• cristina bermudez cabermu - Cristina Bermudez

    https://gigalibros.com/mi-mundo-a-los-20-cristina-bermudez.html

    Adriana busca a su principe azul, con tan mala suerte que siempre cambian de color. Tras varios intentos frustrados, conoce a un singular candidato. ?Sera su verdadero principe azul o con el paso del tiempo empezara a destenir?
    Cristian le ofrece diversion, locas noches de amor y nada mas.
    ?Se conformara Adriana con un sucedaneo de novio? O ?buscara un nuevo aspirante a principe?
    Una divertida historia contada con mucho humor y sobretodo, ironia.

  • Entrevista a Cristina Bermúdez @cabermu “Ourense tiene ...

    https://www.maistendencia.com/blog/entrevista-a-cristina-bermudez-cabermuourense-tiene-su-nombre-y-cada-vez-tiene-mas-nombre/

    11 may 2018 — Cristina Bermúdez es una influencer ourensana que en la actualidad cuenta con 111.000 seguidores en su cuenta de Instagram.

  • cabermu - cristina bermúdez - Instagram

    https://www.instagram.com/cabermu/?hl=es

    119k Followers, 985 Following, 1603 Posts - See Instagram photos and videos from CRISTINA BERMÚDEZ (@cabermu)

  • Inspírate en los álbumes de las influencers - La Broderie

    https://labroderie.es/inspirate-en-los-albumes-de-las-influencers/

    22 nov 2021 — El libro de firmas más compartido de Instagram: Lucía Bárcena ... Cristina (@cabermu, 120K) es una reconocida influencer gallega con gran ...

  • Cristina Bermúdez crea tendencia en la red

    https://ourensenarede.com/cristina-bermudez-crea-tendencia-red/

    12 feb 2021 — Pero en la red social Instagram quien «crea tendencia» es Cristina Bermúdez, también conocida como «Cabermu«. Con 110.000 seguidores es la voz ...

  • La Región - INFLUENCERS OURENSANOS - Facebook

    https://www.facebook.com/diariolaregion/posts/influencers-ourensanos-la-instagramer-cristina-berm%C3%BAdez-prueba-nuevos-horizontes/1367640789925148/

    INFLUENCERS OURENSANOS | La instagramer Cristina Bermúdez prueba nuevos ... La bloguera ourensana Cabermu, del armario online al físico y sumando fans.

  • Los secretos sobre Instagram de 6 instagramers influyentes

    https://www.tuanity.com/blog/226/tips-instagram-by-instagramers-influyentes

    14 feb 2017 — Cristina Bermúdez (@cabermu). Cristina Bermúdez y su perfil de Instagram comparten una única pasión: la moda. Su visión de la moda, modesta, ...

  • La ourensana que arrasa en Instagram - La Voz de Galicia

    https://www.lavozdegalicia.es/noticia/ourense/ourense/2016/11/09/ourensana-arrasa-instagram/0003_201611O9C12993.htm

    9 nov 2016 — Su nombre es Cristina Álvarez pero seguramente muchos la conocen por Cristina Bermúdez y aún muchos más por Cabermu.

  • Cristina Bermúdez, influencia ourensana - La Región

    https://www.laregion.es/articulo/la-revista/cristina-bermudez-influencia-ourensana/20170728193325726406.html

    28 jul 2017 — ¿Cómo Cristina Bermúdez se convirtió en Cabermu? Como la mayoría de las cosas más bonitas que me han sucedido hasta ahora, de una manera ...

  • El nombre de las islas Canarias tiene su origen en los perros ...

    https://www.totalping.com/noticias-enviadas/2458773295/el-nombre-de-las-islas-canarias-tiene-su-origen-en-los-perros-y-no-en-los-canarios-como-po/

    16 sept 2011 — It is a universal truth that inspired a bestselling book - everybody ... Entrevista a Cristina Bermúdez @cabermu"Ourense tiene su nombre, ...

  • Roza, tumba, quema de Claudia Hernandez

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    Ella sobrevivio a la guerra, dejo las armas, pero conservo el vertigo. Cuidar a sus hijas continua siendo su lucha. Aunque roza, tumba, quema es una forma de agricultura itinerante, ella debe quedarse en el mismo lugar para que sus hijas sepan a donde regresar.

  • Mi duque atormentado de Amaya Evans

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    Despues de varios anos de vivir en la escuela de los marqueses de Wilmington, Nancy Taylor asume un cargo imposible: enfermera del duque de Sutland. Sin embargo, a pesar de su enorme deseo por ayudarlo cuando se conocen, sabe que las cosas no seran tan sencillas, pues todo el mundo dice que el hombre es un ogro y vive amargado debido a su condicion fisica. Pero ambos tienen algo en comun; necesitan ser amados.
    De alguna manera, Nancy debe llegar a su corazon y en el camino hacia este, descubrira sus raices y un pasado doloroso, que le daran la fortaleza de luchar por su amor.
    Rupert Stanway, duque de Sutland, es un hombre mal humorado que vive molesto por la mala suerte de haber perdido su pie izquierdo y atormentado por las pesadillas del dia en que eso ocurrio. Pero cuando conoce a Nancy, se sorprende al escuchar su dulce voz y la forma en la que esta lo tranquiliza, de manera que la lleva a su casa para que trabaje como su enfermera. El problema es que ella poco a poco, con su caracter voluntarioso, se mete en su corazon. Pero… ?Podra ella sentir algo por un hombre incompleto?

  • Las 4 fuerzas que rigen el universo de Jordi Pereyra

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    Hoy sabemos que cualquier incognita que se nos ocurra, desde por que los planetas tienen la forma que tienen o como los distintos elementos interaccionan entre si, tiene su respuesta en una --o alguna-- combinacion de cuatro fuerzas fundamentales. En este libro echaremos un vistazo al descubrimiento de estas fuerzas para acercarnos a los avances que se estan realizando y plantear la posibilidad de si algun dia se podran unificar en una gran Teoria del Todo.

  • Vive mas y mejor de Miquel Porta

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    Uno de los expertos mundiales en contaminacion interna nos ensena en este libro que hacer para reducir los contaminantes en nuestro dia a dia. Si te interesa tu salud y la de los tuyos, no dejes de leerlo y descubrir los toxicos que conviven silenciosamente con nosotros.

  • Voces en las sombras de Luis Zaragoza

    https://gigalibros.com/voces-en-las-sombras.html

    En este libro hay ocho decadas de revoluciones y contrarrevoluciones, de luchas por la independencia, de guerras civiles, de resistencias a dictaduras. En este libro hay ocho decadas de mensajes cruzados, de verdades ocultas y de mentiras evidentes, de informaciones sin censura y de manipulaciones descaradas. En este libro hay ocho decadas de intuiciones geniales, de operaciones tan costosas como inutiles, de gritos desesperados y de discursos monotonos, de rabia y de ironia, de esperanza, de triunfos y decepciones… En este libro hay ocho decadas de radio.

  • Bebo, luego existo de Roger Scruton

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    Una copa de vino al dia, segun muchos medicos, es bueno para la salud. Mas de una, puede llevarnos a la ruina. Sea dudoso o no el consejo para la salud del cuerpo, defiende Scruton, es indudablemente bueno para la salud del alma. Y no hay mejor acompanamiento que el vino cuando se trata de filosofar. La filosofia, con una copa en la mano, no solo ensena a beber pensando, sino a pensar bebiendo. Con sentido del humor, el autor ofrece un antidoto ante tantos disparates que hoy se escriben sobre el vino, y defiende con contundencia una bebida que esta en el fundamento mismo de nuestra civilizacion. In vino veritas.

  • Los Senores de los Siete Tronos. Precuela de Carlos Gonzalez Sosa

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    Conoce de donde surge Los senores de los Siete Tronos: una sorprendente historia fantastica con freneticas aventuras y un ritmo vertiginoso que atrapara a los fans de Laura Gallego, Patrick Rothfuss, J. R. R. Tolkien y George R. R. Martin. Los senores de los Siete Tronos lo componen dos volumenes: La puerta (octubre de 2014) y El holocausto (marzo de 2015). Una mision peligrosa y una reconciliacion frustrada instigaran una venganza personal. Persecuciones desenfrenadas y luchas desgarradoras desataran un conflicto inesperado. Un hechicero intentara alcanzar la Puerta que une los mundos para pedir clemencia a los dioses, quienes sospechan del creciente poder de los hombres. Sin embargo, los dioses lo estaban esperando. Necesitaban que alguien abriese ese portal para poder enviar a sus criaturas a cumplir con sus designios. Y asi es como le sustraeran sus poderes arcanos y le impondran el castigo mas cruel que un hombre podria soportar. Por eso, el hechicero despertara al Nazree. Sin embargo, aun dominando a esta criatura infernal, su mision no sera nada facil: orcos, elfos y enanos se han unido a los esbirros de los dioses para exterminar a los humanos. La guerra no ha hecho mas que comenzar.

  • Por Unos Dias (Todo Saldra Bien 4) de Merche Diolch

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    --Si, Estef... Ya estoy entrando en casa. --Me coloco el movil en el hombro y abro la puerta como puedo con las llaves, sin dejar de hablar, mientras intento que la compra que llevo en la otra mano no se me caiga. He conseguido todo lo que necesitaba, excepto un par de productos que parece que se han evaporado de las tiendas--. Si... Estef... No saldre de casa hasta que avisen... --Suspiro con fuerza sin darme cuenta. Llevo escuchando el mismo discurso desde que se ha decretado el estado de alarma, y ya estoy cansada. Solo quiero un bano caliente--. O hasta que se acabe el papel higienico --la pico, cerrando la puerta tras de mi y achico los ojos ante la explosiva parrafada de mi amiga que se vuelve a repetir. Si me lo tengo merecido. No deberia haberle dicho nada mas. La quiero mucho y se que se preocupa por mi, pero su angustia me agota--. Vale, si... Te llamare --le digo en una de las pocas pausas que hace para respirar y cuelgo sin darle oportunidad a hablar mas. El silencio y la seguridad de mi pequeno apartamento me recibe; una bendicion teniendo en cuenta la que hay montada en la calle. Enciendo la luz de la entradita, dejo en el suelo las bolsas sin preocuparme de si se rompe o no algo, y me quito los zapatos mientras suspiro de nuevo. --Esto se va a hacer largo... Me adentro por el piso, abandonando las llaves y el movil en la mesa del comedor, y me deshago de la ropa segun avanzo por la casa en direccion a mi dormitorio. De pronto percibo un aroma desconocido y una pizca de nerviosismo se asienta en mi estomago. Arrugo el ceno confusa y tanteo a ciegas la pared que tengo mas cerca, ya que, salvo por la luz de la entradita, no he encendido ninguna mas, pero no encuentro la clavija. Me quedo quieta, escuchando el silencio del apartamento y, excepto por los sonidos de la calle que se cuelan por las ventanas cerradas, no oigo nada extrano. Suelto el aire que retengo sin darme cuenta y me aparto el rubio cabello de la cara, dejando que asome una sonrisa en mi rostro. --Tu y tus neuras, Blanca... --Niego con la cabeza y avanzo hasta la habitacion, encendiendo la lampara en cuanto traspaso la puerta. --!!Me cago en todo lo que se menea!! --grito del susto, saltando sobre mis pies--. !?Quien cojones eres tu?! --le pregunto al extrano que tengo delante y atrapo el bate de beisbol que me regalaron en un cumpleanos y al que nunca le habia encontrado utilidad hasta ahora--. Y lo mas importante, ?que haces en mi casa? El hombre se pasa la mano por su largo pelo negro y me regala una timida sonrisa que no cuadra con su aspecto. Ancho de espaldas, fornido, grandes manos --siempre han sido mi perdicion las manos grandes--; es atractivo con un toque de misterio y un color de ojos hipnotizante. No puedo asegurar la tonalidad de los mismos; si son grises, verdes o azules, porque segun le da la luz de la habitacion, cambian ofreciendole un halo enigmatico. Lo miro de arriba abajo, calibrando bien sus medidas... todas sus medidas, y lo que si puedo confirmar es que esta canon. <>. El me sonrie como si acabara de leer mi mente y da dos pasos hacia mi. Agarro con mas fuerza el bate por encima de mi cabeza y tenso la mandibula, o por lo menos lo intento porque mi garganta esta seca y siento el corazon en la garganta. --Hola, Blanca... Vale, el si me conoce, pero yo a el... . --?Eres un acosador? --le suelto y su sonrisa se hace mas amplia. --Exactamente no... --Me guina un ojo y mis rodillas tiemblan por el impacto. <>. --Mira, bonito. --Levanto mas el bate--. O me dices ahora mismo quien eres o llamo a la policia. Este levanta las manos en son de paz y se acerca a la ventana para mirar la calle. --Creo que estan muy ocupados. --La sirena de un coche de emergencia retumba por la casa como si confirmara sus palabras. --Vale, si, por el estado dichoso de alarma pero seguro que si grito, mis vecinos vendran corriendo para ayudarme... El eleva una de sus oscuras cejas y me mira como si estuviera riendose por dentro de mi. --?Los mismos que han salido escopetados de su casa en cuanto ha comenzado esta locura? Bufo con fuerza y dejo caer el bate, para apoyarme en la pared sin fuerzas. Sea quien sea, sabe muy bien que ahora mismo en mi edificio solo quedamos la anciana del segundo y yo. Lo mejor es tratar de averiguar que busca y deshacerme de el lo antes posible. --Esta bien. Me rindo. ?Quien eres? ?Y que quieres? --Me observa sorprendido por mi rapida rendicion--. No me mires asi. No tengo tiempo para tonterias ahora mismo... Habla. --Blanca, creo que en unos dias el tiempo es lo que mas te va a sobrar --dice con ironia y no puedo evitar sonreir ante la verdad. --Contesta --le indico con tono mas amigable--. ?Eres amigo de Rick? Si es asi, lo de mandarte hoy para recoger lo poco que le queda en esta casa, es la peor de sus ideas. Una de tantas. Si, debia de ser amigo de mi ex. No habia otra explicacion. --?Rick? --me pregunta confuso. --Venga, si, Ricardo... Mi ex. Ahora no te hagas el tonto. Solo puede haberte dado las llaves el para que recogieras sus cosas... Por cierto, estan ahi. --Le senalo la caja que asoma por la puerta del armario que hay abierta--. Y ahora, ya puedes irte. Ha sido un dia horrible y necesito estar sola. Me regala una vez mas esa sonrisa enigmatica. --No, no me manda... ?Rick? --Eleva su ceja. Lo miro sorprendida por su anuncio e instintivamente agarro el bate de beisbol de nuevo. --?Entonces? Amplia su sonrisa y vuelve a mostrarme sus manos en son de paz. --Tranquila que no muerdo... todavia. Reconozco que ese todavia me ha puesto la piel de gallina y un escalofrio me ha recorrido de arriba abajo, pero no de miedo, sino de excitacion por lo que mi mente calenturienta ha imaginado. --Entonces... ?quien eres? --Coloco mi arma improvisada delante de mi; que el tio este tan bueno para conseguir que mis bragas se humedezcan solo con una mirada, no quiere decir que no necesite defenderme porque sea un acosador...--. ?Y como has entrado en mi casa? --Por la puerta --me indica como si fuera lo mas evidente. No puedo evitar grunir ante su tono de voz. --Mira. --Me aparto el cabello de la cara--. Ya esta bien tanta tonteria. Ahora, por favor, vete de mi apartamento si no quieres que llame a la policia. --Muevo la mano senalando el camino de salida. --No puedo --dice sin mas. --Perdona... ?como que no puedes? <>. --No estoy loco --afirma dejandome con la boca abierta. --?Perdona? --Te digo que no me he escapado de ningun sitio --me indica ya descolocandome del todo. --Yo no he dicho nada... --Tu no, pero tu cabecita no para de hablar. --Me senala y sonrie. Miro a ambos lados de la habitacion y, ante la mirada pasmada de el, comienzo a rebuscar entre los cajones, debajo de la cama y hasta en las esquinas de las paredes por si hay alguna camara oculta. --Esto es una broma, ?no? --le pregunto--. No puede ser otra cosa. Algun programa de esos que ya nadie ve, y que han debido organizar alguno de mis amigos. --Miro tras las cortinas, obligandolo a moverse--. Lo teniais todo preparado pero lo que esta sucediendo en el pais, os ha pillado de improviso y habeis pensado que el espectaculo debia continuar. --Blanca, esto no es una broma --me dice divertido. Detengo mi busqueda y lo miro. Hemos cambiado las posiciones y ahora se encuentra cerca de la puerta, donde he dejado mi unica arma, y yo estoy al lado del cabecero de la cama. --Pues sea lo que sea, no tiene gracia --le suelto cruzandome de brazos y le exijo...--. Quiero que te vayas de mi casa. --Y yo, pero no puedo. Emito un sonido poco femenino e intento mirarlo con cara de odio, pero esos ojos que tiene consiguen derrumbar todas mis defensas. --?Y por que no puedes? --le pregunto ya agotada de mantener esta disparatada conversacion. --Porque no nos dejan salir de casa --comenta como si fuera la cosa mas evidente. Abro los ojos de par en par al mismo tiempo que mi boca, como si fuera un pez fuera del agua, sin dar credito a lo que escucho. --?En serio? --Mueve la cabeza de manera afirmativa--. !Pero esta es mi casa! --Lo se... --!Pues largate de una vez! --Muevo la mano para subrayar mi orden. --Ojala pudiera... Suspiro con fuerza y me dejo caer en la cama. --Esto es surrealista. Necesito un bano, una copa de vino y cenar algo. --Si quieres te hago yo la cena... Lo miro de lado y arrugo el ceno. --?Me harias la cena? --El asiente y yo, por una milesima de segundo, estoy tentada de aceptar su propuesta--. Agh... !No! Claro que no... --digo con demasiado enfasis como si necesitara autoconvencerme de la decision tomada, y me incorporo--. ?Que haces aqui? --La pregunta esta mal formulada... Una de mis cejas doradas se eleva sin dar credito. --?En serio? --Repites mucho eso... --Mira --le corto--, no tengo mas ganas de tonterias. ?Que haces aqui? --Esperarte --responde por primera vez a la primera, sorprendiendome. --?Para?

  • El caso Fitzgerald de John Grisham

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    John Grisham, <thriller>> segun Ken Follett, siembra cizana en el paraiso con su nueva y entretenida novela. Una historia que arranca con un robo de manuscritos y evoluciona hacia una persecucion entre un seductor criminal y la mujer que se ha propuesto desenmascararlo.

  • Cantando bajo la nieve de Cris Ginsey

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    Raven y Alexa se conocen en la universidad, ambas con la misma edad.

  • Vinculos de Daniel Alvarado

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    Imagina que los golpes del amor entran inesperadamente a tu vida, y asi como llego este simplemente se fue, piensa que el pasado te alcanza y te causa dolor pero tambien una gran alegria, supon que caminas por la calle sintiendo un vacio en tu interior, que te mueves sin saber a donde ni con quien, y que de repente aquello que te puede llenar ese vacio se pone frente a ti de la forma menos esperada.Esta es la historia que nos cuenta Alberto, llena de misterios, revelaciones, ensenanzas y poesia encantadora.

  • Tentacion en Navidad de Penelope Dunn

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    Un ano antes… Estaba en la casa de Mauricio, que la habia comprado recientemente. Ese lugar debia ser modificado cuanto antes por una chica. Note la escultura que daba la bienvenida al dormitorio de huespedes de mi hermano. Era una escultura terrible, y me hizo darme cuenta de lo que sucedia mientras los primeros rayos del sol golpearon mi cara. Gire para ver a los lados y senti algo de sospecha, que se fue incrementando poco a poco. Me levante lentamente. Cuando puse los pies en el piso, me queje en silencio. Pude recordar todo lo que habia pasado horas antes. Aunque no habia nada mas que algunas marcas en la sabana a mi lado, me di cuenta de que Simon habia dormido conmigo. Recorde las frases seductoras que me habia dicho, y que luego habia decidido dormir otra noche y asi recibir el Ano Nuevo en casa de Mauricio. Simon habia querido volver a El Rosal un dia antes. Planeaba recibir el ano en la fiesta del centro de la ciudad. Supuse que regresaria a esa ciudad superpoblada, por lo que fui a casa de mi hermano, con la intencion de liberar mi tension tras mis largas jornadas de trabajo antes de la Navidad. Fue un error. Sabia que Mauricio tendria licor como para abastecer a una ciudad. Cuando llegue alli, Simon me sirvio un whisky. Siempre por esas fechas, en el hotel estabamos desbordados de trabajo. Asi que ahora solo queria pasar una noche calmada y beber algunos tragos con mis amigos. “No esperaba verte aqui. ?No se suponia que regresarias a El Rosal?”, le pregunte. “Astrid, sabes que no hay forma de que me niegue a estar en una fiesta como esta”, dijo Simon con tono de broma. El deseo comenzo a fluir. Aunque nunca habiamos concretado nada, la tension sexual entre nosotros se habia incrementado con el paso de los anos. El tenia cuatro anos mas que yo, lo que parecia algo importante cuando eramos unos chicos, pero cuando crecimos le reste importancia. Fuimos al porche y comenzamos a oir las historias de mi hermano, todas muy divertidas. Me mantuve a su lado el resto de la fiesta. Continue bebiendo y me acerque mas a el, sintiendome cada vez mas relajada. Tome su brazo o escuche sus historias tambien, sin parar de reir. La lujuria que sentia ya estaba torturandome, pero sabia que Mauricio y Simon tenian una amistad de vieja data. Con cada fiesta, las imagenes de ese pasado tan feliz aparecian en sus historias. Mauricio paro de narrar una de sus anecdotas y Simon puso su mano en mi espalda. Tal vez era un simple gesto, ?o no? Volvimos a la sala de estar y puse mis dedos en su pierna mientras volvia a escuchar sus experiencias juveniles. Me di cuenta de que queria lo mismo que yo. Lo deseaba. Tome aire, con la idea de bajar el ritmo de mi ansiedad. Ibamos rumbo al comedor, un lugar en el que no habia nadie. “?Te sientes bien, Astrid?”, me pregunto. El deseo estaba flotando en el ambiente. El resto de los invitados permanecian en el porche. Eso nos dejaba a solas. Y me permitia comprobar como ambos nos deseabamos. Pase mis ojos por la cara de Simon, y me di cuenta de que pensaba lo mismo. Sin embargo, era el mejor amigo de mi hermano. Se trataba de alguien especial para el. Retrocedi, pero senti que estaba justo a mi lado, apenas a unos milimetros de un hombre que deseaba pero que siempre habia considerado como parte de mi familia. “Tal vez no deberiamos hacer esto”, dije, y di otro paso atras. “?Que pensabas que hariamos?”, me pregunto, susurrando. Dio un paso y tomo mis caderas para acercarme a el. El movimiento fue fuerte, aunque me senti comoda. De hecho, aumento el fuego en mi cuerpo y gemi sin poder evitarlo. Entonces eso basto para que continuara. Estaba claro que no era parte de mi familia. Y tambien que ya eramos adultos. Me condujo hasta una pared y quede entre su cuerpo y ella. Llevo sus labios a mi boca y luego hundio su lengua en el interior. Volvia a gemir mientras su aroma masculino inundaba mi nariz. Era el hombre al que habia deseado hacia anos. Ahora estaba apoderandose de mi cuerpo. Tome su pecho y deje que su lengua flotara en mi boca. “Deberias…”, dije, pero volvio a besarme, ahora con mas fuerza. Sabia que debiamos parar, pues cualquier persona podria encontrarnos. Estabamos corriendo peligro, aunque la sensacion de placer era maravillosa. “Podrian descubrirnos”, le adverti cuando pude retirar su boca. Sus dedos llegaron a mis senos. “Que se vayan al carajo”, dijo con fuerza. Bajo su boca hasta alcanzar mi sien. Cada beso que me dio erizo mi piel. Me encanto saber que lo excitaba tanto. Y tambien me excito, aunque sabia que era incorrecto estar con el. “Cielos”, dije en voz baja. Arquee mi espalda para ayudarlo a moverse. Era la primera vez que un hombre me trataba con tanta gentileza y rudeza al mismo tiempo. Simon era cuidadoso, pero tambien me mostraba su hambre. Un hambre que no podia guardar mas. Subio mi blusa y apreto delicadamente mi vientre con algunos de sus dedos. “No sabes cuanto tiempo he querido poseerte”, conto en voz baja. “Demuestramelo. Hazme tuya”, le pedi en un murmuro. Sonrio y subio mi cuerpo. Fuimos al dormitorio de huespedes y cerre mis ojos. Cuando desperte, vi la puerta de ese dormitorio cerrada. Una pregunta surgio en mi mente: ?que veria cuando abriera esa puerta? Exhale con fuerza, abri mis ojos y fui por mis cosas. Me impresiono lo mucho que me costo encontrarlas tras la noche de placer que habia tenido. ?Que diria Mauricio? Senti una terrible incertidumbre. Una sensacion que se mantuvo en mi. Sabia que no queria que Simon saliera conmigo. Era su hermana menor y me protegia. De todas maneras, ya tenia claro que debia enfrentar la situacion tras lo que habiamos hecho en uno de sus dormitorios. Recorde que Simon habia tomado mi ropa interior de encaje con su boca. Al encontrarla, senti otra ola de deseo. El parecia un jovencito desesperado por estar con su primera chica. Queria hacer todo con suma rudeza. Puse la ropa interior empapada, o lo que quedaba de ella, en mi bolso, y abri la puerta. Escuche sonidos que venian de afuera y supuse que se trataba de Simon. Camine sigilosamente hasta llegar a la sala de estar. No habia nadie en el pasillo. Todos los invitados dormian en los sofas o las alfombras. Se notaba que habian disfrutado la noche. Camine hasta la entrada en silencio. Mauricio noto que tenia mis zapatos en mi mano. “!Por fin despiertas!”, dijo. “?Ya es mediodia?”, le pregunte. El tono de mi voz era mas raro de lo habitual. Un recuerdo llego a mi mente, pero no queria contarle nada sobre el a Mauricio. Contuve el aliento y percibi un sabor en mi boca. “?Quieres vomitar? Acercate al cesped". “?De que hablas?”, le pregunte. Me ofrecio una rosquilla de la caja que tenia a su lado. Las habia comprado en mi tienda favorita. “De tu cara. Luces como si estuvieras a punto de vomitar. Deberias comer una rosquilla”, me sugirio Mauricio. “?Y Simon?”, le pregunte, como si no me importara la respuesta. “Se fue. Salio muy temprano. !Que buena fiesta tuvimos! Perdi el rastro de Simon a medianoche, pero hoy a las cinco de la manana se marcho con prisa. Menciono que su avion partiria temprano”, me respondio. Simon ya era un abogado importante en El Rosal. No tendria sentido iniciar algo con el. Sin embargo, esperaba que al menos se despidiera de mi. Entonces asenti y gire. No queria que mi hermano notara lo frustrada que me sentia. Puso la caja en mis rodillas y se levanto para sentarse en el columpio. “Toma la que quieras”, insistio Mauricio. Tal vez su actitud era la apropiada. Nuestras familias estaban en desacuerdo con una posible relacion entre nosotros. Ademas, no habria forma de que pudieramos estar juntos con tantos kilometros entre nosotros. Suspire y me sente al lado de mi hermano en el columpio. Comence a moverme, mientras me obligaba a hablar y simular que no habia ocurrido nada entre Simon y yo. Se habia marchado sin decir nada, asi que haria lo mismo que el. Como Mauricio no me pregunto al respecto ni queria saber nada, supuse que nadie mas se enteraria. Ser suya habia sido mejor de lo que habia pensado miles de veces en mis fantasias. Al recordar que habia podido acostarme con un hombre con el que habia querido tener relaciones por tantos anos, me senti afortunada. *** Pronto todo cambiaria en nuestra ciudad. La celebracion de San Valentin se acercaba. Ivana estaba soltera, como yo. Por esa razon planificamos una noche solo para nosotros. Lo habiamos hecho miles de veces. Prepare panecillos, compre dos botellas de vino y busque una pelicula sobre romance y enredos para que la vieramos.

  • No olvidare tu rostro de Federico Correa Gil De Biedma

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    El escritor, Jaime Valdes, viaja a Santander para impartir su primer taller de novela. Su llegada coincide con el resurgir del caso del asesino bautizado como El Vengador. Una fotografia enviada a la policia y al Diario Montanes en la que se muestra el cuerpo sin vida de un individuo con un cartel sobre el pecho que reza; culpable, refleja sin lugar a dudas la forma de actuar del famoso asesino.

  • Los secretos de la cocina del cava de

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    Este libro ofrece un gran numero de recetas elaboradas con cava o bien que maridan especialmente bien con cava, propuestas por grandes chefs espanoles de renombre internacional como Albert Adria, Andoni Luis Aduriz, Juan Mari Arzak, Martin Berasategui, Jordi Cruz, Joan Roca, Carme Ruscalleda, los hermanos Torres u Oscar Velasco, asi como de conocidos bartenders que han elaborado cocktails especialmente con cava, como Javier de las Muelas, Damia Mula o Carlos Penaranda. Ademas muestra aspectos como los origenes y el metodo tradicional mas autentico, las categorias, los tipos, su conservacion o servicio, a cargo de Guillermo Cruz, Mejor sumiller de cava de Espana, o su vertiente nutricional, que esta siendo cada vez mas valorada por la Fundacion Espanola de Nutricion.

  • Arandanos con mandarina (Un te con amor 2) de Mar P. Zabala

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    Llega Mar P. Zabala con la segunda entrega de la serie <>.

  • Andrew (Escoceses 1) de Emma Madden

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    -Las Highlands no son toda Escocia, ni todos los hombres escoceses son highlanders, ni son como Jamie Fraser de la serie "Outlander", que por cierto esta inspirada en los libros de Diana Gabaldon, que deberia ser lo importante para nosotros... estoy harta de que medio mundo hable de highlanders y escoceses como si todo mi pais fuera un territorio de tios cachas con falditas escocesas, que se llaman Kilt, ya que estamos... es muy triste que nadie sepa de verdad nada de Escocia, cuando encima esta tan de moda. -Solo fue un comentario, Fiona, no es para que te pongas asi. -Esto es la universidad de Columbia, no estamos en el patio de un colegio, Kim, ni en la peluqueria, me gustaria que al menos aqui, en esta aula de literatura escocesa, hablaramos con algo de propiedad. -?O sea que el profesor McAllen no es un highlander? -pregunto con cara de tonta una de las chicas del fondo de la clase, que esa manana estaba hasta los topes, y Fiona Murray bufo entornando los ojos. -?Lo unico que te importa es si es un highlander?. Es una eminencia, un especialista... -Esta muy bueno y si viniese con la faldita... el kilt... seria la bomba. Toda la clase se echo a reir y Fiona, que estaba hasta el mono de intentar aclarar que sus paisanos no eran ni tan guapos, ni tan aguerridos, ni unos trozos de carne con faldas escocesas, como solian aparecer en algun tipo de novelas y en la tele, respiro hondo y se concentro en ordenar la mesa de Andrew McAllen, el profesor visitante de la Universidad de Edimburgo, que iba a pasar un curso en Nueva York dando clases en el departamento de literatura escocesa de la Universidad de Columbia, y del que le tocaba ser ayudante. El profesor McAllen, doctor McAllen, porque tenia un doctorado, era un tio al que presidia una fama de serio y muy estricto, sobre todo despues de pasar por un escandalo apoteosico en su pais hacia pocos meses, asi que queria ahorrarle chorradas con sus alumnos (sobre todo alumnas) que estaban alli a ver si podian vislumbrar algo debajo de su kilt, porque estaba segura de que las muy ilusas seguian creyendo que apareceria con la falda escocesa. -?Donde estan exactamente las Highlands, Fiona? -pregunto un chico de la primera fila, Jim Wang, una de las lumbreras de la clase y ella lo miro por encima de las gafas-. No quiero equivocarme con el doctor McAllen, yo no soy como esta panda de salidas. -Vete a la mierda, Jim -gritaron varias y Fiona respiro hondo. -El territorio de las Tierras Altas esta formado por distintas regiones. La comarca de las Highlands representa solo un 40% de toda la zona real considerada de las Tierras Altas, el resto de la region lo forman los concejos de Aberdeenshire, Angus, Argyll y Bute, Moray, Perth and Kinross y Stirling. Ya sabeis que estan al norte del pais y su capital es Inverness. -Google dice que Andrew James McAllen es de Inverness, por lo tanto, es un highlander ?no? -apunto otra alumna y ella asintio-. No estabamos tan equivocadas y no necesitabamos de tu bronca, Fiona. -Es de Inverness, pero se crio y formo en Edimburgo, sin embargo, es igual. No es solo por el doctor McAllen, es en general, solo intentaba iluminar un poco vuestras cabezas y dejar de oir estereotipos estupidos sobre los escoceses que, repito, no son todos highlanders y menos aun unos galanes de telenovela... -Estoy de acuerdo. Oir el acento y la voz de McAllen a su espalda la hizo saltar, y antes de girarse para mirarlo a la cara, vio los ojos brillantes de las chicas, y de algun chico, que dejaron de hablar y de moverse para prestarle atencion con la boca literalmente abierta. Respiro hondo, se dio la vuelta y lo miro a los ojos, esos enormes ojos color turquesa o verdes, o algo asi, que la estaban observando con curiosidad. -Doctor McAllen, bienvenido al aula de Literatura Escocesa 2 -le ofrecio la mano y el se la estrecho con energia-. Me llamo Fiona Murray. -Senora Murray, encantado. Ahora vamos a empezar, buenos dias a todas y a todos, damas y caballeros. -Buenos dias. Respondieron al unisono y Fiona no pudo evitar fijarse en la camisa blanca y perfecta que llevaba ese hombre, en sus pantalones de pitillo y en los zapatos bien lustrados. Tenia una pintaza, era alto y muy atractivo, con manos grandes y sonrisa impoluta, asi que tuvo que admitir que acababa de derribar de un plumazo sus argumentos contra el estereotipo de escoces igual a tio bueno, y a punto estuvo de echarse a reir, pero se contuvo y camino hacia su mesa mirando de reojo como el abria su maletin de cuero destartalado y sacaba un libro para tirarlo con energia sobre su escritorio, antes de mirar a los alumnos y decir con su voz ronca y varonil: -Robert Burns, "Caledonia y otros poemas". ?Quien quiere leer el primero? 1 -?Que tal el apartamento? -?Apartamento?, esto es un piso de lujo, Ewan, muchas gracias por dejarmelo. -Es propiedad de mi empresa, te lo deja ella. Me alegra que te guste. -Tu empresa, tu, da igual, al final es lo mismo. ?Donde estas? -Desayunando en Singapur, ?te llego la invitacion para la boda de mi hermano?, es en Ibiza, tio. Me pidio dinero para comprar el anillo de compromiso porque no tenia un duro, y resulta que ahora se casan en Ibiza porque a Mimi le hace mucha ilusion casarse en la playa, no entiendo nada. -Igual paga la familia de ella. -No creo, no lo se, solo se que una bonita boda en Edimburgo seria perfecta, si hasta esta de moda casarse en Escocia, podria conseguirle un castillo en cualquier largo de las Highlands, macho. Mi hermano esta pirado y mis padres que trinan. -Creo que acabaremos todos en Ibiza, que tampoco esta nada mal. -Duncan dice que se apunta y que le contratara un DJ como regalo de bodas. -Genial, lo pasaremos bien -miro a traves de los ventanales la noche cayendo sobre Manhattan y suspiro. -?Todo lo demas bien, Andy? -Si, el primer dia de clase ha ido bien, he conocido a muchos companeros y alumnos y mi ayudante, que es una institucion en el departamento de literatura escocesa, es una senora muy eficiente. No me puedo quejar. -Me refiero a "lo demas", colega, ya me entiendes. -Estoy en Nueva York y no quiero pensar en "lo demas", estoy bien. -Ok, si tu lo dices -respiro hondo y Andrew se fue a la cocina para servirse la comida china que habia comprado para la cena-. Ya sabes que tengo un monton de amigos en Nueva York que quieren conocerte, promete que los llamaras o aceptaras alguna invitacion y te lo pasaras bien. -Claro, en cuanto me instale mejor, acabo de llegar y tengo que organizarme un poco. -La madre que te pario, tio... bueno, te dejo, tengo una reunion, si necesitas lo que sea me llamas. Adios. -Adios. Le colgo, se sirvio la comida china y volvio al salon, se sento en el suelo, delante de las ventanas que rodeaban todo ese espectacular atico, y tomo un primer bocado cerrando los ojos, pensando en Andrea, su mujer, o su exmujer segun ella, deseando que al abrirlos estuviera alli, a su lado, para compartir con el la cena, las vistas y su paso por Nueva York. Un sueno cumplido para los dos que lamentablemente tendria que superar solo. Tenia treinta y ocho anos y una vida destrozada, o asi se sentia despues de que su chica, la mujer de sus suenos, su esposa, lo abandonara en Edimburgo hacia ya ocho meses. La culpa era toda suya, porque el la habia cagado, el habia mandado al garete su idilica historia de amor el dia que, contra todo pronostico, habia decidido ir a la fiesta de inauguracion del club nocturno de su amigo Duncan en George Street. Duncan, que ademas de ser una estrella de la musica internacional, era uno de sus dos mejores amigos, inauguraba su espectacular club en la mejor zona de Edimburgo y no habia podido evitar asistir. No habia podido. Aunque Andrea estaba en Madrid con su familia celebrando la Noche de Reyes y a el no le apetecia nada ir sin ella, al final se habia animado y habia aparecido alli y ya de madrugada habia estado lo suficientemente borracho como para liarse con una exalumna, una estadounidense muy insistente de la que no recordaba nada, pero de la que se acordaria el resto de su vida porque ella, en un alarde de irresponsabilidad absoluta, habia colgado en Instagram fotos y videos de los dos besandose y tocandose y metiendose mano en un reservado del local. Honestamente, no recordaba nada de aquello, nada, y asi se lo habia jurado a su mujer de rodillas, un millon de veces, pero a ella su seminconsciencia no justificaba sus actos y destrozada, hecha un mar de lagrimas, humillada publicamente y muy cabreada, habia dejado primero su casa de Edimburgo para irse a la de una amiga y finalmente habia renunciado a su trabajo y habia vuelto a Espana decidida a solicitar el divorcio. Toda Escocia se habia enterado de su supuesta "infidelidad", medio mundo habia visto las imagenes, y milagrosamente no lo habian despedido de la universidad porque la estadounidense era mayor de edad y ya no era alumna suya, pero el escarnio habia sido apoteosico, las miraditas de burla y desaprobacion lo habian perseguido durante semanas, sin embargo, todo aquello lo habia superado con tranquilidad, con la frente alta, porque se consideraba totalmente inocente. Personalmente estaba tranquilo, en paz con respecto a todo ese vergonzoso incidente (que apuntaba a ser una burda trampa) ... pero otra cosa era intentar apaciguar el dolor de su mujer. Jamas podria superar la punetera realidad de que le habia hecho dano, le habia fallado, la habia decepcionado... incluso, ocho meses despues de aquello, seguia sin hablarle, esperando enrocada y ofendida a que le firmara de una buena vez los papeles del divorcio, y el no podia lidiar con eso. Andrea queria el puto divorcio, pero el no pensaba firmarlo, no podia hacerlo, aunque ya le habia advertido su abogado de que se iba a divorciar igualmente porque la ley estaba de su parte y pasado un tiempo prudencial ya no necesitaria de su firma para divorciarse, el no pensaba cooperar. Respiro hondo y trato de no entrar en panico como le habia ensenado su terapeuta. Abrio los ojos y miro Manhattan bajo sus pies. Nueva York era fabulosa, una ciudad que le encantaba, de hecho, parte de su luna de miel la habian pasado alli, y hacia un ano, cuando la Universidad de Columbia lo habia invitado a dar clases durante un curso entero, habian saltado de felicidad, los dos, porque Andy (a los dos los llamaban Andy) estaba ilusionadisima con la oportunidad de vivir ocho meses en la Gran Manzana... quien les iba a decir que un ano despues estaria alli solo, con el corazon roto y la vida hecha pedazos. Maldita sea, exclamo y se levanto ya sin hambre, sin poder quitarsela de la cabeza. Habia conocido a Andrea Aramburu, una espanola deslumbrante, cuando habia aparecido en Edimburgo a los veintidos anos para hacer un master en su departamento de literatura. Una brillante licenciada en filologia inglesa, amante de la literatura escocesa, que queria especializarse en Robert Burns y de la que lo habian nombrado tutor porque por aquel entonces aun no tenia catedra propia y se ocupaba de los alumnos de post grado. Una maravillosa circunstancia, porque desde que la habia visto se habia enamorado de ella, y ella le habia cambiado la vida para siempre. El tenia treinta y dos anos por entonces, y un largo y agitado curriculo sentimental a sus espaldas, incluso llevaba unos meses combinando a dos amigas en perfecta y relajada armonia, una de Londres y otra de Paris, con las que compartia sexo y diversion sin compromiso, pero habia aparecido Andrea y todo se habia detenido, todo habia cambiado, y por primera vez en su vida descubrio que era capaz de enamorarse como un crio inexperto, porque ella lo desarmaba con solo mirarlo, lo ponia del reves con una sonrisa, y lo volvia completamente loco, asi que se habia dejado llevar, se habia enamorado sin vuelta de hoja y habia empezado a "cortejarla", a salir con ella, hasta que acabado su primer curso en Edimburgo la habia seguido hasta Espana, durante sus vacaciones, para decirle lo que de verdad sentia. -Te amo y no pienso dejarte en paz hasta que te cases conmigo -le solto en San Sebastian, donde la pillo paseando con su abuela por el Paseo de la Concha, y ella le habia sonreido incredula-. Va en serio, Andy, si quieres me arrodillo delante de todo el mundo. -?Como me has encontrado? -Vamos... mirame y dame una respuesta. -Te quiero -le habia contestado poniendose de puntillas para darle un beso en la boca-, y claro que me quiero casar contigo, pero no hay ninguna prisa. -Eso lo diras tu, porque yo tengo toda la prisa del mundo. -Andrew... -Los escoceses no solemos tener mucha paciencia, amor. ?Te casas conmigo o no? -Si, por supuesto que si. Le habia puesto un anillo en el dedo, lo habian celebrado con su familia, que en un principio no estaba nada de acuerdo con que se casara con su profesor, un tio diez anos mayor que ella y a los veintidos anos, pero que al final habia acabado aceptando su decision, incapaces de poner puertas al campo, y cuando volvio a Escocia para su segundo curso del master se fueron a vivir juntos. Seis meses despues estaban casados y el se habia convertido en el hombre mas feliz, fiel, enamorado y dichoso del planeta. En una nube de perfeccion y amor desatado habian vivido seis anos, hasta ese maldito 5 de enero, cuando el de forma inconsciente, porque estaba borracho como una cuba, se habia liado con una mujer de la que no sabia nada, habia mandado todo al traste y Andrea habia reaccionado como siempre habia prometido actuar ante una infidelidad: habia cogido sus cosas, a su gata y lo habia dejado solo y a su suerte. Aun en contra su propia naturaleza, desesperado, habia suplicado, llorado, gritado, roto cosas, la habia asustado persiguiendola por Edimburgo o por Madrid, se habia deshecho en explicaciones, pero no habia conseguido nada y al final habia decidido seguir adelante con sus planes y viajar a Nueva York. Todo su entono lo habia animado a viajar a los Estados Unidos para trabajar en Columbia ese curso. Esa parecia ser la unica oportunidad que tenia para recomponerse un poco y olvidar a su mujer, aunque sabia que eso no pasaria jamas. Estaba roto por dentro, por fuera respiraba, comia, trabajaba e interactuaba con el mundo, pero en su interior lloraba a todas horas, la echaba de menos y anoraba su vida juntos, su compania, sus besos, el sexo, sus planes, sus charlas, su sonrisa, la complicidad, los hijos que habian planeado tener a partir de ese mismo ano ... y no sabia como afrontarlo. No sabia si iba a poder, algun dia, volver a ser el que habia sido, y esa certeza no hacia mas que destrozarlo y provocar que la necesitara y anorara aun mas, si eso era posible.

  • Jamas te olvidare (Generacion 2) – Elisabeth M.S de Elisabeth M

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    SEGUNDA ENTREGA DE LA TRILOGIA GENERACION SINOPSIS: Minerva es una guerrera del rock. Conocida por su caracter fuerte, extrovertido y poco corriente. Al superar una de las etapas mas complicadas en su vida toma la decision de terminar con su pareja. No podia seguir manteniendo una relacion de excesos, toxica y carente de amor. Dominik es un tecnico de sonido notable. Un tipo tranquilo, sensato y enamoradizo. Cuando ve a Minerva por primera vez en el escenario queda hechizado. Su embrujo le conduce a perseguirla para conseguir fundirse en el calor de sus brazos. ?Lograra Dominik seducirla? ?Podra Minerva volver a enamorarse?

  • La muneca desnuda de Mercedes Gascon Bernal

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    Acuciado por la crisis y obsesionado por proteger a su hija Laura, el arquitecto Mario Puigvert encuentra una solucion inaudita a su desesperada situacion economica. Decide dedicarse a algo que nunca jamas hubiera imaginado: trabajar como acompanante de mujeres.

  • La colina de las mariposas invisibles de Betina Shabliko

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  • La princesa de Samoya, mi cunada de Fernando Neira

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    La vida de dos hermanos mellizos tomaron caminos muy diferentes. Mientras Manuel se enfrascaba en conseguir una futuro profesional que le reportara dinero, Alberto un idealista se fue a Asia a trabajar con una ONG. Se hablaban poco y se veian menos pero no por ello no se querian.
    En los ultimos diez anos, se habian visto unicamente tres veces y por eso eran dos desconocidos. Manuel solo sabia que su hermano vivia en Samoya, un pequeno pais del sudeste asiatico, donde le consideraban un santo y poca cosa mas, ni siquiera se entero que Alberto se habia casado.
    Aunque sabia que le importaba mas esa pobre gente que su familia, siempre penso que cambiaria y que algun dia volveria a Madrid y trabajaria por su futuro pero el destino quiso que no fuera asi.
    Una manana recibio una llamada de la embajada de ese pais donde le informaron de la muerte de su mellizo y que el gobierno habia organizado un funeral en su honor y como querian que fuera, habian reservado un vuelo a su nombre que saldria al dia siguiente.
    Aunque poros exudaba odio por todo lo samoyano, comprendio que el habia dado su vida por ese pueblo y por eso no pudo negarse a honrar su memoria, pero lo que nunca imagino es que una vez en ese pais conoceria a su cunada y que esta era una Princesa.

  • Controladas de Tierra Salvaje

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    Para Agata no existia duda alguna de que su vida estaba destinada a ser actriz, tarde o temprano. Para ello, habia convencido a su familia para tomar clases de arte dramatico en una academia durante el verano. Su intencion era seguir con esas clases, incluso cuando empezara el curso escolar. Podria llevar ambas cosas adelante pues era buena en los estudios. Agata era una pelirroja estilizada, de piel muy blanca y cabellera abundante y larga, siempre bien cepillada. Estaba muy orgullosa de su cuerpo, rebosante de juventud. Piernas largas, cintura estrecha, vientre plano y duro, pechos erguidos y no muy grandes, perfectos, un trasero respingon y un rostro angelical y pecoso. Sin embargo, esas mismas pecas que tanto atraian las miradas de los chicos, la cohibian un tanto. En su opinion, la afeaban, por mucho que comentaran los amigos, pero, por desgracia, eran imposibles de borrar. De lo que si estaba orgullosa era de sus rasgados ojos verdes, a los cuales acompanaba con unas bien depiladas cejas rojizas. Cuando alzaba una de ellas, en un gesto interesante, una pequena arruga vertical aparecia en su ceno, confiriendole un aspecto maduro. Poseia una nariz estrecha, fina y algo respingona, que su padre denominaba de pura irlandesa, que remataba con una boca pequena, de labios finos y jugosos. Alma sabia que su amiga, a pesar de ser inteligente y voluntariosa, era algo ingenua. No habia dedicado tiempo alguno a conocer otros chicos ni a relacionarse. Solo estudios y peliculas. Ahora, abordaba un mundo nuevo y deslumbrante y podia resultar decepcionada. Era cierto que Alma envidiaba a su amiga, pero se decia, a ella misma, que era una envidia sana. Agata poseia una innata belleza que atraia todas las miradas, pero no se aprovechaba de ella. Alma hubiera querido esa belleza para ella, para disfrutar mucho mas de su vida, pero las cosas eran como eran y debia aguantarse. Sonrio de nuevo, al mirar al profesor Warren. Agata estaba pasando por lo mismo que ella habia pasado; se habia enamorado de su profesor. Agata sintio como su corazon saltaba en el pecho cuando, al final de la clase de interpretacion, Frank la llamo. Disimulo su nerviosismo recogiendo sus apuntes. -- Manana aparecera en el tablon de anuncios, pero me gusta decir las noticias personalmente --dijo el profesor acercandose a ella. -- ?De que habla, profesor Warren? --De que has conseguido el papel principal en la obra. !Enhorabuena! -- !Dios! ?De verdad? --exclamo ella, saltando impulsivamente. --Si, asi es. Eres una de las mejores alumnas de este curso y no he dudado en dartelo. --Muchas gracias, profesor Warren, yo… --Ahora, vamos a trabajar juntos durante muchas horas. No es necesario que me trates con tanto respeto. Llamame Frank. Agata ni se entero de que sus pies la habian llevado ante su casa. Durante todo el camino, su mente dejo volar la imaginacion y protagonizo multitud de suenos alocados. Nada mas subir a su habitacion, llamo a Alma y le comunico la noticia. --No, no. No es ese el tono. Muy mal. Repetiremos la escena --dijo Frank, cortando el ensayo. --Lo siento, pero no me sale de otra forma --se excuso Agata, un tanto avergonzada. Llevaban ya tres semanas de ensayos y Agata fallaba en nimiedades que deberia haber asumido ya. Llego a pensar, en ocasiones, que no estaba preparada, que el papel le venia grande. Frank agito el guion delante de su rostro y la miro fijamente, algo furioso. --Se supone que eres una mujer despechada, amargada, llena de odio. No puedes hablarle al causante de tus penas de esa forma, Agata. !No estas pidiendo un sandwich en la cafeteria! Debes mascar cada palabra; tu voz debe destilar odio y pasion a la vez. Tus ojos deben apunalarle. Eso es lo que debes sentir. --Lo siento. -- !Y no digas mas "lo siento"! !Afirma tu caracter! Agata sintio como su garganta se atenazaba; un nudo, formado por la verguenza, el desencanto y rabia, la impidio decir nada mas. Las lagrimas brotaron, incontenibles, y Agata huyo del escenario. Diez minutos mas tarde, Frank llamo a la puerta de uno de los camerinos donde ella se habia refugiado. --Agata, por favor, ?puedo hablar contigo? --dijo desde el otro lado de la puerta. Al no tener respuesta, empujo la puerta y entro. Agata se encontraba sentada delante del espejo, secandose los ojos y retocando un poco su maquillaje. --Vengo a excusarme por todo lo que te he dicho. Estaba furioso y no me he podido contener. Defecto de actor --dijo, encogiendose de hombros. La broma no funciono; ella le miro con ojos atormentados. --En serio, Agata. Se que todo esto es duro, que piensas que no lo podras conseguir, pero si puedes. Tienes madera y posibilidades; solo necesitas… concentrarte. --No es necesario que me animes. Me he dado cuenta de que no sirvo para esto. No he podido contener las lagrimas en el escenario. Vaya fracaso de actriz --sorbio ella. --No, no. Estas equivocada. Los actores deben de ser totalmente impresionables, llenos de sentimientos encontrados que les permitiran adecuarse al papel. Eso es bueno, solo que debes pulirlo. -- ?Y como lo hago? --Veras, tenemos aun tiempo, pero no puedo dedicartelo a ti solamente en el plato. Hay otros estudiantes que me necesitan. Si pudieramos vernos fuera de clases… No se, una tarde de sabado, por ejemplo. Podria ensenarte muchas cosas, trucos de la profesion, que te ayudarian a concentrarte en tu personaje. --Eso seria estupendo --dijo ella, animandose. -- ?Que tal si vienes a mi casa este sabado? --Estupendo. --Te dare la direccion. Yo mismo te acompanare a casa cuando acabemos. Agata sintio de nuevo su corazon acelerarse. Era lo mas parecido a una cita que ella pudiera imaginar. La casa de Frank era bastante curiosa. Segun el, la empezo a construir su bisabuelo y su padre la termino. Grande y con un amplio jardin trasero, el edificio contenia varios estilos arquitectonicos, debido a los diversos propietarios que colaboraron en su terminacion. El timbre resulto ser una graciosa cadenita que activaba un carillon. Frank la saludo y la hizo pasar. Hacia un poco de frio en la calle y la recibio con una taza de chocolate caliente que no se atrevio a rechazar, aunque en casa nunca lo tomaba, pues cuidaba de su silueta. Frank entro en materia rapidamente y repasaron partes del guion. A medida que pasaban las horas, Agata se sentia mucho mas comoda y llegaba a bromear constantemente. Se le paso el tiempo volando y Frank, cual solicito caballero, la acompano a casa en su coche. Agata suspiro a solas en su dormitorio; estaba viviendo algo especial, casi un cuento de hadas. Durante dos semanas, la chica acudio puntualmente casi a diario. Los dos habian llegado al acuerdo de que debian repasar diariamente. Frank hizo mucho hincapie en que no debia comentar con nadie aquellas clases particulares, porque las habia negado a muchos otros alumnos. Aquello convirtio la relacion en algo especial para Agata. Frank la ayudaba a ella, solo a ella. La hacia sentir que era parcialmente suyo.

  • Lo que nunca imagine (Mountain Brooks 1) de Virginia V. B

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    Hoy seria el dia. El dia de la ley del talion: ojo por ojo y diente por diente. Seguro que te preguntaras por que, ?me equivoco? Te lo dire: por la promesa hecha a mi madre en su lecho de muerte. Confeso algo que trastoco mi existencia. Y a pesar de nuestras diferencias, que eran muchas, prometi vengarme del hombre que le habia hecho tanto dano: Anthony Brooks. ?Que como iba a conseguirlo? Pues haciendome con su tesoro mas preciado: Mountain Brooks, un pueblo pequeno situado en algun punto entre Nashville y Knoxville. Un pueblo que seria mio en cuestion de horas y que destruiria convirtiendolo en un poligono industrial.
    Sencillo, ?verdad? Eso creia.
    No conte con que ese punetero pueblo tuviera un sheriff que trastocaria todos mis planes.
    !Maldito vaquerucho de tres al cuarto!

  • ?Quedamos esta noche? Rafael Belda Ros de Rafael Belda Ros

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    Raul y Tina sospechan que entre ellos existe una fuerza extrana que los separa, y sin embargo, saben que si continuan juntos viviran la mayor historia de amor de sus vidas. En toda historia hay un punto de inflexion que te permite seguir o abandonar. En este relato, tu decides si quieres dar el paso para conocer La formula del amor.

  • Siempre a tu lado (Proyectos de amor y deseo 2) – Mel Caran de Mel Caran

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    Tras unos meses de separacion, Rebeca recapacita y decide regresar con Alan. Su relacion vuelve a ser perfecta y todo parece que va sobre ruedas, hasta que la sombra del pasado de Alan asesta un duro golpe sobre la pareja. La vida de ambos se complica con acontecimientos inesperados, celos, problemas de salud, temores y dudas.

  • Olisse de Margotte Channing

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    Nueva entrega de la Saga Romantica de Vikingos numero uno en ventas de Margotte Channing

  • El ultimo catalan de Javier Barraycoa

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    El ultimo catalan es una novela satirica, ironica y entranable que, aunque dice verdades como punos, suscitara en el lector una sucesion de carcajadas.

  • Todo suyo, senorita Lopez de Mariel Ruggieri

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    La senorita Lopez siempre ha tenido dudas sobre su orientacion sexual, hasta que Daniel Oliver llega a su vida con una mochila llena de problemas y unos gustos sexuales algo peculiares que ella pronto aprendera a disfrutar.

  • Refrescame de Mimmi Kass

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    Una historia dulce y picante, de casualidades vitales y de oportunidades para amar, en el verano maravilloso de Mallorca y entre dos espiritus libres que buscan sonreir al fin.

  • Solo podria amarte a ti de Sandra Bree

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    Nueva York, 1880 Max Kerrick cerro la puerta del despacho con un golpe seco. Con pasos largos llego hasta el escritorio que estaba en el centro de la sala y observo la correspondencia amontonada. Todo estaba en riguroso orden, tal y como le gustaba. Los rayos de sol penetraban en la estancia a traves de los visillos blancos. La ventana estaba abierta y la tela se hinchaba con la brisa matinal refrescando el cuarto. Con manos temblorosas cogio el fajo de sobres buscando uno en especial. No le deberia ser dificil dar con el ya que lo habia estado ojeando hacia un par de horas. Sin embargo, no lo veia. A punto de llamar a su empleada aparecio la carta. Con un languido suspiro rodeo la mesa, se sento en la silla y se preparo a responder la misiva. No estaba contento en absoluto con lo que iba hacer, pero ya no tenia mas opcion. Despues de darle muchas vueltas habia llegado la hora de dar una leccion a su nieta. --!Esta nina del diablo! --mascullo entre dientes soltando la pluma por unos segundos. Se froto la sien apaciguando el dolor de cabeza. Ultimamente pensar en Valentine le provocaba molestias. !Ella no podia hacer lo que se le antojara! No lograba entender como habia cambiado tan de repente. Siempre habia sido una nina buena y dulce, y de la noche a la manana se habia vuelto una respondona y una desobediente. Estaba seguro de que la culpa era de ese hombre, de Trevor. Desde que el aparecio en Nueva York todo se habia vuelto patas arriba. De ser una familia intachable habian pasado a ser la comidilla de todos los chismes de las reuniones, tanto sociales como politicas. Y Max habia luchado mucho en su vida para mantener esa posicion que habia transitado de generacion en generacion, como para ahora permitirse el lujo de que su nombre fuese arrastrado por los suelos. Capitulo 1 Texas (El Paso) Era uno de esos dias calidos de junio en que los rayos de sol se filtraban en la estancia donde Jane Wingate habia ubicado el nuevo despacho de su hermano mayor, Wolf. En ese momento el aporreo la pared con el puno haciendo que uno de los cuadros cayese hecho anicos al suelo de piedra. Estaba enfadado, y no era para menos. Llevaba sonando con el rancho de Max Kerrick durante toda su vida, y de mil maneras diferentes habia estudiado el modo de hacerse con el, de restaurar la propiedad y darle unos usos que ahora no tenia. El rancho llevaba mucho tiempo abandonado de la mano de Dios. El se habia puesto en contacto con el dueno en varias ocasiones y habia llegado a ofrecer mas de lo que en si valia. Sin embargo, Max Kerrick habia rechazado todas sus ofertas. Pero ahora... ahora se la cedia mediante un contrato matrimonial. Lo malo de todo es que el no deseaba casarse. No era contrario a los esponsales, pero definitivamente odiaba que alguien quisiera imponerselo. Wolf Wingate era el mayor de cuatro hermanos y el responsable de sacar adelante a su familia. Su padre, Leonardo, era un borracho al que se lo podia encontrar mas facilmente en la cantina que en cualquier otro sitio. Mas de una vez habian tenido que recogerlo a altas horas de la madrugada en un estado de total embriaguez. Petter, el menor de todos, tenia doce anos y era el unico que parecia interesado en seguir sus pasos. Era responsable y le gustaba estudiar y aprender. Luego estaban Jane y Julian, que eran mellizos. Tan parecidos y tan dispares a un tiempo. Julian estudiaba en Inglaterra, o al menos fingia que lo hacia, ya que tenia que haber concluido su carrera hacia mas de un ano, puede que dos, y todavia no parecia acercarse el dia en que terminase. Pocas veces acudia a la casa familiar si no era por alguna ocasion especial o por falta de dinero. Y Jane, sin embargo, se creia duena absoluta de la residencia. Organizaba fiestas y reuniones redecorando continuamente las habitaciones y haciendo lo que le venia en gana. La ultima habia sido dejarse embarazar negandose a decir quien era el padre. Wolf intuia que se trataba de un hombre casado al que ella queria proteger. El caso es que esa ultima disputa con ella lo habia impulsado a acelerar su prisa por independizarse. Deseaba tener su propia casa y su propia vida sin la necesidad de sentirse avergonzado a cada momento por lo que hiciese su familia. Pero de ahi a casarse tan rapido existia un abismo. Posiblemente por genes maternos, su mente era agil y despierta, eso lo habia llevado a ejecutar varios negocios con bastante exito. Habia invertido mucho dinero en reses triplicando los beneficios. Con su duro esfuerzo y trabajo habia podido mantener el nivel de vida al que siempre habian estado acostumbrados. Es decir, antes de que Leonardo se diera al alcohol y al juego y comenzara a despilfarrar como si el dinero creciese en lo alto de los arboles. Si Wolf ahora era un ganadero de renombre, creador de su propio imperio, no era gracias a nadie mas que a si mismo. Wolf poseia tierras en Boston, era socio mayoritario de un club de hipica en Nueva York, y tenia una hacienda en Mexico llamada como su difunta madre: <>. Cerro los ojos y la vision del rancho Kerrick se aparecio ante el como un espejismo. Los altos muros exteriores de piedra gris, ahora semiderruidos y derrumbados por multitud de sitios; la casa agrietada de bellas lineas antiguas que alojaba toda clase de plantas y enredaderas creciendo de forma silvestre; el amplio terreno que lo circundaba, ideal para el pasto del ganado... La imagen desaparecio de su mente tan rapido como habia llegado. La entrada de su amigo Richard en la camara atrajo su atencion. --He escuchado el golpe y creo que no he llegado en buen momento, ?me equivoco? -- comento, observando la habitacion hasta que sus ojos oscuros se posaron en los restos del cuadro --. !Vaya, yo tambien actuaria asi si me hermana me hubiese puesto el despacho de esta manera! ?No es un divan demasiado femenino? Quiza si fuese en otro color en vez de ese rosa brillante seria otra cosa. Wolf no se habia fijado en eso y al hacerlo fruncio mas el ceno. ?Como diablos se le habia ocurrido a Jane poner ese mueble alli? Recorrio con la vista el resto del despacho. El divan no era lo unico desagradable, tambien lo eran el delicado servicio de te que decoraba una estanteria acristalada y la cenefa celeste que partia las paredes en dos. Tener una charla con su hermana iba a ser lo siguiente en hacer. De momento se limito agitar la carta que tenia en su mano. Sus ojos grises de mirada intensa y peligrosa le dijeron a Richard que Wolf no se hallaba asi por la decoracion del estudio. --?Que pasa? ?Te ha llegado la contestacion de Kerrick? Wolf afirmo. --Esta vez no me da una negativa directa, sino que me hace una contraoferta. --!Pero eso son estupendas noticias! --exclamo, jubiloso. --No lo son. --Wolf le hizo una senal para que se sentase en el divan, pero Richard prefirio el banco de madera que estaba junto a la estanteria. Ambos se conocian de toda la vida y entre ellos el afecto quiza era mas fuerte de lo que Wolf sentia por sus propios hermanos--. Su contraoferta no se trata simplemente de dinero. Richard aflojo el panuelo de seda que llevaba atado al cuello. --Entonces ?de que se trata? Wolf le tendio la carta y camino hasta la ventana, dejando vagar la mirada sobre los campos. Los rayos de sol banaban los trigales y los prados, y los colores verdes se mezclaban con los tonos dorados. --!Vaya! --silbo Richard, abrumado--. El viejo parece haberlo pensado muy bien --comento despues de leer--. Siempre se ha dicho que estaba un poco loco, y desde luego muy cuerdo no debe de estar si quiere entregarte a su nieta sin siquiera conocerte. --Dejo la carta sobre la mesa del escritorio y volvio a su sitio--. ?Que tipo haria algo asi? Wolf, con los ojos aun sobre el paisaje, se encogio de hombros. --Tu lo has dicho: solo a un loco se le ocurriria hacer algo asi. --Es una decision dificil. ?Que vas a hacer? --pregunto Richard. Se volvio a el agitando la cabeza. --No voy a pensarlo siquiera. Todo tiene su precio, pero el que el pide es excesivo. Richard solto un fuerte suspiro. --!Que desilusion! Supongo que eso significa que renuncias a la propiedad; bien, tal vez puedas ir mirando otras. Wolf apreto los punos contra las caderas. Richard sabia cuanto deseaba el aquellas tierras. --Si has leido bien, aunque me casase con esa mujer tampoco me otorgaria la totalidad. Ella tendria la mitad de todo.

  • El pecado de la condesa de Malibran de Alfonso Vazquez Herrera

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    Alla por el principio de los 80’s, en una epoca donde no habia telefonia celular, ni Internet, el sistema de comunicaciones mas rapido y efectivo era el telefono y el correo ordinario el mas lento pero funcional, y cuando las estadisticas de poblacion indicaban que habia 7 mujeres por cada hombre en el mundo, se desarrolla esta historia llena de mitos y antiguas leyendas populares, todas del area conurbada con el historico puerto de Veracruz en Mexico, la historia pretende ser de terror paranormal, pero tiene su toque de comicidad, donde 3 chicas estudiantes de la preparatoria que vivian en una pension para senoritas, por accidente liberan el maligno espiritu de la condesa de Malibran, una de las leyendas populares mas antiguas de Veracruz, quien llena de furia, pugna por llevarselas al infierno de donde la habian despertado, para poder volverse a dormir y dejar de sufrir por el perdon que nadie sabe en que consiste, pero la poderosa Condesa tiene un punto debil, un enemigo acerrimo, al cual no puede vencer y ni siquiera puede pelear con el, el conde de Malibran, que regresa por ella cada vez que lo invocan para asesinarla, como la asesino en vida, y entre los gritos desesperados de perdon de la maligna Condesa que huye para escapar de su verdugo, y los gritos clamando venganza del conde de Malibran, se desarrolla esta historia que amenaza con terminar en un apocalipsis, pero no un apocalipsis zombie, ni nuclear, ni por la caida de un cuerpo celeste, ni mucho menos biblico, sino un apocalipsis provocado por el pecado de la condesa de la Malibran, que al final de toda la historia nos demuestra que todo esta bien asi como esta, en perfecto balance, porque si tan solo llegara a faltar tan siquiera uno de los pecados mas comunes, seria el fin de la humanidad y de la sociedad como la conocemos.

  • Diosa Cosmica de Gema Perez

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    Las fertiles. aun mas.
    Y Cassandra. es unica.
    Disenada para ello.

  • Rosas al anochecer de Cristina Font Briones

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    Los cuerpos congelados de Sofia Duarte y Daniel Saez son hallados aun con vida a unos kilometros de la localidad de Javea. La noticia causa incertidumbre sobre el extrano suceso acaecido a dos personas que, en apariencia, no se conocen de nada.Un mes antes, sus caminos se cruzaron en Valencia y surgio entre ellos una fuerte e inusual atraccion.

  • Me fije en ti de Maria Beatobe

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    Cuando levante la mano para llamar al taxi y alguien me agarro la muneca con contundencia crei morir. No queria darme la vuelta y encontrarme de bruces con Mora. Empece a notar sudores frios por la espalda y tenia la respiracion entrecortada. Senti que me desmayaria en ese mismo momento. El taxi paso de largo sin darme tiempo a pararlo de nuevo. Hasta que, con mucho miedo, empece a girarme para ver quien me sostenia la mano con esa firmeza. Cabizbaja y aterrada, con la mirada clavada en el suelo, me di la vuelta despacio y lo primero que me encontre fueron unos zapatos oscuros; continue mirando hacia arriba hasta que le vi la cara. --?Estas bien? Era Gael, el amigo de Hugo. No habiamos empezado con buen pie, pero ahora mismo me valia cualquier persona que no fuera Mora. --Eh..., si, si --respondi soltando mi mano de la suya como si me quemara. --?Seguro? --!He dicho que si! ?Es que no me has oido? Gael abrio los ojos, sorprendido por mi respuesta y, sobre todo, por el tono. --Vale, tranquila --respondio alzando las manos--. ?Ibas a coger un taxi? --Si, pero gracias a ti ya lo he perdido. --Lo siento, me parecio verte llegar algo nerviosa y aturdida. Tampoco tienes que ponerte asi. --Pues me has visto mal. Asi que te agradeceria que te marcharas y me dejaras buscar un taxi a mi solita. Era cierto que habia llegado exacerbada y confusa a la parada de taxis, pero no podia reconocerselo. Hacerlo provocaria que me preguntara por que me encontraba en este estado y conllevaria contarle lo que me acababa de pasar con Mora, y eso no podia hacerlo. No debia decirle lo que habia ocurrido, ni a el ni a nadie. No podia arriesgarme a que cumpliera su promesa de hablar con su padre y tratar de despedir al mio de su nuevo trabajo. Nos hacia falta el dinero y no iba a perderlo por mi culpa. --Tu misma --dijo molesto mientras se daba la vuelta con decision y me daba la espalda. Agradeci que no hiciera mas preguntas, porque estaba segura de que si insistia mucho acabaria derrumbandome y contandole lo que me habia hecho Mora, y solo pensar en las represalias que pudiera sufrir por sincerarme con alguien hacia que me paralizara aun mas. Se marcho con las manos en los bolsillos caminando a buen paso hacia la discoteca, donde esa noche habiamos empezado la fiesta que finalizaba de una manera muy amarga. Que contradictorios son los acontecimientos de la vida, ?verdad? Sales de casa con la mayor ilusion del mundo, con ganas de disfrutar a tope con tus amigas, y la situacion se da tanto la vuelta que acabas corriendo aterrada, de madrugada, por las solitarias calles de Madrid, huyendo de alguien en quien confiabas y que ha intentando abusar de ti. Ya solo el pensamiento me bloqueo aun mas. Volvi levemente la cabeza y vi como Gael llegaba hasta la puerta del local, donde se encontro con Hugo. Le dijo algo al oido y su amigo miro directamente hacia mi con el ceno fruncido. Justamente cuando vi que Hugo empezaba a caminar en mi direccion, pare un taxi y me monte sin mirar atras. 17 Llegue a casa como veinte minutos mas tarde de mi toque de queda, pero mis padres no me dijeron nada. No se si se hicieron los dormidos o realmente lo estaban, cosa que agradeci enormemente. Me extrano que mi padre no hiciera ningun ruido al oirme llegar. Lo unico que queria hacer en ese momento era darme una ducha y quitarme todo lo que quedara de ese impresentable que habia intentado propasarse conmigo esa noche. Debia hacer desaparecer cualquier huella, olor o recuerdo que hubiera quedado impregnado en mi cuerpo. No queria saber de el absolutamente nada. Y ahora que habiamos acabado ya el instituto, no tendria ninguna necesidad de volver a verle. Pero... ?que les contaria a mis amigas? Despues de que me vieran marcharme a casa con el, tan decidida y contenta, tendria que decirles que era un monstruo y que queria que desapareciera de mi vida para siempre. Una contradiccion muy potente como para que no preguntaran que habia pasado. Ahora era cuando tenia que inventarme una excusa creible, sobre todo eso, para que, una vez que se la contara, se la creyeran y no hicieran mas preguntas. Mientras me duchaba intentaba pensar que decirles, pero la imagen de Mora sobre mi cuerpo nublaba cualquier pensamiento que quisiera que apareciera por mi mente. Maldito cabron. ?Que hubiera pasado si no hubiera podido zafarme de el? Mejor no pensarlo. Cerre los ojos mientras mis lagrimas se confundian con el agua de la ducha que me resbalaba por el rostro. Aprete los punos con impetu para intentar soltar toda la furia e impotencia que llevaba dentro en ese momento. Queria gritar, deseaba chillar con todas mis fuerzas y que el nudo que me turbaba saliera de la garganta en forma de alarido ensordecedor. Cuando sali de la ducha, me seque el cuerpo con tanto impetu que hasta me hice dano. Queria eliminar cualquier huella que aquel malnacido me habia tatuado de por vida. Sentia tanta colera y por otra parte tanta humillacion... Me acoste y, aunque me costo mucho conciliar el sueno, acabe rendida en los brazos de Morfeo, no sin antes quedarme sin lagrimas de tanto llorar. Amaneci con los musculos del cuerpo totalmente contraidos; me dolia todo, sentia una presion en la nuca que jamas antes habia notado. Quise suponer que todo era a causa de los nervios y la tension vivida la noche anterior. La cabeza me daba vueltas constantemente al pensar si deberia contarlo o no, y en caso de hacerlo, a quien. Durante el dia no quise salir de casa ni hablar por telefono. Menti diciendo que estaba medio afonica y no queria forzar la voz, y unicamente mantuve relacion con el mundo exterior a traves de WhatsApp. Me sentia tan doblegada y sucia que me avergonzaba hasta de salir a la calle y que la gente me mirara. Tenia la sensacion de que me observarian y notarian lo que me ocurria, y era tal la aprension de que alguien se enterara, que quise ser invisible durante por lo menos ese dia. 18 NOEMI A finales de esa semana, Naira y Cloe se marcharian con Noemi y su madre a un piso que tenian en la playa valenciana de Gandia. Sus padres compraron una vivienda alli apenas nacer Noe y, desde entonces, pasaban todos los veranos en la costa. Sus padres se separaron cuando ella contaba solo con ocho anitos; no era muy mayor como para entenderlo, pero si lo suficiente como para darse cuenta de que algo en casa no iba bien. Noe recordaba con claridad el dia en que se lo dijeron. Su madre habia ido a buscarla al colegio y no la vio con muy buen aspecto. Ademas, por el camino se encontraron con la madre de una amiga del cole y ambas mantuvieron una conversacion entre susurros y con alguna que otra lagrima encubierta. --Carino, ven, sientate --le dijo su madre nada mas llegar a casa. Noe la obedecio, y a continuacion ella le empezo a explicar que hay veces en que los papas y las mamas no se llevan bien, que en ocasiones es mejor estar lejos para no discutir... y termino la charla diciendo: --Papa ya no va a vivir en casa -- sentencio ante la mirada perpleja de la nina. --?Y cuando vuelve? --De momento, no va a volver. --?Y por que, mama? --Porque asi sera mejor para todos, carino. --Pero yo quiero ver a papa. --Y lo veras, carino. --Su voz estaba cargada de dolorosa ternura--. No te preocupes. Y despues de esa frase, Fabiola, la madre de Noe, se levanto con calma del sillon, le dio un beso en la frente a su hija y se marcho a la cocina a prepararle la merienda. No recordaba haber vuelto a hablar con su madre de la separacion de su padre hasta que tuvo quince anos. Fabiola era algo reservada y Noe a veces preferia no preguntar para no escuchar cosas que no le apetecia oir. Optaba por taparse figuradamente los oidos y vivir feliz. Llamo a Naira para ver que tal habia terminado la noche, pero no le cogio el telefono; en su lugar, le mando un mensaje diciendole que estaba mal de la garganta y preferia hablar por WhatsApp. Evidentemente no se lo creyo; intuia que la cita no habia salido bien y preferia no hablar del tema. No la culpaba tampoco por actuar asi, ya que ella estaba cortada por el mismo patron; por ello tampoco insistio.

  • El proceso de Franz Kafka

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    El proceso, sin duda una de las obras clave del genio del absurdo que fue Franz Kafka, enfrenta al lector a la angustia de comprobar que algunas cosas son demasiado reales para ser ciertas.

  • Las chicas buenas los prefieren malvados de Paola Noguera Franco

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    Clarisse Duran ha huido de Buenos Aires, avergonzada con ciertos sucesos que la marginaron de la alta creme adolescente con la que se codeaba.Esperaba que en Paraguay, aparte del carino de su abuela, tambien encontraria el norte y el sosiego, labrandose un futuro olvidando sus malas experiencias.Pero no contaba con reencontrarse con alguien que de por si, ya le habia hecho dificiles los veranos que venia de visita.Maximiliano Ibarra, su vecino, estaba mas hermoso de lo que recordaba, y con varios detalles agregados: bocon, grosero, sardonico, descarado y pandillero.Todas las cualidades que ninguna madre querria para su hija.El dilema es que Clarisse, como buena representante cliche de las chicas buenas, se sentia irremediablemente atraida a este chico problema.Una peligrosa atraccion que podria poner en riesgo su futuro……

  • La huella de la noche de Guillaume Musso

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    Un internado prestigioso atrapado bajo la nieve. Tres amigos a los que ata un tragico secreto. Una joven de la que se apodera la noche.

  • Emma Roulotte, es usted de Norberto Luis Romero

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    El muchacho desciende del coche de linea en medio de un paramo. Esta solo, con su maleta, a la orilla del camino de tierra. El ronquido del motor se aleja a sus espaldas y el corazon se le encoge en un puno ante tanta desolacion. A un par de kilometros, unas debiles luces parecen luciernagas aletargadas. Hace frio. Se sube el cuello del abrigo, escruta la noche y decide dirigirse rumbo a las luciernagas que salpican un cielo sin estrellas ni luna. Apenas ve el camino, pero siente la tierra dura y reseca bajo la suela de sus zapatos. ?Que viene a hacer a este pueblecito abandonado de la mano de Dios, sepultado bajo un cielo inhospito?: debe entregar un paquete, y a la manana siguiente seguir su camino rumbo a otra ciudad. Reflexiona acerca de aquel extrano pedido; casi un capricho, que le retrasara el viaje, y decide tomarselo con calma; tampoco tiene demasiada prisa, pues el motivo de su desplazamiento es vago, impreciso, se diria que desconoce la verdadera razon que lo impulsa a este viaje. Pero en su fuero interno, a pesar de tanta niebla, aguarda una aventura que quiebre la rutina de su vida insipida. Sabe que todo viaje tiene algo de iniciatico y lleva implicito un renacimiento interior: partir es morir un poco, y llegar es nacer en un lugar distante al de partida, donde ni hay vinculos ni memoria. Se detiene a las puertas del pueblo, palpa en sus bolsillos y descubre, con fastidio, que perdio las senas del destinatario del paquete. No puede recordarlas: apenas se habia detenido a mirarlas. Su memoria confusa desgrana apellidos posibles. Recuerda que se trataba de un escritor, pero no retuvo las senas. Vacila un instante, ya en mitad de una calle, con la maleta abandonada a su lado. No tiene a donde dirigirse y un sabor amargo de indefension lo sobrecoge, como a un nino perdido de sus padres. Ve las ventanas cerradas, las casas y las calles sumidas en un silencio casi solemne, algun que otro perro vagabundo husmeando en los contenedores de basura, pero a ningun humano. El sentimiento de indefension se acentua, y acude a su memoria una manana lejana, cuando se separo de sus padres en unos grandes almacenes y se vio rodeado por una multitud de desconocidos, que lo observaban con incredulidad y misericordia; evoca a aquella senora gorda y amable, que se le acerco a secarle las lagrimas, y se le humedecen los ojos. Se averguenza de dejar brotar sus sentimientos, y recapacita: ya no tengo cuatro anos. Decide entonces internarse en las calles adyacentes en busca de alguna cafeteria. Son alrededor de las dos de la madrugada y todo esta cerrado. La angustia crece y con ella resurge el nino. Si al menos apareciese la mujer gorda y maternal, le diria que esta buscando a un escritor; aunque no este seguro de haberlo leido en el anverso del sobre extraviado. Va por el pueblo a lo tonto, sin hallar una mano salvadora, su Deus ex machina. Mira el reloj: lleva mas de una hora recorriendo calles penumbrosas, apenas iluminadas por farolas demasiado debiles y espaciadas, y hay rincones tan oscuros como la boca de un lobo salvaje, que lo llenan de zozobra y temor. Vuelve a evocar a la mujer gorda, y en ese instante, justo cuando esta se inclina hacia el con un panuelo inmaculado, dispuesta a enjugarle las lagrimas, oye ruidos, pero no puede ver nada por la noche tan cerrada. Es entonces cuando el autor se apiada y decide que la noche no este oscura como boca de lobo salvaje, y pone en el cielo una luna redonda y blanca. El rostro se le ilumina con un brillo de esperanza y acelera la marcha, decidido. Por fin ve un coche detenido en una esquina. Es un deportivo rojo. Se acerca y golpea suavemente el cristal de la ventanilla. En el interior, un hombre de unos cuarenta anos, delgado, con evidentes huellas de alcoholismo en sus ojos, baja ligeramente el cristal, y con un gesto mudo y agrio le pregunta que quiere. Desconcertado ante la soberbia del conductor y sin soltar su maleta, el muchacho le pregunta si conoce algun hotel o pension. El hombre se queda mirandolo fijamente y le dice que el no es de alli, que tiene mucha prisa, pues anda en busca de una muchacha llamaba Emma, para pedirle perdon, rogarle que le sugiera un titulo para su libro que, por cierto, quiere dedicarselo. Sin despedirse, aprieta el acelerador a fondo y desaparece envuelto en una nube de polvo. ?Seria este, acaso, el escritor que estaba buscando? Desconcertado, el muchacho sigue deambulando, hasta que se topa con unas vias de tren y las sigue con la certeza de que hallara una estacion en la cual, probablemente, quede algun viajero rezagado. No tarda en divisar las luces del anden a lo lejos, pero cuando llega descubre la sala de espera y las oficinas cerradas. En una pizarra lee que el proximo tren pasara a las nueve de la manana. Abatido, desea fervientemente que se le aparezca aquella mujer solicita, con el panuelo impecable, dispuesta a consolarlo; pero la soledad de la estacion es inmensa, apabullante; y la indiferencia del autor, flagrante. Resignado, se acomoda en un banco lejos de las luces, dispuesto a permanecer alli hasta que el sueno lo venza. Dentro de su desgracia tiene suerte: el frio ha disminuido y el aire se ha templado merced a un subito arranque de bondad del autor. Pone la maleta en su regazo, la abre y saca un paquete, un envoltorio de papel marron, sujeto con una fina cuerda de canamo. Lo observa por todos lados buscando las senas del presunto destinatario, pero no hay un solo trazo. Decide abrirlo (no sin remordimiento y pudor), ilusionado con hallar alguna pista. Es una caja de carton blanco, del tamano aproximado al de una de zapatos. Envuelta con sumo cuidado en fino papel de arroz, halla una segunda caja de madera lacada, con una campina inglesa y una casa humilde al fondo, oculta a medias entre frondosos robles, pintada en la tapa. Levanta el cierre de laton diminuto y la abre. Esta vacia, y en las paredes interiores lacadas de bermellon ve unas ligeras raspaduras que le hacen pensar que contuvo algo rigido y muy ajustado, acaso otra caja. Decepcionado, se apresura a cerrarla, y cuando va a envolverla, cae de entre los papeles una tarjeta de cartulina. La recoge y lee: <>. Una nota sin sentido, que no le vale de nada. Reflexiona que su intencion nunca fue mas alla de entregar el paquete, alojarse esa unica noche en casa del destinatario, y a la manana siguiente salir en el primer coche de linea rumbo a su destino final. Pero el muchacho no habia contado con la injusticia y arbitrariedad del autor: el coche de linea retrasado casi cinco horas por un desperfecto mecanico, la perdida del sobre con las senas, la noche impenetrable, esa caja vacia… Vuelve a meter el paquete en la maleta, echa un vistazo a su alrededor confirmando la desolacion y se dispone a dormir, resignado a su destino cruel, con el unico pensamiento de buscar al presunto escritor al dia siguiente, cuando los habitantes del pueblo hayan salido del sueno y la luz invada las calles. Entregara la caja y seguira su camino. A estas alturas del relato, es el autor quien se pierde en los meandros de la narracion, en su malograda estructura, es el quien se siente traicionado por la imaginacion, y no tiene la menor idea de como proseguir con la historia. Aguarda ante el teclado a que una solucion de continuidad llegue de un momento a otro como un milagro, como un Deus ex machina similar a la senora gorda de los grandes almacenes. Se ve tentado a arrojar el principio a la papelera y comenzar otro: imagina un relato interminable, confeccionado unicamente con principios; pero recuerda que ya lo hizo magistralmente Italo Calvino, deja de lado esta idea y recupera su atencion en el muchacho adormecido, abandonado a su albur sobre las rigidas tablas de madera de un banco, con la maleta bajo su cabeza a modo de almohada, y se compadece una vez mas, victima de esa confusion de sentimientos adversos hacia los personajes imaginarios, cuando estos amenazan con descontrolarse, romper el hilo sutil que los maneja y obrar a su propio albedrio. Duda entre incorporar uno nuevo o hacer que llegue el alba y con su luz brillante despeje las sombras. Tiene que escoger entre estas dos opciones, porque no se le ocurre una tercera mejor, y, sin pensarlo, opta por la primera. Ella esta alli, de pie ante al banco, con una mirada tranquila y limpia, pues parece tener conciencia de su oportuna llegada. El muchacho despierta sobresaltado, se incorpora y ensaya cierta compostura. Confundido ante esta subita presencia, se disculpa torpemente. Ella le muestra una sonrisa comprensiva. El se pone de pie, parpadea para quitarse los restos de sueno y en su mente se perfila, como un destello, la mujer de los grandes almacenes. Pero esta es joven y delgada, viste de azul palido, y lleva la cabeza tocada graciosamente con una pamela de paja. Ella toma la iniciativa, y a la par que extiende una mano timida y menuda, le dice: --Buenas noches…Soy Emma. El le sonrie. Ella advierte su desconcierto y se apresura a aclararle: --Me envia el autor. Se tranquiliza, pero reflexiona y le pregunta: --?Un hombre ojeroso, con un deportivo rojo? Dijo que buscaba a una tal Emma. --No sera a mi --contesta ella, decidida. --En ese caso…encantado de conocerla. Soy… --y se calla, vacila, porque desconoce su propio nombre. --Carlos --le dice ella. Y le tiende una mano diminuta. Carlos se sorprende y a la vez se siente reconfortado cuando conoce su propio nombre, tiene por fin una identidad y deja de ser sencillamente <>. Intenta explicarle su situacion, balbucea. --No es necesario --se anticipa ella--, se por que esta aqui, y hare cuanto este en mis manos: es muy triste ser un personaje perdido en la bruma, en las veleidades de un autor ocioso. En este punto de la narracion, el autor hace oidos sordos al comentario de la muchacha, obvia unas cuantas horas muertas entre los protagonistas y da un salto en el tiempo y el espacio: pasa la accion al dia siguiente, cuando ambos estan frente a frente, tomando un cafe en un bar. Son las seis y cinco de la manana, comienzan a pasar por la calle los primeros madrugadores. Carlos mira el paisaje a traves de los cristales del bar, y ve, por encima del hombro de su companera, que el pueblo es mas extrano de lo que le habia parecido en la oscuridad, y su estrafalaria arquitectura le parece mas una gran escenografia que un pueblo real. Ve, tambien, el sol recostado con indolencia sobre el horizonte, con su cabellera de oro desparramada sobre los campos de encarnadas amapolas, que retienen, en su corola suave, tremulas gotas de llanto nocturno. Y aunque no menciona el magnifico espectaculo que se despliega ante sus ojos, la belleza de la descripcion y la metafora del rocio tan magistralmente elaborada, hacen que Emma no se resista a dejar escapar un suspiro profundo, suspiro que se sustrae a la sagacidad de Carlos, todavia absorto en las amapolas humedas. Ella apenas habla, sabe que su presencia es arbitraria, prefiere guardar silencio y beberse a pequenos sorbos el cafe, junto a este muchacho, a estas horas intempestivas, despues de haber pasado la noche charlando con el en aquel banco incomodo, y evita pensar en lo ocurrido durante la elipsis. Tiene conciencia cabal de su casi nula existencia como personaje, de su escasa relevancia, y se ve a si misma como un simple convencionalismo literario: se identifica con uno de esos tipicos grabados alegoricos de la Salvacion, y se imagina cubierta con una suave tunica blanca, con un candil en una mano en alto, y descansando sobre una filacteria que reza: Salvatio. Al fondo del dibujo, unas almas se mueven como fantasmas sin rumbo en la penumbra, como escritores en busca de la pluma e inspiracion perdidas. <>, piensa. Carlos, en cambio, ha recobrado animos, habla mucho y no deja de agradecer a Emma su compania. Esta le sugiere que deje de buscar al destinatario del paquete, pues tiene la corazonada de que no existe, y el autor no penso en ningun momento en hacerlo figurar en el cuento. Carlos se siente desfallecer. Insiste en su obligacion de seguir buscando, pues no cree que el autor sea capaz de jugarle tan mala pasada arrojandolo, sin ton ni son, al vacio de una pagina en blanco. Emma le explica que las reglas del juego literario, de las cuales el autor es inocente debido a su torpeza narrativa, son insondables. --Seria una injusticia --se lamenta el. Y se queda pensativo, con la mirada fija en los brazos desnudos de Emma. Ella le palmea una mano, consolandolo. Esta dispuesta a ayudarlo a salir airoso. Le promete que hara lo posible por ser un buen personaje y que hablara con el autor para convencerlo de que incluya un final feliz. --Se lo agradezco --le dice el, conmovido--. Pero tengo que cumplir con mi obligacion. Abre la maleta, saca el paquete, lo desenvuelve y le ensena la caja de madera lacada. --Es preciosa. Podria entregarmela a mi, y asunto concluido. --Imposible. Busco a un escritor, y, que yo sepa, usted no lo es. --Podria haberle mentido… --No lo creo. Usted es incapaz de mentir, y no estoy en condiciones de abandonar la empresa, aunque no se como salir del paso. --Yo tampoco lo se… Hasta aqui llega mi conocimiento, el resto es pura intuicion. Solo tengo claro que estoy para ayudarlo. Y ambos se abisman en un silencio fulminante. --Quizas hiciera falta un tercer personaje --argumenta Emma. Pero se equivoca: el autor no tiene intenciones de introducirlo, ni sabe como hacerlo. Vuelven a sumirse en un silencio reflexivo. En sus rostros asoma un halo de impotencia. Estan solos y son las seis y media de la manana, en un bar y un pueblo desconocidos. --?Como que desconocido? --Carlos despierta de sus elucubraciones--. ?Acaso usted no es de aqui? --No. --?No dijo que estaba aqui para ayudarme? --Si, pero no se como hacerlo. Y no soy de este pueblo. --?De donde es, entonces? --No lo se; ese, justamente, es mi problema. De aqui, de alla… Voy con mi caravana de un sitio a otro… Probablemente soy de otro cuento. Pero, de momento, podriamos preguntar a alguien si conoce a algun escritor que viva por aqui. Es una manera de comenzar. --Si, pudiese ser… pero ahora me ha hecho dudar de su verdadera existencia --y hay un toque de amargura en su voz--. De todas formas, nada se pierde con intentarlo --resuelve, poniendose de pie y dejando un billete de cinco rublos sobre la mesa. --?Por que ese billete? --No tengo otra moneda. Lo siento --intenta explicarse Carlos, tambien desconcertado. --Ya me lo figuro --rezonga ella--, el autor ha estado leyendo a Gorki estos dias --y suspira ante semejante extravagancia. Una vez en la calle, acuerdan hacerse pasar por marido y mujer para no instigar rumores malintencionados. --Sera necesario un plan --propone Carlos, buscando un modo practico de hacer las cosas. --No hara falta: tal vez el autor ya tenga uno. Continuan sin rumbo, preguntando, mirando aqui y alla, y perciben que el autor siempre pone pueblos iguales, seguramente parecidos al de su infancia. Carlos, a pesar de la agradable compania, no deja de cavilar sobre la contrariedad del destino, aunque tambien ve en el la oportunidad de una aventura, acaso la primera de su viaje. --?Y si llamasemos a aquella casa? --Emma senala una casita que destaca del resto por su jardin lleno de rosas trepadoras que se enroscan en una pergola y estallan en multicolores capullos, como efimeros fuegos de artificio. --Ya estamos con las rosas --dice Carlos

  • El fabricante de munecas de R. M. Romero

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    En la tierra de las munecas existe la magia.

  • Colgada en Nueva York de Erina Alcala

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    Nerea Gonzalez estaba en la puerta del piso numero 25 del edificio de una de las avenidas de Manhattan donde vivia su amiga de Malaga, Adriana Sanchez, llamando a su puerta sin que nadie le respondiera. Eran las diez de la noche. Habia llegado a Manhattan hacia apenas dos horas y atraveso la ciudad en un taxi desde el aeropuerto, en busca de su amiga. Habia hablado apenas la semana pasada con Adriana desde Malaga y le dijo donde estaria, la direccion que reviso dos veces, bajando y subiendo en el ascensor y preguntando al portero. Se estaba impacientando, ya que Adriana no contestaba al telefono tampoco, le saltaba el contestador las quince veces al menos que la habia llamado. --No, senorita, no la he visto, apenas acabo de entrar a mi turno --le dijo el portero. --?Pero la conoce? --Claro que conozco a la senorita Adriana Sanchez, es la unica extranjera del edificio. --Bueno, subo de nuevo y la espero en la puerta. --Si sabe algo de ella, es mi companero de la manana, pero claro, hasta manana... Y alli que cargo de nuevo con las dos maletas y el bolso de mano hasta el ascensor. Adriana vivia bien, era una ejecutiva de un despacho de marketing en Manhattan. A veces viajaba, ?no se habria ido sin decirle nada? O quiza habria tenido un viaje de improvisto y alli no tenia cobertura o estaba en una reunion... Penso mil cosas. Se estaba impacientando. La semana anterior cuando hablaron, no menciono nada de irse a algun viaje. Por eso ella quiso ir y darle una sorpresa. Iba a quedarse en Estados Unidos, encontrar una buena editorial para sus novelas, aunque en Amazon sus novelas se vendian como rosquillas, no podria pagarse un piso de ese nivel en Manhattan, pero bueno, buscaria en otra zona. Y buscaria un trabajo de chef a media jornada, le encantaba la cocina y probar platos nuevos, lo tenia como una aficion, pero podria hacer esos dos trabajos a la vez. Habia hecho un curso de cocina especializada. O tambien podria buscar en un instituto dar clases de castellano o de literatura americana, de lo que habia realizado su master. Pero eso le iba a resultar mas complicado y quiza era mejor empezar desde abajo, aunque intentaria todo. De eso estaba segura. Ya habia discutido lo suyo con su madre y su padre, divorciados ambos y con parejas y ninguno queria que se fuera tan lejos, aunque su mejor amiga estuviese alli. Nerea habia hecho algunas sustituciones en institutos, bajas de maternidad, bajas... En total, casi dos anos, pero necesitaba el master para las oposiciones y pensaba hacerlo cuando su amiga la animo a irse porque alli en Estados Unidos no se necesitaba ese master. Solo con tener un trabajo podia acceder mas adelante a dar clases en alguno. Y se le metio el gusanillo. Y con el dinero ahorrado en esos dos anos, al final consiguio que sus padres cedieran y con veintiseis anos, se hallaba sola esperando en la puerta de su amiga. Se quedo sentada en una de las maletas y puso la cabeza en la pared entre el piso de su amiga y el de al lado, esperando por si venia Adriana. La llamo de nuevo al movil y siempre le salia el contestador. Estaria hasta las doce, si no, llamaria a un taxi y se buscaria un hotel cerca para esa noche, quiza estuviera pasando la noche fuera. Estaba cansada de tantas horas de vuelo, y eso que durmio en el avion como una cosaca. Bueno, a esperar un par de horas. Estaba muerta de hambre. Taylor Larsson era alto, guapo y rico, tenia un cuerpo espectacular con su 1,88 de altura y hasta tenia un chofer. Habia heredado una empresa de publicidad y marketing en el centro de Manhattan de cinco pisos. Era de las mejores. Estaba mas que satisfecho de que su abuelo se la dejara. No tenia mas nietos, solo tenia un hijo, su padre, que era un cirujano prestigioso en el hospital Monte Sinai, y su madre que era enfermera y vivian tambien en Manhattan, pero en una zona distinta. No muy lejos de el. Al dejarle su abuelo la empresa y retirarse a los Cayos de Florida con su abuela, el tomo las riendas de la empresa, modernizo todo lo que estaba obsoleto, pinto, cambio mobiliario y con sus conocimientos y trabajo la empresa y subio como la espuma. Claro que, a base de jornadas de trabajo de muchas horas y ganas. Y a sus veintinueve anos era un todoterreno. Iba con su chofer a casa esa noche, estaba cansado. Habia sido un dia intenso de trabajo y reuniones. --?Esta cansado, senor? --le dijo Peter, el chofer. --Si, Peter, hoy ha sido un dia largo. !Maldita sea! --le dijo, acordandose de algo. --?Que pasa, senor? --Que quede con la chica de servicio a las ocho y son las diez. Me la recomendo un amigo de mi padre. -- Quiza lo este esperando aun. --!Joder! Ahora tengo unas cuantas celebraciones en casa y la necesito las veinticuatro horas. --Tiene espacio en casa. --Si, pero me temo que la he perdido. Manana ya vere llamarla de nuevo. Cuando llego al piso 25, salio del ascensor y vio a una chica joven, morena y de pelo largo, adormilada sobre dos maletas. Le dio pena, la pobre habia esperado casi dos horas. Estaba esperando entre la puerta de al lado y la suya con la cabeza apoyada en la pared. --!Hola! Y ella dio un respingo. --Perdona, se me ha pasado la hora. Te he dejado tirada dos horas. Menos mal que me has esperado, te necesito sobre todo por las fiestas que tengo que dar para la empresa, te agradezco que estes aun aqui. --Pero yo, yo... --balbuceo Nerea. --Soy Taylor Larsson y tu eres... --le dijo, extendiendole la mano. Ella se levanto y se aliso la falda. --Nerea Gonzalez --lo saludo. --Ya no recordaba el nombre, cuando el amigo de mi padre te recomendo no preste atencion, lo siento. Ha sido un dia duro. Abrio la puerta de al lado de la de Adriana. --Vamos, Nerea, pasa y te enseno el trabajo y la casa. Tengo que dejarte las instrucciones dadas para manana. --El trabajo... --dijo ella. Ese hombre la habia confundido, pero bendita confusion, y cogio sus maletas y entro, a ver que le deparaba el destino en esa casa. Al menos hasta que su amiga contestara al movil. --!Dios mio! --dijo sin pensar al entrar. --Si, es sorprendente, ?verdad? --Es una pasada. --Taylor rio, se quito la chaqueta y entro en lo que debia ser un dormitorio. Entro de nuevo a esa inmensidad de salon en dos pisos, con dos escalones que lo separaban, con un ventanal alucinante, y unas vistas y una terraza a la ciudad que ya quisiera ella cuarto y mitad de ese piso. Era elegante, tenia cuadros y sofas, mesas y una cocina abierta al salon que era una inmensidad. Una mesa de comedor para doce comensales. --Esto es... Lo se, demasiado grande para ti, pero te pagare bien. Ademas, tienes tu espacio propio y comida gratis. --Si --dijo ella. --Ven por aqui, trae las maletas, te lo explico todo y tomamos algo. Ya manana te ocupas tu de todo. ?Has visto?, esto es la terraza, enorme, si tengo invitados solemos salir, estas mesas se abren y hay asientos de sobra. Aunque la gente suele estar de pie. --Ya lo veo. --Las flores, tendras que regarlas. Se me van a secar. La senora que tenia se fue la semana pasada. --No se preocupe. --Bueno, has visto el salon comedor y la cocina. Dos aseos y el despacho. --Y se los enseno. --Es todo enorme. --Si, ahora, a este lado tres puertas. Te enseno mi cuarto que da a la avenida y a la terraza, como mi despacho al otro lado del salon. Necesito luz. Su cuarto era... por Dios... ?Cuantos botes de perfume y cremas tenia ese hombre espectacular? Un vestidor con mas de 100 trajes, camisas corbatas, relojes... Horroroso. --Mira, esta percha es solo para la ropa del tinte, por eso esta vacia. Si te dejo algo en ella la llevas al tinte. El portero te dira donde esta, un poco mas abajo en la avenida. --Bien. Entendido. --El resto de la ropa la dejo en el cubo del bano, creo que ya hay para un lavado o dos. Ya ni hablaba del bano que ese hombre tenia. ?Para que? --Tendras que limpiar en unos cuantos dias, ya lleva como te digo una semana sin hacerle nada al piso. --No pasa nada. --Este es un cuarto de invitados, al lado mio, todo completo, vestidor y bano, cama grande. -- Era su cuarto, pero la mitad. --Bien. --Por si se queda algun invitado. --Y esta es tu zona. La puerta da frente a la cocina, pero tienes luz por el otro lado de la avenida. Es una suite, pequena. Un saloncito con todo lo imprescindible, un dormitorio, vestidor y bano. --!Que bonito! Es como un apartamento pequeno.

  • El cielo en tus ojos de Angela Drei

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    Evan ha aprendido desde pequeno que cada logro va a acompanado de esfuerzo y dolor.
    Cuando por fin encuentra el amor, el pasado regresa para hacerle caer de nuevo.
    Quiza esta nueva vida junto a Allyson no es para el, tal vez solo es un sueno imposible.
    Tendra que luchar por ser el hombre que ella merece porque, despues de todo, el no sabe escribir poesia, pero sabe que esta enamorado de ella.

  • Porque tu lo vales de Noe Casado

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    Me llamo Maria Asuncion Peralta de la Merced y Luengo Medina. ?A que es un nombre elegante? Como no podia ser de otro modo, en mi circulo social todos tenemos nombres similares, aunque cuando cumpli los quince elegi uno mas abreviado e igual de elegante: Sun.

  • Angela (13 Milimetros 3) de Beatriz G. Lopez

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    En el oscuro mundo del narcotrafico y el crimen organizado, la muerte puede esconderse detras de cada esquina, llegar el dia mas inesperado y de la mano de los mas insospechados. Es una leccion basica. Annibal Scorpio lo sabe muy bien.
    Despues de haber sobrevivido a un intento de asesinato, y tras haber salido airoso de una detencion, Scorpio tiene que lidiar con un asunto todavia mas complicado: enfrentarse a la traicion. Ha conseguido capturar a la persona causante de la muerte de sus hombres y esta dispuesto a obtener toda la informacion necesaria. Para ello, recurre a duros metodos inquisitivos.
    Por otro lado, comienzan las deslealtades dentro de su circulo mas cercano. El sargento Sawyer, junto a los detectives Jones y Rickman, aprovecha el mas minimo asomo de debilidad para obtener colaboraciones.
    Y es que, ante una poderosa motivacion, las convicciones y los valores se tambalean.

  • La Isla de Asa Avdic

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    Una tarde, la secretaria de la unidad vino a mi despacho. --Quiere verte en la planta catorce del Edificio de Secretariado. --?Quien? --!El quiere verte! La secretaria de la unidad parecia muy exaltada. Sus gruesas gafas se deslizaron hacia abajo en la punta de la nariz y se las empujo hacia arriba en un gesto frenetico, para que volvieran a resbalar de inmediato. Entendi por que estaba tan nerviosa. Era raro que los del Edificio del Secretariado mostraran interes por nuestras actividades, y mas aun en uno de nosotros personalmente. Cuando finalmente volvi a casa desde Kyzyl Kum, el Presidente envio un ramo de flores a mi despacho con mi nombre mal escrito en la tarjeta, asi que supuse que no le importaba. Por lo visto, me equivocaba. Me senti halagada y nerviosa al mismo tiempo. --?Cuando? --Esta tarde. Miro un segundo de mas mi camisa arrugada, como si sopesara algo. --Tienes tiempo de ir a casa a cambiarte --dijo, luego dio media vuelta y se fue tan rapido que ni siquiera tuve tiempo de fingir que estaba ofendida. Tres horas despues estaba cruzando el patio del Edificio del Secretariado entre el viento cortante y una lluvia helada. Grandes capas de aguanieve medio congelada soplaban de lado y me azotaban la cara, para de pronto cambiar de direccion y atacar desde el otro lado. Era uno de esos dias de febrero en que todo esta gris y humedo y frio y la luz no es mas que una esperanza. Aquel invierno habia habido muchos dias asi. Se mencionaba cada dia en las noticias que nunca habiamos tenido tan pocas horas de luz solar como el ano anterior. Tal vez fueran las emisiones, el cambio climatico o ambas cosas. O algo aun peor, pero eso no lo decian en las noticias, claro. Era ese tipo de cosas de las que solo se hablaba cuando uno estaba seguro de que no escuchaba nadie mas. El edificio se irguio ante mi mientras subia la escalera, como si entrara en las fauces de una ballena gigante, y el viento casi me arrojo contra las puertas. Dentro del vestibulo me registre en el mostrador de recepcion, me dieron una placa de visita, me hicieron pasar por varias puertas de seguridad, entregue el abrigo y el bolso al guardia y me indicaron un ascensor. Las paredes y el techo estaban cubiertos de espejos de color humo que me hicieron ser dolorosamente consciente de mi chaqueta nueva y los anodinos botines de vieja de la cadena de ropa mas cercana a la oficina. La chaqueta me quedaba bien, pero era de un material rigido que picaba y empece a sudar ya antes de salir del ascensor. Tenia los pies humedos y frios y las medias caidas. Me habia maquillado con la esperanza de parecer menos demacrada de lo que me sentia, pero sospechaba que habia conseguido el efecto contrario. La lluvia me habia corrido el maquillaje y habia eliminado casi todo el colorete barato de las mejillas; lo que quedaba se estaba descascarillando sobre el eccema en el puente de la nariz y en el nacimiento del pelo. Me sentia fuera de lugar, como si llevara un disfraz. Lo primero que me impresiono cuando sali del ascensor de la planta catorce fue que el sonido era distinto, mas amortiguado. Los suelos estaban cubiertos por una moqueta gruesa de pared a pared, lo que hacia casi imposible caminar con tacones sin dar un traspie. Era un suelo para hombres. Madera oscura, acero cromado, grandes plantas verdes: todo reluciente, caro. Las paredes, el suelo y el techo estaban impregnados de poder. Un aparato de aire acondicionado zumbaba cerca, sonando como un helicoptero distante. No sabia que hacer: no habia donde sentarse, ni cuadros para fingir contemplarlos. Se abrio una puerta y salio una elegante mujer mayor. Pronuncio mi nombre y me pidio que la siguiera. Fui tras ella por el pasillo y me percate de que, pese a los tacones, se movia por el suelo blando con pasos seguros y rapidos. Abrio la puerta al final del pasillo y me hizo pasar a una sala de reuniones con unas vistas de vertigo. --?Cafe? ?Te? ?Agua? --Cafe, por favor. Solo. Asintio, hizo un leve gesto con la mano, como para darme permiso para tomar asiento, y luego me dejo sola. Se oyo un sonido de succion cuando cerro la puerta, como si se hubiera hecho el vacio en la sala. Me vi en el centro. Todos los detalles, desde el pomo de la puerta hasta los zocalos, parecian bien disenados. Era como si estuviera violentando ese interior tan coordinado por el mero hecho de estar alli. Cuando estaba a punto de sentarme en una silla, la puerta se abrio de nuevo y la elegante secretaria hizo pasar al Presidente. Era un hombre alto con el pelo espeso y viejas cicatrices de acne en el rostro y, pese a que llevaba un traje caro que podia ser importado o hecho a medida, parecia que no le quedaba bien, como si alguien hubiera vestido a una estatua. Lo habia conocido en una ocasion, cuando visito nuestra unidad. Recuerdo que todos nos quedamos de pie junto a nuestras mesas, como huerfanos que esperan ser adoptados, mientras el se paseaba con los jefes e inspeccionaba la zona de trabajo y al personal. El ambiente fue tenso y forzado durante aquella visita, y ahora la sensacion era mas o menos la misma. Dio unos pasos hacia mi y me tendio la enorme mano. --!Anna Francis, es maravilloso conocerla por fin! Me miro y, cuando lo hizo, entendi por que, pese a su poder, la gente hablaba de el con tanto carino. Tenia una expresion totalmente sincera y afable: te hacia sentir atendida, como si fueras la persona mas importante del mundo. Como si de verdad pensara que era fantastico conocerme, a mi. Estuve a punto de creerle. --El placer es mio --consegui decir. --Por favor, sientese. El Presidente hizo una senal hacia las sillas alrededor de la mesa, y mientras yo tomaba asiento el la rodeo y se sento frente a mi. --En primer lugar, me gustaria aprovechar la ocasion para agradecerle sus fantasticos esfuerzos en Kyzyl Kum. Fue esplendido, simplemente esplendido -- dijo con tanto enfasis que me plantee si la conversacion se estaba grabando. Continuo--: Espero que sepa lo contentos que estamos con su trabajo. El Ministerio tambien le envia saludos. Estan encantados, por supuesto. Hacia muchos anos que no teniamos tan buena reputacion. Somos una potencia humanitaria. Justo lo que ordeno el doctor, todos lo pensamos. Y, por supuesto, estamos encantados de haber podido apoyarla en un trabajo muy, muy importante, Anna. --Le agradezco mucho la oportunidad --me oi decir, al tiempo que me percataba de que no era el mejor inicio para mi. Solo llevabamos unos minutos de reunion y el Presidente ya habia conseguido que le agradeciera la oportunidad de destrozarme a mi misma y mi vida durante muchos anos. Resultaba obvio que era muy listo. Empece a preguntarme por que estaba ahi en realidad. El se inclino sobre la mesa. --Anna, lo que quiero comentar contigo es estrictamente confidencial. Lo que estoy a punto de decir debe quedar entre tu y yo, en cualquier circunstancia. Me miro directamente a los ojos para comprobar que realmente entendia lo que estaba diciendo. Lo entendi. Habia pasado tiempo suficiente con la junta y el ejercito en Kyzyl Kum para saber que eso significaba <>, asi que asenti. Si, lo entendia. El continuo: --Anna, ?has oido hablar del Proyecto RAN? Asenti de nuevo, y me senti aun mas nerviosa. El Proyecto RAN era de esos de los que todo el mundo habia oido hablar, pero en realidad nadie sabia que era. A juzgar por el enorme secretismo que lo rodeaba, tampoco era de esas cosas que uno desea saber. Una vez en Kyzyl Kum, uno de los soldados menciono un caso que habia asumido el grupo RAN, pero cuando empece a hacerle preguntas se mostro incomodo, casi asustado, y cambio de tema, asi que lo deje. Hay un tipo de conocimiento al que no es necesario tener acceso. --Se que existe, pero no se que es. El Presidente hizo un gesto de desaprobacion. --Bueno, en realidad prefeririamos que ni tu ni nadie supiera ni siquiera eso. --Se inclino un poco mas sobre la mesa--. Antes de seguir, Anna, necesito saber si puedo contar con tu discrecion. Si no, la reunion ha terminado. Trague saliva y sopese las opciones que tenia. Ninguna. --Por supuesto --conteste--. ?De que se trata? El Presidente, satisfecho, dejo una carpeta sobre la mesa. <>, pense confundida. No habia visto ningun maletin, y la mesa estaba vacia cuando entramos en la sala. --Anna, estas aqui hoy porque queremos tu ayuda. Como imaginaras, tiene que ver con el Proyecto RAN. No te voy a abrumar con demasiados detalles, solo una cantidad limitada de personas tiene acceso al trabajo del grupo, y ahora, por lo que parece --se reclino en la silla y suspiro antes de continuar--... por lo que parece, el brazo operativo del proyecto ha sufrido una desercion. El hecho es que nos falta un hombre, o una mujer. La frase quedo suspendida en el aire y a mi se me seco la boca. --Le agradezco mucho su confianza en mi, pero no estoy segura de que yo... Me calle al ver la cara de estupefaccion del Presidente. Me miro unos segundos con las cejas levantadas y luego solto una fuerte carcajada amable. --!No, no estoy insinuando que tu formes parte del grupo RAN! No, querida Anna, debo decirte que tenemos otros candidatos con... bueno, distintas cualificaciones. Pero nos gustaria que nos ayudaras durante la fase de seleccion. Senti una verguenza increible, como cuando respondes a un saludo y luego ves que iba dirigido a alguien que esta detras de ti. Me la trague lo antes posible y procure continuar. --?Como puedo ayudar? El Presidente dio una palmada. --Estoy seguro de que entenderas que estamos viendo a muchos candidatos ahora mismo, cada uno con cualificaciones excelentes a su manera. Lo que queremos hacer es ponerlos a prueba en una situacion de gran estres. Podriamos decir que es como un ejercicio de campo. Y ahi es donde intervienes tu, Anna. Tienes mucha experiencia en tratar y evaluar a gente en condiciones extremas. Servirias para valorar los puntos fuertes y las flaquezas. Sabes hasta donde pueden llegar las personas, y tambien cuando estan al limite. Ese conocimiento es unico, Anna, no mucha gente lo tiene.

  • Mi cenicienta XL de Myrian Gonzalez Britos

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    Patricia y su mejor amigo, Nahuel, luchan contra la bascula. Entre dietas y dietas viven una sabrosa historia de amistad que con el tiempo, se convierte en algo mas, un secreto que ambos ocultan uno del otro.Un dia, ella le propone hacer la dieta del sexo y el, encantado acepta. Todo va de maravilla, hasta que un malentendido los separa. Patricia siente que la tristeza y la anoranza la mataran, sin sospechar que a Nahuel le sucede lo mismo.Cinco anos despues, vuelven a hablar y el amor renace con fuerza en sus corazones, lapso en que el atractivo y misterioso multimillonario, Heinrich Holmberg, dueno de la empresa donde Patricia trabaja, aparece en su vida y pone a prueba su corazon. ?Con quien decidira quedarse nuestra cenicienta? Una deliciosa y calorica historia de amor que promete hacerte reir y llorar.

  • Vente conmigo de Marta Vidal

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    Cuando el chico del que siempre ha estado enamorada aparece dispuesto a todo por ella, Claudia ya tiene una relacion con Simon, un chico que le da todo y mas.
    En ese momento se encuentra en un dilema. Tiene que elegir entre los dos, entre la calma y la tempestad. No es facil, pero la decision no puede tardar mucho mas.

  • Delirando contigo de Irina Cristina Cretu

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    Ella es una bailarina con mucho arte. solo con ponerse de puntillas y hacer sus piruetas a su alrededor todo se calma, aunque detras de su hermosa sonrisa hay un dolor insoportable. Escondida en sus propios pensamientos y con un pasado alborotado se decide a seguir el consejo de su mejor amiga y esta decision hace que por un tiempo sus penas se suavicen. Con un solo click en su portatil, conoce al hombre que le ensena a delirar en su propio mundo. Viven una vida llena de inseguridades, confusiones y secretos, pero con un simple roce entre sus miradas, aprenden a perdonar lo que parece imposible. Cambian el odio por el amor, las lagrimas por sonrisas, y construyen su propio cuento voluptuoso, sensual. Sin embargo, ?conseguiran que el destino permita un final feliz para los dos?

  • Cuando el cielo se queme de Jordi Sierra I Fabra

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  • Un amor de emergencia de Aitor Ferrer

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    Cuando conoces a esa persona de la que te enamoras, te hace sentir completo, que todo lo tienes, que sereis felices para siempre, que, como dicen en los cuentos, comereis perdices, y llegado el momento de afianzar la relacion lo haces. Te lanzas a la piscina, compras el anillo mas bonito que has visto en tu vida, te arrodillas despues de una cena en plan sorpresa y haces la pregunta que cambiara tu vida y la de esa persona, para siempre. --Celia. ?Quieres casarte conmigo? Esa, esa fue la pregunta que, cuando tenia treinta y un anos, cambio mi vida. Celia y yo nos casamos un ano despues, con la ilusion de sabernos enamorados el uno del otro, con el amor flotando en el aire y las ganas de formar una familia. Eso, al menos, es lo que yo pensaba. Siempre nos habia ido bien, desde que nos conocimos ya no pudimos volver a separarnos, en palabras de nuestros amigos, eramos la pareja mas envidiada del grupo. La boda fue preciosa, la luna de miel donde ella siempre habia sonado, Holanda, la casa que compramos, la de sus suenos... Todo era idilico, aquello que imagine cuando me decidi, despues de algun tiempo juntos, era lo que queria. Y a ella, a Celia la amaba como nunca antes habia hecho y, si soy sincero, como nunca hare. Si, la amaba, porque, cuando supe lo que me ocultaba, el golpe que recibi fue tan grande que deje de hacerlo. Vale, nadie deja de amar a otra persona de la noche a la manana, por mucho que lo intentes, pero con el paso de los dias, ese amor quedo en el rincon en el que ella lo dejo mucho antes, puesto que yo la quise hasta el ultimo momento que estuvimos juntos. Llevo anos ejerciendo como medico de urgencias y aquella noche sali de mi turno antes de tiempo. Cuando llegaba a nuestra casa, no me podia creer lo que veia. Mi mujer, mi Celia, una calle antes, besandose con otro, apoyados en un coche. Ni que decir tiene que no llegue a casa, no en ese momento. Me fui al piso de un companero que, por aquel entonces, vivia cerca de donde trabajabamos, tenia copia de sus llaves porque solia quedarme alli cuando acababamos un turno y habia que hacer otro de seguido. Esa noche necesitaba estar solo y pensar que era lo que podria haber pasado entre mi mujer y yo, para que estuviera con otro. A dia de hoy, esa pregunta me la sigo haciendo. Seis anos de casados a la basura y otros tantos de novios, porque decidio dejarme por ese hombre, que resulto ser un companero del banco donde trabajaba. Creia que ella era el gran amor de mi vida, la mujer con la que formaria una familia y llegariamos a ser un par de ancianos rodeados de nietos. Que ilusa puede llegar a ser la gente por amor. Cuando nos divorciamos me compre una casa, fue en ese momento y no antes, cuando comence a asimilarlo todo y empezar a sobrellevarlo. Me gusto la casa en cuanto la vi, era adosada y con un pequeno jardin donde podria disfrutar de una de mis pasiones, los libros, y garaje. Pero no me vine solo, mi hermana Judith, una psicologa diez anos menor que yo, se compro la casa de al lado, pasando a ser mi vecina, asi que vivimos puerta con puerta. Cuando le ensene la casa que iba a comprar, ella se enamoro y dijo que queria otra, asi que nos lanzamos a la aventura los dos, de ese modo no me sentiria tan solo, siendo realista. Y es que, Judith, ademas de mi hermana, siempre ha sido mi mejor amiga, a pesar de la diferencia de edad. Podriamos haber seguido viviendo con Lidia, nuestra madre, puesto que ella estaba sola desde que murio nuestro padre cuando nosotros eramos pequenos, pero tanto Judith como yo, queriamos esa independencia y no darle disgustos ni quebraderos de cabeza, no mas de los necesarios. Ademas, mi madre tiene su vida, sus amistades y esos viajes que planean y visitan lo que quieren. Con la pension que le quedo de nuestro padre, que era juez, se mantiene y vive bien, eso si, desde que nos compramos la casa, solemos cenar todos juntos alguna noche en casa de mi hermana o en la mia, y ella se queda en la que toque a dormir, nos echa de menos y es normal, siempre seremos sus polluelos. Hacia dos anos de aquello, de la separacion de mi mujer, esa a la que tanto quise y por la que di siempre mi vida. Con ella lo tenia todo, lo queria todo y sabia que me costaria volver a sentir una conexion tan fuerte como la que tuve con ella. Mi hermana solia preguntarme si me dolia pensar en mi ex mujer. Claro que dolia. Habian sido muchos anos juntos, anos en los que lo ultimo que sentia al acostarme eran sus labios sobre los mios con ese beso de buenas noches que, durante semanas, tal vez meses, tanto extrane. Dolia, porque nunca habia concebido una sola manana sin ella a mi lado, sin nuestros desayunos entre risas, quedar para comer cuando yo no tenia turno, pasar un sabado en el centro comercial de tiendas, en el cine o cenando en nuestro restaurante favorito, ese en el que le pedi matrimonio y al que no volvi a ir tras el divorcio. Y, dolia, porque cuando supe que aquello era real, que la habia perdido sin saber por que, decidi que era hora de dejar todo atras, todo lo que me recordara a ella, y hasta cambie mis cuentas a otro banco. El simple hecho de ir por alli y verla a ella, o a los dos, era insoportable. Habian pasado dos anos de mi divorcio, dos anos en los que mi madre y mi hermana fueron mis pilares, esos que me sostenian cuando ni yo mismo me soportaba. Fueron ellas las que me levantaban el animo y me obligaban a salir, las que dejaban todo por mi, sus noches de cenas con amigas, sus viajes, sus dias libres. Todo. Dos anos, quien lo diria cuando a mi me parecia que apenas hubieran pasado unos meses. Pero estaba superado, de eso no me cabia la menor duda, el dolor de la perdida se acabo, igual que para ella se acabo aquel amor que una vez sintio por mi. En este tiempo habia conseguido recomponerme y me dedicaba en cuerpo y alma a mi trabajo, a hacer aquello que siempre quise, ser medico. Tal vez haya quien pueda decir que soy un sensiblero, que no es de hombres llorar. Pero, ?acaso no tenemos los hombres tambien un corazon que bombea y late? Por supuesto que si, y es ese, el corazon de toda persona, el que mas sufre el dolor de saber que se ha amado a alguien con toda la fuerza de uno, y mil latidos, y descubre que, para la otra parte, ese sentimiento se acabo, en el tiempo exacto que dura el aleteo de una mariposa. Como he dicho, una de mis pasiones son los libros, la otra es el cine, y en lo que respecta al amor, esta es una de las mayores verdades que he leido nunca: <> Capitulo 1 --Mujer, treinta y cuatro anos, accidente de coche, no responde a los estimulos, pero tiene las constantes vitales estables. --Vamos para quirofano --dije, mientras pedia a otro companero que avisara a mi equipo. Traumatismo craneoencefalico, un brazo roto, pero lo peor era el golpe en la cabeza que la mantenia inconsciente. Una vez que se le trato todo, se la llevaron para cuidados intensivos, asi que mande a que localizaran a su familia, tenian sus datos, se llamaba Ruth. La manana se me paso volando y cuando me di cuenta ya era la hora de irme, era lo que tenia trabajar en urgencias, que no parabas, ademas, yo era el jefe con lo cual era hacer de todo, menos estar cruzado de brazos. Sali de alli y me dirigi a ver a mi vecina, o sea, a mi hermana, habia salido temprano de trabajar y me dijo que estaba preparando un buen pescado al horno, asi que no me pude resistir. --Hermano, te juro que hoy por poco me da un soponcio. --?Que te paso? --Me vino a la consulta Pedro. --?Tu ex? --Ese mismo... --Volteo los ojos. --?Y que queria? --Una sesion --solto una carcajada. --?No me digas? --Asi mismo, total que le di una cita para la semana que viene en la que me contara sus penas, por lo visto su novia lo dejo, asi que me toca hacer de hombro donde llorar. --Madre mia, para lo que hemos quedado. --Yo, ni que tu lo tuvieras que atender --reia. --Tambien es verdad. --?Y tu dia que tal? --Pues mira, lo mismo de siempre, accidentes, colicos y demas. --!Viva la monotonia! --exclamo y me saco una risa. Descorche una de las botellas de vino blanco que tenia mi hermana, en una especie de bodega en el cuarto de la despensa de la cocina, yo tenia otra y tampoco me faltaban, en eso habiamos salido iguales. Tras una comida y una sobremesa en la que no falto nuestras charlas literarias, me fui para mi casa a descansar un rato, estaba agotado, necesitaba mi horita de sofa y desconexion del mundo. Y eso era vida... La tarde tambien se me paso en un abrir y cerrar de ojos, entre la siesta, salir a correr, ducha, cena y leer, cuando me di cuenta ya estaba roncando. Como cada manana me tome un cafe antes de salir para urgencias, mi turno era de ocho a tres de lunes a viernes, por lo que los fines de semana eran mios, aquellos en los que la tranquilidad volvia a mi vida. Llegue y pase consulta a los de cuidados intensivos. --Tenemos un problema con esa chica --me hizo un gesto, senalando a Ruth, la chica del accidente. --?Que pasa? --Desperto a media madrugada y dice que se quiere ir, pero no se acuerda ni de su nombre y a los familiares no se los ha localizado. --Dejamela a mi. Me despedi del companero del otro turno y me dirigi hacia ella.

  • Decidete, Margarita (Margarita 1) de Cinthya Huerta

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    ?Estarias dispuesta a enamorarte de alguien diez anos menor que tu, luego de un fracaso amoroso?

  • !Hector, Victor no, Hector! – Judith Galan de Judith Galan

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    Hector, dos anos despues de su divorcio, cree estar viviendo una vida perfecta: abogado de exito, apartamento de lujo, fiestas nocturnas, whisky y sexo, mucho sexo.
    Naira, despistada e incapaz de recordar los nombres, esta pasando por un momento algo complicado, pero el amor de su marido y su profesion como periodista colman su vida de felicidad.
    ?Puede una historia de amor empezar sin un flechazo? ?Y si cambiamos el orden de la formula amor-matrimonio-hijos? ?Conseguira Naira recordar el nombre de Hector? ?Conseguira Hector volver a ser el muchacho humilde que era antes de su divorcio?
    Dos anos de castigo y un hermoso pueblo son las claves de esta divertida e insolita historia de amor.

  • Cuando vuelva a encontrarte de Mar Carrion

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    Para la adinerada familia de Alice Mathews lo mas importante es el exito profesional, el dinero y las apariencias, por eso, para Wayne Mathews, el tirano de su padre, el unico futuro posible para su hija
    es que se convierta en la abogada de la empresa que el dirige en Chicago. Recien licenciada, Alice se traslada a Nueva York para realizar las practicas en el bufete de un amigo de su padre. Sin embargo, ahora que esta tan lejos de casa y del control del patriarca, encontrara una oportunidad maravillosa de ver realizados sus propios suenos.

  • Secuelas de un Amor (Destino 1) de Marcia Aqova

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    Valentina Evans sabe mucho de corazones rotos, de heridas profundas, de errores cometidos, pero se ha esforzado para que su pasado quede solo como un mal recuerdo, una pesadilla de la que se desperto mas fuerte y entera. Ahora los chicos ni siquiera logran impresionarla hasta que se siente atraida por unos asombrosos ojos azules con los que conecta y le despierta sensaciones nuevas.