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    El cabello caoba trenzado de Francisca caía hacia un costado. «Trenza tu tristeza, mi niña… nuestro cabello es una red tan fuerte que es capaz de atraparlo ...

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  • Esencia de Luna eBook por Pamela Medina - Kobo.com

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    13 jul 2018 — Acerca de este libro. 356páginas. 7 - 8horas para leer. 96 000palabras totales. Esencia de Luna ebooks by Pamela Medina. Muestra ahora

  • Mi vida lejos de mi de Eider Madariaga

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    Siempre estamos a tiempo de recuperar nuestra vida.

  • La guerra de las Dos Rosas – Estirpe de Conn Iggulden

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    DOS HOMBRES RECLAMAN LA CORONA, PERO SOLO UNO PODRA ALZARSE CON ELLA.1461. Ricardo de York ha muerto. Su cabeza es exhibida sobre las murallas de la ciudad. La reina Margarita parece imparable; sin embargo, al matar al padre ha desatado la furia de los hijos.

  • Kolia de Leandro Perez

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    Si esta historia fuera una pelicula, tendria que comenzar cuando mas de nueve mil gargantas cantan el himno a Burgos en el Coliseum, unos segundos antes de que un Madrid liderado por Luka Doncic juegue contra el San Pablo. Como esta historia es una novela, empieza cuando Kolia tiene que encestar tres tiros libres para ganar el campeonato de Espana cadete.

  • Como te veo yo, Abril Camino de Abril Camino

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  • Como si fuera real de Megan Marsell

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    Sin comerlo ni beberlo Edgar Cabot aparece en la revista People como uno de los solteros mas codiciados del pais, convirtiendose asi en objeto de deseo de miles de mujeres.
    Para acabar con esa fama y dejar al fin de ser perseguido insistentemente le hace una sorprendente proposicion a Carol Walter, su fiel secretaria: que se haga pasar por su prometida hasta que el ambiente se calme. Sin embargo, Edgar, el hombre mas cinico y desconfiado del mundo hacia el sexo opuesto, se sorprendera a si mismo al querer convertir esa farsa… en algo real.

  • En la oscuridad. Diez meses secuestrado por Al Qaeda en Siria de Antonio Pampliega

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    A mediados de julio de 2015 tres periodistas espanoles cruzan la frontera de Turquia en direccion a Siria. Es el duodecimo viaje a la zona de Antonio Pampliega, que tiene la sensacion de que esta vez algo no va como siempre. De improviso, una furgoneta les corta el paso. Del interior salen seis hombres armados que les sacan a gritos del coche en el que viajan. Su contacto en la zona, pronto resulta evidente, les ha traicionado.

  • Vision binocular de Edith Pearlman

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    Edith Pearlman fue hasta hace poco una desconocida para el grueso de los lectores, pese a que a sus ochenta y un anos ha escrito unos doscientos cincuenta cuentos que han visto la luz en revistas y se han reunido en varios libros publicados a partir de 1996 en pequenas editoriales. Todo empezo a cambiar con la aparicion de Vision binocular, antologia con treinta y cuatro de sus mejores piezas que ayudo a darla a conocer en Estados Unidos y Europa y recibio una larga lista de premios, entre los que destaca el prestigioso National Book Critics Circle Award.
    Los cuentos de Pearlman son una prodigiosa combinacion de sutileza, elegancia, ironia y deslumbrante capacidad de exploracion de los sentimientos y conflictos humanos. Su hondura psicologica y riqueza de matices los convierte en inagotables. En el prologo, Ann Patchett, que compara a la autora con Updike y Alice Munro, dice: <>
    Buena parte de los relatos aqui reunidos estan situados en Estados Unidos, pero los hay tambien ambientados en Latinoamerica y Europa, donde aparece la diaspora judia tras el Holocausto, como en el cuento sobre un grupo de judios alemanes que en 1947 esperan papeles para emigrar; en otro retoma a dos de los personajes, un matrimonio ya instalado en Nueva York que recupera el mundo perdido a traves de un abrigo. Pero el repertorio de situaciones es muy variado: la nina que espia a sus vecinos con unos binoculares; la exiliada polaca que vive en Centroamerica, de donde debera huir por segunda vez; la doctora jubilada que se confronta con la muerte en un solitario paraje natural.
    En este libro bellisimo, que elude ostentaciones y florituras, Pearlman nos deslumbra sin estruendo, porque le basta apenas un susurro.

  • En cada cancion de Susanna Herrero

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    Justo antes de empezar su nueva vida, Penny llega a Riviera Maya dispuesta a enfrentarse a aquello que removio todo su mundo anos atras. Mike es un joven apuesto que muestra sonrisas enigmaticas y que viaja al Caribe con sus primos para pasar unos dias lejos de todo su mundo: ha tenido que crecer demasiado rapido y no confia en nadie. No puede hacerlo. La caida de una toalla propicia un encuentro entre ellos que derivara en un amor de verano de los que dejan huella. Pero no es mas que eso: una historia corta de quince dias. Intensa pero imposible de continuar. Mike y Penny vuelven a la realidad dispuestos a olvidar el mejor verano de su existencia, pero la vida les tiene preparada una sorpresa.

  • Otras maneras de usar la boca de Rupi Kaur

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    Otras maneras de usar la boca habla, de una forma contundente y poderosa, de como superar los golpes de la vida: el abuso, el desamor, la perdida y las ideas preconcebidas sobre la feminidad. Siempre impactantes, los versos de Kaur llenan de fortaleza al lector, que siente esas palabras como suyas y la necesidad de transcribirlas y compartirlas.

  • CALLGIRL Escort 1 de Susantha Lust

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    A veces las cosas pasan simplemente porque tienen que pasar…Soy Catherine Wayne, y a mis recien cumplidos veinte anos, decidi abandonar el pequeno pueblo en el que naci y me crie para escapar de una vida que odiaba, de un pueblo asfixiante y de una madre yonqui, alcoholica y prostituta que me llevaba a vivir situaciones limite. Pero en mi huida no solo deje atras una vida de maltrato y vejaciones, sino a mi propia hermana Alice. Odio a mi madre y todo lo que representa. Odio ese pueblucho. Los odio a todos ellos.Fue la imperiosa necesidad de buscar un futuro, lo que me llevo hasta Nueva York. Alli, sola, destrozada fisica y psicologicamente, me encontre con unos pocos pavos en la cartera, un futuro incierto y el temor de verme devorada por las falacias de mis propios suenos. Pero el antojadizo destino hizo que Alina -una prostituta rusa-, se cruzase en mi camino salvandome asi de mi misma. De su mano, me adentre en el sordido mundo de la prostitucion, y con ello, rehuse al Amor. Pero claro, soy mortal, y como tal, puedo cometer errores. Y los cometi.

  • Multimillonario Desenmascarado de J. S. Scott

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    Jason Sutherland es un inversor multimillonario que lo tiene todo: buen fisico, miles de millones de dolares y todo juguete caro que un hombre pudiera desear. Lo que no tiene es lo que mas quiere: a Hope Sinclair. Por desgracia, Hope, la hermana pequena de su mejor amigo, estaba vetada. Pero cuando descubre que va a casarse, decide que va a reclamarla antes de que sea demasiado tarde, y haran falta bastantes enganos y riesgos para conseguir su objetivo. Hope podria terminar odiandolo, pero despues de pasar con ella una noche prohibida que no puede olvidar, sabe que tiene que intentar hacerla suya para siempre.

  • Amor…, ?que te he hecho yo? de Rose B. Loren

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    El amor no siempre llega a primera vista. Y si no que se lo digan a Violet, una mujer que, tras dos relaciones fallidas, ha perdido la esperanza de encontrar a su pareja ideal. Dinamica e independiente, trabaja como comercial en Nueva York y tras su ultima mala experiencia decide alquilar parte de su vivienda para no sentirse tan sola. Su companera de piso sera Abby, la protagonista de <>, y forjaran una gran amistad y complicidad. Esa amistad le llevara a conocer a Brandon, un hombre que vive sin ataduras en Boston, entregado al libertinaje y con un trabajo de ojeador deportivo que en el fondo no le llena. Este, tras un dia de fiesta con su mejor amigo Archi, conocera a Violet, con la que pasara una noche en un hotel y, aunque al principio parecia que ella solo era una mas en su lista de conquistas, pronto despierta en Brandon algo para el desconocido. ?Sera deseo, pasion o amor?

  • Los Hermanos Siniestros de Ibeyise Pacheco

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    Los ultimos anos en Venezuela han inspirado este libro, en el que eventos y personajes existen, aun cuando algunos han sido modificados y presentados en circunstancias distintas. Por eso es relevante precisar que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Los hermanos siniestros es el retrato del estiercol, el viaje al infierno. Ese rostro dantesco que no habiamos imaginado como parte de nuestro ecosistema. Torturadores, dictadores, violadores, pillos, canallas. Bestias insensibles y amorales que con su maldad han activado el rostro oscuro de los venezolanos. Este libro lo escribi porque soy de las convencidas de que a esa inmundicia hay que mantenerla en el registro de los capitulos de lo aborrecible que nunca mas se deberia repetir. Agradezco a mis amigos que me han apoyado con nobleza. Destaco la confianza y valentia de incontables e inimaginables informantes. Sin su ayuda este libro no habria sido posible. Cuando regrese la libertad a mi pais, el mundo podra conocer sus nombres, si asi lo desean. En Los hermanos siniestros sobresale la portada, obra de Rayma Suprani, amiga genial, valiente, sensible, generosa. Sin ella este libro estaria incompleto. Gracias, Rayma. Quisiera tambien rendir homenaje a la honestidad y el coraje de muchos que han entregado su vida en esta lucha que lleva veintiun anos. Cada victima muerta o que ha sobrevivido, permanece en mis pensamientos. Espero que las proximas generaciones se encarguen con exito de que los culpables de tanto dolor paguen ante la justicia y jamas regresen al poder. Ibeyise Pacheco Miami, 2020. A Celina Rivas y Guimar Parra, angeles por Miami PRIMERA PARTE I Llevaba la prisa de la muerte. Su mente habia considerado el tiempo para cada detalle. Con malestar de jet lag, por su regreso a Caracas de Lisboa, programo recuperar su pistola, que habia dejado enterrada en el cerro Avila hacia mas de un ano, tres dias despues del derrumbamiento de las Torres Gemelas. Cuatro curvas a la derecha, una a la izquierda, la pequena quebrada, el arbol que a sus pies tiene una piedra en forma de gnomo... El arma la obtuvo a cambio de droga con unos clientes del bar donde trabajaba en Chacaito. Demasiado loco hay en la calle. Todo legal, registro EEK499. Bonita pistola, una Glock punto 40, de esas que lanzan cuatro tiros por segundo. !Pam, pam, pam, pam! Retumbo su cerebro. Regreso al edificio Tejar de Parque Central, directo a la tienda de municiones. Compro dos cajas de balas tipo hollow-point. Su bolso koala negro amarrado a la cintura, alojaba el peso del arma. Entro a la peluqueria Formula II. Le gustaba ese nombre. Destacaba un asiento en forma de carro destinado a ninos que le habria encantado ocupar. Con rudeza que las peluqueras atribuyeron a cierta verguenza para ocultar su coqueteria, solicito que le tineran el cabello de rojo y le aclararan las cejas. Se dejo llevar por las manos expertas. Fue el unico cliente. Despues, aun de dia, entro a un cine de peliculas pornograficas. En la quinta escena se quedo dormido; no le gustaba masturbarse en publico. Lo arrullaron los gemidos en la sala. Al despertar se sintio un poco confundido. La luz suele sorprender al sexo pagado. En la calle pregunto la hora. 6:42 pm en tiempo para cumplir su mision. Fernanda lo noto enseguida. El pelirrojo con rizos desordenados sacudia cabeza y manos conversando con la nada. Fernanda administraba desde hacia doce anos el kiosco de periodicos en la plaza Francia. Tenia un lugar privilegiado para observar centenares de transeuntes diariamente. El sol sale siempre, era su saludo hasta en dias de lluvia, el cual acompanaba con gel desinfectante que frotaba confianzuda en las manos de los clientes. Mucho microbio en el ambiente. A los ninos solia regalar algun caramelo. Fernanda dice que los ojos del hombre dispararon primero. Cuando lo avisto cruzando desde el otro lado de la calle, no le gusto. Sintio la cercania del demonio. El sujeto con camisa gris y pantalon verde esquivo temerario carros y motos en la avenida Francisco de Miranda. Al llegar a la plaza se freno. Entonces se levanto sobre uno de los bancos donde ancianos cansados suelen brindar a sus extremidades una pausa en la vida. Hizo un paneo sobre la masa. Con las piernas fijas como una tijera abierta clavada, introdujo la mano derecha en su bolso. Su cuerpo giro en direccion al Avila, tomo aire, miro el cielo y luego apunto. El primer disparo fue certero. A la cabeza de una joven victima. Fernanda venia trabajando horas extras hacia algo mas de un mes. Las ventas habian mejorado desde que alli los militares lanzaban, en las noches, discursos contra Chavez. En la plaza abundaban tarantines improvisados bajo paraguas de colores con la oferta de banderas, pitos, gorras, estampitas de santos, constituciones, rosarios convertidos en pulseras y collares. Habia cierta organizacion dentro del caos. Una tarima se crecia con el escenario que se apoyaba en el Obelisco, de cuya punta descendian tres largas telas con los colores de la bandera de Venezuela que se crecian con el verde del cerro Avila. Los fotografos hacian de las suyas. A la caida de la noche el ambiente se iba animando. Llegaba a ser un buen plan para un viernes. La plaza estaba cerca de la salida del Metro y en sus esquinas convergian varias paradas de transporte publico. El lugar habia sido bautizado como la Plaza de la Libertad luego de que mas de una docena de oficiales de la Fuerza Armada reto al gobierno de Hugo Chavez a partir del alzamiento que ocho meses atras habia fracasado. La conspiracion muto en un paro petrolero que presionaba para su salida del poder. En una accion poco convencional, los militares tomaron la plaza donde arengaban a los venezolanos. Contaban con las simpatias de los transeuntes y de buena parte del pais. Los medios de comunicacion desplegaron sus equipos para cobertura constante. El facil acceso al lugar y la posibilidad de servicios habia pesado en la decision estrategica de seleccionar ese punto como centro de concentracion que, ademas, estaba en Chacao, un municipio opositor. Los oficiales alzados se alojaban en el hotel Four Seasons. Solo tenian que cruzar la avenida. El general Enrique Medina Gomez, quien habia sido el agregado militar en la embajada en Washington, funcionaba como el jefe de la operacion. En la plaza se habian instalado banos portatiles y carpas de asistencia de salud y seguridad. Unas gradas estaban colocadas mirando hacia la tarima que se prolongaba en un aparatoso equipo de sonido. El espacio, usualmente destinado al esparcimiento entre bancos de cemento y jardines con flores moradas, rojas y amarillas, cedio el turno a la militancia politica. Ese 6 de diciembre de 2002, recibio unas trescientas personas. Las balas estallaban. El hombre esperaba que su victima lo mirara. Una madre nunca veria a su nina crecer. La pareja joven sentia que iba a morir abrazada. El anciano --ya nada tengo que perder-- arrojo su cuerpo para proteger al nieto. Despues de los primeros disparos, el pelirrojo apunto a Fernanda que, congelada, era una de las pocas que habia quedado de pie. Enfoco para no fallar. Ella no grito, no respiro, no pestaneo, no rezo. Un senor corrio hacia el atacante. Valiente, vacio de miedo y de armas, choco su hombro derecho contra el brazo del pistolero y suspendio la matanza. Cayeron los dos al piso, pero el pelirrojo, con agilidad, se repuso del ataque. Aprovecho el impulso para cambiar el peine de la Glock y continuar la masacre. A pesar de los disparos, de los gritos y la sangre, a muchos les costaba entender que un lugar familiar fuese el centro de ese espanto. Hasta ese viernes, las noches en la plaza convidaban a encendidos --y a veces aburridos -- discursos politicos que se fusionaban con los ninos y sus globos que explotaban junto a su risa. Eso no fue lo que estallo.

  • Prometeme todos tus dias de Clara Albori

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    ?Que harias tu si te sintieras amenazada de muerte?
    Eso se pregunto Aria tras presenciar la muerte de su gemela y ser atacada y casi asesinada por el novio de esta.
    Asustada tras su posible futuro, Aria decide huir sin nada mas que algo de dinero y un poco de ropa. Confundida y perdida, piensa en regresar a Espana y enfrentarse a su destino, pero Zach Lowell se interpondra en su camino para ayudarla en el cambio de su vida.
    Aria tendra que superar sus miedos, sobrevivir ante el hecho de que el asesino de su hermana siga suelto, hacer frente a sus recuerdos y pesadillas e intentar seguir adelante, pero tendra que enfrentarse a nuevos desafios durante su estancia en Leicester.
    ?Estara algun dia preparada para volver?

  • La casa que ame de Tatiana De Rosnay

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    Querido: Puedo oir como suben por nuestra calle. Es un rugido extrano, amenazante; sacudidas y golpes. El suelo tiembla bajo mis pies. Tambien oigo los gritos, unas voces masculinas, altas, excitadas, el relincho de los caballos y el martilleo de sus casas. El rumor de una batalla, como aquel terrible mes de julio tan caluroso en el que nacio nuestra hija, aquella hora sangrienta en la que la ciudad se erizo de barricadas. Hay nubes de polvo sofocantes, un humo agrio, tierra y escombros. Le escribo estas letras sentada en la cocina vacia. La semana pasada embalaron los muebles y los enviaron a Tours, a casa de Violette. Dejaron la mesa, era demasiado voluminosa, tambien la cocina de esmalte, muy pesada. Tenian mucha prisa y yo no pude soportar el espectaculo. Aborreci cada minuto. La casa despojada de todos sus enseres en un brevisimo instante. Su casa, la que usted pensaba que se salvaria. !Ay, amor mio! No tema, yo no me marchare jamas. Por las mananas, el sol se cuela en la cocina, eso siempre me ha gustado. Pero hoy, esta cocina, sin Mariette apresurada, con la cara enrojecida por el calor de la estufa, y sin Germaine refunfunando mientras se recompone los rizos que se le escapan del mono prieto, es un lugar muy lugubre. Con un ligero esfuerzo, casi puedo oler las bocanadas de humo del ragu de Mariette, que tejian lentamente una apetitosa redecilla por la casa. Nuestra cocina, antano llena de alegria, esta triste y desnuda, le faltan las cazuelas y las ollas resplandecientes, las hierbas, las especias en sus tarritos de cristal, las verduras frescas del mercado y el pan caliente en la panera. Recuerdo el dia que llego la carta, el ano pasado, un viernes por la manana. Yo leia Le Petit Journal junto a la ventana del salon, mientras tomaba un te. Siempre me ha gustado ese momento apacible, antes de que comience el ajetreo diario. No era nuestro cartero habitual. A ese, no lo habia visto nunca. Un hombreton grande y huesudo, con una gorra de plato verde que le cubria el pelo de lino. Llevaba una bata de color azul con el cuello rojo que parecia demasiado ancha para el. Vi como se llevaba una mano agil a la gorra y entregaba el correo a Germaine. Luego desaparecio y lo oi silbar bajito mientras seguia su ruta por la calle. Despues de dar un sorbo al te, volvi al periodico. Aquellos ultimos meses, la Exposicion Universal estaba en boca de todos. Siete mil extranjeros invadian los bulevares todos los dias. Una voragine de invitados de prestigio: Alejandro II de Rusia, Bismarck, el vicerrey de Egipto. !Que triunfo para nuestro emperador! Distingui los pasos de Germaine en la escalera y el frufru de su vestido. Es raro que yo reciba correo. Generalmente, una carta de mi hija, cuando considera que tiene que mostrarse atenta, o de mi yerno por la misma razon. A veces, una postal de mi hermano Emile o de la baronesa de Vresse, desde Biarritz, junto al mar, donde pasa los veranos. Eso sin contar los recibos e impuestos esporadicos. Aquella manana, me fije en el sobre blanco y largo. Le di la vuelta: <> y mi nombre en grandes letras negras. Lo abri. Las palabras se distinguian claramente, pero no pude comprenderlas. No obstante, tenia las gafas bien sujetas en la punta de la nariz. Me temblaban tanto las manos que tuve que dejar la hoja en las rodillas y respirar profundamente. Cogi de nuevo la carta y me obligue a leerla. --?Que ocurre, senora Rose? --gimio Germaine. Debia de haber visto mi expresion. Meti la carta en el sobre, me levante y me alise la falda con las palmas de las manos. Un bonito vestido de color azul oscuro, con el numero justo de volantes para una senora mayor como yo. Usted lo habria aprobado. Tambien recuerdo el calzado que llevaba puesto, unas simples zapatillas, suaves y femeninas, y recuerdo el grito que solto Germaine cuando le explique lo que decia la carta. Mas tarde, mucho mas tarde, sola en nuestra habitacion, me derrumbe encima de la cama. Por mas que supiera que aquello podia suceder en cualquier momento, la impresion fue terrible. Entonces, mientras todos los de la casa dormian, cogi una vela y el plano de la ciudad que le gustaba observar. Lo desplegue encima de la mesa del comedor y tuve cuidado de no verter cera caliente encima. Si, veia la progresion inexorable de la calle Rennes, que surgia derecha hacia nosotros desde la estacion del ferrocarril de Montparnasse, y del bulevar Saint-Germain, ese monstruo hambriento, reptando hacia el oeste desde el rio. Con dos dedos temblorosos, segui el rastro hasta donde se unen. Exactamente en nuestra calle. Si, nuestra calle. En la cocina reina un frio glacial, tengo que bajar a buscar un chal y tambien unos guantes, pero solo para la mano izquierda, porque con la derecha quiero seguir escribiendole. Hace unos quince anos, cuando nombraron al prefecto, usted se mofaba: <>. Luego supimos lo que iba a ocurrir con la casa de mi hermano Emile, pero usted seguia sin tener miedo: <>. A menudo voy a sentarme a la iglesia, tranquila y apacible, para pensar en usted. Ahora hace diez anos que murio, pero para mi es como si hubiera pasado un siglo. Contemplo los pilares y los frescos, recien restaurados, y rezo. El padre Levasque se acerca a mi y cuchicheamos en la penumbra. --!Senora Rose, hara falta mas que un prefecto o un emperador para amenazar nuestro barrio! Childeberto, rey merovingio y fundador de esta iglesia, vela por su creacion como una madre por su hijo. Al padre Levasque le gusta recordarme cuantas veces se ha saqueado, destrozado, quemado y arrasado la iglesia desde la epoca de los normandos, en el siglo IX. En tres ocasiones, creo. Amor mio, que equivocado estaba. La iglesia se salvara, pero nuestra casa no. La casa que tanto amaba usted. Capitulo 2 El dia que recibi la carta, el senor Zamaretti, el librero, y Alexandrine, la florista, que habian recibido el mismo correo de la prefectura, subieron a visitarme. No se atrevian a mirarme a los ojos. Sabian que a ellos no les resultaria tan terrible; siempre habria un hueco en la ciudad para un librero y una florista. Pero sin la renta de los locales comerciales, ?como llegaria yo a fin de mes? Soy su viuda y sigo alquilando los dos locales que me pertenecen, uno a Alexandrine y el otro al senor Zamaretti; como lo hacia usted, como lo hizo su padre antes que usted, y el padre de su padre. Un panico frenetico se apodero de nuestra callejuela, que no tardo en llenarse del bullicio de todos los vecinos, carta en mano. !Que espectaculo! Todo el mundo parecia haber salido de sus casas y todos vociferaban, hasta la calle Sainte-Marguerite: el senor Jubert, el de la imprenta, con el delantal manchado de tinta, y la senora Godfin, de pie en el umbral de su herboristeria. Tambien estaba el senor Bougrelle, el encuadernador, fumando en pipa. La picaruela senorita Vazembert, la de la merceria (usted no la conocio, alabado sea el Senor), iba y venia por la acera, como pavoneandose, con un mirinaque nuevo. Nuestra encantadora vecina, la senora Barou, me dedico una gran sonrisa cuando me vio, pero me di cuenta de lo desesperada que se sentia. El chocolatero, el senor Monthier, era un mar de lagrimas. El senor Helder, el propietario de ese restaurante que tanto le gustaba a usted, Chez Paulette, se mordia nervioso el labio, lo que le agitaba el poblado bigote. Yo llevaba puesto un sombrero, nunca salgo sin el, pero, con las prisas, muchos olvidaron el suyo. El mono de la senora Paccard amenazaba con desmoronarse cuando meneaba con furia la cabeza. El doctor Nonant, tambien con la cabeza descubierta, agitaba el dedo indice rabioso. El senor Horace, el tabernero, consiguio que se le oyera entre el tumulto. Desde que usted nos dejo, el sigue siendo el mismo. Quiza tenga el pelo rizado algo mas gris y su panza haya adquirido una pizca de volumen; sin embargo, sus maneras estridentes y la risa sonora no se han debilitado. Sus ojos, negros como el carbon, echan chispas. --Senoras y senores, ?que hacen chismorreando a voz en grito? ?De que nos servira eso? Les invito a una ronda a todos, !tambien a los que no frecuentan mi antro! Por supuesto, se referia a Alexandrine, la florista, a quien le repugna la bebida. Un dia me conto que su padre habia muerto alcoholico.

  • Inocencia de Andrea C. Pereira

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    Verano de 1925 Habia pasado todo el mes de enero, y febrero se iba acercando a su inevitable final, se agotaban aquellas emocionantes vacaciones escolares que, a pesar de haberse iniciado a mediados de diciembre, para mi comenzaron cuando llegue a la estancia pampa grande, situada en el pueblo de los toldos, y durarian hasta la primera semana de marzo. Los dos meses mas libres de mi vida. La ciudad de Junin, donde yo vivia, y el pueblo de los toldos no eran paisajes diferentes, ambos al norte de la provincia de buenos aires comparten, como en toda la gran region pampeana, su interminable llanura y sus fertiles tierras. El pueblo era el mas importante de la region y debia su nombre a los asentamientos de los nativos mapuches del lugar, que vivian en construcciones de ramas y cueros de animales llamadas toldos. Tampoco se encontraban tan alejados pueblo y ciudad, pero a mi juicio eran dos mundos opuestos. La ciudad con sus casas pegadas unas a otras, la luz electrica, las calles empedradas, el encierro y la soledad. La estancia con su interminable llano, sin calles delimitadas, la luz en lamparas de aceite, la libertad y Eve. La estancia me habia ensenado lo que era respirar hasta llenarme los pulmones sin preocuparme de recibir una reprimenda por ello. podia quedarme tumbada en el verde pasto mirando las interminables hectareas de campo sembrado o correr por sus pequenos bosques verdes protegidos por gigantes y anosos arboles, que cooperaban entre si para aplacar el ardiente sol que golpeaba despiadadamente en los tres meses de verano. Al amparo de sus sombras, Eve y yo nutriamos nuestra naciente amistad. Alli estabamos esperando aquella tarde. Eve con impaciencia y yo despreocupada, mas pendiente de evitar los intrepidos rayos de sol que se filtraban en el denso follaje, que de aquel bello ejemplar que se acercaba a nosotras. Nunca habia hecho algo asi en la vida. Ocultas tras un tronco caido lo veiamos acercarse lentamente, Eve lo queria para ella. --!Lo atrapare! !Ya veras! --Puedes salir lastimada si lo intentas. --Es grande y fuerte pero puedo dominarlo sin problemas, lo he hecho muchas veces antes. --Es muy esquivo. --Una vez que los tienes en tus manos, son mansos como unos gatitos, puedes sentir su piel suave y caliente contra tu pecho. Me arrojare encima de el y le murmurare al oido, veras que en un par de horas estara durmiendo pacificamente a mi lado. --Yo creo que tomara lo que tu le des, luego saldra corriendo y quedaras toda magullada. Pero sera solo culpa tuya. --Juliana, no sabes nada de machos grandes, si tienen un nido caliente y comida a disposicion se quedan donde los colocas. --Tu madre lo matara y lo pondra en una olla, antes de que tu le armes un nido. --!Silencio! Lo espantaras. !Quedate quieta! !Agachate, se esta acercando! Unos minutos despues la sonriente chiquilla, envuelta en una capa de polvo, levantaba de las orejas una liebre mediana, exhibiendola orgullosamente ante mis ojos asombrados al comprobar lo rapido que podia moverse. --!Te dije que podria hacerlo! Miralo. ?No es precioso? Mire sorprendida y entusiasmada a la suave criatura gris, de largas orejas, que despues de dar varias patadas al aire con sus poderosos cuartos traseros, se resigno al cautiverio y me miraba suplicando por su libertad. --!Le duelen las orejas! Prestamelo, Eve. --Tu no querias que lo atrapara y… ?Ahora lo quieres cargar? --No dije que no queria que lo atraparas, dije que no podrias hacerlo, que te lastimarias en el intento, y mirate las rodillas. -- Espere paciente que la nina bajara la mirada hasta sus rodillas y continue haciendole notar mi acertado predicamento--. Tienes ambas rodillas ensangrentadas y untadas con tierra. --No importa. Me las lavare despues de encerrar a mi liebre, y quedaran como nuevas --dijo de forma engreida, y paso frente a mi para poner manos a la obra. --!Yo te ayudare! --declare, sin darle importancia a los aires arrogantes de mi pequena amiga. En aquella epoca yo era una nina que no tenia muchas oportunidades de compartir momentos de total libertad en el campo. Mis padres o, mejor dicho, mi padre me mantenia encerrada dentro de la casa de la cuidad. Asistia a la escuela por las mananas, a la escuela dominical y a misa los domingos. En mis primeros ocho anos de vida, solo dos veces me habian llevado a la estancia Pampa Grande, propiedad de la familia Solari Crespo que habia heredado mi padre, y la primera vez no cuenta en mi memoria porque solo tenia dos anos. La gran estancia, que debia su nombre a la extensa porcion de campo que ocupaba en la region pampeana, en la que en aquel maravilloso verano de 1925 me encontraba descubriendo una vida sin restricciones y en la que habia conocido a Eve, la pequena Eve. El verano estaba llegando a su fin, pronto tendria que volver a mi lugubre y solitaria vida en la casa de la ciudad, pero al menos me consolaba pensando que volveria a ver a mi madre enferma. El autoritario de mi padre me habia enviado al campo para no tener que cargar conmigo todos los dias en la casa, a todas horas husmeando cual mosca molesta que vaga por la casa, fastidiando a los demas ocupantes. Pero a diferencia de la mosca, yo no era ignorante de ese sentimiento. Mi padre aborrecia la idea de tenerme alli, ademas de aborrecer el hacerse cargo de su esposa convaleciente, que no podia manejarse sin ayuda tras sufrir un ataque durante las ultimas celebraciones de fin de ano. Segun habia oido al medico decirle a mi padre, la tarde que mi madre enfermo, la sangre habia desbordado una parte de su cerebro y los danos eran irreversibles. Desde ese momento, ella se quedo con la cara y la mitad derecha del cuerpo paralizados. Mis dos hermanos adolescentes, Guillermo, de catorce anos, y Martin, de trece, habian sido despachados a Francia el mismo dia que yo fui enviada a la estancia. Ellos iban a disfrutar unos meses en casa de mi tio Eduardo, hermano de mi madre, que residia en aquel lejano pais desde que tengo uso de razon, antes de internarse en un prestigioso colegio frances que los hospedaria a ambos los proximos seis anos. Sin importar el motivo por el que me encontraba en ese lugar, estaba viviendo el mejor verano de mi corta vida, sin tener que esconderme en cuanto mi padre ponia un pie en la casa y sin escuchar los gritos constantes hacia mi madre. Lamentaba la enfermedad, pero agradecia esos meses de calma. Tenia estrictamente prohibido salir de la casa de campo, pero los criados alli no seguian al pie de la letra las rigurosas ordenes de su patron, como lo hacia la servidumbre de la cuidad. El habia aparecido por alli dos veces en esos tres meses y la ultima vez me habia ordenado tener todo listo para el 6 de marzo, fecha en la que iria a buscarme para que iniciara las clases en la escuela de la ciudad de Junin. Faltaba, a mi juicio de nina, mucho tiempo para la fecha senalada como el fin de un verano maravilloso, siete dias era mucho tiempo para dejar que un momentaneo desacuerdo me privara de una semana de juegos y compania. Disfrutaria de los ultimos dias de libertad y no me dejaria amedrentar por una nina altanera y mandona, que para colmo era dos anos mas pequena que yo. --!Mejor me quedare y atrapare a mi propio conejo! --anuncie con determinacion. Eve se detuvo al oirme, se volvio hacia mi y comenzo a reir. Su enmaranado pelo oscuro se sacudia, despidiendo una nube de polvo con el movimiento. --?Tu? Nina de ciudad, no puedes siquiera atrapar una mariposa. ?Alguna vez has atrapado alguna? --Vivas no, pero podria hacerlo si quisiera. Y veras que podre atrapar a un conejo mas grande que el tuyo. --No es conejo es liebre, y no sabes donde buscarlas. --Me quedare aqui esperando a que aparezca otra. Esa ha venido aqui, ?no? --Te ensuciaras tu lindo vestidito rosa y tu criada te dara una tunda. Toma, cargala hasta mi casa. --La pequena nina delgaducha me ofrecio su trofeo como signo de renovada amistad y yo acepte sin esperar que volviera a insistir. --Solo te acompanare hasta el cerco, despues volvere a casa. --Nadie te vera si lo cruzas, ademas tu padre no esta en tu casa --decia la pequena, intentado convencerme para que atravesara el cerco que marcaba el limite de mi propiedad y el comienzo de la estancia La Union, propiedad del padre de Eve.

  • Fuego rojo de Carlos Gutierrez Diez

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    ?Que misterio se oculta en las verdes montanas del Principado de Asturias? Durante varios siglos se ha conseguido mantener oculta la verdad... hasta ahora. Antes de ser asesinado, Alex Martinez, uno de los ultimos miembros de una sociedad secreta, cuyos origenes se remontan a la fundacion del Templo de Salomon, transmite a su viejo amigo Roberto una misteriosa clave. Martinez y sus predecesores han conservado durante siglos un conocimiento que puede cambiar la historia de la humanidad. Roberto, con la inestimable ayuda del historiador y fotoperiodista Zoltan Raculjic, comenzara la busqueda de ese secreto en una trepidante carrera contrarreloj a traves de los valles mineros asturianos que les llevara de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos en los mas inhospitos y secretos lugares, olvidados tras el paso de los siglos..

  • El final del hombre de Antonio Mercero

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    Antonio Mercero irrumpe con fuerza en la novela negra espanola con una trama brillante que no da tregua al lector y con unos personajes que se graban a fuego en la memoria.

  • En el corazon del aguila de Myrian Gonzalez Britos

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    Verano de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, el futuro conde von Falkenhausen, Wilhelm, retorno al castillo de su familia tras recibir una llamada de su padre, que se encontraba muy enfermo.El conde exigio a su hijo que desposara a una mujer lo antes posible o su primo, capitan de las SS, Hermann, su enemigo numero uno, seria el nuevo conde. Wilhelm comprendio que era momento de sentar cabeza o perderia el titulo de nobleza y todos los privilegios que conllevaban el mismo como consecuencia.Alli, en medio del caos, conocio a Ela Bokowski, una polaca que habia nacido y crecido en Alemania. Una mujer cuya belleza lo encandilo. Aunque, su caracter y su rebeldia rompian por completo el halo de su beldad angelical.Con el tiempo, descubrio sobre su origen gitano, pero no el mayor secreto que ocultaba bajo siete llaves.

  • El vuelo de la mariposa negra de Rosa Castro Palza

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    Jane Austen, principalmente con Orgullo y prejuicio, ha impactado en la vida de Elena, quien ha sonado con viajar a Londres para tratar de encontrar algunos pasajes de la novela en el mundo real. Y ese sueno se concreta un dia, embarcandose asi en una travesia solitaria que terminara por despertar sentimientos encontrados sobre su presente y pasado.

  • Mientras tu no estabas de Carmen Ro

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    En los anos treinta, a Hollywood llegaban muchas mujeres hermosas, incluso demasiadas mujeres hermosas, pero solo unas pocas alcanzaban el exito entre las trampas del cine, la mafia de los hombres y la maldad de las companeras de reparto. Asi, entre esas elegidas:

  • Magia y deseo de Louise Fuller

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    !Aristo haria cualquier cosa con tal de estar con su hijo!

  • La mala suerte de Marta Robles

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    Regresa el carismatico detective Roures, ex corresponsal de guerra y hombre marcado por un pasado que siempre vuelve, para enfrentarse en esta segunda novela negra de Marta Robles a la extrana desaparicion de una joven en Mallorca, de la que, tras dos anos de intensas busquedas, no parece haber ninguna pista.

  • Una deuda pendiente de Vicki Lewis Thompson

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    Habian pasado diez aOos desde que Dustin Ramsey y Erica Mann compartieron su primera experiencia sexual en el asiento trasero de aquel Mustang rojo, y habia sido un verdadero desastre. Ahora Dustin tenia que enfrentarse al enorme reto de dirigir el negocio familiar, pero antes queria resolver el .nico fracaso de su vida. Tenia que encontrar y seducir a Erica, y esta vez lo haria bien. Erica se quedo de piedra cuando se encontro a Dustin a la puerta de su casa. Quiza hubiera ido a hablarle de negocios, pero desde luego sus ojos le decIan que ese no era el unico tema que iban a tratar… Erica habia llegado muy lejos en esos diez anos, asi que si Dustin creia que podia llegar alli y seducirla tan facilmente, estaba muy equivocado… porque era ella la que lo iba a seducir a el.

  • Highlander. Un corazon al que ganar de Dylan Martins

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    Escocia, 1980.
    Cuando Fiona termina sus estudios, vuelve junto a sus padres, quienes siguen trabajando para la familia MacGuffey, duenos de las tierras donde viven.
    Antes de regresar a Edimburgo para ejercer su profesion como doctora, durante el tiempo que pasa con ellos, no le extrana ver que alli todo sigue como antano.
    La cultura de sus antepasados continua, aun, en este siglo y sera muy dificil convencerlos para que avancen.
    Scott, el hijo de los duenos de las tierras, provocara que la vida de Fiona de un giro inesperado. El desafio de Fiona sera, ademas, enfrentarse tambien a el si quiere conseguir implantar en esas tierras los avances que desea.
    Una historia donde las emociones y la lucha de poder te ensenaran que nada es lo que parece.

  • El profesor de baile de la senorita Seymour (Minstrel Valley 2) de Eleanor Rigby

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  • Perros de caza (Cuarteto Wisting 2) de Jorn Lier Horst

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    La segunda novela del cuarteto WISTING,
    que ha inspirado la serie televisiva revelacion de AMC.

  • Protegeme (Spanish Edition) de Sophie Saint Rose

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    Laia se llevo una mano a la cabeza sintiendo que le iba a explotar. Se giro en la cama y cuando la bilis le subio por la garganta, abrio los ojos de golpe levantandose de un salto y tropezando con uno de sus zapatos de tacon, se dio cuenta de que no estaba en su casa. Vio la puerta del bano abierta y corrio hacia el water para soltar hasta la primera papilla. Gimio apoyando el codo en la fria loza mirando a su alrededor con los ojos llenos de lagrimas del esfuerzo. ?Donde cono estaba? Sintiendose peor que en toda su vida, vio los frasquitos de un hotel en la banera. --Oh, Dios mio --susurro antes de vomitar apartando sus rizos pelirrojos. Se paso alli tirada tanto tiempo, que creyo seriamente que debia llamar a una ambulancia, pensando que se estaba muriendo en lugar de tener una resaca de aupa. Nunca en su vida la bebida le habia sentado peor y estaba claro que antes de volver a beber chupitos de vodka, se pegaba un tiro. Consiguio ponerse de pie y desnuda llego hasta la habitacion cogiendo el vestido del suelo. Entonces vio el calzoncillo debajo. Se le paralizo el corazon, aunque era logico que hubiera ido alli a echar un polvo, pues no estaba en su casa. --Laia, la has hecho buena. Se sento en la cama y penso. Habia salido con sus amigas del trabajo para la despedida de soltera de Grace y en la discoteca donde estaban, habia bailado con varios. Nego con la cabeza porque no podia haberse ido con un desconocido, por muy borracha que estuviera. Ella no hacia esas cosas. Por Dios, si la ultima vez que se habia acostado con un hombre habia sido tres anos antes y llevaba saliendo con el unas semanas. Que fuera un desastre en la cama, la decidio a dejarlo. Igual era por eso. Igual habia querido probarle antes de iniciar algo con el. !Pero que tonterias estaba pensando, si ni sabia su nombre! Se agacho apoyando los codos en las rodillas y frotandose la cara como si eso la ayudara a recordar. Entonces una cara le paso por la cabeza. Un hombre moreno le sonreia ofreciendole una copa. Llevaba una camisa blanca y le susurraba al oido que le encantaban las pelirrojas. Otra imagen de Grace y sus amigas en el bano, riendo mientras le decian que se lo iba a llevar a la cama, a la vez que ella reia asintiendo, casi la hizo vomitar de nuevo. Madre mia, las tonterias que se hacian bebida. Resignada mirando los calzoncillos blancos de Calvin Klein, se dijo que al menos esperaba que hubiera pagado la habitacion, porque aquel hotel no era precisamente barato. Se vistio con su ropa interior deseando salir de alli y se puso el vestido rosa. Los tacones le hacian dano en los talones y vio que tenia heridas. Ni se habia dado cuenta. Asustada busco su bolso y se arrodillo debajo de la cama para suspirar del alivio al verlo alli tirado. Estiro la mano cogiendolo y lo abrio para comprobar que lo tuviera todo. Al menos los treinta pavos que le quedaban, seguian en su monedero. Se mordio el labio inferior mirando los calzoncillos. No podia dejarlos alli. Cogio una bolsa del bano y los metio dentro para tirarlos a la basura. Salio de la habitacion con ganas de tirarse por la ventana, que llegaba antes. --No te preocupes --dijo Grace cogiendo su mano por encima de la mesa mirandola con pena con sus ojos azules--. Te ira bien. --Claro que si. --Saco otro panuelo de papel del bolso apartando su mano. -- Embarazada, soltera y con un trabajo temporal. Me va a ir de miedo. --Se sono la nariz dejandosela bien colorada mientras sus ojos verdes estaban cuajados en lagrimas. -- Una noche. Una maldita noche y destrozo mi vida. --No digas eso --dijo Milly preocupada--. Te ayudaremos en todo. Y tu trabajo no es temporal. Estas a prueba. --Estoy alli porque me habeis enchufado, pero en cuanto se enteren de que estoy embarazada, me echaran a patadas. --Tienes otra opcion. --Milly miro de reojo a Grace con sus ojos castanos y vio aliviada que su amiga estaba de acuerdo mientras que Laia casi se echa a llorar de nuevo. --?Crees que no lo he pensado? Millones de veces desde ayer, pero no me siento capaz. --Yo lo hice una vez --dijo Grace sorprendiendolas mientras que se apartaba su cabello rubio tras la oreja. --?Lo hiciste? --Si, tenia diecisiete anos. John lo sabe. Se lo dije hace un ano y lo entendio. Fue un error. --Pero eras muy joven. !Joder, yo soy una mujer adulta de veintiseis anos! Deberia saber lo que hago. --Un error es un error. No puedes castigarte por ello y tomar una decision que estara presente el resto de tu vida --replico Milly. Las miro fijamente y apreto los labios antes de decir --Yo no puedo hacerlo. Le siento parte de mi.

  • Un cowboy bajo el muerdago de Tess Curtis

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    Habia sido un buen mes de ventas, cada uno de los comerciales de la oficina habia vendido al menos un par de casas, incluida ella, algo que hacia que se sintiera satisfecha, ya que hacia solo unos pocos meses que trabajaba para Johnson’s Real Estate, despues de unos anos en los que no se habia sentido preparada para asumir aquel tipo de empleo sin que los recuerdos la sobresaltasen. Una vida que ahora parecia muy lejana, en la que habia tenido su propia inmobiliaria conjuntamente con su exmarido, Tyler. Sonrio al pensar en Tyler, a pesar de que las cosas entre ellos no habian funcionado como pareja, guardaba un grato recuerdo de el. Esperaba que le fuese bien. --?En que o quien estas pensando? --pregunto Naomi, su companera de escritorio y amiga desde que habia llegado a la oficina. --Me pregunto como le ira a mi exmarido --respondio Jane distraida, ordenando algunos documentos que tenia sobre la mesa. --Nunca he visto a nadie sonreir pensando en un ex --opino Naomi, cenuda. --Es una buena persona. --?Sigues enamorada de el? --No, pero eramos buenos amigos y haciamos un buen equipo --se sincero ella, sabiendo que en ese momento estaban a solas en la oficina, el resto de comerciales o estaban ensenando casas o almorzando con clientes. --Asi que sientes cierta... nostalgia --dijo Naomi. --Podria decirse asi --respondio ella encogiendose de hombros. --Mira, Jane, creo que necesitas salir con alguien de forma urgente. No es normal sonreir recordando a tu ex. Tal vez podria presentarte a mi primo James, el se acaba de separar, ha vuelto a la ciudad... --?Tiene hijos? --Le corto Jane. --Si, pero no son bebes y... --Entonces no me interesa --volvio a interrumpirla zanjando el tema. --Hay pocos hombres de tu edad que no tengan hijos o que no los quieran tener --aseguro Naomi. --No quiero ninos --respondio ella tragando saliva y desviando la mirada hacia una montana de papeles que tenia en el lado contrario de su mesa. --?Por que? !Por el amor de Dios! No lo entiendo --pregunto Naomi, desconcertada. Su amiga se negaba en rotundo a aquello, pero no parecia el tipo de persona que odiaba a los ninos. Jane abrio la boca para contarle a su amiga de una vez por todas el motivo por el cual no queria tener ninos en su vida de ninguna de las maneras. En ese momento ambas oyeron como sonaba la campanita de la puerta de la oficina, que se abria en ese instante, era un nuevo cliente. Un hombre alto y fuerte de pelo castano y ojos aun mas oscuros las miro a ambas por turnos sin saber bien a quien dirigirse. --Naomi Philips. ?En que puedo ayudarle? --pregunto su companera levantandose de su silla para tenderle la mano, que el cliente estrecho. --Mason --respondio el con una sonrisa que a ella se le antojo brillante. --Perfecto. Es usted mi proxima visita --le dijo Naomi--. Solo necesito un momento para coger unas cosas y ahora mismo nos vamos. --Tomate tu tiempo --respondio mientras ella desaparecia tras la puerta de otra oficina. Se fijo ahora en la mujer del otro escritorio, le resultaba vagamente familiar, pero no sabia de que. Quiza habian estudiado juntos en otro tiempo o habian sido vecinos de pequenos, hacia demasiados anos que habia dejado Rexburg. --?Puedo ofrecerle un cafe mientras espera a Naomi? --pregunto Jane, al sentirse observada por aquel hombre tan atractivo. --No, gracias. Estoy bien --respondio el, mostrando de nuevo su perfecta sonrisa, pero sin dejar de mirarla intensamente. --?Puedo ayudarle de alguna otra forma? --pregunto ella de nuevo. --Perdona --era consciente del tono de esa pregunta, sabia que la habia intimidado mirandola de aquella forma--. Es que me resultas familiar y trato de recordar donde nos hemos visto antes. --Yo, sin embargo, no lo recuerdo en absoluto a usted --respondio ella con una sonrisa neutra. --Me crie en esta ciudad, pero puede que solo me recuerdes a otra persona. --Puede ser --manifesto ella con una nueva sonrisa amable, antes de dirigir de nuevo su atencion a unos documentos que estaba revisando sobre una casa que ensenaria al dia siguiente. --?Nos vamos? --pregunto Naomi saliendo de otro despacho, con el maletin en la mano y el abrigo puesto. --Despues de usted --respondio Mason. --Una cosa mas --dijo Naomi girandose hacia su companera--. Parker ha llamado. Encargate de cerrar, por favor. --Descuida --sonrio Jane hacia su amiga. --Cuando lo desee podemos ensenarle la casa a su esposa --dijo Naomi una vez terminaron el tour por la misma, tras el cual, Mason Stewart parecia haber quedado satisfecho, lo que la aproximaba a una posible venta y una suculenta comision. --Yo... --Mason se tenso al escuchar la mencion a su esposa--. No tengo esposa. --Hijos, madre... --se apresuro a decir Naomi sintiendo que habia metido la pata. Seguramente era un hombre divorciado. --No, solo la vere yo --zanjo el. --Esta casa es un sueno --cambio de tema Naomi, suscitando interes por la vivienda. --Lo es. Me gusta --respondio el tratando de olvidar el comentario anterior. Aun no le habia contado a demasiadas personas que pretendia mudarse a Rexburg con Sadie, su hija de seis anos. --A Jane le gusto en cuanto pusimos fuera el cartel de venta. Si nadie se da prisa en comprarla, seguro que ella lo hara. --?Jane? --pregunto el, subiendo una ceja. --Jane, mi companera, la de la oficina --aclaro ella. De repente, los recuerdos unidos a aquel nombre y su rostro acudieron a su mente. !Con razon le era tan familiar! !Sus ojos y su voz! !Era Jane, Jane Norris! Ahora estaba seguro de ello. --Me temo que la senorita Norris tendra que buscar otra vivienda. Manana mismo hare una oferta, me la quedo --dijo convencido de la compra de su futuro hogar. Naomi le tendio la mano y esbozo una gran sonrisa. --?La senorita Norris? --quiso saber ella. --Jane, Jane Norris --dijo el. --Creo que se ha confundido, yo hablo de Jane Davis. --!Oh, claro! Debe ser su apellido de casada. Debi suponerlo --dijo algo abatido con aquella informacion. Estaba completamente seguro de que era Jane Norris... o ahora Davis. --?Entonces la conoce? --indago Naomi con subito interes en aquel asunto. --Si, hace muchos anos, cuando aun eramos unos crios. --?Ah, si? --Naomi queria tirar de aquel hilo, el tal Mason Stewart no estaba nada mal, no estaba casado, por la casa que iba a comprar todo hacia indicar que su credito era alto, no habia mencionado que tuviera hijos y, ademas, tambien parecia conocerla. --Si, aunque yo me fui hace demasiado tiempo de Rexburg, perdimos el contacto y... --se detuvo, siendo consciente de que a su agente inmobiliario aquello no le interesaba en absoluto. --Es curioso, ella tambien ha regresado hace poco a la ciudad. El destino a veces separa a las personas para volver a unirlas en un mismo sitio, ?no cree? --Si, claro --respondio Mason pensativo. Tenia que darle la razon, era de lo mas curioso. Lastima que Jane estuviera casada. Aunque de todas formas, sentia curiosidad por saber que habia sido de su vida. --Bien, manana tendre listos los documentos para lanzar nuestra oferta y se la presentaremos a los duenos actuales --dijo Naomi para finalizar la visita tras mirar su reloj y ser consciente de que habia quedado con otro cliente. Ambos se dirigieron a la entrada de la propiedad y salieron de la misma. Mason aun se detuvo a observar la fachada de la vivienda desde fuera. !Era perfecta! Y a Sadie le iba a encantar. --Nos vemos pronto, senor Stewart --dijo ella teniendole la mano y el se la estrecho. --Gracias por todo, senora Phillips. Naomi le dedico una sonrisa y se dirigio hacia su coche, para pero se detuvo y se giro hacia el de nuevo. Probablemente Jane se enfadaria si se enteraba de lo que pensaba decirle al tal Mason, pero bien valia la pena intentarlo. --Una ultima cosa, senor Stewart --dijo ella. --Mason --la corrigio el, no le gustaba tanta formalidad. --Mason --sonrio de nuevo--, Jane no esta casada. Solo sigue usando el apellido de su exmarido. Mason sonrio.

  • Nevermoor. Las pruebas de Morrigan Crow de Jessica Townsend

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    Morrigan es una nina ocurrente y carismatica con unos horribles padres que no le hacen ningun caso. Aunque eso no es lo peor, porque arrastra una maldicion que la condena a morir antes de cumplir los once anos. Pero eso no va a ocurrir puesto que la vigilia de su decimo primer cumpleanos alguien la secuestra y se la lleva a Nevermoor (un Londres paralelo), donde debera superar cuatro pruebas si quiere estar entre los elegidos. El problema es que ya no podra regresar jamas ya que solo escapa a la muerte si se queda en Nevernoor.

  • Mision Jaqueca. 2018 de Jesus Maria Saez

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    La novela es una comedia de aventuras y espionaje situada en la decada de los 2000, con amplias dosis de humor extravagante e irracional. En ella se narran las peripecias de Enrique Spasmos, un atolondrado treintanero que vive su vida con absoluta monotonia hasta que atropella de manera casual a Sisi Panthis, una enigmatica mujer de la que queda prendado. Ambos viviran una descabellada andanza que les trasladara desde el Pais Vasco hasta Sevilla y de alli a Londres y Bruselas en busca de una temible arma bacteriologica: las ART (Aspirinas Radioactivas Termonucleares). Mision Jaqueca es ante todo un divertido relato de aventuras y viajes, repleto de situaciones insospechadas e inspirado de alguna manera en los comics de Francisco Ibanez Talavera y sus legendarios agentes de la TIA Mortadelo y Filemon; ademas de beber del absurdo genial de la obra de Enrique Jardiel Poncela.

  • Preston y Lisa (Hermanos Sullivan 3) de Abril Camino

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    --?Que voy a hacer sin ti, mi pequena Lisa Simpson? Lisa sonrio ante el comentario de Emily. Desde que tenian uso de razon, su mejor amiga la habia torturado con el apodo de la celebre empollona de los dibujos animados amarillos. En aquella calida tarde de primavera, sentadas en el sofa del apartamento que habian compartido durante casi siete meses, habria permitido que Emily le llamara como quisiera. Estaban celebrando una pequena fiesta de despedida. Despedida, porque hacia ya algunos dias que Emily se habia mudado a vivir con su flamante novio, Travis Sullivan. Y pequena, porque ambas se habian negado a invitar a nadie mas. Con casi una botella de vodka compartida, varias bolsas de patatas fritas de diferentes sabores a medio comer y un par de cigarrillos que Lisa guardaba para emergencias festivas, parecia que habia llegado el turno de ponerse sentimental. --?Que que vas a hacer? Follar como una loca con el chulazo de tu novio y acabar la carrera cuanto antes para darme un sobrino. Eso es lo que vas a hacer. --?No vas un poco deprisa? --?Yo? Te recuerdo que te has ido a vivir con el despues de tres semanas de relacion. --?Crees que me estoy equivocando? ?O que te estoy dejando colgada? --!No! !Claro que no! A ninguna de las dos cosas. Travis es fantastico, te va a tratar como a una reina. Y yo no creo que tarde demasiado en encontrar a otra companera de piso. --Pero tu dejaste toda tu vida en Boston para venir aqui a vivir conmigo, y ahora yo me marcho. --!Deja de torturarte, Emily, por Dios! Nos vamos a ver casi a diario. No pienso permitir que Travis Sullivan te acapare, tonta. --?De verdad no estas molesta? --Que noooo... Em, ?tu sabes lo que me alegro de que hayas encontrado a un hombre que te hace feliz? ?Es que te olvidas de todo lo que hemos pasado juntas? -- La voz de Lisa se quebro un poco. El alcohol y los recuerdos eran los claros culpables. --?Y tu que, Lis? ?Cuando vas a encontrar tu a alguien que te haga feliz? --!Aaaah, no! !Esto si que no! No voy a aguantar un sermon en tu fiesta de despedida. --Ya esta bien de tomartelo a broma, Lisa. Tienes que dejar de disfrazarte. --Emily... No quiero que nos peleemos en tu ultimo dia aqui. --Ni yo. Pero no soporto ver como te escondes del mundo. --No me escondo del mundo, Em, no me cabrees. Tengo un monton de amigos en la facultad, salgo con las chicas de vez en cuando... Hasta he socializado con los Sullivan, pese a que queria matar a dos de ellos hace menos de un mes. --Tienes que buscar ayuda, Lisa. Esto ya no tiene gracia. Mirate. Por Dios santo, !si estas buenisima! --se burlo Emily, senalando a su amiga. El aire acondicionado de su apartamento llevaba semanas estropeado, asi que habian tenido que aligerarse de ropa para celebrar aquella pequena reunion. Con un short blanco de algodon y una camiseta a juego atada bajo su pecho, el cuerpo de Lisa presentaba una version que nadie mas que Emily conocia. O, al menos, que nadie habia visto en los ultimos cinco anos. Lisa se apresuro a soltar el nudo de su camiseta, dejando que le cayera languida hasta las caderas, mientras emitia un sonoro bufido que habria asustado a cualquiera. A cualquiera menos a Emily, claro, que no solo la conocia lo suficiente como para saber que era inofensiva, sino que no cejaba jamas en su empeno de hacerla entrar en razon. --?Es que nunca vas a entender que lo ultimo que quiero en este mundo es estar buena? --Lisa, por favor. Aquello ya paso. Han pasado cinco anos, joder. --Emily... --Lisa reunio fuerzas para hablar; los nervios se le habian quedado atravesados en la garganta--. Aquello nunca pasara. || Una semana despues del traslado definitivo de Emily, Lisa se encontraba ante el tablon de anuncios de la escuela de Leyes de Columbia, tratando de hacer un hueco a su cartel. Mas le valia que apareciera alguien pronto o tendria que buscarse un trabajo para pagar la parte del alquiler de la que Emily se habia hecho cargo hasta entonces. Sus padres se habian ofrecido a aumentar el dinero mensual que le pasaban, pero Lisa preferia solucionar el problema de la companera de piso cuanto antes. Cuando empezo a recular para comprobar el efecto que producia su cartel en medio de aquella marana de anuncios, sintio que su talon se clavaba con fuerza en el pie de otra persona. --!!Ah, joder!! --chillo a su espalda una voz que le resulto conocida. Cuando se giro, se encontro cara a cara con Preston Sullivan, el hermano gemelo de Travis. --Lo siento, lo siento, lo siento --se disculpo, acalorada. Ella no era alumna de aquella universidad, pero no podia evitar morirse de verguenza tras su involuntario ataque a uno de los profesores. --?Laura? --Lisa. --?Que? --Que me llamo Lisa. --?No eres Laura, la amiga de Emily? --No. --Le sonrio--. Soy Lisa, la amiga de Emily. --Vaya. Mierda, perdona. No soy muy bueno con los nombres. --Ya veo. --Lisa senalo el pie de Preston--. ?Te he hecho dano? --No, que va. No te preocupes. --Pues gritaste como una nina. --?Eh? Ah... ya, ya. Es solo que me pillaste por sorpresa. --Vale. --?Estudias aqui? --No, estudio Informatica en la Universidad de Nueva York[1]. He venido a Columbia a colgar los carteles porque es la facultad mas cercana al piso. --?Estas buscando companero de piso? --Companera. --Ah, ya. --Si supieras de alguien interesado, ?podrias comentarselo a Emily, por favor? --!Claro! --Bueno, Peter, ya nos veremos por ahi --se despidio Lisa, guardando el resto de carteles en su maletin de cuero de forma apresurada. --Preston. --?Que? --Que me llamo Preston --respondio el con una gran sonrisa. --Lo siento. Yo tampoco soy muy buena con los nombres. --Le devolvio la sonrisa y se marcho por donde habia venido. Ya llegaba bastante tarde a la cita para comer con Emily en el restaurante de comida organica favorito de su amiga. Lisa cruzo la seccion de Broadway que atraviesa el campus de Columbia a toda la velocidad que le permitia el peso de su maletin. La parte incomoda de estudiar una carrera que le apasionaba era cargar con el portatil como un apendice mas del propio cuerpo. Echo un vistazo por el enorme ventanal del restaurante y arrugo la nariz con un poco de fastidio al divisar a Travis sentado junto a Emily. Se sintio asquerosamente egoista por un instante. Emily era su mejor amiga desde que tenia uso de razon. Habia sufrido una adolescencia horrible, postrada primero en una cama, y despues en una silla de ruedas. Habia superado todos sus complejos y miedos -algo cuya dificultad Lisa comprendia mejor que nadie- y se habia enamorado de un hombre encantador, que la trataba tan bien que ni siquiera Lisa tenia nada que objetar. Pero no podia evitar echar de menos las comidas de chicas a solas. Egoista, si, sin duda. --Perdon, perdon, perdon. Llego tardisimo, lo se. He tenido una manana de locos. --No te preocupes, nosotros acabamos de llegar --la disculpo Emily. --!Cono, Peter! --espeto Lisa en cuanto levanto la vista y se encontro de frente con el gemelo de Travis, del que se habia despedido apenas un cuarto de hora antes. --Laura... Travis y Emily se miraron con incomprension, justo antes de que a Lisa y a Preston les diera un pequeno ataque de risa. --No voy a preguntar --dijo Travis, entornando los ojos hacia su hermano. --Mejor. || Preston y Travis se pelearon por compartir la parte de los postres a la que renunciaron Lisa y Emily. Por mucho que las chicas hablaran maravillas de aquel restaurante tan moderno, los gemelos Sullivan seguian siendo unos buenos chicos del oeste que solo quedaban satisfechos despues de comer unas cuantas libras de proteina animal. Preston se repantigo lo mejor que pudo en aquella incomoda silla de diseno y analizo de arriba abajo a Lisa. No es que estuviera interesado en ella - !Dios lo librara!-, pero habia costumbres que iban ligadas al ADN de cada uno y la de repasar a cualquier mujer que se le pusiera delante era intrinseca a el. El aspecto de la amiga de Emily era terrorifico. Era bastante alta, mas que la propia Emily, pero no podria adivinarse su cuerpo ni con la vision de un superheroe, ya que siempre lo escondia tras capas y capas de ropa deportiva. Y ropa deportiva no eran, ni por asomo, tops de licra y mallas ajustadas. No. Eran chandales informes y sudaderas masculinas. Llevaba el pelo, de un color indeterminado entre el marron y el negro, mas corto que el propio Preston. No prestaba especial atencion a la depilacion, ya que siempre tenia sobre el labio superior una sombra de vello que, incomprensiblemente, parecia ser pelirrojo. Tenia los ojos claros, verde azulados, pero jamas la habia visto sin unas espantosas gafas redondas de montura metalica. Completaban el conjunto unos brackets metalicos que serian la pesadilla de cualquier adolescente y una cadena al cuello de la que colgaba una llave USB con forma de pinguino. Si todas las mujeres fueran asi, seria sencillisimo para Preston cumplir la promesa que habia hecho semanas atras a su asesor de campana de no volver a meterse en lios de faldas. Por desgracia, no lo eran, y el sabia que aquella promesa iba a ser muy dificil de cumplir. II --Una mas y me marcho, Preston. Emily va a matarme. --Por Dios santo, Trav, no seas calzonazos. Empiezas a parecerte a Parker... --No digas tonterias --rebatio Travis, como si le hubiese mentado al diablo--. ?Vas a ir a casa en las vacaciones de primavera? --No creo. Me apetece hacer una escapada a Londres para ver a mis amigos. La vuelta a Nueva York fue tan precipitada que de algunos ni siquiera pude despedirme. Ni de algunas... --Preston sonrio, al tiempo que indicaba a la camarera con un gesto de su mano que les sirviera otras dos copas y, con una sonrisa, que estaria disponible para lo que ella dispusiera. --No vas a cambiar nunca, ?no? --!Ojala! Me va a tocar cambiar dentro de poco. Mi asesor de campana me obliga a portarme bien. --Preston, ?tu estas seguro del paso que vas a dar? ?No seria mejor que siguieras dando clase y meterte en politica dentro de unos anos? --Es que el momento es ahora. Todo el partido quiere hacer una campana para modernizarse, sobre todo en la costa este. Y yo parezco la persona adecuada. Les gusta el hecho de que haya vivido en Europa, que tenga experiencia en derecho internacional, tambien una cuestion de imagen... --O sea, que te quieren por guapito --se burlo Travis. --No es eso, listo. Es por la edad, mas que nada. Quieren venderme como el futuro congresista mas joven del pais. --?Y como vas a llevar lo de portarte bien? --Pues mal. Lo que peor llevare, seguro. --Preston exhalo un suspiro resignado--. Asi que tendre que aprovechar el tiempo hasta que mi cara empiece a salir en la prensa. Travis se distrajo consultando el movil lo que a el le parecieron cinco segundos. Suficientes para que Preston invitara a sentarse con ellos a dos amigas que debian de ser, como minimo, modelos de Victoria's Secret . Cuando volvio en si de la sorpresa, la mano de una de ellas reptaba por su muslo, dejando muy claras sus intenciones. La cara de Emily se represento en su cabeza como si se hubiese hecho corporea alli mismo, lo que le hizo sonreir. Se levanto, le guino un ojo a su hermano y empezo a despedirse. --Senoritas, las dejo en buena compania. Yo tengo que irme. --!Oh! !Que pena! --dijo una de ellas, con tono tan impostado que hizo que Travis deseara estar ya en el taxi. --Mi querido hermano gemelo es un hombre emparejado. Vais a tener que conformaros conmigo. --Preston fingio un puchero. Travis puso los ojos en blanco y trato, sin exito, de contener la risa, cuando escucho aquella tecnica tan burda, incluso para Preston. --Adios, Preston. Nos vemos manana. A las ocho, ?de acuerdo? --?Manana? --Cena en Harlem. ?Recuerdas? --Pues, si no me lo llegas a recordar, ni de cona... Nos vemos alli. --Choco un puno con su hermano y, a continuacion, se dirigio a sus dos companeras de mesa--. Bueno, senoritas, ?sabeis que tengo un piso en Brooklyn con unas vistas fantasticas de la ciudad? Las risas de Travis aun se escuchaban mientras se subia al taxi camino del apartamento que compartia con Emily en Hell's Kitchen. || --Dios mio, esto esta increible, Amy --comento Lisa, con la boca medio llena. Los tres hermanos Sullivan, junto a Emily, Amy y la propia Lisa llevaban ya mas de una hora degustando las delicias de la cocina afroamericana. --?Verdad que si? El restaurante es de un amigo de mi madre. Han abierto hace poco tiempo. --?Y tu madre trabaja aqui? --pregunto Emily. --Si. Ahora que Katie vive ya con nosotros de forma casi definitiva, puede permitirse los horarios. --?Todo listo para la boda? ?No te has arrepentido aun de casarte con este imbecil? --se burlo Preston, ganandose un punetazo de Parker en el hombro. --Iremos a Arizona en las vacaciones de primavera para dejarlo todo cerrado --los informo Amy, riendose todavia de la indignacion de su novio. --Estais completamente locos. --Dejalos en paz, Preston. Que tu le tengas aversion al amor, no significa que ellos esten locos por casarse. --?Quien mas opina que hay que estar mal de la cabeza para casarse antes de los veinticinco? --pregunto Preston, medio en broma, medio en serio, al tiempo que levantaba la mano para emitir su voto. Todos se rieron, entre otras cosas porque Preston tenia, desde nino, la capacidad para reirse de todo y de todos sin que nadie se ofendiera. Solo Lisa alzo su mano tambien, ganandose una sonrisa radiante de Preston y un pequeno vuelco interior al ver que el le lanzaba un beso y un guino desde el otro lado de la mesa. La proxima boda de Parker y Amy monopolizo la conversacion de las chicas, y los planes de despedida de soltero, la de los chicos, pero la cabeza de Lisa estaba muy lejos de aquella mesa. ?Por que le habia afectado ese beso de broma de Preston? Hacia cinco anos que no recibia ningun tipo de atencion por parte de un hombre, y eso era justo lo que deseaba. Que nadie la mirara, que nadie se sintiera atraido por ella, pasar inadvertida. Y, ahora, ante la primera muestra de afecto, incluso en aquel tono frivolo, se estremecia por dentro. Parker y Travis debian de estar muy interesados en la despedida de soltero para no darse cuenta de que Preston tenia la mente en otro lugar. Sabia que el coqueteo era inherente a su comportamiento, pero no tenia ningun sentido haberse puesto tonto con Lisa. Llevaban cerca de un mes coincidiendo con frecuencia, y cada vez le caia mejor aquella chica. Sus hermanos siempre habian bromeado con que era imposible que Preston tuviera una amiga, porque tardaria apenas unas horas en llevarsela a la cama. Lisa parecia desafiar aquella afirmacion, por mucho que Preston se avergonzara de que el motivo fuera su aspecto fisico. Y, ahora, de repente, le lanzaba un beso, le guinaba un ojo y se comportaba como si de verdad estuviera intentando acostarse con ella. --Entonces, ?Las Vegas? --escucho, como a lo lejos, a su hermano Travis. --Las Vegas. Sin duda. --Preston retomo el contacto con el mundo real, y se le hizo la boca agua al pensar en lo que Las Vegas podria ofrecerles en esa despedida de soltero. --Por cierto, Preston, ?te tiraste ayer a las dos rubias del bar? --Pseeee... Un caballero no habla de esas cosas. --O sea, que si. --Parker se echo a reir, al tiempo que alcanzaba un paquete de cigarrillos del bolsillo de su cazadora y le hacia un gesto a Preston para que lo acompanara fuera. Hacia una noche excelente, asi que salieron a la calle en manga corta. Los seis ojos femeninos siguieron cada uno de sus movimientos, desde los tatuajes de Parker tensandose sobre los musculos de sus brazos hasta las largas piernas de Preston enfundadas en unos vaqueros que le quedaban como un guante. --Hola, chicas... Sigo aqui --protesto Travis entre risas--. !Emily! !Al menos tu, mirame a mi! --No seas bobo, no estabamos mirandolos a ellos --se defendio su novia, apoyando, carinosa, la cabeza sobre su hombro. Lisa y Amy ni siquiera hicieron amago de justificarse. En la calle, Preston trataba de convencer a Parker para salir esa noche. --No puedo. Es la primera vez que dejamos a Katie con una canguro, y quiero ver que tal le ha ido. --Eres todo un padre de familia --se burlo Preston, encendiendo el cigarrillo que le habia ofrecido su hermano. --Si, no te lo voy a negar. Tu puedes reirte, pero yo estoy encantado. --Ya lo se. Sabes que te lo digo de broma, ?verdad? --Claro que si. --Parker le sonrio--. Y tu, ?que rollo te traes con Lisa? --?Yo? ?Con Lisa? --?Era cosa suya o su voz se habia agudizado unos cuantos tonos?--. Nada, joder. Hemos coincidido un monton de veces con Travis y Emily, y me cae muy bien, pero nada mas.

  • Siroco, Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Natalia lleva meses recorriendo el mundo junto con su amiga Agustina, sin tener un destino fijo, sin preocuparse por otra cosa que no sea disfrutar de los lugares a los que el viento las ha arrastrado. Cuando estan a punto de regresar a su pais, les ofrecen trabajar como camareras para la escuderia Bravio.

  • La cancion del cautivo de Miguel Ale

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    La breve vida de Amanda estuvo signada por la tragedia. A los quince anos, asesinan a su familia, la raptan y es llevada como cautiva fuera de la civilizacion. Cinco anos despues es rescatada. La unica posesion que trae consigo es un hijo que tiempo despues quedara huerfano. Damian crecera solo en un pueblo de inmigrantes, situado en la inmensidad de las pampas. Con el progreso de sus habitantes se iran afianzando el clasismo y la discriminacion. Su condicion de pobre y mestizo ahondara la brecha. Vivira una infancia marcada por dos factores comunes y reiterados de la naturaleza humana, presentes en el devenir historico de las convivencias sociales; hostilidad e indiferencia. En las postrimerias de su adolescencia y con el pais involucrado en una guerra distante, una contingencia fortuita provocara un cambio radical en su existencia. Por este motivo, ira descubriendo con celeridad que poseia multiples facetas subyacentes. Recibira instruccion y al mismo tiempo, Damian Zarebski ira experimentando aspectos esenciales de la vida. Descubrira el amor, el odio, las ciencias, los codigos; lo imperdonable y la piedad, lo tetrico y lo puro. El horror vivido, sera expandido como muestras de frialdad implacable. Y en poco tiempo, el honor mancillado y la reparacion de las injusticias seran elementos imprescindibles para la continuidad de sus planes de vida. Todo esto regido desde un particular sentido de justicia, sustentado por una potestad hecha con insondables paradojas existenciales.

  • Jugare contigo de Maritza M. Buendia

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  • Ese pais al que te pareces de Tobie Nathan

    https://gigalibros.com/ese-pais-al-que-te-pareces.html

    El Egipto multicultural y las decadas mas convulsas del siglo xx se convierten en el escenario de un amor imposible.

  • Juntos para vencer de Jean Salas

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    Tras una apuesta con sus amigos, Derek insiste en que puede convencer a la mujer de piedra de salir con el, pero despues de que logra traspasar las barreras de Jan, y entrar en su vida, el se dara cuenta que no puedes juzgar un libro solo por su portada.

  • Recuerdos del futuro de Siri Hustvedt

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    Una escritora consagrada que trabaja en sus memorias redescubre los viejos diarios de su primer ano en Nueva York, a finales de la decada de 1970. Recien salida de un pueblo de Minnesota, sin apenas dinero y con hambre de nuevas experiencias, se deslumbra por todo lo que le ofrece la ciudad: su primer amor, los esbozos de su primera novela, la escena literaria que se abre ante ella, y, sobre todo, la obsesion por su vecina, una mujer joven que cada noche entona extranos monologos en su apartamento y que la protagonista anota febrilmente en sus cuadernos. Conforme estas confesiones
    se vuelven mas perturbadoras, su interes por descubrir la verdad detras de la puerta de al lado tambien se intensifica.
    Cuarenta anos despues de aquello, esas notas y diarios sirven a la escritora para reflexionar sobre temas como el paso del tiempo, el deseo o el papel de la mujer en la sociedad, y para constatar que son los recuerdos del pasado los que en gran medida conforman quienes seremos en el futuro.
    Entre la metaliteratura y el feminismo, entre el thriller psicologico y el bildungsroman, Siri Hustvedt vuelve a cuestionar nuestras relaciones con la realidad, la capacidad del arte para cambiar nuestra
    percepcion del mundo, los limites de la ficcion y los enigmas de la personalidad y la memoria.

  • Secretos, Christian Martins de Christian Martins

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    A falta de unos dias para dar el “si, quiero”, Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision que disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este.

  • Hoy aun estamos vivos de Emmanuelle Pirotte

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    Una historia intensa y hermosa, ambientada en la Belgica ocupada de la Segunda Guerra Mundial, que nos muestra que incluso en los momentos mas duros existe un espacio para la esperanza.

  • Quedate conmigo, por favor (Clamores de juventud 3) de Estrella Correa

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    Alejandro y Alvaro han desaparecido de la vida
    de Dani y no sabe como llenar el vacio que han dejado
    en su interior, pero no espera todas las sorpresas que le
    depara el destino, algunas de ellas le sobrepasaran,
    otras llegaran a formar parte de su pequeno universo.

  • La sabiduria de los psicopatas de Kevin Dutton

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    Y es que cuando hablamos de psicopatas nos vienen a la cabeza personajes, reales o ficticios, como Hannibal Lecter, el carnicero de Milwaukee o Dexter. Y, sin embargo, en este libro no solo se habla de ellos. En el salen otros nombres como los de Neil Armstrong, Bill Clinton, Vincent Van Gogh, John Stuart Mill o J. F. Kennedy.

  • Quedate 4 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Fransheska Di Carlo, siempre sono con encontrar a su principe azul, ese hombre que apostaria todo por ella y la hiciera vivir un mundo de ensueno. Y este parece haber llegado en la figura del apuesto, aventurero y caballeroso Brandon Anderson; sin embargo, cuando se trata del amor, la vida tiende a complicar un poco las cosas.

  • No hay reglas para olvidar de Iris T. Hernandez

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    Nasha dejo atras su zona de confort y se separo de su novio, Andres Zuniga, para lanzarse a la aventura, levantar su negocio y construir su reino.

  • Mendel el de los libros de Stefan Zweig

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    De vuelta en Viena tras una visita a los barrios de la periferia, me vi inmerso de improviso en un chaparron que, con humedo latigo, perseguia a la gente obligandola a correr hasta los portales de las casas y otros refugios. Yo mismo busque tambien, a toda velocidad, un techo que me amparara. Por fortuna, en Viena le espera a uno en cada esquina un cafe. De modo que hui al que se encontraba mas proximo, con el sombrero que ya goteaba y los hombros empapados. Una vez en el interior, se revelo como el tipico cafe de arrabal, con ese estilo casi esquematico, burgues, de los de la antigua Viena, lleno a rebosar de gente normal que consumia mas periodicos que bolleria, y sin los artificios tan de ultima moda en los cafes cantantes que en el centro de la ciudad imitan a los alemanes. En aquel momento --estaba empezando a oscurecer--, la atmosfera ya de por si sofocante se veia jaspeada por espesos anillos de humo azul. Y, sin embargo, aquel cafe daba la impresion de estar limpio, con sus sofas de terciopelo visiblemente nuevo y su caja registradora de aluminio reluciente. Con las prisas no me habia molestado en leer el nombre que ponia por fuera. Por otro lado, ?para que? De modo que me sente en aquel lugar calido, mirando impaciente a traves de los ventanales cubiertos de chorros azules a la espera de que la lluvia, inoportuna, tuviera a bien alejarse un par de kilometros. De modo que alli estaba yo, sentado sin hacer nada; a punto de caer en esa pasividad indolente que, como un narcotico, irradia todo autentico cafe vienes. Con aquella sensacion de vacio, me dedique a contemplar a las distintas personas que se encontraban a mi alrededor. La luz artificial de aquel espacio lleno de humo marcaba unas sombras de un gris muy poco saludable en torno a sus ojos. Observe a la senorita de la caja, que con movimientos mecanicos alcanzaba al camarero el azucar y las cucharillas para cada taza de cafe. Medio dormido, de manera involuntaria, lei los carteles del todo anodinos que colgaban de las paredes. Aquella especie de letargo casi me sento bien. Pero, subitamente, una extrana tension me saco de mi somnolencia. Una imprecisa inquietud despertaba en mi interior, como lo hace un pequeno dolor de muelas del que aun no sabe uno si procede de la parte izquierda o de la derecha, de la mandibula inferior o de la superior. Tan solo senti una sorda impaciencia, una intranquilidad espiritual, pues de pronto --no sabria decir por que-- fui consciente de que ya debia de haber estado alli en alguna ocasion, hacia anos, y de que algun recuerdo debia de unirme a aquellas paredes, a aquellas sillas, a aquellas mesas, a aquel espacio envuelto en humo. Pero cuanto mas me esforzaba por alcanzar aquel recuerdo, con mayor malicia y de modo mas escurridizo se me escapaba, como una medusa, brillando incierto en el estrato mas profundo de la conciencia y, sin embargo, imposible de atrapar. En vano fije la mirada en cada objeto que habia en aquel local. Es cierto que algunas cosas no las conocia, como la caja registradora con su resorte tintineante. O el revestimiento marron de las paredes de falsa madera de palisandro. Todo aquello debian de haberlo colocado mas tarde. Pero, si, sin duda. Yo habia estado alli en alguna ocasion, hacia veinte anos o mas. Alli perduraba, oculto en lo invisible como el clavo en la madera, una parte de mi propio yo hace tiempo soterrada. Haciendo un esfuerzo, dilate y empuje todos mis sentidos por aquel espacio, y al mismo tiempo por mi interior. Y, sin embargo... !Maldita sea! No lograba alcanzar aquel recuerdo desaparecido, ahogado en mi mismo. Me enfade, como se enfada uno siempre que un fallo le hace ser consciente de la insuficiencia e imperfeccion de las fuerzas mentales, pero no perdi la esperanza de recuperar aquel recuerdo. Tenia claro que tan solo necesitaba un minusculo gancho al que poder aferrarme, pues mi memoria es de una indole particular, buena y mala al mismo tiempo. Por un lado, obstinada y tenaz, pero por otro tambien increiblemente fiel. Se traga lo mas importante, tanto en lo que respecta a los acontecimientos como a los rostros, tanto lo leido como lo vivido, dejandolo con frecuencia en lo mas hondo, en la oscuridad, y no devuelve nada de ese mundo subterraneo sin que uno ejerza presion, solo porque asi lo requiere la voluntad. Sin embargo, me basta el mas fugaz asidero, una postal, los trazos de una caligrafia en el sobre de una carta, una hoja de periodico amarilla por el tiempo, y enseguida lo olvidado, como el pez en el anzuelo, resurge de un brinco de la fluida y oscura superficie, vivo y coleando. Entonces reconozco cada detalle de una persona: su boca y, en su boca, el hueco de un diente, a la izquierda, cuando se rie. Y el tono ronco de su risa, y como al reirse se le contrae el bigote. Y como con esa risa surge otro rostro, diferente. Todo esto lo veo entonces de inmediato, en una panoramica completa, y anos despues recuerdo cada palabra que aquella persona me dijo en cierta ocasion. Pero, para percibir con los sentidos algo ocurrido en el pasado, necesito siempre un estimulo sensorial, una minima ayuda de la realidad. Asi que cerre los ojos para poder reflexionar de modo mas intenso, para dar forma a aquel anzuelo misterioso y asirlo. Pero, !nada! Otra vez, !nada! Estaba enterrado y olvidado. Y tanto me irrite por lo chapucero y caprichoso del aparato retentivo que tengo entre las sienes, que habria podido golpearme la frente con los punos, tal y como se sacude una maquina tragaperras estropeada que, desleal, retiene lo que le pedimos. No, no podia seguir por mas tiempo sentado tranquilamente. Hasta tal punto me excitaba aquel fracaso intimo. Y de puro enojado me levante para despejarme. Pero, es curioso, apenas habia dado los primeros pasos por el local, cuando en mi interior se produjo, reverberando y centelleante, un primer resplandor fosforescente. A la derecha de la caja registradora, recorde, debia de haber una habitacion sin ventanas, iluminada tan solo con luz artificial. En efecto. Asi era. Y alli estaba, empapelada de un modo distinto y, sin embargo, exacta en sus proporciones, aquella habitacion interior cuadrada, de contornos imprecisos: la sala de juego. De manera instintiva, mire en derredor los diferentes objetos, con los nervios que ya vibraban de alegria. Enseguida lo sabria todo, senti. Dos mesas de billar holgazaneaban alli como verdes cienagas en silencio. En las esquinas habia mesas de juego agazapadas, a una de las cuales estaban sentados dos consejeros o catedraticos jugando al ajedrez. Y en un rincon, justo al lado de la estufa de hierro, por donde se iba a la cabina de telefonos, una pequena mesa cuadrada. Y de improviso me vino a la memoria como un relampago. Lo supe de inmediato, al instante, c

  • Ardiente pasion de Adrian Blake

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    Me llamo Leo Johnson, y soy oficial de la brigada 118 del cuerpo de bomberos de Nueva York, situada en Middagh St, muy cerca del puente de Brooklyn. Me encuentro dando vueltas por la fiesta de disfraces que han organizado en el Nixx, uno de los mejores hoteles del barrio. Hoy es mi primer dia de descanso despues de un turno de veinticuatro horas, y aunque la idea principal era quedarme en casa viendo la television, ha sido imposible hacerlo. Estamos a viernes de carnaval, y la mayoria de los pubs y hoteles de la zona han organizado fiestas de disfraces. Wess, mi mejor amigo y companero de trabajo, no ha dejado de incordiar hasta que me he liado la manta a la cabeza y nos hemos echado a la calle. En el Nixx hay una unica regla esta noche: todos los asistentes tienen que permanecer con el rostro cubierto hasta salir del hotel. He elegido para la ocasion disfrazarme del fantasma de la opera. La mascara esta hecha a medida y se sujeta a mi cara con pegamento para piel, de modo que no necesito gomas para sujetarla. El disfraz me ha poseido, lo reconozco, tengo el porte y los andares de un autentico dandi del siglo XIX. Me acerco hasta la barra, donde Wess, sentado en un banco disfrazado de Hercules, se despide de Persefone, a la que probablemente se habra follado en la habitacion que hemos cogido para pasar la noche, porque ninguno de los dos tiene ganas de quedarse sin probar el alcohol por tener que conducir. --Veo que estabas muy bien acompanado --bromeo apoyandome en la barra. --Tenia que marcharse, pero he quedado en llamarla manana... --contesta cogiendo un canape de una de las bandejas-- o pasado. Estos canapes estan de muerte, tio. --El ambiente esta muy animado. Parece que a la gente le encanta disfrazarse. --Las noches con mascaras siempre traen consigo mayor afluencia de personas. Hay muchos que guardan demasiado su intimidad, y asi tienen la ocasion de soltarse la melena. --Estas muy bien informado... --Que quieres que te diga. Las mascaradas son las fiestas en las que mas follas sin tener que atarte a nadie. Llegas, echas un polvo y adios. Observo detenidamente a un par de bailarinas que se contonean alrededor de una barra de pole dance. --Estan buenas, ?verdad? --comenta Wess. --Y que lo digas. La morena me esta poniendo a mil por hora. Y es verdad. En la barra de la izquierda, una mujer morena, alta, con unas curvas que me hacen babear parece que estuviera bailando para mi. Aunque sus ojos estan cubiertos por una mascara de plumas, sus labios carnosos cubiertos de carmin sonrien, y no puedo evitar querer subirme a la plataforma para morderlos y hacer a su duena perder el sentido. Veo aparecer a John por la puerta disfrazado de marine, y me sorprende no ver a Linda colgada de su brazo, pues desde que estan casados no le deja ni a sol ni a sombra. Le doy un abrazo cuando se para a mi lado y le miro interrogante. --?Has convencido a Linda para que te suelte la correa? --bromeo. --No seas cabron. Esta manana se ha levantado con fiebre y ha tenido que quedarse en la cama. --?Y la has dejado sola, capullo? --pregunta Wess. --!Claro que no! Su hermana vino a pasar el fin de semana en casa y se ha quedado con ella --protesta mi amigo--. Tengo la mejor cunada del mundo, ha convencido a mi mujer de que me deje salir con vosotros. --Eso es porque tu cunada no nos conoce --dice Wess con una carcajada--. Si lo hiciera te habria esposado a la cama junto a tu mujer. Echo un ultimo vistazo a la bailarina, que ha fijado su mirada en mi. Se contonea provocandome, insinuandose de manera deliciosa. Esta decidido, en cuanto se baje del escenario me la voy a subir a la habitacion. Salgo de la sala para ir a fumarme un cigarro al patio trasero del hotel. Mi madre solia trabajar aqui, asi que conozco todos los recovecos del edificio. Me sorprendo al oir llantos saliendo del cuarto donde las limpiadoras guardan sus utensilios, y entro de inmediato para encontrarme a una conejita de Playboy sentada en el suelo llorando a mares. --?Te encuentras bien? --digo suavemente para no asustarla. Ella levanta la vista y me mira con los ojos mas verdes que haya visto en mi vida, y suspira conteniendo un sollozo. --No, nada esta bien. Mi vida es una mierda, y no puedo arreglarlo. Me siento junto a ella y le paso la palma de la mano por la espalda intentando calmarla, y ella se acerca a mi y apoya la cabeza en mi hombro con un suspiro. --Hoy he descubierto que mi marido me engana --susurra--. Ni siquiera ha intentado negarlo, ?sabes? Ha dicho que es culpa mia por no darle lo que quiere. --Tipico de un cabron manipulador. Solo el tiene la culpa de una infidelidad, dulzura, e intenta echarte la culpa para poder seguir haciendolo. Lo mejor que puedes hacer es mandarle a tomar por el culo. --No me ha dado oportunidad de dejarle. Se ha marchado de casa ofendido, dando un portazo. Por eso estoy aqui. He salido con mi mejor amiga para pagarle con la misma moneda. Se incorpora y vuelve a mirarme a los ojos. --Soy tan imbecil que no he sido capaz de hacerlo. Cuando un chico ha intentado ligar conmigo, me he acobardado y he salido a correr. --?Y crees que las escobas son la mejor compania? --No he conseguido encontrar a mi amiga y ella tiene la llave de nuestra habitacion, asi que estoy perdida hasta que decida aparecer. Suspiro ante la irresponsabilidad de la amiga de la joven. --?Que te parece si te llevo a casa? --No quiero irme a casa. No soportaria verle la cara esta noche a ese desgraciado. --Entonces vamos a mi habitacion. Quizas yo sea capaz de hacerte olvidar lo desastrosa que ha sido esta noche. Uno mis labios a los suyos en un impulso que soy incapaz de controlar, y la sangre comienza a hervir en mis venas. Ella permanece pasiva, dejandome recorrer sus labios con los mios una y otra vez, y cuando deja escapar un suspiro, aprovecho la oportunidad para hundir la lengua en su boca. !Joder! Sabe a gloria, literalmente. Su lengua juguetea un rato con la mia antes de romper el beso, y agacha la cabeza, muerta de verguenza. La ayudo a ponerse de pie y tiro de su mano hasta el ascensor. En cuanto entramos en la habitacion, se deja caer timidamente en el sofa. --Voy a bajar un momento para avisar a mis amigos de donde estoy --susurro--. No tardare. --Vale. Vuelvo a la barra, donde mis amigos charlan animadamente. --Wess, cogete otra habitacion --ordeno. --?Ya has cazado, capullo? --pregunta John. --Eso parece --contesto--. La tia esta tremenda, asi que voy a disfrutar de ella toda la noche. --Disfruta, mamon --rie Wess--. No se como te las apanas que siempre terminas llevandote una mujer a la cama. Me acerco a recepcion y pido que nos suban algo para cenar. La pobre no habra podido probar bocado con el disgusto, y a estas horas debe tener hambre. Ya habra tiempo mas tarde para el sexo. Cuando entro de nuevo en la habitacion, veo que la chica se ha quitado los zapatos de aguja y se ha sentado en la cama con las piernas cruzadas, para poder ver la tele. --Veo que te has puesto comoda --digo tumbandome a su lado. --Con este traje es dificil hacerlo. !Dios! No se por que tuve que hacerle caso a Lindsay. Me acerco a la bolsa de viaje que he traido con la ropa de manana y saco el pantalon de deporte y la camiseta que traje para dormir. Ella los acepta con una sonrisa y se mete en el bano a cambiarse, mientras me quito la capa, el chaleco y el corbatin, que me tiene hasta las narices. En ese momento el camarero llama a la puerta, y me entrega una bandeja con una seleccion de pequenos sandwiches de distintos sabores, y dos trozos de tarta de chocolate y nueces, cortesia de mama Rose, la cocinera, que me conoce desde que usaba panales. Cuando sale del bano, veo que tambien se ha quitado la mascara, dejando al descubierto el rostro de un autentico angel. Sus ojos verdes estan escondidos tras unas largas pestanas, sin una gota de maquillaje. Natural... y absolutamente arrebatadora. Dejo caer mi mirada por todo ese cuerpo escondido tras mi ropa, deseando que llegue el momento de desenvolver este delicioso regalo para poder darme un festin con el. Ante mi escrutinio, ella me mira avergonzada y se sienta en la cama de nuevo. --Gracias, esto es mejor que ese condenado disfraz --susurra. --He pedido algo para comer, supongo que tendras hambre. --No he comido nada en todo el dia. Comemos en silencio, absortos en el programa de television que ella habia puesto para entretenerse mientras yo no estaba. --!Dios, estaba famelica! --suspira. --?Que te apetece hacer ahora? Ella acaricia mi mascara y sonrie. --?No te la quitas? --pregunta-- Ya no estamos en la fiesta. --Es mejor que no lo haga. Esta noche solo somos dos desconocidos que se conocen en una fiesta. --Vaya... me gustaria verte la cara completa. --Puedes imaginarla. A fin de cuentas ya estas viendo la mitad de ella. --Tienes razon. ?Por que no me cuentas algo de ti? --Soy Erik... un alma atormentada por el amor de una cantante de opera. Ella se echa a reir por primera vez desde que la conozco, y un par de dulces hoyuelos aparecen en sus sonrosadas mejillas, haciendola parecer mucho mas joven. --Esta bien, entonces yo soy Lola, una conejita traviesa que esta buscando pasar un rato divertido. El juego de seduccion se alarga durante horas. Una mirada, una sonrisa, una caricia accidental, son los alicientes de la pasion, que comienza a florecer entre nosotros. Las botellas del mini bar se acumulan en la mesita de cristal que hay junto a la cama. Estoy en mangas de camisa, con la mitad de los botones desabrochados debido al calor de las copas... y del juego. Ella esta tumbada a mi lado, acariciando distraidamente el vello ensortijado que asoma por la abertura de mi camisa, mordiendose el labio inferior mientras me mira fijamente a los ojos, y antes de darme cuenta me encuentro tumbado sobre ella con mis labios pegados a los suyos.

  • Un pasado incierto de Tierra Salvaje

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    Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccion total o parcial de este libro, por cualquier medio electronico o mecanico, sin la autorizacion previa y por escrito del autor. Capitulo 1: El despertar El sonido de aquellas voces me desperto. Llegaban de lejos y hablaban en voz baja. Intente abrir los ojos, pero un intenso dolor me sacudio la cabeza y atraveso todo mi cuerpo. Deje que el dolor campara a sus anchas por mi interior y me abandone a su suerte. Me concentre en las voces que ahora escuchaba con mayor claridad, no se si porque habian subido el tono o porque mi oido se habia agudizado, al estar ahora mas atento que antes. Eran dos, un hombre y una mujer. --Mire, senora --dijo el, con voz viril, formando en mi mente difusa el retrato de un hombre entrado en anos-- todavia es pronto para saber el alcance del accidente y sus posibles secuelas. Lo unico que sabemos en este momento con certeza es que tiene dos costillas rotas, el femur fracturado y distintas contusiones, pero lo que mas preocupa es conocer el alcance de los danos cerebrales y su tratamiento. --Doctor, el y yo no estamos casados, al menos por el momento --dijo la voz femenina, sin duda perteneciente a una chica joven-- ?se va a poner bien? ?Por que no despierta? --Vera --continuo la voz del que debia ser el doctor-- como le estaba diciendo, su novio ha recibido un fuerte impacto en la cabeza. Tiene varias contusiones y hematomas, y hasta que no despierte no podemos conocer en que estado esta su cerebro. De momento, el hecho de que no despierte no es alarmante. Sus constantes vitales son estables, es un joven fuerte, y no dudo que acabara despertando. --Pero es que lleva asi dos dias... --dijo ella en un tono que mostraba su evidente preocupacion. --Conozco casos en que han estado mucho mas tiempo y han despertado sin secuelas ni complicaciones --intento calmarla-- no digo que sea el caso... ojala fuera asi. Lo unico que quiero hacerle entender es que el cerebro es un organo complejo, de dificil diagnostico y, aunque las primeras pruebas no hayan detectado nada preocupante, hasta que el paciente no despierte no podemos estar seguros. Hay que tener paciencia. --Ya... --dijo ella resignada-- al menos esta vivo... cuando vi el estado en que habia quedado el coche pense que lo habia perdido para siempre...No sabe la angustia que pase hasta que alguien me confirmo que seguia con vida, que aun lo tenia a mi lado. --No se angustie y sea paciente --dijo el doctor con voz condescendiente-- en este caso hay suficientes motivos para creer en una pronta recuperacion. Intui que debian hablar de mi. ?Llevaba dos dias dormido? ?Habia tenido un accidente de coche? ?Por que no podia moverme? ?Y quien era esa chica a la que el doctor trataba como si fuera mi novia? Note a mi lado otra presencia, alguien que se movia al lado de donde estaba tendido. De eso si estaba seguro, estaba tumbado y supuse que en una cama. Como habia escuchado estaba en un hospital. La presencia se acerco a mi y toco mi brazo, moviendo algo que tenia clavado en mi piel, provocando un leve gemido de protesta por mi parte y que moviera levemente mi mano tratando de apartarla de aquella nueva fuente de dolor. --Doctor --dijo al instante otra voz, esta mucho mas cercana-- se acaba de mover... Pasos acercandose, unos dedos palpandome y, de pronto, una luz cegadora directa a los ojos. De nuevo, me agite intentando huir y moviendo al parecer mi cabeza. Aquellos parecieron apiadarse de mi y me abandonaron momentaneamente, reiniciando la exploracion en zonas menos dolorosas para mi. --?Lo ve? --dijo con alegria aquel hombre-- ya le dije que despertaria... --Si... --dijo la voz femenina entre sollozos-- gracias doctor... --No me de las gracias todavia --le respondio el-- tenemos que ir paso a paso... ver si hay secuelas, hacer mas pruebas y, luego, si todo va bien, empezar la recuperacion, pero ahora dejemosle descansar. Las voces se alejaron, un ligero pinchazo en el brazo y el dolor empezo a remitir sumiendome de nuevo en un profundo sueno. No se el tiempo que permaneci inconsciente, dormido o lo que fuera el estado en que me encontraba. Solo se que, cuando me desperte de nuevo, esta vez si pude abrir los ojos sin sentir aquel dolor atroz que me lo habia impedido la primera vez. Seguia habiendo dolor, pero algo mas leve, mas llevadero... Un falso techo aderezado de varios focos que alumbraban la habitacion fue lo primero que vi. Intente mover la cabeza y, para mi sorpresa, consegui hacerlo. Paredes blancas, una butaca al lado de la cama donde, como ya habia adivinado, me encontraba tumbado y una mesita al lado donde se hacinaban varios objetos a los que no dedique una mirada mas escrutadora. Al pie de la cama, mi pierna colgaba de un anclaje y de mi mano salian varios cables y tubos conectados a maquinas varias que pitaban de forma ritmica y constante. Definitivamente, estaba en un hospital. Habia abierto los ojos y movido la cabeza, lo siguiente fue probar mis dedos y luego la mano. De momento todo bien. El brazo tambien consegui levantarlo y la pierna, la buena, tambien respondio a las ordenes de mi cerebro. Senti un profundo alivio, al parecer todo respondia como debia y no me habian quedado secuelas... al menos hasta donde llegaba mi alcance. --Vaya, veo que estas despierto de nuevo... --dijo una voz entrando por la puerta de la habitacion-- parece que tienes mejor cara... Era la enfermera, la misma que estaba en la estancia la ultima vez que me habia despertado. No respondi, tampoco sabia si podia ya que aun no lo habia intentado. Pero ella no necesitaba respuesta alguna para seguir hablando. --Vamos a ver como esta todo esto... --dijo comprobando los cables y las constantes-- ya veras que alegria le vas a dar a Sara cuando te vea asi... lo ha pasado tan mal la pobre... ?Quien era Sara? Pense mientras miraba a aquella enfermera de cabello negro recogido en una coleta agacharse, dandome una vision privilegiada de su culo embutido en aquellos pantalones blancos donde se marcaba a la perfeccion su ropa interior. --Dentro de un rato vendra y podreis estar un rato juntos que seguro que la has echado de menos --dijo levantandose e inclinandose sobre mi para comprobar el vendaje que cubria mi pecho, dandome ahora una panoramica de sus pechos que, sin ser muy grandes, eran bastante proporcionados a su pequena figura-- a ver por aqui... Y para mi sorpresa, me quito la sabana hasta un poco mas debajo de mi entrepierna, dejando al descubierto mis partes mas intimas. --Daniel, Daniel, Daniel... --dijo mientras alargaba su mano y acariciaba mi miembro completamente flacido-- menudo descubrimiento... Su dedo recorrio la longitud de mi miembro, provocandome un cosquilleo en toda la zona y provocandome sentimientos encontrados: alivio al notar que aquella zona parecia responder a los estimulos de aquella enfermera, pero tambien sorpresa, porque para nada me hubiera esperado algo asi. Y, finalmente, enfado. ?Quien cono se creia esa enfermera para tomarse esa libertad? --Lastima que no tengamos tiempo para seguir jugando un ratito mas... --dijo mientras tras una ultima pasada a mi miembro volvia a cubrirme con la sabana. Yo no entendia nada de lo que acababa de pasar, pero, por suerte o por desgracia, no tuve tiempo de darle muchas vueltas al asunto ya que la puerta volvio a abrirse y aparecio una chica que supuse debia de ser la que hablaba con el doctor, no se si hacia unas horas o quizas dias. Habia perdido la nocion del tiempo. --Hola Sara --saludo la enfermera-- mira quien se ha despertado... --!Daniel! --grito contenta aquella tal Sara que vino hacia mi-- no sabes lo preocupada que he estado por ti... por un momento me temi lo peor... crei haberte perdido para siempre, que nunca volveria a tenerte entre mis brazos...

  • La mejor venganza (La Primera Ley 1) de Joe Abercrombie

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    La guerra puede ser un infierno, pero para Monza Murcatto, la Serpiente de Talins, a sueldo del duque Orso, tambien es una forma excelente de hacer dinero. Sus victorias la han hecho muy popular ?quiza demasiado para el gusto de Orso. Traicionada y dada por muerta, la recompensa de Murcatto es un cuerpo desfigurado y una sed de venganza que no se detendra ante nada. Sus aliados son el borracho menos fiable de Styria, el envenenador mas traicionero de Styria, un asesino en serie obsesionado con los numeros y un barbaro que quiere enderezar su vida? Entre sus enemigos estan los mas poderosos del pais, y eso antes de que el Orso envie al hombre mas peligroso para acabar con ella? La mejor venganza es una novela independiente que tiene todas las caracteristicas que hicieron un exito de la trilogia La primera Ley . ?Entre sus personajes hay tiranos y torturadores, un par de envenenadores, un asesino en serie, un borracho traidor, un oscuro barbaro y un sangriento mercenario. Y estos son los buenos? Las batallas son vividas y viscerales, la accion brutal, el ritmo imparable y Abercrombie amontona las traiciones y los giros de la trama de forma que no dejamos de preguntarnos como acabara todo. Este es su mejor libro hasta el momento.? George RR Martin Elegido entre los diez mejores libros de 2009 por los lectores de SF Site. Seleccionado por Amazon como una de las mejores publicaciones del genero en 2009. Libro favorito de SFFWorld en 2009. Finalista del British Fantasy Award 2010. Finalista del David Gemmel Legend Award 2010.

  • Estacion de cercanias de Juan Malpartida

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    En este nuevo diario, Estacion de cercanias, Juan Malpartida asume la memoria y la fijacion del momento en una atractiva alianza de la reflexion y la afectividad, de pensamiento y los sentidos. Aunque no deja de responder en ocasiones a la urgencia de lo cotidiano, se trata de un diario que da cuenta de varias obsesiones: las ideas e imagenes que nos hemos dado sobre el tiempo y la Historia; las aportaciones de la neurociencia a la comprension de la naturaleza humana; la revolucion que supone tener en cuenta la realidad evolutiva de la vida, en la que estamos insertos, aunque sea de manera problematica; las tensiones entre creencia y conocimiento; la complejidad del deseo y de la pasion amorosa; y, finalmente, pero en el centro de esta Estacion, el fenomeno de la creacion poetica, que forma parte de una concepcion del ser humano como eminentemente creador.
    Sin ser un ensayo -aunque lo es en cierto sentido muy literario-, Juan Malpartida pretende crear un espacio, una estacion de cercanias; en ella, bitacora de lecturas, confluyen pequenas reflexiones, pensamientos, dialogos con escritores y meditaciones sobre libros, que a modo de salidas al mundo, se comportan como trenes de cercanias: en la distancia corta, por afectiva y por su proximidad, tienen un caracter abiertamente confesional, dotando a la reflexion de una dimension corporal, transformando el diario en un retrato de una mente y un cuerpo.

  • El libro contra la muerte de Elias Canetti

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    Uno de los proyectos que Canetti acaricio toda su vida fue escribir un libro contra la muerte. Pero ese libro nunca se escribio, y es en sus innumerables apuntes donde sin lugar a dudas ha dejado su rastro mas marcado. En este libro se reunen por primera vez, ordenados cronologicamente de 1942 a 1994, los apuntes de Canetti sobre la muerte, tanto los publicados como los ineditos, que suman mas de una tercera parte. De todos ellos se desprende el contorno mas completo del libro que Canetti proyecto durante decadas, y sobre el que escribio en una ocasion: “El libro sobre la muerte continua siendo mi verdadero libro

  • La historia de amor mas bonita del mundo, Brendan Kiely de Brendan Kiely

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    Hendrix es un joven de diecisiete anos solitario e interesado en la poesia. Su madre viaja mucho por trabajo y su abuelo reside en un complejo de apartamentos adaptados para enfermos de alzheimer. Siente que su familia se esta desmoronando. Entonces conoce a Corrina, una joven de su clase de poesia que canta en la calle. Corrina quiere huir a Nueva York y Hendrix decide ayudarla. El camino es largo, esta lleno de aventuras, imprevistos y sorpresas.Un viaje en el que no hay vuelta atras y que les cambiara para siempre.

  • Entre letras y amor de Mary Kate Williams

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    Ser escritora es transitar por un camino de constante esfuerzo y dedicacion. Lograr un espacio en la industria no es algo facil.
    Al llegar a esta prometedora entrevista estaba preparada para cualquier cosa menos para encontrarme con mi viejo amor de secundaria. Alto, guapo y millonario hubiera sido suficiente para caer a sus pies, pero mi antiguo amor de juventud fue quien me dejo mi corazon sin animos de volver a amar.