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--?Donde esta ese puto maricon? --pregunto la voz rajada; como si las cuerdas vocales vibraran como las de una guitarra electrica de un grupo de rock. Y al final de todo, se podia escuchar una sonrisita jocosa y malvada a la vez. El papa Francisco se separo el telefono del oido y miro el dispositivo como si alli hubiera algo interesante. Desde que habia abierto una jodida cuenta de Twitter, las criticas eran algo muy comun por parte de los ateos y las alabanzas por aquellos fieles seguidores de la religion eclesiastica tambien. Pero lo que acababa de oir le hizo escuchar los latidos de su corazon en las sienes, y sintio como si alguien con un palo le removiera las tripas, y al final, tristeza y una carga moral y de culpabilidad. Se acerco el telefono al oido lenta y oficiosamente. --Hijo mio. Reconozco que ha habido y hay obispos, arzobispos, curas e incluso cardenales que son de una condicion sexual distinta. A eso me refiero que reconozco que dentro de la iglesia catolica existe lo que se le conoce como hombres homosexuales. A eso se le llama Gay y por su parte podria haber resultado muy grosero con ofender a este conjunto de personas que nacieron en cuerpos distintos o quiza, me atreveria a decir, equivocados. Pero lo respeto. No hay nada de malo en ello si existe consentimiento… --Bueno, dejese de chachara. Lo siento. No queria decir eso exactamente. No va conmigo esta actitud. Pido perdon a toda la comunidad Gay. --Aquella voz se quebrantaba con el discurso y en parte el papa Francisco podia advertir cierto arrepentimiento y a la vez, cierta mentira en su tono de voz. --Esta bien. Lo dejamos ahi. El buen respeto no debe faltar nunca -- acucio Francisco. Se miro el enorme anillo rojo de su dedo corazon y anadio --. ?Es usted creyente? --No. --Dios no acoge solo a los creyentes, sino tambien a aquellos que son ateos y bautizan a sus hijos. Entonces Dios, ?olvidara a ese hombre cuando muera? No. Antes entra un ateo que bautiza a sus hijos que un creyente no practicante que… --Que… que… --interrumpio la voz. Ahora sonaba como un timbre metalico. En el fondo de la comunicacion el silencio era atrapado por los chasquidos que no deberian escucharse en pleno siglo XXI. No era un intercomunicador empleado en la segunda guerra mundial. Era un jodido telefono y de los de ultima generacion. El papa respiro profundamente y sintio que algo malo le iba a decir. Lo presentia y por ello no le temblaria el pulso a la hora de contestar. --Soy paciente. Me acaba de interrumpir y creo que se en lo que esta pensando. No es que lo vea en la distancia. Es solo una intuicion. Digamelo y acabemos con esta conversacion. Reino un silencio ominoso. Las palomas aleteaban sobre la basilica y el ruido era creciente despues, rompiendo en dos, el silencio profundo y lejano. --Acaba de soltarme una perorata con los que Dios elige y ahora me dice que cree saber lo que pienso. La verdad, nunca habia conocido un papa asi. No me lo esperaba para nada. Se nota que la iglesia debe adaptarse a los tiempos que corren… --Sueltelo --le atajo Francisco. Sus ojos no brillaban y sus labios parecian estar sellados como una cremallera ajustada. Se llevo el dedo corazon hacia la boca y la piedra del anillo produjo un ruido seco al tocar sus dientes delanteros. --Esta bien. Se lo dire ya. ?Que opina de los abusos sexuales a los menores dentro de la iglesia? Francisco no contesto de inmediato y escucho el jadeo de aquella voz que no reconocia, preguntandose como demonios habia obtenido su numero de telefono. Al papa le gustaba rodearse de escolta y seguridad Sueca. Algo habia fallado, pero lejos estaba el ponerse nervioso. Impasible como siempre, contesto: --Eso es un pecado que no tiene perdon en estos momentos. Los involucrados deben pedir perdon y marcharse de la Santa Sede. He abierto una guerra contra esto y he pedido perdon al mundo por ello. Si hay que entregar a un cura, un obispo, un arzobispo, un cardenal o un viejo nuncio a la policia para que los juzguen. Lo hare sin titubear. Y si son condenados con penas de carcel, eso estara bien. ?Tiene algo mas que preguntar? Se escucho un chasquido como el resuello de una chimenea. --Creo que eso esta bien --dijo la voz aspera--. Eso esta bien, pero moriran dentro de una semana. Y colgo. El papa Francisco se quedo mirando al telefono como si alli resplandecieran los ojos de aquel hombre, pero no vio nada. Estaba sentado en un sillon rojo y con los antebrazos dorados. Se dejo deslizar en el hueco y dejo el telefono sobre la mesa de madera de roble alargando un brazo pesado y lento. Despues de esto, perdio la mirada mientras rumiaba. Algo le decia que iba a estar mal. Y que despues de todo, seria peor que los pedofilos, porque hablaba de muerte y quiza de tortura. No supo por que esta ultima palabra se le vino a la cabeza, pero si sabia que por delante tenia un camino de espinas que recorrer. Y se pregunto por quien se habia interesado en el comienzo de la conversacion. 2 Cada policia o cuerpo de policia, cuidaba de su perro en su pais y Dios tomaba cuentas en todos los estados miembros de la Union Europea. Asi era y es EUROPOL. Chad Chamberlain, cuyo nombre no era para nada europeo, estaba hostigando un cigarrillo entre sus largos dedos. El humo del tabaco se enroscaba en el aire y penetraba en sus fosas nasales como una droga que necesitaba inhalar para estar en forma. Ese dia llovia. Era otono y el chapoteo de sus zapatos le habia acompanado hasta el porche del edificio, bueno, mas alla de la entrada majestuosa que se levantaba como una montana al que le habia segado una cruel guillotina. Cada gota de agua que se estrellaba sobre su corto pelo, era como un pequeno pellizco sin dolor. La gabardina, oscura como un cuervo, lamia el riachuelo que se habia formado al lado de los escalones. Tenia la espalda humeda y parecia tener una plancha helada entre su gabardina y su piel erizada. Chad tenia barba rala y unos ojos grises que conquistaban a cualquier mujer. Su nariz era larga y curvada. Hacia la izquierda, pero era un defecto que no lo notabas si le mirabas de lado. Su piel, aun estando delante del edificio World Forum Convention Center, en La Haya: era oscura. Los paises bajos le habian sentado bien. Tratar de ocultar su descontento en una oficina en los sotanos le habia convertido en un hombre fuerte, sin emociones, y que se pasaba la mayoria del dia con un semblante serio. No gastaba bromas. No le gustaban los chistes. Era frio y calculador y ahora, parecia que iba a volar de su nido, despues de tantos anos. Su destino; Paris. La Catedral de Notre Dame y no, no creia en las profecias de Nostradamus. Aunque los eruditos o zumbados, decian que algo iba a pasar ese ano. Era delgado y tenia una estatura de 1,85. Calzaba un 47 y tenia un Rolex brillando despues de todo, en la muneca derecha. Aun cuando llovia o nevaba. Siempre brillaba. Se llevo el cigarrillo mojado a los labios encharcados de agua y trago una calada. Respiro profundamente y tras escasos segundos, empezo a soltar humo hasta por los oidos, como una maquina de tren de vapor al que se le habia reventado la caldera. La lluvia seguia acariciandole la cara y el cogote cuando miro aquellas feas nubes que parecian grandes piedras chocando entre si. Tan negruzcas como el carbon. Sus parpados se cerraron un instante. Podia sentir el zumbido de la lluvia y oler la humedad de las paredes, asi como del cesped que rodeaba el edificio. Y la tierra. Tambien olia la tierra. Y se pregunto que demonios habia sucedido, para que al fin le dejasen viajar a otra parte de Europa. EUROPOL estaba coordinada con la policia de cada pais, pero tenia la competencia en los 28 estados de la UE. Aunque no llevaban distintivos ni armas reglamentarias. Siempre, bajo coordinacion, podian enviar a sus expertos en cualquier pais miembro. Y Chad no iba a viajar solo. Estaba Mohamed Khun. El humo del tabaco formo un anillo blancuzco que se elevo lentamente en el aire, desafiando las rasgaduras de las gotas de la lluvia. Y ascendio hasta que se hizo tan grande que formo una niebla opaca y despues, traslucida hasta extinguirse como un pequeno Big Bang. 3 Frederic, capitan de policia en Paris, pues ya estaba en desuso llamarle inspector oficial de Policia, era un hombre menudo, sin barba, pero si con un bigote que terminaba en dos extremos puntiagudos. Tan largos que se convertia en la inquietante sonrisa de un payaso. Sin embargo, tenia los labios prietos y apenas respiraba por no hacer ruido. Su mirada de ojos marrones, estaba clavada en la pared falsa que habian descubierto los operarios de obra justo detras del organo de la Catedral de Notre Dame, un destacado instrumento, obra de Aristide Cavaille-Coll antes de 1900, y que ahora estaba recubierto de un plastico negro como si alla abajo se escondiese un moribundo. --?Como dice que descubrieron esto? --pregunto casi en un susurro. Su voz era ronca y tenia las manos cruzadas a su espalda. Su uniforme se movia en el hueco de la pared como una sombra desvaida. El hombre mayor, vestido con un mono de todos los colores menos azul, movio la mano antes de expresarse: --Teniamos que apuntalar aqui unos andamios cuando al golpear la pared nos dimos cuenta de que se escuchaba un sonido como si fuera hueca. Eso indicaba que no era una pared segura y que un clavo ahi se desprenderia a la primera de cambio. Mi companero Jean. --Senalo a un hombre de estatura alta y ataviado, este si, con un mono azul--. Tuvo la certeza de que la pared estaba hueca. Con sus nudillos hizo una serie de pruebas y me conto que el agujero era demasiado grande como para ser una simple ventana tapiada. Como ya sabe, esta Catedral ha tenido muchas reparaciones y no sospechamos nada al principio, hasta que algo mohoso nos invadio las fosas nasales. Yo me eche para atras sabe… --Bueno, esta bien. Ya ha dicho suficiente --le atajo Frederic con los dientes apretados. Su mirada seguia siendo mas inquietante que lo que habia detras de la pared o lo que suponia que habia, pues todavia no lo habia visto. Los hierros y las tablas estaban en todas partes, como hojas laxas en un bosque. El capitan de policia levantaba quejumbrosamente los pies y soltaba bufidos cuando giraba sobre sus talones al pisar uno de aquellos tubos huecos que proyectaban un chirriante ruido al girar sobre el suelo helado. --Esta bien senor, yo solo queria contarle que abrimos el agujero a la altura del pecho y que tras oler algo fetido de un lugar oscuro, decidimos parar y hacer la llamada de urgencia. No se lo que puede haber aqui dentro. Frederic miro al hombre clavandole los ojos en los suyos. Tenia delante de si, a un hombre liviano, tranquilo, pero que ahora parecia algo nervioso por el descubrimiento. Casi podia ver como le temblaban sus manos. La voz se rajaba como una cana y disminuia de volumen paulatinamente. El otro trabajador, los miraba de forma inquietante sin decir una sola palabra. Al rato llegaron dos hombres mas, en realidad, jovenes que no llegaban a los treinta. Todos estaban sucios y llenos de manchas. --Yo creo que ahi dentro hay un nido de ratas muertas --se apresuro a decir uno de los jovenes. Su dedo indice estaba senalando el agujero del tamano de una pelota de futbol. El hombre de la ley lo miro de reojo y tras esto, aun con las manos en la espalda, se inclino para ver a traves del agujero. Lo unico que vio fue la oscuridad total y percibio, eso si, el olor nauseabundo y mohoso a la vez. Un olor extrano que no era fetido ni aspero. Y penso, que quizas tenia razon el chico: alli dentro habria ratas. Los gendarmes estaban pegados en el culo del capitan como si fueran su propia sombra, pero proyectaban tres siluetas en distintos angulos como si alli hubiera mas de un foco encendido. Como en un estadio de futbol. --Esta bien --dijo finalmente, apartando la cara de aquel jodido agujero. Se apoyo en la parte de un lado del organo y las tres sombras desaparecieron para rodearles bajo una nota que sonaba de un instrumento que adquiria de altos honores para tocarlo--. Os autorizo para ampliar el diametro del agujero. Necesito saber que hay ahi detras. Segun mis superiores no tendria que haber ninguna camara secreta aqui, entre el organo de las narices y la pared. Esto es un buen escondite y los tubos como chimeneas de este trasto hacen que uno nunca pueda mirar por detras. Cuando termino la perorata cabeceo dos veces. El sonido de sus voces respondia en cada pared de la Catedral, en cada silleria del coro y en cada claristorio, dejando para mas adelante, la reverberacion que se producia al final del abside. Y mientras los trabajadores cogieron el martillo para picar la pared, en algun lugar de Europa estaban Chad y Mohamed de camino en un tren Thalys (THA) sin saber una mierda de lo que estaba sucediendo. A Chad le aterraban los aviones. No habia suficientes incertidumbres como para empezar una buena aventura y trazar una investigacion puntillosa y peculiar. No. Al contrario. Las tenian todas. Absolutamente todas. Si algo destacaba en un caso nuevo, es que primero debias pisar la mierda. Asi de sencillo. Porque no sabrias por donde empezar a limpiar esa mierda de la suela de tu zapato.
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claudio hernandez