de ser contestatario y de cuestionar los dichos sobre su supuesta embriaguez, respaldando sus argumentos con las pruebas del hospital donde fue atendido. Aprovecho que los documentos senalaban que no habia ni una gota de alcohol en su sangre y se defendio con la seguridad que le conferia su alter ego. Fabrizio veia como su mundo se desmoronaba. Noto que muchas de aquellas personas que solian tratarlo de forma muy condescendiente, eran capaces de hablar de el y ventilar aspectos de su vida privada en las redes sociales, incluso sabiendo que podian danarlo. Se sentia decepcionado y ya no confiaba en nadie, solo en sus admiradoras, quienes siempre lo apoyaban. A pesar de todo, existia una luz al final del tunel; una luz con la forma de una mujer desconocida que le enviaba mensajes a diario. Cada vez que Fabrizio leia uno, su animo mejoraba considerablemente. Con esta acerrima defensa que Eros le daba a Fabrizio, este personaje se gano el aprecio de muchas de las fanaticas del actor. En especial de una, que era la que a el mas le importaba. ************************* Gina no era una persona comun. Ella no se parecia en nada a las mujeres que se suelen encontrar en las portadas de las revistas de moda y tampoco le interesaba serlo. Gina era feliz siendo loca y desatada. Era de esas personas que cantan las canciones de la radio y bailan solas tratando de ponerle algo de color a aquellos dias grises que acostumbraba vivir. Se caso muy joven, a los diecisiete anos para ser exactos. Tuvo su primera hija a los dieciocho. A sus treinta y cinco, ya era madre de dos adolescentes: Azul de diecisiete anos y Alejo de quince. Su matrimonio fue un error desde el principio, ya que sus motivos para hacerlo fueron su embarazo y su necesidad de huir de la mala relacion que tenia con su madre. No sabia por que su vida habia tomado ese rumbo. Sin embargo, trataba de ser optimista y alegrarse con las cosas que podian proporcionarle una cierta dicha. Siempre fue una aficionada a la lectura. Aunque tenia poco tiempo, trataba de hacerlo con frecuencia. Gracias a esta actividad, ella pudo conocer a varias chicas que compartian su entusiasmo por esta pasion y por sus amores literarios y fantasias. Todas eran mujeres increibles, llenas de carino e ilusiones; amigas leales que no dudaban en darse animos para seguir viviendo sus vidas, algunas mas dificiles que otras. Entre todas las fantasias de Gina, la mayor y mas recurrente estaba protagonizada por un actor de cine italiano dueno de profundos ojos grises y de una sonrisa cautivadora, a quien conocio en una pelicula que vio junto a su mejor amiga y jefa, Fatima. En el filme, el personificaba a un hombre que se esforzaba por hacer feliz a su mujer durante el poco tiempo que le quedaba de vida. Desde ese momento, Gina lo miraba obnubilada. Cada imagen que veia de el encendia emociones desconocidas en ella; sentimientos que hace varios anos no afloraban en su corazon. Gina sabia que solo eran fantasias, de esas que existen unicamente en la ficcion. Sin embargo, su lema de vida siempre fue: <>. Era feliz imaginando aventuras excitantes y sensuales junto a el. De hecho, tuvo que recurrir en mas de una ocasion a esos suenos para tener sexo con su marido, con quien no conseguia un orgasmo desde hace mucho tiempo. Ella fingia para no dar explicaciones, pero lo cierto era que sus mayores momentos de placer sucedian en completa soledad, fantaseando con ese hombre que la trastornaba. Su relacion de pareja se encontraba una vez mas en un punto muerto, al igual que a lo largo de los dieciocho anos que llevaban juntos. Sus crisis matrimoniales eran frecuentes, y su relacion iba cuesta abajo. Cada dia sentia mas la frialdad de su marido. No obstante, Gina no le endosaba la culpa solo a el, ya que ella habia perdido la confianza en el, y el amor se habia apagado anos atras. Lo unico que les quedaba era una union por conveniencia mutua: Jose no dejaba la casa porque no queria alejarse de sus hijos, y ella no se iba porque no tenia donde ir. De esta manera, esta tensa situacion se fue extendiendo ano tras ano. Gina deseaba que sus hijos crecieran y alcanzaran su independencia, pues asi podria dejar de estar, por fin, con alguien a quien ya no amaba. Si bien el carino todavia existia --en cierta medida por los anos de vida compartidos--, el amor se habia enfriado hasta que su corazon se convirtio en un tempano. Dado que los chicos ya se habian ido al colegio y que ella estaba sola en su casa, encendio la radio para disfrutar de un poco de musica antes de partir a su trabajo. De pronto, una cancion llego a sus oidos causando que la tristeza tocara su corazon. Este tema lo recordaba con nostalgia, pues fue la primera vez que beso a Jose mientras bailaban al ritmo de Bryan Adams: <> Gina, a sus cortos diecisiete anos, se dejo enamorar por aquel chico lindo y lo amo con locura. El la conquisto diciendole frases lindas al oido --palabras que ella siempre habia querido escuchar-- mientras oian aquella melodia de fondo. Ella se entrego en cuerpo y alma a ese amor. Dieciocho anos despues, las cosas habian cambiado demasiado. Esta cancion ya no le provocaba nada mas que tristeza; una pena infinita por todo lo que habia tenido que vivir. Gina sabia que ya nada era igual, pues si en esos anos ella habia perdido la cabeza por Jose, ahora estaba perdiendo su corazon. La unica forma de sobrevivir a esta situacion era a traves de sus suenos y fantasias. Gina debia reconocer que, al menos, el imaginarse con otros hombres habia logrado que su relacion funcionara mejor en el ambito sexual. Aunque ella admiraba a su marido --era un excelente padre con su hija, a pesar de que su relacion con el chico era distante--, los enganos, las promesas jamas cumplidas y las infidelidades de Jose hicieron que de a poco el amor fuera muriendo. Solo quedaba esperar el fin, el cual tardaba mucho en llegar. La fantasia de Gina tenia rostro y cuerpo. Desde hace meses que la imagen de Fabrizio Cacciatore rondaba en su cabeza, razon por la cual decidio escribirle en todas sus redes sociales con la esperanza de obtener aunque fuera unas pocas palabras de el. Lo hacia todos los dias, sin descanso. Si no le enviaba fotos, eran palabras, frases en distintos idiomas o cualquier cosa que se le ocurriera. Ella utilizo todos sus recursos para que Fabrizio supiera de su existencia. Ese dia, despues de dejar todo ordenado y limpio, Gina se dispuso a salir de su casa para ir a su trabajo. Debia apurarse, ya que estaba algo retrasada. Escucho el sonido de su celular anunciando la llegada de un nuevo mensaje. Vio que habia recibido una solicitud de amistad en Facebook de un tal Eros. Ella la acepto sin darle demasiada importancia, pues no imaginaba el cambio que este hecho traeria a su vida.

  • Prometi destruirte, amor (Los peligros de enamorarse de un libertino 1) de Raquel Mingo

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    ?Es posible ordenarle al corazon que deje de sentir?

  • Rescate a medianoche de Adrienne Rich

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    To have seen you exactly, once: red hair over cold cheeks fresh from the freeway your lingo, your daunting and dauntless eyes. But then to lift toward home, mile upon mile back where they'd barely heard your name --neither as terrorist nor as genius would they detain you-- to wing it back to my country bearing your war-flecked protocols-- that was a mission, surely: my art's pouch crammed with your bristling juices sweet dark drops of your spirit that streaked the pouch, the shirt I wore and the bench on which I leaned. 2 It's only a branch like any other green with the flare of life in it and if I hold this end, you the other that means it's broken broken between us, broken despite us broken and therefore dying broken by force, broken by lying green, with the flare of life in it 3 But say we're crouching on the ground like children over a mess of marbles, soda caps, foil, old foreign coins --the first truly precious objects. Rusty hooks, glass. Say I saw the earring first but you wanted it. Then you wanted the words I'd found. I'd give you the earring, crushed lapis if it were, I would look long at the beach glass and the sharded self of the lightbulb. Long I'd look into your hand at the obsolete copper profile, the cat's-eye, the lapis. Like a thief I would deny the words, deny they ever existed, were spoken, or could be spoken, like a thief I'd bury them and remember where. 4 The trade names follow trade the translators stopped at passport control: Occupation: no such designation-- Journalist, maybe spy? That the books are for personal use only--could I swear it? That not a word of them is contraband--how could I prove it? 1995 El arte de traducir 1 Haberte visto del todo, una vez: pelo rojo en mejillas frescas por el aire de la autovia tu jerga, tus ojos que intimidaban sin dejarse intimidar. Y despues poner rumbo a casa, milla tras milla hacia donde apenas sabian de tu nombre -ni por terrorista ni por genio te detendrian- volar a mi pais portando tus protocolos salpicados de conflicto; esa era, sin duda, toda una mision: mi cartera de artista llena de tus jugos rebosantes las dulces gotas oscuras de tu espiritu manchando de rayas la cartera, la camisa y en el banco sobre el que me apoyaba. 2 No es mas que una rama como cualquier otra verde con el fulgor de la vida y si la sostengo por un extremo y tu por otro quiere decir que esta rota rota entre nosotras, rota a pesar de nosotras rota y por tanto agonizante rota a la fuerza, rota al yacer verde, con el fulgor de la vida 3 Pero imagina que estamos en cuclillas como ninas sobre un revoltijo de canicas, chapas, papel plata, viejas monedas extranjeras -los primeros tesoros de verdad. Ganchos oxidados, cristales-. Imagina que yo viera primero el pendiente pero tu lo quisieras. Luego querrias las palabras que yo habia encontrado. Te daria el pendiente, el lapislazuli aplastado si hubiera, me quedaria mirando los cristales de la playa y el interior astillado de la bombilla. Observando en tu mano el perfil obsoleto del cobre, el ojo de gato, el lapislazuli. Cual ladron negaria las palabras, negaria su existencia, que fueran pronunciadas o pudieran pronunciarse, cual ladron las enterraria y recordaria donde. 4 Los nombres de oficios responden al oficio los traductores retenidos ante el control de pasaportes: Profesion: sin especificar. ?Periodista, espia quiza? ?Podria yo jurar que los libros son para uso personal -tan solo-? ?Que ni una sola palabra es contrabando -y como lo demostraria-? 1995 For an Anniversary The wing of the osprey lifted over the nest on Tomales Bay into fog and difficult gust raking treetops from Inverness Ridge on over The left wing shouldered into protective gesture the left wing we thought broken and the young beneath in the windy nest creaking there in their hunger and the tides beseeching, besieging the bay in its ruined languor

  • Bajo cero de David Koepp

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    Una aventura salvaje y aterradora sobre tres desconocidos que deben trabajar juntos para contener un organismo altamente contagioso y mortal. Con una accion trepidante, un agudo sentido del humor y una brillante muestra de personajes y destreza narrativa, Bajo cero es un thriller unico de lectura altamente disfrutable y adictiva.
    Hace treinta y dos anos Robert Diaz, que formaba parte de un equipo secreto del Pentagono, viajo al desierto australiano para investigar un posible ataque bioquimico. Lo que encontro era mucho peor: un organismo similar a un hongo con altas capacidades para mutar y un poder destructor epidemico. Entonces se las arreglo para contenerlo en una camara de frio subterranea en el interior de unas instalaciones militares altamente protegidas.

  • Errar es util de Henning Beck

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    Un elogio a nuestra imperfeccion como seres humanos y a la de nuestro cerebro.

  • Fuera de juego de Chus Iglesias

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    El desahogo de Alba despues de aquel partido, en el que habia insultado al arbitro a placer, no tenia comparacion con la verguenza que empezaba a sentir y mas cuando descubrio que David seria el nuevo tecnico de prevencion de riesgos y abogado de la asesoria en la que ella trabaja en Santiago de Compostela. Lo que esta claro es que el no ha llegado en son de paz precisamente, cuando ha comprobado que era la misma ninata del campo de futbol.

  • Historias de un agente inmobiliario de Jacobo Armero

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    UNA NOVELA PARA ENTRAR A VIVIR

  • Algo mas que Vecinos yo lo quiero todo de Olivia Saint

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    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.
    Amelia es una mujer con muchos misterios, independiente, amante de la vida, pero habia algo que nunca habia hecho en su vida: tomar riesgos y tomar lo que quiere, cuando lo quiere. Un dia luego de un acontecimiento inesperado ella decide cambiar las riendas de su vida hacia su propio bienestar y no el de los demas, como hizo durante toda su vida. Sucesos inesperados llevaran a Amelia a descubrir al amor de su vida que la envolvera en un espiral de deseo y pasion que jamas olvidara.

  • Frenesi 3 de Dylan Martins

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    Habian pasado solo doce horas desde que la noticia zarandeara cruelmente la vida de Alexis. Y esta vez podria ser para siempre.

  • Touchdown de Ludmila Ramis

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    Un amor abstracto se delimito con cada mirada, palabra y accion, hasta definirse como una relacion fascinante en su sencillez, y, a veces, en su complejidad.
    Kansas Shepard es una espontanea y comica universitaria que siempre termina enredada en lios que no ocasiona. Malcom Beasley, por otro lado, es del tipo de personas que evitan todos los problemas. El sigue una rutina estructurada y permanece lejos de los rebeldes ciclones de los sentimientos humanos y de los imprevistos.
    Cuando estas dos personalidades deben vivir bajo el mismo techo, la coexistencia, que parecia imposible en un principio, resulta ser el detonante de una aventura que terminara por arrasar tanto con el corazon de Kansas como con el del jugador de los Jaguars, el numero 27.
    ?El resultado?
    Un touchdown.

  • Despues de la medianoche de Carmichael

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    Como locutora de un programa de radio nocturno de Seattle, Georgia Lamont estaba acostumbrada a tener admiradores secretos. Su calida voz llegaba a los corazones solitarios en mitad de la noche, pero aquella nota acompanada de una rosa la habia asustado. “Entonces seras mia”. Aquello no sonaba nada bien.

  • Un mapa en la cabeza de Ken Jennings

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    ?Por que nos fascinan tanto los mapas? Un libro unico y sorprendente sobre las curiosidades,
    historias y anecdotas presentes en los mapas y en la capacidad que ha tenido la cartografia para
    transformar el mundo.

  • Una boda en Lyon de Stefan Zweig

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    El 12 de noviembre de 1793 Barere proclamo en la Asamblea Nacional francesa aquel edicto fatal contra la traidora ciudad de Lyon, que al fin habia sido tomada al asalto. Concluia con estas lapidarias palabras: <>. Los edificios de la levantisca ciudad, asi lo exigio, debian ser derruidos, sus monumentos convertirse en cenizas y hasta su nombre desaparecer. Ocho dias vacilo la Asamblea antes de aprobar una destruccion tan completa de la segunda ciudad mas grande de Francia. E incluso despues de haberlo firmado, Couthon, el comisario del Pueblo, convencido de la secreta conformidad de Robespierre, solo puso en practica aquella orden erostratica con indolencia. Para guardar las apariencias, reunio con gran pompa al pueblo en la plaza de Bellecourt, y con un martillo de plata golpeo simbolicamente los edificios destinados a ser demolidos, pero la pala penetro en aquellas magnificas fachadas solo de manera vacilante, y la guillotina practico su bronco y estruendoso descenso de manera todavia frugal. Tranquilizada ante esta inesperada indulgencia, la ciudad, ferozmente enardecida por la guerra civil y por un asedio de varios meses, se fue atreviendo a respirar otra vez esperanzada, cuando de pronto el humano e indeciso tribuno fue retirado del puesto y en su lugar, en Ville-Affranchie--como se llamo a partir de entonces Lyon en los decretos de la Republica--, aparecieron Collot d'Herbois y Fouche, ataviados con la banda de los comisarios del Pueblo. De la noche a la manana, lo que se penso que simplemente seria un patetico decreto disuasorio se convirtio en una cruda realidad. <>, denunciaba impaciente el primer informe de los nuevos tribunos a la Asamblea, con el fin de demostrar su energia patriotica y de hacer recaer la sospecha sobre sus tibios predecesores. Y enseguida se pusieron en marcha las atroces ejecuciones que Fouche, el <>, cuando mas tarde se convirtio en duque de Otranto y en el defensor de todos los principios legitimos, no permitio que se le recordaran. En lugar de la pala, que colocaba el mortero con lentitud, ahora las minas de polvora dinamitaban filas enteras de los mas soberbios edificios de la ciudad. En lugar de la guillotina, <>, los fusilamientos en masa y el fuego de metralla despachaban con una salva a cientos de condenados. Endurecida por medio de nuevos y acerados decretos diarios, la justicia traspaso todos los limites, segando como una guadana, dia tras dia, su gigantesco haz de seres humanos. Ya hacia tiempo que el Rodano, que fluia alejandose de alli con rapidez, se ocupaba del trabajo--por lo general demasiado lento--de amortajar y dar sepultura a los cadaveres. Hacia tiempo que las carceles no bastaban para la gran cantidad de sospechosos, de modo que los sotanos de los edificios publicos, de las escuelas y de los conventos se convirtieron en el lugar de residencia de los condenados. Por supuesto, en un lugar de residencia tan solo fugaz, pues la guadana seguia golpeando con precision y rara vez la paja calentaba el mismo cuerpo durante mas de una noche. Un dia de intenso frio de aquel mes sangriento, una nueva cuadrilla de condenados fue arrastrada hasta los sotanos del Ayuntamiento para pasar alli juntos unas pocas y tragicas horas. Al mediodia los habian conducido uno por uno ante los comisarios, y su destino fue despachado tras un breve interrogatorio. En ese momento los sesenta y cuatro reos, hombres y mujeres, estaban sentados en una confusion absoluta en aquella oscuridad de bovedas bajas que olia a cubas de vino y a moho, y que un escaso fuego de chimenea en la habitacion delantera, mas que calentar, tan solo coloreaba. La mayoria, sonolientos, se habian arrojado sobre los sacos de paja. Algunos, sentados a la unica mesa de madera que les permitian tener y a la tremula luz de las velas, escribian apresuradas cartas de despedida, sabiendo que su vida se habria apagado antes de que en aquel frio espacio lo hiciera la llama de azules temblores. Sin embargo, ninguno de ellos hablaba mas que en susurros, de modo que en el silencio helado de la calle la sorda explosion de las minas, a la que seguia el inmediato desplome de los edificios, retumbaba con nitidez. Pero la ensordecedora velocidad de los acontecimientos habia arrebatado a los que se veian sometidos a aquella prueba toda capacidad de sentir y de pensar con claridad. Sin moverse, sin decir una sola palabra, la mayoria de ellos estaban reclinados en la oscuridad como en el sueno que precede a la tumba, sin esperar nada y sin sentir emocion alguna hacia los vivos. De pronto, hacia la hora septima de la tarde resonaron unos pasos fuertes y energicos junto a la puerta. Los pestillos restallaron. Y el cerrojo oxidado chirrio al abrirse. De manera instintiva, se incorporaron todos de un brinco. ?Acaso, contra la triste costumbre de concederles aun una noche, ya habia llegado su hora? En la corriente de aire frio que se colo al abrirse la puerta, la llama azul de la vela temblo como si quisiera escapar de su cuerpo de cera, y con ella, palpitante, el miedo se lanzo al encuentro de lo desconocido. Pero pronto aquel temor provocado de manera tan repentina se disipo. El carcelero solo traia una nueva y tardia hornada, aproximadamente unas veinte personas, a las que hizo bajar las escaleras sin decir una palabra y sin indicarles un lugar concreto en aquel espacio abarrotado. Despues, la pesada puerta de hierro volvio a cerrarse con un gemido. Los prisioneros miraron a los recien llegados sin la menor simpatia, pues algo tan extrano es muy propio de la naturaleza humana, que en cualquier parte se adapta a toda velocidad e incluso en las mas precarias circunstancias se siente no solo como si estuviera en su casa, sino tambien en su derecho. Asi que, de manera instintiva, los que habian llegado antes consideraban ya aquella estancia mal ventilada y con olor a podrido, el saco de paja cubierto de moho, el espacio en torno al fuego, como si fueran de su propiedad, y cada uno de los recien llegados les parecia un intruso al que habia que reducir. Por su parte, aquellos a los que acababan de llevar hasta alli podian percibir claramente la fria hostilidad de sus predecesores, por mas insensata que resultara en aquella hora mortal, pues, cosa extrana, no intercambiaron con sus companeros de destino ni un saludo ni palabra alguna, no exigieron una parte de la mesa ni de la paja, sino que, sin decir nada, hoscos, se apretujaron en un rincon. Y si antes el silencio se habia cernido atroz sobre aquella cueva, ahora su efecto resultaba todavia mas lugubre por culpa de la tension de aquel sentimiento provocado de forma tan absurda. Un grito tanto mas sonoro, nitido y como surgido de otro mundo rasgo de pronto el silencio. Un grito claro, casi involuntario, que de manera irresistible arranco hasta al mas indiferente del silencio y del abatimiento en el que se hallaban. Una muchacha, entre los que acababan de llegar, habia dado un salto brusco y repentino. Y fue ella tambien la que, con los brazos extendidos como quien esta a punto de desplomarse, y gritando estremecida <>, se precipito al encuentro de un joven que, apartado de los demas, habia permanecido junto a las rejas de una ventana y ahora tambien corria hacia ella. Y aquellas juveniles siluetas ya habian prendido cuerpo contra cuerpo, boca contra boca, como dos llamas de un mismo fuego, ardiendo de forma tan tierna el uno junto al otro que las lagrimas derramadas de manera impetuosa por el arrobo del uno inundaron las mejillas del otro y sus sollozos surgieron como de una unica garganta que reventara. Cuando se soltaron por un instante, sin poder creer que de verdad se tocaban y asustados frente a lo excesivo que les resultaba aquel destino por completo inverosimil, un nuevo abrazo volvio a unirlos de inmediato, si es posible de manera aun mas abrasadora. Lloraron y sollozaron y hablaron y gritaron en un solo aliento, como si estuvieran totalmente solos en la infinitud de su emocion y por completo ajenos a todos los demas, que, sorprendidos y reanimados gracias a aquel asombro, se acercaron inseguros hacia ellos. La joven habia trabado amistad desde la ninez con Robert de L..., hijo de un alto funcionario municipal, y hacia unos meses que se habian prometido. En la iglesia ya se habian presentado las amonestaciones, y se habia fijado su enlace justo para aquel dia sangriento en el que las tropas de la Asamblea habian irrumpido en la ciudad. Entonces el deber obligo a su prometido, que habia luchado en el ejercito de Percy contra la Republica, a acompanar al general realista en su desesperada maniobra. Durante semanas no hubo noticias de el, y ella ya se habia atrevido a imaginar que debia de haberse salvado pasando felizmente la frontera suiza, cuando de pronto un secretario del Ayuntamiento le informo de que unos soplones habian descubierto que se escondia en una casa de labranza, y que el dia anterior lo habian conducido ante el tribunal revolucionario. Apenas se entero la intrepida muchacha de la detencion y de la indudable condena de su prometido, cuando, con esa magica e incomprensible energia que la naturaleza concede a las mujeres en los instantes de supremo peligro, logro lo imposible: abrirse paso hasta los inaccesibles tribunos populares con el fin de pedir clemencia para su prometido. Collot d'Herbois, el primero ante cuyos pies se arrojo, la habia despachado con acritud, diciendo que no concebia indulgencia alguna para con los traidores. Despues habia corrido a ver a Fouche, quien, de manera no menos dura que el anterior, pero mas hipocrita en los medios empleados para no sucumbir a la emocion que le embargo al ver a aquella joven desesperada, mintio diciendo que le hubiera gustado interceder en favor de su prometido, pero que veia--y al decirlo, el taimado embaucador de almas echo un indolente vistazo a traves del monoculo a una hoja cualquiera y sin importancia--que Robert de L... ya habia sido fusilado aquel mismo mediodia en los campos de Brotteaux. El muy astuto logro enganar por completo a la joven, quien de inmediato creyo que su prometido estaba muerto. Pero, en lugar de entregarse como cualquier otra mujer a un dolor inerme, indiferente frente a una existencia que para ella carecia ahora por completo de sentido, se arranco la escarapela del cabello, la piso con ambos pies y, a gritos, de modo que su voz retumbo a traves de todas las puertas abiertas, llamo a Fouche y a sus hombres--que corrieron hacia alli a toda velocidad--miserables vampiros, verdugos y cobardes criminales. Y mientras los soldados la maniataban y la arrastraban fuera de la habitacion, la joven aun pudo escuchar como Fouche dictaba a su secretario, un hombre picado de viruelas, la orden de detencion contra ella

  • Dulce camino espinoso (Serie Rohard 1), Rita Morrigan de Rita Morrigan

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  • Batiendo a Wall Street de Peter Lynch

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    El legendario gestor de fondos Peter Lynch explica en este libro sus estrategias de inversion y sus claves sobre como seleccionar acciones y fondos para conseguir la mejor cartera de inversiones posible.

  • Quedate con mi alma (Las senales existen 1) – Yanira Garcia de Yanira Garcia

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    Alma Flores: la chica perfecta con su vida perfecta.
    Jaime Alcantara: el hombre correcto con su mundo correcto.
    Pero. ?que pasaria si sus vidas dieran un giro de ciento ochenta grados, provocado por una voz y un cruce de miradas? ?Que sucederia si resultara que la perfeccion no existe y que el ser correcto no siempre lleva a la felicidad? ?Cual seria el resultado, si a todo esto, le sumamos unas amigas un tanto particulares?
    Adentrate en esta romantica historia, donde los personajes tienen mucho que contar, pero, sobre todo, mucho amor para dar.
    Tenerife, Malaga, Madrid y Toledo son testigos de que el amor mas puro, se encuentra donde menos te los esperas, y que, las senales y el destino, tienen un papel importante en nuestras vidas.
    Porque las senales existen, solo estan ahi, esperando a ser vistas e interpretadas.

  • Ese ancho rio entre nosotros de Gabriela Margall

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    Gabriela Margall navega estas aguas -la de la novela historica- con destreza y preciosismo, para construir una heroina que abre los ojos al mundo y se entrega al amor como una forma de conocimiento. Una novela extraordinaria con el inconfundible sello de la autora.

  • Vamos a contar mentiras de B. S. Gairald

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    Una tormenta de nieve deja incomunicadas a cuatro amigas en una casa rural. Blanca y Concha son pareja, Helena y Sofia. no. Encerradas sin luz y sin cobertura, deciden contar historias para matar el tiempo: Blondie es una gata muy especial para su duena; en una zona rural, una cartera reparte algo mas que cartas; Dorian conoce a Malak; Leonor huye de su pasado; Almu y Mari son solo buenas amigas. por ahora; una sincronia sucede en Granada; un misterioso crimen sacude el bosque y dos investigadoras lo intentan aclarar; la abuela Juana tiene un secreto; Cati escribe los amores que quisiera para su vida. Las horas pasan y las cuatro amigas beben demasiado. Ademas, ellas tambien tienen su propia historia, asi que pronto afloran rencillas latentes y sentimientos soterrados. Esa convivencia forzada supondra un punto de inflexion en sus vidas. La primera obra de B. S. Gairald es un conjunto de relatos que tocan temas tan dispares como lo son las cuatro protagonistas que los narran: amores secretos o desinhibidos, soledad, esperanza, muerte, humor, destino. La autora combina mensajes <> y humor, dosis de cruda realidad y momentos de cierta magia.

  • Empezar de cero de Kris O'coneill

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    Ella…
    Sensual, fuerte, vanidosa y dulce, como su nombre.
    El…
    Atractivo, misterioso, de caracter fuerte y debil a la vez.

  • El Amor Que Tuvimos Y Perdimos (LGBT) de Fabian Tapia

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    Estonia, 1960
    Para Anton la llegada de Mihkel supone una revelacion; el es un joven dedicado a los tulipanes (el ultimo rastro que dejo su padre ausente) y Mihk es un joven que llega por un intercambio de Alemania para lograr la escultura que lo catapulte a la Universidad de sus suenos. Anton solo espera poder recabar la valentia necesaria para poner en orden sus pensamientos teniendolo cerca y lejos -porque el amor, segun el, es una casa que salta por los aires-. Pronto se veran envueltos en un torrido romance en el que ninguno de los dos estara a salvo, pues no estan muy seguros de que disimular sea la opcion mas correcta porque podrian desaparecerse en medio del secreto.
    En Estonia, lo saben ambos, un amor asi se castiga.
    Pero, ?no duele mas el castigo de dos corazones en la distancia?

  • El extrano caso de Nellie Bly de Mario Escobar

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    Nunca tanta belleza inspiro tanta locura.
    Un thriller perfecto que consagra a Mario Escobar como el maestro del suspense en Amazon.
    Una joven intenta arrojar a las vias del metro en Manhattan a una chica y los servicios de salud de la ciudad la encierran en el Centro Mental Blackwell’s Island. Despues de varias decadas cerrado, el afamado psiquiatra John Hulton III, lo a reabierto con la esperanza de encontrar un tratamiento efectivo para la mayoria de las enfermedades mentales. La joven Nellie Bly, una huerfana desconocida que intentaba convertirse en escritora en Nueva York, ha sido ingresada tras un ataque psicotico e intento de asesinato hasta que salga el juicio. Nellie niega que este loca y defiende que ha sido victima de una trampa. El ayudante de John Hulton III, Robert Pappe debe evaluarla, para dictaminar si se puede presentar ante un juez. Unos dias mas tarde, una joven del centro aparece asesinada y todos sospechan que la culpable es Nellie. El unico que parece creer en su inocencia es Robert.

  • Siempre sera el de Monica Lezama Zelayaran

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    Sin saberlo el, le cambio una vida tranquila por un destino diferente al introducirla a un mundo de negocios y relaciones que la envolverian en un remolino de emociones, en donde se convirtio en la mujer que marcaria la vida de los cinco jovenes mas poderosos e importantes del mundo.
    Aprendio que, un solo gesto puede representar la ruina o el exito, y por mucho que te amen: el poder, los titulos nobles y el honor pueden mas.

  • En el corazon del narco de Dylan Martins

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    Emprendio un viaje y el se cruzo en su camino…
    Ariadna jamas pudo imaginarse que ese hombre del que se enamoro era uno de los narcotraficantes mas importante del norte de Africa.
    La vida junto a Namir sera una eterna decision entre arriesgarse o huir.
    Dos mundos. Dos culturas. Y una eleccion: convertirse, o no, en la mujer del narco.

  • Austin (Sin reglas ni principio) de Alina Covalschi

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    A fuego lento se derriten los corazones helados. A fuego lento se queman los recuerdos frios. A fuego lento se enciende la pasion.

  • Obra reunida 1 de Mario Bellatin

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    Este libro reune parte de la narrativa de Mario Bellatin.

  • La jaula de sal de Ibon Martin

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    Un salvaje crimen golpea Pasaia cuando solo han pasado dos anos de la detencion del Sacamantecas, el psicopata que sembro el terror en el pueblo marinero. La eleccion de la victima y el lugar, el solitario faro de la Plata, no parecen fruto del azar. La inquietante firma que el asesino traza en el cadaver tampoco. Todo apunta a que ha vuelto a ocurrir. La escritora Leire Altuna se enfrenta a su caso mas personal, una investigacion que la llevara a traves de las estrechas sendas que separan el amor del odio, la amistad de la traicion. Tendra que luchar con el miedo y con su propia mente, empenada en distorsionar lo que sucedio aquella tarde. Siniestras amenazas telefonicas pondran a prueba su resistencia, sobre la que pende ademas una opresiva fecha limite. En paralelo, la ertzaina Ane Cestero y su equipo avanzaran con unas pesquisas oficiales que destaparan los peores instintos del ser humano. Ibon Martin crea en estas paginas un absorbente thriller psicologico que arrastra al lector hasta el propio corazon de San Sebastian, para convertir la bahia de la Concha en escenario del horror mas desgarrador.

  • El extrano de mis suenos 1 de Selenia Grant

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    Dalia a comenzado a conocer en carne y hueso al desconocido que aparece cada noche en sus suenos que se acabara convirtiendo en alguien muy importante y a su vez muy misterioso.

  • Diez anos y diez dias de Poppy Garcia

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    !Por fin algo de tranquilidad!

  • Oscuros pasados de Sandra Field

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    Las condiciones las ponia el…

  • El coleccionista de pesadillas de A. Vega

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    Odiaba su trabajo. Lo reconocia. Pero no le quedaba otro remedio que acudir cada noche a la morgue. Miro el cielo estrellado una ultima vez antes de comenzar su turno. Entro en el frio edificio pegado al hospital publico. Sus pisadas resonaron en el silencio del lugar. Las luces parpadeaban sobre el proyectando sombras que cualquier otro les resultaria aterradoras. Para el no eran mas que sombras. Estornudo ante el intenso olor a productos quimicos, nunca se acostumbraria a ese olor. Aseptico, a limpieza compulsiva, como si fuera posible eliminar el olor a muerte. Estuvo a punto de reir pero se contuvo. La muerte no se podia eliminar, tampoco enmascarar, ni ignorar, o maquillar. La muerte era el ultimo vagon del viaje en el que todos los seres vivos de la Tierra tenian un billete en preferente. Fue directo a la sala seis. Abrio la puerta de metal e ingreso en la amplia habitacion. Paseo la mirada y comprobo que habia seis camillas extendidas, todas vacias menos una. Ahi estaba. No iba a perder tiempo. Odiaba su trabajo, el olor a lejia y otros productos quimicos que no era capaz de identificar, la frialdad de aquel lugar. Se acerco hasta la camilla observando al ocupante. Era un nino, no podia decir que edad tenia pero no eran mas de diez anos. Era mas que evidente el motivo de su muerte. El gran agujero en la cara no dejaba dudas acerca de como y por que murio. Se coloco frente a el, observandolo con atencion, imaginando durante unos segundos como seria su vida. Le llegaron a la mente miles de imagenes intercalandose unas con otras, algunas eran recuerdos propios otras no tenia ni idea de donde llegaban pero todas la mostraban la ilusion de la vida, el sentimiento de invulnerabilidad, la sensacion de que tenia toda una vida por delante y ni siquiera sabia que era la muerte. Los ninos y las ninas eran todos iguales. Fragiles, fuertes, llenos de esperanza, de magia, de suenos, de pesadillas, de ilusiones, de... Escucho un crujido. Se tenso. Miro a su alrededor. Volvio a oir el mismo crujido. Era como un rasguno en la piedra, como el crepitar de la madera en el fuego. Muy debil, pero se escucho con claridad. --A... Contuvo el aliento. Juraria que... --Ayuda. Si, habia oido una voz. Debil, un susurro desgarrador. Suspiro con pesar y volvio a mirar al cuerpo tendido en la camilla. La herida le desfiguro el rostro, era un boquete que le revento parte de la frente, la nariz y los ojos. Tan joven... --Ayuda. Miro a su alrededor comprobando que estaba solo. ?Ya habia dicho que odiaba su trabajo? Cada noche era igual y, por desgracia, cada ano que pasaba era mas la carga de trabajo que le tocaba cubrir. La morgue siempre estaba llena y esa noche podia considerarse afortunado al ver que solo habia un cuerpo en las camillas. --Ayuda. Dio un respingo saliendo de sus pensamientos. No podia perder el tiempo. Habia llegado la hora. Se acerco otro paso hasta el nino, llegando a rozar el frio metal con sus dedos. --Ayuda. Lo volvio a escuchar, una y otra vez, como una cancion salvaje y desesperada que queria llegar a todas partes y a ninguna. Se agacho hasta quedar a la altura de la cara del infante. Abrio su boca y aspiro. --Ayuda. Ese lamento desesperado se acallo en el momento en que succiono el alma del nino. Sabia amarga, como los sentimientos de miedo y dolor que le inundaron segundos antes de fallecer. Tuvo que apoyarse contra la camilla al visualizar los ultimos minutos de vida de su objetivo. Risas, bromas. Lo vio jugando con sus hermanos mayores. Un reto. Carcajadas. Burlas. ?A que no te atreves? La decision que cambiaria para siempre su destino. Abrio el armario donde su padre guardaba las escopetas de caza. Salieron al patio. Todo ocurrio muy rapido. El disparo no dolio pero al cabo de unos segundos todo su mundo se redujo a un terror abrasador que lo asfixio. ?O era su sangre? No podia ver, las palabras se atoraron en su garganta. Solo podia oir los gritos de sus hermanos, los de su madre... Y lo ultimo que le paso por la cabeza antes de que la oscuridad lo engullera por completo alejandolo del dolor y el miedo fue: ?A que no te atreves? El recuerdo se apago, como cuando decides detener la pelicula que estabas viendo. Durante unos segundos el miedo del nino fue suyo y estuvo a punto de gritar. Siempre era igual. Era su maldicion. Poder sentir a traves de los ultimos recuerdos de sus objetivos. Cuando todo paso se movio hacia la puerta. Ya habia acabado su trabajo. Sus pasos volvieron a resonar en el silencio del lugar. Fue directo hacia la salida. Cuando estaba a punto de abandonar la morgue escucho un sonido que lo sobresalto. Se giro hacia la derecha. El ascensor se abrio y vio a una humana. Esta miro hacia donde el estaba. Se puso nervioso esperando a ver que hacia ella. Queria... queria... Ella continuo su camino, pasando a traves de el en direccion a la salida. El suspiro desilusionado y comenzo a reir. Queria que lo viera pero si eso sucedia, significaba que ella estaba a punto de fallecer. El no era mas que una sombra, un viento helado que sentian los humanos cuando pasaba cerca de ellos, un crujido en la noche, un siseo, un... --?Quien eres? ?Que haces aqui? Abrio los ojos y no podia creer lo que estaba pasando. La humana se habia girado, con la mano en las barras de la puerta. Lo estaba mirando fijamente. !Lo veia! No supo que responder. Siglos esperando que le sucediera algo parecido y no supo que decir. --!Voy a llamar a Seguridad! Comenzo a caminar acercandose a ella. Con cada paso la humana elevaba el tono de su voz, lo amenazaba, se veia que le tenia miedo, podia escuchar los alterados latidos de su corazon. Estaba a punto de alcanzarla. ?Podria tocarla? ?Rozar su suave piel? ?Notar el calor de su vida antes de que se apagara para siempre, antes de que no fuera mas que una voz a la que salvar en la noche? Extendio el brazo y cuando estaba a punto de tocarla el suelo se abrio y lo engullo, cayendo al vacio. Los gritos de la mujer lo acompanaron mientras descendia al mundo de la muerte. Rompio a reir mientras caia, abriendo los brazos y disfrutando de esa sensacion de libertad absoluta. No importaba. Seguro que pronto veria de nuevo a esa mujer. Succionaria su alma. La transportaria al mundo de los muertos donde se enfrentaria a su destino final. No sabia que habia mas alla de esa oscuridad que era su mundo. Le tenian prohibido ir mas alla. El estaba condenado a vagar entre el luminoso mundo de los vivos y de los muertos, recolectando almas. Con cada alma le quitaban peso a su condena. Ya perdio la cuenta de cuanta condena le quedaba realmente. ?Importaba? No recordaba su vida como humano pese a los pocos flashes de su pasado que aparecian en su mente. No tenia claro si eran suyos realmente o fruto de todos los recuerdos que absorbio al cabo de los anos. ?De verdad fue humano antes de convertirse en uno de los muchos mensajeros de la muerte? No le importaba. Su vida era acudir cada noche a la morgue y transportar el alma o las almas que alli encontrara. En el momento en que llego al final del tunel, vomito el alma, un proceso que le producia dolor. Lo agradecia. Ya no sentia nada, solo podia percibir emociones a traves de su trabajo. Pudo ver el alma del nino. Ojos azules. Tenia los ojos azules, penso, mientras le senalaba una luz que se veia a lo lejos.

  • El efecto Frankenstein de Elia Barcelo

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    Una intriga en la que confluyen los generos de novela policiaca y gotica. Todo comienza cuando el joven Max se despierta en una casa en ruinas; su cuerpo esta cruzado por enormes cicatrices que evidencian que ha sido atendido por un cirujano, pero el no recuerda nada. Nora estudia Medicina en la ciudad alemana de Ingolstadt y esa misma noche de Carnaval conoce a Max cuando ambos salvan a una nina de morir ahogada en el Danubio. La atraccion es inmediata. El problema es que pertenecen a epocas distintas

  • Tu seras mi chica de la puerta azul de Claire Phillips

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    Ella era timida, del todo ajena al mundo en el que el se movia y carecia del aspecto que solian tener las mujeres que el llevaba colgadas de su brazo, aun asi, lo atraia de un modo que lo desconcertaba y lo asustaba.
    El era demasiado atractivo, demasiado seguro de si mismo, demasiado arrogante, era demasiado de todo lo que ella detestaba. Era un capullo con mayusculas, aun asi, lograba desconcertarla y despertar su lado mas desconocido, atrayendola y poniendola en guardia hasta el punto de querer esconderse para no salir herida.
    Dedicar sus vacaciones a viajar a un pueblecito italiano para cuidar y atender al hermano de Ron, marido de una de sus mejores amigas, que, tras un pequeno accidente necesitaba ayuda, no habia sido la mejor de sus ideas y menos cuando el hombre a su cuidado era tan guapo y atractivo como “capullo”. De hecho, Clara no tardo en pensar en Alex como un capullo arrogante merecedor del premio al “mayor capullo sobre la faz de la tierra”.
    Quizas habia algo malo en ella para que ese capullo lograse enfadarla con la misma facilidad que lograba atolondrarla con sus sonrisas de seductor y su aspecto de perfeccion masculina cuando ya habia logrado olvidarse de el y de su breve y forzada convivencia muchos meses atras.
    Alex no sentia gusto alguno por las parejas estables, de hecho, no escogia a sus amantes por sus atributos fuera de la cama, sino precisamente por la falta de ellos para ser novia formal. ?Por que demonios iba a sentirse atraido por esa espanola que tiempo atras le cuido como un favor a su hermano? Quizas fuesen remordimientos de conciencia por lo mal que se porto con ella o quizas simple curiosidad por un tipo de mujer completamente alejado de aquello a lo que estaba acostumbrado y que le gustaba. Ademas, ?por que iba a querer cambiar su vida, su estupenda vida, para llevar una distinta?

  • Seres queridos de Vera Giaconi

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    Una chica que trabaja como camarera en Los Angeles conoce a un concursante de un reality televisivo e inicia con el una relacion que su hermana vigila por Skype desde la distancia; un abuelo se preocupa por su nieta en los tumultuosos anos setenta, en los que la gente se marcha o desaparece; un hijo observa a su madre ya mayor, que ronca frente al televisor, y piensa en el futuro; un nino que ha perdido dos dedos por el ataque de unas piranas se pelea con su hermana; dos hermanas afrontan la muerte de la tercera; una paciente establece una peculiar relacion con su medico en la que los papeles acaban invirtiendose; dos ninos juegan con la sirvienta en la oscuridad; la relacion de una criada con su senora cambia despues de que esta ultima se intente suicidar; un padre viudo mantiene una complicada convivencia con su hija; una mujer se reencuentra con una pareja amiga que llevaba anos buscando sin exito tener hijos y descubre que por fin lo han conseguido, aunque de un modo muy peculiar.

  • Carlota y el cactus de color rojo de Andrea Longarela , Neira

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    Carlota lleva una vida tranquila. Esta terminando sus estudios de Periodismo, vive con su madre y pasa el rato con su amigo Basil. Tambien fantasea de vez en cuando con su profesor favorito y evita pensar en unos ojos azules con los que se cruzo hace ya muchos anos, en un pasado que prefiere olvidar, aunque lo recuerde cada dia cuando despierta.