• cada dia mas cerca de la meta - Mandy Love

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    Marta es una mujer con una vida normal, inundada en la rutina del dia a dia, hasta que decide sentirse libre y se separa de su marido. Algo despierta el sentido de libertad en ella, lo que la lleva a interesarse por su Jefe, un hombre con todas las letras y no esta por demas decirlo con mucho dinero, poder y estatus. Esto llevara a Marta a vivir en una de las mas increibles y memorables historias de romance de su vida. Una aventura con todas las letras que te apasionara y te dejara intrigada hasta el final.
    Mandy Love es una escritora Espanola, autora y duena de numerosas novelas romanticas en donde la libertad femenina es lo primordial, la aventura, la sensacion de ser una mujer completa y libre esta presente en sus novelas. Muchas de sus historias estan basadas en hechos reales. Te invito a descubrir sus novelas, de aseguro que te encantaran.

  • Frases sobre la meta: citas, aforismos

    https://www.mundifrases.com/tema/meta/

    “Hemos olvidado que nuestra única meta es vivir y que vivir lo hacemos cada día y que en todas las horas de la jornada alcanzamos nuestras verdadera meta si ...

  • Resumen del libro: La Meta por Eliyahu M. Goldratt, Jeff Cox

    https://www.amazon.es/Resumen-del-libro-Goldratt-continua-ebook/dp/B073B97RP9

    En este resumen del libro LA META se explica cómo Alex Rogo, gerente de una planta ... Descubre cómo ahorrar hasta un 80% en un título diferente cada día

  • Leer un libro al día es una meta realizable (si te sacas de ...

    https://www.yorokobu.es/leer-un-libro-al-dia/

    28 feb 2018 — En tales casos, la lectura podría ser mucho más ligera, más de ir al grano que de leer cada palabra deleitándose en su sonoridad. Los que leen ...

  • Definir objetivos de lectura en Libros en el iPad - Apple Support

    https://support.apple.com/es-es/guide/ipad/ipadff60f84c/ipados

    Desliza el contador hacia arriba o hacia abajo para establecer los minutos que quieres leer cada día. Cuando llegues a tu objetivo de lectura diario, recibirás ...

  • La meta está en Ítaca - -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a1293084/La-meta-esta-en-Itaca

    Un libro vibrante que explora al corredor en la carrera más hermosa de todos los tiempos, en su increíble camino hacia la soledad y la espiritualidad.

  • COMO SER FELIZ CADA DIA | RAIMON SOLA | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-como-ser-feliz-cada-dia/9788496981447/1252432

    El libro COMO SER FELIZ CADA DIA de RAIMON SOLA en Casa del Libro: ¡descubre las ... una decisión personal que se toma cada día, un camino, no una meta, ...

  • Carlota en las alturas de Mercedes Alonso

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  • Breve historia de las batallas de Carlos Diaz Sanchez

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    Descubra las batallas que cambiaron el destino de las grandes civilizaciones. Los detalles de las tropas, armamentos y las tacticas de los mas brillantes generales, Ramses II, Alejandro Magno o Julio Cesar. Egipcios contra Hititas, Griegos contra Persas, Romanos contra Dacios: la trepidante historia de las guerras que decidieron el curso de la historia.

  • Cuando los cerezos florezcan de Andres Sandemetrio

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    Cuando los cerezos florezcan es una historia de espionaje en la que, como no podia ser de otra manera, nada es lo que parece. Empezamos a conocer un pellizco del pasado de los protagonistas para dejarnos entrever su caracter, pero sin mostrarnos mas de lo que necesitamos saber de momento. Asi, el recorrido se hace mas interesante, puesto que disfrutamos creciendo con los protagonistas y descubriendo poco a poco las razones que los han llevado hasta el punto en el que se encuentran. Las tramas amorosas quedan en un segundo plano, aunque no por ello quedan descolgadas ni son anodinas, sino que se erigen como un desencadenante de todo lo que esta por venir. Durante el recorrido, permanecemos flotando en el aire, condensando la informacion hasta que se entremezcla de forma exquisita con las tramas desarrolladas entre los servicios de inteligencia y los terroristas.
    -Tregolam-

  • Insufrible amor de Sophie Saint Rose

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    Marion necesita un trabajo nuevo pero antes de volver a servir hamburguesas y aguantar a los clientes prefiere la tranquilidad de limpiar una casa. La tranquilidad y Jack Spencer no tienen nada que ver.

  • Volvere cuando me encuentre de Tamara Sr

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    Esta es la historia de Irene, una chica normal y corriente.
    Nunca sabes que puedes llegar hacer o en quien te puedes llegar a convertir, cuando tu vida da un giro inesperado de 180o.
    Todo lo que conocia ya no volvera a existir, ahora la gente le tiene miedo, cruzan de calle, la senalan.
    Todo se complicara, porque ella guarda un gran secreto, que por ahora no debe ser descubierto.
    Todos su planes cambian, su vida vuelve a dar un giro, su corazon vuelve a latir, cuando menos se lo espera, aparece el, Brian.

  • El misterio del rodaje 4 de Margotte Channing

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  • Dulce amor de Elizabeth Bowman

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    Una historia de amor y segundas oportunidades en la Norteamerica del siglo XIX.

  • El azul intenso de tu alma de Paola Sualvez

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    La blusa purpura, sublime y reveladora la hacia sentir excesiva. Sin embargo, queria impresionarlo. Esta seria la primera vez que se verian. Se ubico, a la espera, en la barra. La mesa que habia reservado estaba todavia vacia. No habian transcurrido cinco minutos cuando un angel humano aparecio de la nada. Se sento y empezo a dar vueltas con su mirada hasta que tropezo con los ojos grandes que lo asediaban. Supo de inmediato que se trataba de ella, la mujer con la que esperaba pasar la noche, la mujer que lucia desinhibida y enteramente dispuesta. Mientras que ella se decidio por una cerveza ligera, el opto por whiskey. El tono de su voz y su mirada relajaron los segundos y los minutos. Se sentia maravillado con la mujer. En realidad era mucho mas hermosa en persona. Su belleza era tan natural como sus rizos que bailaban con la brisa; impetuosos y volatiles. Para Ignacia, por otro lado, el escepticismo se agigantaba con cada gesto, con cada silaba. Se sentia incomoda, atosigada por sus preguntas. Cuando sintio la mano de el en su entrepierna, supo que hasta ahi llegaria la velada. Penso que tal vez la blusa habia sido muy sugestiva, que tal vez malinterpreto algo en sus palabras. Se dijo a si misma que era el momento de marcharse, pero para el la noche apenas empezaba. Trato de disuadirla y de retenerla sosteniendo firmemente su muneca. Aunque ella parecia inerme, algo en sus ojos lo dejo paralizado, frio, sin aliento. Ese mismo frio helo su mano hasta entumecerla, pero el no fue consciente de ello hasta mucho despues, y en medio de la excitacion lo unico que hizo fue reclamarle a gritos al verla abandonar la mesa. Por fortuna, no hubo golpes ni sillas rotas cuando algunos pretendieron defenderla y lo retuvieron mientras se marchaba. Ignacia lo observo, a traves del cristal denso azuloso que apenas dejaba filtrar la escena, recomponiendose, pellizcandose la mano, pidiendo mas licor, y se hizo consiente aun mas de lo facil que es mentir cuando no se ve directamente a los ojos. Aunque la esperaba un duro dia de trabajo, quiso hablar un rato con Marienne antes de llegar a casa. Su trabajo como coordinadora de una Fundacion-Escuela atrapaba todo su tiempo y su energia. Por ello, intento pensar en los preparativos para iniciar el ano escolar y, ademas, en que debia recibir al nuevo profesor de Lenguas que, al fin, habian asignado. Sin embargo, a su mente volvia, una y otra vez, la imagen del hombre que la habia decepcionado. Marienne era una de sus mejores amigas. Se habia dedicado a buscar la verdad que los otros no querian aceptar: espectros poco densos, mujeres pequenas aladas, enanillos de sombreros multicolores, habilidades poco corrientes como interpretar los silencios de los animales y de los hombres, en fin, toda una suerte de eventos y misterios que para muchos solo habitaban en su mente. Quiza por eso y lo poco agraciada que era no habia conquistado mas que a un gato gordo de color negro, con una mancha rojiza en el lomo, pero que era su unico aliciente en una soledad sempiterna que disfrazaba de logro vital delante de los demas, menos frente a Ignacia con quien compartia sin timidez su insufrible necesidad de ser amada. Marienne, que tenia por costumbre estar siempre lista por si alguien llegaba de visita, la esperaba con chocolate caliente y panecillos de queso. Ignacia los devoro con ansiedad mientras le narraba su desagradable cita. --A mi nunca me han gustado esas citas por chat. Debes estar agradecida que no trascendio a mayores ?Te imaginas? !Nosotras corriendo ahora para inventarnos una nueva vida! --dijo Marienne un tanto contrariada. --Tienes razon, pero pense que era alguien que valia la pena conocer. Las palabras naufragaron entre sorbos de chocolate y miradas al vacio hasta que Ignacia asumio una nueva postura: Le pregunto por sus logros recientes. Marienne le respondio con una negativa, senalandole el bonsai que destacaba sobre la repisa. Entonces, se acerco al pequeno arbol y al deslizar su mano sobre el; diminutos capullos rosados, que de inmediato florecian, desplegaron una fragancia indescriptible. --Eres maravillosa --le dijo mientras se acercaba al guayacan rosado para aspirar su aroma--. Mira todo lo que eres capaz de hacer. ?No le hiciste sufrir, aunque fuera un poquito? --No mucho --dijo sonriendo--. Tu sabes, tambien como yo, que no debemos transgredir las leyes naturales porque lo que nos esperaria seria insufrible. Pero debo confesarte que hizo falta poco para que le hiciera verdadero dano. Menos mal no lo voy a volver a ver jamas. --No estoy muy segura. Mientras hablabas, lo he sentido de nuevo en tu vida y mas pronto de lo que imaginas. --Por favor, no me digas eso. Apiadate de mi. --Esta bien. Olvidalo. Toma esto, guardala en tu bolso --le dijo Marienne entregandole una estrella de badiana--. Te ayudara a relajarte. --Gracias. Lo necesito. --Y a todas estas, ?de donde sacaste esa blusa? --le pregunto, entre risas. --Ocurrencias de Paloma --le dijo Ignacia que empezo sonriendo y se unio a la risotada de Marienne. Ignacia decidio irse caminando hasta su casa. El camino, que no era muy largo, lo aprovecho para distraerse detallando las calles adoquinadas, amparadas por tenues luces amarillas, y los balcones cargados de trinitarias purpuras, rosadas y malvas. Cantarega era una ciudad embrujadora. Una pequena peninsula amurallada por el mar Caribe, siempre llena de extranjeros que, como ella, decidian quedarse a vivir en el paraiso terrenal. Su casa de fachada blanca e interior igual con algunas paredes en azul tenue quedaba en el centro de la ciudad. Era algo antigua, pero acogedora, plagada de obras de arte que, cuando debia, mostraba como imitaciones. En el centro de la casa deslumbraba el patio interior con una fuente. Dos angeles cargaban unas vasijas a traves de las cuales el agua caia en un ciclo sin fin que contemplaba por horas: Anorando el pasado, deleitandose con los recuerdos felices, con las palabras ausentes, con los aromas ya lejanos. El cansancio la vencio de tal manera que no tuvo tiempo para nada mas y al contacto con la almohada mullida y perfumada; las agonias del dia se perdieron entre nubes y cantos de pajaros violetas. ... El cristal roto refleja mi rostro... al tiempo que siento su sombra cubriendome como una densa neblina... Mis latidos casi imperceptibles me recuerdan la razon de mi existencia... Volvi a fallar y nuevamente el ciclo empieza. Mil rostros y voces atraviesan mis pensamientos... se transfiguran... pero es una sola alma, una sola energia...

  • Sophie (Simplemente Amor 1) de Azminda Cancino

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    Northman-Carter Jones. Tres apellidos, una fortaleza.

  • Romance Extremo, Alvaro Ganuza de Alvaro Ganuza

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  • Connor (Mia 3) de A.g. Keller

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    Connor Blair siempre ha estado rodeado de lujos, excentricidades y un aparente carino. Hace ocho anos necesito del apoyo y comprension de sus padres, los duenos de la cadena de supermercados Bronty, que al saber de lo que se trataba no dudaron ni un segundo en darle la espalda. Despues de todo Connor ha vuelto a Nueva York con un solo proposito, terminar de conquistar el corazon de Mia, una relacion que apenas comienza cuando ella lo acepto como su novio. Hay muchas cosas que Mia desconoce y que Connor no se atreve a confesarle por temor a perderla y, cuando cree que nada puede salir mal, aparecera en sus vidas la unica persona que tendra el poder de estropearlo todo. Sembrando la duda en su corazon, empujandola a tomar una decision que podria cambiar el destino de los dos. ?Quieres saber lo que Connor no se atrevio a contarle?

  • Reunion en el restaurante Nostalgia de Anne Tyler

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    Alrededor de una mesa, y ahondando en las emociones de una familia, Anne Tyler (Pulitzer 1989) ha construido un mundo donde cada lector encontrara su propia historia.

  • Hazle caso al corazon (eLit 2) de Heather Macallister

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    La abogada Alexis O’Hara estaba harta de salir con hombres y luego acabar odiandolos. Queria sentar la cabeza y habia decidido que no queria que su corazon interfiriera. Por eso cuando su mentor Vincent Cathardy le ofrecio todo lo que siempre habia deseado, acepto su proposicion de matrimonio sin pensarlo dos veces.

  • Llevame contigo sin limites de Yara Ariza

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    Gabriela Castro sabe que una de sus debilidades es que, en muchas ocasiones, no tiene filtro para decir las cosas que piensa. Es fuerte, es directa, es picante, pero tambien es sentimental y ha vivido momentos dolorosos. Es un lado que no le gusta mostrar.
    Gaby es directora de operaciones de una farmaceutica. Como mujer profesional sabe exactamente lo que quiere, y de igual manera lo tiene claro para su vida personal. Sabe que no quiere un compromiso serio, cero matrimonios. Esta segura que no quiere hijos, sera siempre la tia divertida. No quiere enamorarse, porque esta segura que si lo hace sufrira. Pero justo en el momento en que siente que lo tiene todo controlado llega a su vida Pablo.

  • Amar de Paz Iribarne

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  • Los bisontes de Altamira de Alberto Vazquez-figueroa

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    La historia novelada de un antepasado muy remoto, aqui bautizado como Ansoc, el gran pintor que hace alrededor de 15.000 anos convirtio una cueva en el mas asombroso escenario de la vocacion artistica y el excepcional talento creativo del ser humano. Miles de anos despues, artistas de todos los estilos y procedencias siguen volviendo sus ojos con admiracion a esa cueva y a ese creador, que inspiro las reveladoras palabras atribuidas a Pablo Picasso: "desde Altamira todo es decadencia".

  • La lista del corazon de Kasie West

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    El verano de Abby Turner se esta volviendo un verdadero desastre.
    En primer lugar, tiene sentimientos por Cooper, su mejor amigo, pero definitivamente el no siente lo mismo por ella (?como se supone que debemos lidiar con un corazon roto?). En segundo lugar, ya no puede manejar la ansiedad de su madre, que cada vez es peor. Y, como si esto fuera poco, la acaban de rechazar en una exposicion de arte porque su trabajo <> (?y esto? !Siempre sono con ser una artista y exhibir sus obras en una galeria!).
    Entonces es cuando Abby crea <>, que consta de diez cosas que debe hacer para lograr darle profundidad y sentimiento a su obra; diez experiencias que, quizas cambien su vida para siempre. pero ?que sucede cuando comenzamos a descubrir mas cosas sobre nosotros mismos de las que creiamos posibles? ?Es posible cambiarse a uno mismo?

  • La Biblia perdida de Igor Bergler

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    La Biblia perdida es un thriller trepidante y adictivo, cuya accion vertiginosa y giros inesperados arrastran al lector en un pasado historico que se desvela antes nuestros ojos rico de vividos detalles.

  • La jefa suprema (Los jefes 4) de Victoria Quinn

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    Me habia traicionado.

  • El precio de la pasion de Gabriel Rolon

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    El nuevo libro de Gabriel Rolon echa anclas en las aguas profundas de la pasion. Esa fuerza primitiva que grita en nosotros desde el principio de los tiempos, y nos lleva a un limite en el que la distancia entre el placer y el dolor es nada mas que una respiracion. Un territorio habitado por dioses y demonios, por heroes epicos que han dado batallas antologicas, y esos otros cotidianos y de a pie, heroes anonimos que dan pelea poniendo en juego su piel con la misma intensidad, con el mismo arrebato. Mitos e historias: hombres y dioses que caminan de la mano por ese borde en el que la razon trastabilla y pierde sus herramientas para explicar el mundo.

  • Victoria O Derrota (Todo Saldra Bien 11) de Roser A. Ochoa

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    Noviembre del 2019, la humanidad habia vuelto a dar un paso al frente en su lucha para erradicar esa plaga que crecia poco a poco, pero que, en algun momento, podria terminar siendo un peligroso enemigo de la humanidad: los vampiros. Un grupo de cientificos elegidos, despues de muchas discusiones y con suma meticulosidad por parte de los gobernantes de los principales paises, habian unido fuerzas para desarrollar el arma definitiva contra esos seres <> que tenian amenazada la poblacion sin que esta, tan siquiera, fuese consciente del peligro con el que convivia a diario. El lema de <> reverberaba en la cabeza de esos poderosos dirigentes en el momento en que dieron luz verde a la propagacion de ese virus, ?que podia salir mal? El primer humano afectado de Covid-19 murio poco tiempo despues. La alarma estallo y de pronto todo se precipito hacia un desenlace para nada esperado. Los dirigentes de esos mismos paises intentaron, por todos los medios posibles, frenar el avance de ese feroz e invisible enemigo que poco a poco diezmaba su poblacion, hasta llegar a un punto de inflexion y de pronto, esos fuertes lideres mundiales, simplemente se rindieron. Esa noticia afecto de distintos modos a esos otros habitantes del planeta Tierra, algunos reian de la estupidez humana, sin embargo, otros estaban preocupados por el desarrollo de los acontecimientos, hasta el punto de que marzo del 2020 supuso ese momento que pasaria a los anales de la historia como el punto de inflexion en el que los vampiros se vieron en la dificil situacion de decidir si salvar a la humanidad o quedarse de brazos cruzados viendo como esta se extinguia. Esa manana los primeros rayos de sol descubrieron a Johan abrazado al cuerpo de Sora, que dormitaba de manera placida, respirando de forma tranquila y acompasada. --?No ha sonado el despertador? --pregunto la chica, entreabriendo los ojos. --Si --confirmo Johan--, pero estabas tan cansada que lo he apagado. --Hoy es el dia. --Sora no pudo evitar cierto tono de preocupacion. --Lo es --solto en un soplido Johan, saliendo de la cama--. Voy a irme en un rato... solo queria verte despertar. --Sonrio el. --Te quiero --dijo Sora desde la cama, sin apartar la mirada de el mientras empezaba a vestirse--, te quiero mucho --repitio, sin poder evitar que los nervios rompieran su voz. --Voy a lograrlo --afirmo el chico, volviendo a gatas por encima del colchon para poder abrazarla--. No te va a pasar nada, ?me oyes? Voy a convencerlos... --Ellos odian a los humanos, y con la sangre sintetica ya no os hacemos falta... --Sora --dijo Johan agarrandola por las mejillas para alzar su rostro--. Siempre has confiado en mi, no pierdas la esperanza--. ?Cuando te he fallado? --Nunca --confirmo Sora, abrazandose al frio cuerpo de su pareja. Siempre habia confiado en Johan, una confianza ciega y sin reservas. Desde el momento en que se habia enamorado de un vampiro su vida habia sido un caos tremendo, y ahora que parecia que todo iba a salir bien entre ellos, despues de tantas vicisitudes, pasaba eso. Sora no pudo evitar estremecerse, y no supo discernir si por sus pensamientos o por el tacto mortecino de su amante. Si alguien podia salvar a la poblacion mundial ese era Johan, pues aun siendo vampiro era mucho mas humano que muchos otros. Cuando el chico salio del apartamento, se dio cuenta de que el estado de la ciudad era desolador, las calles vacias, el ambiente triste, el miedo que se condensaba a su alrededor... El Gobierno, en un ultimo intento de salvar a la poblacion, los habia instado a quedarse confinados en casa, una medida poco popular aunque hasta la fecha, bastante efectiva. Aunque Johan se preguntaba cuanto durarian intactos los animos en la poblacion. Cogio el coche y arranco, intentaria llegar todo lo lejos que pudiera como un humano normal, el resto del camino, de ser necesario, lo realizaria usando otras formulas. Dos dias despues diviso por fin su destino. Esa manana Sora desperto sola en la cama, que sentia grande y vacia sin Johan al lado, lo extranaba como jamas penso que anoraria a alguien. Desde que se habian conocido su vida habia dado un vuelco, todo en lo que creia y todo en lo que no creia se habia mezclado y agitado, y le habia explotado, casi de manera literal, en la cara. Sonrio al pensar en esas primeras citas y en cuando descubrio toda la verdad del chico del que ya estaba irremediablemente enamorada. Estar sin el era duro, sin embargo, confiaba en ese hombre mas que en cualquier otra persona en el mundo. Se ducho sin prisas, desayuno ojeando la prensa internacional en el movil y se vistio mientras en los telediarios se dedicaban a mostrar y tergiversar datos y estadisticas, numeros y nada mas que numeros, las cifras era importantes, las personas ya no. Cuando salio de casa la sorprendio una pequena caja con una envoltura de plastico perfecta sobre su felpudo, al agacharse a recogerla escucho pasos de la puerta de enfrente. --!Son galletas! --grito la vecina para dejarse escuchar a traves de la madera--. Que tengas una buena guardia Sora. --Gracias --dijo ella conmovida. --!Buena jornada, Sora! --Se escucho desde otro de los pisos. --!Animo! --dijo otro de los vecinos. --Venga, Sora, !todos estamos contigo! --dijo una voz un par de plantas mas abajo. --Muchas gracias, vecinos --exclamo la chica con un nudo en la garganta. Cuando salio a la calle la ciudad tenia el mismo aspecto desolado de las ultimas semanas, sin embargo, sentia un intenso calor en su interior que la reconfortaba y llenaba de renovadas fuerzas. Llego al hospital aun con el corazon agitado, feliz y con ganas de empezar la jornada. Tenia todas sus energias reservadas para esas maratonianas guardias y daria lo mejor de si misma un dia mas. --Siempre sonries --dijo una companera al pasar por su lado. --Por supuesto --afirmo con conviccion. --Me gustaria poder ser tan positiva como lo eres tu --lamento la chica, con cara de cansada. Sora solto un suspiro y no pudo evitar pensar en Johan, lo echaba muchisimo de menos, con el al lado era mas facil sonreir, esperaba que consiguiera su objetivo. ?Podia un vampiro tener dolor de cabeza? Seguramente solo fuera en su imaginacion, no obstante la sensacion de presion intracraneal era bastante real. Ya llevaban discutiendo cinco dias y estaba claro que el consenso todavia quedaba lejos. --?Por que deberiamos ayudarlos? --dijo Saul, uno de los lideres de mas antiguedad--. No debemos olvidar que son ellos los que han intentado matarnos --sentencio cargado de razon, a lo que la audiencia ahi presente vitoreo. --?Debemos dejarlos morir entonces? --inquirio Viktor, el vampiro europeo mas longevo de todos. Puede que su ascendencia eslava y el frio de sus tierras hubieran obrado tal milagro en el. --!Deberiamos! --exclamo un joven en representacion de una de las facciones americanas. --Todos estamos movidos por el odio y por el rencor pero, creo que deberiamos meditar bien nuestros actos, pues de ellos va a depender no solo el futuro de la humanidad, sino en gran parte el nuestro propio --sentencio el representante africano. --Nuestra raza y la raza humana siempre han estado entrelazadas y jamas ha existido una sin la otra --argumento Viktor, con su siempre calmada voz. Eran obvias las reticencias de muchos a tender una mano amiga a esos seres a los cuales siempre habian considerado inferiores, mero producto de consumo. Sin embargo, las implicaciones del exterminio de los humanos era algo imposible de calcular, era imposible predecir los efectos a corto, medio y largo plazo de la extincion humana, y por mas animadversion que sintieran por esa raza, estaba claro que, en el fondo, todos sabian que no podian simplemente dejarlos morir. --Ellos han creado ese virus solo para matarnos --siguio Saul--. Ellos no han mostrado ningun tipo de consideracion hacia nuestra especie, ni tan siquiera se plantearon que ocurriria sin nosotros, al igual que nosotros estamos pensando en ellos. --?Eso significa que si ellos actuan de forma estupida nosotros debemos hacerlo tambien? --se atrevio a apostillar Johan, el cual llevaba un rato callado. --Llevamos habitando el planeta por un largo tiempo --dijo de nuevo Viktor--, sabemos que la inteligencia de los humanos es escasa y limitada, son incapaces de pensar en nada mas alla de los pocos anos que duran sus cortas vidas y, precisamente por eso, deberiamos ser nosotros quienes velemos por ese futuro que ellos son incapaces de alcanzar a ver. --Buen punto, Viktor --concedio a reganadientes Saul--. ?Johan...? --?Es serio vamos a escucharlo a el? --bramo otro de los americanos--. ?Acaso no es un traidor al enamorarse de una humana? --Jamas pense que mis relaciones personales empanaran mi dilatada experiencia y todos mis estudios... --Bla, bla, bla --respondio el hombre. --Muy maduro --reprendio otro.

  • Escrito en tu destino de Myrian Silva

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    Eva sale del edificio donde reside en Bruselas, Belgica. Apurada, pensativa y con muchas ansias de comenzar el dia. Un mensaje de su tio, que lo vea con urgencia apenas llegue a la Union Europea, donde trabaja desde hace unos meses, se dirija a su oficina. Su trabajo trae aparejado el viajar y conocer importantisimas personalidades de otros paises. Estar disponible en horarios mas alla de las ocho horas diarias, pero la satisface a pleno. Esta vez lo acompanara para recibir unas personas sobresalientes de un pais arabe y su comitiva. El comienzo de una serie de reuniones de negocios, festejos y homenaje hacia la figura del jeque Malik Bin Al Thani y su esposa. Con la mente en las nubes y subida a tacones de diez centimetros, con un vestido azul pegado a sus curvas generosas, dobladillo arriba de sus rodillas no ve a la figura alta que cruza la calle y es sacudida por el. Un cuerpo que se siente de piedra, piensa ella viendo el piso cerca de su rostro, y antes de caer la sostiene entre sus brazos fuertes y musculosos, la envuelve su perfume, a caro jabon masculino y especias. Unos pectorales apretados contra ella, siente sus pezones endurecidos. Sube lentamente su mirada hacia el y ve una sonrisa socarrona en el rostro mas bello y perfecto que sono en su vida. Enmarcado en cabellos negros , lacios que superan la nuca, sabiamente despeinados. Muerta de la verguenza, descubre que una de sus manos sujeta unos mechones de el. Pura seda, se le escapa un grunido de placer al escurrirse las sedosas hebras entre sus dedos. --Shh, disfruta el momento --afirma el. --Bestia, retireme las manos de encima --ordena ella. El despacio, desliza una de sus manos y con suavidad pasa sus dedos por el costado inferior de su seno izquierdo. Produciendo unos estremecimientos en Eva. La recorre una punzada de deseo desde los senos hasta el centro que palpita entre sus piernas. Ella se encuentra sonrojada, excitada y trastornada en medio de la acera y rodeada de peatones apresurados, los cuales no la golpean porque la espalda de el la protege. El le acaricia entre el pulgar y el dedo indice la mandibula, acerca sus labios y los besa suavemente saboreandolos desde la comisura hasta el centro. Se escurre su lengua en la apertura y comienza a conocer todos sus suaves rincones. Tibiamente ella toca con su lengua la de el, se enredan en un baile de deseo, sabores y una llamarada que los enciende. Nunca sintio en un beso tantas emociones. El despega su boca de ella, le coloca entre los dedos una tarjeta de visita y con una suave caricia en su nalga, le dice. --Mi nombre es Amir ?cenamos juntos? ?El tuyo es...? --Eva -- su voz enronquecida por la pasion. Le saca de sus manos el celular y se llama al propio de el. Ella atontada, enojada levanta una mano para pegarle un cachetazo; el la detiene y le besa el dorso de la misma. Se da vuelta y la deja en mitad de la acera. Siente que la azoto un tornado y que este la arrollo a su paso. Emociones intensas la recorren, su piel estremecida por el momento de intensa y explosiva pasion. No logra entender, ella siempre tan fria en su controlada vida, en un minuto se fueron todas sus reglas y directrices en su vida. Oh la la... Vida hay una sola, vivira el momento. Es hora que en su vida estalle la pasion y el romance. Si ella no lo conoce de nada, vaya con el bravucon apasionado. Que se espere sentado que lo acompanara esta noche. Habrase visto semejante burrada. Aunque esos ojos oscuros con larguisimas pestanas que sombrean sus mejillas la han dado vuelta, mas ese hoyuelo conspirador la ha atontado y le ha introducido un sofocon en el cuerpo de padre y senor nuestro. Esto le hace recordar que su vida triste y marchita luego del desplante de su novio Esteban, puede cambiar ahora y quizas ser feliz. Despues de la triste y dura experiencia que vivio con Esteban al descubrir al vil de su novio en la cama con su amiga Nora, en el departamento donde iban a vivir juntos despues de casarse. No quiere que su corazon vuelva a sufrir, por lo tanto se va a asegurar que nadie la vuelva a hacer sentirse una fracasada. Simple, pero de solo recordar se le estremece el vello de sus brazos y su corazon se hace un nudo. La mas tonta de las tontas, fue a acomodar unas cortinas con Maria su madre. Al entrar siente unos ruidos extranos, se acerca al balcon y alli los ve, a pleno sexo, gemidos y jadeos como animales en celo, sobre un sillon de madera de jardin blanco entre mullidos almohadones, a el de espaldas penetrando salvajemente a la mujer enloquecida de pasion, gritando:-- !!Mas, mas...!! Su amiga Nora, con sus redondeces al aire agitandose a la pasion del hombre, poco hombre, de su prometido Esteban. Un grito desgarrador escucha Eva. Es de sus labios que ha escapado. Maldito malnacido, le tira con las cortinas, despertandolo de su enajenacion sexual y su gesto demudado de asombro y de no va mas, si no fuera por el momento tan drastico hasta se reiria en su cara. --Eva, noo... vuelve, no es lo que parece, te amo reinita mia--sale del sillon y desnudo se desliza hasta el pasillo donde encuentra a Maria, la madre de Eva.-- Escuchame, no te vayas ahora. Por favor, nena--suspira el desalentado. Mientras, Nora se tapa con un cojin sus partes pudendas, que le ha arrojado Eva al aire, y se hace un post-it contra la pared. --!Maldita desagradecida! !Reventada y arrastrada prostituta!-- le grita Eva. Sobran hombres en esta ciudad que tuviste que entrometerte con mi prometido. --Evi... Nooo... Disculpa, eh...--tartamudea Nora. --Vete maldita, fuera de mi vista--le tira la ropa que encontro en el suelo del pasillo. Los ojos de Eva se salen de las orbitas ante tamano desman de su prima. Pensar que se han criado juntas, como hermanas, estudios y miles de salidas. No puede creer su traicion. Duele dentro de su corazon, este se hace anicos, se rompe ante tanta maldad. Ella y el juntos, jamas lo hubiera pensado. Siente que esto la sobrepasa y se da vuelta para alejarse de ese lugar, que hace pocas horas era su futura casa. El proyecto de hogar junto a Esteban. Sus suenos rotos. El desprecio en la cara de Maria dice todo lo que siente. Se acerca a el y con su mano derecha le ata un sonoro cachetazo al bonito y embaucador prometido de su nina. Abraza a una Eva torturada por el llanto desgarrador de ver tan deleznable acto. Su Esteban tiene los pies de barro. Ha cometido la peor de las fechorias. ?Por que? Ella no recuerda que sucedio despues, lo unico que sabe es que su padre Marcel la envuelve en sus brazos y la lleva con el a un sillon y la reconforta hasta que el tiempo silencia sus lagrimas. Llego el sabado, fecha de su casamiento, se devolvieron los regalos y se aviso por redes sociales que no habia casorio en Buenos Aires. La prometida abandonada, tirada sobre su cama de soltera, con su pijama de duendecitos azules, seca lagrimas churreteadas con rimel de sus mejillas blancas y opacas. Hoy hubiera sido el gran dia. Maldito bastardo, jamas volvera a creer en los hombres. Su amiga Amalia, es su fiel companera. La despierta en las mananas, le corre las cortinas, la impulsa a vestirse y salen juntas a desayunar. La tiene al tanto de las noticias de las familias amigas. Es una rubia, bajita de hermosas curvas, con un sentido del humor mordaz y sarcastico. Es una medica que atiende a sus pacientes con una sonrisa que le sale del alma. Esta haciendo residencia de pediatria. Sus peques la adoran, ella es la luz entre ellos y el dolor. Un dia, Eva le pregunta: --?Que sabes de Esteban? --Esta de viaje, en el Caribe--le responde Amalia. --?Solo? --!No! Con otra mujerzuela--sisea su prima. Llegan unos amigos, charlan entre todos. Amalia mira a Eva y la encuentra mas tranquila y que poco a poco vuelve a disfrutar de la vida. Asi pasan los dias, recibe un llamado de su tio, Jorge Alcenada Larion. Este le hace una propuesta de trabajo en Bruselas. Es un excelente avance en su carrera trabajar como traductora para la Union Europea, bajo las ordenes de su tio, con un excelente sueldo y podra escalar posiciones que le permitiran concretar su futuro. Su tio Jorge ha sido un ejemplo, modelo a seguir. Con una carrera de diplomatico envidiable, solida y sobria, cabal, honesto y marido ejemplar. Siempre ha estado en contacto con ella en vacaciones, ademas viajo con ellos a Roma, Italia, hace dos anos atras. La paso genial, se hizo de amigos y conocio lugares idilicos. Su tia Irene siempre la ha apoyado y la ha conducido por el mundillo de la moda. La introdujo en su peor y divina perdicion, los zapatos. Ella piensa en que se sentira comoda, cerca de sus tios, pero quiere vivir independiente de ellos. Afianzara su carrera, ya que habla cinco idiomas aparte del espanol: ingles, frances, aleman, holandes y arabe. Hace un ano que salio de la facultad y ha trabajado como interprete en varias comisiones, pero sin un trabajo efectivo. Argentina, ano dos mil dieciseis, crisis tras crisis no abunda el trabajo, y esta es una oportunidad de oro. Acepta la propuesta y en quince dias arribara a Bruselas Tanto su madre como su padre la apoyan en esta nueva propuesta, sentiran que su nina mimada se encuentre lejos, pero saben que ella necesita cambar de aires. La miran y ven que sus ojos marrones se ven mas luminosos, la tristeza comienza a irse. Ese es un gran paso. Eva es una mujer luchadora y desenvuelta, que ha recibido un doloroso reves en su vida amorosa, pero la vida sigue y el tiempo todo lo cura. Su madre le ayuda a empacar y en unos pocos dias arman todo el periplo de viaje y llega el dia de las despedidas. La acompanan al aeropuerto de Ezeiza, el dia es soleado, pero muy frio. Mayo gelido. Sus rayos le entibian el corazon marchito. Deja tras de si a unos padres amorosos y un grupo de amigas incondicional, que la han apoyado en tan mal trance. Amalia ira pronto a visitarla. Ella necesita respirar aires nuevos, nada mejor que una nueva expectativa de vida. Algunos llantos, todas las recomendaciones de una madre atribulada, pero feliz de ver a su hija a por un camino nuevo pleno de exitos profesionales y quizas, ?un nuevo amor? Abraza a sus padres, pasa por el control, y sube al avion que la conducira a su nuevo destino. Bruselas, alla vamos.

  • Martina mezclada, no enredada. (Martina sin alcohol 2) de Olga Salar

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    Martina Vega esta de vuelta. Su vida ha cambiado y ya no esta agitada, ni revuelta, sino mezclada, no enredada. El amor es lo que tiene, nos transforma sin que nos demos cuenta. ?Pero que quereis que os diga que no sepais todos ya? Las mezclas, a veces, ofrecen los mejores sabores. ?Quieres averiguar que tipo de coctel sera este? ?Dulce? ?Amargo o quizas picante?
    En Martina mezclada, no revuelta, tienes la respuesta.

  • bajo el cielo de paris de Arlette Geneve

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    Arianne alzo el rostro para mirar el cielo que en esa manana calida de verano estaba completamente despejado. En los ultimos dias aviones americanos e ingleses habian surcado los cielos de Francia de forma continua, y sin tregua. Miles de soldados que se lanzaban desde el interior de las bestias de metal, habian tintado el cielo azul de puntos negros, para convertirse poco despues de abrir los paracaidas, en flores de algodon blanco. Oscilaron suspendidos en el aire durante varios minutos antes de tomar tierra firme, y llevar la esperanza de libertad a la poblacion oprimida. La ciudad de Paris habia sido liberada del yugo teuton, y Alemania que sufria derrota tras derrota, se replegaba hacia Belgica. La guerra llegaba a su fin, y los franceses podian respirar con un profundo alivio. Arienne clavo sus pupilas en los Campos Eliseos atestados de gente, de patriotas deseosos de darle la bienvenida a los aliados. A lo lejos se podia escuchar las notas de La Marsellesa que estaba siendo ofrecida con un sentido de orgullo y patriotismo sin parangon, y el alborotado repique de las campanas del Notre Damme, daban el punto festivo a la celebracion que se alargaria durante dias. Una muchedumbre aplaudia con fervor al paso de los soldados que en ese momento hacian su entrada triunfal en la ciudad, con una sonrisa en los labios, y sorpresa en los ojos. Blindados de la 2a Acorazada rendian honores, y los oficiales miraban, con un brillo de satisfaccion en sus pupilas, el desfile de sus companeros. Muchos de los espectadores se negaban a mantenerse pasivos, y blandian panuelos blancos en senal de bienvenida. Algunas muchachas osadas y risuenas, lanzaban besos a los sonrientes soldados que pasaban a su lado, estos, les devolvian el gesto lanzandoles chocolatinas. Arianne queria disfrutar del jubilo, pero no habia logrado una posicion ventajosa para ello a pesar de que lo habia intentado. Aunque se ponia de puntillas, no lograba ver mas alla de las espaldas de los parisinos, y de los oficiales que hacian una fila de honor con sus jeeps y blindados, para proteger el desfile de la gente agrupada en la gran avenida. Resignada, solto un suspiro y comenzo a darse la vuelta sin percatarse que la multitud la cercaba impaciente por aproximarse todo lo que permitia el estrecho pasillo. Robert St'James tenia los ojos clavados en la muchacha que tenia delante de el, habia dejado un momento su asiento en el jeep para buscar una botella de agua, ahora que regresaba de nuevo a su lugar con una bien fria, se topaba con la mujer mas extraordinaria que habia contemplado nunca. Lo habia dejado noqueado. Trabado en un suspiro que lo descentro. La muchacha tenia el cabello castano, y brillaba bajo los rayos del sol hasta el punto de cegarlo. El perfume de la satinada piel, le llenaba las fosas nasales produciendole un placer que creia olvidado. Olia a lavanda cuando la mece una brisa primaveral. La guerra era tan cruel con los recuerdos que los extinguia. Llevaba demasiado tiempo fuera de casa. Anoraba a su madre, a sus hermanas, y todo lo bueno que habia aprendido a valorar durante esos meses en los que habia estado privado de lo mas elemental: la familia. El vestido de fino algodon, y estampado con vivas flores en rojo y blanco, se ajustaba de forma perfecta al bien formado cuerpo femenino, y caia con soltura hasta las rodillas. El aire movia el tejido de forma juguetona y lo arremolinaba en torno a los muslos delineandolos a placer. Por alguna inexplicable razon, no podia apartar los ojos de ella, ni comprendia las ganas que sentia de pasar la yema de los dedos por las mejillas lozanas. Por la piel sedosa del cuello que le parecia tan incitante y subyugador. La habia visto hacerse un hueco entre el gentio para ver el desfile, pero su pequena estatura le impedia ver mas alla de los hombros de los ansiosos espectadores. Ella se movia hacia la izquierda y hacia la derecha buscando una posicion mejor, y cuando se percato de que no iba a lograrlo, desistio de su intento. Al tratar de darse la vuelta, las tres filas de personas que gritaban y agitaban sus brazos, le impidieron moverse del sitio. Robert contemplo el descorazonamiento de ella al no poder dar un paso hacia delante, o hacia atras. Estaba trabada entre el gentio que mostraba su alegria gritando al paso de los soldados y al contemplar los hermosos ojos que se cubrian de miedo, decidio acudir en su ayuda. Arianne sentia que se ahogaba. Estaba atrapada entre una multitud de personas que gritaban exaltadas, y que agitaban sus brazos sin percatarse de los codazos que daban al resto de viandantes parados. Trato de moverse para abandonar la fila, pero su intento resulto inutil. Habia sido tanta su ansia por contemplar la llegada de los vencedores, que se habia olvidado por completo que toda la ciudad desearia lo mismo que ella: ofrecer la bienvenida. -!Por favor! -Rogo con un hilo de voz. Pero era imposible hacerse oir entre la muchedumbre que gritaba enaltecida y llena de entusiasmo. La poblacion civil se abalanzaba sobre los soldados con vivas, aplausos, y aclamaciones. Los recibian con besos y con flores. Las botellas del mejor vino frances se vaciaban sobre las cabezas de ellos a manera de bautismo pagano. Arianne cerro los ojos porque comenzo a sentir un leve mareo. Apenas veia mas alla de los hombros o pecho de los hombres que oprimian su cuerpo y lo empujaban hacia delante, creyo por un instante que iba a terminar en el suelo y que seria aplastada por decenas de pies. El panico comenzo a aduenarse de ella. Se giro con inusitada brusquedad, y entonces, su cuerpo tropezo con un pecho amplio y robusto que la desestabilizo por completo. Trastabillo de forma precaria hacia atras, pero unos fuertes brazos la sujetaron e impidieron que cayera bajo los pies de las personas que jaleaban con fuerza. Arianne no se habia percatado que la persona que la sostenia era un militar, pero le agradecio infinitamente el apoyo. Alzo los ojos y los fijo en el menton cuadrado, firme. Siguio subiendo hasta llegar a unos ojos que le sostenian la mirada con verdadero interes, y ya no pudo apartar la mirada azul de la castana. El tenia una tonalidad suave, como el color de la miel templada. Sintio un escalofrio en la nuca, y un latigazo de interes en las entranas, que la sorprendio. Era el hombre mas apuesto y atractivo que habia visto nunca. -? Can I help you? -La voz, candente y profunda, le produjo un sobresalto en el pecho que la dejo vacilante, y sin capacidad de reaccion. Los fuertes brazos seguian sujetandola por los hombros e impedian que las personas que vitoreaban la empujaran en una direccion o en otra, pero ella no era consciente de ello, seguia con las pupilas fijas en el atractivo rostro masculino. En su altura y fuerte constitucion. Debia rondar el metro noventa, y el espeso cabello se le ensortijaba a la altura de la nuca. Sintio el impulso de enterrar los dedos para comprobar la textura. Advirtio que era americano, la bandera bordada en su hombro lo indicaba. Las trece barras horizontales, siete de ellas rojas y seis blancas, y un rectangulo azul en el canton con cincuenta estrellas blancas, resultaba inconfundible, y ella conocia la historia porque la habia estudiado en la universidad. Las barras representan a las trece colonias originales que se independizaron de Gran Bretana, y las estrellas representaba a los estados que formaban la Union... Arianne parpadeo. El vestia camisa y pantalon caqui, pero no llevaba la chaqueta del uniforme. Esa tarde en Paris hacia demasiado calor. El rubio cabello lo llevaba elegantemente peinado hacia atras, y libre de la gorra reglamentaria. Le parecio un hombre tremendamente varonil. !Seductor! Un suspiro profundo salio del interior de su garganta sin que pudiese evitarlo, y al percatarse, enrojecio hasta la raiz del cabello. -? Monsieur...? -formulo la inacabada pregunta en frances, y con un timbre de alarma en su voz aterciopelada, pero el hombre no le contesto de inmediato. Seguia con las pupilas brillantes clavadas en ella, y sin soltarla. -?Necesita mi ayuda? -Robert habia pronunciado las palabras en un correcto frances aunque con marcado acento. Los ojos de Arianne se entrecerraron atonitos-. Si me lo permite, la ayudare a salir del encierro donde se encuentra metida. Ella asintio de forma muy leve con la cabeza, porque si no se escabullia pronto de alli, iba a terminar desmayada por la falta de aire.

  • Ren. A microfono solitario de Kannah Winter

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    Nadie te prepara para sufrir, pero sin embargo, yo siento desde que el inicio de mi vida estaba mas que lista para sufrir.
    Cuando conoci a Ren esa noche de eterno invierno en la playa, supe que estaba mas que lista para sufrir sin importar que.
    Quizas mi madre siempre tuvo razon, dos personas que llevan el mismo nombre y se amen, eso no implica que puedan estar juntas. Quizas debi aprender de los errores de mis padres y cambiar la direccion de mi destino.
    Pero mi amor por la musica y por Ren me llevo a sufrir justo como todo estaba planeado. Quizas despues de todo debo esperar a que algo bueno suceda.
    Aquellas noches y conciertos, aquellas canciones y las melodias suaves del piano de Ren, esos son mis mejores recuerdos.
    Dime, Ren, tu que estas muerto, ?crees que naciste para sufrir?

  • La noche del cazador de R. A. Salvatore

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    Los Companeros de Mithril Hall se han reunido de nuevo. El elfo oscuro Drizzt Do'Urden regresa a Gauntlgrym con sus viejos amigos con el objetivo de rescatar a Thibbledorf Pwent, el viejo escolta de Bruenor ahora convertido en vampiro. Pero Drizzt y sus aliados no se enfrentaran tan solo a un peligroso viaje a traves de la oscuridad y de los no muertos que alli habitan, sino que deberan cruzar una colonia de drows, a quienes nada gustaria mas que ver al elfo oscuro muerto.

  • Cuando te vea sonreir de Nona Carca

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    Un chico que esta en coma y que nadie sabe quien es se convertira en lo mas importante de la vida de Sonia, la doctora que intentara salvarlo.
    Pero el no responde al tratamiento, sigue sumido en un sueno profundo y la desesperanza se hace eco de ella.
    No sabe quien es, no puede localizar a su familia… Como si de la suya propia se tratara, se encarga de cuidarlo en sus horas de trabajo.
    Se convierte en mucho mas que un paciente y cuando por fin abre los ojos…
    ?Como podra ella decirle que, sin conocerlo, se ha enamorado de el?

  • Seduccion a Sueldo de Alicia Bloom

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    Emilia:
    A pesar de ser hija de un hombre millonario, eres una dentista destacada de tu ciudad.
    Te gusta hacer las cosas a tu manera sin recurrir al dinero de tu padre. Lo que hace de ti una joven solidaria, atenta, con inclinaciones filantropicas y un buen sentido de la moral.
    Eso te ha llevado a dedicarte al 100% a tu trabajo, porque te gusta y te hace feliz; aunque estes descuidando otros aspectos de tu vida personal.
    Eres muy inteligente, trabajas, te esfuerzas; eres una adulta decidida que, aun con tenerlo todo, no dejas de intentar ganarte la vida por ti misma. No como tu hermana.
    No la odias, pero sientes que podria hacer mas con su vida. Como tu.
    Disfrutas de la fortuna de tu padre, pero no te desvives por ella.
    Eres una mujer interesante ?Verdad?
    Pero el tiempo es inclemente y no escatima en danos; llevandose a tu padre, dejandote con un inmenso vacio en el corazon y abriendo paso a un momento delicado de tu vida.
    ?Que haras?

  • Tomar decisiones dificiles es facil si sabes como de Peter Brandl

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    Para comprar un coche una persona invierte de media 20 horas en mirar y comparar. Pero las decisiones realmente importantes en la vida las posponemos hasta manana, pasado manana y finalmente hasta el dia del juicio por la tarde. Seguimos durante anos en un trabajo que odiamos, evitamos intencionadamente los conflictos y somos capaces de mantener una relacion de pareja que hace anos esta muerta sin remedio.

  • Eres mia de Tania Sexton

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    Soy feliz.
    Somos felices.
    He conseguido lo que queria gracias a mi astucia, inteligencia y sobre todo. valentia.
    ?Valentia o locura?
    Que mas da. Tengo todo lo que quiero, lo que he deseado desde hace muchos anos y eso es lo que importa.
    No necesitamos nada ni de nadie.
    Y por fin, nos vamos, nos tomamos unas merecidas vacaciones., un anticipo de luna de miel. La Riviera Maya nos espera.
    Y de golpe, cuando nos disponemos para volver a Nueva York, todo se tuerce. Todo se va por el desague.
    Mi vida da un giro radical, un giro que yo no he dispuesto, que no he planeado. Pero no ha sido obra del destino. No.
    Alguien ha hecho lo mismo que hice yo. Conseguir lo que desea a cualquier precio. De cualquier forma.
    Y ese alguien pondra mi vida patas arriba.
    Ese alguien. hara., conseguira.
    Bueno, no voy a contarte mas.
    Descubrelo tu.

  • El bote de espinas (RNR) de Carolina Paneda

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    El cielo estaba despejado, asi que pude disfrutar de la vista aerea de Madrid cuando el avion comenzo el descenso. No fue hasta ese momento cuando me di cuenta de cuanto la habia echado de menos. Fue curioso. Era la misma sensacion que me producian mis piernas despues de haberlas tenido encogidas durante horas mientras estaba sentaba en la butaca de mi salita corrigiendo redacciones. Mis piernas no se quejaban entonces, solo lo hacian cuando me levantaba. Cuando por fin me movia, sentia un dolor agudo y necesitaba algunos minutos para reponerme. Eso es lo que me habia ocurrido con Madrid y con mi antigua vida. Los habia ignorado completamente, ocultandolos bajo la rutina del dia a dia, y, en ese momento en el que los necesitaba de vuelta, cuando faltaban veinte minutos escasos para poner los pies de nuevo alli, todos los sentimientos, dudas y vivencias que un dia enterre resurgieron a la superficie. El problema era que, por supuesto, nada iba a estar como lo deje. Ni respecto a Madrid, ni respecto a mi vida. Habian pasado dieciocho anos, de modo que era ingenuo, por no decir estupido, esperar que alguno de mis amigos siguiera teniendo mi nombre en su agenda. Aparte la vista de la ventanilla, cerre los ojos y respire profundamente en un intento de aplacar los nervios y proveerme de coraje al mismo tiempo. No queria que Sahra se percatase de que no habia plan B, ni tampoco plan A, de que todo el plan se reducia a salir de alli y refugiarnos en Madrid. Ella siempre habia confiado en mi y me tenia por una especie de hada madrina salvadora; y yo queria, necesitaba, que ella siguiera creyendo que yo tenia el mundo bajo control, que podia encarar cualquier adversidad y que todo nos iria bien. Necesitaba que, al menos, una de las dos lo creyese. Cuando volvi a abrir los ojos, Sahra estaba inclinada hacia delante, escudrinando la ciudad desde el aire con su mirada curiosa e inquieta. Le sonrei porque, a pesar de todo, o quiza a causa de todo, estabamos las dos alli, juntas. Pero ella no me devolvio la sonrisa. Me respondio con una mirada de total incomprension y me formulo la pregunta que llevaba esperando que me hiciera desde hacia dieciocho anos. --?Por que? No lo entiendo, ?por que te fuiste de aqui? Primera parte Capitulo 1 Era imposible estudiar con aquel calor. El aire acondicionado de la biblioteca de la Complutense, facultad de letras, estaba estropeado por enesima vez. Como contrapartida, el murmullo monotono de decenas de folios siendo agitados para levantar aire me era muy propicio para concentrarme. Era junio, los examenes finales estaban a la vuelta de la esquina, y, como siempre por estas fechas, mis amigos y yo haciamos jornada intensiva de estudio en la biblioteca de la universidad. Era mi ultimo ano de carrera, me lo estaba tomando muy en serio, no queria, ni por asomo, tener que volver a pisar aquel edificio en septiembre, aunque saber que existia esa segunda convocatoria siempre era tranquilizador. A pesar de que yo estaba metida en mi burbuja, intentando que mis neuronas asimilasen el contexto historico en el que malvivian los autores del siglo XVIII, era consciente de que mis dos eternos companeros, Ana y Miguel, ya habian rebasado su limite de saturacion y que su tiempo se iba mas en cuchichear, darse codazos y mirar en derredor que en estudiar. No me sorprendio que me propusieran adelantar el descanso habitual de media tarde, aunque eso afearia la grafica de Miguel. Mi companero llevaba un registro meticuloso de las horas a las que empezabamos cada dia a estudiar, cuando terminabamos, a que hora haciamos los descansos y su duracion. Despues, reflejaba estos datos en graficos y, sin duda, el adelanto de ese dia iba a provocar una columna demasiado baja. No me pregunteis porque lo hacia, nunca lo supe. Y no, el no estudiaba estadistica, estudiaba filologia, como yo, pero inglesa en lugar de hispanica. Acepte la propuesta del descanso porque un cafe no me venia nada mal. El hecho de que, en terminos relativos, la cafeteria estuviera mas concurrida que la biblioteca no era algo inesperado. Pedimos nuestros cafes para llevar, salimos al exterior y nos dirigimos a la fachada este de la universidad en busca de sombra. Ana y yo nos sentamos en el bordillo de la acera, mientras que Miguel se quedo de pie frente a nosotras. --?Que tal lo llevas? --me pregunto Miguel. --Todavia no he mirado nada de la parte de poesia. No se si me va a dar tiempo. Aguirre se suele portar en los examenes, pero como pregunte algo de la Edad Media, no apruebo ni de cona. --Bueno, todavia quedan diez dias hasta que empiecen --dijo Ana--. Si vas a mantener el nivel de concentracion que tienes hoy, si te dara tiempo. Ni te has enterado de que el tio que esta en la mesa de enfrente no te ha quitado ojo. --?Que? Mire a Miguel para que me corroborara si aquellas palabras tenian un minimo de respaldo por parte de la realidad. Si hubiera dado credito a Ana cada vez que decia algo asi, mas me habria valido crear un club para mis fans, de modo que resultara manejable administrar todo su interes por mi. Claro que tal cosa solo existia en la imaginacion de mi amiga. Miguel reacciono con un leve encogimiento de hombros, palmas de las manos hacia arriba, labios apretados y estirados y un ligero levantamiento de cejas. Eso significaba que la historia tenia su base de realidad y que no se hacia responsable de los adornos que Ana pudiese anadir. Con movimientos pausados, extraje un paquete de chicles del bolso y les ofreci con un gesto. Ambos aceptaron y, mientras tanto, yo hacia una bolita con el envoltorio del mio, fijando mi vista totalmente en esa tarea para hacer creer que la respuesta a la pregunta que estaba a punto de formular no me importaba nada en absoluto. --?Quien es? --Me suena de haberlo visto por la universidad, pero no lo conozco. Creo que es un Erasmus, lo vi en la fiesta de enfermeria --explico Miguel. Me extrano la respuesta de Miguel porque la fiesta de enfermeria habia tenido lugar a principios de enero, y la memoria de mi amigo tenia una fiabilidad de tres dias y un margen todavia menor si consideramos las circunstancias: una fiesta y que lo que estaba recordando era un chico en particular. Si estuvieramos hablando de que se acordaba de una estudiante sueca, rubia, de metro ochenta, le podria haber dado algun credito, pero no en este caso. --?Pero esta en filologia? --inquiri. --No. Hemos visto que esta estudiando algo de ciencias. Enfermeria o medicina, ?veterinaria tal vez? --Entonces, ?que hace en nuestra facultad? Mi pregunta estaba lejos de ser retorica, pero no obtuvo respuesta, al menos, no verbal. Mis companeros sostuvieron bandejas imaginarias y me sonrieron, dandome a entender que si aquel chico extrano del que nunca habia oido hablar ni en el cual habia reparado estaba estudiando en tal horno infernal que era la biblioteca de la facultad de letras, era por mi. Su teoria me provoco una sonora carcajada. Por eso eran mis amigos, porque siempre me reia con ellos. Nos olvidamos del asunto y continuamos hablando de otros temas, pero cuando volvimos a entrar en la sala de estudio, no pude evitar fijarme en la gente que trabajaba en las mesas que rodeaban la nuestra en un intento de identificar al que no me habia quitado ojo. En esa epoca, la biblioteca estaba a rebosar, habia mucha gente, y no pude detectar a nadie especialmente interesado en mi mientras cruzaba aquel particular mar. Me sente en mi sitio, puse en orden mis apuntes y cuando levante la vista un momento, supe a que se referian mis amigos. Mis ojos se cruzaron con otro par de ojos oscuros que estaban puestos en mi. El chico en cuestion ocupaba el sitio opuesto al mio, en la mesa de enfrente. No mantuve la mirada, la baje enseguida, pero tuve el tiempo suficiente para adquirir bastante informacion. Chico moreno, pelo cortado a cepillo, barba perfectamente arreglada, ojos oscuros, espalda ancha, manos grandes y francas, algo mayor que yo, o quiza me equivocase, dado que tenia tendencia a pensar que todo el mundo era mayor que yo, y un autentico demente. Debia de estarlo para llevar camisa y no estar asfixiado. Ana presencio toda la escena (si es que podemos considerar que llegaba a la categoria de escena) y me dio un codazo, mostrandome una sonrisa de oreja a oreja. Yo me volvi hacia ella esperando que el chico no siguiera con su atencion puesta en nosotras. Si Ana estuviera leyendo esto, me tacharia de modesta y corregiria ese <> por un <>. Me di cuenta de que, en realidad, mi companera no queria decirme nada, solo que reconociera que lo que me habia dicho durante el descanso era cierto. En aquel momento, aterrizo delante de nosotras un folio de los apuntes de Miguel. Leimos a la vez la nota que nos habia escrito. Nos decia que, tal vez, el chico no paraba de mirarme porque, a lo mejor, habia confundido mi cara con alguna fugitiva internacional o porque era la viva imagen de su pariente muerta tragicamente en un misterioso incendio en la vivienda familiar diez anos atras. Lo habia visto montones de veces en peliculas y le parecia perfectamente factible. Miguel y sus peliculas. Cuando acabamos de leer sus teorias de la conspiracion, le dirigimos nuestra mirada de <>, en este caso de <>, y le devolvimos su folio de malos modos. Ana me susurro con un tono complice: --?Has visto el gesto que tiene cuando muerde el boli?

  • El Misterio De Raquel Hartman de Elle Sanc

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    La silueta de una mujer, la sombra de su pelo, se mueve bailando sobre un fondo de luz, como las manos que hacen figuras sobre la pared y cuentan historias; el ser humano, tan creador de todo y tan absolutamente aniquilador. Tan facil hacer sombras en la luz como en el alma. Un paso mas, otro... ?cuantos miles de pasos dados pensando en ella? No podia deshacer lo hecho... Era experta en las sombras, tenia tanto tiempo para observarlas... incluso aquellas que aparecian en las noches, sombras sobre oscuro. La negrura nunca es absoluta, siempre aparece algo que se superpone. Tras miles de pasos, estaba convencida de que la oscuridad absoluta y, aun menos, la infinita, no existia; alla donde fuera, en las entranas de la Tierra, en la inmensidad de un agujero negro, ni en uno solo de sus suenos; por mas que no pudiera recordarlos al despertar. Hay imagenes que si recuerda, sonidos, sensaciones... Esta corriendo, escapando de algo o de alguien, y cuanto mas se aleja de donde sea que se encuentra, mas muda la piel, se transforma, incapaz de reconocerse y sin mas remedio que rehacerse; una vida distinta muy lejos de la que un dia fue. Los anos y los huesos duelen, tantos pasos dados se hacen notar; como los finos surcos en su piel o la flacidez en sus musculos; sus dedos, algo mas curvados, siguen la misma rutina adquirida en la ninez: enredar un mechon de su pelo, aunque ahora su melena sea mas corta, y tenida para ocultar el blanco. ?Desandaria lo andado? Vender el alma al diablo para encontrar la paz, demasiada soledad... y todo ?para que? Hay sucesos en la vida que te marcan y van contigo a donde vayas, como una cicatriz mas. No se ven, como las de la piel, pero te conforman, e incluso te transforman; los ojos ya solo parecen ver tal y como sientes... Se acurruca la manta sobre los hombros... Empieza a anochecer. Habia un farillo de luz en la entrada de la antigua casa, con esos jardines multicolores y verdes confundiendose con el horizonte. ?Quien cuidaria los abetos ahora? ?Recogeria alguien las hojas caidas y resecas en forma de corazon de las enredaderas? ?Seguirian resonando aun todas esas notas musicales por doquier, tal y como aun lo hacian en su cabeza una y otra vez? Capitulo 2: Encontrarse Cerraba sus ojos para poder visualizar las distintas notas musicales generando conexiones neuronales en su cerebro; electricidad recorriendo trayectos entre axones y traspasando los centros neuronales y, a una velocidad imperceptible, integrandose e interpretando emociones. No podia imaginar sentimientos mas absolutos que los que tenia cuando lograba concentrarse y hacer que sus pensamientos no fueran mas que notas musicales. Seguia sus distintas formas, las desplazaba y recorria, se dejaba envolver hasta que de ella no quedaba mas que musica. Musica y emociones. El problema era cuando conseguia estos niveles de concentracion sobre un andamio o encima de un tejado... menos mal que existia el arnes y que lo habia convertido en una mas de sus herramientas diarias o ya se habria partido el craneo en alguna de sus muchas caidas. Su cuerpo se relajaba en sentido inverso a la actividad de su mente y solia perder muy facilmente el equilibrio, quedando suspendida en el aire y activando todos sus sentidos para conectar con la realidad de manera inequivoca. La musica desaparecia tras el sentido de alarma y el instinto de supervivencia. No habia sido el caso. Estaba dando una mano de pintura a la parte alta del caseron, una ultima puesta a punto para lo que se venia a partir del dia siguiente... el hotel rural se convertiria en un ir y venir incesante de personas para la asistencia a los cursos que organizaban a principios de primavera y hasta bien entrado el otono. Los grupos eran reducidos, no mas de diez personas, y los cursos no duraban mas de una semana. Aun asi, los mismos alumnos solian repetir, si su economia y su disponibilidad se lo permitia. Termino su trabajo, habia quedado perfecto. La sensacion de lo terminado y bien hecho, tras una jornada agotadora, donde sentia todos y cada uno de sus musculos doloridos y el agotamiento no la dejaba pensar mucho mas. Una cena, un poco de conversacion amiga, algo de lectura y a la cama. Sin preguntarse que seria de ella al dia siguiente, aparte de tratar de esquivar, la mayor parte del tiempo, a los nuevos clientes que invadirian el hotel. Fernando sabia donde podria encontrarla si la necesitaba: merodeando la casona, realizando las tareas precisas para el mantenimiento de los animales, la huerta y los jardines... El resto de los que alli se congregaran le traian sin cuidado. Un grupo semanal mas, hombres y mujeres que buscaban ampliar y derivar sus conocimientos sobre las distintas formas de terapia musical en contacto con la naturaleza; musicos, artistas, psicologos, medicos, terapeutas... Ella no tenia nada que ofrecerles, no directamente, solo estaba unida a ellos a traves de Fernando, y de una forma indirecta, cuando se quedaba a escondidas, escuchando la musica que creaban, la que surgia de sus voces, del roce de sus movimientos al bailar mientras interpretaban a Bach, Mozart... Tiempo de desconectar. Aun sobre el andamio, desencajo el rodillo del mango y comenzo a girarlo, como si se tratara de un palo de lucha libre o una espada, adoptando formas de taichi, buscando el equilibrio y haciendo el saludo final a su reflejo en el cristal de la ventana. Lo que no esperaba era encontrarse a un Fernando indignado, observando tras el cristal de la misma. La impresion la hizo caer, quedando colgada del arnes, como otras muchas veces... Fernando abrio la ventana apresurado y preocupado. --!Terminaras partiendote la crisma! !Haz el favor de bajar de ahi de una vez! --La situacion le parecio tan comica que la hizo reir a carcajadas, contagiando al chico, que no podia mantener su enfado con ella ni unos pocos segundos... Sus risas se podian oir a distancia. --Buenas tardes... --carraspeando para tratar de elevar el tono de su voz--. !Buenas tardes! --Las risas cesaron casi al unisono, y las cabezas se giraron en direccion a aquella voz masculina, el chico parecia arrepentido de haber elevado el tono y algo cohibido por ser el centro de atencion. --?Si? --Eso le hacia falta a ella, que le viniera chillando una senoritingo de ciudad con ese aspecto de intelectual de tres al cuarto. Antes de que el recien llegado pudiera contestar, se balanceo con fuerza para alcanzar el andamio y volver a subirse a el. --!!!Bienvenido!!! --Fernando intervino para salvar la situacion antes de que la vena salvaje de su amiga se mostrara en todo su esplendor frente al que seguramente seria un nuevo huesped y alumno de sus cursos--. Enseguida bajo. --Aun con medio cuerpo asomando por la ventana. --Siento la intromision... --Se dirigio con cautela hacia el andamio, al ver que aquella chica bajaba del mismo algo molesta--. Pero no habia nadie en recepcion y... --Ya, ya imagino... no importa. --Ni siquiera le miraba, mientras se limpiaba las manos con un trapo--. Ahora si que habra alguien en recepcion --dijo, senalando hacia donde habia estado Fernando y tratando de cortar la conversacion, mirandolo desafiante. El recien llegado le mantuvo la mirada. Cuando le desafiaban, tendia a mantener el combate, una fuerza desconocida surgia directa desde su estomago y le hacia permanecer erguido ante el duelo hasta que salia indemne... pero no en esta ocasion. Tuvo que apartar sus ojos de aquellos ojos y darle la espalda. Habia algo en aquella mirada que le doblegaba. Al verse ignorado y desatendido recorrio el camino de vuelta a recepcion, esperando que el chico al que habia visto fuera algo mas amable y educado que aquella salvaje con mono de obrera. OOOOOO --La palabra para hoy... --Abrio el diccionario por una pagina cualquiera y, con los ojos cerrados, marco un punto de la misma con su dedo indice--. <>. --Bonita palabra. Copio su significado en un post-it de color azul y lo pego en su libreta de tapa blanda y folios blancos, de la que nunca se separaba--. <>. --Si abria su cuaderno, encontraba folios repletos de post-its con las palabras y sus significados, que iba aprendiendo cada dia; dibujos a lapiz y carboncillo de cualquier escena cotidiana, sillas, casas, rostros; alguna fotografia de algun lugar o de personas; sus poemas y muchas anotaciones para su libro. Guardo su libreta en una pequena mochila que acomodo en su espalda y, con crema de maxima proteccion solar y un sombrero de paja, se dispuso a afrontar su primer dia en aquel hotel rural. Alberto salio del cuarto de bano y, al verlo tan dispuesto y con aquellas pintas campestres, no pudo dejar de soltar una carcajada, mientras agarraba sus cosas para salir con el de la habitacion. Lo cogio por los hombros y le abrazo. --Estas para comerte... --le susurro al oido. --Eres un capullo... --Sonreia, mientras alzaba su rodilla directa a la entrepierna de Alberto, frenando en el ultimo instante, haciendo que el chico le soltara, en un acto reflejo, para proteger sus partes mas intimas del impacto. --Ejem... Mejor vamos saliendo, que llegaremos tarde... --Alberto sonreia, entre aliviado y divertido, dejandolo pasar mientras le abria, comico, la puerta de la habitacion--. ?Ya tienes tu palabra para hoy? --Atrezo. --Uhm, interesante... --Al salir de su habitacion, en direccion a las escaleras, un gran ventanal introducia en las maravillosas vistas de verdes, azules, blancos... todo un mundo de colores de flores se extendian como en un enorme lienzo--. Alberto alargo su mano en direccion a toda aquella belleza, en la que el aun ni habia reparado, absorto en sus pensamientos rutinarios--. Bienvenido al atrezo que ha dispuesto para ti la vida... al menos, durante unos dias. --Falta el guion. --Estaba realmente impactado ante esas vistas, asi que se quedo parado mientras Alberto comenzaba a bajar las escaleras. --Lo tendras que escribir tu. ?No eres el escritor? --No, soy historiador y bibliotecario, y me apasiona la historia de la vida cotidiana. --Pero siempre estas escribiendo en tus libretas, debes de tener miles acumuladas en algun lugar de tu casa. --Alberto habia continuado hablandole, mientras el no podia apartar sus ojos de aquella inmensa gama de colores, acostumbrado a los blancos, marrones, grises y negros de la biblioteca. Alzo la voz para llamarle--. ?Vienes? Apresuro el paso para alcanzarlo. La recepcion estaba cerca; no era un hotel muy grande, pero lo exquisito se reflejaba en cada detalle. Por muy rustico que pretendiera ser, combinaba toques actuales en la decoracion, los lienzos, los servicios. --Y tu eres psicologo, tendras un monton de informes de tus clientes... Cada cual a lo suyo. -- Cuando queria, sabia saldar un tema rapidamente. Podia llegar a ser muy cortante. Alberto le paso el brazo por los hombros y le acerco a el. --Tranquilo, querido, se perfectamente a lo que hemos venido. --Le guino un ojo mientras sonreia, picaro, antes de que el rictus se le quedara completamente congelado, a la vez que detenia sus pasos. Miro en la direccion que le indicaban sus ojos y alli estaba, tras el mostrador de recepcion, vestida con una falda ajustada azul a la altura de la rodilla y una camisa blanca remangada, de manera desatendida, bajo los codos; su pelo largo, suelto, y su tez morena hacian resaltar sus hermosos ojos. No pudo articular palabra, ni siquiera cuando la chica dirigio su mirada hacia ellos, antes de dar media vuelta y marcharse tras la puerta del mostrador. Sintio la misma inquietud, el mismo deseo de desafiarla y someter ese azul tan aparentemente indomable. Alberto le devolvio al presente tras un sonoro silbido en direccion a las piernas y el trasero de la morena, antes de que su duena desapareciera tras aquella puerta. OOOOOO <>. Trataba de prestar atencion a su lectura, un libro recien adquirido en su libreria preferida. Solia hacerles encargos especiales y acercarse a la ciudad en cuanto los tenian disponible; despues, tomaba un capuchino en una cafeteria cercana, antes del volver al hotel. En esta ocasion, queria acercarse a la tienda de pinturas y encargar los materiales necesarios para hacer un estuco blanco en una de las paredes de la piscina climatizada que tenian en el hotel; pero Fernando habia insistido en acompanarle, el necesitaba mucho mas el contacto con la civilizacion. <>. --Necesito un instrumento de cuerda... !es condenadamente imprescindible que lo tenga para manana! --le inquiria, nervioso--. ?Sabes que es de muy mala educacion leer cuando tienes compania? <>. --Uhm... --Levantando la vista del libro--. Pues coge mi violonchelo, Fernando. --En ese caso, tambien te necesito a ti. --?Otra vez? --Arqueo una de sus cejas, incredula--. Sabes que no me gusta y, ultimamente, me lo has pedido ya en varias ocasiones. ?Que pasa con tus colaboradores? ?O es que lo haces a posta para que yo tenga que participar en tus cursos? --Ya sabes que me vuelve loco verte con ese instrumento entre tus piernas y completamente poseida por su musica, es... es... sublime, magico. Justamente de lo que pretendo hablar, de como la musica puede transformar a una salvaje en pura sensibilidad. --Idiota... --Fernando solto una escandalosa carcajada. Le encantaba picarla y hacerla reaccionar y adoraba la complicidad que habia entre ellos; a veces, creia conocerla mas que a si mismo. --En serio, la musica nos conecta con nuestra esencia, dejandonos sin mascaras y en un espacio completamente atemporal... y tu eres la viva imagen de todo eso mientras tocas tu violonchelo. Quiero que mis alumnos y alumnas lo palpen. --Vale, vale. Ire manana a tu clase, pero, despues, quiero que me dejes tranquila y que no me lo vuelvas a pedir jamas. Recuerda, no pienso decir nada, igual no doy ni los buenos dias. !Llego, toco y me voy! --Claro, claro... --Ambos rieron por la cantidad de veces que habia incumplido la misma promesa--. ?Vamos a por tus pinturas? Despues quiero ir a la biblioteca a documentarme sobre algo, alli podras continuar con tu lectura.

  • La simpatica pero dramatica historia de Laura Maria Garcia Rodriguez de G. Z. Escribano

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    La historia de Laura Maria Garcia Rodriguez podria calificarse como simpatica, como dramatica, como agridulce, como tragicomica…o como se quiera. De lo que no cabe duda, es de que se trata de una historia que merece la pena contarse por lo variopinto de sus vivencias: tiene episodios tan peculiares como una inoportuna primera menstruacion; un comico incidente con un quinceanero en calzoncillos; o volar por los aires en un ring de boxeo. La muchacha nacio una fria manana de finales de verano --que hasta para eso fue peculiar-- y desde el dia de su nacimiento estuvo marcada por infinidad de avatares. Mejor dicho, desde el segundo dia, que fue cuando su progenitor, el senor Garcia, fue a inscribirla en el Registro Civil de su pequena ciudad de provincias. El deseo de su madre era que se llamara Laura; un nombre nuevo en una familia donde hasta ese momento predominaban denominativos mas clasicos como Maria, Carmen, Antonia o incluso Isidra. Laura, como nombre, no es que fuera toda una revolucion, pero a su madre le parecio candido y novedoso. En cambio, a su santo padre se le metio en la sesera que seria un nombre muy soso y demasiado moderno. Por ello decidio anadirle como segundo apelativo el de su bendita madre, el de la abuela paterna de la criatura, vaya. --Laura Maria Garcia Rodriguez. Fue lo que el padre dijo al funcionario del registro, y asi se quedo la muchacha. Nombre que solo sirvio para que la llamaran de decenas de maneras a lo largo de toda su vida: Laura, Maria, Marila, Lauma, LauraMari, etc. Y eso que ella siempre insistia en un simple Laura. Por lo que respecta a su infancia, puede decirse que fue relativamente feliz. No obstante estuvo salpicada por los agravios que su padre cometia contra su madre. No es que el senor Garcia maltratara a la senora Rodriguez, al menos fisicamente. Sin embargo, su escaso sentido del amor dinamito el ideal de familia que la madre esperaba. El trabajaba en la fabrica de embutidos mas grande de toda la provincia, y una de las mas grandes del pais. Todo un orgullo para su pequena ciudad. Y cuando terminaba de trabajar las diez horas reglamentarias, preferia irse al bar antes que pasar tiempo con ellas dos. A la senora Rodriguez le hubiera gustado darle un hermano o hermana a Laura, pero el senor Garcia no estuvo muy por la labor. <<--A no ser que quieras que coman siempre morcilla, no podremos alimentarlos bien>>. El interes por compartir sabanas con su mujer se diluyo con el tiempo, y Laura se quedo como hija unica. Esto y que el senor Garcia estaba mas tiempo fuera de casa que dentro, hicieron que Laura y la senora Rodriguez tuvieran una relacion muy proxima. Al menos hasta que la nina llego a la preadolescencia. Era una muchacha bastante solitaria. Aunque tenia amigas/companeras en el colegio, apenas quedaba con ellas fuera de las horas lectivas. A su casa acudieron como mucho dos companeras, Amalia y Anabel, a realizar alguna que otra tarea colectiva. Y todo esto ya con diez anos. Precisamente estos diez anos supusieron un punto de inflexion en su vida. Un chiquillo del colegio, Agustin, empezo a interesarse por ella. Todo lo que un nino de diez anos puede interesarse por otra nina. Se sentaban juntos en pupitres contiguos en el aula, y el se las ingeniaba para pasarle notitas de ?amor? En una excursion a un bosque a las afueras de la ciudad, Agustin se las arreglo para quedarse rezagado y poco a poco fue tirando de las manos de Laura que, curiosa, se dejo llevar. Acabaron bajo un enorme alcornoque con Laura recostada sobre el muchacho. El intento besarla y ella al principio rehuso. <<--No por favor, ?que haces?>> Agustin no se dio por vencido y a reganadientes Laura se dejo besar. Si es que a eso se le podia llamar besos, porque mas que nada eran como cabezazos con los morros. El silbato y los gritos de los profesores los sacaron de su <>. Agustin insistio en quedar con Laura fuera del colegio. <<--Los viernes por la tarde, por favor. >> Pero Laura no se mostro dispuesta. No es que le asqueara el contacto humano, pero el minimo intercambio de saliva con el chico no fue de su agrado. Y ademas estaba la catequesis, donde se hablaba del matrimonio como unico elemento valido para el amor, y por ende, para el amor carnal entre hombres y mujeres. Pasadas dos semanas de esos besuqueos/cabezazos tocaba confesarse para tomar la primera comunion. Ese sacramento en el que tanta vehemencia habia puesto su padre que recibiera. Bajo la madera del confesionario, tenia una cita con don Angel, el parroco de su barrio. Un senor que se pasaba muy de vez en cuando por las clases de catequesis y que era casi un desconocido para los futuros comulgantes. Cuando le conto al cura el incidente con Agustin, este puso un interes inusitado en los detalles. --?Te toco los pechos hija mia? --No padre, no. --?Te toco el trasero? --No por favor, no me pregunte eso. Al sacerdote parece ser que se le olvido el voto de castidad: deslizo sus asperas manos sobre el muslo de la muchacha, bastante mas arriba de la rodilla, hasta casi llegar a su entrepierna. --?Te toco aqui? Laura pego tal brinco que se golpeo en la cabeza con el techo de madera del confesionario. ?Resultado? Un buen chichon y un manantial de lagrimas con el que llego a casa. Su padre --como no podia ser de otra manera-- no la creyo, pero su madre intercedio por ella. --?Pero como se va a inventar la nina esto, hombre de Dios? --Yo que se, no querra hacer la comunion. ?No ves que esta siempre en su mundo? --Haz el favor de apoyar a la unica hija que tienes y ve a pedirle explicaciones al cura ese. --?Yo? No quiero problemas con la Iglesia que luego nos ponen una cruz en todos lados. !Pues que no haga la comunion, eso que nos ahorramos! Asi que no hubo comunion que valiese, pero tampoco hubo convite ni viaje a la capital a conocer el Parque de Atracciones. Ni la propia comunion ni la fiesta es que le hicieran especial ilusion a Laura, pero si queria viajar en tren a la capital y montarse en las atracciones que habia visto por television. El berrinche fue apocaliptico. Ademas el <> de Agustin fue contando mentiras por todo el colegio, que se sumaron a los rumores procedentes de la parroquia. No la crucificaron, pero como habia anticipado su padre, si que le pusieron la cruz. Sus ?amigas? empezaron a cuchichear y a darle la espalda. Con esa edad ella no es que fuera del todo consciente de lo que la rodeaba, pero si lo suficiente para volverse aun mas introvertida. Paso el verano enfrascada en lecturas de poemas. Acababa de descubrir a Becquer y Espronceda, y eso mitigo su soledad, ya que su madre se distancio de ella, o ella de su madre. Nunca lo supo. Lo que le ocurrio al siguiente curso, al poco de cumplir los once anos, fue algo que jamas se le borraria de la memoria. Su paso de nina a mujer. La no deseada le llego quiza en uno de los peores momentos posibles. Corrian las once de la manana de un frio dia de invierno y Laura recitaba entusiasmada un poema de Lorca. Una tarea encomendada por Arturo, su amado profesor de Lengua, que ella realizaba con devocion, vestida con su falda reglamentaria. !Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre De Ignacio sobre la arena !Que no quiero verla! La luna de par en par… No fue la sangre del tal Ignacio la que vio, sino la de su primera menstruacion entre sus zapatos, sobre el suelo del altillo de la clase. La carcajada y burla por parte de sus companeros fue excesiva. El hecho de coincidir con la declamacion sobre la sangre que Lorca escribio en la poesia, contribuyo a ello. Agustin fue uno de los que mas se cebo. Aunque incluso las que habian sido sus amigas hasta hacia poco tiempo, se rieron de ella. Laura no pudo articular palabra. Ni siquiera derramo una lagrima. Tan solo apoyo su espalda sobre la pizarra y trato de cruzar las piernas --ilusa-- para intentar disimular la catastrofe. Su amado profesor fue el unico que mostro algo de empatia. Y solo algo porque en lugar de pedir a los demas que detuvieran la burla, se limito a decir que se podia marchar a casa. Laura ni siquiera paro a recoger su mochila y su abrigo. Ni tampoco cayo en pasarse por el bano del colegio a intentar disimular el estropicio. Recorrio las gelidas calles de la ciudad humillada ante las atonitas miradas de los transeuntes, que parecian ver a un extraterrestre en lugar de a una nina indefensa. Porque al fin y al cabo seguia siendo una nina. Cuando llego a casa estuvo mas de una hora en la banera sin parar de enjabonarse con una aspera esponja. El rozar del rugoso tejido sobre su epidermis hacia el intento de limpiar la verguenza y la humillacion que sentia. Su madre trato de consolarla sin exito. --Asi tienes una anecdota que contar a tus nietas, mujer. No es que fuera algo agradable para contar a tu descendencia, pero la senora Rodriguez tampoco era una experta terapeuta, ni una buena amiga tampoco. No acudio a clase el resto de la semana. Una de sus companeras, Amalia --la que menos se rio--, le llevo la mochila y las tareas a casa los dos dias siguientes; dias en los que a Laura le costo levantar un pie de la cama. Cuando Amalia le dio los libros a Laura, esta se lo agradecio con la cabeza gacha y Amalia tampoco hizo mucho por empatizar con ella. El incidente hizo que se convirtiera en mas introvertida si cabe. Aunque quiza marco lo que fue su futuro, ya que se refugio, aun mas, en los libros.

  • La huida de las ratas de Eric Frattini

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    El gobierno de Franco y el Vaticano ayudaron a escapar de Europa y de ser juzgados en Nuremberg a importantes nazis acusados de genocidio y de crimenes contra la humanidad. Adolf Eichmann, el <> del Holocausto, Josef Mengele, el <> de Auschwitz, Franz Stangl, el verdugo de Treblinka, Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, John Ivan Demjanjuk, Erich Priebke, Gustav Wagner, Hermine Braunsteiner, Otto Wachter, Walter Rauff, Herberts Cukurs y Erich Rajakowitsch son las <> que escaparon de Europa dejando tras de si una gran marca de sangre y horror.

  • Sasha. La mision de mi vida de Delfina Farias

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    Sasha era hermosa, rebelde, osada y desobediente. Muy distinta a las chicas de su edad. No creia ni en principes azules, ni en cuento de hadas. Criada entre soldados, los mismos que su padre adiestraba bajo severos y peligrosos entrenamientos, y de los cuales ella era uno mas. Cuando logro ingresar al colegio militar, se encontro colmada de felicidad. A pesar de la exigencia e intensidad de los ejercicios, el cansancio y agotamiento de su cuerpo, consiguio ser primera en su clase. Todo iba sobre rieles hasta que conocio al teniente Leandro Martinez Acevedo, metro ochenta y cinco, atractivo, corpulento, recio, pomulos marcados y un cuerpo para el infarto. Con solo una mirada el puso su mundo patas para arriba. Al tiempo llegaron miradas furtivas y deseos dificiles de controlar. Una mentira se puso entre ambos y el se alejo de su lado, pero ella que era una guerrera, sin pensarlo lo siguio a un infierno llamado Irak. En ese pais sus sentimientos se encontraran a flor de piel, la incertidumbre del pasado los golpeara de frente y sin control. Ellos seran dos seres entre sombras y recuerdos de un pasado y presente muy peligroso, deberan transitar una guerra, que sin ser ellos estaran obligados a combatir.

  • ?Has visto como llueven las flores? de Ana Maria Draghia

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    Hay preguntas que solo se pueden contestar olvidando el pasado.

  • La Senora de Montesco de Sofia Navarro

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    La famosa obra de teatro “Romeo y Julieta”, de William Shakespeare, es mundialmente conocida. En ella, dos familias, los Capuletos y los Montescos, luchan a plena luz del dia en las calles de Verona. En la obra de Shakespeare, conocemos bien a la familia de Julieta, los Capuletos, pero apenas conocemos a la de Romeo. De la madre de Julieta sabemos que era ambiciosa y manipuladora, pero, ?y la de Romeo? Con la novela “La Senora de Montesco”, Sofia Navarro nos cuenta la vida de esta mujer, calculadamente alejada de la escena por parte de William Shakespeare, y nos presenta el interesante punto de vista de una mujer pacifista en un mundo de constante conflicto por el honor y la sangre. Una joven mujer que vivira su propia historia de amor y que enfrentara, como madre, la trajedia shakespeariana.

  • Cascabeles de Cristina Brocos

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    Un hombre llegado de muy lejos, de mirada perdida, serio y taciturno, un hombre muerto en vida llego a la Costa de la Muerte buscandole sentido a su vida, y alli se encontro con ella, con la muerte, habitando el cuerpo de una mujer que se despedia de la vida. El ya estaba muerto. Ella aun estaba viva. Pero las tornas se cambiaron porque. !asi es la vida!… Un gran laberinto que sabes donde y como empieza, pero no donde y como termina.

  • Sendino se muere de Pablo D’ors

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    ?Puedo comentarte algo? -le dije a J. C. D.; y, antes de que pudiera reaccionar-: Tengo un cancer de mama. >>-!Todavia estara por confirmar! -me respondio el. >>-No -le replique y, sosteniendole la mirada-, ya esta diagnosticado. >>No quiso rendirse a los hechos hasta que le demostre que ya tenia hora para hacerme un estudio de extension. Como tantos de los que mas tarde serian informados, J. C. D. no acepto la dimension de la noticia.>> Asi es como comienza el diario de la doctora Africa Sendino, quien, a la hora de morir, alcanzo un comportamiento que no dudaria en calificar de <>, un adjetivo que, en este caso, no solo considero justo o apropiado, sino exacto. En las notas que siguen, Sendino relata como se vistio tras haberse enterado de aquella terrible noticia, y como salio del laboratorio con aquel nuevo peso que comenzaba a gravitar sobre su vida. Desde aquel momento se inicio para ella un intenso y prolongado dialogo con su Dios: <>. Tuve el honor de conocer y frecuentar a Sendino durante las ultimas semanas de su vida. En el hospital todos la llamaban por su nombre de pila -Africa-; para mi, en cambio, Sendino fue Sendino desde el mismo dia en que, al poco de conocerla, escribi en mi cuaderno de notas: <>. Estas tres palabras parecen el titulo de una novela; pero esto no es una novela ni puede serlo -por mucho que habria podido escribirse una (al estilo, por ejemplo, de La muerte de Ivan Illich, de Tolstoi) con buena parte de las experiencias que tengo la intencion de recoger aqui. Ademas, lo que la propia Sendino quiso que ofreciera en su nombre al mundo fue algo asi como un testimonio, lo mas fidedigno posible, de su vivencia de la enfermedad. Y todos estamos obligados a respetar las ultimas voluntades de nuestros muertos. Este escrito se justifica solo por esta voluntad, y esto conviene dejarlo claro desde el principio: no me guia ninguna otra pretension; escribo porque asi se me pidio. Y me gustaria comenzar haciendolo con esta afirmacion: si es cierto que los ultimos dias y hasta las ultimas horas en la vida de una persona simbolizan bien lo que esa persona ha sido o querido ser, entonces debo pensar que Sendino era lo que en el catolicismo se entiende por santo. Como es logico, esto no significa que todo en ella fuera perfecto o que Sendino careciera de esas fallas o lacras que caracterizan a los mortales y sobre las que cabria atribuirle alguna responsabilidad. Yo acepte a Sendino con estas presuntas deficiencias o imperfecciones, y es asi, en todo caso, con ellas, como me parecio -y ello casi desde el momento en que la conoci- un ser muy especial. Este calificativo, especial, se transformo pronto en admirable; y el admirable, con el tiempo, paso a insigne. Y no lo digo porque su figura haya quedado engrandecida en mi recuerdo tras su muerte, como tan a menudo nos sucede con los difuntos. Resulta facil encontrar virtudes a quienes ya no estan en este mundo. Casi se diria que lo necesitamos para justificar su biografia, tantas veces lamentable o, al menos, triste y mediocre. Lo que a mis ojos hace grande a Sendino, en cambio, no es la muerte sino el morir, el modo de morir. Quiza convenga saber que trabajo como capellan de un hospital desde hace algunos anos y que, como no podia ser menos, en dicha institucion sanitaria he tenido la oportunidad de atender a muchos enfermos y moribundos. Me han requerido en incontables ocasiones para administrar la uncion de los enfermos, por ejemplo, o para escuchar en confesion a quien queria reconciliarse antes de someterse a una importante intervencion quirurgica, o incluso para la llamada recomendacion del alma y despedida del cadaver. Informo sobre todo esto solo para dejar claro que, por mi actual ocupacion, son muchos los enfermos terminales que han pasado ante mis ojos y por mis manos sacerdotales; y que de este modo he podido constatar como suelen morir los hombres: inconscientes, atormentados, tranquilos, angustiados... Ninguno como Sendino. La muerte de Sendino destaca en mi corazon sobre todas las demas. Y no porque fueramos amigos -pues no creo que la relacion que mantuvimos pueda calificarse de este modo-; ni porque tuvieramos una particular afinidad. No, Sendino y yo eramos muy diferentes, y aunque compartiamos la fe cristiana, nuestra forma de vivirla y nuestra sensibilidad religiosa eran muy distintas. La suya, con toda seguridad, incomparablemente mas firme y meritoria que la mia. Remarco esta no afinidad emotiva e intelectual para dar a mi texto, en lo posible, una cierta neutralidad con la que espero que se incremente su valor. Entre por vez primera en la habitacion de Sendino, la 305-D de Oncologia, en el mes de mayo de 2008, si las fechas de mi diario no me enganan. Lo que primeramente me llamo la atencion en ella -pues era lo mas visible- fue su compostura. Sendino estaba acostada con dignidad, casi me atreveria a decir que con elegancia. Y es que hay enfermos a quienes se ve acostados de cualquier manera: con su cuerpo desmadejado e informe, o tenso, o abandonado a su suerte y como preparado para la rendicion final. El cuerpo de Sendino no. Ni siquiera cuando su declive fisico estuvo en su nivel mas alto, llego a perder su porte. En sus movimientos -nunca bruscos- siempre hubo armonia. En la postura que finalmente asumia, aun en medio del dolor, habia esa firmeza y flexibilidad que hacen que un cuerpo humano pueda ser calificado de hermoso. Si, Sendino era hermosa: tenia una mirada franca y limpia, una sonrisa timida y amable -nunca coqueta-, una piel blanca y tersa, unas manos graciles -aunque grandes- y una feminidad totalmente natural, nada impostada o estudiada y, por eso quiza, tan encantadora como desconcertante. Su forma de vestir, por otra parte, aunque fuera con un simple camison y unas zapatillas, era siempre cuidada, nunca afectada. La colcha o sabanas con que se cubria, siendo las comunes del hospital, estaban siempre perfectamente dobladas. Pero -repito-, no con esa rigidez propia del perfeccionista o del maniatico del orden, sino flexiblemente, amablemente. Aunque uno entrara a verla con cierta prisa, habia algo en aquella habitacion (ahora entiendo que era la compostura de la enferma, su aura quiza) que invitaba a tomar asiento frente a ella y a quedarse a su vera al menos unos minutos. Asi pues, el cuerpo de Sendino era femenino pero asexuado, elegante sin afectacion, flexible pero no amorfo, terso, pero no rigido. Lo segundo que mas llamaba la atencion en Sendino era su manera de hablar. Aunque no me dijo que era medico, desde el principio supe que se trataba de una persona culta. No lo digo, como es obvio, por los tecnicismos medicos que, ocasionalmente, salpicaban su discurso, sino por la inusual correccion de su expresion hablada. Sendino no era como la inmensa mayoria de nosotros, que en el lenguaje hablado dejamos buena parte de las frases sin terminar, dando mucho por sobrentendido o montando una idea sobre la otra, con la intencion de no dejar ninguna sin decir. No. Tanto en el lexico, de gran precision, como sobre todo en la sintaxis, rica y hasta compleja, Sendino cautivaba a quienes la escuchabamos. Nunca asisti a ninguna de sus clases de medicina, pero estoy convencido de que tuvo que ser una excelente profesora. Exponia sus ideas, ademas, de forma muy sistematica y concienzuda; quiza demasiado analitica, lo que en algunos casos podia hacerla parecer prolija. Pero ella misma se percataba de su prolijidad, y no eran pocas las ocasiones en que se reprimia. Le vencia el deseo de ser didactica. Supongo que sentia una autentica pasion por la ensenanza. Tambien por aprender (y esto resulta particularmente loable en quien tanto sabia), y ello tanto en el campo sanitario, que fue en el que se formo, como en el mas especificamente cristiano, que fue del que bebio para nutrirse por dentro. De modo que cuando yo entraba en su cuarto sabia que iba a asistir a una especie de leccion magistral. Sendino iba a explicarme su estado de salud con todo detalle, pues a ella no le bastaba un simple <> o un <> (nunca me confeso que se sintiera verdaderamente mal). <> De forma que describia sus sintomas, los derroteros que habia tomado su ultima conversacion con los medicos, las hipotesis mas plausibles que se habian abierto, las terapias mas convenientes que le habian propuesto y sus contrapartidas, el pronostico previsible y, en fin, otras tantas particularidades sobre las que ella se extendia sin recato. No se debia preguntar a Sendino como se encontraba si es que realmente no se deseaba ser informado. Lo tercero que mas llamaba la atencion de esta enferma (y hablo de un tercer lugar por ser lo menos visible de forma inmediata) era su altisimo nivel espiritual. Claro que ya su compostura y lucidez testimoniaban la excelencia de su interioridad, pues no hay cuidado del alma que no termine por redundar en el cuerpo y en la inteligencia. Pero, en el caso de Sendino, a este nivel espiritual solo se accedia tras varias conversaciones. ?Por que? Por discrecion, pues Sendino vivia su fe religiosa con una reserva exquisita, casi diria que con pudor. Esta ha sido una de las virtudes que he valorado mas en ella. Porque no es que escondiera al Cristo que la sostenia; no es que ocultase los signos religiosos que -para quien quisiera verlos- podian distinguirse en su habitacion (un libro de piedad y el rosario en la mesilla de noche, una estampa pegada en la pared...). Era que todos aquellos objetos de culto estaban ahi sin ostentacion ni verguenza, sino con amable naturalidad. Quiza la discrecion fuera uno de los rasgos preponderantes de la espiritualidad que Sendino profesaba, lo ignoro. El caso es que si lo religioso brotaba de sus labios era porque de esos labios no podia brotar, en ese momento, mas que lo religioso.

  • Las cadenas del reino de Begona Pro Uriarte

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    Navarra, 1211. En un momento historico de revancha, la que busca Alfonso VIII de
    Castilla tras la ?rota? de Alarcos, y de despliegue de poder militar el que hace
    Muhammad al- Nasir en Al-Andalus, Miguel de Grez recibe la peor de las noticias: su
    hijo Roland ha sido hecho prisionero por los almohades. Su unico pensamiento sera viajar cuanto antes hasta Sevilla y rescatarlo. Apenas queda margen para atravesar la peninsula antes de que las hostilidades se desaten y ambos ejercitos se enfrenten en la batalla de las Navas de Tolosa. Las cadenas del reino es la tercera entrega de la saga de caballerias La chanson de los Infanzones, ambientada en la Navarra de los siglos XII y XIII, bajo los reinados de Sancho el Sabio y Sancho el Fuerte. Esta saga de aventuras, de amena lectura gracias al excelente pulso narrativo de Begona Pro Uriarte, ofrece una oportunidad sin igual para adentrarse en la historia y, para conocer, entre otros, como y cuando surge el legendario lema Pro Libertate Patria, gens libera state, Pueblo libre, permanece en pie por la libertad de la patria o por que las cadenas adornan la roja bandera. O, al menos, una de las hipotesis al respecto.

  • Dos corazones en Waterloo de Violeta Otin

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    Lord Broomfield, el duro y abnegado comandante de husares del ejercito britanico, jamas hubiera esperado reencontrarse con miss Stella Hatton en un elegante salon de Bruselas. La ultima vez que se vieron fue hace ocho anos, cuando el entonces conde de Harding, fanfarron y egoista, habia apostado en un club de caballeros que seria capaz de enamorar a la dama antes de que terminase la temporada… Con lo que no habia contado era con enamorarse a su vez de la joven. Sin embargo, lo que habia comenzado como un simple juego pronto se convirtio en una pasion que provoco la caida en desgracia de Stella. Ahora, con las tropas de Napoleon amenazando la paz enEuropa, lord Broomfield tiene ante si un reto aun mayor: recuperar el corazon de la dama, que esta a punto de contraer matrimonio con un misterioso caballero del que nadie parece saber nada.

  • La mujer del inquisidor de Catherine Roberts

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    Cuando Maria llega desde el reino vecino para casarse por compromiso con el atractivo y frio inquisidor, es consciente de que a partir de ahora compartira su vida con un monstruo. Se siente capaz de sobrellevarlo, se ha preparado como ha podido para ello. Lo que no imagina son los malvados planes que Diana, la sirvienta del religioso, tiene reservados para ella, pues no piensa permitir que nadie la arrincone ni le quite el puesto que ocupa en la casa y en la cama de ese poderoso hombre.
    Solo que… nada saldra como habian pensado ninguno de los tres.

  • Mi matrioska de Sophie Saint Rose

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    Lorelai Dean es la mejor coreografa y directora de espectaculos del momento, despues de que un desafortunado accidente le robara su carrera de bailarina de ballet. Esta dispuesta a tomarse un descanso cuando aparece en su vida Ivan Helmersen, para hacerle una oferta de trabajo irresistible para ella. Pero al parecer el tambien quiere algo mas…

  • La Herencia del Bebe de Mckenna James

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    ?RECHAZADA? --Si, senora. Lo intente dos veces. ?Tiene otra...? La voz del asistente se apaga mientras lo fulmino con la mirada. Ignoro el bufido apenas audible que se escapa de los labios de mi amiga Penelope. Ella esta parada directamente detras de mi, sin duda porque no quiere perderse el momento de presenciar el rechazo de mi tarjeta. Debe pensar que todos sus regalos de navidad han llegado improvisadamente al spa de dia. De hecho, me sorprende que se este controlando a si misma tan bien siendo como es ella. --Claro, dame un segundo--, murmuro, hurgando en mi bolso. Le lanzo una tarjeta de diamantes y lo despacho, asegurandome de que sepa lo molesta que estoy con todo esto. El no me devuelve la mirada mientras murmura un agradecimiento, antes de salir de mi vista. Respirando hondo, sonrio como si no me importara, antes de volver a mirar a mis amigos. --Lo siento--, le digo con un suspiro perezoso. --Estoy segura de que es solo una confusion con el banco-- Me apacigua Holly, apartandose el pelo largo y oscuro de los ojos. Sonrio cuando ella se acerca y me da un apreton tranquilizador en la mano. Estoy segura de que tiene razon, porque se con certeza que hay mucho efectivo en la primera tarjeta, no se llama tarjeta infinita por nada. --Seguro--. Penelope tambien me sonrie, pero a diferencia de Holly, no hay nada comprensivo o genuino en su sonrisa. --Aunque no puedo decir que alguna vez me haya pasado algo como esto--, dice con un fuerte acento sureno, sus labios entreabiertos en una amplia sonrisa. --?Quizas los bancos estan un poco mas atentos a sus clientes mas notables? Abro la boca para devolver una respuesta, pero estoy distraida al ver al asistente caminando. Incluso antes de que hable, se que no es bueno. Busco otra tarjeta en mi bolso en preparacion a lo que va a decir, aunque solo sea para evitar la verguenza de tener que mirarlo cuando me diga que la segunda tarjeta tambien fue rechazada. --Lo siento --Aqui tiene--, ladro, cortandolo mientras empujo otra tarjeta en su mano. --Prueba esa Estoy haciendo todo lo posible para no mostrarlo, pero realmente estoy empezando a entrar en panico. Claro, un rechazo puede explicarse como una confusion en el banco, pero ?dos bancos diferentes tienen problemas al mismo tiempo? No es probable. Aun asi, me aferro a la esperanza de que sea algo tonto, porque pensar en la alternativa es demasiado horrible. --?Puedo pagar con la mia si eso ayuda?-- dice Holly, dando un paso adelante. --Sabes lo mucho que odio cuando tratas de cubrirme de todos modos. Miro hacia otro lado, porque la lastima en sus ojos es aun peor que la expresion de emocion en los de Pen. Asi debe ser como se siente cada vez que trato de pagar por ella, ya que es la unica en nuestro grupo que no es de una familia adinerada. Antes de hoy, nunca habia pensado mucho en como eso podria afectarla. --Esta bien. Pagare--. Pen lanza un suspiro exagerado, antes de dar un paso adelante para ir al rescate y entregarle su tarjeta al asistente. El gran problema es que al hacer esto me hace aun menos feliz que dejar que me cubra, pero no tengo otra opcion. --Espero que no la rechacen--, dice entre risas mientras me mira. --Simplemente moriria de verguenza. Deja de ser una desgraciada y solo paga la maldita factura. Trago mis palabras, porque me niego a darle la reaccion que se que quiere. En cambio, retrocedo con Holly y espero mientras Pen arregla la cuenta. Evito encontrar la mirada de Holly, fingiendo escribir un texto. Lo que realmente estoy haciendo es intentar iniciar sesion en mi banco, pero sigue dandome un error no autorizado. Salto cuando Holly apoya su mano en mi espalda. La miro y deslizo el telefono en mi bolsillo. --Estoy seguro de que todo esta bien, V. Asiento y fuerzo una sonrisa de vuelta. --De acuerdo, chicas, estamos todas listas--, declara Penelope con un gesto dramatico de su mano. Sus ojos oscuros se fijan en los mios. --No necesitaras pasar el resto del dia lavando toallas sucias y malolientes--, dice por encima del hombro con una risita. --Aunque hubiera sido divertido verlo. Pongo los ojos en blanco a su espalda. Si lo refriega con mas fuerza, se rompera una una. No importa que le haya pagado los ultimos cincuenta viajes aqui; ella ordenara esto tanto como pueda. Mientras lucho contra las lagrimas, salimos. Respiro profundamente, el aire frio me quema los pulmones. Lo ultimo que quiero es que me vean llorar. --Oh, carino, relajate. Solo juego contigo-- Pen se rie y me abraza. --No seas tan sensible. Ni siquiera tienes que devolverme el dinero. --?Cuarenta y nueve viajes mas y estamos a mano?-- Respondo con una sonrisa falsa. --No sabia que llevabas la cuenta--, murmura, lanzandole una mirada a Holly. --De todos modos, me encantaria pasar el rato y conversar, pero tengo una cita y debo prepararme. Abrazo a las dos y luego camino hacia mi auto, un Fiat Spider rojo de dos asientos que papa me compro cuando me gradue de SCAD. Ir a la universidad era algo en lo que mi abuela habia insistido, aunque no estoy segura de por que, no es como si fuera a necesitar darle uso. Abrochandome el cinturon me dirijo a casa. Intento llamar a papa por el camino, pero no responde. Frunzo el ceno e intento de nuevo, pero todavia no hay respuesta. Esto es raro. Papa siempre responde, incluso si es solo para ladrar en la linea que el esta ocupado con algo mas importante que yo. En realidad, asi es como van las conversaciones. Si no va a contestar el telefono, entonces tendre que ir alli. Treinta minutos despues, al entrar en el largo y extenso camino de entrada que conduce a la mansion de mi padre, se que algo no esta bien. Probablemente sean los diez coches de policia que me estan dando esa impresion. Tampoco son coches de policia ordinarios, estas son furgonetas negras brillantes, del tipo que asocias con persecuciones de alto perfil o grandes operaciones: palabras pronunciadas por alguien que obviamente ha visto demasiado Criminal Minds. Aparco junto a una de las furgonetas y salgo. Mi corazon se acelera mientras avanzo por el camino, tan rapido como mis tacones Christian Louboutin de 4000 dolares me llevan. Los hombres con trajes pululan a mi alrededor, con lo que normalmente estaria muy feliz, pero no hoy, no cuando se que algo esta muy mal. Abriendome paso por la puerta principal, miro a mi alrededor en estado de shock. Hay gente por todos lados. Entran y salen, llevando todo, desde computadoras, a pilas de archivos, hasta una cuadernos y carpetas que reconozco como mias desde mi ultimo ano de secundaria. --Hola--, le digo, entrando en el camino de uno de esos hombres. Se detiene en seco y me mira impaciente. --?Que estas haciendo? --, pregunto. --Seguir ordenes--, replica, frunciendo el ceno. --?Y usted es? --Valentina Rossi--, anuncio, enderezandome al anunciar mi nombre tal como me ensenaron los anos de encanto de la escuela. --Ah-- El mira por encima del hombro y llama a alguien. Una mujer levanta la vista y asiente al verme. Ella camina hacia nosotros y me lleva fuera de la habitacion, hacia la sala formal. --?Senorita Rossi, supongo? Asiento, con la garganta seca. --?Donde esta mi padre? --Ha sido detenido bajo sospecha de fraude. Estamos aqui recolectando cualquier cosa que pueda contener evidencia --, explica. La miro y me rio. No puede hablar en serio, ?verdad? --?Sabes quien es mi padre?-- Pregunto, levantando una ceja. La mujer me mira directamente a los ojos. --Sabemos exactamente quien es el, y es por eso que nos estamos tomando esto tan en serio-- --Entonces, ?te lo llevas todo?--, cuestiono, aun incredula. --?Y sus cuentas?, ?Han sido congeladas tambien? Me sonrojo al darme cuenta de lo superficial que debo sonar. Probablemente piense que soy otro bebe malcriado del fondo fiduciario, que vive del dinero de papa. Bien, entonces ella tendria razon, pero no es mi culpa. Soy un producto de mi educacion. --Sus cuentas no estan congeladas, senorita Rossi. Estan vacias. --?Que quieres decir con vacias?-- gruno --Mis cuentas nunca han estado vacias en mi vida. Tengo un fondo fiduciario… --Tenias un fondo fiduciario--, Corrigio ella. --Tu padre movio todo a un lugar desconocido, y estamos haciendo todo lo posible para tratar de encontrarlo. ?Vacio mi fondo fiduciario? Mi corazon late en mi pecho. El no me haria eso … ?o si? No, tiene que haber algun tipo de explicacion. Probablemente este tratando de protegerme moviendo mi dinero a un lugar seguro. Estoy convencida que hablar con el aclarara todo. --Quiero verlo--, Demando. --?Donde esta el? Ella sacude su cabeza. --Lo siento, no puedes. No hasta que hayamos terminado de recopilar nuestra evidencia-- Se mete la mano en el bolsillo y saca una tarjeta. La tomo y miro, sintiendome entumecida. --Llamame manana. Arreglare que lo veas tan pronto como sea posible. Mientras tanto, lo siento, pero no puedes quedarte aqui. Puedo ayudarte a encontrar un alojamiento alternativo... --Tengo un apartamento--, interrumpo, metiendo la tarjeta en mi bolsillo. --Solo estaba aqui porque …-- Me detuve, dandole una sonrisa tensa. Al menos ahora se por que rechazaron mis tarjetas. --Gracias por tu ayuda. Camino hacia mi auto y entro. Me siento alli por un rato, mirandolos entrar y salir de la casa como abejas obreras. ?Fraude? Sacudo la cabeza. No tiene ningun sentido. Mi padre es muchas cosas, pero no esto. ?O tal vez no conozco a mi padre tan bien como pensaba? Salgo del ascensor de Sorrel Towers hacia el atico que llame hogar durante el ultimo ano. Todo lo que quiero hacer es acurrucarme como una pequena bola en mi cama, pero justo cuando llego a la puerta principal, escucho a alguien toser detras de mi. Me giro y encuentro al administrador del edificio, que sonrie torpemente mientras se pone de pie. --Valentina--, murmura, una gota de sudor cae por su frente. --Lo siento, pero el gerente de contabilidad llamo y me pidio que hable con usted. Parece que su ultimo cheque de alquiler reboto … --?Oh?-- Digo y frunzo el ceno, como si no tuviera idea de por que pudo haber sucedido. -- Bueno. Ire al banco y lo resolvere lo antes posible. El alivio inunda su rostro. --Gracias-- Respira y luego duda, como si estuviera sopesando decir que mas tiene en mente. Levanto las cejas, expectante. --Es solo que… ?esta todo bien? Vi a tu padre en las noticias, y luego, cuando el cheque no paso… --Se interrumpe nuevamente, luciendo avergonzado. Lo miro friamente, inclinando ligeramente la cabeza. --En el ano que he estado viviendo aqui, ?alguna vez he dejado de pagar, Andreas?-- pregunto. Sacude la cabeza, sus mejillas sonrojadas. --Exactamente. Y no tengo la intencion de empezar ahora-- Agrego, y le doy una mirada severa. --Por supuesto. No quise ofenderte --, musita. --Es solo que… estaba preocupado… -- Se rie con inquietud mientras se frota la nuca. Casi siento pena al notar su estado; pareciera que va a desmayarse en cualquier momento. --Si te preocupa como puedo pagar este lugar, deberias calmarte--, le aseguro --Tengo un fondo fiduciario que podria comprar comodamente este edificio y sus inquilinos tambien-- Lo que es mucho teniendo en cuenta que Sorrel Towers alberga a algunas de las elites mas ricas de toda Savannah. Me detengo el tiempo suficiente para deslizar mi llave en la cerradura, luego miro hacia atras y arqueo la frente. --?Hay algo mas?-- Agrego, esperando haber dejado en claro que nuestra conversacion ha terminado. --No, lamento haberle molestado con esto. Que tenga buenas noches, senorita Rossi-- El asiente con la cabeza hacia mi, luego corre a la vuelta de la esquina en direccion a los ascensores. Entro y recuesto mi espalda contra la puerta hasta que se cierra de golpe, luego me deslizo hacia el suelo, abrazando mis piernas contra mi. Esta manana me desperte y fue como cualquier otro dia. ?Como cambio todo tanto en el espacio de unas pocas horas? Mas importante aun, ?como diablos voy a llegar con el dinero del alquiler? No hay forma de que pueda encontrar ese monto de efectivo. Mi estomago se revuelve ante la idea de mudarme, porque amo mi departamento. Ubicado en el corazon del distrito historico, es la definicion de la opulencia y el lujo. Desde la vista de un millon de dolares hasta la banera de hidromasaje en el balcon, es la casa que siempre sone. El precio no fue un factor y mi padre estaba mas que feliz de conseguirlo, como todo lo que le pedia. Supongo que anos de descuidar emocionalmente a tu hija te hacen sentir culpa. Respiro lentamente, tratando de detener el ataque de panico que se que se avecina. Todo estara bien. Solo necesito sobrevivir hasta que mi padre resuelva esto. Me rio de lo ingenua que soy. ?Como puede estar bien? El unico dinero que tengo esta en ese fondo fiduciario, que aparentemente ahora esta vacio. Cuando quitas eso de la ecuacion, mi valor total asciende a la friolera de diez dolares. Conseguir un trabajo no tiene sentido, porque ni siquiera cubriria mi renta, y mucho menos mis otros gastos. Demonios, incluso diez trabajos no estarian cerca de sacarme de este lio. ?Que diablos voy a hacer?

  • Amor Adolescente de Marta Escudero

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    El Chico Perfecto: Romance Juvenil con su Companero de Universidad
    Soy el ejemplo perfecto de la marginada de clase. Timida, estudiosa, obediente y totalmente centrada en mis estudios. No bebo, no salgo de fiesta, no creo problemas. O al menos, asi era hasta que conoci a Marcos, el chico mas atractivo, sinverguenza y aventurero que te puedas echar a la cara.
    Acababa de empezar en la facultad de medicina, sin relacionarme con nadie, hasta que el se acerco a mi. Intente evitar sonrojarme, y ser educada, pero Marcos tenia claro que queria sacudir mi mundo. Y lo hizo, rompiendo mi caparazon y ensenandome su vida, su realidad, su mundo, sumergiendome en una aventura para la que no estaba preparada, pero que, aun asi, me cambiaria para siempre.
    El problema era que comence a enamorarme de el. A pesar de mis diecinueve anos me sentia como una quinceanera. Lo deseaba con locura, pensaba todo el dia en el, y hasta sonaba con el. Solo queria que me besase.

  • Excalibur (Britannia. Libro 1), Javier Pelegrin de Ana Alonso , Javier Pelegrin

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  • Caso cerrado. asesinato en Amsterdam de Anja De Jager

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    Ambientada en Amsterdam, la novela presenta a Lotte Meerman, una detective recuperandose de la devastacion emocional de su investigacion previa. Un aviso lleva a Lotte a un caso de asesinato no resuelto de diez anos en el que su padre era el detective principal. Cuando descubre irregularidades en torno a la investigacion original que lo hacen sospechoso, decide cubrirlo. Ella no le cuenta a su jefe sobre la conexion familiar y pone en peligro su carrera al ocultar evidencia. Ahora tiene que encontrar al verdadero asesino antes de que se descubran sus actos, de lo contrario su padre ira a la carcel y ella perdera su trabajo, la unica cosa en la vida de la que todavia se enorgullece. . .

  • Demuestrame que me quieres de Sophie Saint Rose

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    Denise lleva tres anos enamorada de su jefe, entregandose a su trabajo e intentando ser la secretaria perfecta para el. Pero al fin se ha dado cuenta de que Cameron no la apreciara nunca y todo tiene un limite. Harta de que no la respetara como merecia, decidio que era hora de cambiar y habia llegado el momento. Pero su psicotico jefe habia perdido la cabeza y ahora se negaba a que le abandonara. ?Debia sentirse halagada o salir corriendo? Ella se inclinaba por lo segundo.

  • Las dos muertes de Mozart de Joseph Gelinek

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    Joseph Gelinek regresa con su thriller historico mas ambicioso hasta el momento en torno a una de las figuras mas importantes e influyentes de la historia de la musica: Wolfgang Amadeus Mozart.

  • Lo que crees es mentira (Las doce puertas 4) de Vicente Raga

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    Dos historias narradas en paralelo. La primera trascurre en los principios del tribunal de la inquisicion de Valencia, donde es protagonista destacado el humanista Luis Vives y sus secretos. Todos los personajes existieron en su epoca y todos los hechos narrados se corresponden con la realidad historica. La segunda historia es protagonizada por un grupo de amigos en actualidad, que descubren que el misterio que creian resuelto, en realidad no ha hecho mas que comenzar.

  • Manual de la buena vida de Luis Racionero Grau

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    Un sabio de nuestro tiempo. Un gourmet. Un recalcitrante amador casado seis veces. Un viajero curioso. Un inquieto buscador de lo espiritual. ?Por favor, senor Racionero, nos podria dar las claves de una buena vida, de su buena vida, atendiendo mas a lo material que a lo espiritual? A esta pregunta responde esta obra que destila los mas sabios consejos para ser feliz y resume lo mejor de una vida intensa.

  • ?Amor o Venganza? de Cristina Gl

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    Segunda entrega de ?Amor o Amo? El desenlace que te hara sonar, enamorarte y vivir un amor como nunca antes. Os invito a adentraros en un mundo de seduccion donde no podras salir ?Te atreves?