• el futuro es ahora libro - Jaron Lanier

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    El padre de la realidad virtual nos explica sus infinitas posibilidades a traves de su experiencia con la tecnologia.

  • EL FUTURO ES AHORA | JARON LANIER | Casa del Libro

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  • EL FUTURO ES AHORA - JARON LANIER - 9788499929002

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    19 feb 2022 — El futuro es ahora, de Jaron Lanier, propone un viaje a través de la Realidad virtual que combina la alta tecnología con aspectos hippies y ...

  • el futuro es ahora - lanier, jaron - Librería Gil

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  • EL FUTURO ES AHORA (Libro en papel)

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  • Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato de Jaron Lanier

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    Un brillante manifiesto que llama a la accion para comenzar a reinventar Internet.

  • Fernandez mata a Fernandez de Federico Jeanmaire

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    “Fernandez mata a Fernandez” es el titulo de la noticia que atrapa a un experiodista de policiales. Luego de leerla en la pagina de un diario sospecha que no se trata de un accidente e inicia una investigacion personal que lo lleva hasta el lugar de los hechos. Una anciana que alimenta a las palomas, un portero gay obsesionado con la limpieza de las veredas, un jubilado comunista, el director de un diario manipulador, una jueza corrupta y un periodista retirado corto de entendimiento, todos de apellido Fernandez, son los protagonistas que hacen oir sus voces en esta novela, en la que cada uno defiende su punto de vista como si en ello se les fuera la vida o, mejor, como si verdad y conveniencia constituyeran sinonimos. Federico Jeanmaire despliega una serie de personajes que configuran la particular trama social de la ciudad. Un policial entretenido e inteligente, en donde el lector no puede dejar de reir al tiempo que tampoco puede dejar de reflexionar acerca de aquello de lo que se esta riendo. Una historia de las que solo suceden en la Argentina, en la que los vicios parecen igualar a particulares y poderosos, revelando que, de algun modo, “todos somos Fernandez”.

  • Temporada de avispas de Elisa Ferrer

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    La superheroina imbatible que era de nina ha perdido sus poderes. Esta manana, que me encantaria volar, desaparecer, viajar en el tiempo, detenerlo, solo siento un pinchazo espantoso en la cabeza, el regusto acido de las copas de ayer. Ha sonado el telefono y mi madre me ha despertado antes de las ocho de la manana con su urgencia por hablar conmigo, aunque no tuviera nada que decirme: Nuria, carino, ?todo bien? Me ha costado levantarme, no sentirme culpable por tener a Juan respirando en mi nuca, ahogandome con su abrazo de cuchara. Me ha costado no enfadarme porque me prometi no liarme mas con el. Y al final me cabreo, porque respondo cuando me llama, porque voy a verle, aunque ya no quiera. Me ha costado darme una ducha, salir de su casa, que, aunque hace un tiempo fue mia, ahora me es ajena, lejana, triste; meterme en el metro, en el ascensor. Pensar en encerrarme en el sarcofago de la oficina. Llego a la redaccion y, al abrir la puerta, Lucas me mira de reojo. Sabe de donde vengo, el porque de mi cara culpable y mi ropa de ayer y me sonrie como el que espera que en cualquier momento reviente una tormenta; ojala la unica tormenta fuera la que esta por estallar en mi cabeza, el craneo partido, la masa encefalica contra la pantalla del ordenador. !Buena resaca, ?eh, Nuria?!, el grito de Hector en mi oido. Le sonrio, pero querria escupirle. ?Resaca?, repito. Ninguna. Y sonrio con mas enfasis tras responder, aunque haya espadas apunalandome las sienes. Enciendo el ordenador con desgana, intentando olvidar que me esperan ocho horas en ese cubiculo, y retomo la vineta de ayer sobre la operacion bikini y unas salchichas de Frankfurt. No la recordaba y resulta que es una mierda, a mi jefe le va a encantar. Siempre llega el ultimo, y no se como lo hace, pero todos los dias tiene una mancha de cafe o de tinta o de salsa en su camiseta de algodon. Camisetas que llevan escrito un texto gracioso que pronuncia en voz alta cuando llega por las mananas: <>. Hoy llega antes, apenas he encendido el ordenador, y ya ha abierto la puerta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS, senala su camiseta y mi dolor de cabeza detona tras el grito, el portazo. Nada mas sentarse, me llama a su mesa y mira de reojo mis dibujos mientras se corta las unas con un cortaunas ronoso y desportillado que guarda en el bote de los boligrafos. Hay algo extrano en su modo de no mirarme a mi, cuando se concentra en valorar la vineta. Creo que le gusta, que le gusta de verdad, lo creo por su hoyuelo, porque quiere asomarle en la mejilla, pero el no lo deja. Quiero comentarte una cosa, me dice serio, tengo que decirte algo. ?Que ocurre? Y me siento estupida frente a mi jefe, con aliento a roncola, con mi ropa de ayer, con su intencion de decir algo y luego callarse. Porque el tio se calla y mueve la mano como quien llama al camarero para decirme que luego, que hablamos luego, que cuando termine la vineta escriba un articulo sobre la maternidad hoy. ?Como? Si, sobre ser madre hoy. ?En que contexto? En el que quieras, Nuria. Ser madre hoy. Estoy harta. No se escribir, no soy periodista, pero no te puedes quejar, me dicen, al menos tienes trabajo. Y hoy prefiero no protestar, callarme, agachar la cabeza, pasar desapercibida. Lucas se acerca a mi cubiculo para decirme que no me preocupe por lo de mi jefe, que no sera nada, pero, aunque mueva las manos como si fuera una vendedora de Tupperware y le quite importancia, el tambien esta preocupado. Y para rebajar la tension, le corto del unico modo que funciona, le hablo de sus canas, de las pocas que le han salido y ya asoman en la parte derecha de su cabeza. Mas de quince canas en la derecha, Nuria, ni una en la izquierda. El asunto del desequilibrio capilar, asi lo llamamos, <>, le pone nervioso, le desquicia. ?Tu te acostarias con un tio con la cabeza dividida en dos colores? ?Con la cabeza como una punetera tarta helada? Y me obliga a arrancarle dos, tres canas mientras grita. Pero es el esfuerzo que debo hacer, dice, para seguir seduciendo a tipos tan guapos como yo. Le pido que me acompane a fumarnos un porro en la azotea, pero me responde que ni hablar, que eso me faltaba hoy, que me ve descentrada, resacosa, que acabe con el dibujo de una santa vez. Intento concentrarme en la vineta en la que trabajo con la tableta grafica, pero mi mano se mueve sola y termina dibujando con el rotulador como tantas veces, como siempre, avispas en un papel. Las avispas que pueblan mis cuadernos, el corcho de la cocina, las servilletas del desayuno que se van a la basura junto a la corteza del pan de molde. El rotulador amarillo y el negro las trazan solas. La semana pasada dibuje avispas en chandal de tactel, en kimono, en posturas imposibles para una avispa, para el Kamasutra, y esta manana a una le he puesto bigote y quiza la convierta en nazi. Ni lo pienso, la mano se mueve sola desde que empece a dibujarlas en clase en lugar de tomar apuntes y aun hoy, como cuando era nina, me siento Batman, que vence su miedo a los murcielagos aliandose con ellos. A golpe de trazos amarillos y negros me crezco frente a esos aguijones afilados que de pequena eran para mi mas que un pinchazo caliente y doloroso, de hecho, representaban el final del juego. Mi movil vibra con insistencia y al final respondo. No es Juan, a pesar del martilleo de mensajes al que me ha sometido a lo largo de la manana, se trata de un numero que desconozco, pero es una voz que he oido antes, desgastada, de hombre mayor, una voz que me dice que tal Nuria, pero la llamada se corta antes de que me de tiempo a preguntar quien es, que quiere, quien habla. Esa breve conversacion me deja una sensacion extrana, la vista clavada en la pantalla del telefono, donde el reloj parece detenido, mientras mi mano se queda estancada sobre la ilustracion sin acabar. Apenas faltan diez minutos para salir, cuando termino la vineta. ?Que tal vas?, pregunta mi jefe. Ya esta, le digo. El la mira en la pantalla del ordenador, el sol, los crateres planetarios, la pierna trazada con ligereza, como si fuera real aun siendo un dibujo. Manana a primera hora me pongo con el articulo ese de las madres, le digo. Y hace un gesto raro. Le encanta, se que el dibujo le encanta, pero ni una palmadita en la espalda, ni un Buen trabajo, Nuria. Bien, bien. Mandame la vineta y manana vemos eso. ?Querias hablar conmigo?, le pregunto. Pero Hector le zarandea, tira de la manga de su camiseta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS. ?Unas canitas? Ese zarandeo es el salvavidas al que se aferra mi jefe, que mira el reloj y claro, claro, anda si ya es la hora. Unas canas, ?por que no? Y esta incomodo. Bajais, ?verdad, Nuria? Y va a decir Lucas, pero siempre se queda en blanco y le llama Nicolas o Luis o tu, sin mas, tu. Tu, ?bajas? El bar huele a humo, aunque no se pueda fumar. Quiza sigue alli ahogando los poros de los sillones de escay desde el ultimo cigarrillo que se disfruto antes de la prohibicion. Hector pide canas para todos sin preguntar si las queremos, como tampoco pregunto si queriamos salir de la oficina, ni nos pidio permiso para interrumpirnos cuando al fin empezabamos a hablar.

  • Noche Eterna de Isabel Conde

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    Conozco a los tipos como el.
    No se van a casar contigo.
    Tienes suerte si siguen ahi al amanecer.

  • La torre tesla, Ruben Azorin de Ruben Azorin

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  • Los viejos amigos (Volumen independiente), Silvia Soler de Silvia Soler

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  • La estrella robada de Mary Higgins Clark

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    Faltaban veintidos dias para Navidad, pero este ano Lenny queria comprar sus regalos con antelacion. Seguro de que nadie conocia su presencia y tan inmovil y silencioso que apenas se oia respirar, observo desde el confesionario como monsenor Ferris recorria la iglesia cerrando con llave las puertas para la noche. Con una sonrisa despectiva en los labios, aguardo impaciente a que las luces del sagrario se apagaran. Al ver que el monsenor echaba a andar por el pasillo lateral encogio el cuerpo, pues eso significaba que iba a pasar por delante del confesionario. Una de las tablas del cubiculo crujio y Lenny blasfemo en silencio. Por un resquicio de la cortina vio que el clerigo se detenia y aguzaba el oido. Luego, creyendo que no era nada, monsenor Ferris siguio hasta el fondo de la iglesia. Instantes despues la luz del vestibulo se apago y se oyo una puerta al cerrarse. Lenny se permitio un suspiro audible. Estaba completamente solo en la iglesia de San Clemente, en la calle 103 Oeste de Manhattan. Sondra se hallaba bajo el portal de una casa situada justo enfrente de la iglesia, al otro lado de la calle. El edificio estaba en reformas y el andamio, levantado a ras de suelo, la ocultaba de la vista de los transeuntes. Queria asegurarse de que el monsenor salia de la iglesia y entraba en la rectoria antes de dejar al bebe. Durante los dos ultimos dias habia asistido a los oficios de San Clemente para conocer las costumbres del clerigo. Tambien sabia que cada dia a las siete, en epoca de Adviento, dirigia el rosario. Debilitada por la tension y el esfuerzo del parto ocurrido unas horas antes, con los pechos hinchados por el liquido que precedia a la leche, se apoyo en el marco de la puerta. Un debil gemido procedente del interior de su abrigo parcialmente abotonado hizo que sus brazos, llevados por el instinto materno, hicieran el gesto de mecer. En la hoja de papel que planeaba dejar con el bebe habia escrito cuanto podia revelar sin delatarse: <>. Sintiendo un nudo en la garganta, Sondra vio la figura alta y algo encorvada del monsenor salir de la iglesia y dirigirse a la rectoria, situada justo al lado. Era el momento. Habia comprado dos camisitas, unos patucos, un camison largo, un abrigo con capucha, algunos biberones y panales desechables. Habia arropado a la pequena al estilo indio, con una bata de lana gruesa y dos mantas, pero la noche era tan fria que en el ultimo momento habia traido consigo una bolsa de papel marron. Habia leido en algun lugar que el papel era un buen aislante contra el frio. De todos modos, el bebe no iba a pasar mucho tiempo a la intemperie, solo hasta que Sondra encontrara un telefono y llamara a la rectoria. Lentamente, se desabrocho el abrigo y cambio de postura al bebe teniendo especial cuidado con la cabeza. Las farolas de la calle le permitian ver la cara de la pequena con claridad. --Te quiero --susurro con vehemencia--. Siempre te querre. La nina levanto la vista. Tenia los ojos totalmente abiertos por primera vez. Unos ojos marrones, unos mechones claros y rizados sobre una frente diminuta, labios pequenos y encogidos buscando el pecho de la madre. Sondra estrecho la cabecita y sus labios rozaron la suave mejilla de la criatura al tiempo que le acariciaba el cuerpecito. Luego, con gesto decidido, introdujo la diminuta figura en la bolsa marron y cogio el cochecito de segunda mano que, cerrado, descansaba a su lado. Los coches aparcados la protegian de las miradas curiosas al cruzar la calle en direccion a la rectoria. Subio los tres escalones de la estrecha entrada y abrio el cochecito. Tras colocar el freno, deposito a su hijita debajo de la capota y dejo la bolsa con la ropa y los biberones a sus pies. Se arrodillo y la contemplo por ultima vez. --Adios --susurro, y echo a andar a toda prisa hacia la avenida Columbus. Telefonearia a la rectoria desde una cabina situada a dos manzanas de alli. ***** Lenny se enorgullecia de ser capaz de entrar y salir de una iglesia en menos de tres minutos. Podria haber alarmas silenciosas, penso al abrir su mochila y sacar la linterna. Tras dirigir el haz de luz al suelo, inicio el recorrido de costumbre. Primero se encamino hacia el cepillo de los pobres. Sabia que ultimamente la cuantia de las limosnas habia disminuido, pero este cepillo contenia una recaudacion mas sustanciosa de lo normal, entre treinta y cuarenta dolares. Los cepillos de las ofrendas, situados debajo de las velas votivas, fueron los mas satisfactorios de las ultimas diez iglesias que habia saqueado. Habia siete, cada uno instalado frente a la estatua de un santo. Con mano rapida, forzo los cerrojos y recogio el dinero. Durante el ultimo mes habia acudido a misa en dos ocasiones para estudiar la distribucion de la iglesia y habia observado que el cura consagraba el pan y el vino en copas muy sencillas, de modo que no se molesto en forzar el tabernaculo. Ademas, se alegraba de no hacerlo. En su opinion, los dos anos vividos en la escuela parroquial le habian afectado profundamente, pues ahora le creaba remordimiento hacer ciertas cosas, lo cual era un fastidio a la hora de saquear iglesias. En cambio, no tenia reparos en hacerse con el trofeo que le habia llevado hasta aqui: el caliz de plata con el diamante en forma de estrella en la base. Habia pertenecido al sacerdote Joseph Santori, el fundador, un siglo atras, de la parroquia de San Clemente, y era el unico tesoro que poseia esta iglesia historica. Sobre una vitrina de caoba, en un nicho situado a la derecha del sagrario, colgaba un retrato de Santori. La vitrina, muy ornada, poseia una reja destinada a proteger el caliz. En una de las ocasiones en que habia asistido a misa, Lenny se habia acercado para leer la placa expuesta debajo de la vitrina: <>.

  • Cielo infinito (El piso mil 3) de Katharine Mcgee

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    Bienvenidos de nuevo a la ciudad de Nueva York, en el ano 2119. En la glamurosa supertorre de mil plantas que se alza en el corazon de Manhattan, millones de personas llevan una vida en la que los escandalos son los protagonistas. Leda, Watt, Rylin, Avery y Calliope pugnan por evitar que salgan a la luz sus mayores secretos, que amenazan con destruirlo todo y empujar sus idilicas existencias al vacio.

  • El Indiano de Maria Montesinos

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    Hector Balboa, un indiano enriquecido en Cuba, regresa al cabo de los anos a Espana con la intencion de reconciliarse con su pasado e introducirse en los influyentes circulos economicos e industriales de la sociedad de 1883. Llega rebosante de planes de progreso y con la esperanza de hacerse un sitio respetable en su tierra natal, Santander. Sin embargo, pronto se dara cuenta de que para formar parte de esa sociedad debera aceptar sus rigidas reglas y acordar un matrimonio ventajoso con alguna joven casadera que le abra las puertas a los grandes negocios forjados entre los politicos, empresarios y aristocratas que se dan cita cada verano en Comillas.
    Balboa no dudara en sacrificar el amor a sus propias ambiciones personales hasta que se cruza en su camino la obstinada Micaela Moreau, una joven solterona de Madrid, empenada en cambiar el destino de las ninas sin educacion y al mismo tiempo, defender su libertad e independencia frente a los designios marcados por su familia.

  • Una boda sin fresas (Amor en cadena 4) de Lorraine Coco de

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    !Papa, mi nosito! --Tucker, que analizaba los paneles de informacion de salida de los vuelos del aeropuerto, miro a su hija que le tiraba del pantalon con la intencion de llamar su atencion y le sonrio con ternura. Bajo hasta el suelo y la tomo en brazos. La nina le devolvio una mirada ofuscada y algo cenuda, identica a la de su madre cuando estaba preocupada o molesta. Volvio a sonreir. --Tu nosito esta en la maleta, Maria, no esta aqui, y tenemos que llegar hasta el avion --le dijo a la nina que no cambio un apice su gesto y se froto los ojos con sueno. --Ven aqui, carino, deja a papa ahora que esta concentrado --dijo Natalie a su hija tomandola de los brazos de su marido, que seguia mirando el panel mientras se pasaba la mano por la nuca. Se le veia preocupado. No le habia dicho nada, pero ella sabia que algo pasaba. Para empezar, Tucker habia insistido en que tomaran uno de los vuelos regulares que salian desde Dallas con destino a Nueva York para asistir a la boda de Julia, en lugar de hacerlo con uno de los aviones privados de la empresa. Aquello ya le parecio sospechoso y las vagas excusas que le habia dado para ese hecho no habian sido suficientemente convincentes. Tampoco ayudaba el estado de nervios y preocupacion que veia en su marido, que cada dia dormia menos y pasaba mas horas en el despacho. Acerco la mano hasta su nuca y quiso acariciarlo, pero, a su contacto, Tucker pego un respingo sobresaltado. --Lo siento, carino, estaba concentrado --se excuso el, al ver la cara de sorpresa con que lo miraba Natalie por su reaccion. Tomo la mano con la que ella queria regalarle una caricia y se la llevo a los labios depositando un beso en su palma de manera tierna. El pulso de Natalie se disparo inmediatamente y sonrio mordiendose el labio. Tucker se acerco a ella sin poderlo evitar y deposito un pequeno y lento beso en el labio que ella se habia mordido. Llevaban mas de tres anos juntos y aun no podia resistirse a los encantadores gestos de su bella esposa. --!Yo tambien quiedo un bezo --dijo la pequena Maria atrapada en el abrazo de sus padres. Ambos sonrieron y comenzaron a besarla cada uno por un lado, apretujandola y estrujandola efusivamente, lo que hizo que la nina rompiera en carcajadas. Natalie se giro en busca del cuarto miembro de su feliz familia para unirlo al abrazo, pero Tommy estaba concentrado en una partida de su consola y lo miro con horror al adivinar sus intenciones. Aun asi tiro de la manga de su cazadora y lo unio a ellos, y, a pesar de las protestas, le revolvio ligeramente el cabello y deposito un beso sobre su cabeza. Tommy solo sonrio, sin levantar la vista del aparato. --?Has encontrado nuestro vuelo? --pregunto Natalie a su marido. --Acabo de hacerlo. Llegamos a tiempo. Si no me equivoco tenemos que ir en esa direccion --dijo senalando el pasillo atestado de gente que cargaba con sus maletas y multitud de bolsas con paquetes de coloridos envoltorios. Apenas faltaban cuatro dias para Navidad y la mayoria de aquellos viajeros se dirigian a disfrutar de sus vacaciones navidenas en compania de familia y amigos, cargados de regalos. Lo que hacia que transitar por el aeropuerto, ya de por si bastante concurrido, se convirtiese en una experiencia aun mas abrumadora. Tucker le cogio a Maria de los brazos y Natalie tomo de la mano a Tommy, despues se cogieron ambos de la mano, se miraron y, tomando aire, se dispusieron a atravesar la marabunta de gente que transitaba por los pasillos que llevaban hasta su puerta de embarque. Afortunadamente su equipaje estaba ya en Nueva York y tan solo llevaban una bolsa de viaje que Tucker llevaba a la espalda, su bolso y la pequena mochila en la que Tommy guardaba sus cosas. Los intransitables pasillos, se hicieron interminables. Cuando llegaron a la puerta de embarque, tenian la sensacion de haber recorrido kilometros hasta su destino. En cuanto llegaron, Tucker deposito a Maria en una silla y comenzo a sacar los billetes de la mochila. --No tardaremos en embarcar --dijo mirando las hojas impresas en sus manos. Tommy resoplo haciendo que su flequillo, que caia ligeramente sobre sus preciosos ojos grises, bailara sobre ellos. --?Estas cansado? --le pregunto Natalie. --No, pero tengo hambre-- dijo Tommy sonriendo. --?Como es posible? !Has desayunado mas que tu tio y que yo! --le dijo ella sorprendida. --?Que puedo decir? Estoy creciendo... --contesto Tommy encogiendose de hombros a la vez que le mostraba una traviesa sonrisa que inundaba su preciosa cara de hoyuelos. --!Menudo golfo estas hecho! Anda, toma --le dijo sacando una chocolatina de su bolso y ofreciendosela. Natalie lo observo abrir el envoltorio y dar un gran bocado. Tommy era un nino maravilloso. Verlo crecer y evolucionar aquellos tres anos habia sido increible para ella, un regalo. Era un nino muy educado, obediente, amoroso y carinoso, sobre todo con la pequena Maria. Seguia siendo algo timido y retraido, pero aquel era su caracter normal. Tommy preferia pasar desapercibido, encerrarse en su consola, en algun libro, ir a montar... Cosas normales para un nino de su edad. Cuando Tucker llevo a su sobrino hasta su rancho hacia tres anos, y Tommy se negaba a hablar, nunca imagino que lo veria evolucionar de esa manera y mucho menos que tendria la suerte de verlo crecer y convertirse en el maravilloso chico que era. Estaba muy orgullosa de el y se lo demostraba a cada momento. Tommy la miro intuyendo que Natalie hacia lo mismo con el y le sonrio. Le enseno el envoltorio ya vacio de la chocolatina y rio, despues volvio a concentrarse en la consola. --En quince minutos embarcaremos --le dijo Tucker a su lado. --!Quiedo mi nosito! --volvio a insistir la pequena Maria. --Peque, ya te he dicho que esta en la maleta. ?Recuerdas cuando hicimos la maleta, y decidimos que nosito era tan importante como para no dejarlo en casa y que por eso el viajaria en la maleta? La pequena Maria asintio y su melena castana llena de rizos se agito vigorosamente frente a su rostro. --Si, pero quiedo mi nosito --volvio repetir frotandose los ojos. Natalie y Tucker resoplaron, iba a ser un viaje muy largo. Maria no se separaba de aquel osito de peluche rosa desde que nacio que le habia regalado el ama de llaves, que tambien se llamaba Maria. Iba a todas partes con el y mas de una noche les tocaba buscarlo por toda la casa antes de acostarse, pues la nina no conseguia conciliar el sueno si no era en compania de su peludo amiguito. Natalie y Tucker habian querido asegurarse de que el peluche llegaba sano y salvo a Nueva York y no sufria ningun percance o perdida durante el trayecto, y lo habian metido en la maleta que ya estaba en camino con una agencia especial de transporte. Pero no habian caido en que el madrugon haria estragos en la nina, que estaba muerta de sueno y queria a su amigo para echarse una siestecita mananera. Tucker apoyo la cabeza de su pequena en el hombro y la mecio ligeramente intentando calmarla. Afortunadamente a los pocos minutos estaban haciendo el check-in. Y un rato despues, se acomodaban en sus espaciosos asientos de primera clase. No era como viajar en uno de los aviones privados de la compania petrolera que dirigia, pero bastaria. Lo mas importante era que su familia estuviese segura y, aunque no habia querido preocupar a Natalie con sus motivos para hacer las cosas de aquella manera, sabia que era la mejor opcion y no iba a arriesgarse a ponerlos en peligro. Se giro sobre su asiento y echo un vistazo a la cabina del avion en la que se encontraban. Sus ojos no tardaron en cruzarse con los de un hombre que vestia un elegante traje negro, corbata gris y cabeza rapada al estilo militar. El hombre lo saludo con una leve inclinacion de su cabeza y Tucker con gesto petreo le devolvio el saludo. --?Lo conoces? --le pregunto Nat siguiendo la direccion en la que su marido miraba. --Me suena, pero no recuerdo de que. Da igual --dijo girandose hacia su mujer y cambiando de tema--, usted y yo, senora McGregor, ahora solo debemos pensar en los maravillosos dias que vamos a pasar en Nueva York. Han sido unos meses duros, y necesitabamos estas vacaciones --anadio cambiando el gesto y regalandole una sonrisa mas relajada. A Natalie le encantaba deleitarse con esa sonrisa, y lo contemplo embelesada. --Si, necesitabamos estas vacaciones. Han sido meses duros... --sus ojos se entristecieron recordando que uno de los motivos habia sido la muerte de su adorada Maria. Maria no solo habia sido el ama de llaves del rancho familiar, tambien la mujer que la habia criado, dandole todo el amor y seguridad que necesito de nina, y la persona mas importante en su vida hasta la llegada de su marido y sus ninos. Hacia tan solo seis meses que se habia marchado de sus vidas. Maria llevaba un par de anos luchando en silencio contra un cancer que al final pudo con ella. Al menos habia podido verla casada y disfrutando de sus pequenos, como siempre habia sido su sueno. Incluso ver como ella ponia su nombre a su primera hija. Pero ya no estaria mas con ellos y eso aun le provocaba un dolor tan grande en el pecho que era dificil de soportar. --Siempre estara con nosotros --le dijo Tucker adivinando el rumbo de sus pensamientos. --Si, siempre lo estara --dijo ella forzando una sonrisa mientras acariciaba el cabello de su pequena Maria que dormia en el regazo de su padre. Miro a Tommy, que leia un comic, y cerro los ojos apoyando la cabeza en el fuerte hombro de su marido. Su proximidad siempre la reconformaba y se dejo llevar por el cansancio cerrando los ojos.

  • Jessica Cardelini, Ed Silva Jr de Ed Silva Jr

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  • Causas naturales de Barbara Ehrenreich

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    ?Para que sirve cuidarse si nuestros cuerpos no son de fiar?

  • Km 123 de Andrea Camilleri

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    La novela arranca con un movil apagado. Ester es la que llama; quien no responde, Giulio, que acaba de ser trasladado al hospital en estado grave a causa de un accidente en el kilometro 123 de la Via Aurelia de Roma. Sin embargo, quien conectara el telefono es Giuditta, la mujer de Giulio, quien logicamente no sabe nada de Ester. Podria parecer el inicio de una comedia de enredo, pero nada mas lejos de la realidad: un testigo afirma que el accidente de Giulio ha sido en realidad un intento de asesinato, por lo que la investigacion sera asignada al perspicaz inspector de la policia criminal Attilio Bongioanni, quien debera enfrentarse a un caso en el que nada es lo que parece.
    Un thriller muy inteligente, rapido, de multiples voces que nuca dan respiro y que sumergen al lector en una trama endiabladamente habil para disfrutar de principio a fin y que confirman, una vez mas, a Andrea Camilleri como el maestro de la novela negra contemporanea.

  • Flechazo y malentendido (Bay Village 1) de Tamara Balliana

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    Amy regenta una cafeteria en el Bay Village de Boston y, aunque le encanta su trabajo, este no le deja tiempo para nada mas. En un intento de encontrarle pareja, su madre le presenta al encantador y atractivo teniente Tom McGarrett, con quien volvera a coincidir al dia siguiente, tras ser victima de un atraco. Sospechosamente, una de las empleadas de la cafeteria desaparece de forma misteriosa poco despues y Amy decide empezar a investigar por su cuenta. Esto la llevara a conocer los lugares mas turbios de la ciudad y tambien a Cole, el seductor y peligroso jefe de una banda criminal.

  • Cassandra la semidemonia y Lady Gedren la elfa oscura de Erika Sanders

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    Cassandra la semidemonia y Lady Gedren la elfa oscura es el tercer volumen de las nuevas aventuras de Conan el Barbaro y sus bellas companeras.
    Conozca a las mujeres en la vida de Conan como nunca antes le habian contado.

  • Vida de Guastavino y Guastavino de Andres Barba

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    No sabemos nada y la historia es mentira y el amor no existe, pero a veces basta el miedo, el miedo como el hilo dorado de una fabula, para recuperar todas las realidades perdidas; la verdad, la ciencia, el amor. Por cada gesto bajo sospecha, el miedo engendra una constelacion de ciudades posibles. Dadle miedo a alguien capaz de construirlas y tendreis el mundo. Un par de casualidades y varios accidentes llevan a Rafael Guastavino a Nueva York. Sabemos como es su rostro en 1881: la boca tachada por un bigote prusiano, los parpados caidos, la calva incipiente. Lo vieron nuestros bisabuelos, se cruzaron con el en el muelle de Marsella y no lo recuerdan. Algo les llevo a quitarse el sombrero; el traje caro, quiza, o la belleza de la mujer que le acompana con dos ninas propias a un lado y un nino ajeno al otro, un nino que es como la version embellecida y diminuta de su padre, algo les llevo a quitarse el sombrero y sin embargo no lo recordaron mas, era demasiado normal, demasiado espanol. Ahora sabemos lo que no sabian nuestros bisabuelos: ese hombre y ese nino se llaman Rafael Guastavino, sabemos que seran encumbrados como los grandes constructores de Nueva York y luego olvidados y finalmente recuperados como el germen de la arquitectura modernista en Norteamerica, sabemos que seran ninguneados como los caraduras que patentaron un sistema de construccion medieval para que nadie pudiera emplearlo sin su consentimiento anadiendo, a lo que todo el mundo habia hecho desde el siglo XII, un punado de cemento Portland o unas cinchas de hierro, los que vendieron una arquitectura ignifuga a un pais horrorizado por el fuego, los visionarios que hicieron migrar de continente a todo un sistema de construccion y le otorgaron una dignidad que nunca habria tenido, los genios, los albaniles, los timadores, los hacedores de vinos, los nepotistas, los constructores compulsivos, circunstancias demasiado contradictorias como para ser ciertas o tal vez precisamente lo bastante contradictorias como para serlo, pero no sabemos como era ese miedo de Guastavino, el que le hizo embarcar en Marsella rumbo a Nueva York el 26 de febrero de 1881 sin hablar una palabra de ingles y tras una estafa que le impediria volver para siempre, el miedo electrizante que hace que cada vida tenga un rumbo. Es decir, no sabemos nada. Aunque, bien pensado, puede que el miedo no fuera estrictamente de su competencia. El antropologo chino Fei Xiaotong escribio una vez que los Estados Unidos de America era el unico pais sin fantasmas. Tal vez Rafael Guastavino eligio sencillamente Nueva York como mundo sin fantasmas. Un mundo sin fantasmas al que llevar una arquitectura sin fuego. Se dice que Rafael Guastavino, de segundo apellido Moreno, vio su primer incendio a los dieciseis anos, en 1859, en la ciudad de Valencia. No sabemos las circunstancias precisas. Suponemos, porque somos de naturaleza novelesca, que lo hizo asomado entre la muchedumbre. Sabemos que vivia a poca distancia de alli, en la calle Veronica, que su padre era un ebanista descendiente de un fabricante de pianos y que era el quinto hijo de una familia de catorce de la que solo siete llegaron a la edad adulta. El incendio fue en la antigua casa consistorial. Sabemos tambien como es el fuego. En su Traicte du feu et du sel, Vigenere lo describe como <>. Y aunque hemos perdido <> -como decia, un poco pomposamente, el propio Guastavino-, en la masa de las llamas dejamos de leer y empezamos a sentir. Que extrano saber se apodera de nosotros: de pronto resulta evidente que los edificios resisten o arden hasta los cimientos y caen, como cae esa casa consistorial, que los edificios y los puentes caen como caen las personas, sin que tenga mucho sentido preguntarse que ha sucedido. Tal vez en la fabrica de azulejos del arquitecto Monleon, Rafael Guastavino ve tambien otro fuego, uno inmovil que se repite sin menguar ni crecer, el fuego del horno de ladrillo. Y tambien lo ve en la musica, en las vetas de la madera del violin. Desea ser musico y luego no, o quiza no completamente, porque sabe que no tiene talento aunque tenga amor. Siempre es asi. El fuego de la musica se parece al que hunde la casa consistorial, es exigente y comprometedor, sin moraleja. Y tambien ve el fuego en las bovedas de su pariente lejano Juan Jose Nadal, en la curva que se inclina sobre los fieles de la iglesia de Sant Jaume. Lo ve anos despues en los cuerpos de las mujeres, en la excitacion que le provoca llegar a ellas. A veces querria senalar a una en la lonja y tenerla alli mismo, querria que ellas sintieran lo que siente el y que todo fuese expeditivo, que la misma obnubilacion que le priva de sentido las privara tambien a ellas y a los pocos minutos estuvieran los dos resoplando en un callejon. ?Simple? Puede que si, pero nadie ha dicho que Guastavino sea un casanova. Tambien en los negocios ve el fuego Guastavino. En las narraciones que envuelven y doran las palabras precisas o que se hunden por la ausencia de palabras precisas. A diferencia del que acaba con la casa consistorial, el fuego de los negocios elude los motivos que lo provocan, es un incendio sin centro en el que hay que atender a los comentarios azarosos, donde se debe decir lo que se espera y aprender a callar. Por eso vence la arquitectura a la musica en el corazon del adolescente Guastavino. Porque el fuego de la musica quema, pero el de los edificios enriquece. Se sabe que Rafael Guastavino se traslada a Barcelona en 1859, con diecisiete anos, para estudiar maestro de obras y se aloja en casa de un tio paterno demasiado rico como para no ser aprovechado, Ramon Guastavino, sastre de profesion, copropietario de la cadena de textiles El Aguila. Se sabe tambien que no tarda mucho en dejar prenada a su prima Pilar Guastavino, nacida Buenaventura, huerfana a la que ha adoptado y dado su apellido el tio Ramon. Ese hogar que representa todo lo que no ha tenido en la vida cambia el mundo para Guastavino, esa casa en la que disfruta de sus privilegios, en la que se pasa el verano con fantasias burguesas preparando asignaturas de maestro de obras, persiguiendo a Pilar cuando se quedan solos y cepillandose el traje para que haga bonito. La casa en la que tiene un bigote fino y una mirada de gato hambriento lo cambia todo. Alli admira el talento comercial del tio Ramon y el dinero del tio Ramon, y abomina de Valencia y del padre ebanista. Descubre tambien que hay principes de este mundo y que se puede ser como ellos con un poco de audacia y otro poco de olvido. De modo que tras la bronca de rigor y el brindis de rigor y el puro y la palmada de rigor, porque al fin y al cabo -por muy absurdo que parezca- todo ha quedado en la familia, se casan Guastavino y Maria Pilar Buenaventura, antes Guastavino, en el mismo ano de 1859 en la iglesia parroquial de Sant Jaume, demasiado adolescentes como para que no se burlen de ellos los invitados, con un novio que acaba tocando el violin, seguramente borracho, y una novia, seguramente sobria, que le odia desde el principio, aunque a quien le importa, al fin y al cabo, que se amen o se odien dos adolescentes. Pero tambien podemos fiarnos de Guastavino. Podemos pensar que en esos anos en los que al nacimiento del primer hijo, Jose, sigue el de otro nino, Ramon, y luego un tercero, Manuel, Guastavino se convierte en lo que suele decirse un hombre. Podemos pensar que junto a las veleidades burguesas, Guastavino aprende a amar su oficio con amor artesano, como ha amado la musica que le gustaria componer y no puede, y que por eso agradece a sus <>. Embrionario desde hacia siete siglos, no importa, embrionario al fin. Porque una nube pase por encima de un prado no lo vamos a ver menos iluminado. Y es que, si no podemos fiarnos del todo de las palabras de Guastavino, al menos podemos fiarnos de su alegria. En el camino hacia el estudio de Granell i Robert en el que trabaja como ayudante o yendo desde la fundicion a la Escuela de Maestros de Obra, Guastavino siente a veces una euforia extrana, parecida a una pulsion. Esta alegre no solo porque, sin haber terminado los estudios, ya ha disenado un par de mansiones, sino porque todo es posible, porque ha enganado al mundo, aunque enganar no es la palabra adecuada. Lo que queremos decir es que Guastavino comprende que vivir es la cuestion fundamental, que es necesario hacer, hacer, hacer, que la carrera no la gana el talento sino los que aun poseen recursos cuando los demas los han perdido, que la propiedad es religion, cosas tan elementales como el agua y que, pese a todo, la gente comprende tarde y algunas personas nunca. Guastavino lo consigue gracias a su deseo de repetir los ceremoniales de los Guell, los Muntadas, los Oliver, los Blajot, de ser adoptado por ellos con esa extrana fragilidad aleatoria con que los ricos eligen a sus amigos menos ricos pero si inteligentes, menos ricos pero grandes artistas, para dar color a sus vidas y sacudirse el enorme aburrimiento, el tremendo aburrimiento mortal que les producen precisamente sus propios privilegios.

  • La noche estrellada de Caroline de Andrea Teijeiro Armental

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    Una decada despues del escandalo que sufrio Burlington, Caroline Smith vuelve a una sala de interrogatorio para hablar de lo que paso. Serena como siempre, cuenta con lujo de detalles como vivio aquel momento, pero.

  • The gamblin’gunfighter de Matt Dillon

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    Kate Huston es una excelente medica.
    Una mujer fuerte y decidida que se mantiene alejada de todo y de todos.
    Hace algunos anos vio su vida destruida por la perdida de su hijo, y ahora todo lo que ella quiere es poder dejar el dolor de lado y proseguir, pero la verdad es que nunca supero la muerte de su pequeno Bobbie.
    Andrew Johnson es un hombre exitoso, un empresario que lleva una vida de solteria convencida desde hace anos, pero eso cambia cuando descubre que una ex amante dejo un recuerdo amarga y con ella un recordatorio de que sus dias de soltero estaban contados.
    Kate quiere olvidar el dolor de aislarse
    Andrew no quiere compromiso y necesita a alguien que entienda de panales.
    ?Serian ellos capaces de superar los dolores y conflictos internos, y asi proseguir?

  • Como robar el corazon de un marques de Eleanor Rigby

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  • El negacionismo economico de Pierre Cahuc

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    La economia ha mejorado tanto en las ultimas tres decadas que para los autores del libro ha alcanzado el mismo estatus cientifico que las ciencias exactas. Esta revolucion poco conocida genera unos conocimientos que chocan frontalmente,con aquellas personas que se guian mas por llevar por sus sentimientos, por su ideologia o por sus intuiciones, en vez de ajustarse a lo cientifico y a las verdades establecidas. Soluciones magicas como la bajada de impuestos, el aumento del gasto publico, el control migratorio, la semana de 32 horas, la reindustrializacion del territorio o incluso la tasa a las transacciones financieras son supuestamente la cura de todos nuestros males sin coste alguno. Estas falsas verdades tan frecuentemente repetidas por los medios de comunicacion tienen un nombre: el negacionismo economico. El objeto de esta obra no es otro que el de desenmascararlo.

  • Medio siglo con Borges de Mario Vargas Llosa

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    Esta coleccion de articulos, conferencias, resenas y notas da testimonio de mas de medio siglo de lecturas de un autor que ha sido para mi, desde que lei sus primeros cuentos y ensayos en la Lima de los anos cincuenta, una fuente inagotable de placer intelectual. Muchas veces lo he releido y, a diferencia de lo que me ocurre con otros escritores que marcaron mi adolescencia, nunca me decepciono; al contrario, cada nueva lectura renueva mi entusiasmo y felicidad, revelandome nuevos secretos y sutilezas de ese mundo borgiano tan inusitado en sus temas y tan diafano y elegante en su expresion. Mi estrecha relacion de lector con los libros de Borges contradice la idea segun la cual uno admira ante todo a los autores afines, a quienes dan voz y forma a los fantasmas y anhelos que a uno mismo lo habitan. Pocos escritores estan mas alejados que Borges de lo que mis demonios personales me han empujado a ser como escritor: un novelista intoxicado de realidad y fascinado por la historia que va haciendose a nuestro alrededor y por la pasada, que gravita todavia con fuerza sobre la actualidad. Jamas me ha tentado la literatura fantastica y pocos autores de esta corriente figuran entre mis favoritos. Los temas puramente intelectuales y abstractos, tenidos de inactualidad, como el tiempo, la identidad o la metafisica, nunca me han inquietado demasiado y, en cambio, asuntos tan terrenales como la politica y el erotismo --que Borges despreciaba o ignoraba-- tienen un papel protagonico en lo que escribo. Pero no creo que estas abismales diferencias de vocacion y personalidad hayan sido un obstaculo para apreciar el genio de Borges. Por el contrario, la belleza e inteligencia del mundo que creo me ayudaron a descubrir las limitaciones del mio, y la perfeccion de su prosa me hizo tomar conciencia de las imperfecciones de la mia. Sera por eso que siempre lei --y releo-- a Borges no solo con la exaltacion que despierta un gran escritor; tambien con una indefinible nostalgia y la sensacion de que algo de aquel deslumbrante universo salido de su imaginacion y de su prosa me estara siempre negado, por mas que tanto lo admire y goce con el. Lima, febrero de 2004 Preguntas a Borges MVLL: Disculpeme usted, Jorge Luis Borges, pero lo unico que se me ocurre para comenzar esta entrevista es una pregunta convencional: ?cual es la razon de su visita a Francia? JLB: Fui invitado a dos congresos por el Congreso por la Libertad de la Cultura, en Berlin. Fui invitado tambien por la deutsche Regierung, por el gobierno aleman, y luego mi gira continuo y estuve en Holanda, en la ciudad de Amsterdam, que tenia muchas ganas de conocer. Luego, mi secretaria Maria Esther Vasquez y yo seguimos por Inglaterra, Escocia, Suecia, Dinamarca y ahora estoy en Paris. El sabado iremos a Madrid, donde permaneceremos una semana. Luego, volveremos a la patria. Todo esto habra durado poco mas de dos meses. MVLL: Tengo entendido que asistio al coloquio que se ha celebrado recientemente en Berlin entre escritores alemanes y latinoamericanos. ?Quiere darme su impresion de este encuentro? JLB: Bueno, este encuentro fue agradable en el sentido de que pude conversar con muchos colegas mios. Pero en cuanto a los resultados de esos congresos, creo que son puramente negativos. Y, ademas, parece que nuestra epoca nos obliga a ello, yo tuve que expresar mi sorpresa --no exenta de melancolia-- de que en una reunion de escritores se hablara tan poco de literatura y tanto de politica, un tema que me es mas bien, bueno, digamos tedioso. Pero, desde luego, agradezco haber sido invitado a ese congreso, ya que para un hombre sin mayores posibilidades economicas como yo, esto me ha permitido conocer paises que no conocia, llevar en mi memoria muchas imagenes inolvidables de ciudades de distintos paises. Pero, en general, creo que los congresos literarios vienen a ser como una forma de turismo, ?no?, lo cual, desde luego, no es del todo desagradable. MVLL: En los ultimos anos, su obra ha alcanzado una audiencia excepcional aqui, en Francia. La Historia universal de la infamia y la Historia de la eternidad se han publicado en libros de bolsillo, y se han vendido millares de ejemplares en pocas semanas. Ademas de L'Herne, otras dos revistas literarias preparan numeros especiales dedicados a su obra. Y ya vio usted que en el Instituto de Altos Estudios de America Latina tuvieron que colocar parlantes hasta en la calle, para las personas que no pudieron entrar al auditorio a escuchar su conferencia. ?Que impresion le ha causado todo esto? JLB: Una impresion de sorpresa. Una gran sorpresa. Imaginese, yo soy un hombre de sesenta y cinco anos, y he publicado muchos libros, pero al principio esos libros fueron escritos para mi, y para un pequeno grupo de amigos. Recuerdo mi sorpresa y mi alegria cuando supe, hace muchos anos, que de mi libro Historia de la eternidad se habian vendido en un ano hasta treinta y siete ejemplares. Yo hubiera querido agradecer personalmente a cada uno de los compradores, o presentarles mis excusas. Tambien es verdad que treinta y siete compradores son imaginables, es decir son treinta y siete personas que tienen rasgos personales, y biografia, domicilio, estado civil, etcetera. En cambio, si uno llega a vender mil o dos mil ejemplares, ya eso es tan abstracto que es como si uno no hubiera vendido ninguno. Ahora, el hecho es que en Francia han sido extraordinariamente generosos, generosos hasta la injusticia conmigo. Una publicacion como L'Herne, por ejemplo, es algo que me ha colmado de gratitud y al mismo tiempo me ha abrumado un poco. Me he sentido indigno de una atencion tan inteligente, tan perspicaz, tan minuciosa y, le repito, tan generosa conmigo. Veo que en Francia hay mucha gente que conoce mi <> (uso esta palabra entre comillas) mucho mejor que yo. A veces, y en estos dias me han hecho preguntas sobre tal o cual personaje: <>. Y luego, al cabo de un rato, he recapacitado y me he dado cuenta que John Vincent Moon es protagonista de un cuento mio y he tenido que inventar una respuesta cualquiera para no confesar que me he olvidado totalmente del cuento y que no se exactamente las razones de tal o cual circunstancia. Todo eso me alegra y, al mismo tiempo, me produce como un ligero y agradable vertigo. MVLL: ?Que ha significado en su formacion la cultura francesa? ?Algun escritor frances ha ejercido una influencia decisiva en usted? JLB: Bueno, desde luego. Yo hice todo mi bachillerato en Ginebra, durante la Primera Guerra Mundial. Es decir, que durante muchos anos el frances fue, no dire el idioma en el que yo sonaba o en el que sacaba cuentas, porque nunca llegue a tanto, pero si un idioma cotidiano para mi. Y, desde luego, la cultura francesa ha influido en mi, como ha influido en la cultura de todos los americanos del sur, quiza mas que en la cultura de los espanoles. Pero hay algunos autores que yo quisiera destacar especialmente y esos autores son Montaigne, Flaubert --quiza Flaubert mas que ningun otro--, y luego un autor personalmente desagradable a traves de lo que uno puede juzgar por sus libros, pero la verdad es que trataba de ser desagradable y lo consiguio: Leon Bloy. Sobre todo me interesa en Leon Bloy esa idea suya, esa idea que los cabalistas y el mistico sueco Swedenborg tuvieron pero que sin duda el saco de si mismo, la idea del universo como una suerte de escritura, como una criptografia de la divinidad. Y en cuanto a la poesia, creo que usted me encontrara bastante pompier, bastante vieux jouer, rococo, porque mis preferencias en lo que se refiere a poesia francesa siguen siendo La Chanson de Roland, la obra de Hugo, la obra de Verlaine y --pero ya en un plano menor--, la obra de poetas como Paul-Jean Toulet, el de Les Contrerimes. Pero hay sin duda muchos autores que no nombro que han influido en mi. Es posible que en algun poema mio haya algun eco de la voz de ciertos poemas epicos de Apollinaire, eso no me sorprenderia. Pero si tuviera que elegir un autor (aunque no hay absolutamente ninguna razon para elegir un autor y descartar los otros), ese autor frances seria siempre Flaubert. MVLL: Se suele distinguir dos Flaubert: el realista de Madame Bovary y La educacion sentimental, y el de las grandes construcciones historicas, Salambo y La tentacion de San Antonio. ?Cual de los dos prefiere? JLB: Bueno, creo que tendria que referirme a un tercer Flaubert, que es un poco los dos que usted ha citado. Creo que uno de los libros que yo he leido y releido mas en mi vida es el inconcluso Bouvard y Pecuchet. Pero estoy muy orgulloso, porque en mi biblioteca, en Buenos Aires, tengo una editio princeps de Salambo y otra de La tentacion. He conseguido eso en Buenos Aires y aqui me dicen que se trata de libros inhallables, ?no? Y en Buenos Aires no se que feliz azar me ha puesto esos libros entre las manos. Y me conmueve pensar que yo estoy viendo exactamente lo que Flaubert vio alguna vez, esa primera edicion que siempre emociona tanto a un autor. MVLL: Usted ha escrito poemas, cuentos y ensayos. ?Tiene predileccion por alguno de esos generos? JLB: Ahora, al termino de mi carrera literaria, tengo la impresion que he cultivado un solo genero: la poesia. Salvo que mi poesia se ha expresado muchas veces en prosa y no en verso. Pero como hace unos diez anos que he perdido la vista, y a mi me gusta mucho vigilar, revisar lo que escribo, ahora me he vuelto a las formas regulares del verso. Ya que un soneto, por ejemplo, puede componerse en la calle, en el subterraneo, paseando por los corredores de la Biblioteca Nacional, y la rima tiene una virtud mnemonica que usted conoce. Es decir, uno puede trabajar y pulir un soneto mentalmente y luego, cuando el soneto esta mas o menos maduro, entonces lo dicto, dejo pasar unos diez o doce dias, y luego lo retomo, lo modifico, lo corrijo, hasta que llega un momento en que ese soneto ya puede publicarse sin mayor deshonra para el autor. MVLL: Para terminar, le voy a hacer otra pregunta convencional: si tuviera que pasar el resto de sus dias en una isla desierta con cinco libros, ?cuales elegiria? JLB: Es una pregunta dificil, porque cinco es poco o es demasiado. Ademas, no se si se trata de cinco libros o de cinco volumenes

  • La bruja de Biertan de Veronica Cervilla

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    Crina desperto, sobresaltada y algo aturdida. Oyo los golpes en la puerta y palpo el otro lado de la cama. Habia vuelto a pasar la noche sola, pero ya estaba acostumbrada. Ultimamente eran contadas las noches que su marido pasaba en casa. Ataviada con un camison celeste, se levanto y se cubrio con la manta de piel de oso que reposaba sobre la cama. Descalza, a pesar de las bajas temperaturas, se dirigio a toda prisa hacia la puerta de madera pintada y acerco el oido con cautela. --?Quien es? --!Abre, Crina! --respondio al otro lado una voz grave, de sobra conocida. Cosmin habia sido su confesor desde que tuvo edad suficiente para asistir a las liturgias. Era un antiguo amigo de la familia: confiaban en el lo suficiente como para relatarle sus miserias y aceptar el perdon que les ofrecia. Crina no le habia notado nunca tan preocupado como aquella manana, asi que abrio la puerta con un nudo en el estomago. Por la expresion grave del hombre, comprendio que no traia buenas noticias. --Guarda un par de mudas de ropa --la apremio el en cuanto vio asomar la cabeza de la joven --, los hombres del obispo se dirigen hacia aqui. --?Que sucede? ?Es Velkan? --Si, me temo que tiene algo que ver con tu esposo. No habia tiempo para mas explicaciones. El revuelo en los alrededores anunciaba que los hombres del obispo ya andaban cerca, asi que se apresuro a regresar al dormitorio y metio un par de vestidos y calzas en un bolso de cuero. Despues, cambio el camison por algo mas abrigado. El invierno ya asomaba por las empedradas calles de Biertan y pronto llegarian las nieves a los Carpatos. --!Crina Ardelean! !El Obispo de Biertan reclama tu presencia! Aquellos gritos, unidos al rumor expectante de los vecinos, que sin duda ya se habian congregado frente a la casa para cotillear, aceleraron los latidos de su corazon. Ya iba a salir cuando se percato de que aun andaba descalza, asi que tuvo que volver para colocarse las botas. --!Senora Ardelean! !Por favor! No nos obligue a utilizar la fuerza. --No sera necesario --Crina aparecio en la puerta con el bolso al hombro y forzando un gesto de dignidad en el rostro--. ?Por que me requiere el obispo de esta forma? --se acerco para susurrar a uno de los hombres--: ?No ve que me esta poniendo en evidencia? --El obispo sera quien le revele sus motivos. Por favor --respondio el hombre, un tipo de cuerpo espigado y bigote, apartandose a un lado y senalando el camino hacia la iglesia con un gesto de la mano. El otro caballero, mas corpulento, se situo delante para marcar el paso. Caminaba con la cabeza alta, el ceno fruncido y la boca encogida como si estuviera masticando un pomelo. Crina lo seguia, haciendo esfuerzos por no fijarse en las mujeres que cuchicheaban a su paso. Cada mirada que se cruzaba con la suya y cada dedo que la senalaba le recordaban que estaba siendo escoltada por los hombres del obispo, un <> reservado a delincuentes y condenados. El pasillo de curiosos se le hizo eterno y, a pesar del frio invernal que acechaba Biertan, sus mejillas se encendieron con un rojo intenso. No fue capaz de continuar con el rostro descubierto, asi que opto por colocarse la capucha del vestido. La iglesia no estaba lejos, pero le parecia que llevaba horas caminado. Durante el resto de la marcha no despego los ojos del suelo pedregoso, ni siquiera cuando subieron los ciento setenta y dos peldanos de la escalera cubierta con techo de madera que llegaba hasta la cima de la colina. Alli, en la parte mas alta del pueblo, se encontraba la muralla que abrazaba las tres naves de la iglesia. Con cada paso su furia y su preocupacion aumentaban, pero como la joven bien educada que sus padres la habian obligado a ser, lo disimulaba apretando los dientes y levantando las cejas, forzando una serenidad ficticia. No fue necesario atravesar la puerta de la capilla principal, el obispo los esperaba fuera con cara de circunstancias. A pesar de la barba y los cabellos blancos, el anciano era robusto y todavia conservaba una postura firme. Crina corrio hacia el hombre y se arrodillo. --?Que puede haber sido tan grave como para enviar a sus hombres a por mi y castigarme con esta deshonra, mi senor? --Levantate, Crina --le pidio el obispo con dulzura poniendole la mano en la cabeza, y luego la ayudo a ponerse de pie--. No soy yo ni es la Iglesia quien te reclama por tus pecados, solo he accedido a cumplir la solicitud que se me ha hecho. Pesa una amenaza sobre los sagrados lazos de tu matrimonio, hija. --?De mi matrimonio? --pregunto Crina, arqueando las cejas--. Senor, ahora si me esta asustando. --Y asustada debes estar, nina --el anciano se dirigio con pesar a los hombres que la habian traido--: llevadla a la Torre de la Prision. --!?A la Prision?! --grito, con las mejillas incandescentes y las lagrimas asomando a sus pequenos ojos azules. --Lo siento, Crina --susurro el obispo y luego bajo la cabeza. Crina sabia lo que eso significaba. Todo el pueblo lo sabia. La escoltaron hasta la Torre de la Prision sin que se resistiera y, con cada pisada sobre los peldanos de piedra que conducian a la parte superior, iba perdiendo un trocito de dignidad. En su familia habia algun matrimonio que habia recurrido a tal extremo y que habia sufrido la verguenza y el desprecio de sus conocidos. ?Como habia podido pasarle a ella? Los dos hombres abrieron la puerta de barrotes que daba acceso a la celda sin muchos miramientos y la empujaron dentro. A continuacion, volvieron a cerrar con llave y se marcharon. --?Quien ha sido? --grito Crina a los hombres que se alejaban--. ?Quien ha pedido nuestro encierro? Como respuesta, un portazo. I --He sido yo --respondi desde la unica silla de la minuscula estancia. --!Velkan! --se volvio hacia mi, confundida. --Tienes dos semanas, Crina --hice una pausa para empujar el nudo que tenia en la garganta --. Dos semanas para ser sincera o el divorcio sera efectivo. Crina se dejo caer hacia el suelo, despacio, y alli permanecio en silencio, con aquella mirada penetrante y triste, tan llena de odio. Habian pasado horas y Crina no se habia movido de los barrotes. Yo la observaba desde la esquina de enfrente, a tan solo un par de metros y, sin embargo, sentia que nos separaba un oceano. Mi esposa… y ni siquiera se dignaba a mirarme. De vez en cuando dejaba escapar un suspiro de hastio que me daba esperanzas: tal vez aun era posible conservarla. --Se que ahora me odias… --Dejare de odiarte si terminas con esto y nos vamos a casa, a seguir con nuestras vidas --me interrumpio ella con un tono de suplica al que poco antes habria sucumbido. --No puedo hacer eso --respondi, aunque deseaba hacerlo y continuar fingiendo que nos queriamos. --?Es por mis reproches cuando llegas tarde a casa? Porque puedo dejar de hacerlo… --?Y que pasara despues? --dije, acercandome a ella--. ?Que haras cuando ya no te quede mas espacio donde guardar tu rencor? Seras una vieja amargada… --Entonces deja de comportarte como un nino --Crina se levanto y me sujeto la cara con ambas manos, buscando mi mirada--. Ahora tienes una esposa. !No puedes andar por ahi cada noche! --?Por que te casaste conmigo? Crina dudo un momento, desvio su mirada ofendida y no respondio a la pregunta. Iba a necesitar algo mas que un par de horas para hacerla entender, asi que no retrase el momento mas y saque el diario de mi petate. Lo sujete con delicadeza, pues las cubiertas de cuero ya se estaban cuarteando y las hojas se habian vuelto fragiles y amarillentas. Me acerque a ella y lo deje a su lado, en el suelo. --?Que es eso? --pregunto mirandolo de soslayo, intentando ocultar su curiosidad. --Dos semanas tienen muchas horas y aqui no hay nada que hacer, salvo conversar y pensar. Intuyo que este libro puede hacer tu estancia mas amena. --!Ja! --solto ofendida--. !Que detalle! Gracias por encerrarme aqui y darme este libro mohoso para entretenerme. --?Tienes algo mejor que hacer? Incapaz de encontrar una respuesta ingeniosa, tomo el libro y lo abrio por la primera pagina. Estaba escrito a mano, pero bastaba con reparar en los renglones perfectamente rectos, en la letra redondeada y cuidada, para saber que quien lo escribio era meticuloso y seguro de si mismo. Crina poso el dedo en la primera linea y comenzo a leer en voz alta: --<> --cerro el libro de un golpe y lo lanzo con fuerza, haciendolo aterrizar bajo la estrecha mesa que habia en la celda--. Pero, ?como te atreves a darme un libro sobre brujeria? Es eso, ?no? !Hay otra! --se cubrio la boca con la mano como si hubiera descubierto un secreto y no pude evitar soltar una carcajada--. Dios mio, estas embrujado, ?no es cierto? Tengo que salir de aqui. Debo llamar al obispo y… --Pero, ?que dices? --la interrumpi. Me agache y la sujete por los hombros. --!No me toques! !No quiero que me contagies! --me empujo.

  • Las 48 leyes del poder de Robert Greene

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    Como llegar a lo mas alto y quedarse alli…

  • Lord John y el prisionero escoces de Diana Gabaldon

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    Ano 1760. La <> existencia de Jamie Fraser -jacobita escoces- esta a punto de desmoronarse debido a la aparicion de Tobias Quinn, un antiguo camarada del Levantamiento.

  • Las verdades infames de Damian Comas

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    Eduardo Antonio Parra

  • La hija del relojero de Kate Morton

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  • El enebro de Barbara Comyns

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    Bella Winter tiene una cicatriz en la cara a raiz de un accidente de coche; conducia su novio, un tipo tacano que no la apreciaba. Embarazada de un inmigrante al que conocio en una fiesta en un piso cochambroso de Bayswater y nunca mas volvio a ver, tiene ahora una nina de meses negra, que oculta a su madre, una mujer que nunca parece haberla querido. Pero encuentra un trabajo que le encanta en una pequena tienda de antiguedades en Richmond, hace nuevos amigos y empieza a tener la sensacion de que la vida al fin le sonrie. El pasado, como no, vuelve, pero tal vez en condiciones que permitan reconciliarse con el; y el presente abre nuevos horizontes, quiza enganosos pero en principio muy felices.

  • Los vigilantes del faro (Los crimenes de Fjallbacka 7), Camilla Lackberg de Camilla Lackberg

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    Una historia de antiguas leyendas y tragedias familiares entre la decada de 1870 y la epoca actual. La novela mas espectral de la serie Los crimenes de Fjallbacka (Novela negra)

  • La irlandesa de Miranda Bouzo

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    En toda guerra hay un momento para el amor y el perdon si nace de dos almas destinadas a encontrarse.

  • Miranda (Senoritas americanas 1) de Scarlett O'connor

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    Personajes inolvidables. Romance como Scarlett nos tiene acostumbrados y un final que te dejara con ganas de saber mas de esta serie. Ansiosa por mas entregas de <>.

  • Necesitadas de accion de Blanca Moral

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    El Mecanico: Sexo, Mentiras y Amor Verdadero
    Como ligar si eres Soraya Perez:
    1. Averia tu coche en plena autopista mientras vuelves de vacaciones.
    2. Llama desesperada al primer mecanico que encuentres en google.
    3. Acuestate con el mecanico mas atractivo que has visto jamas.
    4. Repite el paso 3 hasta que no te queden fuerzas para moverte.
    Javier era egocentrico, divertido, j*didamente atractivo y, cuando tenia que serlo, un caballero. Un caballero que no tiene miedo a sudar, esforzarse o mancharse las manos. Incluso la lengua. Siempre que la senorita lo merezca.
    Lo menos que podia hacer, ya que le habia confiado mi carroceria, era tratarla bien. Considerando que acababa de romper con el cretino de mi ex, un playboy era justo lo que queria. Un cretino capaz de levantarme en brazos y f*llarme en el aire.
    El unico problema es que mis padres estan muy pesados con que me eche otro novio, asi que, bueno. me toca presentarles a Javier. Solo necesitaba que fingiese delante de mi familia y seguir disfrutando del sexo, hasta que, poco a poco, lo nuestro comenzo a parecer una pareja de verdad y. un dia se arrodillo con una cajita en las manos.

  • Algunas princesas no buscamos principe azul de Lina Galan

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    Laura, Simon y yo misma. Tres amigos y tres maneras diferentes de vivir el amor, a pesar de estar juntos casi toda nuestra vida, aunque seamos una pina desde que nos catalogaron de frikis en el instituto.

  • Secretos entre vinedos de Ann Mah

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    Kate, una joven estadounidense que estudia para lograr el dificilisimo titulo de Master of Wine decide viajar a la Borgona, a los vinedos que han pertenecido a su familia durante generaciones y pasar una temporada en Francia, como en los veranos de su infancia. Alli, detras de un gran armario, descubre una habitacion oculta que contiene algunos folletos de la Resistencia, valiosos vinos y la pista de un misterioso pariente del que nunca tuvo noticia. Kate decide indagar e intenta descubrir secretos que llevan guardados desde la Segunda Guerra Mundial.

  • El paisaje de los suenos de oro, Belinda Alexandra de Belinda Alexandra

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    Una conmovedora historia que se mueve entre dos grandes ciudades: Barcelona, en el periodo previo a la Guerra Civil, y Paris en la decada de 1970.

  • La musa intrusa de Gonzalo Suarez

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    Reflexiones biograficas y ficticias de un cineasta mitico.

  • Liam (Detras de la musica 2) de Yunnuen Gonzalez

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    No es facil ser fan de The Radicals y seguidora de The Border.
    No es facil ser la mejor amiga de Cassie Berryman y ser invisible para el resto del mundo.
    Nadie sabe que Sophie McNamara existe, ni siquiera el guitarrista de The Border, de quien ha estado enamorada por cinco anos.

  • La isla sin nombre de Manel Ronda Carrasco

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    El cuerpo de Pablo Ayala cuelga de una soga cuando un terremoto provoca que el techo se venga abajo, salvandole la vida justo antes de exhalar su ultimo aliento. Habia tomado esa drastica decision al recibir la noticia mas dolorosa que jamas hubiera querido escuchar. Su esposa, junto a otras nueve mujeres, habia sido fusilada en la carcel del Faro, condenada por subversion contra el regimen que lidera con mano de hierro el general Alonso del Potro.
    A pocos quilometros de alli, en el colegio San Rafael, el seismo no deja supervivientes. Sin embargo, el cuerpo de Diego, el hijo del general, es el unico que no ha aparecido bajo los escombros. El Chino Perrone, un sicario sin escrupulos a sueldo del Estado, debera dar con su paradero en una carrera contra el tiempo.
    ?Que tienen en comun estos hechos? ?Quien esta detras del ultimo intento por derrocar a la sangrienta dictadura de Alonso del Potro?
    El pasado volvera a la isla sin nombre para saldar cuentas pendientes, en esta historia de venganzas, traiciones y amores no correspondidos.

  • With me. Amelia de Jessica Cunsolo

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    Amelia Collins se muda a una nueva ciudad para escapar de un oscuro pasado y lo unico que quiere es pasar totalmente desapercibida y acabar el ultimo curso del instituto. Pero sus planes cambian drasticamente cuando el primer dia tropieza, literalmente, con el chico mas increible del instituto, el chico que encabeza la lista de las personas con las que no meterse… Aiden Park.
    Amelia debe encontrar la forma de sobrevivir y de no caer en los brazos del insoportablemente atractivo Aiden, ni de Mason, su mejor amigo; pero con nuevos amigos, arpias, viejas rivalidades, bromas pesadas y un pasado del que no consigue escapar, el ultimo ano de Amelia promete estar lleno de drama…

  • La desafiante prometida del jeque (Atracciones innegable 1), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • Seguimos siendo tu y yo (Love Army 2) de Elsa M.r

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    Llega la segunda parte de Love Army con mas musica, mas pasion y una historia de amor ?imposible?

  • Placer en la oficina de Josefina Rossi

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  • Vinculos de Daniel Alvarado

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    Imagina que los golpes del amor entran inesperadamente a tu vida, y asi como llego este simplemente se fue, piensa que el pasado te alcanza y te causa dolor pero tambien una gran alegria, supon que caminas por la calle sintiendo un vacio en tu interior, que te mueves sin saber a donde ni con quien, y que de repente aquello que te puede llenar ese vacio se pone frente a ti de la forma menos esperada.Esta es la historia que nos cuenta Alberto, llena de misterios, revelaciones, ensenanzas y poesia encantadora.

  • La sexy caza a la chica Hitchco de Cristina Prada

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    Nunca he estado mas nerviosa. El viejo banco de madera resuena cuando me levanto de golpe. Miro mi reloj y me acerco con paso apresurado a la puerta del despacho del profesor Kenner. Se retrasa cinco minutos. Repaso la conversacion que mantuvimos junto a su mesa hace exactamente dos semanas. Me cito para que viniera hoy a las cuatro en punto. Giro sobre mis bailarinas y vuelvo a alejarme de la puerta. Si tarda mucho mas, creo que tendre un ataque en toda regla. Hoy por fin sabre la nota de mi proyecto de fin de master sobre Dinamicas de Investigacion Social; de el depende que me concedan o no la beca como ayudante del Departamento de Sociologia Aplicada en la Universidad de Columbia, el primer paso para convertirme en investigadora, lo que siempre he querido. Oigo la puerta abrirse y me giro practicamente en ese mismo microsegundo. Un chico, que reconozco de clase, aunque no se como se llama, sale con aspecto abatido. La fama de hueso del senor Kenner es totalmente merecida. --Lilianne Harper --me llama deteniendose bajo el umbral de la puerta de su despacho--, su turno. Asiento rapidamente, aunque no se queda a esperar una respuesta, y lo sigo al interior de su oficina. --Tome asiento --me ofrece, haciendolo el. Obedezco y observo la estancia. Lo hago por inercia. Soy una persona muy curiosa. Supongo que por eso me gusta investigar la conducta humana. --He estado revisando concienzudamente su trabajo --me explica abriendo una carpeta y perdiendo su vista en ella-- y debo decir que… Deja de hablar, concentrado en lo que lee. Espero un largo segundo. Comienzo a dar pisadas cada vez mas aceleradas y nerviosas contra el desgastado parque. Otro larguisimo segundo. Otro. Otro. --?Le ha parecido bueno? --pregunto impulsiva. El profesor Kenner alza la cabeza y me observa algo molesto. Yo me revuelvo incomoda en la silla. Soy una bocazas, la mayor virtud de la grandisima idiota Lillie Harper, pero iba a volverme completamente loca si seguia en silencio. --De hecho, no, senorita Harper --sentencia. ?Que? ?Como? ?Por que? --Es usted una de mis mejores alumnas, pero creo que eligio un tema rico, lleno de vertientes, sobre el que paso de puntillas. Tuerzo el gesto y bajo la mirada. Elegi el tema <> porque me parecio muy interesante y precisamente eso, repleto de matices, pero lo cierto es que las entrevistas no funcionaron todo lo bien que hubiese querido y, con el conocimiento limitado a mi propia experiencia, tampoco habia mucho que contar. Tendria que haberle hecho caso a Taylor y haberme presentado en un club de BDSM grabadora en mano. --?Significa eso que ya no tengo posibilidades de que me den la beca? -- me envalentono a preguntar. Se que es otra salida de tono, pero, si la he perdido, quiero saberlo ya. --No --responde al cabo de unos segundos. Suspiro aliviada y una torpe sonrisa se escapa de mis labios. --Pero tampoco es un si --me aclara. Inmediatamente cuadro los hombros --. Voy a darle la oportunidad de repetir el trabajo. !Eso es fantastico! --Muchas gracias, senor Kenner --me apresuro a responder. El profesor resopla a la vez que cierra la carpeta de golpe. --Lilianne --replica dejando atras el <>--. Solo hago esto por todo lo que ha trabajado durante el ano y porque realmente pienso que tiene un gran futuro en el campo de la sociologia, pero, si no hace algo realmente bueno con este proyecto --anade senalando con el indice la carpeta que acaba de cerrar--, no habra mas oportunidades. --Lo se. --Tiene tres semanas --sentencia. Asiento y me levanto. --Como prueba de que confio plenamente en usted, empezara a ayudarme como alumna de departamento. !Genial! Me muerdo el labio inferior y vuelvo a asentir con una nueva sonrisa. --Esta semana comenzaremos con analisis y entrevistas a personajes publicos de la ciudad --me explica moviendo las manos para apoyar sus palabras--. La universidad quiere publicar un libro de perfiles de personalidades. Seran exclusivamente profesionales --especifica--. Pretende ser una guia de logros academicos y laborales, nada de informacion personal. Nosotros aportaremos el punto de vista sociologico. El primer entrevistado sera el fiscal general del estado de Nueva York. Dentro de dos dias. Actuara como mi asistente. El fiscal general del estado de Nueva York es uno de los hombres mas poderosos de la ciudad. Desde luego, es empezar entrando por la puerta grande. --No lo defraudare, profesor Kenner. --Eso espero. No doy muchas oportunidades como esta. La sonrisa desaparece de mis labios y la presion crece. Esta es mi ultima posibilidad para hacer realidad mi sueno. Salgo del Knox Hall, el edificio que alberga todo lo relacionado con la sociologia en la Universidad de Columbia, y regreso a mi apartamento en la 115 Oeste, junto al Morningside Park. Me mude aqui porque estaba cerca del campus, pero las vistas convencerian a cualquiera, son increibles. No tardo mas de diez minutos, pero, aun asi, tengo muchisimo tiempo para pensar. Repaso todas las tecnicas posibles de investigacion, las vueltas de tuerca que puedo darle al tema, todas las perspectivas, pero siempre llego a la misma conclusion: ?como voy a hacer un trabajo claro y efectivo si tengo una experiencia tan limitada sobre el tema en cuestion? Soy plenamente consciente de que no puedo convertirme, de repente, en la duena de un club de swingers en los suburbios de Manhattan, pero necesito algo, lo que sea, que me de un punto de vista mas practico. ?Por que no he sido una de esas personas que, con veinte anos, deciden olvidarse de estudiar y ser buenas chicas para dedicarse a experimentar todo lo referente al sexo, las drogas y el rock & roll? <>, sugiere mi voz de la conciencia. Tuerzo el gesto. Eso es cierto, pero no serlo, en mis actuales circunstancias, me habria ayudado mucho. Estoy subiendo los ultimos peldanos del ultimo tramo de escaleras a la tercera planta cuando veo a Taylor, mi mejor amiga y vecina de arriba, llamando a mi puerta con uno de sus pies descalzos, con dos Budweiser heladas en la mano y un Marlboro light en la otra. Me sorprende que no haya utilizado la escalera de incendios como hacemos siempre. --Ey --me quejo divertida--, aparta ese pie de mi puerta. Esta es una planta con clase. Taylor me hace un mohin y me senala la madera con un movimiento de cabeza que agita su melena castana clara, casi rubia, llena de ondas. --Abre esta maldita puerta, Harper --replica--. Tengo dos cervezas y muchas ganas de celebrar la matricula de honor de sabelotodo asquerosa que seguro que has sacado en tu trabajo. Al oir sus palabras, me detengo y lanzo un profundo suspiro. --No hay matricula de honor --le anuncio. --?Sobresaliente, entonces? --Tengo que repetir el trabajo --sentencio encogiendome de hombros--, y no tengo ni idea de como hacerlo. Echo a andar hacia la puerta, la abro ante la conmocionada mirada de mi amiga y entro en mi pequeno, tirando a diminuto, apartamento. Abandono las llaves en la isla de la cocina y con un par de pasos mas me dejo caer en mi viejo sofa gris. Taylor me sigue con cara de susto. No la culpo. Nos conocimos el primer dia de universidad y compartimos habitacion en la residencia durante dos anos, hasta que nos mudamos a este edificio. En todo ese tiempo me he esforzado muchisimo por sacar las mejores notas. No hay muchas oportunidades de empleo para los investigadores de sociologia y el noventa y nueve por ciento pasan por las becas de la universidad, asi que siempre he tenido claro que, si no quiero volver a Indiana con el rabo entre las piernas, debo ser la mejor estudiante.

  • Muerte en los Hamptons (Las cosas y casos de la senora Starling 2) de Ana Bolox

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    ?Aun estas enfadada? --James redujo la marcha y detuvo el coche ante la verja de entrada a la mansion Carnegie. La musica de Night Fever que sonaba en la radio era lo unico que rompia el silencio desde que salieran de Nueva York. --No estoy enfadada. --Vale, defraudada. Anne estiro el brazo y bajo el volumen. Desde el asiento del copiloto, miro a su marido con los parpados entrecerrados. --?De verdad era necesario venir? ?No podias haber aplazado la reunion para despues de Navidad? La verja comenzo a abrirse lentamente. James bajo un dedo la ventanilla para evitar que se formara vaho en los cristales y el ronroneo del motor al ralenti llego con suavidad hasta ellos. Fuera, el viento comenzaba a soplar fuerte y los arboles que recorrian el alto muro de piedra que rodeaba la finca balancearon sus ramas como si estuvieran saludando a alguien desde lejos. Algunas gotas de agua cayeron sobre el parabrisas y James acciono las escobillas. --Sabes que si no hubiera sido imprescindible la habria aplazado --dijo. La voz de falsete con la que Robin Gibb, el solista de los Bee Gees, acaparaba las emisoras de radio desde que se estrenara “Fiebre del sabado noche” fue extinguiendose en los altavoces del coche sustituida por la de Casey Kasem, el famoso locutor del American Top 40. Anne fruncio los labios. Si, lo sabia. Su marido no habria anulado el viaje a Inglaterra para pasar la Navidad si no hubiera sido estrictamente necesario. Aun asi, no podia evitar sentirse, como el mismo habia dicho, defraudada. 1978 agonizaba y hacia meses que no veia a sus padres. En lugar de disfrutar de aquellos ultimos dias del ano con la familia, tendria que desempenar el papel de digna esposa de diplomatico en una reunion navidena en la mansion de Alexander y Rebeca Carnegie, junto a un nutrido grupo de personas con las que no le apetecia estar. --El Foreign Of ice esta muy interesado en que el bufete de abogados de Julian Snyder se establezca en los Estados Unidos y esta reunion con Martin Wolch es una oportunidad unica para ponerlos en contacto de manera confidencial. La puerta de hierro se estremecio al alcanzar el tope y James se adentro en el camino asfaltado que discurria a traves de una pradera. El cesped era espeso y parecia atendido con la misma meticulosidad que la del green de un campo de golf que aspirara a albergar el Abierto de Estados Unidos. --?Que es lo que pretende sir William, montar un nido de espias en Nueva York a traves de Julian? --No hables asi del ministro. No es… --?Diplomatico? --Lo has definido con perfecta exactitud, querida, tal y como suele hacer tu deslenguada habilidad para la oratoria. --Y sincera. --Anne tiro de la pernera del pantalon y la ahueco, antes de cruzar las piernas--. Deslenguada y sincera habilidad para la oratoria. --?Llamas sinceridad a la insolencia? --En efecto, llamo espontanea naturalidad a la franqueza. Lo has definido con perfecta exactitud, querido, tal y como suele hacer tu sutil capacidad para la farsa. --Me encanta cuando asimilas mi profesion a la representacion de un sainete. --Lo se. Por eso lo hago. Ella lo vio sonreir de reojo. --Ese fino humor fue lo que me enamoro de ti, pero sir William no debe saberlo. Cree que me case contigo por tu belleza y elegancia que, strictu sensu, es la unica exigencia que se requiere a la esposa de un miembro del cuerpo diplomatico de Su Majestad. --Adoro tu sinceridad diplomatica. --Lo se. Por eso la utilizo. James freno. Una cierva habia saltado de entre la arboleda enmaranada que recorria el camino por su lado derecho y lo cruzo con refinada distincion, alejandose con su peculiar trote gracioso hasta un bosquecillo cercano. --Esbelto y gracil ejemplar --dijo Anne cuando el animal se perdio de nuevo entre las ramas--. Podrias haberte casado con ella. --Y habria sido una acertada decision si tu no hubieras aparecido antes. --!Lo estas arreglando! --Tu empezaste. --Porque estoy enfadada. James levanto una ceja y dejo caer la mano sobre la palanca de cambios, sin llegar a meter la primera marcha. --Crei que estabas defraudada --dijo. --Y yo crei que dominabas el idioma de tu propia profesion. --Vale --Echo el freno de mano y se giro hacia ella--, hagamos las paces antes de entrar ahi --dijo senalando la mansion de estilo colonial que aparecia ante ellos. La puerta de entrada se abria a unas escalinatas de marmol ante las que se extendia una extensa pradera, recorrida por el camino asfaltado en el que se encontraban y que unia la casa con la verja de entrada, ahora ya oculta por el bosquecillo que acababan de atravesar--. ?Te portaras bien? Anne cerro los ojos un instante y encogio los hombros. --Sabes que lo hare. Tienes una mujer exquisita y educada que se conduce como la leal esposa de un perfecto diplomatico. --Una mujer que tambien es entrometida, rebelde y obstinada. --?Me quieres, James? --Me enamoraron tus virtudes, querida. No podria no amarte. --Eres extrano. --?Porque me gustan tus excentricidades? --Si pretendes componer una ecuacion en la que la suma de entrometimiento, rebeldia y obstinacion equivalga a excentricidad vas mal encaminado matematicamente. --Pero no diplomaticamente. --Yo tambien te quiero --Anne extendio el brazo y poso la mano sobre el muslo de su marido. --Lo se --dijo el. --Aunque cualquiera que te oyera hablar de mi pensaria que estas a punto de pedir el divorcio. --Cualquiera que se tome la molestia de observar como te miro sabra lo que es el amor.

  • Stripteacher de Lisa Aidan

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    ?Y si alguien te rompe tanto los esquemas que te hace replantearte todo lo que conoces?

  • Deje de pronunciar tu nombre – Luis Herrero de Luis Herrero

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    Siete meses antes de morir, Carmen le pregunto a su prima Soledad mientras paseaban juntas por el olivar del convento de monjas de Arenas de San Pedro:

  • No, mama, no de Verity Bargate

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    Lo que mas me impresiono cuando me dieron a mi segundo hijo y lo cogi en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni colera. Nada. Contemple las hinchadas facciones amoratadas, las manos achatadas, el escroto que le colgaba casi hasta los tobillos, y senti tan poco placer y afecto como si hubieran envuelto por equivocacion la placenta en una manta y me la hubieran puesto entre los brazos. La verdad, al principio pense que eso era lo que habian hecho. Luego nunca pude saber con certeza si se lo habia devuelto bruscamente pasandoselo por encima de mis piernas al doctor que me estaba cosiendo o si lo habia imaginado. El caso es que se lo llevaron. Una enfermera se acerco entonces a lavarme. Primero el pubis, luego la cara, con el mismo pano, que apenas enjuago entre una y otra operacion. Despues el te. Tibio y derramado sobre el plato. Me desagrada el te. No me permitieron fumar un cigarrillo… <> Mi marido, David, testigo indiferente de estas humillaciones, seguia llorando porque el nino no habia sido una nina. Alegue cansancio y le sugeri que se marchara, cosa que hizo con fingida reticencia. Tanto disimulo, ya tan pronto. De vuelta en la habitacion, encendi por fin un cigarrillo. Tenia el sabor dulzon que tienen a veces despues de hacer el amor. Cerre los ojos e intente imaginar un cuadrado negro sobre un cielo negro, cualquier cosa con tal de apartar el recuerdo de esa berenjena mas bien pasada que me habian arrojado a los brazos en nombre de la maternidad. Creo que me adormeci, pues de pronto oi: <>, y lo conectaron a mi pecho docil con una precipitacion que parecia innecesaria. Tardo una eternidad, agitando el hocico como un cerdo hozando en busca de trufas. Senti asco y no me avergonce, aunque cogi un libro para intentar distraer mis pensamientos de los jadeos y tirones y movimientos de succion en curso. Regreso la enfermera y me quito el libro con un energico <>. Si puedo, grite mudamente; tendre que hacerlas los proximos meses. Mas tarde, a la hora de visita, volvio David con los ojos todavia un poco llorosos. Le envidie el lujo de sentir algo, aunque sospeche que su sufrimiento respondia sobre todo a que habiamos leido en alguna parte que si se hace mucho el amor hay mas probabilidades de tener una nina; cuanto mas se folla, mas debil es la eyaculacion, y las hembras, mas fuertes que los machos, tienen mayores posibilidades de llegar primero hasta el ovulo y fecundarlo. En otras palabras, su pena parecia tener un fundamento bastante machista. Creo que fue entonces cuando nuestra incapacidad de comunicarnos se hizo irreversible. Nuestro dolor era tan distinto, los motivos tan divergentes; el mio todavia no articulado, el suyo ya casi superado. Transcurrieron algunos dias. No se muy bien como, pero pasaron. Mientras estaba despierta leia todo el tiempo -cualquier cosa con tal de no pensar- y pasaba muchos ratos sentada en la banera. Eran los unicos momentos en que no me parecia estar sentada sobre una alambrada de puas. Pero por fin me quitaron los puntos y ya casi habia llegado el momento de volver a casa. Aparte de leer y de contemplar imaginarios cuadrados negros habia un pensamiento que no lograba impedir por mas que lo intentara. Mi madre le conto a una solterona amiga suya que parirme a mi habia sido un viaje a las puertas del Infierno. La amiga, que habia dejado de ser solterona, me comunico la informacion en el funeral de mi madre mientras los demas comian sandwiches de pepino cortado en rodajas casi transparentes y bebian te en tazas de porcelana fina decorada con hojas de hiedra. Yo estaba en el dormitorio de mi madre y recorria con el dedo el polvo que cubria su espejo mientras me preguntaba como era posible que todas esas personas reunidas ahi abajo tuvieran tantas ganas de charlar, y entonces ella vino a buscarme. Por el tono en que me hablo, se diria que me estaba transmitiendo mi legado. Y en cierto modo asi era. Creo que fue la unica persona que nombro a mi madre en todo aquel largo, caluroso dia de agosto. Y el pensamiento que no lograba apartar de mi cabeza todos esos dias en el hospital era que el parto en si no habia sido en absoluto un viaje a las puertas del Infierno; ese viaje solo empezaba ahora. La manana del dia en que debiamos volver a casa, pedi hablar con la enfermera o con un medico. La enfermera de guardia me dijo que estaban ocupados, pero yo sali del pabellon, que olia a eter y fenol, a flores muertas y leche agria, y entre en el despacho, que olia a sudor rancio y cigarrillos, a ceniceros sucios y suficiencia. Estaban tomando cafe. Volvieron hacia mi sus caras escandalizadas al ver que habia infringido las normas entrando en el sanctasanctorum sin tan siquiera llamar a la puerta. Empece a balbucear que iban a mandarme a casa con un crio a quien no queria y que no podia hacerme responsable de mis actos y que vivia en un piso alto y que que ocurriria si tiraba el crio por la ventana porque no lo queria, no lo queria, no lo queria. La expresion de horror desaparecio de sus caras; se encontraban nuevamente en terreno conocido. Oi como la enfermera le recordaba a la doctora quien era yo, una vez que la enfermera de guardia se lo hubo recordado a ella. La oi exclamar que esta madre era tan buena madre que habia dado de mamar al nino e incluso se sacaba la leche sobrante para donarla a la unidad de prematuros y pense que quiza las ascendian si superaban la media nacional y conseguian tener mas de un determinado porcentaje de madres que amamantaban a sus hijos. Yo era un dato estadistico que podia serle util en su carrera. Entonces grite que cada vez que le daba el pecho al nino me entraban ganas de vomitar; que me daba asco; que me sentia como una vaca o una maquina ordenadora. La doctora me pregunto si era actriz o modelo y comprendi que pensaba que era una puta. Me dio palmaditas en el brazo, carraspeo y pronuncio su veredicto. Dijo que no debia preocuparme porque yo sabia lo que sentia y con eso ya tenia ganada la mitad de la batalla y que aguardara unos instantes y todo se arreglaria porque iba a darme unas pastillas estupendas que me harian sentir mejor y que pensara que podria haber sido mucho peor si me hubiera ido a casa pensando que no ocurria nada. En otras palabras, que era una mujer afortunada. David habia llegado en medio de este insignificante incidente pero yo no me habia dado cuenta. Cuando la doctora se alejaba taconeando en busca de mi ficha para recetarme los antidepresivos, le grite: -Y al bebe le lagrimea el ojo, ?podria recetarme tambien algo para el? Por favor. Fue como si hubiera conjurado a la Santisima Trinidad; la doctora se detuvo en mitad de la escalera y se volvio a mirarme con expresion de total felicidad. -?Lo ve? -chillo-, ?lo ve? Tiene que querer a su hija, si no, no se habria fijado en el ojo. -No es una nina, no es una nina, es un nino. -Y me eche a llorar de verdad; empezaba a sentir algo y eso era justo lo que no queria que ocurriera. Hasta ese momento no sabia con certeza por que habia irrumpido de ese modo en el despacho. Pensaba que quiza solo queria romper la indiferencia de esa gente, porque desde luego no se me habria ocurrido pedirles ayuda. Pero entonces comprendi que lo que queria era romper mi propia indiferencia, solo para averiguar si era posible, pero dejando a pesar de todo todas las opciones abiertas, para que, si me aventuraba demasiado, siempre me quedara la posibilidad de echarme atras. Y ahora ya era demasiado tarde, ahora sufria de verdad, pero tambien estaba furiosa porque esa mujer a quien tanto detestaba lo habia desencadenado todo. Ella habia llamado nina al nino y por su culpa yo ya no podia continuar fingiendo que los bebes tenian un solo sexo, ya no podia seguir negando la causa de mi angustia. David se acerco mientras miraba el reloj y dijo: -Por el amor de Dios, no armes tanto alboroto. Nunca saldremos de aqui y tengo que entrevistar a Fenella Fielding dentro de media hora. Y entonces empece a reir y a llorar al mismo tiempo y me trajeron rapidamente las pastillas y el unguento porque algunas otras pacientes habian salido del pabellon a ver que estaba pasando y ese era el peor pecado que yo podia cometer. Estaba alterando el orden establecido y dando un espectaculo. El taxi, el crio y los medicamentos llegaron al mismo tiempo y me sacaron del recinto con escasas ceremonias y un gran alivio. En el taxi intente recuperar mi insensibilidad, lo que no fue demasiado dificil con David disculpandose con enorme irritacion y el crio chillando. Cuando llegamos a la puerta, David dijo que me veria mas tarde y que Mary traeria a Matthew a las dos y que el regresaria tan pronto como pudiera y adios carino y levanta la barbilla y arriba esos animos y te vere luego. Baje del taxi y me quede en la acera con el crio y una maleta y una bolsa. Tenia que subir ochenta y tres escalones y pense que mas me valia empezar cuanto antes. El taxi no se movio. Entonces oi que el taxista decia: -?Piensa ayudarla, amigo, o tendre que hacerlo yo? Y David bajo del taxi y subio corriendo las escaleras con la maleta y la bolsa. Y yo me volvi y sonrei, dandole las gracias al taxista, que me saludo levantando el pulgar y me solto un <>. Me cruce con David en la escalera. No nos dijimos nada. II Cuando llego Mary con Matthew, me alegre sinceramente de verlo. Solo lo habia visto dos veces en el hospital porque Mary vivia en la otra punta de Londres y tenia dos hijos propios que cuidar. Estaba enfadado conmigo por haberlo abandonado y al principio no quiso hablarme ni acercarse a mi. Contemple su vulnerable espalda de nino de veinte meses mientras el buscaba sus cochecitos, ignorandome deliberadamente. Arrastro una silla hasta la ventana, se encaramo encima y alineo los cochecitos sobre el alfeizar, con fuertes ruidos de emergencia: coches de bomberos, ambulancias y coches patrulla. Era uno de sus juegos preferidos y uno en el que solia pedir mi participacion; pero no ese dia. Mary habia hecho cafe y nos permitimos una breve chachara superficial. Eso me entristecio; antes habiamos sido amigas intimas. Los maridos y los crios y la distancia fisica habian cambiado las cosas y ahora nuestros puntos de referencia eran tan distintos que pense que ya nunca recuperariamos la antigua intimidad. Los repentinos berridos furiosos, en la habitacion de al lado, me recordaron que tenia otro hijo. Por unos diez minutos habia olvidado por completo la existencia de… Orlando, y al diablo con David. Mary fue a buscarlo y me lo trajo, haciendole mimos y carantonas. Casi se interrumpio en mitad de un berrido; nunca habia oido esos tontos ruiditos que se les hacen a los bebes. A lo mejor imagine la expresion de sorpresa, quiza le estoy atribuyendo reacciones a una edad un poco demasiado tierna, pero desde luego respondio a los mimos de Mary. Terminadas todas las operaciones necesarias para desnudar mi pecho izquierdo -los botones de la chaqueta, la cremallera del vestido y Dios sabe que del artefacto Heath Robinson llamado sosten maternal-, empece a alimentar al desconocido huerfanito. Esto tuvo un efecto instantaneo sobre Matthew. Derribo todos los cochecitos del alfeizar, bajo de un salto de la silla, corrio hacia mi y aparto a Orlando de mi pecho, diciendo: -No, no, no, no, no, no, no, no… Luego me echo los brazos al cuello y lloro y lloro y lloro como si fuera a rompersele el corazon. Sorprendida y desconcertada, solo atine a estrecharlo con fuerza. Tampoco era una nina, pero no habia sido mi ultima oportunidad; significaba algo especial a mi pesar. Mientras Matthew se calmaba, consulte el libro del doctor Spock 1 , que tenia siempre a mano, por la letra C, de celos, subapartado <>. No aclare gran cosa. Spock se referia constantemente al nino mayor como <>; el nuevo bebe era <>. Comprendia la logica de esos terminos que facilitaban mucho la lectura, evitando confusiones, pero aquel dia, para esta madre, eso significo otra pequena muerte. Ademas, Orlando empezaba a ponerse frenetico, no tenia tiempo de leer que debia hacer, solo podia actuar. Le hable a Matthew, le explique lo que estaba haciendo y por que, mientras pedia ayuda a Dios, cuyo consultorio a todas luces estaba cerrado por vacaciones. No hubo respuesta. Matthew se echo a llorar de nuevo. Idea luminosa: -Muy bien, Matty, tu tambien puedes probarlo, tambien te he tenido asi en mis brazos, tu tambien tomabas leche de mi teta. Pruebalo, tomala si quieres, Matty. Silencio en mitad de un sollozo. Unos ojos muy grandes miran alternativamente mi cara y el pezon. Leve vacilacion y despues la boca se abre, se acerca, se acerca, ya lo tiene. Una chupada poco convencida, luego una expresion de total repulsion, escupe, arruga la nariz y -milagro- las manitas de Matthew orientan la cabeza de Orlando, que mueve freneticamente la boca como un cuclillo hambriento, ya esta de vuelta en la base. Silencio de Matthew, asombrado silencio de Matthew, y un silencio un poco mas ruidoso de Orlando. Mary y yo nos miramos, y en ese momento de mutuo alivio reaparecio brevemente nuestra antigua complicidad. -Brillante -dijo ella-, has estado brillante. -Suerte -replique-, solo ha sido suerte. Continuamos charlando, pausada, nostalgicamente, mientras ella preparaba algo de comer para Matthew y yo amamantaba y despues lavaba y cambiaba a Orlando y lo dejaba en el moises. Matthew se negaba a separarse de su hermano, lo seguia de un lado a otro, agarrandose a la parte que estuviera a su alcance, y Mary tuvo que perseguirlo con el plato y la cuchara, para ir dandole de comer como y cuando podia. Por fin, Matthew cayo dormido junto a Orlando, agarrado a su pie, estableciendo de manera definitiva la estrecha relacion que han tenido desde aquel dia. Mary, la paciente, atenta Mary, finalmente se marcho para relevar a su marido en la tarea de cuidar a sus dos chicos. Recuerdo que cuando se fue tenia unas ganas terribles de decirle: <>. Pero naturalmente no se lo dije y se marcho con la imagen emotiva y totalmente irreal de una radiante maternidad de categoria superior. Cuando se hubo ido me sente y contemple a mis dos criaturas y adverti que estaba llorando de nuevo, pero esta vez sin lagrimas. Me meti en el bano y, desde el lado de la banera, alargue la mano para coger la maletita de carton que tenia en el estante de arriba. Me la lleve al dormitorio y la abri. Extendi todo lo que guardaba encima de la cama en pilas ordenadas y el llanto ceso. Aqui, los vestiditos victorianos cosidos a mano, alli las suaves enaguitas de algodon, dos capitas de terciopelo muy antiguas, diminutas, mas alla una pulserita de plata, una muneca de porcelana resquebrajada y muy delicada, un chal que casi se caia en pedazos y, por ultimo, un par de minusculas tijeritas. Cogi las tijeritas, frotandolas muy suavemente entre el pulgar y el indice, y recorde el dia, hacia muchos anos, en que habia desobedecido todas las normas y habia bajado, medio rodando, medio cayendo, por el talud del tren hasta la via ferrea, con un punado de alfileres en la mano y apretandolos con tanta fuerza que cuando llegue abajo tenia la mano cubierta de sangre. Recorde como los habia depositado de dos en dos, cruzados, sobre la via, y como habia oido el silbato a lo lejos, y el autentico terror mientras me arrastraba hasta la mitad del talud y el ruido del tren y la velocidad y el olor y el humo y las chispas sobre la hierba seca. Y despues el tren se alejo y casi todos los alfileres habian desaparecido y dos habian quedado cruzados al reves y aun quedaba un perfecto par de pequenas tijeras, un verdadero regalo del cielo para mi. Y luego me volvi y vi el talud en llamas, y tuve que bordearlo un largo trecho hasta encontrar una zona que no estuviera ardiendo, y cuando subi no sabia donde estaba. La simultanea conjuncion del miedo y una profunda satisfaccion. Un legado para mi hija. El octavo trabajo de Hercules. Mi triunfo. Para nadie.

  • Tu eres el lugar al que siempre quiero volver de Ana Martin Mendez

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    < tenia un buen trabajo -escaparatista de tiendas de lujo-, un buen sueldo y buenos amigos. Es decir, que yo me sentia a gusto con mi persona y con mi vida, siempre convencida de que los dias son mas que horas; tambien son la sonrisa de un desconocido que te pone a ti otra en el alma -hasta en el lunes mas aciago- o un viaje inesperado que te hace no solo descubrir un sitio, sino tu lugar en el mundo. Desgraciadamente, hubo un dia en que esa situacion y sensacion cambio. ?Y que fue lo que paso? Que me enamore>>.

  • Espana sin Rey de Benito Perez Galdos

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    El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvio de vehiculo a Benito Perez Galdos (1843-1920) para recrear en el, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los espanoles --guerras, politica, vida cotidiana, reacciones populares-- a lo largo del agitado siglo XIX. Primera entrega de la <>, ESPANA SIN REY retrata la Espana que sucede al destronamiento de Isabel II, en la que se debaten diversos intereses politicos y dinasticos a traves de una trama novelesca que se entrevera con los sucesos politicos y el debate parlamentario de 1869, en los que se barrunta ya una nueva guerra carlista.

  • La tentacion del Cowboy de Lighling Tucker

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    *Patrice Davis nunca se hubiera imaginado viendose regresar a casa despues de diez anos. Hacia una decada que habia salido huyendo de ese pequeno y arido pueblo dejandolo todo atras.
    ?Y lo mejor? Que ni con GPS es capaz de llegar, se pierde a escasos kilometros, como si el destino le dijese que saliera corriendo de alli. Y justo cuando esta a punto de tirar la toalla se topa con Wyatt, un cowboy que no la dejara indiferente.

  • Quinto culpable de Mercedes Pinto Maldonado

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    Todas las vacaciones que recuerdo hasta que cumpli diecinueve anos comenzaron en Salomar al dia siguiente de recibir mis calificaciones de fin de curso. Regresar a nuestro querido pueblo costero era para mi familia el sueno de todo el ano. Mis padres y yo viviamos en pleno centro de Madrid y para ellos su residencia habitual suponia trabajo, prisas y estres. Todo lo opuesto a Salomar, donde cada verano nos esperaba la tranquilidad, el esparcimiento y la diversion, a elegir segun el estado emocional, con toda la libertad de quien es dueno de las veinticuatro horas del dia. Manuela y yo llegabamos antes que mis padres, casi siempre la ultima semana de junio. Mis padres, a causa de su trabajo, comenzaban sus vacaciones el uno de agosto. Pero en el verano de 2012 ni mis padres ni yo teniamos prisa por regresar al chale de la playa. Las vacaciones del ano anterior habian supuesto para los Del Bosque una quiebra familiar de la que dificilmente nos recuperariamos. No obstante, y a pesar de que mi madre y yo le insistimos en que ese ano era un grave error regresar a Salomar, mi padre resolvio que la mejor forma de superar la situacion era retomar nuestras costumbres. Lo cierto es que el era el menos afectado; en gran parte, por su caracter desenfadado y resolutivo y por su natural manera de distanciarse de los problemas para afrontarlos con perspectiva. **** El Audi A6 recorria los ultimos kilometros de la autovia que desembocaba en la costa andaluza. A traves de las ventanillas, mi madre y yo atisbabamos en la lejania la cala que albergaba los mejores momentos de nuestras vidas, pero tambien el mas amargo para mi. Note como se me aceleraba el corazon a medida que nos aproximabamos y la playa se abria ante mis ojos. No podia pensar, mi mente estaba colapsada a causa de una fuerte sensacion de panico. Comence a sudar y senti una imperiosa necesidad de bajar la ventanilla para respirar aire fresco, pero no la brisa salobre de Salomar. Ese verano, lo que antes percibia como un agradable y penetrante perfume marino, me parecia que iba a colapsar mis pulmones. Pero mi padre era ajeno a mi estado de conmocion y pulso el boton que bajaba los cuatro cristales; aunque yo sabia que lo habia hecho a proposito, como terapia de choque para todos, como hacia el las cosas. --Guauuu… Ya no recordaba esta agradable sensacion humeda en la piel. Y este aroma… Tiembla, Salomar, los Del Bosque han regresado --dijo mi padre con un entusiasmo que no parecia fingido. --Creo que voy a vomitar --susurre convencida de no poder retener en mi estomago los dos trozos de ternera que habia ingerido en todo el dia. --?Puedes aguantar un poco? Segun este chisme, estaremos en la puerta de casa en cinco minutos. Asoma un poco la cara por la ventanilla como hacias de pequena cuando te mareabas, siempre te dio resultado. Solo un poco, creo que ahora esta prohibido. Lo hice y, tras dos arcadas, arroje sobre el exterior de la puerta mi exiguo almuerzo. --Eso seguro de que esta prohibido --fue lo unico que dijo mi madre. --Voy a parar --decidio mi padre. --Ya no es necesario, puedo aguantar los minutos que faltan. --Bien. ?Estas mejor? --Si, algo mejor. Pero no, no estaba mejor. Cada vez me sentia mas debil e incapaz de pisar de nuevo las arenas de Salomar. --Toma, bebe un poco de agua --dijo mi madre mientras me daba una botella de agua mineral. **** Despues de que mi padre pulsara el boton del mando, las dos hojas del porton comenzaron a abrirse lentamente. Siempre nos habia parecido un ritual maravilloso que nuestra residencia de veraneo nos diera la bienvenida de manera tan majestuosa y acogedora, como si extendiera dos grandes alas para abrazarnos. Sin embargo, ese 1 de agosto de 2012 me parecio que la casa abria su boca de una forma siniestra. Tuve la sensacion de que ese verano pretendia engullirme. Entonces volvi la cabeza hacia mi izquierda y el placido sueno del pequeno Daniel me rescato de un desmayo. --Hemos llegado, familia --anuncio mi padre mientras los aromas del jardin inundaban el interior del coche. Nadie le contesto. Ni mi madre ni yo nos sentiamos con animos de hacer ningun comentario. La tension se palpaba en el vehiculo. --Mientras descargais, voy a darle el biberon a Daniel y un buen bano. Pobrecillo, esta agotado --fue lo unico que dijo mi madre mientras abria la puerta del copiloto. Entonces aparecio Manuela en la entrada principal, nuestra querida Manuela. --No puedo creerme que esteis por fin aqui. Que alegria. A ver ese pequenin --dijo mientras se aproximaba al coche--. !Pero si esta criado! Que lindo esta. --Tu si que nos has dado una alegria. ?Que haces aqui? --le pregunto mi madre mientras la besaba con carino. --Llenaros el frigorifico y cocinaros algo para la cena. Ademas, estaba loca por ver al pequeno Daniel. Que bonito esta. Es igual que tu, Mariano. Mi madre y yo nos miramos con perplejidad; el parecido entre mi padre y Daniel era inexistente. --Me miras con muy buenos ojos, Manuela, pero creo que mi hijo es mucho mas guapo que yo, gracias a Dios. Manuela habia comenzado a trabajar como interna en nuestra casa de Madrid cuando acababa de cumplir los dieciocho anos. Yo solo tenia unos meses. En realidad, segun su carne de identidad habia nacido varon y se llamaba Manuel, pero ella siempre se habia sentido una mujer y, desde luego, lo parecia. Mi padre me conto que, despues de que un conocido le comentara que en casa necesitaban ayuda domestica, llamo a nuestra puerta y pidio el trabajo. Decia que lo habia conquistado su honestidad, que no habia omitido ningun detalle de su vida personal; estaba viviendo en casa de una amiga despues de que su madre la echara de casa cuando le confeso su homosexualidad. Fue contratada por dos semanas de prueba, pero ese mismo dia mis padres supieron que se quedaria en casa hasta que ella decidiera marcharse. Tambien pasaba los veranos con nosotros en Salomar, y fue alli donde conocio a uno de los pocos pescadores solteros que quedaban en el lugar, se enamoraron y se casaron a los pocos meses. Fue un escandalo en el pueblo, su union dio lugar a habladurias durante semanas. A Paco el Boquetes --llamado asi porque se le daba muy mal coser los agujeros de su red y solia sacarla medio vacia de la barca--, no se le habia conocido relacion alguna en sus cincuenta anos y la mayoria de sus colegas de pesca le hacian el vacio, convencidos de que era homosexual y temiendo las malas lenguas. Que Manuela se enamorara y se casara tambien fue una sorpresa para nosotros que cambio, en buena parte, nuestra rutina familiar. Una semana antes de la boda, Manuela se fue a vivir a Salomar. Hacia ya unos meses que se encargaba de vigilar y cuidar nuestro chale, y desde entonces una fria empresa se hacia cargo de la limpieza del hogar de Madrid. Desde que Manuela conocio a Paco el Boquetes no se le borraba la sonrisa del rostro; era realmente feliz. En un acto casi reflejo, sali del coche y me eche en sus brazos, conteniendo las lagrimas. Fue como si de repente encontrara algo reconfortante entre el dolor lancinante que me aguardaba en aquel lugar desde hacia un ano. --!Ay, mi nina! !Como te he echado de menos! --exclamo mientras me estrechaba contra su sujetador relleno de trapos. --Y yo a ti, ni te lo imaginas. --?Estas mas alta o me lo parece a mi? --No he crecido desde los catorce anos, Manuela. --Pues entonces estas mas delgada, y mas mujer. ?Y ese brillo en los ojos? --me pregunto sosteniendome la mirada. --Nada, que me emociona verte de nuevo. --Bueno, vamos adentro que hay trabajo antes de la cena --nos interrumpio mi padre, temiendo que mis sentimientos se desbordaran. Manuela era unica y fantastica. En una hora todo estaba en su lugar, Daniel dormia comido y banado, y la cena estaba servida. --Yo ya os dejo, que mi Paco tambien querra cenar --nos dijo antes de marcharse mientras se quitaba el delantal--. Si os viene bien, puedo venir este mes de lunes a viernes; mi Paco tiene a su madre muy malita en el hospital de Granada y la pobre mujer solo lo tiene a el para cuidar de ella. Se va los lunes muy temprano y vuelve los sabados. Que vida esta... --Nos viene de maravilla contar contigo estos dias, ahora tenemos mas trabajo que nunca. Gracias, Manuela --le contesto mi madre. --?Que nos va a parecer, Manuela? Pues que estamos encantados y agradecidos --dijo mi padre. --Ea, pues manana temprano estoy aqui con mis cosas. Cenamos en silencio, ni siquiera mi padre fue capaz de articular mas de dos frases. Todos teniamos en mente el ultimo verano y ninguno estaba dispuesto a compartir sus pensamientos. Aunque mis padres ignoraban los episodios mas sordidos que habian acaecido durante aquellos dias de sol y playa. Y que la tragedia interior que suponia para mi regresar superaba con creces el miedo que ellos sentian ante la posibilidad de que volviera a ver a Raul. **** Para la gente, nuestra relacion era un amor de verano sin transcendencia, no solo porque nuestro romance habia nacido a la orilla del mar de un pueblo acostumbrado a ver como sus veraneantes adolescentes vivian relaciones pasajeras; tambien porque nuestros mundos eran incompatibles. Raul era oriundo de Salomar, habia crecido entre campesinos y pescadores, gente sencilla que vivia a mas de cien kilometros de cualquier capital. La inmensa mayoria de los ninos nacidos en el pueblecito pesquero terminaban sus estudios cuando salian de la escuela, igual que el, que desde los catorce anos trabajaba en un taller de reparaciones de vehiculos del municipio vecino. Aunque su caso era algo distinto: le encantaba leer en sus ratos libres, habia conseguido compaginar su trabajo con los estudios y estaba a punto de presentarse a la selectividad confiando en obtener una beca. Aun asi, su formacion pudiera parecer escasa y su personalidad, la propia de sus circunstancias y su medio de vida. Tanto los lugarenos como los veraneantes veian a un muchacho apuesto que, al fin y al cabo, llegaba todas las tardes con las unas negras de grasa a causa de su trabajo en el taller y que limpiaba los fines de semana con la sal del mar haciendo windsurf y pescando cangrejos y pulpos. En cambio, yo era lo que vulgarmente podria decirse una nina bien. Hija de una popular fiscal del Estado y del dueno y fundador de un famoso gabinete de investigadores de Madrid. Nunca me habia faltado absolutamente nada. Desde pequena estudie en los mejores colegios privados y estaba a punto de entrar en la universidad. Como decia mi amiga Sonia: << Lo vuestro es un imposible, hija, pero disfrutalo mientras puedas. Que cono >>. Ella tambien era natural de Salomar. Era bastante ordinaria, aunque muy buena chica y la mejor amiga que he tenido. El amor es asi, te propina su estacazo sin valorar si hay alguna posibilidad de exito. En mi caso, lo que rompio la relacion no fue la diferencia social ni los quinientos kilometros que nos separarian la mayor parte del ano, sino la mas vil violacion, que a mi no me cabia la menor duda de que el habia orquestado junto a sus amigos de la pandilla con premeditacion, alevosia, nocturnidad.

  • El testamento del Diablo de Mario Escobar

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    En 1917, Europa se desangra por la gran guerra, la Rusia zarista se encuentra al borde del colapso y los servicios secretos alemanes estan dispuestos a colaborar con los comunistas, con tal de desestabilizar a sus enemigos. Los crimenes ocurridos en un apartado monasterio ortodoxo parecen tener relacion con la busqueda de un libro al que todos conocen con el nombre de El testamento del diablo. Las Centurias Negras lo buscan desesperadamente para evitar la caida del zar, pero no son los unicos: el misterioso psiquiatra Carl Gustav Jung, el lider sionista Leo Motzkin, el joven Iosif Stalin y los servicios secretos rusos tambien desean hacerse con el libro. Si Hercules Guzman Fox y sus amigos no se adelantan, Europa puede verse sumida en el peor genocidio de la historia…

  • Los Confines del Tiempo de David Orange S

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    Llega el libro que todos estaban esperando