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Roser A. Ochoa
Noviembre del 2019, la humanidad habia vuelto a dar un paso al frente en su lucha para erradicar esa plaga que crecia poco a poco, pero que, en algun momento, podria terminar siendo un peligroso enemigo de la humanidad: los vampiros. Un grupo de cientificos elegidos, despues de muchas discusiones y con suma meticulosidad por parte de los gobernantes de los principales paises, habian unido fuerzas para desarrollar el arma definitiva contra esos seres <
> que tenian amenazada la poblacion sin que esta, tan siquiera, fuese consciente del peligro con el que convivia a diario. El lema de <> reverberaba en la cabeza de esos poderosos dirigentes en el momento en que dieron luz verde a la propagacion de ese virus, ?que podia salir mal? El primer humano afectado de Covid-19 murio poco tiempo despues. La alarma estallo y de pronto todo se precipito hacia un desenlace para nada esperado. Los dirigentes de esos mismos paises intentaron, por todos los medios posibles, frenar el avance de ese feroz e invisible enemigo que poco a poco diezmaba su poblacion, hasta llegar a un punto de inflexion y de pronto, esos fuertes lideres mundiales, simplemente se rindieron. Esa noticia afecto de distintos modos a esos otros habitantes del planeta Tierra, algunos reian de la estupidez humana, sin embargo, otros estaban preocupados por el desarrollo de los acontecimientos, hasta el punto de que marzo del 2020 supuso ese momento que pasaria a los anales de la historia como el punto de inflexion en el que los vampiros se vieron en la dificil situacion de decidir si salvar a la humanidad o quedarse de brazos cruzados viendo como esta se extinguia. Esa manana los primeros rayos de sol descubrieron a Johan abrazado al cuerpo de Sora, que dormitaba de manera placida, respirando de forma tranquila y acompasada. --?No ha sonado el despertador? --pregunto la chica, entreabriendo los ojos. --Si --confirmo Johan--, pero estabas tan cansada que lo he apagado. --Hoy es el dia. --Sora no pudo evitar cierto tono de preocupacion. --Lo es --solto en un soplido Johan, saliendo de la cama--. Voy a irme en un rato... solo queria verte despertar. --Sonrio el. --Te quiero --dijo Sora desde la cama, sin apartar la mirada de el mientras empezaba a vestirse--, te quiero mucho --repitio, sin poder evitar que los nervios rompieran su voz. --Voy a lograrlo --afirmo el chico, volviendo a gatas por encima del colchon para poder abrazarla--. No te va a pasar nada, ?me oyes? Voy a convencerlos... --Ellos odian a los humanos, y con la sangre sintetica ya no os hacemos falta... --Sora --dijo Johan agarrandola por las mejillas para alzar su rostro--. Siempre has confiado en mi, no pierdas la esperanza--. ?Cuando te he fallado? --Nunca --confirmo Sora, abrazandose al frio cuerpo de su pareja. Siempre habia confiado en Johan, una confianza ciega y sin reservas. Desde el momento en que se habia enamorado de un vampiro su vida habia sido un caos tremendo, y ahora que parecia que todo iba a salir bien entre ellos, despues de tantas vicisitudes, pasaba eso. Sora no pudo evitar estremecerse, y no supo discernir si por sus pensamientos o por el tacto mortecino de su amante. Si alguien podia salvar a la poblacion mundial ese era Johan, pues aun siendo vampiro era mucho mas humano que muchos otros. Cuando el chico salio del apartamento, se dio cuenta de que el estado de la ciudad era desolador, las calles vacias, el ambiente triste, el miedo que se condensaba a su alrededor... El Gobierno, en un ultimo intento de salvar a la poblacion, los habia instado a quedarse confinados en casa, una medida poco popular aunque hasta la fecha, bastante efectiva. Aunque Johan se preguntaba cuanto durarian intactos los animos en la poblacion. Cogio el coche y arranco, intentaria llegar todo lo lejos que pudiera como un humano normal, el resto del camino, de ser necesario, lo realizaria usando otras formulas. Dos dias despues diviso por fin su destino. Esa manana Sora desperto sola en la cama, que sentia grande y vacia sin Johan al lado, lo extranaba como jamas penso que anoraria a alguien. Desde que se habian conocido su vida habia dado un vuelco, todo en lo que creia y todo en lo que no creia se habia mezclado y agitado, y le habia explotado, casi de manera literal, en la cara. Sonrio al pensar en esas primeras citas y en cuando descubrio toda la verdad del chico del que ya estaba irremediablemente enamorada. Estar sin el era duro, sin embargo, confiaba en ese hombre mas que en cualquier otra persona en el mundo. Se ducho sin prisas, desayuno ojeando la prensa internacional en el movil y se vistio mientras en los telediarios se dedicaban a mostrar y tergiversar datos y estadisticas, numeros y nada mas que numeros, las cifras era importantes, las personas ya no. Cuando salio de casa la sorprendio una pequena caja con una envoltura de plastico perfecta sobre su felpudo, al agacharse a recogerla escucho pasos de la puerta de enfrente. --!Son galletas! --grito la vecina para dejarse escuchar a traves de la madera--. Que tengas una buena guardia Sora. --Gracias --dijo ella conmovida. --!Buena jornada, Sora! --Se escucho desde otro de los pisos. --!Animo! --dijo otro de los vecinos. --Venga, Sora, !todos estamos contigo! --dijo una voz un par de plantas mas abajo. --Muchas gracias, vecinos --exclamo la chica con un nudo en la garganta. Cuando salio a la calle la ciudad tenia el mismo aspecto desolado de las ultimas semanas, sin embargo, sentia un intenso calor en su interior que la reconfortaba y llenaba de renovadas fuerzas. Llego al hospital aun con el corazon agitado, feliz y con ganas de empezar la jornada. Tenia todas sus energias reservadas para esas maratonianas guardias y daria lo mejor de si misma un dia mas. --Siempre sonries --dijo una companera al pasar por su lado. --Por supuesto --afirmo con conviccion. --Me gustaria poder ser tan positiva como lo eres tu --lamento la chica, con cara de cansada. Sora solto un suspiro y no pudo evitar pensar en Johan, lo echaba muchisimo de menos, con el al lado era mas facil sonreir, esperaba que consiguiera su objetivo. ?Podia un vampiro tener dolor de cabeza? Seguramente solo fuera en su imaginacion, no obstante la sensacion de presion intracraneal era bastante real. Ya llevaban discutiendo cinco dias y estaba claro que el consenso todavia quedaba lejos. --?Por que deberiamos ayudarlos? --dijo Saul, uno de los lideres de mas antiguedad--. No debemos olvidar que son ellos los que han intentado matarnos --sentencio cargado de razon, a lo que la audiencia ahi presente vitoreo. --?Debemos dejarlos morir entonces? --inquirio Viktor, el vampiro europeo mas longevo de todos. Puede que su ascendencia eslava y el frio de sus tierras hubieran obrado tal milagro en el. --!Deberiamos! --exclamo un joven en representacion de una de las facciones americanas. --Todos estamos movidos por el odio y por el rencor pero, creo que deberiamos meditar bien nuestros actos, pues de ellos va a depender no solo el futuro de la humanidad, sino en gran parte el nuestro propio --sentencio el representante africano. --Nuestra raza y la raza humana siempre han estado entrelazadas y jamas ha existido una sin la otra --argumento Viktor, con su siempre calmada voz. Eran obvias las reticencias de muchos a tender una mano amiga a esos seres a los cuales siempre habian considerado inferiores, mero producto de consumo. Sin embargo, las implicaciones del exterminio de los humanos era algo imposible de calcular, era imposible predecir los efectos a corto, medio y largo plazo de la extincion humana, y por mas animadversion que sintieran por esa raza, estaba claro que, en el fondo, todos sabian que no podian simplemente dejarlos morir. --Ellos han creado ese virus solo para matarnos --siguio Saul--. Ellos no han mostrado ningun tipo de consideracion hacia nuestra especie, ni tan siquiera se plantearon que ocurriria sin nosotros, al igual que nosotros estamos pensando en ellos. --?Eso significa que si ellos actuan de forma estupida nosotros debemos hacerlo tambien? --se atrevio a apostillar Johan, el cual llevaba un rato callado. --Llevamos habitando el planeta por un largo tiempo --dijo de nuevo Viktor--, sabemos que la inteligencia de los humanos es escasa y limitada, son incapaces de pensar en nada mas alla de los pocos anos que duran sus cortas vidas y, precisamente por eso, deberiamos ser nosotros quienes velemos por ese futuro que ellos son incapaces de alcanzar a ver. --Buen punto, Viktor --concedio a reganadientes Saul--. ?Johan...? --?Es serio vamos a escucharlo a el? --bramo otro de los americanos--. ?Acaso no es un traidor al enamorarse de una humana? --Jamas pense que mis relaciones personales empanaran mi dilatada experiencia y todos mis estudios... --Bla, bla, bla --respondio el hombre. --Muy maduro --reprendio otro.
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