• carlos salem - Carlos Salem

    https://gigalibros.com/el-ultimo-caso-de-johnny-bourbon-pero-sigo-siendo-el-rey-2.html

    Siempre llego demasiado tarde o demasiado temprano a los lugares donde ya nadie me espera. Me niego a consultar el reloj de plastico en mi muneca para conocer la hora. Seria un insulto a la placidez de los gatos que reinan en el cementerio y saben que el tiempo, como suele decir un casi amigo mio, era otra cosa. En todo caso el sol, que tiene algo de gato recostado alli arriba, dice que es mediodia. La hora sin sombra. El momento en el que Peter Pan descansa y el capitan Garfio suena con hacerse unas botas de piel de cocodrilo para pisar sus propios miedos. El mediodia tiene algo de frontera. Si miras hacia delante o hacia atras, no adviertes diferencias. Y siempre hay diferencias. Yo estoy vivo, aunque desorientado. Tu estas muerta. 1/ La Dalia Roja La mitologia de la novela negra y el cine del mismo tono llevan decadas convenciendonos de que las rubias son portadoras de lios y las pelirrojas llevan la tragedia enredada en sus melenas. Se equivocan. Las verdaderamente peligrosas son las muchachas de pelo verde. La primera vez era lunes, y la vi venir a tiempo. Yo asomaba por la puerta de mi despacho y un taconeo demasiado festivo me detuvo. Entorne la hoja de cristal traslucido y la vi doblar el pasillo que viene desde la recepcion de la agencia. Delgada pero con curvas. Piernas largas y el paso inexacto de quien va pensando en otra cosa. En demasiadas cosas. Llevaba una minigabardina de vinilo rojo, un bolso muy pesado para sus hombros y una boina negra y ladeada, que le afrancesaba el rostro y le quitaba unos cinco anos a sus casi treinta. Tenia el pelo verde. Retrocedi, cerre la puerta y me pegue a la pared. Su silueta se recorto borrosa contra el cristal y el punito golpeo con timidez. --?Senor Arregui? --dijo la voz pequena, propia de quien llama a un lobo del mismo modo que a un cachorrito--. Necesito hablar con usted, por favor. Es un asunto de vida o muerte. En mi oficio, cuando alguien te dice eso, por lo general se trata de localizar a un marido que no quiere ser localizado, recabar datos para la disputa de una herencia dudosa, o un prosaico caso de cuernos. Odio los casos de cuernos. Si el cliente (o la clienta) acierta con sus sospechas y se las confirmas, te mira como si fuera culpa tuya. Y si le aportas pruebas de que su pareja no tiene ninguna relacion clandestina, creen que no has hecho bien tu trabajo, cuando, si hicieran bien su propio trabajo sentimental, no tendrian de que preocuparse. --?Senor Arregui? --repitio la vocecilla. Yo calle, como un cobarde, mientras repetia mentalmente: pelo verde, pelo verde, pelo verde, pelo verde, pelo verde. Estudie los rodapies del despacho, en busca de una hormiga. En un tiempo, sembraba los rincones de migas de pan empapadas en agua y azucar, para convocarlas. Pero desde que en verano hicieron la desinfeccion anual de las oficinas, me siento un poco mas solo. --Me voy, senor Arregui --se dio por vencida--. Pero volvere. Y yo senti lo que habran sentido los japoneses cuando MacArthur pronuncio esa misma frase en 1942. El tozudo general yanqui cumplio su amenaza. Y la chica del pelo verde tambien lo haria. Como corresponde a un hombre de mi historial, habituado al peligro, espere una hora y media antes de salir de mi escondite. Mariana, la secretaria, se habia marchado a comer y me ahorro el trabajo de reganarle por dejar pasar a un cliente a mi despacho sin avisar. Tampoco le habria dicho nada. Desde hace seis anos mantiene una relacion sentimental con Maximo Legrand, mi socio, y aunque ella se sigue comportando como siempre, yo no acabo de hallar la manera de tratarla. Supongo que no me incomoda tanto que Legrand le doble la edad, como el hecho de que estan enamorados. Los enamorados creen que solo ellos respiran de verdad y en todo encuentran motivo para la maravilla. Resultan agotadores. Max y Mariana mantienen el tipo en la agencia, pero fuera no se sueltan de la mano ni para rascarse la nariz. No exagero. Solemos quedar a tomar una copas en el Malone y los he visto, a el mover apenas la nariz, y a ella, alzar las manos entrelazadas para rascarsela sin soltarse. Empalagan. Y me provocan cierta envidia. Mucha. Yo queria ser asi con Claudia, pero no podia. No sabia. Cuando a uno le cuesta expresar sus sentimientos, en lugar de hacer algo al respecto, se dedica a lamentarlo como si dijera <> y lo sigue haciendo hasta que es demasiado tarde. Despues de que Claudia muriera, hace ya casi once anos, he pensado muchas veces en todas las tonterias que me hubiera gustado compartir con ella. Pero ya no podia. Siempre llego demasiado tarde o demasiado temprano. Como el dia en que la mataron. Pero eso es otra historia. Siempre es otra historia. 2 / El viaje de su vida Fue una semana rara. De llamadas raras y visitas inesperadas. Ya casi me habia acostumbrado al trabajo rutinario del despacho, y la inminencia de mi cincuenta cumpleanos me tenia bloqueado. Hubiera sido inutil hablar del asunto con mi socio. Maximo Legrand me hubiera dicho, como siempre, que yo estaba hecho un chaval, que ya quisiera uno de treinta y cinco estar tan en forma, y que lo que tenia que hacer era dejarme de ligues y volver a enamorarme, que lo de Olivia (el tambien la seguia llamando asi) no habia sido del todo culpa mia. Asi que llevaba dias tratando de evitarlo a el y a Mariana, aunque nada me salvaria de la comida de cumpleanos del viernes. Despues de comer, me sorprendio la llamada al telefono fijo de casa. No era domingo, sino lunes. Solo una persona usa ese numero y solo llama en domingo.

  • CARLOS SALEM | Casa del Libro

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    Nuevos libros de CARLOS SALEM · POPESIA · LOS QUE MERECEN MORIR · LA DERNIÈRE AFFAIRE DE JOHNNY BOURBON: JE RESTE ROI (ÉMÉRITE) D ESPAGNE · DONDE EL TIEMPO YA NO ...

  • Todos los libros del autor Carlos Salem Sola

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    16 títulos para "Carlos Salem Sola" · Follamantes · El amor es el crimen perfecto · Mujeres con gato · Minerva Watson 2: EL EXTRAÑO CASO DEL FANTASMA QUE NO ERA.

  • Carlos Salem: Libros - Amazon.es

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    1-16 de 121 resultados · Follamantes (Prosa Poética) · Hilvanar un puño con un beso · Los que merecen morir (2ªED): 111 (NOVELA NEGRA) · Besos hambrientos entre ...

  • Carlos Salem: libros y biografía autor - Lecturalia

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    Libros de Carlos Salem · Madrid me mata. 2022 · Los que merecen morir. 2021 · Donde el tiempo ya no duele. 2019 · Lo que la noche sabe. 2019 · La isla de los niños ...

  • Selección Libros Carlos Salem y opinión | Fnac

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    #Follamantes. Carlos Salem - Normal en español (Libro) ; Los que merecen morir. Carlos Salem - Normal en español (Libro) Publicado en 03/2021 ; Memorias ...

  • Carlos Salem | PlanetadeLibros

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  • Carlos Salem Libros y Talleres

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    Nuevo libro,esta vez de humor. › https://editorial-adarve.com/carlos-salem-publica-con-editorial-adarve/ El afamado autor de novela negra —entre otras— ...

  • Carlos Salem Sola - Babelio

    https://es.babelio.com/auteur/Carlos-Salem-Sola/55119

    Biografía, bibliografía, lectores y citas de Carlos Salem Sola. ... y los libros de relatos "Yo también puedo escribir una jodida historia de amor" (2008) y ...

  • Los que merecen morir - Carlos Salem | Alrevés Editorial

    https://alreveseditorial.com/libros/los-que-merecen-morir

    Carlos Salem. «Me llamo Nadie» será lo último que escuchen las víctimas de este asesino sin rostro antes de su último suspiro. Su misión, ejecutar a ...

  • La tierra que pisamos de Jesus Carrasco Jaramillo

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    Hoy me ha despertado un ruido en mitad de la noche. No un ronquido de Iosif, que, raro en el, a esa hora dormia a mi lado en silencio, medio hundido en la lana del colchon. He permanecido tumbada, con la mirada detenida en las vigas de haya que sustentan el techo, apretando fuertemente las sabanas en busca de una firmeza que el lino, tan sutil, me ha negado. Durante un buen rato me he quedado quieta, con los hombros contraidos y las manos cerradas. Queria volver a escuchar el ruido con nitidez para poder atribuirselo a alguno de nuestros animales y asi, tranquila, regresar al sueno. Pero, mas alla del aire agitando las ramas de la gran encina, no he percibido nada, y entonces, como por ensalmo, el viejo mito del intruso de ojos vaciados por la codicia se ha agarrado a mis tripas y ha empezado a devorarlas. Es agosto, las hojas de guillotina estan subidas hasta los topes y una brisa perfumada y calida mece los visillos. Los hace danzar de un modo tan hermoso que, en esta epoca, durante mis desvelos, me siento contra el cabecero y me quedo embelesada viendolos ondear cual delicados pendones. Aspiro las fragancias que el aire trae y que, por momentos, desplazan a los aromas estancados del cuarto. Llegan en oleadas, de la misma manera que el mar va depositando en la orilla los restos de un barco naufragado. En primavera el azahar de los naranjos florecidos lo ocupa todo, especialmente cuando cae la tarde. Dias antes de que eso suceda, el arbol siempre envia un mensajero. Jornadas todavia frescas en las que, repentinamente, un hilo fugaz avisa de que, en algun lugar de los contornos, la vida ha sido convocada a su renacimiento. Con los punos llenos de tela y los ojos cerrados, he tratado de concentrarme en la oscuridad exterior. Y asi, he imaginado que me asomaba al porche elevado sobre el fragante cesped que rodea la casa y, desde alli, he dirigido mi atencion hacia el frente, al lugar donde el predio se asoma al valle. A lo lejos titilan las farolas de gas del pueblo, encaramado como un galapago a las faldas del castillo. En mi mente desciendo los escalones de madera y camino unos pasos sobre la hierba humeda hasta la verja que domina el huerto de la terraza inferior. No oigo nada alli, ni siquiera el aspero roce de las hojas ya secas del maiz. Me giro hacia la casa para recorrer la parte trasera de la propiedad. En los tiestos sujetos a la balaustrada del porche crecen formas confusas. La campana de alarma cuelga del tejadillo sobre ellas y su cuerda casi las toca. A la izquierda del edificio se levanta la gran encina, un ser poderoso y rotundo, cuya copa invade parte del alero. Al otro lado, entre la vivienda y el camino, el pequeno establo con sus ventanucos enrejados y sus tejas alomadas. Dentro, ni siquiera se oye a la yegua rascar el suelo de pizarra con sus herraduras. Tampoco se oye a Kaiser, nuestro perro; era de suponer, porque es sin duda el animal mas indolente que se pueda imaginar. <>. Y yo quiza sonrei por la ocurrencia y seguro que le di la razon para que se marchara pronto. Al parecer hay un lince, o un lobo, que lleva varias semanas merodeando por los alrededores del pueblo y que ha matado, dicen, a varias ocas y a algun cordero. Me lo conto el doctor Sneint en el dispensario de la guarnicion la ultima vez que fui al castillo en busca de las medicinas de Iosif. Mientras colocaba los frascos en mi alforja, el se levanto y, despues de repasar someramente los lomos de su biblioteca, extrajo un atlas de fauna iberica y me lo mostro. Del grabado me llamaron la atencion las patillas colgando a los lados de la boca y el aspecto puntiagudo de las orejas. <>. Tanto la idea de buscar los excrementos como la de abrirlos me resulto en aquel momento repugnante, pero luego, ya de vuelta a la casa, encontre las heces y no pude resistir la tentacion de revolver en ellas con un palo. Hacerlo no me resulto desagradable. Olian a conejo y, por su aspecto, se diria que esos animales solo se alimentan de pelo. Me he levantado y he prendido la lampara que tengo sobre la mesilla. Asomando el cuerpo sobre el alfeizar, he movido la luz a un lado y a otro en busca de signos del animal, pero enseguida me he dado cuenta de que la luna llena iluminaba mas que mi farol y he terminado por apagarlo. En cualquier caso, no he apreciado nada extrano. Quiza mi luz lo haya espantado. Los animales seguian tranquilos y yo he dejado que el aire templado que asciende por el valle me acaricie la cara. La luna llena tenia de un extrano amarillo las nubes detenidas sobre la llanura distante. He cerrado las contraventanas y me he vuelto a meter en la cama. Mientras regresaba el sueno, de nuevo mirando al techo, he reparado en que no hay hayedos en esta parte del pais. www.lectulandia.com – Pagina 7 2 Lo veo por primera vez con la manana bien entrada, mientras arreglo los geranios. Los pliegues de su chaqueta se cuelan por entre las lamas blancas de la verja que da al huerto, justo enfrente de mi. Iosif descansa en su mecedora a mi lado, aunque decir que descansa es, de algun modo, redundante, pues se pasa el dia recostado: en la cama, en el sillon del salon y, durante el buen tiempo, aqui, en el porche. Lo levanto cada manana, lo visto y lo siento donde corresponda segun la epoca del ano. Le agarro del codo y el, con pasitos cortos, se deja llevar de un lado para otro como un perrillo complaciente. La enfermedad lo ha reducido a una minima expresion de lo que fue. Un hombre que ha tenido a su mando divisiones, que ha dispuesto de las vidas de otros hombres, que ha asediado ciudades y pasado a cuchillo a enemigos y sediciosos. Me pregunto si sus viejos adversarios, aquellos a los que sometio hasta convertirlos en subditos de su majestad, conservaran la antigua furia con la que, sin duda, rindieron sus armas a este hombre a cuya sombra he vivido y cuya sombra es ahora todo lo que respiro. Su mente opera de manera discontinua y lo mismo pasa dos semanas callado, con la cabeza caida, incapaz siquiera de levantarse solo e incluso haciendose sus necesidades encima, que comienza a regir de manera repentina. En esos episodios, de duracion indefinida, se incorpora a la vida cotidiana tan plenamente que parece que nunca la hubiera abandonado. A veces regresa y se comporta igual que un paciente caprichoso. Si estamos en la cocina y me esta viendo cortar verduras, me exige que haga trozos grandes, y me explica, por enesima vez, que a el le gusta notar lo que esta comiendo. <>. En ocasiones, su cordura se remonta al pasado y se dirige a mi como si yo fuera parte de un recuerdo; me llama <> o <>, con tono marcial o almibarado, segun el caso. Y lo extrano es que nunca en la vida, ni cuando estabamos prometidos, me llamo asi, <>. Se diria que entre las grietas de su cerebro reverdecen viejos anhelos o el recuerdo de otra mujer a la que, sin duda, deseo durante sus largas ausencias; en la epoca en que las campanas se sucedian y parecia que el Imperio acabaria ocupando el globo entero. Por suerte, el que hace anos que no me visita es aquel hombre que hacia temblar los cimientos de mi mundo. El modo en que se enfurecia cuando el pequeno Thomas no declinaba correctamente, o cuando volvia manchado del jardin. Lo agarraba de la oreja, tiraba hacia arriba y casi levantaba al muchacho. Lo zarandeaba y no fueron pocas las veces en que recibio bofetones y golpes en los dedos con la regla de madera. Yo le suplicaba que lo dejara, que era solo un nino, y entonces el se volvia y me hundia con la turbidez de su mirada; la de quien ha bebido hasta hartarse la sangre bullente de los hombres. Una mirada cuyo recuerdo todavia me estremece y de la que aun quedan rastros en el fondo de sus ojos. www. lectulandia.com – Pagina 8 <>, me digo al ver los tallos agujereados. Son imposibles de exterminar y todos los anos tengo que arrancar muchas de mis plantas y quemarlas tras la casa, ya que es la unica manera de que la plaga no afecte a los ejemplares sanos. Las tomo por el tallo y las vuelco para sacarlas de los tiestos. La tierra oscura cae al suelo, siempre fresca y bien ligada, formando grumos esponjosos que yo me llevo a la nariz para embriagarme con sus aromas

  • Viajera en el deseo 3 de Ana Allende

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    Evan y yo no encontramos en la cama de la habitacion. El paquete de toallas sanitarias sin abrir entre nosostros. Esto no puede estar sucediendo, se supone que yo tengo colocado un implante en el brazo derecho queevita me vea inmersa en situaciones como estas. Trato de recordar cuando fue la ultima vez que me hice un chequeo. ?Como se supone que voy a tener un bebe de un hombre al que solo tengo un par de semanas conociendo? Todo esta sucediendo muy rapido, miro de reojo a Evan y esta practicamente pasmado; no emite ningun tipo de comentario. Sentado, con la boca entreabierta y los ojos muy grandes. No me sorprenderia que ahora mismo recogiera sus cosas y corriera lejos. Corro al bano y comienzo a vomitar, creo que todo lo que he comido los ultimos dias empieza a salir. Siento como si estuviera dentro de una pelicula de terror. Alguien esta parado en la puerta del bano, no hace falta levantar la cara para saber que es Evan. --Si tienes que irte, vete. Intento contener las lagrimas, pero cuando me toca y me abraza lloro desconsoladamente. --No tienes que disculparte. Yo si debo irme. No puedo creer lo que me esta diciendo ?de verdad se alejara de mi? Evan me planta un pequeno beso en el cabello y escucho como se marcha y cierra la puerta. Se fue. Tirada en este frio piso del bano, levanto la cara y me percato de la soledad de mi cuarto. No me habia dado cuenta hasta este momento de lo oscuro y triste que puede ser la soledad de un cuarto. Cojo fuerza y me levanto. En el espejo mis ojos rojos de tanto llorar, el cabello despeinado,ojeras y palidez. Me veo horrible y desastrosa, tanto por dentro como por fuera. ?Lo puedo culpar? Aun si hubiera sido planificado seria una sorpresa muy grande para una pareja que todavia se esta conociendo Empiezo a pensar que todo esto es un error pero me coloco la mano en la barriga y pese a todos los nervios y preocupaciones que puedo tener y la enorme tristeza que me embarga solo puedo sonreir. Una sonrisa enorme que detiene mis lagrimas y llena de calidez mi corazon. Justo en este momento me doy cuenta que esto no es un error, es una bendicion, dentro de mi crece una personita que todavia no sabe de tristeza, ni de problemas, ni de nada, solo debe de saber de amor, el amor que sentian sus padres cuando lo estaban haciendo aun sin saberlo. Abrazo mi abdomen y sonrio aun mas grande si es que es posible, ya no tengo dudas, solo tengo amor, amor por mi bebe, ya que acepto que sere mama. Despues de ver a mis padres sacare tiempo para ir al medico, todavia tengo que hacerme una prueba de embarazo porque aunque todos los sintomas lo indican no tengo una prueba que lo avale. Cuando me estoy vistiendo veo que la maleta de Evan sigue en el cuarto, tal vez corrio tan rapido que la olvido y seguro manda por ella ahora mas tarde. --Buenos dias, nana. --Buenos dias mi nina. --?Sucede algo? --No se, dimelo tu. ?Donde esta Evan? ?Se pelearon? Recuerda mi nina que en el exito de una relacion se encuentra la paciencia. --Si, lo se, pero no te preocupes, todo estara bien. --Eso espero porque ese muchacho es perfecto para ti, no lo vayas a perder. Cuando salgo de la casa me siento calmada y feliz, pero en cuanto entro a mi carro, lo prendo y escucho Girls like you de Maroon 5, y mi estado de animo cae en picada. A Evan le encanta esa cancion; anoche me la canto camino a casa, jurandome que nunca habria una chica como yo para el y que me querria para siempre. Cuando llego al hospital mis padres se encuentran muchisimo mejor, ambos me preguntan por Evan y para no preocuparlos les digo que se esta haciendo cargo de una eventualidad que salio en uno de sus restaurantes. Una enfermera entra para sacarles un poco de sangre para unos examenes que deben hacer, mientras la enfermera se entretiene con mi madre, mi padre me mira con ojos de intriga. --?Estas bien? --Si. Me alegra que esten en tan buen estado de salud. --Sabes que no me refiero a eso. ?Todo bien con Evan? --Claro, lo que pasa es que anoche me dormi tarde y me siento cansada todavia. --Helen, ?recuerdas cuando estabamos recien casados? --!Como olvidarlo amor!, las noches en vela riendo, conversando y haciendo el amor… Paso la tarde con mis padres. Cuando les vuelvo a contar lo de Leah con lujos y detalles ambos se emocionan y mi mama hasta llora un poco, todos coincidimos que Carter es un buen muchacho y que de verdad la quiere. --Quisiera tener el dinero suficiente para ayudarla con la boda --dice mama--. Ella se merece una boda de ensueno. --Pero el desgraciado de Tom nos dejo con lo suficiente para vivir; a mi tambien me gustaria ayudarle, ella es una buena chica, pero ahorita no estamos en la disposicion de ayudar a nadie. --Por cierto, mi nina, ?ethan como ha sobrellevado todo esto? --No lo se mama, no he hablado con el desde... bueno desde un percance que tuvimos. --Es una lastima que ese pobre muchacho haya tenido que pasar por tanto, en tan poco tiempo. Yo asiento con la cabeza; ella se refiere a la vida que el ha llevado, su madre murio cuando el tenia 8 anos de edad, le diagnosticaron cancer de mama, ella se sometio a todos los procedimiento pero no fue suficiente y fallecio rapidamente. Ethan es hijo unico, al igual que su madre y su padre, sus abuelos fallecieron unos antes de la muerte de su madre y otros despues, es decir que el nunca conto con nadie en cuanto a apoyo o lo que fuere. No tuvo primos ni tios ni nada, despues de la muerte de su madre su padre fue su unico apoyo, pero no sabia como manejar la perdida de una esposa y se perdio en la bebida un tiempo hasta que mi padre lo ayudo a salir de eso y hacer una mejor persona o eso fue lo que nosotros pensabamos. Creo que despues de todo le debo aunque sea una llamada para ver si esta bien, me prometo a mi misma hacerlo despues que salga de todo esto de mis padres y de... mi supuesto embarazo. Son las 3 de la tarde, mi consulta con el ginecologo es a las 4 y no quiero llegar tarde, asi que sutilmente me despido de mis padres. La secretaria me llama, es mi turno, asi que respiro hondo y me dispongo a afrontar la situacion mas dificil de mi vida. Despues de un par de preguntas hechas por el medico. Aunque me manda a hacer un examen de sangre, me da una caja con un dispositivo casero para que salgamos rapidamente de dudas. Hago exactamente lo que dice la cajita, coloco unas gotas de orine en el dispositivo, le pongo la tapa, salgo del bano y se la entrego al doctor; esperamos los dos minutos mas largos de mi vida y cuando el doctor ve la prueba y sonrie, ya no necesito mas afirmacion, estoy embarazada. --?Quiere que le realice un ecograma en estos momentos o desea esperar darle la noticia al padre y venir junto con el? Me imagino que este embarazo no es deseado, pero le aseguro que cuando tenga a su bebe en los brazos por primera vez todo eso que siente en este momento pasara y despues sera la mujer mas feliz del mundo. Me dirijo al carro y conduzco hasta mi hogar, no se si es por el embarazo pero me siento agotada, solo quiero acostarme en mi cama y llorar un poco por el hombre que quiero pero que ya no tengo. Cuando entro a la casa Maria me esta esperando con mi cena lista. --Evan estuvo por aqui. Se llevo su maleta, me dijo que se contactaria contigo. Tienes que decirme lo que sucede. --No es nada; tuvimos una discusion la otra noche pero de seguro lo resolveremos. Me dirijo a mi habitacion, entre lagrimas me bano, me visto y me acuesto, me quedo dormida y sueno con un cuarto rosado, una cuna y una bebe hermosa blanca como la nieve con los ojos como los mio. CAPITULO 2 Me encuentro profundamente dormida, inmersa en un fantastico sueno. Evan y yo acurrucados en la cama, el diciendome cuanto me ama y yo respondiendole con besos y mimos; todo es tan bonito que inmediatamente se que es un sueno. --Por dios maria dejame dormir un poco mas. --No soy Maria. --?Que haces aqui? Pense que habias regresado a Madrid. --?Como me voy a ir? --Te fuiste Evan, en el momento que mas te necesitaba. --No es lo que piensas amor. --?Y que es? --Estaba organizando las cosas. --?Que cosas? Habla. --?Confias en mi? Evan conduce un auto nuevo. Voy entretenida mirando por la ventana, pensando en la curiosidad que me ocasiona el saber que es lo que tiene que mostrarme Evan. Desde que nos montamos en el vehiculo no ha emitido ni una palabra y no se si eso sea algo bueno o algo malo, pero trato de no pensar mucho porque las lagrimas amenazan con aparecer de nuevo. Aparcamos frente a una hermosa casa, se podria decir que es la tipica casa de sueno americano, Evan se baja del vehiculo sin mediar palabra y yo hago lo mismo aunque el no me lo ha pedido, pero este lugar me causa curiosidad y quiero saber para que me trajo. --?Que hacemos aqui, Evan? Cruzamos la pequena cerca blanca y caminamos por el amplio jardin de la casa, es hermoso, tiene mucha grama y dos arboles grandes en cada lado, uno tiene un columpio y eso me hace sonreir y tocar mi estomago de manera inconsciente. a ese lugar, suelto su mano me cruzo de brazos y me preparo para preguntarle. --?Que te parece la casa? --Es linda, pero no entiendo que tiene que ver todo esto conmigo. --Pues tiene que ver todo contigo. Lamento mucho que pensaras que te abandone. --Haberte rescatado ese dia en la cafeteria de Madrid fue lo mejor que pude haber hecho en mi vida, despues de eso quede enganchado a ti y cuando me diste la oportunidad de estar contigo supe y te lo dije que ya no seria capaz de dejarte ir. Compre esta casa para ti, para nosotros, para que sea nuestro espacio, nuestro hogar. Se arrodilla mientras mis ojos se agigantan por un segundo y mi boca se abre escandalosamente. --Hanna Moore ?quisieras ser mi esposa y compartir todo esto conmigo? --?Como me puedes pedir que me case contigo si ni siquiera estas seguro si estoy o no embarazada? --Eso no importa amor, no te pido que te cases conmigo por el bebe, te pido que te cases conmigo porque te amo y porque quiero un hogar contigo. Ahi nos encontramos por un par de minutos y cuando de su bolsillo trasero saca una pequena caja y me la entrega me doy cuenta que todo esto esta sucediendo en realidad. All abrirla me encuentro con una argolla de oro blanco y en su centro un hermoso diamante rosado en forma oval, lo miro y veo una pequena chispa en sus ojos y no puedo evitar sonreir, pero antes de ponerme el anillo debo ser sincera y sacarme unas cuantas espinas del pecho. --Evan ?estas seguro que esto es lo que quieres? --?Que parte no entiendes? Quiero estar contigo. --Aun si fuera cierto que estoy embarazada no debes sentirte responsable, estamos en pleno siglo XXI, yo puedo salir adelante. Me toma de las manos, me mira a los ojos y sonrie. --Hanna, desde que te conoci supe que no habia nadie mas perfecta para mi que tu, con o sin bebe.

  • Sexo Duro y Salvaje de Sara Toledano

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    Nina Mala: Sumisa Adiestrada por el Dominante Millonario

  • Beso de angel de R. M. De Loera

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    --ME VOY. Adrian fruncio el ceno mientras su manzana de Adan subia y bajaba con brusquedad. Esos ojos azules pretendieron descifrarme, pero me obligue a permanecer con la postura correcta y mostrar impasibilidad en mi rostro. Intento hablar en un par de ocasiones hasta que crei entender: --?Decidiste participar en ese concurso en Lerma? En mis labios aparecio una sonrisa incierta y asenti, pues no estaba segura de que mi voz fuera capaz de emitir sonido alguno. Ni siquiera sabia a donde me dirigiria, porque solo habia vivido en ese barrio los ultimos ocho meses. Por mi trabajo, era una errante y no llame hogar a ningun lugar hasta que llegue a Pinilla. El nego y crei ver que movio los labios a un lado como si mis acciones le desagradaran. Tuve que recordarme una y otra vez que la desilusionada era yo y que el no tenia ningun derecho a sentirse dolido. Incluso estaba segura de que solo era mi imaginacion. Solto el aire de golpe y anadio: --Te deseo lo mejor, Sofia. Pense que diria algo mas, pero metio las manos en los bolsillos y se balanceo sobre los pies. Nos observamos en silencio y hasta se podria decir que estabamos paralizados. Eramos un mundo aparte del bullicio que habia a nuestro alrededor. Era hora punta y el restaurante estaba lleno. Me mordi el interior de las mejillas y desvie la mirada mientras un suspiro escapaba de mi garganta. El marco de su ultimo encargo descansaba sobre mis piernas. --?Es esa mi pintura? La primera obra que pinte para Adrian reflejaba el espiritu acogedor de su restaurante. Ahi todos eran bienvenidos… Y yo era una de ellos. A esa obra le siguieron muchas mas. Tantas, que el lugar albergaba mas pinturas de mi autoria que mesas. Y el encontro como colocarlas con buen gusto. Me obligue a observarlo otra vez y volvi a asentir, era extrano tener sentimientos tan encontrados. Existia cierta musicalidad en el chocar de las cucharas en los platos, el tintinear de las copas y la caida del vino en ellas. El restaurante se volvio mi inspiracion, amaba estar ahi. Adrian saco una mano del bolsillo, la levanto y la acerco a mi rostro, seguro que tenia alguna mancha de pintura. Mas en esa ocasion me adelante y pase el dorso de la manga. El dejo caer la mano como si acabara de perder la capacidad de sostenerla. Esos labios, que bese unos dias antes, estaban apretados en una mueca. Pedro, uno de los meseros, se acerco a nosotros. Era urgente que Adrian regresara a la cocina. El levanto el menton en senal de que lo habia escuchado, por lo demas, permanecio inmovil frente a mi. Necesitaba que se fuera, pues el escozor en mis ojos se torno intolerable. Solo tenia que entregarle la llave de la habitacion y marcharme. Despues me permitiria liberar el cumulo de emociones que me dominaban, era probable que lo hiciera en un cuadro no muy elegante. --Tendras tiempo para comer, ?no? Se giro sin permitirme responderle. En segundos, Martin, el maitre, extendio la mano con la caballerosidad que sus anos le aportaban. Pestanee con rapidez, tenia la mente en blanco. No estaba segura de que esperaba, pero no eran esas palabras. Me deje llevar por los recuerdos y con pasos inseguros llegue a la mesa de siempre. Observe el ir y venir del lugar. La maestria con que los camareros danzaban por el salon mientras Don Alvaro y Don Fermin hablaban de la bolsa de valores y unas mesas mas alla unos turistas intentaban hacerse entender, aunque sus rostros delataban lo famelicos y sedientos que se sentian. En segundos, su mesa se lleno de panes y el mas fino vino de la casa. Frente a mi, dos enamorados se susurraban palabras de amor entre risas y besos robados. Apoye la cabeza sobre mi mano y observe el exterior, no queria que se percataran de mis ojos humedecidos. Me dejaban esa mesa porque era la que ofrecia la mejor vista del salon y del rio. Martin no permitia que nadie mas la usara. Siempre decia: <>. Y es que Adrian cursaba la especialidad en reposteria y yo jamas me negue a comer sus preparaciones. Segun el, yo era su musa. Los postres mas solicitados vieron la luz en los dias en que estuve alli. Extranaria ese lugar idilico a las faldas del rio Duero. Era una estructura diminuta con varios siglos de historia, una reliquia familiar. Adrian me permitia subir las angostas escaleras de caracol para llegar a lo mas alto de la torre y observar el horizonte, la frontera entre el rio y el barrio que me robo el corazon. Le dedique una sonrisa a Pedro cuando dejo una ensalada de rape sobre la mesa con una copa de vino rosado del que, en cuanto toco mi lengua, percibi su frescura y el tono citrico. Me relami los labios por la opulencia en sabores. En cualquier otro momento, pensaria que Adrian pretendia retenerme al dedicarme sus mejores creaciones. Todo el barrio comia alli. Adrian caminaba por los mercados a media manana y compraba los productos mas frescos, en cambio ellos lo visitaban a la hora de la comida. Era un engranaje que mantenia viva la economia del lugar. Alli se saludaba a las personas por su nombre. Martin se encargo de dejar el bacalao con salsa de azafran frente a mi junto con una copa de sauvignon blanc. Antes de que se retirara, extendi la mano temblorosa y le dije: --No quiero postre. Martin palidecio y el murmullo de las mesas se evaporo. El corazon me retumbaba en el pecho, mi respiracion se entrecortaba. Ya no habia marcha atras, ese era el final. LLEGUE A PINILLA POR un concurso de pintura en la calle y, aunque no gane, a Adrian le gustaron mis pinturas. El vivia con un grupo de personas y me ofrecio alojamiento, esa fue la razon por la que acepte vivir juntos. Solo seria una excentrica mas en esa familia que el construyo. Pero despues de ocho meses, no existia una relacion entre los dos, y ese era el problema. Porque cuando el llegaba del restaurante a las dos o las tres de la madrugada, se recostaba en mi cama, sus brazos me rodeaban por la cintura y de algun modo siempre encontraba la calida piel de mi abdomen. Los primeros dias reia y lo echaba a la habitacion contigua, aunque el nunca me presto atencion. A esa hora hablabamos de Gertrudis, que tenia un gallo que adoraba y nos regalaria su canto un par de horas despues. Susurrabamos sobre Mateo y Pilar, una pareja madura de recien casados demasiado inquietos a la hora de hacer el amor. Sin embargo, la noche anterior fue la primera vez que Adrian no vino junto a mi, y un pinchazo se apodero de mi pecho como cuando una aguja encuentra tu piel sin querer. En la habitacion contigua alguien mas se dejo llevar por la pasion. Y eso que unos dias antes yo le robe un beso… Era momento de partir. ME APRESURE CON EL bacalao, que era mi platillo favorito, y de un solo sorbo bebi el vino. Abri el bolso sin poder contener el temblor de mis manos. Saque veinte euros y me puse en pie. No tenia el valor para entregarle la llave en la mano y fingir que no sucedia nada. Deje el billete sobre la mesa, junto a la llave, y sali. Camine por las calles a modo de despedida. Al llegar frente a la bodega le dije adios a Gertrudis y Pilar, sin embargo, debieron pensar que las saludaba porque se acercaron y plantaron dos besos en mis mejillas. Pilar me sostuvo entre sus brazos y fruncio el ceno. Ella y Mateo solian aconsejarnos. --Que mala pinta tienes. ?Acaso Mateo y yo nos excedimos anoche? Observe a una y luego a la otra con los ojos entrecerrados, ladee la cabeza y mis labios formaron una mueca. >>Junto a tu habitacion. --Ahi duerme Adrian. --Mi voz era apenas un susurro. Pilar asintio como si yo debiera saber que: --Dejo una nota, se fue a su viaje anual de pesca. Repeti el gesto y senale calle arriba. --Adrian esta en el restaurante. Pilar tartamudeo mientras su piel se torno de un carmin preocupante y comenzo a caminar de espaldas. Entonces se giro y partio en la direccion contraria. Abri la boca y la cerre. Una risita burbujeo de la garganta de Gertrudis quien me dio unas palmaditas en el hombro. --Quema las sabanas, comprad una cerradura e intercambiad llaves. --Me guino un ojo y regreso a la bodega. Solte el aire de golpe y por un segundo fui incapaz de moverme. Mas la euforia que bullo en mi interior me obligo a girar y correr. No obstante, Adrian se dirigia a mi como un rio fuera de su cauce. Con el impulso me levanto entre sus brazos, a pesar de su semblante petreo. --Te llevare a Lerma, esperare por ti. Contuve el aliento ante la certeza en su voz y un hormigueo dulce me recorrio. Una incipiente sonrisa curvo mis labios y me senti liviana. Me parecio que la calle reverdecia, que el cielo se tornaba rosa y anaranjado con unos toques de amarillo, y que su restaurante se convertia en una fortaleza cubierta de flores. Las cosquillas en mis dedos eran prueba inequivoca de mi deseo por capturar ese momento con mis pinceles. Me solto con suavidad hasta asegurarse de que no perderia el equilibrio y corri, los comensales estaban fuera sin perderse cada uno de nuestros movimientos. Adrian no tardo en tomarme entre sus brazos una vez mas. En mi garganta sono una carcajada efervescente. Nuestros ojos se encontraron y reconoci el resplandor en su mirada, pues debia ser un espejo de la mia. --No comi postre. --Levante las manos y enrede los dedos en su cabello. Me entrecerro en sus brazos como para demostrarme que el nunca me dejaria escapar y una chispa timida calento mi corazon. Quizas podria sonar con un futuro juntos. Aunque caminaba de espaldas, sabia que nos dirigiamos al restaurante, si bien no existia nada a mi alrededor, solo la intensidad que reflejaban sus ojos. --Te espera en tu mesa. Cubri mi rostro con las manos en un intento por detener el calor en el. Adrian me dedico una sonrisa ladeada y picara. >>Una creacion inspirada en el beso de un angel.

  • Confusion. Cronicas de los Cazalet de Elizabeth Jane Howard

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    Primavera de 1942, el mayor conflicto armado de la historia de la humanidad se adentra en su cuarto ano. Las incursiones aereas y el racionamiento son moneda corriente, el caos se ha convertido en una forma de vida. Sin embargo, algo empieza a moverse entre los jovenes Cazalet: el tiempo de espera ha terminado y el ingreso en el incitante mundo adulto parece haber llegado por fin. Bajo la petrea moral victoriana del sacrificio y el esfuerzo belico apuntan, sobre todo para las mujeres, unos habitos menos encorsetados que permiten amar y trabajar con mayor libertad. Y asi, en una sucesion de nacimientos y perdidas, de matrimonios y relaciones ilicitas, va desarrollandose la vida del clan, de sus amigos y de sus amantes, que con la cabeza alta siguen adelante y suenan con la paz despues de la guerra, con el momento en que las familias volveran a reunirse y las heridas empezaran a sanar, con la igualdad y la justicia que el nuevo orden traera consigo, con el dia en que, definitivamente, acabara tanta confusion.
    La monumental saga de Elizabeth Jane Howard, una de las construcciones novelisticas mas ambiciosas y acabadas de la literatura inglesa del siglo XX, sostiene con toda precision en este tercer volumen el tempo y la intensidad a los que nos tiene habituados.

  • El Reino de los Malditos de Mario Garrido

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    En un Reino habitado por todo tipo de gente violenta, un ladron de poca monta, a causa de su torpeza y lujuria, desencadena una serie de acontecimientos terribles que lo cambiaran todo. Asi, asistiremos a la practica de juegos y costumbres barbaras, al acoso de animales feroces en bosques donde nadie penetra, al peligro de adentrarnos por las calles de una ciudad llena de maleantes, a travesias en compania de piratas y asesinos, a las costumbres irracionales de un convento implacable, a la aventura de llegar por primera vez a unas islas ig-notas y a la materializacion de leyendas terrorificas. Porque en el Reino de Gurracam, todos sus habitantes son malditos.

  • El reglamento de Tony Peake

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    Durante una intensa semana de octubre de 1962, la crisis de los misiles en Cuba trajo consigo un aumento de la tension politica mundial. En la otra cara del planeta, en un prestigioso internado de Pretoria, los colegiales escrutaban el horizonte en busca de signos de que el mundo se acababa. Tambien entre ellos hay tension, luchas y crueldades, un reflejo de la Sudafrica profundamente dividida, sobre todo en visperas de que se inicie el juicio contra Nelson Mandela. Uno de los alumnos, Paul Harvey, sensible, solitario y ansioso por integrarse en el internado, hara lo que sea para complacer al lider de la clase y poder entrar en el club que este capitanea y cuyo reglamento tendra que aceptar. Una experiencia simultanea a su despertar sexual.

  • A Sexy Berling Christmas (Sexy Berling 1), Maya Blair de Maya Blair

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  • Hugo de Jenny Del

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    Mi vida en Torrejon de Ardoz no era muy distinta de la de cualquier otra chica de mi edad. Aunque vivia en aquel rincon del este de la Comunidad de Madrid, naci en Barcelona y alli me habia criado, pero a mi padre, militar, le destinaron de un dia para otro a aquella localidad. Por tanto, tuvimos que levantar el campamento y desplazarnos la familia al completo, es decir, mis padres, mi hermano Andreu y yo. Para mi, que me encontraba en plena adolescencia y era la persona mas feliz del planeta en aquel barrio cercano a Las Ramblas donde tenia todas mis amistades, el traslado supuso un verdadero mazazo. Como es logico, de nada me sirvio el recurso del pataleo y, aunque esa nueva ciudad no fuese santo de mi devocion, con el pasar del tiempo me fui acostumbrando a ella. A mis veintisiete anos, me ganaba la vida trabajando como camarera los fines de semana en un famoso bar de tapas del centro de Torrejon. En el terreno sentimental, tambien estaba "asentada" ya. Llevaba tres anos conviviendo con Alfredo, mi novio desde hacia algo mas de once anos. Nos habiamos conocido en el instituto en que los dos estudiabamos y desde el primer momento surgio una quimica especial entre nosotros. Nunca fui muy buena estudiante que digamos, pese a lo cual termine el Bachillerato e hice la selectividad. No obstante, ya no quise continuar con los estudios, cosa que a mis padres sento como un jarro de agua fria. Para mi madre sobre todo, mas que un jarro de agua fria, la noticia represento una verdadera tragedia. Parece que todavia estoy viendo su cara cuando solte la bomba en casa. --Mara, hija, mia, !no me digas eso! --Lo siento, mama, pero yo no me veo estudiando una carrera. --?Pero por que? Cerebro tienes como cualquiera. --Porque no. Quiero buscarme un trabajo de lo que sea para empezar a ganar dinero ya. --Pero vamos a ver, carino, ?te falta a ti algo en casa? --Que no, mama, que no es eso. Pero que a mi los libros no me van y yo no quiero seguir estudiando, punto. --Pues tu dime a mi de que vas a trabajar con la edad que tienes, sin estudios ni experiencia de nada. ?Que quieres? ?Ponerte a limpiar escaleras? --Pues mira, no se me van a caer los anillos. --!Ay, por favor! !Que pena, con lo que tu vales, hija! Estudia, aunque sea peluqueria, o yo que se, algo, Mara, por el amor de Dios... --Y bueno, si tuviese que trabajar limpiando, ?que pasaria? Eso no tiene nada de malo. --Claro que no, carino, todo trabajo es digno, de eso no cabe duda. Pero dime tu a mi si es lo mismo trabajar tranquilamente sentada en una silla descansando las espaldas como tu prima Adela, que partiendote los lomos con la fregona. --Bueno, ya veremos que hago... --Bendito sea Dios, Mara, piensatelo, hija... A duras penas logro convencerme para que me metiese en la escuela de hosteleria, pero tampoco hizo carrera de mi en ese plano. A los seis meses me aburri y lo deje. Ahora bien, mientras yo daba bandazos, Alfredo continuaba devorando los libros por los dos, de modo que a sus veintiun anos ya tuvo en sus manos el diploma de Enfermeria. Con su brillante expediente academico y su "espabilaera" en todos los aspectos, no le costo mucho conseguir trabajo en un hospital de Madrid. Por mi parte, tuve trabajillos sueltos durante esos anos como cajera y como pinche de cocina en algun que otro restaurante. Eran currillos de los que me iba largando por "h" o por "b", pero cuando Alfredo me propuso alquilar un piso para irnos a vivir juntos, entendi que debia tomarme la vida mas en serio y dejar de comportarme como una ninata. A pesar de que su sueldo nos alcanzaba sobradamente para tirar para adelante, yo queria ganarme el mio para contribuir con los gastos y costearme mis caprichos. Otras faltas tendre, pero jamas he sido una floja. Llevabamos ya un par de anos conviviendo cuando por mediacion de Aurelio, un vecino del bloque de mis padres con el que me llevaba de maravilla, pase de mi ultimo empleo como dependienta en una perfumeria a entrar a trabajar en la barra de la cafeteria de Josue. Con ese tipo de trabajos me sentia mas identificada. Josue no era mala gente. Otra cosa era Rosana, una de mis dos companeras. Ella trabajaba alli a turno completo y parece que no le hizo mucha gracia mi llegada. Siempre sospeche que ella y nuestro jefe, que estaba casado, andaban liados, si bien nunca pude comprobar mis sospechas. La muy capulla no desaprovechaba ocasion para pincharme, y yo, que habia sido la ultima mona en llegar, no queria entrarle al trapo para no tener una gresca gorda con ella que pudiera costarme el empleo, puesto que ya me habia dado cuenta del fervor que le tenia Josue. --Mira, Mara, --me comento Aurelio cuando le conte una de sus constantes faenas --"andando yo caliente, riase la gente", decia la pobre de mi abuela, que en paz descanse. --Ya, pero es que a veces me dan ganas de darle un guantazo y estamparla contra la pared. --Y todo lo que tu quieras. Pero conozco a Josue y te garantizo que no va a consentir ningun numerito entre sus empleados. --Pues por eso me estoy conteniendo, que, si no, ya te diria yo a ti... Aurelio tenia cincuenta anos y la vida no le habia tratado bien. Era un guardia civil mallorquin prejubilado por una lesion en la espalda, estaba divorciado de una alemana de armas tomar y su unica hija, injustamente, no le hablaba desde hacia un siglo. Sin embargo, tenia un caracter tan agradable y tan templado que a mi me encantaba escucharle hablar y que habia hecho que le convirtiera en mi eterno confidente. En cuanto a mi Alfredo, tambien era una buena persona, no lo negare. Nunca me ponia pegas a nada. Si queria salir una noche por ahi a mi aire con mis amigas, pues bien. Que queria cogerme un avion y plantarme en Barcelona para pasarme dos o tres dias entre semana en casa de mi tio Adria, el unico hermano de mi madre y que acababa de enviudar, pues bien tambien. Ese era precisamente el problema; que todo aquello me estaba dando que pensar que no tenia tanto interes por mi como pretendia aparentar. Seguro que muchos diran que soy injusta, que, encima de que me daba total libertad, me quejo. Pero no he terminado. Al principio de nuestra convivencia, ibamos juntos a todas partes; al cine, a pasear o al teatro, cosa que nos encantaba a los dos...En cambio, ultimamente no estaba muy por la labor de los planes en comun. Incluso en la cama le veia inapetente y eso ya me estaba mosqueando mas. --?Te ocurre algo? --le pregunte una noche mientras cenabamos. --?A mi? ?Por? --mi pregunta le pillo fuera de juego, a juzgar por su cara de asombro. --Si, claro, a ti. Que yo sepa, no estoy hablando con el vecino. --Pues no se a que te refieres. Estoy bien. --A ver, Alfredo. De un tiempo a esta parte, te veo un tanto apatico. Casi no salimos juntos a ningun lado... --Mara, carino, no te preocupes. Es solo que estoy cansado, el curro en el hospital se ve muy bonito desde fuera, pero tambien tiene lo suyo. "Yo no puedo entender como en tan poco tiempo has cambiado tanto". Eso le decia la de Pimpinela al otro en la cancion "Como le digo" cuando le interrogaba a causa de lo mismo y el se justificaba tambien con la cuestion laboral.

  • Enamorarse de Olga Salar

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    Las hermanas Obando son dos mujeres completamente opuestas, tanto fisica como mentalmente y, a pesar de ello, ambas buscan lo mismo: la felicidad de la que todo el mundo habla, y la misma meta de una vida plena.

  • Controladas de Tierra Salvaje

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    Para Agata no existia duda alguna de que su vida estaba destinada a ser actriz, tarde o temprano. Para ello, habia convencido a su familia para tomar clases de arte dramatico en una academia durante el verano. Su intencion era seguir con esas clases, incluso cuando empezara el curso escolar. Podria llevar ambas cosas adelante pues era buena en los estudios. Agata era una pelirroja estilizada, de piel muy blanca y cabellera abundante y larga, siempre bien cepillada. Estaba muy orgullosa de su cuerpo, rebosante de juventud. Piernas largas, cintura estrecha, vientre plano y duro, pechos erguidos y no muy grandes, perfectos, un trasero respingon y un rostro angelical y pecoso. Sin embargo, esas mismas pecas que tanto atraian las miradas de los chicos, la cohibian un tanto. En su opinion, la afeaban, por mucho que comentaran los amigos, pero, por desgracia, eran imposibles de borrar. De lo que si estaba orgullosa era de sus rasgados ojos verdes, a los cuales acompanaba con unas bien depiladas cejas rojizas. Cuando alzaba una de ellas, en un gesto interesante, una pequena arruga vertical aparecia en su ceno, confiriendole un aspecto maduro. Poseia una nariz estrecha, fina y algo respingona, que su padre denominaba de pura irlandesa, que remataba con una boca pequena, de labios finos y jugosos. Alma sabia que su amiga, a pesar de ser inteligente y voluntariosa, era algo ingenua. No habia dedicado tiempo alguno a conocer otros chicos ni a relacionarse. Solo estudios y peliculas. Ahora, abordaba un mundo nuevo y deslumbrante y podia resultar decepcionada. Era cierto que Alma envidiaba a su amiga, pero se decia, a ella misma, que era una envidia sana. Agata poseia una innata belleza que atraia todas las miradas, pero no se aprovechaba de ella. Alma hubiera querido esa belleza para ella, para disfrutar mucho mas de su vida, pero las cosas eran como eran y debia aguantarse. Sonrio de nuevo, al mirar al profesor Warren. Agata estaba pasando por lo mismo que ella habia pasado; se habia enamorado de su profesor. Agata sintio como su corazon saltaba en el pecho cuando, al final de la clase de interpretacion, Frank la llamo. Disimulo su nerviosismo recogiendo sus apuntes. -- Manana aparecera en el tablon de anuncios, pero me gusta decir las noticias personalmente --dijo el profesor acercandose a ella. -- ?De que habla, profesor Warren? --De que has conseguido el papel principal en la obra. !Enhorabuena! -- !Dios! ?De verdad? --exclamo ella, saltando impulsivamente. --Si, asi es. Eres una de las mejores alumnas de este curso y no he dudado en dartelo. --Muchas gracias, profesor Warren, yo… --Ahora, vamos a trabajar juntos durante muchas horas. No es necesario que me trates con tanto respeto. Llamame Frank. Agata ni se entero de que sus pies la habian llevado ante su casa. Durante todo el camino, su mente dejo volar la imaginacion y protagonizo multitud de suenos alocados. Nada mas subir a su habitacion, llamo a Alma y le comunico la noticia. --No, no. No es ese el tono. Muy mal. Repetiremos la escena --dijo Frank, cortando el ensayo. --Lo siento, pero no me sale de otra forma --se excuso Agata, un tanto avergonzada. Llevaban ya tres semanas de ensayos y Agata fallaba en nimiedades que deberia haber asumido ya. Llego a pensar, en ocasiones, que no estaba preparada, que el papel le venia grande. Frank agito el guion delante de su rostro y la miro fijamente, algo furioso. --Se supone que eres una mujer despechada, amargada, llena de odio. No puedes hablarle al causante de tus penas de esa forma, Agata. !No estas pidiendo un sandwich en la cafeteria! Debes mascar cada palabra; tu voz debe destilar odio y pasion a la vez. Tus ojos deben apunalarle. Eso es lo que debes sentir. --Lo siento. -- !Y no digas mas "lo siento"! !Afirma tu caracter! Agata sintio como su garganta se atenazaba; un nudo, formado por la verguenza, el desencanto y rabia, la impidio decir nada mas. Las lagrimas brotaron, incontenibles, y Agata huyo del escenario. Diez minutos mas tarde, Frank llamo a la puerta de uno de los camerinos donde ella se habia refugiado. --Agata, por favor, ?puedo hablar contigo? --dijo desde el otro lado de la puerta. Al no tener respuesta, empujo la puerta y entro. Agata se encontraba sentada delante del espejo, secandose los ojos y retocando un poco su maquillaje. --Vengo a excusarme por todo lo que te he dicho. Estaba furioso y no me he podido contener. Defecto de actor --dijo, encogiendose de hombros. La broma no funciono; ella le miro con ojos atormentados. --En serio, Agata. Se que todo esto es duro, que piensas que no lo podras conseguir, pero si puedes. Tienes madera y posibilidades; solo necesitas… concentrarte. --No es necesario que me animes. Me he dado cuenta de que no sirvo para esto. No he podido contener las lagrimas en el escenario. Vaya fracaso de actriz --sorbio ella. --No, no. Estas equivocada. Los actores deben de ser totalmente impresionables, llenos de sentimientos encontrados que les permitiran adecuarse al papel. Eso es bueno, solo que debes pulirlo. -- ?Y como lo hago? --Veras, tenemos aun tiempo, pero no puedo dedicartelo a ti solamente en el plato. Hay otros estudiantes que me necesitan. Si pudieramos vernos fuera de clases… No se, una tarde de sabado, por ejemplo. Podria ensenarte muchas cosas, trucos de la profesion, que te ayudarian a concentrarte en tu personaje. --Eso seria estupendo --dijo ella, animandose. -- ?Que tal si vienes a mi casa este sabado? --Estupendo. --Te dare la direccion. Yo mismo te acompanare a casa cuando acabemos. Agata sintio de nuevo su corazon acelerarse. Era lo mas parecido a una cita que ella pudiera imaginar. La casa de Frank era bastante curiosa. Segun el, la empezo a construir su bisabuelo y su padre la termino. Grande y con un amplio jardin trasero, el edificio contenia varios estilos arquitectonicos, debido a los diversos propietarios que colaboraron en su terminacion. El timbre resulto ser una graciosa cadenita que activaba un carillon. Frank la saludo y la hizo pasar. Hacia un poco de frio en la calle y la recibio con una taza de chocolate caliente que no se atrevio a rechazar, aunque en casa nunca lo tomaba, pues cuidaba de su silueta. Frank entro en materia rapidamente y repasaron partes del guion. A medida que pasaban las horas, Agata se sentia mucho mas comoda y llegaba a bromear constantemente. Se le paso el tiempo volando y Frank, cual solicito caballero, la acompano a casa en su coche. Agata suspiro a solas en su dormitorio; estaba viviendo algo especial, casi un cuento de hadas. Durante dos semanas, la chica acudio puntualmente casi a diario. Los dos habian llegado al acuerdo de que debian repasar diariamente. Frank hizo mucho hincapie en que no debia comentar con nadie aquellas clases particulares, porque las habia negado a muchos otros alumnos. Aquello convirtio la relacion en algo especial para Agata. Frank la ayudaba a ella, solo a ella. La hacia sentir que era parcialmente suyo.

  • Hasta que entres en razon 2 de Sophie Saint Rose

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    Menuda mierda de puesto habia conseguido. Despues de dejarse las pestanas estudiando acababa en Rainshaw, un pueblo alejado de la mano de Dios en Texas. Es que habia que tener mala suerte. Tenia casi el puesto asegurado en el Monte Sinai para despues de sus practicas y tenia que cagarla al administrarle a un paciente una dosis mas alta de lo recomendado. Bueno, tenia noventa y seis anos, tampoco es que le quedara mucho de vida. Cerro la puerta de la ambulancia de golpe y se puso la correa de su bolsa al hombro grunendo al ver todo el gentio que entraba en el rodeo. Llevaba dos dias alli y todavia se sorprendia a ver a tios con sombreros vaqueros y botas de cowboy. Eso por no hablar de las mujeres. Las jovenes no le llamaban demasiado la atencion, pero las mayores iban vestidas como en los anos veinte. Vestidos de flores por debajo de las rodillas con cuellos de encaje blanco, acompanados de zapatos de cordones. Era como estar en otra dimension. Su enfermera se acerco dandole un chaleco refractario que indicaba que era sanitario. -- ?Cuanto dura esto? --pregunto exasperada. --Depende de cuantos quieran romperse los huesos --contesto Maira antes de darle un codazo mirandola divertida con sus chispeantes ojos castanos--. Animate Carrie, te divertiras. --?Me lo juras? Se echo a reir recogiendose sus rizos rubios en una cola. --Vamos, tampoco es para tanto. Tienes que aclimatarte. --No puedo creer que me hayas convencido para vivir aqui. --Prima... --Somos primas segundas. --Somos parientes, lejanas vale, pero cuando la tia Lisbet hablo con mi madre por telefono despues de la muerte del tio Harry... --No era tio de mi madre. --Cogio la goma del pelo que tenia en la muneca y se lo recogio en un rodete dejando algunos de sus rizos pelirrojos colgando de manera descuidada. --Encima que la avisamos para el funeral. Por cierto, nunca viene a ninguno. --!Sera porque esto queda en el quinto pino! Y no ha vuelto por aqui desde que tenia cinco anos y su padre se mudo a Nueva York. --!Has vuelto a tus raices! Deberias estar orgullosa. Bienvenida a tu hogar. La mataria. De hecho si tuviera un bisturi en la mano se la cargaria sin dudarlo y a la mierda el juramento hipocratico. --Bueno, a lo que ibamos, cuando mi madre interrogo a la tuya sobre como iba todo, como hace siempre, y le dijo la desgracia que te habia ocurrido, no podias pensar que la familia no te ayudaria, ?verdad? Para eso estoy yo aqui. Puso sus preciosos ojos verdes en blanco antes de coger la bolsa y caminar hacia donde se celebraba el rodeo. Su prima corrio colocandose a su lado orgullosa. --Ya veras, aqui vas a ser muy feliz. Somos una gran familia. --De repente vieron las gradas que estaban a rebosar y la cogio de la mano tirando de ella rodeando la arena hasta llegar hasta donde estaban los vaqueros. Maira iba saludando a unos y a otros y le dio otro codazo. La iba a llenar de morados. --Mira, ahi estan los Brenner. Son los favoritos. --Pues que bien. --Saco su movil revisando si habia recibido una llamada milagrosa que la devolviera a la civilizacion, pero solo tenia un mensaje de su madre preguntandole si se habia instalado. Si, mama. Me he instalado, ya estoy trabajando y esto es el paraiso, contesto no queriendo preocuparla. --Tu te lo pierdes. Son de lo mejorcito que hay por aqui --dijo como una salida. Levanto la vista del telefono al ver que miraba algo tras ella con una sonrisa seductora en la cara y se volvio para ver a dos tios morenos hablando tranquilamente. Hizo una mueca porque no estaban nada mal, de hecho estaban para comerselos tan morenos y llenos de musculos, pero no es que la impresionaran demasiado. Se volvio para seguir escribiendo al telefono y su prima la miro asombrada. --?No te gustan? --Psss. --Siguio tecleando. --Bueno, Dallas ya esta pillado, pero Walt esta soltero, ?sabes? Una vez sali con el. --?No me digas? --pregunto distraida. --Si, tenia dieciocho y el veinticuatro. --Estupendo, un pervertido. Se echo a reir. --Que va. Solo me dio un beso de buenas noches y sin lengua ni nada. No le guste y lo entiendo. En aquel momento no teniamos mucho en comun. --?Buscando una segunda oportunidad, prima? --Si --respondio ansiosa. Se dio por vencida porque hasta que no se lo contara todo no la dejaria en paz y se giro hacia ella. --Bien, soy toda oidos. Ilusionada dijo --Es tan guapo... --?Eso es todo lo que tienes que decir? ?No que es inteligente o divertido, que tiene una sonrisa que te paraliza el corazon? --Hizo una mueca. --?Solo que es guapo? --!Si! --Suspiro de manera exagerada y no pudo evitar sonreir al ver su ilusion. --Y lo del corazon lo hace. Y es divertido. --Pues mucha suerte. Eso le hizo perder la sonrisa. --No me hace mucho caso. Ninguno, mas bien. Solo es educado. El no ha sentido la chispa de los Brenner. --?Y eso que quiere decir? --pregunto antes de escuchar la voz que salia del altavoz que tenia al lado casi dejandola sorda. Su prima empezo a parlotear por los codos, pero solo escucho sienten y mujeres. Asintio sonriendo porque sino le contaria todo el rollo de nuevo. --Asi que ya ves --dijo cuando el tipo termino de hablar--. Yo no tendre esa suerte. --Hay muchos peces en el mar. Oye, ?por que no nos ponemos alli? --pregunto senalando un lugar mucho mas despejado. --Si, asi lo veremos mejor. Cogio su bolsa y paso ante los vaqueros. Varios les silbaron y Maira rio como una tonta. Al pasar ante los Brenner sus ojos se encontraron con unos ojos azules que sobresaltaron su corazon. El tipo la miro muy serio bajo su sombrero vaquero como si le interesara muchisimo. Como si en ese momento estuvieran solos. Sintio como su sangre se aceleraba, pero avergonzada aparto la vista aparentando que no le habia visto. Como si nada paso ante el y susurro a su prima --?Quien es el otro? --Oh, es Curt... --Cuando la miro sin comprender anadio --Brenner. Son tres hermanos. Te lo he dicho antes. --?Si? --Madre mia, tenia que empezar a hacerle mas caso a su prima. --?Cuando? Maira saludo a alguien y se acerco al tipo pasando de ella. Cuando queria que le contara cosas pasaba de ella. De repente la cogio por el brazo para presentarla y ella forzo una sonrisa dandole la mano a uno de los vaqueros que se llamaba Joss Williams. El chaval debia tener veinte anos y estaba cagado de miedo porque estaba rojo como un tomate y sudaba a mares. --?Vas a probar? --Si, por supuesto. ?Has visto algun rodeo alguna vez? --pregunto el intentando hacerse el machito. --Si, de pequena porque mi madre los veia por la tele. Os admiro mucho, por eso estoy aqui, para curar vuestros huesos rotos. Tiro de la cinturilla de sus pantalones. --Yo no voy a romperme nada. Aunque igual vas a tener que ayudar al jefe. --?El jefe? --Miro hacia donde senalaba y vio como Dallas Brenner se subia a uno de los toros. --?Es tu jefe? --Dallas es el dueno del rancho y es el jefe. Sus hermanos trabajan con el --explico Maira. Al mirar hacia el resto de los hermanos Brenner sus ojos coincidieron con los de Curt. Algo acalorada aparto la vista. ?Que rayos le pasaba? En ese momento salio Dallas y no pudo menos que admirar lo bien que se le daba. Pero que muy bien. Se mantuvo sobre el toro levantando el brazo los ocho segundos necesarios y cuando sono la sirena se dejo caer rodando como todo un profesional. Era evidente que aquello habia acabado antes de empezar. Joss juro por lo bajo alejandose cabreado. Parecia que estaba deseando vencer a su jefe y por lo que veia en la cara de los que estaban alrededor, los demas tambien. Fue el momento de Joss que no duro ni un segundo sobre el toro. Cojeando fue hasta la puerta y ella le cogio por el brazo. --?Necesitas ayuda? --No, que va. Le vio irse cojeando e intentando salvar su orgullo. Carrie chasqueo la lengua porque estaba segura de que tenia un esguince de primera, pero merecia una leccion, asi que fuera a verla a la consulta cuando se le hubiera hinchado. Habia que ser idiota. En ese momento vio que Curt se subia al toro y se le corto el aliento por como cogia el agarre de cuero levantando el brazo. Bajo su sombrero mostraba parte de su cabello moreno y su duro perfil. Estaba totalmente concentrado y como si se detuviera el tiempo le devoro con la mirada. Su nariz recta, sus finos labios y su menton… Sus ojos bajaron por su cuello y fascinada vio como una gota de sudor descendia sobre su piel morena desapareciendo en el cuello de su camisa. Al mirar su antebrazo vio como sus musculos se tensaban haciendo que algo subiera desde su vientre hasta su pecho alterandole la respiracion y no perdio detalle de como se acomodaba sobre el bicho y asentia. La puerta se abrio de repente y como a camara lenta el toro empezo a saltar sobre sus patas traseras. Fascinada ni sintio que pasaba el tiempo ni como los de las gradas gritaban animandole. Dio un paso hacia la puerta de salida viendo como se ladeaba hacia la derecha y cuando sono la sirena el se solto dejandose caer. Su sonrisa al levantarse y saludar como todo un campeon la dejaron sin aliento. El se acerco a la puerta sin perder la sonrisa y sus ojos se encontraron. Dio un paso atras para dejarle pasar cuando la cogio por la nuca y la beso de una manera que le provoco un vuelco al corazon. De la sorpresa abrio la boca y Curt la saboreo haciendo que sus piernas temblaran justo antes de que el se apartara para sonreirle como si estuviera muy satisfecho de si mismo. Aun sorprendida por su descaro le pego un punetazo que le hizo trastrabillar hacia atras y Carrie retuvo el aire viendo que al principio parecia sorprendido, pero despues sonrio de una manera en que todo su cuerpo ardio. Aquello no podia ser sano. Escucho las risas rodeandola y miro a su alrededor poniendose como un tomate. Maira intentaba contenerse y la cogio del brazo alejandola de los vaqueros. --Bien hecho.

  • El sueno de Tanato de Jose Antonio Ortega

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    La aparicion de un cadaver que podria ser Michael Jackson en el hotel Ritz de Madrid en enero de 2015 es el punto de arranque de una trama que tiene como protagonistas a un periodista y un funcionario del Cuerpo Nacional de Policia.

  • Un inesperado segundo amor de Ivonne Vivier

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    Maite, una divorciada de cuarenta y un anos, organizada, pulcra, exigente y valiente, arrastra un pasado con perdidas irreparables incluyendo al amor de su vida.
    Luca es un empresario viudo de cuarenta y siete anos, quien no comprende el porque la vida lo expuso a el y a sus dos hijos a semejante dolor. Todavia no es capaz de dejar ir a la mujer que le enseno a amar, aquella a la que vio sufrir demasiado y por la que aun no se anima a continuar con su vida.
    Maite se deslumbro con la elegancia de Luca y toda su inmejorable apariencia cuando se tomo cinco minutos para admirarlo. Luca, comenzo a replantarse sus pensamientos en el mismo instante en que vio a Maite pasearse frente a el.
    Ambos se dejaran llevar por sus emociones dejando atras el pasado. Asustados y desconcertados se daran el permiso de conocerse y enamorarse, a pesar de que Piero, el hijo de el, no acepte la relacion.
    Lo que comienza como un bonito romance, se ira complicando cada vez mas.
    Maite y Luca tendran que descubrir si ese inesperado segundo amor es tan profundo como parece y si es posible salvarlo de una realidad que no se puede evitar o, por el contrario, deben dejarlo pasar y seguir cada uno con su vida.

  • Euforia de Xavier Bosch

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    ?Que fue de Dani Santana? El periodista esta enyesado de arriba abajo en un hospital tras un intento de asesinato. En la clinica traba amistad con el Gratu, un jugador de rugby juvenil que ha quedado en silla de ruedas. El Gratu, paciente inquieto y hacker compulsivo, arrastra a Santana a investigar ciertas practicas que han llevado nuestro sistema sanitario a la ruina. Mientras tanto, llega a Barcelona uno de los hombres mas ricos del mundo. El empresario mexicano Roberto M. Faura, lider de la telefonia movil, negocia con el gobierno la instalacion del parque tematico mas grande de Europa. Las protestas ciudada!nas, el intento de saltarse la ley y las condiciones del poder haran tambalear un proyecto que parece vital para reflotar la economia del pais. Pero no todo es como cuentan los periodicos.

  • Delirio de mi sangre de Karina Sagredo

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    En la Italia de mediados del siglo XIX, un pais en ese entonces dominado por otros reinos, una familia de aristocratas revolucionarios establece su fortaleza en la cima del Monte Sant’Angelo, para guiar desde alli su guerra contra la tirania extranjera y su restablecimiento como una sola nacion republicana.Lorenzo, el hijo mayor, regresa a la casa familiar despues de una larga ausencia. Su imagen, su capacidad intelectual, sus valores patrioticos y sociales, llaman la atencion de la menor de los Castiglione.

  • Ferox. Seras leyenda de Olivia Sterling

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    Un viaje lleno de aventuras y descubrimientos, en el que la joven salvaje que apenas sabia nada del mundo se convirtio en leyenda.

  • El pantano de las mariposas de Federico Axat

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    Las desapariciones de personas en confusos episodios se suceden ano tras ano en Carnival Falls. Pero donde algunos ven tragedias sin conexion, otros aseguran que existe un patron comun, y que detras de ellas hay algo mas oscuro que simples accidentes.
    En 1985, Sam y Billy tienen doce anos y se preparan para lo que suponen sera un verano grandioso: excursiones por el bosque, largos paseos en bicicleta y la postergada construccion de la casa del arbol. Sin embargo, la llegada a la ciudad de una nina de clase alta llamada Miranda, cuya belleza no les dejara indiferentes, lo trastocara todo. Juntos transitaran ese intrincado paso de la ninez a la adolescencia, un camino de aprendizaje y revelaciones, y se embarcaran, casi sin proponerselo, en una aventura que podria llevarlos a conocer la verdad detras de las desapariciones.
    Un pacto de amistad los guiara en un verano imborrable, un tiempo de metamorfosis que marcara el inicio de muchas cosas, y tambien el final de su infancia.

  • Mi mejor verso de Cova Galena

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    ?Hasta cuando podra resistirse Sofia a los deseos mas intimos y salvajes que Kilam despierta en ella?

  • Encontre lo que me faltaba (Serendipity) de Moruena Estringana

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    Levi sabe que si presiona a Olimpia la acabara perdiendo para siempre. Pero ?Que hacer cuando ella fue ella la que se abalanzo para luego salir huyendo arrepentida? ?Como conocer los verdaderos sentimientos de Olimpia?

  • Erase una leyenda de las tierras altas de Tanya Anne Crosby

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    Annie Ross lleva un poco perdida toda su vida. Esta a punto de descubrir que tambien se encuentra perdida en el tiempo, donde tendra que tomar su lugar como guardiana y encontrar la manera de restaurar la fe del poderoso jefe del clan. ?Conseguira ganar tambien su corazon?

  • El Legado de los Cohen de M. Gema Marin

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  • Te mereces ser feliz (Matrimonios forzados 3) de Elizabeth Betancourt

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    Yvaine estaba de lo mas emocionada por ver a su futuro marido. Sus amigas, Abigail y Paige la habian ayudado para elegir el vestido de novia y comprarlo. Al principio se sentia avergonzada y les habia dicho que les devolveria el dinero, pero ellas se negaron en rotundo. Encontrarlas habia sido una de las cosas mas bonitas que le habian ocurrido en mucho tiempo y ahora se casaba con el hombre al que amaba. !La vida le sonreia! Por fin todo empezaba a ir sobre ruedas. Yvaine lo habia pasado mal, pero despues de la tormenta siempre salia el sol. Ese pensamiento era lo que la habia mantenido en pie durante los cinco anos que habia pasado con los Becker. Nunca iba a olvidar el dia en el que les conocio. Mientras escuchaba el traqueteo del tren y contemplaba tras la ventanilla la oscuridad, los recuerdos golpearon su mente y como si se encontrara en una maquina del tiempo volvio al diecinueve de Julio del ano dos mil catorce. Hace cinco anos: Odiaba Foreign Private School. Bufo mientras la profesora de espanol Maria del Mar la miraba entornando sus ojos negros. -Senorita Hoang no voy a tolerar sus ataques de colera en mi clase. -La dijo la mujer e Yvaine puso los ojos en blanco. !Si solo habia suspirado pesadamente unas cien veces! !Ni que fuera el anticristo! -Se dijo. -No es justo que ellos se lo esten pasando pipa en Madrid y que yo este aqui mortificada, aguantandola a usted y a su cara de vinagre, senora Maria. -Pues no hubiera suspendido y ahora podria estar en Madrid con sus padres, disfrutando del sol de Espana. -Le respondio la mujer, enfurrunada. -Es que no me gusta el espanol. -Replico Yvaine para molestarla. Le gustaba la forma en la que la mujer adquiria varias tonalidades de piel al enfurecerse. En realidad, le gustaba la asignatura, pero en los ultimos examenes no sabia lo que habia ocurrido, pero sencillamente no la apetecia estudiar. Las demas asignaturas las habia aprobado por milagro. – !Como que no te gusta el espanol! Es el idioma mas apasionado y rico. Los mas grandes poetas de la historia escribian en ese idioma que es musica para los oidos. ?Que sabreis los ingleses? -Dijo la mujer con cara de asco e Yvaine estallo en una carcajada. La profesora la taladro con la mirada y la dijo. -Es usted una bromista y rebelde Yvaine. Espero algun dia alguien sepa domarla. -Yo no soy inglesa senora loca, digo Maria. Soy orgullosamente escocesa. -Y asiatica. -La corrigio la profesora que en el fondo se divertia con las replicas de su alumna mas rebelde. -Ya… Pero en el corazon me siento escocesa y por Escocia muero y mato. -Dijo levantandose como si fuera una guerrera y como si su lapiz fuera una especie de sable o espada. La profesora casi se cae de la silla de la risa. Esa nina estaba como un cencerro. -Pobre del que va a ser tu marido, Yvaine. -Le dijo la mujer entre risas. -Ya se como hara todo lo que yo deseo. -Le contesto con la barbilla levantada y mirando como si hubiera descubierto un nuevo planeta. – ?Como? -Pregunto Maria, saliendole ya lagrimas por los ojos. -He oido a la directora hablando con la madre de Meghan. Dijo que su marido comia de la palma de su mano tan solo ella abriendo las piernas. Dijo que el senor Norton se la pasaba abajo horas. No se que queria decir, pero… – !Yvaine Hoang! !No deberias escuchar conversaciones de adultos! -Grito Maria, enrojeciendo hasta la raiz del pelo. Yvaine sonrio de oreja a oreja. – ?Sabe que cuando grita sus ojos parecen salirsele de las orbitas? – Pregunto curiosa y Maria parecia a punto de estallar. -Maria, parece que usted va a explotar como las bombas de Hiroshima y Nagasaki. -Le hablo Yvaine como si estuviera preocupada. – !Se acabo, pequena bruja! -Le dijo la profesora y se levanto de su silla que estaba detras de su escritorio, mientras Yvaine, riendo se levantaba para escapar. El juego tan absurdo fue interrumpido por el psicologo del instituto. Su expresion era tan seria que ponia los pelos de punta. – ?Sucede algo, Ronald? -Le pregunto Maria y el hombre respondio. -La nina debe venir conmigo. Sus padres acaban de ser victimas de un atentado en Madrid. -Le respondio en bajito, aunque Yvaine pudo oirlo. En ese momento su corazon se detuvo y una oscuridad la abrazo, perdiendo la conciencia. Cuando abrio los ojos estaba en una habitacion que desconocia, penso que todo habia sido una pesadilla, pero cuando una mujer de asuntos sociales se presento ante ella. Yvaine empezo a gritar que donde estaban sus padres, las lagrimas que derramaba quemaban sus ojos enrojecidos y sus gritos de angustia y miedo rompian el corazon de todos los presentes que eran sus profesores, el medico y aquella mujer que cambiaria su vida para siempre. La dieron unos tranquilizantes y al cabo de un rato ya sentia sus ojos cada vez mas pesados hasta que cayo en los brazos de Morfeo. La siguiente vez que desperto se acordaba bien de todo y mas calmada, aunque su corazon golpeaba tan fuerte en su pecho que creyo que se saldria, escucho lo que la mujer de asuntos sociales le tenia que decir. -Sus padres lamentablemente han fallecido en un atentado organizado en Madrid por un grupo de islamistas radicales. Al principio nos costo poder identificarlos, pero no hay duda. Son ellos ya que pudimos hacerles una autopsia y la policia espanola los reconocio como Scott Campbell y Akane Hoang. Yvaine se tapo con la mano la boca, sollozando y empezando a temblar. La mujer la abrazo e intento reconfortarla. Cuando sus sollozos disminuyeron, la senora le dio un clinex para limpiarse la nariz y los ojos. -Se que son tus padres, pero no comprendo por que no tienes el apellido de tu padre. -Le pregunto con voz suave. Yvaine, congestionada la respondio. -Mama queria que yo recordara siempre mi origen asiatico. A papa le parecio estupendo, de esa forma se podia apreciar que adoro a las dos culturas. -Aunque, un poco mas la escocesa. -Aclaro, haciendo sonreir a la mujer. -Yvaine, se que esto es muy dificil para ti. Perder a tus padres es algo espantoso y no quisiera que acabaras en una institucion porque pueden ser horribles. He buscado cuidadosamente un hogar para ti y he encontrado al perfecto. – ?Cual? -Pregunto ella, sin ganas. -Un pariente de tu padre. El unico que tiene. Iras a vivir con el y sus dos hijos, no estaras sola y el senor custodiara tu herencia. Son personas muy buenas, ya veras que todo mejorara. -Le dijo la mujer con una sonrisa e Yvaine asintio. Nada importaba, lo unico que deseaba era abrazar a sus padres. Al dia siguiente conoceria a los Becker y su vida cambiaria para siempre. Ella se transformaria, convirtiendose en alguien muy diferente al que imaginaba que seria de nina. El tren paro abruptamente e Yvaine abrio los ojos. Los tenia empanados, siempre que los recuerdos la asechaban ocurria eso. Borro la huella que habian dejado sus lagrimas con el dorso de la mano y bajo del tren. Hoy iba a casarse con Alistair Anderson, su alma gemela, estaba segura. Con una sonrisa que podia iluminar la torre Eiffel se encamino hacia el pequeno hotel donde habia alquilado una habitacion para maquillarse y ponerse el vestido de novia. Por desgracia sus amigas no la podian acompanar, pero Yvaine notaria su presencia y al de sus padres, que sabia que la contemplaban desde algun lado sonriendo, orgullosos.

  • Amor en Venecia, muerte en Benares de Geoff Dyer

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    Amor en Venecia, muerte en Benares es la historia de la busqueda de la felicidad de un hombre.

  • #Malos. ?De que lado estas?, Luis Avila de Luis Avila

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  • La prisionera de los krinar de Anna Zaires

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    Una novela romantica independiente de la autora superventas en las listas del New York Times de las obras Secuestrada y de Las cronicas de Krinar.

  • Las Navidades de mi vida de Ariadna Baker

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    --Clara, te acompano en el sentimiento --me dijo Don Damian, el cura del pueblo. --Muchas gracias, se lo agradezco de corazon. --Un corazon muy grande es el que siempre has tenido tu, nina. No cambies, ?eh? --Don Damian, un poco enfadada si que estoy con el de ahi arriba, a usted no le puedo mentir. --Hija mia, no digas eso ni en broma. Dios nuestro Senor ha tenido a bien acogerlos en su seno por alguna razon, ?no te parece? --No, lo siento mucho, Don Damian, pero no me parece. Mire sus lapidas y las lagrimas cayeron como punos desde mis ojos... Con el cuerpo completo perlado de sudor, me sente en la cama de un salto. Un salto mas... Y una madrugada mas sin pegar un ojo. Aquella situacion era insostenible. Seis meses habian transcurrido desde el fallecimiento de mis padres y seis meses en los que estaba por primera vez que lograra dormir a pierna suelta. Imposible hacerlo. No cuando aquella pesadilla me asaltaba una y otra vez. Ni que decir tiene que la clave estaba en que yo no podia soportar su marcha. Me lo decia mi amiga Carla, que estaba estudiando Psicologia. Y me lo corroboraba cada noche, mientras charlabamos un ratito despues de la cena, mi tia Marita, la unica hermana de mi madre, con la que yo me habia marchado a vivir desde la muerte de mis progenitores. --Carino, ?otra vez la misma pesadilla? --Ya la tenia en el quicio de la puerta, como cada noche cuando aquello ocurria. --Me temo que si. Y lo que mas siento es que te despierto a ti, no es mi intencion. --No seas bobita, mi nina. Te voy a preparar un vasito de leche calentita y, si quieres, te doy un poquito de palique mientras te vas durmiendo, como cuando eras pequenita y te quedabas a dormir aqui en mi casa algun fin de semana, ?te acuerdas? --Como no voy a acordarme, tita, si eras la mejor cuenta cuentos del mundo... --Imaginacion si que he tenido siempre, es cierto... Pero es que no me costaba ningun trabajo, carino, tu has sido siempre tan agradecida... --Y tu la mejor tita del mundo... No exageraba, pero lo cortes no quitaba lo valiente. Mi tia, que ademas era mi madrina, siempre habia derrochado carino conmigo, pero ello no le restaba ni un apice de dolor a mi corazon por el fallecimiento de mis padres. Cincuenta anitos tenian, justo el doble de mis veinticinco. Estaban en la flor de la vida, mejor que nunca, ahora que creian que por fin me habian metido en vereda haciendome estudiar. Cuanto me arrepentia de no haberles dado antes ese gusto, pero es que yo estaba convencida de que no servia para hincar codos con los libros. Y ellos, que no habian tenido esa oportunidad de jovenes, morian porque su unica hija fuera universitaria. Total, que, siguiendo mi instinto, me puse a trabajar en la panaderia de la senora Lola a los dieciocho anos, cuando termine el Bachillerato. Y alli permaneci hasta que cumpli los veintiuno. --Hija, que poco nos gusta a tu padre y a mi que te deslomes en esa panaderia por cuatro duros --me decia cada dos por tres. --Mami, pero es que tengo que trabajar, ?o quieres que sea como los ninis esos que no dan palo al agua? --Claro que no, Clarita, pero tu tienes cabeza para hacer la carrera que te venga en gana, otra cosa es que para coger los libros si que eres mas floja que un muelle guita y eso tienes que reconocerlo. Lo reconocia, pero tanto me lo dijeron mis padres que finalmente me matricule en Sociologia a los veintiun anitos. Y justo iba a graduarme cuando ellos fallecieron. Solo una semana faltaba. Ni acudir al acto de graduacion queria. No me sentia con fuerzas. Si no hubiese sido por mi tia Marita, que me llevo practicamente a rastras, alli no me hubieran visto el pelo. Fue acabar el acto y volver para casa. No quise ir a la cena de celebracion con mis companeros. A diferencia de ellos, que se sentian victoriosos, yo pensaba que aquella victoria se la debia a mis padres y ya no estaban para verlo. El verano fue una autentica pesadilla para mi, con unos dias largos que invitaban al ocio y que se me hacian eternos, dado que el mencionado ocio era lo ultimo que me apetecia. A decir verdad, ni me apetecia el ocio ni absolutamente nada. Aquel accidente de trafico habia truncado mis suenos. Mis padres fueron, mientras vivieron, el gran puntal de mi vida y yo me sentia tremendamente desgraciada por su marcha. A medio verano, volvi a trabajar a la panaderia de la senora Lola. --Pero vamos a ver hija, ?se puede saber como una senorita licenciada va a desempenar el mismo trabajo de cuando no tenia estudios? --me recrimino mi tia. --Es que, empezar a buscar trabajo de lo mio, me supone marcharme del pueblo y tenerme que ir a la capital y eso no me llama ahora. Salamanca capital me encantaba y yo habia sido muy feliz estudiando alli, pero desde la marcha de mis padres no habia tenido agallas para volver y ahora solo queria refugiarme en el pueblo. La senora Lola fue la primera sorprendida en verme aparecer por su local con la intencion de trabajar, pero como yo habia dado el callo como la primera mientras estuve alli, me acogio con los brazos abiertos. Desde entonces ya habian transcurrido varios meses y, dado que alli tambien se vendian dulces, con la campana de Navidad a las puertas estabamos a tope. Despues de una noche toledana como la que he descrito, tuve que disimular mis ojeras para poder ir a trabajar como Dios manda. Por el camino me encontre a la senora Ana, quien no tardo en pararme. --?Como estas, Clarita? En el pueblo todos me llamaban por mi diminutivo. Dias atras yo le habia preguntado a mi tia por cuando creia que dejaria la gente de hacerlo y me comento que probablemente nunca. --Hija, es que como pareces una chiquilla... Con esas facciones tan tiernas, ese pelito rubio y esos ojos azulitos, pues que dan ganas de achucharte. Me dio uno de sus achuchones habituales y se quedo en la gloria con su explicacion. Lo peor no era ya solo que me trataran como a una nina, sino que en los ultimos meses habia vivido asi. Atras, en Salamanca capital, quedo mi noviazgo con Cesar. La muerte de mis padres se lo termino de llevar por delante, aunque no voy a decir que ese fuera el unico motivo. Cesar y yo llevabamos saliendo un par de anos. El era el hijo de la pareja que nos alquilo un piso de estudiantes a mi y a mis companeras, Mara y Raquel, mientras duraron nuestros estudios. Un buen dia, cuando ya llevabamos dos cursos alli, Cesar aparecio para sustituir una lampara estropeada y lo que se ilumino entre nosotros fue la llama del amor. Eso si, pasados los primeros meses, la relacion tampoco es que fuera la bomba y un par de anos despues yo me planteaba hasta que punto era el hombre con el que deseaba compartir mi vida. El fallecimiento de mis padres le dio jaque mate a nuestro noviazgo, pues yo me aparte del mundo por completo, lo que le incluia a el. Y tampoco es que Cesar luchara demasiado por lo nuestro. Digamos que ambos fuimos dejando que nuestro amor muriera poco a poco, dando paso a una cierta amistad y poco mas. --Ahi vamos, senora Ana --le conteste con muy pocas ganas de entrar en honduras. --Poco a poco, hija. Ya en nada tenemos aqui las Navidades y... La mujer lo solto de sopeton y en automatico se callo, pues debio darse cuenta de su metedura de pata. Malditas ganas que tenia yo de celebrar las Navidades ese ano. Si hasta me queria zafar de decorar la casa con mi tia y no sabia como hacerlo. La pobre me habia "amenazado" con que el puente de la Constitucion debiamos hacerlo y yo no paraba de darle largas. --Ya, ya... Por cierto, ?y Lucas? Hace mucho que no lo veo. Su hijo Lucas y yo habiamos sido grandes amigos en la infancia y adolescencia. --Dificilito esta que lo veas, hija. Se fue con la muchacha esa con la que salia, con Elsa, a Laponia a vivir. --?A Laponia? --Si, si, hija, a la gran puneta, vaya, que ademas hace alli un frio que pela. Pero como a ellos les ha encantado, pues nada. --Me quedo loca, yo no veia a Lucas demasiado lejos del pueblo, vaya vueltas que da la vida. --Ni yo, hija. Pero se fueron este verano y alli estan, regentando una tienda de galletas de jengibre que por lo visto para los lugarenos son lo mas de lo mas. --Que personaje este Lucas.... Me despedi de la senora Ana y pense en lo sorprendente que era la vida. De ninos, yo le decia a Lucas que seria jefa de una gran compania y el a mi que astronauta. Y ahora resulta que el vendia galletas en Laponia y yo en el pueblo. Y eso pese a que los dos eramos licenciados.... Una casualidad que me saco la sonrisa, cosa que no ocurria todos los dias en los ultimos meses. Llegue a la panaderia y la senora Lola me indico el cerro de trabajo que debiamos realizar. Hasta la espalda se me estaba resintiendo desde que teniamos la Navidad en puertas. --Clarita, ya le he dicho a Lorenzo, mi marido, que como esto siga asi al final vamos a tener que ampliar el negocio. Francisco, el chico del local de al lado, lo deja en breve y creo que seria una gran oportunidad para hacerlo de una vez por todas tambien pasteleria. --?Y no lo es ya, senora Lola? Por el amor de Dios, si aqui servimos mas dulces que gente hay en la guerra. --Es verdad, hija, incluso nuestros turrones artesanales estan teniendo un exito de no te menees. Son ya muchas las personas de otros pueblos que se estan acercando a por ellos. De hecho, yo queria hacerte luego un ofrecimiento, Clarita, a ver que te parece. --De acuerdo --asenti mientras me cambiaba y me ponia el uniforme de trabajo que recientemente la buena mujer habia encargado para mi.

  • Objeto de amor de Edna O'brien

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    Estos extraordinarios relatos de Edna O’Brien, publicados por primera vez en castellano en una edicion a cargo de Marta Orriols, son una muestra brillante de la capacidad de su autora para manejar tramas y para manipular cada palabra con el detalle de una artesana y la delicadeza de una amante.

  • Las sombras del poder de Ian Rankin

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    Malcolm Fox, agente de Asuntos Internos y Conducta, se encuentra investigando a un policia por presunto abuso de poder cuando se cruza por su camino un caso lejano: la enigmatica muerte de un abogado sobre el que recayeron sospechas de colaborar con grupos terroristas. Con Escocia sumida en un momento de inestabilidad que despierta viejos fantasmas, Fox correra un grave peligro al descubrir hasta que punto los antano activistas ocupan hoy influyentes puestos de poder y estan dispuestos a todo con tal de mantener enterrado su turbio pasado.

  • El hombre enmascarado de B.j. Daniels

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    Llevaba el rostro cubierto con una mascara… pero unos impresionantes ojos azules hipnotizaron a Jill Lawson y la arrastraron hasta el. Un malentendido la estaba metiendo en mas de un problema; ahora la acusaban de asesinato. Por no mencionar que habia hecho el amor apasionadamente con un completo desconocido.

  • Felizmente casada conmigo misma de A. R. Cid

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    En mi vida he tenido que enfrentarme a muchas cosas, jamas crei que el amor seria una de ellas. El amor, una palabra inmensa con la que ahora me atraganto, incapaz de aceptar que un hombre de ojos verdes y mirada traviesa sea capaz de volver mi mundo patas arriba. Sarah ha decidido que si ella tiene pareja yo debo encontrarla tambien, convirtiendo la busqueda del afortunado en una carrera contra reloj, no obstante, ella no sabe que mi vida se ha complicado todavia mas y casarme no entra en mis planes. La relacion mas estable que me planteo es con mi consolador. Siento que desciendo al infierno, lentamente, en una batalla de la que nadie debe enterarse y de la que temo que, en esta ocasion, no saldre victoriosa. Sarah habla de tener hijos, de que nuestros retonos seran como hermanos, pues podria decirse que practicamente somos la misma persona. No podria estar mas equivocada, pero no lo sabra por mi. Mientras el suelo se hunde bajo mis pies, Edgar dice haber llegado para quedarse. Su sonrisa sarcastica, sus ojos verdes y sus artes amatorias, son sus solidos argumentos. Yo me dejo querer, incapaz de pensar mas alla. El reloj juega en mi contra, cada segundo es una burla cruel que me desgarra por dentro. Me dejo llevar, no vivo, solo permanezco en pie a la espera de que algo suceda. Todos creen saber lo que es mejor para mi, todos menos yo. En algun punto he olvidado mis suenos, los he enterrado tan profundamente que he dejado de disfrutar. ?Puede un hombre, un solo hombre, convertirse en todo mi mundo? Yo no quiero ayuda, ni citas a ciegas, ni noches eternas en las que los orgasmos esconden el llanto que se enrolla en mi pecho. Sin embargo, el no solo me quita la ropa, no solo desnuda mi cuerpo. Se esta adentrando en mis entranas, convirtiendo su presencia en un balsamo adictivo que reconstruye la mujer que una vez fui. Cuando me mira los defectos se desvanecen, las imperfecciones, y me gustaria poder usar sus ojos cuando el reflejo del espejo se rie de mi. El mundo entero ha cambiado, las miradas ahora son de desconfianza y miedo, de terror hacia el aire en el que nada podemos ver, pero se intuye. En este caldo de cultivo hemos de proseguir, adaptandonos a lo que nos ha tocado vivir. Dicen que nosotros tomamos las decisiones importantes, yo lo dudo mucho. Edgar era mi destino, un destino que puede que no quiera aceptar. En mi carne anida otra decision que no tome, demostrandome que es posible que el final de mi historia estuviera escrito de antemano. ?Triunfara el amor o lo he encontrado para tener que decirle adios? Capitulo 1 Dos meses antes La luna brillaba con fuerza, pero las luces impedian que nadie pudiera disfrutar de un espectaculo tan hermoso. La naturaleza se habia cansado de quedar relegada a un segundo plano y decidio, de la forma mas cruel, tomarse la revancha. El nombre de su venganza, coronavirus, una palabra que todos asociaban a muerte, soledad, aislamiento. Se sentia el miedo entrando agazapado en cada hogar, los ojos de todos se giraban hacia los mas vulnerables preguntandose si todavia seguirian ahi al final de ano, sintiendo la despedida como inminente. El corazon de todos se resentia, lloraba por lo que acontecia o lo que se aproximaba. Un enemigo que no se podia ver, pero se hacia sentir en el corazon de todos. Por mucho que a primera vista pudiera parecer que las personas se habian adaptado con facilidad lo cierto era que nada volveria a ser lo mismo. La nueva normalidad... no habia mejor forma de expresar la ansiedad que provocaba ahora en la gente salir a pasear o comprar, temiendo que la visita de un familiar, de un amigo, pudiera ser un ataque que no pudieramos evitar. ?Cual fue el resultado? La soledad, incluso hallandose con otras personas, siempre la distancia de seguridad que impide un gesto tan sencillo y reconfortante como un abrazo. Solo el sentir los brazos de otra persona rodeandolos les devolvia las fuerzas, sin embargo, debian ser responsables y mantenerse fuertes. Pensar con la cabeza, relegar la necesidad de contacto, de besar a nuestros mayores, de estar ahi para que sepan que los seguimos amando. La triste realidad fue que aquellos que siempre estuvieron con nosotros ahora se perdian en cifras, en camas abandonadas por los que debian cuidarlos. Eran las victimas, aunque no los que se quedaban llorando, con la culpa pendiendo sobre sus cabezas. Quizas los mas jovenes esquivaban dicha inquietud con mayor facilidad, pero el paso de los dias hizo mella en todos, en mayor o menor medida. En medio de una ciudad inestable Noemi caminaba con prisa y estrujaba el bolso entre sus dedos, sus ojos huidizos repasaban a todos aquellos con los que se cruzaba, la soledad le pesaba en el alma mucho mas que a cualquier otro. Lo que pocos comprendian era que para Noemi dicha soledad habia empezado tiempo atras, en concreto cuando se convirtio en huerfana. Una palabra capaz de arrancarle la sonrisa y lanzarla a un abismo oscuro, mientras por fuera mantenia la mueca para que nadie se percatase de lo que realmente sentia. Muchos solos veian a la joven que disfrutaba de las fiestas y el sexo sin control. Si, sin control, no era tan estupida para no darse cuenta de que se aferraba a dichos contactos intimos como tiritas que no hacian mas que esconder heridas supurantes, aunque no importaba. Esperaba que el tiempo fuera capaz de anestesiarla, de devolverle la alegria, de hacerla sentir viva de nuevo. Toco el timbre, la puerta no tardo en abrirse. Podria haber esperado al ascensor, sin embargo, un huracan se revolvia entre sus huesos y subio las escaleras corriendo, de dos en dos o tres en tres. Un mal paso y se abriria la cabeza, no sucedio y llego hasta su amigo con la respiracion agitada. Lo miro sin explicacion posible para su acuciante necesidad de llorar, aunque solo con el se permitia sacar a la nina temerosa que encerraba bajo miles de candados. Carlos la miro y suspiro. Abrio los brazos y ella corrio, sin preocuparse por lo que no debia hacerse, sin pensar en que, cualquiera de los dos, podria estar contagiado sin saberlo. Apoyo la frente en su pecho y solto el aire que, sin saberlo, habia estado conteniendo. Las lagrimas la traicionaron, rebeldes se deslizaban por sus mejillas provocando que fuera incapaz de retenerlas. Cuando alzo el rostro, sus ojos castanos brillaban entre unas pestanas largas y negras, capaces de atrapar la mirada de cualquiera. --?Que sucede? Me tenias preocupado --dijo Carlos pasando sus dedos por sus mejillas sin lograr secar la humedad que las cubria. Ella se mordio el labio, rojo e hinchado, su piel estaba tan blanca que el contraste la hacia ver realmente hermosa. --Se ha enamorado. Mi hermana se ira antes o despues con el y me quedare sola --contesto Noemi al tiempo que alzaba los brazos y rodeaba el cuello de su amigo--. Se casara y me olvidara, tengo que dejarla ir y me duele. --Ella jamas haria tal cosa. Te ama, si se lo pidieras estaria contigo en todo momento, cogiendo tu mano. Quizas es el momento de que le demuestres que no eres de piedra, que la necesitas. --No puedo, no permitire que mi debilidad impida que sea feliz. Solo tenias que verla, ese hombre ha conseguido devolverle la alegria y no sere yo quien se lo arrebate. --Noemi alzo la mano y la poso en el menton de su amigo, rasgo su barba con la punta de las unas, un movimiento sensual que en ella era un gesto automatico, desesperado--. No sere yo la que la ate a la oscuridad. --Debes dejarte cuidar, te lo mereces. --Las manos de Carlos se colocaron en las mejillas de Noemi y la obligo a que se detuviera en sus ojos azules, queria que viera la verdad que nadaba en ellos, la sinceridad--. No eres de hierro, llevas demasiado tiempo actuando como madre y hermana, llevando sobre tus hombros una carga que terminara por aplastarte. Quizas deberias contarle la verdad a Sarah. --Noemi trato de negarlo con la cabeza, pero el no se lo permitio--. Si no lo haces tu lo hare yo. --No hablas en serio. --Lo hare, no permitire que sigas autodestruyendote. Noemi se sintio acorralada, desesperada. El consuelo que habia ido a buscar se disolvia entre sus manos. Sus dedos se agarrotaron, se aprovecho del amor que Carlos sentia por ella, un amor que, aunque ambos sabian que nunca terminaria en una relacion, habia creado un universo extrano entre ambos. Acerco la boca, a solo unos centimetros. La respiracion salada se colaba entre los labios de Carlos, el perdio la capacidad de pensar, olvidando lo que trataba de conseguir. La veia tan hermosa, tan perfecta, tan increiblemente fuerte. Se sorprendia de que nadie la viera como el lo hacia, sintiendose impotente por no poder darle la felicidad que merecia. Sabia que debia negarse, poner distancia entre ambos, que lo que se aproximaba no seria mas que otra herida que la torturaria con el paso de los dias. Sin embargo, Carlos estaba perdido, no se sentia con la capacidad de negarle nada. --Besame, por favor. Hazme tuya, obligame a olvidar. --Noemi, no debemos... --Aunque por la forma que lo dijo perdio todo el significado. Pues mientras lo comentaba de pasada el mismo cubrio la distancia que los separaba. La sintio calida, los labios carnosos de Noemi se adaptaban a la perfeccion a los suyos, su lengua lo busco y el gimio con la necesidad contenida gritando por ser liberada. Ella jugaba con ventaja, ambos lo sabian. Carlos la trato con la dulzura que un amante demuestra cuando hace mucho mas que tener sexo, cuando hace el amor. Cuando cada caricia, mirada, suspiro o gemido es algo que recordara toda la vida. Noemi en cambio actuaba con movimientos erraticos, buscando una intensidad que convirtiera la desazon en placer, forzando emociones que no llegaban o lo hacian con poca intensidad. Noemi era un cumulo de notas desgarradas que contenian su tristeza en una melodia triste, agonica.

  • Lecciones de amor de Ali Cronin

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    Cuatro chicas, tres chicos. Casi 18 anos. Todos tan reales como tu.

  • El Sexo siempre es la Respuesta de Jorge Borges

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    Como Animales: Romance, Sexo y Erotica con el Licantropo Alfa

  • Cinco lobas de Javier Montes

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    Galindo regresa a Cordoba, acompanado de un capitan vallisoletano con un cargamento de libros para venderlos en la ciudad, jamas penso que el mismisimo Abd al Rhaman, seria su mejor cliente. Al califa para provenir de un antiguo monje del norte, le encantaban sus fabulas cargadas de descripciones poeticas y su recatado exotismo. En su anterior visita lo exhorto para pasar una noche con una de sus esclavas, de la que termino enamorandose perdidamente. El capitan Alfonso, despues de convertirse al islam, sorprendentemente, contrae matrimonio con una misteriosa mujer muladi. Este hecho le hace ganarse la simpatia de Abd al Rhaman, que lo nombra junto con Galindo embajador real. A partir de ahi comenzaran una serie de misiones, acompanados de un grupo de musicos y bailarinas que junto a sus esposas, terminaran triunfando con sus actuaciones por toda la peninsula. Conocidas como las Cinco Lobas: Shifa, Raquel, Sira, Sayida y Laura; desafian los cimientos morales de una sociedad dominada por los hombres, sin pronunciar una sola palabra, lo hacen mediante la danza, utilizando la expresion corporal como unico lenguaje para defender sus derechos. Sira decide abandonar el escenario temporalmente para trabajar en un hospital regentado por Hasday, un erudito judio que ademas poseer una amplia formacion medica, sabe hablar todos los idiomas conocidos. Mientras tanto, Galindo y Alfonso, emprenden una nueva embajada con la mision de firmar un tratado de paz con el rey leones, convencidos de que la dificil convivencia entre culturas tan diferentes como la cristiana y la musulmana, solo sera posible, si triunfa la tolerancia y el dialogo se impone a la barbarie.

  • La Fuerza del amor (Blue Roses 1) de Noelia Jimenez Sanguesa

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    Barcelona, 1992.

  • Siempre te encontrare (Las guerreras Maxwell 3) de Megan Maxwell

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    El laird Kieran O'Hara y sus guerreros son atacados por unos villanos mientras pernoctan en el bosque cercano al castillo de Caerlaveroch, pero una misteriosa banda de encapuchados, liderados por una mujer a la que los aldeanos llaman <>, consigue salvarlos.

  • Quedate conmigo de Marjorie Ortega

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    ?Hasta donde llegarias por amor?

  • Todas hemos perdido algo de Liliana Blum

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    Todas hemos perdido algo reune los libros de cuentos No me pases de largo (2013) y El libro perdido de Heinrich Boll (2008), asi como la novela breve Residuos de espanto (2008). Las mujeres que los protagonizan son sobrevivientes, personajes que han tenido que afrontar el abandono, la condicion que les fue impuesta, los suenos rotos y el pasado como una herencia que no se ha pedido, pero se lleva a cuestas. Con un estilo sordido y como solo en la literatura es posible, la autora revela un descarnado retrato de la feminidad tocada por la soledad en sus diferentes aristas.

  • Ardiente pasion de Adrian Blake

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    Me llamo Leo Johnson, y soy oficial de la brigada 118 del cuerpo de bomberos de Nueva York, situada en Middagh St, muy cerca del puente de Brooklyn. Me encuentro dando vueltas por la fiesta de disfraces que han organizado en el Nixx, uno de los mejores hoteles del barrio. Hoy es mi primer dia de descanso despues de un turno de veinticuatro horas, y aunque la idea principal era quedarme en casa viendo la television, ha sido imposible hacerlo. Estamos a viernes de carnaval, y la mayoria de los pubs y hoteles de la zona han organizado fiestas de disfraces. Wess, mi mejor amigo y companero de trabajo, no ha dejado de incordiar hasta que me he liado la manta a la cabeza y nos hemos echado a la calle. En el Nixx hay una unica regla esta noche: todos los asistentes tienen que permanecer con el rostro cubierto hasta salir del hotel. He elegido para la ocasion disfrazarme del fantasma de la opera. La mascara esta hecha a medida y se sujeta a mi cara con pegamento para piel, de modo que no necesito gomas para sujetarla. El disfraz me ha poseido, lo reconozco, tengo el porte y los andares de un autentico dandi del siglo XIX. Me acerco hasta la barra, donde Wess, sentado en un banco disfrazado de Hercules, se despide de Persefone, a la que probablemente se habra follado en la habitacion que hemos cogido para pasar la noche, porque ninguno de los dos tiene ganas de quedarse sin probar el alcohol por tener que conducir. --Veo que estabas muy bien acompanado --bromeo apoyandome en la barra. --Tenia que marcharse, pero he quedado en llamarla manana... --contesta cogiendo un canape de una de las bandejas-- o pasado. Estos canapes estan de muerte, tio. --El ambiente esta muy animado. Parece que a la gente le encanta disfrazarse. --Las noches con mascaras siempre traen consigo mayor afluencia de personas. Hay muchos que guardan demasiado su intimidad, y asi tienen la ocasion de soltarse la melena. --Estas muy bien informado... --Que quieres que te diga. Las mascaradas son las fiestas en las que mas follas sin tener que atarte a nadie. Llegas, echas un polvo y adios. Observo detenidamente a un par de bailarinas que se contonean alrededor de una barra de pole dance. --Estan buenas, ?verdad? --comenta Wess. --Y que lo digas. La morena me esta poniendo a mil por hora. Y es verdad. En la barra de la izquierda, una mujer morena, alta, con unas curvas que me hacen babear parece que estuviera bailando para mi. Aunque sus ojos estan cubiertos por una mascara de plumas, sus labios carnosos cubiertos de carmin sonrien, y no puedo evitar querer subirme a la plataforma para morderlos y hacer a su duena perder el sentido. Veo aparecer a John por la puerta disfrazado de marine, y me sorprende no ver a Linda colgada de su brazo, pues desde que estan casados no le deja ni a sol ni a sombra. Le doy un abrazo cuando se para a mi lado y le miro interrogante. --?Has convencido a Linda para que te suelte la correa? --bromeo. --No seas cabron. Esta manana se ha levantado con fiebre y ha tenido que quedarse en la cama. --?Y la has dejado sola, capullo? --pregunta Wess. --!Claro que no! Su hermana vino a pasar el fin de semana en casa y se ha quedado con ella --protesta mi amigo--. Tengo la mejor cunada del mundo, ha convencido a mi mujer de que me deje salir con vosotros. --Eso es porque tu cunada no nos conoce --dice Wess con una carcajada--. Si lo hiciera te habria esposado a la cama junto a tu mujer. Echo un ultimo vistazo a la bailarina, que ha fijado su mirada en mi. Se contonea provocandome, insinuandose de manera deliciosa. Esta decidido, en cuanto se baje del escenario me la voy a subir a la habitacion. Salgo de la sala para ir a fumarme un cigarro al patio trasero del hotel. Mi madre solia trabajar aqui, asi que conozco todos los recovecos del edificio. Me sorprendo al oir llantos saliendo del cuarto donde las limpiadoras guardan sus utensilios, y entro de inmediato para encontrarme a una conejita de Playboy sentada en el suelo llorando a mares. --?Te encuentras bien? --digo suavemente para no asustarla. Ella levanta la vista y me mira con los ojos mas verdes que haya visto en mi vida, y suspira conteniendo un sollozo. --No, nada esta bien. Mi vida es una mierda, y no puedo arreglarlo. Me siento junto a ella y le paso la palma de la mano por la espalda intentando calmarla, y ella se acerca a mi y apoya la cabeza en mi hombro con un suspiro. --Hoy he descubierto que mi marido me engana --susurra--. Ni siquiera ha intentado negarlo, ?sabes? Ha dicho que es culpa mia por no darle lo que quiere. --Tipico de un cabron manipulador. Solo el tiene la culpa de una infidelidad, dulzura, e intenta echarte la culpa para poder seguir haciendolo. Lo mejor que puedes hacer es mandarle a tomar por el culo. --No me ha dado oportunidad de dejarle. Se ha marchado de casa ofendido, dando un portazo. Por eso estoy aqui. He salido con mi mejor amiga para pagarle con la misma moneda. Se incorpora y vuelve a mirarme a los ojos. --Soy tan imbecil que no he sido capaz de hacerlo. Cuando un chico ha intentado ligar conmigo, me he acobardado y he salido a correr. --?Y crees que las escobas son la mejor compania? --No he conseguido encontrar a mi amiga y ella tiene la llave de nuestra habitacion, asi que estoy perdida hasta que decida aparecer. Suspiro ante la irresponsabilidad de la amiga de la joven. --?Que te parece si te llevo a casa? --No quiero irme a casa. No soportaria verle la cara esta noche a ese desgraciado. --Entonces vamos a mi habitacion. Quizas yo sea capaz de hacerte olvidar lo desastrosa que ha sido esta noche. Uno mis labios a los suyos en un impulso que soy incapaz de controlar, y la sangre comienza a hervir en mis venas. Ella permanece pasiva, dejandome recorrer sus labios con los mios una y otra vez, y cuando deja escapar un suspiro, aprovecho la oportunidad para hundir la lengua en su boca. !Joder! Sabe a gloria, literalmente. Su lengua juguetea un rato con la mia antes de romper el beso, y agacha la cabeza, muerta de verguenza. La ayudo a ponerse de pie y tiro de su mano hasta el ascensor. En cuanto entramos en la habitacion, se deja caer timidamente en el sofa. --Voy a bajar un momento para avisar a mis amigos de donde estoy --susurro--. No tardare. --Vale. Vuelvo a la barra, donde mis amigos charlan animadamente. --Wess, cogete otra habitacion --ordeno. --?Ya has cazado, capullo? --pregunta John. --Eso parece --contesto--. La tia esta tremenda, asi que voy a disfrutar de ella toda la noche. --Disfruta, mamon --rie Wess--. No se como te las apanas que siempre terminas llevandote una mujer a la cama. Me acerco a recepcion y pido que nos suban algo para cenar. La pobre no habra podido probar bocado con el disgusto, y a estas horas debe tener hambre. Ya habra tiempo mas tarde para el sexo. Cuando entro de nuevo en la habitacion, veo que la chica se ha quitado los zapatos de aguja y se ha sentado en la cama con las piernas cruzadas, para poder ver la tele. --Veo que te has puesto comoda --digo tumbandome a su lado. --Con este traje es dificil hacerlo. !Dios! No se por que tuve que hacerle caso a Lindsay. Me acerco a la bolsa de viaje que he traido con la ropa de manana y saco el pantalon de deporte y la camiseta que traje para dormir. Ella los acepta con una sonrisa y se mete en el bano a cambiarse, mientras me quito la capa, el chaleco y el corbatin, que me tiene hasta las narices. En ese momento el camarero llama a la puerta, y me entrega una bandeja con una seleccion de pequenos sandwiches de distintos sabores, y dos trozos de tarta de chocolate y nueces, cortesia de mama Rose, la cocinera, que me conoce desde que usaba panales. Cuando sale del bano, veo que tambien se ha quitado la mascara, dejando al descubierto el rostro de un autentico angel. Sus ojos verdes estan escondidos tras unas largas pestanas, sin una gota de maquillaje. Natural... y absolutamente arrebatadora. Dejo caer mi mirada por todo ese cuerpo escondido tras mi ropa, deseando que llegue el momento de desenvolver este delicioso regalo para poder darme un festin con el. Ante mi escrutinio, ella me mira avergonzada y se sienta en la cama de nuevo. --Gracias, esto es mejor que ese condenado disfraz --susurra. --He pedido algo para comer, supongo que tendras hambre. --No he comido nada en todo el dia. Comemos en silencio, absortos en el programa de television que ella habia puesto para entretenerse mientras yo no estaba. --!Dios, estaba famelica! --suspira. --?Que te apetece hacer ahora? Ella acaricia mi mascara y sonrie. --?No te la quitas? --pregunta-- Ya no estamos en la fiesta. --Es mejor que no lo haga. Esta noche solo somos dos desconocidos que se conocen en una fiesta. --Vaya... me gustaria verte la cara completa. --Puedes imaginarla. A fin de cuentas ya estas viendo la mitad de ella. --Tienes razon. ?Por que no me cuentas algo de ti? --Soy Erik... un alma atormentada por el amor de una cantante de opera. Ella se echa a reir por primera vez desde que la conozco, y un par de dulces hoyuelos aparecen en sus sonrosadas mejillas, haciendola parecer mucho mas joven. --Esta bien, entonces yo soy Lola, una conejita traviesa que esta buscando pasar un rato divertido. El juego de seduccion se alarga durante horas. Una mirada, una sonrisa, una caricia accidental, son los alicientes de la pasion, que comienza a florecer entre nosotros. Las botellas del mini bar se acumulan en la mesita de cristal que hay junto a la cama. Estoy en mangas de camisa, con la mitad de los botones desabrochados debido al calor de las copas... y del juego. Ella esta tumbada a mi lado, acariciando distraidamente el vello ensortijado que asoma por la abertura de mi camisa, mordiendose el labio inferior mientras me mira fijamente a los ojos, y antes de darme cuenta me encuentro tumbado sobre ella con mis labios pegados a los suyos.

  • Biovigilados de Roxana Tabakman

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    Un peligro viral se extiende sobre varias poblaciones sin que la comunidad cientifica tome cartas en el asunto. Una talentosa investigadora desarrolla la vacuna que podria evitar la tragedia, pero cuando inicia la inmunizacion libera involuntariamente una dosis alterada que produce mutaciones geneticas monstruosas.

  • Las mujeres de la NASA de

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    En el Laboratorio de Retropropulsion creado durante la Segunda Guerra Mundial para que los Estados Unidos iniciaran su carrera espacial, se necesitaban matematicos con una agilidad mental excepcional. Fue entonces cuando reclutaron a un grupo de elite: 16 mujeres jovenes, verdaderas computadoras humanas, que con solo lapiz y papel transformaron el diseno de los cohetes gracias a su extraordinaria habilidad.

  • Finca negra de Eduard Freundlinger

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    Ya hace anos que la hermana de Joana desaparecio sin dejar rastro. Entretanto Joana dejo su pais y construyo una nueva vida en Alemania. De pronto recibe un mensaje comunicando que Carmen aun podria estar viva y Joana vuelve a Andalucia. La certeza sobre el destino de Carmen esta al alcance de su mano, pero bajo el sol de la costa Tropical le esperan otras oscuras verdades…

  • Uno como los demas de Pintina Cuneo

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    Se busca chica guapa para casarse con hombre feo. Interesadas enviar correo a: [email protected] --Lara, mira esto. --Eloisa le acerco el periodico a su companera de piso. Era domingo, uno mas dentro de otro fin de semana, parecido a todos los anteriores que Eloisa llevaba viviendo desde hacia meses, una rutina continua que para ella no se diferenciaba apenas del resto de dias. Hacia tan solo cinco minutos que el reloj de la iglesia proxima a su edificio habia anunciado las diez con su lento taner de campanas. Las dos amigas desayunaban perezosas y sin prisas en el soleado salon. --?Que es? --pregunto su amiga, colocandose las gafas que habia dejado sobre la mesa. La alegre risa de Lara resono por todo el espacio al acabar de leer el sorprendente anuncio que Eloisa habia rodeado con rotulador rojo, destacandose, de ese modo, de entre el resto de la seccion. --Si es que hay gente para todo --dijo con desidia volviendo a leer aquellas escuetas frases. --?No te parece raro? --inquirio Eloisa con el ceno fruncido. --Me parece inquietante, mas que raro, y estoy convencida de que habra unas cuantas locas que contesten. --Lara se paso la mano por su corto y rubio flequillo con gesto despreocupado. Eloisa permanecio durante unos segundos mirando fijamente hacia el periodico cerrado que Lara acababa de lanzar, con gran desden, hasta el otro extremo de la mesa. --?En que estas pensando? --le pregunto su companera con evidente gesto de preocupacion en el rostro. --En el anuncio --contesto Eloisa, saliendo de su ensimismamiento. --?En serio? --Si --aseguro convencida. --?En que parte en concreto? --Lara se cruzo de brazos, intrigada a la vez que sorprendida. --No se, me parece muy extrano y confuso. --Lo que me parece a mi es que alguien quiere aprovecharse de otras personas --sentencio, segura de sus palabras--. A saber las memas que contestaran. --?Quien? ?Quien crees que va a contestar si ya te avisa de que es feo? --!Eloisa, no me gusta nada la cara que estas poniendo! --le recrimino senalandola con el dedo indice como si la estuviera amonestando--. ?No estaras pensando...? --Si --le corto por toda respuesta. --!!?Que?!! --chillo asustada. --Que voy a contestar --respondio Eloisa tranquilamente. --Tu estas loca, !como ese tio o mas! --se exaspero Lara volviendo de nuevo a toquetear su flequillo. --Solamente quiero ver que hay detras de un anuncio asi. --?Un pervertido? ?Un sadico?... --!Que exagerada! --?Igual algun asunto turbio para captar tontas como tu? --pregunto Lara en tono dramatico. --No me digas que no sientes curiosidad por saber si realmente tan solo es lo que dice. --?Curiosidad, dices? !!Verguenza es lo que siento!! A ver, recapitulemos: el es feo, pero busca una chica guapa, que vamos, no esta mal, muy respetable. Pero simplemente podria decir <>, a secas, si es que en realidad es un alma solitaria que necesita amor y compania... !Pero no! El tio matiza, especifica como debe ser. Lara se incorporo para recoger el periodico y buscar la pagina donde estaba el motivo de la discusion --!Ufff! --bufo, claramente agobiada, peleando con las hojas del ya maltrecho diario sin encontrar lo que buscaba--. Me parece tan ridiculo mantener siquiera esta conversacion… -- Volvio a lanzar el periodico lejos de ella y se encamino hacia el bano, abandonando sobre la mesa los restos de su cafe ya frio. Sin inmutarse por el malhumor de su amiga, Eloisa cruzo el estrecho pasillo hasta su habitacion. Con la mirada busco el portatil y en cuanto lo hubo localizado sobre el escritorio, lo abrio para ir a sentarse con el en la cama. Despues se conecto a internet y finalmente entro en su correo. --!!Eloisa!! --grito su companera tras ella dandole un susto tremendo. --!Joder, Lara! --dijo llevandose una mano al pecho como si quisiera constatar que no se le iba a salir el corazon de un momento a otro. --Pero ?vas en serio con esta locura? --Solo voy a enviar un mensaje y pedir detalles, ?que hay de malo? --Claro, tu se los vas a pedir y el te los va a dar. Anda, !buscate un trabajo! Y haz algo con tu vida. --Eso hago... !y mira como me va! --rezongo con tristeza. Lara se arrepintio al instante de su brusquedad al hablarle. Sabia que para Eloisa las cosas no estaban resultando faciles desde que la habian despedido de la empresa donde llevaba diez anos trabajando; la unica que conocia, puesto que incluso antes de acabar sus estudios de Marketing y Publicidad ya estaba realizando trabajos como becaria para ellos. Pero su virtud fue la honestidad, y es que, harta de ver los chanchullos a los que el director recurria para hacerse con las mejores marcas y las campanas que las administraciones lanzaban, decidio decirle al incompetente de su jefe que pensaba de el, de forma clara y abierta. Y ya metidos en faena de ser sinceros, le recordo el hecho de que la hiciese trabajar muchas mas horas de las que su contrato estipulaba sin llegar a protestar ni una sola vez. ?Y como le habia le pagado el su esfuerzo y dedicacion? Echandole en cara, no en una sino en varias ocasiones y ante quien le viniese en gana, que era una vaga, una holgazana y que su implicacion era cero con el negocio. Y no acababan ahi sus quejas: solia recriminarle que su unica motivacion en esa empresa era el acudir a diario para cobrar un sueldo, haciendo que Eloisa solo sintiese estupor y mucha rabia cada vez que se cebaba con ella, ya que, por todos era sabido que su creatividad les habia reportado varios premios dentro del campo de la publicidad. Eloisa creia firmemente que la explosiva reaccion de su jefe, tras acabar de ponerlo en su sitio, fue escuchada no solo en la empresa, tambien en unos cinco kilometros a la redonda. Levantando las enormes posaderas de su sillon, se encaro con ella al tiempo que la piel de todo su rostro se iba tinendo del rojo mas intenso. Sus palabras eran catapultadas de su boca junto a algo mas: alguna que otra gota de saliva que su viperina lengua proyectaba con inquina banandola una y otra vez. Saliva que ella limpio de su cara sin disimulo alguno y mostrando el asco mas profundo. Al escucharle, hubiera querido gritar con mas ganas y mas alto de lo que el lo estaba haciendo, pero aguanto toda aquella inundacion procedente de su boca. Tambien escucho improperios que no la definian y frases que no mostraban a la persona trabajadora y eficaz que ella era. Su despido fue fulminante, pero nada que Eloisa no esperase dada su forma de conducirse. Ahora pesaba sobre ella una acusacion por injurias y calumnias, por lo que un juez deberia dirimir si su despido era improcedente o no. Sabia que no ganaria ese juicio y lo que mas temia era que probablemente iba a tener que pagar las costas de este, aunque no sabia con que dinero iba a hacerlo. Su jefe, segundos despues, pasado el tsunami de mala leche y ya impasible desde su sillon -- aquella atalaya giratoria de diseno exclusivo, tapizada de piel negra desde la que miraba el mundo con altivez y desprecio-- habia dictado sentencia para ella antes de que lo hiciera un juez: <>. Y no cabia duda de que de eso se habia asegurado muy bien, puesto que desde que se habia quedado sin empleo ninguna empresa del gremio la habia querido contratar. Tenia la terrible intuicion de que su jefe se habia puesto en contacto con las empresas del sector para echar su nombre por tierra. En todas las empresas que no habia recibido un no de inmediato lo recibia al cabo de unos dias, cuando todo parecia ir sobre ruedas tras la entrevista. En otras ocasiones bastaba con pedir referencias, de ese modo estaba todo decidido para ella sin que contase para nada su brillante curriculum y todos sus anos de experiencia. Y por descontado, si no era bueno indicar el nombre de la empresa en la que habia trabajado, no indicar experiencia alguna para ahorrarse el mal trago de que le pidiesen referencias significaba dar a entender que no habia hecho nada de los veinticinco a los treinta y cinco anos que tenia en esos momentos. Y ese era un dato que no buscaban en el perfil de ninguna empresa. Eloisa sabia que ya era hora de enfrentarse a la realidad: iba a tener que trabajar en todo aquello que no le gustaba y de lo que no tenia ni idea, puesto que se habia formado en algo en concreto y nunca habia trabajado en nada mas. Llevaba unos meses viviendo de lo que ingresaba por la prestacion por desempleo y esa ayuda no iba a durar mucho tiempo mas. Nunca habia sido de ahorrar mucho, era una autentica manirrota, sabia que esa era una buena definicion para ella. El <> no era algo que tuviese muy asimilado, ya que casi todo el sueldo se lo gastaba en viajar y en los mas variados caprichos; como ese carisimo coche de alta gama del que habia tenido que deshacerse al quedarse en paro, malvendiendolo porque no podia afrontar las elevadas cuotas mensuales. La ropa de las mejores marcas tambien figuraba en ese derroche del que hacia gala casi a diario; habia tenido un buen sueldo, un trabajo fijo y nunca habia pensado en otra situacion economica distinta de la que habia gozado durante diez anos. Sin futuro claro a la vista se desesperaba sin saber que hacer. Habia conseguido algunas clases particulares con los hijos de los vecinos del cuarto que no daban para practicamente nada; como no fuese para acabar con fuertes dolores de cabeza, los que aquellas dos fieras sin domar le provocaban ante el caso omiso que hacian a cualquier cosa que ella dijese. Para Eloisa, aguantar a esos gemelos no estaba pagado con nada. El odio que sentian el uno hacia el otro era mas que evidente: si uno hablaba el otro chillaba, si uno se equivocaba el otro se burlaba, si uno tosia el otro estornudaba, uno respiraba y al otro le molestaba... El caso era estar como fuese siempre uno por encima del otro. Eran como una reminiscencia de lo que habia sucedido en el utero materno, donde uno habia robado espacio al otro, sintiendose, desde el mismo momento de su concepcion, como si ya fuesen sabedores de que siempre deberian luchar por el afecto y la aprobacion de sus progenitores. No eran hermanos, eran rivales: luchadores sin tregua, revestidos de un odio como ella nunca antes habia percibido en nadie. Habia concluido que aquellos ninos no necesitaban un profesor de apoyo, lo que necesitaban era una orden de alejamiento para llegar a ser felices. O al menos unas personas capacitadas para ver mas alla de ese espejo en el que irremediablemente se debian mirar a diario desde que amanecia hasta que al fin cerraban los ojos por la noche. El que su madre, pese a la edad de los chicos, once anos ya, se empenase en peinarlos y vestirlos como si de dos gotas de agua se tratase, no facilitaba las cosas. A la espera de que alguna empresa de publicidad quisiera apostar por ella, tan solo habia conseguido dos empleos: como camarera y como dependienta en una conocida cadena de ropa. Aunque servir cafes e infusiones en aquella gran teteria, solo habia servido para incluir, de manera hipotetica, su nombre en la lista de persona non grata en el mundo de la hosteleria. ?Y como olvidar que no habia durado ni una semana como dependienta? Asumio muy rapido que no estaba hecha para ordenar y doblar ropa de manera mecanica y en un tiempo record. Reconocia, avergonzada, eso si, que ni tan siquiera servia para contener esas miradas con las que fulminaba a las clientas de la tienda cuando las veia remover en las estanterias que acababa de ordenar de manera meticulosa. La voz de Lara le llego llamandola. --Eloisa, mirame. --Su amiga le sujeto firmemente las manos para hacerla reaccionar despues de verla tan sumida en sus pensamientos--. !Por favor! Dime en que estas pensando porque ya me estoy empezando a asustar. --Si este hombre ofreciese una vida sin preocupaciones a cambio de casarse con el... ?Tu lo harias? --Eloisa pregunto con la mirada perdida, como si no estuviese haciendo esa pregunta y solo fuese uno mas de sus pensamientos. --Claro que no, no lo conozco de nada, ?quien en su sano juicio iba a querer embarcarse en algo asi con un hombre del que no sabe nada? --Yo --sentencio, dejando atonita a su companera. --Eloisa... --gimoteo Lara--. No hablas en serio. --?Que crees que pierdo? --le dijo con el desencanto pintado en la voz--. Nada, no me queda nada que perder ya. --La dignidad, ?acaso eso no cuenta para ti? --Con eso no se come ni se paga el alquiler, te recuerdo que te mudas dentro de nada y me quedo yo sola haciendo frente a la mensualidad completa y no puedo pedir ayuda a mi familia, porque no estan en su mejor momento y ya tendre que recurrir a ellos para pagar las costas del juicio. La realidad es que tengo que encontrar una solucion a mis problemas, !ya mismo! --Pero no asi, casandote con un extrano. --Deja que envie este correo, vamos a ver que tiene que ofrecer y luego lo discutimos. No se... Tengo un palpito y quiza esto no es tan raro como parece. Lara se quedo en silencio y Eloisa aprovecho para redactar el mensaje: <>. --?Piensas quedarte ahi toda la manana hasta que ese tipo conteste? --inquirio Lara una vez que observaba, resignada, como su companera le daba a <>. --No tengo nada que hacer y quiza soy la primera en contestar. No habia transcurrido ni un minuto cuando el telefono de Eloisa emitio un suave sonido, indicativo de que habia recibido un nuevo mensaje en su correo. Incredula, miro hacia la pantalla del ordenador y confirmo aquel aviso sonoro. --!Vaya con el feo! Le corre prisa --refunfuno Lara. Abrio el mensaje dispuesta a leerlo, mientras su companera tomaba asiento junto a ella para hacer lo propio. <>. --!!Joder con el tio!! Sabes que pierde el tiempo, la busca guapa e inteligente. --Lo que cualquiera desearia, ?no crees? --?Y el que ofrece? Ya sabes que es feo, ahora solo falta que apenas tenga estudios y sea un ignorante con el que no se pueda mantener una minima conversacion. Eloisa no escuchaba sus quejas, unicamente se concentraba en buscar en la galeria de fotos una en la que a ella se la apreciase bien. --?Que haces? --Voy a enviarle una foto y asi zanjamos el tema fisico, que me vea a ver que le parezco. Eligio una del pasado verano, una de las muchas que conservaba de la ultima comida de empresa. Se la veia de cuerpo entero, embutida en un escotado vestido negro de seda salvaje, ajustado de cuerpo y falda amplia que realzaba su figura haciendola casi perfecta, dibujada, por no parecer humana. La adjunto de forma rapida y tecleo un comentario. <>.

  • Prisionera del vikingo de Esmeralda Lynn

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    Sigrid Thorne debe casarse con un hombre que no ama; el desagradable Lord Robert Clemens. Pero para su desgracia (o fortuna) su boda es interrumpida por un ataque vikingos.
    Los salvajes del norte, liderados por Leif el Aplastacraneos, secuestran a Sigrid para pedir una recompensa. Cautiva en el barco de Leif, Sigrid tiene la seguridad de que nadie la forzara, pues necesitan que ella regrese intacta a su marido para poder cobrar el oro de la recompensa.
    Sin embargo, cuando la atraccion por el indomito e irreverente Leif se torne insoportable ?Que valdra mas para ellos? ?El oro o la pasion? ?Acaso es posible para Sigrid abandonar la vida civilizada y tener aventuras por el mar? Y ese hombre de barba roja como el fuego y con la espalda llena de cicatrices, ?podra darle el amor que ella no encontro en tierra firme?

  • Travis y Emily_ El pasado imper de Abril Camino

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    Cuando las ruedas del avion tocaron con suavidad el asfalto de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional JFK de Nueva York, Travis sintio la vieja tension de la expectativa. Las mismas sensaciones que solian embargarlo en los minutos previos a saltar al campo antes de un partido. Ilusion y nervios. Emocion y ansiedad. El habitual crujido de su rodilla derecha le recordo que el futbol era ya historia para el. Como casi todo lo que le habia parecido divertido cuando era joven. Cuando era joven. Hacia dos anos que habia dejado Nueva York para volver a Arizona, y tenia la sensacion de haberse hecho viejo desde entonces. Habia trabajado de sol a sol, al ritmo que su padre habia marcado, y ni siquiera habia buscado un lugar decente donde vivir. Pocas semanas antes de que el se instalara en Phoenix, su hermano Mark se habia mudado al rancho que la familia poseia en las afueras de la ciudad, y Travis se limito a ocupar su antiguo apartamento sobre el garaje. En el fondo de su alma, incluso sin ser consciente de ello, siempre habia sabido que regresaria a Nueva York. Sentado en el autobus que lo llevaba al sur de Manhattan, se sentia como un turista novato. Buscaba la silueta de los rascacielos sobre el East River, el sol dibujando el crepusculo de aquella tarde de final de verano sobre las azoteas de Brooklyn, el ritmo frenetico de la ciudad. Pero el no era un turista. El habia vivido cuatro anos en Nueva York y no habia vuelto a sentirse en casa en ningun otro lugar. Aquella ciudad aparentemente fria y despiadada era su lugar favorito en el mundo. Pese a los dos anos de ausencia, tardo segundos en trazar en su cabeza el recorrido que debia hacer en metro hasta el pequeno estudio que habia alquilado en el SoHo[1], a pocas manzanas de Little Italy[2]. Su hermano Preston lo habia elegido para el, teniendo en cuenta el exiguo presupuesto con el que contaba para los primeros meses. Su padre se habia tomado su desercion con deportividad y le habia ofrecido una asignacion similar a la que aun le pasaba al mas pequeno de los cuatro hermanos, Parker, pero el la habia rechazado. Queria comprobar si, viviendo como cualquier persona de su edad que empezaba en su primer empleo, conseguia sentir, al fin, que tenia veinticuatro anos. Encontro la llave sobre el marco de la puerta de entrada, donde Preston se la habia dejado, lanzo sus bolsas de viaje a una esquina del salon-cocinacomedor-dormitorio, y se rio con ganas al ver la nota que le habia escrito su hermano gemelo. Ademas de hacerle unas cuantas propuestas para las siguientes cuatro mil noches de sabado, lo informaba de que le habia comprado dos packs de Budweiser y se los habia metido en el frigorifico. A eso debia de referirse la leyenda urbana de que los gemelos se comunicaban de forma telepatica. Una cerveza, en ese preciso instante, sentado en el sofacama de su nuevo apartamento, era la perfeccion. Por desgracia, a Preston tambien se le habia ocurrido concertar una reunion fraternal, segun sus propias palabras, aprovechando que las fiestas de San Gennaro se celebraban en esos dias en su barrio. Tras cinco horas de vuelo y con la perspectiva de tener que ubicar todas sus cosas en un apartamento que cabria en la parte de atras de la camioneta que solia utilizar en Arizona, sus ganas de pasar la tarde bebiendo chianti[3] y comiendo cannoli[4] eran mas bien escasas. La propuesta incluia tambien a Parker y a su novia Amy. Travis habia conocido a Amy ese verano en el rancho familiar, donde habian coincidido todos durante una semana de vacaciones. Entre sus padres y la propia Amy habian conseguido convencer a Parker de que casarse ese mismo verano era una locura incluso para su nivel de impulsividad habitual. Pero Parker seguia siendo Parker, asi que solo lograron retrasar el enlace un ano. Ahora, tenian nueve meses por delante para organizar una boda. Un motivo mas para alegrarse de haberse ido de Phoenix y mantenerse alejado de la locura de preparativos en la que ya habia entrado su madre. Travis podia estar agotado por el viaje desde Arizona y deseando echarse a dormir, pero no enganaria a nadie si dijera que no le apetecia ver a sus hermanos. Le encantaban los dias, cada vez mas escasos, en que se reunian todos. Mark seguia en el rancho, de donde parecia que nadie podria sacarlo jamas, pero los otros tres Sullivan iban a compartir vida en Nueva York. Quiza Preston tuviera razon, y la ocasion mereciera celebrarse. Habia echado de menos a Preston los dos ultimos anos. Jamas lo diria en alto y, por supuesto, preferiria cortarse la lengua que reconocerlo delante de el. Adoraba a Mark y a Parker, pero la relacion con su gemelo siempre habia sido especial. Habian compartido amigos, deportes, locuras y tambien alguna novia. Al acabar la universidad, Preston habia aceptado la oferta de un viejo amigo de su padre para trabajar con el durante dos anos en Londres. Travis, en cambio, habia sido mas conservador y habia regresado a Arizona. Habia viajado a Londres cuatro veces en los dos ultimos anos para visitar a su hermano, y lo habia visto muy integrado en aquella ciudad loca en que los coches circulaban por el lado contrario, se bebia te en lugar de cafe, y los reyes vivian en palacios. Pero Travis lo conocia lo suficiente como para saber que el tampoco podia vivir lejos de Nueva York. Los dos llevaban dos anos sintiendo que se habian dejado un trozo de su alma en la Gran Manzana. En cuanto le surgio la oportunidad, a traves de un viejo conocido de Beta Theta Pi, de disfrutar de una beca como profesor adjunto en la misma escuela de Leyes de Columbia en la que todos los hermanos habian estudiado, Preston no dudo en cruzar de nuevo el Atlantico e instalarse en la ciudad. Durante una enajenacion mental transitoria, llegaron a pensar en compartir apartamento, pero llevaban demasiado tiempo luchando por diferenciarse el uno del otro como para caer ahora en ese error. Ademas, Preston se habia convertido en una especie de moderno al estilo europeo y se habia instalado en Brooklyn. A Travis, en cambio, no lo moverian de Manhattan ni los desorbitados precios de la vivienda, ni la incomodidad de convivir a diario con los turistas ni las mas que probables plagas de ratas a las que se enfrentaria en su viejo edificio. Cuando oyo el timbre de su portero automatico, tiro al fregadero la bolsa de hielo que se habia colocado un rato antes en la rodilla, y bajo las escaleras de tres en tres antes de recordar dos cosas: que la rodilla lo estaba matando y que un par de horas antes creia que no le apetecia demasiado ver a sus hermanos. || --Pero, ?que demonios te ha pasado, Preston? --Travis se rio con ganas de su hermano gemelo, que ya no lo parecia, con su pelo casi tan largo como el de Parker, su barba cuidadosamente desalinada y unas gafas de montura de pasta negras. --!Tu tambien no, por Dios! ?Crees que no he tenido suficiente con Parker? --Es que me esta costando mucho decidir si me horroriza mas el hermano pijo puro o el hermano pijo reconvertido en hipster --se burlo el menor de ellos. --Al menos nosotros no nos dedicamos a tatuarnos hasta los dientes. -- Travis entorno los ojos en direccion a su gemelo, con una interrogacion llena de sospecha--. ?No, Preston? --No, joder. Eso si que no. --Preston miro a su hermano pequeno y senalo el vendaje plastico que lucia en la parte interior de su antebrazo izquierdo--. ?Otro? Parker le respondio con una media sonrisa y un encogimiento de hombros, justo antes de protestar por que lo trataran como si aun tuviera doce anos delante de su prometida. --Perdona, Amy. Creo que ya intuiste este verano que no es agradable convivir con los hermanos Sullivan. --Podria llegar a acostumbrarme a vosotros. Al fin y al cabo, me toca lidiar con el mas rebelde, ?no? --Oh, si, todo un dechado de rebeldia el pequeno Park. Creo que esa imagen quedo atras cuando decidio casarse a los veintidos, por muchos tatuajes que se haga para disimularlo. --Que os jodan a los dos --respondio Parker, aunque su sonrisa contradecia sus palabras--. ?Cuando empiezas en el trabajo? --La semana que viene. Tengo tres dias para acabar de instalarme, buscar gimnasio para la rehabilitacion y emborracharme un par de veces como minimo. --?Rehabilitacion? ?Sigues con problemas en la rodilla? --le pregunto Amy, ignorando los planes de los otros dos hermanos sobre esas prometidas borracheras. --En teoria, ha mejorado con la operacion. Pero llevo dos semanas sin ir al gimnasio, y ha empezado a dolerme de nuevo. --En el gimnasio de Columbia hay descuentos para antiguos alumnos. Si quieres, me entero de como funciona y te paso la informacion --se ofrecio Preston. --Perfecto. Me queda mas o menos cerca de la oficina. --Si tu oficina esta cerca de Columbia, lo que no entiendo es por que has decidido vivir en el extremo opuesto de la ciudad. --He rechazado el dinero de papa. Asi que no me puedo pagar nada mas arriba del SoHo. --Yo pago en Harlem por un piso de dos habitaciones la mitad que tu por ese zulo --se burlo Parker. --No voy a vivir en Harlem. No te ofendas, Amy. --Su futura cunada le sonrio, quitandole importancia al comentario con un gesto de su mano--. Y, antes de que digas nada, Preston, mucho menos voy a vivir en Brooklyn. || Brooklyn, Harlem o hasta el mismisimo Phoenix ya no le parecian tan mala opcion a Travis cuando asumio que ni la cuarta parte de su impecable ropa de marca cabria en aquel piso. Iba barajando la opcion de guardar algun par de zapatos en el horno, mientras cubria caminando el breve trayecto entre su despacho y el gimnasio del campus en el que Preston le habia conseguido plaza. Se habia pasado la noche del sabado bebiendo con su gemelo y bailando en un rooftop de la Quinta Avenida, en un plan del que Parker se descolgo a ultima hora para ir a ver el musical Wicked con Amy y su hija. !Cielo santo, el mundo estaba loco! El domingo habia pagado las consecuencias de la noche anterior. Primero, tratando de echar de su apartamento, con la mayor elegancia que fue capaz de reunir, a la rubia siliconada bajo la cual habia visto amanecer; y, despues, aliviando con hielo e ibuprofeno el persistente dolor de su rodilla. La decision de retomar los ejercicios de rehabilitacion, habia asumido al fin, respondia mas a una necesidad que a un capricho. Cuando llevaba menos de media hora en el banco de cuadriceps, ya sudaba como si acabara de dar veinte vueltas a las pistas de atletismo de su instituto. De hecho, pocos anos antes, daba las vueltas que hicieran falta sin sudar como un pollo escaldado. Fue a echar mano de la botella de agua que, inteligentemente, habia comprado en una de las maquinas de los vestuarios, cuando reparo en la chica que ocupaba el banco a la derecha del suyo. Daba igual cuantos asaltos le hubiera proporcionado la rubia del sabado o cuanta intencion tuviera Travis de portarse bien en esas primeras semanas de trabajo. Tendrian que haberle arrancado los ojos para no fijarse en aquella mujer. Vestida con unas mallas largas de licra negras, una simple camiseta blanca de tejido tecnico y unas zapatillas de running, estaba tan concentrada en sus ejercicios que Travis se podia permitir el lujo de mirar sin disimulo. Pese al esfuerzo que se reflejaba en su ceno fruncido, la dulzura de su cara no podia pasar desapercibida a nadie que la mirara. Llevaba el pelo rubio -y que Travis apostaria a que era natural, para variar- recogido en un mono alto, y unos enormes ojos marrones no apartaban la vista de la punta de sus zapatillas. Cuando Travis acabo de beber, volvio a su rutina y decidio que trabajaria mas suave solo para prolongar su estancia en el gimnasio y esperar a que ella se levantara. No pensaba desaprovechar la oportunidad de disfrutar de ese culo enfundado en unas mallas brillantes como chocolate fundido. Igual de rico. Una hora despues, Travis habia perdido toda la esperanza y casi toda la dignidad, forzando unos ejercicios que estaban a punto de costarle un ataque cardiaco. Se levanto exhausto, preguntandose de donde sacaba aquella chica la resistencia. Seguro que habia entrado en Columbia con alguna beca de deporte. --Los primeros dias siempre son mas dificiles --le comento la chica del culo perfecto (ya habia decidido que no seria necesario verlo para juzgarlo), con voz dulce y sin atisbo de burla, cuando el paso por su lado camino de los vestuarios--. Pronto cogeras la forma. Travis se limito a asentir. Maldita sea. Habia quedado como un debilucho delante de una chica que no debia de tener ni siquiera edad legal para beber.

  • 22 Gemidos de Noelia Medina

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    Mike Cloud siempre habia sido mi punto debil. Ni que decir tiene, que nunca habia comentado nada a nadie y mucho menos a el. El novio de una amiga es intocable; asi que el novio de una hermana es algo superiormente intangible. Aquel miercoles, Sheila me habia llamado muy emocionada concertando una cena para esa misma noche en casa. Tenia algo que contarnos y no podiamos faltar ninguno. No puse objecion alguna, el jueves era mi dia libre en el trabajo y no me importaba si esa pequena celebracion se alargaba un poco mas de la cuenta. La mesa estaba compuesta por mi padre, en el extremo izquierdo; Sheila y Mike, a su derecha, y mi hermana menor, Megan. En el otro lado, estabamos el hueco vacio de mi madre --que se paso toda la cena arrimando comida en exageradas cantidades--, y yo. Tras charlar de cosas sin importancia durante toda la velada, Mike, tan correcto como siempre, saco una carisima botella de Pernod Ricard y se levanto amablemente a por las copas para poder brindar por la buena noticia. Admire cada movimiento pausado, su cuerpo alto y robusto, sus modales finos que tanto habian llamado siempre mi atencion... Y en mitad de mi embobamiento, hablo: --Nos casamos --dijo con su comun sonrisa impoluta y la copa en alto, situado junto a mi hermana. Tras ello, la beso y nos miro extendiendo la copa hacia nosotros para compartir su felicidad. Que me pusiera como un tren aquel tio no quito que me alegrara por ellos. Mi atraccion por el llevaba despierta muchos anos y habia aprendido de sobra a controlarla. A menos que se cinera demasiado a mi cuerpo cuando lo felicitaba por su compromiso o me besara casi en la comisura de los labios, como paso aquel dia cuando me acerque a darles mi enhorabuena. Me removi en la silla durante toda la noche sintiendo el frescor de su aliento en mi comisura, como una adolescente que no quiere lavar el trozo de piel que ha tocado su cantante favorito en el ultimo concierto. Que me tomara varias copas de ese buen champan como la que bebe Champin sin alcohol, no ayudo mucho a aminorar mi excitacion. --Carino, voy a tomar el aire y quiza a fumar un cigarrillo --oi decir a Mike casi en el oido de mi hermana. Esta solo asintio, sonrio y siguio charlando animadamente con nosotros sobre los preparativos de la boda. Unos minutos despues de la ausencia de Mike, me di cuenta de que estaba mejor alejada de el. Me encontraba bastante mareada y las burbujas del Pernod Ricard bailaban en mi cabeza burlandose de mi. Me levante sigilosamente y me dirigi al bano. No necesite excusarme ante nadie, ya que todos participaban fascinados en la conversacion sin percatarse siquiera de que habia desaparecido del asiento. Entre a mi habitacion y repose unos segundos tras la puerta; el haberme levantado de subito habia incrementado mi mareo. Escuche un leve sonido al otro lado de la puerta de mi bano y, sin pensar mucho mas, anduve hasta el con cautela. La puerta entreabierta me dejo la imagen mas caliente que habia visto nunca. Mike se encontraba de pie, apoyado en el lavabo, con la mano izquierda masajeando muy despacio su pene y la derecha en su cara con mis bragas negras de encaje de la noche anterior, que recordaba perfectamente haber echado al cesto de la ropa sucia. Me quede en silencio observando como olia con esmero la entrepierna y su miembro se hinchaba mas. Era perfecto. Todo en el era perfecto. La corbata levemente torcida, el pantalon con la cremallera desabrochada y su falo oscuro, grande y venoso asomado. No me atrevi a decir nada. Contuve la respiracion y, sin poder evitarlo, levante un poco el vestido y aparte mis bragas a un lado. <>, pense. No me sorprendi al encontrar mi vagina demasiado lubricada y el clitoris hinchado. Aquello era mas de lo que podia imaginar. Siquiera hizo falta estar presente ante el para notar como le excitaba. Su boca se entreabria jadeando levemente mientras sacudia, ahora ya, su polla energicamente e inhalaba mi olor como el mejor de los manjares. Mis ojos se cerraron al imaginar las veces que Mike habria hecho aquello cuando estaba en mi casa, o las veces que habria fantaseado con tener mis bragas cerca. Estaba a punto, el orgasmo llegaria a mi en pocos segundos si no me controlaba, pero no podia parar. Mis manos no respondian a ninguna orden que no fuera la del placer que le proporcionaba, asi que segui frotando con impetu mientras bombeaba dos dedos en mi interior y, sin mas, me estremeci hasta el punto de fallarme las piernas y caer de rodillas al suelo. Lo mire desde mi nueva perspectiva a la vez que me corria y pensaba en las ganas que tenia de entrar y seguir arrodillada ante el, proporcionandole todo el placer que yo acababa de sentir. Uno de los orgasmos que mejor me habian sabido e incluso asi, me habia quedado deseosa de mas. Mucho mas. Mike echo la cabeza hacia atras ante mi atenta mirada, bajo las bragas sin dejar de pajearse y la coloco ante su miembro, banandola con su leche mientras gemia y las miraba con deseo intentando ocultar un grunido que salio de manera leve pero ronca de su garganta. Aparto la mayor cantidad posible con un papel, las devolvio al cesto de la ropa sucia, se lavo las manos y recoloco su compostura. El, un hombre fino, elegante, educado... El, que nunca se salia del tiesto, acababa de culminar sobre la ropa interior sucia de su cunada, poco antes de su boda. Intente moverme rapidamente y salir de alli, pero la torpeza del champan no me lo permitio. Mi cunado abrio la puerta y me encontro con el vestido subido en un patetico intento de levantarme del suelo. Y se que os encantaria leer que me atrapo entre sus brazos y me encerro en el bano a empotrarme contra el lavabo, pero no fue aquello lo que ocurrio. No cruzamos una sola palabra. El salio primero con los ojos de par en par hacia la terraza y yo sali despues de recomponerme a sentarme en la mesa, donde apenas habian notado mi ausencia. Y la cena siguio tal cual sin dirigirnos ni una sola mirada. Despues de todo, era el prometido de mi hermana

  • 115 de la calle del Olvido, Lola Kabuki de Lola Kabuki

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  • La maldicion del mar de Shea Ernshaw

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    Tres jovenes hermosas e incomprendidas llegaron al pueblo de Sparrow, en 1822.
    Tres jovenes hermosas e incomprendidas fueron ejecutadas por brujeria un ano mas tarde.
    La vida de las tres jovenes se la llevo el mar.
    Entonces cayo una maldicion sobre Sparrow y, en el aniversario de la muerte de las hermanas Swan, la historia se repite.
    Ellas han vuelto. con sed de venganza.
    ?Quien podra escapar de la cancion del mar?

  • Cam (Genesis 5) de Maricela Gutierrez

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    Aunque Cameron pasa las noches sirviendo tragos en la barra de un bar y mostrando su mejor sonrisa, en el fondo sabe que eso no es lo que quiere, pues ese lado oscuro que lo habita pide a gritos ser liberado y el no conoce una mejor forma de hacerlo que luchar contra los demonios que, ocultos en las tinieblas, acechan a diario a los humanos. Cuando su mejor amigo es asesinado tratando de protegerlo, la resolucion de Cam se vera manchada por la culpa y los deseos de venganza y a todo esto debera sumarle una nueva lucha, esta vez con sus sentimientos, cuando una noche se presente en la puerta el pequeno Steven.

  • Ya no quedan junglas adonde regresar de Carlos Augusto Casas

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    Un viejo apodado <> espera semana tras semana la llegada del jueves. Es el dia en el que vera a Olga, una joven prostituta que despliega sus encantos de saldo en la calle Montera. Pero al viejo no le interesa el sexo. Durante el tiempo que pasan juntos, ambos abandonan las pequenas mezquindades de sus respectivas vidas para convertirse en otra mujer y otro hombre. Irreales y hermosos, como los suenos. Un dia Olga es brutalmente asesinada. Cuatro abogados son los sospechosos de haber cometido el crimen y el viejo decide que ya esta harto de que la vida le arrebate todo lo que ama. Ya no le queda nada, solo la venganza. Comienza a hacer planes para matarlos uno por uno. El hombre mas peligroso es aquel que no tiene nada que perder. porque ya lo ha perdido todo.

  • La Aventura de mi Vida y un Amor de Olivia Saint

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    Cuando el amor de tu vida esta frente de tus ojos, todo confabula para que el encuentro sea inevitable y puedan vivir momentos unicos juntos.
    Anna es una chica comun, con una vida rutinaria en Londres, su vida sigue el transcurso que su familia y la sociedad esperan de ella, pero de repente alguien irrumpe en su rutina de una manera sumamente curiosa y creativa. Sucesos inesperados llevaran a Anna a descubrir al amor de su vida que la envolvera en un espiral de deseo y pasion que jamas olvidara.

  • Hija de revolucionarios de Laurence Debray

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    Laurence Debray es hija del filosofo Regis Debray y la historiadora Elizabeth Burgos. Sus padres provenian de familias acomodadas y tradicionales -la de el parisina, la de ella venezolana-, y ambos abrazaron la causa revolucionaria de Fidel Castro y el Che. En 1967 Regis Debray se unio a la guerrilla del Che en Bolivia como agente de enlace, fue detenido y poco despues cayo el lider.