• jonaira campagnuolo - Jonaira Campagnuolo

    https://gigalibros.com/12-cartas-de-amor-para-un-desco.html

    Espero esta carta no te ofenda. Esa no es mi intencion. ?Quien soy? Hace una semana nos conocimos en La Guaira, en el ferrocarril. Soy la jovencita que tuvieron que incluir en tu compartimiento de primera clase porque no encontraban un lugar para ella en el resto del tren. ?Me recuerdas? Llevaba un gorrito negro sobre una melena rebelde de rizos castanos. Sonreiste con amplitud al recibirme, como si tuvieras mucho tiempo esperando por mi y respiraras aliviado al verme aparecer. Esa idea romantica me la fabrique para justificar la sonrisa calida y transparente que me dedicaste. !Fue tan dulce! Y se quedo grabada en mi memoria. Quiero agradecer tu hospitalidad. Estaba sola, cansada por el largo viaje desde Europa y me encontraba algo paranoica por culpa de mis nervios. El area economica, repleta de soldados ruidosos y de rostros insatisfechos, no hubiera ayudado a serenarme. Los empleados del ferrocarril se hallaban tan angustiados como yo. No esperaban la presencia de un grupo militar tan amplio, tuvieron que afanarse en buscarles ubicacion a varios pasajeros para evitar incomodidades. Yo fui bendecida al ser llevada ante ti. Mientras el encargado de la linea conversaba con tu asistente para que me cedieran un puesto en tu vagon, no pude evitar asomarme al interior y terminar embrujada por tu imagen varonil ubicada tras una mesita de trabajo. Tus cabellos, de mechones negros algo largos y desordenados me encantaron, te daban un aire jugueton que me inspiro confianza; aunque fue tu rostro anguloso de piel morena, nariz aguilena y labios delgados lo que conmovio a mi entumecido corazon, preparandolo para el mayor impacto, que lo recibio cuando alzaste la vista y posaste sobre mi a tus ojos oscuros como el onix, asentados entre gruesas pestanas. Me sobresalte. En mi organismo se esparcio una sensacion tan extrana que me desconcerto. Cada hueso y cada organo fueron transformados por esa nueva emocion dejandolos por un instante fuera de servicio. Senti verguenza, al darme cuenta que habia quedado por un tiempo indefinido mirandote embobada. Mi boca, completamente erosionada, no podia cerrarse. Todo rastro de temor, incertidumbre y soledad que venia experimentando desde que llegue al pais se extinguio de mi mente para ser suplantado por el anhelo. Porque en eso me converti despues de conocerte: en una mujer ansiosa por ti. Por tus ojos, capaces de invadirme el alma, por tus labios, que dibujaron una sonrisa tan enigmatica que le dieron vida a las miles de mariposas que habian nacido muertas en mi estomago, y por tu presencia, tan abrasadora, que a pesar de ser calmada desprendia un halo de autoridad que me hacia sentir protegida. Demostraste tu capacidad de dominio ante tu empleado, quien con irritacion quiso negarse a permitirme la estadia en el vagon y desaprobaba cada una de las propuestas brindadas por el funcionario del ferrocarril. Tu, con tu voz firme, lo impediste. Alcanzaste a ver en mis ojos llorosos mis miedos y preocupaciones. !Es que me sentia tan sola...! Como todo un caballero te pusiste de pie, te acercaste y te presentante formalmente con una sonrisa apacible marcada en tu semblante. Me tomaste de la mano y me ubicaste en el asiento frente a tu mesa antes de girarte y tranquilizar al funcionario del tren, asegurandole que te encargarias de todas mis necesidades. !Eres tan excepcional! Recuerdo que durante las horas del viaje intentaste ser amable procurando entablar una conversacion conmigo. Me hiciste un par de preguntas, pero al notar mis evasivas y el temblor en mi voz causado por el nerviosismo preferiste callar y continuar con tu lectura. !Oh, es que me sentia perturbada!

  • Jonaira Campagnuolo: Libros - Amazon.es

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    1-16 de 26 resultados ; 12 cartas de amor para un desconocido · 1 noviembre 2017. 4,5 de 5 estrellas ; Antología de Relatos: "Día de los enamorados" · 11 febrero ...

  • Libros y Ebooks de Jonaira Campagnuolo - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Jonaira-Campagnuolo/e/B00BFT92OK

    Actualizaciones del autor ; 12 cartas de amor para un desconocido (romance histórico epistolar) 29-ene-2017 · ( 3 ) ; BÉSAME MUCHO (Besos) 22-dic-2021 · ( 8 ).

  • Jonaira Campagnuolo | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/autor/jonaira-campagnuolo/000043471

    Últimos libros de Jonaira Campagnuolo · Tú, mi loca esperanza · La chica de los hoyuelos · La chica que miraba al cielo · La chica de los ojos turquesa.

  • Todos los libros del autor Jonaira Campagnuolo

    https://www.todostuslibros.com/autor/jonaira-campagnuolo

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  • JONAIRA CAMPAGNUOLO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libros-ebooks/jonaira-campagnuolo/20096173

    Jonaira Campagnuolo. Claire Collins siempre ha vivido tras la sombra del éxito de su hermano Jeremy, por eso busca destacar para lograr enorgullecer a su ...

  • Jonaira Campagnuolo: libros y biografía autora - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/autor/20149/jonaira-campagnuolo

    Autora venezolana, Jonaira Campagnuolo trabaja como freelance y es administradora en medios digitales como Escribe Romántica o Mientras lees.

  • Jonaira Campagnuolo - El Rincón de la Novela Romántica

    https://www.rnovelaromantica.com/escritores/item/jonaira-campagniolo

    19 abr 2020 — Todo lo que deseas saber de Jonaira Campagnuolo. ... sus series y las opiniones y críticas que realizan los lectores sobre sus libros.

  • Jonaira Campagnuolo - Roca Libros

    https://www.rocalibros.com/autores/Jonaira+Campagnuolo

    Jonaira Campagnuolo, nació una tarde de febrero en la ciudad venezolana de Maracay, donde aún vive con su esposo y sus dos hijos. Es amante de los ...

  • Libro La heredera, Jonaira campagnuolo, ISBN ...

    https://www.buscalibre.es/libro-la-heredera-jonaira-campagnuolo-terciopelo/9788415952534/p/52825300

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  • JONAIRA CAMPAGNUOLO - El Corte Inglés

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    Libros de JONAIRA CAMPAGNUOLOVolver · Anterior · Página 2 de 0 · Siguiente.

  • 13 Locuras que regalarte de Alice Kellen

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    * Tercera y ultima entrega de la serie "Volver a ti".
    * De la autora de referencia New Adult, Alice Kellen, otra novela tan adictiva, sexi y dulce como las dos anteriores de esta trilogia.
    * Una serie que ya ha conquistado el corazon de miles de lectoras.

  • El Traje Gris de Andrea Camilleri

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    A lo largo de su brillante carrera profesional al frente de una entidad bancaria siciliana, donde ha demostrado su habilidad para resolver las complejidades financieras en un entorno minado por la mafia, el protagonista de esta novela ha recibido tres cartas anonimas. Ahora, en la primera manana de su vida de jubilado, despliega cuidadosamente los tres sobres junto a una caja de cerillas. Una de las cartas, recibida unos pocos anos atras, contiene insinuaciones sobre la supuesta infidelidad de su esposa, la joven viuda con la que se caso hace una decada, una mujer elegantisima y enigmatica, replica exacta de una de las divas americanas del cine en blanco y negro. Adele, esplendida e irresistible femme fatale, ocupa el lugar central de este nuevo y sugestivo relato de Andrea Camilleri. Dotada de una sensualidad desinhibida que contrasta con el esmero con el que guarda las apariencias burguesas, Adele es una esposa tan entregada como escurridiza. Solo en muy determinadas ocasiones viste un viejo traje de chaqueta gris, de una impecable sobriedad, un traje que adquirira un inquietante simbolismo, cuyo significado seria mejor no tener que desentranar jamas. En esta breve e intensa novela de misterio psicologico, el matrimonio es el escenario de la dimension cotidiana de la tragedia, a un tiempo ultimo reducto del deseo y de la fantasia, y espejo de una sociedad esencialmente corrupta. El traje gris, que Camilleri ha descrito como <>, demuestra la fecundidad y la maestria literaria del gran autor siciliano que, una vez mas, consigue sorprendernos sin dejar de ser fiel a si mismo.

  • Por la fuerza de Pilar Parralejo

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    Despues de ser raptada por el mismo tipo que provoca su despido, y despues de ser “extorsionada” por su padre, se encuentra a si misma casada con Ayron: un autentico desconocido, alguien que tiene todo lo que una mujer podria desear en un hombre, todo salvo la odiosa familia a la que pertenece, gente con un ego desmesurado que esta dispuesta a cualquier bajeza para intentar separarlos.

  • Ren. A microfono solitario de Kannah Winter

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    Nadie te prepara para sufrir, pero sin embargo, yo siento desde que el inicio de mi vida estaba mas que lista para sufrir.
    Cuando conoci a Ren esa noche de eterno invierno en la playa, supe que estaba mas que lista para sufrir sin importar que.
    Quizas mi madre siempre tuvo razon, dos personas que llevan el mismo nombre y se amen, eso no implica que puedan estar juntas. Quizas debi aprender de los errores de mis padres y cambiar la direccion de mi destino.
    Pero mi amor por la musica y por Ren me llevo a sufrir justo como todo estaba planeado. Quizas despues de todo debo esperar a que algo bueno suceda.
    Aquellas noches y conciertos, aquellas canciones y las melodias suaves del piano de Ren, esos son mis mejores recuerdos.
    Dime, Ren, tu que estas muerto, ?crees que naciste para sufrir?

  • Los avispones de Peter Handke

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    Los avispones, publicada en 1966, es la primera novela de Peter Handke, uno de los escritores europeos mas reconocidos y que en numerosas ocasiones ha sido propuesto como candidato al premio Nobel. Estudio derecho hasta 1965, fecha en la que la editorial alemana Suhrkamp acepto la publicacion de este libro, comenzando asi su exitosa carrera literaria. A traves de textos fragmentarios que nos relatan la muerte del hermano, la ceguera del narrador, las relaciones familiares, Handke nos va contando como se construye una novela, que finalmente se titulara Los avispones. No es tanto un recorrido como un descenso; no describe una realidad, sino <> realidad, que le sirve de pretexto para encontrarse nuevamente con los traumas y terrores de su infancia, a traves del recuerdo de hechos cotidianos vividos con su familia en el mundo rural.

  • El desvan de los suenos perdidos de Javier Romero

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    Nadie sabe que ocurre con los recuerdos que desaparecen de nuestra mente y con los suenos que, de un dia para otro, dejamos de sonar. Un mundo oscuro es el que nos espera si no dejamos que nuestra imaginacion vuele, si permitimos que nuestro pasado nos abandone y se convierta tan solo en eso: en pasado.
    La vida de Michael se ha transformado en un infierno. Perdio a su madre dos anos antes en un accidente de trafico y su padre, sin poder superar la pena, se ha dejado arrastrar por el alcohol y la desidia. Una familia feliz destrozada y una vida truncada por los avatares de un cruel destino que decidio jugar a ser Dios con ellos tres.
    Pero la existencia de Michael da un giro de ciento ochenta grados la tarde en la que su pelota de beisbol favorita acaba, por accidente, en el desvan de su vecina, la senora Philips, la mujer a la que todos en el vecindario toman por una bruja.
    Pero Michael descubrira en el desvan un portal que conduce a otro mundo y al que tendra que viajar con sus amigos si quiere salvar el mundo de la luz y, por encima de todo, si desea que los adultos no olviden sus recuerdos y que el Senor de la sombras, criatura cruel que se alimenta de las ilusiones de los adultos, no siga viviendo de todos esos suenos perdidos.

  • 115 de la calle del olvido de Lola Kabuki

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    Era un dia cualquiera de Septiembre. No hacia demasiado calor, pero la humedad era insoportable. Caminar por la ciudad bajo el sol se hacia cada vez mas insoportable. Me pare frente al portal 115, aqui era. La puerta de hierro forjado en color negro parecia realmente pesada, como si no quisiera ser abierta, y apoye la espalda en ella mientras llamaba al portero automatico. Tras identificarme, me abrieron la puerta sin decir una palabra y me adentre en la oscuridad del portal. Un portal viejo, oscuro y enorme. De techos altos y espacios infinitos, con las paredes de un color indefinido, entre gris y marron. Al fondo a la derecha se veia un ascensor viejo, con una reja que hacia juego con la puerta del portal, y a su derecha las escaleras, acompanadas de una barandilla metalica tambien. Al acercarme lei una nota sujeta con dos celos, uno arriba y otro abajo, que decia con un rotulador rojo, que el ascensor estaba averiado. Averiado. Que disculparamos las molestias. Tome aire y agarre con fuerza el maletin con una mano mientras apoyaba la otra sobre el pasamanos. Me iba a tocar subir quince pisos a pie. Respire hondo. Por lo menos dentro del portal hacia fresco, aunque por alguna razon, me seguia costando respirar y me sentia incomoda con la ropa que llevaba. Los dos primeros pisos los subi relativamente rapido, martilleando el marmol del suelo con mis tacones, elegante y con la cabeza erguida, pero en el tercero me parecio que de repente los escalones eran cada vez mas altos y que me costaba mas levantar las piernas cada vez mas, asi que me pare un rato en el descansillo del cuarto piso para coger aire. Habia muchas plantas en jardineras rectangulares de loza, eran plantas trepadoras que se habian apoderado de gran parte de la reja metalica que cubria el viejo ascensor a pesar de estar secas. Secas, como si nadie se hubiera ocupado de ellas en los ultimos meses. Con la respiracion agitada y gotas de sudor helado en mi espalda me agarre a la verja metalica y mire hacia abajo por el hueco del ascensor. Solo se veia oscuridad. Me acorde de la nota: que disculparamos las molestias. Me salio una carcajada sarcastica, que de forma inesperada se vio interrumpida por un fuerte ruido de hierros que parecia provenir del ascensor. Desde la planta baja. Me asuste y en un acto reflejo, solte el maletin para agarrarme mejor a la verja, haciendome un pequeno corte en la mano. Al parecer las plantas trepadoras tenian espinas, o la verja alguna arista de metal suelta. Busque en mi bolso algun panuelo de papel, pero no encontre nada y tuve que lamer suavemente la sangre para no manchar mi ropa. El sabor de la sangre me recordo al sabor del metal, y me pregunte si la verja metalica sabria igual. Recogi el maletin del suelo y segui subiendo las escaleras, lentamente. Con la cabeza erguida y presionando la herida con la otra mano. El corte era pequeno pero parecia profundo. Me sobresalte al escuchar ladridos de un perro desde detras de una puerta en el sexto piso. Se escuchaban tan cerca… !y tan alto! El perro, que debia ser de un tamano considerable a juzgar por el tipo de ladrido, aranaba la puerta para salir, la golpeaba, grunia, y respiraba de forma agitada. Se me cayo el maletin al suelo por segunda vez, al no tenerlo bien agarrado, y esta vez se abrio, desparramando todo su contenido. Cientos de hojas con informacion sobre seguros de vida se deslizaron en forma de abanico por las escaleras, quedando a menos de un metro de la puerta que ladraba. Resignada me agache y comence a bajar escaleras mientras recogia hojas. Cuanto mas me acercaba mas nervioso y violento parecia ponerse el perro. La ultima hoja de papel estaba muy cerca de la puerta. La recogi sin vacilar y el perro dejo de ladrar, pero seguia escuchando su respiracion. Agitada e irregular. Cerre el maletin y me aleje con rapidez, lami de nuevo mi mano y comence a subir y subir escaleras. Dos descansillos despues pare a respirar un poco en el rellano, mi cita de las cinco me estaba esperando. En el piso quince, tras la puerta C, y yo estaba tardando demasiado. No era culpa mia que el ascensor no funcionara. Levante la vista malhumorada hacia el ascensor y me fije en que no habia numero en esa escalera. No sabia en que piso estaba exactamente. Al subir al siguiente piso, vi que tampoco habia numero en el descansillo y escuche con horror, unos gritos de dolor que venian del interior de una vivienda. La B. Alguien gritaba al otro lado de la puerta como si le estuvieran torturando o algo parecido. Me quede mirando la puerta y decidi seguir subiendo escaleras sin saber muy bien que hacer. Saque mi telefono movil, por si necesitaba o debia llamar a alguien, pero no habia cobertura. En el siguiente rellano me pare y deje el maletin en el suelo. Todavia se escuchaban los gritos infernales del piso de abajo, cada vez mas terribles y una voz que suplicaba ayuda. No sabia que hacer, me tape los oidos con las palmas de las manos, manchandome la cara sin querer con la sangre de la herida. Mi falda y una de mis piernas tambien tenian gotas de sangre. Genial. Volvi a mirar el movil nerviosa sin saber muy bien que hacer, cuando un fuerte sonido como de hierros pesados y oxidados me hizo dar un respingo. El ascensor subia. El ascensor estaba estropeado, pero hacia un sonido como si estuviera en funcionamiento. Como si estuviera moviendose y subiendo hacia mi. Como si se estuviera quejando. Me volvi hacia la verja de hierro que lo cubria y mire hacia abajo. No se veia nada, estaba todo demasiado oscuro. Lo que si vi al levantar la vista, me dejo casi sin respiracion: en ese rellano tampoco habia ningun numero. El ascensor subia y yo no sabia en que piso estaba. Sin pararme a pensar, recogi el maletin con mi mano herida y con los gritos de horror del piso de bajo golpeandome en la conciencia, y subi rapidamente las escaleras. Tampoco habia numero en el siguiente piso, pero ya no me sorprendio y apoye la espalda en la pared para descansar un poco, cuando me di cuenta de que una de las puertas del rellano estaba entreabierta. Durante medio segundo me dio por pensar que a lo mejor era mi cita de las cinco. Aunque no podia ser… No sabia en que piso estaba pero no podia estar ya en el piso quince, no podia haber subido tan rapido, ?o si? El ascensor dejo de hacer ruido y se paro en el piso de abajo, o eso me parecio. Me aferre al maletin con mi mano ensangrentada, como si este fuera un escudo, mientras la puerta hasta ahora entreabierta, se abria poco a poco. En su interior, oscuridad y un largo pasillo del que no se veia el final. No se veia nada, pero me parecio escuchar unos debiles golpecitos en la pared, que se repetian, como secuencias de codigo morse. A lo mejor alguien trataba de establecer comunicacion de esa manera. Por golpes. Recorde los gritos y golpes tras la puerta de pisos mas abajo y se me acelero el pulso. Note mi respiracion agitada y sudor frio sobre mi espalda. Me sente en las escaleras a sopesar mentalmente mi inesperada situacion, y me angustie un poco mas, al pensar que ese dia tenia que haber sido un dia de trabajo como otro cualquiera. Un dia en el que tenia una cita concertada a las cinco, para contratar un seguro de vida…y punto. Estaba envuelta en una situacion que yo no habia buscado, y no sabia como salir de ella. Ensangrentada y sentada en las escaleras de quien sabe que piso, de un portal donde un ascensor que no funcionaba se movia, y donde los vecinos eran un poco… ?siniestros?, y de repente todo era muy… extrano. Y encima no tenia cobertura. Subi al siguiente piso en un intento por alejarme de todo. Piso 22. Deje caer mi maletin al suelo y esta vez ya no me moleste en recogerlo. Era imposible. En este edificio solo habia diecisiete pisos. No estaba totalmente segura al 100%, pero casi. Los numeros de la escalera debian estar equivocados. O tal vez se trataba de una broma. Decidi que tenia que salir de alli. Como fuera, porque la situacion me estaba superando poco a poco. Escuche ruidos de pasos en algun piso inferior y toses secas, y sin pensarlo subi un piso mas, sabiendo que cuanto mas subia, mas me alejaba de la salida. Me acelere y sin saber muy bien como, se me enredaron los pies y tuve que poner las manos para no caerme, dejando una huella perfecta de una mano abierta en color rojo en el suelo.

  • Los campos de concentracion de Franco de Carlos Hernandez De Miguel

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    Esta obra es un libro imprescindible por arrojar luz sobre uno de los capitulos menos estudiados y conocidos de la represion franquista.

  • Mi Angel (Damas 3) de Lily Cerda

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  • Espejo, hombro, intermitente de Dorthe Nors

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    Sonja, que tiene ya mas de cuarenta anos, vive en Copenhague. Sono con ser escritora, pero se gana la vida como traductora de thrillers nordicos ultraviolentos. La suya es una profesion solitaria, que contribuye a aislarla. Su vida es rutinaria y no se siente muy feliz con ella. Y, para colmo, empieza a padecer vertigos, acaso provocados por un problema en el oido interno, o tal vez anuncio de un proceso depresivo.

  • Una sombra sobre Madrid de Claudio Hernandez

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    El asesino busca a un mendigo. Sus cuellos rajados y un clavo antiguo atravesando sus bocas, son la marca de identidad de un psicopata que siembra una sombra sobre Madrid. Pablo Manrique, el nuevo inspector de policia sera el encargado de llevar las investigaciones de esta siembra de asesinatos.

  • Pim Pam Pum Bocadillo de Atun de Gloria Vilarino

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    Redescubre las tres fases de la vida de la mano de Greta la croqueta y Oliver el cacahuete, el anorado pasado que es lo unico certero, las oportunidades y elecciones que nos brinda el fugaz presente y el siempre incierto e indescifrable futuro. Sigue a Greta y Oliver desde la mas tierna infancia hasta la madurez; en la complejidad de las relaciones humanas con sus fugaces instantes de dicha y los repentinos y tragicos sucesos que hacen que la vida de un vuelco. Greta y Oliver junto con sus inseparables amigos de la infancia seran protagonistas de un macabro asesinato que marcara sus trayectorias y cambiara sus vidas para siempre.

  • Surcando el cielo de Maria Canizares

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    Chloe es la unica chica que ha conseguido entrar en Silver Wings en mucho tiempo, el programa mas exigente en la mas prestigiosa academia de pilotos del ejercito.
    Decidida a ser la numero uno de su promocion, no dejara que nada ni nadie se interponga en su camino… ni siquiera en atractivo y arrogante capitan Black.
    William Black, capitan a pesar de su juventud, posee una hoja de servicio envidiable y anos de experiencia en combate.
    Todos conocen su leyenda en la academia Silver Wings, y nadie se atreve a retarlo. Hasta que aparece Chloe.
    Secretos y mentiras del pasado volveran tejiendo una oscura sombra sobre ambos y lo que, sin poder evitar, comienzan a sentir el uno por el otro.

  • La conexion (Partials), Dan Wells de Dan Wells

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    La humanidad esta al borde de la destruccion despues de haber perdido la guerra con los parciales, los seres creados geneticamente. Solo unos pocos miles de seres humanos sobrevivieron al virus letal que se utilizo como arma biologica. Un joven estudiante de medicina llamado Kira Walker descubre que la supervivencia tanto de los seres humanos y los parciales depende de la comprension de la conexion entre ellos. No es solo una batalla por el poder; que es la libertad.

  • Bajo la luna de Sidney de Monica De La Torre

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    Daniela, una joven madrilena recien licenciada en Veterinaria, llega a Australia para incorporarse en su nuevo puesto de trabajo en una clinica en Sidney. Ilusionada, desea emprender un camino en su vida, aunque este lejos de su familia y amigos. Pero tambien lleva consigo un recuerdo amargo: el final de su noviazgo con Hugo. Decidida a superar este mal momento, se entrega a su nuevo destino sin saber que esta ciudad tiene muchas sorpresas reservadas para ella y pronto descubrira que la vida en Sidney no iba a ser tan facil y maravillosa como ella pensaba.

  • Diez rupias de Saadat Hasan Manto

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    Diez rupias. Historias de la India recoge dieciocho relatos del mas importante escritor de la India moderna, como reconoce Salman Rushdie. Manto, que fue capaz de observar con imparcialidad el mundo convulso y violento que le rodeaba, y que se mantuvo al margen de corrientes y juicios morales, continua invitandonos a desenmascarar la hipocresia y a contemplar la vida en su totalidad y cara a cara, sin mascaras ni adornos. En estos relatos nos encontramos temas diversos: muchos de ellos son de denuncia social, en otros la politica, la independencia de Reino Unido o los conflictos religiosos son el tema centra. Los relatos de Saadat Hasan Manto, ademas de excelentes piezas literarias, son una cronica de los sucesos mas dolorosos de la historia india de la primera mitad del siglo xx.

  • En tierra de fuego de Mayelen Fouler

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    Barcelona, otono de 1943. Cuando Rosa Sarle llega a la casa de sus padres poco puede imaginar que se encontraria con Frank Bennet-Jones, rico estanciero ingles afincado en la Patagonia argentina. El viudo de su hermana Anna. Tras ese encuentro, Rosa relee las cartas en las que Anna le relataba su apasionada historia de amor con Frank.

  • Muriendo sin ti, Freya Asgard de Freya Asgard

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    En un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar...
    Victoria, quien desde pequena lucho por mantenerse a flote en su precaria vida, junto a su madre, ahora puede tenerlo todo. Ella es una joven a la que todo le ha sido dificil, y que a pesar de ello aun sigue en pie. Pero de un momento a otro se halla a solo instantes de conocer las mas crudas mentiras y enganos que la haran enfrentarse a una realidad nefasta. Rodrigo, entretanto, es un hacendado que se ha esforzado dia y noche por conseguir lo que tiene, y tras la llegada de una extrana teme perder todo aquello, no sin antes pelear por lo que es suyo.
    En ”Muriendo sin ti” los secretos son mas fuertes que cualquier verdad, porque una vida llena de enganos conseguira que, aun despues de la muerte, no logres llegar a comprender como un ser amado es capaz de cometer las peores atrocidades, y quien deberia ser tu enemigo, terminara convirtiendose en tu mas fiel compania.
    ?Amar u Odiar? No existen mas opciones. Por lo tanto, no pueden dejar pasar la oportunidad de conocer y descubrir la historia que hay detras de ” El rancho Terranova”, envolviendose poco a poco en ella, disfrutando de la pluma de su autora, porque Freya Asgard nos regala con su libro momentos inolvidables, demostrandonos que los secretos no duran toda la vida.

  • Martina agitada, no revuelta (Martina sin alcohol 1) de Olga Salar

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    “?Os ha pasado alguna vez que al despertar una manana habeis descubierto que vuestra vida esta patas arriba? ?Si? Pues eso mismo me acaba de suceder a mi, Martina Vega, treintanera, soltera, en busca del trabajo de mis suenos y del hombre capaz de soportarme. Y os aseguro que no es tarea facil.
    Por eso, he creado el blog mas Divinity de la muerte. En el cuento aquello que me sucede, que me preocupa o que simplemente se me pasa por la mente en ese momento. Para conocerme mejor, visitad Martina, agitada, no revuelta y dejadme algun comentario. El karma os lo agradecera.

  • No me prometas la luna de Laia Andia Adroher

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    Irene y Felipe llegaron a mi sin esperarlo y aprendi mucho con ellos. A superarse, a luchar, a reponerse y sobre todo a amar. Aprendi que la familia que se escoge puede darte mucho y que el valor de la amistad es fundamental, que hay personas que estaran ahi pase lo que pase y se preocuparan por ti porque realmente les importa.
    Me encanto vivir con ellos, pero mas me gustara compartirlos y que los conozcais porque para mi significan algo muy especial.

  • Zapatos Rojos Para Saltar en los Charcos de Nacho Montes

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    Esta novela es una historia de mujeres en guerra con la vida, de amistades complices, de almas comunes. Hay noches de confidencias con los amigos que hacen que el mundo parezca mas amable y la vida menos dificil. Los secretos de la amistad siempre forman hilos dificiles de romper. Hay secretos que nos encadenan a personas que nunca imaginamos. Lugares que guardan para siempre el alma de quienes los habitaron. Esta novela es una caja de secretos. Secretos de muerte, secretos de amor, secretos que acabaran uniendo a sus protagonistas en torno a un arbol que solo florece en julio. Hay pequenas cajas en la vida que guardan para siempre grandes historias. Y hay zapatos rojos que nos hacen saltar en los charcos disipando todas las tormentas.

  • Mas alla de tus ojos de Francisco Munoz De La Rosa

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    ?Por que Isabela, una simple doncella, es tan importante?
    ?Que se esconde tras su aparente normalidad? Isabela es raptada y va a parar a las manos de Martin, un esbirro de poca monta que tirara del hilo de la trama y ayudara a destapar una conspiracion internacional en torno a Isabela donde se mezclan los intereses ocultos de la aristocracia, el clero y la clase politica de Espana e Inglaterra del siglo XVII.

  • Autopsia blanca de Luis Miguel Cajal

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    Aquel pueblecito perdido en la Espana mas profunda habia amanecido un poco frio, con un todavia timido sol que luciria con fuerza a lo largo del dia y con una muy ligera brisa. Era jueves. Jose estaba desayunando con unos amigos en el bar de toda la vida. Mientras la television estaba a todo volumen para que los clientes en la barra pudieran escucharla con atencion, algo que pasaba raras veces, el preferia charlar con el companero jornalero que tuviera al lado o enfrascarse en la lectura del periodico si no tenia nada que decir. Le incomodaba profundamente ver el telediario porque en algunas ocasiones, mientras estaba comiendo, aparecian en la pantalla imagenes muy desagradables. Y con sonido. El agricultor preferia por ese motivo leer el periodico tranquilamente y pasar las paginas que no le interesaban. Jose no era desconocedor de que los periodicos tenian un <>, y tampoco podia fiarse mucho de lo que en ellos estaba escrito. En mas de una ocasion comparaba, si podia hacerlo, dos periodicos distintos para contrastar mas las noticias. No le gustaba ser enganado. A Jose no le interesaba mucho la politica. El era un hombre de campo, desde pequeno. Su interes por la mundanal actualidad no era excesivo, le interesaba mucho mas el estado de sus tierras. Lo que hubiera pasado en cualquier otra parte del pais o del mundo no era algo que le quitara el sueno. Simplemente leia el periodico cuando la conversacion con los otros companeros no le resultaba interesante. Cerro el diario, pago su consumicion y despidiendose de sus colegas del campo salio del establecimiento. Se monto en su Cuatro latas y se dirigio a las afueras del pueblo. Conduciendo el viejo Renault, primero por las calles de Mestre y luego por una carretera secundaria que comunicaba dicho pueblo con la partida de Cuerno, llego a su finca; un terreno situado a diez minutos de cualquier atisbo de poblacion. Aminoro la marcha del vehiculo para tomar un camino de tierra con algun que otro bache totalmente salvable para los resistentes amortiguadores del coche. Ese dia penso en podar algunos de los arboles que tenia en su pequena parcela. Posiblemente empezaria con los almendros. Habia escuchado como algunos de los otros jornaleros recomendaban la poda de aquellos arboles a principios de otono o a finales de invierno. Pero Jose preferia guiarse por su intuicion y por el aprendizaje que le daba dia a dia el campo; ademas, aquello no era una ciencia exacta, las estaciones no siempre eran iguales de un ano a otro. Las temperaturas muy frias no venian bien a aquellos arboles, asi que decidio que enero seria una buena fecha para empezar las podas. Echo un vistazo a los cultivos. Era una zona preciosa. El sol ya empezaba a brillar poco a poco y la tierra banada por la luz mostraba unos colores verdosos, amarillentos y cobrizos impresionantes. A pocos metros de donde habia aparcado el coche habia una vieja casa en la que Jose guardaba sus aperos de labranza. Antiguamente esa casa habia estado habitada por un maestro de escuela. Posteriormente, sus padres y el vivieron en ella. Fue entonces cuando su padre se hizo con algunas de las parcelas de alrededor. La casa quedo deshabitada con el fallecimiento de sus progenitores y solo la utilizaba como almacen para sus herramientas, puesto que al casarse decidio vivir en una zona mejor comunicada para que su mujer pudiera hacer la compra de manera mas comoda y no tener que limpiar una casa tan grande, porque por dentro era mas amplia de lo que parecia. Se metio la mano en el bolsillo para buscar las llaves que abririan el candado de la puerta principal. Miro el manojo de llaves que habia en su palma y eligio la indicada. A pocos metros de la entrada fue cuando se percato de ello. El candado no estaba. Jose fruncio el ceno. La puerta estaba entreabierta. --Me cago en todo… --musito Jose. Habia vuelto a pasar. No era la primera vez que forzaban la pequena puerta principal y terminaban destrozandola. Aquella era la tercera ocasion en la que alguien se colaba en el interior de la casucha. La otra puerta que tenia la vivienda, de mayor tamano y de hierro y madera, era, al parecer, impenetrable. Todos los ladrones preferian reventar un candado de acero en lugar de forzar los goznes de la pesada puerta. En una ocasion incluso intentaron abrir un boquete en la vieja estructura, sin conseguirlo. --La pena negra… !Otra vez! --se lamentaba el agricultor. Como todo hombre de campo, llevaba encima una navaja. La abrio para tener algo con lo que protegerse si acaso en el interior se encontraban todavia los ladrones y tenia que defenderse. Jose abrio la puerta y echo un vistazo al interior. La casa tenia una estancia principal con una chimenea, usada como salon hacia muchos anos, una cocina con un amplio fregadero, un bano y tres habitaciones con espacio para dos camas. Jose habia pensado en mas de una ocasion en volver a vivir alli, pero su mujer le habia convencido de no hacerlo: si se mudaban a esa zona dependian del coche para todo, puesto que el pueblo mas cercano estaba a unos nueve o diez kilometros de distancia. El agricultor se asomo a la cocina. Vacia. Avanzo hasta la estancia principal y noto el desorden que alli habia. Sin duda alguien habia entrado en la casa. Habian estado revolviendo todos los pocos enseres que habia dentro y habian tirado al suelo botellas y tazas de porcelana. Algun que otro plato de cristal se habia hecho anicos y habian volcado algunas sillas. --?Que cono andarian buscando? --se pregunto Jose. Decidio mirar en las habitaciones. Quizas habian entrado para robar los colchones y los somieres, ya que otros objetos de valor no habia. En la primera habitacion, a la derecha del salon, la puerta estaba entreabierta. No le hizo falta acercarse mucho para ver, por la estrecha abertura, el extremo de una de las camas. Con alguien tumbado en ella. Tal y como estaba la puerta solo alcanzaba a ver los pies de la persona. Parecia alguien joven por las zapatillas deportivas que llevaba. Jose respiro hondo, agarro con fuerza la navaja y abrio de un empujon la puerta. --!Tu! --grito con enfado--. !Arriba, cojones! Sobre el viejo colchon de la cama se encontraba tumbada una chica. Parecia una adolescente. Jose suspiro aliviado al ver que era una joven y no, por ejemplo, el tipico vagabundo de aspecto amenazante. --!Eh, tu! !Despierta! --dijo Jose dando una patada a la cama--. ?Que haces aqui? La chica seguia tumbada, sin moverse. Ni siquiera abrio los ojos. Jose se acerco mas y meneo con su mano uno de los pies de la intrusa. --!Oye! --dijo Jose acercandose mas a la chica--. ?Estas dormida? En ese momento fue cuando se dio cuenta de que la chica no reaccionaba. Pudo ver con claridad como la cara de la adolescente presentaba un color extrano. Estaba muerta. Jose salio corriendo de la casa. Se monto de nuevo en el Renault 4 y condujo a toda velocidad hacia el cuartel de la Guardia Civil.

  • Flores fuera de estacion de Margarita Leoz

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    Un inesperado viaje en pareja, un joven poco decidido a convertirse en adulto, una visita a la infancia olvidada; historias con un aire familiar, conocido, que contienen un elemento imprevisto, sorpresivo, que las transforma y las universaliza. Los personajes que pueblan estos relatos son antiheroes, seres perdidos, empujados por la corriente. Todos viven en un no-lugar, en un entorno que les resulta extrano, ajeno, transitorio. Se enamoran de forma platonica, tienen suenos que no se atreven a cumplir, desean ser otra persona. Son personajes que viven a contrapie, fuera de lugar.

  • El cuento de la criada de Margaret Atwood

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    Amparandose en la coartada del terrorismo islamico, unos politicos teocratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podria encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipo con llamativa premonicion una amenaza latente en el mundo de hoy.

  • Su ultimo suspiro (Tracy Crosswhite 2) de Robert Dugoni

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    Tras resolver el misterio del asesino de su hermana, la inspectora Tracy Crosswhite retoma su labor policiaca.

  • Seducida por su ex de Anne Oliver

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    Pertenecian a mundos diferentes.

  • Mentiras legales de Yolanda Revuelta

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    Telma Olivares regresa a su tierra natal, Cantabria, con los suenos hechos pedazos. Poco queda de aquella joven llena de ilusion y con ganas de comerse el mundo.Una vez instalada en su cabana situada en Ubiarco, el mar le entregara algo muy especial, alguien que ella decide cuidar y proteger celosamente.Eric Dufort casi muere ahogado en las aguas del mar Cantabrico. Cuando recobra la consciencia y abre los ojos se encuentra en un lugar desconocido junto a con una mujer preciosa, de increible belleza que no es, como el creia, una sirena.

  • El tatuador de Auschwitz de Heather Morris

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    Basada en la gran historia real de Lale y Gita Sokolov, dos judios eslovacos que consiguieron, contra todo pronostico, sobrevivir al Holocausto.
    Para Lale, los dias transcurren entre el horror y su trabajo como tatuador de prisioneros. Entre estos prisioneros se encuentra Gita, una joven de la que queda enamorado. En ese momento, la vida de Lale cobrara un nuevo sentido y hara todon lo posible para que Gita y el resto de prisioneros sobrevivan.
    Despues de la guerra, deciden mudarse a Australia para poder comenzar de nuevo. Tras la muerte de Gita, Lale siente el peso de su pasado y la irremediable necesidad de contarlo.
    Esta es su historia.

  • Una moneda por tu corazon de Sophie Saint Rose

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    June estaba lavando en el rio su otro vestido, despues de que el nino del herrero le hubiera tirado un punado de estiercol. Se mordio el labio inferior de la impotencia y reprimio las lagrimas cerrando sus preciosos ojos azules, mientras apretaba con fuerza la desgastada tela de su vestido. No sirve de nada llorar, dijo para si abriendo los ojos y tomando aire. Habia aprendido cuando murio su padre, que nunca recibiria la ayuda de nadie en ese pueblo. A la temprana edad de diez anos habia visto como ningun vecino se acercaba a su ruinosa casita a las afueras para darle el pesame y como el reverendo tuvo que exigir ayuda para llevar el cadaver de su amado padre hasta el cementerio. Fue despues de sepultar a su padre tras un breve sermon, que el reverendo Mathews la llevo de regreso a su casa y fue muy claro con ella. Todavia le recordaba sentado ante ella en la mesa de madera que usaban para comer y le decia-- Nina, deberias irte del pueblo. ?Tienes mas familia? --No, reverendo. Creo que no. -- susurro asustada apretandose sus manitas. El reverendo apreto los labios-- Pues aqui no puedes quedarte. Las gentes de esta aldea te odian y solo te toleraban porque temian a tu padre. Era un hombre fornido y no se atrevian con el, pero a ti... --?Por que nos odian? No hemos hecho nada. El reverendo suspiro y miro hacia la ventanita por donde se veia que estaba oscureciendo-- Tu madre hizo algo que no pueden tolerar y tu eres el fruto de esa traicion. Ella no entendia lo que queria decir --?Me esta diciendo que no soy hija de mi padre? --En su lecho de muerte despues de darte a luz, dijo unas palabras que aun me ponen los pelos de punta, nina. No puedo revelarlas por ser secreto de confesion, pero lo que todo el mundo sabe es que no eres hija de tu padre. El hizo la vista gorda porque adoraba a tu madre, pero en el pueblo no lo olvidan y te odian. Ahora entendia que los otros ninos la llamaran bastarda. Cuando se lo habian dicho la primera vez, ella habia ido llorando hasta su padre que trabajaba en el huerto y se lo habia contado entre lagrimas. El habia sonreido y se habia agachado a su lado tocandole la punta de su nariz sonrojada-- Son unos envidiosos porque nadie en el pueblo se quiere como nosotros. Por supuesto que eres mi ninita bonita. La mas hermosa del contorno. No hagas caso a las habladurias, ?me oyes? Nunca les hagas caso. Recordando esas palabras miro al reverendo y levanto la barbilla--Mi padre era Steven Miller y usted es un mentiroso. El reverendo la miro asombrado y vio como iba hasta la puerta de su casita y la abria indicandole que no era bien recibido-- !Nina! !No seas grosera! -- le habia gritado el reverendo-- !Eres hija de Lord Craig Pemberton y eso lo sabe todo el mundo! --!Miente! -- grito June furiosa y desgarrada de dolor-- !Mi padre es Steven Miller! --Oh, eres imposible. -- el reverendo se levanto tocandose su enorme barriga-- ?Quieres saber por que te odian? !Porque es el peor arrendador de la historia de Inglaterra y se mueren de hambre! !Por eso te odian! --!Siga mintiendo reverendo e ira al infierno! --!Tu madre me lo dijo en su lecho de muerte! -- grito rojo de furia. June dio un paso atras impresionada-- !La violo en sus establos un dia que fue a la casa grande! !La deshonro y tu padre hizo la vista gorda! !Pero todo el mundo sabe la verdad, porque lo vieron los lacayos del establo! !Lo hizo ante ellos para demostrar su poder! La ninita palida miro los ojos del reverendo y susurro-- Soy hija de Steven Miller. El reverendo se calmo al ver su dolor y apreto los labios arrepintiendose de sus palabras. -- ?Quieres que hable con el Conde para que te mantenga? Eres su descendiente y debe hacerse cargo de ti. Asustada porque tenia un miedo atroz a ese hombre, nego con la cabeza-- No, por favor. --Entonces hablare con la Condesa. Le dire que hay una nina huerfana que necesita manutencion. Siempre ha sido muy generosa con los huerfanos. --No quiero nada de ellos. --?Y como te vas a mantener, nina? --Tengo mi huerto. El reverendo la miro de arriba abajo y al ver su viejo vestido y sus pies descalzos se sintio impotente. --Al menos tendras para comer. June forzo una sonrisa-- Si. No se preocupe mas por mi. --Ven a hablar conmigo si necesitas algo. --Gracias, reverendo. Pero nunca habia ido a hablar con el. Por muy mal que lo hubiera pasado, nunca habia pedido nada a nadie. Y eso que despues de fallecer su padre lo habia pasado realmente mal. Aunque tenia para comer, era una nina y ver que nadie queria hablar con ella, habia sido muy duro. El primer ano lloro mucho. Muchisimo. En su pequena casita ante la chimenea habia estado desesperada por que alguien le mostrara un poco de carino. Acostumbrada a la compania de su padre, estar completamente sola habia sido un shock. Pero el segundo ano fue algo mejor y el tercero mejor aun. Ahora no necesitaba a nadie, pero no podia evitar que a veces la sorprendieran con la guardia baja. Como esa manana con el hijo del herrero, que apenas tenia cuatro anos. Cuando pasaba delante de la herreria la habia llamado escoria ante su padre, tirandole el estiercol al vestido. El hombre ni la miro dos veces antes de seguir con su trabajo y ella como siempre que ocurria algo asi, agacho la cabeza y salio corriendo hacia su casa. Nunca respondia a los ataques, porque una vez que lo habia hecho, unos ninos del pueblo le habian pegado una paliza que la habia tumbado en la cama una semana. Y ahora que tenia diecisiete anos era aun peor, porque la trataban como a una zorra, insultandola a su paso. Los mozos le decian cosas lascivas cada vez que la veian y solo fue por la intervencion del reverendo que la cosa no fue a mas. Una manana pasaba ante la Iglesia y uno de los mozos la llamo zorra y le pregunto si queria abrirse de piernas para el y sus amigos. El reverendo, que salia en ese momento y vio la escena, palidecio gritando a los cuatro vientos que como se atrevieran a tocarle un solo cabello de su melena, les excomulgaria a todos. El rumor corrio por el pueblo y los insultos seguian, pero no se atrevian a tocarla por miedo al reverendo, que era muy respetado en el contorno. Eso fue un verdadero alivio para June y para agradecerselo, le dejo en la puerta de su casa una caja con todo tipo de hortalizas que ella misma habia cultivado. Las mejores del contorno segun el. La habia detenido otro dia para darle las gracias diciendo que sus tomates eran un autentico majar. Eso era lo que le daba para vivir, pues se las vendia a la casa grande para las finas comidas de los lores que les visitaban. Les odiaba, pero su dinero le venia muy bien para sus pequenos gastos, asi que no podia rechazarlo. Sospechaba que el reverendo habia hablado con la cocinera para que se las comprara a ella, pero no podia asegurarlo porque la senora Reynolds nunca habia abierto la boca al respecto. La trataba correctamente pero tampoco le daba confianza. Recordando todas esas cosas siguio frotando el vestido y al levantarlo del agua vio que la mancha habia desaparecido. El olor a jabon llego a su nariz y sonrio antes de sumergirlo de nuevo cuando vio a varios ninos del pueblo correr por el puente en direccion a los pastos de lord Pemberton. Entrecerro los ojos y aparto un mechon rubio de su frente al ver como varios vecinos tambien corrian hacia alli riendo encantados. ?Que ocurriria? Con curiosidad se levanto retorciendo el vestido y cruzo el rio saltando sobre las piedras para llegar al otro lado. Alejada de sus vecinos, camino entre los arboles tomando la misma direccion y cuando escucho la excitacion de los ninos, miro hacia la enorme pradera donde vio gran cantidad de carretas que tenian grandes carteles pintados con brillantes colores. No sabia lo que ponia en esos carteles, pero eran muy bonitos. Fascinada se subio a un arbol para ver mejor y lo que vieron sus ojos la dejo maravillada. Un hombre estaba subido a un animal que nunca habia visto. Era enorme. Tenia patas gordas como troncos y una nariz que le llegaba hasta el suelo. Los ninos no lo veian porque estaba detras de las carretas, que haciendo un circulo protegian lo que se hacia en el interior. La sorprendio ver una tela enorme extendida en el suelo en forma de circulo y a varios hombres colocando troncos de manera vertical a su alrededor. Varias mujeres, vestidas con maravillosos vestidos de colores, reian hablando con los vecinos que parecian entusiasmados y un nino grito la palabra circo. A June se le corto el aliento. Era un circo. Habia oido a su padre hablar de ellos. Hacian espectaculos por las ferias y los pueblos. El habia ido a uno una vez y le habia entusiasmado. Sonrio sin perder detalle y vio los hermosos caballos blancos, que una muchacha morena dirigia con una fusta, montada en el que iba delante. Estaban tan bien entrenados, que siguieron al que iba a la cabeza, hasta donde la chica queria. Habia varias jaulas al otro lado del circulo. Un grunido le puso los pelos de punta y se pregunto que seria. Entonces se abrio la puerta de atras de una de las carretas y salto al exterior un chico de unos diecisiete anos, que llevaba puesto un fino traje de color violeta. Sonrio porque estaba muy guapo y con soltura fue hasta las mujeres gritando a los parroquianos que debian irse para dejarles trabajar. Los vecinos le miraron sorprendidos antes de echarse a reir, aunque el chico parecia que hablaba en serio. No supo lo que les dijo despues, pero tenia una sonrisa maliciosa que le hizo gracia y al parecer a los vecinos tambien, porque se echaron a reir de nuevo empezando a dispersarse. Una de las mujeres le dijo algo al oido y el chico asintio antes de ir hacia una carreta mas grande y llamar a la puerta. Se pregunto de quien seria esa carreta, porque era mucho mas grande que las demas y no llevaba cartel.

  • No sin ti de Africa Huertas

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    En ocasiones cuando pierdes a alguien importante la vida se detiene, todo cambia de rumbo, todo pierde valor. Cuando sientes un vacio tan inmenso que no puedes respirar, seguir… y entonces sucede. Sucede sin mas. La vida te da una segunda oportunidad para continuar, para valorar lo que habias olvidado.

  • Prisioneros de la geografia de Tim Marshall

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    Hay un limite a lo que los hombres pueden decidir. A menudo, se trata de un limite real, fisico. Montanas, rios, mares y hormigon se interponen entre lo que los dirigentes han querido para sus paises a lo largo de la historia y lo que han podido conseguir. Para entender y explicar lo que ocurre en el mundo solemos referirnos a personas, ideas y movimientos politicos; pero sin los condicionantes que impone la geografia el resultado de semejante aproximacion sencillamente esta incompleto.

  • A corazon abierto de Elvira Lindo

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    Partiendo de un episodio ocurrido en Madrid en 1939, la narradora de esta historia cuenta la apasionada y tormentosa relacion de sus padres, y como la personalidad desmedida de el y el corazon debil de ella marcaron el pulso de la vida de toda la familia.

  • La calma y el viento de Jose Antonio Gonzalez Queiro

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    La calma y el viento es una novela basada en hechos reales, que cuenta diez anos de la historia de una familia de migrantes salmantinos que llega a Madrid en el otono de 1929, reinando el rey Alfonso XIII y bajo la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. La caida de la monarquia en 1931, la instauracion de la II republica (1931/1936) y la terrible guerra civil (1936/1939) forman el nucleo central de este apasionante relato, que iremos recorriendo en la piel de esta familia, viviendo sus alegrias y penas, sus exitos y fracasos, que nos llenaran de viva emocion y nos transportaran a un epoca convulsa, llena de vaivenes.

  • El principe sin corazon de Tara Pammi

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    !Habia encontrado a la esposa a la que habia perdido hacia anos!

  • Un escape casi perfecto de Pamela Palma Mendoza

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    No era la primera vez que una novia dejaba al novio en el altar antes de decir: "Si, acepto." Tal vez ya habia ocurrido ?Antes? !Quien sabe! Pero era seguro que Hannah Monroe no habia sido la unica, ni la primera en hacerlo. Se dice que la historia de la primera novia que abandono a su novio toma lugar en la epoca medieval, donde una bella muchacha de una familia noble habia sido obligaba a contraer matrimonio con el fin de unir el reino de su familia con el de su prometido. La joven no estaba enamorada de el, sino del hermano de este, pero no podia hacer nada al respecto, puesto que sus padres ya habian arreglado el matrimonio con el hermano mayor y heredero del trono, el cual no se trataba de su amado. Cuando el dia de la boda llego, ella estaba vestida de blanco, se sentia resignada a cumplir con su obligacion, todo lo contrario a su amado, quien no estaba dispuesto a dejarla ir y menos con su hermano. En un acto de valentia, el joven llego a la ceremonia montado a caballo, la joven al verlo fue tras el, dejando a su futuro marido atras. Ambos habian huido y tenian el sueno de vivir su amor lejos de todos y del lugar donde se encontraban, pero desafortunadamente ese sueno no se cumplio, ya que su hermano habia ordenado que los capturaran y los llevaran a el. ?Pero con que fin? Como todo caballero al que le habian robado, merecia justicia y esa era la muerte del ladron. Su hermano menor moriria, pero ?Que ocurriria con la mujer que lo habia traicionado? Ella tambien moriria por haberlo hecho, unos dias despues que los encontraron, los dos jovenes enamorados fueron ejecutados y fue asi como la vida de ambos terminaron. De regreso al presente ?Que demonios le ocurriria a Hannah? Si ella tambien habia dejado a su prometido en el altar ?Tambien la matarian como aquella joven de la leyenda? -- No, eso no podia ser posible -- Todo aquello era tan medieval. La ingenua Hannah Monroe creyo que Michael se comeria su orgullo y todo quedaria alli, pero realmente estaba equivocada, Michael tenia otra cosa en mente y no necesariamente algo bueno para ella y su amante. Un escape casi perfecto Me gustan las historias de fantasia con un poco de drama y romance en ellas. Sin embargo, no siempre lo que se me ocurre y escribo es parte de la ficcion. Es cuestion de tiempo para que lo descubran. Capitulo uno 2015 Sabado 4 de la tarde, dia de la boda. Hannah no dejaba de caminar en circulos dentro de la habitacion, se preguntaba por que habia aceptado casarse si no lo deseaba. Un destello le dio la respuesta: Su familia tenia muchas deudas, debido a la irresponsabilidad de su hermano mayor y a la sobreproteccion de su padre hacia el. Terrance Monroe siempre habia sido el mejor hijo para sus padres, desde que nacio siempre lo mimaron al extremo que nunca lo reprendieron cuando acabo con el buen nombre de la familia y con todo el dinero de esta. Si el habia terminado una carrera, era gracias a la presion de su abuelo materno que siempre lo amenazaba con que no le heredaria nada si no iba a la universidad ?Pero que habia conseguido con estudiar 4 anos en la universidad? -- Nada, simplemente nada -- Despues de terminar la universidad, se dedico a gastar todo el dinero que tenia hasta acabar con todo, incluso con el dinero que el abuelo de ambos le habia dejado a Hannah. Sin dinero, con deudas por pagar y un supuesto fraude que el habia cometido en la empresa de Michael Dikoudis, el prometido de Hannah, ella se vio forzada a aceptar el trato que su padre hizo con el “Convertirse en la Senora Dikoudis” solo asi le perdonaria el fraude y pagaria sus deudas. Estaba mas que claro que su propio padre la habia vendido por dinero. -- ?Como salir de aqui sin que me noten? -- susurro Hannah. Ella estaba intranquila y tenia muchas razones para estarlo --. Podria ocultarme en el cuarto de servicio y despues salir por la parte trasera de la casa, ?no lo crees? -- Se dirigio a Whitney, su mejor amiga. Esta la miro y creyo que se trataba era broma. -- Debes estar muy nerviosa para querer huir, es natural. He escuchado que muchas novias tienen una crisis nerviosa el mismo dia de su boda, pero tranquila que ya se te pasara. -- intento tranquilizarla, pero nada en realidad funcionaria en Hannah. -- ?Y has escuchado de las que huyen y dejan al novio el mismo dia de la boda? -- menciono Hannah. -- ?Por que lo dices, Hannah? -- cuestiono la amiga, quien estaba muy extranada por el comentario y comportamiento de Hannah -- ?Has pensado en hacerlo? -- le pregunto alarmada por el comentario que habia hecho. -- Whitney, por supuesto que… -- Hannah carino, dentro de diez minutos tienes que bajar. Todos los invitados estan en el jardin esperando por ti. -- dijo su madre --. Whitney, dejemos a la novia sola, asi evitaremos que se ponga mas nerviosa. -- comento sonriente. -- Claro. -- respondio Whitney. -- No lo olvides, Hannah, en diez minutos. -- salio la madre de la habitacion, sin dejar de mencionar antes lo hermosa que estaba su hija. << Diez minutos, solo diez minutos para huir >> Penso Hannah. Si ella queria salir de esta situacion debia actuar rapido, porque despues lo lamentaria mucho y seria muy tarde. Hannah bajo a la primera planta de la casa y en el vestibulo estaba su padre que la esperaba y como es de costumbre en casi todas las bodas, el la tomo del brazo y la llevo hasta el altar que se encontraba en el jardin de su casa, donde Michael habia estado esperando a la hermosa novia. El dia, la hora y la boda habian llegado, pero parecia que Hannah tenia otros planes en mente y los cuales no incluian a Michael, ni a nadie de su familia, despues de todo, ellos siempre habian pensado en ellos mismos antes que en ella, asi que no tendria nada de malo que ella hiciera lo propio. Pensar solo en ella misma por una sola vez. No estaba siendo egoista, ya que se trataba de su vida. Ademas, no pensaba condenarse a anos de infelicidad tan solo por el bienestar de Terrance y la avaricia de sus padres. -- El dia de hoy estamos aqui, para celebrar el dia mas importante de la vida de estos dos jovenes: Michael y Hannah, quienes uniran sus vidas en sagrado matrimonio. -- empezo a recitar el sacerdote. Michael no dejaba de ver a Hannah, por un momento sus miradas se cruzaron, el le regalo una sonrisa amplia acompanada de un susurro que en realidad era un “Al fin te convertiras en mi esposa”, el cual hizo que ella dejara de debatir con su mente y saliera huyendo del lugar gritando que no podia casarse con el.

  • Dr. Engel, Elena Garcia de Elena Garcia

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    Cuando Mario agrede nuevamente a Natalia la trasladan un hospital de Madrid con serias heridas. Alli conoce al Doctor Engel, un apuesto y atractivo aleman de madre espanola dispuesto a ayudarla. Cuando el doctor descubre que se trata de un caso de malos tratos y que la vida de la chica corre serio peligro, la convence para que abandone a su agresor. Cuando Mario se entera empiezan las amenazas de muerte.

  • El baul de los suenos a medida, Lara Rivendel de Lara Rivendel

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    ?Que es la vida? Un frenesi. Cuando Ada es acusada de corrupcion y apartada de su trabajo en la alcaldia de su pueblo se le viene el mundo encima, ya que ella habia entrado en politica para luchar contras las injusticias. Incapaz de soportar las miradas de desprecio de sus vecinos, se traslada a la casa que su abuela le dejo en herencia en la Costa Brava.
    ?Que es la vida? Una ilusion. Ada encuentra el baul donde su abuela guardaba las sabanas bordadas y esa noche vuelve a sonar como cuando era una nina y pasaba los veranos peleandose con Millan, el hijo del pescador. Ada reconstruye su vida entre los pintorescos habitantes de Sonada, un pueblo de costa donde nada es lo que parece, mientras trata de no obsesionarse con Millan, que se ha convertido en un viudo tan arisco como los erizos de la zona.
    Y los suenos, ?suenos son? Cuando sus amigas la visitan y pasan unas noches de suenos muy vividos, empiezan a sospechar que las sabanas ocultan un secreto. Y cuando las ancianas del lugar le advierten del peligro de querer descubrir los secretos del baul, Ada la Empecinada hace lo que ha hecho siempre: lanzarse de cabeza a la aventura.
    Una delirante comedia que se rie de la politica, juega con los suenos y nos recuerda que no hay que tomarse la vida demasiado en serio.

  • Transicion de Santos Julia

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    Este es sin duda uno de los libros mas importantes escritos por Santos Julia. Y uno de los analisis mas lucidos, completos y profundos del concepto de transicion en las ultimas decadas de la politica espanola. Porque el libro no se limita al analisis del periodo posterior a la muerte de Francisco Franco -la Transicion que unos elevan a categoria de modelo mientras es vilipendiada por otros como regimen del 78-, sino que se retrotrae a cuando ese concepto entro en el lexico politico espanol hace ya ochenta anos como una propuesta para clausurar la Guerra Civil, y llega hasta el uso que de el se hace en el presente. En sus origenes y diversos significados durante la misma guerra, y luego, en la oscura edad de la posguerra, en los anos cincuenta al socaire de una nueva generacion, en los sesenta con las pancartas al viento reclamando libertad y amnistia, la transicion fue una expectativa que acabo por formularse como una pregunta: despues de Franco, ?que? Y a la respuesta en la decada de los setenta como libertad, amnistia y Estatutos de Autonomia acompano un extendido desencanto, disuelto como por ensalmo el 23-F con el fondo de guardias civiles asaltando un Parlamento. ?Fin de la historia? Que va, comienzo de los usos politicos. La Transicion, que con la Guerra Civil es uno de los dos hechos que han marcado con sello indeleble el siglo xx de Espana, sigue ahi, para unos como causa de todos los males, un candado que habria que reventar; para otros, como motivo de orgullo. Santos Julia nos ofrece una apasionante historia politica de este largo proceso de transicion a la democracia, investigando en las huellas que ha ido dejando antes, mientras y despues de que sucediera.

  • El sustituto de Blanca Miosi

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    Muchas veces sonamos con convertirnos en genios, o en hacer realidad nuestros suenos. Fedor Mogliani lo consiguio con esfuerzo, dedicacion y una mente privilegiada. Sin embargo, no contaba con encontrar en su camino a Mark Carter, un joven deforme confinado a una silla de ruedas porque sus musculos se estaban convirtiendo en hueso. Pese a ser todavia un estudiante de Ingenieria Biologica, contra todo pronostico, logro revertir la fibrodisplasia osificante progresiva que sufria Mark.
    Una historia apasionante en la que se mezclan sentimientos, ciencia, ambicion e intriga, que te hara preguntarte si vale la pena todo aquello por lo cual luchamos.
    A lo largo de sus 400 paginas Blanca Miosi, autora de La busqueda, El legado, la trilogia El manuscrito, El rastreador y La lista, deleitara a sus lectores con una historia apasionante.

  • Otro amor para Julie (Bilogia Julie 1) de Carlota Manzano

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    Julie es una asesora laboral que vive felizmente, o al menos eso cree, en su duplex de Manhattan, que comparte con su pareja, un prestigioso abogado neoyorkino llamado Frank.

  • Los adictos de Paolo Roversi

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    Offenburg (Alemania), 1994 Al comisario Jurgen Fischer el nombre no le habia parecido nunca tan apropiado como aquella Nochebuena: Selva Negra. Se referia al inmenso bosque que rodeaba y deglutia, con sus imponentes abetos, aldeas y caminos de la region de BadenWurtemberg, una zona que se extiende, de norte a sur, a lo largo de cientos de kilometros. Obviamente, el origen de aquel apelativo se debia a la densisima vegetacion aunque, en aquel momento, el color predominante del paisaje era el blanco. Hacia horas que era noche cerrada y la nieve no habia dejado de caer desde la manana. Las pesadas botas de Fischer se hundian hasta los tobillos haciendole dificil avanzar. Acompanando al comisario iba Conrad Berger, un guia experto que, pese a conocer el lugar como la palma de su mano, despotricaba debatiendose por encontrar la direccion correcta. Fischer recordaba haber leido en una de las publicaciones para turistas a la venta en todas las librerias de Friburgo a Stuttgart que por alli habia mas de veinte kilometros de senderos para excursionistas: un autentico laberinto, teniendo en cuenta las actuales condiciones atmosfericas. Por no hablar de que, con aquella oscuridad y con los copos de nieve cayendo densos, parecia que estuviesen caminando por una landa remota de Alaska mas que por un paraiso de amenos paseos en el corazon de Alemania. Para hacer honor a la verdad, aquella zona no era ni siquiera competencia suya, pero los colegas de Friburgo, ya bajo minimos debido a las vacaciones, habian quedado aislados por la nevada y le habia tocado a el bailar con la mas fea. La llamada habia llegado cuando se encontraba a medio camino entre Baden Baden y Offenburg, donde vivia su hermana Adelmute. Como cada ano, se dirigia a su casa para pasar las fiestas. Sus superiores no tenian la mas minima duda de que aceptaria: Fischer no estaba casado ni tenia hijos, asi que el espiritu navideno no lo contagiaba y no tenia ningun problema en trabajar ni siquiera en Nochebuena. --Jurgen, hay que hacer una comprobacion de rutina. Y, visto que vas de camino a Offenburg, eres el que mas cerca esta... Te acompanara un guia experto para que no te pierdas en el bosque. Aunque no se habia podido negar, comenzaba ya a arrepentirse. La tormenta de nieve no daba senales de amainar y el rastro luminoso que habia dejado en el cielo la bengala que habia desencadenado todo aquello hacia ya un rato que se habia extinguido. Por suerte, Berger y los muchachos del rescate de montana habian tenido tiempo de calcular con cierta aproximacion el punto exacto desde el que se habia disparado aquel haz, y ahora Fischer y el guia se dirigian hacia alli. No sabian que les esperaba. Podia tratarse de cualquier cosa: una indisposicion, en cuyo caso Conrad se encargaria de estabilizar al paciente gracias a su cualificacion, a la espera del rescate. Si, en cambio, habia sucedido algo mas, bueno, Fischer estaba alli, con su placa y su pistola, precisamente para eso... Disparar una bengala de socorro, del tipo usado en el mar por las embarcaciones en dificultades, era una practica bastante comun en aquella zona para situaciones de emergencia. Por ejemplo, si las lineas telefonicas no funcionaban o, lo que era mas realista, si los habitantes de las cabanas esparcidas por el bosque no tenian siquiera telefono. Varias familias vivian en el corazon salvaje de la Selva Negra y quizas en aquel momento alguna estaba en apuros. Los dos hombres avanzaban despacio entre los troncos de altos arboles y un manto blanco que no dejaba de engordar. El guia llevaba en la mano derecha una brujula y buscaba el mejor recorrido para llegar al punto calculado. En la izquierda empunaba una linternita con la que iluminaba la nieve ante ellos. Estaban siguiendo lo que, en condiciones normales, debia de ser un sendero de tierra, pero que, en aquella situacion, era un trayecto arduo. Fischer se pregunto si estarian, de verdad, avanzando en la direccion correcta. Y a la busqueda... ?de que? No estaba claro. Habian transcurrido ya cuatro horas desde la senal de socorro, una eternidad si quien habia pedido ayuda estaba en peligro de muerte... Tras otras dos horas de esfuerzo, llegaron por fin a su destino. Berger echo un vistazo rapido y se volvio asustado hacia el comisario senalando algo ante el. La debil luz de su linterna ilumino una mancha roja en la nieve. A primera vista, parecia un animal herido. En la Selva Negra eran frecuentes escenas asi: cazadores y cazados empenados en la eterna lucha por la supervivencia. Podia tratarse de un ciervo o de un corzo atacado por lobos. Fischer se acerco otro paso: la victima no tenia ni patas ni pezunas, sino un par de robustas botas con suela antideslizante. La nieve dejo de caer de pronto. Solo entonces el policia se dio cuenta del gran silencio piadoso que lo rodeaba. Ante sus ojos se abria un pequeno claro delimitado por la espesura del bosque, un circulo perfecto en medio de los abetos. En el centro del escenario, aquel inquietante charco rojo. El guia encendio los focos que llevaba en la mochila, y entonces Fischer pudo ver aquel horror que seria incapaz de olvidar durante el resto de su vida... 1 Ginebra (Suiza), actualidad Rebecca Stark observaba fascinada el chorro de agua que se alzaba potente hacia el cielo desde el centro del lago Leman. Aquella manana de finales de abril era como si estuviese viviendo un sueno: un jet privado habia volado expresamente a Londres para llevarla a la cita. Habia embarcado en el London City Airport bajo la lluvia y desembarcado en Suiza, donde la habia recibido un templado dia de sol. Ahora estaba sentada en un sillon de diseno, en un lujoso despacho de grandes ventanales. Frente a ella, al otro lado de un escritorio con la superficie de cristal, se encontraba Grigori Ivanov, un magnate ruso del petroleo al que habia conocido hacia casi un ano, cuando lo habia tenido como paciente. Ivanov era un hombre alto y elegante, de unos sesenta anos, con ojos grises y el cabello del mismo color, muy corto. Llevaba un traje oscuro sin corbata y un reloj de oro, adquirido, casi seguro, en una de las muchas joyerias de la ciudad. Mientras lo escuchaba, Rebecca habia vuelto a las semanas --ocho en total-- durante las que su interlocutor habia estado a su cuidado. Entonces, el ruso no habia mostrado ni rastro de la seguridad y la determinacion de la que hacia gala ahora. Cuando lo habia conocido en su consulta de Kensington, se habia encontrado con un hombre de rostro demacrado, mirada huidiza y expresion apagada, fisicamente debilitado por las malas costumbres. Solo en aquel momento se dio cuenta Rebecca de que Ivanov le habia hecho una pregunta. --?Perdone? --He dicho que se estara planteando el por que he querido verla con tanta urgencia... La mujer no respondio. Se limito a inclinar levemente la cabeza. --Como sabe, soy muy rico y presumo de ser tambien un discreto hombre de negocios. Pero, para lo que tengo en mente, no pienso en los beneficios. Al menos, no en los inmediatos, porque todo se hace por interes propio, ?verdad? Sere directo, doctora: quiero que proporcione a otros la ayuda que me presto a mi. Mi deseo es que su metodo beneficie y cure a todas las personas posibles, a cambio de una compensacion justa, por supuesto. Rebecca lo miro interrogativa, como un jugador de ajedrez observaria a su contrincante en espera de su siguiente movimiento. --Le estoy proponiendo que trabaje para mi. ?Le interesa? Ella volvio a mirarlo desafiante, aunque en el fondo admirada. ?Podia fiarse de el? Segun el historial medico que ella misma habia redactado, si: estaba perfectamente curado. Hacia ya ocho meses que no se producian recaidas y, a ojos vista, el magnate era el vivo retrato de la salud. Por desgracia, y tambien esto lo habia aprendido con los anos, a menudo las apariencias enganan. Especialmente en el caso de enfermedades como las que ella trataba en su consulta, en las que los pacientes se convierten en habiles impostores y hacen de la mentira un arte para ocultar su perturbacion a los demas. Ivanov se puso en pie y Rebecca sintio que debia hacer lo mismo. Se acercaron al resplandeciente ventanal calentado por los rayos de sol. --Su metodo es fantastico, doctora. !Usted es fantastica! Por eso he decidido invertir. Rebecca no sabia si sentirse halagada o asustada.

  • Noches de Manhattan, Sarah Morgan de Sarah Morgan

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    A la competente organizadora de eventos Paige Walker le encantaban los retos. Tras pasar su infancia entrando y saliendo del hospital, ahora estaba decidida a triunfar. ?Y que mejor lugar para hacerlo que Nueva York? Pero cuando perdio el empleo que amaba, tuvo que enfrentarse al mayor reto de todos: trabajar por su cuenta.

  • Warlock de Rachel Rp

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    Aldara es una humana simple a la que le han arrebatado a quien mas amaba, se lo llevaron sin mas, ella no dudara en ir a buscarlo aunque le cueste su libertad.
    Duxlan va a convertirse en el proximo rey de Alfoz 1 y debera elegir a las humanas simples que se convertiran en sus fuentes de energia. Se presentan todo tipo de mujeres, pero hay una que le ha llamado especialmente la atencion. Una que no parece estar interesado en el. Pero eso va a cambiar, y el se encargara de ello.

  • Anna K de Jenny Lee

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    Todas las chicas felices se parecen unas a otras, pero cada chica infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada. Todo este asunto era un maldito desastre. Lolly descubrio que Steven, su novio, la estaba enganando mientras ella le compraba una nueva correa para su Apple Watch en la boutique de Hermes de Madison Avenue. Steven ni siquiera sabia que ella tenia su Apple Watch. Veinte minutos antes, el habia decidido tomar una segunda clase de SoulCycle, pero Lolly le dio una excusa para no acompanarlo. (Su nueva dieta libre de gluten no le proporcionaba los carbohidratos necesarios para soportar una sesion doble de ejercicio sin desmayarse). No era mentira y ademas necesitaba una oportunidad como esa y tener acceso a su Apple Watch para llevarlo a la tienda y comprarle una correa nueva, su regalo por su <> de dieciocho meses, que era al dia siguiente. (A Lolly no le gustaba celebrar su primera cita oficial con un nombre tan vulgar, pero asi lo llamaba Steven. Ella le seguia la corriente porque lo amaba). Asi que, mientras Steven subia una colina imaginaria en el estudio de la Calle 83 Este, pedaleando al ritmo constante de <>, de Dua Lipa, Lolly estaba quince cuadras al sur, en el mostrador de Hermes. Trataba de decidirse entre la correa de doble vuelta fabricada con el iconico cuero naranja y una opcion mas masculina en negro mate. Mientras admiraba la correa naranja en su muneca, el Apple Watch de Steven vibro y una pequena foto de unos senos aparecio en la pantalla, seguida de la burbuja gris de texto con las palabras: BRAD Tienes ganas de coger? Lolly dio un golpecito en la pantalla tactil para ver de nuevo la fotografia. Tras confirmar la peor de sus sospechas, se paralizo hasta que su instinto de lucha o huida se activo. Eligio huir; al echarse a correr, se le olvido quitarse la correa y el enorme guardia de seguridad que bloqueaba la puerta la detuvo. Ella, que nunca fue muy buena para contener las lagrimas, comenzo a sollozar de la forma mas lastimosa imaginable, con la mirada fija en sus adorados tenis Gucci (los que tienen las serpientes brillantes) que Steven le habia comprado la Navidad pasada. Sin saber que hacer, el guardia rodeo a la chica llorosa con los brazos. Ella apoyo su rostro sobre la chamarra de poliester del guardia y susurro: --Es un error. Debe ser un error. Por favor, que sea un estupido error. Al final, la hermosa empleada japonesa ataviada de pies a cabeza con ropa de Hermes, que habia atendido a Lolly salio de detras del mostrador para hacerse cargo de la situacion y la llevo a una pequena habitacion en la parte trasera de la tienda. La sento en un sofa y le dio una Perrier que le provoco hipo e hizo que llorara aun mas fuerte. La escena era bastante vergonzosa para todas las partes involucradas. Kimiko, quien tenia diez anos trabajando en Hermes, no ignoraba las desenfrenadas infidelidades de los habitantes mas ricos de la ciudad, muchos de los cuales eran clientes suyos; pero, mientras presenciaba en la vida real la perdida de la inocencia de aquella chica de diecisiete anos, hubo algo que en verdad la conmovio. Una vez que lograron quitarle el hipo, Lolly le pregunto si debia ver los demas mensajes de su novio o no. --Es mejor que sepas que tan grave es la situacion mientras estas acompanada --dijo Kimiko con dulzura. Pronto, ambas miraban embobadas la relacion del novio de Lolly, escandalosamente grafica, con aquel misterioso <>. Steven habia guardado el contacto con un nombre falso, pero era imposible que ese <> fuera un hombre, teniendo en cuenta la pletora de partes de la anatomia femenina que aparecian en las fotos que el habia recibido en las ultimas semanas. Incluso habia un video borroso tomado bajo una falda que provoco que ambas hicieran muecas y gruneran al unisono. Para agradecerle a Kimiko por su amabilidad, Lolly compro una hebilla de cinturon de Hermes modelo Iris y un cinturon reversible, en azul zafiro y azul Brighton, y salio de la tienda quince minutos despues. Tomo un Uber y fue directo al enorme penthouse de cuatro habitaciones de los papas de Steven (quienes estaban en Aspen esquiando), en el numero 15 de Central Park West, para esperar a que el trajera a casa su infiel trasero. Con el pretexto de que tenia un regalo sorpresa para Steven, le dio cien dolares a Gustavo, el portero, a cambio de que no le dijera que ella estaba arriba; como prueba, le mostro la bolsa naranja de Hermes. El portero acepto el dinero, pero era claro que le habia advertido a Steven, porque diez minutos despues su novio aparecio con un ramo de rosas de la tienda en sus manos aun sudorosas. --Lolly, nena. ?Que pasa? --fue lo unico que logro murmurar antes de que el jarron Tourbillons ambar de Lalique, el favorito de su mama, pasara zumbando junto a su cabeza y se estrellara en el piso de marmol del vestibulo. En shock, miro fijamente a su novia, quien por lo general era tranquila, mientras ella le gritaba. --Dime una cosa, Steven... --Ahora hablaba con ferocidad--. ?Cuando es tu cogiversario con Brad? Lolly le estaba mostrando el Apple Watch como evidencia digital. Steven lo vio y en ese instante supo que era obvio que lo habia descubierto. Su confusion momentanea se transformo en una timida verguenza y activo el modo de autodenigracion al maximo. Intento acercarse a Lolly, pero ella se alejo. --!No te acerques a mi! Eres... eres... !un cerdo asqueroso! Asi es, !vi todas las fotos obscenas y viles que te envio la puta de Brad para mantener tu atencion! --grito. Al oir la palabra fotos, la ultima nude que habia visto en su telefono despues de clase cruzo la mente de Steven y por un instante una sonrisita lasciva se dibujo en su rostro. Era, a fin de cuentas, un chico de dieciocho anos. Por desgracia, Lolly se percato de la sonrisa. El ruido que profirio despues de eso fue mas animal que humano y, al pasar junto a el para salir corriendo, casi lo tiro. Al no poder ir a ningun otro lugar que no fuera el final del corredor, abrio la puerta de la recamara principal y la azoto tras ella. Puso el seguro y se dirigio al vestidor de la madre de Steven. Se dejo caer boca abajo en la chaise longue de terciopelo rojo que estaba en el centro y empezo a llorar mas fuerte de lo que habia llorado en toda su vida. Steven intento hablar con ella a traves de la puerta, pero en respuesta solo recibia el ocasional estruendo de los objetos que ella lanzaba contra esta. Una hora despues, Steven estaba en la sala, viendo SportsCenter y comiendo su tercer Hot Pockets de pepperoni cuando recibio un mensaje de su amigo Kaeden. KAEDEN Bro! Le compraste un abrigo de piel a tu novia???!!! Steven apago la television y descubrio enseguida que estaba bloqueado y eliminado de todas las cuentas de las redes sociales de Lolly. (!Hasta ahi llego su racha de cuatrocientos cincuenta y tres dias en Snapchat!). Le respondio a Kaeden: STEVEN Screenshot? Unos segundos despues, recibio una selfie de Lolly, tal vez desnuda, con uno de los abrigos de piel de su mama. Al ser bastante mas pequena que ella, se veia ridicula en ese abrigo de marta cibelina rusa a rayas, con los ojos desquiciados y rodeados de rimel. Parecia una mapache rabiosa... una que acababa de enterarse de que su novio la estaba enganando y estaba furiosa. Meneo la cabeza y entendio que resolver la situacion estaba mucho mas alla de sus capacidades. Le envio un monton de mensajes seguidos a su hermana Anna, que estaba en Greenwich, Connecticut, diciendole que necesitaba su ayuda de inmediato y con urgencia, en persona. Era menor que el, pero mucho mas sabia, sobre todo, cuando se trataba de relaciones y de las complejas emociones que estas traian consigo. Diez minutos despues recibio un mensaje de Anna en el que le anunciaba que llegaria a la estacion Grand Central a las 8:55 p. m. Antes de que pudiera responderle que tomara un auto, llegaron dos mensajes mas en los que le explicaba que la ultima nevada estaba entorpeciendo el trafico y que, segun Google Maps, en ese momento la mejor manera de llegar a Manhattan era por tren. En su ultimo mensaje, Anna le decia que esperaba que fuera a la estacion a recogerla para que asi ella pudiera escuchar su version de emergencia. ANNA 911 emergencia de novia!!! Steven solo respondio: STEVEN Okey No existia un solo emoji que pudiera expresar lo jodido que estaba. ii Despues de jugar Shadow of War para aclararse la mente y de tomar unos tragos del whisky Glenmorangie Pride 1974 de su papa para calmar los nervios, Steven intento hablar con Lolly a traves de la puerta otra vez. Momentos despues, por fin recibio un indicio del estado mental de su novia, pero no fue bueno. Ella deslizo por debajo de la puerta la tira de fotos que se habian tomado en la cabina que pusieron en el bat mitzva de su hermana Kimmie un ano y medio antes. Antano (!hacia como cuatro horas!), esa fotografia era la posesion mas preciada de Lolly y siempre la llevaba consigo en su cartera Louis Vuitton. Steven descubria a su novia con frecuencia contemplando aquellas fotografias, aunque se trataba de situaciones diferentes a la que tenia que enfrentar ahora. En cada una de las cuatro fotos, Lolly le habia perforado los ojos y le habia dibujado pequenos penes en la frente. --Lolly, nena, no significo nada. Es a ti a quien amo. Te lo juro. --Cuando lo dijo en voz alta, supo que era cierto. Cuando Steven tenia catorce anos, su padre lo descubrio recibiendo sexo oral de Jenna H una noche en que los papas de la chica habian ido a cenar a su casa. Su padre saco a la humillada chica de la habitacion y sento a Steven para decirle dos cosas. La primera: tenia que esconderse mejor si no queria que lo descubrieran. La segunda y mas importante: tenia que aprender cual era la diferencia entre amar el sexo con chicas y amar a la chica con la que se acostaba. Como estaba confundido acerca de que decir, pero sabia que a Lolly la adoraba, del mismo modo en que todas las chicas adoraban a su hermana menor en cuanto la conocian, Steven anuncio que Anna iba de camino a la ciudad, con la esperanza de que su novia lo interpretara como una senal de que no estaba dispuesto a rendirse. Pero, una vez mas, solo hubo silencio en respuesta. Sin embargo, lo que si recibio fue un mensaje del portero en el que le avisaba que Dustin L estaba subiendo al departamento. Steven suspiro, enojado consigo mismo por no haber cancelado la sesion de tutoria escolar que tenia tres veces por semana. Se levanto del piso del corredor y se dirigio a la puerta. Considero contarle a Dustin el predicamento en el que se encontraba, pues el era uno de los tipos mas inteligentes que conocia, pero decidio que era imposible que se pusiera de su lado. Dustin era, tecnicamente, uno de los amigos mas antiguos de Steven, pues sus madres habian ido a las mismas clases de musica de Mama y Yo, asi que cuando eran chicos jugaban juntos todos los martes y jueves, y fueron <> desde que eran bebes hasta que cumplieron cinco anos. Pero los padres de Dustin se divorciaron y el fue a una escuela publica, mientras que Steven asistio a una privada, lo que significo que durante anos no frecuentaron los mismos circulos sociales y solo retomaron el contacto hacia poco tiempo, cuando Dustin se convirtio en el tutor escolar de Steven. En la actualidad, Dustin cursaba el ultimo ano y estaba a punto de graduarse con honores en Stuyvesant en junio, mientras que Steven cursaba el ultimo ano por segunda vez en Collegiate. Steven estudio la primaria en Collegiate, pero lo expulsaron en quinto grado por bajarle los pantalones a uno de sus companeros durante la clase de Educacion Fisica. A continuacion, lo expulsaron de Xavier en primero de secundaria por llevar marihuana y de Riverdale en tercero por pelear. Despues asistio a Horace Mann durante algunos semestres y ahora habia vuelto a Collegiate, donde lo vigilaban de cerca. Steven le debia a su madre la posibilidad de haber vuelto. Ella habia tenido que cobrar varios favores para lograrlo y, como uno de los requisitos de su periodo de prueba academico era mantener un promedio alto, tuvo que contratar a una serie de tutores escolares costosisimos que siempre renunciaban despues de una semana, aduciendo la actitud mediocre de Steven (es decir, las groserias que salian de su boca) y su aun peor etica de trabajo. Desesperada, al final a su mama se le ocurrio la brillante idea de llamar a la mama de Dustin para saber si su hijo, cuyos impresionantes logros academicos siempre se hacian publicos en Facebook, estaria dispuesto a trabajar con Steven como tutor escolar. Ella sabia que su hijo tenia muy poco respeto por la autoridad de los adultos, pero ansiaba la aprobacion de los chicos de su edad. Cuando su madre se lo planteo en octubre, Dustin se opuso con terquedad a ser el tutor de Steven. Argumento que Steven y el solo eran <> porque sus madres se habian conocido por casualidad y que, sin lugar a dudas, no podrian haber tenido infancias mas distintas. --!No tenemos nada en comun! --gimoteo Dustin--. ?De que vamos a hablar? --De lo que te pagan para que hables: cosas de la escuela --respondio su mama con tranquilidad. Dustin exhalo con fuerza e hizo una mueca. Mientras que Steven era un chico guapo, rico y fiestero que pertenecia al mas alto circulo social de Manhattan, Dustin no era ninguna de esas cosas. Era adoptado y no sabia nada sobre sus padres biologicos. Bueno, sabia que su madre adolescente dejo una nota en la que decia que el bebe debia quedarse con Tamar L, <>. Queria que su hijo tuviera una mejor vida y por eso sabia que debia entregarlo. Y asi, una noche de viernes en la que iba de camino al templo para su primer servicio de Sabbat en mucho tiempo, Tamar recibio una llamada de una trabajadora social del hospital, quien le dijo que tenia una hora para decidir si queria ser madre de un recien nacido de dos dias. Al interpretarlo como una prueba para su descuidada devocion, se inclino hacia delante en el taxi y le dio al conductor la direccion del hospital Saint Luke, en la Calle 122. Cuando le conto a su esposo de sus intenciones y le explico la epifania que habia tenido en el taxi, el futuro padre adoptivo de Dustin no lo dudo un instante (a pesar de que ya tenian un nino de tres anos) y exclamo: <>. Y Tamar tuvo la seguridad de haberse casado con el hombre correcto. Dieciocho anos despues, la mama de Dustin aun contaba esta historia, aunque con la advertencia de que, mientras que tuvo razon al adoptar a su hijo, se habia apresurado un poco al juzgar a su actual exmarido. Cuando crecio, Dustin se convirtio en un chico callado y serio, cuyos padres adoptivos bromeaban con sus amigos sin cesar diciendo que sus genes jamas habrian podido producir a alguien tan inteligente. El, acostumbrado a aquella rutina, respondia que estaba seguro de que sus padres biologicos jamas podrian haber hecho de el un judio tan bueno. (Hacia poco, con el incremento de la popularidad de Drake, sus amigos empezaron a considerar que la combinacion de ser un afroamericano que se crio como judio era <> en vez de <>). Lo que la gente no sabia era que Dustin tenia tendencia a sufrir ataques de panico e iba a terapia desde los diez anos para lidiar con su ansiedad; por esa razon, la idea de ser el tutor de alguien <> como Steven hacia que sintiera un nudo en el estomago. --De ninguna manera. No puedo, mama --exclamo Dustin--. Steven es el epitome del uno por ciento, los mas ricos de la sociedad. Que yo lo ayude seria como si me pasara al Lado Oscuro. No soy Kylo Ren.

  • Crimenes de cafeteria (Cuentos largos de cafe 3) de Jorge Sacha

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    La mayor asesina de la historia escala una montana con un proposito que ella misma desconoce.

  • En mal lugar de Esther Mor

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    Ella solo se ha registrado en ese hotel apartado de la civilizacion para una transaccion rapida, un intercambio sin complicaciones con un ciente habitual. Nada debia complicarse, pero desde el primer momento se ve envuelta en una misteriosa trama en la que nadie es lo que parece, empezando por Harold, el anciano gerente del establecimiento. ?Te parece que estas ante un relato sobrecogedor? ?Crees que vas a leer algo espeluznante o terrorifico?Pues te equivocas, querido lector, lo mas probable es que tus carcajadas sean escuchadas por los vecinos a traves de las paredes.

  • La conquista romana de Hispania de Javier Negrete

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    Esta es la historia ilustrada de una de las mayores epopeyas de la Antiguedad, la conquista romana de Hispania. Marcada por continuas guerras y conjuras, la llegada de Roma a la peninsula forjo el caracter y el destino de este territorio a lo largo de sucesivos siglos. Javier Negrete nos introduce con su habitual maestria en una epoca fascinante apoyado por la reconocida ilustradora Sandra Delgado, que ha realizado treinta obras originales para plasmar la vida, la lucha y la muerte en la Hispania romana. Cartago, los pueblos iberos o las guerras civiles, se entremezclan en un relato trepidante con personajes como Escipion, Anibal, Viriato o el gran Julio Cesar para ofrecer al lector uno de los episodios historicos mas apasionantes de nuestro pasado.

  • Atrapame 1 de Anna Zaires

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    Es mi enemigo…. y mi mision.

  • Cuentame mas de Sophie Saint Rose

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    Francesca esta a punto de perder a su mejor amiga y se deja convencer para relacionarse con otras personas. Una web de amigos por correspondencia es la solucion perfecta para ella y asi romper el hielo. Aunque cuando conoce a Kirk Chapman lo unico que se le pasa por la cabeza, es que todo lo que le esta ocurriendo es una locura.

  • La fragilidad de un corazon bajo la lluvia de Maria Martinez

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    Es duro aferrarse a un sueno. Lo hice durante mucho tiempo, y nunca deje de creer que debia de haber algo mejor que aquella vida erratica por la que mi madre me arrastraba. Lo habia. Lo descubri a los doce anos. Cuando estaba a punto de rendirme. Cuando ya habia dejado de esperar. Llegue a un lugar en el que encajaba. Poseia todo lo que siempre anhele: luz, calor, risas, momentos extraordinarios… seguridad. Y ellos. Sobre todo, ellos. Deje que abrieran la caja donde habia guardado mis latidos, mis palabras y la esperanza, recubierta por una fina pelicula de polvo. Confie y me deje llevar, permiti que alimentaran mis suenos. Cruce al otro lado del espejo, creyendo que alli todo seria eterno. No lo fue. No salio bien. Termino, y lo unico que aprendi de aquel tiempo es que hay personas que nacemos para ser abandonadas. Antes o despues, siempre acaba pasando. Se deshacen de nosotros. No importan las promesas. Es tan facil incumplirlas como lo fue pronunciarlas. <> Cuanto dolor pueden causar esas cinco letras, hasta que descubres que no existen tiritas ni medicinas para calmarlo, y solo puedes protegerte de el. Evitar esa sensacion de abandono, cuyo unico tratamiento es el olvido. Un olvido meticuloso y selectivo. Esa certeza me transformo y cambio mi forma de relacionarme con los demas. Aquel dia, sentada frente a Eliza, aun no era consciente de hasta que punto habia desaparecido dentro de mi propio cuerpo. Ni de que los ultimos ocho anos solo habian sido una sucesion de dias, semanas y meses sin mas trascendencia que el simple paso del tiempo. Porque el tiempo habia pasado y yo no. Mis miedos se habian transformado en cadenas invisibles a las que me acostumbre sin darme cuenta. No hacer nada era mejor que arriesgarse, avanzar o cambiar. Mejor que abrirse, confiar e ilusionarse. Porque, si solo me limitaba a ser, las posibilidades de descubrir cual era esa tara que me hacia tan prescindible en la vida de los demas se reducian bastante. Apenas recuerdo como empezo ese dia. Podria haber sido un dia mas. Un martes cualquiera como tantos otros. Pero no lo fue. Tuve que perderlo todo para darme cuenta de que nunca habia tenido nada. Que para poder avanzar, debia retroceder. Para encontrarme, debia perderme de nuevo. Un martes cualquiera --Deberias decirle algo --me susurro Eliza--. El diseno es tuyo y mereces que se reconozca tu talento. Esa mujer se lleva todo el merito, mientras tu vives a su sombra y nadie sabe que existes. Me humedeci los labios, incomoda, y pasee la vista por la gente que abarrotaba el restaurante espanol en el que comiamos un par de veces a la semana, a medio camino entre mi trabajo y la floristeria de Eliza. Esa misma manana, mi jefa habia presentado el nuevo logo para una discografica independiente neozelandesa. Mi logo. Mi diseno. Del que se habia aduenado sin ningun reparo, otra vez. Llevaba tres anos aguantando aquella situacion, esperando un contrato como disenadora que no llegaba nunca, malviviendo como una estudiante becaria en practicas indefinidas. Tres anos, nueve campanas que habian funcionado gracias a mis ideas y mi trabajo. Por las que habia sacrificado tantas cosas. Sin embargo, para el mundo yo solo era la chica que servia cafes, tomaba notas y hacia los recados. Sabia que Eliza tenia razon. La culpa era mia por permitir que Veronica se apropiara de mis obras. Al principio, porque valoraba mas la experiencia que iba adquiriendo y las perspectivas de futuro que danzaban en mi horizonte una vez que me licenciara. Ahora, porque esa mujer era el Demonio y, si me marchaba sin su consentimiento, ya podia olvidarme de volver a trabajar en el sector. Tenia mucha influencia en el mundillo y frustraria cualquier oferta que pudiera recibir. --Tu jefa es una bruja. --Lo se --admiti. Veronica era una mujer muy complicada y dificil de tratar. No brillaba por su comprension ni su simpatia. Era fria y, en ocasiones, muy despotica. Por suerte, yo nunca habia sido el objetivo de sus arrebatos. El truco consistia en no abrir la boca, entregar el trabajo a tiempo y darle siempre la razon. --Podrias dejarla en evidencia y que sus clientes descubrieran la verdad. --Dudo de que mi palabra sea suficiente para convencer a nadie --replique. Di un sorbo a mi cafe--. Necesito el dinero, Eli. No puedo permitirme perder este trabajo. --?Y vas a conformarte sin mas? --Yo no he dicho eso. Solo que debo esperar un poco, antes de tomar otras medidas. --?Como cuales? --Ahora que conozco todos los entresijos, montar mi propia agencia de publicidad seria una opcion. --?Y por que esperar para eso? Andrew podria echarte una mano. Las cosas le van bastante bien. Sonrei sin poder ocultar lo orgullosa que me sentia de el. Tras graduarse en la universidad, se habia arriesgado a crear su propio negocio. Desarrollaba aplicaciones para telefonos moviles y en el ultimo ano habia logrado posicionarse entre las empresas mas punteras del sector. --Ya sabes lo importante que es para mi no depender de nadie, y menos de Andrew. --No creo que aceptar su ayuda te convierta en una mujer dependiente. Llevais dos anos viviendo juntos y algun dia formareis una familia. Compartireis muchas cosas y el dinero sera una de ellas. --Quiere que deje de trabajar cuando nos casemos. Me lleve a la boca un pellizco de la tarta de manzana que compartiamos y rehui su mirada suspicaz. --No me habias contado nada de eso. --Es algo a largo plazo y tenemos que hablarlo con calma. Por eso no te he dicho nada. --Una cosa es dejar que te ayude y otra muy distinta que lo abandones todo. --Bueno, lo que quiere en realidad es que deje la agencia y monte un pequeno estudio en el que trabajar, que cree algunas obras, busque un agente y trate de exponer. Incluso intentarlo en el mundo editorial, ya sabes, ilustrar libros, cuentos, disenar cubiertas… Eliza se inclino sobre la mesa y pude ver como sus ojos se iluminaban. --Pero !eso es genial, Darcy! Ser artista profesional es tu sueno desde… desde siempre. Por eso elegiste Bellas Artes como carrera. --Asi es… pero… Guarde silencio sin saber muy bien como explicar ese sentimiento que me llenaba el pecho cada vez que pensaba en esa posibilidad. Pintar, ilustrar, crear arte desde un simple papel. --!Eh! --Eliza me tiro una bolita de pan. Me habia quedado ensimismada, divagando. Insistio --: ?Pero? Suspire con ese deje de derrota que solia impregnar mi voz cuando hablaba sobre el tema. --?Sabes lo dificil que es convertirse en una artista que logre exponer sus trabajos? Y de ganar dinero con ello ni hablamos. --Apure el cafe y negue con la cabeza--. Si no sale bien, y no saldra, perdere todo lo que he conseguido hasta ahora. --?Te refieres a trabajar cuarenta y cinco horas a la semana y ser la esclava de Veronica el resto de tu vida? !El sueno de cualquiera! La fulmine con la mirada. Ella encogio un hombro sin ningun indicio de arrepentimiento. No podia culparla por ser tan directa conmigo. Era asi desde que nos conocimos en la residencia de estudiantes, cuando la casualidad nos hizo companeras de habitacion y se convirtio en mi mejor amiga. --Bueno, prefiero ser la esclava de una loca egocentrica que una esposa mantenida y culona. --?Culona? Me aparte el pelo de la cara con ambas manos. --Anna ha comentado una de nuestras fotos en la cuenta de Instagram de Andrew: <>. --!Menuda arpia! Se muere de envidia. --Esta enamorada de el desde la universidad. --Pues que lo supere de una vez, es tu chico y ella no deja de perseguirlo. ?Acaso no tiene dignidad? Sonrei. --No me importa. --Pues deberia importarte un poquito. Las chicas como ella no tienen ningun reparo a la hora de inmiscuirse en una relacion, y ya sabes lo que dicen… <>. El estomago me dio un vuelco. Andrew era la parte mas estable y segura de mi vida, la idea de perderlo me provocaba un gran malestar. --Andrew no me enganaria. Ni tampoco me dejaria. --Claro que no, es un chico estupendo y te quiere muchisimo. --Con los codos en la mesa, Eliza hundio el rostro entre las manos y solto un grunido--. Si tu tienes el trasero grande, entonces el mio deberia llamarse Moby Dick. Frunci el ceno.

  • Tarjeta Amarilla de Paolo Bacigalupi

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    Los machetes relucen en el suelo del almacen, reflejando una roja conflagracion de yute, tamarindo y muelles percutores. Ya estan por todas partes. Los hombres con sus panuelos verdes en la cabeza, sus consignas y sus hojas chorreantes. Sus voces resuenan en el almacen y en la calle. El hijo numero uno ya ha desaparecido. A Flor de Jade no consigue encontrarla, da igual cuantas veces pedalee su numero de telefono. Los rostros de sus hijas se han partido por la mitad, como durios afectados por la roya. Mas llamaradas. La negra humareda se enrosca a su alrededor. Atraviesa las oficinas del almacen a la carrera, dejando atras las carcasas de madera de teca y los pedales de hierro de los ordenadores, los montones de ceniza que senalan el lugar donde sus empleados se han pasado la noche quemando documentos, eliminando los nombres de las personas que han ayudado a las Tres Velas. Corre, asfixiado por el calor y el humo. Una vez en su elegante despacho, se abalanza sobre los postigos de la ventana y forcejea con los pestillos de bronce. Embiste con el hombro contra la madera pintada de azul mientras el almacen arde y los hombres de piel tostada irrumpen como una marabunta, blandiendo sus viscosos cuchillos escarlatas… Tranh se despierta, sin aliento. Unos afilados cantos de cemento se clavan en las protuberancias de su espinazo. Un asfixiante muslo salobre le cubre la cara. Aparta de un empujon la pierna del desconocido. En la penumbra resplandecen pieles barnizadas de sudor, marcadores impresionistas que senalan la posicion de los cuerpos que fluctuan y se agolpan a su alrededor. Ventosidades, gemidos y vuelcos, carne contra carne, hueso contra hueso, los vivos y los muertos a causa del calor, todos juntos. Un hombre tose. Pulmones humedos y gotitas de saliva que surcan el aire hasta el rostro de Tranh, que tiene la espalda y el vientre pegados a las sudorosas pieles desnudas de los desconocidos que lo rodean. La claustrofobia se revuelve en su cubil. Se obliga a contenerla. Se obliga a yacer inmovil, a respirar de forma acompasada, hondamente, a pesar del calor. A paladear las sofocantes tinieblas con toda la paranoia de su mente de superviviente. Se mantiene despierto mientras los demas duermen. Conserva la vida cuando otros hace ya mucho que la perdieron. Se obliga a permanecer inmovil, y a escuchar. Suenan timbres de bicicleta. Abajo, a lo lejos, a diez mil cuerpos de distancia, a toda una vida de distancia, suenan timbres de bicicleta. Se desenreda de la madeja humana, arrastrando tras el el saco de canamo que contiene sus pertenencias. Llega tarde. De todos los dias en los que podria demorarse, este es el peor. Se cuelga la bolsa de un hombro huesudo y baja las escaleras a tientas, pisando con cuidado entre el alud de carne dormida. Sus sandalias se deslizan entre familias enteras, amantes y hambrientos fantasmas al acecho, rezando para no resbalar y partirle el cuello a algun anciano. Paso, tanteo, paso, tanteo. Una maldicion se eleva de entre la masa. Los cuerpos ruedan y se sacuden. Recupera el equilibrio en un rellano, entre los privilegiados que yacen horizontalmente, y continua anadeando. Abajo, siempre hacia abajo, doblando mas recodos en la escalera, pisando con cuidado en el manto que forman sus compatriotas. Paso. Tanteo. Paso. Tanteo. Otro recodo. Un destello de luz grisacea se insinua a lo lejos. Un soplo de aire fresco le besa la cara, le acaricia el cuerpo. La catarata de carne anonima se materializa en individuos, hombres y mujeres amontonados unos encima de otros, con el cemento por almohada, apoyados en la pendiente de la escalera sin ventanas. La luz gris se torna dorada. El tintineo de los timbres suena ya con mas fuerza, tan claro como el repicar de las alarmas de cibiscosis. Tranh sale de la torre de pisos y se zambulle en la marea de vendedores de congee, tejedores de canamo y carros de patatas. Apoya las manos en las rodillas y jadea, llenandose los pulmones de remolinos de polvo y estiercol pisoteado, agradeciendo cada bocanada de aire mientras el sudor mana a chorros de su cuerpo. De la punta de su nariz caen perlas salobres cuya humedad salpica el empedrado rojo de la acera. El calor mata a las personas. Mata a los ancianos. Pero el ha salido del horno; no ha perecido asado, pese al ardor de la estacion seca. Las bicicletas y sus timbres pasan por su lado como bancos de carpas, camino de los respectivos puestos de trabajo de sus duenos. La torre de pisos se cierne a su espalda, cuarenta alturas de calor, enredaderas y hongos. Una ruina vertical de ventanas rotas y apartamentos saqueados. Un residuo del esplendor de la antigua Expansion energetica, devenida ahora en recalentado ataud tropical, sin aire acondicionado ni electricidad que lo protejan del implacable sol ecuatorial. Bangkok mantiene a sus refugiados encerrados en el palido firmamento azul, con la esperanza de que no salgan de alli. Y sin embargo el ha emergido con vida, pese al Senor del Estiercol, pese a los camisas blancas, pese a los anos; una vez mas, ha bajado de los cielos abriendose paso con unas y dientes. Tranh endereza los hombros. La gente remueve woks repletos de fideos y extrae humeantes bolas de baozi estofado de sus ollas de bambu. El engrudo gris de arroz U-Tex rico en proteinas inunda el aire con la pestilencia del pescado podrido y los aceites acidos saturados. El estomago de Tranh se encoje de hambre y una pelicula de saliva pastosa le reviste la boca, todo cuanto consigue invocar su cuerpo deshidratado ante el olor a comida. Los gatos demonio rondan las piernas de los vendedores ambulantes como tiburones, aguardando a que caiga algun bocado, atentos a la menor ocasion de latrocinio. Sus relucientes formas camaleonicas centellean parpadeantes, revelando indicios de pelajes manchados, siameses y anaranjados antes de confundirse con el telon de fondo de las paredes de cemento y las hordas hambrientas contra las que se rozan. Los woks arden con fuerza, resplandecientes de metano tenido de verde, emitiendo nuevos aromas conforme los fideos de arroz chapotean en el aceite caliente. Tranh se obliga a girar sobre los talones. Se abre paso a empujones entre el gentio, arrastrando la bolsa de canamo con el, ignorando a quien golpea y quien lo impreca a su espalda. Las victimas del Incidente ocupan los portales, agitando las extremidades amputadas y mendigando a aquellos que tienen un poco mas que ellas. Acuclillados en taburetes para el te, algunos ven como se acumula el bochorno de la jornada mientras fuman diminutos cigarrillos de tabaco de hoja dorada de contrabando liados a mano que saltan de boca en boca. Las mujeres conversan en corrillos, manoseando nerviosas sus tarjetas amarillas mientras esperan a que los camisas blancas aparezcan y les renueven los sellos. Los tarjetas amarillas se extienden hasta donde alcanza la vista: un pueblo entero, refugiados en el gran reino de Tailandia tras huir de Malaca, donde de repente habian dejado de ser bienvenidos. Un denso coagulo de desplazados sometidos a la autoridad de los camisas blancas del Ministerio de Medio Ambiente, como si no fueran mas que otra especie invasora que contener, como la cibiscosis, la roya y el gorgojo pirata. Tarjetas amarillas, personas amarillas. Huang ren por todas partes, y Tranh llega tarde a la unica oportunidad de escapar de su presa. Una sola oportunidad en todos sus meses como refugiado chino tarjeta amarilla. Y llega tarde. Se abre camino junto a un vendedor de ratas, traga otro torrente de saliva ante el olor de la carne asada y se adentra corriendo en un callejon, en direccion a la bomba de agua. Frena en seco. Otras diez personas hacen cola delante de el: ancianos, jovenes, madres, chiquillos. Se le hunden los hombros. Le gustaria indignarse ante semejante reves. Si tuviera energias para ello… si hubiera comido bien ayer, o anteayer, o incluso el dia anterior, gritaria, tiraria la bolsa de canamo al suelo y la pisotearia hasta reducirla a polvo… pero sus calorias estan demasiado bajas. No es mas que otra oportunidad malograda gracias a la mala suerte de los huecos de la escalera. Deberia haber dado sus ultimos baht al Senor del Estiercol para alquilar un espacio en algun apartamento cuyas ventanas dieran al este a fin de ver el sol en cuanto despuntara y levantarse temprano. Pero opto por racanear. Con su dinero. Con su futuro. ?Cuantas veces les habia dicho a sus hijos que gastar dinero para ganar mas dinero era perfectamente aceptable? Pero el timido refugiado tarjeta amarilla en que se ha convertido le aconsejo que reservara los baht. Como un ignorante raton de campo, eligio aferrarse a su dinero y dormir en huecos de escalera negros como la brea. Deberia haberse alzado como un tigre y haber hecho frente al toque de queda y a las porras de los camisas blancas del ministerio. Ahora llega tarde, apesta a hacinamiento y debe hacer cola detras de otros diez, todos los cuales deben beber y llenar un cubo y cepillarse los dientes con el agua marron del rio Chao Phraya. Hubo una epoca en que exigia puntualidad a sus empleados, a su esposa, a sus hijos y a sus concubinas, pero eso era cuando poseia un reloj de pulsera de cuerda y podia contemplar el lento desgranar de los minutos y las horas. De vez en cuando daba vueltas al muelle diminuto, escuchaba su tictac y azotaba a sus vastagos por su actitud indolente. Se ha vuelto viejo, lento y estupido, de lo contrario habria previsto esta situacion. Como deberia haber previsto la creciente beligerancia de los Panuelos Verdes. ?Cuando se emboto tanto su mente? Uno por uno, los demas refugiados terminan con sus abluciones. Una madre con la dentadura mellada y brotes grises de fa' gan tras las orejas llena su cubo, y Tranh avanza. El no tiene ningun cubo. Tan solo la bolsa. La preciada bolsa. La cuelga junto a la bomba y se cine el sarong en torno a las caderas enjutas antes de acuclillarse debajo del cano. Tira de la palanca de la bomba con un brazo esqueletico. Lo bana un chorro caliente de agua marron. La bendicion del rio. La piel se descuelga de su cuerpo con el peso del agua, tan flacida como la de un gato afeitado. Abre la boca y bebe el liquido arenoso, se frota los dientes con un dedo, preguntandose que protozoos podria estar engullendo. No importa. Ahora confia en la suerte. Es lo unico que le queda. Los ninos observan como se bana el cuerpo arrugado mientras sus madres rebuscan entre las pieles de mango de PurCal y las cascaras de tamarindo de Red Star con la esperanza de encontrar algun pedazo de fruta sin contaminar por la cibiscosis.111mt.6… ?O es 111mt. 7? ?O mt.8? Antes conocia todas las plagas biologicas de diseno que las afectaban. Sabia cuando estaba a punto de malograrse una cosecha, y si los nuevos bancos de semillas estaban pirateados. Se beneficiaba de esos conocimientos llenando sus cliperes con las semillas y las hortalizas adecuadas. Pero de eso hace toda una vida. Le tiemblan las manos cuando abre la bolsa y saca su ropa. ?Es la edad o la emocion lo que le hace estremecer? Ropa limpia. De calidad. El traje de lino blanco de un hombre adinerado. El atuendo no era suyo, pero ahora si, y lo ha mantenido a salvo. A salvo para esta ocasion, aun cuando necesitaba desesperadamente venderlo a cambio de dinero en efectivo o ponerselo mientras el resto de sus ropas se convertian en harapos. Arrastra los pantalones por sus piernas huesudas, quitandose las sandalias y haciendo equilibrios sobre cada pie. Comienza a abotonarse la camisa, obligando a sus dedos a apresurarse mientras una vocecita en su cabeza le recuerda que el tiempo apremia. --?Piensas vender esas ropas? ?O vas a pasearlas por ahi hasta que te las arrebate alguien con carne en los huesos? Tranh mira de reojo a pesar de que no deberia ser necesario, deberia reconocer esa voz, y sin embargo mira de todas maneras. No puede evitarlo. Antes era un tigre. Ahora no es nada mas que un ratoncito asustado que salta y se estremece a la menor insinuacion de peligro. Y alli esta: Ma. De pie ante el, sonriente. Gordo y exultante. Tan vital como un lobo. Ma sonrie de oreja a oreja. --Pareces uno de esos maniquis de alambres de la plaza Palawan. --Ni idea. No puedo permitirme el lujo de comprar alli. --Tranh continua vistiendose. --Ese traje es tan elegante que podria haber salido de Palawan. ?Como lo has conseguido? Tranh guarda silencio. --?A quien quieres enganar? Esas ropas se disenaron para alguien mil veces mas grande que tu. --No todos podemos ser igual de gordos y afortunados. --La voz de Tranh es un susurro. ?Desde cuando susurra asi? ?Ha sido siempre un monton de huesos traqueteante que susurra y suspira ante cada nueva amenaza? Lo duda. Pero le cuesta recordar como deberia sonar un tigre. Lo intenta otra vez, templando la voz--. No todos podemos ser tan afortunados como Ma Ping, que vive en los pisos mas altos con el Senor del Estiercol en persona. --A pesar de todo, sus palabras suenan como juncos barriendo el cemento. --?Afortunado? --Ma suelta una carcajada. Tan joven. Tan pagado de si mismo--. Me gano mi destino. ?No es eso lo que solias decirme siempre? ?Que la suerte no tiene nada que ver con el exito? ?Que todas las personas se forjan su propia fortuna? --Vuelve a reirse--. Mirate ahora. Tranh rechina los dientes. --Hombres mejores que tu han caido. --Otra vez ese espantoso susurro cohibido. --Y hombres mejores que tu se alzaran. --Los dedos de Ma se posan en su muneca. Acarician un reloj de pulsera, un elegante cronografo antiguo de oro y diamantes: Rolex. De otra epoca. De otro lugar. De otro mundo. Tranh se queda mirandolo fijamente, embobado, como una serpiente hipnotizada. No logra apartar la vista de el. Una sonrisa languida se dibuja en los labios de Ma. --?Te gusta? Lo encontre en una tienda de antiguedades, cerca de Wat Rajapradit. Me parecio familiar. La rabia de Tranh se incrementa. Empieza a replicar, despues sacude la cabeza y no dice nada. Pasa el tiempo. Abrocha los ultimos botones, se pone la chaqueta y se peina los ultimos mechones de su lacio cabello gris con los dedos. Si tuviera un peine… Hace una mueca. Es un deseo estupido. La ropa es suficiente. Tiene que serlo. Ma se rie. --Ahora pareces un pez gordo. No le hagas caso, dice la voz en la cabeza de Tranh. Saca los ultimos baht arrugados de la bolsa de canamo --el dinero que ha ahorrado durmiendo en los huecos de las escaleras, el responsable de que ahora llegue tarde-- y se los guarda en los bolsillos. --Cuantas prisas. ?Tienes una cita en alguna parte? Tranh se abre paso a empujones, procurando no encogerse mientras aparta el corpachon de Ma. --?Adonde vas, mister Pez Gordo? --se rie Ma a su espalda--. !Mister Tres Prosperidades! ?Tienes algo de informacion que te gustaria compartir con el resto de nosotros? Otros levantan la cabeza ante sus gritos: tarjetas amarillas de rostros famelicos y bocas hambrientas. Los tarjetas amarillas se extienden hasta donde alcanza la vista, y todos ellos estan mirandolo ahora. Supervivientes del Incidente. Hombres. Mujeres. Ninos. Ahora saben quien es. Reconocen su leyenda. Con un cambio de atuendo y un simple grito ha salido del anonimato. Sus burlas lo banan como un diluvio monzonico: --Wei! !Mister Tres Prosperidades! !Bonita camisa! --!Comparta un cigarrillo, mister Pez Gordo! --?Adonde vas tan deprisa, tan arreglado? --?Te vas a casar? --?Has encontrado una decima esposa? --?Has encontrado un empleo? --!Mister Pez Gordo! ?Tienes trabajo para mi? --?Adonde vas? !Quiza deberiamos seguir todos al antiguo empresario! A Tranh se le eriza el vello sobre la nuca. Se sacude el miedo de encima. Aunque lo siguieran, seria demasiado tarde para que pudieran aprovecharse. Por primera vez en seis meses, la ventaja de la habilidad y la informacion esta de su parte. Ahora todo depende del tiempo. Trota en medio de la aglomeracion matinal de Bangkok, cruzandose con bicicletas, rickshaws y escuteres de cuerda. Esta cubierto de sudor. Tiene la camisa empapada, incluso la chaqueta se ha humedecido. Se la quita y se la cuelga en el brazo. Su cabello gris se adhiere al cuero cabelludo liso como una cascara de huevo, salpicado de vitiligo, chorreante de agua. Se detiene cada pocas manzanas para caminar y recuperar el aliento mientras las espinillas empiezan a dolerle, su respiracion se entrecorta y su corazon de anciano martillea en su pecho. Deberia invertir los baht en un viaje en rickshaw, pero no logra animarse a hacerlo. Llega tarde. ?Demasiado tarde, quiza? Si es demasiado tarde, habra dilapidado los baht y pasara hambre esta noche. Por otra parte, ?de que sirve un traje empapado de sudor? El habito hace al monje, les decia a sus hijos; la primera impresion es la que cuenta. Empezad con buen pie y empezareis con ventaja. Por supuesto que se puede conquistar a alguien con talento e informacion, pero las personas son ante todo animales. Cuida tu aspecto. Huele bien. Satisface sus sentidos primarios. Despues, cuando se sientan bien dispuestos hacia ti, formula tu propuesta. ?No fue ese el motivo de que propinara una paliza a su segundo hijo cuando este se presento en casa con un tigre rojo tatuado en el hombro, como si fuese un gangster de calorias cualquiera? ?No fue ese el motivo de que pagara a un dentista para que retorciese los dientes de su propia hija con bambu cultivado y curvas de goma importadas de Singapur hasta dejarselos rectos como cuchillas? ?Y no es ese el motivo de que los Panuelos Verdes de Malaca odiaran a los chinos? ?Por nuestro buen aspecto? ?Por parecer tan acaudalados? ?Por hablar tan bien y trabajar con tanto ahinco cuando ellos ganduleaban y nosotros sudabamos de sol a sol? Tranh ve pasar una manada de escuteres de cuerda, todos ellos de manufactura chino-tailandesa. Que artefactos tan ingeniosos y veloces: un muelle percutor de un megajulio y un volante, pedales y frenos de friccion para reutilizar la energia cinetica. Y todas sus fabricas pertenecian al ciento por ciento a los chinos chiu chow, a pesar de lo cual, la sangre de los chiu chow no corre por las cunetas de este pais. Los chinos chiu chow son queridos, pese al hecho de que llegaron al reino thai como farang. Si nos hubieramos integrado en Malaca como hicieron aqui los chiu chow, ?habriamos sobrevivido? Tranh sacude la cabeza para apartar de si esa idea. Habria sido imposible. Su clan habria tenido que convertirse tambien al islam y renegar de todos sus antepasados en el infierno. Habria sido imposible. Quiza fuera ese el karma de su pueblo, la destruccion. Controlar y dominar brevemente las ciudades de Penang y Malaca, ademas de toda la costa oeste de la peninsula malaya, y extinguirse despues. El habito hace al monje. O lo mata. Tranh por fin ha aprendido esta leccion. Un traje blanco a medida de los Hermanos Hwang es lo mas parecido a una diana. Una antigualla mecanica de oro oscilando en tu muneca no es mas que un cebo. Tranh se pregunta si los dientes perfectos de sus hijos yaceran aun entre las cenizas de los almacenes de Tres Prosperidades, si sus preciosos relojes atraeran ahora a los tiburones y los cangrejos en las bodegas de sus cliperes barrenados. Deberia haberlo sabido. Deberia haber visto como subia la marea de sectas sedientas de sangre y nacionalismo exacerbado. Del mismo modo que el hombre al que siguio hace dos meses deberia haber sabido que un atuendo elegante no es ninguna armadura. Un hombre trajeado, tarjeta amarilla para colmo de males, deberia haber sabido que no era mas que un pedazo de cebo ensangrentado ante un dragon de Komodo. Por lo menos el muy mentecato no mancho sus elegantes ropas de sangre cuando los camisas blancas acabaron con el. Ese no tenia espiritu de superviviente. Habia olvidado que ya no era un pez gordo. Pero Tranh esta aprendiendo. Igual que aprendio una vez a leer los informes de las mareas y los mapas de profundidad, el movimiento de los mercados y las plagas biologicas de diseno, ahora aprende de los gatos demonio que parpadean y se ocultan a la vista, que huyen de sus cazadores al primer indicio de peligro. Aprende de los cuervos y los milanos que prosperan con la carrona. Estos son los animales a los que debe emular. Debe descartar los reflejos del tigre. Ya no quedan tigres, salvo en los zoologicos. El destino de un tigre es ser cazado y abatido. Pero un animal de pequeno tamano, un carronero, tiene la oportunidad de roer los huesos del tigre y huir con el ultimo traje de los Hermanos Hwang que habra de cruzar jamas la frontera de Malaca. Con el clan de los Hwang exterminado y todos sus disenos reducidos a cenizas, no queda nada salvo recuerdos y antiguedades, y un anciano carronero que conoce el poder y los peligros de una fachada elegante. Un rickshaw vacio pasa ociosamente por su lado. El conductor mira a Tranh por encima del hombro, inquisitivos los ojos, intrigado por la tela de los Hermanos Hwang que ondea sobre el magro armazon de Tranh. Dubitativo, Tranh levanta una mano. El rickshaw aminora. ?Es prudente arriesgarse? ?Dilapidar con tanta frivolidad su ultima medida de seguridad? Hubo una epoca en que enviaba cliperes al otro lado del oceano, a Chennai, con las bodegas repletas de durios pestilentes con el presentimiento de que los indios no habrian tenido tiempo de sembrar variedades resistentes antes de que se les echaran encima las nuevas mutaciones de la roya. Una epoca en que compraba te negro y madera de sandalo en los mercados fluviales con la esperanza de poder revenderlos en el sur. Ahora no es capaz de decidir si deberia montar en el rickshaw o seguir caminando. !Que personaje tan gris se ha vuelto! A veces se pregunta si no sera en realidad un fantasma voraz, atrapado entre dos mundos sin poder escapar hacia ninguno de los dos. El rickshaw rueda despacio ante el; el jersey azul del conductor reluce bajo el sol tropical, aguardando una decision. Por senas, Tranh le indica que siga su camino. El conductor del rickshaw se pone de pie sobre los pedales, sus sandalias aletean contra los talones encallecidos, y acelera. El panico se apodera de Tranh. Levanta la mano otra vez, corre detras del rickshaw. --!Espera! --Su voz no es mas que un susurro. El rickshaw se incorpora al trafico, uniendose a las bicicletas y las gigantescas formas bamboleantes de los megodontes elefantinos. Tranh deja caer la mano, alegrandose secretamente de que el conductor no lo haya oido, de que la decision de gastar sus ultimos baht haya recaido sobre una fuerza mas grande que el. Las aglomeraciones de la manana fluyen a su alrededor. Cientos de ninos con sus uniformes de marineros cruzan en columnas las puertas de las escuelas. Monjes con habitos azafranados pasean a la sombra de grandes paraguas negros. Un hombre con un sombrero conico de bambu se fija en el y murmura algo para su amigo. Ambos lo estudian. Un reguero de temor recorre la espalda de Tranh. Lo rodean por completo, igual que en Malaca. Para sus adentros, los llama extranjeros, farang. Y sin embargo aqui es el el forastero. La criatura que no encaja. Y lo saben. Las mujeres que cuelgan sarongs en los alambres de sus balcones, los hombres sentados descalzos mientras beben cafe con azucar. Los pescaderos y los vendedores de curri. Todos lo saben, y Tranh a duras penas consigue dominar el terror. Bangkok no es Malaca, se dice. Bangkok no es Penang. Ya no tenemos esposas ni relojes de oro y diamantes que puedan robarnos. Pregunta a los cabezas de serpiente que me abandonaron en la jungla infestada de sanguijuelas de la frontera. Ellos tienen toda mi riqueza. Yo no tengo nada. No soy ningun tigre. Estoy a salvo. Durante unos segundos, lo cree de veras. Pero, de repente, un muchacho con la piel oscura como la teca rebana la tapa de un coco con un machete oxidado y se lo ofrece con una sonrisa, y Tranh debe recurrir a toda su fuerza de voluntad para no proferir un alarido y huir despavorido. Bangkok no es Malaca. No van a incendiar tus almacenes ni a cortar a tus trabajadores en pedazos que emplear como cebo para los tiburones. Se enjuga el sudor de la cara. Quiza deberia haber esperado antes de ponerse el traje. Llama demasiado la atencion. Hay demasiadas personas que lo observan. Seria mejor mimetizarse como un gato demonio y cruzar la ciudad al amparo del anonimato en vez de pasearse por ahi como un pavo real. Poco a poco, los bulevares ribeteados de palmeras dan paso al paramo descubierto del nuevo barrio extranjero. Tranh aprieta el paso camino del rio, adentrandose en el imperio manufacturero de los farang blancos. Gweilo, yang guizi, farang. Cuantas palabras en cuantos idiomas para estos simios sudorosos de piel translucida. Hace dos generaciones, cuando se agoto el petroleo y se clausuraron las fabricas gweilo, todo el mundo dio por sentado que estaban verdaderamente acabados. Pero ahora han vuelto. Los monstruos del pasado han regresado con nuevos juguetes y nuevas tecnologias. Las pesadillas con que lo amenazaba su madre invaden las costas asiaticas. Autenticos demonios, inmortales. Y el se dispone a rendirles pleitesia: los secuaces de AgriGen y PurCal, con sus monopolios de arroz U-Tex y trigo TotalNutrient; los hermanos de sangre de los ingenieros biologicos que piratearon gatos demonio inspirandose en un libro y los dejaron en libertad para que procrearan a sus anchas; los patrocinadores de la misma Policia de Propiedad Intelectual que abordaba sus flotas de cliperes en busca de infracciones, husmeando como lobos tras el rastro de calorias sin sello y cereales pirateados, como si sus plagas de cibiscosis y roya de diseno no bastaran para garantizarles los mayores beneficios… Ve un corro de gente ante el. Tranh frunce el ceno. Empieza a correr, pero se obliga a seguir caminando. Sera mejor no dilapidar calorias ahora. Ya se ha formado una fila enfrente de la fabrica de los Hermanos Tennyson, esos diablos extranjeros. Se extiende a lo largo de casi toda una li, dobla la esquina, pasa por delante del logotipo de equipamiento para ciclistas que adorna la reja de hierro forjado de la Corporacion de Investigacion Sukhumvit, por delante de los dragones entrelazados de la Division del Este Asiatico de PurCal, y por delante de Mishimoto & Cia., la ingeniosa empresa japonesa de dinamica de fluidos a la que Tranh solia encargar el diseno de sus cliperes. Se rumorea que Mishimoto esta repleta de mano de obra mecanica importada. Repleta de neoseres ilegales modificados biologicamente que caminan, hablan y se mueven a trompicones… y que roban el arroz de los cuencos de personas reales. Criaturas de hasta ocho brazos, como los dioses hindues, criaturas sin piernas para que no puedan fugarse, criaturas con ojos tan grandes como tazas que, aunque solo pueden ver a unos pocos palmos de distancia, lo inspeccionan todo con su tremenda curiosidad aumentada. Nadie puede ver lo que hay dentro, no obstante, y si los camisas blancas del Ministerio de Medio Ambiente saben algo, los astutos japoneses deben de pagarles bien para que hagan la vista gorda ante sus afrentas contra la biologia y la religion. Se trata tal vez de lo unico en lo que podrian estar de acuerdo un budista, un musulman e incluso los cristianos grahamitas farang: los neoseres carecen de alma. Cuando Tranh compraba sus cliperes a Mishimoto, hace tanto tiempo, eso le traia sin cuidado.