• armonia somers - Armonia Somers

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    Que nadie se sienta incapaz de leer esta novela. Al reves, que todo el mundo se atreva a acercarse a ella. Saldriamos ganando. Siempre he odiado los prologos y tambien esas pequenas introducciones de diez o quince minutos a cargo de los criticos con las que se presenta en la television la emision de determinadas peliculas. Considero que la buena ficcion, tanto literaria como audiovisual, merece que nos adentremos en el universo que recrea completamente desarmados, como si se tratara de un sueno en el que nos reconocieramos de pronto, sin proteccion ni antecedentes, al habernos quedado dormidos. Esa es la unica manera de que el mensaje de la obra impacte en nosotros y nos hiera, para devolvernos despues a la realidad que habitamos minimamente transformados. Pocas cosas hay mas valientes que enfrentarnos a la mentira sin armadura. Asi que bienvenidos a este sueno, el que en La mujer desnuda, publicada por primera vez en 1950, Armonia Somers (Uruguay, 1914-1994) describe para el lector; un viaje a medio camino entre el erotismo y el terror, tanto el uno como el otro nada maniqueos, mimbres de un ejercicio que no persigue ensenar, sino descubrir, y que para ello impone una condicion no negociable: la supresion de todos los filtros de percepcion adquiridos. Rebeca Linke acaba de cumplir treinta anos y, para celebrarlo e interrogarse acerca de lo que el acontecimiento supone, decide pasar la noche en una finca que linda con un inmenso y oscuro bosque. Alli, nada mas llegar y ante la dificultad para conciliar el sueno, mientras contempla el paisaje nocturno a traves del estor que ciega a medias la ventana de su habitacion, decide cortarse la cabeza y, tras colocarsela de nuevo sobre los hombros, aventurarse desnuda al exterior. Este es el planteamiento de partida de una historia cimentada sobre tres conceptos que adquieren entre sus paginas la categoria de simbolos: la cabeza, el cuerpo y el bosque; tres estrellas brillantes que, como los mechones bien cepillados de una trenza, Somers entreteje con un notable sentido del ritmo y una interesante influencia de su tiempo --la lectura nos remitira desde el inicio al estilo onirico de los relatos de Clarice Lispector y a El bosque de la noche (1936), de Djuna Barnes, pero tambien a la crudeza del cine mas experimental de Bunuel, que tiene su maximo exponente en El perro andaluz (1929), y al terror que William Hope Hodgson supo ligar como nadie a las formas y colores de la naturaleza en La casa del confin de la tierra (1908). Empecemos por la cabeza y esa decapitacion casi involuntaria, mas instintiva que consciente, y al fin y al cabo reversible, sin la que Rebeca no hubiera podido comenzar su periplo. ?Que significa? ?No representa acaso una especie de bautismo, el rito con el que Armonia Somers le regala a su personaje --y por extension a su mirada de autora y a la nuestra de indiscretos voyeurs -- un nuevo principio limpio de connotaciones y experiencias previas? Y es que esa es, sin duda, una de las pretensiones mas loables de La mujer desnuda, su ansia de <>, de vaciar nuestro cerebro (y no hay manera mas grafica de hacerlo que la decapitacion) para permitir luego, al recuperarlo, que lo previamente percibido nos impresione otra vez, desintoxicado del conocimiento anterior y el prejuicio, incluido el propio cuerpo, como le sucede a Rebeca al reencontrarse con el tras la traumatica y reparada amputacion: <>. Encierran las primeras paginas de la novela de Somers un interes por dejar en la puerta de la ficcion, sin permiso para participar de la misma, todo atisbo de convencion social, porque esa es la unica estrategia para liberar al lector de las ataduras morales, los miedos y la culpa y regalarle la historia como un campo de pruebas donde experimentar sin autocensurarse interpretaciones no previstas, en este caso sobre el sexo, el odio y las fronteras del deseo no solo fisico, sino tambien mental. Es en este punto de la narracion cuando el cuerpo entra en escena, la figura desnuda y libre de Rebeca Linke se adentra en el bosque y se convierte en una provocacion para todo aquel que se cruza en su camino y, a diferencia de la mirada de la protagonista y de nuestra propia mirada, no ha sido bendecido con la bula de la autora para percibir la humanidad sin tamiz. Ante estos perfiles encadenados a la realidad, construida con un peso de milenios, Rebeca se rebela y adopta una actitud que interpela y provoca, que desafia: <>. ?Por que nos cuesta aceptar a quien, a pesar de no hacer dano a nadie, se niega a actuar segun unas reglas a menudo incomprensibles, asumidas simplemente por la costumbre y la conveniencia de la imitacion? El cuerpo de Rebeca es un grito; un grito en el siglo XXI, desde el que leemos la novela, y un grito aun mas fuerte en el ecuador del siglo XX, momento en el que el texto se publico para, con o sin intencion, reivindicar la identidad fisica de la mujer y combatir la tendencia a ocultar y condenar la belleza ante el temor de las sensaciones que suscita; un gran error. Armonia Somers nos dice en La mujer desnuda que no hay mas que un modo de alcanzar el equilibrio emocional, cierta felicidad, si es que esta existe; y es partiendo de la incomodidad e interrogandonos acerca de las pulsiones que acentua en nuestro interior la presencia absoluta del otro. En este sentido, hombres y mujeres somos victimas, y la novela va un paso mas alla del feminismo para situarse en un plano de denuncia universal y proponer una liberacion del pensamiento que, aunque preso durante mas de mil anos, tiene el poder de desprenderse de las cadenas en un segundo si, como en un conjuro, damos con las palabras adecuadas, por que no, magicas: <>. Como el aceite en el agua, como un revulsivo, asi es como el cuerpo de Rebeca, que ademas de tentar experimentara el frio de la amenaza a cada paso, se introduce en el bosque, que es el mundo y nuestra ultima estrella. Alli, donde todos los personajes son el mismo, el lenador y su mujer, los gemelos y el cura, el aficionado a las intrigas y el misterio, y el caballo..., alli es donde habitamos, inmersos en la oscuridad. El bosque es nuestro entorno, nuestra conciencia dormida, un lugar que carece de sentido si no estamos dispuestos a convertirlo en escenario de la batalla. Porque el conocimiento es una guerra continua.

  • Armonía Somers: Libros - Amazon.es

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    Cuentos completos: 313 (Voces / Literatura) · De miedo en miedo: Los manuscritos del río · La mujer desnuda (TRAMPA) · The Naked Woman · El derrumbamiento: 29 ( ...

  • Cuentos completos, de Armonía Somers - Editorial ...

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    En 1953, la publicación de su primer libro de cuentos, El derrumbamiento, le granjea comentarios adversos de críticos locales como Mario Benedetti (quien varios ...

  • Todos los libros del autor Somers Armonia

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    13 títulos para "Somers Armonia" · Cuentos completos · De miedo en miedo · La mujer desnuda · El derrumbamiento · VIAJE AL CORAZON DEL DIA · Mujer desnuda, La · Un ...

  • CUENTOS COMPLETOS | ARMONIA SOMERS | Casa del Libro

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  • ARMONIA SOMERS | Casa del Libro

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    Armonia Somers. En los cinco relatos que componen este volumen -escritos por una autora uruguaya del siglo XX tan audaz, moderna y radical como injustamente ...

  • Los cuentos de Armonía Somers y otros libros de la semana

    https://elpais.com/babelia/2021-08-07/los-cuentos-de-armonia-somers-y-otros-libros-de-la-semana.html

    6 ago 2021 — Los críticos de 'Babelia' reseñan, además de la nueva publicación sobre la escritora uruguaya, títulos de Mario Cuenca Sandoval, ...

  • Armonía Somers - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Armon%C3%ADa_Somers

    Libros — En 1986 la Intendencia de Montevideo le otorga el Primer Premio del Concurso Literario Municipal por el libro Sólo los elefantes encuentran ...

  • Armonía Somers, con mucho cuento - El Español

    https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20210803/armonia-somers-cuento/601441458_0.html

    3 ago 2021 — Un libro reúne todos los relatos de la escritora uruguaya, que desafió a la sociedad de 1950 al publicar la novela erótica 'La mujer ...

  • Cuentos completos - Armonia Somers -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a8573230/Armonia-Somers-Cuentos-completos

    7 jul 2021 — Cuentos completos, libro o eBook de Armonia Somers. Editorial: Paginas de espuma. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Selección Narrativa Armonia Somers y opinión | Fnac

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    Encuentra todos los productos Armonia Somers al mejor precio en FNAC. ... Armonia Somers - Normal en español (Libro) Publicado en 07/2021. Oferta especial.

  • La desaparicion de Josef Mengele de Olivier Guez

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    El North King surca el agua cenagosa del rio. Los pasajeros, que han subido a cubierta, escrutan el horizonte desde el amanecer, y ahora que las gruas de los astilleros y la linea roja de los tinglados perforan la bruma, unos alemanes entonan un canto militar, unos italianos se persignan y unos judios rezan, pese a la llovizna, unas parejas se besan, el transatlantico arriba a Buenos Aires tras una travesia de tres semanas. Solo en la borda, Helmut Gregor cavila. Esperaba que acudiera a buscarlo una lancha de la policia y asi evitar los incordios de la aduana. En Genova, donde ha embarcado, Gregor ha suplicado a Kurt que le haga ese favor, se ha presentado como un cientifico, un genetista de altos vuelos, y le ha ofrecido dinero (Gregor tiene mucho dinero), pero el intermediario se ha zafado sonriendo: los favores de esa indole se reservan para los peces gordos, para los dignatarios del antiguo regimen, raramente para un capitan de las SS. Aun asi, enviara un cable a Buenos Aires, Gregor puede contar con el. Kurt se embolso los marcos pero la lancha no ha aparecido. De modo que Gregor aguarda en el gigantesco vestibulo de la aduana argentina con los demas emigrantes. Sostiene con firmeza dos maletas, una grande y otra pequena, y observa a su alrededor a la Europa del exilio, las largas filas de personas anonimas, elegantes o desalinadas, de las que se ha mantenido apartado durante la travesia. Gregor ha preferido contemplar el oceano y las estrellas o leer poesia alemana en su camarote; ha pasado revista a los ultimos cuatro anos de su vida, desde que abandono Polonia a la desesperada en enero de 1945 y se diluyo en la Wehrmacht para escapar de las garras del Ejercito Rojo: su internamiento durante unas semanas en un campo norteamericano de prisioneros, su liberacion gracias a su documentacion falsa a nombre de Fritz Ullmann, su escondite en una florida granja de Baviera, no lejos de Gunzburg, su ciudad natal, donde corto heno y selecciono patatas durante tres anos haciendose llamar Fritz Hollmann, despues su huida en Semana Santa, dos meses atras, la travesia de las Dolomitas por caminos sembrados de contrabandistas, la llegada a Italia, a Tirol del Sur, o Alto Adigio, donde paso a ser Helmut Gregor, a Genova por fin, donde el bribon de Kurt le facilito las gestiones ante las autoridades italianas y la emigracion argentina. 2 El fugitivo tiende al funcionario de aduanas un documento de viaje de la Cruz Roja Internacional, una autorizacion de desembarco y un visado de entrada: Helmut Gregor, 1,74 metros de altura, ojos castano verdoso, nacido el 16 de agosto de 1911 en Termeno, o Tramin en aleman, municipio de Tirol del Sur, ciudadano aleman de nacionalidad italiana, catolico, mecanico de profesion. Direccion de Buenos Aires: calle Arenales 2460, barrio de Florida, c/o Gerard Malbranc. El aduanero inspecciona su equipaje, la ropa meticulosamente doblada, el retrato de una mujer rubia de rasgos delicados, libros y algunos discos de opera, y hace una mueca al descubrir el contenido de la maleta pequena: jeringuillas hipodermicas, cuadernos de anotaciones y dibujos anatomicos, muestras de sangre y de celulas: un poco extrano para un mecanico. Llama al medico del puerto. Gregor se estremece. Ha corrido riesgos descabellados para conservar el maletin comprometedor, fruto inestimable de anos y anos de investigaciones, toda su vida, que se llevo consigo cuando abandono precipitadamente su puesto en Polonia. Si los sovieticos lo hubieran capturado en posesion de aquello, lo habrian ejecutado sin mediar juicio alguno. De camino hacia el oeste, en la primavera de 1945 de la gran debacle alemana, se lo confio a una enfermera comprensiva, con la que se reunio posteriormente en el este de Alemania, en zona sovietica, un periplo demencial tras su liberacion del campo estadounidense y tres semanas de viaje. Despues se la traspaso a Hans Sedlmeier, su amigo de la infancia y hombre de confianza de su padre, industrial de profesion; Sedlmeier, con quien se vio regularmente en los bosques que rodeaban la granja donde se enterro durante tres anos. Gregor no habria abandonado Europa sin su maletin: Sedlmeier se lo devolvio antes de su marcha a Italia con un grueso sobre lleno de dinero, y ahora un estupido de unas mugrientas lo esta echando todo por la borda, piensa Gregor, mientras el medico del puerto inspecciona las muestras y las anotaciones hechas con apretada letra gotica. Como el medico no entiende nada, interroga a Gregor en espanol y este le contesta en aleman; el mecanico le habla de su vocacion de biologo aficionado. Los dos se miden con la mirada y el medico, que tiene ganas de irse a comer, con un gesto le indica al aduanero que puede dejarlo pasar. Aquel 22 de junio de 1949, Helmut Gregor ha alcanzado el santuario argentino. 3 En Genova, Kurt le habia prometido que en el puerto lo esperaria un medico aleman que lo conduciria a casa de Malbranc, pero el intermediario ha vuelto a enganarlo. Gregor da mil vueltas bajo la lluvia, tal vez su contacto ha pillado un atasco. Escruta los muelles, el trajin de los estibadores, las familias reunidas que se eclipsan sonriendo, las pilas de cuero y los fardos de lana de las zonas de los cargueros. Ningun medico aleman a la vista. Gregor consulta su reloj, gime la sirena de un barco frigorifico, Gregor, angustiado, duda en correr a casa de Malbranc, pero decide esperar, es mas prudente. Pronto es uno de los ultimos pasajeros del North King, que sigue en el muelle. Dos calabreses cargados como mulas le proponen compartir un taxi. Gregor se sorprende yendose con los piojosos; ese primer dia en tierra sudamericana no le apetece quedarse solo, y, ademas, no tiene adonde ir. 4 En el hotel Palermo, comparte una habitacion sin lavabo ni servicios con sus acompanantes, que se burlan de el: Gregor, el tiroles del sur, no sabe ni una palabra de italiano. Maldice su eleccion, pero asume la situacion en que se halla, acepta unas lonchas de salchichon con ajo y se duerme exhausto, con el maletin fuertemente encajado entre la pared y el, a salvo de la codicia de los dos hombres. A la manana siguiente, esta al pie del canon. En casa de Malbranc, nadie contesta al telefono: sube a un taxi, deja el maletin en la consigna de la estacion de tren y se dirige a una calle tranquila del barrio de Florida. Gregor llama a la puerta de una espaciosa villa de estilo neocolonial. Regresa al cabo de una hora, llama de nuevo a la puerta, despues telefonea tres veces, en vano, desde el cafe en que ha buscado refugio. Antes de abandonar Genova, Kurt le ha facilitado un segundo contacto en Buenos Aires: Friedrich Schlottmann, un hombre de negocios aleman, dueno de una floreciente empresa textil. En 1947, Schlottmann financio la exfiltracion de aviadores e ingenieros del ejercito del aire aleman, via los paises escandinavos. <>, le dijo Kurt. Al llegar a la oficina central de la Sedalana, Gregor exige ver a Schlottmann, pero este va a estar toda la semana de vacaciones. Ante su insistencia, una secretaria lo conduce ante un responsable de recursos humanos, un germano argentino con traje cruzado cuya pinta le desagrada de inmediato. Gregor es candidato a un puesto de gerente, pero, en vez de eso, el joven de pelo aceitoso le ofrece un trabajo de obrero <>: cepillar la lana que llega a diario de Patagonia; es lo que suele darseles a los camaradas recien llegados. Gregor tuerce el gesto, podria saltar a la garganta de aquel mequetrefe. ?El, un hijo de buena familia, con dos doctorados, uno en antropologia y otro en medicina, ponerse a frotar, a friccionar tonsuras de corderos en compania de indios y extranjeros, inmerso en los efluvios de productos toxicos, diez horas al dia, en un suburbio de Buenos Aires? Gregor sale dando un portazo del despacho del empleado y jura retorcerle el pescuezo a Kurt cuando regrese a Europa. 5 Gregor analiza la situacion mientras se toma a sorbos una naranjada. Encontrar un trabajo, aprender cien palabras de espanol cada dia, echarle el guante a Malbranc, un exagente de la red Bolivar de la Abwehr, los servicios de inteligencia nazis; sobrellevar la situacion con paciencia permaneciendo con los dos calabreses aunque podria permitirse un buen hotel. No entiende el dialecto de los meridionales, solo que son veteranos fascistas de la conquista de Abisinia. Unos soldados no lo traicionaran, asi que mejor mantener un perfil bajo y sus preciadas divisas, el futuro es incierto, Gregor nunca ha sido temerario. Avellaneda, La Boca, Monserrat, Congreso…, ante un mapa desplegado, se familiariza con la topografia de Buenos Aires y se siente diminuto ante el damero, insignificante como una pulga, el, que hasta hace poco tenia aterrorizado a todo un Reich. Gregor piensa en otro damero, barracones, camaras de gas, crematorios, vias ferreas, donde paso sus mejores anos como ingeniero de la raza, una ciudad prohibida sumida en el olor acre de carne y pelo socarrados y rodeada de torretas y alambre de espino. En moto, en bicicleta y en coche, circulaba entre las sombras sin rostro, infatigable dandi canibal, botas, guantes y uniforme deslumbrantes, gorra levemente inclinada. Cruzar su mirada y dirigirle la palabra estaba prohibido; sus propios camaradas de la Orden Negra le temian. En la rampa donde se clasificaba a los judios de Europa, ellos estaban borrachos, pero el permanecia sobrio y silbaba entre dientes compases de Tosca con una sonrisa. No abandonarse nunca a un sentimiento humano. La piedad es una debilidad: con un movimiento del fino baston, el omnipotente sellaba la suerte de sus victimas, a la izquierda la muerte inmediata, las camaras de gas, a la derecha la muerte lenta, los trabajos forzados o su laboratorio, el mayor del mundo, que el alimentaba con <> (enanos, gigantes, tullidos, gemelos) con la llegada diaria de los convoyes. Inyectar, medir, sangrar; descuartizar, asesinar, practicar autopsias: a su disposicion, un zoo de ninos cobayas con el fin de desvelar los secretos de la gemelaridad, de producir superhombres y de acrecentar la fecundidad de las alemanas para poblar algun dia con campesinos soldados los territorios del Este arrancados a los eslavos y defender la raza nordica. Guardian de la pureza de la raza y alquimista del hombre nuevo: despues de la guerra le esperaban una formidable carrera universitaria y el reconocimiento del Reich victorioso. Sangre para el suelo, su demencial ambicion, el gran proyecto de Heinrich Himmler, su jefe supremo. Auschwitz, mayo de 1943-enero de 1945. Gregor es el Angel de la Muerte, el doctor Josef Mengele. 6 Bruma, lluvias violentas, el invierno austral se apodera de Buenos Aires y Gregor, tumbado en la cama, se deprime, esta resfriado. Observa la carrera de una cucaracha surgida de un conducto de ventilacion y se estremece bajo las mantas. No se habia sentido tan indispuesto desde el otono de 1944. Los sovieticos se lanzaban al asalto de Europa Central: el sabia que la guerra estaba perdida y no lograba conciliar el sueno, agotado por los nervios. Logro levantar cabeza gracias a su mujer, Irene. Durante el verano ella se presento en Auschwitz y le mostro las primeras fotos de su hijo, Rolf, nacido unos meses antes, y pasaron unas semanas idilicas. Pese a su ingente tarea tras la llegada de cuatrocientos cuarenta mil judios hungaros, vivieron una segunda luna de miel. Las camaras de gas funcionaban a pleno rendimiento; Irene y Josef se banaban en el Sola. Los SS quemaban a hombres, mujeres y ninos en los fosos; Irene y Josef recogian arandanos con los que ella preparaba confituras. Las llamas brotaban de los crematorios; Irene le chupaba el pene a Josef y Josef poseia a Irene. En menos de ocho semanas fueron exterminados mas de trescientos veinte mil judios hungaros. Cuando a comienzos de otono Josef habia amenazado con venirse abajo, Irene permanecio a su lado. Se habian mudado a un nuevo barracon equipado con banera y cocina, y tenian testigos de Jehova a su servicio. Gregor mira el retrato de Irene colocado en la mesita de noche, una foto de 1936, el ano en que se conocieron, en Leipzig. El trabajaba en el hospital universitario, ella estaba de paso, estudiaba historia del arte en Florencia. Un flechazo: la joven tenia diecinueve anos, el cabello rubio y el cuerpo delgado, el porte de una Venus de Cranach, su ideal femenino. Gregor tose y se acuerda de Irene, con un vestido de verano, colgada de su brazo en el Jardin Ingles de Munich; de Irene embobada en el cupe Opel corriendo por las autopistas del Reich el dia de su boda, en visperas de la guerra. Y Gregor se subleva al contemplar por milesima vez los labios finos de su esposa en la fotografia. Se nego a acompanarlo a Argentina con su hijito, a llevar una vida de fugitiva allende el oceano. Mengele figura en la lista estadounidense de criminales de guerra y su nombre ha salido a relucir en varios juicios.

  • La Legion. (Todos mis demonios 5), Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Con un proyecto de futuro entre sus manos, Eliza y Vicente se enfrentan a la realidad que parece no querer darles respiro.
    Milenios de enfrentamientos convergen en una situacion imposible de esquivar.
    La Tierra se ha convertido en el campo de guerra de demonios y angeles, y determinar quien es amigo y quien enemigo siquiera es tan simple como descubrir la verdad.
    Acompana a tus demonios y angeles favoritos es este ultimo tramo de su camino hacia el fin de la historia que dejo tu alma marcada.
    Amor, coraje, amistad, sacrificio. Nuestros personajes daran todo de si en “La Legion” el quinto y ultimo libro de la saga “Todos mis demonios”.

  • El latido del deseo (Deseo Eire 3 parte 1) de Delora L. Pereniguez

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    Enzo ha decidido exiliarse en la isla Williams. No quiere ver a nadie. Para el nada tiene sentido sin Adara. La oscuridad ha reinado sobre la luz. Y su corazon se fue con Adara cuando murio tragicamente el dia de la boda. Lloro sobre su tumba y se quedo con ella durante horas bajo la lluvia. No aceptaba su muerte, haberla perdido para siempre.
    Pero una ayuda inesperada, caida del cielo, lo ayudara a descubrir la verdad y a desterrar el dolor que lo esta consumiendo.
    El mayor error que cometio Enzo, fue confiar que su mayor enemigo no haria nada contra el. Pero le ataco en su punto mas debil. No solo destrozo el dia mas importante de sus vidas, sino que, con un plan maquiavelicamente elaborado hizo pasar por muerta a Adara el dia de la boda para llevarsela.

  • El aleteo de las mariposas. Mi historia con Ene de Luna Bradley

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    Mi historia comienza como la de la mayoria de las chicas, al llegar a la pubertad, cuando tus hormonas desestabilizan tu cuerpo y te empiezan a crecer los senos a veces mas a veces menos que a otras, cuando un dia estas jugando munecas pero al otro ves a un chico y sientes mariposas en el estomago. Mi infancia fue relativamente normal, crecer en el seno de una familia numerosa donde tus primos mas bien son tus hermanos y en donde cada uno se preocupa del bienestar de los suyos te ayuda, la familia tipica mexicana, donde todos los sabados habia reunion en casa de un tio o en casa de los abuelos. Recuerdo el dia que conoci a Samuel, llegue justo cuando el prefecto de la escuela estaba cerrando la reja, yo corria desesperada porque ese dia presentaba el examen final de algebra, al cruzar corriendo el porton no pude detenerme porque la mochila se me fue de lado y me estaba yendo de bruces cuando senti unas manos deteniendo mi caida. Levante la mirada avergonzada, en ese momento creyendo que quien detuvo mi caida era Victor el prefecto, fue entonces cuando al alzar la cara me encontre con esos ojos color miel que me hicieron sentir las mentadas mariposas en el estomago de las que mis amigas y mi prima quien es tambien mi mejor amiga Luz siempre hablaban. Literalmente me quede sin habla ya que cuando el me pregunto -?Te encuentras bien?- Yo no pude articular palabra alguna solo permaneci mirandolo, hasta que fui sacada de mi ensimismamiento por una voz de mujer que le gritaba -!Sami dice Jaco que tu maestro ya esta por cerrar el aula para aplicar el examen! El le respondio algo a la chica y volvio su mirada a mi para decir -Adios Speedy-y acto seguido se fue rumbo a los salones de clase. Al verlo alejarse la cordura regreso a mi y recorde mi examen por lo que nuevamente eche a correr hacia el aula. Al terminar mi prueba, sali a las canchas para tratar de encontrar a Luz ya que ella casi todo el tiempo libre estaba ahi jugando basquetbol cuando la encontre camine hacia ella y de repente vi a Sami (recordaba vagamente que asi le habia llamado la chica) caminando junto a un chico igual de alto que el, un poco menos guapo pero nada mal, senti otra vez la verguenza de la manana pero quise retrasar mis pasos para que no me viera, estaba ya en el segundo ano en esa escuela y nunca los habia visto, cosa muy rara porque dos tipos como esos no podian pasar desapercibidos, claro que yo nunca ponia atencion a nada a mi alrededor y tampoco iba seguido a las canchas, solo lo hacia cuando tenia algo que contarle a Luz que no podia esperar. Al llegar junto a mi prima ella estaba recogiendo su mochila por lo que al verme sonrio. -Hola hermosa, ?Que tal el examen?- -Hola prima, bien solo que por un pelito no alcanzo a llegar. -!Ay Cassidy!- un dia de estos tus retrasos te meteran en problemas. -Ya sucedio-respondi pesarosa. -?Que ocurrio?- inquirio ellaAntes de responder escuche una voz detras de mi. -!Hola Lu!- ?Como estas?- -!Hola Jacob!- muy bien, gracias. ?Que te trae por aqui?- Me hice a un lado para no estorbar la platica de mi prima y al girarme me encontre al menos guapo enfrente de mi. -Vinimos por un examen-explicaba el-lo que pasa es que nos vamos de viaje con nuestros padres temprano y le pidieron autorizacion a nuestro director para que el profe Felipe nos aplicara el examen final de biologia con los de este turno. -Te presento a mi prima Casandra-dijo Luz- -Hola mucho gusto soy Jacob-hizo un movimiento y beso mi mejilla. -Mucho gusto-respondi- ahora debo irme ya van a tocar el timbre para la proxima clase, nos vemos a la salida prima. Me aleje de ellos rumbo a mi salon cuando observe a la chica que le habia gritado en la manana a Sami, ella estaba con un chico muy guapo a decir verdad, ambos enfrascados en un tipo discusion pero se reian entre frase y frase, al pasar junto a ellos alcance a escuchar como la chica decia. -!Si zopenco te queda diminuto, eres de lo peor!- al quererse alejar de su acompanante este la tomo entre sus brazos y le respondio. -Pero asi me quieres zopencaAmbos se echaron a reir y yo segui mi camino, aunque note que ella me observaba detenidamente. Al terminar el horario escolar tome rumbo a la salida, al lugar donde siempre nos encontrabamos Luz y yo, grande fue mi sorpresa al verla flanqueada por los dos rubios, empece a sentir el aleteo en mi estomago y me regane a mi misma por ello. Al llegar a lado de mi prima salude -!Hola! ?Ya lista para irnos? -!Hola!- me respondio-Jacob quiere acompanarme a casa. En ese momento Sami interrumpio -Ella es la nina velocidad que te platique esta manana-comento a Jacob. -?De verdad?- respondio el-dijiste que era muda. En ese preciso momento se murieron mis mariposas como si les hubiese echado insecticida. -!Pues muda no soy!-espete- -No te enojes Speedy-respondio -!A mi no me pongas apodos! -grite-me voy Luz nos vemos luego. Sali muy enojada de ahi rumbo a casa, me renia pensando que si para eso servian las mariposas en el estomago por mi se podia extinguir toda especie. Despues de ese dia no volvi a verlo, Luz quien tenia algun tipo de relacion con Jacob me comento que se habian mudado para estudiar el bachillerato en la ciudad donde querian cursar la universidad. Pasaron 2 anos y no volvi a sentir ese aleteo de mariposas, mi prima me confeso un dia que ella con Jacob aprendio que las mariposas muchas veces desaparecen en segundos o se quedan a vivir dentro de ti. Esa primavera llegaba mi grupo favorito a la capital del pais, se presentarian solamente una noche, Luz me acompanaria y estariamos 2 dias completos ahi, ambas estabamos muy emocionadas, ese era nuestro primer viaje solas asi que llegamos puntuales a tomar el vuelo. Al bajar del avion fui corriendo a tomar nuestro equipaje, de repente tropece y unas manos detuvieron mi caida, al sentir los dedos cerrarse sobre mi brazo ese aleteo de mariposas me vibro en el estomago y al mirar al dueno de ellos me tope nuevamente con esos ojos color miel inconfundibles. Capitulo 1 -?Speedy?- pregunto soltando mi brazo. Poniendo cara de indiferencia conteste. -Perdon, creo que me estas confundiendo con alguien mas- -Seguramente-respondio- en ese instante mi adorable prima hizo su aparicion y estaba con la cantaleta -!Casandra por favor! Ya no tienes 10 anos para ir por ahi corriendo como forajida. -?Samuel, eres tu?- -inquirio sorprendida- -!Hola Luz! ?Como estas?- saludo Sam- -Muy bien gusto de verte, es interesante que ustedes cada vez que se encuentran se repita la misma escena. Me acerque a ella completamente indignada y sin que Samuel se diera cuenta le pegue un buen pellizco en la espalda. -Tu prima dice que no me conoce-espeto el- -!Yo no dije que no te conozco!- me altere-simplemente que me confundes porque mi nombre es Casandra no Speedy. – Disculpa Casandra, Olvide que no te gusta mi apelativo. -Ire por el equipaje-comente dirigiendome a Luz. -Un favor-expreso- si te encuentras a mi hermano Jacob dile que estoy con Luz. -?Esta aqui? – la mirada de Luz se conjugo con su nombre al escuchar el nombre de Jacob- -Si, vinimos juntos al concierto de Dream Theater. Me quede helada y estuve a punto de correr antes que mi prima revelara que estabamos ahi por la misma razon, por supuesto no tuve exito. -!Nosotras tambien! – grito emocionada. Yo decidi poner distancia antes de que quisiera que le contara a “su amigo” mi amor por John Petrucci. Llegue a la banda de equipaje y tome nuestra maleta, como solo serian 2 dias y yo era muy practica al vestir decidimos compartirla para poder trasladarnos con mas rapidez, claro cada una llevaba una mochila y por supuesto Luz tambien traia su neceser era imposible llevarla a cualquier parte si no iba perfectamente maquillada, yo por mi parte era todo lo opuesto a ella, mientras menos mejor. Ya iba de salida cuando me tope con Jacob quien enseguida me reconocio, estaba mas formado que la ultima vez que nos encontramos un ano atras cuando estuvo en una de las reuniones familiares, su relacion con Luz era de ocasion, si se encontraban en la isla y no tenian una relacion con alguien mas, estaban juntos y al terminar el periodo se separaban como grandes amigos. – !Hola Cas! – Me alegro de verte-dijo acercandose a mi-Sam se sorprendera si te encuentra. Camine hacia el y le di un fuerte abrazo, le tenia mucho afecto a pesar de la diferencia de edad entre nosotros. -!Hola Jacob!- me temo que ya ocurrio -respondi-esta con Luz en la entrada. -Perfecto, tengo muchas ganas de verla- ?Vienes? -?Tengo otra opcion?- No, no tengo pense-hice una fuerte inhalacion y camine a su lado guiandolo hasta mi prima. Apenas nos vio llegar Luz se le fue encima a Jacob, suspire imaginando que tendria que soportar a Samuel un buen rato si Jacob no tenia novia en ese momento, rogaba porque la tuviera pero de nuevo no obtuve exito.

  • Ondina o la ira del fuego de Irene Gracia

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    Un teatro en llamas celebrando las nupcias del fuego y el agua. Una representacion convertida en una hoguera en mitad de la noche, clausurando las funciones de Ondina, la primera opera del Romanticismo aleman, compuesta por el escritor E. T. A. Hoffmann, amante de los cuentos de terror y bebedor inveterado. Un agape tras las llamas en el que tambien se desata un incendio, un banquete baquico donde las narraciones fluyen tan deprisa como el vino y el deseo. Un enigma que se desliza por el cuerpo y el alma de los asistentes: ?quien ha quemado el recinto y desea el cese del espectaculo? ?Es la envidia una pasion cuyo poder supera todas las creaciones del arte?

  • A su imagen de Jerome Ferrari

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    Premio Le Monde 2018

  • Amor de niebla y destino de Natalia Sanchez Diana

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    Lucian Monroe se ha pasado la vida luchando por mejorar los derechos de los trabajadores en los molinos de Manchester pero una fatidica noche, un acontecimiento violento le obliga a huir.Desde que perdio a su esposa, no ha vuelto a tocar a una mujer porque se hizo una promesa.
    Todo se tambalea cuando coincide con Catalina Wright, a la que han enviado lejos para casarla con algun aristocrata que quede prendado de su cautivadora belleza y de la riqueza de su hermano.
    Pero lo que quiere Catalina es encontrar su lugar en el mundo y descubrir la pasion.
    Lo que empieza con un favor inocente, se complica cuando ambos descubren el deseo y el pasado reclama su venganza.
    Rebelate contra las normas.
    Lucha, camarada.
    Y enamorate.

  • Sangre de Clara Penalver

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  • Fuego en la oscuridad de Heather Graham

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    La perfecta vida de Alexandra McCord habia comenzado a derrumbarse desde que se habia encontrado con el cadaver de una mujer y el paraiso de Moon Bay se habia convertido en una pesadilla. Todas las pruebas que encontraba parecian apuntar como culpable a algun habitante de la isla… y a ella como la proxima victima. Pero ?quien podia ser el asesino? ?Y por que David Denhem, su ex marido, a quien llevaba mas de un ano sin ver, habia elegido precisamente aquel momento para volver a aparecer en su vida?

  • Un regalo para el Boss de Lexy Timms

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    Jamie Connors desempena su labor como Asesora Senior y es la novia del guapisimo y sexy multimillonario Alex Reid.

  • Calor mortal (Serie Castle 5) de Richard Castle

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  • El viento en la cara de Saphia Azzedine

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  • Intimo sendero de magia (Serie Rohard 2), Rita Morrigan de Rita Morrigan

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  • Nunca llueve eternamente de Silvia Cruz

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    Samantha es detective en Chicago, pero un peligroso caso le hace tener que ir al pueblo de su infancia, Red Stone Lake, para ocupar el cargo de ayudante del sheriff por un tiempo. Alli, el misterioso asesinato de su madre, unas escabrosas desapariciones de algunas habitantes del pueblo y su amor platonico de la infancia, haran que viva los momentos mas tensos, emocionantes y apasionantes de toda su vida, para convertirla en una persona completamente diferente de la que llego.

  • Vainilla de Megan Hart

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    El gusto se adquiria. lo unico que necesitaba el era adquirirlo.Elise tenia muy claro lo que le gustaba en la cama, y se aseguraba de conseguirlo. Su sed de dominacion estaba saciada desde hacia tiempo gracias a unos cuantos hombres mas que felices de inclinarse ante ella.Sin embargo, la satisfaccion sexual no era lo mismo que el amor, y ella ya se habia quemado en el pasado por ofrecer su corazon con excesiva libertad.Niall era guapo, inteligente, triunfador y dulce. dulce como la vainilla. Al instante de conocerse, su atraccion hizo saltar chispas, a pesar de que el no compartia sus gustos sexuales. Aunque Elise intento evitarlo, termino por sucumbir y enamorarse de el, pero ?como podria funcionar una relacion en la que ambos amantes querian colocarse encima?

  • Regalo de Navidad de Marisa Maverick

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    Con REGALO DE NAVIDAD queremos agradecer vuestra fidelidad durante todo este ano; por ello, que mejor manera que con los relatos Paz (Bea Melworren) y Esperanza (Marisa Maverick), los cuales forman parte de la antologia <>.
    Deseamos que esta lectura os haga pasar un buen rato y os anime a seguir descubriendo que mas podemos ofreceros a traves de nuestras letras, que es mucho y variado.
    Feliz Navidad y un prospero 2019

  • Verdad, engano… O quimera (Los Wadlow 3) de Marisa Maverick

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    “?VERDAD, ENGANO. O QUIMERA?”
    Con este tercer volumen, en el que sabremos de la vida de Diane y Peter, se cierra la Saga Los Wadlow. Conoce en las dos entregas anteriores como se inicio la sorprendente relacion del matrimonio Lindgren.Y descubre, ademas, tanto el presente como el futuro del resto de la familia Wadlow. Deja que aniden por siempre en tu corazon. ?Me acompanas?
    La vida de Diane no tuvo un buen principio, pues ya desde el vientre materno su futuro estaba sentenciado: ser abandonada a las pocas semanas de su nacimiento. A pesar de tan tragica circunstancia, nunca le preocupo no saber quienes eran sus progenitores ni el porque de su abyecto proceder.
    Peter, su marido, es un hombre de caracter tranquilo, ecuanime en sus juicios y de modales elegantes. Pero hoy, con temor e impotencia, ve que tanto ese aplomo como la estabilidad de su matrimonio son puestos a prueba por hechos nunca imaginados y por. ella.
    Esa mujer que vuelve a lanzar al aire la moneda de la necedad y la sensatez con la que apuesta, y juega, como en el pasado; salvo que ahora con mayor motivacion.

  • La casa veneciana, Mary Nickson de Mary Nickson

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  • Un Dios a mis Pies de Francisco Correa

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    Alex Gabarda era el hombre perfecto.
    Guapo. Joven. Atractivo. Medico.
    El mejor amigo de mi hermana.
    Y el hombre que salvo a mi padre.

  • La canguro de los Parker de Norah Carter

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    Faltan solo dos horas para mi cumpleanos, !lo se!, no esperaba comenzar mis veintiun anos cuidando a los hijos de los Parker, pero el dinero me viene bien. Hoy asisten a una fiesta y estaran fuera de casa hasta las tantas de la madrugada. Como buena ninera que soy, les dije que no era ningun problema hacer horas nocturnas para cuidar y velar los suenos de sus hijos, que sufren de pesadillas, total, duermo mejor que en mi propia cama... No me puedo quejar de los Parker. Tienen una hermosa casa, muy lujosa para mi gusto. Tengo una habitacion asignada para cuando me tengo que quedar a dormir. Es comoda y practica, se ha vuelto mi tercera estancia, ya que vivo en la universidad, y en casa de mis padres tengo mi dormitorio original. --Hola, Elena, ?que haces, chochete? --mensaje de Lucy. Suspire recostada en el sofa de cuero de la sala de estar de los Parker. --Nada, mirando el techo y medio ojeando Facebook --respondi. De respuesta, me envia una carita riendose a carcajadas, seguido de: --Mas bien diras, espiando el perfil de Ed, ?no? Pongo los ojos en blanco y le respondo: -- ?Que haces tu? -- !Claro chocho, tu cambia de tema hija!, estoy esperando a Rick, tenemos casa sola para nosotros, hoy mis padres estan en una cena de negocios del trabajo de papa. Me siento rapidamente en el sofa y le doy al boton de marcado rapido. !Jajaja!, oigo como se rie Lucy. Sonrio y le pregunto: -- ?Lo haras hoy? -- ?El que? --responde con aire de inocencia. Pongo una vez mas los ojos en blanco. -- !Ah, no se! ?Ponerte a tejer los calcetines de tu abuela? Se rie con fuerza del otro lado de la linea y dice con malicia: --tejer no, joder !siii! Me rio con ganas y le contesto: !dije tejer, no, joder! Ella suelta una risita y dice: --igual, me voy a "correr", jajaja... Nos reimos a mas no poder. Despues de unos minutos, le digo en voz baja: --Ten cuidado Lucy... -- !Que siii...! --y finalizo la llamada. Suspire viendo la pantalla del movil, 10:15 p.m. Mire a mi alrededor, esta casa es una belleza. Soy ninera de los hijos de los Parker, desde los diecisiete anos de edad, sus peques apenas tenian un ano de vida cuando los conoci, son dos hermosos gemelos varones de cinco anos. Se mudaron hace seis meses a esta casa, su antiguo hogar era lindo, pero este te quita el aliento, es mucho mas grande. Me rei, su casa anterior era grande, mas que la de mis padres la cual es de estilo clasico, esta es de estilo toscano y la antigua de los Parker, muy moderna para mi gusto. Aqui solo he estado tres veces y aun no me acostumbro. Movida por la curiosidad, me levanto para recorrer la casa, ya que las veces que me quedo a dormir, siempre lo hago acompanada de los padres, sobre todo de la Senora Karen, que se pasa todo el dia ocupada con su trabajo de diseno de interiores. El Senor Parker, "Jim", es uno de los mejores abogados, segun dice su esposa, con mucho orgullo. Son gente amable, no son engreidos, lo que si, son muy ricos, pero no son de aparentar. Contemple, la gran sala de estar, habia unas puertas grandes que guiaban a la piscina, no tenian cortinas que las cubrieran, ni falta que les hacia, dejaba apreciar la hermosa cascada artificial de la piscina. De noche, con las luces encendidas, parecia un cuento de hadas. Me pare delante de las puertas sin tocarlas, no queria dejar marcas en los vidrios. Suspire una vez mas, me di cuenta que toda la noche lo habia estado haciendo. El mensaje que me dejo Ed, hace menos de una semana, me traia malos recuerdos, ya habian pasado casi seis anos... no le echaba de menos, fue un completo imbecil conmigo. Me pregunte, ?cuando iba a superar lo que me hizo? Mosqueada por ese pensamiento, camine hacia la sala de juegos. La distribucion de las habitaciones era: dos, en la primera planta, (la de los ninos y una de invitados) y dos en la planta baja, (la habitacion principal y otra mas de invitados). Entre en la sala de juego, la cual tenia una mesa redonda como la de los casinos de poker supuse, un comodo sofa de tres plazas, de color marron con un contraste rosado claro, cuatro cojines con tonos a juego con el sofa y el resto de la sala. Sinceramente, no sabia nada de diseno. Segui mirando. Habia dos butacas, un mueble y una mesa de madera, con algunos adornos tallados encima. Apague las luces y continue mi recorrido. Fui a parar a la sala de TV, era mucho mas pequena que la de juegos. Habia una television de pantalla plana encastrada en la pared, un sofa de cuero negro en forma de media luna. Entre el sofa, y un carrito de licores, descansaba una mesa redonda con revistas. A cada lado del carrito, habia dos butacas algo incomodas a simple vista. Presidia la sala, una chimenea, esta, mas pequena que la de la sala de estar. Un bonito reloj de pared, una hermosa lampara de techo circular y otras dos de pared y ventanas con cortinas verdes, no habia mas que ver. Mire la pantalla considerando ver una pelicula, pero aquella salita con el sofa dandole la espalda a la puerta, me generaba incomodidad. Pase por el estudio, pero no entre, ya sabia como era, lo vi un dia cuando el Senor Parker me llamo para pagarme mis servicios como ninera, se me hacia raro entrar, el Senor Parker, "Jim" lo usaba mucho, sentia que era como entrar sin permiso en su dormitorio. Lo que me quedaba por ver del piso inferior era la cocina y el comedor, el cual tiene una pared divisoria con tres ventanas sin vidrios, donde hay jarrones grandes en cada una, "molaba mucho". Del otro lado de esa pared, se encontraba la sala para desayunar, el resto era la habitacion principal de los Parker y mi habitacion de invitados. Decidi ir a la cocina. De pronto, un ruido de algo rompiendose me sobresalto. Me quede quieta en el pasillo, fuera del estudio. Notaba mi corazon a mil, respire profundo presa del panico, y recorde que los ninos a veces se levantaban por alguna pesadilla, pero el hecho de estar husmeando por las salas de recreacion y que me pillaran los senores Parker (Si es que regresaron mas temprano de lo acordado), me hacia morirme de verguenza. Aunque la senora Parker, me dijo que me sintiera como en mi casa, que usara las salas a mi antojo, era obvio que se referia a la sala de estar, la sala de TV, la cocina, y mi habitacion temporal. Apresure el paso y oi vidrios siendo arrastrados. Ahogue un grito al ver una figura alta, un hombre sin duda, estaba barriendo lo que sea que se le habia caido. Para mi suerte no se habia percatado de mi presencia, pues estaba de espaldas. Mire a mi alrededor y lo primero que logre tener a mano, fue una piedra mediana, bueno, realmente era una estatuilla tallada en piedra porque tenia, ojos y boca. Me acerque despacio, sin hacer ruido hacia su espalda con la piedra/estatuilla en la mano, le pregunte casi gritandole, ?quien eres? !Lo se!, es lo mas estupido que he hecho en mi vida, en las pelis no preguntan, golpean primero y luego preguntan. El hombre dio un brinco y seguidamente, solto un taco. -- !Joder!, ?pero que cojones…? --se volvio y me miro sobresaltado. Mis ojos se abrieron y mi mandibula casi se desencaja cuando lo vi de frente. Si, sin duda es un hombre, !y que hombre...! !Joder! No creo que pase de los veinticuatro anos. Es impresionante. Ojos marrones, para perderte en ellos, nariz recta, boca con unos labios carnosos, que seguro harian maravillas... Tenia el cabello largo, por lo que pude apreciar cuando estaba de espalda, de color marron oscuro que se le rizaba un poco a los lados y en el medio. -- !Joder!, me acabas de matar del susto. -- ?Yo?, ?pero que dices?, tu eres el que entras y rompes, lo que sea que hayas roto --dije moviendo las manos en el aire con reproche. Su expresion cambio, se torno suave y burlona, para mi sorpresa y timidez repentina. Me observo sin disimulo de arriba abajo y sin dejar de sonreirme, mientras su mirada me recorria completamente, todo mi cuerpo se estremecio. --Tu, debes de ser la ninera, disculpame si te asuste o te di una mala impresion -- ?Mala impresion? Si casi me corro cuando me ha repasado de arriba a abajo... --Soy Hal, el hijo de Karen --dijo con expresion neutra, pero en su voz note recelo. --Yo soy Elena, y bueno, efectivamente soy la ninera --dije tratando de sonreir, con un molesto brote de timidez. !Y como no! El, lo noto. Para no caer en un silencio incomodo, le dije que obviamente, sus padres no estaban… bueno, su madre y su padrastro, ya que no era un secreto que Hal, no era hijo del Senor Parker. La Senora Parker, mencionaba con carino a su hijo. Recuerdo una vez, una semana exacta despues de mis diecinueve cumpleanos, la Senora Parker, estaba muy sentimental hablando de su hijo. "Esta casi terminando la universidad" la oi decir, pero lo dijo con un aire de tristeza, que no entendi. --Tu madre y el Senor Parker, regresaran sobre las cinco de la manana. No sabia como referirme al Senor "Jim". Hal, sonrio sin ganas. --Lo se -- dijo. Luego termino de barrer los pocos cristales que quedaron esparcidos por el suelo, logre ver que era un vaso de cristal. Sin saber que mas decir, el rompio el silencio que se estaba formando. --Descuida, no te quitare tiempo, solo vine a… --se quedo pensando con expresion dura por unos segundos, mirando hacia mi direccion, pero perdido en sus pensamientos, luego su expresion relajada regreso y me miro a los ojos, continuo hablando --, buscar unas cosas y me voy --finalizo sin sonreir. -- Descuida, es decir, esta es tu casa no tienes que explicarme nada, solo supuse que no sabias que ellos... Mire hacia el montoncito de cristales rotos apilados en el recogedor de basura. Me senti como una idiota, era obvio que el estaria al tanto de lo que hacen o no hacen su madre y el Senor Jim. Sentia como el calor se concentraba en mis mejillas e hice una nota mental, descubrir mas tarde que "cono" me estaba pasando, jamas me mostre insegura con ningun chico, bueno mentira, solo cuando tuve mi primera vez con Ed... -- !Esta, no es mi casa! Su tono de voz, me hizo subir la mirada, al encontrarme con sus ojos marrones que se tornaron mas oscuros y ver su expresion, supe que estaba molesto. --Es la casa de mi madre, yo nunca he vivido aqui --dijo moderando el tono, pero aun asi se le escuchaba irritado. --Bueno, de ambos --finalizo volviendose, dandome la espalda con el recogedor en mano. Como no sabia que mas decir, me volvi y me fui de la cocina. Sin pensar, mis pies me llevaron a mi habitacion, no queria subir a ver a los peques, la ventaja de que tengan cinco anos, es que no es necesario ir a verlos a cada rato como cuando tenian un anito de vida. Sin embargo, sufren de pesadillas desde hace ocho meses y aunque sus padres me dijeron que solo fuera a verlos cuando griten o me vengan a buscar, yo, los supervisaba al menos una vez cada rato, hasta que me fuese a dormir. Cuando fui a encender la luz de la habitacion de invitados de abajo, senti una mano en mi hombro y esta vez solte un grito. -- !Joder...! Tranquila, soy yo. --Pero, ?estas loco o que? Solte aun con el corazon en la boca. Hal Se rio con ganas. --Lo siento de verdad, desde que llegue solo te he asustado --dijo sonriendome con un brillo en los ojos. No se si eran ideas mias o las luces que se reflejaban en sus ojos, pero su color marron claro, parecia cambiar con su humor. No pude contestarle nada, ya que no solo sus ojos captaron mi atencion, tambien esos dos hoyuelos en cada lado que se le formaban al sonreir ampliamente, sin duda es demasiado guapo para su propio bien. Y mis mejillas una vez mas, me traicionaron volviendose fuego. Me miro divertido. -- Eres muy asustadiza, ?no? Negue con la cabeza. --Yo creo que si --insistio. -- !Pues no! --dije encendiendo la luz del techo de la habitacion y entrando en ella. Entro detras de mi. Y bueno, ?el no tenia que ir a recoger sus cosas? Suspire con ese pensamiento y me volvi para mirarlo, seguia con esa expresion como de burla y algo mas. !Ya, vale!, no podia mas con este tio, me estaba tocando las narices. -- ?Que te causa tanta gracia? --Pregunte cruzandome de brazos y mirandolo con cara de pocos amigos. --Nada, eres, adorable --dijo mordiendose el labio inferior. Lo mire atonita y me descruce de brazos, luego me pellizque el puente de la nariz. --Mira, no se que decir, cosa rara en mi, que no diga nada. --Asi que, te deje sin palabras, !que interesante...! --dijo paseandose por la habitacion, con aire arrogante y divertido al mismo tiempo. Cosa que me hizo sentir mucho mas calor, solo que ahora no se alojaba en mis mejillas... Comenzaba hacer calor en esta habitacion. --Voy a ver a tus hermanos --dije tratando de finalizar la conversacion, logre decirselo mirandolo a los ojos, no queria seguir echando mas lena al fuego... Su expresion ahora era de horror, estoy segura que la vi por unos segundos antes de que se volviera rapidamente hacia la ventana. -- ?Estas bien? --Le pregunte sin pararme a pensar, que le hizo poner esa cara de miedo. No tardo mas que dos segundos y se dio la vuelta con expresion neutra. --Si, ya me tengo que ir -- paso por mi lado hacia la puerta. Suspire, por... ya ni se cuantos suspiros he dejado escapar, !vaya noche!, que tio tan misterioso. Por un segundo se me cruzo por la cabeza que, a lo mejor, no era el hijo de la Senora Karen, pero en varias zonas de la casa, hay fotos de un nino pequeno con esos mismos ojos marrones que me miraron llenos de horror, hacia un momento. No son dificiles de reconocer, claro que en el momento que lo sorprendi en la cocina, estaba de espaldas a mi. Sali de la habitacion, para buscar como ocupar mi mente, camine hacia la sala de estar y me dirigi al sofa para sacar de mi bolso, una camara digital. Desde que conoci esta casa, me apetecia mucho tomar fotos de la cascada y mas de noche. Con camara en mano y movil en el bolsillo trasero de mis jeans, ya que mi atuendo del dia de hoy consistia en unos vaqueros azul claro, algo gastados con rotos en ambas rodillas y ajustados a la cadera. Una blusa de manga larga en color gris sin cuello, casi que parecia mas un sencillo sueter solo que esta, se amoldaba a mi pecho y a mi pequena cintura. Bueno no soy una tia de pechos enormes, me gusta pensar que caben en mi mano. Bueno..., no entran en mis manos, son mas bien medianas, ni grandes, ni pequenas, son perfectas. Total..., mientras me gusten a mi, esta bien. Al abrir las puertas, senti el aire fresco que me dio en la cara. Una leve brisa con ese deje de calor que indicaba que estabamos en verano. Mis ojos recorrieron maravillada el lugar, la paz que senti comenzo a despejar mi cabeza, inhale y exhale profundamente. La piscina se veia tan apetecible... Lamentablemente, no se nadar y estoy en horas de trabajo. No creo que los senores Parker, aunque me tengan confianza, me inviten alguna vez a nadar. Me acerque al borde de la piscina. Habia dos hamacas que se veian muy comodas para tumbarse y echarse una siestecita. En ese momento mirando el agua de un azul tan oscuro como el cielo, me pregunte como de profunda estaba. Me agache y meti una mano en el agua, estaba calida. Me sorprendi, pense que estaria fria. Mire alrededor de los bordes, buscando algo que me indicara que la piscina era templada, nunca supe como funcionaba eso, a lo mejor solo estaba calida, por estar expuesta al sol todo el dia. Cuando me fui a levantar, repentinamente se me resbalo de la muneca mi pulsera favorita, llevaba tiempo que el seguro se abria facilmente, con un quejido me puse de rodillas e hice todo lo posible con las manos para que no siguiera hundiendose, pero era inevitable, la pulsera pesaba ya que estaba hecha de plata. -- !No, no, no! --dije frustrada, al perder de vista la pulsera. Me levante y camine en busca del lugar donde guardaban los Parker las cosas para la limpieza de la piscina, si tenia suerte, conseguiria una red limpia piscinas, y asi, intentaria pescarla. -- !Aja!, !bingo! -- Vi una puerta metalica, camuflada con el mismo color de la pared. Rece para que no estuviera cerrada con llave, por suerte estaba abierta. Usando la linterna de mi movil, di con el interruptor de la luz casi de inmediato y me sorprendio un poco, ver aquel armario de la limpieza. No necesite buscar mucho ya que practicamente tenia frente de mi, la herramienta que necesitaba, la tome y di un grito, cuando una arana me subio por la mano derecha, sacudi el brazo violentamente. Cogi la red que se me habia caido al suelo del susto, y sin detenerme a cerrar la puerta, corri de vuelta a la piscina. Cuanto antes recuperara mi pulsera mejor. Seguia imaginandome siendo pillada por los Parker, en una situacion comprometida, al tomarme la confianza de abrir puertas y coger cosas de su propiedad, sin consentimiento alguno

  • Nunca en la escalera de Maureen Johnson

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    ?Donde buscas a alguien que en realidad nunca esta?

  • Incienso (Reyes Magos 2) de Judith Romero Baeza

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    Gaia Kinov no sabe si ha hecho lo correcto al saltar por la ventana del colegio de magos, dejandolo todo atras. Pero ahora que se ha encontrado con un brujo sexual de lo mas apetecible que esta en deuda con ella, y que su amiga Dragius se ha comprometido a ayudarla, su unico objetivo es encontrar a sus hermanas, Juno y Alethea, y liberarlas al fin.
    Baltasar deberia estar ayudando a restablecer el equilibrio del Pacto Sagrado, que Alexander rompio, para que todos los deseos de la humanidad se sigan cumpliendo. Tendria que cesar en la busqueda inutil de su bruja. Pero los increibles ojos bicolores de Gaia no dejan de colarse en sus suenos… y no son suenos agradables. Necesita encontrarla para saber que ocurre y no dudara en utilizar todos los medios que esten a su alcance.

  • El Maestro Del Desastre de Samuel Sanaga

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    Perverso. La idea salio como le salen las ideas a todo gentio: por una minuscula probada, como se lo incito ella al entregarse al sendero de las hormonas. Ella, un cuerpo helado por la incertidumbre que le calaba las entranas, encorvada entre esos brazos como un nino pequeno. El, sudando frio, su piel palida, sus ojos enfermizos y vivaces arriba de orificios diminutos, sentia golpecitos en el pecho de adentro hacia fuera, y el darse cuenta de eso le inquietaba mas. La sentia liviana, porque no era la primera vez que la tomaba en sus brazos. Iba a trote, con el temor de escuchar el sonido de otros zapatos que los suyos en medio del silencio criptico. Llego a una esquina solitaria; al frente, a diez pasos, un muro de ladrillos viejos. Giro a la izquierda, fue estirando las piernas cuesta abajo. La humedad ya se sentia debajo de ese tremendo abrigo y tambien debajo de la capucha, una hilacha de liquido corria por la sien. ?Tan poquito has caminado y ya sudas? De tranco en tranco manoseaba la pierna de la chica, y evocaba movimientos frondosos de glorias bajo sabanas; pero las luces de los postes, uno en cada veinte pasos, imponian entornos amarillentos, hepaticos, en la pista de cerro muerto por la que se desplaza, que parecia aumentar de longitud con cada pisada. La adrenalina de hacer lo que hacia le permitia concentrarse mas en las hileras de casas mudas a la izquierda, y el muro de la derecha del estadio la Bombonera, que continuaba hasta terminar la ultima esquina del bullanguero 15 de Enero. El tipo desconocia el aire que deambulaba; por mas que vivio casi toda su vida en Lima, la frialdad era inusual, parecia penetrar desde los resquicios descubiertos de las ventanas oscuras, entre las lenguetas de tierra laterales a las veredas, le calaba la piel erosionada en puntos como gallina, hasta la punta de los mas reconditos bellos de su pulverizada conciencia. ?O es frio o eres tu el que tiembla tanto? Era precisamente la conciencia la que le estaba jugando una mala pasada. Miro al cielo vacio, Hasta la luna no quiere ser testigo de lo que hare hoy. Por la izquierda, a unos cuantos pasos, un gran grupo de piedras de cemento, desmonte de alguna casa remodelandose, quiza la que seguia. Al otro lado a medio metro debajo de la vista, una cabeza pequena, un par de ojos asustadizos, la criatura escualida denoto su olfato con un sonido, rompio el silencio de la madrugada comenzando a ladrar, el sujeto carajeo bajito y maldijo, se alejaba para prevenir muelas sucias en la piel. Sintio cerca del pie una roca de tamano regular y quiso saltarla, uno de los bordes le rasguno un tobillo, el cuerpo de la chica se le vencio al mar de piedras, el cayo apoyado en sus manos arriba de ella como si la protegiera, en posicion de cuadrupedo. Quedo perplejo un instante observandola, Gerald giro un tanto la cabeza, una roca le elevaba por su lado occipital. El tipo sintio dolor ajeno, se reprochaba, !Como llegue a este punto! Se levanto sintiendo hinchazon en las palmas de las manos. Alargando los brazos, quiso recogerla mientras los ladridos lo aturdian; puteo al perro, cogio una piedra y le asesto en pleno pescuezo. Sus ladridos se opacaron y se alejaron al igual que su silueta a la luz de un poste, al profesor le quedo en la cabeza el sonido de la piedra impactando esa piel. Recogio a la adolescente en sus brazos y reanudo la corrida. Su mente maquinaba forzosa, por querer callar la conciencia que brotaba; recuerda ocasiones entretejidas en telaranas, una sobre otra, cuando la perforaba con gusto y todo, sus movimientos, sus melodiosos gemidos bajo su cuerpo, sus temblores, las canciones que canturreaban luego de la accion en un limbo de oscuridad total, juntitos, endiablados, en medio de cuatro estrechas paredes. Quiso recordar mas, pero un sentimiento le golpeo el foco de su atencion; empezo a ralentizar sus pasos. A solo unos cuantos metros de la ultima esquina, el profesor dejo de correr. Quedo inerte un instante, mirando al suelo. Su memoria opera: la vez que se pasearon el parque de La Reserva, el la empujo hacia uno de los chorros que formaban arcos acuaticos cubriendo sus cabezas, emocionados con los reflectores de luz, ambos metiendo las manos en los arcos para lanzarse el agua como ninos; Tambien vino la vez en que ella se asomo al salon del primero C mientras el espectaba desde el pupitre a los uniformados haciendo tareas, se acerco y le dejo en las manos un poema que le habia compuesto, cuyas letras manejadas de su mano, le hicieron sentir un sabor a madurez y verano mezcladas en un solo cuerpo, y no pudo despedirse de el mas que con una estrechada de manos por miedo a que los chiquillos de primero vieran cosas imprudentes; Finalmente le vino a la cabeza la ocasion en que, sentados en un banco de madera labrada, apreciando un grupito de ninos dando vueltas en el centro de una alameda, ella le apreto las mejillas con dulzura como nunca sintio que se lo habia hecho mujer, mirandole a los ojos y susurrando: Te amo. La letra de una cancion de Grupo 5 pasaba por su mente, ?Por que tengo ahora estos recuerdos tan triviales? Todas esas imagenes, siempre con una Gerald sonriente, pudica, le hicieron analizar en como el amorio desequilibrado que vivieron los llevo a perder toda pulcritud; Tanto horror, tanta inconciencia, tanto condenado. Por fin bajo el rostro para verla: la muchacha tenia los parpados cerrados, tan dulce se veia con la carita blanca apegada a su pecho, silenciosa, drogada. Empezo a dudar; con todos los pensamientos de arrepentimiento y empatia que le apesadumbraban, deseaba hacerle algun bien y dejar de pensar --por lo menos por unas horas-- en si mismo y en su hambre de venganza, y la depresion de no volver a sentir -- ?Que cosa?-- el ocio, los bailes, las canciones, sus rodillas, sus muslos, su… !Ya! Carajo, ya se habia invertido mucho tiempo como para pensar en tirar la toalla justo ahora, en la penultima etapa. Aquella voz estridente le persuadio a seguir. Dio tres pasos agigantados. Freno de nuevo, los brazos, las piernas y el torso entero llevaban un temblorcillo que aumenta mientras mas piensa. Miro al frente, la calle despejada. Volvio a avanzar, cruzo el umbral de la reja en la que terminaba el barrio quincineriano, giro en diagonal a la izquierda donde lo esperaba el carro azul, al costado de un terreno baldosado y con cesped, con ciertos banquitos de concreto. Abrio la puerta trasera y acomodo a la chica durmiente en los asientos. Gira la vista, observa el tramo de la pista que va en subida, Tanto me he demorado en esa poca calle. Dejo a la adolescente con el cuerpo estirado y cerro la puerta. Acerco la muneca izquierda y apreto el boton de la luz. Eran las tres. Froto las palmas de las manos por los ojos y parte del rostro. La observaba recostada sobre su lado izquierdo. La piyama solo consistia en una camiseta rosada y un pantaloncillo plomo y delgado, y penso nuevamente en que Esto pudo haber terminado mejor. Giro la vista a la derecha, un misero pedazo de cesped del terreno baldosado. Sacudio la cabeza y las manos para darse valor. Entro al vehiculo y giro la llave. Tremulo, arranco a gran velocidad. II --Claro que esos sentimientos llegan cuando estas mas hundido, para terminar de fregarte --Ricardo hablaba senalando hacia abajo con la vista. Tenia apariencia trasojada, como si no hubiera dormido la noche anterior. Gerald cruzo los brazos sobre la carpeta. --Ya hasta hablas como filosofo... o, mejor dicho, pretendes hacerlo --respondio. --Tu no tienes enamorado, ?no, Gerald? --Stefany pregunta, dejo de maniobrar el lapicero azul y manoseo su barbilla. --No. --Geraldine es una intelectual, cualquier mequetrefe no estara a su altura --afirmo Ricardo palmeando la carpeta y sonriendo. Gerald permanecio seria. --No es que sea sobrada, simplemente no me da la gana. --Lo que pasa es que eres un poco alzada, Gerald, no lo niegues --dijo el companero bromeando; abajo de su barbilla, se lucia el lapicero al lado de una letra mayuscula escrita en el cuaderno. Lo tomo, observo su cobertura negra. --Que no soy alzada. --Si lo eres, se te nota en los ojos. --Eres mal educado --reprendio Stefany--, no sabes expresarte con amabilidad a una chica. --Soy directo, mujer. --Te apuesto que nunca tuviste enamorada. Gerald oprimio la punta con tinta haciendo el punto final al parrafo. Dejo caer al lapicero sobre el cuaderno. --?Tu crees en el amor? --Stefany le hablo apoyando la cara sobre sus manos. --Yo creo que ese... ese manojo de emociones... florece... en la juventud. Stefany junto los parpados. --Oye, ?que te has fumado? --Nada que te importe. --No necesitas decir cosas elegantes a cada rato. Gerald apoyo la nuca en sus manos, mirando hacia el techo. Los amorios no la preocupaban, preferia pensar en su ninez, ?Te acuerdas? Tu cabello era olitas diminutas, y tu mentecilla se preocupaba en juegos libres, caricias, ganarles las canicas a los ninos, los malditos ponies que nunca te compraron, en vez de preocuparte en rellenar cuadernos, presentar tareas ineficaces, escuchar a tus companeros hablar estupidez y media. Ella baja la vista para observarlos: sus palabras son ausentes a sus meditaciones, dos ojos masculinos hundidos arriba de pomulos redondos, casi una senal de depresion, una voz dulce; la companera de al lado, robustita, lentuda, intercambiaba palabras como no lo hacia con muchos. Los uniformados de todo el sitio se prestaban a socializar; el profesor, estrabico de sus actividades, sentado en su pupitre, ojeaba un cuaderno y una hoja se caia para un lado, tenia cuadraditos rellenos de numeros diminutos, y Gerald se preguntaba de que color eran esas notas, Mas rojas que azules, de seguro. Giro la cabeza a la izquierda y miro a los demas; unos copiando la tarea de la pizarra, otros, tan ajenos al texto, intercambiaban frases y abrian grande la boca, tan profunda como un tunel, y los ojos, como si no pareciese que se estan riendo de lo sucia que esta la falda de una companera, otro se burla senalando al alumno que apoyaba la cabeza y los brazos sobre la carpeta, muerto en suenos, delante de ella. Dejo caer los brazos a los costados. Nunca hizo falta las presiones atolondradas ni los castigos risibles de ineficaces padres para que mantuvieras buena posicion en los puntajes ?no, Gerald? Eres de las muchachas que poco se encuentra, y que poco se conoce, y con el soporte social de conversar con muchos y amistarte solo con algunos cuantos. En sus pensamientos mas comunes idealizaba que nadie podia negar lo atractivo y lo presentable de su fisionomia, un par de ventanas cristalinas con dos pelotitas negras brillosas, con apariencia de piedad, y en medio una nariz regular y lisa, como la tez blanca. De lejos, parecia que su rostro llevara una forma casi redonda, pero su mirada era de las que pronosticaban a la primera impresion un gesto de pureza, armoniosa con la personalidad esbelta que demostraba. Se acordo del consejo de alguien, que solo le hacia falta lentes para combinar lindura e intelectualidad, pero ella aborrecia la idea. "Las personas que usan lentes son muy intelectuales". Gerald puso las cejas pesadas, ella conocio a personas de erudicion que no necesitaron mejorar la apariencia con un par de vidrios, y lo confirmo al mirar a la derecha, en el grupo de cuatro carpetas mas cercano a la puerta, El Duro lanzaba a sus companeros repulsivas babosadas y mentadas de madre, llevaba puesto un par de ojos adicionales como apariencia de "intelecto"; tambien giro al sentido contrario para divisar, en el otro grupo, a la companera que hoy se puso en la vista un par de lunas con monturas rosadas y pensaba lo mismo que sus companeras le decian: "Se te ve lindo", "Te asienta". Gerald la miro bien, !?te asienta?! No pudo evitar que salga un sonido risueno. --Tonta-- el pensamiento salio literalmente de su boca. Miro a su costado, Stefany escribia concentrada, no la escucho, parece. Volvio a poner las manos tras la nuca, relajandola. Ricardo ha levantado la vista para verla. Ella percibe a su companero por el rabillo del ojo, se formula la duda si le esta viendo los pechos o si esta mirando hacia otra direccion. Dirigio el iris hacia el, el muchacho bajo la mirada al cuaderno donde transcribia. --Se ve que escribes muy rapido, Gerald. --Ella ha devuelto la vista al techo. --Asi es. A dos carpetas de distancia, Jorge, un palillo alagado, torcido, con la piel de un matiz oscuro, la miraba de reojo a su izquierda. Jugaba con un D.N. I. ajeno en una mano, leia el apellido Castillo. --Maldita --susurro entre dientes. --Oye, tu si te pasas. --Aurelio se acomodaba el cordon amarillo que se le caia del hombro. Estaba riendo. --De que cosa. --Angello le miraba con ojos vivos. --Lo de hacer una de esas jugadas. Pero seria bacan, ?no? --Si, pues, tenemos que hacerlo. --Verdad, la profesora de historia dejo tarea ?no? --dije yo. --Creo que si --dijo Aurelio, y siguio el tema-; pero no hay maestro mas jodido que Paul. ?Te contaron lo que hizo en el bano? --En el bano pasa de todo. Claro. --El tiene tino para eso. --Si, ?no?, ese huevon revento una rata-blanca en el water, ya te imaginaras como salio la aguita marron como volcan --dijo Angello, la risa se le salia atorada, y sus ojos se ponian mas chinos. Los tres saliamos del salon despues que la campana del recreo habia sonado, ya medio salon habia desaparecido. Nos ibamos al bano. --A mi me han contado que dos anos antes, uno de quinto se grabo cagando encima de una carpeta. --!Ja, ja, ja! --Y fue en el salon donde estamos ahora. Yo los escuchaba casi sin hablar mucho, el pasillo no tenia mucha gente que estorbaba el paso, hasta llegar a donde queriamos. El bano tenia una reja nueva, observamos las losetas limpias y celestinas del lavadero de un lado, antes eran de un color blanco falso, porque parecian con manchas amarillentas de tanto uso. Cuando entramos los cuadritos de losa estaban tan nuevos que hasta reflejaban las caras. Se veian mejor a comparacion de antes, cuando los banos de los hombres estaban en el segundo piso y no habia ni puerta, un marco de fierros oxidados rodeaba la entrada, y algunos de los bloques donde estaban los inodoros no tenian ni puerta. --Me gustaria hacer algo mejor que eso --dijo Angello mientras se acercaba a una puertilla y la abrio. --!Oigan, oigan, miren aqui! Angello ?Te refieres a esto? --Aurelio senalaba el inodoro y nos acercamos a mirar. Al fondo de la tasa en medio de la aguita repugnante, habia un DNI enmicado y con la cara de una chica en la parte frontal. Rieron mas fuerte que antes. --Ella no es.... --No jodas. --Ella no es... --!Esa es Gerald! alaaa, esto es literalmente la prediccion del futuro --dijo Angello. --Pues, si sigue siendo como es --dijo Aurelio. --?Como "es"? --dije yo. --!Ah, perdon, Ricardo! no debi decirlo contigo aqui. --Aurelio me tocaba de un hombro y luego se tapaba la sonrisa con la mano. En el recreo, ha llevado una silla cerca a la puerta, y sentada, observaba el desfile desorganizado de jovenes de todas las clases y tamanos, y le distraen de sus pensamientos dos criaturas enanas que parecian saltar delante suyo a toda prisa como crias de chivo. Los nuevos que entraron a secundaria siguen pareciendo ninos, ?no?, y que feo, Gerald, estos mocosos parecen ser mas vivos de lo que eramos el C en primero. Por andar correteando casi le arrancan los audifonos que estan colgando del cierre de su casaca, que reproducen una cancion a bajo volumen. Se los pone a los oidos. Entrelazadas como canasta, dos de sus companeras van tomadas del brazo al quiosco, igualitas como la mayoria del colegio: las vastas de las faldas cuatro dedos mas subidas de la rodilla, los cuellos de la camisa sin abotonar, bordeadas por una especie de culebras oscuras y largas, y los monos que no estan detras de la cabeza sino arriba en la coronilla, deformes, informales, sujetos con un cole de distintos colores, ?De donde salio esa moda tan lacra? Quiza nunca lo sepas, Gerald; para ti las vacaciones ya terminaron, fueron dos semanas pequenisimas, solo una interrupcion a diez meses de rutinarias ensenanzas, un pequeno viajecito a provincia, para visitar a los primos, unas cuantas vueltas a la Lima jodida, y de vuelta seis horas y media adentro de esta cazuela pintada de azul, casi todos los dias, acompanada de chibolos excentricos y estrabicos que se creen de lo mejor, aunque para algunos de ellos, las vacaciones nunca terminan. El timbre ha sonado y ella prefirio meterse sin comprarse algo para el estomago. El recreo duro veinte minutos y hacia falta cinco para que todas las cabezas dejen de chapar en los sitios oscuros, los hombres dejen la pelota y todo el mundo se encuentre en el aula. Los del quinto C entran mas despacio, porque parece que el profesor de fisica no llega todavia. --Y eso que el es puntual --ha dicho Saltachin--. Hoy toca fisica ?no? --?Ya no te acuerdas? --le dijo El Duro-- Mejor si no viene. Ambos estiran las piernas por el pasillo, se alejan del salon, pero grande es su sorpresa al ver llegar a una mujer de contextura regular, de cabello corto color rubio artificial, y usando un par de ojos adicionales con monturas doradas y redondas como un reloj de pendulo. --Mierda, alla esta Elia. --Ah, que pesada.

  • La catedratica de Maria Lopez Villarquide

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    Esta es la apasionante e ignorada historia de Luisa de Medrano, la primera mujer que fue catedratica, nada menos que en el siglo XVI y en la Universidad de Salamanca, el centro del saber mas prestigioso del
    mundo hispano. Todo en la vida de Luisa fue extraordinario: hija de aristocratas, enseguida llamo la atencion de la reina Isabel la Catolica, quien la reclamo a su lado para que se educara en la corte con sus hijas Juana y Catalina y quien, a la vista de sus dotes, favorecio que fuera la primera mujer admitida en Salamanca. En estos tiempos en los que tanto se habla de empoderamiento femenino, el ejemplo de la tenaz Luisa Medrano merece el reconocimiento que se le ha negado durante cinco siglos.

  • La biblioteca de Emma de Yauci Manuel Fernandez

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    Rick es un anciano con una triste historia guardada en secreto durante decadas. Hace anos que su hijo dejo de dirigirle la palabra, pero una enfermedad terminal dara un cambio total a la vida de Rick. Su inminente destino le llevara a relatar a sus nuevos amigos con todo detalle el suceso que le hizo dejar de creer en la felicidad. No obstante, a veces confiarle tus secretos a las personas a las que quieres puede convertirse en la sonrisa que necesitas para dar tus ultimos pasos en el camino de la vida.

  • Normas de jefes (Los jefes 8) de Victoria Quinn

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    Tengo trapos sucios.

  • La testigo de Emma K. Johnson

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    Carino, este tipo tendra que limpiarse las babas cuando te vea --dijo Claudia al verme hacer mi mejor esfuerzo por no picarme los ojos con el delineador. --Ay si, seguramente --conteste, dejando la cochinada esa en mi mesita-- !Me rindo! !Mirame! Me veo... !Ridicula! --Sexy --me interrumpio--. Te ves sexy, muchacha --dijo Claudia al poner sus manos en mis hombros--. John me dijo que le encantaban tus ojos verdes, y asi con ese color resaltan todavia mas. Mi buena amiga. No se que hubiera hecho sin su apoyo. --?Te vas a poner eso? --pregunto frunciendo el ceno al ver la ropa que habia puesto en la cama. Me encogi de hombros y deslice mis manos encima de mis piernas. Siempre me relaja pasar mis dedos encima de la franela de mi pantalonera. Gire y vi el pantalon de mezclilla y la camisa que Claudia estaba viendo desde el pie de la cama. Creo que esa camisa era lo unico que me habia comprado cuando estuve casada con Pedro y que aun guardaba. --?Que tiene de malo? --pregunte, echando mis grenas rebeldes detras de mis hombros. --?Te llevara a un concierto de rock o a un bar de motociclistas? --dijo, levantando la camisa de la cama y mirandola como si quisiera usarla como trapo de limpieza. --No... No lo creo. --!Entonces tiene mucho de malo! --exclamo antes de irse a mi closet-- Fernanda, ?te gusta John? --Esta... guapo --dije. Nunca habia sido una chica que saliera mucho con chicos. En la prepa siempre fui una nina bien portada. Pedro fue mi unico novio y termine casandome con el. Pero no estaba hecha de piedra. Claro que veia a otros chavos y pensaba "esta lindo", pero asi como me sentia cuando sabia que Pedro iba a hacerme el amor o que me volteara a ver con deseo... No, ningun otro hombre mas que mi ex. !Y como queria que eso cambiara! --?Guapo? --grito Claudia desde las profundidades de mi closet-- Carino, John esta mucho mas ardiente que Pedro alguna vez lo fue. Okey, tenia buen cuerpo el tipo, pero ?esa nariz en forma de pelota de golf? !Yack! !No se que le viste! --Le vi algo --dije mirando el suelo del cuarto--. Dure cinco anos casada con el, despues de todo. --!Y que bueno que lo mandaste al carajo! --Sabes, no todo fue malo con el --dije, sacudiendo la cabeza y sobandome las manos--. Nunca me golpeo ni me maltrato ni nada. --!Uy! Que consuelo --dijo Claudia, asomandose y girando sus ojos hacia arriba--. Hay muchas maneras de maltratar, carino. ?Cuando te dejo salir conmigo? Negue con la cabeza. --?Cuando te dejo salir con tus companeras y companeros de trabajo? Volvi a negar. --?Cuando te dejo siquiera tener cuenta de redes sociales? Resople. El unico celular que tuve durante mi matrimonio fue de esos que solo servian para llamar y recibir llamadas. --Y ni empecemos con la ropa que te dejaba usar --dijo estremeciendose antes de entrar de nuevo a mi closet. Claudia tenia razon. No me apetecia regresar a una relacion que solo me habia hecho dano. --!Necesitamos ir de compras! --exclamo Claudia saliendo de mi closet. Me tomo de la mano y me llevo a jalones a su cuarto. Ahi abrio su armario y saco un vestido azul cielo de cuello circular. --!Vamos a ver! --dijo Claudia poniendolo frente a mi-- Oh si, esto servira. --!No me voy a poner esto! --?Por que no? Somos de la misma talla. Me levante y tome el vestido. --No lo se... --Midetelo. --!Estas loca! Vamos a ir a tomar un cafe, no a bailar. --?Y tu como sabes? Quiza despues del cafecito John quiera llevarte a otro lado... Y no necesariamente a bailar --dijo alzando las cejas y con una mueca burlona. Lleve el vestido de vuelta al armario. --Es mi primera cita en mucho tiempo, Clau. Dudo que lleguemos tan lejos. --!Ay, Fer! --exclamo-- ?Tienes idea de lo deprimente que es verte encuevada aqui todos los dias despues de trabajar? Claudia suspiro y se quedo paseando su vista por todo su armario. Me sente en la orilla de la cama. !Como admiraba a Claudia! Me habia cansado de todas las veces que me preguntaban en el trabajo por "la negrita guapa" que me iba a recoger. ?Y como no iban a querer con ella? Tenia un cuerpazo digno de concursos de belleza, igual de alta que yo, una mirada de esas que pueden hablar por si mismas, y el alma de cualquier fiesta a la que asistia. Para mi era un milagro que siguieramos siendo amigas antes, durante, y despues de mi divorcio. Pedro nunca la quiso. Siempre penso que era una mala influencia para mi con su vida fiestera y sus "ideas feministas", segun el les decia. Claro que Claudia tampoco quiso a Pedro. --!Ponte esto! --grito, lanzandome unos jeans. --Espera --me quite mi pantalonera y puse el pantalon. Claudia se asomo. --!Demonios! Chica, tienes mejor culo que yo. Me ataque de la risa al mirarme al espejo con el comentario de mi amiga. Estaba algo justo pero no estaba mal. No, no estaba nada mal. --Ahora ponte esto --dijo Claudia, dandome una blusa negra de tirantes. Me quedaba holgada de la panza y cintura, pero mis pechos quedaban justos y parecian que cualquier brinquito los haria saltar de mi escote. --!Andale! --dijo Claudia, abrazandome por atras y mirandome a los ojos en el espejo-- Te voy a decir una cosa: Si John puede seguirte viendo a los ojos durante su cita o es maricon o es un caballero. Me quede mirandome al espejo. No se veia de mal gusto mi escote, pero no me sentia comoda revelando tanto de mi. --Con Pedro jamas me hubiera podido vestir asi. --Fernanda, ?que dijimos? --dijo Claudia al darme la vuelta y mirarme a los ojos. --Que ya no hablariamos de ese imbecil. --?Que quieres que haga? Me miro como estoy vestida y escucho su voz en mi cabeza. --Dejame adivinar --dijo Claudia con el ceno fruncido--: ?Por que chingados te arreglaste? ?Quieres que se te queden viendo en la calle? ?Para que quieres que otros gueyes te vean las tetas y el culo? --dijo con voz grave y exagerada. Sonrei y mire mi perfil en el espejo. --Tambien me diria que me quitara esta mugre de la cara -- pase mi mano abierta frente a mi rostro--, que parezco payaso --el imaginarme a mi ex esposo diciendome esas cosas, y muchas otras peores, hizo que se humedecieran mis ojos--. Mas bien me diria que parezco puta. --!No no! --exclamo Claudia, acercandose y dandome un abrazo-- !Que lo metieran a la carcel es lo mejor que pudo haberte pasado! !Ya estas di-vor-cia-da! !Ya no le respondes al baboso ese! --No puedo hacer esto, Clau --me escape de su abrazo y fui hacia la ventana abrazandome de los brazos--. Todavia... todavia lo veo en los rostros de otros hombres. --Amiga, no todos son asi. --?Pero y si John es como Pedro? --Ay, amiga, ?por que crees que te lo presente? !Porque es todo lo opuesto a tu ex! --No estoy lista, Clau... Hablale y dile que... --No, ni madres --Claudia tomo mi celular y me lo estampo en la mano--. Si vas a cancelarle, hazlo tu. Solo me tomo unos segundos teclear un mensaje y enviarlo. --Listo --dije. Claudia gruno. -- ?Como esperas conocer a alguien si nunca sales de la casa? --No lo se... Pero... No, todavia no... Baje la cabeza y regrese a mi habitacion. Me sente en el escritorio y mire mis libros. "?Que estabas pensando, Fer?" pense, abriendo el libro. "Ahorita con mi certificacion no tengo tiempo de andar saliendo con nadie." Sono la campanita de mensajes de mi cel. Lo abri y vi el mensaje de John: --Al menos dejame llevarte esta flor que te compre. Que tierno. Debi contestarle, pero cuando trate de imaginarlo en mi puerta regalandome una rosa me asalto el recuerdo de la mirada imponente de Pedro sobre mi. Deje el cel en la mesa y de reojo vi que mi bote de basura ya estaba lleno de papeles. Tome mi cesto y recorri toda la casa para juntar las basuras de todos los botes. Un viejo habito de cuando estaba casada. Siempre que estaba a punto de explotar por algo juntaba toda la basura de la casa y la llevaba afuera. Y esa noche no era distinto. Ansiaba continuar con mi vida. Habia sido toda una odisea divorciarme con Pedro en la carcel. Y luego de escucharlo decirme todas las cosas que me dijo la unica vez que se me ocurrio irlo a visitar pense que me sentiria libre cuando ya terminara todo. Suspire cuando llegue al tambo y levante la tapa. Recorde cuando Pedro y yo eramos novios. Me regalaba rosas siempre que nos veiamos, hubiera jurado que conocimos todos los parques de la ciudad, y todo el tiempo me decia lo hermosa que era. Cerre el tambo luego de echar la basura, y me abrace los brazos. El aire estaba fresco, y parpadee mas rapido para no llorar. Talle mis ojos y sobe mis parpados mientras lo hacia. Me prometi que ya no lloraria por mi matrimonio fracasado. --Estas mejor que antes, estas mejor que antes --me repeti una y otra vez teniendo los ojos cerrados hasta tranquilizarme. Volvi a la casa y Claudia estaba encerrada en su habitacion hablando con algun muchacho. No sabia lo que estaba diciendo, pero identifique el tono que estaba usando. Habia visto a mas de un hombre doblarse a la voluntad de mi amiga cuando les hablaba asi. La envidie en ese momento. Fui a la cocina y me servi un vaso con agua mientras miraba fuera de mi ventana en completa oscuridad. Estaba viendo el vaso en mi mano cuando escuche un motor apagarse seguido de una puerta de coche azotarse. Levante la mirada y vi un auto negro con los vidrios polarizados estacionado a uno metros debajo el farol de una de las casas frente a las nuestra... Creo que el unico farol que funcionaba en toda mi calle. El que estaba junto a la mia llevaba meses fundido. El tipo que bajo del coche se quedo parado junto al vehiculo. Levanto la mirada y un escalofrio paso por mi espalda al verle. Claudia no vivia en el vecindario mas seguro, pero aquel tipo daba miedo. Tenia la cabeza rasurada y una barba de candado bastante gruesa. No se miraba muy alto, pero si muy corpulento. Traia una camisa negra ajustada, y sus manos se veian tambien negras. Debia estar usando guantes o algo, lo que se me hizo raro pues no estaba tan frio como para usar guantes.

  • Chantaje 2 _ Mi mejor eleccion de Mia Del Valle

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    Mira Gerald... hay veces en que las cosas no son como nos las ensenan de pequenos. Soy la hija del "senor" como tu te empenas en llamar a mi padre, pero tambien soy una mujer. Creci y me educaron para ser lo que mis padres creyeron conveniente, pero yo no soy asi. Podemos ser quienes queramos... tenemos toda la vida por delante y los mas importante de todo... !nos amamos! --Es peligroso mi amor, solo intento cuidarte... eres joven y yo no tengo nada para darte. --Eres todo lo que necesito y estoy dispuesta a esto y mucho mas... te amo y eso es lo unico que importa ?verdad? --Gerald clavo su aguamarina mirada en la joven mujer que amaba desde siempre, y tras respirar hondo sentencio: --!Entonces hagamoslo! --estaba dispuesto a eso y mas, Ruth era el amor de su vida, por quien respiraba durante las interminables horas de trabajo en la hacienda, y las cartas estaban sobre la mesa... manana a la tarde se fugarian del pueblo tal como lo habian planeado desde hacia anos. --Pasare por ti cuando salga de clases, esperame en las caballerizas amor mio... Pero Gerald nunca llego. Esa tarde Ruth no lo encontro en las caballerizas, ni en el lago donde acostumbraban nadar desde ninos, ni en la vieja higuera. Simplemente se esfumo. Su padre se habia encargado en persona de ello y Ruth lo ignoro hasta meses mas tarde, luego de que fuera obligada a casarse con un aprendiz que su familia habia apanado bajo su tutela. CAPITULO 1 Ya han pasado tres meses desde la ultima vez que lo vi. Muerdo la punta de mi boli mientras observo la nada desde la ventana de mi departamento. Hace frio y malditamente todo me recuerda a el... mi cama, mi mesa de trabajo, Ramon y mi corazon. !Todo! Absolutamente todo lo trae hasta mi como un fantasma que me sigue a cada paso y me observa con el ceno fruncido. Cada minuto sin Aaron me hace pensar que el dolor de no tenerlo me matara y por momentos intento convencerme que estare bien... lo intento. Cierro mi laptop cansada de ver noticias sobre nuestra ruptura en las revistas del corazon... muchas son verdad y otras no tanto... "Empresaria de la moda estafada por su propio esposo" leo en un portal, y con pesar asiento... no se como, ni de que forma estas noticias se filtran y llegan a la prensa, pero al menos esa fuente fue confiable, en cambio, otro sitio defiende al maldito, declarando en un furioso tono rojizo: "Clara Saavedra abandona a su esposo despues de tan solo sesenta dias de matrimonio, los rumores circulan en torno a una posible infidelidad de la joven, con un guapo caballero de su entorno, con quien se dejo ver en la gala de la moda llevada a cabo en Punta del Este" <> sinceramente no se si reir o llorar, que me vinculen a mi amigo es algo comico, pero que me acusen de ser la causante de la separacion me enfurece. Respiro. Respira Clara... tan solo respira, me digo a mi misma, intentando reacomodar mis ideas y dando pasos de bebe en un futuro tan gris como incierto. Ultimamente me he convertido en la hermana gemela de mi cactus... vivo gracias a mis reservas y a que el aire no hay que comprarlo en el supermercado, apenas salgo de casa, casi ni como y atras quedaron mis tiempos de mujer elegante de vestido y tacon. Hoy por hoy pantalones de mezclilla rasgados, sudaderas de mi coleccion y algun sueter holgado son mis mejores companeros. Mi madre me llama y visita a diario, encargandose personalmente que su unica hija no muera de inanicion. Bollos, chocolate, pizzas y cantidades desorbitantes de Coca Cola light son mi dieta de estos ultimos tiempos, y a pesar de ingerir lo minimo indispensable he ganado peso. Tomo mi agenda de unicornio y agrego "comenzar a ir al gimnasio" en las metas para este ano... claro que ya pasaron seis meses desde que en enero hice la lista... y en ese entonces vivia en la casa de Aaron y mantenia un matrimonio que era una patrana, pero viendolo ahora en perspectiva, por un momento creo que fui feliz... su proteccion me inspiraba admiracion. Y las migajas de momentos gratos me dejaban... ?satisfecha? <> Soy un ente que viaja sin rumbo, con una sensacion de vacio sobre los hombros y un intenso dolor que roe mi estomago constantemente, soy esa que, en la soledad de las noches revive una y otra vez la estupida decision que tomo doce semanas atras. Tambien soy una estupida acosadora, que checa el nombre del hombre al que dejo, en Google cada veinte minutos por lo menos, ahi lo vi hace un momento, tan elegante y dueno de todo a su paso, saliendo de una clinica de estudios medicos, me pregunto si estara bien. No puedo dejar de imaginarlo como la ultima vez que lo vi... de rodillas pidiendo, suplicando perdon, el cual le negue, y no puedo evitar tener sentimientos encontrados con mi decision... creo haber hecho lo correcto, pero el pequeno diablito que vive en mi hombro me susurra lo contrario "tendrias que haberlo perdonado Clara" dice negando con cara de disgusto, mientras que en mi otro hombro el angelito me muestra su pulgar en alto indicando que esta de acuerdo con mi proceder.

  • Una dulce herencia de Elena Bargues

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    Santander. Verano, 1918. Una abuela desconocida. Oscuros secretos familiares. Un amor poco adecuado.

  • Contra el separatismo de Fernando Savater

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    A modo de panfleto, este libro pretende ser un golpe directo a la sinrazon de los separatismos. Porque el
    separatismo no es una opinion politica o un ensueno romantico, como puede ser el nacionalismo, sino una agresion deliberada, calculada y coordinada contra las instituciones democraticamente vigentes y contra los ciudadanos que las sienten como suyas. No es un delirio mas o menos grave, sino un ataque en toda regla al nucleo mas importante de nuestra garantia de ciudadania, el Estado de Derecho. Con algo de paciencia y sentido del humor, se puede convivir mejor o peor con los nacionalistas; pero con los separatistas no hay mas arreglo posible que obligarles a renunciar a sus propositos.

  • La chica de los ojos tristes de Noelia Hontoria

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    Adriana amaba viajar. Desde pequena siempre supo que no queria una vida prefabricada como los demas, ella era especial. Por encima de todas las cosas, deseaba almacenar en su retina paisajes de belleza desmedida, disfrutar de escenas urbanas cotidianas, integrarse en otras culturas desconocidas y atesorar miles, quizas millones de kilometros recorridos. Le gustaba imaginar que llevaba a sus espaldas una mochila magica en la que conservar la esencia de cada paso andado, cada kilometro viajado. Nunca supo bien de quien habia heredado esta pasion. Quizas de su tia preferida, Carla, quien siempre tenia una anecdota que contar de cada ciudad que habia visitado. O tal vez de sus padres, quienes sin saberlo le habian inculcado el deseo de conocer mundo. A pesar de que ambos tenian una coleccion de sellos en el pasaporte mas bien escasa, los dos poseian grandes conocimientos del mundo que nos rodea, cada uno por una razon diferente: la madre de Adriana era una reputada profesora de Geografia, mientras que su padre, cocinero, habia editado sin exito dos libros de recetas internacionales. Sin duda, sus ansias de viajar la habian llevado a vivir los mejores momentos de su vida y si de algo no se arrepentia, era de cada minuto vivido en ciudades que no le pertenecian. Adriana era hija unica, pero nunca fue una nina malcriada. Jamas le falto un capricho ni un regalo bajo el arbol de Navidad, pero tampoco educacion, carino y un castigo cuando lo merecia. Crecio en un hogar sin altibajos, sin problemas economicos ni familiares y paso su adolescencia como cualquier otra joven de su edad: le gustaba tomar cafe con sus amigas los viernes por la tarde, mirar ropa en el centro comercial y, de vez en cuando, salir por la noche a tomar un Malibu con pina en los bares "de mayores". Queria crecer rapido para ser como ellos, saber bailar, no tener toque de queda y no verse en la obligacion de dar explicaciones de con quien andaba o donde iba. Quizas si Adriana hubiese sabido lo que le esperaba unos anos despues de la mayoria de edad, habria deseado que su vida acabara en ese cafe de los viernes por la tarde. Pero por suerte o por desgracia para ella, la vida siguio su curso y Adriana se convirtio en una bella jovencita de pelo negro y ojos miel. Fue a la Universidad, aunque nunca llego a terminar la carrera. La vida le tenia preparado otro destino, eligio otros caminos y paso de ser una adolescente feliz a una marioneta de quien, con capricho, mueve los hilos de nuestra vida. ?Quien decide quien merece vivir una buena vida y quien se ahogara en una existencia marcada por las sombras? ?Somos nosotros los que, con nuestras acciones, marcamos nuestro futuro o realmente existe un destino escrito para cada uno desde el momento en que venimos al mundo? La joven no conocia la respuesta a la pregunta que se repetia todas las noches, pero un buen dia decidio que era el momento de buscar una salida del tren que ya habia descarrilado hace mucho tiempo. Se marcho. Huyo por la ventanilla del servicio de la tripulacion, como los cobardes, atraveso las vias, cambio de estacion e, incluso, de medio de transporte. Habia llegado el momento de romper con todo lo que le ataba a su vida anterior: familia, amigos, ciudades... creo una caja de recuerdos y guardo en ella lo que mas le importaba. Ese tipo de objetos que jamas tendrian valor material en un mercadillo de segunda mano, pero que para ella ahora eran todo su mundo. Con sumo cuidado, selecciono sus fotos preferidas con recelo de no aparecer en ninguna. Cerro la caja y con la llave se hizo un colgante. Creia en el poder de los amuletos y si queria empezar de nuevo, reescribir su historia, iba a necesitar uno. Con sus propias manos cambio su largo pelo negro por una melena rubia a la altura de los hombros y volvio a estudiar, pero esta vez no fueron las aulas de la Universidad las que disfrutaron de su inteligencia: una manana de Enero se matriculo en un curso de TCP, tripulante de cabina de pasajeros o, como lo llamaba el resto del mundo, azafata. Comenzar una nueva vida no fue facil: gestionar la documentacion fue casi mas dificil que encontrar un piso decente y economico en una gran ciudad como Madrid. Queria algo cerca de la Escuela pero con un alquiler acorde a su cuenta bancaria: apenas habia tenido unos meses para ahorrar y los lujos no tenian cabida en su nuevo plan de vida. Tras dos noches durmiendo en un hostal de dudosa reputacion, logro encontrar un habitaculo en un piso modesto pero limpio. Su habitacion estaba decorada en tonos azules y contaba con un mobiliario bastante basico: una cama vieja pero comoda, un escritorio de melanina, un pequeno armario suficiente para su escaso equipaje y un par de cuadros de motivos marineros. Muy a su pesar, tuvo que resignarse a compartir piso con dos chicas de nacionalidad alemana, participantes de un programa de intercambio europeo, con las cuales apenas cruzo una centena de palabras durante todos los meses que duro su estancia. Adriana se escudaba en los obstaculos del idioma para no tener mucha conversacion con sus alegres companeras, pero ella bien sabia que ese no era el motivo real. Era consciente de que su vida ahora se encontraba en una etapa absolutamente temporal, que esto no duraria mucho. Le gustaba Madrid, le hacia sentirse extrana entre un mar de gente, pero no queria pasar aqui el resto de su vida. En ese momento, hacer amistad con las alemanas no entraba entre las prioridades de su nueva vida. Tampoco le interesaba conocer a sus companeros de Escuela. Ocho chicas y tan solo un varon que quedaban cada fin de semana para disfrutar de la noche madrilena. Despues de tres negativas por parte de Adriana, habian dejado de intentar convencerla para salir con ellos. La veian algo rara, taciturna y solitaria. Y no se equivocaban. En ocasiones hablaban de ella a sus espaldas y todos coincidian en que era una chica amable, responsable y con buenas maneras, pero no entendian como alguien tan joven podia tener tan poca vida social. Algunos apostaban a que tendria algun problema psicologico, otros simplemente achacaban su actitud a un posible novio demasiado celoso y absorbente. Fuera lo que fuera lo que marcaba la actitud de Adriana con el mundo, todos estaban de acuerdo en que no era la mejor personalidad para una futura azafata de vuelo. La realidad era bien diferente: sus fantasmas no la dejaban abrirse de nuevo al mundo. Desde que ocurrio aquello que nunca debio suceder, se acostaba cada noche imaginando que todos tenemos una segunda oportunidad y basta un "lo siento" o una explicacion para enmendar todos nuestros actos. Pero al final de cada noche, sus suenos siempre se transformaban en pesadillas. La vida siguio su curso y pocos meses despues abandonaba esa Escuela que le habia dado una nueva oportunidad, esta vez con el titulo bajo el brazo. Contra todo pronostico, Adriana fue la primera de su promocion que consiguio ser seleccionada en una de las entrevistas que la propia Escuela organizaba con algunas companias aereas. A pesar de que su tren descarrilo hacia apenas un ano, habia logrado encender los motores del avion de su nueva vida. Acepto sin dudarlo: ante la oportunidad que se abria delante de ella, ni siquiera reviso las condiciones de su contrato. No le interesaban las cifras mensuales, las horas de trabajo ni el convenio. Solo queria empezar, por fin, su vida. Dicen que nunca es tarde para volver a empezar y Adriana estaba a punto de comenzar el viaje hacia lo que realmente merecia. Un 7 de octubre de 2007, partio de madrugada, con nocturnidad y alevosia. No le hizo falta facturar. En su escasa maleta de mano llevaba un par de kilos de ropa, su documentacion y su caja de recuerdos. Pero lo que mas pesaba no era nada material que pudiera llevar con ella. Su secreto la acompanaba, alla donde fuera, con la carga anadida de saber que jamas iba a poder desprenderse de el. Las horas de espera en el aeropuerto volaron: antes de darse cuenta, la voz metalica que provenia de los altavoces del aeropuerto ya anunciaba la salida de su vuelo. Cogio su equipaje de mano, su secreto y su desesperanza y se puso en la cola de ese conductor de destinos al que vulgarmente llaman avion. Deteniendose un instante, como si quisiera saborear aquel momento, saco de su bolsillo la carta arrugada que habia recibido apenas unos dias antes y comprobo con la pantalla de la sala de embarque que no se habia equivocado de sitio. En ambos lugares rezaba la misma frase. Destino: Aeropuerto de Luqa. Malta.

  • El caso de la familia desaparecida de Raul Garbantes

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  • Una mujer en tu camino (Inspector Sejer 5) de Karin Fossum

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    Quinta entrega de la serie de novela negra escandinava protagonizada por el inspector Sejer.

  • Mariana… siempre Mariana de Mirta Torrez

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    Novela romantica con detalles historicos que tiene todas las pasiones, sentimientos,diferencias sociales, ambicion,venganza, traiciones. De a ratos es una historia romantica y por momentos se carga de suspenso y accion y se vuelve un thriller.

  • Espiritu de invierno de Elena Morilla Margallo

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    El rey Filian de Baldrenia esta muy enfadado con sus nortenos, tanto que ha decidido ir en persona a poner orden entre los pueblerinos. El siempre debe tener lo que desee, aunque los intereses no coincidan con los de sus subditos. Llevado por el orgullo y la codicia pierde la vida al caer a un lago helado. Cuando parece que todo ha terminado para el aparece la Senora del Invierno. La reina de los espiritus de la estacion le da una nueva forma para que pueda pagar la deuda que ha contraido con ella. ?Podra el ambicioso monarca hallar la forma de solventar sus errores?

  • La terquedad de las estrellas de Lara Beli

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    Anne es timida, sonadora y un poco torpe. Trabaja de barista en un casino (o de barwoman, como le gusta decir a ella porque suena a superheroina) y espera pacientemente un amor que no llega.

  • No suena a Best Seller de Rebeca Cod

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    Si tu vida tuviera banda sonora, ?sabes como sonaria?

  • Extraccion de Douglas Preston

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    Un relato escalofriante que descubre muchos secretos de la relacion entre los hermanos Pendergast.

  • Muerte en Las Dunas (Isla de Lornea 1) de Gregg Dunnett

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    Veo el cuerpo desde la ventana de mi habitacion. Yace en mitad de la playa, probablemente lo arrastro la marea durante la noche. Es lo unico que interrumpe la plateada arena de la orilla y no tengo duda alguna de lo que es, incluso desde aqui lo tengo claro. Es curioso, siempre he sabido que, viviendo donde vivo, algun dia veria algo asi. Lo ponen a menudo en las noticias de la television: <>. Y por fin hoy he encontrado el mio. Agarro los prismaticos. Son grandes, capaces de aumentar la imagen hasta 10 veces y pesan tanto que me resulta dificil mantenerlos firmes. Por eso, aunque los aprieto con fuerza contra el cristal de la ventana, lo unico que logro ver son fragmentos desiguales de piel, una fantasmagorica mancha blanca en el vientre y un color rojo intenso donde una herida le corta el dorso. Es una joven. Eso si alcanzo a verlo. Tendida en un charco de sangre y agua salada. Yace muerta en medio de la playa, de mi playa. De repente soy consciente de mi respiracion por las pequenas nubes de vaho que se forman cada vez que expulso aire por la boca. ?Podria ser mi imaginacion? Tal vez estoy dormido y esto no es mas que un sueno. Pero el resto de la habitacion parece real. El armario esta abierto y veo mi uniforme escolar colgado dentro. Los posteres de mi habitacion son los correctos: la tabla periodica y mi lista de <> con todos los nombres en latin. Me fijo en este ultimo, no estarian escritos correctamente si estuviera sonando porque no me los se todos de memoria. Escojo uno al azar: Lubina estriada <>. Definitivamente, no estoy sonando. Miro de nuevo por los prismaticos. Esta vez noto las gaviotas. Algunas revolotean sobre el cuerpo; otras se posan con tranquilidad, como si fuera una roca nueva que broto durante la noche. Entonces noto que no solo estan de pie, sino que se inclinan, picoteando. Desgarrando trozos de carne. Veo a una moviendo el pico directamente en el ojo. Suelto los prismaticos y pienso. Deberia decirselo a papa. Se que deberia hacerlo. Pero algo me hace dudar. Ultimamente esta de un humor bastante raro. Se enfada por tonterias. La playa va a estar llena de policias y de periodistas, y papa odia a esa gente. Si se lo cuento igual le da por insistir que no nos metamos en esto. Incluso igual dice que pasemos la manana en casa y entonces no podre examinarla. ?Y con que frecuencia tengo una oportunidad asi? Para alguien como yo esta es una ocasion increible. Quiero decir, tambien es triste, por supuesto, pero no sirve de nada ponerse sentimental con estas cosas. Por encima de todo, es una oportunidad que no se debe desperdiciar. Asi que, aunque me siento un poco culpable, concluyo que no se lo voy a contar a papa. Me llamo Billy, por cierto. Tengo once anos, pero soy un poco mas interesante que la mayoria de los chicos de once anos. Bueno, eso juzgando por los que van a mi instituto. Estoy seguro de que estarias de acuerdo si los conocieras. Afortunadamente, hoy es sabado y no hay clases. Tenemos una rutina bastante establecida para los fines de semana. Lo primero, papa va a hacer surf por la manana temprano ya que luego se llena y no le gusta mezclarse con la gente. Yo voy con el pero nunca hago surf. Eso requeriria meterse en el agua y yo no me meto al agua. No obstante, no me quedo en el coche esperandolo. Eso seria bastante aburrido. Siempre tengo muchos proyectos en marcha. Como mi proyecto de la cabana, por ejemplo. La construi el ano pasado, con materiales que a papa le habian sobrado del trabajo. Esta en el bosque detras de las dunas pero estoy seguro de que no la encontraras porque pinte las paredes de camuflaje. Tarde un siglo en terminarla. Resulta que no se puede comprar pintura de camuflaje; en realidad tiene sentido cuando lo piensas, ya que los colores se mezclarian en la lata. Bueno, de todos modos, ese fue mi proyecto del ano pasado. Ahora tengo otros que son aun mejores. Pero, obviamente, hoy no estoy pensando en mis proyectos. Hoy hay un cadaver en la playa. Decido que tengo que despertar a papa y salir de casa lo mas rapido posible. Asi puedo ser el primero en llegar. Tal vez sea yo quien la descubra. Papa suele levantarse despues que yo. Baja y se hace un cafe. Si no llueve o hace demasiado viento, se lo toma afuera. Se coloca en nuestro pequeno jardin en la cima del acantilado y mira hacia la playa para decidir donde hacer surf. Si hay un buen oleaje vamos a nuestro extremo de la playa, cerca del acantilado, porque las olas aqui son mas pequenas y menos potentes. Pero si no hay mucho oleaje vamos a Silverlea, el pueblo que esta en medio de la bahia. Alli, la playa esta mas expuesta al oceano. Y claro, si no hay nada de olas o si el viento sopla demasiado fuerte, entonces no vamos a hacer surf. Y eso si que es un rollo porque significa que papa se pasara todo el dia de mal humor. En casa vivimos solos papa y yo. No tengo hermanos ni hermanas. Ni madre o, al menos, ya no. Y, despues de lo que paso con los pollitos de gaviota, papa no me deja tener mascotas. Asi que estamos solos los dos. Y hemos vivido aqui, en nuestra casa en lo alto de un acantilado desde que tengo uso de razon. Decido que esta manana hare yo el cafe. Y lo hago de una manera realmente ruidosa para despertar a papa, cerrando los armarios con portazos y revolviendo los cubiertos para coger la cuchara. Necesito que se de prisa si quiero ser yo quien descubra el cuerpo. Tenemos una de esas cafeteras plateadas donde pones el cafe en el medio y con dos partes que se enroscan. No estoy seguro de cuanto cafe poner pero se que a papa le gusta fuerte, asi que lo lleno hasta arriba. Al poco tiempo, la cafetera empieza a silbar y a echar espuma y la cocina empieza a oler a cafe. Cojo una taza para papa y cierro la puerta del armario con otro portazo. Oigo a papa arriba en el cuarto de bano, echando un chorro largo como todas las mananas. Cuando finalmente termina, grito hacia arriba. --!Papa, cafe! Luego salgo al jardin para echar otro vistazo. Todavia esta alli, nadie la ha descubierto. Pero me doy cuenta de que hay otro problema, las olas. Hoy son pequenas. Eso significa que papa querra ir a Silverlea donde las olas seran mas grandes. Normalmente no me molestaria porque mis proyectos estan bien distribuidos por toda la zona por lo que no me importa ir a donde quiera papa. Pero el cuerpo esta aqui, en nuestra playa. Si vamos a Silverlea, tendre que caminar todo el camino de regreso y corro el riesgo de que alguien la descubra mientras voy de camino. No quiero que eso suceda. Quiero ser yo el que la descubra. Asi que cuando papa sale a reunirse conmigo, cafe en mano, ya estoy pensando en una forma de resolver el problema. Lo miro con cautela. Anoche llego tarde y creo que debio beber bastante porque tiene cara de resacoso. --?Por que has hecho tanto ruido esta manana, Billy? --papa se frota los ojos--. Pense que te estaban matando en la cocina o algo asi. --Se rie y toma un sorbo de cafe--. !Dios! Esto es gasolina pura --exclama. Frunzo el ceno porque no estoy seguro de si eso es bueno o malo. Papa pone la taza en la tapia del jardin. Luego bosteza y estira los brazos. Lleva unos vaqueros viejos y una camiseta que se le levanta un poco, lo suficiente para que se le vean los musculos de la tripa. Todavia se le nota el moreno del verano incluso ahora al final de la temporada. A pesar de que la hierba esta mojada por el rocio, va descalzo. El no nota el frio. Nos quedamos en silencio un rato observando las vistas. Justo delante de nuestra tapia esta el viejo camino del acantilado. Lo cerraron hace un tiempo porque se volvio demasiado peligroso, pero yo todavia se de un camino hacia abajo. Pasado el viejo camino hay un gran acantilado sobre la playa, que tiene siete millas de largo y se extiende mas alla de la ciudad de Silverlea, hasta Northend. Hacia la derecha se ve el bosque. A la izquierda es solo oceano. La verdad es que tenemos una vista increible desde nuestro jardin. --Tiene buena pinta, ?no? --dice papa, cogiendo su cafe de nuevo. Quiere decir que las olas parecen buenas. Desde aqui arriba puedes verlo todo pero papa solo se fija en las olas. Por eso creo que mi plan funcionara. Espero unos instantes antes de hablar; le dejo que estudie lo que pasa bajo nosotros. Observa como las olas entran en la playa. Las olas que ves cuando vas a la playa no son siempre del mismo tamano. Vienen en grupos o conjuntos. Por eso en un momento determinado puede parecer que las olas son realmente grandes pero luego, al rato, parecen ser mucho mas pequenas. En este preciso momento, mientras dejo que papa mire, son bastante grandes. De hecho tengo suerte, es probable que sea la ola mas grande que he visto en toda la manana. Perfecto para mi plan. --Son grandes --digo con la mayor naturalidad posible--. Parecen pequenas ahora, pero justo antes de que salieras eran bastante grandes. Yo voto por que vayamos a Littlelea. Si papa lo hubiera observado tanto tiempo como yo le habria sido obvio que estoy mintiendo. Esta claro que el surf sera mejor en Silverlea, donde la playa esta menos protegida. Littlelea es donde esta el cuerpo, asi que necesito que decida ir alli. Y para eso tengo que convencerle de que las olas son mas grandes de lo que realmente son. Papa no responde de inmediato. Estamos de pie, juntos, mirando hacia el oceano. El cuerpo es lo suficientemente visible para cualquiera que lo estuviera buscando, pero el no esta mirando hacia la playa. Sus ojos escanean el horizonte, observando como los pequenos bultos que asoman por el horizonte se transforman en olas segun se acercan. Espera, sorbiendo su cafe. Y es paciente. A medida que pasan los minutos las olas que habian entrado desaparecen y el mar vuelve a estar llano. Hago lo posible por parecer sorprendido. --Me parecen pequenas --dice papa finalmente con una nota graciosa en su voz--. ?Te encuentras bien, Billy? --Se vuelve hacia mi y, por un momento, me preocupa que se vaya a poner de uno de sus extranos estados de animo. Pero esta sonriendo--. Venga, nos vamos a la ciudad. Y ya de paso desayunamos despues. La ciudad es lo que llamamos Silverlea. Asi que vamos a tener que conducir mas de dos kilometros hacia el norte, mas alla del cuerpo y luego tendre que caminar todo el camino de vuelta hasta Littlelea para regresar hacia el. Obviamente estoy decepcionado. Aunque por lo menos, ir a desayunar despues sera un consuelo. Y no voy a hacer que cambie de opinion ahora, asi que mejor asumirlo. Papa se termina el cafe, hace una mueca y me mira. --Salimos en cinco minutos --dice mientras entra en casa para terminar de vestirse. Le sigo y una vez en la cocina me apresuro a apagar el ordenador portatil. Cojo los prismaticos, un cuaderno de notas por estrenar, mi camara de fotos y lo meto todo en la mochila. Papa pasa junto a mi mientras me estoy poniendo las botas de caminar y me mete prisa. Mientras salgo, papa echa su traje de neopreno en la parte trasera de la camioneta. Aterriza con un golpe en la base metalica. Su tabla ya esta alli; practicamente permanece ahi todo el tiempo. Entonces dudo. Cuando esta de buen humor me deja viajar en la parte de atras a pesar de que sea tecnicamente ilegal. Pero cuando esta de mal humor tengo que ir delante con el, con el cinturon de seguridad abrochado y todo. Me arriesgo y subo por la parte de atras sin mirarle a los ojos. Al principio no dice nada, simplemente abre la puerta de la cabina. Antes de entrar me dice: --Si nos cruzamos con la policia te agachas de inmediato. Papa entra en la camioneta, al instante oigo el rugir del motor y la camioneta empieza a renquear. El olor a gasolina llena el aire. Bajamos por nuestro camino hacia la carretera principal y entonces papa comienza a bajar la colina, conduciendo rapido, invadiendo el carril contrario para suavizar las curvas. La playa casi no se ve desde la carretera, solo se vislumbra entre los arboles. Luego, una vez que se cruza el rio esta bastante baja y las dunas la bloquean. Pero solo tardamos diez minutos en llegar y no nos cruzamos con nadie durante el camino. Me parece buena senal. Llegamos a la ciudad por la parte de atras y nos detenemos en la parte delantera del aparcamiento de la playa. La cafeteria Sunrise esta aqui al lado, alli es donde vamos a desayunar, pero todavia no ha abierto. Aun asi, no somos los primeros en llegar. Hay otros cuatro coches. Reconozco dos de ellos, son amigos de papa que tambien van a hacer surf. Supongo que los otros dos seran probablemente gente que ha ido a pasear a los perros. Espero que hayan caminado hacia el norte, hacia Northend y no hacia el sur hasta Littlelea donde esta el cuerpo. Probablemente no se pueda ver el cuerpo desde aqui asi que tengo esperanzas, pero no lo sabre hasta que baje a la playa. --A las diez de vuelta --dice papa. Antes intentaba que fuera a hacer surf con el pero ahora ya ha desistido. Por fin ha entendido que yo no me meto en el agua. --Vale --le contesto--. Hasta luego. --Me pongo en camino mientras se sienta en la plataforma de la camioneta para ponerse el traje de neopreno. No se molesta en taparse con una toalla ya que no hay nadie alrededor. Camino rapidamente por el pequeno sendero hacia la playa. Al principio es facil porque hay un paseo de madera pero luego se acaba y se me hunden los pies en la suave arena. Finalmente llego a las piedras. Hay una barra de rocas planas y grandes como platos. Cuando llego alli, me detengo y saco los prismaticos de la mochila. Incluso antes de enfocarlos del todo veo que algo va mal. Hay gente en la playa. Justo al lado de donde esta el cuerpo. Desde donde estoy no llego a ver quienes son o que estan haciendo, pero es obvio que estan alli parados. Siento como la desilusion me invade. Es gente sacando a los perros. ?Por que no podian haber caminado hacia el otro lado? Fui yo el primero en ver el cuerpo hace mas de una hora y queria ser yo el primero en llegar. Ahora ni siquiera se si voy a poder verlo. Espero que la Guardia Costera llegue pronto para acordonar la zona. O la policia. Estos dias hay un monton de policia por toda la ciudad. Me quedo alli un rato, esperando a que se me pase el disgusto; en realidad no me dura mucho. Despues de todo, quien sea que este alli no va a poder mover el cuerpo, es un poco grande para eso. Supongo que podrian tratar de acordonarlo, pero tampoco hay senales de eso, al menos de momento. Si me doy prisa igual todavia pueda examinarlo. Solo necesito darme prisa en llegar. Me pongo de nuevo en marcha, caminando justo al lado de la marca de la marea alta. Es el mejor lugar para andar porque la arena esta dura y plana. Ademas, a veces, encuentras cosas que ha traido la marea, lo cual es una ventaja. Pero hoy no estoy mirando hacia abajo. Mantengo los ojos enfocados hacia adelante, tratando de distinguir los detalles a medida que me voy acercando. Al rato, cuando ya estoy a mitad de camino, veo un coche de policia conduciendo lentamente por la playa hacia donde yace el cuerpo. Resoplo y suspiro. Se lo que estaras pensando, no es normal que un nino de once anos quiera examinar un cadaver en la playa. Pero como ya dije, no soy como la mayoria de los ninos de once anos. Quiero decir, probablemente, algunos de los chicos del instituto querrian hacerse un selfi o alguna estupidez parecida. Pero yo no quiero hacer nada de eso. Estoy interesado porque quiero estudiarlo, como buen cientifico que soy. Si sabes algo acerca de Silverlea, si has estado de vacaciones aqui o algo asi, puede que tambien te sorprenda que un coche de policia llegue tan rapido y tan temprano por la manana. Pero asi estan las cosas ahora. Este otono estan por todas partes. Se debe a la chica. La que sale en las noticias. Y si tienes en cuenta que no se trata solo de las noticias locales de la isla, sino de las noticias nacionales, junto con las historias sobre el presidente y los terremotos y demas, ya te puedes imaginar como lo estamos viviendo aqui. Esta toda la isla obsesionada con el tema. ?Como puede ser que una adolescente desaparezca asi sin mas? No parece posible. Yo conoci a la chica que desaparecio: Olivia Curran. Mira, igual te lo cuento ahora y todo, ya que incluso a paso ligero me llevara un tiempo llegar hasta alli. Estaba alojada en uno de los chales de los que se encarga papa. Habia venido de vacaciones con su familia: su madre, su padre y su hermano. Estaban en uno de los chales de Seafield. Son los mas caros, a pie de playa y con vistas al mar desde todas las habitaciones. De hecho, estan justo al lado del aparcamiento donde dejamos el coche esta manana. En realidad no tenia que haberla conocido. Yo estaba en el chale de al lado cuando llegaron. Estaba arreglando la wifi porque los huespedes de la semana anterior se habian quejado de que se caia mucho. Esa es otra cosa que hago, configuro la wifi para todas las casas de vacaciones que administra papa. El Sr. Matthews, el jefe de papa, sabe que se me dan bien los ordenadores y por eso me deja. Total, que acababa de terminar de arreglar el problema cuando llegaron. Tenian un todoterreno, o un cuatro por cuatro o algo asi, con bicicletas en la parte trasera y varias maletas en la baca. No hable con ellos, por supuesto. Todos los chales de Seafield son independientes y cuando llegan los invitados obtienen la llave de una caja de metal atornillada a la pared y con una cerradura de combinacion. Asi que simplemente les ignore como de costumbre. Al rato decidi coger un aperitivo del almacen. Hay una pequena caseta de piedra en el patio de los chales donde guardamos la ropa de cama de repuesto, los recambios de toallas y tambien hay pequenos paquetes de galletas para las bandejas de bienvenida que ponemos. Total, que ahi iba yo con mi portatil, de camino al almacen para coger galletas. Y ahi fue cuando me debio haber visto. Porque segun salia del almacen, todavia con el portatil abierto, la chica venia caminando hacia mi desde su chale. --Perdona --me dijo, sonaba un poco insegura--. ?Te alojas aqui al lado o algo asi? Acabamos de llegar y no conseguimos que funcione la wifi. No le conteste. No podia, tenia una galleta en la boca. --Es que te he visto con el portatil. Me preguntaba si tal vez habias conseguido que funcionara. --Tenia el pelo rubio recogido en una cola de caballo, pero algunos mechones se habian escapado y movio la mano para apartarlos de sus ojos. --Bueno, no te molestes, olvida que te he preguntado --dijo y comenzo a darse la vuelta. Aproveche para sacarme la galleta de la boca. --Vivo aqui. No necesito alojarme aqui. Configuro la wifi para los chales del Sr. Matthews. La chica se volvio y me miro de arriba abajo un poco dudosa. --Ah, genial. Pues me vas a venir bien, creo. Ya que no parece funcionar. --Se detuvo y sonrio. Tenia una sonrisa bonita. --Si que funciona. Lo acabo de arreglar --le dije. --Pues … bueno, acabo de intentarlo y a mi no me funciona. --?Has puesto la contrasena? --le pregunte. Los turistas son bastante inutiles, por lo que ponemos instrucciones para todo en las carpetas de bienvenida, incluso cosas tan sencillas como como encender la cocina electrica--. Esta en la carpeta de bienvenida que encontraras en ... --Si, ya la he encontrado. Se conecta bien, pero enseguida se cae. Aquello me molesto porque acababa de tener el mismo problema en el otro chale y pensaba que lo habia solucionado. --?Has cambiado las configuraciones? --pregunte, un poco esperanzado. -- No. Por supuesto que no. --Me echo una mirada graciosa--. Acabamos de llegar. Frunci el ceno. Si no hubiera ido a buscar una galleta no me habria atrapado. Pense en ir al chale numero dos e intentar conectarme desde alli, pero probablemente trataria de venir conmigo. Y seria mas rapido si pudiera conectarme directamente a su ruter. --Tengo que entrar y conectarme al ruter. ?Te parece bien? --Una parte de mi esperaba que dijera que no, pero no lo hizo. La chica, en aquel momento aun no sabia que se llamaba Olivia, movio el brazo de una manera muy elaborada, como si estuviera haciendo teatro o algo asi. --Estas en tu casa. De verdad que tenia una sonrisa preciosa. El ruter en el chale numero uno esta en el aparador junto a la mesa de la cocina. Vi de inmediato que la luz parpadeaba en naranja cuando deberia haber estado brillando en verde. Los chales de Seafield tienen el salon y la cocina juntos y el padre de la chica estaba alli, guardando comida en la nevera. --!Hola! --me dijo segun entraba, pero no tuve que decir nada porque la chica respondio por mi. --No pasa nada, solo esta aqui para arreglar la wifi. Puse mi portatil sobre la mesa y busque en la mochila el cable de red. El padre siguio guardando mas cosas en la nevera pero note que queria decir algo. Finalmente lo hizo. --Eres un poco joven para arreglar ordenadores --solto. Tenia esa voz que los mayores utilizan cuando quieren ser condescendientes hacia los ninos. Me gire un poco para darle la espalda y no le conteste. --Sabes, no importa si no consigues que funcione --continuo--. De todos modos, vamos a estar en la playa todo el dia, ?verdad, Olivia? --?Como? Si, si que importa --interrumpio la chica--. Puede que para ti no sea importante pero este lugar se anuncio como que tenia wifi. ?Que pasaria si en el anuncio hubiera puesto que tenia banera y llegas aqui y no hay banera? Te molestaria, ?verdad? --Vale --le dije. No queria oirlos discutir--. Esto pasa a veces, pero si reinicio desde el panel de control se resuelve el problema. --Creo que sonaba mas seguro de lo que en realidad me sentia ya que no entendia por que seguia fallando asi.

  • Saga tu y yo de Ana Belen Martinez

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    Mirame, nena
    Una novela conmovedora con mucho amor y risas. !No te la pierdas!
    Empece a trabajar hace seis meses en la editorial New York pages, en Seattle, la ciudad esmeralda, como ayudante de uno de sus editores: el senor Harris, pensando que tendria un gran futuro en esa empresa. Estar todos los dias rodeada de miles de libros maravillosos, era mi sueno mas anhelado. No obstante, la realidad muchas veces se impone a los suenos y algo que creia podia ser maravilloso, se volvio deprimente y aburrido.Odiaba mi trabajo. Me pasaba el dia atendiendo el telefono y haciendo recados personales para el senor Harris. Y, por si fuera poco, no tenia acceso a poder disfrutar o trabajar con futuras promesas editoriales ya que mi editor no confiaba en mi capacidad y eso que tengo un Master en Filosofia, Filologia y Humanidades.
    Segun Alex, mi amigo gay, un cerebro privilegiado, pero nada aprovechado.Tenia que tomar una decision: Conformarme y ser una infeliz o…

  • El pais de los vientos frios de Yolanda Revuelta

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    El monje se acerco a su pollino y le ofrecio una brizna de hierba que crecia en la inmensa pradera de verdes intensos tras una primavera lluviosa. El animal, encantado, la atrapo entre los dientes y comenzo a mascarla despacio, sin prisa alguna, mientras oteaba de forma desinteresada el horizonte. El religioso, que en ese momento se encontraba con los brazos alrededor de una conocida planta de uso medicinal, lo imito, se irguio intentando obviar el dolor de lumbares que en ese instante le traspasaba la espalda como un aguijonazo y alzo mas la cabeza, centrando su mirada en la grandiosa masa de agua que se abria ante sus ojos. El mar parecia una balsa, solo unas pequenas olas se atrevian a romper en los salientes de las rocas, la calma era absoluta. El dolor parecio desvanecerse y no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Esa calma no hacia presagiar lo que iba a ocurrir unos minutos despues. Observo la grandeza del mar y dio gracias al Senor por tan maravilloso regalo, coloco su mano derecha sobre las cejas y centro toda su atencion en un pequeno punto que destacaba a lo lejos. Entrecerro mas los ojos hasta que pudo identificar aquel objeto flotante que se movia con suma rapidez, surcando el oceano a una velocidad pasmosa. Su intuicion le indicaba que esa extrana embarcacion de una inmensa vela rectangular desplegada y con un mascaron de proa que simulaba la cabeza de una bestia inmunda, no podia traer nada bueno. Parecia mas bien una obra del diablo que cualquier otra cosa. Desvio su atencion al monasterio, que se alzaba hieratico y majestuoso frente al mar; su mirada, sin poder evitarlo, volvio de nuevo a la nave. El viento azoto con fuerza su habito, de tono oscuro y raido por el paso del tiempo; sin embargo, el parecio no notarlo. Despues de aquella misteriosa embarcacion, aparecieron otras que parecian seguir el surco que dejaba la primera. Abrio una mano despacio, hipnotizado por aquellas extranas naves que iban aumentando de tamano a medida que se acercaban a tierra y tiro las plantas medicinales sobre la verde hierba, a la vez que en su mente se formaba una idea desoladora. El pollino movio de forma incesante sus enormes orejas, como si pudiese percibir la intranquilidad del hombre que se hallaba a su lado, rebuzno con poderio para hacerse oir y obtener otro bocado extra pero, para su sorpresa, esta vez no dio resultado. El monje, sin perder detalle de lo que acontecia, se temio lo peor. Las embarcaciones se dirigian a tierra firme y alli no habia nada mas que el monasterio. Con una rapidez que le sorprendio incluso a el mismo, monto a su pollino, tiro de la cuerda que hacia las veces de bocado, e hizo apretar el paso a su montura; como respuesta, el animal de carga rebuzno con mas brio, pero no desobedecio las ordenes y comenzo su andadura con paso energico. Si la situacion hubiera sido otra, hasta podria haberse definido como divertida. Los misteriosos barcos se abrian paso entre las aguas a gran velocidad, su tamano aumentaba a medida que se iba acercando a la playa y, si de lejos le parecio que eran misteriosos y sombrios, a distancia corta no pudo menos que definirlos como tenebrosos. Espoleo con el talon el flanco de su rucio para que aumentase su paso, este obedecio a la orden en el acto y se puso, no sin esfuerzo, a la par de la primera embarcacion. Sin duda era una competicion desmedida, pero el monje, atemorizado por las circunstancias, no penso ni por un momento en su montura. La embarcacion, como era de suponer, les adelanto. Por primera vez, se dejaron oir los gritos de los hombres que la manejaban; solo se escucho un rugido que no tenia traduccion alguna y, al mismo tiempo, comprensible a todas las razas que poblaban la tierra. Eran gritos de guerra. El viento del norte cortaba su piel como el filo de un cuchillo, pero lo ignoro y apreto con mas fuerza los lomos de su pequena montura. Las campanas del monasterio comenzaron a escucharse a un ritmo alarmante. El tintineo era cada vez mas fuerte e insistente. Era el toque de alarma, de lo desconocido. Sus hermanos ya habian advertido el peligro, pero no por eso disminuyo la marcha. Necesitaba llegar cuanto antes y estar asi junto a los suyos. El repiqueteo se entremezclaba con el ruido que hacian los remos al tocar el agua. Era atrayente como el canto de una sirena, pero igual de peligroso. El barco llego a la orilla, y el y su montura, extenuada por el recorrido, se acercaron hasta el monasterio. Desmonto y observo como aquellos hombres pisaban tierra. Su aspecto era dificil de definir, pero llego a la conclusion de que solo podia describirlos como sucios y salvajes. Uno de ellos le llamo la atencion, quizas fuese el de mas edad; era alto, de torso robusto, de melena rubia y barba trenzada. Hablaban una lengua desconocida, sin embargo lo que mas le impacto fueron las armas que portaban sus manos: hachas, escudos de madera y espadas. No venian en son de paz. La puerta del monasterio se abrio de repente. --!Hermano Gilbert!--exclamo al verlo uno de los monjes sobre el estridente redoble de las campanas --. ?Quienes son? Su respuesta quedo suspendida en el aire al escuchar los aullidos de guerra que venian desde la playa. Como caido del cielo, llego el caos. El averno. Horas despues, herido de gravedad, con una mano ensangrentada en el abdomen intentando que sus intestinos se mantuvieran en su sitio, obtuvo la respuesta. Dejo caer la cabeza a un lado hasta tocar el frio suelo de piedra y tosio con fuerza, ya que el denso humo taponaba sus vias respiratorias y respiraba con dificultad. El monasterio ardia envuelto en llamas, profanado y ultrajado. Aquellas bestias eran la personificacion del demonio. Habian asesinado, saqueado y no habian dejado nada de valor en el monasterio; solo unas miseras vidas que se iban apagando poco a poco. El dolor se volvio insoportable a la vez que la hemorragia se escapaba con mas fuerza entre sus dedos. Le quedaba un hilo de vida y lo sabia. Se encomendo al Senor y le pidio que lo sacase de aquel infierno y lo llevase al paraiso; pero esa vez, Dios parecio desatender la suplica.

  • Jugando con un granuja de Silvia Garcia Ruiz

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    Cuando apenas era una nina, Jocelyn Hellmon tuvo un encuentro con quien ahora es el hombre mas temido de todo Londres, un individuo despiadado que gobierna implacablemente el area nordeste de los suburbios de la capital de Inglaterra. Cuando la joven se ve envuelta en graves problemas, no duda en acudir a el, lo que pondra el mundo de Clive patas arriba y demostrara que, aunque su presencia sea aterradora, peligrosa y oscura para todos, para ella solo es alguien con quien poder jugar.

  • La Prueba de Hierro: Magisterium 1, Cassandra Clare de Cassandra Clare

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  • El reflejo de la injusticia de Hector Bueno Martin

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    “En un ambiente sociopolitico en constante enfrentamiento, un misterioso personaje, con una mascara de espejo, decide impartir la justicia que parece haber dejado de funcionar. Los medios le llaman "El Reflejo de la Injusticia", pero Marel Marno prefiere no imponerse ningun titulo; al fin y al cabo, ella solo es una joven que sigue buscando a los culpables de la desaparicion de su mejor amiga”. En esta ocasion, Hector Bueno, el autor de "Proyecto Tempus", nos recrea un thriller con esencia de novela negra actual, que transcurre por las calles de varias ciudades y pueblos aragoneses, como Calatayud, Zaragoza o Bijuesca. La trama alrededor de los personajes se va mezclando y enlazando hasta sumergirnos en una historia de crimenes, venganza y justicia.

  • Una vida de perros de Estefania Salyers

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    Si el amor de tu vida se casa con otra, no te preocupes, tienes tres remedios para superarlo: tu mejor amiga, la Gran Manzana y un perro faldero.

  • Multimillonaria Libre 8 de J. S. Scott

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    Por fin Chloe Colter puede cumplir su sueno de casarse despues de mas de una decada de estudios para convertirse en veterinaria equina. Pero sus suenos de una vida perfecta se hacen anicos cuando su prometido se vuelve violento, obligandola a distanciarse definitivamente de una relacion destructiva.

  • Revolucion de Juan Francisco Ferre

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    33 capitulos. 33 dias narrados en primera persona por Gabriel Espinosa. 33 etapas de un descenso -o acaso ascenso- a la locura o a la lucidez total, en un recorrido que va de <> a <>.
    Espinosa, investigador de una universidad, realiza peculiares experimentos, para los que capta por la calle a mujeres a las que les pide que le cuenten sus fantasias eroticas. Esta casado con Ariana, de la que sospecha -con razon, segun todos los indicios- que le engana. Y tiene tres hijos, dos biologicos, los gemelos Sofia y Pablo, y un tercero, Anibal, adoptado y superdotado. Este ultimo muestra una inusitada aficion a observar por internet a un transexual californiano y a seguir la agonia de un erizo a traves de los videos que cuelgan sus desalmados torturadores.

  • El designio de los dioses de Alfonso Solis

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    Kalam, un joven medico procedente de la ciudad de Assur, emigra con su esposa Damkira y su hijo Nabui a Ninive, capital del imperio asirio. Gracias
    a sus habilidades medicas, consigue salvar la vida del todopoderoso rey Assarhaddon. Este, como agradecimiento, le nombra su medico personal y Kalam se traslada con su familia al palacio real. Pero poco le dura la felicidad al joven medico. Assarhaddon se encapricha de Damkira e intenta alejarle de ella enviandole a la guerra contra los temibles cimerios. Comienza asi un largo peregrinaje que le llevara desde el Egipto de los faraones hasta el Kushan de los yuezhi. El odio y los deseos de venganza guiaran sus pasos de nuevo hasta Ninive con el objeto de hacer justicia y asesinar al hombre que le habia separado de su amada familia.

  • Y que te quedes (Sin Mar 2), Cherry Chic de Cherry Chic

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  • Ayantek de Miriam Jimenez Iriarte

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    A pesar de descender de muchas generaciones de Bendecidos, Kora no logra despertar el Don. Es la hija del director de la escuela de sanacion de Avacornis y, cuando su padre muera, se vera obligada a vivir en el barrio de los Durmientes, el estrato mas bajo de la sociedad.

  • Besame antes de que te olvide de Karmen Alberca

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    En realidad, usted fue siempre una imagen. La imagen que yo cree a partir de un conjunto de anhelos, de deseos incumplidos, de pequenos fracasos. (Mario Benedetti) Me levanto cada manana a las seis porque a mi padre le parece lo idoneo para triunfar en la vida. Mi padre, un abogado de exito, que estaba empenado en que hiciese la carrera de derecho. La nina de sus ojos, le salio rebelde. No segui sus deseos. No cumpli con sus expectativas. El me queria en su prestigioso bufete de abogados. Yo me debatia entre la musica y la medicina. Cuando le hablaba de mis inquietudes musicales, siempre respondia con gesto de desaprobacion: --Eso no es un trabajo--. La musica solo podia ser un hobby, un pasatiempo, un complemento en mi pija formacion. Y si le hablaba de mis inquietudes cientificas, tampoco le agradaba. Los medicos suelen acabar haciendo muchas guardias para llegar a fin de mes, acostumbraba a sentenciar. Tambien me gustaba viajar y pense en dedicarme a organizar viajes de aventura. Cuando le comentaba esta posibilidad, solia enfadarse y me contestaba que solo tenia pajaros en la cabeza. Daba igual lo que le propusiese, nada le encajaba, nada le gustaba. Lo mejor para mi era la carrera de derecho. Ya tenia el bufete en marcha, con grandes clientes. Pero yo me dormia cuando cogia uno de sus libros. Eran aburridos. Y yo me preguntaba que clase de ser humano tenias que ser para estar anos empollando leyes. Desde luego yo no estaba disenada para ello. No queria terminar en manos de un psiquiatra tomando antidepresivos, por dedicar mi vida a hacer algo que no quiero. Asi que a los dieciocho me largue a un pisito de estudiantes despues de hablar con mi madre. Mujer que jamas se opuso a mis deseos. Ese mismo ano se divorcio de mi padre, se hizo vegetariana y comenzo a practicar yoga cada dia. Tan solo me hizo una pregunta: ?Porque no te vas a vivir con Raul? Raul, mi novio desde los diecisiete. Hijo del mejor amigo de mi padre y socio del bufete. Lo que se dice un buen chico. El si, estaba dotado para las leyes. Y tenia muy claro que eso era lo que queria ser en la vida, un abogado de prestigio, como su padre. No, no me fui con Raul a mis dieciocho, porque el no estaba preparado para eso. Me dijo que tenia miedo de que a los veinte y tantos, estuviesemos cansados de vivir juntos. Y, ?donde estoy ahora?, ?en los veinte?, no. Cumplire los treinta y dos dentro de un mes. Termine la carrera de medicina, pude viajar algo por Europa. Pero no he podido cumplir todavia mi sueno de dar la vuelta al mundo. Aprendi a tocar el saxo y Raul y yo seguimos enamorados, al menos a ratos. Hemos hablado de boda durante anos, y por fin hemos puesto fecha. Lo mas extrano es que no se si es lo que quiero, desde hace algun tiempo nuestra relacion es rutinaria, nuestras conversaciones escasas, el movil siempre esta entre nosotros. Y nuestras amistades empiezan a decirnos que nos estamos hermanando. Raul siempre se enfada cuando escucha este comentario y acostumbra a responder siempre con la misma frase: --Eso solo podria pasar si, viviesemos juntos, y no, no vivimos juntos. Gracias a esa estrategia mantenemos viva la llama del amor--. Sinceramente, a veces tengo la sensacion de que estoy tirando mi vida sentimental y sexual al cubo de la basura, aceptando sus estrategias. Pero la verdad es que no me imagino con otro hombre, llevamos juntos desde que tenia 17 anos, y hemos pasado buenos momentos juntos. Y lo mas importante, voy a casarme. Hemos roto en tres ocasiones en estos catorce anos. Siempre volvemos tras dos o tres meses de pausa. En esos espacios de reflexion, me imagino que Raul tendria sus historias, es un hombre muy atractivo y joven, no se lo reprocharia. Me parece lo mas natural. Yo, intime con un profesor de la facultad, con Mario. Un hombre casado y con cuatro hijos. Poco a poco, se convirtio en algo mas que un amigo con derecho a roce. Era y sigue siendo mi confidente, mi coach y mi venganza personal contra Raul, porque siempre ha sido el, quien ha decidido dejarlo, --necesito tiempo para pensar, no estoy seguro de lo nuestro--. Frase que he llegado a odiar y que forma parte de un ritual que se ha repetido las tres veces: Cena en una pizzeria, casi sin hablar, mirando mas a su movil que a mi, me deja en la puerta de casa, y de despedida sin mirarme, agacha la cabeza y dice la famosa frasecita: --necesito tiempo para pensar, no estoy seguro de lo nuestro--. Lo que viene despues, tambien se repite: --No eres tu. El problema soy yo. Tu eres una mujer maravillosa. No te merezco. Necesito sentirme libre. Y no se lo que quiero--. La ultima vez, no dije nada. Antes de que acabase la primera frase me baje del coche. Una hora mas tarde, tenia el desgastado guion por escrito en mi movil. Tan solo le respondi: --MADURA--. Tres meses mas tarde, nuestros padres, socios del mismo bufete de abogados, organizaban una comida familiar con trampa, una cita a ciegas donde volviamos a reencontrarnos. Volviamos a reir, y el como siempre perfecto hasta lo repugnante, me dijo: --Te he echado de menos, no le encuentro mucho sentido a la libertad si no estas tu, y he madurado. Quiero casarme contigo. --La verdad, es que me convencio. Me estaba proponiendo matrimonio, sentados en el jardin del chalet de mi padre. Me quede sin palabras. --No me vas a responder, dime algo. Si es un no, lo entendere, soy un capullo, inseguro y estupido que no ha sabido valorar lo que tiene. No me doy cuenta de cuanto te necesito hasta que no estas. Empezamos muy jovenes con lo nuestro, y a veces he tenido la sensacion de haberme perdido parte de mi adolescencia. Ese estupido pensamiento, era solo una ilusion. Tuve algo mucho mejor que las libertades y locuras de adolescencia. Te tuve a ti. He madurado y no volvere a fallar. Raul cuando argumenta, convence, es un buen abogado. Y me convencio. La semana anterior me habia estado acostando con Mario. Y despues de aquel discurso, me convencio. Le dije que si. Al dia siguiente llame a Mario, y le dije que nuestros encuentros no podian continuar. Sorpresa inesperada, Mario me respondio, --estoy pensando en dejar a mi mujer por ti--. Le explique que no se termina con una persona por otra. Se termina cuando la relacion se acaba entre ambos, cuando todo es rutina y ya no te alegras de despertar junto a esa persona. Le explique que un hombre que adora a sus cuatro hijos, que necesita verlos cada dia, y cuando el mayor de ellos tiene doce anos, no va a romper su matrimonio. Mario se encontraba en plena crisis de los cuarenta. A sus cuarenta y cuatro anos, se estaba acostando conmigo, doce anos mas joven que el. Acostumbraba a decirme que conmigo se sentia vivo, que le habia devuelto la alegria de vivir. Bonitas y tristes palabras, cuando vienen de un hombre casado y con cuatro hijos. Finalmente lo entendio. Nuestros encuentros y llamadas se terminaron. Volvi con Raul y ahora sentia que podia ser diferente, que podriamos construir un futuro juntos, si es que eso existe. De lo que, si estaba segura, era de que queria ser madre y como siempre en las tres interrupciones de nuestra relacion, habia echado de menos a Raul. Todos tenemos crisis en nuestras relaciones, y es cierto que a veces son definitivas, tan cierto como otras son solo etapas que nos sirven para aprender sobre nosotros mismos. Momentos que nos ayudan a conocernos mejor, y si tras la crisis, ambos se echan de menos, y sienten la alegria y la atraccion en el reencuentro, en esos casos la crisis habra servido para madurar y consolidar los lazos sentimentales entre ambos. A mi padre y a mi suegro les salio bien la encerrona. Ambos celebraron nuestro beso del reencuentro en el jardin, como dos viejos zorros, con risas picaronas, un whisky de malta y un puro cubano. Mi padre se caracteriza por su tenacidad, se paso anos insistiendo sobre la carrera de derecho, termine la de medicina y en lugar de felicitarme me dijo: --Ahora que ya has terminado con tu capricho, porque no te pones con algo que te permitiria vivir mas dignamente, como la carrera de abogada, con esa capacidad que tienes para aprender, llegarias a juez con facilidad--. Mi padre siempre insiste en eso de ser una persona de provecho en la vida. Nunca he sabido muy bien que es eso. Cuando termine la carrera, crei que ya era una persona de provecho. Pero no, para mi padre nunca llegare a serlo. ?Por que? Porque nunca cumpli sus expectativas. Hay muchos tipos de trastornos obsesivos. Mi padre tiene el suyo. Pero le quiero, con sus rarezas y sus obsesiones. Y se que el me quiere a mi, con mas pasion de lo que es capaz de expresar. Su estricta educacion, le tejio una armadura, idonea para enfrentarse a cualquier situacion juridica, nefasta para expresar sus sentimientos. CAPITULO 2 Los preparativos de la boda La vida es muy simple, pero insistimos en hacerla complicada ( Confucio) Es sabado, la semana ha sido dura. Demasiados pacientes por hora en el centro de salud. No me apetece nada levantarme ya. ?Por que tuve que quedar para desayunar con mis amigas? Patri, siempre tan puntual. Habituada a sus citas de negocios no soporta un retraso. Y despues, comenzar a buscar un vestido para la boda. Va a ser un largo dia de shopping center, comprar y comprar. A veces siento que todo esto de los preparativos de la boda, me resbala. Hubo un tiempo en que sone con ello. Me lo imaginaba como el principio de un estado de armonia y felicidad con Raul. Creo que la culpa es de el. Si mi novio no fuese tan dominante y exigente con las cuestiones de sociedad, el quiere ser siempre el protagonista. Quiere supervisarlo todo hasta el detalle. Ayer me repitio ocho veces que le fuese enviando una foto de cada vestido que me fuese probando. No se si le quiero, o si dependo de el. !Joder, pero que estoy pensando! !Que me voy a casar con Raul! No se, si esto es normal, tener dudas antes del SI quiero. Creo que me estoy dejando influenciar por mis amigas. Una divorciada, resentida y una ninfomana bisexual. Miro el movil, Patri ya me ha dejado la primera advertencia del dia, a las siete y media de la manana. Anoche no hubo ni chico bueno, ni malo: --Porfa, no me seas capulla, y se puntual. Estoy hambrienta. A las 9 te quiero en la cafeteria. Recogere a Lucia en media hora. De ese modo evitaremos esperarla durante su media hora de rigor. Se habra pasado la noche follando, la muy cerda, lo tiene mas facil que nosotras. Le da igual gallo que gallina. --Ya estoy levantada. Es evidente que ni tu, ni yo, hemos tenido una noche loca. --No me lo puedo creer. !Me has respondido en menos de cinco minutos! ?Estas bien? --!No, tengo sueeenooooo! --Esto te pasa, por casarte, ya te avise. Di adios a tus libertades. --Voy a vestirme que llego tarde. Llego a la cafeteria, y por primera vez soy la primera. A los cinco minutos, entra un mensaje: --Estamos buscando aparcamiento. Se acerca el camarero, limpia la mesa, sus ojos van directos al escote de mi camiseta blanca con cuello pico. Cuando me mira, se da cuenta de que le estoy mirando a el y se ruboriza por que le he pillado mirandome las tetas. Me pregunta que deseo. Tiene unos ojos azul mar y unos labios carnosos. --Cafe con leche, zumo de naranja y tostada. --?La tostada, con que la desea? --Pues, con...aceite y tomate rallado. Gracias Le observo, tiene unos brazos bien musculados, un culo tonificado. Y estara en los veinte y cinco. A Patri, no se le escapa. Patri y Lucia entran riendose, al llegar a la mesa, me miran. Y como siempre Patri tiene que hacer su critica: --Una camiseta blanca, vaqueros y unas zapatillas Nike blancas. ?Para entrar en las tiendas mas pijas y elegantes? --Tengamos la fiesta en paz, en cuanto veas al nuevo camarero, te vas a olvidar de mi atuendo. --?Nuevo? ?Donde? --Me esta preparando el desayuno. --!Que cerda eraes!, la primera vez que llegas pronto, y te toca el camarero buenorro. --Te recuerdo que despues del desayuno nos vamos a buscar un vestido para mi boda. --Ya, ya. Pero te has fijado en el. --Reconozco que el chico tiene algo. En aquel momento aparecio el camarero, silencioso como un ninja, con la bandeja en la mano. Coloco el zumo, y al dejar el cafe con leche en la mesa, me miro a los ojos fijamente: --Ten cuidado, esta muy caliente. La tostada estara enseguida. --Gracias. --?Que desean? --!Patri, Lucia! os estan preguntando que quereis. --su numero de telefono, dijo Patri. El camarero sonrio, con una dentadura perfecta, blanco nieve. Su sonrisa era cautivadora y a mis amigas les congelo el habla. --Chicas, es para hoy. ?Vais a desayunar o no? --Lo mismo que tu, dijo Lucia --Yo tambien tomare lo mismo, concluyo Patri. Mientras se alejaba hacia la barra nuestro hombre, nos quedamos las tres mirandole el culo. Nos miramos y empezamos a reir. --?Habeis visto que culo?, dijo Lucia. --Menudo paquete marca. ?Os habeis fijado en su bragueta? Replico Patri --?Es que ninguna le ha mirado a los ojos? --?A los ojos? Contesto Patri --Tiene unos ojos azul mar, que te desnudan el alma cuando te miran. --!Hija que cursi estas!, la boda te esta afectando, tienes que hacertelo mirar por algun comecocos de tu centro de salud. Yo le diria: !Que bonitos ojos tienes para follarte con amor! --Patri, ?cuantos dias llevas sin hacerlo? --Tres, demasiados para mi. Ya sabes que si no lo hago cada dos dias, me tenso. Es mi trabajo que me estresa. --Ya, y la cama te relaja. --Pues si. Probe con el yoga y no funciono. Me ponia aun mas nerviosa. --Te comprendo, a mi con el tai-chi me paso lo mismo. Dijo Lucia. --!Patri!, deja ya de mirar al camarero, que se te nota mucho. --!Pues!, ?no puedo mirar lo que me salga del...? --Vamos a centrarnos, que tengo que comprar un vestido de novia, y todavia no se donde ir. --?A Pronovias? ?A Rosa Clara?--dijo Lucia --Chica, compratelo en Zara, total para un rato, despues llega el divorcio, y piensas que lastima de dinero. --Patri, tengamos la fiesta en paz. Yo no tengo la culpa de que lo tuyo no funcionase. --Si funciono, solo que un ratito. A cambio de un monton de anos de juventud en soledad y desconcierto, me dieron una empresa de calzado, una casa y un coche. --?Por que no, vamos primero a Pronovias y despues a Rosa Clara?--medio Lucia

  • Cuentame una noctalia de Monica Gutierrez

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    Esta noche las estrellas se han borrado del cielo y el silencio es mas denso que de costumbre. Hemos terminado de cenar y mientras mi padre cabecea frente al televisor el reloj de la repisa de la chimenea me mira burlon. El arbol de Navidad sigue con sus luces de colores encendidas y en la chimenea algunos troncos gruesos arden despacio. Mi abuelo lee a Homero con sus gafillas de concha, moviendo laboriosamente los labios silenciosos y secos. Lena aprieta entre sus manos blanquisimas un libro sobre embarazadas. La ilustracion de la portada muestra a unas mujeres que parecen muy furiosas. Mi abuela me llama a la cocina. --El aire es espeso esta noche --dice sin mirarme. Y es cierto. La quietud se ha instalado en los umbrales de piedra de Mic-Napoca. Al otro lado de la ventana, un susurro inquieta a los gatos de Natasha. Me pregunto si Nicolai ya se habra ido a dormir, si tendra un peluche preferido al que abrazarse por las noches. --Tu tambien vas a preguntarme por que he vuelto, ?verdad, buna? Mi abuela no contesta pero la veo sonreir levemente en el reflejo de la ventana. --A veces pienso que he vuelto solo para fastidiarlos, para no tener que darles la razon a todos los que murmuraron <> cuando me fui. --Pero esa no es la razon de tu regreso. --Seria idiota si esa fuera la razon y todos sabemos que Traian Bratianu no tiene idiotas en su familia. Los hubiese mandado fusilar. Mi abuela se rie despacito. Esta muy guapa con su pelo blanco destacando a contraluz, como si fuese el aura de un hada muy vieja. --Habras dejado en Londres amigos y companeros de trabajo --adivina. --Les llamare despues de Navidades, para despedirme de ellos como se merecen. De momento, tengo apagado el movil y solo mis jefes del hospital saben que no voy a volver. --?Te dejaron marchar? --Claro que no --sonrio orgullosa y avergonzada al mismo tiempo--. Se lo han querido tomar como un ano sabatico. Ya veremos. --?Salias con alguien? ?Como se llamaba aquel chico? --Don. Me gustaba mucho, muchisimo, lo suficiente para pensar que... Estuve a punto de invitarle a pasar unas vacaciones aqui el ultimo verano que vine. --?Y que paso? --No lo se, buna ?Cuanto es suficiente? ?Cuanto no lo es? Me gusta el sonido de los platos entrechocando bajo el agua caliente, el movimiento circular de las manos habiles de mi abuela. Carraspea un poquito, duda, y finalmente me mira con sus ojos acuosos de hada sabia. --?Sabes lo que es una noctalia? Niego despacito, interesada en la historia, en cualquier historia que me ligue para siempre a la piedra bucurestina de esta casa, a las raices solidas y legendarias de los Bratianu, las que se hunden en los tiempos inmemorables cuando los turcos amenazaban nuestras murallas y Vlad el Empalador suspiraba por una princesa de mirada oscura y alma rebelde. --Las noctalia son los cuentos que se explican desde siempre alrededor de un buen fuego. Para que sea una verdadera noctalia, deben darse tres condiciones indispensables: que sea de noche, que haga frio y que todos los que esten sentados escuchando esten cansados. Solo asi la noctalia da consuelo, porque siempre encierra un mensaje de esperanza. Como un faro, una luz calida, para los que estan perdidos y exhaustos, en busca del camino. La abuela aparta su mirada de mis ojos malditos y mira por la ventana, aunque no pueda ver nada mas alla de las luces del patio, del merodeo de los gatos. La oscuridad se espesa todavia mas y me sorprende caer en la cuenta de que hoy no se oye el aullido de los lobos. ?Por que estaran tan callados esta noche? Mi abuela me lee el pensamiento, mi padre se duerme delante del televisor y mi abuelo sigue moviendo sus labios resecos deletreando a Homero. Lena pasa las paginas de su libro de embarazadas furiosas. Y entonces los vasos empiezan a tintinear en las estanterias de la cocina, tan ligeramente que al principio creo que me lo estoy imaginando. El temblor crece precediendo un ruido lejano, casi como de tormenta. Pero ninguna tormenta hace vibrar los cristales de la ventana de esa manera. La abuela me mira asustada y se apresura a hacer la senal de la cruz mientras murmura algo sobre unos santos. Afuera el susurro crece como la marea en el Mar Negro, inunda con firmeza la oscuridad espesa y por fin entra en la casa. Cuando llego hasta el comedor mi padre esta en pie, algo desconcertado, y toda la casa vibra con el fragor de lo desconocido. Lena ha cerrado el libro y se lleva una mano protectora a su abultado vientre. El abuelo no aparta los ojos de Homero pese a que debe llegarle el ruido desaforado de nuestro ritmo cardiaco. Al fin se apiada de nuestra ignorancia y grune en voz alta. --Son helicopteros. Pero no son rumanos ni rusos --se rasca una oreja y pasa una pagina del libro viejisimo--. Suenan como si estuviesen aterrizando en el campo de heno de detras de la fabrica. Y eso es todo. El abuelo hace muchos anos que ha perdido su capacidad para sorprenderse. Murmura alguna cosa sobre que ninguna guerra merece mas atencion que las proezas de Ulises o la espera de Penelope y hace un gesto a su mujer de que le molesta con sus aspavientos de catolica. Asi que papa y yo salimos solos a la noche ensordecedora. La tierra tiembla y el pulso se nos acelera en las sienes. Mic-Napoca se despierta asustada, se encienden luces por toda la plaza de la Biserica y algunos vecinos salen desconcertados por el ruido. Todos hipnotizados por el rugido de la oscuridad, por la reverberacion del aire y de la tierra. Los primeros gritos nos sacan de nuestro estupor, papa y yo corremos a casa en busca de un maletin de primeros auxilios y sacamos el coche de la plaza en direccion al campo de heno en la parte mas suroriental del pueblo. Podriamos ir a pie, pero asi tardaremos menos y podremos tener transporte en caso de que haya heridos. El lugar es una locura de reflectores y helicopteros, de soldados armados y cercas de madera, de gritos y ruidos, todo envuelto en una tormenta de heno volador por culpa de los rotores gigantescos. De la panza de los monstruos aspados saltan a tierra algunos hombres pintados de verde y negro. Emil Cordenu tironea de la manga de mi chaqueta. Lleva un buen rato llamandome pero es imposible oirle con tanto estruendo. Me senala dos cuerpos tirados en el suelo rodeados de algunos soldados. Mi padre ha desaparecido. De repente el mundo se ha vuelto del reves, la locura ha encontrado a Mic-Napoca pese a que no sale en todos los mapas y los oidos me empiezan a doler tanto como el estomago. Las dos figuras tiradas en el suelo son Cesare con su brazo en cabestrillo y su nueva mula. Cesare no esta mas herido de lo que se encontraba esta misma manana cuando le cambie los vendajes, excepto por una pequena brecha sangrante por encima de su ceja izquierda, pero su mula se queja espantosamente. Los soldados gritan a Cesare y a la mula pero ninguno de los dos parece entenderlos. Gritan en ingles. Son americanos. --Necesitan ayuda --les digo en voz tan alta como me permiten los helicopteros--. Estan heridos. Soy medico --les enseno el absurdo maletin--. No les entienden, no hablan su idioma. --Senora... --Uno de ellos se me acerca y me grita en el oido, pero yo ya estoy arrodillada junto a Cesare--. Senora, tiene que salir de aqui, mantengase fuera de la zona acordonada. Pero Cesare no quiere saber nada de marcharse sin su mula herida, pese a la coz del miercoles, pese a su brecha sangrante. Supongo que los une la corriente de simpatia que un tozudo puede tener por otro. Conozco a Cesare desde que era pequena y se que no me queda mas remedio que examinar la pata herida de su mula mientras un Apocalipsis americano ruge por encima de nuestras cabezas. --Senora, por favor --el soldado me coge del brazo con la intencion de arrancarme de alli. --Dejeme atender al animal. Si conseguimos que se ponga en pie saldremos enseguida de su zona acordonada --se lo prometo en el mejor ingles londinense, sin el mas leve rastro de acento de Mic-Napoca. Uno de los reflectores pasa sobre nosotros. Los cabellos rojos de Cesare me recuerdan a Ulises, pero es demasiado tarde para envidiar la calma proverbial de mi abuelo asi que me apresuro a tirar de la pata dislocada de la mula hasta ponerla de nuevo en su sitio. Y de pronto, la constancia de que puedo oir mis pensamientos me trae un terror mucho mas definido. Los helicopteros se van de vacio, tras haber sembrado el campo de heno de soldados y artefactos militares. El ruido ensordecedor de sus motores se aleja por el oeste y por un momento parece que de nuevo vaya a ser posible el silencio. Apenas a unos metros veo a nuestro primar junto a toda la representacion de nuestra polizei, cuatro hombres en total en medio de la debacle de luces y gritos. Son cuatro hombres desarmados y en bicicleta, palidos, delante de un despliegue que jamas habrian imaginado tener que presenciar. El jefe de nuestra brillante polizei sostiene con desgana su porra en la mano derecha. Me reiria si no estuviese tan asustada. La mula de Cesare sobrevivira. Los soldados ayudan a retirarla de alli y nosotros les seguimos fuera del hormiguero en el que se ha convertido el campo. No se cuanto tiempo he estado arrodillada junto a los heridos pero, cuando me levanto y doy por concluida la cura de primeros auxilios, estoy un poco mareada y tengo manchas de sangre y yodo en las manos, en la cara y en el vestido. Y estoy a punto de decirle alguna cosa amable al sargento cuando una mano invisible borra todas las estrellas del cielo y espanta el aire de la noche. Un estruendo recorre el espinazo de la tierra y la hace temblar. El aire vuelve convertido en el rugido de una bestia de otro mundo. El cielo se ha partido en dos. Es lo unico que puedo entender. El rugido inhumano nos llega mucho antes de que podamos siquiera vislumbrar su silueta. Me reverbera en el pecho y me desordena los latidos. Cuando era pequena mi abuela solia leernos a Lena y a mi fragmentos de la Biblia por si todavia podia salvarnos del agnosticismo cientifico de nuestro padre, por eso siempre asocio la idea del terror a las trompetas que anunciarian el fin del mundo. Pero esta noche comprendo que un avion de combate rompiendo la barrera del sonido en la oscuridad espesa sobre el campo de heno de Cesare, en Mic-Napoca, es mucho mas terrorifico. El ruido nos ensordece a todos mientras el impresionante avion de guerra nos sobrevuela a baja altura. Los soldados que me rodean por todas partes lo siguen con la vista. Se han olvidado de mi presencia. En realidad se deben haber olvidado de todo, incluso del sentido comun, porque no entiendo que intereses pueden haberles llevado a invadir un campo de heno de un pueblecito transilvano que no siempre ha salido en los mapas. El caza vuelve a sobrevolarnos. Me tiemblan las rodillas y no logro encajar del todo mi mandibula en donde deberia estar. El unico pensamiento coherente que me acompana entre tanto ruido es el de que esta vez ni siquiera toda la piedra de Vladimir Drakul, el Empalador, sera suficiente para protegernos. El cielo se ha roto y desborda nuestras murallas. Debo llevar mas tiempo del que creo que ha transcurrido en medio de una tormenta de heno, olvidada de todos, paralizada en medio de una noche sin lobos. Porque los cazas por fin se han marchado y, desde el unico helicoptero que ha quedado en tierra, una figura se acerca. Quiero pensar que si mi sangre tuviera unos niveles mas bajos de adrenalina y mi corazon latiese mas despacio, no me impresionaria tanto la escena de una sombra desconocida perfilandose desde la lejania. Quiero pensar que todo es culpa de mi estado de shock y de mi confusion. Pero esta noche sin luna no me hace concesiones.