• el alfabeto alado - Mario Satz

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    Entre el alma humana y las mariposas existe un estrecho parentesco: lo que en una es oscilacion y ascenso en las otras es aleteo y color. Aristoteles fue el primero en acunar la palabra “psique” para designar ese nexo, y, tras el, poetas y pintores representaron el alma alada, fragil e inasible pero hermosa. Hoy es la fotografia la que documenta la vida de estos esplendidos insectos, cuya milagrosa existencia muestra a su vez cuan volatil y extraordinaria es la vida humana. Breves e intensos, los relatos que Mario Satz reune en este bellisimo libro dan cuenta de las aventuras y desventuras de esas joyas aladas que han dado lugar a tantos mitos, leyendas y fabulas dignos de ser recordados.

  • El alfabeto alado | Editorial Acantilado

    https://www.acantilado.es/catalogo/el-alfabeto-alado/

    «El alfabeto alado es un libro maravilloso, inquieto e hipnótico como una nueva especie de lepidóptero. Como sentir en las manos, al hojearlo, el poema de ...

  • EL ALFABETO ALADO | MARIO SATZ TETELBAUM

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    27 mar 2019 — El libro EL ALFABETO ALADO de MARIO SATZ TETELBAUM en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • El alfabeto alado (Cuadernos) Tapa blanda - Libros - Amazon ...

    https://www.amazon.es/Alfabeto-Alado-Cuadernos-Mario-Tetelbaum/dp/8417346635

    Breves e intensos, los relatos que Mario Satz reúne en este bellísimo libro dan cuenta de las aventuras y desventuras de esas joyas aladas que han dado lugar a ...

  • El alfabeto alado (Acantilado), de Mario Satz - ElPlural.com

    https://www.elplural.com/playtime/el-alfabeto-alado-acantilado-de-mario-satz_217087102

    25 may 2019 — El alfabeto alado es el vuelo de la imaginación, el desprendimiento de arneses en el lenguaje, y así es la misma narración, como si cada ...

  • El alfabeto alado - Mario Satz Tetelbaum -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a6650753/Mario-Satz-Tetelbaum-El-alfabeto-alado

    El alfabeto alado, libro o eBook de Mario Satz Tetelbaum. Editorial: Acantilado. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • El alfabeto alado. Mario Satz – No solo técnica - UPM [Blogs]

    https://blogs.upm.es/nosolotecnica/2019/07/25/el-alfabeto-alado-mario-satz/

    25 jul 2019 — El alfabeto alado. Mario Satz Barcelona: Acantilado, 2019. Una mariposa no solo es esa leve belleza que navega el aire de campos y jardines ...

  • El alfabeto alado - Libro de Mario Satz - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/104455/el-alfabeto-alado

    Resumen y sinópsis de El alfabeto alado de Mario Satz. Entre el alma humana y las mariposas existe un estrecho parentesco: lo que en una es oscilación y ...

  • EL ALFABETO ALADO · SATZ TETELBAUM, MARIO - Tipos ...

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  • EL ALFABETO ALADO - LAIE

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    Breves e intensos, los relatos que Mario Satz reúne en este bellísimo libro dan cuenta de las aventuras y desventuras de esas joyas aladas que han dado ...

  • Aquel diciembre de Estefania Jimenez

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    Tras recibir un mensaje urgente, Diego Narvaez parte desde Motril hacia el pequeno pueblo granadino de Tablate para reunirse con su hermana y su madre. Alguien ha acusado a esta de brujeria, complicando aun mas su ya delicada situacion como morisca en aquellos anos de represion.

  • El vestido azul de Michele Desbordes

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    Conocemos a Camille Claudel, sobre todo, como la amante del tambien escultor Auguste Rodin. Desde siempre, el papel de las mujeres que intentaron desarrollar su trabajo cerca de hombres de gran proyeccion ha sido secundario, ha sido una sombra. De este modo es como la autora de esta extraordinaria novela, Michele Desbordes, intenta rescatar a Camille de su fantasmal condicion. Recrea con una poetica libre de sentimentalismos la historia de la joven Camille, una sombra en la vida de todos, una extravagante, una exaltada, arrebatada por la vida, por el arte y por el amor que no consiguio nunca ser visible para quienes la conocieron. Un fantasma delicado, bellisimo, sutil, cuya potencia emocional la aparto enseguida de las convencionales sensibilidades que la rodeaban.

  • Como la primera vez de Julieta Bono

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    Habia pasado demasiado tiempo, segun yo, pero aqui estaba, frente a el y mi cuerpo temblaba.
    Nos volviamos a encontrar, mas maduros, pero con las mismas ganas que la primera vez.
    Despues de tanto tiempo, estabamos en cero. Cuando la vida parecia perfecta, todo se empezo a derrumbar. no sabiamos lo que pasaria, ambos estabamos lejos del otro, hasta ahora que estabamos de vuelta donde todo comenzo.
    Alli las mariposas comenzaron a aletear.
    Pero cuando se empezaba a sentir bien estar tan cerca de el nuevamente y cuando estaba confiando en el amor. me volvi a sentir en el limbo.
    No estoy segura que el amor sea para mi. descubrir esto lo cambia todo.

  • Terror de Ferdinand Von Schirach

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    Cada vez que se produce un atentado terrorista en un pais occidental, provocando un sentimiento general de panico y estupor en la sociedad, surge inevitablemente un dilema dificil de resolver: ?estamos dispuestos a sacrificar nuestra libertad individual en aras de la seguridad colectiva? ?Cual es el camino correcto para preservar la democracia?

  • El brillo de las luciernagas, Paul Pen de Paul Pen

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    Tengo diez anos y llevo toda mi vida en este sotano.

  • Leccion de amor de Ebony Clark

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    Muchas personas en Juanita Fun creian que Lane McCrane era una mujer sin sentido del humor. Su palido rostro enmarcado por aquella espesa mata de cabello castano oscuro, sus ojos azules y los generosos labios que sonreian escasamente, podrian haber hecho de ella mujer hermosa si lo hubiese permitido. De hecho, lo era aun cuando ella pretendiera todo lo contrario, esforzandose lo minimo en destacar sus encantos. La forma en que rehuia la coqueteria confirmaba que no estaba interesada en destacar entre una multitud. Lane solia vestir de manera informal, con ropa comoda que le permitiera moverse con agilidad entre sus pequenos alumnos y con la que no tenia que preocuparse del peligro de las manchas de chocolate y otras sustancias que hacian gritar de pavor a las demas maestras. Mejor unos tejanos que una falda corta. Mejor una camiseta de algodon que unos inutiles volantitos. Mejor zapatillas planas que arriesgados zapatos de tacon. Mejor convenientemente vestida que sugerentemente medio desnuda. Ninguno de sus companeros de trabajo habia podido averiguar si aquel empeno de la joven en esconder cada centimetro de su cuerpo respondia a un alarde de puritanismo o por el contrario, ella deseaba ocultar alguna espantosa cicatriz. O sencillamente, y aquella era la opinion mas extendida, a Lane McCrane no le importaba si los demas la consideraban o no atractiva. De cualquier modo, nadie se habia interesado lo bastante como para tratar de descubrirlo. Nadie sabia nada de ella mas que lo que ponia en las excelentes referencias que habia aportado en su curriculo. Por supuesto, aquellas referencias habian sido comprobadas con meticulosidad como era costumbre en la escuela. Veintiocho anos, de madre norteamericana, se habia criado en un orfanato despues de que su padre las dejara y su madre fuera internada en un sanatorio. Por desgracia, la madre de Lane se habia abandonado al alcohol y los medicos la habian desahuciado cuando Lane solo contaba con cinco anos. Y asi, del orfanato a unos cuantos hogares de acogida, era un milagro que hubiera sobrevivido y sacado su titulo de maestra con excelentes notas. Sus antiguos profesores se sentian orgullosos de poder hablar bien de la senorita McCrane, aunque no ocultaron su sorpresa cuando la senora Andrew les habia llamado desde aquel pequeno pueblo perdido en la geografia del arido paisaje de Nuevo Mexico, la Tierra de Encanto. Habian creido que Lane estaria ya casada y seria madre de uno o dos crios. Pero no. Por alguna razon, ella estaba alli. En Juanita Fun, el lugar donde la gente se levantaba a las dos de la madrugada con el unico objetivo de ver cruzar una estrella fugaz. Fuera como fuera, Lane McCrane habia elegido aquel sitio para echar raices. Era cuanto sabian de ella. Nada de novios ni amigos ni familia. Por lo mismo, no era extrano que fuera algo hurana en sus relaciones personales. Los demas profesores la saludaban cada manana mientras servian el cafe en sus tazas, pero evitaban cualquier contacto. <>, la llamaban a sus espaldas, aludiendo a su agrio caracter y en mas de una ocasion, la misma Lane habia escuchado aquel comentario por los pasillos, aunque fingia que no le dolia. Incluso por el pueblo la llamaban ya asi y la senora Andrew creia que no era justo para ella. Una mujer tan joven y bonita... Merecia algo mas que la compania de Patty Sims, otra profesora y quiza su mejor y unica amiga, y de unos cuantos mocosos, por mas que ella siempre dijera que su trabajo era lo mas importante en su vida. Lane era una joven agradable con sus pequenos alumnos, no cabia duda. Les escuchaba, se preocupaba por ellos y les dedicaba toda su atencion. Siempre tenia una palabra amable a pesar de que eran unos diablillos incansables. Y durante las clases, Lane se transformaba y dejaba de ser la mujer seria e inaccesible a cuyos pensamientos nadie podia llegar. Los chicos de su clase la adoraban en realidad. Pero con los adultos era otra historia. Es lo que pensaba todavia la directora de la Escuela Clarence cuando Lane se sento y la miro con expresion preocupada. La senora Andrew sonrio para tranquilizarla. En los dos meses que Lane McCrane llevaba trabajando alli, nunca habian recibido una sola queja sobre su comportamiento con los ninos. De hecho, muchos padres habian elogiado el trabajo que realizaba con ellos. Decian que sus hijos se mostraban mas receptivos, creativos y educados y lo achacaban al buen hacer de su maestra. Sin embargo... Echo una breve ojeada a la nota enviada por Clyde Bransow. La habia dejado sobre la mesa intencionadamente. Queria ver la reaccion de Lane cuando la descubriera porque, a pesar del aprecio que sentia por la nueva maestra, necesitaba estar segura de que no se equivocaba con ella. Hasta el momento, solo disponia de la version de Clyde, no muy fiable por cierto, dado su mal caracter y escasa paciencia. AmeliaAndrew conocia a Clyde desde que era un mocoso y sabia distinguir por el contenido de su nota cuando estaba realmente enfadado. Mientras la leia le venia a la mente una clara imagen del hombre: la mandibula apretada, escupiendole las palabras al papel, contrariado por el atrevimiento de la maestra, quien, por otro lado y como el mismo seguramente habria deseado anadir, <>. Era el estilo de Clyde. Ruidoso como un toro en una cristaleria, preparado para ponerse sus pinturas de guerra siempre que la batalla mereciera la pena. Por otro lado, y aqui es donde empezaba a preocuparse, estaba complemente segura de que el temperamental Clyde estaba a punto de conocer a un adversario de su talla. Lo peor de todo es que sospechaba que ninguno de los dos cederia un milimetro, por lo que su papel de mediadora se presentaba bastante dificil. --Senorita McCrane, ?sabe por que la he hecho venir a mi despacho? --pregunto con tono amable; era importante romper la tension en el ambiente. Lane le devolvio la mirada, sin poder evitar que sus ojos volaran con cierto disimulo hasta la nota firmada con el apellido Bransow. --Creo que si, senora Andrew --contesto y su voz era firme--. Es por el chico Bransow, ?no es asi? --En efecto. Parece que el pequeno Ben ha tenido problemas ultimamente --observo, aguardando la reaccion de la joven. Lane no dijo nada--. ?No va a contarmelo, Lane? --No es importante --mintio, pensando que era lo mejor para el chico. Lane se mordio los labios con una mezcla de rabia y remordimientos. ?Por que habia tenido que dirigirse a la senora Andrew precisamente? Clyde Bransow podia haber contestado a alguna de las diez notas que le habia enviado para citarle en la escuela. Sinceramente, habria querido solucionar aquello sin que las cosas fueran a mayores, pero aquel incidente el dia anterior... El terrible comportamiento de Ben lo habia acelerado todo. Y ahora, debia justificar ante la senora Andrew su silencio y se sentia fatal por haberselo ocultado. --?En serio? Entonces, ?puede decirme por que su padre me envia esta acalorada nota en la que me pide que le explique por que no somos capaces de controlar a su hijo? --El senor Bransow debio preguntarme primero, antes de enviar esa nota. Quiza debio preguntar tambien a su hijo y asi por lo menos conoceria el sonido de su voz --replico, tratando de mantener la calma. En realidad, le apetecia, y mucho, expresar abiertamente la opinion que le merecia el tal Clyde Bransow. Se contenia como podia. La sangre le hervia en las venas al imaginarse al insociable senor Bransow, dueno del mayor rancho del pueblo y tambien de la mayor cabeza dura por lo que sabia, desoyendo sus peticiones y derivando su responsabilidad como padre, una vez mas. Lane tenia la teoria, y si, aceptaba que estaba siendo prejuiciosa, de que Clyde Bransow habia perdido todo interes por la educacion de su hijo desde la muerte de su esposa, cinco anos antes. Pero sus prejuicios no eran del todo gratuitos. Aunque no solia prestar atencion a los chismes, no podia evitar escuchar algunos. Parecia que el senor Bransow habia sabido rodearse de gente amable y eficiente que le hiciera aquel trabajo. Personas que, como ella, suplian con su carino las atenciones que Clyde seguramente negaba a su hijo. Y aunque solo le habia visto en una ocasion, durante el baile de inauguracion del nuevo aserradero, habia bastado para que la mala imagen que tenia de el se confirmara.

  • El tributo de la corte oscura de Holly Black

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    La malta justifica mejor que Milton los caminos de Dios para con los hombres. E. Housman Terence, This Is Stupid Stuff Kaye dio otra calada al cigarrillo, y lo introdujo en la botella de cerveza de su madre. Era una buena forma de comprobar hasta donde llegaba la borrachera de Ellen. Quien sabe, igual esta vez ni se daba cuenta. Ellen, Lloyd y los demas componentes de Stepping Razor seguian en el escenario. La actuacion habia sido desastrosa y, al ver como destrozaban el equipo, Kaye comprendio que ninguno de ellos habia quedado satisfecho. No importaba mucho, la verdad, pues el sistema de sonido estaba demasiado alto, casi chirriaba; ademas, el publico no habia parado de beber, fumar y gritar. Lo mas probable era que al agente de la banda le importase un bledo. Incluso hubo quien bailo al ritmo de la musica. El camarero de la barra miro otra vez a Kaye de forma lasciva, y le ofrecio una bebida “a cuenta de la casa”. --Leche --contesto Kaye con una sonrisa burlona, al tiempo que echaba hacia atras su despeinada y rubia melena. Cuando el camarero se dio la vuelta, Kaye se metio en el bolsillo un par de estuches de cerillas. En ese momento la madre de Kaye se planto junto a ella, dio un largo sorbo de la botella de cerveza y acto seguido escupio sobre la barra. Kaye apenas pudo reprimir la carcajada que escapo de sus labios. Su madre se quedo mirandola con incredulidad. --Ve a cargar el coche -- le ordeno, con voz ronca tras la actuacion. Ellen se aliso con los dedos el cabello empapado y lo retiro de la cara. El carmin casi le habia desaparecido de los labios, pero aun quedaban restos en las comisuras. Parecia cansada. Kaye se bajo de la barra y, de un salto, subio al escenario. Mientras recogia al azar los objetos esparcidos, Lloyd la fulmino con la mirada, por lo que Kaye se limito al reunir las pertenencias de su madre. Los ojos de Lloyd se veian vidriosos. --Oye, nina, ?llevas dinero encima? Ella se encogio de hombros y saco un billete de diez dolares. Tenia mas; acababa de regresar de Chow Fat, y Lloyd debia de saberlo. Servir comida china a domicilio no resultaba muy rentable, pero se ganaba mas que actuando con un grupo musical. Lloyd recogio el billete y se dirigio a la barra, seguramente con la intencion de pedir unas cervezas. Kaye termino de recoger las cosas de Ellen y se fue abriendo camino entre la multitud, que se apartaba para dejarla pasar. Al salir del bar, el aire fresco del otono resultaba un alivio, a pesar del desagradable olor que despedian los tubos de escape y los pasos subterraneos. Kaye siempre tenia la impresion de que la ciudad apestaba a metal. En unos minutos cargo el coche. Entonces, regreso al bar con la intencion de sacar de alli a su madre antes de que alguien rompiese la ventanilla y robase todo lo que habia dentro del vehiculo. En Philly no se podia dejar nada en el interior de los automoviles. La ultima vez que habian abierto el coche de Ellen habia sido para robar un abrigo de segunda mano y una bolsa con toallas. Esta vez, la muchacha que comprobaba los documentos de los clientes a la entrada del bar miro a Kaye con detenimiento, pero la dejo pasar. De todas formas, ya era tarde, casi habia llegado la hora de la ultima ronda. Ellen seguia junto a la barra, fumando y bebiendo, ahora whisky. Lloyd estaba hablando con un tipo de pelo largo y oscuro. Aquel hombre parecia fuera de lugar, demasiado acicalado quiza; pero Lloyd le pasaba el brazo por los hombros. Kaye capto un fugaz destello en los ojos del extrano. Era un resplandor amarillo, como de ojos de gato, que se reflejaba en la barra oscura. Kaye sintio un escalofrio. A veces, veia cosas extranas; pero habia aprendido a ignorarlas. --Ya esta todo en el coche --le dijo a su madre. Ellen asintio con un gesto, sin apenas prestarle atencion. --Dame un cigarrillo, tesoro. Kaye rebusco en su mochila militar de segunda mano y saco dos cigarrillos. Le paso uno a su madre y encendio el otro. Ellen se acerco a Kaye, y esta noto aquel olor a whisky y cerveza que le resultaba tan familiar como a otras personas un determinado perfume. --Beso de cigarrillo --dijo su madre de esa forma tan pueril que resultaba embarazosa y tierna al mismo tiempo, y junto el extremo de su pitillo con el de Kaye; entonces, aspiro con fuerza. A la segunda calada, el cigarrillo se encendio. --?Preparadas para volver a casa? --pregunto Lloyd. Kaye dio un respingo. Sabia que Lloyd estaba alli, pero le asusto el tono de su voz. Sonaba aterciopelada, un tanto sordida. No era la voz habitual de Lloyd. En absoluto. Al parecer, Ellen no advirtio nada raro. Se acabo de un trago el resto de su bebida. --Claro que si. Un instante despues, Lloyd levanto el brazo como si fuera a golpear a Ellen por la espalda. Kaye reacciono sin pensarlo, y le dio un empujon. Solo gracias a que el estaba totalmente borracho Kaye fue capaz de hacerle perder el equilibrio. El cuchillo cayo al suelo con un ruido metalico. El rostro de Lloyd se mostraba totalmente inexpresivo carente de toda emocion. Tenia los ojos abiertos de par en par y las pupilas dilatadas. Frank, el bateria de Stepping Razor, agarro a Lloyd del brazo. Este solo tuvo tiempo de darle un punetazo en la cara antes de que otros clientes lo redujeran y alguien llama a la policia. Para cuando llegaron los agentes, Lloyd no recordaba nada; pero estaba fuera de si y no paraba de gritar e insultar a Ellen. Los policias condujeron a Kaye y a su madre hasta el apartamento de Lloyd y esperaron hasta que la muchacha hubo terminado de meter la ropa y las pertenencias de ambas en bolsas de basura. Ellen hablaba por telefono, intentando encontrar un sitio donde pasar la noche. --Tesoro --dijo, por fin --, no nos queda mas remedio que ir a casa de la abuela. --?La has llamado? --pregunto Kaye, mientras metia sus discos de vinilo de Grace Slick en una caja de naranjas vacia. No habian visitado a su abuela ni siquiera una vez desde que abandonaron New Jersey, seis anos atras. Ellen apenas cruzaba un par de palabras con su madre en las fechas mas senaladas, y enseguida le pasaba el telefono a Kaye. --Si, la he despertado --la voz de Ellen sonaba a oido de Kaye mas cansada que nunca--. Sera por poco tiempo. Podras visitar a esa amiga tuya… --Janet --interrumpio Kaye. Kaye albergo la esperanza de que Ellen se refiriera a Janet. Confiaba en que su madre no empezara otra vez con rollo de las hadas. Si volvia a escuchar otra historia sobre Kaye y sus amigos imaginarios, le iba a dar algo…

  • Lola (Moteros 3) de Patricia Sutherland

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    .Porque, a veces, el amor llega cuando menos te lo esperas…

  • El medico frivolo del campo de Melissa Eyre

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    Cuando el medico visita el hospital balneario, apenas puede creer lo que ven sus ojos…..

  • La oportunista de Tarryn Fisher

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    ?Que demonios? ?No sabes quien soy? ?Como te atreves a OLVIDAR a quien te rompio el corazon?

  • Te seguire de Yunuen Galvan

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    Alice es una chica enamoradiza y fria que perdio a su primer amor por miedo. Despues de varios anos la vida le volvio a poner una nueva persona en su camino; pero, ?Que pasara si su viejo amor aparece de nuevo?, ?Sera capaz de dejar ir una nueva oportunidad para regresar a donde siempre tuvo el sueno de estar?"Te seguire" es una obra que aborda el tema del amor no correspondido y las diferentes maneras en las que se llega a superar los sentimientos; trata de una manera sutil el hecho de que en muchas ocasiones por intentar perseguir a una persona que no esta escrita en tu destino, te olvidas de ver quien si lo esta.

  • bajo el cielo de paris de Arlette Geneve

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    Arianne alzo el rostro para mirar el cielo que en esa manana calida de verano estaba completamente despejado. En los ultimos dias aviones americanos e ingleses habian surcado los cielos de Francia de forma continua, y sin tregua. Miles de soldados que se lanzaban desde el interior de las bestias de metal, habian tintado el cielo azul de puntos negros, para convertirse poco despues de abrir los paracaidas, en flores de algodon blanco. Oscilaron suspendidos en el aire durante varios minutos antes de tomar tierra firme, y llevar la esperanza de libertad a la poblacion oprimida. La ciudad de Paris habia sido liberada del yugo teuton, y Alemania que sufria derrota tras derrota, se replegaba hacia Belgica. La guerra llegaba a su fin, y los franceses podian respirar con un profundo alivio. Arienne clavo sus pupilas en los Campos Eliseos atestados de gente, de patriotas deseosos de darle la bienvenida a los aliados. A lo lejos se podia escuchar las notas de La Marsellesa que estaba siendo ofrecida con un sentido de orgullo y patriotismo sin parangon, y el alborotado repique de las campanas del Notre Damme, daban el punto festivo a la celebracion que se alargaria durante dias. Una muchedumbre aplaudia con fervor al paso de los soldados que en ese momento hacian su entrada triunfal en la ciudad, con una sonrisa en los labios, y sorpresa en los ojos. Blindados de la 2a Acorazada rendian honores, y los oficiales miraban, con un brillo de satisfaccion en sus pupilas, el desfile de sus companeros. Muchos de los espectadores se negaban a mantenerse pasivos, y blandian panuelos blancos en senal de bienvenida. Algunas muchachas osadas y risuenas, lanzaban besos a los sonrientes soldados que pasaban a su lado, estos, les devolvian el gesto lanzandoles chocolatinas. Arianne queria disfrutar del jubilo, pero no habia logrado una posicion ventajosa para ello a pesar de que lo habia intentado. Aunque se ponia de puntillas, no lograba ver mas alla de las espaldas de los parisinos, y de los oficiales que hacian una fila de honor con sus jeeps y blindados, para proteger el desfile de la gente agrupada en la gran avenida. Resignada, solto un suspiro y comenzo a darse la vuelta sin percatarse que la multitud la cercaba impaciente por aproximarse todo lo que permitia el estrecho pasillo. Robert St'James tenia los ojos clavados en la muchacha que tenia delante de el, habia dejado un momento su asiento en el jeep para buscar una botella de agua, ahora que regresaba de nuevo a su lugar con una bien fria, se topaba con la mujer mas extraordinaria que habia contemplado nunca. Lo habia dejado noqueado. Trabado en un suspiro que lo descentro. La muchacha tenia el cabello castano, y brillaba bajo los rayos del sol hasta el punto de cegarlo. El perfume de la satinada piel, le llenaba las fosas nasales produciendole un placer que creia olvidado. Olia a lavanda cuando la mece una brisa primaveral. La guerra era tan cruel con los recuerdos que los extinguia. Llevaba demasiado tiempo fuera de casa. Anoraba a su madre, a sus hermanas, y todo lo bueno que habia aprendido a valorar durante esos meses en los que habia estado privado de lo mas elemental: la familia. El vestido de fino algodon, y estampado con vivas flores en rojo y blanco, se ajustaba de forma perfecta al bien formado cuerpo femenino, y caia con soltura hasta las rodillas. El aire movia el tejido de forma juguetona y lo arremolinaba en torno a los muslos delineandolos a placer. Por alguna inexplicable razon, no podia apartar los ojos de ella, ni comprendia las ganas que sentia de pasar la yema de los dedos por las mejillas lozanas. Por la piel sedosa del cuello que le parecia tan incitante y subyugador. La habia visto hacerse un hueco entre el gentio para ver el desfile, pero su pequena estatura le impedia ver mas alla de los hombros de los ansiosos espectadores. Ella se movia hacia la izquierda y hacia la derecha buscando una posicion mejor, y cuando se percato de que no iba a lograrlo, desistio de su intento. Al tratar de darse la vuelta, las tres filas de personas que gritaban y agitaban sus brazos, le impidieron moverse del sitio. Robert contemplo el descorazonamiento de ella al no poder dar un paso hacia delante, o hacia atras. Estaba trabada entre el gentio que mostraba su alegria gritando al paso de los soldados y al contemplar los hermosos ojos que se cubrian de miedo, decidio acudir en su ayuda. Arianne sentia que se ahogaba. Estaba atrapada entre una multitud de personas que gritaban exaltadas, y que agitaban sus brazos sin percatarse de los codazos que daban al resto de viandantes parados. Trato de moverse para abandonar la fila, pero su intento resulto inutil. Habia sido tanta su ansia por contemplar la llegada de los vencedores, que se habia olvidado por completo que toda la ciudad desearia lo mismo que ella: ofrecer la bienvenida. -!Por favor! -Rogo con un hilo de voz. Pero era imposible hacerse oir entre la muchedumbre que gritaba enaltecida y llena de entusiasmo. La poblacion civil se abalanzaba sobre los soldados con vivas, aplausos, y aclamaciones. Los recibian con besos y con flores. Las botellas del mejor vino frances se vaciaban sobre las cabezas de ellos a manera de bautismo pagano. Arianne cerro los ojos porque comenzo a sentir un leve mareo. Apenas veia mas alla de los hombros o pecho de los hombres que oprimian su cuerpo y lo empujaban hacia delante, creyo por un instante que iba a terminar en el suelo y que seria aplastada por decenas de pies. El panico comenzo a aduenarse de ella. Se giro con inusitada brusquedad, y entonces, su cuerpo tropezo con un pecho amplio y robusto que la desestabilizo por completo. Trastabillo de forma precaria hacia atras, pero unos fuertes brazos la sujetaron e impidieron que cayera bajo los pies de las personas que jaleaban con fuerza. Arianne no se habia percatado que la persona que la sostenia era un militar, pero le agradecio infinitamente el apoyo. Alzo los ojos y los fijo en el menton cuadrado, firme. Siguio subiendo hasta llegar a unos ojos que le sostenian la mirada con verdadero interes, y ya no pudo apartar la mirada azul de la castana. El tenia una tonalidad suave, como el color de la miel templada. Sintio un escalofrio en la nuca, y un latigazo de interes en las entranas, que la sorprendio. Era el hombre mas apuesto y atractivo que habia visto nunca. -? Can I help you? -La voz, candente y profunda, le produjo un sobresalto en el pecho que la dejo vacilante, y sin capacidad de reaccion. Los fuertes brazos seguian sujetandola por los hombros e impedian que las personas que vitoreaban la empujaran en una direccion o en otra, pero ella no era consciente de ello, seguia con las pupilas fijas en el atractivo rostro masculino. En su altura y fuerte constitucion. Debia rondar el metro noventa, y el espeso cabello se le ensortijaba a la altura de la nuca. Sintio el impulso de enterrar los dedos para comprobar la textura. Advirtio que era americano, la bandera bordada en su hombro lo indicaba. Las trece barras horizontales, siete de ellas rojas y seis blancas, y un rectangulo azul en el canton con cincuenta estrellas blancas, resultaba inconfundible, y ella conocia la historia porque la habia estudiado en la universidad. Las barras representan a las trece colonias originales que se independizaron de Gran Bretana, y las estrellas representaba a los estados que formaban la Union... Arianne parpadeo. El vestia camisa y pantalon caqui, pero no llevaba la chaqueta del uniforme. Esa tarde en Paris hacia demasiado calor. El rubio cabello lo llevaba elegantemente peinado hacia atras, y libre de la gorra reglamentaria. Le parecio un hombre tremendamente varonil. !Seductor! Un suspiro profundo salio del interior de su garganta sin que pudiese evitarlo, y al percatarse, enrojecio hasta la raiz del cabello. -? Monsieur...? -formulo la inacabada pregunta en frances, y con un timbre de alarma en su voz aterciopelada, pero el hombre no le contesto de inmediato. Seguia con las pupilas brillantes clavadas en ella, y sin soltarla. -?Necesita mi ayuda? -Robert habia pronunciado las palabras en un correcto frances aunque con marcado acento. Los ojos de Arianne se entrecerraron atonitos-. Si me lo permite, la ayudare a salir del encierro donde se encuentra metida. Ella asintio de forma muy leve con la cabeza, porque si no se escabullia pronto de alli, iba a terminar desmayada por la falta de aire.

  • Por un punado de besos de Jordi Sierra I Fabra

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    Llega a la gran pantalla y a todas las librerias Por un punado de besos, una historia tan real como la vida misma; una historia de amor, mentiras y superacion personal.

  • Articulo 353 del codigo penal de Tanguy Viel

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    Finales de siglo xx en una region francesa en pleno declive industrial y economicamente y moralmente perjudicada. Martial Kermeur ha sido arrestado por la policia por haber lanzado al mar al promotor inmobiliario Antoine Lazenec. Martial relata al juez los motivos que le han llevado a esa situacion: su divorcio, la custodia de su hijo Erwan, su jubilacion y, sobre todo, los corruptos proyectos de Lazenec, quien ha estafado y dejado a Kermeur sin los ahorros de toda una vida.

  • Laberinto de Intrigas de Pilar De Aristegui

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    Ana de Austria (1601-1666), hija del rey Felipe III de Espana, esposa del rey de Francia y madre de Luis XIV, es una de las muchas mujeres injustamente olvidadas por la historia. Pilar de Aristegui novela con su maestria habitual la vida de esta reina que paso largos anos de ostracismo en la corte francesa, despreciada por su marido, con el que estuvo casada veintitres anos hasta que por fin nacio el ansiado heredero, el Delfin de Francia.

  • El secreto de los Assassini de Mario Escobar

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    Roma, ano 813. Una expedicion se dirige a la boca del Nilo. Su mision es descubrir un secreto que los faraones negros de Meroe ocultan desde hace siglos. El Cairo, ano 1075. El Gran Visir recibe un extrano regalo que protegio a la peligrosa secta de los Assassini. El arma que les ayudo a resistir a las fuerzas cruzadas y el ataque de Saladino. Estambul, ano 1914. Una misteriosa princesa arabe esconde un secreto que puede cambiar la historia de la humanidad, pero tendra que recorrer con Hercules Guzman Fox y sus amigos George Lincoln y Alicia Mantorella el desierto de Egipto, luchar a los pies de la Acropolis y atravesar una Tur-quia en guerra para llegar al Valle de los Asesinos, donde se esconde un misterio que podria provocar la ultima cruzada contra el islam.

  • Delicadeza de Caitlin N. Howley

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    Lord Conall Wiseman era un conde. Su castillo era mas pequeno que el de Lord White y poseia menos tierras, pero a diferencia de este ultimo, Lord Wiseman nunca habia perdido el carino y el respeto de Emily. Ella le conocia desde que era una nina. El padre de Conall y el de Emily habian sido grandes amigos. Ninguno de los dos estaba ya en este mundo, pero sus buenas acciones serian recordadas durante mucho tiempo. Mientras Emily esperaba a que uno de sus criados llamara a las puertas del castillo, se acordo de su padre. Habia muerto hacia solo dos semanas. Al menos, habia partido sabiendo que Emily ya no estaba entre las garras del conde. Recibimiento Lord Wiseman era alto y fuerte, pero ella nunca se habia sentido intimidada en su presencia. Los ojos del marques siempre estaban llenos de ternura cuando la miraba. Era rasgados y de color gris. Tenia el cabello marron rojizo y normalmente, llevaba se dejaba un poco de barba. Cuando las puertas del castillo se abrieron, Emily se sorprendio al verle. Habia esperado ser recibida por un grupo de criados y ser conducida hasta una de las habitaciones, donde tendria que aguardar a que el marques apareciera. Sin embargo, alli estaba: alto, con una capa negra y unos guantes del mismo color. El hombre hizo una reverencia. --Mi senora, es un placer veros. Espero que hayais tenido un viaje agradable. --Asi ha sido, muchas gracias --le contesto Emily. Se fijo en que la expresion de sus ojos era diferente. Si, seguian mostrando la ternura habitual, pero podian leerse mas emociones en ellos. Al observarlos con mas detenimiento, Emily se dio cuenta de que transmitian dolor, rabia y tambien, culpa. Se sorprendio. ?Por que culpabilidad? ?De que se arrepentia? El le tendio la mano derecha y volvio a hablar: --Acompanadme, mi senora. Os ensenare vuestro dormitorio. Emily alargo el brazo con algo de vacilacion. Al percibirlo, el dolor en la mirada de Conall se intensifico, pero el no dijo nada. En lugar de ello, esbozo una sonrisa de animo y espero con paciencia a que ella decidiera darle la mano. Emily tambien llevaba guantes, pero, aun asi, sintio un ligero estremecimiento cuando le toco. Con delicadez, el le estrecho la mano y amplio su sonrisa. Despues, ambos caminaron en silencio hacia las escaleras. Apaciguar el dolor Tres criados les siguieron varios metros por detras con el equipaje de Emily. Cuando llegaron a la habitacion, lo dejaron junto a la cama y se retiraron tras hacer una reverencia. El ultimo de ellos cerro la puerta. Emily no pudo evitar soltar un respingo cuando oyo ese sonido y sus ojos fueron directos al picaporte. Lo miro con nerviosismo. Conall siguio la direccion de su mirada y al entender lo que pasaba, se apresuro a recorrer la distancia que le separaba de la vuelta y volvio a abrirla. --Ya esta --le dijo a Emily con un tono que sono falsamente alegre--. No teneis nada de que preocuparos. Aqui estais a salvo. Emily aparto los ojos del picaporte y le observo. Enseguida, puso una mueca y su respiracion se agito. --Ey, ey, no pasa nada. --Conall se acerco a ella y le toco los hombros--. Aqui estais a salvo. Nadie os hara dano. Os lo prometo. Emily se echo a llorar. El rostro del marques se lleno de tristeza. Muy despacio, le puso una mano en la espalda y la otra en la nuca, y la acerco a el. Emily no opuso resistencia. Enterro el rostro en su pecho y siguio sollozando durante unos minutos mas hasta que se calmo. Conall no dijo nada en todo ese tiempo. Se limito a acariciarle la espalda y a susurrar Shhh Shhh de vez en cuando. Fue Emily la que se aparto de el. Se seco las mejillas con las mangas del vestido y le miro con verguenza. --Lo siento --dijo con un hilo de voz--. No queria reaccionar asi, pero no soporto las habitaciones cerradas. Me empieza a faltar el aire y tengo la sensacion de que las paredes van a derrumbarse y me voy a quedar atrapada bajo los escombros. Lo siento. --Varias lagrimas mas rodaron por sus mejillas. Conall se las seco con las yemas de los pulgares. --Mi senora, no pasa nada. Soy yo quien deberia sentirlo. Emily puso un gesto de extraneza. --?Vos? ?Por que? --Debi darme cuenta del sufrimiento que padeciais con el conde. --Vos no teneis la culpa. Yo no se lo dije a nadie. Pense que no serviria de nada y que era mi obligacion aguantar con estoicismo. Ademas, debo confesaros que me daba verguenza airear mi situacion. --No teniais por que sentir verguenza. El era el monstruo, el que deberia haberse sentido mal. Vos fuisteis su victima. No hicisteis nada malo. --Vos tampoco hicisteis nada malo. --Emily le dedico una pequena sonrisa triste--. Mi padre fue el unico que se entero, poco antes de que el conde muriera, pero yo trate de convencerle de que mi vida con el no era tan mala como parecia. Mi padre estaba muy enfermo. No queria que por mi culpa se agravara su situacion. Sin poder resistir el impulso, Conall le dio un beso en la frente y le dijo: --Debeis desterrar la palabra culpa de vuestro vocabulario cuando os refirais a vos misma. Sois la mujer mas maravillosa que conozco. No habeis cometido ningun error por el que tengais que sentiros asi. Emily volvio a sonreir, pero esta vez con alegria. --Solo si me prometeis que vos dejareis de sentiros culpable por no haberos dado cuenta de mi situacion. --Emily, yo... --Por favor --le corto ella. Conall respiro hondo y cerro los ojos. --Esta bien --murmuro--. Os prometo que me esforzare para desterrar el sentimiento de culpa de mi interior. Emily le acaricio una mejilla y a continuacion, le dio un beso en ese mismo lugar. Noto que el hombre temblaba y vio que seguia con los ojos cerrados. Su respiracion era calida y olia a canela. Emily sonrio al recordar que a Conall le encantaba el bizcocho de centeno, miel y canela. Seguramente, habria comido una rebanada en el desayuno. Le acaricio los labios. Al instante, la respiracion del hombre se volvio mas rapida y el abrio los ojos. La miro con una infinita ternura. --Emily... --susurro. Poco a poco, inclino el rostro hacia delante, los dedos de Emily todavia sobre su boca. Cuando solo les separaban unos milimetros, el se detuvo para darle la oportunidad de que se apartara si queria. Emily no lo hizo. Permanecio quieta y muy despacio, bajo el brazo. Esa fue la senal que Conall que necesitaba para besarla. Cuando sus labios se tocaron, un estremecimiento les recorrio a ambos. Emily apoyo su mano izquierda en el pecho de el, muy cerca de su corazon, pero no lo hizo para apartarle. Fue mas bien como una necesidad de reforzar ese contacto, de sentirse todavia mas cerca de el. Conall la besaba de forma lenta, como si temiera asustarla. Sus movimientos eran suaves, gentiles. Le estaba dando la oportunidad a Emily de acostumbrarse a esa sensacion. Sabia que a ella nunca la habian besado. No, lo que el conde le habia hecho no era besarla. Conall se negaba a utilizar ese nombre para hablar de una demostracion de violencia y poder. Un sabor salado le sobresalto. Enseguida, noto que la boca de Emily dejaba de seguir sus movimientos y escucho un sollozo contenido que reverbero en sus labios. Se aparto de la joven al instante y le tomo el rostro entre las manos. --Lo siento --volvio a disculparse ella. --Shhh, shhh, no pasa nada. --La miro preocupado--. Decidme que deseais. ?Quereis que me vaya para que podais descansar hasta la hora de la comida? Emily nego con la cabeza. Conall no la habia entendido. Inspiro hondo y le explico: --Me habeis conmovido con este beso. Nunca pense que podria ser algo tan hermoso. Conall sonrio y la beso en la frente, y despues en la nariz, y a continuacion en las mejillas. Emily se rio y eso para el fue como un balsamo. Sin apartar sus manos de ella, le dijo: --Cualquier demostracion de carino es hermosa. Estar con la persona adecuada puede haceros sentir cosas maravillosas. Emily se sonrojo. --?Os referis a...? Conall volvio a besarle la frente antes de contestar: --Si, me refiero a hacer el amor. Por favor, no sintais verguenza, no es un acto pecaminoso. Compartir ese grado de intimidad con alguien a quien amas y respetas es algo hermoso. --Vos... ?vos sabeis de lo que hablais? --le pregunto ella. Conall podia notar el calor de sus mejillas y eso le enternecio. Sabia que para Emily resultaba dificil hablar sobre esa clase de temas. Con suavidad, le respondio: --No, no lo se. Por desgracia, nunca he podido estar con la mujer que amo. --Oh... --Emily aparto los ojos y parecio triste de repente. El le giro el rostro con delicadeza para que volviera a mirarle y le dijo: --Nunca he podido estar con la mujer que amo porque nunca me atrevi a confesarle lo que sentia. Cuando se caso, hace once meses, crei que la pena me consumiria por completo, pero la esperanza de que fuera feliz con el conde que su padre habia elegido, sirvio para consolarme. Por eso, cuando me entere de que Lord White era un desgraciado, yo... No pudo seguir porque en ese momento, Emily se puso de puntillas y lo beso con pasion. A Conall se le olvido como seguia la frase, y la imagen del conde se esfumo su mente como si fuera humo. Cuando se separaron, Emily volvio a ponerle la mano en el corazon y sonrio al notar que lo tenia acelerado. El le acaricio la mejilla derecha y le dijo: --Ojala pudiera borrar estos ultimos once meses. Ojala pudiera eliminar vuestro sufrimiento, apaciguar vuestro dolor. La contestacion de ella le sorprendio: --Podeis hacerlo. --Le miro con intensidad--. Hacedlo, os lo pido. Conall dejo de respirar durante unos segundos. Con la voz tenida de emocion, le pregunto: --?Que me estais pidiendo exactamente, mi senora? Los ojos de Emily mostraban una leve pizca de temor, pero su voz no temblo cuando le contesto: --Quiero que calmeis mi dolor, que me ayudeis a enterrar los malos recuerdos. --Hizo una pausa y anadio decidida--. Quiero que hagamos el amor. Pradera Al escucharla, Conall creyo que el corazon se le iba a salir del pecho. Emily, la persona a la que mas queria le estaba pidiendo lo que el llevaba anos con hacer. Las manos empezaron a temblarle. --?Estais segura? --le pregunto con la voz entrecortada. --Si. Necesito saber que el sexo no va siempre asociado con violencia, humillacion y terror. Conall sonrio con tristeza y los ojos se le humedecieron. Muy despacio, volvio a inclinarse hacia ella y le dio un pequeno beso en los labios. --El sexo nunca deberia ir asociado con ninguna de esas tres cosas. Siempre deberia ser motivo de alegria y placer. --?Es agradable incluso cuando no amas a la otra persona? Conall sabia que le estaba preguntando por sus amantes. Suspiro y le contesto: --Si. Y el respeto nunca deberia faltar, no importa como sean las circunstancias. Os prometo que, si estais decidida a seguir adelante, vosotras controlareis la situacion en todo momento. Seguire todas vuestras indicaciones. Parare si me lo pedis. --?Incluso aunque esteis...? --Emily bajo la vista hacia sus pantalones. El sonrio y le levanto el rostro con suavidad para que volviera a mirarle. Entonces, le contesto: --No importa cual sea mi estado. Jamas os obligaria a hacer nada que no quisierais o antepondria mi placer al vuestro. Conmigo no teneis anda que temer, os lo juro. Emily le sonrio nerviosa y le dio un beso rapido. Despues, le pregunto: --?Podemos hacerlo ahora? Conall le devolvio la sonrisa. --Podemos hacerlo cuando lo deseeis. Pero me temo que tendra que ser aqui dentro, o en una de las otras habitaciones, y no nos quedara mas remedio que cerrar la puerta. Si hiciera buen tiempo, podriamos alejarnos unos metros del castillo y tumbarnos en la hierba. Emily cerro los ojos y sonrio como si se lo estuviera imaginando. Al cabo de unos segundos, dijo: --No importa. Estoy segura de que conseguireis aplacar mis miedos. --Lo hare. --Conall la beso, esta vez con un poco mas de pasion que la primera vez. Cuando se separaron, le dedico una sonrisa luminosa y camino hasta la puerta. La cerro procurando hacer el menor ruido posible para no inquietarla y despues regreso junto a ella. Noto que estaba un poco mas nerviosa que antes. Le acaricio una mejilla y le pregunto con tono reconfortante:

  • Capitan Roy de Francisco Correa

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    La economia se habia convertido en una balanza completamente inestable que llevaba a las personas a hacer cosas completamente inesperadas. Los profesionales se habian dedicado a oficios que no tenia nada que ver con lo que hayan estudiado, Chicago, era la cuna de la pobreza, y a pesar de que habia algunos que aun no podian manejar su crisis, otros simplemente se adaptan a los nuevos cambios con la intencion de poder superarse y llevar algo de comer a la mesa. Los Estados Unidos habia atravesado por una de las crisis economicas mas agresivas, los mercados bursatiles se habian desplomado, muchos habian perdido los ahorros de toda su vida, otros, simplemente habian sido despedidos de manera masiva mientras todos los suenos, proyectos y el futuro se iban por el cano. Aunque eran tiempos dificiles, algun corazon noble aun permaneci en la ciudad, ya que, algunos habian acumulado fortunas que aun les permitia mantenerse a flote, garantizando una vida plena, estable y llena de lujos. Era completamente dispareja la imagen que se generaba en las calles, al ver coches del ano, realmente lujosos, brillantes e impactantes a la vista, pasar justo frente a una gran cantidad de personas que se habian ido a las calles a tratar de mendigar algo para comer. Esto, habia llevado directamente a Amanda Murray a tomar una decision desde una edad muy temprana. Desde los 17 anos de edad, esta chica habia comenzado a desarrollar un profundo interes por ayudar a los menos afortunados. Habia nacido en una familia privilegiada, su padre, habia hecho inversiones en diferentes mercados mundiales, por lo que, el desplome de la economia en los Estados Unidos parecia no afectar. Con corporaciones en Europa, este sujeto habia logrado abarcar una gran cantidad de necesidades de la poblacion a traves de la produccion, y de esta manera, habia logrado amasar una fortuna increible. Pablo Murray habia sido uno de los ejemplos a seguir para esta chica, quien despues de crecer a su lado, aprendiendo todos los elementos vinculados al negocio de los bienes raices y la produccion de alimentos, encontro que los necesidades mas fuertes que podrian generar una necesidad incontenible, donde ella misma podria actuar para ser compensadas en parte por los contactos que habia acumulado a lo largo de los anos. Anualmente, un evento de caridad se llevaba a cabo en un gran salon de festejos muy popular y reconocido entre la alta sociedad, generalmente era solicitado para conciertos, eventos de gala, y exposiciones de arte. Pero Amanda, con la ayuda de los contactos de su padre, utiliza estos espacios para reunir a todas las personas que se encontraban en una situacion de pobreza extrema con el unico objetivo de brindarles una esperanza y la oportunidad de salir adelante. En cada uno de estos eventos, se sorteaban algunos empleos vacantes que se mantenian en las corporaciones de su padre, si hubiese dependia de ella, le habria dado trabajo absolutamente a todos, pero esto era completamente imposible. El indice criminal en la ciudad habia incrementado significativamente, esta situacion financiera tan catastrofica habia llevado a muchos a estar en una situacion realmente desesperada, incurriendo en crimenes y faltas a la sociedad que terminaba dejando los muertos o encerrados en la carcel. Era completamente absurdo encontrarse en las calles si no era necesario, se respiraba el miedo, la inseguridad, la duda, no era normal la vida que se llevaba a cabo en una ciudad como esta, la cual en momentos anteriores, se habia convertido en una verdadera fabrica de millonarios. Las oportunidades estaban al alcance de todos, los bancos estaban en su mejor momento y todos podian acceder a financiamientos, creditos, gastar dinero que no tenian, algo que los llevo directamente hacia la catastrofe en el momento en que este tiempo de bonanza se acabo. Pero aunque Amanda y sus eventos eran un aporte significativo para la sociedad, no terminaba de corregir el verdadero dano social interno que se llevaba a cabo en el interior de muchos de los habitantes de la ciudad. Esto no corregia los valores que se habian perdido, se necesita un saneamiento total que permitiera que las personas vieran en el mundo nuevamente con esperanza y amor. El concepto del mundo que tenia esta chica en la mente era completamente utopico, y de una manera bastante desagradable conoceria lo que realmente habitaba en la ciudad de Chicago, aquella misma noche despues de siete anos consecutivos realizando eventos a beneficencia de los mas desamparados. Cada ano, este evento se convertia en uno de los mas especiales, ya que, Amanda llevaba a cabo una inversion masiva para alimentos, ropa, y el sorteo de empleos nuevos para personas que tenian las capacidades y cumplian con el perfil necesario. Tampoco se llenaria de personas completamente ignorantes y que no contaban con ninguna preparacion, esto seria completamente y responsable. Era muy triste para esta chica tener que respirar el mismo aire de otras personas que sentian que la vida era completamente una perdida de tiempo, la desesperacion los consumian, la depresion los estaba llevando hacia la muerte, por lo que, los eventos realizados por esta chica se convertian en una pequena luz al final del tunel. En esta oportunidad, Amanda habia contratado a un mayor equipo de seguridad, ya que, el indice criminal cada vez se hacia menos manejable, y la pobreza aumentaba con cada ano que pasaba, lo que no permitia darse abasto con la totalidad de los que debian entrar. Como consecuencia, a las afueras de aquel salon se llevan a cabo peleas, las cuales, terminaban con motines que eran controlados por las autoridades. Muchos no podian entrar, no hay espacio para ellos, pero en sus cuerpos, existia el hambre, la desesperacion y la necesidad, por lo que, era dificil poder hacer entender a alguien como ellos que simplemente en esta oportunidad no corrieron con suerte. La desgracia siempre estaba presente en la vida de estas personas, las cuales encontraban una posibilidad de tener una esperanza al recurrir a la ayuda que proporcionaba Amanda Murray. Durante los primeros anos, siempre habia contado con el apoyo y respaldo de su padre, pero despues de su muerte, esto se habia convertido en una forma de rendirle tributo a su memoria. Pablo Murray habia fallecido de un infarto en su oficina, la propia Amanda lo habia encontrado despues de haber realizado algunas llamadas a su telefono movil y tratar de comunicarse con su secretaria. Este, completamente adicto al trabajo y constantemente entregado a sus responsabilidades, se habia quedado en la oficina mas tiempo del necesario, dedicandose algunos asuntos vinculados a sus transacciones financieras. Un fuerte golpe economico que habia recibido tras el cierre de una de sus filiales, lo habia llevado a entrar en un estado de tension constante durante las ultimas semanas. Lamentablemente, esto terminaria en un desenlace completamente inesperado, lo que lo llevaria sufrir un infarto estando en la soledad es oficina, su lugar favorito y donde siempre habia deseado morir. Amanda habia vivido uno de los momentos mas desesperantes de su vida tras haberlo encontrado en aquel lugar. Llamadas, mensajes, todos eran completamente ignorados, y habia un solo lugar donde la chica sabia que podia encontrar al viejo empresario. Al ingresar a la oficina con su propia llave, la chica vio al hombre tendido sobre el escritorio mientras aun sostenia en su mano el boligrafo para firmar algunos cheques. Todo habia cambiado significativamente a partir de aquel dia, ya que, Amanda debia convertirse en la encargada de aquella compania, la cual era mucho mas grande de lo que ella podia imaginar. Pensaba que habia aprendido absolutamente todo del negocio gracias a su mentor y padre, pero ahora, deberia conocer la manera real en que realmente se hacian las cosas. No habia forma de estar preparado para la muerte, cuando esta llegaba, la generalmente toma a las personas por sorpresa y termina transformando absolutamente todo su entorno. Todo se tornaba en una montana rusa de cambios y momentos inesperados que se convierten en un cincel para forjar una nueva vida. Amanda se habia aferrado a la idea de que tenia que ayudar a la sociedad que la rodeaba, y este tipo de eventos, se convirtieron en su razon de ser. Pero el corazon de esta chica parecia ser demasiado dulce y bondadoso para estar ubicado en un lugar tan toxico y deteriorado, parecia ser una rosa creciendo en medio de un pozo lleno de gases y sustancias letales, ya que, todo lo que hacia, generalmente generaba criticas completamente adversas a las intenciones de esta chica. Todos decian que tarde o temprano Amanda se convertiria en una candidata a alcaldesa, algo que vendria trabajando quizas desde muy temprana edad. Amanda no tenia intereses en la politica, la detestaba, y aunque muchas veces recibia llamadas de los miembros de la politica actual para tratar de obtener una ventaja en medio de sus eventos, frecuentemente terminaba rechazandolos o desviando las llamadas para ni siquiera tener que escuchar sus voces. Habia un rechazo profundo hacia la forma en que se estaba llevando la sociedad y Amanda sentia que desde su pequena ayuda, podia proveer un poco de esperanza en medio de tanta desesperacion. Aquel evento habia abierto sus puertas, y la gran masa de personas que esperaban a las afueras de aquel lugar desde el dia anterior, comenzaron a entrar a este lugar que se convertia en el sueno de tantos. Muchos esperaban un ano entero para volver a ser parte de algo tan espectacular, ya que, Amanda cerraba las puertas de este lugar y trataba de proyectar una realidad completamente diferente durante algunas horas. Las personas eran provistas de vestiduras nuevas, alimentos fresco y deliciosos, grandes e importantes chef de la ciudad eran contratados especialmente por Amanda para que cocinar los mas deliciosos manjares para ser provistos a estas personas que se convertian en una responsabilidad para la chica, haciendole ver como una verdadera diosa. Todos la adoraban, querian acercarse a ella para agradecerle tanta abnegacion y entrega a este objetivo, pero Amanda contaba con un fuerte anillo de seguridad que la mantenia completamente a salvo, ya que, asi como habian algunos agradecidos, siempre se encontraba con algunos adversos que tenian una necesidad increible de hacerle pagar por el hecho de ser simplemente una millonaria. El inicio del evento habia sido llevado a cabo especialmente por ella, quien habia dado la bienvenida a todos y agradecia la receptividad que siempre demostraban. Ella, siempre dulce y completamente angelical, se mostraba frente al podio sosteniendo el microfono con algo de timidez, mientras veia a absolutamente todos tomar asiento, guiados por alguno de los miembros del equipo de protocolo que habian sido contratados por los empleados de Amanda. --Es un honor tenerlos aqui esta noche. Me llena de ilusion poder ser siempre una gota de esperanza dentro de toda la desesperacion que se respira en las calles. Espero que algun dia las cosas puedan cambiar y todos podamos compartir bajo las mismas condiciones. --Dijo la chica. Todos aplaudieron euforicos ante sus primeras palabras, esto era basicamente lo que todos deseaban, un mundo igualitario, oportunidades similares, no tener que mendigar por un trozo de pan o un lugar donde dormir. El dinero se habia hecho muy valioso, y no solo era su valor financiero, era lo que representaba, el acceso a bienes, alimentos, recursos, algo que practicamente era absolutamente escaso en el entorno. Durante muchas ocasiones, Amanda habia recibido asesorias vinculadas a este tipo de eventos, los cuales no parecian ser muy atractivos para algunas de las personas que la rodeaban. La chica estaba generalmente rodeada de una gran cantidad de criminales, personas desadaptadas, inestables mentalmente, victimas de la propia situacion financiera y la crisis que se estaba llevando a cabo en la ciudad de Chicago. Pero esta, de alguna u otra forma era mas inocente de lo que deberia, ya que, no pensaba realmente en el nivel de maldad que proyectaban las personas, en lo unico que podia pensar era en que necesitaban un poco de ayuda y aliento. Aquel evento dio inicio, Amanda continua con sus palabras, dio inicio al evento, y los platos de comida comenzaron a circular por todo el lugar, sirviendose en las mesas mientras los hambrientos invitados, disfrutaron de los mejores sabores en su paladar. Era una experiencia emocionante tanto para ella como para los asistentes, ya que, de alguna otra forma se respiraba la buena energia que emanaba en el ambiente. Fuera de aquel lugar, la desesperacion continuaba imperando, la crisis comenzaba a devorar cada vez mas a las personas hasta los huesos, dejandolos en una perdida de peso increible. Muchos de los companeros empresarios de su padre, los cuales habian quebrado anos atras, acudian a eventos como estos, despues de ser unos empresarios obesos y despotas, ahora eran simplemente despues que caminaban practicamente por inercia con la unica intencion de conseguir algo de alimento. Era una mezcla de emociones realmente fuerte la que se llevaba a cabo en el interior de la chica, quien tenia que aprender a lidiar con esta idea de que ella aun permanecia siendo muy afortunada y la suerte continuaba estando de su parte. Caminaba por el lugar estando escoltada por dos hombres realmente fuertes y atentos, en sus oidos, llevan instalados unos sistemas auriculares a traves de los cuales se mantienen comunicados con absolutamente todos los miembros del equipo de seguridad. A las afueras, el habitual motin generado por los que no pudieron ingresar, comienza a gestarse de una manera violenta. Hombres empujan tratando de ingresar, ellos tambien quieren una oportunidad, ellos sienten que la merecen, y una simple puerta y un grupo de hombres no son quienes para poder limitarnos. Hay musica en vivo en el interior, un hombre toca el piano mientras que los asistentes disfruten de una cena que parece ser la de un importante millonario, las personas sienten agasajadas, importantes, tomadas en cuenta. Amanda simplemente se desplaza por el lugar tratando de saludar a algunos de los asistentes mientras los platos de comida van llegando a las mesas. Saluda a ninos, ninas, ancianos, se compenetra con ellos, comparte historias, es un dia realmente agotador para la ella, pero que es capaz de renovar su espiritu de una manera absoluta. No importa Juan bondadosa sea el alma de Amanda, nadie puede ser realmente ingenuo y bueno en medio de un entorno como este, el cual esta completamente podrido y lleno de personas hambrientas de venganza hacia un sistema que les ha arrebatado todo. A las afueras de aquel lugar, se encontraban tantas personas necesitadas que basicamente era ya casi imposible controlar su entrada. Los miembros del equipo de seguridad y las autoridades policiales habian tenido que trabajar en conjunto para tratar de controlar a las personas, por lo que, todo se habia vuelto violento. Algunos eran golpeados, se usaba electricidad para limitar a muchos, otros simplemente era rociados con fuertes chorros de agua que lo dejaban tendidos en el suelo practicamente inconscientes. Era una escena completamente caotica en el exterior, completamente diferente a lo que queria lograr Amanda. Cada ano se le decia claramente a la chica que era contraproducente llevar a cabo un evento asi, ya que, las personas cada vez estaban mas desesperadas y habia mas hambre. Haciendo caso omiso a las indicaciones que se le habian proporcionado, Amanda habia seguido adelante con sus ideas. Para ella, simplemente era una oportunidad de ganar nuevas amistades y conectar con personas humanas que tenian una vida normal tan solo hacia unos anos atras y que ahora tenia que vagar por las calles sin ninguna oportunidad de exito. El sorteo de los empleos se llevaba a cabo al final de la velada, y esta era una de las cosas que mas llenaba de ilusion a profesionales y personas preparadas. Aunque tenian unas hojas de vida absolutamente impecables, no habia lugar donde trabajar, y esto habia multiplicado la pobreza de una manera violenta. Algunos de los miembros del equipo de seguridad habian sido fuertemente golpeados a las afueras, y en medio de la confusion, habia logrado colarse un hombre en particular que de alguna manera pondria las cosas muy electrizantes aquella noche. Otto Levine habia entrado en este recinto sin ser notado, parecia haber sido una especie de camaleon que habia logrado infiltrarse, y tras entrar, no parecia ser algo irregular, ya que, era uno mas de todos estos que buscaban la oportunidad de sentirse tranquilos y felices al menos durante una noche. Las criticas que se llevan a cabo hacia Amanda, eran tan duras, que la chica practicamente entraba en un estado de aislamiento durante los proximos dias. No reservada noticias, no leia articulos de los diarios, ya que, aunque muchos la elogiaban, otros simplemente criticaban el hecho de que proyectara una vision tan ficticia de lo que era la vida, y durante un tiempo tan limitado. Para los criticos, no habia ningun tipo de sentido en proyectar una vida llena de lujos y comodidades durante tan solo unas horas para lanzar a las personas posteriormente hacia las calles a continuar con esa vida miserable. Experimentarian un vacio que posiblemente se prolongaria y se multiplicaria durante los proximos dias, hasta que el proximo ano se llevara a cabo un evento similar. A pesar de que tenia algo de sentido este analisis, para Amanda no habia posibilidad alguna de detenerse en medio de sus eventos, para ella seguia siendo una esperanza para la sociedad, una oportunidad de conectar con los mas necesitados. En esta oportunidad, su cercania a esta crisis, seria mucho mas real que en otros momentos. La chica se desplazaba tranquilamente por uno de los pasillos sin notar la presencia de nadie en particular, todos eran importantes para ella, tanto los mas pequenos como los mas adultos eran parte de la noche especial, asi que, para todos habia una sonrisa y un saludo. La hermosa chica de 24 anos de edad camina llevando puesto su abrigo gris, su vestido de color blanco, tacones del mismo color, un maquillaje perfecto y un perfume que embriaga a todos aquellos que se encuentran alrededor de ella. Su aspecto es absolutamente impecable, es elegante pero a la vez sencillo, no pretende llamar demasiado la atencion, pero no importa lo que se ponga, Amanda Murray siempre se ve espectacular con absolutamente cualquier vestimenta. Es ese tipo de chicas que siempre lucen elegantes asi lleven su pijama antes de dormir. Se ha convertido en un icono para las personas necesitadas, la miran, la abrazan, muchos quieren tocarla, pero los efectivos de seguridad tratan de mantenerla completamente a salvo, pero los vacios en un anillo de seguridad siempre estan presentes, solo hay que encontrar el momento adecuado. Otto habia sido paciente para poder encontrar el momento ideal para atacar. No habia una razon en particular para convertirse en la imagen de la noche, pero parecia que era su mision mas importante. Aquel nombre habia logrado ingresar un arma de fuego, y manteniendola en la parte trasera de su pantalon, habia caminado lentamente como si se tratara de un jaguar cazando a una gacela. La hermosa chica estilizada sonrie mientras algunas camaras fotograficas de la prensa dejan salir sus flashes para retratar a la hermosa joven llevando a cabo su evento anual. Pero Los ojos sombrios del joven Levine, la observan con mucha insistencia, la detallan, la miden, la analizan, mientras cada uno de los hombres que tienen como unica responsabilidad cuidarla, observan hacia los lados llevando a buscar las oscuras, mientras dan reportes de absolutamente todo lo que ven. Aun faltan muchas horas de evento, apenas practicamente ha comenzado, asi que, Amanda esta en la cuspide del climax y la emocion, ya que, no hay forma de que algo pueda salir mal. Ano tras ano todo ha sido un absoluto exito, pero para Otto, han sido anos de frustracion en los que no ha podido ingresar a ninguno de estos eventos organizados especialmente por Amanda para los mas necesitados. El se ha sentido excluido una y otra vez tanto por la sociedad, por la economia, por los benefactores, todos se han convertido en sus enemigos, pero el simplemente es un desafortunado que ha llegado en el momento equivocado. Simplemente es parte de un grupo que no puede disfrutar de la fortuna de la que otros simplemente gozan por cuestiones de suerte o esfuerzo. Otto caminaba lentamente tratando de ocultarse entre las personas, y al ver un vacio en aquella muralla que se levantaba alrededor de Amanda, salto sobre ella, sosteniendo en su mano su arma de fuego cargada, pasando justo a un lado de los miembros de seguridad y colocando el arma de fuego en la cabeza de la chica millonaria. --!Que nadie mueva un solo musculo o le volare la cabeza! --Exclamo el perturbado chico, quien mostraba sus completamente ojos abiertos y llorosos. Su rostro era completamente perturbador, se veia que no habia dormido en dias, su cabello era grasoso, su piel en la palida, habia ojeras debajo de sus ojos y respirar era completamente agitado. Para Amanda era absolutamente irreal el hecho de que esto estuviese pasando, siempre habia confiado en los hombres que la rodeaban y garantizaba que estos no la dejaria sola ni un minuto. Pensaba en el hecho de que este hombre pudiese estar jugando una broma, pero al sentir el frio acero en su sien, pensaba que todo terminaria pronto. Se sentia tembloroso, nervioso inestable, y se habia ubicado en una zona segura pegado a una pared para evitar que alguien lo sorprendiera por la espalda. --Baja esa arma y calmate. Ella no es tu enemigo. ?Que es lo que quieres? --Dijo uno de los efectivos de seguridad mientras llevaba su mano hacia su chaqueta. Otto, sin pensarlo, disparo directamente al pecho de aquel hombre que trataba de sacar su arma, algo que alerto a todos y les demostro que este hombre no se encontraba jugando. Si alguno de los que estaba en aquel lugar trataba de hacer algo estupido, posiblemente la siguiente bala terminaria volandole la cabeza en pedazos a la joven chica. No se trataba de algo normal, es una situacion completamente descontrolada que ha llevado a todos los presentes a lanzarse al suelo, tratando de proteger sus vidas.

  • Estoy contigo de Melania G. Mazzucco

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    La conmovedora historia de una refugiada que llega a Roma huyendo de la violencia politica del Congo. Un libro desgarrador, pero tambien esperanzado.
    Durante el gelido enero de 2013 una mujer negra deambula por la Estacion Termini de Roma. No habla ni una palabra de italiano. Busca comida en las papeleras. Llora. La gente la toma por loca. ?Quien es? ?Una extranjera indocumentada? ?Una inmigrante ilegal mas? ?Una sin techo que no tiene donde dormir? Pasados unos dias, por fin un hombre negro se le acerca y le habla, primero en italiano -que ella no entiende- y despues en frances.

  • Berlin 1961 de Frederick Kempe

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    Mucho se ha hablado y escrito sobre la caidadel Muro de Berlin. Muy poco, en cambio,sobre su construccion. Y sin embargo fueel acontecimiento mas decisivo de la guerra friay nunca como en esos meses de 1961 el mundoestuvo tan cerca de la Tercera Guerra Mundial.

  • Jamas en la vida de Fernando Ampuero

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    Historias breves de experiencias cruciales --quince historias, para ser precisos; unas son de corte realista, otras (pocas) de impronta fantastica--, que se proponen indagar en el misterio de la existencia. De esto va Jamas en la vida, la nueva coleccion de cuentos de Fernando Ampuero. Libro ironico, ambiguo, evocativo, donde los personajes traen a su paso un aire liviano pero cargado de significados. Como muchos libros del autor, Jamas en la vida recrea con prosa tersa y sencilla los gozos y penurias del encandilado asombro de estar vivos.

  • Alteravita de Estefania Yepes

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    En algun momento dado, todos almacenamos en nuestra memoria el recuerdo de un acto, decision, palabra o gesto, que nos remueve por dentro y nos martillea la sien. Duele. Tanto como solo lo hacen aquellas cosas que viven en un interior desprovisto de visitas ajenas, donde el propio yo es dueno y senor de nuestras emociones mas ocultas, recordandolas cada vez que se siente dispuesto a castigarnos con ellas. Los remordimientos existen desde tiempos inmemorables. Residen en el ser humano y constituyen parte de su propia existencia, cohabitando junto con todos los buenos pensamientos. Son casi tan importantes como ellos, tal vez incluso mas. Se aprende a partir de las ensenanzas, pero tambien de los errores. Estos, precisamente estos, son los que generan una sensacion en el cuerpo imposible de emular por cualquier explicacion doctrinal o farmaco. Resulta muy facil entender que si tu sonries a una persona justo despues de desearle que tenga un buen dia, existe un noventa y ocho por ciento de posibilidades de que esta te responda del mismo modo, lo cual, provocara en ti emociones de placer, serenidad y lo mas importante, permitira la liberacion de las llamadas endorfinas, los neurotransmisores responsables de hacer que nos sintamos felices y al mismo tiempo, disminuiran los niveles de estres. Sin embargo, nadie nos prepara para la llegada de aquel momento en el que, sobrepasados quiza por ciertas circunstancias, tal vez una noche de insomnio o bien, una semana cargada de tension en el trabajo, cuando alguien nos sonrie tras desearnos ese radiante "buenos dias" respondemos con un despiadado bufido, enarcamos las cejas y le recriminamos que todavia siga en la cama cuando deberia de estar haciendo algo productivo con su vida, y no dejar que todo el peso de la casa recaiga sobre uno mismo, justo antes de cerrar la puerta a tus espaldas y desaparecer con el corazon batiendo con fuerza contra el pecho. Tras ese dos por ciento de posibilidades que existen de que esto suceda, cuando la furia inicial remite y la razon consigue hacerse un hueco e imponerse sobre la excitacion sobrevenida, surge lo que se conoce como los remordimientos. Los remordimientos no son mas que sentimientos, un patron de pensamiento segun el cual, el ser humano ahonda y rememora unos actos, reacciones o palabras que quiza podria haber evitado, en la mayoria de ocasiones de forma muy sencilla. Los hay productivos, es decir, todos aquellos que nos permiten aprender de un error y afrontar nuestro futuro de un modo distinto; pero tambien, existen los considerados como improductivos, capaces de sepultarte y hundirte sin piedad en un infierno de emociones con las que no podras cambiar absolutamente nada e incluso, de destruir cada recodo de tu ser. Dicen que de los errores se aprende. La historia que os traigo a continuacion no versa unicamente sobre ellos, sino sobre la capacidad que tiene el ser humano para caer, levantarse, comprender, crecer y, en la mayoria de los casos, volver a caer. Dar el siguiente paso, ya solo depende de uno mismo. ?Cuantas veces os habeis preguntado "que habria pasado si..."? 0. El principio... o tal vez el final. Desperte demasiado tarde. Bueno, en realidad no lo hice. Pero, por lo visto, una ya no podia dormitar tranquila ni siquiera a las siete de la manana. Me sentia agotada por culpa de las incesantes horas de trabajo a las que me veia sometida y mi jefe no parecia tener muy por la mano el concepto "limites". Una cosa era tener disponibilidad horaria completa y otra muy distinta no respetar el descanso de tus empleados. Sali del bano envuelta en una nube de vapor, el pelo encrespado y el maquillaje sin sellar. Me esperaba un dia duro. Debia despedir a mi secretaria y a dos de los chicos de mantenimiento despues de una remodelacion de plantilla. Llevabamos toda la semana con reuniones a casi todas horas. El comite nos exigia cifras con las que respaldar una decision que me provocaba nauseas. Me mire frente al espejo del armario y mis ojeras no me devolvieron el saludo. Por lo visto, ellas tambien me odiaban. Toda yo me odiaba por tener que dar ese paso. A mis espaldas, Sam continuaba tumbado en la cama, como si el mundo no fuera con el. La serenidad se reflejaba en su rostro, aquella calma que solo reside en las personas que no viven con remordimientos o tal vez, aquellas que con el tiempo, han aprendido a gestionarlos sin que estos logren aduenarse de su cordura. Uno de sus pies reposaba apacible sobre las sabanas, al que le seguia una pierna musculada y fibrosa. Senti rabia y muchisima envidia. Rabia porque el pudiera dormir con tal placidez cada noche, ajeno a todas las emociones que me hacian tambalearme, sufrir migranas hasta altas horas de la madrugada y acabar llorando hecha un ovillo cuando la tension me sobrepasaba. Envidia de que el pudiera seguir durmiendo mientras yo debia ir al despacho y afrontar el que seguramente seria uno de los peores dias, cuando lo unico que deseaba era quedarme en casa, servirme una copa de vino y encargar una tarta con crema de mantequilla. --Buenos dias, mi amor --me saludo feliz, con un ojo entreabierto y algunos mechones ondulados cubriendo su frente. Mostraba una de esas sonrisas mananeras, obnubiladas por un sueno del que aun no habia despertado por completo. Si, me moria de rabia, de envidia y estaba furiosa con el, por un motivo que ni siquiera le concernia. --Eso lo sera para ti --espete en un tono hosco que no se merecia--. Te pasas las mananas durmiendo sin hacer nada de provecho. Ya podrias levantarte y salir a hacer la compra por lo menos, seria todo un detalle por tu parte. A traves del espejo vi que levantaba ligeramente la cabeza, contrariado por aquel ataque gratuito que acababa de recibir. Me dedico una mirada de estupor nada fingida. Cerre los ojos y sostuve la cabeza en alto, arrepintiendome en ese mismo instante de lo que acababa de decirle. Pero no tenia tiempo para disculpas. Cogi el bolso que habia sobre la silla, me coloque el panuelo en el cuello y me despedi con un simple e impersonal "adios". Llegue a la oficina con el estomago encogido y una aguda jaqueca, por no mencionar la presion que me oprimia el pecho. El metro a esas horas de la manana era un horror. Se formaban grandes tumultos y algunos de los viajeros, sin haber pasado previamente por una ducha calida y necesaria, me conducian con su impaciencia a un estado de mayor irritacion. No me gustaban las aglomeraciones, pero nos habiamos quedado sin coche y el chico del taller dijo que tardaria dos o tres dias en darnos una respuesta al problema. Hacia tiempo que no iba en metro y ahora no podia pensar en otra cosa que no fuera lo mucho que llegaba a odiarlo. Entre en la oficina con el pulso disparado y un ligero temblor en las manos. Todavia podia escuchar mis propias palabras mientras el rostro de Sam me interrogaba atonito desde la cama. Me habia pasado con el. No se merecia mi descaro. Algo se removio en mi interior y supe que tenia que disculparme cuanto antes. Eleve la mirada al techo, puse los ojos en blanco y exhale un suspiro mientras mi conciencia se encargaba de mortificarme. Sentia la imperiosa necesidad de pedirle perdon y hacerle saber que en realidad, no queria decir lo que habia dicho. Era consciente de que trabajaba hasta muy tarde y que nuestros horarios a veces resultaban incompatibles, pero queria que supiera que no creia que fuera un hombre sin pretensiones ni dedicacion, ni mucho menos. Al llegar a mi despacho, deje las cosas en el perchero, encendi el ordenador y saque el telefono movil para enviarle un mensaje. Sin embargo, mi jefe aparecio en ese mismo instante, dispuesto a cortar de raiz mis intenciones. --Llegas tarde. Estan todos en la sala de juntas. Date prisa. Le hice un gesto afirmativo con la cabeza y me vi obligada a dejar de lado mis propositos para coger los portafolios antes de salir tras el como un rayo. Respire con profundidad un par de veces a sus espaldas y me dije a mi misma que en cuanto hicieramos el primer descanso le enviaria el mensaje. El debia de seguir durmiendo y seguramente, despertaria a media manana, daba igual que el mensaje llegara a las ocho menos cuarto que a las diez.

  • No todas las princesas llevan corona de Sweet Melibea

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    ?Que es el amor? Me encojo de hombros cada vez que leo esta pregunta o una parecida, porque, ?quien lo sabe? ?Quien sabe con exactitud lo que es? Supongo que nadie. Es un sentimiento tan grande, tan ambiguo y tan... efimero, si, esa es la palabra, que su significado se puede relativizar mucho. Mismamente, yo, he cambiado mi perspectiva de verlo en algunas ocasiones. No se mira de la misma forma al primer amor que al amor de tu vida, aunque a veces puedan coincidir. Tampoco tienen la misma importancia personas que simplemente hacen el papel de rolletes sin mas en tu vida sentimental, que otras que llegan a tocarte la patata. Y todo esto, aunque solo sea una pequena parte de todo lo que se aprende, tienes que estudiarlo en la universidad de la vida, seguramente en tu etapa de adolescente o de adulto joven o primerizo, como lo quieras llamar. !Wow! Ardua tarea me parece a mi, ?no? No se... ?acaso la edad determina cuanto se aprende del amor y cuanto se deja de aprender? A lo mejor sientes la dicha de haber encontrado el amor verdadero a los cincuenta, ?y? Es todo un lio muy lioso, como diria mi hija Carmen, a quien se le ha pegado esa expresion de no se todavia quien. En fin, que me voy por los cerros de Ubeda de lo nono que me pongo. Como decia, ninguna de las personas que pasan por tu vida sentimental representaran lo mismo, y eso no lo entendi hasta que ELLA aparecio en mi vida. Si, ELLA, porque, de momento, querida lectora, no voy a revelarte su nombre. Siempre crei que Nerea ocuparia mi corazon hasta los restos, sobretodo porque tenemos a Carmen en comun, hasta que comprendi que debia dejarla ir porque yo ya no estaba tan dentro de su corazon como en un principio. Y empece a quererla bien, mirando su felicidad por encima de la mia, porque en eso consiste querer a alguien de forma sana, ?verdad? Ese fue un paso muy grande en mi vida sentimental, por supuesto, y tambien en la personal, claro, pues significaba un gesto de madurez. Pero... Si, hay un pero, porque en esta vida no todo te sale como quieres ni es color de rosa, asi que todavia me quedaba mucho por aprender y, por supuesto, como el destino es asi de caprichoso, tuvo que llegar una chiquilla alocada e impertinente a mi vida para ensenarme un par de cosas. Y que chiquilla. Joder. Andaba siempre con la cabeza metida en los libros y sonando despierta con las historias romanticas que leia en ellos, cosa que me hacia suponer que de alguna manera buscaba, como Nerea, a su principe azul. Pero se topo conmigo y, creeme que, aunque mi capa de principe se hubiera destenido varias veces y apuntara maneras a ser un sapo y de los gordos, yo tambien aprendi a ser un caballero, pues parecia haberme estado reservando ese privilegio solo para ella: el amor de mi vida. Mi historia comienza en tres, dos, uno... Capitulo 1 El Odiaba el turno de manana, aquello era una realidad. A veces pensaba que deberia haberme dedicado a la abogacia, que para eso estudie la maldita carrera de derecho. No obstante, eso de ponerme traje y corbata, hincharme a cafes para aguantar lidiar con los malditos problemas de la gente y defender lo indefendible, como que no iba conmigo. Eso, y que yo necesitaba actividad en las venas. ?Que hacia yo todo el dia tras una mesa, en una silla de esas de ruedecillas estruendosas, rodeado de papeles y quebrandome la cabeza para encontrar motivos por el que el cliente deberia ser inocente? Gracias, pero no, gracias. Me movia la actividad, por eso, cuando encontre trabajo en un almacen de muebles, como mozo que carga y descarga los camiones, me quede ahi. No, no era el mejor trabajo del mundo, ni tampoco el mas comodo, pero me hacia moverme y la jornada se me pasaba mas rapido. El movimiento me liberaba la mente y me permitia dejar de pensar cuando estaba rayado por haber discutido, otra vez, con Nerea. Pero, a ver, creo que sera mejor que nos pongamos en situacion. Me llamo Daniel, pero todos me llaman Dani. Ya sabes, mi etapa chulita de la universidad. Y precisamente en aquella etapa me enamore por primera vez. Nerea, la madre de mi hija Carmen, porque si, tengo una hija y es preciosa, me robo el corazon, y lo intentamos hasta el final. Por Carmen y por lo que quedaba de ese amor que nos toco fuerte la patata. Pero, hay veces que el amor no es suficiente, y esta vez sucedio exactamente eso, aunque me costo entenderlo. Lo cierto es que al principio lleve todo aquel tema francamente mal, yo queria volver con ella y lo pasaba fatal cuando ella quedaba con otros chicos, buscando el azul de sus capas de principe. Entonces aparecio el, Nacho, y cambio las vidas de ambos, pues consiguio que yo me diese por vencido, que no por perdedor, pues Nerea no era ningun trofeo que ganar. Ademas, ella habia encontrado lo que tanto ansiaba: su principe azul. !Menudo resumen! Pero creo que, mas o menos, puedes ubicarte un tanto, ?no? Bien, aquel dia era viernes y, como te he dicho, odiaba el turno de manana, mas que nada, porque a las seis de la manana, cuando todavia ni siquiera habia sol, mi despertador sonaba, haciendo que me cagase en todo lo cagable. A todos nos pasa, ?cierto? Pero era lo que tocaba, asi que decidi tomarmelo de otra manera, ya que era viernes y, tras aquella jornada, dormiria una siesta, iria al gimnasio y quedaria con Nacho para cenar y tomar algo. Asi, el dia acontecio relativamente bien, y cuando llego la noche estaba bastante animado. --Esto esta que te mueres --apunto Nacho cogiendo otro trozo de pizza. Habiamos ido a cenar a un italiano de la Gran Via de Madrid, y aquello estaba espectacular. Termine de masticar el trozo que tenia en la boca y limpie las comisuras de mis labios con la servilleta. --Flipas --fue lo que unico que dije, porque muchas veces era parco en palabras, y tengo que aceptarlo. Ahora que lo veo todo desde lejos, me hace gracia, pues fui a caer en la red de una de las personas mas parlanchinas que he conocido nunca. Pero todavia queda mucho para eso, por lo que disfrutemos de la historia, aunque vaya dejando miguitas de pan sobre ella durante el recorrido. Nacho asintio con la cabeza, tenia la boca llena. --?Crees que Victor vendra? --pregunte entonces. Nacho, Victor y yo, en nuestros anos mozos, como diria mi madre, formabamos un grupo, junto a Nerea, Alejandra, que era la novia de Victor, y Cayetana, entre otros amigos mas. Y, no te lo vas a creer, pero hacia relativamente poco que habiamos vuelto a mantener el contacto, exactamente desde que Nerea comenzo a salir con Nacho y yo comence a quererla bien, ya sabes. Nacho nego con la cabeza, terminando de masticar el trozo de pizza. --A cenar, no. Luego, es posible. Alejandra terminaba el turno despues de cenar en el hospital. Cuando ella llegue, vendra el, no dejaran a la nina sola. Asenti con la cabeza. --Guay, lo pasaremos bien --dije cogiendo el ultimo trozo de pizza que quedaba en el plato. Segundo ron con cola y Victor aparecio por la puerta. Chocamos nuestras manos, sonrientes y contentos de que hubiera llegado, y se sento junto a nosotros en la silla que quedaba libre. --?Que tal? --pregunto. --Me acabare emborrachando por tu tardanza --le dije de broma. Victor chasqueo la lengua contra el paladar e hizo un aspaviento con la mano para llamar al camarero. --Una cerveza sin alcohol, por favor --pidio sin gritar demasiado, aunque el camarero parecio escucharle. --?Y esa chica de alli? Es guapa --dijo Nacho, quien llevaba desde que habiamos terminado de cenar y habiamos empezado con las copas queriendo emparejarme con extranas. --Deja ya de beber, se te esta yendo esto de hacerme de Celestino de las manos --le dije sonriendo. Suerte que aquella noche cogeriamos un buho o pediriamos un Uber, porque ninguno estariamos, seguramente cuando nos tuvieramos que marchar, en condiciones de conducir. --No, en serio, esta noche tienes que irte de aqui con alguna --me dijo, divertido. --?De que va esto? --pregunto Victor acto seguido de que el camarero se hubiera marchado tras dejar la cerveza que habia pedido en la mesa. --Aqui, tu amigo --dije senalando a Nacho--, quiere emparejarme con una chica de esta sala. Victor solto una risotada. --?En serio? --Y va listo, porque no pienso enamorarme --aclare. Era cierto, no tenia ninguna, pero ninguna intencion de enamorarme, al menos en anos. --?Quien ha hablado de enamorarse? Solo... una canita al aire --dijo Nacho, para beber despues de su copa. Bufe. A veces casi ni eso me interesaba, aunque esta claro que somos humanos, y todos necesitamos el contacto fisico con alguien en las relaciones interpersonales. --?Que te pasa? --me pregunto Victor.

  • Betty (SERIE NEGRA BIBAUT) de Arnaldur Indridason

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    Todavia no he llegado a entender del todo lo que ocurrio, pero por fin se cual fue mi funcion en esta historia. Llevo tiempo tratando de ensamblar las piezas, pero no es sencillo. Por ejemplo, no se cuando comenzo todo. Se en que momento entre en juego, recuerdo cuando la vi por primera vez, pero quiza mi papel en aquella extrana maquinacion estaba adjudicado desde hacia mucho tiempo. Mucho antes de que ella se acercara a hablar conmigo. ?Podria haberlo visto venir? ?Podria haberme percatado de lo que pasaba y haber escapado? ?Haberle puesto fin y desaparecer? Ahora, tras haberse esclarecido lo que realmente sucedio, me doy cuenta de que podria haber adivinado hacia donde se encaminaba todo. Deberia haber detectado las senales de peligro. Deberia haber entendido mucho antes lo que pasaba. Deberia… deberia… deberia… Que facil es cometer errores cuando se vive en la ignorancia. Ni siquiera son errores hasta que no nos damos cuenta, mucho tiempo despues, de lo que ha ocurrido; hasta que no echamos la vista atras y vemos como se han producido los acontecimientos y por que. Cometi un error. Cai en una trampa tras otra. En ocasiones queriendolo. En mi fuero interno sabia que era peligroso, pero habia cosas que no sabia. A veces pienso que seguramente volveria a caer otra vez en algunas de ellas, si tan solo tuviera la ocasion de hacerlo. Aqui todo el mundo me trata bien. No recibo ningun periodico, ni tengo radio ni television, asi que no me llegan noticias. Tampoco recibo ninguna visita. Mi abogado viene a verme de vez en cuando, mas que nada para comunicarme que no parece haber esperanza. No lo conozco muy bien. A pesar de su amplia experiencia en casos criminales, admite que este podria irle demasiado grande. Ha hablado con todas las mujeres que localice y que pense que quiza me podrian ayudar, pero, segun el, sera dificil que lo puedan hacer. Practicamente nada de lo que ellas puedan declarar guarda relacion directa con el caso. He pedido un boligrafo y unas hojas de papel. Lo peor de este lugar es la calma. Aqui impera un silencio que me envuelve como una gruesa manta. Todo funciona como un reloj. Me traen la comida a horas fijas. Me ducho todos los dias. Luego vienen los interrogatorios. De noche apagan las luces. Es entonces cuando me siento peor. En plena oscuridad, a solas con todos esos pensamientos. Me torturo sin cesar por haberme dejado utilizar. Deberia haberlo visto venir. Deberia haberlo visto venir. Y de noche, en la oscuridad, me invade ese profundo deseo por ella. Ojala pudiera verla una vez mas. Ojala pudiera estar con ella una vez mas. A pesar de todo. Ya no recuerdo sobre que trataba el congreso que se celebraba en el cine de la universidad. Ni siquiera recuerdo el titulo de mi charla. Al fin y al cabo, ya no importa. Era algo acerca de negociaciones del sector pesquero islandes en Bruselas, algo relacionado con la Union Europea y nuestras pesquerias. Proyecte unos graficos. Lo se, yo tambien me habria dormido. Ella estaba alli. Llego tarde y me fije en ella inmediatamente porque era… maravillosa. Maravillosa desde el momento en que la vi entrar en la penumbra de la sala. La luz del pasillo a sus espaldas la iluminaba como a una estrella de cine. No tenia miedo de ser femenina, a diferencia de tantas otras mujeres; por ejemplo, en la sala habia una con anorak que apoyaba las piernas sobre el respaldo de la butaca de delante. En cambio, la mujer que acababa de entrar llevaba un vestido ajustado de tirantes finos que dejaban a la vista sus preciosos omoplatos; su abundante cabello moreno le caia hasta los hombros y en sus ojos hundidos y marrones relucia un ligero destello blanco. Y cuando sonreia… Me fije en los detalles cuando se acerco hasta el estrado para hablar conmigo nada mas terminar la charla. Trate de mostrar indiferencia o, mejor dicho, evite quedarme mirandola fijamente. Sus pechos eran pequenos y sus pezones se apretaban contra el vestido. Era delgada, de muslos robustos y tobillos finos, casi fragiles, como los pies de una copa de champan. En uno de ellos llevaba una cadenilla de oro. Mi madre habria encontrado una palabra para describir su caminar. <>, habria dicho. Me presente y nos dimos la mano. --Si, conozco tu nombre --dijo--. Me llamo Betty --anadio--. He oido hablar bien de ti. Cerre mi maletin y la mire. ?Como es que habia oido hablar de mi? Tan solo hacia un ano que habia regresado del extranjero y que habia abierto mi bufete. Pocos de mis clientes, me parece que solo dos, guardaban relacion con mi especialidad: la industria pesquera. El resto del trabajo era realmente tedioso: disputas en bloques de pisos, conflictos entre aseguradoras tras accidentes automovilisticos, herencias. No me iba particularmente bien. Hasta que la conoci. Dijo que habia oido hablar bien de mi. Tal vez fuera mentira. Habia cuidado hasta el ultimo detalle antes de hacer su entrada estelar en la sala. Un vestido en el que asomaban sus pequenos senos. El bonito surco entre ellos. El oro en su tobillo de copa de champan. Quiza la escena estuviera planificada para mi. Una funcion privada. El baile privado de Betty. El llegaria despues. --Has oido hablar bien de mi --dije--. No se me ocurre por que… --Por tu especialidad --me interrumpio. --?Como es que conoces mi trayectoria academica? --pregunte. Trate de sonreir fingiendo que me hacia gracia en vez de parecerme extrano o fuera de lo normal. --Mi marido esta buscando a alguien que le asesore legalmente --dijo--. Hemos estado buscando… --titubeo antes de concluir la frase-- … a la persona adecuada. Tenia marido. Un conocido armador del norte del pais. Recorde de pronto haberlos visto a los dos en una revista de cotilleos. --?Como te fue estudiando en Estados Unidos? --pregunto. Las pocas personas que habian ido a escuchar mi charla salian de la sala mientras hablabamos. Un hombre se detuvo frente al estrado y nos miro fijamente, como esperando a que Betty terminara, pero, al ver que nuestra conversacion se alargaba, decidio marcharse. --?De donde has sacado toda esa informacion? --pregunte dejando de sonreir. --Me lei tu trabajo final de carrera. Me parecio muy interesante. Ademas, algo habia salido en las noticias, si no recuerdo mal. No recordaba mal. Todo lo que hacia estaba bien. Cai en la cuenta de que probablemente me conociera porque el tema mi tesis habia suscitado cierto debate. Su publicacion habia despertado interes porque ponia de manifiesto la influencia del sistema de cuotas en el desarrollo economico de las poblaciones islandesas y argumentaba por que la industria pesquera debia pagar un impuesto especial. Habia olvidado lo pequena que era Islandia. Los medios publicaban a diario noticias sobre las conclusiones de mi investigacion mientras las partes interesadas del sector pesquero se tiraban los trastos a la cabeza. Durante un tiempo breve fue una de las cuestiones mas candentes. Hasta que a alguien se le ocurrio subir el precio de los pepinos. --?Te lo leiste? --dije. --Si --respondio Betty. --No es que pueda considerarse una joya literaria precisamente. --?Y a quien le gusta la literatura? Nos echamos a reir. Mire disimuladamente sus pezones y ella se dio cuenta. 2 Lo peor es el silencio. La soledad y el silencio y todo este tiempo sin fin en el que no ocurre nada. No tengo ni idea de cuanto llevo en prision preventiva. Se lo pregunte a mi abogado cuando vino hace dos dias --o lo que a mi me parece que han sido dos dias-- y me dijo que ibamos por la segunda semana. Como si estuvieramos detenidos los dos. Yo habria preferido defenderme sin su ayuda, pero no se practicamente nada de asuntos criminales. Solo de este. El tiempo, que transcurre en ese profundo silencio, lo paso agudizando el oido en busca de algun sonido. De alguien que recorra el pasillo. En busca de los pasos de algun carcelero. Cada uno de ellos tiene su forma de caminar. El gordo lo hace con un andar mas pesado y a veces se le oye resollar cuando llega a la puerta. Nunca dice nada. Abre, me da la bandeja de la comida y vuelve a cerrar. No se ni como se llama. Se que hay uno que se llama Finnur. Practicamente no deja de hablar mientras me conduce a los interrogatorios. Luego esta Gudlaug. Nunca habia pensado que podia haber carceleras. Al fin y al cabo, ?quien piensa en los carceleros? Me ha hablado de sus dos hijos. Una vez tambien me explico que los carceleros tienen prohibido hablar conmigo o con cualquiera que este en prision preventiva. No es que Gudlaug se atenga mucho a esa norma. Cuando se acerca a la puerta resuenan sus zapatos, clic-clac, clic-clac. Cuento los clic-clac. Desde el momento en que comienzan a escucharse hasta que desaparecen oigo sesenta y ocho pasos. Un dia, Gudlaug me hablo de un hombre que habia estado en prision preventiva sin ninguna razon. Lo tuvieron retenido siete semanas. Cuando lo soltaron era capaz de separar sus manos un metro exacto. Ni un milimetro mas ni un milimetro menos. Podia estar callado sesenta segundos justos. No fallaba ni por una fraccion de segundo. Yo pensaba que la prision preventiva se cumplia en Reikiavik, pero se cumple fuera, en la carcel de Litla Hraun. Estoy en Litla Hraun. ?Acaso hay algo mas desolador? Pienso en los mios. En lo que mi madre piensa de mi. En todos los quebraderos de cabeza que le he causado. No solo ya por este caso. Sino por todo. Y en la reaccion de mi hermano. No nos llevamos bien. ?Habra vuelto de Gran Bretana? Segun mi abogado, mi hermano tenia la intencion de coger un avion a Islandia, pero, si realmente la hubiera tenido, ya habria venido. ?Que habria dicho mi padre? Tambien pienso en lo que estaran diciendo los medios, aunque tampoco tiene mucha importancia. Hacia tiempo que no se encontraban con algo asi. Hacia tiempo que no tenian entre manos una noticia semejante. Dicen que se trata de un caso sin precedentes. Con toda esa premeditacion. Casi nunca ha ocurrido algo asi en Islandia. No se. Como ya he dicho, no se nada de asuntos criminales.

  • Nunca te dejare de Judy Christenberry

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    Jed sabia mucho de caballos y un poco de mujeres, pero quizas por haber sido un hijo ilegitimo que habia tenido que pasar mucho tiempo solo, lo que jamas conseguiria entender seria el concepto de familia.

  • La venganza no prescribe de Eva Zamora

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    El pasado ni olvida ni perdona

  • Desmembrado de Joyce Carol Oates

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    Joyce Carol Oates ahonda en las vidas de ninas y mujeres vulnerables: unas se convierten en victimas, mientras que otras se ven incitadas, por un profundo malestar emocional, a cometer actos violentos contra los demas. En <>, una nina precoz de once anos se sube al Chevrolet azul celeste de un pariente de la familia, un hombre atractivo y misterioso, que la conducira a un destino incierto e imposible de olvidar; en <>, una viuda regresa de manera obsesiva a la casa que antano compartia con su marido, hasta que una invitacion a entrar por parte de los nuevos propietarios adquiere visos amenazadores; en <>,una estudiante universitaria se obsesiona con el caso de una mujer que murio; ahogada o fue asesinad

  • Los Plebeyos de Marta Lopetegui

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    El vuelo llegaba el lunes a las 6:40 AM. Estaba casi sin dormir. Su jefe no habia aceptado mandarle un remis. "Tenemos que ir nosotros", le dijo. "Nosotros", y lo mando a el. Habitualmente zafaba, pero esta vez estaba empezando a compensar unos dias que pediria para irse a Rosario. Necesitaba puntos a favor en ese juego de la oca que era su trabajo. Cartelito en mano, una hoja con el membrete de la compania y abajo escrito grande con marcador: "Manuel Cisneros Diaz". Cuando se abrio la puerta tuvo la misma sensacion de siempre: ?por que los viajeros se visten ridiculos cuando viajan?, ?que les cuesta averiguar que temperatura hara en destino? Habiendo tanta ropa neutra, zapatillas por ejemplo, ?por que algunos se empecinan en llegar a Buenos Aires a las siete de la manana de un dia de julio en ojotas? Iban saliendo algunos, que miraban con cara de naufragos a ver si alguien los habia ido a buscar. Dos mujeres medio grandes que se habian hecho intimas en la valla que separa a los viajeros de los buscadores de viajeros esperaban a los hijos que se volvian. Los dos se habian ido con la crisis de 2001 de aca y se volvian con la crisis de 2011 de alla. Parecian hermanas, seguramente si se hubieran encontrado antes habrian comparado las tenencias, los logros, los viajes, los poderes; ahora competian para ver cual de los dos hijos habia caido mas bajo. Hasta sospechaban las dos que habia cosas que no les habian dicho para que no se amargaran. Salio la tripulacion, impecables, hasta felices parecian. Por los altoparlantes las aerolineas avisaban que llegaban o que se iban. Aparecio por la puerta. Venia de traje, como recien banado y con calzoncillos limpios, bastante alto, pelado a proposito. Ni bien lo vio no tuvo dudas de que se depilaba todo. Sonrio y se dio cuenta de que era el porque haciendo como una pistola con la mano derecha disparo el indice y le dio al cartelito. Traia un juego de valijas, "maletas" les diria, buenas, caras pero no ostentosas. Como bolso de mano traia un morral de cuero negro como las valijas, que no le iba con el traje pero que tampoco chocaba. Buenos zapatos. Se paro un poco antes de encontrarse y saludarlo. A Manuel le sono su telefono. Una llamada de trabajo, dio instrucciones, espero una respuesta y corto, medio seco. Sonriendo, mientras le estiraba la mano, le dijo: --La diferencia horaria, estan casi cerrando. Cuando le fue a estrechar la mano se dio cuenta de que le tenia que dar un apreton y listo, si era medio fuerte mejor. Beso, en la oficina se daban beso todos con todos. Pero enseguida se dio cuenta de que el espanol era de los que besan a la madre y a las hermanas nada mas. ?A la novia? Hummm, no le parecio que fuera de los que tenian novia. Mucha facha pero algo olio que lo hacia dudar de que estuviera de novio. Linda voz tenia. Arranco diciendo: --Joder, que te he hecho madrugar. Por mi estaba bien que me mandaran un coche de una agencia vuestra, pero han insistido: que no, que ira por ti una de nuestras promesas, un joven muy emprendedor, asi en el viaje te va poniendo al corriente. ?Sera largo el viaje? Al hotel primero, por favor, que me tengo que duchar y hacer algunas llamadas. El carro cargado con las maletas choco con una azafata de Lufthansa, una alemanita preciosa, y Manuel se puso a gorjearle, que si estaba bien, que si le dolia algo, que como hacia para disculparse. A ella no le habia pasado nada, lo miro, entorno lo ojos, se ve que le gustaba el acento de Manuel, y espero a que avanzara. Nacho se corrio y lo dejo hacer. Hubo un revoleo de telefonos y se dieron cuenta de que paraban en el mismo hotel. En algo quedaron, pero quedaron en ingles y Nacho entendio lo que pudo. Tuvo otra vez la misma sensacion de sequedad vital. Le parecia que no corria liquido por sus venas, eso le pasaba cuando no dormia, cuando no dormia bien, cuando sentia que algo de todo el montaje fallaba mucho. El no queria estar ahi, no queria estar haciendo eso. Nacho sabia que era hora de arremangarse, de dejar de hacerse el distraido y de empezar a actuar y a la vez de dejar de actuar como un actor que se la pasa metiendo bocadillos. Ya no esperaba un protagonico, pero ser un actor de reparto, un extra con algunas lineas, ya lo tenia cansado. ?Como habia que hacer?, ?como era que se tomaba el toro por las astas y se dejaba de ver espaldas y mas espaldas, siempre por detras? Manuel le dijo: --Cada vez que vuelo mas de diez horas en lugar de jet lag tengo un subidon de adrenalina brutal. Llevame al hotel, una buena ducha, un desayuno bien proteico y arrancamos. ?Me llevaras a un buen lugar a tomar algo por la noche o eres de los que se cansan facilmente tu? -Mientras hablaba avanzaba hacia la salida, sin hacerse cargo de sus maletas, su abrigo, su carro y su lacayo. El viaje duro lo que dura un viaje Ezeiza-Recoleta a esa A las 7:22 pasaron por el peaje del aeropuerto y, como siempre, guardo el ticket. Despues no los cobraba, no tenia claro si debia pasar el gasto o si eso en realidad era un honor, poner el auto, poner el sueno, ponerse al servicio. Hasta unos meses atras se habia atrevido a pensar que sus suenos y el mismo tenian limites que no estaba dispuesto a negociar. Despues entendio que se negocia cuando hay otro negociando por la cosa, que hasta la negociacion con el mismo la habia ido perdiendo despacito. Llegaron al hotel, Manuel se bajo sin importarle donde dejaria Nacho el auto y las maletas. Retrocedio, se acerco bastante a la ventanilla y le dijo: --Me ducho y bajo, ?subes conmigo o me esperas a desayunar? Esperame aqui mejor, hare mas rapido si no me estoy chocando contigo mientras me cambio. Se veia que Manuel estaba acostumbrado a seducir a todos y a todo. Busco los tickets, estacionamiento, peaje, los puso juntos y se juramento que los cobraria o los cambiaria por algo, algo podia ser un dia mas en Rosario, con goce de sueldo. Ese viaje a Rosario era un algo para hacer de cuenta que tenia un proyecto. Faltaba convencerse a si mismo de que tenia sentido viajar, de que ya no era demasiado tarde. Lo unico que sabia era que tenia que ir en los proximos quince dias. Le habia hecho llegar las maletas y la notebook a la habitacion. Se quedo en el lobby del hotel, los diarios todavia eran los de ayer, los de ese dia los estaban mandando a las habitaciones y al salon donde se servia el desayuno. Se entretuvo mirando lo que les ofrecian a los turistas: dia de campo, las fotos mostraban un campo plano y muy verde con un asado al asador, gauchitas sirviendo empanadas y un gaucho con las patas chuecas por un malambo con boleadoras. El Tigre. Casas de cueros. El folleto del tango era la foto de una pareja enroscada de tal manera que parecia que era el hombre el que tenia un tajo hasta la ingle en el pantalon, los dos con los ojos cerrados, la mujer mordiendose un costado del labio como si fuera una propaganda de lubricante femenino. En fin. Si a Manuel le interesaba el tango lo llevaria a una tangueria en serio, Lo del Chino, La Viruta o La Catedral de Sarmiento y Medrano. Todos eran lugares para turistas, pero menos mentirosos. Nacho no sabia bailar tango, le parecia tierno cuando sus padres bailaban una o dos piezas casi al final de alguna fiesta familiar. Bailaban despues de aclarar que no eran de la epoca del tango, sino de la del rock and roll. Se abrio la puerta del ascensor y aparecio un nuevo Manuel. Cambiado, perfumado, hasta mas alto parecia. Nacho vio que lo buscaba y se le puso a tiro de ojo. Se sintio como con resaca, a el tambien le hubiera venido bien una ducha. Ropa como esa no tenia, ni zapatos, ni reloj. Su elegante sport acababa de pasar a ser sport a secas. Se ve que Manuel tuvo la misma sensacion, hizo un gesto con la cabeza y como le parecio poco agito tambien la mano y le dijo: --Venga, a desayunar asi te vas a descansar un rato. Seguro que lo iba a esperar dispuesto a primera hora de la tarde para almorzar, ya le habia dicho en el viaje que lo que mas le costaba era almorzar antes de las tres de la tarde, que es la hora en la que se almuerza durante la semana en Madrid. Los fines de semana le aclaro que, si almorzaba, no era antes de las cuatro. Nacho calculo que para esa hora iba a estar en forma nuevamente. ?Nuevamente? Capitulo 2 La mesa del desayuno era un vergel, un no va mas. Como hacia casi siempre que se le venia encima algo no habitual, Nacho le pego una recorrida visual de mayor a menor, de lo general a lo particular, diria la Tausend. La profesora de historia que tuvo en la secundaria les decia: "Escuchen con atencion, no pretendo que sepan historia, les quiero ensenar a vivir". Casi a final de tercero se revelo y les dio las pautas del materialismo dialectico. El ser determina la conciencia. Nacho supo bien por que justo ahi habia prestado tanta atencion, con el tiempo se dio cuenta de que habia sido endovenoso lo de la Tausend, con su metodo habia internalizado como analizar a una mujer, a un cliente y ahora inconscientemente, estaba sacandole la ficha a una mesa de desayuno de hotel... por favor, necesitaba unas vacaciones. Lo de Rosario no iban a ser vacaciones precisamente. En la mesa habia vajilla: tazas y platos, platos un poco mas grandes, vasitos para el jugo, copas para agua; tambien habia cubiertos que ya se veian pesados a la vista: cucharas, cucharitas de dos medidas, cuchillos y tenedores de dos medidas. Jarras de agua y jugos de tres colores distintos: color naranja, color frutilla y color citrico mas maracuya. Artefactos que no eran mas que grandes termos para servirse cafe, agua caliente, leche caliente. La leche fria estaba en una jarra. Despues venian la manteca en pancitos, los potecitos de queso crema, los dulces con cartelitos en ingles rayita frances rayita espanol, pero con solo verlos ya te dabas cuenta: manzana, naranja, frutilla, dulce de leche y uno que no se podia saber ni leyendo el cartelito de que era, tenia clavo de olor. Eso lo sabia. Tablas con jamones crudos y cocidos, fuet, mortadela con pistacho -eso a Nacho le dio risa-, quesos brie, gruyere y dos o tres variedades mas de las que seguro una era pategras o, como le dijeron siempre en su casa, queso Mar del Plata. Cereales de varios tipos y colores, sobre todo colores, habia aritos verdes, pegados a los yogures enteros y descremados, natural, vainilla y frutilla. En una mesa con ruedas habia unos baules con tapa con fuego abajo, como cuando se hace fondue. Uno tenia salchichas de carniceria con salsa; el otro, huevos revueltos; y el ultimo, verduras: distinguio zapallitos, cebollas, papas y esparragos pero verdes. Todo caliente. Al final, desde donde Nacho miraba, desde su punto de vista, la pasteleria, como diez cosas distintas, a esta altura ya estaba empachado. Y al final habia fraperas con champagne y copas flautas. Aca me quedaria a vivir, penso. Se entro a reir solo pensando que en ningun rincon de semejante mesa habia un mate, un triste mate. Los que desayunaban hacian muy poco ruido, si se reian era con sordina. El sonido, la intensidad del sonido, es una senal de elegancia. --Ignacio eras, ?no? -escucho que le decia el gallego, que se arrimaba a la mesa a elegir unas tostadas, huevos revueltos y frutillas. Nacho miro el plato, dulce con salado, puaj. --Todos me dicen Nacho, decime Nacho. Yo llevo los cafes, ?como lo queres vos? --Mucho cafe y apenas leche fria, luego cerrare con una lagrima o como le digan aqui. Se las arreglo bastante bien, mas que nada porque Manuel se habia instalado en una mesa cercana. Cuando llego con las tazas tuvo que hacer malabarismos porque en la mesa ya habia tazas vacias, la primera taza de cafe la servian unas ladies que estaban paraditas esperando la senal de veni y atendeme que les hacian los huespedes. Una de ellas se acerco y retiro las tazas vacias. Se miraron y Nacho casi que le vio un globito como en los comics arriba de la cabeza que decia: "Hola, ?que tal? Tranquilo que te doy una mano, soy de Berazategui, te tengo visto por Quilmes". Hubo contacto visual, que lindo, un contacto visual es todo. Estaba meta contactar cuando volvio Manuel con el plato cargado pero discreto. Tenia el saco puesto sobre los hombros, no habia metido los brazos por las mangas. Despues escucharia que no le decia "saco" sino "americana" o "chaqueta". Se veia que en los bolsillos tenia cosas importantes, estaba siempre pendiente de donde lo dejaba. Nacho se tomo el cafe solo, largo, que se habia traido para el. Mucho buffet, penso, pero el cafe estaba apenas mas que tibio. Se paro y fue a cargar un platito con dos medialunas y un cuadradito de tarta de ricota.

  • In crescendo de Beatriz Berrocal

    https://gigalibros.com/in-crescendo.html

    Roman Salgado llega para ocupar el nuevo cargo de director bancario. Quiere instaurar una nueva forma de trabajo, mas actualizada y cooperativa, algo por lo que no sera bien recibido. A esto se le suma el ser homosexual, un hecho que parece no encajar con la moral estricta y encorsetada de las viejas glorias del banco.

  • El Hijo del Traidor (El Sendero del Guardabosques 1) de Pedro Urvi

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    Un reino en peligro, una gran traicion, un chico buscando redimir el honor de su padre. ?Conseguira eximirlo y salvar el reino de un enemigo en las sombras antes de que sea demasiado tarde para todo el norte?

  • El rastreador de muertos de Jose Perea Del Pino

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    <>. – Luck McReady –

  • ?Cual es tu historia? – Ana Paula Benitez de Ana Paula Benitez

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    Con el corazon roto, Cara, una escritora promedio, se dirige a la cafeteria en busca una dulce taza de te para aliviar su tristeza. Alli se encontrara con Albert, un anciano con quien forjara una gran amistad y de quien aprendera sobre la vida, el amor y la muerte.

  • Predestinados de Minnie Darke

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    Una chispeante novela astrologica que encantara tanto a escepticos como a sonadores.

  • Las sinsombrero 2. Ocultas e impecables de Tania Ballo

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    Ocultas e impecables recupera el legado y los avatares de aquellas Sinsombrero (las intelectuales y artistas de la Generacion del 27) que por diversas razones tuvieron que acomodarse al papel que les deparaba el franquismo. Mientras sufrian el terrible exilio interior, desde un ostracismo casi absoluto, fueron capaces de asumir una labor que ha sido fundamental en la historia social, politica y cultural de nuestro pais. Un pais que nunca las reivindico.

  • Un hombre de familia de Kristel Ralston

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    Tracy Goldstein entiende muy bien lo que implica estar enamorada: ilusiones rotas, perder sus ahorros, y ver la empresa que construyo con arduo trabajo en manos de otro. ?Cometer el mismo error? No, gracias. Estaba advertida sobre los hombres.
    No obstante, el dia en que empieza a trabajar para el frio y distante CEO de S.W. Group, Tracy sabe que esta en graves problemas. A medida que avanzan los dias, la tension entre ambos se cuece a fuego lento, y a ella le resulta cada vez mas dificil no cruzar la delgada fina entre la cordura y el riesgo.

  • Por que. Que nos hace ser curiosos de Mario Livio

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    Un recorrido accesible para entender nuestro deseo innato de preguntarnos <> y de que forma la curiosidad ha sido el motor del progreso y la naturaleza humana.

  • El silencio mas noble de Susana Lopez

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    <> nos cuenta la historia de tres mujeres nacidas a principios del siglo XX: Lucia, una joven vasca de origen humilde; Elvira, una inmigrante burgalesa que se traslada a Bilbao para trabajar; y Renata, una bella italiana de padre gallego. Son mujeres normales, amas de casa, sencillas madres de familia que tienen en comun el coraje para hacer frente a las adversidades. Sus destinos se cruzan a partir de un suceso violento ocurrido en 1937, en plena guerra civil. Desde entonces, y a su pesar, sus destinos se unen irremediablemente.

  • Besos de Copos de Nieve de Dawn Brower

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    Mack Taylor ha llevado una vida encantadora desde que se fue de su casa y al escandalo que dejo atras. Su pasado lo persigue y lo lleva por un camino de caos personal. Las pesadillas lo atormentan hasta que se ve obligado a enfrentar las decisiones que ha tomado. En un intento por corregir los errores de su pasado y encontrar la manera de seguir adelante con su vida, regresa a casa para pedir perdon.

  • La persona normal de Marijke Schermer

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  • Un escoces despistado para la chica de al lado (Adonis tours 4) de Sandra Bree

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    Vengo de Inverness, en Escocia. Bueno, mas bien de un sitio muy cercano que ni siquiera aparece en los mapas. De hecho, el senor Google, cuando le pregunto mi direccion --porque si, lo he hecho en alguna ocasion, me gusta charlar con Google y a veces hasta discutimos-- me dice que no existe. Me llamo Sean McArthur, y en otro tiempo mi clan fue muy poderoso. <>. En cambio, ahora estamos todos muy desperdigados. Tanto que no se ni donde viven mas de la mitad de mis parientes. !Pero para el caso que nos hacemos...! Tenemos un grupo de WhatsApp --?que familia no lo tiene?-- y ahi cada uno ve los mensajes cuando le sale de la gaita. Y hablando de gaitas, ahora que he sacado el tema, soy fan, muy fan de tocarla. Si hay algo que tengo muy claro en esta vida, es que la mujer que me quiera a mi debe de querer a mi gaita. ?Por que digo esto? Pues porque a la ultima que le dije --me habia enamorado de verdad-- que la amaba tanto como a mi gaita, se enfado y no volvio a hablarme nunca mas. Supongo que se puso celosa y por eso no quiso saber nada mas de mi. Reconozco que lo pase muy muy muy mal cuando se marcho. Fueron un par de horas bastantes jodidas. Pero, como dice mi abuelo, el laird de los McArthur --titulo que le otorgamos los nietos para hacerle ver que es un dictador--, <>. No es que sea una frase de grandes y poderosos sabios, pero hay que admitir que tiene su verdad. Tras mi desengano amoroso, decidi que tenia que salir de mi fortaleza --que quede claro que no exagero. Vivo en un castillo que necesita mas reparaciones que la ciudad de Nueva York despues de ser atacada por los alienigenas de la pelicula de Independence Day--. Mi abuelo y mis padres estan empenados en restaurarlo para convertirlo en algo parecido a un museo. De momento han permitido que rodasen alli algunas escenas de peliculas. Por casualidad cayo en mis manos una oferta de trabajo en Espana. Cumplia con los dos requisitos mas importantes: hablar perfectamente el castellano y medir mas de 1,80. Mido 1,93 y el idioma lo domino fenomenal. Siempre me ha llamado mucho la atencion ese pais, que encima presumia de sus mujeres morenas de ojos oscuros y cuerpos de guitarra. Unas verdaderas bellezas. La agencia Adonis Tours me acepto y, aunque no sabia muy bien de que iba aquel trabajo, con mi maleta en una mano y mi gaita colgada del hombro, sali de Escocia. El viaje no se me hizo muy largo. Fue vuelo directo a Madrid. Sin embargo, reunirme con mi jefe, Anthony --un tio que, sin exagerar, su cabeza me llegaba por el torso-- y con los otros Adonis que, como yo, llegaban en diferentes vuelos, fue una completa odisea. Todo gracias a mi gran facilidad para perderme, porque hay dos cosas que me definen muy bien: mi sentido de orientacion funciona como el culo, y tengo panico a todas las cosas que sean paranormales. Si alguien quisiera torturarme, no tendria mas que hacerme ver una pelicula de terror con espiritus o regalarme una guija. Durante un buen rato estuve deambulando por la terminal, hasta que escuche por los altavoces que me llamaban y me daban un punto de encuentro. Sin embargo, yo no encontre ni punto de encuentro ni nada. De hecho, casi estuve a punto de embarcarme otra vez --por error. Se me ocurrio que, si me escuchaban tocar la gaita, ellos me encontrarian a mi. Y no solo me encontraron, sino que la gente, muy amable, me regalo dinero por haberlos deleitado con tan bonitas canciones regionales. Ese dia conoci a los Adonis. Eramos un grupo de lo mas variopinto y, por que no decirlo, de lo mas sorprendente. La gente nos miraba con curiosidad, y no era para menos. Los cinco teniamos una altura considerable. De los que no necesitamos subir a una escalera para cambiar una bombilla. Aunque obvio, en mi fortaleza usabamos andamios para hacerlo, por eso dejabamos que se fundiesen unas cuantas antes de reponerlas. De los cinco Adonis, se encontraba Dase, un etiope tan negro como el ebano y, aunque este mal admitirlo por eso de ser tio y esas cosas, tengo que reconocer que era un joven muy atractivo, de boca ancha y expresivos ojos negros. Vestia de manera muy elegante y costosa. Despues estaba Erik, el noruego, un tipo que me recordaba a algun dios nordico, todo rubio de melena larga y que llevaba ropas de lenadores --en las peliculas suelen vestir asi--: camisa de franela de cuadros y jeans con botas altas, de esas que tienen un doblez superior y se ven forradas de lana de cordero. Y luego Tane, el surfero maori, una mole de tio que media al menos dos metros, con un cuerpo capaz de ocupar tres plazas en un autobus. Por ultimo estaba Stefano, el italiano. Era de Verona. Al principio pense de el que era un hombre con mala memoria. Apuntaba en una libreta todo cuanto ocurria a nuestro alrededor, sin embargo, luego supe que era escritor de novela romantica, conocido en el gremio por Steve Norton, su seudonimo. Desde el aeropuerto, nos trasladamos todos juntos en la furgoneta de la empresa hacia nuestra residencia, situada en el barrio de La Latina. Durante el viaje me habia hecho a la idea -- supongo que al igual que mis companeros-- de que se trataria de un sitio chulo y luminoso, con ventanales enormes en el dormitorio y bano tipo spa. Con piscina y solarium, eso venia escrito en el contrato ?O era en el mismo folleto? El caso es que, cuando llegamos, todo fue muy diferente. El lujo y el glamour que habia esperado eran inexistentes. De hecho, la piscina era de esas desmontables situada en la terraza, y antes de entrar en ella debiamos ducharnos con una manguera verde, que tambien servia para regar las macetas. Luego estaba el tema de la lavanderia. Ahora me atrevo a entrar con un poco mas de seguridad, pero los primeros meses era capaz de dar dinero para que me hicieran la colada. Es mas, alguna vez se la habia dado a Dase para que la llevase a la lavanderia a la que el solia acudir. Y es que Dase era un poco especial con la ropa --ya lo he dicho antes--, siempre va que parece un maniqui de escaparate. O como se dice aqui en Espana, como un pincel. La lavanderia o, para no andarme por las ramas, el lugar donde se encuentra la lavadora, es un sotano lugubre y humedo que me recordaba a un deposito de cadaveres. La luz del techo parpadeaba cada vez que la encendiamos, y la lavadora, cuando centrifugaba, se desplazaba unos metros hacia cualquier lado. Por si eso fuera poco, el ascensor subia y bajaba cuando le daba la gana. Mi dormitorio estaba en frente del de Tane --en realidad su nombre es Tangaroa Evaristo Waititi Lopez. Desde luego, sus padres se vengaron de el al nacer--. Ambos eramos los unicos que teniamos balcones al exterior. A mi porque me toco, en cambio, Tane lo pidio porque es un poco... curioso. Se siente mas cerca de la gente asomado a la calle con los brazos cruzados sobre la balaustrada. Y es que le encanta estar al aire libre y, como no, oler el aroma a queso que ascendia del local que habia abajo. Una tienda donde se podia encontrar cualquier clase de queso, desde un cabrales, pasando por la burrata, hasta un buen roquefort. Y Tane perdia el sentido por este alimento y por la duena de la boutique, por supuesto. Su novia Olivia. Stefano, por eso de que necesitaba escribir en silencio, se habia quedado con la alcoba que estaba mas cerca de la escalera y cuya ventana daba a un cochambroso patio interior. Dase y Erik se habian pillado los que quedaban en medio. A pesar de que la residencia no era lo esperado, muy pronto los cinco nos adaptamos a ella. Y de ser simples companeros de trabajo, nos convertimos en grandes amigos --ahora no me refiero a nuestra altura. Me daba cosilla pensar que era lo que iba a pasar una vez que se nos acabara el contrato, aunque aun quedaba tiempo, y quiza, solo quiza, algunos querriamos prorrogar. Capitulo 1 Finales de octubre Siempre me despertaba antes de que sonase el despertador. Me gustaba levantarme temprano y ser uno de los primeros en meterme debajo de la ducha, aunque la goma que la sostenia soltaba mas chorros que la propia alcachofa. Tambien me levantaba pronto porque, al dormir en una habitacion exterior, escuchaba todas las mananas como subian los cierres de los negocios y los saludos exagerados de los porteros que limpiaban sus portales. Eran tan escandalosos como los Celtic de Glasgow cuando el equipo ganaba. Ahora ya estaba acostumbrado a estas cosas pero, al principio, me daba la sensacion de que subian hasta mi dormitorio para dar voces. Por otro lado, es que yo tengo un oido muy fino. El laird decia que yo dormia con un ojo cerrado y otro abierto como los conejos, y debia de ser verdad, porque gracias a ese oido portentoso habia ayudado a descubrir que, en la residencia, entre nosotros, habia un okupa. Y cuando digo okupa, ni me equivoco ni exagero. En varias ocasiones he tenido que sacarlo de mi cama cuando alguna noche he llegado algo tarde. Se trata de un antiguo Adonis llamado Arnold que, en mas de una ocasion, nos robo la comida. Aunque eso habia sido lo de menos, lo importante es que me tenia acojonado. Habia pensado que una presencia extrana y sobrenatural convivia entre nosotros; abria y cerraba grifos, el ascensor se movia solo, se zampaba nuestra comida, dejaba fria el agua de la ducha, movia cosas de un lado a otro... Fruto de esa obsesion habia llegado a colgar una ristra de ajos junto a la puerta. Stefano decia que los ajos eran para ahuyentar a los vampiros pero, por si acaso, no pensaba quitarlos. El caso es que ahuyentaran a algo. De todas maneras, ya le habia advertido al tipo en cuestion que, como volviese a coger algo sin permiso, le iba a arrancar la piel a tiras. De momento no habia vuelto a meter sus zarpas en mis natillas de chocolate. Ni sus pudorosas partes en mi cama. Abri la persiana y me asome al balcon. Estuve a punto de tragarme a un sujeto que estaba enganchando las luces de Navidad en la fachada del edificio. El hombre tuvo la suerte de reaccionar con rapidez, cual Spiderman, y de la impresion se aferro a la barandilla de hierro. Se quedo colgando en el vacio, con los pies en el aire. Observe que llevaba unos guantes de lana, de esos que si coges nieve --que no habia todavia-- se empapan, o si se agarran a una barandilla de hierro, resbalan. --Buenos dias --le dije, amable. El alzo la vista hasta la mia. Era la misma mirada que la de mi primo cuando necesitaba pasar al bano e iba diciendo que tenia la tortuguita fuera del caparazon--. ?Necesita ayuda? El sacudio la cabeza. Bueno, en realidad sacudio todo su cuerpo. !Era increible la fuerza que hacia el hombre para sostenerse sin caer en el abismo! --?Y que? ?Estan poniendo las luces de Navidad? --pregunte para entablar conversacion. Uno no se encontraba todos los dias a alguien dentro de su casa. --?Que pasa? Buenos dias. --La voz de Tane llego desde su balcon. Con seguridad habia escuchado ruidos tambien y habia salido a ver que estaba ocurriendo--. ?Has visto que tienes a un tio colgando de la barandilla? --Si, estan adornando las calles. Espero que estas luces no vengan acompanadas de esa musiquilla que entonan villancicos a todas horas. --Le ensene el brazo--. Mira, tengo los pelos como escarpias. Estoy emocionado, van a ser mis primeras Navidades en Espana. --Oye --Tane senalo al operario--, creo que te esta diciendo algo. Era verdad, el tipo me miraba fijo y susurraba. Agitaba las piernas y el tronco de un modo convulso. --No le escucho bien --le dije acercandome un poco mas e inclinandome hacia el. Lei en sus labios que formaba la palabra <>. --!Por todos los demonios del infierno! !Se esta electrocutando! --mire a Tane--. ?Que hago? ?Lo suelto para que caiga abajo? --!No! !Si lo tocas a ti tambien te dara un tabardillo! --me grito haciendome dar un ligero brinco. No sabia que era un tabardillo, pero me sonaba a mosquito gigante. Me puse nervioso. El hombre era capaz de morirse delante de mis narices. ?Y si lo empujaba con el pie? Era probable que se rompiese las piernas, las costillas, los brazos... pero quiza le salvaba la vida. Por suerte para ese pobre hombre, se fue de repente la luz de todo el distrito. Por suerte para el y para mi, que ya habia llevado el pie hasta los dedos de su mano. Esa situacion era menos graciosa que estornudar con cagalera. En ese momento, Tane llego corriendo para ayudarme a subirlo y meterlo en mi dormitorio. Lo tumbamos sobre mi cama. Yo di un paso atras cuando vi que el operario tenia todo el pelo revolucionado y, aunque me parecia increible --porque crei que solo pasaba en los dibujos animados--, su cara estaba manchada de negro como si le hubiese explotado una bombilla en la cara. --?Estas viendo eso, Tane? --Creo que voy a llamar a una ambulancia --dijo sacando su movil. Mientras el llamaba a emergencias, yo palmee el rostro del hombre. Tenia los ojos abiertos y me miraba como si yo hubiese tenido la culpa de aquello. --Me quiero marchar de aqui --dijo con voz ronca. --Tranquilo, no pasa nada --lo veia tan asustado que me hice el gracioso--, nadie te obliga a estar aqui conmigo. Si te quieres ir, ahi tienes la puerta, rompe el candado, saca las cadenas, cruza la fosa con cocodrilos, salta la reja electrica y... --!Sean! --Tane fruncio el ceno--. Electrica no, macho. El hombre gimio. De repente, mi dormitorio se empezo a llenar de gente. Entraron los companeros de luces del afectado; Marisa, encargada de la oficina de los Adonis; Duscha, una rusa que se dedicaba a la limpieza y el mantenimiento de la residencia; Dase, que miraba a todos con una toalla colocada en sus hombros, y por fin, los del Suma. --?Que ha pasado? --pregunto Dase. Tane se encogio de hombros. --Que se ha ido la luz. --Pero ?usted lleva mucho tiempo trabajando en esto? --le pregunto uno del Suma al paciente. --Unos meses --susurro con voz temblorosa. --Ay, ya lo dice el laird --solte sin pensar--: <>. --Salgan de la habitacion todos --ordeno un enfermero. Todos le hicieron caso y yo me senti muy aliviado, con tanta gente en mi espacio vital empezaba agobiarme. --Usted tambien --me senalo con el dedo. Sacudi la cabeza. Soy escoces, pero no gilipollas. --Este es mi dormitorio y aqui estan todas mis cosas, no les voy a dejar solos. --Para demostrarles que hablaba en serio, me cruce de brazos con las piernas ligeramente abiertas, a ver si tenian lo que debian tener para sacarme de alli. Era como el juego aquel del rey de la montana, en el que, si me querian desterrar, debia ser empujandome a la fuerza. Ellos se lo pensaron mejor y dijeron: --De acuerdo, puede quedarse, pero guarde silencio. --No van a saber que estoy aqui. Vi que colocaban al operario una via en el brazo, mientras otro le tomaba la tension. Rece para que no le pasase nada, sobre todo para que no muriese en mi dormitorio. Habia oido decir que las almas se adherian al lugar donde el individuo fallecia, y no estaba dispuesto a compartir cama con un fantasma. *** Carolina cruzo los brazos sobre el pecho. Suspiro con disimulo, cansada de escuchar a sus amigas que no dejaban de hablar de hombres de ciencia ficcion. Tal vez ellas no se daban cuenta, pero segun los describian, parecia que se trataba de superhombres con poderes. Que si. Que Carolina comprendia que les pudiesen gustar las novelas romanticas y, sobre todo, eso que ellas decian, los highlanders. Al principio tardo en descubrir que esos hombres eran escoceses. El nombre highlander le sonaba a marca de robot de cocina. Pero, obviando ese hecho, los escoceses que ella habia visto en television eran tipos normales y corrientes, puede que mas blanquitos de piel de lo acostumbrado y que abundasen sus cabelleras color zanahoria --aqui, en Espana, los hombres tenian fama de morenos, bajitos y regordetes--. Y luego los cuerpos, pues eso, habia de todas clases: altos, bajos, gordos y delgados. Pero highlander como tal, como ellas los describian, eran todos musculados, duros, altos, atractivos, fuertes, de piel bronceada que daba ganas de lamer, chupar, morder y succionar. !Vamos, que no! Que Carolina no tenia ningun interes en ver a un tipo con falda por muy buenas piernas que tuviese. De hecho, nunca se habia fijado en las piernas de un tio. Preferia un buen torso y un culo firme. Marta la observo frunciendo el ceno. --?Te estamos aburriendo, Carol? --Mas que ver una carrera de berberechos. --Sacudio la cabeza arrepentida--. Quiero decir, no, repasaba en mi cabeza la lista de la compra. Beatriz sonrio, divertida --Yo creo que, para que nos entiendas, deberias leerte un libro de highlanders. Vas a fliparlo. Los labios de Carolina compusieron un gesto hastiado. Leer no era uno de sus hobbies favoritos. --O puedes ver una pelicula --anadio Marta. --Ya vi una hace tiempo. Braveheart, y lo que mas recuerdo de todo es que los hombres se ponen a ensenar culos, ademas, que Mel Gibson puede que fuese un galan en su epoca, pero a mi... --Carolina chasqueo la lengua-- no me va mucho. --Intenta leerte un libro --le suplico Beatriz buscando algo dentro de su bolso. Carolina tenia que haber imaginado que aquellas dos forofas de la lectura llevaban siempre libros consigo--. Ten. Es Tierra audaz. Si esta novela no te engancha, no lo hara ninguna otra. Carolina cogio el libro y le echo un vistazo por encima. --!?Trescientas treinta y ocho paginas?! --Se leen en nada --insistio Beatriz--. Lo intentas, y si ves que no puedes, me lo devuelves. Carolina se rindio. --De acuerdo. Beatriz saco una libreta pequena, busco el boligrafo y, a medida que anotaba, iba diciendolo en alto. --Dejo la novela de Jude Deveraux, serie de Los Audaces, a Carol. --?Por que hace eso? --le pregunto Carolina a Marta. --Yo tambien lo hago. La gente tiende a devolver cualquier cosa que pide, excepto libros. No se por que, pero a mi me han desaparecido unos cuantos, y me duelen no por el gasto que conlleva, sino por lo hermosa que es la historia. --?No me digas que te lees los libros mas de una vez? --!Hombre, claro que si! Carolina deslizo los ojos sobre la portada de la novela. Un hombre rubio sobre un caballo blanco estaba inclinado para besar a una mujer de larga capa roja que parecia que le agarraba la pierna con desesperacion. Leyo: <>. Volvio a suspirar, esta vez de forma audible.

  • Diarios del agua de Roger Deakin

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    Inspirado por <> de John Cheever, el escritor Roger Deakin se lanzo en 1996 al foso que rodeaba su casa en Suffolk y se propuso recorrer las Islas Britanicas a nado. Playas, piscinas rocosas, rios, arroyos, pantanos, estanques, lagos y lidos. Diques, fosos, acueductos, cascadas, canales y canteras inundadas. Deakin recorrera su pais a nado contemplando la vida desde la perspectiva de las ranas, y sera detenido por alguaciles fluviales, interceptado por los guardacostas, confundido con un suicida, e incluso estara a punto de morir engullido por un remolino en las Hebridas. Una oda al inconformismo, la imaginacion y la libertad de vivir de un modo pleno, un viaje personal inolvidable, una audaz celebracion de la magia del agua que se ha convertido en un verdadero clasico moderno.

  • Te tengo en mi piel (Segundas oportunidades 2) de Bela Marbel

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    <>.

  • En el nombre del Espiritu de Mario Escobar

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    A veces tenia la sensacion de que su vida se encontraba llena de contradicciones. Aquella manana habia asistido a la ultima concentracion del 8 de marzo para celebrar y revindicar la igualdad entre hombres y mujeres, mejor dicho, la equidad, ya que no necesitaba para nada ser igual que un hombre. Habia ido a la ultima misa del dia en la catedral. A veces pensaba que acudia a la iglesia porque era lo que le habia ensenado su madre, aunque su abuela Librada siempre fue contraria a cualquier tipo de religion, pero en el fondo necesitaba algo de sosiego y la paz que experimentaba en un templo no la sentia en ninguna otra parte. Aquel desasosiego que siempre la invadia, esa necesidad de reposar el alma parecia algo totalmente ajeno a su generacion. Tal vez la iglesia habia dejado de cumplir la labor para la que fue concebida, un sitio de amor, comprension y comunidad, para convertirse en un nido de viboras criticonas donde solo se desearia aparentar. Algunas vecinas de banco, a las que conocia perfectamente, la miraban con cierto recelo desde que habia destapado los casos de pederastia del obispado de Oviedo. Muchos feligreses desconfiaban del nuevo obispo, aunque debia de admitir que su actitud era totalmente diferente. Juan Bueno era un hombre joven, apenas pasaba de los cuarenta, de origen canario, siempre con una sonrisa en los labios y unos ojos luminosos que parecian transmitir la paz que ella anhelaba. Sobre todo en un dia como aquel. El obispo subio al pulpito y se dirigio a los fieles. --Queridos hermanos, el mundo parece estar suspendido por un fino hilo, siempre a punto de destruirse y dejar de existir. Nos ha sacudido una pandemia, pero tal vez la mas terrible de las plagas es la falta de amor y empatia. Mientras los politicos juegan al cruel juego de las sillas, mas preocupados de sus puestos que de los ciudadanos, decenas de miles de personas se suman a las que ya se han denominado "las colas del hambre". ?Hasta cuando? No me gusta hablar de politica, creo que la Iglesia ya ha cometido suficientes desmanes a lo largo de la historia a causa de posicionarse politicamente. Mas bien defiendo el Reino de Dios. Denuncio la pasividad de los que deberian ser los servidores publicos y terminan sirviendose del pueblo. ?Hasta cuando clamara la voz de los debiles? Mientras, los unicos beneficiados de este caos son los extremistas, los violentos y los agoreros de los malos tiempos que se avecinan. La voz del obispo atronaba en la amplisima capilla, sin apenas paredes donde retumbar, para terminar muriendo en las conciencias apagadas de los feligreses, deseosos de regresar a sus corrientes y seguras vidas cotidianas. --?Por que nos afanamos tanto? ?Por que agotamos nuestras vidas en conseguir mas cosas? Como dice Eclesiastes, la vida es como correr en pos del viento. Se escapa de nuestros dedos, sin que nuestros ansiosos dedos puedan detenerla. Algunos se movian inquietos en los bancos, muchos feligreses habian apodado al obispo el "cura rojo", aunque el religioso criticaba a derecha e izquierda por igual. --Estamos preocupados por agrandar nuestros graneros y se nos olvida que esta noche Dios viene a llevarse nuestra alma. ?De que vale ganar el mundo entero y perder nuestra alma? Al terminar la homilia la mayoria de los feligreses se marcho de inmediato para evitar saludar al obispo, pero Priscila permanecio en su banco, con la cabeza gacha y una triste expresion de angustia. En cuanto Juan Bueno despacho a las ultimas beatas se sento con la casulla aun puesta al lado de la joven. --Querida Priscila. ?Como estas hoy? --Mal, padre. Mi abuela esta ingresada, no se si lograra salir de esta. El cancer parece muy avanzado. --?Tiene dolores? --pregunto el obispo, mientras sus ojos negros brillaban detras de las gafas redondas de color plateado. Priscila trago saliva para contener las lagrimas. Librada llevaba tres dias ingresada. La habia hallado en el suelo de la habitacion, se habia pasado toda la noche sin poder moverse, demasiado debil para llamar a emergencias o intentar incorporarse. --Le estoy rogando a la Virgen de Covadonga. --Es inutil, padre. Mi abuela ya ha vivido todo lo que tenia que vivir, pero me rompe el corazon verla sufrir. Odia estar encerrada en un hospital, no quiere morir alli. El obispo se froto la frente, como si intentara ordenar sus ideas. --Puedo pedir que la trasladen a la Casa de Maria, es una residencia para enfermos terminales. Priscila fruncio el ceno. --!Unicamente hay algo que odie mas mi abuela que a las monjas, una residencia de ancianos! --Es un lugar especial, cerca del mar, ni notara que esta en una residencia. Las hermanas son todas encantadoras. Si quiere, manana mismo podemos pedir el traslado. --Gracias, se lo dire. El obispo apoyo la mano en el hombro de la joven, ella respiro hondo y estaba a punto de ponerse en pie cuando el hombre le comento. --Te pedi que vinieras por algo, por un asunto que me tiene preocupado. Ella giro la cara y fruncio el ceno. No se esperaba que precisamente el obispo de Oviedo le fuera a proponer un caso. Lo cierto es que no le faltaba el trabajo, la resolucion del ultimo crimen y el caso de los mineros sindicalistas habian logrado que se hiciera aun mas famosa. --Usted dira. --No me hables de usted, no soy tan viejo. El obispo sonrio, su barba cerrada parecia hincharse como si fuera una esponja empapada en agua. --Tengo varios casos entre manos, pero si necesita algo le dare prioridad absoluta. --No es para mi, es sobre la hija de una feligresa. Se llama Jacinta. ?La conoces? A pesar de que conocia a la mayoria de vista, no sabia sus nombres. --Jacinta Bosque. --No caigo. --Es una mujer que se sienta en la ultima fila, tiene el pelo blanco y viste casi siempre de negro, es viuda. --Ya se quien es --contesto Priscila. --Bueno, su hija estudio en Santiago de Compostela, hizo Derecho y despues se fue a vivir a Ponferrada, encontro un puesto en el ayuntamiento de asesora. Desaparecio hace una semana. La policia la ha estado buscando, pero no hay ni rastro de ella. Priscila habia escuchado algo en la television, pero con la situacion de su abuela no le habia prestado demasiada atencion. --?Como se llama? --La joven es Alexandra Bosque. --Hare lo que pueda, aunque no puedo alejarme mucho de Oviedo, al menos mientras mi abuela se encuentre asi. --Te paso el telefono de la madre y hablas con ella. Despues haz lo que puedas. --Si, padre. --Llamame Juan. Aqui en Oviedo la gente es un poco estirada, pero en mi Tenerife natal a los curas se les trata de forma mas cordial. Estoy pidiendo a Dios que me de fuerzas para transformar la diocesis. --Ten en cuenta que en Covadonga se comenzo la Reconquista, te encuentras en el corazon mismo de la Espana cristiana. --Precisamente tengo que ir a Covadonga manana para oficiar una misa. Odio esas ceremonias solemnes, prefiero estar con la gente. Llamame si tu abuela se anima a ir a la residencia. Priscila salio del templo y sintio frio, a pesar de que estaba a las puertas de la primavera. Las nubes cubrian el cielo negro de la noche, dando cierto aspecto fantasmagorico a la plaza. En ese momento sono el telefono. Le dio un vuelco el corazon. Desde que su abuela estaba en el hospital se temia lo peor. Era su madre que, desde que la abuela habia empeorado, no paraba de llamarla, anadiendo mas tension a sus pobres nervios. Decidio no llamarla, se dirigio hacia su coche y despues enfilo camino del hospital. Mientras su cabeza no dejaba de rememorar su ninez cuando su abuela parecia la mujer mas fuerte y sabia del mundo. 2. Urgencia El hospital se encontraba adormecido cuando subio por las escaleras y se dirigio a la habitacion de su abuela. Afortunadamente la cama de al lado estaba vacia, no queria que nadie perturbara su paz, ahora que parecia quedarle tan poco tiempo de vida. Se acerco a la cama casi a oscuras, la unica luz que iluminaba el rostro dolorido de su abuela era la que penetraba por los sucios cristales del ventanal. A sus pies, la ciudad de Oviedo intentaba sobrellevar su adusta y trivial vida llenando las terrazas de los bares o las tiendas de moda. Priscila se aproximo a la anciana y le puso la mano en la frente. Esta reacciono de forma violenta. --!Joder, que todavia no me he muerto! --grito la anciana rompiendo la calma y el silencio del lugar. --Soy yo, abuela. --Perdona hija, creia que era tu madre. Siempre esta por aqui dando el conazo. Ya sabes como es, siempre quiere ser la protagonista. Ya le he dicho, menos dramas bonita, que la que se esta muriendo soy yo. --No hables asi. --Es verdad, carino. La muerte es el ultimo acto de una funcion que siempre se hace corta. Pues algunos estan a punto de robarte tu ultima frase o peor aun, obligarte a que pongan en tu epitafio: "Se cago en todos sus muertos para que la dejaran descansar en paz". --Te veo mejor que esta manana. La anciana intento incorporarse un poco, pero sin exito. --No se manejar estos potros de tortura. Eso que son nuevos, y con ese mando lleno de botones tienes que haber hecho una ingenieria para entenderlo. Priscila incorporo un poco a su abuela. --?Quieres que te ponga un poco la tele? --No por Dios, debian prohibirla como en Corea del Norte. --En Corea del Norte hay television, abuela. --Me refiero a eso de tener tantos canales, para al final no decir nada o, mucho peor, para embrollarlo todo. En una siempre hablan a favor del gobierno, en las otras en contra, todo es siempre la misma vaina. Priscila se sento en la butaca, no se habia dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que lo hizo. Se quito los zapatos de tacon y cerro los ojos. Le encantaba oir grunir a su abuela. Tenia la sensacion de que todo estaba bien cuando la escuchaba refunfunar y despotricar contras los politicos. --?Tu has visto a la "dona Rogelia" que gobierna en Madrid? Por Dios, parece que habla un ventrilocuo o que es la nina del exorcista. Y yo que pense que despues del "bigotes" no podian caer mas bajo en la derecha. --Bueno, ya sabes como es la politica.

  • Un Amor en los Hamptons (Hamptons 1) de Angela Bennett

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    Alan Lewis busca un cambio en su vida y el comienzo para lograrlo es adquirir una mansion en los Hamptons.
    Maggie Evans es decoradora y se enfrenta al proyecto mas importante de su carrera: la renovacion de una casa en una zona muy exclusiva.
    La atraccion entre ellos es inmediata, pero el esta comprometido y ella no parece estar abierta a una relacion.
    Las cosas se complican cuando extranos sucesos comienzan a ocurrir a su alrededor poniendo en peligro el proyecto y sus vidas. ?Descubriran quien es el responsable de los incidentes? ?Podran vivir un amor en los Hamptons?

  • Amor Complice, Cova Galena de Cova Galena

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  • Solo con un beso (Entonces tu 2) de Marion S. Lee

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  • Scarlet Island de Jaime Garcia Simon

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    Scarlet Island, meses antes: Richard corria girando la cabeza hacia atras, de manera casi compulsiva. El contorno del fuerte de los colonos aun repuntaba tras de si, en lo alto, impasible. Sus pulmones hiperventilaban de manera preocupante tratando de hacer llegar el ansiado aire a sus musculos y organos extremadamente fatigados. El panico se habia apoderado de el irremediablemente, en su huida hacia ninguna parte por mitad de aquel bosque oscuro y traicionero en Scarlet Island. La noche amparaba a su alrededor multitud de sonidos escalofriantes de a saber que alimanas que no hacian sino asustarlo aun mas. En ocasiones apreciaba el aroma sutil de la flor escarlata colandose en su sentido del olfato. Las irregularidades de la superficie sobre la que corria, tan pronto llana, como abrupta y escarpada debido a hoyos, piedras, enormes raices de los arboles que lo rodeaban o viejos troncos derrumbados en estado de semi descomposicion, hacian que fuesen continuas las violentas caidas del biologo. Cada vez que besaba el suelo, se levantaba mas magullado, renqueante y con mayor dificultad, pero sabia que no podia detenerse, puesto que la vida le iba en ello. Su veloz espantada a la carrera se convirtio poco a poco, tan solo en una suerte de marcha lastimosa lo mas rapido posible, puesto que sus fuerzas habian llegado al limite. Algo se acercaba a su posicion de manera furtiva al abrigo de la noche. Richard dijo basta, y se detuvo jadeante en un pequeno claro en mitad del boscaje espeso, donde con dificultad trataba de recuperar el resuello, mientras miraba con ojos vidriosos repletos de miedo a su alrededor intuyendo que estaba sentenciado. De pronto, en mitad de la lobreguez de la noche distinguio lo que tanto temia y de alguna manera comenzo introspectivamente a despedirse de la vida, de su vida. Montones de imagenes brotaron de su mente enloquecida por el sufrimiento, algunas de las cuales ni tan siquiera era consciente que recordaba, flashes que iban y venian pasando raudas por su consciencia antes de desaparecer para dejar paso a otras. Imagenes de su ninez, de su madurez, visiones entranables que no debian ser sino el obsequio de despedida de su intuitivo cerebro a su persona. Emocionado y apesadumbrado, contemplo su final frente a frente, todo acabaria ahi, en el mismo bosque que tanto estudio, que tanto amo. H SCARLET ISLAND ay lugares en el mundo que cuesta creer que sean reales. Lugares tan idilicos, que no somos ni siquiera capaces de imaginar, sumergidos en nuestra voragine diaria de estres laboral y vidas tristemente superfluas. Lugares de ensueno con los que todos hemos fantaseado alguna vez; tranquilos, preciosos, salvajes y virgenes. Pero hasta en esos emplazamientos paradisiacos no todo tiene por que ser positivo, algunos esconden oscuros secretos... --!Alba, levantate o llegaras tarde! --le decia su madre ante la tranquilidad que presentaba la chica esa manana al darse cuenta de como hacia caso omiso a las alarmas, que una tras otra sonaban infructuosamente en su iPhone--, !tu vuelo sale dentro de dos horas...! --Ya voy, mama, solo cinco minutos mas... --le respondio a su madre, queriendo saborear los ultimos instantes en su hogar antes de marcharse a la que, sin duda, esperaba que fuese la aventura de su vida, por lo menos hasta entonces. Alba vivia en Madrid, con sus padres y su hermano de dieciocho anos. Varias semanas antes consiguio terminar por fin la carrera de psicologia, licenciandose en la Universidad Complutense con todos los honores. Ahora, su siguiente objetivo era conseguir el doctorado, pero para lograrlo tenia que presentar una tesis y que la aceptasen, es decir, un estudio o investigacion sobre un tema concreto referido a esa carrera. La tesis propiamente dicha, es un escrito que trata de dar explicacion de forma argumentada y organizada, a una idea primigeniamente teorica, y de esta forma demostrar que esa hipotesis era correcta tras un exhaustivo estudio detallado. El tribunal evaluador es el que se encarga de aceptarla o no. Si lo hace, esta investigacion se anade y revierte de forma innovadora sobre la ciencia misma a la que hace referencia. Alba tenia veinticuatro anos, era vitalista y sonadora. Con su cabello negro azabache, largo y ondulado, recordaba a un corcel indomable. Media un metro setenta y cinco centimetros y era esbelta, sin duda ayudada por sus clases de defensa personal. Su tez morena contrastaba con el profundo verde de sus ojos, que cuando te miraban parecian hipnotizarte. Se disponia a vivir la vida al cien por ciento. Solia pensar que no desperdiciaria ni un segundo con personas o asuntos que no lo mereciesen. Cualquier aspecto a su alrededor, que por su negatividad le resultase un lastre en la busqueda de la plena felicidad, lo desecharia inmediatamente. Era una persona a la que le gustaba observar lo que tenia a su alrededor, cuando salia a correr miraba a la gente a la cara y de alguna manera intentaba descifrar lo que su gesto denotaba. Sentia que podia ayudar a la gente con sus problemas cotidianos, simplemente haciendoles ver que una actitud positiva ante la vida era la clave del exito y de la felicidad. Por eso los observaba, tenia un sexto sentido, una intuicion empatica que le hacia sentir de alguna manera lo mismo que sentian ellos, de esa forma sabia lo que necesitaban y como ayudarles. Por eso estudio psicologia, para tratar de ayudar a las personas. Su objetivo final y su sueno, era convertirse en una influyente coach emocional, que con sus metodos llegase a muchas almas necesitadas. Quiza con algun libro de autoayuda que encauzase la energia de la gente de manera positiva, que abriese una puerta esperanzadora a afligidos y descorazonados, dejando atras la negatividad. Deseaba crear una corriente de pensamiento propia que perdurase en el tiempo. Fantaseaba con que esta integrara sinergias positivas en la sociedad, y que pudiese cambiar asi, quien sabe, a mejor, por poco que fuese la humanidad. Ese era, sin duda, su mayor sueno y motivacion, ser completamente feliz, y ayudar a que los demas tambien lo consiguieran con sus consejos. --Te voy a echar tanto de menos, mami... --le decia, abrazandola con mucha fuerza en la puerta de la terminal, en la que sus vidas se bifurcarian por un largo tiempo, nunca antes soportado. --Y yo a ti, hija... y yo a ti... --decia su madre tremendamente afligida, sin apenas poder contener las lagrimas de puro amor que le brotaban de manera natural, ante la separacion de parte de su alma--. Prometeme que vas a llevar cuidado y que me llamaras todos los dias por favor --exigia esa madre apesadumbrada. --Te lo juro --dijo con una amplia sonrisa y los ojos cristalinos, antes de abrazar a su hermano que tambien se emociono un poco, aunque intentaba contenerse. Habitualmente tenian sus mas y sus menos, pero se querian muchisimo, ella era un referente indudable en su vida. --?Estas llorando, hermanito...? --le pregunto con tono socarron cuando se separaron. --Eso es lo que tu crees... --respondio cortante el chico, montando de nuevo su muro defensivo, con el que protegia su sensibilidad interior de la barbarie adolescente. Finalmente sonrio y le guino un ojo de manera complice. --!Ultima llamada para los pasajeros del vuelo British Airways 1657 con destino Scarlet Island! --aviso una voz aguda y nasal surgida de un altavoz blanco que tenian justo encima. --Bueno... ha llegado el momento --comento Alba, con un compendio de sensaciones encontradas surcando su estomago, en forma de pena mezclada con incertidumbre, y aderezada con una pizca de euforia ante esa aventura en ciernes--. Os quiero, cuidad a papa --apunto finalmente andado de espaldas mediante pequenos e inseguros pasos, hasta que se giro y encaro la puerta de embarque, no sin volverse al poco y mandar un beso con su temblorosa mano derecha, debido a la emocion que la embargaba. El avion se elevaba abriendose paso en el cielo azul, mientras el aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas empequenecia junto con la preciosa vision de Madrid, iluminada con la luz blanca y clara de la manana estival. Llevaba mas de un ano preparando aquel viaje de manera pormenorizada, y trabajando los fines de semana para poder costearse los cerca de dos meses que, en principio, y si todo iba bien, pretendia estar en su destino, a donde ya se dirigia surcando los cielos, a Scarlet Island. Si bien ano y medio antes, cuando decidio que era alli a donde debia ir, ya pensaba que podia ser el escenario perfecto para su estudio, ahora lo daba por hecho completamente. Se proponia demostrar en su tesis que todo lo que ocurre alrededor de las personas, en su entorno cercano, influye de manera directa en la conducta de las mismas y en sus vidas, en definitiva. Lo que ocurre a tu alrededor, te afecta de manera positiva o negativa haciendo cambiar tu vision de la realidad y finalmente tu vision del mundo. Es decir, que, por consiguiente, el mundo real cambia o puede evolucionar hacia una u otra vertiente, en funcion de sucesos que afectan a la psiquis de las personas que lo habitan. Una vez demostrada esta creencia, se podria afirmar que las personas que consiguen por si mismas cosas positivas e inspiradoras para otros, por su complejidad o dificultad, realmente son los individuos que cambian el mundo. Scarlet Island le proporcionaba el escenario ideal para demostrar su teoria, y precisamente por eso viajaba a ese lugar. Se trataba de una porcion de tierra aislada en mitad del Atlantico, antigua colonia britanica de apenas unos treinta y cuatro quilometros en su segmento mas amplio. Se llamaba asi debido a una caracteristica flor roja de cinco hermosos petalos, unica en el mundo, que crecia en varios lugares de la isla, pero, sobre todo, alrededor de un bello lago interior llamado Blood Lake. Unos dicen que el ancestral nombre de ese lago se debe al precioso reflejo rojizo de esas flores en el agua, cuando esta en calma. Otros, en cambio, aseguran que estas mismas aguas se tineron de sangre cuando los ingleses masacraron a los nativos para lograr el dominio de la isla. Cuenta la leyenda que desde entonces el lugar esta maldito. A cinco quilometros se encontraba la pequena ciudad, de apenas seis mil habitantes, denominada Black Port Town, la unica de la isla, al margen de pequenos poblados y alguna que otra vivienda independiente salpicadas por sus hermosos bosques. Su coqueto puerto de profundas aguas oscuras, de ahi su nombre, era el lugar de mayor movimiento de entrada y salida de barcos de la isla. Alli se podian contemplar parte de las antiquisimas construcciones defensivas, con altos muros de piedra coronados por canones, que los ingleses erigieron en ese lugar ventajoso para protegerse de invasores y piratas hace alrededor de cinco siglos. Al oeste de Black Port Town se emplazaba el pequeno aeropuerto con apenas dos pistas, una para aterrizar y la otra para despegar. Al este se encontraba la preciosa Pearl Beach, practicamente a continuacion del puerto y durante cuatro quilometros mas alla de Black Port Town. En su arena blanquecina se decia que de vez en cuando era posible encontrar perlas de ostras. Esos cuatro quilometros de playa paradisiaca, representaban la parte mas turistica de la isla, con un hotel rural conformado por pequenas cabanas hechas de madera autoctona, que estaban casi integradas con la exuberancia del entorno. Las cabanas estaban distribuidas desde el interior del bosque hasta adentrarse en la costa unos cien metros a traves de un malecon de madera, que hacia las veces de caminito de ensueno conduciendo a los turistas hasta donde estas se ubicaban, como suspendidas sobre el agua. En la isla cualquier cosa que ocurria era de sobra conocida por todos, y a todos influenciaba de una u otra forma. La isla de por si, ya tenia una leyenda relativamente extrana y misteriosa, por las inquietantes ruinas que se encontraban en mitad de un tupido bosque, casi absorbidas por la vegetacion, a unos quinientos metros de Blood Lake. Eran los restos de la fortificacion donde moraban los primeros colonos ingleses, que segun la tradicion desaparecieron de pronto sin dejar rastro. Pero en los ultimos tiempos varios sucesos consiguieron magnificar de manera exponencial esta leyenda. Hacia alrededor de tres meses, que habian encontrado muerto en insolitas circunstancias a un famoso biologo, que estudiaba la flora alrededor de esas ruinas abandonadas cercanas al lago. Todos en la isla al parecer dan por hecho que alli pasan cosas extranas, inexplicables… Pero algo incluso mucho peor ocurrio unas cinco semanas antes de su viaje, suceso que dejo sobrecogido a medio mundo, y mucho mas a los habitantes de la pequena isla. La que era la ultima tribu autoctona de Scarlet Island, vivia en un primitivo asentamiento en las inmediaciones de las ruinas junto al precioso lago. Subsistian de la misma manera que hacia miles de anos, pero repentinamente se esfumaron, de un dia para otro, tal y como cuenta la supersticion de los colonos, aumentando la leyenda negra de ese enclave de manera brutal. Todos los islenos miraban con recelo hacia alli ahora mas que nunca. Las noticias dieron la vuelta al mundo, ante tales extranos casos sin explicacion. El biologo era muy conocido y la tribu estaba considerada como un espejo de nuestros antepasados, con un valor incalculable para el estudio evolutivo y cultural. Muchas eran las hipotesis que se habian lanzado, pero ninguna la aclaracion veraz. Alba pensaba que era imposible encontrar un lugar en el que la gente estuviese mas expuesta, influenciada, y seguramente sugestionada por los acontecimientos que les rodeaban, para llevar a cabo su experimentacion con garantias. Pareciera que el destino se hubiese aliado con ella para brindarle ese lugar en ese momento, y no lo pensaba desperdiciar. Demostraria que los hechos acaecidos alterarian y modificarian de alguna manera las vidas de las personas, y estas a su vez verian el mundo de distinta forma. El avion atravesaba los cielos sobre la inmensidad del oceano, buscando el punto exacto en donde se encontraba aquel misterioso pedazo de roca, que simplemente por el hecho de estar alli, solo, aislado, ya resultaba extraordinario. Si trazasemos una linea imaginaria desde La Republica Dominicana hasta el Sahara Occidental, justo en medio encontrariamos Scarlet Island. Su clima tropical durante todo el ano era el sueno de cualquier amante de la playa, la naturaleza y la buena vida. El tiempo se detenia en aquel lugar, el estres era algo desconocido, la tranquilidad, algo innato y la belleza, de tal calibre que todo el que visitaba la isla quedaba irremediablemente enamorado por siempre de ella. Una primera imagen de la isla cautivo a la chica por completo, cuando el piloto, al hacer una maniobra de aproximacion, les regalo un breve recorrido semicircular por buena parte de su extension. Primero atravesaron el Norte lleno de acantilados inaccesibles de bella factura. Tras estos se encontraba Little Rock, como era conocida la pequena formacion montanosa que dominaba Scarlet Island desde las alturas, con un manto absolutamente verde y frondoso que cubria sus laderas como nunca antes habia visto. En realidad era un volcan dormido durante miles de anos, seguramente el que diera origen a la isla. Justo al terminar la montana pudo disfrutar a vista de pajaro de la preciosa imagen de Blood Lake que lo precedia, incluso un pequeno salto de agua brotaba de Little Rock para caer al extremo mas al oeste del lago, formando una preciosa catarata vaporosa e irisada por los rayos del sol. Alba miraba aquel espectaculo de la naturaleza en estado puro, pensando que si algun dia habia intentado imaginar como podia ser el famoso paraiso de Adan y Eva, la imagen que tenia delante debia ser lo mas parecido. A la altura de Black Port Town el avion comenzo a girar dejando ver desde lo alto la distribucion del pueblo, con Pearl Beach al costado extendiendose hacia el este. Encaro la pista de aterrizaje unos pocos quilometros mas alla del pueblo, al oeste. Se aproximaba descendiendo al diminuto aeropuerto rodeado de palmeras en las zonas colindantes, hasta que por fin tomo tierra para tranquilidad de Alba y entre el aplauso espontaneo de los demas viajeros. Estaba realmente emocionada por haber llegado de una vez por todas a su destino. Al bajar del avion comprobo que la temperatura era mas que agradable, similar a la de Madrid. No en vano, la isla se encontraba dentro de la zona intertropical del planeta en donde las temperaturas son muy suaves y apenas varian en todo el ano, siendo de media superiores a los dieciocho grados. Debido a esa temperatura la isla carecia de estaciones termicas, propiamente dichas, pero si tenia estaciones lluviosas, secas e incluso mixtas, precisamente en la que se encontraban ahora. Duraba apenas dos meses, en los que la lluvia tal y como llegaba de forma imprevisible y casi torrencial, se esfumaba. La humedad si que era notoria, algo de lo que ya daba buena cuenta Alba, mientras caminaba con el resto de viajeros por mitad de la pista, con la misma actitud que si de andar por casa se tratase, --dado las humildes instalaciones--, cargada de maletas y con la frente sudorosa. Alba miraba a todos lados empapandose con una sonrisa en su rostro de la belleza del lugar. Casualmente habia compartido el vuelo con una chica, que ubicada a su lado, decia ser biologa y venia a reemplazar al que encontraran muerto meses antes. Si bien su muerte fue un poco escabrosa, transcurrido un tiempo y tras una exhaustiva investigacion, fue determinada como accidental. Por ello la empresa para la que trabajaba envio a un reemplazo, una vez esclarecido el asunto, o eso creian... La nueva amiga de Alba se llamaba Valentina. Era de origen italiano, pero vivio durante varios anos en Espana por la relacion afectiva que mantuvo con un chico. Finalmente encontro un buen trabajo como biologa, carrera que habia cursado, para una importante farmaceutica espanola. Tanto era asi, que, aunque dicho amorio con su novio toco a su fin, ella se quedo a vivir en Espana, en Toledo mas concretamente, en donde se sentia muy integrada. Un chico de unos treinta anos, rubio, con sonrisa de anuncio y la piel dorada por el sol, al mas puro estilo americano, se encontraba en la puerta del aeropuerto con un cartel rotulado a mano en el que se podia leer "Valentina". La empresa farmaceutica habia puesto a disposicion de la chica todos los recursos necesarios para que se encontrara comoda en Scarlet Island, sobre todo teniendo en cuenta lo que le habia ocurrido a su antecesor, de hecho, varios candidatos se negaron a ir por las habladurias sobre las controvertidas circunstancias que envolvieron el deceso de su colega. --Si quieres te puedo acercar a donde vayas --le dijo Valentina a Alba. --De acuerdo, por mi perfecto --contesto sonriendo--, he alquilado una vivienda social proporcionada por el ayuntamiento de Black Port Town, asi el coste me sale practicamente a mitad de los precios habituales --le dijo a la biologa. --?Cual es la direccion? --pregunto Valentina. --Espera... --respondio Alba, sacando de una pequena mochilita que llevaba, un papel doblado y arrugado donde traia todo apuntado. --Esta en la Calle... St George's. Por lo que he visto en internet, creo que se encuentra por el centro del pueblo, muy cerca de la bahia --comento Alba. --No hay problema, se lo diremos a mi ayudante para que te acerque, ademas creo que vamos a residir cerca --dijo alegremente, mientras caminando llegaron a donde estaba el apuesto joven, que las esperaba con el cartel en la mano y saludando. --Hola, senoritas, mi nombre es Peter. ?Cual de ustedes es Valentina? --dijo de forma agradable y simpatica. --Yo soy Valentina, es un placer, Peter --le dijo, dandole un apreton de manos--, y esta es mi amiga Alba, necesito que la llevemos a su apartamento --le explicaba, mientras Peter hacia lo propio con Alba. --No hay ningun problema, solo diganme donde se encuentra y la dejare en la misma puerta. Como sabe, estoy a su entera disposicion --concluyo Peter con una actitud exquisita que complacio a las chicas. --Muy bien, Peter, veo que es usted muy eficiente --lo halago Valentina. --Si me permiten... --les dijo el chico, cogiendo sus maletas para introducirlas en la parte trasera de su pick up negra, y seguidamente abrirles la puerta cortesmente para que montasen. --Muy amable --dijo Alba, que seguia a Valentina al interior del vehiculo. --Bueno... --comento Peter, que una vez habia montado y con el motor arrancado se disponia a llevarlas a sus nuevos domicilios--, es un placer darles la bienvenida a este maravilloso lugar, debo decirles senoritas, que acaban de aterrizar en el paraiso --comentaba simpatico con una sonrisa de oreja a oreja, mientras giraba el volante al maximo para dar la vuelta acelerando al mismo tiempo. --?Es usted originario de aqui? --pregunto Alba. --Asi es, senorita, nacido en la isla, tal y como mis padres, mis abuelos y asi generacion tras generacion, hasta remontarnos a los primeros colonos britanicos que consiguieron establecerse aqui. --Pero hay una leyenda que cuenta que los primeros colonos britanicos desaparecieron como por arte de magia, ?no? --volvio a preguntar Alba, mientras salian del aeropuerto mirando las palmeras que habia alrededor, con una frondosidad casi selvatica bajo estas. --Si, se suele contar que desaparecieron, pero como usted dice es una leyenda. Lo que realmente ocurrio fue que abandonaron la primera fortificacion que construyeron en una zona un poco mas alta de la isla, mas alla del lago en mitad del bosque. Se decia que en aquel lugar pasaban cosas inexplicables, creian que estaba encantado. En verdad, muchos se fueron tras unos anos de tragedias, penurias y sucesos anormales, pero otros tantos lo que hicieron fue trasladarse a la bahia, en donde establecieron su nuevo asentamiento. Asi nacio Black Port Town. Mas tarde crearon una serie de pequenos baluartes defensivos, alrededor de los puntos mas accesibles de la isla desde el mar, donde colocaron canones capaces de repeler casi cualquier ataque maritimo. Incluso hoy en dia existen estas fortificaciones con otros canones mas modernos, eso si. En los anos ochenta y gracias al auge del sector turistico fueron adecentados y puestos en valor como bienes de interes cultural. Son un lugar muy frecuentado por los viajeros. --Es muy interesante --exclamo Valentina. --Si que lo es --concluyo Peter. --?Y que crees tu acerca del supuesto encantamiento de ese lugar del que se fueron? --continuo sutilmente Alba con su indagacion, que ansiaba hacerse una primera impresion de las creencias de las personas autoctonas. --Pienso que la gente cree lo que quiere creer... --dijo intrigantemente, dejando un halo de reflexion en el ambiente.

  • Agua de Claudio Hernandez

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    Siempre, en alguna parte, debia brillar el sol; pero en Chamberlate, una amorfa cara opaca parecia sonreir desde lo alto del cielo mas negro que el culo de una marmota. La mezquina luz lamia el cementerio, con sus estacas incluidas, y los Fresnos que lo rodeaban en unos bosques realmente frondosos extendian sus copas como refugios a las almas perdidas de su interior, igual que a los cuervos. Sean tenia puesta la gabardina de color beis que le llegaba hasta las punteras de sus zapatos. Estaban tan desgastados que, ahora, empezaban a brillar mas que el mezquino destello de la que venia despues del astro rey. Un puro humeante como la chimenea de un vapor hacia las delicias en los pulmones de Sean, un anciano retirado que habia sido detective, pero que narices, el pensaba que todavia lo era. ?Por que no? Se enjuago la boca con gran cantidad de saliva y escupio un enorme chorro de espesa mucosa sobre una lapida. La cruz, que parecia un espantapajaros, con los brazos extendidos y laxos sobre una superficie llena de vacio, ignoro tal guarrada. Y, con todo eso, la cosa no habia hecho mas empezar para Sean Rickman (apodado y conocido como Coningan). Apoyando su barbilla poblada de una barba gris, como las cenizas, sobre una de sus manos, concretamente la derecha; clavo la mirada en otra de las tumbas y penso como se encontraria el fiambre alla abajo, es decir, bajo tierra. Se inclino en creer que simplemente dejaba pasar el tiempo mientras el cuerpo se descomponia en medio de guturales ruidos, grunidos ignorados y flatulencias repentinas. Y penso en el. El asesino. Entonces, de repente, el cielo tosio un par de veces haciendo estremecer la tierra bajo sus pies, y, al mismo tiempo, solto un graznido como un perro cabreado. La lluvia, una de las mas intensas de aquel jodido otono del 99, en Chamberlate, habia retomado de nuevo su proyecto para repiquetear el suelo y todo lo que habia sobre el, con sus grandes gotas, al ritmo de decenas de pajaros carpinteros. Sean Rickman levanto ahora la mirada hacia el cielo y dijo: --Mierda. Sabia por que. 2 Locos los hay en todas partes del mundo, pero como David Harring no lo habia. Sus ojos oscuros parecian proyectar una luz disciplinariamente roja, pero era frialdad lo que arrojaban, como destellos oscuros, si, era eso. Una mirada profunda. Traumatizada y perturbadora. Inquietando incluso para las miradas perdidas o aviesas de aquellos que estaba encerrados en un psiquiatrico. Su camisa de fuerza era ella: Melissa Harring, de soltera Aarons. Y para nada hacian pensar que era del estado de Maine: ni por sus nombres, ni por sus costumbres. Solo eran forasteros, y su acento dejaba loable el deseo de pertenecer a un pueblo tranquilo. Su acento estaba lejos de ser sureno. Todas las noches, cuando el astro rey se estrellaba en los picos de las montanas rocosas desangrAndose, levantaba el pie derecho y lo apoyaba sobre un taburete cojo de una pata. El jodido perro, es decir, Dan, lo habia mordisqueado como a un hueso. Entonces dejaba que el palillo correteara por toda la cantera de los dientes mientras se mesaba la barba rala. Profundamente relajado, pensaba en lo bien que lo hacia. Como la amaba y que polvo iba a echar esa noche, quisiera Melissa o no. Era una rata de alcantarilla. O peor aun: Una mierda aplastada por las botas sucias del sheriff del condado. Que, a decir verdad, era un borracho embaucado por las deudas del juego y la escoria de Chamberlate. Tan corrupto como los politicos del mundo. Solo que el era ignorado. Pero ?por que todos los hijos de puta -- bueno, los cabrones-- tenian tanta suerte de ocupar puestos tan ostentosos? David era uno de ellos. Abogado de profesion habia dejado atras los problemas de sus clientes --mayoritariamente lunaticos y obsesionados con las leyes-- para cambiar su vida por completo. Menos el de seguir siendo el mas capullo del mundo, pero eso tenia diferentes connotaciones. Cabron, perturbado, celoso patologico, asesino… Todo se quedaba corto cuando estaba frente a ella. Y su capacidad para ser tan amable como un mayordomo ante las estupidas sonrisas de los testigos de Jehova, no hacia que Melissa pensara lo contrario de el. Hijo de la gran puta. Y Dan empezo a ladrar al sol que habia dejado el rastro sangriento a la deriva. 3 Habia un loco suelto y Sean lo sabia. Cada atardecer, como una esposa en pena, acudia a visitar el cementerio bajo una manta de agua. Tosia como un descosido y se encendia un enorme puro que lo sacaba de ese estado penoso a su edad. Rondaba los setenta anos y ya habia decidido parar de contar los cumpleanos. A partir de cierta edad, los huesos sonaban como unas piedras en el interior de una bolsa y los dolores reumaticos se extendian hasta la polla. Ademas, habia descubierto que los huevos crecian sobremanera a partir de los sesenta. Sin mujer ni hijos, ni trabajo a que dedicarse mas que aplastar cucarachas con un cuarenta y dos de pie: tenia la impresion de que el asesino no se retorcia como un gusano en ningun lugar de ese cementerio, que era visitado por un oscuro gato dando por culo con sus maullidos desgarrados. Sean lo miraba con cierta incomprension y bajaba la vista. El jodido gato siempre estaba en lo alto de una de aquellas cruces que miraban a un cielo tan zozobrante como un mar embravecido. Despues el gato saltaba al suelo y se hundia en el lodo. Sean Rickman, ajeno a los poderes mentales de algunos perturbados que pasaron por Castle o Boad, o incluso Derry, estaba mas tieso que una estaca en el cementerio. Astillada y sin vida, bueno, ninguna estaca tiene vida, pero las habia que brillaban cuando salia el sol, y ese otono no habria mas sol que una lampara en lo alto de su cabello de color cobrizo. Era su cabello natural que, al contrario que la barba, no conocia mas ceniza que la de una chimenea muerta en el interior de una casa de una familia que no tenia ni lena para calentarse. Camino hasta la cripta. Solo habia una y se detuvo a dos metros mientras el humo del puro se arremolinaba alrededor de su cabeza con la intencion de arrancarsela y elevarla al aire. Sus dedos rollizos tiraban del puro, que se despegaba de sus labios secos, y entonces movia el cuello como queriendo hacer un circulo, aunque le crujian las cervicales como las bielas de un motor viejo. --Maldito seas. Se que no estas aqui --murmuro entre el ruido de la lluvia. En lo alto de todo, algo ilumino el cielo y la tierra, pero despues no sucedio nada mas. El detective retirado se quedo con las ganas de sentir el atronador ruido como una de las bombas del Vietnam. El gato le respondio. Pero el asesino no. 4 --Hoy no tengo ensalada --dijo Melissa con cierto temblor en su voz, la cual formaba un vibrato que se paseaba por la cocina como un chorro de aire lleno de obstaculos. --?Y que se supone debo cenar esta noche? --pregunto arrogante David. Le clavo la mirada como dos chinchetas. Ella estaba apoyada en el fregadero. Su tez era palida y el estaba sentado en la silla, con los brazos laxos sobre la mesa rugosa. Ella cabeceo un instante. El repentino dolor del miedo la sobrecogio. --Ya sabes que hoy no hemos bajado al pueblo y… De pronto, un puno cerrado quiso agujerear la tabla de la mesa, y los ojos de ella casi saltan de sus cuencas para botar como bolas en el suelo. Los dientes de el estaban rechinando de tanto que los apretaba. --!?Acaso no tenemos huerto?! --grito mientras permanecia encorvado como un buitre al borde de la mesa. Le dolia el puno, es decir, el canto de la mano. Los cubiertos habian saltado como unas ranas plateadas, pero seguian sobre la dichosa mesa. --No he… podido... recoger nada --termino de decir ella, visiblemente asustada. El miedo se cruzo de nuevo delante de sus ojos y, bajo sus tetas --bueno, bajo su pecho-- aquello golpeo el esternon. Su corazon. --!Estas temblando! ?Por que? ?Te han hablado de mi esas pellejas? --Su mirada acusadora evoco la puerta y parecio verlas a traves de ella. Eran dos amigas, entre comillas, para un monstruo como el. Solo tenia cuarenta y dos anos, era de estatura alta, atletico y guapo, pero por dentro bombeaba petroleo en lugar de sangre. Hasta los demonios huian de el. Ella no pudo responder. No, al menos, de inmediato. --Me ayudan… --!Callate! --El golpe, esta vez, fue con la palma de la mano abierta, que sono tan fuerte que parecia que se le iban a salir todos los dedos como lapices. Su profunda mirada le mostraba el monstruo que nunca habia estado dormido y que habitaba en el. Incluso cuando usaba la cosmetica de su mujer, para ver a un payaso reflejado en un espejo que acusaba con romperse en mil pedazos en un vomito repentino. Si, David hacia eso cuando ella no estaba en casa. 5 La insignia de policia relucia de manera imponente sobre su pecho, pero no era asi siempre. Burt no era el tipo de agente que se las daba de algo que no podia ser competente. De modo que siempre tenia la jodida insignia guardada en algun bolsillo del pantalon. Junto a la funda cerrada del revolver. A la gente del pueblo le importaba un bledo que la llevara brillando bajo su hombro. Todos sabian quien era el. Incluso Sean, el viejo detective. Burt decia que el pueblo no se dedicaba a hacer insignias ni tampoco a rozarlas con sus miradas de desacuerdo. En realidad pensaba que a todos se la inflaban si la tenia o no. Pero por supuesto que todo el mundo en Chamberlate sabia quien era el. Su ayudante Harris tambien tenia una, y por supuesto que este si la llevaba clavada en su pecho. En su piel, y los dientes le brillaban junto a la insignia. Eso solo cuando hacia sol en el mes de junio, julio y el punetero agosto, en el que los lagartos sacaban sus rosadas lenguas en las canteras. Harris no comprendia la decision de Burt de llevarla en la billetera o junto a las llaves de casa. Era algo que el hombre de la ley jamas habia podido entender. Claro que en el pueblo todo el mundo sabia que el era el agente. El mas borracho de todo el estado de Maine, pero habia que tener en cuenta la tradicion centenaria, desde que los indios MickMac desaparecieran de alli. Pero habia que tener en cuenta la responsabilidad y la seriedad. Cuando se estaba al servicio de la ley, habia que pensar en esas cosas y en las tetas de la vecina de enfrente. Harris pensaba frecuentemente en ellas, es decir, en las cosas de la ley, aunque solo podia ser agente con dedicacion parcial, dado que casi todo el tiempo Burt estaba resoplando en el viejo sofa de su casa. Y asi fue como unos degenerados mentales construyeron un lago de sangre en el pasado, que, visto lo visto, parecia no haber acabado todavia. Si, ahora habia detectives. Y lo sabia. Mejor. 6 Pero Sean era el protagonista, porque no dejaba de pensar en el asesino que se ocultaba en el silencioso cementerio, que, a su vez, sonaba como miles de exhalaciones de todos los que reposaban panza arriba. No tenia sombrero y ni falta que le hacia. Su cabello mojado era ahora una plaga de algas sobre su cabeza y las gotas se columpiaban en su menton, agarradas en el pelo de la barba. Sus ojos mantenian aviesamente la mirada sobre aquellas tumbas, dia tras dia, mientras recordaba. El jodido gato aparecia maullando todos los malditos dias, y eso le cabreaba de forma lenta y oficiosa, hasta estar a punto de gritarle, pero no lo hacia. Todo su temple era un abedul esperando que el tiempo pasara ante sus ojos…, bueno, sus hojas verdes. --Te llevaste a todas esas pobres chicas a la tumba de la forma mas asquerosa que pueda emanarse de un monstruo como tu. Eras algo horrible. Una especie de locura a la que cualquier autoridad no se puede enfrentar. Ni siquiera un maldito psiquiatra, con sus gafas de empollon sujetandose con cierto malabarismo en su descendente curva de la nariz. Claro que no. Te condenaron a la cadena perpetua y, despues, a la muerte. No vi tus cenizas, cabron, pero eso es porque no te metieron por el culo todo aquel fuego, cabron. Se que no estas aqui tampoco; pero, como soy un idiota, vengo cada dia por si veo una bota tuya en medio de un charco de agua. Que jodido eres. A veces creo que yo mismo me estoy volviendo loco. ?Lo sabias? La edad me sienta fatal. ?Por que no me contestas ya de una punetera vez? El detective abrio mas los ojos y clavo su fria mirada en el gato que cada dia parecia mas negro. Sus ojos verduzcos brillaron en aquel atardecer de lluvia intensa, y mostro sus afilados colmillos cuando maullo de forma aguda. Sean sonrio con la menor intensidad del mundo, tanto, que su rostro no lo reflejo. Y se sintio un verdadero capullo cuando supo que le estaba hablando al gato. Si, al jodido gato. Y, mientras tanto, seguia lloviendo con tal intensidad que el cementerio parecia ya un lago con las cupulas de los edificios asomando en el agua, como cabezas humanas que se iban a ahogar. 7 Melissa se encontraba ajetreada con los platos sucios de la cena de esa noche. El ruido era ensordecedor y a veces golpeaba la vajilla de porcelana contra el metal del fregador para descargar la ansiedad que el comportamiento de David le generaba. Habian pasado los primeros dias idilicos en la nueva casa de la colina. Si, esa que estaba en lo mas alto de la misma y desde donde se podia divisar la carretera polvorienta --ahora llena de lodo-- que llevaba al centro del pueblo tras una serpentina brillante. Y por mas que golpeaba y pensaba, no conseguia encontrar un solo pedazo de carino en el. Era puro odio y un enfermo mental, enajenado por las psicopatias de las manias, los celos y las peculiaridades. --Maldito seas --mascullaba mientras sus hermosos labios se arrugaban como una cuerda enrollada. Su cabello rubio le cubria los hombros, y las puntas le llegaban a la parte mas baja de la espalda. Normalmente solia tenerlo atado con una goma elastica que chillaba cada vez que se tensaba, pero esa noche no. Lo tenia suelto y, de espaldas, cualquier hombre la veria hermosa aunque sus manos se movieran como remos al ritmo de los tambores de guerra. Su corazon estaba convulsionado y sabia que… Arriba, en la habitacion, su marido estaria haciendo algo extrano. No para el, sino para ella. Si hubiera subido las escaleras de puntillas, le habria visto pintarse los labios de rojo, de forma sutil, y, despues, apretando con un poco mas de fuerza la barra de labios, mientras decia: eres preciosa, Keti. Y en eso estaba. 8 --La maldita lluvia me tiene hasta los huevos, Forrest. Me duele hasta eso. --Se senalo la entrepierna de un pantalon vaquero, tan gris como su cabello. Estaba sentado en lo alto de un taburete que podria ser un atril perfectamente y ser el reverendo repartiendo ostias a sus feligreses.

  • Un, dos, tres… !Besame! de Magela Gracia

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  • El lejano pais de los estanques de Lorenzo Silva

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    El cuerpo desnudo de una joven austriaca pende atado de las manos en un chalet mallorquin. Ni los signos de violencia, ni la pestilencia de una muerte estival ocultan su inquietante belleza. En el revolver hallado en la basura abundan las huellas de una sesentona suiza de fama libertina, pero la vida turbia de la joven, Eva Heydrich --un ser irresistible consagrado tanto al placer como a la destruccion--, sugiere que la sencillez del crimen es tan solo la punta de un iceberg.
    En Madrid, la Guardia Civil confia el caso al experimentado sargento Ruben Bevilacqua, o <> para sus companeros, ex-psicologo desempleado para quien Jung era solo un aficionado, y a la inexperta agente Virginia Chamorro, cuya eficacia policiaca sera puesta a prueba por primera vez. De incognito entre nudistas teutones, turistas desenfrenados y mafiosos locales, Bevilacqua y Chamorro se adentraran en el reverso oscuro de una apacible urbanizacion mallorquina tratando de desentranar los ultimos dias de la joven asesinada.

  • !No se de cual enamorarme! de Leen Io

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    Lily Scott era una nortena que, al cumplir los veintiuno, no tolero mas el frio y soledad que padecia en su pueblo. Se mudo a una ciudad del Sur donde empezo a conocer todo tipo de personas. Incluyendo cuatro pretendientes que, por primera vez, le hicieron sentir que sonar era valioso y enamorarse valdria la pena.
    Su corazon le asigno la complicada tarea de escoger a un unico e irreemplazable huesped.

  • La espora de Joaquin Planchuelo Sainz

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    Eduardo, el hijo bastardo de un gran terrateniente manchego, aparece asesinado. Alvaro, su mejor amigo, intenta encontrar coherencia a un crimen aparentemente inexplicable, apareciendo entre los sospechosos amigos, enemigos y amores. Su prodigiosa inteligencia le conduce hasta una situacion en la que jamas penso que llegaria a encontrarse, a tener que ejecutar actos que siempre considero despreciables, dando por perdida la paz con la que esperaba vivir.
    Todo ello tuvo su origen en un encuentro fortuito, nueve anos atras, con Lena, la legitima hija del senor de diez mil fanegas. Y en una enigmatica espora.