• el cerebro de cain documental - Eduardo Blazquez

    https://gigalibros.com/el-cerebro-de-cain-memoriam-1.html

    Marzo de 1990. Marta, una adolescente de dieciseis anos, decide quitarse la vida tras las humillaciones que sufre por parte de un grupo de cuatro companeros del instituto. Su inseparable amiga Isabel promete delante de su cadaver que hara todo lo posible por desvelar la verdad de lo que le sucedio para que tomase esa drastica decision. Mas de veinte anos despues, Isabel ejerce como orientadora de un instituto privado, presenciando un nuevo acto de bullying contra un alumno, que le traera de vuelta recuerdos que ya creia enterrados. A su vez, aparecen muertos varios adolescentes --en circunstancias aparentemente normales--, pero en unas fechas muy concretas, activando un resorte en el cerebro de Eliseo Camacho, el inspector encargado del caso de Marta en el pasado. Eliseo no dudara en remover todo lo necesario para relacionar la muerte de esta con la de los chicos, en una carrera frenetica contra reloj para evitar una nueva muerte que cierre un circulo que el solo ve.

  • Somos documentales - El cerebro de Caín - RTVE.es

    https://www.rtve.es/play/videos/somos-documentales/cerebro-cain/5919738/

    Diversos expertos, entre ellos científicos de prestigio, antropólogos, criminólogos y psicólogos analizan las claves de los comportamientos violentos en el ...

  • El cerebro de Caín – gloria.tv

    https://gloria.tv/post/ZYe1UcDTzvnj1GNMxiqudcD9C

    El cerebro de Caín. El documental explora el funcionamiento de los mecanismos que incitan a la violencia y las secuelas de ésta, a través de testimonios de ...

  • Guía documental RTVE " El cerebro de Caín" - Trabajos finales

    https://www.buenastareas.com/ensayos/Gu%C3%ADa-Documental-Rtve-El-Cerebro/45724521.html

    GUIA EL CEREBRO DE CAÍN INTRODUCCION La agresividad forma parte de la naturaleza y de la lucha de las distintas especies por la supervivencia. Sin embargo.

  • Documental: El cerebro de Caín | Programación TV - El Mundo

    https://www.elmundo.es/television/programacion-tv/programas/5236984_documental-el-cerebro-de-cain.html

    Documental: El cerebro de Caín. Documental sobre neurociencia que investiga los resortes fisiológicos que condicionan la violencia en el ser humano.

  • La 2: programas de La 2 | www.diariovasco.com

    https://www.diariovasco.com/guia-tv/programas/el-cerebro-de-cain_47166-la-2_20211216.html

    El cerebro de Caín ... Sinopsis: La agresividad es una parte que no podemos obviar de la naturaleza y, por consiguiente, de la especie humana. Este documental ...

  • El cerebro de Caín: (Memoriam Vol.1) Tapa blanda - Amazon

    https://www.amazon.es/El-cerebro-Ca%C3%ADn-Memoriam-Vol-1/dp/1790252520

    El cerebro de Caín: (Memoriam Vol.1) : Blázquez, Eduardo: Amazon.es: Libros.

  • 29 de febrero, Juan Genoves Timoner & Montserrat Valls Giner de Juan Genoves Timoner

    https://gigalibros.com/29-de-febrero-juan-genoves-timoner-038-montserrat-valls-giner.html

  • La casa de los pintores de Rodrigo Munoz Avia

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    El relato personal, lleno de emocion y amor, de dos artistas contemporaneos de primer nivel, los pintores Lucio Munoz y Amalia Avia, vistos a traves de la mirada de su hijo.

  • Hasta que llegaste a mi vida de Beatriz Manrique

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    La historia de dos corazones empujados por el orgullo a separar sus caminos.

  • No mas secretos de Sophie Saint Rose

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    Patricia se levanto de la cama muy emocionada. Ese dia iba a cambiar su vida. Repleta de energia fue hasta el bano bailando porque hoy al fin iba a cobrar su herencia. La herencia que al fin la liberaria del trabajo de mierda que tenia en la fotocopiadora. Se miro al espejo y sus ojos verdes brillaban mas intensamente y su cabello rubio parecia que tenia el color mas rubio y brillante. Hasta sus ondas estaban mas marcadas. --Leche. Que bien te sienta ser rica --dijo alucinada acercandose mas al espejo. El primer dia que viviera su ano numero veintiseis. El dia anterior habia cumplido veinticinco, asi que ese era el primer dia de su ano veintiseis. Sonrio al espejo y abrio el grifo del agua lavandose las manos para ir a preparar el enorme desayuno que pensaba pegarse. Entrecerro los ojos al ver que sus manos se tenian de azul, pero al ver el agua que caia en el lavabo, la vio trasparente. Se extrano y aparto las manos para poner el tapon pensando que habria algun problema con la caneria, pero el agua era cristalina. Pero sus manos estaban de un azulado algo raro. Que cosa mas rara. ?Seria algun producto quimico que habian echado en el agua? En Nueva York cualquier cosa podia pasar. Cogio la toalla y fue hasta la cocina secandose las manos. Abrio el grifo del fregadero y el agua salia bien. Se miro las manos y jadeo al ver que la toalla blanca estaba impecable y que sus manos volvian a su color natural. -- Madre mia. !Con lo bien que iba el dia, no me puede salir una alergia! Nerviosa pidio cita con el medico para despues de su encuentro con los abogados. Olvidandose de las manos, le guino el ojo al abuelo, que le sonreia desde la foto que tenia sobre la chimenea sentado en su sillon con su espesa barba rubia. Habia muerto hacia cuatro anos y para su sorpresa en su testamento habia especificado que no podia heredar hasta despues de cumplir veinticinco anos. Fueron unos anos dificiles porque los albaceas de su abuelo solo le pagaban los gastos del piso que tenia en la Quinta Avenida. De su mantenimiento debia encargarse ella y trabajando en la fotocopiadora no es que ganara demasiado, asi que esos anos no habia podido permitirse ningun lujo. Pero al fin todo habia terminado y era rica. Estaba forradisima y despues de pensarlo cuatro anos, tenia decidido viajar por todo el mundo. Iba a tirar la casa por la ventana. Comio mas que normalmente, que ya era decir. Y fue a ducharse despues de sacar del armario unos pantalones negros y un jersey de cachemira azul intenso. Era la unica ropa que tenia de calidad y no queria desentonar en el despacho de abogados. Abrio el agua de la ducha mirandola con desconfianza, pero despues de quitarse el pijama se metio dentro cuando el vaho invadio el cuarto de bano. Cerro los ojos debajo de la alcachofa de la ducha y extendio las manos hasta el dispensador de champu que tenia delante. Se enjabono con calma. No tenia ninguna prisa y disfruto de su primera ducha sin tener que ir corriendo al trabajo. Se dio la vuelta y enjabonandose cantando a pleno pulmon "My way" de Frank Sinatra y se le metio algo de jabon en los ojos. Cerrandolos gimio porque dolia. Alargo la mano para coger la toalla mientras que con la otra cerraba el grifo. Salio de la ducha pasandose la toalla por la cara y cuando abrio los ojos se miro al espejo pasando la mano por el para quitar el vaho. Grito trastrabillando hacia atras chocandose con la pared cubierta de marmol. Pero ni se inmuto por el dolor en la espalda mirandose al espejo con los ojos como platos. !Estaba verde! !Y no un verde clarito, no! !Parecia un lagarto! Asombrada se miro las manos y gimio al ver que sus unas parecian doradas. Dios, todavia no se habia despertado. Era eso. Se arreo un tortazo y se miro al espejo. Aquello habia dolido asi que no estaba dormida. Observando su cabello que tenia unos rizos increiblemente dorados y sus ojos rasgados rodeados de pestanas azules siseo --Me cago en la leche--. Miro hacia abajo para encontrarse que tenia el pelo del sexo del mismo color. Se dio la vuelta en el espejo y casi se muere del susto al ver encima de su nalga derecha algo trasparente. Temblando llevo la mano hasta alli y se lo toco. Parecia plastico y tenia una forma curvada. Tiro de ella. --!Auchh! -- chillo cuando se la quito como si hubiera salido de su piel. Alucinada lo puso ante su cara sintiendo su corazon a mil por hora. Tenia el tamano de la palma de su mano y era un semicirculo algo curvado. No era trasparente del todo. Al ponerlo a la luz del cuarto de bano, tenia un color ligeramente verdoso en su transparencia y estaba duro. Se le puso el pelo de punta dejandolo sobre el lavabo con el corazon a mil. A toda prisa salio del bano y se sento sobre la cama mirando hacia alli. El vaho salia del bano y se volvio a mirar las manos. Cuando antes del desayuno se habia secado se le habia ido el color. Histerica cogio las sabanas y empezo a secarse con fuerza hasta hacerse dano. Cinco minutos despues el color empezo a desvanecerse lentamente y suspiro de alivio al ver que el color de pelo se desvanecia hasta volver a su color. Iba a tener una conversacion muy larga con el medico en su cita de esa tarde. !Algo le estaba sentando fatal! Se lavaria con agua mineral hasta que descubrieran lo que tenia el agua. Mas tranquila por haber encontrado una solucion se vistio mirando de reojo el bano. Se sento en el tocador y se cepillo el cabello haciendose una cola de caballo. Ya no tenia animos de alisarselo, no fuera a ser que con el calor se le pusiera rojo o algo asi. Cogio su abrigo negro y el bolso antes de ir hacia la puerta de su habitacion, pero nerviosa volvio a mirarse al espejo, suspirando de alivio cuando vio su color. Todo iba bien. Una hora despues llego al despacho de los abogados. Se habia mirado en casi todos los escaparates de camino hacia alli y empezaba a estar algo paranoica. Se acerco a la recepcion del lujoso despacho de abogados y espero impaciente a que la recepcionista la atendiera. Sonrio agradablemente pulsando un boton del teclado. --Buenas tardes, senorita Walters. Llega pronto a su cita. --Es que tengo algo de prisa --susurro mirandose al espejo que tenia la recepcionista tras ella. --No pasa nada. Si espera en la sala, avisare al senor Williams. --Si, claro. --Se volvio apretando su bolso. Menuda mierda. El dia que debia ser la persona mas feliz del mundo, estaba totalmente acojonada. Se sento buscando un sitio donde mirarse y suspiro de alivio al ver la mesa de cristal que tenia al lado. Al mirarse entrecerro los ojos al ver el color de su retina. Se acerco a la mesa de cristal y la recepcionista entrecerro los ojos al verla jurar por lo bajo acercandose tanto que casi podia pegar la nariz a la mesa. --Senorita Walters. ?Se encuentra bien? Se sobresalto incorporandose y dejando caer el bolso. --!Si! !Claro que estoy bien! --Forzo una sonrisa y se levanto de golpe. --Voy al bano, tengo algo en la lentilla. La chica sonrio de alivio. --Por supuesto. --Senalo el pasillo. --Al fondo a la derecha. Casi corrio hacia alli y al cerrar la puerta gimio cerrando los ojos. --Por favor, sere buena. Asustada giro la cabeza hacia el espejo y abrio los parpados lentamente. De la fuerza con la que los habia cerrado ahora veia chiribitas. Se acerco al lavabo encastrado en una encimera de marmol y se miro al espejo. !Su puntito negro estaba dorado! !Dorado! ?Madre mia y como se secaba el ojo? !Unas gafas de sol! A toda prisa abrio el bolso y las busco, pero no las encontraba. Dios, no podia tener tan mala suerte. Entonces escucho el pitido y asustada miro hacia arriba pensando que era la alarma de incendios. Como saltaran los aspersores aquello iba a ser un espectaculo. Al ver que no saltaban escucho atentamente y era un pitido extrano, parecia mas bien una melodia aguda. ?De donde saldria? Encogiendose de hombros volvio a buscar en el bolso y casi chilla de la alegria al abrir una cremallera y encontrar el estuche de las gafas. Vacio. Estaba vacio. Casi estrella el bolso contra la pared. Se volvio a mirar al espejo. --Llevas lentillas de colores. Y son la leche. Se van a quedar de piedra porque pareces una extraterrestre. Aparentando que no le daba importancia, salio del bano pasandose la mano por el vientre y se dio cuenta que de los nervios ni se habia quitado el abrigo. Volvio a la recepcion y se sento dando golpecitos con el pie sobre la moqueta. La chica la miro algo molesta por el ruido que hacia, pero estaba tan nerviosa que no se dio ni cuenta. Miraba de un lado a otro como si fuera una fugitiva que huyera de algo y la de recepcion carraspeo. --?Quiere que le traiga un cafe? --?Un cafe? --Forzo una sonrisa. --No, gracias. --?Agua? --!No! --exclamo horrorizada como si hubiera dicho un sacrilegio. Se sonrojo al ver su expresion--. Quiero decir... vengo bebida de casa. --Ahora lo entiendo --siseo la chica volviendo a su trabajo. Patricia gruno por lo bajo y nerviosa movio su pierna mas rapidamente. -- ?Van a tardar mucho? La chica suspiro levantando la mirada. --Enseguida la llaman. ?Por que no lee una revista? --!Si! Una revista. --Entonces volvio a escuchar ese ruido. ?Se le habria cambiado la melodia del movil? Lo miro, pero no era el suyo. Miro a la recepcionista con el ceno fruncido. --?No piensa cogerlo? --?El que? --El telefono. ?Esta sorda? La chica movio los ojos de un lado a otro y forzo una sonrisa empezando a acojonarse. --?Que telefono? Patricia se levanto. --?No lo oyes? --pregunto mirandola con los ojos como platos--. La chica levanto el telefono lentamente. --?Ves como sonaba? ?Que pasa? ?Te estas quedando conmigo? --Ni se me ocurriria, senorita Walters. ?Senor Crown? Tenemos un problema. Su cita de las doce ya esta aqui. --Y susurro --Y parece drogada. --?Pero que dices chiflada? ?Tengo pinta de drogata? --Bueno, aquello era el colmo. Tapo el auricular y sonrio. --Es para que se de prisa. --Atonita vio que se ponia el telefono al oido de nuevo. --Si, la pasare a la sala de juntas. Cinco minutos. --Colgo el telefono. --Venga conmigo senorita Walters. El senor Crown la atendera en cinco minutos.

  • Todos estamos hechos de estrellas de Rowan Coleman

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    ?Que pasaria si tuvieras la oportunidad de escribirle una carta de despedida a la persona que amas??Que le dirias?
    Stella Carey tiene buenos motivos para aceptar el turno de noche en el hospital donde trabaja. Casada con un veterano de guerra que ha regresado de Afganistan brutalmente herido, Stella se refugia cada noche en su trabajo, mientras su esposo Vincent se encierra en casa, incapaz de dormir debido al estres postraumatico que padece.Stella Carey escribe las cartas que le dictan sus pacientes para sus seres queridos (algunas llenas de humor, de carino y consejos practicos; otras, impregnadas de arrepentimiento), con la promesa de echarlas al correo despues de su muerte. Hasta que una noche escribe una carta que podria dar a su paciente una ultima oportunidad de redencion, si la entrega a tiempo.

  • Tu, yo y algunos mas de Raquel Sevilla Saborido

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    Raquel Ramirez no es la misma mujer de hace unos meses.

  • Los moteros del MidWay 1 (Extras Serie Moteros 1) de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Algunas princesas no buscamos principe azul de Lina Galan

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    Laura, Simon y yo misma. Tres amigos y tres maneras diferentes de vivir el amor, a pesar de estar juntos casi toda nuestra vida, aunque seamos una pina desde que nos catalogaron de frikis en el instituto.

  • El Amigo Dominante de mi Hermano de Sara Toledano

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    Jure a mi mejor amigo que la protegeria.
    Tenia la mejor intencion. Tuve cuidado.
    Pero ella era demasiado.

  • Al caer la luz de Jay Mcinerney

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    Russell Calloway es un brillante y ambicioso editor y su mujer, la fascinante Corrine, una joven agente de Bolsa que trabaja en Wall Street. Llevan casados poco tiempo, pero a sus amigos les parece que forman un matrimonio perfecto.

  • Oli busca el mar de Edurne Cadelo

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    Oli es joven y algo timida, nunca ha tenido una vida facil y siempre intenta complacer a los demas.
    Ella odia lamerse las heridas y siempre prefiere mirar hacia adelante.
    Hace tiempo que la encontro el amor.
    Alberto es un guapo actor que odia la fama, pero que disfruta de su trabajo.
    El ha tenido una infancia dificil y sigue arrastrando sus propios fantasmas, siempre prefiere regodearse en el pasado en vez de mirar al futuro.
    Hace tiempo que dejo de creer en el amor.
    Unas vacaciones, un encuentro, una conexion, la playa y el mar.
    Dos almas oscuras dispuestas a encontrar la luz.
    Si la busqueda de los mares es la metafora de la busqueda de la felicidad, ?seran capaces Oli y Alberto de encontrar su mar?.

  • Paralelo 42 (USA 1) de John Dos Passos

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    Primera entrega de la Trilogia USA: un retrato incomparable de America desde el nacimiento del siglo hasta la Depresion de 1929.

  • Catrina de Mad Cin

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    Las vacaciones de Daniela terminan con la perdida del vuelo de regreso a casa y el control de su minuciosamente planificada vida.

  • El Club (La Terapia 2) de Rober Ortega

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    Tras los tragicos acontecimientos de “La Terapia”, Raul Duque huye a Italia junto con Maite Gallardo y Anais Baudin. Pero una llamada lo cambia todo. Es entonces cuando deciden hacer frente a la amenaza que les acecha y vuelven a Espana en busca de venganza. Un nuevo suspense con giros dramaticos donde las respuestas son la claves para desmantelar El Club.

  • La cita de al lado (Cita para Rehacer 3) de Susan Hatler

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    Lo unico peor que deshacer las maletas es deshacer las maletas dos veces, y estoy deshaciendolas por tercera vez desde que me mude al centro de Sacramento. Si, !yo! No. En mi agenda, deshacer las maletas esta a la altura de fregar la olla despues de hacer macarrones con queso, quitar chicle de la suela de mis zapatillas favoritas o intentar encontrar una habitacion de alquiler en una casa compartida con alguien que no conozco. Asi que me converti en la reina del courchsurfing... hasta aquel dia. Previo a saltar de sofa en sofa por los apartamentos de mis amigos del centro, habia estado viviendo con dos de mis cuatro hermanos a las afueras de la ciudad y me habia cansado de ir al trabajo. ?Trafico en hora punta dos veces al dia? Paso. Tras vagabundear en el sofa de mi amiga Krista y luego en el sofa de mi amiga Abigail, me encontraba oficialmente de alquiler en una habitacion de la casa de mi mejor amiga de la infancia, Lucy Remington. Lucy y yo siempre habiamos hablado de compartir residencia en la universidad, pero luego ella se marcho a Princeton mientras yo entre en la universidad local, en U.C. Davis. Tras todos aquellos anos, Lucy y yo viviamos juntas por fin. Me encontraria saltando de alegria si no hubiera estado, ya sabeis, deshaciendo las maletas. Inspeccione mi nueva habitacion en su elegante casa adosada: techo alto, ventanas con adornos blancos con cortinas romanas y mi colchon doble, somier y foto que habia usado desde la universidad. Mi mirada se poso en Lucy mientras ella alzaba uno de mis vestidos de verano hasta su pecho y luego examinaba su reflejo en el espejo de cuerpo entero de la habitacion. Ella acababa de sacar ese vestido de una de las muchas cajas de carton que yo habia subido por las escaleras de la nueva casa adosada de Lucy, que su madre le habia comprado (pago en efectivo, fijate) solo para que Lucy viviera cerca de sus padres. Debia ser genial aquello. Lo ultimo que me compro mi madre fue una caja de dulces en el cine cuando vimos la ultima pelicula de Jennifer Lawrence. Pero, en defensa de mi madre, mis padres no estaban tan bien situados como los Remington. Lucy tenia una tarjeta de credito de sus padres sin limite de saldo y compraba en boutiques de disenadores, mientras que yo normalmente compraba mi ropa en estantes de rebajas y tiendas de segunda mano. A pesar de nuestras polaridades financieras, nacio una fuerte union entre nosotras cuando eramos ninas. Mis hombros se tensaron cuando colgue una chaqueta de mezclilla en una percha y despues la coloque en la percha dentro del armario. Desembalar, desembalar sin fin... Luego agarre un par de vaqueros, los doble y meti en un cajon de la comoda y me di la vuelta en busca del vestido de verano que mi amiga habia estado sosteniendo y que, en aquel momento, se encontraba arrojado en la caja que acababa de vaciar. --!Lucy! --Recogi el vestido mientras ella se volvia hacia mi, con su mano tocando la chaqueta que yo acababa de colgar. Ella retiro la mano y puso una mirada inocente. Sus ojos se agrandaron. --?Que pasa, Hannah? --Te estas perdiendo toda la parte de deshacer las maletas --dije, inclinando la cabeza hacia la izquierda, haciendo rebotar mis rizos oscuros sobre mi hombro--. Te ofreciste a ayudar, no a trabajar en mi contra. --Estoy tan emocionada de que finalmente vivamos juntas --Lucy sonrio y luego tomo el vestido y lo puso en una percha mientras yo regresaba a por otra caja aparentemente sin fondo--. Compartir ropa es practicamente un requisito de companeras de casa. Solo estoy revisando mis opciones. --Oh, ?es eso lo que estas haciendo? --Me rei mientras ella indagaba mas profundamente en mi armario casi a reventar. El armario de Lucy estaba lleno de Prada y Gucci, mientras que el mio tenia hallazgos de tiendas de segunda mano y compras gangas. Combinados, nuestros conjuntos de ropa serian definitivamente unicos. --Pero ninguna de estas faldas negras lisas o abotonadas va a funcionar en mi cita de esta noche --gruno Lucy, arrojando un par de opciones rechazadas por encima de su hombro, de vuelta a una caja de carton--. Este es el ultimo intento de encontrar un novio con el que puedo contar antes de renunciar a ello para siempre, asi que mi look tiene que reflejar ese objetivo o voy apanada. --Sin meter presion, eh --dije, levantando una ceja. --?Vale? Bueno, si Derek me estuviera preparando la cena en casa, uno de estos conjuntos podria haber funcionado, pero me llevara a The Boat House a cenar. ?Sabes ese restaurante en el rio en Old Sac? Asenti con la cabeza, sintiendo un poco de envidia. --Debe ser genial tener una cita. --Saliste con Patrick por alli durante un tiempo --dijo, mirandome de una forma que explicaba que no le gustaba Patrick y que no es que lo echara de menos exactamente. --Patrick era agradable --dije, encogiendome de hombros--. Solo que un poco tambien... extravagante para mi. --Yo tambien soy algo extravagante --Ella asintio, agarrando un punado de la nueva ropa de oficina que habia comprado tras mi reciente promocion laboral --. Asi que tampoco encuentro vestuario para mis citas. --Es mi nueva ropa de trabajo, ?vale? --dije, ordenando el desorden de Lucy. De hecho, habia estado arreglando el desorden de Lucy desde el primer dia de la escuela primaria cuando accidentalmente se le cayo la bandeja de la cafeteria en el comedor y lloro. Limpie su desastre, comparti mis rodajas de manzana con ella, y nos convertimos en las mejores amigas desde entonces. Me quede mirando mi nuevo look de oficina y suspire. --He soportado mucha presion en el trabajo desde que mi jefa renuncio y emprendio su propio negocio de maletas. --Jennifer, ?verdad? Pense que te habia ascendido antes de irse. --Lo hizo, pero ahora tengo que estar a la altura del aumento de sueldo impresionando a un cliente que mi nuevo jefe quiere que consiga. --Tu nuevo jefe todavia te esta probando, ?eh? --Por no decir otra cosa --dije, estudiando la falda de tubo a rayas que sostenia, que era una desviacion de mi estilo normalmente mas informal--. Si no logro que este cliente firme, creo que mi jefe me va a despedir. Yo no era su eleccion para el trabajo y Jennifer tuvo dificultades para convencerlo de que me diera una oportunidad. Solo tengo esta oportunidad, asi que no puedo desaprovecharla. Llevaba dos anos trabajando en la prestigiosa empresa de marketing Haskell & Haskell y recientemente me habian ascendido a jefa del recien creado departamento de redes sociales. A pesar de mi experiencia en la empresa, a Peter Haskell, el director ejecutivo, no le encanto que fuera licenciada en sociologia. Todo giraba en torno a quedar bien en el papel y aparentemente mi curriculum no se ajustaba a mi sueldo. Yo no era su primera (o segunda) opcion para el puesto, por lo que se dedicaba a examinar todos mis movimientos en la oficina. Afortunadamente, Jennifer habia convencido al Sr. Haskell de que me dejara dirigir el departamento de redes sociales, algo imprescindible en el mundo del marketing actual. Pero tenia que demostrar mi valia y hacerlo rapidamente. ?Mi prueba? Contratar a Ray Livingston para Haskell & Haskell, el millonario disenador de moda que se hizo a si mismo. ?El problema? Todas las demas empresas de la ciudad querian su cuenta. ?Nivel de estres? Alto. ?Como podria yo, Hannah Griffin, con una falda de ganga y tacones de tienda de segunda mano impresionar al multimillonario Ray Livingston? Si, eso es lo que todavia estaba tratando de averiguar. Pero pense que comenzar con un atuendo de trabajo sobrio (lease: aburrido) no haria dano. Lucy puso una mano en mi hombro, haciendome saltar. --No te preocupes, Han. Vas a conseguir a ese cliente y luego tu jefe se dara cuenta de que Jennifer tenia razon al promocionarte. --Gracias por tu fe, pero no lo se... --Mi estomago se revolvio. La cabeza me dio vueltas. Cada segundo que dedicaba a deshacer maletas era un segundo en el que podria estar elaborando una estrategia sobre como conseguir ese nuevo cliente. Pero no parecia estar progresando en el frente de desembalado gracias a que mi mejor amiga seguia centrada en su cita. Mire alrededor todo el desorden en mi habitacion y entre en panico. --Me van a despedir. --No, lo tienes hecho --Ella me dio un pequeno apreton en el hombro--. Se que lo haras. --No estoy tan segura --dije, deseando por primera vez haberme graduado en marketing para que el senor Haskell estuviera mas contento conmigo. En realidad, habia elegido estudiar sociologia porque parecia que me iba bien en esas clases y las disfrutaba. Me gradue, consegui un trabajo y tres anos despues todavia no habia encontrado mi pasion hasta que consegui el trabajo como asistente de Jennifer y poco a poco me di cuenta de lo que queria hacer a tiempo completo: marketing en redes sociales. Era mi oportunidad. Realmente pensaba que era buena en eso y creia que podia ayudar a Ray Livingston a mejorar la visibilidad de su marca a traves de las redes sociales. Tenia grandes ideas. El problema era que yo era una joven de veintiseis anos cuyo curriculum decia: sociologia, camarera y asistente. ?Quien escucharia mis sugerencias? No Peter Haskell, eso estaba claro. --Le vas a encantar a ese cliente --insistio Lucy, mirandome a los ojos y asintiendo con la cabeza como si estuviera segura--. Te lo vas a quedar. --?Pero como? --pregunte, recogiendo mis nuevos tacones negros y mostrandole un rasguno que no habia notado antes. Senti que era injusto que no venir de una familia adinerada me dejara en desventaja--. Ray Livingston no me tomara en serio si cree que no luzco como una profesional, lo cual admito que no importa en este momento ya que ni siquiera puedo lograr que conteste mis llamadas o que me llame por telefono. Este tipo es multimillonario, Lucy. Necesito tacones de Christian Louboutin para dar una buena impresion, no tacones de segunda mano.

  • Una relacion inapropiada de Hilda Rojas Correa

    https://gigalibros.com/una-relacion-inapropiada.html

    Lady Olivia ha pasado los ultimos tres anos enclaustrada en un bosque, al norte de Inglaterra. Sin embargo, no lo lamenta,
    esta conforme con su existencia llena de esfuerzo y estrecheces, muy lejos de Londres y de las estrictas normas que rigen a
    la alta sociedad. Esas mismas normas provocaron que su familia la repudiara, y apenas le permitieron quedarse con lo mas
    preciado de su vida, su hijo.
    Andrew Witney, antes de ser el vizconde Rothbury, era veterano de las guerras napoleonicas y tenia la vida de un hombre comun. Nada hacia presagiar que obtendria su titulo gracias a una tragedia familiar, y junto con ello, hacerse cargo de un
    sinfin de responsabilidades propias de su posicion, para las cuales nunca estuvo preparado, entre ellas, engendrar un heredero.
    Eso es lo mas complicado, no porque no quiera, sino porque nadie es capaz de mirarle a la cara sin hacer una mueca de
    repulsion. Su fealdad y cojera le dan el triste apodo de <>.
    En las aguas heladas de un lago comienza la verdadera historia. Un encuentro fortuito desencadenara la union de sus vidas de manera dulce y natural. Pero para el resto de la sociedad, ese amor que nace entre ellos solo podra ser catalogado de una
    manera: como una total y absoluta relacion inapropiada.

  • El cuentahilos de Jacinta Ramirez De Rodrigo

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    Tres acontecimientos historicos transformaran a Rafael Bernal. El primero, el incendio del Tribunal Supremo en Madrid, este sera la causa por la que deba abandonar, siendo un adolescente, su comoda y aburguesada existencia en la capital espanola y emigrar a Argentina. El segundo, el espectacular vuelo del zepelin sobre Buenos Aires, ese dia conocera a la mujer que cambiara su futuro y por la que arriesgara la vida. El tercero, la Segunda Guerra Mundial, sus viajes por la Europa ocupada le convertiran en otra persona. A la vez que se narra la azarosa historia del protagonista, la novela nos cuenta la investigacion de unos extranos asesinatos cometidos en la capital bonaerense despues de la guerra. Dos policias se ocupan de esos crimenes sin sospechar que sus pesquisas les llevaran a descubrir, ademas de una trama criminal, una conspiracion politica.

  • El sentido de un final de Julian Barnes

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    Recuerdo, sin un orden concreto: – la reluciente cara interior de una muneca; – el vapor que sube de un fregadero mojado cuando jocosamente se introduce en el una sarten caliente; – gotas de esperma alrededor de un desague, antes de que las engullan las largas tuberias de la casa; – un rio que fluye absurdamente cauce arriba y los rayos de media docena de linternas que lo persiguen e iluminan su chapoteo y sus ondas; – otro rio, ancho y gris, y el viento recio que agita su superficie y encubre la direccion de su flujo; – agua de banera que se ha enfriado hace mucho detras de una puerta cerrada con llave. Esto ultimo no lo vi realmente, pero lo que acabas recordando no es siempre lo mismo que lo que has presenciado. Vivimos en el tiempo --nos contiene y nos moldea--, pero nunca he creido comprenderlo muy bien. Y no me refiero a las teorias sobre como se desvia y se desdobla, o a que pueda existir en otro lugar en versiones paralelas. No, me refiero al tiempo ordinario, cotidiano, que los relojes de pared y de pulsera nos aseguran que transcurre regularmente: tictac, clic-cloc. ?Hay algo mas verosimil que una segunda aguja? Y, sin embargo, el placer o el dolor mas nimio basta para ensenarnos la maleabilidad del tiempo. Algunas emociones lo aceleran, otras lo enlentecen; de vez en cuando parece que no fluye, hasta el punto final en que desaparece de verdad y nunca vuelve. No me interesa mucho mi epoca escolar y no la anoro. Pero el colegio es donde comenzo todo y tengo que remontarme brevemente hasta unos incidentes que se han convertido en anecdotas, hasta algunos recuerdos aproximativos que el tiempo ha deformado y transformado en certeza. Aunque ya no tengo la seguridad de que algunos sucesos fueran reales, al menos recuerdo con claridad las impresiones que dejaron. Es lo mas lejos que llego. Eramos tres y el fue el cuarto. No esperabamos anadir a nadie mas a nuestro apretado trio: desde mucho antes habia habido camarillas y emparejamientos, y ya empezabamos a imaginar nuestra huida del colegio al mundo. Se llamaba Adrian Finn y era un chico alto y timido que al principio mantenia los ojos bajos y no decia lo que pensaba. Los primeros dias apenas nos fijamos en el: en nuestro colegio no se hacian ceremonias de bienvenida y no digamos lo opuesto, la iniciacion punitiva. Simplemente tomamos nota de su presencia y aguardamos. Los profesores se interesaron mas por Adrian que nosotros. Tenian que valorar su inteligencia y su sentido de la disciplina, comprobar si hasta entonces habia recibido una buena instruccion y si demostraria ser <>. La tercera manana de aquel trimestre de otono tuvimos una clase de historia con Old Joe Hunt, un profesor amablemente ironico que vestia un terno completo y cuyo sistema de control dependia de su capacidad de mantener un aburrimiento suficiente pero no excesivo. --Bien... Recordareis que os pedi que hicierais una lectura preliminar sobre el reinado de Enrique VIII. Colin, Alex y yo nos miramos de reojo, confiando en que la pregunta, lanzada como la cana de un pescador, no nos aterrizara encima. --?Alguno quiere caracterizar la epoca? --Saco su propia conclusion al ver que mirabamos hacia otro lado--. Bueno, quiza Marshall. ?Como describirias el reinado de Enrique VIII? Nuestro alivio fue mayor que nuestra curiosidad, porque Marshall era un ignorante cauteloso que carecia de la inventiva de la autentica ignorancia. Busco posibles complejidades ocultas en la pregunta antes de encontrar una respuesta. --Habia descontento, senor. Una incipiente sonrisita apenas controlada; el propio Hunt casi sonrio. --?Podrias ser mas preciso? Marshall asintio lentamente, reflexiono un poco mas y decidio que no era momento de cautelas. --Yo diria que habia un gran descontento, senor. --Finn, entonces. ?Tienes nociones sobre ese periodo? El nuevo estaba sentado una fila delante de mi y a mi izquierda. No habia reaccionado de un modo visible a las idioteces de Marshall. --La verdad, me temo que no, senor. Pero hay una corriente de pensamiento segun la cual lo unico que se puede decir realmente de cualquier suceso historico, incluso, por ejemplo, de la Primera Guerra Mundial, es que <>. --?Ah, si, en serio? Bueno, eso me dejaria sin trabajo, ?no? Tras algunas risas aduladoras, Old Joe Hunt indulto nuestra festiva holganza y nos ilustro sobre el carnicero regio y poligamo. En la pausa siguiente me acerque a Finn. --Soy Tony Webster. --El me miro con prevencion--. Una gran respuesta a Hunt. --Parecia que no sabia de que le estaba hablando--. Lo de <>. --Oh. Si. Me ha decepcionado un poco que no lo haya suscrito. Esto no era lo que se esperaba que dijera. Otro detalle que recuerdo es que nosotros tres, como simbolo de nuestra union, llevabamos la esfera del reloj en la cara interior de la muneca. Era una afectacion, desde luego, pero tal vez algo mas. Convertia el tiempo en una cosa personal, hasta secreta. Esperabamos que Finn advirtiera esta costumbre y la imitara; pero no lo hizo. Mas tarde, aquel mismo dia --o puede que otro dia--, tuvimos una clase doble de ingles con Phil Dixon, un joven profesor recien salido de Cambridge. Le gustaba utilizar textos contemporaneos y lanzaba desafios repentinos. <>. Una vez comparo a un heroe de Shakespeare con Kirk Douglas en Espartaco. Y recuerdo que un dia en que estabamos hablando de la poesia de Ted Hughes, ladeo la cabeza de modo profesoral y murmuro: <>. En ocasiones, al dirigirse a nosotros, nos llamaba <>. Por supuesto, le adorabamos. Aquella tarde nos entrego un poema sin titulo, fecha ni nombre del autor, nos dio diez minutos para estudiarlo y luego nos pidio comentarios. --?Empezamos por ti, Finn? Sencillamente, ?de que te parece que trata el poema? Adrian levanto la vista de su pupitre. --De Eros y Tanatos, senor. --Hum. Sigue. --Del sexo y la muerte --prosiguio Finn, como si no solo no entendieran griego los zoquetes de la ultima fila--. O del amor y la muerte, si lo prefiere. En cualquier caso, del conflicto que enfrenta el principio erotico con el principio de muerte. Y lo que se deriva de ese conflicto, senor. Es probable que yo pareciese mas impresionado de lo que Dixon consideraba saludable. --Webster, aclaranos mas. --Yo pensaba que solo era un poema sobre una lechuza, senor. En esto consistia una de las diferencias entre nosotros tres y nuestro nuevo amigo. Nosotros sobre todo nos cachondeabamos, excepto cuando hablabamos en serio. El hablaba sobre todo en serio, menos cuando se cachondeaba. Nos costo un tiempo entenderlo.

  • Yo, Gaudi de Xavier Guell

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    El mundo entero sabe que Gaudi fue uno de los arquitectos mas geniales de la historia. Pero alrededor de su vida y su persona continuan planteados muchos enigmas. ?Era Gaudi homosexual? ?Fue mason? ?Cual fue su sentimiento religioso? ?Estaba a favor de una Espana federal? ?Por que dejo la continuacion de la Sagrada Familia a sus discipulos menos aventajados? ?Cual fue la relacion de Gaudi con los otros grandes intelectuales de su tiempo, Verdaguer, Maragall, Unamuno? ?Quien fue en realidad Gaudi? Pocos podrian responder mejor a estas preguntas que Xavier Guell, tataranieto de Eusebio Guell, el hombre que apoyo y financio a Gaudi en la mayoria de sus proyectos mas importantes.

  • Un, dos, tres… !Besame! de Magela Gracia

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  • Amor enmascarado de Ruth M. Lerga

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    Londres, finales de abril de 1800 Conforme la conversacion avanzaba, la desesperacion de Sebastian iba en aumento. Se habia reunido con su abogado para tratar el espinoso tema de lady Genoveva Sinclair, la joven dama a la que tutelaba. Pocos caballeros tenian, contando solo veintidos anos, una pupila de dieciocho a su cargo. Tampoco era frecuente, despues de todo, heredar un condado prospero tan temprano, pero la muerte de sus padres, tres anos antes, lo habia precipitado a la vida adulta sin estar preparado, forzandolo a dejar la universidad aun sin completar sus materias y encerrarse en Lancanshire para aprender a ser un noble con un amplio patrimonio y responsabilidades politicas y familiares. --Es unas situacion complicada, Hentley --le decia el licenciado--. Los Sinclair eligieron al anterior conde como padrino de lady Genoveva y el marques explicito en su testamento, ademas, que, en caso de que algo les ocurriese, fuera el quien se hiciera cargo de la joven hasta que esta contrajese matrimonio. Al morir los cuatro juntos en aquel terrible incidente en... --dudo. --Sierra Morena, Cordoba --acabo Sebastian por el, con voz hueca--. La marquesa era espanola e iban a pasar el invierno en la finca de su familia, buscando un clima mas calido dado el reuma que mi madre padecia. Los atracaron en uno de los desfiladeros. --Exacto. La cuestion es que todos ellos perecieron a la vez. El heredero de Sinclair quedo, desde luego, encantado: heredaba un marquesado de un pariente lejano al que apenas conocia y se deshacia, al mismo tiempo, de la responsabilidad de la chiquilla. --En realidad no era una chiquilla, tenia quince anos entonces, pero el conde se abstuvo de hacerselo notar--. Asi que no impugno la tutoria y te la cedio a ti, como legado de tu padre. Dado que tu no opusiste resistencia alguna, se entendio que aceptabas y asi quedo acordado. La dote ya estaba consignada, se te cedio y... Se permitio dejar de escuchar durante unos segundos. La notica de la muerte de sus padres lo devasto; todavia recordaba la sensacion de desgracia que se cernio sobre el durante meses y que tuvo que ocultar a todos. Se encontro solo, al frente de muchisimos compromisos para los que apenas lo habian instruido y con varias mujeres a su cargo, dos de ellas bajo su mismo techo: su hermana Helena, que tenia entonces diez anos, y Veva. Recordaba el momento en que la joven llego a la finca. La esperaba, junto con todo el servicio, en la entrada principal; deseaba que sintiera que llegaba al que iba a ser su hogar, no queria que se creyera una carga. La conocia desde siempre y, aunque en los ultimos anos apenas la habia visto, recordaba bien a aquella joven alegre de cabellos negros y ojos grises de caracter alegre y bullicioso que lo perseguia a todas partes cada verano. Sin embargo, del carruaje bajo una dama triste, apagada, tan delgada que parecia enferma. Veva no tenia una gran relacion con su padre, Sinclair era un hombre estricto, pero si con su madre, una dama carinosa y muy atenta. Si para Sebastian la muerte de sus padres habia significado un antes y un despues en su existencia, la sensacion que se llevo fue que, para Veva, la vida habia acabado entonces. Costo un ano que se recuperara y volviera a ser ella, !y vaya si regreso! La casa se lleno de jubilo, las cuadras de una magnifica yeguada y en el condado todos hablaban de la traviesa espanola. Durante dos anos fue viendola hacerse mujer y sus sentimientos comenzaron a cambiar, asi que diez meses antes de debutar la habia enviado a un internado en Suiza para que la pulieran, alejandola de si, y se habia dedicado a alternar el de cama en cama, tratando de olvidar la risa de Veva. Pero habia vuelto de Ginebra transformada. Su cuerpo habia acabado de formarse, y sus modales, de perfilarse. Todos los hombres iban a quedar cautivados, tanto como el lo estaba ya. Genoveva Sinclair se habia convertido de manera definitiva en su infierno personal. --?Milord? Levanto la vista. El letrado le estaba inquiriendo algo. --?Que? --la pregunta sono a disculpa. --Le decia que he hecho efectivas las inversiones que componen la dote de lady Genoveva, una cifra que supera las diez mil libras, y he mandado preparar la casa que su madre le cedio en Cordoba, por si desea acudir alli en su viaje de novios. <>. Veva iba a casarse y tendria que dejarla marchar. Sintio que las paredes se cernian sobre el y que el techo se le caia encima. --?Hay alguna estipulacion sobre el tipo de esposo que su padre tenia en mente? --Ninguna. --Me dan ganas de casarme yo con ella y evitar toda esta situacion. Podia parecer una queja, pero era una frase calculada, una que habia preparado durante dias, desde que pidiera cita en la oficina de sus abogados. --!Eso no es posible, milord! --se solivianto el jurista. Lo miro con fingida extraneza. --Crei que no habia ninguna limitacion en su matrimonio. --Y no la hay, la joven podra casarse con quien quiera siempre que vos deis vuestra bendicion. Por eso mismo no podeis ser el novio, porque os erigieron para protegerla y, por tanto, quien tendra la ultima palabra sobre sus nupcias. Se diria que os estais apropiando de su dote. A efectos legales seria casi como casaros con vuestra hija, ademas. Magnifico, no solo era un excentrico por desearla, sino que se convertiria en un ladron de fortunas ajenas y en una especie de perturbado. --Solo bromeaba --zanjo el tema. --No me cabe duda, como se tambien que elegireis para ella al mejor de los candidatos. --Asi sera. Y cuanto antes lo hiciera y mas lejos la enviase, mejor. *** Aquella noche Veva era incapaz de dormir, asi que, cansada de dar vueltas en la cama, subio hasta la buhardilla, abrio la claraboya del techo y, ayudada por las estanterias, trepo hasta el tragaluz y de alli salio al tejado. Le encantaban las alturas, la hacian sentirse duena de lo que veia, por encima de todo. Habia pasado mucho tiempo en las ramas de un tejo centenario en Lancaster, en la finca de los Hentley, tras la muerte de sus padres, hasta que sintio que recuperaba el control de su vida. Esa noche habian vuelto a robarselo. Sebastian la habia llamado a su despacho para explicarle los terminos de su debut y de su dote y para hablar de sus expectativas. Era una boba, una boba que se merecia tener el corazon hecho anicos por enamorarse de un idiota como el. Cuando habia comenzado a hablarle de la necesidad de casarse, creyo que se referia a el mas que a ella y que se arrodillaria alli mismo y le pediria que fuera su esposa. Tanto, que se habia sentido mareada y su corazon casi le rompe una costilla, tan fuerte y rapido habia comenzado a latir. Pero no; era ella, claro, quien habia de desposarse. Le habia hecho una lista de los lores mas convenientes y, con voz hastiada, le habia aconsejado como manejarse con ellos. Una lagrima cayo por su mejilla. Por una vez, la dejo rodar. Detestaba llorar, pero esa noche volveria a quedarse sola. Tal vez no de facto, pero era cuestion de semanas que fuera entregada a un desconocido para el resto de su vida. Cuando murieron sus padres, al menos, se mudo a un lugar conocido, con personas que la consideraban parte de la familia y que la hicieron sentirse bienvenida. Ahora, en cambio, quien sabia donde recalaria. Pero solo podia responsabilizarse a si misma de su dolor. Sebastian nunca dio senales de compartir sus sentimientos. Si, la trataba con afecto, pero no mas que a Helena, la hermana pequena del conde, de la que Veva se habia vuelto intima a pesar de la diferencia de edad. Si ella habia querido ver mas de lo que habia, ahora tendria que pagar las consecuencias. Cuando, horas despues, bajo del tejado, dejo alli arriba sus suenos de nina y decidio ser practica. Su madre habia sido casada con un ingles de caracter serio y estricto y, a su manera, habia sido feliz. Ella buscaria la misma suerte y, como hiciera la marquesa de Sinclair, lo haria lo mas lejos de alli que le fuera posible. *** Dos meses despues se casaba en la iglesia de San Jorge con el duque de Rachome, monsieur Francois, y se iba a Paris para siempre.

  • Chica Dura de Elena Romero

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    Angela no es una mujer cualquiera.
    Es una boxeadora profesional.
    Y muy prometedora.
    Hasta que necesito dinero. Mucho.

  • Un cerezo en Nueva York de Alba Biznaga

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  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

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    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • Night School Resistencia: Volume 4, C.J. Daugherty de C. J. Daugherty

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  • Ultima Navidad en Paris de Encarna Magin

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    Navidad… la epoca mas magica del ano donde todos los milagros son posibles.
    Paris… la ciudad del amor.
    ?Que puede fallar?

  • Supersticion (Mafia 2) de Raquel Attard

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    En Roma habia una vieja supersticion que decia que matar a tu sangre te auguraba una vida de penalidades. Cosomo no era de mi sangre, pero ya lo queria como si lo fuera. Por eso me dolia tanto estar ahi, apuntando con mi pistola a su cabeza. Dice la supersticion que su fantasma te perseguira hasta el fin de tus dias, instalando en tu vida la mala suerte. No era justo. Era el quien nos habia traicionado. Era el quien debia cargar con la pena, no yo. Note que algo frio se apoyaba en mi cabeza. Me gire y vi a Blake apuntandome. --Dejalo --me ordeno. Contuve el aliento, destrozado porque ella atentara contra mi vida y, a la vez, aliviado porque la muerte de mi amigo ya no estuviera en mis manos. Segundo Prologo BLAKE Baje al salon en busca de mis padres, despues de hablar con Zia y Fiorella. Por suerte, o gracias a mi esfuerzo, habia aprobado el ultimo examen y podria hacer el Doctorado el ano que viene. Sin embargo, no sabia lo que me esperaba al final de la escalera. Ojala no hubiera salido de mi habitacion. Ojala no hubiera bajado ese ultimo escalon. Mi vida no habria cambiado para siempre. Mi madre estaba llorando, desconsolada. Mi tio Agostino andaba concentrado, caminando de un lado a otro sin encontrar un rumbo fijo, hasta que levanto la cabeza y sus pasos lo guiaron hacia mi. --Blake, tu padre... su coche. Corri como si me estuvieran persiguiendo y, en cinco segundos, ya estaba en el garaje. Encontre a mi padre subido en su vehiculo, con una mano en el volante, otra en las marchas y el pie en el embrague. Le temblaba todo el cuerpo. --Papa, ?que pasa? --Hay una bomba, Blake. No se como han llegado hasta aqui, pero me han tendido una trampa. Uno de nuestros hombres de seguridad estaba intentando desactivarla, mientras yo habia estado ajena a todo, riendo con mis amigas por unas notas que ya de poco servian. Mi telefono vibro en el bolsillo y, por inercia, lo cogi. Pense que, si alguien llamaba en ese preciso momento, quiza fuera para ayudarnos. Desee que hubiera una intervencion divina, que algo o alguien impidiera lo que estaba a punto de pasar. --Han puesto una bomba en el coche de mi padre --informe a quien me llamaba. Ni siquiera me fije en quien era la persona al otro lado del telefono. Escuche un ?Que? ahogado y me lo aparte de la oreja. Voy para alla. Dijo esa lejana voz. Mis ojos seguian fijos en los de mi padre. Nunca vi tanto miedo en ellos. Ni tanta resignacion. --Blake, tienes que ser fuerte. Cuida de tu madre y tus abuelos. Hija, tu y solo tu --remarco la palabra--, eres mi legado. --?Que dices? --grite con calma--. ?Que estas diciendo? --volvi a repetir sin sentido--. Saldras de esta, papa. Te jubilaras a tu manera, como tu querias. Queria infundirle fuerza, pero ni siquiera podia tocarlo. No podia arriesgarme a que la bomba detonara. --Escuchame bien, porque no se cuanto tiempo tenemos. Esto no lo ha hecho un clan enemigo, esto es obra de alguien que nos conoce. Encuentralo y venga mi muerte, hija. Eso fue lo ultimo que me dijo mi padre antes de que su cuerpo se convirtiera en cenizas. Lo siguiente que recordaba era a Alex gritando que saltara. El fuego. El miedo. La niebla. Las sombras. Alex desapareciendo como lo habia hecho mi padre minutos antes. Su cuerpo calcinado. Una unica lagrima. Y la oscuridad. La vida nunca volveria a ser igual. Capitulo 1. Nueva York BLAKE Desde el rascacielos mas alto de Nueva York contemplaba mi ciudad. Las calles que me habian visto crecer, la vida que habia disfrutado… todo estaba alli, oculto tras edificios gigantes que empequenecian a las personas. Y muchos de ellos eran nuestros. La cadena de hoteles De Lucchi se erigia mas alla de donde alcanzaba la vista y silenciaba la verdadera realidad que emergia del asfalto. Mientras las personas caminaban de un sitio a otro, perdidas en el curso de sus vidas, yo estaba concentrada en la frontera. La que dividia el bien y el mal, el corazon y la razon, la suerte y el destino. Habia heredado el negocio de la peor forma posible y ahora tenia que ser la cabeza de familia, tenia que enfrentarme a mis peores pesadillas y, me habia preparado para ello, me enseno el mejor. Aunque mi padre nunca habia pretendido que mi corazon se convirtiera en piedra. El queria a mi madre como a nadie, era el amor de su vida. Y me queria a mi, a mis tios, a mis primos y a mis abuelos. Por ello me resultaba tan dificil seguir sus pasos, continuar el camino que el habia preparado tan sabiamente para mi. Porque yo nunca seria como el. Tan dura y bondadosa, tan noble y fuerte. Pero lo intentaria. Desde lo mas profundo de mi ser. Lo ultimo que me pidio antes de morir fue que vengara su muerte. El estaba seguro de que aquello debia haberlo orquestado alguien que nos conocia muy bien, puesto que consiguieron acercarse demasiado. Entraron en nuestra propiedad. En nuestro territorio. Hice la firme promesa de descubrir quien habia sido. Se la hice a el y me la hice a mi misma. Y nada ni nadie me impediria cumplir su ultima voluntad. Haria de ella mi mision personal. Pero eso que me habia pedido mi padre, era lo mismo que me ponia en un aprieto, porque debia desconfiar hasta de mi propia sombra. Debia posicionarme por encima de lo que era ahora, ver las cosas en perspectiva, distanciarme del presente. Tenia que descubrir a la mujer que habia en mi, a la estratega, a la mafiosa. Y no seria una tarea sencilla. Mi abuelo siempre decia que a una persona no la hacia grande quien era, sino quien tenia alrededor. Si te rodeas de tu gente, si esa gente te es leal, es porque tu demuestras que merece la pena que te sigan. ?Como romper con aquello que tenia tan arraigado? Ayudaba que la gente solo viera lo que queria ver. Ayudaba poder ocultarse a plena vista. Volvi a casa, esperando encontrar esa parte de mi humanidad que veia perdida. Y parecia que el destino habia jugado sus cartas, porque mi madre me sorprendio con algo que me encogio el corazon. Una nota llego desde Roma. --Carino, ?quien ha escrito esto? --me pregunto mi madre en cuanto llegue. --No se de que me hablas. Cogi el papel que me tendia, esperando encontrar amenazas o algo peor. Un vestigio del futuro que me aguardaba. --Esta nota. Estaba en la puerta. Se la quite de las manos. En ella rezaba Il mio cuore e per voi 1 , con una caligrafia rapida pero preciosa. ?Como era posible que necesitara algo que no conocia? ?como podia doler algo que ni siquiera teniamos? Esa relacion maravillosa que podiamos haber construido, que latia a nuestro alrededor, recordandonos a cada instante que la vida podia ser mas. Arrugue el escrito y me lo guarde en el bolsillo de la chaqueta. Debia apartar a Alex de mi mente, tenia que olvidarle y pensar en lo que estaba por venir. Necesitaba curarme, y eso unicamente lo conseguiria haciendome de hierro. No habia sitio para nadie mas. Y una cosa si tenia clara: nunca volveria a ser la misma. Pero, para mis adentros, sin que nadie me escuchara, me permiti pronunciar por ultima vez: mi corazon tambien es tuyo, Alex. Capitulo 2. Roma ALEX Estaba sentado en la Fontana di Trevi, pero mi mente estaba a muchos kilometros de alli, en Nueva York. Pese a que Roma era mi casa, queria volver, queria verla, pero por el momento iba a ser imposible. Tenia que acabar con los Leoni. Aqui contaba con la ayuda de mi primo y los hombres que antes estaban a mi cargo y ahora estaban al suyo. Romano volaria a Italia manana. Era algo que teniamos que hacer los tres juntos. La venganza seria epica. Lo unico bueno de estar aqui era que me reencontraria con Julia y ella por fin volveria a reunirse con Sebastian y podria acompanarnos en nuestra nueva vida. Por fin podriamos llevarnosla a Nueva York y estar de nuevo juntos toda la familia. Bass y Julia merecian tener una vida feliz por encima de todo. O una vida. Solo pedia eso. Mi hermano y mi cunada habian pasado por mucho. Llevaban juntos desde el colegio. A veces, no sabia como lo hacian. Como tenian esa complicidad, esa conexion, ese poder el uno sobre el otro. Nunca los habia visto pelear. Seguro que lo habrian hecho, mas veces de las que pudieran contar y, sin embargo, ahi estaban. Separados, pero mas fuertes que nunca. Bass era el mediano de los tres y, por ello, habia heredado la gracia de mi madre y el saber estar de mi padre. No era tan serio como yo, tan distante. No era tan despreocupado como Romano, tan descuidado. Tenia lo mejor de cada uno y yo no podia admirarlo mas. Sabia lo que mi cunada, lo que cualquier persona, veia en el. Sabia lo que valia y lo valoraba por ello. Por eso, estaba seguro de lo intranquilo que se encontro cuando Leo lo informo de que Julia estaba en peligro, y que su actitud anterior era, simplemente, fachada. Mi hermano tenia la peculiar costumbre de impregnar sus palabras con burla e ironia, creyendo que asi tapaba la realidad de lo que ocurria a nuestro alrededor. Por una parte, casi se lo agradecia, porque hacia que todo pareciera mas facil, mas liviano. Aun asi, sabia que estaba en contacto permanente con Leo por si ocurria algo. Y el momento habia llegado. Esta amenaza ya no podiamos ignorarla. Los Leoni se dieron cuenta de que Julia estaba haciendo transacciones para nosotros y la presionaron para que nos delatara. Pero ella nunca lo haria. Mi primo, que la tenia vigilada y la protegia de lo que pudiera pasar, mando un mensaje a Bass y corrimos hacia Roma. Quedaba poco para que se reencontraran. Teniamos que esperar a Julia en la Piazza Cociferi en cinco minutos. Bastian ya estaba alli. Me levante de la Fontana y dirigi mis pasos hacia esa parte de mi ciudad que me resultaba tan conocida, pero lentamente, esperando darles un poco de intimidad. Dios sabia que la necesitaban, pese a que yo tambien estaba deseando verla.

  • Como no escribir una novela de Howard Mittelmark

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    En Como no escribir una novela, Howard Mittelmark y Sandra Newman aplican sus anos de experiencia como editores y escritores para identifi car los 200 errores mas comunes que cometen los escritores y ensenarnos como evitarlos. Muchos libros ofrecen consejos sobre como escribir bien. Este no es uno de ellos.

  • Lead (Stage Dive 3) (Traduccion), Kylie Scott [PDF] de Kylie Scott

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    Como el cantante principal de Stage Dive, Jimmy esta acostumbrado a tener lo que sea que quiere, cuando quiere, ya sea bebida, drogas o mujeres. Sin embargo, cuando un desastre de Relaciones Publicas sirve como una llamada de atencion sobre su vida y lo manda a rehabilitacion, se encuentra con Lena, su nueva asistente para mantenerlo fuera de problemas.

Lena no esta dispuesta a tomar ni una mierda del sexy roquero y esta determinada a mantener su relacion completamente profesional, a pesar de la sofocante quimica. Pero cuando Jimmy la empuja demasiado lejos y Lena se va, se da cuenta que puede que haya perdido la mejor cosa que le ha pasado en su vida

  • La luz entre los oceanos de M.l. Stedman

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    Una manana de abril de 1926, un bote encalla en la costa rocosa de una remota isla australiana. En su interior yacen un hombre muerto y un bebe que llora con desesperacion. A su encuentro salen Tom Sherbourne, el farero, y su joven esposa, Isabel. Se han instalado en la isla para dejar atras los horrores de la Primera Guerra Mundial, y lo unico que ensombrece su felicidad es la incapacidad de tener hijos. Ante la impresion que les causa un ser tan fragil e indefenso, Tom e Isabel deciden seguir el dictado de sus corazones y adoptar a la criatura, sin notificar el hallazgo a las autoridades.
    Un par de anos despues, cuando llega a su conocimiento que la madre de la nina esta viva y mantiene la esperanza de encontrar a su hija, las tensiones se desatan en la pareja. Isabel ya no concibe la vida sin la pequena Lucy, pero la decision que han de tomar y el sufrimiento de la madre biologica haran que los hechos se precipiten en una cadena de consecuencias imprevisibles.

  • Cuando los tontos mandan de Javier Marias

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    Este volumen reune los noventa y cinco articulos publicados por Javier Marias en el suplemento dominical El Pais Semanal entre el 8 de febrero de 2015 y el 29 de enero de 2017.

  • Navidad. y algo mas de Priscila Serrano

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    Erase una vez una noche estrellada, una noche repleta de luces de colores... En cada esquina, la gente cantaba la misma cancion: Navidad, Navidad, dulce Navidad. ?En serio? O sea, ?no hay mas repertorio? A veces pienso que se quedaron anclados en esa cancion. Menos mal que en mi casa se saben mas. Me encuentro en un atasco con el coche, esperando pasar el maldito semaforo que se ha puesto en verde cuatro veces y todavia sigo aqui, sin poder avanzar por la cantidad de vehiculos que hay a esta hora. A este paso, me comere las uvas aqui y eso que aun estamos a veintitres de diciembre. Mi mania de dejarlo todo para ultima hora... Todavia me faltan por comprar algunos regalos de Papa Noel para mis sobrinos, unos sobrinos que piden demasiadas cosas y encima muy caras. Creo que al final comprare lo que me salga de las narices y santas pascuas. Cuando por fin cruzo el semaforo, estoy a solo cinco minutos del centro comercial. Aunque claro, ahora la cola para entrar sera incluso mas larga. Dios mio, el ano que viene empiezo a comprar los regalos en verano. Casi una hora despues, consigo aparcar el coche y me bajo con la clara intencion de correr como si se me fuera la vida en ello. Voy tan rapido que parece que estoy en una maraton. Miro el reloj de mi muneca justo cuando entro en el centro comercial y compruebo que son casi las nueve de la noche. Pronto cerraran asi que tengo muy poco tiempo. Encima aqui hay mucha gente. Me estoy agobiando. Camino sorteando a las personas y me dirijo hacia la tienda de juguetes. Espero tener suerte y encontrar algo que les guste a Paula y Julia. Mis sobrinas han sido muy claras en su carta a Papa Noel, quieren la misma muneca. Exactamente la misma y su madre, es decir, mi hermana, no la ha encontrado. Suerte que mi amiga Susana me ha dicho que esta manana habia visto cinco munecas aqui. Comienzo con la busqueda loca y tras sortear a muchas personas en el camino, veo a lo lejos la estanteria donde se suponia que debian estar las cinco munecas, pero solo quedan tres. Entonces veo a camara lenta como una senora coge una. Me quedo expectante, rezando para que no coja ninguna mas y la veo marcharse con la munequita de los... <>, me digo a mi misma justo cuando emprendo camino hasta esas perfectas munecas que parecen sonreirme desde sus cajas rosadas y llenas de brillos. No pueden ser mas feas pero claro, si mis ninas las quieren, la tita Julia se las consigue. Cojo la primera y me la llevo al pecho como si hubiese conseguido el premio a la mejor tia del ano y justo cuando toco la segunda, alguien agarra el otro lado de la caja y mis manos comienzan a temblar. Miro a la persona que esta quitandome lo que llevo buscando mas de diez minutos y nos quedamos congelados. <>, pienso. --?Julia? --Su voz me pone la piel de gallina. Es esa misma voz que tantas veces me susurraron palabras bonitas hace mas de un ano. --David... Hola --titubeo, nerviosa--. Cuanto tiempo. ?Que tal? Sonrie al percatarse de mi nerviosismo y no le culpo, se me nota tanto que hasta siento como arden mis mejillas. --Bien, muy bien. No sabia que estuvieras en Madrid --dice sin soltar la muneca, cosa que yo tampoco hago. Me quedo pensativa unos segundos, los mismos en los que el no me quita la vista de encima. Es mas, incluso me ha repasado de arriba abajo, aunque no haya mucho que ver con tanta ropa. El polar que llevo me llega hasta las rodillas y ni que decir de lo gordo que es; hasta podria pasar por una embarazada. Dios me libre, ya tengo suficiente con mis sobrinas. --Eh, si. Llevo viviendo aqui cinco meses, pense que era buena idea volver a casa. --Agacho la cabeza un poco avergonzada. Nuestra historia de amor fue la mas bonita que he vivido en toda mi vida. No hay dia que no recuerde todos los momentos que pasamos juntos en Canarias. Nos fuimos a vivir alli tras dos anos de novios porque me habia salido un trabajo. El trabajo de mi vida, en realidad. Eramos felices, el tambien habia conseguido un buen empleo, pero no fue suficiente. Al menos no para el. Entonces, una noche decidio por los dos y se marcho dejandome alli sola, sin familia ni amigos. No llevabamos tanto tiempo en Canarias como para tener un vinculo con otras personas y me dolio que me dejase tirada cuando teniamos tantos planes. --Me alegro de que hayas vuelto --responde sincero. --Gracias, yo tambien. Nos quedamos un momento en silencio y tiro de la muneca, pensando que la va a soltar pero no lo hace. Es mas, el tira tambien. Alzo una ceja incredula, pues de verdad pensaba que iba a dejar que me la llevara. No, por lo visto no sera asi. --Eh... Necesito esa muneca --le digo con calma. --Yo tambien y mucho --replica aferrandose a ella. --No lo entiendes, necesito las dos munecas. Ya sabes que tengo dos sobrinas y las dos quieren la misma muneca. Y no hay mas en ninguna parte. --Yo tambien tengo una sobrina a la que no veo desde hace mas de cinco meses y es la unica que queda. Vamos, no seas egoista, ya tienes una. Comienzo a negar, poniendome mas roja aunque no por verguenza sino por el cabreo que esta creciendo en mi interior, lenta y dolorosamente. Creo que David no recuerda como me pongo cuando me enfado y hoy va a ver la peor parte de mi como no suelte la dichosa muneca. --Espera, pensemos con claridad, por favor --refiere pasandose la mano que tiene libre por su precioso y sedoso cabello negro. No puedo dejar de observarle--. Echemoslo a cara o cruz. ?Te parece? --Alzo una ceja con altaneria y a la misma vez enseno mi preciosa mueca de desconcierto que tanta gracia suele hacer pero que a el, por increible que parezca, le resulta tierno. --Sigues siendo la misma --murmura de pronto. Abro los ojos desorbitadamente y me muerdo el labio inferior justo cuando se acerca unos milimetros. Ha sido un leve movimiento que he notado al oler mas de cerca su colonia. <>, pienso mirandole a los ojos. David sonrie dulcemente y yo creo que pronto caere al suelo hecha gelatina. Es tan guapo, siempre lo ha sido. Niego desechando cualquier pensamiento sobre el hombre que me dejo tirada solo por no ser capaz de vivir con su novia en otro lugar y crear su propio hogar. No fue capaz de luchar. --?Sabes? Dejare la muneca con una condicion --propone. --?Que condicion? --Que cenes conmigo esta noche. --Trago saliva nerviosa, muy nerviosa y me quedo sopesando su propuesta. Como si fuera posible aceptarla como si nada... --Lo siento pero no puedo --respondo sin titubear. --Entonces, dame la muneca que tengo que irme. --No te la vas a llevar, yo la he visto antes. No es justo que vengas ahora y me la quites, asi como... --?Asi como que? ?Que ibas a decir, Julia? --Me interrumpe, sabiendo que si no llega a hacerlo, podria haber dicho algo de lo que despues me arrepentiria. Y la verdad es que necesito gritarle algunas cosas que tengo atascadas en la garganta desde que lo vi marcharse, desde que salio por la puerta aquella noche en la que creia que me esperaba con una cena romantica. Era nuestro aniversario y al final fue nuestro ultimo dia juntos. Es todo tan surrealista. --Nada, sera mejor que me vaya. --Me giro, dejandole la muneca. Ya buscare otra. Camino con la unica muneca que he conseguido entre los brazos, como si quisiera llenarlos de algo que no sea soledad. Luego la pego a mi pecho, ahi donde aun sigue doliendo. Donde, a pesar del tiempo, sigue latiendo por la unica persona que he amado en mi vida. Pero fue tan cobarde, tan egoista. Llego hasta la caja y pongo la muneca sobre la cinta para pagarla y asi irme de una maldita vez para volver a mi casa, de donde no saldre hasta manana a las nueve de la noche. Tengo el dia libre asi que me hundire en mi miseria con el fin de que algun dia pueda volver a salir del pozo con una sonrisa y gritando que lo he superado. Lo mas gracioso de todo es que pensaba que asi era, que habia superado la ruptura, el abandono, pero ahora que he vuelto a verle, me siento incluso peor que antes. Sobre las once de la noche, llego a mi apartamento y tras dejar la muneca y mi bolso en la entrada, me quito el polar para dejarlo sobre la silla de comedor. En seguida enciendo la calefaccion y las luces del arbol de navidad. No es que me guste, en realidad creo que es mas por costumbre que otra cosa; mis padres siempre me han ensenado lo valioso de esta epoca, lo bonito que es pasarlo con la familia y amigos, con el amor... No tengo de eso, no hay amor por ninguna parte. Voy hasta la cocina y me preparo un chocolate caliente para despues sentarme en el sofa con la manta que me regalo mi hermana el ano pasado, es de borrego y muy calentita. Aqui en Madrid hace demasiado frio, tanto que no soy capaz de desnudarme para ponerme el pijama hasta que la casa este caldeada. Enciendo la tele y busco una pelicula en Netflix, justo cuando escucho unos toques en la puerta. Me pongo nerviosa, no suelo recibir visitas a esta hora. En realidad, no suelo recibir visitas, soy algo solitaria. Me levanto y arrastro los pies hasta la puerta. --?Quien es? --Pregunto asustada. --Soy David. ?Me abres la puerta? Apino los labios y frunzo el ceno. ?Que hace aqui? Me pongo de espaldas a la puerta y echo la cabeza sobre ella. Me quedo asi unos segundos, pensando si abrir o no. Suspiro un par de veces cuando vuelvo a escuchar su voz. --Julia, por favor. Necesito hablar contigo --suplica y escuchar asi su voz, no hace mas que hacerme mas dano. Se lo que quiere decirme, como tambien se lo que puedo llegar a sentir cuando lo escuche. Tambien se que sigo enamorada y que mi vuelta ha sido por el y nada mas que el. Eso no lo sabe, no he llegado a decirselo porque cuando llegue, David no estaba. Estuvo fuera un tiempo, segun su madre necesitaba pensar y este no era el lugar. La verdad es que no sabia que tambien habia regresado a Madrid. --Yo, sigo queriendo... --Lo escucho suspirar--. Te he traido una cosa. --Dejalo en la puerta y vete, David. No es el momento de hablar algo que podrias haberme dicho en otra ocasion, en otro lugar --esto ultimo lo digo mas para mi que para el, aunque estoy segura de que me ha escuchado. --No pienso irme hasta que me abras y me dejes hablar contigo. Solo cinco minutos y si despues de eso sigues sin querer verme, me ire y no te molestare mas. Sin mas, abro la puerta y me mira. --Solo cinco minutos, es lo maximo que te doy. Tu a mi no me diste ni un minuto para poder hacer que... No termino la frase cuando sus labios chocan con los mios. Siento la calidez de sus manos cogiendo mis mejillas para apresarme mas a su boca, para no dejarme ir. Por un momento intento escapar de el, de este beso que hara estragos en mi, que hara que vuelva a caer en sus brazos como si no me hubiesen soltado nunca. Nos separamos unos milimetros con la respiracion agitada. David pega nuestras frentes para despues clavar sus ojos verdes en los mios y suspira. --No sabes lo que he necesitado este beso, lo que he sonado con este momento --declara con la voz cargada de agonia. --Si no me hubieras dejado alli, no habria sido un sueno --respondo, demostrandole cuan dolida estoy. --Perdoname, no tenia que haberte dejado. No sabes lo que me arrepiento. --Se separa de mi --. Pense que yo seria una piedra en tu camino, en esa vida que tanto te habia costado conseguir. Ser la jefa de recursos humanos en esa empresa fue siempre tu sueno y yo no queria que lo dejaras por mi, porque yo no era feliz alli. Crei que hacia lo mejor para ti... --Pero no fue asi, rompiste mi corazon en mil pedazos y me convertiste en lo que ves ahora; una mujer dolida que no es capaz de ser feliz y mucho menos confiar en nadie --le interrumpo dandome la vuelta para ir hasta el sofa y volver a sentarme. Hundo la cara entre mis manos a la vez que siento las suyas cogerlas para hacer que lo mire. Esta de rodillas frente a mi y creo que esta noche sera mi fin, lo estoy viendo venir. --?Que era lo que me traias? --Intento relajar el ambiente con una pregunta que no viene al caso. Sonrie de lado y coge la bolsa que traia en las manos y que no habia visto hasta ahora. Saca la muneca y yo alzo ambas cejas, sorprendida. Me la tiende para que la coja. --Es tuya. --?Por que? --Porque no tengo nada. Todo lo que soy, lo que tengo... lo que ves, es tuyo Julia y quiero que siempre sea asi. --Vuelve a agacharse frente a mi--. Te quiero mucho mas que aquella noche en la que me equivoque, la noche que no logro olvidar porque no soy capaz de sacarte de mi mente. Te quiero mucho mas que cuando te vi la primera vez en esa gasolinera. --Me regala una sonrisa sincera y tierna--. Te quiero incluso mas que cuando me tiraste aquel vaso de agua en la cara cuando intente pedirte una cita. Pero es que estaba tan loco por ti que no era capaz... No puedo seguir escuchando sus palabras porque ya han calado hondo en mi pecho, mucho mas hondo que cuando comenzamos con este amor que no morira jamas. Lo beso con todo el amor que soy capaz de sentir por el, con el mismo amor que he intentado esconder y no he podido. David me abraza, me encierra entre sus brazos a la vez que me levanto para poder abrazarle. Subo mis manos hasta su cuello y entrelazo mis dedos en su nuca, buscando mas profundidad en este beso que marcara un antes y un despues en nuestra historia. Estamos tan absortos en nosotros mismos que no nos damos cuenta de que un movil comienza a sonar hasta pasados unos segundos. No es el mio, como va a serlo si yo odio ese villancico: Navidad, Navidad, dulce Navidad. Que alegria en este dia hay que celebrar. Me separo de el y alzo una ceja para despues mirarle a los ojos. Reprimo la carcajada porque se que no es el momento. --?En serio? --Pregunto. Mas el no responde--. Odio esa cancion. --Lo se, por eso mismo la he puesto de tono de llamada. --Arrugo la frente--. Me recordaba a ti. Estallo en una estruendosa carcajada que hace que el se una a mi. Ambos nos reimos sin motivo aparente y sin embargo, no podemos parar. --Feliz Navidad, dulce Navidad, Julia --murmura cerca de mi boca. --Feliz Navidad, dulce Navidad, David. Nos besamos para sellar nuestro amor, para demostrar que ni el tiempo y mucho menos la distancia es capaz de acabar con algo tan poderoso como es el amor verdadero. Despues de esto, amare el villancico y lo cantare todas las Navidades que pase junto a el porque se que esta vez, sera para siempre.

  • Olisse de Margotte Channing

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    Nueva entrega de la Saga Romantica de Vikingos numero uno en ventas de Margotte Channing

  • Una corte de rosas y espinas (Crossbooks), Sarah J. Maas de Sarah J. Maas

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  • 11,4 suenos luz de Nicholas Avedon

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    “11,4 Suenos luz” es una novela distopica y oscura, donde los personajes sufren y aman, perdonan y olvidan. Todos ellos quieren empezar de nuevo y despojarse de sus secretos. En el Paris del siglo XXIII donde todo esta en venta, las emociones puras son de gran valor para aquellos que no pueden vivirlas. Esta es la historia de Ariel de Santos, uno de los artistas vivos mas reputados de los Estados Europeos del Sur, un hombre atormentado por sus pactos con el diablo y adicto al Trank, la droga universal. A traves de sus ojos, seremos testigos de una huida del pasado en la empresa humana mas ambiciosa de la historia, un viaje sin regreso hacia un destino en las estrellas.

  • El deseo de Mary (Las hermanas Moore 2) de Dama Beltran

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    El unico deseo que Mary ha tenido desde su ninez es convertirse en un medico tan respetado como su padre. Para ella, carece de importancia vivir en una sociedad que no considera a las mujeres tan eficientes como los hombres o la opinion que los profesionales de la medicina posean sobre su absurdo proposito. Mary confia en tener inteligencia y racionalidad suficientes para combatir esos obstaculos.Ella es una autentica Moore, esta convencida de que, al contrario que sus hermanas, no hay una gota de sangre zingara en su cuerpo. Su mente es capaz de controlar las pasiones que conllevan el apellido materno., pero todo cambia cuando conoce a lord Giesler.<>, le habia dicho su madre en multitud de ocasiones. ?Razon o pasion? ?Que opcion elegira la segunda hija del matrimonio Moore?

  • Los campos de concentracion de Franco de Carlos Hernandez De Miguel

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    Esta obra es un libro imprescindible por arrojar luz sobre uno de los capitulos menos estudiados y conocidos de la represion franquista.

  • El secreto de Ana de Mara Caballero

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    Ana Lombardi es una joven aclamada disenadora de modas en la gran ciudad New York con tan solo veintiseis anos. Los medios la tienen en un concepto de perfeccionista, obsesiva del control, famosa a tan corta edad y una impresionante figura influyente. Tiene una gran fila de hombres que buscan ganarse su corazon y disfrutar de una vida de lujos y pasarelas. Pero lo que nadie sabe, es que Ana tiene secretos, un pasado que ha regresado amenazando con arrebatar lo mas preciado de su vida. Hudson Bennett es un empresario que se cruza en la vida de Ana, poco a poco descubre lo que mas atesora ella con fiereza, descubriendo que el mundo puede ser demasiado pequeno cuando menos lo piensas.

  • La culpa es tuya de Sophie Saint Rose

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    Sybil se giro al espejo de cuerpo entero mientras se ponia los zapatos de tacon rosa. Se miro satisfecha, porque el vestido de flores estilo anos cincuenta con la falda de vuelo le quedaba perfecto para el te al que debia asistir esa tarde. Su pelo rubio que normalmente llevaba suelto estaba recogido en un mono frances que no le quedaba nada mal. Suspiro cogiendo el bolso de mano rosa. No le gustaban nada esas reuniones pero su padre siempre le decia que ahora que su madre no estaba, ella debia representar a la familia en las reuniones sociales. Tambien eran importantes para la empresa. Los contactos eran esenciales. Salia al salon revisando el contenido de su bolso cuando casi se choca con M eli.- Oh perdona, no te habia visto- dijo con una encantadora sonrisa. -Carino, ?donde vas?- pregunto su ama de llaves mirandola de arriba abajo- ?No vas a la oficina? -Esta tarde tengo un te- dijo arrugando su naricilla. M eli se echo a reir- Es lo que tiene ser de la alta sociedad neoyorkina, bonita. Yo tengo una barbacoa el sabado. -Seras mala.-gimio -Con lo bien que hace Joss las costillas. -M i marido es un cocinero de primera- dijo la mujer que llevaba trabajando para ellos veinte anos. Para ella era como una segunda madre.- Bueno, de todas maneras pasalo bien. !Y busca novio! Sybil puso los ojos en blanco yendo hacia la puerta- Nadie me quiere, ?te lo puedes creer? -Si, es increible. !Asi que espabila! Se echo a reir mientras salia del atico de Central Park West y entraba en el ascensor. No habia dia en que no le dijera que se buscara novio. Solo tenia veintisiete anos. No iba a jubilarse manana. Tenia tiempo de sobra. Iba a llamar un taxi cuando le sono el movil. Entrecerro los ojos al ver que era su padre. Se suponia que tenia una reunion muy importante esa tarde con un inversor. Descolgo rapidamente- ?Que ocurre? -Tienes que venir a la oficina, hija. -Tengo el te con las mujeres de la asociacion. -No podras ir. Llama para disculparte y ven enseguida. Sybil fruncio el ceno mirando hacia la calzada. En ese momento pasaba un taxi y levanto el brazo- Estoy ahi en veinte minutos. -Bien. Entro en el taxi que se detuvo ante ella y dio la direccion de la oficina en el Distrito Financiero. Se mordio el labio inferior preocupada porque la voz de su padre no indicaba nada bueno. Nunca le hablaba de una manera tan seca y eso indicaba que estaba preocupado. Busco en la agenda del movil el numero de Kristy, la presidenta de la asociacion. Estuvo dandole un sermon durante todo el camino hasta la oficina sobre el compromiso para conseguir fondos para la nueva planta del hospital al que estaban ayudando. -Lo siento mucho, de verdad. Pero ha surgido un problema en la oficina y no podre asistir. Kristy, tengo que dejarte. -Esta bien pero me debes una. Sabia que algo tenia que conseguir a cambio. Era experta en sacar fondos a los bolsillos llenos y no iba a dejar de pasar la oportunidad- El cheque sera mayor este ano. Kristy se echo a reir- Tu si que tienes clase, cielo. -Gracias.- colgo el telefono y al ver que habia demasiado trafico suspiro. Cuando llegaron al edificio de su padre entro saludando al portero- Hola, Stuart. -Senorita Richardson.- se llevo una mano a la gorra saludandola mientras iba hacia los ascensores. Un hombre entro con ella -Sybil, debo decir que hoy estas radiante. -Phill, tu siempre tan lisonjero. No se que diria tu esposa de tanto piropo.-dijo mirando al mejor amigo de su padre. -Seguramente que tengo buen gusto. Sybil se echo a reir y le estaba dando un beso en la mejilla cuando se abrieron las puertas del ultimo piso. -Te veo luego, guapa. -dijo saliendo con ella y dirigiendose a su despacho de vicepresidencia. Ella fue hasta el de su padre y despues de abrir la puerta vio a su secretaria que parecia nerviosa- Rose, ?ocurre algo? -No, senorita- dijo colocando unos papeles. Le temblaban las manos y Sybil fue hasta la puerta de su padre. -?Esta solo? La mujer nego con la cabeza y ella solto el pomo- Pero la estan esperando. -Animate, Rose. ?Por que no vas a tomar un cafe? -Si, sera lo mejor- susurro mientras ella abria la puerta. Al entrar en el despacho vio un hombre sentado ante su padre vestido de traje- Querida... ya has llegado.- dijo su padre levantandose de su sillon de cuero. -Si.-Sybil miro la espalda del hombre que no se habia movido de su silla, extranada por su groseria y se acerco a su padre dandole un beso en la mejilla- M e dijiste que viniera y aqui estoy-se volvio para saludar al hombre cuando se quedo con la boca abierta. -Hola, Sybil.- el unico hombre que no esperaba volver a ver en su vida, se levanto de la silla y metio las manos en los bolsillos de su pantalon sonriendole ironicamente. Estaba todavia mas guapo que diez anos antes cuando se conocieron. Sus ojos verdes la miraron de arriba abajo evaluandola mientras ella no perdia detalle, viendo que su pelo negro antes estaba mas largo. Era mas fuerte, pero era logico pues la ultima vez que lo habia visto tenia veinticuatro anos. Sybil temblo interiormente mirando su impecable traje hecho a medida y su reloj de oro de cincuenta mil dolares. Estaba claro que ya no era limpia piscinas.- ?Que haces aqui, Roy? -Te dije que lo pagarias y aqui estoy para cobrar tu deuda, pequena. Esas palabras le pusieron los pelos de punta a Sybil y miro a su padre asustada negando con la cabeza imperceptiblemente.- ?Que ocurre aqui?- pregunto palida como la nieve. Sus ojos azules parecian grises y su padre la cogio del brazo. -?Por que no te sientas? -sugirio Roy divertido.-Esta conversacion te va a interesar mucho. -?Papa? -Sientate, hija- tambien estaba palido y ella asintio. Rodeo el escritorio sintiendo que le temblaban las piernas y se sento en la silla que le ofrecio Roy, sabiendo que todo aquello no le iba a gustar nada. -Ahora que ya has montado tu drama- dijo ella con odio- ?A que viene esto? Roy sonrio apoyando la cadera en el escritorio de su padre- Eso depende de ti. Sybil miro a su padre que se paso las manos por la cara. Estaba muy nervioso y ella temio por su salud- Papa, ?estas bien? -Hija- cuando aparto las manos tenia los ojos llenos de lagrimas y Sybil que solo le habia visto llorar en dos ocasiones se tenso mirando con odio a Roy. -?Que has hecho? -Tranquilizate- la miro de arriba abajo deteniendose en sus contorneadas piernas.-Tu padre te lo explicara en cuanto recupere el aliento. -Lo he perdido todo, Sybil- ella lo miro sorprendida.- La empresa, la casa, las acciones en electricas... todo. -?Como ha podido pasar eso?- pregunto asombrada. -Necesitaba liquidez para no cerrar tiendas pues no podiamos malvender los locales, asi que pedi un prestamo. Ella miro a Roy que levanto una ceja- ?Se lo diste tu? -Siempre has sido muy lista. -Imagino que no has podido devolverlo y el se ha quedado con todo.-Aunque le intrigaba saber como habia conseguido esa cantidad de dinero no pensaba preguntarlo- Bien -se levanto y miro a su padre-No te preocupes, papa. Todavia tengo la herencia de mama. Saldremos adelante. Su padre se echo a llorar y Sybil sintio que el mundo se le caia encimaTodavia tengo los cinco millones, ?verdad? -Fue lo primero que gaste, Sybil. Asombrada se tuvo que volver a sentar y miro a Roy que se habia quedado con todo lo suyo, pero ella no fue capaz ni de decir que era un cerdo. No tenia palabras por el error que habia cometido su padre dejandolos en la ruina. -Asi que no tenemos nada. -M e moria por ver esa cara- dijo Roy con satisfaccion.-Pero cuando tu padre te cuente lo siguiente voy a ser el hombre mas feliz del mundo. Sybil miro a su padre sintiendo que estaba al borde del desmayo.-Hija, me enviara a la carcel sino consientes en... -?Carcel?- Sybil sintio que le faltaba el aliento y Roy la cogio por la barbilla mirandola furioso.

  • Esclava de un Nazi de Myrian Gonzalez Britos

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    El 30 de enero de 1933, Hitler es nombrado el jefe del gobierno aleman y muchos alemanes creen que han encontrado al salvador de la nacion. Mientras tanto, en el bucolico pueblo de Blankenstein, el humilde jardinero, Sebastian Ackermann, llega a la vida de la caprichosa judia, Lya Rubinstein, para doblegar su corazon y su propio orgullo.Entre peleas, disputas, bromas y muchos besos, viven una intensa historia de amor prohibida, hasta que, un mal entendido cambia el destino de sus almas.Sebastian y Lya toman caminos distintos sin lograr olvidar el pasado.

  • El arte de ordenar para ninos de Nagisa Tatsumi

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    COMO CONSEGUIR QUE LOS NINOS ORDENEN Y DISFRUTEN CON ELLO UN MANUAL PARA EDUCAR EN EL ORDEN A LOS NINOS <> Nagisa Tatsumi

  • El otro Hollywood de Eve Babitz

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    <<Me parecia a Brigitte Bardot y era la ahijada de Stravinsky.>> Asi se definia Eve Babitz, musa del Los Angeles de los sesenta y setenta que con apenas treinta anos publico estas memorias dignas de una estrella de Hollywood.

  • El extrano verano de Tom Harvey, Mikel Santiago de Mikel Santiago

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  • Algo mas que tu y yo de Sophie Kiss

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    Dayana tiene de todo en su intensa vida, poseciones materiales o un amante multimillonario como Andrew, solo le falta resolver un tema del pasada que ella pensaba olvidado, el universo le envia a Jim, un multimillonario al que ella tiene que confesarle algo pero nunca quiso, al suceder esto aparece Wilton, un hombre que la llevara a sentir de manera diferente.

  • La piel desnuda de Pati Blasco

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    Esta es la historia de Angel Alamo, un escritor que esta atravesando un momento de crisis. Mientras conduce hacia su casa, atropella a Sofia y se da a la fuga. Acuciado por la culpa, decide volver al lugar del homicidio y comprobar si la victima ha fallecido.

  • Historia de una rebotada de M.a Angeles Salas Moneo

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    A los dieciocho anos, Nata, que se siente a veces como una extrana en su propio planeta, sabe lo que significa ser hija de padres separados, no llegar a fin de mes, comerse <> por culpa de los demas, sufrir por amor e incluso sentirse como un <>.
    Pero lo que nunca imagino es que ademas tuviese que soportar a una madre, autentica <>, que se ha enamorado de un atractivo guaneras que toca la bateria en un grupo heavy, y al que ha metido en casa porque si, porque le ha dado la gana.
    A causa de esta situacion, Nata decide marcharse lejos creyendo que, de esa manera, pondra orden en su caotica vida, pero lo que ignora es que su destino ya esta escrito en las estrellas.

  • Odiame… Pero quedate conmigo de Vega Manhattan

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    Rico, guapo, sexy y un gilipollas de primera. Ese era Evan, el hombre que mas odiaba en el mundo. El mejor amigo de su prometido y el padrino de su boda.
    Guapa, pija y frigida. Asi era la mujer mas odiosa del mundo. Tenia que evitar que se casara con James.
    No se soportaban, pero la vida les tenia preparada una sorpresa.
    La boda se anula y tras una traicion, algo ocurre entre los dos, dejando libres sus deseos mas ocultos.
    Una historia donde la pasion los unira, pero la vuelta de James podra destruir lo poco que los une. Sera el momento de elegir que camino toma cada uno cuando de verdad sepan cuales son sus verdaderos sentimientos.
    Romance, pasion y traiciones son los ingredientes de esta novela que te mantendra en vilo hasta el ultimo momento.

  • Samael de Roberto Augusto

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    BEST SELLER EN SU PRIMER MES DE LANZAMIENTO EN AMAZON
    ***UNA HISTORIA LLENA DE PASION, EMOCIONES Y ACCION QUE TE ATRAPARA DESDE EL PRINCIPIO***
    Samuel lleva dos anos en paro y bebe demasiado. Su mujer lo abandona y acaba solo, durmiendo en la calle. Un dia se encuentra con Ares, el jefe de un grupo antisistema que le invita a unirse a su organizacion. Asi inicia un nuevo camino en su vida que le transformara por completo. Se convertira en un lider despiadado que no se detendra ante nada para lograr sus metas en su lucha contra una sociedad que desprecia y a la que considera corrupta.

  • La oscura cara del exito de Aurora Fuertes

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    La vida para Natascha no es facil en su ciudad natal. Corren los anos 70 en una pequena poblacion de la Union Sovietica; y la imposibilidad de prosperar y alcanzar sus suenos, junto a la mala relacion mantenida con sus padres, le obligara a tomar la decision de abandonar su hogar. Con muchas ilusiones, escaso equipaje e incertidumbre por un futuro incierto, viajara a Moscu buscando alojamiento en casa de su amiga de la infancia, que la acogera sin dudarlo.
    Pero en la capital, no todo sera facil; sentira como esos suenos, se desvaneceran en los diferentes empleos, a los que le tocara recurrir para subsistir. Lo que ella desconoce, es que esta situacion no sera por mucho tiempo. Jean, un atractivo y adinerado cazatalentos parisino, se fijara en ella. Fascinado por la joven, la ofrecera algo que ella no podra rechazar: conseguir lo que tanto desea.
    Pronto su vida cambiara radicalmente. ?Sera entonces, Natascha, capaz de asimilar el giro inesperado que el destino le tenia reservado? ?Sera lo suficientemente astuta, para ver mas alla de las apariencias que de pronto la rodean?

  • El hombre invisible de Salem de Christoffer Carlsson

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    Leo Junker es un policia de asuntos internos que no atraviesa sus mejores momentos, lo que intenta superar con absenta y antidepresivos. Cuando aun no ha logrado recuperarse de la ruptura con su pareja tras la tragica muerte de su hijo, se ha visto apartado del servicio al fracasar en una envenenada operacion en la que resulto muerto otro policia.
    Una noche le desvelan los destellos luminosos de los coches patrulla. Una mujer acaba de ser asesinada de un disparo certero en el albergue para indigentes que hay en el bajo de su casa. Pese a estar suspendido, Junker no puede evitar inspeccionar la escena del crimen en la que observa que la joven muerta aprieta en su mano un objeto que le resulta familiar. Cuando se descubre que dicho objeto tiene sus huellas, lo que le convierte en sospechoso, no le queda mas remedio que implicarse en el caso de forma extraoficial. Con la sensacion continua de que le andan siguiendo, la investigacion se va a convertir para Junker en mas complicada y sorprendente de lo que esperaba, ya que va a resucitar viejos fantasmas y viejas heridas aun sin cicatrizar de su pasado.
    Christoffer Carlsson, uno de los mas destacados escritores actuales de la novela negra escandinava, nos presenta en <> una narracion tan apasionante como estremecedora y adictiva. A traves de la atormentada vida de Leo Junker, y de los fascinantes personajes que la secundan en el pasado y en el presente, Carlsson recrea de forma sin igual el ambiente de penumbras, frio y lacerante, de los suburbios humildes y de los bajos fondos de Estocolmo. Un ambiente de profundas tensiones sociales, muy alejado de la idea comun del bienestar sueco.

  • Desinformacion de Pascual Serrano

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  • Deje de pronunciar tu nombre – Luis Herrero de Luis Herrero

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    Siete meses antes de morir, Carmen le pregunto a su prima Soledad mientras paseaban juntas por el olivar del convento de monjas de Arenas de San Pedro: