Ver todos los libros de: Maria Beatobe
Cuando levante la mano para llamar al taxi y alguien me agarro la muneca con contundencia crei morir. No queria darme la vuelta y encontrarme de bruces con Mora. Empece a notar sudores frios por la espalda y tenia la respiracion entrecortada. Senti que me desmayaria en ese mismo momento. El taxi paso de largo sin darme tiempo a pararlo de nuevo. Hasta que, con mucho miedo, empece a girarme para ver quien me sostenia la mano con esa firmeza. Cabizbaja y aterrada, con la mirada clavada en el suelo, me di la vuelta despacio y lo primero que me encontre fueron unos zapatos oscuros; continue mirando hacia arriba hasta que le vi la cara. --?Estas bien? Era Gael, el amigo de Hugo. No habiamos empezado con buen pie, pero ahora mismo me valia cualquier persona que no fuera Mora. --Eh..., si, si --respondi soltando mi mano de la suya como si me quemara. --?Seguro? --!He dicho que si! ?Es que no me has oido? Gael abrio los ojos, sorprendido por mi respuesta y, sobre todo, por el tono. --Vale, tranquila --respondio alzando las manos--. ?Ibas a coger un taxi? --Si, pero gracias a ti ya lo he perdido. --Lo siento, me parecio verte llegar algo nerviosa y aturdida. Tampoco tienes que ponerte asi. --Pues me has visto mal. Asi que te agradeceria que te marcharas y me dejaras buscar un taxi a mi solita. Era cierto que habia llegado exacerbada y confusa a la parada de taxis, pero no podia reconocerselo. Hacerlo provocaria que me preguntara por que me encontraba en este estado y conllevaria contarle lo que me acababa de pasar con Mora, y eso no podia hacerlo. No debia decirle lo que habia ocurrido, ni a el ni a nadie. No podia arriesgarme a que cumpliera su promesa de hablar con su padre y tratar de despedir al mio de su nuevo trabajo. Nos hacia falta el dinero y no iba a perderlo por mi culpa. --Tu misma --dijo molesto mientras se daba la vuelta con decision y me daba la espalda. Agradeci que no hiciera mas preguntas, porque estaba segura de que si insistia mucho acabaria derrumbandome y contandole lo que me habia hecho Mora, y solo pensar en las represalias que pudiera sufrir por sincerarme con alguien hacia que me paralizara aun mas. Se marcho con las manos en los bolsillos caminando a buen paso hacia la discoteca, donde esa noche habiamos empezado la fiesta que finalizaba de una manera muy amarga. Que contradictorios son los acontecimientos de la vida, ?verdad? Sales de casa con la mayor ilusion del mundo, con ganas de disfrutar a tope con tus amigas, y la situacion se da tanto la vuelta que acabas corriendo aterrada, de madrugada, por las solitarias calles de Madrid, huyendo de alguien en quien confiabas y que ha intentando abusar de ti. Ya solo el pensamiento me bloqueo aun mas. Volvi levemente la cabeza y vi como Gael llegaba hasta la puerta del local, donde se encontro con Hugo. Le dijo algo al oido y su amigo miro directamente hacia mi con el ceno fruncido. Justamente cuando vi que Hugo empezaba a caminar en mi direccion, pare un taxi y me monte sin mirar atras. 17 Llegue a casa como veinte minutos mas tarde de mi toque de queda, pero mis padres no me dijeron nada. No se si se hicieron los dormidos o realmente lo estaban, cosa que agradeci enormemente. Me extrano que mi padre no hiciera ningun ruido al oirme llegar. Lo unico que queria hacer en ese momento era darme una ducha y quitarme todo lo que quedara de ese impresentable que habia intentado propasarse conmigo esa noche. Debia hacer desaparecer cualquier huella, olor o recuerdo que hubiera quedado impregnado en mi cuerpo. No queria saber de el absolutamente nada. Y ahora que habiamos acabado ya el instituto, no tendria ninguna necesidad de volver a verle. Pero... ?que les contaria a mis amigas? Despues de que me vieran marcharme a casa con el, tan decidida y contenta, tendria que decirles que era un monstruo y que queria que desapareciera de mi vida para siempre. Una contradiccion muy potente como para que no preguntaran que habia pasado. Ahora era cuando tenia que inventarme una excusa creible, sobre todo eso, para que, una vez que se la contara, se la creyeran y no hicieran mas preguntas. Mientras me duchaba intentaba pensar que decirles, pero la imagen de Mora sobre mi cuerpo nublaba cualquier pensamiento que quisiera que apareciera por mi mente. Maldito cabron. ?Que hubiera pasado si no hubiera podido zafarme de el? Mejor no pensarlo. Cerre los ojos mientras mis lagrimas se confundian con el agua de la ducha que me resbalaba por el rostro. Aprete los punos con impetu para intentar soltar toda la furia e impotencia que llevaba dentro en ese momento. Queria gritar, deseaba chillar con todas mis fuerzas y que el nudo que me turbaba saliera de la garganta en forma de alarido ensordecedor. Cuando sali de la ducha, me seque el cuerpo con tanto impetu que hasta me hice dano. Queria eliminar cualquier huella que aquel malnacido me habia tatuado de por vida. Sentia tanta colera y por otra parte tanta humillacion... Me acoste y, aunque me costo mucho conciliar el sueno, acabe rendida en los brazos de Morfeo, no sin antes quedarme sin lagrimas de tanto llorar. Amaneci con los musculos del cuerpo totalmente contraidos; me dolia todo, sentia una presion en la nuca que jamas antes habia notado. Quise suponer que todo era a causa de los nervios y la tension vivida la noche anterior. La cabeza me daba vueltas constantemente al pensar si deberia contarlo o no, y en caso de hacerlo, a quien. Durante el dia no quise salir de casa ni hablar por telefono. Menti diciendo que estaba medio afonica y no queria forzar la voz, y unicamente mantuve relacion con el mundo exterior a traves de WhatsApp. Me sentia tan doblegada y sucia que me avergonzaba hasta de salir a la calle y que la gente me mirara. Tenia la sensacion de que me observarian y notarian lo que me ocurria, y era tal la aprension de que alguien se enterara, que quise ser invisible durante por lo menos ese dia. 18 NOEMI A finales de esa semana, Naira y Cloe se marcharian con Noemi y su madre a un piso que tenian en la playa valenciana de Gandia. Sus padres compraron una vivienda alli apenas nacer Noe y, desde entonces, pasaban todos los veranos en la costa. Sus padres se separaron cuando ella contaba solo con ocho anitos; no era muy mayor como para entenderlo, pero si lo suficiente como para darse cuenta de que algo en casa no iba bien. Noe recordaba con claridad el dia en que se lo dijeron. Su madre habia ido a buscarla al colegio y no la vio con muy buen aspecto. Ademas, por el camino se encontraron con la madre de una amiga del cole y ambas mantuvieron una conversacion entre susurros y con alguna que otra lagrima encubierta. --Carino, ven, sientate --le dijo su madre nada mas llegar a casa. Noe la obedecio, y a continuacion ella le empezo a explicar que hay veces en que los papas y las mamas no se llevan bien, que en ocasiones es mejor estar lejos para no discutir... y termino la charla diciendo: --Papa ya no va a vivir en casa -- sentencio ante la mirada perpleja de la nina. --?Y cuando vuelve? --De momento, no va a volver. --?Y por que, mama? --Porque asi sera mejor para todos, carino. --Pero yo quiero ver a papa. --Y lo veras, carino. --Su voz estaba cargada de dolorosa ternura--. No te preocupes. Y despues de esa frase, Fabiola, la madre de Noe, se levanto con calma del sillon, le dio un beso en la frente a su hija y se marcho a la cocina a prepararle la merienda. No recordaba haber vuelto a hablar con su madre de la separacion de su padre hasta que tuvo quince anos. Fabiola era algo reservada y Noe a veces preferia no preguntar para no escuchar cosas que no le apetecia oir. Optaba por taparse figuradamente los oidos y vivir feliz. Llamo a Naira para ver que tal habia terminado la noche, pero no le cogio el telefono; en su lugar, le mando un mensaje diciendole que estaba mal de la garganta y preferia hablar por WhatsApp. Evidentemente no se lo creyo; intuia que la cita no habia salido bien y preferia no hablar del tema. No la culpaba tampoco por actuar asi, ya que ella estaba cortada por el mismo patron; por ello tampoco insistio.
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