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J. S. Scott
Hace varios meses... --!No voy a dejarte aqui sola, Taylor! --le dije a mi becaria con toda la fuerza que pude reunir. Por desgracia, tenia la boca tan seca que mi voz apenas era poco mas que un susurro airado. Tras nueve dias prisioneras en un pais extranjero sin comida y con muy poca agua, Taylor y yo estabamos hambrientas y gravemente deshidratadas. Basicamente habiamos quemado todas las reservas de energia que teniamos hacia mucho tiempo. Solo intentar hablar durante unos instantes suponia un enorme esfuerzo. Fulmine con la mirada al rebelde laniano que habia intentado levantarme de un tiron despues de cortar las apretadas ataduras de mis piernas. Me negue rotundamente a levantarme cuando me ordeno que lo hiciera. --Llevatela a ella --exigi gesticulando con la cabeza hacia Taylor--. Me quedare yo. No conocia mas que unas pocas palabras de laniano, pero nuestro captor chapurreaba suficiente ingles para que yo entendiera que se habia pagado mi rescate y que estaban planeando dejarme marchar. Tambien estaba totalmente claro que mi becaria, Taylor, no estaba incluida en el plan de liberacion y, sin duda, aquello no iba a funcionar para mi. --No --gruno el guerrillero agitando su rifle automatico en mi cara--. Solo tu. Yo sacudi la cabeza. <
>, pense. Aquella era mi exploracion geologica. Ya me faltaba un miembro de aquel pequeno equipo de tres. Taylor y yo no habiamos oido nada de Mark, el tercer miembro de nuestro grupo. Era el ingeniero de minas cuya llegada se esperaba en la isla nacion hacia diez dias para reunirse conmigo y con Taylor. Yo habia pasado cada uno de esos nueve dias histerica por lo que le habria sucedido. Mark no solo era un miembro del equipo, sino tambien un hombre que me importaba mucho. <>, me dije. ?Habia escapado Mark a la captura de alguna manera? ?Habia sido secuestrado tambien, pero ya lo habian liberado? ?O estaba aguantando a duras penas como Taylor y yo ahora mismo? No conocer su suerte me corroia las entranas desde el dia en que Taylor y yo fuimos secuestradas a punta de pistola unos instantes tras nuestra llegada a Lania. --Tu vienes --insistio el rebelde en tono enfadado mientras me golpeaba la cabeza con el canon de su rifle de asalto. Volvi a sacudir la cabeza. Tal vez deberia estar aterrada, pero se me habia agotado la adrenalina necesaria para sentir aquella emocion mediante la privacion y la intimidacion emocional. Lo unico que me quedaba era resignarme. Encontraria a Mark. No dejaria que mi becaria muriera alli, sola. Ya no me quedaba energia para temer. No queria morir, pero si ese cabron terminaba disparandome, no le quedaria mas alternativa que dejar marchar a Taylor si tenia que liberar a un rehen. El hombre dejo escapar un rugido salvaje y salio como un vendaval por la puerta de nuestra pequena prision. Yo hice una mueca al oir el chirriante sonido del metal contra el metal cuando el aseguro las barreras en la puerta. Era un sonido premonitorio que siempre me recordaba lo precaria que era nuestra situacion en ese momento y el poco tiempo que nos quedaba a Taylor y a mi. La diminuta habitacion volvio a quedarse a oscuras en cuanto se cerro la puerta y el alivio momentaneo que recibimos del calor sofocante mientras la puerta estaba abierta termino bruscamente. Casi no habia ventilacion en la estructura de una habitacion donde nos retenian y entraba muy poca luz a traves de las minusculas ventanas cerca del techo. ?De verdad podian llamarse ventanas esos agujeros? Taylor y yo apenas logramos sacar una mano por ellos y proporcionaban muy poca ventilacion para neutralizar el calor agobiante de Lania en verano. --Tienes que ir, Harlow --dijo Taylor con voz aspera y apenas audible--. Sabes que debes hacerlo. Si no lo haces, Mark y yo probablemente moriremos antes de ser rescatados. Solte un debil gemido al bajar el tronco al suelo de tierra, junto a Taylor, sintiendome completamente agotada tras el esfuerzo de permanecer incorporada durante unos minutos. <>, pense. Me odiaba a mi misma por haber metido a Taylor en aquella situacion. Mark y yo eramos ambos empleados de Montgomery Mining y lo habiamos sido durante anos. Cierto, ahora yo era geocientifica investigadora, asi que ya no hacia mucho trabajo de campo, pero no era como si Mark y yo no tuvieramos experiencia en exploraciones. Taylor Delaney era una simple becaria de verano que trabajaba bajo mi tutela en el laboratorio de Montgomery Mining en San Diego. Sinceramente, ella ni siquiera estaria en Lania si yo no hubiera tomado la fatidica decision de dejar que viniera con nosotros a la expedicion. Taylor acababa de terminar su master en Stanford y yo pense que sus estudios en geologia ambiental serian utiles. <>, reconoci para mis adentros. Tambien queria que viniera para que viviera su primera experiencia con un trabajo de campo internacional. Se suponia que yo era su mentora, asi que queria proporcionarle durante sus practicas todas las oportunidades posibles que la ayudaran en su futura carrera. Sin embargo, si se me hubiera ocurrido ni por un segundo que traerme a Taylor fuera a poner su vida en peligro, nunca habria puesto un pie en ese maldito pais. No solo era mi becaria. Taylor y yo tambien eramos amigas. <>, pense desesperada. Nada de aquel viaje rutinario deberia haber sido peligroso. Se suponia que ya no habia agitacion politica en Lania y estar alli conmigo deberia haber sido perfectamente seguro para ella. --?Como voy a hacer eso, Taylor? --pregunte con voz ronca--. ?Como voy a marcharme y dejaros aqui a ti y a Mark? --?Como no vas a hacerlo? --me contradijo debilmente--. Si no vas e intentas hacer que nos rescaten, ninguno de nosotros aguantaremos mucho mas. --No digas eso --suplique, aunque sabia que tenia razon. Taylor y yo estabamos extremadamente debilitadas. No habiamos comido en nueve dias y la pequena cantidad de agua de lluvia que habiamos recogido por las ventanas diminutas estaba evaporandose. Aqui, las temporadas de lluvia eran cortas y esporadicas. Habiamos llegado al punto en que pasabamos largos ratos en silencio porque simplemente no nos quedaban energias para hablar. Cada vez con mas frecuencia, teniamos periodos en que ya no eramos completamente coherentes. Tarde o tempranos, nuestros cuerpos renunciarian a la lucha. Nos quedariamos dormidas y ya no despertariamos. --Somos realistas, Harlow --respondio Taylor en voz baja--. Ambas sabemos que llevamos dias muriendo lentamente de deshidratacion. No estoy segura de como estara Mark en este momento, pero tengo la certeza de que el tiempo tambien es crucial para el. El rebelde volvera. Deja que te saque de aqui para poder sacarnos de aqui tambien a Mark y a mi. Una vez que estes de vuelta en Estados Unidos, puedes contarles a los negociadores lo que esta pasando aqui realmente. Se que moveras cielo y tierra hasta que alguien venga por nosotros. --Quiero que te lleven a ti --susurre--. No quiero dejarte aqui. Prefiero ser yo quien se quede. --Sabes que te quiero por eso, pero es imposible --respondio Taylor--. Estare bien, Harlow. Si se que vas camino de casa, tendre un poco de esperanza. Algo por lo que vivir al saber que la ayuda esta en camino. Mi corazon se rebelo ante la idea de partir de Lania sin Taylor y Mark, pero mi cabeza sabia que tenia razon. --No entiendo por que no te liberan conmigo. Si realmente han pagado mi rescate, ha tenido que ser Montgomery Mining quien lo pago. La unica a la que podria importarle lo suficiente para soltar dinero por mi es mi madre y no tiene tanto efectivo. --?Y crees que Montgomery tambien habria pagado por la liberacion de una simple becaria? --murmuro Taylor. --Si. Se que lo habrian hecho. Los hermanos Montgomery son multimillonarios, pero siempre se han asegurado de dirigir un negocio justo y etico, aunque sea la corporacion minera mas grande del mundo. He trabajado para ellos el tiempo suficiente para saber que se preocupan por sus empleados, incluso los becarios de verano. --Una vez yo fui una de esas pasantes, asi que sabia que eran bondadosos con todos los empleados y no solo con la alta direccion de la empresa. --Entonces, tal vez los rebeldes solo accedieran a liberarte a ti primero para conseguir mas dinero --sugirio Taylor--. Sin duda, no hay nadie ahi fuera dispuesto a entregar el dinero que probablemente exigen si no lo hace Montgomery. Nadie sabra siquiera que he desaparecido. --Estoy segura de que tiene algo que ver con el dinero --convine--. Y tus amigos sabrian que has desaparecido. --Eres la unica amiga que tengo en San Diego y la unica persona que sabe que estoy aqui -- susurro. Como Taylor se habia mudado recientemente a San Diego para hacer sus practicas de verano, no podia discutirle aquella afirmacion. Sus amigos de la universidad de Stanford probablemente estaban repartidos por todo el pais a estas alturas, y Taylor no tenia familia. Queria desesperadamente tenderle una mano a Taylor para reconfortarla, pero no podia. Teniamos las manos atadas demasiado fuerte como para envolverla en un abrazo. El hecho de ser incapaz de hacer absolutamente nada para ayudar a Taylor me habia destrozado lentamente. Su seguridad era mi responsabilidad y le habia fallado por completo. --Superaremos esto, Taylor. Mientras pronunciaba aquellas palabras de consuelo, no habia verdadera conviccion en mi voz. Sin comida. sin mas agua y sin un respiro del calor sofocante de aquella diminuta celda que nos retenia, Taylor y yo probablemente estariamos muertas en un dia o dos. Contuve un quejido al sentir que la circulacion volvia levemente a mis piernas. Ya casi estaba acostumbrada al dolor de tener las extremidades atadas tan fuertemente que todos los musculos suplicaban alivio. Ahora que finalmente estaban libres, me percate de que la circulacion cortada con anterioridad probablemente habia atenuado parte del dolor del maltrato. --?Taylor? --pregunte en voz baja--. ?Sigues conmigo? <>. Era triste necesitar confirmacion de que aun respiraba. --Estoy aqui --dijo con la garganta seca--. Por favor, no te preocupes por mi, Harlow. Ve a conseguir ayuda. Yo seguire aqui, sonando con una gran jarra de agua con hielo hasta que tambien me rescaten. --Y un enorme chuleton jugoso con una patata asada rellena --respondi yo automaticamente. Taylor y yo habiamos convertido en un juego hablar de las primeras cosas que queriamos comer y beber cuando escaparamos de aquel antro. Yo sabia que esa comida en particular era la primera en su lista. --Se lo duro que es esto para ti, Harlow --musito Taylor--. Yo tampoco querria dejarte atras. Pero es nuestra unica oportunidad. Nadie en casa sabe que no estamos recibiendo comida ni agua para mantenernos con vida durante mucho tiempo. Quizas crean que tomarse este rescate con calma y llevarlo sobre seguro es la mejor manera de manejarlo. --Ire --le asegure. Aunque sabia que era mi unica opcion, la decision me estaba partiendo el alma--. Tienes razon. Quienquiera que este negociando nuestra liberacion tiene que comprender que se le acaba el tiempo. --Han vuelto --farfullo Taylor cuando el molesto sonido estridente de la puerta al abrirla hizo que sintiera un escalofrio de pavor en la columna. --Me voy --dije sin aliento--. Te sacare de aqui lo mas rapido que pueda. No te rindas, Taylor. Por favor, no te rindas. Solo aguanta un poco mas. --Hare todo lo que pueda para no morir sobre tu conciencia, Harlow --me prometio--. Hemos aguantado todo este tiempo. Creo que puedo sobrevivir unos cuantos dias mas. La luz del sol inundo la habitacion cuando los rebeldes abrieron la puerta de un empujon. Yo estaba tan desacostumbrada al resplandor tras nueve dias de penumbra casi constante o de total oscuridad que cerre los ojos y parpadee con fuerza hasta que mi vision se ajusto. El guerrillero habia traido refuerzos y, esta vez, no pude resistirme cuando tres de ellos me pusieron en pie de un tiron. --!Mierda! --maldije, haciendo todo lo posible por mantenerme erguida cuando el dolor me atraveso la rodilla izquierda. Sabia que la lesion era mas que los musculos atrofiados y tensos de pasar tanto tiempo atada. Me habia torcido la rodilla cuando los rebeldes nos secuestraron y nos arrojaron al suelo a Taylor y a mi. Si, dolia, pero en realidad, una lesion de rodilla era la ultima de mis preocupaciones. <>, me dije. Necesitaba la maldita pierna para salir de alli. Me dolio en el alma al echar un vistazo atras hacia Taylor y ver lo fragil que parecia mi amiga pelirroja, normalmente feliz. Si no supiera que se trataba de Taylor, podria no haberla reconocido. --Tu, vete --dijo uno de los rebeldes mientras me empujaba hacia la puerta. Tropece y perdi de vista a mi amiga. <>, me recorde. Solte un sollozo de angustia mientras salia por la puerta cojeando con paso vacilante. Quizas necesitara una especie de desahogo temporal, pero no pensaba desmoronarme completamente. Tenia un unico proposito en mente, un objetivo, y lo unico que podria impedirme lograrlo seria la muerte. Como no parecia que aquel fuera mi dia para morir, resolvi que Taylor y Mark no pasarian ni un segundo mas de lo absolutamente necesario en aquella pocilga. Harlow En el presente… --No necesito un consejero de Last Hope, Marshall --le dije al hombre maduro que estaba sentado frente a mi en la mesa de mi cocina--. Especialmente, no uno como Jaxton Montgomery, por Dios. Sabes lo que quiero. Tengo unas ganas desesperadas de formar parte de Last Hope en lugar de ser tratada como uno de sus rescates. Marshall dio un sorbo de su taza de cafe y arqueo una ceja. Era una mirada que pretendia intimidar a la mayoria de la gente y, vaya, tenia que reconocer que el excomandante Marshall tenia una presencia tremenda que impedia discutirle nada. Sin embargo, esas expresiones que pretendian alarmar a cualquiera que las viera ya no funcionaban conmigo. Tal vez hubiera sido el lider supremo de todo hombre que hubiera servido a sus ordenes en su equipo SEAL de la marina estadounidense. Tampoco me cabia duda de que merecia ese culto al heroe. Pero Marshall era mucho mas que su antigua carrera militar. Durante los ultimos meses, habia visto una faceta diferente suya que estaba convencida de que el no queria que nadie viera en realidad. No es que se hubiera convertido en un osito de peluche ni nada parecido a ser calido o afectuoso, pero tampoco era el perfecto hombre duro que queria que todos creyeran que era. --Ya conoces las normas --dijo el con brusquedad--. Cualquiera implicado en Last Hope es antiguo miembro de las fuerzas especiales. No te ofendas, Harlow, pero no estas en condiciones de hacer frente al secuestro de otra persona ahora mismo. No cuando ni siquiera has lidiado con las secuelas de haber sido prisionera tu misma. Por eso he convertido a Jax Montgomery en tu consejero. Tienes trabajo que hacer con esos problemas, senorita, y te ayudaria tener a alguien con quien hablar que realmente pueda ayudarte a superarlos. ?Acaso te has molestado en responder a las llamadas de Jax? Yo puse los ojos en blanco. Lo detestaba cuando me hablaba como si fuera mi padre. --Jax se ha dejado caer por aqui antes --reconoci. --Deja que lo adivine. Le diste con la puerta en las narices --dijo Marshall acertadamente. Yo me encogi de hombros. --Le dije que si conseguia pasar dos semanas sin ser fotografiado con una de sus citas de una noche, accederia a dejar que sea mi consejero. Era la manera mas facil que se me ocurrio de librarme de el y no tener que volver a verlo nunca. Dudo que aguante un solo dia sin ser fotografiado con otra mujer. Ha sido un casanova durante anos. Eso es lo ultimo que necesito ahora mismo. --Tambien es uno de los dos hombres que arriesgaron su vida para rescatar a Taylor --me recordo. Suspire. Tenia razon. Jax y Hudson Montgomery no habian dudado en hacer volar uno de sus aviones privados en cuanto se enteraron de que Taylor estaba mal. De hecho, para cuando los encontre en sus despachos corporativos tras mi liberacion, Marshall, Jax y Hudson ya estaban planeando ejecutar un rescate para Mark y Taylor. Una cosa de la que no me percate cuando sali de Lania eran las probabilidades casi nulas de que Taylor fuera liberada pagando un rescate. Por lo visto, los rebeldes lanianos eran conocidos por aceptar el dinero del rescate por la liberacion de ultimos rehenes para despues matarlos a todos. Una tentativa de rescate era la unica opcion para ella. Tenia que reconocer que me quede conmocionada al descubrir que los tres hermanos Montgomery eran miembros de una operacion secreta de rescate voluntario llamada Last Hope. Marshall la puso en marcha despues de retirarse de la marina estadounidense debido a una lesion. Jax, Hudson y Cooper Montgomery se habian subido al carro hacia anos, despues de abandonar cada uno sus unidades en las fuerzas especiales. No solo eran miembros activos de Last Hope, sino que yo sospechaba que tambien estaban financiando la operacion. Por lo que habia visto, Last Hope era demasiado sofisticado para ser un grupo de voluntarios con un presupuesto limitado. --Lo se --confese con voz temblorosa--. Y nadie estara nunca mas agradecido que yo de que encontraran a Taylor a tiempo. No es como si Jax y Hudson tuvieran que llevar a cabo el rescate ellos mismos, pero gracias a que lo hicieron, le salvaron la vida a Taylor. Dios, ni en mis suenos mas descabellados podria haber imaginado que los poderosos multimillonarios duenos de la compania para la que yo trabajaba formaban parte de una organizacion civil secreta como Last Hope. Si Jax y Hudson no hubieran formado parte del grupo ni estuvieran altamente cualificados para llevar a cabo su propio rescate de inmediato, Taylor no habria sobrevivido. Si hubieran perdido tiempo reuniendo otro equipo, yo estaba casi segura de que habrian repatriado a Taylor a Estados Unidos en una bolsa. Ni Taylor ni Marshall me habian contado exactamente como estaba cuando la encontraron. Pero yo no era completamente idiota. Sabia que no se habia levantado ni salido de alli por su propio pie. Desesperada, Taylor habia hecho un pobre intento de escapar una vez que yo deje el recinto, y la golpearon severamente por sus acciones.
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