• emily jo cooper serie romance en londres - Emily Jo Cooper

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    Una mujer conocida como “Dama negra” vive sus dias al margen de la nobleza, de la cual huyo para embarcarse en una peligrosa busqueda. Un caballero atado a una promesa del pasado, debe usar sus dotes de espia y rastreador para traer de regreso a una dama que no solo es un trabajo, sino tambien quien rompio su corazon y lo traiciono cinco anos atras.

  • UN BESO INESPERADO de Emily Jo Cooper (2021 ...

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    29 sept 2020 — La promesa del conde de Emily Jo Cooper La promesa del conde: Romance en Londres n°3 de Emily Jo Cooper Una mujer conocida como «Dama negra» ...

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  • Emily Jo Cooper (2020) - PDF Y EPUB

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  • Una Atraccion Enmascarada (Romance En Londres 2)

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    Una Atraccion Enmascarada (Romance En Londres 2) – Emily Jo Cooper ... Capítulo dos del libro Consejos para un romance exitoso Londres, Inglaterra, ...

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    A Marriage Of Convenience: Western Romance (Cowboy BBW Contemporary Book 1) (English Edition). Edición en Inglés | de Emily Cooper | 5 febrero 2019.

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  • Indice de novela romantica y erótica - ¡¡Ábrete libro!!

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    26 may 2009 — Cooper, Emilie Jo Una atracción enmascarada (Histórica)[Romance en Londres 2] Cooper, Jilly Jinetes (Contemporánea) Cooper, Tessa

  • Mujer que sabe latin de Rosario Castellanos

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    Rosario Castellanos (1925-1974) hace una muy personal incursion en Mujer que sabe latin… en el debatido y siempre actual tema del feminismo. En este campo, Castellanos es una polemista que combate con las armas del ingenio y de la ironia a traves de una prosa que resplandece de sentido.

  • La Amante Contratada Del Jeque de Ella Brooke

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    Los ojos de Laine se redujeron a lineas delgadas y se fijaron sobre el trabajador temporal. Sus ojos se abrieron como platos. El reloj hizo tictac. Podia haber pasado una planta rodadora del desierto. Puso su bloc de notas en el escritorio de Laine y contesto el telefono. --Brandt Interiors -- medio canto --Jacob al telefono. ?Como puedo ayudarle? Laine sonrio victoriosa y miro hacia atras a la pantalla de su ordenador. Tenia mucho trabajo que completar en esta cuenta antes de irse a casa. Convencer a los Madison de que necesitaban rehacer su apartamento igual que todos sus banos, y que ella era la unica decoradora en el estado (y sobre todo la unica en Brandt Interiors) que debian incluso tener en cuenta habia retrasado su planificacion unos dias, pero valdria la pena. La comision en esta cuenta iba a ser astronomica. El senor Brandt tenia la tendencia de no hacer caso a su trabajo o dar los trabajos a los empleados mas mayores (y masculinos), pero en cuanto viera lo que habia hecho, convirtiendo una remodelacion de un bano en un proyecto completo de una vivienda, tendria que llamar su atencion. Un aumento y recibir clientes preferentes no podian tardar. Jacob intento darle el telefono, pero ella le corto haciendo un signo de negacion con un dedo. --Es tu hermana. Ella lo miro, tomo aire y volvio a su trabajo. --Ya te llamara --dijo Jacob. Parpadeo despues de recibir el mensaje y despues recupero su bloc de notas antes de volver a sus ocupaciones. Si Laine hubiera tenia un segundo para respirar, se habria sentido culpable por no atender a su hermanita Emma. Pero la ya bulliciosa carrera de actriz de Emma habia despegado el ultimo ano, y rara vez tenia tiempo para Laine y su padre. Sin duda Emma estaba entre tomas o sesiones de fotos o fabulosas comidas con gente hermosa. Tendria que esperar unas horas a que Laine se tomara un descanso. Laine habia sido contratada en Brandt Interiors directamente despues de graduarse en Parsons hacia cuatro anos. Desde entonces, su vida habia sido patrones, muestras y regateos con los proveedores. Era simplemente como le gustaba, aparte de tener que buscar reconocimiento entre asociados menos talentosos. Eso no le dejaba demasiado tiempo para esas raras criaturas conocidas como fines de semana y vacaciones. Laine solo sacaba tiempo para ir a visitar a su padre, que vivia solo al norte del estado. Laine lo llamaba casi todos los dias. Era casi tan bueno en la creacion de lazos sociales como Laine. Emma habia intentado jugar a casamentera para el mientras estaba en secundaria, pero no habia conseguido nada. Greg McConnell habia sido siempre un hombre de una sola mujer. --!Hiii-eee! Emma canto desde la puerta, golpeando sus nudillos hacia arriba y abajo del marco. Laine casi escupe su cafe. --?Em? ?Que estas haciendo aqui? ?No deberias estar en algun plato en algun lugar en Hollywood? --!Si respondieras a mis llamadas, sabrias que estamos filmando alguna escena aqui en Nueva York! Emma se coloco detras de la silla giratoria de Laine y desordeno su cabello cuidadosamente dispuesto. --!Tomate un descanso! ?Con que frecuencia ves a su hermanita? --Tal vez mas a menudo, si vinieras a casa por vacaciones --dijo Laine , girandose hacia su ordenador. --Me alegro de que estes en la ciudad. Acabo de recibir un sofa bastante decente… Emma se echo a reir. --Oh, no. Me quedo en un hotel, amorcito. --Laine resoplo. Emma se apoyo en el respaldo de la silla de Laine. --!Sal conmigo esta noche! Todo el reparto va a ir a esta fiesta increible. !Va a ser una locura! --?Que parte de <> dice Laine McConnell para ti? Laine acabo de escribir un correo electronico a un distribuidor. --Yo me debo estrictamente a los negocios. Si tienes alguna funcion donde puedo tomar vino y cenar con algunos posibles clientes, llamame. Emma sacudio los hombros de Laine y se apoyo en el borde de su escritorio. --!Ten cuidado con esos papeles! --!Tienes que empezar a vivir tu vida, Lainey! Emma lanzo sus manos hacia delante. --Hay mucho mas ahi fuera que tu trabajo. --Me gusta el trabajo --argumento Laine. --No subes si no le echas horas. A ti te gusta tu trabajo. --Soy una actriz. Actuo por dinero. Emma, salto sobre el escritorio y cruzo sus piernas. --En serio. Ven conmigo. Te presentare a mis companeros de reparto atractivos. --Mmm. Deliciosos hombres bobos. ?Que mas podria pedir? Emma bajo bloqueando la pantalla de Laine. --!Dale una oportunidad a esos bobos! O por lo menos, baila con ellos y disfruta de unos de los mejores aperitivos y champan. Laine se sento nuevamente en su silla y miro a su hermosa hermana destellando la sonrisa que la habia hecho ganar tanto dinero desde su primer anuncio nacional vendiendo chicles. Emma podia ser exasperante. Cada movimiento tenia una inyeccion de gracia bien practicada. Laine todavia podia ver a Emma desfilando de nina con los zapatos de tacon de su madre. Laine, por el contrario, no habia ni nacido con gracia ni se habia sentido obligada a practicarla. Su estilo era el de una mujer de negocios elegante, con tacones altos pero con estilo, de los que rara vez se olvidaba en publico. Solo se podia imaginar a ella misma vestida al estilo de Emma entre todas las celebridades en esta fiesta. Se sentiria como una ciguena desfilando por ahi en un vestido de fulana. Sin embargo, era muy duro decirle a su hermanita que no. --?Que tengo que hacer para convencerte de que me dejes terminar mi trabajo? --pregunto. --Prometer dejarme vestirte y llevarte a esta fiesta. Al menos, unas dos horas. --Una hora. Me metes en tu mundo durante una hora, y entonces tienes que venir a casa conmigo y comer comida tailandesa y beber algo mientras diseno un nuevo patron de papel de parez en mi portatil. --Tu vida es un cadaver, Lainey. Emma se echo a reir. Apreto el hombro de Laine. --Te enviare mi numero de habitacion. --No puedo esperar. Laine se centro en su pantalla. Iba a tener que tener listas esos pedidos en la siguiente hora. Paso una mano por su cabello. Emma querria hacer algo ridiculo con eso, tambien. Laine tendria que evitar que le pusiera brillantina o que se lo tinera. Su pelo era castano oscuro, como el de su madre, aparte del mechon blanco que crecia desde el nacimiento de su pelo, habia estado alli desde que tenia doce. Lo dejaba caer sobre su frente, como siempre. Le ayudaba a cubrir la cicatriz. Laine murmuraba mientras corregia los codigos de color para las paletas de bano --He dejado de trabajar por ti por esta fiesta, hermana. Preferiria rellenar formularios de compras… *** Como Laine esperaba, Emma estaba esperandola en su apartamento con una pared llena de vestidos de noche escotados y una vestidora personal para pintarla y peinarla hasta que estuviera tan molesta que a pesar de sus inclinaciones naturales, le dijera a su hermana que la dejara en paz. Pero al final de todo, alli estaba parada Laine, en todo su esplendor con su metro ochenta con tacones de diez centimetros (habia perdido la batalla sobre eso, a pesar de su queja de que a los hombres no les gusta una mujer por encima de ellos), en un vestido suelto azul y purpura que parecia que alguien lo hubiera tejido de una pila de panuelos suaves. El dobladillo estaba un poco alto, y el corte resaltaba cada curva de la que ella podia presumir, pero Laine paso un mal rato quejandose sobre su aspecto. Sin duda nunca habia llevado antes nada tan sensual. --Hicieron este para mi coprotagonista en Magnifique. Emma toco el pelo de Laine con cuidado, para no perjudicar la obra de arte en que se habia convertido transformar su recogido diario. Habian dejado mechones alrededor de su cara junto con su mechon de pelo blanco, con todo el efecto suavizando el aspecto habitual de encargada de Laine. --?Magnifique? Laine se giro para mirar a Emma. --?Tu coprotagonista no era una drag queen? Emma sonrio y tomo el brazo de Laine mientras caminaban hacia el edificio donde se celebraba la fiesta. --Recuerda que es un Nihayat Alhaya --dijo Emma. --?Un que? --Ese es el disenador de tu vestido. La gente preguntara. Laine cerro sus ojos. Era poco probable que algun paparazzi tomara alguna foto de ella. No con Emma llamando su atencion. La fiesta tenia lugar tantas plantas arriba que Laine perdio la cuenta de cuantas habia pasado el ascensor. Era como si fueran para arriba al mismo cielo. Brevemente, se pregunto si llegaban tarde, ya que no habia nadie en el ascensor, aunque Emma parecia despreocupada. Solo saco su neceser y comprobo su maquillaje. Laine respiro profundamente varias veces y trato de ser paciente. Si solo fuera una situacion de negocios. Ella se podria desenvolver alli, en su mejor Ralph Lauren y un bonito panuelo, amaba los panuelos y un cuarto lleno de marcas. Laine nunca se iba de un evento sin conseguir por lo menos dos o tres clientes. --No pienses en todas las personas importantes en esta fiesta --se dijo a si misma. No pienses en todas las personas que quieren ver las estrellas, no a los decoradores de las estrellas. Llegaras a casa a las diez con comida para llevar y una pinta de helado con algun tipo de aderezo. Caramelo, dulce tal vez. Emma lanzo a Laine una sonrisa cuando el ascensor paro y se abrio camino en el vestibulo. La gente estaba parada en grupos dispersos, llevando copas de champan y tomando de vez en cuando algun pequeno bocado de las bandejas que pasaban alrededor de los camareros vestidos de blanco. Laine exploro la multitud y pillo una brocheta de gambas envuelta en bacon mientras el camarero pasaba. --?A donde, al Golden Globe? --pregunto. Emma tiro de Laine a lo largo del atico, que realmente era mas como un hangar de avion que como un apartamento. Solo habia algunos muebles dispersos; en cambio los televisores de pantalla plana montados en las paredes reproducian musica y representaban figuras amorfas bailando. No habia nadie bailando en la fiesta, pero las pantallas reflejaban la idea de movimiento. Parecia un desperdicio para Laine. Sin embargo, suponia que las personas estaban realmente ahi para ser vistas. Mientras Emma iba de persona en persona, Laine levantaba sus ojos de la gente hacia la estructura de techo abovedado y las obras de arte que colgaban de las paredes. Tomaba notas mentalmente. Evaluo las conversaciones a su alrededor de ella para cambiar el tema hacia el diseno, o al menos al arte. Ella miro hacia abajo al suelo de madera (madera dura, pero no de una calidad que perduraria mucho a un pesado desgaste). Una persona normal estaria buscando a sus actores y actrices favoritas entre la multitud, pero Laine no pasaba demasiado tiempo pensando en las peliculas que ponia de fondo mientras trabajaba por la noche. Despues de asomarse a los bordes de conversaciones durante lo que le parecio una eternidad, Laine se desvio de su hermana hacia una escultura extrana y alta de plata. No podia decir si se suponia que era alguien volando o algo mas atrevido. Laine se dio la vuelta de repente, al notar a alguien detras de ella. Sus ojos se encendieron inmediatamente ante una cabeza gruesa, exuberante de pelo negro. El hombre al que pertenecia el pelo se levanto en toda su altura imponente de dos metros, si no mas, y sonrio. Una sonrisa rapida, amplia y facil que se plasmaba en sus mejillas bronceadas banadas por el sol y aspiraba el aire de los pulmones de Laine e hizo que ella sintiera un hormigueo en su piel. --Me estas llevando a mi, creo --dijo el hombre. Capitulo Dos --Yo, ummm, ?que? --Laine se espanto ante el increiblemente apuesto hombre de pie ante ella. --?Su vestido? --anadio. Laine miro hacia abajo y paso sus manos por sus muslos. --Oh, es un Ni… Niya… --Nihayat Alhaya. Soy el propietario de la empresa. Conozco al artista que creo este. Aunque acortaron el dobladillo un poco. El levanto una ceja significativamente. --Bueno, creo que tengo que agradecerle por hacer algo bonito para nosotras las chicas altas. Hizo un gesto con una mano. --Le queda muy bien. Es como si Niha se lo hubiera hecho a medida. --Yo… Gracias. Ahora que ella estaba mirandolo mas de cerca, el era un poco una obra de arte por si mismo. Su mandibula era amplia y cincelada, y estaba alineada con una fina barba perfectamente recortada. Pero sus ojos fueron lo que la atrajo, De un calido, verde avellana, que parecian reirse de su asombro, y estaban enmarcados por dos cejas oscuras. --Perdoname. No me he presentado Soy Aziz bin Mohammad bin Ali al Amirmoez. Hizo una leve reverencia. --Oh. Laine asintio lentamente. --Yo soy Laine McConnell. Las cejas de Aziz se levantaron y sus ojos se ensancharon. El tomo su mano y la beso. --Es un placer. Cuando te he visto aqui con un vestido de Niha, no pude evitar venir a examinar tu belleza. Laine parpadeo. ?Hablaba en serio? --?Estabas examinando esta escultura? Aziz la miro y se puso junto a ella. --?Te gusta? Laine inclino la cabeza. --Para decir la verdad, no lo se. Definitivamente podria venderlo a un cliente como una pieza de la sala de estar, pero no me podria sentir bien acerca de ello. --Es sugerente. El punto mismo del arte. Aziz giro su mirada de la escultura para mirarla a ella una vez mas. --Como una hermosa mujer. Provoca. --Laine se echo a reir. Su voz era calida y cadenciosa, con acento pronunciado pero inteligible. Era reconfortante. Pero ella no podia creer que el creyera lo que estaba diciendo. Tenia la facilidad de un hombre que podia conseguir decenas de mujeres solo levantando el brazo. --Eres tan encantadora… dijo casi en un susurro cerca y levanto su mano hacia el pelo que caia sobre sus ojos. --Eres como una rosa que ha florecido en rojo y blanco. ?Las que llaman tigres? Laine se alejo. --Debo volver con mi hermana. --Deberias pasar la noche conmigo. Laine miro boquiabierta a su sonrisa y balbuceo. --Ah, me he expresado mal. Me refiero a que debes mantener mi compania en esta fiesta. Es un poco aburrida, ?no? Creo que piensas lo mismo, o no estarias observando esta escultura. El se acerco mas, lo que la hizo mirar hacia arriba y tragar saliva. --Dejame hacer que tu noche sea interesante. Dejame que te provoque, Laine. Laine vacilo. Aun podia sentir su presencia. Era como si el calor de su piel dorada se proyectara de el como otro ser que presionara aun mas en el espacio personal de ella. Normalmente, ella querria dar un paso atras de el, para mantener su espacio propio, pero al sentirle, casi se sentia poseida por el. El ya se habia declarado. Todo lo que ella tenia que hacer era aceptar. Pero eso era una tonteria, por supuesto. El era solo un hombre. Un hombre guapo sin paliativos y uno claramente acostumbrado a conseguir lo que se proponia con las mujeres. Daria igual que ella tercamente rechazara dicha peticion. --No se si la fiesta es aburrida, o yo soy demasiado aburrida para apreciar a todas las celebridades que hay aqui. Laine se giro y senalo a su hermana. --Es mi hermana pequena. Es la estrella de la familia. Ha sacado tres peliculas este ano. --Ah. Aziz asintio con la cabeza. --Los miembros de mi familia tambien tienen bastante exito, o la mayoria de ellos. Aziz entonces procedio a regalarle en gran detalle acerca de los logros de todos los miembros de su familia, que eran, por cierto, obscenamente ricos y poderosos. Lo que significa que el, tambien era obscenamente rico y poderoso. Un jeque. Laine intento evitar imaginarselo con un panuelo blanco sobre su cabeza mientras continuaba con las propiedades fisicas y empresariales que estaban bajo su propiedad. --?Que estas haciendo aqui? --pregunto Laine.

  • Asesina otra vez (Los casos de Marina Altamirano 3) de Mar P. Zabala

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    Tercera entrega de la trilogia negra <>.

  • Agarrame, si puedes (Lola 1) de Alma Fernandez

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    Nunca te avisan de que tu vida se va a ir a la mierda en un segundo con veinticinco anos, ni que perderas todo aquello que habias ganado, ni que aprenderas a seleccionar a los amigos que creias fieles, pero que ahora se averguenzan de ti. No estaba lista para ver que mi mundo se desmoronaba, que ya no podria conocer medio mundo, correr una maraton, vivir de mi sueno, basicamente tener ilusion por vivir. Recapitulemos para que esto pueda entenderse, porque no es que sea melodrama ni que quiera compadecerme de mi misma, sino que todo tiene un porque y la verdad es que el mio no es moco de pavo. Soy campeona de atletismo, en la especialidad de carrera de obstaculos, o al menos lo era hasta que tuve el accidente, cayendo sobre uno de los obstaculos y provocandome una lesion medular irreparable. Me diagnosticaron paraplejia y me encorsetaron a una maldita silla de ruedas. Ahora vivo en otro mundo, en otro mas frio, infernal, solitario, marginado, aburrido. Nunca he sido mucho de salir a bailar samba, pero me encantaria salir ahora mismo a mover las caderas, tras escapar del hospital en el que estoy metida mientras acaban de hacerme unas pruebas y me instruyen para que a partir de ahora sea autonoma en lo que a movilidad con la silla se refiere. Mi madre esta sentada a mi lado mientras me como una especie de pure con color de moco en mal estado, un trozo de pollo a la plancha mas seco y duro que la suela de un zapato, concretamente de la sandalia de Cristo, si, esa que dicen siempre que esta perdida. Yo acabo de encontrarla y esta en este plato. Punto para mi. Mi madre se sienta en la cama ahora mientras yo tomo el yogurt y charlamos. Parece ser que mi padre se ha ido a por unos cafes. Ojala me pudiera tomar un buen cafe, y no esos de las maquinas que pareces meados de rata. La cama empieza a doblarse por momentos como un sandwich y es entonces cuando descubro que mi madre esta apretujando con su culamen a lo Jennifer Lopez el mando para reclinar la cama y nos esta apretujando como si esto fuera la faja de mi abuela, que en paz descanse. Mi madre no puede levantarse para darle al otro boton del mando y deshacer el bocadillo que ha hecho con nosotras. Solo se me ocurre pulsar como puedo, contorsionando mis brazos, el boton rojo de ayuda para que venga una enfermera a sacarnos de esta. Una vez hemos sido liberadas de esa tortura china, mi madre preocupada me pide perdon mientras acaricia mi rostro, pegandome los pelos a la cara, ahora sudorosa, como si fuera una peluca de las malas. --Carino, lo siento, ?te duele algo? -- me acaricia las piernas. --No mama, no siento ni tu caricia, ni aunque me caiga Hulk encima -- me encojo de hombros. Si yo no me lo tomo en serio, ?quien demonios lo va a hacer? La enfermera me mira con una mezcla de compasion y decepcion. Pero tambien hay un brillo en la mirada, de esos que ves cuando una persona esta en una situacion muy mejorable, como es mi caso, y se alegran de no ser ellos los que estan en tu pellejo. La entiendo, yo tambien lo pensaria, supongo. Cuando la gente te juzga por todo, te tiene que chorrear, como el agua entre las piernas, y asi es como he cambiado yo. Me he puesto una coraza porque el mundo es cruel y yo no quiero ser el patito feo del que reirse y despues compadecerse. Mis padres se han marchado a casa a descansar por peticion de una servidora. La verdad es que se los ve cansados y no quiero ser una carga. No quiero esclavizarlos a estar conmigo hasta el fin de los tiempos. Conmigo se ha quedado un celador la mar de mono. De mi entrenador no he vuelto a saber nada. No le he visto el pelo desde que me metieron en la ambulancia rumbo al hospital tras el accidente. El celador de mi habitacion, que ahora se que se llama Bruno, me ha traido un zumo y una revista que le he pedido, previo pago. Es el hombre ideal. Es mono, pero no de animal, sino agradable sin llegar a pibon, es dulce y encima cachas. Podria ser mi tipo, no os voy a mentir. Me imagino sobre su moto recorriendo el mundo entero. ?Que como se que tiene moto? No lo se, pero quiero pensar que si, porque en mi imaginacion es una grande y negra. Pero eso no va a pasar, no porque no tenga posibilidades con el, que si me pongo lo peto, pero no me veo ahora mismo subiendo a una moto, ni ahora ni nunca. Me estoy cagando, asi de claro, pero decirle eso a Bruno para que me lleve en brazos no es muy romantico, y puede que si me lo curre me lleve un meneo hospitalario, asi que mejor no romper la magia, al menos la que mi cabeza ha creado. Me levanto como puedo, sentandome en el colchon y acerco lo mas que puedo la silla de ruedas para sentarme en esta. Bajo con el mando lo mas que puedo la cama, a la altura de la silla y me arrastro como un gusano hasta quedar en el borde de la cama. Me cojo a la silla y tiro de mi cuerpo para con suerte caer en la silla, y si lo hago, pero abierta de patas junto cuando entra Bruno. Mierda. Suerte que llevo bragas, pero tambien una compresa mas grande que Gibraltar. Me coloco lo mas rapido posible las mierdas para que ese tierra tragame pierda algo de tierra y le sonrio para disimular. Me mira compasivo y me toma en brazos. He perdido mucho peso con esa comida, si se puede llamar asi, que me dan, asi que peso poco mas que una pluma de pavo real. --?Donde quieres que te lleve? --Necesitaba ir al bano, pero no te preocupes, necesito practicar. --Todavia estas convaleciente por la operacion. Mas adelante te dare toda la libertad posible para que hagas y deshagas a tu antojo, pero aun no. --No me gusta depender de la gente, ya lo sabes. Soy muy independiente. --Lo se, pero durante unos dias vas a estar pendiendo de mi cuello, ?vale? --Esta bien-- le digo agarrandolo del cuello mas fuerte con mis brazos mientras me sujeta, para no caerme. --Seras mi mona colgona -- y eso suena fatal, no, lo siguiente. Me deja en la taza del vater y sale para darme intimidad, como puedo, me bajo las braguitas y me cambio la compresa mientras suelto por este culito respingon todo menos rosas. Cuando voy a limpiarme, no hay papel, que novedad y encima en el peor momento. Estiro la mano como si fuera el Inspector Gadget hasta mi neceser, donde tengo la colonia y hecho todo lo posible antes de llamar a Bruno. Necesito que me traiga un rollo. Escondo la compresa sucia dentro del canuto pelado para que no la vea y tiro de la cadena, aun no habiendo acabado, pero para que no vea flotando las minas antipersona y me tapo todo lo posible para que no vea nada, aunque segundos antes ha visto mas de lo que debia. --Bruno, ?puedes venir? --Claro -- escucho detras de la puerta y golpea. -- ?Puedo abrir? Si, entra. --Dios santo, esta mezcla de olores es un poco nauseabunda. ?Ha muerto un animal aqui o que? --Lo siento. Necesito pedirte algo. --Claro, lo que necesites. --Necesito un rollo. --Bueno, tengo algunas amiguitas, pero puedo hacer hueco para una mas. --Me refiero al de papel higienico. --Lo se, ahora te lo traigo. Dame ese canuto, que lo tiro. --No, que no es necesario. Me quita el canuto de las manos y la compresa cae de dentro, quedando completamente abierta en el suelo. Joder. La recoge sin decir nada y se marcha para traeme poco despues un par de rollos de papel para que tenga de mas. Se lo agradezco antes de marcharme. Poco despues llega mi madre con una caja de tampones, bendita madre, es la mejor. Adoro a mi madre, siempre me trae lo que necesito. Lo de llevar las compresas xxxxxl del hospital a lo forro de libros como que no mola. Al igual que tampoco mola llevar aqui ya dos meses encerrada entre estas cuatro paredes. Y por fin ha llegado el dia de salir de esta jaula y poder ver la luz del sol sin barrotes de por medio y batas con las que ensenas el trasero. Me despido de Bruno con un abrazo y disimuladamente le meto en el bolsillo de la bata un papel con mi numero, porque si cuela, cuela. Me encamino al ascensor empujada por mi padre mientras mi madre me toma de la mano, modo melodramatica. Lo primero que hacemos es ir a comprar cosas a tiendas especializadas para hacer mas comoda mi vida a partir de ahora; cojin hinchable por eso de las almorranas y de mas, guantes para no palpar las mierdas de perro con la piel cuando giro las ruedas de la silla, cojin para respaldo acolchado, para que el dolor de espalda no me mate, etc. Ahora, mas lista que Fernando Alonso en una de sus carreras, sobre todo con el equipamiento anti --dolor, me encamino a casa, que por suerte es un piso con ascensor, de no ser asi, me veo en brazos de alguien o arrastrandome escalon a escalon como un gusanillo. Me coloco frente al ordenador y escribo mi diario en Facebook, como todos los dias. Me gusta que mis seguidores sepan que estoy bien y cual es mi rutina desde el accidente. El problema es que solo escribo las cosas buenas e intento contarlo desde un punto de vista comico.

  • Al atardecer de Nora Roberts

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  • El Rey (Colomba y Dante 3) de Sandrone Dazieri

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    La ultima y esperadisima entrega del gran autor del spaghetti crime: Sandrone Dazieri. Una estrella de la novela negra europea junto a Lemaitre y Dicker.

  • Despues de Gretna (Los Dybron 3) de Nadia Petru

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    Conoce a Matt, tercer miembro de la familia Dybron.

  • Un amor para recordar (Para siempre 2) de Priscila Serrano

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    No te pierdas la segunda y ultima parte de la bilogia para siempre.

  • La invencion de la soledad de Paul Auster

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    Auster comenzo a escribir La invencion de la soledad cuando murio su padre repentinamente. Este es un homenaje a la figura paterna, una reflexion sobre su influencia, sobre el papel de hijo y sobre su propia paternidad. Consta de dos textos: en <>, Auster analiza un hecho misterioso del pasado familiar y las consecuencias en el caracter del padre; sobre <>, Enrique Vila-Matas escribio que es <>.

    La invencion de la soledad
    es un libro autobiografico en el mismo tono que su ultimo y exitoso libro Diario de invierno.

  • Todos te recordaran de Andreu Martin

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    Pocos meses despues del atentado yihadista de las Ramblas de Barcelona, y a falta de dias para la celebracion de unas controvertidas elecciones autonomicas, aparece en el puerto, entre bloques de hormigon y un alborotado mar oscuro, el cuerpo sin vida del inspector de la Policia Nacional Santiago Ortuno. Semanas antes, Ortuno, un inspector ido a menos relegado a la Brigada de Extranjeria, habia recibido la visita en comisaria de la fascinante vocalista Leire Alfaro --tambien llamada Dorothy Gale-- con el objetivo de solicitarle un permiso de residencia para Abduh Fayad, un lampista marroqui que trabaja en el sospechoso negocio de los hermanos Shaddad y con quien ella mantiene una relacion.

  • La oscuridad en el abismo de Adriana Hartwig

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    La oscuridad se consume en un abismo, se mete dentro de si misma, imposibilita que algo se escape de alli. Atraida como a un agujero negro, como si una fuerza gravitacional la arrastrara, Isabela se adentra en la oscura mirada de Dermont, a quien todos le dicen que debe temer, que debe esconderse de el. En esos ojos, que todos ven como tenebrosos, ella ve, timida, una luminosidad que escapa al abismo.

  • Quiero ser tu principio y tu fin (Loca seduccion) de Eva P. Valencia

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    Manhattan, 27 enero de 2014 3 semanas despues del trasplante Tras entrar en el apartamento y dejar las cartas sobre el mueble recibidor, Gabriel dio un golpe seco de talon a la puerta para cerrarla. Sonrio alzando la mirada y dirigiendola hacia el final del pasillo. Una deliciosa y envolvente fragancia lo atrajo hacia el dormitorio, el cual permanecia casi en la mas absoluta oscuridad, salvo por la escasa luz de unas velas colocadas estrategicamente para recrear un ambiente enigmatico y magico. Acabo de abrir la puerta mientras se desanudaba la corbata de seda. --Jessica... --Echo un vistazo rapido hasta descubrir donde se encontraba--. ?Te pasa algo? Gabriel se descalzo y, dejando caer los zapatos de cualquier manera, camino hacia ella. --?Tienes fiebre? ?Que es todo este despliegue de romanticismo? --se burlo colocando la palma de la mano sobre su frente. Ella se carcajeo. --?Ha tenido un agradable dia en el despacho, senor Gomez? --le pregunto con voz melosa, acariciando cada palabra con su lengua. Mas asombrado si cabia, alzo una ceja sin aun descubrir las intenciones de la joven y anadio: --Definitivamente, lo reafirmo: tienes fiebre. Tras sonreirle con picardia, ella humedecio su labio inferior con ayuda de la lengua, muy lentamente, de forma morbosa y muy sugerente. --Como le gusta ponerme cachondo… --Agarro una de sus manos y la coloco sobre su latente ereccion, que crecia con descaro bajo la tela de los pantalones de pinzas--. Y debo anadir que se le da de maravilla, senorita Orson. --!Mmm! Y es asi como me gusta tenerlo... bajo mi absoluto control -- agrego realizando un suave masaje a lo largo de la envergadura de su miembro enhiesto y palpitante. Gabriel quiso acercarse para devorarla en un ardoroso beso que ansiaba desde que la habia visto, pero ella se anticipo, posando el dedo indice sobre sus carnosos y hambrientos labios. --Tranquilo, fiera. --Sonrio traviesa--. Desnudate y esperame sentado en la cama. Se rasco la nuca, pensativo, y observo perplejo como Jessica se alejaba y desaparecia de la habitacion. Zarandeo la cabeza, sin darle mas importancia que la necesaria, y comenzo a desvestirse. En cierta forma, lo agradecia; poder desprenderse de aquel atuendo de <> era cuanto precisaba en aquel momento y... por supuesto, la racion diaria de sexo salvaje y alocado con su particular angel de cabellos negros. Primero la americana, luego uno a uno todos los botones de la camisa de firma y, en poco menos que un suspiro, yacia tendido y como Dios le trajo al mundo sobre las delicadas y suaves sabanas de saten. Miro a ambos lados. La habitacion estaba irreconocible; en solo unas semanas Jessica la habia decorado a su gusto, dandole evidentes toques femeninos, acordes a su intensa y arrolladora personalidad. Entre los detalles mas significativos habia un sillon en tono rojo fuego y de formas ergonomicas, disenado exclusivamente para practicar el tantra y llevar a cabo cada una de sus fantasias sexuales. Poco despues, bajo la vista a su entrepierna mientras apuntaba a su pene con el dedo y lo reprendia de forma inquisidora: --Mas te vale portarte bien, tu ya me entiendes... Te quiero aguantando varios asaltos como un campeon. --Sonrio--. Algo me dice que esta noche va a ser memorable... Nada mas pronunciar aquellas palabras, Jessica hizo su aparicion estelar por el umbral de la puerta. Con un erotico contoneo de caderas se deslizo sensual por la reducida estancia, sin dejar de mirarlo; el la observaba tratando de tragar saliva. Se habia quedado seco, al instante. Incapaz de pronunciar una sola palabra. Las imponentes curvas de la joven se dibujaban bajo una transparente y sensual bata de lenceria negra que haria vagar la imaginacion hasta del ser mas apocado sobre la faz de la tierra. Se acerco hasta el iPod y deslizo la yema de su dedo por la pantalla tactil hasta dar con la cancion que tenia reservada. Presiono ligeramente y, en seguida, las primeras notas de Submerge til we become the sun - Embrya, de Maxwell, envolvieron el ambiente. Sin apartar su mirada de los ojos de el, Jessica aflojo el lazo que rodeaba su estrecha cintura para desprenderse con lentitud de la bata, permitiendo que la suavidad de la seda la acariciara y erizara su piel antes de que esta cayera a sus pies. Envuelta en un halo mistico e hipnotico, subio a la cama y comenzo a gatear a cuatro patas hasta quedar a escasos centimetros de su boca. Su calido aliento acaricio los labios de el y el aroma de su perfume le aturdio los sentidos. Abrio la boca tras humedecerse lentamente los labios, mientras se acercaba a su oido para runrunearle una proposicion que no podria rechazar: --?Crees estar preparado para lo que te voy a hacer sentir? Gabriel trago costosamente saliva; su mirada penetrante y el susurro sensual de sus palabras le habian erizado todo el vello de su cuerpo. --Estoy ansioso por sentirte, mi vida. --Buen chico. --Sonrio satisfecha. Y dicho esto, libero su larga melena de un brillante negro azabache, permitiendo que cayera en cascada sobre su espalda desnuda. Luego, tras tentarlo con su mirada felina, se abalanzo sobre su boca para devorarla con tanta ansia que logro dejarlo sin aliento. --!Dios mio, Jess! --Inspiro hondo y, tras recuperar la compostura, prosiguio --: Cuando estoy contigo, pierdo por completo la cordura. Todo, absolutamente todo, deja de existir para pasar a un segundo plano y en lo unico que pienso es en hacerte el amor. Ella lo miro unos instantes antes de suspirar. La fulgida mirada verdosa de Gabriel por un momento la hizo dudar y a punto estuvo de abandonar sus planes, por lo que desvio la vista a la comoda y abrio el primer cajon para buscar algo en su interior. --Ahora, jugaremos --dijo con voz firme pero melosa. --?A los medicos? --se burlo. Ella nego con la cabeza. --Frio, frio… --anadio mostrandole un par de esposas metalicas. Gabriel enarco una ceja. --?Ahora te va el rollito bondage? Jessica no le respondio; se limito a tomar una de sus manos y, tras abrir una anilla de una de las esposas, la cino alrededor de su muneca, para luego atarla a uno de los barrotes de la cabecera. --!Que morbo me esta dando esta situacion...! ?Como no me has atado antes? --!Shhhh! --lo silencio buscando la otra mano para realizar la misma operacion--. No te muevas o te causaran heridas. --Vale, jefa. Sere obediente. Acto seguido, lo tento repetidas veces, acercando la boca a sus labios de forma muy morbosa, sin llegar a besarlo. Frustrado, observo como ella se deslizaba lentamente por las sabanas hasta salir de la cama, para poco despues colocarse de pie, justo enfrente. Las vistas desde aquella posicion eran espectaculares. La lenceria de encaje negro realzaba los innumerables atributos de Jessica, quien comenzo a moverse al son de la cancion, de forma sugerente, mientras desabrochaba los corchetes del corpino y lo dejaba caer con delicadeza. Gabriel empezo a removerse inquieto. Se imaginaba acariciando, masajeando, atrapando aquellos turgentes y prietos pechos entre sus manos. Lamiendo, succionando y mordisqueando los deliciosos pezones... --?Podras soportar mirar sin tocar? El pestaneo y luego respondio con voz ronca: --Estoy disfrutando como un enano. De momento, ve calentandome los motores... que luego no habra quien me detenga...

  • Eres de otra galaxia de Gema Samaro

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    Eran las cuatro de la manana y a Isabel la desperto un estruendo, como si al viejo pino del jardin le hubiera alcanzado un rayo y lo hubieran abierto en canal. Pero no llovia, tan solo soplaba un viento infernal que, como comprobo a traves de los visillos de la ventana, el arbol soportaba tan altivo como siempre. --?Que ha sido ese estrepito? !Ha sonado como si se hubiera caido del cielo una albondiga gigante de laton! --comento preocupada la abuela Berta, una mujer de ochenta y dos anos, alta, espigada y elegante, que de pronto aparecio en la puerta del dormitorio de Isabel, con la cabeza canosa llena de rulos, una bata de estampado de leopardo y con Chicho, un mastin leones que llevaba del susto el rabo entre las piernas, escondido detras de ella. --?Albondiga gigante? !Anda que no tienes imaginacion! Pense que habia sido el pino, pero ahi sigue plantado... --respondio Isabel, con la vista puesta en la ventana. Isabel era una chica menuda, morena, de enigmaticos ojos de color avellana, nariz respingona y sonrisa enorme que acababa de cumplir veintiocho anos la semana anterior. --La culpa es de tu abuelo --comento la abuela situandose a su lado frente a la ventana. --?Que pinta el abuelo? --pregunto extranada Isabel, mientras acariciaba la cabeza de Chicho para calmarlo. --Se empeno en levantar esta casa en mitad de la nada y tarde o temprano tenia que suceder... -- susurro la abuela Berta, misteriosa. La casa estaba enclavada en mitad de la serrania de Cuenca, en un precioso valle entre montanas por el que discurria un arroyuelo... --?Suceder el que? --pregunto Isabel en tanto que el viento golpeaba con fuerza las contraventanas de madera. --Pues esto... Algo raro en mitad de la noche y !estamos solos los tres! !Mira que le dije que comprara la casa del pueblo que esta frente a la iglesia, rodeada de unas maravillosas cotillas de bien, que dan mucha mas confianza y seguridad que la alarma de Prosegur! --!Menos mal que no te hizo caso! Me encanta la sensacion de estar aislada del mundo, !me fascina saber que no hay nadie en dos kilometros a la redonda! !En ningun sitio siento tanta paz como aqui! --exclamo Isabel, ajustandose el cinturon del pijama negro de seda. --Sobre todo despues de escuchar un ruido rarisimo en mitad de la noche... !Voy a llamar a la Guardia Civil! --hablo la abuela nerviosa, mientras sacaba el telefono movil del bolsillo de su bata. --?Para que? El ruido ese ha podido ser cualquier cosa... Todo parece en orden ahi fuera... -- comento Isabel tranquila, echandose la melena ondulada hacia atras. --!Si esta negro como boca de lobo! !No se ve una mierda! Y mira lo asustado que esta Chicho... --dijo la abuela acariciando la cabeza del perro que estaba muy inquieto. --Chicho se pone asi tambien cuando paso la aspiradora... --!Yo jamas le he visto la cara de flipado que tiene ahora mismo! !Fijate que pupilas, si parece que acaba de salir de un after! --Chicho se lamia de los nervios los labios y tenia las orejas hacia atras--. !Este barrunta algo! !Yo voy a llamar a Antonio que esta de guardia esta noche para que venga a inspeccionar la zona! --Espera un poco, abuela. !No seas exagerada! --?Esperar a que? ?A que entren a asaltarnos los tipos que viajan dentro de la albondiga? !Voy a llamar a Antonio y vamos a esperarle aferradas a las escopetas! --comento la abuela Berta mientras marcaba el telefono de la Guardia Civil--. ?Antonio? Soy Berta Soto, de la Casa de San Juan, estoy aqui con mi nieta y acabamos de escuchar un sonido muy extrano, asi como si se hubiera caido un albondigon de hojalata del cielo... Antonio, que dormitaba en un sofa desvencijado, se froto los ojos y mascullo: --!No me joda, dona Berta! --!Madre mia, abuela, que imagen! Antonio va a pensar que se te ha ido la mano con el anis... -- la reprendio su nieta en voz baja. --?Que le pasa a la imagen? --repuso Berta, extranada. --Lo pillo, no se preocupe. Me hago una idea perfecta, dona Berta --aclaro Antonio. --Cuanto me alegra escucharlo porque mi nieta dice que vas a pensar que estoy borrachita. --!No, por Dios, dona Berta! Cuenteme... --Antonio se incorporo de un respingo y replico, entre maravillado y solicito, a pesar de tener un aviso en mitad de la noche--. ?Cree que se le ha podido caer un OVNI en el jardin? --!Como se nota que eres fan de Cuarto Milenio, Antonito! No eches a volar tanto la imaginacion, que mas bien creo que debe ser un grupo de exmilitares de alguna republica rara que deben usar helicopteros del Pleistoceno para asaltar las fincas... Y ya sabes lo que les pasa a esas naves que no pasan unas revisiones como Dios manda. A mi me da que se les ha escacharrado el bicho aqui cerca y, si no han quedado muy perjudicados con el aterrizaje forzoso, deben estar a punto de atacarnos... --!Mantenga la calma, dona Berta, que en seguida acudimos a su casa! --Aqui os esperamos, Antonio, calmadas y abrazadas a las escopetas. !Nos vemos! Dona Berta colgo y su nieta le pregunto preocupada: --?Lo de las escopetas va en serio? --!Y tanto! !Ayudame a bajarlas del altillo del armario de mi cuarto! --ordeno la abuela con un gesto de la mano para que la siguiera hasta el dormitorio. Isabel resoplo desesperada, mientras se ponia un rebecote gris que tenia a los pies de la cama: --!Esto es absurdo! !Solo ha sido un ruido que ha podido ser cualquier cosa! --Exacto. Y como esa cosa puede medir dos metros y plantarse en la casa con pasamontanas y terribles intenciones, no pienso quedarme de brazos cruzados... La abuela abandono la habitacion con Chicho muerto de miedo detras y a Isabel no le quedo mas remedio que seguir a su abuela, para evitar que se cayera de la silla al bajar las escopetas del armario. Luego, a reganadientes, se subio a una vieja silla de nogal, abrio el altillo y le paso a la abuela una escopeta con preocupacion: --!Madre mia como pesa esto! Espero que este descargada... --?Por quien me tomas? --replico la abuela tomando la escopeta--.!Mujer precavida vale por dos! !Cogete la otra para ti! --?Estas segura de que vas a poder cargar con ella con tu artrosis? La abuela Berta arrugo el ceno y, desenfundando la escopeta, respondio: --Tengo mas agallas que artrosis. --Las pelis de Tarantino te han trastornado por completo... --replico Isabel dando un manotazo al aire. --Deja de parlotear y date prisa que mira el acojone que tiene encima Chicho... --!De verte! --solto Isabel, mientras la abuela quitaba el polvo a la escopeta con un pano y a continuacion, la abria de un golpe seco. --Chicho es muy perceptivo, hay algo ahi fuera que lo tiene muy ansioso... --comento la abuela mirando a traves del tubo con su ojo bueno, o sea con el de solo ocho dioptrias. Chicho ladro nervioso, como si asi quisiera avalar las palabras de su duena. --No creo que tanto como la estampa de la abuela pistolera... --comento Isabel, con sorna. --Cierra el pico, nina --ordeno Berta al tiempo que sacaba del fondo del cajon, donde guardaba las bragas de cuello vuelto, la caja con los cartuchos. --Voy a necesitar mucha terapia para asimilar todo esto... --musito Isabel bajandose de la silla con la escopeta en ristre, mientras la abuela cargaba la suya. --Tranquila que la estoy cargando con el seguro puesto... !Es imposible que te deje trauma! --Yo no se usar esto. !La mia ni la cargues! --Trae para aca... --exigio la abuela, cogiendo la escopeta-- y dejate de chorradas que no sabemos cuantos tios pueden viajar en la albondiga. Y por el funcionamiento de la escopeta ni te preocupes, se manejan como cuando te gusta un chico: cabeza fria, apuntas y disparas... --Abuela me estas dando miedo, se te esta poniendo la cara de Clint Eastwood en Sin perdon... --mascullo Isabel, a la vez que su abuela cargaba la otra escopeta--. ?Y estas cargando esa cosa sin gafas?

  • La comunidad de Helene Flood

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    Me preguntas que cuando conoci a Jorgen. ?Te puedes creer que no me acuerdo? Debio de ser en el jardin o en la escalera o en el portal de casa, pero no lo recuerdo. Mi hijo habia nacido justo despues de la mudanza y habia sido prematuro. Eran tantas las consultas en el hospital, tantas las cosas que nos preocupaban… No lo digo por eludir el tema. Es la pura verdad. Sencillamente no me acuerdo. Pero si que me viene a la memoria la primera vez que lo vi. Tuvo que ser a principios de julio del ano en que nos mudamos. Lo puedo situar con precision porque fue pocos dias despues de adquirir el apartamento, una calurosa tarde de verano, cuando Asmund y yo aun viviamos en el viejo y ya no pude aguantarme mas: tenia que ir a ver la casa donde estaba a punto de empezar nuestra nueva vida. Ellos estaban sentados en la terraza del jardin cuando llegue. Ya sabes que el camino de la entrada pasa justo al lado. Los mire al cruzar, preparada para saludarlos, pero estaban comiendo en la mesa y ni siquiera me vieron. Eran cinco, y por lo visto buenos amigos. Yo estaba sola. Me encontraba en las ultimas semanas del embarazo, con una tripa enorme, y habia caminado a paso rapido, asi que estaba sudando muchisimo. Ademas, no los conocia. Me encerre en mi nuevo hogar. El apartamento estaba vacio. Los anteriores duenos se habian llevado sus cosas, pero habian quedado sus olores. No olia a nosotros, ?sabes a lo que me refiero? Cuando nos hicimos con el apartamento era como si hubiesemos comprado tambien un cierto estilo de vida, un espacio social, algo asi. Como si, por alguna razon, fueramos mas distinguidos que antes solo porque eramos los propietarios de esa casa, en esa direccion. Pero ahora que el apartamento se ha vaciado de su elegante mobiliario, ahora que mis pasos resuenan entre las paredes, desnudas y con agujeros de clavos, me asaltan las dudas. No encuentro otra manera de explicarlo: tengo la impresion de haberme disfrazado con unos zapatos demasiado grandes para mi. En la cocina, me acerque a la ventana y observe la terraza y a quienes estaban sentados alli. No abri la ventana aunque hacia calor. No se. Tal vez no queria importunarlos. Por lo visto habian terminado de cenar. Habia algunas botellas de vino en la mesa. Charlaban y yo oia sus voces pese a que las ventanas estaban cerradas; no lo que decian exactamente, pero si el tono. Fuera el tema que fuese, el debate parecia intenso, si bien el ambiente era bueno. De tanto en tanto rompian a reir, los cinco a coro. Eran tres hombres y dos mujeres. Reconoci a uno de los hombres: era un cineasta que habia realizado un polemico documental un par de anos atras. No recuerdo sobre que…, los refugiados, su integracion o algo asi. La prensa habia escrito mucho sobre ello. Tambien una de las mujeres me sonaba; tenia la impresion de haberla visto en la television. Sentados a uno de los lados largos de la mesa habia un hombre y una mujer que claramente eran pareja. El tenia el brazo apoyado en el respaldo de la silla de la mujer, y, en una de esas, cuando algo los hizo reir a todos, ella se volvio hacia el sonriendole y le retiro algo de la mejilla. Luego el movio el brazo y se lo puso en la parte baja de la espalda. La mujer se acerco hacia la mesa para decir algo. Llevaba el pelo largo, de un rojo intenso, recogido en una trenza espesa y bien atada, y al inclinarse hacia delante para hablar la trenza se le deslizo a un lado. Su marido, sentado junto a ella, la tomo con cuidado para recolocarla en su lugar. La mujer se volvio hacia el, consciente de que la tocaba, y siguio hablando sin dejar de sonreirle. Tal vez estaba contando algo que habian vivido juntos. El hombre me daba la espalda, de modo que no me resultaba facil verle el rostro, pero cuando miro hacia un lado pude apreciarlo. Era guapo, con el cabello ondulado tirando a gris. Pomulos prominentes y una sonrisa amplia y seductora que parecia usar a menudo. Le eche cuarenta y pico, quien sabe si ya rozaba los cincuenta. Era Jorgen. Aquella fue la primera vez que lo vi. Como no parecian advertir mi presencia, me quede alli y segui mirandolos: cinco amigos que hablaban de cosas importantes en torno a una mesa durante una noche de verano en un jardin de Kastanjesvingen. La mujer de la trenza se levanto. Cogio una bandeja vacia de la mesa y se dirigio hacia el camino que lleva al portal de la casa. A mitad de trayecto me vio. Era evidente que yo estaba ahi, de pie, en medio de la ventana. No es que estuviera fingiendo que no los observaba. Me habia quedado como fascinada, y no se me ocurrio que tendria que haberme apartado de alli. La mujer se detuvo para mirarme. Alce la mano en un gesto de saludo. La mujer no se movio. No me devolvio el saludo. No me sonrio, pero tampoco parecia molesta. Su expresion era casi neutra. Se quedo un instante ahi mirandome, solo un momento, luego siguio su camino. Desde donde estaba la oi abrir la puerta del portal. Me aleje apresuradamente de la ventana, avergonzada por haberlos estado observando con tanto descaro. Lo note en el estomago: me habia comportado de manera inapropiada. Me senti abochornada. El primer sabado Los arboles que me rodean son de hoja caduca, con copas enormes y ramas robustas, muy distintos a los abetos del bosque cercano a la casa donde creci. Y, sin embargo, se, a la manera en que saben los que suenan, que me encuentro en el bosque de mi ninez. Lo conozco bien: se lo facil que es desaparecer en su interior. Recorres senderos que conoces. De repente te sales del camino siguiendo el ruido de un ciervo o porque atisbas unos arandanos exuberantes un poco mas alla, y, al volver, todo ha cambiado. Mires donde mires, hay arboles oscuros y silenciosos, hileras y mas hileras, y ninguno se parece a los que ya conoces. En el sueno estoy buscando a alguien que ha desaparecido. Al principio no se de quien se trata. Luego caigo en la cuenta de que son mis hijos. !Lukas!, grito, y echo a correr. !Emma! Ante mi, el bosque se abre a un calvero. No es grande, como mucho cinco metros hasta que el bosque espeso empieza de nuevo, pero aqui el sol se cuela entre las copas; es un sitio luminoso y calido, en las laderas crece hierba joven. Me detengo. El lugar es hermoso, pero algo no encaja. Siento un nudo en la garganta y me cuesta respirar. Algo espantoso ha sucedido. En el salon hace frio por las mananas. Cierro a mis espaldas la puerta del dormitorio con sigilo: no quiero despertar a los demas. En la luz sin relieves de la manana, el salon me resulta desconocido. Tal vez mi cuerpo aun este sumido en la pesadilla, porque los muebles parecen enormes y severos. Los estantes parecen cerrados y la mesita del cafe, desacostumbradamente pulcra. Mis pies absorben el frio del suelo. Junto a la entrada encuentro mis zapatillas. Me las calzo y voy a la cocina. Tambien aqui me sorprende la pulcritud. Anoche Asmund y yo compartimos una botella de vino mientras veiamos una pelicula bastante mala, aunque quien sabe si luego mejoro algo. Me entro sueno y me fui a la cama a media pelicula. Asmund debio de limpiar cuando acabo. La luz roja del lavavajillas me dice que el programa ha terminado, de modo que, por una vez, se acordaria de ponerlo en marcha antes de acostarse. Me apoyo en la encimera de la cocina. Este espacio es el principal argumento en la venta de nuestro apartamento. Fue aqui donde se tomo la fotografia que ocupaba por entero la primera pagina del folleto que nos mostraron en nuestra primera visita. La cocina es grande y luminosa, y mientras que el resto de las ventanas dan o bien a un muro lleno de vegetacion que se levanta detras de la casa, o bien al edificio de al lado, las de la cocina se asoman al jardin. Para aprovechar mas la luz, el arquitecto que diseno el edificio alla por los anos cincuenta hizo de esta pared una larga sucesion de ventanas. Hemos colocado la mesa de la cocina justo delante, de modo que, cuando nos sentamos ahi, podemos ver el pequeno jardin entero: la terraza con sus muebles de exterior, el anoso manzano, la hilera de buzones y la valla de listones blancos. Mas alla se extiende Kastanjesvingen, la calle sin salida que termina en una rotonda a unos cuarenta metros de nuestra puerta. Al otro lado de la calle hay casas unifamiliares; algunas de ellas datan de la decada de los cincuenta, como nuestro edificio de cuatro apartamentos, pero otras son mas recientes. Y mas alla de esas casas se alza Bakkehaugen, la colina que nos separa del centro de la ciudad. Y, aunque no pueda verla desde las ventanas de la cocina, saber que la ciudad esta justo ahi detras me produce una calida sensacion de hogar. Pensar que vivimos asi, en una apacible calle cerrada, pero con la ciudad tan a mano que casi se puede tocar. Me siento. Estoy en silencio, a la escucha. ?Hay alguien despierto ahi arriba? ?Se mueve? ?Los ruidos que oigo provienen de el? Es demasiado pronto, eso si que lo se. Puede que sea yo la unica que no duerme en toda la casa. Con todo, el silencio no es total. Las paredes no estan bien aisladas; se oyen incluso vientos moderados, las ramas del castano cuando chocan contra la ventana del salon, el crujido de los tablones cuando algun vecino camina. Todavia tengo sueno y me desperezo. Anoche me dormi profundamente. No he oido a Lukas subirse a nuestra cama. Me he despertado a oscuras y asustada por la pesadilla; al abrir los ojos, he visto su cabello revuelto, su manita cerca de la mia, los deditos con mugre bajo las unas y una tirita verde que le cubria una herida invisible en el dedo indice. He sentido un alivio enorme despues del sueno. Alli estaba el. Todo estaba bien. Le he revuelto el pelo. ?A que hora habra entrado en la habitacion? Al otro lado de la calle veo a Rikard Hoffmo salir de su casa marron. Se detiene en los escalones de la entrada y mira a su alrededor como un terrateniente que vigila sus dominios. Tiene los brazos en jarras, las manos a cada lado de su voluminosa barriga. Se estira, lleva las caderas a un lado y luego al otro; la barriga le cuelga y se balancea por encima de la cintura. Se prepara para salir a correr, pues el es asi: ya ha cumplido los setenta y va a correr dos veces por semana, haga el tiempo que haga. Su conjunto deportivo azul, con una tira blanca en cada pierna, es un superviviente de los anos setenta, lo que le confiere un aspecto si cabe aun mas comico. Pero Hoffmo tiene algo, una especie de autoridad natural, que te quita las ganas de encontrarlo risible. Nos llevamos bien, el y yo. <> Nos llamamos por el apellido a modo de broma. Ahora se dobla hacia delante. Toca el suelo. Es agil para un hombre de su edad y corpulencia. Vuelve a erguirse, hace un estiramiento y ya esta listo para correr. Levanto la mano para saludarlo desde la ventana, pero no me ve. Oigo pisadas de nino antes de que Lukas entre en la cocina, con esos piececitos veloces que golpean en el suelo. Se agarra a mi y se me sube al regazo. Me apoya la cabeza en el hombro y cierra los ojos. Seria perfectamente capaz de quedarse alli dormido; es capaz de dormirse donde sea. Una parte de mi quisiera que lo hiciera y pasar el tiempo asi, sentada en paz con el nino adormilado encima. --Lukas --le digo--, ?esta noche has entrado tu solito a nuestro cuarto? Abre los ojos y me mira. --Si. Pero no es una afirmacion, sino mas bien una pregunta. ?Si? ?Yo hice eso? --Es que no te he oido entrar --le comento. No considera que esto merezca respuesta. Apoya de nuevo la cabeza en mi hombro y cierra los ojos. Respiro hondo, atenta a senales de vida en el apartamento de arriba. Lukas abre de nuevo los ojos. --Mami, ?podemos buscar mi tiranosaurio grande? Me levanto y veo a Hoffmo correr con pasos cortos y ligeros por el camino de acceso a su garaje. Se apoya en el porton y me ve. Alza la mano para saludarme y le devuelvo el saludo con un gesto militar en honor a su hazana deportiva, lo que le produce una risa que sacude en oleadas su voluminosa humanidad. Despues de desayunar, hacemos las camas y nos preparamos para un dia que se presenta de lo mas ajetreado. Ya hace tiempo que lo hemos planificado todo. Ahora solo falta poner los planes en marcha. Asi seran nuestros fines de semana hasta diciembre. A veces pienso que somos hamsteres en una rueda, de camino a una cita para luego acudir a la siguiente, en una cuesta arriba que no termina jamas. Hace algunos anos fantaseaba con la idea de poner la casa en alquiler, retirar nuestros ahorros del banco y comprar cuatro billetes para volar a Vietnam. Vivir alli de un hotelito que tendriamos junto a la playa. Vivir en el ahora. Disponer de tiempo para nosotros, para los ninos. Ver los dias pasar. No vivir contra reloj, cumpliendo tareas y terminandolo todo antes de desplomarnos en la cama para recuperar fuerzas y empezar de nuevo al dia siguiente. No. Yo quiero vivir. De verdad. Una vida autentica, en contacto con la naturaleza. Hoy ya no pienso asi. En la playa de Vietnam habrian pasado otras cosas: nos habria preocupado la rentabilidad del hotel; a los huespedes les habria molestado esto o aquello; habriamos sufrido inundaciones y temporadas de sequia; las tuberias estarian deterioradas por los anos y resultaria demasiado caro reemplazarlas. Y asi sucesivamente. Asmund rescata una camiseta de entre la ropa que se amontona en un rincon. Mientras hago la cama le hablo de mi sueno, aunque ya no logro recordar los detalles: estaba buscando algo y tenia miedo. --Debo de haber dormido profundamente --le digo--, porque Lukas entro en el cuarto y se acosto entre los dos sin que me despertara. --Tenemos que quitarle esa costumbre --comenta Asmund mientras se ajusta el reloj a la muneca--. Ya es lo bastante mayor como para dormir solo. --Solo tiene cuatro anos --replico. --A los cuatro anos Emma dormia toda la noche en su cama --senala Asmund--. Y eso de dormir de dia…, de verdad que eso tiene que acabar, Rikke. Ya es muy mayor para necesitar una siesta por las mananas. --Claro --contesto sin ganas de seguir discutiendo. Lukas es mi nino de la suerte. Nacio dos meses antes de tiempo. Estabamos mudandonos al apartamento cuando llego. Yo estaba sacando tazas y abriendo cajas cuando un dolor muy agudo se me extendio por el estomago y la espalda. No se donde estaba Asmund, probablemente trayendo muebles nuevos. Emma se hallaba en casa de la abuela. Yo me encontraba delante de los armarios vacios de la cocina y pense: ?Me habre pasado? ?Habre hecho demasiados esfuerzos? ?Deberia sentarme un rato? Llegue al hospital ya casi de parto. Llame a Asmund mientras esperaba al taxi. Se precipito al coche y llego al hospital justo a tiempo. Se llevaron al nino en cuanto nacio: tenian que hacerle pruebas, medirlo, pesarlo. El tiempo era oro y algo de informacion debio de perderse en medio de aquel frenesi, o puede que me extraviara en las brumas del parto, porque no entendia la situacion, porque no sabia como estaba el nino. ?Estaba vivo o no? Solo sabia que se lo habian llevado. Me volvi hacia Asmund: --?Hemos vuelto a ser padres? Asmund estaba llorando, pues el es asi, no lo puede evitar, se le saltan las lagrimas en bodas y bautizos. Entro una doctora, ceno fruncido y labios apretados, y yo al verla asi pense: El nino ha muerto. Senti el miedo primero como un golpe en el estomago, pero luego se extendio por los brazos y las piernas, se apodero de todo mi cuerpo. Ni la doctora ni Asmund se dieron cuenta, pero en los segundos que pasaron antes de que nos dijera que todo estaba bien, que el nino era pequeno pero fuerte, que habria que hacer un monton de pruebas, que tal vez resultase necesario realizar un seguimiento en el hospital, pero que todo saldria bien…, durante esos segundos estuve segura de que lo habia perdido. Era mi realidad. Y luego, al caer en la cuenta de que no lo habia perdido, probablemente, mi alivio fue tan grande que todo lo demas, el riesgo de asma y de TDAH, o los posibles problemas pulmonares, no me preocupo lo mas minimo. He vuelto a ese momento una y otra vez. Aun lo hago. Mi nino de la suerte. De una forma u otra es un premio. Lo habia perdido. Lo recupere. --Ya estoy --dice Asmund. Va vestido de ciclista, conjunto negro con rayas amarillas. Mientras yo llevo a Emma al teatro del colegio, y desde ahi ire a un cafe donde he quedado con mi hermana, el se llevara a Lukas de paseo a Baerum para que vea a amigos. Claro, va con la bici electrica, pero vestido como si fuese a correr un maraton. Ha engordado algo en estos ultimos anos. No tiene nada de extrano, estas cosas pasan. Sus amigos tambien han cogido peso. Algo les ha ocurrido mediada la treintena. Algo que ha dejado huellas fisicas. --?Que pasa? --me pregunta. --?Que pasa de que? --?Que me miras? Sonrio. --Tu atuendo --le contesto. --Ya. Eso. ?Me aprieta? ?Me queda muy justo? --No, para nada. Se ve muy profesional. Me hace un guino. --El Tour de Tasen, carino --dice mientras va al salon. Lo oigo alzar a Lukas en alto y soltar un rugido. Lukas se rie. La culpa me raja el estomago, rapida y dolorosa. Alla va. El padre de mis hijos, el hombre al que prometi amar y honrar. Termino de hacer la cama y recojo la ropa sucia del suelo. Arriba el silencio sigue siendo total.

  • Yo, Julia de Santiago Posteguillo

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    192 d.C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de cesares y esposa de emperador, piensa en algo mas grande: una dinastia. Roma esta bajo el control de Comodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano y los gobernadores militares mas poderosos podrian dar un golpe de Estado: Albino en Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Comodo retiene a sus esposas para evitar su rebelion y Julia, la mujer de Severo, se convierte asi en rehen.

  • El espia de bruce de Sonia Lopez Souto

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    Robert Bruce intentaba coronarse Rey de Escocia y para ello, estaba dispuesto a cualquier cosa. Incluso a servirse de espias para conocer cada movimiento de su mayor enemigo, el Rey de Inglaterra. Pero en ocasiones, lo que uno cree saber de aquellos en quien mas confia, no es sino un engano. Y cuando su mejor hombre en Inglaterra debe huir al peligrar su tapadera, Bruce y su guardia descubriran una verdad acerca de el que cambiara su forma de valorarlo. ?Podran aceptarlo como a uno mas de ellos o se veran avocados a comportarse de forma diferente solo por su nueva condicion?

  • Inteligencia emocional en la empresa de Daniel Goleman

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    Inteligencia emocional en la empresa de Daniel Goleman es un volumen de la coleccion <> de Conecta, que reune las ideas esenciales para el profesional y la empresa de hoy por los autores de referencia.

  • No hay vuelta atras de Melinda Gates

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    Una llamada a la accion para empoderar a las mujeres y cambiar el mundo.

  • Manual de un Homicidio de Goncalo Jn Dias

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    Para contar mi version de la historia, tendre que retroceder hasta el inicio de diciembre de 2016. Me encontraba en una fiesta de navidad de una escuela de educacion primaria, donde un grupo de ninos de cinco y seis anos cantaba villancicos de una forma anarquica y arritmica, algunos de los cuales estaban mas interesados en hacer payasadas para el auditorio, compuesto en su inmensa mayoria por padres y abuelos. Estos se reian y movil en mano, grababan el momento para toda la eternidad. Seguramente que inundarian las redes sociales cuando llegaran a casa con fotos de sus hijos y tipicas frases toxicas como: "mis hijos son mi felicidad" o "cuando un hijo esta feliz hay una madre tocando el cielo". ?Y que hacia yo, una mujer de 38 anos, sin hijos, que no aprecia la navidad ni la compania de ninos, en este lugar? Acompanaba a Dora, una vieja amiga, que tenia uno de los hijos en el palco y el otro en su regazo, mientras contemplaban como su hermano cantaba y gesticulaba a la vez para su madre, que contestaba enviando besos con la mano; en ese momento pense: ?que hago yo aqui? Habia algo que faltaba en mi vida y no era un hijo. El hecho de que mi novio no pudiera tener hijos no era motivo de insatisfaccion. Sentia que la culpa era mia, no conseguia ver la gracia a aquel tipo de actuaciones, mientras todos reian y disfrutaban. Esto era algo que tambien ocurria en otro tipo de situaciones similares, en las cuales yo simplemente me sentia descolocada, inadaptada. Ultimamente, para poder quedar con mis amigas de la adolescencia o de la universidad, siempre tenia que ser en lugares como este, escuelas, parques o cafeterias apropiados para ninos. Nuestras conversaciones habian cambiado; ya raramente hablabamos sobre nosotras, el tema central y casi exclusivo eran los crios. Que comian, como dormian de mal, que cara era la ropa de ninos, el ruido que hacian constantemente y como echaban de menos el periodo en que tenian tiempo para ellas mismas. Cinicamente decian que me envidiaban, que yo si tenia todo el tiempo del mundo para mi, por supuesto, sabia que ellas lo decian entre dientes, sin sentirlo realmente. Sin tan siquiera darme cuenta, poco a poco, mis amistades fueron cambiando, conoci personas que como yo no tenian hijos, ya fuera por opcion u obligacion, con las que frecuentemente satirizaba sobre las familias tradicionales. Conscientemente, escogia en la playa un lugar alejado de los crios; miraba con impaciencia cuando algun nino berreaba en algun transporte publico y negaba gentilmente coger los bebes de mis amigas, con la excusa de ser poco habil. Por lo tanto, el hecho de que Julio no pudiera ser padre no me produjo gran tristeza, jamas habia sentido la llamada de la madre naturaleza para dar a luz, aunque sabia que, para el, suponia un duro golpe; no solo porque deseaba ser padre, sino tambien por prejuicios machistas que le hacian pensar que seria menos hombre que otro cualquiera. Tuvimos conocimiento de que el no podia concebir un hijo cuando teniamos poco mas de 30 anos, mientras todos nuestros amigos empezaban a tener su primer retono. Mas que por iniciativa propia, fuimos arrastrados por aquello que todos hacian en nuestra edad: centrarse y tener hijos. Despues de diversas visitas a medicos y curanderos, aceptamos lo inevitable y entonces, Julio propuso la alternativa de adoptar un nino, la cual rehuse con total determinacion. El aniversario del fallecimiento de mi padre era otra de las razones de mi tristeza y nostalgia en esta epoca. Se cumplian ahora dos anos de su muerte, y esa fecha me hacia recordar la agonia por la que paso en sus ultimos dias. Las noches que estuve a su lado, mientras el se esforzaba, entre dolores y morfina, en hablarme de su vida, de sus victorias y derrotas, del orgullo que sentia por mi, de su impotencia y locura cuando murio mi unico hermano y de la esperanza que tenia en que yo aun le diera un nieto. Esa navidad, Julio habia acordado con su madre y sus hermanas pasar la Nochebuena con ellas en su pueblo natal, Braga. Yo me habia disculpado por no querer dejar sola a mi madre en este periodo tan delicado, por no hacer el viaje de casi 400 kilometros, aunque en el fondo, el poder evitar las interminables preguntas, sugerencias y opiniones de mi suegra y cunadas, fuera ya razon suficiente. El estar separados en estas fechas, cada cual con su respectiva familia, era ya una senal clara de la crisis conyugal que atravesabamos, la cronica de una muerte anunciada. Julio y yo teniamos una relacion de 13 anos, que yo definiria de mutuo respeto, pero la rutina junto a nuestra falta de comunicacion, la ausencia de aficiones en comun y la inexistencia de iniciativa de Julio para llevar a cabo cualquier tarea domestica, arrastro nuestra relacion al borde de la ruptura. Julio me habia dado la estabilidad y serenidad que yo necesitaba a mis 25 anos; e influyo positivamente en mi madurez como mujer y persona. El dejo su pueblo natal y un buen empleo estatal para venir a vivir conmigo; comenzar de cero, en una ciudad grande y confusa, sin ningun amigo ni familiar. Era, sin duda, un hombre valiente. Me sentia en deuda con el por ese gesto tan romantico y elocuente. Tal vez por ese motivo, aun no habia reunido las fuerzas suficientes para terminar nuestra relacion o simplemente estaba acomodada a la situacion. Retomando a mi vieja amiga, Dora, y sus dos pequenos hijos, me acuerdo de nuestros intentos fallidos para tener una charla civilizada y apetecible durante esa tarde, intentos que eran sistematicamente interrumpidos. Aun asi, decidimos quedar para hacer las compras de navidad el siguiente sabado. Desafortunadamente, ella no podria librarse de sus hijos y yo sabia que el desahogo de la angustia que llevaba dentro y necesitaba soltar, junto a los consejos de una buena y vieja amiga, no ocurriria durante el siguiente fin de semana. II Nos encontramos el sabado a media manana, era un dia invernal, con bastante viento y lluvia. Al igual que nosotras, muchas personas pensaron lo mismo y el centro comercial estaba abarrotado de gente. Era verdaderamente desagradable caminar en medio de aquella confusion, haciendo colas para todo y el barullo de las tiendas bombardeando musica a un volumen altisimo. Despues de pasar toda la manana de tienda en tienda, arrastrando a los dos ninos con nosotras, decidimos comer e intentar tener una conversacion tranquila. Sin embargo, eso resulto imposible una vez mas y, en esta ocasion, ni siquiera fue culpa de los dos ninos. Dora recibio una llamada de su madre, muy alterada, porque su abuela se habia caido por las escaleras y estaba en el hospital. Por lo que me tuve que quedar alli, comiendo sola, en aquel inmenso centro comercial, pensado que tal vez fuera mejor asi, ya que si yo le contase mis angustias a Dora, probablemente no fuera capaz de entenderlas. Habiamos sido las mejores amigas en la universidad, pero a cada una la vida le llevo por distintos derroteros y fuimos cambiando. Dora no entenderia mi tristeza y amargura, estaba demasiado ocupada como para dedicar tiempo a esos sentimientos y posiblemente justificaria mi temperamento por mi falta de hijos o la muerte relativamente reciente de mi padre. Mientras reflexionaba sobre aquello, observe que no muy lejos de mi, se encontraba un rostro conocido. Al principio no consegui identificar de donde lo conocia, pero poco despues, lo distingui como mi companero de trabajo, Andre Carvalho. Estaba junto a una ventana y enfrente se hallaba su hijo, los dos ya habian terminado su comida y ahora cada uno leia un libro. Me quede durante algun tiempo vigilandolos como si fuera una espia y me parecio que los dos estaban en una burbuja, protegidos de todo el alboroto que habia a su alrededor, mientras leian tranquilamente, comentaban algo rapidamente entre ellos y, a veces, Andre se quedaba con la mirada perdida, viendo como caia la lluvia. No sabia mucho sobre Andre, solo que estaba casado, que tenia un unico hijo, que trabajaba hacia mas de quince anos en nuestra empresa y que ahora era jefe comercial para el mercado asiatico. Ademas, habia pasado por otros mercados y siempre con relativo exito, conocia bien la empresa y era una persona accesible, cordial y siempre dispuesta a ayudar. Habia ciertos rumores sobre el que circulaban por los pasillos de la empresa, pero yo nunca les habia dado importancia. Yo trabajaba hacia ocho anos en la misma empresa, Corkbo, una firma que se dedicaba a la comercializacion y exportacion de tapones de corcho para todo el mundo. Me encargaba de la contabilidad de la empresa y, honestamente, siempre me gusto mi trabajo, siempre fui una buena profesional en mi area. Las siete horas que pasaba de mi jornada laboral transcurrian rapidamente, me quedaba absorta entre numeros, tablas, facturas y el ambiente en nuestro departamento era bastante agradable; no habia competitividad entre nosotros. Era un trabajo estable, relativamente mal remunerado, pero la empresa era seria, ambiciosa y yo me sentia parte del equipo. Decidi levantarme e ir a saludarlos. No esperaba demorar mucho tiempo, un simple hola, conocer a su hijo e irme. Mientras me acercaba, tuve dudas de si debia tratarlo por tu o de usted. – Hola, buenos dias. - Dije yo. Andre levanto su cabeza y sonrio. – ?Que sorpresa, tu por aqui? – Si, parece que tuvimos la misma idea, aprovechar que esta lloviendo y hacer las compras de navidad. - Apunte hacia sus bolsas y despues levante las mias para mostrarselas. – ?Eso que tienes ahi es un disco vinilo? – Andre apunto el dedo hacia una de mis bolsas donde destacaba un disco de vinilo. – Si, asi es. – !De verdad! ?Todavia se vende de eso? ?Tienes un tocadiscos? – Si, lo herede de mi padre y colecciono discos clasicos que me gustan. – ?Y se puede saber cual es el clasico que tienes ahi? - pregunto el. Retire el disco de la bolsa y se lo mostre, era un regalo para mi misma y esperaba que el conociese el grupo. – !The Doors! - Dijo con un aire intrigado. – ?A ti te gusta este grupo? – Si, me gusta ?y a ti? – Si, claro, fui gran fan de ellos en mi adolescencia, tenia todos los discos y libros de Jim Morrison, ademas, llevaba un casete de ellos en el coche de mi padre. – Papa, ?que es un casete?

  • El coleccionista de libros de Alice Thompson

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    NO HAY NADA MAS TERRORIFICO QUE UN CUENTO DE HADAS. <>. IAN RANKIN <>. STEPHEN KING En la Inglaterra eduardiana, Violet parece llevar una vida de ensueno: un marido caballeroso, un hijo adorable, una lujosa residencia… Pero la creciente obsesion por uno de los preciados libros que colecciona su esposo ;un misterioso volumen de cuentos de hadas guardado bajo llave; hara que su idilica existencia comience a tambalearse. Asediada por unas perturbadoras alucinaciones que amenazan su cordura, ingresa temporalmente en un sanatorio. Pero cuando, a su regreso, descubre que una bella y enigmatica ninera ha ocupado su lugar, los horrores padecidos durante su internamiento no seran nada en comparacion con los que su propio hogar le tiene reservados… Alimentada en su fondo por la siniestra leyenda de Barba Azul, Alice Thompson nos ofrece una novela oscura y macabra, una creacion elegantemente diabolica que, a la vez que homenajea a Rebeca y a la Angela Carter mas transgresora, no pierde de vista en ningun momento el verdadero proposito de la mejores historias de terror: que el escalofrio que nos sacude durante su lectura se prolongue mas alla de la ultima pagina.

  • Cerrando puntos suspensivos de Rozalen

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    Cantautora de primera linea, talentosa y comprometida, Rozalen nos regala una libre y honesta recopilacion de reflexiones acerca de los momentos y situaciones mas emocionantes e importantes de los ultimos anos.

  • Corre de Celinda Labrousse

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    El juego

  • Aquel diciembre de Estefania Jimenez

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    Tras recibir un mensaje urgente, Diego Narvaez parte desde Motril hacia el pequeno pueblo granadino de Tablate para reunirse con su hermana y su madre. Alguien ha acusado a esta de brujeria, complicando aun mas su ya delicada situacion como morisca en aquellos anos de represion.

  • En busca de Anastasia de Irene Adler

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    Londres, 1919. Una pequena multitud se ha reunido para el funeral del doctor Watson. Entre quienes rinden homenaje al ayudante del gran detective esta Irene Adler, que casi cincuenta anos despues ha regresado para buscar a sus viejos amigos. Solo con ayuda de ellos podra defender a Mila, su hija adoptiva, de las intenciones de un enemigo muy poderoso. ?Conseguira convencer al arisco e infalible Sherlock Holmes y a Arsene Lupin, el fascinante y poco fiable bandido, para recomponer el extraordinario trio de otros tiempos?

  • Siempre te amare, pequena (Clan Sloan 2) de Jess Gr

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    Dicen que es mejor haber amado y sufrido, que nunca haber amado. Y que donde hubo fuego, siempre quedaran cenizas...
    Valerie no cree en esos "dichos", no cree en el amor, y solo ella conoce los motivos que la han llevado a convertirse en una persona fria y distante.
    Su corazon se ha endurecido creyendose enganada por Sebas, el amor de su vida y mejor amigo de su hermano, aquel por el que suspiraba cuando era nina. Ahora ha vuelto a Nueva York, pero ya no es la misma chica dulce y carinosa de antes de partir.
    Los secretos del pasado, tarde o temprano acabaran saliendo a la luz para ensenarnos que una mala decision, puede cambiar toda nuestra vida.
    ?Lograra Sebas encender el maltrecho corazon de su pequena Valerie?
    ?Resurgira el fuego de entre las cenizas?

  • Te respiro de Anne Redheart

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    Lucia lo tiene todo en la vida. A sus treinta y dos anos dispone de trabajo fijo y esta a punto de casarse con Samuel, el gran amor de su vida. Todo cambia el dia en que regresa a casa y se encuentra a este acostandose con Tania, su mejor amiga. Decide poner tierra de por medio, por lo que se marcha a Torrevieja, donde encontrara un trabajo temporal y donde conocera a dos nuevas amigas: Susana y Alice.
    Sus nuevas amigas le hablan de “El Malecon”, un bar donde unos muchachos hacen exhibiciones de baile y sacan a bailar a la clientela. Alli conoce a Marcos, del que Lucia cae locamente enamorada nada mas verle. Pero no todo sera un camino de rosas, Marcos esconde un misterio que Lucia tal vez, nunca debiera descubrir.
    Juntos tendran que huir del pasado, escapar de un enemigo que clama venganza y quiere verles muertos. ?Lograran Marcos y Lucia escapar del peso del pasado? ?Que misterio esconde Marcos? ?Triunfara el amor a pesar de todos los obstaculos?
    Una historia de amor trepidante, enamorarse de quien no se debe, y a vibrar con la pasion y los misterios escondidos en el cofre del ayer.

  • El diario de Sandy de Martin Cirio

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    Sandra renuncio al call center para ir en busca de su sueno: viajar a los Estados Unidos y convertirse en actriz, y asi regresar triunfante algun dia a la Argentina.
    Emprendio una odisea en micro junto al hombre del que se enamoro por chat y, por fortuna, registro en este libro, El diario de Sandy, todas las desventuras que tuvo que sortear en el camino, como lo hizo antes su idola Geri Halliwell.
    Sandy se opero y ahora es una chica trans y quiere vivir una bella historia de amor. Sandy siempre tiene una bolsita de papa a mano para nunca pasar hambre. Sandy podra ser violentada o verse impedida, pero jamas sera vencida.
    En esta novela, Martin Cirio nos sumerge en una historia tan cinica como probable, y hace un recorte de realidades a la vuelta de la esquina, fiel a su estilo. No nos ahorra una y sabe que eso nos gusta.

  • !Tierra Tragame!, Martina Minkoff de Martina Minkoff

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  • En lo profundo del bosque de Sonia Lopez Souto

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    1 Ano 1640, algun remoto lugar de las Highlands -Madre -Marsali se acerco a ella, con la respiracion agitada y el corazon latiendo a toda prisa tras aquella frenetica carrera. Sostuvo su peso, apoyando las manos en sus rodillas, intentando tranquilizar a su sofocado corazon. Luego inspiro varias veces tan profundo como pudo, ya que no podria hablar con su madre si no se relajaba. Esta espero, con impaciencia, a que su hija le explicase a que venia tanta agitacion. A pesar de ser madre e hija, en su aspecto, no podian ser mas diferentes. Mientras la madre era rubia y de ojos azules, el cabello de la hija, adornado con tonos rojizos pardos, armonizaba con el color miel de sus ojos. Un claro y doloroso recuerdo para la madre, de su padre. -Hay un hombre junto al rio -logro decir, a pesar de que su respiracion todavia era erratica-. He venido a deciroslo en cuanto lo vi. -Es imposible. Nadie conoce este lugar -se limpio las manos en el mandil, con calma, mientras hablaba-. Lo habras imaginado. -Habra llegado por casualidad -inspiro, mas relajada -. Lo he visto bien, madre. Es un hombre. -?Te ha visto el a ti? -Creo que esta muerto -fruncio el ceno al pensarlo-. Esta tirado junto al agua, como si hubiese intentado llegar a ella. No me he atrevido a acercarme mas por si solo esta desmayado. -Vayamos a ver, entonces -se acerco a la despensa, donde guardaba la espada que una vez le robo al jefe de su clan. Antes de haberse quedado embarazada, Iona habia sido la amante del laird. Habian disfrutado las noches juntos durante anos, mientras por el dia fingian ser senor y sirvienta. Iona era, por aquel entonces, una muchacha joven e ingenua, muy impresionable, y se habia enamorado locamente. El era un hombre alto y fuerte, apuesto y atento; y cuando se fijo en ella, una simple ayudante de cocina de dieciseis anos, se creyo la mas afortunada de las mujeres. Pero nada es como parece y menos cuando la que lo piensa es casi una nina. Ross solo buscaba diversion en la cama, justo lo que su esposa no queria ofrecerle de buen grado. No pensaba en sentimientos, sino en actos carnales, por eso, cuando Iona supo que estaba embarazada y fue a contarselo como la mas maravillosa noticia y como la culminacion de su amor, Ross mato sus ilusiones sin remordimientos, al pretender obligarla a recluirse en un convento hasta que diese a luz y abandonar en el a su bebe despues, para ocultar todo rastro de la infidelidad. Horrorizada ante semejante idea, Iona se escabullo del castillo en una noche tormentosa, que nada bueno presagiaba para ella. Solo llevo comida para el viaje, algo de ropa y aquella espada. A punto estuvo de perecer en el camino, cuando el caballo se encabritaba con el ruido de los truenos; asi que, sin poder controlarlo por mas tiempo y con temor a que en una mala caida perdiese a su bebe, finalmente lo dejo marchar y continuo a pie. Durante semanas, recorrio largas millas de distancia, siempre oculta de la gente que se iba cruzando en su camino y temerosa de que Ross la encontrase; aun cuando en el fondo sabia que no la estaria buscando. Su desaparicion le convenia, incluso mas, que tener que pagar su estancia en el convento durante un ano entero, ya que si no estaba en el castillo, el problema desapareceria para siempre y el engano a su esposa seguiria siendo un secreto. Saber que Ross buscaria a otra que ocupase su lugar y dejaria de pensar en ella, fue consumiendo a Iona poco a poco, hasta convertir su corazon en una pasa arrugada y negra, que tan solo la llegada de su bebe logro suavizar ligeramente. Pero aun amando tanto a su hija, no podia dejar de ver en ella la perdida de su primer y unico amor, y la renuncia que habia hecho a compartir su vida con el. En ocasiones, Iona se habia lamentado de haber sido tan impulsiva y haber huido lejos. En ocasiones, deseaba haber abandonado a su hija en el convento para seguir con Ross. Porque aun habiendo pasado tantos anos, seguia amandolo. -?Esta muerto? -pregunto su hija, instantes despues de que se agachase junto al hombre para comprobar su estado real. Podia notar la ansiedad en su voz y se propuso dejar en claro que su presencia no era bien recibida, antes de que se hiciese ilusiones con aquel extrano. Comprendia su curiosidad hacia el, pues no habia conocido a nadie mas que ella en sus dieciocho anos de vida, pero dejarle entrar en su mundo no era buena idea. -Esta gravemente herido -dijo con voz firme y dura-. Morira en pocos dias, no se puede hacer nada por el. -Madre, podria intentarlo -se ofrecio-. Conozco unas hierbas que… -No, Marsali -se levanto y la tomo de un brazo para alejarse de aquel lugar con ella-. No vamos a curarlo. Dejaremos que la naturaleza siga su curso con el. Ese hombre esta mas muerto que vivo. -Pero, madre, no podemos dejarlo ahi. -Podemos y lo haremos -se detuvo, enfrentando sus miradas-. Los hombres son crueles, hija. Juegan con los sentimientos de las mujeres. Siempre les dicen lo que quieren oir para seducirlas y conseguir de ellas lo que desean, pero cuando ya no les interesan mas, las abandonan a su suerte, sin remordimientos. No le tengas lastima, seguramente se merezca la muerte. -Eso no lo sabes, madre -replico-. Tal vez no sea asi como dices. Y... -Son todos iguales -grito, alterada y despues cerro los ojos para controlar su enfado-. Es hora de volver a casa. Aqui no tenemos nada que hacer ya. -Si, madre -Marsali desvio su mirada una ultima vez hacia el lugar donde yacia el hombre, antes de seguir a su madre de regreso a la cabana. Sentia curiosidad por el, pero no podia hacer nada con su madre cerca. -No vayas al rio hasta que yo me haya deshecho del cadaver -le advirtio, segura de saber lo que pasaba por la mente de su hija- ?Lo has entendido, Marsali? -Si, madre. Se escucho resignada, pero como si no la creyese del todo, la mantuvo cerca lo que resto de dia, dandole tiempo al hombre a sucumbir a sus heridas. Al llegar la noche, no se rindio al sueno tampoco, hasta saber que su hija estaba profundamente dormida. No iba a correr riesgos con ella ahora, despues de todo lo que habia hecho para protegerla; ni con el hombre, que tan nerviosa la habia puesto, al ver los colores que lucia. Sin embargo, si hubiese sabido que su hija iba a enganarla, fingiendo dormir, quiza le hubiese podido impedir que saliese de la cabana a hurtadillas, con su bolsa de medicinas y una manta vieja. Quiza hubiese podido detenerla antes de que caminase, con la luna iluminando sus pasos, hacia el rio, con intencion de intentar salvar la vida de aquel hombre. Pero no lo supo y Marsali logro marcharse sin que su madre lo descubriese. Cuando llego al rio, el hombre continuaba en la misma posicion en que lo habian dejado y temio no haber llegado a tiempo de salvarlo. Se arrodillo a su lado y lo giro con cuidado para ver la gravedad de las heridas, pero cuando los rayos de luna iluminaron su rostro, Marsali se quedo sin respiracion. Nunca habia visto a un hombre antes de el y le parecio hermoso. Tenia una linea de la mandibula muy marcada y unos labios plenos; las pestanas pobladas y una nariz bien perfilada. El cabello, aunque sucio por pasar tiempo tirado en el suelo, le llegaba a los hombros y lucia un tono negro que le recordaba las noches de invierno. Su cuerpo, que estudio buscando heridas, era fuerte y muy fornido. Le impresiono la gran cantidad de cicatrices que lo cubrian; todas ellas antiguas. -!Oh, Dios! -exclamo, al encontrar el tajo en su bajo vientre. No era tan profundo como para llegar a sus organos internos, pero lo suficiente para que hubiese perdido gran cantidad de sangre; de ahi la palidez extrema de su rostro. Pero respiraba todavia, lo habia notado en cuanto le dio la vuelta y volvia a sentirlo ahora. Si se daba prisa, podria salvarlo. Saco varios panos de lino de su bolsa y fue a empaparlos al rio para lavar la herida, antes de aplicarle el emplasto que tenia en mente ya: romero para combatir la infeccion, corteza de abedul para el dolor, cola de caballo para evitar la hemorragia y ruda para una rapida cicatrizacion. Una vez satisfecha con la limpieza, comenzo a mezclar las hierbas en un cazo lleno de agua y lo aplico sobre la herida, en cuanto estuvo listo. La luna llena le ayudo a ver sin necesidad de encender un fuego y aunque hacia frio y les habria venido bien su calor, no tenia tiempo para perder en ciertas comodidades. Primero era la vida de aquel hombre, despues lo demas; pues ya habia pasado demasiadas horas en el frio suelo y habia perdido mas sangre de la que le convenia. Aunque sabia que debia hacer, sus manos temblaban al trabajar, quiza pensando en que aquel hombre era la primera persona que conocia, aparte de su madre, y no sabia como actuar ante el, una vez despertase. Si acaso lo hacia, que empezaba a dudarlo, porque habia tardado demasiado en ir a socorrerlo. Ademas, tenia sentimientos encontrados en cuanto a salvarle la vida. Queria hacerlo, pero temia descubrir que su madre tuviese razon con respecto a los hombres y le hiciese dano si despertaba. No creia poder enfrentar a aquel hombre, si resultaba ser un desalmado, pues le ganaba en fuerza, incluso herido, pero a pesar del miedo que le inspiraba, no podia dejarlo morir. Hizo su trabajo, al final, sin pensar en nada mas. Impregno la herida con la pasta, hasta cubrirla por completo y despues envolvio con cuidado la zona, escuchando sus protestas cada vez que lo movia, para rodear su torso con la venda. Una vez hubo terminado, recogio sus pertenencias y las lavo en el riachuelo, mientras pensaba en algun lugar donde esconderlo hasta que se recuperase. Y el modo en que lo trasladaria, si no despertaba pronto para ayudarse. Era demasiado grande y pesado para ella, por lo que necesitaria una parihuela, aunque no se creia capaz de arrastrarla tampoco. Pero sabia que lo mas complicado seria ocultarle a su madre que lo habia ayudado a sobrevivir. Cuando regresase al rio para deshacerse del cadaver y no lo encontrase, era necesario convencerla de que se habia ido por su pie y que ella no tenia nada que ver con eso. -?Eres un angel? La pregunta, hecha con voz grave y profunda, la dejo petrificada. Sabia que le estaba hablando a ella, pues no habia nadie mas, pero no se atrevia a mirar hacia el todavia. Su respiracion se habia acelerado y todos sus musculos se tensaron, tratando de reunir el valor suficiente para enfrentarlo. ?Que tan malo podia ser el hombre? Estaba herido y demasiado debil todavia, como para hacer dano a alguien, si aquella fuese su intencion. Quiza por eso, se atrevio a girar hacia el, dispuesta a desafiarlo con la mirada, pero antes de poder hacer nada, se perdio en la profundidad de sus ojos negros. Mas negros que la noche mas agitada, que la cueva mas oscura, que el lugar mas recondito de aquel frondoso bosque, donde la luz del dia nunca lograba atravesar las copas de los arboles. 2 -No lo pareces -el hombre continuo hablando, pero Marsali no fue capaz de apartar la mirada de el, ni de hablarle-. Aunque eres muy bella. Un intenso rubor cubrio su rostro por sus palabras y su cuerpo respondio de igual modo, encendiendose de una forma que nunca antes lo habia hecho. Fue entonces cuando reacciono y aparto la mirada. Tomo su bolsa y se levanto para cruzarla al pecho. Aunque no estaba segura de querer tocarlo ahora que habia despertado, todavia tenia que llevarlo a algun lugar donde su madre no lo encontrase. -?Como te llamas? -el hombre siguio hablando- ?O tampoco eso me vas a decir? -Marsali -dijo al fin, reuniendo valor- ?Serias capaz de caminar? Necesitamos buscar un refugio para ti. -Bonito nombre -le sonrio-. Mi nombre es Neil. Neil Sinclair. ?A que clan perteneces? -?Puedes levantarte? -no es que evitase responder a sus preguntas, sino que no podia hacerlo. Su madre jamas habia hablado de su pasado, salvo para decirle que el mundo era cruel y que habia huido al bosque para protegerla. Despues de que evadiese todas sus preguntas durante anos, decidio no volver a hacerlo y conformarse con el presente que tenia. Sin embargo, cuando descubrio al hombre tirado en el suelo, su curiosidad renacio con fuerza y de nuevo, las preguntas comenzaron a acumularse en su joven mente. Necesitaba respuestas y sabia que su madre no se las daria nunca. Penso, al verlo herido, que si le podia salvar la vida, el le diria lo que queria saber. Le hubiese gustado hacerlo sola, pero busco a su madre para que le ayudase, creyendo que tal vez aquello la reconciliase con el mundo y pudiesen marcharse del bosque al fin, pero su madre solo le habia metido el miedo en el cuerpo y se habia negado a curarlo. -Puedo intentarlo -dijo Neil, apoyando las manos en el suelo y regresandola al presente a tiempo de ver como se impulsaba hacia arriba. El dolor le arranco un grunido hondo y Marsali se apresto a socorrerlo. Entre ambos lograron ponerlo en pie y apoyandose en ella, consiguio dar varios pasos, pero pronto tuvo que detenerse junto a un arbol para descansar- ?Ese refugio esta muy lejos? -Me temo que si -se mordio el labio, nerviosa, pues si no podia caminar, seria practicamente imposible llevarlo hasta la cueva. Podia buscarle un lugar mas cerca, pero si su madre lo descubria alli, quien sabe que haria. Nunca antes la habia visto tan alterada como esa manana, cuando le sugirio que lo salvasen. Le habia dejado claro que no lo queria alli, aunque no podia entender por que. A ella no le parecia tan malo. Habia sido educado con ella y no habia intentado enganarla o seducirla como su madre habia insinuado que haria.

  • Prestame Tu Proteccion (Prestame 10) de Iris Boo

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    Tenia la frente apoyada contra la fria pared del pasillo y me daba igual que no hubiese luz alli, ni que Irina se hubiese ido hacia dos minutos, ni que fuese probable que nunca se hubiese limpiado desde que inauguraron el punetero local. De lo unico que era consciente era de que queria darme de cabezazos contra esa pared hasta perder la consciencia, pero tampoco debia hacerlo. Porque la causante de mi frustracion era la misma a la que debia mantener a salvo y, ante todo, soy un profesional. Que mis genitales esten deseosos de que nuestros cuerpos se revuelquen juntos y felices, como dos cerdos en un charco de barro, no quiere decir que mi cabeza lo permita. Porque hay unas reglas basicas que no se pueden romper, y mezclar las necesidades sexuales y el trabajo nunca sale bien. Y no, lo de Antonella no es trabajo; si, es una punetera camarera, pero nunca sera parte de mi trabajo. Me he ocupado del equipo de seguridad del club, del equipo de la casa y de los hombres que me sirven de apoyo en mis funciones para mantener segura a Irina. Las chicas de la barra no estan en mi circulo de trabajo, aunque pueda parecerlo. Antonella es solo una manera de sacar toda la tension que llevo dentro, porque se que, de no hacerlo, esto me iba a explotar en la cara. Siempre escuche esa expresion que dice <>, pero a mi no me ha funcionado. Antonella es solo sexo sin complicaciones, sin planes de futuro, de familia ni nada de eso, aunque la tipa ha resultado ser la peor de las que pude escoger. En mi defensa dire que precisamente su caracter fue lo que me atrajo, porque era de ese tipo de personas de las que uno no se enamora, ni tan siquiera se deja atrapar por ellas y lo que ofrecen. Antonella es desechable y ella lo sabe, por eso todo este lio que ha montado a nuestro alrededor. Por querer poner un buen muro entre nosotros me he metido en un lio peor, porque uno no manda sobre sus propios sentimientos, uno no elige de quien se enamora y yo he caido ahi por Irina. Levante la cabeza y me gire hacia la salida por la que habia desaparecido ella. Ahora tengo que arreglar todo esto, porque si he llegado a aguantar este extremo de la vara, bien puedo sostener el otro. Voy a luchar por recuperar lo que he perdido, por ganarme lo que ahora esta en las antipodas de lo que pudo haber sido. Pero voy a pelear por ello, porque he sido un marine y los marines no se rinden, luchan hasta el final. Capitulo 1 Irina Subia en el ascensor junto a Serg, directa hacia el despacho del tio Yuri en su hotel. No es que fuese algo fuera de lo normal que hiciesemos aquel tipo de visitas, pero mi hermano parecia preocupado, algo poco frecuente en el desde que llegamos a este pais. Desde que dejamos Rusia, hemos intentado construirnos una nueva vida, pero la sombra de Constantin Jrushchov ha volado sobre nuestras cabezas desde entonces. Hasta ahora parecia que Serg estaba a salvo, pero cuando se trata de tipos tan poderosos como el, nunca se sabe. --?Crees que son malas noticias? --le pregunte a mi hermano. --No se, pero no tiene pinta de que sea algo bueno. --No iba a decirle que todo saldria bien, porque esas palabras nunca han funcionado con Serg y conmigo. Los dos aprendimos a esperar lo peor, a no hacernos ilusiones. Primero la muerte de mama, luego la enfermedad de papa. Encontrar a nuestra familia americana fue lo mejor que nos habia pasado en mucho tiempo, pero todo se acaba tarde o temprano. Cuando llegamos a la planta reservada de los Vasiliev, las puertas se abrieron con rapidez. Senti los ojos de alguien sobre nosotros y no pude evitar pensar que seguramente asi era. Nadie llegaba hasta alli si no tenia la autorizacion correspondiente y nosotros no teniamos ninguna de esas tarjetas o llaves especiales de acceso, asi que solo quedaba una opcion: vigilaban y controlaban nuestros movimientos. Lo primero que vimos en el largo y suntuoso pasillo fue a un hombre parado frente a la enorme puerta de madera del despacho de Yuri. Era Phill. Al vernos, esbozo una pequena sonrisa y saludo con la cabeza en nuestra direccion. --Os estan esperando. --Dio un par de golpecitos y de seguido abrio la puerta. Me cedio el paso y entre. Phill se quedo fuera y eso me extrano. --?Tu no entras? --Mi orden es esperar a que me llamen mas tarde. --Y cerro la puerta. Habia esperado algo mas de el, ya que desde que llegue a Las Vegas se habia convertido en algo mas que mi chofer, casi pensaba que era un amigo. Nuestro tio y mis primos estaban esperandonos y aquello me puso mas nerviosa de lo que ya estaba. --Si tomais asiento, empezaremos con todo esto. --Obedeci por inercia. --?Es algo malo? --Llamenme impaciente, pero no soy de esas personas que evitan las malas noticias todo lo que pueden, yo prefiero afrontarlas lo antes posible. --Jrushchov tiene a un hombre siguiendo a Irina. --Creo que perdi parte del color de la cara en ese momento. Fue escuchar ese nombre y senti como todos mis fluidos salian corriendo a esconderse. --No tienes que preocuparte, pequena --intervino Yuri. --Lo primero que quiero que entendais es que todo se esta desarrollando como Viktor anticipo. --Viktor asintio con la cabeza, pero no era suficiente para tranquilizarme. --?Quieres decir que todo este tiempo habeis sabido que me estaban buscando? --Viktor se levanto de su asiento y camino hacia mi. --Estos tres meses no queriamos recordaros a Jrushchov ni sus intenciones, pero todos sabiamos que no iba a quedarse quieto. Tu tambien lo sabias, ?verdad? --?Saberlo? Si, pero habia intentado no pensar en ello. --Boby le ha dedicado todos nuestros recursos, esperando a que llegara a nosotros o, mejor dicho, a ti. Porque si te tiene a ti, tiene a Serguey. Eres la reina de esta partida de ajedrez -- explico Yuri. --?Y ahora que me ha encontrado? --pregunte. --Ahora es cuando le damos la vuelta a todo. --?Y como lo hacemos? --pregunto esta vez Serguey. --Esperabamos que con el truco del apellido, el pensara que habiamos fracasado en nuestro intento de esconderos. --Aquella jugada con nuestros permisos de residencia, para cambiar nuestro apellido real, ?habia sido un truco que tenia que fracasar? --Eso quiere decir que teneis un plan. --Serguey parecia entender todo esto mejor que yo, o al menos no perdia el tiempo con lo que ya habia sucedido. --No se como se llama esta jugada en el ajedrez, pero, basicamente, vamos a hacer desaparecer a la reina delante de sus narices. --?Y por que no se ha hecho antes? La desaparicion definitiva, quiero decir. --Llamenme practica, pero soy de esas personas a las que no les gustan los juegos, yo soy de las que va directa al grano. --Porque queriamos que llegara a nosotros, que sepa que estamos aqui, jugar en nuestro tablero. --Algo asi como que nuestro equipo juega en casa --anadio Nick. --No voy a aburriros con una explicacion detallada de nuestro plan estrategico, porque solo teneis concentraros en vuestra parte. --Y porque tampoco te iban a entender, Viktor, a veces incluso a mi me cuesta seguirte. -- Viktor sonrio a Nick de forma petulante. --Que forma tan sutil de llamarme genio. En fin, como decia. Ahora es el momento de hacer desaparecer a Irina de forma mas concienzuda. --?Como de concienzuda? --quise saber. --No vas a hacer nada ilegal, tranquila. Hay una manera de hacerlo, de forma totalmente legal, rapida y efectiva. Y por si fuese poco, ademas sera segura, muy segura. --?Por eso estamos aqui los dos? --dijo Serg. --Por eso estais aqui los tres --aclaro Yuri. --?Que? --Te vamos a casar. --Fue Andrey el que lo dijo, por eso entendi que no era una broma. De todos mis primos, el no bromeaba con este tipo de cosas. --?Casarme, con quien? --?Donde demonios iban a meterme estos locos? --Phill. --Dijo Serg. Yuri sonrio y Andrey asintio con la cabeza. --A grandes rasgos, tu matrimonio con Phill te dara un nuevo apellido. Uno con el que los hombres de Jrushchov ni pensaran en buscarte. Y segundo, tendreis que viajar --aclaro Yuri. --En Miami tenemos un negocio, un club, al que me gustaria que le dieras una nueva direccion. Se que conoces el terreno y que tu perspectiva le daria el enfoque con clase que queremos darle. Ya me entiendes, hacer que algo vulgar sea algo elegante y mas rentable --detallo Viktor. --?Quereis que dirija el club? --Eso le daba otra direccion a todo el asunto y sonaba interesante. --Queremos que lo conviertas en algo con clase y sabemos que puedes hacerlo. Te proporcionaremos todo lo que necesites. El resto, es cosa tuya. --Dirigir un club, ser yo quien por una vez diera las ordenes, no quien las recibiese. Sabia que estaba mordiendome el labio inferior, era un tic que tenia y que me asaltaba cada vez que mi cabeza se ponia a darle vueltas a algo. --Y no estaras sola, Phill viajaria contigo y, como sera tu <>, estara cerca de ti en todo momento. Ya detallaremos mas despues. --Me he tomado la libertad de preparar la documentacion del divorcio y los certificados para el enlace. De esta manera, no habra ningun problema a la hora de disolver el matrimonio. -- Andrey, era bueno tener un abogado en la familia. --Aqui, mi hermano mayor, lo que no os ha dicho es que se ha sacado un certificado para poder oficiar bodas, asi se asegura lo de la confidencialidad y esas cosas --puntualizo Nick. ?Se estaba riendo de Andrey? Creo que si, porque el pobre estaba poniendo los ojos en blanco. --A ver, quedamos en que ibamos a dejar el menor numero de pistas posibles, ?no? Pues eso. Bueno, Irina, tu decides. ?Quieres hacerlo o buscamos otra alternativa? --?La hay? --La idea no es que me sedujera realmente, pero si mis primos, los supergenios a la hora de crear estratagemas de este tipo, se inclinaba por esta... --Claro, pero no seria legal, o implicaria un confinamiento indefinido en casa de mis padres. Yo creo que mi idea es la mejor, pero, claro, no soy yo la que va a pasar por un matrimonio falso, huir a Miami y dirigir un club. Son demasiados cambios y de mucho peso. ?Se creian que me iba a echar atras como una cobarde pusilanime? He bregado con matones durante anos alli en Rusia y no tenia a nadie para cubrirme la espalda. ?Dirigir un club con Phill protegiendome? Seria como ir a la batalla dentro de un tanque. --Puedo hacerlo. ?Donde tengo que firmar? Capitulo 2 Phill Hay veces en que uno se pregunta hasta donde llegaria por desempenar su trabajo. No, no me refiero a un triste operario en una fabrica o una oficina. Trabajar con los Vasiliev va mas alla de todo eso. Se que el mio no es un trabajo convencional, por eso me gusta. Me aliste en la marina porque soy de esa clase de personas que necesitan emocion en su vida, conocer lugares, personas; en una palabra, movimiento. Y si, el ejercito te da eso y grandes dosis de disciplina, algo que necesitaba en aquel momento. Pero tambien te da una buena palada de realidad: que los cabrones con poder son los peores cabrones del mundo y, como estes debajo de ellos, tu vida estara jodida. Con los Vasiliev descubri que habia otro tipo de cabrones, los que ponian a cada uno en su sitio, los que defendian a los suyos, los que tenian su propia manera de hacer justicia y, joder, vaya si me gustaba eso. Los Vasiliev estan hechos de otra pasta. Para que luego digan de los codigos de honor asiaticos. Los Vasiliev eran duros, muy duros, pero tenian que serlo. Mi padre ya me puso al corriente del terreno en el que se movian. No es que me gustara entrara ahi, no entendia aquella fidelidad para con ellos, al fin y al cabo, eran mafia, el miedo tenia que tener algo que ver, pero termine por entender a esta familia. Ellos seguian un camino mas o menos recto y cuando apartaban a alguien de el lo hacian de una forma limpia. Creo que porque pensaban que lo que se gana con malas artes te lo quitan de igual manera. !Ah! Pero pobre del que pusiera piedras en ese camino, o intentase sacarles de el. Habia una premisa que todo el mundo conocia: <>, y habia una base solida para sustentarla. Les jodes, la pagas, pero a su manera. Y ahora venia el motivo por el que estaba en el despacho del jefe supremo con una pluma en la mano y firmando un acta matrimonial. Me habian encomendado una mision importante, muy importante, y yo acababa de aceptar. Tenia que proteger a Irina Sokolov, una familiar de los Vasiliev, mis jefes, y debia hacerlo de la manera mas completa que habia pensado. Tenia que mantenerla oculta sin estar oculta. Eso lo entendia, porque ella no habia cometido ningun crimen, no merecia pasar su vida encerrada en una casa, no debian robarle su vida. Como me habian explicado, habia una forma de hacerlo, a su manera. ?Proteccion de testigos? Si, pero con los recursos Vasiliev. Paso uno: darle un apellido diferente a Irina. Una simple boda, con la salvedad de que los papeles del divorcio ya estaban redactados y firmados para que no hubiese problemas a la hora de disolver el matrimonio. Paso dos: llevarla bien lejos, al otro extremo del pais. --Listo. --Le entregue los documentos a Andrey Vasiliev, el abogado de la familia. Era un tipo serio, tirando a frio, y extremadamente puntilloso con los temas legales. --Seguro que tienes cosas que deseas llevar contigo, asuntos que dejar arreglados. Pero recuerda que no debes decir a nadie donde vas, no dejes pistas que otros puedan seguir. Si tienes mascotas, o plantas que regar, entregale las llaves a Sam y el se encargara de todo. --Viktor Vasiliev me miraba de esa manera que decia que no queria cabos sueltos, que esto no era un juego. Asi que asenti. No estaria aqui si fuese un blandengue que no aguanta la presion de un jefe como el. --Sere discreto. --Bien. Ya sabes donde debes estar a media noche. --Viktor se giro para sentarse de nuevo tras su mesa--. !Ah! Despidete como dios manda, vas a estar mucho tiempo lejos de casa. Asenti de nuevo y sali de la habitacion. ?Donde se ha visto una boda en la que los novios se ven unos minutos antes de la boda y despues firman los documentos por separado? En alguna de esas culturas extranas, seguro. Aunque esto es Las Vegas, reino de las bodas, por absurdas que sean. Mi padre estaba esperando cuando sali del ascensor, preguntando con su mirada como habia ido todo. --?Donde vamos? --pregunto. --?Comida en familia? --Me dio una palmada en la espalda como haciamos los hombres y me sonrio. --Tienes suerte, Candy va a hacer pizza de kale para cenar. --?Kale? ?Eso no es una verdura? --Lo es, si. Antes la tomaba en licuados, pero Candy me ha descubierto que cuidarse tambien puede hacerse con cosas ricas. --Ese era mi padre, el de <>. --Lo probare. --La llamare entonces para que haga una grande. Mientras, tienes que preparar la maleta. -- Asenti hacia el y caminamos juntos hasta su coche.

  • Navidad accidentada de Brianne Miller

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    Tras seis anos intentando conseguir su sueno en Nueva York, Zoe por fin podra volver a casa por Navidad. Lo que no esperaba es tener que lidiar con un vecino deliciosamente sexy, aunque odioso… y su enorme y desobediente perro, que la ha tomado con ella sin ninguna razon.

  • Algo privado de Debra Webb

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    La periodista mas apreciada de Atlanta queria que despidieran a su camara. ?Por que? Pues porque con solo mirar a aquel atractivo latino se moria de ganas de tocarlo y comprobar si realmente era tan ardiente como aparentaba. Aquel hombre era una distraccion que no se podia permitir… cuando su principal preocupacion era mantenerse viva. Pero habia algo que Piper Ryan no sabia y que podia salvarle la vida. Resultaba que Ric Martinez era algo mas que un camara guapo y altanero capaz de hacerla derretir y empenado en protegerla…

  • Polvo eres 2 de Nieves Concostrina

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    Responsable del espacio radiofonico diario <> en Radio 5 Todo Noticias y colaboradora los fines de semana en el programa No es un dia cualquiera de RNE (Radio Nacional), dirigido por Pepa Fernandez, y de lunes a viernes en el espacio dirigido por Juan Ramon Lucas, <> la autora de este libro nos regala una vez mas la posibilidad de reirnos a carcajadas con divertidas historias sobre idas y venidas de huesos, salidas y entradas de las tumbas, funerales excentricos. Ahora, de la mano de otro genio del humor, Forges, cuyas estupendas y reconocibles ilustraciones acompanan estas paginas hilarantes.

  • Fuera de juego de Chus Iglesias

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    El desahogo de Alba despues de aquel partido, en el que habia insultado al arbitro a placer, no tenia comparacion con la verguenza que empezaba a sentir y mas cuando descubrio que David seria el nuevo tecnico de prevencion de riesgos y abogado de la asesoria en la que ella trabaja en Santiago de Compostela. Lo que esta claro es que el no ha llegado en son de paz precisamente, cuando ha comprobado que era la misma ninata del campo de futbol.

  • Dos tumbas (Inspector Pendergast 12) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    El agente especial Pendergast se enfrenta al desafio de un asesino en serie…

  • Las defensas, Gabi Martinez de Gabi Martinez

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    Ante un ataque de locura violenta, un competente neurologo es ingresado en un psiquiatrico. Solo el sabe que su diagnostico es erroneo. Pero aun no es capaz de imaginar que la misma enfermedad autoinmune a la que ha dedicado obsesivamente su vida lo acecha. Su increible lucha contra la enfermedad y el estres corre pareja a la de la historia de este pais desde la Transicion y a la de uno de los pilares de la democracia espanola, un sistema sanitario herido hoy por la jerarquia y por una corrupcion que castiga o expulsa a quien disiente.

  • Indomable de Arwen Mclane

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    Raquel es una mujer fuerte y valiente, sargento del ejercito espanol y piloto de cazas. Una mujer todo terreno del siglo XXI.
    A causa de un terrible accidente aereo, viaja en el tiempo y aterriza en una epoca donde las mujeres no son valoradas, donde solo sirven para criar hijos y ocuparse de su casa, o eso piensan ellos. Pero Raquel no se deja dominar por ningun hombre.

  • Deseo Interminable de Clara Montecarlo

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    Bajo el Sol: Romance Intrepido con el Ejecutivo de Accion

  • Eres todo lo que necesito de Mia Ford

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    --Vale, Aubrey, vete a jugar, carino. Papa solo tiene que hacer una llamada, ?vale? --Si, papa. --Me regala una sonrisa gigante que me derrite el corazon--. Gracias. Mi preciosa nina morena de dos anos corre hacia los columpios. Tiene el pelo oscuro como yo, pero en todo lo demas es como su madre. Esos ojos azules brillantes son todos de Nora, lo que casi me rompe el corazon. Suspiro con fuerza y tomo asiento en el banco cercano mientras hago algunas llamadas telefonicas. Necesito distraerme. --Hola, Adam. ?Como te va? ?Todo bien en la oficina? --Si, todo esta bajo control. Sabes que puedes confiar en mi, soy el gerente. Me rio con un sonido gutural. --Bien, bien, solo queria comprobarlo. Ya sabes como soy. --Lo se, lo se, la linea de moda es tu bebe, pero confia en mi, lo estoy haciendo bien. --?La sesion de fotos va bien? ?Todas las modelos se estan comportando? --Las modelos estan… ya sabes, siendo modelos, pero lo estan haciendo lo mejor posible. Todas quieren ser la cara de Ventry. Escuche a algunas de ellas decir que es un trampolin para grandes cosas. Tengo que admitir que eso me hace sentir bien. Lleve esta linea de moda desde los inicios, convirtiendola en un negocio de mil millones de dolares en un espacio relativamente corto de tiempo. Me ocupo mucho tiempo y vida, pero me encanta. No lo cambiaria por nada del mundo. Me ayudo ver a mi madre trabajar en la moda toda su vida. Aprendi los entresijos, los trucos del oficio, y lo he aprovechado. --Entonces, ?no hay ningun drama importante? ?Nada de lo que deba preocuparme? --Todo esta bien, Cooper, honestamente no necesitas preocuparte. --Lo se… pero sabes que lo hare de todos modos. --Se que lo haras. Pero no dejes que interrumpa tu tiempo en familia. Es importante. Cierro los ojos, escuchando esa verdad. Se que corro el riesgo de convertirme en un adicto al trabajo. Si no fuera por Aubrey, no saldria de la oficina para nada, pero tengo que hacerlo. Es algo bueno en realidad, pero el fanatico del control que hay dentro de mi no se deja llevar. Desearia poder dividirme en dos para poder estar en todas partes a la vez. --Lo se, por eso estoy ahora mismo soportando el infierno del parque infantil. --Oh, apuesto a que te encanta eso. Todos esos ninos gritando. --!Oh, es tan divertido! --Oh, lo siento. Una de las chicas me esta llamando… --Bueno, eso esta bien. Gracias, Adam, tratare de dejarte seguir un poco. --Gracias jefe, y te vere como siempre el lunes por la manana para que puedas revisarlo todo. Tal vez se supone que este deberia ser el momento en el que doy un paso atras y simplemente disfruto de los frutos de mi trabajo, pero todavia no puedo hacerlo. Estoy obsesionado con que todo sea perfecto, soy la clave del exito de la empresa. Bueno, ahora lo soy; hace tiempo no era solo yo. Resoplo con tristeza mientras cuelgo el telefono, enfrentandome a la verdad que hoy intento ignorar. Hace seis meses que toda mi vida dio un vuelco. Hace seis meses, aquel conductor borracho choco contra Nora, matandola al instante. Hace seis meses que toda la base de mi existencia cambio, y ahora estoy un poco perdido. Por suerte, tengo muchas cosas en las que centrarme, pero por desgracia, todo lo que tengo me recuerda lo que he perdido. Aubrey, obviamente; esa parte es un puntazo. De vez en cuando, es dificil mirar a mi hija porque me recuerda mucho a ella. En los primeros dias, cuando ocurrio, cada vez que miraba a Aubrey, lo unico que veia era la cara de Nora mientras moria aplastada. La unica gracia del accidente es que la mato al instante. Ella no sufrio. Tampoco puedo lanzarme de lleno al trabajo porque eso me recuerda a Nora. Ella no empezo conmigo, no estuvo al principio, pero en cuanto la vi al otro lado de la barra y nuestro romance empezo a florecer, me ayudo. Empezo con alguna que otra sugerencia aqui y alla, pero pronto se convirtio en parte de la empresa. No creo que hubiera sido lo mismo sin ella. Me froto la frente, intentando alejar el dolor de cabeza que me golpea en la base del craneo. Me pregunto que pensaria Nora de mi ahora. ?Estaria orgullosa de como me estoy esforzando o querria mas de mi? A veces tengo la sensacion de estar un poco disperso intentando ser todo para la linea de moda y para Aubrey, sin dar nunca lo suficiente a ninguna de las dos. Ella siempre fue mucho mejor que yo para organizarlo todo. La echo de menos. La extrano tanto que me duele. Perderla me ha dejado un enorme agujero en el pecho. La gente me ha dicho que deberia pensar en seguir adelante, pero creo que aun no estoy preparado. Eso es algo que improvisare. Claro que fui un playboy en su dia, antes de que llegara Nora, pero a los treinta y dos anos, con una hija a cuestas y un negocio que dirigir, no puedo volver a eso. Ella me cambio. Apago al playboy en el momento en que entro en mi vida y no creo que pueda volver a encender esa parte de mi. Seria una falta de respeto a la memoria de mi esposa. Que me la arrancaran cuando menos lo esperaba me ha roto. Pense que envejeceriamos juntos, que tendriamos mas hijos y mas vida. Normalmente, puedo seguir con el dia a dia, no me revuelco en la pena tanto como esto, pero es nuestro sexto aniversario, asi que me tomo el dia para estar pensativo. --Lo sentimos, Sr. Ventry. Tenemos malas noticias para usted… Esas fueron las peores palabras que he tenido que escuchar. No se lo desearia a nadie. Abro los ojos de golpe, necesitando volver al presente antes de perderme por completo en la pena, pero en cuanto lo hago, el panico se apodera de mi. No puedo distinguir de inmediato ese mechon de pelo castano, lo cual es preocupante. Se que este parque es muy grande y que podria estar en cualquier parte, pero a pesar de todo me levanto de mi asiento, necesito llegar a ella. Sin Nora aqui, ella es mi unica responsabilidad, y no puedo soportar perder a otra persona que quiero. --!Aubrey! --grito, haciendo que todas las miradas se dirijan hacia mi--. Aubrey, ?donde estas? Siento el pecho apretado, todo el aire sale de mis pulmones, me oigo roncar desesperadamente. Una vision borrosa me envuelve, me mareo tanto que apenas puedo mantenerme en pie. Esto es horrible, cuanto mas pasan los segundos, mas me asusto. Me duele el corazon. Esto es horrible. --Aubrey, ?donde estas? Contestame, carino, necesito saber donde estas. Oyes este tipo de cosas en la television, ninos que desaparecen mientras sus padres estan ocupados en sus telefonos, trabajando. Pero nunca pense que me tocaria a mi. Imagenes horripilantes pasan por mi mente mientras recorro con la mirada un monton de ninos diferentes, ninguno de los cuales es Aubrey. --Dios mio. --De repente, la veo y el mundo a mi alrededor se detiene. El silencio me rodea mientras mi cuerpo se calma. Mi hija esta a salvo, no le ha pasado nada malo, no tengo que preocuparme--. !Aubrey! Se gira para mirarme y me regala de nuevo esa sonrisa encantadora. Casi se me llenan los ojos de lagrimas cuando la cojo para abrazarla. Es curioso como solo hace falta un segundo para que todo cambie. Es una leccion que deberia haber aprendido ya. --Oh, Aubrey, me tenias tan preocupado, por un momento no pude verte. --Mami. --Esa sola palabra destroza cada centimetro de mi--. Mami. Mira. --No, carino. Mama no esta aqui. Solo estoy yo. Una parte de mi penso que pronto se olvidaria de Nora por su corta edad, pero no lo ha hecho. Habla mucho de ella como si todavia estuviera aqui. Me rompe el corazon, se que debe echarla mucho de menos. --No, mama. Mira. Sigo su mirada, mas por intriga que por otra cosa, y la vision que veo me detiene el corazon en el pecho. Es Nora, esta de pie frente a mi, como un fantasma del pasado. Me paralizo, no puedo moverme ni un centimetro, aunque no estoy seguro de querer hacerlo. Esto es lo mas cerca que me he sentido de ella en seis largos meses. El mismo pelo rojo fuego, los mismos ojos azules penetrantes, la misma cara en forma de corazon, el mismo cuerpo con curvas. --Hola… --la vision habla. --H… hola. Es Nora, pero no del todo. Es unos diez anos mas joven que ella, como Nora con veinte anos. No es que la haya conocido con veintitantos, pero he visto muchas fotografias. Entiendo que la pobre Aubrey confunda a esta mujer con su madre. Es una pena que no lo sea. - Su hija es muy linda. Es un verdadero encanto, hemos estado hablando. Inmediatamente, como hago con cada mujer que veo, recorro con la mirada su ropa, y aqui es donde terminan las similitudes de esta mujer, que despues de todo podria ser real y no un fantasma. A Nora le encantaban los estampados florales. Siempre fue tan bonita, tan femenina, tan dulce. Rosas, colores pastel, volantes. Esta mujer tiene un aspecto mucho mas negro y motero. Es como la chica problematica del colegio, escondida detras del cobertizo de la moto con un cigarrillo colgando de los labios. El tipo de chica por la que estaria super intrigado… -- Gracias, si, Aubrey es un encanto. -- Siento que pensaras que la habias perdido. Solo me vio y corrio hacia mi. -- Esta bien, es mi culpa, me distraje por un segundo. Dejo a Aubrey en el suelo y la veo correr de nuevo hacia el tobogan, completamente ajena del drama que acaba de ocasionar. No solo con la desaparicion, que todavia me deja sin aliento, sino con el hecho de que ahora estoy con una mujer que se parece tanto a mi esposa, que es dificil de digerir. -- Lo siento, debe pensar que te pareces a su madre. Intento reirme para que no sea demasiado incomodo, pero estoy seguro de que se nota la tension. -- ?Su madre no esta aqui? -- Su madre… ya no esta viva. -- Eso me hace otro agujero en el pecho -- . Murio hace tiempo. -- Oh, siento mucho escuchar eso. Es horrible. -- La mujer me mira a traves de sus pestanas -- . ?Sabes que? Pareces un poco estresado, como si hubiera sido uno de esos dias. Estaba a punto de coger un cafe del pequeno puesto de alli. ?Quieres uno? Probablemente no deberia decir que si, no se si tengo la capacidad emocional para una pequena charla con esta desconocida tan especial, pero parece que mi cuerpo tiene otras ideas para mi. Mi cabeza asiente sin mi permiso. -- Genial. Bueno, toma asiento e ire a encontrarme contigo en un minuto. ?Como te gusta? -- Negro con una de azucar. -- Oh, azucar. Sabes que eso es malo para ti, ?verdad? Mientras sonrie, mi corazon vuelve a dar un vuelco. Eso es exactamente lo que Nora siempre me decia. Es casi como si esto fuera una senal, un mensaje de ella desde el mas alla. Me parece que es alguien a quien deberia conocer, aunque no sepa exactamente por que.

  • Sangre de fuego (Sangre de hielo 2) de Elly Blake

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    Descubre un mundo en el que el fuego y el hielo son enemigos mortales.

  • Tipos duros. Aiden de Isabella Marin

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    Aiden King es ahora el principe del rap, pero su vida no siempre fue portada de una revista. Antes de que sus singles empezaran a encabezar tops alrededor del mundo, Aiden era el cajero de una gasolinera, vivia en una casa sin luz y sin calefaccion, y no conseguia ganar lo suficiente como para poder alimentar a su familia.

  • Iluminas mi vida de Bella Winters

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    Un chico atractivo que es multimillonario y… ?bombero?Lance es todo un misterio que esta metido en un grave problema. A pesar de ser todo un playboy y el heredero de una gran fortuna, no podra disponer del dinero hasta que se case.Es entonces cuando se le ocurre la brillante idea de ofrecerme cinco millones de dolares para hacerme pasar por su prometida. Y cuando se desata el caos.El trato era que el me diera el dinero, pero, tonta de mi, al final le acabe entregando mi corazon junto a una pequena sorpresa.Pero, ?podre retener a mi lado a un hombre que puede tener a cualquier mujer que desee?

  • Amor en la Frontera (Western 1) de Lee Vincent

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    Ano 1870 en el Oeste Americano. Hace cinco anos que culmino la Guerra Civil entre el norte y el sur, y el territorio en el oeste de los Estados Unidos comienza su pleno desarrollo, en lo que se denomina la nueva Frontera, un lugar tan excitante como peligroso. Dos hermanas se ven forzadas a huir del Territorio de Wyoming ante la inminente muerte de su padre, victima de la tisis. A su llegada al pueblo de Monroe Park, en el reciente instituido estado de Colorado, se veran obligadas a luchar por su sobrevivencia en una comunidad, cuya unica ley es el revolver. Alli, Heather Harrison, la mayor de las hermanas, se topara con el temible vaquero Luke Montana, un hombre cuyo pasado esta plagado de misterios y que se empenara en conquistarla. En medio de sus luchas por abrirse paso en Monroe Park, las hermanas tendran que sortear diversos peligros, desde bandoleros hasta indios enfurecidos, pero su peor pesadilla se hara realidad cuando el despiadado cuatrero Richard Perkins reaparezca en la vida de Heather y la reclame como su mujer. ?Se saldra con la suya este bandido o tendra que enfrentarse a la inclemencia del mejor pistolero de la Frontera, Luke Montana? Al estilo unico de las novelas del Viejo Oeste llega la primera entrega de la bilogia Serie Western, Amor en la Frontera, una historia de amor, pasion y aventuras.

  • Un ogro en rehabilitacion (Principes 2) de Virginia Camacho

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    Todos dicen que es un ogro. Y, actualmente, las mujeres que lo conocen intimamente solo pueden decir que es un amante atento, pero que fuera de la cama, no es mas que un hombre hermoso desprovisto de las mas elementales emociones. Muchos podrian decir que la sed de venganza y el odio han podrido para siempre su alma.
    Pero hay esperanza.
    Robert Blackwell todavia puede ser rescatado.
    Sera un proceso duro, y el mismo se rehusara a sufrirlo, pero no tendra otra alternativa mas que responder con un si cuando el amor, otra vez, toque a las puertas de su corazon, y ahora, para quedarse alli por siempre.
    Sera la mejor terapia, su rehabilitacion.

  • Entre fotos apareciste tu de Ivan Arolle

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    La pasion de Lucia es la fotografia y su trabajo. En uno de sus viajes y por cosas del destino, se enamora de Arturo, pero la vida lo quitara rapidamente de su camino.
    Con el paso del tiempo, decide olvidar lo que fue y poner todas sus fuerzas en construir una relacion con Efrain, sabiendo que, quizas, nunca podra amarlo como se merece. No deja de intentarlo, hasta que la vida pone de nuevo al hombre que amo en su camino, pero esta vez Arturo aparece como el prometido de su mejor amiga.
    Decisiones que tomar, donde en algun momento habra que elegir entre la amistad y el amor.

  • Gabinete ?de crisis? de Yanira Garcia

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    !Hola! Permitanme que me presente. Mi nombre es Vega y mi vida ha sido una completa locura los ultimos meses. Sali huyendo de Madrid --por razones que prefiero no contar--, y me vine a Barcelona donde mi amiga Melissa lleva viviendo un tiempo. Me he instalado en un edificio muy chulo. ?Lo malo? Mi vecino. Es un perfecto Adonis hecho realidad. !Vamos! Que yo se lo pediria a los Reyes Magos, Papa Noel y a mi padre por mi cumpleanos, peeerooooo, tiene un cartel en la frente colgado que pone: <>. ?Que como lo se? Pues porque soy psicologa y entiendo de esas cosas...
    ?Que? !Si! Soy psicologa, y encima, !me encanta serlo! Puede que suene a tipico topico pero me desenvuelvo bien rodeada de problemas y situaciones diferentes.

  • Churros con chocolate de Tessa Cooper

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    Hugo aparecio sin avisar, bueno, sin avisar no, que era una fiesta de exalumnos de mi antiguo colegio. Lo que quiero decir es que no esperaba volver a verlo. Nunca. Y alli estaba el, acercandose hacia mi acompanado de mi mejor amiga, mirandome con esos ojos que me atravesaban y la mejor sonrisa que nunca he visto.

  • La invencion de la naturaleza de Andrea Wulf

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    La esplendida biografia de Alexander von Humboldt, el heroe perdido de la ciencia y padre de la ecologia.

  • Mentiras y poder de Jorge Del Alba

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    Primera parte de la trilogia “Mentiras y poder”

  • Sobre lagartijas y monstruos de Carlos Diaz

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    Pepa y Corso, un matrimonio en la cincuentena, rememoran en primera persona los acontecimientos del verano de 1980, cuando Los Once (su pandilla de amigos del colegio) se disponia a disfrutar de unos meses repletos de mananas de playa, tardes de pesca, amores juveniles y confidencias. Aquel prometedor verano, en la transicion entre la escuela y el instituto, se vera truncado por una tragedia que definira la vida de todos para siempre.

  • El ladron de penas de Antonio Jodar Calpe

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    Metio la llave en la cerradura despues de varios intentos, dos veces se le habia caido al suelo tratando de abrir la puerta; veia el pasillo muy a duras penas. El atardecer se oscurecio mas de lo previsto y un viento inoportuno hizo que las hojas de los arboles susurrasen a manera de cantos de reproche. Hacia rato que el tiempo se notaba denso y especialmente humedo. Las nubes ennegrecidas amenazaban con una tormenta brutal. En sus primeros indicios, las ventanas del edificio no dejaban ver mas que algun relampago todavia lejano. Por los cristales se distinguia la luz palida que cubria el cielo. Trato de hacer girar la llave pero no pudo, la mano le temblaba; estaba transido de frio y los ojos cargados por las noches de insomnio, y esta seria la siguiente. Giro otra vez la llave y cedio al final. Al traspasar la puerta encendio la luz y miro el reloj que se hallaba en la mesilla de noche, vio que eran las tres de la madrugada. Iba bebido y se dejo caer sobre la cama boca abajo. En el instante de caer dio un gemido y se quedo inconsciente sin que nada, excepto un leve tic-tac del despertador, alterase el silencio. La luz se quedo encendida y tenia una palidez facial estremecedora. Nadie sabia que estaba alli completamente solo y tal vez fuese a morir en esa condicion. Los que lo juzgaban no habrian podido leer sus sentimientos reales, pero el tampoco. Ahora yacia en un sopor que fue breve. Se desperto de repente y al mirar de nuevo el reloj vio que habian pasado treinta minutos, solamente treinta. Los truenos se oian ahora con mas fuerza, los cristales de la ventana empezaban a albergar las primeras gotas de agua, las cuales resbalaban por el cristal igual que el sudor por su frente y las lagrimas que brotaban de sus ojos por las mejillas, tan descoloridas, bajo unos ojos de mirada doliente tras el verde claro. Abrio el minibar, cogio una botella de whisky y se lleno un vaso a la mitad. Recorrio la habitacion del hotel como un oso enjaulado, con el vaso de Whisky en la mano, dando pequenos sorbos, temblando de pies a cabeza. Tenia el pelo castano con restos de gomina y algo desgrenado, llevaba una chaqueta y un pantalon azul oscuro manchado, tambien los zapatos por restos de vomito. La camisa era blanca, estaba sucia y le faltaban varios botones, del cuello le colgaba una corbata desanudada, un extremo por cada lado. De repente estampo el vaso contra la pared encolerizado y el estruendo lo encolerizo todavia mas. Dio un fuerte punetazo con el puno derecho a la mancha de Whisky que habia tenido la pared hiriendose los nudillos que acabaron ensangrentados. Gritando de dolor se restrego frenetico los nudillos por la camisa, anadiendole tonos rojizos, lo que no hizo mas que aumentar su colera hasta romper a llorar. Hablaba entre sollozos profiriendo frases incoherentes a la vez que se arrollaba un panuelo en los nudillos. Se dejo caer sentado en el suelo con las piernas estiradas, jadeando, llorando con cara de asustado; se quedo como extraviado mirando la puerta de la habitacion. Se llamaba Hector y ni siquiera eso tenia claro, la vida lo estaba ahogando, creia. Cerro los ojos y los abrio de nuevo arrugando el ceno. Lo repitio tres veces mas deseando que un espiritu nocturno velase por el, aunque mas bien seria el mismo monstruo que habitaba debajo de su cama cuando era un nino. Proyectaba una sombra fantastica sobre la pared que no era mas que una caja de carton agujereada. Los anos habian volado y ahora el mismo era una figura prisionera del resplandor de algunos relampagos. Abrio la puerta de la habitacion, la 708, dejandola entornada; se precipito hacia la escalera con pasos vacilantes aferrando la botella de whisky que habia cogido. Subio medio a tientas el primer escalon para no dar la luz y que alguien lo descubriese, pero se encendio automaticamente. Continuo subiendo a grandes zancadas lo mas rapido que pudo hasta alcanzar la azotea. La puerta tendria que haber estado cerrada pero no tenia cerradura, parecia como si estuviera arrancada y habia manchas de yeso alrededor. Como pudo empujo la puerta, la traspaso hasta notar un viento de tormenta, el que antes hubo susurrado en los arboles. La tormenta la tenia encima y el viento le daba en la cara, tambien el reflejo parpadeante de los relampagos que resonaban con toda su fuerza como una maravilla de la naturaleza que no transigia con la maleza de antenas wifi, las cuales ondulaban en un angulo pronunciado, viendose amenazada su endeble verticalidad. Hacia gestos con una cara de enloquecido, como drogado, contrayendo las mejillas sin poderlas controlar; en sus ojos se reflejaba un profundo deseo de enloquecer todavia mas. <>. Avanzo hacia el centro de la azotea, la lluvia caia ahora abundante, empapandole por completo, la sangre seguia brotando de sus nudillos y la que tenia en la camisa se diluia emborronandola. Su cara empapada disimulaba el lloriqueo que no podia cortar, sintio frio y se levanto las solapas de la chaqueta inutilmente. Sus infortunios pasaron del llanto al lamento cuando cruzo hasta llegar al antepecho de la cornisa. Era una altura de doce pisos mas la azotea trece. A Hector le temblaban las piernas con mayor violencia y su jadear coreaba cada trueno, su cara seguia resplandeciendo en el relampaguear cada vez menos intermitente, sus ojos resaltaban desorbitados. Se quito la chaqueta y la lanzo al vacio quedandose en el antepecho. Completamente empapado salto a la cornisa pero no miro hacia abajo, no se atrevio. La desesperacion lo acometio sin ninguna clase de misericordia, sintiendose paralizado pero decididamente dispuesto a terminar con ese pesar etereo. Sintio vertigo y nauseas, panico, pero tambien una ira desmandada y una tristeza penetrante. En un arrebato decisivo extendio los brazos como si fuese a saltar de un trampolin y cerro los ojos. --?Me dejas ver como lo haces? --sono una voz que clamaba a su espalda y que lo interrogo en japones. --?Quien anda ahi? --pregunto Hector en un idioma que no dominaba mucho. Bajo los brazos y se dio la vuelta. --Alguien que esta de paso --le contesto la figura de un hombre cuya cara no se veia por la penumbra y la lluvia insistente. --?Que hace usted aqui? --quiso saber Hector tratando de ver al hombre aquel; se quitaba el agua de la cara dandose zarpazos como un gato. --Nada, solo quiero mirar --dijo el hombre. La lluvia caia torrencial, una rafaga de agua le impidio decir nada a Hector y le chorreo por el pelo, las orejas, la nariz, y finalmente por el cuello de la camisa. Dio un traspie que casi lo hizo caer de espaldas. El retumbar de los truenos iba en aumento. --!Maldita sea! --grito Hector. --?Vas a hacerlo o no? --la voz de aquel hombre sono impertinente. Hector grito y volvio a gritar que se marchara de alli, que lo dejara en paz. Aun sentia la adrenalina en su cuerpo y le aumento porque alguien, un chiflado que no podia ver bien, lo estaba provocando. Pero no tenia ningun sentido que alguien pudiera estar en la azotea en medio de una tormenta y menos justo cuando iba a… poner fin a todo. --Mi jodida borrachera, si, eso es, !desaparece de mi vista! --Hector se cogio de las sienes, cerro los ojos y los abrio por reiterada vez. El viento gimio provocando mas rafagas de agua, mientras el hombre salia de la oscuridad. Iba tan empapado como Hector, debia de tener mas de cincuenta, aunque no se le veia bien, de mediana estatura, vestido con unos vaqueros y un chubasquero rojo, con la capucha puesta; lo estaba mirando y su mirada era penetrante, no la apartaba para nada, ni siquiera parpadeaba a pesar de la lluvia. --Desde luego que estas bebido, pero quiero verlo --dijo el hombre. --?Ver, que? !Dejame en paz! --Como lo haces, simplemente. --Pero ?que dices? !Que te largues! --Hector levanto el puno amenazante; era el derecho, se le cayo el panuelo al suelo deshaciendose los coagulos de las heridas en los nudillos. Sangro de nuevo. --No importa lo que yo diga --dijo el hombre. Hector no sabia que responder, unicamente se lamia el bigote como si quisiera escurrirlo. Bajo el puno. El hombre se le acerco y anadio: --!Acaba de una vez! --!Largate! !Largate de aqui! !Dejame! --No esta bien que me hagas perder el tiempo. --Estas completamente loco, seas quien seas, !completamente loco! El hombre guardo silencio, pero no dejaba de mirarlo y se le acerco aun mas. --!Quedate donde estas! --grito Hector, la voz le temblaba. El hombre no le hizo caso, sorteo el antepecho situandose junto a Hector. --Seguro que no has mirado abajo --le dijo el hombre. Era cierto que no habia mirado abajo, como si la decision no la hubiese tomado de verdad. Miro al rostro de aquel hombre y se le antojo sereno, sin que hiciese muecas por el viento y la lluvia que vapuleaba sus rostros sin piedad, ni tan siquiera pestaneaba. No era como el que constrenia la frente, los ojos y ambas mejillas, dando la impresion de estar ahogandose en un vaso de agua. --No vas a poder ayudarme --conjeturo Hector. Seguia sin mirar abajo. --?Ayudarte? No, no tengo esa intencion. --Debes ser… de seguridad… si, del hotel --dijo Hector--. Si, claro, has venido a impedirlo -- senalo a la calle--, pero tu que sabras… !No te metas donde no te llaman! Hablaba como si estuviera constatando un hecho, decia lo que pensaba como si fuera verdad. De fondo, la tormenta seguia estremeciendo el lugar. Hector veia como los relampagos se reflejaban en la cara del hombre. Pero la suya reflejaba un miedo terrible, miedo a decidir, a caer, a ser rescatado, o tal vez a ser ignorado por aquel extrano, quien se echo a reir a carcajadas. Sin dejar de reir cogio a Hector por los hombros y lo obligo a darse la vuelta hacia la calle. Casi se cae de espaldas por la sorpresa antes de que lo cogiera. --!Mira! --le dijo, sin soltarle los hombros. Hector quiso retroceder pero el hombre se lo impidio; tenia mucha fuerza. --Mira abajo --le insistio

  • Frente al espejo de Myrna Del Carmen Flores

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    Cuando el espejo es tu unico companero, refleja tu vida.Cada dia Cecilia, se enfrenta a su imagen y a las diferencias que el tiempo ha dejado en su piel, pero mas alla de lo externo, observa su evolucion. El reflejo en su mirada le devuelve los recuerdos de las etapas de su vida, sus errores y las personas que fueron parte de su cambio.Hermosos pueblos magicos del occidente de Mexico son testigos de la transformacion de Cecilia en una creyente de la libertad, aunque el precio por conseguirla, implique quedarse sola. Frente al espejo hay alguien dispuesto aun a redescubrirse para encontrar nuevas esperanzas de continuar siendo libre a pesar de los anos vividos. En su nueva novela, Myrna del Carmen Flores nos entrega un personaje lleno de matices y emociones, con una narrativa sencilla y fluida.