• antonio perez henares chani - Antonio Perez Henarez

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    Siglo XI, frontera del Reino de Castilla, es tiempo de heroes. La mejor novela historica de una epoca convulsa que marcaria nuestra historia.

  • ANTONIO PEREZ HENARES | Casa del Libro

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    ANTONIO PEREZ HENARES: Libros y Biografía en Casa del Libro. ... Antonio Pérez Henares nació en Bujalaro (Guadalajara) en 1953. Escritor y periodista desde ...

  • Todos los libros del autor Antonio Perez Henares

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    56 títulos para "Antonio Perez Henares" · Cabeza de Vaca · Tiempo de hormigas · Cabeza de Vaca · La canción del bisonte · El hijo del italiano · La tierra de Álvar ...

  • Antonio Perez Henares: Libros - Amazon.es

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  • Antonio Pérez Henares - Wikipedia, la enciclopedia libre

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    Antonio Pérez Gómez, más conocido como Antonio Pérez Henares o simplemente Chani (Bujalaro, Guadalajara, 15 de octubre de 1953), es un escritor y periodista ...

  • Antonio Pérez Henares: "Una banda de mostrencos nos ha ...

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    2 jun 2021 — Este es el libro de un hombre cabreado. ¿Por qué estás tan cabreado, Chani? RESPUESTA. Iba a responder eso de ¡que va! Pero, sí, estoy cabreado.

  • Libro Antonio Pérez Henares: 'Tiempo de Hormigas' - 65Ymás ...

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    1 jun 2021 — Periodista y escritor, Antonio Pérez Henares, también conocido por su apodo de 'Chani', nació en Bujalaro, comarca de La Alcarria, ...

  • Descubre los 3 mejores libros de Antonio Pérez Henares › 2022

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    3 mejores libros de Antonio Pérez Henares. La ficción histórica es un género en el que destacan varios autores encargados de hacer más habitable un tiempo ...

  • Antonio Perez Henares, Chani, escritor y periodista de ...

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    Antonio Perez Henares, Chani, escritor y periodista natural de Bujalaro (Guadalajara), director de Tribuna. ... Es autor de más de una docena de libros,

  • "Tiempo de hormigas", el nuevo libro del periodista ...

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    19 abr 2021 — "Tiempo de hormigas", el nuevo libro del periodista guadalajareño Antonio Pérez Henares, "Chani" · facebook · twitter · google+ · linkedin · Comentar.

  • Antonio Pérez Henares, "Chani" - Zenda

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    21 oct 2019 — Por escribir, ha escrito incluso dos libros de poemas sobre los que reconoce su mucho empeño y escaso fruto, tanto literario como carnal. Fundó ...

  • La tentacion del amor de Sophie Rose

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  • La muerte lenta de Luciana B de Guillermo Martinez

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  • el ultimo invierno de Encarna Bernat

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    Castillos de tristeza habitados por fantasmas. Cunas repletas de olvido, mares construidos a base de lagrimas desbordantes de dolor, llanto de viejos… Habitadas en su interior por espectros, almas atrapadas en el pasado, cuerpos que ni siquiera son la sombra de lo que han sido. Frio, mucho frio y soledad, una inmensa y exasperante soledad llenan los dias de los que alli habitan. Te busco entre todos los rostros llenos de amar gura, de arrugas que fueron instalandose por todo el cuerpo. Manos temblorosas, voces apagadas... Miro los cabellos plateados, busco acaso un gesto, cualquier detalle, un perfil. Pero no te encuentro y me desespero, porque veo ojos sin vida, y me miran implorando que llegue el final o acaso una alegria, algo que para bien o para mal, cambie sus vidas y los saque de esta brutal monotonia. Observo sus caras llenas de sufrimiento y mi desespero aumenta porque no te veo. Entonces contribuyo a hacer que ese inmenso oceano de lagrimas crezca un poco mas, y resbala por mis mejillas un llanto inconsolable. Comprendo que te he perdido, porque aunque te vuelva a ver se que no me reconoceras, y si lo haces, sera tan solo un instante. Se que no tendre tiempo de decirte nada, y te habras marchado para siempre, si no lo has hecho ya. Encarna Bernat Aquella manana la television anunciaba que la ciudad de Milan amanecia cubierta por un gran manto blanco de nieve. En Florencia, donde yo me encontraba, en cambio, se esperaban fuertes lluvias para el resto de la semana. En aquel momento aquello era la noticia del dia, junto al descenso tan brusco de las temperaturas. La enorme avenida era un ir y venir de gente, un mar de caras donde todas las personas a las que veia caminaban abrigadas y con prisa de llegar a donde quisiera que fuesen. Por suerte para mi, era un domingo, no necesitaba salir a ninguna parte. Algo que por otro lado agradeci. Una vez mas, me sentia un ser privilegiado. Fuera debia de hacer un frio espantoso, el cristal se empanaba con mi respiracion y la calefaccion estuvo funcionando toda la noche. Tenia que corregir unos trabajos de la facultad, era una maravilla poder trabajar en casa. El destino me habia llevado hasta alli, hasta aquella ciudad a la que tanto queria y de la que me enamore desde el primer momento en que pise su suelo anos atras. Florencia tenia magia. Podias pasear por sus calles y respirar el arte por donde fueras, sentirlo alla donde posaras la mirada. Apague la television y me puse musica, esta vez elegi a Chopin. Me relajaba escuchar las notas de su piano mientras corregia. En aquel momento, lejos de Espana, lejos de todo, me sentia tranquila. Era un dia cualquiera, en una vida cualquiera como tantas otras. No tenia nada de especial pero durante mi estancia en Florencia, en el poco tiempo que llevaba, me sentia bien dentro de mi rutina. Tenia mi orden establecido. El apartamento que alquile, al principio de llegar, estaba cerca de la facultad, lo que suponia una ventaja para mi. Coloque una taza de cafe bien caliente sobre la mesa de trabajo despues de vestirme con ropa informal, queria sentirme comoda. Sentada en la butaca comence a leer las recensiones de la asignatura de Arte de segundo curso; el tema era libre, solo pedia que estuviera relacionado con la pintura. En caso de ser italiana, la epoca que pedia era el Renacimiento; tambien les di la opcion a mis alumnos de poder escoger algun pintor espanol. Cuando llevaba ya un buen rato sumergida corrigiendo trabajos, me quede sorprendida. De entre todos mis alumnos solo uno de ellos habia hecho el trabajo sobre Velazquez, el titulo era <>, de Kiara Carrici. Aquel trabajo llego a mis manos, y hubiera sido uno mas, si ese no fuera el titulo de mi tesis doctoral. Respire hondo y me quede mirando las letras como si intentara buscar un significado a todo aquello. Aquel trabajo, que ahora tenia ante mis ojos, me habia devuelto a una realidad hasta entonces casi olvidada para mi. El escrito era de Kiara, una de mis mejores alumnas. Pasaron unos minutos y volvi a la realidad sintiendo las lagrimas resbalar por mis mejillas. La musica seguia sonando, me quede pensativa. La vida continuaba. Nada se habia detenido, ni en aquel momento ni en ningun otro. Fuera, en la calle, la lluvia persistia, cada vez lo hacia con mas fuerza, golpeando constantemente los cristales. La avenida era un ir y venir de paraguas, predominaban los colores tipicos de aquellos dias de frio tan caracteristicos, el marron, el gris y el negro sobre todo. Atras quedaban los dias de primavera donde todo se engalana, las gentes con colores llamativos, los escaparates, hasta el cielo se vestia de un azul mas intenso en aquella epoca del ano. La ciudad entera se llenaba de vida e invitaba a caminar por cualquier calle y disfrutar de la buena temperatura. En cambio, ahora parecia adormecida o recien acabada de levantar. Los dias son mas oscuros en invierno, la gente sonrie menos. ?Que habia sido de mi vida? Por primera vez en mucho tiempo me di cuenta de lo deprisa que pasa todo; cuando nos parece que el dolor se va a instalar para siempre en nuestras vidas, y en cierta manera asi es, te das cuenta de que ya todo ha pasado y de que nada volvera a ser igual que antes. Llevaba ya unos meses en Florencia y ver el trabajo de mi alumna sobre la me s a me hi z o p e n s a r , me hi z o r e c o r d a r l o q u e v i v i p o c o a nt e s d e d e j a r E s p a na ... Todas las mananas subia al tren que me llevaba de camino a la ciudad, para mas tarde coger el autobus con objeto de llegar hasta la universidad. Recuerdo las mananas de invierno de pie, esperando a que llegara la locomotora que me llevaria a otra provincia, lejos de mi ciudad. Recuerdo los madrugones para poder asistir a las clases que tenia a primera hora. Mi universidad tenia buena fama en cuanto a su nivel academico. Y asi, el tiempo que duro mi formacion universitaria, dia tras dia, mi vida transcurria entre la estacion de tren y la facultad, donde pasaba casi todo el tiempo entre clases, trabajos y tutorias, con las pertinentes colas en la puerta del despacho del profesor de turno. El ferrocarril siempre me ha hecho recordar cosas que, si bien nunca he olvidado, han permanecido bajo el efecto de la ensonacion. Le recuerdo como si fuera ayer mismo. Sobre todo, cuando escucho el sonido de algun tren en la lejania acercarse hasta mi. Le recuerdo de pie con el silbato en sus grandes y fuertes manos. Su uniforme siempre impecable. Mis padres tuvieron que cambiar de ciudad por razones de trabajo, asi que las vacaciones las pasabamos con mis abuelos maternos. Recuerdo el olor a aceite de oliva impregnando toda la casa, la tibieza de aquellos cuerpos cargados de anos, !con que amor y con que ternura nos abrazaban cuando llegabamos! Todo se llenaba de risas, de alboroto infantil. Pasar las vacaciones con ellos era como visitar otro mundo, acostumbrada como estaba yo a vivir en la ciudad. Alli todo cobraba nuevas dimensiones. La vivienda de mis abuelos era la tipica casa valenciana, tenia dos alturas, a mi me parecia que era la mas grande y bonita del pueblo. Cuando llovia, mi abuela solia poner una madera para que el agua no de colase adentro. Mi abuelo trabajaba en los ferrocarriles, era capataz. Nos decia, sin nosotros comprender el significado, que preferia el humo a la escarcha. Con el tiempo supe que cuando nevaba, y en Baneres por aquel entonces nevaba mucho, el tenia que salir con sus trabajadores a despejar las vias para que el tren pudiera pasar sin ningun tipo de problema. Le recuerdo con el rostro serio, pero aunque estuviera cansado, siempre tenia una sonrisa para mi y yo lo queria, no solo por eso sino por muchas cosas mas. Siempre que iba al pueblo a pasar unos dias con ellos, al doblar la esquina, alli estaba el esperandome con una enorme sonrisa dibujada en la cara. A mi me parecia que aquella sonrisa llenaba todo mi universo infantil. Que la calle se hacia mas grande cuando le veia frente a mi, sonriendo. Llego el dia en que no habia nadie. Nadie aguardaba mi llegada en la esquina como siempre. Entonces me di cuenta de que nunca mas volveria a verle. Y aquel dia, simplemente me hice mayor. Supe lo que aquello significaria a partir de ahi en adelante en mi vida. Desde entonces, cada vez que subo a un tren no puedo evitar acordarme de mi abuelo, de todo lo que me enseno, de lo mucho que aprendi a su lado.

  • El gran salto de Jonathan Lee

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  • Belleza y venganza (Rosa blanca 2) de Laura A. Lopez

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  • El arte de morir dos veces de Alonso Baran

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    Un thriller existencialista irresistible.

  • El camino que me lleva hacia ti de Francisca Herraiz

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    Iba de compras con su madre, necesitaba ropa de invierno nueva para comenzar las clases en septiembre. A diferencia de otros chicos, a el le gustaba ir de compras con su madre, le gustaba pasar tiempo con ella y le gustaba probarse cosas nuevas. La unica pega era que su madre siempre decidia por el, nunca podia elegir su propia ropa y ella siempre compraba la misma ropa aburrida, de cuellos altos, tonos grises o marrones y pantalones azul oscuro. A el le gustaba el color, sobre todo el violeta, o el rosa, pero sabia que no eran colores apropiados para un chico, asi que no decia nada. Pero, aun asi, disfrutaba yendo de tiendas. Por aquel entonces tenia unos once anos y su vida no era complicada, solo debia obedecer a sus padres, estudiar y jugar, no tenia preocupaciones. Su madre se detuvo un momento en la iglesia, a ella le gustaba entrar y encender alguna vela por sus padres, que habian fallecido hacia poco. El les echaba de menos, fueron unos buenos abuelos. No tenia muchos recuerdos de ellos, pero los que tenia eran felices. Recordaba ir los domingos a comer a su pequeno piso de alquiler, donde se reunia toda la familia. Recordaba como su abuela siempre le daba una propina antes de irse y que siempre tenia chocolate en la nevera para sus nietos. A su abuelo le gustaba pasear y siempre le llevaba con el para que jugara en el parque. Al volver le compraba alguna golosina. Su madre se enfadaba, pero sus abuelos siempre le decian: <>. Y asunto zanjado. A el le gustaba recordarles, pero no entendia por que debia hacerlo en una iglesia, podia hacerlo en cualquier momento. A el no le gustaban las iglesias, eran frias y aburridas, aun asi, tenia que asistir cada domingo a misa. Estaba obligado a ir, pero no a entrar para poner velas a sus abuelos, asi que la espero fuera. Mientras esperaba se acerco a la libreria jugueteria que habia justo en frente de la iglesia. Le gustaba pararse a mirar el escaparate, siempre tenia un monton de munecas expuestas. Habia una en especial que le gustaba mucho, era preciosa. Sus cabellos eran largos y rubios, tenia una diadema rosa con una flor en el lateral, un vestido largo, de falta ancha, tambien de color rosa y unos delicados zapatos de tacon. Era muy bonita. Le encantaria poder tener una, pero no se lo podia decir a su madre, ella no lo veria bien. Sus padres siempre le compraban camiones, o coches para navidad y en su cumpleanos, soldados o libros de aventuras. Al menos los libros estaban bien, el resto lo guardaba en el armario, le aburria jugar siempre con coches y soldados. Su madre salio con una sonrisa, le encantaba la iglesia, decia que siempre se sentia mejor despues de asistir a misa o simplemente entrar y mirar la cruz. Segun ella era un lugar sagrado, donde sentia cerca a Dios. El no podia entenderlo, solo veia un bonito edificio con unas campanas escandalosas. Su madre se puso a su lado y continuaron el camino. No tenia hermanos, pero si una prima con la que se llevaba muy bien. Solian venir a visitarlos cada semana, comer juntos los domingos y, mientras los mayores tomaban cafe, fumaban y jugaban a las cartas, ellos dos se iban a jugar al cuarto. Le encantaban los domingos, cuando terminaba la misa de la manana. Despues eran divertido y pasar tiempo con su prima era de lo mejor, porque sentia que ella le entendia. En casa era como si fuera invisible, nadie le escuchaba y solo podia hablar de deberes y de tareas en casa. Con su prima era diferente, nunca le juzgaba, hablaban de cualquier cosa, se reian, lo pasaban bien juntos. Y le encantaba cuando hablaba de cosas de chicas, vestidos, amigas, chicos guapos, era entretenido. Aquel dia, Andrea, su prima, trajo sus munecas Barbie. Cuando el las vio le parecieron una preciosidad. Cogio una y la miro como si fuera el primer juguete que le hubiesen regalado nunca. Por fin tenia una en las manos, era tan delicada, tan bonita y ese vestido... --?A que son bonitas? --le dijo su prima. El asintio. --Vamos a jugar, venga, tu puedes ser esa misma que tienes en la mano, eres la amiga de esta que tengo yo, se llama Julia y la tuya es Sonia. Han quedado para ir a comprar ropa y alli se encontraran con Kevin, que es este chico tan guapo de aqui que, en realidad, es un principe. Su prima continuo hablando, Felipe asentia y se sentia de lo mas feliz. Ir de compras, encontrarse a un apuesto joven, todo le parecia ideal. Entonces su prima se detuvo y le miro. --Ahora que lo pienso, tu deberias ser el principe, sera lo mas normal, ?no crees? Le acerco al muneco. --No, me gusta Sonia, quiero ser Sonia. Andrea se encogio de hombros y continuo. --Esta bien, es normal, porque esa muneca es la mas bonita que tengo. El sonrio, le encantaba poder ser tan natural con ella y que no le mirara raro o se cuestionara nada. Los padres de Andrea la llamaron para volver a casa. --Oh, que fastidio --dijo ella-- ?te parece si continuamos la historia el domingo que viene? El asintio mientras le decia: --?Me dejas tu muneca esta semana? El domingo te la devuelvo, yo no tengo juguetes asi. --Claro, quedatela, igual le digo a mi madre que me compre otra, te puedes quedar a Sonia. Ademas, eres un chico, no creo que tus padres te compren una muneca. --No, ni pensarlo. --Bueno, nos vemos el domingo. Cuida bien a Sonia. Se dieron un abrazo y Andrea salio del cuarto. De forma instintiva, Felipe guardo la muneca bajo la almohada, no queria que la vieran sus padres. Salio a despedirse y despues volvio a su cuarto. Corrio hacia la cama y cogio la muneca, le acaricio el pelo y sonrio. Le gustaria poder tener otra para jugar con ellas, se quedo pensativo. No habia otra, sacaria los soldados y jugaria con ellos, podian rescatar a Sonia que, como diria su prima, era, en realidad, una princesa. Cogio los munecos y se sento en el suelo. Nunca le habia apetecido tanto jugar. Se invento una preciosa historia donde un soldado debia rescatar a la princesa, que se habia escapado de palacio porque no era feliz. Buscaba su amor verdadero, su padre, el rey, queria que se casara con alguien que ella no amaba... --?Se puede saber que haces? Felipe miro hacia la puerta, estaba tan concentrado en el juego que no le escucho entrar. ?Cuanto tiempo llevaria en la puerta? ?Le habria escuchado poner voz de chica? Su corazon latio deprisa y se quedo sin habla, no sabia que decir. Sintio que sus mejillas se ruborizaban, avergonzado. Se sintio culpable, ?de que? No estaba seguro, solo estaba jugando, pasandolo bien, sin molestar a nadie. Su padre se acerco a el y le quito la muneca de las manos. Se le veia enfadado. Al poco aparecio su madre. --?Que son esos gritos? --pregunto desde la puerta. Felipe seguia sentado en el suelo, sin moverse por miedo a la reaccion de su padre. --?Que hacias con esta muneca? --pregunto su padre con seriedad, zarandeando la muneca delante de el. --Es de Andrea, se la ha dejado. --?Y por eso tienes que jugar con ella? --Se giro para mirar a su madre--. Te dije que no era bueno que jugara tanto con Andrea, es una mala influencia, necesita jugar con otros chicos. Manana mismo te apunto al equipo de futbol del colegio. --Miro a su hijo, mostrandole la muneca--. ?Y esto? Si te vuelvo a ver con una muneca, de la paliza que te doy no te levantas en una semana, ?me oyes? --grito. --Solo estaba jugando. --Intento defenderle su madre. --?Con una muneca? Sabes tan bien como yo que eso no conduce a nada bueno, cuanto antes le queden las cosas claras, mejor. --Le volvio a mirar--. Eres un chico y juegas con juguetes de chicos, esto es una mariconada y no quiero volver a verte con una de estas, ?queda claro? Felipe asintio. Su padre salio del cuarto, entregandole la muneca a su madre. Ella le miro entristecida. --No te preocupes, ya sabes como es, guardare la muneca y se la devolvere a Andrea el domingo. Tu sigue jugando con tus soldados, eso estara bien, ?si? El asintio, seguia sin saber que decir. --Tranquilo, veras como jugar al futbol te gusta. Te llamo cuando este la cena. La vio cerrar la puerta con cuidado y llevarse la muneca con ella. Felipe siguio en el suelo, miro los aburridos soldados, la historia ya no tenia sentido. ?Jugar al futbol? Era un deporte absurdo, lo odiaba. Su padre siempre veia los partidos y el no entendia como podia gustarle. Ver a un monton de hombres corriendo detras de un balon. ?Y eso era muy masculino? No entendia a su padre, no se parecian en nada y tampoco queria parecerse. Era un hombre frio, hurano, siempre de mal humor, se enfadaba por cualquier cosa, nunca hacia reir a su madre y siempre la veia triste, sola. Y el ni se daba cuenta ni le importaba. Despues del trabajo solia irse a tomar alguna cerveza con sus companeros. Los sabados se iba al bar a jugar al domino y a seguir bebiendo. A veces venia algo borracho, lo que acentuaba su mal humor. Nunca le veia ir a pasear con su madre, nunca le traia ningun detalle, solia olvidarse de los cumpleanos y, sobre todo, del aniversario. Y su madre callaba, consentia y se refugiaba en la Biblia, que siempre llevaba encima. A veces la escuchaba llorar, pero ella siempre se escondia o fingia si Felipe la descubria diciendole que recordaba a sus padres. Felipe sabia que no era feliz en su matrimonio, pero el solo era un crio y ella no queria preocuparle. Si, era un crio, pero se enteraba de las cosas y sabia cuando su madre estaba triste o decepcionada, o enfadada, o se daba cuenta que sus padres no eran como los padres de Andrea. Sus tios se cogian de la mano, se besaban alguna vez, reian y parecian llevarse bien. Nunca vio a sus padres mirandose como lo hacian sus tios. Nunca los veia cogerse de la mano o besarse en la mejilla. Su madre se pasaba los dias en casa, sola, limpiando, cocinando y cuidando de ellos. Segun ella era lo que debia hacer una buena esposa y madre, cuidar de los suyos. Pero ella tambien era algo mas, era una mujer y deberia dedicarse tiempo a si misma. Por eso a Felipe le gustaba tanto pasar tiempo con ella los dias de compra, al menos la veia mas alegre. Ella se merecia algo mas, pero nunca le escucharia, era su hijo y era un nino, no tenia ninguna autoridad, solo debia obedecer y callar. Cogio los soldados y volvio a guardarlos en el armario. Ya no tenia ganas de jugar. Se tumbo en la cama y se puso a leer, al menos en los libros podia ser quien quisiera, sin miedo.

  • La escritora que se olvido de ser best seller de Marta Martin Giron

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    A sus treinta y tantos anos, Jane se encuentra ante el mayor punto de inflexion de su vida: recien divorciada, con telaranas en la cuenta bancaria y viviendo en el apartamento que le ha dejado su amiga Begona, se enfrenta a la tesitura de que hacer con su carrera como escritora. La intuicion le hace sentir esperanza y le empuja a continuar trabajando por alcanzar su mayor meta: convertirse en una escritora Best Seller . Por contra, la realidad le muestra otro escenario mucho menos esperanzador, mas crudo.
    Su cabezoneria y loco entusiasmo, le conduce a tomar la decision de no rendirse mientras le quede un euro en el bolsillo, aunque eso le lleve a vivir bajo un puente con su cactus.
    El rumbo de su existencia da un giro de ciento ochenta grados cuando comienza a verse con Abraham, un companero de letras al que conoce desde hace unos anos.

  • La via del tarot de Alejandro Jodorowsky

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    Desde hace mas de cuarenta anos, Alejandro Jodorowsky se ha dedicado al estudio del Tarot, parte fundamental de su recorrido artistico y terapeutico. Con Marianne Costa, ha extraido la quintaesencia de sus innumerables lecciones y lecturas por todo el mundo para escribir La via del Tarot, que explora la arquitectura profunda de este juego de 78 cartas.

  • La hechicera indomita (La Era de los Cinco Dioses 2) de Trudi Canavan

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    Continuan las aventuras de Auraya en un universo de magia, heroismo, intriga y amor prohibido, en esta segunda entrega de <>.

  • Una Vida Juntos de Nora Roberts

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    Roman DeWinter nunca habia conocido el calor de un hogar... hasta que encontro el camino a la posada de la encantadora Charity Ford. Pero el estaba alli de incognito en busca de una mente criminal y todas las pruebas la apuntaban a ella. ?Como podria desentranar toda la trama de falsificacion y contrabando y, al mismo tiempo, eliminar a Charity de la lista de sospechosos?

  • Corey (Detras de la musica 4) de Yunnuen Gonzalez

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    Mala suerte. ?O esperando al destino?

    Ser el guitarrista principal de The Radicals asegura fans por monton, siempre dispuestas a cumplir fantasias. La fama da eso y mas.

  • Como un sueno en un sueno de Mina Vera

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    Una nueva vision del mundo de los vampiros que te hara replantearte todas las ideas preconcebidas que tenias sobre una leyenda que podria ser mas real de lo que imaginas.

  • Perderte para volver a encontrarte de Dana Darius

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    Emma creia que lo tenia todo. Estaba a punto de cumplir sus suenos junto a Sergio y era feliz, pero el dia antes de su boda descubrira algo que hara tambalear su mundo y que deje de creer en el amor.

  • Una fiesta en el Eden (Eden 3) de Olga Salar

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    Abby esta decidida a empezar una nueva vida en la que los hombres no terminen lastimandola. Para ello ha resuelto dejarlos fuera y dedicar su tiempo y esfuerzo al trabajo.
    Con lo que no ha contado es con su mala costumbre de verbalizar sus pensamientos, sean cuales sean. Ni con la aparicion de un hombre que la descoloca porque es completamente opuesto a lo que habia imaginado.
    En esas circunstancias esta perdida. Y lo que es aun peor, lo sabe.

  • La formula de la felicidad de Alvaro Asensio

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    Mi unica y poderosa motivacion para escribir este libro es guiarte en tu camino hacia la felicidad. Todos queremos ser felices. Tu tambien lo deseas. Y si estas leyendo este libro, lo mas probable es porque te sientas incompleto, con un vacio en tu corazon. Algo te falta. Y te entiendo, porque asi tambien me sentia en una etapa de mi vida. Llegue a pensar que la felicidad era imposible de alcanzar. Que era algo intermitente. Que un dia te sentias bien y luego venia el bajon. Y eso era lo normal. Y que todas las personas sienten lo mismo. Hasta que descubri que estaba totalmente equivocado. Y quizas tu tambien hayas pensado lo mismo. Pues te aseguro que si existe una formula para la felicidad. Yo la descubri y quiero compartirla contigo. Es cierto que muchas personas viven amargadas e infelices. Y lo que es peor, es un estado de apatia ante la vida. Pero eso no quiere decir que sea una regla que aplique para todos. Tu puedes salirte del rebano y ser diferente, porque la felicidad esta al alcance de todos. Aun no lo sabes, pero a medida que sigas leyendo este libro lo entenderas mejor. !Que sensacion tan placentera la de ser feliz! Amaneces cada dia con ganas de comenzar el dia, de luchar por tus suenos, de amar a tu familia y amigos. Despiertas con hambre de vivir, de descubrir cosas nuevas, de experimentar algo inedito. Cuando veo hacia el pasado y recuerdo como me sentia, me parece mentira que esa personas era yo. No me parezco en nada. Debo reconocerlo, antes era una persona amargada, triste, pesimista, cabizbaja, gris. No se como alguien queria estar conmigo. Pero eso cambio. Ahora, finalmente, puedo decir que soy una persona feliz, llena de paz. Me siento libre para expresar quien soy, para demostrar mis talentos, para hacer lo que quiero hacer y decir lo que quiero decir, sin importar lo que otros piensen. Libre para seguir a mi corazon. Y quiero que tu tambien te sientas asi. ?Has escuchado que hay libros que te cambian la vida? Pues este libro te ayudara a ser la persona que siempre has sonado. Y no se trata de un libro magico, ni de brujeria. Nada de eso. Necesito de tu interes y de tu compromiso para poner en practica el secreto que te sera revelado. Te sorprendera lo facil que es de aplicarlo. Incluso te preguntaras por que no lo habias practicado antes, si esta al alcance de todos. Pero solo voltearemos hacia el pasado para no repetir los errores que te llevaron al estado actual en el que te encuentras, y en el que no quieres continuar. Lo que encontraras en este libro sera una oportunidad para darle un vuelco a tu destino para siempre, para que finalmente abraces la esencia de tu alma y de quien eres en realidad. Tan solo imagina esa deliciosa sensacion de despertar cada dia con una sonrisa en el rostro y lleno de energia para perseguir tus suenos mas hermosos. Asi despierto yo cada manana. Finalmente encontre la formula de la felicidad, esa que tanto habia buscado. Y ahora quiero compartirla contigo. Y si te preguntas porque tanto interes en tu felicidad. La respuesta es simple: porque quiero y sueno con un mundo mejor. Y el cambio comienza en el corazon. Muchos creen que la responsabilidad del cambio esta en los politicos. Pero aunque las autoridades tienen mucho poder para cambiar ciertas cosas en la sociedad, ellos jamas podran acercarte a la felicidad que tanto anhelas. Eso depende de ti. Antes pensaba que mi felicidad llegaria con otra persona. Con una esplendida pareja, por ejemplo. Pero estaba equivocado. La felicidad es una experiencia personal. Algo que todos debemos alcanzar por nosotros mismos. Pero lo mejor de todo es que todas las respuestas las tienes dentro de ti y te voy a ayudar a encontrarlas. Si cambia la persona, cambia el mundo. Y confio en ti, creo en todo el potencial que tienes guardado en tu ser y que estas muy cerca de descubrir.

  • Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar de Ame Soler

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    El manifiesto feminista autobiografico de Tres Voltes Rebel, una de las jovenes promesas la ilustracion en nuestro pais, que nos empodera y recuerda que nada podra con nosotras.

  • Noches furtivas, Mina Vera de Mina Vera

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    Londres, 1872
    Tres anos despues de volver a Espana por dictado de su padre, Ursula Olivan regresa a Londres, donde habian quedado aparcados todos sus suenos: estudiar en la universidad, convertirse en una gran perfumista. y compartir su vida con Edward Green, el unico hombre al que ha llegado a amar. Un encuentro fortuito entre ambos propicia que sus sentimientos renazcan con solo mirarse. Sin embargo, una vez mas Ricardo Olivan impondra su voluntad, prometiendo a su hija en matrimonio con lord Nathan Miller.
    Viendo que negarse a esa union es imposible si no quiere arruinar la reputacion de su padre, Ursula se vera obligada a conseguir que el propio Nathan se retracte de su proposicion. Desinteresarlo sera una ardua tarea, sobre todo porque su afecto por el crece dia a dia, si bien de noche continua viendose con Edward y disfrutando de furtivos y ardientes momentos de pasion.
    No obstante, Ursula no es la unica que guarda secretos. Tanto Nathan como Edward comparten un oscuro pasado que ninguno revelara a Ursula pero que lo cambiara todo cuando la verdad salga a la luz.

  • Los secretos de Holden de Becka Sallow

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    Otra manana mas avanzo a la misma tortuosa velocidad de siempre no tardando en llegar a su fin sin que apenas pudiera percatarme de que esta habia comenzado. No pude retener el suspiro que escapo de mis labios al hacer memoria y comprobar que ese dia no se diferencio mucho de los demas para mi desgracia. Entre con una gran sonrisa en la cara esperando ilusamente que algo en mi rutina cambiara por alguna cuestion divina y a medida que las manecillas del reloj avanzaban mi animo iba cayendo proporcionalmente, aunque no por eso deje de ofrecer mi ayuda a todo companero que pasaba por mi lado sin que los resultados fueran diferentes de las semanas anteriores. Tal y como cada dia solo querian una cosa de mi, que fuera una especie de secretaria personal para ellos cuya unica mision era hacer sus recados y complacerlos. Me estaba empezando a cansar de que solo me pidieran ayuda para llevarles cafes, bebidas energeticas, tes, donuts (de chocolate, con almendras, sin gluten,…), algun informe o algo similar. A esas alturas, tras dos meses trabajando en el hospital como nadie podia arriesgarme poniendo la mano en el fuego a que me sabia exactamente como le gustaba el cafe y que tipo de bolleria consumian cada dia cualquier trabajador del centro. Al menos no era un edificio demasiado grande, cosa que me servia de consuelo en mis dias malos que solian ser bastantes visto el panorama. Me ponia decepcionaba la manera en la que me juzgaban mis companeros sin darme una oportunidad de demostrar lo que sabia hacer, que acabara de terminar la carrera no significaba que fuera una mala trabajadora. Ninguno de los enfermeros del hospital se atrevian siquiera a que pusiera una simple inyeccion por miedo a que lo hiciera mal. !Que no tuviera experiencia aun no significaba que no supiera nada sobre enfermeria! !Tenia una carrera! --!Molly! Mi cuerpo se puso en alerta nada mas escuchar mi nombre pronunciado por aquella espantosa voz aguda anunciando malas noticias. Solte un gemido de fastidio mientras intentaba escabullirme sin que la morena se diera cuenta entre miradas extranadas de pacientes que me observaban perplejos mientras recorria de puntillas el pasillo. Cloe, tambien conocida como mi demonio personal, se habia encargado desde el minuto uno de dejarme saber que a partir de ese momento yo estaba alli para ser unica y exclusivamente su recadera personal. --!Molly no te escondas, necesito un cafe bien cargado! Ignorando sus chillidos camine de la forma mas silenciosa que pude hasta la sala de urgencias conociendo el camino de memoria. Esta estaba abarrotada de gente con toda clase de problemas como la mayoria del tiempo. Y a pesar de eso, yo no podia ayudarles en nada. Menos cuando alguno tenia algun problema digestivo y le daba por sacar de su intestino toda la comida ingerida, ahi si que me buscaban mis companeros. Desde luego que cuando ingrese en la universidad para hacer enfermeria no me imaginaba que mi trabajo fuera a ser asi. Un silencio se hizo espacio por la gran sala en la que la gente esperaba atenta a que su turno llegara. Apenas se escuchaba la voz de la reportera que salia por los parlantes de las televisiones a bajo volumen. La gente enmudecio de un momento a otro, casi parecia que ni se atrevian a respirar con demasiada brusquedad por si rompian el ambiente que se habia formado. Cualquier otra persona no se hubiese percatado de lo que se venia, pero yo si. Tampoco era algo muy extrano dado que llevaba ya dos meses en el hospital y situaciones como esas se habian repetido en algunas ocasiones, las suficientes como para saber que aquel era un silencio antes de la tempestad. Y no me equivoque, en apenas segundos los chirridos de unas ruedas se empezaron a escuchar cada vez con mas fuerza por el pasillo de la planta. Las puertas se abrieron con brusquedad mientras una camilla blanca inclinada horizontalmente entraba a gran velocidad acompanada de un par de paramedicos y algun que otro doctor con la bata cubierta de sangre. Un escalofrio me recorrio todo el cuerpo al ver pasar la camilla por delante de mi. Apenas fueron unos segundos pero eso no quito que para mi todo sucediera como a camara lenta. Mi cerebro fue capaz de procesar unos ojos celestes encharcados de dolor. Su marcada mandibula reflejaba lo mismo a juzgar por la manera en la que la apretaba, sus cejas fruncidas por el esfuerzo completaban esa imagen de sufrimiento y por si eso no fuera suficiente el chico soltaba pequenos gemidos de dolor presionando sus carnosos labios en el proceso. Lo segui con la mirada mientras salia de la sala sin poder borrar aquella mirada de mi mente sintiendo un repentino impulso de seguir la camilla por los pasillos para averiguar que le habia ocurrido. Habia visto mucha gente sufrir a lo largo de mis veintitres anos de vida, pero nunca me habia sentido tan deseosa de poder ayer como en ese momento. No asi. Poco a poco los murmullos fueron renaciendo hasta dar paso a la estampa inicial: una sala de urgencias con gente hablando a gran volumen mientras se quejaban por falta de personal y enfermeros pasando de un lado al otro intentando evaluar los danos de cada uno. Todo el mundo parecia haberse olvidado completamente de lo que habia pasado hacia apenas unos minutos. Yo no fui una de esas personas. --!Por fin te encuentro! ?Donde estabas? No respondas. --se retracto la morena poniendo una mano perfectamente arreglada enfrente de mi-- Solo traeme un cafe. Que divertido es ser enfermera, ?eh?

  • Un grito de honor de Morgan Rice

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    En UN GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) – [Libro #4 de El Anillo del Hechicero – (The Sorcerer’s Ring), Thor ha regresado de Los Cien como un guerrero endurecido, y ahora debe aprender lo que significa la batalla por su patria, combatir por la vida y la muerte. Los McCloud han invadido el territorio de los MacGil – mas adentro que nunca en la historia del Anillo – y mientras Thor cabalga hacia una emboscada, caera sobre su cabeza repeler el ataque y salvar la Corte del Rey.

  • La ola detenida de Juan Carlos Mendez Guedez

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    Un thriller apasionante, con una protagonista entranable, enamoradiza y divertida que los lectores no podran olvidar

  • No me mires asi de Chris M. Navarro

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    Andrea Palacios es una joven musico, hija de famosos, que esta acostumbrada a tenerlo todo en la vida. Aburrida y sola, vive la vida sin limites, hasta el punto que a veces ni se da cuenta ni sabe donde poner el freno. Guapa y perfecta, tambien acostumbra a tener a cualquier hombre que desee.
    Una noche de fiesta extrema se acuesta con un companero de la banda de musica y, colocada y borracha, a la manana siguiente apenas puede recordar. El problema es que su amigo ha sido asesinado de forma cruel y sanguinolenta y el cadaver esta en su cama.
    El inspector Sandoval se da cuenta enseguida de como es Andrea, y si a eso le sumas que odia a todo aquel que consume drogas, crea una animadversion hacia la chica que la transtorna desde el primer momento, acostumbrada a que ningun hombre se le resista.
    Cuando las huellas de Andrea aparezcan en el arma homicida sus encantos no podran hacer nada para salvarse de una posible condena. ?Quien ha podido hacer algo asi? ?Quien quiere incriminarla?
    Una lucha por declarar su inocencia a la vez que una terrible atraccion hacia un policia que apenas la mira seran el detonante de esta novela romantica, erotica y con un entramado policial que te hara mantenerte en tension desde la primera pagina.
    ?Lograra Andrea demostrar su inocencia? ?Conseguira que su policia favorito sucumbe a sus encantos? Desde el momento en el que el inspector Ruben Sandoval pronuncie las palabras “No hay hombre que no te considere hermosa”, ella sabra que tarde o temprano caera en sus redes pero, ?cuando?

  • 20 divorcios y 1 boda real de Julianne May

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    Mel Adams, una exitosa periodista neoyorquina, dedica su vida a escribir sobre moda nupcial en el medio grafico mas consumido en Estados Unidos. Pero su fama no solo se debe a su buena labor, sino al controversial metodo que utiliza para luego escribir: se casa y se divorcia con solo una diferencia de horas, aunque jamas lo hace por amor. Todos sus efimeros matrimonios son parte de una fria estrategia comercial creada por la directora de la revista, Rachel Adams., su madre. No obstante, tras constantes denuncias eticas y morales, la revista se ve obligada a reivindicar la maltratada imagen del futuro esposo, por lo que no tardan en concluir que el proximo prometido sea el clasico principe azul.
    Desesperanzada de hallarlo, Mel asiste a su chequeo medico e, inesperadamente, conoce al doctor Alex Said, con quien el flechazo es instantaneo. Sin embargo, su destino da un vuelco de ciento ochenta grados al involucrarse con el ultimo hombre de la Tierra con el que se casaria: James O’Brian, un barman irlandes.
    Mel intentara seguir el plan inicial, pero nada sera tan facil. No solo el adelanto de la boda y la reaparicion de sus veinte exesposos le complicaran la existencia, sino tambien la inesperada lucha que se librara entre su corazon y su razon al conocer, en profundidad, tanto a Alex como a James. Y de alli, la gran pregunta que Mel se hara y esperara resolver: <>.

  • Leyenda de fuego de Alejandra Rodriguez

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    – Ella es el arma mas poderosa que ha dado a luz el mar. Y ha vuelto para vengarse –
    El rey de Atlenia lleva quince anos atormentado por el recuerdo latente de la sirena que es capaz de controlar los cuatro elementos a su antojo y a la que el dejo huerfana.
    El comandante de la guardia, y heredero del trono de coral, debe encontrar, cazar y acabar con la amenaza que ella supone.
    La sirena iridiscente ha encontrado, por fin, el camino de vuelta a casa.Aunque tenga que perderse a si misma para llevar a cabo su venganza.
    Ninguno saldra intacto de la batalla que esta por librarse.
    Del caos que esta por llegar.

  • Lady Catherine de Sabina Rogado

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    Lady Catherine cuenta la historia entre una dama, que es obligada a contraer matrimonio, y Jason, un criador de caballos que no es lo que parece ser.
    Un secuestro entre medias…
    Un amor inesperado…
    Y un gran secreto que envolvera a los protagonistas en una historia llena de pasion, intriga y amor.
    !!ATREVETE A LEERLA!!

  • Secretos de belleza coreanos para una piel radiante de Charlotte Cho

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    !Los secretos de la piel mas bonita del mundo! En Corea, tener una piel sana y brillante es una prioridad. En este libro, Charlotte Cho te guia a traves de los pasos de la rutina coreana para cuidar la piel que te ayudaran a conseguir que tu rostro luzca un aspecto inmejorable. Con los tutoriales paso a paso de Charlotte, sus consejos y productos recomendados, aprenderas a mimar y cuidar tu piel en casa y a lograr el look de maquillaje natural que admiramos en las mujeres de las calles de Seul.

  • Todo es posible 1 Paris. Nueva York. Copenhague de Audrey Carlan

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  • El Mailstrom susurra tu nombre de A. R. Cid

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    Soy una mujer. Sangro sin estar herida, lloro en la oscuridad de la noche y en mi vientre puedo albergar vida. Eso es lo que ven los vikingos que comando cuando me miran, pero voy a ensenarles a todos que dentro de mi hay mucho mas que eso.

  • Baila conmigo (Serie Cicatrices 1), Susana Bielsa de Susana Bielsa

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  • El priorato del naranjo de Samantha Shannon

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    Un mundo dividido. Un reino sin su heredera. Un antiguo enemigo se despierta.
    Fantasia epica ideal para los lectores de George R.R. Martin y J.R.R. Tolkien.

  • Mujer y maestra de Viviana Rivero

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    CIUDAD DE CORDOBA, SEPTIEMBRE DE 1884 Las dos jovenes mujeres cruzaron la calle y comenzaron a escuchar la voz del rezador que cantaba trisagios en la casa de los Martinez. El sol de la tarde caia sobre las sencillas construcciones de la cuadra. Ya en la vivienda, no necesitaron golpear; la puerta estaba abierta de par en par. Desde la entrada se alcanzaba a ver el cadaver del nino puesto sobre la mesa del humilde comedor; y a la gente, comiendo empanadas a su alrededor. Mercedes observo de reojo a Frances Wall y, al ver su desazon frente a la imagen, decidio alertarla: [?]No se asuste, miss, los velorios de los angelitos son asi. La norteamericana, que intentaba conservar su fortaleza, contesto con una sena de asentimiento y Mercedes la tomo del brazo con decision para ingresar juntas a la morada. La madre del nino las distinguio entre los demas. Sus cabellos claros y sus vestidos arreglados sobresalian: [?]Maestra Frances... Maestra Mercedes... [?]Pochita... [?]la saludo Mercedes. [?]Senorita..., mi hijito se nos fue. Tres dias lucho, pero se le acabaron las fuerzas... Todo fue sufrimiento... Deberia haber visto su carita... pero ahora... ya es angelito. Las maestras entendian su sufrimiento, sabian cuanto amaba la mujer a su unico hijo varon, de solo cuatro anos; siempre les hablaba de el cuando las cruzaba en el colegio mientras limpiaba las aulas. [?]Lo siento tanto, Pocha..., tanto [?]dijo miss Wall acongojada. Mercedes, con los ojos llenos de lagrimas, miro a la madre, y, comprendiendo que se esperaba que pronunciara en estos casos, exclamo: [?]!El angelito ya esta en el cielo! El semblante de Pocha se desdibujo de dolor, pero, a punto de comenzar el llanto, se contuvo: ella no debia llorar. Al fin y al cabo, esa era una noche de fiesta, su hijo era ahora un angel. Las tres se acercaron al cuerpo sin vida de Danielito. Llevaba ropa blanca y a su alrededor la mesa estaba cubierta de flores artificiales; a la altura de los brazos, dos pedazos de papel blanco semejaban las alas. Sobre el pendia del techo, a modo de cielo raso, una sabana blanca decorada con estrellitas de papel brillante. Su madre lo miro con devocion y dijo: [?]Manana se lo prestamos a los Ramirez. Ellos lo necesitan, le pediran al angelito un milagro para don Esteban. La sepultura se hara recien el jueves. Frances Wall se escandalizo ante la idea de que el pequeno difunto fuera prestado a otra familia antes de ser enterrado. Mercedes, mas acostumbrada a esta practica de las clases bajas argentinas, le dijo a la madre: [?]Cuente con nosotras para lo que necesite, Pocha. [?]Si, lo que sea [?]agrego miss Wall. [?]Muchas gracias. Ahora pasen y unanse a nosotros. La madrina de Danielito hizo empanadas y el padrino trajo vino patero [?]dijo la madre senalando el patio de donde provenia el bullicio. Los padrinos, como era de esperar, se habian hecho cargo de la parte que les tocaba. Por cortesia, fueron hacia el patio. Alli el clima era en verdad festivo; un musico preparaba su guitarra para comenzar con las canciones y, tal vez, si esa noche los animos acompanaban, hasta hubiera baile. La familia Martinez debia considerarse privilegiada al haber sido elegida por el destino para que su nino muriera antes de los siete anos y pudiera convertirse en un angel de Dios. Los convidados comian y charlaban animadamente. Las dos maestras saludaron a algunos conocidos. Otros, de lejos, las miraron con desden. El colegio normal, recientemente inaugurado por el gobierno para formar maestras, que le quitaba preferencia a la Iglesia catolica en la educacion, mas la ley 1420, que erradicaba por primera vez los contenidos religiosos de los programas escolares, tenian a los cordobeses divididos a muerte. El propio vicario Clara, por carta pastoral, habia prohibido el envio de ninas catolicas a esa escuela, lo que le habia valido la suspension en su cargo por parte del gobierno y hasta una inminente accion judicial. El presidente Roca, continuando con la politica de Sarmiento, habia nombrado vicedirectora del colegio normal a miss Wall. Y desde su apertura, en junio, la maestra norteamericana se habia convertido en uno de los blancos preferidos de la critica. Los cordobeses tradicionalistas se preguntaban: <>. Los liberales, en cambio, festejaban con bombos y platillos la separacion de la ensenanza y la religion, recientemente instaurada. Hasta la joven Mercedes Castro, maestra y profesora argentina, catolica de buena familia, caia en la volteada de las criticas. ?Como era posible que una chica de cuidada educacion apostolica romana apoyara este tipo de ensenanza nueva impuesta por el gobierno, y se aventurara a servir de apoyo a <>, tal como llamaban popularmente a las docentes norteamericanas traidas por idea del educador? Esa era la razon por la cual muchos ojos escrutaban a las dos jovenes en la colmada casa de la familia Martinez, en la ciudad de Cordoba. Miss Wall no se amilano y en la galeria se dedico a convencer a una de las mujeres para que enviara a su hija al colegio que regenteaba, explicandole que no habia ningun peligro espiritual en sus claustros. Mercedes decidio entrar una vez mas al comedor; queria rezar un rosario por el pequeno. Ya en la sala, pudo sentir la presencia de la muerte mas alla del disfraz de festejo. Y en la mitad de sus plegarias, un recuerdo doloroso de su ninez la golpeo: la remembranza del velorio de sus padres, anos atras, se le hizo tan vivida que antes de terminar sus oraciones necesito salir a tomar aire. Mientras lo hacia, por la puerta del frente hizo su ingreso dona Teresa Garcia, una de las maximas exponentes de las familias tradicionales de la ciudad de Cordoba, acompanada de dos sirvientas. La sencilla Pocha Martinez y la aristocratica Teresa Garcia se encontraban ligadas por un extrano vinculo. Dos anos atras, en el verano, durante una gran creciente del rio Primero, el marido de Pocha habia salvado la vida de uno de los hijos de dona Teresa. El nino, que jugaba distraido, no habia visto venir la pared de agua proveniente de las lluvias en las sierras y el hombre, arriesgando su vida, lo pudo sacar de la correntada. Y ahora la senora Garcia, como buena cristiana, venia a acompanar a la humilde mujer a pesar de las diferencias sociales que las separaban. De lejos, Mercedes alcanzo a escuchar la exclamacion de dona Teresa: [?]Pocha querida..., !su hijo ya es un angelito! [?]Unas pocas palabras mas en tono bajo y algunos murmullos dolorosos de la duena de la casa completaron el encuentro. Luego, dona Teresa paso al patio, donde la recibio el senor Martinez. Mientras charlaba con el, descubrio a miss Wall y a Mercedes, a quienes miro durante un buen rato, hasta que, decidida, recogio sus faldas y se acerco a ellas. [?]Buenas tardes, senoras. [?]Buenas tardes [?]contestaron pasmadas y casi al unisono. Las dos maestras conocian muy bien a la senora Garcia: era una de las principales oponentes a la escuela normal cordobesa donde ellas trabajaban. La mujer habia enviado una extensa carta al colegio instandolas a que se retractaran de semejante obra. Al mismo tiempo, se habia tomado el trabajo de ir casa por casa, visitando a las familias mas importantes de la ciudad, para explicar que Dios no veia con agrado la existencia de una escuela sin ensenanza religiosa. Aseveraba, tambien, que nadie que se preciara de cristiano podia enviar alli a sus ninos. A mas, cada tarde, a la hora del gallo, se hacia llevar por su cochero hasta la casona de la calle Alvear, donde funcionaba la escuela, y alli, frente a la construccion, rezaba un rosario, rogandole al Jesus bendito que expulsara a las huestes malignas de la ciudad, las que ella veia representadas en ese edificio. Durante los primeros dias habia llegado escoltada por tres -a veces, cuatro- senoras de igual pensamiento; pero la vagancia y la comodidad de las mujeres habia primado, y ahora solo la acompanaba una de sus sirvientas. La voz de Teresa dirigiendose a las maestras se escucho con claridad en el patio: [?]Senoras, no se que vinculo tienen ustedes con Pocha Martinez, pero la Providencia me ha hecho encontrarlas en este lugar, asi que no ahorrare palabras para lo que tengo que decirles.

  • Cascara de nuez de Ian Mcewan

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    Asi que aqui estoy, cabeza abajo dentro de una mujer. Aguardo con los brazos pacientemente cruzados, aguardo y me pregunto dentro de quien estoy, que hago aqui. Los ojos se me cierran con nostalgia cuando recuerdo que iba a la deriva en mi bolsa corporal translucida, flotaba en suenos dentro de la burbuja de mis pensamientos a traves de mi oceano particular de volteretas a camara lenta, chocando suavemente contra los limites transparentes de mi encierro, la membrana acogedora que vibraba, mientras las amortiguaba, con las voces de unos conspiradores de una ruin empresa. Esto fue en mi juventud despreocupada. Ahora, totalmente invertido, sin un milimetro de espacio para moverme, con las rodillas apretadas contra el vientre, mis pensamientos, al igual que mi cabeza, estan muy ocupados. No me queda otro remedio que tener la oreja pegada dia y noche contra las sanguinolentas paredes. Escucho, tomo notas mentalmente y estoy preocupado. Oigo conversaciones intimas sobre un designio mortifero y me aterra lo que me espera, lo que podria arrastrarme. Estoy inmerso en abstracciones, y solo las relaciones que proliferan entre ellas crean la ilusion de un mundo conocido. Cuando oigo <>, cosa que nunca he visto, imagino una especie de suceso mental que se acerca mucho a <>, cosa que tampoco he visto nunca. Me considero inocente, exonerado de lealtades y obligaciones, un espiritu libre, a pesar de mi exiguo habitaculo. No hay nadie que me contradiga ni me reprenda, no hay nombre o direccion anterior, no hay religion ni deudas ni enemigos. En mi agenda, si existiera, solo figura mi proximo nacimiento. Soy, o era, a pesar de lo que dicen ahora los genetistas, una pizarra en blanco. Pero una pizarra porosa, escurridiza, que no serviria para un aula ni para el tejado de una casa de campo, una pizarra que se escribe a si misma a medida que crece cada dia y se va llenando. Me considero inocente, pero al parecer formo parte de una intriga. Mi madre, bendito sea su corazon incesante que chapotea ruidoso, parece estar implicada. ?Parece, madre? No, esta. Estas. Estas implicada. Lo he sabido desde mi principio. Dejame evocar aquel momento de creacion que llego con mi primer concepto. Hace mucho, muchas semanas, mi surco neural se cerro para convertirse en mi medula espinal y muchos millones de neuronas jovenes, trabajadoras como gusanos de seda, hilaron y tejieron con la estela de sus axones la esplendida tela dorada de mi primera idea, un concepto tan simple que ahora se me escapa en parte. ?Aquello era yo? Demasiado vanidoso. ?Aquello era ahora? Excesivamente dramatico. ?Entonces era algo que precedia a ambas cosas y las contenia, una sola palabra forjada por medio de un suspiro o un desmayo mental de aceptacion, de puro ser, algo como… esto? Demasiado preciosista. Asi que, acercandome mas, mi idea era Ser. O si no, su variante gramatical, es. Este fue mi concepto primigenio y ahi esta la cuestion crucial: es. Nada mas. En el sentido de Es muss sein. El comienzo de la vida consciente era el fin de la ilusion, la ilusion del no-ser y la erupcion de la realidad. El triunfo del realismo sobre la magia, del es sobre el parece. Mi madre esta implicada en la intriga y por ende yo tambien, aunque mi papel pudiera consistir en frustrarla. O en vengarla, si yo, un cretino reacio, llego demasiado tarde.

  • Desnuda de Raine Miller

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    Ethan Blackstone es un hombre rico, sexy y protector. Dirige su propia compania de seguridad privada y esta inmerso en la organizacion de los Juegos Olimpicos 2012. Brynne Bennet es una chica americana con un pasado que la aterroriza y por el que recibe tratamiento psicologico. Vive en Londres, donde intenta empezar de nuevo mientras compagina sus estudios de arte con su trabajo como modelo. Ambos se encuentran de manera fortuita en una exposicion de fotografia en la que ella participa. Entre los dos surge de inmediato una atraccion magnetica que los acerca de forma peligrosa. Pero en esta relacion se esconden secretos. Secretos que oprimen el alma y que dejan profundas cicatrices. ?Sera Ethan capaz de liberar a Brynne del pasado que la estigmatiza? ?Cedera Brynne a sus encantos, o los espectros que la atormentan volveran a resurgir y acabaran con la oportunidad de forjar un futuro en comun?

  • El Arconte de Pedro Rosillo

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    "Existe un combate entre el bien y el mal tanto en el cielo como en la tierra. Y el combate del cielo se refleja aqui en la tierra muchas veces y de una forma inusual, en lo oculto. No es una guerra que podamos ver con los ojos del cuerpo y sus batallas se suceden en hechos aislados, oscuros y misteriosos". Asi es el inicio de la novela "El Arconte" que nos comienza a sumergir de lleno en el mundo que hay detras del telon, en la intrahistoria de la historia. Pablo Romero es un chico de doce anos del barrio madrileno de Coslada que por las noches recibe la visita de unos seres misteriosos que le proponen que se suicide, a cambio, le daran el poder absoluto del reino del mal.

  • Olvide Decirte Quiero de Monica Carrillo

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    Tras sufrir un terrible accidente de coche, en la difusa linea que separa la vida de la muerte, a Malena se le aparecen todas las palabras que se quedaron sin decir: palabras de amor, de perdon, de amistad, de reconocimiento... Por su mente desfilaron todos sus amores, los felices y los fallidos: aquel que la hizo sufrir, aquellos otros que le sirvieron para olvidar y su amor actual, a quien tanto debe y de lo cual hasta ahora no se habia dado cuenta; su mejor amiga, a la que olvido decir <> antes de que se fuera; su familia y, sobrevolandolo todo, el personaje de su perrita Mia, una figura entranable, divertida y sorprendente que conseguira encauzar el destino de Malena para que nunca mas olvide decir <>.

  • La vidente de Lars Kepler

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  • El cerebro del nino explicado a los padres de Alvaro Bilbao

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    Como ayudar a tu hijo a desarrollar su potencial intelectual y emocional.
    Durante los seis primeros anos de vida el cerebro infantil tiene un potencial que no volvera a tener. Esto no quiere decir que debamos intentar convertir a los ninos en pequenos genios, porque ademas de resultar imposible, un cerebro que se desarrolla bajo presion puede perder por el camino parte de su esencia.
    Este libro es un manual practico que sintetiza los conocimientos que la neurociencia ofrece a los padres y educadores, con el fin de que puedan ayudar a los ninos a alcanzar un desarrollo intelectual y emocional pleno.

  • La Eternidad y un Dia de Lauren Kate

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    <>

  • Un mes de besos, abrazos y caricias de Monica Benitez

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    Cuatro amigas.
    Un corazon roto.
    Un amor no correspondido.
    Un mes de vacaciones.
    Y un pacto que lo cambiara todo.

  • Malasangre de Michelle Roche Rodriguez

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    Venezuela, ano 1921. Diana, la hija de catorce anos de una familia de arribistas de Caracas, descubre que ha heredado la hematofagia de su padre, prestamista y hacendado, ocupaciones que desempena gracias a su relacion con la dictadura de turno. La enfermedad la inclina a la violencia contra algunos hombres y la aleja de su madre, de estrictas convicciones catolicas.
    Mientras madura, Diana se enfrentara al maltrato del novio con el que se empenan en casarla, a la brutalidad de su familia y a la tirania del patriarcado militarista y religioso. Sin embargo, lo peor sera verse involucrada en las actividades ilicitas y las conspiraciones politicas de los socios de su padre, que la llevaran hasta las recamaras privadas del palacio presidencial. Son tiempos de revolucion petrolera y el general al mando se llama Juan Vicente Gomez, un hito en la historia venezolana menos porque duro tres decadas en el poder que porque en su tiempo se instauraron y fortalecieron las dos grandes instituciones del pais: las fuerzas armadas y la economia rentista.
    Michelle Roche Rodriguez ha escrito una poderosa alegoria en la que conviven lo fantastico y lo historico, la exploracion de la sexualidad y la politica, la lucha por afirmar la identidad como mujer en una sociedad machista y el vampirismo como realidad y como simbolo.
    Un libro seductor, envolvente y perturbador sobre la rebeldia y la transgresion. Una novela que juega con el genero de terror explorando territorios nuevos, llevandolo mas alla de los caminos trillados.

  • Erotissima de Venus Sade

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    Cleo, una joven madrilena rebelde y desencantada que canaliza sus frustraciones en el sexo, se ve envuelta junto a sus amigos en unos hechos misteriosos que los ponen en peligro de muerte.

  • La ciudad de la lluvia de Alfonso Del Rio

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    En el Bilbao de principios de los anos ochenta, tres misteriosas muertes uniran los destinos de varios personajes sin conexion aparente. Alain Lara, un joven y prometedor jugador del Athletic, descubre una vieja fotografia de los anos cuarenta que su abuelo Rodrigo habia mantenido siempre oculta. De todos los personajes que aparecen en ella Alain reconoce a su abuelo, junto a un tambien joven Ignacio Aberasturi, el gran empresario bilbaino y actual candidato a la presidencia del Banco del Norte. La repentina y extrana coincidente desaparicion de ambos, junto con otros sucesos, lo llevara a una investigacion que se remontara a un pasado oculto.
    En un intento por entender lo que sucede, Alain contactara con Maria, la hija y heredera del imperio Aberasturi, y junto a ella tejeran los hilos del pasado que unieron a sus familias en los anos del Berlin nazi, en busca de respuestas. Pero lo que obtendran seran mas preguntas, mas dudas, mas sospechas.
    ?Que pudo unir hace mas de cuarenta anos a estos dos hombres cuyas vidas nunca mas volvieron a cruzarse? ?Quienes son los demas personajes que aparecen retratados junto a ellos? ?Quien y por que anda detras de ellos?
    La ciudad de la lluvia es un thriller que reune lo mejor y lo peor que anida en el ser humano. Es una historia sobre el poder magnetico de la ambicion, el amor y la complicidad entre las personas, y que nos muestra que la cara oculta que todos tenemos no puede permanecer indefinidamente en la sombra.

  • Inquebrantables de Bruno Puelles

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    Varios siglos despues de una catastrofe nuclear, unas pocas ciudades sobreviven bajo tierra para escapar de la radiacion que todavia persiste. Una de ellas decide organizar una expedicion en busca de lo que parece un asentamiento cercano y asi poder colonizarlo. La unica manera de hacerlo es cruzando la antigua red de metro en unos vehiculos terrestres que llaman naves y rezando para no perderse en el laberinto de tuneles.
    Olivia lleva toda su vida formandose para ser piloto. Cuando la admiten en la expedicion y esta a punto de cumplir su sueno no se imagina que entre la tripulacion, ademas de al guapisimo capitan Barrow, conocera a Hawke, el extrano inventor que la obligara a desobedecer las ordenes de su superior y embarcarse con el en una aventura llena de peligros.

  • Contemplaciones de Zadie Smith

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    Se escribiran muchos libros sobre el 2020: analisis historicos y politicos, informes exhaustivos. Este no entra en ninguna de esas categorias, y ademas aun no estamos ni a mediados de ano. Mi intencion ha sido organizar, en los retazos de tiempo que estos peculiares meses nos han concedido, algunos sentimientos y reflexiones que los sucesos han provocado en mi hasta ahora. Son, por encima de todo, ensayos personales; modestos por definicion, breves por necesidad. A principios de la crisis volvi a leer las Meditaciones de Marco Aurelio, pero, por primera vez en mi vida, no como un ejercicio academico, ni por placer, sino con la misma actitud con que leo las instrucciones para ensamblar una mesa: necesitaba asideros practicos. (Que los asideros que Marco Aurelio ofrece sean espirituales no los hace menos practicos, en mi opinion.) Desde entonces, otra clase de crisis ha venido a sumarse a la primera y, aunque no soy mas estoica ahora que antes de abrir ese antiquisimo libro, me dio dos indicaciones que no tienen precio: hablar contigo mismo a veces ayuda y escribir significa que alguien puede oirte. Londres, 31 de mayo de 2020 Peonias Justo antes de marcharme de Nueva York me encontre de pronto en una posicion inesperada: agarrada a las rejas del Jefferson Market Garden mirando a traves de los barrotes. Un momento antes iba a la carrera, como de costumbre, intentando sacar provecho de dos minutos que habia rascado de los tramos de cuarenta y cinco en que, entonces, fraccionaba mis dias (compactando y nivelando cada bloque de tiempo con la precision con que un nino construye un castillo de arena). Dos minutos <> equivalian a un macchiato (en un mundo ideal, sin necesidad de pagar en efectivo, si nadie me daba conversacion). En aquella epoca, la hoja de mi pala siempre estaba afilada para ahuyentar a camareros parlanchines, madres excesivamente simpaticas, estudiantes en apuros, lectores curiosos: cualquiera que me pareciese una amenaza contra mi programa. Ah, !que bien protegida iba! Pero, a traicion, me ataco… la horticultura: los tulipanes que florecian en el triangulo de tierra de un pequeno jardin metropolitano. No es que los tulipanes sean flores muy sofisticadas; un crio podria dibujarlos; y ademas eran de un rosa chillon con vetas naranjas. Desde el mismo instante en que me detuve a mirarlos desee que fueran peonias. Nacida y criada en la ciudad, no era consciente de sentir un entusiasmo especial por las flores, o al menos no un interes tan profundo como para renunciar al cafe. Aun asi, segui aferrada a los barrotes de aquella verja; no iba a soltarme. Y no estaba sola: a ambos lados del Jefferson habia otras dos mujeres, ambas mas o menos de mi edad, atisbando a traves de la reja. Era un dia frio, radiante, azul; ni una nube entre el World Trade Center y el numero de siete digitos pintado en el viejo anuncio de la farmacia Bigelow. Las tres teniamos obligaciones que atender; no obstante, algun instinto poderoso nos habia atraido hasta alli, y el afan depredador con el que escrutabamos aquellos tulipanes me hizo recordar como describia Nabokov la presunta genesis de Lolita: <> Siempre me ha interesado esa cita, aun sin creer una sola palabra de lo que dice. (Algo inspiraria Lolita, sin embargo, estoy convencida de que no hubo primates implicados.) El cientifico ofrece el trozo de carboncillo esperando o deseando una revelacion trascendente sobre ese chimpance, pero la revelacion resulta ser fruto de la mera contingencia, de una serie de circunstancias determinadas, de la situacion como tal. El chimpance esta enjaulado por su naturaleza, por sus instintos y por sus circunstancias (el orden de los factores habran de debatirlo los zoologos); es lo que hay. Por mi parte, no necesitaba que un freudiano me explicara que aquellas tres mujeres de mediana edad, al filo de la perimenopausia, se habian sentido atraidas por un simbolo que pregonaba la fertilidad y el renacimiento en medio de una yerma metropolis de cemento… Y, en efecto, cuando advertimos la presencia de las demas, las tres sonreimos avergonzadas. En mi caso, sin embargo, fue una verguenza bien distinta a la que habria sentido en otro tiempo, cuando era muy joven y lei Lolita por primera vez. En aquella epoca, para mi, la jaula de mi circunstancia era el genero. No en su manifestacion concreta: me gustaba mi cuerpo. Pero no lo que creia que significaba: que estaba atada a mi <>, a mi cuerpo animal --al reino simiesco del instinto--, y todo esto de un modo mucho mas fundamental que, digamos, mis hermanos. Yo tenia <>, ellos no; yo debia prestar atencion a distintos <>, ellos no necesariamente. Habia palabras especialmente dirigidas a mi acechando en el horizonte, empaquetadas de antemano para senalar las posibles etapas de mi existencia: podria convertirme en una solterona, podria convertirme en una arpia, podria ser un <>, una madura deseable o una mujer <>, mientras que mis hermanos, sin importar que mas les ocurriera, continuarian siendo simplemente hombres. Y al final, con suerte, llegaria a ser la criatura mas patetica de todas, una anciana a quien ya adivinaba como alguien a quien cualquiera, hasta los ninos, se permitiria dar lecciones. Solia escuchar la cancion You Make Me Feel (Like A Natural Woman) [Me haces sentir (una mujer natural)] e intentaba imaginar su contrapartida. Podias hacer que alguien se sintiera un hombre <> (sin duda, otro tipo de jaula), pero nunca un hombre natural: un hombre era un hombre era un hombre. Doblegaba la naturaleza a su voluntad; no se sometia a ella, salvo en la muerte. La sumision a la naturaleza iba a ser mi reino, y era un reino al que yo no queria pertenecer: seria una mujer, pero no natural. Me negue a llevar ningun tipo de control de mi ciclo menstrual, por ejemplo, prefiriendo ponerme a llorar el lunes y descubrir la (supuesta) razon de mi llanto el martes. Si, mucho mejor eso que prepararse a conciencia para un lunes triste o creer que era inevitable sin mas. Mis estados de animo eran mios: no reflejaban la naturaleza. Me negue a tolerar la idea de que nada en mi siguiera un movimiento ciclico, mensual. Y si algun dia decidia ser madre, lo seria cuando llegara <>, por mas que sonaran las alarmas en los temidos relojes de las revistas femeninas. De los <> no queria ni oir hablar: no era una gallina clueca. Y, a partir de los veinte, si algun freudiano atrevido hubiera osado insinuar que mi apartamento, lleno de cojines peludos, alfombras peludas, almohadas peludas, mantas peludas y pufs peludos, delataba un deseo sublimado de compania en el sentido animal, o que inconscientemente acolchaba el nido con esperanzas de albergar nueva vida, desde luego le habria ensenado a ese impertinente donde estaba la puerta. Yo era una mujer, pero no esa clase de mujer. Hoy quiza lo llamarian <>. No dispongo de un termino mejor. Aun asi, en el nucleo de ese rechazo latia una obsesion con el control comun entre mi gente (los escritores). Suele decirse que la escritura es <>; a mi nunca me ha parecido una descripcion correcta. Plantar tulipanes es creativo; plantar un bulbo (me imagino, porque nunca lo he hecho) es participar con un pequeno gesto en el milagro ciclico de la creacion. La escritura es control. La facultad donde doy clases de hecho deberia llamarse Departamento de Control de la Experiencia. La experiencia --enigmatica, abrumadora, consciente, inconsciente-- nos arrolla a todos. Intentamos adaptarnos, aprender, acomodarnos, a veces resistiendonos, otras veces sometiendonos, para encarar lo que venga. Los escritores, sin embargo, van mas alla: toman esa masa informe de perplejidad y la vierten en un molde de su propia invencion. La escritura es siempre resistencia. Y tal vez por eso sea una actividad noble, y a veces incluso util, una vez sobre el papel; sin embargo, por lo que se, no funciona como practica para la vida real. En la vida real, la sumision y la resistencia carecen de una forma predeterminada, y para una escritora como yo resulta aun mas desconcertante que ciertos valores --sumision, negativo; resistencia, positivo-- que por norma se asocian a las palabras que los escritores vierten en la pagina, no son fiables sobre el terreno. A veces es un acierto someterse al amor y un error resistirse al afecto; a veces es un error resistirse a la enfermedad y un acierto someterse a lo inevitable; y viceversa. Cada novela que lees (y ni que decir las novelas que escribes) planteara alguna teoria acerca de que actitud conviene adoptar en que momento, y --si lees las suficientes-- te ofrecera, cuando menos, un amplio repertorio de reacciones posibles. Sin embargo, sobre el terreno, la experiencia no tiene epigrafes, ni saltos de linea, ni elipsis que te permitan recuperar el aliento… no da tregua.

  • La soberbia de Catherine Brook

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    Necesitaba un hombro. No para llorar, que ella nunca lo hacia, sino para dormir. !Que misa tan aburrida! Harriet Broome parpadeo con rapidez con la esperanza de mantenerse despierta y, sin disimulo, se cubrio la boca con la mano enguantada para tapar un bostezo. El quinto desde que habia comenzado el sermon. !Y solo habian pasado quince minutos! No estaba segura de poder soportar las dos horas restantes. Solo de pensarlo le daban verdaderas ganas de llorar. Entrecerro los ojos para mirar con rabia a la causante de esa tortura, pero esta estaba de espaldas y no pudo recibir todo su odio. Zelda, su hermana, estaba sentada al lado de su prometido, Archibald Cobyn, y no parecia tener intencion de prestar atencion a Harriet, a quien habian obligado a ir al servicio porque se haria la primera amonestacion del compromiso. Harriet penso que al menos podria haber tenido la cortesia de sentarse a su lado para poder utilizar su hombro como almohada. Sin embargo, prefirio ocupar asiento al lado de su prometido, la senora Corbyn y su padre, el senor Broome. Ella habia quedado relegada una fila atras junto a la hermana menor de su proxima familia politica, Bernadette Corbyn, quien no parecia lo suficientemente amable para prestarle su hombro y, a decir verdad, tampoco se veia mas despierta que ella. --Tus bostezos me estan provocando sueno --dijo la joven con voz ahogada, mientras tapaba su boca con una mano. --?Tambien te han obligado a venir? --le pregunto, observandola. No debia tener mas de catorce anos. --Gideon no nos habria perdonado si algun integrante de la familia no hubiera asistido a este emblematico momento --respondio sin sarcasmo. Harriet casi habia olvidado que el hombre que estaba a punto de dormirla por aburrimiento era hermano del novio y, por ende, seria parte de su familia politica. Por suerte, era un parentesco muy lejano, porque Harriet no lo soportaba en ninguna de sus facetas. Como vicario y como persona en general tenia muy buena reputacion, no habia nadie en ese dichoso pueblo que no lo quisiera, pero ella tenia otra perspectiva del reverendo Corbyn. Hacia un tiempo, el intachable vicario habia participado en un engano que Archibald Corbyn habia hecho a su hermana Zelda, y si a eso le sumaba que creia que aspirar a lo mejor era malo, no le causaba ni un poco de simpatia. A decir verdad, a excepcion de la joven a su lado, a quien no conocia lo suficiente para emitir un juicio, los miembros de esa familia no le simpatizaban en absoluto. Nunca dejaria de pensar que, si Zelda iba a abandonar su ferrea decision de no casarse, al menos podria hacerlo con un lord. No importaba que fuera un baron o un vizconde, pero que fuera alguien que pudiera presentarle a ella un noble importante con el que se pudiera casar. Lamentablemente, el corazon no era sensato. Harriet toleraba la situacion solo porque su hermana estaba enamorada. Por eso y porque todavia tenia la esperanza de que los Corbyn tuvieran algun conocido con un titulo nobiliario de renombre. --Si no llego a venir, Gideon me habria dado un sermon mas largo que este --continuo la joven a su lado. Harriet agradecio tener otra cosa en la que fijar su atencion--. Supongo que imaginaras lo catastrofico que eso seria. He venido solo por eso, no porque nadie me pueda obligar. --Por algun motivo, a la joven le parecio importante hacer esa aclaracion--. Esa es mi excusa. ?Cual es la tuya? --Impulso momentaneo de amabilidad que no se volvera a repetir. ?No consideras pecado aburrir de esta manera a la gente? La joven solto una risa disimulada que resono en el lugar porque, justo en ese momento, el reverendo hizo una pausa. Algunas caras se giraron para buscar el origen de la interrupcion, pero solo la del vicario logro localizarlas. Bernadette se hizo la desentendida, pero Harriet no tuvo ningun reparo en responder a la mirada de reproche con una de desden. El suspiro, como si ella fuera un alma perdida, y continuo con el sermon. A Harriet no le importo. Era mejor ser una oveja descarriada que el hijo perdido de Hipnos. --Es probable que de todas maneras nos toque otro sermon en la casa. !Que mala suerte! Harriet estuvo de acuerdo, pero no respondio. Opto por colocar su brazo encima del respaldo del asiento y recostar su cabeza en la mano. Despues de unos minutos, no supo nada mas. *** --!Harriet! Harriet se enderezo y parpadeo con rapidez, no muy segura de quien habia interrumpido su sueno. Pronto descubrio que era su hermana. Zelda no la miraba con reproche ni con molestia, mas bien con resignacion. Despues de todo, no era tampoco una devota cristiana. ?Por que, entonces, habia interrumpido su sueno? --La misa esta a punto de terminar. <>, penso Harriet. Inclino la cabeza en agradecimiento a su hermana por el aviso y se froto los ojos. --Gideon no ha dejado de mirarte en todo el servicio --le informo Bernadette--. Creo que te espera un sermon particular. Pues se lo daria a la brisa, porque ella no pensaba escuchar ni una palabra mas de ese hombre en lo que le quedaba de vida. La misa finalizo con la ratificacion del compromiso de Archibald Corbyn y Grizelda Broome. Entonces, como ya no estaba prohibido hablar, empezaron las murmuraciones. Aunque a Harriet solia gustarle el chisme, no se detuvo a escuchar que decian del compromiso. Le hizo un gesto a Zelda para indicarle que esperaba fuera y salio de la iglesia de tres naves que, a pesar de ser relativamente amplia, la estaba sofocando. Cada vez habia mas gente en ese pueblo, y la misa de los domingos solia quedarse escasa de asientos. Cuando estuvo fuera agradecio la brisa invernal que le calaba los huesos. Se apreto un poco el abrigo y respiro hondo. Esperaba que Zelda no tardara, o se iria sola. --Harriet Broome. ?Has disfrutado de la siesta? --pregunto una voz femenina con humor tras ella. Harriet se giro. Una joven de abundantes cabellos negros, sostenidos de forma precaria pero sin perder la elegancia del peinado, la miraba con diversion y una sonrisa amable. La reconocio de inmediato, pero no le devolvio la sonrisa. No porque le desagradase, pues dificilmente Tess Witherow le caeria mal a alguien, sino porque Harriet reservaba sus sonrisas para los caballeros con titulo. --Ha sido bastante reconfortante --respondio, altiva. No se avergonzaba de nada. La joven se rio. Harriet admitia que tenia una sonrisa bonita. Bien, era bonita en general. Quizas, despues de ella, era la joven mas bonita con la que contaba ese pueblo. Tenia la tez palida, cabellos de ebano y unos ojos verdes muy brillantes. Tambien era muy elegante. Como no, si era la sobrina del duque de Alridge, posiblemente el personaje mas importante que tenia ese pueblo. Habia llegado hacia unos dias de Londres y lady Marjorie se la habia presentado. La joven desprendia simpatia inmediata y parecia imposible que a alguien le desagradara. Exudaba una energia contagiosa. Harriet habia decidido que podia mantener contacto con ella de vez en cuando, por si lo necesitaba. Segun recordaba, su hermano era marques. --Tendrias que haber visto como te miraba el reverendo. Lo siento, pero me ha causado demasiada gracia su expresion. Harriet la observo y evaluo mentalmente cuanta confianza podria depositar en la joven. Estaba claro que ella no era tan recelosa y veia en Harriet a algo mas que una recien conocida. Decidio darle un voto de confianza. Tal vez por fin alguien en ese pueblo pudiera comprenderla. --No tiene ningun derecho a reclamarme nada --espeto con altaneria. Al ver que la joven no mostraba oposicion a su afirmacion, continuo--: Me parece sorprendente que no este acostumbrado, si todos sus sermones son tan aburridos. --Tess, que habia estado sonriendo ante el despotrique de Harriet, dejo de hacerlo de pronto, pero Harriet no lo noto, concentrada en su queja--. Parecen disenados para curar el insomnio. --Harriet… --Lo peor es la forma en que los dice --continuo, sin percatarse de que su companera empezaba a hacer gestos raros con la mano--. Habla como si tuviera la verdad absoluta, como si el fuera perfecto, cuando, en realidad, es solo un mortal que peca mas que nosotros. Y hablo con base. --Harriet… --No tiene ningun derecho a aburrir asi a la gente. Deberia ser pecado. --Tess habia dejado de intentar atraer su atencion. Parecia resignada, esperando con paciencia algo inevitable--. !Y tres horas! ?Como alguien puede hablar tanto? --Eso podria respondermelo usted --replico una voz masculina a sus espaldas, con un deje de humor en su tono. Harriet dio un respingo porque reconocio la voz, pero antes de girarse compuso su semblante para que expresara indiferencia, como si no hubiese estado haciendo nada malo. --?No era pecado escuchar conversaciones ajenas, pater? Gideon contrajo el ceno, como hizo la ultima vez que la escucho llamarlo con el tratamiento que se les daba a los eclesiasticos catolicos. No quiso discutir el tema de momento. Ya sabia el que la joven tenia un caracter y una forma de pensar que no sabia si llegaria a comprender. --No es pecado, es mala educacion. Catalogaria mas como pecado hablar a las espaldas de alguien --respondio con suavidad. En su tono no habia reproche, mas bien cierta consideracion. Los que lo conocian sabian que preferia convencer con el dialogo a utilizar amenazas. Harriet se tomo su tiempo para responder, aunque en ningun momento demostro verguenza o arrepentimiento. Tess, al intuir que nadie le prestaria atencion, fue a buscar con quien hablar. No se molesto en despedirse porque parecian muy concentrados el uno en el otro para notarlo. --?Desde cuando es pecado decir la verdad? Que yo sepa, es una obligacion. ?Acaso han cambiado los mandamientos? --Los mandamientos son los mismos, pero creo que usted le esta dando una interpretacion erronea. --Desde mi punto de vista, es muy valida. ?Como es que dice? <>. --<> --puntualizo el--. Lo que usted ha dicho puede considerarse falso testimonio. --!Claro que no! Su sermon daba sueno. --Usted ha sido la unica que se ha dormido. --Porque los demas no tienen el valor. Se retaron con la mirada. Si la intencion del reverendo era que Harriet se arrepintiera de su accion, estaba perdiendo el tiempo. Ella estaba firme en su posicion y no pensaba ceder ante ese hombre que, desde su perspectiva, no tenia autoridad para reprender. Lo observo de arriba abajo con superioridad, y por primera vez se fijo en los detalles de su apariencia. Tenia los ojos verdes y los cabellos rubios cenizos, mas claros que los de ella, y algunos mechones enmarcaban su rostro porque no estaban bien peinados. A decir verdad, toda su apariencia era algo desalinada. La sotana estaba arrugada, a sus zapatos les faltaba lustre. Estaba claro que nadie se preocupaba por su apariencia, y a el no le importaba. De seguro se vestia a prisa para poder llegar a tiempo y aburrir a sus feligreses. Harriet, que apreciaba mucho la apariencia, no soportaba mirarlo por mucho tiempo. --Harriet, es hora de marcharnos --le dijo Zelda, acercandose. Acababa de despedirse de su prometido con un beso en un rincon oscuro de la iglesia--. Gideon, gracias por la misa. Cumplio las expectativas. --?Cuales eran? ?Dormir a la gente? --intervino Harriet, con tono de burla. Zelda la miro con reproche, pero ella no se inmuto. Gideon asintio ante el cumplido de su futura cunada y miro a Harriet, respondiendola con su silencio. Una de las cosas de el que mas disgustaba a la joven era que nunca parecia alterarse demasiado, ni siquiera mostrar absoluta molestia. Siempre lo trataba todo como un debate. Harriet habia escuchado que no reprendia como solian hacerlo los vicarios, con firmeza y severidad; mas bien hablaba y hablaba con calma hasta dejar clara su postura. Quizas fuera esa una tecnica mas efectiva. Las personas debian de portarse bien solo para no tener que escuchar un sermon similar al de la iglesia. Despues de echarle una ultima mirada, se reunio con su hermana, que ya habia empezado a marcharse. Esperaba volver pronto a Londres y conseguirse su propia familia, porque la posibilidad de quedarse en ese pueblo y tener que convivir con frecuencia con ese hombre le provocaba escalofrios. Dios no quisiera para ella un destino tan cruel. *** Gideon las observo marcharse y se limito a negar con la cabeza ante la actitud de la joven. Con regularidad, no le gustaba juzgar a nadie, y siempre creia que tras una actitud hostil o inmoral habia un antecedente que, si se resolvia, podria devolver a esa persona al buen camino. Por ejemplo, su hermano Archie era muy avaricioso, pero todo se explicaba con que su padre se habia muerto y la carga de una familia en la ruina le supuso un trabajo que no queria volver a pasar bajo ninguna circunstancia. Archie suponia que el no lo sabia, pero para Gideon era obvio. Si bien no aprobaba la actitud tomada por su hermano, si podia comprenderlo, y esperaba que, ahora que se iba a casar, pudiera mejorar esa actitud tan poco cristiana. La joven, en cambio, era un enigma. A Gideon le causaba mucha curiosidad saber que habia detras de tanta soberbia, si es que, por supuesto, habia algo, pues no era tan iluso como para creer que no hubiera personas realmente malas e incorregibles. Analizo lo que conocia de la joven hasta el momento. Una vez habian discutido sobre la novela Elogio a la locura, y dejo clara su postura de que aspirar a lo mejor no era malo. En otro momento, cuando el engano que su hermano Archie le habia hecho a las hermanas salio a la luz, la joven, furiosa, lo acuso de complice y le dio una bofetada que aun escocia si la recordaba. A decir verdad, cualquier otro la hubiera catalogado de alma perdida, pero Gideon se negaba. Al contrario: tenia una necesidad de saber mas de ella y saber si podria ayudarla que se incrementaba en cada encuentro. Si tan solo pudiera hacer que bajase la guardia… --?A que oveja descarriada estas pensando perseguir para que regrese al buen camino? -- pregunto a su lado la voz que reconocio como la de su hermano. --A Harriet Broome --respondio con sinceridad, todavia pensativo. Escucho la carcajada de su hermano y lo miro con severidad--. Estoy hablando en serio. --Lo se. Eso es lo que me hace gracia. No pierdas el tiempo, hermano, esa joven no tiene salvacion. Es una malcriada incorregible. ?Acaso has olvidado la bofetada que te dio? Gideon decidio ignorar ese detalle. --No, pero todos pueden salvarse. Tengo que pensar en como ayudarla. --Te dire en que tienes que pensar --le dijo Archie, colocandole una mano en el hombro en un gesto de camaraderia. Echo un vistazo hacia atras, donde estaban unas senoras hablando, y anadio--: Madre quiere hablar contigo. Yo estoy comprometido. Tu eres el siguiente hermano. ?Sabes lo que eso significa? Gideon miro hacia atras, donde estaba su madre conversando, y trago saliva. Por supuesto que sabia que significaba. Su madre tenia una obsesion por que todos sus hijos se casaran y llevaba bastante tiempo insistiendole a Archie y a el, que eran los que estaban en edad, para que lo hicieran. Si Archie estaba comprometido, todos sus esfuerzos irian a el. --Tengo que preparar el sermon de manana. Dile que pronto pasare a visitarla. Hasta luego. Mientras se apresuraba a rodear la iglesia para entrar por la puerta de atras, escucho la carcajada de Archie y la advertencia de que no podria escapar por mucho tiempo. Gideon no le presto atencion. Sabia que era verdad. Tambien era consciente de que su madre tenia razon, y, como buen reverendo, deberia buscar una esposa, pero hasta el momento no le habia llamado la atencion ninguna joven y Gideon era demasiado honesto para casarse por puros fines sociales. El matrimonio tendria que esperar hasta que apareciera la indicada. Una vez en la sacristia, se sento frente a la pequena mesa donde solia escribir sus sermones e intento elaborar el del dia siguiente, pero no logro concentrarse. Su cabeza se iba una y otra vez a Harriet Broome y a lo mucho que necesitaba esa joven que alguien le hiciera comprender que esa actitud seria su perdicion. Gideon sabia que no podia ser el salvador de todos, ni mucho menos, pero sentia una necesidad insistente con ella. Estaba claro que los sermones no harian mas que aburrirla, y tal vez no funcionase ninguna tecnica en general, pero Gideon tenia que intentarlo. Solo tenia que pensar en como. Si Dios lo queria, ella podria mejorar su actitud. Si no, pues seria una lastima, porque a Gideon le parecia una joven muy bonita, con sus rizos rubios, su perfil delicado y sus ojos azules como el del cielo. La belleza no era una virtud, pero le parecia que la vida le habia dado un regalo y que por dentro tuviera tanta soberbia solo era una forma de desaprovecharlo. Ojala pudiera ayudarla. Ojala que se dejara ayudar. Eso seria, sin duda, el mayor reto, pero el estaba dispuesto a enfrentarlo y rezar por salir victorioso. Capitulo 2 Harriet se miro por ultima vez en el espejo, se sonrio, y, con los hombros rectos, salio de la habitacion con su vestido verde esmeralda cubierto por un abrigo de lana. En la sala que habia antes del vestibulo encontro a su hermana y a su padre. Ambos estaban echados en un sillon en posiciones muy poco elegantes. Se enderezaron en cuanto la vieron entrar. --!Al fin! --exclamo Zelda. Se levanto y se aliso la falda del vestido como si no tuviese mucha importancia que se hubiera arrugado--. Llevamos media hora esperandote. Vamos a llegar tarde. --Hacerse desear es una tecnica infalible para generar interes --respondio Harriet de buen humor. --Vamonos --le dijo Zelda a su padre, sabiendo que era inutil discutir con Harriet. Una vez en el carruaje que los llevaria a la mansion de los Corbyn, donde se celebraria la fiesta de compromiso de su hermana, Harriet decidio tocar el tema que le interesaba. --La tia Helen me ha escrito. Dice que no vendra estas Navidades ni podra estar en la boda de Zelda, pero que estaria encantada de recibirme en su casa para la proxima temporada. Solo seria cuestion de que cubrieras todos mis gastos. Ni siquiera tendrias que ir. La mueca de disgusto del senor Broome no fue muy alentadora. Aunque su padre le habia asegurado que regresarian a Londres para la temporada, cada vez se mostraba mas cercano a ese pueblucho y menos dispuesto a abandonarlo. --No entiendo por que quieres ir a Londres. Si Zelda ha podido conseguir marido aqui, tu tambien puedes. En Londres fuisteis un fracaso y otra temporada podria ser un gasto innecesario. --No fuimos un fracaso. Al menos, yo no lo fui --protesto Harriet, muy ofendida. --No recuerdo tener la casa llena de pretendientes tuyos. --Porque yo no alente a nadie, ya que ninguno era digno de mi --respondio como si fuera obvio--. Ademas, no nos colamos con lo mas exquisito de Londres. La tia Helen me prometio que esta temporada conseguiria invitaciones de las fiestas mas codiciadas, aquellas donde van los lores. Ahi si conseguire un esposo digno. Zelda puso los ojos en blanco, pero Harriet la ignoro, convencida de que su prediccion era cierta. --Aqui la nobleza es escasa. La unica forma de que me case con alguien que haya conocido en este pueblo es que sea un lord que llegue de visita --continuo--. Zelda, ?no conocen los Corbyn a algun lord importante? ?No habran invitado a alguno a la boda? --No lo se y no me importa --respondio su hermana sin mucho interes. Miraba por la ventana, ansiosa por llegar. --Deberia de importarte --mascullo Harriet. Despues se giro hacia su padre--. ?Me pagaras la temporada? --Esta bien, esta bien --dijo el senor Broome, harto de la conversacion. Harriet, contenta, no dijo mas en el corto trayecto. Llegaron a la fiesta de compromiso. Despues de saludar al senor Corbyn y a su madre, Zelda se quedo junto a su prometido, su padre se fue hacia la mesa de los aperitivos y Harriet se quedo haciendo una rapida exploracion del panorama. Miro con aburrimiento de un lado a otro. Estaba el duque de Alridge hablando con otro invitado. A Harriet le parecia una lastima que los pocos lores que habia en ese pueblo fueran tan mayores. Que fueran feos hubiera podido pasarlo, pero la edad ya era un detalle, a su parecer, mas relevante. Siguio buscando. Esperaba encontrar a lady Marjorie, la hermana del conde Royston, que, dicho fuera de paso, era extrano que estuviera en esa fiesta. A pesar de que los Cavendish eran familia de su madre, tenian una fuerte enemistad con los Corbyn por una rencilla pasada que Harriet no conocia. Lady Marjorie debia haber asistido a la fiesta solo por respeto a la invitacion que Zelda le extendio. A Harriet no le importaba. Queria encontrarla porque esta le habia prometido conseguirle un buen partido y tenia la esperanza de que tuviera alguna buena noticia para ella. En el pueblo todos la conocian como la mejor casamentera del lugar. Con algo de suerte, encontraria un caballero digno de Harriet, y asi no tendria que enfrentarse a la competencia en Londres. Mientras intentaba localizar a lady Marjorie, su vista se detuvo en el conde de Bollinger, acompanado de su abuela. Era un caballero joven, el mejor partido de ese pueblo, al que Harriet habia sonreido dos o tres veces sin exito. Ante su evidente desinteres, lo descarto. Si no era lo suficientemente listo para apreciar su gran belleza, no merecia sus esfuerzos. Ademas, decian que estaba interesado en la mayor de las Cavendish, lady Hailey. Harriet no pensaba rebajarse a luchar asi por un conde. Si fuera un marques o un duque, se lo pensaria. --Hola, Harriet. Reconocio la voz, pues ya la encontraba familiar, y esta vez decidio corresponder a su sonrisa. La joven Tess llevaba un vestido blanco perla muy elegante, de seguro confeccionado por la mejor modista de Londres. Harriet tenia que preguntarle cual era. Si iba a participar en una nueva temporada, tendria que asegurarse de que todo confabulara para hacerla mas irresistible de lo que ya era. --Buenas noches, Tess --dijo con amabilidad, observandola con discrecion de arriba abajo. Ya habia notado que siempre iba muy elegante y arreglada. Cada cabello estaba en su lugar, el vestido perfectamente planchado. Verla inspiraba una calma que contrarrestaba con toda la energia de la dama. --?Buscabas a alguien? He notado que hacias un recorrido visual del salon. --A lady Marjorie. ?La has visto? Tess sonrio y sus ojos brillaron de picardia. --La vi cuando llegue, pero no se donde esta ahora. Aunque supongo que muy ocupada. -- Eso ultimo lo dejo caer como quien lanza un panuelo seguro de que el otro lo recogera. Harriet lo recogio. --?Que quieres decir? Tess se inclino hacia ella y miro a ambos lados para anadirle suspenso a la situacion. Despues, susurro: --Estaba con lord Ridgeway. Es un caballero que lleva largo tiempo mostrando interes en lady Marjorie. Un interes correspondido. Segun he oido, esta noche se anunciara oficialmente su compromiso. Ademas, es un conde muy guapo, y dicen que bastante rico. --Se encogio de hombros, como si eso ultimo fuera lo menos importante de toda la historia. Para Harriet era lo mas importante.

  • Rayo de nuevo de E. L. Todd

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    Lo eligio a el.

  • No me ames 3 de Norah Carter

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    Habian pasado diez dias desde que Lucia se habia plantado en mi casa para contarme lo que habia sucedido. Las lagrimas arrasaban mi cara y vi tambien como Lucia se estremecia al relatarme con todo lujo de detalles aquella historia terrible que me dejaba a mi como una mierda. Eso es. Yo me sentia como una mierda. No se puede definir mejor. Lucia me abrazo y yo cai al suelo como una marioneta a la que le han cortado los hijos. Ahora era un pelele en manos de todos. Mis sentimientos parecian no importar a nadie. Jamas me habia sentido asi. Ni siquiera cuando Jordi me dejo despues de unos dias de ensueno. No se podia caer mas bajo. No se podia. ?Que clase de vida me esperaba ahora? Lucia no sabia que decir. Por primera vez en mi vida, habia visto que Lucia era incapaz de animarme. Queria abrazarme, pero no podia levantarme del suelo. No entendia sus frases entrecortadas porque el dolor le impedia hablar con claridad. ?Que me importaba vivir ahora? ?Que importaba? Ella tambien se puso a llorar al verme asi. El destino volvia a cebarse conmigo. Y lo peor de todo es que yo tenia razon cuando dije que me daba miedo tanta felicidad. Jordi me prometio que aquello era parte de mi pesimismo y que yo merecia todo, que, a partir de ahora, todos los dias iban a ser tan dichosos y maravillosos como los del crucero junto a Alex y mis amigas de toda la vida. Necesitaba el calor de mis padres. No queria quedarme sola. No queria quedarme sola en esa cama, en esa cocina, que tantos recuerdos me evocaba. Lucia se quedo aquel dia conmigo. No queria dejarme sola y esa euforia y alegria que siempre me transmitia se volvio en una tristeza y en un silencio que no eran propios de ella. --No se que decir en estos momentos, Erika. No puedo bromear sobre esta situacion porque se lo que sientes por este hombre. Ha sido una putada, pero sabes que yo no voy a separarme de ti -- dijo Lucia con una leve sonrisa en los labios. --El mal ya esta hecho, Lucia, y siento que estoy atrapada en una telarana. Cualquier movimiento solamente empeorara las cosas -- anadi yo sin dejar de llorar, recordando cada una de las promesas que aquel cabron me hizo. --Nunca he pasado por algo asi. He roto con chicos, pero, salvo con Yosuf, nunca he tenido un compromiso serio con nadie. Mas de una vez te he dicho que me daba miedo vivir en pareja o casarme. Te admiro en el fondo. --?Por que me admiras, Lucia? --Porque has arriesgado. Has sido una mujer que siempre has arriesgado y, pese a los reveses que te ha dado la vida, siempre te has levantado y eso es vivir, Erika. Vivir es eso -- dijo ella con inteligencia, mirandome fijamente mientras intentaba abrazarme de nuevo para que yo me refugiara en sus brazos. --No sabes lo que te agradezco lo que me dices. Siempre tienes palabras para aliviarme, Lucia. --Pero no puedo animarte como acostumbro. Esta situacion me supera como superaria a cualquiera. --Pero estas aqui conmigo. La soledad me va a matar. --Vente a vivir conmigo, Erika. No te lo pienses -- dijo ella con decision. --Te lo agradezco, pero ahora quiero alejarme de aqui, Lucia. No te ofendas, pero necesito otro tipo de carino. --Como quieras, pero no pierdas el contacto con nosotras, por favor, y no preocupes demasiado a tus padres. Debes levantarte y lo haras porque siempre lo haces -- dijo Lucia besandome en una de mis mejillas mientras las lagrimas cesaban al fin de derramarse. Despues de aquel dia fatidico, yo me habia instalado en casa de mis padres para encontrar en ellos el consuelo que solo unos padres saben dar. Me apetecia volver a ser la nina mimada que con tanto carino habian protegido durante la infancia y la adolescencia. Siempre vi en la casa de mis padres un refugio en el que nada ni nadie me haria dano. Era como volver al vientre materno. Me sincere con ellos y les conte toda la historia completa. Les dolio mucho que estuviese atravesando por esos momentos y se volcaron de una manera sorprendente en intentar ayudarme. Estaban pendientes de mi en todo momento. Me preocupaba, como me habia advertido Lucia, esa actitud de mis padres. Realmente estaban muy preocupados y quiza yo no estaba haciendo lo correcto refugiandome alli. Cualquier decision que tomara en ese momento tenia consecuencias negativas para mi y para los que me rodearan. Lucia y Carmen estaban tambien muy pendientes de mi por telefono, pero evitaban hablar del tema. La verdad es que era lo mejor, pues yo no queria saber absolutamente nada de el.

  • Mi error fue amarte. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Dulce y Angel se evitan. Hacen lo posible por no estar mucho tiempo cerca el uno del otro. No se soportan, no pueden evitar insultarse, molestarse y odiarse… Pero, si se odian, es porque en realidad el tiempo no ha logrado hacer que se olviden y que dejen de recordar cuanto se amaron.

  • Bajo un cielo escarlata de Mark T. Sullivan

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  • El resurgir de Ana (La tentacion de Ana 3) de Christian Martins

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    La musica esta alta. Me aferro al brazo de Leo con fuerza, como si tuviera miedo de que un ente invisible fuera a tirar de mi cuerpo y a raptarme. Me digo a mi misma que no tengo por que estar nerviosa, pero es inevitable sentir ese cosquilleo intenso en mi bajo vientre. Suspiro hondo, muy profundamente, procurando calmarme. El me aprieta de forma carinosa el brazo y sonrie. Yo le devuelvo la sonrisa mientras el camarero nos pregunta que queremos tomar. Nos sentamos en dos taburetes altos y pedimos un par de gintonics. El ambiente es tranquilo, no hay mucha gente y la mayoria de los presentes han venido en parejas. No se por que, eso me tranquiliza. Si, es absurdo. --?Puedes relajarte y disfrutar? Asiento con la cabeza, aunque en el fondo ambos sabemos que no lo hare. Levanto la vista hacia Leo y me pierdo durante unos segundos en sus ojos azules. Son tan intensos, tan profundos... A diferencia de mi, tiene los ojos pequenos. Pero el color de su iris es tan fascinante que es capaz de cautivar a cualquiera con tan solo una mirada. --Y ahora... ?Que? --pregunto con curiosidad antes de darle un sorbo largo a la copa. No se muy bien como debo actuar y eso hace que mi intranquilidad aumente todavia mas. Me siento fuera de lugar. --Ahora lo que nos de la gana --me cuenta--. Como hemos venido juntos, podemos pasar al resto de las salas e... inspeccionar. --?Al resto de las salas? Leo me guina un ojo, sin anadir nada mas. Supongo que quiere que lo descubra por mi misma, sin adelantarme nada. --?Y si hubieramos venido por separado? --Si hubieramos venido por separado tu podrias pasar al resto de las zonas, pero yo sin una invitacion previa, no --me explica--. Aqui hay unas normas y las personas que frecuentan este sitio son bastante estrictas a la hora de cumplirlas. --?De quien tendria que ser la invitacion? La verdad es que cada vez me siento mas perdida. No se si en un lugar como este sere capaz de cumplir ninguna de mis fantasias sexuales. En realidad, ?las tengo? ?Tengo alguna fantasia sexual? Empiezo a pensar que soy demasiado simple --o poco perversa, segun se mire--. Creo que esto de querer descubrir nuevos placeres y abrirme al mundo no esta hecho para mi, pero como ya estamos aqui, no digo nada y decido dejarme llevar sin pensar en nada mas. Despejar la mente y ponerla en blanco, de forma que solamente tenga que dejarme llevar por Leo. --La invitacion tendria que ser de otra pareja, por ejemplo --me dice--. ?Quieres que pasemos al resto de las salas? ?Te apetece verlas? No se si estoy preparada o si, antes, necesito ingerir un poco mas de alcohol para conseguir desinhibirme. Leo puede ver la confusion en mi rostro, asi que me atrae hacia el y me susurra en el oido que sera divertido y que nos lo pasaremos bien. Me gustaria creerle, pero tengo serias dudas al respecto. Me sujeta por la cintura y me atrae hacia su cuerpo antes de encarcelar mi rostro con delicadeza entre las palmas de sus manos. Despues, me besa. Un beso humedo, intenso y muy sensual. Uno de esos que son capaces de despertar el deseo en mi interior. Noto ese familiar cosquilleo en mi bajo vientre mientras el desliza la mano con delicadeza por mi cuello y va descendiendo muy despacio hasta culminar justo en el lugar en el que la tela de mi vestido se extingue. Introduce la mano por debajo, levantando la tela, hasta llegar a mi sexo. Me toca por encima de la ropa sin dejar de besarme. Yo suspiro de placer, ignorando por completo que estamos en un lugar publico y que cualquiera podria estar vigilandonos. Escondo mi rostro en su pecho mientras le suplico en un susurro involuntario que se este quieto. Es curioso, porque una parte de mi sabe que no es momento para esto y otra, en cambio, no quiere que pare. No quiere que se detenga. --Se me ocurre por donde podriamos empezar... --ronronea en mi oido. Le miro fijamente con expectacion, intentando adivinar que es lo que esta pensando. Pero, si he de ser sincera, Leo es una autentica caja de sorpresas. Nunca tengo ni la mas remota idea de lo que piensa dentro de esa cabecita suya. --Ven conmigo --dice, tirando de mi brazo. Cojo la copa y le sigo por la sala. Varios de los presentes se quedan mirandonos, un par de ellos con descarada fijacion. Me fijo en una pareja cercana a la puerta porque ella me guina un ojo. Ella es alta, pelo rizado y cobrizo. Tiene los ojos verdes o marrones muy claros, no lo se. El lugar esta tan oscuro que no se diferenciarlo bien. El tambien es alto, pero muy moreno. Tanto de piel como de cabello. No se por que, se me antojan un tanto exoticos. Ambos parecen extranjeros y..., extranos. Derrochan un aire mistico. --?Quieres quedarte un rato mas aqui? --pregunta Leo al ver que me detengo con curiosidad--. Si nos quedamos podria... --No, no. Vamos a donde quieras --le corto. La verdad es que no se como desenvolverme y eso me hace sentir un poco torpe. Decido dejarme guiar por Leo y, si por lo que fuera esto se complicara o se fuera de madre, salir corriendo. Si algo he aprendido de Laura es que uno siempre esta a tiempo para salir corriendo y desaparecer. Caminamos por un pasillo oscuro de color rojizo. En el suelo hay una moqueta escarlata que le da un aspecto bastante tetrico. Las luces del techo son rojas, a juego con el suelo. Se que el objetivo es crear un ambiente sensual, pero he de admitir que a mi solamente me transmite cierto desasosiego. "Cambia de actitud, Ana", me digo a mi misma mientras me repito de forma interna eso de que si he venido aqui es para disfrutar y dejarme llevar. --?Estas bien? --repite el, apretandome la mano con carino. Dejamos atras varias puertas. No paso por alto que Leo conoce este lugar increiblemente bien y que parece desenvolverse por aqui con soltura. Es evidente que lo ha frecuentado bastante, pero... ?Cuanto? Le miro mientras camina. Me tiene agarrada de la mano, muy pegadita a el. Me gusta tenerle tan cerca porque no me siento insegura. En el fondo, no puedo evitar preguntarme que hago aqui y si este lugar esta hecho para mi. Si, se muy bien cual seria la respuesta de Laura: que desconecte de mis pensamientos por un rato. Que deje de pensar y libere la mente. Leo abre una puerta y se hace a un lado para que pase al interior de la sala. Esta vacia, no hay nadie. Es una sala redonda con sofas de cuero y poco mas. No se por que, me esperaba algo parecido a una mazmorra, con latigos y gente con el rostro oculto por siniestras mascaras. Pero no, nada. Estamos a solas y lo unico que hay es sofas. Sofas bonitos, grandes y comodos. Me dejo caer en uno y le doy un sorbo a la copa, acabandomela casi de un trago. Despues la dejo en una pequena mesita auxiliar que hay a mi lado y miro a Leo con curiosidad. --?Que hacemos aqui? --pregunto sin comprender nada, con una sonrisa en los labios. --Jugar --me responde con un tono de voz tan provocador que me vuelvo loca solo al escucharle. Vuelve a besarme. Sus manos se deslizan por mis piernas y vuelven a ascender suavemente por encima de la tela de mi vestido. Tira de mis medias, desgarrandolas por completo. Le lanzo una mirada asesina y el se echa a reir con picardia. Esta vez, la yema de sus dedos se desliza por mi piel provocandome un escalofrio que me hace temblar de placer. Estar al lado de este chico y mantener el ritmo normal de mis pulsaciones es algo imposible. --Leo... --murmuro, mientras el hace a un lado mi ropa interior. Una oleada de placer inunda mi cuerpo. Soy consciente de que estamos expuestos y de que, en cualquier instante, alguien podria entrar por la puerta. --?Y si...? --comienzo, pero el me interrumpe con otro beso. --Para eso estamos aqui --responde, adivinando mis pensamientos. Que alguien pueda interrumpirnos justo en este instante me resulta tan confuso como excitante. Jadeo de forma involuntaria mientras intensifico el beso que recibo de el. Mis manos recorren su torso, anhelando mas, pero sin atreverse a ir mas lejos. No termino de estar comoda, de sentirme a gusto y en mi entorno. Las luces son tan tenues que practicamente estamos a oscuras. Hay la justa iluminacion para poder apreciar lo que nos rodea, aunque concediendonos la intimidad necesaria para no sentirnos expuestos. Leo introduce un dedo en mi interior, despues dos. Su lengua acaricia mi cuello y va bajando con un excitante reguero de besos hasta mi escote. Entonces, en ese instante, la puerta de la sala se abre. Doy un respingo, sobresaltada, pero el, no se detiene. Mas bien, lo contrario, me atrae con mas fuerza contra su cuerpo e intensifica sus caricias con el claro objetivo de desquiciarme. Levanto la vista, sintiendome expuesta. Son ellos; la pareja que he visto antes en el bar del local. Me siento extrana, observada e... Intento hacerme a un lado, nerviosa, pero Leo me besa con tanta intensidad que todo da vueltas y la pasion se aduena de mi. Por un segundo, se me olvida, incluso, que ese par de desconocidos ha entrado dentro. El no parece preocupado por ellos, y deduzco que a mi tampoco deberia importarme. Se sientan en el sofa que esta frente al nuestro. Hay la suficiente distancia como para sentir que tenemos espacio, pero es imposible no notar sus miradas clavadas en nosotros. Mis ojos se cruzan con los de la chica pelirroja mientras Leo tira de mi vestido para sacarmelo de la cabeza. "Joder", pienso, incapaz de decidir si esto me gusta o me espanta. Entonces, me sonrie. Ella me sonrie y se muerde el labio de forma juguetona. Se lleva una mano al cuello y retira su cabello a un lado con sensualidad. Yo, en bragas y en sujetador, noto como las tres personas con las que comparto espacio me dedican toda su atencion, y... !Uf! La intensidad de todo lo que siento es tan inmensa que me siento desbordada. Muy excitada. Leo me besa la clavicula con suavidad. Es increible que este aqui, en ropa interior, delante de unos autenticos desconocidos... Las manos de mi acompanante rodean mi espalda para desabrochar con soltura mi sujetador y liberar mis pechos. Su lengua se desliza suavemente por mi pezon y todo da vueltas a mi alrededor. Cuando miro hacia delante, me fijo en que la chica pelirroja le ha desatado el pantalon a su acompanante y que esta acariciandole, masturbandole. Una intensa oleada de calor recorre mis entranas y siento que, poco a poco, voy perdiendo el control y me dejo llevar... Miro a Leo.

  • Llamame irresistible, Susan Elizabeth Phillips de Susan Elizabeth Phillips

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  • Juegos Para el Placer de Daire St. Denis

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    Jasmine Sweet pillo a su prometido enganandola y se marcho sola a Paris de luna de miel, decidida a tener una aventura. Alli se encontro con un desconocido muy atractivo y su estancia en Francia se convirtio en una fantasia. Luca desperto en ella deseos que jamas creyo experimentar. hasta que ese flirteo tan sexy paso a ser algo mas que un juego.