• diana jimenez maldonado - Diana Jimenez

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    Jade pensaba que se encontraba a salvo del acecho del pecado y lo que implicaba pecar, creyo que admirandolo de lejos seria inofensivo. Un giro inesperado convierte su vida aburrida y ordinaria en un suspenso creciente, conoce un mundo inexistente para el resto del mundo, y conoce de cerca al pecado. Sabia que tocar el fuego la quemaria, y ella decidio dejarse consumir, al borde de perderse para siempre. La primera mirada en el espejo en la manana puede reflejar un recuerdo de pecado de la noche anterior.

  • Esta es la verdadera historia de Rosario Tijeras - Spoilers ...

    https://www.desdelacuna.net/series/rosario-rijeras-vida-real-quien-es-diana-carolina-jimenez-maldonado/

    19 may 2020 — En realidad existió? En Colombia dieron por hecho que en la vida real Rosario Tijeras era Diana Carolina Jiménez Maldonado, pero...

  • La verdadera historia de "Rosario Tijeras", la peligrosa sicaria ...

    https://www.debate.com.mx/estados/La-verdadera-historia-de-Rosario-Tijeras-la-peligrosa-sicaria-de-Colombia-20200704-0064.html

    4 jul 2020 — Colombia.- La popular serie "Rosario Tijeras", fue basa en hechos reales, sobre Diana Carolina Jiménez Maldonado quien era sicaria y líder de la ...

  • Rosario Tijeras sí existe; esta es su historia real - El Heraldo ...

    https://heraldodemexico.com.mx/tendencias/2019/7/30/rosario-tijeras-si-existe-esta-es-su-historia-real-107599.html

    30 jul 2019 — ... este personaje en realidad existe y se llama Diana Carolina Jiménez Maldonado. Jiménez Maldonado es una joven colombiana de 24 años de ...

  • Esta es la verdadera Rosario Tijeras – Periódico Zócalo

    https://www.zocalo.com.mx/esta-es-la-verdadera-rosario-tijeras/

    Diana Carolina, la peligrosa sicaria de Colombia que inspiró la serie ... Jiménez Maldonado es una joven colombiana de 24 años de edad quien al igual que el ...

  • Rosario Tijeras: historia real y en dónde fue grabada - Soy ...

    https://www.soynomada.news/viajes/Rosario-Tijeras-como-era-en-la-vida-real-y-en-donde-fue-grabada-20210516-0003.html

    16 may 2021 — Muchos han relacionado al personaje de Rosario Tijeras con una mujer colombiana llamada Diana Carolina Jiménez Maldonado.

  • centro 3 marzo 2013 by EDIASA - Issuu

    https://issuu.com/eldiarioec/docs/3_marzo_centro

    2 mar 2013 — el libro “Chocolate Bar” para recaudar dinero para la investigación ... Diana Carolina Jiménez Maldonado, alias “Rosario Tijeras” estaba al ...

  • Cómo se llama la oracion de Rosario Tijeras? - Dios eterno

    https://alsina-sa.com/sobre-religion/como-se-llama-la-oracion-de-rosario-tijeras.html

    ... este personaje en realidad existe y se llama Diana Carolina Jiménez Maldonado. ... ¿Dónde se encontraba Juan cuando escribio el libro de Apocalipsis?

  • Salma Hayek - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Salma_Hayek

    Sus padres son el político y hombre de negocios Sami Hayek Domínguez, de origen libanés; y su madre Diana Jiménez Medina, de origen español.

  • diana carolina jiménez maldonado - OVS Group

    https://ovsgroup.com/inch-wooden/diana-carolina-jim%C3%A9nez-maldonado

    Este libro constituye una obra pionera en Colombia que reúne las ... Join Facebook to connect with Diana Carolina Jimenez Maldonado and others you may know.

  • La reticente amante del principe (Atracciones innegables 2) de Elizabeth Lennox

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    Wyndi Carmichael contuvo el aliento cuando el hombre, sorprendentemente alto y escalofriante, entro en el restaurante barato y grasiento del muelle. Se sento a una mesa de la zona donde estaba ella, recogio el menu plastificado y contemplo las opciones. Definitivamente no encajaba entre la clientela habitual que frecuentaba ese restaurante barato y grasiento. Ella lo observo detenidamente, desconfiando al momento y limpiandose las manos con nerviosismo en el sucio delantal que llevaba atado alrededor de la cintura. Ese hombre era alto y elegante, y de el emanaba un poder en cierto modo escalofriante. Sus ojos negros otearon el restaurante como si el fuera el dueno, y tambien al resto de clientes. Su nariz de aguila y su mandibula cuadrada anadian un toque de peligro a su aspecto. No se le podia considerar guapo de ninguna forma, pero era locamente atractivo. Habia un aspecto crudo en el que era… tentador, a muchos niveles, haciendo que fuera el doble de peligroso. Wyndi se acerco a su mesa con precaucion, insegura de que esperar. El vestia ropas demasiado caras para ser de la misma clase socioeconomica que sus clientes habituales y sus ojos estaban inquietos, como si buscara a alguien. ?O quiza esperaba a alguien? No estaba segura. Pero el estaba en su zona, asi que se acerco a la mesa. No pudo mostrar su sonrisa habitual, pero intento mostrar un semblante educado en lugar de su tipica amabilidad publica. Le gustaba relacionarse con otras personas, le parecian fascinantes. Uno de los motivos por los que era tan buena en su trabajo. Las propinas que recibia como camarera estaban por encima de lo normal, pero incluso en las raras ocasiones en que recibia una propina mayor que la media, la cantidad no era excesiva. En ese restaurante de esa parte de la ciudad, los clientes no ganaban montones de dinero como en Wall Street. No vestian a la ultima moda y desde luego que no tomaban vino para comer. Lo normal era una cerveza el dia de la paga, y agua el dia de antes, cuando iban justos de dinero. Asi que, ?por que estaba ese hombre, vestido con un traje que probablemente costaba mas que los sueldos de todos los demas clientes juntos, sentado a una mesa y mirando en direccion a ella con expectacion? Wyndi se acerco a la mesa, fingiendo que no le temblaban los dedos mientras rebuscaba su boligrafo y libreta de comandas en su delantal. -?Que desea tomar hoy? -pregunto, mas alejada de la mesa de lo que estaria normalmente. Acostumbraba a apoyar la cadera o el muslo contra la mesa, conectando en cierta manera con los comensales. Pero aquel hombre era aterrador. Su mirada penetrante le creaba una sensacion de poder amenazante. La observaba con aquellos ojos negros, quiza atravesandola, evaluandola. Tamar levanto la mirada y se sorprendio al ver los delicados rasgos de la encantadora criatura que le devolvia la mirada. Sus ojos azules y sus gruesos rizos rubios eran sorprendentemente bellos. Tenia una boca amplia con unos labios sensuales que se mordia con unos dientes blancos y bonitos. Pero lo que mas le llamo la atencion fueron los asustados ojos azules que le devolvian la mirada. Normalmente no causaba ese efecto en las mujeres. Se amontonaban ante el, invitandole al juego del apareamiento. Por su experiencia, la mayoria de ellas esperaba conseguir un dije caro; la mas ambiciosa buscaba el prestigioso titulo de esposa. Los ojos azules de esa mujer eran precavidos, como si ella pudiera sentir el poder que el tenia y lo temiera. Para el era un misterio por que esa adorable mujer estaba tan nerviosa, pero estaba intrigado. -?Que me recomendarias? -pregunto el, fascinado por el destello de sus iris y su respiracion entrecortada. Su cuerpo respondio del mismo modo mientras pensaba en todas las maneras en que le gustaria morder ese carnoso labio inferior. Entre otras partes exquisitas de su cuerpo. Wyndi vio el fulgor de su nariz, el calor que emanaba de aquellos ojos negros y misteriosos, y quiso huir, esconderse en algun lugar hasta que ese hombre perturbador desapareciera. La asustaba hasta los huesos, y ella no era alguien a quien le gustara burlarse del peligro o provocar a un oso. Aunque, desde luego, ese hombre no podia ser considerado un oso. <>, penso ella cada vez con mas escalofrios de conciencia que se esforzaba por sofocar. No era que creyera que el pudiera saber cual era su mision secreta. Cuando ella lo miro a los ojos, sospecho que podria saber el resto de cosas. Lo cual era mucho, mucho peor. Ella aparto la mirada y se metio las manos en los bolsillos. -Hay una hamburgueseria genial tres locales mas abajo. Tamar se rio levemente de esa <>, sorprendido no solo porque intentara mantener la distancia, sino por que intentara echarlo del restaurante. -He escuchado que la comida aqui es bastante deliciosa -mintio sin remordimientos. El unico motivo por el que se encontraba en ese restaurante era porque sus tecnicos habian rastreado la senal de un hacker hasta esa direccion. Encontrar a ese angel entre los trabajadores del lugar no fue mas que un hecho fortuito. Ella parpadeo extranada por su lenguaje formal, insegura de que pensar de el. Definitivamente no encajaba alli. Aquel era un barrio obrero. Los clientes del lugar eran del tipo brusco que se toman una hamburguesa rapida y varias cervezas tras un duro dia de trabajo en los muelles. El lugar de aquel hombre parecia ser una sala de juntas, no sentado en la cabina de una excavadora. Ella hubiera apostado a que ni siquiera se habia ensuciado las manos nunca. Probablemente tampoco seria muy bueno en una pelea a punetazos, aunque sus hombros parecian bastante anchos y robustos bajo el tejido fino de su traje. Wyndi se encogio de hombros, como si la comida fuera pasable. -No parece usted el tipo de hombre que come hamburguesas y bebe cerveza -contesto, preparada para despacharlo. -Quiza tu y yo podamos cenar esta noche y ver que tipo de hombre soy -ofrecio el, fascinado por la nerviosa criatura. En un instante, supo que esa bella rubia de precavidos ojos azules seria su siguiente amante. Se froto la barbilla mientras calculaba mentalmente cuanto tardaria en tenerla ronroneando, rogandole que la tocara. Wyndi jadeo, sorprendida por lo directo que era el. -No lo creo -replico ella-. ?Va a pedir algo? Si no, hay otras mesas que debo atender. Tamar solto una risita mientras la observaba atentamente. <>, penso. -Traeme la especialidad de la casa -le dijo el devolviendole el menu plastificado y ligeramente grasiento. Wyndi le devolvio la mirada, intentando comprender que pretendia. ?Quien se creia que era? ?La especialidad de la casa? Aquello era un restaurante de un barrio de clase obrera, no el Ritz. No tenian una especialidad de la casa. Pero en lugar de discutir con el, se encogio de hombros, ignoro el menu ya que su sitio estaba en los asperos soportes de madera que habia sobre la mesa, al lado de la ventana, y se dio la vuelta sobre el tacon revestido de sus zapatillas deportivas. ?Queria la especialidad de la casa? <>, penso con una sonrisa de deleite. El no podia verla, por suerte, pero ella escribio algo en su libreta de comandas y despues clavo el papel en la rueda metalica de comandas, girandola para que Billy, el cocinero ese dia, pudiera ver la comanda. Tras hacer eso, fue a las demas mesas, sonriendo y saludando a los clientes. Relleno sus tazas con cafe o sus vasos con agua e ignoro completamente al hombre de la mesa, que ahora hablaba por el movil. Intento escuchar disimuladamente, sin importarle que fuera de mala educacion. Solo queria comprender que hacia el alli. Era muy extrano, pero hablaba en un idioma que ella no podia entender, asi que se alejo con la intencion de dejarle en paz todo lo posible. Cuando Billy grito que la comanda estaba lista, ella volvio a la cocina y sonrio en anticipacion a lo que venia. Llevo el pesado plato a la mesa y lo coloco delante del hombre junto a una gran jarra de agua y un vaso. -!Buen provecho! -dijo ella, intentando ocultar su diversion mientras el observaba el enorme plato. Tamar contemplo el plato de comida con interes, inseguro de que era exactamente, pero pudo ver en la encantadora mirada de ella que creia haberle hecho una jugarreta. Lo que ella no sabia era que el viajaba por todo el mundo en representacion de los intereses de Surisia. Su primo era el jeque y habian crecido juntos desafiandose el uno al otro a probar las comidas mas exoticas que pudieran encontrar. Aquella hamburguesa con multitud de condimentos no iba a poder con el. -?Imagino que el agua es por mi propio bien? -pregunto el. Su deseo de llevarse a esa mujer a la cama, de doblegar su voluntad, era incluso mas intenso ahora que ella le habia desafiado de esa manera. Wyndi se encogio de hombros, mirandolo y sonriendo triunfante. -El chile es bastante picante. Y los jalapenos tampoco se quedan muy cortos -ella se pauso, intentando esconder su sonrisa-, pero si desea otra cosa, solo tiene que decirmelo. Tamar rio, encantado con ella. -Tiene una pinta maravillosa. Gracias por tu ayuda. Le excitaba tanto el travieso destello en la mirada de ella que queria levantarla, sentarla sobre la mesa y besarla hasta que ronroneara bajo sus caricias. No dudo ni un momento mas y agarro la hamburguesa con ambas manos como si fuera un profesional devorando las comidas mas pringosas posibles. Wyndi se aparto, sintiendose derrotada de alguna forma. Se esforzo por ignorarlo, pero mientras atendia el resto de tablas mantenia la mirada sobre ese hombre y su hamburguesa. Cuando dio el primer bocado y no se quejo, ella comenzo a sentirse culpable. !Era una hamburguesa enorme! !Tenia guacamole, un huevo frito, montones de rebanadas de jalapeno, una gran cucharada de chile picantisimo y tambien crema agria! Era una de esas hamburguesas que algunos se comian por la noche, tras un largo y duro dia de trabajo, y normalmente les encantaba. !Pero aquel hombre no era uno de ellos! Era demasiado elegante, demasiado refinado. Ella se dio la vuelta cuando el dio otro bocado, pensando que deberia pasar otra comanda para el. Quiza una buena ensalada o algo ligero. No tardaria en tener el estomago revuelto. !Bueno, lo tendria si seguia comiendose esa maldita cosa! Se sintio tan mal por lo que habia hecho que ni siquiera podia mirar en direccion al hombre. Se quedo mirando fijamente la bandeja de vasos limpios, con el corazon retorciendosele por la sucia jugada que le habia hecho. Ese hombre la habia asustado, ?

  • La hazana secreta de Ismael Grasa

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    Me dispongo a escribir sobre algunas cosas sencillas. Entiendo que cada cierto tiempo es preciso decir aquello que consideramos bueno, o lo que nos dijeron a nosotros y que pensamos que nos hizo bien. Me refiero a decirlo en voz alta, a decirlo a otros. En ocasiones nos quedamos con la sensacion de que deberiamos haber dirigido unas palabras a alguien en lugar de quedarnos callados. O con la sensacion de que con nuestro silencio fuimos complices de algo que se dijo a nuestro lado, y que en el fondo desaprobamos. Desde luego, no faltan tambien las ocasiones en que hablamos de mas. Pero la cuestion es que entre nosotros se suele criticar eso, el hablar de mas, y rara vez el haber hablado de menos. Algunas de las cosas sobre las que me propongo escribir en estas hojas son asuntos que damos por hecho, hasta el punto de que puede parecer tonto que alguien se incline sobre un papel para tratar de expresarlas. Una de ellas es que las personas, a veces, decimos la verdad, o mas o menos la verdad. El mundo es complejo, grandes intereses se mueven tras las apariencias de lo que sucede, entramados economicos y corporaciones hacen valer sus influencias. Pero eso no debe abocarnos a la idea de que la verdad es entonces algo inalcanzable, algo que se oculta tras un laberinto en el que hace mucho tiempo que todos nos perdimos. Las democracias en que deseamos vivir son las formas mas complejas de gobierno, pero a un tiempo se apoyan sobre lo mas simple, que es la confianza en las otras personas y en la verdad. Es asi como nuestra vida empieza a hacerse mejor. Quiero tratar tambien en estas hojas sobre el aspecto que ofrecemos y la urbanidad. Uno ha de atender a su forma de vestir, y ha de respetar ciertas normas y tratar a los demas sin rudeza. Puede ser una fuente de placer el aprendizaje sobre los tejidos y los cortes, o el cuidado de los objetos que uno luzca, sean unos zapatos de piel o la cartera en la que guarde el dinero. Uno ha de saber disfrutar eligiendo unas gafas de sol o llevando un reloj heredado. Es una frivolidad tratar la moda como una frivolidad. Cada uno es libre de interpretar la elegancia como quiera, pero no es aceptable la dejadez. Cada vez que uno se viste ha de procurar ofrecer algo a los demas, una prenda escogida, alguna clase de delicadeza. Ese exceso intencionado de tela que hay en una linea de corte, cualquier detalle gratuito, manifiesta una disposicion a la alegria de vivir. El escritor Salman Rushdie senalo la moda como una de las maneras que los ciudadanos teniamos de combatir el integrismo. Uno no ha de privarse de entrar de vez en cuando en una tienda bonita. A modo de introduccion, copio aqui la frase de Rushdie a la que me referia: "El integrista cree que nosotros no creemos en nada. Segun su vision del mundo, el tiene sus certezas absolutas, mientras que nosotros nos sumimos en excesos sibariticos. Para demostrarle que se equivoca, primero debemos saber que se equivoca. Debemos ponernos de acuerdo en que es importante: besarse en publico, los bocadillos de beicon, las discrepancias, la moda de rabiosa actualidad, la literatura, la generosidad, el agua, una distribucion mas equitativa de los recursos del mundo, el cine, la musica, la libertad de pensamiento, la belleza, el amor. Esas seran nuestras armas". Es preciso amar el centro de nuestra ciudad. No digo que uno haga mal en vivir en una casa con jardin de las afueras, en una zona residencial, me refiero a que no se ha de perder de vista el centro. No se puede ser feliz si uno vive simplemente protegido tras el muro de una urbanizacion. Se ha de tener el centro como referencia, con su pasado, sus plazas publicas y sus edificios antiguos y algo deteriorados. Se han de considerar afortunadas las personas que se alojan en alguna de las calles o avenidas del centro, o en el mismo casco historico. Las que viven en otros lugares han de pasear esos espacios del centro y hacerlos tambien suyos. Uno elige una prenda que ponerse, coge de la mano o del brazo a alguien querido y camina por una de esas aceras con firmeza. Porque esas avenidas o bulevares no dejan de ser la continuacion de la calle mas bella de Budapest, de Nueva York o de Buenos Aires. Todos los centros de las ciudades, si son ciudades, forman un centro comun. No es necesario ir muy lejos para hacer mejor el mundo, porque tal vez uno deberia empezar por el centro de su ciudad. Como primer paso uno deberia recorrer tranquilamente, ejemplarmente, una calle arbolada. Despues hay que sentarse en un banco, hay que entrar en una heladeria o en una tienda de nuestro gusto, aunque no podamos comprar nada, y hay que detenerse a mirar una fachada o la cartelera de un cine. Quiza muchas de las calles historicas de nuestras ciudades esten degradadas o no ofrezcan un aspecto invitador, pero eso no deberia apartarnos de ellas o hacernos renunciar a ese espacio antiguo y central. Uno no deberia detener ahi su paseo. Porque la realidad no solo es lo que es, sino tambien el modo en que la miramos. Y es sabido que el modo de mirar transforma ya las cosas. Quienes se desplacen en bicicleta, por su parte, no deben circular entre los peatones ni sobresaltar su paseo con adelantamientos o timbrazos, porque la vida que queremos se sostiene en ese paseo de los peatones sobre la acera, ese detenerse a contemplar algo, un tipo particular de conversacion. La cita que copio hoy es de Aristoteles. Se refiere a la simplicidad ultima de la que trataba en el texto anterior. Dice este filosofo que verdad es decir que es lo que es, y que no es lo que no es, y lo contrario es la mentira. Tambien lo expresa con estas palabras: "Hay en los entes cierto principio acerca del cual no es posible enganarse, sino que necesariamente se hara siempre lo contrario, es decir, descubrir la verdad; a saber: que no cabe que la misma cosa sea y no sea simultaneamente". Como escribio en una de sus sentencias el pintor Pepe Cerda, un dia es una cosa muy seria. Es nuestra unidad de medida de vivir. No tenemos otra cosa que unos cuantos dias, un numero concreto. Para los que trabajan de modo autonomo un dia es ademas el tiempo para ganar el sustento de otro dia. Y para los que tenemos un sueldo un dia deberia ser lo mismo, si somos honestos. De joven me dijeron que debia hacerme la cama al levantarme, y lo mismo he dicho luego a otros. Si uno no tiene ninguna tarea, si uno esta triste, quiza deba sentarse en la cama que acaba de hacer y respetar asi la estructura del dia. Es posible que sea su ocupacion ese estar sentado. Tal vez le sobrevenga entonces alguna clase de luz. Cuando llegue la noche uno vuelve a deshacer aquella cama. Igual que el artista espera la inspiracion en su estudio, o el escritor en su silla, conviene esperar lo que traiga el dia con la cama hecha, por decirlo de algun modo. Y si no es gran cosa lo que trae, no deberia poder decirse lo mismo de nuestra disposicion. Otra cosa que me ensenaron es a empezar el dia por ducharse y, en el caso del varon, por afeitarse. Uno se ha de arreglar el pelo y ha de cepillar unos zapatos. Uno ha de mirarse en un espejo de cuerpo entero -en toda casa deberia haberlo-. Es posible que la imagen que nos devuelva el espejo sea la de una persona sola, pero otros tal vez se hagan sitio en ese reflejo junto a nosotros en el futuro. Uno lleva a cabo sus tareas, sus obligaciones. Uno lee el periodico de esa manana y dice delante de otros, en voz alta, una opinion que no suene demasiado destemplada. Pasan las horas y uno procura no perder el respeto a lo que quede de dia. Sucede que a ratos nos sentimos alegres, como una brisa que nos atraviesa. Copio hoy una cita de Albert Camus, de Cartas a un amigo aleman. El autor, previendo que los nazis van a perder la guerra, escribe a uno de ellos: "Vosotros habeis escogido el heroismo sin direccion, porque es el unico valor que queda en un mundo que ha perdido su sentido. Y al escogerlo para vosotros, lo habeis escogido para todo el mundo y para nosotros. Hemos sido obligados a imitaros con el fin de no morir. Pero nos hemos dado cuenta entonces de que nuestra superioridad sobre vosotros era la de tener una direccion. Ahora que esto se va a acabar, podemos deciros lo que hemos aprendido: es que el heroismo es poca cosa, que es mas dificil la felicidad". Hay un tipo de ebriedad que nos embrutece, nos empequenece y nos hace mas previsibles. Hablo del alcohol y de las drogas, aunque no solo de eso. Desde luego, la mayoria de nosotros dejamos un espacio en nuestras vidas a ciertos grados de ebriedad, pero puede llegar un momento en que uno deba saber apartarse de su modo habitual de actuar. Puede ser preciso, incluso, cierto morir en vida -porque es la muerte lo que nos parece entonces prescindir de aquello-. Uno, como suele decirse, ha de tener el valor de mirar al vacio, a la oquedad a la que ha ido dejando paso a su alrededor. Por recurrir a la metafora comun: no se levanta un edificio sobre suelo raso. En todo caso, aquello que buscamos con nuestra recuperacion no es un mero encontrarnos bien, sino el privilegio de estar realmente tristes, aquella puerta a la verdad y al paraiso que contiene la vida. Se nos dice que desde la adolescencia los hombres toman decisiones en la vida porque sufren crisis. Por eso, nos explicaban, no se deben evitar los conflictos buscando el cobijo de los falsos refugios. Los pasos equivocados nos llevan a privarnos de cierta tristeza, de una clase de melancolia que es la que nos hace merecedores de la amistad y de la fraternidad. O lo que es lo mismo: no se trata de alcanzar un bienestar o una clase de salud psiquica, por utilizar una expresion actual. Esa salud es sin duda deseable, pero, si hablamos de dignidad humana, no es un fin. El fin es ser un hombre. Porque la dignidad empieza en la consciencia de la muerte y en cierta clase de desesperacion. Y asi es como buscamos la felicidad. Es en ese punto, una vez que hemos dejado un lugar a la desesperacion, cuando las personas encuentran la razon de amar a otros, de lavarse la cara en la pila del bano y de ponerse de pie frente al espejo de cuerpo entero del vestidor. Empezamos entonces el dia como si realmente fuesemos cierta clase de divinidad, y cada cosa que nos dispusiesemos a hacer fuese algo extraordinario. Esa es la verdad a la que se llega. Un dios, contemplandonos, bien podria postrarse ante nosotros, un gesto que evitariamos cogiendole de los hombros e invitandole a tratarnos con camaraderia. La cita de hoy expresa la idea de que lo realmente extraordinario esta en lo inmediato. Es del escritor Mariano Gistain. Hablando de que cada hombre contiene el universo, dice: "Escuchar equivale a buscar vida extraterrestre, pero en la cocina". Es preciso sacar un tiempo para leer, pero uno no debe tener los libros por cualquier lado. Se ha de contar con un mueble o, si se puede, con una habitacion, una biblioteca, donde guardarlos. En las casas de los lectores los libros no deberian estar dispersos por todas las habitaciones, como si la vida que tuviesemos en ellas no fuese algo real o valido por si mismo. Las lecturas forman parte de la vida buena, pero, llegado el caso, uno no debe atrincherarse tras ellas. Es facil caer en la tentacion de presumir de ser lector, o de sumarse a campanas mas o menos publicas a favor de la lectura, cuando quiza la mejor campana por la lectura sea un hombre que lee a solas y guarda luego su libro, si considera que merece ser guardado, en la balda de su biblioteca. Me refiero con esto a que antes que esforzarnos en que a otros les parezca la lectura algo atractivo, deberiamos ocuparnos de que nuestras vidas -leyendo, si, tal vez- sean ciertamente atractivas. Aunque uno lea en aparatos electronicos, hay un valor en tener a nuestro lado algunas primeras ediciones en papel o volumenes que por alguna razon valga la pena conservar. Cualquiera dira que lo importante es el contenido y no el continente, y no le faltara razon, pero hay que tener presente que el continente, lo bibliografico, esos objetos que sostenemos entre las manos, son cosas que tambien nos incumben. El coleccionismo, cuando obedece a un impulso bien ordenado, es un modo de virtud antes que una deformacion del caracter. Una casa con una biblioteca, por reducida y sencilla que sea, tiene algo de ejemplar. El dueno ha de saber entonces dar razon de aquellos volumenes, de cuales son antiguos o heredados, o raros o valiosos por alguna razon. En todo caso, parece que nunca se deba abandonar la actitud de seguir aprendiendo.

  • Como el agua de lluvia de Lugan Melblue

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    Josephine Lark vive llena de fobias desde que su novio la dejo. Han pasado tres anos desde la ruptura y Jo se ha apoyado en su amiga Bella y su familia. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Mike Middleton y empieza a trabajar para el.
    Con la ayuda de Mike ira recordando hechos olvidados que le llevaran al origen de sus miedos que, tal y como ella misma intuye, estan relacionados con el abandono de su ex y las experiencias vividas con el.
    “Como agua de lluvia” es un thriller romantico que combina amor, humor e intriga.

  • Historia de Jerusalen de Karen Armstrong

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    Historia de Jerusalen describe la historia fisica y el significado espiritual de la ciudad desde sus origenes en el tercer milenio antes de Cristo hasta su violento y politicamente agitado presente, y examina su arqueologia y su topografia continuamente cambiante.

  • Nefando de Monica Ojeda

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    ‘Nefando, Viaje a las entranas de una habitacion’ fue un videojuego en linea poco conocido y pronto eliminado de la red a causa de su polemico contenido sensible. Las experiencias de sus jugadores son, ahora, el centro de los debates gamers en los foros mas profundos de la deep web, pero sus usuarios no parecen ponerse de acuerdo: ?era un juego de horror para frikis, una puesta en escena inmoral o un ejercicio poetico? ?Son tan hondas y retorcidas como parecen las entranas de esa habitacion?

  • Juegos Salvajes 3. John de Lena Wolf

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    Hasta ese momento, John habia tenido una vida apacible y sin sobresaltos. Estaba siguiendo al pie de la letra su plan: vivir, divertirse y terminar siendo un gran medico. Puede que dicho de este modo no parezca muy emocionante, pero a el le bastaba con eso.

  • ?Y si… es para siempre? 2 de Lory Talbot

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    Abby y Damien son la pareja perfecta, todo en su mundo va bien y ella es feliz. El dia que celebran su primer aniversario de bodas Abby descubre que esta embarazada, algo que los llena de ilusion y miedos. Pero, ?y si… la vida resulta no ser tan sencilla? ?Y si.. hay alguien esperando el momento propicio para hacerles dano? ?Y si… el amor de Abby y Damien vuelve a ponerse a prueba? Los celos, las dudas y las confusiones pueden hacer mucho dano a una relacion.
    Abby debera decidir que es lo mejor para ella y su hijo, pero no sera facil tomar la decision. ?Podra perdonar de nuevo o por el contrario dejara que su corazon decida? Por suerte para ella, Jhon estara a su lado. Lo que ella no sabe es que su gran amigo tiene un secreto ?que hara cuando descubra lo que el esconde?
    Amor, pasion, dudas, dolor y amistad. Encontraras todo esto en la segunda y ultima parte de esta historia.

  • ?Quien me lo iba a decir? – Mercedes Perles de Mercedes Perles

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    NOVELA GANADORA DEL X PREMIO TERCIOPELO DE NOVELA ROMANTICA.

  • Persefone a traves del espejo de Sandra Andres Belenguer

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    El agua tenia el color de una melodia muerta. Fue su primer pensamiento antes entender que no tenia la menor posibilidad de luchar. Desde arriba, un monstruo embestia su cuerpo, lo aprisionaba entre sus garras, y empujaba, empujaba, empujaba... Desde las profundidades, hordas de dedos tiraban de sus pies con avidez. Sintio sus huesos tatuados de podredumbre hendir su carne, y tras gritar comprendio su error. Cientos de burbujas, como espectros entre las sombras, se arremolinaron a su alrededor. Habia perdido el poco aire que le quedaba. No inspires. Pero la necesidad de hacerlo, el acto reflejo de buscar oxigeno, le insto a abrir los labios. Su corazon amenazaba con quebrarse a cada latido, alli abajo, en las tinieblas. Se lo imagino astillandose en miles de fragmentos que reflejarian a aquellos a los que amaba; un caleidoscopio con recuerdos y suenos que moririan en el vacio. !No inspires! ?Cuanto podia aguantar? En cualquier momento sus pulmones darian la terrible orden de aspirar y colapsarian para siempre. Se removio en un intento por liberarse, pero la bestia de las profundidades persistio en su acometida, al tiempo que las presencias abismales reclamaban su ultimo aliento. A sus oidos llego un sonido extrano, distorsionado por el eco que reinaba ahi abajo. Se quedo inmovil unos segundos, una eternidad. Eran suplicas, clamores descarnados de hombres, mujeres y ninos que pronunciaban su nombre. Justo entonces, el instinto le obligo a dar una gran bocanada. Los pulmones se dilataron, las fosas nasales inhalaron sin ofrecer resistencia...Y las aguas de muerte rompieron las compuertas. Un trueno restallo en su cabeza, una llamarada prendio su pecho. El momento critico se acercaba. Las criaturas que aferraban sus tobillos tironearon con mas fuerza y sumieron su cuerpo en un remolino... Entreabrio los ojos y pudo distinguir ciudades y templos sumergidos, bovedas derruidas, esfinges olvidadas, laberintos de calles sinuosas y paramos que vigilaban sirenas de ojos ponzonosos. Las sombras se retorcieron e incrementaron la velocidad, como si su naturaleza ancestral hubiera advertido que el cuerpo que transportaban se abandonaba demasiado pronto a un destino que no le pertenecia. Semiinconsciente, sintio como alguien aferraba su cuerpo, lo alzaba en el aire y finalmente lo depositaba en tierra firme. Tosio con violencia, vomitando regueros de agua turbia. Para cuando fue capaz de abrir los ojos, trato de convencerse de que aquello era solo una pesadilla creada en los sotanos mas siniestros de su mente. Ante si, una calavera le atravesaba con su mirada de simas infinitas. Mostraba una sonrisa sardonica, de dientes podridos, desiguales y rotos. Una capucha de jirones negros cubria buena parte de su craneo y de vez en cuando los insectos se asomaban bajo la tela. Sujetaba un gran remo de barca, hecho de huesos humanos. Realizo una reverencia y le tendio su mano cadaverica. Cuando hablo, su voz parecia provenir del dolor de mil almas. --Hemos estado esperando su llegada, majestad. 1 Las historias mas bellas siempre comienzan con una destruccion. JACK LONDON A Casey le encantaba Halloween. Por eso habia elegido aquel lugar para quedar con Vera. Cuando era pequena, recorria las calles del Sur de Filadelfia con sus amigos para recoger caramelos. Lo que mas anoraba de todo eso era disfrazarse: de bruja, de pirata, de zingara, de vampiresa... Estar dentro de otra piel por una noche suponia para ella una magia dificil de superar. Y asi fue hasta que comenzo a devorar libros. Sonrio para si. Los libros eran como hechizos esperando ser descubiertos, y ella se consideraba una buena maga. Al menos, asi habia sido hasta hacia unos dias... Ahora, un incomodo hormigueo recorria su pecho cuando trataba de leer y lo que era peor, cuando intentaba escribir. --!Ey! !Casey! Una mano sobre su brazo la obligo a girarse. --!Tia, que cambiada estas! --Vera se echo a reir y su pelo, rizado a lo afro, parecia bailar en torno a sus pendientes de aro--. !Te he extranado un monton! Las dos amigas se abrazaron con fuerza. La habia echado tanto de menos durante ese verano. Vera le guino un ojo antes de mirar descaradamente a su alrededor. --!Guau, no conocia este local! Me has hecho venir aqui por los adornos de Halloween, te conozco. Pues que sepas que aun te quedan unas semanas, fantasmita. Tenia razon. Casey siempre iba a Tinsel, un bar en pleno centro de la ciudad, cuando alguna festividad estaba cerca. En Navidad, engalanaban el interior con luces, regalos, arboles, bastoncillos de caramelo gigantes... Ahora, aunque todavia eran finales de septiembre, Tinsel ya ofrecia a sus clientes un espeluznante mosaico de munecos de porcelana, calabazas sonrientes, caretas de payasos asesinos y aranas colgadas por doquier. --No sabes cuanto me alegro de verte, Vera --dijo abrazandola de nuevo. La emocion hizo enrojecer sus ojos. ?Tan sola se habia sentido?--. Tu tambien estas... --?Mas guapa? ?Sexy? ?Irresistible? ?Clavadita a Beyonce? --ambas rieron al unisono mientra Vera se sentaba junto a ella--. Nah, lo que pasa es que como ya no puedo ponerme mas morena de lo que soy, mis primas de la costa Oeste decidieron llevarme por el camino del exceso. --?Fuiste a Las Vegas? --!Que dices! !No he salido del paseo de la fama de Los Angeles en todo el verano! -- jugueteo con el frasco decorativo de ojos de cristal que habia sobre la mesa e hizo un gesto al camarero para que trajera dos refrescos--. Piensalo, ?y si me hubiera topado con Spielberg, o con Tarantino? !Imaginate! Vera queria ser guionista o directora de cine, o las dos cosas. Su caracter extrovertido y el hecho de coincidir en muchas asignaturas en el Instituto de Artes Creativas habia hecho inseparables a las dos chicas. No se habian visto en todo el verano y las ganas de ponerse al dia, tomar ese batido helado que vendian en la cafeteria de la esquina y hablar de lo que cada una habia planeado para su futuro en la universidad, se multiplicaron por mil. --?Y tu? ?Que tal estos dos meses? --la sonrisa de Vera perdio intensidad, solo durante una fraccion de segundo. Despues anadio--: ni me lo digas. Seguro que has devorado todos los libros de la biblioteca, senorita Hermione Granger. En eso tu madre lleva razon: !te va a salir humo por las orejas! Pero ya lo arreglaremos, claro que si... En realidad, penso Casey, ?que he hecho durante el verano? Su expresion alegre se torno livida. No me acuerdo de nada... ?Pero como no voy a acordarme? El corazon comenzo a martillearle en los oidos. ?Que...que diablos me esta pasando? --Ademas --Vera siguio parloteando, animada--, tienes que invitarme a una hamburguesa. Chica, la verdad es que Silk City Diner no es un mal sitio para trabajar... ademas esta en pleno centro. Casey habia comenzado a trabajar los fines de semana en una cafeteria para que su madre y ella pudieran pagar las facturas mas desahogadamente. Eso si lo recordaba, pero... La musica del bar incremento su volumen y el pulso de Casey se disparo de nuevo. Algo no va bien, algo no encaja, algo no... El camarero dejo las bebidas sobre la mesa, con pajitas rojas a juego, y se fue. En cuanto Vera me ha preguntado por el verano... He empezado a sentirme... --?Casey? --Si, si, claro, !eso esta hecho! Manana empiezan las clases, ?te parece si quedamos el sabado? --!Cuenta con ello! --Eso si, si mi jefe se entera de que te sirvo una hamburguesa gratis, !le dara algo! --?Es uno de los tipicos cabrones, no? Como Reed o Harris, pero a lo bestia... Las dos amigas conocian a Dennis Reed del curso anterior. Habian elegido apuntarse a uno de sus famosos talleres de Escritura Creativa y la experiencia habia sido, cuanto menos, surrealista. Reed se habia ganado a pulso todos los rumores que lo tachaban de extravagante, lunatico y estricto. Sin embargo, a Casey le cayo bien. Comprendio que ese aire de profesor excentrico cuadraba bastante con el mundo de la literatura, aunque todavia no pudiera perdonarle que le hiciera recitar varias veces su propio relato delante de toda la clase y de mil formas posibles. <>. Casey sonrio para sus adentros al recordarlo. Maldito Reed... Aun asi, se habia convertido en su profesor favorito y estaba ansiosa por comenzar el nuevo curso en una de sus clases. --A ver... --Casey simulo pensarlo un momento para seguir la broma de Vera--, digamos que Thanos se queda corto a su lado. --!Vaya! Si desapareces, ?puedo quedarme con tu cazadora blanca? --!Ya quisieras! --Lo digo para tapar la cara de ese payaso de ahi --senalo la careta con un comico gesto de miedo--. Eres una friki, ?lo sabias? Mira que traerme a este sitio... Casey se relajo un poco y rio con ganas. --Oye --respondio--, que esto no esta nada mal. ?Y tu quieres ser guionista? --Ya, pero no hacian falta los tarros de ojos ni las aranas. --Es que han pensado en todo, para darle ambiente --iba a darle un sorbo a su refresco cuando vio una mariposa negra aletear hasta posarse en su mano--. !Anda! !Incluso han llenado el local con mariposas! --?Que? ?De que hablas? --Bueno, justo aqui hay una --el insecto ascendio hasta su brazo--, fijate. Los ojos de Vera le devolvieron una mirada confusa. --Casey... ?Estas bien? --Pues claro --la chica seguia embelesada contemplando a la mariposa. Era increible que les permitieran tener insectos vivos en el local--, ?por que lo dices? Su amiga se mordio los labios antes de responder. --No hay... No hay ninguna mariposa, Casey.

  • Sakura de Matilde Asensi.

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    En 1990, Ryoei Saito, un multimillonario japones, adquirio El retrato del doctor Gachet, de Vincent Van Gogh, en una subasta de Christie’s por la suma mas grande pagada hasta entonces por una pintura: 82,5 millones de dolares. El multimillonario fallecio poco despues y, con el, el cuadro desaparecio para siempre.

  • Almas viejas de Miranda Mora

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    ? Puede el amor vencer a la muerte?. Atrevete a descubrirlo sumergiendote en la vida de Tessa. Acompanala en un relato cargado de amor, historia y erotismo, que te hara replantearte muchas cosas de una manera diferente. Disfruta de esta historia en la que se entremezclan pasado y presente para darle sentido a la vida de la protagonista.

  • Tocame, vuelveme loca de Carmen Alemany

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    Cuando Susan decide investigar un caso no tiene ni idea de lo mucho que va a cambiar su vida. La unica pista sobre las extranas muertes de dos individuos la lleva a las puertas de The Temple, una lujosa discoteca que no es lo que parece. Tras los muros se esconden secretos que Susan intentara descubrir a riesgo de su propia vida.

  • Premio Gordo de Jose Perea Del Pino

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    Con mas de veinte anos de experiencia en el cuerpo de policia, el inspector Espinosa esta tan decepcionado de su trabajo que ha dejado a un lado la profesionalidad. Utiliza las ventajas que le proporciona una placa de policia para sus beneficios personales. Pero un desliz provoca que su vida, hasta ese momento un descontrol de drogas y prostitutas, comience a tomar el camino correcto: la aparicion de una chica, Luciana. Lo peor de todo fue que el inspector nunca entendio el significado del amor; mientras mas se enamoraba, ella mas lo odiaba. Durante unas navidades, un giro radical del destino cambio la vida de ambos de la forma mas violenta posible. Cuando la felicidad era lo mas facil de sentir, intervino el odio y la venganza.

  • Manana tendremos otros nombres de Patricio Pron

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  • Un demonio disfrazado de angel, Sasha Miles de Sasha Miles

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  • Wonder. El juego de Christopher de R.j. Palacio

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    Tierna, intimista, inteligente, Wonder. El juego de Christopher nos lleva al principio de todo, al momento en el que todo comenzo…

  • Perfil asesino (Andanzas 3) de John Connolly

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    El hallazgo fortuito de una fosa comun, a orillas de un lago en el norte de Maine, pone al descubierto un espeluznante asesinato en masa cometido hace mas de treinta anos. Todos los miembros de una comunidad religiosa, los Baptistas de Aroostook, desaparecieron sin dejar rastro en 1964, y, ahora que sus cadaveres han vuelto al presente como una muda acusacion, alguien parece muy interesado en que el misterio quede sin resolver. Pero el pasado regresa con inusitada brutalidad. La primera victima es Grace Peltier, una estudiante que, al investigar sobre el fanatismo religioso en el estado de Maine, ha ahondado en la vida y el enigmatico final de la comunidad de Aroostook. En apariencia, Grace se ha suicidado, pero hay indicios de asesinato mas que suficientes para que la familia solicite la intervencion del detective Charlie Parker, <>.

  • Runway de A.g. Keller

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    En la familia Duncan, todos son exitosos. Desde el padre, Clark, un renombrado profesor en la Universidad de Harvard; Sara, la madre, es una brillante abogado criminalista, Max, el hermano mayor, un popular disenador de videojuegos y Frank, el otro hermano, un genio en los negocios, a excepcion de Kate, la hermana menor.
    En vista de eso ella decide trazarse una meta: tener su propia firma en la alta costura, en un mundo tan competitivo como el de la moda.
    De pronto, conoce a un banquero derrochador y a un arquitecto, entre copas de champan, galas, paseos en yate y hoteles lujosos, se ve envuelta en un triangulo amoroso.
    Las emociones que descubre con ambos la distraen.
    Muchos dudan que puedo lograrlo.
    ?Llegara a tener la misma fama que sus hermanos y el resto de su familia?

  • En el mar de Toine Heijmans

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    Inmerso en una profunda crisis personal, Donald decide navegar en su velero durante tres meses, con el silencio y la soledad como unica compania. Solo en la ultima etapa de la travesia recogera a su hija de siete anos, Maria, para que lo acompane del norte de Dinamarca a los Paises Bajos. Alejados del mundo, el viaje se anuncia idilico, y entre padre e hija surge una complicidad que nunca antes habian conocido. Pero de pronto las nubes negras acechan en el horizonte y Donald esta cada vez mas angustiado; la noche en que estalla la temida y aterradora tormenta, Maria desaparece del barco. “En el mar” es una evocadora alegoria sobre la travesia de la vida y la posibilidad de gobernar el propio destino, y un magnifico homenaje a los navegantes legendarios, desde Ulises hasta el capitan Ahab.

  • Lo que somos de Veronica A. Fleitas Solich

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    Paris siempre ha sido el destino preferido de Antonia. Sin embargo, en esta ocasion, la ciudad de las luces la sorprende haciendose complice de su marido en una demanda de divorcio poco ortodoxa.

  • Prohibir la manzana y encontrar la serpiente de Un Tio Blanco Hetero

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    El debate sobre la sexualidad y el genero es una de las grandes controversias de nuestro tiempo. Un debate que nos ha obligado a repensar las relaciones con los otros, nuestras ideas politicas y hasta nuestra intimidad. Y, al mismo tiempo, se ha llevado por delante la disidencia razonable, haciendo que el feminismo haya dejado de ser una llamada a la libertad individual para convertirse en un activismo organizado.

  • Powerexplosive entrenamiento eficiente de David Marchante Domingo

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  • Palmeras de la brisa rapida de Juan Villoro

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    Juan Ruiz llego a Yucatan a ver por que los yucatecos comian tanta azucar. Trabajaba para una compania sonorense dispuesta a hacer grandes negocios con el apetito peninsular. En Progreso conocio a una muchacha que acababa de despachar a un pretendiente "porque fumaba cigarros rusos muy apestosos". Estela Milan pertenecia a una familia cuya buena reputacion emanaba, no de sus blasones nobiliarios, como hubieran querido algunos de sus miembros, sino de sus sabrosos helados. A unos pasos de la estacion del tren, la Neveria Milan ofrecia sorbetes y chufas. Durante anos, la familia habia probado su habilidad para confitar en frio, pero su verdadera aspiracion era el bel canto. Estela Milan solia interrumpir los bailes para interpretar un aria, el codo apoyado en el hombro de su galan. Juan Ruiz tomaba decisiones con la llana simpleza de quien es rustico y es espanol. Un dia abrio la puerta de su choza en la sierra de Leon, vio la nieve en derredor, penso en el trabajo que lo aguardaba en el corral de las ovejas y decidio irse al continente donde todas las frutas son posibles. En sus primeros anos americanos "labro futuro" durmiendo en el mostrador que atendia por las mananas. Sus penurias fueron tantas que aquel mostrador acabo por parecerle confortable. Varios anos despues habia logrado reunir algun dinero. El salon de bailes de Progreso debio parecerle un recinto del imperio austrohungaro y aquella muchacha que se abanicaba sin cesar, una princesa de Dalmacia (algo que ella no hubiera vacilado en aceptar). Ante Estela, sus mejores credenciales eran su acento espanol (en las raras ocasiones en que hablaba) y su "pinta distinguida" (una manera de decir que a pesar de su corta estatura y la calvicie incipiente, sus facciones alargadas sobresalian en los salones yucatecos donde abundaban las caritas picnicas). Asi como un dia el aire helado cuajo en una insolita palabra, "America", asi supo que viviria toda su vida con Estela. Nada mejor para un profugo del frio que una muchacha para quien la nieve era algo que sabia a guanabana. Yo los conoci muchos anos despues como mis abuelos. Su matrimonio tuvo el tipo de exito que solian tener los matrimonios de entonces: no se divorciaron y no se hablaron en los ultimos veinte anos. Viviamos en el duplex que mi abuelo construyo en Mixcoac y que era un ejemplo de su caracter; si el arquitecto decia que las paredes debian tener medio metro de espesor, el disponia que fueran de dos metros; no habia manera de convencerlo de que no estaba edificando las murallas de Campeche. Y no solo le molestaban las paredes de medio metro. En su caso, "estar de buen humor" significaba elogiar durante dos minutos a Rojo, el caballo de su infancia, o apiadarse de su unico amigo, el senor Maranon, que tenia un trapo en la cara porque le habian quitado la nariz. No le entusiasmaba nada que no fuera beber cafe negro en una botella de refresco o morder bolillos durisimos. En esa epoca era identico a Fernando Pessoa, cosa que, por supuesto, todos ignorabamos. Sin embargo, a diferencia del poeta, lo permanente en el no era la depresion sino el enojo. De las muchas emociones simples de que dispuso en vida, el abuelo escogio la colera para sus ultimos anos. A veces, al ver que los jugadores de futbol americano se pegan en el casco para celebrar una jugada, pienso que los coscorrones del abuelo eran cripticas felicitaciones. Como quiera que sea, nada podia impedir que pasaramos la mayor parte del tiempo en la parte inferior del duplex, la casa de los abuelos. Ellos si tenian television. --Chiquiti pollo, chiquiti pollo --decia mi abuela, y se pellizcaba el cuello repetidas veces, cuando el 7deg de caballeria liberaba a "los buenos". Esta era su forma de decir "lero lero candelero". Para nosotros Yucatan era la peculiarisima forma de hablar de la abuela. Sabiamos que venia de un lugar remoto y que varios de nuestros parientes habian muerto luchando contra Mexico. Tal vez porque el abuelo no daba otros signos de vida que un bastonazo de ocasion, su patria no parecia tan lejana. Mi abuela tenia una amplia memoria, siempre mejorada por su imaginacion. Nos conto mil veces el bombardeo de Progreso (la familia corrio hasta Chicxulub y se refugio en una casa repleta de alacranes), la llegada del cometa Halley, la visita de Madero a Yucatan: el heroe la tomo en brazos en un parque, dijo "que bonita nina" y le planto un beso en la mejilla (para mi abuela, la Revolucion habia sido obra de forajidos, pero guardo un buen recuerdo del "pobre hombre" que la beso de nina). Lo mas interesante de sus historias era que estaban llenas de misterios insolubles. Todo lo que contba de su abuelo, Jose Nicoli, era para demostrar que no era negro. El habia llegado de Honduras en compania de su esclava, la futura nana de mi abuela... "Era un hombre de pelo crespo, boca amplia, algo morenito, pero no negro." La ignominia maxima para una mujer consistia en no ser blanca (pronunciaba con tal enfasis que se oia balanca) y la siguiente (disponia de una vastisima escala de oprobios) ser blanca y "revolcarse con un turco". Todos los dias renovaba su decencia describiendo con lujo de detalle la indecencia de los demas. Si hubiera dicho "Fulana se fue con Mengano" jamas habria reparado en ello, pero cuando se referia a "!esa que se revuelca con los turcos!", me daban ganas de conocerla. La frase tenia una innegable carga sexual y hacia pensar en amores circenses, arabigos, magnificos. Una tia abuela mia habia sido raptada (y devuelta) en su juventud... "pero no por un turco", aclaraba mi abuela. La sangre arabe solo le parecia recomendable para la cruza de los caballos a los que mi abuelo le apostaba los domingos. Los apellidos de ciudades suelen senalar un origen judio sefardita y los Milan no debian ser la excepcion, pero mi abuela habia dado con un documento (perfectamente imaginario) que la vinculaba con Fernando VII. Vivia para ser blanca, decente y hasta santa. Cuando mi abuelo y yo regresabamos del hipodromo, nos informaba que alguien habia ido a preguntar si ahi vivia la santa. --Se conoce que estan enterados --anadia, con un gesto de la mas transparente vanidad. --!Esta mujer! --farfullaba mi abuelo. Yo estaba de parte de la abuela. Era carinosa, inventiva, malediciente y encontraba una justificacion extralogica para cualquier cosa. Una de nuestras actividades centrales consistia en sopear panes en su cafe con leche (acaso por ese don yucateco para azucarar las cosas, el suyo sabia mas rico que el de los demas). Cuando mi madre nos encontraba lamiendo las gotas que habian ido a dar a nuestros antebrazos, iniciaba una reprimenda: --!Que porqueria! Entonces ocurria la fabulosa explicacion de mi abuela: --Si asi lo hacen los americanos --y a continuacion inventaba una pelicula de gente refinadisima que sopeaba el pan, con un reparto avasallador: Ingrid Bergman, James Stewart, Grace Kelly y Humphrey Bogart. --Pero ellos no se lamen los antebrazos. --H'm. Se acabo --y las lagrimas fluian puntuales de sus ojos. --!Si, hazte la victima! --Tienes razon --sollozaba--, se me figura que la Bergman no estaba en la pelicula, sino Rita Hayworth --era imposible regatearle un argumento. Mi abuela es la unica persona que he visto llorar sin sentirme mal. Las lagrimas eran la exacta puntuacion de sus historias. Me gustaba que contara el episodio del chocolate. En una epoca en que fueron muy pobres, su padre gasto sus ultimas monedas en comprar un trozo de chocolate que tuvo que repartir entre sus siete hijos. La primera lagrima siempre caia en la palabra "trozo". Pero su capacidad histrionica conocia momentos mas intensos. Sus desmayos y sus ataques eran esplendidos. Sabiamos que los fingia, pero parecian tan veridicos que nos arrodillabamos a rezar mientras mi abuelo iba por el alcohol. Mi abuela habia querido ser cantante de opera. Por suerte para nosotros su padre no la dejo; de lo contrario nos hubiera privado de las escenas que iban del arbol de hule en el jardin a la azotea donde recitaba un aria de fin de mundo hasta que descubria que no valia la pena lanzarse de algo que no fuera un castillo. Esta pasion la llevo a incluirme en un drama: --Te voy a costurar un trajecito --me dijo cuando le hable con entusiasmo de la pelicula El Cid Campeador. Su inagotable capacidad de extravagancia tambien pasaba por la Singer. Habia hecho titeres en forma de dedales, la familia Tuch (ombligo). Por desgracia he olvidado los parlamentos que le asignaba a los diez ombligos. En el caso del Cid, nada le parecio mas natural que yo llevara mis gustos castizos a la calle. Velamos las armas en el antecomedor y luego me hablo pestes de los moros (un moro era un enemigo terrible, un turco historico). Asi, un dia de gracia de 1964 sali a combatir moros a la calle de Santander, enfundado en un traje medieval, con cruz roja al pecho y espada de palo a manera de la Colada. Por una vez los indios y los vaqueros se unieron para destruir esa incoherente aparicion. Mi abuela quedo feliz con la escaramuza. Curo mis heridas con violeta de genciana, arreglo el traje y se ofrecio a confeccionar una cota de malla con un mosquitero. No soporte la idea de un nuevo enfrentamiento. Le hable de los penachos indios y las afiladas botas de los vaqueros, con tal intensidad que se aficiono al rodeo. Ante la mirada disolvente de mi abuelo, la sala se transformo en un lienzo donde mi abuela toreaba perros de peluche. --Lo mas importante es el publico --no podia iniciar una escena sin testigos suficientes; pasabamos la mayor parte del juego abarrotando la falsa chimenea de munecos y mascotas. Alguien tan habil para contar descalabros ajenos debia tener una fuerte nocion del que-diran. Y mi abuela la tenia, pero solo abarcaba a los yucatecos. Si le llegaba una boleta de luz excesivamente alta, decia: --!Machis!, se me figura que me quiere perjudicar un yucateco de la compania de luz. En su mente, el pequeno mundo de Progreso se habia trasladado a la ciudad para observarla. Sus actos seguian siendo tan comentados como cuando iba a la neveria o al teatro Melchor Ocampo. A juzgar por su recelo, Yucatan debia ser una sociedad de conspiradores. Si alguien le ofrecia presentarle a un paisano, exclamaba: --!Fo!, !a redo vaya! --que mas o menos significa "fuchi, vete al diablo". En cuanto a la familia, solo entraba en su vida en forma de molestia. Su madre era una figura tiranica. Se acostaba en su hamaca, el unico sitio donde estaba "comodita", a comer platanos con leche y decidir la vida de sus hijos. A Florinda la destino a la solteria: "Eres la fea, tu me vas a acompanar de vieja". Florinda desarrollo tal fobia a los espejos que gritaba si le colocaban uno enfrente. Ernesto, el hermano mayor, era malisimo, se comia todo el arroz de los anos pobres "y ni siquiera engordaba". Este apetito sin provecho apenas era compensado por el humor "del pobre Gonzalo" (mi abuela no podia hablar de alguien bueno sin pobretearlo). Gonzalo murio joven y lo unico que se de el es la frase que dijo en una alberca: "Hago tan bien el muertito que hasta me empiezo a pudrir". Elvia tenia jaquecas todos los dias a las cuatro en punto; se acostaba unos minutos antes, a esperar su hora de dolor. La unica amiga de mi abuela era la senora Villa, una italiana (sus elaborados prejuicios le hubieran impedido tratar a alguien que se apellidara como el Centauro del Norte), casada con un ex piloto de Mussolini que se mantenia jovencisimo gracias a una dieta de miel. Ademas de la senora Villa, Italia tenia otras virtudes: era el pais de la opera y no era Espana. Y es que la abuela habia emprendido una cruzada antihispanica. Aunque el Cid merecia su aval moral para decapitar moros, los espanoles del duplex (mi abuelo y mi padre) solo podian ser objeto de intriga. En aquellos dias primarios, me convencio de que Espana era el pais donde la gente no se cambiaba de camisa. Ella era fanatica de la limpieza; los jabones que pasaban por sus manos cobraban otra consistencia, como si hubieran servido a un regimiento, y tenia no menos de tres polveras en servicio. El caso es que una de nuestras complicidades consistia en contar los dias que mi padre llevaba con la misma camisa. Es obvio que alguien que crecio en un internado jesuita, donde habia que romper el hielo en el aguamanil para lavarse la cara, no podia tener la misma relacion con el agua que una dama del tropico, pero mi abuela aprovechaba cualquier oportunidad para que la vida de la casa se volviera interesante, es decir, sospechosa. Vivia rodeada de extranjeros. Mi hermana y yo eramos "mexicanos", y por mas lastima que esto le causara, jamas hubiera pensado en compartir nuestra suerte. Mi madre nacio en Yucatan, pero su vida estaba marcada por el estigma de los descastados: habia empezado a fumar. Todas sus ideas eran fijas: mi hermana Carmen y yo eramos perfectos, a pesar de que jamas lograramos cumplir una de sus mas caras obsesiones: dibujar "un tucho nadando". El tema estaba a la altura de nuestros gustos estrafalarios, pero desperdiciamos cientos de crayones sin lograr que el simio nadara. Cuando mi madre le dijo (llorando en serio, sin la menor teatralidad) que yo era sonambulo y hablaba solo, ella respondio: "Como sufre el nene". Los culpables de mis defectos siempre eran otros, en especial mis insoportables amigos: --!Estos chiquitos solo vienen a hacer laberinto! --se quejaba.

  • La tercera persona (Alt autores de Ava Hocsem

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    Arranca el coche. Salgamos de aqui cuanto antes, no mires hacia atras. A partir de este momento todo pertenece al pasado. --?Todo? --Si, todo. Mira al frente Juan. Quiero llegar a casa entera y en menos de media hora. --La salida a la autovia, a tu derecha. --No puedo creer que me digas eso, Celia… --Solo tienes que girar, !ahora mismo!, pero ?que haces? Por favor manten la atencion en la carretera, !que brusco eres! --Me has dicho que tienes prisa. Obedezco tus deseos carino. Celia le regalo los pantalones que llevaba puestos. A el nunca le gustaron porque pensaba que el burdeos era un color para aristocratas, en cambio a ella le fascinaba. Lo asociaba con el erotismo y con el poder. --Soy la hija predilecta del burdeos --dijo en una ocasion--. Ante semejante comentario jamas se nego a vestirse con ellos. --Vaya, he perdido el mechero. --Lo has dejado en el pasado. Queda poco para llegar. ?Podras resistir sin fumar? --Si claro, es tan solo humo. --Celia, ?no crees que estar sentado e ir a ciento cuarenta kilometros por hora es una contradiccion? --!Que cosas piensas! En realidad Juan queria preguntarle otra cosa. Algo mas relevante, algo que no se atrevio a mencionar. El todo y el pasado. Estaban a unos cuatro kilometros de despedirse, no sabia si esta vez seria para siempre. A veces es mejor no preguntar a tiempo para elegir una realidad a medida. --No es miedo, no, se trata de sobrevivir --penso Juan--. El estaba acostumbrado a manejarse por las carreteras del autoengano. -- Saber conducir es fundamental, te da libertad--. Era una de sus frases de mesilla. Asi aprendio a manejar su vida, su volante, su freno, su limpiaparabrisas y tambien al hijo sobreprotegido que fue. Ahora estaba solo, a punto de llegar a la esquina donde Celia posaria sus tacones en el suelo. La vida, los eventos, la gasolina. --Sana y salva--dijo Juan. --Me voy pitando. Menos mal que no tengo bateria en el movil. Es la coartada perfecta, los ninos ya estaran cenando. Antes de pisar el suelo le puso una mano sobre la pierna. Se miraron fijamente, controlando cualquier atisbo de emocion. El piso el acelerador y cerro la puerta del coche. Se quedo mirando su culo a traves del espejo retrovisor. Mientras tanto la figura desaparecia dejando tras de si la estela apresurada de un apresurado caminar. --!Malditos taxis y maldito movil!, la reunion se ha alargado pero creo haber conseguido mis objetivos --comento a su marido mientras colgaba el bolso y la chaqueta en el perchero de la entrada--. El proximo jueves me reuno con el director general. Todo va viento en popa. ?Estan ya en la cama?, estoy agotada carino. 2 Juan tenia hambre y la garganta un poco seca. El deposito semivacio. Pudo repostar y dudo en comprar un sandwich en la gasolinera. --No, lo hare manana --penso. --Hoy cenare algo caliente. Necesito calor y llenar mi estomago. Cerca de mi casa unos chicos del barrio han abierto un nuevo restaurante. Ire alli, seguro que me trataran bien porque me conocen de vista y querran captar clientela --se dijo a si mismo. --Buenas noches. --Buenas noches. ?Podria cenar? --Si senor. ?Viene usted solo? --Realmente no, aunque solo me vea a mi. --?Espera usted a alguien?, ?cuantos van a ser? Juan sonrio timidamente: --Finalmente uno --contesto. ?Puedo sentarme junto a la ventana? --Si, pase conmigo. La carta estaba traducida al ingles. La inmensa mayoria de los residentes del barrio eran autoctonos. Juan intento deducir la intencion de los duenos. Penso que tal vez quisieran crear un imperio de restaurantes y franquicias en el futuro. Comprobo que se trataba de un local especializado en la cocina con patatas. Prefirio leer la carta en ingles. La primera lectura fue un mero pasatiempo, la segunda para elegir un plato caliente. Nunca habia visto tantas combinaciones posibles de patatas con otros elementos. Se le hizo la boca agua. --Algo tan sencillo… y pensar que a otros no se les ha ocurrido este tipo de negocio… Creo que podran abrir franquicias antes de lo que jamas hubiesen imaginado --penso con el estomago vacio. --Una de patatas al horno con esparragos trigueros, rucula caramelizada, botones de aguacate y haloumi. Para beber un tinto poco afrutado, por favor. Miro a traves de la ventana. Olia muy bien en aquel acogedor lugar. Miro el movil varias veces. Alterno la vista callejera con la vista digital. El telefono sono y la copa de vino llego a su mesa. --Espero que sea de su agrado senor. --Yo tambien, gracias. Se le encogio un intestino hambriento. Bebio un sorbo, le gusto. --Un vino mediocre pero ahora mismo me agrada --penso--. Efectivamente, poco afrutado para ser un caldo barato--. Bebio otro sorbo, toco la pantalla del movil y leyo el mensaje. Era Laura, hacia un par de meses que no sabia nada de ella. Manana por fin comienzo a trabajar, espero que estes bien. Beso. Juan miro a traves de la ventana. Una pareja de adolescentes carcajeandose paso por delante. Recordo la tarde en la que Laura dijo una frase que pudo cambiar su vida: --Si soy capaz de controlar los remolinos sere capaz de controlar mi vida --dijo--. Quiza la proxima vez que se vean le confiese la importancia de aquella conjuncion de palabras. --Su plato senor, ?otra copa de vino? --Si, y un botellin de agua. 3 Celia aprovecho el momento. Una reunion cancelada es casi siempre una oportunidad para escapar de la oficina. Queria comprar a su hija un libro de fabulas. Salio decidida, era una bonita e inesperada mision. Sintio el frio en su rostro como si fuese una brisa de verano. --La libertad de la calle -- penso. Paro en un semaforo. En la acera de enfrente habia hombres, mujeres y alguien disfrazado de perro. Todos esperaban lo mismo; aguardaban que el color de una luz diese paso a otra. En esta ocasion no habia ningun conocido al otro lado, detestaba cruzarse con los ojos de alguno porque hacia que la espera se eternizara. La senal de cambio movilizo a los transeuntes. Celia recordo unos documentos que tenia que preparar para el dia siguiente, metio la mano en su bolso, agito todo lo que estaba dentro y saco la nota mientras caminaba aumentando la velocidad de sus zapatos. --He oido hablar de un libro de fabulas que causa furor entre los ninos. --Creo que se refiere a "El arco de ranas y la nube de gatos". Tambien disponemos de una edicion especial

  • La mujer inexistente de Jaime Mesa

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  • Los Caballeros de la Ciencia: El secreto mejor guardado de la Iglesia, Juan Soto Miranda de Juan Soto Miranda

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    La aparicion de tres cadaveres reproduciendo la escena de la crucifixion de Cristo, con referencias a versiculos de la Biblia perfectamente talladas en la madera, da comienzo a un caso sin precedentes. El protagonista de la escena es Jesus Lopez, un famoso misionero benedictino criado al amparo de una todopoderosa familia, con el cardenal Gabriel Harrington a la cabeza, sin ninguna relacion aparente con los otros dos crucificados.
    La investigacion llevara a la sargento Maria Ballesteros al misterioso diario del misionero, cuyas extranas anotaciones constituyen un nuevo enigma que pondra en el punto de mira a Los Caballeros de la Ciencia, un desconocido grupo al que el manuscrito hace referencia, y al cardenal Gabriel Harrington, que esta siendo amenazado en relacion a un antiguo y controvertido proyecto empresarial, y cuyas condicionadas respuestas no dejaran satisfecho a nadie.
    El padre Daniel, mentor del misionero, y el hermano Federico, su mejor amigo, colaboraran con las autoridades en una trepidante historia en la que la conjuncion de religion y ciencia, intereses economicos y espiritualidad, asesinatos, misterio… les llevara en un viaje hasta los mas altos estamentos eclesiasticos en el Vaticano, donde se desarrollara la partida final que revelara los motivos de una renuncia papal y el secreto mejor guardado de la Iglesia.

  • Hermana de Sue Fortin

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    Muchas familias tienen secretos y estan dispuestas a lo que sea por mantenerlos, pero ?donde esta el limite?

  • Enemigos de Esparta de Sebastian Roa

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  • Veronica de John Wolf

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    El atardecer esta cayendo sobre los montes cercanos, y sus anaranjados rayos de luz se cuelan entre la espesa vegetacion de encinas y pinares. Por la escarpada ladera se ve el ascenso decidido de una persona atletica, vestida con pantalon y camisa negra, que oculta su rostro tras un pasamontana. En su hombro derecho carga a una nina de apenas trece anos, vestida con un vestido blanco. La nina golpea la espalda del desconocido intentando zafarse de su captura, mientras lanza gritos de auxilio que no llegan a ninguna parte. La ciudad mas proxima esta a casi cinco kilometros de distancia y no se atisban viviendas en la cercania. --!Socorro, ayuda! -- Gritaba la nina con histeria. Cansado de sufrir los embates de la nina, el encapuchado la deja caer al suelo y, sin el mas minimo remordimiento, la golpea varias veces en la cabeza con su puno haciendo que esta quede inconsciente en escasos segundos. La observa unos instantes y prosigue su marcha cargandola de nuevo a sus espaldas. El pelo negro, largo y sucio de la nina cuelga sobre el rostro de ella en el ascenso. Tras unos minutos de andanza, llega a una cueva en la piedra y se introduce en ella. Observa el lugar y se decide por un escondido recoveco que hay a su izquierda, alejado de la mirada de cualquiera que pudiera entrar a la gruta en ese momento. La deposita en el suelo, tumbada sobre la fria piedra, y la observa. La nina empieza a recobrar el sentido y el desconocido le tapa la boca con la mano izquierda para impedir que esta grite. La nina se revuelve como puede, intentando zafarse de su agresor, pero no puede. El desconocido busca a su alrededor por el suelo algo que le ayude a terminar tan angustiosa situacion. De pronto, ve unas tijeras, viejas y oxidadas en el suelo. Sin pensarlo dos veces, las agarra y directamente se las clava a la nina en el vientre. La nina, debido al dolor, se lleva las manos a la zona apunalada abriendo los ojos casi a punto de salir de las orbitas. En ese instante, el desconocido aprovecha y clava de nuevo las tijeras, pero esta vez en los ojos de la nina, introduciendo cada hoja en cada uno de los globos oculares. La nina empieza a retorcerse, pero no emite chillido alguno, solo algun gemido sin sentido. El encapuchado se retira y observa a la nina en el suelo, con las tijeras aun clavadas, y disminuyendo sus movimientos poco a poco. En unos instantes, la nina fallece. El desconocido aglutina algunas rocas alrededor de la nina, y se marcha del lugar. En ese momento, una lechuza blanca se posa sobre las rocas que entierran a la menor. II DOS ANOS DESPUES Carlos camina por el cementerio arropado por la lugubre oscuridad que impregna la noche en el lugar, y que en ocasiones hace que la imaginacion vuele. Su trabajo de guardia nocturno lo lleva desempenando desde que su padre se jubilo y el accedio al puesto vacante. No era este su trabajo sonado, y menos para un joven de apenas treinta anos, pero al menos le permitia pagar sus facturas. Acompanado de su inseparable linterna, caminaba entre las lapidas cumpliendo con su ronda, cuando se pronto algo llamo su atencion en una de las zonas ajardinadas del camposanto. A una distancia de unos diez metros, tres jovenes, de entre quince y dieciocho anos, se encontraban sentados, casi formando un triangulo, iluminados por unas velas. --!Eh, ?que haceis ahi?! -- Les grito. Los jovenes salieron a la huida, y Carlos corrio tras ellos tan rapido como le permitian sus piernas. Uno de los chicos salto el muro con la agilidad de un gato, mientras Carlos casi alcanzaba a uno de sus companeros. Pero en ese momento tropezo con algo y el guardia cayo al suelo con fuerza, mientras los dos perseguidos huian del cementerio. Carlos se dolia de la rodilla tumbado en el suelo, y con algunas magulladuras en las manos y brazos. --Joder-- se quejaba mientras veia como se habian escapado. Lentamente se puso en pie y recogio su linterna del suelo. Se acerco hasta el lugar donde instantes antes habia visto a los chicos y observo una tabla de madera con grabados de letras y simbolos. Era una tabla ouija. --La madre que los pario-- dijo enfadado con la tabla en la mano--. Lo que no me pase a mi. Carlos apago las velas y, llevandose la tabla, se dirigio hasta la zona de descanso de guardia. Agarro su telefono movil e hizo una llamada mientras observaba de nuevo la tabla. La llamada fue respondida y se escuchaba una fuerte musica por el auricular. --?Seba? -- Pregunto Carlos. --?Como esta el senor de los muertos? -- Pregunto ironico al otro lado. --Dejate de bromas-- le repuso muy serio--. ?Puedes venir al cementerio, por favor? --Si bebo dos copas mas... Me tienes alli sin falta -- le contesto ironico, mostrando su estado de embriaguez. --Joder, Seba, escuchame-- le recrimina molesto --. He tenido un problema con unos crios y me he hecho dano en la rodilla, necesito ir a un medico y no tengo aqui el coche. --Pero, ?estas bien? -- Le pregunta, ahora si, preocupado.

  • OJOS DE DRAGON (STEEL 9) de Rose Gate

    https://gigalibros.com/ojos-de-dragon-steel-9.html

    Cuenta la leyenda que las almas humanas estan conectadas por un hilo rojo que los dioses atan al dedo menique.
    Esas almas estan predestinadas a encontrarse sin importar el lugar, el tiempo, o la circunstancia.
    El hilo puede enredarse, liarse, o tensarse hasta tal punto, que puede parecer que quiera romperse. Pero eso jamas ocurre, el hilo rojo que une a dos almas humanas predestinadas a encontrarse es indestructible.

  • Secretos entre vinedos de Ann Mah

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    Kate, una joven estadounidense que estudia para lograr el dificilisimo titulo de Master of Wine decide viajar a la Borgona, a los vinedos que han pertenecido a su familia durante generaciones y pasar una temporada en Francia, como en los veranos de su infancia. Alli, detras de un gran armario, descubre una habitacion oculta que contiene algunos folletos de la Resistencia, valiosos vinos y la pista de un misterioso pariente del que nunca tuvo noticia. Kate decide indagar e intenta descubrir secretos que llevan guardados desde la Segunda Guerra Mundial.

  • La sensacion de lo que ocurre de Antonio Damasio

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    ?Como puede nuestra mente llegar a conocer? ?Como podemos tener sensacion y consciencia del ser? ?De que manera se produce la transicion de la ignorancia y la inconsciencia al conocimiento y a la identidad del ser? Estas son las preguntas que plantea y responde en este libro Antonio Damasio, uno de los mayores expertos mundiales en neurologia.

  • Mi futuro contigo de Tina Franco

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    El:
    La conoci cuando ella aun iba en la secundaria, y fue cuando note su potencial, pude ver el futuro con ella, inteligente, decidida, hermosa, algo magico me mantuvo atrapado a ella. Tuve que intervenir, necesitaba saber que su camino se encontraria con el mio. Yo no soy un mal hombre y ella es la chica de mis suenos...
    Si usaria mi dinero seria en hacer que sus deseos se cumplan, eso hasta que llegue el momento de conocernos...
    Y ese momento llego...

  • La sabiduria de los psicopatas de Kevin Dutton

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    Y es que cuando hablamos de psicopatas nos vienen a la cabeza personajes, reales o ficticios, como Hannibal Lecter, el carnicero de Milwaukee o Dexter. Y, sin embargo, en este libro no solo se habla de ellos. En el salen otros nombres como los de Neil Armstrong, Bill Clinton, Vincent Van Gogh, John Stuart Mill o J. F. Kennedy.

  • Escondida en el haren de Michelle Conder

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    !Los dos terminaron aprisionados por. el matrimonio!

  • Besos salados de Elena Castillo Castro

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    E sta no es una buena idea. De hecho, ahora me doy cuenta de que el cerebro enquistado de donde salio esta ocurrencia no es capaz de originar un pensamiento ni original ni aceptable. Encaramada a la ladera de la montana siento los dedos agarrotados sobre la piedra humedecida. A mis pies, el nivel del mar crece por momentos y, lo peor no es que mis piernas empiecen a salpicarse con la espuma que salta desde la cresta de las olas, lo peor es que me acabo de dar cuenta de que llevo falda y Fabrice me esta viendo las bragas desde abajo. Llevaba anos sonando con un nuevo vecino para el adosado color tierra de la calle de enfrente. Cada verano imaginaba que llegaba una ranchera familiar de la que salia un chico apuesto, alto y, a ser posible, con exotico acento extranjero. Desde luego, mis fantasias culminaban con un romance apasionado a la luz de la luna, acurrucados en la pequena cala de agua cristalina que hay justo detras de casa. Ano tras ano, diferentes parejas de jubilados han alquilado aquel adosado enterrando mi sueno en la arena. En una urbanizacion costera, dominada por vegetacion tropical mantenida a base de circuitos de agua, paso cada verano con mi familia. Son mis meses favoritos del ano, en los que intento alejarme de la insulsa vida en la ciudad, donde mi mayor preocupacion es aprobar las atragantadas matematicas en el instituto de secundaria, un lugar tan insipido como los companeros de clase que tengo. A excepcion de Ruth, ella es mi inseparable amiga con la que comparto los bocatas de atun. En la playa todo es diferente, un mar de posibilidades se abre, o al menos eso me repito a mi misma todos los veranos. Me monto en el coche, con una maleta repleta de libros y banadores, me despido del Parador (en el que siempre he sonado que me casare) y en cuanto el horizonte confunde el azul del cielo con el del mar la algarabia en mi interior explota. Felipe es siempre el primero en estrenar el veraneo, viene desde Albacete, con sus tres videoconsolas, dos perros, tres hermanas y sus padres (a los que yo siempre he apodado Popeye y Olivia). Me espera cada ano sentado en un banco y en cuanto ve que mi coche asciende la cuesta se apura para ayudarnos a subir el equipaje. Obviamente, mi padre le adora. Mis primeras semanas de julio consisten basicamente en suspirar mirando hacia el adosado y arrastrar a Felipe hacia la playa. En su cuadriculada mente no entra el concepto de "tumbarse a tomar el sol" por lo que nuestras horas a orillas del mar son en esencia, un continuo ir y venir de una punta a otra de la playa. Mi objetivo de ponerme morena surte efecto y la tonicidad en mis piernas adquiere un nivel de escandalo. Entrado el verano llegan Edu desde Aranjuez y su padre divorciado/guapo de infarto. Entonces, los paseos por la playa se convierten en largos paseos en barca en los cuales yo me tumbo, el rema y Felipe nos sigue a nado. Son los unicos adolescentes de mi edad en la urbanizacion pero no me importa, me encantan las videoconsolas y los paseos en barca. Pero este ano, ha sido diferente. A las dos semanas de llegar, mientras los chicos y yo regresabamos de la playa transportando la barca sobre nuestras cabezas (bueno, para ser sinceros, yo finjo soportar el peso), frente a la cancela del adosado descubrimos aparcado un modelo de coche que jamas habia visto. --?Que clase de coche es ese? --Es un BMW pero ese modelo solo se fabrica en Francia --me respondio Edu, el cual adora el mundo de automovilismo. Todos mis sentidos se pusieron en alerta. La posibilidad de que mi sueno se estuviera haciendo realidad era tan remota como que Ruth y yo dejasemos de hablar un solo dia por telefono. Sin embargo, alli estaba aquel coche con su maravillosa matricula forastera. Cuando intente salir de debajo de la barca para poder ver a quien pertenecian los pares de pies que veia junto al maletero los chicos se quejaron. Al parecer sin mi ayuda se desestabilizaba el reparto del peso. Mentira, obviamente, pero no podia contradecirles. En cuanto la barca quedo guardada en la cochera de Edu intente hacerme paso entre las afiladas hojas de las palmeras que delimitaban unas pegadas a otras la acera. Tras mi espalda escuche una risotada a la par que yo descubria en la puerta del adosado a una pareja de ancianos que llevaban calcetines con chanclas (no se puede ser mas guiri). --Ahi tienes a tu Romeo, Vero, uno que te susurrara palabras de amor en frances al oido si su barriga cervecera no se lo impide. --!Je t'aime, je t'aime!. Mua mua mua. Edu y Felipe se reian de lo lindo mientras lanzaban besos al aire en mi cogote. --Sois unos idiotas en punto de no retorno --me distancie de ellos atravesando las palmeras para poner rumbo a ninguna parte. Estaba enfadada y decepcionada, me esperaba por delante otro verano de vecinos jubilados. Decidi dar media vuelta y entrar en mi casa para llamar a Ruth, ya que compararme con ella que moria abrasada de calor en la ciudad siempre me consolaba. En cuanto subi a la acera escuche que las risas cesaban de golpe. --Hola. Un simple pero bello y dulce cual trino de pajarillo saludo afrancesado hizo que volviera la cara hacia el exclusivo coche. Era el, mi sueno hecho realidad: esbelto, rubio, de ojos verdes y labios finos pero acabados en hoyuelos marcados por aquella sonrisa ladeada. Antes de contestar gire la mirada hacia los chicos que habian enmudecido y parecian a punto de sufrir un desvanecimiento. --Hola, mi nombre es Fabrice y acabo de llegar con mis abuelos. ?Vives en la urbanizacion? --dio unos pasos hacia mi y su altura se me hizo imponente. --Si --estaba tan nerviosa que a penas lo susurre. Me regalo una sonrisa con confianza y miro a los chicos que andaban hacia atras con intencion de perderse entre las palmeras. --?Son tus amigos? --me pregunto con su acento frances que redondeaba las silabas. --Ahora mismo me gustaria decir que no pero me temo que si. Soy Veronica. --Encantado de conocerte Veronica, no esperaba encontrar compania de menos de cincuenta anos por aqui. Ha sido un alivio descubrirte. En aquel momento habria saltado sobre el para rodearle con mis piernas por la cintura y descubrir la fama del beso frances. --Ven, te presentare a esos dos que fingen no escucharnos al otro lado de las plantas. Te advierto que aunque tengan quince anos sus mentes no se han desarrollado en exceso desde los siete. Edu y Felipe fingieron amabilidad aunque al menos se ofrecieron a compartir una velada de jugadas a "Call of duty" con el. Aunque hubiese preferido ensenarle los alrededores, aquella noche me acoste con la sensacion de que mi vida por fin habia cambiado. Lo habia visto en sus ojos, supe que Fabrice y yo terminariamos viviendo un romance playero. Con los anos puede que me fuera una temporada a vivir a Francia, deberia apuntarme sin mas remedio a clases de frances el proximo curso. Nos casariamos en una boda bilingue a las faldas del Parador. Mi padre estaria encantado con el vino y el queso frances, y mi madre disfrutaria con sus pequenas nietas: Emili y Brigitte. Fabrice resulto ser un excelente remero, se alquilo una barca con vela en el club nautico y nos acompanaba en nuestros paseos diarios. Termine por cambiar de embarcacion al descubrir la sensacion que produce la velocidad de la navegacion: el viento salpicado de agua salada en la cara y la inclinacion con angulos imposibles sobre las olas. Edu se enfado conmigo por abandonarle pero ver manejar la vela a Fabrice era disfrutar de arte en movimiento. Cuanto mas enamorada estaba yo de Fabrice, mas cruzado lo tenian los chicos, que sufrian cambios de humor inesperados. Si decidiamos ir al cine, ellos hacian lo posible por sentarse entre nosotros; si por la noche decidiamos quedarnos a hablar sentados en un banco, ellos aparecian para sugerirle a Fabrice un plan alternativo mas emocionante. Incluso cuando me ofreci a ayudar a los abuelos de mi amado a cocinar un menu tipico espanol, los chicos desarrollaron unas desconocidas cualidades culinarias preparandoles gazpacho y tortilla de patatas. Por su parte, Fabrice parecia encantado de estar con ellos por lo que la extrana relacion entre los cuatro continuo. Los dias de veraneo para Fabrice tocaban a su fin, y con el se comenzaba a evaporar la ilusion de vivir un romance juntos. Todo lo que habia tenido con el se habia limitado a una amistad compartida y accidentada. No podia consentir que la oportunidad se me escapara de las manos y decidi echar toda la carne en el asador. Iba a declararme, conseguiria un momento a solas y le declararia mi amor, en el caso de que no lo hiciera el antes. Aquel dia amanecio con el viento algo mas agitado que de costumbre y aunque Fabrice sugirio no sacar la barca yo le rogue hasta casi el pataleo. !Que mejor sitio para declararse que estar en alta mar lejos de las molestas intrusiones de Felipe y Edu! Rebusque en los cajones hasta encontrar el bikini a rayas marinero, le cogi prestada la pamela a mi madre y su maquillaje resistente al agua. Mi esperanzado corazon salio de casa hacia la playa corriendo. Ese iba a ser el dia, aquel dia me iban a besar con un beso frances y comenzaria nuestra historia de amor. Un consejo: no saqueis una barca minuscula con vela maradentro un dia de ventisca sin al menos haber tomado algo para el mareo. La experiencia no pudo resultar mas desastrosa: Fabrice se golpeo la cabeza con la vela, yo perdi mi pamela y termine vomitando por la borda. Aquella tarde me encerre avergonzada en casa. ?Que hombre querria besarme despues de haber echado hasta la primera papillas delante de el? --?Se puede pasar? Los chicos asomaron sus cabezas por la ventana de mi habitacion, esas son las ventajas/inconvenientes de que tu habitacion se encuentre en la planta baja, que sea verano y la mantengas abierta para no morir de calor. --?A caso valdria de algo que dijese que no? Llevais todo el verano saboteandome --proteste.

  • Amy (Senoritas Britanicas 3) de Scarlett O'connor

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    Una historia que derriba los prejuicios y escribe con sus escombros el mas bello amor.
    -Melanie Rogers.

  • Navidad por Siempre (Una Dama Abandonada 4) de Christina Mcknight

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    Una dama que busca el perdon por su pasado …

  • El viaje de Cilka de Heather Morris

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    Con solo dieciseis anos, la prisionera judia Cilka Klein fue convertida en la concubina de uno de los comandantes de Auschwitz-Birkenau. Se salvo de morir de hambre, enfermedad o en las camaras de gas, pero, tras la liberacion, fue acusada de colaboradora y espia ante la NKVD, la brutal policia secreta sovietica. Y asi, por segunda vez en tres anos, Cilka se encuentra de nuevo hacinada en un tren de ganado que la transportara a Vorkuta, el gulag de Siberia situado a noventa y nueve millas del Circulo en el que debera cumplir con mas de diez anos de condena de trabajos forzados.

  • Comprando esposo de B. E. Raya

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    Cuando era joven, Edward tuvo, expectativas y esperanzas, tuvo suenos y proyectos, era una persona alegre, positiva y... un idiota. Su vida fue de mal en peor hasta que llego a tocar fondo. Estaba resignado a sobrevivir en el mundo sin llamar demasiado la atencion y al final morir solo. Hasta que el destino vuelve a intervenir y por asares de la vida termina en las garras del hombre al cual amo en su juventud.
    Maxwell Hamond ya no era el principe azul que visualizo en sus suenos. Era un hombre oscuro, peligroso y no dudaba en obtener lo que deseaba, hasta el grado de obligarlo a casarse con el y someterlo a su voluntad a cambio de ayudar a su familia. Edward no tenia eleccion, por lo que accedio a someterse a todas sus demandas...pero resulto que la obligacion tenia sus momentos de placer.

  • El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes de Tatiana Tibuleac

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    Aquella manana en que la odiaba mas que nunca, mi madre cumplio treinta y nueve anos. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre mas inutil que haya existido jamas. Yo la miraba desde la ventana mientras ella esperaba junto a la puerta de la escuela como una pordiosera. La habria matado con medio pensamiento. Junto a mi, silenciosos y asustados, desfilaban los padres. Un triste hatajo de perlas falsas y corbatas baratas, venido a recoger a sus hijos defectuosos, escondidos de los ojos de la gente. Al menos ellos se habian tomado la molestia de subir. A mi madre yo le importaba un pimiento, al igual que el hecho de que hubiera conseguido terminar unos estudios. Deje que sufriera casi una hora; observe que al principio se mostraba irritada, caminaba arriba y abajo a lo largo de la valla, luego se quedo inmovil, a punto de echarse a llorar, como alguien con quien se hubiera cometido una injusticia. Tampoco entonces baje. Pegue la cara al cristal y permaneci asi, contemplandola, hasta que salieron todos los chicos: incluso Mars, con su silla de ruedas, incluso los huerfanos, a los que tras la puerta esperaban las drogas y los hospicios. Jim, mi mejor amigo, me saludo con la mano y grito que no me suicidara en verano. Estaba con sus padres, que lo habrian vendido por sus organos en un abrir y cerrar de ojos si no les hubieran importado los comentarios de la gente. La madre de Jim, guapa y nacarada, lanzo una larga carcajada con la barbilla levantada y el pelo arreglado en tres capas. Rieron tambien nuestra tutora psicotica y el profe de Matematicas, y la directora... La unica persona normal de la escuela. De hecho, nos echamos a reir todos, porque habia sido un chiste muy bueno. No era necesario fingir cuando estabamos solo nosotros. Ademas, el ultimo dia de clase los profesores se habrian reido de cualquier cosa con tal de vernos marchar. Si no para siempre, si al menos para el verano; entretanto, la mitad de ellos intentaria encontrar otro trabajo. Algunos lo conseguian y se les perdia la pista. Otros, sin embargo, menos afortunados, se veian obligados a regresar cada otono con los mismos alumnos diabolicos a los que detestaban y temian. Despegue la cara de la ventana como una pegatina desgastada. Era, por fin, libre, pero mi futuro tenia algo de la solemnidad de un cementerio engalanado. Empece a descender lentamente las escaleras. En el segundo piso, junto al despacho de la psiquiatra, me detuve y garrapatee con las llaves, en la pared, <>. Si me hubiera visto alguien, le habria dicho que era mi agradecimiento por todos aquellos anos de terapia. Pero los pasillos estaban desiertos, como despues de un terremoto. En nuestra escuela no aguantaban ni las infecciones. En la planta baja, como una mierda de perro, estaba Kalo --mi segundo mejor amigo--, que fumaba un cigarrillo a la espera de una tia lejana que tenia que llevarselo a su casa una semana. La madre de Kalo se habia ido a Espana para dar masajes a un oligarca ruso --esta era su version, por supuesto--. Salvo Kalo, todos sabian a que se dedicaba su madre, pero se lo callaban porque era un chaval majo. Y lo era. Retrasado, pero majo. Le pregunte si sabia que iba a hacer despues de estar con su tia y antes de que nos fueramos a Amsterdam, pero me dijo que no iba a hacer nada. Como todos nosotros, por otra parte. Las nonadas no iban a hacer nada. Durante los anos que pase en esa escuela, no escuche a ningun companero presumir de unas vacaciones, como si, ademas de estar locos, fueramos tambien unos leprosos. Ya teniamos suficiente con que nos dejaran pasar los veranos sin correa ni bozal. ?Para que ibamos a gastar en unas vacaciones? Senti asco de Kalo, de Jim, de mi mismo. Eramos unos despojos humanos --polipos y quistes, y encima extirpados--, pero teniamos las pretensiones de unos rinones y un corazon. Siempre me ha gustado la anatomia. Me viene, seguramente, de mi madre, que tendria que haber sido profesora de Biologia, pero se quedo en vendedora de rosquillas. De mi padre no tengo nada. Me quede con el y fumamos juntos un cigarrillo porque vi que estaba triste y que esquivaba mi mirada; luego me acorde de su hermana mayor, casada en Irlanda con un granjero. Le pregunte por que no pasaba con ella una semana en lugar de con la vieja. Kalo me respondio como a un idiota: la pasaria, claro que la pasaria, le habia enviado ya una limusina, porque su hermana se moria de ganas de cuidar de ese <> durante todo el verano. Cuando me despedi, le solte un capirotazo y le dije que nos veriamos dentro de dos semanas en la estacion y que no se gastara todo el dinero. Kalo respondio simplemente que alli estaria. En cuanto me vio, mi madre empezo a gritar que me diera prisa, que no habia pagado el aparcamiento. Encendi otro cigarrillo y subi al coche fumando. <>, la oi hablando sola. Abri la ventanilla y lance un escupitajo hacia la puerta. La escuela empezo a menguar a nuestras espaldas junto con los siete anos que habia perdido alli a lo tonto, como en un juego de azar. No habia cambiado nada. Mika seguia muerta, y yo todavia queria pegar a la gente. 2 Ademas de sus otros defectos, mi madre estaba siempre deslumbrantemente blanca, como si antes de acostarse se quitara la piel y la dejara toda la noche en una banera llena de nata. Su piel no tenia arrugas ni lunares. No tenia olor, ni vello ni otras senales corrientes. A veces me preguntaba si no seria un trozo de masa resucitada. Bajo los sobacos de mi madre nacian dos pechos como dos balones de rugby, orientados en direcciones distintas y, en la cabeza, un cabello de muneca que llevaba siempre trenzado en forma de cola de sirena. Su cola de sirena me volvia loco; sin embargo, era el tema de conversacion favorito de los chicos de la escuela. <>, le decian todos y se meaban de risa cuando venia a buscarme para llevarme a casa. Mi padre la llamaba <>. La nueva mujer de mi padre, <>. 1 Y solo yo estaba obligado a llamarla <>. Hasta el dia de hoy, cuando soy casi tan viejo como ella aquel verano, no he conocido nunca a una mujer peor vestida. Ni siquiera aquellos dos anos en que, justo despues del accidente, vivi junto a una fabrica procesadora de pescado en el norte de Francia. Imaginad a mas de cien mujeres feas que se visten cada dia para matar cangrejos, gambas, langostinos y otras porquerias. Mi madre se vestia aun peor. Era aun mas fea. Tenia unos pantalones, unas blusas y una ropa interior mas horribles que toda la fabrica, las empleadas y los crustaceos de mierda juntos. De haber podido, la habria cambiado en dos segundos por cualquier otra madre del mundo. Incluso por una borracha, incluso por una que me zurrara todos los dias. Las borracheras y las palizas las habria soportado yo solo, mientras que su fealdad y su cola de sirena estaban a la vista de cualquiera. Las veian mis companeros, las veian los profesores y la gente del barrio. Lo peor, sin embargo, era que las veia Jude. Algunas tardes, cuando volvia a casa despues de clase --yo sin decir ni pio en todo el camino y ella diciendo tonterias sin parar--, no la podia soportar. Me daban ganas de meterla en la lavadora y poner en marcha el programa de escaldar sabanas. Encerrarla en el congelador y sacarla hecha migas. Irradiarla. En aquellos momentos, cuando tenia en la cabeza las caras de mis companeros deformadas por la risa y a Jude languida, degustando sus chistes guarros, queria que mi madre estuviera muerta. Sabia que todos se reian de mi. Que los chicos escupian cuando yo pasaba a su lado, que Jude me despreciaba. Que era un don nadie y que tendria mucho mas sentido que me ahogara o que me ahorcara de una puta vez, o que me pegara un tiro, o cualquier otra cosa. Porque cualquier otra cosa seria mejor que lo que yo era: el producto asqueroso de una piel blanca. 3 En la contribucion de mi padre no queria siquiera pensar. La idea de mi padre me hacia vomitar. Mi padre habia huido de mi madre, la abandono por una polaca con un piercing en la lengua. Se habia divorciado porque, si la hubiera matado --eso es lo que habria preferido el y lo mas rapido--, habria acabado en la carcel. Mi padre tambien me habria matado a mi si no hubiera estado seguro de que me moriria enseguida. El divorcio fue rapido y salio ganando el. Pero mi madre, como la tonta que era, pensaba que habia ganado ella. Durante una semana telefoneo a su unica amiga vendedora y le conto como habia reventado a aquel imbecil y como lo habia desgraciado porque yo me quedaba con ella. Solo la abuela lo comprendio, pero no le dijo ni pio a mi madre. <> No quiero ni pensar en la alegria de mi padre al escuchar la sentencia del juez. Creo que se cago de felicidad. Librarte al mismo tiempo de dos seres por cuya muerte habrias pagado era demasiada suerte incluso para el conductor de un trailer. Ese aspecto tenia mi madre aquella manana en que cumplio treinta y nueve anos. Yo la habria tirado a la chatarra y habria empezado por el pelo. Solo una cosa desentonaba en toda esta historia: los ojos. Mi madre tenia unos ojos verdes tan bonitos que parecia un desproposito malgastarlos en un rostro fermentado como el suyo. 4 Los ojos de mi madre eran un desproposito.

  • Prestame tu calor (Prestame 8) de Iris Boo

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    La ambicion de otros le arrebataron todo lo que mas queria, y le enseno que ser el jefe de la mafia irlandesa en Chicago exige un alto precio. El nunca busco ese puesto, la venganza le puso ahi, pero no puede dejarlo porque es el unico que puede mantener ese precario equilibrio que sostiene la paz en la ciudad.

  • El Milagro del Rey (Valle de los Susurros) de Trinity Blacio

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    Morgan Hobill habia esperado toda su vida para encontrar al hombre perfecto, y lo encontro, pero solo durante dos anos, hasta que desaparecio. De vuelta en la cabana que el le habia regalado a ella hacia un ano, Morgan seguia esperandolo, buscando darle una oportunidad mas en Nochebuena. ?Se hara su historia realidad? ?Recibira su unico deseo para esa navidad?

  • Una muerte merecida de Peter Swanson

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    Matar es facil, cualquiera puede hacerlo. Pasa constantemente, en un arrebato de furia la mujer mata al marido o viceversa.
    Pero matar sin que te pillen, eso es lo realmente dificil. Por suerte, Lily cree haber encontrado la solucion.
    Sin cuerpo no hay asesinato. Sin cuerpo, un muerto se convierte en un desaparecido.
    No es que Lily encuentre placer en ello, aunque tampoco siente remordimientos; hay personas en el mundo que merecen morir y hay asesinos que merecen salirse con la suya. Asi de simple, piensa en la gente que muere en un huracan, solo que el huracan que encontraran Ted, el marido, Miranda, la mujer, y Brad, el amante, se llama Lily.
    ?Crees que puedes entender a un asesino? Cuidado, Lily puede acabar convenciendote.

  • Una Novia Embarazada (Novias Del Oeste 3) de Amaya Evans

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    Tiempo presente:Cloe Holland es una modelo de revistas, que esta feliz con su estilo de vida, llena de lujos y viajes. Solo le falta una cosa; un hombre que la valore y quiera tener algo serio con ella. Esta harta de los hombres cabeza hueca que la rodean. Todos pendientes de su fisico, pero sin sentimientos, ni conversacion inteligente. Un dia sale con unas amigas a un bar y todas se ponen de acuerdo en ir a una agencia matrimonial para conocer un hombre que valga la pena, pues todas estan en las mismas, buscando una relacion sentimental, que no dure un suspiro. Pasan los meses y se olvida del asunto hasta que un dia la llaman de la agencia en el preciso momento en que acaba de terminar con su novio y se entera de que esa relacion, ha dejado consecuencias.

  • Tocado y hundido (Tessa Leoni 3) de Lisa Gardner

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    Tessa Leoni vuelve con un nuevo caso.

  • Inocencia robada de Arnaldur Indridason

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    En la ultima planta de un decadente sanatorio mental de Reikiavik, un paciente esquizofrenico se lanza al vacio ante los ojos de su hermano. Casi al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad, un profesor de escuela que acaba de jubilarse es asesinado en un incendio provocado. Los dos fallecidos habian sido maestro y alumno decadas atras y en las ultimas semanas se habian visto en varias ocasiones. Ahora les corresponde al malhumorado e intuitivo inspector Erlendur y a su equipo de investigacion desvelar que inimaginable secreto ocultaba esa turbulenta relacion.

  • Semihumana, Jennifer L. Armentrout de Jennifer L. Armentrout

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    Dividida entre el deber y la supervivencia, ya nada puede ser igual.
    Todo lo que creia saber Ivy Morgan se ha venido abajo. Tras ser traicionada y estar a punto de morir a manos del Principe de los Faes, ha de guardar a toda costa un secreto perturbador. Porque, si la Orden lo descubre, la matara.

  • Hijos del dios binario – David B. Gil de David B. Gil

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    Hijos del dios binario de David B. Gil es un apasionante thriller con tintes futuristas en el que la intriga y la tension van incrementandose a medida que avanza la novela.

  • Humo de Jose Ovejero

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    Nos decian que las abejas estaban desapareciendo, pero algunas mananas hay tantas que si salimos de la cabana tenemos que caminar con la boca y los ojos cerrados para que no se nos metan en ellos. En realidad, ya salgo yo sola, si no queda otro remedio, porque la ultima vez que lo hicimos los dos al nino se le introdujeron siete u ocho por las mangas y el cuello de la camisa y le clavaron los aguijones en los brazos y en el pecho. Primero grito muy fuerte, un solo grito que parecia mas de sorpresa que de dolor. Luego rompio a llorar. Sus ataques de llanto no suelen durar mucho. Ademas, se quedo muy impresionado cuando escupi en la tierra y forme un barrillo con los dedos que, despues de extraer los aguijones con las unas, aplique sobre las picaduras. Para que el barro chupe el veneno, le explique. Desde entonces el nino se queda en la cabana, con la frente pegada a la ventana, si tengo que salir en medio de la nube de abejas a cortar lena o a desatascar de lodo el desague roto que va a la fosa septica. Aunque lo remiendo una y otra vez, el cano esta partido por tantos sitios que el barro termina por entrar y se solidifica en su interior, provocando el atasco del retrete. Cuando una de esas pequenas emergencias que me obligan a salir de la cabana coincide con la invasion de abejas, cierro los bajos del pantalon y los punos de la blusa o el jersey con una cuerda. Me tapo el cuello con una bufanda y me envuelvo la cabeza con otra para evitar que se me enreden en el pelo. Al principio me ponia gafas para que no chocasen contra mis ojos, pero siempre se extraviaba alguna por detras de los vidrios, se asustaba y acababa picandome en un parpado. Aunque me he acostumbrado a las picaduras, en el parpado son muy dolorosas y la inflamacion me dificulta la vision durante dias. Pero si podemos nos quedamos en la cabana mirando esas oleadas que se desplazan con movimientos como los de los estorninos. Igual que una bolsa de plastico flotando en el viento, baja, sube, se ondea, parece deformarse. El nino mira en silencio -casi todo lo hace en silencio- y debe de sentir miedo porque me toma de la mano y se sacude a veces como si sintiese escalofrios y se junta un poco mas a mi. Es uno de los raros momentos en que me permite que rodee sus hombros con un brazo. En algunas ocasiones nos envuelven durante tantas horas que acabamos por abandonar nuestro puesto de vigilancia, lo que no significa que nos olvidemos de ellas, porque el zumbido atraviesa las paredes de madera y yo misma me sacudo con frecuencia un insecto inexistente cada vez que me rozo con algo. La piel me pica como si estuviese recorrida, tambien debajo de la ropa, por miles de patitas invisibles. Cuando por fin desaparecen abrimos la puerta y el mira a un lado y a otro para asegurarse de que se han marchado, aunque si estuviesen cerca seguiriamos oyendo el bordoneo de sus alas. En el suelo quedan algunos cadaveres y tambien abejas que no han terminado de morir y caminan atontadas o patalean de espaldas en la tierra. El nino no las remata pisandolas, pero las contempla con desconfianza y a veces, cuando alguna deja de caminar, la empuja con la punta del pie como para asegurarse de que ha muerto. No he conseguido averiguar de donde vienen. Los panales de corcho que se encuentran en el camino del bosque estan abandonados y en ellos se acumulan las hojas secas y telaranas sucias en las que tiritan palitos y restos de insectos. Tampoco se por que vienen; no las veo libar en las flores cercanas a la cabana, no se interesan por jaras ni cantuesos ni retamas e incluso se arremolinan en esta zona en epocas en las que apenas hay flores; tan solo vuelan, apelotonandose unas contra otras en el aire de forma que a veces hasta resulta dificil distinguir las montanas que se alzan al otro lado del valle. Ahora deben de haber pasado dos o tres semanas desde que el ultimo enjambre rodeo la casa. Quiza porque empieza a entrar el frio o porque desde hace dias sopla desde la sierra un viento que las ahuyenta. Aunque en realidad estoy hablando de la misma cosa, porque el frio siempre llega con el viento de la sierra, como si el invierno no pudiese venir desde otro lado. La llegada de ese aire helado me produce todos los anos una sensacion de desaliento y de rabia a la vez. Me paraliza durante horas en el interior de la cabana. Me hace pensar en la huida o imaginar un milagro -mentira, ni siquiera puedo imaginarlo- que venga a resolver mis problemas. Con la entrada del invierno nuestra vida se vuelve aun mas precaria si cabe, mas incierta. Otra vez el hielo. Otra vez la nieve. Sobre todo, otra vez el hambre. ?Tendran temores parecidos los pocos animales que habitan estos bosques? Hace cinco o seis anos que no piso una ciudad y me he acostumbrado a oir unicamente los sonidos que produce la naturaleza. No hay maquinas por aqui cerca y al coche aparcado a cien metros de la entrada de la casa ya le habian robado el motor cuando llegue. Aunque para usar la palabra robar habria que suponer la existencia de un dueno. Por supuesto le faltan las ruedas y supongo que tambien los circuitos electricos. Una de las primeras cosas que comprobe fue si le quedaba gasolina, pero el tubo que introduje en el deposito solo me aporto una bocanada de gases de petroleo, cuyo sabor punzante aun recuerdo. Tampoco funciona el aserradero, que se ha ido desmoronando en medio del bosque de eucaliptos y ahora crecen entre las tablas lilos y piornos, zarzamoras y rosales silvestres. Incluso los aviones que a veces atraviesan el cielo trazan en silencio sus lineas blancas sobre el azul: el aeropuerto mas cercano esta a varios cientos de kilometros y por eso los aviones vuelan a gran altura. Asi que casi unicamente oigo crujidos, zumbidos, silbidos, las hojas rozandose en las ramas unas contra otras, la llamada o la queja de un animal, la lluvia sobre las tejas y la uralita, el viento haciendo tabletear las contraventanas, que quite por ese motivo y porque estaban tan rotas que no protegian del frio. Tampoco el nino es ruidoso. No es que no hable, es solo que puede pasarse dias sin decir palabra. A veces responde y a veces no, otras es el quien, por iniciativa propia, dice algo. Senala y dice: avellanas. Dice arroyo, y lo dice alargando y acentuando la erre, como si le produjese placer pronunciar ese sonido. Dice lluvia. Dice cardo. Dice fuego. Dice ayer, y entonces no se a lo que se refiere. Si le pregunto de donde viene se queda un rato pensativo y dice: tiempo. Ignoro como se llama y quiza ni el lo sepa. Uno de los primeros dias, sentados cada uno a un lado de la mesa de la cocina, lleve el indice a mi pecho y dije: Andrea. No me llamo Andrea, pero es un nombre que me gusta y da igual como me llame de verdad. Esa es una de las pocas cosas que puedo elegir. Andrea, le repeti senalandome. Andrea. Luego lo senale a el. Doblo el cuello para ver donde se apoyaba mi dedo contra su esternon. Yo Andrea, volvi a tocarme. ?Tu? Fruncio el ceno; miraba mi dedo como esperando a ver que venia despues, como si ese gesto fuese el inicio de un acontecimiento interesante. Adios, dijo por fin, que es lo que dice siempre que una situacion lo supera. Desde entonces, cuando estoy de buen humor, lo llamo Adios. Afirmar que el sonrie seria mucho afirmar, pero si tengo la impresion de que sus facciones se destensan un poco, como si estuviese pensando en sonreir. Por las mananas, cuando su rostro esta relajado, apenas abre los ojos al despertar, se diria que tiene seis anos. Hacia la tarde ya ha envejecido, mas bien, se ha desgastado y sus rasgos parecen difuminarse, deshacerse. Entonces recuerda a un chico de diez o doce que acaba de escapar del orfanato en el que lo maltrataban. Me gusta mucho por la manana, me produce alegria vigilar de reojo los gestos con los que explora el diminuto mundo en el que vivimos encapsulados. Hacia la tarde ya siento por el ternura o compasion o las dos cosas mezcladas, me gustaria acunar a ese pajaro recien caido del nido, a ese gato que regresa a casa tras sobrevivir a un chapuzon en el rio helado, a ese perro que a pesar de todo se acerca temeroso a la persona que acaba de golpearlo. Vivo con un animalito que no es del todo domestico, con un ser incapaz de sobrevivir por si mismo y que sin embargo ni mendiga ni se rinde. Si fuese mi hijo estaria orgullosa de el. Contemplo un atardecer incendiado. Las nubes que han pasado casi todo el dia prendidas de la falda de la montana han ido alzandose y ahora flotan sobre los picachos con la panza de color rosa, tinendo la nieve con su reflejo. Ya el sol se ha puesto para nosotros, pero la luz es mas brillante que hace unas horas. Tambien brillan rojizas y amarillentas las ultimas hojas de los alamos y los robles. Bajo la vista y descubro que el gato esta mirando en la misma direccion. ?Tendran los animales un sentido de la belleza? ?Sentiran emocion ante un mar reventando contra la base de un acantilado, ante un bosque invadido por la bruma, ante un cielo que parece a punto de fundirse en un manto de ascuas? El nino, a nuestro lado, dibuja figuras en el polvo: nunca dibuja animales ni personas, arboles ni casas, tampoco nubes o soles. Sus garabatos parecen reflejar un mundo de seres unicelulares: ovalos rodeados de flagelos, formas ahusadas de las que sobresalen antenas, figuras que podrian ser corales o amebas. Acumula un dibujo encima de otro, sin borrar el antiguo, como si se fagocitasen. Mientras tanto el cielo ha pasado del rosa al rojo ascua, los bordes de las nubes son filos incandescentes, pero el fondo del valle se va difuminando, como si se sumergiera en agua turbia. El nino se ha puesto en pie. Cierra los ojos unos segundos y los abre durante un lapso similar, repite la operacion una y otra vez y me pregunto si se cerciora de que cuando abre los ojos el prodigio continua alli. Quiza piense que el mundo solo existe cuando el lo percibe. ?Te gusta?, le pregunto. El asiente, creo, y a veces pienso que nuestra comunicacion va mas alla de lo inmediato, que en realidad hablamos de algo mucho mas amplio y significativo que lo que podrian traducir mis palabras. <>, he escrito, como si de verdad el respondiese con frases mas o menos imperfectas. Luego continua dibujando su mundo geometrico en el que no puedo imaginar que retrata o muestra. Quiza nada. Entre esas lineas y lo que lo rodea es posible que no exista relacion alguna. Tampoco parece encarinarse con ninguna de sus obras; no las examina al terminar -si es que ha terminado algo-, las pisa sin cuidado, no le importa que Miss Daisy o yo hagamos lo mismo. La gata y el nino no pueden explicarme por que hacen lo que hacen, no aportan motivos. Son dos cajas negras imposibles de abrir. Tampoco es que yo les de muchas explicaciones. Convivimos, calladamente la mayor parte del tiempo. Hacemos lo que tenemos que hacer; sin justificarnos. Sin mentir. No puedo imaginar una familia mejor

  • De que vas, princeso de Rosario Martin Martinez

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    Antes de darte a conocer mi historia me presento, mi nombre es Carla. Siempre fui una chica del monton, de esas que solian pasar desapercibidas y que evitaban, a toda costa, ser el centro de atencion. Nunca me ha gustado destacar sobre el resto y siempre me ha dado bastante rabia las personas que se creen el ombligo del mundo o hacen todo lo posible para ser el centro del universo... Me mude a las afueras de la ciudad porque lo que mas me gusta del mundo, y lo considero un autentico privilegio teniendo en cuenta en el mundo frenetico y caotico en el que vivimos, es la tranquilidad, la paz y la calma. Soy de las que se quedan horas observando a la nada en cualquier postura que me permita estar relajada. Soy una chica que detesta el ruido y que necesita que todo este tranquilo y en calma para realizar cualquier cosa, sea lo sea. Aquel pequeno apartamento luminoso era todo cuanto necesitaba para sentirme a gusto. Un edificio bastante antiguo en el que apenas viviamos cinco familias con dos miembros, como maximo, por apartamento. Un bloque de apartamentos de cuatro plantas y un bajo en las que, sin haberlo planificado, viviamos una familia por planta. Todo en calma, un lujo. Vivia sola desde hacia cinco anos, siempre estuve deseando cumplir la mayoria de edad para independizarme. Mis padres eran de esos padres conocidos como "chapados a la antigua", no querian que me relacionara con chicos, tenia hora de llegada cuando ni el sol ni siquiera habia comenzado a ocultarse, tenian control absoluto de todos los pasos que daba fuera de casa, y un largo etcetera que lo unico que conseguia era despertarme mas necesidad de echar a volar lejos de aquella casa. Solo tengo un hermano, Aitor, el no entendia mis prisas por salir de aquella casa que yo consideraba practicamente una prision en la que estaba presa por el unico hecho de haber nacido chica. Mi hermano jamas tuvo hora de llegada, ni recibio aquella charla bochornosa sobre el uso de los condones que recibi yo a los dieciseis (con la posterior advertencia de que ni se me ocurriera tener relaciones sexuales con algun chico). Mis padres habian hecho muchas distinciones entre Aitor y yo y, sinceramente, estaba harta. Llegue incluso a cogerle un poco de mania a mi hermano a pesar de saber perfectamente que el no tenia culpa de nada. La relacion con mis padres no era buena por esas diferencias que hicieron entre Aitor y yo, digamos que un dia me revele y eche a volar. Ellos no entendian como su hija pequena se habia marchado de casa de un dia para otro, a ver como les explicaba que yo no eche a volar de un dia para otro, yo, con sus formas, fui saliendo de aquel hogar, que para mi era una prision, poco a poco y lo ultimo que saque de alli fue mi cuerpo. Estudiaba arquitectura, era algo que me apasionaba, disenar era una de las partes que mas me gustaba de la carrera. Me sentaba en aquel escritorio de madera oscura de una de las habitaciones vacias de mi pequeno apartamento y alli dejaba volar mi imaginacion sobre los planos vacios. Sabia que aquella carrera era larga pero no me importaba porque, cuando haces algo que te apasiona, poco te importa el tiempo que le dediques... Los estudios lo compaginaba con un trabajo a media jornada en una pequena tienda esoterica, la verdad que cuando empece a trabajar alli pense que no era un trabajo que fuese mucho con mi personalidad pero la verdad que poco a poco fui conociendo algunas cosas que rodeaban aquel mundo que me fascinaban como por ejemplo los olores de aquellos inciensos y velas que vendiamos alli. Empece a tener en mi apartamento velas e inciensos que me daban calma con sus olores y que regulaban la energia de mi pequeno apartamento haciendome sentir en el aun mejor. Como ya he dicho, aquel pequeno apartamento a las afueras parecia estar hecho a mi medida; un salon (con un gran ventanal) hacia tambien de recibidor, no tenia muchos muebles solo un sofa de dos plazas, una mesa en la que cinco comensales ya no comerian a gusto y una pequena estanteria horizontal en la que sobre ella estaba el televisor. Aquella estanteria colmada de libros y de velas reflejaban dos de mis grandes vicios. La cocina estaba separada por una barra americana que odiaba con todas mis fuerzas, me parecia una absoluta horterada que no pegaba ni con cola en aquel apartamento antiguo. El bano no era muy grande pero era super bonito: muebles de madera oscura con tiradores envejecidos, una banera de esas que salen en las peliculas de terror con patitas del mismo color que los tiradores de los muebles, un gran espejo que me encantaba (hasta que llegaba el momento de tener que limpiarlo que ya dejaba de encantarme), una ventana que llenaba la estancia de luz y una estanteria con toallas perfectamente dobladas (ya me encargaba yo de ello) y con velas aromaticas que llenaban la estancia de un olor maravilloso a canela. Aquel apartamento solo tenia dos habitaciones, una la usaba como mi dormitorio en el que tenia una cama con un cabecero de forja, un par de mesitas de noche, un armario bastante mas grande de lo que necesitaba y una alfombra de pelo largo marron a juego con las flores de mi colcha y las lineas de las cortinas. El otro dormitorio lo utilizaba para trabajar en los diferentes proyectos que debia ir entregando en la universidad y estaba practicamente vacio, a excepcion de una silla giratoria y un escritorio. Como has podido leer, todo lo que me rodeaba era paz y armonia, pobre de mi que estaba ajena en aquel momento a lo que estaba a punto de llegar a mi vida y que bien podria describirlo como el caos personificado... Capitulo 2 Fin de la calma Era un lunes de julio como cualquier otro, o al menos eso creia yo, que seguia ajena a lo que pasaria. Estaba sentada en el sofa mezclando mi bol de cereales con leche cuando oi un tropel de personas en el descansillo. Extranada y curiosa, practicamente a partes iguales, me asome a la mirilla. No alcanzaba a ver mucho, solo podia ver algunas cajas apiladas y tres o cuatro hombres "organizando", porque poca organizacion veia yo alli, aquel desastre. --!Es aqui! --escuche como grito aquella voz masculina y seguidamente oi abrirse la puerta del apartamento colindante al mio. No alcance a ver al dueno de aquella voz grave pero, el saber que iba a tener vecinos, me angustio bastante. Pense en esas series de television en las que los vecinos son desastrosos y rece porque los recien llegados fueran personas civicas y que, al igual que yo, adoraran la paz y la tranquilidad. Aquellas cajas apiladas sin ton ni son me ponian de los nervios, juro que estuve por salir y ayudarles a organizar semejante caos pero decidi seguir alli, detras de aquella mirilla coronandome como la maruja del edificio. Era consciente de que mi desayuno se enfriaba sobre la mesa pero el chisme me podia, nunca imagine que yo podia llegar a ser tan cotilla. Los hombres salian y entraban ruidosamente del apartamento de al lado, introduciendo dentro de este las cajas que iban arrastrando por el suelo. Algunas, por el ruido que hacian al caer, intui que eran echadas a volar como si de gorriones se trataran. Un autentico desastre lo mirase por donde lo mirase... Llegue a pensar que los verdaderos duenos de aquellas pertenencias metidas en cajas no debian andar cerca porque yo jamas, en la vida, hubiera permitido que tratasen de esa forma cualquier cosa mia. Cansada de mirar por la mirilla y ponerme enferma ante aquel despliegue de poco tacto, me volvi a sentar frente a mi bol de cereales completamente frio y me dispuse a desayunar. La universidad no empezaria hasta septiembre pero yo seguia inmersa en uno de los proyectos que debia presentar a finales de ano porque yo no soy de esos que lo dejan todo para el ultimo dia. Estaba sentada en la silla giratoria que tenia en el cuarto al que yo llamaba "el cuarto del castigo", le puse aquel nombre porque, cuando entraba en el, no sabia a que hora saldria, era como si yo misma me castigara metiendome entre aquellas cuatro paredes que, a pesar de tener un gran ventanal, era la parte mas oscura de todo el apartamento. Tenia sobre el escritorio un gran despliegue de papeles que intentaba colocar de forma ordenada, a pesar de no estar segura al cien por cien de que los estaba colocando bien. Te preguntaras que, siendo tan ordenada como yo era, como es que el orden de aquellos papeles se me resistia, pues bien, en el apartamento colindante aun seguia el ruido incesante de cajas, muebles y decenas de ruidos mas. Pense en golpear la pared, o acercarme directamente a pedirle a los nuevos vecinos que cesaran un poco con los ruidos, pero no queria empezar con mal pie asi que me puse los auriculares y puse a reproducir, de forma aleatoria, mi lista de reproduccion de sonidos de la naturaleza.

  • La gente en los arboles de Hanya Yanagihara

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    El debut literario de la autora de Tan poca vida., el fenomeno editorial que ha cautivado a mas de un millon de lectores.